Semblanzas de La Invasión Estadunidense de 1847 Varios Autores

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Semblanzas de la

invasin estadunidense de 1847

Varios autores

La toma de la ciudad de Mxico por las tropas yanquis

Dos obeliscos y una historia con significados confrontados

Jorge Legorreta1

Mxico ha sido uno de los pases que ha padecido la poltica expansionista de EU que, basada en la doctrina Monroe, se ha atribuido el destino de proteger a las nacientes repblicas desde el siglo XIX

Como es bien conocido, por lo menos en Mxico, desde principios del siglo XIX Estados Unidos empez la expansin de sus territorios hacia los confines del mundo. Una parte de esa poltica expansionista, fundamentada en la doctrina del presidente James Monroe, fue la de atribuirse el destino manifiesto de proteger como guardianes las nacientes repblicas recin liberadas de las metrpolis espaola y portuguesa.

Una parte de esa poltica la practicaron con Mxico, primero anexndose Texas, prcticamente a partir de 1936 y luego mediante una guerra de invasin entre 1846 y 1848, la anexin de Nuevo Mxico, Arizona y California. Producto de esa guerra existen dos monumentos en forma de obeliscos, uno en Nueva York y otro en la ciudad de Mxico. Si bien es cierto, que forman parte de una memoria entrelazada, tienen significados histricos confrontados, que vale la pena recordar en estos tiempos patrios.

El obelisco de Nueva York

En la esquina de la 5 avenida y la calle 23 se encuentra una desapercibida placita con un obelisco de piedra no mayor de 15 metros de altura, dedicado a Williams Jenkins Worth, llamado en Estado Unidos el hroe de la guerra con Mxico. Enfrente a dicha plaza destaca el parque Madison Square y al lado se alza, en forma por dems visible, el primer "rascacielos" de Nueva York, de 18 pisos, conocido como Flatiron y construido en 1902 por Daniel H. Burnhan, urbanista planificador de la ciudad de Chicago despus del incendio de l860, con quien colabor durante los ltimos aos del siglo XIX Adamo Boari, constructor del Palacio de Bellas Artes de la ciudad de Mxico.

El obelisco tiene esculpidas en sus cuatro caras los nombres de 16 ciudades y lugares donde se verificaron las batallas, 11 de las cuales son mexicanas; stas son: en la cara principal de arriba hacia abajo, Monterrey, Veracruz y la ciudad de Mxico; en la segunda, Perote, Puebla, Cerro Gordo y Chapultepec; en la tercera, Contreras, Churubusco y Molino del Rey; las cinco restantes son: Florida, Chipewa, Fort George, Luny's Lane y West Point. Todas stas son las ms importantes conquistadas por el coronel Jenkins, que form parte de las guerras anexionistas de Estados Unidos. En la base del obelisco, que resguarda sus restos, se lee:

"Under this monument ties the body of Williams Jenkins Worth, born in Hudson, NY, marck 1/1794, died in Texas, may. 7/1848" (bajo este monumento est el cuerpo de W.J.W., nacido en Hudson, NY, el primero de marzo de 1794 y fallecido en Texas el 7 de mayo de 1848). "By the corporation of the city of New York/ 1857/ honor the brave" (Por la Corporacin de la ciudad de Nueva York/1857/honor a la valenta).

Quin fue Worth y cul el premio a su valenta? Simplemente uno de los ms feroces, aguerridos y agresivos militares estadunidenses que participaron en las guerras de expansin hacia el Nigara (1812) y Florida. Durante la colonizacin hacia el sur, se hizo notorio por sus estrategias de exterminio contra las poblaciones indias, suprimiendo todo tipo de abastecimiento, incluso alimentos. A raz de las primeras batallas contra Mxico, dirigidas por Zachary Taylor, en Palo, en mayo de 1847, fue ascendido a mayor y fue el primero en colocar la bandera de Estados Unidos al traspasar con sus contingentes, el Ro Bravo. Posteriormente fue transferido a las rdenes del general Winfield Scott, uno de los generales que comandaron las batallas en Veracruz y Puebla, y particularmente la toma de la ciudad de Mxico. He aqu su paso por la ciudad durante la guerra de 1847.

Probablemente se uni a los contingentes de Winfield Scott que haban entrado a Mxico por Matamoros, para de ah continuar a Monterrey y Tampico. Sin embargo, su presencia est plenamente documentada como jefe de una de las ms modernas divisiones de artillera en Veracruz y Puebla y, a partir de agosto de 1847, en la ciudad de Mxico; su incursin militar en territorios de nuestra ciudad fue compartida con otras divisiones de menor cuanta, como las que dirigieron Twigg, Pillow y Smith, entre las ms significativas.

A principios de agosto de 1847, el ejrcito estadunidense entr por la antigua carretera de Puebla hasta el Pen Viejo; pero al darse cuenta de su extraordinaria fortificacin regres y se dirigi al sur para bordear el lago de Chalco y el de Xochimilco, y as tomar el mismo camino de Corts, 328 aos antes al frente de soldados espaoles; pas por Mixquic, San Gregorio, Santa Cruz Acalpixca y Xochimilco. En el relato de Jos Emilio Pacheco titulado Crnicas del 47, editado por Clo, se recuerda que la obra sobre la conquista espaola de Mxico publicada por Prescott en 1843 fue decisiva para los estadunidenses.

Scott y sus generales, incluyendo a Worth, que a la postre habra de vencer las enormes dificultades para transportar su artillera en terrenos pantanosos azotados por la temporada de lluvias, decidieron, por tanto, no tomar la antigua calzada de Iztapalapa y prefirieron ir sobre tierra ms firme. Se encaminaron as hacia Tepepan y Tlalpan.

Manuel Rivera Cambas, uno de los ms destacados historiadores y cronistas del siglo XIX escribe al respecto : "(...) el 17 de agosto de 1847, el general norte-americano Mr. Worth, con una brigada de 2 mil ochocientos hombres y con algunas piezas de artillera (...) ocup el pueblo de Tepepan (...) baj (...) a Tlalpan (...) vena del pueblo de Ayozingo (...) (pero) (...) se dio la orden por Santa Anna de abandonar el campo, porque su plan de campaa consista slo en defender la capital (...) al presenciar este inesperado movimiento, los norteamericanos avanzaron violentamente sobre Tlalpan, cuya plaza ocuparon (...) despus de haber flanqueado la fortificacin del Pen Viejo y Mexicaltingo (...) (y se) determin dirigirse a Pea Pobre, Zacatepec, Padierna y Pea Pobre (...)" (Mxico pintoresco, artstico y monumental, editorial Valle de Mxico, Tomo 11, pg. 440)

Enfrentamiento con las tropas mexicanas

Posesionados de Tlalpan, las fuerzas invasoras tuvieron entre el 18 y 19 de agosto el primer enfrentamiento con las tropas mexicanas, entre las que destacaba la famosa Divisin del Norte, al mando del general Gabriel Valencia. La batalla se escenific en lo alto de un cerro alrededor del rancho del hacendado llamado Jos Padierna; los estadunidenses triunfaron, cuenta la historia, por la orden de Santa Anna de seguir retirando los contingentes mexicanos, ante la extraeza y rebelda de algunos de sus mandos. Las tropas enemigas se dirigieron hacia Churubusco, un antiguo convento pertrechado con tropas al mando del general Pedro Mara Anaya. Con ese objetivo, las fuerzas estadunidenses se dividieron en dos; unas se enfilaron hacia all, pasando por San Angel. Worth, en cambio, avanz por la actual calzada de Tlalpan, cruzando previamente la Hacienda de Coapa y el centro de Coyoacn. La divisin de Worth particip el 20 de agosto en Churubusco, con 3 mil artilleros, de un total de 7 mil 900 soldados estadunidenses.

Estos movimientos del ejrcito estadunidense en la ciudad de Mxico estn contenidos en un plano original, firmado en marzo de 1848 por las autoridades militares y que se encuentra disponible en la Biblioteca Pblica de la ciudad de Nueva York. Tambin se pueden consultar en The West Point atlas of American Wars, escrito y descrito por el brigadier general Vincent J. Espsito.

Reorganizados en Tacubaya, donde Scott estableci su cuartel general, se prepar entonces el avance hacia Chapultepec. Worth, apoyado por un contingente de rifleros y uno denominado Dragones, continu por la calzada de Tlalpan, cruz las aguas de dos ros: el Churubusco y el de la Piedad, y pas por los ranchos de Portales y las ladrilleras existentes al lado de la antigua calzada prehispnica de Iztapalapa, por donde siglos antes haba entrado Corts con sus tropas en el siglo XVI.

El 8 de septiembre, Williams Jenkins Worth particip en la gran batalla de Molino del Rey contra el general mexicano Miguel M. Echegaray, al mando de 3 mil 200 soldados, y entre el 12 y el 13 en la del Castillo de Chapultepec, defendido infructuosamente por nuestros jvenes cadetes del Colegio Militar, conocidos como Los Nios Hroes.

Con una ciudad militarmente desprotegida por la huida de Santa Anna hacia la Villa, los fuerzas estadunidenses avanzaron sin ningn obstculo hacia el Zcalo; nuevamente se dividen en dos grupos; cada uno de ellos toma el camino de los acueductos: uno, el del Salto del Agua, sobre la actual calzada de Chapultepec, en la ruta de su general Quitman y que, una vez venciendo las escasas resistencias en las garitas de Beln (actual cruce de Bucareli con avenida Chapultepec) y las del Nio Perdido, llegaron a la Alameda y de ah al Zcalo por la actual calle de Madero.

El otro grupo que encabez Worth tom el camino del acueducto de La Vernica, que segua el actual Circuito Interior; al llegar a la fuente de la Tlaxpana, dobl por la calle de Tacuba y encontr una frrea resistencia en la garita de San Cosme, que al vencerla, dara lugar al desalojo militar de la ciudad. Worth mismo relata :

"Como a la una de la madrugada, una comisin de la municipalidad vino con bandera blanca a mis puestos avanzados, anunciando que inmediatamente despus de los disparos de mis piezas de sitio, el gobierno y el ejrcito empezaron a evacuar la ciudad, y que dicha comisin traa encargo de conferenciar con el general en jefe (...)" (La ocupacin yanqui en la ciudad de Mxico, 1847-48, Mara Gayn, compilacin INAH, 1997, 230 pg.)

Continuaron por San Cosme

Worth y su divisin de artillera continuaron sobre San Cosme, Puente de Alvarado y avenida Hidalgo, y al llegar a la Alameda hicieron un alto, seguramente para coordinarse con el contingente de Quitman y con el de Scott la entrada al Zcalo. Era todava la madrugada del 14 de septiembre. En la citada compilacin de Mara Gayn se da cuenta de un plan de resistencia civil organizado por un coronel de la Guardia Nacional de nombre Carvajal, y de que un ciudadano de apellido Esquivel dispara un tiro fallido a Worth, quien se encontraba en el callejn de Lpez, lo cual dio pie a persecuciones excesivas, caonazos por doquier y al saqueo de innumerables casas por parte de las tropas estadunidenses.

A las cinco de la maana Worth continu por la calle de Tacuba y lleg a la parte posterior de Catedral, para de ah cruzar la plaza del Zcalo y colocar, junto con Quitman, en lo alto del Palacio Nacional, la bandera de Estados Unidos. Aunque se cuenta con pocas evidencias fidedignas, lo seguro es que Worth acompa a Scott en la entrada al Palacio y, por tanto, que haya sido testigo del hecho, registrado exactamente a la siete de la maana del 14 de septiembre de 1847. Segn relata Rivera Cambas, "el general Scott ocup las habitaciones del Presidente de la Repblica", paradjicamente, el da anterior a la celebracin del 37 aniversario de nuestra Independencia.

Posterior a la firma del armisticio de rendicin y los acuerdos llamados de Guadalupe Hidalgo, por haberse celebrado en la Villa de Guadalupe Hidalgo, en febrero de 1848, y donde se "cede" la mitad de nuestro territorio a Estados Unidos, Winfield Scott fue relevado del cargo y sometido a juicio en la propia ciudad de Mxico por sus desavenencias con Worth y Pillow, quienes lo acusaron de abusos del poder militar. Williams Jenkins Worth fue retirado de Mxico y nombrado jefe militar en dichos territorios, con sede en Dallas, y a slo ocho meses de la toma del Palacio Nacional muri intempestivamente de clera, el 7 de mayo de 1848, en la ciudad de San Antonio, Texas. Nueve aos despus, el 7 de mayo de 1857 en la ciudad de Nueva York, se levant el monumento aludido en forma de obelisco.

Guillermo Prieto, durante su exilio en esa ciudad en 1877, se negaba a pasar frente a l diciendo a su acompaante gua: "No quieras llevarme por ese lado, Manuel, yo no quiero ir por ese lado ni ver ese gran monumento (...) ni nada; me han dicho que ese monumento es levantado contra mi patria; y mira, quisiera morirme antes que pisar esa tierra; me quema las plantas, me parece que esas barras que tiene la bandera americana estn hechas con nuestra sangre, y que las estrellas son la impresin de sus heridas abiertas y entonces (...)"

Su acompaante responde: "es un gran monumento al general Worth (...) Prieto agrega: "Cmo en la patria de Washington se levantan monumentos al robo, a la brutal ostentacin de la fuerza? Cmo se ensea la inviolabilidad del derecho y se construyen columnas de honor a la ms villana de todas las violaciones? (...) qudate en tu plaza y resgnate, y djame a m con mis pelados maldecir hasta la quinta generacin a todos los piratas y a todos los conquistadores (...)" (Viaje a los Estados Unidos, editorial Dubn y Chvez, Tomo II, 1877: 403)

A los hroes de Padierna

Guardando una similitud histrica con la memoria de Worth en Nueva York, aqu en Mxico, en 1947, a cien aos de la guerra contra Estados Unidos y en tiempos del presidente Manuel Avila Camacho, se levant un monumento similar en forma, pero obviamente con un sentido histrico distinto : recordar la primera batalla que tuvo lugar en la ciudad de Mxico contra las fuerzas de ocupacin estadunidenses.

Aqu, en lo ms alto de uno de los cerros de la sierra del Ajusco, hoy totalmente urbanizado con el nombre de colonia Hroes de Padierna, (cruce de las calles Oaxaca, Fortn y Sonora, de la delegacin Magdalena Contreras) existe un modesto obelisco de llamativo color anaranjado, que recuerda la heroica defensa del pas por parte del ejrcito mexicano al mando de general Gabriel Valencia. En la base de dicho obelisco existen dos placas; en la primera dice: "En homenaje a los heroicos mexicanos que sucumbieron en este lugar el 19 de agosto de 1847 en defensa de la Patria. 19 agosto de 1947". En la segunda se lee: "Del pueblo y Gobierno de la Repblica, a la defensa de la nacin. CL aniversario de la defensa de la patria. 1847-1997. Padierna, 19 de agosto de 1997".

A diferencia del de Nueva York, el de la ciudad de Mxico no guarda resto alguno de los participantes mexicanos en esa batalla.

Existen otros sitios en la ciudad que resguardan la memoria de aquella intervencin estadunidense. Por ejemplo, el Museo de las Intervenciones, en el Ex Convento de Churubusco; la placa alusiva con los nombres del Batalln de San Patricio que luch del lado mexicano, colocada en el parque de San Jacinto de San Angel; un monumento alusivo a la batalla del Molino del Rey, y el gran monumento a los Nios Hroes, ambos en Chapultepec. Sin embargo, todos estos no completan la memoria histrica de la intervencin. Falta uno: monumento a los hroes annimos.

Defensa ciudadana

La defensa de la ciudad de Mxico frente a las tropas estadunidenses no fue slo militar, sino tambin ciudadana. Son innumerables las crnicas de esos tiempos sobre la actitud patritica del pueblo, incluyendo nios y mujeres que reclamaban iracundos una actitud ms valerosa del ejrcito mexicano, que al final se recluy en la Villa de Guadalupe. Baste citar aqu, las narraciones que Guillermo Prieto hace, basadas en cartas recibidas por gente comn y corriente:

"Scott estaba en el balcn (...) como quien predica en el desierto. Un grupo de mujeres desde abajo le gritaban, cllate costaln (...)! En la plaza del Volador y subido como en alto, estaba un hombre (...) que hablaba muy al alma; su voz como que tena lgrimas (...) era don Prspero Prez, orador de la plebe de mucho bro y muy despabilado, como otros. Las mujeres nos dan el ejemplo, qu ya no hay hombres?, qu no nos hablan esas piedras de las azoteas?

"En la calle Santa Teresa (hoy Guatemala) un yanqui hiri, con la culata de su fusil y le destroz el crneo a una nia que a nadie ofenda; don Pomposo Gmez, segundo jefe de alumbrado, se lanz sobre el yanqui, le derrib y le plant un pie en el pescuezo. Viva Mxico! gritaba la multitud (...) sobre Gmez estaban montones de soldados, las mujeres los heran por donde podan (...) de las azoteas llovan piedras, ladrillos y hasta muebles... Gmez cay peleando como un hroe (...) (Mara Gayn, op.cit. pg. 268-269).

En Padierna, por ejemplo, un olvidado oficial de nombre Chauvilla arranc de un asta la bandera de Estados Unidos y la sustituy por la nacional en un acto heroico que le cost la vida.

A stos y otros personajes annimos habra que levantarles hoy en estos tiempos de globalidades un digno monumento que fortaleciera nuestro nacionalismo. Los sitios apropiados para esos monumentos podran ser la Alameda Central o bien la Plaza de San Jacinto, ah mismo donde cayeron varios irlandeses del Batalln de San Patricio, muchos de ellos olvidados protagonistas de la guerra contra Estados Unidos. __________

1 En La Jornada, septiembre 11, 2002. Disponible en lnea: http://www.jornada.unam.mx/2002/09/11/02an1cul.php?printver=1 (Consulta de 6 de agosto 2011)

Phil Kelly y los irlandeses en Mxico

Marco Rascn2As como en la historia forjamos el concepto de malinchismo, sinnimo de sumisin y entreguismo, as debemos reconocer el irlandismo y a San Patricio reconocerlo como el santo del nacionalismo solidario, trado por los irlandeses que asumieron la causa de Mxico con todas sus consecuencias.

Bajo ese mismo espritu, por la dcada de 1980 lleg Phill Kelly (1950-2010) a Mxico y nos tom como conviccin y destino. Forjado en los duros trabajos en Inglaterra, llega Phil a Mxico y sobrevive dando clases de ingls para seguir pintando. Hoy el angelito que identifica la administracin de Marcelo Ebrard y al gobierno de la ciudad es un fusil de alguno de los mltiples ngeles de Kelly que seguramente se fusil el diseador del icono, pero siendo de origen Irlands el autor, no era necesario reconocerlo, como tampoco se reconoce en toda su dimensin histrica y como parte de la integracin de nuestra cultura nacional la gesta de los del Batalln de San Patricio en la guerra 1846-1847.

Ligados a la causa de nuestra independencia en la guerra contra la intervencin estadunidense, los San Patricios son una espina para el imperio norteamericano, as como lo fue Gonzalo Guerrero, en Yucatn, durante la Conquista combatiendo contra Pedro de Alvarado y haciendo suya la causa maya, que le gan el reconocimiento de ser una espina en el corazn de Espaa.

Ms de 800 irlandeses, encabezados por John Riley de quien Daniel Molina escribi una magnfica novela y biografa, se integran al Ejrcito Mexicano como batalln y participan en las batallas de Monterrey, Buenavista, en Cerro Gordo, Churubusco y la ciudad de Mxico. Paradjicamente, son abanderados y reconocidos por Antonio Lpez de Santa Anna, que en la primera etapa de la intervencin estadunidense, luego de que las armas mexicanas ganaban batallas, l ordenaba la retirada. Pese a todo, los estadunidenses desistieron de invadir por el norte y entraron por Veracruz hasta llegar en agosto de 1847 a la ciudad de Mxico luego de la batalla de Cerro Gordo, en Veracruz.

Aqu en la ciudad de Mxico, del 20 de agosto al 13 de septiembre, se dan las batallas de Churubusco, Molino del Rey y Chapultepec, siendo la ms encarnizada e importante la primera donde los San Patricios junto a los mexicanos resisten, mueren y son prisioneros. El 13 de septiembre de 1847 cuando slo se conmemora a los Nios Hroes de Chapultepec. Ese da en la plaza de San Jacinto se coloc un gran cadalso para ejecutar a 48 irlandeses de 71 condenados de otras nacionalidades acusados de traidores. El general Winfield Scott orden que fueran ahorcados viendo hacia Chapultepec al momento en que se izaba la bandera de la las barras y las estrellas en el castillo para que fuera su ltima visin en la vida.

Al da siguiente se firm la capitulacin de la capital. Los invasores realizaron un desfile triunfal desde la Alameda hasta el Zcalo por Plateros (hoy Madero). Mientras se izaba la bandera estadunidense en Palacio Nacional un francotirador mexicano mat al soldado invasor que la levantaba. Al mismo tiempo, los habitantes los apedreaban al paso del desfile, hiriendo con una piedra al general Scott. Una dama de nombre Martha Hernndez envenen dulces para ofrecerlos a los soldados estadunidenses, mientras en otros puntos de la ciudad desde las ventanas lanzaban hasta cadveres para detener a los soldados invasores.

Cuenta la leyenda que los sobrevivientes del batalln terminaron sus das fundando el pueblo de San Patricio a un lado de Barra de Navidad, en la costa de Jalisco. En un viaje con Phil Kelly buscando algn testimonio, nadie saba nada de esta historia, pero al final de la visita le ped que fusemos a la playa de al lado, llamada Melaque, muy conocida, y Phil pregunt: Cmo? Melaque, respond. No me dijo, en su espaol imperfecto, es Mlaqui o Melaquas, el otro santo patrono de los irlandeses catlicos que seguramente acompa a los artilleros del San Patricio y que luego se mexicaniz, borrando huellas.

Ricos y pobres, hay una enorme raz irlandesa en Mxico, muchos de ellos cambiaron su nombre y lo mexicanizaron como el mismo Riley, registrado en el Ejrcito Mexicano como Juan Reley. Con ellos la primera promesa incumplida no son las tierras que se ofrecieron, sino la memoria de su gesta y el reconocimiento como parte de nuestra cultura nacional. Gonzalo Guerrero, el vasco Javier Mina, Riley y los del Batalln de San Patricio, son lo opuesto al malinchismo y una forja de nuestra independencia, pero tambin del gran valor del internacionalismo y la solidaridad sin fronteras.

Este 7 de septiembre Phil Kelly cumplira 60 aos; muri aqu hace 15 das, pintando la ciudad de Mxico, playas, paisajes y nuestro caos. Phil es parte de la aportacin irlandesa, de unos que lucharon por nuestra independencia y l por nuestra identidad cultural.

Celebremos con ellos y en su memoria el bicentenario de nuestra independencia.____________

2 En La Jornada, agosto 17, 2010. Disponible en lnea: http://www.jornada.unam.mx/2002/09/11/02an1cul.php?printver=1 (Consulta de 6 de agosto 2011)

H. D. Thoreau, un combatiente Daniel Molina lvarez3Henry David Thoreau es sin duda alguna una de las figuras ms importantes de la cultura y la literatura norteamericana del siglo xix. Junto con su maestro y amigo, Ralph Waldo Emerson, a Thoreau se le considera con justicia como promotor del renacimiento cultural de la Nueva Inglaterra que impuls el Club Trascendentalista, que ambos fundaron en la ciudad de Lexington y que "constituy el punto de partida del movimiento filosfico-literario que se extendi entre 1830 y 1860 en Estados Unidos y fue la ms alta expresin del idealismo romntico: pantesta, individualista y democrtico en su rechazo al conformismo social, al formalismo en la religin y al autoritarismo en la poltica".

Henry David Thoreau naci el 12 de julio de 1817 en Concord, Massachusetts en el seno de una acomodada familia de inmigrantes franceses. A los diecisis aos ingres a la prestigiosa Universidad de Harvard, en la que obtuvo su bachillerato en Artes; en agosto de 1837 regres a su pueblo natal donde inici labores magisteriales con un sentido innovador, ya que pretenda "ser compaero de sus alumnos y abolir los castigos corporales". Ante el rechazo de sus mtodos pedaggicos por parte de los miembros del consejo escolar de Concord, Thoreau se vio obligado junto con su hermano John a establecer en 1838 su propia escuela privada, en la que trabaj dos aos como profesor de matemticas, griego y latn, desarrollando mtodos que se consideran como precursores de la escuela racionalista.

Por aquellos aos, Thoreau haba tenido oportunidad de conocer a Ralph Waldo Emerson, en cuya casa vivi durante algn tiempo. Ms adelante viaj a Nueva York y regres a la casa paterna donde ayud a su padre a instalar una fbrica de lpices, que prosper notablemente cuando Henry David descubri un procedimiento para elaborar un grafito de alta calidad que hizo famosos los "lpices de los Thoreau". Pudo Thoreau, en esa oportunidad, convertirse en un acaudalado empresario, pero prefiri seguir los dictados de su vocacin literaria y buscar una vida solitaria en contacto con la naturaleza.

As, en 1845, Thoreau decidi instalarse en un terreno propiedad de Emerson donde construy, con sus propias manos, una cabaa en la rivera del estanque Walden. Su estancia solitaria de dos aos en este lugar la relatara en su famossima obra Walden o la vida en los bosques, considerada como un clsico de la literatura norteamericana. Walden fue publicado por primera vez en mayo de 1849. En esta obra consta el relato de la prisin que Thoreau sufri durante una noche, en 1846, por negarse a pagar sus impuestos, como medida de protesta contra la guerra de agresin que el gobierno de James Polk haba declarado el 13 de mayo en contra de Mxico.

Con nimo de despojar a Mxico de gran parte de su territorio, el gobierno de Estados Unidos desat contra nuestro pas una guerra que se calific en su poca como "un festn de buitres", y que se prolong de 1846 a 1848. La injusticia de esta agresin, que James Polk justific diciendo con falsa que se haba "derramado sangre norteamericana en territorio norteamericano", pero que en realidad tena como propsito real la conquista territorial en beneficio de los esclavistas, logr incendiar de entusiasmo blico y patriotero a los norteamericanos.

Sin embargo, la parte ms lcida y consciente de la opinin pblica de Estados Unidos, conden la guerra contra Mxico y se moviliz en defensa de la paz. Thoreau, el eremita, se incorpor al movimiento contra la guerra de Mxico y decidi, como forma solidaria y solitaria de protesta, negarse a pagar impuestos que se destinaran a financiar la guerra, lo que origin que se le redujera a prisin. Con modestia, Thoreau relat poco despus este incidente en Walden, su obra cumbre, en los siguientes trminos:

Una tarde, hacia el fin del verano, cuando fui a la aldea a recibir un zapato de manos de un zapatero remendn, fui prendido y metido en un calabozo, porque no pagu un impuesto, ni reconoc la autoridad del Estado, que compra y vende en la puerta de su Senado a hombre mujeres y nios como si fueran bovinos.

Yo fui a los bosques con bien distintos propsitos. Pero vaya uno donde fuere, los hombres le perseguirn y manosearn con sus sucias instituciones, y si pueden le obligarn a pertenecer a su desesperada sociedad de fariseos.

Es verdad, yo poda haber resistido a la fuerza con mejor o peor resultado, poda haber corrido el Amok contra la sociedad, pero prefer que la sociedad corriera el Amok contra m, siendo ella la parte desesperada. Sin embargo, me soltaron al da siguiente, obtuve mi zapato reparado y volv a los bosques a tiempo para recoger mi comida en la colina de Fair Haven.

Fue su maestro y amigo Ralph Waldo Emerson, quien pag la multa que se impuso a Thoreau y logr que lo liberaran de inmediato. Existe una versin segn la cual, estando preso Thoreau, lo visit Emerson y le pregunt: "Por qu ests en la crcel?" A lo que Thoreau le respond, con un sutil reproche: "Y t por qu no ests?" Sobre la base de su breve experiencia carcelaria, Thoreau escribi posteriormente su clebre ensayo sobre la Desobediencia civil, que fue adoptado como bandera por el anarquismo y por las corrientes de pensamiento democrtico y socialista, y que se convirti con el tiempo en el texto clsico de la resistencia civil.

El bombardeo de la poblacin civil del puerto de Veracruz que orden el general Winfield Scott en marzo de 1847, que constituy un ejemplo de lo que hoy llamaramos terrorismo de Estado y produjo la muerte del diez por ciento de la poblacin civil, aument las protestas en Estados Unidos, a lo que sin duda contribuyeron las ideas y la accin de Thoreau.

Otra de las causas populares que Thoreau adopt con radicalismo fue la del abolicionismo. Su lucha en contra de la esclavitud lo llev a participar activamente en las tareas del Tren Subterrneo, organizacin civil que se ocupaba de ayudar a los esclavos negros a evadirse de sus amos y trasladarlos clandestinamente por todo Estados Unidos hasta la frontera del Canad, donde obtenan asilo y libertad.

Como militante de la causa abolicionista, Thoreau tuvo oportunidad, en 1857, de conocer y admirar al clebre John Brown, que con mtodos radicalmente diferentes a los de la no violencia enfrent con las armas en la mano a los esclavistas, hasta que fue detenido y condenado a la horca. La lucha, la prisin, el juicio y el ajusticiamiento de John Brown inspiraron a Thoreau algunas de las pginas ms indignadas, conmovedoras y hermosas de la literatura norteamericana; en particular su Apologa del Capitn John Brown, leda un da antes del da del ajusticiamiento del guerrillero antiescalvista, y su Oracin por John Brown, pronunciada el 30 de octubre de 1860, ayudaron sin duda a despertar y consolidar la conciencia popular contra la esclavitud y en favor de la libertad. As, los nombres y la memoria de Thoreau y la de John Brown quedaron indisolublemente ligados y han pasado a la historia como ejemplo del espritu libertario del pueblo norteamericano.

John Brown naci el 9 de mayo de 1800 en Torrington, Connecticut, y fue ajusticiado el 9 de diciembre de 1859 en Charlestown, Virginia. Hombre de profunda fe religiosa, perteneci a la iglesia cuquera, su vida fue la de un enrgico y laborioso colonizador del oeste que recorri desde su juventud los estados de Ohio, Pennsylvania, Massachussetts y Nueva York en compaa de su numerosa familia, desarrollando todo tipo de trabajos: proveedor del ejrcito, curtidor, pastor de ovejas, comerciante de lana, granjero y agrimensor y vendedor de tierras. John Brown particip en la organizacin del subterrneo de la libertad y, cuando reconoci la insuficiencia de la accin pacfica para eliminar la esclavitud, decidi pasar a la resistencia armada asaltando un arsenal del ejrcito para armar a sus seguidores. Tomado prisionero, fue condenado a muerte y ejecutado. La Apologa del Capitan John Brown, de Thoreau, reivindica y defiende la lucha armada contra la opresin.

Bajo el postulado de que todo ciudadano tiene la obligacin de oponerse pacficamente a todo acto inmoral de su gobierno, y abogando a favor de la desobediencia civil y la no violencia, Thoreau se convirti en el idelogo y fuente de inspiracin de movimientos justicieros tan variados como el que encabez Ghandi en India a favor de la independencia de su pas, y la oposicin a la guerra imperialista de 1914-1918 que originaron el encarcelamiento de cientos de pacifistas en todo el mundo, entre ellos Bertrand Russell, en Inglaterra, y Ricardo Flores Magn, en Texas. Igualmente, la influencia de Thoreau es reconocible en el movimiento a favor de los derechos civiles y polticos del pueblo negro que encabez Martin Lhuter King, en eu en los sesenta, y an se hizo sentir entre el movimiento pacifista hippy que se opona a la guerra en Vietnam. Timothy Leary, el profeta psicotrpico, lleg a reconocer explcitamente la influencia e inspiracin de Thoreau.

El pueblo mexicano est en deuda histrica con Henry David Thoreau, porque su voz solidaria y solitaria se levant para defender a Mxico y para condenar la guerra imperialista de 1846-1848.

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3 Ensayo en La Jornada Semanal, (Suplemento del peridico La Jornada), marzo 3, 2006. Disponible en lnea: http://www.jornada.unam.mx/2006/09/03/sem-molina.html (Consulta de agosato 11, 2011)Repatriaciones, mitos y realidades

Gustavo Iruegas4

A mediados de los aos 80, cuando en el Congreso de Estados Unidos prosperaban las propuestas de legisladores (Simpson, Rodino, Mazzoli) para controlar las fronteras y la inmigracin, en Mxico la prensa reaccionaba con alarma en espera de expulsiones masivas de mexicanos indocumentados. A su vez, el gobierno reaccionaba a la prensa pero no a la posibilidad de las deportaciones. En alguna ocasin se celebr una reunin de siete Secretarios de Estado que dur varias horas (dramticamente, les llevaron sndwiches a la mesa de discusin) y produjo un boletn de prensa en el que anunciaban que se instalaran campamentos en la frontera especialmente preparados para recibir y auxiliar a la masa de repatriados; tambin se haran inversiones suficientes en las poblaciones receptoras de las remesas de dinero de los emigrados a sus familias, para contrarrestar la miseria que se producira en esos lugares. La actividad gubernamental no fue ms all del boletn que cumpla su funcin tranquilizadora y las expulsiones masivas no se materializaron.

La preocupacin era exagerada porque la expectativa no provena de un anlisis profundo de la situacin elaborado desde una perspectiva nacional, sino de la argumentacin dirigida a Mxico de las organizaciones polticas de latinoamericanos asentadas en Washington. En el tema migratorio el gobierno de Mxico solamente actuaba ante la emigracin consumada y lo haca movilizando al servicio consular que interpona la proteccin de medio centenar de sus oficinas en Estados Unidos. En territorio nacional todo era meditico, como se le llama ahora a las mentiras. Pero los precedentes al respecto s existen.

A lo largo de la historia el gobierno de Mxico se ha visto precisado a poner en prctica varios programas de repatriacin de sus nacionales desde Estados Unidos; dos de ellos se han destacado por su importancia aunque ninguno por su xito. El primero fue consecuencia de la agresin expansionista de Estados Unidos contra Mxico en 1847. Se trataba de los mexicanos que quedaron en los territorios arrebatados por la fuerza y jurdicamente cedidos por el Tratado de Guadalupe Hidalgo. El propio tratado previ que los mexicanos establecidos en territorios antes pertenecientes a Mxico podran permanecer en donde estaban o trasladarse a la Repblica mexicana, conservando o enajenando sus bienes. Para atender esta provisin el gobierno de Mxico emiti el Decreto de 19 de agosto de 1848 por el que los mexicanos que estaban en ese caso seran trasladados a territorio mexicano por cuenta del erario y recibiran dotaciones de tierra. La organizacin del traslado se encargara a tres Comisionados; uno para Nuevo Mxico, otro para la Alta California y otro que trabajara desde Matamoros, de modo que las familias de Nuevo-Mxico, pasaran a Chihuahua; las de la orilla izquierda del Bravo, a los Estados de Tamaulipas y Coahuila y las de la Alta California a la Baja, al Estado de Sonora. El Comisionado para Nuevo Mxico, Bachiller y Presbtero don Ramn Ortiz, fue el que avanz ms en su gestin. Inform a don Mariano Otero, Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores, que esperaba trasladar a 16 mil familias u 80 mil personas a Chihuahua al costo de un milln y medio de pesos. Tambin comunic que aunque a su llegada fue bien recibido por el gobernador territorial de Nuevo Mxico, cuando las autoridades se percataron del entusiasmo con el que los mexicanos acogan la posibilidad de trasladarse a territorio mexicano dificultaron su misin hasta el punto de que le impidieron la entrada a las poblaciones. El gobernador territorial cambi de opinin y de actitud y el asunto alcanz los niveles diplomticos. La legacin de Mxico en Washington hizo una representacin ante el Secretario de Estado, John M. Clayton, quien turn el asunto al Secretario de la Guerra, George Walker Crawford, que contest la nota mexicana con el argumento de que el compromiso contrado en el Tratado de Guadalupe Hidalgo era el de respetar el derecho de los mexicanos de trasladarse a territorio mexicano, pero que ello no implicaba la admisin de agentes del gobierno mexicano promotores del traslado. Aunque la correspondencia continu cruzndose, la gestin no avanz ms. En el fondo del asunto estaba la escasez de poblacin en los territorios perdidos y en el propio territorio nacional.

Mxico entr, en materia de poblacin, en un largo periodo que abarc desde el porfiriato hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial en el que coexistan la necesidad de colonizar importantes extensiones de su territorio y la emigracin de sus nacionales hacia Estados Unidos. Con una lgica simplista pero explicable se intentaron varios programas que descansaban en la auto colonizacin a partir de utilizar a los mexicanos que eran expulsados de Estados Unidos para colonizar los territorios poco aprovechados. Las complejidades culturales, sociales y econmicas hicieron esos proyectos irrealizables. La mayora de los repatriados quera ir a su tierra no a las que le asignaba el gobierno y otros muchos, incluso los que haban regresado voluntariamente, terminaban volviendo a Estados Unidos. La paradjica situacin termin, de mala manera, con la explosin demogrfica del tercer cuarto del siglo XX.

Las expulsiones masivas de mexicanos desde Estados Unidos que s se pusieron en prctica, fueron consecuencia de la crisis financiera que devast la economa estadunidense en 1929. Del crac de Wall Strett se pas a la Gran Depresin de la economa mundial. Mxico, que tena sus propios problemas econmicos fue afectado de dos maneras notorias: la primera porque los bancos estadunidenses, que tenan como deudores a gobiernos y particulares extranjeros, exigieron que se les pagase por adelantado y con ello contagiaron la depresin a Mxico al tiempo que la esparcan por el resto del mundo; la segunda porque el desempleo sbito y extenso que golpe a la sociedad estadunidense automticamente indujo una competencia por los empleos que hasta ese momento ocupaban los mexicanos y la consecuente hostilidad, incluso racial, contra ellos. Esto se tradujo en expulsiones masivas y repatriaciones voluntarias igualmente abundantes. Al tiempo que las expulsiones eran sistemticas, amplias y frecuentes, la situacin misma haca que muchos mexicanos regresaran por su propia voluntad y buscaran ayuda del gobierno mexicano.

Los cnsules mexicanos desarrollaron una gran actividad organizativa entre sus compatriotas, tanto para la defensa de los que queran permanecer en Estados Unidos como para quienes decidieron emprender el regreso a Mxico. En los libros anuales de Memoria de la SRE se citan argumentos como el que sigue: Ante el abandono en que fatalmente van quedando en el extranjero ms y ms compatriotas, no nos queda otro recurso que abrirles francamente las puertas de la patria y facilitarles su retorno, para que vengan al lado de sus familiares y antiguos amigos a compartir el pan de la hospitalidad. Las bondades y las dificultades de la repatriacin argumentaban los cnsules radicaban, por un lado en que resultaba til para el pas por la gran experiencia y posibilidades del mexicano que ha trabajado en un pas ms adelantado que Mxico, aunque repatriarlos implicaba enfrentar la gran dificultad del erario mexicano de financiar la repatriacin de aqullos que, por otra parte, pueden sobrevivir a pesar de las malas condiciones, sostenindose como lo hacen todos los dems jornaleros inmigrantes y hasta algunos nacionales de aquel pas. Con un criterio de largo plazo, la SRE mostraba una profunda preocupacin por la poltica a seguir en un futuro, puesto que era necesario evitar que este gnero de dificultades se repitiese, ya que sera desastroso para nuestra economa nacional el reconocimiento, como sistema aceptado, del precedente de facilitar la salida de nuestros mejores elementos de trabajo cuando encuentran demanda en el extranjero, y a la inversa, recibir forzadamente tales contingentes de trabajo cuando ya no son necesarios en el extranjero y nosotros tampoco estamos econmicamente en condiciones de recibirlos.

Aunque las dificultades continuaron y durante la gestin del presidente Lzaro Crdenas se implantaron nuevos programas de auto colonizacin, las cosas cambiaron al influjo de la Segunda Guerra mundial. En 1942 el gobierno de Estados Unidos pidi al de Mxico la celebracin de un Acuerdo de Trabajadores Agrcolas Temporales que se conoci como Programa Bracero. Con ello se inici un nuevo captulo en la historia del fenmeno migratorio entre los dos pases que lleg a su fin cuando Estados Unidos, sorpresivamente, determin dar por concluido ese programa en 1964. Entre ese momento y la implantacin del neoliberalismo en Mxico el fenmeno creci libre de interferencias efectivas de los gobiernos. Al pasar de la agricultura a los servicios de la temporalidad a la permanencia los trabajadores migratorios se fueron convirtiendo en emigrados. Mxico se limitaba a dar la proteccin consular que poda sin que el pas contara con una poltica migratoria especfica. La perversidad neoliberal transform la emigracin de un problema social en un negocio del gobierno: exportar mexicanos.

A lo largo del neoliberalismo, en Mxico se alent la existencia entre la poblacin de varios mitos en torno a la emigracin de los mexicanos hacia Estados Unidos: el primero fue el de que los mexicanos tenan cierto derecho a entrar a Estados Unidos sin permiso. Cuando el actual presidente de facto era an candidato lleg a decir pblicamente que no tena importancia cuan alto fuera el muro porque nos lo saltaramos de todas maneras. El segundo se dibujaba alrededor de la pregunta Qu hara la sociedad estadunidense sin nosotros? Los mismos neoliberales que argumentaron sobre la ventaja comparativa para los mercados internacionales como motivo del inters de los desarrollados en el trabajo de los subdesarrollados, se olvidaban de que los estadunidenses emplean a los mexicanos porque estn ah, disponibles y a bajos precios, no por su incapacidad para realizar esos trabajos por s mismos o por sus mquinas. El tercero fue el de que Estados Unidos, potencialmente capaz de cerrar cualquier frontera del mundo, no podra hacerlo con Mxico porque sera cerrar la propia. A esta ilusin le faltaba la frase: A menos que cambien las circunstancias. Y el 11 de septiembre cambiaron.

La decisin de construir el muro obedece a la reaccin del gobierno estadunidense ante los ataques del 11 de septiembre de 2001 que, si bien desat su furia guerrera hacia el exterior y dej sentir el peso de su hegemona en la comunidad internacional, al interior profundiz el carcter policiaco del gobierno. El propsito ms evidente de dar carcter policiaco a un gobierno es el de mantener el control sobre la poblacin; la existencia de 15 o 20 millones de extranjeros indocumentados entre su poblacin es cualquier cosa menos control. La movilizacin del 1 de mayo de 2006, que los indocumentados en Estados Unidos, mayoritariamente mexicanos que buscaba de manera ordenada y pacfica demostrar su contribucin a la economa local, la comprensin de la sociedad de la que forman parte y la justicia por parte del gobierno estadunidense, fue en realidad una exhibicin de las enormes dimensiones del fenmeno. Contrariamente a lo que se buscaba, propici la decisin de detener el flujo migratorio antes de pensar en la regularizacin de los ya inmigrados. As se determin la construccin del muro. Entretanto, un cuarto mito se ha estado gestando en la opinin pblica mexicana y especialmente entre los mexicanos emigrados a Estados Unidos. Es la idea de que la reforma migratoria que eventualmente haga el Congreso estadunidense regularizar la estancia de quienes ya estn all. La experiencia, la lgica y la observacin de la realidad nos hacen ver que la reforma que se acuerde ser para legalizar la estancia de quienes no puedan expulsar y para expulsar a todos los que puedan.

Una razn por la que se ha diferido la cuestin de la reforma migratoria en el Congreso estadunidense es el calendario poltico, que ya avanza hacia la eleccin de un nuevo presidente que, no hay que engaarse, ser presidente de los estadunidenses, no de los inmigrantes mexicanos. Tambin empieza a configurarse una crisis econmica en Estados Unidos que en nuestros das se contagia al resto del mundo a velocidad electrnica y a Mxico de manera simultnea. Una nueva ola de expulsiones masivas de inmigrantes indocumentados se empieza a gestar en la poltica, en la sociedad y en la economa estadunidenses. Con los sentimientos anti mexicanos exacerbados en la sociedad estadunidense; la crisis financiera haciendo metstasis en la economa nacional y desbordando las fronteras hacia todo el orbe; el gobierno estadunidense engarzado en una guerra que no puede ganar al tiempo que busca donde empezar otra; y con el nuevo presidente con el tiempo poltico de su lado, debemos esperar una enorme y larga marejada de expulsiones de mexicanos que se agregarn a los emigrantes frustrados por el muro. Trgicamente, el gobierno de Mxico, neoliberal y espurio, no tiene tierras, ni empleos, ni planes, ni capacidad, ni voluntad para recibirlos.

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4 En La Jornada, septiembre 26, 2001. Disponible en lnea: http://www.jornada.unam.mx/2007/09/26/index.php?section=opinion&article=032a2mun. (Consulta de 6 de agosto 2011)