Segundo Militarismo
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SEGUNDO MILITARISMO Y RECONSTRUCCIÓN NACIONAL
1. SITUACIÓN DEL PERÚ DESPUÉS DE LA GUERRA.
La situación del Perú después de la guerra con Chile fue la más grave y crítica de
nuestra historia. Algunos aspectos que muestran en concreto esta difícil situación
son:
a) El problema moral.
El Perú, como nación, perdió la confianza en sí mismo. Quedo destrozada, por
una contienda larga y sangrienta. El Perú vio amenazada su existencia misma
como nación. Debía, pues, empezar cuanto antes un periodo de recuperación,
como en efecto ocurrió. El Perú demostró, a partir de 1884, que era capaz de
reponerse de la derrota.
b) El estado de pobreza del país.
Las consecuencias económicas de la guerra con Chile fueron tremendas para el
Perú. Antes de iniciarse el conflicto bélico, el Perú ya se encontraba en una
situación de bancarrota. A esta situación se sumaron las perdidas propias de la
guerra: la pérdida territorial – de Tarapacá a perpetuidad, y Arica y Tacna, por
unos años – de lugares que eran muy beneficiosos desde el punto de vista
económico, por el salitre y guano que poseían.
¿Qué pérdidas económicas sufrió el Perú durante y como consecuencia de la
guerra con Chile?
El Perú sufrió la pérdida total de la riqueza del salitre y parte de la de guano.
El Estado se vio privado de los ingresos que le proporcionaban estos
productos.
Como consecuencia de cinco años de bloqueo de los puertos, tuvo lugar la
depresión general de la producción y del comercio nacionalista.
Quedaron destruidas las principales haciendas de la Costa, base de la
incipiente economía nacional.
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Desapareció la moneda, porque el Perú quedo con un depreciado billete fiscal.
Se perdió el crédito exterior.
c) El problema fronterizo.
La situación de Tacna y Arica fue otro de los graves problemas. Debido al
posterior incumplimiento de la cláusula tercera del Tratado de Ancón por parte de
Chile, el Perú atravesó cerca de cuarenta años de intranquilidad internacional. Los
peruanos de Tacna y Arica sufrieron la agresividad de Chile, hasta que se firmó el
Tratado de 1929.
2. EL SEGUNDO MILITARISMO.
El primer militarismo se extendió desde la guerra de la emancipación hasta 1872,
año en el que Manuel Pardo se convirtió en el primer presidente civil de nuestra
historia. El segundo militarismo siguió a la guerra del Pacífico y continuó hasta la
revolución pierolista de 1895.
GOBIERNOS DURANTE EL SEGUNDO MILITARISMO.
1883 – 1885. Gobierno de Miguel Iglesias.
1885 – 1886. Consejo de Ministros presidido por Antonio Arenas.
1886 – 1890. Gobierno de Andrés A. Cáceres.
1890 – 1894. Gobierno de Remigio Morales Bermúdez.
1894. Justiniano Borgoño.
1894 – 1895. Gobierno de Andrés A. Cáceres.
1895. Manuel Candamo.
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3. EL BREVE GOBIERNO DEL GENERAL IGLESIAS
El general Miguel Iglesias, que, como hemos visto, fue quien asumió la
responsabilidad de negociar la paz con los chilenos y de aceptar la firma del
Tratado de Ancón, renunció al mando el 1 de marzo de 1884, ante la Asamblea
Constituyente por él convocado. De inmediato, la Asamblea lo eligió como
Presidente Provisorio, y gobernó hasta el 3 de diciembre de 1885.
Aunque pareciera increíble para un país que acababa de experimentar la derrota
más espantosa, en el Perú volvió a estallar la guerra civil. Esta vez, entre Cáceres
e Iglesias. Ambos se habían convertido en los grandes caudillos producidos por la
guerra con Chile. Cáceres – el vencedor de Tarapacá, de distinguida actuación en
las batallas de Tacna, San Juan y Miraflores, y el héroe de la resistencia de la
Breña – no aceptó la autoridad de Iglesias. Tampoco aprobó la paz acordada por
Iglesias y se dispuso a luchar contra su gobierno. Al mando de su ejército rebelde
en la sierra atacó en dos momentos a las fuerzas gobiernistas:
Primer Momento. La Guerra Civil estalló el 27 de agosto de 1884, con el
primer ataque de Cáceres a Lima. Fue rechazada y emprendió el repliegue de
sus tropas hacia la sierra. En Arequipa, se le recibió apoteósicamente. Allí
organizó otro ejército y volvió otra vez hacia Lima.
Segundo Momento. El 28 de noviembre de 1885 se produjo el ataque
sorpresivo a la capital. Los días 29 y 30, en las calles de Lima, combatieron
las fuerzas de Cáceres contra las de Iglesias.
El general Iglesias se vio obligado a renunciar al mando. El 1 de diciembre aceptó
negociar, con intervención del cuerpo diplomático. El acuerdo al que se llegó fue el
de restablecer la Constitución de 1860 y confiar el Poder Ejecutivo al Consejo de
Ministros, presidido por Antonio Arenas.
El 3 de diciembre dimitió Iglesias. El Congreso convocó a elecciones generales y
resultó elegido el general Cáceres. En marzo de 1886, el Congreso lo proclamó
Presidente Constitucional de la República.
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Durante su breve gobierno, el general Iglesias reorganizo la administración
pública:
o Volvieron a funcionar la Corte Suprema y los tribunales inferiores, todos los
cuales se habían negado con entereza a administrar justicia bajo la ocupación
extranjera.
o La Universidad de San Marcos, convertida en cuartel por el invasor chileno,
reabrió sus puertas.
o Nombró Director de la Biblioteca Nacional, totalmente saqueada por las
fuerzas chilenas, a Ricardo Palma.
Durante su gobierno, también ocurrió el sacrificio del joven estudiante de medicina
Daniel Alcides Carrión, quien se hizo inocular, el 27 de agosto de 1885, en el
hospital Dos de Mayo, el virus de la verruga, con el propósito de estudiar y
combatir la enfermedad. Murió el 5 de octubre de 1885.
4. PRIMER GOBIERNO CONSTITUCIONAL DEL GENERAL ANDRÉS A.
CÁCERES
Cáceres asumió el mando el 3 de junio de 1886. Había llegado al poder gracias al
respaldo de dos partidos:
Un partido organizado por el propio Cáceres al que llamó Partido
Constitucional, tal vez porque sostuvo, contra Iglesias, el restablecimiento de
la Constitución de 1860.
El Partido Civil, que había perdido prematuramente a su jefe y fundador
Manuel Pardo. Los civilistas actuaron en el gobierno de Cáceres, tanto en el
Congreso como en el Consejo de Ministros.
El Partido Democrático, fundado por Piérola, se abstuvo de participar en las
elecciones.
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Cáceres gobernó el Perú los cuatro años que establecía la Constitución de 1860,
sin que se alterara la paz pública. El Perú comenzó una etapa de convalecencia.
Tuvo que hacer frente a los problemas más urgentes del país, que eran de orden
económico: la circulación de grandes cantidades de billete fiscal emitido durante la
guerra, que carecía de valor, y la existencia de una enorme deuda externa que
tenía quebrado el crédito del Perú en el extranjero.
Así, durante el gobierno de Cáceres, la vida del país giró exclusivamente en torno
a la solución de estos problemas, que resumimos en cuatro temas centrales:
El Contrato Grace y su repercusión en el Congreso.
La desaparición del billete fiscal.
El modesto renacer de las actividades mercantiles.
La reorganización hacendaria y descentralización.
EL CONTRATO GRACE Y SU REPERCUSIÓN EN EL CONGRESO.
Para construir ferrocarriles, el Perú tuvo que concertar los empréstitos de 1869,
1870 y 1872. Después de la guerra, el Perú tenía una cuantiosa deuda externa
proveniente de estos empréstitos y no podía pagarla.
Estos empréstitos contaban con la garantía de la riqueza que habíamos perdido,
como el salitre, o que estaba en parte comprometida por el Tratado de Ancón o en
vías de extinción, como el guano.
Al Perú, para responder a sus acreedores, no le quedaba, en 1886, otra riqueza
que los propios ferrocarriles construidos con el dinero que aquéllos nos prestaron.
A fines de 1886, Miguel A. Grace, en nombre del “Comité Ingles de Tenedores de
Bonos de la Deuda Externa del Perú”, presento al gobierno de Cáceres el proyecto
de un convenio para cancelar la deuda, mediante la entrega de los ferrocarriles y
el guano. El gobierno sometió la propuesta a la aprobación del congreso.
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El Contrato Grace suscitó, en el parlamento y en los diarios, discusiones tan
apasionadas y polémicas, tan agrias como las que había provocado el contrato
Dreyfuss.
Se discutió durante tres legislaturas sucesivas (1887 – 1889). Para sus
adversarios, una minoría tenaz, el contrato Grace nos convertía en una colonia
extranjera o muy poco menos. Para sus defensores, era un medio práctico, y
hasta inevitable, de restablecer el crédito del país y de atraer los capitales
necesarios para la reconstitución de nuestra economía.
La minoría parlamentaria optó, a comienzos de 1889, por alargar indefinidamente
los debates con el propósito de aplazar la votación. José Quimper llegó a
pronunciar discursos de hasta tres horas. Finalmente, la minoría decidió retirarse a
fin de dejar a la Cámara sin el quórum de dos tercios, indispensable para aprobar
el contrato Grace.
Ante esta situación, el Congreso declaró que treinta representantes habían cesado
en sus cargos y el Poder Ejecutivo llamó a elecciones para proveer las vacantes.
Por fin, un cuarto Congreso Extraordinario, celebrado en 1889, aprobó el Contrato
Grace por Resolución Legislativa del 25 de octubre de 1889.
El Contrato Grace, finalmente aprobado, contenía entre sus principales
disposiciones las siguientes:
El Perú quedaba relevado por el Comité de Tenedores de Bonos de toda
responsabilidad por los empréstitos de 1869, 1870 y 1872.
El Perú, en compensación, cedía al Comité de Tenedores de Bonos, por
sesenta y seis años, todos los ferrocarriles del Estado.
Los Tenedores de Bonos se obligaba a construir y terminar, en plazos que
variaban de dos a cuatro años, las secciones:
De Chilca a la Oroya.
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De Santa Rosa a Maranganí.
De Marangani a Sicuani.
Se comprometían también a construir y terminar, en plazos de seis años, ciento
sesenta kilómetros de ferrocarril, en las direcciones especificadas.
Asimismo, se responsabilizaban de reparar y poner en funcionamiento todos
los ferrocarriles materia de contrato.
El Perú cedía a los Tenedores de Bonos el guano existente en el territorio
nacional hasta la cantidad de tres millones de toneladas, así como el sobrante
que resultara del 50% del guano de las islas de Lobos que les correspondía
según el tratado de Ancón, una vez satisfechas las obligaciones derivadas del
mismo.
El Perú otorgaba a los Tenedores de Bonos el derecho de libre navegación en
el Lago Titicaca, pero las naves debían llevar bandera peruana y ser
mandadas por individuos de la marina nacional.
El gobierno del Perú entregaría al Comité de Tenedores de Bonos treinta y
tres anualidades de ochenta mil libras esterlinas cada una.
El Comité de Tenedores de Bonos se comprometía a constituir una compañía
en Londres que los represente en sus obligaciones y derechos.
Vencidos los 66 años de que hablaba la cláusula segunda del contrato, serían
devueltos al gobierno libres de todo gravamen los ferrocarriles y nuevas líneas
que se construyeran.
Efectivamente, en mayo de 1890, se constituyó la “Peruvian Corporation”, para la
explotación de los ferrocarriles nacionales. El Perú canceló su deuda externa y
cedió a plazo fijo sus ferrocarriles.
LA DESAPARICIÓN DEL BILLETE FISCAL
Otro de los grandes problemas que afronto la administración de Cáceres fue el del
billete fiscal.
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El billete fiscal que circulaba en el Perú en diciembre de 1887 se había devaluado
al extremo de cambiar un sol de plata por treinta y cinco soles billete. A principios
de 1888, el gobierno de Cáceres dispuso que todas las oficinas públicas recibieran
entradas sólo en metálico. Es decir, el Estado repudió el billete fiscal.
Antero Aspillaga, Ministro de Hacienda en distintos gobinetes de Cáceres, fue el
responsable de las más enérgicas medidas en política financiera.
En marzo de 1888, se practico una subasta de la que resultó que 120,000 soles se
cambiaron por más de 9I500,000 soles billete.
EL MODESTO RENACER DE LAS ACTIVIDADES MERCANTILES
El 28 de abril de 1888 se reunió la primera junta general de la Cámara de
Comercio de Lima. También se fundaron las del Callao y Arequipa.
En 1889 se fundó el Banco Italiano con un capital de un poco más de ciento
ochenta mil soles, aportados principalmente por la colonia de ese país. A partir de
la segunda guerra mundial, se le conocerá como Banco de Crédito del Perú.
Se establecieron algunas compañías extranjeras de seguros.
Explotación petrolera en La Brea y Pariñas.
En 1890, la “London Pacific Petroleum Corporation” tomó en arrendamiento por 99
años el fundo y la concesión de La Brea y Pariñas. La hacienda de La Brea y
Pariñas habían pertenecido a doña Josefina de Lama. Herederos de ésta fueron
varios miembros de la familia Helguero. En 1886, Juan Genaro Helguero, único
propietario, consiguió, judicialmente y de acuerdo con una ley de 1825, que se le
otorgara posesión tanto del suelo como del subsuelo de La Brea y Pariñas.
En 1887 el gobierno del general Cáceres dispuso la mensura del yacimiento
petrolífero ubicado en el subsuelo de la hacienda, para que pagara el impuesto
correspondiente. A principios de 1888 el juez de Paita, Pedro Hernández, realizó
la medición del yacimiento. El gobierno ordenó el pago de 150 soles al semestre.
Ese mismo año, Helguero vendió sus derechos sobre las haciendas y el
yacimiento a Herbert Tweddle, norteamericano residente en Inglaterra. En 1889 se
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constituyó en Londres la compañía “London Pacific Petroleum” y el año siguiente
tomó en arriendo la hacienda de Tweddle. Inmediatamente la compañía empezó la
explotación.
REORGANIZACIÓN HACENDARIA Y DESCENTRALIZACIÓN FISCAL
Con el fin de recabar mayores ingresos para el Estado, el gobierno creó nuevos
impuestos sobre el consumo de alcohol y tabaco, sobre el papel sellado y también
estancó el opio.
Asimismo se decidió la descentralización fiscal. Los ingresos del Estado fueron
divididos en generales, para los gastos del propio Estado, y en departamentales,
para cubrir las necesidades de los diferentes departamentos del país. Los fondos
de los departamentos fueron administrados por las juntas departamentales.
ELECCIONES DE 1890
El periodo de gobierno previsto por la Constitución llegó a su fin. Cáceres había
gobernado sin alteración de la paz pública, con el apoyo de su partido civil. El
Partido Demócrata no lo apoyó. Según declaración de su jefe, Nicolás de Piérola,
el Perú necesitaba la paz para la reconstrucción.
Para las elecciones de 1890 el civilismo se distanció del oficialismo, y lanzó la
candidatura de Francisco Rosas. El candidato demócrata fue Piérola, y el
candidato de Cáceres, el coronel Remigio Morales Bermúdez.
El 26 de enero de 1890 los demócratas exhibieron sus fuerzas en un desfile cívico
desde la Alameda de los Descalzos hasta la Plaza de la Inquisición. El 5 de abril,
Piérola fue reducido a prisión. Se le acusaba de haber usurpado funciones
públicas durante la guerra. En realidad, se trataba de eliminar a Piérola de la
contienda electoral. El 5 de octubre, Piérola se fugó de la prefectura y escapó a
Chile.
El 13 de abril se realizaron las elecciones, Morales Bermúdez obtuvo la
presidencia.
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5. PRESIDENCIA DEL GENERAL MORALES BERMÚDEZ
El 10 de agosto de 1890 el general Cáceres entregó el poder a su sucesor el
coronel Remigio Morales Bermúdez. Como programa, al asumir el mando, ofreció
cumplir “el que está escrito en la Constitución”.
Durante su gobierno se fundó la “Unión Nacional”, partido político liderado por
Manuel Gonzales Prada (1891). Nació como partido de extrema izquierda. No se
proponía tanto la acción política inmediata como la difusión de su doctrina.
Morales Bermúdez nombró a Mariano Nicolás Valcárcel, Presidente del Consejo
de Ministros. A raíz de un motín en el cuartel de Santa Catalina, que Valcárcel
reprimió con energía, dejó la Presidencia del Consejo, para reasumir la de la
Cámara de Diputados. En el Congreso se formó el llamado “Circulo Parlamentario”
comandado por Valcárcel. Entró en alianza con los civilistas y adoptó el nombre de
“Unión Cívica”. Los partidarios del gobierno quedaron en minoría.
El Congreso expidió la ley de elecciones municipales que establecía el sufragio
directo. Efectuados los comicios, perdieron los candidatos oficiales. El gobierno,
entonces, reemplazó los municipios elegidos por “Juntas de Notables” nombradas
por el mismo. En respuesta, el Congreso censuró al ministro Pedro José Zavala.
RELACIONES CON CHILE
El 28 de marzo de 1894 vencía el plazo estipulado por el Tratado de Ancón para la
ocupación chilena de Tacna y Arica. Diez años después de su ratificación, debía
realizarse un plebiscito para decidir si estos territorios quedaban definitivamente
en poder de Chile, o si continuaban formando parte del Perú, debiendo pagar el
país ganador diez millones de pesos, moneda chilena de plata o su equivalente en
moneda peruana.
El Tratado de Ancón dispuso que mediante la redacción de un “Protocolo
Especial” se estableciera cómo se llevaría a cabo el plebiscito y cómo se pagaría
el dinero. Sin embargo, el protocolo especial no fue redactado durante los años
que siguieron a la guerra.
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El Perú protestó. En 1892 se iniciaron las negociaciones en Lima, llegándose a
firmar un razonable proyecto de Protocolo. El proyecto fue rechazado por la
Cancillería chilena. En 1894 fracasaron nuevas negociaciones. La cuestión del
Pacífico fue, desde entonces, la principal preocupación de nuestra Cancillería.
TRATADO DE LÍMITES CON ECUADOR
Con Ecuador se reiniciaron algunos problemas por no haberse establecido hitos
fronterizos.
El 2 de mayo de 1890 el Perú firmó un tratado de límites con Ecuador, en Quito.
Fue el Tratado García – Herrera, firmado por el Plenipotenciario peruano, Arturo
García, y el Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Pablo Herrera. De
acuerdo a sus estipulaciones, Tumbes habría sido cortada, y hubiéramos perdido
gran parte de Maynas.
Hasta 1894, ambos gobiernos no se pusieron de acuerdo y finalmente no
aprobaron el tratado.
ELECCIONES DE 1894
En los meses previos a las elecciones, llegó de Europa el general Cáceres,
después de desempeñar misión diplomática. El Partido Constitucional lanzó su
candidatura.
En marzo de 1894, Morales Bermúdez enfermó de gravedad y murió el 1 de abril.
Fue reemplazado por el segundo vicepresidente, coronel Justiniano Borgoño, en
lugar de Pedro Alejandrino del Solar, primer vicepresidente, a quién correspondía.
El Consejo de Ministros no entregó el mando a Del Solar debido a su
distanciamiento de los caceristas. El Congreso se opuso a la maniobra. Borgoño
llamó a elecciones para renovar la totalidad del Congreso y no sólo un tercio del
mismo, en flagrante violación de la Constitución. Se trataba de asegurar la
elección de Cáceres.
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El 30 de marzo de 1894, se firmó “en defensa de la libertad electoral y la
autenticidad del sufragio” el pacto entre los cívicos y los demócratas.
A las elecciones de 1894 se presentó solamente el Partido Constitucional, con su
candidato Cáceres. Los demás partidos se abstuvieron de concurrir debido a la
absoluta falta de libertad electoral. Cáceres inauguró su segundo gobierno el 10
de agosto de 1894.
6. LA REVOLUCIÓN CIVIL DE 1894 – 1895
El nuevo gobierno del general Cáceres apenas duró siete meses. Ante la
imposición del cacerismo, el país reaccionó inmediatamente. Se organizaron
montoneras contra el gobierno. La medida del abuso oficial fue tan extremada que
los dos grandes adversarios históricos, el Partido Civil y el Partido Demócrata, se
reconciliaron y suscribieron el Pacto de la Coalición Nacional, Piérola fue el jefe de
la coalición. En carta fechada en Valparaíso el 19 de febrero de 1894, Piérola dio
extensas instrucciones para suscribir el pacto de la coalición y dijo:
“El objeto de la coalición es mantener por todos los medios a su alcance la libertad
electoral y el respeto al voto de los ciudadanos, oponiéndose a toda coacción o
adulteración de él, y trabajar de concierto por la fiel observancia de la ley”.
Desde Chile, Piérola se aprestó a ingresar clandestinamente en el Perú. El 24 de
octubre de 1894 Piérola llegó a Ica. En Chincha lanzó un manifiesto a la Nación.
Tomó el título de “Delegado Nacional”, y se puso inmediatamente en campaña. De
Chincha pasó a Cañete; luego a Huarochirí y Matucana. Entretanto, los
departamentos del norte y del centro dejaron de obedecer al gobierno. Se
multiplicaban las montoneras. Piérola estableció su Cuartel General en
Cieneguilla. Desde allí planeó el ataque a Lima.
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A partir de enero de 1895, Lima vivió en constante incertidumbre, porque tenía
noticias de avance de Piérola. Cáceres contaba con 4,000 hombres bien armados
para defenderse.
El 17 de marzo, Piérola ingresó a caballo por la puerta de Cocharcas. El Ejército
revolucionario – cerca de 3,000 hombres – se había dividido en tres cuerpos para
atacar simultáneamente por el norte, centro y sur de la ciudad. Se libraron tres
días de sangrienta batalla. Las montoneras pierolistas contra el ejército
profesional. El pueblo de Lima se batió heroicamente. Intervino el Cuerpo
Diplomático presidido por el Nuncio Apostólico, Monseñor José Macchi, y se
consiguió una tregua. Finalizada la tregua se firmó un acuerdo que establecía la
instalación de una junta de gobierno, bajo la presidencia del más notable líder del
Partido Civil, Manuel Candamo, e integrada por dos representantes de Piérola y
dos de Cáceres. La Junta debía llamar a elecciones mientras ambos ejércitos se
retiraban de Lima.
Cáceres se exilió, Piérola triunfó.