Sanamente 2 | Santiago Rojas

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Sanamente 2

Sanamente 2

Santiago Rojashabla con

100expertos

sobre salud, bienestar y calidad de vida

Título: Sanamente 2Primera edición: febrero de 2015

© 2015, Santiago Rojas© 2015, de la presente edición en castellano para todo el mundo:

Cra 5A No 34A – 09, Bogotá – Colombia

El contenido de este libro está basado en el programa radial Sanamente, del Dr. Santiago Rojas Posada, emitido en Caracol Radio.

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares de copyright, bajo lassanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquiermedio o procedimiento, comprendidos la reprografía, el tratamiento informático, así como la

distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo públicos.

Impreso en Colombia-Printed in Colombia

ISBN: 978-958-58785-1-8

Compuesto en caracteres BemboImpreso en

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Contenido

Introducción ....................................................................9

Adicciones .....................................................................13

Anorexia y bulimia ........................................................29

Asma ............................................................................43

Cáncer de próstata .........................................................57

Cáncer de seno ..............................................................73

Demencia ......................................................................89

Depresión .................................................................... 105

Diabetes ...................................................................... 119

Dolor .......................................................................... 137

Dolor de cabeza .......................................................... 153

Embarazo gozoso ......................................................... 165

Enfermedad cardiovascular ........................................... 181

Estrés .......................................................................... 197

Insomnio ..................................................................... 211

Liderazgo .................................................................... 225

Lumbalgia ................................................................... 239

Menopausia ................................................................. 257

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Obesidad ..................................................................... 275

Osteoporosis ................................................................ 287

Síndrome del intestito irritable ...................................... 301

Directorio de expertos ................................................. 313

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Introducción

Sin darnos cuenta, un día llegamos a mil programas de Sanamente en la cadena radial Caracol, con nuestros oyentes acompañándonos al otro lado de la radio y en las redes sociales. Mil noches donde escuchamos lo que nos transmitieron quienes saben de un tema: su conocimiento, experiencia y sabiduría, y nos acostamos a dormir con la certeza de haber aprendido algo útil para nuestra vida que podría ser aplicable incluso desde ese mismo momento en muchos casos.

Cuando empecé este programa, no sabía lo especial que lle-garía a ser para tantas personas. Recibimos de manera frecuente y desinteresada una innumerable cantidad de comentarios, dudas y sugerencias de escuchas nocturnos habituales, y diurnos a través de las redes sociales, que hacen que cada noche me motive a estar en sintonía.

Algo que me ha calado poderosamente es cuando empleados de diversos hoteles del país, taxistas, celadores, personal que labora en hospitales, amas de casa, meseros de restaurantes, vendedores callejeros, personal de seguridad de los aeropuertos, incluso ex-secuestrados y, sobre todo, pacientes y sus allegados, entre muchas personas más, se acercan de manera espontánea y me dicen lo que significa para ellos nuestro programa, haciendo que mi compromiso y responsabilidad crezca siempre con la meta de ser verdaderamente útil para quien quiera acompañarnos. Sanamente es para todos ellos una hora de compañía que les aporta conocimientos y herramien-tas para enfrentar mejor sus vidas ante las adversidades que se les presentan, por eso intentamos no defraudarlos jamás.

Como médico siempre he creído, y así lo he transmitido a mis pacientes, que en todo proceso que afecta la salud existen tres rea-lidades igualmente importantes que modifican de manera similar el curso de la enfermedad y la posibilidad de curarla o no: el paciente, el tipo de enfermedad y el tratamiento.

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El sabio griego Hipócrates, padre de la medicina, dijo algo que a menudo recordamos los médicos: “no hay enfermedades, sino enfermos”, aspecto que debemos tener en cuenta siempre antes de valorar cualquier enfermedad. Cuántas enfermedades complejas e incluso terapias invasivas o con altos niveles de toxicidad, son supe-radas con relativa facilidad por un grupo importante de pacientes cuya condición física y/o mental es tan favorable que sobrepasa las expectativas al hacer parte de quienes se niegan a seguir un diagnóstico como sentencia y se separan de la mayoría frente a un posible pronóstico desfavorable.

Por el contrario, afecciones menos graves como un simple resfriado o una herida superficial pueden ser letales en pacientes desnutridos, con el sistema inmunológico deficiente y que además presenten otras alteraciones no controladas como diabetes o depre-sión. De manera que el estado y la condición del paciente, junto con lo que este haga por sí mismo, determinarán el resultado final en la búsqueda de la recuperación de la salud.

Por otro lado, conocer a fondo el tipo de enfermedad y el grado de avance y agresividad de esta hacen que sea posible comprender con certeza lo que le ocurre al paciente. El común de las personas ponen en el mismo cesto distintas enfermedades que tienen nom-bres comunes y que en realidad son muy diferentes en cuanto a su origen, expresión y evolución. Un ejemplo de esto es el cáncer, que en realidad no es una sola enfermedad, sino alrededor de doscientas de ellas, acuñadas bajo el mismo término, siendo más comunes los de piel, considerados en su gran mayoría de buen pronóstico, aun-que si se presentan en estados avanzados algunas de sus variedades pueden ser muy agresivas e incluso mortales, o el cáncer papilar de tiroides y algunos linfomas como el de Hodgkin que son conside-rados de evolución favorable, siempre y cuando reciban el cuidado adecuado y a tiempo. Así mismo, existen otras variedades que solo pueden ser controladas si son descubiertas en fases muy tempranas y con tratamientos de gran complejidad, entonces, esto nos lleva a comprender que es esencial conocer el tipo de afección y todas sus características y condiciones, para actuar en consecuencia con la tercera realidad esencial: el tratamiento.

Disponer de una terapia adecuada es una bendición, pues logra cambiar el curso natural de la enfermedad en varios casos. Aunque

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es cierto que hoy en día no existe un tratamiento curativo para diversos padecimientos y que algunos solo buscan ayudarle al cuer-po para que él mismo resuelva la condición alterada, no es menos cierto que el bienestar y la calidad de vida pueden restaurarse, aun cuando se conviva al tiempo con la afección, si se hace la terapia correspondiente.

En muchas ocasiones, los pacientes no reciben la terapia más adecuada, ya sea curativa o sintomática, por innumerables razones que van desde el desconocimiento de dicha posibilidad, la falta de diagnóstico adecuado o las incompetencias del sistema de salud, hasta la negligencia del mismo paciente en buscar su beneficio. Paciente, enfermedad y tratamiento han de ser tenidos en cuenta en todo momento para alcanzar el objetivo que buscamos los médicos de lograr la curación cuando es posible o, en su defecto, mejorar la condición de vida tanto como sea permitido, así no se elimine el problema en su totalidad.

Por todo lo anterior, en cada uno de los capítulos de este nuevo libro están presentes estas tres realidades, con el fin de darles a nues-tros lectores las mejores herramientas de cara a cada tema manejado. Cada capítulo es la emisión completa de un programa de una hora, que fue emitido entre las 11 p.m. y las 12 a.m. algún día laborable del año 2014, y que presenta la opinión en cada caso de cinco per-sonas que conocen en profundidad dicha realidad. Se encuentran médicos especialistas que describen en qué consiste la afección y cómo tratarla de diferentes maneras; así mismo, colaboran otros profesionales de la salud y terapeutas que muestran opciones menos convencionales que pueden ayudar en la recuperación y, finalmente, se encuentra el testimonio de un paciente que conoce dicha dificul-tad y comparte qué ha pasado con su vida y qué terapia ha recibido.

Con el fin de hacer más agradable la obra, y por razones de edición, se retiraron los saludos y repeticiones innecesarias para este medio, así como la pauta comercial que patrocina los programas.

Los temas fueron seleccionados de acuerdo con el interés que los oyentes manifestaron en diversas oportunidades frente a estos, partiendo inicialmente de sesenta, hasta llegar a los veinte que com-ponen este libro y que son más comunes entre el público.

A modo de complemento, uno de los capítulos está dedicado al liderazgo, que si bien es cierto no es una enfermedad, es de vital

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importancia para el desarrollo integral del ser humano y es un tema solicitado constantemente por nuestros oyentes.

El programa de cada noche, y por ende el contenido de este libro, es posible gracias al empeño, dedicación y profesionalismo de Dallan Arévalo, productora general de Sanamente, y de Santiago Flórez, que está finalizando su carrera profesional, quienes hacen que siempre sea una realidad de alto nivel. Además de ellos, en Caracol Radio existen otras personas que destacan por su colaboración en distintos aspectos en la generación y emisión de los diferen-tes programas: Jhon Camacho, Rómulo Mateus, Yesid Rodríguez, Ricardo Bedoya, Vicky Alcalá, Diego Angulo, Leidy Hoyos y Juan Carlos Abril. Ellos, junto a muchos otros de la planta de personal de Caracol, hacen posible que el programa llegue a diferentes lugares de Colombia y el mundo.

Aunque no todos los entrevistados de estos más de mil pro-gramas están aquí, en Sanamente 2, a todos y cada uno de ellos les debo mi reconocimiento y gratitud por haber compartido conmigo y todo nuestro público su tiempo y enseñanzas.

Por último, no me queda más que agradecerles por seguirnos acompañando en la radio y ahora en esta obra, dado que ustedes, queridos oyentes y lectores, son el único sentido de realizarla.

Muchas gracias,

Santiago Rojas Posada

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Adicciones

La adicción nunca debería ser tratada como un delito. Debe ser abordada como un problema de salud.

Ralph Nader

Santiago.– Las adicciones: algo muy doloroso para quien lo sufre, porque la adicción no se disfruta, y para quien lo acompaña, porque ve cómo se destruye su ser querido.

Según el Estado Nacional de Consumo de Sustancias Sicoac-tivas en Colombia, el 86 % de la población dice haber consumido alcohol alguna vez en la vida; 45 % tabaco, de los cuales 56 % son hombres y 34 % son mujeres. Frente a esa cifra, la encuesta dice que el 9.1 % ha consumido alguna vez en su vida alguna droga ilícita, la mayoría de ellos marihuana y después cocaína, y algunas con nombres más desconocidos.

Bien, esa es la realidad. Iván Mauricio Morales es sicólogo y administrador de empresas de la Universidad de los Andes, y lo-goterapeuta, además de amigo de nuestra casa. Bien, doctor Iván Mauricio, ¿qué es una adicción?

Mauricio.– Una adicción se podría definir dependiendo del mo-delo y de los ojos con los que se quiera ver el término. Voy a plantearlo desde un modelo analista existencial y logoterapéutico que es para mí mucho más enriquecedor y mucho más útil en la aplicación terapéutica y cotidiana del término. Una adicción es un problema espiritual en el ser humano, porque ataca su libertad. La adicción es un estado de vacío que desintegra o desestructura la personalidad humana. ¿Qué implica eso? Una adicción es un estado que amenaza el buen existir de una persona; en la vida es normal

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que todos tengamos la función de cuidarnos, pues nos cuidamos del mal porvenir, de las tristezas, de los dolores y del sufrimiento. La adicción es una condición en la que una persona ha generado estrategias mentales, cognitivas y emocionales, para aprender a cuidarse de aquello que considera amenazante del mundo o de sí, pero esas estrategias se han ido fijando de una manera constante a tal punto que se vuelve la única estrategia; me explico, es normal que un persona cuando está tensa pueda tomarse un vino para poder relajarse antes de dormir, pero si esa estrategia se me fija, se me graba permanentemente y la uso como la única estrategia para llegar a la casa y entrar en otra sintonía y en otra frecuencia en vez de poder sentarme con mi esposa y conectarme con ella, o estar con mis hijos y jugar con ellos, si mi estrategia es siempre la misma, ahí empezamos a hablar de una condición adictiva, un estado en el que la estrategia se fija y no hay más opciones, entonces quedo atrapado por una estrategia y la estrategia no me va a solucionar el mal porvenir, la tensión o los sentimientos de los cuales yo estoy huyendo. En ese momento estoy empezando a evadir, a huir de la vida, y empiezo a cosechar un vacío interno que va creciendo, se va acrecentando y se me va saliendo de las manos hasta el punto en que la vida se vuelve ingobernable y empiezo a tener fallas en muchas áreas de mi vida; en el aspecto sentimental, laboral, espiritual, emocional, la vida empieza a fallarme porque el vacío no me permite ser congruente conmigo mismo.

Santiago.– Doctor Iván Mauricio, me queda claro ese vacío, esa pérdida, esa conexión espiritual. ¿Qué tipos de adicciones existen, en las que podemos caer, por decirlo así, los seres humanos?

Mauricio.– Antes hablaría de lo siguiente: el término adicción en sí mismo es un gerundio, es un verbo que se va dando, se va desa-rrollando y se puede cristalizar en unas estrategias que derivan en un abuso de alcohol, de sustancias, de conductas, de dependencias afectivas, y en un abuso de todo tipo de obsesiones mentales; hasta lo más inofensivo y elemental puede resultar adictivo, por ejemplo el azúcar o incluso internet; pero detrás de eso se generan patrones que crean disociaciones y distorsiones en mi autopercepción y la percepción del mundo y termino alterando mi realidad. Cualquier

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cosa puede predisponer o generar una adicción, pero la adicción es un proceso en gerundio, es un proceso que se va construyendo.

Santiago.– ¿Y cuál es la búsqueda que tiene en este caso Mauricio, o la sicología, la siquiatría, o cualquier actividad terapéutica frente a los pacientes y la sociedad adicta? Yo creo que decir “sacarlo de la adicción” es muy fácil, pero la postura suya es mucho más de fondo, de búsqueda espiritual, me imagino que va a ser por ahí la respuesta.

Mauricio.– Sería de la siguiente manera: en el mundo de la psi-coterapia ha habido distintas formas de manejar la problemática de las adicciones: están los grupos de doce pasos, está la comunidad terapéutica, está la terapia de grupo, están los modelos médicos siquiátricos, pero las tendencias apuntan en la actualidad a la aplica-ción de los modelos logoterapéuticos y de los modelos centrados en la persona, es decir los que buscan trabajar la plataforma espiritual de la persona como un recurso que contrarresta el proceso adictivo, de modo que la persona no se centre en curar la enfermedad de la adicción, pues desde esta visión la adicción no es la enferme-dad, la enfermedad viene de alguna manera de la imposibilidad de la persona de no poder ser ante el mundo. Muy seguramente dentro de esta estrategia la adicción incluso ha sido una manera para proteger al individuo de algo peor todavía, entonces, lo que se trata de decirle a la persona en los modelos clínicos actuales es: tienes que despedirte con cariño de esta estrategia que te sirvió en algún momento de tu vida; ya no se intenta atacar ni satanizar de alguna manera el alcoholismo o la drogadicción, sino se le invita a la misma persona a que replantee que fue una buena estrategia en un momento dado, que se volvió obsoleta, que causó daño y caos, pero que hay que despedirla con cariño, y hay que incentivar en ese ser humano una nueva búsqueda de sentido, un nuevo proyecto de vida, en el que muy seguramente la estrategia que consistía en ser adicto al alcohol, al sexo o al juego, ya no va a hacer parte en ese nuevo esquema de vida. Entonces, no nos dedicamos a atacar los síntomas de la enfermedad adictiva como tal, sino la propuesta es mucho más avanzada y es a través de la misma fuerza espiritual y desde la misma resiliencia, desde la misma posición que tiene el ser humano de decirle no al dolor, no al sufrimiento, no al colapso;

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nos agarramos desde la resiliencia para mirar el futuro, porque las propuestas terapéuticas antes estaban basadas en mirar al pasado, entonces ¿por quién fuiste adicto? Debiste haber tenido un pa-dre alcohólico, debiste haber tenido un hermano marihuanero que te indujo a esto, y era buscar culpables en la historia, como si buscando los culpables y crucificándolos resolviéramos el pre-sente del proceso adictivo. Hoy las propuestas clínicas no miran hacia el pasado, sino hacia el futuro de la persona. La pregunta es, a través del consumo, ¿qué no quieres ver de ti mismo? Entonces la pregunta se invierte, porque la persona empieza a generar un recurso motivacional para mirar su vida en esperanza y empezar a romper sus propios límites, y entiende que ha estado anestesiado con la disculpa de no saber exactamente hacia dónde quiere mirar la vida; llega a la terapia y le dice está bien, yo te acompaño en este proceso, juntos miremos el buen porvenir de tu futuro y se hace un acompañamiento positivo, ya no satanizando el proceso, ni crucificando al consultante como se hacía normalmente en las terapias hace unos veinte o treinta años.

Santiago.– Muchas gracias, Iván Mauricio, ese vacío, esa desinte-gración, se cambia no culpando ese pasado, sino tomando un nuevo sentido, una búsqueda del sentido en la vida; es una posibilidad, una opción, ya no tenemos las herramientas que nos hacían sentir una satisfacción parcial, ya no es importante en la vida, y vamos a despedir con gusto, con gozo, agradeciendo, pero buscando una nueva realidad.

Mauricio.– Fue un placer.

Santiago.– El tema de las adicciones va más allá del simple con-sumo de sustancias y lo debemos ver de una manera integral como lo están haciendo estos especialistas. Hay un riesgo de adicciones en los adolescentes: el consumo de alcohol, que puede conllevar por supuesto problemas en su vida personal, pero también incluso en un embarazo. Hay alguien que se dedica a este tema: Marta Vélez, pediatra de la Universidad de Antioquia, trabaja hace veinte años

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con el Johns Hopkins University School of Medicine de Baltimore en programas de adicciones en el embarazo, y adelanta investigacio-nes de trabajos clínicos con mujeres y sus hijos después del parto, además de dedicarse a la atención y prevención de adicciones en mujeres jóvenes y adolescentes.

Doctora Marta Vélez, ¿qué tipo de complicaciones tienen las mujeres embarazadas cuando consumen sustancias diferentes, digamos alcohol o algún tipo de drogas psicodislépticas y sobre todo ¿qué pasa con los fetos, con los niños y con esos adultos después?

Marta.– Bueno, hemos aprendido muchísimo más de los efectos de las drogas en el embarazo; estos pueden ir desde abortos, muerte antes de nacer, prematuridad, bajo peso al nacer, y ya sabemos que bajo peso al nacer está relacionado con problemas médicos en cualquier edad de la vida, y problemas de comportamiento que se pueden ver en el momento del nacimiento o también en cualquier etapa de la vida. En esto hemos aprendido mucho, por ejemplo en el caso del alcohol; en este momento ya hablamos de alteraciones del neurodesarrollo relacionadas con el uso de alcohol prenatal y sabemos que no hay ningún momento durante el embarazo en el que sea seguro tomar alcohol, porque en cualquier momento se pueden producir lesiones en el cerebro ya que este se desarrolla desde la tercera semana del embarazo, de modo que no podemos tener la seguridad de que ningún proceso no se vaya a afectar por el consumo de alcohol.

Santiago.– ¿Entonces hasta las mínimas cantidades pueden afectar el proceso del embarazo?

Marta. – En este momento ese es el consenso en Estados Unidos, especialmente en las principales organizaciones académicas y que están haciendo investigación con animales y con humanos sobre el alcohol. Lo que ellos están recomendando en este momento es que no tenemos claridad de que haya una cantidad mínima que pueda ser segura durante el embarazo.

Santiago.– O sea ninguna.

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Marta.– Ninguna, en ningún momento, ninguna cantidad, ningún tipo de licor.

Santiago.– Bueno, hay otras sustancias antes de ver qué pasa en el futuro de estos bebés que se vuelven después adolescentes y adultos; ya usted habló del alcohol, pero también está el cigarrillo.

Marta.– El cigarrillo también es neurotóxico y produce vasocons-tricción, o sea que los vasos sanguíneos se cierran, lo que reduce la producción de oxígeno, entonces una de las consecuencias más frecuentes es otra vez el bajo peso al nacer. Lo otro es que parece que también produce cambios de comportamiento en ciertos ni-ños, haciéndolos más agresivos, o también con otros problemas de comportamiento, o sea que el cigarrillo también puede producir efectos en los niños.

Santiago.– ¿Y los psicodislépticos u otras sustancias?

Marta.– En estos días salió un artículo en el que parece que están encontrando algunas etapas del desarrollo de la corteza cerebral en las cuales la marihuana influye porque reduce la conexión en-tre diferentes áreas del cerebro, lo que también puede contribuir con problemas del desarrollo de aprendizaje de los niños. En este momento, existe la necesidad de hacer muchos estudios nuevos sobre la marihuana y hay mucho interés porque con el aumento del consumo de marihuana, con la percepción de la gente de que no es problemático, los institutos de salud en Estados Unidos están interesados por aclarar más qué tipo de problemas existen, pues es preocupante el evidente aumento de la potencia de la mari-huana. Parece que en los últimos diez años ha aumentado: acabó de salir un artículo en una de las principales revistas, en el que se afirma que la potencia ha pasado del 3 % al 12 %, lo cual es muy preocupante y nos lleva a pensar que hay que seguir investigando estos problemas.

Santiago.– ¿Y qué otras sustancias? Como vemos, ninguna de estas ni en pequeñas ni en grandes cantidades, por supuesto.

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Marta.– La cocaína, los opiáceos... En Estados Unidos en este momento hay una epidemia de medicaciones para el dolor que contienen opiáceos de la familia de la morfina y de la heroína, y estas sustancias producen particularmente, en el recién nacido, lo que se llama el síndrome de abstinencia neonatal, en el cual los ni-ños tienen una cantidad de comportamientos, como por ejemplo, una irritabilidad exagerada, muchos temblores, dificultades para la alimentación y el sueño, y muchos de estos niños requieren medi-cación y estar en el hospital durante dos o tres semanas después de nacer, para poder ayudarles a sanar.

Santiago.– Avancemos un poco, ¿hasta dónde ha llegado la inves-tigación en estos hijos de los adictos? (además de que seguramente van a tener más probabilidad de volverse adictos.)

Marta.– En especial con el alcohol se han hecho estudios hasta la edad adulta y hay ciertos grupos de problemas asociados a cada etapa del desarrollo. Por ejemplo, en los niños más pequeños existen problemas de regulación como la irritabilidad, dificultades con el sueño, trastornos de la alimentación, después más adelante proble-mas de lenguaje, de agresividad, de hiperactividad, que a veces no responden al tratamiento normal para tratarla; problemas de apren-dizaje, especialmente en matemáticas, pues a veces el manejo de estos niños es distinto porque parece que procesan la información de una forma diferente. Entre los adolescentes hay riesgos de depre-sión y suicidio, pues tienen dificultad para manejas sus emociones y controlar sus acciones, y a veces tienen unos comportamientos sexuales erráticos o una mayor predisposición al abuso de sustancias. Otra parte muy preocupante es el incremento de la delincuencia, y de lo que llaman el último grupo de problemas: la adaptabilidad de la persona, pues tienen muchas dificultades para ser independientes. Todo eso lo estoy diciendo porque existen más estudios que hablan sobre este tipo de problemas y ya hay clasificaciones en psiquiatría que dan ciertas guías para tratar de identificar estos problemas, ojalá tempranamente, porque se habla de problemas primarios, cuando son en niños de edad escolar, por ejemplo, y si esos problemas se tratan, se pueden prevenir los problemas secundarios, que van a desembocar en delincuencia y abuso de drogas.

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Santiago.– Es claro: cero consumo.

Marta.– Cero consumo.

Una de las opciones que tenemos cuando caemos en una adicción es acercarnos al mundo espiritual. El padre Carlos Eduardo Osorio es filósofo, teólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, doctor en Derecho Canónico de la misma universidad, y además presiden-te de la Federación Colombiana de Comunidades Terapéuticas y miembro de la Junta Directiva de la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas.

Santiago.– Bien, ¿cómo hacemos nosotros si estamos bajo una adicción, ya sea de juego, de actividad o de consumo, para lo que usted hace, para recibir ese apoyo espiritual, para transformar ese dolor y sufrimiento, esa angustia, esa ansiedad en una nueva estruc-tura de vida libre de la adicción.

Padre Osorio.– Bueno, todos los programas que siguen las orien-taciones de las comunidades terapéuticas se basan precisamente en esa concepción de que somos un grupo en el que todos nos apoyamos, nos ayudamos, hacemos comunidad, común unidad; entonces, respetando las creencias que cada persona tenga, hace-mos lo posible para acercarnos a entender que una fuerza mayor nos ayuda para que nos podamos liberar. Hay una cosa que es muy importante y es entender que Dios no hace pacto con esclavos; la legislación antigua de Israel impedía que se hicieran pactos con esclavos, entonces para Dios hacer un pacto con su pueblo suscita, anima, un liberador que los lleva a través del desierto y ya una vez libres con ellos hace un pacto: Ustedes serán mi pueblo, yo seré su Dios. Es una concepción que a nosotros nos tiene que quedar muy clara, Dios no hace pactos con esclavos y una persona que es adicta es un esclavo que tiene que buscar primero liberarse, encontrar la luz y allí hacer todo un proceso de acercamiento con Él.

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Santiago.– Usted lleva muchos años trabajando precisamente con adictos, ¿cuál ha sido la respuesta de estas personas que llegan esclavos de una sustancia, de una actividad, hasta de una persona, porque por supuesto se puede ser esclavo del amor (como se dice popularmente)?, ¿cómo ha sido su experiencia, cómo se logra esa transformación?

Padre Osorio.– Esta es una actividad que tiene amores y desa-mores, muchas alegrías y también muchas tristezas, porque nos corresponde ver el esfuerzo que cada persona hace para librarse de eso tan horrible que es el flagelo de cualquier adicción. Las personas susceptibles de no desenredar la maraña de su existencia en algunos casos sucumben y esas son las tristezas más grandes que uno puede tener, ver que una persona ya está en el hilo de superar su adic-ción y cualquier cosa lo arrastra de nuevo al fango de la adicción. Entonces claro, la experiencia ha sido enriquecedora, porque cada vez que sale al menos uno, nosotros gritamos “gol” con el mismo entusiasmo con el que gritamos los goles de la Selección Colom-bia, ¿vale la pena por uno? Sí, vale la pena por uno, que nos ayuda a olvidar las tristezas, las decepciones de los que no han podido y nos hace gritar que hay esperanza para los que vienen.

Santiago.– ¿Estamos ganando el partido, entonces?

Padre Osorio.– Hombre, tristemente tengo que decir que no. En estos días abrimos una nueva casa de la Fundación del Faro y un periodista me dijo “felicitaciones por abrir una nueva casa”, le dije “no, no tenemos que felicitarnos, tenemos que lamentarnos de que haya adictos”. El éxito será cuando cerremos casas porque ya no se necesitan; hemos ido superando la adicción, pero el problema tiende a empeorar.

Santiago.– O sea, tenemos resultados, pero hemos empezado el partido perdiéndolo por varios goles, nos han goleado, estamos metiendo goles, sacando adictos, sin embargo necesitamos abrir casas porque necesitamos atender a más. Una recomendación para cualquier persona que esté precisamente en este momento bajo el

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flagelo, la esclavitud del alcoholismo, o de la dependencia de cual-quier sustancia, ¿qué les diría usted, padre Carlos Eduardo Osorio?

Padre Osorio.– Lo que debemos hacer es darles esperanza a las familias, a las personas, a quienes sufren la tristeza de este flagelo. Sí hay solución, no es fácil, pero sí la hay, muchos han salido y nosotros somos una voz de esperanza; la Fundación Familiar Faro y todas las comunidades terapéuticas del país tienen casas abiertas para que las familias y las personas comiencen un acercamiento, eviten la culpa, pues no es el momento de echarnos culpas, tenemos un mal, hay que desterrarlo, hay que sacarlo, hay solución, hay métodos y formas variados, sí se puede.

Santiago.– Por supuesto hay solución, hay métodos variados, el camino espiritual, la toma de conciencia, es lo que usted hace y que le funciona.

Vemos entonces una posibilidad que también significa un apoyo que incluye la vida espiritual, la vida laboral y el trabajo que hacemos en el día a día para menguar esas pulsiones, para transfor-mar la vida, para encontrar un proyecto para salir de las adicciones.

Una de las estrategias esenciales que la hipnosis clínica ha desa-rrollado se enfoca específicamente en el tema de las adicciones. Alejandro Pineda es hipnólogo clínico, hipnoterapeuta certificado por la Academia Brasilera de Hipnosis Clínica y Experimental, formado en psicología positiva y meditación y visualización en la Universidad de Harvard.

Santiago.– Doctor Alejandro Pineda, ¿cómo funciona este estado especial de la conciencia y de la mente, en el cual la mente está en alerta pero el cuerpo está relajado, frente a las adicciones? ¿Cuál es el resultado? ¿Por qué funciona la hipnosis en las adicciones?

Alejandro.– Funciona muy bien siempre y cuando la persona esté de acuerdo con que puede dejar la adicción y quiera dejar la adicción. No funciona cuando alguien lleva ese adicto y dice “vea

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yo quiero que este deje de fumar o quiero que deje de beber”, pero él no ve siquiera que tiene el problema, en ese caso no funciona.

Santiago.– Esto es fundamental.

Alejandro.– La primera condición es que haya una aceptación, que la persona quiera cambiar, que vea un beneficio en ese cambio.

Santiago.– O sea, sin esto no se puede.

Alejandro.– Sin eso no se puede. Ya después se vienen los trata-mientos tradicionales que se pueden hacer mediante psicoterapia, pero en estado de hipnosis, entonces hay que encontrar en la per-sona el compromiso, tiene que persuadirse de reducir el abuso y hacer un tratamiento activo, prevenir las recaídas; es más, en algunas condiciones hay que propiciar algunas recaídas para ver esa parte cognitiva cómo está para hacer esa reprogramación, y finalmente las técnicas de control; en casi todos los tratamientos la persona debe aprender a controlar la ansiedad, las emociones, y para eso existen montones de técnicas, de relajación, de control emocional, cono-cidas como EFT (Emotional Freedom Techniques) o, también, tapping. Hay muchas técnicas que la persona tiene que aprender porque en el proceso de desintoxicación aparecerá la ansiedad, conocida como síndrome de abstinencia; hay que ayudarle a que con esas técnicas la persona logre superar el deseo.

Santiago.– Ustedes llevan a la persona dentro del proceso de hipnosis a un estado especial de la conciencia, un estado similar a la meditación, unas ondas alfa cerebrales, un estado de súper concen-tración y atención con el cuerpo en relajación, y en ese momento ustedes le siembran, por decir así, ¿nuevas semillas para que la per-sona aprenda nuevamente, desaprenda lo que tiene y reaprenda? ¿Ustedes le siembran semillas a la persona?

Alejandro.– Sí, claro, hay que sembrar esas semillas.

Santiago.– ¿En qué consisten esas semillas? Por ejemplo, un adicto al alcohol.

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Alejandro.– Pues hay una cosa muy importante, enfrentarlo a las emociones, conocer a la persona, la parte emocional y afectiva, él con qué se relaciona, si es con sus hijos, con su pareja, con sus nietos, con la familia, con los amigos; a partir de ahí buscamos potenciar esas emociones para que la persona se dé cuenta de la falta que le va a hacer a esos seres queridos cuando se muera por el consumo. En la hipnosis hay una potenciación muy grande de las emociones, entonces durante las primeras etapas que se desarrollan con la persona, se busca que él entienda que realmente hay muchas personas que van a sufrir con su muerte o con su incapacidad.

Santiago.– Con su deterioro.

Alejandro.– Y se consigue que la persona se involucre y esa es la principal semilla, que se involucre con esto. La semana pasada, vi a un señor en Medellín que tiene una adicción al alcohol desde hace cuarenta años y en los últimos veinte años se aficionó también a la cocaína; está en un proceso y en las primeras dos horas de terapia, en la primera semana solamente, cuando consumía dos y tres veces a la semana droga y alcohol, fue capaz de tomarse únicamente tres cervezas. No lo ha dejado del todo, es más, puede que no necesite dejarlo del todo si controla ese consumo de únicamente tres cerve-zas a la semana; la semilla que lleva instalada él en este momento es que él está muy apegado a una hija que es su adoración y ahora se está dando cuenta de que él realmente es el soporte de esa niña y lo va a ser por mucho tiempo. Entonces, cuando lo llevo en la hipnosis a que él encuentre eso y en la primera y segunda hora recibe esa información y le queda grabada, eso le llega permanentemente a él cuando lo invitan a tomar.

Eso es apenas una parte, después viene la programación de la mente para que encuentre en otras actividades el mismo beneficio que le producía el alcohol, pero de una manera sana.

Santiago.– En definitiva nosotros nos volvemos adictos no so-lamente a las sustancias, sino a todo lo que está alrededor, todo ese contexto de las sustancias, o sea que hay que generar espacios, vínculos, relaciones y proyectos que generen también en el cerebro la liberación de dopamina para sentir bienestar. Eso se logra a través de

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la siembra de nuevas semillas, de aceptar la realidad, de darse cuenta del daño que se está haciendo a los demás y el daño a sí mismo también, y a través de técnicas de control de la ansiedad, que surge por el síndrome de abstinencia resultado de alejarse del alcohol.

Pasando a otro tema, doctor Pineda, ¿qué hacemos ya no con respecto a la adicción, sino en una situación que genera mucho ma- lestar en el ámbito social y por supuesto de salud, como la anorexia y la bulimia? ¿Se puede utilizar la hipnosis para este tipo de procesos?

Alejandro.– También se ha utilizado con muy buenos resultados. No es fácil, son casos quizás tan complicados como la drogadicción porque ya tienen la categoría de enfermedades mentales, pero es posible también con este mismo tipo de procesos tratar estos pro-blemas y tener buenos resultados.

Santiago.– ¿Qué se hace en este caso?

Alejandro.– Bueno, en este caso lo primero es también la acepta-ción, la aceptación del cuerpo de la persona, ya sea con sobrepeso o muy delgada; lo primero que tiene que hacer es aceptarse, ese trabajo con la autoestima es fundamental, no solamente en estos casos, sino también en otros como el del alcoholismo o la droga-dicción. La autoestima está siempre como fundamento principal, para hacerla crecer y ayudarle a superar estos problemas. Luego vienen también trabajos con los hábitos alimentarios, programar hábitos alimentarios adecuados; todo esto es posible por medio de la sugestión y de técnicas de control emocional.

Santiago.– Sí, la clave de la hipnosis es la sugestión y gracias a las técnicas de control emocional no recaer.

Santiago.– Llegamos a esta parte donde tenemos que valorar no solamente el hecho por la hipótesis, sino la realidad por quien haya sufrido. Una historia de vida que nos muestra qué ocurrió, qué ocurre, qué seguirá ocurriendo, y que se puede vivir de una manera diferente.

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Dallan.– Hablamos con el doctor Fabio Hermida, un hombre que desde muy pequeño sabía que quería ser médico; su papá también es médico, uno de los más importantes del país, y él siguió sus pasos. Sin embargo, años más adelante, su conocimiento sobre medica-mentos lo llevaron a volverse adicto. Este hombre recorrió las calles y hoy, después de haber salido, después de una recuperación y de mantenerse sin drogas nos cuenta su historia de vida.

Fabio.– Mi historia se remonta al comienzo de mis estudios de Medicina. Yo era una persona muy brillante, pero supremamente vago, desjuiciado para estudiar, entonces cuando se aproximaban los exámenes finales de una materia consumía anfetaminoides, la famosa bifetamina, que en esa época era fácil de conseguir, pues la vendían sin fórmula médica en cualquier droguería y a mí me brindaba la seguridad de poder meterme todo el valor de una materia en cuatro o cinco días sin dormir a partir del tercer semestre; en décimo la dejé un poquito, pues ya era psiquiatría, algo relativamente sencillo que se aprendía con ponerle cuidado al profesor y a mí me llamó la atención, entonces no tuve necesidad de consumir, pero desde antes ya no solamente venía usando la anfetamina, sino también abusando de la anfetamina, es decir ya no me la tomaba para estudiar, sino que yo tenía una orquesta y era el pianista, me la tomaba para rumbear. El internado lo pasé más o menos sin consumir drogas y luego vino mi año rural, cuando hubo una epidemia, pienso todavía que fue un dengue hemorrágico, se me murieron diecisiete niños, atendiendo yo el servicio de pediatría del hospital de Garzón, Huila. Al perder los diecisiete niños me descentré completamente y me enloquecí porque me pusieron un apodo en el pueblo, me decían “Herodes”, después ya no me gritaban, pero yo seguía oyendo que me decían “Herodes”, entonces ahí recurrí nuevamente a las anfetaminas, hasta que completé medio rural, combinando las anfetaminas con meperidina, que es demerol, muy similar a la morfina, y me sentí desfallecer, me trajeron de Garzón para Bogotá y me hospitalizaron en una clínica de muy alta alcurnia.

En el año 89 mi exmujer y yo nos separamos, terminó la vida marital, ahí sí quedé como rueda sin palo, como rueda suelta, me

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dediqué a meter más Asendis, pero comencé a combinarlo con las drogas de la calle, con marihuana, cocaína y bazuco. La noche no la pasaba con los ñeros porque yo tenía mi casa, vivía con mi papá y tenía mi dormida más o menos cómoda, entonces no tenía necesidad de pasar la noche con ellos, pero de día sí me la pasaba con ellos. Teníamos en el puente de la 92 con Autopista un campa-mento en el que se dividían las funciones y tenía uno que conseguir comida cruda para cocinar engrudos, se llegaba a hacer sancocho debajo del puente. Llegué a pesar cuarenta kilos porque los cinco mil pesos que diariamente me daba mi papá para que comiera yo los invertía en droga. Mi papá enfermó y murió, entonces ya se cerró la posibilidad de los cinco mil pesos diarios en droga más una caja de Asendis que él me compraba con cierta frecuencia.

Dallan.– Después de la muerte de su padre, el doctor Fabio Her-mida recurrió a su esposa, ya en ese entonces exesposa, para que le diera posada en su hogar. Ella ya tenía dos hijas de él y tenía otro matrimonio; sin embargo, ella lo recibió y fue ahí cuando empezó su recorrido para dejar las drogas.

Fabio.– Ella aguantó lo que pudo aguantar hasta que nos separamos, pero luego hizo una sucesión de la pensión de mi papá declarán-dome a mí interdicto, para tener acceso a la pensión de mi papá, entonces le dije que si ella me recibía otra vez en el apartamento donde estaba viviendo con nuestras hijas, yo me comprometía a no estar consumiendo drogas. Ella no me dijo que no, pero tampoco me dijo que sí, y así pasó el tiempo, hasta que estuve en condiciones de probarle a ella que ya no estaba consumiendo y salí. La droga se deja como un mal amor y es una estrategia que a mí me sirvió mucho; es como una mujer que uno no debe ver nunca más en la vida y que uno ha querido mucho pero tiene que dejarla porque tiene que poder vivir sin ella.

Dallan.– A la droga se la deja como se deja un mal amor, aunque nos haya dado tantas alegrías, también nos da tristeza y es mejor salir de eso que tanto daño nos causa. El doctor Fabio Hermida

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lo logró y hoy después de tantas historias, de haber vivido en la calle y de haber resucitado les da ese mensaje de esperanza a todas las personas que de una u otra forma están viviendo presas de una adicción.

Santiago.– Podemos salir de la adicción, sin embargo lo mejor es nunca entrar.