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COMO PRÓLOGO
En un lugar manchego -el nombre no se sabe-
vivió un tal Quijano que quiso ser caballero andante.
¿Su nombre? Don Quijote,
hombre fuerte y bueno. Si célebre es el amo,
lo es más su raro y rudo escudero.
Su historia inaudita, profunda y arrogante,
es el inacabado quehacer del corazón de un pueblo grande.
Corrieron por La Mancha
desfaciendo entuertos. Nobles servicios prestaron
con sus palabras y elevados hechos.
Su decir elocuente asombra al mundo entero,
lo mismo con su prosa que con sus felices rima y metro.
Con lo expuesto aquí os vais a un librero,
le compráis esa historia y cosa sabréis que son monumentos.
Y no, lector amado, cuantas luego te ofrezco,
que poeta no lo soy si bien lo pretendo hoy con mis versos.
No tomes por modestia,
lo digo por sincero, que poeta sólo nace
aquel hombre de corazón y aliento.
He aquí estas endechas prolongando mis versos,
que concluyen ahora dando a mi pobre libro comienzo.
POESIAS CORTAS
HOJAS PRIMAS
¡Cerros, prados, hojas primas de mi álbum!. Pardos cerros, verdes prados, ¡oh, cómo crecen mis pesares!.
Pardos cerros, verdes prados, ¡oh, cómo ríen los perales!. Cerros nobles sobre el llano, ¡oh, cómo cantan los arroyos!. Cerros nobles sobre el llano, ¡oh, cómo ríe el otoño!. Prados verdes, cerros pardos, ¡oh, cómo el perro quiere al amo!. Prados verdes, cerros pardos, ¡oh, pechos sois del gusano!. ¡Cerros, prados, hojas primas de mi álbum!.
PRELUDIANDO
Mis pensamientos se van, dejándome sus reflejos.
Mis pensamientos se van,
pero quedan sus recuerdos.
Están ahora tendidos a lo largo, en lo incierto.
A veces los veo flotando sobre el rió o el viento.
De la música el mundo ha invadido mi pecho,
y coplas para violas quieren escribir mis dedos.
¿QUIÉN SOY?
Sin preguntarme lo digo, vivo sin penas ni glorias
siendo mi estela la historia no impuesta. Yo no obligo.
Vienes, sin venir conmigo, por la misma trayectoria
y una estela ilusoria nos persigue. Tu consigo.
Nazco y muero de repente, metamorfoseándome voy de pretérito en presente.
En silencio doy consejos,
lector, ¿quiere saber quién soy?, el tiempo, mago complejo.
BALADA DEL CONTRABANDISTA
Si voy por la serranía mi jaca y mi trabuco
son mi mejor compañía.
Con miradas inquietantes mis perros, a cual más cuco, llevo siempre por delante.
Y vivo del contrabando a modo de pobre loco
que su vida va buscando sin temerle a la muerte, ni a la justicia tampoco,
enemigos ambos fuertes.
A mis perros mucho adoro, mi caballo es mi alegría,
si alguno cae lo lloro, porque su vida es la mía.
No piafes, tú no Lucero, ni te salgas hoy del trote, que duerme el carabinero como si fuera un lingote.
No hay por la serranía
acero tan bien templado como el de la faca mía.
En mi faja veinte años muy limpia se ha llevado,
que Dios sabe no hago daño.
La astucia es mi ataque si topo con mi enemigo, y hasta ahora doy jaque.
Aunque me vengan siguiendo alijar siempre consigo
y vamos todos viviendo.
A mis perros mucho adoro, mi caballo es mi alegría,
si alguno cae lo lloro, porque su vida es la mía.
No piafes, tú no Lucero, ni te salgas hoy del trote, que duerme el carabinero como si fuera un lingote.
SEGUIDILLAS Tú no lo digas, Marta,
tú no lo digas, que tres lunares tienen
tus pantorrillas. No los he visto,
me lo ha dicho tu novio, que es muy listo.
El médico me ha dicho
que no me “ajume”, ni que tenga mujer
y que no fume. Si yo lo sigo,
¿no es mejor, chiquilla, pegarse un tiro?.
Yo quisiera saber
por qué a la suegra todo el mundo le achaca
ideas negras. No lo sabré,
porque sea muda y ciega la buscaré.
En el pecho tenemos
el corazón, en la lengua, si el larga,
la perdición. Si mal pensamos,
aunque ella lo calle, hemos pecado.
La mujer, cuando quiere
de corazón, es que el novio tiene
más del millón. Si él la deja,
para casarse pasa ella las negras.
Tras dos galgos volaban
sendos conejos, porque ambos huían
de otros perros. Del enemigo
huyendo siempre vamos por el seguido.
Si te vas para siempre
no me lo digas, ni tampoco a mis gentes
tú las maldigas. Seré dichosa
si tu boca no dice que soy tu esposa.
Chiquilla, dame un beso,
yo no lo digo, ni a nadie diré, niña,
que fue de amigo. Tengo jurado
ser para mis tus besos papel mojado.
Otra vez trajo el cura
otra criada, de la que dice el pueblo
cosas saladas. Como el la estima,
todo el mundo piensa que es su prima.
Es la música un arte
que si nos pica, del alma parásito es
que mortifica. Por eso es sano
no poner tales métodos en nuestras manos.
De la música esclavo
se hace el hombre, si abriga su pecho
dulce amores. Si amor no siente
quien oye su dulzura, pronto lo enciende.
¿Quién dijo que música
y literatura son hermanas gemelas
de la locura?. Si esto es cierto,
no se cómo hay tantos que andan sueltos.
LA INVENCIBLE
Allá fue la Invencible, asombradora de mundos, regio poder tremebundo
de un pueblo incontenible.
El combate es horrible y de aquel mar profundo
el temporal iracundo hace la lucha imposible.
Brama el viento, truena el rayo
y vomitan los cañones hierro y plomo sin desmayo.
Regresan sin ilusiones
de muchas algunas naves. Lo demás, ¿quién no lo sabe?
¡QUE LECHO TAN CLARO!
Tienen las estrellas en el sol su calma, las noches de plata
con la luna duermen, que la luz las ciega
como el mismo rayo. ¡Qué lecho tan claro las estrellas tienen!
Al venir la noche alborotan todas
danzando, celosas, nobles rigodones, que la luz las ciega
como el mismo rayo. ¡Qué lecho tan claro las estrellas tienen!
MI BARQUILLA
Ya navega por el lago la barquilla de mis años con su vela, o sus remos, mas alegre
que un jilguero.
En el lago, cuando niño,
yo bogaba como mi sino arrastrando
a la orilla vanidades de la vida.
En los brazos
hechiceros de este mundo y del tiempo, sobre el lago mil lecciones
recibieron mis amores.
Y si el lago se rizaba,
mi barquilla en sus aguas espumosas una estela ella hacía
con el remo.
Fue mi dicha la esperanza,
joven siempre, como el hada, siempre dulce, clara y fresca, más luciente
que la estrella.
Y mi barca, grave y vieja,
en la orilla placentera, ahora vive
(mas bien duerme) abrazada
con la muerte.
EN EL TECLADO
Tristona esta la noche y vuelan las hojas secas cual lechuzas diabólicas
y allá, muy lejos, ruge la tormenta, y en un piano de cola,
con lágrimas de endechas, tocan tristes romanzas
los gráciles dedos de una princesa.
Contra el rigor del hado y adornando sus penas,
vive ilusionada por la influencia de músicas tiernas,
lleva dentro del alma resonar de azucenas,
que fraguan los primores del regio amor que loca espera.
AMBROSIA DEL GUSANO
Los hierros de tu ventana tienen un caudal prisionero, la canción que tu nos cantas
con ese tu lindo cuerpo, que porfía con el nácar,
siendo arquero, Dios, tus ojos, tus pechos, deltas de oro cubiertas de esmeraldas.
Tu luz alumbra a la Luna, el Sol no puede mirarte,
pues eclipsa su hermosura cuando te pones delante,
que tu cuerpo es un tesoro de líneas voluptuosas,
recogiendo en lo ignoto fascinación seductora.
Lo cimbreas cual palmera impaciente en el desierto, deseando que sus penas las recoja noble viento.
Niña, como perla en su ostra, al chasquido de tus besos
la música toma forma en tu alma y en tus senos.
Arquero, Dios, son tus ojos,
tu boca, un jazminero, tu cuerpo, ese tesoro
que se pierde en el tiempo, porque los cuerpos humanos
terminan siempre en eso, en festín para el gusano. Y decimos: Si, ¡te quiero!.
EN MI JARDÍN
Un querubín
canta de noche en mi jardín.
¡Ay!, jardinero, deja que cante
que estoy queriendo.
Yo lo sentí ayer llorando en mi jardín.
¡Ay!, jardinero,
dime que si, que cuando llora,
llora por mí.
Su dulce esplín cantan las flores
en mi jardín.
¡Ay!, jardinero, deja que canten
que estoy queriendo.
Yo las vi ayer llorando en mi jardín.
¡Ay!, jardinero, dime que sí,
que cuando lloran, lloran por mí.
En mi jardín
canta la alondra y el chamariz.
¡Ay!, jardinero, deja que cante
que estoy queriendo.
En mi jardín ayer llorando yo los sentí.
¡Ay!, jardinero,
dime que sí, que cuando llora,
llora por mí.
DOS SUSPIROS
Si al cielo miro, nada me noto de santo,
pero si suspiro de divino tengo algo.
Si al suelo miro,
la verdad en él encuentro, entonces suspiro
recordando a los muertos.
¿.......?
Un curioso comentaba: La mujer nos da disgusto y el amigo un gran susto
al tenernos que pedir.
Si a ella no atiendes ni le prestas al amigo, nunca estarán contigo y hablaran mal de ti
MARINERO, MARINE
Allá, en la orilla, la blanca espuma canta, perfuma y alegre brilla.
Como ardilla con una bola,
juegan las olas con mi barquilla.
Marinero, mariné,
yo primero embarqué.
Sobre la brisa, mi marinera
manda a mi vera sonora risa.
Boga deprisa tú, marinero,
que verla quiero antes de misa.
Marinero, mariné,
yo primero embarque.
Ella embarco, ¡Ay!, marinera, no salgas fuera. Y el mar rugió...
Ya zozobro.
¡Que mala estrella!. Ahora sin ella, adiós mi amor.
Marinero, mariné,
¡que sólo me quedé!
CONSEJO EFICIENTE
Pidiéndole consejos, puse carta al cura
y en mi mente perdura el dado con despejo.
Si precisa perdón,
ten tú presente que para el buen creyente
ser bueno es lo mejor.
PLAGIANDO A LOPE DE VEGA
Es difícil el soneto, facilito el sonetillo.
-Es alegre, como el grillo- nos dijo cierto cateto.
Ya formamos un cuarteto
y nos pareció sencillo. Demos a este brillo
que vienen ya los tercetos.
El primero se presenta, sin haberlo aun formado,
abreviando nuestra cuenta.
Con rumor de sonecillo al segundo hemos llegado
dando fin al sonetillo.
EPIGRAMA
Cierto cliente muy ladino, al tendero preguntó:
- ¿Cuántos gramos tiene el Kilo? - Novecientos –contestó
el tendero distraído.
AMANECERES Cuando viene la aurora,
nacarando las nubes, el sol alegre sube, canta, ríe o llora, según requiéralo el día.
La esquila de la ermita
reza el Ave María.
El pobre ruiseñor, sin tregua su garganta, tierna alborada canta cuando viene el sol trayéndonos el día.
La esquila de la ermita
reza el Ave María.
En el tranquilo prado, pastan lindos corderos y cantan los jilgueros -trinos y arpegiados- diana al nuevo día.
La esquila de la ermita
reza el Ave María.
Allá, en el pueblecito, renace la tarea
y el hombre se recrea, sin pegar un grito,
con el quehacer del día.
La esquila de la ermita reza el Ave María.
EL TARTAMUDO Y EL LORO
Por no tener trabajo un obrero campesino,
sueña con emigrar, yendo mustio tras lo desconocido.
De proletario rudo
su hado lo torna rico, vuelve hecho indiano
y trae su pacotilla loro lindo.
El habla cambia el loro por silencio inaudito, pasando a un pajarero
famoso y ricamente establecido.
Entra un tartamudo que quiere un pajarillo. - ¿Cuánto vale un loro?
pregunta. Ese tan verdecito. - Vale dos mil reales. - Le doy el precio fijo.
En esto el loro charla con acento ronco y compungido.
- No lo quiero ni dado, agregó sorprendido.
Al escucharlo el loro,
arrogante lo mira de hito en hito. -Escucha, tartamudo,
el loro ahora dijo, hablo mejor que tú,
y si no, que me corten...los dos picos.
PIROPOS A MI NIETA
CARMEN LOLA
Ahí (en Los Realejos), hay mil flores de lindos colores,
pero tú sola más brillas que todas.
¡Mi nieta mimosa,
carita de rosa!... De rosa encarnada y aterciopelada.
Es una plegaria mi nieta canaria. Con paso de isa
va siempre a misa.
Su cuerpo entero derrama salero.
¡Qué lindo y precioso su talle garboso!
¡Lucero chiquito luciente y bonito!
tienen tus ojos los párpados rojos, y tienen miradas
de ninfa y de hada.
Parecen tus risas murmullos de brisa, y tienen tus labios decires de sabios.
Tu boca chiquita,
qué fresca y bonita, ¡ay!, tiene tu boca mohines de loca.
La noble paloma por otra te toma,
que dicha y calma derrama tu alma.
¡Mi niña mimosa,
carita de rosa... Te envidian las flores
y los ruiseñores, y los azahares
y todos los mares. Tu eres bendita, canaria bonita.
RIO ABAJO
Río abajo va esa duda del por qué de nuestra vida;
quisiera saber si a la mía el viento alas le da.
Mis ojos la van observando alejándose de lo incierto
de aquí, donde vivir no puedo pensando en el más allá.
Río abajo van mis pesares dejándome solo recuerdos, que luego se irá perdiendo
como el río en el mar. Alejándose de nosotros
hacía el mar va caminando, sin saber él a donde va. Río abajo va esa duda que el viento alas le dá
MORDENTE
Dijo una pluma elocuente: De progreso no me hables
mientras manden estas gente: Médicos, jueces y frailes
que se tengan por clementes.
A CUALQUIER JOVEN
Rosario de plata es la vida, sus perlas producen la muerte.
Lo rezo, tan solo por verte, con calma. Lo presto se olvida.
Para no ser aborrecida,
con prisa no anhelas la suerte- Por eso yo juzgo quererte
tranquilo. La prisa es temida.
Asómate, niña, a mi fuente. Dime, el agua, ¿duerme callada?
¿Es un espejo transparente?
Siendo por mí siempre amada, de veras convencerte intento
que me ames mucho, pero lento.
A LA OROTAVA
Como el nácar de la ostra está bruñido tu lecho;
con el coral de tu cuerpo tiñe el sol tus casonas.
Y doran con sus destellos
el matiz de tus rosales, y la isa, tus cantares, aleluya son del cielo.
En el cristal de la aurora se fundió tu valle excelso con besitos de palomas.
Y Dios está satisfecho
por verte aun más hermosa que la reina del Carmelo.
LA LUNA DEL MARINERO
La luna del marinero se enamoró
de un precioso lucero que le guiñó.
Marinero, deja de remo bien ligero,
que a la luna yo me temo importunas tu manera hechicera de remar.
II
La luna del marinero un beso dio
a su amante, al lucero que se entregó.
Marinero,
deja el remo bien ligero,
que a la luna yo me temo importuna tu manera hechicera de remar.
III
La luna del marinero llorando está
porque el malvado lucero no ha vuelto más
Marinero.
deja el remo bien ligero,
que a la luna yo me temo importuna tu manera hechicera de remar.
CONSEJO
Escuche, joven lector. Quiero darte un consejo. No discuta con los viejos.
Concédele la razón. Siendo así mi intención
porque lo hice y no me quejo, sirviéndome ahora de espejo
para ver mi instrucción.
TRES SEÑORÍOS
Amor, árbol, río, en uno tres mundos notable y fecundo su gran señorío.
Promesa de hada
el río nos deja cual mansa oveja
que va a su majada.
Salud y riqueza el árbol nos da;
más de esa bondad nació su nobleza.
Amor, luz de Oriente
que alumbra el camino do va nuestro Sino
buscando el Poniente.
Amor, árbol, río, en uno tres mundos notable y fecundo su gran señorío.
SEVILLANISMO
El río Guadalquivir es un acuoso reptil
más precioso que el jazmín.
Como lujosas barquillas, aceitunas manzanillas
bajan por sus mansas orillas.
Manzanillas o “gordales”, preciosa como corales y verdes como trigales.
Como cacareo de granjas bajan las dulces naranjas
formando arabescas franjas.
Con saltos de camarones y raros como tritones
vienen los agrios limones.
Tirados por mariposas vuelan barquitos de rosas
a cual más linda y hermosa.
Olor de clavo el río expele cuando bajan los claveles sonando sus cascabeles.
Cuando pasan por Triana estas cosas tan galanas
repican dos mil campanas.
Mira, chiquilla, blanca mantilla ponle a Sevilla, que trae el río
de fruta un surtío, de flores, navíos.
Virgen del Rocío,
capullito mío, ¿las has bendecío?
Cuando pasan por Triana
estas cosas tan galanas repican dos mil campanas.
¿Verdad, preciosa gachí, que el río Guadalquivir vale más que un Potosí?
SINCERIDAD
Hablando con sensatez, nos ilustró un abogado:
Casi siempre, el cien por cien de los pleitos son ganados por quien lo debe perder.
REGALOS RECIPROCOS
En bandeja de plata me ofrece el tiempo
ambición de ir viviendo con mi lucha de nácar.
En bandeja de plata le regalo al tiempo,
además de mi cuerpo, la eternidad de mi alma.
Con las manos cruzadas
sobre un paralelo, va y viene el tiempo
regalándome lágrimas.
Con las manos cruzadas mi alma y mi cuerpo
regalan al tiempo lo que ansían las Parcas
EL Y ELLA
- Anda, dame esa rosa que está en el suelo.
- Mira, que te equivocas. Es un pañuelo.
- No, niña, es una rosa y no un pañuelo.
- Escucha, no estoy tonta. ¿Estás hoy lelo?
-Pero, muchacha, qué terca. Coge la rosa.
- Ay!, qué boquita tan fresca. Tu tienes cosas... Ni es una rosa,
ni es un pañuelo. - Cógela. No seas tonta.
- No seas tu terco. ..................................................
Charla que charla, en cháchara van discutiendo ambos sexos,
olvidando aquella fábula de conejos y sabuesos.
EPITAFIO
Aquí yace don fagot,
músico pobre y honesto que acompañó a los muertos
porque el cura le pagó.
CANTO A EUTERPE
Contentísima lira desgrana canciones,
porque Euterpe viene regando flores.
De dulce arpa el acorde brote
siendo sus notas cual oraciones, claveles y rosas
de varios colores, porque Euterpe viene
regando flores.
Viertan perlas ellas con sus canciones.
Que cantos amenos maticen y borden mil voces celeste de día y noche ,
porque Euterpe viene regando flores.
Al nacer el día la aurora retoce ,
y , en las altas ramas pájaros cantores sus luces alaben
con sus ricas voces porque Euterpe viene
regando flores.
Y lirios lluevan desde los balcones,
porque Euterpe viene regando flores.
A DOLORES
¡Oh, Dolores, que linda, acariciante y melosa;
dócil, suave cual la brisa; inquieta cual mariposa!
¡Oh, Dolores, querida,
que cuando canta parece suplicar: No me olvides, lira ...
no; que mi pecho mereces!
La inmensa melancolía de la náyade celosa,
mansa Dolores sufría.
Y acariciante y melosa, ella inquieta vivía
su lucha de mariposa.
RIFEÑO Y YO
La vida de mi niñez, como la recuerdo.
Estando lejos, parece cosa de ayer.
Entonces, no sé por qué,
creo que por juego, pegaba a “ Rifeño “ con palo o cordel.
Ocurre hoy al revés:
es mi compañero, sin dudas el más bueno
y ciertamente el más fiel.
El pobre, ducho lebrel, bebe en mis adentros
las aguas de mi querer.
DE RONDARLA VENGO De rondarla vengo y estoy contento.
Con alas voladoras mi corazón la adora
y estoy contento.
Me dió un rosal morado por sus manos sembrado
y estoy contento.
Si le hago compañía, luce sereno el día y estoy contento.
Sin tenerla presente mi espíritu la siente y estoy contento .
Un beso le pedí,
se turbó y dijo, Sí. Y estoy contento.
Como deuda quedó, porque no me lo dió
y estoy contento.
Muchos besos quisiera que sus labios me dieran,
que de rondarla vengo y estoy contento.
RESOLUCIÓN
Desde su fuente al mar serpenteando va el río; desde su pecho al mío cuido vino a animar.
El río baja a morir
entregando sus arenas. A él arrojé mis penas para pensar solo en ti, y cuando era dichoso
con tus besos y caricias, cuando toso era albricias ,
mi amor te fue odioso.
Con desdén inaudito mi vida has fustigado
como si fuera un malvado que siente del mal prurito.
No sabiendo lo que has hecho, no debo; no, condenarte, debo, mujer, perdonarte porque te llevo en pecho.
Por no haberte olvidado, vivirás siempre conmigo disfrutando mi castigo en la cárcel de tu lado.
DE FLOR EN FLOR
De flor en flor va nuestro hado
al rededor de los fracasos, por la ambición que no logramos
y al escozor del desengaño.
En cada flor
fácil hallamos honda pasión ; algo mundano
y seductor ; ese regalo
de la ilusión de un bien soñado.
Por cualquier flor vamos buscando
fama y loor, zoilos halagos, la inspiración
sin fines prácticos; luces de un sol turbio, velado.
De flor en flor libando vamos pidiendo a Dios
salud y años y hasta perdón para el pecado. Y, ¿cómo no?
si somos malos.
OBLACIÓN
Viviste cual mariposa juguetona, seductora, vehemente tentadora
y por demás revoltosa, que mató con sus colores
a las infelices flores que le pidieron amor.
Pero siendo ya otra cosa por no poder presumir,
vuelvo contento a ti al dejar de ser hermosa, ofreciéndote mi pecho,
por tu pasado deshecho, que jamás él te olvidó.
BECQUERIANA
Estarlo viendo parece... que sucede ahora mismo.
Siendo ambos tiernos niños, se iba huyendo al verme
porque le echaba requiebros tan bonitos como lirios. Yo, rosales sin espinos
le sembré en mi ardiente pecho...
¡Parece estarlo viendo...! ¿Qué fueron de mis piropos
cuando la vieron mis ojos tras la reja del convento? Tristezas y desconsuelos que grabaron sin encono, al perderse aquel tesoro, los buriles de mis sueños.
EL VIOLIN
Son sus notas briznas de rosas;
su esbelto mástil, cuello de cisne; su caja, vientre de diosa;
su voz, alegre o triste, la más timbrada y melosa.
El presta al oido dulzura
y vida a los corazones muertos; las almas dolidas él cura
con bálsamos de sus contentos al flotar sobre el aura pura.
Cuando su cantar alegre trina
o cromático ya desciende, pétalos de fragantes azucenas
sus giros me parecen; mas si borda longa fermata con notas de fuego o nieve,
como la ninfa el bosque en mi alma se pierde.
Cuando su ameno cantar cena, que en la oscuridad duerme, para mi este mundo acaba,
pues me recuerda la muerte.
PERCANCE DE CAZA
Apuntando a un gazapo falló el disparo,
escapando de milagro.
Mal herida fue mil galga enamorada.
Dando salto me ladraba.
En peso su cuerpo tomo y junto a un olmo
yo cavo profundo hoyo.
La galga allí descansa enamorada
y yo no puedo olvidarla.
AMOR IMPOSIBLE
Imposible nuestro amor. ¿Por qué nunca pude amarla,
por que nunca me besó? Al fin pude olvidarla.
En conjunto fue muy bella .
Su carita de paloma de la luz su gracia toma; pero jamás me agradó
Mucha fue su donosura
cuando por mi se disloca; pero, Dios mío. qué boca.
hasta de Ti mal habló.
De víbora era su lengua. Elogiando molestaba y por gusto criticaba a su propio corazón.
MIL NOTAS
Mil notas longas, ¿tu sabes? susurradas por el arpa, se besaron con la noche,
donde moran nuestras almas.
Mil notas de “pizzicato” o por el arco arrancadas, sobre el espacio mueren,
donde moran nuestras almas.
Mil notas cantando versos en corcheas, negras y blancas,
volaron raudas al cielo, donde iran nuestras almas.
Mil notas cantadas todas por fagot en triste gama,
nos llevará a la tumba al huir del cuerpo el alma.
SOLEARES I
Ayer, a su entierro fui. Llevábanlas cuatro rosas
y por clero un jazmín.
II
¡Cristo de la Veracruz, dile que estoy sufriendo... eso, que estoy como Tu!
III
Tienes la lengua como la luna,
que crece o mengua.
IV
¡Mira si eres mala, que ni aun siendo bonita,
nadie te mira a la cara!
MI MUSA
Mi musa , pobre azucena , durmió con , pastorcillo.
Morfeo , que noche tan buena .
¡Que bien canta el caramillo en lecho de luna plena perfumado de tomillo!
Si cayó en , amantes brazos ,
no me matara la pena , porque de sus tiernos abrazos no me oprimen las cadenas ; aunque duerma en su regazo
no se me inflan las venas .
¿Qué mi corazón suspira si esta de versos sediento?
Descansa el estro de mi lira y en mi alma otra vida gira
aprovechando esos momentos .
Mi musa , pobre azucena , con lindo zagal durmió . Por ésta onírica escena que Morfeo les deparó ,
¡Dios mío , qué tan buena mi pecho , sin musa , vivió!
LA NIÑEZ
Esa cándida prudencia , esa angelical ternura ,
esa dulce y rara ventura , producto es de su inocencia .
Apenas tiene conciencia
cuando comete diabluras . No sabe de social altura , pero vive con decencia .
Desconsuelo no es su llanto
y alegría es su risa , por eso vive sin prisa .
Tiene su vida encantos
que van desapareciendo al ir el niño creciendo .
FRANQUEZA
No quiero . No quiero comer manzanas .
Quieren tus ojos , el uno y el otro , volverme loco.
Y me guiñanan .
No quiero .
No quiero comer manzanas .
LA LUNA MADRE
La luna , por occidente , con cuernos largos ,
busca al cuarto creciente enamorado .
Me quiso la luna amar ,
darme su mano , çy por mi frente ella va aun suplicando .
De la luna yo seré
lucero amado , si me ofrece el Edén
puro e intacto .
La luna se hizo dueña de mi granero .
Bajó luego la cigüeña desde su cielo .
Ahora lava en el mar
pañales blancos . ¡Qué alegre mi luna está
si está lavando!
A ORFEO
Plegarias y oraciones de azucenas y azahar ,
van rezando los Pisones con sus alas de cristal
Viento de Este sopla
en la hoguera cenital , silbando sus bellas coplas de espumas blancas y sal .
El ciclón es imponente ,
ruge furioso huracán buscando a Occidente ,
que aliento al mar le dá .
Orfeo el líquido cielo solo se atreve a surcar
en la barca del desvelo , con la cabeza hacia atrás .
Desvelado de su sueño de exacta diafanidad ,
Orfeo se nombra dueño del acordeón del mar .
De sus flautas cantos verdes
buscando al alma van y en la inmensidad se pierden
sin temor a naufragar .
Con su cantar arrogante hacia el misterio el va con aspiración errante
tras la Fuente Original .
Con las liras de las sirtes , barcarolas canta al mar copiando , las que oirte aprendió con ansiedad
MADRIGAL A LA PANDERETA
En mis manos tengo , odalisca hermosa .
En un yunque tu cuerpo de piel sonora .
Tus sonajas de plata mis oídos refrescan
como fuente de patio con luna llena .
Tu prefieres los ritmos de las coplas antiguas .
siempre estoy a tu lado , preciosa niña .
Porque eres redonda yo te tengo por luna . Esa luz de tus risas ,
¡como alumbran!
Todas estas angustias yo quisiera fundirlas para luego dorarlas
con tus sonrisas .
DIALOGO
Campanitas sonantes llena unas estrellas , en los dedos anillos con ricas piedras .
-¿Dónde vas , estrellita ,
tan linda y tierna?
-No voy , no ; ni vengo , estoy de espera .
-¿A quien tanto aguardas ,
preciosa estrella?
-A los hombres sinceros dueños de penas .
-En el pecho , ¿qué pones
cuando confiesan?
-Las cuitas de los mismos que lloriquean.
-¿Qué dice tu boca para sus quejas?
-Pues que esperen de Dios
la vida eterna .
-¿Por que miran tus ojos de esa manera?
porque amargo llanto oigo en la tierra .
-Si , la tierra está lejos ,
¿cómo llegar?
-Por las ondas divinas a mis antenas.
- - ¡Encendida de amores
están tus venas!
-Si ; las cosas terrestres mi pecho queman .
-¿Pensamientos tan tristes
son cosas vuestras?
-Cuando amor solicita una princesa .
-Adiós . Soy la luna ,
ahora llena .
-¡Copa de vanidades es tu carrera!
Campanitas sonantes lleva una estrella ,
en los dedos anillos con ricas piedras .
SOLILOQIO DEL PINTOR
Esto que mis ojos miran, por el transcurso del tiempo
obra es de los elementos para el pincel que suspira.
Siendo notas de una lira, gozoso llevaré al lienzo,
prestándole aquel aliento que da el sol que lo gira
No; no protestar las flores porque copie sus colores, ni el árbol por su verdor.
Del paisaje son abejas los pinceles del pintor.
Dime, flor, ¿por qué te quejas?
ROMANCILLO DEL
CAPULLITO
Capullito tierno, cariño mío,
entre tus besos me dices: dice:
tengo un nido.
Capullito tierno, dime, tu nido,
¿es de música y flor? ¿Flores
de tu cariño?
Capullito tierno, de amante rosa,
haz con besos tus frases, frases
que en tu alma flotan.
Capullito tierno de hojas blancas,
¡qué lindo es tu verde! ¡ Verde
de linda esmeralda!
Capullito tierno, entre las nubes
blanca paloma vuela, vuela
y al cielo sube.
Capullito tierno, deja el suelo
para pedir a Dios, Dios,
llévame al cielo.
Capullito tierno, dulce vergel,
¿nuestro amante nido, nido,
lo tejió El?
Capullito tierno cariño mío,
dame tu los besos, besos,
ante el Dios Trino.
,
COSA EXTRAÑA
He aquí verdad extraña. En una pobre espadaña, brava higuera fruto dió.
¿Cómo pudo darse maña? La repuesta es de Dios.
CONTRASTES DE LA MUSICA
La música Dios hizo con el verbo de su obra.
de ahí que todo cante con llanto o carcajada de Jota.
Cuando del pecho surgen
apasionadas coplas, conciertos nos parecen
desde el edén dado por voz preciosa.
Cuando el sepulturero cava y el ciprés llora, final es de concierto
de esta vida e interludio de la otra.
Cuando el sol acaricia a la humilde choza, es música que canta
por entre los trigos las amapolas.
Cuando el rayo se agarra furioso a la roca,
es música de réquiem por el alma cantora de la alondra.
Cuando el viento duerme
con la celeste vóbeda, ¿Dios mío, qué contraste
con la música que cantan las rosas.
Cuando el viento brama empujando a las olas, es música arpegiada
por las furias con puñales y antorchas.
La música Dios hizo con el verbo de su obra,
de ahí que todo cante con llanto o carcajada de Jota.
LAS TRES GRACIAS
Bailan los mozos en la plazuela llena de tilos
y sombras frescas.
Durante el baile, diálogos breves
con las tres gracias los mozos tienen.
Este
¿Qué guardas en tu pecho,
linda doncella?
Ella
Dolor de un pecado de primavera.
Ese
¿Qué tienes en tus manos,
rubia princesa?
Ella
Del manzano semillas y hojas de higueras.
Aquél
En tu pensar, ¿qué tienes, trencitas negras?
El
Dulce sueños de Adán bañan mis venas.
Esta
¿Quieres llegar a donde
lo hace el dolor?
El
Quiero si él me trae sed de amor.
Esa
Detrás de mi sonrisa
vive una flor.
El
Rubia, si es la de Loto la quiero yo
Aquella
LA TORRE SIN CONVENTO
(*)
Esta torre sin campas llena de años y prudencia, dueña de gran experiencia,
espera triste mañana, que sus pies se debilitan y sus muros enflaquecen y la incertidumbre crece
y la zozobra la irrita.
Ella, que ayer anunciaba el salmo siempre sonoro
y los cánticos del coro del templo que tanto amaba, por sus líneas armoniosas, orgullo fue del convento,
más también de aquel momento de esta Villa deliciosa.
Como nido de cigüeñas,
ella vive siempre inquieta y como está sin veleta,
hasta el viento la desdeña, ¡que nadie mira por ella!... Las cigüeñas si la adoran
pues a los vientos imploran la conserven fuerte y bella.
Por sus cajas nadie asoma, urdiendo por sus entrañas:
telas grises las arañas, tiernos nidos las palomas
y amenaza ya ruinas y caer tendrá su cumbre
y siembra la incertidumbre en las casitas vecinas.
Los guiños de los luceros, linda torre mercedarias,
ritmos son de las plegarias de aquellos frailes austeros.
(*) Hoy Mercado Público de Rota.
TRES CANCIONES INFANTILES
I
Yo soy la viudita del conde Laurel. El luto que llevo lo tengo por é.
Quisiera beberme un baso de miel.
Memorias tan dulces
yo tengo de él, y quiero morirme por serle más fiel.
Quisiera beberme un vaso de miel.
Que besos me diera mil trescientos tres,
para recordarme la luna de miel.
Quisiera beberme un vaso de miel.
Pienso en casarme
sin tener con quién.
¿No es dicha bastante gozar de un querer?
Quisiera beberme un vaso de miel.
Prefiero un judío de origen inglés,
que tenga caudales en Banco francés.
Quisiera beberme un vaso de miel.
Quisiera un novio que fuera francés, tan rubio su pelo como el doublet.
Quisiera beberme un vaso de miel.
......................................
La linda viuda
del Conde Laurel consigue un novio;
pero portuguel, tan rubio su pelo como el doublet,
teniendo caudales en Banco francés.
¿No es dicha bastante
gozarse un querer?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
II
Al pasar la barca me dijo el barquero:
El verano se pasa mejor con sombrero, sentada en la popa de blanco velero.
¿Ay, Manolé,
qué bonito y gracioso que es usted!
AL pasar la barca
me dijo el barquero: ¿Dónde vas tan sola, sin tu compañero?
Yo le contesté: ¡Ay, barquero! Alos pinos voy
a ver a un lucero que da unos besos
con gusto hechicero.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
III.
¡Ay, quién fuera tan alta como la luna,
ay, ay, como la luna,
para ver a un soldado en Cataluña!
ay , ay . en Cataluña!
En la mochila tiene muchos recuerdos
ay , ay , muchos recuerdos ,
pero en el pecho guarda mi vida y sueño
ay , ay , mi vida y sueño .
En Cataluña , madre ,
tengo un tesoro ay , ay ,
tengo un tesoro guardado en el pecho del que es mi novio
ay , ay , del que es mi novio .
Que tiene los ojos negros como el demonio
ay , ay , como le demonio , pero carita tiene de san Antonio ,
ay , ay , de san Antonio .
Y su garganta suena
como el órgano ay , ay ,
como el órgano que por la Alhambra vuela
con cantar moro . ay , ay ,
con cantar moro .
¡Ay , quién fuera tan alta como la luna ,
ay , ay , como la luna ,
ay , ay , como la luna ,
para ver un soldado en Cataluña .
ay , ay , en Cataluña .
COSA DE LA HONRA
El valor de la honra a muchos atormenta, robándose por vicio
aún teniendo rica y segura mesa.
Vemos al ladrón ni viviendo en cueva, y a la viuda honrada
extinguiendo amorosa sus penas.
Todos cuantos se afanan por llevar vida honesta, sin matar, buenamente,
muy fácil pueden hacer america.
En barro vive el hombre por culpa de la hacienda
y la ambición tirana de una vida mejor por cuanta ajena.
PAISAJES
En mañanas claras, desde la altura,
las montañas parlan con las llanuras,
tornando en canción a cosas tantas
que luego el sol lleva a las plantas.
Miel de luna beben
todas las flores cuando el sol clemente
nos da amores con su gracia eterna
y besos suaves, formando la niebla para cuanto él sabe.
Viene las mañanas
por santa orilla dándole al alma sus maravillas
y exhalan suspiros con los abetos
de algún sotillo analfabeto.
Escucho el romance del manso arroyo,
de canoras aves y de sus pollos;
romance gracioso con honda tristeza
en su propio fondo, donde el ritmo cesa.
POEMITAS CORTOS
Estas estrofas santas, al pasar junto al río
lleno de paz románticas, me cantó el hado mío
con timbre que encanta.
(Del libro del tiempo la tierra es autora, y todas las cosas
son hojas del cielo.)
I .
En las tardes brumosas, con sed de sexo, canta
la cigarra achacosa, sin cesar su garganta, sus pasiones fogosas.
II
Está triste el prado y la luna de broma.
El arroyo, amargado, ahogó la paloma
del papito dorado.
III
El moral no da mora ni ciruelas el ciruelo. La ermita no llora, pero eleva al cielo oración redentora.
IV
Rosas divinas y bellas de mi valle tranquilo y apagadas estrellas del caudaloso Nilo,
decid, ¿dónde está ella?
V
Sois flores de amor. Si los niños os cortan por ser alma y flor, poquito os importa
las romanzas de olor.
VI
Noche de luna llena con una sola sombra, busco en ti la morena cuyos besos asombran como son de sirenas.
VII
Campanadas perdidas entre nubes de seda,
se quedaron prendidas donde siempre se quedan
las verdades sentidas.
(Del libro del tiempo la tierra es autora, y todas las cosas
son hojas del cielo.)
SIN AMOR
No quiso bajar la alondra al río, ni quiso cantar
a su amor ni al mío por tanto esperar.
¡Ay, ay, ay, Dios mío!
La dulce quimera de mis amoríos
cual cebo la esperan los peces del río.
Su cara es de cera,
¡oh!, no; de marfil..., y esbelta palmera de cuerpo gentil
la nuña hechicera.
¡Qué, linda su boca de gráciles rasgos! Sus dichos de loca
manchaban sus labios. Su alma fue roca.
¡Que negros sus ojos!
-Lucientes luceros- ¡Que duro el enojo
de aquel! - ¡ No te quiero ¡ sembrado de abrojos.
Con voz armoniosa su cuerpo me dijo muchísimas cosas que luego desdejo con voz enojosa.
Y mi corazón
no pudo aprender tan fácil lección, por eso hoy sé
tan poco de amor.
¡Ay, ay, ay, Dios mío! La dulce quimera de mis amoríos
cual cebo la esperan los peces del río.
No quiso bajar
la alondra al río, ni quiso cantar
a su amor, ni al mío, por tanto esperar.
UN PINCHAZO
Cuando una rosa cortaba, por descuido, me pinché; ¡ay!, cuando yo sangraba, ¿por qué de ti me acordé?
Tu cuerpo es aquel rosal que todo el que lo toque
de él se acordará.
¡ME EQUIVOQUE!
Me imagino a veces
que soy casto, pues me puso un muslo
sobre mis piernas y miré a los cielos como asustado.
Entonces, por el cuello
me echó el brazo y sus labios preciosos,
tan encarnados, me dijeron risueños:
¡te quiero tanto!
Bajó ella el rostro para besarnos,
y cayeron sus pechos sobre mis manos.
Entonces vi en cielo de alabastro.
Se me puso el bello
de asceta flaco cuando vi sus dos rosas
como esperando que mi boca entonara
homero canto.
Como era de noche, sobre su manto
puse mi pensamiento, enajenado,
en el sayal del monje que aspira a santo.
Me asomé el mundo
y no al claustro, aunque estoy en su pecho
cual ermitaño pensador y dichoso
de su pasado.
Aquel reloj de nieve no va rodando
por aquellos senderos. Yo no soy casto
porque guardo mi lama en mi armario.
NOCTURNO
En las noches cerradas, huyendo del trueno, se van las estrellas
sobre el lomo del viento.
Tu pecho y el mío es lava y parda
el agua del río.
En las noches de calma, durmiendo el tiempo,
se besa la luna con los lindos luceros.
Tu pecho y el mío
es nácar y mansa
el agua del río.
En las noches aciagas, los actos perversos amargan las penas
y nos roban el sueño.
Tu pecho y el mío es lava y parda
el agua del río.
En las noches galanas, los buenos recuerdos
la mente retiene en los rizos del tiempo.
Tu pecho y el mío
es nácar y mansa
el agua del río.
En las noches cerradas tu pecho y el mío
es lava y el agua del río
es parda.
En las noches de calma, tu pecho y el mío
es nácar y el agua del río
es mansa en las noches galanas.
LA CRUZ DE LA CALLE
Pequeña y humilde cruz tan tosca ella labrada, al retorcer la esquina
exoras tristemente la fachada
En aquel lugar , dicen que cierta madrugada
dieron muerte a un hombre de varias alevosas puñaladas.
Un farol la ilumina, de día el sol la baña,
con fe la besa le viento y le reza conciencia humana.
Alguien le pone flores y coronas de ramas, quizás así pretenda
borrar su crimen , su horrenda falta.
DESAMOR
A modo de cóncavo espejo me hiciste promesas.
Plagiando tus a las sirenas, me daban los besos.
Como la sol las nubes velan,
cubriste mis sueños. Por ser tu amor homo sin fuego
mi lama se queja ; pero anhelo esta a tu lado
igual que tu peroo por cuanto le dice: ¡te quiero!
al darle un abrazo.
Quisiera yo luego morir al hundir en tu pecho
la daga de tantos de tantos recuerdos por cuanto me hiciste sufrir.
CANCIÓN ABRILEÑA
Al verde de abril quisiera fundir
dentro del capullo de sus besos mudos.
En el mes de abril
yo la conocí, y mi corazón
se vistió de amor.
Por mi frente vuelan mariposas buenas.
Las tardes de abril
saben a jazmín; también la virtud
blanca o azul.
El cielo de abril se torna azul; ofrece al alma
vida, al día plata.
Por mi frente vuelan mariposas buenas.
Si llueve en abril no puedo sufrir
aunque los nublados negros vengan bajos.
Al cielo en abril, subió el perejil.
No quiero cortarlo, sino verlo alto.
Por mi frente vuelan mariposas buenas.
PECADOR
Sobre el firmamento, através de un velo, contemplé el cielo
con el pensamiento.
En lindos jardines cuajados de flores, hacían primores
Diez mil serefines.
N o vi las estrellas Ni aves , ni ríos, ni tuyo , ni mío.
¡que cosas mas bellas!
De espumas vestido, a Dios , ¡o! , lo ví
viniendo hacia mi.
Perdí el sentido, pues soy culpable de hondo pecado, habiendo pensado: ¿Será perdonable?
FANTASIA
Si tu fueras nínfa con aire de diosa,
¿Qué seria y? ..........
Si tu, del sonido
fuera la onda o consecuencia
de una canción...., si tu fueras parte
de la viola que amena arpegia
su oración. ............
Si fueras ninfa con aire diosa,
¿saria yo un diós?
EL AMOR
Viendo un paisaje con ojo pintor,
muy lindos cambiantes mi mente forjó.
Rasgando las nubes
el viento sopló y pronto de él surge un gran resplador.
Naciente la aurora luciendo impudor, con risa de diosa se me presentó.
Aquella lindeza
me iluminó, diciéndome ella
que cosa es amor.
Amor es impulso de la Creación;
el cosmo, el mundo con noble pasión.
BESO ZURITO
Linda tarde andaluza; no se mueve una hoja;
baja el sol desde el cenit queriendo enredarse en una copla.
Es tarde de colores;
todos buscan sombra al ir para la plaza
para ver al coloso Juán Arjona.
Ya el bicho está en el ruedo. no se oye una mosca, sino el coro de olé!....
¿Qué tarde, toda la plaza está loca!
Risueño brinda el diestro el toro a bella moza.
Cuando dobla el bruto, se oye el clarín de un beso de paloma.
MI SIRENA
Tomando el sol sobre la orilla arenosa, recuerdo verla tendida
en bañador. ¿Oh, juventud caprichosa,
cómo te pasas la vida!
Tranquilo sueño sobre la arena dormía y las olas la besaban.
Con gran empeño
al verme llegar huía, que a mis pasos despertaba,
y muy corriendo hacia el agua placentera
a ocultarse vuela ella.
Paso sonriendo, como si yo no la viera;
pero vi sus formas bellas.
A mi paloma sigo siempre el vuelo,
hasta verla en su ventana. Mi carta toma,
donde le pido consuelo de esta manera galana:
Tu ten clemencia, adorado vellocino....
Que tu corazón despierte, ¡o!, inocencia!
Si. A mi tu corazón vino como nos llega la muerte.
No es quimera,
ni tampoco ilusión que prefiera.
De igual manera que te entrego el corazón, es de mi alma el parecer.
Pronto vencí
y contento en las redes del bello sol que adoro.
le prometí mi corazón y mercedes,
más honrarla con decoro.
Enamorado de tan olorosa flor,
sin conocer resquemores vivo a su lado
cantando, como el ruiseñor abre el pico a las flores.
VICEVERSA DEL PRESENTE
No hay que ser inocente, todo es como antes.
Muere el sol por Poniente y nace por Levante
más seria sorprendente y quizás importante
que naciera por Poniente para caer por Levante.
Por eso es conveniente que viva el gobernante como vive el indigente
y éste, como aquel antes; de ahí que es procedente que de aquí en adelante nazca el sol por Poniente
y muera por Levante.
¿NO HE DE QUERERTE?
Dulce quimera siempre es la suerte
que por doquiera brinda la muerte.
Nunca inerte
con su guadaña vi a la muerte
en tus entrañas.
Viste la muerte al darme la vida,
¿no he de quererte, madre querida?
La muerte es eso,
cosa nacida de ex profeso para la vida.
EL QUINTETO DE CUERDAS
El es refugio
de muchos corazones dulzones
Esencia de la noche soñada, arrogante
y sedante.
Las voces extremosas del quinteto, encantan
si canta.
Que el concierto está a punto, del murmullo la prisa
me avisa.
Cuando cesa el murmullo, en silencio profundo
me hundo.
Comenzó el concierto sin la joven batuta
astuta.
Los violines primeros con estrofas de plata
nos atan.
Pero,¡oh!, los segundos hacen cursi al prudente
ambiente.
Volaban las violas al rededor de su atril
de añil.
De los cellos airosos nos besan sus graves
suaves.
Orondos contrabajos vierten sobre el laurel
su miel.
Cesó la sinfonía que nos puso contento;
no miento.
Manos blancas aplauden concientes al inquieto
quinteto.
Que la vida sin rosas no saben del brillante
diamante.
RUEGOS
No cortes el rosal, ese que te pinchó, déjalo que crezca,
felices seremos viendo su flor.
Déjalo que dé flores, no lo cortes, por Dios; si el rosal no florece
tampoco florece, niña, tu amor.
No baje, niña, al prado a oír al ruiseñor,
y te cautive mi corazón.
Quédate en el monte, no baje, no; por Dios, si oyes sus canciones
seguro que pierdo, niña, tu amor.
INTERLUDIO DE OTOÑO
Noviembre, tu dolor
crisol es del mío. Coge mis crisantemos
de pasión, noviembre.
De tus campanas las voces
cuando las oyen doblar, graves acuden los hombres
para el rosario rezar.
Noviembre, tu dolor
crisol es del mío.
Son los pliegues de tu manto remansos del pez dormido.
Lagrimas de mariposa surgen del cauce del río.
¡Que oprimida y triste
en tu canción, noviembre.
Tus notas , fúnebres son como litúrgico réquiem.
El canto del ruiseñor triste se torna a veces.
DEL CIELO BAJO
Del cielo bajó lucero tan verde.
¿Eres tu , mi amor? Pues quiero verte.
Entre los luceros, donde tu te viste que tiene el cielo, pude distinguirte.
Fundida la luna con la noche fría,
te haces mas pura, estrellita mía.
Y esta mi alegría , para que la luna de noche sonría
quiero hacerla tuya.
RECORDANDO UN BESO
La miré a los ojos cuando era yo niño. Le canté una copla y me dio un besito.
(Empieza el llanto
en mi laúd con sones serenos
de juventud.)
Por la flor la tuve de mi loco contento, al guardar mi oído de su ósculo el eco
(Persiste el llanto
en mi laúd con sones serenos
de juventud)
Vivo luego en prado sin arrollo ni sombra,
que la amé , sin saberlo , por estar en mi boca
(Y sigue el llanto en mi laúd
con sones sereno de juventud)
...................
Se comió la manzana
el capricho del tiempo, y en los labios de otra saboreo el recuerdo
de aquellos rojos labios que me dieron un beso.
ESTAMPAS GADITANAS
A ver la “Tacita
de plata” , me invita un día ufano.
Llegué muy temprano
un jueves de abril florido y gentil ,
con colmado de sol , y fue de Pasión.
Primero ví el puerto
antaño desierto y ahora celoso,
en poco envidioso de otro que enfrente le enseña los dientes
de oro y platino de neoyorquinos .
“Las Puertas de Tierra”,
que ya no la ciernan sin carabineros
mis ojos la vieron y por la izquierda mi mente recuerda
haber yo subido buscando a Cupido.
Miré al derecha, las calles estrechas
recuerdan del moro sus cantos sonoros en tiempo lejano, y como africanos ,
sus gestas no gratas de ayeres piratas .
Cantando el tanguillo
estaba un chiquillo en cierto café
y el ” montañés”, con gestos odiosos y modos furiosos echaba alas gentes
deporte imprudente.
Siguiendo adelante , soldados tunante
custodian al preso, al hombre avieso.
Formando corrillos
fumaban pitillos de punta a cola de baja vitola.
¡Oh , Campo del Sur, la pesca es tu cruz! Son estas afueras
mimosas y austeras .
Al mar esmeralda que guarda su espalda,
sus altas murallas presentan batallas.
Y vi el palenque un poco eficiente
en cuentas insanas
por cisas galanas. Si alguien las tapas el pudre las papas, las coles , los ajos, con poco trabajo.
La maga guitarra, con honda tabarra
y son destemplado, un viejo sentado con aire torero
al sol mañanero, ritmaba el tango.
¡Que lindo fandango!
Cual largas guadañas pescaban mil cañas
buscando , tranquilos , los panes de a kilos con rezos pedidos, de niño aprendidos por boca de madre
y “cosquis” del padre.
Si vas tu andando iras tropezando
con los dicharachos de vieja y muchachos que pasan discretos diciendo en secreto de anoche el suceso
jocoso o aviesos.
Después Capuchino huraño y mohíno, curando a los locos que pierden el coco, Dios sabe porqué ,
pues yo solo sé que locos de veras
están los de afuera .
Castillo artillero , de Europa el postrero,
es san Sebastián metido en el mar.
Si el faro no gira
se noche suspira al ver los mercantes pasar sollozantes.
Después , La Caleta, tontuna y veleta
bañando sus penas en finas arenas
que doran las olas tejiendo a solas
encajes de algas , y no lo que salga.
Creyéndose lista mi pluma turista,
voló lisonjera por éstas afueras
que hemos pasado a pasos contados , y sigue al instante teniendo delante ,
cumpliendo oficios , al viejo hospicio
y la caridad al viejo Hospital
y de más estatales rigiendo , morales ,
con sana moral la causa social .
Ramón de Carranza , cual dulce esperanza
detrás del recodo con gran acomodo
y aire burgués nos puso el hotel ,
hotel futurista y para el turista .
Por verjas cercado ,
mimoso taimado y de venturoso
cual beso amoroso , al Parque lo vi y me sorprendí
al ver que disfruta de lago y de gruta .
Según la posdata ,
estaba “podaca” luciendo sus flores y sus resplandores
de ninfa marina de faz peregrina ,
mirando hacía dentro con hondo contento .
Pasé a una calle
de pocos detalles .
Un perro ladrando , que iba volando
detrás de un carrillo que lleva el chiquillo
de un choricero , me da mal agüero .
Salí al “mentidero” ,
radiante lucero de cielo gitano ;
y a don Cayetano del Toro ,
en bronce , allí vi entonces
cual sol venturoso del ciego quejoso .
La calle estrecha
muy alta y derecha , la calle : El Veedor ,
según un señor tomé inocente y vi diligente
allí un “freidor” de peces .¡ que olor!
Brillante , coqueta , rincón de opereta
la Plaza parece y cuando ofrece
su garbo , reclama piropos a damas , a dama elegante
de cutis fragante .
Suspendo el relato y no por barato ,
pues yendo conmigo encuentro un amigo .
Charlamos , bebimos
y ambos salimos , según me parece , haciendo la ese .
. . . . . . . . . . . . . . . .
En cierta gran fonda por limpia oronda ,
en blanco mantel muy bien que almorcé .
Y muchos presentes de porte decente ,
si ; mientras charlaban , ¡Que bien que tragaban!
Con pasos muy lentos
camino sediento de ambiente festivo
que cual fugitivo me huye ansioso .
Por fin , muy preciosos
encuentro jardines llamando a maitines .
Buen gusto declaran sus fuentes tal claras y estatuas hermosas de plumas gloriosas .
Perfil de francés
observo en Morét , ¿Y en Castelar?
No sé contestar .
Que cosas tan lindas la calle me brinda .
El garbo donoso y ojos preciosos
de tantas mujeres luciendo alfileres
en pecho y mantilla , no vi en Sevilla .
No vi monumentos Cristo sangriento con tanta riqueza
en arte . ¡Que piezas!
¿Vinieron de Paros buscando amparo en estos sagrarios ,
ahora calvarios?
La tarde concluye . El pueblo afluye
a las procesiones . de Cristo . Mantones al cuerpo ceñidos , ya han recorrido
sembrando detalles , doscientas mil calles .
Bailando el joropo los buenos piropos al aire perfuman , y el niño que fuma mirando la cielo ,
descubre , por celos ,
su nuevo amor . ¡Que pronto soñó!
Mas vono la noche haciendo derroche
de fé gaditana con luces cristianas ,
y arriba espera la luna lunera ,
en cielo estrellado , a Cristo humillado .
Un publico enorme
parlante y conforme , mostrando impaciencia por vieja experiencia ,
espera amable .
Ya gentes de sable montando a caballo ,
inquietos los hallo aquí , en la plaza ,
donde se alza iglesia chiquita , discreta , bonita .
Su puerta , ¿mudejar? Acaso mas vieja nos dice su arco
por sobrio , por parco . Ahora la puerta
pusieron abierta , y dos monaguillos
con gestos muy pillos hicieron mohines a los mandarines
que muy petulantes se han puesto delante .
Los cinco caballos ,
tres toldos , dos bayos se ponen al paso y sus coletazos despejan la calle
al tiempo que ayes se miedo profieren algunas mujeres .
La manga y el ciriales
en tríptico salen , la cruz bien velada ,
con luz apagada , que sopla Levante furioso y tunante , y a los penitentes
reducen alicientes .
Con porte muy triste y el cirio en ristre , y al brazo la cola , ya vienen a solas las túnicas verdes
que en filas se pierden en la lejanía
de la cofradía ,
Me pisan un callo , no grito , me callo ;
entonces me hundo .
Cambiando de rumbo me arrastran las gentes que muy displicentes me elevan del suelo ,
pues no ando , yo vuelo .
No voy ya en vilo , estoy tranquilo , que del pisotón no siento dolor ,
que tengo a mi vera chiquilla hechicera .
Está muy bien “jecha”.
La calle es estrecha . Me mira . La miro .
Sonríe . Suspiro .
Bajito un requiebro , mas largo que el Ebro ,
le dije con gesto un tanto supuesto .
Miríme al soslayo
diciendo :¡Que payo! Me puso sin tino su dicho cretino . Ya oigo rumores
se broncos tambores y a una trompeta
que grita inquieta , y los orquillazos
que dan los del “paso” .
Un tanto me asombro... Lo traen a hombros .
¡Valiente locura! La calle es oscura ,
por larga y estrecha parece una mecha .
Un fuerte timbrazo detuvo al “paso”, de lindo dorado , hirsuto el tallado .
Azotan a Cristo
romanos muy vistos , de aspectos furiosos
y trajes vistosos que miran los ojos con cierto sonrojo.
El timbre ha sonado . ¿Estáis preparados?
- pregunta el guía con mansa energía .
¿Estamos?...¡Avante!... - ordena al instante .
Al “paso” elevan .
El guía aprueba . ¡Y que rebujina
se forma en la esquina! Con mucha agonía mandaba el guía :
- ¡Muchachos ...Atentos ...! ¡La vuelta es estrecha!...
¡Muy corto el paso , si no al fracaso!...
¡Traseros , izquierda... con tiento!... ¡No pierdan
el paso!... ¿Estamos?...
¿Avante?... pues , vamos...
Y avanza “las andas” sin verse que andan .
Silentes y atentos , suspenso el aliento ,
absorta las gentes y los penitentes ,
observan las “andas” y al que la manda ,
por que un parabrisas rozó en la corniza .
Temblona saeta
cantó una peineta que escuchan , prudente
y contenta las gentes . La copla , lamentos
dispara al viento con giro muy longos .
Aquí una pongo : ¡Ay! , si me perdonas
me das tu corona , me clavas tus clavos y encima te alabo .
El Cristo , herido , con gesto sufrido miró a la cuitada
con dulce mirada , y ella lo mira
y besos le tira , con dedos alados , sus labios rosados .
Ya vino llorosa
la Madre Amorosa , la Virgen sufrida que diera su vida a esos sayones ,
de cuyas pasiones nos vino , al mundo
sentir mas profundo .
Los fúnebres sones de las procesiones tocaban las bandas
detrás de las “andas” y al son de esos sones ,
en negros mantones
ocultas las viejas , lloraban sus quejas .
La Luna silente ,
se fue por Poniente y yo al garaje .
Me cambio de traje y , salgo pitando ,
mas yendo volando pensé escribir
lo puesto aquí .
COSAS DE ANTAÑO
Ente el pueblo “campero” (esto lo digo en secreto) , todos somos caballeros
y parecemos catetos. Tiene hechos venturosos .
Saqueémoslos a la palestra. ¡Ea! , lectores curioso ,
vayan botones de muestra.
La señora del alcalde , con sus cinco sefines ,
tienen entrada de balde en los toros y en el cine. En la puerta de su casa con tiza puso Giralde:
Hambre aquí no se pasa porque vive el alcalde. Es liberal pocas veces , algunas , conservador . Se ríe de sus ingleses
como del gobernador . Hombre serio es el juez ,
siendo el fiscal casi idéntico , Viven bien del arancel ,
mas de cazar con podencos. Si tenemos elecciones ,
siempre tenemos heridos ,... por falta de precauciones.
¡Este pueblo es muy sufrido! Hubo una vez varios muertos .
El juez tuvo un sobrecito. Solo supimos de cierto
que impune quedó el delito. El secreto es de Fuera.
Con solo lo puesto vino y pone trigo en la era
que le prestan los vecinos. Si no miente el populacho ,
vino Don Justo soltero , Pidió novia a un ricacho
y se hizo de dinero. De tonto no tiene un pelo ,
es listo, como un lebrel ; a todos nos dio el camelo, y , ¿qué le vamos hacer?
El cajero es paisano , siendo persona formal .
Sumando vuela su mano, pues ...,mejor saber restar.
Si la caja esta maldita puede venir un ratero ,
por eso en su casita la custodia el cajero . En la rebotica dicen
y también el pueblo entero: Si la caja no bendicen culpa no es del cajero .
El cura es buena persona . Cría cerdos y gallinas. Tiene algunas casonas
y una preciosa sobrina. Es persona inteligente.
Habla bien el latín, que no entiende las gentes
y el se harta de reír. El galeno es mata sanos,
de ahí que nada diré . Pues si caigo en sus manos.
Seguro que espicharé. Como hay republicanos
y católicos sin cruz , los gremios de artesanos
trabajan con lentitud. Son mejores los del campo
aunque quejosos esten , porque dicen : Yo me zampo ,
y les parece muy bien . No cito a las mujeres
por no tener largas uñas , deditos como alfileres y menuditas pezuñas .
En este pueblo “campero” , repito que es un secreto , todos somos caballeros y parecemos catetos .
CANCIÓN DEL TROMPETA
Trompeta de antigua plata incrustada de leyenda. Yo te dí como morada
un estuche de azucenas. Aunque sabes mis anhelos
no me abres la frontera.
Por los montes escarpados va mi trompeta , risueña ,
Euterpe me esta escuchando desde todas las fronteras.
¡Que larguísimo el camino,
encantadora trompeta! ¿Por qué la suerte lo alarga cuando llego a la frontera?
Trompeta de antigua plata
incrustada de leyenda.
COSAS DE MI NUERA
¡Como la quiero!... Tengo una nuera
que es mas liguera que un perdiguero
con los ojillos que son dos farolas
como dos soles. ¡Que negros son!
Su nombre es Charo; Nació roteña y de pequeña puso en claro disposiciones
para las “tablas”, de hay que habla con cierto ardor.
Es artesano su otra costilla que maravillas
hacen sus manos con las maderas,
y con la caña pesca con maña
de pescador. Los pajarillos
vuelan inquietos si este sujeto da al gatillo
de una escopeta que ha comprado
con lo ganado con el formol.
Es hacendosa como ninguna
mas con fortuna , en muchas cosas, mueve la aguja y por la noche
pega los broches que se olvidó.
Con mucha guasa y mi Manuela,
corre que vuela, va ha la plaza
a por verduras, y ambas hacen
de las que pasen, burlas atroz. Como diana, cual angelito,
me da un besito por las mañanas,
por que me quiere; yo correspondo, pues a lo hondo
el me llevó. De mascareta hace un enano digno paisano de las caretas de carnavales. Algo de artista tiene –es lista-
su corazón.
Por “soleares” ella se canta.
¡Vaya garganta!... Con sus collares -Decir yo quise-
De perlas buenas, que de azucenas
tienen color. Y los “palillos” por seguidilla, como ardilla ,
o como el grillo, ella maneja
al son de copla que ufano sopla
un mocetón. Tiene unas manos
de cocinera, que ya quisieran
los cirujanos para su oficio.
¡Que bien componen los boquerones!...
¿Y el arroz? Buena cocina.
¡Guisa el conejo y el abadejo!... ¿Y las sardinas a la moruna?
Pues , ¿y la lisa?... ¡Que bien la guisa!
¿Y el macarrón?
Porque le toque la lotería,
todos los días va a san Roque muy tempranito
y a la Pureza mucho le reza con devoción.
Según promesa -esto aparte-
todos los martes también le reza
tres Padres nuestros a santa Ana
y siempre gana con su oración. Tiene andares
de palmita y es mas bonita que los cantares
que alla cantaron los “cantaores” como primores
de la region. ¡Como la quiero!... Tengo una nuera más zalamrera... Y tiene un salero
mi Rosarillo, que su torrente a tantas gentes
el encantó.
¿DUALIDAD?
La trompeta, ¿entra y sale
en la orquesta?
Pasa cantares bellos y danzas siniestras
por los flacos pistones de la trompeta.
Y suena su cantar
como besos de hembras , y bailan sus pistones
como doncellas.
En la orquesta entra y sale la trompeta.
ZODIACALES
Es la musiquita
del mes de enero, el Andante Triste de un concierto;
pero las canciones a Cristo Niño ,son acariciantes
su voz y ritmo.
Como ave de paso se muestra enero, pues avanza grave su mustio cuerpo
tras su propia calma de fría sangre ,
que a odiarla obliga el sol brillante.
El mes,
mi amor, se fue. Adiós a él.
Con su musiquita
febrero marca un Allegro Vivo de fresca savia,
devolviendo al árbol verdor y risas,
dándole al hombre salud y vida.
Sabe todo el mundo
de sus locuras cuando, con el tiempo
ingrato lucha. Por , su vida corta
de él se chiflan otros mesecillos ,
y el se toca.
El mes , mi amor,
se fue. Adiós a el.
Con la musiquita del mes de marzo, bailan los rosales
siempre enamorando a la oscura luna que triste llega,
porque al prado y monte el hielo quema.
Yace en el capullo
la linda rosa. Viene derramando sus tintas Floras. Juguetón y ufano
se muestra el tiempo y los corazones
se tornas tienos .
El mes , mi amor,
se fue. Adiós a el.
Con la musiquita de abril florido , balitando pastan
los coderitos. El pastor esquila
y muerto es Cristo en la luna llena. ¡Estaba escrito!
Llanto y risa beben
en pulcra copa gallegadas , zambas,
zorcicos , jotas, minuetos, valses, boleros , polcas ,
que el mes es eso, la vida en solfa.
El mes ,
mi amor, se fue. Adiós a el.
En la musiquita del mes de mayo,
vemos rosas blancas y lindos nardos; como es donosa
su melodía, a las flores riega con dulce risa.
Con tan bellas notas
nos brinda mayo, de ilusiones puras
precioso ramo, que produce siempre
tranquilo sueño a los corazones
de amor sedientos.
El mes , mi amor,
se fue. Adiós a el.
En la musiquita de junio, vemos
como muchos vacan sin merecerlo.
Y las nubes pardas, de improviso,
quitan muchos panes y hasta vino.
Con ligeros pasos
los dias crecen, siendo el sol loco de largos dientes ,
y el pastorcillo, del sol quejoso,
el rebaño ampara en fresco soto.
El mes ,
mi amor, se fue. Adiós a el.
Con musiquita
del mes de julio, playa y sierran cantan
alegres dúos, porque ninfas locas
con panderetas, brindan a los ojos
sus formas griegas.
Mientras que las horas al trigo secan,
al arroyo quitan el agua fresca ,
dando a la cigarra cantar sin tragua y a la mula torda
trillar la siega.
El mes , mi amor,
se fue. Adiós a él.
Esa musiquita
del mes de agosto , digan lo que digan,
nos da un tono que alegre suena en sistro triple ,
cuyas claras notas a pulso , dicen :
Tu agosto es breve ,
mi julio longo , yo, al perder mis luces ,
ofrezco oro . Ya las ninfas buscan
alegres sombras , como el arie vida
por montes y costas.
El mes , mi amor, se fue . Adiós a el.
Con musiquita septiembre habla
como la flor cuyo perfume agrada; según la flor que sus
colores trinan cuando alegre viene
la luz del día.
Dorada la uva , de mieles llena,
al día el sol iguala y el día , la tregua . Se inflan las nubes ,
el viento brama, no viniendo el trueno
la dicha canta.
El mes , mi amor,
se fue. Adiós a el .
Con la musiquita
del mes de octubre , canta Baco al mosto
canciones dulces. Como el arado abrió la tierra ,
mira al cielo el surco pidiendo hierbas.
Para los finados
el crisantemo crece jubiloso
con fines buenos. Antes de la fiesta
de Cristo Rey, como crecen hierbas,
se llame el buey.
El mes, mi amor,
se fue. Adiós a el.
Con la musiquita noviembre canta soledades tristes con ceras blancas. Procelosa el viento
ahora vuela arrancando al árbol
las hojas secas.
Con sus días crudos , de sombras llenos , busca a diciembre ,
su compañero de amargas voces y acentos tristes .
Hacen de las suyas
y en mal compiten .
El mes , mi amor ,
se fue. Adiós a el.
Con su musiquita diciembre canta
raras aleluya a sus nevadas.
Blanca esta la sierra con luces claras,
dando villancicos las alboradas .
siendo procelosa la Nochebuena,
quita alegría y amendranta .
Con las doce uvas pedimos suerte,
diciendo al tomarlas : ¡Adios Silvestre!
El mes ,
mi amor, se fue. Adiós a el.
REPROCHES AL SACABUCHES
(Con acompañamiento de triangulo y redoblante)
Cuando inflas las mejillas
(tilín tilín) nos parece tu cara
(rataplán) la luna llena.
Tocas en la orquestina
(tilín tilín) canción llena de blandas
(rataplán) y pocas negras.
¿Te aplauden tus gentes?
(tilín tilín) Un río es la calle
(rataplán)
y lleva basuras.
¡Cuantos sacas y metes (tilín tilín)
para alimentar el arte (rataplán)
con pan de burlas!
EM MEDICO Y LA MONA
Una mona descarada, alterada, preguntó:
-Don Arturo, buen galeno,
¿cuántos buenos liquido?
Sorprendido, pronto y claro,
con descaro, replicó:
-Mira, mona
tonta y fea, tu no creas que fui yo. Y te digo: Certifico
que fue un mico quien mató.
-¡Vaya excusa, cirujano
matasanos, que me da!
. . . . . . . . . . . . . .
Cuando la ignorancia se permite preguntar,
muy prudente al que sabe corresponde contestar.
CANCIÓN DEL MELÓMANO
Ruiseñor, un amor intenso
destruye mi calma sobre un calderón.
Este amor mío,
en las noches claras da la primavera ,
“bercenuse”canta.
La música siempre limó mis cadenas
al ir por los montes buscando corcheas.
Ruiseñor ,
un amor intenso destruye mi calma sobre un calderón.
Nado sobre fusas
hablando esperanto. La música es eso, lenguaje amado.
Yo vivo sin verme ,
que órgano y orquesta mi libran del suplicio de la muerte eterna
Ruiseñor,
un amor intenso destruye mi calma sobre un calderón.
EL PRETENDIENTE
No se la que tiene el tiempo por lo que pasa en mi cuerpo.
Parece que tengo miedo y, sin embargo, no tiemblo . Me creo que está lloviendo o que el tiempo esta bueno;
mas , aunque susto no tengo, ¿qué pasa en mis adentros?
Todo en mi es incierto. Quiero hacer algo y no puedo.
Si me acuesto ,no duermo. No quiero pensar y pienso. Sin sufrir ,¡como padezco! No se , no se lo que esto,
porque, aunque este satisfecho, estoy siempre algo inquieto,
y quisiera yo saberlo , y me deshago los sesos,
y llamas hay en mi pecho como las del mismo infierno. Quisiera que desde el cielo me dijeran lo que es esto y me quitara el tormento
aunque me dieran otro nuevo.
¿Qué hago con mi desvelo? ¿A quien , a quien se lo ofrezco?
¿Por cuánto le pongo precio para que compre contento? pero , ¿qué estoy diciendo?
Decir tal cosa no debo, porque el sufrir es un nuestro
que ajeno no debe serlo . Lo quiera o no mi deseo, nunca podré aborrecerlo. ¿Será un grande anhelo
que me dará gran contento? No se. La vi, quede lelo.
¿Después?... De nada recuerdo, que si con ella me encuentro,
pierdo el conocimiento. A mi corazón le inquiero si amor será lo que siento,
y guarda ese silencio hermético del desierto.
De ahí que siempre pienso : ¿Amor será este averno
que pone un río por medio cuando acercarme pretendo?
Si la miro , ciego quedo, y mundo sin hablarle quiero.
Este temor , ¿es pretexto de un amor noble y sincero?
Ella esta en el cuento y yo en mi desarreglo,
que necesito un loquero por el papel que estoy haciendo.
Si le hecho un requiebro, sonríe como el jilguero que le canta a su dueño
por tenerlo siempre preso. Voy tras ella como el perro
raro de hocico y pelo que llevan los de dinero
para que los mire el pueblo. ¡Que rizos tienen tan negros! ¡Que figura!... ¡Vaya cuerpo
precioso para modelo!... ¡Y yo mas tonto que un cero!
Me derrito como el hielo si acercarme pretendo
para decirle :¡Te quiero!... Pero vuelvo un muñeco.
¿Para darme un tiro es esto que me esta sucediendo!...
¡Ay! , ¿cómo tendría arreglo? Si fuera cosa de medico...
¡Ya ¡...Como me llamo Pedro que ,se arreglara esto
tomándome un litro entero del mas peleón sanluqueño.
Por que el vino quita el miedo, porque el vino es consejero de los que dudas tenemos de recibir un desprecio .
Aunque el vino es veneno , hay que cumplir el empeño.
Es peor estar viviendo con el corazón desecho.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¡Como estaba la taberna
de gente de baja laya! Las lenguas , envenenadas ,
parecían largas culebras por hablar de esta manera :
Mi patrono es un canalla, se queda con mi semana .
¿Y quieren que no se beba? ¡Mi mujer es una perra!
-dijo una con airada. y aquel que sentencia:
¡En España mal gobiernan! Otro pregunto con pena :
¿Por qué las gentes son malas? Tenemos malas entrañas . Cantando por “petenera”
roncaba rudo chalán durmiendo su gran “taja” de bruces sobre la mesa,
llena, casi , la botella , que el tabernero miraba con intenciones avaras por hacerse de la pieza.
Con un cuarto de docena de amigos o camaradas,
de amores yo conversaba en la inmunda taberna,
recordando a nuestras prendas sin colmarlas de alabanzas,
porque el corazón calla mientras tenga cadenas.
Véase de ella tres muestras: Mi novia se llama Juana
y le dirán la Zapata cuanto que ella me quiera, que puede que hoy lo sea, porque la tengo “chalá”;
porque enamora esta como en abril las yeguas.
La mía de carnes es ligera, menos que una “ensalá”, pareciéndome su andar el mismo de la cigüeña;
pero mi menda “abdíquela”, sabe ella multiplicar y mejor sabe restar...
Es buena cajera. La mía se llama Elena,
es modista, y nada mas. Si empieza a charlar
me parece madrileña, pero ella es trianera; por tanto, Sevillana,
que con eso ya me basta para perder la chaveta.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Yo pille la gran “jumera”, que casi no pronunciaba,
ni veía bien la Giralda
¡ y la tenia yo tan cerca! ¡ Tan cerca, tan junto a ella,
que a pesar de las campanas, sentía girar la veleta. Me agarre a una verja
que no era de su ventana, ni tampoco de su casa,
ni sé quien vivía en ella, ni el tiempo que allí estuviera
y como el sol quemaba, andando a cuatro patas,
me metí en la casapuerta. Por fin , me puse en la acera
y me arregle la corbata mientras despacio andaba
camino de la verbena, dispuesto alo que fuera,
pasara lo que pasara, que la duda es amarga y la certidumbre negra. Cuando llegué a la feria, que frío sentí en la cara; se me apretó la garganta
y un temblor por las piernas... y una cosa por las venas...
¿Qué pasaba en mis entrañas que sonaban a chatarra?
Me creí perder la cabeza... ¿Por donde estaría Elena?... ¡Digo, si estará hoy guapa
con ese traje de pana en forma de guayabera
y esperando por las buenas a que me tire a la plaza
con muleta o con capa!... ¿Me conocerá la oreja?...
Si hoy el si no me entrega; si no me da esperanza;
si se ríe de mis palabras... ¡Ay, pobre de ti, Requena, que poca vida te queda! ¡Que preparen ya tu caja
y que doblen las campanas, Su risa cascabelera
escuche por mi espalda cuando conmigo hablaba de mis cosas y tristezas. Amoniaco fue él verla al dejarla que pasara,
pues me tiro una mirada que aplaco mi borrachera. La seguí siempre de cerca,
llegando a su propia espalda, Más fresco que lo pensara, diciéndole de esta manera
con modales de finezas: Señorita perfumada
con perfumes de albahaca, ¿me deja ir a su vera?
Y me dijo muy contenta. Si no viene usted por guasa...
Pregunte de buena gana: ¿Ya caí en la ratonera?
Muy graciosa, muy flamenca,
Dijo Sí .cayó en la trampa por usted preparada.
Y que sea enhorabuena. Me miró en poco atenta al ver que yo la miraba
como si fuera un Juan Lana enganchado a una carretera, pues quede como de piedra por sus graciosas palabras que también solucionaban mi complicado problema.
Le doy gracias, Elena. Tiene usted cara de santa
cuando mira o cuando habla como zumba la abeja
que miel lleva a la colmena después que dio, despedida,
incontables puñaladas a la flor de la maceta.
¡Vaya boca más parlera! -me dijo tan colorada
como la rosa mas grana que pueda verse en la tierra.
También yo digo de veras -agrego sin mas ni mas-
que en cuenta Dios lo tendrá porque mi pecho le reza. Si es cierto lo que intenta, dueño será de mi alma, a su amor ya abrazada
para ser fiel compañera, sosteniendo con certeza
que me siento ya ligada al calor de sus palabras lisonjeras y despiertas.
Lo mismo que la manteca se fue derritiendo mi alma
en la sartén de su charla, al freírme algunas perlas revueltas con violentas, cuando ella aceptaba,
contenta y enamorada, mis requiebros y promesas.
Palomitas mensajeras al descubrir nuestra charla,
entonces volaron bajas para alegrar la alameda y recoger las promesas por nosotros apuntadas bajo el manto esmeralda
de linda arboleda. La convide a cerveza
y le compre avellanas, y soltó una carcajada
al ver que una francesa, con mantilla y peineta,
venia sobre una jaca tropezando en las guirnaldas
que adornaban la carrera. La acompañe a su puerta, su madre estaba sentada. Dióme ella una guiñada,
de esas que son quita penas, diciéndome que me fuera;
mas cambiando yo la marcha y siempre anda que anda,
iba pensando en ella . Sin saber que hora era,
mas contento que unas pascuas, me encamine a mi casa,
llevando aquí a mi Elena como si fuera la estrella reina de la madrugada, o diosa de la mañana,
ya que con el sol se besa. Solo subí la escalera,
yendo derecho a la cama, pareciéndome mas blanda
al tenderme sobre ella. Cuando apague la vela, recordaba las palabras que antes me dedicara su boquita hechicera.
El Cristo, ¡ay! ,de mi mesa, riéndome me escuchaba
las cosas que a la almohada le decía esta cabeza,
y le dije muy de veras: A que esta por mi chala. Si- contesto sin hablar-; y fue su voz dormidera
BREVE REPORTAJE DEL SAXOFÓN
Para un reportaje, con mucha ilusión entró un periodista
en cierto salón. Tocaba un negro un buen saxofón. Con gusto austero lo hace el trombón. Platillo, trompeta, bombo y tambor,
a su manera rimaban un fox. Estas orquestas,
por modernismo, llevan el ritmo
con pies y cabeza. Guardando las formas,
enciende su pipa -lo tiene por normal- el buen periodista. Poniendo ceniza
en el cenicero, pregunta sin prisa al músico negro.
-El inventor de su instrumento,
¿es el amor? -Su madre baño desnuda en anís su cuerpo blanco,
que secaba el esposo con hojitas de tabaco.
-El saxofón, ¿caza los suspiros de un “cantaó”?
-Viene ahora la pregunta a que floten mis recuerdos, pues la canción andaluza
ardiendo va por mis dedos. -El saxofón ,
¿acompaña al payaso como bufon?
-En la fogosa batalla , olvida ,siendo un divo,
la piña y la naranja de su precioso destino.
-¿Es el señor bien querido por las bandas
por su misión? -Con ternura acariciando por arañas de corcheas (la filosofía del canto)
con agua de canción vieja el derrama licor santo
en la cruz de las veletas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Poniendo cenizas en el cenicero
dejo el periodista al músico negro.
Mientras ,la orquesta , llevaba el ritmo
con pie y cabeza.
CANTO AL CLARINETE
El clarinete tiene sonrisas de hada
y voz muy celeste, como sus graves, nada.
En el alma misma
cuando esta pensando en la verdad de la misa que viene civilizando. Evoca a los remeros
de una Venecia dormida sobre rayos de luceros
alumbradores de vidas.
En sus agudos hay dejos de pesadillas
que quedan transfiguradas en madre Venus en cinta.
Canta mejor que Homero
las poesías; mas siendo cosa sin luz alumbra mas que el dia.
Nada hay comparable,
ni nada brilla, al urdir con sus arpegios de Euterpe las sonrisas.
El clarinete tiene sonrisas de hada
y voz muy celeste siempre alabada.
INSOMNIO
¡Bendita cama, dando las diez,
siempre me llama! hoy, ¿dormiré?
Cuando le rezo al buen Jesús
le doy un beso con fe en la cruz.
, , , , , , , , , , , , , , ,
El cafelito
me ha desvelado, ahora un ratito del otro lado.
. . . . . . . . . . . . . . . . .
¿Dieron las once?...
No tengo sueño. ¿Qué hago entonces
con este empeño? Mándame sueño, Virgen querida. ¡Cristo del leño, ponme dormida!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Mi Paco tiene cosas saladas,
pues no mantiene que soy un hada.
¡Que noche aquella que lo besé!
Sobre una estrella me desmayé.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El cafelito
me ha desvelado ahora un ratito del otro lado.
, , , , , , , , , , , , , , , , , ,
¡Ah, hoy no vino! ¿Dónde estará?
ahora en el indino ¿Me olvidará?
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Dormir no puedo .
Oigo un reloj, pero muy quedo.
¿las doce dio? Estoy confusa.
¿Fue el reloj alguna lechuza que siseo?
Si, son las doce. es hora mala,
duendes atroces abren las alas.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El cafelito
me ha desvelado, ahora un ratito del otro la lado.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¡Jesús, la luna!
Por los cristales pasa la luna
con sus corales.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¡No seas travieso!... ¡Calla, Paquito!...
toma el beso, pero bajoto...
¡Como soñaba, madre querida! Con el hablaba
de nuestra vida...
. . . . . . . . . . . . . . . . .
Yo no me hallo aquí muy bien... ¿Canto mi gallo? Pues son las tres
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El cafelito
me ha desvelado, ahora un ratito del otro lado.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Si ;nuestra boda pronto ha de ser. Si se incomoda
mal para el .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Mira, Paquito, quiero dormir, vete un ratito de mi sentir...
Pero el indino que no se va.
¡Yo pierdo el tino! ¡Que atrocidad!
. . . . . . . . . . . . . . . . . .
Hace un ratito oí otra hora,
maullara a un gato y a su señora.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Mándame sueño, Virgen querida. ¡Cristo del leño, ponme dormida! Ya son las cinco y hay claridad; yo hasta brinco por no llorar.
. . . . . . . . . . . . . . . . . .
El cafelito
me ha desvelado. ¡Vaya una noche
que yo he pasado!
¡INVITAD AL JAZMÍN!
Invitad al jazmín, al geranio y la rosa
a la boda del río con la viola.
Enloquece al río su parla amorosa
y llevar en el pecho roja amapola.
Al casarse el río
con la linda viola, madrigales floridos dieron sus bodas.
Las estrellas orecen
mil presentes de boda el entrar en la luna flor tan preciosa.
Y sus cuerdas de seda
a los mundos sombran, y la alondra intenta copiar sus coplas.
De su mástil esbelto con cabeza barroca,
a los pueblos embrujan sus dulces notas.
xiloidea es su alma
con sentir de paloma de paloma zurita rizando la onda.
Y nidal es su caja
que disuelve el aroma
de suspiros eternos si el arco roza
De ahí que el jazmín vino
y el geranio y la rosa a la boda del río con la amapola
COSAS DE ABUELITA
En un pueblo castellano
de sos que honran a España con sus nietos, buena abuela
vivía muy sosegada. En las tardes invernales, entre oración y animas
gozosa le refreía del pueblo cosas pasadas.
Podemos verla aquí con las gafas bien caladas y al compás de sus agujas
remedando unas mangas.
¡Como cruje el hogar! ¡Como alumbra la lámpara!
¡Que recoleto silencio reina ahora en la sala!
Los nietos, tan modestitos escuchan la amena charla.
Escribamos ahora aquí
lo dicho en la velada.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Llegaron trompas al pueblo cuando nadie lo esperaba. Venían muchos cantando cuando lo hacia el alba. De los sufridos infantes
resplandecen sus espadas y en cuja los de acaballos traen sus fuertes lanzas. El manso aire lo rompen el choque de las armas,
los toques de las trompetas a algún jefe que manda. Al desfilar por las calles,
todo el pueblo los aclama, que de la guerra llegaron ganadores de las batallas. Al vivaquear la trompa tiene vida muy amarga, por eso cuando regresa franca orgía demanda.
A los de : ¡rompan filas! las hestes llena la plaza,
donde alegres los zagales festejan a las zagalas
Los soldados en las calles requiebran hasta las damas
teniendo que recogerse huyendo de las palabras.
Durante algunas horas el pueblo pierde su calma,
hasra que una trompeta de el toque de llamada.
Después que forma la tropa por casa y posadas
van alojando al soldado. la disposición se acata.
Con los ricachos, los jefes, por buena mesa y cama;
otras clases, los sargentos, con gentes de menos laya,
dos soldados andaluces le toco a nuestra casa; dos pajarillos cantores parecian por su charla. Igual mesa e pusimos
que a las visitas de casa ccuando honrarlas debemos en las fiestas onomásticas.
La vajilla de cristal y los cubiertos de plata, brillaban sobre el mantel
con destellos de esmeralda. Aquel lugar de las flores lo ocupo panzuda jarra
que ambos se la bebieron como si fuera de agua. El ágape fue servido
por sendas criadas de casa, con las mismas deligecias que a nosotros nos tratan.
Quedaron sobre la mesa, de las ofrecidas viandas,
sopa, tortilla, postre, mermelada. Contándonos de la guerra
nos dijo el sol de su marcha para irse con sus rayos a darlosa otra España. Los rigores de la noche brujos y brujas amañan
enredándolos al velo que la oscuridad arrastra.
Nosotros, con los saldados, pasamos bien la velada,
por contarnos chascarrillos de la mas picante salsa. Le pusimos una alcoba
con nuestras prendas de cama, en la habitación trasera
por ser la mas ventilada. Agua clara le pusimos
en preciosas palanganas, dos olorosos jabones
y dos hermosas toallas. Para lavarse los pies, sal y agua avinagrada
con todas los pormenores que el mismo aseo recaba.
Por santo de cabecera tuvieron Cristo de nácar,
y pila de agua bendita de la mejor porcelana.
Sendos catres de encina
con sus jergones de lana, sendos largos cobertores
y las sabanas, de Holanda. Una mesa y dos sillas,
por ser la habitación amplia, mando papá que pusieran
por si las necesitaras. Limpio velón de Lucena
con tijeras y pantalla colócalos en la mesa
para que alambraran. No solos fuimos nosotros
los que tanto agasajan, no; también los mas humildes
al soldado dan su alma. Ante de la media noche
recobraban el pueblo su calma, pero después de la una, ¡Jesús como diluviaba!
Rompe el silencio el trueno cuando el huracán lo arrastra y las manos del diablo abren las nubes con luz fantástica. Si; fue una noche amarga;
¡ay! fue una noche, hijos míos, que no puedo olvidarla. En medo de esta lucha
de las furias con la calma una trompeta chillona, dicen, toco a genérala.
Dicen que este es un toque que a las tropas llaman
a formar, vertiginosas, en situación apurada.
¡Adiós!- Dicen los soldados desde la puerta en voz alta, y, ¡Adiós1, le respondemos
nosotros desde la cama, que la noche es horrible que la noche es aciaga,
que la noche, hijos míos, aun no puedo olvidarla.
Vuelve papá a la noche alcoba dejando la puerta cerrada,
cuando un rayo en el huerto, abrió fosa honda y larga. Dejo profundo silencio
que rompe el perro que ladra, los maullos de muchos gatos y las tropas que se marchan.
Cuando ceso la tormenta, tranquilo vino el alba
descubriendo los destrozos que la tempestad causara. No solo fue la tormenta
quien tuvo manos ingratas, fueron también los soldados por los campos y moradas.
Ambicionando lo ajeno por todos lados afanan
mientras que tranquilo el pueblo duerme tranquilo a la larga.
No dejaron en los silos un granito de cebada,
ni para los animales un manojillo de pajas.
A las mozas ofendieron cuando ellas bailaban y decían a los mozos
desagradables palabras. En casa de don Rodrigo
desapareció la zafra sin poder, hijos, deciros
los hecho con las criadas. En cuantas tabernas entran beben mucho y no pagan,
como aquellos muleros que se albergan en posadas.
-¿Qué gritaron a madre y le hicieron a las chachas?
Pregunto interesante la niñe de trenzas largas. De nosotros se llevaron unos cubiertos de plata, las pilas de agua bendita
y el crucifijo de nácar Nada pudieron hacer
con nuestras queridas chachas pues le pusieron descanso
pegaditos a nuestras camas. Estuvieron en la iglesia, no darle a Dios gracias, sino para al fin llevarse
las cuerdas de las campanas. Tambien de casa del cura se llevaron dos sotanas,
tres candelabros de bronce y de oro unas medallas. Como hicieron ruido, sigilosa bajo el ama
y después que la besaron, le dieron cuatro nalgadas;
le taparon bien la boca las manos atrás le atan a la silla de vaqueta,
donde la dejan sentada. De cartón en un escapulario
le ponen con esta chanza: ¡Por curiosa le jugamo esta partida tan grata!
-¡ay, ay!-exclama un nieto- abuelita de mi alma...
¿Con esa clase de hobres hizo su historia España?
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¿Quién pudiera imaginarse
que niño así pensara? Tranquila se levanto
y quitándose las gafas, can arrullos de paloma hablo así con su alma
¡Cállate, dulce inocencia; cuando la verdad es rara; cuando la verdad no esta
con la moral asociada! Y cogiendo a los nietos,
agregó: -¡Vamos, vamos derechitos a la cama!
-----------------------------
CADENCIA
Calderón, tu cola de seda,
sobre Sidon derrama azucenas.
Calderón,
resto y reposo
de un sueño seductor;
nido de notas
con suspiros.
Calderón, senda
sin ritmo de colmena;
abejón
negro con alas
de jilguero.
Calderón, tu cola de seda deja una estela
de ilusión.
DOS COPLITAS, DOS I
Bellos encajes fabrica el viento
con el ramaje del pensamiento.
Por las ramas de un gesto,
corazón mío, suben furiosas las llamas
de mi cariño.
II
Bestias marinas sobren las olas
vienede China por amapolas.
Por los rizos de un gesto
del mar marino, suben sonoro los cantos
de los marinos.
DESAFIO AMOROSO
Parece que está “enfadá” y rebozando de celo,
y que me quiere “pega” como si fuera tu perro. Mira, ci eztá “encelá”,
con el “puñá” que tu quiera, pégame la “puñalá”
donde “mejó” te parezca. Ci en loz ojoz la dá, no sufriré por ciego,
puez te yebo “retratá” en lo “jondo” de mi pecho.
Pero ci tu me la dá en “mita” del corazón,
¡Jozú,”tóo” acabará, que en el estamos loz doz!
No te baya a asusta cundo “bea” corré mi zangre,
porque “el jué” centenciará que mi cuerpo “cea” tu carce.
Maz ci me quiere “matá” con el “puñá”...
¡Anda, clávalo cin “mieo”!... No te pongaz “colorá”.
Dame loz bezoz que quieraz que te loz boy a “pagá”
tan caroz como laz perlaz. Mi boca es “cayará”
como guardo un cecreto. ¡Anda, uno zolo ná máz!... ¡Anda, cachito de cielo!... ¡Mira que erez “pezá”!...
Hazme ya ece regalo y te yeberé al altá
agarradita del brazo.
ROMANCE DE LA GARZA REAL
En velada invernales,
dando puntadas, mi cariñosa abuela cuantos contabas.
Lea este, lector querido, de una garza,
pieza vuelta a la vida por una daga.
Muy curiosa e inquieta la jauría ladra
medrosita, esperando la luz del alba. Mientras marchan los moteros
hacia la caza, las trompas, con tantos canes,
diana daban. Por fin los cien cazadores
y jauría brava, alegres pisan la sierra
muy de mañana. Hondo silencio silvestre
allí reinaba. Los celosos ciervos bebian
el agua clara de una fuente frondosa
cual esmeralda. Cuando sonaron las trompas,
huyó la caza hacia las cumbres volando
sin tener alas. Cuando los corceles oyen
las trompas gratas piafan, pues ellas anuncian
fuertes descargas. Cuando la pólvora suena
bien confiada, caen las piezas heridas
sobre la grama. Cayeron diez jabalines
en la jornada, una veintena de ciervos
y linda garza. Negro brillante el moño,
finas las patas, la cabeza muy pequeña.
Muerta no estaba, llego un montañero
dispuesto a terminarla
y la voz de un hombre raro, así exclamaba:
¡Ay, no me mates , montero, no; que soy hada!
Aquella hija del rey que esta encantada.
El montero asustado, fijo en la garza,
su diestra mano suspende la cuchillada.
Pero medita, y presto, ¡tras!, se la clava,
y aparece la princesa como asustada.
-Gracias, montero, el brujo te engaña.
Por ti vuelve a la vida mi cuerpo y alma.
Asi se expresó la joven desencantada
de manera inaudita e inesperada.
Escoltando a la princesa, la tropa marcha.
se dirige a la corte. La noche de plata.
Las trompas tocan retreta a la llegada.
Reina y rey acuden a sus ventanas.
Cuando vieron a la princesa, ¡como lloraban
con lagrimas tan ardientes como las brazas!
Y al momento, los reyes, con ella casan
Así acabó la abuela nuestra velada.
COSAS DE ABUELITA (II)
De una iglesia chiquita el sacristán avieso,
divulgó la fama tras la historia de este suceso.
Moran en la parroquia
gitanos cuatreros, que celosa persigue
la Guardia Civil con mano de hierro.
Uno, muerto de hambre,
ansioso apela el rezo, yendo mucho a la iglesia
para pedir a la Virgen dinero.
Tiene ella un anillo de oro en el dedo,
pero tiene el gitano de los “civiles” recientes recuerdos.
Al sacristán le choca los deleites santeros
del hambriento gitano, tal vez de mentiras ellos llenos.
Y gozo se esconde
con religioso miedo , junto a la hornacina
para escuchar de gitano el lamento.
Al llegar, congojado se arrodilla con tiento. -¡Ay, Virgencita mía-
implora-,anda, tres duritos quiero!
-Mira, vuelve mañana, que ahora no tengo. El sacristán le dijo.
Riendo salió el gitano contento
De perlas un racimo le puso el al hecho, tan ricas y amenas
que su parla embauca a un compañero.
-¿Me dejara ir contigo? -ci; yo entro primero.
A ti no te conoce, ¿sabes? Entro y luego te daré concejos.
Provisto de un garrote
y arrugado el ceño, el sacristán espera
en su escondite, ahora infierno.
Clarísima esperanza lleva en sus adentros cuando parte afable
hacia la iglesia, para el un monumento.
Entra el pobre gitano cual cándido cordero y según acordaron,
en el atrio quedo el otro cuatrero.
De hinojos ante la Virgen , la mira con respeto.
-Anda ,ya estoy aquí- le dejo con misterioso severo.
No mirando hacia atrás, para no perder tiempo, llegó afable a la puerta,
preguntándole el otro inquieto:
-¿Qué, te dió el parné? Tu vienes muy contento. Entra pronto- contesta-
que tiene “er portamoneaz” abierto.
ROTA Y EL PINTOR
Sobre un blanco lienzo pondré lindo paisaje
donde mar muy tranquilo tan linda costa bañe. Pintare clara el agua,
muy clara y muy pura para que la gaviota retrate su blancura. Hacia el horizonte
pondré, como que pescan, mil seductoras naves
con infladas velas. Para mayor ornato, un nacarado celaje
haciendo mil cambiantes,
pondré en el paisaje. Mas mi cuadro quiero
hacer inimitable pues pintaré a Rota
sobre llanura grande.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Campesina y marinera, ¡que alegría!
fue esta villa hechicera, si; aquella que lucia
verde y oro y en sus pinos se dormía y cantaba sones moros
con clarinetes largos, dulces y sonoros. Soplaron vientos ruines arrastrando sus arenas;
hoy le cantan las sirenas. ¡viva Rota!
siempre hidalga y argentina,
si; aquella gaviota tan risueña
grande cual cigüeña, bienquerida,
como en invierno la leña. Nadie la crea vencida mientras mire al cielo.
¿Qué le importa una herida si la rotura es un anhelo?
Tiene ojos celestiales y sus labios hermosos
teñidos por roja sangre, le dan perfil precioso. Tiene tanta blancura en su bello semblante que irresistiblemente
cautiva a chicos y grandes. En derredor de su cuello
vengan sus trenzas morenas y en sus hombros brillan
cristales de amapolas. Por tantas luces y garbo
y gracia virginales, acudan presurosos
a rendirle homenaje.
EL COMPOSITOR
El compositor maduro ya de ritmos y sonidos
se entrega a Dios por el amplio elemento en que canta
e l ruiseñor.
Es todo bondad, que al entregarle al cielo sus sueños
de luz inmortal, su corazón palpita como una rosa
que quiere volar.
En el mas allá donde el misterio de los sonidos
forma un trigal , descansa su cuerpo sobre líneas
de horizonte astral.
Perfumes el da de expresión tranquila al alma perversa
del mismo Satán cuando del cuerpo el alma pecadora
quiere arrancar.
Las olas del mar. el canto del viento y de la fuente ,
al propio Huracán, y del tierno amor la pasión perfecta,
el puede pintar.
Siempre hablaran, por su pluma el lirio con la rosa,
el sol con el mar y la luna con las estrellas fijas
en la eternidad
Del claro cristal de su cielo interior, divinas heridas
le hacen gozar como poeta de lira profunda
que quiere triunfar.
Y es su ilusión, jardín sobre ambiente amarillo
lo miso que el sol, y en sus flores un batir de palomas
formando oración.
IN MEMORIAM
A son Román García Sanz cuya vida fue tan prove-
chosa y su memoria es tan amada.
A mi olivo lo ha cortado la guadaña de la muerte;
sin olivas me he quedado, ¿mala suerte!
De un sueño
con semblante generoso,
el es dueño.
Al que arrastro cadenas sin culpa ni pecados,
por el , iluminado, cambiaron el por que de su condena.
El fue diestra
y gloria nuestra; el fue cima
que sublima.
Nos dio también dulzuras de un mundo con asilos
donde vivir tranquilo desgranando la ansia ventura.
Dura lucha
lo ennoblece, Dios lo escucha y resplandece.
Su corazón no fue duro, blando si, como la cera. La flor de su calavera
perfumara al lejano futuro.
De un sueño con semblante
generoso, el es dueño.
A mi olvido lo ha cortado la guadaña de la muerte;
sin olivas me he quedado, ¡mala suerte!
¡ NO CEAZ ”EMBUZTERA”!
¡No ceaz embustera, no metaz maz lioz,
ni ocurtes a laz gentes lo que a sucedió!
Ayé le dijiste a tita Rocio,
que yo no te quiero ni tu me az querio.
Tambien tu haz dicho
en un caserio, que tu me haz dejao por cer yo un perdio.
¿Aquien le dijiste muy cerca del rio
que yo nunca un beso tehabia pedio?
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
No ceaz embustera, no metaz maz lioz
no ocurtes a laz gentez lo que haz sucedió.
¿Qué yo no te quiero ni tu me haz querio? ¡Chiquilla , ci cemoz doz tontoz perdíoz!
No; ¿qué tu me haz dejao
por cer yo un baldío? ¡Jozú, ni tu mizma tal coza haz creío!
Que yo nunca un beso
te tengo pedío, no debez decirlo.
¿Berdá que haz mentío?
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
No ceaz embustera, no metaz maz líoz,
ni ocurte a laz gentez lo que ha sucedió.
Ací ba tu lengua
tramando loz lioz, en cambio, la mía,
no dice ni pio, que a nadie le importa
lo tuyo y lo mio.
Ya, dentro de poco, zabran lo que ha cío. ¡Ay, bien tu lo zabe
y yo no lo orvío. ¡Berdá que muy pronto
trendremoz un crío?
No ceaz embustera, no metaz máz lioz,
que proto laz gentez zabrán lo que ha cío.
PIROPOS A MI NIETA CARMEN LOLA
Ahí (1), hay mil flores
de lindos colores, pero tu sola
mas brilla que todas.
¡Mi nieta mimosa, carita de rosa!...
De rosa encarnada y aterciopelada.
Es una plegaría mi nieta canaría. Con paso de isa
va siempre a misa.
Su cuerpo entero derrama salero.
¡Que lindo y precioso su talle garboso!
¡Lucero chiquito luciente y bonito!
tienen tus ojos los párpados rojos, y tienen miradas de ninfa y hada.
Parecen tus risas
murmullos de brisa, y tienen tus labios decires de sabios.
Tu boca chiquita,
qué fresca y bonita, ¡Ay!, tiene tu boca mohines de loca.
La noble paloma por otra te toma,
que dicha y calma derrama tu alma.
¡Mi niña mimosa, carita de rosa!...
Te envidian las flores y los ruiseñores, y los azahares
y todos los mares. Tu eres bendita canaria chiquita.
(1) Los Realejos.
SOLILOQUIO DE DON LUIS MEJIAS
¡Ay! , dolorido ante el cadáver yerto
de mi Inés ultrajada, el mundo para mi es un desierto
de arena in saciadas.
Tu muerte, bien mio, es dura loza
que oprime mi corazón. Veo en tu frente la ardiente rosa
de mi profunda ilusión.
No se como llevaré esta carga; esta decantada luz,
esta soledad triste y amarga, esta pesada cruz.
¡Ven!, Inés , que a mi amor diste sustento
y a mi infortunio hoy abrigo. Mi amor, mis besos , mi pena y mi
descontentos quisiera partir contigo.
CANTO A LA CAMPANA
Es la campana señora de afanes cristalizados. El badajo hace coplas,
sus silencios son ocasos. Verdoso tiene el vestido
por el tinte de los años.
La campana siempre es canto de cisne enamorado,
cuyo pico es la estrella que se besa con el lago.
Tiene las trenzas muy largas, que acaricia un anciano.
La campana es canción
cuando llega el sembrado, deteniéndose en los trigos para espantar a los pájaro,
dando así al labrador unos millones de granos.
Le canta al ciruelo coplas, madrigales al manzano,
al olivo, sevillanas con azahar del naranjo,
pues alma tiene de Ceres, creadora de los campos.
Ha llamado, la campana a mi corazón inquieto. En el agua lo ha lavado
de la fuente del recuerdo y nunca será olvidada
aunque me valla muy lejos.
¿VERDAD AMOR?
Las niñas van
a la plaza de Ceres. Van a bailar
sobre césped muy verde.
Y tu también con tu mucho reír
bailas , ¿con quien?
¡Lucia! vendrá luego la noche
tirando del día sentada en el coche
de tus alegrías.
¡Ay , cómo vuela el tiempo! ¿Verdad, amor?
En la plaza
lloran los naranjitos cuando se abrazan.
Y tu también
por tu mucho sufrir lloras, ¿por quien?
¡Lucia!
Vendrá luego la noche tirando del día
sentada en el coche de tus alegrías.
LA MUSICA
Su vida es la savia que alegra los campos;
la ilusión romántica de luz hecha cantos de todas las almas
que el mundo dejaron.
Es ella armonía de la Naturaleza.
Escuchad su alegría en el agua que riega con la noble porfía
del girar del planeta.
Ella es risa suave de la eterna mañana.
Escuchad su romances al naranjo que canta abriendo el ramaje
como el ave las alas.
El arrollo que canta en verano se seca;
se convierte en llanura la montaña más vieja.
La vida de Euterpe es cosa eterna.
El frondoso almendro
se desgaja y seca, y se esfuma la nube
cuando riega la tierra. La vida de Euterpe
es cosa eterna. Es la luz de los soles
de la esfera romántica; es alegre y amable
como la rosa cándida. En la vida del tiempo es la eterna mañana.
Bendecida es ella
por los labios humanos al salir desde el pecho transformada en canto.
Es razón y sustancia de un mundo habitado.
La tristeza mas honda y los tiernos amores con la dulce alegría
en sus pliegues se escucha
en trenzadas guirnaldas de violas y voces.
Entregarle debemos los amores y ansias. ¡Ay! a nadie mejor confiemos el alma,
pues baja o sube al cielo por orillas muy santas. ¡Oh, querida Euterpe, por nadie ignorada!
Nada hay comparable con tus cadencias blancas
si el cielo le ofrece al espíritu alas.
PAGINAS
La estrella matutina abrió página a la caza;
la inquieta jauría saluda ladrando al alba.
Va la trompa
por cielo blancos. ¡Y como se aprecian
sus cantos!
Porque ella es eterna en el misterio se baña,
por eso no visten penas sus melodías rosadas.
Por cielo blanco
va la trompa. ¡Y como relumbran
sus sombras!
Me puse a escucharla en un remanso del tiempo
y en fábulas moradas la vi jugar con el ciervo.
Va la trompa
por cielo blanco. ¡Y como se aprecian
sus cantos!
A encina sin bellotas le regalé mis quimeras
y el romance a la trompa fue cambiando la escena.
Por cielo blanco
ya la trompa. ¡Y como relumbran
sus sombras!
La alegría del paisaje es un faro de nostalgia. Los luceros de la tarde pusieron fin a la caza.
ROGANDO
A los versos de esta copla, dale los besos que quieras,
que lo compongo, Manuela, para frescor de tu boca.
Para recrear mi alma te digo en esta otra:
No me los pegues en la cara, pégamelos en la boca.
SOLEARES
Iba el muerto llorando porque- ¡ay!, por seguriyas
el cura iba cantando.
Me estoy muriendo de penas
por haber muerto mi suegra. Le decían: La Granguena.
Me metí en el burladero
al oír decir al toro: hoy te cojo, Trianero.
Se me abren,¡Ay!, los poros cuando le clavan la espada
en el morrillo al toro.
CANCIÓN AL INVENTO DE PAN
Siento en mi alma ahora
grato temblor de corcheas, porque mi alma se pierde
al mirar a las estrellas, que entre ellas hay una rosa
aliviadora de penas, de esas que el pecho oculta
como concha la perla.
Ella es la ninfa Syrinx que emprende veloz carrera
del sátiro Pan huyendo ,
fauno de malas ideas, pues lleva en el pecho fuego
de voluptuosa escena, cuyas alas el Landon troncha
para verlo con tristeza.
A Syrinx lágrimas negras en su encanto la desvelan por pasar a verdes cañas
toda su gentil belleza.
La caña con dio la flauta cuando Pan en Syrinx piensa
y la voluntad del tiempo hizo encajes con ella.
En la flauta siempre vimos un madrigal de princesa
con melodía de plata y primor de primavera.
¡Que melosa alegría
de su interior nos llega por caminos de la tarde luciendo su luna plena!
De la flauta ,¿qué será
cuando Dios al mundo vuelva? ¿Tendremos , entonces , otra
mas preciosa y perfecta?
Por senderos de la tarde, entre rumores de orquestas,
florecieron los cipreses que miran a las estrellas buscando a la esperanza
que es dura, como la piedra, y como el agua de alegre
cuando regada es la huerta.
Del corazón ,¿qué seria? con un Cupido sin flechas?
Por eso siento ahora grato temblor de corcheas,
con las que fui siempre urdiendo de abril canciones tiernas, que sirvieron de antorchas
a mi afición de poeta.
EVOCACIÓN DEL ARPA
Los arpegios del arpa huyen por un pentagrama rosado,
suspiros de lirios y batir de alas.
¡Los arpegios del arpa!
¡Oh, llegaron a las nubes cargadas de nostalgias,
transformando sus cadencias plágales en espíritu halado!
¡Los arpegios del arpa!
Sus soplos de amor
embargan, haciendo de la razón la sustancia de aquella alegría honda y firme,
de aquella alegría ignorada.
Sus lindos arabescos de notas perfumadas,
enredan la ilusión de manos blancas.
¡Los arpegios del arpa!
En el gris de su arpegios
el amor se despierta y canta la alondra entre sus cuerdas.
Franciscana alondra herida con diamante,
nos parece el arpa envuelta en ramaje.
¡Oh, arpa arpa amada, alondra sufrida,
princesa encantada por canción sentida de ninfa adorada!
DESENGAÑATE
No te quiero porque tenga vienes ni tampoco porque seas preciosa; no te quiero porque dichas tienes y menos por ser tan hacendosa.
Te quiero porque Dios lo quiere y te quiero mucho para esposa.
Te quiero tanto, porque prefieres las caricias de mi alma ansiosa.
DESEOS
Sólo contigo, Euterpe,
hasta la muerte.
¿Mis deseos? Los cantos del ruiseñor
y la lira alumbrando al día
con su canción.
Una preciosa voz de tiple,
que no fuera cual otra,
en un aria sin cadencia rota.
Y en un calderón mis deseos todos
trinando en mayor mis deseos.
Después, contigo, Euterpe,
hasta la muerte.
LOS TRES MUSIQUEROS
De los tres musiqueros que estoy usando,
los tres son de acacia y palos santos.
De los tres musiqueros
que estoy usando, el de obras vulgares
esta atestado.
De los tres musiqueros que estoy usando,
el de obras maestras no esta ocupado.
De los tres musiqueros
que estoy usando, el que ocupa mis obras
esta olvidado.
-A los tres musiqueros que estas usando, un colega me dijo: debes quemarlos.
HISTORIANDO Dícticos
Un manso arroyo
tiene por pecho.
Llenos de fuego tiene los ojos.
Tiene la cara
como el jazmín.
Bola de añil tiene por alma.
La morenita
es vergonzosa.
Como española lleva mantilla.
Ayer gozaba
como la copla.
Ríe ahora con todo el alma.
Pronto es amada por buena moza.
Le ofrecen boda nobles palabras.
La iglesia estaba
cual amapola.
El órgano toca solemne marcha.
Camelias blancas lleva en la cola.
El lleva otras
dentro del alma.
Noche sagrada es la de boda.
Ansias sofoca
que fueron castas.
Los días pasan jugando Flora.
La miel dulzona pronto se acaba.
Con la manzana el tiempo llora.
Llora por cosas muy deseadas.
El beso canta
en ambas bocas.
El beso es gota de una esperanza.
Proras de platas surcan la alcoba.
Las gaviotas
vuelan o nadan.
No da naranjas la pobre esposa.
Cuando no sopla el viento, calla.
Las almohadas sufren y lloran.
Marchitas rosas tienen por cama.
Los meses pasan
como las olas.
Cualquier zozobra es siempre larga.
La luna habla y es creadora.
Ella es redonda si esta preñada.
Llego a la casa
cigüeña loca.
Preciosa joya dejo en la cama.
Honda algazara
entro en la alcoba.
Aquella joya es risa santa.
¡Quimera larga y luz redonda!
En esta concha
Dios es quien manda.
EL FAGOT
El fagot vio en el agua su extensión de lagarto y cantó ,como la rana,
un extravagante canto.
Tiene el su pentagrama en ciprés verdoso y alto. El árbol que nunca canta
por estar siempre llorando.
Durante el día va y viene, disfrazado de elegante,
tras los restos de la muerte.
Otra cosa son sus noches porque rositas de carne lo miman en los salones.
Su hermosura viril,
de Narciso es envidia por ser romana y gentil,
gracias que pronto se olvidan.
Asi la de aquel perfil que nos endulza la vida cuando canta la lombriz o el para rayo suspira.
¿Quién denunció la conjura
de los funerarios cantos que el programa estruja?
Cuando lo supo la muerte,
su reloj encenizado le entrego como presente.
MADRIGAL
Viola, tu amor
es cantar de amapola.
Dormirte quieren mis versos sobre el sol,
viola.
En este noble momento, hace tu arco pedazos
al ritmo de mi arpegio, por besarse con los astros.
Tu mirada embrujadora,
es amor, viola.
Mi musa , luna redonda,
quiere que baje al río y que mire en su espejo
a nuestro amor dormido.
Viola, tu amor
es cantar de amapola.
En tu pecho casto veo
durmiendo a tus romanzas en los brazos de mis sueños
pidiéndote la manzana.
Viola, sin amor
es la vida una bola.
ELEGIA AL VIOLONCHELO
Llevas hoy en tus cuerdas una infecunda araña, cuyas tristes miradas
es su pasión hambrienta de músicas coqueta ,
de dulce serenata temblando en la garganta del trovador que sueña.
Tu sombras chopinescas
huyen entre cipreses y tu razón se pierde
con tu nostalgia acuesta.
Tiene las cuerdas secas;
muriendo esta tu alma y del foso de tu caja, voces salen de quejas de ilusiones muertas sobre las almohadas
y sabanas de holandas de un lecho de promesas.
Tu arco produce llanto de fúnebres campanas,
pues tus cuerdas peladas hondo van suspirando.
Irá al fuego tu caja
rellena de ilusiones. Sobre el faro del Norte brotaran tus romanzas
ofreciendo tus naranjas, ciruelas y limones;
pero tus tristes noches, ¿quién podrá hacerlas claras?
¡A LOS TOROS CON ELLA!
(Estampa Jerezana)
- . . . . . . . . . . . . . . . . . .
y dale que dale a veinte pedalez! . . . . . . . .
Bueno, mamá, yeba razón;
por ci o por no, devez cayá.
-Pero ,¿yo que te digo? -¡Y la burra en er trigo!
-¡Ay, Jozú, Pepito! Tu está alegrito.
-La curpa al vino. La curpa ez de laz gentez,
de eze mardito becino que tiene por nombre, Bicente.
-¡Niño, no te acelere, que baz a perder la chaveta con ezo marditoz querere de eza mardita Enriqueta!
-¡Y la burra en er trigo! -Pero ,¿yo que te digo?
-Bueno pero que bueno ... Mira ,mamá.
¿Cuándo pasa er cereno? -de madrugada.
-Pues como me yamo Pepe Peneya que boy a loz toroz con eya.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sin necesitar bastón,
pero con pasos incierto, a la calle se marchó,
encontrando al momento a un amigo preguntón
que le inquirió con pretexto: -¿A dónde va el camarada?
Quizás vaya a los toros. Aunque yo mal preguntara, ¿vas con alguien o vas solo?
-Aún no ce, Juan Aranda, pero como me yamo Peneya, que boy a los toros con eya.
Una gitana agorera,
de tez como la endrina, de esas, de esas canasteras
de vida tan mezquina, cuando la plástica oyó,
presurosa corre adelante, pero mas pronto volvió
diciendo a Pepa con “ange”: -Ande, ceñorito,
¿le digo la buenaventura por un chabito?
Ande, Pepiyo Peneya ..., que tiene “jechura” de rico...
¿Te digo tu estreya? -¿Cómo zabez mi nombre?
-Ezo ez , ceñorito... Ah,oh ,ci, no ce azombre,
me lo dijo un lorito: ¡Como ce yama Peneya
la cotorra me dijo, que ba a loz toroz con eya!
-¡Que ci! Dalo por fijo. Mira, Dojia (1),
que eztoy “jarto” Atrinca loz cuarto
y lárgate ya: (1) Asunción
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Está animada la calle
que conduce a la plaza. Luciendo vestido de plata exhibe sus galas la tarde. A que pasen los toreros,
en las puertas de las casas parlotean las muchachas
con decires jaraneros. Repicando con donaire los “palillos”,
una ardilla se parece Enriqueta, porque espera la llegada de Pepillo. Viste galas domigeras. Su peineta, madroñera, traje grana y zagalejo,
ponen gracias en sus formas pizpiretas. Siendo de todas espejo -ella lo sabe muy bien-, escudriña en lo espejo
deseando llegue él. Como si paloma fuera, de esta acera a la otra,
los pregones raudos vuelan dando alegría sus notas. Con gracioso sonecillo,
un gitano retrechero Va vendiendo caramelos
pegados a un palello. He aquí el sonsonete
que hace reír a las gentes Er gatito
y er conejito ... Er perrito
y er torito... Er San Antonio bendito mírelo ozté que bonito. Y como el sol quema,
dulce se oye esta queja: A perrita chica, ¿quién la bebe? Agua fresquita, como la nieve. Muy burlones,
con gracia zalamera, mas pregones
se extienden por doquiera. ¡Artamuzes,
zalaitoz y durcez! Garbazos toztao, pa loz sordazo.
Ar buen vino de Jeré. Armojadilla de papé.
Arbeyanaz zalaitaz y zanaz.
Atrochemoche, sesde los coches, sobre el pescante
e incesantes, gritan cual loro:
¡A loz toroz a loz toroz! Y así por aquí y así por allá,
que esto es el cuento de nunca acabar.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Un alegre ormiguero,
sin holgura deambula
en ambiente postinero. Entre el, pues, va Pepillo
con “jechuera” y figura
de que va muy alegrito
Cuando llega ante ella, le canta<
con guasa: ¡Chiquita y bonita
ya, ya ,yay, bonita y chiquita!
-¡Cuánto haz bebió, tonto perdio?
Te parece ar basurero.
¡Ponte bien ece zombrero! El, con cierto talante,
hacia ella se aproxima; mas con aire petulante, casi echándose encima,
quedó le dijo al instante: -Hoy te robo un beso. -Mira no digaz ezo. ¿Qué te haz creio,
tonto perdio? Enriqueta, como la ardilla,
le contestó nerviosilla. El, haciendose el tonto
le dice de pronto: ¡Anda, Enriqueta,
ponte bien esa peineta. -Ponta tu aveztrú.
Contesta volviéndose de espalda y el acercándose muy silente, sin que lo vieran las gentes,
el beso en la nuca le dio. -Eztate quieto,
que noz mira aquel cateto. ¡Jozú, Pepillo,
estas maz pazao que er griyo!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
En jacarando brak, por fin los toreros pasan
tristones
para la plaza mientras muchos los jalean. Los sigue cierto marqués,
y su dama Georgina tras el va en berlina
per siguiendo al cupé. Vacío viene un landó, arrimando a la acera. El que Pepillo espera porque él lo alquiló.
Con calma el cochero paró. Por cumplido de etiqueta, sube primero Enriqueta. Pronto el cochero arreó.
Parte discreta la jaca. Ellos van entusiasmados
mirando a todos lados y pegados como lapas.
-¡Ay ,Jozú ¡... ¡Un tuerto! Haz la cruz.
-No ez cierto, tu, chiquilla. ¿Otra vez?
Zon habliyaz del calé.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Pero, tu no me peyizque.
Me ha dolio . Que te parto laz narices
marnacio.
. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .
Ya ante la plaza el landó, sola se paró la jaca,
se despegan las dos lapas y Pepe el primero bajó.
Diciendo bajaba Enriqueta: -Mira, mi prima Manuela Viene pacá, con Graviela. ¡Mira que zon indiscretas!
-Mira, tu... Haz la cruz.
Cuando llegaron una de las dos,
con gran descaro: así preguntó:
-¿Baiz a entrar? -Ezo ez darce guzto.
-¡Ay loz toroz me dan susto! -Ci, cuando tienez que pagá.
-¡Ay, prima, que fina!
-¿Yo? -No.
-Anda, arcuza.(1) paganoz la entrá.
Un guiño se cruzan que oculta maldad.
-Claro que cí, lindo jazmín.
Mientras oztedez charlan con prima Enriqueta,
boy yo a zacarlaz. Me zobran pesetas.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
-Que ceñorito maz frío,
Parece un ceriyo apagao. -¿Qué tiene pa berte guztao?
-Y tu cayá.... ¡Que no contezta!
-¡Que atrociá! -Pero reza.
Entretanto criticaban , Joselillo investigaba
y llamando a un chiquillo, lleva la diestra al bolsillo:
¿Tu ve ezta peceta? -.................
-¿Y aquella caceta? -................
-Puez toma ezte papé y a la que bizte de grana,
de muy buena gana, le dice, pa ozté.
Volando el chiquillo, cuando peroraban,
llegó al corrillo, que inquieto esperaba. -Ceñorita, un regalito
ezte papé
me dio un ceñorito pa ozté. Lo toma.
Después de leido, de leona
pegó esta bufido. ¡Por uztedez doz
toito acabó! ¡Como me yamo Enriqueta
que a eze tonto le parto la jeta!
SONETILLO DE LOS ARBÓREOS
I
El laurel
El laurel es un gran árbol
por la fama elogiado. Nunca sirve al fracasado,
pero casi al triunfador.
Si la gloria es de bastardo, no se preocupa por eso;
le interesa el suceso que sus hojas coronó.
Hojitas de los laureles,
¿por qué entra en los guisos se patatas con “gravieles”?
Porque testas tus coronas
y por tu un hechizo, te alabamos las personas.
II
Al almendro
Al almendre de mi huerto, un entuerto
lo secó.
Pero el tiempo, generoso,
muy verdoso lo tornó.
Son las cosas
engañosas, corazón.
Tu no espere de la Ceres tal favor.
III
Al olivo
Va de cuento. A un olivo, expresivo
un jumento muy tunante
profería grosería
muy chispantes: ¡A tu tierra
que es muy perra! ¡Forastero!
A España
tu no engañas, pajolero.
¡Ay, qué rico se explicaba el borrico! Y acertaba su ocico.
IV
Al peral
Fruta al olmo
la pedía con porfía un peral,
porque el pobre
no podía y quería
peras dar.
¡Que quimera! ¿No es el colmo que un coloso
te sirviera?
-dijo el olmo muy airoso.
V
Al naranjo
¿No te dije, “naranjero”, que no dieras
muchas flores?
¿Se perdieron tus naranjas?
Yo he perdido mis amores.
Para siempre marchitaron
mis canciones
¡Ay, naranjo, porque diste tantas flores!
VI
A la higuera
Rica sombra una higuera, vieja y seca
sólo dio.
Afamado imaginero
muy contento latalló.
Pero el santo
-dicen muchas-, en milagro
no hizo nunca,
porque brevas malas diera.
VII
Al limonero
El dichoso limonero
curandero y bonachon,
cura el flato y afecciones de riñones sin dolor.
Para el cutis es muy útil medicina.
Cual portento al momento
lo satina.
VIII
Al castaño
Te dedico,¡oh! , castaño, este incauto sonetillo.
Con la encina y el membrillo
manjar fuiste por antaño.
No existía el engaño ni vivían hombrecillos,
sino el rústico y sencillo, en la fauna un extraño.
Si los tiempos van cambiando
sigues al hombre gustando pues, naciste para él.
Fuiste su segundo pecho,
pudiendo de estar satisfecho porque sabe agradecer.
IX
A la encina
Muy cuitada una encina ya termina su miriada.
Despiadado cardonero en enero
la ha cortado.
Cual estrella, tuvo ella
larga vida.
Más querida fue la encina
en cocina.
X
El ciruelo
Un ciruelo achacoso y nudoso
vino al suelo.
De su leño funerarias
cruces, varias hizo el dueño.
Y ahora
tumbas tristes el decora.
Tu, ciruelo,
siempre fuiste un consuelo.
SUPERTICIONES I
¿Por qué los perros ladran mientras la luna nueva? Ladran pidiendo parcas
para la vida enferma. Nada, supuesto insano,
supersticiones vanas de esa creyente plebe buena ,sencilla y sana.
Nada les piden para la vida enferma cuando en la luna nueva los perros ladran,
temen estando solos con las tinieblas.
II
¿Por qué la rana canta bajo la luna plena?
Dicen que pide agua para hierba seca.
Nada , supuesto insano, supersticiones vanas
de esa creyente plebe buena ,sencilla y sana.
Agua no pide para la hierba seca cuando en la luna plena la rana canta,
llora, suplica llamando el macho a la hembra.
AL PIE DE SU TUMBA
Al pie de la umbría tumba, ¡ay!, madre querida,
de tu cadáver tan yerto, ¡madre de mi vida! mi débil mente reza
el Ave Maria de mis recuerdos y sueños.
¡Cuánto me quisiste!
¡Cuánto, ay, te quiero!
Tu me adoraba. Por ti deliro.
Tu encendiste la antorcha de mi visa,
arrullaste mi dormir en tus brazos, me besaba con cálido instinto
si mis ojos inquietos te miraban.
Por el sabroso néctar de tus pechos creciendo fui en tu dulce regazo.
Si tu nombre de reina, balbuceaba, tu reías como ríen las auroras.
Juguetón y ufano llegué a hombre por tus cálidas caricias bien guiado. Por ti , madre envidiada y cariñosa,
la trémula mano de la existencia vino cariñosa a protegerme,
y el color encendido de las flores hoy me hablan de dichas o de amor, sentimiento, como el alma, eterno.
Los días, en corriente impetuosa, a la eternidad lazan mis elogios, y mi cáliz de miel ,mi boca apura recordando la vida de mi infancia
por los años impelida a la roca de las adolescencias deslocadas.
El reino de Dios evoca mis dicha, y afligido mi pecho por ti llora. Cincelada en riquísimo mármol, sin cambiar la actitud de tu cara, la figura de ella guardan mis ojos
recordándola mucho con endechas, si, madre ,que corazón y cuerpo,
donde está la virtud se compenetra.
¡Tiéndeme ,madre ,tus alas de ángel y llévame pronto a donde tu habitas!
¡Cuánto me quisiste! ¡Cuánto, ay , te quiero!
Al pie de la umbría tumba,
de tu cadáver tan yerto, ¡madre de mi vida!, mi débil mente reza
el Ave Maria de mis recuerdos y sueños.
CANTO A DORAMA
(Soneto)
Llorad, islas canarias al ínclito Dorama, de triunfitos rodeada su cólera dañosa,
siendo del invasor espada rigurosa cuando su arrogancia por las cumbres
derrama.
Al ímpetu del viento, devastadoras larmas le hacen parecer de manera engañosa. Espanta su macana por ruda y gloriosa y su quebrado brazo el futuro aclama.
Su mano desatada tembló con su macana al ver su triste suerte, pero el invasor
himnos tira al viento ante tanto valor. Su ira no le ofende, ni su soberbia vana,
que Dios puso en su pecho coraje y daño tanto, para convertir luego tantas glorias en cantos.
INFLUENCIA DEL VERSO
Con ricas estrofas el soneto borda la historia preciosa de bella princesa;
princesa de cuento, cuanto que empieza con son de bemoles en tono menor.
Su historia es de hada viviente entre velos,
cautiva en torre de cristal dorado, llorando al príncipe, doncel encantado por ciertos poemas en verso español.
¿Qué tienen los versos de rima española?
Si pulsa el arpa con voces dolientes, lamentos del viento o lloros de olas.
Mas cuando contento al corazón ronda, murmullos de besos de niña inocente o cantos del alma riendo en la onda.
LA BATUTA
La batuta encierra amores secretos de ninfa amable en río sin cauce.
Es la musa blanca que vive del viento o el alba blanca luciendo cristales.
Es basar azul de hembra perdida
en cielo rosado por luces de carnes o hada dormida en la alameda,
de inquietud herida por quien no se sabe.
Es fruto de aurora que nos trae flores
de jardín celeste, con lindo ramaje, derramando sombra y trazando ilusiones
de ritmos, arpegios, corcheas y claves.
La nostalgia verde mirando al cielo, la luna triunfante, nuestro sol amable,
la gota de agua de lluvia serena o el sentir fatal de nacer tan tarde.
No sufre tristeza de blanca paloma,
ni quiere consejos de viejas comadres, pues colma la vida de signos muy nobles
y al pentagrama de lindos rosales.
Su cuerpo divino, se nutre con rosas y gasas de oxigeno de los manantiales. Al cortar el viento, su amor despierta
resignadas cosas casi impensables.
¡Oh, palito mago, que a tus huestes llevas a rizar loas olas de los bravos mares!
Tu temblor sin miedo en mi pecho alza ilusión romántica sé savia entrañable.
¡Oh, varita mágica, de virtudes llenas! Das vida al mundo, color a la sangre,
a los ojos luces, sosiego al alma y nardos y lirios a santos altares.
Al llevar tú al bosque de silencio lleno, los árboles, mudos, cantaron pesares. Cante con algunas serenas canciones
cargadas de ciencias, que tu me enseñaste.
Del laurel frondoso, profundo y sincero, que lleva por dentro el cuerpo de Dafne,
corté una rama y formé mi batuta, mi estrella polar, de ritmo radiante.
VOZ DE ULTRATUMBA
Yo viví, por ti, por tus falsos besos, una vida llena, ay, de sinsabores. Vida sin vivir, vida de clamores
al considerarme en tu lado preso.
Tendo sobre el alma todavía impreso senderos orillados por tristonas flores,
por donde pasaron agudos dolores tras la dicha ultima: la del Gran Suceso.
Por premiarme el tiempo mis desvelos
al verme de ti tan enamorado, ahora vivo sobre el séptimo cielo.
Mira, tu desdén mi alma ha salvado,
que fue, con tus gracias, mi loco anhelo, y ya ves, quisiera volver a tu lado.
TU NO LO OLVIDES
Besaban las nubes los rayos del sol, con risas de novia la tarde se fue
llevando en los brazos caricias de amor de niña celosa de un rojo clavel.
Con manto oscuro, la noche surgió guardando en sus pliegues secreto muy cruel.
Las brujas, silvestres, conversan sin voz y ríen y cantan y gozan, ¿por qué?
Nos vemos la luna, ni estrellas hay ya;
tinieblas es todo en el cielo de ayer. Sus luces, tan bellas, ¿por dónde estarán?
¿Alumbran los mares donde habita el bien?
De pronto los montes retinglan. ¡Qué horror! Furiosas las nubes no sé, no; por que,
descargan sus iras locas. ¡Ay, Dios! ¡Aplaca tu al viento! ¡La lluvia también!
El trueno retumba. El viento arrancó más furias a las nubes. Entonces rocé.
¡Un claro en el cielo! ... La calma volvió. A Dios se le pide regazo con fé.
AMOR SIN AMOR
Cuando sola parlo con mi coincidencia, Dios, de aquellos tiempos,
un cuadro quiere pintar mis palabras y mis pensamientos.
Me parece imposible conseguirlo
si de el me acuerdo, porque, Dios mío, que trágico sería
mi pobre lienzo.
El pincel de mis penas y recuerdos, Dios, de aquellos tiempos,
quisiera pintar la horrenda barraca que ruge en mi pecho,
que en el lapso de tiempo de aquellos insulsos amores
ingratitudes y oprobios recibo de aquel raro hombre.
Como lloran las pobres golondrinas bajo mi alero,
así lloro, que amor y cariño los tengo por dentro.
PRESENTACIÓN DEL VIOLIN
¿Quién soy? Señores.
¿Un tibor de azucenas? ¿Nidal de ruiseñores?
¿Voz sin garganta que sin sonar suena?
¿Una niña morena de delgada cintura? ¿Los ojos de la pena
puestos en la roca de la Altura?
Soy las palabras dulces de los lirios el narrar la epopeya de su amor. Las llamas de la luz del paraíso,
la melodía hecha corazón.
El corazón doliente de las flores y rey supremo de todos los siglos.
El tembloroso aroma de la noche
condensando a través de los sonidos.
Sin mí, de la vida, ¿qué sería? ¿Un sendero sin ritmo ni flores?
¿Algo raro sin noche ni día? ¿Amor de un vergel sin olores?
Le presenté a las almas mis alas porque sin ellas mucho sufrían
al faltarles la fé y las claras ilusiones que a Dios le pedían.
Por eso mi arco quiere ser paz de todo destino con sabor de pan divino
del astro que nunca muere, y hacer de ti más que eres con el zumo de aquel vino, que con arpegios y trinos, te brinde sanos placeres.
Mi alma es, señores, el médium de mi vida. Con él tengo un mundo de claveles y nardos;
con él tengo un mundo de rosada alegría, donde veo a la luna y al lucero romántico
durmiendo sobre el fuego de melódicas risas. En él tengo el nido tembloroso y soñado
del mancebo jacinto y la rosa amarilla enredando sus ansias a sus pechos de mármol.
Las cerdas de mi arco rezuman la tristeza de cipreses dormidos, del cirio apagado, de la cruz solitaria rodeada de yedras, de las lentas campanas y las tumbas de
mármol; mas también la alegría de pasión con ojeras, del beso en la boca, de la madre sin llanto, de las flores y versos, del collar de perlas
derramando su fuego sobre el pecho blanco.
Soy el refugio de corazones buenos en amistad con la lira amorosa.
Dulce Loto y alma de todos los pechos que en su cáliz azul sus ansias flotan.
Sé que soy azul, franco y tranquilo;
mas si algo soy, es porque vuestra diestra, que jamás quiebra cuanto llevo dicho, de conformidad va con la izquierda.
SONETO AL BELLO SEXO I
Maternidad.
Cierto día pletórico de inquietudes, abrazándote al dolor de un soneto
de nueve plenilunios muy completos, diste un grito, luz de vivios o virtudes.
Dulces néctares liba en tus pechos con sonrisas de angélica infancia,
que envuelto en tules y en sus propias fragancias,
llega a la pubertad algo maltrecho.
Ahora porfían sus gracias con las rosas, pero ayer jugaba, cual mariposa,
con las flores de un jardín abandonado.
¿Oh!, lluvias inocentes lo han regado y bellísimas plantas crecen ahora esperando besos de clara aurora.
II
Juventud.
En bellas flores transformadas, baste ahora que tu forma sea completa
para que la lira embargue del poeta y te cante con estrofas delicadas.
Alégrate por ellas, regaladas
por su musa, tañidas con saetas, afinadas por dedos de atletas
para besar tu frente despejada.
Vuelve tus ojos a ti, juventud, tu corazón piedad santa encierra,
que sobre el mundo, nada como tu.
De él, su paz a tu vida se aferra. Gózate contente tu propia luz,
rayos de los placeres de la tierra.
III
Amor.
Para risueño harén de los amores, el alma tiene soñados jardines,
donde cantan coros de serafines ricos y armoniosos versos a las flores.
Porque el alma vive de ilusiones
que nos llegan de celestes confines cuando nos comunican claros clarines los tiernos encantos de las pasiones.
Por eso os vemos siempre preciosas, aunque no sois más la débil cosa de un gran misterios contenido.
Si es lindo o no su continente, nos parece aquella clara fuente
que la sed apaga al ciervo herido.
IV
Lindas notas de encantadoras liras caen con candidez de las mil canciones
tristes, escuchadas cuando suspiras, la tarde mágica sus oraciones.
Entonces, éxtasis dulces y rozados
embargan vuestro pecho. Si; mujeres, y desaparecéis entre dorados
recuerdos de festines y placeres.
Pues ese dulce vespertino acaso -copia cándida de los infinito- es florecer del último fracaso.
Porque sufrir os veo tanto, vierto lágrimas. ¿No sois eso? ¿No sois
de pretérito y futuro incierto?
HIMNO A ROTA
¡Salve, Villa, trocito de España y gran baluarte que la defendió! Tu siempre al mar que te baña, recuerdas tus grandes hazañas cantándole con dulce primor.
Siempre has sido del Golfo la perla,
muy heroica, muy noble y leal. Nuestros brazos podrán defenderla, pues mañana tendremos que hacerla
capitana de la libertad.
Cariñosa tendió ella su mano cuando vuela Colón sobre el mar
tras un mundo oscuro y lejano que él concibe alegre y ufano,
para luego a la ciencia brindar.
Es furiosa leona luchando cuando vence al moro infiel,
defendiendo la cruz de Fernando, que gozoso la va coronando con ramitas de verde laurel.
Es fogosa en todas las guerras
que le hiciera el pueblo más cruel y luchando por toda la tierra
va escalando las más altas sierras defendiendo de Cristo la fé.
Tiene Rota perfiles del moro bajo un cielo retinto de azul;
con sus playas el himno sonoro que las olas le cantan a coro, reduciéndolo el sol a salud.
Altos pinos le brindan cantares,
los viñedos, perlitas de sol, sus mujeres preciosos collares y los hombres aquellos pesares de su azada o del rudo timón.
¡Gloria a Rota, hermosa y galana! ¡Gloria a Rota, oh, ninfa del mar!
Tu, atenta al difuso mañana, hazle cara alegre y ufana cada día en su despertar.
¡¡¡TIERRA!!!
Canto Colombino.
Siendo aún mora Granada la bella, llegó a Moguer un buen marinero. De otro mundo, con tono parlero, dijo: Tiene el mundo más estrellas.
Su parla convence. Escrita ella, la pasa a Granada fraile austero; pero interesan ahora guerreros para escribir la gran epopeya, pues a ese amor tan abrazada
y al intelectivo don de su acero, no le atrae la maquina estrellada. Son de su virtudes viejas señales tener a Fernando por consejero
y por espada a su generales. Bañados los ojos por hondos llantos;
sufriendo su desdicha rigurosa, las llaves de su joya más preciosa
entrega Boabdil, que defendió tanto. El cielo esconde del moro el espanto
cuando Isabel las recibe gozosa y no menos deleitada que ambiciosa, porque en manos mora es quebranto. ¿Dónde pondrá luego el pensamiento,
quizás tras las estrellas relucientes para alumbrar las gracias de sus glorias?
Si; henchida de singular sentimiento, todo su pasado y feliz presente encadenará a su gran victoria.
Isabel, de piedad santa encendida, vuelve otra vez a la patria amada
de sus lindos ojos tiene mirada para dar al hecho calor y vida. Por eso jamás España la olvida, siendo su reina mejor coronada,
por sus virtudes la mas envidiada al forjar su patria, de historias henchida.
Con su corazón alto sublime de solitaria zurita, no gime,
ni quiere aplausos, ni lisonjas vanas, quiere deshacer la opresión tirana
de tantos laureles y hondos gemidos, estos de esclavos, aquellos de erguidos.
Para buscar especias sin gloria, tres naves, alegres como amapolas,
zarpan de Moguer, luchan con las olas, asombran al orbe y hacen historia.
¡¡TIERRA!!... ¡Oh, la redondez es notoria ante las bellezas de “La Española”, cuyo nombre es preciosa aureola,
aunque baste acaso con su memoria. De aquellos hombres que dudosa suerte,
¡ay!, las quillas llevaban a la muerte, fue el grato orgullo del venturoso día.
Indios de ellos de contento ardían Y los sabios esperaban sonrientes
el regreso de la atrevida gente. A la dichosa tierra han llegado
tras mil fatigas y conducta dura. La sangre por las venas, con dulzura,
la aspereza en amor ha tornado, y Colón, al cuerpo el lazo atado por la ingratitud y desventura,
vio a la pasión, al odio y a la locura , de gozo a sus pies caer desconcertados. Con la verdad que dio “La Española”,
aquella ingratitud quedó vengada e hizo soñar a futuro almirante.
No cantarán los cantos de las violas del mundo tanta verdad presentada,
fervorosas lo hará la cruz amante. Mil naves se remontan altaneras
buscando al mundo otros argumentos y como abrazadas a un juramento, ninguna queda en nuestra rivera. Llevan la soledad por compañera
y confiando en los cielos y elementos, saben que aquel fogoso pensamiento dejó de ser simple y triste quimera. No miran, no, al confuso presente, les basta con el ansioso mañana,
cual adelantados rudos rudos, valientes, que las gentes de ámbito ibero
tienen a la muerte por cosa vana si abre la lucha nobles senderos.
¡Oh!, las tribus, vagando placenteras junto al mar, al invasor esperaban
con tierno amor. Y sus ojos alzaban al claro cielo y a nuestras banderas.
Les llaman nuestro vestir y maneras,
dándole el pensar en su tosca aljaba, cuyas flechas ocultos afilaban
por si el “blanco” la guerra hiciera. Como Isabel y Fernando querían, benigna España su fuerte mano
en cariñosa adopción el extendía. por el placido instinto obligados a querer la patria posarse ufanos, el fraternal brazo es rechazado. Tirando al viento triste alarido
y lanzados unos gritos espantosos; tirando el indio sus dardos rabiosos
al pecho del invasor atrevido, la crueldad el odio se a permitido
y de las praderas el manto hermoso empapa la sangre de mil colosos
que espiran si exhalar un gemido. Mas, ay, no pudieron oír los mortales
al sol elevar a Dios su plegarias tras aquellas batallas infernales;
pero vieron cruzar negras figuras por las noches tristes y solitarias, suspensos de la bóveda oscura.
Del dardo vengador contra el potente; de los indios el furor implacable,
es posible que el mundo no hable, pues siempre el extraño empaña la frente
y si lucha con ardor impaciente, su pecho rebela sentir notable,
no de viendo ser ,pues, abominable su rencor de salvaje inconsciente. En las vibraciones de sus cantares
ofrendas de nuestro cariño llevan, pues hasta se traducen los pesares
y parecen escucharse hondos gemidos cuando sus notas al cielo eleva
su corazón con sensibles latidos. Cuando la pelea la paz nos regala,
sobre el haz de la pampa, sin tibieza, sosegado el indio a vivir empieza
y odio y amor su pecho iguala. Cantan las aves batiendo sus alas y olvidando monótonas tristezas,
doradas mas tarde por las grandezas vistiendo ricas y vistosas galas,
logrólo todo el trajín y las faenas lis cantares de los ríos por los valles,
La verde espesura, el prado hermoso, la oración al cielo, el alma serena, la seo grandiosa, la amplia calle,
el rancho honrado y el pan sabroso. El tiempo cantó la excelsa hazaña
reverdeando del Cid arrogante sus palmas y laureles rutilantes
ganados por su “Colada” extraña, que al triunfar las milicias de España
envainaron la espada coruscante, y asida a arado brillante,
colonizan en singular campaña. Ya no tiene el indo alma de fiera,
pero tiene lagrimas en los ojos y labra el campo y limpia su era,
que cuando pudimos tener amores pasaron los caballos a rastrojo
y del pasto seco brotaron flores. Llegado el día feliz de la ansiada
libertad, se van los conquistadores Dejando atrás tres siglos de rigores
con tantas naciones civilizadas; mas también por doquiera dibujadas,
con lápices de encendidos colores, las ínclitas victorias y loores
de sus obras por siempre celebradas. Y regresan los adustos galeones
tejiendo con sus victorias guirnaldas y temidos de arrogantes naciones; regresan a su puertos venturosos,
cantando a su bandera roja y guarda, himnos el Atlántico proceloso.
SUEÑO
Medrosa la noche nos trajo el día, (silente amapola,
detén a las Horas.) los brazos trabajan con noble porfía;
(Silente amapola detén las Horas.)
mas vino la noche cantando alegrías. (Hojas frescas de mi álbum.)
Soñando despierta mi alma sufría, (Hojita de parra,
descúbreme el cielo.) y vio una fuente. Las ninfas dormían
(Hojita de parra, descúbreme el cielo.)
Mi pecho en la fuente su canto vertía, (Hojas frescas de mi álbum.)
Rumor de nostalgia el río traía
(silente amapola, detén a las Horas.)
y en casto remanso con Venus dormían (Hojita de parra,
descúbreme el cielo.) los altos ardores de mi fantasía.
(Hojas frescas de mi álbum.)
Manchado de tintas el alba volvía;
(Silente amapola, detén a las Horas.)
sus ojos enormes mi sangre encendía (Hojita de parra,
descúbreme el cielo.) con bromas y suspiros. ¡Que gran sinfonía!
(Hojas frescas de mi álbum)
RECORDÁNDOLO
A mi amigo y colega don Salvador Cayetano,
artista de paciencia, trabajo y amor.
Cumpliendo deberes de su rico cargo, en su pueblo, sorteando lamentos,
soportables pocos, muchos amargos, pedagogo lo hace el saber del viento.
Regalando al niño ojos de Argos,
en marfil el graba sus pensamientos; mas con hilo de seda verde y largo le bordó el tapiz de sus contentos.
Por los cristales rotos de su vida,
con el agua luchaba la arena, pero su amor todo lo olvida.
De su academia la nostalgia azul,
ahora boga sobre azucenas
recién cortadas y llenas de luz.
POR EL HORIZONTE
Por el horizonte severo
alumbrando llega la aurora aquellos oscuros senderos de esperanzas seductoras
en el espacio perdidas tras la idea y el pensamiento, sobre nubecillas que olvida
la blanca rosa de los vientos.
Por el horizonte severo la idea viene orgullosa
lactando el pecho hechicero de la ninfa voluptuosa,
la nobleza del sentimiento y la acción benefactora,
visto así por el pensamiento si visten moral redentora.
Por el horizonte severo la ilusión cantando viene la tragedia que el lucero
corusco de noche sostiene con la sombra del engaño, que amarga al viejo tanto por vivir como ermitaño
que jamás llegó a ser santo.
Por el horizonte severo
cruza la juventud con prisa queriendo anidar bajo alero
o en juguetona cornisa, abandonando luego el nido para vivir siempre amante
por su misión haber cumplido llena de placer arrogante.
Por el horizonte severo
la ilusión y la esperanza, con el placer y el dinero
se van bailando una danza con ritmo de desazón,
y su melodía al recuerdo dispuestas al pedir perdón
de maneras y modos lerdos.
Por el horizonte severo la vida pasa presurosa
dejando que los herederos vayan llorando a las fosas; mas estos casos peregrinos
no tenerlos por cosas malas, que si el hado a traerlo vino
la muerte a todos iguala.
PAISAJES DE LA RIADA
Calor de ceniza tienen las nubes
que llenaron de crimen al río, ayer cascabel vació.
Alumbran los montes trenzas de truenos;
sus destrozos bajaron al río, ayer cascabel vació.
Familias enteras y sus utensilios,
se los tragan las aguas del río ayer cascabel vació.
Las chozas de juncos, llenas de quejas,
sus canciones entregan al río, ayer cascabel vació.
La fuerte veleta(¡Pobre ermita!), dando besos al viento, fue al río,
ayer cascabel vacío.
Caballos, ovejas, cabras y toros, sin quererlo, arrastra el río,
ayer cascabel vacío.
Olivos, naranjos, pinos, sumisos todos, pagan tributos al río,
ayer cascabel vacío.
Culebras, lagartos y grillos huían de las aguas del río, ayer cascabel vacío.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Grandiosa esmeralda forma el cielo;
de manzano se viste el río, ayer corazón impío.
Sin lodo el campo, verde ahora,
sevillanas le canta al río, ayer corazón impío.
Mujeres y hombres, viejos y niños
campesinos, bendicen al río, ayer corazón impío.
ABNEGACIÓN
Se eleva la casa en prado muy verde cantándole el gallo. Un perro la guarda
y el río la besa besándola alegre.
La casa es bonita, graciosa y alba. La ocupa Rosario con Tere, su hija,
llevando la casa la aguja en silencio. Con rudos trabajos lo pasan tranquilas
y crece la niña pensando en el cielo. En dulces mañanas que el cielo envía,
la madre, la niña, el perro y el gallo pululan del río a la casa con noble porfía
y dan al paisaje mas vida que el árbol. El día se quiebra pues dieron las doce,
durmiendo cansino el perro en la sombra. ¿Rosario? En la Singer, si, cose que cose ganando a la Tere el pan que se come.
Luciendo en los hombros collares de perlas, cantando graciosos se marcha las tardes.
La madre ya reza o cose sus penas, trayendo a la mente saudades del padre, y llegan las sombras con tristes cantares
durmiendo a la niña. El perro vigila. ¿La madre? En la Singe le da al volante
con esos afanes que agotan la vida. Tendida en su lecho, no duerme, descansa.
Un ángel la guarda rondando la alcoba. ¡Que sueño tan dulce! ¡Que cara de santa!
El ángel la deja, pues vino la aurora.
REQUERIMIENTO
Al hablar de muchas cosas, que lo hiciera de las ligas
me pido la caprichosa Leonora, buena amiga.
Estaba con Maribel
-que por casta Dios bendiga- cuando todo mi saber
le expliqué sobre las ligas.
Para fundir las campanas precisamos el crisol;
para saber de las ligas empleamos la ilusión,
también algunas mentiras, a veces, ser trovador,
quedado entre sus garras cuando sabemos el color.
Al muslo siempre agarrada
entonando su canción con sudores perfumadas,
despiertan la ilusión cual ardiente llamarada
voraz de la pasión voladora en nuestras alma,
que así lo quiso Dios.
Más arriba está la gloria que os hace deseada...
Entonces vuelven la espalda y se marcharon euforias,
teniendo que concluir sin terminar mi cantata,
pero las vi sonreír al volver sus lindas caras.
YA VIENE LA MUERTE
Ya viene la muerte volando hacia aquí. ¿La dejo que llegue si viene por mi?... Ya viene a mi lado
y cerca de ti. Te mira enfática,
sin poder reír. Tu estas impasible,
preciosa hurí. ¿Acaso tu cuerpo
lo hace sufrir?
. . . . . . . . . . . . . . . . . .
Allá va la muerte huyendo de aquí.
¿Qué tiene tu alma que hízola huir? Contigo no pudo
y huyó de ti...
¿Quién pudo contigo dichoso de vivir?
Que venga a verme y vete de aquí,
que al verte no huya y pueda reír.
Que venga la muerte volando por mi,
que amarte no quiero, mejor es morir.
¡AY, SI!
En la lóbrega oscuridad de la alcoba, el fuego fatuo de placeres muertos,
acaricia el recuerdo de los hechos
que sacaban ese órgano que amor incita, lugar es, para muchos, de recreo, para otros, llamas del noble fuego que derrite el mental de la vida.
MI ESPOSA
Una bordadora buena, sencilla; una mujer honrada y hacendosa
hija de oscura andaluza villa, tengo par madre mas que por esposa.
De sus manos salen aún maravillas
para hacerme la vida venturosa, por eso en mi casa siempre brilla
la flor y nata de sus grandes cosas.
De mi vida infeliz lleva la carga de una cruz abrumadora y larga...
¿Quién , como yo, la quiere en el mundo?
CONTESTACIÓN POR DACTILOLALIA
Gitano viejo y chalán requirió al campero de su querido lugar:
-Dígame el toque que das para misa, campero, que no debo faltar.
-¿De mi te quieres burlar? Mal gitano, embustero, le contestó sin replicar.
Lo mira y lo vuelve a mirar y encogiendo índice y anular, dejando el de corazón tieso, el campero, hombre avieso,
Dice: Pa tu hermana el cantar. Ya sabes el toque que va.
MI SOBRINA MARIANA
Mi sobrina Marina es muy buena costurera.
Tiene aire de sultana con esbeltez de palmera.
Tiene alma muy cristiana,
tiene ojos de hechicera y por pechos dos manzanas
mas bonitas que de cera.
Como monja de clausura vive en jaula lujosa
despreciando su hermosura.
¿Ningún corazón humano gozará su vida moza?
¿Será festín del gusano?
AMOR PERMANENTE
Entre la flor del naranjo
anidaron mis amores, que crecieron suspirando
al compás de tus canciones; canciones bañaban
en ríos que no existieron, donde las ninfas lloraran
con perlas de mis recuerdos. Sobre aquellas aguas claras
que nunca a los mares fueron, viven juntas nuestras almas, bogando a ningún puerto, transportando las naranjas
del precioso naranjero, entre cuyas verdes ramas
se unieron nuestros cuerpos. La senectud ha llegado
y el : Te quiero y ¿Me quiere? que en la juventud juramos,
su conservan inherentes. mi tierno amante
SU PAÑUELO
Los coros de ángeles
de mi corazón, con besos cantaban
mi último adiós. ¿Ay, madre querida,
qué pálido estaba! ¿Por qué Dios la vida
tan joven ,quitaba? ¡Madre, madre mía,
qué dulce semblante, aún muerto ,tenia mi tierno amante. Mi tierno amante
subió al cielo y ya agonizante
me dio su pañuelo. Me dio su pañuelo
¡que grato recuerdo! El es mi consuelo.
No; yo no lo pierdo. No; yo no lo pierdo por ser tan querido, por ser un recuerdo
de mi prometido que está en el cielo por Dios elegido... Tu dame consuelo. Tu dame consuelo, ¡madre, madre mía, que perdí el pañuelo que tanto quería!...
¡Ay, madre querida, que pálido estaba!
¿Por qué Dios la vida tan joven le quitaba? Los coros de ángeles
de mi corazón con besos cantaban
mi último adiós.
EL VINO
Delante de mis ojos se extendía la viña grandiosa, sin ribera.
Su verdor en sus luces me envolvía. los racimos pendían por doquiera.
Lejos, allá lejos, muy lejos,
relumbran vides , mas vides cual de esmeraldas los reflejos pidiendo que nadie la olvide.
¡Oh, risueña campiña,
el ámbar de mil colmenas atesoran tus viñas,
de perlas verdes y amenas!
Y pensé admirando:
¿Será, Dios mío, este mar ingente, de vides sembrado,
desgracia de tantas gentes?
A contestarme vino dulce visión de célica hermosura,
de donaire peregrino, casta radiante y pura,
cuya frente serena porfiaba su blancor a la azucena.
Si su alas abría, brotaba luz, como el nuevo día. Ella, por las pámpanas volando
de la encantadora viña, donde el tordo enamora cantando,
donde el tordo vive rapiñas, vino a mi exclamando:
-Ten valor... Ven conmigo... Aclararé tus dudas. Cual hada soy.
Sé cuanto digo... ¿No vienes?...Me voy.
-¡Si; espera! -¿Qué quieres?
-¡Quien supiera! - En la vendimia, oro formo del vino.
Soy la alquimia y el Destino.
Acarreo perjuicios caros contra todo bebedor necio; pero por la senda de lo raro brindo el bien a buen precio.
El vino es el día mismo. Su valor es la existencia,
su color del sol le viene y es la eternidad su ser.
¿Qué, a él, se parece del orbe? ¿Qué resiste su presencia?
Nos produce gran contento, felicidad y
placer. Redile, hombres buenos, vuestro gentil
favor, presentarle las copas. Ofreceros cariñosos y cantaran con vosotros querubines de el
Amor, esas delicias de los ricos vinos olorosos.
mas la visión, suplicante, dejó a mi alma embebida en las cosas de esta vida y se esfumó al instante.
PRESENTE DE LA LUNA
Si nos estamos besando, están las estrellas, a una,
riéndose con la luna.
La luna está observando.
Cuando estamos hablando, ¡Cómo escucha la luna
con atención importuna! Y ella sigue observando.
Si tu me estás abrazando, ¡Cómo nos mira la luna con ojillos de gatuna!
Y ella sigue observando.
Si nos quedamos pensando, sutil, sin duda alguna, vuelve la cara la luna.
Y ella sigue observando.
Las lunas fueron llegando trayendo oro a la cuna,
que es nuestra dicha y fortuna. La luna sigue observando.
CANTO A LA OROTAVA
Orotava laboriosa, madre de todas las rosas,
reina de la juventud, avecilla caprichosa
eres tu. de esta vida e interludio de la otra.
Cuando el sol acaricia
a la humilde choza, es música que canta
por entre los trigales las amapolas.
Cuando el rayo se agarra furioso a la roca,
es música de réquiem por el alma cantara de la alondra.
Cuando el viento duerme
con la celeste bóveda, ¡Dios mío, que contraste
con la música que cantan las rosas!
Cuando el viento brama empujando las olas, es música arpegiada
por las Furias con puñales y antorchas.
Dios la música hizo con el verbo de su Obra, de ahí que todo el cante
con llanto o carcajada de Jota.
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EPIGRAMA
Nunca casó doña Flora, pero dejó en testamento : Si muero viviendo sola,
quiero de acompañamiento el que tuve en mi boda.
-
LA OCTAVA DEL CORPUS OROTAVENSE
Para rendir homenaje a Cristo,
bajó presto del monte la retama, que con las flores maravilladas traman
una manos finas de artista listo.
Pues sobre el verde brezo bienquisto, con motivos eucarísticos de clama de La Orotaba su inaudita fama,
declarando: He aquí el tapiz previsto.
Y la torre, como dándose pisto, difunde un sonoro pentagrama
saludando a los muchos oriflamas.
Y detrás viene lo nunca visto : Un cortejo del pueblo y lindas damas
que al Hábeas Christe en silencio alama.
¡VAYA LETRERO!
¡Vaya letrero...! “La Primavera”
Folio, tercero lista, primera.
Mira, chiquilla,
por aguas de esta bahía no hay barquilla
más preciosa que la mía. ¿Su proa?... Ligera, gallarda y austera; la popa es figura de linda pintura.
¿El timón? Juguetón
¿Y la quilla? Pues sencilla. ¡Que vela!.. ¡Que remos!
Perderla
yo temo.
Estando sola sobre la arena, ¡oh, barcarola,
duermen mis penas! ¿Oh, barcarola,
rompiendo las olas, más nos queremos.
Perderla yo temo.
¡Que vela! ¡Que remos! ¿Y la quilla? ¿El timón? Juguetón
La popa es figura de linda pintura. ¿Su proa? Ligera
gallarda y austera. Mas preciosa que la mía
no hay barquilla por aguas de esta bahía.
Mira, chiquilla, lista primera, folio, tercero.
“La Primavera” ¡Vaya letrero!
SEQUIA DE AMOR
Vengo ahora de la fuente, de donde fuerte
manaba, pues la fuente se ha secado y el ciervo está
sediento ¿Por dónde ahora vuelan las músicas de sus
besos? ¿Dónde están las rosas y sus novios los
claveles? Sin escuchara a la fuente,¿de nostalgia se ha
secado? Si, y las blancas margaritas, con los olorosos
nardos terminaron sus amores al chompas de triste
son. Con daudaes de la fuente , silencioso el río
arrastra no lleva al mar los pétalos de las rosas y
claveles que venían de la fuente y el río arrastró. No es ya ameno el prado, ni tampoco su
floresta, ni reza lo pobre ermita, ni las avecillas cantan,
que la fuente se ha secado al morírseme el alma,
mi alma de ciervo sediento de caricias de amor.
SENSACIÓN ONÍRICA
Mientras nos cantan de noche la brisa, el mundo onírico del pensamiento
compone extravagantes argumentos sin aquellos valores de la premisa.
Brusco el corazón late deprisa
atolondrando tanto el sentimiento que, abrazándose al sentimiento,
nos despierta con lágrimas o risas.
Tras del sueño, un iris generoso por encendidos colores rodeado, el arco de los cierto ha colocado.
Pues sobre fondo celeste precioso vaga luego el cuadro naca rado que la realidad hubo tramado.
ARRIBA HAY QIE MIRAR
Que tremenda es la verdad y más recio el parecido de una copa de cristal,
carente de contenido, con la mente y realidad
de los sabios que se han ido sin haberlos convencidos.
¿Será imposible hallar en el monte blanco grajo?
Tan rara es la verdad que da al sabio trabajo,
pues arriba hay que mirar -el sabio mira hacia abajo- cuando queremos lograr la razón por corto atajo.
CONTRAPOSICIÓN
¡Que desgracia e insulsa vida la del que huye compañerismo y sigue las equivocadas sendas de la indiferencia y egoísmo!
¡Que venturosa y plácida vida
la del que suspirando bien vive por que el sufrir dolor no le causa
una vida que nadie concibe!
INTERROGACIONES
¿Por qué no puedo vivir en el fuego,
ni apetecer en invierno más frió, ni vivir con los peces en el río,
ni pedirle a la muerte: ¡Ven luego!
¿Por qué al sol no puedo mirarlo, ni ascender para vivir en la luna, ni imponer favores a la Fortuna,
ni ver a Dios y menos escucharlo?
Y respondió una voz misteriosa: Si realizar no puedes tales cosas,
culpa es que invierte en deseos tu vida.
Ni fogoso, ni impaciente pidas, si; que Dios impuso a la ciencia el lema de resolver con pausas tus problemas.
EL MUSICO AMBULANTE
Como las ruedas a la carretera, se pueblo en pueblo lo arrastra el sino.
Si el come pan, no bebe vino y el clarinete es su maleta.
Casi sin penas y sin pesetas,
pasa tranquilo por los caminos y por su porte, sucio y mezquino,
hasta del niño es cuchufleta.
Llega a los pueblos con ilusiones, pues lleva nuevas composiciones
con las que espera lograr buen plato.
Del clarinete –parece un gato- se ríe el coro. El indigente
pasa el “platillo” y huyen las gentes.
EL LLANTO
Al cuerpo vida, al corazón cuidados para llorar con lágrimas eternas
e ir por mudos y solitarios prados sembrando siempre nuestras quejas tiernas.
Consuelos breves de dolores largos
es el llanto que el dolor apetece, y si ojos tuviésemos como tuvo Argos,
insuficiente fueran, me parece.
Los collados, arroyos y los ríos, saben que tus llantos y los míos
nos tienen, si, en vida padeciendo.
Es el llanto señal de pesar horrendo, de mucha compasión y tan doliente,
que aun siendo cruel, se torna clemente.
DESENGAÑO
¡oh, sutil surtidor de mi vida! Alegres cánticos tu entonabas
al caer el agua, que murmuraba, dentro del vaso de mi ilusión.
Me asomé al cristal de la fuente para conocer tus pensamientos,
airado un guijarro cogí al momento que ni mano al cristal disparó.
MI HADA, LA SOLEDAD
Solo estoy con mis libros y pesares, ensanchándose mi mente ahora cual céfiro que bulle por la flora
arrastrando el silbo de los pinares.
De mi pecho suspiros ejemplares en la noche se detienen y oran
como el creyente que salud implora a la Virgen Madre de los altares.
¡Que dulce es la soledad! ¡Que ternura!
Ella enciende mi lámpara apagada, llevándose al amor y la ventura.
Ardiendo en gratitud por sus encantos,
adorno hoy con versos a mi hada, porque, la quiero y adoro tanto.
LA RISA
La risa sus donosas alas tiende al volar por el prado deleitoso, y de su batir el cantar sabroso
a las flores sus colores enciende.
De la risa nunca el triste entiende su contenido bueno y poderoso,
por tener el corazón enojoso, mientras ella alegrarlo pretende.
Es la risa fuente cantadora
que amor dichoso comunica con beso de sus ninfas seductoras.
Es un surtidor de elocuencia pura, un libro sin igual que nos dedica
el orden divino con galanura.
LA “ESTOCA” DE LA TARDE
Arriba, banderas, fiambres y gritos; abajo, el ruedo con sangre teñido. El destino se luce al toro ceñido,
los ¡óles! aprueban. Protestan con pitos.
Arriba hay muchos de vino ahítos; abajo ya fueron los brutos heridos
y un banderillero sale cogido. Tremendo silencio tras de unos gritos.
La roja muleta desgrana bellazas
y el diestro, triunfante, derrocha destreza. Lo cuadra..., apunta...La frente le arde.
Se tira...¡ Óle, la estoca de la tarde! El rabo y la oreja, laureles del coso,
escriben la historia de un arte grandioso.
A TI, MAESTRO VILLA
Del viento político era mi destino, castillo de naipes, cosa insegura.
Pero tu espíritu- ¡oh, genio y ventura!- al viento detuvo, de la ley es mi sino.
Brilló liso sol. Por amplio camino
me lleva tu alma, tu nombre y figura, que tiende el castillo solidez y altura,
mas sus fosos limpios se tantos espinos.
Tuya es mi memoria con mis sentimientos, pues mi corazón mucho te aclama,
porque cuanto tengo no es de mi talento.
A ti te lo debo, a tu gentileza, por eso ahora mis versos declaman
de tus ricas prendas su gentil nobleza.
ANTE EL ESPEJO
Dime, madre mía. Estos ojos grandes, esta boca sana como la azucena,
esta frente limpia, madrecita buena, y estos rizos negros, ¿prendas tuyas son?
Este alma sutil, como fuente clara,
y estos pensamientos y estas voliciones, y estos altos rezos y estas bendiciones, ¿vienen a mi cuerpo por tu corazón?
Estos ancestrales, ¿bajan desde el cielo, madrecita buena? ¡Como me consuelo con los dones estos que de ti heredé!
Tales atavismo que de ti he heredado,
porque son tan buenos, a Dios he clamado que a mis hijos, madre de mi bien.
TRIPTICO MUSICAL
Música cantada con flores yendo al alma sus perfumes;
música que trinen las aves inspiradas por su numen,
es dicha y consuelo del hombre cuando el tiempo él consume.
Música que canten los mares
satinada por la brisa; música que venga del cielo
eslabonada a la risa, es bendición para el hombre,
que de su esencia precisa.
Música radiante de pureza con cadencia de ilusiones; música con afán profundo
implorando oraciones, alto pedestal es del hombre
y dosel de sus pasiones.
EL AMOR
Templo de caridad, cárcel de ventura es el amor de todo pecho ardiente
que ora dichoso u ora doliente, brota del alma, seno de luz pura.
Si goza de paz, rechaza la ternura y si la discordia no está ausente,
el lustre pierde la flor de su fuente y sin lustre, por Dios, ¿hay hermosura?
Eterna primavera a en el florece, donde clara luz bella resplandece
inundando de fé los sentidos.
De innumerables rayos adornado
y de sueños y éxtasis rodeado, nos sigue el hado ser querido.
SERENA TRISTE
Por las ondas que realizan los vientos bajo el silencio de la noche
pletórica de sombra y tiempo, un melódico velo de acordes mi viola, mi viola tiró al cielo.
Allí la escucha con sentimiento
y en sedosa nube la recoge, que se la ofrezco para consuelo
de su espíritu en esta noche, allí está, pero vive en mi pecho.
CLISE DE ESTIO
Lindos espectros en traje de baño, en la playa disfrutan
acreciéndole lujurias al fauno, lo decente lo dejan
como corcho en el agua, flotando.
Cristalitos de estío se visten de hastió.
¿En tu mundo estás, Isis soñadora,
bajo el cielo de agosto?... ¡Juventud sin mieles y sin estrofas
tu pudor se desangra en la canción del mar, por ti monótona.
Cristalitos de estío se visten de hastió.
Horas pornográficas del verano,
¿por donde camináis? Los insectos, ahora solitarios,
en lo marchito comen ambrosías salpicadas de llantos.
Cristalitos de estío se visten de hastió.
Vuelvan las ninfas por los secos campos
bajando presta el agua. El invierno vino haciéndose el amo,
helando los recuerdos de la carne sudosa en verano.
Cristalitos de estío se visten de hastió.
LAS CAMPANAS TIENEN ALMA
Del monte, cierta noche,
bajaron alimaña. Sus pérfidos zarpazos
destrozan rebaños. Caen las zagalas.
Ahuyenta a las fieras el resplandor del alba. Los cadáveres yertos
a la muchedumbre contrita espantan.
Cavan las sepulturas la azada y las lágrimas,
y en caso semejante el murmullo triste de la plegarias.
Cuando el alba vino,
lloraron las campanas de la humilde ermita,
que también las campanas tienen alma.
SAETAS CARCELERAS
estoy preso por ladrón; pero tengo el consuelo tener por botica el cielo y por médico al Señor.
Virgen de la Soledad, achícame la condena,
que llevo conducta buena por aprender a rezar.
EL MAESTRO DE ESCUELA
¡El maestro de escuela! No os asombre que temblorosa mi pluma quiera
ver como faro olvidado aquel hombre dador de nuestras lecciones primeras.
Nada tan ilustre como ese hombre, ni estudio mas alto lo ennobleciera. Su sacrificio le dio gran renombre
para esta Edad y las venideras.
Sereno y puro es su pensamiento, y elevado su amor por la infancia
al quererla sacar de la ignorancia.
La ciencia suya es el entendimiento adornado de ardiente fantasía.
Sin su labor, el mundo, ¿qué seria?
LA VIDA
Con los ojillos de la esperanza, cuando soñamos, vemos la gloria
de nuestra vida formando historia, pero la fama pocos la alcanzan.
Muy arrogante el hombre se lanza contra las cosas con perentorias,
ni suficientes en la memoria del tiempo, que es ritmo de danza.
Todos decimos: Todo es mentira,
hasta el vivir. como delira quién tal lo crea. La vida no es eso.
Trabajo es ella y pan y besos
es un presente de gran Amor. Eso es la vida del pecador.
CRISTO DE LA VERACRUZ
A nuestro Padre Jesús,
que no lo tengo por muerto, aunque lo dice su cruz,
le pregunté se era cierto el amor que dices tu.
Con voz dulce y cariñosa
me respondió al momento: Cuidando, que es mentirosa,
tu vivirás muy contento sin tomarla por esposa.
Tu me tendiste los brazos
con tan loco frenesís, que no pude hacerles caso
y bebiendo estoy por ti el áloe de tu lazos.
¡Cristo de la Veracruz,
vengo pidiendo perdón! Dáselo con prontitud a mi pobre corazón
que sufre ingratitud.
LA PENA
Mezclaba mi pena el recóndito llanto entre los firmes y ásperos decretos,
por tenerme el ánimo inquieto un amor pasado al sepulcro santo.
¡Ay!, que así mi pena lo quiere tanto
al ser profundísimo el secreto del atrevido hado, que sin respeto,
me despojó del claro y dulce encanto.
En mi corazón mete ella la mano para sacarme de mi alegría
y llevarse cuanto bueno escondía.
¡Oh, musa!, si me quejo aquí en vano, ¿qué le hago? Fue su nido y morada
el, con dulces caricias fabricadas.
APUNTE HISTORICO
A un pueblo canario, con noble porfía, muchos años luego del gran Acentejo,
llegó un andaluz, músico y viejo, que dicen vivió a entuerto por el día.
De su mala estrella se reía,
y si lo tienen por fuerte pellejo,
saber demostró con claro despejo y por su batuta cobró nombradía.
A chanza el toma si le dicen: “Godo”. Le agrandaba el trato de los plataneros,
gustable el vino y fue parrandero.
El dijo querer vivir a su modo, prurito que nadie acoge ni agrada,
y sale del pueblo por cierta alcaldada.
MENDIGO ANTE UN PINO
Allá, cuando yo infante de triste vida incierta,
fui de puerta en puerta como suco mendigo caminante.
Llegué aquí jadeante, saqué de la espuerta
una piña abierta, un piñón sembré y seguí adelante.
Clamando porque el piñón germinare
¡han pasados mis años a tan lejos! ¡Copudo pino, que llegues a viejo
y la caluroso que tu ampares te bendiga! ¡Siempre estoy contigo
por ser limosna del cielo al mendigo!
LA NOVIA DEL PUEBLO
Cantores celestes con liras de plata, son flautas y oboes, y los clarinetes,
con los saxofones torcidos cual sierpe, olímpico duo de dioses y hadas.
Por nobles guerreros de bíblica estampa, trompera y trombón- dos cisnes alegres-,
con todos los saxos, el Arte los tiene, fraguando con ellos sonoras batallas.
Batallas de flores. ¿Es esto la banda?
La banda de música; la novia del pueblo, pues ambos se tiran besitos de nácar.
El novio le pide que siga ilustrando; que siga su obra de luz y consuelo
y vaya con él cogida del brazo.
HIMNO DE LA HISPANIDAD
De un hombre fuiste,
¡oh, mundo excelso! espuma blanca
de un pensamiento.
El grita: ¡¡Tierra!! Por tus encantos sus ojos vieron en ti un astro,
y al verte gracias, dirige al Justo
tiernas miradas.
Tan largo espacio voló al cielo
pulsando arpas vivos y muertos.
Regó España
tu perfil suelo; mas pronto obtiene triunfitos eternos.
La cruz y el libro,
divinas llamas, su mano grave
puso en tu alma y el rosario, porque lo cantas,
te civiliza más que la espada.
Con sus cantares,
amor versos,
formó su arado silos de ensueños.
Pasó el tiempo
haciendo historia y alzando torres entre las chozas.
Por ser ya tuya la dura brega
de tantos siglos llenos de espera,
muy jubilosa, clemente y digna,
España torna cual golondrina.
Laureles crecen y dan aromas, y las campanas cantan lisonjas.
ABAJO Y ARRIBA
Abajo, mariscos; arriba las rosas tachonan las cuestas. Arriba, arriba;
abajo y arriba guitarra agarena, templillo sonoro y copla amorosa.
Arriba florece la vid muy frondosa.
Abajo se pescan chicharros, morenas. Ni arriba ni abajo conocen que es pena... ¡Con “papas bonitas” su vida es dichosa!
Arriba, La villa (1) con bello semblante y abajo el Puerto (2), del turismo imán,
airoso luchando con su bravo mar.
(1) La Orotava. (2) Puerto de la Cruz.
DESNUDO
Entre olivos sin aceituna, descarada se desnudó la luna.
En concha blanca mis ojos hallaron
a Venus en retórica de Paros.
Alegrando la ribera del mar su cuerpo perfumaba el olivar.
Calienta el suelo sus pies rozados e inefable rumor forman sus brazos.
Cabellera amarilla y larga
alumbra su rostro, que es mar de plata.
Danzarines labios tiene su boca, joya viva, amante y olorosa.
Manzanas doradas tiene por seno
y mueren, por ellas, de amor el deseo.
Por ombligo tiene lindo lucero que alumbra cual sol el bosque de Venus.
Encierran sus muslos ámbar y vino
en cáliz de gozo definitivo.
Ellos esconden dulzuras de miel, la rosa verbo de Dios y Luzbel.
Poeta luminoso y soñador
dio vida a su perfil encantador.
Tiene su dorso adornos de lira y flores de eterna poesía.
Ella presta al alma alegría,
que si ella el alma ¿qué seria?
RECLAMO TEXTIL I
Cuando me compro un traje, Foncuberta me confiere
un buen paño, que sugiere el vestir cual personaje.
No precisa maquillaje
si lo visten las mujeres, de ahí que lo prefieren
más que a vistoso encaje.
Un andaluz zalamero, dijo: No hay tela cara ci si orillo ez Barbara.
Deferencia zu dinero
ci zuz pañoz ozté uzara y hazta pondría otra cara.
Y calándose el “cañero”,
añadó este estribillo: ¡Comprare, ojo al oriyo!
II
Con el reclamo no engaño.
Si usted vestir bien deseara, necesita un buen paño;
ese paño es Barbara.
Nada tuviera de extraño que mejor no lo encontrara.
La lana de mil rabaños tiene el marchamo Barbara.
Para vestir elegante,
no se ponga algodón, el paño es mucho mejor.
Pero si lleva acuciante el signo de Foncuberta, entonces mejor acierta.
MATERNIDAD, FUENTE DE AMOR
Hoy sintiéndose madre. Oí quejidos
y hasta hoy no supe porque me engrien e inundan sus gracias mis sentidos
y su cuerpo y vida me sonríen; hoy, como en Dios, en su amor he creído.
EL SOLDADO HERIDO
Balada.
Por el plomo un soldado
cayó bajo un olivo y un rosal frondoso
surgió de improvisto.
Si está lleno de fruto, ¿por qué llora el olivo, por beberse la sangre del soldado herido?
Tu, centinelas, que viene un muerto; nos des el : ¡ALTO!, que sube al cielo.
Sin que nadie lo riegue
el rosal ha crecido por cuidarlo la sangre
del soldado herido.
Tu, centinela, que viene un muerto; nos des el :¡ALTO!, que sube al cielo.
Si; del rosal frondoso
se clavó un espino la novia del soldado que cayó mal herido.
¡No bebas, no; la sangre del soldado herido! -al chuparse el dedo
le dijo el olivo-
Tu, centinela, que centinela que viene un muerto;
nos des el :¡ALTO!, que sube al cielo.
Ya está con los luceros el soldado herido
y la novia llorando abrazada al olivo.
¡Ay!, del rosal frondoso
no se lo que ha sido. ¿Será aquel lucero de dolor azulino?
Tu, centinela, que viene un muerto;
nos des el :¡ALTO!, que sube al cielo.
LUCES DE CUEVA
En la oscura cueva son nuestros ojos
puntitos inquietos, como los osos.
En la oscura cueva,
sobre lo rojo, vemos a los siglos
y sus despojos.
En la oscura cueva viven asombrosos
de hombres lejanos y misteriosos.
En la oscura cueva
no brilla el oro y si lo pintado
con dedos gordos.
De la oscura cueva salen sollozos
si el gitano evoca pueblos remotos.
De la oscura cueva
sabemos todos que encierra su techo
un gran tesoro.
REPROCHES AL FLAUTÍN
Flautín, diablillo,
voces tienes de organillo.
Cuanto grites tu o calles, todo lo haces con llaves.
Con llaves de níquel fino interpretas pergaminos.
En uno hay un letrero
que tiene mucho salero:
Tus cantares sin de grillos dorados, pero sin brillo.
Flautín,
gracioso, ángel de un arte precioso.
HOMENAJEANDO
Al dibujante Kaito. Fue don Ricardo Garcia (su nombrete es: Kaito)
rehiletero inaudito, de modesta valentía.
Pero tuvo nombradía
por su pluma y lapicero al componer manuscritos
con singular maestría.
Del pulquérrimo blancor lleva una vela clemente dentro de la profesión.
Y debe, con sed de orillas,
navegar eternamente por mar sin fondo ni orilla.
SOLILOQUIO DEL BOMBO
Ay, de mí. En la orquesta hago el trueno y hago: ¡Pon!
¡Soy el ronco cañón que tuvo vida funesta!
Si; voy haciendo fiesta con mi alma de bufón,
y si repito el ¡Pon! el auditorio protesta.
Está el bombo tranquilo
-observa un avispad
por verme siempre parado-.
Pero al final llevo en vilo a todos los profesores.
Es cuanto hago primores.
LA CAJA
La orgullosa caja viva, hermana del redoblante, hace mutis en Andante y en Allegros es activa.
En escenas descriptivas tiene valor abundante.
Marca el paso a los infantes de manera pensativa.
Como los sueños se encienden
en la linterna del niño, sus redobles nos sorprenden.
Y va en las procesiones
tan dulce como un pestiño relleno de atracciones.
LOS PLATILLO
Prodigio de artesanía y de finura prodigio,
sus timbres a veces suenan como canto nunca oído.
Deben de estar orgulloso
como el rubio y tierno niño que en su cuna de corales
sueña con dorado Empíreo.
Ellos, quebrando cristales en tierra de la mañana,
producen bellos cantares.
Cantares sin otros padres que las risas de las playas y los besos de las tardes.
COPLA
Ente hombre y mujer es el amor un sosiego,
siendo en muchos placer como los palos de ciegos..