ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

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PRINCIPIOS

DEL DERECHO

POLITICO,

TRADUCIDOS NUEVAMENTE

DEL FRANCE$ AL CAST :FLLAN()

POR

A. G-M. Y S .

-,, %Íderis a.eq,uas

Di camus leàes .L'lC %if . (i. XI.

EN VALENCIA

POR JOS :E FERRER DE 0I:GA,

AhCJ 1 8 I

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TABLADE LOS

LIBROS Y CAPÍTULOS.

LIBRO PRIMERO.

En que se examina, como pasà el hom-bre del estado de la naturaleza al e¡-

vil , y quales son las colzdicionesesenciales del pacto .

CAPÍTULO I. Objeto de este pri-nter libropágina

2 .

C P . ii. De las primeras . socie-LLddes • . . . • • n . .~1 . •

CAP. IIi . Del derecho del mas

C 'i1> • Iv. Dc 11, 1 ~.Jl l~b ~*udCAF' . va Es

sijmprcU aoil )'Yllï ell

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D E LAranm T'A n f\!C nr-Qf'-N

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CAP. vi . Del pacto social. . . . pÍg. 22 .CAP . vir . Del soberano2 7 .CAP. viii . Del estado civil32 .CAP . ix . Del dominio real

LIBRO SEGUNDO

En el que se trata de la legislacion.

CAPàTULO i . La soberan¡a izo pue-de enagenarsepÍg.

CAP . ii . La soberan¡a es indivi-1 1e

CAP . CAP. iii. Si la voluntad generalpuede errar

CAP. iv. De los l¡mites ciel goders oberanott .tt . .st

CAP . v. Del derecho de vida yMuerte090969699060

CAP. vi . De la l"yJCAP . vii . Del leg,isiadoYCAP. v i Ii . .Del pucb l o

CAP , ix . Sigue la materia del an- ~torif

á~oro . .AOi . . . .~•

CAP, X . Confinuacionmo o se s o,

34-

41-,

k

CAP. XI . Sobre los diversos si.ste-mas de legisla -ionpag. 96 .

CAP . xii. Division de las leyes . . . I o I .

LIBRO TERCERO

Donde se trata de las leyes pol¡ticas,esto es, de la forma del gobierno.

CAPàTULO i . Sobre el gobiernoen generalpÍg.

CAP. if . D_.'l princi pio que consti-trr-~~e las diverses formas de 00-t ll.ye /as

CAP . iii . Division de los g ob iernnnos .

CAP. iv. De la democraciaCAP. v. De la aristocraïiaCAP. vi . De la inonarqu¡aCAP. vii. De los gobierln os mixt os.

CAP. V111 . TOd oS loS paliSeS no sonsusceptibles de Iodas las for-

Atas de gobiernoCAP. IX. De las sefifales da tin

buen gobiernoCAP. x. De los abusos dcl gobier-

104 .

117-1 2 j .i26 .

I 3 7 .

148 -

151 .

163 .

44 ,-

48 -

5r,

59 .6 4-7 1 -79- 10.

8 4-89*

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no, y de su propension Í dege-nerarpÍg. 166 .

CAP. XI . De la muerte del cuer-p o polàtico170.

CAP. XII . De que modo se conser-va la autoridad del soberano . . 1 73-

C ',11) . XIII. Conthnuacion1 76 -CAP. XIV . ContinUacion1 79 .CAP . xv. De los diputados ¡ re-

presentantesI 8 I .CAP . xvi . La institucion del go-

bierno no es un contrato189 .CAP . XVII . De la institucion del

gobierno193 .CAP . XVIII . Medios de precaver

las usurpaciones del gobierno . . . z 96 .

LIB ;,?,,.O QUARTO

En el que siguiendo el tratado de lasleyes polzticas , se exponen los mediosde asegurar la constitution del estado .

Cil PI á ULO I . L_z voluntad generales lll~~C;L4' .. l 1UUo, %, . ..ee . . .sp~dg . 20i

CAP. II. De 109 botospdg. 206 .CAP, iii . De las elecciones213.CAP, iv. De los comicios romanos . 2 18 .

CAP. v . Del tribunado242 .CAP. v i . De la dictadura246 .

CAP, vii . De la censura253.CAP. viii . De la religion civil . . . . 257 .

CAL. IX . Conci sion280.

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Pig.

L1n.

93

94. 93107103Ih.1lo112120

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ERRATAS

33

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19 y 20 libertad46

14

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9

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13

Í _No es esto73

7

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15

adquirida es

73 23 Y 24 lac leyes que flailsubsistido por mu-clio tieittpo ICOlrao la

17

Ni basta el esta-blecer

12

rendido18 y 19 pais , ;V r'eil?larlsC

7

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cuyo risedia2I

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este medioyr aetividizclla zààtirti lvariacionSi cl

19 y :o cà diu'igir

Dice :

Le aseá

ADVERTENCIA

La mayor parte de estas erratas son debidas †la priesa con que se hizo la traduccion de unosquantos pliegos .

conapensaaciolsvol itrntadveriliCalicorllf 1álsavaQIue espules

por- dtodo esla ley -ludayca quesubsiste todavàa,y la,Vi bas ta que se lia-y. r~ eclecidoOpr'?l•, .' lO

pais reuniendogitcl coniocuvlt vieeia

grie seeS a 7nie CL"a

ya mus actividadIr'uc estaLfivis:onConto elntállces elï ;m dirigir Yasiemprey queque me

A

I

PRINCIPIOS

DEL DERECHO POLITICO,

LIBRO PRIMERO.

Me propongo investigar , si puedehaber en el árden social alguna reglade administracion legàtima y segura,considerando † los hombres como son,y a las leyes como pueden ser . Tra-tard de unir siempre en esta averigua-cion lo que el derecho permite con loque el interes prescribe , † fin de quela justicia y el interes no se hallenjamas divididos.

Entro eu materia sin probar la ‡ni-A

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A

CAP†TULO PRIMERO.

2

portancia de mi asunto. Se me pregun-tara, si soy prÍncipe o legislador paraescribir de polÍtica ; pero yo responderà,que no , y que por lo mismo escribosobre ella. Si fuera prÍncipe ¡ legisla-dor , no perderia el tiempo en decirlo que conviene hacer : lo baria, d ca-llaria mi boca .

Siendo ciudadano c . un estado librey mzembro del sobera .u: ,., aunque, tengamuy poca influencia mi voz en los ne-gocios páblicos , el derecho de votarbasta para imponerme la obiigaciorn deinstruirme . • Dici-1< ,-;~ y o quaudo me pon-go ï meditar sobre los gobiernos , puesencuentro siempre en mis reflexionesnuevos motivos para amar el de mi pais!

OBJETO DE ESTE PRIMER LIBRO.

l hombre ha nacido libre, y vive

en todas partes esclavizado. Hay quien

n-Jse cree se‡or de los otros ., que nomenos esclavo que elfos . C cn,o sc hahecho esta nmudanza ? lu igc oro. ˆ < uees Io que puede- hacerla legÍtima 4 Creoque no me serï difÍcil resolver estaq ‰ st on .

i no considerara mas que la fuer-za y el efecto que de ella se deriva,dina, q!-i-- rni ntras que un pueble s-, veprecisado a obedecer, y obedece , obrabien ; pero si al momento en que puedesacudir el yugo , lo sacude , obra n,u-cho mejor , porque adquiriendo su li-bertad por àl mismo derecho con quese le ha robado , ¡ tiene fundan ; n-to para recobrarla , ¡ no le hubo paraque se la quitaran .

Aunque el ¡rde~, social es un dere-cho sagrado que sirve de basa ï to-dos los demas , no proviene de la natu-raleza, y esta Je cons,u1iente fundadoen convenciones. Veajn s quales soa es-tas ;pero antes de explicarlas, debo pro-d ar IQ que acabo de decir,

A2

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CAPÍTULO SEGUNDO.

DE LAS PRIMERAS SOCIEDADES,,.

La mas antigua de todas las socie-dades , y la ànica que hay natural , esla familia ; y aun en esta no est¡n loshijos sujetos al padre , sino mientrasnecesitan de el para su conservacion ; yluego que cesa esta necesidad, queda di-suelto el vánculo natural,. Ex•ntos loshijos de la obediencia que deben al pa-dre , y libre este de los cuidados quedebe ¡ sus hijos , entran ambos igual-mente en la independencia : si conti-nàan unidos , no es natural sino vo-luntariamente , y esta familia se lnan-tiene ya por convenCion .

Esta libertad comun es una con~seqïencia de la naturaleza del hombre .Su primera ley es velar por su propiaconse1' vacion , sus primeros cuidadosson los duc se debe ¡ sá mismo ; y

5tan pronto como llega ¡ la edad de larazon, siendo •l solo juez de los me-dies propios para conservarse , es p†resta misma causa se‡or de sá mismo .

La familia es pues , si se quiere,la primera imagen de las sociedadespoláticas : el gefe es la del padre , elpueblo la de los hijos ; y habiendonacido todos iguales y libres , no ena-genan la libertad mas que por su uti-lidad. Toda la diferencia consiste enque en la familia , el amor que el pa-dre tiene ¡ sus hijos , le recompensalos cuidados que toma por ellos ; yen el estado , el placer de mandar ha-ce las veces de este amor , que el ge-fe no tiene ¡ sus . pueblos .

Grocio niega , que todo poder hu-inano est• establecido en favor de losque son gobernados , y pone ¡ la es-clavitud por exemplo . Su modo mas re-gular de discurrir es fundando siempre-el derecho en el hecho (i) . Podriaemplearse un m•todo mas consiguien-te , pero no mas favorable ¡ los tiranos.

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6

No es pues una cosa decidida , se-gun Grocio , si el Ínero humano per-tenece a un centenar de hombres, à siesto centenar perrei~ ce al gÍnero hz-tina ..n ; y en toda su obra parece Cale se in ,dina ¡ la primera opinion . Del m siseoparecer es alàbes ; y de este modo laespecie humana est¡ dividida en reba-áos, de lo-3 quales cada uno tiene sugan clero ' que le guarda para devo-ra-rlfe .

A1 modo que un pastor es de unanaturaleza superior ¡ la de su reba-áo , asz t ambien los pastores de loshombres que son sus g 'fes , son deuna r:atural za s7. T~ rlor• ¡ la de suspuei)Io . De-- este moteà rac .ioci'naba , se-gnui refiere Filon , el emperador Caiï-gula , concluyendo sobrado bien de es-ta analogïa , q, e lo .; reyes eran dio-ses

à los pueblos unas bestias .$'†i raciocinio (le Cahgula viene ¡

ser el mismo que el de HH¡bes y Gro-cio. Aristàteles antes que todos habiadicho tambiÍn , que los hombres no

7son naturalmente iguales , sino que losunos nacen para la esclavitud , y losotros para el mando. Aristàteles teniarazon ; pero tomaba el efecto por lacausa. Todo hombre nacido en la es-clavitud , nace para la esclavitud ; esmuy cierto. Los esclavos lo pierdentodo en las cadenas hasta el deseo desalir de ellas ; aman la servidumbre,como los compaiieros de Ulises ama-ban su brutalidad (z) . Si hay pues es-clavos por naturaleza ,. es. porque losha habido contra ella : la fuerza hizolos primeros esclavos , yy su debilidadlos ha perpetuado .

Nada he dicho del rey Adan nidel emperador ira' oe' ,, padre de tresgrandes. monarcas que se dividieron eluniverso , coro hicieron los hijosde Saturno , que se ha creïdo recono-cer en ellos. Espero que se me agrade-cer¡ esta mo¡eracion , porque siendodescendiente de uno de estos prïnci-pes, y tal vez de la rama primogÍnita,que se yo, si por la comprobacion de

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S

los tÍtulos me hallaria legÍtimo reydel gànero humano . Como quiera quesea , no se puede negar que Adanfue soberano del mundo , como Ro-binson de su isla, mientras que no hu.bo otro habitante ; y quando tenia elmando de este modo , era un monar-ca asegurado en su trono, que no de-bia temer ni rebeliones , ni guerras,ni conspiradores .

CAPITULO TERCERO.

DEL DERECHO DEL HAS FUERTE.

EEl mas fuerte nunca es tan fuerte,que pueda ser siempre el due¡o , sino transforma su fuerza en derecho,y la obediencia en deber. De aquÍ elderecho del mas fuerte , derecho quese toma iránicamente en la apariencia,y que se halla realmente establecidopor principio. •Pero jamas se nos hade explicar esta palabra ? La fuerza

9es un poder fÍsico ; no veo pues quemoralidad pueda resultar de sus efec-tos. Ceder ï la fuerza es un acto denecesidad , y no de voluntad ; serï ïlo mas un acto de prudencia . 2 Enque sentido podrï ser un deber ?

Supongamos por un momento estepretendido derecho , y siempre insis-tirà en que de àl, no resultarï mas queuna algarabÍa inexplicable ; porque enel momento en que la fuerza es laque constituye el derecho , el efectose muda en la causa : toda fuerza quesupera ï la primera , sucede ï su de-recho. Luego que se puede desobede-cer impunemente , se puede legÍtima-mente ; y por quanto el mas fuertesiempre tiene razon , no. se trata masque de hacerse el mas fuerte. • Quederecho es pues este que perece , quan-do cesa la fuerza ? Si se ha de obe-decer por fuerza , no hay necesidadde obedecer por deber ; y si no esta-mos forzados ï obedecer , tampoco es-tamos obligados . Se ve de consiguien9

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Id

te,. que la palabra derecho no apiadenada Í la fuerza , y que aquà nadasignifica .

Obedeced Í las potestades . Si estoquiere decir , ceded Í l'a fuerza , elprecepto es bueno , aunque superfluo,porque Í buen seguro que jamas serÍviolado . Todo poder viene de Dios : loconfieso ; pero Cambien la enfermedadnos la erivia Dios , y por eso z nosesta acaso prohibido llamar al m¡di-co ? Si un bandido me sorprende en lomas escondido de un bosque , es pre-ciso darle la bolsa por fuerza ; mas siyo pudiera libertaria , z estarla obliga-do en conciencia Í dÍrsela! Tambienla pistola que ¡l tiene , es un poder .

Convengamos pues, en que la fuer-zaa no forma derecho , y que no hayobligacion de obedecer mas. que Í laslegàtimas autoridades , y asà volvemosotra vez Í mi primera, gii.estion .,

TI

CAPITULO QUARTO.

DE LA ESCLAVITUD.

upuesto que ningun hombre tieneautoridad natural sobre sus semejan-.tes , y que la fuerza no produce nàa-gun derecho , quedan las convencio-nes para basa de toda autoridad legà-tima ..entre los lhombres .

Si un particular , dice Grocio, pue-de enagenar su libertad, , y hacerse es-claro de un seáor , 2 por que un pue-blo entero no podrÍ enagenar la suya,y hacerse vasallo de un rey ? Aquà haybastantes palabras equàvocas , que ne-cesitan de explicacion p ro eif monosÍ la paal .,;,bra enagerzcir . Enagenar esdar • vender : un hombre pues que selace esc lavo de otro , no se da , sinoque se vende Í lo m¡nos por su suh-sistencia . Mas un pueblo con que finse puede vender ? Lcjc~s de que uri

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rey suministre Í sus vasallos la subsis-tencia , saca de ellos la suya , y segunRabelais, un rey no vive con poco . àDa-rÍn segun esto los vasallos sus personascon condicion de que les han de tornartambien los bienes ? No se que pudie-ra quedarles que conservar en seme-jante caso .

Se me dirÍ, que el d¡spota aseguraÍ sus vasallos la tranquilidad civil . Enhora buena ; pero à que ganan , si lasguerras que su ambicion les ocasiona, suinsaciable codicia y las vexaciones de suministerio los arruinan reas que podriartsus disensiones ? à Que ganan , si estamisma tranquilidad es otra de sus mise-rias ? Tambi¡n hay quietud en los cala-bozos ; pero no basta esto para pasarlobien . Los griegos cerrados en la cuevadel Cáclope vivian quietos , esperandoser devorados algun dia .

Decir que un hombre se entregagraciosamente , es decir una cosa absur-da ¡ inconcebible : semejante acto es ile-gÍtimo y nulo, solo por la raton de que

1 3no estÍ en su juicio el que lo hace . Afir-mar lo mismo de un pueblo entero , essuponer un pueblo de locos , y la locur-ra no constituye derecho .

Aun guando cada quai pudiera ena-genarse .Í sá propio, no puede enagenarÍ sus hijos ; porque como estos nacenhombres y libres , les pertenece su liber-tad , y nadie tiene derecho para disponerde ella, sino ellos mismos . Antes que lle-guen Í tener uso de razon , el padre pue-de estipular en su nombre para su con-servacion y bien estar ; pero no puedeenagenarlos irrevocablemente y sin con-dicion, porque esta enagenacion es con-traria a los fines de la naturaleza, y ex-cede los derechos de la paternidad . Seriapues necesario , para que un gobiernoarbitrario fuese legátimo , que estuvies-en mano del pueblo admitirlo • desechar-lo Í cada generacion ; mas enrÍ ncs `ano seria arïbit a~~o semejante gobierno .

j'.., .ai~nciar Í la libertad . .es renun-ciar Í la qualidad de hombre , no n!~a

nos que a los derechos de la humal : ï-

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t4

dad y aun Í sus deberes ; y no puededarse indemnizacion alguna para quienrenuncia Í todo . Esta renuncia es incom-patible con la naturaleza del hombre, yse quitaria toda la moralidad a sus ac-ciones t si se quitase la libertad Í su vo-luntad. En fin es una convencion vanay contradictoria , estipular por_ una par-te una autoridad absoluta , y por otrauna obediencia sin làmites . 2 No es evi-dente , que ninguno estÍ obligado Ínada con aquel , de quien tiene de-recho Í pedirlo todo ? Y esta sola con-dicion , sin egtui :val ente y sin trueque,2 no lleva consigo la nulidad del acto?Porque 2 que derecho tendria contran;à un esclavo mio ^ silA,uesto que to-do lo que el tiene , me pe te ec ; yque siendo su derecho el mio , este d ;-ree¡io rujo contra mi propia persona, esuna expresion que na :. a ,~1g~,if . : a

ro-'o ~ d in s sacan de laguerra otro o gen d t pretendido dc-recho de esclavitud . T ni_endo el Vei1-cedor , segun ellos , de ccilQ de matar.

al vencido , este puede redimir su vis

da Í expensas de su libertad : conván+cion tanto mas legàtima , quanto quees provechosa Í entrambos.

Pero es evidente , que el preten-dido derecho de matar Í los venci-dos , no resulta de ninguna manera delestado de guerra ; pues quando vivenlos hombres en su primera indepen-dencia , no tienen entre sà re acionnessu.,lticientes para constituir ni el esta-do de paz , ni el de guerra , y asàno son ntural vente ener~rigosa La re-..lacion de las cosas , y no la de laspersonas , _es la que constituye la guer-ra ; y como no puede provenir elestado de guerra de meras relacionespersonales , sino solamente de las rea-les , la guerra particular ' • la dehombre Í hombre , no puede existirni en el estado de la naturaleza , enel que no hay propiedad permanente ;ni en el estado social , donde todo es-tÍ sujeto Í la autoridad de las leyes .

Los singulares combates , los duelos;

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y las riÍas son actos que no consti-tuyen un estado ; y por lo que miraà las guerras privadas, autorizadas porlas reglamentos de Luis ix rey de Fran-cia , y suspendidas por la paz de Dios,son abusos del gobierno feudal , quees el sistema mas absurdo que hubojamas , y el mas contrario à los prin-cipios del derecho natural y à todabuena pol¡tica .

La guerra no es pues una relacionde hombre à hombre, sino de un estadocon otro estado, en la quai los particu-lares solo son enemigos accidentalmen-te, no como hombres ni corno ciu-dadanos (3) , sino como soldados ; nitampoco cono miembros de la patria,sino como defensores de ella . En unapalabra todo estado no puede tenerpor enemigos mas que otros estados,pero no à los hombres , por quantono puede darse ninguna relacion verda-dera entre cosas de distinta naturaleza .

Este principio es tambien conforme àlas màximas establecidas en todos tiem-

I

pos e ya* la practica constante de todos lospueblos civilizados. Las declaracionesde guerra son mànos un aviso à las po-tencias que à sus sábditos . El extran-gero, sea rey, sea particular, sea pue-blo , que roba , mata á detiene à lossábditos,, sin declarar la guerra .al pr¡n-cipe, no es ti a enemigo , sino un ban-dido . Aun en medio de la guerra , unpr¡ncipe justo se apodera en el paisenemigo de todo quanto pertenece alpublico ; pero respeta la persona ylos bienes de los particulares , y coiesto no hace mas que respetar losderechos , eti que estau fundados lossuyos . Siendo el objeto de la guerra ladestruccion del estado eneirigo , hay de-recho para matar à sus defensores entanto que tienen las armas en las manos ;pero luego que las dexan y s rind en , noson enemigos ni instr ti_mentos d l ene-migo , y como vuelven à entrar en lasimple clase de hombres , ya no se tie-ne derecho sobre su vida. Algunas ve-ces se puede destruir un estado si•]

B

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I8

matar a ninguno de sus miembros ; puesla guerra no da derecho alguno queno sea - necesario Í su fin. Estos prin-cipios no son los de Grocio , ni estarfundados en autoridades de poetas ;pero traen su origen de la naturalezade las cosas , y estan apoyados enla razon .

El derecho de conquista no tiene otrofundamento . q.ue la ley del mas fuerte .Si la guerra no da derecho al vence-dor para degollar a los pueblos venci-dos , no puede fundarse en este derechoque no tiene, el de esclavizarlos . No hayderecho para matar al enemigo , mas queguando no se le puede hacer esclavo : elderecho de hacerle esclavo no provienesegun esto del derecho de matarle ; luegoes una permuta iniqua hacerle comprar Íprecio de su libertad una vida, sobre laque nadie tiene derecho. Quando se esta-blece el derecho de vida y muerte so-bre el de la esclavitud, y el de la escla-vitud sobre el derecho de vida y muerte,se comete un càrculo vicioso .

B 2

1 9Aun suponiendo este terrible derecho

de matar libremente, soy de sentir queun esclavo hecho en la guerra o un pue-blo conquistado , no estÍ obligado paracon el conquistador mas que a obedecer-le , mientras se ve forzado Í ello . Si elvencedor le quita una cosa que equiva-le Í su vida, no le hace ninguna gracia,sino que en vez de matarle sin fruto,le mata ¡tilmente . Por tanto lejos dehaber adquirido ninguna autoridad conla fuerza , subsiste entre ellos la guerracomo antes , su misma relacion es efectode ella , y el uso del derecho de la guerrano supone ningun tratado de paz . Es ver-dad que han hecho un convenio ; peroeste no solo no destruye el estado de guer-ra , sino que supone su contlnuaclon .

Asà es que de qualquier modo quese miren las cosas , el derecho de es-clavitud es nulo , ya porque es ilegà-timo, corno pá_)rque es absurdo y na-da sigr;i Estas palabras esclavitiuiy derecho son contradictorias y se ex-cluyen m¡tuamente . Bien se trate de un

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20

hombre respeto de otro, Í de un puebla

con relacion à otro pueblo, serà siempreuna insensatez decir : Hago contigo unconvenio, que redunda todo en perjuiciotuyo y à mi favor , y que lo observar¡mientras me acomode ; pero tá lo cum-pliràs , en tanto que sea de mi gusto .

CAP•TULO QUINTO.

ES NECESARIO SUBIR SIEMPRE A UtaPRIMER CONVENIO .

A unque concediera todo lo que has.ta aquï llevo refutado , habrian ade-lantado muy poco los fautores del des-potismo. Siempre habrà mucha diferen-cia entre someter una muchedumbre ygobernar una sociedad . Guando un hom-bre solo ha avasallado sucesivamente àotros muchos que estaban dispersos , seanen el námero que se quiera , dir¡ nos queel uno es se†or y los otros esclavos ; pero

no que es un pueblo y su gefe. Esto se

01

irà , si se quiere , una agregacion y neuna asociacion ; porque aquï ni haybien páblico , ni cuerpo polïtico. Es-te hombre , aunque hubiera sujetado lamitad del inundo , no es mas que unparticular , y su inter¡s , separado delde los dernas , es siempre un interesprivado. Si este mismo hombre llegaà perecer , su imperio queda dividi-do y sin union , asï como una enci-na se disuelve y se convierte en unmonton de cenizas, despues que el fue-go la ha consumido .

Un pueblo , dice Grocio , puedeentregarse a un rey . Segur Grocio , unpueblo es , ya pueblo àntes de entregarse àun rey. Esta donacion es tambien unacto civil , y supone una deliberapáblica. Antes pues de exannmar el ac-to por el quai un pueblo elige un rey,serà conveniente ex‡minar el acto porel quai un pueblo es pueblo z porquecomo este acto precede reces : ia~:~enteal otro, eseˆ verdadero undak tinto _do

la sociedad.

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21

En efecto si no hubiese un convenioanterior, Í de donde provendria, à menosque la eleccion no fuese unànime , laobligacion para el n¡mero menor desometerse à la decision del mayor ? a Yde donde ciento que quieren un se -áor , tienen el derecho de votar pordiez que no le quieren ? La ley mis4ma de la pluralidad de votos es un esta-blecimiento de convencion , y suponela unanimidad , à lo menos por una vez.,

CAPITULO SEXTO.

DEL PACTO SOCIAL.

Supongo à los hombres constituidosen aquel punto , en el qual los obstà-culos que perjudican à su conservacionen el :stado de la naturaleza, superancon su re(~isteiicia las fuerzas que cadain ivi uo puede emplear para mantener-se en se~l~e ante estado . Entonces no pue-de ya subsistir este estado primitivo,

y el g•nero humano perecerla , si nomudase de modo de existir .

AsI como los hombres no puedencrear nuevas fuerzas , sino solamenteunir y dirigir las que existen ,-tam-poco tienen otro medio para conser-varse ,, que el de formar por agregaciïnuna suma de fuerzas , que pueda supe-rar la resistencia , ponerlas en àccionpor medio de un solo m†vil, y hacerlasobrar de acuerdo .

Esta suma de fuerzas solo puederesultar del concurso de muchos ; pe-ro siendo la fuerza y la libertad decada hombre los primeros instrumen-tos de su conservacion , 2 como podràobligarlas sin perjudicarse , y sin desa-tender los cuidados que se debe à s‡mismo

Esta dificultad , reducida à mi ob-jeto, se puede enunciar en los t•rminossiguientes : " mallar una forma de aso-ciacion , que defienda y proteja contoda la fuerza coman la persona y losbienes de cada socio ~ y por la qual y

23

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24uniÍndose cada uno à todos , no obe-dezca sin -embargo mas que a s¡ mis-mo , y quede tan libre como antes ."Tal es el problema fundamental , cuyasolucián desempe•a el contrato social .

Las clàusulas de este contrato es-tan de tal modo determinadas por lanaturaleza del acto , que la menor mo-dificacion las baria vanas y de ningunefecto ; de suerte que no obstante quetal vez, no habràn sido jamas expresa-das formalmente , han sido siempre lasmismas , y en todas partes se las lha

admitido y reconocido tàcita ;rente . Pe-ro quandoo se viola el pacto social,cada uno vuelve à adquirir sus pri-mados derechos, y recobra la libertadnatural perdiendo la convencional, porla que renunciá à aquella .

Estay clàus~~las bien entendidas sereducen a una sola, es a saber, à lacnïg.~naci~.~n total que hace cada sociade todos sus der cl?oa en favor de lasocied<it ; . Porque entregàndose cadauno por entero, la condicion es igual

.

25

para todos ; y siendo as¡ , nadie tie-ne interes en hacerla onerosa à losde mas .

Fuera de esto haciÍndose la enage-nacion sin reserva , la union es tan per-fecta como puede ser , y ningun sociotiene nada que reclamar . Pero si sedexasen algunos derechos à los' particu-lares , como no habr¡a ent† .ice ningunsuperior cumun que pudiera prenunciarentre ellos y el p‡blico, cada quai seriasu propio juez en alguna causa , y pre-tenderia bien pronto serlo en todas ; encuyo caso subsistiria el estado de la na-turaleza , y la asocia cion ,.vendr¡a ˆ serpor fuerza tirànica á quimÍrica .

Ea fin guando cada uno se da à to-dos, no se da à nadie ; y como no hayningun socio , sobre el quai no dqu e-ra uno el rn :smo derecho que l cederespeto de su persona, se gana el. equi-valente de lo que- se pierde , y una fuer-za mayor paraa conservar lo que se tiene ._

Si se separa del pacto social lo queno es de su esencia 1 se verà que està re-i

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n6

lucido Í la fàrmula siguiente : Cada unode nosotros pone en coniun su persona

toda us facult des b~xxo la supremadirF~ccion rae la voluntad general , y no-soi-ros en ea .,rto recibimos a cada mze¡nbro , corno parte ;indivisible del todo .

Ejn lugar de la persona particularde cada, contratante , resulta al momen-to de este acto de asocáacion un cuerpomoral y colectivo , compuesto de otrostantos miembros quantos son los votosde la junta , el quai recibe de este mis-mo acto su unidad , su personalidad cà-mun , su vida y voluntad. Esta perso-na p•blica, que se forma asï por la unionde todas las otras, tomaba en otro tiem-po el nombre de ciudad (4) , y ahorael de . rep•blica 6 cuerpo polïtico , elquai es llamado por sus miembros es-tado , quando es pasivo , soberano,quando es activo , y potencia , com-parÍndolo con sus semejantes. Por loque respeta Í los socios , toman co-lectivamente el nombre de pueblo y sellaman en particular ciudadanos , como

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participantes de la autoridad sobera-na, y vasallos , como sometidos al es-tado. Pero estas voces se confundencon freqUencia , y se tornan unas porotras : basta saberlas d :stiaguir , pa-ra guando se hayan de usar con todaexactitud .

CAPITULO SEPTIMO,

DEL SOBERr4NO .

Se ve por esta fàrmula , que el ac-to de asociacion encierra una obli-gacion recïproca del p•blico con losparticulares , y que cada individuo,contratando , por decirlo asï , consi-go mismo , se halla obligado bazo dosrespetos ; <ii saber , con los particu-lares , como miembro del soberano , ycon este , cono mi cobro del estado .Pero no tiene aquï lugar aquella mÍ-x¡ma del derecho civil ., de que nin-guno estÍ obligado Í los contratos que

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0,8

hace consigo mismo ; porque hay unagran diferencia entre contratar con-sigo , y contratar con un todo del queuno es parte .

Es necesario notar todavÍa , quela deliberacion pàblica que puede obli-gar ¡ todos los vasallos con el sosera-no , por causa de los dos diferentes res-petos bazo que son considerados , nopuede al contrario obligar al soberanoconsigá o misá mo ; y por consigá uiá ente escontra .la naturaleza del cuerpo polÍtico,que el soberano se imponga una ley queno pueda quebrantar. No pudiendo elconsiderarse mas que - baxo un solorespeto , est¡ entonces en el caso deun mero particular que, contrata con-sigo ,, por donde se ve ., que no hayni puede haber especie de ley fun-damental obligatoria para el cuerpodel pueblo , ni aun el mismo contratosocial. No quiero decir coro esto, que elcuerpo del pueblo no pueeda obligarse conotro en todo aquello que no derogue esteco~~trato, porque respeto dWi extrangero~

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es siempre un particular , y debe sermirado como qualquier otro individuo .

Mas como el cuerpo polÍtico • elsoberano recibe su existencia de la san-tidad del contrato , no se puede obli-gar, ni aun con otro , ¡ nada que de-rogue este acto primitivo , lo que suce-deria si enagenase alguna porcion de sÍmismo , 6 se sometiese ¡ otro soberano .Si violara el acto por el qual existe,se an iquila-ria ; y lo que no es, nada ., nopuede producir cosa alguna.

Luego que esta multitud se halla asÍreunida en un cuerpo, no se puede ofen-der ¡ ninguno de sus miembros sin insul-tar ¡ todo el cuerpo , y mucho menosofender al cuerpo sin que se resientan losmiembros. Por tanto el deber y el interesobligan igualmente ¡ las dos partes con-tratantes ¡ ayudarse màtriamente , y losmismos hombres deben procurar reunirbaxo esta doble relacion quantas ven-tajas dependan de ellos .

El soberano, corno formado de losparticulares que le componen , no tiene

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3 0

ni puede tener interes contrario al . deestos ; y por consiguiente el poder sobe-rano no tiene necesidad de fiador paracon los vasallos, porque es imposibleque el cuerpo quiera daÍar .à todos susmiembros, y veremos despues que tam-poco puede dallar . a ninguno en particu-lar. El soberano, por sola esta conside-racion, es siempre lo que debe ser ; masno se puede decir lo mismo de los vasa-llos respeto del soberano, el quai no po-dr¡a confiar en sus empeÍos , à pesar delinteres comun, si no hallase medios paraasegurarse de su fidelidad .

En efecto cada individuo puede co-mo hombre tener una voluntad particu-lar, contraria á no conforme à la Y~olun-tad general , que tiene como ciudadano .Su interes particular le puede hablardiferentemente que el interes comun : suexistencia , absoluta y naturalmente in-dependiente , le puede hacer mirarlo que debe - à la causa com un , como-tina contribucion voluntaria , cuyap•rdida serà menos daliosà à los dernas,

31

que no es oneroso el pago para •l ; ymirando la persona moral que constituyeel estado como un ente de razon, porqueno es un hombre , gozarà de los derechosde ciudadano, sin querer cumplir con lasobligaciones de vasallo : injusticia quecausar¡a poco à poco la ruina del estado .

Con el fin pues de que el pacto so-cial no se reduzca à un vano formula-rio , incluye tàcitamente la ïnica obli-gacion que puede dar fuerza à las otras,la quai consiste , en que qualquie-ra que rehuse obedecer à la voluntadgeneral , sea obligado à ello por to-do el cuerpo . Lo que no significaotra cosa , sino que se le forzarà àser libre ; porque la condicion con queel ciudadano se entrega à la patria,lo asegura al sismo tiempo de todadependencia personal ; condicion , queforma el artificio y movimiento de lamàquina pol¡tica, y da legitimidad pors¡ sola à los contratos civiles , pues serian sin ella absurdos , tirànicos y ex-puestos à los mas enormes abusos .

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3 2

CAPITULO OCTAVO.I

DEL ESTADO CIVILe

FÍl acto de pasar del estado de lanaturaleza al civil, produce en el hom-

bre mudanzas muy notables , porquesubstituye en su conducta la justicia alinstinto , y da à sus Xcciones la mora.

Edad que les faltaba ante ri¡rinente . Co-

mo entonces sucede la voz del deber al

impulso .fÍsico , y el derecho al apetito,el hombre que hasta aquÍ solo hablaatendido à sÍ mismo, se ve obligado àobrar baxo otros principios, y à consul-tar à su razon antes de dar oÍdos à susinclinaciones . Aunque se priva en esteestado de muchas ventajas que tiene por'su naturaleza , no dexa de adquirir

otras mayores. Sus facultades se exer-citan y desenvuelven , se extienden susideas, se ennoblece sus pensamientos' ysu alma se eleva en tanta manera , quá

33&.i 'el abuso de su nueva condicion nole degradara , hasta hacerle inferior àlas veces à aquella de que sali¡, de-beria bendecir de continuo el dichosoinstante de su nuevo estado , puestoque de animal est•pido y limitado hapasado à ser ente racional y hombre .

Reduzcamos esta comparacion àexpresiones mas iÍite-!i ibles. El hom-bre pierde por t', contrato social sulibertad natural y el derecho ilimitadode quanto se le antoja y puede lograr ;pero gana la libertad civil, y la pro-piedad de todo lo que posee. Para noengaïarnos en estas compensaciones, esnecesario distinguir bien la libertad na-tural que no tiene otros limites que lasfuerzas de cada individuo , de la li-bertad civil que esta limitada por la li-bertad general ; y la posesiou , que noes mas que el efecto de la fuerza ¡ elderecho del que ocupa primero unacosa , de la propiedad, que no puedeestar fundada njas que sobre tira tÍtul9

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34Podria tambien producirse en apoco

yo del estado civil la libertad moral,que es la que hace al hombre verda-'d ro Írbitro de sà mismo , porque elimpulso del apetito es una esclavitud,y la obediencia Í la ley prescrita esla verdadera libertad . Pero me he 'ex-t¡ndido demasiado en este artàculo, yel sentido filosáfico de la palabra li-

bertad no es de mi instituto.

CAPITULO NONOe

DEL DOMINIO REAL@

~,,- ada individuo de la sociedad se en"trega , al ti e_-ni po de su ' form'a cion , dela manera en que se halla , de -modo

q ( 1" el, sus _C_ Il ultades y los bienes que' dadpnSC ' ,

{l L. :') p- --rte a e la soc~t_~` s, e ; dccir 9 que posesion mude de

m tiiial: .. ._1 pur ~RLe aeto, porque mu;3a ~'c I iafl : que se convierta en

3 :'s~ mnLtd dei oberano Silo que G4e.

.

35amo las fuerzas de una ciudad son in-coxnparabiemente mayores que las deun particular, la posesion p•blica .estambien realmente mas sálida e irre-vocable , sin que . sea por esto mas le-gàtima , a lo menos para los ex:tran-gerás : porque el estado es Írbitro,respeto de sus individuos, de los bie-nes- de estos , por razon del contra-to . .sociÍl que sirve en el 'estado de ba-sa Í tÍ.dos . los derechos ; mas no lo es,respeto de las otras potencias, sino porel , :derecho del primer ocupador , quees el que ha recibido de sus miembrosen particular.

J ,ayJEl derecho,. del primer ocupador,

aunque mas real que el del mas fuer-te , %no es un verdadero derecho hastaque ya se ha e,~tablecido el de propie-dad. Todos tienen naturalmente dere-cho Í lo que necesitan ; pero el actopositivo que los hace propietarios d~:alguna cosa, los excluye de las dïmas .Quando uno tiene su parte , debe li-n•tarse Í ella,

Yno le queda de-2

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_36

recho alguno Í la sociedad . Por estemotivo el derecho del primer ocupa-dor , que es muy dàbil en el estadode la naturaleza , tiene un lugar tandistinguido -en el estado civil . Se respetamànos en este derecho lo que pertene-ce Í Otro, que lo que no es nuestro .

En general para que alguno ad-quiera derecho sobre un terreno porser el primero que lo ocupa, son ne-cesarias las siguientes condiciones . Pri-mera , que el terreno no està ocu-pado por otro : segunda , que soloocupe el que sea necesario para susubsistencia : y en tercer lugar , quetenle posesion , no con una vanaceremolia ,, sino con el trabajo y el'cultivo , la ¡nica seáal de propiedadque debe ser siempre respetada h Í fal-ta de t•tulos jur•dicos .

Efectivamente conceder Í la nece-sidad - y al trabajo el derecho del pri-mer ocupador , ï no es darle la exten-sion que se puede apetecer? z PuedendarÍ e oUOs l•mites Í este derecho

z Basfar4 por ventura el poner el plïen un terreno comun , para pretendersu dominio ? ï SerÍ justo que porquealguno tenga fuerzas para ahuyentarde àl Í los demas por un momento, lesquite tambien el derecho de poseerloen lo sucesivo ïPor que razon unhombre 6 un pueblo se . ha de apode-rar de un territorio inmenso , y privarde 11 Í todo el gànero humano , sinotro t•tulo que una criminal usurpa-cion , pues con ella quita al resto delos hombres la mansion y los alimen ~tos , que la naturaleza les da en co-rnun ? Quando Nuáez Balboa tomabadesde la playa posesion del mar delsur y de toda la Amàrica meridionalen nombre de la corona de Castilla,1 bastaba esto para despojar de aquellasprovincias a todos sus habitantes , yexcluir de ellas Í los demas pr•nci-pes del mundo ? Estas vanas ceremo-alas se multiplicaron sobrado en aque-llas regiones, y el rey cat†lico notenia que hac‡r, sino tomar posesiona

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desde su gabinete de todo el universÍ,sin ceder en ningun tiempo à los de-mas pr¡ncipes lo que antes hab¡an

poseido.;;e entiende, como es que las tier-

ras de los particulares reunidas y con-

tiguas componen el territorio páblico,y como el derecho de la soberan¡a,extendi•ndose de los vasallos al terre-no que ocupan t llega 'a ser à un tiem-po real y personal ; lo quai pone àlos poseedores en mayor dependencia,y saca de sus mismas fuerzas las mesjores fianzas de su fidelidad . Los an-tiguos monarcas no conocian bien esta

ventaja , porque llamàndose reyes de

los persas, de los escitas, de los ma-cedonios , manifestaban en esto , quese consideraban mas bien dueïos de loshombres que del pais . Los de hoy diaprefieren denominarse reyes de Fran-cia, de Espaïa, de Inglaterra &e ., por-

que teniendo el terreno , estàn igual

mente seguros de tener à sus mora-dores.,

39

Lo que hay de mas singular enesta enagenacion, es que la sociedad-aceptando los bienes de los particula-res, lejos de despojarlos (le ellos , losasegura mas en su leg¡tima posesion,mudando la usurpacion en un verda-dero derecho, y la posesion en pro-piedad. Los poseedores , que son en-tÍnces considerados como depositariosdel bien páblico, ven respetados susderechos por todos los . miembros delestado, y los tienen defendidos al mis-mo tiempo, con todas las fuerzas de es-tos contra el ' extrangero ; de maneraque por medio de una cesion ventajo- .sa al páblico , y mucho alas à suspersonas , han adquirido , por decirloas¡ , lo mismo que l¡an dado : parado-xa que se explica fàcilmente por ladiversidad de derechos , que el sob e-rano y el propietario tienen sobre lusosmismos fondos , como se verà d,spues .

Puede timbien suceder, que l,) s,hombres comiencen à reunirse dotesd` p . seer nada , y que ocupando des`

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412

pues un terreno suficiente para todos .,disfruten de el en coman, bien repar-tiÍndolo en partes iguales , 6 segun loestablezca el soberano. De qualquiermodo que se haga esta adquisicion,siempre el derecho que ceda particu-lar tiene sobre sus propios bienes, es-ta subordinado al derecho que la so-ciedad exerce sobre todos ; porque siesto no fuese asà, careceràa el vàncu-lo social de solidez, y el exercicio dela soberanàa no tendràa una verdade-ra fuerza.

ConcluirÍ este capàtulo, ¡ltimo delprimer libro, con una advertencia quedebe servir de basa á todo el sistemasocial , y es ; que el pacto fundamen-tal en lugar de destruir la igualdadnatural , sustituye una igualdad moraly legàtima á la desigualdad fàsica quepuede haber por naturaleza entro loshombres ; y que aunque estos sean de-sigules en fuerzas y talento, se igua-ian por la convencion y el derecho (e) .

j

4 1,

LIBRO SEGUNDO.

CAP•TULO PRIMERO .

LA SOBERAN•A NO PUEDE

ENAGENARSE.

' ra primera y mas importante cori-

seqïencia de los principios que acaba-rnos de establecer es , que la volun-tad general puede dirigir por sà solalas fuerzas del estado con arreglo alobjeto de su institucion, que es el biencoman ; porque si la oposicion de losintereses personales ha hecho indispen-sable la fundacion de las sociedades .,,la conformidad de estos mismos intere-ses la hace posible. Lo que se encuen-tra de comun en estos diferentes intere-ses ., forma el vànculo social ; y si no

hubiese un punto en que todos los in-tereses se hermanasen 1 no †podràa ex‡s-

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4

tir sociedad alguna. La sociedad de-be de conisiguiiehte ser gobernada, se-g; n lo prescriba el interes coman .

Por quanto la soberanÍa no es otracosa que el exercicio de la voluntadgeneral , no puede enagenarse ; y elsoberano, que es un ser colectivo, nopuede ser representado mas que porsÍ mismo : el poder puede ser cedidopero no la voluntad .

En efecto, si no es imposible queuna voluntad particular se conformeen algun asunto con la general, lo espor lo mànos que esta union sea du-radera y constante , porque la volun-tad particular se encamina naturalmen-te ¡ la preferencia, y la general ape-tece siempre lÍa ig ,saldad .` todavÍamas imposible el hallar urn fiader deeste conciert~3 , aun dado que pudiesesubsistir por mucho tiempo : esto seriaunas bien efecto de la casualidad , quedel arte . El soberano puede muy biendecir : yo quiero en la actualidad loque fulano quiere , 6 lo que por I

43n nos dice que quiere ; pero no puededecir : n.~.á,.na querrà tambien lo queeste hombre querra , porque es unabsurdo encadenar la voluntad para lovenidero , y porque no depende de nin-guna voluntad el consentir en una cosacontraria al bien del mismo sugeto quequiere . Por tanto si el pueblo proine -,te simplemennte obedecer , se disuelvepor este acto , y pierde la qualidadde pueblo, pues en el momento enque tiene un seáor, ya no hay sobe-rano , y el cuerpo polÍtico queda des-truido desde aquel punto.

No es decir por esto, que las •r-denes de los gofos no puedan pasar porresoluciones de la voluntad general,quando teniendo libertad el soberanopara oponerse , no lo executa. En se-meant: caso se debe presumir el consentimiento del p~n~blo p-~)r el silenciouniversal , como lo explicar)J-alos lilaspor extenso,

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44

CAPÍTULO SEGUNDO.

LA SOBERANÍA ES INDIVISIBLE.

or la misma razon que la sobera-nàa no puede enagenarse , tampocopuede dividirse , porque ¡ es general(6) la voluntad, ¡ no lo es ; es decir,o es la de la totalidad del pueblo , ¡la de sola una parte . En el primer casola declaracion de la voluntad es un actode soberanàa, y forma ley en el segun-do es tan solo una voluntad particular,o un acto de in gistratura , que seratodo lo mas un decreto .

Pero nuestros polàticos, no pudien-do dividir la soberanàa en su principio,la dividen en su objeto, part .icndola enfuerza y en voluntad , en poder legis-lativo y executivo , en derechos de im-

pi! estos , de just cia y de guerra , eá1ctCI?in traeion interior y en la facultaddde tratar Con los extra g r }S eu CU-

r

s

45ya division unas veces confunden todasestas partes, y otras las separan. Ha-cen al soberano un ser fant•stico, com-puesto de varias piezas unidas , cornosi formasen un hombre de muchos cuer-pas , de los quales uno tuviese ojos,otro brazos ,' otro pies , y nada mas.Los charlatanes del ,japon despedazan,segun dicen , un nià o • presencia delos espectadores , y arrojando despeesal ayre todos sus miembros uno trasde otro, lo hacen caer vivo y entero .Tal es poco mas 6 menos la habilidadde nuestros polàticos: despues que, handesmembrado el cuerpo social por unprestigio propio de un teatro, vuelven• juntar sus partes sin que se sepaComo.

Proviene este error de no tener unaidea exacta d,? la autoridad soberana,y de haber tornado por partes de es-ta lo que no son mas que sus emana-ciones. Asà por exemplo , ,han miradoel acto de declarar la guerra y el deleer l paz, Corno propios . J.9 la so-

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46beranfa, y no lo son, puesto que es~tos actos no son una ley , _ sino unaaplicacion de la ley , Í un acto parti-cular que determina el caso de la ley,cono se,-verà claràmente quando se fi-xe la idea de la., palabra ley.

Si ex¡minàsehos las otras divisio .nes , encontrarramos que siempre que,se cree, que la soberanáa està dividi-da , nos engàriamos ; y que los dere-chos que suelen tomarse por partes dela soberanáa, estàn subordinados à ellay suponen siempre la voluntad supre-ma , cuya execucion conceden estos de- ,rechos .

Es incalculable la obscuridad , queesta falta de exactitud ha producido enl s dr _ fisiones (Le los a .uutores acerca delderecho polático, quando han queridohablar de lo• . derechoos respectivos delos rïc~~Tes y de los pueblos baxo de los

ahrir ~'pioa~ tráe li evaban establecidQs . . .,Vi-ial quIU a puede ver en, los capátulostc cero y quarto del l', iuei libro deGrQclo A coni este hombre sabio y sa

4.7traductor Barbeyrac se confinden yembarazan con SUS Scrfsnlas, temiendoextenderse demasiado d no decir tantocomo se habáan proptr†sfo, por no chÍ-car con los intereses que iban à conciliar. Groc.io que" se` habáa refugiadoen Francia descontento de su patria, yqueria J~àr gustÍ a Li is XtIL, à quiendedicÍ su obra ~ nada' perdona paradespojar à los pueblos de sus derechosy trasladarlos à los reyes con todo elartificio `posible. Del mismo . modo selltubiera coudulcid'o~ Barbeyrac , que de-'dicÍ sti tràduccioj~ à ; Jorge I rey deInglaterra ; pero por :desgracia la expulsion,' de Jàcobo II, qae †l llama a b-dic‡cion , le obligÍ à ser reservado,à huir el cuerpo, y à tergiversar ^ pa-ra no hacer parecer a liileri~ro co-mo un usurpador. Si estos escritoreshubiesen adoptado los -~ rˆ~aleros p ; in-ripios , se hubieran desvara ci o todaslas drf~ctrltacles , y liubi sen sido masConsiguie~rtes pero dicie7~do la verdad,solo hubiesen dado susto al pueblo,, y

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48inÍ la verdad hace à los hombres afor-tunados , ni el pueblo dà las embaxa-das , empleos y pensiones.

CAPITULO TERCERO.

r LA VQLUNTr4D GENERAL PUEDZ

ERRr1R.

e sigue de lo dicho, que la volun-tad general es siempre recta , y sedirige hàcia la utilidad p¡blica ; . peroi.,) se sigue que las deliberaciones delpueblo tengan siempre la misma rec-titud . El pueblo siempre quiere el bien,aras no siempre lo conoce : nunca sele corrompe , pero se le engaáa con3r]uclla frequenci .a , y e lt•uces ¡nica-eamente quiere en la apariencia lo queS rl;alo.

Hay por lo regular mucha dife-arencia entre la voluntad de todos yla voluntad general : esta desea el in-~ es coman *,

-1 k ~ ï` e particular,,

49porque no es mas que el conjunto delas voluntades particulares . Pero qu†-tese de estas mismas aquello en que sedestruyen mutuamente (7), y rebasa-das estas diferencias , resultara la vo-Juntad generalb

Si quando el pueblo debidamenteinformado delibera , no pudiesen losciudadanos comunicarse entre s† , elgran n¡mero de las cortas diferenciaspresentaria siempre la voluntad gene-ral , y la deliberacion seria acertada .Pero quando se forman facciones y j † .n-tas parciales en perjuicio .de la grande,la voluntad de cada una de estas par-cialidades llega à hacerse general re-lativamente à los miembros , y parti-cular respeto del estado. No se puededecir ent•nces que hay tantos votantescono hojnbres , sino tantos , quantasson las parcialidades ; y como es me -nor el n1‡mero de las diferencias , elresultado que dan , es mˆnos general .En fin quando una de estas parciali-dades es tan grande que supera à to-

.D

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50

das las demas , no es el resultado unasuma de pequeÍas diferencias , sino unadi`erencia ànica ; ni se debe mirar ladeliberacion como emanada de la vo-luntad general, porque el voto queprevalece , no es mas que el voto deun particular .

Es necesario pues para saber laopinion de la voluntad general , queno haya sociedad parcial en el estado,y que cada ciudadano opine por s¡ so-lo (8) . Esta fue la ànica y sublimeinstitucion del gran Licurgo ; porquesi. l,á.ay sociedades parciales , es preci-so multiplicar el nàmero y precaverla desigualdad , como lo hici•ron So-ion , Nuina y Servio. Estas precau-ciones son las ni as e fi ~?cey , pa a {eleL voluntad general sea siempre iius-1 rad ., y para que el pueblo sao seaergaaado.

51

CAPïTULO QUARTO.

DE LOS LIMITES DEL PODERSOBER -i O .

Si el estado 6 la ciudad es una per-

sona moral , cuya vida co?nsiste en launion de sus miembros . y si su prin1-cipal cuidado debe ser su propia con-servacion , necesita una fuerza generaly convulsiva , para mover y disponercada parte de la manera m ,-,s conve-niente al todo. As¡ como la natur lo-na da al hombre un poder absolutosobre sus miembros , el cuerpo pol¡oi-co adquiere por el pacto social i _ ;ualpoder Slos suyos ' v teste iYod rdirigido par la ~'olun1 general C'cne,como lloro dicho , el nombre de so~-beran¡ .

Pero ademas de la persona pd-i~llca 1 hemos ti

L(j1 ::s¡,† ._rar a 1 ,as p'ar-ticf¡lares que la 1

s` ~ll~'ïl

cuya Vi‡

J.) ,2

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62

da y libertad son naturalmente inde-pendientes de ella . Se trata de distin-guir bien los derechos respectivos delos ciudadanos y del soberano (9), ylas obligaciones Í que estÍn atenidoslos primeros como vasallos , del de-recho natural que les compete en ca-lidad de hombres. Hemos manifestadoque lo que cede cada uno de sus fa-cultades , bienes y libertad por el pac-to social , es solamente aquella partecuyo uso conviene Í la sociedad ; yno es menos cierto , que el sobera-no es el ànico juez de esta conve-niencia .

El ciudadano debe hacer quantosservicios puede al estado , en el mo-m~ento en que se lo ordena el soberano ;

este no puede cargar Í los va-

.os con u .x .a ci_, , en

in tul Í la so-ciedad rii lo puede tampoco querer,r u en la ley de la razon lo mismo

qu- en la de la naturaleza , ninguna o--sa (lebe hacerse in cao .usa. Los empe¡osqec nos unen al cuerpo social ' obi-

.53gan , porque son mutuos ; y es tal sunaturaleza, que quando se cumple conellos , no se puede trabajar por otro,sin trabajar por si mismo . á Por quemotivo es siempre recta la voluntadgeneral , y por que quieren todos cons-tantemente la felicidad de cada unode los individuos de la sociedad, sinoporque no hay nadie , que no se apro-pie esta palabra cada uno , y que nopiense por si mismo, quando vota portodos ? Esto prueba que la igualdadde derecho y la idea de justicia quede ella se deriva , provienen de lapreferencia que cada uno se da , y_por consiguiente de la naturaleza d2 lhombre ; y prueba tambien que la vo-luntad general , para merecer este nom-bre , debe serlo en su objeto no me-nos que en su esencia ; que debedimanar de todos, para aplicarse Í to-dos ; y que pierde su rectitud natu.-ral , quando se dirige Í algun objetoindividual y determinado , porque co-1110 entonces juzgamos de lo que no,s

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eS extrario , no Ítenernos nmgun ver-dadero principÍo de equidad que nospueda servir de uÍa.

Ef ctivva mente en el momento en

que se trata tic lin hech_o o dc e un de-

recho particular que no ha sido de-

teriniiia(io por la conv en _ O n g ~Le

y anterior' , se mueven rnil contiendas,

porque entà ces viene ¡ hacerse un

proceso, en q ue los part cill i es inte-

resados son una parte y el páblico

otra ; pero donde no se desc u,bre la

ley que se ha de seguir, y el juez que

ha de fallar . Seria una cosa r~c i~ ~tlaquererse atener en este caso ¡ la ex-

presa decision de la voluntadcon la .que solo se conformari'a. la una,

parte, y que es para l,. 01-1 131 una vo-

luntad extraria , p rticular , injusta en

esta oc as- +s.~n y s # La al error, A lamt nera ci ~re ~una voluntad, particular

no puede representar ¡ la general , es-ta muda taz'nbien de naturaleza , quan-

do tiene lin objeto par'ticul`rr , y nopuede dar su sentencia corno general,

55ni sobre un hombre ni sobre un he-cho. Guardo el pueblo de •Atïnas, por ;exeir~pt,: , elegÍa ¡ deponÍa ¡ sus ge-fes , coneedia honores a unos , c¡s -Li-gana a otros, y exercia indistiQtamen-te, por medio de infinitos decretos par-ticulares , todos los actos del gobier-no ; el pueblo en el presente caso notenia voluntad general en sentido ri-guroso, ni obraba como soberano, si-no como magistrado. Parecer¡ esto con-trariotraeio a las ideas comunes , pero seme permitir¡ que exponga las rnias .

Se infiere de lo dicho , que gene-raliza la voluntad mïnos el námero devotos , que el Ínter es comun que losreune , porque en esta institucion ca-da uno se sujeta necesariamente ¡ lascondiciones que impone ¡ los demas .i Concierto admirable del iinteres y dela justicia , que da ¡ las deliberacio-nes comunes el car¡cter de equidad,que falta en toda discusion de los ne-gocios particulares , por no haber uninteres colnun , que unÍa e identifique

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Í5 6la regla del juez con la de las par..tes litigantes'!

De qualquier modo que Suba ayos

al principio , vendràmos siernpi r .

concluir ; que eI pacto social ,gis,. Ice entre los c~ud danos tt?d igi:aiu adque todos est¡n obligados baxo d . -nmismas condiciones , y deben tsrrgozar de los mismos derechos . De

"on-siguiente por la naturaleza d l pactotodo acto de soberanÍa , á lo que eslo mismo , todo acto autàntico de lavoluntad general , obliga y favoreceigualmente ¡ todos los ciudadanos, pormanera que el soberano conoce al cuer-po de la nacion , pero no ¡ ningunode los miembros que la componen .2 No es esto propiamente el acto desoberanÍa ? No es un convenio del su-perior con el inferior, sino del cuer-po, con cada uno de sus individuos ;convenio legÍtimo , porque se fundaen el contrato social ; justo , porquees comun ¡ todos ; •til , porque nocede tener otro objeto que el bien

3_

57general ; y sálido , porque se afianzaen la fuerza p•blica y en el podersupremo. Miàntras que los vasallos es-t¡n sujetos bazo estas condiciones , noobedecen ¡ nadie , silo ¡ su propiavoluntad ; y preguntar , hasta dondese e ,,,-rienden los derechos respectivosdel soberano y de los ciudadanos , eslo mismo que preguntar , hasta quepunto pueden estos obligarse entre sÍ,cada uno con todos , y todos concada uno de ellos .

Se ve por esto, que el poder sobe-rano, aunque tan absoluto , sagradoà inviolable , no se extiende ni puedeextenderse mas all¡ de los lÍmites delconvenio general , y que qualquierapuede disponer plenamente de los bie-nes y libertad que se le han dexadopor este convenio ; de modo que elsoberano no tiene derecho para cargarreas ¡ un vasallo que ¡ otro , porquehaciàndose entonces un asunto particu-lar, ya no seria competente su poder.

Admitidas estas distinciones , no

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5puede decirse que ha ra en el contra-to social ninguna renunc a verdaderapor parte de los particulares : su si"tuaciou por el co1}tr,rio es en virtud

CO1-Itreto IÍ Í`11Inen e

bde este

prefereà la que tenjan tes , pues en luugarde una sclo han i~ed o elventejoso C i31~i~i i d

su ,- i ere inciertas_lt~

~~

y precaria por otra 1ejo

nias, de la i :1Cle ~ -i,,-eencia natural por

la llbcrtad , de la r~' ¡lta y de d- -aà los otros por su propia seguridad,y de su fuerza ;u'_- podria ser supe áradá, pe

' ' recr un

que la union so-l

'cali a e Inl ;'enci L-lo . Su misil a Vidaque han consagrado al est do , estaC•~"tl't `1 ItiZn.r ~ï ,re ~ Fn id,~ ,a cntc t,rc)tegld,a ; y qu 1ndo

Ya expzPne•I por su defensa , 11 cenotra cesa , que dar à la patria lo que?,an lÍecibido de ella ? 2 ue hacen queno I ubieran hecho con m as frequenciay mayor riesgo en el es ~ do de la na-tillÍa le,~.a , en el que expuestos † corn--bates inevIIi~i1ie , Eti feud~I'~~ln con PL.

su vida lo que les . sirve pa-

59ra conservarla? Es cierto que todoshan de pelear indispensablemente por lapatria ; pero tanmbien lo es, que ya na-di.e tiene que pelear por s• mismo . †Nose gana , por lo que r speta à nuestraseguridad, en evitar una parte de lospeligros à que estar•amos necesaria-mente expuestos ., si no estuvi‡semosdefendidos ?

CAPˆTULO QUINTO.

DEL DERECHO DE I/ID4 Y MUERTE.

S e pregunta, ?como los particularesque no tienen facultad para disponerde sus vidas , pueden transmitir al so-berano un dercch~~ que no tienen? Es-ta question se presenta dif•cil de re-solverse, , porque no est bien expli-cada. Todos tienen derecho para ex-poner su vida por conservarla . àQuuiei,lla dicho jamas , que el que se echapor una ventana para escapar del~c c

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cendio , es reo de suicidio? ÍSe haimputado este crimen al que pereceen una tempestad,, cuyo peligro noignoraba quando se embarcà ?

El contrato social tiene por obje-to la conservacion de los contratantes .El que desea conseguir el fin, quieretambien los medios , y estos est¡n ex-puestos ¡ riesgos , y aun ¡ perdidai,reales . El que pretende conservar suvida ¡ costa de los otros , debe Cam-bien darla quando es necesario. Portanto el ciudadano ya no puede juzgardel peligro ¡ que quiere la ley quese exponga , y guando le dice el prán-cipe : conviene al estado que mueras,debe morir ; puesto que baxo de es-ta condicion ha vivido seguro hastaentonces , y que su vida ya no essolamente un beneficio de la naturalega , sino una d¡diva condicionaldel estado .

La pena de muerte que se impo-ne ¡ los delinq•entes , puede conside-rarse baxo del mismo respeto por no>

61

ser váctimas de un asesino , conveni-mos en morir , guando cometamos unasesinato . En este convenio en Migarde disponer de nuestra propia vida,nos proponemos preservarla ; y no esde presumir que ninguno de los con-tratantes pieuse en aquel momento enhacerse ahorcar .

Fuera de esto quando un malhe-chor viola el derecho social , se hacepor sus crámenes rebelde y traydor ¡la patria , dexa de ser rni~ilibro suyotraspasando sus leyes , y aun le decla-ra la guerra . Entànces la conservaciondel estado es incompatible con la su-ya , y es necesario que uno de los dosperezca ; de modo que quando se quita lavida ¡ un reo , es niïnos como á ciu-dadano , que como ¡ enemigo . El pro-ceso y el ju ici† son las pruebas y ladeclaracion de que ha quebrantado elcontrato social , y de que ya no es porconsiguiente miembro del estado ; y co-mo el se ha dado ¡ conocer por tal,calando i-nïnos por su residencia en el

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pais , debe ser separado de cl con eldestierro, como infractor del pacto, o conla muerte, como enemio pÍblico . Porquegno siendo este enemigo una persona mo-ral,sino un ho_llbre, prescribe ere tal ca-so el derecho de guerra que se mate alvencido .

Pero se me dirà, gtle la condenacionde! reo es un acto p articular . No hay quedudare , y por esta rea on no pertenece

yal Soben no, y es un dereeclha que d e becon ir , sin gtue lo pue~$ .a e g'cer pors¡ mismo . M¡s ideas van todas conexas,pero no es posible que las exponga àun ti~mpo .

Por lo demas la fregÍiencia de los su-pl5c.ios es s , ;-ni~pre ta la seáal de la debili-dad o inac ._ion d .e los gobiernos . -No exis-t salal~Ta-1o alguno (que no pu : iera serviripara uno U otro destino ; y no h n~y derecho

ypara dar la r uerte, aun con e i objeto deque s ._la exem~ l', sino a aquel , à quien

n0 se le pa, u e d jxa r eon v¡ d .i sin e igro1l • J

l~ )a• yfo que mira al d r~ ch de perelo-

llt~r, ï dc e :xi .n iir al culpable de la pena

F

63aplicada por la ley y pronunciada porel juez , es este un derecho que solopertenece al que es superior al juez yà la ley, esto es , al soberano ; perosu derecho en esta parte no està toda-v¡a claro, y son nnuy pocos los casosen que debe erihlcarle . En un estadobien ad~ inistrado hay pocos castigos,n.o porque se perdon† ~nticlio, Sino por-que hay pocos d~ l lc dent+gis : la multi-tud de delitos asegura su impunidad,quando el estado llega à corromperse .En la repÍblica romana nunca se atre-~TlLl on el senado ni los cïnsules a conCeder i11.ngnn indulto , ni aun el pCle-

b1.o lo daba , 1It:ai] :. .1C' 1‡C ; osaba al -ti i(1`nsveces Su •J uicio

† los indultos son fre-gtieli~ ',

t'.i'it1

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l l.~:.` ;,1 - :.t .)' f_ ;'- t'ˆeˆ tac.i.l cono-y

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trastorno . Per )):ii corazon se r siente9

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Y ille dctiene i~3- ''~uma d xt'?a.Js quede este pun to el hombre justo ci .a e

nunca ha d`lingt~ido , y que ti lal ~L?coVperdonas:.

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CAPÍTULO SEXTO.

DE LA LEY*

polàt

emos dado por medio del pactosocial la existencia y vida al cuerpoico, y vamos ahora ¡ darle el mo-vimiento y la voluntad por medio dela legislacion ; porque el acto primiti-vo , por el quai se forma y reune estecuerpo, no comprende lo que debe ha-cer para conservarse .

Lo que es bueno y conforme alárden , lo es por la naturaleza de lascosas sin dependencia alguna de losconvenios humanos . La justicia dima-na. de Dios que es su primer origen,y si nosotros la supiesemnos recibir delo alto , no necesitaràamos de gobier-nos ni de leyes . Hay ta~nbse l sindu-da una justicia l ni~~ersai emanada de

la r azora : pero esta debcs la ser reci-proca , para que fuese admitida . Consi-

f r

derando hu-manamente las cosas , lasleyes de la justicia , son infructuosasentre los hombres , por carecer de san-cion natural ; y solo favorecen al mal-vado perjudicando al justo, porque es-te las guarda con todos , y nadie lascumple con e1 . Son necesarias por tan-to las convenciones y las leyes , pa-ra unir los derechos ti las oblir acio-nes , y conseguir el objeto de la jus-ticia . En el estado de la naturaleza,en el que todo es comun , nadie de-be nada ¡ otro, porque no l ha pro-metido cosa alguna , ni reconoce porageno sino lo que le es in•til . No su-cede lo mismo en el estado civil , enel quai todos los derechos est¡n pres-critos por la ley .

Pero ï que es por fin la ley ?Mt†itras nos contentemos con r~l :ear ¡esta palabra ideas pui ‡ ;3~n~nte meetafàsi-cas , 11 :~bl,rre,11 s sin enten ie r nos ; yaun quando 11 ;ue~ri,~s ¡ definir lo quees la ley d' la naturileza , no poot eso1 -Iabr aros adelant ido mucho para sa-

E

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ber, que es la ley del estado .Llevo dicho, que la voluntad ge .

neral no puede versar sobre un ob,Íe-to particular, porque este ha de exis-tir precisa m ente en el estado ' o fue-ra de ' el . Si està fuera del estado,no puede ser general con respeto àel la voluntad que le es extralla ; ysi està en el mismo estado , es unaparte suya, y entonces se forma entre eltodo y su parte una relaciou , que losconstituye dos seres separados , de loscuales el uno es la parte , y el otro eltodo rebaxada esta parta . El todo me-

nos una p rte reo es el todo ; y entretanto que subsiste eta relaccion, ya nohay todo , sirio dos partes desi u ales,y la voluntad de la una no es de con-si diente general con respeto a la

Otra .Pero quando el pueblo entero de--

terlili: ~~ sobre godo el pueblo, solo seconconsidera s mismo ; y cl se forma. en-t¡~ice drena relacion, es entre el obie4

o total 1~ao d

n punto de v'ista y y

07

ti mismo baxo de otro , sin que ha.ya division en el todo . La materia deque se trata án este caso , es generalcomo la voluntad que determina ; yà áste acto llamo ley,

He dicho que el objeto de las leyyes es siempre general , porque la leyconsidera à los vasallos en cuerpo yà las acciones en abstracto, y nuncaze refiere à nlngun individuo ni aninguna accion en particular . Por lomismo la ley puede establecer quehaya privilegios , mas no conceden osdeterminadamente à persona alguna ;puede ordenar que haya diferentes cla-ses de ciudadanos , y aun se•alar lasquàlidades necesarias para entrar encada una de ellas, pero no puede nom-brar à nadie. para que sea admitido ;puede establecer un gobierno real y lasucesion hereditaria , pero no elegir elrey ï ni se•alar qual ha de ser la fana-lia real : en una palabra ninguna fun-cion que se refiera a un ot'jeto In,Jivi,dual pertenece al poder legislativo .

E2

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Es claro segun estos principios,

Í quien compete el formar las leyes,puesto que son actos de la voluntadgeneral ; y no es menos evidente, queel pràncipe es inferior Í las leyes,porque es miembro del estado ; quela ley no puede ser injusta , porquenadie lo es consigo mismo ; y quequando alguno se sujeta Í las leyes .,no dexa por eso de ser libre, porqueellas son el ¡rgano de su voluntad .Se ve tambien , que como la ley hade reunir la universalidad de volunta-des y objetos , no puede merecer elnombre de ley lo que ordena al-guno por su propia autoridad ; y queaun las ¡rdenes del soberano acercade un objeto particular son decretosy no leyes , actos de la magistraturay no de la soberanàa . Segun esto lla- ,mo repáblica al estado gobernado porlas leyes , qualquiera que sea su for-

ma de gobierno , porque en este ca-so , manda el interes publico, y so-lo se atiende al bien del mismo . Tod•

69

gobierno pues legàtimo es republica-no (ro), como se verÍ quando ha-blemos del gobierno .

Las leyes son propiamente las con.diciones de la asociacion civil . El pue-blo debe ser el autor de las leyes Íque se sujeta , porque es un derechode los socios determinar las condàcio .nes de la sociedad . Pero ï como lasdeterminarÍn ? ï SerÍ esto de comunacuerdo por una inspiracion repentina?Í tiene el cuerpo polàtico algun mediopara manifestar su voluntad ? ï quienle darÍ la prevision necesaria para for-mar las actas y publicarlas de ante,-rnano , 6 como se conducirÍ , si se vede pronto en este momento critico? ïCo-mo una muchedumbre ciega , que nosabe por lo regular lo que quiere,porque raras veces conoce lo que leconviene , executarÍ por sà misma unaempresa tan vasta y difàcil , como loes un sistema de legislacion ? El pue-blo quiere siempre lo bueno , pero nosiempre lo conoce : la voluntad genero

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d 0-

ral es constantemente recta , pero eljuicio que la quia , no es siempre elmas acertado . Es necesario hacerle verlos objetos como son en sÍ , y algu-nas veces como deben parecerle ; m di-

car. le el buen camino que busca ; po-nerla à salvo de las sugestiones par-ticLllares ; recordarle los lugares y lostiempos ; y des :nganarla del atractiv'de las ventajas presentes y sensibles,manifestàndole el peligro de los malesremotos y ocultos. Laos particularesconocen el bien que rehusan , y elp¡blico apetece el bien que no conoce. Todos necesitan de que se les ilus-

tre ; se debe convencer à los unos , pa-ra que conformen su voluntad con loque les dicta su razon , y es menes-ter hacer ver à los otros el bien quedesean. De este modo resultarà de lasluces p¡blicas la union del entendi-miento y voluntad del cuerpo social,y de esta el exacto áoncurso de laspartes y la mayor fuerza del todo . Parra esto es necesario un legislador .

CAPITU LO S•PTIMO .

DEL LEGISLADOR.

Para descubrir las reglas de socio-dad que mas convienen à las nacio-nes , seria necesaria nna inteligenciasuperior , que conociese las pasionessin experimentarlas , que estuviese en-terada à fondo de nuestra naturalezasin que perteneciese à ella , cuya fe-.ticidad fuese independiente de ncsotros , que quisiese porr lo mismoemplearse en la nuestra , y que pre-paràndose una gloria remota para lovenidero , pudiese trabajar en un si-glo y gozar en otro del fruto desus tareas (i i) : es necesario por de-cirlo de una, que sean dioses los quehan de dar las leyes à los hombres .

El argumento que hacia CalÍgulaen quanto al hecho , lo hacia Platonpor lo que mira al derecho , para de-,

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7!k

finir al hombre civil 6 real , que bus..ca en su libro sobre el rey no ; pero sies verdad , que. es muy difÍcil el en-contrar un gran prÍncipe , à quantomas lo ser¡ hallar un buen legisla-dor? El primero no tiene mas que-seguir el modelo que ha de proponerel otro , de manera que este es elinventor de la m¡quina , y aquel so-lamente el artÍfice que la arma y lapone en movimiento . En el principiode las sociedades , dice Montesquieu,los gefes de las repáblicas dirigen suestablecimiento , y este forn#i despueslas gefes de las rep blicas.

l que se atreve ¡ encargarse defundar un pueblo , debe sentirse confuerzas para mudar , por decirlo asÍ,la naturaleza humana ; para transfor-mar ¡ cada individuo, que es de suyoun todo perfecto y solitario, en unaparte de otro todo mayor , de quieneste individuo ha de recibir en ciertamanera su vida y existencia ; para al-terar la constitucÍon del hombre, ¡ fin

73de darle mayores fuerzas ; para sin.tituir una existencia parcial y moral¡ la fÍsica • independiente que hemosrecibido de la naturaleza ; es necesarioen fin que despoje al hombre de suspropias fuerzas , para darle las queles son extraïas y de las que no puedeusar sin la ayuda de otro . Quanto masmuertas y debilitadas est¡n las fuerzasnaturales , son mayores y mas dura-deras las adquiridas, y mas s†lida yperfecta la institucion ; de suerte quesi cada ciudadano no es nada , ni pue-de hacer nada sin valerse de los de-mas , y si la fuerza adquirida es siem-pre igual † superior ¡ la suma de lasfuerzas naturales de todos los indivi-duos , se puede asegurar , que la le-gislacion ha llegado al mayor gradode perfeccion' que pudiera apetecerse.

El legislador es por todos respetosun hombre extraordinario en el esta-do. Si debe serlo por su talento , nolo es menos por su encargo , que nopertenece ¡ la magistratura ni ¡ la

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74soberanÍa . Este encargo que forma la.repàblica, no entra en su constitucion :es un ministerio particular y superior,que nada tiene que ver con el impe-rio ; porque si el que manda a loshombres , no debe maridar ¡ las le,yes , tampoco el que manda a estas,debe mandar a los hombres . De locontrario siendo sus leyes un instru-n~~zr~to de sus pasiones , no harÍan otracosa- cree perpetuar sus injusticias , ynunca ;rÍa, evitar , que las mirasarticulare , perjudicasen a la per%c-

clon de su obra .Qu_uando Licurgo dio las leyes a

su p .L' la , empezá abdicando el rey-no, ; y muchas ciudades de Grecia te~Pian por costumbre el encargar ¡ losextrangeros la formacion de las suyas.lÍas nuevas repàblicas de Italia inài.taron este uso , y la de Ginebra est¡.muy contenta por haberlo adoptado

.Roma vio renacer en su •pocairas floreciente todos los crÍmenes dela tiranÍa , y estuvo muy expuesta ¡

73perecer , por haber concedido ¡ unosmismos sujetos la autoridad legislativa yel poder soberano . A pesar de esto niaun los dec•mviros se apropiaron nun-ca el derecho de promulgar una leypor su propia autoridad . Nada de loque os proponemos, decian al pueblo,puede ser ley sin vuestro consentimiento ..Romano$ , sed vosotros los autores delas leyes , en que debe fundarse vuesIra felicidad

El que resume las leyes , no tie-ne á no debe tener el derecho legis'lativo, ni el pueblo podria, aun quan,do quisiese , privarse de este derechoincomunicable ; porque segun el pau-to fundamental , solo la voluntad ge-,peral obliga ¡ los particulares , y nun-ca se puede asegurar que la voluntadde alguno de estos sea conforme ¡ lageneral, sino despues de haberla pasa-do ¡ la votacion libre del pueblo . Aun-que ya lo he dicho esto en otra par-~e , nunca es superfluo el repetirlo .

AsÍ es que si encuentran juntas

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76

en - la obra de la legislacion dos coÍsas que parecen incompatibles , à sa-ber, una empresa superior à las fuer-as humanas , y ninguna autoridad pa-

ra su execucion. Hay ademas otra di.,f cultad, que merece tambien nuestraatencion. Los sabios que quieren ha-blar al vulgo en otra lengua distintade la de este , -no pueden ser enten-didos , porque tienen mil ideas quees imposible expresarlas en el lengua-ge del pueblo. Las miras muy gene-rales y los objetos muy, distantes es-tàn fuera de su capacidad ; y comocada individuo solo gusta del plan degobierno que mas se conforma con suinteres particular , se le hace muyduro concebir las ventajas, que debenresultarle de las muchas privacionesque imponen las mismas leyes . Paraque un pueblo pudiese en sus princi-pios conocer las sanas màx¡mas de lapolática , y seguir las reglas fundamen-ta l_es de la razon d e estado , seria neocesarlo que el efecto se convirtiese

7?

len la causa , es decir ; que el espfritu social que ha de ser obra de lainstitucion , dirigiese esta misma insti-tu•ion, y que fuesen los hombres àn-tes de las leyes , lo que deben ser ïnvirtud de ellas . El legislador pues, co-mo no puede emplear ni la fuerza niel raciocinio , tiene que recurrir àuna autoridad de otro orden , la quaiobligue sin violencia y persuada sinconvencer. Por este motivo los funda-dores de las naciones han echado ma-no en todos tiempos de la interven-cion del cielo , atribuyendo à los dio-ses su propia sabiduráa, para que so-metidos los pueblos à las leyes de es-tado del mismo modo que à las dela naturaleza, y reconociendo el mis-mo poder en la formacion del hom-bre que en la de una ciudad , obede~ciesen libremente , y sufriesen d†cilesel yugo de la felicidad p‡blica .

De esta razon sublime , que nocomprenden los hombres vulgarmente,se vale el legislador poniendo jus de-

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71

cisiones en boca de los inmortales, pa ,ra llevarse tras sÍ con la autoridaddivina à los mismos, que harian muypoco caso de la prudencia humana ( 1 3)-Mas no es para todos hacer hablarà los dioses 9 ni ser tenidos por susint¡rpretes ; la grande alma del le .gislador es el verdadero milagro quela de probar su rnision. Qualquierapuede grabar tablas de piedra, sobor-nar à un oràcálo , fingir comercio se-creto con alguna divinidad , adiestrarun pàxaro para que le hable al oido,o inventar otros medios groseros à finde seducir al pueblo . El que solo se-pa hacer esto , podrà por una casua-lidad reunir una quadrilla de iDsensa-tos ; pero nunca fundarà un imperio,y su extravagante obra perecerà muypronto juntamente con ¡l . Las iltusio-nes vanas forman un vÍnculo pesage-ro ; la sabidurÍa solamente puede dar-le consistencia . Las leyes que han sub-sistido por mucho tiempo , como ladel descendiente de Ismael, que es ya

79reconocida por espacio de diez siglosen una gran parte del globo , formanel elogio de los grandes hombres quelas han dictado ; y mi¡iltras que laorgullosa filosofÍa • el ciego espÍritude partido no los quiere reconocer masque corno unos afortunados imposto-res, el sabio polÍtico admira en susinstituciones aquel grande y podero-so genio ~ que dirige los estableci-mientos duraderos .

No se debe concluir de aquÍ conWarburton, que la polÍtica y la religion tengan entre nosotros el mismo ob-jeto ; sino que la una sirve de instru-mento à la otra en el origen de las na-ciones .

CAPITULO OCTAVO.

DEL PUEBLO.

1 modo qun el arquitecto ex mmmi-na y observa el terreno antes de le-vantar un grande edificio , para ver

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8o

si aquel puede sostener el peso, asÍel sabio fundador no empieza à for-mar buenas leyes , sin investigar deantemano, si puede soportarlas el pue-blo para quien las destina . Por estono quiso Platon dar leyes à los arcadiosni à los cirenios , porque como estospueblos eran ricos , no hubiesen podi-do tolerar la igualdad. Ni hubo otracausa para que fuesen en Creta lasleyes buenas y los hombres malos,sino porque MÍnos las di¡ à un pue-blo ' encenagado en todos los vicios .

Muchas naciones han florecido.que nunca hubiesen podido soportarlas buenas leyes ; y aun las que hanpodido, se han visto por la misma cau-sa muy pocos momentos en esta dis-posicion . Los pueblos , lo mismo quelos hombres , solo son d¡ciles en sujuventud, y se hacen incorregibles einla vejez : guando las costumbres sonya inveteradas y estàn arraygadas laspreocupaciones , es peligroso á in•til,el quererlas reformar. El_ pueblo no

8r

puede sufrir que le toquen sus llagasni aun para curarlas , y se estremececon sola la presencia del cirujano, co-ma sucede à algunos enfermos est•pi-dos y medrosos .

De la misma manera que algunasenfermedades trastornan la cabeza à loshombres y les borran la memoria de lopasado, suele tambien haber en los es-tados ápocas violentas, en que las revo-luciones causan en los pueblos los mis-mos efectos que ciertas crisis producenen los enfermos . El horror de lo pasadollega unas veces a causar su olvido,y otras abrasado el estado por las guer-ras civiles , renace en cierto modo desus cenizas, y recobra el vigor de lajuventud saliendo de los brazos de lamuerte. Asi lo experirnentb Esparta enlos tiempos de Licurgo , Roma des-pues de los Tarquinos , y entre noso-tros la Holanda y la S uiza despues dela expulsion de los tiranos.

Pero estos acontecimientos son ra-ros, y se deben mirar como excepcio-

E

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ImeS , que son siempre efecto de laconstitucion particular de los estadosen que suceden , y que nunca se

'1yveri~ican por dos veces en un mismopueblo ; porque este podrÍ hacerse li-bre mientras que solamente sea barba-ro, pero ya no puede recobrar la li-bertad una vez que el resorte civil este,gastado. Làos des¡rdenes pueden destruir-le ent¡uces sin que le restablezcan lasrevoluciones , y' en el momento en querompe las cadenas t se dispersa y ya noexiste : de allà en adelante necesita deun seáor , mas bien que de un libers-tador. Pueblos libres , acordaos de es-ta mÍxima : la libertad puede adqui-rirse , nias nunca recobrarse .

Iras naciones , lo mismo que loshombres , tienen un tiempo de madu-rez , que es necesario esperar Íntes de~;ujetarlas Í las leyes ; pero la madu-rez de un pueblo no se conoce fÍcil-mente, y si se la anticipa , queda frus-trada la obra . Hay pueblo que se pue-de disciplinar e,n sus principios , y

93otro no se halla en este estado al ca .bo de diez siglos . Los rusos nunca serÍn%verdaderamente civilizados , por quelo han sido demasiado pronto . Pedro elgrande tenia un talento imitador ; peroestaba falto de aquel genio creadorque lo hace todo de la nada. Eranbuenas muchas cosas que hizo ; perola mayor parte venian fuera de tieni-po vi¡ que su pueblo era bÍrbaro;,no conoci¡ que aun no estaba bastan-te , maduro para la civilizacion , y qui-so civilizarlo guando era menesteraguerrirlo . Quiso de un golpe for-mar alemanes • ingleses , debiendo emn-pezar por hacerlos rusos ; y ha impe-dido que sus vasallos llegasen Í serlo que podrian , persuadiLnd¡les queeran lo que no son : semejante Í aquelpreceptor frances, que educ¡ Í su dis-càpulo para que luciese por un mo-mento en su infancia , aunque ya nohiciese nada en adelante . El imperiode Rusia querrÍ dominar Í toda laEuropa , y quedarÍ sojuzgado : los

F 2

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tÍrtaros , que le estÍn ahora sujetosoo son sus vecinos , llegarÍn Í ser due-nos suyos y de nosotros . Esta revolu.clon me parece indefectible , porquetodos los reyes de Europa trabajan deconcierto para acelerarla .

CAPITULO NONO,P

SIGUE L!1 MATERIA DEL ANTERIO

I sà como la naturaleza ha determi-nado la estatura del hombre bien con-figurado, y Cuando no se ajusta Í ella,solo cria gigantes ¡ enanos ; hay delmismo modo respeto de la mejor cons-tit~ucion de un estado , ciertos làmitespa+_ra su extension , Í fin de que no seamuy grande, para que pueda ser biengob rna ro ' ni demasiado reducido, pa-ra mantenerse por si mismo . En todocuerpo polàtico estÍ seáalado el t•rmi-no dï la fuerza de que no debe pasar,y del qual se aparta por lo regulaY

85engrandeci•ndose . Quanto mas se ex-tiende el vànculo social, mas se relaxa ;y un pequeáo estado es en general in-asfuerte proporcionalmente que uno gran-de : lo quai debe ser asà por variosmotivos. Primeramente la administra-cion es mas trabajosa en las grandesdistancias , al modo que un cuerpo esmas pesado en el extremo de una lar-ga palanca. Es tambien mas onerosa Ímedida que se multiplican los empleos,porque cada ciudad tiene los suyos quepaga el pueblo ; los tiene igualmente'cada distrito Í expensas del pueblo ; lomismo sucede respeto de las provincias ;y Í estos se agregan los grandes go-biernos , las satrapàas , los vireynatos,que es necesario pagar mas al pasoque se va subiendo , siempre Í costadel infeliz pueblo, hasta que se llegaa la administracion suprema, que todolo arrasa. Tanta sobrecarga agota decontinuo Í los vasallos, y l•jos de es-tar mejor gobernados por esta diversiwdad de gerarquàas, lo estÍn peor que si

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solo tuviesen una cabeza, porque ap`vas les quedan recursos para los casoextraordinarios, y si estos llegasen, severÍa el estado à punto de perecer.

Ademas de esto tiene el gobiernom¡nos vigor y celeridad para hacer ob-

servar las leyes , impedir las vexacio-ves , corregir los abusos , y precaverlas tramas sediciosas que puedan for-finarse en los Jugares lejanos . El pue-blo estima muy poco à unos geftaque no conoce , la patria es tan in-indiferente à sus ojos como el restá,del mundo , y mira à los conciudada-

nos como si fuesen extrangeros. Nopueden convenir unas mismas leyes atantas provincias diversas, que tienendistintas costumbres, que viven en cli-mas opuestos , y que *no pueden con-formarse con el mismo sistema de go-bierno, La diversidad de leyes causariadesárden y confusion en los pueblos,que viviendo sujetos à unas mismas au-toridades y comunicàndose de continuo,pasan y se casan los unos con los otros ;

porque si estuviesen sujetos .` distintàsusos , nunca sabrÍan si les pertenece supatrimonio . Los talentos estàn ocultos,las virtudes ignoradas y los vicios sincastigo, por la muchedumbre de sujetosdesconocidos entre si, que el tribunalde la administracion suprema reune enun mismo lugar . Agobiados los magis-trados con una multitud de negocios, na-da ven por sÍ mismos , y sus dependien-tes gobiernan el estado. Finalinente tasmedidas que se tornan para sostener laautoridad general , de que tantos em-pleados remotos quieren sustraerse---6intentan eludir, absorben toda la aten-.cion, y apLnas se puede pensar en Jafelicidad del pueblo, ni aun en su de-fensa y necesidades . De este modo uncuerpo demasiado grande en su cons-titucion, perece aniquilado por su pro-pio peso .

El estado debe por otra parte ci-mentarse para su solidez , y para re-

. sistir à los vayvenes que le sobreveii dràn, y à los esfuerzos que tendrà _que

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hacer à fin de sostenerse ; porque to-dos los pueblos tienen cierta fuerza cen-tr¡fuga , que los hace obrar de conti-nuo à unos contra otros , y que losinclina à engrandecerse à expensas desus vecinos , como los torbellinos deDescartes. De esta suerte los dÍbiles seexponen à verse engullidos , y na-die puede conservarse , si no se cons-tituyen todos en una especie de equi-librio , que iguale la compresion portodas partes .

Se colige de lo dicho- que hay ra-zones para la extension y para la es-trechez , y que el buen pol¡tico debecon su talento sacar de unas y otrasla proporcion preferible à la conserva-ci†n del estado. Se puede afirmar engeneral que las primeras, por ser ex-teriores y relativas , deben estar su-.bordinadas à las otras , que son inte-riores y absolutas. Una s†lida y per-fecta constitucion es lo primero que seha de buscar, y se debe tener mas con-f.anza en el vigor de un buen gobier

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no, que en los recursos que suministraun gran territorio .

Por lo demas se han visto estadosconstituidos de tal modo , que necesi-taban de las conquistas segun su mis-ma constitucion, y que se viÍron obli-gados à engrandecerse para conservar-se. Tal vez estar¡an muy ufanos conesta dichosa necesidad, que les estabaindicando como tÍrmino de su grande-za el inevitable momento de su ruina"

CAPáTULO D•CIMO..

r0NTLNUACTON,

Se puede medir un cuerpo pol+ticode dos maneras , à saber , por la ex-tension del territorio y por el nïmerode los habitantes ; y entre estos dosc†mputos hay una relacion que puedeservir para se‡alar la verdadera gran-deza del estado. Los hombres coral po-t en el estado t y el terreno alimenta

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21 los hombres ; por lo que esta retaÍcion consiste en que la tierra baste pa-Ya la manutencjon de los habitantes , yque nno hay a mas habitantes de los quepueda sustentar el pais ., En esta pro-porcion se encuentra el làmite de fuer-za de un n¡mero determinado de po-lacion ; porque si sobra terreno , e

oneroso el guardarlo, no basta el cul-tivo y el producto es supá rf1uo ; lo,gual motiva las guerras defensivas . i•yo es suficiente el terreno, el estadose halla, ï disposicion de los vecinospara lo que le falta ; y esta es la cau-sa in~~ledsat~ de las gue4,,ras ofensivas .El pueblo que no tiene por su situa-ci.on mas alternativa que la del comer-,ci† o6 -la guet‡a, es dábil en' si mismo,.pues depende de sus vecinos y de losacontecimientos,, y su existencia es bre-ve á incierta . Si bien sojuzga y mejoraasu situacion, viene dia en que es sub-yugado y reducido ï la Dada: no pue-de conservarse libre, sino siendo inuypequeˆo o muy grande,

0-

'91No puede calcularse fixamente la

proporcion que hay entre la extensiondel terreno y el n¡mero de los hom-bres que bastan para habitarle , asï.por las diferencias que se observan en.la calidad de las tierras , en los gra-dos de fertilidad , en la naturaleza desus producciones y en la influencia delos climas ; como por la diversidadque se nota en los temperamentos delos hombres que los habitan, pues al-gunos consumen poco en un pais fár-til , y otros mucho en las tierras e&+1-táriles. Se debe igualmente atender ïla mayor o menor fecundidad de lasmugeres , ï lo que puede tener el pais.mas o menos favorable ï la poblacion,y ï los aumentos que el legislador de-be esperar de los establecimientos queallà haga ; de suerte que ha de formmar su juicio no solo por lo que tie-ne presente , sino tambián por lo queprevea ; ni ha de fixarse tanto en elestado actual de la poblacion , comoen el que probablemente tendrï coa .

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el tiempo. Por Íltimo hay muchos ca-sos en que los accidentes particularesdel lugar exigen 6 permiten , que -seabraze mas terreno dei que parece ne-cesario . Asà podr¡ tomarse mucha ex-tension en un pais montuoso , dondelas producciones naturales , que sonlos bosques y los pastos , piden mánostrabajo ; donde la experiencia manifies-ta que las mugeres son mas fecundasque en los llanos ; y donde un granterreno inclinado d¡ una peque•a basahorizontal, que es la Ínica con que sepuede contar para la vegetacion . Enlas orillas del mar es mas f¡cil por elcontrario reducirse ¡ las rocas y tier-ras arenosas, que casi siempre son es-táriles ; porque la pesca puede supliruna gran parte de las producciones dela tierra , los habitantes deben estarunas reunidos para resistir ¡ los piratas,y se tiene fuera de esto la proporcionde aligerar de gente al pais por mediode las colonias.

Falta aun que hacer una adverten .,

I

Al

93cia para el establecimiento de un pue -blo , muy diversa de las otras y sin laquai todas serian inÍtiles. Esta es laposesion de la abundancia y de la paz ;porque la ápoca en que se funda unestado es, como en la formacion de unbatallon, el instante en que el cuerpopuede resistir mános , y por lo mismohay mas facilidad en destruirlo. Mejorse resiste quando hay un desïrden ab-soluto, qne en el momento de la fer-mentacion, en que cada uno piensa ensu puesto y no en el peligro. Si so-breviene en esta ápoca la guerra , lahambre ï un alboroto , el estado sever¡ indefectiblemente arruinado .

Ni basta el establecer muchos go-biernos en estos tiempos borrascosos,,porque estos mismos gobiernos son losque destruyen el estado. Los usurpa-dores proporcionan , 6 se aprovechansiempre de semejantes desïrdenes , pa-ra establecer por medio del espantapÍblico , las leyes que nunca aproba-ràa el pueblo ¡ sangre fria, La eleca-

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con del momento en que debe hacer ,

se la instÍtucion ; es uno -de los prin-cipales caracteres que distinguen la obradel legislador de la del tirano .

2 Que pueblo està pues en el casode poder recibir la legislacion ? El que:estando ya reunido por su origen, porel interes ¡ por alguna convencion , noha sufrido aun el verdadero yugo delas leyes ; el que no tiene costumbres nisupersticiones muy arraygadas ; el queno teme verse rendido por una inva-sion repentina ; el que sin tener dis.putas con sus vecinos , puede resistirsolo à cada uno de ellos , 6 ayudarsede los unos para rechazar à los otros ;en el que qualquiera miembro esconocido por todos los demas , y ànadie se le impone una carga mayorde la que puede llevar ; el que nonecesita de los otros pueblos , ni es-tos necesitan de ál (14) ; el que ni

es rico ni pobre y puede mantener-se por sÍ solo ; y el que reune en fin .la consistencia de un pueblo Antiguo -

19,

r

9~con la docilidad de uno nuevo . Lo quese ha de destruir , hace mas tr•bajosa la obra de la legislacion , que loque se ha de establecer -; y laimposibilidad de hallar la sencillez dela naturaleza junta con las necesidadesde la sociedad , hace tan difÍcil subuen áxito . Estas qualidades se en-cuentran raras veces enlazadas , y poreso son tan pocos los estados bienconstituidos .

Hay todavÍa en Europa un paissusceptible de legislaci¡n, y es la isla deC¡rcega . El valor y constancia con queeste valiente pueblo ha recobrado y de-fendido su libertad , merecen que al-gun sabio le enseïe el modo de con-servarla .a . T en cgo cierto presentimiento,de q-ue e' pequeïa isla ha de asom-brar algun di.a a la Europa .

j

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CAPÍTULO UNDàCIMO.

,SOBRE LOS DIVERSOS SISTEMAS DE

LEGISL4CIONa

& i se va a buscar, en que consistaprecisamente . el mayor de todos losbienes , pues este debe ser el fin dequalquiera sistema de legislacion , ha-llar¡mos que está reducido á dos ob-jetos principales, que son la libertad yla igualdad. La libertad , porque to-da dependencia particular es otra tan-ta fuerza que se desmembra del cuer-po del estado ; y la igualdad , por-que la libertad no puede subsistir sinella .

Ya he explicado lo que es la li-bertad civil ; y por lo que respeta ála igualdad, no se ha de entender poresta palabra , que los grados de po-der y de riqueza sean absolutamente,unos mismos ; sino que en quarto a1

9?poder , debe estar aquella ea,•nta detoda violencia , y que nunca se ha deexercer este mas que en virtud del em.pleo y de las leyes ; y por lo que mi-ra á la riqueza , que ningun ciudada-no sea tan rico que pueda comprar áotro , y ninguno tan pobre que se veaprecisado á venderse . Lo qual suponemoderacion de bienes y de cr¡dito porparte de los grandes, y moderacion deavaricia y de codicia por la de los pe-queïos (15) .

Esta igualdad, suele decirse, es undelirio de la te†rica, que nunca pue-de realizarse en la práctica . Pero deque su abuso sea inevitable , ‡se sigueque no se deba por lo m¡nos estable-cer Por lo mismo que la fuerza delas cosas se dirije siempre á destruirla igualdad , debe la fuerza de la le-gislacion encaminarse constantemente ˆmantenerla .

Estos objetos generales de todabuena institucion deben modificarse encada pais , segun lo pida su situaciorz

G

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9 3

local y el carÍcter de sus habitantes;y por este motivo es necesario seàalar acada pueblo un sistema particular deinstitucion, que sea el mejor , no en s¡trismo , sino relativamente al estadopara quien se destina. áEs, por exem-plo , ingrato y est•ril el terreno , 6demasiado reducido para sus habitan-tes ? Entïnces se ha de fomentar la in-dustria y las artes , para cambiar susproducciones por las que le hacen fal-ta. áSe trata por el contrario de ri-cas llanuras y de f•rtiles campiàas , enque Í pesar de la bondad del terrenose experimenta escasez, de moradoresProt•jase la agricultura , que multipli-ca los hombres , desti•rrense las arteque acabarian de despoblar el pais, yre s ¡,,anse en algunos puntos del terri-torio los pocos habitantes qne exis-ten (16) . áQue es lo que convendrÍ Ílos que viven en extendidas y cïmo-das riberas ? Cubrir el mar de baxe-les , y dedicarse al comercio y Í lanavegacion ,, con lo que lograrÍn una

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existencia brillante , aunque corta . Pe-ro Z que harÍn los que moran en lascostas , donde el mar solo baàa rocascasi inaccesibles ? Quedarse bÍrbaros, ysustentarse de peces, pues de este irmo-do vivirÍn seguramente mas tranquilos,serÍn mejores , y mas felices sin dispu-ta. En tina palabra ademas de las mÍ-ximas comunes Í todos los pueblos,tiene cada vino en s¡ alguna causa quelas ordena de un mudo particular , yhace que su legislacion sea solo pro-pia para aquel pueblo. As¡ es queantiguamente los hebreos y mas recien-temente los Írabes han tenido porprincipal objeto la religion , los ate-nienses las letras , Cartago y Tiro elcomercio , Rïdas la marina , Espartala guerra y Roma la virtud . El au-tor del Esp¡ritu d las Myes ha delnus-grado por medio de repetidos exeinplosel artificio , con que el legislador di-rige su institucion lhÍcia estos objetos .

La constitucion de un estado esverdaderamente sïlida y duradera .,

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100

guando se ha procurado que las quali-sdades naturales se conformen en todocon las leyes , y que estas no haganmas que asegurar , acompaÍar y recti-ficar à las otras. Mas si el legislador.,equivocàndose en su objeto , toma unprincipio diferente del que resulta dela naturaleza de las cosas , y el unose dirije à la esclavitud , al paso queel

'

otro à la libertad ; aquel à las ri-quezas , y este à la poblacion ; el pri-mero à la paz, y el otro à las conquis.tas ; las leyes se debilitaràn insensible .mente , la constitucion padecerà milvariaciones , y el estado se verà agi .tado hasta que sea finalmente destruido6 mudado, y que la invencible natu~.raleza vuelva à tomar su imperio .

I,

,toy

CAPITULO DUOD¡CIMO.

DIVISION DE LAS LEYES.

Para arreglar el todo y dar la me-jor forma posible à la administracionpáblica hay que atender à varias re-laciones . La primera es la accion delcuerpo entero que obra sobre s• mis-mo , esto es la relacion del todo conel todo , 6 del soberano con el estado ;y esta relacion se compone de la delos tïrminos intermedios , como lo ve-remos despues .

Las leyes que arreglan esta rela.clon , tienen el nombre de leyes po-l•ticas , y se llaman tambien funda-mentales , no sin alguna razon , si sonsabias ; porque en cada estado solo hayun buen sistema de adininistracion , yel pueblo que lo ha encontrado deberetenerlo . Pero si el orden establecidoes rualo , 1 por que se han de tener

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t o 2:

por fundamentales las leyes` , que leimpiden que sea bueno ? Ademas de es-to , sea quai fuere el estado de las co-sas , el pueblo es siempre el dueÍo demudar de leyes, aunque sean las me-jores ; porque si le acomoda hacersedarlo , à quien tiene derecho para estor-b¡rselo ?

La segunda relacion es la de losmiembros entre si 6 con todo el cuer-po, y esta ha de ser tan pequeÍa enel primer caso, y tan grande en el se-gundo como sea posible ; de 'modo quequalquiera ciudadano este en una abso-luta independencia de los otros , y enuna excesiva dependencia de la ciudad :lo qual se hace siempre por unos mis-mos medios , porque la fuerza del es-tado es la ánica que constituye en li-bertad ¡ sus miembros. De esta segun-da relacion nacen las leyes civiles .

Se puede considerar otra terceraentre el hombre y la ley , ¡ saber laele la desobediencia ¡ la pena , la quaiha dado motivo al establecimiento de

103

la leyes criminales , que no son en elfondo una especie particular de leyes,pino la sancion de todas las otras .

A estas tres clases ue leyes se agre-ga otra , la mas importante de todas,que no est¡ grabada en m¡rmoles nien bronces , sino en el c•razon de losciudadanos ; la quai forma la verda-dera constitucion del estado , adquierenuevas fuerzas de cada dia , reanima• suple ¡ las demas leyes quando seenvejecen o amortiguan , conserva enun pueblo el espïritu de su constitu-cion , y sustituye insensiblemente lafuerza del h¡bito ¡ la de la autori-dad. Hablo de los usos , de las cos-tumbres , y principalmente de la opi-nioa ; punto desconocido de nuestrospolïticos , pero del quai depende ellogro de todo lo domas ; punto en quese ocupa en secreto el buen legislador,guando se limita en la apariencia ¡los reglamentos particulares , que sonla cimbra de la b•veda , cuya llaveinalterable forman por fin las costuni-

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TV4

bres , que tardan algo mas en nacer.De estas diversas clases de leyes,

las polÍticas que constituyen la formade gobierno , son las que pertenecenànicamente ¡ mi instituto .

LIBRO TERCERO.

J\ ates de hablar acerca de las di-versas formas de gobierno, procurará-nnos fixar el sentido exacto de esta pa-labra , que aun no ha sido bien ex-plicada hasta ahora.

CAPITULO PRIMERO .

SOBRE EL GOBIERNO EN GENERAL~

revengo -al lector que lea este ca-pÍtulo con toda pausa , pues no poseoel arte de ser claro ¡ quien no quiereprestarme su ateneion .

La accion libre tiene dos causas

tosque concurren ¡ producirla , la unamoral que es la voluntad que determi-na el acto , y la otra fÍsica que es elpoder que lo executa. Quando meencamino hacia un objeto , es necesa-rio primeramente que quiera dirigirme¡ ál, y en segundo lugar que me lle.ven los pies . Si un paralÍtico deseacorrer , y un hombre ¡gil no quieramoverse , los dos quedar¡n en el mis-mo sitio. El cuerpo polÍtico tiene losmismos m•viles , y se distingue tam-bien en ál la fuerza de la voluntad,esta con el nombre de poder legislativo,y la otra con el de poder executivo .Nada se hace en ál , 6 no debe hacer-se sin la concurrencia de entrambos .

Hemos visto que el poder legisla-tivo compete al pueblo, y que no-puede competer ¡ otro ; y es f¡cilcono;er por el contrario , atendiendo¡ los principios ya establecidos , queel executivo no puede pertenecer¡ lageneralidad , como legisladora 6 sob&rana ; porque este poder consiste en

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IoÍ

actos particulares , que no son de 1$inspeccion de la ley, ni del soberanopor consiguiente , cuyos actos son todosverdaderas leyes . Necesita pues la fuer-za pàblica de un agente particular, quela reuna y ponga en accion con ar-reglo ¡ las miras de la voluntad gene-ral , que sirva para la comunicacion,del estado con el soberano, y que ha-ga en cierto modo en la persona pà-blica , lo que la union del alma y delcuerpo hace en el hombre . Esto vieneá ser en un estado el gobierno , quese ha confundido hasta aqu• i -nalamen-te con el soberano , pues no es masque su ministro . ï Que es . segun estoel gobierno ? Un cuerpo intermedio,puesto entre los vasallos y el sobera-no para su mutua correspondencia , yencargado de la execucion de las leyesy de la conservacion de la libertad,tanto civil como pÍl•tica .

Los miembros de este cuerpo sellaman magistrados o reyes , esto es,l -rbernààd ores , y todo el cuerpo tiene

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el nombre de pr•ncipe (17)- Por lot

mismo los que pretenden , que el acto

por el quai se somete un pueblo a sus

gefes , no es un contrato ., tienen mu-

cha razon. Esto no es absolutamente

nias que una comision Í un empleo,en el quai los dependientes del sobe-rano exercitan en su nombre el poderque ha depositado en ellos , y que

puede limitar , modificar y tomar otra`vez quando guste ; porque la enage-nacion de este derecho seria incompa-

tible con la naturaleza del cuerpo so-

cial , y contraria al objeto de la aso-

ciaclon.Llamo de consiguiente gobierno'. 6

suprema administracion , al exerciclO

leg•timo del poder executivo , y p r•n~

cipe o magistrado, al sujeto Í al cuero

po encargado de esta administracionp

En el gobierno se encuentran las fuer-zas intermedias , cuyas relaciones for-man la del todo con el todo , Í del

soberano con el estado. Se puede re-

presentar esta àltima relacion por me-

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ros

dio de la de los extremos de una proporcion continua ., cuyo mediÍ propor..cional es el gobierno. Este recibe delsoberano las Írdenes que comunica alpueblo ; y para que el estado tenga eldebido equilibrio , es necesario , quecompensàndolo todo , sea igual el unproducto 6 el poder del gobierno to-rnado en si mismo, al otro producto6 al poder de los ciudadanos, que sonsoberanos por una parte y vasallos porotra. No podria variarse ninguno deestos tres t¡rminos , sin desbaratar la`proporcion . Si el soberano quiere gober-nar, 6 el magistrado dar leyes, Í losvasallos se niegan à obedecer, el de-sÍrden sucede al arreglo, la fuerza y lavoluntad no obran ya concertadamente,y el estado cae disuelto en - el des-potismo 6 en la anarquáa . Finalmenteasá como no hay mas que un medioproporcional en toda relacion, tampo-co puede darse en ningun estado masque un buen gobierno. Pero como losacontwzrientos mudan à veces las re-

4

109

laciones de un pueblo, no solo puedenconvenir diferentes gobiernos à diver-sos pueblos , sino tambien à uno mis-•no en distintas ¡pocas .

Para dar una idea de las diversasrelaciones que pueden hallarle entreestos dos extremos , tomar¡ por exem-plo eh nïmero del pueblo, por seruna relacion mas fàcil de explicar . Su-pongamos que un estado se componede diez mil ciudadanos : el soberanosolo puede considerarse colectivamentey en cuerpo ; pero qualquier particu-

lar es considerado , en calidad de va-sallo , como individuo. Asá el soberanoes respeto del vasallo como diez milrespeto de uno , Í lo que es lo mis-mo , cada miembro del estado notiene en sá mas que la diezmil¡simaparte de la autoridad soberana , noobstante que ¡l se ha sujetado por en-tero. Si se compone el pueblo de cienmil hombres , no se muda por eso elestado de los vasallos , y cada unoc erce del mismo modo todo el i npe~

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'lo

rÍo de las leyes , aunque su votareducido à la cienmil¡sima parte, tie-ne diez veces menos influencia en suuformacion. En este caso se queda siem..pre uno el vasallo , y la relacion delsoberano se aumenta en razon del nu-mero de los ciudadanos ; de donde sesigue , que quanto mas se engrande-ce el estado , mas se disminuye lalibertad.

Quando he dicho que se aumentala relacion , quiero significar , que elestado se aparta de la igualdad , demodo que quanto mayor es la propor-cion en sentido geom¡trico , es menoren el comun ; porque en el primero,consideràndola por la cantidad , se lacomputa por el exponente , y en elotro , consideràndola segun la identi-dad , se la estima por la semejanza .Quanto menos relacion tienen las vo-luntades particulares con la general,esto es las costumbres con las layes,tanto mas debe aumentarse la fuerza(jue reprime ; por lo que el gobierno

III

para ser bueno , debe 'tener relativa-mente mas fuerzas , à proporcion queel pueblo es mas numeroso.

Como el engrandecimiento del es-tado da por otra parte à los deposi-tarios de la autoridad páblica mas oca-siones y medios para abusar de supoder ; necesita el gobierno mas fuer-za para contener al pueblo , y el so-berano la debe tener mayor proporcio-nalmente , para contener al gobierno .No hablo aquÍ de una fuerza absolu-ta , sino de la relativa à las diversaspartes del estado.

Se sigue de este doble respeto, quela proponÍan Continua entre el sobe-rano , el prÍncipe y el pueblo , no esuna idea arb'trar .la , sino una conse--q•cncia precisa de la naturaleza delcuerpo poli tico . Se sigue tambien, queestando determinado el uno de estosextremos , à saber el pueblo como va-sallo , que està representado por launidad ; siempre que la razun duplase aumenta 6 disminnuye 5 se aumenta- :

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IT

rd 6 disminuirÍ del mismo modo lasimple , y que por consiguiente se muadarÍ el tàrmino medio. Esto pruebaque no hay una constitucion de go-bierno ¡nica y absoluta, sino que pue-de haber tantos gobiernos diferentes ennaturaleza , quantos sean los estadosdiferentes en magnitud .

Si se quiere decir para poner enridáculo este sistema , que se puede ha-llar este medio proporcional y formarel cuerpo del gobierno , segun mi opi-nion , sacando solamente la raiz qua-drada del n¡mero del pueblo ; respon-derà : que tomo aquá este numero porexemplo ; que las relaciones de quehablo , no se computan solamente porel n¡mero de los hombres, sino en ge-neral por la cantidad de accion, la quaise combina por mil causas ; y que porlo demas , si me valgo para expresar-me con menos palabras de los tàrminosgeomàtricos, no es porque ignore., quela precision geomàtrica no puede adap-t arse a das cantidades morales .

11 3

El gobierno es en peque•o lo queel cuerpo polático , que lo comprende .3es en grande ; Í saber , una p rsona mo-ral, dotada de ciertas facultades, activacomo el soberano , pasiva como el es-tado , y que puede dàscompoiierse enotras relaciones semejantes . De aquá re-sulta una nueva proporcion , y de es-ta otra segun el ïrden de tribunales,hasta llegar Í un medio tàrmino indi-visible , esto es Í una sola cabeza ïmagistrado supremo , que puede re-presentarse en el medio - de esta pro-gresion , congo la unidad entre la seriede fracciones y la de n¡meros .

Prescindiendo de - esta multiplica-cion de tàrminos , nos limitaremos aconsiderar al gobierno , como un nue-vo cuerpo del estado , distinto del pue-blo y del soberano , e intermedio entreuno y otro. Se diferencian esencial-mente estos dos cuerpos , en que elestado existe por sá mismo , y el go-bierno existe por el soberano . Por tantola voluntad dominante del práncipe es

H

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114

G debe ser la voluntad general 6 laley ; su fuerza es la pÍblica, que estàreconcentrada en el ; y en el momen-to que quiere exercer de suyo algunacto absoluto e independiente , empie-za ~à disolverse la union del todo. Sisucediese finalmente , que la voluntadparticular del pr¡ncipe fuese mas acti-va que la del soberano , y que se va-liera aquel , para executar su voluntadparticular , de la fuerza pÍblica queestà à su disposicion , de moda que hu-biese, por- decirlo as¡, dos soberanos,el uno por derecho y el otro de hecho ;se desvaneceria al instante la union so-cial , y el cuerpo pol¡tico quedaria di-suelto .

Sin embargo-para que el cuerpo delgobierno tenga una existencia real , quelo distinga del cuerpo del estado , ypara que todos sus miembros puedanobrar de corun acuerdo , y correspon-djer al fin para el qual està instituido ;es necesaria una personalidad particu-Lr, una sen ~billdttd comun 4 todos sus

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miembros, y una fuerza y voluntad pe-culiar que los dirija à su conservacion .Esta existencia particular supone lasjuntas, los consejos, los tribunales pa-ra deliberar y para resolver, los de-rechos , los t¡tulos y los privilegios quepertenecen exclusivamente al' pr¡ncipe,y que hacen mas honroso el encargodel magistrado , à proporcion del tra-bajo que lo acompafia . La dificultadconsiste en ordenar en el todo estetodo subalterno de tal manera , queno altere la constitucion general altiempo de asegurar la suya ; que sedistinga siempre su fuerza particularque està destinada para su propia con-servaci.on , de la fuerza pÍblica desti-nada para la conservacion del estado ;y que en una palabra, está siempre dis-puesto à sacrificar el gobierno al pue-blo , y no el pueblo al gobierno .

Aunque el cuerpo artificial del go-bierno es obra de otro cuerpo artifi-cial , y la vida que tiene es en ciertomodo prestada y subordinada , esto no

H2

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impide que pueda obrar con mas 5menos vigor Í celeridad , y gozar, pordecirlo asà , ' de una sa4ud mas Í m¡~nos robusta . En fin , sin apartarse di-rectamente del objeto de su institucion~puede desviarse mas Í menos , segunel modo de que está constituido .

De estas diferencias nacen las di-versas proporciones , que debe tenerel gobierno con el cuerpo del estado,segun las relaciones accidentales y par-icalares que modifican al mismo esta-do ; porque muchas veces el mejor go-bierno vendrá á ser el mas vicioso, sàsus relaciones no están acomodadas alos defectos del cuerpo polàtico aquien pertenecen .

A

117

.CAPITULO SEGUNDO.

DEL PRINCIPIO QUE CONSTITUYE L_aSDIVERSAS FORMAS DE GOBIERNO,

J ara exponer la causa general de es-tas diferencias, es necesario distinguiraquà el pràncipe y el gobierno , conoantes hemos distinguido el estado yel soberano .

Puede variar el cuerpo del magis-trado en el n•mero de sus miembros,pues la relacion del soberano con los va-sallos es , como lo he demostrado, ma-yor á proporcion que el pueblo es masnumeroso ; y lo mismo podemos decir,siguiendo esta analogàa , del gobi,.rr~ocon respeto á los magistrados .

Como la fuerza total del gobiernoes siempre la del estado , nunca varàa;y de aquà se sigue, que qunnto mayores la fuerza que emplea en sus t?r,pios miembros , rr_ ;: ïlos le quede par a.

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.-vis

obrar sobre todo el pueblo. Luegoquintos mas son los magistrados , masdÍbil es el gobierno. Vamos à ilustraralgo mas esta màxima fundamental .

Podemos distinguir en la personadel magistrado tres voluntades , esen-cialmente diversas . La primera que esla peculiar del individuo , no tiene masobjeto que su propia utilidad ; la se-gunda, comun a todos los magistrados,se encamina ¡nicamente al bien delpráncipe , y esta se puede llamar vo-luntad de cuerpo , porque es generalen •rden al gobierno y particular enorden al estado , de quien es parteel gobierno ; y la tercera es la volun-tad del pueblo • la soberana , la quaies general respeto del estado , conside-rado como el todo , y respeto del go-bierno , considerado como parte deltodo .

En una legislacion perfecta no de-be existir voluntad alguna particularo individual ; la de cnerpo , peculiaral gobierno, ha de estar muy subordi-

119

nada , y la voluntad general 6 sobe-,rana , sera siempre por consiguientela dominante y la regla ¡nica de lasdefinas . Lo contrario sucede en el •r-den natural , en el que las diferentesvoluntades se hacen mas activas al pa-so que se reconcentran . La voluntadgeneral es siempre la mas dÍbil , lade cuerpo està en el segundo •rden,y la particular obtiene el primero ; pormanera que en el gobierno cada miem-bro es primeramente individuo , des-pues magistrado y por ¡ltimo ciuda-dano : gradacion directamente opuestaà la que exige el •rden social .

Suponiendo que el gobierno se ha-lle en manos de un solo hombre , sereunen entonces perfectamente la vo-luntad particular y la de cuerpo , yesta se ve elevada por lo mismo almayor grado de vigor que puede te-ner. Como el uso de la fuerza depen-de de la voluntad , y no varáa lafuerza absoluta del gobierno ; se sig1 e,que el gobierno de uno solo es el nia6

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activo de todos. Pero si juntamos elgobierno con la, autoridad legislativa,y hacemos el prÍncipe del soberano yde los ciudadanos Otros tantos magis-trados ; . on undida en este caso lavoluntad de cuerpo c oz. l a general, notendrà ya actividad la stÍ~lza , y de-xarà en todo su vigor a p ~ t_cula~¡~de modo que el gobierno teni`ndosiempre la misma fuerza a sol :_t ~ , es-tarà en el menor grado de fuerza re-lativa á de actividad .

Estas proporciones son inco ntr sta-bles, pero aun pueden confirmarse conalgunas reflexior, s . Se ve, por exem-plo, que un magistrado es mas activoen su cuerpo que el ciudadano en elsuyo, y que la voluntad particular tie-ne por lo mismo mas influencia en losactos del gobierno que en los del so-berano ; porque todo magistrado estàcasi siempre encargado de alguna co-rnlsion del gobierno, mi ntras que ca-da ciudadano en particular no tiene co-misionn alguna de la soberanÍa . Por

I

A

121

otra parte, quanto mas se aumenta elestado, es mayor su fuerza real , ,aun-que no lo sea en razon de su exten-sÍon ; pero si el estado es el mismo,por mas que se multipliquen los ma-gistrados, no adquiere el gobierno masfuerza real , porque esta es la mismadel estado, la qual no ha recibido nin-gun incremento . AsÍ la fuerza relativaá la actividad del gobierno se disminu-ye , sin que su fuerza absoluta 6 realpueda aumentarse . Es cierto tambienque los negocios se despachan con maslentitud, a proporcion que son mas losempleados ; que se hace el mayor me-rito de la prudencia , y nada se dexaa la fortuna ; que muchas veces se pier-den las ocasiones ; y que à fuerza dedeliberar , casi nunca se consigue elfruto de la deliberacion .

Acabo de probar que el gobiernose debilita al paso que se multiplicanlos magistrados, y he manÍ testado àn-tes que quanto mas numeroso es el pue-blo, mayor debe ser la fuerza que lo

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I _ -I

contenga. De -aquÍ se sigue, que la re.lacion de los magistrados con el go-bierno , debe ser inversa de la que tic,,nen los vasallos con el soberano ; estoes , que quanto mas se engrandece elestado , mas se ha de reducir el go-bierno, de tal modo que el nàmero delos gefes se disminuya en razon del au-nento del pueblo.

Hablo aquÍ de la fuerza relativadel gobierno , y no de su rectitud , por-que quartos leas son los magistrados,mas se acerca la voluntad del cuerpo

la ;e eral ; en lugar de que habien-do un solo magistrado, la voluntad delcuerpo no es , como ya he dicllo, unasque una voluntad particular. AsÍ es quese pierde por una parte lo que se pue~de ganar por otra ; y la sagacidad dellegislador consiste en saber determinarel punto , en que la fuerza y la vo-luntad del gobierno , que han, de estarsiempre en una recÍproca proporcion,pueden combinarse del modo mas fa-' orable . al estado

I

123

CAPITULO TERCERO.

DIVISION DE LOS GOBIERNOS*

Se ha visto en el capÍtulo anteceden-te , por que motivos son diversas lasespecies ¡ formas de los gobiernos enrazon de los miembros que los compo-nen. , y ahora pasamos á explicar enel presente , como se hace esta division .

El soberano puede en primer lugarconfiar el dep¡sito del gobierno á todoel pueblo 6 á la mayor parte de •l, detal manera que haya mas ciudadanosmagistrados que m ros particulares : es-ta forma de gobierno se llama Demo-cra-cia . Otras veces deposita el gobier-no en las manos de un pequeïo nàme-ro , de modo que son mas los simplesciudadanos que los magistrados ; y áesta forma se le da el nombre de Aris-

iocracia . Puede por fin reconcentrar to-do el gobierno en un solo magistrado†

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y24

de quien los otros reciban su poder,y esta tercera forma , que es la mascc mun , se denomina MonarquÍa o go,.bierno real .

Es de notar que todas estas formas,G à lo m¡nos las dos primeras, pue-den tener un grande aumento o dimi.nucion ; porque la democracia puedecomprender à todo el pueblo, à redu-cirse à la mitad de ¡l. La aristocracia

-puede tambi.en desde la mitad del pue-blo estrecharse al námero mas pequedio indeterminadamente ; y aun la mo-narq uÍa puede tener alguna variacion•En Espartaa hubo constantemente dosreyes por su constitucion, y en el im-perio romano se vi¡ron hasta ocho em-peradores à un mismo tiempo , sin quese pueda decir por eso que estuviesedividido el imperio. AsÍ es que hay unpunto , en el que cada _corma de go-bierno se confunde con la que le sigue;y se ve que baxo de estas tres deno-minaciones , el gobierno es realmentesusceptible de tantas formas diversas,

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quantos ciudadanos tiene el estado . Ade-mas de lo dicho , como puede el mis-mo gobierno subdividirse por ciertosrespetos en muchas partes , sÍ, 1 a una esadministrada de un modo y la otra dediverso , resultarà de estas tres formascombinadas una multitud de formasmixtas , y cada una de estas podràmultiplicarse por todas las simples .

Se ha disputado con mucho caloren todos tiempos sobre la mejor formade gobierno , sin atender à que . cada:una de ellas es la mejor en ciertos ca-sos , y la peor en otros . Si en todoslos estados el námero de los magistrados, supremos ha de ser en razon in-versa del de los ciudadanos , se sigue,que el gobierno democràtico convieneen general à los estados pequel~los , elaristocràtico à los medianos , y el mo-nàrquico, à los grandes . Esta regla esuna consegtiencia inmediata de aquelprincipio ; pero ïcomo podràn tenersepresentes las muchas circunstancias, ergque deberàn adoptarse las ~ cep Íor e

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CAPÍTULO QUARTO.

DE LA DEMOCRACIA.

1 que hace la ley, sabe mejor quenadie , como debe executarse à inter..pretarse aquella ; y as¡ parece , queninguna constitucion debiera preferirsea la que reune el poder executivo conel legislativo. Pero esto mismo dexaimperfecto al gobierno baxo de ciertosrespetos, porque no están bien distin-guidas las cosas que deben estarlo ; ycorno el pr¡ncipe y el soberano sonuta misma persona, forman por decir-lo as¡ un gobierno sin gobierno .

No es lo mas acertado que execu-te las leyes el mismo que las hace, nique el cuerpo del pueblo desvie suatencion de los objetos generales , paradedicarse d los particulares. Nada haytan pernicioso , ccmo la influencia delos intereses privados en los negocios

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p•blicos , y el abuso de las leyes porparte del gobierno es Un mal menorque la corrupcion del legislador, con-segUencia precisa de las miras particu-lares . Si el estado se halla viciado sus-tancialmnente, no puede hacerse n¡ngu-na reforma. Un pueblo que nunca abu-sase del gobierno , tampoco abusar¡ade la independencia ; y si siempre go-bernase bien, no tendria necesidad deser gobernado . Hablando con todo ri-gor , nunca ha existido ni puede exis-tir tina verdadera democracia , porquees contrario al orden natural , quegobierne el n•mero mayor y sea go-bernado el menor. Ni es posible queestà siempre reunido el pueblo paraentender en los negocios p•blicos ; yen el momento que r4ombrase comi-siones para esto , tendr¡amos ya varia-da la forra de su administraciones

En efecto me parece que pedesentarse por principio , que

oquandolas funciones del gobierno están dividi-das en muchos tribunales 0 los .ncuos

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numerosos adquieren tarde 6 tempranola mayor autoridad, porque la mismafacilidad que tienen en despachar losnegocios , los conduce Í ello natu-ralmente.

Fuera de esto, 2 quantas cosas dr-ficiles de reunir, no supone esta es-pecie de gobierno ? Primeramente unestado muy pequeào, para que el pue-blo pueda juntarse con facilidad , ycada ciudadano llegue Í conocer Í losdemas ; en segundo lugar, una extraor-dinaria sencillez de costumbres , paraque no sean muchos los negocios niespinosas las discusiones ; ademas mu-cha igualdad en las clases y en lasfortunas , porque sin esta no podriasubsistir la igualdad de derechos y deautoridad ; y finalmente poco 6 nin-gun luxo , porque este es efecto delas riquezas Í las hace indispensables,corrompe Í un tiempo al rico y alpobre , Í aquel con la . posesion y Íeste otro con -la codicia , sacrifica lapatria al regalo y Í la vanidad ,

12 9arranca as estado todos los ciudada-nos , haci ndu)icis esclavos Í unos deotros y su etdndolfls todos Í la opi~rrione Por esto un autor celebre haestablecido per principio de las re-p¡blicas la virtud , puesto que sin ella,no podráa, subsistir tal conjunto de cir-cunstancias ; pero por no haber he-cito las debidas distinciones , se ex-plica muchas reces este grande hom-bre con obscuridad y poca ex•ctitud,y no ha conocido que la autoridadsoberana, que es siempre la misma,debe tener u nos mismos principios entollo estado bien constituido , aunquecon alguna, corta diferencia, segur seala formaa de gobierno .

No hay gobierno apuno tan ex-p~ieesto Í las guerras civiles y a las agi-taciotnes interiores como el detnocrÍ-tico 0 popular 9 porquee no hay otro,que tenga tanta tendencia Í mudar deforma ni que necesite de mas vib1-laucia ;y valor para ii -manitetnerse en la,suya, El % iudadano debe armarse de

I

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fuerza y constancia en esta constitucion,y repetir todos los dias en el fondode su corazon lo que decÍa un vir-tuoso palatino ( .t 8 )a en la dieta dePolonia : Malo periculosam libertatemquam quietumn servitium.

Si existiese un pueblo de Dioses,se gobernarÍa democràticamente ; peroun gobierno tan perfecto no convieneà los hombres.

CAPITULO QUINTO*

DE LA ARISTOCRACIA.

IME

lenemos al presente dos personasmorales enteramente distintas, que sonel gobierno y el soberano ; y porconsiguiente dos voluntades generales,la una con respeto à todos los ciu-dadanos , y la otra que lo es sola-mente , por lo que mira à los miem-bros de la administracion . Por tanto,aunque el gobierno puede ordenar su

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policÍa Ínter ior como le acomode, ja-mas podrà hablar al pueblo mas queen nombre del soberano , esto es ennombre del mismo pueblo ; lo qual siein.pre se ha de tener presente .

Las primeras sociedades se gober-naron. aristocràticamente. Los padresde familias deliberaban entre sÍ acercade los negocios p¡blicos , y los jo-venes obedecÍan sin trabajo à la au-toridad de la experiencia . De aquÍ seoriginaron los nombres de presbÍteros,anciaanos, senado, &c. Los salvages dela Amárica septentrional conservan to-davÍa esta forma de gobierno , y lesvà muy bien con ella. Mas al pasoque la desigualdad de la institucion:fiá sobrepujando à la natural, las ri-quezas • el poder ( 19 ) fu áron pre-feridas à la edad , y la aristocracialleg• à ser electiva . Finalmente comoel poder trainsmitido con los bienesdel padre à los hijos, c jnstituÍa pa-tricias à ciertas familias , hizo tam-bien hereditario el gobierno , y se

1 z

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viÍron senadores de edad de v eàntea¡os .

Hay segun esto tres maneras dearistocracia, á saber , natural , elec-

tiva y hereditaria . La primera soloconviene á los pueblos sencillos ; la•ltima es el peor de todos los gobier-nos ; y la segunda el mejor, y el quees llamado con propiedad ccfïistoczïa ca.

Ademas de la ventaja de hallar-se distinguidos los dos poderes , tienetambien la de elegir sus nmiemnbros ; por-que en el gobierno popular todos losciudadanos nacen magistrados ; pero,en este es Iras peque¡o su n•mero,son nombrados por eleccion ( 2 0) , yla probidad , las luces, la experienciay las de.nas razones en que se fun-da la preferencia, que se les da enla estimacion p•blica , son otros tan-tos motivos que aseguran el acierto enlas disposiciones de esta especie degobierno .

Las juntas son tax-nbien mas c†-modas , los negocios se ex‡minan ine-0

jor y se despachan con mas arregloy presteza , y el credito del estadoes mas respetable para los extrange-ros , guando está el gobierno en ma-nos de unos respetables senadores quequando dispone de Íl una multitud des-conocida † c preciable. En una pa-labra es n~as natural y conforme albuen vrdhn , que los mas sabios go-biernen á la muchedumbre , quandose tiene seguridad de que la gober-narán en favor de los intereses deella , y no en favor de los suyos ; yno h ~y necesidadà de multiplicar envano los agentes, ni de hacer con veintemil hombres , lo que se podràa con-s'~4nuir mas fa ii;ne 7~ con cien esco-gidos . Pero es de notar,, que el inte-

res de cuerpo suele empezar á diri-gir la fuerza p•blica con arreglo ála voluntad g ner l , aunque otra ˆn-

5clip czon inevitable va qz izando pi-)coá poco á las leyes una parte delpoder ek .~cutivo .

Por to qu- mira á las cono enren~

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-134,

m

cÍas particulares , no se necesita deun estado tan peque-5.o , ni de un pue-blo tan sencillo y recto , que- debaseguir la execucion de las leyes à lavoluntad pt¡b ica , como en toda de-ocracia b ien administrada ; ni tampo-4

co es preciso que sea tan grande lanacion , que los magistrados constitui-dos en diversas partes para gobernar-la , puedan ir usurpando en sus pro-vincias parte del poder del soberano,y empiezen por hacerse inndep ndiientes,para llegar por fin à levantarse cornel mando absoluto.

Si la aiáistocr cia no pide tantasvirtudes como el gobierno popular,no die-ma die exigir algunas que le sonpropias ; tales son la moder acion en.los ricos, y lra ning Í •?x3. Í~ bicion end

los pobres

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rtS` a no es dablti en esta espccie degobierno , 1ÍL pudo observarse en la.I?.Iw'I a

sp`rt ,'c~ ' r_3 d~Ii'' s i esta forma per-

lity cierta desig dalcld~cl CI e áor'ttl -as, es

1 35para que la administration de los ne-gocios p¡blicos se confÍe à los quepueden emplear todo el tiempo en ella ;pero no por esto deben siempre serpreferidos los ricos , como lo pretendeAristïteles. Conviene por el coiitra-rio hacer ver al pueblo en algunaselecciones , que el m†rito de los hom-bres es con razon preferido à lasriquezas .

CAP‡TULO SEXTO.

DE LA MON1RQUI4.

JJeuros considerado . hasta aquÍ alprÍncipe , como una persona moral ycolectiva , formada por la fuerza delas leyes, y depositaria. del poder el-

cutivo de un. estado. Vamos a con-

siderar ahora este poder , reunido en

las manos de luna person . natural ï

de un hombre real , que s -a el uni-

co que tenga derecho para emplearla

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Í36

segun las leyes ; en cuyo caso le lla-mamos monarca à rey .

En las otras formas dc adminis¡tracioál un ser colectivo representa unindividuo , y en esta por el contrarioUn individuo 1'epre~C11' ? el ser cole_C••tivo ; de modo que la unidad moralque constituye al principe , es al mis-m o i•11po una unidad fásica , en laque se encuentran 1iattiralmei-ite Íuntasv

todas las fac ltades , que la, ley reu-ne con tanta di á cultad en la otra . Lavoluntad del prxeblo , la ( ol pi'a11ei ela fuerzaa pïblica del estado y la par-tleular del go -) erno depend~;en dei mis-Íno m~ ti il , pore, ze lt:-os . uelles de ?a

n

nj qutja esLaii e11 ti a sola mano, ya .

todo se eneaza)irda al mismo objeto .

oohay aquá movimientos encontrados quese destruyan mutuamente , ni se pue-ee concebir otro SjStema d `bie1.•lio'

en que el me nor esfuerzo produzcauna acclon tan c-oi, siderahle. Quandoconsidero a Arqui.nides que s Ilt zdotrau ..uilam-nnte en ja playa lanza P4"'

r 37olas un gran naváo , se me f f,ura verun monarca , ;IE~i,i gtlC gobierna des-de el gabinete exteuJili )S d )mi-•nlios , y ~arece estar quieto al Illis-

mo tiemp q~le co11unica el I11~Viá111•Il~

to a todos; sus estados .Pero si no n 'Ay e l?l r110 dC mas

Vigor que e ste, tampoco hay otro enque l† z untad particular t nga mas0iál:p 'á'1 ;), ~y Ci+?min con mavor facilidad

‡ las otras : ss ~-erdl,id yac todo se

e:tC ._'11 ITa a . m so obj to' pero este

na es el. . dc ia felicidad PU ~lica , .

la misma fuerza do 1,,,i adinhiistracion

pex, 1Q~ca sin cesar al estado.

Los reyes

ser absolutos,

y se i,.S grit

r. . - . 'e h.yos que el Irl .-

,~t fil edio para c nseguirlo , es ha-

cerse amar ~e s,,s vasallos . Est á m á-

xi111 i es muy excelente , y aun ver-

dadera e .) curto modo m as por des-

gracˆ,i srer 5iempr tun objeto de bur-

.Iaa en las ccll•t ;' > . El poder que se fuii-

da ezii el amor (Je les pueblos es S'il

ii4puta, cl 171~: iur pero corno eS pro-

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138

cirio y condicional , nunca estarÍn sa-tisfechos con àl los pr¡ncipes . Los me-jores reyes quieren ser malos , si seles ant;~i_: .,, sin tener que dexar elmando. Por mas que un escritor po-lltzco se es i erze e l persuadirles , quesiendo suyo el poder del pueblo , tie-

nen el mayor i11á:eres en que este flo-rezca , se aumente y sea formidable ;saben los pr¡ncipes muy bien , queDo es as¡ , y que su interes p rso-nal exige ante todas cosas , que losVU .` , .ll o s se a n

1j 6 cs y ill. is3 ib r s , pa-ra que nun ,' les puedan resistir. Enla sLuposicioll de que los vasallos es-tu iciran S1einpre ~enterament , ' sl~I lisoS 0.

el integres del 1)l'¡(ncpe pedirla que elpueblo fuese poderoso, Í f n de queidentificado el poder de este con els :lyo ., lo h~ziesc formidable a sus ve-cmos ; pero como este interes es Se11L

y dep ende de dos suposicio-n s que son incompatibles , Í saber,la opulencia y la sumision ; es na-tural que el pr¡ncipe dà siempre la

1 39preferencia Í la maxima que le esmas inmediatamente •til . E s to es loque Samuel hacia presente cea tantaenerg¡a Í los hebreos, y lo que A7a-quiabelo ha demostrado hast¡a I L-1 CVi-

dencia , pues aparentando que dabalecciones Í los reyes, las ha dado Ílos pueblos ; por lo que su Puïr"tneipe

es el libro de los r`publicanos .Hemos visto por las relaciones ge-

nera les, , que la monarqu¡a solo con-viene Í los grandes estados , y noscon e†lcilïLnios mas de ello, si. exa-minarnos la cosa . con d etencion .to mas numerosa es la adininistracic)¡ipublica , mas s'e disminuye la relaciori

4

del pr¡ncipe con sus vasallos acercÍn-dose Í la i ual:'ad ; por manera queesta relacio~~ es uno ‡ la igualdad nus-ina en la democracia. Se aumenta es-ta proporcion , al i' so que el gobier-no se reduce ; y llega a su mayorpunto , quando el poder esta en ma-nos de uno solo . .S e nota ent‡nc'es unagran distancia entro el pr¡ncipe y el

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pueblo ; y faltando la union en el es-tado , hay que recurrir para formar-la , à ciertas clases intermedias , quese han de componer precisamente degrandes, duques y demas ¡rdenes dela nobleza. Nada de todo esto con-viene à un estado pequeáo, porquele arruinarian estas diferentes gerar-qulas .

Si es dif•cil que un estado gran-de sea bien gobernado , lo es muchomas que lo sea por un hombre solo,y nadie ignora lo que sucede quandoel rey se nombra sustitutos .

dHay en el gobierno mon_irgciico un

efecto esenci l e irre!nedi~_b? e , que lol ,lara si_-mpre inferior al republicano ;y consiste en que en este la voz pu-blica casi solo eleva à los primerospuestos à los hombres esclarecidos ïinteligentes que los desempeáan conhonor, miïntras que en las monarqu•aslle~-an por lo regular à consegu• loslos chismoso; ; , bribones e intrigant s,quo empleando sus talentos para lograr

I

Í

†41en las c¡rtes los mejores empleos , ha-cen ver al p‡blico su, ineptitud guandose hallan colocados . El pueblo se equi-voca mucho renos en esta clase dfe

elecciones que el pr•ncipe ; y es tanraro el ver à un hombre de mïritoen el ministerio ( z r ) , como à unignorante al frente de un gobierno re-publicano . " Quando en una monarqu•a,casi :arruinada por la, multitud de susatildados adi,,inistradores , recae poralguna feliz ca.su,lidad, el timon de losnegocios en manos de uno de estoshombres que han nacido para gober-nar , todos se sorprenden de los - re-cursos que encuentra, y forma ïpocasu ministerio.

Para que un estado monàrquicoestuv i er a bien gobernado, debe-i11 al Lis-

f

tarso su magnitud xtensio 3 11 lasluces del que gobierna. Es mucho mas~icil c onquistar at oe gobernar ; con unapalanca proporcionada p odria qual-quiera conmover al universo ; peropara sostenerle se necesitan las fuer-

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I4^

zas de HÍrcules . Por pequeilo quesea un estado, lo es mas re gul armenteel pràncipe ; y si sucediera que el es-tado fuese demasiado peque¡o respetode su cabeza, lo que rara vez se ve-rifica, estaria tambien mal gobernado ;porque la cabeza , siguiendo sie i imprela grandeza de sus ideas , olvidarialos intereses de los pueblos , y nolos haràa menos infelices por sus so-brados talentos , que otro gefe de po-cos alcances por la falta de ellos . Eranecesario que el estado se e t ridi.e s .áo estrechase , por decirlo asà, , en elrey nado de cada pràncipe ', segua lopidiese su capacidad . Los talentos deun senado , como tienen una medidamas fixa , pueden acomodarse mejor• los làmites permanentes de un esta-ï(lo , sin que se empeore su administracion .

El inconveniente mas palpable delgobierno de

1 .11 ,10 solo , es la falta dela sucesion continua , que forma enlos otros dos una conex†on no intei'-

1 4,3rumpida. Muerto un rey , le lia dereemplazar otro ; las elecciones dexanintervalos peligrosos causando mil dis-turbios , y tienen mucha parte en ellaslas facciones y los sobornos , a no serque los ciudadanos estcn dotados de‡n desinteres e integridad , muy di-fàciles de hallarse en esta especie degobierno. Es muy probable , que elmismo a quien se ha vendido el es-tado , le venda en esta ocasion , in-demnizaàndose , por medio de los mise-rables , del dinero' que le han arran-cado los poderosos. Todo llega • servenal con el tiempo , y la paz quese disfruta bazo los reyes , es peorque el desˆrden de los interregnos .

z Que se ha hecho para precaverestos males ? Se ha convenido en quefuesen hereditarias las coronas en cier-tas familias , estableciendo un ˆrdende suce'sion que evita toda disputa enel fallec‰iniento de los reyes : es decàr,que sustituyenuo el inconveniente delas regencias al de las elecciones , se

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1 44

ha preferido la aparente tranquilidadÍ una sabia administrac_ion , y han es-timado mas el exponerse à que lesmanden nidos , monstruos e ¡mbecilesnqu e el haber de disputar acerca de laeleccion d un buen r.-,y 9 atenderÍ poniándose Í los pele ros de laalternativa ' se siguen muchos daflos ir-reparables . Por eso fue muy sensatoel dicho del j c¡v e1n Dionisio ,~ que re-prendido por su padre por una aceiotifea , y diciCndoie este : • acaso t hedado yo el exempio ? le re`spondio suhijo : ïah! vuestro padre no era rey .

Todo concurre para privar de larazon y de la justicia Í uin hombre,elevado al mando de los otrora Sema mucho cuidado ., segur c icen ,ense†ar a los pr¡ncipes desde su tiernaedad el arte de revirar ; mas parece,

er'

que no se consiguen Tandes Tdei?t d=isde este sistema, de edLtcacioii : ~-t~ejorfuera eiilpezar poi enseriarles el arrede obedecer. Los reyes mas c lebr sde la historia no fuáron educados para

14,1

reyhar : esta ciencia nunca sá phs

menos que quando se ha estudiado de-masiado, y se adgiiierá mejor obede-ciendo que mandando . Nain tttilissirntus¡dem ae brevvissiintis bonartntn malarttnz-que reruin delectus, cogitare quid att tnolueris sub alio puin :ipe aut voliterisáTacit. hist . lib . i

D esta falta d coherencia re-sulta la inconstancia del gobierno real,que arregl,.¡tndose tan pronto a un plancorno Í otro segun cl carÍcter delpr¡ncipe que reyna. , ‡ de lsks que rey-nan en su nombre , no puede t0,1217 porinucho tiemppc) nu objeto fixo 11i Unaconducta consiguiente y esta var¡a-1)

hace que el estado luct :¡e deunas maxrma.s en otras, .~ V d P1'o eC,.to

en prˆ y ceto : IC, que no ‰liCede en los' sobiernos .(l t'1i1 a ‰

en %L1-2 el y~pr¡ncitpe,~ .,

es siempre el inist ~c~ . As¡ se v~ en

ener.: l , que si tiene mas astuciascorte

es iiiayor la sabidur¡adel sdtlado, y que las replicasc¡-

1-Bias fines por tunos imiedios

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146

mas constantes, mientras que cada re-voiucion del ministerio causa otra enel estado, por ser mÍxima general detodos los ministros y de casi todoslos reyes, el hacer lo contrario quesus predecesores .

De esta misma incoherencia se sacatambien la solucion del sofisma , quehacen tan freqàentemente los pol¡ticospartidarios de la monarqu¡a , los qua-les no solamente comparan el gobier-no civil con el domástico, y el pr¡n-cipe con un padre de familias, errorque ya h mos refutado ; sino que dis-pensan liberalmente Í este magistradotodas las virtudes que necesita ; y su-ponen constantemente, que el pr¡ncipees lo que debiera ser . oaxo esta su-posicion seria el gobierno real evi-denten.ente preferible Í qualquiera otro,porqu_ es sin disputa el mas fuerte ;y solo le falta para ser el mejor, quela voluntad de cuerpo se conforme mascon la general .

Pero si , segur Platon In Civili,

'47es tan dif¡cil el encontrar un suje-to que runa naturai .nti~t las guali-dades de rey, ? guamo .?gas lo serÍ,que la naturaleza y la f :) rtt.n a Co ..-curran para coronarle ? Y si la edu-cacio., que se da Í un rey , corrom-pe por necesidad Í quartos la reci-ben , 2 que deberÍ esp rarse de unaraza de hombres educados para rey-t7ar Es una equisTo_acioti muy cra-sa el confundir el gobierno r -al coael de un buen rey ; y para conocerlo que es este gobierno en s¡ mismo,debemos considerarle en la ápoca delos pr¡ncipes ignorantes • malvados,supuesto que todos suben al trono Conuna de estas qu alidades, • las adquie-ren puestos en- er.

Nïo se han ocultado estas dificul-tades Í la mayor pacte de los auto-res ; pero las han atajado diciendo, queno hay otro remedio mas que obe-decer sin replicar ; que Dios env¡aÍ los malos reyes por un efecto tic

su ira ; y que es preciso sufrirlosCo-n

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48 IL

mo un castigo del cielo. Este racio4

cinio serÍ muy piadoso ; pero yo creo

que disuepa mas en un libro de po-,làtica que en un p¡lpito. á Que di.

riamos de un m•dico que prometiese

milagros, y cuyo saber estuviese re-ducido Í exhortar al' enfermo Í la

paciencia ? Sabido es que se ha desufrir un mal gobierno quando no hay

otro ; mas ahora tratamos de enconetrar uno bueno .

CAPïTULO SEPTIMO.

DE LOS GOBIERNOS MIXTOS.

ablando con propiedad , no hay

gobierno alguno simple, porque es in-dispensable que el monarca tenga ma-

gistrados subalternos, y que en el go-bierno popular ex†sta una cabeza

. Asàes que en la reparticion del poder

executivo huy siempre una gradacion

del u‡huero mayor al menor 9 con la

r

!49

dxf2rencia -de que uˆ-as veces depende

el n¡mero grande d,--I p o, que‰o ., y

otras el peque‰o dcl grande .

Fui algunos casos es igual la di-

vision , bien guando las partes consti-

tutr vas tienen entre sà una mutua de-

pendencia , como en el gobierno deInglat; rra ; bien quando la autoridad de

cada parte es independiente aunque im-

perfecta, como en Polo nia. Esta ¡ltima

forma es mala , porque no hay uui-

dad en el gobierno ni en el estado.

á Que gobierno es pref rible , elsimple Š el compuesto ? A esta q[1,s-

tion que tanto se ha agitado entre

los polàticos , responders= del ni s,no

modo que lo he hecho Íntes sobre

la mejor forma de' gobierno . El go-

bierno simple es el mejor en sà , solo

por la razon de que es simle; Pe-1

ro guando el poder executi vo no de-

pende surf cienternente del legislativo,Š lo que es lo mismo , quando es

Mayor la relacion del pràncipe con

l soberano , que la del pueblo con

Page 80: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

!50

el prÍncipe , se ha de remediar es-

ta faca de proporcion diviciendo el

g0b rno , porque con esto t :1das stis

pa -tes tienen la misma autoridad so-bre los vasallos ' y su division ha-

ce que seas ?~:~~,los fuertes contra el

soberano . S .. precave tarrbi_en este in-

CG iV',t1':I~.' st blL'Íend0 1nagistrados

int :rme ~ ;gis , que dexanelo al go[aler

F10 2-11 su entereza , sirvan solo para

equilibrar los dos poderes y afianzar

sus respectivos derechos . El gobiernono es ya entànces mute , sino templado

.,se pu e, e ocurrir por iguales me-

dios al 1ncOIlvenlellte contrario , eri-

giendo tribunales para consolidar el go-bierno quando es d¡bil , corito se prac-

tica en todas lasdenmocraci.as. En el

primer caso se divide el obierno pa-ra debilitarle

g, y en el segundo pa-

ra vigorizarle; porque en los á gobier-nos simples es donde se encuentra la

fuerza Y la flaqueza en el mayor

gra-do, asÍ como ~s mixtos producen una

fuerza media.

f5!

CAPITULO OCTAVO.

TODOS LOS PAISES NO SON SUSCEPTIBLES

DE TODAS LAS FOR 11AS DE

GOBIERNO .

C •mno la libertad no es el fruto de

todos los climas , tampoco es propia

para todos los pueblos. Quanto mas

se medita este principio sentado por

peïad

ontesgUieu , mas se siente su evi-

dencia , y los mismos que se han em-

o en refutarle , han dado oca†sion para que se le apoyase con nue-

vas pruebas.

En todos los gobiernos del 11~un~

do consume la persona publica -5 y

no produce nada. 2 De donde pues

saca lo que consume pala su subsis-

tencia ? Del trabajo de SUS 1111e111br051

pues el sobrante de los partictilai es pro-

Page 81: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

duce quanto es necesario para el pÍaVeo- L9-1 donde se infiere, que rio puesde subsistir el estado civil, sino nàen-tras el trabajo de los hombres les dexaalgunas sobras, despu¡s de haber aten-dido à sus necesidades . Este sobranteno es el mismo en todos los paises, puesen unos es muy considerable , en otrosmediano , ninguno en algunos y ne-gativo en otros . Esta desigualdad pro-eviene de la fertilidad del clima , dela clase de trabajos que exige el ter-7reno , de la naturaleza de sus pro-ducciones , de las fuerzas de sus ha-bitantes , de su mayor à Inenor consumo , y de otras varias razones quepueden causarla .

Prescindiendo de esto , es muy di.versa la naturaleza de los gobiernos,por quanto unos consumen amas queOtros, y porq ue pu .; de resultar la dife-rencia de aquel otro principio que esta-blece, que las contribuciones publicasson mas onerosas à proporcion que seapartan de su origen- No se ha de cal-:

1153

cular esta carga por la cantidad de losimpuestos , sino por la direccion quehan de tomar, para volver à las in .-nos de donde han salido . (1uardo lacirculacion es pronta y està bien or-denada , nada importa que sea muchoá poco lo que se paga : la pobla-cion es siempre opulenta , y las ren~-

tas del estado se hallan en el mejortpie. Por el contrario aunque pague poT

co el pueblo, si este poco no vuel-ve à entrar en sus manos, llegarà àagotarse, porque siempre paga algo ;y el estado en lugar de ser rico , severa reducido a la Immediguez y a lanulseria .

De lo dicho se infiere , que los

tributos son mas onerosos en razon de

la distancia • que hay entre el pueblo

y el gobierno ; por lo que se halla

el pueblo menos pechado en la demo-

cracia , lo està algo mas en la aris-

tocracia , y recae sobre ¡l el mayor

peso en una nïoi1arqu†a

o convie-

ne de consig lente esta , mas que a

Page 82: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

154las naciones ricas ; la aristocracia Ílos estados medianos en produccionesy extension ; y la democracia Í lospequeàos y pobres . En efecto quan-to mas se reflexione sobre esto , D¡asse convencerÍ qualquiera de la grandiferencia que hay en este particu-lar entre los estados libres y los mo-nÍrquicos . En los primeros todo seemplea en utilidad comen, y en losotros son rec¡procas las fuerz s pá-blicas y las particulares , aunlent•ndo-se las unas con cLuninucion de las otras .En una palabra , en vez de gober-nar Í los vasallos para hacerles feli-ces, los reduce el despotismo Í la mi-seria , para poderles gobernar.

Hay pues en cada clima sus cau-sas naturales , por las que se pue-de designar la forina de gobierno quemas se adapta Í la naturaleza del pais,y la especie de habitantes que debetener. Los terrenos ingratos y estïri-les , en que no corresponde el pro-ducto al trabajo_ , deben quedar sin

-0-

1 55cultivo y desiertos , † solamente estarhabitados por salvages . Las regionesen que el trabajo de los habitantesrinde exactamente lo que necesitan, de-ben ser morada de los pueblos bÍr-baros , porque serÍ imposible esta-blecer en ellos ninguna polic¡a . Lospa¡ses en que el producto excede al-gun tanto al trabt;,jo , son propios pa-ra los pueblos libres ; y aquellos enque el abundante y ftrtil suelo da ungrande producto Í poca costa ., pidenun gobierno mcr.Írgtiico , para gllese consuma en el luxo del pr¡ncipe elexceso de lo que, sobra Í los vasa-llos ; pues mas vale que este sobrantesea absorvido por el g;obiernno, que di-sipado por los particulares. No ignoroque hay alr,unas excepciones ; peroestas mismas confir~i~an la regia, porque causan tarde † temprano las re--voiucior,es , que restituyen las cosasal estado natural .

Distingamos siempre las leyes ge-nnerales de las causas part¡ c talares que

Page 83: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

IJ

pueden modificar su efecto. Aunquetodas las provincias del mediodia fue-sen repÍblicas y las del norte esta-dos despticos, no dexaria de ser unaverdad , que el despotismo convienepor razon del clima à los paises ea ,"lidos, la barbarie à los frios , y la

ibuena pdlitica à las re ,io i :s t: m . i~das. Conozco tam bien que aun admi-tiendo este principio, se suscitaràn dis-putas sobre su apllcacion , y, se dirà,que hay algunos paises fr¡os muy fJ r-tilos, y otros nieric ionales de una ex-!trema esterilidad . Pero esta d :fleultadsolamente lo es para los que no hanex aI?7inado la gáestion bayo todos susaspectos: es preciso tener presente, co-mo llevo dicho , el trabajo , las fuer-5zas, el consumo , &c .

Supongamos que de dos terrenosiguales produce el uno cinco y el otrodiez. Si los haabitaintes del p,rinleroconsumen quatro, y los del Íltimo nue-ve , el sobrante del primer producto5L a una quinta parte , y el dt;l se-

gundo tina c'•cinia . Como la propor-rc oa de estos dos excesos es inversade la de los productos t el terreno queno produce mas que cinco, darà unsobrante doblado que aquel que pro-duce diez.

Mas ahora no tratamos del dobleproducto , y nadie me parece que seatreverà à comparar la fertilidad ge-neral de los paises frios con la de loscàlidos. Supongamos no obstante estai gc!aldad , y dexemos , si se quiere, enun mismo nivel à la Inglaterra y laSicilia , à la Polonia y al Egipto.Mas hàcia el n.ediodia tendr•mos alAfrica Y las Indias, y un poco mas lià-ocia el norte ya no hay con quien corn-par arlas. Si bien es igual el producto,2 que diferencia no hay en el cul-tivo 1 En Sicilia basta - escarbar latierra , quando en Inglaterra se ne-

resitan mil afanes para labrarla . As¡es que donde se necesitan mas bra-zos para redituar el mismo producto,,el sobrante es sin disputa menor .

Page 84: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

153

ConsidÍrese à mas de esto , queel mismo n¡mero de hombres consu-me mucho menos en las regiones cà-lidas , porque el clima prescribe lasobriedad, si se quiere tenor salud ; ylos europeos que quieren vivir en es-tos paáses como en el suyo , muerende disenteráa y de indigestiones . ,, No.sotros somos , dice Chardino , unasbestias carniceras y unos lobos en coni-paracion de los asiàticos . Algunos atri-huyen la sobriedad de los persas almenor cultivo de su pais , y yo creopor el contrario, que su pais abunda,menos de co_rmestil_bles , porque no losnecesitan aquellos habitantes . Si su fru-gslidad , contin¡a este autor, fuese unefecto de la escasez del pais , solamen-te comerian poco los pobres, quandosabernos que esto es general en to-das las clases ; y se comeria mas omenos en cada provincia à proporciond,_ su fertilidad ; pero es bien noto-rio, que en todas las de aquel reynose guarda la misiva sobriedad. Suelen

.01

1,59

ellos encarecer su modo de vivir di-ciendo, que no hay finas que mirarà su tez , para conocer las ventajasque- llevan à los cristianos . En efec-to la tez de los pÍrsas es lisa , y suc¡tis hermoso , fino y reluciente, envez qu el de los armenios, que sons¡bditos suyos y viven à la europea,es tosco y arrugado , y sus cuerposgruesos y pesado ., ."

Los pueblos viven con rnUos, alpaso que se van acercando à la lá-nea equinoccial : rara vez comen car-ne , y se alimentan ordinariamente delarroz ., Inaiz, cuzcuz, mijo y del ca-zab e. Hay en las Indias millones deho!nbres , cuya Illanuten . .ll)Il diaria nocuesta dos quartos. Aun en Europase nos hace perceptible la diferenciadel apetito que tienen los pueblos delnorte y los del mediodia : un es-pa i~)l pas a och-io dial con lo que co-1,11 011,1t

-r aloman en una sola vez .En los paáses en que los hombres sonmas comedores ., el luxo recae sobre los

Page 85: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

16o

àrt¡cullos de consumo : en Inglaterrase ve una mesa cubierta de viandas4y el mayor regalo de la Italia conosiste en alm¡bares y flores .

El luxo en los vestidos ofrece tamocien igual d feretlci . .En los climasdonde la mudanza de las estacioneses pronta y violenta , se usa de ves-tidos de abrigo y sencillos ; y en losque solo se viste para el adorno, se pre,fiare la brillantez, Í la utilidad g sien-( T(lo all¡ los vestidos un punto de lu-xo . En NÍpoles se pasean los hom-bres en el Posilipo con vestidos bor-dados de oro y sin medias . Lo mis-mo sucede respeto de los edificios,en los que solo se atiende Í la mag-nificencia quando nada hay que temerd.e las inclemencias del tiempo . En Parris v en Londres se procura que losalc.;~irr~tefltos sean abrigados y cáamoclos ;pero en Madrid hay soberbios salo-nes , can malas ventanas, y parecenlos aposentos madrigueras de ratonen.

Los alimentos son mas sustancio-

161

sos, y tienen mas fugo en los pa¡sescÍlidos ; y esta es una tercera dife-rencia que no puede dexar de influiren la segunda . • Por que se comentantas 1 .-, umbres en Italia ? porque sonbuenas , nutritivas y de sabroso gus-to. En Francia , donde todas son deregad¡o , no nutren y se aprecianpoco en las mesas . Sin embargo nodexan por eso de ocupar igual. extension de terreno , y cuestan lo mismode cultivar que en otras partes . Se ha

1

experimentado que el trigo de Berbe-r¡a , inferior al de Francia , da mu-cha mas harina , as¡ como el de Fran-cia da mas que el del norte . ~e don-de se puede inferir , que esta grada--cion es ge eral en la misma direccion

de la l¡nea hdcia el polo . Í No es puesUna desventaja manifiesta el tener me-nor cantidad de alimentos , siendo igual

el producto ?De todas estas consideraciuues se

sigue otra que las co dir~x~a , y es quelos paises cÍlidos j1o tienen necesidad

Id

Page 86: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

162

de tantos habitantes como los frÍos,

pudi ardo mantener mas ; lo que pro-duce un sobrante doblado en prove-cho siempre del despotismo . Si un nà-

nmero dado de lhabitaantes ocupa una

grande e tension , son mas difÍciles lassable aciones , porque no se puedenreunir ni pronta ni oca tamente , y esf¡cil al gobierno descubrir las tramas,y at-.jar las conspiraciones ; pero si un

pueblo numeroso se. reconcentra nopuede el gobierno usurpar tanto lasfacultades del soberano , los cabezas departido deliberan en sus casas con tan-ta sed L~ridad tenlo el prÍncipe en suconsejo , y la muchedá~mbre se juntaen las plazas con la. 1 -,}~snra prontitudque la tropa en sus gtuarteies . Con-viene se .Cua esto a. un gobierno tir¡-nico obrar ¡ grandes distancias , puescon la •j- ruda de los puntos cae apoyoque establece , s .e ; .ir cata ~u fuerza¡ lo l ~jos , cc mO sucede con las pa-lan as ( 2) . La ciel pueblo por el con_trario solio obra rLcai.cenirada , y se

763

evapora y pi rde , si llega ¡ extendderse , del mismo modo que la pïl-vora derramada por tierra , que sequema de grano en grano . Por estarazon los paises despoblados son losmas propios para la tiranÍa : las fie-ras solo dominan en los desiertos .

CAP†TULO NONO.

DE LAS SENAL TS DE UN EZUEM

GOBIERNO.

uando se pregunta ab oltttarrente,qual es el mejor gobierno , se propo-ne una question tan vaga como difÍcilde resolver ., 6 por decirlo mejor , tiene 'tantas soluciones buenas, quantas son lascornbiin‡~.-ion s que pueden darse en elestado absoluto y relativo de los pue-blos . Mas si se pre`untase , por queseiiakes se puede conocer que un pue-blo est¡ bien ˆ mal gobernado , estoya seria otra cosa , y podria resolver-se esta gLiestiou de hecho.

Lz

Page 87: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

1 64Sin embargo no se la resuelve,

porque todos quieren hacerlo Í su mo-

do. Los vasallos elogian la tranquila .

dad p¡blica , y los ciudadanos la li-bertad de los particulares ; aquellos pre-

fieren la seguridad de las posesiones .)y estos la de las personas ; los unospretenden que el mejor gobierno es elmas severo , y los otros sostienen quelo es el mas suave ; los primeros quie-ren precaver los delitos ,, y los segun-dos que sean castigados ; aquellos de-sean que los ten- n sus vecinos, y losotros prefieren el vivir desconocio, es :j losindividuos u.e un estado mon rquuicoestÍn muy contentos con la crrculwcrondel dinero , giranÍo los ciudadano s so-lo aspiran Í que ten a paán el pueblo.Aunque cono ni semus e: todos esto

.k iy otros muchos extra mos , habr•a osadelantado muy poco. Corno las can-a

t~dades morales 110 tienen una rYed ádafxa, aun euando estuv• ramos de a c .erdo en lzis Seriales , no lo estar•anioen la estiriacionn de su valor,

ï65

Por lo que Í m• toca , me asom-bra que no se conozca una se ï-i arl tanevi eclte , o que se ten la mala edc no convenir en ella . ? Quai es el ob-jeto de la asocia :cioa poiltiea ? la coii-servacior y prosperidad de sus máem-bros . Y ~ qual es la prueba. mas cla-ra de que prosperan y son conserva-dos ? su n mero y poblacio . No vaya-mos pues maas ldjos Í buscaar esta s,_•raltan disouta~la 5 :1oouieI~Cl :~ to†) lo de-mas igual , aquu :el gobierno en e qusi_n recurrir a los estr .~.ngefos , slui na-tura iz eIO[ItiS y sm colonias , pueblany Se m lltiplican mis los Ciudad nos,es ix r iableru' nt el tz:n. )r ; y arj eles el peor , ea el que se dis! rinu earruiua la p D )iaci, .

rl uladoresyÍ

este blanco d : ben diri g iràs e vuestras n i

ras ; cofitad , medid y cotejad (23)

Page 88: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

i66

CAPÍTULO DàCIMO.

DE LOS ABUSOS Dl-,'L GOBIERNO,)

Y DE SU PROPENSION ~ Ew RIIR.

D ei mismo modo que la voluntadparticular obra sin 1nt~rrnlsion contrala g-eneral, as¡ el gobierno está hacien-do cont nuos esfuerzos contra la sobe-rant3 . Quanto l"'i'j"as se aumentan estose fut'rzos mas se alte~_a la const••-ucion ;y corno ro hay en e te caso una vo-ItiPtid de cuerpo que oponiïndoseii dose a ladel pr nc;p ,~ , l'a equilibre , no puedem†nes de suceder

15que el pr¡ncipe

op,rima tarde d te rpraino al sobera •no,y rompa el pacto social . Este es elVicio iuherente e it remediable que des-de los prinlciuios de la forinaci.on delcuerpo p~ ;laico , se dirige coi~st‡ nte-meznte á arr~~i~7arlo , v la manera quela vejez y la muerte de .ruy eu por finel cuerpo del hombre.

167

Hay dos casos en los que dege-

nera por lo regular un gobierno , á sa-ber , quand o este se reduce , o quan-do el estado se disuelve. Se r edc.uce . clgobierno , q~7ando pasa del nˆmerogrande al peque]o, esto es, de la de-mocracia á la aristocracia , y de es-ta a la monarqu¡a ; en lo q ‰_ i al obrasegua su iiiclinZ'ci on natural ('24) ; y

si retrogradase del nˆmero peque_ algrande , se podria decir que s ,e rela-xa ; mas es imposible que se verifique

este progreso inverso .En efecto siempre que el gobier-

no muda de forma , es porque sumu_ile ervej .ecido lo dexa demasiadodïbil , para que cons ~rve la qu ,e tie-

ne . Si se d bi itase Inns entOnces ex-a

ser ninguna sag

fuerza, y aun poclria.subsistir

ii1L' 1os .

Es necesirio pues armar d r jlu o y

apretar el muelle á medida que se •fl o -xa, , porque ,e otro modo el estado,

á quien sostiene , se ver¡a arruinado

sin remedio.

Page 89: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

168

La isolucion de un estado puede

erif~carse d :e dos maneras . La pÍ-ime~z

sa quan ';o el pràicpe d:?xa de goher-

narie s -~ u.m las leyes ,y

'usurpa el po`d -ir soberano ; en cuyo caso bay un

muy notable , porque n~ esgob~er a , sino el estado ei C e se

reduce esto es , que el g_¡ande estado se d i ue v : , formando dens ro de sim smo o y q' e se Co Íipone so ámcn-

it ac Ios mi Í~_)ros dcI ao'~ier ~o ,

yes

el ar itro y tiral I de lo restante del• V iJ ï Cl †

-p v' t U

: sÍ

7 e h

s, ; . C '... !: iÍ LP1 1 ento que ~1 {r

erno tiurg a la so-y' J z i

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C‡$? ?~E . .3ˆ9i ..,~

r+. r<~~~aa‰~~~c~los

Su liberta d ~~ - ural e) se1

v .. {~ fŠ rz d s , sÍÍ s no o hga I s aaobe .;eer .

LP

'o r~}ismo sucede , qua l do losn:icmbrioJ d

> hierno lI urpan sepa¡r ,-

-M

(m o,!,--r que So i

`1d .a

1cr lori

:'l .. -;ol

;; con lo que1

+ 4VIO II 1` f ante a

ls ley s

y naes menor el dcsOj 4eii que resuitas HHay

1691

entonces ,.por decirlo asà , tantos pràn-'

cipes quaatos son los magistrados, y e

estado , que no se halla in enos div idl-

do que el gobierno , perece ¡ muda

de forma .Q uan d o se disuelve un estado ,

dedesigna comUfl.rente con el nombre

anarquàa el abuso del gobierno

este el da,.' se q~liPra . Para hablar conda,.'

la em,ocr acla

`'~`~a d '

tn ~

doI‹71

i ion 9s i `` ar1S Lc~wra~la

~ ? rgitl

y aun ai a ~irewen

a

Vy; pero

n~on

degenera en tira .YZa

i~ltinma voz es equivoca y pestaesta

ide

explicaejon .

~,ltti !jo coirunUn tirano es en el s ..,.

yZ IOiCll~Iael rey quegobierna con

l?

l< s ;-y,.,s

P rsin r speL

~ L~st1Ja y

'

u Gsame,~ hablando , tirano isYo rr ,

l~ z ~lrf~t i .i3rti ulai que s apropia

LzPal Y`

} Ta

C 1t~

el l a . tŒ,àreal stn t,

r C er †

!

r~ vz~ .-T t, r ,'-1o , yl' an los g go esIl 1 4.

•0S ~,L~cn~~sla daban à1,,d 1 .-rCente

e at3'

Y a los malos pruilcip?S -) cilDe

alYtco n-

ridaŽl no era ie itil ~ ( 5) †

Page 90: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

170

siguiente las voces tirano - y usurpadorson enteraÍn.ea~te slt~àniinas .

A fin de serialar con distintos nom-

bres las cosas que son diferentes entres¡ , 11á3,1-n ,) tirano al usurpador de la au-toridad real , y d•spota al usurpadordel poder soberano. Es tirano el quese mete contra las leyes , ï gobernarcon arreglo ï ellas , y d•spota , el quese hace superior ï las mismas leyes .Por tanto el tirano podrï no ser des-pota ; pero este es siempre tirano .

CAPITULO UND†CIMO.

DliLA MUERTE DEL CUERPO

POLIT-CO.

~ _ al es la propension natural • ine-vitable de t<o~ cs los g<ahierrnos , aunqueestfa bien co~ stlt~3.zdos, Si Esparta yRoma han perecida , á que estado po-fl Y.

drï pro ; iie terse que sea perpetua suduracion ? :-')i queremos formar ua es-tal~iecimi rdt duradero, no pret~ndar~lo

166

17f

hacerlo eterno , pues nadie debe inten-tar lo imposible , ni lisongcarse de quedarï ï las obras humad~.-~s una solidez

de que no son susceptibles .El cuerpo pol¡tico , lo mismo que

el del hombre , empieza ï morir des-de su nacimiento , y lleva con ..¡ g ~ lo>principios cdc su d,?', ' .

on- Pera am-bos pueden tener una coins‡titucion masd n1•!~os robusa, y mas o rn•nos ï

_~ ~ to

.ar~

nse

rs e per muchopro ~`r t

i' .il`3

S~

-Inpa . La C",),'1 del es

obraa de la naturaleza , y la del. esta-

do . 1o es del arte, no depende de los

hombres el poder alar-fa, su vida pe-

ro depende de ellos al, arˆ la del es'ata :.do qua nto s ‰?a pios i l'e 4)

dabido

l

mejor Coa i iucioi1 que pueda tener.

T'i1nbien 1iegarï ï su i;`!ˆmino l masnias ua ' ~~ `

t¡ar-bien cons`-, r.11- A

r

de que los oLr=:os q ï 1 ,10 ser que algwi

accidente ir t~Ševisto cause su ruin-1 ïn-

tos de t1 ,2,s

El principio d

la vida pol¡tica

estï en la autoridad del soberano -- el

Page 91: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

1 79,

poder legislativo es el corazon del es.tado , y el executivo su cere ~ro , queda .movimiento Í todas las prrtes . "ue-de acometer al cerebro una paralisis,sin que muera el individuo , mas lue--go que cesan las funciones del cora-zon , sobreviene la muerte Í todo vi-%rjentw

ll estado no subsiste por las le-yes , sino por el poder le islativo . Laley de ayer no obliga hoy ; pero sepi .' ume e cotlSeflt~ 11 er~t0 tacitO porel sil scio , y se supone que- el soberano E.. o niiirmldi.R cons1. ..L :.t lliiente las ley ,_-Sque no a ala ' pudi ido iio hacer. (uari-to

,~~ hàI

inn3 vi-, z , loq! : ere si pre , Í 1no ser que lo re-V ogiiLC .

f;

) o u

,,sa I 'As ha ppu

son tan rospetables lasp ecis vente por estacr '~ que ninguna Co_

4-0~=~--~ ar ta~ to tele-p' 9

ii .j l

C 1C

de l as volu.ri-t a.desa `¡ uas ~ si c sober no no `'hubiera t .nido connstaatemmmeate por sa-,

Ot

1 73

Iudables , las hubiese revocado mil ve .ces . Por este motivo lejos de debilitar-se , adquieren las leyes mas fuerza entodo estado bien constituido , y las ha-ce mas venerables de cada dia la preo-cupacion que se tiene en favor de laantigáedad. Si las leyes por el contra-rio pierden su vigor con los arios , esuna prueba de que espir• el poderlegislativo , y de que ya no vive elestado.

CA PICAPITULO DUODECIMO,

DE QUE 1120DO SE C0 S RV4

LA AUTORIDAD DEL $OBERA .L O b

a.W ._ or lo mismo que el soberano notiene otra fuerza que el poder legislativo , solo obra por medio de las le-yes ; y cono las leyes son los actosautïnticos de la voluntad general , nopodrÍ obrar el soberano , sino guandoestï reunido el pueblo . à Como podrÍ

Page 92: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

11 74

reunirse el pueblo ? clamarÍn algunos :esto es una cosa quimàrica hoy dia.Es cierto que no lo eia mil ¡ dos mila á os hace, y los hombres • han mu-dado acaso de naturaleza

3 rmmiLos lï t`s de lo posible-, en las co,sas '' raleS son nias extensos dd' lo quep ~~sa os, y solo se L.L an estree j~` =iospo nues r<~~ Cl : bi ac

nuestros viciosy

p

r s Las

- 1

a~yal mas Laxas no~ïl

ca !i†

creen que existan heroes , y l,-,~s vilesesJavos hacen mofa y burla de la pa-labra libertad,

Calculemos lo que puede h -a cersepor lo que ha sucedido , y sin ha-blar de las antiguas rep~ l cas de laGrecia , la ro-tv-asna deb ,_, mirarse en miconcepto como un grande estado , y3101-11 ,11 como una ciu a inay numero-sa. Por el ‡ Li ac1 censo de Roma re-saltÍ ofi qu tro ien'tos m ii ciudadanosen ebfado de tornar las armas , y porel postrer em adroziamieuto dei ia.mpe-rio mas de quatro miilooes de ciuadaada-nos , sin contar los sojuzgados , ex

I7

trangeros , mu geres , niˆos y escla-vos .

z Quantas dificultades no se presen-tan , para que se juntase con freq‰en-cia la inmensa pobiacion de esta capi-tal y de sus cercanïas ? Con todo po-cas eran las semanas , en que no se con-gregaba una ¡ muchas veces el pue-bao romano. No solamente exercia losderechos de la soberanïa , sino tambienuna parte de los del gobierno : enten-dia en los negocios de cierta clase,fallaba sobre algunas causas , y se jun-taba toda esta gente en la plaza p‡-blica , haciendo casi Í un mismo tiem-po las funciones de magistrado y lasde ciudadano .

Subiendo Í los primeros tiemposde las naciones , hallamos que la mna-yor parte de los a.nti~ uos gobiernos,aunque fuesen monÍrquicos ' como losde los macedonios y los fit Šarcos , c

braban estas juntas . -‹ste hecho incon-

testable satisface todas las d flcultwdes,y xne parece que es legïtima la con-

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17 6

segilencia que se saca de lovi

existen=

te para lo posible.

CAPITULO D1CIMOTERC¡O.

CONTINUACIONo

S .Y,TSfyo basta que el pueblo congrega

do haya fixado una vez la constituacion del estado , sancionando un cuer~po de leyes , ni t timnpoco que hayaestablecido un gobierno p rp tuo , áordenado una vez para. todas la elec-clon de los ma` istrÍá pos . j s necesarioque ademas de 1as juntas extra.ordina-ias , que l'os casos ii ~Írevistos puedan

exigir , haya otras fixas y periàdicasque no se puedan aholsr o prorogar,de tal modo que en . llen xnt o el diasenalado ,

el pueblQ convocado le-g•timamente por la ley , sin que seamenester para ello ninguna otra convo-cacion formal .

Pero fuera de estas juntas jur•di-cas por su sola fecha , qualquiera otra

'77

kennion del pueblo, que no haya sidoïconvocada por los magistrados nomatirados, para este efecto y segun las foramas prescritas , debe tenerse por ileg•tiama, y por nulo todo lo que se haga enella ; por que aun la misma àrden paracongregarse debe emanar de la ley .

En quanto † la renovacion mas o.m‡nos frequente de las juntas leg•timo

mas , depende de tantas consideraciones,que es dif•cil dar sobre ello regladeterminadas. Solamente puede decir-se en general , que quanta mas fuer-dza tiene el gobierno , tanto mas fre-d

glentemente debe manifestarse ~ˆl so-*berano.

Esto, se me dir† , puede ser bueyno para una sola ciudad ; pero ‰ co-mo se ha de hacer , quando el estado comprenda muchas ? 1 Se dividir† liautoridad soberana ., v bien se deber†conc.eutrtir en una sola ciudad , y su-jetar a ella todas las demas ?

Respondo ., que no debe hacerse n1lo uno ni lo otro . Primeramente la au-q

M

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17 8

toridad soberana . es simple y una , yno puede ser dividida. , sin que se ladestruya : en segundo lugar , una ciu.dad, del mismo modo que una nacion,no puede legÍtiirameante sujetarse à otra,porque la esencia del cuerpo polÍticoestà en la recÍproca union de la obe-diencia y de la libertad , y estas pala-bras s¡bdito y soberano , son correla-ciones idánticas , cuya idea se rennebazo la sola palabra de ciudadano .

Respondo tambi•n , que siempre esun mal juntar varias ciudades en tinasola, y que queriendo hacer esta union,nadie dehYe lisorng earse de evitar losin-

naturales de ella. No esnecesario objetar el abuso de los gran-des estados al . que solo los quiere pe-querios ; pero z de que modo daremos àestos bastante fuerza para hacer frenteà los grandes, como resistieron en otrotiempo las ciudades de Grecia al pode-roso rey `ilipo , y como mas recien-temente la o anda y la Suiza han re!sistido à la casa de Aust la ?

r70

Sin embargo si no p¡ede 'reducirseel estado à justos limites , queda toda-vÍa el recurso de no tener capital al-guna , hacer que el gobierno establez-ca su asiento alternativamente en ca-da ciudad , y reunir tarn bien allÍ su-cesivamente los estados del reyno .

Puáblese igualmente el territorio,seïàlense en todas sus partes los mis-anos derechos , sea general. l a abundan-cia y la vida ; y asÍ llegarà à ser el es-tado à un mismo tiempo el mas fuerte1y el mas bien gobernado que pueda dar-sea Las murallas de las ciudades no seforman sino de las ruinas de las casasde los campos , y cada palacio que veoedificar en la capital, me representa re-ducida à escombros toda una provincia .

CAPITULO D†CIMOQUARTO.

CONTINUACION.

uego que el pueb1 j està leg‡tima-

mente reunido en cuerpo soberano , ce-

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180

sa toda Íurisdiccion del gobierno , i:x,

potestad executiva queda suspendida, yla persona del àltimo ciudadano es tansagrada ¡ inviolable , como la del pri-mer magistrado , porque en donde sehalla el representado , no hay ya ne-cesidad de r_ presentante . La mayor par.te de los alborotos que se suscitáronen los comicios de Roma , provini¡ronde haber ignorado à olvidado esta re.gla . ~:nt•nces no eran los c•nsules masque los presidentes del pueblo , los tri-bu.nos simples oradores (26) , y el se-Dado nada absolutamente .

Estos intervalos de suspension , enque el prÍncipe reconoce , o debe re-conocer 4an superior actual , le han siddo siempre niriy temibles , y esas jun-tas del pueblo , que son la egida delcuorpo polÍtico y el freno del gobier-no , han sido en todos tiempos miradascon horror por los gefes ; asÍ que noomiten jamas ni cuidados, ni objecio-nes , ni ddilicultades , ni promesas , pa-ra disgustar de ellas á los ciudadanos .

i

Quando estos son avaros , cobardes,pusilánimes y mas amantes del repo-so que de la libertad , noo se sostie-nen mucho tiempo contra los esfuerzosredoblados del gobierno ; y asÍ es co-mo aumentándose sin cesar la fuerzaresistente , se desvanece al fin la au-toridad soberana , y caen la mayor par-te de las ciudades , pereciendo ántes detiempo.

Pero entre la autoridad soberanay el gobierno arbitrario se introducealgunas veces un poder medio , de quees preciso hablar,

CAPITULO DïCI MOQUINTO.

DE LOS DIPUTADOS • REPRESEN-TANTES,

J1,uego que el servicio pàblico dexade ser el principal negocio de los ciu-dadanos , y que quieren mas bien ser-vir con el dinero que con sus perso.-

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xaas, el estado se halla ya cerca de suruina. Si es necesario ir al combate,pagan tropas , y se quedan en sus ca-sas : si han de asistir al consejo , nomabran diputados , y no se mueven tarnpoco de su casa . AA fuerza de perezay de dinero tienen finalmente soldadospara subyugar Í la patria , y repre-sentantes para venderla .

El trÍfago del comercio y de lasartes , el voraz, interàs de la ganancia,la molicie y el amor de las comodida-des es lo que cambia los servicios per-sonales en dinero , pues cada quai cedeuna parte de su p rovec¡ho , para aunaen-etarie a su placer. Dad plata , y en bre-ve tendràis hierros . La palabra era-rio es peculiar de los esclavos , y nose conoce encre los c¡a:r~?ac?a a;os . En unestado verdaderamente libre todo lo ha-

,1cen los ciudadanos con sus brazos , ynada con el dinero : làjos de pagar pa-ra eximirse de sus deberes , pagar, npara ciadp plirlos por s.i mismos . MMjsideas son muy distantes de las

corna-

r83

ries , pues creo qne el servicio corporales mànos contrario Í la libertad que losimpuestos .

Quanto mejor constituido se hallaun estado , tanto mas merecen en ellconcepto de los ciudadanos la primeraatener.-- los asuntos páblicos rFespeto delos privados. Estos son tambien mà-nos en námero , porque,_

suilliraistran-do la suma de la felicidad comu.n unaporcion mas considerable a la de ca-da individuo , le queda mucha rn 't,osque buscar en sus cuidados particu-lares. En. una ciudad bien gobernadatodos vuelan a las juntas ; pero. baxouna mala constitucion , ninguno qule-re dar un paso piara ir Í ellas , por-que no toman interàs en lo que se ha-ce all¡ , conoc¡. ndo que no prevalece-rÍ la volu. .atad general ; y parque enfin los cuidados domà stico,s lo absorbentodo. Las buenas leyes producen otrasmejores ; las malas traen consigo otraspeores. Qu.ando alguno dice hablandode los negocios del estado , • que me

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Importa ? se debe contar eàn que elestado es perdido .

La tibieza del amor de la patria,la actividad del interes privado , la in-mensidad de los estados , lis conquis-tas y los abusos del gobierno han he-cho que se recurriese al medio de losdiputados 6 representantes del puebloen las juntas de la nacion . Esto es loque en algunos paises se han atrevi-do ¡ llamar tercer - estado. Asá es que,el interes particular de dos àrdenes es-ta puesto en primero y segundo lugar,,,y el interes p•blico en tercero .

La soberanáa no puede ser repre-sentada por la misma razon que no pue-de enagenarse : consiste esencialmenteen la voluntad general , y la voluntadano se representa , porque à es la mis-ma , à no lo es : no hay medio entreestos dos extremos. Los diputados delpueblo no son pues ni pueden ser susrepresentantes , sino unos comisionadosque nada pueden concluir definitiva- .Mente. Una, ley que el pueblo no haya

185

ratificado en persona, es nula ; porque

no es ley. El pueblo ingles piensa ser

libre , y se engaria mucho : no lo essino durante la el~ccion de los miem-bros del parlamento ; pero luego. que

est¡n elegidos , queda esclavo , y noes nada. El uso que hace de su li-bertad en los cortos momentos que sele concede , prueba que merece per-derla .

La idea de los representantes es mo-derna , y nos viene del gobierno feu-dal , de este iniquo y absurdo gobier-no , en el quai la especie humana es-t¡ degr kdada , y deshonrado el nombrede hombre. En las antiguas rep•blicas,y aun en las monarquáas , jamas tuvoel pueblo ¡coresentantes , ni se conociàesta palabra . Es muy particular queen Roma , en donde los tribunos erantan sagrados , ni . siquiera imaginasenque podáan usurpar las funciones delpueblo , y que en medio de una mul-titud tan grande no intentasen jamaslacer pasar por su propia autoridad

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t86un solo plebiscito . Sin embargo j z_-guese el embÍrazo que cÍusaria algu-nas veces el tropel de gentes , por loq~ie sucedià en tiempo de los Gracos,en que una parte de los ciudadanosdaba su voto desde los tejados .

Quando todo se pospone al dere-cho y la libertad , ningun caso se ha-ce de las dif cultades . En aquel sa-bio pueblo cada cosa tenia su justamedida : d ; xaha hacer Í sus lictores loque los tribunos no se hubieran atre-vido a hacer , y no temia que los lic-tores quisiesen representarlo .

No obstante para explicar comoalguna vez le representaban los tribu-no; , basta concebir como el gobier-no r~ presenta al soberano, Siendo laley la deciaracion de la voluntad ge -rieral, es claro que el pueblo no pue-de se'r representado en el poder le,gisla-tiv,o ; el o peed . y debe serlo en elexccutly-o , que no es otra cosa quela fu-erIZa aplicada Í la ley. Esto ha-ce ver , que examinando bien las co-

187

sas , se hallaria que muy pocas na-ciones tienen leyes . Como quiera quesea , no puede dudarse , que no tenien-do los tribunos ninguna parte del po-der executivo , jamas pudieron repre-sentar al pueblo romano por los dere-chos de sus empleos , sino solamenteusurpando los del senado .

Entre los griegos todo lo que elpueblo tenia que hacer , lo hacia por s¡mismo , y estaba con;regado de conti-

nuo en la plaza . Habitaba un chinadulce , no era codicioso , los esclavos deásempenaban los trabajos, y el grande ne-gocio del pueblo era su libertad, No te-niendo ya las mismas ventajas , 2 copiopodrÍn conservarse los mismos dere-chos ? Vuestros climas mas duros

produ-

cen mas necesidades `2'7? ; seis meses delano no se puede estar ea la plaza p•-blica ; vuestras voces apagadas no pue-den hacerse oir en descubierto ; cuz-

dais mas de vuestra ganancia que devuestra libertad , y tereis mucho ï,'ellos

la esclavitud que la miseria.

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Í Que ! 2 no se mantiene la liber_tad sino con el apoyo de la servidum-bre ? Puede ser , porquà los dos ex ,,-e-.sos se tocan . Todo lo que no est fun.dado en la naturaleza , tiene sus incon-venientes , y la sociedad civil mas quetodo lo restante . Hay ciertas circuns-tancias desz raciadas , en que no pue-de conservarse la libertad sino ¡ cos-ta de la de otro , y en que el ciuda-dano no puede ser perfecta mnente libre,sin que el esclavo sea en extremo es-clati-o. Tal era la situacion de los es-partanos . Por lo que hace ¡ vosotros,pueblos modernos , es cierto que no te-m is esclavos ; pero vosotros lo sois , ypagais su libertad con la vuestra . Pormas que p`) 2derei esta preferencia , encucnntro en ella leas vileza que huma,2iáad .

No entiendo por esto que sea ne-cesari,o que haya ese avos , ni que elderecho de esclavitud sea leg•timo,puesto que he probado lo contrario .Digo so al ente Las razones , por que

V

189

los pueblos modernos que se creen li-'bres , tienen representantes , y por quelos pueblos antiguos no los tenian . Mascomo quiera que sea , en el momen-to en que un pueblo se nombra repre-sentantes , ya no es libre , y pierde suexistencia.

Examinado bien todo, no veo quedesde aqu• adelante sea posible al so-berano conservar entre nosotros el exer-cicio de sus desechos , si la ciudad noes muy pequefla . Pero si es muy pe-queïa , 2 ser¡ subyugada à No. Yo ha-rà ver mas adelante (28), como pue-de reunirse el poder exterior de unpueblo grande con la polic•a f¡cil y elbuen †rden de un estado pequeïo .

CAP‡TULO DECIMOSEXTO.

LA INST~ ITUCION DEL GOBIERNO NO ES

UN CON 1 RITO .dulu

10 .

stablecido ya bien el poder leg.is-

lativo , se trata de estabblecer del znis-

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190

iriso modo el executivo ; pues como , estÍàltimo, que solo obra por medio de ac-tos particulares , no es de la esenciadel otro , est¡ separado de Íl natural-mente. Si fuese posible que el sobe-rano , considerado corlo tal , tuviese lapotestad executiva , el derecho y elhecho se confundirian de tal rriodo, queno se sabráa entonces lo que es ley,ni lo que no lo es , y el cuerpo po-lático , desnaturalizado de esta maniera.,seria en breve presa de la violencia jcontra la quai fue instituido .

Siendo los ciudadanos iguales por

el contrato social , todos pueden pres-cribir lo que todos deben hacer , eu

vez de que ninguno tiene derecho deexigir , que otro draya lo que Íl no ha-ce. Asá es que este derecho , indispen-sable para hacer vivir y mover el cuer-po polático , es propiamente el que elsoberano da al práncipe al instituir elgobierno.

Algunos han pretendido , que el ac-to de este estable z irrmiento era un cote

i91

trato entre el pueblo y los gefes queelige , contrato por el quai se estipu-laban entre las dos partes las condi-ciones , baxo las que se obligaba laun.a ¡ mandar , y la otra ¡ obedecer.Estoy seguro de que qualquiera con-vendr¡ , en que esta es una extra•amanera de contratar ; pero veamos , sise puede sostener esta opinion .

En primer lugar es tan imposible mo-dificar la autoridad soberana , corloenagenarla , porque el limitarla es des-truárrla. E s absurda y contradictorio queel soberano se nombre un superior .,por quanto si se obligase ¡ se vir ¡un se•or , volveria ¡ quedar en plenalibertad .

Ademas es evidente , que el con-trato del pueblo con estas ï las otraspersonas , s ria un acto particular ; dedonde se sigue , que semejante contra-to no podria ser una ley , ni u :1 actode soberanáa , y que seria por conse-q†encia ilegátimo .

Se vÍ tar‡rbieD, que las partes con-

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19!1

`-x af tÍs estariati entre sà bazo la soy6 ic~y ct la naturaleza, y sin ningunli~ad,~r de yus obligaciones recàprocas ;5,o que repugna de todas maneras al es -5

Ca o civil , porque siendo siempre du&Fio de la execucion el que tiene la fuerza en la mano , seria esto lo mismoque dar el nombre de contrato a' ac-to de un hombre que dixese ¡ otro :

1

99te doy toda mi hacienda con condicecion de que no me devolver¡s lo quequieras .~~

No .'?ay m7.s corta , o en el estadoque el de la asocia~n , y esta soloexdaye qualquiera otro . T o seria po-sible imaginar ningun contrá4to p•bli--co , que no fuese una vioiacion deïprimero,

193

CAP†TULO DECIMOS‡PTIMO.

DE LB INSTITUCION DEL GO) 11 \(~.,

á axo que idea es pues necesarioconcebir el acto por el qual se ins-tituye el gobierno ? Voy ¡ observar des-,de luego que este acto es complexo (Dcompuesto de otros dos ; ¡ saber ,, elestablecimiento de la ley , y su exe-Cucion .

Por el primero ordena el sobera-no , que habr¡ un cuerpo de gobiernebaxo tal o tal forma , y es claro queeste acto es una ley .

Por el se guindo el pueblo nombralos gefes ¡ quienes se ha de encargarel gobierno establecido ; y asà , sien-do este nombramiento un acto particu-lar , no es segunda ley, sino solamen-te conseqˆencia de la primera , y dila

funcion del gobierno .La dificultad est¡ en entender , co‰

N

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94

ino puede haber un acto de -gobier-no antes que este exista , y como elpueblo , que es siempre soberano 6 sÍb-dito, puede llegar à ser pr¡ncipe 6 ma-gistrado en ciertas circunstancias .

Aqu¡ es tambien en donde se des-cubre una de las asombrosas propie-dades -del cuerpo pol¡tico , por las qua-les concilia operaciones contradictorias.en la apariencia . Porque esta se hacepor una conversion sÍbita de la sobe-ran¡a en democracia, de manera quesin ninguna mudanza sensible, y sola-mente por una nueva relacion de to-dos à todos , los ciudadanos , hechosmagistrados , pasan de los actos ge-nerales à los particulares , y de la ley àla exccucion .

Esta mudanza de relacion no esciertamente una sutileza de la especu-lativa sin exenmiplo en la pràctica : to-dos los dias se verifica en el parla-mento de Inglaterra, en donde la cà-mara baxa se convierte en ciertas oca-siones en una gran junta, para discutir

T91

mejor los negocios ; y de corte so-be rana que era poco antes , se trans-forma en simple comision , de tal mo-do que despues se hace relacion ellamisma, como càmara de los caanunes,de lo que acaba de arreglar en gran-de junta de coinision, y delibera denuevo b txo un t¡tulo lo que ya lia re-suelto baxo de otro .

Tal es la ventaja propia del go-bierno democràtico , que puede ser es-tablecido en el Hecho por un simpleacto de la voluntad general ; y estegobierno provisional queda despues enposesion, si se adoptase semejante for-ma , 6 Establece en nombre del sobe-rano el gobierno prescrito por la ley ;y as¡ todo se halla puesto en regla .No es posible instituir el gobi,ár•o denlngun Otro modo legltuino, j+ suii opo-nerse à los principios que antes he-aal.os sentado .

NM

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196

CAPITULO DÍCIMIOCTAVO.

MEDIOS DE PRECAFER LA .5

USURPACIONES DEL GOBIERNO.

JII e estas explicaciones resulta , en

confirmacion del capàtulo XVI , que el,acto que instituye el gobierno , no es

un contrato , sino una ley ; que los de-positarios de la potestad executiva , le-

jos de ser los sehores , son dependientesdel pueblo ; que este puede ponerlos yquitarlos quando le ac¡rnode ; que no sa

está en el caso , por lo que á ellos tocade contratar, sino de obedecer ; y queencargándose de las funciones que el,estado les impone , no hacen mas quecumplir con el deber de ciudadanos, sintener en ninguna manera el derechode disputar sobre las condiciones .

Guando sucede que el pueblo ins--titaye u.n gobierno hereditario , ya mo-

197n6rquico en una familia , ya aristo-crático en un ¡rden de ciudadanos , nocontrae tina obligacion -, sino que dà ála administracion una forma provisio-nal , hasta que le acomode ordenarlade otro modo .

Es cierto que estas mudanzas sonsiempre peligrosas , y que no convienejamas tocar al gobierno establecido, si-:no quando llega á ser incompatible conel bien p•blico ; pero esta circunspee-cion es una máxima de polàtica , yno una regla de derecho ; y el estadono tiene mas obligacion de dexar laautoridad civil á sus gefes , que la mi-litar á sus generales .

Es cierto tambien , que en seme-jante caso , por nias que se hiciese,no se podrian observar con el debidocuidado todas las formalidades que serequieren , para distinguir un acto r-e-guiar y legitimo de un tumulto s ; di-cioso , y la voluntad de todo un hue-hio de los clamores de una faccion . En~~,~-tito elpecialinei tc no conviene dar al ca-

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198

so odioso mas que lo que no puede ne=gÍrsele en todo el rigor del derecho,porque de esta precision es de la queel pràncipe saca una grande ventajapara ¡ conservar su poder contra la vo-luntad del pueblo , sin que se puedadecir que le lia usurpado ; pues pa-reciendo que solo usa de sus derechos,le es muy fÍcil extenderlos, e impe-dir baxo pretexto de quietud páblicalas juntas destinadas Í restablecer elbuen •rden , prevaliïndose de un si-lencio que ïl mismo impide romper,† de las irregularidades que hace co-meter ' para suponer en su favor laaprobacion de los que callan por te-mor , o para castigar Í los que se atre-ven Í hablar. Asà es como los decem--ciros , habiendo sido elegidos al prin-cipio para un a‡o , y despues conti-aliados para otro , intentÍron retenerpe~¡petuamente su poder ¡ , no permi-tiendo que los comicios se reuniesenmas ; y por- este fÍcil medio todos losgobiernos del rnundo , una vez revese

1 99tidos de la fuerza páblica , usurpantarde • temprano la autoridad soberana .

Las juntas peri•dicas , de que liehablado anterior,iiente , son Í prop•-sito para precaver • diferir esta des-gracia , sobre todo quando no tienennecesidad de convoca ; ion formal; por-que ent•nces no podria impedirlas elpràncipe , sin declararse abi~~rtam nteinfractor de las leyes y enemigo delestado.

La apertura de estas juntas , quesolo tienen por objeto la conservaciondel contrato social , debe hacerse siem-pre por dos proposiciones , que nun-ca se puedan suprimir , y que pasenseparadamente para la votacion .

La primera : Si. place al sobera-no conservar la presente forma de go-bicrno .

La segunda : Si place al pueblodexar la ail tnlnistraL~iont Í los que ac-tualmente estÍn enecar,(;a(los dei ella.

Supongo aquà lo que creo haber yademostrado , Í saber 5 que no hay en

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200

el estado ninguna ley fundamental que

no pueda revocarse , ni aun el pacto

social ; porque si todos los ciudadanos

se congregasen para romper este pac-

to de comun acuerdo , no puede du-

darse de que quedarÍa- roto muy legÍ-

timamente. Grocio piensa tambien que

cada uno puede renunciar al estado

de que es miembro , y volver à to-

mar su libertad natural y sus bienes,

sali¡ndose del pais (- g) . Seria de con-7

siguiente un absurdo, que todos los ciuá

dadanos reunidos no pudiesen lo que

puede separadainentc cada uno de eliosq

f-

LIBRO QUARTO.

CAP•TULO PRIMERO .

VOLUNTAD G B N E R A

.~_ rentras que muchos hombres reu-

nidos se consideran como un solo caer-

po , no tienen mas que una volun,tad que se dirige à la conserva-

cion y al bien estar general. Entonces

todos los resortes del estado son vi-

gorosos y sencillos , sus màximas cia-ras y luminosas ; no tiene intereses

ES INDESTRUCTIBLE

.

enredosos ni contradictorios ; el biencomun se manifiesta por todas partes

con evidencia, y le conoce qualquiera

hombre de sano juicio . La paz, la union,

y la igualdad son enemigas de las sutilezas polÍticas : los hombres rectos y sen-

cillos son difÍciles de engaïar por su

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202

misma sencillez ; pues las astucias ylos pretextos especiosos no los alucinan,iii tienen siquiera el talento necesariopara caer en los lazos que se les pre-paran . Quando vemos que en el pue-blo mas feliz del mundo una quadrillade paisanos arregla los negocios delestado baxo de una encina, y que siem-pre se conduce con cordura , c leo . enos dexar de despreciar la cultura delas dunas naciones , que se hacen ilus-tres y miserables con tantos artificiosy misterios ?

Un estado gobernado de este mo-do necesita muy pocas leyes , y Í me-dida que se hace indispensable promul-gaar otras nuevas , se conoce gen ral-t lente esta necesidad . El primero quela propone, no hace mas que decir loque todos han pensado de antemano, yno son necesarias las cabalas ni la elo-gilencia , para bucen convertir en ley loque cada uno ha resuelto ya executar,a! n- cm ennto gti :e este se~gSI -11,71.11 ,0 (le que losotros lo execu.tarÍn cowo àl .

20,1

Lo que enga¡a Í los sofistas esque no viendo sino estados mal consti-tuidos desde su origen , estÍn penetra-dos de la imposibilidad de ma atener enellos semejante policáa . Se rien al ima-ginar todas las necZedades , que uaembrollador diestro Í un hablador ma-¡oso podrian persuadir al pueblo deParis • de Londres , y no saben queCroen.vel hubiera sido despreciado porel pueblo de Berna , y que los gine-brinos hubiesen dado azotes al duquede Beaufort.

Pero quando el nudo social em-pieza Í afloxarse , y el estado se vadebilitando , y quando los intereses par-ticulares comienzan Í darse Í conocer,y las peque¡as sociedades influyen en lagrande ; se altera el interàs coman yencuentra oposicion , no reyna la una-nimidad en los votos , la voluntad ge-neral no es ya la voluntad de todos,se suscitan contradicciones y debates,y el dictdmen mas acertado no lograla aprobacion sin disputas .

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204

En fin guando el estado , prcixiQano Í sui ruina , no subsiste mas que,por una forma ilusoria y vana , quau-do el vànculo social se ha roto en to-dos los corazones , y el mas vil in-teres tonta sin re~'iro el nombre sa-grado del bien p¡blico ; la voluntadgeneral se vuelve muda , y todos guia-dos por motivos secretos no opinanya como ciudadanos , ni se acuerdande que haya jaulas existido el estado,y hacen pasar falsamente bayo el nombre de leyes los decretos iniquos , quesolo tienen por objeto el interes par-ticular.

Se sigue de esto que la voluntadgeneral este aniquilada á corrompida?No : ella es siempre constante , inalte-rable y pura ; pero estÍ subordinada Íotras que .a sobrepujan . Aun que al apar-tar qulallquliera su interes particular delcom7:un , ve muy bien que no puede se-pararle miel amefilie ; con todo su par-te del mal p•+¡lico no le parece nadarespeto del bien exclusivo que pïeten†?

2O;

de apropiarse . Exceptuado este bienparticular , quiere el general por supropio interes con tanta vehemencia co-mo los domas ; y aun quando vende suvoto por dinero 9 no se extingue en cl lavoluntad general , sino que la elude. Lafalta que cometo consiste ya en inui-dar el estado de la qUestion , y en res-ponder otra cosa diferente de la qu‡ lepreguntan ; de manera que en lugar d>decir para dar su voto : conviene `llestado , dise : conviene á tal hombre áa tal particular , que se ap i.iebe estad eˆ otro decidieren . La ley pues delárden p¡blico en las juntes no es tan-to para mantener en ellas la voluntadgeneral , como para hacer que sea siem-pre la preguntada , y la que respondaen todos los casos .

Podria hacer aquà muchas reàlexio-Des sobre el simple derecho de votaren todo acto de soberanàa , derecho quenunca se puede quitar Í los ciudada-

nos, y sobre el de opinar , proponer,dividir y discutir, que el gobicriio !le--

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206

ne siempre mucho cuidado en dexarsolo Í sus miembros ; pero esta impor-tante materia requeràa un tratado Í par-te , y no puedo decirlo todo en este .

CAP¡TULO SEGUNDO .

DE LOS VOTOS.

or -el capitulo precedente se ve,que la manera con que se tratan . ,losnegocios generales , puede dar un in-dicio bastante seguro del estado actualde las costumbres y de la salud delcuerpo polàtico. Quanto mas conciertoreyna en las juntas , es decir quantomas unÍnimes son los pareceres , tan-to mas domina la voluntad general ;pero los largos debates , las disensio--rles y los alborotos anuncian el ascen-diente de los intereses particulares yla decadencia del estado-

Esto Parece inenos evidente quan-do entran en su constitucion dos á inIu

207

árdenes , como sucedia en Roma conlos patricios y los plebeyos , cuyasquerellas turbÍron muchas veces loscomicios , aun en la •poca mas flore-ciente de la repïblica . Pero esta ex-cepcion es mas aparente que real, res-peto de que en este caso con motivodel vicio inherente al cuerpo politicohay , por decirlo asà, , dos estados enuno , y lo que no es cierto de los dosjuntos , lo es de cada uno separada-mente. En efecto aun en los tiemposmas borrascosos los plebiscitos del pue-blo , quando el 'senado no se mezcla-ba en ellos , eran aprobados tranqui-lamente por una grande mayoràa de vo-tos , porque como los ciudadanos notenàan iras que un interes , el pue-blo solo tenia una doluntad .

E.u la otra extremidad del càrcu-lo hay tanmbien unanimidad , y esto severifica , quando los ciudadanos suiner-gidos en la. servidumbre no tienenya ni l ibertad. n i voluntad . Entáncesel temor y la zdulacioa cambian ea

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r V V

aclamaciones los votos , y . ya no sidelibera, sino que se adora , Í se mal-dice. Tal era el modo vil de opinar

, del senado en tiempo de los empera-dores . Algunas veces se hacia esto conprecauciones ridàculas : T¡cito observa-que en tiempo de Oton , llenando lossenadores de execraciones ¡ Vitelio,procuraban hacer al mismo tiempo tiaruido horroroso , ¡ fin de que si lle-gaba ¡ dominarlos por casualidad , nopudiese saber lo que cada uno de elloshabia dicho .

Do estas diversas consideracionesnacen las m¡ximas, sobre las que de -,be arreglarse la manera de contar losvotos y comparar las opiniones , se"gun que es mas Í menos f¡cil cono-cer la voluntad general , y mayor Ínnnenor la decadencia del estado .

Solo bay una ley , que exige porsu naturaleza el conseiiitimLIienito u1 :¡nii-111e . y es el pacto social , porque laasociacion civil es el acto mas volun-tario del mundo , y habiendo nacido

0

109

todo hombre libre , y siendo duelo cTe,sà mismo , nadie puede sujetarle baxuningun prete-tito sin su anuencia . Af r-mmar que el hijo de un esclavo naceesclavo , es lo mismo que decir oueno nace hombre .

Si al verificarse el pacto social se)encuentra contradiccion , no invalidaesta el contrato , y ánicamente haceque no se comprendan en 4l •os que seoponen , y que sean mirados como e x-trangeros entre los ci!udadaanos. Quaa-do ya se halla instituido el estado , elconsentimiento va unido ¡ la residencia ; pues el que habita en un t :rito-rio , se somete ¡ su soberanàa (3 o) .

Fuera de este coa trato pïimitivoel voto del mayor nárr rcÍ obliga siem-pre ¡ todos los dellias , porque es unaconseq†encia del 17115IIia contrato . Pe-ro se pregunta : z como pu ; de ser libreun hombro estando p . Lsaclo ¡ confor-marse con las voluntades difereI1tes dela suya , y como los que se op:Oiienson libres , ¡ pesar de quedar sujetos

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Mo

las leyes en que no han consentidoRespondo , que estÍ mal propues-

ta la question . E1 ciudadano consien-te en todas las leyes, aunque se aprue-ben contra su voluntad , y tambien enlas que le castigan , quedo se atreveÍ violar alguna . La voluntad constan-te de todos los miembros del estado esla voluntad general , pues por ella sonciudadanos y libres (31) . Quando sepropone una ley en la junteÍ del pue-blo , lo que - se pregunta no es preci-samente , si aprueban la proposicàon,¡ si la desechan ,, sino si es conforme 6110 Í la voluntad general, que es la delos ciudadanos. Al dar emonces cadauno el voto , dice su parecer sobreella , y del c¡mputo de los votos sesaca la declaracion de la voluntad ge-neral. Quando prevalece el parecer con=trario al mào , no prueba esto otra co-sa , sino que me labia etlgaái <do , yqueC lo que yo creàa ser la voluntadgenerel , no lo era . Si hubiese preva-lecido III1 dict inca particular , hubie-

211Ya hecho una cosa contraria • lo queyo habàa querido ; y en tal caso nohubiera sido libre .

Esto supone Í la verdad , que to-dos los caracteres de la voluntad ge-neral se hallan aun en la pluralidad,pues guando dexan de estar 'en ella , yano hay libertad , qualquiera que seael partido que se tome.

Quanclo manifest antes , como sesubstituàan las voluntades particularesa la general. en las' deliberaciones pï-blicas , he indicado suficientemente losmedios que debian practicarse paraprecaver este abuso ; y Cambien ha-blare acerca de lo mismo amas adelan-te. Respeto del nïmero proporcionalde los votos para declarar esta volun-tad , he hxado tatllbi~ n los principiossobre los quales se puede determinar .La diferencia de un voto rompe laigualdad, y uno solo w,10 se opongadestruye la unani~I,idad ; pero entre

la unaI unidad y la i ualdad ]",'Y""' -__divisiones desiguales -) y Í cada02

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una de ellas se le puede fixar este nÍ~4

mero , segun el estado y las necesi-dades del cuerpo polàtico .

Dos m¡ximas generales pueden te-nerse presentes para arreglar estas re-laciones ; la una , que quanto mas im-portantes y grates son las deliberacio-nes , tanto mas la decision debe acer-carse ¡ la unanimidad : la otra , quequanto mayor celeridad exige el ne-gocio que se controvierte , tanto masse debe reducir la diferencia prescri-ta en la division de los pareceres ; por-que en las deliberaciones que han determinarse instantaneamente , debe bas-tar el exceso de un solo voto. La pri-niera m¡xima parece mas conveniente¡ las leyes , y la segunda ¡ los ne-gocios. Corno quiera que sea , por me-dio de su coinbinacion se deben esta-blecer las mejores relaciones que pue-den darse ¡ la pluralidad para decidir,

2r3

CAPITULO TERCERO.

DE ZAS ELECCIONES.

espeto de las elecciones del prári-cipe y de los magistrados que son,como he dicho , actos complex•s , haydos medios para executarlas ; ¡ saber,por eleccion , y por suerte. Uno yotro han sido empleados en diversasrepdblicas , y se v" todavàa una mez-cla muy complicada de los dos en laeleccion del dux de Venecia.

El voto por suerte , dice Montos-conviene ¡ la naturaleza de la

tieinocrcacia . Concïdolo ; mas † que fun-damento hay para esto ? La su,rtz,continÍa , es un modo de elegir que lànadie des ;;oiztenlta , porque d†-, x ,7 ¡ ca-da ciudadano una esperanza razoiiah,lede servir cà la patria . Estas no sotazazones .

Si se atiende ¡ que la eleccion de

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21 4los gefes es una funcion del gooierwno , y no de la soberanÍa , se verà elmotivo por que el medio de la suertees alas propio de la naturaleza de lademocracia , en la qual la a Iministra-cion es mejor à proporeion que losactos son n1inoS complicados .

La magistratura no es una ventaja en las verdaderas democcraciais , si-no una carga onerosa , que no pue-de imponerse con justicia à un cilu-dadano rÍas bien que a otro . Solo laley puede imponer este gravamen àaquel en quien cayga la suerte ; por-que siendo en tal caso igual la con-dicion para todos, y no dependiendola eleccion de ninguna voluntnnd hu-

no hay aplicacion particularque altere la universalidad de la ley .

En la aristocracia el prÍncipe eli-ge al prÍncipe , el gobierno se conser-va por sÍ mismo ; y allÍ es donde losvotos son muy oportunos .

El exemhlo de la elecc .ion del duxde Venecia confirma esta distincion, 1¡áq

215

jos de destruirla . Esta forma compues-ta conviene en un gobierno mixto ;porque es un error creer que el deVenecia es una verdadera aristocra-cia . Si el pueblo no tiene allÍ ningu-na parte en el gobierno , la noblezamisma es el pueblo . Una multitud depobres barnabotas jam_is ha ocupadoninguna magistratura , y solo tiene desu nobleza el vano tÍtulo de ex,,ei'ii-cia, y el derecho de asistir al gran con-sejo . Siendo este eran ConS`j0 tan nu-meroso como nuestro consejo generalde Ginebra , sus ilustres miembros notienen mas privilegios que n ~`stros si•l-ples ciudadanos . Es cierto que sin ha-blar de la extrema desigualdad de lasdos repïblicas, los vecinos de Ginebrarepresentan exactamente los patriciosvenecianos ; nuestros naturales y habi-tantes representan los ciudadan ;_~s y elpueblo Je Venecia ; nuestros lugar lÍoslos sïbditos de tierra-firiime ; y (:ri ;in

de qualquiera manera que so-

re aquella repïblica , prescindiendo de

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su ex'teiisior , su gobierno no es maÍaris, tocràti.c o que el nuestro. Toda ladiferencia consiste en que no teniendoni,ngun gefe vitalicio , tampoco, estamosen el caso de necesitar de la suerte .

Iras elecciones por -suerte tendrianpocos inconvenientes en una verdade-ra democracia , en donde , siendo todoigual , tanto por las costumbres y porlos talentos , como por las màximasy las riquezas , la elecclon vendria aser casi indiferente ; pero ya he ad-vertido , que no existe ninguna verda,dera democracia .

Quando se hallan mezcladas la elevacion y la suerte , debe hacerse uso dela primera para los destinos que ex¡--si n unos determinados conocimientos,connio sucede con los empleos militares ; vv la oira conviene à aquellos enqu I-lastar, uun' sano jui ,,:io , justicia entcgr' d_ ,, cuales son los cargos de la,udicatur~ ; porque en un estado biencont do soy comunes estas qualidcifayes à todos los cit~dadanoso

1

21 71V i la suerte ni, los votos tienen

cabida en el gobierno monàrquico , porquanto siendo el monarca por derechoel práncipe y magistrado •nico , la elec-cion de sus lugar-tenia ntes solo per-tenece à ïl . guando el abad de Saint-Pierre proponia multiplicar los conse-jjos del rey de Francia , y elegir susmiembros por escrutinio , no conside-raba que proponáa mudar la forma degobierno .

Me falta hablar de la manera dedar y de recoger los votes en la jun-ta del pueblo ; pero la historia de lapolicáa romana sobre este punto expli-carà acaso mas claramente los princi-pios que yo podria establecer . Es muypropio de un lector juicioso examinarcon toda individualidad , como se tra-taban los negocios p•blicos y particu-lares en un consejo de doscientos 1,14

ho.1nbreS.

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M18

. CAPITULO QUARTO.

DE LOS COMICIOS R0111ANOS.

j';Tlad,a sabemos con certeza de losprimeros tiempos de Roma , pues pa-rece muy probable que las mas de lascosas que de ella se cuentan , son fa-bulosas (32) ; y en general la partemas instructiva de los anales de lospueblos , que es la historia de su es-tablecimiento , es precisamente la quemenos se conoce . Todos los dias nosenseÍa la experiencia de que causas na-cen las revoluciones de los imperios ;pero como ya no se forman pueblos,no tenernos mas que conjeturas paraexplicar corno se han formado .

Los usos, que se hallan estableci-dos prueban à lo menos que tuvie¡ronun orl en . Las tradiciones que subenhasta este origen, y estàn apoyadas porlas autoridades de mas peso

5 y con-4

219

firmadas por solidásimas razones , de .ben mirarse como las mas ciertas . Talessoa pues las màximas, que he procuia-do seguir para investigar , como el niaslibre y poderoso pueblo de la tierraexercia su poder supremo .

Luego que estuvo fundada Roma,la repÍblica naciente , es decir , elex¡rcito del fundador compuesto de al-banos , de sabinos y de extrange-ros , se dividi• en tres clases , quede esta division tomàron el nombre detribus . Cada una de estas se subdivi-di• en diez curias , y cada curia end ectcri s , y los g` fes que pusieron àsu frente , se llanlàron curiones y de-curiones.

Ademas sacaron de cada tribu uncuerpo de cien caballeros , llamadocenturia ; por lo que se ve , que es-tas divisiones , poco necesarias en unavilla , no eran al principio mas quemilitares . Pero parece que un instin-

to de grandeza guiaba à la pequetlaciudad de Roma , à establecerse de an-

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temano la policÍa que debiera servi rpara la capital del inundo .

De esta primera division resultàpronto el inconveniente , de que comosubsistian en el mismo estado las trÍ busde los albanos (Rrrmnrennses ) y de losrabinos ( T.tien7ses ), al paso que la delos ex trant oros ( Luceras) se aumenta-ba sin cesar , por los infinitos que ¡ella se agregaban continuamente , notardà mucho la áltima en ser superior¡ las otras dos. Procurà remediarloServio, mudando la division , y substi-trryendo a la de los linages que abo-lià , otra sacada d : los quarteles de laciudad que ocupaba cada tribu. Enlugar de tres tribus hizo quatro , ycada una de ellas estaba en una delas colinas de Roma ., y tenÍa su nomPbre . De este modo reinediando la de-si ualdad presente , precaviá tamb ienla que podia ocurrir en lo futuro ; ya f n de que esta division no conslstie-se solamente- en Lugares sino eI2 110111ores, prohibià ¡ los v'ec'inos de un cuan+

I

S

221

tel pasar ¡ otro , impidiendo asÍ quese confundiesen los linages.

Doblà tambien las tres antiguas cen-turias de caballerÍa, y les aáadià otrasdoce , pero siempre baxo los ifisEnosnombres ; medio sencillo y j icioso,por el quai acabà de distinguir el cuer-po de los caballeros del pueblo , sindar lugar ¡ que este se resinntiese .

.A las qu atro tribus urbanas ailadiàServio quince , llamadas tribus rásti-cas , porque se habian formado de loshabitantes del campo , que estaba di-vidido en otros tantos distritos. En losucesivo se fueron creando otras , yel pueblo romano se hallo por fin d .-uidido en treinta y cinco tribus , cuyo-Hámero subsistià hasta el fin de la re-páblica .

De esta distincion de tribus de la ciu-dad y tribus del campo resultà un efectodigno de ser observado ., porque no hayotro exemplar en la historia, y porque ¡•1 debià Roma la conservacion de suscostumbres , no m•nos que el ergrande-

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cimiento de su imperio. Se creerÍ quelas tribus urbanas se apropiaron desdeluego el poder y los honores , y qUe

no tardaron en envilecer Í las tribusràsticas ; pero sucedi¡ todo lo contra-rio. Es bien sabida la aficion de losprimeros romanos Í la vida campestre .Esta aficion les venia del sabio fun-dador que uni¡ Í la libertad los tra-bajos ràsticos y militares , y dester-r¡ , por decirlo asá , Í la ciudad lasartes , los oficios , las cabalas , las ri-quezas y la esclavitud .

De este modo viviendo en los cam-pos y cultivando las tierras las perso-nas mas ilustres de Roma , se contra-xo la costumbre de buscar tan soloallá los apoyos de la repàblica . Como

h

era este ri }:?do de los nias dignospatricios , todos lo lona ban ; la vidasimple y la)orIosa de los aldeanos fuepreferida Í la ociosa y 1. -' uc te de losabitantes de Roma , y los r~~ .i mos que

solo hubieran sido unos inf.ei ccs pro-letarios en la ciudad , llegaron Í ser

223

ciudadanos respetables cultivando loscampos . No sin fundamento, decia Var-ron , esta bleci•ron nuestros generososascendientes en la aldea el plantel deaquellos robustos y valientes hombres,que los defendian en tiempo de guer-ra , y los alimentaban en tiempo depaz . Plinio afin-na , que las tribus delos campos eran honradas Í causa delos hombres que las componialn, y quetrasladaban por ignominia Í las de laciudad las personas viles , Í quienes seproponian deshonrarï bie ,c.1o ido a Ro-ma Í establecerse el sahino Apio Clau-dio , fu• colmado do: honores , • ins-crito en irla tribu ràstica , que to.o¡dcspzues el nombre de su familia . Enuna palabra todos los libertos entrabanen las tribus urbanas ; pero ningunoen las ràsticas , y no hay exemplar,durante toda la repàblica , de que al-guno de los libertos ocupase ningunamagistratura, aunque llegara Í ser ciu-dadano .

Esta mÍxima era excelente ; pero

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se llevÍ a tal extremo , que ocasionÍun trastorno y un verdadero abuso enla policàa .

Primeramente los censores, despuesde haberse arrogado por mucho tiem-po el derecho de transferir ¡ su arbi-trio los ciudadanos de una tribu aotra ~ permitieron ¡ la mayor parteque se mistasen en la que les agrada-ba ; permiso que no era bueno paranada , y destruia uno de los principalesencargos de la censura . Ademas comolos grandes y los poderosos se haciantodos inscribir en las tribus del campo,ylos libertos que habian llegado ¡ ser Ciu-

dadanos , se quedaban con el popula-cho en las de la ciudad , las tribus engeneral no tu-vá1 iLron distrito ni t :-rri--torso dcterimliriado , y todas se à -,--- , la-ton de tal modo , que no se rt'aian yadiscernir los individuos de ra :i una,sino por los registros y i aL ¡ ole ce-ta manera la idea de la palabra tr:i~sde cal .à por; c~rlal , Í mas bicis llegÍcasi ¡ ser una ciniinera .

sucediÍ tanibien ',que estando mas

reunidas las tr¡ bus de l a c i u d a d , a d-quiriLron freq•erit:emente la mayor in-fluencia en lis comicios , y veridicronel estado ¡ los que se ri na ban cornn-prar los votos dre la ca-xalla que Jo-componàa-En

q canto a las curias , como Afundador hatbia dividrTlo en diez cadatribu , tïJo el pueblo romano , encerra-do en aquella e'poca dentro de los mu-ros de la ciudad ., se componàa de treiri-ta curias , y cada una de estas teniasus templos , dioses , empleados , s :r-cerdotes , y sus fiestas , llamadas Corn-pi :c Semejantes ¡ las Paganalia,que tuvieron despues las tribus rïsticas .

Quando Servio hizo la nueva dis-tribucion , aunque no podia repartirseigualmente este nïmero de treinta en-tr† sus quatro tribus , no quiso mu-darle , y las curias , ~ndcpendiertes delas tribus , 1ieg¡ron ¡ formar otra di-Vision ole los habitantes de Eioma : pe-ro no se hablÍ ya de curias ni en las

P

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tribus rÍsticas , ni en el pueblo que lascomponia , porque habiendo llegado iser las tribus un establecimiento pura-mente 1 civil , y habiàndose introducidootro màtodo para el alistamiento de lastropas , fueron ya superfluas las divi-siones militares de R¡mulo . Por lo queno obstante que debáa estar inscrito to-do ciudadano en una tribu , no eranecesario que lo estuviese en una curia .

Tambien hizo Servio otra div ision,que no tenia ninguna relacion con lasdos precedentes , y lleg¡ • ser porsus efectos la mas importante de to-das. Distribuy¡ el pueblo romano enseis clases , que no distingui¡ ni porel lugar , ni por los hombres , sinopor los bienes ; de suerte que losricos ocupaban las primeras , las Íl-timas los pobres , y las medias losque gozaban de una mediocre fortu-na. Estas clases se subdividáan en cien-to noventa y tres cuerpos , llamadoscenturias , sus que estaban distribuidosde tal modo , que entraban mas . d e la

1

2-2,

mitad en la primera de las seis clanses , y la Íltima no Comprendáa masque uno. solo . Asá sucedi¡ que l a cla-se de menos hombres era la mas nu .emerosa en centurias , y que la Íltimaentera solo se contaba por una subdi-vision , aunque contenáa mas de lamitad de los habitantes de Roma .

Con el fin de que el pueblo pe-netrase menos las conseqïencias de es-ta Íltima forma , procur¡ Servio dis-frazarla con una apariencia militar :puso en la segunda clase dos centu-rias de armeros, y dos de los que tra-bajaban las m•quinas de guerra en laquarta . En todas las clases , • excep-cion de la Íltima , distingui¡ los j¡-venes de los viejos , es decir , los queestaban obligados • tornar las armas , delos que • causa de su edad se hallabandispensados de esta obligacion por lasleyes ; distincion que mejor que la delos bienes , produxo la necesidad derenovar con fregLiencia el censo ¡ em-padronamiento : y en f u quiso qUe

p2

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las juntas se celebrasen en el campo

de Marte , y que todos los que estu-viesen en edad de servir , fuesen allÍcon sus armas .

No siguià en la ¡ltima clase lamisma division de jàvenes y viejos,porque no se concedia al populacho,de que estaba compuesta , el honorde tomar las armas por la patria , puesera menester tener hogares para con-seguir el derecho de defenderlos ; yquizá no se encontrará uno entre la .inuinerable multitud de pordioseros deque se componen hoy dia los ex•rci-

, tos de los reyes , que no hubiera siïdo echado con ignominia de tina co-horte romana, quando los soldados eranlos defensores de la libertad .

Sin embargo se distinguieron toda-vÍa en la ¡ltima clase los Proletariosde los que se llamaban Capite censi.Los primeros , aunque pobres , dabana lo lnenos ciudadanos al estado , yaun algunas veces soldados en las ne-cesidades urgentes . Por lo que hace á

229

p

los - que nada absolutamente tenian, yque solo se podian empadronar por susersonas , eran considerados como nu-

los , y Mario fue el primero que sedignà alistarlos para el ex•rcito .

Sin decidir ahora , si este tercerempadronamiento era bueno à malo ensÍ mismo , creo se puede asegurar,que solo las costumbres sencillas drJos primeros romanos , su desinter•s,su aiicion á la agricultura , el despre-cio que hacian del comercio , y suipoca codicia pudieron hacerlo practi-cable . 2 Donde encontraremos un puebloentre los modernos, en el que la vorazansia de eiirique erse, el desasosiego , laintriga, las mudanzas continuas de em-pleados , y las perpetuas variacionesde fortunas , . puedan dexar subsistirveinte anos semejante establecimiento,

sin trastornar el estado ? Es necesariotambien notar que las costumbres y lacensura , nias fuertes que esta institu-C1011

corrigieron el vicio de ella en_j

Roma , y que algunos ricos se vi~rona

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relegados Í la clase de los pobres , porhaber ostentado sobrado su riqueza .

De aquà se puede sacar facilmen .te , porglie casi nunca se hace mencionmas que de cinco clases , no obstan-te que habia realmente seis . Corno lasexta no suministraba ni soldados alexe rcito , ni votantes al campo de Mar-te (33) , y, hacia poquàsinno papel enla rep¡blica , apenas se contaba conella para nada .

Tales fuáron las diferentes divisio-nes del pueblo romano : veamos ahoraque efectos producàan en las juntas .Quando estas se convocaban legàtirna-mente , eran llamadas comicios , se te-nàan ordinariamente en la plaza de Ro ,Yna • en el campo de Marte , y sedistinguian en comicios por curias, co .rnicios por centurias , y comicios portribus , segur era la forma sobre laquai se habian dispuesto . Los comiciospor curias fudron instituidos por R•-mulo , los comicios por centurias lofuáron por Servio , y los comicios por

!?3rtribus , por los tribunos del pueblo.Ninguna ley se sancionaba , ni era,elegido magistrado alguno fuera de loscomicios ; y como no -habàa ningun ciu-dadano que no estuviese alistado . erguna curia , en una centuria , 6 en unatribu , ninguno estaba por consiguien-te excluido del derecho de votar , yel pueblo romano era realmente sobe-rano de derecho y de hecho .

Para que los comicios se congre-gasen legàtimamente,, y que lo que sehacia en ellos tuviera fuerza de ley,eran precisas tres condiciones ; prime-ra , que el cuerpo • magistrado quelos coavocaba , estuviese autorizadopara ello ; segunda , que la junta setuviese en uno de los dias permitidospor la ley ; y tercera , que los agïe-ros fuesen favorables .

No es necesario detenernos en ex-plicar la razon del primer estatuto . Else utldo era un punto de policàa , yno se p crin itia tener los comicios e"los dial de ferias , ni de mercado, por-

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23%

que en ellos iban Í orna las gentesdel campo para sus negocios, y no podian de consiguiente pasar el làa en laplaza p¡blica . Por el tercero tenia su-jeto el senado Í un pueblo arrogantee inquieto , y templaba oportuna-Men-te el ardor de los tribunos sediciosos ;pero estos la~i_iaron1_iaron varios medios pa-Ya libertarse de semejante freno .

làas. leyes y la eleccion de los ge4fes no eran los ¡nicos puntos someti-dos al juicio de los comicios, pues ha,hiendo usurpado el pueblo romario lasmas imnporáta ntes funciones del gobier.-mo , se puede decir que la suerte de,i9 Europa se xrr'egl aba en sus juntaseEsta variedad de objetos daba lugarÍ las diversas formas que tomaban es-tas juntas , segun las materias que enellas debian discutirse,

Para juzgar de estas diversas for-mas , basta compararlas. Qti ando instituyd R•mulo las curias , se propu-,so contener al senado por el puebloïy al pueblo por el senado , doamninanb

K

2 33do igualmente Í todos . Di` pues alpueblo por esta forma toda la auto-ridad. del n¡mero , para balancear ladel poder y las riquezas , que dexabaÍ los patricios ; pero sig~iie ~~1o el es-pàritu de la monarquàa, dex• sin em-bargo mas ventaja Í los patricios porla in uenci.a de sus clientes sobre lapluralidad de los votos. l,staa admira-ble institucion de patronos y clientesfu† un golpe maestro de polàtica y dehumanidad , sin el qual no hubierapodido subsistir el patriciado , quetanto se oponàa al espàritu de la re-p¡blica . Solo Roma ha tenido el honorde dar al mundo este notable exemplo,del quai no result• ningun abuso , yque sin embargo no ha sido seguidopor otra nacion .

Habiendo subsistido esta misma for-ma de las curias baxo los reyes has-ta Servio , y no contdridose por log 'timo el reynado dei ¡ltimo `arquino,se denonitnaron genera mente las leyesreales c,on el nombre de leges ‡uriatae~

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2 34

Las curias , que estaban siemprelimitadas en tiempo de la repÍblica àlas quatro tribus urbanas , y no conten¡an mas que el populacho de Ro-ma , no podian convenir ni al sena-do, que era el gefe de los patricios,ni à .los tribunos ,, que no obstante deser plebeyos , estaban à la cabeza delos ciudadanos acomodados . De dondevino que se desacreditàron y envilecie-ron hasta tal extremo , que sus trein-ta lictores congregados hacian lo quehubieran debido hacer los comicios porcurias .

La division por centurias era tarefavorable à la aristocracia, que no secomprende al pronto, corno el senadono lograba siempre la superioridad enlos comicios que tenias este nombre,en los quales eran elegidos los consu-les , los censores y los demas magis-trados curules. En efecto de cientonoventa y tres centurias que forma-ban las seis clases de todo el pueblo:romano , comprendiendo la primera

235

noventa y ocho , y no contàndose losvotos sino por centurias, tenia la pri-iner clase sola mayor nÍmero de vo-tos que las domas juntas. Quando to-das las centurias de la primer claseestaban de acuerdo , ni aun se conti-nuaba en recoger los votos : lo quehabia resuelto el nÍmero menor pasa-ba por decision de todo el pueblo , ySe puede decir que en los comicios porcenturias se determinaban los negociospor la pluralidad de escudos , mas bienque por la de votos .

Pero esta excesiva autoridad se mo-deraba por dos medios . Se reduc¡a elprimero à que corno los tribunos yun gran nÍmero de plebeyos , eran de

ordinario ricos , contrapesaban el crá-

dito de los patricios en esta primer

clase .El segundo medio consistia en que

en vez de hacer votar à las centu-

rias por su orden , con lo que si'm-pre se hubiera empezado por la prime-

ra , se sacaba una por suerte , y es-

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236

ta - (34) procedÍa sola a la eleccion ;despuàs de lo dual todas las centurias,convocadas otro dia por sus clases , . re-petian la misma eleccion , y la con-firmaban ordinariamente . De esta ma-nera privaban de la autoridad del exem-plo ¡ la clase , para darÍa ¡ la suer-te , segun los principios de la demo-er ocia .

e aquÍ resultaba todavÍa otra ven-taja , y era que los ciudadanos delcampo tenian tiempo entre las dos elec-ciones, para .informarse del màrito delcandidato nombrado provisionalmente,¡ fin de no dar su voto sin conoci-miento de causa . Pero bazo pretextode celeridad lograron abolir este uso,y se liaron las dos elecciones en unmismo dia .

Los comicios por tribus eran pro-pÍamente el consejo del pueblo roma-no. Los convocaban los tribunos ., yestos eran elegidos en los mismos co-micios , y pasaban en ellos sus plebis-citos. N-o solamente no tenia allÍ re-

2 37presentacion alguna el senado , sinoque ni aun podia asistir ; y los sena-dores obligados ¡ obedecer ¡ las leyes,sobre las quales no habian podido vo-tar , eran en esta parte nmànos libresque los áltimos ciudadanos . Fue unerror muy craso el cometer esta in-justicia , que bastaba por sÍ sola parainvalidar los decretos de un cuerpo, deque eran excluidos algunos de sus mÍ-ni.bros ; pues aun quando los patricioshubiesen asistido todos ¡ los comi-clos por el derecho que tenÍan cornociudadanos , reducidos ennnt¡nces ¡ laclase de simples par ticuihres , influi-rian poco en una junta 9 donde se reco-~ian los votos por cabezas , y en laque el menor proletario podia tantocorno el prÍncipe del senado .

Se ve pues , que ademas del •r-den que resultaba de estas diversas dis-trÍbuciones para recoger los votos deun pueblo tan numeroso , no se redu-cÍan ¡ formas indiferentes en la reali-dad , sino que cada una producÍa los

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efectos para los quales se la habÍapreferido .

Sin entrar sobre esto en mas lar-gos pormenores , resulta de lo dicho,que los comicios por tribus eran losnias favorables al gobierno popular , ylos comicios por centurias à la aristo-cracia . En orden à los comicios porcurias , en los que el populacho de.-Roma formaba la pluralidad , como so-lo eran buenos para favorecer la tira-nÍa y los malos designios , debieroncaer en descr¡dito, porque los i is ;ros

sediciosos se abstuvieron de un medio,que ponla muy en descubierto sus pro-yectos . Es cierto que la rnagestad delpueblo romano solamente se manifes-taba en los comicios por centurias ' queeran los ánicos completos ; puesto queen los comicios por curias faltaban lastribus rásticas , y en los comicios portribus el senado y los patricios .

La manera de recoger los votosera entre los primeros romanos tan sen-cilla como sus costumbres , aunque lo

-2 39era todavÍa menos que en Esparta.Cada quai daba su voto en voz alta,y un notario lo escribia : la plurali-dad de votos de una tribu determi-naba el voto de la misma ; la plura-lidad de votos de las tribus constituÍael del pueblo ; y lo mismo sucediacon las curias y las centurias . Esteuso fue bueno m•¡ntras la honradez rey-no entre los ciudadanos , y en tantoque se avergonzaron de dar páblica-mente su voto para una determinacioninjusta , 6 en favor de un sugeto in-digno ; pero guando el pueblo se cor-rompiï , y se compraban ya los votos,convino que se diesen en secreto paracontener à los compradores por la des-confianza , y proporcionar à los bri-bones el medio de no ser traidores .

Se que Ciceron reprueba esta mu-danza , y atribuye à ella en parre laruina de la repáblica ; pero aunqueconozco el peso que debe tener en es-te punto la autoridad de Ciceron , nopuedo ser de su parecer. Soy por el

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240

,contrario de sentir, que por no haberhecho bastantes mudanzas de esta cla-

se , se acelerÍ la pàrdida del estado .As¡ como el ràgimen de las personassanas no debe adoptarse para los en-fermos , tampoco se ha de gobernar unpueblo corrompido con las mismas le-yes que convienen á uno bueno .

da pru .b a. mejor esta max•ma que laduracion de la repïblica de Venecia`cuyo simulacro exibte todav¡a , ïnica-mente porque sus leyes no convienenunas que a ,los hombres malvados .

Distribuydron pes á los ciuda~danos unas tablillas , por. Las qualescada uno podia votar sin que se su-piese qual era su parecer . Se establci ron tambien nue as (orina lidadespara recoger las tablillas , para la cuen-ta de los votos , la coinparacion desu nïmero &c . lo que no impidiÍ qula fidelidad de los oficiales , encarga-dos de estas comisiones ( ~) , fuesemuchas veces sospechosa . En fin pro-mnulgaban para atajar las facciones y

141

el tráfico de la s votos varios edlctos lcuya multitud manifiesta su inutilidad .

Eri los ïltimos tiempos se vieronprecisados varias veces á recurrir á eY-pedi-entes extraordinarios , para suplirla insuficiencia de las leyes . Ya su-ponian prodigios ; pero este medio , quepodia alucinar al pueblo , no alticiná-ba á los que le gobernaban : ya con-vocaban de repente las juntas, antes quelos candidatos hubiesen tenido tiempopara formarse partido ; y ya se consu-mia toda una sesion en hablar , quandovelan al pueblo sobornado y dispues-to á tomar una mala resolucion . Mas laambiciÍn lo eludid finalmente todo ; y loque hay de mas increible es , que á pesarde tantos abusos, este pueblo inmenso, envirtud de sus antiguos reglamentos, nun-ca dexÍ de elegir los magistrados , daaprobar las leyes , de j iIzgar las cau-sas , y de despachar los negocios par-ticulares y piiblicos con tanta facilidad,corno hubiera podido hacerlo el "'†$s

mo seualdo.Q

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Quando no se puede establecer unaexacta proporcion entre las partes cons-titutivas del estado , Í algunas causasindestructibles alteran sin cesar las re-laciones ; se instituye una magistratura

particular , que no forma cuerpo con

las otras , vuelve à poner cada t¡r-mino en su verdadera relacion , y ha-

ce un enlace o medio t¡rmino, ya seaentre el práncipe y el pueblo , ya en-

tre el pr ncipe y el soberano , y ya en-tre las dos partes à un mismo tiempo .,

si es necesario.Este cuerpo , que llainare tribuna-

do , es el conservador de las leyes ydel poder legislativo . Sirve algunas ve-ces para proteger al soberano contra el.gobierno , como hacáan en Roma lostribunos del pueblo - otras para suste-

2-42

CAPITULO QUINTO.

DEL TRIBUNADO,

lier el gobierno contra el pueblo , ¡•,.nio hace al presente en Venecia el con--se o de losj

diez ; y algunas otras pa-ra mantener el equilibrio - de una yotra parte , como hacian los ¡foros enEsparta .

El tribunado no es parte cons .titutiva de la ciudad , ni debe tener-la en el poder legislativo ni en el exc-cutivo ; pero en esto mismo consisteel que sea mayor el suyo , porque sin

,embargo de que no puede hacer na-da , puede impedirlo todo ; y es massagrado , y respetado como defensorde las leyes , que el práncipe que lasexecuta , y que el soberano que - las or-dena. Claramente se vio esto en Ro-ma , guando los orgullosos patricios,que despr eciàrou siempre al puebloentero , tuvi¡ron que humillarse à unsimple comisionado del pueblo quecarecia de auspicios y de jurïscll c:cion.

El . tribunado templado con cordu-ra , es el Tras harte apoyo de una bue-pa constitucion ; pero por poco exceog

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s va que sea su fuerza , lo trastornatodo. La debilidad no es de su natu .raleza , y .con tal que sea algo , nunÍea es inànos de lo que conviene .

Degenera en tiran¡a , quando usur-pa el poder executivo , del que áni-camcnte es moderador , y quando quie•re dispensar las leyes , que solo debeproteger. El enorme poder de los àfo-ros , que no fuà peligroso mientrasque Esparta conservï sus costumbres 'acelerï la corrupion luego que huboempezado. La sangre de Agis degolla-do por estos t¡ranos , fuà vengada porsu sucesor ; el crimen y el castigo delos àforos apresuraron igualmente lapàrdida de la repáblica ; y despuesde - Cleomànes , Esparta no fue,, ya na-da. Roma pereciï tan:bien por la mis-ma causa ; y el poder excesivo de lostribunos , usurpado poco † poco , sir-viï finalmente con ayuda de las leyeshechas para la libertad, de salvaguar-dia † los emperadores que la destru ..yàron. NQ hablemmc's del consejo de los

244243

diez de Venecia , que es un tribunade, sangre , tan horrible † los patricioscomo al pueblo , y 'que làjos de pro-teger abiertamente las leyes , no sirveya , despues de su envilecimiento , masque para hacer en las tinieblas casti-gos , que no se atreve † executar enpáblico .

El tribunado se debilita, como elgobierno , por la multiplic acion de susmiembros. Quando los tribunos del pue-blo romano , que fueron al princi-pio dos , y despees cinco , quisià-ron doblar este numero , el senadoles dexï hacer su voluntad , bien se-guro de contener † los unos por me-dio de los otros , como sucediï con eltiempo .

El mejor arbitrio para precaverlas usurpaciones de un cuerpo tanformidable , arbitrio del que ninguagobierno se ha servido hasta aqu¡,seria no hacer permanente este cuer-po , sino se‡alar ayunos intervalos,cluraultr los quales qu dase supriiiii~lo9

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46

Estos intervalos , que no han de sertan largos que dexen tiempo para que

se arrayg'ue11 los abusos , pueden f ar-

se por la ley , de manera que sea fÍ-cil acortarlos , guando haya necesidad,

con 1 comisiones extraordinarias .Me parece que este medio no tie-

ne nirigun inconveniente , porque el

tribunado no es , como he dicho , par"te de la constitucion , y asà puede sus-

penderse sin que aquella padezca . EsCambien eficaz 4 mi ver el arbitrio in-dicado, por quanto un magistrado res,tablecido de nuevo , no empieza con elgrado de poder que tenia su predece~sor, sino con el que le da la ley,

CAP¡TULO SEXTO.

DE TA DIáT4DURAo

~ a ?n•lex bihdad de las leyes

queimpid que se acomoden Í los aconteïiinientos

puede en ciertos casos

247hacerlas perniciosas , y causar la pdr ..dida del estado en su crisis . El ordeny la lentitud de las f†rmulas pide unespacio de tiempo , que las circuns-tancias no conceden Í las veces . Pue-den ofrecerse mil casos que no ha te-nido presentes el legislador ; y es unaprecaucion muy necesaria el conocerque no se puede prever todo.

No se ha de pretender pues hacertan estables las instituciones polàticas,que se quite hasta la facultad de sus-pender su efecto : la misma Espartadex† dormir sus leyes .

Pero solamente los grandes peligrospueden balancear el de alterar el or-den p‡blico , y jamas se debe suspen-der el poder sagrado de las leyes , si-no quando se trata de la salvacion dela patria. En estos casos raros y ma-nifiestos se pone Í cubierto la seguri-dad p‡blica por un acto particrular,que comete el cuidado de ella al masdigno. Esta comision puede darse dedos maneras, segun la clase del peligro .

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248Si basta para remediarlo aumentar

la actividad del gobierno , se le reconcentra en uno Í dos de sus miembros,y de este modo no se altos -a la auto-ridad de las leyes , sino la forma de suA.dministraclon . Mas si fuere tal el pe-

ligro , que el aparato de las leyes seaun obstàculo para liber-tarso de el , en-tÍnces se nombra un gefe supremo quehace callar todas las leyes , y suspen-de por un mam¡ nto la autoridad sobe-rana. En semejantes casos no se pue ,de dudar sobre la voluntad general , yes evidente que la primer intencion deápueblo es , que no perezca el estado sDe esta manera la suspension de la au-toridad legislativa no la extingue ; elmagistrado que la hace callar , no pue-de hacerla hablar ; la domina sin po-der representarla ; y lo puede hacertodo , menos promulgar leyes.

El senado romano empleaba el primermedio , guando encar e; :sha à los cÍnsules por una fÍrmula dispuesta para esteobjeto , que proveyesen à la salvado...

•49le la repïblica : el segundo se verifica..ha , quando uno de los dos cÍnsulesnombraba un dictador (36) ;introduxo Alba en Roma.

En los principios de la repïbli-ca recurri¡ron varias veces a la dic-tadura , porque el estado no tenia aunbastante consistencia para poderse sos .tener por la fuerza de su eonstitucion . Las costumbres hacian entoncessuperfluas muchas precauciones que hu-bieran sido necesarias en otro tiempo,y no se tercia ni que un dictador abu-sase de su autoridad , ni que intentase conservarla mas alla del termino se-fialado . Al contrario parec†a que un poader tan grande era de suma incomodi-dad al que lo tenia , segun se apresa-.rapa à dexarle , como si fuese dema-siado penoso y expuesto ocupar el lu-gar de las leyes .

No es de consiguiente el peligrodel abuso , sino el del envileci,nie nto,lo que me hace reprobar el uso indis-~reto de esta suprema magistratura en

uso que

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250

los primeros tiempos ; porque mientrase prodigaba en las elecciones , en las .dedicatorias y en otras cosas de puraceremonia , era de temer que llegase aser poco formidable en los casos ne-cesarios , y que se acostumbrasen Íconsiderar corno un titulo quimàrico elque solo se empleaba por punto deetiqueta .

A fines de la rep¡blica los roma-nos mas circunspectos, evitaban ya elnombramiento de dictador con tan po-co motivo como lo habáan prodigadoanteriormente. FÍcil era de conocer,que care ;•a de fundamento su temor;que la debilidad de la capital la ase-guraba entïnces contra los magistradosque tenia en su seno ; que un dicta-dor podia en ciertos casos defender lalibertad p¡blica , sin que le fuese po-sible intentar nada contra ella ; y quelos grillos de Roma no se forjarian den-tro de la misma , sino en sus exerci-to,s . La poca resistencia ni e hizo Ma-ráo Í Syla , y Pompeyo Í Càsar , ma-

251*†fiesta muy bien lo que se poda, es-perar de la autoridad interior contra,la fuerza exterior .

Este error les hizo cometer gran-des faltas . Tal, por exemplo , fue la deno haber nombrado un dictador en lacausa de Catilina ; porque como tansolo se trataba de lo interior de la ciu-dad, y Í lo mas de algunas provin-cias de Italia , con la autoridad sin li-mites que las leyes daban al dictador,hubiera fÍcilmente disipado la conj ura-cion , que se sufocï por un concur-so de felices casualidades , que jamasdebiera esperar la prudencia humana .

En lugar de esto se contentï el se-nado con transferir todo su poder Í loscïnsules ; de donde provino que Cice-ron , para obrar eficazmente , se vioprecisado Í excederse de este poderen un punto capital , y que no obs-tante que los primeros erlageI a~llie~~tosde alegráa hicieron aprobar su con-ducta , se le pidiï despees con justi -cia cuenta de la sangre de los ciuda

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danos derramada contra las leyes ; re.convencion que no hubieran podido ha-a

cer Í un dictador. Pero el cànsul se

ense Toreà de todos con su eloq¡encia ;

y como , Í pesar de ser romano , pro-

feria su gloria Í su patria , buscà má-

nos el medio mas leg•timo y seguro

de salvarla , que el de llevarse toda

la gloria de este negocio ( ,,,-7). Asi es

que fuá honrado coa razon como liber.

tador de Roma , y Castigado justamentepor infractor de las leyes. Sin embargo

de lo muy honor•fico que fuá el le-

vantamiento de su destierro , es cierto

que no del,à de ser una gracia .

De qualquier modo que se confie-

ra esta importante comislon , convie-

ne limitar su, duracion Í un tiempo

muy corto , que jamÍs pueda prolon-

garse , pues en las crisis que la ha-

cen establecer , el estado se -destruye

6 salva muy en breve , y pasada la

necesic ~~ urgente , es ya la dictadu-

ra tirÍnica à superflua. La mayor par-te de los dictadores , que en Roma lo

2 ï53

eran solo para seis meses , abdicÍronantes de este tármino . Si hubiese sidounas largo quizÍ hubieran intentadoprolongarle , corno hicieron los de--cemviros con el de un ario. El dic-tador solo tema el tiempo indispensa-ble para remediar la necesidad por laque se le habia elegido , y no parapensar en otros proyectos .

CAP†TULO S‡PTIMO,

DE TA CENSURA &

si como la declaraci~n de la vo-luntad general se hace por la ley h ladeclaracion del juicio pˆblico se hacepor la censura : la opinion pˆblica esuna especie de ley , cuyo ministro esel censor , y que este no hace mas queaplicarÍ los casos particulares, Í exo m=plo del pr•ncipe .

Lájos pues de ser el tribunal cen-sorio el Írbitro d la opizaioa del pue'5

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X54

tlo 5 no es mas que su declarador, yluego que se aparta de este punto ssus decisiones son inÍtiles y sin efecto

De nada sirve distinguir las cos-tumbres de una nacion de los objetosde su aprecio , porque todo provienede un mismo principio , y se confundenecesariamente. En todos los pueblosdel mundo la eleccion de los placeresdepende de la opinion , y no de la na-turaleza. Si las opiniones de los lion-bres estàn bien dirigidas , sus costuin-bres se purificaràn por s¡ mismas, Esti-marnos siempre lo que es bueno , á loque nos parece tal, ; pero nos enga-iamos al tiempo de formar nuestro Jui-cio , y por lo mismo trata de ar-reglar este j uii ;cio . E~l que juzga de lascostumbres , juzga del honor ; y quiertjuzga del honor E, topa su ley de laopinion.

Las opiniones de un pueblo nacende su corstitucion , y aunque la leyno prescribe las costum _ores , la legis-lacion es la que las forma . Q uando la

2 155

legislacián se debilita , las costumbresdegeneran ; y entánces el juicio de loscensores no harà lo que la fuerza delas leyes no haya podido hacer.

S¡guese de esto 1 que la censurapuede ser Ítil para conservar las cos-tumbres, pero nunca para restablecer-las. Se han de crear los censores du-rante el vigor de las leyes ; luego quele han perdido , nada se puede ya es-perar , porque ninguna cosa leg¡timatiene fuerza , guando las leyes carecende ella .

La censura mantiene las costum-bres , impidiendo que se corrompan lasopiniones , conservàndolas rectas pormedio de sabias aplicaciones , y finàn-dolas tambien algunas veces , quandotodav¡a son inciertas . El uso de losayudantes en los desaf¡os llevado has-ta el furor en el reyno de Francia,fu• abolido por estas solas palabrasde un edicto del rey : en quanto a losque tienen la cobard¡a de buscar ayu-dantes . Coro este juicio anticipaba el

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del p¡bláco , lo determina con una sea,la expresion ; pero quando se promul-g• en los mismos edictos, que eratambien cobardïa batirse- en desafïo,lo que es cierto , aunque contrario ala opinion comun , el p¡blico se bur-

l• de esta decision , sobre la quai te.

nia formado su juicio .He dicho en otra parte (38) , que

no estando la opinion p¡blica someti-

da a la violencia , no debe tampocoexistir ningun vestigio de ella en eltribunal establecido para representarla.No puedo adinirarse debidamente lasagacidad con que los romanos , y aunamas los lacedemonios , hacian uso deeste resorte , desconocido enteramenteentre los pueblos modernos .

Habiendo dado un buen pareceren el consejo de Esparta un hombrede malas costumbres , los †foros sinhacer caso de †l , dispusieron que pre-sentase el mismo dictamen un ciudada-no virtuoso . Í Que honor para el uno,y que ta~ch .5 par 4 91 cago , stp a~buX~

25~

alabado ni vituperado à ninguno de lasdos ! Unos quantos beodos de Sàmosprofanaron el tribunal de los ‡foros,,y a la marrana siguiente se permitio alos samienses por edicto p¡blico quefuesen villanos : el castigo mas riguro-so hubiera producido menos efecto quetina impunidad de esta naturaleza,,Quando Esparta fallaba sobre lo queera 6 no honesto , la Grecia enteraÍe solnetia à su juicio .

CAPITULO OCTAVO.

DE LA RELIGION CIVIL.

Los hombres no tuvi†ron al prlnci-pio otros reyes que los Dioses, ni otrogobierno que el teocràtico . H4ici†ron elraciocinio de Caligula , y entf•inces lehicieron p rfectainente . Es necesaria.atina larga alteracion de sentimilientos yde ideas en los hombres , para resol--verse a tomar por selior à un semejaIi~

R

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2,53

te suyo , y para lisongearse de quese hallarÍn bien, con el .

Constituido un Dios al frente decada sociedad polàtica, se sigui¡ de es-to, que hubo tantos Dioses como pue-blos. Dos pueblos extraáos el uno alotro, y casi siempre enemigos, no pu-dieron reconocer por mucho tiempo Íun mismo seáor, asà como seria imposi-ble que dos ex rcitos en el momento dedars~ batalla, obedeciesen Í un mismo ge-fe . De este modo de las divisiones nacio-nales result¡ el politeisiuo , y - de aquàla intol rancia teol¡gica y civil , que

l' ~naturalmente . es la misma , como, dire-

anos des pues .1:l capricho que tuvieron los grie-

gos de volver Í encontrar sus Dioses en-tre los pueblos bÍrbaros , provino dehaberse ellos creàdo por otro antojo so-beranos naturales de estos pueblos . En

nu _ `cros di as es una erudicion muy ri-dàcula , la que se dirige Í establecerla identidad de los 1-101 o-"oses de diversas

iacipnes ; como si Moloch , Saturno

y.. Chronos pudieran ser el mismo Dios:como si el B aal de los f`11iLios' el Zeusde los griegos , y el j upiter de loslatinos pudieran ser el mis mo ; y co-mo si fuese posible atribuir alguna co-sa coman a unos seres quim•ricos, quitienen diferentes nombres,

Si se pregunta

cono en elganismo, donde cada estado tenia su ,culto y sus Dioses ., no hada guerras .de religion ~ respondo , gcle por lomismo que cada estado tenia su cultopropio no me -nos (lile su gobierno , nodlstlngula sus Dioses de sus leyes . Tàaguerra polàtica era taz;bien teol¡gica :los distritos de los Dioses estab n, pordecirlo asà , demarcados por los confi-nes de las naciones . El Dilos de mipueblo no tenia riingun derecho sobrelos otros pueblos : los Dioses de lospaganos no eran envidiosos , y se di-vidïa~i entre sà el imperio del mundo .El mismo Moyses y el pueblo hebreose conformaban algunas veces con es-ta- idea ; hablando del Dios de dsraeler

R2

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260

Es verdad que miraban como nulos alos Dioses de los cananeos , pueblosproscritos , condenados Í la destruc-Clon , y cuyo lugar debian ocupar loshebreos ; pero repÍrese como hablabande las divinidades de los pueblos veci-nos , que les estaba prohibido atacar .La posesion de lo que pertenece Í Ca-inos vuestro Dios , decàa jepht¡ Í losamonitas , áno os es legàtimamente de-bida ? Nosotros poseemos por el mismouàtulo las tierras que nuestro Dios ven-cedor ha adquirido (39) . Esto deno-taba Í mi parecer una paridad bienreconocida entre los derechos de Ca-inos y los del Dios de Israel .

Pero guando los judios sometidosÍ los reyes de Babilonia y despues Ílos de Syria , se obstinaron en no re-conocer otro Dios que el suyo , su-frieron por esta falta de obediencia,mirada como una rebeldàa contra elvencedor , las persecuciones que seleen en su historia , y de las que nose v e otro e .xemplo antes del cristia-nismo (40) .

t6rEstando , pues cada religion anexa

unicamente a las leyes del estado quela prescribàa , no habia otro modo deconvertir Í un pueblo que el de su-jetarle , ni otros misioneros que losconquistadores ; y siendo obligaciortde los vencidos mudar de culto , eranecesario comenzar por vencer antesde hablar sobre esto. L.ájos de pelearlos hombres por los Dioses , eran es-tos , como se ve en Hoinero , los quecombatàan por los hombres . Cada quaipodia al suyo la victoria , y se la pa-gaba con nuevos altares . Los romanosantes de tomar una plaza , intimabanÍ sus Dioses que la abandonasen ; yguando dexaban Í los tarentinos susDioses irritados , es porque mirabanÍ estos Dioses como sometidos Í lossuyos , y obligados Í rendirles home-nage : dexaban Í los vencidos sus Dio-ses , como les dexaban sus leyes . Porlo regular no les imponian otro tribu-to , que el de presentar una corona alJ•piter del Capitolio .

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9,62

En fin como los romanos exten,di eron con sus conquistas su culto ysus Dioses , adoptaron por lo comanlos de los vencidos , y concedieron Ílos unos y Í los otros el derecho de ciu-dad; los pueblos de este vasto imperio sehallaron insensiblemente con una multi-tud de Dioses y de cultos, casi los mismosen todas partes ; y de este modo el pa-ganismo fue al cabo, en el inundo co-nocido , ba- sola y tànica religion .

En estas circunstancias vino J esusa establecer sobre la tierra un reynoespiritual , que separando el sistema,teo {>>ico del pol¡tico , limo que elestado dexase de ser uno , causan-do las divisiones intestinas, que ja-

1 an cesado de agitar a los puei e_, cr Manos e Por lue vio habiendo

podido nunca e `ra¡. enla caben delos p-ser =l .)s la idea nueva de un reyno dei otro mundo , ndrdroo siempresi os i '! :t:i nos como ver a Cros re¡-?el-des que ha,-:o tinaolo buscaban el Imiomri`hito de hacerse

263

independientes y seá-.ores , y de usur-par con ma•a la autoridad , que tanl-to aparentaban respetar en medio desu flaqueza . Esta fue la causa de laspersecuciones,

Lo que los paganos habian temi-

do , sucediï por f¡a , y todo mudï en--

tïti : s de semblante. Los humildes cris-tianos cambiaron d lenguage , y bienpronto se vio que este pretendido rey-no dei otro mundo, ha venido Í pararen este en el nias violento despotismo,bazo una cabeza visible .

Sin embargo come siempre ha ha-bido un pr¡ncipe y leyes civiles , haresultado de estos dos poderes una perpetua competencia de-, jurisdiccion , queha hecho imposible toda buena pol¡ti-ca en los estados cristianos ; y no seha podido saber todav¡a , Í quien seestÍ obligado Í obedecer , si al pr¡n-cipe ï al sac-erg ~~te .

No obstante esto muchos pueblos.,aun de Europa ï de sus inmedi do-nes, han pretendido conservar ï resta

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264.

Mecer el antiguo sistema ; pero no lohan logrado , porque el espÍritu delcristianismo ha vencido . El culto sa-grado siempre ha quedado, à vuelto aser independiente del soberano , y sinla union necesaria con el cuerpo delestado .

Mahoma tuvo miras mas sanas , li-gà bien su sistema polÍtico , y mien-tras la forma de su gobierno subsistiàbazo los califas sus sucesores , su go-bierno fue ex¡ctamente uno y buenopor esta razon . -Mas luego que llegá• ,ron los árabes á ser florecientes , le-trados , cultos , muelles y cobardes,fue-ron sojuzgados por los bárbaros : en-tànces se introduxo la division de losdos poderes , y aunque es menos ma-nifiesta entre los mahometanos que en--,tre los cristianos , sin embargo no de-xa de existir, principalmente en la sec .9ta de AiÍ ; ,r hay estados , donde sehace sentir de continuo , como sucedeen la Persia .

Entre nosotros los reyes de JngTai

r

X65

terra se han constituido cabezas de laIglesia , y lo mismo han hecho los(;zares ; mas por este tÍtulo no tantoson los árbitros como los ministros , me-nos han adquirido el derecho de mudarla,que el poder de mantenerla , y no sonsus legisladores, sino solamente sus prÍn-cipes . _Donde quiera que el clero for-ma cuerpo (40, es el due~io y el le-gislador en su patria . Hay pues dospoderes y dos soberanos en Inglaterray en Rusia , lo , mismo que en qual-quiera otra parte .

De todos los autores cristianos elfilosofo Hàbes es el ïnico, que ha co-nocido bien el mal y el remedio , yque ha osado proponer el reunir lasdos cabezas del águila, y reducirlo to-do á la unidad polÍtica , sin la qualningun estado ni gobierno estará lamasbien constituida . Mas debià ver queel espÍritu dominante del cristiailis†loera incompatible con su sistema, y qHe

el interes del sacerdote será siemprepis fuerte que el del estado . Su polÍ-

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X66

ti a se ha hecho odiosa, mas por lo quetiene de justo y verdadero , que por loque se enicuuenntra en ella de horribley falso (4 ".) .

Cr--o que desenvolviendo bazo estepinto de vista los hechos histÍricos,se refut ar ian f~ici.lrnente las opinionesopuestas de Bayle y Warburton , delos quales el uno pretende , que nin-guna religion es àrii al cuerpo pol¡ti-co , y el otro sostiene al contrario, queel castra sismo es su mas firme apoyo.Se probaria . al primero , que jamas seha f~inaado un estado sin que la reli-gion le haya servido d : ., basa ; y al se-gundo , que la ley cristiana es en elfondo ~3~as cla posa que átil • la fuerteconstit~ici~~,a de un estado.

Para acabar de hacerme entender,es necesario deterï~†inar con mas preci-sion las ideas , sobrado Sagas , de la(-7religion, res ticas a mi objeto. La re-li ioa coasick 'ada con respeto • la so-ciedad , que es Í ge lreral Í particular,puede tambien dividirse en dos especies,

'167

,s • saber, la religion del hombre yla del ciudadano. La primera sin tem-plos , sin altares, sin ritos , limit ;ida•l culto puramente interior del Diossupremo y a los deberes eternos de la

7

moral , es la pura y simple religion delevangelio , el verdadero teismo , y loque se puede llamar el der cho divinonatural . La otra establecida en un so-l o pais , le da sus Dioses , sus patro-nos propios y tutelares ; y tiene susdogmas , sus ritos y su curto exterior,prescrito por las leyes . Fuera de lanacion que la sigue , todo es para ellainfiel , e trac~gero y b•rbaro , y soloextiende los deberes y derechos del hom-bre tan lejos como sus altares. Talesfu‡ron todas las religiones de los pri-meros pueblos, a las que se puede darel nombre, de derecho divino , civil 6

positivo.Hay otra tercera especie de reli'

gion mas e grava ,ante, que da nulo • loshombres dos ~ is!aciones dos cahCzas

y dos patrias, los soplete • obligacio-

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263

nes contradictorias , y les impide quepuedan ser Í un mismo tiempo devo..tos y ciudadanos. Tal es la religionde los lamas, tal la de los j aponenses,y tal el cristianismo romano , que sepuede llamar la religion del sacerdote.Resulta de aquà una especie de dere-cho mixto e insociable, que no tienenombre.

Considerando polàticamente estastres clases de religiones , todas tienensus defectos . La tercera es tan eviden-temente mala , que seria perder el tiem-po detenernos en demostrarlo; porquetodo lo que rompe la unidad social, novale nada, y quantas instituciones po-nen al hombre en contradiccion consi-go mismo, de nada sirven .

La segunda es buena, solo porquereune el culto divino y el amor de lasleyes , y porque constituyendo Í lapatria el objeto de la adoracion de losciudadanos , les ense¡a que servir alestado es servir al Dios tutelar . F s unaespecie. de teocracia, en la q ule no de-

eiái 6 9,be haber otro pontàfice que el prànciàÍpe , 1,1 mas sacerdotes que los magis-trados . En esta morir por su pais, esir . al martirio ; violar las leyes, es serimpào ; y someter un culpable Í la ex•-cracion pïblica , es sacrificarle Í la c†-lera de los Dioses : sacer esto .

Pero esta religion es mala por quan-to no estando fundada sino sobre el er-ror y la mentira , enga¡a Í los hom-bres, los hace cr‡dulos y supertlciosos,y ahoga el verdadero culto de la di-vinidad en un vano ceremonial . Es ma-la tambien, quando haci‡ndose exclusivay tirÍnica , vuelve Í un pueblo sangui-nario e intolerante , de suerte que norespira sino asesinatos y carniceràa, ycree hacer una accion sarta matandaal que no admite Í sus Doses . Estopone al tal pueblo en un estado natu-ral de guerra con todos los otros, co-sa muy daiiosa Í su propia seguridad .

Resta pues la religion del hombre,

o el cristianismo , no el de hoy dia,

sino el del evangelio, que es del toda

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276

diferente. Por esta religion santa , s uablime y verdadera, los hombres, hijosdel mismo Dios , se reconocen todospor hermanos , y la sociedad que losune , no se disuelve , ni aun por lÍmuerte .

Pero corno esta religion no tieneningurn :r relacion particular con el cuer-po polàtico, dexa Í las leyes la fuerzasola que sacan de sà mismas, sin a¡a-dirles ninguna otra ; por cuya razonuno de los grandes vànculos de la so-ciedad particular queda sin efecto . Aurireas : lejos de atraer los corazones delos ciudadanos al estado , los apartay separa de el como de todas las co-sas de la tierra ; y baxo está punto devista no conozco ninguna cosa mas con-tracia al espàritu social .

Se nos dice ; que un pueblo dáverdaderos cristianos forrnaria, la mas

sociedad cele se puede ir,lagi-p,na r ; pero ye ri• veo en esta su pn?si-clon mas que una gran dificultades , que una sociedad de verdaderoï,'e

271

,Cristianos , no seria ya una sociedadde hombres . Digo tambiea , que aunconcediendo la existencia de semejan-te sociedad, n o seria con toda s u per_feccion ni la mas fuerte ni la mas du-rable : por demasiado perf eta , estariafalta de union , y su vicio destructorconsistiriÍ en su misma perfeccion . Ca-da uno desenipe††aria su deber , el pue-blo estarla sumiso Í las leyes , los ge-fes serian justos y moderados , los ma-gistrados àntegros á incorruptibles , lossoldados rr~er~ospreci~iria i la muerte , yno habràa vanidad ni luxo. Todo estova bien ; pero pasemos mas adelante .

El cristianismo es una religi•n deltodo espiritual , ocupada alele mente enlas cosas del cielo , y la patria delcristiano no es de este muno.. El esverdad que cumple con su obligacion ;mas lo hace con una total indeferen-cia del bueno o mal áxito de sus tra-

bajos . Con tal que no tenga nada deque acusarse , poco le importa gL1e las

cosas vayan bien 6 mal acÍ bazo. Si

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el estado florece , apenas se atreve a"gozar de la felicidad pÍblica , y temeensoberbecerse con la gloria de su pais;y si el estado decae , bendice la nna-nlo de Dios que descarga sobre supueblo .

Para que la sociedad estuviese pa-cifica y para que se mantuviera labuena armonàa, seria indispensable quetodos los ciudadanos, sin excepclon,' ue-.oen igualmente buenos cristianos ; pero

si por desgracia se hallase un ambicio-so o un hip¡crita , corno por exemplo,

Catilina o Cromwel , ciertamente li-braria bien con sus piadosos compa-triotas. La caridad cristiana no permi-te pensar fácilmente mal de su pr¡xi-dipo. Luego que alguno hallase con as-tu la el arte de enga•arlos y apode-rarse de una parte de la autoridad pÍ~Mica ; he aquà un Hombre constituidaen dignidad , á quien Dios quiere quese le respete . No tardaria mucho enocupar el poder supremo , y entoncesDios manda que se le tob' decca. Sà cl

2p73

depositario de este poder abusa deel,es la vara con que el Se•or castiga á

sus hijos . Se haràa caso de concienciaarrojar al usurpador : seria necesariopara ello perturbar la tranquilidad pÍ-blica , usar de violencia y derramarsangre ; todo lo qua] se compone malcon la dulzura del cristiano . Y sobretodo ï que importa ser libre ¡ esclavoen este valle de miserias ? Lo esenciales ir al para i.so , y la resignacion esuno de los medios para conseguirlo .

ïSobreviene alguna guerra extrangera?los ciudadanos marchan sin repugnanciaal combate, ninguno de ellos piensa enhuir , y todos cumplen con sus debe-res ; pero no deseando la victoria, sa-ben mas bien morir que vencer. Quesean vencedores 6 vencidos , ïque lesimporta? ïNo sabe la Providencia me-jor que ellos lo que les conviene? Cal-cÍlese pues que partido podrá sacar deeste estoicismo un enemigo soberbio,impetuoso y apasionado. P¡nganse alfrente de estos cristianos aquellos pue-

S

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274

blos generosos' , Í quienes devoraba elardiente amor de la gloria y de la pa-tria ; supàngase Í la rep¡blica cristia-

na empeáada con la de Esparta o lade Roma, y los piadosos, cristianos se-rÍn batidos , aniquilados y destruidosantes de haber tenido tiempo de reco-nocerse , o solo deberÍn su salvacional desprecio que concebirÍ de ellos su•nemigo. Fue admirable Í mi parecerel juramento de los soldados de Fabio,los quales no juraron, morir à vencer,

sino volver vencedores, y al cabo cum-pl iïron su juramento . Jamas los cris-tianos hicieran semejante cosa ., porquehubiesen creido tentar Í Dios .

Pero me he equivocado quando hedicho la rep¡blica cristiana , porque ca-da una de estas dos palabras se ex-cluye mutuamente. El cristianismo nopredica mas que servidumbre y depen-deljcia, y su carÍcter es demasiado fa-vorable Í la tiran†a , para que esta de-xe de aprovecharse siempre de ïl. Losverdaderos cristianos son Í propàsito

X75para ser esclavos : ellos lo saben, masno por eso se incomodan , pues estacorta vida es de muy poco precio Ísus ojos.

Se nos dice. ti que las trepas cr stia-nas son excelentes : yo lo niego ' y de-searia que se me die5enpruebas de estaasercion . Por lo que a M† toca, no co-

nozco tropas cristianas i y si se me ci-tan las cruzadas, sin disputar ahora so-bre el valor de los cruzados, observa-rï , que muy lïjos de ser cristianos,eran unos soldados del sacerdote à c i u -dadanos de la Iglesia, los quales com-bat†an por su pais espiritual, que aque-lla habia hecho temporal, sin saber co-mo : pero hablando propiamente, estoes volver al paganismo . Como el evaI~t-gelio no establece una religion nacio-nal, no puede darse guerra alguna sa-grada entre los cristianos,

Baxo los emperadores paganos lossoldados cristianos eran valientes, segunlo asegura, todos los autores cristianos,y Yo lo creo ; pero esto era una emu-

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9,76

lacion de honor con las tropas paganas .Desde que los emperadores romanos fue-ron cristianos , dexÍ de subsistir laemulacion , y quando la cruz echÍ fue-ra al àguila , todo el valor romanodesapareciÍ .

Mas dexando à parte las considera-ciones pol¡ticas , vengamos al derecho,y establezcamos los principios sobreeste punto importante . El derecho queel pacto social da al soberano sobrelos sábditos , no excede , corno ya hedicho , los l¡mites de la utilidad pá-blica (43) . Los sábditos no deben puesdar cuenta al soberano de sus opinio-nes , sino en quanto estas interesanal cornun . Aunque importa al es•.

Lado que- cada ciudadano tenga unareligion qne le haga amar sus debe-res ; pero los dogmas de esta religionno interesan ni al estado ni à sus miem-bros , sino en quanto se refieren à lamoral y à los deberes , que està obli-gado à cumplir para con les otros elque la profesa. Por lo demas cada

1

277uno puede tener las opiniones que leacomoden , sin que pertenezca al so .berano entender sobre esto ; porquecomo no tiene jurisdiccion en el otroInundo , sea la que quiera la suertede sus sábditos en la vida venidera,este no es asunto del soberano , contal que en la presente sean buenosciudadanos.

Hay segun lo dicho una profesionde fï puramente civil , cuyos art¡culos toca fixar al soberano , no preci-samente como dogmas de religion , si-no como sentimientos de sociabilidad,sin los que es imposible à nadie serbuen ciudadano ni fiel sábdito (44)-

.1Sin poder obligar à ninguno à creer-los , puede desterrar del estado al queno los crea , no como imp¡o , sino co-mo insociable , ï incapaz de amar sin-ceramente las leyes y la justicia , yde sacrificar en caso necesario su vidaà su deber. Si alguno despues de ha-ber reconocido páblicamente estos 'sis-mos d oginas , se conduce como si na

-

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278

los creyera , sea castigado con pena demuerte , porque ha cometido el ma'sgrande de los cràmenes , mintiendo de-a

lau te de las leyes .i os dogmas de la religion civil

deben ser simples , pocos y enunciadoscon precision , sin explicaciones nicomentarios, Le a existencia de la divi-nidad poderosa , inteligente , bienhe-chora , prÍvida y proveedora , la vidafutura , la felicidad de los justos , elcastigo de los malos , y la santidad delcontrato social y de las leyes , debenser los dogmas positivos, En quanto¡ los negativos los limito ¡ uno solo,¡ saber , ' ¡ la intolerancia . ; pues estaperter~ece ¡ los cultos que hemos yaexcluido .

Los que di.stinguuen la intoleranciacivil de la teolÍgica , se, engaáan , ¡mi parecer 4, porque las dos son in-

Es imposible vivir en pazcon ~tnas gentes ¡ quienes se cree con-denadas ; y amarlas seria aborrecer alDios que las castiga : es necesario ab :m

2 79soiutamente 6. convertirlasmentarlas. En todas partes dondela intolerancia teolÍgica est¡ admi-tida , no puede m•nos de produciralgun efecto civil (4,5) , y en el mo-mento que lo causa , el soberano yano es soberano ni aun en lo temporal:los sacerdotes son en este caso los ver-daderos dueáos , y los reyes depen-dientes suyos . Al presente que no hayya ni puede haber religion nacionalexclusiva , se deben tolerar todas lasque toleran ¡ las otras , con tal quesus dogmas no tengan cosas contrarias¡ los deberes del ciudadano . Pero elque se atreva a decir : nadie puede sal-varsefuera de la Iglesia , debe ser echa-do del estado, ¡ no ser que el estado seala Iglesia, y el pràncipe sea el Pontà-

fije . Semejante dogma no es bueno reasque en un gobierno teocr¡tico :ï en

qualquier otro es pernicioso . El moti-

vo por el quai se dice , que Henri-

que iv abrazÍ la religion romana, de-

bia hacerla dexar ¡ todo hombre de

., Í ator-

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z8o

bien , y principalmente Í un principeque supiera raciocinar.

CAPàTULO NONO

CONCLUSION.

Despues de haber sentado los ver-daderos principios del derecho pol¡ti-co , y procurado fundar el estado so-bre su basa , falta afianzarle por me-dio de sus relaciones exteriores ; loque comprenderia el derecho de gen-tes , el comercio , el derecho de guer-ra y las conquistas , el derecho pábli-co , las confederaciones , las negocia-ciones , los tratados &c. Pero todo es-to forma un nuevo objeto demasiadovasto para mi corta vista , y yo de-biera haberla fixado siempre mas cer-ca de m¡.

NOTAS

,,Jias doctas investigaciones que se han hecho

sobre el derecho páblico, no son por lo regular

otra cosa que la historia de los antiguos abusos,

y ha sido una preocupacion muy desatinada el

haberse tomado tanto trabajo en estudiarlos de-

ziasiado."" Tratado manuscrito de los intereses de

la Francia respeto de sus vecinos, por el M . de A.

En este defecto ha incurrido cabalmente Grocio,

2 .3

V•ase el tratadito de Plutarco intitulado : Loa

brutos citan dotaaos de razon .

3 aLos romanos que han conocido y respetada

el derecho de guerra mas que otra ninguna na-

cion del mundo , eran tan escrupulosos en este

punto , que no se permitia Í ningun ciudadano

servir corno voluntario , sin haberse enganchado

con expre iQrL contra el enemigo comun . La le"

Page 146: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

gion en que Caton el hijo militaba la primera

vez baxo Popilio, fuÍ reformada . Caton el padre

escribe à Popilio , que si quiere que su hijo con-

tin¡e en su servicio , debe hacerle prestar un

nuevo juramento militar , porque anulado el pri-

mero , no podia pelear contra el enemigo ; y al

mismo tiempo escribe à su hijo ;, que se guarde

de presentarse à la batalla sin haber prestado este

nuevo juramento . Bien sÍ que podràn oponerme

el sitio de Clusio y otros hechos particulares ;

pero yo cito leyes y usos. Los romanos son los

que mÍnos veces han - violado sus leyes , y los

¡nicos que las han tenido excelentes . Esta, nota

se ha, copiado lileralrtzerzte de la traduccioáa cas-

re/lan a impresa en L•ndres era 1799 ; pero ido se

encuentra en zarn r~t~rz de las tres ediciones del ori-

ginal que tengo presentes . Advertencia del traductor .

4"El verdadero significado de esta palabra apÍ-

nas es ya conocido entre los modernos .) pues la

mayor parte creen que toda gran poblacion es

ciudad, y sus m r.radores ciudadanos , sin consi-

derar que las casas forman la poblacion , y los

a jadadauos yomponeri la ciudad . error que cost•

Saro en otro tiempo à los cartagineses, No heleido que el tïtulo de cives se haya dado nunca

los s¡bditos de ningun prïncipe, ni antigua..

mente à los macedonios , ni ea,l nuestros dial àlos ingleses , aunque son los que mas disfrutande la libertad . Solamente los franceses toman fa-miliarmente el nombre de ciudad ;los , porque notienen ninguna idea de su significacion, como s†puede ver en sus diccionarios ; pues de otro mo-do cometerïan, usurpàndole , un delito de lesaana<restad . Esta voz significa en su boca una vir .,tud y no un derecho ; y quando Bodin ha tra-tado de los ciudadanos y vecinos de Gir : :bra, hacaïdo en una grosera equivocacion confundiendo

à los unos con los otros . No ha sucedido lomismo à D*Alembert , que ha distinguido muybien en su artïculo Ginebra los quatro •rdenes

de hombres ( que son cinco , si se cuentan tam-

bien los que son meramente extrangeros ) de esta

ciudad, y de los quales solos dos componen lA

rep¡blica . Ningun otro autor frances, cïe que yo

tensa noticia, ha dado una idea tan exàcta de 1;

palabra ciudadalso,

Page 147: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

5

Esta igualdad es aparente e' ilusoria hago ttrr

final gobierno , puesto que solo sirve para rnan-

terer al pobre en su miseria y al potentado ea

sus usurpaciones . En el hecho las leyes son siern-

pre favorables Í los poseedores , y perjudicialeslos que nada tienen ; por lo que el estado so-

cial ànicamente es dtil Í los hombres . en tanto

que disfrutan de algunos bienes y que ninguno

de ellos se hace sobrado rico .

6a

Para que la voluntad sea general, no se haceindispensable su unanimidad , sino la asistencia

de todos los que pueden votar ; porque la excli.l-sion expresa de algunos destruiria la generalidad .

?a

s

~~Son diferentes, dice el M . de A . , los prin-

cipios del interes de cada hombre : la conformi-

dad de dos intereses particulares se forma por

la oposicion con el de un tercero ."- Hubiera po-dido a¡adir, que la union de todos los interesesresulta de la oposicion con el de cada uno en

particular . Si no existiese diferencia en los in-

,tereses particulares , apenas se teil(lria idea delcofflun , que nunca encontraráa obst ácelos

; v eo_nno todas las cosas irian bien por si mismas

, lapolática. dexaria de ser un arte .

8 . a

99 No se puede dudar , dice Magniavelo , qnealgunas divisiones perjudican d la repàblica y

que otras le son àtiles . La perjudicad las ellevan acompa¡adas de sectas y de partidos , y leson de provecho las que Subsisten sin sectas ti•

partidos. Pero por quanto el fundador de una re-

pàblica no puede impedir que haya eneen, istadesen ella , debe procurar por lo rriïnos que no

existan sectas ." Hist. florevt . l:b. JVII.

9 a

HabrÍ algun lector tan escrupuloso que me

impute la contradiccion de este p~sage ; pero no

la he podido evitar en las voces por la pobreza

de nuestra lengua .

10 .2

No designo solamente con esta voz d Il aris-

tiocra`ia † á la democracia a siria Í todo gobier-

Page 148: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

àlo dirigido por la voIuntad general ¡ páff la

ley, que es lo mismo . Para que sea leg•timo un

gobierno no es necesario que se confunda coro

el soberano . basta que sea su ministro . Baxo es-

ta suposicion la misma monarqu•a ser¡ una re-

pïblica , como se explica en el libro tercero.

I 14a

Un pueblo empieza † hacerse cÍlebre ;

quano do va declinando su legislacion. No se sabe por

quantos siglos fuÍron felices los espartanos con

la institucion de Licurgo , ¡ntes que se hablase

de ellos en los demas paises de la Grecia.

Los que solo tienen ¡ Calvino por teálogo;

no estan bien enterados de la extension de sus

luces. La redaccion de los sabios edictos de Gine-bra , en que tuvo mucha parte , le honran tanto

corno su inst.tucion, Por mas revoluciones que

experimente el culto de aquel pais 9 ser¡ bende-cida la merncria de este hombre e . traor linario,

miÍntras que no se extinga en los ginebrinos el

autor de la patria y de la libertad .

1

1 3-2,,Efectivamente , dice Maquiavelo , nadie hg

dado nunca leyes extraordinarias ¡ un pueblo,

sin que haya recurrido ¡ Dios , porque de otramanera no hubiesen sido admitidas ; pues haymuchas cosas buenas que el sabio reconoce como

tales, pero que no tiziien eri s• rajones eviden-

tes para convencer ¡ los que no lo son .' Dise.

sobre Tito Livio lib . L cap . ii .

14*

Si uno de dos pueblos vecinos necesitase del

otro indispensablemente , seria esta situacion muy

dura para el primero , y en extremo peligrosa

para el otro . Qualquiera nacion sabia pondria en

este caso todos los medios para sacar ¡ la otra

de semejante dependencia. La repïblica de Tias-

cala , situada dentro del imperio de MÍxico , qui-

so fintes pasar sin sal , que comprarla de los

mexicanos , ni aun aceptarla graciosamente: Los

cuerdos tlascaltecas conociÍron el lazo que ocul-

liberalidad , y se conserv¡ron lihtes,taba estasiendo por fin este pequeilo estado , Íncerrado

en aquel vasto imperio , el instrumento de su

ruina .

Page 149: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

r55 ,2

Para dar consistencia Í un estado .) es necesa-

rào unir quanto sea posible los extremos , no to-

lerando la opulencia ni la mendiguez . Estos dos

estados inseparables naturalmente , son funestos

en igual grado al bien comun, porque el uno

engendra los fautores de la tiranàa, y el otro los

,tiranos : siempre se hace entre los dos el trÍfico

de la libertad p¡blica, que vende el uno y com-

pra el otro .

Y 6 .a

'Un ramo de comercio exterior , dice el M.

de A . , apenas produce mas que una aparente

utilidad para el estado en general : puede enri-

quecer Í algunos particulares, y Í unas pocas ciu-

dades , si se quiere ; pero la nacion entera nada

gana , y el pueblo no logra la menor ventaja .

I7a.

En Venecia se da al colegio el tratamiento

de Pràncipe Serenàsimo , quia quando no asiste

ál dux.

18 .3

El palatino de Posnania , padre del rey dePolonia 1 duque de Lorena .

I g n

Es evidente que la voz Optimates no signi-ficaba entre los antiguos los mejores , sino losmas ricos.

20 .11

Importa mucho el prescribir en las leyes elmodo don que han de ser elegidos los magistra-

dos , porque si se dexa al arbitrio del pràncipe,,

se incurre sin remedio en la aristocracia heredi-

taria , como ha sucedido Í las rep¡blicas de Fe-necia y de Berna. Por este motivo la primera es

tanto tiempo ha uil estado disuelto ; y si se con-

serva la segunda , lo debe Í la mucha sabiduràa

de su senado : lo quai es una excepcàon, no ni•-

n,9s honoràfica que peligrosa .

T

Page 150: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

21 .3

por . nuestra desgracia hemos visto Íltimamen-

te harto verificada esta verdad en nuestra penàn-

sula , donde una chusma de ministros uno tras

otro , no han hecho sino mirar por sus intereses

particulares , y enriquecerse soberbiamente ¡ ~x-

pensas del pobre pueblo . Decretos para abolir el

estudio del derecho natural , reformas , inÍtiles

dirigidas ¡ aumentar el poder del monarca , y

propias pira obstruir los canales del comercio

de las provincias 9 en fin inmensas sobrecargas

que han empobrecido la nacion mas opulenta ; he

aquà todo el vasto talento de nuestros visires .

á Jovirro , Jgvino ! TÍ solo mereces el homenage

de todo buen espafiol . Nota del que hizo la tra-

duccion impresa en L•ndres el asao 1799 ï

Esto no se

2 2 .3

opone ¡ lo que he dicho ¡ntes enel capàtulo nono del libro segundo acerca de losinconvenientes de los grandes estados ; porqueallà se trataba de la autoridad del gobierno,. so-bre sus miembros, y ahora hablamos de su fuer-za contra los sÍbditos . Sus miembros difundidospor todas partes , le sirven de puntos de apoyopara obrar ¡ lo l†jos sobre el pueblo ; pero noexiste punto ninguno de apoyo para obrar di-

,xectamente sobre estos mismos miembros . De con-siguiente la longitud de la palanca motiva en elun caso la debilidad , y en el otro la fuerza .

23 a

$axo de este mismo principio se debe formarel juicio sobre los siglos que merecen la prefe-rencie por razon de la prosperidad del linagehumano. Ilan sido elogiados con extraordinaria

admiracion aquellos , en que han florecido lasciencias y las artes , sin indagar las causas se-

cretas por que se cultivaron , y sin atender ¡

sus funestos resultados : idque apud iniperitos bu-

snarli{as vocahatur , etl7n pars servitutis esset . ‡No

descrubrirzrnos nunca en las m¡ximas de los li-

Page 151: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

bros el interes grosero que las ha puesto en bo-

ca de sus autores ? Digan estos lo que quieran,

si un pais se despuebla Í pesar de su esplendor,

es visto que no va todo bien ; y no basta que

un poeta tenga veinte mil pesos de renta , para

que su siglo sea el mejor . Se ha de atender mà-

nos Í la quietud aparente y Í la tranquilidad de

los que mandan , que al bien estar de toda la

nacion , y en especial de los estados muy nume-

rosos. La piedra destruye algunas campi¡as ; pe-

ro raras veces ocasiona una hambre general . Las

revoluciones y las guerras civiles sobresaltan mu-

cho Í los magistrados , mas no son la causa de

las verdaderas calamidades de los pueblos , que

pueden sentir algun alivio al mismo tiempo que

se estÍ disputando sobre quien los ha de tirani-

zar. Su prosperidad 6 desgracia real nace de su

estado permanente : qunndo todo queda oprimido

baxo el yugo , entánces se pierde todo , y los

gefes aniquilando al pueblo Í su placer , uLi so-

litudiiicmim faciurat , pecera appellant . En la àpoca

en que las disputas de los Grandes ten•an re-

vuelta la Francia , y el coadjutor de Paris acu-

dia al parlamento con un pu¡al en la faltrique-ra , era numeroso el pueblo frances y vivia fe

liz en una justa libertad . Fn otro tiempo flore-ciï la Grecia rodeada de las mas crueles giler-ras, y el pais abundaba de gente , no obstantelos arroyos de sangre que corrian. Parec•a , di-ce Maquiavelo , que nuestra repáblica iba au-mentando su poder en medio de los asesinatos,proscripciones y guerras civiles ; la virtud, cos-tumbres à independencia de sus ciudadanos eran

Iras poderosas para consolidarlo, que sus disen-siones para debilitarlo . Un tanto de agitacion vi-goriza los esp•ritus , y la libertad hace prospe-rar la especie mucho mas que la paz .

24e a

La formacion lenta y los progresos de la re-páblica de Venecia en aquellos lagos , presentaun exemplo notable de esta sucesion ; y es muy

digno de reparo que los venecianos se encuen-tran aun desde Íntes del a¡o 12oo en el segun-do tàrmino, que principiï en el Serrar di Con-

siglio en i j98. En quanto Í los antiguos duques,sobre que se les reconviene , estÍ probado que

no fuàron soberanos suyos, por mas que lo pre-

tenda el Squitini n Bella liberta veneta.

No faltarÍ quien me objete la repáblica ro-

Page 152: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

mana , diciendo , que siguiÍ un rumbo opuesto

pasando de la monarquàa ¡ la aristocracia, y de

la aristocracia ¡ la democracia ; pero estoy muy

distante de opinar de este modo .

La primera institucion de RÍmulo fuá un go-

bierno mixto, que degenerÍ muy pronto en des-

potismo , y por varias causas particulares pere-

ciÍ el estado antes de tiempo, asà como muere•in reciennacido ¡ntes de haber llegado ¡ la edad

varonil . La expulsion de los Tarquinos fuá la

verde fiera ápoca del nacimiento de la repïblica ;

pero esta no tuvo ¡ los principios una forma

constante . porque se quedÍ la obra ¡ medio ha-

cer , dexando en pàe el patriciado . La aristocra-

cia hereditaria , que es el peor de los gobier-

nos legàtimos , quedÍ con esto en competencia

con la democracia ; la forma de adininistracion,

que era incierta y vaga, no se determinÍ, co-

mo lo ha demostrado Maquiavelo, hasta la crea

clon de los tribunos ; y solo en este tiempo hu-

bo ya un verdadero gobierno y una perfecta

democracia . El pueblo era en efecto entÍnces no

solamente soberano , sino tambien magistrado y

juez ; el senado era un tribunal inferior para

templar Í recotncentrar el gobierno ; y aun los

¡nsules , a pesar de ser patrlcik~s , los primerosmagistrados y generales independientes en la guer_ya , no tenàan en Roma otro car¡cter que el depresidentes del pueblo .

Desde este punto empezÍ el gobierno ¡ tomarsu propension natural , y ¡ declinar ¡ toda pri-sa ¡ la aristocracia. Asà es que como el patri-ciado se extinguiÍ por sà mismo , dexÍ la aris-tocracia de residir en el cuerpo de los patricios,como se halla en Venecia y en Gánova , y pasÍal cuerpo del senado , que se componàa de pa-

tricios y plebeyos, y tambien al cuerpo de lostribunos , quando estos empez¡ron ¡ usurpar elpoder activo ; porque las palabras 110 mudan laesencia de las cosas , y siempre que el pueblotiene gefes , como quiera que se llamen , que ha-cen sus veces en el gobierno , degenera ya este

en aristocracia .

Las guerras civiles y el triunvirato tuviáron

su origen en el abuso de la aristocracia : Syla,

Julio Cásar y Augusto fuáron realrhente unos re=

yes , y el estado se disolviÍ por fin Laxo el

despotismo de Tiberio . La historia romana va de

acuerdo segun esto con mis principios , y los

confirma .

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Ontnes enim et Irabentur et clierintur tyranni,

qui potcstate utu,atur perpetua in ea civitate quae

libertate usa est, Corn, Nep. in Miltiad. Es ciertoque Aristàteles Mor. Nicom. lib . VIII. cap . ro.distingue al tirano del rey , en que el primero

gobierna por su utilidad , y el segundo sola-

mente para la de sus vasallos ; pero Í mas de

que todos los autores griegos han usado gene .

ralmente de la palabra tirano en otro sentido,

corno se ve bien claro en el Rieron de Xenofon-

te , se seguiria de la distincion de Aristàteles,

que aun no ha ex¡stidà en el inundo ni un so,

lo rey.

26 .2

Casi en el mismo sentido que dan Í este nomabre en el parlamento de Inglaterra. La sernejan-

za de estos empleos hubiera motivado la compe-

tencia entre los cànsules y los tribunos , aun

quando se hubiese suspendido toda jurisdiccion .

27a a

Adoptar en los paises frios el luxo y la mo-licie de los orientales, es querer darse sus mis,,

mas cadenas , y someterse Í lanecesariamente que ellos

28 .2

esclavitud mas

Esto es lo que me hahia propuesto hacer en la

continuacion de la presente obra, quando tratando

de las relaciones externas llegase Í las confede-

raciones , materia enteramente nueva , y en laque los principios estan todaváa por sentar .

29ga

Bien entendido que no se separe de el , paraeludir su poder y dispensarse de servir Í la pa-

tria , en el momento que esta le necesite . La fu-ga seria en tal caso criminal y digna de castigo , y

no deberáa llamarse ya separacion, sino desercion .

30,,a

Esto debe entenderse siempre de un estado

libre , porque por otra parte la familia , los

bienes , la falta de asilo , la necesidad y la vio-

lencia pueden retener a un habitante en el paás

contra su voluntad : y entonces su sola perma-

nencia en •l no supone va su consentimiento al

contrato 6 a la violacion de este.

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31 . 2

En Gànova se lee en el frontispicio de lagc¡rceles , y en las cadenas de los galeotes lapalabra : LIBERTAS . Esta aplicacion de la divisaes ingeniosa y etáicta . En efecto los rnalliechoresde todos los estados son los •nicos que impidenal c:-tdadano ser libre . En un pais en que todaslas gentes de esta clase estuviesen en las gale-

ras , se gozaria de la mas perfecta libertad .

3El nombre Roma , que pretenden se deriva de

RJmnulo , es griego y significa fuerza, y el norm-

bre Numa es griego tambien y significa ley . ;Co-

mo puede ser verosÍmil, que los dos primeros

reyes de aquella ciudad hayan tenido de ante-

mano unos nombres tan relativos ¡ lo que des-

pues hich'rpïu ?

33 aDigo al campo de Marte, porque allÍ era don-

de se congregaban los comicios por centurias . Enlas otras - dos formas el pueblo se reuciÍa en elfovuna ¡ en otra parte , y los Capilc ccnsi te-

ltian en aquel tiempo tanta influencia y autori-

dad como los primeros ciudadanos,

34'La centuria sacada de este modo por suerte

se llamaba praero ,,ativa, por quanto era la pri-mera ¡ quien se le pedÍa el voto ; y de aquÍha ve1ido la palabra prerogativa .

35 † aCustodes , diribitores, rogatores su rrgiorrant .

36 .a

Este nombramiento se executaba de noche y

en secreto , como si tuviesen verg‡enza de ha-

cer ¡ un hombre superior ¡ las leyes .

37 † a

3S a

No hago mas que indicar

No hubiera podido prometerse esto , propo-

niendo un dictador, no atreviàndose ¡ nombrarse

¡ sÍ mismo , y no pudiendo estar seguro de que

su colega le nombrarÍa,

en este capÍtulo

lo qu.e he tratado mas largamente en mi carta

¡ M. D'AAlembert .

Page 155: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

39 .

Nonne ea quae possidet Clzamos Deus tuus tibzJure debentur? Tal es el texto de la vulgata.El P. CarriÍres ha traducido : à No creeis vosotros

tener derecho ¡ poseer lo que pertenece ¡ Cantos

vuestro Dios? Ignoro la fuerza del texto hebreo ;mas veo que en la vulgata Jeplitá reconoce po-sitivamente el derecho del Dios Cauros , y que

el traductor frances debilita este reconocimiento

substituyendo el segun vosotros , que no existe

en el texto latino .

4O. a

Es evidente hasta lo sumo que la guerra de

los focianos , llamada guerra sagrada , no lo

era de religion, puesto. que tenia por objeto cas-tigar ¡ los sacr•legos , pero no el someter ¡ losincrádulos .

4I a

Es menester advertir,, que no son tanto las

juntas formales, como las de Francia , las que

reunen la clerec•a en un cuerpo , quanto la co-

munion de las Iglesias . La comunion y la ex-

ïomunion son el pacto social del clero , pacto

por el quai siempre ser¡ el se†or de los pueblds-y de los reyes. Todos los sacerdotes que comu-nican entre s•, son conciudadanos, aunque estándel uno al otro extremo del mundo . Esta inven-cion es una obra maestra de pol•tica : los sacer-

dotes paganos no la conocian, y as• jamas for-m¡ron un cuerpo de Clero .

42 a

En una carta de Grocio ¡ su hermano, fech‡

de ir de abril de 1643 , se puede ver entre otros,

lo que este hombre sabio aprueba y lo que re-

prueba en el libro de Cive . Es verdad que pro-

penso ¡ la indulgencia, parece que perdona al

autor el bien en favor del mal ; pero no todos

son tan clementes .

43 .a

En la repˆblica, dice el M . de A ., cada uno

es pe7fectam.ente libre en quanto no ofende ¡ los

derrras.: lle aqu• los l•mites invariables, que no

pueden ser designado;; con mas exactitud . No he

podido negarme al gusto de citar algunas veces

este manuscrito, aunque desconocido del pt•blico,

para honrar la rneaioria de un hontbie ilustre y

Page 156: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

respetable , que hasta en el ministerio conservÍ

el coxazon de un verdadero ciudadano , y lasideas sanas y rectas sobre el gobierno de su pais.

44-aCàsar perorando por Catilina , intentaba esta-

blecer el dogma de la mortalidad del alma . Ca-ton y Ciceron no se detuviàron en filosofar para

refutarle , y se content¡ron ánicamente con de-

mostrar , que Càsar hablaba como mal ciudada-

no , propagando una doctrina perniciosa al es-tado . En efecto el senado debia juzgar de estoy no de una q•estion teolÍgica .

45 ïEl matrimonio, por exemplo, siendo un con-

trato civil , tiene efectos civiles , sin los que

es imposible que sbbsista' la sociedad . Suponga-

mos que la clerec†a consigue el atribuirse ex-

clusivamente el derc lio de dar el pase ¡ este

acto, derecho que debe usurpar necesariamente

en toda religion intolerante ; ‡ no es claro que

haciendo entÍnces valer ¡ su tiempo la autori-

dad de la Iglesia , ser¡ vana la del pr†ncipe , el

qual no tendr¡ mas vasallos que los que le

quiera dar el clero ? Arbitro de capar d no ca-sar las . gentes , segun que tengan 6 no tenganesta 6 la otra doctrina , segun que admitan 6reprueben tal 6 tal formulario , segur que lessean mas 6 minos adictas ; ‡ no es evidente, queijonduciàndose prudentemente y manteniàndose con

firmeza , dispondr¡ àl solo de las herencias , delos cargos , de los ciudadados, y del estado mis-

mo , que no podr¡ subsistir componiàndose so-

lamente de bastardos ? Se me dir¡ , que entÍnces

se apelar¡ como de un abuso , se emplazar¡ , y

proveer¡ y embargar¡ la autoridad civil . ,Bravo

recurso ! El clero , no dirà , por poco valor que

tenga, sino con un sano juicio, dexar¡ obrar, y

har¡ su negocio. 1\To se opondr¡ ¡ que apelen,

emplazen , provean y embarguen , y sin embar-

go concluir¡ siendo siempre el ¡rbitro . A mi mo-

do de pensar no es un gran sacrificio abandonar

una parte , guando hay seguridad de apoderarse

del todo .

Page 157: ROUSSEAU, Jean Jacques - Principios Del Derecho Politico

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