Rodriguez y Toro - Trabajo N3 Metodologia Cuantitativa

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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE INSTITUTO DE ESTUDIOS AVANZADOS FACULTAD DE HUMANIDADES MAGISTER EN CIENCIAS SOCIALES MENCION ESTUDIOS DE LA SOCIEDAD CIVIL CURSO METODOLOGIA CUANTITATIVA PROFESOR: VICENTE ESPINOZA SEGUNDO SEMESTRE TRABAJO III: Propuesta de Estudio Cuantitativo: Influencia del Aumento de Estudios Superiores en la Población Chilena en la Reducción de los Niveles de Pobreza Extrema. Ps. Felipe Rodríguez Ulloa Ps. José Toro Leyton

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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE

INSTITUTO DE ESTUDIOS AVANZADOS

FACULTAD DE HUMANIDADES

MAGISTER EN CIENCIAS SOCIALES

MENCION ESTUDIOS DE LA SOCIEDAD CIVIL

CURSO METODOLOGIA CUANTITATIVA

PROFESOR: VICENTE ESPINOZA

SEGUNDO SEMESTRE

TRABAJO III:

Propuesta de Estudio Cuantitativo: Influencia del Aumento de Estudios Superiores en

la Población Chilena en la Reducción de los Niveles de Pobreza Extrema.

Ps. Felipe Rodríguez Ulloa

Ps. José Toro Leyton

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Según la última conferencia Mundial sobre la Educación Superior llevada a cabo por la

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

durante el 2009, se reconoce a la educación superior como un factor relevante en la

erradicación de la pobreza y el fomento del desarrollo sostenible, el cual debe ser tomado en

consideración por los gobiernos y reflejado en sus programas educativos (CMES, 2009). En

este sentido, la educación terciaria es considerada como un área a incentivar en políticas

públicas, con el fin de fomentar la movilidad social y servir de herramienta para combatir la

pobreza y la desigualdad (Urzúa, 2012; Améstica, Llinas-Audet y Sánchez, 2014).

En el caso de Chile, la educación ha sufrido varias transformaciones, obteniendo

como principal resultado un aumento considerable en la matrícula en educación superior,

cuadruplicandose el número en los últimos 20 años gracias a un fuerte apoyo financiero del

estado mediante becas y créditos (Urzúa, 2012). Lo anterior, como consecuencia de la

instalación de profundas reformas al orden institucional durante el período de la dictadura

militar, en que se autoriza en 1981 la creación de universidades privadas e instituciones no

universitarias de educación superior, llamadas institutos profesionales o centros de formación

técnica. Todo ello, con el fin de estimular la competencia y aumentar los niveles de matrícula

a lo largo del país (Bernasconi & Rojas, 2004).

El sistema educativo chileno, se conforma por instituciones estatales y privadas de

naturaleza dependiente e independientes, distribuyendo la matrícula total en tres mercados de

educación: Universidades, Institutos profesionales y centros de formación técnica CFT

(Brunner, 2008). Del total de instituciones, un 88% corresponde a la categoría de privadas

independientes y en el caso de los institutos y centros de formación solo funcionan

instituciones privadas independientes (Brunner, 2008).

En lo que respecta a las matrículas, un 24,7% se concentra en las cinco principales

universidades, mientras que en los CFT e institutos las cinco instituciones principales

agrupan un 60,8% y un 65,6% respectivamente, generando dinámicas competitivas diferentes

en cada mercado y aumentando la oferta del sistema en relación a la década del 90,

repercutiendo en un aumento del nivel educacional entre la población adulto-joven (25 y 35

años) que progresivamente se integra al mundo laboral (Brunner, 2008; Urzúa, 2012).

Con la vuelta a la democracia, Chile ha venido implementando un amplio rango de

reformas sociales, siendo la educación, prioridad central para el mejoramiento de la calidad y

el acceso en todos los niveles del sistema. En este sentido, es posible mencionar que durante

la última década, el sistema escolar ha sido capaz de acoger y mantener a muchos más

alumnos que en 1990 (Bitar, 2005). Según los resultados de Espinoza y González (2012),

producto del análisis de información procesada de las bases de Datos CASEN de

MIDEPLAN y en que se seleccionaron los años 1990, 1996 y 2003, es posible concluir un

aumento en el acceso de jóvenes de entre 18 y 24 años, que han accedido alguna vez a la

educación superior. Esto, coincide con informes del Ministerio de Educación sobre la

ampliación de la cobertura, que señalan un aumento en la cantidad de jóvenes cursando

estudios superiores entre los años 1990 y 2003.

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Según Urzúa (2012), es posible identificar que el aumento de personas con estudios

superiores dentro del mundo laboral, podría alterar las condiciones laborales del mercado,

tendiendo a salarios hacia la baja, castigando a estudiantes que provengan de instituciones de

baja calidad. Esto permite generar la interrogante respecto al rol actual que juegan los

estudios superiores en la generación de mejoras económicas en la población y con ello afectar

en la brecha de la pobreza del país.

En Chile se le suele otorgar un valor a los estudios superiores en el mercado laboral y

que suele repercutir en diferencias salariales sustantivas. En el 2009, los grupos de personas

con estudios superiores alcanzaban en promedio un sueldo de 890.503 pesos, siendo un 76%

mayor que el de las personas desertaron del sistema de educación superior, un 185% mayor

de quienes solo poseen educación media y un 278% mayor de quienes no completaron el

sistema de educación media (Urzúa, 2012) demostrando que el mercado laboral dota de

valores distintas en el nivel de ingreso según los niveles educacionales alcanzados.

Así mismo, esto se expresa en relación a cómo en Chile se ha medido la pobreza. A

comienzos de los 90, se consideraba sólo los ingresos per cápita en los hogares para realizar

esta medida. Luego de muchas discusiones, se identificó sus limitaciones para dar cuenta de

la real situación de muchas familias en el país, generando en el 2013, un cambio sustancial.

Se adopta una nueva metodología para dar cuenta de la diversidad de factores que intervienen

en la situación de pobreza, generando así una medida multidimensional (Ministerio de

Desarrollo Social, 2015). La propuesta metodológica que se utilizó, destaca dentro de sus

dimensiones la consideración de la educación como un proceso donde los individuos

adquieren aprendizajes de habilidades que les permite desarrollarse como personas y

desenvolverse en la comunidad (Alkire y Foster, 2007). De esta manera, la relación entre los

niveles educacionales y en especial el poseer estudios superiores, permite pensar en los

cambios actuales en los niveles de pobreza.

Como plantea Urzúa (2012), en la actualidad existen varios estudios que otorgan un

valor positivo al acceso a la educación superior como una fórmula para erradicar la

transmisión generacional de la pobreza. En este sentido, el acceso a un título en la educación

superior estaría fuertemente asociado a obtener retornos económicos positivos. Sapelli (2009)

en esta misma línea, propone que una persona con estudios superiores alcanza en promedio

un 25% más de ingresos que si no tuviera esos estudios, aunque también se ha reconocido

que este retorno positivo tendería a variar en función de la carrera y la institución donde se

obtengan los títulos.

Sin embargo, diversos estudios han dado cuenta de la falta de espacio para desarrollar

especialidades en regiones. Esto, ha generado una constante fuga de estudiantes que migran

hacia la ciudad con el fin de encontrar mayores posibilidades de perfeccionamiento, teniendo

como consecuencia, la generación de zonas de baja capacitación y la reproducción de una

constante centralización. Dicha hipótesis, ha sido confirmada por estudios elaborados por

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González y Rodríguez (2004), quienes plantean una estrecha relación entre la educación y la

probabilidad de migrar.

Por esta razón, el siguiente trabajo se enmarca en el análisis de este proceso,

asumiendo como tesis principal para su desarrollo, que el aumento en el acceso al sistema

de educación superior en Chile, ha influido en la reducción de los niveles de pobreza.

Ello, tomando en cuenta aspectos como la distribución de estudiantes universitarios en el país

y reconociendo como indicadores para su operación metodológica el porcentaje de población

en niveles de pobreza extrema y el porcentaje de personas con estudios superiores.

Bibliografía

Alkire, S. y Foster, J. (2007) Counting and Multidimensional Poverty Measurement . OPHI

Working Paper Series, N° 7.5, OPHI

Améstica, L., Llinas-Audet, X. & Sánchez, I. (2014). Retorno de la Educación Superior en

CHile. Efecto en la Movilidad Social a través del estimador de diferencias en diferencias.

Formación Universitaria. 7 (3), 23-32.

Bitar, S. (2005). Educación nuestra riqueza: Chile educa para el siglo XXI. El Mercurio.

Brunner, J. (2008). El Sistema de Educación Superior en Chile. Un Enfoque de Economía

Política Comparada. Avaliação: Revista da Avaliação da Educação Superior. 13 (2), 451-

486.

Conferencia Mundial sobre la Educación Superior (CMES) (2009). La Nueva Dinámica de la

Educación Superior y la Investigación para el Cambio Social y el Desarrollo. París:

UNESCO. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001832/183277s.pdf

Espinoza Díaz, Ó. E. D., & González, L. E. (2012). Políticas de educación superior en Chile

desde la perspectiva de la equidad. Sociedad y Economía, (22), 69-94.

Sapelli, C. (2009). Los Retornos a la Educación en Chile: Estimaciones por Corte

Transversal y por Cohortes. Universidad Católica de Chile, Instituto de Economía, Oficina

de Publicaciones.

Urzúa, S. (2012). La rentabilidad de la educación superior en Chile.¿.Educación superior

para todos, 111-141.