Ritual de Las Exequias de Un Religioso Sacerdote
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RITUAL DE LAS EXEQUIAS DE UN RELIGIOSO
RITOS INICIALES
Hermanos: Buenos Días.
Nos hemos reunido en torno al altar para celebrar el misterio pascual de Jesucristo, que se
cumple en nuestro hermano OSVALDO IVAN BARRÍA GARCIA, sacerdote franciscano,
cuyo cuerpo acompañamos con veneración y respeto, en esta comunidad eclesial de san
Francisco de la Alameda, lugar donde hasta hace poco ejerció el ministerio de párroco. La
hermana muerte ha visitado a nuestro hermano Osvaldo y lo ha llevado al encuentro con
Cristo. Por eso, esta eucaristía debe ser celebrada en la alegría porque nuestro hermano
Osvaldo planificó su consagración al Señor como hermano franciscano.
Nuestra presencia aquí quiere ser expresión de gratitud al Señor por el don de la
vida religiosa y sacerdotal de su siervo Osvaldo, y suplica con confianza de que participará
en el banquete celeste el que tantas veces presidió la Eucaristía en la tierra.
Los invito a colocarse de pie e iniciemos esta celebración cantando:
CORO:
Saludo del Presidente
Acto Penitencial
CORO: Tú que resucitaste por el poder del Padre: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Tú que nos haces resucitar contigo: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Tú que vas a glorificar nuestro cuerpo: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
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ORACIÓN COLECTA
OREMOS.
TE PEDIMOS, SEÑOR,
QUE TU SIERVO FR. N., SACERDOTE FRANCISCANO,
A QUIEN DURANTE SU VIDA ENCOMENDASTE
EJERCER EL MINISTERIO SAGRADO EN BIEN DE TU IGLESIA,
LLEGUE AHORA A GOZAR ETERNAMENTE DE TU GLORIA
EN LA ASAMBLEA FESTIVA DE TU REINO.
POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
LITURGIA DE LA PALABRA
1ª Lectura:
Animador: Los invito a sentarse…
Queridos hermanos y hermanas: Dialoguemos con Dios por medio de su palabra y
acojamos, con esperanza y alegría, el mensaje de vida eterna. Escuchemos con atención.
1ª. Lectura (2 Cor 4, 14-5,1.):
Salmo Responsorial 22: El Señor es mi pastor… (Coro)
A: Los invito a ponerse de pie y recibir esta Buena Noticia cantando el Aleluya
Evangelio. (Jn 14,1-6)
HOMILÍA (hno. Ministro). Desde la Sede.
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ORACIÓN UNIVERSAL
Para un hermano sacerdote:
Ministro: Hermanos: Invoquemos a Dios, Padre de todos, que nos reúne para
celebrar el misterio pascual de la muerte y resurrección de su Hijo Unigénito,
para que conceda la felicidad de su reino a los que ha llamado a la vida eterna,
y a nosotros nos dé el deseo de las bienes del cielo.
1. Por la santa Iglesia: para que anuncie a todos los hombres el mensaje de la
resurrección de Cristo, como prenda de resurrección y vida nueva para todos.
Roguemos al Señor.
2. Por los pastores de la Iglesia: para que sean testigos de la vida eterna en medio de su
pueblo.
3. Por nuestro hermano Osvaldo, religioso franciscano, que ejerció en la tierra el
ministerio sacerdotal: para que participe en la liturgia del cielo. Roguemos al Señor.
4. Por los cristianos, hijos de la Iglesia: para que se revistan de misericordia y se amen
con caridad fraterna. Roguemos al Señor.
5. Por los enfermos y por todos los que sufren: para que se sientan fortalecidos en su
debilidad por el poder del Espíritu. Roguemos al Señor.
6. Por todos los fieles difuntos, especialmente los hermanos franciscanos que reposan
en este templo: para que el Señor los admita en la luz de su presencia. Roguemos al
Señor.
7. Por todos nosotros: para que un día seamos congregados en el reino glorioso de
Cristo. Roguemos al Señor.
8. Por todos los agentes pastorales con quienes trabajó nuestro hermano Osvaldo: que
su testimonio les anime y acreciente su fe en el Señor Jesús, los consuele con la
esperanza en la vida eterna y los mueva a la caridad con los más pobres. Roguemos
al Señor.
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OH DIOS, QUE AMAS LO QUE HAS CREADO Y TODO LO LAS
DESTINADO A LA VIDA, ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES Y
HAZ QUE LOS NOMBRES DE AQUELLOS POR QUIENES HEMOS
ORADO, Y LOS DE TODOS TUS FIELES, ESTÉN INSCRITOS EN EL
LIBRO DE LA VIDA. POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR.
R./ AMÉN.
LITURGIA EUCARÍSTICA.
A: Los invito a tomar asiento.
La Palabra celebrada y acogida se hace signo en el pan y el vino que ahora presentamos.
Junto con estos simples dones coloquemos en la patena toda nuestra vida, nuestra
existencia, la vida de nuestro hermano Osvaldo, quien también se ofreció como hostia viva
en su vida cristiana en este altar, donde no solo presidió tantas veces la Eucaristía, sino
también donde firmó su profesión como religioso franciscano... Acompañemos este
momento cantando:
CORO:
Oración sobre las ofrendas
TE SUPLICAMOS, DIOS TODOPODEROSO, QUE POR ESTE
SACRIFICIO
NUESTRO HERMANO N., SACERDOTE FRANCISCANO,
LLEGUE A DISFRUTAR A PLENA LUZ LOS MISTERIOS
QUE ADMINISTRÓ EN LA FE MIENTRAS VIVÍA.
POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR.
PLEGARIA EUCARÍSTICA III.
COMUNIÓN
Animador:
Francisco se maravillaba al contemplar el milagro eucarístico en donde Dios-todopoderoso
baja hasta nosotros por manos del sacerdote en los humildes signos del pan y del vino. Es
en esta comida donde Cristo se hace presente para caminar junto con nosotros..
Acerquémonos a esta mesa fraterna a formar un solo cuerpo con Jesús.
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CORO (de acuerdo al tiempo que dura la procesión para la comunión)
Oración después de la comunión
DESPUÉS DE RECIBIR LOS SACRAMENTOS DE LA SALVACIÓN,
TE PEDIMOS HUMILDEMENTE, SEÑOR,
QUE NUESTRO HERMANO N., SACERDOTE FRANCISCANO,
A QUIEN HICISTE EN ESTE MUNDO ADMINISTRADOR DE TUS
MISTERIOS,
PUEDA GOZARLOS EN SU PLENITUD
EN LA REALIDAD DE LA GLORIA.
POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR.
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ÚLTIMO ADIOS AL CUERPO DEL DIFUNTO
A: Ahora, como Iglesia vamos a decir adiós a nuestro hermano. Invito a los frailes que nos
acerquemos a los restos del hermano… (pausa)
Antes de entregar a la tierra, de donde fue formado el cuerpo de nuestro
hermano Osvaldo, sacerdote franciscano, despidámoslo de él con un último
gesto de respeto y de veneración.
Hecho templo vivo de Dios por el bautismo y consagrado por la profesión
religiosa, participó después en el sacerdocio de Jesucristo por el sacramento
del orden. Sus manos fueron entonces ungidas para bendecir y perdonar. Sus
labios destinados a predicar el Evangelio, y su corazón a acoger paternalmente
a todos los hombres.
Este último adiós está marcado, pues, por la gratitud y el reconocimiento hacia
una vida sacerdotal gastada en el servicio de Dios y de la Iglesia.
Que nuestra oración encomiende a Osvaldo, en las manos del Padre celestial,
con la intercesión de María, la Madre del señor y de los santos pastores.
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INCENSACIÓN Y ASPERSIÓN DEL CUERPO
No temas, hermano Osvaldo, Cristo murió por ti y en su resurrección fuiste
salvado. El Señor te protegió durante tu vida; por ello, esperamos que también
te librará, en el último día, de la muerte que acabas de sufrir. Por el bautismo,
fuiste hecho miembro de Cristo resucitado: el agua que ahora derramaremos
sobre tu cuerpo nos lo recordará. Dios te dio su Espíritu Santo, que consagró
tu cuerpo como templo suyo; el incienso con que perfumaremos tus despojos
será símbolo de tu dignidad de Templo de Dios y acrecentará en nosotros la
esperanza de que este mismo cuerpo, llamado a ser piedra viva del templo
eterno de Dios, resucitará gloriosamente como el de Jesucristo.
(El hermano Ministro asperja el cuerpo y después lo inciensa)
CORO: Que el Padre, que te invitó
A comer la carne inmaculada de su Hijo,
Te admita ahora en la mesa de su reino.
R. Y yo le resucitaré
Que Cristo, vid verdadera,
En quien fuiste injertado por el bautismo,
Te haga participar ahora de su vida gloriosa.
R. Y yo le resucitaré….
Que el Espíritu de Dios,
Con cuyo fuego ardiente fuiste madurado
Revista tu cuerpo de inmortalidad.
R. Y yo le resucitaré…
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PROCESION DE SALIDA
A: Ahora llevaremos el cuerpo de nuestro hermano Osvaldo al lugar en donde reposan
otros hermanos esperando la resurrección. Acompañamos desde nuestros puestos con el
canto:
CORO:
El hermano Ministro con otros hermanos desciende a la cripta del templo de san
Francisco.
Oremos.
Señor Jesucristo,
que al descansar tres días en el sepulcro
santificaste la tumba de los que creen en ti,
de tal forma que la sepultura
no sólo sirviera para enterrar el cuerpo,
sino también para acrecentar
nuestra esperanza en la resurrección
[dígnate ben+decir esta tumba y]
concede a nuestro hermano Osvaldo, religioso franciscano,
descansar aquí de sus fatigas,
durmiendo en la paz de este sepulcro,
hasta el día en que tú,
que eres la Resurrección y la Vida,
lo resucites y lo ilumines
con la contemplación de tu rostro glorioso.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
A tus manos, Padre de Bondad,
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encomendamos el alma
de nuestro hermano Osvaldo,
con la firme esperanza
de que resucitará en el último día,
con todos los que han muerto en Cristo.
te damos gracias
por todos los dones con que lo enriqueciste
a lo largo de su vida;
en ellos reconocemos un signo de tu amor
y de la comunión de los santos.
Dios de misericordia,
acoge las oraciones que te presentamos
por este hermano nuestro
que acaba de dejarnos
y ábrele las puertas de tu mansión.
Y a sus familiares y amigos,
y a todos nosotros,
los que hemos quedado en este mundo,
concédenos saber consolarnos con palabras de fe,
hasta que también nos llegue el momento
de volver a reunirnos con él,
junto a ti, en el gozo de tu reino eterno.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
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M. Al paraíso te lleven los ángeles,
A tu llegada te reciban los mártires
Y te introduzcan en la ciudad santa de Jerusalén.
Que el coro de los ángeles te reciba,
Y junto con Lázaro, pobre en otro tiempo,
Goces del descanso eterno.
Dice el Señor: Yo soy la Resurrección y la vida;
Quien cree en mí, aunque muera, vivirá;
Y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás.
Dale, Señor, el descanso eterno
Y brille para él la luz de la eternidad
Después, se coloca el cuerpo en el sepulcro: puede entonarse un canto apropiado que haga
referencia a la esperanza de la resurrección. Después, el que hermano Ministro, termina la
celebración con la bendición.
Bendición final
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. El Dios de todo consuelo,
que con amor inefable creó al hombre
y, en la resurrección de su Hijo,
ha dado a los creyentes la esperanza de resucitar,
derrame sobre ustedes su bendición.
R. Amén.
V. Él conceda el perón de toda culpa
a los que viven aun en este mundo,
y otorgue a los que han muerto el lugar de la luz y de la paz.
R. Amén.
V. Y a todos les conceda
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vivir eternamente felices con Cristo,
al que proclamamos resucitado de entre los muertos.
R. Amén.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu santo,
descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.
R. Amén.
V. Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.
CORO Canto final: