Las exequias

55

description

Presentación en el X Encuentro Nacional de Pastoral de la Salud, Toluca Edo. de Mex. Sep. 2010

Transcript of Las exequias

1. LA SOCIEDAD Y LA MUERTE

LAS ACTITUDES DE DOS

SOCIEDADES

SOCIEDAD TRADICIONAL

Y RURAL

SOCIEDAD MODERNA Y

URBANA

a) ¿Cómo se sale a la muerte?

El hombre vive su propia

muerte y se prepara a ella.

Se le oculta su propia

muerte y se le frustra de ella.

b) ¿En dónde muere a menudo?

En casa rodeado de sus familiares y en la mediada de posible asistido con los sacramentos.

Muere solo en un hospital

rodeado de aparatos, en

ocasiones asistido.

c) Después de la muerte ¿dónde

permanece?

En su casa entre 24 horas

y hasta dos días.

No regresa a casa, no hay

espacio. En un velatorio.

d) La procesión o cortejo fúnebre

Se buscaba honrar al difunto, en medio de oraciones y cantos.

En el siglo de la velocidad no se permite la lentitud del cortejo fúnebre y el recogimiento.

e) El luto familiar

Se guarda por un tiempo y se manifiesta en vestidura o signos.

Se esta desapareciendo

de la sociedad.

a) El Rito:

Cuando el

cristiano está

para

morir, recibe la

eucaristía que

para él es

prenda de

resurrección.

Luego un presbítero o un diácono lee la

narración de la Pasión seguida inmediatamente

del canto del salmo 113, que es el salmo

pascual de la liberación y del ingreso en la tierra

prometida.

Una vez llegado el deceso y ultimada la composición

del cadáver, se canta el salmo 96.

El cuerpo del difunto es llevado a la Iglesia donde no se celebra la

Eucaristía sino un oficio que prevé la recitación de algunos salmos y

responsorios y algunas lecturas del libro de Job. En particular se canta el

salmo 41 que expresa el deseo de ser admitido a la presencia de Dios y

el salmo 4 que es una plegaria colmada de fe en la protección del

Señor.

Después, el difunto es acompañado, siempre

en procesión, al lugar de la sepultura: durante

el trayecto se canta el salmo 14 y el salmo 50.

b)Puntos teológicos del ritual

1º Tiene un

carácter

evidentemente

pascual

2º La comunidad

cristiana

acompaña todo

el hombre –

cuerpo y alma-

en su último

viaje.

Es una celebración difícil por la intervención

de múltiples factores, así como por el

desconocimiento o la no comprensión, en su

verdadero sentido, del Ritual de las Exequias

(RE).

b) Dos consecuencias

1ª Nuestro destino son las

manos del Padre celestial.

2ª El cristiano muere

rodeado de la comunidad.

El difunto:

• Por el bautismo fue

marcado por la

Santísima Trinidad y

se convirtió en

templo del Espíritu

Santo, por lo que se

debe de respetar el

cuerpo y sitio donde

se descansa.

• Es muy expresivo el

que la comunidad

terrenal se reúna en

torno a cuerpo del

difunto, acompañán

dolo y orando por él.

Pudiéramos decir

que, es su último

derecho como

bautizado.

La comunidad:

• La comunidad a la

que pertenece lo

coloca en un lugar

preferente, ante el

altar, ora por él y

celebra, si es

posible, la Eucaristía

y lo encomienda a la

Iglesia celeste.

• Los sacerdotes

deben guiar a la

comunidad para que

ésta tome

conciencia de su

papel en el

ministerio del

consuelo y conozca

el sentido de la

muerte de la

persona cristiana.

• La fe de la

comunidad cristiana

en la resurrección

de los muertos dará

apoyo y fuerzas a

los que sufren la

perdida de una

persona.

• El principal

compromiso de la

comunidad en el

misterio del

consuelo se expresa

en su participación

activa en la

celebración de los

ritos exequiales.

• Durante la

celebración, tanto

los cantos y las

oraciones, las

lectura y las

explicaciones, nos

conducen a una

visión profunda del

la muerte cristiana.

Las campanas:

Cuando “tocan a

muerto” “o dobles”

nos comunica el

dolor de una familia

o de una parroquia

que pide oración y

convoca a la

comunidad.

La cruz:

Es el símbolo cristiano

por excelencia, al

recordarnos la

muerte salvadora de

Cristo, en la que el

difunto participa.

El cirio pascual:

dirige la atención hacia

la Resurrección del

Señor.

El vestido:

Es oportuno colocar

algún signo cristiano

sobre el féretro.

Las flores:

Preséntense con

discreción, expresió

n de afecto y de

esperanza.

Libro I.

Es de gran utilidad pastoral

Es un elenco de

propuestas y

momentos de

encuentros de

oración que se

pueden ofrecer a la

familia, o a una

comunidad,

alrededor de una

persona que ha

muerto.

Esquema:

En el momento de expirar.

Al colocar el cadáver en el ataúd.

Oraciones para antes de las exequias con cinco formularios distintos

La vigilia comunitaria de oración por el difunto (es una celebración de la Palabra).

Indicaciones para la Liturgia de las Horas en el día de la muerte y del entierro con su Lectura breve y Preces o Intercesiones apropiadas.

Finalmente, el traslado y recepción de un difunto en la iglesia

Libro II

Este libro presenta el rito de las exequias cuando en las mismas participa una asamblea que puede intervenir con canto, porque es la manera más expresiva y tradicional de celebrar la muerte cristiana

Esquema:

Estación en la casa del difunto.

Procesión a la iglesia.

Estación en la iglesia.

Misa exequial o Liturgia de la Palabra.

Procesión al cementerio.

Y el último adiós al cuerpo del difunto.

Apéndices

Textos diversos: Salmos y respuestas, Responsorios, Oraciones, Formularios para la plegaria universal, etc.

Ordinario de la Misa.

Bendición del agua.

Preces en el cementerio y bendición del sepulcro.

Esquema de lecturas.

Leccionario de las Misas de difuntos adultos, niños bautizados y no bautizados.

Cinco guías de homilías exequiales.

Cantos para las exequias.

Tres signos:

Las procesiones: Ojala que en los pueblos y comunidades religiosas esto pueda conservarse, ya que en las ciudades es muy difícil o imposible.

La aspersión: es un recuerdo expresivo del Bautismo. Este cristiano que ha fallecido inició su vida en Cristo siendo bautizado en la iglesia. Allí empezó su historia de salvación. Ahora termina su camino terreno y empieza el definitivo, para el que estaba destinado desde el Bautismo.

La incensación: se hace después de la aspersión, dando una segunda vuelta en torno al féretro, con la que se honra el cuerpo del difunto, templo del Espíritu Santo.

Nuestros fieles

conservan la buena

costumbre, después

de haber dado

sepultura o

incinerado a su

difunto, de hacer

nueve o al menos,

un triduo de actos

de culto.

Terminan el novenario

y recogen la cruz

que trazaron con

ceniza o cal en la

habitación del

difunto y la llevan al

cementerio. En

agradecimiento a las

personas que los

acompañaron les

ofrecen un convivio.

Es notable la veneración de los difuntos mediante la visita a los cementerios o a las criptas de la iglesia sobre todo el 10 de mayo (día de las madres) y en los días 1 y 2 de noviembre: celebraciones de la Solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos.

La inhumación. Inhumar significa convertir, enterrar, introducir bajo tierra (de “humus”, tierra). Es el rito cristiano que, tradicionalmente, se ha considerado más conforme con la fe en la resurrección de los cuerpos. Enterrar a un difunto tiene el digno significado de volver a la tierra, en sintonía con Cristo en el sepulcro, como signo del descanso final, para esperar la resurrección, signo del triunfo pleno en el Señor Resucitado.

La incineración. Incinerar significa convertir en cenizas, quemar, y se aplica, oportunamente, a la cremación de los cadáveres. En el caso de la cremación, si se entierra la urna con las cenizas o se coloca en los pequeños nichos o columbarios, se manifiestan también los valores del regreso a la tierra, del descanso, de la espera de la resurrección, que son como punto de referencia para la familia.

Conclusiones:

Conclusiones

Conclusiones

Para compartir en grupos

Como agentes de la Psa. ¿Qué

necesitamos nosotros para celebrar y

vivir mejor las exequias?

¿Qué podemos hacer para ayudar a los

que están en duelo a aprovechar la

riqueza que ofrecen las exequias?

¿Qué dificultares encuentra el sacerdote

principalmente en las celebraciones de

las exequias?