Richard Baxter - Una Invitacin a Vivir

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  • 8/14/2019 Richard Baxter - Una Invitacin a Vivir

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    Iglesia Bautista de la GraciaAR

    INDEPENDIENTE Y PARTICULAR

    Calle Alamos No.351Colonia Ampliacin Vicente Villada

    CD. Netzahualcyotl, Estado de Mxico

    CP 57710

    Telefono: (5) 793-0216

    1 Cor. 1:23 Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado...

    Una Invitacin a Vivir

    Richard Baxter(Un resumen del famoso libro publicado originalmente en 1658)

    Copyright, Derechos Reservados para la traduccin al espaol.

    IMPRESO EN MEXICO 1998

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    INTRODUCCION

    En este libro deseo llamar la atencin a un solo texto en la Escritura. El textoviene del Antiguo Testamento y form parte del mensaje dado por Dios alprofeta Ezequiel, para ser entregado al pueblo de Israel. Esto es lo que Dios ledijo:

    Diles: Vivo yo, dice Jehov el Seor, que no quiero la muerte del impo,

    sino que se vuelva el impo de su camino, y que viva. Volveos, volveos devuestros malos caminos; Porqu moriris, oh casa de Israel? (Ezequiel 33:11)Todo lo que tengo que decir en este libro, est basado en estas palabras, las

    cuales forman un resumen exacto del espritu del evangelio cristiano. Comorespuesta le pido que haga tres cosas: Primero, lea este libro seria ycuidadosamente. Segundo, mientras que lo lee, piense seriamente acerca de loque est leyendo. Pida a Dios que abra sus ojos para ver la verdad de su Palabra,y que le conceda toda la ayuda necesaria para entenderla y obedecerla. Tercero,cuando est convencido de su necesidad y del remedio que Dios ha provisto,obedezca su llamamiento y vulvase a El de todo corazn.

    Pudiera ser que muchos de los que lean las pginas de este libro sigan igualcomo antes; descuidados, ignorantes, mundanos e impos. Si as sucede,

    entonces todo lo que puedo hacer es recordarles las palabras de Cristo cuandodijo que son pocos (Mat.7:14) los que encuentran el camino que conduce a lavida. Cuando usted haya ledo estas pginas, habr terminado con usted. Pero,a menos que sea convertido, el pecado no habr terminado con usted, tampocoel diablo habr terminado con usted, y mucho menos Dios habr terminado conusted. Al contrario, usted ser uno de aquellos que sern: Castigados de eternaperdicin, excluidos de la presencia del Seor y de la gloria de su poder (2Tes.1:9).

    Escribo como uno que pronto estar en otro mundo y que sabe que prontousted tambin estar ah. Si usted quiere encontrarse conmigo en la presenciaconsoladora de nuestro Hacedor; si quiere ser recibido en la gloria eterna deDios y escapar de los tormentos eternos del infierno, le ruego que escuche loque Dios le est diciendo, obedezca su llamamiento, vulvase a El y viva. Siusted se rehusa, invoco a Dios como testigo de que le advert y de que ustedser condenado, no debido a que no fuera llamado a volverse y vivir, sinodebido a que usted no quiso hacerlo.

    1. LA LETRA DE LA LEY

    Probablemente le sorprender a usted, como a m en otro tiempo, leer loque la Biblia dice acerca de cun poca gente ir al cielo al momento de lamuerte. Podra sorprenderle an mas descubrir que an de aquellos que hanescuchado el Evangelio, la mayora quedar excluida del cielo y pasar la eternidaden el infierno. Por supuesto, hay muchos que se niegan a creer esto, porque

    rechazan las enseanzas de la Biblia, pero algn da se vern forzados aexperimentar esta verdad. Aquellos que creen esto solo pueden clamar con elapstol Pablo: Oh profundidad de las riquezas de la sabidura y de la ciencia deDios! Cun incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos!(Rom.11:33).

    El pensamiento de que la mayora de la humanidad pasar la eternidad en elinfierno de inmediato levanta la importantsima pregunta Porqu? Quin esresponsable por esta espantosa catstrofe? Cuando algo malo sucedeinstintivamente deseamos saber la causa o el porqu. En el caso de algopecaminoso, nuestros instintos en favor de la justicia nos impulsan a buscar al

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    culpable, de manera que pueda cargar la vergenza y el castigo que merece. Sinos encontrsemos con el cadver de una persona asesinada, desearamossaber quien la asesin. Si deliberadamente una ciudad fuese incendiada,desearamos que el piromanitico fuese llevado a juicio. Entonces cuando leemosacerca de millones de almas sufriendo para siempre en los tormentos del infierno,seguramente querramos preguntar quien es el responsable. Quin sera tancruel como para causar tal cosa? Quin tiene la culpa?

    Muchas personas responderan que el diablo es el responsable. Hay un sentidoen que esto es cierto, pero el diablo no es la causa principal. Tambin es ciertoque el infierno es el castigo del pecado y que es el diablo quien tienta a loshombres a pecar, pero l no les forza a pecar. Ms bien, deja a la voluntad deellos el resistir o ceder ante la tentacin. El diablo no lleva al hombre a lasposesiones de otro y lo forza a robarlas; ni tampoco le secuestra cada domingopara que no asista a escuchar la Palabra; ni tampoco obliga a su mente a nopensar en los asuntos espirituales. La persona misma escoge actuar en la maneraen que lo hace. Pero si el diablo no es la causa principal del pecado de unapersona, entonces Quin es? Existen solamente dos posibilidades; Dios o lapersona misma es el culpable. Pero Dios especficamente rechaza todaresponsabilidad en el asunto, y normalmente los pecadores hacen lo mismo.

    Este es el asunto que voy a tratar al examinar las palabras registradas por elprofeta Ezequiel.ES DIOS EL CULPABLE?Este mismo argumento, Dios diciendo que el pueblo fue culpable y ellos

    diciendo que fue El, surgi antes en el libro de Ezequiel cuando el pueblo sequej de que no es recto el camino del Seor (Ez.18:25). En el captulo 33versculo 10 dijeron en esencia lo mismo: Nuestras rebeliones y nuestrospecados estn sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; Cmo,pues, viviremos? En efecto ellos estaban diciendo, Si nuestros pecados estnarruinando nuestras vidas y condenndonos para toda la eternidad, Cmopuede ser culpa de nosotros? Pero Dios deja claro que El no es responsable.An mas, les muestra como usar los medios que El ha provisto para que seansalvos de su terrible situacin. Tambin les dice que si se niegan a hacer lo queEl manda, entonces la culpa les pertenecer a ellos y El no vacilar en juzgarlesy castigarlos. Por otra parte, ellos no tienen ni autoridad, ni sabidura, niimparcialidad para juzgarse a s mismos, mucho menos para juzgar a Dios. Anmas, discutir con Dios, y quejarse de lo que El hace, no har nada para salvarlesde la ejecucin de su justicia. En las palabras del versculo que vamos a examinar(Ez.33:11), Dios hace dos cosas.

    Primero, El se declara libre de cualquier culpa respecto de la destruccineterna de los impos. Esto lo hace, no anulando su ley, la cual declara que losimpos sern destruidos, ni evadiendo la responsabilidad de ejecutar su ley, nitampoco dando a los pecadores una esperanza de que su ley no ser ejecutada.

    Ms bien, El deja claro que su placer descansa, no en que sean destruidos sinoen que se vuelvan a El a fin de que tengan vida eterna.Segundo, no solo manda expresamente a los impos a que se vuelvan a El,

    sino que an condesciende a razonar sobre el asunto con ellos. Esto lo hacepara convencerlos de que El no es culpable, y de que al rechazar susmandamientos ellos mismos se hacen culpables. En otras palabras, Dios lesdice que si los pecadores mueren en sus pecados es porque ellos deciden morirde esa manera.

    Esto es a grandes rasgos lo que Dios est diciendo en este versculo el cualforma la base de este libro. Al examinarlo ms detalladamente, descubrimos

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    siete grandes verdades o principios.1. Es una ley inmutable de Dios que el impo tiene que volverse de su camino

    de impiedad o ser condenado.2. Dios promete que si el impo se vuelve, entonces recibir vida eterna.3. Dios se complace en la conversin y salvacin de los hombres, no en su

    muerte o condenacin; El prefiere que se vuelvan a El y vivan y no que sigan ensu impiedad y mueran.

    4. Dios se ocupa tanto de que los hombres no cuestionen estas verdadesque las confirma solemnemente con un juramento.5. Dios est tan deseoso de la conversin de los pecadores que repite y

    enfatiza su llamamiento a ellos, que se vuelvan y vivan.6. Dios condesciende a razonar el caso con los impos y les pregunta: Porqu

    moriris?7. Si despus de todo esto los impos se niegan a volverse, no es culpa de

    Dios si perecen, sino que es culpa de ellos. Su propia obstinacin viene a ser lacausa de su propia maldicin; son condenados porque esto es lo que escogieron.

    Estas siete verdades o principios sern destacados mientras que examinamoscon detalle la declaracin de Dios al profeta Ezequiel. Estos principios permanecentan firmemente ahora, como lo estuvieron cuando Dios los pronunci por vez

    primera a su siervo.LA BIBLIA NOS LO DICEEl primero de estos siete grandes principios es lo siguiente: Es una ley

    inmutable de Dios que el impo debe volverse de su camino de impiedad o sercondenado para siempre.

    La palabra de Dios lo deja tan claro como el cristal que el pecador tiene unade dos opciones: La conversin o la condenacin. Para muchas personas lesresulta difcil creer que esto sea cierto o justo, pero no es sorprendente que lospecadores quieran discutir contra la ley de Dios. No hay muchas personas queestn dispuestas a creer que estn equivocadas en sus creencias, y an menosaceptarn la verdad si representa una desventaja para ellos.

    Pero discutir con la ley no salvar al criminal. Si no fuera as, por cadahombre que se sometiera voluntariamente a la ley, cien hombres discutirancon ella a fin de escapar. Los hombres prefieren dar razones por las cuales nodeberan ser castigados, mas que escuchar las razones y las decisiones deaquellos que son responsables de administrar la ley. Pero las leyes son hechaspara regir y juzgar, no para ser juzgadas. Puesto que as es el asunto Existealguien tan ciego como para cuestionar la justicia de esta ley de Dios? -que losimpos tienen que volverse de su impiedad o sern condenados. Djeme darlealgunas evidencias tanto de su veracidad como de su justicia.

    Primero, si usted duda si sea una ley de Dios o no, en seguida citar unascuantas declaraciones de entre cientos de la Biblia, que deberan dejar claroque es as.

    Jess dijo: De cierto os digo que si no os volvis y os hacis como nios,no entraris en el reino de los cielos (Mat.18:3). En otra ocasin dijo: Decierto de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reinode Dios (Jn.3:3). Otro escritor del Nuevo Testamento dijo: Seguid la santidad,sin la cual nadie ver al Seor (Heb.12:14). En Romanos 8:8 el apstol Pabloescribi: Los que viven segun la carne [carne significa su naturalezapecaminosa] no pueden agradar a Dios.

    Estas palabras son tan claras que no necesitan ninguna explicacin, nitampoco necesito citar otros textos que dicen lo mismo. Si usted cree que laBiblia es la Palabra de Dios, entonces aqu hay suficiente evidencia de que los

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    impos deberan ser convertidos o condenados. Si usted niega la verdad deesas declaraciones, est negndose a creer lo que Dios ha dicho; y si este es elcaso, hay muy poca esperanza para usted; usted ya est en el camino hacia elinfierno.

    Esto le parece muy fuerte? En realidad no hay otra alternativa si usted lellama a Dios mentiroso. Y an mas, si usted le llama a Dios mentiroso en sucara, no le puede echar la culpa si El ya no le da ms advertencias y le abandona

    como sin esperanza. Porqu debera seguir advirtindole Dios si ustedobstinadamente se niega a creerle? Probablemente usted no le creera a Dios siEl mandara un ngel del cielo para hablarle. Despus de todo, un ngel solopuede hablar la palabra de Dios, y se nos dice especficamente que, si un hombreo un ngel predica algo diferente de la palabra de Dios, que sea anatema(condenado eternamente al infierno). (Gal.1:8) No obstante, deberamos creeral Seor Jesucristo quien vino del cielo y nos trajo la Palabra de Dios antes quecreer cualquier ngel. Si no podemos creer a Cristo, entonces tampoco podemoscreer a todos sus ngeles del cielo. Y si esta es la posicin que usted sostiene,algn da Dios le har escuchar en una manera ms convincente. El le ruegaahora a que escuche la voz de su Evangelio, pero si no quiere escuchar, algnda le forzar a escuchar la voz de su juicio. Nada que yo pueda decir le har

    creer la palabra de Dios en contra de su voluntad, pero si se niega a hacerlo,Dios algn da le har sufrir an en contra de su voluntad.ENGAO PELIGROSOPero porqu no quiere creer la Palabra de Dios la cual le dice que los impos

    deben ser o convertidos o condenados? Yo s porque! Es porque usted piensaque es muy improbable que Dios dijera tal cosa. Usted piensa que sera cruelcondenar al hombre eternamente por causa de unos cuantos aos de vidapecaminosa. Pero usted est equivocado! La Biblia dice respecto a Dios queTodas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos (Dan.4:37).

    Segundo, esto nos conduce a ver que Dios es perfectamente justo alcondenar a los pecadores. Seguramente usted no se atrevera a negar que elalma inmortal del hombre debera ser gobernada por leyes que prometen o unarecompensa inmortal o un castigo eterno? Si esto no fuera as, entonces lasleyes que gobiernan las almas de los hombres ya no seran apropiadas porquetrataran solo con asuntos temporales. Nuestras almas son inmortales y tienenque ser gobernadas por leyes que tratan con nosotros en trminos eternos yno simplemente en trminos temporales. Cuando las leyes que tratan con seriasofensas criminales prescriben penas de 100 aos de prisin, seran apropiadasen el sentido de que alcanzan la totalidad del tiempo de la vida humana; pero siel hombre alcanzara 800 o 900 aos de edad, ya no seran apropiadas. En talcaso el criminal convicto podra estar preso 100 aos y despus disfrutar cientosde aos de vida sin castigo. Exactamente el mismo principio es aplicable aqu:Las leyes que gobiernan almas eternas tienen que tratar con ellas en trminos

    igualmente eternos. Los hombres aceptan con felicidad que la promesa divinadel cielo habla de algo que es eterno; Entonces porque han de dudar que laadvertencia divina acerca del infierno habla de algo que tambin es igualmenteeterno? (Vea Mat.25:46.) Cuando lee en la palabra de Dios que as es, Piensausted que est cualificado para estar en desacuerdo? Est usted dispuesto aacusar a su Hacedor de mentir? Est usted tan engredo para sentarse a

    juzgar a Dios? Es usted ms sabio y ms justo que El? Tiene que acudir austed el Dios del cielo para obtener sabidura? Puede Aqul quien esinfinitamente sabio aprender de su necedad? Puede Aqul que es infinitamentepuro ser corregido por alguien que no puede ni siquiera mantenerse limpio por

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    una hora? Debera el Todopoderoso ser juzgado por un gusano? Cunta neciaarrogancia! Esto es como un topo o un pedazo de tierra, o un montn deestircol acusara al sol de ser oscuro, como si fuera capaz de iluminar mejor almundo.

    Dnde estaba usted cuando Dios hizo las leyes por las cuales El gobiernael universo? Porqu no le pidi a usted ayuda? Porque El hizo estas cosasantes de que usted naciera y de todas maneras no necesitaba que alguien le

    diera consejos. Usted lleg al mundo demasiado tarde para cambiar las leyes deDios. Quizs usted piensa que si usted hubiera estado vivo en ese tiempo, quehabra detenido a Adn de la pena de muerte a causa de su pecado. Quizsusted habra contradicho a Moiss y a los otros escritores del Antiguo Testa-mento. Quizs se hubiera atrevido a contradecir a Jess mismo, o habraarreglado las cosas para que Cristo no hubiera tenido que venir, ni morir en latierra. Y qu har si Dios llega al fin de su paciencia con usted y le quita supoder que le sostiene vivo y le deja caer en el infierno, mientras que usted estdiscutiendo con su Palabra y jugando con sus ideas ridculas? Entonces creerque hay infierno?

    LA PECAMINOSIDAD DEL PECADOHay muchas otras razones bblicas para creer en la realidad del infierno. Por

    ejemplo, si el pecado es una cosa tan mala que se necesitaba la muerte deCristo el Hijo de Dios para tratar con l, seguramente merece el castigo eternode los pecadores. Adems, como la Biblia ensea, los pecados de los demoniosmerecen el tormento eterno, Porqu no los pecados de los hombres?Seguramente usted se da cuenta de que no es posible, an para los mejoreshombres, ser jueces competentes del justo castigo del pecado. Hay por lomenos seis cosas que uno debera saber antes de que pudiera entender cunmalo es el pecado: El valor verdadero del alma, el cual el pecado deforma; laverdadera naturaleza de la santidad, la cual el pecado destruye; la verdaderanaturaleza y excelencia de la ley de Dios, la cual el pecado transgrede; laverdadera naturaleza de la gloria de Dios, la cual el pecado menosprecia; elverdadero carcter y el propsito de la razn, la cual el pecado ofende; la gloriainfinita, omnipotencia y santidad contra las cuales todo pecado es cometido. Siusted empieza a comprender estas cosas, entonces comenzar a comprenderla pecaminosidad del pecado y el castigo que merece.

    Usted ha de saber perfectamente que un criminal es demasiado parcialcomo para sentarse en juicio contra la ley, o en juicio sobre los procedimientosde la corte. De la misma manera, el pecador juzga por sus sentimientos, loscuales ciegan su razn. La mayora de los hombres piensan que su propia causaes justa y que cualquier cosa que les perjudica es injusta, y ni sus amigos mssabios y ms imparciales les pueden persuadir de lo contrario. La mayora delos hijos piensan que sus padres son injustos cuando los castigan. Muchoscriminales estaran dispuestos a acusar a la ley o al juez de estar haciendo mal,

    si esto ayudara a su caso.Pero, Realmente piensa usted que las gentes no santas estn preparadaspara ir al cielo? Despus de todo, son incapaces de amar a Dios aqu en la tierra,ni tampoco pueden servirle de una manera que le sea aceptable. Al contrario, latendencia completa de sus vidas es en contra de Dios; odian lo que Dios ama, yaman lo que Dios odia. Nunca pueden experimentar jams la comunin con Diosla cual los creyentes disfrutan aqu en la tierra; Cmo pudiera ser posible quevivieran en la unin perfecta con Dios, la cual su pueblo disfruta en el cielo parasiempre? Usted no pensara que est actuando sin misericordia si se negara aaceptar a su peor enemigo como su hombre de confianza, o si se negara a dar

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    alojamiento a unos puercos en su casa. Y no obstante, usted est listo a inculpara Dios, el Sabio, el Bondadoso Seor Soberano del universo, si El condena a losinconversos a la miseria eterna. En vez de discutir con Dios y su Palabra, leruego que escuche lo que El le est diciendo y lo tome para su propio beneficio.Si usted es un inconverso, puede tomar esto como cierto de la palabra de Dios:antes de que un largo tiempo pase, usted tendr que ser, o convertido ocondenado.

    Cuando usted se da cuenta que es Dios, el Hacedor y Juez del mundo quienle est diciendo esto, seguramente es tiempo de escuchar. Ha comenzado apercatarse de esto? Usted est muerto y condenado a menos que sea convertido.Si le fuera a decir algo diferente, le estara mintiendo. Si yo fuera a ocultar estarealidad su sangre sera sobre m. Esto es exactamente lo que Dios dijo a Ezequiel:Cuando yo dijere al impo: Impo, de cierto morirs; si tu no hablares para quese guarde el impo, de su camino, el impo morir por su pecado, pero su sangreyo la demandar de tu mano. (Ez.33:8)

    Esto puede parecer muy duro, pero lo tengo que decir y usted lo tiene queescuchar. Sin duda es mas fcil escuchar acerca del infierno que experimentarlo.Si su situacin no fuera tan seria, no tratara de inquietarle con tales cosas.Pero, menos personas estaran en el infierno hoy si hubieran estado dispuestas

    a escuchar tal enseanza y reconocer exactamente en qu situacin seencontraban. La razn por la cual pocos se escapan del infierno, es porque nohacen ningn intento por entrar a travs de la puerta estrecha de la conversin,y vivir una vida de disciplina y santidad, mientras que tengan la oportunidad dehacerlo. La razn por lo cual no hacen ningn esfuerzo para hacerlo, es porqueno estn conscientes del peligro en que se encuentran. Y no estn conscientesde su peligro porque son renuentes a escuchar acerca de l y a pensar seriamentesobre esta realidad.

    Si sta es la verdad acerca de usted, si usted est renuente a creer estascosas, pienso que la seriedad del asunto debera obligarle a considerarlo y a notener paz en su mente hasta que sea convertido. Si fuera a escuchar la voz deun ngel advirtindole, Usted debe ser convertido o condenado; volverse omorir, No quedara grabada en su mente para inquietarle noche y da? Quecosa tan feliz sera si este fuera el caso y las palabras del ngel no le dejaran enpaz hasta que se pusiera de acuerdo con Dios. Pero si usted est decidido aolvidarse de estas cosas, o rehusa creerlas, Cmo podr ser jams convertido?No obstante, usted puede estar seguro de esto: Es posible quitar esta verdadde su mente, pero nunca va a poder quitarla de la Biblia. Volverse o morir esuna verdad inmutable y de una forma u otra, usted tendr que experimentarlapara siempre.

    Entonces, Porqu no son conmovidos los pecadores por una verdad tanimportante? Uno pensara que cualquier persona inconversa que escuchara estaspalabras, estara convencida de su pecado y nunca descansara hasta que fuese

    convertido; y sin embargo, la mayora permanecen descuidados y negligentes.Si usted es uno de stos, djeme asegurarle que las cosas cambiarn algn da.La conversin o la condenacin le despertarn algn da. Esto se lo digo tanciertamente como si lo estuviera viendo con mis propios ojos. Algn da, o lagracia o el infierno le harn darse cuenta de cun necio fue rechazar lo que Diosle estaba diciendo.

    2. EL HOMBRE DESENMASCARADO

    Hay dos cosas en particular que ayudan a endurecer al inconverso: su falta

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    de entendimiento de las palabras impos y volveos. Algunos piensan, aunquesea cierto que los impos deben volverse o morir, esto no es aplicable a m,porque aunque soy un pecador (igual como los dems hombres) no soy impo.Otros piensan, S que tenemos que volvernos de nuestros malos caminos,pero ya lo he hecho. As, los hombres impos rehusan admitir que son impos,mientras que otros piensan que ya se han vuelto de sus iniquidades. Por lotanto, antes de seguir adelante, tengo que explicar exactamente quienes son

    los impos, quienes tienen que volverse o morir, exactamente qu significavolverse, y cules son las seales de la verdadera conversin.EN EL PRINCIPIO...Para explicar la impiedad y la conversin tengo que comenzar con el

    principio. En la creacin Dios hizo tres tipos de seres vivos. Primero, hizo a losngeles, quienes fueron creados como espritus puros sin cuerpo, y por lo tantofueron hechos para el cielo y no para la tierra. Segundo, hizo los animales, aquienes les fue dado cuerpo pero no alma, y por lo tanto fueron hechos slopara la tierra y no para el cielo. Tercero, Dios hizo al hombre, tanto con cuerpocomo con alma, y por lo tanto fue hecho tanto para la tierra como para el cielo.Pero tal como su cuerpo es provisto para servir a su alma, as su tiempo en latierra es dado con la intencin de proveer un camino al cielo. La tierra nunca

    fue destinada para ser el hogar final del hombre. El hombre fue hecho para elcielo, donde vivira en la gloriosa presencia de Dios para siempre, amndole ysiendo lleno de su amor. Y an ms, cuando Dios cre al hombre le dio losmedios para alcanzar esto. Primero, le fue dado tanto conocimiento de Dioscomo fue necesario y relevante, y un corazn naturalmente inclinado a amar yobedecer a Dios. Pero esta inclinacin hacia Dios no fue algo fijo y permanente;es decir, el hombre no fue creado como un ttere o robot. En cambio, Dios le dioun libre albedro con la capacidad de escoger lo que quera hacer. Segundo,Dios le dio al hombre su perfecta ley y le mand guardarla viviendo una vida deamor perfecto y obediencia hacia Dios.

    Pero el hombre deliberadamente quebrant la ley de Dios y haciendo esto,l no solo perdi su esperanza de vida eterna; sino tambin volvi su coraznde Dios para fijarlo en las cosas terrenales, borrando la imagen espiritual deDios en su alma. Por medio de este deliberado pecado el hombre qued cortode la gloria de Dios (propsito para el cual fue creado) y se desvi del nicocamino al cielo. Perdi su amor santo para con Dios y se infect por un amorhacia el pecado y por el yo. El vino a ser separado de Dios y atado a estemundo, y como resultado su estilo de vida fue cambiado radicalmente. En vezde vivir para agradar a Dios, desde ese momento comenz a vivir para agradarsea s mismo.

    LA FALLA FATALComo resultado del pecado de Adn todos los hombres nacen corruptos y

    con una inclinacin pecaminosa. Como la Biblia lo expresa, Quin har limpio

    a lo inmundo? Nadie (Job 14:4). Igual como el len tiene una naturaleza ferozy cruel antes de atacar y comer a su vctima, y como una serpiente tiene unanaturaleza venenosa antes de morder a alguien, as tambin, como infantesrecin nacidos tenamos inclinaciones pecaminosas antes de pensar, hablar ohacer cosa alguna pecaminosa. Esta es la explicacin ms clara posible para lasactividades pecaminosas que llenan ahora nuestras vidas. Y adems, aunqueDios en su misericordia ha provisto un remedio para la situacin del hombreenviando al Seor Jess para ser su salvador y volverlo a Dios, no obstante, elhombre ama tanto su pecaminoso camino, que es renuente a dejarlo. An cuandolas tradiciones religiosas le impulsan a aparentar que est agradecido con Dios,

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    sin embargo, rechaza las demandas de Cristo y rehusa su mandamiento aarrepentirse del pecado y vivir una vida piadosa. Fjese bien en estas palabras;si es necesario vuelva a leerlas, porque ellas son un resumen exacto de suestado natural. Ellas describen lo que impo significa; y ellas ensean quecada persona en su naturaleza cada, es corrupta, impa y est en un estado demuerte espiritual.

    EL SIGNIFICADO DE CONVERSION

    Qu significa ser convertido? Dios no quiso que el hombre pereciera en supecado, y provey un remedio. En la persona de su eterno Hijo, El tom sobres nuestra naturaleza humana (en otras palabras, lleg a ser hombre), y entonces,siendo Dios- hombre, vino a ser el mediador entre Dios y los hombres. Por sumuerte en la cruz por los pecados humanos, redimi a los hombres de la maldicinde Dios y del poder del diablo. Esto significa que Dios el Padre y Jesucristo suHijo han establecido una nueva ley. No como la primera ley, que ofreca la vidaeterna solo a aquellos que fueran obedientes perfectamente (cosa que ningunohizo) y conden a todos los que la quebrantaron (todos lo hicieron). En cambio,existe ahora lo que podramos llamar una ley de gracia, una promesa de perdny vida eterna a todos aquellos que son convertidos verdaderamente a Dios,volvindose de sus pecados y confiando en Cristo. Es como si un rey ofreciera

    la amnista a cualquier rebelde que depone sus armas y se compromete a ser unsbdito leal. Pero Dios saba que el corazn humano era tan corrupto que dejadoa s mismo, nunca aceptara su oferta. Entonces, Dios hizo algo ms: En lapersona del Espritu Santo inspir a ciertos hombres a comunicar este mensajeen las Santas Escrituras. Ahora, por el mismo Espritu capacita a los pecadorespara entender el evangelio y responder positivamente a su mensaje.

    Usted puede ver en esto, que cada una de las tres personas de la divinidad,el Padre, el Hijo y el Espritu Santo, estn involucrados en llevar a cabo lasalvacin del hombre.

    El Padre nos cre, nos rige, nos dio su ley y nos juzg en conformidad conesa ley; y en su misericordia nos provey con un redentor en la persona de suHijo Jesucristo, y acept el rescate que Cristo pag al morir en lugar de lospecadores.

    El Hijo vino a redimir a los pecadores viviendo una vida perfecta en obedienciaa la ley de Dios, y muriendo para pagar la pena que sta estableca; El proveyy predic la promesa de salvacin. Juntamente con el Padre, El ha enviado alEspritu Santo al mundo, y finalmente juzgar a toda la humanidad en base a larespuesta que den a su gracia.

    El Espritu Santo caus que la Palabra de Dios fuera escrita inspirando yguiando a los autores humanos de las Santas Escrituras, y a veces confirmabaesta Palabra, dando a los escritores dones milagrosos. El contina dando a losministros verdaderos de la Palabra de Dios, entendimiento de su verdad y lacapacidad de predicarla fielmente. Y por esta misma Palabra ilumina a los hombres

    y les trae a la conversin. En la misma manera que no podramos ser criaturasracionales, si Dios el Padre no nos hubiera creado, y tampoco tendramos accesoa Dios si Dios el Hijo no hubiera muerto por los pecadores, as tambin, nuncapodramos llegar a confiar en Cristo y ser salvos a menos que el Espritu Santonos capacitara para hacerlo.

    Fjese otra vez en cmo las tres personas de la trinidad estn involucradasen la salvacin del hombre. El Padre enva al Hijo; el Hijo redime y anuncia elevangelio (las buenas noticias de lo que El ha hecho, el mensaje que losapstoles registraron en la Biblia, el mensaje que los verdaderos ministros delevangelio predican); y el Espritu Santo toma la predicacin fiel de la Palabra de

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    Dios y la hace eficaz, abriendo el corazn de los hombres para recibirla. Todoesto es hecho para volver los corazones de los hombres del pecado y del yoy colocar sus vidas en el camino hacia el cielo, trayndoles a confiar en Cristo.

    LOS PECADORES Y LOS SALVOSAhora debera entender lo que significa ser impo y lo que significa ser

    convertido, pero quizs le sera de ayuda si doy una explicacin ms amplia.Una persona impa puede ser conocida en tres maneras:

    Primero, su corazn est puesto en la tierra y no en el cielo; ama a lacriatura ms que a Dios; se preocupa ms por la prosperidad terrenal que por lafelicidad eterna; ama las cosas naturales pero no tiene apetito para las cosasespirituales. Puede ser que est de acuerdo con que el cielo es mejor que latierra, pero esto no le interesa mucho; prefiere ms bien vivir aqu que all. Unavida de perfecta santidad en la presencia de Dios, amndole y alabndole parasiempre en el cielo, no le apetece tanto como la salud fsica, su condicin yposesiones terrenales. El impo pudiera an decir que ama a Dios, pero no tieneninguna experiencia espiritual del amor de Dios. Su mente permanece fija en losplaceres mundanos y carnales. Puesto en forma sencilla, cualquiera que ama latierra ms que el cielo, sus posesiones ms que Dios, es un inconverso; es unimpo.

    Por otra parte, cualquiera que es convertido, entiende algo de la hermosurade Dios y es tan convencido de la gloria a la cual Dios le ha llamado, que sucorazn se ocupa ms de esto, que de cualquier cosa de este mundo. La per-sona que es verdaderamente convertida prefiere vivir eternamente en lapresencia de Dios, que poseer todos los placeres y toda la riqueza de estemundo. Puede ver la vanidad de las cosas terrenales y se da cuenta quesolamente Dios puede satisfacer su alma. Por sobre todas las cosas, est decididoa no aferrarse a las cosas terrenales; porque sus esperanzas y tesoros verdaderosse encuentran en el cielo. Tal como la llama de fuego va hacia arriba, y la agujamagntica seala siempre al norte, as el alma convertida se inclina hacia Dios.Ninguna otra cosa le puede satisfacer, y tampoco puede encontrar paz enninguna otra cosa, salvo en el amor de Dios. En una palabra, aquellos que sonconvertidos aman a Dios ms que al mundo, el gozo celestial ms que laprosperidad terrenal. El salmista lo expres en la siguiente forma:

    A quien tengo yo en los cielos sino a t? y fuera de t nada deseo en latierra. Mi carne y mi corazn desfallecen; mas la roca de mi corazn y miporcin es Dios para siempre (Salmo 73:25-26)Jess dijo, No os hagis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orn

    corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo,donde la polilla ni el orn corrompen, y donde ladrones no minan y hurtan.Porque donde est vuestro tesoro, ah estar tambin vuestro corazn.(Mat.6:19-21). Hablando de s mismo y de los dems creyentes, el apstolPablo dijo, Mas nuestra ciudadana est en los cielos (Fil.3:20). Y en otro

    texto dijo a los creyentes, Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de latierra (Col.3:2) y que los que son de la carne piensan las cosas de la carne;pero los que son del Espritu en las cosas del Espritu (Rom.8:5).

    Segundo, el hombre impo es uno cuya preocupacin principal en esta vidaes la de agradarse a s mismo. Podra ser que tuviera cierta religiosidad, que nocometiera grandes pecados, pero no obstante, es un hecho que no hace deldeseo de agradar a Dios, la preocupacin principal de su vida. Le da a Dios loque le sobra en esta vida, todo el tiempo y el esfuerzo que as le conviene. Noest preparado para sacrificar todo, sin escatimar nada para Dios y para elcielo.

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    Por otra parte, el hombre convertido es alguien que hace del agradar a Diossu asunto principal en esta vida. Todas sus bendiciones en esta vida las vecomo ayudas en su camino hacia otra vida, la vida celestial. Somete la totalidadde su vida a Dios. Vive una vida santa y anhela ser ms santo. Aborrece cualquierpecado que llega a cometer, y ora y se esfuerza para terminar con l. Toda ladireccin e inclinacin de su vida es hacia Dios. Cuando peca, es en contra de ladireccin general de su vida, por lo cual lo lamenta y se arrepiente. No permite

    voluntariamente que ningn pecado le domine. No hay ninguna cosa en estemundo que quiera tanto, que no la rendira o la abandonara, para Dios y por laesperanza de compartir la gloria eterna. La Biblia tiene mucho que decir conrespecto a esta lnea de pensamiento, Jess dijo: mas buscad primeramenteel reino de Dios y su justicia (Mat.6:33). El apstol Pablo dijo que: Si por elEspritu hacis morir las obras de la carne, viviris. Porque todos los que songuiados por el Espritu de Dios, estos son hijos de Dios (Rom.8:13-14), y que,los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos(Gl.5:24). Todo esto es subrayado por la maravillosa promesa de Dios de que:Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros tambin serismanifestados con El en gloria (Col.3:4).

    Tercero, el hombre impo nunca realmente entiende o disfruta lo que la

    Biblia dice acerca de la redencin; ni acepta con agradecimiento la oferta divinade un salvador, ni es impresionado por el amor de Cristo; ni est dispuesto asometerse a la autoridad de Cristo a fin de ser salvado de la culpa y el poder desus pecados y ser hecho justo ante Dios. Al contrario, su corazn est insen-sible a estas cosas; y el prefiere que sea as. Pudiera estar dispuesto a serreligioso en forma externa, pero se niega a someterse al cetro de Cristo, a laautoridad de la Palabra de Dios y a la gua del Espritu Santo.

    Por otra parte, el hombre convertido sabiendo que su pecado le ha arruinado,que ha destruido su paz con Dios y que ha terminado con su esperanza delcielo; gozosamente recibe el evangelio, y pone su confianza en el Seor Jesucristocomo su nico salvador. Para el hombre convertido, Cristo es la vida de sualma. Vive por medio de El, y ve hacia El en todas sus necesidades y se regocijaen la sabidura y el amor divino que provey tal salvador. El apstol Pablo loexpres en la siguiente manera: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y yano vivo yo, mas vive Cristo en m; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en lafe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a s mismo por m (Gl.2:20).Escribiendo a otro grupo de creyentes Pablo dijo: Ciertamente an estimotodas las cosas como prdida, por la excelencia del conocimiento de CristoJess, mi Seor (Fil.3:8).

    Ahora usted puede ver que la Palabra de Dios ensea claramente quienesson los impos y quienes son los convertidos. Algunas personas piensan que siun hombre no es un borracho, un fornicario, un extorsionador, o algo parecido,y que si asiste a alguna iglesia, y ora, entonces es un hombre convertido.

    Otros piensan que si alguien que antes era un borracho o un mafioso, o quetena algn otro vicio y ahora lo ha dejado, que es un hombre convertido.Otros mas piensan que una persona que era anti-religiosa en sus actitudes ycambiando llega a ser religioso, entonces seguramente que fue convertido.An algunos son tan necios como para pensar que son convertidos porque sehan interesado en una nueva religin. Y algunos piensan que: Una conscienciaculpable, el miedo del infierno, una determinacin de portarse bien, o una vidaexteriormente aceptable y religiosa es igual a la conversin verdadera. No ob-stante, todas estas personas estn equivocadas, y en enorme peligro, porquecuando escuchan que el impo tiene que volverse o morir, piensan que la

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    advertencia no es aplicable a ellos, o sea porque no se consideren impos oporque se consideren como ya convertidos. Esto es porqu Jess dijo a algunosde los lderes religiosos que confiaban en su propia justicia que: los publicanosy las rameras van delante de vosotros al reino de Dios (Mat.21:31). El noquera decir que los publicanos (quienes fueron muy notables por sudeshonestidad) y las prostitutas seran salvos sin ser convertidos, sino que erams fcil lograr que los abiertamente pecadores reconocieran sus pecados y su

    necesidad de conversin, que aquellos cuyos pecados fueran ms respetablesy quienes se engaaban a s mismos pensando que eran convertidos cuando noera as.

    LA CONVERSION Y SUS CONSECUENCIASLa conversin es muy diferente que lo que la mayora de la gente piensa.

    No es una cosa pequea desatar la mente de una persona de la tierra y enfocarlahacia el cielo. No es poca cosa cuando un hombre tiene tanto aprecio para Diosque se vuelve a El con un amor que no puede ser apagado. No es una cosapequea lograr que un hombre rompa con el pecado y acuda a Cristo pararefugiarse, abrazndole lleno de gratitud como la vida de su alma. No es fcilcambiar la direccin y la inclinacin del corazn y de la vida, de tal manera queuno d la espalda a las cosas en las cuales pensaba encontrar la felicidad yponga su esperanza para lograr la felicidad, en donde antes no la buscaba, conuna direccin completamente nueva. La Biblia dice que la personaverdaderamente convertida a Cristo, es una nueva criatura, las cosas viejaspasaron, he aqu todas son hechas nuevas (2 Cor.5:17). Tiene un entendimientonuevo, una voluntad nueva, una resolucin nueva, tristezas y deseos nuevos,un amor nuevo, nuevos pensamientos, nuevas compaeros y palabras. Cosasque antes le causaban risa, ahora le son tan viles que huye de ellas como sifueran la muerte. El mundo que antes era tan hermoso ante sus ojos, ahora leparece vano y vaco. Dios, a quien antes descuidaba, ahora es la felicidad de sualma; Dios, quien antes era olvidado y cada deseo antepuesto a El, ahora ocupael primer lugar en todas las cosas. Jesucristo, acerca de quien pensaba tan

    poco con anterioridad, ahora es su nico refugio y esperanza. Ahora dependede El como su pan cotidiano; no puede vivir sin El, orar sin El, regocijarse sin El,pensar sin El o hablar sin El. El cielo, sobre el cual antes solo pensaba en trminosvagos, ahora lo ve como su hogar, el lugar de su nica esperanza y descanso,donde pasar toda la eternidad viendo, alabando y amando a Dios. El infierno, elcual antes solo consideraba como una invencin para asustar a los hombres porsus pecados, ahora lo ve como algo real y terrible, y no algo con lo que debemos

    jugar o estar arriesgando. La santidad de vida, de la cual antes solo la considerabacomo algo aburrido e innecesario, ahora es la gran meta de su vida. La Biblia,que antes consideraba como un libro igual que los dems, ahora la ve como laley de Dios, escrita especficamente para l y firmada con el mismo nombre deDios. El pueblo de Dios que antes le parecan ser como las dems personas,

    ahora son vistos como las mejores y ms felices personas en el mundo, y ahoralos impos, quienes antes le acompaaban en sus pecados, ahora le llenan detristeza. Antes se rea de los pecados de ellos; ahora llora por ellos y por laterrible miseria que sus pecados les acarrearn. Llora por aquellos de quienes laBiblia dice, Cuyo fin ser perdicin, cuyo Dios es el vientre y cuya gloria es suvergenza, que solo piensan en lo terrenal (Fil.3:19). Ahora se da cuenta deque todas las personas inconversas son enemigos de la cruz de Cristo(Fil.3:18).

    Todo esto significa que el hombre convertido tiene un corazn nuevo,

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    pensamientos nuevos y una vida nueva. Antes, la autosatisfaccin era la nicameta de su vida; ahora su vida est centrada en Dios y su Palabra. Su vida escaracterizada por la santidad, la justicia y la misericordia. Antes, el yogobernaba su vida; todas las dems cosas, an las voces de Dios y de su propiaconsciencia tenan que ceder al yo; ahora Dios es quien rige su vida y todaslas cosas tienen que ceder ante El. La conversin no es un cambio de unaspocos aspectos de la vida de una persona, sino que es una revolucin en la cual

    todas las cosas son cambiadas. Un hombre caminando en el campo, puedetomar uno de varios distintos caminos y an as dirigirse en la misma direccin;pero es otro asunto volverse por completo y caminar hacia un destino totalmentediferente. As es con la conversin ; un hombre puede volverse de la borrachera,la inmoralidad o algn otro pecado abierto y comenzar a asistir a la iglesia, y noobstante puede estar todava en el camino del yo que conduce al infierno.Pero cuando una persona es verdaderamente convertida, el yo es destronadoy Dios es entronizado. En lugar de ser adicto al yo, el hombre convertido esdevoto a Dios. Su vida entera est encaminada hacia una direccin nueva. An-tes, usaba todo su tiempo, sus talentos y posesiones para gratificar sus propiosfines egostas, pero ahora busca toda la direccin divina en todas estas reas,y busca usar sus dones para la gloria de Dios. Antes, slo haba algo para Diossi esto no le resultaba inconveniente, pero ahora est decidido a agradar a Dioscueste lo que cueste. Esta es la conversin real, el cambio fortsimo que Diosobra en todos aquellos que son verdaderamente salvos; y es el cambio el cualcada hombre y mujer en el mundo tienen que experimentar o sern condenadosa la miseria eterna.

    HA SIDO USTED CONVERTIDO?Cree usted esto? Cmo puede no creer algo que es innegable e indudable?

    Esto no es algo acerca de lo cual puede haber algn desacuerdo entre loscristianos genuinos. Todos estn de acuerdo que esta es la verdadera enseanzade la Palabra de Dios. Y si usted se atreve a no creer lo que claramente ha dichoDios, entonces est en graves problemas y sin excusa alguna. Si usted cree en

    la necesidad de ser convertido, Entonces porqu est contento en permanecercomo no convertido? Djeme expresarlo de otra manera. Sabe si es ustedconvertido? Ha tenido lugar este maravilloso cambio en su vida? Ha nacidode nuevo, le ha sido concedida una nueva vida? (Jn.3:3). Pudiera ser que ustedno puede decir la fecha cuando esto le ocurri, o las palabras exactas que Diosus para realizar este cambio. Pero, Sabe usted que la obra ha sido realizada,que el cambio ha ocurrido, y que su corazn es ahora el tipo de corazn que heestado describiendo?

    La mayora de la gente no se preocupa por ninguna de estas cosas. Acondicin de que puedan decir algo parecido a: No soy un ladrn, un borracho,un extorsionador, o Asisto a la iglesia, o Hago mi oracin, ellos se imaginanque son convertidos. Pero se estn engaando a s mismos; y estn poniendo

    muy poca atencin en las glorias del cielo y en sus propias almas inmortales.Est usted haciendo esto, tomando a la ligera el cielo y el infierno? Muy prontosu cuerpo yacer en el polvo y su alma ser llevada a su destino eterno. Prontolas cosas sern muy diferentes de lo que son en el presente. Usted vivir en suactual hogar slo un poco ms, trabajar solo un poco ms, ver con sus ojos,escuchar con sus odos y hablar con lengua slo un poco ms; entoncesmorir y algn da ser resucitado para enfrentarse cara a cara con Dios y ser

    juzgado. Puede usted atreverse a ignorar esto? En qu lugar estar pronto,un lugar de gozo o de tormento? Cul ser pronto su visin, el cielo o el

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    infierno? Cules pensamientos se apoderarn de usted, un deleite indescriptibleo el horror? Cul trabajo le ocupar pronto, el de alabar a Dios con los santosy los ngeles o de gritar con los perdidos y los demonios en la agona del fuegoque no puede ser apagado? Se atrever a ignorar todo esto? Y recuerde queestas cosas sern eternas; sus gozos o sus tristezas sern para siempre. Podrusted no hacer caso de esto?

    Cuando usted haya viajado un poco ms en esta tierra estar muerto y se

    habr ido, entonces usted encontrar que todo lo que le estoy diciendo es laverdad. Entonces, recordar haber ledo estas pginas y haber escuchado estascosas, y se dar cuenta de que son mil veces ms importantes, de lo que ustedo yo nos imaginbamos aqu en la tierra. Entonces, Cmo puede usted pasarpor alto estas cosas? Si Dios no me hubiera capacitado para creer estas cosasy tomarlas en serio, yo habra permanecido en el egosmo y las tinieblasespirituales, y habra perecido para siempre. Pero porque El me las ha revelado,anhelo tener compasin de otros incluso de usted. Puede usted entenderesto? Si usted entendiera la realidad del infierno y viera a sus vecinos inconversosarrastrados ah con terror, aunque usted pens que eran personas decentesque nunca fueran advertidas y que no estaban conscientes de su peligro,seguramente usted querra advertirles a ellos del terrible peligro en que estaban.Jess dio una parbola muy semejante acerca de un hombre que se encontr as mismo en el infierno y rogaba para que alguien fuera a advertir a sus cincohermanos a fin de que ellos no vengan tambin a este lugar de tormento.(Luc.16:28)

    VER ES CREERLa fe es como un tipo de visin, es el ojo del alma, la evidencia de las cosas

    que no podemos ver. Si creemos en Dios es como si estuviramos vindolo.Esto es el porqu estoy tan seguro y hablando tan en serio sobre estas tremendasverdades. Si un amigo suyo fuera a morir maana y luego regresara a la tierrapara decirle lo que haba visto, Estara dispuesto a creerlo? Podra no creerley no poner atencin a lo que le dijera? Deseara que l no le dijera la verdad?

    y No se apresurara a escucharle y a tomar en su corazn lo que l le dijera?Pero nada de esto suceder. La manera en que Dios le ensear es por mediode la predicacin fiel y la enseanza de las Escrituras, Dios no cambiar sumtodo para agradar a los incrdulos. Esto es el porqu le ruego que me escucheahora, como si escuchase a alguien que ha regresado de entre los muertos parahablarle. Le aseguro de la veracidad de lo que le estoy diciendo, tan ciertamentecomo si yo hubiera visto estas cosas con mis propios ojos. Despus de todo,sera posible que alguien regresara de los muertos para mentir acerca de lo quehubiera visto, pero Jesucristo jams puede mentir, y la Palabra de Dios dada anosotros por el Espritu Santo, jams le puede engaar. Usted tiene que creerestas verdades o ser perdido. Si usted cree que la Palabra de Dios es verdad,si le preocupa en cualquier sentido la salvacin de su alma, le ruego que escudrie

    su corazn y que se haga a s mismo las siguientes preguntas: Realmente esverdad que debo volverme o morir? Debo ser convertido o condenado? Nosera conveniente hacer algo antes de que sea demasiado tarde? Porqu nohe hecho algo hasta ahora? Porqu he corrido el peligro descuidando algo quees tan importante? Mientras que usted medite en estas preguntas, d le graciasa Dios de que no ha cortado ya su vida terrenal antes de que tuviera esperanzaalguna de la vida eterna. Entonces, asegrese de que ya no va a ser negligenteen este asunto. Sea honesto con Dios y contine preguntndose el tipo depreguntas que le ayudarn a descubrir si es realmente convertido o no. Ha

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    realizado Dios un gran cambio en mi vida? Me ha enseado el Espritu Santo lavileza de mis pecados, mi necesidad de un salvador, el gran amor de Cristo porlos pecadores y las glorias de Dios y del cielo? Ha sido quebrantado mi corazny humillado por mi vida pasada? He recibido a Jesucristo como mi Seor ySalvador? Odio mi pecaminosa vida pasada y cada remanente de pecado quequeda en m? Doy la espalda al pecado como mi enemigo mortal? Estoydecidido a vivir una vida de santidad y obediencia a Dios? Amo la santidad y

    me deleito en la obediencia? Puedo decir verdaderamente que estoy muertoal mundo y al yo carnal, y que vivo para Dios y para la gloria que El haprometido? Pienso ms acerca del cielo que de la tierra? Me es ms queridoDios que cualquiera otra persona? En lugar de darle y servir a Dios lo quesobra de mi vida, ahora tiene mi vida una nueva direccin y una nueva meta?He puesto mis esperanzas y mi corazn en el cielo? Anhelo ir all para ver elrostro de Dios y vivir para siempre en su amor y alabanza? Cuando peco, esten contra de la inclinacin general de mi corazn? Me est capacitando Diospara vencer todos mis graves pecados, y anhelo acabar con toda debilidadmoral?

    Esto es un examen escudriador, pero seguramente le ayudar a ver si esusted verdaderamente convertido o no. Si existe alguna duda acerca de sucondicin, este es el momento para resolver sus dudas, porque pronto viene elda cuando el juez de todos los hombres las resolver para usted. Seguramenteusted se conoce a s mismo lo suficiente como para determinar si es convertidoo no. Si no lo es, no tiene caso halagarse a s mismo con orgullo y con esperanzasfalsas. Porqu seguir engandose a s mismo ms? Ms bien, clame a Diospor la gracia que le ayudar a ser convertido. Si usted se retrasa ms, corre elriesgo de ser abandonado por Dios o de ser arrebatado por la muerte, y entoncesser demasiado tarde. No hay ningn lugar para el arrepentimiento despus dela muerte. Tiene que ser ahora o nunca.

    ESCUDRIE SU CORAZONTodo lo que le pido es esto: examine su corazn para ver si es

    verdaderamente convertido o no. Si usted est todava inseguro, busque algnministro piadoso del evangelio y pdale ayuda. Este asunto es tan importanteque no debera dejar que ninguna cosa le impidiera hacerlo. Los ministros piadososson una parte de la provisin divina para el bien de nuestras almas, igual comolos doctores lo son para el bien de nuestros cuerpos. Miles de personas piensanque son convertidas cuando no lo son. Ellos rehusan escuchar cuando lesllamamos a volverse a Dios porque piensan que mientras que evitan algunos delos pecados ms feos, ya estn convertidas y caminando en la direccin correcta,cuando la verdad es que evidentemente estn viviendo para s mismos ydesconocen a Dios y la vida eterna. Rehusan pensar seriamente acerca de estoy ocupar unas cuntas horas examinando su condicin espiritual, Si slo supieranel peligro en que se encuentran! Si slo supieran que un Dios misericordiosoest dispuesto a hacer tanto para salvarles, mientras que ellos hacen tan poco!Es esta la verdad acerca de usted? Si as es, el diablo ha cegado su mente y leha hecho creer que ya es salvo. Si usted supiera que no est en el camino haciael cielo y que estara perdido para siempre si muriera en su estado presente,Se atrevera a dormir esta noche? Se atrevera a vivir otro da en esta condicin,podra volver a rerse y estar feliz, sabiendo que en cualquier momento podraencontrarse siendo arrebatado al infierno? Seguramente clamara a Dios por uncorazn nuevo y buscara la ayuda de quienes le pudieran aconsejar.

    No es posible que usted quiera ser condenado. Entonces, le ruego que

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    escudrie su corazn y que siga hacindolo hasta que conozca cual es sucondicin. Si encuentra que usted es verdaderamente convertido, entoncespuede regocijarse y esforzarse para continuar viviendo una vida piadosa; perosi encuentra que no es as, tiene que dar a este asunto su atencin urgentemente.Lo har ahora? Se examinar a s mismo? Es sta una peticin irracional? Suconsciencia sabe que no es as. Entonces, haga lo que Dios le manda hacer,recordando que pronto comparecer ante El en el da del juicio. Por el bien de

    su alma eterna, la cual tiene que volverse o morir, asegrese de que usted estparado en tierra firme. No se atreva a poner en riesgo su alma siendo negligenteo descuidado.

    3. LA GRAN PROMESA DE DIOS

    El segundo gran principio que debe ser considerado es este: Dios prometeque si el impo se vuelve, entonces recibir vida eterna.

    Tan seguramente como Dios promete el infierno a los impos, promete elcielo a los convertidos. Volveos y vivir es una verdad tan cierta como volveoso morir, y Dios se deleita cuando los pecadores se vuelven a El y viven. Cuandoel hombre pec y rompi su relacin con Dios, Dios no estaba obligado a proveerleun salvador, ni darle ninguna esperanza de salvacin, ni siquiera a llamarlo a quese volviera; sin embargo, en su grande misericordia Dios ha hecho todas estascosas. Este es el mensaje que todos los verdaderos predicadores del evangeliocomunican a los hombres. El nuestro no es un mensaje de condenacin, sinoque es exactamente lo opuesto. Nuestro mensaje es que cada persona que esnacida de nuevo ser salvada. Nuestro mensaje no es de desesperacin sino deesperanza. Vida y no muerte, es lo que nosotros proclamamos. Nuestra comisindivina es la de ofrecer salvacin, una salvacin segura, inmediata, gloriosa yeterna para todos, an para los peores de los pecadores. Dios nos manda ofrecerun perdn pleno y gratuito para todos aquellos que se vuelvan a El y vivan.Somos mandados a decir a los hombres lo que Cristo ha hecho por los pecadores,

    cunta paciencia, ternura y misericordia tiene Dios para con ellos y cun grandey maravillosa felicidad les pertenecer si se vuelven a El; entonces nuestroruego es que acepten la oferta de Dios.

    TRISTES Y FELICESPor supuesto nuestro mensaje habla del enojo de Dios y de la muerte del

    pecador, pero este no es nuestro mensaje principal. Los verdaderos predicadoresde la Palabra de Dios sin lugar a dudas tiene que advertir a los hombres de quepor naturaleza ya estn bajo el justo enojo de Dios y espiritualmente muertos.Pero esto es con la finalidad de ensearles su necesidad de la misericordiadivina, y lograr que se den cuenta del gran valor de la gracia de Dios. Tal comonadie ira al doctor a menos de que estuviese convencido de que est enfermo,por la misma razn, mi motivo para decirle acerca de su terrible condicin

    espiritual (la cual ha producido por sus propios pecados), es para que se vuelvaa Cristo en busca de misericordia. Esto es tambin el porqu le estoy diciendoacerca del tormento eterno que caer sobre todos aquellos que se niegan aconvertirse.

    Pero esta es la parte triste de mi mensaje. Primeramente debo ofrecerlemisericordia si usted se vuelve a Dios; son solamente aquellos que se niegan avolverse y rehusan la voz de la misericordia divina a quienes tengo que enfrentarcon el mensaje de la condenacin eterna. Si usted da la espalda a sus pecadosy se vuelve a Cristo siendo convertido, no tengo ninguna palabra de condenacin

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    que decirle. En el nombre del Seor de vida, puedo asegurarle que, no importandocun pecador usted haya sido, recibir misericordia y salvacin si se vuelve aCristo. Cristo ha hecho todo lo necesario y la promesa de Dios es gratuita,completa y eterna. Usted puede tener vida si solo se vuelve, pero recuerde loque las Escrituras significan cuando hablan de volverse. Esto no es comoreparar la vieja casa; ms bien, es como derrumbarla y edificar una nueva sobreCristo Jess el nico cimiento firme. No es un asunto de efectuar algunos

    cuantos cambios morales en su vida, ms bien es un asunto de hacer morir sunaturaleza pecaminosas y vivir una vida de obediencia al Espritu Santo. No esun asunto de honorabilidad y religiosidad, sino que significa, un cambio de dueoy del propsito y direccin entera de su vida. Significa volver su rostro hacia ladireccin opuesta en la que usted estaba caminando, y dedicarse a Dios contodo su ser. Este es el cambio que usted tiene que hacer si quiere recibir la vidaeterna.

    Esto le ensea que la salvacin y no la condenacin constituye la parte msimportante de mi mensaje para usted. Si usted aceptara esto y se volviera aCristo, ya no habra necesidad de asustarle o inquietarle hablando de lacondenacin. Pero si usted se rehusa a ser salvo, entonces ciertamente queser condenado, porque no hay ningn punto intermedio, usted tiene que recibirvida o muerte.

    LA VERDAD DEL ASUNTOPero Dios me llama no slo a ofrecerle vida, sino tambin a mostrarle que

    Dios habla en serio en lo que dice, que su promesa es verdadera y que el cielono es un mito sino un lugar de verdadera y eterna felicidad. Hay cientos detextos en las Escrituras donde esta verdad puede ser corroborada. En seguidacitar algunos de ellos.

    La Biblia dice que si alguien llega a ser cristiano: Nueva criatura es; lascosas viejas pasaron he aqu todas son hechas nuevas (2 Cor.5:17). CuandoJess comision a los apstoles les dijo: Id por todo el mundo y predicad elevangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado ser salvo; mas el

    que no creyere, ser condenado (Marcos 16:15-16). El apstol Pablo dijo asus oyentes: Que por medio de Jess se os anuncia perdn de pecados(Hech.13:38).

    Usted puede ver de estas declaraciones que los predicadores del evangeliotiene autoridad divina para prometerle que si se vuelve a Dios vivir. Ustedpuede encomendar con confianza su alma aqu: Porque de tal manera amDios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en elcree, no se pierda mas tenga vida eterna (Jn.3:16). La sangre del Hijo de Diosha comprado la promesa; la fidelidad y la verdad de Dios garantizan que esvlida; la Escritura registra muchos milagros que Dios realiz para confirmarla;los predicadores son enviados para proclamarla; y el Espritu Santo abre loscorazones de los hombres para recibirla. Estas cosas estn ms all de cualquier

    discusin. An los peores de los pecadores sern salvos si se vuelven a Dios.Si usted piensa ser salvo sin convertirse, usted cree una mentira, y yo le

    mentira si le dijera que podra ser as. Sera como creer lo que el diablo dice, enlugar de lo que Dios dice. Despus de todo, tanto Dios como el diablo prometena los hombres vida eterna. Dios promete volveos y viviris; el diablo prometeviviris, no importa si usted se vuelve a Dios o no. Dios dice, Si no os volvisy os hacis como nios, no entraris en el reino de los cielos (Mat.18:3), Elque no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Jn.3:3); Seguid lasantidad sin la cual nadie ver al Seor (Heb.12:14). Por otra parte el diablo

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    dice: Usted puede ser salvo sin nacer de nuevo y sin ser convertido. No haynecesidad de ser santo, basta con ser una persona respetable. Dios le esttratando de asustar. El es demasiado misericordioso como para condenar aalguien; El le tratar mejor de lo que dice su Palabra. Y es una tragedia que lamayora de la gente cree ms al diablo que a Dios; lo cual es la misma maneraen que el primer pecado entr al mundo. Dios dijo a nuestros primeros padres:Del rbol de la ciencia del bien y del mal no comers; porque el da que de el

    comieres morirs (Gen.2:17). Pero el diablo contradijo a Dios y dijo: Nomoriris (Gen.3:4); y Adn y Eva creyeron ms al diablo que a Dios. Y ahoraDios dice: Volverse o morir, pero el diablo dice: No moriris. Siga pecandotanto como pueda, entonces, en el ltimo momento pida a Dios que tengamisericordia de usted; y esto es lo que el mundo cree. No puede haber mayorimpiedad que creer al diablo ms que a Dios!

    Aquellos que creen que pueden ser salvos sin un cambio radical de corazny vida, quizs pudieran decir que estn confiando en Dios, pero la verdad esque estn haciendo exactamente lo opuesto; estn creyndole al diablo.Prcticamente ellos han convertido a Dios en el diablo. Dnde dijo Dios que losno regenerados, los inconversos, los impos seran salvos? Mustreme un slolugar en la Escritura que diga esto. Esta es la mentira del diablo y creerla, escreerle al diablo. La Palabra de Dios est llena de consuelo y fortaleza para lapersona santa, pero no tiene nada para apoyar a la impiedad, o para dar aalguien la ms mnima esperanza de ser salvo sin un cambio que conduzca auna vida santa.

    Sin embargo, si usted se vuelve a la misericordia de Dios, la misericordiadivina le recibir. Entonces, confe en Dios para la salvacin, porque El haprometido en su Palabra salvar a todos los que confen en El. El no salvar anadie que se niegue a abandonar el mundo, la carne y el diablo. Pero, ser unPadre a todos aquellos que entren en su familia confiando en su Hijo. Si loshombres no vienen, es su propia culpa. La puerta de la salvacin esta abiertapor completo. Dios no impide a nadie para que entre. El jams ha dicho a nadie,

    aunque usted fuere convertido, no le recibir. Pudiera haber actuado as yhabra permanecido justo, pero no lo ha hecho y no lo har. Si usted estsinceramente dispuesto a volverse a El de todo corazn, Dios esta dispuesto arecibirle y a concederle el perdn de sus pecados y la vida eterna. La verdad deesta promesa maravillosa se aclarar ms en los prximos tres captulos.

    4. EL BENEPLACITO DE DIOS

    Esto nos conduce al tercer gran principio contenido en el mensaje divino aEzequiel: Dios se complace en la conversin y salvacin de los hombres, no ensu muerte o condenacin; El prefiere que se vuelvan a El y vivan, y no que siganen su impiedad y mueran.

    Dios dijo a Ezequiel: No quiero la muerte del que muere, dice el SeorJehov; convertos y viviris. (Ez.18:32) Este texto ensea que Dios deseasinceramente la conversin de todos los hombres, an de aquellos que nuncasern convertidos, sin embargo no tiene ese deseo en el sentido que sea algoque El haya predeterminado o predestinado. Djeme explicar. Un rey puedetener poder para encarcelar a un asesino, y an ejecutarlo, mientras que almismo tiempo su deseo verdadero es que su pueblo no cometa homicidio. No leda placer ejecutar a ninguno de sus sbditos; ms bien preferira que la personaguardara su ley y viviera. En otras palabras, la obediencia de su sbdito es sudeseo, pero no su determinacin. Djeme explicarlo en otra manera. Un rey

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    puede hacer una proclamacin pblica que diga: No tengo placer en su muertesino ms bien en que obedezcan mi ley y vivan, pero si cometen cualquierofensa digna de muerte, morirn. En forma semejante, un juez podra decirverdaderamente a un asesino convicto, No tengo placer en sentenciarle a lamuerte; preferira que hubiera guardado la ley y viviera, pero puesto que ustedha quebrantado la ley debo condenarle, o sera injusto. El mismo principio esaplicable al asunto que estamos considerando. Aunque Dios no tiene placer en

    condenarle, por lo tanto le llama a volverse y a vivir; no obstante tiene placeren demostrar su propia justicia y en ejecutar sus propias leyes. Por lo tanto hadeterminado que si usted no se convierte, ser condenado. Si Dios estuvieratan opuesto a la condenacin de los impos que determinara hacer todo lo quepudiera para prevenirlo, entonces, nadie sera condenado. Pero este no es elcaso. Jess dijo que: Estrecha es la puerta y angosto es el camino y pocos sonlos que la hallan (Mat.7:14). Dios est opuesto a su condenacin hasta esteextremo: Le ensea, le advierte, le invita a escoger entre la vida y la muerte, yle manda a travs de los predicadores del evangelio a que no se destruya a smismo y que acepte su misericordia. Pero, si esto no es suficiente y ustedpermanece inconverso, usted no tiene ninguna excusa y Dios est determinadoa condenarle. El dijo: Impo, de cierto morirs (Ez.33:8). Jess dijo: De cierto

    os digo, que si no os volviereis, y fuereis como nios no entraris en el reino delos cielos (Mat.18:3) y De cierto de cierto te digo, que el que no naciere denuevo, no puede ver el reino de Dios (Jn.3:3). Fjese en las palabras noentraris y no puede ver. Es en vano pensar al contrario e imaginarse que enalguna manera Dios salvar a los inconversos, porque tal cosa nunca suceder.

    LA PRUEBA DEL PRINCIPIOEsta es entonces la posicin: Dios, el gran dador de la ley, no toma placer

    en la muerte del impo, preferira que se volvieran y vivieran, no obstante hadeterminado que ninguno vivir excepto aquellos que se vuelvan. Como un juez

    justo, se deleita en la justicia, y en la demostracin de su odio hacia el pecado,aunque la miseria la cual los pecadores han trado sobre s mismos, no le da a Elningn placer. Todo esto puede ser comprobado en cinco maneras.

    Primero, la Biblia deja claro que Dios es maravillosamente misericordioso.Habla del Seor como: Misericordioso, piadoso; tardo para la ira y grande enbenignidad y verdad; que guarda la misericordia a millares, y que perdona lainiquidad, la rebelin y el pecado... (Ex.34:6-7). La misma cosa es sealadamuchas veces en la Biblia y esto debera asegurarle de que Dios no tiene placeren su condenacin.

    Segundo, si Dios tomara ms placer en su condenacin que en su conversin,El no le habra mandado tantas veces en su palabra a volverse, ni habra dadotantos motivos para persuadirle, ni le habra hecho tantas promesas de vidaeterna si se volviera.

    Tercero, si Dios tomara ms placer en su condenacin que en su conversin,

    nunca habra comisionado a los ministros del evangelio a recordarle de suspecados, a advertirle de su peligro, a ofrecerle la misericordia divina y a ensearleel camino de la vida; y a continuar hacindolo an cuando son odiados y seabusa de ellos por las mismas personas a quienes tratan de ayudar. Habrahecho Dios todo esto si su placer fuera condenarle?

    Cuarto, esto es demostrado por la misericordiosa providencia de Dios. SiDios hubiera preferido que usted fuera condenado en lugar de convertido ysalvado, El no habra respaldado su Palabra con sus obras. No le habra dadotodas las providencias cotidianas en esta vida, las cuales tienen el propsito deencaminar su corazn hacia El. La Biblia pregunta directamente, Oh

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    menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia y longanimidad,ignorando que su benignidad te gua a arrepentimiento? (Rom.2:4) El nohabra tratado de despertarlo castigndole en diferentes ocasiones. El no lehabra esperado pacientemente da tras da y ao tras ao. Estas no son lasacciones de alguien que tiene placer en su muerte. Si esto hubiera sido el caso,Dios fcilmente podra haberle arrojado al infierno ya desde hace mucho tiempo.Cuntas veces le pudiera haber arrebatado en medio de sus pecados? Cuando

    estabas mintiendo, o siendo arrogante o deshonesto o burlndote de los caminosde Dios, Cun fcilmente podra haber detenido tu aliento y haberte despertadoen la eternidad! Cun fcil es para el todopoderoso atar las manos del masmalicioso perseguidor, y terminar con la furia de sus enemigos mas encarnizadosy hacerles saber que son gusanos. Dios solamente tiene que fruncir el ceo yusted caer en su sepulcro. Si fuera a mandar a sus ngeles a salir y destruirdiez mil pecadores, esto sera hecho en un momento. Cun fcilmente podraDios sacudirlo con dolor y enfermedad y hacerle comer las palabras que ustedha dicho contra su Palabra, su adoracin y sus obras. Entonces usted clamarapor las oraciones de aquellos que antes despreciaba. Cun fcilmente podrahacer que su cuerpo ya no soportara a su alma, cun fcilmente podra reducira la nada su cuerpo, el cual solo quiere satisfacerse aunque ello signifique

    desobedecer a Dios. Cuando usted estaba en su peor condicin, defendiendosu pecado y discutiendo con aquellos que le rogaban para que lo dejara, cunfcilmente podra haberle arrebatado Dios a la eternidad para enfrentarse conEl en juicio. En ese momento Dios le hubiera preguntado: Ahora, Qu puededecir usted contra su creador, su verdad, sus siervos o sus santos caminos?Cul es el mejor caso que puede presentar para defenderse? Cul pretextopuede dar por sus pecados? D cuenta de sus pecados, del uso de su tiempo yde su abuso de mis misericordias. Si Dios hubiera hecho todo esto, su obstinadocorazn se habra derretido, su orgullo se habra despedazado, y sus arrogantespalabras se habran convertido en absoluto silencio o en temerosos gritos. Ycun fcilmente podra hacer esto Dios ahora o en cualquier momento. Una solapalabra de su boca y todos sus facultades presentes se perderan.

    Pero Dios no ha hecho nada de esto; al contrario, le ha sostenido pacientey misericordiosamente. Da tras da le ha dado cada respiracin que usted usapara vivir una vida impa. Le ha dado misericordias las cuales usted ha usadopara satisfacer sus deseos pecaminosos. Le ha dado provisiones las cualesusted ha usado para satisfacer su propia codicia. Le ha dado cada minuto detiempo que usted ha desperdiciado en la flojera y la mundanalidad. No leensean toda esta paciencia, misericordia y provisin, que Dios no toma placeren su condenacin? Puede una vela arder sin cera? Puede una casa mantenersesi la tierra no la sostiene? Tampoco puede usted vivir ni una sola hora sin elapoyo de Dios. Y porqu le ha sostenido tanto tiempo, si no es para vercuando usted se despertar y se volver a El para recibir vida eterna? Podra

    alguien armar a sus enemigos, o darles luz a aquellos que van a asesinar a sushijos, o ayudar a un empleado a jugar o dormirse cuando debera estartrabajando? Seguramente, la razn por la cual Dios ha sido tan paciente paracon usted, es para darle una oportunidad para volverse a El y vivir.

    Quinto, el sufrimiento y la muerte de su Hijo Jesucristo, es prueba de queDios no tiene placer en la muerte de los impos. Habra venido a la tierra y ladivinidad hubiese tomado carne, habra vivido una vida de sufrimiento y muertoentonces en lugar de los pecadores, llevando el juicio de sus pecados, si prefirierasu condenacin? En Marcos 1:34 nos dice que san a muchos que estabanenfermos de diversas enfermedades y en Lucas 6:12 dice que pas la noche

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    orando a Dios, tambin en Lucas 22:44, que oraba ms intensamente y erasu sudor como grandes gotas de sangre que caan hasta la tierra. Despus deuna vida de servicio, fue muerto en lugar de otros, llevando el castigo el cualellos merecieron.

    Son stos los actos de alguien que se deleita en la muerte de los impos?Todo esto lo hizo a favor de los pecadores. Su sacrificio es suficiente paratodos los pecadores, y usted es un pecador. Sin embargo, nunca fue su intencin

    salvar a los que no se volvieran a El con arrepentimiento y fe. Una y otra vezexpres su tristeza por la desobediencia e incredulidad de los hombres. Cuandofue a Jerusaln por ltima vez llor sobre la ciudad y clam, Jerusaln, Jerusalnque matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! Cuntas vecesquise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas,y no quisiste (Mat.23:37). An cuando estaba muriendo en la cruz or por susperseguidores, Padre, perdnalos porque no saben lo que hacen (Luc.23:34).Son stas las palabras de alguien cuyo deseo ms grande es la muerte de losimpos, an aquellos que perecen por su obstinada incredulidad? Cuando leemos,Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito,para que todo aquel que en el cree, no se pierda mas tenga vida eterna(Jn.3:16), tenemos toda la evidencia necesaria de que Dios no toma placer de

    la muerte de los impos, sino que desea que se vuelvan a El y vivan.

    5. EL JURAMENTO DE DIOS

    La pura Palabra de Dios ha de ser suficiente como para convencer a loshombres de su verdad, pero tal es la depravacin del corazn humano, queestn dispuestos a discutir con lo que Dios ha dicho, an respecto a los asuntosque conciernen a su propio destino eterno. Es este punto que nos conduce alcuarto principio contenido en el mensaje divino a Ezequiel: Dios se ocupa tantode que los hombres no cuestionen estas verdades que las confirmasolemnemente con un juramento.

    Si usted se atreve a cuestionar la Palabra de Dios espero que no se atreva acuestionar su juramento. De la misma manera que Jess dijo solemnemente,De cierto os digo, que si no os volviereis, y fuereis como nios no entraris enel reino de los cielos (Mat.18:3) y De cierto de cierto te digo, que el que nonaciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Jn.3:3). As Dios no solo hadicho que no tiene placer en la muerte de los impos sino que lo ha confirmadocon un juramento. La Biblia lo expresa en la siguiente manera: Cuando Dioshizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, jur por s mismo,diciendo: De cierto te bendecir con abundancia y te multiplicar grandemente.Y habiendo esperado con paciencia, alcanz la promesa. Porque los hombresciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversiaes el juramento para confirmacin. Por lo cual, queriendo Dios mostrar ms

    abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo,interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales esimposible que Dios mienta, tengamos un fortsimo consuelo los que hemosacudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (Heb.6:13-18). Esto debera poner fin a todos los argumentos humanos acerca de lapredestinacin, o acerca de si Dios realmente condena al infierno a los impos.Estos argumentos sirven simplemente para demostrar la ignorancia de loshombres, mientras que el hecho de que Dios confirme sus intenciones por un

    juramento, no deja lugar para ninguna duda.QUIN QUIERE QUE USTED SEA PERDIDO?

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    Si usted es un pecador inconverso le ruego que piense cuidadosamente enestas cosas y se pregunte a s mismo lo siguiente: Quin toma placer en mipecado y mi condenacin? Seguramente que no es Dios. El dice y El jura queno tiene placer en ello. Y de todas maneras, ciertamente usted no est tratandode agradar a Dios. No se atrevera a decir que miente, roba, engaa o que esorgulloso e inmoral, o negligente en asistir al templo, leer la Biblia y orar todo afin de agradar a Dios. Esto sera, por ejemplo como rebelarse contra un rey y

    afirmar que lo estbamos haciendo para agradarle.Entonces, Quin tiene placer en su pecado y en su condenacin?Ciertamente que no son los creyentes. No les da ningn placer a los ministrosfieles del evangelio, ni a sus amigos cristianos verle a usted sirviendo al diabloy corriendo a toda velocidad hacia el infierno. No les causa placer alguno vertanta ceguera, descuido, obstinacin y presuncin, ni tampoco verle determinadoa continuar en sus caminos pecaminosos y a resistir sus apelaciones para quecambie. Ellos saben que usted est bajo el justo juicio de Dios y que estoterminar en un desastre eterno. No les da ms placer que el que experimentael doctor que se da cuenta que su paciente ha contrado una enfermedad mor-tal. Les da tristeza el hecho de que usted va rumbo al infierno y queaparentemente, ellos no pueden detenerle. Les hiere saber cun fcilmente

    podra usted escapar si usted quisiera. Nosotros que somos creyentes, haramoscualquier cosa para salvarle. Aquellos que son predicadores del evangelio estudianda y noche, para saber qu decir, para convencerle y persuadirle. Le enseamosmuchos textos de la Palabra de Dios, los cuales dejan bien claro que a menosque sea convertido no puede ser salvo. Esperamos que si usted no quierecreernos a nosotros, por lo menos creer lo que Dios dice, y an as ustedrehusa hacer cualquier cosa respecto a su salvacin.

    LA ORACION DEL PREDICADORPero tambin hacemos algo acerca de lo cual usted no sabe nada, agonizamos

    por usted en oracin. En ocasiones le decimos a Dios: Les hemos hablado en tunombre, les hemos dicho lo que tu nos mandaste decirles, les hemos advertidoacerca de los peligros de ser inconversos, les hemos repetido tus palabras: Nohay paz para los impos (Isa.57:21), pero an los peores de ellos no quieren nisiquiera admitir que son impos. Les hemos recordado que si vives conforme ala carne moriris (Rom.8:13). Ellos profesan creer en t, pero siguen viviendoen una forma que demuestra que estn dispuestos a ignorar tus advertenciascon la esperanza de que tu no condenars a nadie. Ellos rehusan creer que:Cuando muere el hombre impo, perece su esperanza; y la expectacin de losmalos perecer (Prov.11:7).

    Les decimos cun vil y cun vano es el pecado, pero ellos lo aman y rehusandejarlo. Les advertimos que pagarn por sus pecados con el castigo eterno y lamuerte eterna, pero rehusan creerlo y estn preparados a arriesgarse contandocon que tu sers misericordioso. Les decimos cun dispuesto ests para recibirles

    y esto solo les hace alargar ms el volverse a t. Les rogamos, les exhortamos,les ofrecemos nuestra ayuda, pero no podemos lograr nada con ellos. Losborrachos permanecen como borrachos, los ignorantes permanecen en suignorancia, los orgullosos en su orgullo, los inmorales en su inmoralidad, y losegostas en su egosmo. Muy pocos estn dispuestos a reconocer su pecado, yan menos estn dispuestos a dejarlo; parecen estar contentos con el hechode que todos los hombres sean pecadores, como si no existiera diferenciaentre el pecador convertido y el que permanece inconverso.

    Algunos ni siquiera nos escucharn; piensan que ya saben todo lo quenecesitan saber; algunos nos escuchan, pero despus no hacen caso de todo lo

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    que les decimos y siguen haciendo lo que les gusta. Algunos no tienen mssensibilidad que un cadver, cuando les hablamos acerca de las cosas que lesafectarn para toda la eternidad, parece que no son impactados ni por una solapalabra.

    Cuando nosotros rehusamos juntarnos con ellos en sus actividadespecaminosas, nos odian y nos critican. Si les exhortamos a que confiesen y queabandonen sus pecados para ser salvos, ellos de plano se niegan. Ellos quieren

    que nosotros desobedezcamos a Dios y condenemos nuestras almas paraagradarles, pero ellos no se volvern para salvar sus almas y agradar a Dios.Ellos piensan que son ms sabios que sus maestros, y nada de lo que hacemosparece afectarles en sus malos caminos. Seor, somos incapaces; vemos a lagente lista para caer en el infierno sin poder detenerlos. Sabemos que sisinceramente se volvieran de sus pecados seran salvos, pero no podemospersuadirlos, ni siquiera cuando nos arrodillamos con lgrimas rogndoles quelo hagan. Qu ms podemos hacer?

    As es como los verdaderos predicadores del evangelio se sienten. Algunavez se dio cuenta de esto? Piensa usted que se deleitan al ver que los pecadorespersisten en sus pecados, y que felizmente se apresuran hacia el infierno?Piensa usted que ellos disfrutan el hecho de no poder detenerle? Ellos saben

    el sufrimiento eterno que le espera a usted y cual gozo eterno est desechandousted deliberadamente. No hay nada que les pudiera herir ms, les dueleprofundamente verle en tal estado. Quebrantan sus corazones aunque a ustedno le preocupe en lo ms mnimo.

    SATANAS Y EL YOPor supuesto hay alguien que toma placer en su pecado y es el diablo.

    Despus de todo, el propsito de las tentaciones del diablo es guiarle al pecadoy arrastrarlo hacia su propia destruccin. Nada le gustara ms que el hecho deque usted continuar pecando. El ama que usted sea orgulloso, impuro, avaro,mentiroso, ladrn, o cuando usted maldice o comete cualquier otro pecado.Pero no solo se pone feliz al verle pecando, sino tambin los impos se ponenfelices, porque les hace sentirse contentos en sus propios pecados.

    Pero usted no est pecando para agradarle al diablo ni a otros pecadores;ms bien, usted peca para agradar su propia naturaleza pecaminosa. Este essu enemigo ms peligroso! Es su propia naturaleza pecaminosa que exige serapapachada, y que insiste en que sus propias demandas sean cumplidas, en lacomida que come, en la ropa que viste, en sus acompaantes y en todo lo queusted piensa, dice o hace. Es su naturaleza pecaminosa que siempre estexigiendo atencin, y que siempre insiste en ser satisfecha. Este es el dios alque usted sirve, y que devorar todo lo que usted le d.

    Djeme hacerle algunas preguntas acerca de esto: Primero, Es correctoservir a su naturaleza pecaminosa ms que a su creador? Le hace felizdesagradar a Dios a fin de satisfacer sus propios deseos egostas? No es

    digno Dios de ser su dueo? Entonces recuerde, que si Dios no le rige, tampocole salvar.Segundo, aunque su naturaleza pecaminosa est contenta con su pecado,

    Est contenta su conciencia? No le recuerda a veces, que las cosas no soncomo debieran ser, y que algn da habr un precio que pagar? Le es msimportante silenciar su conciencia que satisfacer su naturaleza pecaminosa?

    Tercero, Nunca se ha percatado de que su naturaleza pecaminosa estcavando su propio sepulcro? Ella ama todas las cosas buenas: Comida, bebida,flojera, diversin, riquezas, popularidad, orgullo de posicin y posesiones; peroAma lo que sucede al fin de una vida impa? Ama la idea de estar en pie ante

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    Dios en el da del juicio y ser condenado al fuego eterno? Le deleita el seratormentado con los demonios para siempre? Recuerde que el pecado y elinfierno solo pueden ser separados por la conversin verdadera. Si a usted legusta la idea del castigo en el infierno, entonces no es sorprendente que quieraseguir pecando. Pero si no, (y estoy seguro que as es su caso) Vale cualquierpecado la prdida de la vida eterna? Compensa un poco de placer, de flojera ode autosatisfaccin la prdida del cielo? Tienen ms valor las posesiones

    terrenales que las riquezas celestiales y eternas? Recompensarn ellas lossufrimientos del fuego eterno? Piense acerca de estas cosas antes de seguiradelante.

    Djeme decirlo una vez ms: Dios jura que no tiene placer en su muerte yen su condenacin, ms bien prefiere que se vuelva y viva. Si usted prefieremorir que volverse, recuerde que lo quiere as, no por agradar a Dios, sino paraagradarse a s mismo. Si usted se condenar a s mismo, con el fin de agradarsea s mismo, si toma placer en correr a toda velocidad hacia el infierno y rehusaresponder al Dios que anhela rescatarle, entonces usted sufrir las consecuencias.Se despertar algn da, pero para entonces ya ser demasiado tarde.

    6. EL INTERES CONTINUO DE DIOS

    El hecho de que Dios jure que no tiene placer en la condenacin de losimpos, es una indicacin poderosa de su verdad, pero Dios va an ms all eneste quinto principio: Dios est tan deseoso de la conversin de los pecadores,que repite y enfatiza su llamamiento a ellos, para que se vuelvan y vivan.

    A la luz de lo que ya hemos visto, Quin pudiera posiblemente dudar quees el gran deseo de Dios que los impos se vuelvan a El y vivan? En este captuloquiero que usted vea algo de la sinceridad con la que Dios anhela esto. Esto esobvio por la manera en la cual El repite su exhortacin: Volveos, volveos devuestros malos caminos (Ez.33:11). Como puede usted rehusar escuchar altodopoderoso cuando habla as? Si Dios le dijera que usted morira maana,Lo tratara a la ligera? Sin embargo, aqu est algo igualmente serio porquetrata con su destino eterno. Es tanto un mandamiento como una exhortacin.Es como si Dios le estuviera diciendo: Como su creador, le ordeno a renunciaral mundo, la carne y el diablo, y se vuelva a m; pero como uno que se interesatiernamente acerca de su bienestar eterno, le ruego que se vuelva a fin deescapar del temible resultado de su pecado. Cmo puede alguien rechazar unmensaje como ste, tal clase de mandamiento y ruego?

    Aqu, ms all de cualquier duda, es el ms gozoso mensaje que alguienjams haya escuchado: Volveos, volveos... Porqu moriris? (Ez.33:11). Ustedno est todava irremediablemente condenado; todava puede escaparse delinfierno. Aqu est la oferta divina de misericordia, perdn y vida eterna. Vulvasea El y todas estas cosas sern suyas. Seguramente, usted debera ser abrumado

    con gozo al escuchar tales noticias. Puede ser que usted haya escuchado elevangelio antes, pero Cmo ha respondido a l? y Cmo responde ustedahora? A cada pecador negligente e ignorante en el mundo Dios dice, Volveosy vivirn. A cada glotn, a cada borracho, a cada mentiroso en el mundo, Diosdice: Volveos y vivirn. A aqul que profesa falsamente ser cristiano, pero nosabe nada del poder de la cruz y la resurreccin de Cristo, Dios dice: Volveosy vivirn. A todos aquellos que no saben nada del amor de Dios, cuyos corazonesno estn ocupados con El, quienes se preocupan ms por la tierra que por elcielo, quienes tratan de agradar a Dios con una poca de religiosidad, y nuncahan estado dispuestos a abandonar todo por Cristo, Dios dice: Volveos y

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    vivirn. Si usted nunca ha escuchado estas cosas hasta que ley este libro,recuerde que ahora las ha escuchado. Si se volviera a Dios por medio de la fe enCristo, recibir vida eterna; y si no se vuelve ser condenado para siempre.

    Qu har? Se volver o no? Hasta cuando claudicaris vosotros entredos pensamientos? (1 Rey.18:21). Si Dios es Dios, entonces vulvase a El ysrvale, si su naturaleza pecaminosa es su dios, entonces siga adelante talcomo va. Si el cielo es mejor que la tierra, entonces debe volverse hacia esa

    direccin y comenzar a haceros tesoros en el cielo, donde la polilla ni el orncorrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan (Mat.6:20). Busque entrar aaquel reino inconmovible (Heb.12:28) y empiece a vivir en un plano ms alto.Pero si usted piensa que la tierra es mejor que el cielo, o que le har ms bien,o que durar ms tiempo, entonces consrvela y haga de ella lo que mejorpueda. Pero al hacerlo, estar cometiendo un error temible y fatal. Djemedarle tres razones ms que le ayudarn decidirse.

    PIENSELO PROFUNDAMENTEPrimero, piense en todo lo que Dios en su misericordia ha hecho para que la

    salvacin estuviera disponible para usted; y entonces piense qu tan trgico esque despus de todo el hombre sea condenado. Hubo un tiempo(inmediatamente despus de la cada de Adn y Eva) cuando no exista ningn

    camino para volverse a Dios. La Biblia dice que haba una espada encendidaque se revolva por todos lados, para guardar el camino del rbol de vida(Gen.3:24). Si las cosas hubieran permanecido as, no habra nada que ningunapersona pudiera hacer para que sus pecados fueran perdonados y fuerareconciliado con Dios. Pero Cristo cambi todo esto. Lo hizo muriendo en lacruz en el lugar de pecadores, llevando en su propio cuerpo y espritu el castigo,el cual el pecado humano exiga y mereci. En las palabras de la Biblia, Diosestaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (2 Cor.5:19). Ahora, El ofreceperdn de pecados a todos los que acepten su oferta. En una ocasin Jessdijo que su oferta era como la invitacin a un banquete, cuando el anfitrin dijo,venid, que ya todo est preparado. (Luc.14:17) Dios est listo a recibirle ya perdonar todos sus pecados si usted viene. No importa cun pecaminoso yobstinado usted haya sido, Dios echar todos sus pecados a Su espalda, siusted viene. Si usted ha huido deliberadamente de Dios, El est dispuesto aencontrarse con usted, abrazarle y a regocijarse en su conversin, si ustedviene. Dios est dispuesto a dar la bienvenida a los pecadores ms viles, sivienen. Si esto no le conmueve, usted debe tener un corazn de piedra. El Dioseterno y todopoderoso, a quien usted ha abusado y descuidado tanto tiempo,y quien sera perfectamente justo en condenarle para siempre, est de pie consus brazos abiertos para recibirle y perdonarle. No se derrite su corazn conesto? No tiene usted ms motivos para venir que los que Dios tiene parainvitarle?

    Pero esto no es todo. Cristo muri en la cruz para hacer un camino para que

    usted viniera al Padre; entonces en base a su muerte, usted sera bienvenido siacudiera. Todava no est dispuesto? Cada ministro verdadero del evangelioest listo para ayudarle, para ensearle, para orar por usted. Todava no estlisto? Cada creyente verdadero est listo a regocijarse en su conversin y arecibirle en el compaerismo del pueblo de Dios. Como Dios le perdonar, ellostambin le perdonarn al ver que su vida cambiada demuestra la realidad de suconversin. Puesto que Dios no le inculpar de ningn pecado, ellos tampoco loharn. Al contrario, ellos