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Número 43

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contenidos

02 Editorial03 Extracto de la Familiaris Con-sortio (5ta Parte)06 Cien Años al servicio del Evan-gelio y la Cultura08 Las tres lecciones de San José para las familias según el Papa Fran-cisco14 Se busca el aborto libre y la impunidad del violador18 Salvemos a los dos20 Avisos Publicitarios

Revista Católica

Nº 43, Junio de 2015, Año 6

rescatandoalafamilia.blogspot.com [email protected]

Directora:

Rosa María Valencia Z.

Editor:

Santino Bruguera

Colaboradores:

Oficina de Comunicaciones del Arzobispado

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Queridos amigos:

En este mes celebramos la So-lemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía, sa-cramento que se representa el fruto del sacrificio de Nuestro Señor, quien entregó su vida para reconciliar a la Humanidad con el Padre.

A través de la Sagrada Comu-nión recibimos a Jesús mismo, y con Él, todo el bien espiritual de la Iglesia. El alimento y el conforte necesario para nuestra alma.

Decía Don Bosco, fundador de la Congregación Salesiana : “La Eu-caristía y la Virgen son las dos co-lumnas que han de sostener nuestras vidas”.

Así pues, procuremos recibir las gracias de este hermoso don todas las veces que podamos y estemos prepa-rados para ello. Sólo así seremos com-pletamente salvos.

Un abrazo en Cristo.

Editorial

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MISIÓN DE LA FAMILIA CRISTIANA

Familia, sé lo que eres!

17. En el designio de Dios Creador y Redentor la fa-milia descubre no sólo su «identidad», lo que «es», sino también su «misión», lo que puede y debe «hacer». El cometido, que ella por vo-cación de Dios está llamada a desempeñar en la historia, brota de su mismo ser y re-presenta su desarrollo diná-mico y existencial. Toda fa-milia descubre y encuentra en sí misma la llamada im-borrable, que define a la vez su dignidad y su responsa-bilidad: familia, ¡«sé» lo que «eres»!

Remontarse al «principio» del gesto creador de Dios es una necesidad para la fa-milia, si quiere conocerse y realizarse según la verdad interior no sólo de su ser, sino también de su actuación histórica. Y dado que, según el designio divino, está cons-tituida como «íntima comu-nidad de vida y de amor», la familia tiene la misión de ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor, en una tensión que, al igual que para toda realidad creada y redimida, hallará su cumplimiento en el Reino de Dios. En una perspectiva que además llega a las raíces mis-mas de la realidad, hay que decir que la esencia y el co-

metido de la familia son defi-nidos en última instancia por el amor. Por esto la familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y partici-pación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa.

Todo cometido particular de la familia es la expresión y la actuación concreta de tal mi-sión fundamental. Es necesa-rio por tanto penetrar más a fondo en la singular riqueza de la misión de la familia y sondear sus múltiples y uni-tarios contenidos.

EXTRACTO DE LA FAMILIARIS CONSORTIO (5ta parte)

Exhortación Apostólica de San Juan Pablo II

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En este sentido, partiendo del amor y en constante refe-rencia a él, el reciente Sínodo ha puesto de relieve cuatro cometidos generales de la fa-milia:

1) formación de una co-munidad de personas; 2) servicio a la vida; 3) participación en el de-sarrollo de la sociedad; 4) participación en la vida y misión de la Iglesia.

FORMACIÓN DE UNA COMUNIDAD DE PERSO-NAS

El amor, principio y fuerza de la comunión

18. La familia, fundada y vi-vificada por el amor, es una comunidad de personas: del hombre y de la mujer espo-sos, de los padres y de los hijos, de los parientes. Su primer cometido es el de vi-vir fielmente la realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de per-sonas.El principio interior, la fuer-za permanente y la meta úl-tima de tal cometido es el amor: así como sin el amor la familia no es una comunidad de personas, así también sin el amor la familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de perso-

nas. Cuanto he escrito en la encíclica  Redemptor homi-nis  encuentra su originali-dad y aplicación privilegiada precisamente en la familia en cuanto tal: «El hombre no puede vivir sin amor. Perma-nece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido, si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y no lo hace propio, si no participa en él vivamente».El amor entre el hombre y la mujer en el matrimonio y, de forma derivada y más am-plia, el amor entre los miem-bros de la misma familia —entre padres e hijos, entre

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hermanos y hermanas, entre parientes y familiares— está animado e impulsado por un dinamismo interior e ince-sante que conduce la familia a una comunión cada vez más profunda e intensa, funda-mento y alma de lacomuni-dad conyugal y familiar.

Unidad indivisible de la comunión conyugal

19. La comunión primera es la que se instaura y se de-sarrolla entre los cónyuges; en virtud del pacto de amor conyugal, el hombre y la mu-jer «no son ya dos, sino una sola carne» y están llamados a crecer continuamente en su comunión a través de la fide-lidad cotidiana a la promesa matrimonial de la recíproca donación total.Esta comunión conyugal hunde sus raíces en el com-plemento natural que existe entre el hombre y la mujer

y se alimenta mediante la voluntad personal de los es-posos de compartir todo su proyecto de vida, lo que tie-nen y lo que son; por esto tal comunión es el fruto y el signo de una exigencia pro-fundamente humana. Pero, en Cristo Señor, Dios asu-me esta exigencia humana, la confirma, la purifica y la eleva conduciéndola a per-fección con el sacramento del matrimonio: el Espíritu Santo infundido en la cele-bración sacramental ofrece a los esposos cristianos el don de una comunión nueva de amor, que es imagen viva y real de la singularísima uni-dad que hace de la Iglesia el indivisible Cuerpo místico del Señor Jesús.El don del Espíritu Santo es mandamiento de vida para los esposos cristianos y al mismo tiempo impulso esti-mulante, a fin de que cada día progresen hacia una unión

cada vez más rica entre ellos, a todos los niveles —del cuer-po, del carácter, del corazón, de la inteligencia y voluntad, del alma—, revelando así a la Iglesia y al mundo la nueva comunión de amor, donada por la gracia de Cristo.

Semejante comunión que-da radicalmente contradicha por la poligamia; ésta, en efecto, niega directamente el designio de Dios tal como es revelado desde los orígenes, porque es contraria a la igual dignidad personal del hom-bre y de la mujer, que en el matrimonio se dan con un amor total y por lo mismo único y exclusivo. Así lo dice el Concilio Vaticano II: «La unidad matrimonial confir-mada por el Señor aparece de modo claro incluso por la igual dignidad personal del hombre y de la mujer, que debe ser reconocida en el mutuo y pleno amor».

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100 años al servicio del Evangelio y la Cultura

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Las Hijas de San Pablo o hermanas Paulinas como más las conoce-

mos, cumplen 100 años de fundación. La congrega-ción fundada por el P. Al-berione, nace el 15 de Ju-nio de 1915 en Alba, Italia; conmemorando la fecha de encuentro del mismo P. Alberione con Teresa Mer-lo quien luego será Maes-tra Tecla – cofundadora, que por entonces ambos jóvenes dóciles al Espíritu Santo y llenos de fe, supie-ron decir ¡Sí! al llamado del Señor y emprender la hermosa aventura de la fe.Las primeras herma-nas muy jóvenes, fueron guiadas por Maestra Te-cla desde sus inicios para ser apóstoles de Jesucristo ante todo, pero también apóstoles de los nuevos medios de comunicación para llevar la Palabra de Dios a todos los hombres y mujeres del nuevo siglo que se iniciaba. P. Albe-rione, el gran profeta de la comunicación social trans-mitía a Maestra Tecla y en las jóvenes, todo el fervor y la audacia necesaria para la misión. No había una preparación como hoy, se puede tener al alcance solo bastaba la fe y la valentía para salir y comunicar a

Jesús, siguiendo el ejem-plo del apóstol San Pablo; a quien el P. Alberione lla-maba el verdadero padre y fundador incluso de la congregación por cuantas gracias, fueron recibiendo desde sus inicios bajo su protección, inspiración e intercesión. Las hermanas Paulinas, fueron conocidas e identi-ficadas por su gran espíritu misionero, la “propaganda de casa en casa” e ir utili-zando poco a poco los nue-vos medios, que la ciencia y la tecnología suscitaba dentro del proceso de de-sarrollo en la sociedad y en la Iglesia.

La prensa desde sus inicios

ha sido el gran medio que como Pablo, el gran após-tol que escribió sus cartas para comunicarse con las personas y comunidades de su tiempo; así también las hermanas fueron utili-zando la prensa para “ha-cer el bien” a través de los libros, folletos; realizando jornadas bíblicas o jor-nadas del Evangelio. Pos-teriormente fue la radio, el cine, la televisión, los medios audiovisuales que fueron utilizados para co-municar a Jesucristo y su Evangelio hecho imagen, color, sonido, música……

Hoy la tecnología se ha desarrollado notablemen-te y las hermanas Paulinas

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también han dado respues-ta a las exigencias y desa-fíos actuales, utilizando los nuevos medios de hoy: el internet, las redes sociales. Los centros de apostolado más conocidos son: las li-brerías o “pulpitos” como indica el P. Alberione, des-de los cuales se irradia “luz y calor” a “todos”; dando a conocer a Jesús, como el Camino, la Verdad y la Vida ya sea mediante un libro, una tarjeta, un pos-ter, un CD, un DVD, la pa-gina web.

Sí, mujeres consagradas, apóstoles que desde la li-brería realizan la cate-quesis y la pastoral de los medios de comunicación junto con laicos colabora-dores con tal de llegar a to-dos, se hacen “pan partido para la vida de muchos”.

Pero no solo son las libre-rías sus centros de aposto-lado sino también el cómo llegar a estos medios mo-dernos y cómo utilizarlos para la evangelización. Es de esta manera, la impor-

tancia de las ediciones es decir: “editar” – “crear” no solo un libro sino también los medios audiovisua-les. En otras palabras “el apostolado oculto – en el anonimato” o “detrás de cámaras”; donde herma-nas preparadas dedican su tiempo, inteligencia, ener-gías y la vida misma con tal de anunciar el Evan-gelio de manera creativa, amena, al alcance de todos, en constante innovación y dando respuesta a las ne-cesidades de hoy.

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Junto a las librerías tam-bién está el ámbito de las ferias y exposiciones ya sean locales, nacionales o internacionales, donde hermanas y colaboradores laicos comunican el Evan-gelio a tantas personas que quizá no conocen las librerías o para aquellos que están en búsqueda de Dios o alejados, ofrecien-do todo el material posible para una formación huma-na y cristiana. A causa del Evangelio, también reali-zan talleres bíblicos, char-las, misiones, organizan exposiciones en escuelas, universidades, parroquias y eventos eclesiales y cul-turales.

Cien años han transcurri-do desde el sí, de Maestra Tecla su cofundadora has-ta hoy, cien años de comu-nicar el Evangelio y pro-mover la cultura a través de los medios de comuni-cación.

Cien años en los cuales hay mucho por agrade-cer no sólo, por las ma-ravillas del Señor que ha obrado y permitido que hoy, estén en los 5 con-tinentes y en más de 50 naciones, con aproxima-damente 2600 hermanas; sino también con humil-dad reconocer los gozos y luchas, los tiempos de oscuridad, de pobreza, de ignorancia, los altos y bajos. Pero en todo momento, la confianza en Dios y la firme convicción que es el Señor, quien ha con-ducido y conduce la con-gregación; es su Palabra y la Eucaristía la que nutre, sostiene, ilumina y fortalece la vocación y misión de las Hijas de San Pablo día a día, con-vencidas en las palabras del Pacto:”No teman, desde Aquí quiero ilumi-nar, vivan en continua conversión”.n

Las Librerías Paulinas atienden al públi-co de la

ciudad de Arequipa de Lunes

a Viernes: 9:15 am a 1:00 pm /

4:00 pm a 7:40 pm y

Sábados: 9:15 am a

1:00 pm en su

local de la Calle

Jerusalen 130, en el

Cercado

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El Papa Francisco dirigió un importante discurso a la multitud reunida

por el encuentro de las fami-lias en Filipinas, a quienes ex-hortó a descansar en el Señor en la oración, levantarse con Jesús y María y ser una voz profética en medio del mun-do. A continuación, extractos del discurso del Santo Padre:Estimadas familias:Las Escrituras rara vez hablan de San José, pero cuando lo hacen, a menudo lo encuen-

tran descansando, mientras un ángel le revela la voluntad de Dios en sueños. Me gusta-ría descansar en el Señor con todos vosotros, y reflexionar sobre el don de la familia.Me gusta mucho esto de so-ñar en una familia. Toda mamá y todo papá soñó a su hijo durante nueve meses. Soñar cómo será el hijo. No es posible una familia sin so-ñar. Cuando en una familia se pierde la capacidad de so-ñar, de amar, esta energía de

soñar se pierde, por eso les recomiendo que en la noche cuando hagan el examen de conciencia, también se hagan esta pregunta: ¿hoy soñé con el futuro de mis hijos, hoy soñé con el amor de mi espo-so o esposa? soñé con la his-toria de mis abuelos? Es muy importante soñar, no pierdan esta capacidad de soñar. Y también cuántas dificultades en la vida del matrimonio se solucionan si nos tomamos un espacio de sueño, reflexión.

Las tres lecciones de San José para las familias según el Papa Francisco

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Si nos detenemos y pensamos en el cónyuge o la cónyuge y soñamos en las cosas buenas que tiene. Por eso es muy im-portante recuperar la ilusión. Nunca dejen de ser novios!A José le fue revelada la vo-luntad de Dios durante el des-canso. En este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de nuestras muchas obligaciones y acti-vidades diarias, Dios también nos habla. Hay tres aspectos que me gustaría que consi-derásemos:  descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser una voz proféti-ca.Descansar en el Señor. El des-canso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones que recaen sobre nosotros. Pero el descanso es también esencial para nues-tra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que Él nos pide.José fue elegido por Dios para ser el padre adoptivo de Jesús y el espo-so de María. Como cristianos, también vosotros estáis lla-mados, al igual que José, a construir un hogar para Jesús. Le preparáis un hogar

en vuestros corazones, vues-tras familias?Para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar una casa para Jesús, debéis ser capaces de descansar en el Señor. De-béis dedicar tiempo cada día a la oración. Es posible que me digáis: Santo Padre, yo quiero orar, pero tengo mucho tra-bajo. Tengo que cuidar de mis hijos; además están las tareas del hogar; estoy muy cansa-do incluso para dormir bien. Y seguramente es así, pero si no oramos, no conocere-mos la cosa más importante de todas: la voluntad de Dios sobre nosotros. Y a pesar de toda nuestra actividad y aje-treo, sin la oración, lograre-mos muy poco. Descansar en la oración es especialmente importante para las familias. Donde primero aprendemos a orar es en la familia. No ol-viden, cuando la familia reza unida, permanece unida.

Allí conseguimos conocer a Dios, crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de Dios, la Iglesia. En la fa-milia aprendemos a amar, a perdonar, a ser generosos y abiertos, no cerrados y egoís-tas. Aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesi-dades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia. Es muy importante. Por eso las familias son tan importan-tes en el plan de Dios sobre la Iglesia.Crecer con Jesús y María. Esos momentos preciosos de repo-so, de descanso con el Señor en la oración, son momen-tos que quisiéramos tal vez prolongar. Pero, al igual que San José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y ac-tuar (cf.  Rm  13,11). La fe no

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nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profunda-mente en él con la fuerza de la oración. Cada uno de no-sotros tiene un papel especial que desempeñar en la prepa-ración de la venida del reino de Dios a nuestro mundo.Del mismo modo que el don de la Sagrada Familia fue con-fiado a San José, así a noso-tros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. El ángel del Se-ñor le reveló a José los peli-gros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos lla-ma a reconocer los peligros que amenazan a nuestras fa-milias para protegerlas de

cualquier daño.Estén atentos a la nueva co-lonización ideológica. Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la fami-lia. No nacen del sueño, de la oración, de la misión que Dios nos da. Vienen de afue-ra, porque eso digo que son colonizaciones. No perdamos la libertad de la misión de la familia. Y pedirle a San José que es amigo del ángel para que nos diga cuándo pode-mos decir si y cuándo pode-mos decir no.Las dificultades que hoy pe-san sobre la vida familiar son muchas. Si, por un lado, de-masiadas personas viven en pobreza extrema, otras, en cambio, están atrapadas por el materialismo y un estilo de

vida que destruye la vida fa-miliar y las más elementales exigencias de la moral  cris-tiana. Esas son las coloniza-ciones ideológicas. La fami-lia se ve también amenazada por el creciente intento, por parte de algunos, de redefi-nir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida.Nuestro mundo necesita fa-milias buenas y fuertes para superar estos peligros. Fami-lias santas y unidas para pro-teger la belleza y la verdad de la familia en el plan de Dios y para que sean un apoyo y ejemplo para otras familias. Así pues, ¡proteged vuestras familias! Ved en ellas el ma-

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yor tesoro de vuestro país y sustentarlas siempre con la oración y la gracia de los sa-cramentos. Las familias siem-pre tendrán dificultades, así que no le añadáis otras. Más bien, sed ejemplo vivo de amor, de perdón y atención. Sed santuarios de respeto a la vida, proclamando la sa-cralidad de toda vida huma-na desde su concepción hasta la muerte natural. ¡Qué don para la sociedad si cada fa-milia cristiana viviera plena-mente su noble vocación! Le-vantaos con Jesús y María, y seguid el camino que el Señor traza para cada uno de voso-tros.El Evangelio nos recuerda nuestro deber cristiano de ser  voces proféticas  en me-dio de nuestra sociedad. José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de

Dios a cuidar de Jesús y Ma-ría. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición no sólo para la Sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de mo-delo para el niño Jesús, mien-tras crecía en sabiduría, edad y gracia (cf.  Lc2,52). Cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos va-lores, y les enseñan a colabo-rar en la sociedad, se convier-ten en una bendición para nuestro mundo.  La familia puede ser una bendición para el mundo.El amor de Dios se hace pre-sente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extende-mos el reino de Cristo en este mundo. Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bau-

tismo. Les pido además que os preocupéis de aquellos que no tienen familia, en particu-lar de los ancianos y niños sin padres. No dejéis que se sien-tan nunca aislados, solos y abandonados; ayudadlos para que sepan que Dios no los ol-vida. Cuánta gente trabaja en la Iglesia para que ese hogar sea una familia. Esto signifi-ca llevar adelante profética-mente una familia. Incluso si vosotros mismos sufrís la pobreza material, tenéis una abundancia de dones cuando dais a Cristo y a la comuni-dad de su Iglesia. No escon-dáis vuestra fe, no escondáis a Jesús, llevadlo al mundo y dad el testimonio de vuestra vida familiar.

No se olviden de la protección de San José. No se olviden de rezar por la familia. n

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Se busca el ABORTO LIBRE y la impunidad del violador

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En estas semanas se vie-ne llevando a cabo en el seno de la Comisión

de Justicia y Derechos Hu-manos del Congreso el de-bate del Proyecto de Ley Nº 3839 que pretende “Despena-lizar el aborto en los casos de violación sexual, insemina-ción artificial o transferencia de óvulos no consentidas”.

Al respecto quiero expresar una vez más mi defensa por aquel que tiene todo el dere-cho a vivir: el concebido no nacido, es decir el Niño por Nacer y señalar:

1 La doctrina de la Iglesia Católica, que guía la fe de la gran mayoría de los pe-ruanos, nos enseña que la violación sexual es un acto intrínsecamente malo y con-denable (ver Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2356). Nos solidarizamos con todas las mujeres que han sufrido tan brutal agresión, por ellas oramos, y la Iglesia les brinda su acogida, atención y ayuda maternal.

Como señala el Papa Francis-co en su última Exhortación Apostólica: “La sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier

vida humana” (Evangelii Gaudium, n. 213). Por eso además se encuentran las si-guientes razones basadas en la razón y el Derecho:

2. Del análisis del Proyecto de Ley Nº 3839, podemos ob-servar que la vida del conce-bido no es tomada en cuenta en ningún momento. En una violación donde se haya pro-ducido una fecundación, es decir donde se ha concebi-do una nueva vida humana, hay dos víctimas: la madre (la mujer violada) y el hijo. El fruto de este acto violen-to es un “niño inocente” que tiene derecho a la vida y que no tiene la culpa de tan bru-tal acción. No es al “niño ino-cente” al que hay que casti-gar matándolo, sino más bien hay que procesar y castigar al violador con todo el peso de la ley.

3. No se puede aceptar que en nombre de la defensa de los derechos humanos, en este caso de la libertad de la madre, se atropelle la vida de una criatura inocente. No se puede invocar un delito abo-minable como la violación para legitimar y justificar uno mayor: el asesinato de un Niño por Nacer. Carece

de toda racionalidad que se castigue con la muerte a un inocente, (el Niño por Na-cer), aplicándosele la pena de muerte, y no se castigue al criminal (el violador). El pri-mer derecho fundamental es siempre el derecho a la vida.

4. Más bien lo que hay que hacer es fortalecer a la justi-cia para que persiga y casti-gue al violador así como for-talecer a la sociedad para que garantice los medios de ayu-da y asistencia en favor de la madre tan dolorosamente sometida a una prueba tan tremenda. La experiencia nos demuestra que pruebas como éstas se superan con amor, acogida y acompaña-miento. Los programas de acompañamiento gratuito, sistemático y continuo hasta que el hijo cumpla el primer año de vida han demostrado gran eficacia al respecto (ver http://www.chileunido.cl/el-acompanamiento-previene-el-aborto/).

5. Someter a una madre al trauma del aborto en caso de violación es hacer pasar a la mujer por más sufrimien-to y más trauma. El aborto es un acto violentísimo que deja traumas y daños a todo nivel: físico, psicológico y es-piritual en lo que hoy es co-nocido como “Síndrome post aborto”. El aborto no repara la violación, sino peor toda-

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vía, la ahonda con mayores consecuencias y sufrimien-tos. De otro lado siempre está el recurso a la adopción.

6. El proyecto de ley en men-ción atenta contra la vida del Niño por Nacer protegido por nuestra Constitución Po-lítica en su artículo 2, inciso 1, que señala que “El conce-bido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”.

7. Este derecho a la vida del concebido está también pro-tegido por instrumentos in-ternacionales de Derechos Humanos, vinculantes al Es-tado Peruano, como la De-claración Universal de los Derechos Humanos (artículo 3); el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 6); La Convención Americana sobre Derechos Humanos – Pacto de San José (artículo 4, inciso 1); La Convención de los Derechos del Niño (artículo 3, inciso 1); y por nuestro ordenamiento legal vigente: el Código Civil Peruano (artículo 1); el Códi-go de los Niños y Adolescen-tes (Título Preliminar, artícu-los 1, 5 , 8 y 9 y Artículo 1); la Ley General de Salud (artí-culo III del Título Preliminar de la Ley 26842); la Ley del Ministerio de Salud (artículo 2° de la Ley Nº 27657) y final-mente la Ley 27654, que de-clara el 25 de marzo de cada año como el “Día del Niño

por Nacer”.

8. El aborto no es una solu-ción para detener la violen-cia en estos casos. Más bien lo contrario: la agrava y la incentiva. Eliminando el em-barazo que visibiliza el abuso sexual, el abusador se verá incentivado a perpetuar su repugnante conducta. En ese mismo sentido no creemos que tener un alto índice de violaciones, nos deba llevar a legalizar el aborto. Para ese supuesto una mayor cantidad de denuncias (porque esa es la data sobre la que se debe hablar) no implica necesaria-mente un mayor número de embarazos producto de las violaciones en perspectiva comparada.

9. La legalización del abor-to por violación, y cualquier otra circunstancia, no dis-minuirá la tasa de muerte materna en el país. Ya se ha demostrado en países como

Chile e Irlanda, en donde el aborto se encuentra total-mente penalizado y que po-seen las menores tasas de mortalidad de todo el mun-do, que la forma de disminuir la muerte materna es la insti-tucionalización del parto, los cuidados prenatales, las ca-sas de espera y la educación. La mayor tasa de muerte materna se da en el Perú por hemorragias, fruto de la casi inexistente atención de salud en zonas rurales, las distan-cias que se tiene que recorrer para llegar a un hospital y la poca información sobre los cuidados durante el embara-zo.

10. La legalización del aborto en caso de violación tampo-co solucionará de ninguna manera la agresión sexual a mujeres, niñas y adolescen-tes, ni disminuirá la tasa de muertes maternas, sino rei-teramos, beneficiará al vio-lador.

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11. Los legisladores más ex-pertos señalan que legali-zar el aborto por violación es abrir las puertas a serias complicaciones jurídicas ya que prácticamente cualquier unión, incluso consensual, podría ser presentada como contraria a la voluntad de la mujer y, por tanto, como una violación. Las estadísticas en el mundo entero demuestran que el aborto por violación no es ni siquiera aceptado por sus verdaderas víctimas, las mujeres violadas.

12. El Proyecto de Ley N° 3839 no tiene otra intención sino dar un paso más en la búsqueda del aborto sin res-tricciones en el Perú. Apro-

bar este Proyecto de Ley es abrir aún más la puerta al aborto libre, puerta ya pe-ligrosamente abierta con la aprobación del Protocolo de Aborto Terapéutico por par-te del Ministerio de Salud el 27 de junio de 2014, cuya derogatoria pedimos nue-vamente por ser una norma inmoral, inconstitucional e ilegal. Ésta es la verdadera intención de las personas y organizaciones promoto-ras de este proyecto de ley. Baste ver el triste camino ya recorrido en otros países. Si el dique se rompe en deter-minada parte llega un mo-mento en que si no se cierra, el caudal arrolla todo lo que tiene por delante.

13. Confiamos que la sen-satez y la cordura primarán entre los miembros de la Co-misión de Justicia y Dere-chos Humanos del Congreso y que procederán al archiva-miento definitivo de dicho proyecto de ley atentatorio contra la vida por nacer y nuestro marco constitucio-nal y legal vigente. Sería un contrasentido de parte del Congreso, que recientemen-te a través de la Comisión de Ambiente y Ecología del Congreso, ha aprobado por unanimidad el proyecto de ley de protección y bienestar animal, que ahora desproteja y dicte sentencia de muerte a un ser humano indefenso como es el Niño por Nacer. n

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Salvemos a los dos

COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA

Los Obispos del Perú, ante el inicio del debate en la Co-misión de Constitución y Re-glamento del Congreso de la República para la despenali-zación del aborto en casos de una violación sexual, inse-minación artificial o transfe-rencia de óvulos no consen-tida, consideramos nuestro deber expresar una vez más nuestra defensa de quien tie-ne derecho a nacer: el conce-bido no nacido. 1. La doctrina de la Iglesia Católica nos enseña que: “La violación es forzar o agredir con violencia la intimidad se-xual de una persona. Atenta contra la justicia y la caridad.

La violación lesiona profun-damente el derecho de cada uno al respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar a la víctima para toda la vida. Es siem-pre un acto intrínsecamente malo” (Catecismo de la Igle-sia Católica, n. 2356).

2. Si como fruto de la viola-ción ya se ha producido la fe-cundación del óvulo, enton-ces nos encontramos ante un nuevo ser humano y a este respecto es clara la doctrina de la Iglesia: “Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirma-do la malicia moral de todo aborto provocado. Esta ense-ñanza no ha cambiado; per-manece invariable. El abor-to directo, es decir, querido

como un fin o como un me-dio, es gravemente contrario a la ley moral” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2271). Que la fecundación se haya producido como consecuen-cia de una violación no cam-bia en nada esta valoración del aborto. La Iglesia con-dena con fuerza toda forma de violación, y defiende al mismo tiempo que nunca es legítimo matar al hijo conce-bido, ni siquiera en las con-denables y brutales circuns-tancias de una violación.

3. En una violación donde se haya producido una fecun-dación, es decir donde se ha concebido una nueva vida humana, hay dos víctimas: la madre (la mujer violada) y el hijo. El fruto de este acto vio-lento es un “niño inocente” que tiene derecho a la vida y que no tiene la culpa de tan brutal acción. No es al “niño inocente” al que hay que cas-tigar matándolo, sino proce-sar y castigar al violador con todo el peso de la ley.

4. De otro lado, someter a una madre al aborto en caso de violación es someter a la mujer a un doble trauma o daño físico, psicológico y espiritual: la violación y el aborto. Éste último–está de-mostrado– deja en la mujer marcas y heridas profun-das muy difíciles de borrar, conocidas como “Síndrome

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post aborto”.

5. Los ejemplares casos de mujeres violadas y embara-zadas, que sabia y valiente-mente eligieron mantener la vida de su hijo, testimonia que dicha decisión es

la que realmente triunfa so-bre la violación, ya que es la elección del bien sobre el mal y el triunfo del amor sobre la violencia.

6. Un cambio legislativo de esta envergadura es una vio-lación de los derechos huma-nos y va contra el derecho a la vida que la Constitución Política del Perú protege.

7. Los legisladores más ex-pertos señalan que legali-zar el aborto por violación es abrir las puertas a serias complicaciones jurídicas: prácticamente cualquier unión, incluso consensual, podría ser presentada como contraria a la voluntad de la mujer y, por tanto, como una violación. Las estadísticas en el mundo entero demuestran que el aborto por violación no es ni siquiera aceptado por sus verdaderas víctimas, las mujeres violadas.

8. Confiamos en que, así como en días pasados se ha invitado al Congreso de la República a representantes

de instituciones abortistas radicales, que defienden el aborto como un derecho y persiguen no sólo el fin de su despenalización por vio-lación sino la aprobación en el Perú del aborto libre, se invite también a este debate a la Iglesia y a las institucio-nes a favor de la vida; de este modo, el mencionado debate sería objetivo y representati-vo de toda la sociedad perua-na y no de unos cuantos pro abortistas radicales.

9. Advertimos que este pro-pósito de despenalizar el aborto por violación no es más que un nuevo paso en la búsqueda del aborto sin restricciones, camino dolo-rosamente ya iniciado con la aprobación del Protocolo de Aborto Terapéutico por par-te del Ministerio de Salud el pasado 27 de junio, cuya de-rogatoria pedimos insisten-temente por ser una norma inmoral, inconstitucional e ilegal (ver Comunicado de

la Conferencia Episcopal Pe-ruana: “No matarás al niño en el seno materno” –01 de julio de 2014–).

10. Finalmente, nos solidari-zamos con todas las mujeres que han sufrido tan brutal acción y por ellas oramos, reconociendo el valor de la mujer en la misión de la Igle-sia y en la construcción de la humanidad. Como nos dice el Papa Francisco: “Muchas cosas pueden cambiar y han cambiado en la evolución cul-tural y social pero es siempre la mujer la que concibe, lleva en su seno y da a luz a los hi-jos de los hombres. Y esto no es sencillamente un hecho biológico, sino que compor-ta una riqueza de implica-ciones, sea para la mujer, en su forma de ser, que para sus relaciones, en su forma de considerar la vida humana y la vida en general. Llamando a la mujer a la maternidad, Dios le ha confiado de forma especial al ser humano”. n

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