RevistaN19

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Nº 19 del mes de Agosto.

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contenidos

2 Editorial 3 Ponencia de Nuestro Monseñor 4 ¿Qué elijo ser en el matrimonio de mis hijos? 6 De una sola pieza 8 Matrimonio y Familia: consentir para casarse para toda la vida10 El hijo es un sujeto, no un objeto14 Photo Album: Celebraciones por el 4º Aniversario del Apostolado20 Anuncios Publicitarios

Revista Católica

Nº 19, Agosto de 2012, Año 3

rescatandoalafamilia.blogspot.com [email protected]

Directora:

Rosa María Valencia Z.

Administradora:

Guadalupe Soto V.

Editor:

Santino Bruguera

Colaboradores:

Oficina de Comunicaciones del Arzobispado

Sr. Juan Carlos Rivera V.Dr. Walter RomañaLic. Kharla Zúñiga

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Cómo están amigos:

En este número me complace com-partir con ustedes la alegría de las festividades de nuestro Aniversa-rio de “La Devoción a la Preciosa Sangre de Nstro. Señor Jesucristo”.

Todo se realizó en el bellísimo Santuario Eucarístico (Sacramen-tinos). Con una concurrencia que llenó el templo para la alegría de todos nosotros. Esta hermosa De-voción está creciendo, y dándo-se cada día a conocer. Así mismo los artículos que les presentamos como siempre, son de gran inte-rés y nos competen a todos seamos o no católicos.

Esta Revista está orientada a ser luz, verdad y conocimiento para todas las familias sin distinción, sólo nos lleva una auténtica y sana preocupación por salvaguardarla de todo aquello que pretende des-truirla como la mejor Institución natural dada por Dios.

Un abrazo en Cristo

Editorial

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Charla sobre la sexualidad dada por Mons. Javier del Río durante nuestro Té

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¿Obstáculo o medio de su felicidad?¿Qué elijo ser en el nuevo matrimonio de mis hijos?

La relación entre suegra y nuera no siempre es

sencilla de llevar y mante-ner. ¿Por qué? Como todos suponemos y sabemos está el hijo de por medio.

Ese hijo que usted ama-mantó, cuidó, protegió y amó con todo su ser, ese hijo que hasta minutos an-tes de casarse sólo vivía para compartir con usted,

ese hijo para el cual usted vivía, vivía al pendiente de su comida, ropa, salidas, retornos, trabajo, salud, etc. Ese hijo que sólo com-partía con usted se casa y

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todo cambia; usted deja de tener toda ingerencia y participación en su vida, ahora es con otra perso-na con la cual iniciará una nueva vida y creará una nueva familia donde usted tendrá que mantener una respetuosa y necesaria dis-tancia. Está conciente de ello, Y, sobretodo ¿Está dispuesta a ceder, com-prender y “aceptar” esta nueva actitud con su hijo y más aún con su “nuera”?Sino se tiene cuidado y prudencia, las relaciones con la nueva familia polí-tica pueden resultar muy difíciles y tornarse hasta conflictivas.Para evitar estas tristes si-tuaciones, la nueva pareja haciendo uso de la caridad y la diplomacia, deben po-ner límites en las nuevas relaciones con ambas fami-lias políticas para que éstas sepan hasta dónde pueden o no participar en la vida de los nuevos esposos. Los hijos deben mediar e interesarse porque las bue-nas relaciones se den siem-pre, teniendo una actitud clara, sincera y respetuosa que manifieste su querer, y su postura, ambos esposos deben apoyarse en ello te-niendo como único fin vi-vir todos en el orden y en el respeto.Sino se pone especial cui-dado en ello, cuando naz-

can los nietos, la situación podría ponerse peor, ya que los abuelos querrán participar e “interferir” aún más.El amor hacia la nuera o ha-cia el yerno no es obligato-rio ya que no son hijos, pero el respeto, la cordialidad, la consideración, y por qué no el afecto sí cabe y debe dar-se en las nuevas relaciones fruto de un auténtico amor a los hijos.

Es decir si yo amo bien a mi hijo (a) debo de hacer lo necesario para colaborar en su felicidad que, obvia-mente, está a lado de la persona que ha elegido.Está de más decir que todo esto incumbe al yerno y a la hija, tal vez apuntamos un poco más a la relación suegra-nuera por ser un poco más difícil de sobre-llevar como lo muestran las estadísticas. n

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Que poco útil es un tornillo que presenta fisuras, pues ante el

tirón o la presión se romperá, así el tornillo quedará inutili-zado, habrá dejado de ser ca-paz de cumplir con su misión de unir, el bien que podría haber hecho quedará anula-do. Pero esa misma historia que le pasa al tornillo, puede ser la triste historia de mu-chos hombres y mujeres, que parecieran que están cons-

truidos por compartimientos interiores, que les permite separar sus acciones de sus pensamientos, su actuación en el trabajo y en su familia, su fe y su vida, alguien po-dría decir de estas personas que son unas en su trabajo, otras en la fiesta, otras en la iglesia y otras en el deporte y aunque entendemos que las circunstancias de cada lugar son distintas, la persona es una sola. No es posible acep-

tar que una persona sea ama-ble con su jefe y cruel con su empleado, cariñoso con sus hijos y despectivo con los niños de la calle, sincero con sus amigos y mentiroso con su esposa, valiente para gri-tar pero débil para soportar el cansancio.

El hombre es un ser inteli-gente, con una inteligencia que le permite conocer la verdad. Unas verdades son

deunasola pieza

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más profundas e importan-tes que otras, pero cuando la persona llega a ellas y las hace suyas, muchas de estas verdades serán principios, ideas rectoras que guíen la conducta y orienten sus ac-tos. Recordemos que cuando un hombre no vive conforme a lo que piensa, lamentable-mente termina pensando de acuerdo a como vive y eso puede significar salirse del camino que conduce a la fe-licidad . Dentro de esas ver-dades tienen un papel princi-palísimo las referidas a la fe , son las verdades de fe, que en su inmensa generosidad Dios nos ha revelado y estas no pueden estar separadas en un estanco distinto, lejos de la vida misma, del dia a día, del recorrido por los más variados lugares y las más diversas circunstancias. Ese maravilloso don recibido de modo gratuito de las manos de Dios, como es la fe, tiene que llevarnos a conducirnos en todo momento y circuns-tancia como hijos de Dios, verdaderos Cristianos, que con su ejemplo en la fami-lia, en su trabajo, en la fies-tas, o en el partido de fulbito, muestran que son verdaderos seguidores de Cristo y que sus actos están conformados por virtudes humanas, vir-tudes cardinales y virtudes teologales.

Desde muy pequeños tene-mos que formar hijos que posean unidad de vida, de tal forma que exista una pro-

funda unidad entre su fe y su actuar, entre lo que piensan y lo que hacen.Solo de ese modo los hijos dibujarán con sus vidas un verdadero ejem-plo a seguir, sólo así podrán llevar mucho bien a los de-más, pues todas las enseñan-zas que Cristo nos ha dado las convertirán en lecciones de vida, que las veremos he-chas carne en sus personas. Todas sus obras estarán mar-cadas por ese amor a Dios, no importará las circuns-tancias sino la coherencia que se manifestará en cómo realizan sus trabajos o sus ta-reas, cómo tratan a las perso-nas que le rodean, qué cosas hablan, cómo bromean. Una persona con unidad de vida será la misma con los compa-ñeros de trabajo, con los ami-gos, con la familia, o cuando este enferma o en apuros económicos. Cuando se logra esa unidad de vida, aparece el buen ejemplo, consecuen-

cia de una auténtica vida de fe que arrastra a los demás. Lograr la unidad de vida, no es tarea fácil, pues el pecado original introdujo una herida que de algún modo produjo la desintegración interior, una dificultad para saber y conse-guir el bien verdadero, lo que puede llevar a obrar negativa-mente, a hacer un uso equi-vocado de las cosas materia-les, a no saber valorar a los demás, a caer en un profundo egoísmo y soberbia.

Son los padres los primeros llamados a dar ejemplo a sus hijos de unidad de vida, mostrando como la fe y el amor a Dios, iluminan todo su actuar, en todo momen-to y circunstancia y por ese ejercicio continuo de actos buenos, poseen virtudes, que se hacen presentes en todo momento y que son la mejor herencia para los hijos. n

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La Sagrada Escritura afirma que el hombre y la mujer fueron crea-

dos el uno para el otro: “No es bueno que el hombre esté solo”. La mujer, “carne de su carne”, es decir su otra mi-tad, su igual, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como un “auxilio”. “Por eso deja el hom-bre a su padre y a su madre, y se une a su mujer, de manera

que ya no son dos, sino una sola carne” (Gén.2,18-25).

El matrimonio es natural en su propósito, pero Divino en su origen. Es sagrado, conce-bido por Dios para perpetuar su acto creativo, engendrar los hijos de Dios, la unión de la pareja en el amor. El Ma-trimonio fue destinado por el Creador para la propagación de la raza humana y la mutua

ayuda de esposo y esposa.

Contraer matrimonio canó-nico es un derecho funda-mental de todo bautizado. El derecho natural a casarse se funda en la sola condición de persona, y el derecho fun-damental del fiel a contraer matrimonio canónico se basa única y exclusivamente en la condición de bautizado.La identidad de la familia

Matrimonio y Familia:

Consentir para casarse para toda la vida

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está ligada al matrimonio, de la misma manera en que la identidad del matrimonio está vinculada a la familia. Dicho de otro modo, la fami-lia está fundada por el pacto conyugal, y será verdade-ramente matrimonial sola-mente aquel pacto que goce de la necesaria apertura vital hacia la familia. No puede haber matrimonio si, con-temporáneamente no existe la familia. En el momento mismo del pacto nupcial no sólo se constituye la primera relación familiar sino tam-bién y necesariamente la co-munidad familiar.

Es el consentimiento de los esposos el que crea la fami-lia. El matrimonio, por lo tanto, nos ilumina el camino que nos introduce en la na-turaleza jurídica de la fami-lia, precisamente porque la causa eficiente del uno y de la otra es la misma: el con-sentimiento matrimonial.

Aquellos que contraen ma-trimonio lo hacen señalan-do su consentimiento de ser esposo y esposa. Consen-timiento es la misma esen-cia del matrimonio, y es por consecuencia de su libre, de-liberado consentimiento que un hombre y una mujer se convierten en esposo y es-posa. Siendo el matrimonio esencialmente un contrato que forma una unión indiso-luble, es importante saber si el consentimiento puede ser tan defectuoso como para

hacer un matrimonio moral y canónicamente no válido.

El matrimonio nace a través del consentimiento presta-do por personas hábiles y en condiciones previstas por el Derecho. El canon 1057 & 2 del Código de Derecho Canónico, precisa lo que se entiende por consentimien-to: “...es el acto de la volun-tad, por el cual el varón y la mujer se entregan y acep-tan mutuamente en alianza irrevocable para construir el matrimonio”. Se trata de un verdadero acto humano, que exige suficiente madurez, equilibrio psíquico y respon-sabilidad de la persona para captar, ponderar y valorar adecuadamente lo que se va a realizar, así como un ejerci-cio cabal y libre de la inteli-gencia y de la voluntad. Ade-más los sujetos han de ser ca-paces de poder cumplir, y por tanto asumir las obligaciones que conlleva el matrimonio, con autenticidad, aceptando la institución matrimonial en sí misma, en sus propie-dades, y en sus obligaciones,

tal y como se entiende la doctrina, y no configurando la institución matrimonial a conveniencias personales y/o intereses egoístas. El va-rón o mujer que se enfrenta a la decisión matrimonial, ha de tener la capacidad sufi-ciente para darse cuenta que el matrimonio implica ‘para él’ un conjunto de derechos y deberes que son esenciales y que tendrá que dar y acep-tar a y de su pareja.

Cualquier matrimonio entre bautizados es un matrimonio sacramental. En la doctrina se establece la inseparabili-dad del contrato y del sacra-mento, es decir, no es posi-ble separar ambos aspectos del matrimonio entre bau-tizados. El Papa Juan Pablo II, en su Discurso a la Rota Romana del 2003, recordaba que “la dimensión natural y la relación con Dios del ma-trimonio no son dos aspectos yuxtapuestos; al contrario, están unidos tan íntimamen-te como la verdad sobre el hombre y la verdad sobre Dios”. n

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Como hemos visto en números anteriores la técnica de la fecun-

dación in vitro con transfe-rencia del embrión (fivet) es la técnica que tiene como finalidad imitar, en un labo-ratorio, los procesos normal-mente necesarios para que se verifique una concepción. La concepción humana, o fer-tilización marca el inicio de la vida de un nuevo ser hu-mano, resultante de la unión del óvulo procedente de la madre y el espermatozoide procedente del padre.

SE VULNERA LA DIGNI-DAD DEL SER HUMANO

En la fivet el “producto” o “resultado” obtenido no es de hecho un objeto (el concebi-do in vitro posee la idéntica naturaleza humana y digni-dad personal del concebido in vivo), pero el camino re-corrido instaura una relación de dominio y superioridad práctica sobre los embriones, rebaja al ser humano conce-bido in Vitro a la categoría de cosa, “objeto producido”,

dependiente de la   voluntad de terceros.

Quien recurre a la Fivet ol-vida que el lugar originario del concebido no es el mun-do de las cosas, sino el de las personas y como tal debe ser reconocido siempre. El con-texto adecuado para el inicio de la vida humana es la re-lación de amor interpersonal entre un varón y una mujer. La posibilidad que la técnica da al hombre de “producir” en el laboratorio (al poner artificialmente las condicio-

El hijo es un SUJETO

NO un OBJETO

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nes) una nueva vida humana, trae como consecuencia una transformación en el modo de vivir y de pensar el signi-ficado de la paternidad hu-mana además de tratar a la persona del hijo (concebido) como objeto, no como suje-to, lo cual es impropio del ser humano.

En el ámbito jurídico se dice que la persona humana es sujeto de derecho no objeto de derechos. Desear tener un hijo puede ser un requisito necesario para una procrea-ción humana responsable, pero este deseo no puede anular el derecho de todo niño a nacer en el seno de una familia y como fruto del amor de sus padres. No exis-ten seres humanos de distin-ta categoría jurídica, todos somos personas, los embrio-nes son seres humanos y tie-nen la misma dignidad de los padres.

el neo concebido “producido” por la fivet está a disposición de terceros que lo pueden usar para la investigación, o bien -si se verifican sus cualidades- para insertarlo en una comunidad humana conyugal. Esta “disponibi-lidad del embrión” equivale a una dependencia radical de su existencia de la deci-sión de los otros: serán otros quienes decidan conferirle el estatuto de persona humana o continuar considerándolo como una cosa de la cual ha-cer uso. En valor de su vida

“dependería” de los deseos, de la voluntad y por lo tanto del poder de otras personas, lo cual equivaldría a servi-dumbre.

SE ATENTA CONTRA LA VIDA Y LA INTEGRIDAD FÍSICA DEL CONCEBIDO

La fivet expone a los em-briones a graves riesgos de muerte prematura en el la-boratorio, al congelamiento y la manipulación, con grave daño a su integridad física además de imposibilitarles su progresivo desarrollo en el seno materno.

Como hemos visto ante-riormente dentro de la lógi-ca productiva (inherente a la fivet) son fundamentales los parámetros de utilidad y eficacia, se utiliza para lo-grar un hijo, los medios con mayor probabilidad de éxi-to lo cual implica fecundar siempre más de un óvulo y transferir más de un em-

brión. Luego, no todos los embriones concebidos son transferidos al útero, algunos son congelados, utilizados en la experimentación, “dona-dos”,  usados para conseguir tejidos u órganos a usar en transplantes, etc. Incluso de los embriones transferidos al útero no todos logran im-plantarse. Además la fivet prevé el diagnóstico genético y la se-lección de los embriones for-mados in Vitro y la “reduc-ción embrionaria”,

Quien recurre a la fivet olvi-da que el concebido tiene de por sí el derecho inherente a la vida, por tanto no requiere de una normativa para ad-quirir dicho derecho ni pue-de ningún reglamento, ley, o convención quitarle o dismi-nuirle ese derecho a la vida, es suyo por el simple hecho de su humanidad.

SE OFENDE LA DIGNI-DAD Y EL DERECHO DEL

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HIJO A SER CONCEBI-DO, GESTADO, TRAÍDO AL MUNDO Y EDUCADO POR LOS PROPIOS PA-DRES

A través de esta técnica se puede “producir” seres hu-manos fuera del cuerpo de la mujer, prescindiendo de la existencia o no de un matri-

monio. Un niño que no será el fruto de la relación inter-personal de sus progenitores, sino de un “deseo” y de una técnica en la que se recu-rrió a donación de gametos, estará condenado a conocer sólo parte de su propio ori-gen, desde el momento que vendrá privado de sus padres biológicos. En el caso que

la solicitud sea hecha por una mujer sola (que desea un hijo pero no un esposo) recurriendo a semen de un donante; el niño deberá vivir en una familia con una sola figura genitorial y su estado de huérfano de padre no será un hecho accidental, sino fruto de una elección de la madre que para él, ya adulto,

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podrá resultar incompren-sible. Además posibilita el nacimiento de niños conce-bidos incluso después de la muerte de su padre genético: se crearía así la situación de un niño huérfano antes aun de ser concebido, lo cual es injusto.

El recurso a la madre susti-

tuta. La relación que se ins-taura entre una mujer y el niño y que se desarrolla en su útero durante los nueve meses de embarazo no se li-mita solo a un intercambio de sangre, sino que condicio-na el desarrollo psíquico de ambos, madre e hijo. El niño tiene el derecho de mantener esta relación en la vida post-natal. El ser humano tiene derecho a un pasado propio al que poder referirse para definir su propia identidad, tiene derecho a crecer en una familia, a conocer sus oríge-nes biológicos.

En conclusión: Una paterni-dad verdaderamente respon-sable no puede no advertir la necesidad y la obligación de garantizar al “hijo tan desea-do” los elementos mínimos para crecer armoniosamen-te, para alcanzar su propia identidad personal. Más aún, debe valorar responsable-mente, antes de “buscar el hijo a cualquier precio”, cuá-les son los hechos que pue-den violar los derechos fun-damentales del eventual hijo. Por ejemplo el derecho a la vida y la salvaguarda de la salud, el derecho de acceder a la propia historia, el derecho de ser educado por aquellos que lo han traído al mundo, etc. No respetar estos dere-chos lleva inevitablemente a la reducción del niño a un objeto o a un instrumento: acto radicalmente inhumano y por eso inaceptable. n

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Compartimos con uds. algunas imágenes de las festividades que tuvieron lugar con motivo del Aniversario del Apostolado.

El Rezo de la Novena a la Preciosa San-gre de Nues-tro Señor Jesucristo dio inicio a las actividades.

Cabe señalar que todas ellas se realizaron en el Santua-rio Eucarístico, también cono-cido como la Capilla de los Sacramentinos.

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Por la no-che se lle-vó a cabo el Rosario de Reno-vación, con la Ceremonia de las Velas.

Parte del grupo de

fieles y miembros del Apos-

tolado que par-

ticiparon en las ac-tividades.

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La Misa Central, ceremonia culmen de las Conmemoraciones.

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Miembros del Apostolado, en sus diversas órdenes, se preparan para recibir la Imposición de las Cruces por parte del Rvdo. Padre Marcial Rosado.

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El Crucifijo de Jesús Ago-nizante con la Sangre flu-yendo de sus heridas, es el

Símbolo de la Devoción a la Preciosa Sangre. En la ima-gen, es presentado al Altar

del Templo por hermanas del Apostolado.

Así culminaba otro Aniversario de esta Devoción en Arequipa. El Apostolado agra-dece a todos aquellos que, con su participa-ción, hicieron posible esta fiesta.

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