Revista vea 40 - Diciembre 2014
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ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN
Construir estrategiaspara el cuidado de lasalud del adulto mayor:una experienciaeducativa
Entrevista a laLic. Beatriz Morrone
GESTIÓN
El aporte de las herramientas de
gestión a la Enfermería
DICIEMBRE 2014
año 11 | número 40
dic
iem
bre
2014
año
11
| nú
mer
o 40
SumarioEditorial
Entrevista a la Lic. Beatriz Morrone
Lic. Miriam Cañete
Alejandra Fuente
SEGURIDAD DEL PACIENTE
Lesiones por extravasación
Dr. Fabián Vítolo
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I
El trabajo nocturno en enfermería:
características y problemas
Lic. Exequiel Avalos
II Jornadas de Enfermería del Sanatorio
Anchorena
“El valor del cuidado es cuidar con valores”
GESTIÓN
El aporte de las herramientas de gestión a la
Enfermería
Cp. Carolina Castellano
Cp. Noemí Giovagnoli
Organizado por la Asociación de Enfermería de
Córdoba (AEC) y la FAE
XXII Congreso Argentino de Enfermería
“Las enfermeras, una fuerza para el cambio y
un recurso vital para la salud”
RINCÓN LITERARIO
“Enfermería: mi historia”
Alessio Aguirre-Pimentel
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XIX JORNADA DE ENFERMERÍA
ORGANIZADA POR ADECRA - UCA
Actualización de enfermería en servicios de
emergencias
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II
Construir estrategias para el cuidado de la
salud del adulto mayor: una experiencia
educativa
Lic. Eduardo Rodolfo Blotta
Lic. Susana Esther Di Fulvio
Lic. Dominga Teresa Vitola
FICHA 39
Nutrición enteral por sonda nasoenteral
Lic. Mercedes Sosa
PRESENTACIÓN DE CASO
Bebé colodión
Enf. Alicia Benítez
Enf. Valeria Armas
Revisado por
Lic. Exequiel Avalos
INFORME
Algunas claves para comprender la
enfermedad por el virus del Ébola (EVE)
VEA EN FACEBOOK
¡Sumate a la Comunidad VEA!
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CONSULTORES ESPECIALISTAS
Aspectos legales de la profesión: Lic. Elena Perich, Secretaria General de FAE, Docente de la
Escuela de Enfermería de la Univ. de Bs. As. • Enfermería en Control de Infecciones: Lic. Stella
Maimone, Asesora de la Asociación Argentina de Enfermeros en Control de Infecciones (AADECI),
Ciudad Autónoma de Bs. As. • Enfermería en Cuidados Paliativos: Lic. Marta Junín, Coordinadora
de Grupo de Trabajo -Cuidados Paliativos- Hospital de Gastroenterología B. Udaondo, Ciudad
Autónoma de Bs. As. • Enfermería Laboral: Lic. Sofía Pagliero, Tesorera de AECAF (Asociación
de Enfermería de Capital Federal). • Enfermería Médico-Quirúrgica: Mg. Carmen del Pilar
Santesteban, Directora del Programa de Educación a Distancia, Escuela de Enfermería de la
Univ. Nac. de Rosario, Prov. de Santa Fe. • Enfermería Oncológica: Lic. Silvina Estrada de Ellis,
Jefa del Departamento de Enfermería de FUNDALEU, Ciudad Autónoma de Bs. As. • Informática
en Enfermería: Lic. Hugo Leoncio, Presidente de la Asociación de Informática en Enfermería de
la Rep. Argentina (ADIERA). • APS, Atención primaria y epidemiología. Ministerio de Salud de la
Nación, Lic. Analía Aquino.
CORRESPONSALES
Lic. Blanca Santillán –Rosario de la Frontera – Salta [email protected]
Lic. Javier Rosas – Salta - 3874253048 / CEL 3874095742
EN EL PAÍS: Catamarca (Capital): Lic. Estrella Tillar. Tel. (03833) 427839 (de 7:00 a 11:00).Córdoba
(Capital): Lic. Eduardo Giuliani. Tel. (0351) 4616362. Chaco (Resistencia): Enf. Lidia Muñiz de
López. Tel. (03722) 425050 int. 118. Formosa (Capital): Lic. Elisa Acosta. Tel. (03717) 433651.
Pcia. de Buenos Aires (La Plata): Lic. Juana Lucila Ayala Rosa. Tel. (0221) 4220234 (desde las
18:00). Mendoza (Guaymallén): Lic. María Rosa Reyes. Tel. (0261) 4215570. Misiones (Posadas):
Lic. Carmen Grittis. Tel. (03752) 428117. Salta (Capital): Lic. María del Valle Correa Rojas. Tel.
(0387) 4225426 - Roberto Javier Rosas Tel. (0387) 425-3048 Cel. (0387) 154-095742.
Concordia (Entre Ríos): Lic. Rosana Firpo. Tel. (02966) 15598681/ (02966) 433592. Santiago del
Estero (Capital): Lic. Mariano Aníbal Chávez. Tel. (0385) 4509574. San Juan (Capital): Lic. Mabel
Lucía Naveda de Torres. Tel. (0264) 4214370. San Luis (Capital): Lic. Mónica Soto Verchér. Tel.
(802652) 435837. Fax (02652) 431354. Tucumán (San Miguel): Lic. Natividad Díaz de Pacheco.
Tel. (0381) 4272728. Colegio de Profesionales de Enfermería de Jujuy: Tel. (0388) 4232910 / (0388)
154-387557 - Vicky Argañaraz - Capital Federal -Tel. 4833-4834. Nelly Guerrero (Salta) 0387-
4341788. Rubén Siorto - Venado Tuerto (Santa Fe) Tel. 03462-425490 / 03462-15667838.
Enfermería de Alto Riesgo. Salta Rosario de la Frontera: Lic. Rosaria Francisca Gerónimo.
EN EL EXTRANJERO: Colombia (Bogotá): Enf. Sonia Pimiento. Tel. 571-629-0766. Chile (San-
tiago): Lic. Celsa B. Parrau Tejos. Telefax 6347438. México DF (Capital): Lic. Claudia Alarcón Mo-
rales. Tel. 53-413157. Uruguay (Montevideo): Lic. Amanda Serrón. Telefax 598023 085866 (de
8:00 a 11:00). Uruguay (Montevideo): Lic. Teresa Estela Delgado González. Tel. 659-6007.
STAFF
DIRECCIÓN
Prof. Lic. Miriam Cañete
JEFA DE REDACCIÓN
Lic. María Mercedes Sosa
COMITÉ EDITORIAL
Prof. Lic. Walter Piceda
COORDINACIÓN EDITORIAL
Alejandra Fuente
DEPARTAMENTO COMERCIAL
Dr. Diego Rodríguez Donnelly
SUPERVISORAS
Rosario López Crozet
CORRECCIÓN Y TRADUCCIÓN
Prof. Magdalena Villaverde
EDICIÓN
Susana Prieto
Adecra
Montevideo 451 - Piso 10º (C1059ABI)
C.A.B.A. Argentina
Tel: (011) 4374-2526 Fax: 4375-2070
www.adecra.org.ar
www.enfermeria.adecra.org.ar
e-mail: [email protected]
Esta publicación es propiedad de:
Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospi-
tales Privados de la República Argentina
Autorizada su reproducción mencionando la
fuente.
Registro de Propiedad Intelectual Nº 399943
ISSN: 1669-385X
Base de datos de indexación:
CUIDEN - Tipo de indexación: EC-E
EBSCO
AÑO 11 | Nº 40 | DICIEMBRE 2014
visión de enfermería actualizada
4
Suscripción revista
Periodicidad trimestral
(marzo, junio, septiembre y diciembre)
Prof. Lic. Miriam Cañete
Directora
Editorial
5
El personal de enfermería es uno de los pilares del sistema de salud para las acciones de promoción de la
salud, prevención de enfermedades, atención y rehabilitación. Es sabido que el mayor porcentaje de acti-
vidades asistenciales (en muchos casos cercano al 95%) está a su cargo. No cabe duda de que revalori-
zar este protagonismo indiscutido y reflexionar acerca de cuáles son nuestras posibilidades y oportunidades
son los pasos que darán lugar a una participación más activa de enfermería en todos los procesos de
atención.
Las organizaciones están comprendiendo esto. Se hace cada vez más notoria la necesidad de evaluar la
situación del personal de enfermería en relación a sus condiciones laborales, salariales, de especialización,
su rol en áreas estratégicas como gestión y calidad, seguridad del paciente, control de infecciones, etc.
Es allí donde hoy se precisan y son reconocidas las competencias para dar respuesta a la complejidad del
actual sistema de salud.
La enfermería en Argentina presenta todavía rasgos cuantitativos críticos en todos los niveles de atención,
desde los sectores administrativos y de gestión hasta los distintos niveles de formación. Sin embargo, que-
remos destacar que en los últimos años han surgido iniciativas y se han producido movimientos importan-
tes, impulsados por quienes sienten la responsabilidad de responder al desafío de nuestros tiempos. Quienes
aceptan el reto y trabajan fuertemente por el aumento de la calificación del personal de enfermería.
Históricamente, junto con el compromiso, el progreso de la ciencia enfermera en la salud de la población
y la concientización sobre los avances científicos han sido el otro pilar para consolidación de la profesión.
En los últimos tiempos, a fin de cumplir con eficacia su función social, se han hecho importantes avances
en la disciplina gracias a la formación de posgrado y la generación de nuevos conocimientos.
Los integrantes del comité editorial de la revista VEA somos testigos de estos cambios y estamos com-
prometidos con el crecimiento y el avance de la profesión. Entendemos que para ello es necesario sumar
voluntades en todos los ámbitos de intervención, tanto de gestión como en los espacios de formación.
En estas fechas, renovamos nuestra confianza y compromiso para avanzar en forma conjunta hacia esa
meta común: que los cuidados de enfermería sean reconocidos y valorados en su vital importancia para
la salud de la persona, la familia y la comunidad.
visión de enfermería actualizada
6
¿Cómo descubriste la profesión?
Mi acercamiento a la profesión ocurrió
mientras ejercía como instrumentadora
quirúrgica. Más que descubrirla, hoy
creo que la busqué. Busqué el contacto
directo y permanente con las personas
y sus familias. Percibí que la instrumen-
tación quirúrgica me mostraba un as-
pecto muy restringido de la salud.
Al estar en contacto con las enfermeras
ENTREVISTA
7
“Descubrí la profesióna partir de buscar elcontacto directo ypermanente con laspersonas y susfamilias”
Lic. Miriam Cañete*
Alejandra Fuente**
* Directora de la revista VEA
** Responsable del Departamento de Capacitación & Eventos de Adecra
Entrevista a la Lic. Beatriz Morrone
fui observando las oportunidades que la
profesión ofrecía; de las charlas con
ellas surgió la necesidad de avanzar por
otro camino. Dejé mi otra profesión por
la enfermería y una vez en ella tuve pro-
yectos e intenciones un poco atípicos.
Hasta ahora nunca sentí limitaciones en
el ejercicio profesional, por el contrario:
creo que ofrece posibilidades muy ricas
y motivadoras.
� ¿Cuáles fueron los momentos más
importantes de tu carrera?
Esta respuesta es extensa e intensa.
Considero que los momentos más im-
portantes por su trascendencia han
sido:
1983. El ingreso al ejercicio profesional
en la salud pública de la provincia de
Buenos Aires en el área de cuidados
perinatales y las innovaciones que fui-
mos realizando desde 1983 a 1997.
1985. La conformación del primer Co-
mité de Docencia e Investigación en En-
fermería, CODIE/HIEMI.
1987. Primer Congreso de Enfermería
Materno-Infantil de Hospitales Públicos
de la Provincia de Buenos Aires. Su re-
alización permitió comenzar a trabajar
en red cuando todavía no se conocían
experiencias locales de redes en salud,
ni de redes en enfermería.
1986. Primer trabajo de investigación
que dirigí y que fue evaluado y expuesto
en un Congreso Internacional interdisci-
plinario demostrando lo que las enfer-
meras podíamos realizar dentro de la
esfera pública motivadas por la mejora
de la calidad de los cuidados y la cali-
dad de vida y de trabajo de la profesión.
1987. Se conoce el primer caso de una
mujer embarazada con diagnóstico de
SIDA en Mar del Plata. No existían nor-
mas de atención, experiencia, ni evi-
dencia disponible sobre normas de
bioseguridad para portadores de HIV o
casos de SIDA. Esto motivó que el
CODIE de Enfermería, parte del Comité
de Docencia del HIEMI y el Instituto Na-
cional de Epidemiología Juan H. Jara de
Mar del Plata elaboraran los protocolos
de atención para la atención de la mujer,
la organización del quirófano y la orga-
nización de la neonatología en donde
fue atendida durante muchas semanas
la niña. Fuimos un pequeño grupo de
enfermeras en calidad de voluntarias en
la atención directa de la mujer y su
beba. Un momento sumamente com-
plejo ya que no teníamos contactos rá-
pidos y asesoramiento con organismos
internacionales ni experiencia local, ni
disponibilidad de publicaciones científi-
cas sobre el tema, lo que motivó que los
profesionales (no sólo de enfermería) se
negaran a asistir a la mujer y su futuro
parto.
Con la colaboración del INE en los as-
pectos infectológicos, llegamos a elabo-
rar las normas que luego publicó la
provincia de Buenos Aires con sello pro-
pio. Esto nos valió un reconocimiento
especial a las enfermeras que participa-
mos directamente, así como la posibili-
dad de crear el Centro de Derivación
Provincial, ya que durante más de 18
meses todos los hospitales se negaron
a asistir a mujeres durante su gestación
y parto si eran portadoras de HIV tuvie-
ran diagnóstico de SIDA o no. Logra-
mos vencer los estigmas sociales,
realizar muchas acciones para volver a
vincular a los enfermeros que no com-
prendían lo que estaba sucediendo y
brindar una atención humanizada y ga-
rantizar el derecho a la salud y la aten-
ción de la enfermedad.
1988. Se crea la Unidad de Cuidados
Especiales Obstétricos, UCEO, una Uni-
dad de Cuidados Intensivos Monova-
lentes Obstétricos, que fuimos
organizando desde 1986 un grupo de
profesionales interdisciplinarios con una
filosofía de trabajo centrada en la Hu-
manización de la atención Perinatal, la
excelencia en la calidad de los cuidados,
la familia como eje de nuestra práctica,
la investigación-acción como metodolo-
gía de ejercicio profesional y el monito-
reo de la calidad de atención que
refundaba permanentemente nuestros
acuerdos fundacionales.
De esta experiencia se nutrió el proyecto
y luego se formaron áreas similares en
la Maternidad Sarda y otras institucio-
nes que enviaron sus profesionales a re-
alizar pasantías con nosotros. Esta
experiencia fue pionera en la presenta-
ción de trabajos de investigación sobre
mujeres con alto riesgo obstétrico que
requerían cuidados críticos y que no ha-
bían sido derivadas o tratadas en las UTI
de adultos polivalentes, los resultados
fueron socializados en los Congresos de
la SATI y en los Congresos Iberoameri-
canos de Cuidados Críticos.
Hoy esas entidades destinan sesiones y
Jornadas en sus encuentros científicos
a la problemática de la Obstetricia en
Cuidados Críticos. Abrimos un camino
muy importante en la calidad de aten-
ción a las mujeres y sus familias.
1995 a 1997. Abrimos un espacio insti-
tucional con mi propuesta de evaluación
permanente monitoreando la humaniza-
ción de la atención en el área de cuida-
dos obstétricos de bajo y alto riesgo,
cuyo centro fue la evaluación de la sa-
tisfacción sobre la calidad de los cuida-
dos percibidos por las mujeres y sus
familias.
Otro momento importante es el ingreso
a la docencia universitaria, paralela-
mente a mi práctica clínica. Siempre las
entendí en forma complementaria. De
manera similar, asumí la publicación de
libros -que son producto de años de in-
vestigación- como una manera de
poner a disposición de la sociedad el
trabajo que realizo.
En el ámbito académico incluyo también
el trabajo, durante ocho años, en la Se-
cretaría de Investigación y Posgrado en
la gestión de grupos y proyectos de in-
vestigación. Haber participado en en-
cuentros del CIE con trabajos de
8
visión de enfermería actualizada
9
ENTREVISTA
investigación y como parte de los co-
mités científicos; asesorar a institucio-
nes y observatorios de universidades
públicas en temas de comunicación,
salud y derechos de las mujeres.
Actualmente soy profesora en universi-
dades extranjeras para el dictado de
posgrados y co-coordinadora y funda-
dora (en 2006) de la Red Iberoameri-
cana de Historia de la Enfermería.
Desde 2011 soy integrante de la Junta
Directiva de la Federación Iberoameri-
cana de Historia de la Enfermería.
Realizaste una tesis de maestría
que se convirtió en una serie de li-
bros sobre violencia institucional.
¿Qué significó esto en tu carrera y
qué repercusión tuvieron esos li-
bros?
Mi tesis de maestría discute, com-
prueba y denuncia formas violentas de
atención y del cuidado. Cómo el cui-
dado, o lo que debió ser, se convertía
en trato violento, deshumanizado. De-
muestra la naturalización y legitimación
institucional de ese trato en los ámbitos
sanitarios de atención obstétrica y los
cuidados que la enfermería reproducía
junto a los demás profesionales y técni-
cos que rodeaban a la mujer y su fami-
lia. Esto fue mucho antes de que se
pudieran proponer y sancionar las leyes
de las que disponemos hoy en el país y
que son de avanzada en Latinoamérica.
La tesis sumó material, evidencia, y fue
incorporada como parte de las investi-
gaciones que en ese sentido y desde
otras perspectivas realizaron sociólo-
gos, psicólogos y antropólogos. Visto a
la distancia y a la luz de lo que hoy
hemos logrado, puedo decir que fue
una gran contribución. En los años si-
guientes a su difusión tuvo otro tipo de
repercusión, también importante, que
tuvo que ver con lo que pasa cuando
los intereses corporativos son amena-
zados: en lugar de revisar o intentar re-
futar lo que se exponía, hubo una
reacción conservadora, fundamental-
mente de parte de enfermería, para
mantener y reforzar la justificación de
esa actuación. Aunque nunca dijeron
que no era eso lo que sucedía, la expli-
cación fue que lo que sucedía no podía
ser de otra manera.
Hoy disponemos de leyes que resguar-
dan estos aspectos, pero la gran batalla
es cultural. Y los cambios culturales en
las instituciones sanitarias son lentos y
complejos; lo mismo ocurre con las ins-
tituciones formadoras. La producción y
reproducción de estas modalidades vio-
lentas requieren de un sostenido moni-
toreo para lograr erradicarlas, además
de una permanente y comprometida for-
mación en servicio basada en derechos.
¿Cómo surge tu deseo de escribir
un libro? ¿Cómo fue el proceso
para publicarlo?
El proyecto surgió de la necesidad de
todo investigador de socializar sus pro-
ducciones, de poner a disposición de la
sociedad el aporte de nuestro trabajo.
En cuanto a cómo fue posible llevarlo a
cabo, una arte tuvo que ver con la mo-
tivación y el convencimiento de que es
una obligación profesional producir tex-
tos que acompañen y promuevan re-
pensar aspectos de nuestra profesión,
provocar debates, abrir caminos, pro-
mover reflexión, construir otros espa-
cios profesionales.
“La Enfermeríame parece unadisciplinadesafiante y unespacio dondeel crecimientopersonal yprofesional esilimitado.Los próximosaños serán lo queconjuntamentelos enfermerospodamosconstruir comocolectivo”,afirma Morrone.
10
visión de enfermería actualizada
Con respecto a la publicación, hubo
marchas y contramarchas ya que los
autores que no estamos en las grandes
editoriales internacionales no dispone-
mos de acceso a contratos por un plazo
determinado y a los honorarios corres-
pondientes. Entonces, no es solamente
tener un método, constancia y motiva-
ción en la investigación y escritura de un
texto en formato libro, sino además ges-
tionar en editoriales pequeñas su publi-
cación. Esto trae aparejada la dificultad
de su distribución y puesta masiva en li-
brerías y la distribución en el exterior.
¿Qué opinás de la profesión enfer-
mera hoy y cómo creés que será en
los próximos años?
La enfermería me parece desafiante, un
espacio donde el crecimiento personal
y profesional es ilimitado. Los próximos
años serán lo que colectivamente los
enfermeros podamos construir como
colectivo. Si algo tengo muy claro es
que todo lo que sucede, favorable o
no, es producto de decisiones colecti-
vas por acción u omisión.
¿Cómo ves a la nueva generación
de enfermeros? ¿Qué mensaje le
darías?
Percibo en la nueva generación de en-
fermeros mucha desazón, que sin duda
heredan de lo que escuchan, ven y
comprueban en la escasa satisfacción
de quienes ejercen la profesión. Hay ex-
cepciones, claro, pero mayoritariamente
hay entre los mayores un discurso, una
queja permanente, que tiende a hacer
responsables a los otros de aquello que
correspondería hacer para cambiar las
cosas. Y esto influye en lo jóvenes, de
manera negativa. No es justo pretender
y pedirles que concreten lo que nuestra
generación no logró construir.
Creo que nos corresponde a los mayo-
res repensar qué factores operaron en
estas transformaciones y cómo se re-
produce actualmente en la formación y
en el ejercicio profesional la idea de que
necesitamos “una solución”, “una ver-
dad” (cerrar y clausurar); se atiende más
a esos aspectos en lugar de entrenarnos
en formular preguntas (dudar y revisar).
El mensaje que les daría es que miren al
futuro y se atrevan a soltar amarras, por-
que esa es la contratara de la desespe-
ranza. Reconstruir la identidad
profesional, en tanto práctica emanci-
padora, posibilitará que germinen en los
jóvenes colegas la esperanza y la parti-
cipación ciudadana, garantizando prác-
ticas que contribuyan a crear una
sociedad más saludablemente feliz.
Porque solamente con conciencia es-
peranzada, alegría y compromiso mili-
tante ciudadano la enfermería florecerá
y tendrá trabajadores satisfechos en su
ejercicio profesional.
Recibiste muchas distinciones en el
ámbito de la salud y también por tu
responsabilidad social. ¿Cuál es ac-
tualmente tu principal objetivo en
relación a esos ámbitos?
Los reconocimientos que recibí han sido
muy motivadores. Creo que es una res-
ponsabilidad profesional visibilizar as-
pectos que obstaculizan el crecimiento
y fortalecimiento profesional, así como
contribuir al debate y generar produc-
ciones que sirvan de insumo para la re-
flexión colectiva en la cual estoy muy
involucrada.
En ese sentido, mi principal objetivo es
mantener la militancia en defensa los
derechos de las mujeres y la erradica-
ción de formas violentas de atención en
ámbitos sanitarios, de los Derechos Hu-
manos en general, y en la ampliación de
ciudadanía y los aportes que pueda re-
alizar, siempre en clave colectiva, para
la construcción de un patria más equi-
tativa, inclusiva y soberana.
¿Cuáles son tus sueños o anhelos
relacionados con la profesión?
Que la enfermería argentina se atreva a
no desligar el recorrido histórico de
nuestra profesión de las inscripciones
ideológicas que subyacen a sus deci-
siones, porque esto significa vaciar de
sentido cualquier análisis. Por ejemplo:
asumir que haber eliminado de los pla-
nes de estudios de la formación profe-
sional la asignatura Historia de la
Enfermería fue proscribir tanto para los
estudiantes como para los graduados el
derecho de conocernos y repensarnos
como agentes de salud y agentes so-
ciales. Es imprescindible democratizar
este espacio para avanzar, propiciar el
debate historiográfico, la coherencia y
fundamentación de los análisis, y la ex-
plicitación de la línea ideológica en que
se sostienen las respuestas.
Un análisis histórico del camino de la
profesionalización, seleccionando perí-
odos en los cuales la enfermería generó
y afianzó en sus prácticas políticas ex-
plícitas, ponerlas en contexto dentro de
la historia del país y del continente en la
cual sucedieron, nos permitirá refutar
muchos supuestos históricos que si-
guen siendo asumidos como válidos y
se reproducen en la formación de ca-
madas de nuevos colegas que desco-
nocen la rica herencia de la enfermería.
11
SEGURIDAD DEL PACIENTE
Lesiones porextravasación
Dr. Fabián Vítolo*
INTRODUCCIÓN
Las lesiones por extravasación son
aquellas provocadas por la salida de
agentes bioactivos de su sitio de admi-
nistración intravenosa hacia el espacio
perivascular, provocando un efecto tó-
xico local cuya magnitud dependerá de
la naturaleza, cantidad y concentración
del medicamento, el tiempo de exposi-
ción y el lugar donde se produjo.
Cuando la lesión por extravasación es
detectada oportunamente, permanece
localizada y sana espontáneamente. Sin
embargo, en algunos casos el daño
puede continuar por meses, llegando a
comprometer nervios, tendones y arti-
culaciones. Si el tratamiento se demora
se debe llegar en muchos casos a la ci-
rugía plástica reparadora y, en ocasiones
muy desafortunadas, a la amputación.
La extravasación no es un fenómeno ex-
traño. Cerca del 5% de los pacientes
sometidos a ciclos de quimioterapia ex-
perimentan extravasaciones (1) (2), aun-
* NOBLE, Compañía de Seguros
que la incidencia de lesiones a partir de
las mismas es menor, oscilando entre el
0,1 y el 0,7% (3). En pediatría la inci-
dencia puede fluctuar desde un 11
hasta el 58% (4) (5).
No llama entonces la atención que las
lesiones por extravasación sean una de
las principales causas de demandas por
responsabilidad profesional (mala pra-
xis) en oncología, pediatría y diagnós-
tico por imágenes. También en
anestesia: cerca del 2% de las deman-
das vinculadas a eventos anestésicos
en algunas estadísticas se debieron a
extravasaciones (6). Estas complicacio-
nes ocurren aún en medios muy con-
trolados. Ante una demanda, la falta de
evidencias que demuestren que se to-
maron las debidas precauciones, o la
falta de una respuesta rápida y apro-
piada frente a la sospecha de una ex-
travasación, pueden hacer indefendible
el caso.
El Servicio Nacional de Salud Británico
ha desarrollado un sistema de reporte
anónimo de extravasaciones (7). En
base a los más de 8100 incidentes de
este tipo que se registraron entre 1999 y
2006 se descubrió que:
• En el 55% de los casos se utilizaron
bombas de infusión o inyectores auto-
máticos.
• El 16% de las extravasaciones ocurrió
luego de dos o más intentos de canali-
zación.
• En el 4,3% de los casos hubo proble-
mas de comunicación con los pacien-
tes.
FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo que deben pon-
derarse son:
1. el paciente y su enfermedad
2. la droga a inyectar
3. el sitio
4. la técnica
5. la medicación concurrente.
visión de enfermería actualizadavisión de enfermería actualizada
12
1. El paciente
Los neonatos e infantes, los ancianos y
los pacientes que no se pueden comu-
nicar tienen mayores posibilidades de
sufrir lesiones por extravasación.
La mayoría de las extravasaciones en
pediatría ocurren en neonatos y en niños
menores de 6 meses(8) y las lesiones
suelen ser más serias en este grupo que
en los adultos(9). Los niños internados
en unidades de cuidados intensivos se
encuentran particularmente expuestos
debido a la fragilidad de su piel inma-
dura, la necesidad frecuente de admi-
nistración de antibióticos por vía
intravenosa, suplementación nutricional
e hidroelectrolítica(8) y a la utilización
común de venas periféricas(10). El
riesgo también aumenta debido a que
los niños tan pequeños no están en con-
diciones de localizar y reportar el
dolor(11).
Los ancianos, por su parte, pueden re-
tirarse sus cánulas en cuadros de con-
fusión o excitación y en esta situación
pueden no referir el dolor. Además, la
fragilidad de su piel y venas periféricas y
su debilidad general también aumentan
la susceptibilidad a la extravasación (12).
Otros grupos de pacientes que también
presentan un mayor riesgo de extrava-
sación son los pacientes con mastecto-
mías o vaciamientos axilares(13) (por
disminución del flujo venoso, favore-
ciendo extravasaciones) y aquellos con
enfermedades que alteran la circulación
periférica (14) (15), como la diabetes (los
pacientes con neuropatía periférica pue-
den no experimentar dolor a pesar de
extravasación de sustancias vesicantes)
o el síndrome de Raynaud (el espasmo
arterial puede comprometer la circula-
ción periférica y reducir el flujo venoso).
Los pacientes con radioterapia previa en
el sitio de la canalización pueden desarro-
llar, en caso de extravasación de agentes
citotóxicos, reacciones locales severas,
algo que se ve principalmente con la do-
xorrubicina(17). El riesgo de extravasa-
ción también aumenta si la zona a
inyectar fue intervenida quirúrgicamente,
ya que es más probable que el tejido
subyacente se encuentre fibrosado.
Los pacientes con deterioro del sensorio
o con trastornos del lenguaje también
constituyen un grupo de riesgo (18) (19).
Se incluye aquí a los pacientes bajo
anestesia general, los sedados en forma
profunda o comatosos y los pacientes
con ACV o paralizados. Los adictos a
drogas IV se encuentran particularmente
expuestos, ya que suelen tener venas
trombosadas que limitan las posibilida-
des de acceso. También corren mayor
riesgo los pacientes con síndrome de
vena cava superior, dado que el au-
mento de la presión venosa favorece la
presencia de extravasaciones (20).
Dada la naturaleza tóxica de muchos ci-
tostáticos, el stress y trauma que genera
la canalización, sumado a que la qui-
mioterapia se da en ciclos, muchos au-
tores sostienen que los sitios de
aplicación deberían alternarse (21).
Un último factor a considerar en esta
compleja ecuación es la preferencia del
paciente. Muchos de ellos no quieren
ser canalizados en su mano dominante
y, de hecho, hay alguna evidencia que
indicaría que la posibilidad de extrava-
sación en estos casos sería mayor de-
bido a la presión que ejercería el mayor
desarrollo muscular sobre las estructu-
ras vasculares(21).
2. La droga o infusión
El daño de tejidos blandos luego de una
extravasación suele depender de las ca-
racterísticas físico-químicas de la droga
o infusión, entre ellas:
• La capacidad de ligarse directamente
al ADN (la mayoría de las drogas citotó-
xicas lo hace).
• La capacidad para causar vasodilata-
ción.
• El pH, la osmolaridad y el excipiente en
la formulación de la droga. Estos pará-
metros pueden definirse más específi-
camente como un pH por fuera del
rango de entre 5,5 y 8,5, una osmolari-
dad mayor que la del plasma (290
mosmo/L) y componentes en la fórmula
tales como alcohol y polietilenglicol.
Otros factores vinculados a la fórmula
que influirían en el riesgo son la concen-
tración y el volumen de la solución a ad-
ministrar. Desafortunadamente, estos
dos parámetros suelen ser contradicto-
rios ya que a menor volumen menor
riesgo de extravasación, pero a mayor
concentración es mayor la probabilidad
de daños severos en casos de produ-
cirse la misma. Como la forma más
común de disminuir el volumen es au-
mentar la concentración, el juego entre
estos dos factores es más un arte que
una ciencia.
a) Osmolaridad (10) (15) (22)
Para que la solución extravasada pro-
duzca lesiones serias, debe desplazarse
desde el sitio inicial de extravasación.
Este movimiento se hace evidente
cuando se considera que el área afec-
tada suele ser significativamente mayor
al volumen extravasado en el sitio de in-
yección. Si bien hay poca literatura que
haga referencia al factor tiempo, la ma-
yoría de los autores coinciden en que
cuanto antes se trate la lesión por extra-
vasación, menor será el área afectada y
mejor el pronóstico. Una mejor com-
prensión de los mecanismos de trans-
porte celular nos permitirá predecir
SEGURIDAD DEL PACIENTE
13
mejor el daño que puede esperarse a
partir de una extravasación. La presión
osmótica, directamente relacionada con
la osmolaridad de la droga administrada,
puede producir la muerte celular y por
ende la necrosis de tejidos a partir de la
implosión que se produce en contacto
con soluciones hipertónicas. Dentro de
estos agentes hiperosmolares que pue-
den causar daño tisular severo pode-
mos citar:
• soluciones de glucosa hipertónica
• solución salina hipertónica
• medios de contraste radiológicos
• cloruro de potasio
• cloruro de calcio
• bicarbonato de sodio
• nutrición parenteral
• antibióticos
Las extravasaciones que involucran
agentes hiperosmolares debidas a la nu-
trición parenteral son una complicación
que se da más frecuentemente en niños
(13) y puede causar daños severos y
contracturas de miembros en prematu-
ros. Otras lesiones pueden deberse al
uso de bicarbonato de sodio, que es
también altamente alcalino, pudiendo re-
sultar en la amputación de dedos en los
niños.
La solución salina hipertónica es el es-
clerosante de várices más asociado con
necrosis. Los escleroterapistas inexper-
tos (menos de 500 tratamientos) repor-
tan un 5% de incidencia de necrosis de
piel post tratamiento (23).
b) pH
El pH es un índice logarítmico del grado
de acidez o alcalinidad de una disolución
acuosa. Las sustancias con pH por
fuera del rango fisiológico (7,35-7,45)
también pueden lesionar los tejidos
blandos en caso de extravasarse(24). El
tiopental y la fenitoína(25), por ejemplo,
son sustancias altamente alcalinas y
causantes de lesiones severas, inclu-
yendo amputaciones. Dentro de estos
agentes ácidos o alcalinos, merecen
mencionarse:
• Tiopental (pH 10,5) –anestésico
• Fenitoína (pH 12) –anticonvulsivante
• Metohexital (pH 10) –anestésico
• Etomidato (pH 3) –anestésico
• Anfotericina –antifúngico
• Azul de metileno (pH 5) –colorante
c) Tono vascular
Las drogas vasoconstrictoras, al restrin-
gir el flujo de sangre local, pueden oca-
sionar necrosis isquémicas y lesiones
titulares graves en caso de extrava-
sarse(9). La extravasación de dopamina
parece ser un problema especial en las
unidades de neonatología (26). Los va-
sodilatadores, por su parte, pueden exa-
cerbar los efectos de la extravasación
aumentando el flujo sanguíneo local y
aumentando el área de la lesión. Entre
los reguladores del tono vascular que
pueden ocasionar problemas se men-
cionan:
• Adrenalina
• Noradrenalina
• Metaraminol
• Dopamina
• Dobutamina
• Vasopresina
• Prostaglandinas
• Epoprostenol
d) Toxicidad celular
Algunas sustancias tienen un efecto tó-
xico directo sobre los tejidos. Muchos
agentes antineoplásicos son vesicantes
directos (producen ampollas) y, además
de causar una lesión inmediata en el sitio
de extravasación, tienen la capacidad de
ligarse al ADN de los tejidos, de forma
tal que la droga es continuamente libe-
rada de las células que mueren a las cé-
lulas sanas, resultando en un lento pero
continuo crecimiento de la ulceración a
lo largo del tiempo (27). La doxorrubi-
cina, por ejemplo, puede permanecer en
los tejidos hasta cinco meses después
de la extravasación (28), lo cual significa
que la lesión puede presentarse tardía-
mente y con un área de destrucción ti-
sular extensa. Las úlceras causadas por
estos agentes altamente vesicantes
usualmente no cicatrizan y requieren de
cirugía plástica reparadora del defecto.
Dentro de los más vesicantes merecen
mencionarse:
• Doxorrubicina (29)
• Daunorrubicina
• Vincristina
• Vinblastina
• Mitomicina
• Azatioprina
• Aciclovir
En la siguiente tabla puede observarse
una lista de drogas citotóxicas clasifica-
das de acuerdo a su potencial para pro-
ducir necrosis severas en caso de
extravasación, de menor (Grupo 1) a
mayor (Grupo 5) (30):
14
visión de enfermería actualizadavisión de enfermería actualizada
Grupo 1:
Neutrales
Compuestos inertes o
neutros que no causan
inflamación o daño.
Asparaginasa
Bleomicina
Cladribina
Ciclofosfamida
Citarabina
Edrecolomab
Fludarabina
Gemcitabina
Ifosfamida
Melfalan
Pentostatina
Rituximab
Thiotepa
Beta-Interferon
Aldesleukina
(IL-2)
Trastuzumab
Grupo 2.
Inflamatorios
Drogas capaces de
producir inflamación
leve a moderada y
enrojecimiento local.
Fosfato de etopósido
Fluorouracilo
Metrotexate
Raltitrexed
Grupo 3:
Irritantes
Drogas capaces de
producir inflamación,
irritación y dolor en el
sitio de extravasación,
pero que raramente
causan disrupción de
los tejidos.
Carboplatino
Etopósido
Irinotecan
Tenipósido
Grupo 4:
Exfoliantes
Drogas capaces de
producir inflamación y
descamación de la piel,
pero que no suelen
causar la muerte del
tejido.
Aclarubicina
Cisplatino
Daunorubicina
Liposomal
Docetaxel
Doxorubicina
Liposomal
Floxuridina
Mitoxantrona
Oxaliplatino
Topotecan
Grupo 5:
Vesicantes
Drogas capaces de
producir dolor intenso,
inflamación y
ampollamiento de la
piel local, pudiendo
comprometer los
tejidos blandos
subyacentes y causar
necrosis de los tejidos.
Amsacrina
Carmustina
Dacarbazina
Dactinomicina
Daunorrubucina
Doxorrubicina
Epirrubicina
Idarrubicina
Mitomicina
Mustina
Paclitaxel
Estreptozocina
Treosulfan
Vinblastina
Vincristina
Vindesine
Vinorelbine
3. El sitio de inserción
El sitio de inserción del catéter también
es importante a la hora de prevenir le-
siones por extravasación. Una vez que
se ha seleccionado una cánula apro-
piada, debe elegirse para insertarla el
lugar que ofrezca menores riesgos. Un
sitio relativamente accesible, que sea
bien visible, que pueda fijarse y que re-
sista los movimientos del paciente.
Teniendo en cuenta estos factores, el
mejor sitio es generalmente el ante-
brazo. Sin embargo, debe aceptarse
que muchas veces no puede encon-
trarse una buena vía en dicho lugar. La
segunda alternativa suele ser las venas
del dorso de la mano. Como regla ge-
neral, deben evitarse las regiones arti-
culares y pliegues, ya que representan
pequeños espacios anatómicos, con
nervios y tendones subyacentes con es-
caso tejido blando de protección.
- Los sitios más frecuentes de extrava-
sación son el dorso de la mano y del pie
(31) (9), los tobillos (9), la fosa antecubi-
tal (9) y espacios articulares en donde
hay poco tejido blando que proteja las
estructuras subyacentes (32).
• Debe evitarse la fosa antecubital.
• Deben evitarse sitios con radioterapia
previa (17).
• Deben evitarse los miembros con pro-
blemas vasculares locales que puedan
15
SEGURIDAD DEL PACIENTE
reducir el flujo venoso, ocasionando es-
tasis de la solución y la potencial extra-
vasación (16) (18).
• La administración de agentes antineo-
plásicos a través de vías periféricas se
asocia con canalizaciones más frecuen-
tes, aumentando el riesgo de extrava-
sación. Es preferible en la mayoría de
los casos utilizar vías centrales.
• La flebitis inducida por la acidez de
una infusión puede llevar a la vasocons-
tricción, reduciendo el flujo alrededor del
sitio de punción. Esto puede determinar
un aumento de la presión intraluminal
que lleve a la extravasación.
4. Técnica
Los inevitables riesgos asociados al
error humano pueden ser minimizados
a través del entrenamiento y la capaci-
tación continua y no sólo a través de
cursos aislados.
La administración de quimioterapia es
un proceso complejo, con diferencias
importantes entre los distintos agentes y
requiere de personal que realice esta
actividad en forma rutinaria. La realiza-
ción esporádica de esta tarea no es
conveniente ni segura.
La selección de la cánula también es
importante. Está demostrado que las
cánulas rígidas de acero traen más in-
convenientes que las flexibles de teflón
o silicona. La tecnología asociada a
estos últimos catéteres ha evolucionado
notoriamente en los últimos años y per-
miten una inserción más segura. Aún
así, la selección del mejor dispositivo
continúa siendo un arte. Las cánulas fle-
xibles vienen en una gran variedad de
longitud y diámetros. Cuanto más pe-
queño y corto sea el catéter menor será
el trauma de la vena. Sin embargo, los
diámetros muy pequeños aumentan la
resistencia y disminuyen el flujo de la so-
lución, requiriendo en ocasiones au-
mentar la presión de inyección. Siendo
la pared de las venas relativamente frá-
giles, a mayor presión del fluido, mayor
chance de ruptura.
Aspectos a tener en cuenta:
• Muchas extravasaciones ocurren de
noche y pasan inadvertidas(9). Sin em-
bargo, datos del Sistema de Reporte de
Incidentes de Extravasación del Servicio
Nacional de Salud Británico muestran
que el 44% de las extravasaciones ocu-
rren entre las 14:00 y las 22:00 hs, el
10% entre las 22:00 y las 6:00 y el 38%
entre las 6:00 y las 14:00 (33).
• Los múltiples intentos de venopuntura
se asocian con una mayor frecuencia de
extravasaciones.(18) (20).
• La cobertura oclusiva del sitio de ca-
nalización puede ocultar la extravasa-
ción.
• La inyección forzada, tanto manual
como por bomba, en un espacio anató-
mico reducido puede resultar en un sín-
drome compartimental.
• Se corre un alto riesgo con personal
de enfermería inexperto, sobre todo
cuando se administran citostáticos.
• Las bombas de infusión con alta pre-
sión máxima exponen más a la extrava-
sación que las bombas volumétricas
con presiones de infusión más contro-
ladas (20).
• En diagnóstico por imágenes, la in-
yección automática del medio de con-
traste (rango medio de inyección de 2,5
ml/seg) produce más extravasaciones
que la inyección manual (15).
• Las extravasaciones producidas por
agujas butterfly de acero duplican a las
extravasaciones producidas por cánu-
las de teflón (34).
5. Medicación concurrente
Los siguientes medicamentos, indica-
dos en forma concurrente con solucio-
nes intravenosas, pueden aumentar los
riesgos de extravasación (35):
• Anticoagulantes, antifibrinolíticos, an-
tiplaquetarios: pueden exacerbar una
extravasación o causar un síndrome
compartimental aumentando el san-
grado local.
• Vasodilatadores: pueden aumentar el
flujo local y agrandar el área de lesión.
Terapia Hormonal: propiedades vasodi-
latadoras.
• Esteroides: propiedades vasodilatado-
ras.
• Diuréticos: pueden aumentar el flujo
sanguíneo local.
• Antihistamínicos: vasoconstricción de
arteriolas y capilares, resultando en in-
juria isquémica.
• Analgésicos: la disminución del dolor
puede llevar a que no se reporte la ex-
travasación.
• Antibióticos IV: la terapia antibiótica re-
petida puede trombosar las venas.
RECONOCIMIENTO
Debe sospecharse una extravasación
ante los siguientes síntomas o signos,
teniendo en cuenta que no siempre
están todos presentes (9) (16) (20) (36):
• Dolor quemante o punzante en el sitio
de inyección. El mismo puede ser mo-
derado o severo.
• Eritema, tumefacción, dolor a la pal-
pación.
• Falta de retorno venoso de la vía. Este
no es un signo de extravasación si apa-
rece en forma aislada.
• Hay resistencia al inyectar o bien la so-
lución no fluye libremente.
• Ampollas en el sitio de inyección. Su
presencia es indicativa de una lesión
que abarca más de una capa de la piel.
Puede haber también un oscureci-
miento de la misma.
16
visión de enfermería actualizada
• Induración: la induración temprana,
con o sin dolor a la palpación, suele an-
ticipar una eventual ulceración.
• Cuando la lesión abarca todo el gro-
sor de la piel, la superficie puede apare-
cer muy blanca y fría, sin relleno capilar,
desarrollando posteriormente una es-
cara negra y seca.
• La ulceración no suele ser evidente
hasta una o dos semanas luego de la in-
yección, cuando se cae la escara y se
revela la cavidad de la úlcera subya-
cente. Las úlceras tienen una base típi-
camente necrótica, amarillenta y fibrosa
rodeada de un anillo de eritema persis-
tente.
TRATAMIENTO
La gran variedad de trabajos sobre el
tratamiento de las lesiones por extrava-
sación refleja las diferentes visiones
existentes sobre el manejo de esta
complicación. No hay todavía el sufi-
ciente consenso como para formular un
algoritmo único basado en las propie-
dades físico-químicas de los grupos de
agentes. Tampoco es fácil predecir qué
casos evolucionarán hacia la necrosis ti-
sular significativa. La siguiente informa-
ción está basada en la evidencia
disponible al momento. Se recomienda
a los servicios la creación de normas
propias para el manejo de las potencia-
les extravasaciones de drogas que utili-
zan regularmente y que conllevan este
peligro.
a. Medidas Generales
Ante la sospecha de una extravasación
se deben tomar las siguientes medidas
iniciales (37) (38):
• Suspenda inmediatamente la inyec-
ción de la droga. No retire la vía y avise
al médico.
• Con la aguja colocada, trate de extraer
la mayor cantidad de droga extrava-
sada posible.
• Inyecte de ser posible 5-10 ml de
suero fisiológico a través de la misma
vía. Se busca así diluir el medicamento
extravasado.
• En los casos que corresponda, se de-
berá inyectar a través de la misma vía el
antídoto adecuado y las medidas físicas
correspondientes (ver puntos siguien-
tes).
• Retire la vía de administración.
• Eleve la extremidad afectada a un nivel
superior al del corazón.
• Marque el área de la extravasación
con marcador indeleble. Es conveniente
tomar una fotografía del área afectada
lo antes posible.
• No cubra el área para observar evolu-
ción.
• Ajuste la prescripción analgésica (mé-
dico).
b. Frío/Calor
La utilización de bolsas o compresas
frías o calientes se basa en los siguien-
tes principios:
• El calor induce vasodilatación, aumen-
tando el área de distribución y absorción
de la droga (20) (39) y disminuyendo su
concentración local (12) (32).
• El frío causa vasoconstricción, locali-
zando la extravasación(20), permitiendo
que los sistemas vasculares y linfáticos
locales dispersen el agente (39).
Con la excepción de los vinca-alcaloi-
des, el frío tópico es más efectivo en el
manejo de los vesicantes citotóxicos y
no citotóxicos (39). En la práctica, la
aplicación de calor húmedo lleva en mu-
chos casos a la maceración y la necro-
sis(9); por ello, el calor seco se reserva
para la vincristina, vinblastina, vindesine,
vinorelbine, además de la mitoxantrona,
mitomicina y docetaxel (38).
c. Corticoides
Los corticoides suelen utilizarse para re-
ducir la inflamación.
• Pueden ser utilizados en inyecciones
intradérmicas o subcutáneas o tópica-
mente en cremas (la más utilizada es la
crema con hidrocortisona) (38).
• La evidencia sugiere que los corticoi-
des no son de gran ayuda en la extra-
vasación de agentes antineoplásicos
debido a que la inflamación no juega un
rol preponderante en la etiología de la
necrosis de los tejidos.
d. Antídotos
Para que sean efectivos, la mayoría
debe colocarse dentro de los primeros
minutos (40).
• Hialuronidasa (38): utilizada para la
prevención de lesiones tisulares provo-
cadas por la extravasación de solucio-
nes IV hiperosmolares o muy alcalinas.
Se aplica en forma subcutánea o intra-
dérmica. Algunos de los fármacos para
los que es útil el tratamiento con este
antídoto son: aminofilina, anfotericina,
calcio, diazepam, eritromicina, gentami-
cina, fenitoína, cloruro de potasio, van-
comicina, bicarbonato de sodio,
nutrición parenteral total. Dentro de los
citostáticos se utiliza para la vinblastina,
vincristina, vinorelbine, vindesine, pacli-
taxel y oxaliplatino.
• Fentolamina: utilizado como antídoto
en extravasaciones de fármacos vaso-
constrictores ya que actúa como blo-
queante alfa adrenérgico, relajando la
musculatura lisa de los vasos sanguí-
neos.
• Trinitrato de glicerilo: utilizado como
vasodilatador tópico en casos de extra-
vasaciones por nutrición parenteral.
• Tiosulfato sódico: inactiva en forma di-
recta a la mustina.
17
SEGURIDAD DEL PACIENTE
• Dimetil sulfóxido al 98%: utilizado en
forma tópica para las extravasaciones
producidas por daunorubicina, doxoru-
bicina, dactinomicina, mitomicina y mi-
toxantrona, entre otros citostáticos.
• Dexrazoxane: utilizado para la extra-
vasación producida por la antraciclina.
e. Cirugía Plástica
Entre las indicaciones para el trata-
miento quirúrgico del área extravasada
se mencionan (18) (36):
• Necrosis de piel que abarca todo el
grosor de la misma, con bordes clara-
mente marcados con o sin franca ulce-
ración.
• Dolor intratable.
• La escisión amplia, incluyendo un
margen de tejido normal, facilita un in-
jerto o flap satisfactorio si bien las ulce-
raciones profundas pueden haber
comprometido nervios o tendones.
• Frecuentemente los pacientes termi-
nan con algún grado de contractura in-
dependientemente de cómo se cierre la
herida.
• El tratamiento quirúrgico precoz es
controvertido, ya que sólo un tercio de
las extravasaciones con vesicantes se
ulceran.
LESIONES POR EXTRAVASACIÓN. RE-
SUMEN DE RECOMENDACIONES.
La falta de evidencias que demuestren
que se tomaron las debidas precaucio-
nes o la falta de una respuesta rápida y
apropiada frente a la sospecha de una
extravasación pueden hacer indefendi-
ble al caso. Las siguientes recomenda-
ciones son de utilidad a fin de prevenir
daños a los pacientes y evitar reclamos.
• Conocer cuáles de las drogas IV que
se utilizan regularmente en su servicio
pueden tener efecto exfoliante o vesi-
cante.
• Prestar especial atención en el caso
de neonatos, niños menores de 1 año,
ancianos y todos aquellos pacientes
que no se pueden comunicar.
• Realizar un adecuado proceso de
consentimiento informado antes de ad-
ministrar citostáticos o medicación ve-
sicantes.
• Recurrir a personal especialmente en-
trenado para la aplicación de citostáti-
cos.
• En caso de poder elegir, tratar de ca-
nalizar el miembro no dominante.
• Utilizar siempre catéteres de teflón o
silicona. Evitar las agujas tipo butterfly.
Evitar, siempre que sea posible, las re-
giones articulares y los pliegues. Evitar
la fosa antecubital.
• Tratar de evitar los sitios con radiote-
rapia previa o con problemas vascula-
res locales.
• Utilizar vías centrales para la adminis-
tración de citostáticos o medicamentos
vesicantes, o si se encuentra dificultad
en la venopunción.
• Dejar visible la zona de la canalización.
Verificar siempre el retorno venoso. Es
recomendable efectuar comprobacio-
nes durante el tiempo que dure la per-
fusión.
• Las drogas más vesicantes en qui-
mioterapia deben administrarse pri-
mero.
• Entrenar al personal para el reconoci-
miento precoz de las extravasaciones.
• Preguntar repetidamente al paciente
si tiene algún dolor o sensación de
ardor en la zona de administración.
• Ante la sospecha de extravasación,
suspender la inyección de la droga. Tra-
tar de extraer la mayor cantidad de
droga extravasada posible e inyectar 5-
10 ml de suero fisiológico para diluir.
Tener disponible en el servicio un kit
para el manejo inicial. El mismo puede
estar compuesto por: 1 ampolla de hia-
luronidasa (1.500 unidades), crema de
hidrocortisona al 1%, solución salina
estéril, antídotos frecuentes (ej: dimetil
sulfóxido), compresas frías y calientes.
• Desarrollar un protocolo propio del
servicio para el manejo de estas situa-
ciones.
• Marcar con tinta indeleble la zona
afectada. Tomar fotografías lo antes po-
sible.
• Elevar la extremidad afectada.
• Informar al paciente de la situación.
• Documentar detalladamente en la his-
toria clínica:
- Nombre de la droga.
- Día y hora de la extravasación.
- Signos y síntomas (color de la
piel, integridad y temperatura de la
misma, edema, movilidad, dolor,
fiebre).
- Si hubo o no retorno venoso, re-
sistencia o falta de flujo libre.
- Si la administración fue en bolo,
por goteo o con bomba de infu-
sión.
- Tipo de catéter utilizado (inclu-
yendo el diámetro).
- Cantidad de droga administrada
y estimación de la cantidad extra-
vasada.
- Medidas adoptadas (ej: pack
frío, crema de hidrocortisona, etc).
- Desarrollar una planilla especial
de seguimiento del paciente. En
caso de pacientes ambulatorios,
comprometerlos a concurrir según
la necesidad (hacer firmar este
compromiso).
• Considerar la consulta temprana con
un cirujano plástico.
18
visión de enfermería actualizada
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19
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I
El trabajo nocturnoen enfermería:característicasy problemas
Lic. Exequiel Avalos*
INTRODUCCIÓN
Dormir es una necesidad humana de
primer orden. Por ello, habría que con-
siderar el sueño como una actividad
vital importante ya que las personas
pasan por lo menos un tercio o un
cuarto de sus vida durmiendo.
El sueño es un proceso universal común
a todas las personas; se lo considera un
estado de alteración de la conciencia en
el cual la percepción y la reacción al am-
biente están disminuidas 1. Entre los va-
rios factores que pueden impedir o
dificultar conciliar el sueño y su calidad
cabe mencionar los factores psicológi-
cos, ambientales, socioculturales y eco-
nómicos. Estos últimos forman parte de
los llamados hábitos de vida.
En los profesionales de enfermería, el
trabajo nocturno se relaciona estadísti-
camente con el deterioro de su calidad
de vida. Estudios realizados muestran
que las personas que trabajan de noche
presentan un grado menor de satisfac-
ción con el horario y con el trabajo en
general, que las personas que prestan
servicio en una jornada diurna. Esto
puede deberse a diversas causas, pero
indudablemente una de ellas es la difi-
cultad de adaptación a esos esquemas
por la alteración de los ritmos circadia-
nos (ritmos biológicos del ser humano
que siguen unas repeticiones cíclicas y
regulares) y sociales. 2
Los turnos nocturnos son también una
* Sub-coordinador de Neonatología y Pediatría, Sanatorio Anchorena.1 Kozier y otros (2005).2 Nogareda (2005).
Además de unaalteración delequilibrio biológicopor el desfasaje delos ritmoscorporales y elcambio en loshábitosalimenticios, losefectos negativossobre la saludrepercuten en lavida familiar ysocial.
visión de enfermería actualizada
20
importante fuente de estrés; tener que
trabajar en épocas de descanso habi-
tual para el resto de la población (épo-
cas de fiestas, fines de semana, etc)
puede inducir al consumo de sustancias
adictivas (tabaco, café, alcohol, etc.) y
generar fuertes sentimientos de des-
arraigo familiar, social y cultural, deterio-
rando lazos que son fundamentales a la
hora de tratar y de resolver un problema
de drogadependencia.
FISIOLOGÍA DEL CICLO CIRCADIANO
El ciclo sueño-vigilia es el más evidente
de los diversos ritmos de 24 horas que
presenta el ser humano. A nivel molecu-
lar, los ciclos circadianos endógenos
son inducidos por bucles de retroali-
mentación autosostenidos de tipo trans-
cripcional o traslacional.3 El período
genéticamente determinado de este os-
cilador nervioso endógeno, que en la
persona promedio es de unas 24,2
horas, está sincronizado de manera nor-
mal con el período de 24 horas del ciclo
natural de luz y oscuridad. La sincroni-
zación de los ritmos circadianos en ma-
míferos, gracias a los ciclos de luz y
oscuridad, es mediada por el fascículo
retinohipotalámico, vía monosináptica
que vincula neuronas ganglionares reti-
nianas, fotorreceptoras y especializa-
das, directamente a los núcleos
supraquiasmáticos.4 La falta de coordi-
nación de las señales emitidas por el
marcapasos circadiano endógeno con
en el ciclo sueño-vigilia deseado es la
causante del insomnio, así como de las
disminución en el nivel de alerta y del
menor rendimiento cognitivo en los tra-
bajadores nocturnos y en quienes viajan
por avión. Aunque la luz es el sincroni-
zador más importante en animales, pa-
rece ser que darse cuenta de la hora y la
interacción social son los dos factores
más importantes para sincronizar el
ritmo circadiano humano.
Además de la regulación nerviosa del
ciclo circadiano, el mecanismo de sueño
es regulado por una oscilación hormo-
nal circadiana, sumado a la acumulación
de adenosina por la actividad en el
tiempo en el que se está despierto. El
ser humano es diurno y se ha obser-
vado una dependencia entre la estimu-
lación luminosa y la necesidad de
mantener el ciclo circadiano estable. 5
TRASTORNOS DEL SUEÑO POR ALTE-
RACIÓN DEL RITMO CIRCADIANO EN
TRABAJADORES NOCTURNOS
El ciclo sueño-vigilia está gobernado por
dos sistemas neurobiológicos principa-
les: uno que genera activamente el
sueño y los procesos relacionados con
él, y otro que programa el momento del
sueño dentro del ciclo diario de 24
horas. Las alteraciones intrínsecas o ex-
trínsecas (ambientales, fármacos o en-
fermedades) en estos sistemas pueden
causar trastornos del sueño o del ritmo
circadiano.
Los trastornos del sueño son una de las
causas de consulta más frecuentes de
la práctica médica. Los adultos suelen
presentar por lo menos trastornos del
sueño esporádicos; para la mayoría,
esto supone una noche de sueño es-
caso y somnolencia diurna que se pre-
sentan de forma ocasional. Sin
embargo, hay quienes padecen algún
trastorno crónico y serio del sueño y de
la vigilia, lo que puede ocasionar altera-
ciones importantes en el funcionamiento
diurno. Además, los trastornos del
sueño pueden contribuir a la aparición o
agravamiento de trastornos físicos o
psiquiátricos.
La cantidad y la calidad del sueño son
trastornadas cuando las horas de sueño
se cambian de la noche al día. Estudios
realizados indican que los trabajadores
nocturnos duermen en promedio de 4 a
6 horas, comparados con las 7,5 horas
promedio en trabajadores diurnos. Ade-
más, para quienes trabajan sistemática-
mente en horarios cambiantes, el
sistema de coordinación circadiano no
es capaz de adaptarse satisfactoria-
mente a la inversión de horarios; esto
ocasiona una falta de ajuste entre el ho-
rario trabajo-descanso deseado y el
ritmo del marcapasos, resultando en un
sueño diurno alterado en la mayoría de
los sujetos.
La privación de sueño incrementa el
lapso en que se está despierto antes de
trabajar, produce desfasaje circadiano,
descenso del nivel de alerta y del fun-
cionamiento, incremento del tiempo de
reacción y un mayor riesgo de errores
de ejecución, lo que significa un riesgo
mayor de accidentes en los trabajado-
res nocturnos y otros sometidos a pri-
vación de sueño.
Rutenfranz y colaboradores señalan que
el problema fisiológico más importante
con respecto a los trabajadores noctur-
nos es “el problema de la resincroniza-
ción de las funciones fisiológicas
después de un cambio en las horas la-
borales y de sueño”.
El trabajador de noche tiene que dormir
de día cuando su ritmo circadiano le
dice que tiene que estar despierto, en
consecuencia el sueño de día se acorta
y pareciera ser “ligero” o “no satisfacto-
rio”; y a menudo no duerme lo suficiente
durante el día para combatir la fatiga de
noche (Roger & col.: 1997).
Muchos aprenden a crear métodos per-
sonales para que no les afecte tanto la
fatiga. Se podría pensar que quienes
trabajan permanentemente de noche
llegan adaptarse o acostumbrase a sus
horas de trabajo, ya que usualmente
3 Czeisler y otros (2009). 4 Casper y otros (2005). 5 Martinez y Sfredo (2010).
21
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I
algo es más fácil cuando una persona
lo hace por más tiempo. Sin embargo
muchos estudios demuestran que
nunca se acostumbran del todo a ese
calendario: hay muchas noches que to-
davía están cansados y tienen sueño, y
la fatiga se hace evidente cuando regre-
san a un calendario de día durante sus
días libres.
EL DESORDEN DEL TRABAJO POR
TURNOS Y EL SÍNDROME DE AGOTA-
MIENTO
Entre un 5 y un 10% de los individuos
programados para trabajar por la noche
o en las primeras horas de la mañana
tienen dificultades mucho mayores que
las promedio para mantenerse despier-
tos durante el trabajo nocturno y dormir
durante el día; a estos individuos se les
diagnostica un trastorno crónico grave
en el trabajo por turnos (desorden del
trabajo por turnos). Se estima que un
20% de los trabajadores no pueden to-
lerar el trabajo nocturno.
Estos desórdenes se producen cuando
los cambios de turno laboral afectan las
horas regulares de sueño; se caracteri-
zan por fatiga, ensueño excesivo y mala
calidad de sueño. En estos casos se re-
comienda el uso de estimulantes durante
el trabajo ya que la exposición a la luz,
habitualmente el paciente demora un
mes en adaptarse a las horas de trabajo.
El agotamiento del trabajador nocturno
también está asociado con la actividad
que realiza. Por ejemplo, la actividad la-
boral en unidades especializadas como
cuidados intensivos o coronarios tiene
una sobrecarga traumática del personal
de salud que provoca cansancio con
agotamiento emocional y sentimiento
de desvalorización de los éxitos perso-
nales. Esto se conoce como el Sín-
drome del Agotamiento (Burn out
Syndrome) 6.
PATOLOGÍAS ASOCIADAS AL TRA-
BAJO NOCTURNO
Alrededor del mundo se han hecho di-
versos estudios tratando de comprobar
la asociación del trabajo nocturno con
el riesgo aumentado de diversas enfer-
medades. Los efectos del trabajo noc-
turno en la función fisiológica debido a
disrupción del ritmo circadiano están
bien descritos. Sin embargo, el trabajo
nocturno también puede estar asociado
con desórdenes patológicos específi-
cos. Los trastornos que más frecuente-
mente se asocian al trabajo nocturno
son las úlceras pépticas, enfermedad
coronaria y compromiso del embarazo.
Los síntomas inmediatos que se aso-
cian al trabajo nocturno son trastornos
del sueño, fatiga, “jet lag” y disfunción
gastrointestinal 7.
- Mortalidad
Al día de hoy no existen evidencias que
muestren que el trabajo nocturno afecte
la longevidad. Se han hecho pocos es-
tudios que han tratado sobre mortalidad
relacionada con el trabajo en turnos y la
conclusión general es que no parece
tener implicaciones negativas en la mor-
talidad de los trabajadores. 8
- Trastornos gastrointestinales
Los trastornos gastrointestinales son
más comunes en trabajadores noctur-
nos que en trabajadores diurnos. Van
desde el dolor y alteraciones en los há-
bitos intestinales como diarrea y estre-
ñimiento hasta úlceras. La frecuencia de
los trastornos digestivos sugiere que los
hábitos alimenticios pueden jugar un rol
importante.
Los cambios alimenticios más importan-
tes son los cambios en las horas de co-
mida, la dificultad para obtener comida
caliente y nutritiva durante los turnos
nocturnos y la imposibilidad de tener
contacto social durante los tiempos de
comida con la familia o los amigos.
6 Triguero7 Knutsson (2003).8 Harrington (1978).
23
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I
- Enfermedad cardiovascular
Respecto a la enfermedad cardiovascu-
lar los datos no son concluyentes. Mien-
tras algunos estudios asocian el trabajo
nocturno con trastornos cardiovascula-
res otros niegan la existencia de correla-
ción.
- Cáncer
Aunque existe evidencia de la asocia-
ción entre algunas neoplasias y el tra-
bajo nocturno, el tema es tan amplio
que para cada tipo de neoplasia hay
datos que la refuerzan y otros que no.
El estudio de mortalidad llevado a cabo
por Taylor y Pocock reporta un incre-
mento significativo de incidencia de ne-
oplasias en trabajadores por turnos
comparado con la población general.
En el mismo sentido, un estudio danés
reporta un aumento en el riesgo de su-
frir cáncer de mama entre las mujeres
que trabajaron predominantemente de
noche. 9
- Diabetes mellitus y trastornos me-
tabólicos
Theorell y Akerstedt demostraron que
los niveles séricos de potasio, ácido
úrico, glucosa, colesterol y lípidos tota-
les aumentan durante el trabajo noc-
turno. Estos niveles se normalizan
cuando el trabajador retorna a su tra-
bajo diurno, por lo que estos autores
sugieren que el trabajo nocturno es un
estado catabólico y que puede tener
efectos a largo plazo sobre la salud car-
diovascular.
Los estudios que se han realizado com-
parando el peso de las personas que
trabajan de día con el de las que traba-
jan de noche no son concluyentes. Al-
gunos estudios indican que la ganancia
de peso es mayor en enfermeras que
trabajan principalmente de noche que
aquellas que trabajan de día, mientras
que otros señalan que el peso de los
trabajadores no se ve afectado por los
horarios de trabajo, aunque sí se ha en-
contrado que la distribución de la grasa
en personas que trabajan jornadas
nocturnas es más centrípeta que las
que trabajan de día.
Otros estudios sugieren que la obesi-
dad y la dislipidemia se incrementan
junto con la desaparición crónica del
sueño en personas que trabajan de
noche.
En diferentes estudios sobre la preva-
lencia de diabetes mellitus en la pobla-
ción de personas que trabajan de
noche. Aunque no se ha podido esti-
mar la cifra exacta, se sabe que es
mayor que la población general; ade-
más, el trabajo nocturno puede alterar
la ingesta de comida habitual y las co-
rrectas horas de administración de la in-
sulina en pacientes diabéticos.
- Enfermedad cerebrovascular
El trabajo nocturno está estrechamente
relacionado con la enfermedad cere-
brovascular, entendida como una ma-
nifestación más de las enfermedades
de origen vascular, cuyas principales
causas son la hipertensión y la ateros-
clerosis.
En algunos países (Corea, Japón, Tai-
wán) las enfermedades vasculares ce-
rebrales son consideradas como
enfermedades ocupacionales compen-
sables.
Un mal manejo de la salud ocupacional
puede influir también en el desarrollo de
eventos cerebrovasculares en trabaja-
dores con factores de riesgo preexis-
tentes. El trabajo nocturno y el trabajo
por turnos se han asociado como un
factor de riesgo para desarrollar un
evento cerebral vascular 10.
Un estudio realizado en 1980 concluía
que el trabajo nocturno afectaba a la
salud de los trabajadores sanitarios. En
el se citan los siguientes trastornos: ce-
faleas, dorsalgias, dolencias gástricas,
nauseas, dolores de piernas, perdida
del apetito, insomnio, sueño agitado,
fatiga general 11. En 2007, un estudio
transversal multicéntrico realizado
sobre los profesionales de enfermería
de cinco hospitales catalanes, concluía
que el trabajo nocturno se asocia a una
mayor incidencia de trastornos entre los
que incluía el insomnio e interrupciones
de sueño 12.
El tiempo laboral es uno de los aspec-
tos de las condiciones de trabajo que
tiene una consecuencia más directa
sobre la vida diaria. El número de horas
trabajadas y su distribución afectan no
sólo la calidad de vida en el trabajo sino
a la vida extralaboral. En la medida en
que la distribución del tiempo libre es
utilizable para el esparcimiento, la vida
familiar y la vida social, es un elemento
que determina el bienestar de los tra-
bajadores. Así, además de la alteración
de los horarios de alimentación, el si-
lencio durante el día para propiciar el
descanso, también conlleva una menor
oportunidad para la vida social al dis-
minuir la participación en actividades
con amigos o familiares.
En algunos trabajos es necesario esta-
blecer turnos de trabajo con horarios
que están fuera de los que seria acon-
sejable, ya sea por necesidades del
propio servicio o por necesidades pro-
ductivas. El aumento de la demanda de
diversos servicios en las instituciones
de salud y la incorporación de tecnolo-
gía han creado sistemas de trabajo que
requieren actividad laboral durante las
24 horas. El personal de enfermería
9 Hansen (2001).10 Dae y Seong (2010).11 Valdés (2005). 12 Bonet y otros (2009).
24
visión de enfermería actualizada
asignado al turno noche con una jor-
nada de diez horas día por medio, ex-
perimenta desajustes entre las
demandas de actividad y los ritmos bio-
lógicos internos que regulan el ciclo de
vigilia-sueño, con consecuencias direc-
tas sobre la vida diaria.
La indagación bibliográfica muestra que
sobre el trabajo nocturno se ha escrito y
hablado mucho, pero en realidad se ha
avanzado muy poco en su adecuada re-
gulación.
Las largas jornadas de trabajo en servi-
cios de guardia durante la noche y la ro-
tación de turnos son características
inherentes a la práctica hospitalaria que
no pueden eliminarse, por lo que queda
en manos de la medicina laboral velar
por el trabajador y su salud en relación a
los posibles efectos adversos y las re-
percusiones que estas condiciones pue-
dan ejercer sobre los trabajadores,
mediante la vigilancia de la salud y la
prevención de riesgos.
La identificación de los factores de riesgo
psicosocial a los que pueden estar ex-
puestos los médicos y enfermeras per-
mite adoptar medidas preventivas, que
pueden ser útiles para mejorar la salud y
la calidad de vida de estos profesiona-
les. Se debe insistir en que la programa-
ción de las guardias sea realizada y dada
a conocer con antelación y con tiempos
adecuados para que pueda producirse
la recuperación, ya que se ha demos-
trado que estas medidas contribuyen a
disminuir el estrés.
EL TRABAJO NOCTURNO EN ENFER-
MERÍA
En el caso particular de la enfermería,
debido a la rotabilidad de horarios los
turnos nocturnos se convierten en for-
mas de trabajo habituales para muchos
profesionales, acarreando así conse-
cuencias en el ámbito familiar, laboral,
social y de pareja, por citar algunos, y
transformándose en factores de riesgo
no sólo para los enfermeros sino tam-
bién para la prestación de servicios en
salud. Por esta razón se hace necesario
reflexionar sobre la manera de distribuir
los tiempos de trabajo (durante el día, la
semana, los años) e identificar cuáles
son los usos del tiempo que producen
mayor desgaste, malestar y desintegra-
ción social.
El horario nocturno no sólo afecta la
salud mental de los individuos sino que
además influye en las relaciones interper-
sonales. Entre el personal de enfermería
se ha observado una asociación entre el
turno laboral y alteraciones de salud tales
como trastornos digestivos, musculares,
de sueño, del carácter, actividad mental y
relación social, siendo común que las al-
teraciones gastrointestinales aparezcan
generalmente por el hecho de que los
trabajadores no poseen horarios ade-
cuados para alimentarse.
Producto de la pérdida de la vida social
y actividades de ocio y recreación, se
dan cambios en la dinámica de interac-
ción: se genera un submundo orientado
meramente a la vertiente del cumpli-
miento de funciones laborales y extra la-
borales que conduce al abandono de sí
mismo y a alteraciones de tipo emocio-
nal. Se ha demostrado la asociación es-
tadística entre la depresión y el trabajo
a doble jornada (necesaria producto de
los bajos salarios). El efecto de la doble
jornada en la salud mental de los traba-
jadores de enfermería se constató en
una investigación que intentó verificar la
prevalencia de estrés en los trabajado-
res, resultando que el 70,8% del grupo
con doble jornada estaban estresados,
en comparación al 55,5% que no tenían
dicha condición laboral.
RECOMENDACIONES
Con la información obtenida se puede
concluir que el trabajo nocturno es un
factor de riesgo para múltiples trastor-
nos orgánicos. Por lo tanto, es necesa-
rio hacer una cuidadosa selección de
personal que sea apto para ese trabajo.
Se recomienda además el examen pe-
riódico de los trabajadores nocturnos en
busca de enfermedades crónicas rela-
cionadas o de la exacerbación de enfer-
medades ya presentes. Las personas
que muestren trastornos del sueño u
otras enfermedades directamente rela-
cionadas con el trabajo nocturno deben
ser reubicadas en su horario de trabajo.
Las enfermedades más frecuentes que
padecen estos trabajadores nocturnos
son gastritis, obesidad, hipertensión ar-
terial y diabetes mellitus, todas las cua-
les son más prevalentes en personas
con horario nocturno que aquellas con
horario únicamente diurno a excepción
de la hipertensión arterial.
Hay una gran diferencia en la prevalencia
de infarto, accidente cerebrovascular y
epilepsia en trabajadores nocturnos
comparado con trabajadores diurnos.
Los síntomas más frecuentes que pade-
cen estos trabajadores son relacionados
con trastornos del sueño, gastrointesti-
nales y cardiovasculares, en ese orden.
-trastornos del sueño más frecuentes:
no dormir lo suficiente, fatiga durante el
día e incapacidad para conciliar el
sueño.
-trastornos gastrointestinales más fre-
cuentes: hambre, ardor estomacal y
comer a horarios desiguales.
-trastornos cardiovasculares más fre-
cuentes: cefalea, palpitaciones.
Por todo lo anterior se recomienda hacer
una cuidadosa selección de los trabaja-
dores que son aptos para trabajar du-
rante estos turnos y prestar especial
25
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CONCLUSIÓN
El trabajo nocturno implica un desafío para quienes recurren a este turno como alternativa a sus posibilidades
de trabajo por razones personales, familiares o sociales. En muchos casos, esto implica dejar a su familia para
presentarse a la jornada laboral nocturna, organizar su vida y buscar alternativas para el cuidado de sus hijos,
tareas domésticas y actividades instrumentales de la vida diaria (pago de impuestos, trámites, administración de
sus recursos, etc).
Aunque el trabajo nocturno muchas veces tiene momentos de gran esfuerzo físico y mental, un aspecto que lo
distingue muchas veces y en opinión de los propios colegas es la importancia del apoyo y la actitud solidaria entre
compañeros de trabajo. En su opinión, esto se produce por las características del turno mismo y el ritmo de la
noche en relación a la demanda de los pacientes, de otros profesionales y de la calma en cuanto a las activida-
des determinada por el descanso mismo de los pacientes, como del cese de actividades en general.
El trabajar como enfermero de turno noche puede representar una experiencia personal significativa más allá de
los problemas o trastornos que pueden acontecer en cuanto a la salud. En palabras de un enfermero: “Me han
dado más de lo que vine a ofrecer. Si comienzo a recordar mis momentos durante el tiempo trabajado en la
noche, la alegría de los logros es inmensamente mayor que todo el cansancio. He aprendido lo que es el trabajo
en equipo, el respaldo de mis colegas, la camaradería, dejando a un lado prejuicios y desvalorizaciones sobre
nosotros y sobre la enfermería”.
atención a cierto grupo de trabajadores
que están expuestos a mayores riesgos:
-personas mayores de 55 años
-personas con antecedentes de desór-
denes gastrointestinales
-personas diabéticas
-personas epilépticas
-personas con trastornos del sueño
Se deben realizar estudios sobre la inci-
dencia del trabajo nocturno en la salud
de los trabajadores.
26
“El cuidado es la esencia y la base sustancial del desarrollo de nuestra profesión. Los valores,
las creencias y las acciones representan aspectos necesarios a considerar al momento de re-
flexionar sobre nuestra actitud profesional y nuestras convicciones.”
El pasado 30 de octubre se llevaron a cabo las II Jornadas de Enfermería del Sanatorio Anchorena. Contaron con una alta par-
ticipación de enfermeros de la CABA y de las provincias.
El eje de las jornadas fueron los valores vinculados con la identidad profesional; la reflexión sobre la naturaleza del cuidado,
entendido como algo propio del ser humano, y al acto de cuidar como un valor en sí mismo, que denota tanto una cualidad
de ser como algo a lo que se aspira y en lo que cabe inspirarse. Los valores están al servicio de la vida y la vida al servicio de
los valores, de manera que hablar de valores conduce inevitablemente a hablar de humanización y en particular del cuidado
como acción humana.
Dentro del programa ocupó también un lugar destacado el análisis de la situación actual del sistema de salud a nivel nacional
y mundial y cómo incide en el ejercicio de la profesión; las estrategias desde las que se busca dar respuesta a las distintas
problemáticas y la importancia de la formación en el cuidado de calidad como cualidad distintiva de enfermería.
Enfermeras y enfermeros del Sanatorio Anchorena expusieron distintos casos seleccionados de los ateneos del Programa de
educación continua de la institución, entre ellos dos trabajos de investigación: “Clasificación de pacientes en internación ge-
neral” y “Seguimiento de catéteres endovenosos periféricos en el servicio de emergencias”.
Finalmente, queremos destacar entre los expositores que participaron de la Jornada al Mg. José Jerez, la Lic. Victoria Rosso,
Lic. Silvia Santulli, Enf. Marilina Ceriani, el Dr. Vittolo, la Lic. Judith Figueira y el Dr. Francisco Maglio.
“El valor del cuidado escuidar con valores”
II Jornadas de Enfermería del Sanatorio Anchorena
Lic. José Jerez Auditorio
27
GESTIÓN
El aporte de lasherramientasde gestión a laEnfermería
CP. Carolina Castellano*
CP. Noemí Giovagnoli**
Quienes nos hemos formado en el
campo de las ciencias económicas y
trabajamos en administración y gestión
de la salud solemos encontrar escepti-
cismo respecto de la utilidad de imple-
mentar algunas herramientas de
gestión entre los profesionales de la
salud, siendo que fue precisamente en
este campo donde se advirtió por pri-
mera vez la necesidad de contar con
herramientas que permitiesen medir su
desempeño.
En el caso particular de enfermería, en-
contramos el primer antecedente histó-
rico a mediados del siglo XIX, con
Florence Nightingale, considerada la
pionera de la enfermería moderna.
Nightingale comprendió la importancia
del rol de la enfermería en la calidad de
la salud; comenzó a recopilar estadísti-
cas sanitarias y desarrolló una labor que
le valió reconocimientos en el campo de
la estadística en general, llegando a ser
la primera mujer en ser aceptada en la
Real Sociedad de Estadísticas de Ingla-
terra.
Nightingale consideraba que los datos
estadísticos podían contribuir a un
modo organizado de aprender de la ex-
periencia si se los trataba adecuada-
mente, mediante estadísticas uniformes
y precisas que permitieran evaluar mé-
todos de tratamiento. Sobre esta base
desarrolló un formulario modelo de es-
tadística hospitalaria que fue aprobado
por el Congreso Internacional de Esta-
dística celebrado en Londres en 1860.
Este esquema recopilaba datos sobre
cantidad de pacientes admitidos, cau-
sas de egreso, estancia promedio, etc.
Las reducciones presupuestarias y la
escasez de enfermeros en distintos pa-
íses motivaron la investigación de la re-
lación entre la dotación de enfermería y
los resultados adversos en la atención
de los pacientes y el desarrollo de indi-
cadores específicos para el área que
permiten medir el impacto del cuidado
enfermero en la calidad de atención.
A raíz de estudios que asociaban una
dotación reducida con un aumento en
la mortalidad, los entes reguladores de
la salud en EEUU han reconocido la co-
rrelación entre el desempeño del perso-
nal de enfermería y la calidad y
seguridad de las instituciones de la
salud en general. A fines de la década
del ‘90, la Asociación Estadounidense
de Enfermeras (ANA) identificó 10 indi-
cadores críticos asociados al cuidado
de enfermería; los mismos se agrupan
en relación a tres grandes ejes: estruc-
tura, proceso y resultados.
* Contadora Pública (UBA). Miembro de la Comisión de Estudios Tributarios y de la Comisión de Salud del Consejo Profesional de Ciencias Eco-nómicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Socia de C&G Contabilidad & Gestión.** Contadora Pública (UBA). Licenciada en Administración (UBA). Miembro de la Comisión de Salud del Consejo Profesional de Ciencias Eco-nómicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Socia de C&G Contabilidad & Gestión.
28
visión de enfermería actualizada
INDICADORES DE LA ASOCIACIÓN ESTADOUNIDENSE DE ENFERMERAS
Estructura – Proporción de enfermeras graduadas.
– Total de horas de enfermería por día/paciente.
Proceso – Infecciones hospitalarias.
– Caídas de pacientes.
– Tasa de úlcera por presión.
Resultados – Satisfacción del paciente con los cuidados en general.
– Satisfacción del paciente con los cuidados de enfermería.
– Satisfacción del paciente con el manejo del dolor.
– Satisfacción del paciente con la información recibida.
– Satisfacción del personal.
Esta lista fue discutida (por ejemplo, se
agregaron más indicadores para centros
que no tratan agudos) y sometida a dis-
tintos procesos de revisión, hasta que fi-
nalmente, en 2001, la Asociación
Estadounidense de Enfermeras y la Es-
cuela de Enfermería de la Universidad
de Kansas desarrollaron la “Base de
datos nacional de indicadores de cali-
dad de enfermería” (NDNQI, por su sigla
en inglés). Esta base recopila única-
mente datos vinculados a enfermería y
permite a cada institución comparar su
desempeño en relación a promedios na-
cionales, rankings, etc. Actualmente
estos indicadores son utilizados para
certificar instituciones en programas sa-
nitarios; estos mismos u otros similares
son utilizados también en otros países.
Es posible adaptar esas experiencias a
la realidad de nuestro país y a la de
nuestra institución en particular, como
parte de un proceso de enriquecimiento
tanto para la organización como para
los profesionales intervinientes.
El uso de herramientas de gestión como
los indicadores de calidad implica un
avance en la gestión porque permite de-
terminar qué aspectos de la asistencia
resultan relevantes, establecer compa-
raciones, fijar objetivos y crear una cul-
tura de evaluación y mejora continua de
la práctica profesional. Otro factor fun-
damental es el trabajo con equipos in-
terdisciplinarios y la claridad en la
comunicación, para hacer visible que
estos indicadores no generan mera-
mente un historial sino que proporcio-
nan información útil que permite hacer
foco en temas y tendencias específicos;
marcan un camino que nos puede guiar
en la práctica diaria y en la toma de de-
cisiones.
La inexistencia de sistemas de informa-
ción no es un impedimento para utilizar
estas herramientas. Pueden analizarse
indicadores trabajando con sistemas
más o menos sofisticados, desde plani-
llas manuales, planillas de cálculo y
bases de datos muy simples, hasta el
software más complejo. Lo fundamen-
tal no es tanto el grado de complejidad
de las herramientas de análisis sino la
participación comprometida de todos
los actores en pos de un objetivo
común. El perfeccionamiento del sis-
tema de información de calidad es un
proceso dinámico, siempre susceptible
de modificaciones, ampliaciones y me-
jora. Generalmente, una vez que se ha
utilizado una herramienta de gestión y
se ha comprobado su utilidad, puede
continuarse con la implementación de
un cuadro de mando integral.
Cuando el personal recibe información
clara se interesa genuinamente por me-
jorar, buscar las causas del desempeño
no deseado y formas de solucionarlo. A
medida que todos los niveles se involu-
cran crece el apoyo y la confianza, se
cumple mejor con los indicadores, se
desarrollan otros nuevos y se crea un
círculo virtuoso. Se crea así una nueva
cultura organizacional, donde las pro-
pias áreas operativas son las que termi-
nan demandando que se profundice y
amplíe el camino emprendido.
Porque, como dice una máxima que se
atribuye a Aristóteles, “Somos lo que
hacemos día a día, de modo que la ex-
celencia no es un acto sino un hábito”.
30
Del 12 al 14 de noviembre se llevó a cabo el XXII Congreso Argentino de Enfermería, en la ciudad de Córdoba.
El evento contó con la participación y colaboración de los representantes de FAE y las Asociaciones Miembros,
y disertantes nacionales e internacionales de reconocida trayectoria en el campo profesional.
La temática del Congreso fue variada e innovadora; dio lugar a un intercambio de experiencias con colegas ex-
tranjeros que relataron la forma de trabajo en su país y expusieron un convenio a implementarse a partir de enero
de 2015: “Consultas y prescripciones en Enfermería”, firmado entre España, Argentina y otros 14 países más, a
partir del cual se unifican criterios en el proceso de atención de enfermería en un sistema informatizado y estan-
darizado acorde a la realidad local de cada país.
ORGANIZADO POR LA ASOCIACIÓN DE ENFERMERÍA DE CÓRDOBA (AEC) Y LA FAE
XXII Congreso Argentino de Enfermería“Las enfermeras, una fuerza para el cambio y
un recurso vital para la salud”
En el marco del Congreso se realizó la II Reunión de Líderes de
Enfermería y se hizo entrega del premio “Nydia Gordillo Gómez”,
en reconocimiento a la excelencia de las realizaciones de
Enfermería. Felicitamos a la colega Mónica Margarita Soto Ver-
cher por esta merecida distinción y a todos los postulantes.
¡Gracias a todos los que participaron, colaboraron y se su-
maron a esta propuesta en la cual la Federación Argentina
de Enfermería y las Organizaciones Miembros en especial la
Asociación de Enfermería de Córdoba dijeron nuevamente
“Presente”!
31
RINCÓN LITERARIO
Hace algunos años ocurrió un desastre natural. En la televisión se veía a un grupo de personas metidas en el agua
hasta la cintura tratando de sacar a alguien de una casa; un poco después, este mismo grupo, vistiendo su cha-
leco distintivo, realizaba curaciones a heridos, administraba medicinas, entregaba comida y ropa. Sentí tanta cu-
riosidad que minutos más tarde me puse en contacto con la institución y pregunté cómo podía hacer para participar
como voluntario.
Siguiendo sus instrucciones, me presenté en su sede. Allí me contaron sobre un curso de cuatro semanas
en el cual podría aprender tal y tal cosa; pregunté si una vez terminado este curso podría tomar otro y me dijeron
que si, uno de ocho semanas, con más contenidos que el anterior. Pregunté si podía luego hacer otros cursos más
y me dijeron que no, que el siguiente paso era la carrera de enfermero, que quizás podría interesarme.
“¿Enfermero?”, pregunté.
Quise saber más. Me dieron una copia del plan de estudios con la información sobre la duración, horarios
y demás. Me explicaron que, como enfermero, podía ayudar en cualquier situación de catástrofe y ofrecerme
como voluntario acá o fuera del país.
“Enfermero”, pensé. Y me pregunté por qué nunca se me había ocurrido.
Podría ayudar de verdad. Me imaginé compartiendo experiencias con personas lejanas a mí (lejanas en lo con-
ceptual, no necesariamente en lo espacial), aprendiendo cosas nuevas. Me vi a mí mismo, vestido con botas, jeans
y mochila en la espalda, con barba –siempre uso barba, pero en este sueño despierto está llena de pasto seco– y
un mapa en la mano, enviándole postales a mi novia para contarle que regresaré pronto, que la amo mucho.
La música de fondo se detuvo y me desperté del sueño. Medité, ya un poco más en serio, sobre la idea y
supuse que en realidad trabajaría en algún hospital o fundación cerca de mi casa y que –con suerte– algún día po-
dría hacer algún viaje como voluntario. Me gustaba trabajar con gente, aprender, compartir cosas, estar ahí para
los demás, recibir cosas de los otros y ofrecer cosas de mí. Sin dudas, enfermería era la opción.
Llamé a algunas instituciones; supe que hay licenciaturas (“¿licenciaturas?” sí, y yo no tenía idea), residen-
cias (“de verdad, ¿hay residencias en enfermería? ¿residencia en cuidados intensivos y emergencias? ¿residen-
cias en enfermería comunitaria, cardiología, neonatología?), doctorado en enfermería. “¿Dónde firmo?”
Vendí mi empresa y me inscribí en un instituto que ofrece la licenciatura. Terminé el primer cuatrimestre de
segundo año tratando de sacar las notas más altas que mi cerebro pudiera alcanzar, durmiendo poco y leyendo
mucho. Estoy estudiando en un lugar donde puedo hacer la residencia y la licenciatura al mismo tiempo; tengo
planeado anotarme en el programa PROFAM para cuando me permitan ingresar.
Y así, de repente, mi vida cambió.
Pasé el último verano como voluntario en una sala de atención primaria. Recientemente supe de un volun-
tariado en un hospital público y estoy tratando de participar; intento asistir a charlas y cursos. La enfermería inundó
mi vida. Espacios que antes habían estado vacíos ahora están llenos de información vinculada a la salud: puedo
charlar con amigos y extraños acerca de sus hábitos, de su alimentación, del duelo, de la pérdida, de la salud, de
los adultos mayores. Ahora, de verdad, puedo ayudar y ser ayudado, participar en actividades e invitar a la gente
a que sea partícipe... Como en aquel sueño, ¡pero ahora es real! Voy camino a ser un enfermero, un enfermero de
corazón. Amo pasar tiempo con las personas y aunque esto recién empieza siento que ahora tengo superpode-
res... ¡y puedo hacer una diferencia en el mundo!.
“Enfermería: mi historia”Alessio Aguirre-Pimentel*
* Estudiante - Instituto Universitario del Hospital Italiano
32
XIX JORNADA DE ENFERMERÍA - ORGANIZADA POR ADECRA -UCA
“Actualización de enfermería
en servicios de emergencias”
Lic. Pawlowicz, Lic. Nilda Acosta y Lic. Damanzo Mongeloz Auditorio
Lic. Gustavo Valenzuela
Se llevó a cabo el pasado jueves 23 de
octubre, la 19ª Jornada de Actualización
en Enfermería, con el objetivo de afian-
zar el compromiso con el sector de la
salud y brindar herramientas de capaci-
tación y perfeccionamiento al personal
de enfermería.
Organizada por Adecra y la UCA, la jor-
nasa tuvo lugar en el edificio San Alberto
Magno– Auditorio Santa Cecilia.
Con entrada libre y gratuita, participaron
más de 250 profesionales y estudiantes
del sector. Contó con la presencia de
distinguidos profesionales y represen-
tantes de los más importantes organis-
mos del sector.
La temática central de esta décimo no-
vena edición fue la actualización de en-
fermería en servicios de emergencias.
Se abordaron los siguientes contenidos:
el rol de la enfermería en emergencias,
por el Mgter Jorge R. Sabbadini; Emer-
gencias Pre-Hospitalarias y traslados
aéreos, a cargo del Dr. Alberto Marino y
del Lic. Gustavo Valenzuela; y el rol de
la enfermería en el triage de emergen-
cias con los Licenciados Roberto Pa-
wlowicz y Dámazo Mongelós.
La presidenta de la comisión de Enfer-
meros de Gestión de Adecra, Lic. Gra-
ciela del Valle Gómez, se refirió a la
importancia y convocatoria de las jorna-
das de enfermería llevadas a cabo en
años anteriores: “Mediante este tipo de
jornadas pretendemos afianzar nuestro
compromiso con el sector de la salud y
brindar herramientas de capacitación y
perfeccionamiento”.
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II
33
Construir estrategiaspara el cuidado de lasalud del adulto mayor:una experienciaeducativa
Lic. Eduardo Rodolfo Blotta*
Lic. Susana Esther Di Fulvio**
Lic. Dominga Teresa Vitola***
JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA
La cátedra de Enfermería en la Atención
del Adulto y Anciano I corresponde al
segundo año de la carrera de Licencia-
tura en Enfermería de la Facultad de
Ciencias Médicas de la UNR. Durante el
proceso de revisión de su programa
fueron identificadas algunas limitacio-
nes, principalmente: las características
de la enseñanza sobre el cuidado del
adulto mayor y el hecho de que el eje
del conocimiento transmitido al estu-
diante pasa por el sujeto enfermo. Par-
tiendo de esa concepción, la actividad
* Licenciado en Enfermería (UNR). Especialista en Docencia Universitaria (UTN Regional Rosario). Profesor Asociado Ordinario (DepartamentoEnfermería Médico-quirúrgica, Escuela de Enfermería. Facultad de Ciencias Médicas UNR). Docente Investigador Categoría IV (Programa de In-centivos Docentes UNR).** Licenciada en Enfermería (UNR). Especialista en Docencia Universitaria (UTN Regional Rosario). Profesora Adjunta Ordinaria (DepartamentoEnfermería Médico-quirúrgica, Escuela de Enfermería. Facultad de Ciencias Médicas UNR). Docente Investigadora Categoría IV (Programa deIncentivos Docentes UNR).*** Licenciada en Enfermería (UNR). Doctora en Enfermería (UNR). Profesora Adjunta Ordinaria (Departamento Enfermería Médico-quirúrgica, Es-cuela de Enfermería. Facultad de Ciencias Médicas UNR). Docente Investigadora Categoría III (Programa de Incentivos Docentes UNR).
Palabras clave: cuidado de la salud, adulto mayor, experiencia educativa
Key words: health care, elderly, educational experience
Resumen: El artículo presenta una experiencia educativa destinada a lograr la apropiación del cuidado de la salud por parte
del adulto mayor a través de charlas y talleres interactivos sobre problemáticas específicas de este grupo etario. Se proponen
además estrategias de construcción colectiva que estimulen su autonomía y responsabilidad en el autocuidado.
Abstract: This article presents an educational experience that is designed to help the elderly appropriate strategies of health-
care –this is done through lectures and interactive workshops to tackle specific problems of this age group. The article also ex-
plores strategies of collective construction that may encourage autonomy and self-responsibility among the elderly.
docente se había centrado en un mo-
delo clínico que considera al sujeto
como receptáculo pasivo de indicacio-
nes y cuidados, produciéndose de esta
forma una concepción reduccionista del
sentido de la enseñanza. En la tarea de
modificar estos lineamientos se contó
visión de enfermería actualizada
34
con el aporte de las asignaturas de se-
gundo año de la carrera (Biología II, Psi-
cología II y III), las cuales contribuyen
desde una concepción epistemológica
más amplia a la construcción de los
cambios a implementar.
La propuesta desarrollada se articuló en
la práctica con un modelo de trabajo
centrado en la atención primaria de la
salud. Desde su concepción social y
asistencial, este enfoque (compartido
con el área de epidemiología y preven-
ción de la UGL IX del PAMI) permitió
orientar la iniciativa hacia una visión que
abarque el sujeto y su contexto coti-
diano.
Desde principios del año 2003 y hasta
la fecha se han desarrollado tareas con-
juntas entre la Escuela de Enfermería
UNR y el Área de Epidemiología y Pre-
vención, entre las cuales destacan las
actividades en terreno destinadas a la
promoción de la salud y la prevención
de las patologías prevalentes en adultos
mayores. En base a los contenidos de
la atención primaria de la salud, la Es-
cuela ha participado con charlas y talle-
res de participación comunitaria en las
siguientes actividades:
• Relevamiento epidemiológico sobre
patologías prevalentes.
• IV Jornadas de Epidemiología y Pre-
ello, la actividad propuesta consistió en
la implementación de experiencias de
educación para la salud (charlas y talle-
res interactivos) a través de las cuales se
hizo énfasis en la adquisición de aptitu-
des destinadas a una mejor calidad de
vida del adulto mayor.
En los últimos diez años se han planifi-
cado distintas actividades como parte
de la experiencia pedagógica que lleva
adelante la cátedra, incentivando la par-
ticipación de los alumnos en la educa-
ción del adulto mayor respecto a temas
de salud y prevención de enfermedades
prevalentes en esa etapa.
OBJETIVOS
• Generar un espacio de comunicación
que permita la apropiación del cuidado
de la salud por parte del adulto mayor,
transformándolos de receptores pasivos
de indicaciones médicas (en el sentido
amplio, no hegemónico, del término) en
participantes activos en la preservación
de su propia calidad de vida.
• Favorecer la toma de decisiones del
adulto mayor basada en la construcción
de un conocimiento colectivo.
• Estimular la autonomía y responsabili-
dad del adulto mayor respecto del cui-
dado de su propia salud.
vención en los Adultos mayores del Área
de Epidemiología y Prevención, en la
Mesa Redonda “ Rol de la Enfermería en
un Programa de Atención Primaria de la
Salud dirigido al Adulto Mayor”
• Disertación y coordinación de talleres
en la “Primera Jornada de Enfermería en
la APS de los Adultos Mayores” .
• V Jornadas de Epidemiología y Pre-
vención de los Adultos Mayores del Área
de Epidemiología y Prevención. VIII Con-
greso Argentino de Epidemiología, Mesa
redonda: “La epidemiología en la forma-
ción de grado de los recursos humanos
en salud”.
• Seminario-taller: “Rol y participación
del colectivo enfermería en las redes so-
ciales orientadas hacia la atención del
adulto mayor”. VI Jornadas de Epide-
miología y Prevención en el Adulto
Mayor: “La articulación de las redes so-
ciales como ejercicio de la ciudadanía”.
• Coordinación de los equipos de enfer-
mería en las XIII, XIV y XV campañas de
vacunación antigripal.
Siguiendo esta línea conjunta de partici-
pación y trabajo, en el año 2011 se de-
cidió abordar dos aspectos puntuales y
propios de la situación de salud de esta
población: los traumatismos originados
en caídas y la hipertensión arterial. Para
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II
35
POBLACIÓN DESTINATARIA
Adultos mayores radicados en el muni-
cipio de Rosario, con residencia efectiva
en el área de influencia de cuatro cen-
tros de jubilados (Agrupación Celeste y
Blanco -Zona Centro-; Flor de Ceibo -
Barrio Las Flores -Zona Sur-; Lisandro
de la Torre -Zona Norte-; la Vecinal Em-
palme Graneros -Zona Oeste).
Dichos centros fueron seleccionados
por su alto grado de participación co-
munitaria y por ser integrantes del grupo
referencial de centros de jubilados sobre
los que se instrumentan en forma conti-
nuada las acciones en terreno del área
de epidemiología y prevención de la
UGL IX.
Asimismo, a fin de evitar el sesgo ecoló-
gico, se dividió la ciudad en cuatro
zonas (centro, sur, norte, oeste) eli-
giendo el centro con más cantidad de
actividades en cada una de ellas.
DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA
EDUCATIVA
Se trabajó sobre dos problemas rele-
vantes: la hipertensión arterial y preven-
ción de caídas.
El primero de los contenidos fue selec-
cionado por tratarse de una patología
que representa un problema de salud
pública: su prevalencia se incrementa en
forma sostenida con la edad (más del
60% de hombres y mujeres mayores de
65 años cursa hipertensión arterial); con
el aumento de la expectativa de vida de
la población se ha incrementado tam-
bién el número de individuos hiperten-
sos. Se trata, además, de una situación
clínica que condiciona la aparición de
otras afecciones secundarias (accidente
cerebro vascular agudo, cardiopatía is-
quémica, insuficiencia cardíaca)1.
En lo que respecta al segundo conte-
gias de enseñanza estuvo centrado en
el reconocimiento de algunas caracte-
rísticas propias del adulto mayor: su
aprendizaje debe ser organizado y lle-
vado adelante con un ritmo adecuado
tanto a su capacidad de procesamiento
de la información como a la necesidad
de participar (dar una opinión sobre el
tema, aportar conocimientos previos,
debatir). El reconocimiento de sus ex-
periencias previas, de las limitaciones
del tiempo y espacio y el ritmo individual
de aprendizaje son determinantes en
sus procesos de aprendizaje3.
Este tipo de experiencia posibilita la in-
serción práctica de los estudiantes de
enfermería universitaria en el campo real
de desempeño profesional. Les brinda
la ocasión de adquirir experiencia en las
competencias profesionales de la ca-
rrera y en el rol de educadores para la
salud. La vinculación con la comunidad,
en particular con este grupo etario,
ofrece al alumno un espacio de aprendi-
zaje capaz de generar un conocimiento
directo acerca de la problemática social,
considerar la pertinencia social del co-
nocimiento, sensibilizarse sobre las pro-
blemáticas prevalentes y valorar los
saberes del adulto mayor.
EVALUACIÓN Y RESULTADOS
La actividad fue evaluada mediante el
llenado de una encuesta de satisfacción
distribuida al finalizar el taller. La en-
cuesta, diagramada en forma estructu-
rada, consta de una serie ítems que
permiten valorar las siguientes catego-
rías: grado de comprensión logrado,
grado de interés suscitado y predispo-
sición a adoptar estrategias de autocui-
dado.
Los resultados obtenidos fueron los si-
guientes:
nido, se tuvo en cuenta la alta prevalen-
cia de traumatismos originados por ca-
ídas en el adulto mayor y la existencia
de factores asociados (traumatismos
previos, tener 80 años o más, pluripato-
logía, hipertensión arterial, discapacidad
motora y visual, medicación múltiple),
considerándose de suma importancia el
reconocimiento y el control de los obs-
táculos en el interior de la casa y en el
ambiente (factor extrínseco) y sus con-
secuencias (en especial la fractura de
cadera, que representa en este grupo
una pandemia mundial) por las impli-
cancias que dichos eventos conllevan
en las esferas familiar, social y econó-
mica2.
Se desarrolló una serie de encuentros
organizados de la siguiente manera:
-charlas o exposiciones dialogadas a
cargo de los estudiantes que cursan las
tres asignaturas de segundo año (enfer-
mería en la atención del Adulto y An-
ciano I, Biología II y Psicología III),
previamente preparadas con acompa-
ñamiento docente.
-un taller interactivo, coordinado por los
docentes de las cátedras mencionadas,
en el cual se buscó construir estrategias
basadas en la capacitación participante
y destinada a enfatizar el propio cuidado
de la salud del adulto mayor.
Los encuentros estuvieron a cargo de
veinticuatro estudiantes de segundo
año, divididos en dos grupos operativos
de doce integrantes cada uno. Conta-
ron con apoyo y supervisión en terreno
de docentes de la carrera y de profesio-
nales del área de epidemiología y pre-
vención, así como también con el
soporte de medios audiovisuales y ma-
terial didáctico que fue entregado a los
participantes.
El criterio de la selección de las estrate-
1 Vidalón Fernández A. (2006: 67-68).2 De Santillana H, Alvarado M, Medina B, Gómez O, Cortes G. (2002: 489-493).3 Lirio Castro J. y Morales Calvo S. (2011: 157-158)
36
visión de enfermería actualizada
Grado de interés de la charla (Gráfico 1)
interesante: 86.95%
bastante interesante: 11.59%
poco interesante: 1.46%
Grado de incidencia sobre el conocimiento previo (Gráfico 2)
sin modificación: 53.62%
modificación leve: 37.68%
modificación alta: 8,70%
37
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II
Grado de predisposición a adoptar estrategias de autocuidado (Gráfico 3)
alto: 60.87%
medio: 33.33%
escaso: 5,80%
Grado de comprensión de la charla (Gráfico 4)
muy clara y fácil de entender: 71.01%
clara y fácil de entender: 23,18%
algo difícil de entender: 15.81%
38
visión de enfermería actualizada
BIBLIOGRAFÍA
-De-Santillana H, Alvarado M, Medina B,
Gomez O, Cortes G. (2002) “Caídas en
el adulto mayor. Factores intrínsecos y
extrínsecos”. Rev. Med. IMSS; 40(6):
489-493.
-Grey Vickrey, Peg (2010). “Perlas de
conocimiento para la valoración de los
ancianos”. Nursing. Volumen 28. Nú-
mero 7; 24- 31.
CONCLUSIÓN
La implementación de estrategias acordes a la capacidad de aprendizaje del adulto mayor y la capacitación de los
estudiantes en relación a ellas, así como los contenidos temáticos abordados, facilitaron en un grupo mayoritario
de la población seleccionada el desarrollo de la capacidad para apropiarse de las herramientas necesarias para la
comprensión, la adopción y la toma de decisiones destinadas al cuidado de su propia salud en forma autónoma y
responsable.
La participación de los estudiantes en este tipo de experiencia favorece el desarrollo de estrategias de comunica-
ción y técnicas que contribuyen a generar intervenciones apropiadas para resolver las situaciones de salud que se
presentan en la práctica profesional.
-González SRL, Rodríguez FMM, Ferro
AMJ, García MJR (1999) “Caídas en el
anciano, consideraciones generales y
prevención”. Revista Cubana Medicina
Generalista ;15(1): 98-102.
-Lirio Castro J. y Morales Calvo S.
(2011) “El reto de la formación del pro-
fesorado para enseñanza de calidad en
las universidades de mayores”. Peda-
gogía Social, Revista Interuniversitaria
19; 155-166.
-Tobón Correa, O. (2003) “El autocui-
dado, una habilidad para vivir”. Disponi-
ble en:
http://promocionsaluducaldas.edu.co/do
-Vidalón Fernández A. (2006) “Hiperten-
sión Arterial: una introducción general”.
Acta méd. Peruana [online] Vol.23, N°2;
67-68.
Entre los aspectos de la vida cotidiana a
tener en cuenta para mejorar la salud
fueron mencionados:
-llevar una dieta equilibrada
-comer sin sal
-realizar actividad física
-reducir la ansiedad
-tomar más tiempo y poner cuidado al
hacer las cosas
-caminar con cuidado
-no usar pantuflas; usar calzado ade-
cuado para no resbalar
-sacar alfombras, felpudos u otros obje-
tos que puedan interferir en la circulación
-mejorar la iluminación
39
1) Definición
La nutrición enteral se define como la
administración de nutrientes mediante
una sonda con la intención de contri-
buir al aprovisionamiento de los re-
querimientos calórico–proteico totales
o parciales en pacientes que no pue-
den o no quieren ingerir alimentos por
boca.
2) Objetivo
• Incorporar nutrientes a:
- Pacientes desnutridos con dificultad
para ingerir alimentos en un período >
5-7 días y con una mínima capacidad
funcional absortiva del intestino del-
gado.
- Pacientes normonutridos con dificul-
tad para ingerir alimentos en un perí-
odo > 7-9 días y con una mínima
capacidad funcional absortiva del in-
testino delgado.
- Pacientes en fase de adaptación de
un síndrome de intestino corto.
Pacientes en seguimiento por agre-
sión quirúrgica, trauma o gran que-
mado.
• Administrar nutrición enteral suple-
mentaria o completa:
- Suplementaria: aporta solamente
del 20 al 40% de las necesidades dia-
rias de energía y nutrientes.
- Completa: aporta entre el 80 y
100% de las necesidades diarias.
3) Roles y responsabilidades
El enfermero asistencial a cargo es
responsable de preparar al paciente,
colocar la sonda nasogástrica e iniciar
la alimentación enteral.
4) Consideraciones generales
• La colocación de la sonda nasogás-
trica es una técnica no invasiva; la
sonda puede ser colocada en forma
post-pilórica mediante fluoroscopía o
endoscopía.
• La inserción de sondas en pacientes
inconscientes puede tornarse difícil,
por lo cual se recomienda la utilización
de elementos de apoyo como larin-
goscopio y pinza Magill; en casos ex-
tremos se puede recurrir al uso de
fibrobroncoscopios flexibles o en-
doscopios. Otra de las medidas re-
comendadas es el enfriamiento de la
sonda con el fin de aumentar su rigi-
dez y facilitar su manipulación.
• La infusión del nutriente enteral
puede hacerse en forma continua,
durante las 24 horas, o intermitente,
6 u 8 tomas de 200 a 250 ml; cada
toma puede administrarse por infu-
sión en bolsa a goteo lento (cíclica) o
en bolos.
• Si la vía de acceso es a través del
estómago se debe prestar especial
atención al caudal del residuo gás-
trico para infundir el nutriente enteral.
a) Características de las sondas
nasoenterales
• El material para la elaboración de
las sondas nasogástricas y nasoen-
téricas debe ser atóxico, blando, fle-
xible, que no irrite la parte del tracto
digestivo con la que está en contacto
y que no deteriore o corroa fácil-
mente por los jugos gástrico o intes-
tinales. En la actualidad, los dos
materiales que se consideran más
adecuados son la silicona y el polivi-
nilo por cumplir con todas las condi-
ciones requeridas.
• El diámetro y la longitud de las son-
das son variables y su selección de-
penderá de las necesidades de cada
paciente: punto de administración de
la NE más adecuado, patología
base, tipo de fórmula a utilizar, etc.
– El diámetro es calibrado en unida-
des French (1 French = 0,33 mm). En
la actualidad existen sondas de cali-
bres entre 5 y 14 French. Las utiliza-
das más habitualmente son: calibre
5 y 8 en pediatría; calibre 8 y 12 en
adultos.
– Las longitudes usadas son: de
38-56 cm en niños y en adultos de
70-100 cm (para la administración a
estómago) y de 105-145 cm (para la
administración post-pilórica).
• El mandril es un elemento metálico
colocado en la luz de la sonda, de
gran ayuda en el momento de la co-
locación de la misma por la rigidez
que le imprime. Posee una punta
Nutriciónenteral por
sondanasoenteral
FICHA
39
roma (para evitar perforar la propia
sonda o dañar el tubo digestivo al colo-
carla) y suele ser de acero inoxidable.
Después de colocada, el mandril debe
ser retirado para permitir el uso ade-
cuado de la sonda.
• Los extremos de las sondas tienen uno
o dos orificios de entrada y diferentes
conexiones. Los orificios dobles permi-
ten la administración independiente y
concomitante de nutrientes, agua y fár-
macos sin necesidad de desconectar la
fórmula enteral.
– En el extremo distal posee un lastre de
tungsteno cuya función es facilitar el
paso post-pilórico. La mayoría de las
sondas presentan el extremo distal lu-
bricado (con lubricante hidrosoluble o
autolubricadas).
• Son radiopacas y presentan unas mar-
cas de posicionamiento cada 20 o 25 cm
que permiten una colación más precisa.
b) Nutrición enteral: fórmulas y pre-
sentación
- Preparaciones en polvo. Implican dilu-
ción en agua para su consumo.
- Preparaciones líquidas, listas para con-
sumir.
- Saborizado, para administrar por vía
oral.
- Sin sabor, para administrar por sonda
u ostomía.
- Con fibra dietética no fermentable o sin
ella.
- Con triglicéridos de cadena media o
sin ellos.
Lic. Mercedes Sosa*
* Jefa del Departamento de Enfermería. Sanatorio Itoiz
visión de enfermería actualizada
40
5) Equipo y material
• Sonda nasogástrica (levin) del número
indicado.
• Guantes.
• Vaso con agua.
• Tela adhesiva.
• Gasas estériles.
• Riñonera (recipiente para escupir, vo-
mitar).
• Lubricante hidrosoluble.
• Estetoscopio.
• Anestésico local en aerosol o un-
güento.
• Jeringa de 20-50 cc con punta de ca-
téter.
• Cinta adhesiva.
• Frasco con alimento indicado.
• Guía y bomba de infusión.
6) Procedimiento
• Lavarse las manos.
• Comprobar la identidad del paciente.
Informar al paciente del procedimiento
que se va a realizar y solicitar su cola-
boración.
• Proporcionar intimidad.
• Reunir el material a utilizar.
a) Colocación de la sonda
• Medir la distancia de la sonda que se
va a introducir según la siguiente téc-
nica:
1. Medir la distancia entre la nariz y el
pabellón auricular, y desde éste a la
apófisis xifoides y adicionar 15 cm.
2. Señalar en la sonda, con un marca-
dor o con cinta adhesiva, la distancia
que se va a introducir.
• Colocar al paciente en posición de
Fowler o semi-Fowler.
• Evaluar las fosas nasales y su permea-
bilidad: ocluir una fosa y pedir al paciente
que respire; repetir el procedimiento en
la otra fosa nasal.
• Lubricar la sonda y la fosa nasal a uti-
lizar.
• Iniciar la inserción de la sonda con
suavidad; si se encuentra mucha resis-
tencia, cambiar de fosa nasal.
• Cuando se encuentre en la orofaringe,
pedir al paciente que inicie la deglución
de un trago de agua para favorecer su
paso al esófago. En el caso de pacien-
tes que por su estado de conciencia no
puedan colaborar, solicitar a un ayu-
dante que flexione su cabeza con el fin
de cerrar la vía aérea e impedir que la
sonda se dirija hacia la tráquea.
• Introducir el tubo hasta la zona seña-
lada y proceder a la confirmación de su
ubicación. Esto debe hacerse de la si-
guiente manera:
1. Instilación de aire por la rama lateral
de la sonda y confirmación por auscul-
tación de la misma; retirar mandril me-
tálico.
2. Control radiológico para verificar la
ubicación de la sonda e iniciar la infu-
sión de la alimentación en forma se-
gura.
• Fijar la sonda con cinta, preferente-
mente hipoalergénica, a la nariz, sobre
la mejilla y detrás de la oreja. Se puede
hacer en forma de mariposa, previa lim-
pieza del área.
• Revisar que no queden zonas de pre-
sión para evitar laceraciones y úlceras
de presión.
• Realizar lavado de manos.
b) Manejo de la sonda e infusión de
la alimentación enteral
• El uso de las sondas enterales re-
quiere prestar atención a puntos senci-
llos pero indispensables para su buen
manejo:
- Verificar que la explicación del proce-
dimiento y las instrucciones hayan sido
comprendidas por el paciente y la fami-
lia.
- Marcar con tinta indeleble o con cinta
adhesiva el punto de salida de la sonda
con el fin de evaluar su ubicación y de-
tectar un posible desplazamiento.
- Fijar la sonda con cinta hipoalergénica
a la piel, para evitar desplazamientos in-
voluntarios de la misma. Este paso
debe ser repetido cuantas veces sea
necesario en el transcurso de la utiliza-
ción de la sonda.
- Si se sospecha oclusión de la sonda,
instilar agua con una jeringa de 20-50
ml. Realizar un movimiento rotatorio
suave puede ser suficiente en caso de
adherencia a la pared o acodamiento
de la sonda.
• Infusión de la alimentación enteral
- Realizar lavado de manos.
- Comprobar la permeabilidad de la
sonda.
- Colocar la guía de infusión en el
frasco de alimentación y purgarla.
- Conectar la guía al extremo de la
sonda y ajustar para evitar pérdidas
de alimento.
- Programar la bomba de infusión con
el volumen y la velocidad de infusión;
activar alarmas de seguridad.
- Fechar la guía y cambiarla cada 24
horas.
- Iniciar la infusión.
7) Finalización
• Comprobar que no haya fugas.
• Colocar al paciente en posición có-
moda, adecuada y segura.
• Acondicionar la unidad y el equipo
utilizado.
• Lavarse las manos.
• Registrar en la hoja de evolución de
enfermería la fecha, hora de coloca-
ción de la sonda e inicio de la alimen-
tación enteral, cantidad y tipo de
alimento, la respuesta del paciente y
las observaciones efectuadas durante
el procedimiento; por último, consig-
nar firma, aclaración y número de ma-
trícula del responsable.
Bibliografía
-Echeverri, S. y Pimiento, JM (2009)
Guías para manejo de urgencia. (3°
ed) Capítulo XXII: “Manejo de sondas
enterales”. Bogotá, Colombia.
-Álvarez Hernández J., Peláez Torres
N. y Muñoz Jiménez A. (2006) “Utiliza-
ción clínica de la nutrición enteral”. En:
Nutrición Hospitalaria, (Supl. 2) 21: 87-
99. Servicio de Endocrinología y Nutri-
ción. Unidad de Nutrición Clínica y
Dietética. Hospital Universitario Prín-
cipe de Asturias. Alcalá de Henares:
Madrid.
-“Reducing the harm caused by mis-
placed nasogastric feeding tubes in
adults, children and infants”. Patient
Safety Alert, March 2011 [consultado
02 Oct 2012]. Disponible en:
http://www.nrls.npsa.nhs.uk/re-
sources/type/alerts/
PRESENTACIÓN DE CASO
41
Bebé colodión
Enf. Alicia Benítez*
Enf. Valeria Armas*
REVISADO POR
Lic. Exequiel Avalos**
* Servicio de Neonatología, Swiss Médical** Subcoordinador del servicio de Pediatría y Neonatología del Sanatorio Anchorena
INTRODUCCIÓN
El término colodión es de origen griego
y significa “pegajoso”. Los doctores Ha-
lloperau y Watlet acuñaron en 1892 el
término que se emplea en la actualidad,
“bebé colodión” (BC).
El término define una rara dermatosis
del recién nacido, caracterizada por una
gruesa membrana que cubre la superfi-
cie corporal y recuerda al celofán, pro-
vocando alteraciones dismórficas en el
neonato. En la evolución del cuadro se
van definiendo las características que
expresan diversas formas de presenta-
ción1. En la mayoría de los casos, la le-
sión evoluciona a una ictiosis lamelar o
a síndromes más complejos que sue-
len presentar una piel ictiósica como
uno de sus signos.
FISIOPATOLOGÍA
Es una forma de presentación de di-
versos tipos de ictiosis, enfermedades
que tienen en común las alteraciones
en la cornificación, es decir, anormali-
dades en cualquiera de las fases que
se llevan a cabo durante la diferencia-
ción epidérmica terminal, cuya finalidad
es la formación del estrato córneo.
Por lo general, es causado por la ex-
La atención derecién nacidos conproblemas pococomunes suponeun gran desafíopara el equipo desalud, el abordajede contención ycuidados y para lafamilia.
Resumen: Se denomina “bebé colodión” a una forma relativamente rara de dermatosis ictiosiforme congénita en la cual los
recién nacidos presentan una membrana dura con consistencia semejante al celofán (llamada colodión) que recubre todo el
cuerpo. Se presenta un caso que evolucionó favorablemente gracias al enfoque terapéutico y los cuidados de enfermería.
Abstract: “Collodion baby” is a relatively rare form of congenital ichthyosiform dermatosis in which newborns have a tough mem-
brane whose consistency is similar to that of cellophane. This is called ‘collodion’, and covers the entire body of the baby.
This article presents a case which evolved favorably thanks to therapeutical approach and nursing care.
Palabras clave: bebé colodión, ictiosis, humidificación
Keywords: Collodion baby, Ichthyosiform dermatosis, Humidification
1 Van Gysel et al. (2003).
visión de enfermería actualizada
42
presión de un desorden de la queratini-
zación en los recién nacidos. Sobre la
base de datos bioquímicos, pueden se-
ñalarse tres tipos básicos de ictiosis:
- De retención. Causada por un retardo
en la lisis de las placas desmosomales
del estrato córneo de la piel, lo que ori-
gina un retardo de la descamación.
Comprende la ictiosis vulgar y la ictiosis
recesiva ligada al cromosoma X.
- Proliferativa. Hay una actividad mitó-
tica marcada, la renovación epidérmica
es corta, con hiperproducción de célu-
las córneas, pero no hay destrucción de
desmosomas anormales. Este grupo
comprende la eritrodermia ictiosiforme
congénita y la ictiosis laminar.
- Epidermolítica. Hay agregación de to-
nofilamentos que producen acantólisis
y citólisis de los queratinocitos. Perte-
nece a este tipo la eritrodermia ictiosi-
forme congénita ampollar.
• Es un cuadro poco frecuente con una
prevalencia de 1 en 50.000 nacimientos
vivos y ambos sexos se ven afectados
por igual. La mortalidad ha descendido
desde el 50% en los años ‘60 hasta el
11% en los años ‘80. La mayoría de los
bebés nacen prematuros entre 32-36
semanas de gestación, presentan una
piel eritematosa y con el aspecto de
estar envueltos en celofán, apergami-
nado y tenso.
• Entre las complicaciones frecuentes
cabe mencionar: sepsis, gangrena dis-
tal e infecciones pueden acabar en sep-
ticemia; neumonía por aspiración de
células escamosas en el líquido amnió-
tico.
• El alto riesgo de mortalidad y morbili-
dad del BC se vincula principalmente
con la sepsis secundaria a infección cu-
tánea, los trastornos hidroelectroliticos
y la dificultad en la termorregulación.
• La epidermis tiene una estructura
compleja y una fisiología altamente or-
ganizada y controlada, por ello la altera-
ción de la barrera epidérmica hace que
el manejo y soporte del niño sean fun-
damentales en los primeros días de vida
y para llegar al diagnóstico adecuado.
• En las capas periféricas se producen
importantes procesos que deben man-
tenerse en equilibrio; cualquier factor
que los altere dará lugar a algún tipo de
enfermedad de la piel.
PRESENTACIÓN DE CASO
43
• La apariencia desagradable de esta
enfermedad genera un daño psicológico
en los pacientes. Hasta el momento no
hay tratamiento curativo, sólo trata-
miento paliativo 2.
OBJETIVO
Describir el tratamiento y evolución du-
rante el período de internación en Neo-
natología de un bebé recién nacido
colodión con el fin de prevenir compli-
caciones.
CASO
Siendo las 03.20 hs de un día domingo
el médico y la enfermera de Neonatolo-
gía reciben un recién nacido de sexo fe-
menino, nacido por parto vaginal,
presentación cefálica, con ruptura es-
pontánea de membrana, presenta lí-
quido amniótico claro.
Apgar: 9-10.
Edad gestacional: 37 semanas.
Peso: 3256 gramos.
Talla: 49cm – contorno cefálico:
33,5cm.
Madre: 22 años, sana, gesta (embarazo)
2, PARA (nº de partos)1, serología ne-
gativa. Grupo sanguíneo: O (+). Sin
diagnóstico prenatal.
Examen Físico: en el momento del naci-
miento, RN con piel brillante, edema
tenso. Ectropión: edema con párpados
dados vuelta hacia afuera.
Esclabiun: edema de labios en forma de
“O” boca de pez.
Respirando aire ambiente.
Diagnóstico médico: bebé colodión.
Sospecha de ictiosis congénita.
Es trasladada a neonatología, allí se la
ingresa a una incubadora con micro-
clima (humedad 80%).
HUMIDIFICACIÓN ACTIVA
La humidificación activa consiste en ad-
ministrar humedad con sistemas servo-
controlados. Un calefactor calienta el
agua del depósito de la incubadora
hasta la ebullición, produciendo vapor;
este vapor aumenta el nivel de humedad
en el interior de la cámara climática de la
incubadora.
El funcionamiento de una incubadora
con humidificación activa puede resu-
mirse de la siguiente manera:
- El aire que ingresa a la incuba-
dora es tomado del ambiente.
- Luego de pasar por el filtro, el
flujo de gases es calentado hasta
lograr una temperatura estable y
homogénea en la cámara climá-
tica de la incubadora. Según el
modo de uso de la incubadora
(modo aire o modo servocontrol),
cuando la temperatura del recién
nacido o del ambiente desciende
el motor de la incubadora com-
pensa la pérdida de calor.
La humedad dentro de la incubadora es
generada por un sistema de humidifica-
ción separada del flujo de aire antes
mencionado.
Una vez seleccionado el porcentaje de
humedad que debe recibir el recién na-
cido, comenzará a generarse vapor de
agua en el reservorio de agua destinado
para tal fin. El vapor de agua es guiado
a través de un conector hacia el habitá-
culo de la incubadora logrando así hu-
midificar el aire en forma independiente
al calentamiento del aire.
Posee una plaqueta de servohumedad,
que incluye un sensor dentro del habi-
táculo, un calefactor y una válvula para
el control automático del reservorio de
agua y un sensor de nivel de agua del
depósito evaporador.
El sistema también está provisto de una
protección térmica para evitar el sobre-
2 Cortina et al. (1975).
44
visión de enfermería actualizada
calentamiento del sistema evaporador
por falta de agua.
Este sistema es de control de lazo ce-
rrado, lo que implica el uso de una ac-
ción de control con retroalimentación
para reducir el error del sistema.
Para generar vapor de agua el reservo-
rio calienta el agua a 100ºC, disminu-
yendo así la posibilidad de crecimiento
microbiano. Agostini y col. (2005), como
parte de un estudio in vitro, contamina-
ron intencionalmente con acinetobacter
el sistema de servohumedad y realizaron
control bacteriológico en el habitáculo;
luego contaminaron intencionalmente el
habitáculo, cultivando el sistema de ser-
vohumedad. No encontraron desarrollo
microbiano.
Este quizá sea uno de los puntos más
importantes para preferir el uso de sis-
temas de humidificación servocontrola-
dos en incubadoras que activen calor y
evaporación de agua en forma sepa-
rada a la circulación de calor, en lugar
de humidificación pasiva a través de
bandejas con agua 3.
TRATAMIENTO
Manejo estéril como en el caso de los
microprematuros. Se debe conectar los
miembros inferiores al monitor de pulso
(puede utilizarse el lóbulo de la oreja) y
saturación de oxígeno.
I. Indicación médica:
• Cubrir con vaselina líquida estéril todo
el cuerpo cada dos horas o según ne-
cesidad.
El uso tópico de lubricantes y emolien-
tes mejora eficazmente el pronóstico.
Los preparados a base de urea son úti-
les no sólo como agentes queratolíticos
sino también por su capacidad de ligar
agua, disminuyendo así la tendencia a
la deshidratación 4.
• Aplicar lágrimas gel en ojos con igual
frecuencia.
• Realizar alimentación oral cada 3
horas con leche de fórmula.
El enfermero coloca sonda orogástrica
en cada ración, sin fijarla, para preservar
la integridad de la piel.
II. A las cuatro horas de nacida recibe la
visita de sus padres.
• Debido a la intolerancia oral, presenta
vómito y regurgitación en forma repe-
tida. Se observa reflejo de búsqueda
positivo; luego de corroborar coordina-
ción succión–deglución se prende al
pecho.
• Los padres se visten con camisolín y
guantes estériles igual que enfermeros,
médicos e interconsultores.
• Presenta diuresis y catarsis (meconio)
positivo dentro de las primeras 12
horas.
• Se tuvo en cuenta el dolor, se le dio
sacarosa al 24% (0,2 ml en la boca) al
realizar algún procedimiento indicado y
necesario para el paciente, y analgésico
oral según indicación médica.
III. La dermatóloga informa a los padres
sobre el futuro y tratamiento de la niña.
Comienzan a realizarlo con asesora-
miento y auditoría de enfermería.
El diagnóstico del cuadro es funda-
mentalmente clínico; la evolución per-
mitirá ubicarlo en el tipo de ictiosis que
desarrollará. La biopsia de la piel de-
muestra solamente hiperqueratosis, lo
cual no es suficiente para diferenciar el
tipo de ictiosis.
• Son visitados por la psicóloga del ser-
vicio.
• El técnico de laboratorio realiza ex-
tracción de sangre para rutina y pes-
quisa metabólica. El resultado da valor
de sodio aumentado. Sobre un valor
normal de sodio 130/144 mq, el pa-
ciente presenta un valor de sodio de
150mq que puede verse reflejado en su
tensión arterial. El médico indica que
luego del pecho se le ofrezca biberón
con leche de fórmula.
• Es vista por oftalmóloga, quien indica
continuar igual tratamiento para la pre-
vención de úlcera de córnea.
• El equipo de infectología controla el
descenso paulatino de la humedad de
la incubadora con cultivos de vigilancia.
• Pasa a neo intermedia hasta suspen-
der la humedad.
Dado que continúa con riesgo de lesión
en la piel, la enfermera decide colocarle
la ropa al revés, para evitar el roce de la
costura.
• La fonoaudióloga realiza potenciales
auditivos.
IV. Con 16 días de vida, una vez supe-
rado el peso de nacimiento, se otorga el
egreso sanatorial previo instructivo de
controles y tratamiento ambulatorio.
PLAN DE CUIDADOS
El plan de cuidados debe apuntar a pre-
venir las complicaciones como infeccio-
nes o lesiones y efectuar un cuidado
minucioso de la piel.
El tratamiento habitual de la Ictiosis in-
cluye las cremas tópicas. La variedad y
eficacia de cada una de ellas varía en
cada paciente. Cada uno debe encon-
trar las que mejor se adaptan a su tipo
y grado de Ictiosis. Estas cremas sue-
len ser de tres tipos:
• Humectantes: cremas y lociones que
penetran y humedecen la piel.
• Queratolíticos: promueven la exfolia-
ción de la piel.
• Emolientes: son lubricantes que hu-
medecen la piel y sellan la humedad en
el interior.
3 Harpin et al. (1985).4 Arenas (1996).
45
PRESENTACIÓN DE CASO
DIAGNÓSTICOS DE
ENFERMERÍA
- Deterioro de la
integridad cutánea
manifestado por
solución de
continuidad y lesiones
en la piel.
- Riesgo potencial de
infección relacionado
con
destrucción tisular
por patología.
- Temor relacionado
con desconocimiento
de patología
manifestado por
angustia y ansiedad.
OBJETIVOS
-Favorecer el proceso
de cicatrización
durante la internación.
-Evitar riesgo de
infección mediante
cuidados de
enfermería durante su
internación.
- Educar a la familia
en el manejo y el plan
de cuidados del RN
para prevenir futuras
complicaciones.
ACCIONES
- Administrar
medicación tópica,
vaselina líquida estéril.
-Vigilancia de la piel.
-Manejo de la
nutrición.
-Observar signos y
síntomas de infección.
-Limitar el número de
visitas: solo mamá y
papá.
-Colocar aislamiento
de contacto
preventivo.
- Enseñar a la familia
medidas para el
manejo del RN.
- Reforzar la
información
suministrada por los
otros miembros del
equipo
multidisciplinario.
FUNDAMENTOS
-La aplicación de
soluciones tópicas
promueve la
integridad de la piel,
disminuyendo el
riesgo de que la
misma se agriete.
-Las acciones
previenen continuidad
de lesiones y pronta
recuperación.
-El manejo dentro de
la incubadora y con el
paciente es de forma
estéril.
-La nutrición del
paciente por sonda
orogástrica con leche
materna favorece
recibir los nutrientes
esenciales para una
pronta recuperación.
-Estas acciones
disminuyen el riesgo
de infección por
contaminación de
agentes externos.
-Estas acciones
disminuirán la
angustia y ansiedad
de los padres.
EVALUACIÓN
- Sin datos de
infección.
- El paciente presenta
mejoría en el estado
de la piel y no
presenta riesgos de
infección.
- Sin presencia de
signos y síntomas de
infección.
- Los padres
colaboran con los
cuidados.
46
visión de enfermería actualizada
- Agostini H, Graf S, de Fortaleza E, et
al. (2005) “Sistema de humidificación
para incubadora neonatal: Ensayo fun-
cional y bacteriológico.” Revista Argen-
tina de Bioingeniería, 11(1): 16-23.
- Arenas, R. (1996) Dermatología. Atlas,
Diagnóstico y Tratamiento. México:
CONCLUSIÓN
El bebé colodión es similar a un prematuro extremo en términos de la vulnerabilidad de la barrera epidérmica, debido
a la abundante pérdida de líquido transcutáneo, el riesgo de deshidratación e hiponatremia, y las infecciones cutá-
neas (bacterias Gram positivas y Candida). Sin embargo, su gravedad aumenta por mecanismos compresivos, sobre
todo en regiones distales de las extremidades, y por neumonía secundaria a la aspiración de material descamado en
el líquido amniótico y a otras deficiencias genéticas y fisiológicas. Por esta razón, su pronóstico depende en buena
medida del manejo.
El eje de la terapéutica y del cuidado aplicado fue el trabajo en equipo de todos los integrantes del servicio y consul-
tores externos. Se logró la continuidad de los mismos, principalmente, con el compromiso de enfermería.
Consideramos exitoso el tratamiento no sólo por la ausencia de complicaciones asociadas a la patología, sino tam-
bién por la experiencia y el conocimiento adquiridos por el equipo profesional, los cuales nos avalan para protocoli-
zar el cuidado de estos bebés prontamente.
Como parte del tratamiento multidisciplinario los padres necesitan apoyo psicológico para aceptar la enfermedad.
También es necesario reeducar a su entorno social más allegado para que estos niños puedan realizar sus activida-
des con normalidad.
Finalmente, dado que esta patología es una entidad de presentación muy rara, es indispensable contar con infor-
mación muy clara y precisa acerca de los pasos a seguir y de las complicaciones que pueden presentarse.
Hemos constatado que la revisión bibliográfica no ofrece mucha información al respecto, por lo cual resulta de suma
importancia que se comparta este tipo de experiencias.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
McGraw-Hill, Interamericana; pp. 225-
230.
- Cortina WJ, Cruz MJ, Villalobos OA y
Espinoza MA. (1975) “Ictiosis congénita:
feto arlequín”. Bol Med Hosp Infan Mex,
32: 699-702.
- Harpin VA y Rutter N. (1985) “Humidi-
fication of incubators”. Archives of dise-
ases in Childhood. 60: 219-224.
- Van Gysel D, Lijnen RLP, Moekti SS,
de Laat PCJ y Oranjet AP. (2003) “Co-
llodion baby: a follow-up study of 17
cases”. J Eur Acad Derm Venereol. 16:
472-475.
47
INFORME
Algunas claves paracomprender laenfermedad por elvirus del Ébola (EVE)
El virus del Ébola causa en el ser hu-
mano la enfermedad antes conocida
como fiebre hemorrágica del Ébola. El
reciente brote en África occidental fue
declarado emergencia de salud pública
internacional por la OMS. “El brote se
mueve más rápido que nuestra capaci-
dad de control”, admitió la directora ge-
neral, Margaret Chan. El anuncio tiene
implicancias para los países afectados,
a los que pide, entre otros aspectos,
aplicar medidas de control en los vuelos
y en la movilidad de la población. Pero
también para el resto de los estados, a
los que se solicita ayuda: “Los países
afectados no tienen la capacidad para
enfrentarse a un brote de esta comple-
jidad por sí solos”, comentó Chan,
“Nuestra seguridad sanitaria colectiva
depende de apoyarlos para contenerlo”.
El Centro para el Control de las Enfer-
medades (CDC, por sus siglas en inglés)
confirmó la aparición de un caso de
Ébola en EEUU. Se trata del primer caso
diagnosticado fuera del continente afri-
cano. Otros cuatro estadounidenses
han sido repatriados tras enfermar
mientras realizaban tareas sanitarias en
los países africanos.
La reunión celebrada en Naciones Uni-
das coincidió con nuevos datos negati-
vos sobre la epidemia. La OMS estima
que en Noviembre habrá 20.000 infec-
tados; por su parte, la previsión hecha
pública por el Centro de Control y Pre-
vención de Enfermedades de EEUU, en
base a cálculos informáticos, habla de
1,4 millones de infectados para enero
de 2015. La proyección del organismo
estadounidense parte de la base de que
hay muchos infectados sin detectar y
que en la actualidad hay 2,5% más de
casos que los registrados oficialmente.
Diversas drogas se encuentran en pro-
ceso de experimentación, entre ellas
una combinación de TKM (una molécula
experimental que destruye la maquinaria
genética del Ébola) y el suero de alguno
de los pacientes estadounidenses que
han logrado hasta ahora superar la en-
fermedad y cuya sangre cuenta con an-
ticuerpos frente al virus.
1) DATOS Y CIFRAS
• Los brotes de la enfermedad por el virus
del Ébola (EVE) se producen principal-
mente en aldeas remotas de África cen-
tral y occidental, cerca de la selva tropical,
y tienen una tasa de mortalidad que
puede llegar al 90%. En el actualidad, se
registraron hasta julio de 2014 más de
1.100 muertos.
48
visión de enfermería actualizada
• Desde el primer brote registrado (Re-
pública Democrática del Congo y Sudán
en 1976) se han sucedido otros 25 epi-
sodios, incluido el actual, que afecta a
Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria,
pero ninguno de los brotes anteriores ha
provocado tantos muertos ni se había
extendido por tantos países, limitándose
a uno o dos estados.
• El género Ebolavirus comprende cinco
especies distintas; tres de ellas se han
asociado a grandes brotes de EVE en
África. Una de ellas, encontrada en Fili-
pinas y China, puede infectar al ser hu-
mano, pero hasta ahora no se han
comunicado casos de enfermedad hu-
mana ni de muerte debidas a estas es-
pecies.
2) TRANSMISIÓN
El virus es transmitido al ser humano por
animales y se propaga en las poblacio-
nes humanas por transmisión de per-
sona a persona.
momento de la inhumación es también
fuente de contagio.
• Los hombres pueden seguir transmi-
tiendo el virus por el semen hasta siete
semanas después de la recuperación
clínica.
• La infección del personal sanitario al
tratar a pacientes con EVE ha sido fre-
cuente cuando ha habido contacto es-
trecho y no se han observado
estrictamente las precauciones para el
control de la infección.
• Los trabajadores que tuvieron contacto
con monos o cerdos infectados por al-
guna de las especies del virus se han in-
fectado pero no presentaron síntomas.
Por ello se sospecha que algunas espe-
cies del Ébola tienen menor capacidad
que otras de provocar enfermedad en el
ser humano, aunque las conclusiones
no son definitivas.
• El virus se introduce en la población hu-
mana por contacto estrecho con órga-
nos, sangre, secreciones u otros líquidos
corporales de animales infectados. En
África se han documentado casos de in-
fección asociados a la manipulación de
chimpancés, gorilas, murciélagos frugí-
voros, monos, antílopes y puercoespines
infectados que se habían encontrado
muertos o enfermos en la selva.
• No se trasmite por el aire ni por el
agua.
• Una vez introducido en la comunidad
se propaga por transmisión de persona
a persona, por contacto directo (a tra-
vés de las membranas mucosas o de
soluciones de continuidad de la piel) con
órganos, sangre, secreciones u otros lí-
quidos corporales de personas infecta-
das, o por contacto indirecto con
materiales contaminados por dichos lí-
quidos.
• El contacto directo con cadáveres al
49
3) SIGNOS Y SÍNTOMAS
La EVE es una enfermedad vírica aguda
grave que se suele caracterizar por la
aparición súbita de fiebre, debilidad in-
tensa, dolores musculares, y en algunos
casos hemorragias internas y externas.
Los resultados de laboratorio muestran
disminución del número de leucocitos y
plaquetas, así como elevación de las
enzimas hepáticas.
Los pacientes pueden contagiar la en-
fermedad mientras el virus permanezca
en la sangre y sus secreciones.
Los primeros 15 días de declarada la
enfermedad son clave; superado ese
período, el paciente tiene posibilidades
de remisión clínica.
El período de incubación oscila entre 2
y 21 días.
4) DIAGNÓSTICO
Antes de establecer un diagnóstico de
EVE hay que descartar el paludismo, la
fiebre tifoidea, la shigelosis, el cólera, la
leptospirosis, la peste, las rickettsiosis,
la fiebre recurrente, la meningitis, la he-
patitis y otras fiebres hemorrágicas víri-
cas.
Las infecciones por el virus del Ébola
sólo pueden ser diagnosticadas en
forma definitiva mediante distintas prue-
bas de laboratorio específicas.
Las muestras de los pacientes constitu-
yen una fuente de alto riesgo biológico,
por ello las pruebas deben ser realiza-
das en condiciones de máxima seguri-
dad y por personal entrenado.
5) PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Actualmente no se dispone de una va-
cuna contra la EVE. Varias se encuen-
tran en fase de prueba, pero ninguna
está aun disponible para su uso clínico.
Tampoco hay ningún tratamiento espe-
cífico. Se están efectuando tratamientos
farmacológicos experimentales, que
deben suministrarse en forma muy pre-
coz.
Los casos graves requieren cuidados in-
tensivos.
6) HUÉSPEDES NATURALES DEL
VIRUS
Se considera que los murciélagos frugí-
voros son posiblemente los huéspedes
naturales del virus del Ébola en África.
Por ello, la distribución geográfica de los
Ebolavirus puede coincidir con la de di-
chos murciélagos.
Aunque los primates no humanos han
sido una fuente de infección para las
personas, se cree que no son el reser-
vorio del virus, sino huéspedes acciden-
tales, como los seres humanos.
El virus ha causado brotes graves en
macacos cangrejeros criados en Filipi-
nas; también ha sido detectado en
monos importados de Filipinas a los Es-
tados Unidos en 1989, 1990 y 1996, y a
Italia en 1992. Desde 2008 una variedad
del virus ha ocasionado en varios bro-
tes epidémicos de una enfermedad
mortal en cerdos en Filipinas y China.
7) CONTROL DEL VIRUS EN ANIMALES
DOMÉSTICOS
Actualmente no se dispone de vacunas
para animales. Se considera que la lim-
pieza y desinfección regulares (con hi-
poclorito sódico u otros detergentes) de
las granjas de cerdos y monos es eficaz
para inactivar el virus. Si se sospecha
que se ha producido un brote, las gran-
jas deben ponerse en cuarentena inme-
diatamente.
Para reducir el riesgo de transmisión al
ser humano es necesario sacrificar a los
animales infectados, supervisando estric-
tamente la incineración de los cadáveres.
La restricción o prohibición del movi-
miento de animales de las granjas infec-
tadas a otras zonas reduce la
propagación de la enfermedad.
8) REDUCCIÓN DEL RIESGO DE IN-
FECCIÓN HUMANA
A falta de un tratamiento eficaz y de una
vacuna humana, el conocimiento sobre
los factores de riesgo de esta infección
y sobre las medidas de protección que
las personas y las instituciones sanita-
rias deben tomar es la única forma de
reducir el número de contagios y muer-
tes humanas.
• Es clave reducir el riesgo de transmi-
sión de persona a persona en la comu-
nidad a consecuencia del contacto
directo o estrecho con pacientes infec-
tados, especialmente con sus líquidos
corporales.
• Debe evitarse el contacto físico estre-
cho con pacientes con EVE y utilizar
equipos de protección personal ade-
cuados para atender a los enfermos en
el hogar o en el hospital.
• Las comunidades afectadas por EVE
deben informar a la población acerca de
la naturaleza de la enfermedad y de las
medidas de contención de los brotes,
en especial la inhumación de las perso-
nas fallecidas. Los enfermos que mue-
ren por esta causa deben ser
sepultados rápidamente y en condicio-
nes de máxima seguridad.
• Deben utilizarse equipos protectores
apropiados al sacrificar o manipular ani-
males enfermos o sus tejidos.
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50
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