Revista vea 40 - Diciembre 2014

52
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN Construir estrategias para el cuidado de la salud del adulto mayor: una experiencia educativa Entrevista a la Lic. Beatriz Morrone GESTIÓN El aporte de las herramientas de gestión a la Enfermería DICIEMBRE 2014 año 11 | número 40 diciembre 2014 año 11 | número 40

description

Visión de enfermería actualizada

Transcript of Revista vea 40 - Diciembre 2014

Page 1: Revista vea 40 - Diciembre 2014

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN

Construir estrategiaspara el cuidado de lasalud del adulto mayor:una experienciaeducativa

Entrevista a laLic. Beatriz Morrone

GESTIÓN

El aporte de las herramientas de

gestión a la Enfermería

DICIEMBRE 2014

año 11 | número 40

dic

iem

bre

2014

año

11

| nú

mer

o 40

Page 2: Revista vea 40 - Diciembre 2014
Page 3: Revista vea 40 - Diciembre 2014

SumarioEditorial

Entrevista a la Lic. Beatriz Morrone

Lic. Miriam Cañete

Alejandra Fuente

SEGURIDAD DEL PACIENTE

Lesiones por extravasación

Dr. Fabián Vítolo

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I

El trabajo nocturno en enfermería:

características y problemas

Lic. Exequiel Avalos

II Jornadas de Enfermería del Sanatorio

Anchorena

“El valor del cuidado es cuidar con valores”

GESTIÓN

El aporte de las herramientas de gestión a la

Enfermería

Cp. Carolina Castellano

Cp. Noemí Giovagnoli

Organizado por la Asociación de Enfermería de

Córdoba (AEC) y la FAE

XXII Congreso Argentino de Enfermería

“Las enfermeras, una fuerza para el cambio y

un recurso vital para la salud”

RINCÓN LITERARIO

“Enfermería: mi historia”

Alessio Aguirre-Pimentel

5 |

7 |

11 |

19 |

26 |

27 |

30 |

31 |

XIX JORNADA DE ENFERMERÍA

ORGANIZADA POR ADECRA - UCA

Actualización de enfermería en servicios de

emergencias

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II

Construir estrategias para el cuidado de la

salud del adulto mayor: una experiencia

educativa

Lic. Eduardo Rodolfo Blotta

Lic. Susana Esther Di Fulvio

Lic. Dominga Teresa Vitola

FICHA 39

Nutrición enteral por sonda nasoenteral

Lic. Mercedes Sosa

PRESENTACIÓN DE CASO

Bebé colodión

Enf. Alicia Benítez

Enf. Valeria Armas

Revisado por

Lic. Exequiel Avalos

INFORME

Algunas claves para comprender la

enfermedad por el virus del Ébola (EVE)

VEA EN FACEBOOK

¡Sumate a la Comunidad VEA!

32 |

33 |

39 |

41 |

47 |

50 |

Page 4: Revista vea 40 - Diciembre 2014

CONSULTORES ESPECIALISTAS

Aspectos legales de la profesión: Lic. Elena Perich, Secretaria General de FAE, Docente de la

Escuela de Enfermería de la Univ. de Bs. As. • Enfermería en Control de Infecciones: Lic. Stella

Maimone, Asesora de la Asociación Argentina de Enfermeros en Control de Infecciones (AADECI),

Ciudad Autónoma de Bs. As. • Enfermería en Cuidados Paliativos: Lic. Marta Junín, Coordinadora

de Grupo de Trabajo -Cuidados Paliativos- Hospital de Gastroenterología B. Udaondo, Ciudad

Autónoma de Bs. As. • Enfermería Laboral: Lic. Sofía Pagliero, Tesorera de AECAF (Asociación

de Enfermería de Capital Federal). • Enfermería Médico-Quirúrgica: Mg. Carmen del Pilar

Santesteban, Directora del Programa de Educación a Distancia, Escuela de Enfermería de la

Univ. Nac. de Rosario, Prov. de Santa Fe. • Enfermería Oncológica: Lic. Silvina Estrada de Ellis,

Jefa del Departamento de Enfermería de FUNDALEU, Ciudad Autónoma de Bs. As. • Informática

en Enfermería: Lic. Hugo Leoncio, Presidente de la Asociación de Informática en Enfermería de

la Rep. Argentina (ADIERA). • APS, Atención primaria y epidemiología. Ministerio de Salud de la

Nación, Lic. Analía Aquino.

CORRESPONSALES

Lic. Blanca Santillán –Rosario de la Frontera – Salta [email protected]

Lic. Javier Rosas – Salta - 3874253048 / CEL 3874095742

EN EL PAÍS: Catamarca (Capital): Lic. Estrella Tillar. Tel. (03833) 427839 (de 7:00 a 11:00).Córdoba

(Capital): Lic. Eduardo Giuliani. Tel. (0351) 4616362. Chaco (Resistencia): Enf. Lidia Muñiz de

López. Tel. (03722) 425050 int. 118. Formosa (Capital): Lic. Elisa Acosta. Tel. (03717) 433651.

Pcia. de Buenos Aires (La Plata): Lic. Juana Lucila Ayala Rosa. Tel. (0221) 4220234 (desde las

18:00). Mendoza (Guaymallén): Lic. María Rosa Reyes. Tel. (0261) 4215570. Misiones (Posadas):

Lic. Carmen Grittis. Tel. (03752) 428117. Salta (Capital): Lic. María del Valle Correa Rojas. Tel.

(0387) 4225426 - Roberto Javier Rosas Tel. (0387) 425-3048 Cel. (0387) 154-095742.

Concordia (Entre Ríos): Lic. Rosana Firpo. Tel. (02966) 15598681/ (02966) 433592. Santiago del

Estero (Capital): Lic. Mariano Aníbal Chávez. Tel. (0385) 4509574. San Juan (Capital): Lic. Mabel

Lucía Naveda de Torres. Tel. (0264) 4214370. San Luis (Capital): Lic. Mónica Soto Verchér. Tel.

(802652) 435837. Fax (02652) 431354. Tucumán (San Miguel): Lic. Natividad Díaz de Pacheco.

Tel. (0381) 4272728. Colegio de Profesionales de Enfermería de Jujuy: Tel. (0388) 4232910 / (0388)

154-387557 - Vicky Argañaraz - Capital Federal -Tel. 4833-4834. Nelly Guerrero (Salta) 0387-

4341788. Rubén Siorto - Venado Tuerto (Santa Fe) Tel. 03462-425490 / 03462-15667838.

Enfermería de Alto Riesgo. Salta Rosario de la Frontera: Lic. Rosaria Francisca Gerónimo.

EN EL EXTRANJERO: Colombia (Bogotá): Enf. Sonia Pimiento. Tel. 571-629-0766. Chile (San-

tiago): Lic. Celsa B. Parrau Tejos. Telefax 6347438. México DF (Capital): Lic. Claudia Alarcón Mo-

rales. Tel. 53-413157. Uruguay (Montevideo): Lic. Amanda Serrón. Telefax 598023 085866 (de

8:00 a 11:00). Uruguay (Montevideo): Lic. Teresa Estela Delgado González. Tel. 659-6007.

STAFF

DIRECCIÓN

Prof. Lic. Miriam Cañete

JEFA DE REDACCIÓN

Lic. María Mercedes Sosa

COMITÉ EDITORIAL

Prof. Lic. Walter Piceda

COORDINACIÓN EDITORIAL

Alejandra Fuente

DEPARTAMENTO COMERCIAL

Dr. Diego Rodríguez Donnelly

SUPERVISORAS

Rosario López Crozet

CORRECCIÓN Y TRADUCCIÓN

Prof. Magdalena Villaverde

EDICIÓN

Susana Prieto

Adecra

Montevideo 451 - Piso 10º (C1059ABI)

C.A.B.A. Argentina

Tel: (011) 4374-2526 Fax: 4375-2070

www.adecra.org.ar

www.enfermeria.adecra.org.ar

e-mail: [email protected]

Esta publicación es propiedad de:

Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospi-

tales Privados de la República Argentina

Autorizada su reproducción mencionando la

fuente.

Registro de Propiedad Intelectual Nº 399943

ISSN: 1669-385X

Base de datos de indexación:

CUIDEN - Tipo de indexación: EC-E

EBSCO

AÑO 11 | Nº 40 | DICIEMBRE 2014

visión de enfermería actualizada

4

Suscripción revista

Periodicidad trimestral

(marzo, junio, septiembre y diciembre)

Page 5: Revista vea 40 - Diciembre 2014

Prof. Lic. Miriam Cañete

Directora

Editorial

5

El personal de enfermería es uno de los pilares del sistema de salud para las acciones de promoción de la

salud, prevención de enfermedades, atención y rehabilitación. Es sabido que el mayor porcentaje de acti-

vidades asistenciales (en muchos casos cercano al 95%) está a su cargo. No cabe duda de que revalori-

zar este protagonismo indiscutido y reflexionar acerca de cuáles son nuestras posibilidades y oportunidades

son los pasos que darán lugar a una participación más activa de enfermería en todos los procesos de

atención.

Las organizaciones están comprendiendo esto. Se hace cada vez más notoria la necesidad de evaluar la

situación del personal de enfermería en relación a sus condiciones laborales, salariales, de especialización,

su rol en áreas estratégicas como gestión y calidad, seguridad del paciente, control de infecciones, etc.

Es allí donde hoy se precisan y son reconocidas las competencias para dar respuesta a la complejidad del

actual sistema de salud.

La enfermería en Argentina presenta todavía rasgos cuantitativos críticos en todos los niveles de atención,

desde los sectores administrativos y de gestión hasta los distintos niveles de formación. Sin embargo, que-

remos destacar que en los últimos años han surgido iniciativas y se han producido movimientos importan-

tes, impulsados por quienes sienten la responsabilidad de responder al desafío de nuestros tiempos. Quienes

aceptan el reto y trabajan fuertemente por el aumento de la calificación del personal de enfermería.

Históricamente, junto con el compromiso, el progreso de la ciencia enfermera en la salud de la población

y la concientización sobre los avances científicos han sido el otro pilar para consolidación de la profesión.

En los últimos tiempos, a fin de cumplir con eficacia su función social, se han hecho importantes avances

en la disciplina gracias a la formación de posgrado y la generación de nuevos conocimientos.

Los integrantes del comité editorial de la revista VEA somos testigos de estos cambios y estamos com-

prometidos con el crecimiento y el avance de la profesión. Entendemos que para ello es necesario sumar

voluntades en todos los ámbitos de intervención, tanto de gestión como en los espacios de formación.

En estas fechas, renovamos nuestra confianza y compromiso para avanzar en forma conjunta hacia esa

meta común: que los cuidados de enfermería sean reconocidos y valorados en su vital importancia para

la salud de la persona, la familia y la comunidad.

Page 6: Revista vea 40 - Diciembre 2014

visión de enfermería actualizada

6

Page 7: Revista vea 40 - Diciembre 2014

¿Cómo descubriste la profesión?

Mi acercamiento a la profesión ocurrió

mientras ejercía como instrumentadora

quirúrgica. Más que descubrirla, hoy

creo que la busqué. Busqué el contacto

directo y permanente con las personas

y sus familias. Percibí que la instrumen-

tación quirúrgica me mostraba un as-

pecto muy restringido de la salud.

Al estar en contacto con las enfermeras

ENTREVISTA

7

“Descubrí la profesióna partir de buscar elcontacto directo ypermanente con laspersonas y susfamilias”

Lic. Miriam Cañete*

Alejandra Fuente**

* Directora de la revista VEA

** Responsable del Departamento de Capacitación & Eventos de Adecra

Entrevista a la Lic. Beatriz Morrone

fui observando las oportunidades que la

profesión ofrecía; de las charlas con

ellas surgió la necesidad de avanzar por

otro camino. Dejé mi otra profesión por

la enfermería y una vez en ella tuve pro-

yectos e intenciones un poco atípicos.

Hasta ahora nunca sentí limitaciones en

el ejercicio profesional, por el contrario:

creo que ofrece posibilidades muy ricas

y motivadoras.

� ¿Cuáles fueron los momentos más

importantes de tu carrera?

Esta respuesta es extensa e intensa.

Considero que los momentos más im-

portantes por su trascendencia han

sido:

1983. El ingreso al ejercicio profesional

en la salud pública de la provincia de

Buenos Aires en el área de cuidados

Page 8: Revista vea 40 - Diciembre 2014

perinatales y las innovaciones que fui-

mos realizando desde 1983 a 1997.

1985. La conformación del primer Co-

mité de Docencia e Investigación en En-

fermería, CODIE/HIEMI.

1987. Primer Congreso de Enfermería

Materno-Infantil de Hospitales Públicos

de la Provincia de Buenos Aires. Su re-

alización permitió comenzar a trabajar

en red cuando todavía no se conocían

experiencias locales de redes en salud,

ni de redes en enfermería.

1986. Primer trabajo de investigación

que dirigí y que fue evaluado y expuesto

en un Congreso Internacional interdisci-

plinario demostrando lo que las enfer-

meras podíamos realizar dentro de la

esfera pública motivadas por la mejora

de la calidad de los cuidados y la cali-

dad de vida y de trabajo de la profesión.

1987. Se conoce el primer caso de una

mujer embarazada con diagnóstico de

SIDA en Mar del Plata. No existían nor-

mas de atención, experiencia, ni evi-

dencia disponible sobre normas de

bioseguridad para portadores de HIV o

casos de SIDA. Esto motivó que el

CODIE de Enfermería, parte del Comité

de Docencia del HIEMI y el Instituto Na-

cional de Epidemiología Juan H. Jara de

Mar del Plata elaboraran los protocolos

de atención para la atención de la mujer,

la organización del quirófano y la orga-

nización de la neonatología en donde

fue atendida durante muchas semanas

la niña. Fuimos un pequeño grupo de

enfermeras en calidad de voluntarias en

la atención directa de la mujer y su

beba. Un momento sumamente com-

plejo ya que no teníamos contactos rá-

pidos y asesoramiento con organismos

internacionales ni experiencia local, ni

disponibilidad de publicaciones científi-

cas sobre el tema, lo que motivó que los

profesionales (no sólo de enfermería) se

negaran a asistir a la mujer y su futuro

parto.

Con la colaboración del INE en los as-

pectos infectológicos, llegamos a elabo-

rar las normas que luego publicó la

provincia de Buenos Aires con sello pro-

pio. Esto nos valió un reconocimiento

especial a las enfermeras que participa-

mos directamente, así como la posibili-

dad de crear el Centro de Derivación

Provincial, ya que durante más de 18

meses todos los hospitales se negaron

a asistir a mujeres durante su gestación

y parto si eran portadoras de HIV tuvie-

ran diagnóstico de SIDA o no. Logra-

mos vencer los estigmas sociales,

realizar muchas acciones para volver a

vincular a los enfermeros que no com-

prendían lo que estaba sucediendo y

brindar una atención humanizada y ga-

rantizar el derecho a la salud y la aten-

ción de la enfermedad.

1988. Se crea la Unidad de Cuidados

Especiales Obstétricos, UCEO, una Uni-

dad de Cuidados Intensivos Monova-

lentes Obstétricos, que fuimos

organizando desde 1986 un grupo de

profesionales interdisciplinarios con una

filosofía de trabajo centrada en la Hu-

manización de la atención Perinatal, la

excelencia en la calidad de los cuidados,

la familia como eje de nuestra práctica,

la investigación-acción como metodolo-

gía de ejercicio profesional y el monito-

reo de la calidad de atención que

refundaba permanentemente nuestros

acuerdos fundacionales.

De esta experiencia se nutrió el proyecto

y luego se formaron áreas similares en

la Maternidad Sarda y otras institucio-

nes que enviaron sus profesionales a re-

alizar pasantías con nosotros. Esta

experiencia fue pionera en la presenta-

ción de trabajos de investigación sobre

mujeres con alto riesgo obstétrico que

requerían cuidados críticos y que no ha-

bían sido derivadas o tratadas en las UTI

de adultos polivalentes, los resultados

fueron socializados en los Congresos de

la SATI y en los Congresos Iberoameri-

canos de Cuidados Críticos.

Hoy esas entidades destinan sesiones y

Jornadas en sus encuentros científicos

a la problemática de la Obstetricia en

Cuidados Críticos. Abrimos un camino

muy importante en la calidad de aten-

ción a las mujeres y sus familias.

1995 a 1997. Abrimos un espacio insti-

tucional con mi propuesta de evaluación

permanente monitoreando la humaniza-

ción de la atención en el área de cuida-

dos obstétricos de bajo y alto riesgo,

cuyo centro fue la evaluación de la sa-

tisfacción sobre la calidad de los cuida-

dos percibidos por las mujeres y sus

familias.

Otro momento importante es el ingreso

a la docencia universitaria, paralela-

mente a mi práctica clínica. Siempre las

entendí en forma complementaria. De

manera similar, asumí la publicación de

libros -que son producto de años de in-

vestigación- como una manera de

poner a disposición de la sociedad el

trabajo que realizo.

En el ámbito académico incluyo también

el trabajo, durante ocho años, en la Se-

cretaría de Investigación y Posgrado en

la gestión de grupos y proyectos de in-

vestigación. Haber participado en en-

cuentros del CIE con trabajos de

8

visión de enfermería actualizada

Page 9: Revista vea 40 - Diciembre 2014

9

ENTREVISTA

investigación y como parte de los co-

mités científicos; asesorar a institucio-

nes y observatorios de universidades

públicas en temas de comunicación,

salud y derechos de las mujeres.

Actualmente soy profesora en universi-

dades extranjeras para el dictado de

posgrados y co-coordinadora y funda-

dora (en 2006) de la Red Iberoameri-

cana de Historia de la Enfermería.

Desde 2011 soy integrante de la Junta

Directiva de la Federación Iberoameri-

cana de Historia de la Enfermería.

Realizaste una tesis de maestría

que se convirtió en una serie de li-

bros sobre violencia institucional.

¿Qué significó esto en tu carrera y

qué repercusión tuvieron esos li-

bros?

Mi tesis de maestría discute, com-

prueba y denuncia formas violentas de

atención y del cuidado. Cómo el cui-

dado, o lo que debió ser, se convertía

en trato violento, deshumanizado. De-

muestra la naturalización y legitimación

institucional de ese trato en los ámbitos

sanitarios de atención obstétrica y los

cuidados que la enfermería reproducía

junto a los demás profesionales y técni-

cos que rodeaban a la mujer y su fami-

lia. Esto fue mucho antes de que se

pudieran proponer y sancionar las leyes

de las que disponemos hoy en el país y

que son de avanzada en Latinoamérica.

La tesis sumó material, evidencia, y fue

incorporada como parte de las investi-

gaciones que en ese sentido y desde

otras perspectivas realizaron sociólo-

gos, psicólogos y antropólogos. Visto a

la distancia y a la luz de lo que hoy

hemos logrado, puedo decir que fue

una gran contribución. En los años si-

guientes a su difusión tuvo otro tipo de

repercusión, también importante, que

tuvo que ver con lo que pasa cuando

los intereses corporativos son amena-

zados: en lugar de revisar o intentar re-

futar lo que se exponía, hubo una

reacción conservadora, fundamental-

mente de parte de enfermería, para

mantener y reforzar la justificación de

esa actuación. Aunque nunca dijeron

que no era eso lo que sucedía, la expli-

cación fue que lo que sucedía no podía

ser de otra manera.

Hoy disponemos de leyes que resguar-

dan estos aspectos, pero la gran batalla

es cultural. Y los cambios culturales en

las instituciones sanitarias son lentos y

complejos; lo mismo ocurre con las ins-

tituciones formadoras. La producción y

reproducción de estas modalidades vio-

lentas requieren de un sostenido moni-

toreo para lograr erradicarlas, además

de una permanente y comprometida for-

mación en servicio basada en derechos.

¿Cómo surge tu deseo de escribir

un libro? ¿Cómo fue el proceso

para publicarlo?

El proyecto surgió de la necesidad de

todo investigador de socializar sus pro-

ducciones, de poner a disposición de la

sociedad el aporte de nuestro trabajo.

En cuanto a cómo fue posible llevarlo a

cabo, una arte tuvo que ver con la mo-

tivación y el convencimiento de que es

una obligación profesional producir tex-

tos que acompañen y promuevan re-

pensar aspectos de nuestra profesión,

provocar debates, abrir caminos, pro-

mover reflexión, construir otros espa-

cios profesionales.

“La Enfermeríame parece unadisciplinadesafiante y unespacio dondeel crecimientopersonal yprofesional esilimitado.Los próximosaños serán lo queconjuntamentelos enfermerospodamosconstruir comocolectivo”,afirma Morrone.

Page 10: Revista vea 40 - Diciembre 2014

10

visión de enfermería actualizada

Con respecto a la publicación, hubo

marchas y contramarchas ya que los

autores que no estamos en las grandes

editoriales internacionales no dispone-

mos de acceso a contratos por un plazo

determinado y a los honorarios corres-

pondientes. Entonces, no es solamente

tener un método, constancia y motiva-

ción en la investigación y escritura de un

texto en formato libro, sino además ges-

tionar en editoriales pequeñas su publi-

cación. Esto trae aparejada la dificultad

de su distribución y puesta masiva en li-

brerías y la distribución en el exterior.

¿Qué opinás de la profesión enfer-

mera hoy y cómo creés que será en

los próximos años?

La enfermería me parece desafiante, un

espacio donde el crecimiento personal

y profesional es ilimitado. Los próximos

años serán lo que colectivamente los

enfermeros podamos construir como

colectivo. Si algo tengo muy claro es

que todo lo que sucede, favorable o

no, es producto de decisiones colecti-

vas por acción u omisión.

¿Cómo ves a la nueva generación

de enfermeros? ¿Qué mensaje le

darías?

Percibo en la nueva generación de en-

fermeros mucha desazón, que sin duda

heredan de lo que escuchan, ven y

comprueban en la escasa satisfacción

de quienes ejercen la profesión. Hay ex-

cepciones, claro, pero mayoritariamente

hay entre los mayores un discurso, una

queja permanente, que tiende a hacer

responsables a los otros de aquello que

correspondería hacer para cambiar las

cosas. Y esto influye en lo jóvenes, de

manera negativa. No es justo pretender

y pedirles que concreten lo que nuestra

generación no logró construir.

Creo que nos corresponde a los mayo-

res repensar qué factores operaron en

estas transformaciones y cómo se re-

produce actualmente en la formación y

en el ejercicio profesional la idea de que

necesitamos “una solución”, “una ver-

dad” (cerrar y clausurar); se atiende más

a esos aspectos en lugar de entrenarnos

en formular preguntas (dudar y revisar).

El mensaje que les daría es que miren al

futuro y se atrevan a soltar amarras, por-

que esa es la contratara de la desespe-

ranza. Reconstruir la identidad

profesional, en tanto práctica emanci-

padora, posibilitará que germinen en los

jóvenes colegas la esperanza y la parti-

cipación ciudadana, garantizando prác-

ticas que contribuyan a crear una

sociedad más saludablemente feliz.

Porque solamente con conciencia es-

peranzada, alegría y compromiso mili-

tante ciudadano la enfermería florecerá

y tendrá trabajadores satisfechos en su

ejercicio profesional.

Recibiste muchas distinciones en el

ámbito de la salud y también por tu

responsabilidad social. ¿Cuál es ac-

tualmente tu principal objetivo en

relación a esos ámbitos?

Los reconocimientos que recibí han sido

muy motivadores. Creo que es una res-

ponsabilidad profesional visibilizar as-

pectos que obstaculizan el crecimiento

y fortalecimiento profesional, así como

contribuir al debate y generar produc-

ciones que sirvan de insumo para la re-

flexión colectiva en la cual estoy muy

involucrada.

En ese sentido, mi principal objetivo es

mantener la militancia en defensa los

derechos de las mujeres y la erradica-

ción de formas violentas de atención en

ámbitos sanitarios, de los Derechos Hu-

manos en general, y en la ampliación de

ciudadanía y los aportes que pueda re-

alizar, siempre en clave colectiva, para

la construcción de un patria más equi-

tativa, inclusiva y soberana.

¿Cuáles son tus sueños o anhelos

relacionados con la profesión?

Que la enfermería argentina se atreva a

no desligar el recorrido histórico de

nuestra profesión de las inscripciones

ideológicas que subyacen a sus deci-

siones, porque esto significa vaciar de

sentido cualquier análisis. Por ejemplo:

asumir que haber eliminado de los pla-

nes de estudios de la formación profe-

sional la asignatura Historia de la

Enfermería fue proscribir tanto para los

estudiantes como para los graduados el

derecho de conocernos y repensarnos

como agentes de salud y agentes so-

ciales. Es imprescindible democratizar

este espacio para avanzar, propiciar el

debate historiográfico, la coherencia y

fundamentación de los análisis, y la ex-

plicitación de la línea ideológica en que

se sostienen las respuestas.

Un análisis histórico del camino de la

profesionalización, seleccionando perí-

odos en los cuales la enfermería generó

y afianzó en sus prácticas políticas ex-

plícitas, ponerlas en contexto dentro de

la historia del país y del continente en la

cual sucedieron, nos permitirá refutar

muchos supuestos históricos que si-

guen siendo asumidos como válidos y

se reproducen en la formación de ca-

madas de nuevos colegas que desco-

nocen la rica herencia de la enfermería.

Page 11: Revista vea 40 - Diciembre 2014

11

SEGURIDAD DEL PACIENTE

Lesiones porextravasación

Dr. Fabián Vítolo*

INTRODUCCIÓN

Las lesiones por extravasación son

aquellas provocadas por la salida de

agentes bioactivos de su sitio de admi-

nistración intravenosa hacia el espacio

perivascular, provocando un efecto tó-

xico local cuya magnitud dependerá de

la naturaleza, cantidad y concentración

del medicamento, el tiempo de exposi-

ción y el lugar donde se produjo.

Cuando la lesión por extravasación es

detectada oportunamente, permanece

localizada y sana espontáneamente. Sin

embargo, en algunos casos el daño

puede continuar por meses, llegando a

comprometer nervios, tendones y arti-

culaciones. Si el tratamiento se demora

se debe llegar en muchos casos a la ci-

rugía plástica reparadora y, en ocasiones

muy desafortunadas, a la amputación.

La extravasación no es un fenómeno ex-

traño. Cerca del 5% de los pacientes

sometidos a ciclos de quimioterapia ex-

perimentan extravasaciones (1) (2), aun-

* NOBLE, Compañía de Seguros

que la incidencia de lesiones a partir de

las mismas es menor, oscilando entre el

0,1 y el 0,7% (3). En pediatría la inci-

dencia puede fluctuar desde un 11

hasta el 58% (4) (5).

No llama entonces la atención que las

lesiones por extravasación sean una de

las principales causas de demandas por

responsabilidad profesional (mala pra-

xis) en oncología, pediatría y diagnós-

tico por imágenes. También en

anestesia: cerca del 2% de las deman-

das vinculadas a eventos anestésicos

en algunas estadísticas se debieron a

extravasaciones (6). Estas complicacio-

nes ocurren aún en medios muy con-

trolados. Ante una demanda, la falta de

evidencias que demuestren que se to-

maron las debidas precauciones, o la

falta de una respuesta rápida y apro-

piada frente a la sospecha de una ex-

travasación, pueden hacer indefendible

el caso.

El Servicio Nacional de Salud Británico

ha desarrollado un sistema de reporte

anónimo de extravasaciones (7). En

base a los más de 8100 incidentes de

este tipo que se registraron entre 1999 y

2006 se descubrió que:

• En el 55% de los casos se utilizaron

bombas de infusión o inyectores auto-

máticos.

• El 16% de las extravasaciones ocurrió

luego de dos o más intentos de canali-

zación.

• En el 4,3% de los casos hubo proble-

mas de comunicación con los pacien-

tes.

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo que deben pon-

derarse son:

1. el paciente y su enfermedad

2. la droga a inyectar

3. el sitio

4. la técnica

5. la medicación concurrente.

Page 12: Revista vea 40 - Diciembre 2014

visión de enfermería actualizadavisión de enfermería actualizada

12

1. El paciente

Los neonatos e infantes, los ancianos y

los pacientes que no se pueden comu-

nicar tienen mayores posibilidades de

sufrir lesiones por extravasación.

La mayoría de las extravasaciones en

pediatría ocurren en neonatos y en niños

menores de 6 meses(8) y las lesiones

suelen ser más serias en este grupo que

en los adultos(9). Los niños internados

en unidades de cuidados intensivos se

encuentran particularmente expuestos

debido a la fragilidad de su piel inma-

dura, la necesidad frecuente de admi-

nistración de antibióticos por vía

intravenosa, suplementación nutricional

e hidroelectrolítica(8) y a la utilización

común de venas periféricas(10). El

riesgo también aumenta debido a que

los niños tan pequeños no están en con-

diciones de localizar y reportar el

dolor(11).

Los ancianos, por su parte, pueden re-

tirarse sus cánulas en cuadros de con-

fusión o excitación y en esta situación

pueden no referir el dolor. Además, la

fragilidad de su piel y venas periféricas y

su debilidad general también aumentan

la susceptibilidad a la extravasación (12).

Otros grupos de pacientes que también

presentan un mayor riesgo de extrava-

sación son los pacientes con mastecto-

mías o vaciamientos axilares(13) (por

disminución del flujo venoso, favore-

ciendo extravasaciones) y aquellos con

enfermedades que alteran la circulación

periférica (14) (15), como la diabetes (los

pacientes con neuropatía periférica pue-

den no experimentar dolor a pesar de

extravasación de sustancias vesicantes)

o el síndrome de Raynaud (el espasmo

arterial puede comprometer la circula-

ción periférica y reducir el flujo venoso).

Los pacientes con radioterapia previa en

el sitio de la canalización pueden desarro-

llar, en caso de extravasación de agentes

citotóxicos, reacciones locales severas,

algo que se ve principalmente con la do-

xorrubicina(17). El riesgo de extravasa-

ción también aumenta si la zona a

inyectar fue intervenida quirúrgicamente,

ya que es más probable que el tejido

subyacente se encuentre fibrosado.

Los pacientes con deterioro del sensorio

o con trastornos del lenguaje también

constituyen un grupo de riesgo (18) (19).

Se incluye aquí a los pacientes bajo

anestesia general, los sedados en forma

profunda o comatosos y los pacientes

con ACV o paralizados. Los adictos a

drogas IV se encuentran particularmente

expuestos, ya que suelen tener venas

trombosadas que limitan las posibilida-

des de acceso. También corren mayor

riesgo los pacientes con síndrome de

vena cava superior, dado que el au-

mento de la presión venosa favorece la

presencia de extravasaciones (20).

Dada la naturaleza tóxica de muchos ci-

tostáticos, el stress y trauma que genera

la canalización, sumado a que la qui-

mioterapia se da en ciclos, muchos au-

tores sostienen que los sitios de

aplicación deberían alternarse (21).

Un último factor a considerar en esta

compleja ecuación es la preferencia del

paciente. Muchos de ellos no quieren

ser canalizados en su mano dominante

y, de hecho, hay alguna evidencia que

indicaría que la posibilidad de extrava-

sación en estos casos sería mayor de-

bido a la presión que ejercería el mayor

desarrollo muscular sobre las estructu-

ras vasculares(21).

2. La droga o infusión

El daño de tejidos blandos luego de una

extravasación suele depender de las ca-

racterísticas físico-químicas de la droga

o infusión, entre ellas:

• La capacidad de ligarse directamente

al ADN (la mayoría de las drogas citotó-

xicas lo hace).

• La capacidad para causar vasodilata-

ción.

• El pH, la osmolaridad y el excipiente en

la formulación de la droga. Estos pará-

metros pueden definirse más específi-

camente como un pH por fuera del

rango de entre 5,5 y 8,5, una osmolari-

dad mayor que la del plasma (290

mosmo/L) y componentes en la fórmula

tales como alcohol y polietilenglicol.

Otros factores vinculados a la fórmula

que influirían en el riesgo son la concen-

tración y el volumen de la solución a ad-

ministrar. Desafortunadamente, estos

dos parámetros suelen ser contradicto-

rios ya que a menor volumen menor

riesgo de extravasación, pero a mayor

concentración es mayor la probabilidad

de daños severos en casos de produ-

cirse la misma. Como la forma más

común de disminuir el volumen es au-

mentar la concentración, el juego entre

estos dos factores es más un arte que

una ciencia.

a) Osmolaridad (10) (15) (22)

Para que la solución extravasada pro-

duzca lesiones serias, debe desplazarse

desde el sitio inicial de extravasación.

Este movimiento se hace evidente

cuando se considera que el área afec-

tada suele ser significativamente mayor

al volumen extravasado en el sitio de in-

yección. Si bien hay poca literatura que

haga referencia al factor tiempo, la ma-

yoría de los autores coinciden en que

cuanto antes se trate la lesión por extra-

vasación, menor será el área afectada y

mejor el pronóstico. Una mejor com-

prensión de los mecanismos de trans-

porte celular nos permitirá predecir

Page 13: Revista vea 40 - Diciembre 2014

SEGURIDAD DEL PACIENTE

13

mejor el daño que puede esperarse a

partir de una extravasación. La presión

osmótica, directamente relacionada con

la osmolaridad de la droga administrada,

puede producir la muerte celular y por

ende la necrosis de tejidos a partir de la

implosión que se produce en contacto

con soluciones hipertónicas. Dentro de

estos agentes hiperosmolares que pue-

den causar daño tisular severo pode-

mos citar:

• soluciones de glucosa hipertónica

• solución salina hipertónica

• medios de contraste radiológicos

• cloruro de potasio

• cloruro de calcio

• bicarbonato de sodio

• nutrición parenteral

• antibióticos

Las extravasaciones que involucran

agentes hiperosmolares debidas a la nu-

trición parenteral son una complicación

que se da más frecuentemente en niños

(13) y puede causar daños severos y

contracturas de miembros en prematu-

ros. Otras lesiones pueden deberse al

uso de bicarbonato de sodio, que es

también altamente alcalino, pudiendo re-

sultar en la amputación de dedos en los

niños.

La solución salina hipertónica es el es-

clerosante de várices más asociado con

necrosis. Los escleroterapistas inexper-

tos (menos de 500 tratamientos) repor-

tan un 5% de incidencia de necrosis de

piel post tratamiento (23).

b) pH

El pH es un índice logarítmico del grado

de acidez o alcalinidad de una disolución

acuosa. Las sustancias con pH por

fuera del rango fisiológico (7,35-7,45)

también pueden lesionar los tejidos

blandos en caso de extravasarse(24). El

tiopental y la fenitoína(25), por ejemplo,

son sustancias altamente alcalinas y

causantes de lesiones severas, inclu-

yendo amputaciones. Dentro de estos

agentes ácidos o alcalinos, merecen

mencionarse:

• Tiopental (pH 10,5) –anestésico

• Fenitoína (pH 12) –anticonvulsivante

• Metohexital (pH 10) –anestésico

• Etomidato (pH 3) –anestésico

• Anfotericina –antifúngico

• Azul de metileno (pH 5) –colorante

c) Tono vascular

Las drogas vasoconstrictoras, al restrin-

gir el flujo de sangre local, pueden oca-

sionar necrosis isquémicas y lesiones

titulares graves en caso de extrava-

sarse(9). La extravasación de dopamina

parece ser un problema especial en las

unidades de neonatología (26). Los va-

sodilatadores, por su parte, pueden exa-

cerbar los efectos de la extravasación

aumentando el flujo sanguíneo local y

aumentando el área de la lesión. Entre

los reguladores del tono vascular que

pueden ocasionar problemas se men-

cionan:

• Adrenalina

• Noradrenalina

• Metaraminol

• Dopamina

• Dobutamina

• Vasopresina

• Prostaglandinas

• Epoprostenol

d) Toxicidad celular

Algunas sustancias tienen un efecto tó-

xico directo sobre los tejidos. Muchos

agentes antineoplásicos son vesicantes

directos (producen ampollas) y, además

de causar una lesión inmediata en el sitio

de extravasación, tienen la capacidad de

ligarse al ADN de los tejidos, de forma

tal que la droga es continuamente libe-

rada de las células que mueren a las cé-

lulas sanas, resultando en un lento pero

continuo crecimiento de la ulceración a

lo largo del tiempo (27). La doxorrubi-

cina, por ejemplo, puede permanecer en

los tejidos hasta cinco meses después

de la extravasación (28), lo cual significa

que la lesión puede presentarse tardía-

mente y con un área de destrucción ti-

sular extensa. Las úlceras causadas por

estos agentes altamente vesicantes

usualmente no cicatrizan y requieren de

cirugía plástica reparadora del defecto.

Dentro de los más vesicantes merecen

mencionarse:

• Doxorrubicina (29)

• Daunorrubicina

• Vincristina

• Vinblastina

• Mitomicina

• Azatioprina

• Aciclovir

En la siguiente tabla puede observarse

una lista de drogas citotóxicas clasifica-

das de acuerdo a su potencial para pro-

ducir necrosis severas en caso de

extravasación, de menor (Grupo 1) a

mayor (Grupo 5) (30):

Page 14: Revista vea 40 - Diciembre 2014

14

visión de enfermería actualizadavisión de enfermería actualizada

Grupo 1:

Neutrales

Compuestos inertes o

neutros que no causan

inflamación o daño.

Asparaginasa

Bleomicina

Cladribina

Ciclofosfamida

Citarabina

Edrecolomab

Fludarabina

Gemcitabina

Ifosfamida

Melfalan

Pentostatina

Rituximab

Thiotepa

Beta-Interferon

Aldesleukina

(IL-2)

Trastuzumab

Grupo 2.

Inflamatorios

Drogas capaces de

producir inflamación

leve a moderada y

enrojecimiento local.

Fosfato de etopósido

Fluorouracilo

Metrotexate

Raltitrexed

Grupo 3:

Irritantes

Drogas capaces de

producir inflamación,

irritación y dolor en el

sitio de extravasación,

pero que raramente

causan disrupción de

los tejidos.

Carboplatino

Etopósido

Irinotecan

Tenipósido

Grupo 4:

Exfoliantes

Drogas capaces de

producir inflamación y

descamación de la piel,

pero que no suelen

causar la muerte del

tejido.

Aclarubicina

Cisplatino

Daunorubicina

Liposomal

Docetaxel

Doxorubicina

Liposomal

Floxuridina

Mitoxantrona

Oxaliplatino

Topotecan

Grupo 5:

Vesicantes

Drogas capaces de

producir dolor intenso,

inflamación y

ampollamiento de la

piel local, pudiendo

comprometer los

tejidos blandos

subyacentes y causar

necrosis de los tejidos.

Amsacrina

Carmustina

Dacarbazina

Dactinomicina

Daunorrubucina

Doxorrubicina

Epirrubicina

Idarrubicina

Mitomicina

Mustina

Paclitaxel

Estreptozocina

Treosulfan

Vinblastina

Vincristina

Vindesine

Vinorelbine

3. El sitio de inserción

El sitio de inserción del catéter también

es importante a la hora de prevenir le-

siones por extravasación. Una vez que

se ha seleccionado una cánula apro-

piada, debe elegirse para insertarla el

lugar que ofrezca menores riesgos. Un

sitio relativamente accesible, que sea

bien visible, que pueda fijarse y que re-

sista los movimientos del paciente.

Teniendo en cuenta estos factores, el

mejor sitio es generalmente el ante-

brazo. Sin embargo, debe aceptarse

que muchas veces no puede encon-

trarse una buena vía en dicho lugar. La

segunda alternativa suele ser las venas

del dorso de la mano. Como regla ge-

neral, deben evitarse las regiones arti-

culares y pliegues, ya que representan

pequeños espacios anatómicos, con

nervios y tendones subyacentes con es-

caso tejido blando de protección.

- Los sitios más frecuentes de extrava-

sación son el dorso de la mano y del pie

(31) (9), los tobillos (9), la fosa antecubi-

tal (9) y espacios articulares en donde

hay poco tejido blando que proteja las

estructuras subyacentes (32).

• Debe evitarse la fosa antecubital.

• Deben evitarse sitios con radioterapia

previa (17).

• Deben evitarse los miembros con pro-

blemas vasculares locales que puedan

Page 15: Revista vea 40 - Diciembre 2014

15

SEGURIDAD DEL PACIENTE

reducir el flujo venoso, ocasionando es-

tasis de la solución y la potencial extra-

vasación (16) (18).

• La administración de agentes antineo-

plásicos a través de vías periféricas se

asocia con canalizaciones más frecuen-

tes, aumentando el riesgo de extrava-

sación. Es preferible en la mayoría de

los casos utilizar vías centrales.

• La flebitis inducida por la acidez de

una infusión puede llevar a la vasocons-

tricción, reduciendo el flujo alrededor del

sitio de punción. Esto puede determinar

un aumento de la presión intraluminal

que lleve a la extravasación.

4. Técnica

Los inevitables riesgos asociados al

error humano pueden ser minimizados

a través del entrenamiento y la capaci-

tación continua y no sólo a través de

cursos aislados.

La administración de quimioterapia es

un proceso complejo, con diferencias

importantes entre los distintos agentes y

requiere de personal que realice esta

actividad en forma rutinaria. La realiza-

ción esporádica de esta tarea no es

conveniente ni segura.

La selección de la cánula también es

importante. Está demostrado que las

cánulas rígidas de acero traen más in-

convenientes que las flexibles de teflón

o silicona. La tecnología asociada a

estos últimos catéteres ha evolucionado

notoriamente en los últimos años y per-

miten una inserción más segura. Aún

así, la selección del mejor dispositivo

continúa siendo un arte. Las cánulas fle-

xibles vienen en una gran variedad de

longitud y diámetros. Cuanto más pe-

queño y corto sea el catéter menor será

el trauma de la vena. Sin embargo, los

diámetros muy pequeños aumentan la

resistencia y disminuyen el flujo de la so-

lución, requiriendo en ocasiones au-

mentar la presión de inyección. Siendo

la pared de las venas relativamente frá-

giles, a mayor presión del fluido, mayor

chance de ruptura.

Aspectos a tener en cuenta:

• Muchas extravasaciones ocurren de

noche y pasan inadvertidas(9). Sin em-

bargo, datos del Sistema de Reporte de

Incidentes de Extravasación del Servicio

Nacional de Salud Británico muestran

que el 44% de las extravasaciones ocu-

rren entre las 14:00 y las 22:00 hs, el

10% entre las 22:00 y las 6:00 y el 38%

entre las 6:00 y las 14:00 (33).

• Los múltiples intentos de venopuntura

se asocian con una mayor frecuencia de

extravasaciones.(18) (20).

• La cobertura oclusiva del sitio de ca-

nalización puede ocultar la extravasa-

ción.

• La inyección forzada, tanto manual

como por bomba, en un espacio anató-

mico reducido puede resultar en un sín-

drome compartimental.

• Se corre un alto riesgo con personal

de enfermería inexperto, sobre todo

cuando se administran citostáticos.

• Las bombas de infusión con alta pre-

sión máxima exponen más a la extrava-

sación que las bombas volumétricas

con presiones de infusión más contro-

ladas (20).

• En diagnóstico por imágenes, la in-

yección automática del medio de con-

traste (rango medio de inyección de 2,5

ml/seg) produce más extravasaciones

que la inyección manual (15).

• Las extravasaciones producidas por

agujas butterfly de acero duplican a las

extravasaciones producidas por cánu-

las de teflón (34).

5. Medicación concurrente

Los siguientes medicamentos, indica-

dos en forma concurrente con solucio-

nes intravenosas, pueden aumentar los

riesgos de extravasación (35):

• Anticoagulantes, antifibrinolíticos, an-

tiplaquetarios: pueden exacerbar una

extravasación o causar un síndrome

compartimental aumentando el san-

grado local.

• Vasodilatadores: pueden aumentar el

flujo local y agrandar el área de lesión.

Terapia Hormonal: propiedades vasodi-

latadoras.

• Esteroides: propiedades vasodilatado-

ras.

• Diuréticos: pueden aumentar el flujo

sanguíneo local.

• Antihistamínicos: vasoconstricción de

arteriolas y capilares, resultando en in-

juria isquémica.

• Analgésicos: la disminución del dolor

puede llevar a que no se reporte la ex-

travasación.

• Antibióticos IV: la terapia antibiótica re-

petida puede trombosar las venas.

RECONOCIMIENTO

Debe sospecharse una extravasación

ante los siguientes síntomas o signos,

teniendo en cuenta que no siempre

están todos presentes (9) (16) (20) (36):

• Dolor quemante o punzante en el sitio

de inyección. El mismo puede ser mo-

derado o severo.

• Eritema, tumefacción, dolor a la pal-

pación.

• Falta de retorno venoso de la vía. Este

no es un signo de extravasación si apa-

rece en forma aislada.

• Hay resistencia al inyectar o bien la so-

lución no fluye libremente.

• Ampollas en el sitio de inyección. Su

presencia es indicativa de una lesión

que abarca más de una capa de la piel.

Puede haber también un oscureci-

miento de la misma.

Page 16: Revista vea 40 - Diciembre 2014

16

visión de enfermería actualizada

• Induración: la induración temprana,

con o sin dolor a la palpación, suele an-

ticipar una eventual ulceración.

• Cuando la lesión abarca todo el gro-

sor de la piel, la superficie puede apare-

cer muy blanca y fría, sin relleno capilar,

desarrollando posteriormente una es-

cara negra y seca.

• La ulceración no suele ser evidente

hasta una o dos semanas luego de la in-

yección, cuando se cae la escara y se

revela la cavidad de la úlcera subya-

cente. Las úlceras tienen una base típi-

camente necrótica, amarillenta y fibrosa

rodeada de un anillo de eritema persis-

tente.

TRATAMIENTO

La gran variedad de trabajos sobre el

tratamiento de las lesiones por extrava-

sación refleja las diferentes visiones

existentes sobre el manejo de esta

complicación. No hay todavía el sufi-

ciente consenso como para formular un

algoritmo único basado en las propie-

dades físico-químicas de los grupos de

agentes. Tampoco es fácil predecir qué

casos evolucionarán hacia la necrosis ti-

sular significativa. La siguiente informa-

ción está basada en la evidencia

disponible al momento. Se recomienda

a los servicios la creación de normas

propias para el manejo de las potencia-

les extravasaciones de drogas que utili-

zan regularmente y que conllevan este

peligro.

a. Medidas Generales

Ante la sospecha de una extravasación

se deben tomar las siguientes medidas

iniciales (37) (38):

• Suspenda inmediatamente la inyec-

ción de la droga. No retire la vía y avise

al médico.

• Con la aguja colocada, trate de extraer

la mayor cantidad de droga extrava-

sada posible.

• Inyecte de ser posible 5-10 ml de

suero fisiológico a través de la misma

vía. Se busca así diluir el medicamento

extravasado.

• En los casos que corresponda, se de-

berá inyectar a través de la misma vía el

antídoto adecuado y las medidas físicas

correspondientes (ver puntos siguien-

tes).

• Retire la vía de administración.

• Eleve la extremidad afectada a un nivel

superior al del corazón.

• Marque el área de la extravasación

con marcador indeleble. Es conveniente

tomar una fotografía del área afectada

lo antes posible.

• No cubra el área para observar evolu-

ción.

• Ajuste la prescripción analgésica (mé-

dico).

b. Frío/Calor

La utilización de bolsas o compresas

frías o calientes se basa en los siguien-

tes principios:

• El calor induce vasodilatación, aumen-

tando el área de distribución y absorción

de la droga (20) (39) y disminuyendo su

concentración local (12) (32).

• El frío causa vasoconstricción, locali-

zando la extravasación(20), permitiendo

que los sistemas vasculares y linfáticos

locales dispersen el agente (39).

Con la excepción de los vinca-alcaloi-

des, el frío tópico es más efectivo en el

manejo de los vesicantes citotóxicos y

no citotóxicos (39). En la práctica, la

aplicación de calor húmedo lleva en mu-

chos casos a la maceración y la necro-

sis(9); por ello, el calor seco se reserva

para la vincristina, vinblastina, vindesine,

vinorelbine, además de la mitoxantrona,

mitomicina y docetaxel (38).

c. Corticoides

Los corticoides suelen utilizarse para re-

ducir la inflamación.

• Pueden ser utilizados en inyecciones

intradérmicas o subcutáneas o tópica-

mente en cremas (la más utilizada es la

crema con hidrocortisona) (38).

• La evidencia sugiere que los corticoi-

des no son de gran ayuda en la extra-

vasación de agentes antineoplásicos

debido a que la inflamación no juega un

rol preponderante en la etiología de la

necrosis de los tejidos.

d. Antídotos

Para que sean efectivos, la mayoría

debe colocarse dentro de los primeros

minutos (40).

• Hialuronidasa (38): utilizada para la

prevención de lesiones tisulares provo-

cadas por la extravasación de solucio-

nes IV hiperosmolares o muy alcalinas.

Se aplica en forma subcutánea o intra-

dérmica. Algunos de los fármacos para

los que es útil el tratamiento con este

antídoto son: aminofilina, anfotericina,

calcio, diazepam, eritromicina, gentami-

cina, fenitoína, cloruro de potasio, van-

comicina, bicarbonato de sodio,

nutrición parenteral total. Dentro de los

citostáticos se utiliza para la vinblastina,

vincristina, vinorelbine, vindesine, pacli-

taxel y oxaliplatino.

• Fentolamina: utilizado como antídoto

en extravasaciones de fármacos vaso-

constrictores ya que actúa como blo-

queante alfa adrenérgico, relajando la

musculatura lisa de los vasos sanguí-

neos.

• Trinitrato de glicerilo: utilizado como

vasodilatador tópico en casos de extra-

vasaciones por nutrición parenteral.

• Tiosulfato sódico: inactiva en forma di-

recta a la mustina.

Page 17: Revista vea 40 - Diciembre 2014

17

SEGURIDAD DEL PACIENTE

• Dimetil sulfóxido al 98%: utilizado en

forma tópica para las extravasaciones

producidas por daunorubicina, doxoru-

bicina, dactinomicina, mitomicina y mi-

toxantrona, entre otros citostáticos.

• Dexrazoxane: utilizado para la extra-

vasación producida por la antraciclina.

e. Cirugía Plástica

Entre las indicaciones para el trata-

miento quirúrgico del área extravasada

se mencionan (18) (36):

• Necrosis de piel que abarca todo el

grosor de la misma, con bordes clara-

mente marcados con o sin franca ulce-

ración.

• Dolor intratable.

• La escisión amplia, incluyendo un

margen de tejido normal, facilita un in-

jerto o flap satisfactorio si bien las ulce-

raciones profundas pueden haber

comprometido nervios o tendones.

• Frecuentemente los pacientes termi-

nan con algún grado de contractura in-

dependientemente de cómo se cierre la

herida.

• El tratamiento quirúrgico precoz es

controvertido, ya que sólo un tercio de

las extravasaciones con vesicantes se

ulceran.

LESIONES POR EXTRAVASACIÓN. RE-

SUMEN DE RECOMENDACIONES.

La falta de evidencias que demuestren

que se tomaron las debidas precaucio-

nes o la falta de una respuesta rápida y

apropiada frente a la sospecha de una

extravasación pueden hacer indefendi-

ble al caso. Las siguientes recomenda-

ciones son de utilidad a fin de prevenir

daños a los pacientes y evitar reclamos.

• Conocer cuáles de las drogas IV que

se utilizan regularmente en su servicio

pueden tener efecto exfoliante o vesi-

cante.

• Prestar especial atención en el caso

de neonatos, niños menores de 1 año,

ancianos y todos aquellos pacientes

que no se pueden comunicar.

• Realizar un adecuado proceso de

consentimiento informado antes de ad-

ministrar citostáticos o medicación ve-

sicantes.

• Recurrir a personal especialmente en-

trenado para la aplicación de citostáti-

cos.

• En caso de poder elegir, tratar de ca-

nalizar el miembro no dominante.

• Utilizar siempre catéteres de teflón o

silicona. Evitar las agujas tipo butterfly.

Evitar, siempre que sea posible, las re-

giones articulares y los pliegues. Evitar

la fosa antecubital.

• Tratar de evitar los sitios con radiote-

rapia previa o con problemas vascula-

res locales.

• Utilizar vías centrales para la adminis-

tración de citostáticos o medicamentos

vesicantes, o si se encuentra dificultad

en la venopunción.

• Dejar visible la zona de la canalización.

Verificar siempre el retorno venoso. Es

recomendable efectuar comprobacio-

nes durante el tiempo que dure la per-

fusión.

• Las drogas más vesicantes en qui-

mioterapia deben administrarse pri-

mero.

• Entrenar al personal para el reconoci-

miento precoz de las extravasaciones.

• Preguntar repetidamente al paciente

si tiene algún dolor o sensación de

ardor en la zona de administración.

• Ante la sospecha de extravasación,

suspender la inyección de la droga. Tra-

tar de extraer la mayor cantidad de

droga extravasada posible e inyectar 5-

10 ml de suero fisiológico para diluir.

Tener disponible en el servicio un kit

para el manejo inicial. El mismo puede

estar compuesto por: 1 ampolla de hia-

luronidasa (1.500 unidades), crema de

hidrocortisona al 1%, solución salina

estéril, antídotos frecuentes (ej: dimetil

sulfóxido), compresas frías y calientes.

• Desarrollar un protocolo propio del

servicio para el manejo de estas situa-

ciones.

• Marcar con tinta indeleble la zona

afectada. Tomar fotografías lo antes po-

sible.

• Elevar la extremidad afectada.

• Informar al paciente de la situación.

• Documentar detalladamente en la his-

toria clínica:

- Nombre de la droga.

- Día y hora de la extravasación.

- Signos y síntomas (color de la

piel, integridad y temperatura de la

misma, edema, movilidad, dolor,

fiebre).

- Si hubo o no retorno venoso, re-

sistencia o falta de flujo libre.

- Si la administración fue en bolo,

por goteo o con bomba de infu-

sión.

- Tipo de catéter utilizado (inclu-

yendo el diámetro).

- Cantidad de droga administrada

y estimación de la cantidad extra-

vasada.

- Medidas adoptadas (ej: pack

frío, crema de hidrocortisona, etc).

- Desarrollar una planilla especial

de seguimiento del paciente. En

caso de pacientes ambulatorios,

comprometerlos a concurrir según

la necesidad (hacer firmar este

compromiso).

• Considerar la consulta temprana con

un cirujano plástico.

Page 18: Revista vea 40 - Diciembre 2014

18

visión de enfermería actualizada

BIBLIOGRAFÍA

1. Wang JJ, Cortes E,Sinks LF, Holland

JF. (1971) Therapeutic effect and toxicity

of Adriamycin in patients with neoplastic

disease. Cancer, 28:837-843

2. Alfaro-Rubio A; Sanmartín O. y col.

Extravasación de agentes citostáticos:

una complicación grave del tratamiento

oncológico. Actas Dermo-Sifilográficas.

Vol 97, Issue 3, April 2006. P. 168-176

3. Lizárraga Celaya, MA. Lesiones por

extravasación en pediatría. Experiencia

en el Hospital Infantil del Estado de So-

nora. Bol Clin Hosp.. Infantil Edo Son

2004; 21: 12-17.

4. Khan M. Reducing the morbidity from

extravasation injuries. Ann. Plast. Surg.

Vol. 48 (6) 2002 pp. 628-32

5. Phelps SJ, Helms RA. Risk factors

affecting infiltration of peripheral venous

lines in infants. J Paediatrics

1987;111:384-389

6. Utting JE. Pitfalls in anaesthetic prac-

tice. Br J Anaesthesia 1987;59:877-890

7. The National Extravasation Informa-

tion Service (UK). Green Card Data Base

Statistics. (Updated February 2006)

www.extravasation.org.uk

8. William V. Raszka, Thomas K. Kueser,

Franklin R. Smith, James W. Bass.. The

Use of Hyaluronidase in the Treatment of

Intravenous Extravasation Injuries. Jour-

nal of Perinatology Vol. X No. 2

9. Brown AS, Hoelzer DJ, Piercy SA. Skin

necrosis from extravasation of intra-

venous fluids in children. Plast Reconstr

Surg 1979;64(2):145-150

10. Jane Davies, David Gault, Roger

Buchdahl.. Preventing the scars of

neonatal intensive care. Arch Dis Child

1994; 70: F50-F51)

11. Zenk KE. Management of intra-

venous extravasations. Infusion

1981;5(4):77-79

12. Ignoffo, R. J., and Friedman, M. A

Therapy of local toxicities caused by ex-

travasation of cancer chemotherapeutic

drugs. Cancer Treatment Reviews, 7, 17-

27.1980

13. Maria-Esperanza Gil, Javier Mateu.

Treatment of Extravasation from Par-

enteral Nutrition Solution. Ann Pharma-

cother 1998;32:51-5.

14. Julie L Chen, Marianne O’Shea. Ex-

travasation Injury Associated with Low-

Dose Dopamine. Ann Phamacother

1998;32:545-8.

15. Michael P. Federie, Paul J. Chang,

Scharmen Confer, Bertan Ozgun.. Fre-

quency and Effects of Extravasation of

Ionic and Nonionic CT Contrast Media

during Rapid Bolus Injection. Radiology

1998;206:637-640

16. Gianfilippo Bertelli. Prevention and

Management of Extravasation of Cyto-

toxic Drugs. Drug Safety 12 (4);245-255

1995

17. Donaldson SS, Glick JM, Wilbur JR:

Adriamycin activating a recall phenome-

non after radiation therapy. Ann Intern

Med 81:407,1474

18. Gault D, Challands J. Extravasation

of Drugs. In Kaufman L, Ginsburg R,(Eds)

Anaesthesia Review 13, Churchill Living-

stone, Edinburgh 1997

19. Upton J, Mulliken JB, Murray JE.

Major intravenous extravasation injuries.

Am J Surgery 1979;137:497-506

20. MacCara ME. Extravasation: a haz-

ard of intravenous therapy. Drug Intell Clin

Pharm 1983:17:713-717

21-The National Extravasation Informa-

tion Service. The abc of extravasation.

Risk Factors/The patient. www.extrava-

sation.org.uk, 2007

22. Steven E. Zimmet. The Prevention of

Cutaneous Necrosis Following Extrava-

sation of Hypertonic Saline and Sodium

Tetradecyl Sulfate. J Dermatol Surg

Oncol 1993;19:641-646.

23. The National Extravasation Informa-

tio Service. The abc of extravasation.

Risk Factors/The drug or Infusate/ os-

molality. www.extravasation.org.uk

24. Use of liposuction and saline washout

for the treatment of extensive subcuta-

neous extravasation of corrosive drugs.

Br J Anaes 1994;72:702-704.

25. Rao VK, Feldman PD, Dibbell DG.

Extravasation Injury to the hand by intra-

venous phenytoin . J Neurosurg

1988;68(6):967-969

26. Siwy BK, Sadove AM. Acute man-

agement of dopamine infiltration injury

with Regitene. Plast Reconstr Surg

1987;80(4):610-612

27. Michelle J. Soble, Robert T. Dorr, Pa-

tricia Plezia, and Steven Breckenridge.

Dose-dependent skin ulcers in mice

treated with DNA binding antitumor an-

tibiotics.

28. Garnick M, Israel M, Khetarpal V et

al. Persistence of anthracycline levels fol-

lowing dermal and subcutaneous Adri-

amycin extravasation. Proc Am Assoc

Cancer Res 1981;4:96

29. Bhawan J, Petry J, Rybak ME. His-

tologic changes induced in skin by ex-

travasations of doxorubicin (adriamycin).

J Cutan Pathol 1989;16:158-163

30. The National Extravasation Informa-

tion Service. Classification of cytotoxic

drugs according to their potential to

cause serious necrosis when ex-

travasated. (Updated 2005). www.ex-

travasation.org.uk

31. Gault D, Challands J. Extravasation

of Drugs. In Kaufman L, Ginsburg R,(Eds)

Anaesthesia Review 13, Churchill Living-

stone, Edinburgh 1997

32. Smith R. Prevention and treatment of

extravasation. Br J Parenteral Therapy

1985;6:114-120

33. Hawley I. Green Card Database Sta-

tistics (updated February 2006). The Na-

tional Extravasation Information Service..

www.wxtravasation.org.uk

34. Tully JL, Friedland GH, Baldini LM,

Goldman DA. Complications of intra-

venous therapy with steel needles and

Teflon catheters: a comparative study.

Am J Med 1981;70:702-706

35. The National Extravasation Informa-

tion Service (UK). Extravasation Risk Fac-

tors. Concurrent Medication.

www.extravasation.org.uk (updated Jan

2004)

36. Heckler FR. Current thoughts on ex-

travasation injuries. Clinics in Plastic Sur-

gery 1989;16(3):557-563.

37. Díaz Fernández, MC. Extravasación

de citostáticos. Portales médicos.com.

11/5/2006.www.portalesmedicos.com/

publicaciones/articles

38. Surrey, West Sussex and Hampshire

Cancer Network. NHS. Gudelines for

prevention and management of

chemotherapy extravasation

39. Dorr RT. Antidotes to vesicant

chemotherapy extravasations. Blood

Rev. 1990 Mar;4(1):41-60.

40. The National Extravasation Informa-

tion Service (UK). Treating extravasation

injuries/Antidotes. www.wxtravasa-

tion.org.uk

41. Larson DL. Treatment of tissue ex-

travasation by antitumor agents. Cancer

1982 ;49: 1796-9.

Page 19: Revista vea 40 - Diciembre 2014

19

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I

El trabajo nocturnoen enfermería:característicasy problemas

Lic. Exequiel Avalos*

INTRODUCCIÓN

Dormir es una necesidad humana de

primer orden. Por ello, habría que con-

siderar el sueño como una actividad

vital importante ya que las personas

pasan por lo menos un tercio o un

cuarto de sus vida durmiendo.

El sueño es un proceso universal común

a todas las personas; se lo considera un

estado de alteración de la conciencia en

el cual la percepción y la reacción al am-

biente están disminuidas 1. Entre los va-

rios factores que pueden impedir o

dificultar conciliar el sueño y su calidad

cabe mencionar los factores psicológi-

cos, ambientales, socioculturales y eco-

nómicos. Estos últimos forman parte de

los llamados hábitos de vida.

En los profesionales de enfermería, el

trabajo nocturno se relaciona estadísti-

camente con el deterioro de su calidad

de vida. Estudios realizados muestran

que las personas que trabajan de noche

presentan un grado menor de satisfac-

ción con el horario y con el trabajo en

general, que las personas que prestan

servicio en una jornada diurna. Esto

puede deberse a diversas causas, pero

indudablemente una de ellas es la difi-

cultad de adaptación a esos esquemas

por la alteración de los ritmos circadia-

nos (ritmos biológicos del ser humano

que siguen unas repeticiones cíclicas y

regulares) y sociales. 2

Los turnos nocturnos son también una

* Sub-coordinador de Neonatología y Pediatría, Sanatorio Anchorena.1 Kozier y otros (2005).2 Nogareda (2005).

Además de unaalteración delequilibrio biológicopor el desfasaje delos ritmoscorporales y elcambio en loshábitosalimenticios, losefectos negativossobre la saludrepercuten en lavida familiar ysocial.

Page 20: Revista vea 40 - Diciembre 2014

visión de enfermería actualizada

20

importante fuente de estrés; tener que

trabajar en épocas de descanso habi-

tual para el resto de la población (épo-

cas de fiestas, fines de semana, etc)

puede inducir al consumo de sustancias

adictivas (tabaco, café, alcohol, etc.) y

generar fuertes sentimientos de des-

arraigo familiar, social y cultural, deterio-

rando lazos que son fundamentales a la

hora de tratar y de resolver un problema

de drogadependencia.

FISIOLOGÍA DEL CICLO CIRCADIANO

El ciclo sueño-vigilia es el más evidente

de los diversos ritmos de 24 horas que

presenta el ser humano. A nivel molecu-

lar, los ciclos circadianos endógenos

son inducidos por bucles de retroali-

mentación autosostenidos de tipo trans-

cripcional o traslacional.3 El período

genéticamente determinado de este os-

cilador nervioso endógeno, que en la

persona promedio es de unas 24,2

horas, está sincronizado de manera nor-

mal con el período de 24 horas del ciclo

natural de luz y oscuridad. La sincroni-

zación de los ritmos circadianos en ma-

míferos, gracias a los ciclos de luz y

oscuridad, es mediada por el fascículo

retinohipotalámico, vía monosináptica

que vincula neuronas ganglionares reti-

nianas, fotorreceptoras y especializa-

das, directamente a los núcleos

supraquiasmáticos.4 La falta de coordi-

nación de las señales emitidas por el

marcapasos circadiano endógeno con

en el ciclo sueño-vigilia deseado es la

causante del insomnio, así como de las

disminución en el nivel de alerta y del

menor rendimiento cognitivo en los tra-

bajadores nocturnos y en quienes viajan

por avión. Aunque la luz es el sincroni-

zador más importante en animales, pa-

rece ser que darse cuenta de la hora y la

interacción social son los dos factores

más importantes para sincronizar el

ritmo circadiano humano.

Además de la regulación nerviosa del

ciclo circadiano, el mecanismo de sueño

es regulado por una oscilación hormo-

nal circadiana, sumado a la acumulación

de adenosina por la actividad en el

tiempo en el que se está despierto. El

ser humano es diurno y se ha obser-

vado una dependencia entre la estimu-

lación luminosa y la necesidad de

mantener el ciclo circadiano estable. 5

TRASTORNOS DEL SUEÑO POR ALTE-

RACIÓN DEL RITMO CIRCADIANO EN

TRABAJADORES NOCTURNOS

El ciclo sueño-vigilia está gobernado por

dos sistemas neurobiológicos principa-

les: uno que genera activamente el

sueño y los procesos relacionados con

él, y otro que programa el momento del

sueño dentro del ciclo diario de 24

horas. Las alteraciones intrínsecas o ex-

trínsecas (ambientales, fármacos o en-

fermedades) en estos sistemas pueden

causar trastornos del sueño o del ritmo

circadiano.

Los trastornos del sueño son una de las

causas de consulta más frecuentes de

la práctica médica. Los adultos suelen

presentar por lo menos trastornos del

sueño esporádicos; para la mayoría,

esto supone una noche de sueño es-

caso y somnolencia diurna que se pre-

sentan de forma ocasional. Sin

embargo, hay quienes padecen algún

trastorno crónico y serio del sueño y de

la vigilia, lo que puede ocasionar altera-

ciones importantes en el funcionamiento

diurno. Además, los trastornos del

sueño pueden contribuir a la aparición o

agravamiento de trastornos físicos o

psiquiátricos.

La cantidad y la calidad del sueño son

trastornadas cuando las horas de sueño

se cambian de la noche al día. Estudios

realizados indican que los trabajadores

nocturnos duermen en promedio de 4 a

6 horas, comparados con las 7,5 horas

promedio en trabajadores diurnos. Ade-

más, para quienes trabajan sistemática-

mente en horarios cambiantes, el

sistema de coordinación circadiano no

es capaz de adaptarse satisfactoria-

mente a la inversión de horarios; esto

ocasiona una falta de ajuste entre el ho-

rario trabajo-descanso deseado y el

ritmo del marcapasos, resultando en un

sueño diurno alterado en la mayoría de

los sujetos.

La privación de sueño incrementa el

lapso en que se está despierto antes de

trabajar, produce desfasaje circadiano,

descenso del nivel de alerta y del fun-

cionamiento, incremento del tiempo de

reacción y un mayor riesgo de errores

de ejecución, lo que significa un riesgo

mayor de accidentes en los trabajado-

res nocturnos y otros sometidos a pri-

vación de sueño.

Rutenfranz y colaboradores señalan que

el problema fisiológico más importante

con respecto a los trabajadores noctur-

nos es “el problema de la resincroniza-

ción de las funciones fisiológicas

después de un cambio en las horas la-

borales y de sueño”.

El trabajador de noche tiene que dormir

de día cuando su ritmo circadiano le

dice que tiene que estar despierto, en

consecuencia el sueño de día se acorta

y pareciera ser “ligero” o “no satisfacto-

rio”; y a menudo no duerme lo suficiente

durante el día para combatir la fatiga de

noche (Roger & col.: 1997).

Muchos aprenden a crear métodos per-

sonales para que no les afecte tanto la

fatiga. Se podría pensar que quienes

trabajan permanentemente de noche

llegan adaptarse o acostumbrase a sus

horas de trabajo, ya que usualmente

3 Czeisler y otros (2009). 4 Casper y otros (2005). 5 Martinez y Sfredo (2010).

Page 21: Revista vea 40 - Diciembre 2014

21

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I

algo es más fácil cuando una persona

lo hace por más tiempo. Sin embargo

muchos estudios demuestran que

nunca se acostumbran del todo a ese

calendario: hay muchas noches que to-

davía están cansados y tienen sueño, y

la fatiga se hace evidente cuando regre-

san a un calendario de día durante sus

días libres.

EL DESORDEN DEL TRABAJO POR

TURNOS Y EL SÍNDROME DE AGOTA-

MIENTO

Entre un 5 y un 10% de los individuos

programados para trabajar por la noche

o en las primeras horas de la mañana

tienen dificultades mucho mayores que

las promedio para mantenerse despier-

tos durante el trabajo nocturno y dormir

durante el día; a estos individuos se les

diagnostica un trastorno crónico grave

en el trabajo por turnos (desorden del

trabajo por turnos). Se estima que un

20% de los trabajadores no pueden to-

lerar el trabajo nocturno.

Estos desórdenes se producen cuando

los cambios de turno laboral afectan las

horas regulares de sueño; se caracteri-

zan por fatiga, ensueño excesivo y mala

calidad de sueño. En estos casos se re-

comienda el uso de estimulantes durante

el trabajo ya que la exposición a la luz,

habitualmente el paciente demora un

mes en adaptarse a las horas de trabajo.

El agotamiento del trabajador nocturno

también está asociado con la actividad

que realiza. Por ejemplo, la actividad la-

boral en unidades especializadas como

cuidados intensivos o coronarios tiene

una sobrecarga traumática del personal

de salud que provoca cansancio con

agotamiento emocional y sentimiento

de desvalorización de los éxitos perso-

nales. Esto se conoce como el Sín-

drome del Agotamiento (Burn out

Syndrome) 6.

PATOLOGÍAS ASOCIADAS AL TRA-

BAJO NOCTURNO

Alrededor del mundo se han hecho di-

versos estudios tratando de comprobar

la asociación del trabajo nocturno con

el riesgo aumentado de diversas enfer-

medades. Los efectos del trabajo noc-

turno en la función fisiológica debido a

disrupción del ritmo circadiano están

bien descritos. Sin embargo, el trabajo

nocturno también puede estar asociado

con desórdenes patológicos específi-

cos. Los trastornos que más frecuente-

mente se asocian al trabajo nocturno

son las úlceras pépticas, enfermedad

coronaria y compromiso del embarazo.

Los síntomas inmediatos que se aso-

cian al trabajo nocturno son trastornos

del sueño, fatiga, “jet lag” y disfunción

gastrointestinal 7.

- Mortalidad

Al día de hoy no existen evidencias que

muestren que el trabajo nocturno afecte

la longevidad. Se han hecho pocos es-

tudios que han tratado sobre mortalidad

relacionada con el trabajo en turnos y la

conclusión general es que no parece

tener implicaciones negativas en la mor-

talidad de los trabajadores. 8

- Trastornos gastrointestinales

Los trastornos gastrointestinales son

más comunes en trabajadores noctur-

nos que en trabajadores diurnos. Van

desde el dolor y alteraciones en los há-

bitos intestinales como diarrea y estre-

ñimiento hasta úlceras. La frecuencia de

los trastornos digestivos sugiere que los

hábitos alimenticios pueden jugar un rol

importante.

Los cambios alimenticios más importan-

tes son los cambios en las horas de co-

mida, la dificultad para obtener comida

caliente y nutritiva durante los turnos

nocturnos y la imposibilidad de tener

contacto social durante los tiempos de

comida con la familia o los amigos.

6 Triguero7 Knutsson (2003).8 Harrington (1978).

Page 22: Revista vea 40 - Diciembre 2014
Page 23: Revista vea 40 - Diciembre 2014

23

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I

- Enfermedad cardiovascular

Respecto a la enfermedad cardiovascu-

lar los datos no son concluyentes. Mien-

tras algunos estudios asocian el trabajo

nocturno con trastornos cardiovascula-

res otros niegan la existencia de correla-

ción.

- Cáncer

Aunque existe evidencia de la asocia-

ción entre algunas neoplasias y el tra-

bajo nocturno, el tema es tan amplio

que para cada tipo de neoplasia hay

datos que la refuerzan y otros que no.

El estudio de mortalidad llevado a cabo

por Taylor y Pocock reporta un incre-

mento significativo de incidencia de ne-

oplasias en trabajadores por turnos

comparado con la población general.

En el mismo sentido, un estudio danés

reporta un aumento en el riesgo de su-

frir cáncer de mama entre las mujeres

que trabajaron predominantemente de

noche. 9

- Diabetes mellitus y trastornos me-

tabólicos

Theorell y Akerstedt demostraron que

los niveles séricos de potasio, ácido

úrico, glucosa, colesterol y lípidos tota-

les aumentan durante el trabajo noc-

turno. Estos niveles se normalizan

cuando el trabajador retorna a su tra-

bajo diurno, por lo que estos autores

sugieren que el trabajo nocturno es un

estado catabólico y que puede tener

efectos a largo plazo sobre la salud car-

diovascular.

Los estudios que se han realizado com-

parando el peso de las personas que

trabajan de día con el de las que traba-

jan de noche no son concluyentes. Al-

gunos estudios indican que la ganancia

de peso es mayor en enfermeras que

trabajan principalmente de noche que

aquellas que trabajan de día, mientras

que otros señalan que el peso de los

trabajadores no se ve afectado por los

horarios de trabajo, aunque sí se ha en-

contrado que la distribución de la grasa

en personas que trabajan jornadas

nocturnas es más centrípeta que las

que trabajan de día.

Otros estudios sugieren que la obesi-

dad y la dislipidemia se incrementan

junto con la desaparición crónica del

sueño en personas que trabajan de

noche.

En diferentes estudios sobre la preva-

lencia de diabetes mellitus en la pobla-

ción de personas que trabajan de

noche. Aunque no se ha podido esti-

mar la cifra exacta, se sabe que es

mayor que la población general; ade-

más, el trabajo nocturno puede alterar

la ingesta de comida habitual y las co-

rrectas horas de administración de la in-

sulina en pacientes diabéticos.

- Enfermedad cerebrovascular

El trabajo nocturno está estrechamente

relacionado con la enfermedad cere-

brovascular, entendida como una ma-

nifestación más de las enfermedades

de origen vascular, cuyas principales

causas son la hipertensión y la ateros-

clerosis.

En algunos países (Corea, Japón, Tai-

wán) las enfermedades vasculares ce-

rebrales son consideradas como

enfermedades ocupacionales compen-

sables.

Un mal manejo de la salud ocupacional

puede influir también en el desarrollo de

eventos cerebrovasculares en trabaja-

dores con factores de riesgo preexis-

tentes. El trabajo nocturno y el trabajo

por turnos se han asociado como un

factor de riesgo para desarrollar un

evento cerebral vascular 10.

Un estudio realizado en 1980 concluía

que el trabajo nocturno afectaba a la

salud de los trabajadores sanitarios. En

el se citan los siguientes trastornos: ce-

faleas, dorsalgias, dolencias gástricas,

nauseas, dolores de piernas, perdida

del apetito, insomnio, sueño agitado,

fatiga general 11. En 2007, un estudio

transversal multicéntrico realizado

sobre los profesionales de enfermería

de cinco hospitales catalanes, concluía

que el trabajo nocturno se asocia a una

mayor incidencia de trastornos entre los

que incluía el insomnio e interrupciones

de sueño 12.

El tiempo laboral es uno de los aspec-

tos de las condiciones de trabajo que

tiene una consecuencia más directa

sobre la vida diaria. El número de horas

trabajadas y su distribución afectan no

sólo la calidad de vida en el trabajo sino

a la vida extralaboral. En la medida en

que la distribución del tiempo libre es

utilizable para el esparcimiento, la vida

familiar y la vida social, es un elemento

que determina el bienestar de los tra-

bajadores. Así, además de la alteración

de los horarios de alimentación, el si-

lencio durante el día para propiciar el

descanso, también conlleva una menor

oportunidad para la vida social al dis-

minuir la participación en actividades

con amigos o familiares.

En algunos trabajos es necesario esta-

blecer turnos de trabajo con horarios

que están fuera de los que seria acon-

sejable, ya sea por necesidades del

propio servicio o por necesidades pro-

ductivas. El aumento de la demanda de

diversos servicios en las instituciones

de salud y la incorporación de tecnolo-

gía han creado sistemas de trabajo que

requieren actividad laboral durante las

24 horas. El personal de enfermería

9 Hansen (2001).10 Dae y Seong (2010).11 Valdés (2005). 12 Bonet y otros (2009).

Page 24: Revista vea 40 - Diciembre 2014

24

visión de enfermería actualizada

asignado al turno noche con una jor-

nada de diez horas día por medio, ex-

perimenta desajustes entre las

demandas de actividad y los ritmos bio-

lógicos internos que regulan el ciclo de

vigilia-sueño, con consecuencias direc-

tas sobre la vida diaria.

La indagación bibliográfica muestra que

sobre el trabajo nocturno se ha escrito y

hablado mucho, pero en realidad se ha

avanzado muy poco en su adecuada re-

gulación.

Las largas jornadas de trabajo en servi-

cios de guardia durante la noche y la ro-

tación de turnos son características

inherentes a la práctica hospitalaria que

no pueden eliminarse, por lo que queda

en manos de la medicina laboral velar

por el trabajador y su salud en relación a

los posibles efectos adversos y las re-

percusiones que estas condiciones pue-

dan ejercer sobre los trabajadores,

mediante la vigilancia de la salud y la

prevención de riesgos.

La identificación de los factores de riesgo

psicosocial a los que pueden estar ex-

puestos los médicos y enfermeras per-

mite adoptar medidas preventivas, que

pueden ser útiles para mejorar la salud y

la calidad de vida de estos profesiona-

les. Se debe insistir en que la programa-

ción de las guardias sea realizada y dada

a conocer con antelación y con tiempos

adecuados para que pueda producirse

la recuperación, ya que se ha demos-

trado que estas medidas contribuyen a

disminuir el estrés.

EL TRABAJO NOCTURNO EN ENFER-

MERÍA

En el caso particular de la enfermería,

debido a la rotabilidad de horarios los

turnos nocturnos se convierten en for-

mas de trabajo habituales para muchos

profesionales, acarreando así conse-

cuencias en el ámbito familiar, laboral,

social y de pareja, por citar algunos, y

transformándose en factores de riesgo

no sólo para los enfermeros sino tam-

bién para la prestación de servicios en

salud. Por esta razón se hace necesario

reflexionar sobre la manera de distribuir

los tiempos de trabajo (durante el día, la

semana, los años) e identificar cuáles

son los usos del tiempo que producen

mayor desgaste, malestar y desintegra-

ción social.

El horario nocturno no sólo afecta la

salud mental de los individuos sino que

además influye en las relaciones interper-

sonales. Entre el personal de enfermería

se ha observado una asociación entre el

turno laboral y alteraciones de salud tales

como trastornos digestivos, musculares,

de sueño, del carácter, actividad mental y

relación social, siendo común que las al-

teraciones gastrointestinales aparezcan

generalmente por el hecho de que los

trabajadores no poseen horarios ade-

cuados para alimentarse.

Producto de la pérdida de la vida social

y actividades de ocio y recreación, se

dan cambios en la dinámica de interac-

ción: se genera un submundo orientado

meramente a la vertiente del cumpli-

miento de funciones laborales y extra la-

borales que conduce al abandono de sí

mismo y a alteraciones de tipo emocio-

nal. Se ha demostrado la asociación es-

tadística entre la depresión y el trabajo

a doble jornada (necesaria producto de

los bajos salarios). El efecto de la doble

jornada en la salud mental de los traba-

jadores de enfermería se constató en

una investigación que intentó verificar la

prevalencia de estrés en los trabajado-

res, resultando que el 70,8% del grupo

con doble jornada estaban estresados,

en comparación al 55,5% que no tenían

dicha condición laboral.

RECOMENDACIONES

Con la información obtenida se puede

concluir que el trabajo nocturno es un

factor de riesgo para múltiples trastor-

nos orgánicos. Por lo tanto, es necesa-

rio hacer una cuidadosa selección de

personal que sea apto para ese trabajo.

Se recomienda además el examen pe-

riódico de los trabajadores nocturnos en

busca de enfermedades crónicas rela-

cionadas o de la exacerbación de enfer-

medades ya presentes. Las personas

que muestren trastornos del sueño u

otras enfermedades directamente rela-

cionadas con el trabajo nocturno deben

ser reubicadas en su horario de trabajo.

Las enfermedades más frecuentes que

padecen estos trabajadores nocturnos

son gastritis, obesidad, hipertensión ar-

terial y diabetes mellitus, todas las cua-

les son más prevalentes en personas

con horario nocturno que aquellas con

horario únicamente diurno a excepción

de la hipertensión arterial.

Hay una gran diferencia en la prevalencia

de infarto, accidente cerebrovascular y

epilepsia en trabajadores nocturnos

comparado con trabajadores diurnos.

Los síntomas más frecuentes que pade-

cen estos trabajadores son relacionados

con trastornos del sueño, gastrointesti-

nales y cardiovasculares, en ese orden.

-trastornos del sueño más frecuentes:

no dormir lo suficiente, fatiga durante el

día e incapacidad para conciliar el

sueño.

-trastornos gastrointestinales más fre-

cuentes: hambre, ardor estomacal y

comer a horarios desiguales.

-trastornos cardiovasculares más fre-

cuentes: cefalea, palpitaciones.

Por todo lo anterior se recomienda hacer

una cuidadosa selección de los trabaja-

dores que son aptos para trabajar du-

rante estos turnos y prestar especial

Page 25: Revista vea 40 - Diciembre 2014

25

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN I

Kozier B, Erb G, Berman A, Snyder S.

(2005) Fundamentos de enfermería:

conceptos, proceso y práctica. Madrid:

McGraw-Hill.

Nogareda, C. y Nogareda, S (2005)

“Trabajo a turnos nocturnos: Aspectos

organizativos”. Articulo de la revista del

Instituto Nacional de seguridad e Hi-

giene en el trabajo. Argentina.

Czeisler, C., Winkelman, J. y Richard-

son, G. (2009). Trastornos del Sueño.

En Fauci, Braunwald, Kasper, Hauser,

Longo, Jameson et all. Harrison Princi-

pios de Medicina Interna. (17º ed). Es-

paña: McGraw Hill. 171-180.

Czeisler, C., Winkelman, J. y Richard-

son, G. (2009). “Trastornos del Sueño”.

En: Fauci, Braunwald, Kasper, Hauser,

BIBLIOGRAFÍA

Longo, Jameson et all. Harrison Princi-

pios de Medicina Interna. (17º ed). Es-

paña: McGraw Hill. 171-180.

Martínez, D. y Sfredo, M. (2010). “Circa-

dian rhythm sleep disorder”. Indian

Journal of medical Research, 141-149.

Triguero, M. (s.f.) “Efectos del trabajo

nocturno en trabajadores de la salud de

un hospital público universitario en la

ciudad de Pinar del Río, Cuba”. Psico-

logía: Teoría y Práctica, 54-62.

Knutsson, A. (2003). “Health disorders

of shift workers”. Occupational Medi-

cine, 53,103-108.

Harrington, J. (1978). Shift Work and

Health. London: Her Majesty’s Sta-

tionery Office.

Hansen, J. (2001). “Increased breast

cancer risk among women who work

predominantly at night”. Epidemiology,

12, 74-77.

Dae, K. y Seong, K. (2010). “Work-re-

lated Cerebro-Cardiovascular Diseases

in Korea”. JKMS, 25S,105-111.

Valdés G. (2005) “¿Cambian los hábitos

de vida en las enfermeras que se incor-

poran por primera vez al trabajo en la

comunidad de Madrid?” Nure investiga-

ción, 18: 1-9.

Bonet R, Moline A, Olona M, Gil E,

Bonet P, Les E. (2009) “Turno nocturno:

un factor de riesgo en la salud y la cali-

dad de vida del personal de enfermería”.

Enf. Clin., 19(2): 76-82.

CONCLUSIÓN

El trabajo nocturno implica un desafío para quienes recurren a este turno como alternativa a sus posibilidades

de trabajo por razones personales, familiares o sociales. En muchos casos, esto implica dejar a su familia para

presentarse a la jornada laboral nocturna, organizar su vida y buscar alternativas para el cuidado de sus hijos,

tareas domésticas y actividades instrumentales de la vida diaria (pago de impuestos, trámites, administración de

sus recursos, etc).

Aunque el trabajo nocturno muchas veces tiene momentos de gran esfuerzo físico y mental, un aspecto que lo

distingue muchas veces y en opinión de los propios colegas es la importancia del apoyo y la actitud solidaria entre

compañeros de trabajo. En su opinión, esto se produce por las características del turno mismo y el ritmo de la

noche en relación a la demanda de los pacientes, de otros profesionales y de la calma en cuanto a las activida-

des determinada por el descanso mismo de los pacientes, como del cese de actividades en general.

El trabajar como enfermero de turno noche puede representar una experiencia personal significativa más allá de

los problemas o trastornos que pueden acontecer en cuanto a la salud. En palabras de un enfermero: “Me han

dado más de lo que vine a ofrecer. Si comienzo a recordar mis momentos durante el tiempo trabajado en la

noche, la alegría de los logros es inmensamente mayor que todo el cansancio. He aprendido lo que es el trabajo

en equipo, el respaldo de mis colegas, la camaradería, dejando a un lado prejuicios y desvalorizaciones sobre

nosotros y sobre la enfermería”.

atención a cierto grupo de trabajadores

que están expuestos a mayores riesgos:

-personas mayores de 55 años

-personas con antecedentes de desór-

denes gastrointestinales

-personas diabéticas

-personas epilépticas

-personas con trastornos del sueño

Se deben realizar estudios sobre la inci-

dencia del trabajo nocturno en la salud

de los trabajadores.

Page 26: Revista vea 40 - Diciembre 2014

26

“El cuidado es la esencia y la base sustancial del desarrollo de nuestra profesión. Los valores,

las creencias y las acciones representan aspectos necesarios a considerar al momento de re-

flexionar sobre nuestra actitud profesional y nuestras convicciones.”

El pasado 30 de octubre se llevaron a cabo las II Jornadas de Enfermería del Sanatorio Anchorena. Contaron con una alta par-

ticipación de enfermeros de la CABA y de las provincias.

El eje de las jornadas fueron los valores vinculados con la identidad profesional; la reflexión sobre la naturaleza del cuidado,

entendido como algo propio del ser humano, y al acto de cuidar como un valor en sí mismo, que denota tanto una cualidad

de ser como algo a lo que se aspira y en lo que cabe inspirarse. Los valores están al servicio de la vida y la vida al servicio de

los valores, de manera que hablar de valores conduce inevitablemente a hablar de humanización y en particular del cuidado

como acción humana.

Dentro del programa ocupó también un lugar destacado el análisis de la situación actual del sistema de salud a nivel nacional

y mundial y cómo incide en el ejercicio de la profesión; las estrategias desde las que se busca dar respuesta a las distintas

problemáticas y la importancia de la formación en el cuidado de calidad como cualidad distintiva de enfermería.

Enfermeras y enfermeros del Sanatorio Anchorena expusieron distintos casos seleccionados de los ateneos del Programa de

educación continua de la institución, entre ellos dos trabajos de investigación: “Clasificación de pacientes en internación ge-

neral” y “Seguimiento de catéteres endovenosos periféricos en el servicio de emergencias”.

Finalmente, queremos destacar entre los expositores que participaron de la Jornada al Mg. José Jerez, la Lic. Victoria Rosso,

Lic. Silvia Santulli, Enf. Marilina Ceriani, el Dr. Vittolo, la Lic. Judith Figueira y el Dr. Francisco Maglio.

“El valor del cuidado escuidar con valores”

II Jornadas de Enfermería del Sanatorio Anchorena

Lic. José Jerez Auditorio

Page 27: Revista vea 40 - Diciembre 2014

27

GESTIÓN

El aporte de lasherramientasde gestión a laEnfermería

CP. Carolina Castellano*

CP. Noemí Giovagnoli**

Quienes nos hemos formado en el

campo de las ciencias económicas y

trabajamos en administración y gestión

de la salud solemos encontrar escepti-

cismo respecto de la utilidad de imple-

mentar algunas herramientas de

gestión entre los profesionales de la

salud, siendo que fue precisamente en

este campo donde se advirtió por pri-

mera vez la necesidad de contar con

herramientas que permitiesen medir su

desempeño.

En el caso particular de enfermería, en-

contramos el primer antecedente histó-

rico a mediados del siglo XIX, con

Florence Nightingale, considerada la

pionera de la enfermería moderna.

Nightingale comprendió la importancia

del rol de la enfermería en la calidad de

la salud; comenzó a recopilar estadísti-

cas sanitarias y desarrolló una labor que

le valió reconocimientos en el campo de

la estadística en general, llegando a ser

la primera mujer en ser aceptada en la

Real Sociedad de Estadísticas de Ingla-

terra.

Nightingale consideraba que los datos

estadísticos podían contribuir a un

modo organizado de aprender de la ex-

periencia si se los trataba adecuada-

mente, mediante estadísticas uniformes

y precisas que permitieran evaluar mé-

todos de tratamiento. Sobre esta base

desarrolló un formulario modelo de es-

tadística hospitalaria que fue aprobado

por el Congreso Internacional de Esta-

dística celebrado en Londres en 1860.

Este esquema recopilaba datos sobre

cantidad de pacientes admitidos, cau-

sas de egreso, estancia promedio, etc.

Las reducciones presupuestarias y la

escasez de enfermeros en distintos pa-

íses motivaron la investigación de la re-

lación entre la dotación de enfermería y

los resultados adversos en la atención

de los pacientes y el desarrollo de indi-

cadores específicos para el área que

permiten medir el impacto del cuidado

enfermero en la calidad de atención.

A raíz de estudios que asociaban una

dotación reducida con un aumento en

la mortalidad, los entes reguladores de

la salud en EEUU han reconocido la co-

rrelación entre el desempeño del perso-

nal de enfermería y la calidad y

seguridad de las instituciones de la

salud en general. A fines de la década

del ‘90, la Asociación Estadounidense

de Enfermeras (ANA) identificó 10 indi-

cadores críticos asociados al cuidado

de enfermería; los mismos se agrupan

en relación a tres grandes ejes: estruc-

tura, proceso y resultados.

* Contadora Pública (UBA). Miembro de la Comisión de Estudios Tributarios y de la Comisión de Salud del Consejo Profesional de Ciencias Eco-nómicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Socia de C&G Contabilidad & Gestión.** Contadora Pública (UBA). Licenciada en Administración (UBA). Miembro de la Comisión de Salud del Consejo Profesional de Ciencias Eco-nómicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Socia de C&G Contabilidad & Gestión.

Page 28: Revista vea 40 - Diciembre 2014

28

visión de enfermería actualizada

INDICADORES DE LA ASOCIACIÓN ESTADOUNIDENSE DE ENFERMERAS

Estructura – Proporción de enfermeras graduadas.

– Total de horas de enfermería por día/paciente.

Proceso – Infecciones hospitalarias.

– Caídas de pacientes.

– Tasa de úlcera por presión.

Resultados – Satisfacción del paciente con los cuidados en general.

– Satisfacción del paciente con los cuidados de enfermería.

– Satisfacción del paciente con el manejo del dolor.

– Satisfacción del paciente con la información recibida.

– Satisfacción del personal.

Esta lista fue discutida (por ejemplo, se

agregaron más indicadores para centros

que no tratan agudos) y sometida a dis-

tintos procesos de revisión, hasta que fi-

nalmente, en 2001, la Asociación

Estadounidense de Enfermeras y la Es-

cuela de Enfermería de la Universidad

de Kansas desarrollaron la “Base de

datos nacional de indicadores de cali-

dad de enfermería” (NDNQI, por su sigla

en inglés). Esta base recopila única-

mente datos vinculados a enfermería y

permite a cada institución comparar su

desempeño en relación a promedios na-

cionales, rankings, etc. Actualmente

estos indicadores son utilizados para

certificar instituciones en programas sa-

nitarios; estos mismos u otros similares

son utilizados también en otros países.

Es posible adaptar esas experiencias a

la realidad de nuestro país y a la de

nuestra institución en particular, como

parte de un proceso de enriquecimiento

tanto para la organización como para

los profesionales intervinientes.

El uso de herramientas de gestión como

los indicadores de calidad implica un

avance en la gestión porque permite de-

terminar qué aspectos de la asistencia

resultan relevantes, establecer compa-

raciones, fijar objetivos y crear una cul-

tura de evaluación y mejora continua de

la práctica profesional. Otro factor fun-

damental es el trabajo con equipos in-

terdisciplinarios y la claridad en la

comunicación, para hacer visible que

estos indicadores no generan mera-

mente un historial sino que proporcio-

nan información útil que permite hacer

foco en temas y tendencias específicos;

marcan un camino que nos puede guiar

en la práctica diaria y en la toma de de-

cisiones.

La inexistencia de sistemas de informa-

ción no es un impedimento para utilizar

estas herramientas. Pueden analizarse

indicadores trabajando con sistemas

más o menos sofisticados, desde plani-

llas manuales, planillas de cálculo y

bases de datos muy simples, hasta el

software más complejo. Lo fundamen-

tal no es tanto el grado de complejidad

de las herramientas de análisis sino la

participación comprometida de todos

los actores en pos de un objetivo

común. El perfeccionamiento del sis-

tema de información de calidad es un

proceso dinámico, siempre susceptible

de modificaciones, ampliaciones y me-

jora. Generalmente, una vez que se ha

utilizado una herramienta de gestión y

se ha comprobado su utilidad, puede

continuarse con la implementación de

un cuadro de mando integral.

Cuando el personal recibe información

clara se interesa genuinamente por me-

jorar, buscar las causas del desempeño

no deseado y formas de solucionarlo. A

medida que todos los niveles se involu-

cran crece el apoyo y la confianza, se

cumple mejor con los indicadores, se

desarrollan otros nuevos y se crea un

círculo virtuoso. Se crea así una nueva

cultura organizacional, donde las pro-

pias áreas operativas son las que termi-

nan demandando que se profundice y

amplíe el camino emprendido.

Porque, como dice una máxima que se

atribuye a Aristóteles, “Somos lo que

hacemos día a día, de modo que la ex-

celencia no es un acto sino un hábito”.

Page 29: Revista vea 40 - Diciembre 2014
Page 30: Revista vea 40 - Diciembre 2014

30

Del 12 al 14 de noviembre se llevó a cabo el XXII Congreso Argentino de Enfermería, en la ciudad de Córdoba.

El evento contó con la participación y colaboración de los representantes de FAE y las Asociaciones Miembros,

y disertantes nacionales e internacionales de reconocida trayectoria en el campo profesional.

La temática del Congreso fue variada e innovadora; dio lugar a un intercambio de experiencias con colegas ex-

tranjeros que relataron la forma de trabajo en su país y expusieron un convenio a implementarse a partir de enero

de 2015: “Consultas y prescripciones en Enfermería”, firmado entre España, Argentina y otros 14 países más, a

partir del cual se unifican criterios en el proceso de atención de enfermería en un sistema informatizado y estan-

darizado acorde a la realidad local de cada país.

ORGANIZADO POR LA ASOCIACIÓN DE ENFERMERÍA DE CÓRDOBA (AEC) Y LA FAE

XXII Congreso Argentino de Enfermería“Las enfermeras, una fuerza para el cambio y

un recurso vital para la salud”

En el marco del Congreso se realizó la II Reunión de Líderes de

Enfermería y se hizo entrega del premio “Nydia Gordillo Gómez”,

en reconocimiento a la excelencia de las realizaciones de

Enfermería. Felicitamos a la colega Mónica Margarita Soto Ver-

cher por esta merecida distinción y a todos los postulantes.

¡Gracias a todos los que participaron, colaboraron y se su-

maron a esta propuesta en la cual la Federación Argentina

de Enfermería y las Organizaciones Miembros en especial la

Asociación de Enfermería de Córdoba dijeron nuevamente

“Presente”!

Page 31: Revista vea 40 - Diciembre 2014

31

RINCÓN LITERARIO

Hace algunos años ocurrió un desastre natural. En la televisión se veía a un grupo de personas metidas en el agua

hasta la cintura tratando de sacar a alguien de una casa; un poco después, este mismo grupo, vistiendo su cha-

leco distintivo, realizaba curaciones a heridos, administraba medicinas, entregaba comida y ropa. Sentí tanta cu-

riosidad que minutos más tarde me puse en contacto con la institución y pregunté cómo podía hacer para participar

como voluntario.

Siguiendo sus instrucciones, me presenté en su sede. Allí me contaron sobre un curso de cuatro semanas

en el cual podría aprender tal y tal cosa; pregunté si una vez terminado este curso podría tomar otro y me dijeron

que si, uno de ocho semanas, con más contenidos que el anterior. Pregunté si podía luego hacer otros cursos más

y me dijeron que no, que el siguiente paso era la carrera de enfermero, que quizás podría interesarme.

“¿Enfermero?”, pregunté.

Quise saber más. Me dieron una copia del plan de estudios con la información sobre la duración, horarios

y demás. Me explicaron que, como enfermero, podía ayudar en cualquier situación de catástrofe y ofrecerme

como voluntario acá o fuera del país.

“Enfermero”, pensé. Y me pregunté por qué nunca se me había ocurrido.

Podría ayudar de verdad. Me imaginé compartiendo experiencias con personas lejanas a mí (lejanas en lo con-

ceptual, no necesariamente en lo espacial), aprendiendo cosas nuevas. Me vi a mí mismo, vestido con botas, jeans

y mochila en la espalda, con barba –siempre uso barba, pero en este sueño despierto está llena de pasto seco– y

un mapa en la mano, enviándole postales a mi novia para contarle que regresaré pronto, que la amo mucho.

La música de fondo se detuvo y me desperté del sueño. Medité, ya un poco más en serio, sobre la idea y

supuse que en realidad trabajaría en algún hospital o fundación cerca de mi casa y que –con suerte– algún día po-

dría hacer algún viaje como voluntario. Me gustaba trabajar con gente, aprender, compartir cosas, estar ahí para

los demás, recibir cosas de los otros y ofrecer cosas de mí. Sin dudas, enfermería era la opción.

Llamé a algunas instituciones; supe que hay licenciaturas (“¿licenciaturas?” sí, y yo no tenía idea), residen-

cias (“de verdad, ¿hay residencias en enfermería? ¿residencia en cuidados intensivos y emergencias? ¿residen-

cias en enfermería comunitaria, cardiología, neonatología?), doctorado en enfermería. “¿Dónde firmo?”

Vendí mi empresa y me inscribí en un instituto que ofrece la licenciatura. Terminé el primer cuatrimestre de

segundo año tratando de sacar las notas más altas que mi cerebro pudiera alcanzar, durmiendo poco y leyendo

mucho. Estoy estudiando en un lugar donde puedo hacer la residencia y la licenciatura al mismo tiempo; tengo

planeado anotarme en el programa PROFAM para cuando me permitan ingresar.

Y así, de repente, mi vida cambió.

Pasé el último verano como voluntario en una sala de atención primaria. Recientemente supe de un volun-

tariado en un hospital público y estoy tratando de participar; intento asistir a charlas y cursos. La enfermería inundó

mi vida. Espacios que antes habían estado vacíos ahora están llenos de información vinculada a la salud: puedo

charlar con amigos y extraños acerca de sus hábitos, de su alimentación, del duelo, de la pérdida, de la salud, de

los adultos mayores. Ahora, de verdad, puedo ayudar y ser ayudado, participar en actividades e invitar a la gente

a que sea partícipe... Como en aquel sueño, ¡pero ahora es real! Voy camino a ser un enfermero, un enfermero de

corazón. Amo pasar tiempo con las personas y aunque esto recién empieza siento que ahora tengo superpode-

res... ¡y puedo hacer una diferencia en el mundo!.

“Enfermería: mi historia”Alessio Aguirre-Pimentel*

* Estudiante - Instituto Universitario del Hospital Italiano

Page 32: Revista vea 40 - Diciembre 2014

32

XIX JORNADA DE ENFERMERÍA - ORGANIZADA POR ADECRA -UCA

“Actualización de enfermería

en servicios de emergencias”

Lic. Pawlowicz, Lic. Nilda Acosta y Lic. Damanzo Mongeloz Auditorio

Lic. Gustavo Valenzuela

Se llevó a cabo el pasado jueves 23 de

octubre, la 19ª Jornada de Actualización

en Enfermería, con el objetivo de afian-

zar el compromiso con el sector de la

salud y brindar herramientas de capaci-

tación y perfeccionamiento al personal

de enfermería.

Organizada por Adecra y la UCA, la jor-

nasa tuvo lugar en el edificio San Alberto

Magno– Auditorio Santa Cecilia.

Con entrada libre y gratuita, participaron

más de 250 profesionales y estudiantes

del sector. Contó con la presencia de

distinguidos profesionales y represen-

tantes de los más importantes organis-

mos del sector.

La temática central de esta décimo no-

vena edición fue la actualización de en-

fermería en servicios de emergencias.

Se abordaron los siguientes contenidos:

el rol de la enfermería en emergencias,

por el Mgter Jorge R. Sabbadini; Emer-

gencias Pre-Hospitalarias y traslados

aéreos, a cargo del Dr. Alberto Marino y

del Lic. Gustavo Valenzuela; y el rol de

la enfermería en el triage de emergen-

cias con los Licenciados Roberto Pa-

wlowicz y Dámazo Mongelós.

La presidenta de la comisión de Enfer-

meros de Gestión de Adecra, Lic. Gra-

ciela del Valle Gómez, se refirió a la

importancia y convocatoria de las jorna-

das de enfermería llevadas a cabo en

años anteriores: “Mediante este tipo de

jornadas pretendemos afianzar nuestro

compromiso con el sector de la salud y

brindar herramientas de capacitación y

perfeccionamiento”.

Page 33: Revista vea 40 - Diciembre 2014

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II

33

Construir estrategiaspara el cuidado de lasalud del adulto mayor:una experienciaeducativa

Lic. Eduardo Rodolfo Blotta*

Lic. Susana Esther Di Fulvio**

Lic. Dominga Teresa Vitola***

JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA

La cátedra de Enfermería en la Atención

del Adulto y Anciano I corresponde al

segundo año de la carrera de Licencia-

tura en Enfermería de la Facultad de

Ciencias Médicas de la UNR. Durante el

proceso de revisión de su programa

fueron identificadas algunas limitacio-

nes, principalmente: las características

de la enseñanza sobre el cuidado del

adulto mayor y el hecho de que el eje

del conocimiento transmitido al estu-

diante pasa por el sujeto enfermo. Par-

tiendo de esa concepción, la actividad

* Licenciado en Enfermería (UNR). Especialista en Docencia Universitaria (UTN Regional Rosario). Profesor Asociado Ordinario (DepartamentoEnfermería Médico-quirúrgica, Escuela de Enfermería. Facultad de Ciencias Médicas UNR). Docente Investigador Categoría IV (Programa de In-centivos Docentes UNR).** Licenciada en Enfermería (UNR). Especialista en Docencia Universitaria (UTN Regional Rosario). Profesora Adjunta Ordinaria (DepartamentoEnfermería Médico-quirúrgica, Escuela de Enfermería. Facultad de Ciencias Médicas UNR). Docente Investigadora Categoría IV (Programa deIncentivos Docentes UNR).*** Licenciada en Enfermería (UNR). Doctora en Enfermería (UNR). Profesora Adjunta Ordinaria (Departamento Enfermería Médico-quirúrgica, Es-cuela de Enfermería. Facultad de Ciencias Médicas UNR). Docente Investigadora Categoría III (Programa de Incentivos Docentes UNR).

Palabras clave: cuidado de la salud, adulto mayor, experiencia educativa

Key words: health care, elderly, educational experience

Resumen: El artículo presenta una experiencia educativa destinada a lograr la apropiación del cuidado de la salud por parte

del adulto mayor a través de charlas y talleres interactivos sobre problemáticas específicas de este grupo etario. Se proponen

además estrategias de construcción colectiva que estimulen su autonomía y responsabilidad en el autocuidado.

Abstract: This article presents an educational experience that is designed to help the elderly appropriate strategies of health-

care –this is done through lectures and interactive workshops to tackle specific problems of this age group. The article also ex-

plores strategies of collective construction that may encourage autonomy and self-responsibility among the elderly.

docente se había centrado en un mo-

delo clínico que considera al sujeto

como receptáculo pasivo de indicacio-

nes y cuidados, produciéndose de esta

forma una concepción reduccionista del

sentido de la enseñanza. En la tarea de

modificar estos lineamientos se contó

Page 34: Revista vea 40 - Diciembre 2014

visión de enfermería actualizada

34

con el aporte de las asignaturas de se-

gundo año de la carrera (Biología II, Psi-

cología II y III), las cuales contribuyen

desde una concepción epistemológica

más amplia a la construcción de los

cambios a implementar.

La propuesta desarrollada se articuló en

la práctica con un modelo de trabajo

centrado en la atención primaria de la

salud. Desde su concepción social y

asistencial, este enfoque (compartido

con el área de epidemiología y preven-

ción de la UGL IX del PAMI) permitió

orientar la iniciativa hacia una visión que

abarque el sujeto y su contexto coti-

diano.

Desde principios del año 2003 y hasta

la fecha se han desarrollado tareas con-

juntas entre la Escuela de Enfermería

UNR y el Área de Epidemiología y Pre-

vención, entre las cuales destacan las

actividades en terreno destinadas a la

promoción de la salud y la prevención

de las patologías prevalentes en adultos

mayores. En base a los contenidos de

la atención primaria de la salud, la Es-

cuela ha participado con charlas y talle-

res de participación comunitaria en las

siguientes actividades:

• Relevamiento epidemiológico sobre

patologías prevalentes.

• IV Jornadas de Epidemiología y Pre-

ello, la actividad propuesta consistió en

la implementación de experiencias de

educación para la salud (charlas y talle-

res interactivos) a través de las cuales se

hizo énfasis en la adquisición de aptitu-

des destinadas a una mejor calidad de

vida del adulto mayor.

En los últimos diez años se han planifi-

cado distintas actividades como parte

de la experiencia pedagógica que lleva

adelante la cátedra, incentivando la par-

ticipación de los alumnos en la educa-

ción del adulto mayor respecto a temas

de salud y prevención de enfermedades

prevalentes en esa etapa.

OBJETIVOS

• Generar un espacio de comunicación

que permita la apropiación del cuidado

de la salud por parte del adulto mayor,

transformándolos de receptores pasivos

de indicaciones médicas (en el sentido

amplio, no hegemónico, del término) en

participantes activos en la preservación

de su propia calidad de vida.

• Favorecer la toma de decisiones del

adulto mayor basada en la construcción

de un conocimiento colectivo.

• Estimular la autonomía y responsabili-

dad del adulto mayor respecto del cui-

dado de su propia salud.

vención en los Adultos mayores del Área

de Epidemiología y Prevención, en la

Mesa Redonda “ Rol de la Enfermería en

un Programa de Atención Primaria de la

Salud dirigido al Adulto Mayor”

• Disertación y coordinación de talleres

en la “Primera Jornada de Enfermería en

la APS de los Adultos Mayores” .

• V Jornadas de Epidemiología y Pre-

vención de los Adultos Mayores del Área

de Epidemiología y Prevención. VIII Con-

greso Argentino de Epidemiología, Mesa

redonda: “La epidemiología en la forma-

ción de grado de los recursos humanos

en salud”.

• Seminario-taller: “Rol y participación

del colectivo enfermería en las redes so-

ciales orientadas hacia la atención del

adulto mayor”. VI Jornadas de Epide-

miología y Prevención en el Adulto

Mayor: “La articulación de las redes so-

ciales como ejercicio de la ciudadanía”.

• Coordinación de los equipos de enfer-

mería en las XIII, XIV y XV campañas de

vacunación antigripal.

Siguiendo esta línea conjunta de partici-

pación y trabajo, en el año 2011 se de-

cidió abordar dos aspectos puntuales y

propios de la situación de salud de esta

población: los traumatismos originados

en caídas y la hipertensión arterial. Para

Page 35: Revista vea 40 - Diciembre 2014

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II

35

POBLACIÓN DESTINATARIA

Adultos mayores radicados en el muni-

cipio de Rosario, con residencia efectiva

en el área de influencia de cuatro cen-

tros de jubilados (Agrupación Celeste y

Blanco -Zona Centro-; Flor de Ceibo -

Barrio Las Flores -Zona Sur-; Lisandro

de la Torre -Zona Norte-; la Vecinal Em-

palme Graneros -Zona Oeste).

Dichos centros fueron seleccionados

por su alto grado de participación co-

munitaria y por ser integrantes del grupo

referencial de centros de jubilados sobre

los que se instrumentan en forma conti-

nuada las acciones en terreno del área

de epidemiología y prevención de la

UGL IX.

Asimismo, a fin de evitar el sesgo ecoló-

gico, se dividió la ciudad en cuatro

zonas (centro, sur, norte, oeste) eli-

giendo el centro con más cantidad de

actividades en cada una de ellas.

DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA

EDUCATIVA

Se trabajó sobre dos problemas rele-

vantes: la hipertensión arterial y preven-

ción de caídas.

El primero de los contenidos fue selec-

cionado por tratarse de una patología

que representa un problema de salud

pública: su prevalencia se incrementa en

forma sostenida con la edad (más del

60% de hombres y mujeres mayores de

65 años cursa hipertensión arterial); con

el aumento de la expectativa de vida de

la población se ha incrementado tam-

bién el número de individuos hiperten-

sos. Se trata, además, de una situación

clínica que condiciona la aparición de

otras afecciones secundarias (accidente

cerebro vascular agudo, cardiopatía is-

quémica, insuficiencia cardíaca)1.

En lo que respecta al segundo conte-

gias de enseñanza estuvo centrado en

el reconocimiento de algunas caracte-

rísticas propias del adulto mayor: su

aprendizaje debe ser organizado y lle-

vado adelante con un ritmo adecuado

tanto a su capacidad de procesamiento

de la información como a la necesidad

de participar (dar una opinión sobre el

tema, aportar conocimientos previos,

debatir). El reconocimiento de sus ex-

periencias previas, de las limitaciones

del tiempo y espacio y el ritmo individual

de aprendizaje son determinantes en

sus procesos de aprendizaje3.

Este tipo de experiencia posibilita la in-

serción práctica de los estudiantes de

enfermería universitaria en el campo real

de desempeño profesional. Les brinda

la ocasión de adquirir experiencia en las

competencias profesionales de la ca-

rrera y en el rol de educadores para la

salud. La vinculación con la comunidad,

en particular con este grupo etario,

ofrece al alumno un espacio de aprendi-

zaje capaz de generar un conocimiento

directo acerca de la problemática social,

considerar la pertinencia social del co-

nocimiento, sensibilizarse sobre las pro-

blemáticas prevalentes y valorar los

saberes del adulto mayor.

EVALUACIÓN Y RESULTADOS

La actividad fue evaluada mediante el

llenado de una encuesta de satisfacción

distribuida al finalizar el taller. La en-

cuesta, diagramada en forma estructu-

rada, consta de una serie ítems que

permiten valorar las siguientes catego-

rías: grado de comprensión logrado,

grado de interés suscitado y predispo-

sición a adoptar estrategias de autocui-

dado.

Los resultados obtenidos fueron los si-

guientes:

nido, se tuvo en cuenta la alta prevalen-

cia de traumatismos originados por ca-

ídas en el adulto mayor y la existencia

de factores asociados (traumatismos

previos, tener 80 años o más, pluripato-

logía, hipertensión arterial, discapacidad

motora y visual, medicación múltiple),

considerándose de suma importancia el

reconocimiento y el control de los obs-

táculos en el interior de la casa y en el

ambiente (factor extrínseco) y sus con-

secuencias (en especial la fractura de

cadera, que representa en este grupo

una pandemia mundial) por las impli-

cancias que dichos eventos conllevan

en las esferas familiar, social y econó-

mica2.

Se desarrolló una serie de encuentros

organizados de la siguiente manera:

-charlas o exposiciones dialogadas a

cargo de los estudiantes que cursan las

tres asignaturas de segundo año (enfer-

mería en la atención del Adulto y An-

ciano I, Biología II y Psicología III),

previamente preparadas con acompa-

ñamiento docente.

-un taller interactivo, coordinado por los

docentes de las cátedras mencionadas,

en el cual se buscó construir estrategias

basadas en la capacitación participante

y destinada a enfatizar el propio cuidado

de la salud del adulto mayor.

Los encuentros estuvieron a cargo de

veinticuatro estudiantes de segundo

año, divididos en dos grupos operativos

de doce integrantes cada uno. Conta-

ron con apoyo y supervisión en terreno

de docentes de la carrera y de profesio-

nales del área de epidemiología y pre-

vención, así como también con el

soporte de medios audiovisuales y ma-

terial didáctico que fue entregado a los

participantes.

El criterio de la selección de las estrate-

1 Vidalón Fernández A. (2006: 67-68).2 De Santillana H, Alvarado M, Medina B, Gómez O, Cortes G. (2002: 489-493).3 Lirio Castro J. y Morales Calvo S. (2011: 157-158)

Page 36: Revista vea 40 - Diciembre 2014

36

visión de enfermería actualizada

Grado de interés de la charla (Gráfico 1)

interesante: 86.95%

bastante interesante: 11.59%

poco interesante: 1.46%

Grado de incidencia sobre el conocimiento previo (Gráfico 2)

sin modificación: 53.62%

modificación leve: 37.68%

modificación alta: 8,70%

Page 37: Revista vea 40 - Diciembre 2014

37

ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN II

Grado de predisposición a adoptar estrategias de autocuidado (Gráfico 3)

alto: 60.87%

medio: 33.33%

escaso: 5,80%

Grado de comprensión de la charla (Gráfico 4)

muy clara y fácil de entender: 71.01%

clara y fácil de entender: 23,18%

algo difícil de entender: 15.81%

Page 38: Revista vea 40 - Diciembre 2014

38

visión de enfermería actualizada

BIBLIOGRAFÍA

-De-Santillana H, Alvarado M, Medina B,

Gomez O, Cortes G. (2002) “Caídas en

el adulto mayor. Factores intrínsecos y

extrínsecos”. Rev. Med. IMSS; 40(6):

489-493.

-Grey Vickrey, Peg (2010). “Perlas de

conocimiento para la valoración de los

ancianos”. Nursing. Volumen 28. Nú-

mero 7; 24- 31.

CONCLUSIÓN

La implementación de estrategias acordes a la capacidad de aprendizaje del adulto mayor y la capacitación de los

estudiantes en relación a ellas, así como los contenidos temáticos abordados, facilitaron en un grupo mayoritario

de la población seleccionada el desarrollo de la capacidad para apropiarse de las herramientas necesarias para la

comprensión, la adopción y la toma de decisiones destinadas al cuidado de su propia salud en forma autónoma y

responsable.

La participación de los estudiantes en este tipo de experiencia favorece el desarrollo de estrategias de comunica-

ción y técnicas que contribuyen a generar intervenciones apropiadas para resolver las situaciones de salud que se

presentan en la práctica profesional.

-González SRL, Rodríguez FMM, Ferro

AMJ, García MJR (1999) “Caídas en el

anciano, consideraciones generales y

prevención”. Revista Cubana Medicina

Generalista ;15(1): 98-102.

-Lirio Castro J. y Morales Calvo S.

(2011) “El reto de la formación del pro-

fesorado para enseñanza de calidad en

las universidades de mayores”. Peda-

gogía Social, Revista Interuniversitaria

19; 155-166.

-Tobón Correa, O. (2003) “El autocui-

dado, una habilidad para vivir”. Disponi-

ble en:

http://promocionsaluducaldas.edu.co/do

-Vidalón Fernández A. (2006) “Hiperten-

sión Arterial: una introducción general”.

Acta méd. Peruana [online] Vol.23, N°2;

67-68.

Entre los aspectos de la vida cotidiana a

tener en cuenta para mejorar la salud

fueron mencionados:

-llevar una dieta equilibrada

-comer sin sal

-realizar actividad física

-reducir la ansiedad

-tomar más tiempo y poner cuidado al

hacer las cosas

-caminar con cuidado

-no usar pantuflas; usar calzado ade-

cuado para no resbalar

-sacar alfombras, felpudos u otros obje-

tos que puedan interferir en la circulación

-mejorar la iluminación

Page 39: Revista vea 40 - Diciembre 2014

39

1) Definición

La nutrición enteral se define como la

administración de nutrientes mediante

una sonda con la intención de contri-

buir al aprovisionamiento de los re-

querimientos calórico–proteico totales

o parciales en pacientes que no pue-

den o no quieren ingerir alimentos por

boca.

2) Objetivo

• Incorporar nutrientes a:

- Pacientes desnutridos con dificultad

para ingerir alimentos en un período >

5-7 días y con una mínima capacidad

funcional absortiva del intestino del-

gado.

- Pacientes normonutridos con dificul-

tad para ingerir alimentos en un perí-

odo > 7-9 días y con una mínima

capacidad funcional absortiva del in-

testino delgado.

- Pacientes en fase de adaptación de

un síndrome de intestino corto.

Pacientes en seguimiento por agre-

sión quirúrgica, trauma o gran que-

mado.

• Administrar nutrición enteral suple-

mentaria o completa:

- Suplementaria: aporta solamente

del 20 al 40% de las necesidades dia-

rias de energía y nutrientes.

- Completa: aporta entre el 80 y

100% de las necesidades diarias.

3) Roles y responsabilidades

El enfermero asistencial a cargo es

responsable de preparar al paciente,

colocar la sonda nasogástrica e iniciar

la alimentación enteral.

4) Consideraciones generales

• La colocación de la sonda nasogás-

trica es una técnica no invasiva; la

sonda puede ser colocada en forma

post-pilórica mediante fluoroscopía o

endoscopía.

• La inserción de sondas en pacientes

inconscientes puede tornarse difícil,

por lo cual se recomienda la utilización

de elementos de apoyo como larin-

goscopio y pinza Magill; en casos ex-

tremos se puede recurrir al uso de

fibrobroncoscopios flexibles o en-

doscopios. Otra de las medidas re-

comendadas es el enfriamiento de la

sonda con el fin de aumentar su rigi-

dez y facilitar su manipulación.

• La infusión del nutriente enteral

puede hacerse en forma continua,

durante las 24 horas, o intermitente,

6 u 8 tomas de 200 a 250 ml; cada

toma puede administrarse por infu-

sión en bolsa a goteo lento (cíclica) o

en bolos.

• Si la vía de acceso es a través del

estómago se debe prestar especial

atención al caudal del residuo gás-

trico para infundir el nutriente enteral.

a) Características de las sondas

nasoenterales

• El material para la elaboración de

las sondas nasogástricas y nasoen-

téricas debe ser atóxico, blando, fle-

xible, que no irrite la parte del tracto

digestivo con la que está en contacto

y que no deteriore o corroa fácil-

mente por los jugos gástrico o intes-

tinales. En la actualidad, los dos

materiales que se consideran más

adecuados son la silicona y el polivi-

nilo por cumplir con todas las condi-

ciones requeridas.

• El diámetro y la longitud de las son-

das son variables y su selección de-

penderá de las necesidades de cada

paciente: punto de administración de

la NE más adecuado, patología

base, tipo de fórmula a utilizar, etc.

– El diámetro es calibrado en unida-

des French (1 French = 0,33 mm). En

la actualidad existen sondas de cali-

bres entre 5 y 14 French. Las utiliza-

das más habitualmente son: calibre

5 y 8 en pediatría; calibre 8 y 12 en

adultos.

– Las longitudes usadas son: de

38-56 cm en niños y en adultos de

70-100 cm (para la administración a

estómago) y de 105-145 cm (para la

administración post-pilórica).

• El mandril es un elemento metálico

colocado en la luz de la sonda, de

gran ayuda en el momento de la co-

locación de la misma por la rigidez

que le imprime. Posee una punta

Nutriciónenteral por

sondanasoenteral

FICHA

39

roma (para evitar perforar la propia

sonda o dañar el tubo digestivo al colo-

carla) y suele ser de acero inoxidable.

Después de colocada, el mandril debe

ser retirado para permitir el uso ade-

cuado de la sonda.

• Los extremos de las sondas tienen uno

o dos orificios de entrada y diferentes

conexiones. Los orificios dobles permi-

ten la administración independiente y

concomitante de nutrientes, agua y fár-

macos sin necesidad de desconectar la

fórmula enteral.

– En el extremo distal posee un lastre de

tungsteno cuya función es facilitar el

paso post-pilórico. La mayoría de las

sondas presentan el extremo distal lu-

bricado (con lubricante hidrosoluble o

autolubricadas).

• Son radiopacas y presentan unas mar-

cas de posicionamiento cada 20 o 25 cm

que permiten una colación más precisa.

b) Nutrición enteral: fórmulas y pre-

sentación

- Preparaciones en polvo. Implican dilu-

ción en agua para su consumo.

- Preparaciones líquidas, listas para con-

sumir.

- Saborizado, para administrar por vía

oral.

- Sin sabor, para administrar por sonda

u ostomía.

- Con fibra dietética no fermentable o sin

ella.

- Con triglicéridos de cadena media o

sin ellos.

Lic. Mercedes Sosa*

* Jefa del Departamento de Enfermería. Sanatorio Itoiz

Page 40: Revista vea 40 - Diciembre 2014

visión de enfermería actualizada

40

5) Equipo y material

• Sonda nasogástrica (levin) del número

indicado.

• Guantes.

• Vaso con agua.

• Tela adhesiva.

• Gasas estériles.

• Riñonera (recipiente para escupir, vo-

mitar).

• Lubricante hidrosoluble.

• Estetoscopio.

• Anestésico local en aerosol o un-

güento.

• Jeringa de 20-50 cc con punta de ca-

téter.

• Cinta adhesiva.

• Frasco con alimento indicado.

• Guía y bomba de infusión.

6) Procedimiento

• Lavarse las manos.

• Comprobar la identidad del paciente.

Informar al paciente del procedimiento

que se va a realizar y solicitar su cola-

boración.

• Proporcionar intimidad.

• Reunir el material a utilizar.

a) Colocación de la sonda

• Medir la distancia de la sonda que se

va a introducir según la siguiente téc-

nica:

1. Medir la distancia entre la nariz y el

pabellón auricular, y desde éste a la

apófisis xifoides y adicionar 15 cm.

2. Señalar en la sonda, con un marca-

dor o con cinta adhesiva, la distancia

que se va a introducir.

• Colocar al paciente en posición de

Fowler o semi-Fowler.

• Evaluar las fosas nasales y su permea-

bilidad: ocluir una fosa y pedir al paciente

que respire; repetir el procedimiento en

la otra fosa nasal.

• Lubricar la sonda y la fosa nasal a uti-

lizar.

• Iniciar la inserción de la sonda con

suavidad; si se encuentra mucha resis-

tencia, cambiar de fosa nasal.

• Cuando se encuentre en la orofaringe,

pedir al paciente que inicie la deglución

de un trago de agua para favorecer su

paso al esófago. En el caso de pacien-

tes que por su estado de conciencia no

puedan colaborar, solicitar a un ayu-

dante que flexione su cabeza con el fin

de cerrar la vía aérea e impedir que la

sonda se dirija hacia la tráquea.

• Introducir el tubo hasta la zona seña-

lada y proceder a la confirmación de su

ubicación. Esto debe hacerse de la si-

guiente manera:

1. Instilación de aire por la rama lateral

de la sonda y confirmación por auscul-

tación de la misma; retirar mandril me-

tálico.

2. Control radiológico para verificar la

ubicación de la sonda e iniciar la infu-

sión de la alimentación en forma se-

gura.

• Fijar la sonda con cinta, preferente-

mente hipoalergénica, a la nariz, sobre

la mejilla y detrás de la oreja. Se puede

hacer en forma de mariposa, previa lim-

pieza del área.

• Revisar que no queden zonas de pre-

sión para evitar laceraciones y úlceras

de presión.

• Realizar lavado de manos.

b) Manejo de la sonda e infusión de

la alimentación enteral

• El uso de las sondas enterales re-

quiere prestar atención a puntos senci-

llos pero indispensables para su buen

manejo:

- Verificar que la explicación del proce-

dimiento y las instrucciones hayan sido

comprendidas por el paciente y la fami-

lia.

- Marcar con tinta indeleble o con cinta

adhesiva el punto de salida de la sonda

con el fin de evaluar su ubicación y de-

tectar un posible desplazamiento.

- Fijar la sonda con cinta hipoalergénica

a la piel, para evitar desplazamientos in-

voluntarios de la misma. Este paso

debe ser repetido cuantas veces sea

necesario en el transcurso de la utiliza-

ción de la sonda.

- Si se sospecha oclusión de la sonda,

instilar agua con una jeringa de 20-50

ml. Realizar un movimiento rotatorio

suave puede ser suficiente en caso de

adherencia a la pared o acodamiento

de la sonda.

• Infusión de la alimentación enteral

- Realizar lavado de manos.

- Comprobar la permeabilidad de la

sonda.

- Colocar la guía de infusión en el

frasco de alimentación y purgarla.

- Conectar la guía al extremo de la

sonda y ajustar para evitar pérdidas

de alimento.

- Programar la bomba de infusión con

el volumen y la velocidad de infusión;

activar alarmas de seguridad.

- Fechar la guía y cambiarla cada 24

horas.

- Iniciar la infusión.

7) Finalización

• Comprobar que no haya fugas.

• Colocar al paciente en posición có-

moda, adecuada y segura.

• Acondicionar la unidad y el equipo

utilizado.

• Lavarse las manos.

• Registrar en la hoja de evolución de

enfermería la fecha, hora de coloca-

ción de la sonda e inicio de la alimen-

tación enteral, cantidad y tipo de

alimento, la respuesta del paciente y

las observaciones efectuadas durante

el procedimiento; por último, consig-

nar firma, aclaración y número de ma-

trícula del responsable.

Bibliografía

-Echeverri, S. y Pimiento, JM (2009)

Guías para manejo de urgencia. (3°

ed) Capítulo XXII: “Manejo de sondas

enterales”. Bogotá, Colombia.

-Álvarez Hernández J., Peláez Torres

N. y Muñoz Jiménez A. (2006) “Utiliza-

ción clínica de la nutrición enteral”. En:

Nutrición Hospitalaria, (Supl. 2) 21: 87-

99. Servicio de Endocrinología y Nutri-

ción. Unidad de Nutrición Clínica y

Dietética. Hospital Universitario Prín-

cipe de Asturias. Alcalá de Henares:

Madrid.

-“Reducing the harm caused by mis-

placed nasogastric feeding tubes in

adults, children and infants”. Patient

Safety Alert, March 2011 [consultado

02 Oct 2012]. Disponible en:

http://www.nrls.npsa.nhs.uk/re-

sources/type/alerts/

Page 41: Revista vea 40 - Diciembre 2014

PRESENTACIÓN DE CASO

41

Bebé colodión

Enf. Alicia Benítez*

Enf. Valeria Armas*

REVISADO POR

Lic. Exequiel Avalos**

* Servicio de Neonatología, Swiss Médical** Subcoordinador del servicio de Pediatría y Neonatología del Sanatorio Anchorena

INTRODUCCIÓN

El término colodión es de origen griego

y significa “pegajoso”. Los doctores Ha-

lloperau y Watlet acuñaron en 1892 el

término que se emplea en la actualidad,

“bebé colodión” (BC).

El término define una rara dermatosis

del recién nacido, caracterizada por una

gruesa membrana que cubre la superfi-

cie corporal y recuerda al celofán, pro-

vocando alteraciones dismórficas en el

neonato. En la evolución del cuadro se

van definiendo las características que

expresan diversas formas de presenta-

ción1. En la mayoría de los casos, la le-

sión evoluciona a una ictiosis lamelar o

a síndromes más complejos que sue-

len presentar una piel ictiósica como

uno de sus signos.

FISIOPATOLOGÍA

Es una forma de presentación de di-

versos tipos de ictiosis, enfermedades

que tienen en común las alteraciones

en la cornificación, es decir, anormali-

dades en cualquiera de las fases que

se llevan a cabo durante la diferencia-

ción epidérmica terminal, cuya finalidad

es la formación del estrato córneo.

Por lo general, es causado por la ex-

La atención derecién nacidos conproblemas pococomunes suponeun gran desafíopara el equipo desalud, el abordajede contención ycuidados y para lafamilia.

Resumen: Se denomina “bebé colodión” a una forma relativamente rara de dermatosis ictiosiforme congénita en la cual los

recién nacidos presentan una membrana dura con consistencia semejante al celofán (llamada colodión) que recubre todo el

cuerpo. Se presenta un caso que evolucionó favorablemente gracias al enfoque terapéutico y los cuidados de enfermería.

Abstract: “Collodion baby” is a relatively rare form of congenital ichthyosiform dermatosis in which newborns have a tough mem-

brane whose consistency is similar to that of cellophane. This is called ‘collodion’, and covers the entire body of the baby.

This article presents a case which evolved favorably thanks to therapeutical approach and nursing care.

Palabras clave: bebé colodión, ictiosis, humidificación

Keywords: Collodion baby, Ichthyosiform dermatosis, Humidification

1 Van Gysel et al. (2003).

Page 42: Revista vea 40 - Diciembre 2014

visión de enfermería actualizada

42

presión de un desorden de la queratini-

zación en los recién nacidos. Sobre la

base de datos bioquímicos, pueden se-

ñalarse tres tipos básicos de ictiosis:

- De retención. Causada por un retardo

en la lisis de las placas desmosomales

del estrato córneo de la piel, lo que ori-

gina un retardo de la descamación.

Comprende la ictiosis vulgar y la ictiosis

recesiva ligada al cromosoma X.

- Proliferativa. Hay una actividad mitó-

tica marcada, la renovación epidérmica

es corta, con hiperproducción de célu-

las córneas, pero no hay destrucción de

desmosomas anormales. Este grupo

comprende la eritrodermia ictiosiforme

congénita y la ictiosis laminar.

- Epidermolítica. Hay agregación de to-

nofilamentos que producen acantólisis

y citólisis de los queratinocitos. Perte-

nece a este tipo la eritrodermia ictiosi-

forme congénita ampollar.

• Es un cuadro poco frecuente con una

prevalencia de 1 en 50.000 nacimientos

vivos y ambos sexos se ven afectados

por igual. La mortalidad ha descendido

desde el 50% en los años ‘60 hasta el

11% en los años ‘80. La mayoría de los

bebés nacen prematuros entre 32-36

semanas de gestación, presentan una

piel eritematosa y con el aspecto de

estar envueltos en celofán, apergami-

nado y tenso.

• Entre las complicaciones frecuentes

cabe mencionar: sepsis, gangrena dis-

tal e infecciones pueden acabar en sep-

ticemia; neumonía por aspiración de

células escamosas en el líquido amnió-

tico.

• El alto riesgo de mortalidad y morbili-

dad del BC se vincula principalmente

con la sepsis secundaria a infección cu-

tánea, los trastornos hidroelectroliticos

y la dificultad en la termorregulación.

• La epidermis tiene una estructura

compleja y una fisiología altamente or-

ganizada y controlada, por ello la altera-

ción de la barrera epidérmica hace que

el manejo y soporte del niño sean fun-

damentales en los primeros días de vida

y para llegar al diagnóstico adecuado.

• En las capas periféricas se producen

importantes procesos que deben man-

tenerse en equilibrio; cualquier factor

que los altere dará lugar a algún tipo de

enfermedad de la piel.

Page 43: Revista vea 40 - Diciembre 2014

PRESENTACIÓN DE CASO

43

• La apariencia desagradable de esta

enfermedad genera un daño psicológico

en los pacientes. Hasta el momento no

hay tratamiento curativo, sólo trata-

miento paliativo 2.

OBJETIVO

Describir el tratamiento y evolución du-

rante el período de internación en Neo-

natología de un bebé recién nacido

colodión con el fin de prevenir compli-

caciones.

CASO

Siendo las 03.20 hs de un día domingo

el médico y la enfermera de Neonatolo-

gía reciben un recién nacido de sexo fe-

menino, nacido por parto vaginal,

presentación cefálica, con ruptura es-

pontánea de membrana, presenta lí-

quido amniótico claro.

Apgar: 9-10.

Edad gestacional: 37 semanas.

Peso: 3256 gramos.

Talla: 49cm – contorno cefálico:

33,5cm.

Madre: 22 años, sana, gesta (embarazo)

2, PARA (nº de partos)1, serología ne-

gativa. Grupo sanguíneo: O (+). Sin

diagnóstico prenatal.

Examen Físico: en el momento del naci-

miento, RN con piel brillante, edema

tenso. Ectropión: edema con párpados

dados vuelta hacia afuera.

Esclabiun: edema de labios en forma de

“O” boca de pez.

Respirando aire ambiente.

Diagnóstico médico: bebé colodión.

Sospecha de ictiosis congénita.

Es trasladada a neonatología, allí se la

ingresa a una incubadora con micro-

clima (humedad 80%).

HUMIDIFICACIÓN ACTIVA

La humidificación activa consiste en ad-

ministrar humedad con sistemas servo-

controlados. Un calefactor calienta el

agua del depósito de la incubadora

hasta la ebullición, produciendo vapor;

este vapor aumenta el nivel de humedad

en el interior de la cámara climática de la

incubadora.

El funcionamiento de una incubadora

con humidificación activa puede resu-

mirse de la siguiente manera:

- El aire que ingresa a la incuba-

dora es tomado del ambiente.

- Luego de pasar por el filtro, el

flujo de gases es calentado hasta

lograr una temperatura estable y

homogénea en la cámara climá-

tica de la incubadora. Según el

modo de uso de la incubadora

(modo aire o modo servocontrol),

cuando la temperatura del recién

nacido o del ambiente desciende

el motor de la incubadora com-

pensa la pérdida de calor.

La humedad dentro de la incubadora es

generada por un sistema de humidifica-

ción separada del flujo de aire antes

mencionado.

Una vez seleccionado el porcentaje de

humedad que debe recibir el recién na-

cido, comenzará a generarse vapor de

agua en el reservorio de agua destinado

para tal fin. El vapor de agua es guiado

a través de un conector hacia el habitá-

culo de la incubadora logrando así hu-

midificar el aire en forma independiente

al calentamiento del aire.

Posee una plaqueta de servohumedad,

que incluye un sensor dentro del habi-

táculo, un calefactor y una válvula para

el control automático del reservorio de

agua y un sensor de nivel de agua del

depósito evaporador.

El sistema también está provisto de una

protección térmica para evitar el sobre-

2 Cortina et al. (1975).

Page 44: Revista vea 40 - Diciembre 2014

44

visión de enfermería actualizada

calentamiento del sistema evaporador

por falta de agua.

Este sistema es de control de lazo ce-

rrado, lo que implica el uso de una ac-

ción de control con retroalimentación

para reducir el error del sistema.

Para generar vapor de agua el reservo-

rio calienta el agua a 100ºC, disminu-

yendo así la posibilidad de crecimiento

microbiano. Agostini y col. (2005), como

parte de un estudio in vitro, contamina-

ron intencionalmente con acinetobacter

el sistema de servohumedad y realizaron

control bacteriológico en el habitáculo;

luego contaminaron intencionalmente el

habitáculo, cultivando el sistema de ser-

vohumedad. No encontraron desarrollo

microbiano.

Este quizá sea uno de los puntos más

importantes para preferir el uso de sis-

temas de humidificación servocontrola-

dos en incubadoras que activen calor y

evaporación de agua en forma sepa-

rada a la circulación de calor, en lugar

de humidificación pasiva a través de

bandejas con agua 3.

TRATAMIENTO

Manejo estéril como en el caso de los

microprematuros. Se debe conectar los

miembros inferiores al monitor de pulso

(puede utilizarse el lóbulo de la oreja) y

saturación de oxígeno.

I. Indicación médica:

• Cubrir con vaselina líquida estéril todo

el cuerpo cada dos horas o según ne-

cesidad.

El uso tópico de lubricantes y emolien-

tes mejora eficazmente el pronóstico.

Los preparados a base de urea son úti-

les no sólo como agentes queratolíticos

sino también por su capacidad de ligar

agua, disminuyendo así la tendencia a

la deshidratación 4.

• Aplicar lágrimas gel en ojos con igual

frecuencia.

• Realizar alimentación oral cada 3

horas con leche de fórmula.

El enfermero coloca sonda orogástrica

en cada ración, sin fijarla, para preservar

la integridad de la piel.

II. A las cuatro horas de nacida recibe la

visita de sus padres.

• Debido a la intolerancia oral, presenta

vómito y regurgitación en forma repe-

tida. Se observa reflejo de búsqueda

positivo; luego de corroborar coordina-

ción succión–deglución se prende al

pecho.

• Los padres se visten con camisolín y

guantes estériles igual que enfermeros,

médicos e interconsultores.

• Presenta diuresis y catarsis (meconio)

positivo dentro de las primeras 12

horas.

• Se tuvo en cuenta el dolor, se le dio

sacarosa al 24% (0,2 ml en la boca) al

realizar algún procedimiento indicado y

necesario para el paciente, y analgésico

oral según indicación médica.

III. La dermatóloga informa a los padres

sobre el futuro y tratamiento de la niña.

Comienzan a realizarlo con asesora-

miento y auditoría de enfermería.

El diagnóstico del cuadro es funda-

mentalmente clínico; la evolución per-

mitirá ubicarlo en el tipo de ictiosis que

desarrollará. La biopsia de la piel de-

muestra solamente hiperqueratosis, lo

cual no es suficiente para diferenciar el

tipo de ictiosis.

• Son visitados por la psicóloga del ser-

vicio.

• El técnico de laboratorio realiza ex-

tracción de sangre para rutina y pes-

quisa metabólica. El resultado da valor

de sodio aumentado. Sobre un valor

normal de sodio 130/144 mq, el pa-

ciente presenta un valor de sodio de

150mq que puede verse reflejado en su

tensión arterial. El médico indica que

luego del pecho se le ofrezca biberón

con leche de fórmula.

• Es vista por oftalmóloga, quien indica

continuar igual tratamiento para la pre-

vención de úlcera de córnea.

• El equipo de infectología controla el

descenso paulatino de la humedad de

la incubadora con cultivos de vigilancia.

• Pasa a neo intermedia hasta suspen-

der la humedad.

Dado que continúa con riesgo de lesión

en la piel, la enfermera decide colocarle

la ropa al revés, para evitar el roce de la

costura.

• La fonoaudióloga realiza potenciales

auditivos.

IV. Con 16 días de vida, una vez supe-

rado el peso de nacimiento, se otorga el

egreso sanatorial previo instructivo de

controles y tratamiento ambulatorio.

PLAN DE CUIDADOS

El plan de cuidados debe apuntar a pre-

venir las complicaciones como infeccio-

nes o lesiones y efectuar un cuidado

minucioso de la piel.

El tratamiento habitual de la Ictiosis in-

cluye las cremas tópicas. La variedad y

eficacia de cada una de ellas varía en

cada paciente. Cada uno debe encon-

trar las que mejor se adaptan a su tipo

y grado de Ictiosis. Estas cremas sue-

len ser de tres tipos:

• Humectantes: cremas y lociones que

penetran y humedecen la piel.

• Queratolíticos: promueven la exfolia-

ción de la piel.

• Emolientes: son lubricantes que hu-

medecen la piel y sellan la humedad en

el interior.

3 Harpin et al. (1985).4 Arenas (1996).

Page 45: Revista vea 40 - Diciembre 2014

45

PRESENTACIÓN DE CASO

DIAGNÓSTICOS DE

ENFERMERÍA

- Deterioro de la

integridad cutánea

manifestado por

solución de

continuidad y lesiones

en la piel.

- Riesgo potencial de

infección relacionado

con

destrucción tisular

por patología.

- Temor relacionado

con desconocimiento

de patología

manifestado por

angustia y ansiedad.

OBJETIVOS

-Favorecer el proceso

de cicatrización

durante la internación.

-Evitar riesgo de

infección mediante

cuidados de

enfermería durante su

internación.

- Educar a la familia

en el manejo y el plan

de cuidados del RN

para prevenir futuras

complicaciones.

ACCIONES

- Administrar

medicación tópica,

vaselina líquida estéril.

-Vigilancia de la piel.

-Manejo de la

nutrición.

-Observar signos y

síntomas de infección.

-Limitar el número de

visitas: solo mamá y

papá.

-Colocar aislamiento

de contacto

preventivo.

- Enseñar a la familia

medidas para el

manejo del RN.

- Reforzar la

información

suministrada por los

otros miembros del

equipo

multidisciplinario.

FUNDAMENTOS

-La aplicación de

soluciones tópicas

promueve la

integridad de la piel,

disminuyendo el

riesgo de que la

misma se agriete.

-Las acciones

previenen continuidad

de lesiones y pronta

recuperación.

-El manejo dentro de

la incubadora y con el

paciente es de forma

estéril.

-La nutrición del

paciente por sonda

orogástrica con leche

materna favorece

recibir los nutrientes

esenciales para una

pronta recuperación.

-Estas acciones

disminuyen el riesgo

de infección por

contaminación de

agentes externos.

-Estas acciones

disminuirán la

angustia y ansiedad

de los padres.

EVALUACIÓN

- Sin datos de

infección.

- El paciente presenta

mejoría en el estado

de la piel y no

presenta riesgos de

infección.

- Sin presencia de

signos y síntomas de

infección.

- Los padres

colaboran con los

cuidados.

Page 46: Revista vea 40 - Diciembre 2014

46

visión de enfermería actualizada

- Agostini H, Graf S, de Fortaleza E, et

al. (2005) “Sistema de humidificación

para incubadora neonatal: Ensayo fun-

cional y bacteriológico.” Revista Argen-

tina de Bioingeniería, 11(1): 16-23.

- Arenas, R. (1996) Dermatología. Atlas,

Diagnóstico y Tratamiento. México:

CONCLUSIÓN

El bebé colodión es similar a un prematuro extremo en términos de la vulnerabilidad de la barrera epidérmica, debido

a la abundante pérdida de líquido transcutáneo, el riesgo de deshidratación e hiponatremia, y las infecciones cutá-

neas (bacterias Gram positivas y Candida). Sin embargo, su gravedad aumenta por mecanismos compresivos, sobre

todo en regiones distales de las extremidades, y por neumonía secundaria a la aspiración de material descamado en

el líquido amniótico y a otras deficiencias genéticas y fisiológicas. Por esta razón, su pronóstico depende en buena

medida del manejo.

El eje de la terapéutica y del cuidado aplicado fue el trabajo en equipo de todos los integrantes del servicio y consul-

tores externos. Se logró la continuidad de los mismos, principalmente, con el compromiso de enfermería.

Consideramos exitoso el tratamiento no sólo por la ausencia de complicaciones asociadas a la patología, sino tam-

bién por la experiencia y el conocimiento adquiridos por el equipo profesional, los cuales nos avalan para protocoli-

zar el cuidado de estos bebés prontamente.

Como parte del tratamiento multidisciplinario los padres necesitan apoyo psicológico para aceptar la enfermedad.

También es necesario reeducar a su entorno social más allegado para que estos niños puedan realizar sus activida-

des con normalidad.

Finalmente, dado que esta patología es una entidad de presentación muy rara, es indispensable contar con infor-

mación muy clara y precisa acerca de los pasos a seguir y de las complicaciones que pueden presentarse.

Hemos constatado que la revisión bibliográfica no ofrece mucha información al respecto, por lo cual resulta de suma

importancia que se comparta este tipo de experiencias.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

McGraw-Hill, Interamericana; pp. 225-

230.

- Cortina WJ, Cruz MJ, Villalobos OA y

Espinoza MA. (1975) “Ictiosis congénita:

feto arlequín”. Bol Med Hosp Infan Mex,

32: 699-702.

- Harpin VA y Rutter N. (1985) “Humidi-

fication of incubators”. Archives of dise-

ases in Childhood. 60: 219-224.

- Van Gysel D, Lijnen RLP, Moekti SS,

de Laat PCJ y Oranjet AP. (2003) “Co-

llodion baby: a follow-up study of 17

cases”. J Eur Acad Derm Venereol. 16:

472-475.

Page 47: Revista vea 40 - Diciembre 2014

47

INFORME

Algunas claves paracomprender laenfermedad por elvirus del Ébola (EVE)

El virus del Ébola causa en el ser hu-

mano la enfermedad antes conocida

como fiebre hemorrágica del Ébola. El

reciente brote en África occidental fue

declarado emergencia de salud pública

internacional por la OMS. “El brote se

mueve más rápido que nuestra capaci-

dad de control”, admitió la directora ge-

neral, Margaret Chan. El anuncio tiene

implicancias para los países afectados,

a los que pide, entre otros aspectos,

aplicar medidas de control en los vuelos

y en la movilidad de la población. Pero

también para el resto de los estados, a

los que se solicita ayuda: “Los países

afectados no tienen la capacidad para

enfrentarse a un brote de esta comple-

jidad por sí solos”, comentó Chan,

“Nuestra seguridad sanitaria colectiva

depende de apoyarlos para contenerlo”.

El Centro para el Control de las Enfer-

medades (CDC, por sus siglas en inglés)

confirmó la aparición de un caso de

Ébola en EEUU. Se trata del primer caso

diagnosticado fuera del continente afri-

cano. Otros cuatro estadounidenses

han sido repatriados tras enfermar

mientras realizaban tareas sanitarias en

los países africanos.

La reunión celebrada en Naciones Uni-

das coincidió con nuevos datos negati-

vos sobre la epidemia. La OMS estima

que en Noviembre habrá 20.000 infec-

tados; por su parte, la previsión hecha

pública por el Centro de Control y Pre-

vención de Enfermedades de EEUU, en

base a cálculos informáticos, habla de

1,4 millones de infectados para enero

de 2015. La proyección del organismo

estadounidense parte de la base de que

hay muchos infectados sin detectar y

que en la actualidad hay 2,5% más de

casos que los registrados oficialmente.

Diversas drogas se encuentran en pro-

ceso de experimentación, entre ellas

una combinación de TKM (una molécula

experimental que destruye la maquinaria

genética del Ébola) y el suero de alguno

de los pacientes estadounidenses que

han logrado hasta ahora superar la en-

fermedad y cuya sangre cuenta con an-

ticuerpos frente al virus.

1) DATOS Y CIFRAS

• Los brotes de la enfermedad por el virus

del Ébola (EVE) se producen principal-

mente en aldeas remotas de África cen-

tral y occidental, cerca de la selva tropical,

y tienen una tasa de mortalidad que

puede llegar al 90%. En el actualidad, se

registraron hasta julio de 2014 más de

1.100 muertos.

Page 48: Revista vea 40 - Diciembre 2014

48

visión de enfermería actualizada

• Desde el primer brote registrado (Re-

pública Democrática del Congo y Sudán

en 1976) se han sucedido otros 25 epi-

sodios, incluido el actual, que afecta a

Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria,

pero ninguno de los brotes anteriores ha

provocado tantos muertos ni se había

extendido por tantos países, limitándose

a uno o dos estados.

• El género Ebolavirus comprende cinco

especies distintas; tres de ellas se han

asociado a grandes brotes de EVE en

África. Una de ellas, encontrada en Fili-

pinas y China, puede infectar al ser hu-

mano, pero hasta ahora no se han

comunicado casos de enfermedad hu-

mana ni de muerte debidas a estas es-

pecies.

2) TRANSMISIÓN

El virus es transmitido al ser humano por

animales y se propaga en las poblacio-

nes humanas por transmisión de per-

sona a persona.

momento de la inhumación es también

fuente de contagio.

• Los hombres pueden seguir transmi-

tiendo el virus por el semen hasta siete

semanas después de la recuperación

clínica.

• La infección del personal sanitario al

tratar a pacientes con EVE ha sido fre-

cuente cuando ha habido contacto es-

trecho y no se han observado

estrictamente las precauciones para el

control de la infección.

• Los trabajadores que tuvieron contacto

con monos o cerdos infectados por al-

guna de las especies del virus se han in-

fectado pero no presentaron síntomas.

Por ello se sospecha que algunas espe-

cies del Ébola tienen menor capacidad

que otras de provocar enfermedad en el

ser humano, aunque las conclusiones

no son definitivas.

• El virus se introduce en la población hu-

mana por contacto estrecho con órga-

nos, sangre, secreciones u otros líquidos

corporales de animales infectados. En

África se han documentado casos de in-

fección asociados a la manipulación de

chimpancés, gorilas, murciélagos frugí-

voros, monos, antílopes y puercoespines

infectados que se habían encontrado

muertos o enfermos en la selva.

• No se trasmite por el aire ni por el

agua.

• Una vez introducido en la comunidad

se propaga por transmisión de persona

a persona, por contacto directo (a tra-

vés de las membranas mucosas o de

soluciones de continuidad de la piel) con

órganos, sangre, secreciones u otros lí-

quidos corporales de personas infecta-

das, o por contacto indirecto con

materiales contaminados por dichos lí-

quidos.

• El contacto directo con cadáveres al

Page 49: Revista vea 40 - Diciembre 2014

49

3) SIGNOS Y SÍNTOMAS

La EVE es una enfermedad vírica aguda

grave que se suele caracterizar por la

aparición súbita de fiebre, debilidad in-

tensa, dolores musculares, y en algunos

casos hemorragias internas y externas.

Los resultados de laboratorio muestran

disminución del número de leucocitos y

plaquetas, así como elevación de las

enzimas hepáticas.

Los pacientes pueden contagiar la en-

fermedad mientras el virus permanezca

en la sangre y sus secreciones.

Los primeros 15 días de declarada la

enfermedad son clave; superado ese

período, el paciente tiene posibilidades

de remisión clínica.

El período de incubación oscila entre 2

y 21 días.

4) DIAGNÓSTICO

Antes de establecer un diagnóstico de

EVE hay que descartar el paludismo, la

fiebre tifoidea, la shigelosis, el cólera, la

leptospirosis, la peste, las rickettsiosis,

la fiebre recurrente, la meningitis, la he-

patitis y otras fiebres hemorrágicas víri-

cas.

Las infecciones por el virus del Ébola

sólo pueden ser diagnosticadas en

forma definitiva mediante distintas prue-

bas de laboratorio específicas.

Las muestras de los pacientes constitu-

yen una fuente de alto riesgo biológico,

por ello las pruebas deben ser realiza-

das en condiciones de máxima seguri-

dad y por personal entrenado.

5) PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Actualmente no se dispone de una va-

cuna contra la EVE. Varias se encuen-

tran en fase de prueba, pero ninguna

está aun disponible para su uso clínico.

Tampoco hay ningún tratamiento espe-

cífico. Se están efectuando tratamientos

farmacológicos experimentales, que

deben suministrarse en forma muy pre-

coz.

Los casos graves requieren cuidados in-

tensivos.

6) HUÉSPEDES NATURALES DEL

VIRUS

Se considera que los murciélagos frugí-

voros son posiblemente los huéspedes

naturales del virus del Ébola en África.

Por ello, la distribución geográfica de los

Ebolavirus puede coincidir con la de di-

chos murciélagos.

Aunque los primates no humanos han

sido una fuente de infección para las

personas, se cree que no son el reser-

vorio del virus, sino huéspedes acciden-

tales, como los seres humanos.

El virus ha causado brotes graves en

macacos cangrejeros criados en Filipi-

nas; también ha sido detectado en

monos importados de Filipinas a los Es-

tados Unidos en 1989, 1990 y 1996, y a

Italia en 1992. Desde 2008 una variedad

del virus ha ocasionado en varios bro-

tes epidémicos de una enfermedad

mortal en cerdos en Filipinas y China.

7) CONTROL DEL VIRUS EN ANIMALES

DOMÉSTICOS

Actualmente no se dispone de vacunas

para animales. Se considera que la lim-

pieza y desinfección regulares (con hi-

poclorito sódico u otros detergentes) de

las granjas de cerdos y monos es eficaz

para inactivar el virus. Si se sospecha

que se ha producido un brote, las gran-

jas deben ponerse en cuarentena inme-

diatamente.

Para reducir el riesgo de transmisión al

ser humano es necesario sacrificar a los

animales infectados, supervisando estric-

tamente la incineración de los cadáveres.

La restricción o prohibición del movi-

miento de animales de las granjas infec-

tadas a otras zonas reduce la

propagación de la enfermedad.

8) REDUCCIÓN DEL RIESGO DE IN-

FECCIÓN HUMANA

A falta de un tratamiento eficaz y de una

vacuna humana, el conocimiento sobre

los factores de riesgo de esta infección

y sobre las medidas de protección que

las personas y las instituciones sanita-

rias deben tomar es la única forma de

reducir el número de contagios y muer-

tes humanas.

• Es clave reducir el riesgo de transmi-

sión de persona a persona en la comu-

nidad a consecuencia del contacto

directo o estrecho con pacientes infec-

tados, especialmente con sus líquidos

corporales.

• Debe evitarse el contacto físico estre-

cho con pacientes con EVE y utilizar

equipos de protección personal ade-

cuados para atender a los enfermos en

el hogar o en el hospital.

• Las comunidades afectadas por EVE

deben informar a la población acerca de

la naturaleza de la enfermedad y de las

medidas de contención de los brotes,

en especial la inhumación de las perso-

nas fallecidas. Los enfermos que mue-

ren por esta causa deben ser

sepultados rápidamente y en condicio-

nes de máxima seguridad.

• Deben utilizarse equipos protectores

apropiados al sacrificar o manipular ani-

males enfermos o sus tejidos.

INFORME

Page 50: Revista vea 40 - Diciembre 2014

50

visión de enfermería actualizada

VEA EN FACEBOOK

La comunidad deenfermería másgrande del país

Preguntamos a nuestros seguidores: “¿Por qué recomendarías estudiar enfermería?” y “¿Qué significó para vos estudiar en-

fermería?”. Sin duda, a quienes elegimos la enfermería nos mueven el AMOR y la PASIÓN por nuestro trabajo, la LUCHA constante,

la elección de vivir con LA MIRADA PUESTA EN EL OTRO.

Queremos compartir con ustedes las respuestas. Elegimos hacerlo de esta manera:

Amor

Humanismo

Pasión Voluntad

Dedicación Vocación

Empatía Adrenalina Corazón

Satisfacción Profesionalismo Servicio

Amor al prójimo + Paciencia + Superación

poder Ayudar a otros + Hacer un sueño realidad

Amor por el arte de cuidar + Responsabilidad + Lucha

Descubrir cosas nuevas y aprender del otro + Vivencias

Valorar más la vida + Sacrificio + Excelencia + Disciplina

¡Gracias

a Todos!

No te pierdas este espacio para compartir experiencias, recibir información sobre cursos de capacitación,

aprender y conocer las historias de quienes hacen que nuestra profesión crezca día a día.

¡Unite a nuestra fan page en Facebook y comenzá a descubrir todo lo que la Comunidad VEA tiene para vos!

www.facebook.com/revistavea.enfermeriaargentina

Con más de 8000 fans la Comunidad VEA se ha convertido en un verdadero

lugar de encuentro e intercambio de Argentina y de América Latina.

Page 51: Revista vea 40 - Diciembre 2014
Page 52: Revista vea 40 - Diciembre 2014