Revista Nutricion 40-3

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REVISTA NUTRICION 2013

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  • PROteccin integral paratodos sus pacientes

    NOTA IMPORTANTE: La Organizacin Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, y luego introducir la alimentacin complementaria continuando la lactancia materna por el mayor tiempo posible. Dado que las necesidades de cada beb varan, las madres deben consultar a un profesional de la salud para ser aconsejadas sobre el momento de introducir la alimentacin complementaria y su apropiada administracin.

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  • SOCIEDAD CHILENA DE NUTRICINBROMATOLOGA Y TOXICOLOGA

    FUNDADA EN 1943

    REVISTA CHILENA DE

    NUTRICIN

    EDITOR Santiago Muzzo B. Direccin de Investigacin. Facultad de Medicina, U. Diego Portales Telfono: (56-2) 2676 2854 / E-mail: [email protected] EDITORES ASOCIADOS Jaime Rozowski N. Departamento de Nutricin, Diabetes y Metabolismo. Facultad de Medicina, P. U. Catlica Telfono: (56-2) 2686 3859 / Fax: (56-2) 2633 8298 / E-mail: [email protected] Julio Espinoza M. Departamento de Pediatra. Facultad de Medicina, U. de Chile Telfono: (56-2) 2544 6413 / Fax: (56-2) 2556 2437 / E-mail: [email protected] Francisco Mardones S. Departamento de Salud Pblica, P. U. CatlicaTelfono: (56-2) 2354 6898 / Fax: (56-2) 2633 1840 / E-mail: [email protected] Jos Luis Santos M. Departamento de Nutricin, Diabetes y Metabolismo. Facultad de Medicina, P. U. Catlica Telfono: (56-2) 2354 3862 / Fax: (56-2) 2633 8298 / E-mail: [email protected]

    DIRECTIVA 2013 - 2014

    Presidente Profesor Jos Luis Santos M. Vicepresidente Profesor Francisco Prez B. Directores Nutr. Vernica Cornejo E. Dra. Sylvia Cruchet M. Nutr. Vilma Quitral R. Past-President Nutr. Isabel Zacaras H.

  • CONSEJO EDITORIAL

    Cecilia Albala B. Lab. de Epidemiologa Nutricional y Gentica. INTA, U. de Chile

    Eduardo Atalah S. Departamento de Nutricin, Facultad de Medicina, U. de Chile

    Oscar Brunser T. Regional Medical Advisor, Infant Nutrition, Nestl-Chile

    Oscar Castillo V. Depto. Nutricin, Diabetes y Metabolismo, Facultad de Medicina, P. U. Catlica de Chile

    Marta Colombo C. Hospital Van Buren. Valparaso

    Vernica Cornejo E. Lab. de Enfermedades Metablicas. INTA. U. de Chile

    Camila Corvaln A. Unidad de Salud Pblica, Nutricin y Epidemiologa Gentica. INTA, U. de Chile

    Eliana Durn F. Depto. Bromatologa, Nutricin y Diettica, Facultad de Farmacia, U. de Concepcin

    Mara Anglica Ganga M. Departamento de Ciencias y Tecnologa de Alimentos, U. de Santiago de Chile

    Martn Gotteland M. Lab. de Microbiologa en Alimentos y Prebiticos. INTA, U. de Chile

    Sandra Hirsch B. Lab. Envejecimiento y Enfermedades crnicas relacionadas con Nutricin. INTA, U. de Chile

    Juan Ilabaca M. Servicio de Salud Metropolitano Sur. Santiago

    Daniza Ivanovic M. Lab. de Nutricin y Regulacin Metablica. INTA, U. de Chile

    Lydia Lera M. Lab. de Epidemiologa Nutricional y Gentica. INTA, U. de Chile

    Mariane Lutz R. Depto. de Ciencias Farmacuticas, Facultad de Farmacia, U. de Valparaso

    Alberto Maiz G. Departamento de Nutricin, Facultad de Medicina, P. U. Catlica de Chile

    Fernando Monckeberg B. Direccin de Investigacin, Facultad de Medicina, U. Diego Portales

    Manuel Olivares G. Lab. de Micronutrientes. INTA, U. de Chile

    Javier Parada S. Instituto de Ciencia y Tecnologa de los Alimentos (ICYTAL), U. Austral de Chile

    Franco Pedreschi P. Depto. Ingeniera Qumica y Bioprocesos, Escuela de Ingeniera, P. U. Catlica de Chile

    Marcela Reyes J. Unidad de Salud Pblica, Nutricin y Epidemiologa Gentica. INTA, U. de Chile

    Manuel Ruz O. Departamento de Nutricin, Facultad de Medicina, U. de Chile

    Judith Salinas C. Unidad de Nutricin Pblica. INTA, U. de Chile

    Hernn Speisky C. Lab. de Micronutrientes. INTA, U. de Chile

    Ricardo Uauy D. Lab. de Epidemiologa Nutricional y Gentica. INTA, U. de Chile

    Alfonso Valenzuela B. Lab. de Lpidos y Antioxidantes. INTA, U. de Chile

    Guillermo Venegas V. Servicio de Pediatra, Hospital Regional de Concepcin

    Luis Villarroel del P. Departamento de Salud Pblica, Facultad de Medicina, P. U. Catlica de Chile

    Fernando Vio del R. Lab. de Epidemiologa Nutricional y Gentica. INTA, U. de Chile

    EDITORES REGIONALES

    Espaa: Angel Gil H. Depto. Bioqumica y Biologa Molecular, Facultad Farmacia, U. de Granada.

    Argentina: Carlos Gonzlez I. Hospital de Clnicas, Buenos Aires.

    Per: Nelly Zavaleta Instituto de Investigacin Nutricional, La Molina, Lima.

    Paraguay: Laura Mendoza Depto. Nutricin, Hospital Central. Inst. Previsin Social. U. Catlica, Asuncin.

    Bolivia: Armando Prez-Cueto E. Asoc. Promocin Inv. y Accin Social. La Paz.

    Uruguay: Nora Guigoux Ministerio de Salud y COMEPA, Paysand.

  • La Revista Chilena de Nutricin es el rgano oficial de la Sociedad Chilena de Nutricin, Bromatologa y Toxicologa. Se publica 4 veces al ao en Marzo, Junio, Septiembre y Di-ciembre. Sus oficinas se encuentran en La Concepcin 81, Oficina 1307, Santiago, Chile. Fono-fax 236 9128, e-mail: [email protected]. Toda correspondencia relacionada con subscripciones, cambio de direccin, rdenes para apartados u otras debe ser dirigida a esta direccin. Los manuscritos enviados a publicacin deben ceirse a la Gua para los Autores publicada en cada nmero.

    Todos los derechos reservados. 1999 Sociedad Chilena de Nutricin, Bromatologa y Toxi-cologa. La reproduccin parcial o total de los contenidos de esta revista est prohibida sin el consentimiento del Editor. Sin embargo el resumen que aparece al principio o final de un artculo puede ser reproducido o traducido sin permiso siempre que se cite la referencia original. Asimismo, el ndice puede ser reproducido o traducido sin autorizacin.

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    Esta Revista est indizada en LILACS,Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y El Caribe, Espaa y Portugal (Redalyc).Aparece en Scientific Electronic Library on line (www.scielo.org)ISSN 0716 - 1549 versin impresa y ISSN 0717 - 7518 versin electrnica

    Para postular a miembro de la Sociedad Chilena de Nutricin (SOCHINUT) deber enviar una carta de solicitud y su currculum vitae al Presidente de la Sociedad (La Concepcin 81, Oficina 1307, Santiago). El valor de la cuota anual de los socios es $30.000, el que incluye la Revista y valores preferenciales de inscripcin a las jornadas y congresos que organiza la Sociedad.

  • REVISTA CHILENA DE NUTRICIN

    Es editada como rgano oficial de la Sociedad Chilena de Nutricin, Bromatologa y Toxi-cologa para la difusin de los conocimientos en el campo de la nutricin y ciencias afines. Sus objetivos bsicos son:

    1. Ser el rgano de expresin de la investigacin en nutricin y ciencias afines realizadas a nivel nacional e internacional.

    2. Estimular la investigacin cientfica en estas reas proporcionando un medio de difusin para plantear y discutir temas propios de ellas, como asimismo facilitar el intercambio de informacin entre los distintos grupos de investigadores.

    3. Ser un rgano de divulgacin de las actividades nacionales e internacionales relacio-nadas con nutricin.

    4. Incentivar la especializacin y capacitacin profesional en Alimentacin y Nutricin de acuerdo a los avances cientficos y tecnolgicos. En sus pginas se acogen manuscritos en castellano e ingls y en cualquiera de las siguientes categoras: a) Trabajos de ac-tualizacin; b) Trabajos de investigacin (originales) c) Trabajos de Nutricin Aplicada; d) Cartas al Editor: e) Normas Tcnicas; f) Casos Clnicos.

    Los manuscritos (3 copias tamao carta, doble espacio) o un CD o envo por correo electrnico al Editor deben enviarse a:

    Dr. Santiago Muzzo Editor, Revista Chilena de Nutricin Direccin de Investigacin, Facultad de Medicina Universidad Diego Portales Manuel Rodrguez 253 Subterrneo, Santiago CHILE E-mail: [email protected]

    Los autores deben atenerse al estilo de la Revista. La Gua para los Autores se encuentra

    al final de cada ejemplar.

    Las ideas, opiniones y conclusiones expresadas en los artculos son responsabilidad exclusiva de los autores.

    La revista tiene inters en establecer intercambio con otras instituciones en relacin a publicaciones, especialmente en el rea de la nutricin y ciencias afines.

    Representante Legal: Dr. Santiago Muzzo

  • NDICE / CONTENTSARTCULOS ORIGINALES / ORIGINAL ARTICLES206 Malnutricin y seguridad alimentaria: un estudio multinivel. Malnutritionand food security:a multilevel study. Zulma Fonseca C., Gonzalo Patio B., Oscar Herrn F.

    216 Consejera estilo de vida reduce la prevalencia de sndrome metablico en el corto plazo. Lifestyle counseling reduces metabolic syndrome prevalence in the short term. Patrcia Abrantes Duval, Denise Halpern-Silveira, Maria Ceclia Formoso Assuno.

    224 El bajo consumo de alimentos ricos en hierro y potenciadores de su absorcin se asocia con anemia en preescolares cubanos de las provincias orientales. 2005-2011. Low consumption of iron-containing foods and enhancer of iron absorption are associated with anemia in preschool children of eastern provinces of Cuba. 2005-2011. Gisela Pita-Rodrguez, Santa Jimnez-Acosta, Beatriz Basabe-Tuero, Consuelo Macas Matos, Lisette Selva Surez, Clarisa Hernndez Fernndez,

    Margarita Cruz Jorge, Roxana Herrera Charro, Regla OFarrill Lpez, Isabel Calderius Espinosa, Karelia Paul Echevera, Moraima Leyva vila.

    235 Patrn de alimentacin e incorporacin de alimentos complementarios en lactantes de una poblacin de bajos recursos. Feeding pattern and incorporation of complementary foods in infants from a low- income population. Sara M. Macias, Silvia Rodrguez, Patricia A. Ronayne de Ferrer.

    243 Alimentacin de estudiantes de pregrado chilenos en el contexto de la modernidad alimentaria. Nutritional habits of chilean university students in the context of alimentary modernity. Mara Sol Anigstein.

    250 Grupo focal con nutricionistas que actan en la alimentacin escolar: el men como elemento pedaggico. Focus group with nutritionists working in school food: the menu as a teaching element. Ana Maria Cervato-Mancuso, Gabriela Moraes da Silva, Alexandra Pava Crdenas.

    256 Prevalencia de hipolactasia en escolares de la Regin Metropolitana. Prevalence of hypolactasia in Chilean schoolchildren from Santiago city. Sylvia Cruchet M., Vernica Cornejo E., Astrid Caichac H., Martin Gotteland M.

    262 Proceso de formulacin y validacin de las guas alimentarias para la poblacin chilena. Development and validation process of food-based dietary guidelines for the chilean population. Sonia Olivares C., Isabel Zacaras H., Carmen Gloria Gonzlez G., Elisa Villalobos V.

    269 CaracterizacindebarrasdecerealenriquecidasconfibradietticayOmega3. Characterization of cereal bars enriched with dietary fiber and Omega 3. Nathlia Silva de Paula, Dorina Isabel Gomes Natal, Hiani Aparecida Ferreira, Maria Ins de Souza Dantas, Snia Machado Rocha Ribeiro, Hrcia Stampini Duarte Martino.

    ARTCULOS DE ACTUALIZACIN / REVIEW ARTICLES283 El desarrollo de la microbiota intestinal humana, el concepto de probitico y su relacin con la salud humana. Development of the human intestinal microbiota, the concept probiotics and their relationships with human health. Oscar Brunser T.

    290 Las posibilidades del empleo de lactobacilos en la gastroenterologa y la nutricin humana. Therapeutic potential of the use of Lactobacilli in gastroenterology and human nutrition. Oscar Brunser T.

    303 Elpapeldelasbifidobacteriasenelfuncionamientodelorganismohumano. Role of bifidobacteria in the function of the human body. Oscar Brunser T.

    309 Edulcorantes no nutritivos, riesgos, apetito y ganancia de peso. Non-nutritive sweeteners risks, appetite and weight gain. Samuel Durn A., Karla Cordn A., Mara del Pilar Rodrguez N.

    315 ANUNCIOS / ANNOUNCEMENTES

    317 GUA PARA LOS AUTORES / GUIDELINES FOR AUTHORS

    Rev Chil Nutr Vol. 40, N3, septiembre 2013

    ENSAYO / ESSAY274 Marco normativo para promover una alimentacin saludable en escuelas bsicas de Chile. Regulatory framework for promoting healthy food intake in basic schools in Chile. Judith Salinas C., Felipe Correa L., Fernando Vio del R.

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    Zulma Yanira Fonseca C. (1)Gonzalo Alberto Patio B. (2, 3)Oscar Fernando Herrn F. (3, 4)

    (1) Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional (OBSAN).Universidad Nacional de Colombia. Colombia.

    (2) Escuela de Economa y Administracin.Universidad Industrial de Santander. Colombia.

    (3) Observatorio Epidemiolgico de Enfermedades Cardiovasculares.Centro de Investigaciones Epidemiolgicas.

    Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia.

    (4) Escuela de Nutricin y Diettica.Universidad Industrial de Santander. Colombia.

    Dirigir la correspondencia a:Profesor

    Oscar Fernando HerrnCentro de Investigaciones Epidemiolgicas

    Facultad de Salud,Universidad Industrial de SantanderCarrera 32 No. 2931, oficina 304

    Bucaramanga, ColombiaTelfax: (57-7) 6345781

    E-mail: [email protected] /[email protected]

    Este trabajo fue recibido el 8 de Enero de 2013y aceptado para ser publicado el 28 de Julio de 2013.

    ARTCULOS ORIGINALES

    Malnutricin y seguridad alimentaria:un estudio multinivel

    Malnutritionandfoodsecurity:a multilevel study.

    Rev Chil Nutr Vol. 40, N3, septiembre 2013

    INTRODUCCINEl estado de nutricin es la resultante de complejas inte-

    racciones que suceden en diferentes niveles: pas, regin, ho-gar, individuo (1-3). En pases como Colombia coexisten tanto el dficit como el exceso de peso para la talla. Sin embargo, mientras la condicin de dficit en trminos poblacionales bordea lmites mnimos, y se ha concentrado en grupos so-ciales especficos: poblacin en situacin de desplazamiento, la afectada por fenmenos naturales o en pobreza extrema-, el exceso de peso se ha generalizado aumentando de manera constante en los ltimos veinte aos (4).

    El exceso de peso hasta el ao 2000 estuvo casi exclusi-vamente asociado a la riqueza, cuando se declar un nuevo reto para la salud pblica: la obesidad en la pobreza (5). Desde entonces, se ha documentado el crecimiento de la obesidad en los pases en va de desarrollo con ingresos bajos y medios,

    siendo esta mayor en las mujeres y los residentes en zonas urbanas (6, 7). Adems en las dos ltimas dcadas, la obesidad en los pases en vas de desarrollo se concentr en la poblacin rica. Sin embargo, en algunos de estos pases el crecimiento de la obesidad ahora es mayor en la poblacin pobre y con niveles bajos de educacin (6-9), en otros como Mxico la epidemia se ha estabilizado al igual que en Estados Unidos (10, 11). El incremento de la obesidad en pases en va de desarrollo est asociado al incremento de las enfermedades crnicas y tambin con efectos negativos sobre el crecimiento econmico y la crisis financiera de los sistemas de salud (12-14).

    Desde 2000, el inters por comprender los determinantes del dficit y exceso de peso en los pases en va de desarrollo y en los desarrollados se ha incrementado, toda vez que la poltica social hizo nfasis y se direccion hacia el dficit. La poltica para controlar el dficit ha sido ligada como co-

    ABSTRACTThe variables associated with nutritional status (EN), household malnutrition, and food insecurity (INSA) was evaluated in 1488 subjects living in 432 homes. The NE was determined by anthro-pometric measures and the INSA was based on the calorie intake of 24 hours and on the perception of the household head. Preva-lence ratios (PR) were established using binomial and multino-mial logistic regressions. The risk of weight deficit in subjects was 3.9 (CI 95%: 1.2 to 11.9) times higher in the rural than in the urban areas, and 4.4 (CI 95%: 1.3 to 14.8) times more when they had primary school or less. Women had 1.4 times (CI 95%: 1.0 to 1.8) higher risk of overweight for each five years of age increa-se. Households with low socioeconomic level had 1.9 (CI 95%: 1.2 to 2.9) times more risk of malnutrition when children were not present. The INSA was not associated with the EN or mal-nutrition. Food support in subjects apparently protected against excess weight. Urban subjects and households were at greater risk of having excess weight and malnutrition.Key words: Malnutrition; obesity; food supply; poverty; energy intake; socioeconomic factors; public policy; Colombia.

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    Malnutricin y seguridad alimentaria: un estudio multinivel

    responsable de mantener el exceso de peso (15). En Colombia la medicin de la pobreza se realiza utili-

    zando distintas metodologas. Algunas muestran que durante los ltimos aos se registr una disminucin de la misma, en el perodo 2000-2009 pas de 53,7% a 45,5% (16, 17). La existencia de distintas metodologas, as como la pobreza en estas magnitudes favoreci el uso de escalas para medir el concepto de inseguridad alimentaria a nivel del hogar (INSA), la expresin de INSA del hogar se equipar a la de desnutricin de los individuos, e incluso se propuso como causal del dficit de peso y en general de malnutricin. En Colombia segn la ltima encuesta de la situacin nutricional realizada en 2010 (ENSIN-2010) el dficit de peso para la talla en menores de 60 meses fue de 0,9%, y el exceso de 5,2%, en nios de 5 a 17 aos el dficit fue de 2,1% y el exceso de 4,1%. En los adultos el exceso de peso fue de 57% para los hombres y de 43% para las mujeres (18). Lo anterior se estableci en hogares que tienen 42,7% de INSA y en un pas declarado en 2011 como uno de los ms inequitativos del mundo con un ndice de concentracin de la riqueza (GINI) de 0,59 (19).

    El objetivo de este estudio fue establecer algunas variables asociadas al estado de nutricin de los individuos y malnu-tricin del hogar. Adems, el efecto que tiene la inseguridad alimentaria y los programas alimentarios sobre el estado de nutricin y malnutricin.

    SUJETOS, MATERIALES Y MTODOS.Este estudio se clasifica como analtico a partir de datos

    repetidos sobre la ingesta dietaria de energa (caloras) y me-diciones transversales del estado de nutricin, condiciones socioeconmicas, ambientales y de INSA de individuos y hogares colombianos. Se desarroll durante 2009-2011 en cuatro ciudades de Colombia, Suramrica. Bogot es la capital del pas, Bucaramanga una ciudad intermedia y Tenjo y Sibat municipios rurales articulados a Bogot como proveedores de alimentos. Se realiz en seis etapas a) seleccin de la muestra, b) aplicacin de formatos, c) determinacin de estado de nutri-cin en individuos y malnutricin del hogar, d) determinacin de INSA, e) estudio bivariado y f) estudio multivariado.

    Seleccin de la muestra. En el rea rural, dos veredas se seleccionaron al azar en dos de los municipios: Tenjo y Sibat-, todos los hogares de esas veredas que aceptaron participar se encuestaron. Los hogares urbanos de Bogot y Bucaramanga incluida el rea Metropolitana se seleccionaron por muestreo aleatorio estratificado en mltiples etapas. Las manzanas de las ciudades se clasificaron en seis estratos socioeconmicos de acuerdo con la metodologa de la oficina de planeacin municipal, aleatoriamente seis manzanas fueron seleccionadas en cada estrato y sus mapas actualizados, las viviendas en ellas se numeraron en orden consecutivo. En los hogares del rea rural que aceptaron participar y en los elegidos al azar se indag por el jefe del hogar o por la persona responsable de la compra de los alimentos. Adems, en cada hogar se realiz un censo y todos sus integrantes fueron invitados a participar.

    Una muestra de mil cuatrocientos sujetos permite obtener razones de prevalencia (RP) de 1,2 con alfa de 0,05 y beta de 0,80, esperando diferencias de 7% en la condicin de exceso en el estado de nutricin entre expuestos y no expuestos. Adems, trescientos setenta y cuatro hogares permiten obtener razones de prevalencia de mnimo 1,20 con alfa de 0,05 y beta de 0,80, esperando diferencias entre expuestos y no expuestos de 15% para la condicin de malnutricin y en magnitudes superiores al 40% como las reportadas en Colombia durante 2005 y 2010 (18, 20). Las encuestas se aplicaron en un n-

    mero mayor de hogares para compensar prdidas durante el seguimiento.

    Fuentes de informacin. Cuatro instrumentos fueron aplicados. Un formato para recoger informacin sociodemo-grfica del hogar y los individuos, las escalas EPSA (21) y ELCSA (22) que permiten medir a nivel del hogar la INSA en el ltimo mes, tambin dos recordatorios del consumo dietario de las ltimas veinticuatro horas (R24H) en todos los integrantes del hogar (23). El jefe del hogar respondi el formato para recoger datos sociodemogrficos del hogar, luego respondi una de las dos escalas, despus el primer R24H y finalmente la escala faltante. Los R24H fueron aplicados a todos los integrantes del hogar de manera repetida con intervalo mnimo de una semana para evitar respuestas con base en la memoria (23); stos se realizaron garantizando siempre la confidencialidad, en los menores el responsable de la alimentacin suministr la informacin. El R24H fue de tipo cuantitativo y utiliz modelos abstractos para estimar el tamao de la porcin. Se analizaron diecisiete variables sociodemogrficas y ambientales.

    La EPSA es una escala compuesta por doce tems, con respuestas dicotmicas para cada uno y complementos en una escala de 1 a 3 que permiten establecer la severidad de la INSA, en los hogares donde no hay menores de dieciocho aos la escala se limita a siete tems (21). La ELCSA es una escala de quince tems, en los hogares donde no hay menores de dieciocho aos la escala se limita a diez tems, todos dico-tmicos, si la respuesta a los primeros cuatro tems es negativa la ELCSA considera al hogar seguro y termina la aplicacin de la misma (12).

    Determinacin del estado de nutricin. Todos los sujetos fueron pesados y medidos usando tcnicas antropomtricas estandarizadas. Los menores de 24 meses en posicin de dec-bito supino, los dems de pie. El peso se tom usando bsculas electrnicas (SECA referencia 872, sensibilidad 50 g) y la talla se midi usando tallmetros porttiles para nios pequeos y estadmetros porttiles (SECA referencia 213, sensibilidad 1 mm y 5 mm respectivamente). El dato del peso y la talla fue el promedio de dos mediciones. Los datos de los menores de 18 aos fueron procesados en ANTHRO y ANTHRO PLUS para obtener valores Z estandarizados frente a los de referencia, en los mayores de 18 aos se clculo el ndice de masa corporal o de Quetelet (IMC) (kg/m2). En los individuos menores de 60 meses el dficit se declar en el indicador peso/talla cuando el valor de Z estuvo por debajo de -2 y el exceso por encima de +2. En los de 60 y ms meses y hasta 216 meses se utiliz el valor Z del IMC, si el valor era menor de -2 se declar el dficit, si era mayor de +2 se declar el exceso. En los mayores de 18 aos el exceso se declar con base en puntos de corte universalmente aceptados, dficit < 18,5 y exceso > o igual a 25 (1, 18, 20). El hogar se declar como malnutrido si dentro de sus integrantes haba al menos uno con dficit o exceso.

    Determinacin de INSA. Para todos los sujetos se estableci el requerimiento de energa con base a su sexo, condicin fisiolgica, nivel de actividad fsica y edad, en los lactantes adems se consider la lactancia materna (24), con base en lo anterior cada sujeto se clasific como con INSA si su consumo usual de energa con base en dos R24H era menor que su requerimiento (24-26). Para el hogar se utilizaron los puntos de corte y algoritmos preestablecidos con base en la aplicacin de las escalas EPSA y ELCSA dentro de las ENSIN 2005 y 2010 (18, 20). Tambin con base en el consumo usual de energa, el hogar se declar en INSA si la sumatoria del consumo usual de todos los miembros era menor que la sumatoria de los requerimientos de los miembros.

  • 208

    Fonseca Z. y cols.

    Los R24H se tradujeron a caloras con el software Food-Calc, v1,3 (27) utilizando una tabla de alimentos compuesta de otras cuatro de amplio uso en Colombia, esta tabla agregada tiene 2284 tems. El tamao de la porcin de alimentos se estableci mediante modelos abstractos validados previamente en las poblaciones estudiadas y ligados a la tabla de alimentos. El consumo usual de energa se estableci con base en dos R24H de cada miembro del hogar utilizando los mtodos de-sarrollados por la universidad de IOWA mediante el software PC-Side v1,2 (28).

    Anlisis estadstico

    Los estratos socioeconmicos 1 y 2, los ms bajos en la escala de ingreso y desarrollo se agruparon en el nivel socioeconmico 1, los 3 y 4 en el nivel 2 y los estratos 5 y 6 en el nivel 3.

    Las caractersticas de los hogares por ciudad y zona geogrfica fueron descritas utilizando proporciones para las variables categricas y promedios y desviacin estndar para las variables cuantitativas.

    Estudio bivariado. Para establecer el nivel de asociacin de las variables con el estado de nutricin en los individuos y el de malnutricin en el hogar (variables dependientes) se utilizaron pruebas t de student, Ji2 y ANOVA, reportando intervalos de confianza del 95% (IC 95%), y valores de p aceptando un nivel de significancia de 5%.

    Estudio mutivariado. Para los individuos se utilizaron modelos logsticos multinomiales utilizando como variable dependiente el estado de nutricin y las asociadas en el estudio bivariado. En stos modelos se calcularon riesgos relativos que son equivalentes a razones de prevalencia (RP) con sus interva-los de confianza del 95%. Para el hogar se utilizaron modelos binomiales utilizando como variable dependiente el estado de malnutricin y como explicatorias las asociadas en el estudio bivariado. El mejor modelo fue aqul donde se estableci la mayor bondad de ajuste a travs del clculo del estadstico ^C de Hosmer-Lemeshow, y el clculo de la probabilidad (p) de que los datos predichos representen adecuadamente a los observados (29).

    Calidad de los datos. Todas las encuestas, incluidos los R24H y los datos de peso y talla se realizaron por nutricionis-tas dietistas entrenados durante dos semanas en los mtodos utilizados, el entrenamiento hizo nfasis en la toma de datos

    antropomtricos, en tcnicas de fijacin de la memoria y en cmo utilizar los modelos de alimentos para estimar el tamao de la porcin consumida. Las encuestas fueron revisadas diaria-mente por los encuestadores y semanalmente por supervisores de campo. La codificacin de los alimentos en los R24H se realiz el mismo da al terminar la entrevista con base en la descripcin detallada del alimento o preparacin. Los datos so-ciodemogrficos y los de las escalas fueron traducidos a bits con un lector ptico [Teleform], los de dieta, por digitadores. Todas las bases de datos se sometieron a doble digitacin, procesos sucesivos de verificacin y limpieza con algoritmos lgicos hasta asegurar que los datos se correspondan con los escritos. Dado el diseo de la muestra la estimacin de los errores se realiz utilizando el ajuste de la varianza de Taylor (30). El procesamiento de datos junto con el anlisis se realiz con el software STATA 10,1 SE StataCorp, 2008 (31).

    El estudio lo aprob el Comit de tica en Investiga-cin de la Facultad de Salud de la Universidad Industrial de Santander. Todos los participantes dieron su consentimiento informado por escrito, en los menores del hogar sus padres o representantes legales.

    RESULTADOSEn total se visitaron 1185 hogares, se declararon elegi-

    bles 621(52,4%) y de stos, respondieron las encuestas 432 hogares (69,6%). En Bogot 151 hogares, en Bucaramanga y su rea Metropolitana 99, en Tenjo 91 al igual que en Sibat. La tasa de participacin en el rea urbana fue de 60,8%, en la rural de 85,7%. El intervalo entre aplicaciones de la EPSA fue de 14,8 das (IC 95%; 13,1 a 16,4), para la ELCSA de 13,5 das (IC 95%; 12,6 a 14,5) y para los R24H de 13,2 das (IC 95%: 12,7 a 13,6).

    Caractersticas de los sujetos. Un total de 1488 sujetos aportaron informacin. El estado de nutricin de los individuos se presenta en la tabla 1. El rango de edad oscil entre 10 das a 88,6 aos. La edad media de los hombres fue de 30,6 aos (IC 95%: 29,0 a 32,2) y la de las mujeres de 31,7 (IC 95%: 30,3 a 33,1), p=0,280. La prevalencia de dficit de peso fue de 1,7%, la de exceso 38,6%. Para el dficit de peso no hay tendencia dado el grupo de edad p=0,238, para el exceso de peso aumenta con la edad, p

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    desventaja, 59,4% versus 40,6% en los hombres, respectiva-mente, p=0,026. Los 217 sujetos (14,6%) que reciben apoyo alimentario consumen en promedio 100 caloras menos que los que no reciben apoyo, p=0,013. La proporcin de sujetos con primaria o menos en el rea rural es de 67,1% en la urbana de 32,9%, p

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    TABLA 3

    Anlisis bivariado. Variables asociadas al estado nutricional del hogar.

    Estado nutricional Total Normal Malnutricin Variables [305] * [127] Valor p Nivel socioeconmico 0,630 Bajo 271 {62,7} 192 {63,0} 79 {62,2} Medio 106 {24,6} 77 {25,2} 29 {22,8} Alto 55 {12,7} 36 {11,8} 19 {15,0}

    Zona geogrfica 0,454 Urbano 250 {57,9} 173 {56,7} 77 {60,6} Rural 182 {42,1} 132 {43,3} 50 {39,4}

    Escolaridad del jefe del hogar 0,064 Primaria o menos 152 {35,2} 97{31,8} 55 {43,3} Secundaria 152 {35,2} 115 {37,7} 37 {29,1} Tcnico/Universidad 128 {29,6} 93 {30,5} 35 {27,6}

    Recibe apoyo alimentario 0,598 Si 14 {4,2} 9 {2,9} 5 {3,9} No 418 {96,8} 296 {97,1} 122 {96,1}

    El jefe del hogar aporta 0,716 Si 287 {66,4} 201 {65,9} 86 {67,7} No 145 {33,6} 104 {34,1} 41 {32,3}

    Tiempo de permanencia en el municipio 0,165 Menos de un ao 45 {10,4} 37 {12,2} 8 {6,3} Uno a tres aos 61 {14,2} 44 {14,5} 17 {13,4} Ms de tres aos 325 {75,4} 223 {73,3} 102 {8,3}

    Tenencia de la vivienda 0,001 Propia sin deuda 212 {49,1} 132 {43,3} 80 {63,0} Propia con deuda 61 {14,1} 48 {15,7} 13 {10,2} Arriendo 110 {25,5} 83 {27,2} 27 {21,3} Otra 49 {11,3} 42 {13,8} 7 {5,5}

    Cuenta con nevera 0,057 Si 354{81,9} 243 {79,7} 111 {87,4} No 78 {18,1} 62 {20,3} 16 {12,6}

    Hogar con menores de 18 aos

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    TABLA 4

    Razones de prevalencia, obtenidas en un modelo logstico multinomial para explicar el estado de nutricin de los individuos.

    Variable dependiente: Estado de nutricin. Categora de base; Normal. RP (IC 95%)* Valor p Dficit Seguridad alimentaria Si 1,0 No 2,45 (0,83 a 7,23) 0,105 Sexo Hombre 1,0 Mujer 1,55 (0,58 a 4,14) 0,377 Edad (por cada cinco aos) 1,03 (0,91 a 1,16) 0,610 Escolaridad Primaria o menos 4,38 (1,30 a 14,76) 0,017 Secundaria o menos 2,47 (0,78 a 7,76) 0,123 Tcnico/Universidad 1,0 Actividad fsica Leve 1,0 Moderada 1,05 (0,35 a 3,12) 0,936 Severa 0,73 (0,07 a 7,15) 0,785 Nivel socioeconmico| Bajo 0,65 (0,24 a 1,72) 0,387 Medio y alto 1,0 Zona geogrfica Urbana 3,86 (1,25 a 11,87) 0,019 Rural 1,0 Recibe apoyo alimentario Si 1,0 No 1,01 (0,29 a 3,47) 0,986 Requerimiento de caloras (Por cada 200) 1,01 (0,75 a 1,35) 0,970 Hosmer-Lemeshow (^C); 11,8 (p=0,160): Pearson (X2); 801,1 (p=0,992)

    Exceso Seguridad alimentaria Si 1,0 No 0,99 (0,74 a 1,31) 0,924 Sexo Hombre 1,0 Mujer 1,36 (1,00 a 1,85) 0,052 Edad (por cada cinco aos) 1,30 (1,26 a 1,35)

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    Caractersticas de los hogares estudiados. El 57,9 % de los hogares pertenecen al rea urbana, el 55,2% de los sujetos habita en stos, sin diferencia en el nmero de integrantes, que en promedio fue de 3,6 (IC 95%; 3,4 a 3,8) en el rea urbana y de 3,8 (IC 95%; 3,5 a 4,1) en la rural, p=0,183. En promedio en cada hogar urbano reside un menor de 18 aos (IC 95%; 0,9 a 1,2), en el rural 1,4 (IC 95%; 1,2 a 1,6), p=0,004. En el 62,5% de los hogares hay menores de edad, sin diferencias por el rea geogrfica o ciudad estudiada, p>0,05. El 9,2% de los hogares asentados en la zona urbana y el 12,1% en la rural, tienen menos de un ao de permanencia en el municipio, el 73,1% en la urbana y el 78,6% en la rural tres o ms aos en el municipio. La ayuda alimentaria no es diferente en hogares con menores o sin ellos, p=0,110. Tanto en el hogar malnutri-do como sin malnutricin la tenencia de vivienda propia sin deuda es mayor en la zona urbana, 57,5% y 56,0% respec-tivamente. En promedio el hogar requiere 7401 caloras (IC 95%: 7088 a 7715) y consume usualmente en promedio 7093 caloras (IC 95%: 6779 a 7407). Segn la EPSA el 35,9% de los hogares estn en inseguridad alimentaria, segn la ELCSA 59,0%, y segn la sumatoria del consumo usual de caloras de los miembros del hogar el 59,3%. Se encontraron nueve hogares en situacin de desplazamiento forzado, clasificados en nivel socioeconmico uno. La probabilidad de encontrar en un hogar un sujeto con dficit es de 0,02 (IC 95%: 0,01 a

    0,03), la de encontrar un sujeto con exceso de 0,41 (IC 95%: 0,37 a 0,44), y de encontrar uno con malnutricin de 0,43 (IC 95%: 0,39 a 0,46). La proporcin de hogares malnutridos es de 29,5%. Otras caractersticas de los hogares y su relacin con el estado de malnutricin se presentan en la tabla 2.

    Modeloparaexplicareldficityexcesoenindividuos. El estado nutricional deficitario es explicado por dos variables, la zona geogrfica y la escolaridad. El riesgo de dficit es 3,9 (IC 95%: 1,2 a 11,9) veces mayor en la zona rural que la urbana, y 4,4 (IC 95%: 1,3 a 14,8) veces ms cuando apenas se ha cursado primaria o menos. El exceso es explicado por el sexo, el aumento de la edad y el hecho de contar con apoyo alimentario. Las mujeres tienen 1,4 (IC 95%: 1,0 a 1,8) veces ms riesgo de exceso de peso que los hombres; por cada cinco aos que aumenta la edad el riesgo de exceso aumenta en 30% (IC 95%: 26 a 35) y los sujetos que no reciben apoyo alimentario tienen un riesgo de exceso de peso de 1,7 veces (IC 95%: 1,1 a 2,7) ms que aquellos que si reciben ayuda alimentaria (tabla 4).

    Modelo para explicar la malnutricin del hogar. Cuatro variables explican la malnutricin: el nivel socioeconmico, la tenencia de la vivienda, contar con menores de edad en el hogar y el rea geogrfica. El nivel socioeconmico bajo tiene 1,9 (IC 95%: 1,2 a 2,9) veces ms riesgo de malnutricin con respecto al alto, todas las formas de tenencia de la vivienda

    TABLA 5

    Razones de prevalencia, obtenidas en un modelo binomial para explicar el estado de malnutricin de los hogares. Variable dependiente: Estado de malnutricin. Categora de base; Sin malnutricin. RP (IC 95%) * Valor p

    Seguridad alimentaria Si 1,0 No 1,21 (0,91 a 1,61) 0,180

    Nivel socioeconmico Bajo 1,90 (1,23 a 2,94) 0,004 Medio 1,18 (0,74 a 1,87) 0,493 Alto 1,0

    Escolaridad del jefe del hogar Primaria o menos 1,21 (0,84 a 1,74) 0,300 Secundaria o menos 1,10 (0,77 a 1,58) 0,602 Tcnico/Universidad 1,0

    Tenencia de la vivienda Propia sin deuda 1,0 Propia con deuda 0,48 (0,30 a 0,79) 0,004 Arriendo 0,72 (0,53 a 0,98) 0,037 Otra 0,45 (0,24 a 0,98) 0,043

    Hogar con menores de 18 aos Si 1,0 No 3,08 (2,27 a 4,16)

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    distintas a la de propia sin deuda son factores protectores para la condicin del malnutricin con relacin a sta, los ho-gares donde no residen menores tienen 3,1 (IC 95%: 2,3 a 4,2) ms riesgo de malnutricin que aquellos donde hay menores, los ubicados en la zona urbana tienen 1,6 veces ms riesgo (IC 95%: 1,3 a 1,9) de presentar malnutricin con respecto a los de la zona rural, (tabla 5).

    La bondad del ajuste para el modelo que explica las condiciones de dficit y exceso en los individuos es aceptable, mientras que para el modelo que explica la malnutricin en el hogar es pobre (tablas 4 y 5).

    DISCUSINAlcances y limitaciones del estudio. El estado de nu-

    tricin determinado a travs de mediciones antropomtricas es muy til en la salud pblica (1). Como no se estim la cantidad de grasa y msculo corporal se prefiri el trmino exceso de peso al de obesidad. Sin embargo en la prctica estas expresiones son equivalentes (1). La EPSA y la ELCSA que permiten medir la INSA, son en esencia, metodologas subjetivas que abordan la medicin de la percepcin del jefe del hogar sobre la incapacidad para acceder a los alimentos que su hogar necesita y del hambre que pueden experimentar sus integrantes, estos mtodos son incapaces de estimar el consumo de energa y nutrientes, y para el caso de Colom-bia, hay evidencia de las limitaciones psicomtricas de estas escalas (32, 33). Los R24H repetidos tambin permiten medir la INSA al relacionar la ingesta usual de un individuo y su re-querimiento (26, 28). Adems, son considerados por la FAO mediciones objetivas del consumo dietario (1, 24), pero dejan de lado al igual que las escalas otros aspectos relacionados con el contexto socioeconmico donde este consumo ocurre y los aspectos que lo preceden calidad del empleo, redes y capital social, valoracin cultural de los alimentos, entre otros (23). La actividad fsica es el auto reporte del individuo y se bas en la percepcin del mismo, sin embargo esta forma de aproximarse ha sido utilizada en otros estudios y es til en la perspectiva de la salud pblica (34).

    Sobre los individuos. Las cifras de dficit y exceso de peso en los individuos y grupos de edad son muy similares a las reportadas por la ENSIN-2010 (18), y corroboran el sesgo derecho de la distribucin del peso para la talla, reconocida como la epidemia de obesidad (1, 4, 5, 15, 16). Aqu el exceso de peso incrementa gradualmente conforme se cambia en el grupo etreo, evidencindose una clara tendencia: al alcanzar la edad de 18 aos aumenta la probabilidad de exceso en 3,6 veces, el riesgo pasa de 9,1% a 33,1% (tabla 1). Al igual que en otros estudios realizados en poblacin colombiana se evidenci la desventaja de las mujeres tanto para el dficit como el exceso, este fenmeno ha sido explicado desde las caractersticas del complejo sistema de relaciones socio cultu-rales neo-hispano para el caso de los Santanderes, pero podra hacerse extensivo a las otras reas estudiadas del complejo cultural Andino, que en resumen se pueden entender como una forma ms del reconocimiento del status del varn en el hogar independientemente del tipo de hogar constituido. Todas las anteriores, son razones para profundizar en el estudio del comportamiento alimentario intrahogar (35), del individuo y sobre los estilos de vida en nios y adolescentes dentro de su complejo socio cultural, para proponer intervenciones in-dividuales y poblacionales en edades tempranas, que superen la intervencin predominantemente asistencialista.

    En la tabla 2 se evidencia que todas las variables estudia-das estn asociadas estadsticamente al estado de nutricin,

    excepto consumir alimentos fuera del hogar y el consumo usual de caloras. Sin embargo, al ajustar el efecto de stas dentro del modelo multinomial slo permanece la relacin de cinco de stas, dos asociadas al dficit de peso la escolaridad y la zona geogrfica-, y tres al exceso de peso el sexo, la edad y recibir apoyo alimentario-. La ENSIN-2010 y otros estudios que han caracterizado los determinantes y variables asociadas al dficit y exceso de peso para la talla coinciden con lo aqu reportado (9-11, 16). Lo novedoso es que el apoyo alimenta-rio, que en este estudio es fundamentalmente ofrecido por el estado a travs del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), se constituye en aparente factor de proteccin para el exceso de peso para la talla (tabla 4). En Colombia los pro-gramas de apoyo alimentario independientemente del grupo poblacional al que se le ofrezcan, han sido implementados en los ltimos veinte aos como producto del aumento absoluto de la poblacin pobre, la agudizacin de la pobreza y para garantizar la seguridad alimentaria del individuo y hogar. El apoyo alimentario adems de garantizar una proporcin del requerimiento de caloras, tambin garantiza el suministro de protenas, lo que a manera de hiptesis es la razn que protege para el desarrollo del exceso. La explicacin planteada es que individuos que se empobrecen transforman el contenido de su alimentacin, consumiendo ms caloras a expensas de carbohidratos, desplazando las provenientes de las protenas. As, la transformacin de la alimentacin no slo es cualita-tiva, tambin es cuantitativa, incluye adems, el consumo de mayores cantidades, es decir, aumenta el volumen del plato y del consumo de energa. En Chile se logr establecer la relacin que existe entre un programa de apoyo alimentario, lo consumido en el hogar y el exceso de peso; as mientras en el hogar los fines de semana se ofrecen altos contenidos de energa derivada de grasa y azcares simples y se propicia el exceso de peso, la ayuda alimentaria ofrecida entre semana es balanceada, pero mantiene el exceso (15). En Colombia la situacin del fin de semana es opuesta, ya que mientras los programas alimentarios garantizan un adecuado estado de nutricin entre semana, en los fines de semana que es cuando el nio o adulto no est cubierto por los programas, en el hogar se favorece el dficit (36). Las expectativas incorporadas por los jefes de hogar llevan a sustituir el gasto alimentario del fin de semana por otros bienes y servicios a la espera de que sus hijos mejoren su condicin mediante el apoyo alimentario entre semana. Lo reportado en este estudio con respecto al impacto que tiene la ayuda alimentaria sobre el estado de nu-tricin permite una nueva perspectiva de la ayuda alimentaria, mxime si como esta demostrado el dficit que la justifica en buena medida-, esta en su mnima expresin (18). Es necesario estudiar con ms detalle el impacto y efecto de los programas de apoyo alimentario estatales sobre el estado de nutricin en diferentes grupos etreos y de malnutricin en el hogar.

    Sobre el hogar. El hogar es la expresin ecolgica donde ocurre la malnutricin. Sin embargo, no se habla del hogar malnutrido, si no del hogar con INSA, lo que genera confusin al equivaler estos dos conceptos. En este estudio se propone una definicin de hogar malnutrido con base en el estado de nutricin de sus miembros, para estudiar en otro nivel el efecto de las variables particulares del nicho ecolgico sobre dicho estado de nutricin. La tabla 3 anlisis bivariado- permite apreciar como algunas relaciones que tradicionalmente se han establecido desaparecen. Por ejemplo el nivel socioeconmico, la zona geogrfica, el aporte de ingresos del jefe del hogar, el consumo usual de energa acumulado de todos los miembros del mismo y el apoyo alimentario no estn asociados. Al ajustar

    Malnutricin y seguridad alimentaria: un estudio multinivel

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    el efecto de estas variables sobre el estado de malnutricin en un modelo binomial el nivel socioeconmico bajo, la tenencia de la vivienda, contar o no con menores de 18 aos en el hogar y la zona geogrfica explican la malnutricin del hogar. Que en el hogar no aparezca asociado a la malnutricin el apoyo alimentarioque reciben algunos de sus integrantes-, plantea una situacin interesante que ameritan la revisin de los me-canismos utilizados para focalizar este tipo de ayudas, pues si bien el apoyo alimentario que ofrece el estado a travs del ICBF es a individuos, la aproximacin a stos se hace desde la perspectiva del hogar (INSA, pobreza, entre otros).

    Como se mencion anteriormente, Colombia es un pas altamente inequitativo y la concentracin de riqueza produce malnutricin en los niveles socioeconmicos que la soportan (3). El gasto en alimentos es ms eficiente en los hogares con nios que sin nios, sostener un hogar sin menores es en tr-minos relativos ms costoso (37), es importante resaltar que la transicin demogrfica es estructural y no slo como suele verse limitada al envejecimiento de la poblacin. El tamao del hogar colombiano en la zonas rurales y urbanas y en todos los niveles socioeconmicos ha disminuido y no es substan-cialmente diferente; estamos en un punto donde es necesario estudiar si el tamao del hogar lleg a un punto umbral, en donde menos integrantes en el mismo, se traduce en mayores costos relativos para su sostenimiento y otros. Lo anterior es la evidencia del impacto de la transicin demogrfica sobre el estado de malnutricin del hogar. La tenencia de la vivienda ha sido estudiada con relacin al estado de nutricin de in-dividuos, pero no de la malnutricin en hogares. Es probable que en el hogar propio sin deuda las dinmicas econmicas generen excedentes que a su vez expliquen el exceso de peso por la va de la afluencia de capital, es importante recordar que el hogar malnutrido lo es principalmente por el exceso de peso. Residir en el rea urbana es un factor de riesgo para el dficit en individuos y la malnutricin del hogar.

    Un inters particular de este estudio fue examinar la re-lacin de la INSA sobre el estado de nutricin y malnutricin, la INSA establecida por cualquiera de los tres mtodos tanto a nivel individual como del hogar no se asoci estadsticamente a estas condiciones. Lo anterior presupone que mediciones complejas y costosas del consumo de caloras y otras simplifi-cadas como las basadas en escalas no son tiles para predecir o explicar el estado de nutricin con base en mediciones antropomtricas.

    Este estudio mostr el efecto confusor de algunas va-riables frecuentemente relacionadas, tanto discursivamente como en la poltica social, al estado de nutricin. De todas las variables asociadas en los modelos multivariados y niveles estudiados individuo y hogar-, slo el apoyo alimentario es susceptible de intervencin de manera directa, confirmando que el estado de nutricin es la resultante en estos dos ni-veles estudiados del desarrollo estructural, de la igualdad, la equidad y la justicia social, y que la poltica social y pblica en otros sectores puede tener ms efecto que el asisten-cialismo, los subsidios directos y acciones coyunturales (3). No en vano el estado de nutricin desde hace ms de seis dcadas ha sido una de las variables para medir el grado de desarrollo de un pas.

    RESUMENEn 1488 sujetos y 432 hogares se establecieron las va-

    riables asociadas al estado de nutricin (EN) de los sujetos y malnutricin del hogar, y el efecto de la inseguridad alimen-taria (INSA) sobre estos estados. El EN se estableci mediante

    antropometra. La malnutricin del hogar con base en el EN. La INSA con base en el consumo de caloras durante 24 horas adems de la percepcin del jefe del hogar. Mediante regresiones logstica multinomial y binomial se establecieron razones de prevalencia (RP) para las variables y el EN y la malnutricin. En sujetos el riesgo de dficit de peso es 3,9 veces mayor en el mbito rural, y 4,4 veces ms en los que apenas han cursado primaria o menos. Las mujeres tienen 1,4 ms riesgo de exceso de peso, por cada cinco aos de edad el exceso de peso aumenta en 30%, en los sujetos sin apoyo alimentario 1,7 veces. En hogares el nivel socioeconmico bajo tiene 1,9 veces ms riesgo de malnutricin, los hogares sin menores de edad 3,1 y los urbanos 1,6 veces ms riesgo. La INSA no esta asociada al EN, ni a la malnutricin. El apoyo alimentario a sujetos aparentemente protege contra el exceso de peso. Sujetos y hogares urbanos tiene mayor riesgo de exceso y malnutricin.

    Palabras clave: Desnutricin; obesidad; seguridad alimen-taria; pobreza; ingestin de energa; desigualdades en la salud; poltica social; Colombia.

    Agradecimientos: Este estudio fue posible por la co-financiacin del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnologa e Innovacin de Colombia (COLCIENCIAS), cdigo; 110245921548 y de la Secretaria Distrital de Salud de Bogot, la Gobernacin de Cundinamarca, y las Universidades Nacional de Colombia e Industrial de Santander. Cdigo interno UIS; 8677.

    Declaracin de conflicto de inters: Los autores declaran que no tienen conflicto de inters de ningn tipo, ni real o potencial sobre los resultados presentados.

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    Malnutricin y seguridad alimentaria: un estudio multinivel

  • 216

    Lifestyle counseling reduces metabolic syndromeprevalence in the short term

    Consejera estilo de vida reduce la prevalencia desndrome metablico en el corto plazo

    Rev Chil Nutr Vol. 40, N3, septiembre 2013

    INTRODUCTIONMetabolic syndrome (MetS) is defined as a group of

    interrelated factors of metabolic origin, which contribute directly to cardiovascular disease (CVD) and type 2 Diabetes (DM2). Abdominal obesity, alterations in glucose metabolism, hypertension, altered lipid profile with elevated triglycerides and low levels of high-density lipoprotein cholesterol (HDLc) combined with a pro inflammatory and pro thrombotic state increase the risk of MetS (1-3).

    The IDF criteria for MetS are applied according to ethnic group with specific values indicated for south ame-rica population. The criteria consist of: 1) central obesity (waist circumference of 90 cm or greater for men and 80 cm or greater for women) plus two or more of the following factors: 2) hypertriglyceridemia ( 150 mg/dl or use of anti-lipid medication); 3) low sera levels of HDLc (< 40 mg/dl for men and < 50 mg/dl for women, or drug treatment for this condition); 4) systolic arterial blood pressure 130 or dias-tolic pressure 85mmHg or use of anti-hypertensive drugs, or; 5) fasting blood glucose level 100mg/ml or previously diagnosed DM2.

    The incidence of MetS is increasing and the problem is now considered a public health issue, affecting about 20-25%

    Patricia Abrantes Duval (1,2)Denise Halpern-Silveira (3)

    Maria Cecilia Formoso Assuno (1,3)

    (1) Post-graduation Program on Nutrition and Foods, Federal University of Pelotas, Brazil(2) Teaching Hospital of the Federal University of Pelotas, Brazil

    (3) Department of Nutrition, School of Nutrition, Federal University of Pelotas, Brazil

    Dirigir la correspondencia a:Profesora

    Patricia Abrantes DuvalTeaching Hospital of the Federal University of Pelotas, Brazil

    Telefonos: (53) 32844960Fax: (53) 32944929

    E-mail: [email protected]

    Este trabajo fue recibido el 5 de Marzo de 2013y aceptado para ser publicado el 8 de Agosto de 2013.

    ABSTRACTThe aim of this study was to analyze the effect of lifestyle counse-ling on metabolic syndrome (MetS) prevalence in the short term. This was a before-after study design conducted in a nutrition outpatient clinic. Participants were adults presenting with MetS according to the International Diabetes Federation criteria. In the study 109 individuals (mean age 41 9.6 years old) were included, the majority women (82,6%). Participants received in-dividualized dietary prescription guidelines for healthy eating and were encouraged to perform physical activity. After five months, a decrease of 21.5% in the prevalence of MetS (p

  • 217

    of lifestyle counseling on metabolic syndrome prevalence in the short term.

    SUBJECTS AND METHODSPatients and Study Design

    This was a effectiveness before-after study conducted at the nutrition outpatient clinic of the UFPel, Brazil. Participants included were both men and women aged between 20 and 59 years old, presenting with MetS according to the IDF criteria, who sought the service voluntarily, between January 2010 and June 2011. The IDF criteria for MetS was chosen for its high sensitivity, using lower cut-off scores than those defined in other criteria for diagnosing MetS (4).

    Among the kind of diseases and physiological states common to be referred to the outpatient clinic, patients with cancer, acquired immune deficiency syndrome, or chronic renal disease, and pregnant or lactating mothers, were excluded from this study due to their specific nutritional requirements.

    Figure 1 shows the flowchart of the study and the number of participants involved in each phase. Two hundred and forty-four patients from the Outpatient Clinic of the UFPel Hospital were eligible for the study.

    There were three refusals and 50 patients were excluded for non-completion of the preliminary laboratory examina-tions. After, another 82 patients were excluded for failing to meet the diagnostic criteria for MetS defined by the IDF giving a total of 109 patients for study inclusion.

    During the period the study, 60% of patients comple-ted both sets of laboratory examinations and attended all consultations.

    A total of 22 patients (20%) were lost to follow up for failure to complete the final laboratory exams (T2) or discon-tinuing the treatment protocol. Twenty-two subjects (20%) attended follow up sessions but did not perform final labora-tory exams. Thus, the 87 patients with body measurements, blood pressure data and physical activity levels available were analyzed, along with the 65 patients with complete laboratory evaluations.

    Evaluation of body measurements, clinical history,laboratory findings and behavior

    A structured anamnesis entailing clinical and physical examination was used to collect demographic information (sex, age, skin color, marital status and educational level) and anthropometric data (body weight, height and waist circumference).

    Weight was measured using a Welmy model 110 balance with a capacity of 150 kg, accurate to the nearest 1 kg, which was recalibrated for each participant.

    Height was measured with a metal stadiometer arm of 200 cm, accurate to the nearest 1 mm, fitted to the scale. Weight and height measurements were taken with the patient wearing light clothing and no footwear according to predetermined standard technique (9).

    FIGURE 1

    Flow chart for study of adult mets patients. Pelotas (RS) 2010-1011.

    Consejera estilo de vida reduce la prevalencia de sndrome metablico en el corto plazo

  • 218

    Body Mass Index (BMI) was calculated by dividing weight in kg by height in meters squared using the cutoffs defined by the World Health Organization. The BMI was categorized as < 18,5 kg/m2 labeled as underweight, 18,5 24,99 kg/m2 normal range, > 25,00 kg/m2 overweight, and > 30,00 kg/m2 obesity (10).

    Waist measurements were taken using a flexible, none-lastic tape measure of 150 cm with 0.1 cm graduations. This measurement was taken at the point of least abdominal cur-vature (particularly in severely obese individuals) between the anterior superior iliac crest and the last rib, as is standard (9).

    Systolic and diastolic blood pressure measurements were taken with a digital pressure cuff for the wrist (Geratherm model KP6130) with the patient at rest for 10 minutes before the measurement was done. The wrist strap was placed around the left wrist, without clothing, and the arm was raised to the level of the heart (11).

    Biochemical assays were done by the BioCeleris Labora-tory of the UFPel using model Labmax 240 Labtest equipment. The following samples were collected after a 12-hour fast: fasting blood glucose, total cholesterol, triglycerides (TGC), HDLc and low-density lipoprotein cholesterol (LDLc).

    Although total cholesterol and LDLc levels are not part of the diagnostic procedure for MetS, they are important indicators of cardiovascular health. normal levels of total cholesterol and LDLc were defined as

  • 219

    RESULTSTable 1 lists the initial characteristics of the 109 partici-

    pants, such as: age, gender, marital status, educational level, skin color and sedentarism. We observed that the mean age was 41 + 9.6 years old, the participants were predominantly

    female, the majority living with another person, had completed or were completing high-scholl education, considered them-selves to be white and were classified as sedentary.

    Tables 2 and 3 show the prevalence of MetS and the outcomes of the 65 patients that did laboratory exams at

    TABLE 1

    Characteristics of adult MetS patients at study baseline (N=109). Pelotas (RS), 2010-2011 N %

    Age Up to 30 years old 17 15.6 31 40 years old 39 35.8 41 50 years old 29 26.6 51 - 59 years old 24 22.0

    Gender Male 19 17.4 Female 90 82.6

    Marital status With companion 69 63.3 Without companion 40 36.7

    Educational level Primary School 41 37.6 High School 52 47.7 College or greater 16 14.7

    Skin color White 94 86.2 Non-white 15 13.8

    Sedentarism Yes 70 64.2 No 39 35.8

    TABLE 2

    Prevalence of MetS and altered laboratory results in adults at baseline (T1) and endpoint (T2).Pelotas, (RS), 2010 2011 (n=65)

    T 1 T 2 p value* N % N %

    MetS IDF

    Yes 109 100 51 78.5

    No 0 0 14 21.5

    Altered HDLc 56 86.2 51 78.5 < 0.001

    men 200 mg/dL 25 38.5 25 38.5 < 0.001

    LDLc>100 mg/dL 38 58.5 42 64.6 < 0.001

    Fasting glucose level > 100 mg/dL 35 53.9 27 41.5 < 0.001

    *Fischers Exact Test

    Consejera estilo de vida reduce la prevalencia de sndrome metablico en el corto plazo

  • 220

    baseline (T1) and endpoint (T2).There was a 21.5% decrease in MetS as defined by the IDF

    criteria among the 65 patients with complete profiles, 14 of whom no longer met the criteria for MetS at study endpoint.

    The biochemical components of MetS (HDLc, TGC and fasting blood glucose) all showed statistically significant alterations (p

  • 221

    as well as significant alterations in body measurements, labo-ratory exam results and behavior, as evidenced by comparing initial with final results.

    Overall, the prevalence of MetS/IDF decreased by 21.5%. However, as 22 patients did not complete their final round of laboratory exams, it was not possible to confirm any changes in their respective diagnosis of MetS.

    Muzio et al (17) ran a randomized clinical trial spanning five months in 100 obese patients at the Ambulatory Care Clinic of the G.Salvini Hospital in Milan, Italy, using the NCEP-ATPIII diagnostic criteria (MetS/NCEPATPIII). These authors reported a greater reduction in the prevalence of MetS of 54% in the group which followed a low glucose diet , and of 40% in the group with a high glucose content diet. The cited study excluded patients with DM2 and thyroid diseases. It should also be noted that the body measurements and lipid profiles of these patients were greater than those of patients in the present study.

    Hermsdorff et al (18) found similar results in body mea-surements, again using a before and after study design in an intervention, with a sample size of 41 obese patients of both sexes. This group reported an average weight loss of 4.4 Kg, a BMI decrease of 1.9 Kg/m2 and a waist circumference decrease of 5.9 cm. For the study, a hypo caloric diet was used for two months. Habitual physical activity levels were maintained and no specific exercise program was given.

    In relation to blood pressure, a randomized, controlled study conducted at an ambulatory care clinic of a Greek Uni-versity Hospital in 107 overweight or obese women diagnosed with MetS/NCEP-ATPIII, found a reduction of 6.5% mm Hg, greater than we found. The study used a hypo caloric diet, and excluded patients with DM2, thyroid disease, as well as those with ischemic vascular and endocrine diseases (19). Franklin (20), in one of the Framingham studies publications, showed that a reduction in diastolic blood pressure was a positive outcome, as this is considered a more important risk factor for cardiovascular disease than systolic pressure in individuals younger than 50 years old, the same age group as the patients investigated in the our study (mean 41 years).

    In the present study, an improvement in glucose, HDLc and TGC levels was observed. This finding was similar to the result found by a randomized controlled study performed in South Korea involving 32 women with MetS/NCEP-ATP III,

    who had a significant increase in HDLc of 6.5 mg/dl, a decrease in triglyceride levels of 52.2 mg/dl and a decrease in glucose levels of 13.4 mg/dl. The study lasted one month, and consis-ted of a hypo caloric diet, as well as supervised exercises of one hour, three times a week, plus health guidance (21). The report suggested that the alterations in lipid profile as well as fasting glucose levels stemmed from the beneficial effects of physical exercise, with an improvement in glucose control and insulin sensitivity, weight loss and decrease in abdominal fat (22).

    In terms of physical activity, similar alterations to those seen in our study were found in a randomized controlled study of 241 overweight and/or obese individuals of both sexes from Pelotas, Brazil, during the six-month. This group was given a diet and to practice physical exercise. The intervention group was found to have a significant increase of 88 minute of phy-sical activity per week during leisure time (23). These findings closely resembled those of the present study, perhaps because both studies took place in the same nutrition outpatient clinic, and thus the sample populations were probably similar.

    In the present study, 32% the patients had a weight loss greater than or equal to 5% during the follow up period, greater than the loss reported by Barbato (24). In the 4-month study of 100 obese patients, 21% lost 5% or more of their body weight by end of the follow up.

    Participants in our study all voluntarily asked to be seen at the nutritional outpatient clinic, and all attended return visits and went for laboratory examinations without promp-ting. In this regard, our study can also be considered a study of effectivity, reflecting conditions encountered during routine clinical practice (25).

    Loss to follow up due to non-attendance of return visits and noncompliance with laboratory exams at the end of the study, although scheduled with a month advance notice, similar to regular clinical service, may have been due to forgetfulness. Lack of dietary compliance may be related to emotional factors, such as depression and chronic stress, as both are known to influence patient adherence to life-style changes, consequently affecting the study results (26).

    Similar studies also report follow up losses. A study con-ducted in Canada by Meckling (27) in 44 obese or overweight women, found a 27% loss to follow up. The author considered this to be due to the fact that some participants were not randomized for the exercise program and to the lengthy study

    TABLE 5

    BMI classification, arterial pressure and sedentarism in adults baseline (T1) and endpoint (T2). (N=87)

    T 1 T 2 p value* n % n %

    BMI (Kg/m2) < 0.001

    Adequate weight 01 1.2 02 2.3

    Overweight 20 23.0 32 36.8

    Obese 66 75.9 53 60.9

    Systolic arterial pressure >130 mmHg 56 64.4 47 54.0 0.07

    Diastolic arterial pressure >85 mmHg 62 71.3 44 50.6 0.155

    Sedentarism 55 63.2 49 56.3 < 0.001

    * Fischers Exact test

    Consejera estilo de vida reduce la prevalencia de sndrome metablico en el corto plazo

  • 222

    time. In a four month intervention study performed in Rio de Janeiro, Brazil, of 100 obese individuals, 13% were lost to follow up due to voluntary withdrawal, concurrent clinical problems and pregnancy (24).

    The lack of a control group is the major limitation of this study. However, significant changes were observed between the variables of MetS diagnostic. Another limitation was the lack of a structured physical activity program with the partici-pation of trained professionals. In spite of this, a significant decline in sedentary behaviour was observed during the study based solely on encouragement given by the staff team.

    The lack of any association between total cholesterol levels, LDLc concentration and systolic blood pressure could have been due to the short follow up time, the lack of dietary physical activity compliance. With respect to systolic blood pressure, the number of participants fell below the level dee-med necessary for study sample size, and lacked statistical power for analysis.

    Studies have shown that life-style interventions, emphasi-zing an adequate diet and regular physical activity, are the first choice of therapy for MetS. These programs favor a reduction in body weight, waist circumference and abdominal fat. They also improve insulin sensitivity, decrease plasma glucose and triglyceride levels, increase the HDLc levels and consequently reduce risk factors associated with CVD and DM2. As such, modifying life style contributes to better control of MetS by preventing its complications and improving quality of life (22,29-32).

    A balanced diet rich in fruits and vegetables, foods which are good sources of fibers, whole grains, low saturated fats, trans isomeric fatty acids, simple sugars as well as foods with low sodium content, all contribute to better control of the MetS. These foods are considered indispensable factors for the prevention of the complications associated to MetS (3,15,33).

    CONCLUSIONThe results of the present study can show that lifestyle

    counseling comprising individualized nutritional modifications via a balance diet, encouragement to practice more physical exercise, and a consequent change in life style, are able to prevent or lower the prevalence of risk factors for MetS and CVD within a relatively brief period of time.

    RESUMENEl objetivo de este estudio fue analizar el efecto de ins-

    trucciones relacionadas al estilo de vida sobre la prevalencia de sndrome metablico (SM) a corto plazo. Este fue un estudio tipo estudio de antes y despus realizado en un ambulatorio de nutricin. Los participantes eran adultos que presentan SM segn los criterios de la International Diabetes Federation. El estudio incluy 109 personas (edad media 41 9,6 aos), en su mayora mujeres (82,6%). Los participantes recibieron una dieta con prescripcin individualizada, pautas de alimentacin saludable, y se les motiv a practicar actividad fsica. Despus de cinco meses se observ una disminucin de 21,5% en la prevalencia de SM (P

  • 223

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    Consejera estilo de vida reduce la prevalencia de sndrome metablico en el corto plazo

  • 224

    INTRODUCCIN La anemia en los nios menores de 5 aos constituye el

    principal problema nutricional por deficiencia especfica de hierro y se considera un problema de salud pblica en Cuba (1). Las causas de la anemia pueden ser multifactoriales y a menudo coincidentes en el tiempo, pero la principal es la baja ingestin de alimentos con fuentes adecuadas de hierro en cantidad y calidad; la literatura expone que el 50% de las causas de anemia resulta de la deficiencia de hierro (2). El porcentaje de absorcin del hierro no hemnico depende del

    Rev Chil Nutr Vol. 40, N3, septiembre 2013

    El bajo consumo de alimentos ricos en hierro ypotenciadores de su absorcin se asocia con anemiaen preescolares cubanos de lasprovincias orientales. 2005-2011

    Low consumption of iron-containing foods and enhancerof iron absorption are associated with anemiain preschool children of the easternprovinces of Cuba. 2005-2011

    Gisela Pita-Rodrguez (1)Santa Jimnez-Acosta (1)Beatriz Basabe-Tuero (1)

    Consuelo Macas Matos (1)Lisette Selva Surez (2)

    Clarisa Hernndez Fernndez (2) Margarita Cruz Jorge (3)

    Roxana Herrera Charro (4)Regla OFarrill Lpez (3)

    Isabel Calderius Espinosa (3)Karelia Paul Echevera (5)

    Moraima Leyva vila (6)

    (1) Depto Bioqumica y Fisiologa. Instituto de Nutricin e Higiene de los Alimentos.La Habana, Cuba.

    (2) Centro Provincial de Higiene y Epidemiologa, Holgun, Cuba(3) Centro Provincial de Higiene y Epidemiologa, Granma, Cuba

    (4) Centro Provincial de Higiene y Epidemiologa, Guantnamo, Cuba(5) Centro Provincial de Higiene y Epidemiologa, Santiago de Cuba, Cuba

    (6) Centro Provincial de Higiene y Epidemiologa, Las Tunas, Cuba

    Dirigir la correspondencia a: Profesora

    Gisela Pita-RodrguezDepto. Bioqumica y Fisiologa.

    Instituto de Nutricin e Higiene de los Alimentos.Infanta 1158. Habana 10300. Cuba

    Telfono: 0537-8795183E-mail: [email protected]

    Este trabajo fue recibido el 24 de Abril de 2013y aceptado para ser publicado el 12 de Julio de 2013.

    ABSTRACTAnemia in children less than five years of age is the main nutri-tional problem in Cuba. The aim of this study was to assess the intake of iron-rich foods (IRF) and of enhancers of iron absorption (EIA) in children living in the five eastern provinces of Cuba and its association with anemia in 2005, 2008 and 2011. A food frequency questionnaire of 6 months and hemoglobin deter-mination were used. Intake increased in red meat and poultry (44.2% to 60.4%), eggs (38.7% to 58.6%) and vegetables (47.6% to 56.2%); decreased in fruit (73.2% to 55.8%) and legumes (87.7% to 57.7%). The prevalence of anemia in children 6 to 11 months old showed a decrease (62.1% to 44.3%). A reduction in the prevalence of anemia in infants 12-23 months old was found in 2008 compared with 2005 and reversed slightly in 2011, a similar finding was observed in children 2-5 years old. There was a consistent association of anemia with low intake of eggs, vegetables and fruits, but and not with low intake of legumes. Children who attended daycare center ate more iron-rich foods and enhancers of iron absorption than those who did not. The group of children younger than 24 months old remains the most vulnerable group for anemia.Key words: meals rich in iron, anemia; toddlers; daycare center.

    efecto simultneo de los alimentos ingeridos. Los factores potenciadores aumentan las biodisponibilidad del hierro y pueden encontrarse principalmente en frutas y verduras (3). Desde el ao 1987 se han diseado diferentes intervencio-nes nutricionales para la prevencin y control de la anemia por deficiencia de hierro en preescolares, enmarcadas en el Plan Nacional para la Prevencin y Control de la Deficiencia de Hierro y la Anemia en Cuba (PN) (4), siendo el diseo de programas de intervencin con alimentos fortificados con hierro, una de sus principales acciones costo-efectivas evaluada

  • 225

    internacionalmente (2, 5). Desde el ao 2002 las cinco provincias orientales son

    beneficiarias del Proyecto del gobierno cubano 10032 con el apoyo financiero 10032 del Programa Mundial de Alimen-tos (PMA) (6). Adems, el gobierno cubano ha beneficiado a grupos priorizados con intervenciones nacionales de distri-bucin subsidiada de alimentos fortificados mediante la red de comercio minorista, como son los pur de frutas (compotas) fortificados con hierro y vitamina C a los nios de 6 meses a 3 aos y a partir del 2005 la entrega de leche fortificada con hierro y zinc a los lactantes de todo el pas (1).

    En diversos pases de Amrica Latina la evaluacin de los procedimientos para medir resultados, procesos e impactos son escasos, y se ha reportado que apenas un 10% de los progra-mas alimentarios tienen adecuados procesos de evaluacin (7). Adems, la evaluacin de los programas de ayuda alimentaria se centran en el impacto de indicadores antropomtricos, y muy escasamente realizan el anlisis de estado de micronu-trientes despus de la intervencin (7).

    El objetivo de este estudio fue estimar el consumo de alimentos ricos en hierro y potenciadores de su absorcin en nios de 6 meses hasta 5 aos de edad, residentes en las cinco provincias orientales de Cuba en tres aos dentro de una dcada y estimar su asociacin con la anemia.

    SUJETOS Y MTODOSSe dise un estudio descriptivo de corte transversal

    que incluy la evaluacin intermedia y final del proyecto del gobierno cubano asistencia alimentaria 10032 con el apoyo financiero del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y una evaluacin del proyecto 10589 Apoyo al Plan Nacional para la Prevencin y Control de la Anemia en las cinco provincias orientales de Cuba. El estudio se realiz en el primer semes-tre de los aos 2005, 2008 y 2011 en las cinco provincias orientales de Cuba (Las Tunas, Holgun, Granma, Santiago de Cuba y Guantnamo).

    El universo estuvo conformado por todos los nios de seis hasta 59 meses. La muestra se seleccion teniendo en cuenta la zona de residencia (urbana o rural) y la asistencia o no de los nios al crculo infantil de cada una de las cinco provincias orientales.

    Se planific el muestreo el ao 2005 que incluy nios y nias de 4 municipios de cada provincia y de acuerdo con sus diferencias en zona (urbana y rural), donde se consider el municipio capital autorrepresentado. La muestra se calcul calculada para un nivel de significacin del 5% y una potencia del 90% para un total de nios por provincia de 470 y en la regin de 2350. En cada provincia se seleccionaran 235 nios de zona urbana y 235 de zona rural. Esta estrategia de muestreo se utiliz tambin para el trabajo realizado en 2008 y 2011, lo que permitira comparar los resultados entre ellos.

    Para la seleccin muestral se dise un muestreo estrati-ficado por conglomerado polietpico en los grupos poblacio-nales, donde la inclusin o no del nio en el Crculo Infantil, la zona de residencia y la provincia constituyeron los estratos y los municipios las unidades de primera etapa (UPE), los consultorios las unidades de segunda etapa (USE) y dentro de ellos los nios que constituyeron las unidades de anlisis.

    Dentro de cada provincia se seleccionaron de forma alea-toria y con probabilidades proporcionalmente a su tamao 4 5 municipios (aproximadamente el 40% del total), donde siempre estuvo representado el municipio cabecera por tener la mayor cantidad de poblacin.

    De los municipios seleccionados se tom aproximada-

    mente 20 % de los consultorios del mdico de la familia que los integraban y para lograr que los consultorios se encontraran dispersos en todo el municipio, se seleccionaron por muestreo sistemtico en fases.

    Con las condiciones del tamao muestral y utilizando el muestreo sistemtico en fases, se seleccionaron los nios de los consultorios mdicos utilizando el listado actualizado de la campaa de vacunacin antipoliomieltica. En las zonas de los municipios seleccionados en las que no exista Crculo Infantil, la poblacin asignada a sta represent cada de muestra.

    Esta estrategia de muestreo se utiliz tambin para el trabajo realizado en 2008 y 2011, que permiti comparar los resultados entre ellos.

    La evaluacin de la dieta se realiz mediante una encuesta retrospectiva de frecuencia de consumo de alimentos ricos en hierro hemo (alimentos crnicos, vsceras, productos elabora-dos con sangre) y no hem (huevo y leguminosas) que abarcaba el perodo de 6 meses anteriores al estudio. Se evaluaron los alimentos potenciadores de la absorcin de hierro como vegetales y frutas con contenidos significativos de vitamina C.

    La evaluacin de la frecuencia de consumo fue consi-derada Nunca / Si no ingiri el alimento durante todo el perodo Poco frecuente / Si lo ingiri una vez mes hasta dos veces/

    semana Frecuente / Si lo ingiri 3 veces/semana

    Para el caso especfico del consumo de hgado, se con-sider una ingestin frecuente el consumo de al menos una vez por semana por su alto contenido en hierro.

    Los alimentos se agruparon posteriormente para su anlisis Crnicos: Hgado, vsceras, morcilla-chorizo, carnes rojas, y

    se incluyeron pescado y aves, considerando su aporte como hierro hemnico

    Huevo Vegetales: Lechuga, berro, acelga, perejil, espinaca, tomate,

    zanahoria, pimiento, quimbomb, habichuela. Frutas: Mandarina, naranja, toronja, frutabomba, guayaba,

    mango. Leguminosas: Frijoles, lentejas, chcharos. Alimentos fortificados: Compota, CSB (cereal consistente

    en mezcla de soya y maz, fortificado con vitaminas y minerales), cereales para desayuno y pan en 2005.

    Leche evaporada fortificada slo en 2008. Pan y compotas se evalu individualmente en los aos 2008

    y 2011.La evaluacin del consumo de alimentos se realiz tenien-

    do en cuenta que entre 6 y 11 meses comienza la alimentacin complementaria y al ao de edad ya debe haberse completado la introduccin de todos los alimentos.

    A cada nio se le realiz la determinacin de hemoglo-bina (Hb) mediante HemoCue -Hemoglobin System (Blood hemoglobin photometer) con microcubetas con reactivo seco, utilizando bateras para el funcionamiento del equipo. La pun-cin fue en el pulpejo del dedo del medio o anular de la mano, tcnica debidamente estandarizada y aprobada para estudios de campo de evaluacin de prevalencia de anemia, teniendo en cuenta que son nios preescolares en lugares remotos (8-10). El tcnico que llev a cabo la determinacin fue entrenado y estandarizado antes de cada etapa del comienzo del trabajo para minimizar los errores en repetibilidad y se le entreg un instructivo para el desarrollo del trabajo.

    Como puntos de corte para evaluar la anemia en prees-colares se consider Hb < 110 g/L.(11)

    El bajo consumo de alimentos ricos en hierro y potenciadores de su absorcin se asocia con anemia en preescolares cubanos

  • 226

    ANLISIS ESTADSTICOSe prepar una base de datos de hemoglobina, edad y

    asistencia a crculo infantil original en Excel en cada provincia que fue enviada hacia el Instituto de Nutricin e Higiene de los Alimentos (INHA). La base de datos de las variables dietticas se prepar en el INHA por personal entrenado y estandarizado.

    Se evalu la asociacin del consumo de cada uno de los grupos de alimentos con la anemia y la asistencia o no a guarderas por chi-cuadrado.

    Para la evaluacin de la asociacin de cada una de las variables con la anemia, se construyeron modelos de regre-sin logstica en cada ao (Wald backward method). Para el anlisis de asociacin se agruparon las variables dietticas en consumo Nunca+ Poco Frecuente como riesgo teniendo en cuenta la frecuencia de los resultados. Los resultados se presentan mediante Razn de Disparidad (OR) e Intervalo de Confianza al 95% (IC95%).

    Se utiliz el programa SPSS 13.0 para anlisis estadstico de distribucin de frecuencia y regresin logstica.

    BioticaSe tuvieron en cuenta los acuerdos de la Asociacin

    Mdica Mundial, en la Declaracin de Helsinki sobre los prin-cipios mdicos para las investigaciones mdicas en humanos, cumpliendo con los principios bsicos establecidos(12). El proyecto fue aprobado por el Comit de tica del Instituto de Nutricin e Higiene de los Alimentos. Se solicit adems la autorizacin del Grupo de Pediatra y de la Direccin Materno-Infantil del Ministerio de Salud Pblica, con la que se discutieron los aspectos ticos de la investigacin y se solicit consentimiento informado a los padres o tutores de los nios. Todo nio detectado con anemia durante el estudio fue informado al rea de Salud y tratado por su mdico de familia.

    TABLA 1

    Porcentaje de preescolares por grupo de edad que consumen frecuentemente los alimentos ricos en hierroy potenciadores de su absorcin. Provincias orientales, Cuba.

    Alimentos 2005 2008 2011 6 a 11 meses 12 hasta 59 6 a 11 meses 12 hasta 59 6 a 11 meses 12 hasta 59 (%) meses (%) (%) meses (%) (%) meses (%)

    Hgado 0 1.8 1.5 3.7 2.1 4.9

    Carnes rojas 29.8 29.1 40.1 34.5 45.4 38.2

    Aves 38.3 26.3 43.0 50.0 47.2 45.1

    Pescado 8.5 12.6 5.0 14.0 3.0 12.6

    Huevos 21.3 39.4 21.2 54.3 21.4 63.2

    Lechuga 2.1 13.4 0.8 8.5 2.6 12.8

    Tomate 4.3 46.6 17.2 49.8 20.1 56.8

    Zanahoria 4.3 1.1 6.4 4.1 8.9 3.2

    Pimiento 0 1.1 6.9 7.5 3.0 3.4

    Quimbomb 0 2.2 5.3 7.0 5.2 4.6

    Habichuela 2.1 3.3 5.7 8.4 6.9 9.1

    Mandarina 76.6 61.9 1.5 17.3 7.7 26.7

    Naranja 91.5 66.3 9.6 31.9 16.1 36.6

    Frutabomba 0 6.3 2.6 4.9 6.0 12.1

    Guayaba 25.5 32.3 5.3 25.1 13.5 27.3

    Mango 6.4 32.0 21.9 45.1 18.4 37.6

    Frijoles 91