Revista Llámpara 4

116

description

Revista científica sobre patrimonio Industrial. Una revista centrada en la valoración del patrimonio industrial a través de artículos técnicos con contenido pedagógico. Diseñada por el estudio mielworks! The fourth number of the Magazine of the Llámpara Association. Industrial heritage.

Transcript of Revista Llámpara 4

Page 1: Revista Llámpara 4
Page 2: Revista Llámpara 4
Page 3: Revista Llámpara 4

˝- Está delicioso este té. Nosotros ponemos la idea yel mundo la materia prima” dijo Henry levantando su

taza y observando con deleite los reflejos dorados.-Tienes razón, Henry ”asintió Rosendo.

- Los británicos todo lo resolvemos calentando agua. Mira lamáquina de vapor” se sonreía el escocés de su ocurrencia˝.

Andrés Vidal: La Herencia de la Tierra.Pág. 406. Editorial Planeta, 2010.

Page 4: Revista Llámpara 4

Edita: © Asociación Llámpara. Patrimonio IndustrialTeléfono: 0034 665565836www.llampara.org | [email protected] Coordinación: Mónica López y Carmen HidalgoConsejo Editorial: Guillermo Rivilla, José Luis Lalana, José Carlos Neches,Pablo Sánchez, Carlos de Miguel y Héctor Cantalapiedra.Diseño y Maquetación: mielworks! design teamDepósito Legal: S-172-2008ISSN: 1888 - 4784Foto de portada: Begoña Rodríguez Ferreras. 1er Premio del II Rally Fotográfico sobre Patrimonio Industrial “Restos de Catálogo”.EJEMPLAR GRATUITO. PROHIBIDA SU VENTA

patrimonio industrial

FE DE ERRATAS: “La fotografía aparecida en la página 56 de la la revista Llámpara nº3 en la edición impresa de 2010 atribuida en dicha revista a José Javier Ferrer, era en realidad un reencuadre de la fotografía realiza-da por Samuel Caumont”

Colabora:

Page 5: Revista Llámpara 4

contenido

7 Editorial

14 Fábrica de armas de Toledo. Territorio, ciudad y paisaje. DIEGO PERIS SÁNCHEZ La Fábrica de Armas de Toledo es una estructura industrial que comienza a cons-

truirse a finales del siglo XVIII con un edificio proyectado por Sabatini que aprovecha la energía hidráulica del río Tajo. A lo largo de los siglos XIX y XX se consolida una ciudad industrial en una superficie de unos 200.000 metros cuadrados con 45.000 metros cuadrados construidos. A finales del siglo XX termina su etapa productiva, y los edificios se ceden al Ayuntamiento de Toledo quien a su vez los entrega a la Universidad de Castilla-La Mancha que ha rehabilitado ya más de un 80% de los mismos para usos universitarios manteniendo su carácter industrial. La apari-ción de un importante yacimiento de época visigótica en su entorno ha convertido a la Fábrica de Armas en un referente de este nuevo paisaje industrial que se ha consolidado como gran espacio verde cultural, en el Plan Director, recientemente aprobado para la zona.

30 Glazenstad, la ciudad de vidrio. Los invernaderos como patrimonio industrial de Westland: la transformación del paisaje y la sociedad rural.

JUAN MARCOS RODRÍGUEZ DÍAZ

La Revolución Industrial neerlandesa se caracteriza por el extremo desarrollo de su sistema agrario. Las nuevas técnicas agrícolas transformaron el paisaje de pol-der y granjas en un campo industrial de invernaderos con chimeneas en una de las intervenciones humanas más drásticas del país. El territorio de Westland, conocido también como Glazenstad, no es solo un conjunto de invernaderos, es el completo proceso de evolución de una sociedad rural a una industrial como resultado de la continua adaptación del pueblo neerlandés a las condiciones climáticas y naturales del territorio que habitan.

46 Mujer y trabajo en la industria conservera de Molina de Segura (Murcia). Apuntes desde su memoria.

Mª. DOLORES PALAZÓN BOTELLA

El siglo XX abarcó el inicio, auge y declive de la industria conservera en la Región de Murcia. Con su caída en sus años finales se abrió un período de incertidumbre económica que dio paso a la sustitución de sus espacios y al mantenimiento de gran parte de sus chimeneas, vistas como los únicos elementos significativos a preservar y que hoy componen el grueso del patrimonio industrial de este sector. Al margen de su sustrato material, en gran parte perdido, ha quedado un legado inma-terial de gran importancia representado en la memoria laboral de sus trabajadoras. Mujeres que dieron sentido y razón de ser a unas fábricas de las que hoy poco queda y que trabajaron en unas condiciones laborales propias que precisan de un mayor conocimiento.

54 El patrimonio de la ingeniería y las infraestructuras lineales históricas. El puerto de la Vallejera.

FRANCISCO JAVIER RODRÍGUEZ LÁZARO, JOSÉ MARÍA CORONADO TORDESILLAS y RITA RUIZ FERNÁNDEZ

Frente a la consideración convencional del patrimonio de la ingeniería desde la escala monumental, las aproximaciones de escala territorial plantean la necesidad de identificar, analizar y valorar dicho patrimonio desde la lógica de las redes. Se plantean aquí, en tal sentido, algunos de los rasgos específicos de las infraestruc-turas lineales históricas, analizando someramente la construcción del eje carretero del corredor histórico de la vía de la Plata en el tramo correspondiente al puerto de la Vallejera.

Page 6: Revista Llámpara 4

4 | LLÁMPARA

64 Peregrinaje de Embutidos Araú para convertirse en espacio cultural. JAVIER REVILLA CASADO Emplazada en Trobajo del Camino (León, España), junto al mismo Camino de

Santiago en su ruta más transitada –el llamado “camino francés”–, la antigua fábrica de embutidos Araú parece sufrir desde hace años un lento y tortuoso peregrinaje cuya meta será, deseamos, su transformación en centro cultural que integre espacios para auditorio, biblioteca, salas de exposiciones y oficina de turismo. Un tránsito no carente de obstáculos y problemas, entre los que destacan la solicitud de derribo en 1997 o el derrumbe parcial sufrido en 2009 durante las propias obras de rehabilitación.

72 Proyectos. Nuevos paisajes culturales. Acciones conceptuales en el paisaje industrial

andaluz en su tratamiento como paisaje cultural. MARÍA ISABEL ALBA DORADO En la actualidad observamos como muchos de los territorios y arquitecturas

creadas y manipuladas durante un pasado industrial ha dado como resultado unos paisajes con un alto contenido cultural. Hoy estos territorios, en su mayor parte, obsoletos y abandonados de usos anteriores, configuran un paisaje que comienza a ser habitual y que contiene las huellas de un pasado industrial al que, sin embargo, se le ha prestado escasa atención, lo que hace que nos encontremos con un patrimonio frágil, con unos paisajes culturales que registran un estado de urgencia ante un proceso de desmantelamiento y abandono. El presente artículo pretende analizar el contenido cultural de estos paisajes generados por la decadencia industrial y dar a conocer un proyecto de investigación que en la actualidad se encuentra en su fase de desarrollo y que tiene como objetivo plantear una revitalización de estos paisajes desde la potenciación de su interés cultural.

80 EntreComillas (Breves) Mirat S.A. 160 años de publicidad fabril. Una exposición temporal en el Museo

del Comercio y la Industria de Salamanca. MIGUEL GARCÍA-FIGUEROLA

El Museo del Comercio y la Industria de Salamanca programó, durante el último trimestre de 2010, una exposición dedicada a Mirat S.A., la empresa fabril más conocida y posiblemente la más longeva de las industrias salmantinas. Concebida con la intención de mostrar el discurrir histórico de la citada fábrica, la muestra se centró en la evolución de su publicidad durante los últimos 160 años.

84 Miradas sobre nuevos usos del Patrimonio Industrial Espacio robinson: la realidad de un proyecto cada vez más real. Mª DOLORES PALAZÓN BOTELLA. CÉLIA GONÇALVES TAVARES y JORGE MAROCO ALBERTO. El “Espacio Robinson” sigue estando de actualidad. La concesión del premio

Pritzker al arquitecto Souto Moura ha supuesto un respaldo para este lugar que conjuga las nuevas intervenciones arquitectónicas con el respeto por su patrimonio industrial. Los premios que esta intervención va recopilando se suman a las aportaciones que sobre el mismo están haciendo los nuevos creadores. De tal modo que la “Robinson” es un espacio cada vez más vivo. Térmica, ¡si!. FERNANDO TAMAYO CABALLERO y ÉRICA RUIZ DE LA TORRE MIGUEL

Conscientes de la importancia que tiene la divulgación de proyectos en favor de la rehabilitación de espacios industriales abandonados, tomamos la propuesta como una oportunidad excepcional para dar a conocer el caso de la central térmica de Sant Adrià del Besòs, situada en la desembocadura del Besòs; entre la localidad arriba mencionada y Badalona, a escasos kilómetros de Barcelona.

El gestor cultural y la gestión del patrimonio. ROBERTO BERNAL CONDE Este artículo pretende dar una visión sobre uno de los aspectos del patrimonio

cultural que no es tan conocido y que está fuera de los ámbitos propiamente académicos y de investigación como es la gestión cultural. Se trata de destacar y realizar una mirada breve sobre la gestión del patrimonio cultural en general y del industrial en particular, la labor que desempeña la figura del gestor cultural como profesional imprescindible en la concepción y desarrollo de cualquier proyecto de patrimonio cultural, así como los desafíos y dificultades a los que se enfrenta en la actualidad.

90 Miradas desde la red • Xacogeo, una herramienta digital para redescubrir el Camino de Santiago.

DIEGO RUIZ DE LA PEÑA RUIZ y HENAR TURRADO FERNÁNDEZ

• Patrimonio industrial harinero. JAVIER REVILLA CASADO

• Patrimonio Industrial Arquitectónico. DIANA SÁNCHEZ MUSTIELES

• Perfil en Facebook: JOAQUÍN CÁRCAMO MARTÍNEZ

98 Actividades de Llámpara en 2010 103 Galería de imágenes: II Rally Fotográfico “Restos de catálogo”

JUAN CARLOS QUINDÓS y CÉSAR MARTÍN

contenido

Page 7: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 5

contents

7 Editorial

14 The weapons factory of Toledo. Territory, city and landscape. DIEGO PERIS SÁNCHEZ The Weapons Factory of Toledo is an industrial structure that began to be built in the

late eighteenth century with a building by Sabatini that uses the hydropower from the Tajo. During the nineteenth and twentieth it grew to become an industrial city in an area of 200,000 square meters with a gross floor area of 45,000 square meters in different buildings. At the end of the twentieth century the productive phase ended and buildings were transferred to the Toledo City Council who in turn transferred these to the University of Castilla-La-Mancha that has renovated more than 80% of the buildings for university uses and keeping the industrial nature. The emergence of an important Visigothic site in their surroundings has become the Weapon factory in a benchmark of this new industrial landscape that has grown to currently become a cultural green space in the Director Plan recently approved for this area.

30 Glazenstad, the city of glass. Greenhouses as industrial heritage in Westland: the changes of the landscape and rural society.

JUAN MARCOS RODRÍGUEZ DÍAZ

The Dutch Industrial Revolution has been characterized by the extreme develope-ment of it agricultural system. The new farming techniques converted the traditio-nal landscape of polder and farms into an industrial countryside of chimenys and greenhouses in one of the most dramatic human transformations of the country. The area of Westland, also called Glazenstad, is not only a complex of greenhouses, is the complete evolution of a rural society into an industrial one as a result of the continuos Dutch ability to adapt to the natural and climatic conditions of its territory.

46 Women and work in the canning industry Molina de Segura (Murcia). Notes from your memory.

Mª. DOLORES PALAZÓN BOTELLA

The twentieth century included the start, boom and decline of the canning industry in the Region of Murcia. With his downfall in his final years began a period of econo-mic uncertainty that led to the replacement of its spaces and the maintenance of a large part of their chimneys, seen as the only significant elements to preserve and today they are the majority of industrial heritage of this sector. Apart from its subs-trate material, largely lost, has been an important intangible heritage represented in the working memory of their workers. Women who gave meaning and purpose of being to some factories which little remains today and worked on their own working conditions that require more knowledge.

54 Civil engineering heritage and historic linear infrastructures. The vallejera mountain pass.

FRANCISCO JAVIER RODRÍGUEZ LÁZARO, JOSÉ MARÍA CORONADO TORDESILLAS y RITA RUIZ FERNÁNDEZ

Consideration of civil engineering heritage has been traditionally focused on isola-ted monuments. Recently, new approaches start to consider the territorial scale of this heritage, which must be identified, analyzed and valorized attending to the logic of networks. This article analyses the construction and heritage values of these linear historic infrastructures —mainly roads— in the case of the Vallejera Pass, a segment of the Vía de la Plata historic corridor.

64 ‘Embutidos Araú’ pilgrimage to become a cultural space. JAVIER REVILLA CASADO Located in Trobajo del Camino (León, Spain), next to the busiest part of the Camino

de Santiago –called “French way”– the old factory Araú (which produces sausages and cured meat) for years has been suffering down a slow and tortuous path thats end, hopefully, is its transformation into a cultural center that integrates space for an auditorium, a library, exhibition rooms and a tourism office. A journey not without obstacles and problems, the factory received a request for demolition in 1997 and suffered partial collapse in 2009 during renovation work.

Page 8: Revista Llámpara 4

72 Proyects New cultural landscapes. Conceptual actions in the industrial landscape of

andalusia in treatment as cultural landscapes. MARÍA ISABEL ALBA DORADO Today we see how many of the territories and architecture created and manipulated in an industrial past has resulted in landscapes with a high cultural content. Today these territories, for the most part, obsolete and abandoned the former practice, form a landscape that is becoming habitual and contains traces of an industrial past which, however, has received little attention, which makes we find a fragile heritage, cultural landscapes to record a state of emergency to a process of decommissioning and abandonment. This article aims to analyze the cultural content of these landscapes generated by industrial decline and publicize a research project that is currently in its development phase and aims to raise a revitalization of these views from the empowerment cultural interest.

80 Quotes (Brief) Mirat S.A. 160 years of industrial advertising. A temporary exhibition of the

Trade and Industry Museum of Salamanca. MIGUEL GARCÍA-FIGUEROLA

The trade and industrial museum of Salamanca scheduled an exhibition dedica-ted to Mirat de last quarter of 2010, the best known and posible the longest of the Salamanca industries. The exhibition tried to showed the historical evolution of the factory focusing in the advertising during the last 160 years.

84 Looks into new uses for industrial heritage Robinson space: the reality of an growing project real. Mª DOLORES PALAZÓN BOTELLA. CÉLIA GONÇALVES TAVARES & JORGE MAROCO ALBERTO.

”Space Robinson” still applies. The Pritzker Prize award to the architect Souto Moura has been a backup for this place which mixes the new architectural interventions with respect for its industrial heritage. The awards that this intervention is gathered in addition to the contributions being made on it new creators. So that the “Robinson” is an ever more lively.

Termal power, yes! FERNANDO TAMAYO CABALLERO y ÉRICA RUIZ DE LA TORRE MIGUEL Aware of the importance of outreach projects for rehabilitation of abandoned

industrial spaces, we take the proposal as a unique opportunity to publicize the case of the central Thermal Sant Adrià, located between the location above and Badalona, a few kilometers from Barcelona.

The cultural manager and the management heritage. ROBERTO BERNAL CONDE This article aims to provide a look at one of the aspects of the cultural heritage,

which is really not well-known and it is placed outside of both the academic and research scopes. It is about the cultural management. The aim is to highlight and have a brief look at the management of the cultural heritage in general and at the industrial one in particular. The article is also about the role of the cultural manager or promoter as a professional who is essential in the conception and development of any cultural heritage project, as well as the challenges and difficulties that such a person has to confront nowadays.

90 Look in the net • Xacogeo, a digital tool to discover the Sant Jaques’s Route.

DIEGO RUIZ DE LA PEÑA RUIZ & HENAR TURRADO FERNÁNDEZ

• Flour industrial heritage. JAVIER REVILLA CASADO

• Architectural industrial heritage. DIANA SÁNCHEZ MUSTIELES

• Facebook profile: JOAQUÍN CÁRCAMO MARTÍNEZ

98 Llámpara activities 2010

103 Images gallery: II Photogrophic Rally “Catalog remoins” JUAN CARLOS QUINDÓS y CÉSAR MARTÍN

contents

Page 9: Revista Llámpara 4

“Un hombre no puede vivir como usted, señor Pe-reira, pensando sólo en el pasado. ¿Y mis recuer-dos?, preguntó Pereira, ¿y todo lo que he vivido? Serían tan sólo memoria, respondió el doctor Car-doso, y no invadirían de forma tan avasalladora su presente, usted vive proyectado en el pasado, si continúa así acabará convirtiéndose en una especie de fetichista de sus recuerdos”. Sostiene Pereira, novela escrita por Antonio Tabucchi en 1994, narra la historia de un viejo periodista aco-modado en la Lisboa de 1938, en plena dictadura de Salazar, que dirige el apartado de necrológi-cas de un periódico afín al régimen. El encuentro inesperado con un joven poeta, Monteiro Rossi, agita la vida del periodista, aflorando de nuevo dudas que había conseguido ahogar aferrándose a sus recuerdos.

editorialASOCIACIÓN LLÁMPARA. Patrimonio Industrial

Son muchas las ocasiones en las que hemos es-cuchado la palabra “recuerdo” sugiriendo a nuestra mente imágenes casi olvidadas, imágenes que com-ponen nuestra memoria individual, y que a su vez, sumadas a las del resto, crean la memoria colectiva. El individuo no recuerda solo, sino que se vale de la memoria del resto obteniendo recuerdos colectivos que crean una serie de marcos sociales en un proce-so de idas y venidas que componen la personalidad colectiva de una sociedad.

El Patrimonio Industrial, ese extraño conjunto de elementos aún por definir, tiene una vinculación especial con este universo de recuerdos y memoria colectiva. Uno de los valores esenciales de este tipo de patrimonio es la relación directa que la mayor parte de las personas tengamos o podamos haber tenido con él: las tardes de verano jugando en la

Segu

ndo

Pre

mio

. II R

ally

Fot

ográ

fico

sob

re P

atri

mon

io In

dust

rial

. / J

OSÉ

MA

RÍA

MA

RC

HEN

A

Page 10: Revista Llámpara 4

8 | LLÁMPARA

pesquera de aquel molino, el olor de la fábrica junto al río, el tacto de la harina recién molida en el Sie-mens, la presencia del paisaje único moldeado por las artificiales oquedades en la tierra, el sonido de las bocinas que marcaban las hora de salida o la tos que brotaba de los oscuros pulmones del abuelo, anunciando su llegada tras un nuevo día de trabajo. La suma de este conjunto de recuerdos compone una parte importante del Patrimonio Industrial que ha de ser recuperada e interpretada.

A Pereira el recuerdo de su mujer fallecida, ma-terializado en una fotografía siempre presente en la mesilla que acompaña su cama, le mantenía vivo, pero no le permitía avanzar. En el caso del Patrimo-nio Industrial los recuerdos pueden formar parte del presente de nuestro trabajo vinculado a este tipo de Patrimonio, pero no deben ser el fin mismo de nues-tras tareas de investigación, protección o difusión. Los recuerdos son la mejor herramienta que nos permitirá activar las diferentes memorias individua-les y movilizar al colectivo.

La Carta de Nizhny Tagil afirma en su último punto que “el interés y el afecto público por el pa-trimonio industrial y la apreciación de sus valores son las formas más seguras de conservarlo”. Desde Llámpara creemos firmemente en esta afirmación, sin embargo pensamos que el único modo de garan-tizar el afecto público es vincular a la persona con su propia memoria industrial, con sus recuerdos liga-dos al Patrimonio Industrial.

8

No es suficiente que “las autoridades públicas expliquen activamente el significado y el valor de los sitios industriales mediante publicaciones, exposi-ciones, televisión, Internet y otros medios, propor-cionando acceso sostenible a sitios importantes y promoviendo el turismo en áreas industriales”. Las entidades que trabajamos en torno al Patrimonio Industrial debemos dar un paso adelante y buscar los elementos intangibles que consigan vincular a la mayor parte de la población con la protección activa de su Patrimonio. Tenemos que intentar que el ciu-dadano deje de ser un actor pasivo en relación con su propio Patrimonio y para ello es absolutamente necesario encontrar sus vínculos con él.

Proponemos orientar nuestros proyectos e inves-tigaciones hacia los que no están convencidos de la necesidad de participar activamente en la protección del patrimonio, huyendo de las fórmulas convencio-nales empleadas que tan sólo convencen a los que ya están convencidos. Aterricemos realmente en el ciu-dadano de a pie, investiguemos los colectivos destina-tarios de nuestras tareas, sus canales, las tecnologías para acceder a ellos, sus posibles relaciones con este Patrimonio. Una vez que conozcamos estas cuestio-nes podremos movilizar la memoria colectiva que, transformada en masa social crítica o en votos andan-tes (según desde el prisma que se observe), tendrá la fuerza suficiente como para poder llegar a evitar el derrumbe de una fábrica o la venta como chatarra de una prensa de almazara de comienzos del siglo XX.

Fotografía seleccionada en el II Rally Fotográfico sobre Patrimonio Industrial “Restos de catálogo”. / AGUSTÍN HERNÁNDEZ SÁNCHEZ

Page 11: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 9

Creemos que este es un aspecto crucial, compa-tible con otras iniciativas en marcha que avanzan en esta línea, iniciativas tales como la constitución de la Red Nacional de Turismo Industrial o el proyecto Xa-coGeo, acciones que sin duda tienen una repercusión directa tanto en la activación de la memoria colectiva como en la vinculación del ciudadano con el Patri-monio Industrial.

“Señor Pereira, deje ya de frecuentar el pasado, frecuente el futuro. ¡Qué expresión más hermosa!, dijo Pereira, frecuentar el futuro, qué expresión más hermosa, no se me habría ocurrido nunca”. Y el futuro se frecuenta apoyándose en los recuerdos, aunque empleando nuevas vías, afrontando nuevos retos y, por supuesto, cometiendo nuevas equivocaciones.

Después de esta breve reflexión queremos con-tinuar agradeciendo a las personas y entidades que siguen apoyando la idea del proyecto. Sin ellas no habríamos podido seguir andando nuestro camino.

Nuestros agradecimientos a las siguientes per-sonas e instituciones: con especial énfasis, a todos los articulistas y colaboradores, al Patrimonio Activo y sus miembros, al Laboratorio que nunca para de proponer proyectos, a las jornadas prácticas, a los jóvenes de Llámpara, sobre todo a los pequeños Raúl y Guillermo (bienvenidos), a Nueva York y sus videos, al Museo Etnográfico de Castilla y León, es-pecialmente a Emilio y Eva, por abrir nuevas vías de difusión del Patrimonio sin intentar clasificarlo, al Museo de la Minería y la Siderurgia de Sabero, por su permanente apoyo tanto a la Asociación como a la publicación de la revista, a todos los socios que com-ponen Llámpara y a quienes lo serán en el futuro, aunque aún no lo sepan.

A continuación, nos gustaría introducirles en los contenidos de la revista. El objetivo es similar al planteado en números anteriores: ofrecer al lector una publicación especializada pero accesible a un amplio público, ágil y con una importante carga de contenidos, dando especial importancia al elemento visual, y sobre todo, abierta a las infinitas miradas de las que puede ser objeto el patrimonio industrial.

Abrimos y cerramos el espacio dedicado a ar-tículos de este cuarto número con proyectos que miran hacia el futuro, la nueva vida de la Fábrica de Armas de Toledo, que Diego Peris nos relata de pri-mera mano, y la transformación de la fábrica Araú, a la que nos acerca Javier Revilla. Entre ambos tra-bajos, nos acercamos al territorio y a las fronteras de las definiciones de patrimonio industrial con los trabajos de J. Marcos Rodríguez, que nos habla de

territorio industrial en Holanda, y del equipo de la ETSI de Canales, Caminos y Puertos de la UCLM, que se aproximan a la obra pública a través de las infraestructuras lineales. También hay espacio para lo inmaterial con el texto de Mª Dolores Palazón, que da voz a las mujeres de las conserveras.

Una de las novedades de este cuarto número es la sección Proyectos, un espacio que abrimos para difundir iniciativas que se están desarrollando en es-tos momentos. Inaugura la sección el proyecto sobre Paisaje Industrial que está llevando a cabo un equipo de jóvenes arquitectos desde Andalucía.

En esta ocasión, en Entre comillas Miguel García-Figuerola nos presenta la exposición dedicada a la publicidad industrial de MIRAT SA que pudimos dis-frutar durante el último trimestre de 2010 en la sede del Museo del Comercio y la Industria de Salamanca.

Las Miradas sobre nuevos usos del patrimonio industrial que descubrimos en esta ocasión nos traen la concesión del premio Pritzker al arquitecto Souto Moura a través de una de sus obras, el Espacio Robinson en Portalegre; el papel fundamental de la participación ciudadana en el futuro del Patrimonio, a través del caso de la central térmica de Sant Adrià del Besòs; y la importancia de la gestión para el fu-turo y la viabilidad de los proyectos, con la aproxima-ción a la figura profesional del gestor cultural.

Otra novedad de este número es el espacio que denominamos MIRADAS DESDE LA RED donde re-cogemos experiencias vivas de nuevas vías de di-fusión del Patrimonio Industrial. Comenzamos con un proyecto de nuevas tecnologías impulsado por INCUNA y realizado por Llume (entre otros), segui-mos dialogando con dos blogeros especializados, el veterano Javier Revilla y Diana Sánchez, que arranca con fuerza, para terminar con el perfil de Facebook de Joaquín Cárcamo, donde nos mantiene al día de muchas novedades.

Como cierre de la revista, dos secciones ya clá-sicas: una memoria de las actividades de la asocia-ción durante el año 2010, y una Galería de imágenes que ilustran la aventura que vivimos durante la II Semana del Patrimonio Industrial Activo y el Rally Fotográfico.

Por último, queremos que esta revista sirva de homenaje a Francisco Amate (Paco), cuya reciente marcha ha dejado un gran vacío difícil de ocupar. Siempre recordaremos el ingenio de tus historias por las minas de Linares, tu tierra, y la emoción vi-vida en las incursiones al patrimonio industrial del norte de Castilla y León. Un abrazo enorme. n

Page 12: Revista Llámpara 4

-This tea is delicious. We have the idea and the earth the raw material-

said Henry raising his cup up and looking the golden reflects.-You are right, Henry- agreed Rosendo.

-The british solve everything heating water. Just look at the steam machine-

declared the Scotsman laughing.”.

Andrés Vidal: The Inheritance of the Earth. P. 406. Editorial Planeta, 2010.

Page 13: Revista Llámpara 4

editorialASOCIACIÓN LLÁMPARA. Patrimonio Industrial

bts that were completely sunken by his remem-brances.

We all have heard many times the word “remem-brance”. At this moment some forgotten images and feelings erupt to our mind, like Pereira, images that compose our individual memory and that, added to other memories, create the “collective memory”. Each person cannot remember alone, we all need the memories of the rest to obtain collective remem-brances creating social frameworks composing the collective personality of each society.

Industrial Heritage, that strange group of not defined elements, is closely linked to this universe of remembrances and collective memories. One of

Foto

graf

ía s

elec

cion

ada.

II R

ally

Fot

ográ

fico

sob

re P

atri

mon

io In

dust

rial

. / E

LEN

A C

ID B

AR

BER

O

“A man cannot live like you, Mr. Pereira, thinking only on the past. And what about my remembran-ces?, asked Pereira, and all the experiences I li-ved?. They will be just memory, answered Dr. Car-doso, and they wouldn’t invade in so a domineering way your present, Mr Pereira, you live projected on the past, if you continue so, surely you’ll became a fetishist of your own remembrances”. Pereira De-clares, a novel written by Antonio Tabucchi on 1994, relates the story of an old journalist living on the 1938 Lisbon during Salazar´s dictatorship, working as coordinator of deaths section on a journal. An unexpected meeting with a young poet, Monteiro Rossi, shakes his life, erupting to his mind old dou-

Page 14: Revista Llámpara 4

12 | LLÁMPARA

the most important values of this kind of Heritage is the direct relationship that most part of citizens have or have had with it: that summer sunsets swimming on the millpond, the smell of the industry closed to the river, the sense of touch of the grinded flour on the old Siemens, the sightseeing of the landscape created by the coal mines, the sound of the alarm bell or my grandfather’s cough announcing his arri-val after a hard working day. The sum of all these remembrances composes an important part of the Industrial heritage that must be recovered and inter-pretated.

The remembrance of the deceased wife, materia-lized on a picture closed to Pereira’s bed, keeps him alive, but stops his own personal growth. On Industrial Heritage remembrances can be part of our current responsibilities linked to this kind of heritage, but they wouldn’t be the aim of our investigation, protection or dissemination tasks. The remembrances can be the best item that will allow us to active the different indi-vidual memories and mobilize the collective.

Nizhny Tagil Charter affirms on the last point that “Public interest and affection for the industrial heritage and appreciation of its values are the surest ways to conserve it”. On Llámpara we firmly believe on this appreciation, nevertheless we think that the only way to guarantee the public interest is to link the person with his own industrial memory, with his remembrances linked to Industrial Heritage.

It is not enough that “Public authorities should actively explain the meaning and value of industrial sites through publications, exhibitions, television, the Internet and other media, by providing sustainable access to important sites and by promoting tourism in industrial areas”. All the organisations working around Industrial heritage should go a step forward and try to find the intangible elements that link as much citizens as possible to active protection of Industrial heritage. We all should try to delete the image of the passive citizen that doesn’t care about heritage. To achieve this aim is absolutely necessary to find the links between this citizen and his heritage.

We propose to orientate our projects and resear-ches to those that are not convinced, advancing on the need of participate actively on heritage protec-tion, escaping from conventional formulas that only convince to those that are already convinced. We should be closer to the man in the street; we should investigate our target groups, their real communica-tion channels, the ICT to reach them, their probable links to Industrial Heritage.

Once we get the knowledge of all these ques-tions we could be able to mobilize the collective memory that, transformed on critic social mass or walking votes (it depends on the perspective), will have enough strength to avoid the demolition of an old industry or the sale of an old olive oil mill machi-ne from the first years of 20th century.

We think that this is the key question, compatible with other initiatives aiming the same direction such

as the creation of the National Network of Industrial Tourism or XacoGeo project, actions with a direct impact on the activation of collective memory and the link between citizens and Industrial Heritage.

“Mr. Pereira, don´t frequent the past, frequent the future. What a beautiful expression! Pereira declared, to frequent the future, what a beautiful expression, I would never invent it”. And we all can frequent the future based on our remembrances but opening new ways, facing new challenges and, of course, making new mistakes.

After these reflections, we are proud to thank to all people and all organisations supporting our pro-ject idea. Without them it would have been impossi-ble to create this fourth number.

Our gratitude to the following people and organi-sations: with special emphasis, thanks to all writers and collaborator of Llámpara, to Active Heritage and its members, to the LFA that never stops proposing new ideas, to all practice seminars, to Llámpara´s youngsters, specially to Raúl and Guillermo (welco-me), to New York and its videos, to the Etnographic Museum of Castilla y León, specially to Emilio and Eva that are always opening new ways of dissemi-nation of these unclassified heritages, to the Mining and Steel industry Museum of Sabero, because they are always supporting the Association and its maga-zine, to all Llámpara´s partners and to those who will be partner on the future but they still don’t know.

And now, we are pleased to introduce the ma-gazine content. The main aim is similar to previous numbers: we want to offer a specialized but accessi-ble magazine to a wide amount of potential readers, agile but with useful information, giving special im-portance to the visual area, and, of course, open to infinite perspectives linked to industrial heritage.

The first section of this fourth number is ca-lled ARTICLES. We open and close this section with projects aiming to the future, the new idea of the Weapon Industry of Toledo, written by Diego Peris, and the transformation of Araú Industry, explained by Javier Revilla. Between both articles we surf on territories and frontiers of the definition of Industrial Heritage with the articles of J. Marcos Rodríguez, talking about industrial areas on The Netherlands, and of the research team of the ETSI de Canales, Ca-minos y Puertos of the UCLM, approaching the public construction through linear infrastructures. We also can find some space for the intangible heritage with the text of Mª Dolores Palazón, giving voice to wo-men working on the canning industry.

PROJECTS is one of the new sections on this fourth number, a space open to disseminate alive initiatives. Industrial Landscape is the main research item of a young group of architects from Andalucía, and opens this section.

On this number, in ENTRE COMILLAS section, Mi-guel García-Figuerola presents the exposition of the Industrial Heritage of MIRAT SA, exposed during 2010 on the Trade and Industry Museum of Salamanca.

Page 15: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 13

Fotografía seleccionada en el II Rally Fotográfico sobre Patrimonio Industrial “Restos de catálogo”. / CARMEN BAYON LORENZO

We also can find more SIGHTS ABOUT NEW USES OF INDUSTRIAL HERITAGE, like the Pritzker Prize of the architect Souto Moura thanks to his creations on Robinson Space in Portalegre (Portugal); the impor-tant work of citizens participation on the future herita-ge, through the concrete case of the thermical industry of Sant Adrià del Besòs; and the importance of the ma-nagement in the future and viability of projects, acqui-ring some knowledge about the cultural manager.

Other new section is SIGHTS FROM THE INTER-NET, where we can find alive experiences of new ways of dissemination of Industrial Heritage. We begin with an ICT project designed by INCUNA and executed by Llume (among others), continuing with two speciali-zed bloggers like Javier Revilla and Diana Sánchez,

ending this section with Joaquín Cárcamo Facebook profile, where we can easily find a lot of news linked to industrial heritage.

To close this magazine, we can find two traditio-nal sections: LLÁMPARAS ACTIVITIES on 2010 and the GALERY OF IMAGES, composed by photographs of the II Week of Active Heritage.

At last, we would like to dedicate this fourth number of Llámpara in honor of Francisco Amate (Paco), who passed away on this year, leaving a huge emptiness on our lifes. We will always re-member the wit on your stories about the mines of Linares, your homeland, and the emotions lived on our visits to the industrial heritage of the north Cas-tilla y León. A huge hug, our friend. n

Page 16: Revista Llámpara 4
Page 17: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 15

La Fábrica de Armas de Toledo es una estructura industrial que comienza a construirse a finales del siglo XVIII con un edificio pro-yectado por Sabatini que apro-vecha la energía hidráulica del río Tajo. A lo largo de los siglos XIX y XX se consolida una ciudad industrial en una superficie de unos 200.000 metros cuadrados con 45.000 metros cuadrados construidos. A finales del siglo XX termina su etapa productiva, y los edificios se ceden al Ayun-tamiento de Toledo quien a su vez los entrega a la Universidad de Castilla-La Mancha que ha re-habilitado ya más de un 80% de los mismos para usos universi-tarios manteniendo su carácter industrial. La aparición de un importante yacimiento de época visigótica en su entorno ha con-vertido a la Fábrica de Armas en un referente de este nuevo paisaje industrial que se ha con-solidado como gran espacio ver-de cultural, en el Plan Director, recientemente aprobado para la zona.

La Vega Baja de Toledo es una zona situada al norte de la ciudad histórica construida so-bre la colina. Un espacio geo-lógicamente definido por una estructura de contacto entre la presencia de las rocas del Ter-ciario en el norte y el gran terre-no de la meseta cristalina en el sur . Una geografía conformada y definida por la presencia del río Tajo en uno de sus márgenes y una topografía casi horizontal

DIEGO PERIS SÁNCHEZ, Doctor Arquitecto. Universidad de Castilla-La Mancha.

Fábrica de armas de Toledo. Territorio, ciudad y paisaje.

que ha facilitado la presencia de construcciones y de aprovecha-mientos diversos.

Un lugar que estuvo ocupado y construido en época romana y visigoda. Con la llegada de los árabes y posterior reconquista de Toledo, la zona adquiere un uso agrícola y ganadero con di-ferentes infraestructuras que tratan de aprovechar el terreno a base de regadíos que vienen desde la Vega Alta o desde el río más próximo.

Un territorio que a finales del siglo XVIII tiene amplias zo-nas libres y la proximidad del agua como sistema energético esencial en ese momento.

1. El territorio para una ciudad industrial

En el Archivo General de Si-mancas se conservan una serie de planos del canal de la Real Fábrica de Espadas de Toledo firmados por Juan Sardinero ex-plicando el funcionamiento de la ingeniería del conjunto. El ca-nal, por el que circula el agua del río Tajo, tiene un desnivel entre la entrada y salida del mismo con lo que consigue que el agua llegue con fuerza a la zona pos-terior del edificio donde se fa-brican las espadas. La energía hidráulica movía una gran rueda que, a través de ejes, transmitía el esfuerzo al interior donde una serie de correas movían las pie-dras situadas en la planta supe-rior para “amolar y acicalar las

espadas”. El canal subterráneo, paralelo al río recorre unos 500 metros desde la entrada hasta la salida, de nuevo, al rio Tajo.

Los alzados de la parte pos-terior del edificio muestran la ubicación de la rueda en uno de los brazos del canal que tiene dos líneas, para poder contro-lar la entrada y salida del agua. Sardinero colocará una segunda rueda en una posición avanzada del canal para mejorar el rendi-miento y conseguir producir un mayor número de piezas. Du-rante los años que trabaja en la Fábrica mejorará la entrada de agua en los molinos de Azumel, corregirá la pendiente del canal en todo su recorrido, colocará la segunda rueda y prolongará la salida para impedir que el agua retorne al interior del edificio en las épocas de crecida del río. Murió de fiebres contraídas en el recinto, con su obra apenas terminada de realizar.

1.1. La historia de una ciudad industrial.

Carlos III propició, a su lle-gada a España, una renovación industrial del país, con la cons-trucción de las Reales Fábricas, entre las que se incluye la de Toledo, dedicada a la fabricación de armas blancas .

El rey quiso construir una fá-brica que suministrara armas a sus ejércitos, y en Octubre de 1760 encargó a D. Luis de Ur-bina, coronel de Infantería del

< Fachada lateral del Taller de Cartuchería de pistola, hoy Biblioteca.

Page 18: Revista Llámpara 4

16 | LLÁMPARA

fina. El 5 de Noviembre de 1777, ante el escribano José Cobos, se hizo la escritura por 32.489 reales y por una toma de agua por la cantidad de 165 reales que luego será la boca del canal de Carlos III, para dar movimiento a las máquinas hidráulicas que mueven las piedras de amolar. Sabatini redactó el proyecto y un pliego de condiciones para su ejecución.

Las obras, proyectadas por Sabatini, se terminaron en 1780 según nos recuerda la inscrip-ción de la fachada: “CAROLO III REGE ANNO MDCCLXXX”. En Ju-nio de 1780, debido a la época de estiaje, las aguas que pene-tran en el canal son insuficien-tes para mover las máquinas de amolar. En 1781 se trasladan los enseres a la fábrica y comienza el trabajo, a la vez que los opera-rios bajan a vivir a la nueva ins-talación. La fase de pruebas de la fábrica se prolongó hasta el 25 de abril de 1783 en que Saba-tini se dirige al ministro Múzquiz proponiendo la entrega formal de las instalaciones que se reali-zó el 27 de julio de ese año.

1. 2. El edificio de Sabatini y sus primeras adaptaciones.

La tipología arquitectónica de bloque compacto es similar a la del resto de Reales Fábricas. Aquí se plantea la distinción en-tre los espacios principales situa-dos en el primer cuerpo edificado

y el espacio de Fábricas situado en el patio posterior que aprove-cha la fuerza del agua conducida por el canal de Carlos III .

El edif icio t iene planta rectangular de 400 x 125 pies (115,89 por 62,68 metros) y está dividido transversalmente por una crujía conformando dos grandes patios interiores casi cuadrados. En la entrada del edi-ficio se sitúan el control y cuer-po de guardia a la derecha y la capilla en el lateral izquierdo. El primer cuerpo del patio principal estaba ocupado por oficinas. En la parte posterior, a la derecha, la fundición de guarniciones y las fraguas, y a la izquierda el cuarto de pruebas, las otras 6 fraguas y los talleres de cince-lado y grabado. Para cada 6 fra-guas había un departamento con su pila de piedra para el temple, ocupando el otro lado la carpin-tería y los talleres de afilado y acicalado. En el cuerpo central que separa los dos patios está la sala de recepción de obra termi-nada. Se diferencian así en torno a los dos patios los espacios ad-ministrativos y los espacios de producción.

La construcción del edificio de Sabatini tiene una composi-ción horizontal que en el alzado principal se interrumpe con un cuerpo de tres alturas. Los alza-dos de los patios tienen un trata-miento diferente. El primero de ellos tiene una planta baja con

regimiento de Sevilla, un infor-me completo para estudiar el funcionamiento de las antiguas fábricas de espadas, de Valen-cia, Barcelona, Zaragoza y To-ledo, a fin de restablecer la de ésta última . En Toledo había una buena tradición artesana para la fabricación de las armas blan-cas. Para poner en marcha la fábrica se manda venir de Va-lencia a Luis Calixto, iniciando su actividad en unos corrales de la Casa de Correo (hoy calle Núñez de Arce), que anteriormente ha-bían servido para la fabricación de monedas, con Luis de Urbina como director, el maestro Luis Calixto y cuatro operarios más. Poco después se instaló una rue-da de amolar, en los terrenos de la parte baja del río . Pero el proyecto debía tener una dimen-sión diferente para alcanzar una adecuada producción en canti-dad y calidad.

Entre los diferentes empla-zamientos se piensa en la Playa de las Barcas y en el paraje de “Buenavista“, donde existía una casa de recreo de un arzobispo. En 1775 se aprobó finalmente el proyecto elaborado por Sabati-ni, de acuerdo con el programa que había desarrollado Gazola. El conde de Gazola y Sabatini compraron unos terrenos de 5 fanegas y 30 estadales pertene-cientes a la cofradía de la Santa Caridad de la iglesia parroquial mozárabe de Santa Justa y Ru-

Plano del canal levantado por Juan Sardinero. / A.G. DE SIMANCAS.

Page 19: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 17

Plano de la Fábrica y sus inmediaciones, 1857. / CARLOS PELLICER Y REUS.

arcos sobre pilares y una supe-rior con ventanas. El plano de fa-chada tiene una retícula vertical y horizontal que ordena geomé-tricamente la composición. El segundo patio de la Fábrica de Armas repite esta organización de composición siguiendo así las enseñanzas de Vanvitelli o Fuga . Inicialmente tiene una sola al-tura y será a principios del siglo XX cuando se trasformará pro-fundamente construyendo un cuerpo elevado con estructura metálica al fondo y en uno de sus laterales y levantando la se-gunda planta en todo el patio. El edificio se va adaptando progre-sivamente a los cambios que va requiriendo la actividad indus-trial para la que está concebido .

En 1786 dirigía nuevas repa-raciones el toledano Juan Sar-dinero y en 1788 continúa con estas tareas Jerónimo Caballero. La actividad de Juan Sardinero supone una profunda renovación de la obra hidráulica tanto del canal como de la zona donde se ubican las dos ruedas, modifi-cando gran parte de la obra rea-lizada por Sabatini, trabajo que desarrolló hasta el momento de su muerte .

Con la invasión francesa se trasladan apresuradamente al-gunas máquinas en unas carre-tas a la fábrica de Sevilla y luego a Cádiz. La fábrica estará ocupa-da desde el 14 de diciembre de 1808 a Agosto de 1812 saquean-do y quemando sus archivos y

su colección de armas. Cuando la fábrica se organiza en 1813 se verá nuevamente saqueada en 1823 con la venida de los “cien mil hijos de san Luis“.

1.3. La Fábrica Nacional de Toledo. La ciudad industrial.

Las nuevas necesidades de los ejércitos de dotar a sus fusiles de municiones, hace que disminu-ya la necesidad de armas blancas aumentando los requerimientos de cartuchería. En 1870 el Minis-tro de la Guerra autoriza la con-tratación de las máquinas nece-sarias, herramientas y hornos de recocido y la construcción de los talleres para construir los cascos metálicos (vainas) de latón.

En los nuevos talleres se realiza la manufactura comple-ta de los cartuchos. Se estable-ce un taller de cascos con todo el proceso completo de fabrica-ción. Poco después se creará un taller de reparación de maqui-naria y otro para la construc-ción de balas por fusión insta-lando para ello dos hornos para fundir plomo. La necesidad de proteger el edificio había lleva-do a pensar en una estructura de murallas externa que prote-giese de los ataques externos. De 1874 conservamos los pla-nos levantados por Muñoz Ye-rro para la construcción de una zona de muralla y dos torreones en la entrada principal.

Gra

bado

. Vis

ta d

e la

Fáb

rica

, 187

5.

Page 20: Revista Llámpara 4

18 | LLÁMPARA

Después de cien años de funcionamiento, la Fábrica de Armas sigue limitada al edificio construido por Sabatini. El plano del Instituto Geográfico y Esta-dístico de 1882 presenta el edifi-cio de Sabatini, dos naves a am-bos lados de su entrada principal señaladas como taller de forja y taller de carpintería, un edificio alargado en uno de sus laterales dedicado a taller de lima y mon-tura y un conjunto de edificios mayores al otro lado con caba-llería, almacén grande, edificio sin denominación, polvorín y casa cuartel del polvorín. Ya apare-cen construidas las dos torres proyectadas por Felipe Martín de Yerro. La superficie del conjunto es de unos 30.000 metros cua-drados y existe un tranvía que co-munica un lateral del edificio de Sabatini con el Almacén grande.

Las nuevas propuestas de fabricación, las nuevas técnicas y requerimientos del proceso fa-bril llevan a la construcción de otros edificios anexos al exis-tente. En este momento comen-zó, con el edificio de Sabatini y con el río como condicionan-tes de partida, la construcción de una ciudad industrial que ha mantenido su estructura hasta nuestros días. Ciudad, porque en su diseño se conciben edifi-cios unidos e interrelacionados con vías de comunicación, con espacios públicos intermedios y ciudad porque en la concepción de la época, se plantean no sólo las instalaciones fabriles sino también los equipamientos ge-nerales para los trabajadores: viviendas, economatos y servi-cios médicos. La Fábrica ha cre-cido desde el edificio proyectado por Sabatini, hasta una super-ficie total de emplazamiento de 240.000 metros cuadrados con un perímetro de 4.368 metros de desarrollo . En 1918, la fá-brica está integrada por cuatro actividades básicas: la fábrica de armas blancas, la cartuchería, la central eléctrica y los talleres de reparación de maquinaria y construcción de herramientas. Hay un área para la ornamenta-

Plano de la Fábrica Nacional de Toledo, 1916.

Taller de reconocimiento de cartuchería. / CATÁLOGO GENERAL FÁBRICA NACIONAL DE ARTILLERÍA

En su etapa de funcionamiento como Fábrica de Armas llegan a trabajar en sus instalaciones más de mil personas de las cuales casi la mitad eran mujeres. Ello suponía una impor-

tante vinculación con la ciudad ya que, dada la población de Toledo en ese momento, una de cada ocho familias tenía alguno de sus miembros trabajando en el conjunto.

Taller de reconocimiento de cartuchería.

ción de armas blancas y un ta-ller de carpintería, reparación y construcción de edificios. Co-mienza también a funcionar la producción de cápsulas para el cartucho Mauser, una galería de

tiro, un laboratorio mecánico y de metalografía, y un laboratorio químico. Un conjunto de edificios realizados con fábricas de ladri-llo en sus fachadas y estructuras metálicas para sus cubiertas. Un

Page 21: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 19

conjunto de construcciones, de dimensiones diversas, adecua-das a cada proceso productivo, que se van organizando como ciudad industrial.

La fábrica concebida como un espacio vital para las perso-nas que trabajan allí dispone de espacios para oficinas, bibliote-ca, enfermería, capilla, impren-ta, sala de ventas de modelos, comedor de obreros, escuelas de aprendices, polvorines, garajes, almacenes de materias primas y de productos elaborados y pa-bellón de Jefes y Oficiales, con una superficie total edificada de 36.060 metros cuadrados, rodea-da de extensos jardines, pinos y olivares.

Por otra parte, la Fábrica se plantea la necesidad de una cierta autonomía energética dado el carácter de sus insta-laciones y para ello se constru-yen una central hidráulica y otra de vapor. La central de Azumel (central hidroeléctrica) utiliza la fuerza motriz hidráulica del río con dos saltos de agua de más de 300 caballos cada uno. Las turbinas y alternadores tras-forman la energía hidráulica en eléctrica. Para prever los casos de estiaje o averías, se cons-

truye una central de vapor de 500 caballos dando servicio a más de 40 motores de corriente alterna instalados en la fábrica.

Los desarrollos técnicos de la industria militar plantean nue-vas necesidades en el campo de la artillería. Inicialmente la Fá-brica colabora con la Pirotecnia de Sevilla para la construcción de la espoleta de doble efecto. En mayo de 1922 se decidió la instalación de un taller para su fabricación y el 27 de mayo de 1922 se inició la construcción de un taller de Forja de Espole-tas de 40x20 metros, otro para la construcción de Espoletas de 40x60 y otro para la carga de espoletas de 40x40. Durante la construcción de estos talleres, en 1923, apareció un mosaico ro-mano del siglo III.

La Fábrica de Armas ha plan-teado siempre una posible diver-sificación en los productos fabri-cados. En 1915, ante la escasez de material quirúrgico, en plena Guerra Mundial, su majestad el rey Alfonso XIII sugiere al Direc-tor General del Cuerpo de Artille-ría la creación de esta industria en algunas fábricas militares.

La fabricación de espoletas y artificios desarrollará sus insta-

laciones desde 1922 hasta 1958 con la construcción de diversos talleres que incorporan nuevas técnicas y procesos de fabrica-ción. Durante la 2ª República, los gastos de defensa dentro de los gastos del Estado suponen un 16% mientras que, durante la segunda guerra mundial, este gasto llega a ser del 46%. En 1947 España ocupaba el primer puesto en Europa en porcentaje de su presupuesto destinado a defensa. En 1941 se había creado el Instituto Nacional de Industria y en 1959 se creará la Empresa Nacional Santa Bárbara de In-dustrias Militares en la que se integra la fábrica de Toledo. El gran salto tecnológico en la fa-bricación de espoletas y artificios se realiza en el año 1974, lográn-dose un volumen de producción anual diez veces superior, al mo-dernizar las instalaciones.

Se acaba de configurar así la ciudad industrial de amplias di-mensiones y con complejas ins-talaciones industriales en el con-junto arquitectónico construido a lo largo de más de dos siglos. Una arquitectura de ladrillo que refleja los diferentes momentos históricos y estilos ha confor-mado una trama urbana acotada

Pla

no d

e la

Fáb

rica

Nac

iona

l de

Tole

do, 1

933.

Page 22: Revista Llámpara 4

20 | LLÁMPARA

por el río y por la presencia ini-cial del edificio construido por Sabatini. Una ciudad con sus trazados viarios, sus recorridos, comunicaciones, instalaciones y tratamiento vegetal que sirve de ámbito del trabajo y de la vida de numerosas personas que desa-rrollan su actividad en su con-junto .

1.4. La fábrica modelo constructivo y estructural.

El desarrollo del conjunto de la Fábrica de Armas de Toledo ha durado más de dos siglos en con-tinua evolución y trasformación. Por ello este conjunto indus-trial es un referente en aspectos constructivos y estructurales.

El edificio construido por Sa-batini responde a los criterios constructivos y a la tecnología existente a finales del siglo XVIII. Grandes muros de carga en todo el perímetro soportan los for-jados, de madera, de las plan-tas intermedias y en la cubierta una gran estructura de made-ra de pino cubre la luz del vano

existente entre los cerramientos exteriores y el de los patios inte-riores. La piedra aparece como elemento singular en elementos puntuales, especialmente en la zona del canal posterior. Las so-luciones constructivas nos remi-ten a los tratados clásicos y así el canal que aparece descrito en el Archivo de Simancas coincide perfectamente con la sección del tratado de Benito Bails director de Matemáticas en la Real Aca-demia de San Fernando desde 1768 y que publica sus “Elemen-tos de Matemáticas” en el que se incluye en su tomo IX segunda parte la “Arquitectura hidráuli-ca” con una sección de canal do-ble, que coincide perfectamente con el construido por Sabatini .

Desde finales del XVIII has-ta un siglo después, la actividad constructiva es muy reducida. En las imágenes de finales del siglo XIX se ven algunas naves en la entrada del conjunto de la Fábrica. La nave situada a la iz-quierda de la entrada de Carlos III, rehabilitada para Instituto de

Medioambiente tiene una estruc-tura muy sencilla de madera a dos aguas en cubierta y muros de carga en fábrica de ladrillo que incorporan ornamentaciones elementales en las cornisas. Los edificios que aparecen posterior-mente en la Fábrica de Armas corresponden a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Las primeras naves de gran sencillez son de planta rectangular con fá-bricas de ladrillo como muros de carga y estructuras metálicas en las cubiertas.

Las fábricas de ladrillo pa-san por tres momentos diferen-ciados: En un primer momento se construyen los planos de fa-chada con ligeras decoraciones en cornisas que se repiten en di-versas naves y algún ornamento en los recercados de huecos de ventanas. En una segunda etapa las ornamentaciones de corni-sas y recercados se hacen más elaboradas y complejas. Y jun-to a ello surge en diversas oca-siones la falsa fachada que crea una segunda altura en el frente

Taller de cartuchería de fusil, hoy cafetería-comedor.

Page 23: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 21

Vist

a aé

rea

de la

Fáb

rica

(200

8) c

on T

oled

o al

fond

o.

en una escenografía que trata de dar valor simbólico a una senci-lla realidad industrial. La última fase corresponderá al final de las construcciones dedicadas a la artillería. Allí aparecen formas de arcos y decoraciones en cerá-mica en el perímetro exterior de los edificios.

Estructuralmente se produ-ce de forma masiva el uso del hierro en las estructuras de cu-bierta. En la Fábrica de Armas de Toledo el uso del hierro en las estructuras de las diferentes na-ves se hace presente a principios del siglo XX. Las naves construi-das en los primeros años de este siglo se construyen con estruc-tura de muros de carga para-lelos a los lados mayores de la nave y cubierta de cerchas metá-licas a dos aguas. Las cubiertas más sencillas son simplemente con pares y cuando las luces son grandes se requieren los tiran-tes para contrarrestar los empu-jes horizontales . La estructura se hace más compleja en formas con pendolón, con puente y ja-balcones o con tirante peraltado, con jabalcones y péndolas.

En la primera etapa de cons-trucción, integrada por los edi-ficios que aparecen reseñados

en el plano de 1905 y de 1916, comprende naves con estructu-ra con cercha inglesa y luces de pequeñas dimensiones resueltas con el cordón inferior horizontal y montantes y diagonales cons-truidas con piezas en L que se refuerzan con la presencia de placas de unión en los encuen-tros entre piezas con diferentes direcciones.

Desde 1916 a 1920 se pro-duce una intensa actividad cons-tructiva en la Fábrica de Armas de Toledo con edificios de mayo-res dimensiones como el taller de fundición levantado en 1918, el de cartuchería de pistola en 1919 y el de reconocimiento en 1920 o las diversas centrales eléctricas. Al final de este perío-do y principios del momento final de construcción de las principa-les naves (1920 y años siguien-tes), se construyen grandes cer-chas en una de las direcciones de las naves, con apoyo de pila-res intermedios, y sobre estas se colocan los elementos metálicos que configuran un conjunto en diente de sierra. Esta estructura se hace presente en la nave del Taller de cartuchería de pistola, hoy Biblioteca General del cam-pus o en el Taller de cartuchería

de fusil hoy cafetería comedor. El uso del hierro roblonado con diferente soluciones estructu-rales ha marcado los periodos de este breve espacio de tiempo que abarca los primeros treinta años del siglo XX y en el que el hierro y las nuevas soluciones estructurales permite la cons-trucción de espacios de mayo-res dimensiones y con nuevos requerimientos de iluminación y maquinaria. Junto a las cer-chas de cubierta realizadas con perfiles laminados roblonados casi todos los pilares se realizan de fundición huecos en su inte-rior, en muchos casos, o perfiles laminados roblonados en otras ocasiones.

Así la Fábrica marca un re-corrido por los sistemas cons-tructivos: desde la madera y la piedra al ladrillo y el hierro. So-luciones de diseños y formas que enseñan los modos constructivos de una larga época.

1.5. Un espacio en el paisaje: el agua y la energía.

La Fábrica de Armas como casi todos los ingenios hasta el siglo XVIII están vinculados al lu-gar de producción de la energía (cursos de agua esencialmen-

Page 24: Revista Llámpara 4

22 | LLÁMPARA

diversas razones. Las dimensio-nes y producción de la Fábrica hacen que las instalaciones re-quieran en sus mejores momen-tos la presencia de más de mil doscientas personas trabajando en la misma. Ello es altamen-te significativo para la ciudad de Toledo de manera que en torno a un 15% de las familias toledanas tenían alguien trabajando en la instalación. La sirena de entrada y salida del trabajo se oía en toda la ciudad para la cual era impor-tante su actividad.

Las instalaciones del conjun-to fabril adquieren la estructura de una ciudad que, por su carác-ter militar, permanecen opacas al resto de la ciudad. Economato, escuela de aprendices, viviendas de oficiales y obreros, enferme-ría y quirófanos dan idea de un conjunto que tiene un alto nivel de autonomía vital y en cuyo con-junto muchas personas desarro-llan toda su vida. La Fábrica es a la vez elemento esencial para el resto de la ciudad. Las celebra-ciones de la festividad de San-ta Bárbara se desarrollan para toda la ciudad. Los programas de fiestas elaborados en la im-prenta de la Fábrica indican una actividad que llenaba la ciudad de Toledo.

La presencia de los técni-cos militares, la vinculación a la Academia de Artillería de Sego-via y la presencia de numerosas personas que han pasado por la Escuela de Aprendices o por los talleres de la misma en algún momento han establecido una vinculación social entre la ciu-dad y la Fábrica de Armas. La vida del conjunto de la Fábrica de Armas está así íntimamen-te relacionada con la vida de la ciudad de Toledo. Su presencia física, su actividad y su dinámi-ca económica y social han sido durante muchos años referen-tes urbanos. Ahora, iniciada la actividad universitaria, de nuevo muchas familias se vinculan con la ciudad industrial junto al Tajo. La arquitectura surge así ligada a la vida de las personas, inicial-mente a la actividad productiva y

Nave de material quirúrgico, hoy Escuela de Arquitectura.

te) o de los materiales. En este caso, es la presencia del río Tajo la que condiciona su ubica-ción. Pero la presencia del río se irá trasformando a lo largo del tiempo en recurso energéti-co imprescindible por diversas causas. Inicialmente es la fuerza mecánica del agua la que con-diciona el trazado del canal de Carlos III.

La fabricación de armas es un problema esencial para la na-ción, Y en estos momentos se ha-cen más sensibles los problemas de abastecimiento de agua por parte de la Fábrica de Armas de Toledo. Ya en 1896 “el Ministro de Fomento en Real Orden de fecha 13 de octubre de 1896 ma-nifiesta al de la Guerra de que por los gobernadores de las pro-vincias de Madrid, Guadalajara y Toledo se adoptarán, oyendo a los ingenieros jefes, las me-didas conducentes a evitar que se distraigan aguas del Tajo con perjuicio del caudal a que tiene derecho la Fábrica de Armas de Toledo” . El coronel director de la Fábrica de Toledo se queja de la falta de agua especialmente por las tardes y a partir de la segun-da quincena de agosto. Iguales reclamaciones se producen en 1896 y 1897.

A principios del siglo XX la energía será necesaria para la central hidroeléctrica de Azumel que junto con la central de Va-por y la central de Reserva su-

ministraban la energía necesaria para el funcionamiento del con-junto. Cuando la Fábrica se re-habilite para campus universita-rio, la energía del agua se toma-rá del canal de Carlos III, ahora no como energía mecánica, sino como energía térmica capaz de suministrar el calor y frío que ne-cesitan las bombas de calor, que se distribuye a cada una de las naves, convertidas en espacios universitarios .

Y junto a ello, su ubicación en la proximidad del río y la dis-ponibilidad de amplios espacios ha ido generando una vegetación en la que se ha insertado la ins-talación industrial como en su paisaje natural. La vegetación de borde de ribera, las dos islas del río junto a las centrales de Azu-mel y del Ángel y el tratamiento de diferentes especies en el in-terior de la “ciudad industrial” han ido conformando un espacio de grandes dimensiones en el que la arquitectura de ladrillo convive con amplios paseos de arbolado y zonas singulares de plazas y espacios comunes junto al edificio de Sabatini y al taller de cartuchería de pistola.

1.6. Un espacio para las personas. La vida en el interior de la fábrica y su relación con la ciudad.

La Fábrica de Armas ha sido una instalación de gran interés para la ciudad de Toledo por muy

Page 25: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 23

ahora a la vida docente e investi-gadora de la Universidad.

1.7. El final de la etapa productivaLa Fábrica de Armas se en-

cuentra en los años 30 en un momento de producción intensa y así lo recoge el documento de “Plantilla mínima que se propo-ne para la Fábrica de Toledo” en Agosto de 1932. En estos mo-mentos hay unas 1.200 perso-nas trabajando en la Fábrica de Armas de Toledo. Los primeros gobiernos franquistas orientan su política industrial “por exi-gencias de orden militar dando prioridad a la guerra y orientán-

dose a sustituir la importación de aquellos productos juzgados como imprescindibles para librar con éxito un conflicto armado”. En 1950 España seguía en ca-beza de la Europa capitalista en esfuerzo militar con el 32 % del gasto absorbido por la prepara-ción de la guerra .

En los años ochenta se vol-verá a replantear la situación de la Fábrica de Toledo en el con-texto de la fabricación nacional . La empresa Santa Bárbara se cuestiona la necesidad de las instalaciones de Toledo que, poco a poco, va viendo reducidos sus efectivos personales, a la vez

que su tecnología va quedando anticuada, en los finales del siglo XX, hasta que se decida definiti-vamente su cierre.

El final de la actividad de la Fábrica de Armas fue un proce-so complejo por los problemas sociales que generaba su cierre. Más de mil trabajadores de la Fábrica fueron recolocados, ju-bilados anticipadamente o tras-ladados a otras ciudades para poder llevar a efecto el cierre del conjunto. El Ministerio de De-fensa cedió las instalaciones al Ayuntamiento de Toledo a cam-bio de la recalificación urbanís-tica de los terrenos que poseía en la zona exterior y que podían permitir la construcción de un importante número de viviendas. Una vez aprobada la modifica-ción de planeamiento urbanísti-co que permitía la construcción de viviendas y uso comercial se cede protocolariamente a la Uni-versidad de Castilla-la Mancha el conjunto de la Fábrica de Armas para ubicar allí el Campus Tec-nológico Universitario.

2. Un nuevo paisaje industrial.2.1. De fábrica de armas a campus universitario.

La Fábrica de Armas consti-tuye un conjunto urbano singu-lar. Frente a la construcción de instalaciones fabriles que de una forma muy rápida han modifica-do el territorio y su entorno aquí la implantación se ha realizado a lo largo de un largo periodo temporal. Casi dos siglos de ac-tividad y de trasformaciones han consolidado una ciudad indus-trial vinculada a la ciudad próxi-ma.

La rehabilitación del con-junto como campus universita-rio plantea el mantenimiento de las edificaciones existentes y la ubicación en cada uno de los edi-ficios de los usos más acordes con su realidad construida. Se ha estudiado detenidamente cada uno de los edificios proponiendo las medidas de recuperación y las adaptaciones necesarias a cada nuevo uso. Todo ello inte-grado en una estructura urbana

Taller de forja, hoy Instituto de Medio ambiente.

Page 26: Revista Llámpara 4

24 | LLÁMPARA

definida a lo largo de los años y como consecuencia de las diver-sas ampliaciones que va experi-mentando el conjunto fabril. La rehabilitación de la Fábrica de Armas tiene en cuenta la conser-vación de la trama urbana exis-tente con sus trazados viarios y su configuración general, espe-cialmente en lo relativo al trata-miento vegetal de la zona. Se es-tudia el tratamiento del río como espacio singular próximo, de borde de la ciudad, que ha ser-vido para usos industriales y que posee características ecológicas singulares en muchos de sus puntos así como la comunicación de esta zona de la ciudad con el resto: ciudad histórica y barrios circundantes. La rehabilitación de los edificios existentes, con su necesaria actualización para los nuevos usos, con la introducción de los requerimientos tecnoló-gicos necesarios en las propias edificaciones y en los servicios urbanos, se realiza manteniendo

Escuela de aprendices rehabilitada como Pabellón Polideportivo.

Tall

er d

e ca

rtuc

herí

a de

pis

tola

, reh

abili

tado

com

o B

iblio

teca

.

Page 27: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 25

Todas las instalaciones se han localizado en la nave de antiguos garajes hoy utilizada como Cen-tral Térmica. A esta energía se ha sumado la instalación de pa-neles solares térmicos y fotovol-taicos instalados especialmente en los edificios de uso deportivo . En un futuro podría ponerse en marcha también la central hi-dráulica de Azumel completando así un conjunto de usos energé-ticos.

En cuanto a las instalaciones de depuración de aguas se ha construido una EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) en el interior de la antigua nave

climático, con energías renova-bles o no contaminantes, un ciclo integral del agua y planteamien-tos urbanísticos respetuosos con el medio ambiente del lugar de-finido por la presencia del rio y la vegetación consolidada en el conjunto.

Se instala un sistema cen-tralizado de climatización con bombas de calor agua –agua (to-mada del canal de Carlos III) que distribuye el calor y el frío a tra-vés de una red subterránea con galería de más de un kilómetro de trazado inicial. Una planta de cogeneración y otra de absorción completan el sistema térmico.

la imagen industrial y los valores esenciales de la arquitectura.

La rehabilitación del edificio Sabatini como edificio departa-mental y de laboratorios de in-vestigación recupera su estruc-tura general con los dos patios principales, el canal de Carlos III se vuelve a dejar visto con la pre-sencia del agua como elemento esencial de su proyecto inicial . Las grandes naves se han recu-perado manteniendo su estructu-ra vista y su imagen global exte-rior e interiormente como ocurre en el Taller de Cartuchería de pistola rehabilitado como Biblio-teca general del campus o el Ta-ller de Cartuchería de fusil reha-bilitado para comedor cafetería y salón de grados. Se incorpora en ocasiones la nueva arquitectura conviviendo con la existente como en el taller de Fundición hoy Mó-dulo acuático con piscina cubierta y otros usos deportivos o el Taller de Forja hoy Instituto de Medio ambiente. El proceso de reha-bilitación se ha desarrollado en estos doce últimos años de forma continuada e intensa. Los edifi-cios de almacenes se recuperan como aularios y laboratorios, el taller de cartuchería de fusil se convierte en cafetería-comedor y salón de grados y la nave de fa-bricación de material quirúrgico se rehabilita para aulas, semina-rios e Instituto de Nanotecnología y Nanociencia. Queda por recupe-rar la zona situada a la izquierda de la entrada de obreros que se iniciará en los próximos meses y la zona de polvorines que se dedicará a espacios para la in-vestigación en temas de medio ambiente. La ciudad industrial se ha convertido en la ciudad del saber manteniendo los elemen-tos esenciales de la arquitectura existente, que, en su sobriedad y valores iniciales, convive de for-ma adecuada con los nuevos usos de docencia e investigación.

2.2. Rehabilitación con criterios de sostenibilidad.

Desde la Universidad se acuerdan los criterios básicos para conformar un campus bio-

Alumnos en la Fábrica de Armas. / FOTO DEL AUTOR

La rehabilitación de los edificios de la antigua Fábrica de Armas como campus universitario de la Universidad de Castilla-La Mancha ha supuesto el mantenimiento de sus

estructuras constructivas básicas y un nuevo uso que conserva y mantiene vivas sus instalaciones.

Alumnos en la Fábrica de Armas.

Page 28: Revista Llámpara 4

26 | LLÁMPARA

de reparación de material, donde también se ubica una planta po-tabilizadora (EDAP). Una red de fibra óptica recorre todo el cam-pus para llevar las instalaciones de telefonía y de voz y datos. El tráfico de vehículos está restrin-gido en el interior del conjunto a servicios internos creando gran-des superficies de aparcamientos en el exterior. La Fábrica de Ar-mas no es solamente un conjunto de edificios sino que constituye una estructura urbana singular. La ciudad industrial que allí ha surgido desde finales del siglo XVIII es la “otra ciudad históri-ca” de Toledo, que requiere tra-tamientos urbanísticos cuidados y acordes con las construcciones existentes.

Se han rehabilitado ya más de 38.000 metros cuadrados de edificios que han consolidado un

Vista aérea del conjunto 2007.

campus universitario con unos 4.000 alumnos que desarrollan su actividad en esta ciudad in-dustrial rehabilitada y así con-servada y mantenida como tes-timonio de dos siglos de historia.

La Fábrica de Armas ha sido declarada conjunto histórico el 2 de marzo de 2010 (DOCM 10.03. 2010).

3. Paisajes de la Vega Baja.

3.1. El Plan Director de la Vega Baja de Toledo.

En el convenio entre el Mi-nisterio de Defensa y el Ayunta-miento de Toledo para la cesión de los terrenos de la Fábrica de Armas se recalificaban los es-pacios exteriores próximos a la Fábrica para construir allí 1.000 viviendas y equipamientos co-merciales. Una vez consolidado

el cambio del Plan General de Ordenación Urbana, el Ayunta-miento de Toledo vuelve a com-prar al Ministerio de Defensa los terrenos y elabora un nuevo pla-neamiento urbanístico con 1.300 viviendas. Se adjudica la ejecu-ción de las mismas a una serie de cooperativas y promotores y se inician los trabajos previos de excavación arqueológica.

La importancia de los restos arqueológicos encontrados, co-rrespondientes a la época visigó-tica, y una nueva reflexión sobre el paisaje y el urbanismo de la ciudad llevan a la paralización del proyecto por parte de la Co-munidad autónoma que a través de la empresa pública Toletum visigodo inicia una nueva gestión del territorio.

El desarrollo de La Vega Baja debe entenderse en el con-texto general de la ciudad de Toledo que ha ido ocupando el territorio de forma muy diferente y en etapas también muy diver-sas. Su gran superficie y su ubi-cación requieren una reflexión sobre cómo debe establecerse la relación de la Vega Baja con la ciudad construida en su entor-no. La existencia de estructuras ciudadanas de uso actual como los conjuntos residenciales y el campus universitario requieren accesos racionales que los co-muniquen con el resto de la ciu-dad. Y por otra parte, hay que analizar cómo se integra en la dinámica del entorno de una ciu-dad que ha tenido un desarrollo disperso y atomizado. Hay que articular los diferentes espacios de vida que han relacionado al hombre con su medio natural y al “incesante reinicio de la insti-tución de su comunidad” .

Para analizar el futuro de este espacio se ha elaborado un Plan Director que ha estudiado una zona de 1.5000.000 metros cuadrados que se consideran como un gran espacio verde en el que el yacimiento arqueoló-gico tiene un papel esencial. La Fábrica de Armas, convertida en campus universitario, se esta-blece ahora como un referente

Page 29: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 27

de la zona en su actividad docen-te e investigadora.

3.2. Paisajes de la Vega Baja. La Fábrica de Armas campus universitario como referencia.

La Vega Baja de Toledo ha sido el lugar de una parte im-portante de la historia de la ciu-dad de Toledo . En la actualidad la presencia del gran yacimiento

arqueológico, testimonio de la cultura material de otros mo-mentos puede, y debe ser, un instrumento de revitalización de esta parte de la estructura urbana. La presencia de la ar-queología en su interior ofrece una oportunidad de estudio y de análisis de la interacción de ele-mentos tan diversos como el ur-banismo, el paisaje y los equipa-mientos urbanos para encontrar el equilibrio de todos ellos y la vitalidad que cada uno de ellos puede introducir en el conjunto. La cultura convierte el territorio en paisaje. El paisaje es esen-cialmente cultural.

Como afirma el artículo 9 de la Carta de Cracovia: “Los paisajes como patrimonio cultu-ral son el resultado y el reflejo de una interacción prolongada en diferentes sociedades, en-tre el hombre, la naturaleza y el medio ambiente físico. Son el testimonio de la relación del desarrollo de comunidades, in-dividuos y su medio ambiente físico. En este contexto su con-servación, preservación y desa-rrollo se centra en los aspectos humanos y naturales, integran-do valores materiales e intangi-bles”. La integración de paisajes con valores culturales requiere el establecimiento de vínculos con el habitat construido de la ciudad próxima que en el caso de Toledo es muy diverso. Es la ciudad industrial construida desde el siglo XVIII al XX en la Fábrica de Armas, es el poblado obrero edificado como residen-cia de trabajadores de la misma fábrica y es el desarrollo inicia-do en el siglo XX en el eje de la Avenida de la Reconquista.

“La conservación integrada de paisajes arqueológicos y es-táticos con el desarrollo de pai-sajes muy dinámicos, implica la consideración de valores socia-les, culturales y estéticos”. Un conjunto de valores que deben integrarse, a pesar de su am-plitud, en una unidad en la que convivan la arqueología con la actividad cotidiana de la sociedad y sus necesarios equipamientos

Detalle de los mosaicos de la Villa romana de la Fábrica de Armas. / FOTO DEL AUTOR

El descubrimiento, de forma fortuita, en 1923 de los mosai-cos romanos de la Fábrica de Armas da idea de la importan-cia arqueológica de la zona con importantes restos romanos

y ahora una gran estructura de época visigoda que se mantendrá hasta el siglo X.

Detalle de los mosaicos de la Villa romana de la Fábrica de Armas.

esencial de la dinámica de este espacio urbano. La actividad del espacio fabril rehabilitado y re-cuperado para la vida ciudadana es elemento prioritario del desa-rrollo de esta parte de la ciudad, del territorio en el que se sitúa. La Fábrica que a finales del siglo XVIII se convirtió en referente de un territorio vacio ahora es com-ponente esencial de la dinámica

Page 30: Revista Llámpara 4

28 | LLÁMPARA

sociales y una dinámica cultural que vaya desde lo universitario a la presentación, estudio, in-vestigación y divulgación del im-portante patrimonio histórico del lugar. La Fábrica de armas de Toledo es un elemento esencial del paisaje cultural de la Vega Baja, porque “paisaje cultural es la huella del trabajo sobre el te-rritorio, algo así como un memo-rial al trabajador desconocido”. n

Bibliografía y fuentes de información VÁZQUEZ GONZÁLEZ, Alfonso,

y GONZÁLEZ MARTÍN, Juan Antonio,

coord. (1992), “La meseta toledana y el valle medio del Tajo”, en VVAA, Guía de Castilla-la Mancha. Espacios naturales, Toledo, JCCM, p 373 y ss.

Plano que demuestra la parte ac-cesoria donde se han de colocar las Máquinas de afilar y lustrar las armas en la Fábrica de la ciudad de Toledo. Este plano especifica en la leyenda A: Piezas donde están las máquinas. B: Por dónde viene el agua del río. C: Casa donde están las compuertas. D: Canal para el sobrante. E: Canal que dirige el agua a la máquina. F: Ruedas de la máquina.... I: Ruedas de afilar. J: Es-calera. L: Alcantarilla para devolver el agua al río.

El “Plano 2º que demuestra la parte accesoria donde se han de colocar las

Máquinas de Afilar y Lustrar las Armas en la Fábrica de la ciudad de Toledo”. Y otro con los perfiles del recorrido del agua titulado: Plano de la Real Fábrica de Armas en la Vega de la ciudad de Toledo.”!

RABANAL YUS, Aurora, (1988), “El reinado de Carlos III en la Arquitectura de las Reales fundiciones Españolas”, Revista Fragmentos nos. 12-13-14, Ju-nio, 1988, pp. 103-113.

ALBILLOS MOZO, Santiago, (1982), “Historia de la fábrica de armas de To-ledo”, en VVAA, Fábrica Nacional de Armas de Toledo. Bicentenario de la Fábrica Nacional de Armas de Toledo 1780-1980, Toledo, p 130.

MIRANDA CALVO, José, (1982), “La Real Fábrica de Espadas de Toledo en

Plan Director de la Vega Baja de Toledo.

Page 31: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 29

el Archivo Nacional de Simancas”, en VVAA, Bicentenario de la Fábrica Na-cional de Armas de Toledo 1780-1980. Publicado con ocasión del bicentenario. Toledo, pp. 213-142, p. 223.

RABANAL YUS, Aurora, (1988), Ar-quitectura industrial del S. XVIII en Es-paña: Las Reales Fundiciones. Tesis Doctoral Universidad Autónoma de Ma-drid.

Sobre la Real Fábrica de Espadas de Toledo, A.G.S., G.M., legs. 423 a 432, S.H. legs. 806 a 808.

GONZALEZ TASCÓN, Ignacio, (1987), Fábricas hidráulicas españolas, Madrid, M.O.P.U., Biblioteca CEHOPU.

Memorial de Artillería. 1846, 1869, 1870, 1908, 1909.

MIRANDA CALVO, José (1981), “La Real Fábrica de Espadas de Toledo en el bicentenario de su fundación por Carlos III (1780-1980)”, Ejército, Mayo 1981, XLII, núm. 496.

MARÍAS, Fernando (1982), “Francis-co Sabatini y la Real Fábrica de Armas de Toledo”, en Miscelánea Conmemo-rativa de la Facultad de Filosofía y Le-tras, Madrid, Universidad Autónoma.

MARIAS, Fernando, (1982), p. 200; SAMBRICIO, Carlos, (1974), “En torno a Sabatini”, en Goya nº 121, pp. 14-21.

A.G.S., G.M. leg. 428.A.G.S., S.H. leg. 807.PERIS SÁNCHEZ, Diego, (2003), Dos

siglos en construcción. De fábrica de

armas a campus universitario, Madrid, Constructora San José, pp. 56-76.

PERIS SÁNCHEZ, Diego, (1998), La Fábrica de Armas I Historia, Ciudad Real, UCLM.

VVAA, (1918), Toledo, Revista ilus-trada de arte y turismo, Año IV, nº 30, Abril 1918 nº 96, Número extraordina-rio dedicado a la Fábrica Nacional de Artillería de Toledo. Lo que es y lo que produce la fábrica, p.88.

PERIS SANCHEZ, Diego (1999), “La otra ciudad histórica de Toledo. La Fá-brica de Armas”, Añil, nº 17, pp. 32-39, Madrid, Celeste.

PERIS SANCHEZ, Diego, (2006), “La Fábrica de armas de Toledo: lecturas de una ciudad industrial”, en Patrimo-nio industrial e historia militar, Gijón, INCUNA.

CARRETE PARRONDO, Juan, (1989), Difusión de la ciencia en la España ilus-trada, Madrid CSIC, grabado CGC 2084, p. 225.

GER Y LOBEZ, Florencio, (1915), Tratado de construcción civil, Badajoz, La Minerva extremeña, p 255.

3 de Octubre de 1896 A.G. M. de Se-govia sección 3ª, división 2ª, leg. 53; 1896 A.G. Militar de Segovia, sección 3ª, división 2ª, leg. 53.

LUCAS MARTINEZ, Antonio; PERIS SANCHEZ, Diego, (2002): The weapons factory as a bioclimatic campus. Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha.

NADAL, Jordi; CATALÁN, Jordi (1994), “La cara oculta de la industriali-zación española”, en La modernización de los sectores no líderes (s XIX y XX), Alianza Universidad, p 377.

NADAL, Jordi; CATALÁN, Jordi (1994). En 1935-39 16% - 1943 45,6% - 1947 34,2% - 1950 32,3% - 1954: 31,7% - 1957 27,6%.

FUSI, Juan Pablo; PALAFOX, Jordi, (1997), p.393.

PERIS SANCHEZ, Diego; ELVIRA GU-TIERREZ, Rafael et alt., (2001), El edifi-cio Sabatini de la Fábrica de Armas de Toledo, Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha, Ediciones el Viso.

PERIS SANCHEZ, Diego; LUCAS MARTINEZ, Antonio, et alt., (1999), La Fábrica de armas de Toledo: Rehabili-tación con criterios medioambientales, Toledo, UCLM, p.12.

CHOAY, Françoise, (2007), Alegoría del patrimonio, Barcelona, Gustavo Gili, p. 234.

VVAA, (2009), La Vega Baja de Tole-do, Toledo, Toletum visigodo.

SABATÉ, Joaquín, (2008), “Paisajes culturales y proyecto territorial”, en El paisaje en la cultura contemporánea, coord. NOGUÉ, Joan, Madrid, Biblioteca Nueva, pp. 249-273, p. 153.

AGS: Archivo general de Simancas, AGM: Archivo General Militar de Se-govia.

Page 32: Revista Llámpara 4
Page 33: Revista Llámpara 4

Glazenstad. / J. MARCOS RODRIGUEZ

La Revolución Industrial neer-landesa se caracteriza por el extremo desarrollo de su sis-tema agrario. Las nuevas téc-nicas agrícolas transformaron el paisaje de polder y granjas en un campo industrializado de invernaderos con chimeneas en una de las intervenciones hu-manas más drásticas del país. El territorio de Westland, cono-cido también como Glazenstad, no es solo un conjunto de in-vernaderos, es el una muestra del proceso de evolución de una sociedad rural a una industrial a consecuencia de la continua adaptación del pueblo neerlan-dés a las condiciones climáticas y naturales del territorio que habitan.

El territorio que forman los Países Bajos se encuentra sepa-rado del Mar del Norte por una gran duna a lo largo de toda la costa. Desde lo alto de esta bue-na atalaya se percibe y se com-prende que ocurre en las tierras del delta que quedan protegidas detrás. En la zona de Westland, no lejos de La Haya y Rotterdam, la panorámica que se ofrece es especialmente impactante: a un lado el océano, al otro un mar de cristal conocido como Glazens-tad, literalmente la ciudad de cristal, o ciudad de los inverna-deros. Aquí se encuentra uno de los paisajes más complejos que el país puede mostrar; además de la trasformación del terri-torio derivada de la lucha por

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 31< Conjunto de invernadero tipo kniekas, ketelhuis y chimenea. Poeldijk. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011.

Los invernaderos como patrimonio industrial de Westland:la transformación del paisaje y la sociedad rural. JUAN MARCOS RODRIGUEZ DIAZ. Arquitecto en Mecanoo Architecten, Países Bajos

mantener el territorio y protegi-do del agua, también se muestra la evolución de un espacio agra-rio proto-industrial a un espacio agrícola intensivo, cuya aparien-cia asemeja más un complejo industrial compuesto de cientos de invernaderos.

La imagen parece más un escenario de ciencia ficción que la típica imagen bucólica que evoca del polder holandés: aquí ya no hay vacas y los pocos mo-linos que quedan apenas des-tacan en el horizonte. En West-land los símbolos son otros; la adaptación neerlandesa al clima y al medio se hace en esta zona mucho más tangible. Además del eterno esfuerzo nacional por

conservar el terreno seco, se lucha además por conseguir una producción de fruta, verduras y flores, que por motivos de lati-tud y climatología serían impo-sibles.

Aunque la actividad princi-pal aquí no es específicamen-te industrial los procesos que intervienen en la horticultura de la zona si lo son plenamen-te: infraestructura y medios de transporte, energía, edificacio-nes... Especialmente el paisaje que se muestra asemeja ser una conjunto de fábricas: los pena-chos de humo de las chimeneas, las grandes tuberías de agua, el continuo tráfico de camio-nes; incluso durante la noche la

Page 34: Revista Llámpara 4

32 | LLÁMPARA

Situación de Westland. Se aprecian perfectamente los invernaderos en la imagen aérea.

Tradición, eficiencia y modernidad: las ovejas pastan en los pocos espacios no ocupados por los invernaderos. / J. MARCOS RODRIGUEZ. 2011.

luz artificial que emana de los invernaderos compite en mag-nitud con la de las refinerías e instalaciones del Europoort.

Las sucesivas generaciones de habitantes de Westland han sabido adaptar la agricultura ya no solo al contexto geográfico y climatológico, sino también a las condiciones económicas y la demanda de cada período. La actividad es esencialmente la misma que hace dos siglos, pero el proceso de obtención de ali-mentos ha generado toda una industria que poco tiene que ver con la agricultura tradicio-nal. Esta evolución y todos sus avances son perceptibles en un simple paseo en bicicleta: di-ferentes elementos históricos conviven en perfecta armonía en un espacio continuamente cam-biante, que se renueva frecuen-temente, activo y adaptándose a las nuevas limitaciones que el mercado impone. Hoy en día de igual modo que los molinos o las iglesias de la zona, las anti-guas chimeneas de ladrillo si-guen siendo un testimonio verti-cal de la historia, el ejemplo aún vivo y en continuo proceso de mutación que muestra el patri-monio industrial y social de sus habitantes, una seña regional de identidad que también muestra la evolución económica e indus-trial de los Países Bajos.

1. De la granja al paisaje industrial: el proceso de transformación del campo agrícola en un actividad industrial.

Existen ciertas condiciones geográficas y geológicas que determinaron desde un primer momento el desarrollo agrícola de Westland. La proximidad del mar proporciona un clima lige-ramente más suave que el de las tierras interiores del país, así como un incremento en las horas de sol anuales al encon-trarse barrida la zona por el viento que limpia las habituales brumas del delta holandés. Des-de la Edad Media existe cons-tancia de huertos y haciendas en

el área al sur de La Haya. Esto es debido en parte a que la zona interior de la región presenta un sustrato superficial que ha sido formado por el continuo sedi-mento de limos depositado por los ríos Rijn y Maas, creando un terreno muy fértil que además se encuentra protegido de for-ma natural por un cinturón are-noso en el borde del mar. Am-bos eran muy apropiados para el cultivo, pero su combinación los hacía más idóneos: el inte-rior de Westland fue enarenado a partir de 1860 con parte del sistema dunar que fue llevado a las turberas mediante barcos, cubriendo las tierras húmedas y

creando un buen substrato para la horticultura, en una colosal tarea de transformación del te-rritorio, de aproximadamente 1000 ha de extensión y 5 millo-nes de metros cúbicos de arena.

Este primer cambio sentó las bases de una agricultura más intensiva que con la Revo-lución Industrial trajo la apari-ción de los primeros inverna-deros, los cuales tuvieron una primera incidencia relativamen-te discreta en el paisaje. Siem-pre asociados a una granja, y de pequeñas dimensiones, eran parte de la unidad agrícola junto a otros elementos tradicionales como la casa o el granero. La

Page 35: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 33

Glazenstad. Vista aérea de los invernaderos de Westland. circa 1926.

escala de los mismos guarda-ba proporción con las construc-ciones propias de la hacienda, y podía ser considerado un ele-mento de percepción horizon-tal. Con el cambio de siglo su uso se generaliza y comienza a ser el elemento dominante del paisaje, tanto en extensión como en altura. Sus dimensio-nes verticales no han dejado de crecer a lo largo de su historia; en una zona en la que las dife-rencias en el terreno suelen ser de centímetros, el crecimiento en metros de las edificaciones es mucho más considerable. Pronto la granja como unidad productiva pasa a ser un ele-mento secundario en el paisaje, hasta el punto de que hoy en día las viviendas y los antiguos gra-neros parecen elementos aisla-dos y marginales en el paisaje, ocupando los pequeños intersti-cios entre invernaderos. Como nuevo elemento principal de la unidad productiva es ahora el que requiere de construcciones auxiliares: balsas de almacena-miento de agua, generadores, aparatos de refrigeración, tube-rías, etc... Todos ellos han sido desde sus orígenes elementos más próximos a la escala in-dustrial y urbana que a la rural. Tanto invernadero como edifi-cios auxiliares han perdido la relación con las construcciones y materiales tradicionales: son identificados por su carácter tecnológico y la predominancia de materiales metálicos (alumi-nio, acero…) así como la abun-dacia de vidrio, la nueva paleta de colores es la propia de un entorno industrial.

Aunque el paisaje del cen-tro de los Países Bajos se en-cuentra ya de pos sí altamente transformado (en referencia al paisaje de polder, tierra drenada o ganada al mar) en el caso de Westland, esta transformación presenta un índice de transfor-mación mucho más alto. El clá-sico paisaje rural del Randstad (nombre del área urbana cen-tral holandesa) se compone de grandes espacios abiertos pol-

derizados, que se caracterizan por granjas aisladas y pequeños grupos de árboles. En el hori-zonte siempre se observa la lí-nea del dique que marca el fin de la unidad paisajística. Tras él en ocasiones se aprecia el skyline de alguna de las ciuda-des principales, o en su defec-to la silueta del campanario o del molino de la población más cercana. El perfil de Westland hace décadas que no responde a estos patrones. Primero fueron los fruitmuur (muros que res-guardaban los árboles frutales) los que cerraban las visiones abiertas (generalmente los mu-ros de cierre no son comunes en los Paises Bajos, los sustituyen pequeños canales limitan las parcelas, permitiendo siempre una panorámica abierta sobre el entorno) para posteriormen-te ser los invernaderos los que cubrían de vidrio los espacios abiertos. Las chimeneas usa-das para calefactar los mismos comenzaron a destacar en el horizonte y a competir con los antiguos hitos verticales. En el primer tercio del S.XX el paisa-je de Westland no parecía muy diferente del de las periferias industriales de las ciudades in-glesas. Actualmente las vetus-tas chimeneas de ladrillo han sido sustituidas por otras más estilizadas, pero siguen siendo el elemento vertical dominante. Los diques escondidos tras el perfil quebrado de los inverna-deros han perdido su predomi-nio sobre la horizontal: a duras penas las cubiertas inclinadas de algunas casas se alzan entre el mar de cristal. Las antiguas

perspectivas abiertas del campo holandés se han transformado en estrechos corredores (a me-nudo cursos de agua) que focali-zan las vistas hacia un horizonte que suele quedar cerrado por otro invernadero. Desde las zo-nas adyacentes, fuera de los lí-mites municipales de Westland, la visión es la de un muro plano de vidrio que cierra el municipio cual muralla. En los días fríos de invierno las columnas de humo siguen siendo referente en la zona; a ello hay que sumar los haces de luz que lanzan al cielo durante la noche.

No solamente el paisaje ha sido transformado, la estruc-tura del territorio y las tramas urbanas han modificado sus he-churas tradicionales. Las vías de transporte, tanto las de nue-va construccion como las que aún mantienen su trazado histó-rico responden desde hace dé-cadas a las necesidades de los invernaderos; primero fueron los canales, puertos y ensena-das, ampliados y dragados para el transporte de hortalizas en barcazas; hoy en día son las au-topistas y carreteras que deben dar servicio al volumen de mer-cancías que se mueven a dia-rio dentro del territorio y hacia el exterior. Si la infraestructura tradicional de la región se rea-lizaba mediante vía acuática (en los años sesenta aún el 40% de las explotaciones era accesible unicamente a pie o mediante barca) en la actualidad la red de carreteras se ha incrementado para que todos los invernaderos sean accesibles mediante trán-sito rodado.

Los invernaderos han trans-formado de tal modo el paisaje y el territorio de la región que pueden ser considerados den-tro de Holanda como una unidad paisajística propia y caracterís-tica de Westland: una actividad industrial que ha configurado y caracterizado tanto el paisaje físico como el humano del mis-mo modo que en otras regiones lo hicieron las extracciones mi-neras y las fábricas. El paisaje

Page 36: Revista Llámpara 4

34 | LLÁMPARA

agrícola ha perdido aqui casi to-das sus características, de for-ma paralela la agricultura ha ido paulatinamente perdiendo las suyas hasta transformarse en la industria de hoy en día.

Se puede considerar indus-tria al conjunto de actividades colectivas de producción de bie-nes a partir de materias primas con el concurso del trabajo y del capital. Agricultura es el conjun-to de técnicas y conocimientos para cultivar la tierra, lo cual engloba los diferentes traba-jos de tratamiento del suelo y los cultivos vegetales. Ambas actividades transforman el am-biente natural y el paisaje para adaptarlo a la producción. La agricultura de invernadero sur-ge entre medias, se trata de una actividad agrícola adaptada a las necesidades de consumo de la era industrial. Gracias a los ade-lantos que ésta le ha facilitado, el cultivo de frutas y hortalizas se ha ido convirtiendo en una actividad de producción masiva, que aún no siendo una trans-formación directa de materias primas en productos elaborados si que se vale de los procesos típicos que caracterizan la acti-vidad industrial.

Es un proceso que puede ser considerado como complemento de la industrialización: aunque también entran en juego otros factores diferentes, la deman-

da de la sociedad de consumo industrial de más productos es la base de la modernización agrícola. Los invernaderos son edificios eficientes, organiza-dos para producir un máximo de productos y donde el trabajo se encuentra completamente or-ganizado y jerarquizado. Desde los invernaderos más primitivos existía una estricta organización del trabajo que requería de ma-terial específicamente diseñado para recolectar la cosecha de forma ordenada y seriada: esta maquinaria variaba desde esca-leras mecanizadas especiales a vagonetas para el transporte entre invernaderos. Como com-plemento a esta mecanización

Invernadero tipo Platglas. Circa 1930.

Transporte fluvial de mercancías a través de la Nieuweweg camino de la subasta de Poeldijk.

se podría añadir que la mayoría de las características que son aplicadas a establecimientos industriales se encuentran en los invernaderos: intercambia-bilidad, serie y repetición (todos las construcciones responden a soluciones arquitectónicas simi-lares, idénticas cualidades) co-mercio, técnica, funcionalidad, racionalidad... Existe además un complejo sistema de producción y distribución que se extiende desde la siembra hasta la su-basta del producto, cada fun-ción de la cadena posee unas características propias, reali-zadas por diferentes personas y en edificios diseñados especial-mente para éstas funciones.

La producción de frutas y verduras ya no necesita de las fuentes naturales de energía: además del sol las plantas de los invernaderos han sido de-pendientes de la energía des-prendida de diferentes combus-tibles, evolucionando paulatina-mente del consumo de carbón y de fuel, al gas natural. Hoy en día y más que nunca quizás se hace más obvio que la frontera entre industria y agricultura ha desaparecido. Desde la intro-ducción en los años 70 de los cultivos hidropónicos (consis-tente en el cultivo que cambia el suelo tradicional por soluciones minerales) las plantas ya no ne-cesitan incluso de tierra para

Page 37: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 35

Paisaje casi industrial en los alrededores de De Lier. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011

Veilinggebouw en Naadlwijk, subasta de frutas. Alrededor de 1960.

poder ser cultivadas; la relación primigenia suelo-agricultura ha desaparecido completamente.

2. La adaptación del sistema agrícola a la nueva sociedad industrial: el desarrollo histórico del invernadero.

El uso de invernaderos se remonta a los tiempos romanos. Fue el Emperador Tiberio (que necesitaba pepinos para comer diariamente por prescripción médica) el que sentó la base de los primeros “invernaderos”: se trataba de macetas apoyadas sobre ruedas, para que pudieran transportarse fácilmente del ex-terior al interior, aprovechan-do al máximo las horas de sol y resguardando las plantas de los rigores invernales. Mucho más tarde, en el siglo XV, apa-recen las orangeries francesas. En ellas se cultivaban frutales propios de otros climas, en par-ticular naranjas y limones debi-do a sus propiedades medicina-les. Estos pabellones formaban parte de los jardines de los ricos mercaderes que mantenían re-laciones comerciales con países de ultramar. Varios siglos más tarde, reyes y nobleza se intere-saron por estas construcciones, destinándolas al cultivo de plan-tas exóticas recogidas en otras latitudes.

Con la Revolución Industrial el concepto de cultivo de inver-nadero comienza a modificar la agricultura tradicional. Numero-sos factores, propios de la nueva sociedad y cultura industriales motivaron que la región de West-land comenzara a desarrollar una particular industria agrícola en torno al principio del cultivo de hortalizas y frutales en es-pacios cubiertos que incremen-tasen las condiciones de solea-miento y protección del clima.

La industrialización de los Países Bajos se desarrolló de forma diferente a otros países: no se tradujo en un paisaje de chimeneas humeantes de la misma forma que sus vecinos Alemania, Bélgica o Reino Uni-do. La particular situación so-

cial, cultural y económica del país provocó que el proceso fuese más lento y tardío en el tiempo. Asimismo los primeros sectores industriales en desa-rrollarse fueron diferentes. A mediados del S.XVIII Amsterdam seguía siendo un floreciente centro de negocios y comercio, donde el recuerdo de la Edad de Oro aún seguía presente; en las provincias los granjeros vi-vían del cultivo de patatas y flo-res, de la fabricación de queso y leche... Durante el S.XIX las grandes empresas navieras y

astilleros ya habían encontrado sus horas bajas y las antiguas actividades textiles de ciudades como Leiden, Delft y Haarlem se encontraba particularmente su-midas en crisis. Solamente los delicados tejidos artesanales de seda podían competir en aquel momento con la dura compe-tencia que las nuevas fábricas británicas ofrecían. A pesar de que la sociedad holandesa po-seía ciertos factores que podían potenciar una pronta industria-lización (un alto grado de alfa-betización y de cultura o una red

Page 38: Revista Llámpara 4

36 | LLÁMPARA

hidráulica desarrollada larga-mente en el tiempo que favore-cía el comercio y el transporte de mercancías) ésta no dispuso de un capital suficiente para el desarrollo de nuevas fábricas e industria.

Las nuevas tecnologías in-glesas se expandieron de for-ma irregular y lenta. Los Paí-ses Bajos habían desarrollado desde hacía siglos una avanza-da y sofisticada infraestructura hidráulica, basada en una red de diques y canales que junto a sistemas de bombeo mante-nían seco el terreno y protegido a la vez del Mar del Norte y de los ríos que formaban su del-ta. Desde el S.XVI los molinos habían desarrollado un papel importante en las economías lo-cales: producían muy diferentes bienes de consumo como harina, mostaza, papel, alcohol... Adqui-rieron una especial importancia para el país cuando fueron in-ventados los molinos capaces de serrar madera. El desarrollo del comercio holandés con las colonias de las Indias Occiden-tales y Orientales y su posicio-namiento como potencia naval mundial no pudieron ser posi-bles sin la fuerza motriz de los molinos sierra que permitían cortar la madera necesaria para la construcción de barcos. Hasta mediados del S.XIX esta fuerza no fue utilizada para diferentes propósitos. El esfuerzo en el di-seño e innovación en maquinaria servía siempre a fines hidroló-gicos, con lo cual el grueso de la inversión nacional se encon-traba casi siempre destinado al mantenimiento de la infraes-tructura hidráulica.

De forma lenta la industria-lización neerlandesa comenzó su andadura en la década de 1860. Nuevas fábricas texti-les fueron establecidas en las regiones de Noord Brabant y Twente. Los principales puer-tos fueron ampliados mejorando sus conexiones con el Mar del Norte: de esta forma Rotterdam se vió directamente beneficia-do por los tráficos comerciales

Sistema de railes para el transporteinterno de mercancía en un invernadero en Wateringen, años 70.

Dársena para recepción de mercancías en la subasta de Naaldwijk.

metalúrgicos procedentes de la cuenca del Rhur a través de los ríos Maas y Rijn. Aunque el fe-rrocarril se desarrolló princi-palmente en la segunda mitad del S.XIX la mayoría del trans-porte de bienes y mercancías continuo realizándose por agua a través de la extensa red inter-na de canales. A finales de siglo comenzaron también algunas extracciones mineras en la re-gión meridional de Limburg, no obstante no fueron nun-ca grandes explotaciones y no conllevaron el asentamiento de grandes industrias adyacentes debido al alto coste de su ex-tracción. La convergencia de to-dos estos factores implicó que la mecanización del país solo

mejorase de forma discreta. Solamente la periferia neer-

landesa sufrió una tímida in-dustrialización, el resto del país optó por otras vías, prefirió in-crementar su productividad y mejorar el proceso de obtención de sus bienes agrarios. Se cons-truyeron nuevas destilerías de alcohol, fábricas de cerveza, de azúcar y mantequilla, queso y carne que comenzaron a ser ex-portados a Reino Unido. Mucha s de éstas pequeñas firmas de procesado de productos fueron adquiriendo importancia y han llegado a ser grandes firmas mundiales: “Bataafsche Petro-leum Maatschapij” de Rotter-dam, (actual Shell) procesaba y refinaba aceite a las colonias, la firma farmacéutica Akzo Nobel resultó de la fusión de peque-ñas manufactureras locales de Groningen y Phillips fue en sus inicios una modesta fábrica de bombillas en Eindhoven.

Paralelo a este proceso de industrialización se produjo un moderado crecimiento poblacio-nal y de urbanización del Rands-tad, las pequeñas ciudades ho-landesas empezaron a agran-darse (manteniéndo una peque-ña escala en comparación con las grandes urbes europeas de la época) y pronto fueron nece-sarias nuevas infraestructuras para el suministro de bienes de consumo, entre ellos alimentos básicos como frutas y hortali-

Page 39: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 37

Máquina clasificadora de fruta. Westland museum. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011.

zas. El incremento de la pobla-ción fue bastante espectacular teniendo en cuenta las dimen-siones del país (más de tres mi-llones a lo largo del S.XIX). Al aumento de la población hay que sumar el incremento del poder adquisitivo de la nueva socie-dad industrial europea que co-menzó a diversificar la variedad de alimentos de la dieta básica de carbohidratos, demandando productos más diversos y fres-cos como carne, huevos, deri-vados lácteos además de otros productos como azúcar y flores. Los agricultores y granjeros ho-landeses supieron colocar sus empresas rápidamente en el nuevo mercado que la nueva so-ciedad estaba generando.

Otra gran contribución al desarrollo de la agricultura por encima de otras industrias fue la liberación de los mercados europeos, comenzando con Rei-no Unido que desde mediados de siglo facilitaba las importa-ciones de productos. Los Países Bajos incrementaron sus ex-portaciones a medida que otros países vecinos adoptaron las mismas políticas que las islas británicas.

El desarrollo de nuevas in-fraestructuras de transporte también posicionó los productos

holandeses a lo largo y ancho del continente. La extensa red de canales nacional en el inte-rior del país fue combinada con nuevas líneas marítimas regu-lares que permitían exportar los bienes agrícolas más efectiva-mente. El ferrocarril también se expandió en este período, pa-sando de 176 a 2160 km entre 1850 y 1890. Esta densa red de transporte combinada por tierra y agua no solamente favorecía la venta de productos hacia Reino Unido y Alemania (línea regular de ferry entre Londres y Rot-terdam y conexión ferroviaria directa con el país vecino des-de 1856), sino que permitía la penetración de nuevos produc-tos (fertilizantes y abonos) y de maquinaria agrícola e industrial que favorecía a su vez un mejor desarrollo de los sistemas pro-ductivos agrícolas.

Westland disponía por aquel entonces de amplias superficies cultivables, suelos fértiles y era fácilmente accesible desde ciu-dades (La Haya, Delft y Rotter-dam) por vía fluvial, asimismo a los puertos y estaciones de ferrocarril que colocaban los productos rumbo a otros países. Las constantes nuevas necesi-dades de la sociedad industrial forzaron a los agricultores de la

zona a desarrollar nuevos sis-temas de producción agrícola para abastecerlos. Así surgieron los primeros invernaderos de Westland.

Los primeros ejemplares son adaptaciones locales y sim-ples. La evolución de los mis-mos dio un salto alrededor de 1900, cuando el uso del carbón por un lado y el vidrio plano por otro, dió lugar a invernaderos más eficientes y calefactados: fueron las granjas de Maasdijk las que empezaron a incorpo-rar calderas para calentar los invernaderos. Los sistemas de siembra, recolección y distribu-ción fueron mejorados año a año y pronto la mayor concentración de horticultura e invernaderos del mundo se hallaba en West-land. Alrededor de 1926 la zona alcanzó su máximo esplendor con cientos de chimeneas a ple-no rendimiento.

Durante la Segunda Gue-rra Mundial los invernaderos siguieron produciendo, pero pronto la escasez de recursos y de energía, unido a los racio-namientos dañaron la economía de la zona; el auge del inver-nadero sufrió un retroceso. Los años de posguerra introdujeron las calderas de combustible; lo cual se tradujo en una reducción de la mano de obra necesaria para mantener el invernadero calefactado. La escasez de la guerra también produjo nuevas tipologías, volviéndose los inver-naderos cada vez más amplios y diáfanos, siempre gracias al avance en los materiales y a los requerimientos de la población. Las tormentas de 1972 y 1973 y la crisis del petróleo marcaron nuevos tiempos; diferentes in-vestigaciones científico-técnicas y sistemáticas fomentaron la mejora e incremento de la pro-ducción de las explotaciones.

En las últimas décadas la construcción de invernaderos no ha cesado a pesar de que la total extensión del término munici-pal se halla colmada de éstas construcciones; los ejemplares más antiguos son sustituídos

Page 40: Revista Llámpara 4

38 | LLÁMPARA

por otros más eficientes, en un contínuo proceso de mejora y modernización.

De la misma forma que otras empresas nacidas de la revolución industrial neerlan-desa, la exportación de frutas, flores y hortalizas coloca a los Países Bajos en una posición do-minante a nivel mundial. La am-plia especialización de los cons-tructores de invernaderos y su-ministradores hace que los Paí-ses Bajos cuenten actualmente con más de 10.000 hectáreas en invernaderos, más de 150.000 empleados y beneficios anuales superiores a 4.5 billones de eu-ros, considerándose pues como uno de los pilares económicos del país, que exporta el 80% de su producción al extranjero.

3. La evolución vertical del invernadero: arquitectura, tipología y materiales.

Se pueden señalar tres mo-mentos clave en la evolución de

los invernaderos: el abandono del muro como elemento por-tante, el inicio de su calefacta-ción y el paso de la unidad indi-vidual al invernadero construido por unidades modulares.

En sus orígenes cada granja disponía de un pequeño espacio de cultivo de hortalizas y frutas para uso doméstico siempre al abrigo de un pequeño muro de ladrillo que lo protegía del vien-to y de la orientación norte (los primeros fruitmuur). Estos mu-ros se encontraban reforzados mediante contrafuertes para re-sistir el viento y el peso de los frutales, sujetos al mismo por un sistema de listones de made-ra oblicuos. Para proteger esta construcción de la lluvia se cu-brían los muros con teja o bal-dosa plana. Dichos elementos fueron el primer abrigo para el cultivo de melocotones, peras, ciruelas, uva y albaricoques. El primer paso evolutivo consistió en cubrir los cultivos con pe-

queños vidrios que protegiesen los frutos de las adversidades. De este modo comenzaron a ser colocados espontáneamente los primeros schietramen, estruc-turas auxiliares formadas por un marco que sirve de soporte a pequeños paños de vidrio los cuales, en sus comienzos eran piezas reusadas de otras par-tes de la granja. Estos primeros elementos vidriados eran de ca-rácter portátil e intercambiable ya que se apoyaban directamen-te en los fruitmuur. Además de incrementar el soleamiento y la temperatura, protegían los fru-tos de la nieve, las heladas, el viento y la lluvia, muy frecuen-tes en Holanda. El uso de los schietramen sientan las bases de los futuros invernaderos. La necesidad de más espacio cul-tivable supuso la introducción de un pequeño espacio cubier-to y una pared de vidrio: esta construcción llamada muur met lessenaar ya requería de una es-

Ejem

plo

de fr

uitm

uur

reci

ente

men

te d

eter

iora

do y

con

anu

ncio

de

próx

ima

edif

icac

ión

en M

onst

er /

J.

MA

RC

OS

RO

DR

IGU

EZ

2011

.

Page 41: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 39

tructura más compleja y de ca-rácter fijo, que aunque en sus orígenes era de madera, pron-to fue transformada en hierro y acero importado desde Ale-mania. En muchas granjas exis-tía también una versión plana de los lessenaar, los platkas o invernaderos planos, que eran pequeñas construcciones prác-ticamente a ras de suelo que protegían los cultivos con un pe-queño muro perimetral cubierto con un paño de vidrio de un solo despiece. Agrupados en hileras estos invernaderos se encontra-ban siempre orientados de este a oeste para poder aprovechar más horas de luz. El limitado espacio que ambas construccio-nes ofrecían supuso la evolución al llamado medio-invernadero. Diferentes tipologías fueron de-sarrolladas, porque como pro-ceso pre-industrial, cada uno de ellos era autoconstruido por su propietario, con diferentes me-didas y dimensiones en función de los muros existentes. El muur met kopkas incorpora por pri-mera vez ventanas que mejoran considerablemente las condicio-nes de ventilación del lessena-ar, mucho menos permeable. La diferencia de altura en la sec-ción propició por primera vez la incorporación de diferentes cultivos compartiendo el mismo espacio.

Alrededor del cambio de si-glo una nueva tipología de in-vernaderos fue introducida des-de Bélgica, los llamada A-kas (la seccion era en forma de A). En ese punto los edificios ya se han disociado del muro y se convierten en estructuras com-pletamente independientes, de sección triangular, fachadas y cubierta. La introducción de una estructura con ángulos inter-medios transformó la sección y permitió más altura e incre-mentó el espacio cultivable en el interior: es el nacimiento del ijzeren kniekas (invernadero de hierro)

Estas primeras construc-ciones completamente autopor-tantes pueden considerarse ya

Interior de invernadero tipo A-kas. circa 1900 . / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010.

Antiguo invernadero tipo modular. Pijnacker . / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010.

Ejemplo de muur met kopkaas. circa 1900. Poeldijk . / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011.

Page 42: Revista Llámpara 4

40 | LLÁMPARA

como primeros edificios plena-mente industriales. Se trata de construcciones emparentadas con la arquitectura de hierro y vidrio del S.XIX, aunque de di-mensiones y acabados mucho más modestos y vernaculares. Como arquitecturas industria-les siempre han sido prácticas y funcionales, tan solo se apre-cian algunos detalles en ciertos remates y elementos supleto-rios como puertas, cumbreras y canaletas. Es en este momen-to en el que la modernización de las instalaciones incluye el uso generalizado de sistemas de calefacción. Esto incorpora principalmente dos nuevos ele-mentos auxiliares: la ketelhuis y el watertoren. La primera es una edificación exenta de simi-lar aspecto al invernadero y que contenía la caldera. Esta cal-dera era alimentada mediante carbón; el trabajo de carbonero suponía alimentar las calderas de diferentes establecimientos de un área, día y noche, y con frecuencias muy reducidas. Las calderas solían ser semiente-rradas para mejorar su rendi-miento al utilizar la capacidad aislante del terreno. De estas construcciones salían las carac-terísticas chimeneas de ladrillo que aún despuntan en algunos puntos de Westland. Estos ele-mentos verticales (a diferen-cia de las que posteriormente las sustituyeron con secciones más esbeltas y metálicas) tu-vieron cierto gusto estético en sus remates, gracias a la tradi-ción holandesa de la construc-ción en ladrillo siempre atenta a la pequeña escala del detalle. En competencia vertical apa-recieron los depósitos de agua: la mayoría de los sistemas de calefaccción de los invernade-ros necesitaban de un depósito de agua, de fábrica metálica, de aspecto similar a los del ferro-carril. A una altura de 7 metros proveían de presión al siste-ma. Con el paso del tiempo y la mejora en las máquinas estos depósitos se situaron a ras de suelo, pero aumentaron consi-

Ketelhuis en la granja Sonnehoeck. Detalle de la caldera tipo Robin Hood. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010.

derablemente su superficie. El perfil de estos tres elementos configuró el primer paisaje in-dustrial de la región.

Los primeros prototipos de invernadero modular nacen con el Westland warenhuis, literal-mente “gran almacén de West-land”. Esta nueva tipología se basa en la consecución de unas paredes prácticamente planas y cubiertas inclinadas a dos aguas sobre pilares. Permite una ma-yor altura en el interior, y un completo aprovechamiento de la superficie cultivable interna. El nombre proviene de la compara-ción con los grandes almacenes y pasajes de cristal que empe-zaban a aparecer en la época, además de la diversidad de ve-getales cultivados en su interior.

Dos tipos de estructuras soste-nían esta construcción, madera y hierro. Este tipo de invernadero ha sido la base de todas las tipo-logías posteriores que podemos encontrar en la región: breedka-pkas y traliespantkas.

El primero posee espacios más diáfanos debido a su es-tructura, que se vuelve mínima, permitiendo mayores paños vi-driados y luces más largas en la estructura metálica. En un principio fueron usados para el cultivo de plantas ornamentales. Las luces de las vigas varían en-tre los 9 y los 16 metros, aunque existen ejemplos que alcanzan los 20; su altura sobrepasa lar-gamente la media, alcanzando en ocasiones hasta 5 metros. El segundo tipo también conocido

Page 43: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 41

Ketelhuis y chimenea en la granja Sonnehoeck . / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010.

Evolución cronología de la tipología de invernaderos holandeses. / WESTLAND MUSEUM

como tipo Venlo, consiste en un sistema de vidrio autoportante en el cual las aperturas superio-res en cubierta se encuentran alternadas en su orientación: permite que el invernadero sea más transparente con un menor coste material ya que la longitud de las crujías varía de los 3 a 16 metros; en altura alcanzan alre-dedor de 4 metros. Intentando minimizar las pérdidas energéti-cas o los excesos de soleamien-to, estos modelos empezaron a incorporar paredes opacas: la reminiscencia de los primeros muros de fruta sigue refleja-do en esta medianera cerrada. También son los invernaderos Venlo los que primero incorpo-ran los sistemas de iluminación artificial nocturna.

La evolución cronológica del invernadero es paralela a su crecimiento en dimensiones, no solamente en superficie, sino también en altura. Los avances

industriales en materiales y téc-nicas constructivas, convirtieron los primitivos muros frutales en las inmensas explotaciones in-dustriales de hoy en día.

Conjunto de invernadero tipo kniekas, watertoren y chimenea. Poeldijk . / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010.

Interior de un invernadero tipo kniekas. Poeldijk. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011.

Primitivo invernadero tipo lessenar. Poeldijk. / J. MARCOS RODRIGUEZ

Muur met schietglas(abrikozenmuur,omstreeks1800)

Kniekas Loosduinse komkommerkas Warenhuis

Muur met lessenaar

Muur met bredelessenaar

Muur met kopkas A-kas- druivenkas

Page 44: Revista Llámpara 4

42 | LLÁMPARA

4. Glazenstad: la sociedad fruto del invernadero.

Westland mantenía des-de sus orígenes agrícolas una estructura de productores muy local, las explotaciones eran de carácter familiar y pasaban de generación en generación, siendo los propios familiares los encargados de la producción. Esta estructura socio-rural de pequeños productores fue evo-lucionando paulatinamente en favor del cooperativismo. Las importaciones de productos a Reino Unido ya eran muy im-portantes desde 1850, momento en el que surgen los primeros movimientos asociacionistas fa-voreciendo y protegiendo a los productores de todos los inter-mediarios. La figura de la su-basta surge en 1890 en la pobla-ción de Honselersdijk. Durante mucho tiempo las veilinggebouw o edificios de subastas eran de carácter local y gestionaban la producción de los invernaderos cercanos. La necesidad de crear un negocio más grande centra-lizó todas las actividades y ser-vicios en Flora Holland Honse-lersdijk, un gigantesco complejo sede de la cooperativa situado a las afueras de Naaldwijk. Este proceso de asociación profesio-nal puede verse a lo largo y an-cho del país; si en 1946 había en todo Holanda 162 subastas de frutas, hortalizas y flores, el número ha descendido a 23 en el cambio de siglo. Flora Holland hoy en día es una ciudad den-tro de la ciudad de cristal: tiene su propio cuerpo de bomberos, su propio banco, su sistema de seguridad, su propia gasoline-ra… por supuesto es la mayor compañia de la zona, y con su rascacielos en medio del mar de invernaderos marca no solo su posición geográfica sino su do-minio y presencia en la sociedad de Westland.

Las comunidades y entidades de población holandesas tradi-cionalmente se fueron formado en torno a la necesidad de man-tener el territorio. De esta forma desde la Edad Media el drenaje

Paisaje típico del Randstad. Rotterdam al fondo . / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010

Vista de Westland desde lo alto del sistema dunar. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010

Carácter urbano industrial del paisaje: pistas deportivas entre invernaderos. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010

Page 45: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 43

Chimeneas y ketelhuis en deterioro cerca de Monster. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011

Westland es accesible fácilmente desde Rotterdam, La Haya y Delft, principales estaciones de ferrocarril. Los aeropuertos de Schiphol (Amsterdam) y el de Rotterdam-

Den Haag se encuentran a 50 y 30 minutos respectivamente. Diversas líneas de autobuses locales sirven la zona desde estas estaciones. Por carretera los principales accesos son la A20 y la N464. La zona también es accesible en ferry desde Harwich (UK) que enlaza Hoek van Holland con la ciudad británica.

Desafortunadamente no existe mucha información en castellano acerca de la materia; del mismo modo los textos en inglés generalmente aportan una visión general. Sin em-bargo la documentación gráfica es más accesible. A desta-car cuatro vídeos (en neerlandés) relacionados con el tema:

Westland met de schuit naar de veiling (acerca del proceso de dis-tribución de las hortalizas del campo a la subasta en barca, muestra imágenes que describen perfectamente el ambiente de la época)http://www.youtube.com/watch?v=BQ_ZyOjUZwQ&feature=related

De Glazenstad (pequeño documental con entrevistas a personas relacionadas con las actividades en los inverna-deros. Continene numerosas imágenes antiguas y actuales)http://www.youtube.com/watch?v=XNSBhyXQXyo

Tuinen Westland 1920 (se muestran varios de los in-vernaderos mencionados en el texto y su funcionamiento)http://www.youtube.com/watch?v=JqtrQ0IMMUQ&playnext= 1&list=PL9397533B0CEB4331

Honselersdijk in 1970 (un vídeo casero que muestra diferentes escenas de la vida cotidiana de la localidad, muchas de ellas en rela-ción con los invernaderos. En los últimos fotogramas se aprecia que muchas de las chimeneas de ladrillo aún eran visibles en la época) http://www.youtube.com/watch?v=M5FA3DOmzfY&feature= related. n

del terreno y su mantenimien-to unía diversas poblaciones en un mismo esfuerzo: construc-ción de diques, drenajes, etc… A pesar de la cercanía geográ-fica, estas poblaciones mante-nían sus identidades propias y no es hasta el S.XX que comienzan a fusionar sus esfuerzos a una escala más grande. La denomi-nación geográfica de Westland tradicionalmente hace referencia a la zona entre las dunas marí-timas y el estuario del río Maas; no obstante es extensible a otras zonas fuera de los actuales lí-mites municipales. La identidad asociada a los invernaderos ha sido un vínculo tan fuerte en la región durante todo el S.XX que a nivel nacional la zona ha co-nocido diversos sobrenombres como Glazenstad, Druivenland o huerto de Holanda. Estos englo-baban a varias entidades de po-blación que hasta 2004 (año de fusión de todas ellas en un nuevo municipio de nombre Westland) eran independientes: De Lier, ‘s-Gravenzande, Monster, Naaldwijk y Wateringen.

La ciudad de cristal y el in-vernadero son la seña de iden-tidad de la zona, y los productos locales (los diferentes tipos y va-riedades de tomates y pepinos) posicionan el nombre de West-land en los más diversos pun-tos del mundo. En su tiempo fue el cultivo de la uva, a través de famosos festivales, cuya reina, la Druivenkoningin era la auto-ridad y embajadora de la zona. Una época reflejada en la serie de televisión (llamada como no Glazenstad) que en los años 60 reflejaba la sociedad de los in-vernaderos: “Dat is het Westland, Glazen stad, Europa’s tuin” (Esto es Westland, la ciudad de cris-tal, el huerto de Europa). Estas entre otras muchas manifes-taciones culturales y sociales (que se muestran al exterior en festivales como Kom in de Kas donde se exhiben y se abren al público los diferentes tipos de explotaciones) hablan de una comunidad construída en tor-no a la actividad que de forma

Más información:

Page 46: Revista Llámpara 4

44 | LLÁMPARA

Desaparición de cualquier referencia al paisaje natural . / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011

directa o indirecta relaciona a todos los habitantes de la región. Un lugar en donde todos presu-men de conocer a todos y donde las sucesivas generaciones han compartido con el resto de sus convecinos las diferentes etapas marcadas por los invernaderos: los cambios derivados de los cul-tivos, las crisis energéticas o las catástrofes como inundaciones o guerras.

Como patrimonio industrial los invernaderos de Westland son el exponente más visible de la transformación de la sociedad industrial en la zona. Son una respuesta industrial a una acti-vidad agrícola que evolucionó y se adaptó a las necesidades y re-querimientos del momento y que se valió de los avances industria-les para, en continua lucha con el clima, el territorio y los recursos naturales del lugar, transformar de forma radical el paisaje, las

costumbres y la sociedad de la región. Estos valores los hacen valiosos más allá de la arquitec-tura y la importancia histórica:

en definitiva representan no solo el carácter de los habitantes de Westland sino también del pueblo neerlandés. n

Una de las antiguas carreteras de la zona, proximidades de Kwintsheul. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2010

Page 47: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 45

Niños jugando en el entorno de Flora Holland. / J. MARCOS RODRIGUEZ 2011

BibliografíaALLEBLAS, J.T.W. Kansen voor kas-

sen. Naar een economische hoofds-tructuur glastuinbouw.

ALLEBLAS, J.T.W. Ruimtelijk pers-pectief voor de Nederlandse glastuin-bouw.

BARENDSE, J. Hollands Tuin: De Westlandse tuinbow van vroeger tot nu.

BEN KUIPERS LANDSCHAPSAR-CHITECTEN. Integrale Visie greenport Westland-Oostland 2020 (2008) Samen-werkende geementen in de Greenport Westland-Oostland.

BIELEMAN, J. (2010) Five centuries of farming: A short history of Dutch Agriculture, 1500-2000. Wageningen Pers.

GROENEWEGEN, JON (2007) Het Westland in wording, van water en wad tot werk-en woongebied. Poeldijk. Sti-chting Stimulering Historische Publica-ties Westland-Naaldwijk.

HAMHUIS, VAN NIEUWENHULIJZE EN SIJMONS. Glastuinbouw en lands-chap. Een studie naar de mogelijkhe-den van landschappelijke inpassing van glastuinbouwprojectvestigingen.

HILLS, RICHARD L. (1994) Power from Wind: A History of Windmill Tech-nology”

Inventarisatie Historisch Waardevo-lle Objecten (2007) Gementee Westland.

IMMERZEEL, TON Historische Tuin van Westland. Westlands Streekhisto-rie. Officieel informatiebulletin van de Strichting Streek-en Tuinbouwhistorie Westland. Nummer 5 september/okto-ber 1994

MOKYR, JOEL (1999) The Industrial Revolution and The Netherlands: Why did it not happen? Prepared for the 150th Anniversay conference organized by the Royal Dutch Economic Associa-tion, Amsterdam.

SELLENRAAD, DICK (2006) De bo-venkant van Westland. Schiedam, Scriptum Publishers.

TER LAAK, P.J. (1975) De geschie-denis van de tuinbouw in het Westland. Europese Bibliotheek.

Familia retratada con la cosecha de uvas dentro del invernadero. circa 1900. / AUTOR DESCONOCIDO.

Page 48: Revista Llámpara 4
Page 49: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 47

El siglo XX abarcó el inicio, auge y declive de la industria conser-vera en la Región de Murcia. Con su caída en sus años finales se abrió un período de incertidum-bre económica que dio paso a la sustitución de sus espacios y al mantenimiento de gran parte de sus chimeneas, vistas como los únicos elementos significativos a preservar y que hoy componen el grueso del patrimonio indus-trial de este sector. Al margen de su sustrato material, en gran parte perdido, ha quedado un le-gado inmaterial de gran impor-tancia representado en la me-moria laboral de sus trabajado-ras. Mujeres que dieron sentido y razón de ser a unas fábricas de las que hoy poco queda y que trabajaron en unas condiciones laborales propias que precisan de un mayor conocimiento.

1. La mujer: Mano de obra de la industria conservera

La historia industrial es una sucesión de avances y retro-cesos. En un momento deter-minado las condiciones son fa-vorables para hacer emerger y desarrollar un sector deter-minado. Y pasado un tiempo un declive, matizado por multitud de variables, puede hacer que lo que antes era referencia y auge se convierta en un mero episodio industrial relegado. Así se adentra en la espera, buscando un nuevo impulso que lo haga resurgir o directamente

Mª Dolores Palazón Botella, Doctora en Historia del Arte, especialista en Patrimonio Industrial.

Mujer y trabajo en la industria conservera de Molina de Segura (Murcia).Apuntes desde su memoria

comienza diluirse antes de caer en el olvido.

Esto fue lo que le ocurrió al sector conservero en la Región de Murcia. Una actividad que fue adquiriendo auge de mano de las primeras factorías que se abrieron entre finales del XIX y principios del XX en varios de sus municipios, aprovechan-do que las conservas vegeta-les comenzaban a ser cada vez más demandadas y que el lugar reunía una excelente materia prima y una mano de trabajo adecuada para desarrollar sus labores, representada en las mujeres que eran, y son, el tra-bajador por excelencia de estos centros de trabajo. La activi-dad, tras momentos de incerti-dumbre derivados de los con-flictos bélicos y las fluctuacio-nes económicas de esos años, comenzó a repuntar con fuer-za en la década de los 50, un auge que se mantendría hasta la de los 80 cuando la activi-dad comenzó a dar síntomas de agotamiento. Los años poste-riores derivarían en la falta de medidas eficaces para atajar la situación lo que llevó al cierre y despido masivo de sus planti-llas de trabajadoras.

Tras esto sus espacios, pri-vilegiadamente ubicados en los centros urbanos de las ciuda-des, comenzaron a ser pasto de las nuevas actuaciones inmobi-liarias y constructivas, y a tener cierta consideración por parte

de las nuevas políticas patrimo-niales en donde el patrimonio industrial despuntaba. Fue así como de ellas sobrevivió el tes-timonio vertical del elemento que simbolizó esta actividad: su chimenea de ladrillo.

Pero al margen de estos vestigios materiales había un referente cargado de inmateria-lidad que seguía presente. Ese no era otro que el sustrato que el proceso había generado en las mujeres que habían partici-pado en el mismo. Y más con-cretamente dejar constancia de las condiciones laborales que les había tocado protagonizar.

La mujer copó el mundo la-boral de este sector. El grueso de la plantilla lo conformaban centenas de trabajadoras frente a una escasa presencia mas-culina. Ellas se encargaban de realizar todas las operaciones manuales que permitían trans-formar la materia prima en conserva. Mientras que ellos, un reducido grupo de hombres, desempeñaban las funciones de vigilancia, reparación de maqui-naria y cuestiones auxiliares que servían para mantener el traba-jo de las mujeres.

Y es que no hay que perder de vista que la mujer era la que mejor se adaptaba a las nece-sidades derivadas de esta ac-tividad, puesto que su género se asociaba con la pericia nece-saria para realizar sus tareas. Tareas que suele conocer de an-

< Visión general de un centro de trabajo (Fragmento). / ARCHIVO GENERAL DE LA REGIÓN DE MURCIA.

Fondos Centro Histórico Fotográfico de la Región de Murcia. GL-001-001799.

Page 50: Revista Llámpara 4

48 | LLÁMPARA

acuerdo de aquello. Me metía debajo de las mesas a recoger los cortes que se caían de alba-ricoque. Y después ya empecé a trabajar sobre los 12 ó 14 años” (Testimonio de LPÑ). Así apren-dían el oficio y así, también, pronto comenzaban a enrolarse en las campañas conserveras e iban buscando un trabajo por las fábricas de la localidad, como las de otras próximas, que les permitiera obtener una remu-neración fija frente a las labores del campo.

Ante la eventualidad que predominaba en el mismo, don-de inicialmente sólo se trabaja-ba en las campañas de primave-ra-verano, no era una labor que se desempeñara de una manera continuada por eso las muje-res tenían ciclos de trabajo, muy marcados, y paros forzados. Al-gunas acudían a él en momentos de necesidad; era normal que las adolescentes buscaran de este modo la manera de com-

pletar su ajuar y obtener un ali-vio económico para su boda, y otras los compaginaban con su vida familiar enrolándose en el mismo cuando les era posible. Y por eso mismo era un trabajo apreciado por la mano de obra foránea que comenzó a llegar llamada por los industriales o atraída simplemente por los re-latos que hablaban de Molina como un lugar próspero donde abundaban las ofertas de tra-bajo a partir de la década de los 50. Así numerosos grupos de mujeres, tanto de la provincia de Murcia como de sus provin-cias colindantes, se traslada-ban hasta la localidad buscando un puesto en una conservera. Mujeres que inicialmente venían de un modo eventual pero que conforme el sector fue amplian-do los productos a elaborar e implantando nuevas campañas de producción, derivó que esa eventualidad fuera sustituida por una continuidad que les hizo asentarse de un modo definitivo en este lugar. Algo a lo que tam-bién contribuyó el desarrollo de industrias auxiliares que co-menzaron a surgir (fábricas de envases metálicos, de cartona-jes, de reparación de maquina-ria, etc.) y del auge constructivo que se comenzó a vivir en la lo-calidad. Actividades industriales adaptadas al género masculino.

Su situación laboral tuvo deficiencias desde sus inicios hasta su época final. Entre los puntos negativos que se con-virtieron en aspectos crónicos de esta actividad destacó siem-pre la falta de transparencia

temano por su vinculación con el mundo agrícola, era la que mejor se adaptaba a su even-tualidad al considerarse que era un mero complemento económi-co del sustento familiar, aunque en algunos casos es ella la que mantiene el hogar, era menos reivindicativo socialmente, más dócil y era una mano de obra barata.

Sin embargo, aproximarse a sus experiencias, a esas viven-cias en primera persona, tenía algunos inconvenientes que iban relegando esta cuestión. Pues si bien su situación laboral era co-nocida se temía la repercusión que la proyección de las mismas pudiera tener cuando todavía, pese a que han pasado más de dos décadas desde su caída, no se ha superado del todo el trau-me de su cierre. Por eso reali-zamos una primera incursión en esta materia tomando contacto con un grupo de mujeres próxi-mas a nosotros, agrupadas en franjas de edad diversas, ya que así fue la manera que tuvimos de contrastar la situación de las que vivieron sus primeros años con las de la época final; y de procedencia distinta, recogiendo las de las autóctonas pero tam-bién las de las forasteras, ape-lativo que recibieron las gentes que vinieron de otros lugares a trabajar a esta localidad, para tratar de recomponer de una manera ordenada y clara sus condiciones y experiencias la-borales.

2. El trabajo: Condiciones laborales en el sector conservero

La mujer que se convertía en mano de obra de una indus-tria conservera se adentraba en este mundo a una edad tem-prana. Era normal que las niñas acompañaran a sus madres a los centros de trabajo y que allí mezclaran juegos con trabajo sin separar los límites de unos y otro: “[…] era pequeñica; iba con mi madre […] y cogía los cortes del suelo. Entonces dejaban a las madres llevar a los críos. Me

Viñeta alusiva a la situación laboral de la localidad. Programa de Fiestas de 1980.

“ Era normal que las niñas acompañaran a sus madres a los centros de trabajo y que allí mezclaran juegos con trabajo sin separar los límites de unos y otro: “[…] era pequeñica; iba con mi madre […] y cogía los cortes del suelo. Entonces dejaban a las madres llevar a los críos. Me acuerdo de aquello. Me metía debajo de las mesas a recoger los cortes que se caían de albaricoque.”.

Page 51: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 49

Mujeres trabajando en una conservera. / ARCHIVO GENERAL DE LA REGIÓN DE MURCIA. Fondos Centro Histórico Fotográfico de la Región de Murcia. GL-001-001989.

administrativa con respecto a los contratos y afiliaciones a la seguridad social, pues la cla-se industrial nunca cuidó este aspecto como se debiera. Así lo usual, hasta los años 70, e incluso en años posteriores, era que el personal no era contra-tado tal y como hoy en día se entiende esta función, es decir, un vínculo que une al patrón y al obrero mediante la firma de unas cláusulas que obligan al obrero a cumplir unos objetivos que le serán remunerados por el patrón quien a su vez se com-promete a velar por su trabajo en unas condiciones laborales, sociales, sanitarias y legales óptimas. Sino que eran simple-mente reclutadas, para trabajar durante el tiempo que duraba la campaña.

De tal modo, que lo normal, era acudir a una fábrica cuando se daba la voz por la gente que acudía a ella de que se nece-sitaban más mujeres. Una vez seleccionadas procedían a dar sus datos, algo que consistía en

aportar el nombre, el cual que-daba registrado en una lista que diariamente se pasaba, siendo este el modo que tenían de com-putar los días trabajados. En otros casos se disponían de va-les que acreditaban la asisten-cia al centro de trabajo algo que era vital puesto que del cómputo de días trabajados dependía el sueldo, ya que no se costeaban las horas extras al no estar se-paradas de las normales. Así lo recuerdan ellas: “[…] entonces pasaban lista. Luego ya llevabas vale que el portero los cogía y luego por orden los iba dando cuando salíamos nombrando […] Salían con una libreta: Fulana de tal-Servidora y te apuntaban en la lista” (Testimonio de MPC).

La ausencia de un contrato derivaba en la ausencia de re-conocimiento oficial del trabajo y por lo tanto dejaba sin presta-ciones de desempleo, asistencia sanitaria propia y sin cotización a las trabajadoras. Es más, en algunos casos lo que se hacía era derivar los derechos de la

trabajadora a miembros ajenos cercanos al núcleo familiar del empresario, es decir, sus coti-zaciones les eran computadas a otras personas, algo que las trabajadores han asimilado con el tiempo: “Tú sabes lo que pasa, lo pienso yo, porque a mí nadie me lo ha dicho, que todas las que no trabajaron por parte de la familia de ellos todas han cobrado. Lo que tenían que dar-me a mí se lo han dado a otra” (Testimonio de MPC). Esta si-tuación sería la más perjudicial de todas puesto que llegado el momento de la jubilación gran parte de ellas no pudieron acce-der a la pensión que les corres-pondía, quedando en una penosa situación económica que les hizo acogerse a pensiones no contri-butivas.

La jornada laboral no tenía límites fijados. Dependía de la producción, de la entrada de la materia prima de ese día y del desarrollo de la cadena de ela-boración. Así, era tan variable como inestable pues se podía

Page 52: Revista Llámpara 4

50 | LLÁMPARA

canso que solía haber para co-mer, motivo por el que comían en la puerta de la fábrica, no ha-bía comedores, la comida que ellas mismas llevaban y que, en el mejor de los casos, dejaban en un horno para que se la ca-lentaran.

La situación era peor para las forasteras. Si éstas vivían cerca de la localidad se trasla-daban diariamente en camiones y autobuses, cuyo importe a ve-ces tenían que costear, y cuando la distancia no se podía salvar en un día alquilaban habitaciones y viviendas. En algunos casos los propios industriales buscaban el alojamiento a éstas y en otros proveían espacios amplios en las que ellas tenían que aportar la cama: “Primero nos dieron un sótano. Nosotras poníamos los colchones y las camas. Luego vivimos en casas” (Testimonio de AN).

La vida en estos lugares comunitarios tenía dificultades pues ellas mismas tenían que en-cargarse de las tareas de lim-pieza, preparar su propia comida y organizar sus turnos de lava-do en unos espacios que tenían que compartir: “[…] en las casas teníamos una cocina pero para coger una cocina de noches pues tenías que madrugar para coger-la la primera para hacerte algo. Tampoco te daba tiempo. Y el do-mingo, si no trabajábamos, había que dedicarlo a lavar corriendo y teníamos que madrugar por-que teníamos que coger una pila” (Testimonio de AN).

En otros casos la picares-ca no faltó y fueron muchos los que dieron cobijo en espacios in-fames a estas gentes. Y otros muchos fueron los que vieron en los alquileres un negocio al que sacar el máximo rendimiento llegando a alquilar dependencias de sus casas y a crear piezas de donde no las había: “Si venían muchas no había camas para to-das, ellas decían que dormían en el suelo en sacos de dormir” (Testimonio de MPC).

Los industriales trataron de mejorar esta situación promo-

dar el caso de iniciar la tarea a primera hora de la mañana y concluirla al final del día o dar-la por terminada poco tiempo después. De tal modo que cada día a la salida se avisaba de la hora de entrada del día siguien-te. Y conforme avanzaba el día el personal era avisado de la hora de la salida. Así la jornada podía durar 18 horas o apenas un par, incluso ser convocadas para no trabajar. Esto causaba gran des-concierto porque se vivía pen-diente del trabajo: “Yo salía a lo mejor esta noche a las 12 y decían ¡Hasta qué se avise! Y a otro día a las 9 de la mañana te llamaban” (Testimonio de CPP). Además, la salida del personal se obstruía encargándole tareas de limpieza y ordenación de la fábrica, era lo que se conocía como la “chorrá”, haciendo que la salida, ya de por si retrasa-da, se retrasara aún más. Esta no repercutía en el sueldo, pues como se ha dicho, se cobraba por día trabajado. Aunque a par-tir de 1976 la situación comenzó a cambiar, lo veremos a conti-nuación, y se impuso un horario basado en turnos que se iban sucediendo, pese a todo la va-riabilidad horaria fue otra de sus características.

El trabajo se hacía siem-pre de pie pese a que parte del mismo se podía realizar estan-do sentadas, aunque sorpren-de saber cómo esta medida se tomó tras años de poder ejer-citarlo en posición de reposo. Durante décadas ellas mismas tuvieron que proveerse de los utensilios necesarios para su trabajo, cuchillos, peladores, y de la ropa de trabajo, ya que de la posesión de los mismos de-pendía su trabajo.

Y durante demasiado tiempo tuvieron que aguantar el trato duro por parte de algunos en-cargados en determinados cen-tros laborales, pues no en todos se dio esta tónica. Estos tenían la función de supervisar las ta-reas laborales de las mujeres y no dudaban en hacerlo con ver-dadera imposición. Su vigilan-

cia continua se realizaba con la proyección continuada de gritos e incluso insultos que buscaban atemorizar al personal y lograr un mejor rendimiento, para ello se servían de micrófonos y del apoyo de ciertos elementos ar-quitectónicos, como podían ser un propio púlpito, que a modo de los religiosos, se ubicaba en un pilar de la nave, desde don-de daba sus arengas, hasta una pasarela elevada en tiempos más modernos, aprovechan-do su posición sobrelevada “no quitaba ojo a las trabajadoras”. Las obreras recuerdan estos episodios con gran realismo así lo plasmaron en sus rela-tos: “[…] el tío no se bajaba del púlpito. ¡Encargado fulano mira a la fulana! ¡Nena qué haces! ¡Nena mira el bote! ¡Nena mira ese bote va falto! […] Allí llega-bas y sí estabas llenando botes nada mas […] no podías mirar para ningún sitio” (Testimonio de MPC).

Esta postura, permitida por los industriales, contrastaba con la pervivencia de ciertos ele-mentos religiosos pues no era extraño que en algunos centros se rezara el ángelus y el rosario.

A estas características de su trabajo se sumaba las pro-pias de su vida fuera de la fábri-ca. La ubicación de los centros de trabajo, establecidos en el casco urbano como se ha indi-cado, obligaba a las obreras a tener que desplazarse a pie has-ta ellos. Aquellas que vivían en los barrios más apartados del centro, lugares que estaban cre-ciendo en estos años al amparo del boom industrial, no podían volver a casa en la hora de des-

“ Durante décadas ellas mismas tuvieron que proveerse de los utensilios necesarios para su trabajo, cuchillos, peladores, y de la ropa de trabajo, ya que de la posesión de los mismos dependía su trabajo. ”

Page 53: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 51

viendo la construcción de resi-dencias para obreras, e inicián-dose en la promoción inmobilia-ria, apoyándose en la normativa sobre viviendas de renta limita-da que estuvo vigente durante la época franquista. De esta mane-ra construyeron viviendas indivi-duales que acabarían por llegar a configurar barrios enteros de la localidad.

Durante años las reclama-ciones de estas obreras, quie-nes pese a necesitar su puesto de trabajo eran conscientes de los abusos que con ellas se co-metían, estuvieron en manos del Sindicato Vertical y la Iglesia, quienes trataron por todos los medios de hacer ver a la clase obrera que era preciso mejorar las condiciones laborales de sus plantillas. También, en los años 50, comenzaron a tomar partida los grupos de Juventud Obrera Cristiana y la Hermandad Obre-ra de Acción Católica. Estos gru-pos, a través de reuniones y de la puesta en marcha de escue-las nocturnas, adoctrinaban en

sus derechos a la clase obrera quien poco a poco fue teniendo conciencia de éstos. Pero nada de ello fue productivo. Pues el poder de los industriales pare-cía estar por encima de todas las ansias de mejora.

La situación comenzó a cambiar a partir de 1976. Apro-vechando el clima de inestabi-lidad política que vivía el país y la sucesión de huelgas de otros sectores la industria conserve-ra inicia en Molina en junio de ese año una huelga indefinida que se propagó por el resto de municipios conserveros logran-do paralizar la actividad. A raíz de este hecho los trabajadores tomaron la calle con sus pro-

clamas de mejora e hicieron de las iglesias de la localidad sus lugares de reunión. Así fue como reclamaron derechos tan elementales como básicos: con-tar con un contrato de trabajo, establecer una jornada de ocho horas, pagar las horas extras, fijar las horas de entrada y sa-lida y respetarlas, cotizar a la seguridad social, no tener que costear el material de trabajo, trabajar sentadas o recibir sus nóminas junto al sueldo. La pre-sión fue tal que los conserveros acataron estas peticiones ape-nas unos días después de iniciar la huelga, aunque bien es cier-to que algunos con más interés que otros.

Estas mejoras, en el mejor de los casos, en aquellos en los que si tuvieron efecto, se aco-metieron demasiado tarde por-que en los 80 los síntomas de crisis y agotamiento comenza-ron a surgir. Las industrias co-menzaron a rescindir de per-sonal al automatizar algunos procesos o reducir su produc-

“ A raíz de este hecho los trabajadores tomaron la calle con sus proclamas de mejora e hicieron de las iglesias de la localidad sus lugares de reunión.”.

Visión general de un centro de trabajo. / ARCHIVO GENERAL DE LA REGIÓN DE MURCIA. Fondos Centro Histórico Fotográfico de la Región de Murcia. GL-001-001799.

Page 54: Revista Llámpara 4

52 | LLÁMPARA

ción. Pese a todo su personal tuvo que seguir aguantando si-tuaciones tales como ser despe-didas al casarse, pelear por su momento de descanso o seguir aguatando los improperios de los encargados.

En los 90 se ratificó la cri-sis. Las conserveras entraron en crisis motivadas por sus pro-blemas internos, eran empresas familiares que habían caído en las manos de la tercera gene-ración, a ellos se sumó la cri-sis económica y la entrada en el mercado común europeo que llevó implícita la entrada de pro-ductos nuevos con los que no podían competir. La solución a este problema no fue otra que el cierre y los despidos masivos producidos entre 1992 y 1994, años en los que el municipio fue un auténtico polvorín de huelgas y manifestaciones protagoniza-das por unos trabajadores que se negaban a perder su trabajo y a ver como apenas tenían dere-chos reconocidos.

Las principales afectadas de todo ello fueron las mujeres de sus plantillas, sobre todo las de mayor edad. Mujeres que no conocían otro trabajo. Y que tu-vieron que reclamar en penosos juicios el cobro de sus indemni-zaciones, las cuales acabaron siendo abonadas por la adminis-tración central.

3. La memoria del trabajo contra el olvido

Pese a que han pasado ya años desde que las conserve-ras de la localidad cerraron, y pese a que en la actualidad su pervivencia es mínima, todavía su sustrato sigue estando pre-sente. Somos muchos los que todavía recuerdan a los grupos de mujeres que con sus risas y cantos marchaban camino del trabajo con sus característicos babis. Cuando grupos de traba-jadoras cruzaban a pie la loca-lidad con una alegría que con-trastaba con lo que acontecía de las puertas para adentro de la fábrica. Guardan en la memoria sus historias y relatos. Y creen,

como nosotros, que su vida la-boral merece de un mayor reco-nocimiento.

Pero este trabajo está in-completo. Para completarlo fal-ta la otra parte. Contrastar este sistema laboral, esta manera de entenderlo, con los dirigen-tes que estaban al otro lado. Aspecto en el que, hasta el mo-mento, no nos ha sido posible adentrarnos. La clase industrial de la localidad fue pionera en

abordar un proceso industrial de este tipo en una zona que has-ta entonces vivía únicamente de las tareas agrícolas. Con su empeño y ansias de superación lograron formar un núcleo in-dustrial sólido capaz de pervivir durante un siglo. De su mano se llevaron a cabo importantes me-joras y reformas en el panorama urbano de la villa y promovieron un paternalismo industrial que les llevó a procurar empleos al mayor número de trabajadores.

A menudo estos dirigentes suelen ver este tipo de trabajos como una manera de atacarlos puesto que suelen estar predo-minados por sectores determi-nados, algunos muy reivindica-tivos, como mineros y ferrovia-rios, o por grupos sociales cuyas características laborales suelen destacar por lo peyorativo de las

“ La clase industrial de la localidad fue pionera en abordar un proceso industrial de este tipo en una zona que hasta entonces vivía únicamente de las tareas agrícolas.”.

Relato de las condiciones laborales. / ARCHIVO MUNICIPAL DE MURCIA. Hemeroteca digital.

Diario La Verdad, 26-8-1991. p. 11.

Page 55: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 53

mismas; mujeres y niños. Quizá si accedieran a colaborar en los mismos, a dar su visión, a expli-car el por qué de todo ello, estos trabajos no serían vistos como reclamaciones o una manera de tratar de sacar lo más subver-sivo de sus centros de trabajo, sino como lo que realmente son: el testimonio de una manera de entender y enfrentarse a los nuevos sistemas laborales y, ante todo, una manera de recor-dar lo que una vez se fue.

Porque a menudo cuando se visita un centro de trabajo, abandonado, vacío, recuperado, sea cual sea su estado pero en el cual ya no se desempeña las tareas laborales que le dieron cobijo, el silencio y la falta de elementos que recreen la ma-nera de trabajar hacen que a veces se olvide lo que aquello una vez fue.

Esta situación se magnifica todavía más cuando lo que han quedado son elementos parcia-les. Pues si de esta industria en la localidad han quedado cin-co chimeneas, ninguna de ellas cuenta con elementos identifica-tivos que las asocien a su activi-dad. Y la actividad ahora mismo apenas tiene incidencia dentro de su tejido industrial. De tal modo que ya no es un sector con el que se asocie a la localidad.

No es una actividad próxima a sus preceptos laborales, con lo cual está cayendo lentamente en el olvido. Por eso dentro de poco quizás nadie recuerde que uso tenían las chimeneas, para qué servían, de qué dependían. Por eso la memoria de sus trabaja-doras debe servir para reclamar el espacio que este patrimonio industrial todavía tiene.

Y es que convertir la expe-riencia de estas trabajadoras en un ejercicio contra el olvido sir-ve para recordar lo que una vez se fue, cuando la conserva sus-tentó a toda una ciudad. Ellas, pese a sus penalidades todavía lo tienen presente y siguen ha-blando con ansias de futuro de sus años de trabajo: “[…] Y no hay noche que no sueñe que es-toy embotando. Que estoy yén-dome a trabajar ¡Es qué no hay noche que pase!” (Testimonio de LPÑ). n

Bibliografía y fuentes de información

Fuentes oralesPor expreso deseo de las traba-

jadoras que colaboraron en nuestro estudio mantenemos sólo las iniciales de sus nombres. Fuentes documentales

A A. V V. (2001), Condiciones de trabajo en el sector agroalimentario de la Región de Murcia, Murcia, CICES.

VV. AA. (1996), El trabajo de las

mujeres. Pasado y presente. Semi-nario de Estudios interdisciplinarios de la Mujer. Universidad de Málaga. María Dolores Ramos y Teresa Vera (Eds), Málaga, Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, Servicio de Publicaciones.

AA.VV., Presente y futuro en Mo-lina de Segura. Recomendaciones e instrumentos para su desarrollo local (1992), Molina de Segura, Ayuntamien-to de Molina de Segura.

AA. VV., El trabajo de las mujeres a través de la historia (1985), Centro feminista de estudios y documenta-ción, Madrid, Instituto de la Mujer.

FERRE ABELLÁN, Lola (2002), La industria conservera en Molina de Se-gura. Cuaderno del Centro de Estudios Molinenses, Nº 7.

IGLESIAS PAGEO, Mª José (1994), Historia de Molina en letra pequeña, Molina de Segura, Ayuntamiento de Molina de Segura.

PALAZÓN BOTELLA, Mª Dolores (2008), Organización y condiciones la-borales de la mujer en la industria conservera molinense (1890-1994), Trabajo inédito de doctorado.

PEDREÑO CANÓVA S, Andrés (1999), Del jornalero agrícola al obre-ro en las factorías vegetales: Estrate-gias familiares y nomadismo laboral en la ruralidad murciana, Madrid, Mi-nisterio de Agricultura, Pesca y Ali-mentación.

V ICENTE SERR ANO, Dolores (2008), Cómo hemos cambiado. Molina de Segura, Ayuntamiento Molina de Segura.

Page 56: Revista Llámpara 4
Page 57: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 55

Frente a la consideración con-vencional del patrimonio de la ingeniería desde la escala mo-numental, las aproximaciones de escala territorial plantean la necesidad de identificar, anali-zar y valorar dicho patrimonio desde la lógica de las redes. Se plantean aquí, en tal sentido, al-gunos de los rasgos específicos de las infraestructuras lineales históricas, analizando somera-mente la construcción del eje carretero del corredor histórico de la Vía de la Plata en el tramo correspondiente al puerto de la Vallejera.

1. PresentaciónLa extensión de la idea de

patrimonio a la escala territorial ha propiciado una reflexión de la que derivan nuevos modos de enfrentarse tanto al proyecto de ingeniería como a la valoración de las antiguas obras públicas. Por una parte, y a la vez que la Arqueología Industrial ha adver-tido la necesidad de acometer el análisis y recuperación de las infraestructuras vinculadas al transporte y la producción y distribución de bienes, la consi-deración de las obras públicas como parte sustancial del pa-trimonio industrial ha permitido articular un productivo debate sobre la singular dimensión pa-trimonial de la Ingeniería Civil. Por otra, la atención a la historia del territorio, entendido como artefacto cultural, ha plantea-do lúcidamente la conveniencia

de reconsiderar el patrimonio de las obras públicas desde la esca-la que le es propia.

Como consecuencia de ta-les inflexiones, y frente al tipo de orientación que circunscribe la valoración patrimonial de las obras públicas a inmuebles ta-les como puentes, presas, acue-ductos o estaciones ferroviarias, las aproximaciones de carácter territorial inciden sobre la ne-cesidad de entender las infraes-tructuras lineales históricas en cuanto ejes y redes que configu-ran y definen semejante patri-monio.

La consideración patrimonial de las infraestructuras linea-les, y de las redes de caminos históricos en particular, implica concretar conceptos tales como vía, corredor o itinerario histó-rico, definiendo metodologías que permitan valorar y catalogar adecuadamente tales infraes-tructuras y ensayar estrategias de restauración, conservación, refuncionalización y gestión que sustenten su uso en cuanto bie-nes patrimoniales.

2. Las obras públicas y la Arqueología Industrial

Tanto desde las instancias científica y académica, como en lo que toca a los organismos e instituciones vinculados a la salvaguarda del patrimonio, la puesta en valor del patrimonio de la Ingeniería se ha consolida-do, paulatinamente, a partir de la

consideración más genérica del patrimonio técnico e industrial (López García y Sánchez Lázaro, 1997).

En 1985, el Consejo de Euro-pa impulsó el Convenio para la salvaguarda del Patrimonio Ar-quitectónico de Europa y, en las mismas fechas, planteó líneas de trabajo con objeto de definir y proteger el patrimonio técnico e industrial europeo. Los informes que, en torno a tal cuestión, ela-boraron José Antonio Fernández Ordóñez y Manfred Wehdorn a petición del propio Consejo, se presentaron en el Coloquio In-ternacional sobre “Políticas para el Patrimonio industrial euro-peo”, celebrado en 1985 en Vau-en-Velin, Lyon. Se insistió enton-ces, entre otros asuntos, sobre la necesidad de considerar la dimensión patrimonial de las an-tiguas obras públicas europeas, traduciéndose el trabajo de Fer-nández Ordóñez y su equipo en la primera preocupación explícita orientada a la valoración y defi-nición de criterios y estrategias para la protección del patrimo-nio de la Ingeniería Civil espa-ñola (Fernández Ordóñez, 1985, AA.VV., 1986, Martínez Vázquez de Parga, 2001).

Planteado el problema, si-guieron al de Lyon otros colo-quios internacionales organiza-dos por el Consejo: el celebrado en Madrid, en 1986, bajo el título “Las obras públicas, una nue-va dimensión del patrimonio”,

El patrimonio de la ingeniería y las infraestructuras lineales históricas.El puerto de la VallejeraFRANCISCO JAVIER RODRÍGUEZ LÁZARO, JOSÉ MARÍA CORONADO TORDESILLAS, y RITA RUIZ FERNÁNDEZ / ETSI de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Castilla-La Mancha

< Puerto de la Vallejera. Restos del trazado decimonónico y, al fondo, rectificación de 1930. / FOTOGRAFÍA DE LOS AUTORES.

Page 58: Revista Llámpara 4

56 | LLÁMPARA

“ En la mayor parte de los casos, la atención a la dimensión patrimonial de la Ingeniería Civil sigue traduciéndose en la consideración de las obras públicas como monumentos singulares”.

estaciones ferroviarias, de las presas y azudes o de los faros. No por casualidad, y remitiendo a semejante enfoque, buena par-te de los esfuerzos de inventario y catalogación se han centrado, hasta la fecha, en ámbitos como las presas (Fernández Ordóñez et al., 1984), los puentes (véanse, entre otros, los excelentes tra-bajos de Fernández Ordóñez et al., 1988, y Arrúe y Moya, coord., 1998) etc. Como contrapartida, la consideración de las infraes-tructuras lineales históricas, en-tendidas como ejes, corredores y redes que definen y vertebran el patrimonio territorial, ha perma-necido generalmente desatendi-da o prácticamente ignorada.

De hecho, y si bien la re-flexión teórica relativa a la con-sideración patrimonial de las in-fraestructuras lineales, y de los caminos históricos en particu-lar, se ha traducido ya en lúcidas aportaciones conceptuales y me-todológicas (Menéndez de Luar-ca y Soria, 1994, Nárdiz, 1997 y 2001, Soria, 1997a y 1997b, Sán-chez Lázaro, 1997, Coronado, 2003), los únicos consensos de entidad existentes hoy restrin-gen la valoración patrimonial de tales infraestructuras a aquellas calzadas o tramos de calzadas romanas mejor conservadas, a los itinerarios que configuran el Camino de Santiago y la Vía de la Plata, a algunos canales, como el de Castilla, y a la red de ca-ñadas ganaderas. Se trata de un pequeñísimo número de obras, sin duda singulares, cuyos pla-nes especiales de recuperación constituyen desiguales excepcio-nes a una situación generalizada de abandono.

Frente al tipo de orientación convencional que pudiéramos denominar monumental, pa-rece oportuno un enfoque que considere el patrimonio de la Ingeniería Civil desde la escala territorial. Así, “el mismo puen-te románico que cabe exami-nar como monumento aislado o como obra de arte que, además, ha transformado decisivamente su contorno, es también un pun-

específicas al modo en que ha ocurrido respecto a la Arquitec-tura para la Industria, o que su valoración mantenga adecuado acomodo en el seno de la Ar-queología Industrial y el patri-monio que le es propio, es asun-to que exige una reflexión inex-cusable pero todavía pendiente. Sea como fuere, cabe avanzar que, a menudo, y frente a lo que sería deseable, las infraestruc-turas lineales históricas no están siendo explícitamente contem-pladas al abordar la recupera-ción del patrimonio técnico e in-dustrial. Siguiendo una tenden-cia generalizada, y si bien ha es-timado oportuna la protección de infraestructuras como el Canal de Isabel II y el Canal de Castilla, el vigente Plan Nacional de Pa-trimonio Industrial únicamente ha considerado la existencia de “elementos aislados”, “conjun-tos industriales” y “paisajes in-dustriales”, señalando además, como ejemplo orientativo de lo que deben entenderse como ele-mentos aislados, los puentes.

Cuestionar ésta y otras cla-sificaciones no obedece a un simple prurito de orden termi-nológico, puesto que únicamen-te desde el reconocimiento de la singularidad del patrimonio viario será posible su adecua-da identificación, recuperación y puesta en valor.

3. Del nodo a la red. Las infraestructuras lineales históricas

En la mayor parte de los ca-sos, la atención a la dimensión patrimonial de la Ingeniería Civil sigue traduciéndose en la con-sideración de las obras públicas como monumentos singulares. Es el caso de los puentes y via-ductos, de los acueductos, de las

el que tuvo lugar en Bochum (Alemania), en 1987, sobre “Los monumentos técnicos de la mi-nería”, y el celebrado en Durham (Reino Unido), en 1989, con el título “El Patrimonio industrial, instrumento de la memoria”. La reflexión lanzada por el Consejo de Europa a través de estos colo-quios culminó en la Recomenda-ción (90)20, de 13/09/1990, de su Comité de Ministros, relativa a la protección y conservación del Patrimonio Técnico, Industrial y de las Obras Públicas en Euro-pa (Ballester, 1997). Así, y desde la segunda mitad de la década de los años ochenta, el patrimo-nio de las obras públicas quedó estrechamente vinculado al pa-trimonio industrial y técnico y, por ende, a la propia Arqueología Industrial.

Ciertamente, y bien se con-sideren los restos materiales industriales sin restricciones temporales y espaciales, bien los productos asociados a la pro-ducción, distribución y consumo de bienes por parte de las socie-dades capitalistas en particular, las obras públicas reclaman un lugar central en cuanto objeto de análisis de la Arqueología Indus-trial (Lalana y Santos, 2009). Por otra parte, y al definir su ámbito de estudio, la propia Arqueología Industrial ha incidido sobre la necesidad de entender los res-tos industriales desde una pers-pectiva territorial, identificando, entre otros, los paisajes indus-triales lineales -“linear landsca-pes”- vertebrados por corrien-tes de agua, canales o trazados ferroviarios (Palmer y Neaver-son, 1998). Así, y al igual que las máquinas, estructuras y cons-trucciones, las infraestructuras, redes de servicios y medios de transporte han ocupado progre-sivamente a los arqueólogos in-dustriales desde que la discipli-na comenzó a configurarse como tal durante la década los años sesenta.

Que el análisis y conserva-ción del patrimonio de la Inge-niería Civil aconseje formular hoy conceptos y metodologías

Page 59: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 57

“ La consideración patrimonial de las infraestructuras lineales históricas deberá efectuarse desde un enfoque que corrija el excesivo peso habitualmente concedido al valor de antigüedad.”

gún tramo de camino o carrete-ra que atraviesa, modificándola, una franja territorial determinada, adaptándose a los condicionantes geográficos, marcando el paso de los ríos en puntos determinados y que servirá de soporte a los asen-tamientos humanos” (1999).

Ciertamente, la idea de vía o corredor histórico no encaja adecuadamente en la legislación estatal actual. Ocurre por ello que algunos tramos de calzadas romanas han sido inadecuada-mente catalogados como sitios históricos o zonas arqueológicas -es el caso de la calzada romana del Valle del Besaya, o de la Vía de la Plata en Extremadura- y otros, asociados a puentes, como monumentos -así sucede en el caso de la calzada romana de Ci-rauqui, en Navarra-. Por su par-te, corredores e infraestructuras lineales como el Camino de San-tiago, el Camino Real de Reinosa a Santander en la zona de Las Hoces, el Canal de Castilla o el Canal Imperial de Aragón se han catalogado, de manera igual-mente inapropiada, como con-juntos históricos o monumentos.

En ocasiones, y mostrando una mayor sensibilidad hacia el patrimonio viario, las leyes de rango autonómico han recono-cido la singularidad de las in-fraestructuras lineales históri-cas. Así, la Ley 1/2001, de 6 de marzo, del Patrimonio Cultural de Asturias, contempla entre sus bienes inmuebles la catego-ría de “vía histórica”, y entiende que pueden clasificarse como tales “las vías de comunicación de significado valor cultural, ya se trate de caminos de peregri-nación, antiguas vías romanas, cañadas y vías de trashumancia, caminos de herradura, vías fé-rreas o de otra naturaleza”. Se-gún semejante planteamiento, la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla-León, contempla entre sus bie-nes inmuebles la categoría de “vía histórica”, entendiendo que pueden clasificarse como tales aquellas “vías de comunicación de reconocido valor histórico o

igualmente la vía: pontones y tajeas, elementos de seña-lización vertical, casillas de peones camineros, etc.

Más o menos intervenida a lo largo del tiempo, la obra de inge-niería podrá recuperarse así se-gún fue proyectada, construida y sucesivamente reconstruida, en atención a su integridad y escala, y no considerando únicamente sus fragmentos.

Por lo demás, la conside-ración de las infraestructuras lineales desde la escala que les es propia contribuirá a una adecuada reconstrucción de las estrategias de apropiación del territorio que las diversas socie-dades han establecido a lo largo de la historia. Y ello, al menos, tanto por lo que respecta a las posibilidades derivadas de de-terminado contexto tecnológico, como en lo que se refiere a las relaciones entre las propias di-námicas tecnológicas y las ex-pectativas de movilidad, ocupa-ción y explotación del territorio planteadas en cada momento.

4. La protección de las infraestructuras lineales históricas. El contexto español

Desde la atención a trabajos como los anteriormente citados, queda planteada la necesidad de acotar conceptos tales como vía, corredor o itinerario histórico, dotándolos, además, de consis-tencia legal (Soria, 1997b). No sin razón, y al inventariar el pa-trimonio de obra pública del Ca-mino Real de Reinosa a Santan-der, Martínez Domingo, Sánchez Rivera y González Fraile señala-ron la dificultad de

“imaginar en qué categoría de bien inmueble recogida por la legislación podemos englobar al-

to singular de un camino que, a su vez, forma siempre parte de una red viaria característica de una determinada civilización” (Soria, 1997a). Tal aproxima-ción supone entender el terri-torio como artefacto cultural en continuo proceso de proyecto, construcción, transformación y reconfiguración (Menéndez de Luarca y Soria, 1994, Ortega Valcárcel, 1998), y aquellos ele-mentos singulares como rótulas, soldaduras o nodos de los arcos, corredores y redes que confieren estructura al territorio.

Por lo demás, la considera-ción patrimonial de las infraes-tructuras lineales históricas de-berá efectuarse desde un enfo-que que corrija el excesivo peso habitualmente concedido al va-lor de antigüedad, reconside-rando la dimensión patrimonial de las carreteras construidas desde los años centrales del si-glo XVIII (Nárdiz, 1997, Sánchez Lázaro, 1997).

Desde un enfoque como el esbozado, el patrimonio de la In-geniería Civil cifrará su lógica en la propia lógica de las redes de infraestructuras, reclamando sus arcos, sean caminos, cau-ces hidráulicos o tendidos ferro-viarios, una singular valoración patrimonial en ningún caso me-nor que aquella asociada a sus nodos. Tal es, por otra parte, el contexto en que cobra sentido la valoración patrimonial de las infraestructuras lineales.

En consecuencia, y cuando ello resulte posible, dicha valo-ración permitirá afrontar conjun-tamente la identificación y con-servación de:• el trazado geométrico de la

infraestructura, tanto en plan-ta como en alzado.

• los elementos que materiali-zan la infraestructura: firmes y pavimentos, muros de sos-tenimiento, soleras y taludes, etc.

• sus elementos singulares o monumentales: puentes y via-ductos, túneles, acueductos...

• otros elementos menores o auxiliares, que configuran

Page 60: Revista Llámpara 4

58 | LLÁMPARA

" Las mejoras de trazado suponen la supresión de tramos que suelen corresponder al proyecto original de la carretera y resultan especialmente relevantes en relación con los usos constructivos y las técnicas de trazado anteriores a la consolidación del automóvil."

Por lo demás, el tipo de evo-lución e intervenciones que han sufrido las carreteras históricas aconseja plantear metodologías de identificación y documenta-ción de tramos que se apoyen, precisamente, en el análisis de las lógicas que explican su per-vivencia (Rodríguez et al., 2007, Rodríguez, Coronado y Ruiz, 2009). Baste señalar, por lo que a estas páginas interesa, que, en muchos casos, las mejoras de trazado suponen la supresión de tramos que suelen corresponder al proyecto original de la carre-tera y resultan especialmente relevantes en relación con los usos constructivos y las técnicas de trazado anteriores a la conso-lidación del automóvil. Salvo si pueden ser útiles al tráfico local o como vías de servicio, en cuyo caso se reconectan al nuevo trazado, los tramos rectificados suelen dejar de conservarse y resultan inaccesibles desde la carretera en servicio.

6. La carretera de Cáceres a Salamanca y el puerto de la Vallejera

La carretera de segundo or-den de Cáceres a Salamanca, in-cluida en los planes generales de carreteras de 1860 y 1864, se construyó en fecha tardía. Como en el caso de otros corredores transversales, y hasta que ello ocurrió, el transporte de perso-nas y mercancías se efectuó sin seguir un trazado preciso, utili-zando rutas de origen romano o medieval, que cambiaron con-forme determinadas poblaciones adquirieron mayor peso en el corredor. El Itinerario de Escri-bano (1760) registra un “camino de ruedas de Mérida para Sala-manca” que, desde Cáceres, se-guía por Casar de Cáceres, Ca-ñaveral, Holguera, Galisteo, Val-deobispo, Caparra, Abadía, Mon-temayor del Río, La Calzada de Béjar y Valdelacasa. También, un camino de herradura “de Béjar para Salamanca” por Navalmo-ral de Béjar, Peromingo, Guijuelo y Fuenterroble, cuya conexión con el anterior no queda, en todo

romanas, los caminos pavimen-tados que se habilitaron al tráfico a partir de 1750 fueron quedando materialmente encajados en el territorio. No se trataba, ya, de sendas o caminos térreos de tra-zado variable o eventual y, salvo en casos excepcionales, su iden-tificación resulta inequívoca.

En todo caso, y al margen de la construcción de nuevos tramos, la aparición y posterior consolidación del automóvil de-rivó en un progresivo y sustan-cial proceso de transformación de las redes de carreteras de los siglos XVIII y XIX: el Circuito Nacional de Firmes Especiales (1926/1939), el Plan de Moderni-zación de la Red de Carreteras Españolas (1950/1960), el pro-grama de la Red de Itinerarios Asfálticos (REDIA, 1967/1971) y el Plan General de Carreteras 1984/91 constituyeron, al res-pecto, jalones fundamentales de la secuencia de modificación de pavimentos, secciones transver-sales y trazados que tuvo lugar en el último siglo. El análisis y valoración de las carreteras his-tóricas deberá tener en cuenta los procesos de transformación a que se alude, puesto que algu-nas de las intervenciones a las que quedaron sometidos aque-llos trazados -piénsese en los adoquinados, hormigones, riegos y otros firmes extendidos siste-máticamente durante las déca-das de los años veinte y treinta, o en la introducción de dispositivos de señalización vertical a partir de aquellos mismos años- han configurado un patrimonio viario igualmente valioso.

cultural, cualquiera que sea su naturaleza”.

El enfoque adoptado en dis-posiciones como las citadas tra-duce un alentador cambio de sensibilidad y, al margen de que puedan considerarse oportunos concretos reajustes conceptua-les o terminológicos, la conside-ración y reconocimiento legal del patrimonio de las infraestructu-ras lineales históricas en la le-gislación de rango autonómico puede constituir un adecuado punto de partida para extender la categoría de corredor, vía o infraestructura lineal histórica a la totalidad del Estado.

5. Las carreteras históricasSi bien se acepta hoy de ma-

nera prácticamente unánime que la idea de patrimonio debe plan-tearse desde un enfoque que su-pere el enorme peso tradicional-mente concedido al valor de an-tigüedad, la conciencia relativa a la preservación de las calzadas romanas, los itinerarios de pere-grinación o las vías pecuarias no se ha extendido en España a las carreteras construidas en el país desde las décadas centrales del siglo XVIII. Aunque más próximo en el tiempo, es éste un patri-monio especialmente vulnerable, apenas protegido y escasamente valorado, sujeto a intervenciones y agresiones al seguir formando parte, salvo en casos excepcio-nales, de la red de carreteras en uso.

Como es sabido, entre 1749 y 1752 quedaron concluidos los 16 kilómetros que salvaban el Puer-to del León, entre Guadarrama y las proximidades de El Espinar, y los 71 kilómetros que separaban Reinosa y Santander. Fueron los primeros caminos pavimentados de la Edad Moderna española, y su construcción anunció la sus-tancial inflexión que, tanto por lo que respecta a la planificación de infraestructuras como en lo relativo a las técnicas de trazado y construcción de carreteras, tuvo lugar en el país a partir del rei-nado de los primeros Borbones. Como en el caso de las calzadas

Page 61: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 59

A la salida del arrabal se pasa por un puente de piedra, de un arco, el río Cuerpo de Hombre, y empalma, por la izquierda, el ca-mino de Villariño.

A 3 k. se pasa por otro puente el río Frío, que afluye en el ante-rior en Béjar; a 1 k. después de este puente se separa, por la de-recha, el camino al Barco de Ávila.

En el puente sobre el río Frío abandona la carretera la orilla iz-quierda, que ha remontado desde Béjar, y se aproxima a la del arro-yo Moro, por la cual asciende con bastante desarrollo, para atrave-sar, a 2,5 k. de Vallejera, una deri-vación de la sierra por el puerto de aquel nombre, del que desciende con marcadas ondulaciones.

A 4,5 k. de Vallejera se separa, por la derecha, la carretera a Ávila.

A 6 k. de Nava de Béjar se pasa, por un puente de piedra, con cinco arcos, el regato de la Mula, de bastante caudal en épo-ca de lluvias.

En Guijuelo termina la carre-tera, de la que nada hay construi-do hasta Mozárvez; el tránsito se hace por un regular camino de he-rradura, que permite el de carros en algunos trozos”.

Siguiendo la solución más habitual, el trazado del puerto de la Vallejera se resolvió median-te alineaciones rectas de fuerte rasante y curvas circulares de pequeño radio dispuestas en te-

leña y Mozárbez. Por lo demás, y aprobados los proyectos, las obras del tramo de Cáceres a Sa-lamanca se desarrollaron a un ritmo extraordinariamente lento: al finalizar 1855 únicamente se habían habilitado los 4,9 kilóme-tros que separaban Béjar y Valle-jera de Riofrío (Dirección General de Obras Públicas, 1856), y entre aquella fecha y 1860 tan solo se abrieron al tráfico 25 kilómetros más (Dirección General de Obras Públicas, 1861). A lo largo de la primera mitad de la década de los años sesenta, y una vez acometi-das las obras en los extremos de la línea y en las prolongaciones de su parte central, se completa-ron los tramos de Cáceres a Ca-ñaveral, Aldeanueva del Camino a Guijuelo y Mozárbez a Salaman-ca. Hacia 1864, el tramo de Caña-veral a Aldeanueva se encontraba todavía en construcción, y el de Guijuelo a Mozárbez sin construir (Depósito de la Guerra, 1866). La descripción que, del tramo de Béjar a Guijuelo, recoge el volu-men V del Itinerario descriptivo y militar de España (1866), ofrece una sucinta noticia de la solución adoptada en la estribación de la Vallejera:

“Desde Béjar continúa la ca-rretera por las descendencias de la sierra, por terreno quebrado, pero no tan áspero como el que ha recorrido.

caso, claramente indicada. Años más tarde, y si bien López (1809) y Freire (1835) mantienen los iti-nerarios descritos por Escribano, la Guía de Cabanes (1830) pre-senta una ruta que, frente a la primera, discurría por Casar de Cáceres, Talaván y Mirabel hasta Plasencia y, desde aquella loca-lidad, hacia Salamanca, por Vi-llar de Plasencia, Aldeanueva del Camino, Baños de Montemayor, Béjar, Peromingo y Fuenterro-ble. Se refiere de hecho Cabanes a la comunicación “de Plasencia con Béjar y Salamanca”, igno-rando el paso por Montemayor y La Calzada, e incidiendo sobre la relevancia de aquellos núcleos en la articulación del corredor durante las primeras décadas del siglo XIX. No es, pues, ex-traño que la Real Orden de 8 de febrero de 1848 por la que se dispuso la elaboración del pro-yecto y presupuesto de la carre-tera transversal de Salamanca a Huelva se establecieran, como puntos obligados de paso, Béjar, Plasencia, Cáceres y Los Santos.

El trazado contemplado en los proyectos de los distintos tra-mos de la carretera se ciñó tan solo en parte al itinerario des-crito por Cabanes y, a partir de Béjar, definía un tercer corredor por Vallejera de Riofrío, Nava de Béjar y Guijuelo, para seguir des-de allí hasta Salamanca por Be-

Puerto de la Vallejera. Trazado decimonónico. / OLIVER, 1937

Page 62: Revista Llámpara 4

60 | LLÁMPARA

≥ Puerto de la Vallejera. Trazado decimonónico. Muros de sostenimiento. / FOTOGRAFÍA DE LOS AUTORES.

Puerto de la Vallejera. Trazado decimonónico. Tajea. / FOTOGRAFÍA DE LOS AUTORES.

Page 63: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 61

rraplén y apoyadas en muros de contención de mampostería. No existiendo cursos de agua de en-tidad, únicamente fue necesario construir media docena de tajeas formadas por arcos escarzanos de fábrica de pequeña luz y con-trafuertes laterales en talud. En la parte más alta del puerto se construyó una casilla de peones camineros.

El tramo no sufrió variacio-nes de entidad hasta que, en la década de los años veinte del si-guiente siglo, y si bien la carre-tera de Cáceres a Salamanca no llegó a formar parte de los itine-rarios del Circuito Nacional de Firmes Especiales, se planteó la necesidad de adecuar la infraes-tructura al tráfico automóvil. El proyecto de mejora, debido al in-geniero de caminos Bienvenido Oliver y Román, consistió en un nuevo trazado que, desde los ex-tremos del puerto decimonónico, se desarrollaba mediante alinea-ciones curvas de mayor radio y una única revuelta. En este caso, y frente a la solución comúnmen-te adoptada en carreteras, Oliver desechó el empleo de acuerdos circulares y resolvió el trazado en planta mediante curvas de transi-ción -concretamente lemniscatas de Bernouilli- sin tramos circu-lares intermedios. La revuelta intermedia constaba de dos lem-niscatas de idénticas característi-cas, con sobreanchos de 4,5 m -la sección transversal en recta era de 7 m-, y peraltes del 7% en los centros de las curvas.

El proyecto había sido ela-borado en 1927, y las obras se llevaron a cabo en 1930. Mate-rializaron la primera propuesta de empleo de curvas de transi-ción en carreteras en España, y permitieron suprimir el paso por el puerto decimonónico, que quedó desde entonces desafec-tado de uso. En lo teórico, Oli-ver publicó dos artículos (1929 y 1934) y un librito en dos vo-lúmenes (1937) que constituyó la primera monografía españo-la dedicada específicamente al problema de las curvas de tran-sición en carreteras.

Puerto de la Vallejera. Trazado decimonónico y proyecto de rectificación de trazado de 1927. / OLIVER, 1934.

Puerto de la Vallejera. Proyecto de rectificación de trazado de 1927. Trazado del zigzag en planta. / OLIVER, 1934.

Page 64: Revista Llámpara 4

62 | LLÁMPARA

CORONADO, José María (2003) “El trazado de las carreteras locales y el paisaje”, en AA.VV. XVII Vyodeal. Las carreteras y el desarrollo local. IV Con-greso Nacional de Carreteras locales. Madrid, Asociación Española de la Ca-rretera, pp. 73-83.

DIRECCIÓN GENERAL DE OBRAS PÚBLICAS (1856) Memoria sobre el es-tado de las obras públicas en España en 1856, presentada al Sr. Ministro de Fomento por la … Madrid, Imprenta Nacional.

- (1861) Memoria sobre el progreso de las obras públicas en España en los años 1859 y 1860, presentada al Excmo. Sr. Ministro de Fomento por la Direc-ción General del ramo. Madrid, Impren-ta Nacional.

DEPÓSITO DE LA GUERRA (1866) Iti-nerario descriptivo y militar de España, formado y publicado por el …, con los datos recogidos sobre el campo por el Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. Tomo V. Granada, Andalucía y Extrema-dura. Madrid, Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra.

ESCRIBANO, José Matías (1760) Iti-nerario español, o guía de caminos, para ir desde Madrid a todas las Ciudades, y Villas más principales de España; y para ir de unas Ciudades a otras; y a algunas Cortes de Europa. Añadido y corregido en esta segunda impresión por … Ma-drid, Imprenta de Miguel Escrivano.

FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, José An-tonio, et al. (1984) Catálogo de noventa presas y azudes españoles anteriores a 1936. Madrid, CEHOPU.

- (1988) Catálogo de puentes ante-riores a 1936. León. Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos/CEDEX-CEHOPU.

FREIRE, José (1835) Dirección ge-neral de cartas en forma de dicciona-rio, para escribir a todas las ciudades, villas, lugares, aldeas, monasterios, conventos, santuarios, caseríos, ventas, molinos, cortijos, dehesas, sitios y pa-rages, aunque se hallen en despoblado, de toda España, para la mayor facilidad del comercio y correspondencia pública de sus naturales y extranjeros. Adicio-nado y corregido por el que escribió Don Bernardo Espinalt y García, Oficial del Correo General de esta Corte, y no-tablemente mejorada en esta nueva edición por D. … Madrid, Imprenta de Don Pedro Sanz, 2 tomos.

LÓPEZ, Santiago (1809) Nueva guía de caminos para ir desde Madrid a to-das las Ciudades y Villas más princi-pales de España y Portugal, y también para ir de unas Ciudades a otras. Ma-drid, Gómez Fuentenebro y compañía.

LÓPEZ GARCÍA, Mercedes, y SÁN-CHEZ LÁZARO, Teresa (1997) “Fuentes e inventarios del patrimonio español de obras públicas”, OP, 41, pp. 36-49.

LALANA, José Luis, y SANTOS, Luis (2009) “Las fronteras del patrimonio industrial”, Llámpara, 2, pp. 7-20.

plataforma, limpiar los muros de sostenimiento, recuperar y reubicar los antiguos hitos kilo-métricos que se conservan api-lados junta a la casilla de peo-nes camineros y reconectar los extremos del tramo al trazado del puerto que se mantiene en servicio. Pero la rehabilitación y señalización del tramo deberá plantearse atendiendo a otros períodos y trazados -desde los correspondientes a época roma-na hasta los ejes ferroviarios-, en el contexto de un proyecto de mayor envergadura orientado a la identificación, recuperación y gestión patrimonial del corredor histórico de la Vía de la Plata. n

Bibliografía y fuentes de informaciónAA.VV. (1986) La Obra pública, patri-

monio cultural. Madrid, CEHOPU.ARRÚE, Begoña, y MOYA, José Ga-

briel, coord. (1998) Catálogo de puentes anteriores a 1800. La Rioja. Zaragoza, Instituto de Estudios Riojanos/CEDEX-CEHOPU, 2 volúmenes.

BALLESTER, José María (1997) “El patrimonio industrial y técnico, memo-ria de Europa. Políticas y prácticas del Consejo de Europa”, OP, 41, pp. 4-9.

CABANES, Francisco Xavier (1830) Guía general de correos, postas y ca-minos del Reino de España, con un Mapa itinerario de la Península. Por el Brigadier de infantería de los Reales ejércitos D. … Madrid, Imprenta de D. Miguel de Burgos.

El nuevo trazado del puerto de la Vallejera formó parte de la N-630 hasta que, en 1994, entró en servicio la variante construida entre Puerto de Béjar y Sorihue-la. Años más tarde, el trazado de la A-66 se ha apoyado aquí, precisamente, en dicha variante.

Perviven, pues, en la Valleje-ra, tres soluciones que remiten a otras tantas estrategias de pro-yecto y construcción de carrete-ras. Si cada uno de los trazados responde a concretas expecta-tivas de movilidad y específicos contextos tecnológicos, es al ser considerados secuencialmente -no es en este caso el territorio un palimpsesto, puesto que cada traza remite a la anterior en el contexto de un mismo discur-so- cuando revelan las lógicas relativas a la propia construcción histórica del corredor. Y es, en consecuencia, el hecho de que cada una de las sucesivas mejo-ras se haya efectuado sin alterar la configuración de los trazados preexistentes, lo que otorga sin-gular valor patrimonial al tramo descrito.

La recuperación del puerto decimonónico para el tráfico de peatones y ciclistas no exige, por lo demás, operaciones de enti-dad. Bastará con regularizar la

Puerto de la Vallejera y trazado de la variante construida entre Puerto de Béjar y Sorihuela. / Hoja 553-I de la serie 1:25.000 del IGN. Obsérvese que, en esta edición, el puerto decimonónico no fue cartografiado.

Page 65: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 63

ración del patrimonio histórico de las carreteras españolas. 1748-1936. Cuadernos de Investigación del CE-HOPU, 2. Madrid, CEDEX/CEHOPU/Ministerio de Fomento.

RODRÍGUEZ LÁZARO, Francisco Javier, CORONADO, José María, y RUIZ FERNÁNDEZ, Rita (2009) El Ca-mino de Valencia en Alarcón y Con-treras, 1845-1998. Análisis de via-bilidad para su recuperación como carretera histórica. Cuadernos de Investigación del CEHOPU, 5. Ma-drid, CEDEX/CEHOPU/Ministerio de Fomento.

SÁNCHEZ LÁZARO, Teresa (1997) “Las carreteras españolas del siglo XX”, OP, 41, pp. 76-81.

SORIA Y PUIG, Arturo (1997a) “Una revisión territorial del patrimonio de las obras públicas. La red peninsular de parques lineales históricos”, OP, 40, pp. 28-37.

- (1997b) “En pro de una red pe-ninsular de parques lineales”, Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, XXIX, 111, pp. 31-47.

técnico integral del patrimonio históri-co. Congreso Internacional de Arquitec-tura, Ingeniería y Patrimonio Histórico. Madrid, Gabinete de Estudios e Ingenie-ría (ejemplar mecanografiado, s.p.).

OLIVER, Bienvenido (1929) “Algunas notas sobre las curvas de las carrete-ras”, Revista de Obras Públicas, vol. 77, 2.517 y 2.518, pp. 21-25 y 41-44.

- (1934) “La lemniscata de Bernouilli en las curvas de las carreteras”, Re-vista de Obras Públicas, vol. 82, 2.648, 2.649, 2.650 y 2.651, pp. 256-257, 265-270, 288-292 y 306-310.

- (1937) La curva de transición en carreteras y la lemniscata de Bernoui-lli. Madrid, Unión Poligráfica, 2 vol.

ORTEGA VALCÁRCEL, José (1998) “El patrimonio territorial: el territorio como recurso cultural y económico”, Ciudades, 4, pp. 33-48.

PALMER, Marilyn, y NEAVERSON, Peter (1998) Industrial Archaeology. Principles and practice. Londres, Rout-ledge.

RODRÍGUEZ LÁZARO, Francisco Javier, et al. (2007) Análisis y valo-

MARTÍNEZ DOMINGO, Yolanda, et al. (1999) “Inventario de obra pública del siglo XVIII en el Camino Real de Reino-sa a Santander”, en AA.VV. Congreso Internacional de Restauración: “restau-rar la memoria”. Valladolid, Diputación Provincial de Valladolid/Instituto Espa-ñol de Arquitectura, pp. 257-269.

MARTÍNEZ VÁZQUEZ DE PARGA, Rosario (2002) “La defensa del patri-monio de las obras públicas”, en AA.VV. JAFO. Homenaje a José Antonio Fer-nández Ordóñez. Madrid, Colegio de In-genieros de Caminos, Canales y Puer-tos, pp. 315-322.

MÉNENDEZ DE LUARCA, José Ra-món, y SORIA, Arturo (1994) “El terri-torio como artificio cultural. Corogra-fía histórica del Norte de la Península Ibérica”. Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, II, 99, pp. 63-93.

NÁRDIZ, Carlos (1997) “Los caminos españoles anteriores a 1900”, OP, 41, pp. 66-75.

- (2001) “Los caminos históricos y las carreteras de los siglos XVIII al XXI: su conservación”, en AA.VV. El enfoque

Page 66: Revista Llámpara 4

64 | LLÁMPARA

Page 67: Revista Llámpara 4

Peregrinaje de Embutidos Araú para convertirse en espacio culturalJAVIER REVILLA CASADO. Becario de Investigación en el Departamento de Historia de la Universidad de León

Emplazada en Trobajo del Cami-no (León, España), junto al mis-mo Camino de Santiago en su ruta más transitada –el llamado “camino francés”–, la antigua fá-brica de embutidos Araú parece sufrir desde hace años un lento y tortuoso peregrinaje cuya meta será, deseamos, su transforma-ción en centro cultural que in-tegre espacios para auditorio, biblioteca, salas de exposiciones y oficina de turismo. Un tránsito no carente de obstáculos y pro-blemas, entre los que destacan la solicitud de derribo en 1997 o el derrumbe parcial sufrido en 2009 durante las propias obras de rehabilitación.

Desde hace años, décadas, las instalaciones de Embutidos Araú son objeto de las miradas por parte de la prensa, los polí-ticos y la ciudadanía leonesa en general, en busca de una solu-ción que resuelva su futuro. Tras el traslado de la actividad indus-trial a una nueva factoría en la cercana localidad de San Miguel del Camino, durante la década de los noventa del pasado siglo se debatió entre la conservación o no de estos viejos edificios.

El espectacular desarrollo urbanístico de la zona, otrora extrarradio no sólo de la ciu-dad de León –en cuyo alfoz se localiza– sino del propio casco urbano de Trobajo del Camino –término al que pertenece–, hizo temer por la desaparición de la antigua fábrica chacinera, a pe-

sar de su singularidad e interés arquitectónico.

Finalmente, la salvaguarda de Araú no vino dada por su pro-pia valía como bien patrimonial industrial, sino paradójicamente por algo que en principio nada tenía que ver con la factoría cár-nica: su emplazamiento en ple-no Camino de Santiago, entor-no protegido desde la década de 1960. Ayudó, sin duda, la magni-ficencia de la obra arquitectónica de la embutidora, pero creemos que, de haberse localizado al-gunos metros más alejada de la histórica ruta de peregrinación, a buen seguro hoy sólo tendríamos su anhelado recuerdo gráfico y descriptivo.

Afortunadamente, la con-cienciación a favor de la con-

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 65

servación del patrimonio ha ido calando progresivamente en nuestra sociedad y, si bien el in-dustrial ha sido uno de los últi-mos en ser considerado como tal en nuestro país, actualmente su valorización y defensa está consolidándose cada vez más. La provincia de León es buen reflejo de ello, pues ha sabido proteger o lo está haciendo ele-mentos tan interesantes como la química Abelló en la ciudad de León, la ferrería de San Blas en Sabero, las harineras en La Ba-ñeza, Gordoncillo y Astorga o las centrales térmicas de la MSP y Compostilla I en Ponferrada, en-tre otras iniciativas como la que nos ocupa.

De todas ellas, hemos que-rido escribir en esta ocasión

< Perspectiva general del macelo y la fábrica. / ARCHIVO

Vivienda y fábrica en el año 1920, una vez completada la ampliación de la inicial fábrica de Adriano Alcorta. / SUSANA BARBEITO PÉREZ

Page 68: Revista Llámpara 4

sobre Embutidos Araú pues su experiencia constituye quizás el mejor ejemplo de las dificulta-des que todavía encuentran en la actualidad los bienes consi-derados como patrimonio indus-trial: las dudas sobre su propio valor, el fuerte interés especu-lativo por el suelo que ocupan, la falta de estudios rigurosos sobre el bien, la favorable de-cisión indubitada para mutilar o alterar el elemento original o la inexperiencia a la hora de in-tervenir en edificios de este tipo. Todos ellos factores de riesgo que, como vamos a ver a con-tinuación, han afectado a esta fábrica y que en general consti-tuyen serios peligros presentes y futuros para el patrimonio in-dustrial.

1. Acercamiento histórico y biográfico.

Según un artículo publicado en 19201, el origen de esta in-dustria cárnica se remontaría a la segunda mitad de la década de 1840, cuando por iniciativa del empresario Adriano Alcorta se habría fundado esta fábrica de embutidos. Esta fecha inicial de 1845 se ha repetido desde entonces en numerosos repor-tajes de prensa e incluso en libros sobre patrimonio indus-trial, aunque por nuestra parte la consideramos errónea.

No ponemos en duda que la fundación empresarial de-bió corresponder a la figura de Adriano Alcorta Cambas, pero es imposible que lo hicie-se ya en el año 1845 pues fue entonces precisamente cuando nació. Lo deducimos por su es-quela y lo corroboramos, por ejemplo, en el testamento que hizo su padre Juan Alcorta el 18 de febrero de 1858, donde menciona que sus seis hijos (María, Nicolasa, Adriano, Ce-sáreo, Juan y Benito) eran en-tonces menores de edad por lo que dejaba como curadora de los mismos a su esposa Petra Cambas Blanco2.

Por el momento, pocos da-tos más conocemos sobre la vida

de Adriano Alcorta Cambas y de su actividad industrial. Sabe-mos que era vecino de León a la muerte de su madre en 18793 y de Trobajo del Camino al óbito de su hermano Benito en 1897, este último relojero de profe-sión4. Anteriormente, a finales de la década de 1870 Adriano había causado baja en el censo electo-ral del municipio de Villasabarie-go5, donde tenemos constancia que era contribuyente en 18776.

Las referencias anteriores, aunque no nos sirven para con-

66 | LLÁMPARA

cretar la fecha del estableci-miento de su fábrica de embuti-dos, circunscriben dicho momen-to a las últimas décadas del siglo XIX. Ante ello, quizá debamos estimar como válida una fecha que aparece en otro artículo de prensa todavía más tardío al ini-cialmente mencionado, que sitúa la industria chacinera de Trobajo del Camino en el año 18767.

Es posible que tampoco esa sea la fecha correcta o exacta, pues aunque no sea una condi-ción sine qua non sabemos que

Esta vieja fotografía nos muestra en todo su esplendor la industria de Embutidos Araú desde el Sur, destacando la gran logia del macelo. / ARCHIVO

La espectacular galería acristalada, hoy casi imperceptible, tenía esta visión en origen, completando la gran belleza del conjunto edificado. / ARCHIVO

Page 69: Revista Llámpara 4

Esta vieja fotografía nos muestra en todo su esplendor la industria de Embutidos Araú desde el Sur, destacando la gran logia del macelo. / ARCHIVO

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 67

" El éxito empresarial de Eusebio Araú fue importante, hasta el punto que conocemos que en 1920 su industria elaboraba ciertos embutidos en conserva que se exportaban al continente americano…".

hasta una década después los integrantes del matrimonio no fueron empadronados en Tro-bajo del Camino, como recogen los libros de la Junta Vecinal: (...) a treinta y uno de enero del año de mil ochocientos ochenta y seis, se le admitió por vecino de este pueblo a Don Adriano Alcor-ta y a su mujer Petra González, los que pagaron los derechos de costumbre (...)8.

Lo cierto es que la fábrica de Adriano Alcorta Cambas es-taba plenamente operativa en el cambio de siglo, gozando de una gran fama en buena parte del territorio español donde te-nía una amplia clientela dada la elevada calidad de sus produc-tos. Ello favoreció la sucesiva ampliación de las instalaciones industriales, cuya huella puede seguirse en la actualidad ha-ciendo un somero estudio de los estilos y materiales cons-tructivos del conjunto fabril.

Especialmente notables fueron las innovaciones intro-ducidas por el sobrino de Al-corta, Eusebio Araú González, heredero de la industria tras la muerte del primero acaecida el 5 de marzo de 19109. Bajo la di-

rección de Araú, la fábrica de embutidos adquirió nuevas má-quinas y construyó anejos para mejorar los procesos –como el amplio matadero paralelo a la carretera, hoy avenida Párroco Pablo Díez–, destacando espe-cialmente un laboratorio para el reconocimiento microscópico de carnes10.

El éxito empresarial de Eu-sebio Araú fue importante, has-ta el punto que conocemos que en 1920 su industria elaboraba ciertos embutidos en conserva que se exportaban al continente americano en “latas con man-teca”11. Los años veinte vieron como la familia Araú participa-ba en la vida social de la tímida burguesía leonesa, apoyando la construcción del Casino Leonés o la visita del rey Alfonso XIII en 1927, entre otros hechos.

Eusebio A r aú González concluyó sus días el 20 de di-ciembre de 1935, a la temprana edad de 59 años. Fue sucedi-do en la dirección de la fábri-ca de embutidos por su esposa, Sira Sampedro Manrique, una maestra ovetense residente en tierras leonesas desde los 17 años, cuando tomó matrimonio con Araú. Sira Sampedro es re-cordada, además de por su ges-tión empresarial, por la labor caritativa desarrollada durante la posguerra, motivos por los que tiene una calle dedicada en la localidad de Trobajo del Ca-mino, en la cual falleció en oc-tubre de 196512. Desde entonces, Embutidos Araú fue dirigida por Mariano Suárez Gutiérrez y pos-teriormente por José González Morán, siguiendo su actividad

actualmente en San Miguel del Camino.

2. Descripción arquitectónica y estilística.

El conjunto edificado mues-tra a primera vista una gran homogeneidad, pese a que un análisis más detallado rápida-mente nos advierte de distintos estilos y añadidos a lo largo de la historia fabril de la embuti-dora. Trataremos de analizarlo observando las diferentes par-tes en que se divide el antiguo complejo industrial.

2.1. Edificio principal. Se sitúa en la parte central y

mide aproximadamente 21 m de largo por 7 m de ancho. Posee tres alturas hacia la carretera y una más hacia el interior de la parcela debido a la topografía del terreno donde se sitúa; ade-más, esta fachada Sur no es rec-ta sino retranqueada. Se techa a dos aguas, en origen con teja cerámica últimamente sustituida por planchas onduladas de fibro-cemento para aligerar peso.

Destaca su profusa decora-ción con ladrillo macizo: corni-sas, marcos de vanos, remates almenados, hastiales escalo-nados y las cuatro torrecillas angulares, elementos, los tres últimos especialmente, que otorgan a la obra una definición estilística neogótica, aunque el eclecticismo es manifiesto. Cierto paralelismo lo encontra-mos en el Molino Sova de Praga (República Checa), emplazado en la isla Kampa del río Molda-va, al menos en cuanto al volu-men y la silueta de los hastiales y torrecillas.

Volviendo a Araú, sus muros están parcialmente revocados, ocultando las diferentes fábri-cas y las ampliaciones realiza-das. En este edificio principal se partió de una construcción con una altura inferior a la ac-tual y edificada “a la leonesa”, es decir, con muros de carga que alternan el ladrillo tejero y los cajones de cantos de río cogidos con argamasa de cal y arena.

Page 70: Revista Llámpara 4

68 | LLÁMPARA

Esta primera fase (bien visible en la fachada Sur) tiene los va-nos rematados con arcos escar-zanos. El acrecentamiento en este volumen se realizó con do-bles ventanas de arcos de me-dio punto, utilizándose, además del ladrillo, el adobe para buena parte de los muros.

Sobre el remate almenado al que ya hemos aludido, debe-mos añadir que en 1920 presen-taba una especie de frontón cur-vo en la fachada principal que mira hacia la carretera o Cami-no de Santiago (Norte). Este ele-mento, cuya presencia hemos constatado en otras fotografías de los años treinta o cuarenta, seguramente servía como letre-ro anunciador de la fábrica.

El espacio interior se desti-naba a los principales procesos industriales: picado y envasado de los productos cárnicos, así como especialmente las zonas de secadero. También se situaba aquí una tienda comercial.

2.2. Vivienda. El segundo gran edificio del

conjunto se sitúa en el extremo Este de la parcela y es perpen-dicular al anterior y a la carre-tera, puesto que su frontal se disponía hacia el naciente para aprovechar la luz mediante una cristalera con magnífica car-pintería.

Constituye un amplio volu-men de 21 por 11 metros, con tres alturas sobre semisótano. Tiene tejado a cuatro aguas, en el cual sobresalía una amplia y airosa buhardilla o mansarda actualmente eliminada. Funcio-nalmente el edificio albergaba la vivienda y los despachos princi-pales, entre otros usos.

En él destaca la gale-ría acristalada antes mencio-nada. En cuanto a su estilo se ha escrito y repetido sobre su influencia modernista, aunque consideramos que mejor debe-ría clasificarse como neomudé-jar. Lamentablemente, la espec-tacularidad y la funcionalidad de esta cristalera de madera y vidrio está hoy completamente

limitada por la edificación in-mediata de un bloque de vivien-das, que la deja prácticamente oculta.

2.3. Laboratorios y oficinas. Entre los edificios fabril y

residencial que acabamos de describir (por generalizar aten-diendo a sus funciones) se en-

cuentra una pequeña construc-ción de unos 7 por 7 metros. En este volumen, de una única al-tura, destaca el colorismo en su fachada Norte, pues está casi totalmente revestida con azu-lejos13. También tiene vidriadas o esmaltadas en color verde algunas líneas de tejas en una de las dos aguas de su cubier-ta. La fachada Sur muestra una sencilla galería. Las funciones de este espacio eran adminis-trativas y técnicas, destacando el laboratorio o “sala destinada al reconocimiento microscópico de carnes” según una fotografía publicada en 1920.

2.4. Nave macelo. Al extremo Oeste de la par-

cela se conserva parte de una gran nave alargada y dispuesta paralelamente a la avenida Pá-rroco Pablo Díez, el macelo o matadero, tercer gran edificio del conjunto. Tiene actualmente

Vista aérea de la población de Trobajo del Camino en el año 1935, con la fábrica de embutidos en la esquina inferior derecha. / WWW.TROBAJODELCAMINO.NET

" …la obra (tiene) una definición estilística neogótica, aunque el eclecticismo es manifiesto. Cierto paralelismo lo encontramos en el Molino Sova de Praga (…), al menos en cuanto a la silueta de los hastiales y torrecillas.".

Page 71: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 69

8 m de anchura por unos 25 m de largo, aunque sólo se con-serva menos de la mitad del ori-ginal de esta construcción que debía superar los 60 metros de

longitud. De hecho, por viejas fotografías hemos podido contar los vanos que se abrían hacia el Sur, un total de 17, siendo so-lamente 7 los que actualmente quedan.

Esto es así porque el ma-celo fue mutilado parcialmente con motivo del convenio urba-nístico que afectó a la zona, para abrir un vial y construir un blo-que de viviendas. Esta acción, ciertamente, fue una aberración desde nuestro punto de vista. Sólo tiene explicación y cierta justificación al ver que gracias a ello desaparecieron las inicia-les intenciones de derribar todo el conjunto fabril. Sin embargo, la espectacularidad de la cons-trucción ha quedado notable-mente aminorada.

Así pues, en lo que queda del matadero original se obser-van en sus fachadas una serie de grandes vanos enmarcados por arcos de medio punto, sien-do 3 hacia el Norte y 7 hacia el Sur. Están realizados con la-drillo visto, al igual que las cor-nisas y pilastras. Nuevamente aprovechando el desnivel topo-gráfico el espacio cuenta con semisótano, que se abre hacia la fachada meridional, mos-trando hacia allí una magnífica sucesión de arcos carpaneles que apoyados en pilares forma-

ban una espléndida logia, todo en ladrillo.

Casi en el extremo Oeste del macelo, sobre una de las aguas de la cubierta se levantaba una especie de chimenea o elemento elevado (¿depósito?). Al no haber llegado a nuestros días no pode-mos estudiarlo, aunque por una fotografía observamos que su ejecución en ladrillo seguía la magnificencia y espectaculari-dad del conjunto.

3. Entre el derribo y la rehabilitación.

A pesar de su importan-cia y singularidad, la fábrica de embutidos dirigida por Alcorta, Araú y Sampedro estuvo a punto de desaparecer fruto del desa-rrollo urbanístico de la zona en que se ubica durante la década de 1990. Se salvó, afortunada-mente, por su localización en pleno Camino de Santiago, en-torno protegido por la declara-ción de conjunto histórico-ar-tístico (actual BIC) dada el 5 de septiembre de 196214.

Gracias a ello, el 17 de abril de 1997 la Comisión Provincial de Patrimonio desestimó el ex-pediente de solicitud de derribo, que contaba en aquel tiempo con el apoyo del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo pues días antes había declarado al edificio parcialmente en ruina, según recogió la prensa provin-cial15.

A partir de entonces, tras el cambio en la presidencia muni-cipal se iniciaron los pasos para recuperar el conjunto industrial. Un camino lleno de dificultades, que partió de la firma en 1998 del convenio urbanístico por el cual los inmuebles pasaron a propiedad del Ayuntamiento, tras lo cual se trató de buscar la financiación necesaria para realizar la intervención.

En los albores del nuevo mi-lenio, el arquitecto Juan Manuel Alonso Velasco firmó un primer proyecto de rehabilitación va-lorado en casi 700 millones de pesetas. Pretendía transformar la vieja fábrica en un centro

Interior de la “sala destinada al reconocimiento microscópico de carnes” según muestra una imagen publicada también en 1920. / ARCHIVO

Page 72: Revista Llámpara 4

70 | LLÁMPARA

socio-cultural que contase con espacios museísticos y zona de albergue para los peregrinos del Camino de Santiago, además de un auditorio y escuela de música.

Pero fue tras el concurso de ideas convocado por el Minis-terio de Vivienda en 2005 cuan-do se adjudicó la intervención definitiva a ALF arquitectos aso-ciados SLP en mayo de 2006. Su proyecto propone, de manera muy resumida, dar los siguien-tes nuevos usos a los espacios disponibles:• Biblioteca, archivo y salas de

lectura en la vivienda.• Oficina de turismo en los an-

tiguos despachos y labora-torios.

• Salas de exposiciones en la fábrica y macelo.

Además de ello, en el inte-rior de la parcela se construirá un auditorio semienterrado con un aforo aproximado de 300 bu-tacas. Su arquitectura marcará una clara diferenciación con la fábrica existente, estará subor-dinado a ella y vinculado a la to-pografía, resultando un elemen-to de “apariencia masiva y poco

Fachada Sur de la nave matadero, observándose el corte practicado en el mismo y su espléndida sucesión de arquerías y vanos. / S. BARBEITO

Alzado del edificio central en la que podemos observar la ampliación histórica. / S. BARBEITO

construida. Entendido como un accidente del terreno más que como construcción añadida” se-gún palabras extraídas del pro-pio proyecto de rehabilitación16.

4. Estado actual.A finales del año 2008 se

iniciaron los trabajos de inter-vención en el edificio, adjudica-dos a la empresa Teconsa por 4.508.910 euros y con un pla-zo de ejecución de 18 meses. El

coste lo asumió el Ministerio de Vivienda en un 80%, mientras que el Ayuntamiento de San An-drés del Rabanedo sufragaría el 20% restante, conforme al “Pro-tocolo de Rehabilitación de Araú para Centro Cultural” firmado entre ambas administraciones el 20 de mayo de 2006.

Lamentablemente, en la tar-de del jueves 19 de febrero de 2009 las obras sufrieron un serio percance al producirse un des-

Page 73: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 71

plome que afectó al edificio prin-cipal y que obligó a la eliminación de su fachada y hastial Oeste. La intención de la empresa adjudi-cataria fue reintegrar estos ele-mentos, lo que exigió la consoli-dación y un proyecto reformado para continuar con los trabajos. Sin embargo la crisis económica hizo caer a la propia constructo-ra, que meses después presentó concurso voluntario de acreedo-res.

Por ello, las obras de re-habilitación de Embutidos Araú quedaron paralizadas. Así conti-núan en la fecha en que estamos escribiendo este artículo. Los edificios de la vieja embutidora se encuentran actualmente sin cubierta, protegidos por lonas de plástico y fuertemente apun-talados para evitar mayores de-rrumbes, fruto de una actuación de urgencia por parte de la Di-rección General de Arquitectura y Política de Vivienda que desti-nó para ello una partida de unos 342.000 euros.

A finales de abril de 2011 se ha anunciado públicamente una nueva adjudicación de las obras de rehabilitación, en esta ocasión a la empresa Corsán-Corviam, que tendrá 16 meses de plazo para concluir los trabajos, licita-dos por 4.478.095,22 euros.

El 16 de mayo pasado, dife-rentes autoridades comunicaron

7 Diario Proa del 31 de octubre de 1965: “(…) fabricante de embutidos estable-cido ahí en Trobajo desde el año mil ochocientos setenta y seis (…)”.8 Libro II de actas de la Junta Vecinal de Trobajo del Camino (años 1843 a 1924), p. 58. Transcripción realizada por Juan Martínez, disponible en http://www.trobajodelcamino.net/ 9 La viuda de Adriano Alcorta, Petra González y González, fallecía pocos años después, el 13 de agosto de 1913.10 Curiosamente, la empresa de Euse-bio Araú fue sancionada por las auto-ridades competentes al no someter a la inspección sanitaria los cerdos que sacrificaban, aclarando Araú que di-chos reconocimientos los realizaba con personal veterinario, lo cual no le evitó la multa según dice el Diario de León del 9 de febrero de 1925.11 VV AA (1920), León artístico y mo-numental gráfico y descriptivo en el centenario de sus fueros : álbum grá-fico: 1020-1920, Madrid: Artes Gráficas Mateu, p. 47.12 Diario Proa del 31 de octubre de 1965.13 J. A. Balboa de Paz en su artículo de opinión titulado “La fábrica Araú”, publicado en el Diario de León del 19 de abril de 1997, p. 2, sugiere la posibi-lidad de que tal azulejería provenga de los talleres de Zuloaga.14 Decreto 2224/1962, publicado en el BOE del 7 de septiembre de 1962.15 Véase por ejemplo el Diario de León del 17, 18 y 19 de abril de 1997.16 http://www.aytosanandres.es/ver_documento.php?id=985

Detalle de la magnífica carpintería que conforma la galería de la vivienda. / SUSANA BARBEITO PÉREZ

Rehabilitación de los edificios Araú. / ALF ARQUITECTOS ASOCIADOS. Madrid mayo 2007.

el reinicio del desarrollo del pro-yecto de rehabilitación del con-junto industrial de Trobajo del Camino durante el próximo mes de junio. A las funciones cultura-les y turísticas del futuro espa-cio, anteriormente citadas, se ha sumado recientemente la locali-zación de un vivero de empresas.

Ojalá estemos ya ante la so-lución definitiva. Como hemos demostrado, por su calidad y magnificencia este histórico edi-ficio industrial merece ser con-servado y puesto en valor. n

1 VV AA, (1920), León artístico y mo-numental gráfico y descriptivo en el centenario de sus fueros: álbum gráfi-co: 1020-1920, Madrid: Artes Gráficas Mateu, p. 47.2 Archivo Histórico Provincial de León (en adelante AHPL), Protocolos Nota-riales, caja 1333, signatura 2265, ff. 23r-24v.3 AHPL, Protocolos Notariales, caja 11704, signatura 2419, f. 1733r y ss.4 AHPL, Protocolos Notariales, caja 12555, f. 2125r y ss.5 Boletín Oficial de la Provincia de León del 1 de diciembre de 1879, p. 4. Adria-no Alcorta Cambas causa baja en la sección 20 (Villasabariego) del distrito electoral de León, “por haber perdido legalmente su domicilio” en Villarente.6 Boletín Oficial de la Provincia de León del 10 de octubre de 1877, p. 2.

Page 74: Revista Llámpara 4

72 | LLÁMPARA

Nuevos paisajes culturalesAcciones conceptuales en el paisaje industrial andaluz en su tratamiento como paisaje cultural. MARÍA ISABEL ALBA DORADO. Doctora Arquitecta. Profesora del Departamento de Ingeniería Gráfica de la Universidad de Sevilla.Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación.

1. Datos del proyecto

•Título: Nuevos paisajes culturales. Acciones conceptuales en el paisaje industrial andaluz en su tratamiento como paisaje cultural.

•Equipo investigador: |PSJ.exe| Laboratorio del Paisaje Industrial Andaluz.

• Investigador responsable: María Isabel Alba Dorado.

• Investigadores: María Araceli Alba Dorado, Jose Antonio Alba Dorado y Ana Mª Blanco Monzú.

•Financiación: Junta de Andalucía. Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio. Dirección General de Vivienda y Arquitectura.

•Resolución de concesión: BOJA nº 235 de fecha 2 de diciembre de 2009.

•Duración: 2 años (04/12/2009 - 03/12/2011)

• Importe subvencionado: 56.400 euros.

En la actualidad observamos como muchos de los territorios y arquitecturas creadas y ma-nipuladas durante un pasado industrial ha dado como resul-tado unos paisajes con un alto contenido cultural. Hoy estos territorios, en su mayor par-te, obsoletos y abandonados de usos anteriores, configuran un paisaje que comienza a ser ha-bitual y que contiene las hue-llas de un pasado industrial al que, sin embargo, se le ha prestado escasa atención, lo que hace que nos encontremos con un patrimonio frágil, con unos paisajes culturales que registran un estado de urgencia ante un proceso de desmante-lamiento y abandono.

El presente artículo preten-de analizar el contenido cultural de estos paisajes generados por la decadencia industrial y dar a conocer un proyecto de investi-gación que en la actualidad se encuentra en su fase de desa-rrollo y que tiene como objeti-vo plantear una revitalización de estos paisajes desde la potencia-ción de su interés cultural.

2. IntroducciónLa acción del hombre sobre

el territorio, como consecuencia del desarrollo de actividades pro-ductivas o de consumo a lo largo del tiempo, ha dado como resul-tado una realidad, física, social y cultural que se refleja en su his-toria pero, también, en los terri-

Fundición La Tortilla y Distrito Minero de Linares, Jaén. / FERNANDO ALDA.

Page 75: Revista Llámpara 4

Minas de Oro de Rodalquilar, Almería. / MARINA DEL MAR

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 73

torios y arquitecturas específicas creados y manipulados durante su pasado industrial, ejerciendo, de este modo, una enorme in-fluencia en la configuración de nuevos paisajes. El legado que ésta nos ha dejado de un pasado reciente es el elemento más re-presentativo de una rica cultura de la producción que debe ser conservada y recuperada como realidad patrimonial. En este sentido, los paisajes de la indus-tria constituyen un hecho al que necesariamente se le debe pres-tar especial atención.

Una aproximación a estos paisajes hace necesario un acer-camiento a éstos desde su con-cepción como paisajes cultura-les, de modo que contemple su entendimiento como memoria del territorio y, al mismo tiem-po, como expresión de la cultu-ra de un pueblo. Esto, sin duda, incide en ese desdibujamiento, que en los últimos años estamos asistiendo, de los límites que se-paran el patrimonio cultural del patrimonio natural y que enlaza con esa ampliación progresiva de lo patrimonial que hace que éste se identifique hoy no sólo con lo monumental o con lo que tiene un determinado valor his-tórico artístico, sino con aquello que contribuye a la identidad de las personas. Como consecuen-cia de ésto, el concepto de lo pa-trimonial ha evolucionado hasta contener la idea de paisaje y se ha ampliado hasta extenderse a un patrimonio que, hasta fechas recientes, no se le había presta-do la adecuada atención como es el patrimonio industrial.

A lo largo de la historia, la industria ha ejercido un papel importante en la construcción de nuevos paisajes y en la con-formación de escenas cultura-les. Muchos de los paisajes que hoy nos rodean tan sólo es po-sible explicarlos a partir de un pasado industrial, a través de la impronta dejada por la industria en el territorio. Quizá por ello, una aproximación al fenómeno de la industrialización a través del análisis del paisaje no sólo

es posible sino que, además, se-ría deseable pues, esta aproxi-mación nos ofrecería una visión integradora que comprendería el conjunto de manifestaciones y de elementos muebles e in-muebles fruto de una actividad industrial a una escala idónea para comprender la envergadura y complejidad de estos fenóme-nos productivos.

Infraestructuras, ferroca-rriles, viales, viaductos, pobla-dos, construcciones, cortas…, todos ellos con una clara pre-sencia en el paisaje, han ido modificando a lo largo del tiem-po la orografía de muchos de nuestros territorios estructu-rándolos, marcándolos y de-

finiendo un paisaje específico como resultado de una activi-dad industrial.

De modo que la industria, ya sea a través de su enorme ca-pacidad transformadora, como ocurre con muchas de las activi-dades extractivas, o a través de sutiles, selectivas y puntuales intervenciones, como sucede con molinos, cabrias, castilletes, chi-meneas…, configura las pautas de muchos de los paisajes cultu-rales más valiosos, imponiéndo-se en el paisaje y apropiándose de su identidad. De modo que, muchos de estos efectos de la industria sobre el territorio sur-gen como importantes agentes culturales del paisaje.

Minas de Riotinto, Huelva. /JOSÉ MANUEL NAVIA.

Page 76: Revista Llámpara 4

74 | LLÁMPARA

Asimismo, podríamos afir-mar que muchos de los paisajes que hoy nos rodean tienen una clara ascendencia industrial. Es difícil encontrar entre los espa-cios que nos movemos cotidia-namente lugares que hayan per-manecido al margen de los pro-cesos industriales de este último siglo. Nos encontramos hoy con una enorme variedad de paisajes industriales debido a la exten-sión territorial a la que afectó el fenómeno de la industrialización pero, también, a la dilatación en el tiempo de este proceso.

La definición de estos pai-sajes industriales no responde, en la mayoría de los casos, a un diseño consciente o a una lógi-ca preestablecida sino que, más bien, éstos son el resultado de un proceso en el que la nece-sidad, la contingencia o el azar han guiado su diseño y marcado el territorio a partir del trabajo anónimo de miles de hombres y mujeres. Asimismo, este con-cepto de paisaje industrial no está ligado a una noción estáti-ca, sino dinámica. La obsoles-cencia de procedimientos y ma-quinarias obliga continuamente a la reutilización o sustitución de elementos o de estructuras por otros que respondan a las nuevas necesidades funciona-les y productivas. Es por ello que sólo nos sería posible entender estos paisajes en una evolución permanente, en una constante mutación que hace que elemen-tos pertenecientes a momentos históricos distintos se superpon-gan. De modo que el territorio se convierte en un complicado palimpsesto en el que podemos leer cómo el rastro de paisajes, hoy día ya desaparecidos, con-vive con la presencia de otros actuales.

Pero no sólo nos es posible apreciar la huella de la industria en la impronta que ésta ha deja-do sobre el territorio sino, tam-bién, en la sociedad y en la cultu-ra. Estos paisajes de la industria son partícipes de la cultura de un pueblo, configuran un territorio cultural en sentido amplio.

Minas de hierro de Alquife, Granada. / JOSÉ MORÓN

Fundición La Tortilla y Distrito Minero de Linares, Jaén. / FERNANDO ALDA

Estos paisajes de la indus-tria adquieren valores de paisaje cultural ya que, éstos han contri-buido de una forma decisiva a la construcción de nuestras señas de identidad cultural. Son conce-bidos como expresión de los ras-gos de identidad de un pueblo, de aquellos lugares en los que la industrialización ha marcado unas formas de vida y de trabajo que, con el tiempo, han quedado grabadas en el paisaje y en la memoria colectiva. De tal forma que éstos, a modo de palimpses-to, contienen las huellas marca-das o borradas de la actuación del hombre sobre el territorio, lo

que les convierte en reflejo de la cultura de un pueblo y en posee-dores de una gran significación cultural.

Hoy estos lugares, en su ma-yor parte, obsoletos y abando-nados de usos anteriores, confi-guran un paisaje que comienza a ser habitual y que contiene las huellas de un pasado industrial, todavía reciente, al que sin em-bargo, se le ha prestado esca-sa atención. Esto hace que nos encontremos con un patrimo-nio frágil, en evolución, con unos paisajes culturales que registran un estado de urgencia ante un proceso de desmantelamien-

Page 77: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 75

El grupo de investigación |PSJ.exe| Laboratorio del Paisaje Industrial Andaluz, coordinado por la investigadora responsable María Isabel Alba Dorado (Doctora Arquitecta) y compuesto por los investigado-

res: María Araceli Alba Dorado (Arquitecta), Jose Antonio Alba Dorado (Arquitecto) y Ana Mª Blanco Monzú (Arquitecta), se crea con el objetivo de estudiar, investigar y establecer los parámetros desde los que poder entender e interpretar los paisajes industriales andaluces desde nues-tra contemporaneidad, atendiendo a las nuevas dimensiones del paisaje industrial en su definición como paisaje cultural, y con una intencionada determinación para la innovación y la investigación de nuevos modos de intervención en ellos encaminados a su integración como paisaje cultural contemporáneo.

Laboratorio del paisaje industrial andaluz

El Laboratorio del Paisaje Industrial Andaluz surge como un laboratorio de ideas abierto a una multiplicidad de miradas en torno al paisaje industrial y como un lugar de encuentro en el que investigaciones, ideas, experien-cias, proyectos,... relacionados de una forma amplia con esta temática confluyen y, de algún modo, se enriquecen unos de otros.

La labor investigadora desa-rrollada por este equipo se en-cuadra en las siguientes líneas de investigación:

- Línea de investigación 1: Estu-dio, identificación e interpre-tación de los paisajes indus-triales.

- Línea de investigación 2: Pues-ta en valor de aquellos paisa-jes fruto de un pasado indus-trial.

- Línea de investigación 3: Nue-vas dimensiones culturales de los paisajes industriales.

- Línea de investigación 4: Ac-ciones conceptuales en el paisaje industrial en su trata-miento como paisaje cultural.

- Línea de investigación 5: Pro-yectos de intervención en el paisaje industrial.

Entre los proyectos de inves-tigación desarrollados por este grupo cabría destacar el que lle-va por título: “Nuevos Paisajes Culturales. Acciones conceptua-les en el paisaje industrial an-daluz en su tratamiento como paisaje cultural”. Este proyecto fue seleccionado en diciembre del 2009 en una convocatoria pú-blica con concurrencia competi-tiva por la Consejería de Vivien-da y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía para su subvención como proyecto de investigación en materia de pai-saje industrial. Este proyecto se encuentra en su última fase de realización y sus resultados se pretenden dar a conocer en el I Congreso de Investigación so-bre Paisaje Industrial que tendrá lugar en Sevilla los días 2, 3 y 4 de noviembre. Este congreso organizado por el grupo de in-vestigación |PSJ.exe| Laborato-

rio del Paisaje Industrial Anda-luz en colaboración con el grupo HUM-666 Ciudad, Arquitectura y Patrimonio Contemporáneos de la Universidad de Sevilla se arti-cula en torno a un foro abierto de debate en relación al estudio, la investigación y la intervención en el paisaje industrial. El Congreso se estructura en diferentes Me-sas de Trabajo, cada una de las cuales contará con la exposición de una ponencia marco y con la lectura de comunicaciones y pósters. Las distintas Mesas de Trabajo atienden a las siguientes áreas temáticas:

- Mesa de Trabajo 1: Nuevas aproximaciones al paisaje industrial desde una lectura multidisciplinar.

- Mesa de Trabajo 2: Dimensión cultural de los paisajes in-dustriales.

- Mesa de Trabajo 3: Acciones, propuestas y proyectos de in-tervención en el paisaje in-dustrial.

- Mesa de Trabajo 4: El paisaje industrial en los procesos de planeamiento urbano y rege-neración social.El plazo para el envío de los

textos definitivos de las comu-nicaciones aceptadas finaliza el próximo 10 de octubre y la fecha límite para formalizar la inscrip-ción al Congreso concluye el 20 de octubre. n

PARA MÁS INFORMACIÓN relacionada con este grupo de investiga-ción o con el I Congreso de Investigación sobre Paisaje Industrial os recomendamos visitar la página web del Laboratorio del Paisaje Indus-trial Andaluz (http://www.laboratoriodelpaisajeindustrial.com) y su blog: (http://laboratoriopaisajeindustrialandaluz.blogspot.com)

Page 78: Revista Llámpara 4

76 | LLÁMPARA

to, degradación y abandono. La fragilidad de estos paisajes in-dustriales se ve, además, par-ticularmente afectada por las nuevas formas de producción o de consumo que provoca la ob-solescencia de éstos en un breve periodo de tiempo y en un con-texto en el que continuamente se están definiendo nuevas ciu-dades y nuevos paisajes.

3. Memoria del proyectoHoy nos enfrentamos a la ta-

rea de integrar aquellos paisa-jes generados por la decadencia industrial en el paisaje cultural contemporáneo. Una labor, ésta, que debe hacer suya la idea de vincular paisaje, memoria e in-dustria en un ámbito de estudio en el que el paisaje industrial se va a revelar como un nuevo territorio para la investigación.

En este sentido, esta inves-tigación reclama, fundamental-mente, una manera de entender y proponer el paisaje industrial andaluz hacia una dirección que conlleve a la recuperación y puesta en valor de éste como paisaje cultural, planteando su significación en la cultura del territorio andaluz.

Este proyecto encuentra respaldo en la aprobación de la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía (noviembre del 2007) que en su artículo 65 define el Patrimonio Industrial como:

“[…] el conjunto de bienes vinculado a la actividad produc-tiva, tecnológica, fabril, y de la ingeniería de la Comunidad Au-tónoma de Andalucía, en cuanto que son exponentes de la histo-ria social, técnica y económica de esta comunidad. […] El pai-saje asociado a las actividades productivas tecnológicas, fabri-les o de la ingeniería es parte integrante del Patrimonio Indus-trial”.

Asimismo, la ratificación por el Parlamento Español del Convenio del Paisaje Europeo (marzo del 2008), promovido por el Consejo de Europa supone el asentamiento de una nueva ma-nera de entender el paisaje que

engloba aspectos medioambien-tales y culturales y lo entiende como resultado de las acciones que a lo largo del tiempo las di-ferentes sociedades han reali-zado sobre el medio: “paisaje designa cualquier parte del te-rritorio tal como es percibida por las poblaciones, cuyo carácter resulta de la acción de factores naturales y/o humanos y de la interacción de ambos”. La firma del Convenio Europeo del Paisaje supone el compromiso de inclu-sión del paisaje como figura que aporta coherencia al gobierno del territorio dentro de la nor-mativa administrativa a nivel au-tonómico, local y, por supuesto, nacional. En Andalucía se vienen dando pasos en la dirección de considerar el paisaje como un bien vital que debe estar ordena-do y considerado en los planea-mientos territoriales y urbanos, como lo hace el Plan de Ordena-ción Territorial de Andalucía en el que se establecen principios y programas específicos dentro del previsto Sistema Regional de protección del Territorio, en el que se incluye el paisaje entre los recursos del espacio a con-servar, mejorar y poner en valor.

3.1. ObjetivosEn este contexto, este pro-

yecto de investigación tiene como objetivo principal estable-cer los parámetros desde los que poder entender el paisaje industrial andaluz y estudiar los modos de intervención en ellos encaminados a su incorporación dentro del marco europeo del Paisaje Cultural Contemporáneo.

Así pues, de forma más de-tallada, los objetivos que esta in-vestigación contempla son los siguientes:

3.1.1. Definir una metodo-logía de trabajo a seguir en el estudio, identificación e interpre-tación de aquellos paisajes fru-to de un pasado industrial. Una metodología que contemple una visión integradora que aborde estos paisajes a través de lectu-ras transdisciplinares y multies-calares con el objetivo de poder explicar la complejidad y, al mis-mo tiempo, la especificidad y la identidad propia de éstos. Para ello es necesario definir nuevos modos de leer estos paisajes en desuso y, hasta ahora, enten-didos como residuales a través de una mirada que se dirija ha-cia éstos con la intención de ver

Mina El Soldado. Villanueva del Duque, Córdoba. / JOSÉ MORÓN

Page 79: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 77

Mina El Soldado. Villanueva del Duque, Córdoba. / JOSÉ MORÓN

pero más aún, de ver lo no visto. Una mirada capaz de advertir en estos paisajes otras realidades latentes y próximas que parti-cipan de esa belleza inerte que existe bajo su aparente estado de ruina y que hacen referen-cia a una naturaleza diferente de estos territorios que se esconde detrás de su estética, su escala espacial y temporal.

3.1.2. Establecer un modelo de trabajo a seguir en el estu-dio de la intervención de estos paisajes de la memoria indus-trial que contemple la recupera-ción, rehabilitación y protección de éstos como nuevos paisajes desde la potenciación, no sólo de los territorios y arquitecturas específicas creadas y manipula-das durante un pasado industrial sino, también, del interés cultu-ral que estos paisajes ya poseen como depositarios de una me-moria colectiva y como marco cultural de referencia.

Esto plantea la necesidad de abrirnos camino hacia un enten-dimiento, una interpretación y una proposición del término pai-saje hacia una dirección todavía por explorar y que esconde un enorme potencial como ya apun-

tó aquella nueva mirada hacia el paisaje y al territorio que des-velaron muchos de los pioneros del land art, los cuales nunca permanecieron al margen del hecho industrial estableciendo una relación mucho más impor-tante de lo que habitualmente se conoce entre naturaleza, paisaje e industria.

3.1.3. Estudiar una metodo-logía de trabajo a seguir en el es-tudio de la integración de todos estos paisajes generados por la decadencia industrial en el paisa-je cultural contemporáneo con el objetivo de preservar y potenciar sus cualidades desde un ámbi-to más global que el puramen-te urbanístico o arquitectónico. Una labor, ésta, que debe hacer suya no sólo la idea de vincular industria, paisaje y memoria en un ámbito de estudio en el que el paisaje industrial se revela como un nuevo territorio para la inves-tigación sino que, además, debe hacer frente a los numerosos re-tos que estos paisajes, a diferen-cia de otros, ofrecen en cuanto a su reincorporación como paisajes aceptados.

3.2. MetodologíaComo metodología de tra-

bajo en el desarrollo de esta in-vestigación se propone el estudio de una serie de enclaves indus-triales, explotaciones en desuso dentro de la geografía andaluza, desde las escalas más reduci-das a las más amplias, que con-temple la recuperación de una sensibilidad, una manera de mi-rar profunda capaz de encontrar en cada escala aproximaciones diversas que desvelen nuevas dimensiones o aspectos implíci-tos en éstos que construyen una identidad cultural y que permiten abordar su estudio desde su en-tendimiento como una realidad compleja.

Así pues, en una primera fase de la investigación se pro-pone la selección para su estu-dio de una serie de enclaves de extracción mineral. El hecho de que esta investigación se cen-tre en el estudio de estos pai-

sajes se debe a la proximidad de éstos con la acción realizada sobre el territorio, por su consi-deración como paisajes con un alto grado de entropización y en los que se ha producido una ma-yor alteración de su superficie modificando profundamente la orografía. La selección de estos enclaves se realizará atendiendo a la diversidad de localización geográfica, tipo de explotación, características territoriales, to-pográficas... El estudio de éstos no deberá ser entendido como el objetivo de esta investigación sino, más bien, como el pretexto para más tarde pronunciarnos, a un nivel conceptual y trasladable a otros ejemplos, acerca de as-pectos a considerar en relación al estudio, interpretación, inter-vención e integración del paisaje industrial en el paisaje cultural contemporáneo.

En esta primera fase de estudio se propone el acerca-miento a estos paisajes desde diversas escalas, dimensiones, modos de aproximación... que respondan, en un primer mo-mento de la investigación, a una percepción más objetiva, realiza-da a través del conocimiento que nos proporciona la geografía, la historia, la ecología... para más tarde definir una aproximación a éstos desde una visión mucho más amplia, independiente de aquella que ofrece las ciencias más clásicas, desde una mirada despojada de ideas preconcebi-das y con una predisposición a la experimentación como modo de establecer nuevos diálogos con el territorio que nos lleven a traducir estos paisajes.

En una segunda fase de la investigación, más conceptual, se procederá al análisis y com-prensión de estos paisajes a partir de un estudio comparativo que nos permita descubrir las distintas dimensiones que atra-viesan éstos, aprehenderlos en su entera corporeidad y enfocar la mirada en torno a las posi-bilidades, todavía inadvertidas, que estos ámbitos deteriorados poseen y las dificultades de su

Page 80: Revista Llámpara 4

78 | LLÁMPARA

integración en el paisaje cultural contemporáneo.

En una tercera fase de la investigación se estudiará la posibilidad de extrapolar unas pautas de conducta y modos de leer el paisaje industrial en desuso, a partir de las cuales poder operar, ante y en estos nuevos territorios. De modo que el objeto de este estudio, que se propone como un laboratorio de ensayo, será obtener una serie de apreciaciones a partir de las cuales ampliar esta investiga-ción a través de una reflexión conceptual que aborde los as-pectos recogidos en los aparta-dos anteriores y que establez-ca una metodología de trabajo encaminada a definir acciones conceptuales específicas sobre el paisaje industrial en relación con su integración en el paisa-je cultural contemporáneo, de forma que estas acciones con-ceptuales constituyan un punto de partida para futuros trabajos e investigaciones referidas a ac-ciones concretas sobre un pai-saje industrial específico.

4. Conclusiones sobre el estado del proyecto

Hoy nos enfrentamos a la tarea de integrar los paisa-jes generados por la decaden-cia industrial en el paisaje cul-tural contemporáneo. Para ello se precisa de la elaboración de pautas y estrategias de integra-ción que sustituyan las actuales acciones de abandono por una recontextualización que replan-tee una nueva relación de estos espacios, fruto de un pasado in-dustrial, con su entorno actual desde una multiplicidad de pers-pectivas, con el fin de recupe-rar una nueva identidad de estos paisajes y de proponer prácti-cas de intervención en éstos de mayor calidad que mejoren esta relación que, en la actualidad, percibimos deteriorada. En la definición de estos proyectos de intervención y estrategias de in-tegración se halla el desarrollo del presente proyecto de inves-tigación.

El interés y la oportunidad de éstos radica en los márgenes de actualidad y urgencia en los que se encuentran estos empla-zamientos y en la necesidad de plantear nuevos parámetros de acción que partan de un enten-dimiento de éstos como paisajes culturales alternativos.

La definición de estos pro-yectos de intervención hace ne-cesario imaginar nuevos posi-cionamientos ante estos paisajes que contemplen una intenciona-da determinación para la innova-ción y la investigación de nuevas posibilidades de intervención en ellos. Mirar hacia el futuro, des-de la reconsideración y la mirada al pasado. Definir acciones que permitan re-programar espacios que han entrado en decadencia y re-activar lugares que han per-dido su relevancia social y eco-nómica. Arrojar nuevos enfoques en la intervención de estos pai-sajes que persigan una acción no convencional, que nos lleve a reinventarlos, a definir propues-tas capaces de sugerir diferen-tes formas de experimentarlos, sentirlos e identificarnos con ellos. Sin duda, todo ello requie-re altas dosis de imaginación.

Para ello es preciso generar una nueva mirada, una manera alternativa de observar y expe-rimentar estos paisajes. Es ne-cesario volver la mirada y, con ella, todos nuestros sentidos hacia estos territorios precon-cebidos como productos obsole-tos de una acción desmesurada del hombre sobre el territorio, a través de una percepción que desestime lo superficial de las miradas hasta ahora dirigidas al paisaje industrial; una percep-ción libre de ataduras y abierta a nuevas dimensiones de diálogo y de aproximación con el territorio que posibiliten el establecimiento de nuevos vínculos e identidades de modo que genere una manera alternativa de mirar, observar y experimentar estos paisajes.

Se precisa, además, de una mirada que se dirija hacia estos territorios de la industria con el objetivo no sólo de mirar por mi-

rar sino el de ver, el de ver para conocer, el de tomar conciencia de éstos desde un punto de vista físico, emocional, intelectual, cul-tural, social, ético y estético. De modo que se produzca un cambio en la consideración que tenemos de estos paisajes industriales que nos permita alcanzar nuevas cotas de percepción a través de una mirada capaz de profundizar en las apariencias con el fin de trascenderlas para así conocer mejor lo que en esencia son es-tos paisajes, aquello que éstos muestran y, al mismo tiempo, es-conden. Se precisa de una aproxi-mación a estos paisajes que nos lleve a desvelar nuevas dimensio-nes que trasciendan una lectura superficial y nos permita descu-brir otras posibilidades de estos ámbitos deteriorados, todavía in-advertidas.

Para ello es necesario ver más y de forma diferente. Crear esa tensión, de la que Walter Benjamín hablaba acerca de la producción de Baudelaire, en-tre una sensibilidad sumamente aguda y una contemplación su-mamente concentrada. Lanzar la mirada y, con ella, la mente más allá de lo visible.

En definitiva, se reclama un re-posicionamiento en la manera de mirar que, sin embargo y, por el momento, no se ha produci-do. Todavía son muchos los ojos que, aún permanecen cegados, bloqueados por la complejidad de estos paisajes, imposibilita-dos para ver la radicalidad de lo sencillo, la belleza de estos te-rritorios contenida en lo sobrio, en lo funcional, en el paisajismo inconsciente que nos ha legado la industria y en los espacios carga-dos de sensibilidad estética que han dado forma a una obra colec-tiva y, en muchos casos incons-ciente y azarosa. Una ceguera, ésta, que esperamos que con el tiempo desaparezca por una mi-rada que retorne al lugar y po-tencie el valor cultural que estos paisajes de la memoria industrial poseen. Pues, como ya vaticinó Robert Smithson en su ensayo sobre el nuevo pintoresquismo:

Page 81: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 79

“Las huellas de lo industrial acabarán siendo apreciadas por la mirada que al cabo del tiem-po retorna al lugar, igual que lo fueron los viejos molinos en la pintura del paisaje del XVII o las ruinas de castillos y abadías en el romanticismo.”1. n

Citas bibliográficas1ALBELDA, José (2006), “Sobre las

formas, ritmos y miradas en la antro-pización del territorio”, en ARRIBAS, Diego (coord.), Arte, industria y territo-rio: Minas de Ojos Negros (Teruel) [2], Teruel, Artejiloca, p. 120.

BibliografíaAA.VV., (2007), Ábaco nº 34, Arte,

Paisaje, Patrimonio. AA.VV., (2007), Acciones conceptua-

les sobre el paisaje, Madrid, Mairea.AA.VV., (1999), Arquitectura e Indus-

tria Modernas. 1900-1965. Actas del Se-gundo Seminario DOCOMOMO Ibérico, Almería, Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Oriental.

AA.VV., (2003), Arte, industria y terri-torio, 2. Minas de Ojos Negros (Teruel). Actas, Teruel, Artejiloca.

AA.VV., (2008), Jornadas Europeas de Patrimonio 2008. El Paisaje Indus-

trial en Andalucía, Sevilla, Junta de An-dalucía, Consejería de Cultura.

AA.VV., (2005), Jornadas sobre Pai-sajes Culturales. Ronda, Julio de 2003, Madrid, Colegio de Ingenieros de Cami-nos, Canales y Puertos.

AA.VV., (2006), Patrimonio Industrial de Andalucía. Portfolio fotográfico, Se-villa, Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transportes.

AA.VV., (2001), Preservación de la Arquitectura Industrial en Iberoamérica y España. Cuadernos, Nº XII, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Sevi-lla, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura.

A A . V V . , ( 2 0 0 0 ) , Q u a d e r n s d’arquirectura i urbanisme nº 225, Las escalas de la sostenibilidad, Barcelona, Colegio de Arquitectos de Cataluña.

A A . V V . , ( 2 0 0 1 ) , Q u a d e r n s d’arquirectura i urbanisme nº 230, Humo de fábrica, Barcelona, Colegio de Arquitectos de Cataluña.

AA.VV., (2003), Territorio y Patri-monio. Los Paisajes Andaluces. Cua-dernos, Nº XV, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Sevilla, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura.

AA.VV., (1995), TICCIH: Actas del VIII Congreso Internacional para la Con-servación del Patrimonio Industrial, Madrid, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo-CEHOPU.

AGUDO TORRICO, Juan, (1999), “Cultura, patrimonio etnológico e iden-tidad”, Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, nº 29.

BORSI, Franco, (1975), Le Paysa-ge de l’Industrie, Bruselas, Archives d’Architecture Moderne.

LÓPEZ GARCÍA, Mercedes, (1992), “El concepto de patrimonio: el patrimo-nio industrial o la memoria del lugar”, Ábaco (número monográfico sobre Arqueología Industrial), Nueva Época, núm. 1.

OJEDA RIVERA, Juan Francisco, (2003), “Desarrollo y patrimonio pai-sajístico”, Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, nº 42.

SELVAFOLTA, Ornella, (1985), “El espacio del trabajo (1750-1910)”, De-bats, nº 13, septiembre, Valencia, pp. 52-69.

SOBRINO SIMAL, Julián, (1996), Ar-quitectura industrial en España (1830-1990), Madrid, Cátedra.

SOBRINO SIMAL, Julián, (1998), Ar-quitectura de la Industria en Andalucía, Sevilla, I.F.A.

TANDY, Cliff, (1979), Industria y pai-saje, Madrid, I.E.A.L.

TRINDER, Barrie, (1982). The Ma-king of the Industrial Landscape, Lon-don, Phoenix.

Page 82: Revista Llámpara 4

entre’comillas BREVES

Mirat S.A. 160 años de publicidad fabrilUna exposición temporal en el Museo del Comercio y la Industria de SalamancaMIGUEL GARCÍA-FIGUEROLA Director del Museo del Comercio y la Industria de Salamanca

El Museo del Comercio y la Industria de Salamanca pro-gramó, durante el último trimestre de 2010, una expo-sición dedicada a Mirat S.A., la empresa fabril más conocida y posiblemente la más longeva de las industrias salmantinas. Concebida con la intención de mostrar el discurrir histórico de la citada fábrica, la muestra se centró en la evolución de su publicidad durante los últimos 160 años.

Esta empresa surge en la primera mitad del siglo XIX dedi-cada a la elaboración de almido-nes y pastas. Con toda probabili-dad, a mediados de esa centuria, la familia Mirat se encuentra ya en la élite de la sociedad sal-mantina y la proyección de su fábrica, ubicada ahora junto al Tormes, en un antiguo convento desamortizado que fundara la orden de los jerónimos, es pa-tente. Pronto comenzará su de-dicación al mundo de los abonos, cuya producción mantienen has-ta la actualidad, aunque Mirat se haya diversificado enormemente a lo largo de los años.

En una fecha aún difícil de precisar la empresa pasará a de-nominarse Mirat é Hijo, pues don Gregorio asocia en el negocio a su hijo Juan Casimiro, quien le dará el impulso definitivo antes del cambio de siglo. A su muerte, en 1908, los negocios pasarán a sus hijos varones y la nueva

firma, Mirat e Hijos, subsistirá hasta 1933 en que se convierte en Sociedad Anónima.

Mirat tuvo fábricas, minas, almacenes, talleres de automó-viles, líneas de viajeros y fue con-cesionaria de varios productos que la convertirían en un referen-te empresarial en la zona oeste de la península. Aunque los sal-mantinos consideren esta firma

netamente provincial, su sección extremeña, fundamentalmente la que se levantara en la provincia de Cáceres, pudo ser tan impor-tante como la meseteña durante gran parte del siglo XX.

La exposición pretendió rea-lizar un repaso por la historia de esta empresa a través de la publicidad generada. La mues-tra organizada por el Museo del

Catálogo de la exposición. La portada muestra un cartel publicitario de la fábrica fechado en la década de los treinta. / ARCHIVO

80 | LLÁMPARA

Page 83: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 81

Car

tel e

xter

ior

de l

a ex

posi

ción

. El m

otiv

o ce

ntra

l es

una

imag

en

lito

graf

iada

de

la f

ábri

ca, f

echa

da c

. 192

0. /

AR

CH

IVO

entre’comillas BREVES

Comercio recogía más de ciento treinta objetos y documentos re-lacionados con este tema: car-telería, calendarios, fotografías, impresos comerciales y objetos de reclamo litografiados o fabri-cados para anunciar la factoría salmantina y sus productos.

Su título, 160 años de publi-cidad fabril, atiende a la prueba más antigua que hemos recogido de la publicidad practicada por la empresa: la utilización, para esos fines, de los trofeos con-seguidos en la Exposición de la Industria Española celebrada en Madrid a mediados del siglo XIX.

A lo largo de todo ese tiem-po concurre una serie de rasgos que define la estética publicita-ria de Mirat. Por un lado se ciñe a los cánones estilísticos vigen-tes en cada momento, pues en-contramos papelería de estética romántica, objetos y calendarios modernistas, a principios del si-glo XX, y una serie de impresos pertenecientes al art déco. Por otra parte, cabe destacar que su interés por la calidad determi-nó la elección de ciertos artistas o imprentas de prestigio que ja-lonan la secuencia temporal que abarca la muestra expositiva.

En efecto, a través de estos objetos y documentos se consta-ta la proyección internacional de Mirat: el arte que recorre Europa desde el siglo XIX está presente

en la elección que hace la empre-sa de la cartelería, la tipografía o la imaginería de sus impresos. La elección de imprentas y artis-tas rebasa los límites provincia-les e incluso nacionales. Así, es fácil encontrar en sus campañas

la elección de buenos dibujantes como J. Martra (autor del cartel publicitario más conocido de Ga-llina Blanca. c. 1940) o C. Sáenz de Tejada (1897-1954) y de fotó-grafos de prestigio, pues llegaría a contar para la elaboración en

“ Aunque los salmantinos consideren esta firma netamente provincial, su sección extremeña, fundamentalmente la que se levantara en la provincia de Cáceres, pudo ser tan importante como la meseteña durante gran parte del siglo XX.”

Page 84: Revista Llámpara 4

aunque estemos hablando de una gran empresa en el oeste peninsular, Mirat tuvo una pro-yección nacional e internacional que resulta sorprendente en al-gunos momentos de su historia.

Addenda: El Museo del Co-mercio y la Industria de Sala-manca, situado en unos antiguos aljibes de la ciudad, es de titula-ridad municipal. Abre al público de martes a sábado (10-14 h y 17-20 h) y el domingo de 11 a 15 h. El lunes cierra sus puertas. La entrada es gratuita. n

un lugar destacado. El nombre de la ciudad, la imagen de sus monumentos, fundamentalmen-te el puente romano y la cate-dral, “el perfil de Salamanca”, se repite una y otra vez en los carteles publicitarios de la em-presa

Su larga trayectoria empre-sarial la hace testigo de la his-toria de Salamanca desde prin-cipios del XIX. Además ha influi-do en ella no solo aportando in-versiones y trabajo sino también trayendo aires europeos, pues

alguno de sus calendarios con José Suárez Fernández (1902-1974). También se preocupó, en esa búsqueda de calidad, por im-prentas litográficas de reputación internacional, acudiendo frecuen-temente a empresas europeas como Prager & Lodja y Heymann & Schmidt, A.-G., (Berlín), o el Istitu-to Italiano d´Arti Grafiche, Berga-mo (Italia).

Pero también interesa des-tacar que Salamanca ha ido siempre de la mano de Mirat en su publicidad, ocupando en ella

82 | LLÁMPARA

Sala 1, detalle. Carteles y portacalendarios anteriores a 1908. / ARCHIVO

entre’comillas BREVES

Page 85: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 83

Pos

tal p

ubli

cita

ria

fech

ada

a fi

nale

s de

la

déca

da d

e lo

s ve

inte

. / F

OTO

GR

AF

ÍA D

E A

NS

ED

E Y

JUA

NE

S

Page 86: Revista Llámpara 4

PORTUGALEspacio Robinson: la realidad de un proyecto cada vez más real.

Ubicación: Portalegre (Portugal)UTM. 39.28894, -7.42785 (aprox.)Año de Apertura: 1840Año de Cierre: 2009

Mª DOLORES PALAZÓN BOTELLA, Dra. Hª del ArteCÉLIA GONÇALVES TAVARES, Fundación RobinsonJORGE MAROCO ALBERTO, Fundación Robinson

miradasSOBRE NUEVOS USOS DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL

Page 87: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 85

El “Espacio Robinson” sigue estando de actualidad. La con-cesión del premio Pritzker al arquitecto Souto Moura ha su-puesto un respaldo para este lugar que conjuga las nuevas intervenciones arquitectóni-cas con el respeto por su pa-trimonio industrial. Los pre-mios que esta intervención va recopilando se suman a las aportaciones que sobre el mismo están haciendo los nuevos creadores. De tal modo que la “Robinson” es un espa-cio cada vez más vivo.

En 2009 el complejo indus-trial que la “Fábrica Robinson” (Por talegre-Por tugal) había configurado durante sus más de 100 años de hegemonía sobre el sector del corcho, cerraba sus puertas al mundo laboral y las abría a las de la cultura. Desde entonces este complejo fabril original con una extensión tan abrumadora como cifrada en más de 7 hectáreas, ha comen-zado a remodelar sus espacios, adecuándolos a unos fines cul-turales, siguiendo el plan de-sarrollado por los arquitectos Eduardo Souto Moura y Graça Correia.

Ese mismo año los arqui-tectos recibían una distinción de la “Università Iuav di Venezia”, dentro del área de “Arquitectura y Arqueología” por su proyecto para esta fábrica. Y hace apenas unos meses, en marzo de 2011, Souto Moura, obtuvo el premio Pritzker. Un galardón que lleva-ba implícito un reconocimien-to para el patrimonio industrial ejemplificado en el “Espacio Ro-binson”, la nueva denominación que recibe el lugar, en donde sus ideas se van proyectando diaria-mente logrando que lo pensado se convierta en una realidad.

Actualmente este espacio alberga dos edificios de obra nueva que siguen las pautas del diseño arquitectónico de sus ideólogos representados en la “Escuela de Hostelería” (2009) y en un “Auditorio” (2010) que se asemeja en sus formas y materiales a una de las má-

Quizás por eso los artistas han visto en esta fábrica un foco de atracción capaz de dar cabi-da a sus nuevos proyectos, no ya sólo como un marco esce-nográfico de los mismos, sino como un elemento activo, algo en lo que ha trabajado el músico Bernardo Sassetti quien la ha empleado como referente visual para una de sus piezas musica-les. Y ha sido fotografiada por numerosos fotógrafos contem-poráneos tales como Fernan-do Guerra, Glória Aguiam, Luís Leite Rio, António Cunha, Nuno Fevereiro y Raul Ladeira, en-tre otros, estando previsto or-ganizar una exposición con sus imágenes en breve. Y es que el lugar no sólo cautiva por lo que fue o puede llegar a ser, sino simplemente por lo que es aho-ra mismo. n

Bibliografía y fuentes de información

M A R O C O A L B E R T O , J o r g e , GONÇÁLVES TAVARES, Célia (2010): “La Fábrica Robinson de Portalegre (Portugal). Rehabilitación y preserva-ción del patrimonio industrial”, Llám-para Nº 3/2010, pp. 18-27.

VV.AA (2007). “Olhar de Fotógra-fos”. Publicações da Fundação Robin-son 1. S.l: Fundação Robinson.

VV.AA (2008). “Olhar de Fotógra-fos”. Publicações da Fundação Robin-son 12. S.l: Fundação Robinson

quinas de la industria. Mientras que dos complejos de la anti-gua fábrica han sido recupera-dos convirtiéndose en un es-pacio audiovisual denominado “International Center for Tech-nology in Virtual Reality” (2009) y un aparcamiento (2010) que en breve estará abierto. Estos nuevos espacios, al contrario que los anteriores, mantienen sus formas y volúmenes origi-nales, demostrando así respeto y sensibilidad hacia las apre-ciaciones arquitectónicas deri-vadas de las necesidades labo-rales del lugar.

Las siguientes fases comen-zarán en breve y mientras se si-gue con la reforma arquitectóni-ca, su espacio, sus complejos y sus referentes se han converti-do en un testimonio patrimonial de primer orden con una gran capacidad de atracción. Porque a sus espacios hoy silenciosos, vacíos de uso, con máquinas mantenidas en su lugar de ori-gen y con otras arrancadas que han dejado su huella en los heri-dos muros, es fácil aproximarse y sentir los olores que todavía guarda de su proceso industrial, ver la patina del tiempo que re-posa en sus elementos y sentir la vitalidad de una labor que se ha dejado de practicar pero que sigue viva en la memoria de las gentes del lugar.

< Vista del tejado de uno de los edificios. / Mª. DOLORES PALAZÓN BOTELLA

Hornos y vagonetas de la sección de aglomerado blanco. / Mª. DOLORES PALAZÓN BOTELLA

Page 88: Revista Llámpara 4

ESPAÑATérmica, ¡Sí!

Ubicación: Badalona, Barcelonés, Cataluña.Uso: Abandonado, Propiedad de Fecsa EndesaAño de Apertura: 1970Año de Cierre: 2007

FERNANDO TAMAYO CABALLERO y ÉRICA RUIZ DE LA TORRE MIGUEL / ETSASS y ETSAB

NUEVOS USOS DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL

Page 89: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 87

Conscientes de la importancia que tiene la divulgación de pro-yectos en favor de la rehabili-tación de espacios industriales abandonados, tomamos la pro-puesta como una oportunidad excepcional para dar a conocer el caso de la central térmica de Sant Adrià del Besòs, situa-da en la desembocadura del Besòs; entre la localidad arriba mencionada y Badalona, a es-casos kilómetros de Barcelona.

El objetivo del trabajo es presentar el debate y proyec-tos para la rehabilitación de la antigua central térmica, y para ello iniciamos hablando de la renovación del Frente Litoral del Besòs, la cual supone la fi-nalización de tres intervencio-nes realizadas durante los ‘90: • la prolongación de la Diagonal, • la reconversión del tramo

final de los lechos del río Besós en un parque fluvial,

• la recuperación del litoral en-tre el Besós y el Frente Marí-timo.

El proyecto en torno a la antigua central térmica del Besòs forma parte del planea-miento urbanístico del frente marítimo, convirtiéndose en un ejemplo de gestión inteligente del patrimonio, puesto que su futuro atraerá “(…) turismo e in-versiones, generará actividades y puestos de trabajo y, fundamen-talmente, reforzará la autoesti-ma de la comunidad”.

En definitiva, se trata de rescatar el valor que toma el inmueble dentro de un contexto territorial y de renovación del frente marítimo, subrayando la participación ciudadana (de-mostrable en el referéndum de noviembre de 2008) y la carac-terización de nuevos usos del patrimonio industrial.

Los 60.000 m2 que compo-nen el recinto industrial son la baza económica y urbanís-tica del conjunto, además de su ubicación (en el frente ma-rítimo, en una clara continua-ción visual con Diagonal Mar). Este hecho, ha sido uno de los motivos por los cuales se ha

monio, que sin ser patrimonio evidente (una iglesia, un yaci-miento…) cobra el mismo sig-nificado.

El Ayuntamiento de la lo-calidad, ante el cierre de la central, y su futuro traslado, convoca un referéndum abierto a todos aquellos empadrona-dos que deseen participar, en el que se pide el voto a favor o en contra del derrumbe de las Tres Chimeneas. De los votos emitidos por los ciudadanos de Sant Adrà de Besòs en el refe-réndum, 2.135, que suponen el 82’2% de los votantes, lo hicie-ron a favor de mantener el edi-ficio de las Chimeneas. 406 vo-taron en contra, 18 en blanco y 38 nulos. Sin duda, el mejor Sí para el futuro de la térmica. n

retrasado el proyecto, y que se ha hablado de ideas tan va-riopintas como una nueva Tate Gallery o un hotel de lujo. Algo evidente, si tenemos en cuenta la relevancia que ha tenido la prolongación de la Diagonal, y el potencial que podrá tener la suma del frente marítimo desde Montgat a Castelldefels. Todo ello traducido en intere-ses urbanísticos, de vivienda, turismo, etc.

En este caso nos intere-sa subrayar no tanto el plan o proyecto, como el papel que la ciudadanía ha tenido en el mantenimiento de las tres chi-meneas de la térmica. Poner en manifiesto cómo el propio municipio se hace apego de un edificio como parte de su patri-

< Vista de la térmica desde la playa. / FERNANDO TAMAYO CABALLERO, 2011.

Vista de la central, con dos de las tres chimeneas que se conservan en la actualidad. / ARXIU MUNICIPAL DE SANT ADRIÀ DE BESÒS. FONDO MUNICIPAL

Page 90: Revista Llámpara 4

ESPAÑAEl gestor cultural y la gestión del patrimonioROBERTO BERNAL CONDE / Gestor Cultural

NUEVOS USOS DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL

Page 91: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 89

Este artículo pretende dar una visión sobre uno de los aspec-tos del patrimonio cultural que no es tan conocido y que está fuera de los ámbitos pro-piamente académicos y de in-vestigación como es la gestión cultural. Se trata de destacar y realizar una mirada breve so-bre la gestión del patrimonio cultural en general y del indus-trial en particular, la labor que desempeña la figura del gestor cultural como profesional im-prescindible en la concepción y desarrollo de cualquier proyec-to de patrimonio cultural, así como los desafíos y dificultades a los que se enfrenta en la ac-tualidad

Hoy en día no se debería realizar ningún proyecto de pa-trimonio cultural, si no es a tra-vés de un equipo multidiscipli-nar que reúna a una diversidad de profesionales para poner en común su trabajo.

Uno de estos profesionales debe ser el gestor cultural, fi-gura menos conocida en estos ámbitos, pero con una función capital. El gestor debe coordi-nar el equipo, pues su labor es armar la maquinaria con el res-to de profesionales y la gestión de todos los elementos que con-forman un proyecto en sus dife-rentes etapas.

Partiendo del hecho inicial que toda inter vención sobre un bien de patrimonio cultural va dirigida a su propia conser-vación y a la de los diferentes valores que transmite, no obs-tante tenemos que convertir es-tos bienes en recurso cultural, social y económico, cuyo desti-no final pueda ser el turismo u otro uso distinto para el que fue concebido en origen. Y es aquí donde la propia gestión juega un papel determinante.

Se suscitan por ello diferen-tes cuestiones: ¿Cómo hacemos para que un bien no pierda sus valores, los transmita a la so-ciedad y despierte interés en las personas?, ¿cómo hacemos que un proyecto sea viable económi-camente?, ¿de dónde sacamos

de la ciudad. El resultado es un proyecto innovador entorno al patrimonio, con beneficio social incluido y seguramente econó-mico, por los flujos que proyec-ta con su nueva actividad en la ciudad.

Por último, incidir sobre el mayor problema a la hora de desarrollar proyectos de pa-trimonio cultural: la captación de recursos económicos. Has-ta ahora dependíamos en gran medida del dinero público para la realización de proyectos cul-turales. Debido a la crisis eco-nómica actual y el recorte pre-sente y futuro de la financiación pública, vamos a tener que bus-car y reformular los modelos de captación de dinero, tener más imaginación y gestionar más eficientemente los recursos existentes, y necesariamente conseguir que se implique con-siderablemente el sector priva-do: es clave hacerlo.

Así, el gestor tendrá que continuar como intermediario entre los distintos intereses sociales y gestionar de forma más original y eficaz el patri-monio cultural, y en especial el industrial dadas las oportuni-dades que brinda por ser un pa-trimonio más reciente y cerca-no, aunque menos valorado por ello, pero sí más flexible en su utilización para nuevos usos. n

el dinero necesario?. Si bien las labores de sensibilización y educación son básicas para la valorización de este tipo de bie-nes, quizá las cuestiones más difíciles a las que nos enfren-tamos, sean la financiación y la transformación de un recurso patrimonial en un producto, y su comercialización.

Por tanto, se necesita poner más empeño en la comerciali-zación del patrimonio, y esto no es mercantilizarlo, pues esta-mos en una sociedad de consu-mo con un mercado diverso, en el que el patrimonio cultural es un bien más, que compite con otros, por lo que habrá que in-tentar aplicar métodos de ges-tión del mundo empresarial si queremos tener éxito, dada la gran oportunidad de viabilidad para muchos bienes patrimo-niales, y en especial para los inmuebles de patrimonio indus-trial, dado que sus caracterís-ticas normalmente los hacen muy versátiles para distintos usos.

Un ejemplo interesante de conservación de patrimonio in-dustrial y destinado a nuevos usos, ha sido la antigua Alhón-diga de Bilbao. De ser un alma-cén de vinos de principios del siglo XX de arquitectura moder-nista, ha pasado a ser un centro de ocio y cultura en pleno centro

< Alhóndiga Bilbao. / ARCHIVO

Antiguo Matadero. Ahora Museo de la Minería del País Vasco (Gallarta-Vizcaya). / ARCHIVO

Page 92: Revista Llámpara 4

90 | LLÁMPARA

El Camino de Santiago ha sido durante más de diez siglos un itinerario cultural que ha per-mitido la difusión de conoci-mientos y valores a los largo del continente europeo; un referente básico, igualmente, para la conformación de una red comercial que ha propicia-do el desarrollo económico y social de los pueblos comunica-dos por él. El reciente proyecto impulsado por la Asociación de Arqueología Industrial INCUNA, nos invita a acercarnos de una manera alternativa a la ruta jacobea: a través del patrimo-nio industrial y por medio de nuestro teléfono móvil, es el Xacogeo.

En el marco de la ayudas a la promoción del Turismo Cul-tural de Ministerio de Cultura, la Asociación de Arqueología In-dustrial INCUNA (Industria, Cul-tura y Naturaleza) promovió, en 2010, el proyecto Xacogeo con el fin de dar a conocer los bie-nes patrimoniales situados en los márgenes cercanos al Ca-mino del Norte y sus variantes y ofrecer una nueva orientación de turismo cultural e industrial siguiendo el marco establecido por la red de Rutas Europeas de Patrimonio Industrial (ERIH).

Se trata de una mirada com-plementaria a la vez que innova-dora, ya que utiliza el patrimonio industrial como argumento di-ferenciador y protagonista de la

Móviles miradas DESDE LA RED

Autores: DIEGO RUIZ DE LA PEÑA RUIZ y HENAR TURRADO FERNÁNDEZ. LLUME. Estudios & Proyectos Culturales. Inicio proyecto: 2010

ruta jacobea. Bajo la dirección de INCUNA se formó un equipo multidisciplinar que contó, entre otras, con la empresa asturia-na Llume. Estudios y Proyectos Culturales para la ejecución de los trabajos.

Además, la dimensión y al-cance territorial del proyecto fa-voreció la colaboración con agen-tes e instituciones de las dife-rentes comunidades autónomas implicadas como la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVIPOP), el Grupo de Investigación “Geografía His-tórica del Paisaje” de la Univer-sidad de Cantabria, la Fundación Ciudad de la Energía, el Institu-to de Estudios Bercianos o Buxa Asociación Galega do Patrimonio Industrial, entre otros.

El resultado de este trabajo ha sido el Xacogeo, una herra-mienta para dispositivos móviles que permite a sus usuarios ac-ceder a un completo inventario de bienes de interés relativos al patrimonio industrial, pero tam-bién al etnográfico y natural, así como a equipamientos cultura-les que complementan y enri-quecen la temática industrial. Así, actualmente la aplicación se distribuye gratuitamente a

Xacogeo > Una herramienta digital para redescubrir el Camino de Santiago

Molino de mareas de Santa Olaja en Isla, Cantabria. / ARCHIVO

Fábrica de Albo en Santoña, Cantabria.

Page 93: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 91

En definitiva, tanto desde la Asociación INCUNA como desde el equipo de trabajo de Llume, hemos querido ofrecer un punto de vista diferente y alternativo del Camino de Santiago, ayudan-do a redescubrir y sensibilizar-se con otros patrimonios que se alejan de los itinerarios turísti-cos al uso, y lo hemos hecho a través de la búsqueda de nuevos canales de difusión que permitan acceder de manera ágil y sencilla a los valores de nuestro patrimo-nio cultural.

Pero este proyecto también pretende servir para crear una red y fomentar el asociacionismo y la participación en proyectos territoriales de promoción cultu-ral en el ámbito del Norte de Es-paña, estableciendo un marco de cooperación para el intercambio de la información y su difusión.

Por último, pensamos que proyectos como este pueden estimular al sector del Turis-mo para comprometerse en la promoción y puesta en valor del patrimonio industrial. En este sentido, consideramos que la herencia industrial constituye un recurso turístico con un consi-derable potencial de atracción y, consecuentemente, de dinami-zación económica y social de los territorios en los que se inser-ta. El Xacogeo puede ser buena muestra de ello. n

Taller y depósito de locomotoras de Cajo, Santander. / ARCHIVO

Grúa Carola, perteneciente a los antiguos astilleros Euskalduna en Bilbao. / ARCHIVO

través de App Store de Apple y Android Market.

En total estamos hablando de cerca de 225 bienes disemi-nados en torno al Camino de Santiago en su trazado por la cornisa cantábrica y tierras leo-nesas, sobre los que el usuario podrá obtener información tan-to descriptiva y valorativa como de carácter práctico. La infor-mación de los diferentes ítems viene recogida en una ficha indi-vidual cuyo diseño pretende sa-tisfacer las necesidades propias del peregrino o usuario. De esta manera, se incluyen los datos de localización, descripción históri-ca, horarios, accesibilidad, ser-vicios, tarifas, datos de contacto y otros puntos de interés. Este último apartado permite, junto con el mapa general del trazado que incluye los diferentes ele-mentos debidamente georrefe-renciados, la posibilidad de que el usuario genere sus propios recorridos en función de sus in-tereses. La herramienta se ha concebido de manera abierta, de tal forma que puedan seguir incorporándose elementos de interés que nutran el valor patri-monial del recorrido.

Asimismo, el proyecto tam-bién contempló la realización de varias jornadas de geoca-ching en diferentes puntos del trazado.

“ Xacogeo es una herramienta para dispositivos móviles que permite a sus usuarios acceder a un completo inventario de bienes de interés relativos al patrimonio industrial, pero también al etnográfico y natural, así como a equipamientos culturales que complementan y enriquecen la temática industrial”.

Page 94: Revista Llámpara 4

92 | LLÁMPARA

¿Qué es tu blog?Seguramente el fruto de un

estadio transitorio de enajena-ción mental. Lo cierto es que tiempo atrás había creado en mi cuenta de Google una alerta so-bre “fábricas de harinas” y cada vez con más frecuencia me lle-gaban noticias relativas al tema, unas buenas (rehabilitaciones, proyectos) y otras desastrosas (incendios, demoliciones). Pensé que podía reunirlas en un espa-cio donde además los lectores pudiesen hacer sus aportaciones.

¿Cómo surge la idea?Desde hace años recopilaba

imágenes, reseñas, enlaces... sobre los molinos y las fábricas de harinas, para uso personal debido a mi interés por este tipo de edificaciones industriales. Una tarde, clasificando estos datos en mi ordenador, pensé en crear un espacio en la red dedicado a este contenido, pues no lo había encontrado como tal. Ya tenía un blog personal y conocía el procedimiento para crearlo, así que me lan-cé a ello, pues consideré que una página web era demasiado estática para lo que pretendía: no sólo colgar fotos, noticias... sino permitir a los lectores que hiciesen sus aportaciones me-diante comentarios e incluso enviándome sus propias entra-das, fotos, referencias...

Autor del blog en la harinera de Valencia de Don Juan. León. / ARCHIVO

Blogs miradas DESDE LA RED

Autor: JAVIER REVILLA CASADOBecario de InvestigaciónDepartamento de Historia Universidad de León Apertura: 13 de marzo de 2008

¿Por qué esa temática?Cuando comencé a oír ha-

blar de patrimonio industrial ob-servé la tendencia a identificarlo con grandes plantas fabriles e infraestructuras, vinculadas al hierro, al carbón, al textil... Por

mi lugar de nacimiento cono-cía bien otras fábricas menores pero que sin duda habían apor-tado productos indispensables para el ser humano: las indus-trias agroalimentarias, en espe-cial, las productoras de harina

Patrimonio Industrial Harinero> www.harineras.blogspot.com

Page 95: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 93

cha información, sino que ofrece grandes posibilidades para re-lacionarse con gente que de otro modo sería mucho más complejo.

¿Tienes otros blogs, Facebook, canal YouTube, etc. Relaciona-dos con P.I.?

Creé un grupo en Facebook l lamado “patr imonio indus-trial” pero no ha dado tanto jue-go como yo esperaba –apenas tenemos 65 miembros– aunque tampoco le he dedicado el tiem-po suficiente. Recientemente he incorporado a él a otras perso-nas como administradores que le están dando un gran revulsivo.

Recomiéndame otro blog/etc. nacional o internacional de PI, ¿Por qué recomiendas ese en concreto?

Afortunadamente cada vez hay más y mejores blogs, pero entre todos me voy a quedar con dos, uno dedicado a las magní-ficas fotografías realizadas por Frank Gómez en Cataluña: Re-siduos Industriales, y otro de re-ciente creación pero en el que la arquitecta Diana Sánchez Mus-tieles está desarrollando una actividad y entusiasmo realmen-te encomiable: Patrimonio In-dustrial Arquitectónico. n

Enlaces citados:http://passatindustrial.blogspot.com/http://patrindustrialquitectonico.blogspot.com/

y sobre todo me apasiona la in-corporación de personas jubila-das, que realizan aportaciones en primera persona tremenda-mente valiosas para documentar muchos aspectos sin cuya ayuda difícilmente podríamos llegar a conocer.

¿Qué te ha aportado la iniciativa?

Muchísimo. Por un lado respaldo “moral” al eviden-ciar que, al contrario de lo que egoístamente pensaba, no es-taba ni mucho menos sólo en este mundo obsesionado por las harineras y los molinos. El blog ha significado un esfuerzo pero ha estado sobradamente recompensado por las mues-tras de apoyo, las aportaciones, las correcciones... He conocido a mucha gente, muchos proyec-tos y muchos sueños relacio-nados con estos edificios. Y por supuesto, también he aprendido no sólo aspectos históricos, téc-nicos y sociales, sino también a valorar diferentes puntos de vista y alternativas a este tipo de patrimonio.

Una reflexión después del tiempo que llevas con el tema

Que internet es una herra-mienta indispensable en nues-tros días, tanto para difundir como para conocer y aprender. Gracias a la red no sólo podemos compartir dinámicamente mu-

Reportaje de TV a un trabajador de la harinera Alfageme, Armunia (León). / ARCHIVO

y pan. Poco a poco fui amplian-do horizontes y comprobé que su dominio en cuanto a número no era exclusivo de mi comar-ca, la Tierra de Campos, sino que también se daba por otros muchos territorios de España y de otros países. Mi interés fue creciendo a la par que el cono-cimiento del deterioro y pérdida de muchos elementos fruto del decaimiento actual del sector.

¿Cuál es el objetivo?Enlazando con lo que acabo

de decir, el fin principal del blog sería hacer visible este patrimo-nio. No se valora lo que no se conoce, y para muchas personas las harineras y los molinos pa-san desapercibidos, lo cual favo-rece su deterioro y pérdida ante la falta de concienciación.

La descripción con que inicié el blog hace ya tres años, y que mantengo, lo define como un espacio en la red dedicado a la arqueología industrial y al patri-monio etnográfico relacionado con la molinería, desde sus orí-genes hasta la actualidad, don-de tienen cabida denuncias so-bre el abandono o la destrucción de estos inmuebles, referencias sobre proyectos de rehabilita-ción y puesta en valor así como otras noticias relacionadas, de todo el mundo, en español.

¿A quién pretendes llegar?Internet llega cada vez más

a todos los grupos sociales, sin diferenciar por edades o terri-torios. Sólo he puesto límites en el idioma, que exclusivamente es el español puesto que pienso que ello contribuye a aumentar cada vez más los contenidos en castellano presentes en la red. Lógicamente esto determina que la mayoría de referencias aludan a territorios de habla hispana, pero también solemos traducir o adaptar datos de otros países. Por cercanía, evidentemente, priman las noticias de ámbito na-cional, pero lo cierto es que cada vez más recibo correos de fuera

Page 96: Revista Llámpara 4

94 | LLÁMPARA

¿Qué es tu blog?Intenta ser una ventana al

mundo del patrimonio industrial arquitectónico, haciendo hinca-pié en tres conceptos básicos: Su historia, su mantenimiento y pro-tección, y por último su reutiliza-ción y recuperación. Mediante la presentación de noticias, ejem-plos de patrimonio industrial, ar-tículos de opinión, experiencias personales y concursos que se licitan. También pretende ser un medio donde mostrar el estado de abandono de muchas antiguas edificaciones industriales, pre-sentando además webs y asocia-ciones que buscan protegerlo y mantenerlo..

¿Cómo surge la idea?Como arquitecta siempre me

he visto más atraída por el pa-trimonio arquitectónico que por la construcción nueva y durante el proceso de elaboración de mi tesis el tema ha llegado a apa-sionarme, lo que me ha conduci-do irremediablemente a tratar de compartir mi pasión con, es-pero, más apasio-nados. Y que mejor medio para comuni-carse hoy en día que internet.

¿Por qué esa temá-tica?

Guiada tanto por el estudio, como por

Foto de perfil. / ARCHIVO

Blogs miradas DESDE LA RED

Autor: DIANA SÁNCHEZ MUSTIELES. Arquitecta especializada en patologías de la edificación. Apertura: 8 de febrero de 2011

la pasión que en mi despierta este tema he llegado a la si-guiente conclusión: El patrimo-nio arquitectónico industrial es el gran desconocido y despro-tegido de nuestra arquitectura y necesita de todo el apoyo que podamos reunir para que quede incluido de manera activa en las políticas urbanísticas y cultu-rales

¿Cuál es el objetivo?Enlazando con lo que acabo

de dDos son los objetivos de

este blog; Servir de plataforma para dar a conocer el patrimo-nio industrial arquitectónico, su pasado, presente y futuro; E in-tentar aunar personas con los mismos intereses para compar-tir experiencias, conocimientos e ideas.

¿A quién pretendes llegar?Este blog va dirigido tan-

to a aquellas personas para las que el patrimonio industrial se encuentra entre sus pasiones, como para todo aquel que quiera conocerlo o sencillamente pasa-ba por allí.

¿Qué te ha aportado la iniciativa?

En el poco tiempo que lle-vo me he dado cuenta que hay mucha más gente como yo ahí fuera. Hay que tener en cuenta que cuando las pasiones de uno distan mucho de ser mayorita-rias es difícil encontrar gente que las comparta y mucho más

Patrimonio Industrial Arquitectónico > http://patrindustrialquitectonico.blogspot.com/

Page 97: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 95

rarlo más. Se deberían plan-tear más políticas de gestión de este tipo de patrimonio, plan-teando reutilizaciones adecua-das de estos edificios, sin que pierdan su memoria industrial, y favorecer el turismo indus-trial, pues creo que cada vez hay más gente interesada en visitar fábricas, molinos, anti-guas zonas mineras, vías ver-des, etc.. n

son buenas fuentes de informa-ción y me han servido de refe-rencia para el mio.

Reflexión después del tiempo que llevas con el tema:

Creo que hay mucho por hacer con respecto a este pa-trimonio, y que hay que inten-tar divulgarlo más a la gente a pie de calle para que puedan aprender a apreciarlo y valo-

Fondo del Blog. / ARCHIVO

La

Lan

era-

Vale

ncia

. / A

RC

HIV

O

tener un medio a través de cual poder compartirlas. Este blog se ha convertido en una herra-mienta maravillosa para mos-trar mis experiencias y conocer gente con mis mismos intereses y compartirlos, con todo lo que ello conlleva.

Otro blog, twitter, etc, relacionado con el Patrimonio IndustrialHe creado una cuenta Twitter asociada al blog: @Patrindustrialhttp://twitter.com/#!/Patrindus-trial. (@Patrindustrial)Página de Facebook creada vin-culada el blog: Patrimonio Indus-trial Arquitectónico Grupos del Facebook de los que me he hecho miembro y me han nombrado uno de los administra-dores: Patrimonio Industrial.

Recomendación de otro blog o web:harineras.blogspot.com blogcyl. patrimoniocastillayleon.orgwww.arqueologiaypatrimonioin-dustrial.comwww.incuna.org

Llevo bastante tiempo si-guiendo estas páginas y me gus-ta mucho como están hechos,

Page 98: Revista Llámpara 4

96 | LLÁMPARA

Mi perfil en Facebook es la pri-mera incursión personal en la red; no tengo ni he tenido nunca un blog, aun cuando no lo des-carto en el futuro. Y sin embar-go me interesan sobremanera los medios de transmisión de la cultura: desde 1974 he ejercido como editor para el Colegio de Aparejadores de Bizkaia y des-de 2001 participo en el manteni-miento de la web de la AVPIOP. Pero, como digo en mi perfil de Facebook, me considero sobre todo un activista en pro de la cultura técnica y el patrimonio industrial y por razones de pura efectividad he primado siempre la acción colectiva sobre la indi-vidual.

¿Por qué entonces un perfil en Facebook? Sencillamente por-que ahora, con más tiempo libre –y también con más años– he sentido la necesidad de encon-trar una expresión de lo personal compatible con la continuación del trabajo en equipo. Facebook me permite realizar pequeñas anotaciones en un diario público, hechas al hilo de los acontece-res y libres de las limitaciones y responsabilidades que requieren los pronunciamientos colectivos. En definitiva: pensar en el yo, sin dejar de lado el nosotros.

Perfiles miradas DESDE LA RED

Autor: JOAQUÍN CÁRCAMO MARTÍNEZ. Aparejador por la Universidad de Burgos. Profesión: ejercida como asalariado, liberal y profesor de formación profesional. En la actualidad jubilado.Miembro fundador, en 1988, de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVPIOPApertura perfil: desde septiembre de 2010

La imagen de mi perfil son unas acogedoras manos que re-cogen y ofrecen agua, como me-táfora de la vida, a la Ciudad de México. Están dibujadas por Die-go Rivera en un cárcamo –a la vez mi apellido y una construc-ción hidráulica en español mexi-cano– y forman parte de una obra

Joaquín Cárcamo Martínez > http://es-es.facebook.com/joacarcamo

Monumento al ingeniero Evaristo de Churruca (1939) en Las Arenas (Getxo). / ARCHIVO

total que reúne pintura, escul-tura y arquitectura y que remata una gran empresa de ingeniería que contribuyó a mejorar la vida de miles de mexicanos. Son las manos del dios Tláloc y se en-cuentran en Chapultepec, lugar sagrado de los mexicas por sus manantiales. Creo que es un lu-

Page 99: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 97

el segundo por el fondo docu-mental que ha logrado crear, con una apreciable constancia, desde marzo de 2007 y el tercero por su carácter de pionero en Facebook desde hace ya tres años y la di-versidad de su mirada sobre el patrimonio industrial. n

Enlaces citados:http://harineras.blogspot.com/http://blogcyl.patrimoniocastillayleon.org/patrimonioindustrial http://www.facebook.com/ARBEYU.Patrimonio.Industrial

gar único en el que conviven del modo más natural y armónico ar-tes plásticas, historia, ciencia, técnica, sociedad… PATRIMONIO. El cárcamo de Chapultepec guía mi perfil.

No estoy preocupado por el número de mis amigos; no los busco, los voy encontrando en el camino. Algunos lo son de siem-pre y a otros los acabo de cono-cer y procuro, en justa reciproci-dad con su atención, interesarme también por lo que les concier-ne. Desconozco la repercusión de mis anotaciones aunque las veo como pequeñas gotas en el inmenso océano de las redes sociales; alguna caerá sobre al-guien que, por un instante, levan-tará la vista… De cualquier modo, a mí me resulta gratificante.

El encargo de estas líneas venía con la solicitud de algún blog o perfil por el que me inte-rese. Además del blog del proyecto que acoge esta re-vista, de amplia vi-sión y formalización exquisita, y del de

AVPIOP en el que colaboro, me remito a los tres en español que más leo. El primero, porque me parece el más interesante de los especializados temáticamente;

Muelle de Hierro, obra del ingeniero Evaristo de Churruca, obra de ingeniería que posibilitó la navegabilidad portuaria de Bilbao. / ARCHIVO

“Benedicta”, la ría de Bilbao desde el Muelle de la Benedicta en Sestao. / ALEX ETXEBARRIA

Page 100: Revista Llámpara 4

98 | LLÁMPARA

Actividades de Llámpara en 2010

En esta ocasión, Valladolid fue el marco que acogió el pasado mes de diciembre la segunda edición de este encuentro internacional, apoyado en esta ocasión por la Universidad de Murcia, el proyecto de investigación OEPE de la Universidad de Valladolid y Llámpara.

La novedad que propuso esta edición fue el cambio de formato y de metodología. Además de una puesta en común de los trabajos e iniciativas de los participantes, se desarrollaron tres de talleres prácticos (investigación y documentación, sensibilización y didácti-ca, y productos turísticos) entorno a un estudio de caso hipotético. Este formato resultó muy productivo puesto que permitió la pues-ta en común y el trabajo en equipo entre profesionales de muy diversas procedencias y ámbitos de trabajo. Con esa propuesta se dio respuesta a los objetivos básicos: innovar en el campo del es-tudio del patrimonio industrial y dar cabida a propuestas e inquie-tudes que están surgiendo desde todas la vertientes que confluyen en el patrimonio industrial. Llámpara colaboró en la logística y en el taller sobre sensibilización.

1. Colaboración y participación en la II Sesión de Trabajo de Jóvenes Vinculados al Patrimonio Industrial

Page 101: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 99

Bajo este título, TURESPAÑA en colaboración con la Cámara de Toledo, la Diputación de A Coruña y la Xarxa de Turisme Indus-trial de Catalunya XATIC (Red de Turismo Industrial de Catalu-ña), organizaron el pasado mes de febrero una jornada de de-bate en Talavera de la Reina en la que se planteó la creación de una red de ámbito estatal de turismo industrial, integrada por aquellas iniciativas de las distintas CCAA que intervengan en la oferta de turismo industrial de un territorio, de forma agrupada y estructurada.

Con esta iniciativa se busca la creación de una red que per-mita la aparición de sinergias, coordinar esfuerzos, compartir recursos e impulsar proyectos conjuntos que contribuyan al posi-cionamiento de ese segmento turístico cultural emergente que es el turismo industrial.

A dicho encuentro se convoca también a personas e institucio-nes que, de una manera u otra, también intervienen en determina-dos aspectos del turismo industrial y cuya aportación de criterio y experiencia puede ser de sumo interés para el proyecto. Llámpara fue invitada a dicha jornada, a la que asistió y donde se integró en el grupo de trabajo que actualmente está desarrollando dicha ini-ciativa.

3. Hacia la creación de una red de turismo industrial

Entre el 9 y el 13 de noviembre, tras el éxito obtenido en el año 2009, esta iniciativa ha pretendido consolidar la semana del Patrimonio Activo, como una de las actividad central de la Asociación con el fin de acercar el conocimiento y las iniciativas llevadas a cabo en la ciudad de Valladolid sobre el Patrimonio Industrial.

Las actividades de esta semana estuvieron articuladas en tor-no a dos bloques:

•TallerdeFotografía:ImpartidoporJuanCarlosQuindós.•RallyFotográficodePatrimonioIndustrial.Un año mas agradecemos el apoyo recibido del Espacio Joven

del Ayuntamiento de Valladolid.

2. II Semana de Patrimonio Industrial Activo

Page 102: Revista Llámpara 4

100 | LLÁMPARA

El pasado 16 de octubre se presentó el tercer número de la Revista Llámpara en el marco de las “I Jornada de expertos en Patrimonio Industrial: presente y perspectivas de futuro”, or-ganizada por Fundación Hullera Vasco-Leonesa y el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, celebradas en la localidades leonesas de la Robla y Sabero. Desde este foro que-remos agradecer a los organizadores tanto la invitación como la buena acogida de la publicación, y felicitarles por el éxito de la Jornada.

6. Presentacion de la revista Llámpara en Sabero

El 11 de Diciembre, en coordinación con el Club de Montaña Ojan-co, Llámpara propuso combinar la montaña y el Patrimonio Indus-trial. De este modo organizó la subida a la peña de Francia desde la Alberca, paraje situado en la Sierra de Francia, junto a Béjar.

Durante la subida observamos numerosos vestigios de la ac-tividad extractiva de Wolframio que proliferó en la zona durante los años 40 y que hizo de esta área una de las más prósperas de todo el territorio. Por la tarde visitamos la Ruta de Fábricas Tex-tiles en Béjar, núcleo clave del Patrimonio Industrial castellano-leonés. Más información: http://clubojanco.blogspot.com/

5. Sierra de Bejar con Ojanco

Algunos miembros de Llámpara han participado en el Inventario del Patrimonio Histórico Industrial de la provincia de León. Esta iniciativa es diseñada e impulsada y financiada por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León en el marco del Plan PAHIS 2004-2012.

4. Participacion en el inventario del patrimonio industrial de la provincia de León

Page 103: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 101

El Museo Etnográfico de Castilla y León acogió el 27 de Octubre un doble acto relacionado con el Patrimonio Industrial en Casti-lla y León: por un lado la presentación del tercer número de la revista Llámpara, y por otro la charla titulada ‘La arquitectura industrial zamorana, un patrimonio en peligro de extinción’ a cargo del investigador zamorano Rafael Ángel García Lozano

8. Presentacion de la revista 3 en el Museo Etnográfico

Llámpara participo el dia 11 de Noviembre en la VII Bienal de Arte y Patrimonio ARPA en la programación de Arpa Iniciativas a traves de una charla sobre sensibilización y difusión del Patri-monio Industrial entre los jóvenes.

7. ARPA 2010

El dia 30 de Noviembre Llámpara participo en el I Foro de Asociacionismo celebrado en Valladolid y organizado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Valladolid y por el Consejo de la Juventud, celebrado en el Centro Regional de Participación Juvenil “el Callejón”. Mediante una mesa redonda con representantes de varias asociaciones, se debatió sobre la situación actual del asociacionismo juvenil en Valladolid. Entre otras conclusiones cabe destacar la percepción generalizada de la dificultad de vincular a nuevos jóvenes en las estructuras organizativas de las asociaciones, para lo cual Llámpara cuenta con su sección juvenil dentro de la propia Asociación Cultural.

Desde aquí dar las gracias por la invitación y la enhorabuena a esta iniciativa que esperemos tenga continuidad los próximos años e invitar a los organizadores a abrir nuevas líneas de trabajo en estos encuentros, de cara a que surjan nuevos contactos reales entre asociaciones que permitan llevar a cabo iniciativas y accio-nes conjuntas.

9. Foro Juventud en Valladolid

Page 104: Revista Llámpara 4

102 | LLÁMPARA

Si quieres recibir esta revista y no eres socio de Llámpara completa el siguiente formulario: •NOMBREDELAENTIDAD•NOMBREDEPERSONADECONTACTO•DIRECCIÓNCOMPLETA•TELÉFONO•E-MAIL•PÁGINAWEB

Haz un ingreso de 12 euros en el siguiente número de cuenta Caja España: 2096 0118 58 3304503104 y envía dicho formulario junto con el justificante de pago a la siguiente dirección:

Asociación Llámpara. Patrimonio IndustrialC/ Juan de Juni 10, 7º T - 47006 Valladolid

También puedes disfrutar de la anteriores números on line en la siguiente dirección web.

http://llamparas.blogspot.com

Recibe la revista en tu casa

1 2 3 4

Page 105: Revista Llámpara 4

galeríaRESTOS DE CATÁLOGO

Page 106: Revista Llámpara 4

104 | LLÁMPARA

Restos de catálogo. II Semana del Patrimonio Industrial ActivoEstas jornadas surgen tras la buena acogida que tuvieron el año pasado. Como en otras edi-ciones el centro de operaciones fue el Espacio Joven de Valla-dolid (Antiguo Matadero) y se centraron en dos actividades re-lacionadas con el Patrimonio In-dustrial en su vertiente mas es-tética: Taller de fotografía y Ra-lly fotográfico. Para comprender los objetivos de estos eventos tenemos que centrarnos en las palabras Patrimonio industrial y activo.

El II Taller de Fotografía de Patrimonio Industrial estuvo im-partido por el fotógrafo especia-lizado en arquitectura y espacios urbanos Juan Carlos Quindós de la Fuente, quien realizó un reco-rrido visual desde los grandes fotógrafos, que han utilizado el Patrimonio Industrial como me-dio de expresión artística, hasta su propia experiencia como fo-tógrafo, compartiendo trucos y miradas con los oyentes.

Durante este taller surgie-ron interesantes reflexiones sobre las miradas que algu-nos artistas realizaban a edi-ficios industriales tanto como protagonistas o como parte de un contexto. La semana termi-

II Taller de Fotografía de Patrimonio Industrial. / ARCHIVO ESPACIO JOVEN VALLADOLID

de casi un centenar de personas en esta semana del Patrimonio activo así como el apoyo, difu-sión y colaboración del Espacio Joven del Ayuntamiento de Va-lladolid.

Mostramos a continuación una selección de imágenes rea-lizadas por Juan Carlos Quin-dós durante el Rally Fotográfico para después mostrar una se-lección de las fotografías rea-lizadas por los participantes a dicho Rally. n

nó con un Rally fotográfico de-nominado Restos de Catálogo, que tuvo como objetivo el pasar una jornada fotografiando de-talles del Patrimonio Industrial de Valladolid. Es decir, provo-car una mirada activa sobre el patrimonio Industrial, un paseo por los restos industriales de la Ciudad de Valladolid y que a la vez fuese un concurso de foto-grafía. Agradecemos desde la Asociación Llámpara Patrimo-nio Industrial, la participación

“ Durante este taller surgieron interesantes reflexiones sobre las miradas que algunos artistas realizaban a edificios industriales tanto como protagonistas o como parte de un contexto.”

Imagen realizada durante el II Rally Fotográfico. / JUAN CARLOS QUINDÓS DE LA FUENTE

Page 107: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 105

Imag

en r

ealiz

ada

dura

nte

el II

Ral

ly F

otog

ráfi

co. /

JU

AN

CA

RLO

S Q

UIN

S D

E LA

FU

ENTE

Page 108: Revista Llámpara 4

106 | LLÁMPARA

Imag

en r

ealiz

ada

dura

nte

el II

Ral

ly F

otog

ráfi

co. /

JU

AN

CA

RLO

S Q

UIN

S D

E LA

FU

ENTE

Page 109: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 107

Imagenes realizadas durante el II Rally Fotográfico. / JUAN CARLOS QUINDÓS DE LA FUENTE

Page 110: Revista Llámpara 4

108 | LLÁMPARA

Imag

en r

ealiz

ada

dura

nte

el II

Ral

ly F

otog

ráfi

co. /

JU

AN

CA

RLO

S Q

UIN

S D

E LA

FU

ENTE

Page 111: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 109

¿Un Rally Fotográfico?

Si en un Rally de lo que se trata es de llegar de un punto a otro sin importar mucho desde

dónde, hasta dónde, y sobre todo por dónde con tal de hacerlo en el menor tiempo posible, en Fotografía por término general tratamos de hacer lo opuesto (en el mejor de los casos) y en la medida en que demos importan-cia a estos términos estaremos enriqueciendo nuestro discurso:

El “desde dónde” vendría a ser nosotros mismos, mejor dicho, nuestra mirada particu-lar, cocinada de forma lenta y contínua por cuantos estímulos nos rodeen, y haciendo que és-tos trabajen a favor o en contra nuestro, de forma que a veces derrotas y renuncias pueden su-poner fructíferos puntos de par-tida, eso sí, más lejanos.

El “por dónde” tendría que ver con el modo, el cómo hace-mos la mediación entre el objeto capturado y el ojo que escrutina con la ayuda de la cámara y de la técnica, en una disciplina en la que muchas veces también es necesario pisar el freno con-sumista y volver al origen de un viaje donde ya no vemos los pai-sajes que se derraman alrede-dor porque estamos demasiado metidos en nuestros “objetivos”.

El “hacia dónde” sería la obra fotográfica en sí, entendida como proyecto a largo plazo. Pa-radójicamente es el objetivo que siempre se olvida, o al menos se posterga, ya que pensar inco-moda más que mover piedras. Este camino en verdad que po-cas veces llega a buen término (a veces ni siquiera lo pretende) y sólo el tiempo puede decantar de entre tanta fotografía “indus-trial” algo de aquella “patrimo-nial” por la que este viaje ya me-reció sus alforjas.

Juan Carlos Quindós de la Fuente.Juan Carlos Quindós durante en Rally. / CÉSAR MARTÍN

Page 112: Revista Llámpara 4

110 | LLÁMPARA

Primer Premio. II Rally Fotográfico sobre Patrimonio Industrial. / BEGOÑA RODRÍGUEZ FERRERAS.

Segundo Premio. II Rally Fotográfico sobre Patrimonio Industrial. / JOSÉ MARÍA MARCHENA

Page 113: Revista Llámpara 4

PATRIMONIO INDUSTRIAL | 111

Selección II Rally Fotográfico. / SAMUEL CAUMONT.

Selección II Rally Fotográfico. / SERGIO DE LA TORRE

Selección II Rally Fotográfico. / AGUSTÍN HERNÁNDEZ

Selección II Rally Fotográfico. / MARÍA TERESA FERNÁNDEZ LÓPEZ

Page 114: Revista Llámpara 4

112 | LLÁMPARA

Selección II Rally Fotográfico. / ARTURO VALDEZATE ÁLVAREZ

Selección II Rally Fotográfico. / ADRIÁN DE LA IGLESIA

Selección II Rally Fotográfico. / ÓSCAR CARDEÑOSA PÉREZ

Selección II Rally Fotográfico. / JUAN IGNACIO SÁNCHEZ

Selección II Rally Fotográfico. / CARLOS BLANCO MANTECÓN

Page 115: Revista Llámpara 4
Page 116: Revista Llámpara 4