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1 REVISTA LINGÜÍSTICA ESPAÑOLA ACTUAL (1998) ALTERNANCIA DE TURNOS Y CONVERSACIÓN. SOBRE EL PAPEL REGULADOR DE LOS SUPRASEGMENTOS EN EL HABLA SIMULTÁNEA ANTONIO HIDALGO NAVARRO Dpto de Filología Española (Grupo Val.Es.Co) Universidad de Valencia 1. SOBRE LAS UNIDADES DE LA CONVERSACIÓN Y SU ORGANIZACIÓN En los últimos veinte años las investigaciones lingüísticas han venido experimentando un creciente interés hacia el análisis de la conversación como estructura interactiva dotada de organización interna. Desde muy diversas perspectivas y orientaciones se ha defendido la necesidad de explicar en qué pueda consistir esa organización 1 , diversidad que, obviamente, ha producido cantidad ingente de opiniones, a veces colindantes, a veces divergentes. En cualquier caso, parece razonable admitir que la organización de la conversación no responde de forma precisa a una sucesión continuada y lineal de enunciados producidos por hablantes diversos. Más bien, se acepta como válido el principio de que en la conversación existe una estructura que determina su carácter específico (Levinson, 1989). Dicha estructura puede configurar desde agrupaciones simples como los pares adyacentes (enunciados pareados del tipo pregunta-respuesta, saludo-saludo, ofrecimiento- aceptación…) 2 , hasta otras más complejas como las secuencias de inserción, en que un par pregunta-respuesta se inserta en otro (situación que puede manifestarse de muy diversas 1 Sin pretender agotar las perspectivas de análisis podemos agrupar en tres orientaciones las líneas más importantes dedicadas a este estudio, tal como B. Gallardo (1993b:7-13) ha observado: el Análisis del Discurso, surgido en Gran Bretaña en torno a los años 60, la Pragmática Dialógica, desarrollada en diversas universidades francófonas europeas (Lyon, Ginebra, París…), y fuera de la órbita europea, el Análisis Conversacional de los etnometodólogos norteamericanos. 2 Schegloff & Sacks (1973) distinguen estructuras pareadas: - adyacentes (una intervención sucede de forma consecutiva a otra); - producidas por hablantes diferentes; - ordenadas como 1ª/2ª parte; - clasificadas de modo que la 1ª parte requiere la 2ª. Antonio Hidalgo Navarro (1998b): “Alternancia de turnos y conversación. Sobre el papel regulador de los suprasegmentos en el habla simultánea”, Lingüística Española Actual, XX/2 (pp. 217--238).

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REVISTA LINGÜÍSTICA ESPAÑOLA ACTUAL (1998)

ALTERNANCIA DE TURNOS Y CONVERSACIÓN.

SOBRE EL PAPEL REGULADOR DE LOS SUPRASEGMENTOS

EN EL HABLA SIMULTÁNEA

ANTONIO HIDALGO NAVARRO

Dpto de Filología Española (Grupo Val.Es.Co)

Universidad de Valencia

1. SOBRE LAS UNIDADES DE LA CONVERSACIÓN Y SU ORGANIZACIÓN

En los últimos veinte años las investigaciones lingüísticas han venido experimentando un

creciente interés hacia el análisis de la conversación como estructura interactiva dotada de

organización interna. Desde muy diversas perspectivas y orientaciones se ha defendido la

necesidad de explicar en qué pueda consistir esa organización1, diversidad que, obviamente,

ha producido cantidad ingente de opiniones, a veces colindantes, a veces divergentes.

En cualquier caso, parece razonable admitir que la organización de la conversación no

responde de forma precisa a una sucesión continuada y lineal de enunciados producidos por

hablantes diversos. Más bien, se acepta como válido el principio de que en la conversación

existe una estructura que determina su carácter específico (Levinson, 1989).

Dicha estructura puede configurar desde agrupaciones simples como los pares adyacentes

(enunciados pareados del tipo pregunta-respuesta, saludo-saludo, ofrecimiento-

aceptación…)2, hasta otras más complejas como las secuencias de inserción, en que un par

pregunta-respuesta se inserta en otro (situación que puede manifestarse de muy diversas

1Sin pretender agotar las perspectivas de análisis podemos agrupar en tres orientaciones las líneas más importantes dedicadas a este estudio, tal como B. Gallardo (1993b:7-13) ha observado: el Análisis del Discurso, surgido en Gran Bretaña en torno a los años 60, la Pragmática Dialógica, desarrollada en diversas universidades francófonas europeas (Lyon, Ginebra, París…), y fuera de la órbita europea, el Análisis Conversacional de los etnometodólogos norteamericanos. 2Schegloff & Sacks (1973) distinguen estructuras pareadas: - adyacentes (una intervención sucede de forma consecutiva a otra); - producidas por hablantes diferentes; - ordenadas como 1ª/2ª parte; - clasificadas de modo que la 1ª parte requiere la 2ª.

Antonio Hidalgo Navarro (1998b): “Alternancia de turnos y conversación. Sobre el papel regulador de los suprasegmentos en el habla simultánea”, Lingüística Española Actual, XX/2 (pp. 217--238).

2

maneras3). Lo importante, en todo caso, es advertir que el inicio y desarrollo de la

conversación configuran un proceso de negociación derivado de la intencionalidad

comunicativa (compartida o no) de los hablantes, lo que determina la estructura del

intercambio verbal dado (Roulet et al., 1985; Roulet, 1992:94)4. La estructura de la

conversación es, pues, esencialmente pragmática (Dascal, 1992), y condiciona, no la

sucesión aleatoria de turnos de habla, sino la agrupación de éstos en unidades superiores,

organizadas de tal modo que la coherencia comunicativa queda garantizada.

Esta configuración conversacional abstracta, de naturaleza pragmática, se asienta en

unidades comúnmente aceptadas por los analistas de la conversación y del discurso oral; se

confirman así dos niveles estructurales, el monológico y el dialógico, a los que se asignan

unidades con distinto rango jerárquico (Kerbrat-Orecchioni, 1990:213). Al primer nivel

corresponden el enunciado (acto de lenguaje) y la intervención. En el segundo nivel actúan,

por orden creciente de jerarquía, el intercambio, la secuencia (unidad estructural intermedia

capaz de actuar tanto en el nivel monológico como en el dialógico) y, finalmente, como

unidad global, la conversación. Adviértase que nuestro propósito al presentar este cuadro

jerárquico no es otro que fijar de manera sencilla el ámbito estructural del que partimos en el

presente estudio5, donde trataremos de situar algunos de los procesos sintácticos y/o

prosódicos que contribuyen a la progresión conversacional, ya sea mediante la alternancia

fluida de turnos, ya sea mediante situaciones de habla simultánea.

2. EN TORNO A LA ALTERNANCIA DE TURNOS

2.1. Entre las constantes funcionales que participan en la alternancia de turnos de la

conversación debemos aceptar a priori que

3Parece necesario, pues, matizar el criterio de adyacencia con la noción de pertinencia condicional (dada una primera parte del par, una segunda parte es pertinente y esperable, y si ésta no se produce deberá interpretarse donde sea posible un elemento preliminar de esa segunda parte; Levinson, 1989:293). 4Partiendo de esta concepción, la Escuela de Ginebra propone tres fases en toda interacción: una proposición, una reacción y una fase de evaluación. Si es clara y completa, es decir, si satisface la restricción de completitud interactiva, la proposición puede llevar a una reacción positiva o negativa. Una reacción o una evaluación incompletas llevarán a la apertura de negociaciones secundarias. Del mismo modo, una proposición, reacción o evaluación incompletas en la negociación secundaria conducirán a la apertura de una negocación terciaria y así sucesivamente. Esto permite a Roulet proponer un modelo de conversación multirrecursivo capaz de dar cuenta del desarrollo de cualquier posible negociación. 5Obviamos, pues, la presentación de un farragoso y complejo estudio crítico sobre las diferentes opiniones acerca de la estructura de la conversación (cfr. al respecto los trabajos de B. Gallardo, 1993b y 1996).

3

a) toda intervención se ve condicionada en mayor o menor medida por la intervención

inmediatamente anterior (Gallardo, 1996:53)

b) en la sucesión de turnos pueden observarse diversas situaciones6:

- cambio de hablante con fluidez

(1)

B: ¿QUE cuándo iréis al pueblo por fin

A: ¿al pueblo (a vermañana/ sábado [RB37B1, Líneas 1-2]

- habla simultánea en solapamiento

(2)

A: yo digo/ ya verás éste meterá la pata// porque es que lo que pasa no sa[bemos =] B: [síii] A: = menTIR [RB37B1, Líneas 100-103]

- rupturas de la alternancia previa (interrupciones, turnos competitivos)

(3)

A: entré en el [setenta y cinco]

C: [no NOO] pero no NO pero no no qué va todo lo contrario qué va yo/// estoy

muy contenta [A. Hidalgo, 1996a:705]

- e incluso conductas claramente divergentes (escisiones conversacionales, cruces)

6Los ejemplos marcados como RB37B1 y AP80A1 han sido tomados de conversaciones ubicadas en el compendio publicado por A. Briz et al. (1995). Sobre las convenciones de transcripción véase A. Briz et al. (1995:40-47). Más específicamente, en los ejemplos hemos empleado los símbolos:

Entonación ascendente

Entonación suspendida

Entonación descendente ^ Entonación circunfleja - Autocorrección / Pausa de menos de 0.5 sg // Pausa de 0.5-1 sg. /// Pausa de más de 1 sg. = Mantenimiento del turno de un participante en un solapamiento. Sangrados a la derecha: Escisiones conversacionales.

4

(4)

L: yo lo estoy pagando desde enero/sería

C: por allí por las trillas se siega/ se segaba] antes ahora se siega con máquina/pero antes se segaba/así= S: sí C: = se hacía así

A: oye tienes entierro pagao ¿eh?// ((ya me podrías)) pagar lo mío por lo tuyo]

C: y desppués se iba con- con esto/ ((para bajo))]/// recogiendo para que no quedara nada A: yo me he apuntao ahí/y] al niño también lo he apuntao

S: ¿qué lees/ [el Muy Interesante7?]

A: [en El Ocaso8] [AP80A1, Líneas 159-170]

2.2. Lugares de Transición Pertinente (LTP) y Unidades Construccionales de Turno

(UCT)

En cualquier caso, la distribución de los turnos está sujeta a ciertas reglas generales9

(Sacks, Schegloff, Jefferson, 1974) y a ciertas señales específicas que regulan el acceso a la

palabra y que pueden aparecer tanto al final de una intervención como durante su emisión

(Duncan, 1972 y 1973; Auer, 1996)10. Para evitar en lo posible la perturbación del desarrollo

conversacional, conviene que tales índices coincidan con los puntos finales de las Unidades

Construccionales de Turno (UCT), transiciones que la escuela etnometodológica (Sacks,

Schegloff, Jefferson, 1974) ha denominado Lugares de Transición Pertinente (LTP). La

sucesión de hablantes pasa, pues, por el necesario reconocimiento de dichos LTPs por parte

del oyente, es decir, por la identificación de los puntos finales de las UCTs (Auer, 1996).

El problema así planteado parece residir en la necesidad de reconocer una UCT, o más

exactamente, de determinar sus criterios demarcativos. Inconveniente que se ve todavía más

acentuado si tenemos en cuenta que un hablante puede elegir entre distintos tipos de unidades

con diferentes extensiones. Por este motivo, y dado que la oración ofrece múltiples

posibilidades de expansión interna, tal unidad sintáctica no parece constituir un patrón

demarcativo infalible, al menos en aquellos casos en que un hablante va modificando la

7Revista de divulgación científica. 8Compañía de seguros y decesos. 9Sobre la especificación de tales reglas pueden confrontarse las observaciones B. Gallardo (1996:66) o Levinson (1989:283-290) 10Entre las señales más frecuentes producidas por un hablante (L1) para dejar libre el camino a su interlocutor (L2), Duncan incluye: el silencio, el hecho de que L1 vuelva su cabeza hacia L2, la presencia de cierta entonación final, el arrastre de la sílaba tónica o la final, la emisión de ciertas expresiones fáticas estereotipadas y frases hechas, etc. (Gallardo, 1996:60-61).

5

estructura de su turno mientras habla. Así pues, contrariamente a la opinión de algunos

autores (p.e. la de Sacks, Schegloff, Jefferson, 1974) la identificación de las UCTs no se

produce, cuando menos no principalmente, según criterios sintácticos11; y es que en la

conversación resulta evidente que la sintaxis se subordina a las necesidades pragmáticas y de

eficacia comunicativa.

Una posible alternativa al respecto es la consideración de los rasgos suprasegmentales,

cuya función demarcativa resulta inmediata, como guías de la segmentación en UCTs que se

va produciendo a lo largo de cada turno (Hidalgo, 1996b; 1997a; 1997b); tales rasgos

permiten al oyente reconocer a cada momento los posibles LTPs, ya sea en el interior del

turno, ya sea al final del turno (Gallardo, 1996:78-79, Kotschi, 1996:189). Partimos, pues, de

una premisa sencilla y razonable: el grupo de entonación como segmento mínimo de habla12.

Más exactamente, nuestra visión del grupo de entonación responde a la definición matizada

de Quilis (1993) y Quilis et al. (1993) como

“porción de discurso comprendida entre dos pausas, entre pausa e inflexión del

fundamental, entre inflexión del fundamental y pausa, o entre dos inflexiones del

fundamental que configuran una unidad sintáctica más o menos larga o compleja

(sintagma, cláusula, oración)” (Quilis et al., 1993:56-57).

Desde esta concepción se reconoce la posibilidad de que una UCT no siempre esté

delimitada por pausa, lo que evita algunos de los inconvenientes metodológicos de algunas

propuestas analíticas que cuentan con la pausa como índice regular de segmentación en el

interior del turno (p.e. Gallardo, 1996 o Kotschi, 1996). De hecho, como premisa

metodológica fundamental, debemos advertir que el carácter espontáneo de la conversación

coloquial y su inmediatez hacen apenas relevante la presencia de pausa al final de las

intervenciones (A. Hidalgo, 1997a:150-156); tampoco en el interior de una intervención la

pausa resulta siempre productiva como señal demarcativa de UCTs (Hidalgo, 1997a:178-

192).

3. SUCESIÓN FLUIDA DE TURNOS VS. HABLA SIMULTÁNEA. CONDICIONES SINTÁCTICAS Y

PROSÓDICAS IMPLICADAS EN LA ALTERNANCIA DE TURNOS

11Sobre la inadecuación de la unidad oración como UCT en la conversación coloquial véase la opinión de A. Hidalgo (1996a:1-4), (1997a:20-22) o (1997b:147-149). 12Sobre las implicaciones teóricas de esta decisión metodológica véanse los interesantes comentarios de B. Gallardo (1996:78-79).

6

En lo que sigue tratamos de apuntar algunas normas funcionales de los rasgos prosódicos

dirigidas a establecer posibles límites de UCTs, así como a mostrar la organización de la

alternancia de turnos tanto en la sucesión fluida de hablantes como en algunas situaciones de

habla simultánea13. Indudablemente, en el desarrollo de esta capacidad la prosodia no actúa

aisladamente, sino que va acompañada de otros elementos, por ello resulta imprescindible la

contextualización precisa de los recursos prosódicos en cada caso concreto: los

suprasegmentos están vinculados a funciones derivadas del uso situacional y situado del

lenguaje orientadas a conseguir las metas interactivas pretendidas (Couper-Kuhlen & Selting,

1996:20-21; Hidalgo, 1997b:155-161)14.

3.1. Sucesión fluida de turnos

La alternancia fluida de turnos no suele plantear excesivos problemas explicativos, ya que

basta con que se identifique un LTP y que éste coincida con el límite de una UCT para que el

oyente tenga abierto el camino de su intervención como L2. P.e., esto ocurre, sin duda,

cuando el final de un enunciado aseverativo se articula con tonema descendente, un nivel

tonal también bajo (en función del rango tonal del hablante L1) y, potestativamente, con una

pausa demarcativa de mayor o menor duración15:

(5)

13Este comportamiento constituye un aspecto más de la plurifuncionalidad inherente a los suprasegmentos, capaces de organizar la conversación desde varios puntos de vista: toma de turno, grados de relevancia informativa (establecimiento de implicaturas en los procesos de desambiguación), generación de expectativas sobre la naturaleza de la interacción, etc. (Couper-Kuhlen & Selting, 1996; Auer, 1996). 14Resulta posible, desde este punto de vista el análisis del funcionamiento suprasegmental bajo diversas ópticas o perspectivas, como advierten Couper-Kuhlen & Selting, 1996:31-33): a) Relación entre turnos en el cambio de turnos b) Interpretación de las categorías prosódicas a partir de su implicación en el contexto envolvente,

dentro de un mismo turno (p.e., la repetición implica continuidad) c) Interpretación de las categorías prosódicas a partir de su implicación en el contexto siguiente

(la suspensión es marca de continuidad al final de una UCT) d) Es particularmente delicada la interpretación precisa del valor de las pausas: la longitud pausal no puede ser considerada en valores absolutos, ya que el ritmo y tempo del habla circundante es lo que determina si la longitud de un silencio es percibida como larga o corta. 15La presencia de pausa no es sin embargo una condición sine qua non. De hecho, es incluso más frecuente la inexistencia de pausa al final de un turno o, cuando menos, la presencia de silencios apenas perceptibles o análogos a la interrupción glotal propia de una consonante oclusiva. Sobre la cuestión, Hidalgo (1997b:150 y ss.) cuantifica en el análisis de una conversación coloquial 211 casos de final de intervención aseverativa+pausa frente a 335 casos de final de intervención aseverativa no delimitada por pausa.

7

L1: porque ya comentándolo p'allá le dije-digo mira digo qué reloj m'he encontrao

di(go)¡madre mía d'algún trasto 16 será

L2: sí yooo hoombre yo pienso en principio si sería de oro [RB37B1, Líneas 50-52]

En ocasiones, incluso, L2 interviene inmediatamente después de L1 sin mediar pausa

alguna (ni siquiera una oclusión glotal) sino que la primera o las dos primeras sílabas de su

intervención se confunden con la parte final de la intervención previa, representando un caso

de sucesión de habla sin pausa. Generalmente, esto suele ocurrir tras un tonema descendente

previo en la intervención de L1, marca prosódico-sintáctica que representa la completitud de

su emisión. L2 interpreta entonces como finalizado el enunciado de su interlocutor, e

interviene de forma inmediata sin necesidad de otra marca previa de finalización (silencio,

etc.). La presencia de un tonema descendente anula la consideración de estos casos como

procesos de interrupción: si L1 ha dado por finalizado su enunciado, L2 tiene libre el camino

para intervenir:

(6)

L1: ¿cuántos sois ahora?

L2: sí [bueno] X: [veinte] // L1: ¡madre mía! § L2: § °(un montón)° // [A. Hidalgo, 1996:578]

Sin embargo, esta situación (sucesión de habla sin pausa) no siempre se produce tras un

LTP, sino que L2 puede intervenir después de una estructura construida elípticamente (y

conscientemente) por parte del emisor:

(7)

L1: seguro eso está claro hombre // pero una llamadaa de veinte llamadas a lo mejor una§

L2: § a ver si llaman a mi madre

que si llaman a mi madre no hay ningún problema venga// [A. Hidalgo, 1996:630]

Otras veces L2 desea mantener la continuidad discursiva con L1. De este modo, una

posible vacilación previa de L1 queda solapada en la intervención colaborativa de L2. El

oyente (L2) cree percibir una marca de vacilación en la intervención previa, por lo que ocupa

16 Atraco.

8

el turno siguiente con algún elemento (gramatical y/o semántico) continuativo de contacto

que permita mantener el hilo discursivo:

(8)

L1: sí porque como empiezan las clases yaa § L2: § °(sí)°

L1: inmediatamente / [A. Hidalgo, 1996:552]

En cualquier caso, la sucesión de habla sin pausa no suele desarrollar procesos

interruptivos.

3.2. Solapamientos: habla simultánea

Las condiciones anteriores, es decir, el hecho de que determinadas señales externas

(lingüísticas, paralingüísticas y/o kinésicas) y reglas de alternancia permitan asegurar una

sucesión de turnos de habla sin vacíos ni superposiciones representan, evidentemente,

situaciones ideales (Gérard, 1987:43).

En realidad, en la conversación cotidiana esta reglamentación no siempre es perfecta,

pudiéndose producir ciertos desajustes entre los interlocutores, especialmente si el número de

hablantes es superior a dos, lo que suele originar perturbaciones en el proceso comunicativo;

cuando ningún interlocutor está claramente designado por el hablante actual (L1), se origina

una competencia entre los sucesores potenciales (incluido el propio L1) de modo que cada

hablante puede desarrollar su intención de tomar (o mantener) la palabra en el primer LTP

reconocible. Tales perturbaciones han venido denominándose en Análisis de la Conversación

y en Análisis del Discurso “solapamientos”, de los que se derivan, respectivamente, los

procesos de superposición o de interrupción.

En función de la relación de un turno con otro/s de otro/s hablante/s se suele distinguir

entre turnos colaborativos (turnos reactivos de L2 que intentan completar la intervención

iniciativa de L1), turnos competitivos (que tratan de imponerse sobre el resto de

intervenciones) y turnos de paso (utilizados por L2 con la única finalidad de retornar la

palabra a L1)17.

3.2.1. Superposiciones

17Sobre tal particular véase B. Gallardo (1993a:192).

9

La superposición constituye un caso de simultaneidad de habla de corta duración,

generalmente sobre las últimas sílabas del enunciado del hablante actual (L1) (Gérard,

1987:44-45 o Gallardo, 1993a). Se trata de un error de reglamentación de la alternancia, pero

no se percibe como violación; no perturba realmente la comunicación porque es demasiado

breve. En la medida en que afecta al final de un turno de habla, se produce generalmente

sobre expresiones fáticas o sobre las últimas sílabas, es decir, sobre elementos que funcionan

como señales de parada, desprovistos de valor semántico propio.

La cuestión es determinar si existen algunos datos inherentes a la conversación,

segmentales o suprasegmentales, que permitan predecir o anticipar de algún modo la

configuración de una situación de habla simultánea. A nuestro parecer, la descripción de tales

datos pasa necesariamente por la revisión del comportamiento de tres rasgos prosódicos

fundamentales en la conversación, la Intensidad (amplitud), la Entonación (frecuencia

fundamental, en adelante F0, y tonema, o dirección de la inflexión melódica final previa a la

superposición) y Duración (velocidad de habla)18. Asimismo, debe tenerse en cuenta tanto el

comportamiento de tales elementos antes y durante la superposición, como sus implicaciones

en la estructura sintáctica de la UCT (es decir, la configuración de una estructura sintáctica

completa o incompleta)19.

3.2.1.1. Lo normal en las superposiciones de habla no competitivas es que L2 tome la

palabra cuando percibe alguna marca prosódica o índice sintáctico de finalización de UCT

por parte de L1 (esto es, un LTP). Las marcas prosódicas más frecuentes indicativas de un

LTP suelen ser una mayor aceleración elocutiva en el segmento previo al habla simultánea20,

así como algún índice entonativo de límite (tonema descendente, seguido o no de pausa). Por

su parte, los promedios de F0 antes y durante la superposición suelen ser similares o bien

experimentar un leve aumento durante la superposición, aunque siempre respetando unos

márgenes tendentes a evitar la lucha competitiva por el turno de habla21. Con relación al

18Véase al respecto Hidalgo (1997b:149 y ss.). 19Una buena forma de tratar estas cuestiones es partir de situaciones conversacionales similares, tanto en lo que respecta a sus condiciones pragmáticas de desarrollo, como en lo concerniente a las características físicas de sus participantes (a fin de obtener datos físico-acústicos relativos a los parámetros prosódicos señalados, que puedan ser efectivamente comparables). En los ejemplos utilizados hemos aplicado efectivamente este criterio, más concretamente, hemos analizado las situaciones de habla simultánea en una sola conversación RB37B1 (véase nota 6). 20Posiblemente como recurso de defensa de su turno por parte de L1, que con la aceleración parece querer evitar una posible intervención de L2. 21En general, la posible elevación de la F0 al inicio de la superposición parece relacionarse con el proceso de

inicio de una nueva UCT, en cuya elaboración coinciden L1 y L2.

10

promedio de amplitud, antes y durante la superposición, este suele mantenerse equilibrado,

siempre que se trate de situaciones de habla simultánea no interruptiva22:

(9)

L1: eso parece/// {EEEs que a mi marido lo han hecho fijo7’603/189/68’96/Aseveración Completa} L2: [{en la fábrica}] {4’551/197/69’33}

L3: [{¿SÍIII]¡qué BIIEEN[RB37B1, Líneas 26-28]

(10)

L1: {¿aquí- al volver la esquina no hay un poyete en una ventana/ de mármol? pues ahí

estaba {3’824/192/69’15/ Aseveración Completa}§ L2: § [{en la caja de ahorros}] {3’3/225/68’64} L3: [{en la caja de ahorros}] [RB37B1, Líneas 221-224] (11)

L1: {digo ¡MADRE MÍA digo hay que vere-y yo no he tenío nunca relojes ASÍ {5’882/217’5/70’17/Aseveración Completa}

L2: [{((claro))}] {1’138/219’5/66’86} L1: [{y es que}] éste es muy bonito [RB37B1, Líneas 268-271]

3.2.1.2. En otros casos, sin embargo, el reconocimiento de un LTP por parte de L2 no

viene dado por la aceleración elocutiva en la emisión de L1. Más bien, se observa cierto

retardamiento en el segmento previo a la superposición, o cuando menos un equilibrio del

tempo elocutivo entre dicho segmento y la superposición misma. Hemos considerado algunas

causas que contribuyen a crear este efecto:

a) Valor enfático total o parcial del enunciado previo de L1, lo que provoca el

retardamiento elocutivo, así como una mayor amplitud y una superior F0 en su emisión:

(12)

22La indicación de los parámetros acústicos implicados en cada una de las superposiciones reseñadas ha seguido el siguiente plan expositivo: entre { } se consideran el fragmento previo, incluido su tonema final, y los fragmentos implicados en el proceso de superposición, así como, por orden de aparición, la Velocidad de Habla (número de sílabas por segundo), el Promedio de F0 en hercios, el Promedio de Intensidad en decibelios y el

carácter completo o incompleto de la estructura sintáctica previa a la superposición. Los resultados han sido obtenidos a partir de un minucioso análisis acústico mediante la aplicación del programa Computer Speech Lab. 4300 de Kay Elemetrics.

11

L1: {exactaMENTE}{3’96/259’5/67’42/Aseveración Completa} [{en la caj- sí }=] {3’835/ 244/ 68’28}

L2: [{en la caja de ahorros}

L1: = sí a la puerta/en el poyete/ y ya te digo/ fue bajar del coche y VERLO y lo cogí y me lo metí en el

bolSIllo/// y yo viniendo p'acá yo digo ¿QUÉ no lo miraré pero al mismo tiempo digo a ver si (( )) [RB37B1, Líneas 225-231]

b) Carácter fático-continuativo de la emisión de L2, respecto del turno de L1. El

mantenimiento de la velocidad elocutiva en el turno previo de L1 se interpreta como marca

de no finalización de turno, por lo que L2 sólo interviene para apoyar lo dicho por L1 hasta

ese momento y abandona de inmediato su posición de hablante. La continuación del propio

turno por parte de L1 corrobora la situación descrita:

(13)

L1: por eso las saet- las saetas se han salido y dic- pero roto no// EN TOTAL quee yo digo {¿pero

vaa el relojva y el hombre dice sí el reloj va } {3’796/208/68’61/ Aseveración No Completa} L2: ((¡ay! [{pues bueno))}] {3/208/69’86}

L1: [{lo que pasa}] es que sin la saeta// y dicees que no tiene segundero d'esos y digo sí digo ya lo

sé y él dice así no se nota si va o no vabueno empezó el tío allí a darle vueltas y mi cuñá- mi

cuñao ¿QUÉ vale poco verdá? vale poco 23/ vale pocooo y aquel hombre se reía dic(e) hombre a eso del bolsillo cada uno sabrá lo que le costó// yo digo/

[RB37B1, Líneas 91-99]

c) La equiparación del tempo puede obedecer a veces al hecho de que L1 abandone su

turno, voluntaria o involuntariamente, dadas las dificultades que tiene para mantenerlo. Esta

situación puede motivar que el segmento previo a la superposición entre L1 y L2 presente una

F0 superior:

(14)

L2: (( )) porque estoy que si entro que si no entro(( ))

L1: {sí sí sí que estabas esperando a ver/// {2’531/200/64’54/Aseveración Completa} [{pero-}]

1’05/189/67’86}

L2: [{pero entroENTRO a fregar ¿sabes[RB37B1, Líneas 299-302]

23 Entre risas.

12

3.2.1.3. Frente a los casos anteriores, en que resulta clara la presencia de un LTP (final de

UCT), existen otros casos en que la intervención de L2, y por tanto la presencia de una

superposición, no viene dada por la emisión de una marca de finalización de UCT por parte

de L1, sino que éste manifiesta voluntad de continuación del turno mediante la emisión de

una marca prosódica de mantenimiento, previa a la superposición misma (fundamentalmente,

un tonema ascendente de semianticadencia, un tonema suspensivo, o bien un tonema

descendente no terminal de semicadencia), aunque parece que la aceleración elocutiva de L1

durante su emisión pesa bastante sobre la impresión de L2 a la hora de identificar dicha

posición como LTP.

Estos casos suelen ir acompañados de una elevación más o menos importante de la F0

durante la emisión superpuesta de L1, a modo de advertencia hacia L2 para que abandone lo

antes posible el turno que todavía no le ha sido cedido. Dado que lo deseable es la evolución

fluida de la conversación, L2 acepta generalmente su posición de transgresor ocasional y

abandona el turno rápidamente, de modo que no llega a producirse la interrupción del turno.

La similitud de los promedios de intensidad antes y durante la superposición corrobora esta

actitud de respeto hacia el ocupante de turno inicial (L1). Varias son las causas que podemos

aportar para explicar estas situaciones:

a) Expansión sintáctica de L1 e interpretación errónea de un LTP por parte de L2

(15)

X: ¿QUE cuándo iréis al pueblo por fin

L1: ¿al pueblo (a vermañana/ sábado/// {pero ¿cómo quiés decir{6’882/ 220/ 71’55/ Interrogación

Incompleta} de vaca [{ciones] {2’926/263/68’23} L2: [{((¡ayyy!))}] [RB37B1, Líneas 1-4]

En este caso observamos que L2 aprovecha el tonema descendente propio de una

interrogativa parcial emitido por L1. Sin embargo L1 introduce una expansión sintáctica en

su turno. L2 comprende que L1 no ha terminado y cesa de inmediato su intervención.

b) Afán cooperativo del oyente (L2), sin llegar a constituir un turno colaborativo. L2 no

espera a que L1 deje de hablar, por tanto provoca una superposición (no interruptiva)

(16)

X: parece que to nos venga rodando (RISAS)

13

L1: {sín desde luego habéis tenido}{4’886/ 195’5/ 70’75/ Aseveración incompleta}

[{una suerte] {2’766/257/68’61}

L2: [{por eso tu marido ha dicho no lo vendáis}] porqueha sido un golpe de suerte [RB37B1, Líneas 39-43]

Hay que relacionar aquí la intervención de L2 con la intervención previa de X y no con

la de L1, semánticamente hablando. El sentimiento de haber interrumpido la intervención

de L1 hace que L2 concluya su intervención recogiendo, cooperativamente, el contenido

semántico de la intervención previa de L1.

(17)

X: eso vale medio kilo§

L1: § {yo digo que{4’229/209/70/Aseveración Incompleta}

[{eso debía de ser un robo oo] {2’472/217/70’15}

L2: [{cuando- cuando el tío ese te daba}] doscientas mileso es porque vale más ¿ehsi- si alguna vez

decides venderlo no lo vendas allí [RB37B1, Líneas 155-159]

De alguna manera la intervención de L2 viene a constituir un apoyo a L1, por lo que L2 no

insiste en su elocución (p.e., no eleva la amplitud de su emisión, lo que provocaría un proceso

de habla interruptiva). En este sentido L2 ha actuado aprovechando una marca de continuidad

de L1, que podría haber dado lugar a un turno colaborativo si L1 hubiese cedido

efectivamente la palabra a L2.

c) Emisión fática de apoyo por parte de L2

(18)

L1: {no no si dijo que en seguida dice} {5’281/ 222/ 69’226/ Aseveración Incompleta} [{si los quiere}=] {2’154/237’5/69’33} L2: [{((pos claro))}]

L3: = ahora usted en seguida[RB37B1, Líneas 165-167]

L2 aprovecha una marca de continuidad de L1 (Æ), pero en realidad su intervención

carece de valor informativo. Representa simplemente una emisión fática de apoyo a la

intervención previa de L1, de ahí la breve duración del proceso de habla simultánea.

14

3.2.1.4. Cabe aludir, finalmente, a un grupo de superposiciones no interruptivas que se

producen sin la presencia de LTP, es decir, tras la emisión de alguna marca de continuidad de

una UCT por parte de L1; ahora bien, desde el punto de vista suprasegmental estos casos no

comparten rasgos con los anteriores, ni en cuanto a la relación de tempos antes y durante la

superposición, ni en cuanto a la relación entre los promedios de F0 antes y durante la

superposición. De cualquier manera, resulta posible proponer varias causas capaces de

explicar estas situaciones de habla simultánea prosódicamente anómalas (con marcas de

continuidad de la UCT, tales como un equilibrio o ralentización respecto de la velocidad de

habla en el segmento previo a la superposición por parte de L1, o bien con mantenimiento de

un promedio de F0 durante la superposición equivalente al del segmento previo):

a) Cooperación comunicativa de L2 respecto de L1. En muchos casos la superposición de

habla desarrollada por L2 está provocada simplemente por su deseo de apoyar y mostrar su

acuerdo con la emisión de L1. Esta tendencia puede presentar diversas facetas:

- como apoyo argumentativo

(19)

L1: fíjate el otro día comentándolo ¿eh?/ {oye pues estará}{4’304/ 250/ 70’43/ Aseveración

Incompleta} [{contento el hombre ¿no=] {4’421/250’5/71’38} L2: [{contento (( )) sí}]

L1: = ¡vaya tela[RB37B1, Líneas 11-14]

En (19) L2 desarrolla una breve intervención cooperativa con L1. Su contenido

informativo es nulo, y se limita a coincidir con la elección léxica (“contento”) de L1.

(20)

L1: que te lo tasen en un sitioque sea de eso [(( ))=] X: [(( ))]

L1: = {doscientas mil } {1’494/ 204/ 69’61/ Aseveración Incompleta} [{pelas {1’111 /217/ 68}

L2: [{no no si dijo que en seguida [RB37B1, Líneas 161-165]

La emisión de L2 en superposición en (20) viene a confirmar su acuerdo con el proceso

argumentativo previo. Esto explica que L2 no eleve significativamente el promedio de su

F0, sino que se mantenga en un nivel similar al de L1.

15

(21)

X: ése valemedio kilo seguro§

L1: § {seguro/ si no no te lo habría comprao(3’216/ 232/ 69’97/ Aseveración

Incompleta)[{si (( )) cuatrocientas mil pesetas ¿eh (( ))}] {3’254/ 217/ 69’47}

L2: [{desde luego es una monería ¿sabes] yo ahora lo miro y lo- [(RISAS)] [RB37B1, Líneas 260-264]

También en (21) se muestra la cooperación comunicativa de L2 respecto de L1. Obsérvese

que aquí el promedio superior de F0 de L1 antes del fragmento de habla simultánea parece

explicarse por el carácter enfático de la expresión de dicho hablante.

- como apoyo temático

(22)

L1: si es ((Sara)) ((Sara)) ¿sabes quién es? lleva uno24 pequeñín que es ((de su tatarabuelo)) y tal§

X: § no este- est- esto es

L1: [no no no(( ))]

X: [pero al lao d'ésteyo lo miraba y al lao d'éste éste es que hace DOS§ L2: § sí sí sí sí

X: ese redondelito§ L1: § {pero son} {1’141/245/68’3/Aseveración Incompleta} [{muy pequeñiNES}] {2’222/196/69’15}

L2: [{no es muy bonito}] [RB37B1, Líneas 174-179]

L1 muestra su desacuerdo respecto a las ideas desarrolladas previamente (en torno al

valor intrínseco del reloj de Sara). En su opinión se trata de un reloj valioso, a pesar de ser

muy pequeño. L2 apoya efectivamente la opinión de L1.

- a lo largo de varias intervenciones de varios hablantes

(23)

X: eso es porque ese reloj vale medio millón de pesetas L1: ese reloj vale {2’514/238/70’05/ Aseveración Incompleta} [{medio kilo}] {1’834/ 213/ 69’74}L2: [{si es ((Sara))}] ((Sara)) ¿sabes quién es? lleva uno

pequeñín que es ((de su tatarabuelo)) y tal [RB37B1, Líneas 168-171]

24Referencia a un reloj de pulsera.

16

En este caso, el carácter cooperativo de L1 respecto a X hace que eleve su promedio de F0

enfatizando de algún modo lo dicho por X. L2 muestra el mismo acuerdo con X y L1, por lo

que no necesita elevar su promedio de F0.

b) Presencia de una secuencia lateral

(24)

L2: sín desde luego habéis tenido [una suerte]

X: [por eso tu marido ha dicho no lo vendáis] porqueha sido un golpe de suerte§

L1: § {no oye lo dijo a primerías25// si quiere/ dos}{4’156/ 250/67’75/ Aseveración

Incompleta}[{cientas] {1’5/212/71’37}

L2: [{¿queréis má(s) café] [RB37B1, Líneas 41-46]

L1 mantiene un promedio de F0 alta por una razón obvia, la indicación del comienzo de

una narración o historia conversacional utilizando una clave tonal alta26. En realidad la

intervención de L2 no pretende la interrupción del turno de L1, sino que constituye una

secuencia marginal (“secuencia lateral”, empleando la terminología de B. Gallardo,

1996:139-144), por ello su promedio de F0 y su tempo de habla son notablemente inferiores a

los de L1. De cualquier forma, dicha secuencia lateral no va más allá de la propia

intervención de L2.

c) Emisión fática de L2

(25)

L1: {porque túfíjate mi marido cuando le dijo a él} {6’65/244’5/71’36/ Aseveración Incompleta [{lo que} =] {1’964/238/66’85} L2: [{claro}]

L1: = valía el hombre en seguida contestó cuando ustedes lo compraron/ mira si sabría/ EN

TOTAL que el hombre dice mire sin mirarlosin ponerle la saeta// y dice doscientas mil pesetas

si quiere se lo doy yo [RB37B1, Líneas 103-107

d) Intento de ganar o recuperar el turno sin propósito competitivo

25 Empieza aquí una historia narrada por L1, que ocupa la mayor parte de la conversación estudiada, y que trata sobre el hallazgo de un reloj. 26Sobre este recurso demarcativo véanse los trabajos de Brazil et al. (1985), Brown et a. (1980) o Hidalgo (1997a:62-87).

17

(26)

X: casi valdrá medio kilo

L1: {medio millón} {1’717/196/70’05/ Aseveración Incompleta} [{de pesetas seguro}] {3’311/ 256’5/ 70’26}

L2: [{yo ya no quise] la- la correa y to se ve

¿sabes[RB37B1, Líneas 188-191]

En este caso L2 muestra un cierto afán por recuperar el turno, de ahí la elevación de su

promedio de F0 durante la superposición. En realidad, L2 acababa de desarrollar una historia

conversacional y era anteriormente dominador del turno.

En resumidas cuentas, y con intención de recapitulación, podemos considerar entre las

posibles situaciones de superposición diversas variedades:

I. Superposiciones motivadas por la presencia de LTPs reconocidos por L2 y respetados

por L1 (ejemplos 9, 10 y 11)

II. Superposiciones motivadas por LTPs que L2 reconoce pero que L1 no respeta. Hay que

tener aquí en cuenta la participación de ciertos factores expresivos, fáticos o

interactivos que pueden contribuir a diversificar los elementos prosódicos implicados

en estos casos de superposición (ejemplos 12, 13 y 14)

III. En ausencia de LTPs, L2 puede intervenir provocando una superposición con L1:

- con intención de prolongar o apoyar el discurso de L1 (ejemplos 16, 17, 18, 19, 20, 21,

22, 23, 25)

- por ruptura de las reglas de alternancia de turno, a causa de alguna confusión, dificultad o

error interactivos de L2 (ejemplos 15, y 26)

- como caso marginal específico hay que citar el de la secuencia lateral (ejemplo 24).

3.2.2. Interrupciones

Ciertamente, en la conversación coloquial el habla simultánea casi nunca debe

interpretarse como interruptiva, sino más bien como mera intromisión, marca de acuerdo, de

colaboración, de desacuerdo, como señal fática, etc (A. Briz, 1998). Sin embargo, en

ocasiones se producen procesos competitivos de habla simultánea que pueden derivar en

interrupciones del turno en curso. Así, a diferencia de la superposición, que aparece en LTPs,

la interrupción suele producirse en el curso inicial o en el interior de un turno (Sacks,

Schegloff, Jefferson, 1974). Ello determina ciertas perturbaciones en el proceso de

alternancia de turnos, que pueden derivarse de dos factores:

18

- L2 toma la palabra sin que exista una señal de parada por parte de L1, es decir, se

produce una interrupción cuando un segundo hablante toma la palabra sin que el primero

haya terminado aún su turno27 (Kerbrat-Orecchioni, 1990:173)

- L1 continúa su elocución aunque previamente ha emitido alguna señal anticipadora del

final de la UCT en curso.

La interrupción suele acompañarse de una elevación del promedio de F0, desarrollando

paralelamente procesos competitivos de lucha por el turno. De cualquier forma, aunque no

parece haber una relación directa entre las interrupciones y el dominio que el hablante ejerza

o intente ejercer sobre sus interlocutores28, puede afirmarse que, por lo general, el hablante

que eleve más su promedio de F0, así como la amplitud de su enunciado, acabará

imponiéndose a los demás (Gallardo, 1993a):

(27)

L2: ese redondelito§ L1: § pero son [muy pequeñiNES]

X: [no es muy bonito]§

L2: § dice§ L1: § {y todos se me ten} {6’474/ 219’5/ 66’53/

Aseveración Incompleta} [{con ella (( ))}]

L2: [{diceeste reloj] {1’691/250/70’07} no lo llevará usted para fregar ni

na digo qué va esto es pa cuando me visto bien y el hombre se puso a reír/ dice no es que este reloj es pa vestir

[RB37B1, Líneas 177-185]

En este caso, L2 manifiesta una firme voluntad por recuperar su turno anterior, y con este

propósito reinica su enunciado con idéntico marcador metadiscursivo (“dice”). La lucha

27Sin embargo, la delimitación precisa no siempre resulta fácil de alcanzar, ya que como advierte Kerbrat-Orecchioni (pp. 188-189), no siempre se puede determinar si realmente un turno ha acabado o no. 28La interrupción, pues, no siempre constituye un caso de descortesía que haga fracasar la interacción. En

realidad es posible distinguir entre la interrupción descortés y la permisible, a partir de la aplicación de seis máximas conversaciones (Gallardo, 1993a): a) interrumpe sólo cuando al hacerlo aumente significativamente la eficacia de la conversación o cuando haya consideraciones externas de utilidad general que exijan supeditar los fines conversacionales a otros fines; b) trata de que tu interrupción represente el menor obstáculo permitido por las circunstancias. El hablante que interrumpe debe intentar que la discontinuidad sea mínima, que no suponga una ruptura de la estrategia conversacional que estaba desarrollándose; c) no interrumpas a un hablante si te resulta posible lograr tus fines esperando un poco; d) interrumpe sólo en el punto de entrada disponible más amplio. Si se va a interrumpir es preferible hacerlo al final que enmedio de una oración, y en general, es mejor hacerlo aprovechando una pausa aunque sea oralizada e interna; e) mantén una conducta externa afable y cuando resulte apropiado, reconoce que has interrumpido; f) no violes las reglas formales que definen una situación de habla convencional en la que te encuentres.

19

por el turno se muestra aquí a través de la elevación del promedio de F0 y del promedio de

amplitud respecto a los del turno previo de L1.

4. CONCLUSIONES

A lo largo del presente estudio hemos podido comprobar en qué medida la estructura de la

conversación, más precisamente en lo que atañe a la sucesión de turnos, parece organizarse

en cierta medida de acuerdo con el comportamiento de la prosodia o de la sintaxis en el seno

de las UCTs de las distintas intervenciones.

Se observa que, de algún modo, la superposición de material hablado parece orientar a los

hablantes a completar la estructura sintáctica al mismo tiempo que el final del turno (Auer,

1996). Ello justifica precisamente la naturaleza interactiva de la estructura conversacional: la

consideración por parte del receptor (L2) de un punto de completitud sintáctica (LTP) al final

o en el interior de un turno le impulsa a intervenir (habla simultánea) en busca de una

necesaria relevancia remática (añadiendo nueva información), o bien mostrando su

acuerdo/comprensión hacia el contenido proposicional de la emisión previa de su interlocutor

(L1).

Por otro lado, ante un solapamiento, los intervinientes prefieren siempre la cooperación

comunicativa a la interrupción del turno de habla en curso. Esto explica la presencia

sistemática de solapamientos en determinadas posiciones (LTPs), así como el solapamiento

sistemático de determinados elementos: señales de atención de L2 hacia L1 (emisiones fáticas

de continuidad29), emisión de expresiones colaborativas (p.e., mediante la repetición por

parte de L2 de la emisión previa de L1), etc.

Lo más importante, en fin, de este sistema de alternancia de turnos, con o sin

solapamiento, y cooperativos o interruptivos, es destacar su reversibilidad funcional: la

capacidad de L2 para situar determinados elementos en solapamiento va acompañada

ineludiblemente por la previsión de L1 de dicha capacidad. Sobre tales comportamientos

tienen mucho que decir, como hemos tratado de explicar en nuestro trabajo, los rasgos

suprasegmentales. En todo caso, aunque en el estado actual de la cuestión no podamos llegar

a afirmaciones definitvas, consideramos abierto un camino hacia la indagación de las

29Véase Gallardo (1996:64-65). Otros casos de solpamientos frecuentes son, según indica Jefferson (1973) los vocativos o preguntas en posición añadida.

20

relaciones entre prosodia y sintaxis y su participación en el desarrollo y progreso estructural

de la conversación coloquial30.

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30Aunque para el español puede afirmarse que esta línea de investigación se halla en su fase inicial, para algunas lenguas, p.e. el francés, se cuenta con interesantes y elaborados repertorios de funciones suprasegmentales implicadas en las situaciones de habla simultánea. Destaca, en nuestra opinión el estudio de Rittaud-Hutinet (1995).

21

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