Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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  Im s ntiguo

de

los hominidos

La aparicion de nuevos fosiles nos ace rca hasta el umbral

del origen dellinaje humano

4

Kate Wong

su despacho de la Universidad de Poitiers, Michel Brunet extrae un

f6si l fragmentado, de color marron, de la maleta de seguridad fo rrada

de espuma y, cuidad

osa

mente, 10

co

loca en la mesa frente a mi. Tiene

aproximadamente el tamano de un coco, con el morro pequeno y

un

os

gruesos rebordes oseos por encima de las cuencas de los ojos. Ante

una mirada inexperta la cara parecerfa a la vez extrana y de lIna familiaridad

indesc riptible. Para Brunet, es el sembI ante del antepasado que lleva buscan-

do desde hace 26 anos; se trata, propone, del homfnido mas antiguo.

Cuando en julio anunciaron su hallazgo Brunet y su equipo causaron

un

enorme revuelo en el campo de la paleoantropologia. Descubierto en los de-

positos erosionados par tormentas de arena, en el desierto de Djurab

al

norte

de Chad, este cnineo extraordinario y bastante completo ha recibido el nom-

bre tecnico de

Sahelanthrop

lls

tchadensis

(y apodado Touma i, que significa

esperanza de vida en goran, la lengua local).

Co

n sus cerca de siete millo-

nes de anos, puede representar el antepasado humano mas antigllo del regis-

tro fos il

, tocar con su dedo el punta evolutivo en el que se separaron

nu

es-

tra linea evolutiva y la del chimpance. [En mayo de 2006,

Da

v

id

Reich, de la

Escuela de Medicina de Harvard, y su equipo delln stituto Broad de Harvard

y dellnstituto de Tecnologia de Massachusetts publicaban en a

ture

que, se-

gun los datos geneticos, la separacion entre los homfnidos y los predeces

or

es

de los chimpances se produjo hace no mas 6.300.000 anos y con mayor pro-

babilidad hace menos de 5.400.000, en vez de hace siete. Pese a sus caracte-

risticas hominidas, Toum  i no serfa, segun eso, un homfnido. Para despejar

esta contradiccion entre los datos paleontologicos y los gene

ti

cos, el equipo

de Reich supone que, tras una primera separaci6n entre homfnidos y chim-

pances, hubo a 10 largo de un tiempo hibridaciones entre ambos grupos.]

Hace menos de un siglo, los antepasados humanos africanos y simi lares

a los simfos solo existfan en las mentes de

al

gunos cientfficos perspicace

s.

Charles Darwin predijo en

1871

que los antepasados originarios del hom-

bre se encontrarfan en Africa, don de viven todav fa hoy nue

st

ros parientes el

chimpance y el gorila. Pero las pruebas que respaldarfan esta hip6tesis tar-

darfan mas de cincuenta anos en

ll

egar, cuando Raymo

nd

Dart, anato

mi

sta

de la Universidad de Witwatersrand, desc ribi o

un

craneo fos

il

procedente de

Taung (SudMrica) y 10 atribuyo a una especie humana extinguida,

Australo-

pilhecus africanus

literalmente el simio austral de Africa . Su afirmaci6n

fue recibida par algunos can frfo escepticismo y

par

otros can rechazo abso-

luto (segun las crfticas los restos pertenecfan a un go rila juvenil). EI descu-

brimiento de otra especie sudafricana, denominada

Allstralopithecus robus-

tus

0

Paral1lhropliS robu  us-

devolvi6 en parte el honor a Dart. Pero,

hasta el decenio de 1950, la idea de un antepasado humano similar a1 simio

procedente de Africa no mereci6 una aceptacion mayoritaria.

TEM S

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1 ? , ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ t ( ~ h ~ O d ~ ~ e n S i S

el

presumible hominido

m a :

a ~ l l . ~ i . .

II

en

un

bosque

junto

allago

  e : : ~ ~ ; i : ~ ~ ~ ~ ~ s e

han

estos e r t a r i

~ t ;

e

¥

D

l

terreno dela especulaciJln

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En los decenios sig

ui

entcs el es

fu

er-

zo de bu scadorcs pioneros en Africa

oriental, acometido, entre a tro

s

por

la

familia Leakey, se recampens6 can

el hallazgo de nu evos f6s iles. A

fin

a-

les de los ailos setenta el numero de

representant.es de los australopitecinos

habia crecido e inclufa a

A. hoisei 0

P boisei- A aethiopicus y A afaren·

sis

(Lucy y su especie, que vivieron en-

tre hace 2,9 y 3,6 millones de anos, du-

rante el Pli oceno y dio o

ri

gen a nuestro

genero Homo . Cada

un

a de elias esta-

ba adaptada a su propio nicho ecol6gi-

co, pero todas eran bfpedas con pode-

rasas mandfbulas, ma lares grandes y

pequeilos caninos; diferian, y

mu

cha,

de los simios cuadrupedos, de dieta ge·

neralista, del Mioceno, cuya ubicaci6n

en el

arbol evolutivo les cae muy lejo

s.

Ahara bien, el sandear o

rf

genes huma-

nos anteriores a A.

afarensis

era verse-

las c n un v do en el registro

f6sH

que

abarcaba entre los 3,6 y los

12

millones

de ailos de antigUedad.

Pese al inten

se

rastreo, pasaron cas i

dos dece

ni

os s

in

hallar

f6

s

il

es diagn6s-

ticos, de edad adecuada, para empezar

a saspechar quienes pudieran ser los

antepasados de Lucy. La suerte cambia

de signa hacia mediados de los anos

noventa, cuando

un

equipo dirigido p

or

Mea

ve

Leakey, del Museo Nacional de

Kenia, anunci6 el descubrimiento de

A. anamesis

una especie de cuatro mi-

llones de anos de antig

ti

edad que tenia

caracte

rf

sticas ligerame

nt

e mas primi-

ti

vas que Lu cy

y

p

or

10 tant

o

cons

ti

-

tufa un precursor suyo razonable [vea-

se

Antiguos f6sHes de hominidos en

Africa  ,par Meave Leakey y Alan

Wal

-

ter;

INV

ESTlGAC16N Y

C1ENC1A

agosto

de 1997]. Par esas mismas fec has Tim

D. White, de la Universidad de Califor-

nia en Berkeley, y su eq

ui

po describie-

ron

un

conjunto de

f6

s

il

es de 4,4 millo-

nes de

an

as de antigtiedad hallados en

Etiopfa. Correspondian a un homfnido

aun mas primitivo, ahora denominado

Ardipitheclls ramidus ramidus.

Estos hallazgos proporcionaron un

atraye nte acercamiento a momentos

evolutivos anteriores a Lu cy. Pero la

es timaci6n de algunos bi6logos mo-

leculares a prop6sito del

moment

en

que se separaron las lInens evolutivas

de

chimpances y humanos sugerfa

que aun existfan

hom

in idos mas an-

tiguos esperando que alguien los de-

senterrase.

Estas predicciones se han confirma-

do. En los ultimos anos, se han cose-

chado una serie de descubrimientos

6

T M  S

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EVOLUCION HUM N

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RESUMEN Los HOMiNIDOS M S NTlGUOS

..

En

los manuales

de

evo luci6n humana se

lee

que los hominidosproceden de un an-

tepasado  similar al chimpance

que

vivi6 hace entre

seis y

cinco millones

de

arios

en Africa oriental y adquiri6 la locomoci6n bipeda en un entorno de sabana. Perc

hasta ha

ce muy poco se desconodan f6silesde hominidas

de

mAs de 4 4 millones

de

arios

de

antigOedad.

.. Los hallazgos recientes procedentes de Chad Kenia y Etiopia  que amplian el regis-

tTO

f65 hasta

los

siete millones de

anos

de

antigOedad  podrfan

corresponder a

los

homfnidos

mas antiguos.

,..

Estos especimenes cuestionan ideas arraigadas

en

paleoantropologfa.

No

existe

acuerdo. sin embargo. sabre el parentesco entre tales f6siles y el linaje

humano

  en

la hip6tesis de que hubiera alguno.

sensacionales (e ntre los que se en

cuentra e l hallazgo de Brunet) que han

contribuido a rellenar el hu eco que

existfa entre los humanos y sus ante

pasados antropomorfos africanos. Es

tos f6 siles, que tienen de cinco a siete

millones de aiios de antiguedad, cues

tionan ideas admitidas desde hace mu-

cho tiempo acerca de cu indo

y

d6n

de surgi6 nuestro linaje y sobre c6mo

era el antepasado comun de humanos y

chimpances. No ha de sorprender que

se desencadenara al respecto un vi

vo

debate. Hubo posiciones contrapuestas

acerca del lu gar evolutivo que deben

ocupar las

nu

evas especies

y,

princi-

8

palmente , sobre los rasgos que carac

terizan a un hominido.

Erguidos

La primera prucba de hominidos que

traspasaban el limite de los 4,4 millo

ne s de anos se dio a conocer en la pri

mavera de 2001. Martin Pickfo

rd y

Brigitte Senut, del Museo de Historia

Natural de Pari

s,

habfan encontrado en

Tugen Hills Kcnia) restos de un espe

cimen de seis millones de ai ios; 10 ads

cribieron a

un

a nueva especie,

a T -

r n tugellensis  

Hasta la fecha se han

reunido diecinueve f6siles, que indu-

yen pequefios fragmentos de mandfbu

la, di entes sueltos, falanges de la mano

y huesos del brazo, con fragmentos de

femur. Segun Pickford y Senut,

rr -

rin

muestra algunas caracterfs

ti

cas que

10 relacionan con la familia de

lo

s ho

mfnidos, en particular, las qu e sugieren

que ten fan un modo de locomoci6n bi

peda. En palabras de Pickford,

e

l fe -

TEMAS 44

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mur

es sorprendenternente similar al de

los humanos  . EI cuello del femur es

I. rgo, 10 que habrfa dispuesto la diafi

sis del femur en angulo respecto a la ti

bia y de ese modo estabilizarfa la pel

vis . Tambien

pre

senta un surco en la

cara posterior del cuello femoral, don

de el musculo obturador externo pre

sio

na

durante

Ia

Iocomocion

bfp

e

da.

En atros aspectos, Orrorin es

un

a espe-

cie primitiva:

su

diente canino es largo

y m

as

apuntado que los caninos

hurna-

nos, y sus huesos del brazo y de los de

dos conservan adaptaciones trepadoras.

Pero las caracterfs

li

cas del femu r signi-

fican para Pickford y Senut que, en el

suelo,

Orrorin

deambulaba erguido.

Afinnan, en concreto, que 01 1 0

r n

parece ten er un a locomocion bfpe-

da

mas similar a los humanos que Ja de

Lucy, muy posterior c

ron

ol6gicamente.

Prop

onen incluso que

Orrorin

evolu-

cion6 hacia

Homo

a traves de otro ge-

nero, Praeanthropus

q

ue

co

mpr

ende

EVOLUCION HUMANA

algunos de los fosi les asignados en la

actualidad a A

afarensis

y A 

anamen-

sis ,

y

situan

a Lucy y a su especie en

una

linea evolutiva dislint

a. Para

e

ll

os,

adema s, Ardipithecus constitu ye un an-

tepasado del chimpance.

Pero

no

todos es

tan

convencidos

de la morfologfa del femur. c. Owen

Lovejoy, de la Uni versidad estatal de

Kent, responde

qu

e las imagenes

pu

-

bli cadas, obten

id

as

po

r tomograffa

computarizada, del cue llo femoral de

Orrorin mu

es

tran una

di

stribuci6n del

hue

so cortical similar a

la

de los chim-

pan

ces,

un

indicador

mu

y importan-

te

de l

as

tensiones que se

produ

cen en

esta parte del femur durante la locomo-

ci6n. (Aunque Pickford y Senut afir

man

que mues

tran una

estructura osea

similar a la humana.

En

cambio, Love-

  y defiende que las secciones del cue

ll

o femoral de A.

ajarellsis

son comple

tamente humanas. eg

un

este mi smo

autor, Orrorill frecuentemente, aunque

no de forma cont

inu a,

desarrollarfa una

locomoci6n bipeda,

s

bien pasarfa par-

te importante de su

ti

empo en los

-

boles. Esto no

10 exc1u iria

de su

co

ndi-

cion de homfnido, porque la autentica

locomoci6n bfpeda no habrfa apareci

do de un solo golpe; Orrorill podrfa no

haber adquir

id

o todos los rasgos nece

sarios para

la

bipedaci6n cabal. Desde

esa perspec

tiva

,

Orrorill

podria seg

uir

perteneciendo a nuestra

Ifnea

evoluti

va

,

aunque algo mas alejado de

H

o o de

10 que opinan Pickford y Senut.

Segtln Lovejoy, una prueba mas s6-

lida en

pro

de

una

locomoci6n bipeda

habitual serfa 13 aportad., unos meses

de spues del artfculo del Orrorill por

Yohannes Haile-Selassie. Este alumno

de doctorado en Berkeley anunci6 el ha

llazgo de unos f6siles

ti

geramente mas

recientes procedentes de la regi6n del

Middle Awash (Etiopfa). Con una anti-

giiedad

de

entre 5,2 y 5,8 millones de

aoos, se han

as

ignado a

una

s

ube

specie

de

Ardipithecus ramidus: A.

r

kadab-

ba. Incluyen una falange de pie comple

ta que tiene un rasgo revelador. Lovejoy

explica que la lli1iculaci6n proximal del

hueso presenta la orientaci6n que espe-

rmamos siA I

kadabba

cami

na

se igual

que los humanos (realizando el impulso

final que efectu amos con la punta de los

dedos del pie al andar).

A otros pa

le

ont6

10go

s no

le

s parece

t

an

s

in

gular la morfologfa de la falange

de pie. David Begun, de la Uni

ve

rsidad

de Toronto,

no

cons

idera

que difiera de

la

fal

ange de pie de

un

chimpance, su

brayando que, por 10 que se aprecia en

las

fotograffas, resulta mas larga, delga

da cur

va

que la falange de un bfpedo.

Pese a las diferentes interpretacio

nes anat6micas, s i nvrill

0

Ardipithe-

ells fueron bfpedos el origen de nuestro

particular modo de locomoci6n habrfa

retrocedido 1,5 millones de anos en el

tiernpo. Tambien se rechazarfa la idea

9

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general sobre las condiciones en que

evolucion6 nuestra fonna de caminar.

La opin i6n mayoritaria establece que

nu estros antepasados se convirtieron

en seres bipedos en la sabana africa

na, donde caminar erguidos habria im

pedido que el sol les abrasara la espal

da, les penniti6 el acceso a recursos

alimentarios antes inalcanzables y les

proporcion6 una mejor visi6n por en

dma de la hierba alta. Pero los analisis

paleoecol6gicos indican que

Orrorin

y

Ardipithecus

vivian en habitats bosco

sos, junto a monos y otras especies tf

picas de fioresta.

EI

equipo encabezado

por Giday Wolde-Gabriel, del Labora

torio Nacional de Los Alamo

s

ha ana

li

zado la quimica del suelo y los

reslO

S

de fauna del yacimienlO de A. r

ka-

dabba

y senalan que, hasta hace unos

4,4 millones de arios, los primeros ho

minidos no se aventurarian lejos de los

ambientes hUmedos y arbolados.

Si ocurri6 asi, los cambios climMi

cos no habrian ejercido la inftuencia

que se les atribuye en instar la sustitu

cion de la locomocion cuadrupeda por

la bipeda. Por

su

parte, Lovejoy obser

va

que algunas de l

as

hip6tesis sobre la

adquisici6n de

la

postura bipeda que se

basaban en los ecosistemas de sabana

carecian de fu ndamento, pu es la simple

seleccion a favor de una postura ergui

da no habrfa conducido, por sf sola , a la

adquisici6n de la locomoci6n bipeda.

2.

A BUSQUEO de hominidos.

Michel

Brunet

izquierda), cuyo equipo ha deseubierto aSahe-

lanlhropus, ha cemido las arenas del

desierto

de

Ojurab

en

l Chad

durante mas de una decada.

Martin Pickford yBrigitte Senut

«enlro

  abojo)

deseubrieron aOrrorin en las Tugen Hills de Ke -

nia Tim White

derecho)

y Yohannes Haile-Se-

lassie

cenlro,

arriba)

encontraron

aArdipilhecus

en

la region

del

Middle

Awash

de Etiopia.

10

Lovejoy entiende que el su rgimiento de

la bipedacion responde a una doble exi

gencia: libera las manos permite a los

machos recoleclar mas alimentos para

sus pareja

s.

En este modelo, que

de

sa

rroll6 en los anos ochenta, las hembras

que eligiesen los machos que les apor

tasen mas a

li

mento podrian dedicar

su

energra al cuidado de las crias y, por 10

tanto, aumentarian el exito reproducti

vo

de

su pareja.

lEI antepasado mas antiguo?

Mientras la comunidad de paleoan

trop610gos debatia l

as

implicaciones

de los descubrimiento s de

Orrorin

A. r

kadabba pa

reci6 el f6sil de Chad

aportado por Brunet. Con

Sahelanthro-

pus

han

lIe

gado nuevas respues

ta

s; y

tambien nuevas preguntas. A diferen

cia de 10 que aconteci6 en los casos de

Orrorin

y A.

r. kadabba

los f6si les

de

Sahelanthropus

no incluyen hu esos

del esqueleto poscraneal ; esa au sencia

impide aseverar si esta especie fue bi

peda el caracter distintivo empleado en

la definici6n tradicional

de

hominido.

Pero Brunet cree que

un

conjunto de

rasgos dentales y del craneo que de

bido al gran reborde supraorbital opina

que perteneci6 a un macho) permite

re

lacionar claramente a esta especie con

los hominidos que vinieron despues.

En esta valoraci6n reviste particular

importancia la morfologia de los cani

nos de

SaheLallthropus.

En todos los si

mios actuales y f6si les, y presumible

mente en el ultimo antepasado comun

de chimpances human os, los caninos

superiores son grandes y se desgastan

por el roce con el primer premolar in

ferior, produciendose

un

borde afilado

en la cara poste

ri

or de los caninos. Esta

morfologia se denomina complejo ca

nino-premolar; se manifiesta con niti

dez en los machos que se sirven de los

caninos para competir entre sl por ac

ce

der

las hem bra

s.

L

os

humanos he

mos perdido estas armas de lucha, de

sarrollando caninos pequenos con una

morfologfa similar a la de los incisivos

in

cisiviforme). Los caninos humanos

se desgastan entre Sl por sus coronas;

con

el

tiempo, aparece un patron pecu

li

ar

de

desgaste. Brunet afirma que los

caninos de

Sahelamhropus

por

su

ta

mano, fonna y desgaste, han evolucio

nado en direcci6n a los humanos.

Perc

Sahelanthropus

muestra tam

bien

ra

sgos primitivo

s

simiescos; por

ejemplo, una caja craneana pequena y

6rbitas oculares muy separadas. Para

Brunet, este mosaico de caracteris ti

cas primitivas y derivadas sugiere

un

parentesco estrecho con el ultimo an

tepasado comun. Y propone que

Sahe-

Lanthropus

es el miembro mas anti guo

del linaje humano y el antepasado de

todos los hominidos posteriores,

Orro-

rin Ardipithecus

incluido

s.

Si Brunet

esta en 10 cierto, la humanidad habria

aparecido mas de

un

mill6n de anos an

te

s que 10 estimado por diversos est

u

dios moleculares. Y, au n m

as

importan

te

, podria tener

su

origen en

un

lugar

diferente de donde se habia propues-

TEMAS

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to. Yves eoppens del Colegio e Fran

cia,

avanz6

en

los aiias oche

nt

a un mo-

delo sobre el origen -de los hominidos,

en el que situaba la cuna de la huma

nid

ad

en

Africa oriental.

Ba

sa

ndose en

que los fos

il

es de hominidos mas pri

mitivos proceden de Africa oriental, se

iialo que el valle del Rift

un

a falla im

ponente que recorre Africa de norte a

sur) separo a la especie

e

simio ances

tral en dos poblaciones. Una de elias, la

del

este die origen a los hum anos; la

del

oeste generaria a los s

imi

es actuales.

Hace tiempo que la paleontologia sos-

EVOLUCl

  N

HUMANA

pechaba que esta aparente separacion

geogratica podria deberse a un arte

facto en la escasez de registro fo sii.

EI

hallazgo de un hominido e siele millo

nes de afios de antigliedad en el Chad,

a mas de 2500 kilometros al oesle del

Vall

e del Rift, vendria a dar el golpe de

gracia a esta leon

a.

Peru 10 mas sorprendente de todo es

10

que

Sahelanth roplIs

mues

tr

a sabre el

ultimo ante

pasa

do comun de c

himp

an-

ces y humanos. Lo s paleoantrop61ogos

se imaginaban dicho antepasado de for

ma muy similar al chimpan ce co n

un

ment6n prominente  dot ado de

rn

olares

con escaso esmalte y can ino s podero-

sos. Pero he aqui que Sahela

 

throplIs,

pese a

sus

rasgos en ge n

era

l simi es-

cos  presc

nta 8

1 mod

era

do progna-

ti

s

mo

  bast

ante

es

malt

e

molar

  caninos

pequeiios y un reborde 6seo de las or

bitas mayor que el de cualquier antro

pomorfo

actual.

Si ahelanthropus

nos

enseiia alga, opina White, es que el

ul

timo

antepa sa

do co

mun

no e

ra

chim -

pance.

Pero, icabfa acaso esperar

Olra

cosa? Los chimpances han co

ntad

o con

el mismo tiempo de evoluci6n que l

os

humanos ha la convertirse

en

un

pri-

mate

fru

gfvoro

mu

y especializado.

No obstante, la tes is de

Brunet

  segun

la cual los fosi les del Chad pertenece

rian

a un antepasa

do

de

lo

s hum anos, se

ha rec ibido ca n reticencia. Para

Caro

l

V Ward, de la Universidad de Mi ssouri ,

dista de ser palmaria la adscripcion ho

minida

de ahelantlirop

 

s

Can

O

ro

s

paleontologos, Ward se muestra escepti

co ante la propuesla se mejanza entre sus

caninos y los humanos. En la

mi

sma li-

nea de critica, Milford H. Wo

lp

off, de la

Universidad de Michigan, y los desc

u

bridores de

On'orill,

Pickford y Senul,

publicaron una

carta en

Nature dande

el e

quipo

de Brunet hab

ra ex pu

es to sus

resultados) en la que defendian

u

eS he-

 

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lanthropus era un simio, no un homfni

do. En su opini6n. el poderoso reborde

supraorbicu ar, unido a ciertos rasgos de

la base de la parte posterior del craneo

de Sahelanthropu

s

evocan la anatomia

de un simio cuadrUpedo con una dieta de

alimentos duros; a su vez,

lo

s caninos

pequefios indican que se trataria de una

hembra de esa especie y no de un ma

cho de un antepasado de los humanos.

Y prosiguen: al carecer de pruebas sa

bre la locomoci6n bipeda de Sahelan-

thropus. a Brunet no

Ie

quedaria ning"n

punto de apoyo. (Pickford y Senut lIe-

gan incluso a afinnar que se trata de

un

antepasado de los gorilas.) En una re

plica mordaz. Brunet compar6 a sus de

tractores can los que criticaron a Dart en

1925. respondiendo que

lo

s rasgos si-

miescos de Sahelanthropus son simple

mente vestigios p r m t v ~ s heredados de

su antepasado antropomorfo y por tan

to. sin nada que decir con respecto a su

grado de parentesco con los humano

s.

Estas opiniones contrapuestas

re

Re-

jan, en parte, la discrepancia reinante

en torno a 10 que define la singularidad

12

dellinaje humano.

Lo

reconoce

si

n am

bages Roberto Macchiarelli. de la Uni

versidad de Poitiers. Desde siempre,

los paleoantrop610gos habian visto en

la locomoci6n bfpeda la caracteristica

que separ6 del resto de los antropomor

fos a

lo

s antepasados de

lo

s homfnidos.

Pero esa disyunci6n pudo ve nir prece

dida par cambios mas

su

tiles,

ve

rbigra

cia, la transformac i6n del canino.

Para explicar el grado de parentesco

entre las especies ani males la bioiogia

evoluti

va

se sirve del metodo cladisti

co. De acuerdo con el

mi

smo, los orga

ni

smos se agrupan en razon de caracte

res derivados compartidos. Expuesto en

grandes lineas, las especies que tienen

caracterfsticas en comun derivadas se

nsideran mas estrec hamente empa

rentadas entre sfque las

qu

e s610 mues-

tran rasgos

p r m t

heredados de

un

anlepasado comun mas Jejano. La pre

sencia en el registro f6sil de un rasgo

derivado compartido sirve de hila

in

dicador de

la

divisi6n de una especie

ancestral en dos especies descendien

les (en nuestro caso, para eSlablecer el

punto de divergencia de los humanos y

de los chimpances a partir de

un

a espe

cie ancestral); es te rasgo se considera

la caracteristica que define al grupo.

As ,

segun la clad s

ti

ca, razona

William H. Kimbel . de

la

Universidad

estatal de Arizona, un hominido puede

desc ribirse. desde el punto de vista de su

morfolog(a esqueletica, par las caracte

risticas 6seas conservadas que encon

tramos en las poblaciones que fueron

el resultado inmediato del even o gene

ti

co de separaci6n de humano s y chim

pances. Con

un

registro

f6

s

il

tan esca

so. los pa eont610gos

no

pueden saber

con seguridad cual es son tales rasgos,

pero los dos mejores candidatos para

definir a los hominidos son, en opini6n

de Kimbel. la locomoci6n bipeda y la

transformaci6n del canin o. Ahora se

trata de reconocer cuales fueron estos

cambios iniciales y cual de las supues

las especies de homfnidos se encuen

tra en la base del clado de los huma

nos. Ocurre que

v rin

A. I

kadabba

y

Sahelal1lhmpus eSlan represenlados

por diferenles partes 6seas. 10 que di -

TEM S

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ficulta sobremanera las comparaciones

entre e

ll

os.

Cuantos

hominidos?

EI

establccimiento de los tres nuevos

taxones ha avivado el debate sabre la

divcrsidad de los primeros homini

dos. En el intervalo temporal que traos

c

urri

6 entre hace

tr

es y 1,5 millones de

anos, hubo, admiten los paleont610gos,

multiples especies de hominidos, coel

a

neas algunas. Esta cascada de haUazgos

nos

mu

estra que la evol uci6n humana

fu e un asunto complejo desde sus ini

cios. Beg

un

, que opina que los simios

miocenos, antepasados de los antropo

morfos africanos ac tu ales y lo s huma

no s, pasaron sus primeras etapas evo

lu

li va s en Europa y Asia occ

id

ental ant es

de volver a entrar en Africa, destaca

qu

e Sahelanthropus tiene exactamente

el conj unto de rasgos heterogeneos que

podrfamos esperar en un an imal que

forl116

pane

de

un

a expansi6n adapta

ti va de los simios a Olros ecosistemas.

Sugiere la posibilidad de que

hu

bie

ra de lOa 15 generos de animales con

EV

OL

UClDN HUMANA

un

parentesco mas estrecho con los hu

manos que con los chimpances. Ber

nard Wood, de la Uni ve rs

id

ad George

Washington, se ha planteado

in

c

lu

so la

posibilidad de que SahelanthroplIs re

fl ejara, par 1 que concieme a

lo

s antro

pomorfos africano

s, un

a situ

ac

i6n a0 1-

loga al famoso yacimie

nt

o canadiense

de Burguess Shal

e.

Es te yacimiento ha

proporcionado millares de f6s

il

es de

invertebrados del per

io

do Cambrico, el

momento en que los grupos mas impor

lantes de los animales actuales apare

cieron de forma repentina. Consid era

do desde esta 6ptica, el

lITbo

l e

vo

luti

vo

de los humanos se parecerfa a un arbus

to en el que algu nos si no todos) de los

nuevos descubrimjentos se encontra

rfan en los apices terminales de las ra

mas; una

im

agen, esta, ma s pr6xima a

la verdad que la representaci6n de pun

tos de un a lfnea si

nu

osa que desembo

ca

en

el hombre.

Gtros paleont610gos, basados en las

especies descubiertas hasta la fecha, ad

vierten del peligro de inferir la presen

cia de numerosas coetaneas. White y

Brunet apuntan

qu

e, en el arco tempo

ral que va de lo s siete a lo s cuatro mi-

1I0nes de anos antes del presente,

56

10

se conoce una especie de hominido que

viviera en cada momenta. i De que ar

bUSlO hablamo

s,

entonces?, pregunta

Brunet. Segti n White, induso en el mo

mento de maxima diversidad de la hu

manidad, hacc dos milloncs de aiios,

s610 habfa tres taxones compartiendo

el paisaje. No cabe aludir, pue

s,

a nin

gun a expl osi6n cambrica, replica. Ms

aun,

afinn

a White , las pruebas disponi

bles 5610 avalan que la base del lITbol de

la familia sea un tronco. Piensa que to

dos los nuevos hallazgos pueden repre

sentar

in

stantaneas de la linea evolutiva

de Ardipithecus en diferentes -momen

tos. Sahelanthropus serfa el homfnido

ma s antiguo y Orrorin y

A.

r kadabba,

descendientes suyos en el mismo linaje.

Segtinesta interpretaci6n,

Sahelanthro-

pus y Orrorin constituirfan especies del

genero

Ardipithecus.

Los investigadores estan de acuer

do en que h

ac

en falta mas f6 siles para

esclarecer el grado de parentesco que

v

in

cula a

Orrorin, A.

r

kadabba

y

Sa-

helamhr  us

entre sf y con nosotros.

Pero

no

sera facil obtener una imagen

de mayor resoluci6n de

lo

s ongenes de

la humanidad. A medida que nos acer

quemos

a1

antepasado comun se inln

multip

li

cando los problemas para diag

nosticar

lo

s primeros miembros de

nu

estro clado. Pero importa conocer el

punto de arranque. Los

nu

evos hallaz

gos podrian encerrar la clave para res

ponder a la cuesti6n sabre el origen de

nu

estro linaje.

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L ATE MIOCENE HOMIN

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13

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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EL

P S DO

QUE P REa

REFW DO

en el

sp jo muestra una

can

que nos

result.

faml

.

liar extra a

a

la vez. Im_ de una mujer

adulta

 

con

130.000 alios de antlglledacl,

pro-

cedente

del Abrlgo de

Kraplna, en noru&

te de

(roacia,

ha Insplndo

i

I'IaInstnKd6n de

esla neandertal.

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lQuienes fueron

os neandertales?

stos homfnidos se cruzaron con humanos de anatomfa moderna

adquirieron en algunos cas os una conducta avanzadao

Pero las pruebas que avalan esa tesis son objeto de controversia

relato era sencillo y claro. Sin

nada que se Ies o

pu

sier

a,

los

hum

anos de anato

mia mod

e

rn

a

se expandieron

co

n una cultu

ra

y recursos tecnicos ela

bora-

dos,

in

vasi6n que provoc la extinci6n

de los neandertales. una especie distin

t  o

Pero

la

s

de

scr ipci ones s

impli

st

as

de

nues

tro pasado acostumbran velar

mi

s-

terios. La hi storia de los neandertales

no es una excepci6n.

Du

ra

nt

e m

as

de

200.000 anos, eslOS homfnidos de un

cerebro notable habitaron en Europa

y Asia occ

id

e

nt

al,

lu

chand o contra los

intensos frios de las epocas glaciales y

l

os

pelig

ro

s consta

nt

es de la vida pre

hist6rica. Han desaparec ido. Pese a esa

doble realidad, Ia ciencia sigue deba-

tiendo con calor Ia identidad

o

modo de

vida y sino de los nea

nd

e

rtal

es.

EI mayor empeno puesto en Ia resolu

ci6n de cues

ti

ones tan esquivas

va

35

ciado a

un

a poiemica

de

mayor

vuelo 

la centrada

en

toma a la aparici6n de la

humanidad ac tua

l.

Unos

in

vestigadores

abog

an

por

un

ori

ge

n recie

nt

e de nues

tra especie, hace

un

os 2

00 000 an

os, en

Af

ri

ca; sustituiria a l

as

poblac iones mas

a

nti

guas de humanos en todo el mundo.

Otros aulores proponen que los grupos

arcaicos

co

n

tribu

yeron

aI

patrimo

ni

o

genetico de Ia humanidad ac tual. Los

neandertales,

el

mej or conocido de tales

grupos,

re

sultan decisivos

para

deshacer

el dilema. Ahora bien, se trata de

al go

mas que

un

a simple explicaci6n cientifi

ca sobre detenninados sucesos de nues

tro

pa

sado rem oto. AI

in

ves tigar

so

b

re

Ia biologia y el comportamiento de los

neandertales, hay que pregunlarse qu e

signifi ca ser humano en su plenitud y

descubrir, si acaso ex iste, la razon que

EVOLUCJON HUMANA

s

in

gulariza a

Ia

humanidad

ac

tua

l.

Ante

los hallazgos recientes, los paleoantro

p6Iogos y los arque6Iogos se preguntan

can crecie

nt

e insistencia hasta donde

Hegaba el parec

id

o entre el nea

nd

ertal y

el hombre modemo.

Desde que, en 1856

0

se descubri6 el

esqueleto parcial de un neandertaI, en

el

va

lle

de

Neander (Alemania), vie

nen los paleont6Iogos dandole vueI

tas a Ia comp araci6n de marras. Habi

da cue

nta

de los rasgos p

ec

uliares de

aquellos restos c raneo mu y ro busto,

con el caracterfstico reborde oseo par

encima de los ojos, y

hu

esos de las e x

tr

emidades

mu

y macizos  , se cr

e

una

especie propia para los neandertales,

Homo neanderthalensis

Ya entonces

hubo discrepancias, y algun os exper

tos alemanes atribuyeron el

f6s

il a un

ji nete cosaco deform e . C

in

cue

nt

a anos

mas t

ar

de , se de

scubri

6 en Franc

ia

el

famoso esqueleto de el Viejo  de Ia

Chapelle-aux -Sainls, cuya descripci6n

co

nt

ribu y6 a cons

id

erar protohuma

nos primitivos a los nea

nd

ertal es .

Se

les repre

se

ntaba

co

mo brutos simies

cos, torpes y encorvad os, en claro con

traste con la pos

tur

a erguida y estampa

gnk

il de l

Homo sapiens

El neander

tal venfa a ser

un

mons

tru

o idiota que

no h

ab

ra

tr

aspasado e l umbral evoluti

vo de Ia humanidad.

Dece nios mas

tard

e,

nu

evos estudios

del esqueleto de La Chape

ll

e

pu

sieron

en evidencia la

in

c

orr

ecta interpretacion

dada a ciertos rasgos anatornicos. La

verdad dictaba qu e Ia postura y Ia Ioco

moc i6n neandertales eran

id

enticas a las

nu estras. Desde e

nt

onces, los paleoan

trop61ogos intentan detenninar si

la

s ca

rac terislicas definidoras del grupo

de

los

Kate Wong

neande

rt

ales squeleto

ro bu

sto, ex

tr

e

mi

dades co

rt

as, t6rax en barril, arcos

supraorbitarios resaltados, frente baja e

inclinada, faz prominente y mandfbulas

s

in

me

nt

6n- son suficie

nt

es para con

siderarlos una especie distinta. Se est.

de acuerdo en que algunos de es tos ras

gos denotan adaptaciones al medio. Asi

o

su cuerpo bajo y robusto Ies pennitiria

ret

ener mej or el calor en el clima e

xtr

e

made de las g laciaciones. Pero en otro s

rasgos, como Ia forma del reborde su-

pr

aorbitario, no se aprec ia un claro sig

nificado funcional y parecen deberse a

la deriva genetica qu e se p

rod

uce en po

bl

acion

es

ais

lad

as.

Segun los defen sores del modelo de

susti tuci6n para

el

origen de Ia huma

nidad aC

lu

aI, Ia morfologia distintiva

de los neandertales es el resultado de

una trayectoria evolutiva difere

nt

e de

la reco

rri

da por los humanos moder-

nos. D

es

de hace anos , o

tr

os pal

eont

o

logos vienen rechazand o esa interpre

tac ion y sos

ti

enen qu e mu chos de los

rasgos qu e caracteriz

an

a los neander

tales se

pu

eden tambien observar en los

primeros humanos rnodernos de Euro

pa. S in duda, presentaban una serie de

rasgos

qu

e, to

rn

ad

os

en

co

njunto, son

di

stintos, pero se

r

ata de

un

a

dif

eren

cia

qu

e reside en la

frec

uenci

a,

no es

una diferencia ab soluta", a

firm

a Da

v

id

W. Fraye

r,

paleoantrop6Iogo de Ia

Uni ve rs

id

ad de Kansas. En

Ifn

eas ge

nerales, c llanto podernos encontrar en

los neandertales, se puede dar en otra

parte

."

Frayer pone de ejemplo a uno de

lo

s

hum

anos modemo s europeos mas anti

guos, un

f6s il

procedente del yacimien

to de Vogelherd , en el sudoeste de Ale-

15

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2.

C R OERISTIC S QUE

DlSTINGUEN

a un neandertal,

representado

por

el

aneo de La Ferrassie

(Francia), ya

un humano moderno

, DolniVestonice 16, procedente de

la

Republica Checa.

Cada

uno

de los

rasgos

puede

aparecer por separado

en cualquiera de los dos

grupos

,

variando

en grado yen

frecuencia, pero l tendencia

es

que

se

den de forma onjunta.

mania. En

ei

se combinan la forma del

craneo de los humanos modernos con

rasgos genuinamente neandertales;

verbigracia,

a

pre

se

ncia de un

es

pa -

cia retromolar (un vado claro entre el

ultimo molar y la rama ascendente de

la mandfbula) y la fonna del foramen

mandibular, el canal de un nervio de

Ia

mandfbula. A ello hay que agregar Ia

informaci6n

qu

e, seg

un

Frayer y Mil-

ford H. Wolpoff, de

la

Universidad de

Michigan, aporta

un

grupo de prime

ro

s

humanos modernos

desc

ubiertos

en

el

6

yacimiento de Ml ad

ec

(Morav ia .

En

su op

ini

6n,

la

s

ge nt

es

de

Mladec

ti

enen

en sus cnlneos caracterfsticas que atro s

han

considerado rasgos exclusivos de

lo

s neandertales.

Con anterioridad , esos datos se ha-

bran

esg

rimido para respa

ld

ar la posi·

bilidad de que

lo

s neandertales evolu-

cionaran de forma independiente hacia

los europeos mo ernos Pero esa idea

ha cambiado. Hubo poblaciones qu e

penet

raron

en Europa,

eso

esta claro. Y

asi, la s poblaciones posteriores resulta·

ron del cruzamiento entre nea

nd

ertales

y los humanos que migraron a Euro-

pa  ,expone Wolpoff, para quien ambos

grupos diferfan entre sf

no

mas que los

europe

os

actuales y los aborfgenes aus-

tralianos.

En

opini6n de Fred H. Smith,

paleoantrop610go de la Universidad de

Northern Illin

ois

, aparecen tambien

pru eba s de esa hibridac i6n en los f6-

siles de neandertales mas tardios. Los

re

s

to

s de nea

nd

ertales de la cueva de

Vindija, en e l noroeste de Croacia, re·

flejan Ia asimilaci6n de algunas carac·

terfsticas de los humanos modemos .

de

clara, refiriendose a

lo

s rebordes s

u

pr

aorbitarios con morfo logia m

ode

rna

y a Ia

in

sinuaci6n de un Jigero ment6n

en

la

m.ndfbula.

Para quienes l

os

neandertales forma·

ban un a especie distinta, re sultan de·

masiado fragmentarios los f6siles de

Vindija, in sufi cientes para

co

n

ce

der·

les valor diagn6stico; en su op ini6n, to·

do

s los pare

cido

s

qu

e

ex

isten

pu

eden

explicarse por convergencia evolutiva.

Y con respec to a los humanos moder·

nos de Mladec descartan que

se

trate de

hfbridos. Cuando observo la morfolo-

gfa

de esta poblaci6n, s610 distingo ro-

bu stez; no yeo a un neandertal , rat ifi ca

Christopher B. Stringer, del Mu seo de

Hi

storia Natural de Londres.

Los que cues ti onan la tesis del cru -

zamiento entre ambos grupos se apo·

yan

tam bien

en los re sultados

de Svan·

te

Ptilibo

. Logr6 este con su equipo de

la Universidad de Mun

ic

h, en julio de

1997,

la

obtenci6n y ana

li

sis ulterior

del ADN mitocondrial (ADNmt) de

un

f6si l de neandertal. La portada del

numero de I. re vista

ell

dond e apare-

ci

el informe anunciaba s in ambages:

L

os

neandertales

no

fueron nu es

tro

s

antepasados . A partir del corto seg-

mento de ADNmt que secuenciaron,

el labora torio de Paabo determin6 que

la

s difere

nci as

entre el ADNmt de los

neandertales y

el

ADNmt de la hu-

manidad actual eran mucho mayores

qu e las

re

gislradas e

ntr

e di stintas po-

blacion

es

humanas actuales. [El equi-

po de Paabo, tra s estudiar mas res tos

de neandertales, ha seguido sin en-

co

ntrar contribuc i6n de ADN mito-

condrial de los neandertales al acervo

humano moderno. En mayo de 2006,

Paabo anunciaba la secuenciaci 6n de

un

mill6n de bases del ADN

nu

clear

de un macho de neandertal de hace

45.000 a

fio

s. ] Aunque en la super-

fici e pared resuelta la cuesti6n de

la especie, quedaban por despejar in-

terrogantes de fondo.

TEM S

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Nuevas descubrimientos en el regis

tro

f6sil de Europa occ idental han in

crementado el interes sobre la posibi

lidad

de

hib ridaci6n e

ntr

e n

ea

ndertales

y humanos modemo

s.

En enero de

1999  se anunci6 un ha

ll

azgo va

li

osi

simo . Ocurri6 en el va

ll

e de Lapedo 

en el centro de Portuga l.

Se

trataba de

un esqueleto mu y completo de

un

nilio

de cuatra a

li

os que habia sido ente

n-

a

do hace

24.500 afi

os  siguiendo el ri

tu al grave

ti

ense; aparece este en otros

yacimientos de humanos modemos de

Europa de esa

mi

sma epoc

a.

Segun

Erik Trinkaus de la Un

iver

sidad de

W

as

hin gton  y Ci dal ia

Du

arte  de l In

s

tituto Portug ues de Arq ueolog ia de Li s

boa  y sus colaboradores. el es

qu

eleto 

denotado Lagar Ve

lh

o I presenta una

combinaci6n de rasgos neandertales y

de hum anos modemos qu e s610 puede

sec el resuhado de c

ru

zamj ent o habi

tual entre ambas pobl aciones.

GLOSARIO

Aurifiaciense.Tipo de ind u

stri

a lit i

ca

que aparece

asoc

iada a los humanos moderno

s

com

prende inst ru mentos muy elaborados y objetos artfs ticos .

h telperroniense .Tipo de industria litiea de l Paleo litico superior

asoc

iadoa osneander-

t

ales.

Presenta

carac

ter

isticas

in

te

r

medias

entreel Mu

st

eriense y el Auriiiaciense.

Musterlense.Tipo de indus tr

ia

iftica del Paleolftico med

io

asociado a os neandertales

y

los primeros hu

ma

nos mode

rn

os en el Pr6x im o Oriente.

Neandertal 

Neanderthal  Hacia 1900 la ortografia del alema n cambi6, y en algunas

palabras desapa reci6 1a sorda , como es el caso de thai  (qu e significa valle  . La

designaci

6n cie

ntifica, Homo neanderthalensi

s

sigue si

en

do

la

mis

ma

, pero

el

nom-

bre comun puede escribirse de ambas fo r

mas

.

Paleolitico. Per/odo qu e abarca desde la apa rici6n de la cu ltura ha sta el final de la ulti-

ma glaciaci6n. Se divide en tres pe r

io

dos: i

nfe

rior, medio y supe

rior.

Si la hip6lesis de

hi

b

ri

daci6n para

La gar

Ve

lho I supera

nu

evos am

i li

sis 

adquirira mayor fuerza la idea de

qu

e

los neandenales s610 fuera n una va

ri

edad de

nu

estra especi

e. Lo

s que de

fi

enden el modele de sustilllci6n admi -

ten que  de form a ocasional  pudieran

c

ru

zarse humanos modernos y espe

cies arcaicas; no es

in

s6

1it

o el c

ru

za

miento interespecffi co de mamiferos

estrechamen

te

e

mp

arentados. Pero hay

aqul un a novedad. A diferencia de los

3. VIDA

DlARIA

E LOS NEANDERTAlES de la Grone du Renne  en Francia.

lo

s

niveles

estratigraficos chatelperronienses

han suministrado un conjunto

de

colgantes e instrumentos

de hueso

y

piedra avanzados. Estos

objetos  que

aparecen junto a indicios

de

cabanas yde

fuegos se

.tribui.n

en exclusivi

d d

los

humanos modernos  pero

los

restos

de

la Grone du Renne mues

tran

que

los neandertales

habian

desarrollado

una

industria muy

similar

.

Page 16: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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EN UNA

FRIA TARDE

DE

NOVIEMBRE

de

1998, mientras inspeccionaban el

Abri

go do

Lagar

do

Velho, un refugio

del

valle

de Lapedo, en el centro de Portugal, dos

arque61ogos vieran el sedirnento remc·

vida de

la

madriguera de algun rcedar

a

1

largo

de la

pared del abrigo. Cono

ciendo que los animales uando excavan

el

terreno

, a

menu

do sacan a

la

superficie

materiales mucha mas profundos,

uno

de

los exploradores se acerc6 para curiosear

que

podfan

haber des en terra

do.

AI retirar

la

mana,

se

via con algo extraordinario :

105

huesos

de

un

nino

enterrado de unos

25.000 arios de antiguedad,

La

excavaci6n posterior de

este

enterra

miento, dirigida

por

uno de nosotros

(Duarte) , nos

indic6

que el nino, de ua-

tro

anos, habfa sido enterrado siguiendo

un ritual

cubierto por

ocre rojo y sobre

una capa de vegetaci6n quemada, jun-

to a un

dlente

de ciervo perforado y una

concha marina

),

segun el estilo de la s

tumbas del Gravetiense, tlpico de huma-

nos modernos de ese perfodo en otras

partes de Europa. Teniendo en cuenta el

abrupto cambio cultural que se obser

va

en los yacimientos arqueol6gicos de

la peninsula Iberica, parecia veroslmil

que cuando los humanos modernos Ile

garon a esta area, hace 30.000 anos, sus

tituyeran muy

pronto a los neanderta

les nativos. Era de todo punto razonable

que este individuo, denominado Lagar

Velho

1,

perteneciera a un

nino humane

moderno. De hecho, al principio no pen

sabamos

que

pudiese tratarse de otra

cosa.

individuos del centro y este de Euro

pa a los que se atribuye mezcla de ras

gos, cl nifi.o portugues procede de una

epoca en la que los neandertales habfan

dejado de existir. Para que los rasgos

neandertales persistieran miles de anos

despues de su extinci6n, se requiere,

postulan Trinkaus y Duarte, un grado

de cruzamiento significativo entre po

blaciones coetaneas de neandertales y

humanos modemos.

Su interpretaci6n no qued6 sin repli

ca. En un comentario que acompanaba

al artfculo del equipo, aparecido en ju

nio de 1999, en

Proceedings o the a-

tional Academy o Sci

en

ces US los

paleoantrop610gos Ian Tattersall , del

Museo Americano de Historia Natural

de Nueva York y Jeffrey H. Schwartz,

de la Universidad de Pittsburgh, res

pondfan que Lagar Velho I pertenecfa

a un

nino

robusto gravetiense . La s

18

Este esqueleto, bastante completo, pre

senta toda una serie de rasgos que

10 ase

mejan a los primeros humanos modernos

de Europa. A saber: un ment6n prominen

te

y

ciertos pormenores de

la

mandfbula,

dentici6n anterior pequena, proporcio

nes e inserciones musculares del pulgar

caracteristicas, estrechez de la parte an

terior de

la

pelv

is,

mas algunos aspectos

de la escapula y de los huesos del antebra

zoo

Otros rasgos sugieren afin idades nean

dertales, especialmente en

la

parte ante

rior de

la

mandlbula (inclinada hada atras

pese a

la

presencia de ment6n), ciertos

rasgos en los incisivos, las inserciones de

los musculos toracicos, las

propordone

s

de la rod ilia y

las

pantorrillas cortas. De

esta forma, el nino de lagar Velho eviden

cia

un complejo mosaico de caracteres hu

manos modernos

y

neandertales.

Tamana mezcla anat6mica no

es el

re

sultado de ninguna patologia.

De

acuer

do con las pautas de desarrollo de los hu

manos actuales, nuestro anal

isis

indica

que, excepto en un brazo lesionado, don

de unas pocas IIneas en el hueso revelan

que el crecimiento sufri6 una ligera inte

rrupci6n (por desnutrici6n 0 enfermedad)

y

el

hecho de que muriese siendo nino,

La-

gar Velho 1 tuvo un desarrollo normal.

Esta

combinad6n

s610

pudo deberse al cru

zamiento, fen6meno del que no

se

tenia

constancia

en

Europa occidental. Asillega

mos a

la

conclusi6n de que lagar Velho 1

era el resultado de la hibridaci6n entre

neandertales ibericos indigenas y prime

ros

humanos modernos que

se

dispersa

ron, hace algo menos de 30.000 anos,

por

vigorosas proporciones corporales que

Trinkaus

y

su equipo

yen

como prue

ba de antepasados neandertales, agre

ga Stringer, pueden s610 ser la adapta

ci6n al clima frio que habfa en Portugal

por entonces. Una explicaci6n que ob

jeta Jean-Jacques Hublin, del CNRS

de Francia; segun este, aunque algunos

humanos modernos adaptados a climas

frios muestran estas proporciones cor

porales, no se conoce ninguno durante

esa epoca en Europa. A Hublin Ie des

concierta otro punto, a saber, el hecho

de que Lagar Velho I pertenezca a

un

niiio, pues no conocemos nada sobre

la variabilidad infantil entre ninos de

una misma edad de esa epoca .

,Como lograban sobrevivir?

Ademas de las cuestiones taxon6mi

cas, la investigaci6n se ha ocupado

del comportamiento de los neanderta-

la peninsula Iberica. Ademas, el nino, que

vivi6 algunos miles de anos despues de la

desaparici6n de los neandertales, refleja

probablemente en su anatomia la mezcla

de estas poblaciones durante el perfodo

en que convivieron. No es, pues, un caso

anecd6tico de cruzamiento entre nean

dertal y humane moderno primitivo.

En los trabajos de excavaci6n lIevados

a cabo durante el verano de 1999

se

re

cuper6 gran parte del craneD y la dent

d6n,

junto a

otro

material arqueol6gico.

Ademas, con el fin de interpretar mejor a

sujeto tan importante, hemos organiza

do

un equipo internacional que examine

con

detenimiento

el esqueleto.

Se

realiza

ran tomograffas

TAC)

del craneo y huesos

de

las

extremidades, para

su

analisis sub

siguiente, y se procedera a

la

reconstruc

ci6n informatica virtual del craneD dana

do .

s

imprescindible un estudio riguroso

porque el descubrimiento de este esque

leto con un mosaico

morfol6gico

tiene

profundas implicaciones.

En

primer lugar,

refuta

el

rlgido modelo de un origen ex

clusivamente africano de la humanidad

actual (modelo "A partir de Africa"), que

propone que los humanos modern os ori

ginarios de Africa sustituyeron a todos los

humanos arcaicos de otras regiones. Por

contra, la anatomla del nino de lagar Ve-

Iho 1 nos transporta a una situaci6n que

combina la dispersi6n, a partir de Africa,

de los humanos de anatomfa moderna

con

la

mezcla de esta poblaci6n y las po

blaciones arcaicas que encontraron a

su

paso. [La procedencia africana de los hu

manos modernos iniciales aparece refleja-

les, interpretado de fonna err6nea has

ta hace poco. Creiase antano que los

neandertales no estaban capacitados

para la caza ni para disenar proyectos

de futuro , recuerda John J. Shea, de la

Universidad estatal de Nueva York en

Stony Brook: Se les supuso incapaces

de sobrevivir a un solo inviemo, olvi

dando que resistieron durante un cuarto

de

mi1l6n

de afios en las peores condi

ciones que han conocido los humanos ,

subraya. Ademas, el analisis de los res

tos de animales procedentes del yaci

rni

ento croata de Krapina revel a que

los neandertales eran habiles cazado

res, pertrechados para abatir rinoce

rontes y otros animales de talla simi

lar, como indica Preston T. Miracle, de

la Universidad de Cambridge. Los es

tudios de

Shea mostraron que algunos

neandertales usaban lanzas trabajadas

y

con puntas liticas para matar la presa;

TEMAS 44

Page 17: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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conclusi6n que cOlToboraron en 1999

otros investigadores tras encontrar, en

Siria, una punta Iftica neandertal entre

los huesos del cuello de un

aS

Da salva

je.

A

mayor abundamiento, atros traba

jos de Shea e investigaciones realizadas

por Mary C. Stiner y Steven

L.

Kuhn,

de Ia Universidad de Arizona, ponen de

manifiesto que las estrategias de sub

sistencia de

lo

s neandenales cambia

ban con las condiciones ambientales

y

Ia estaci6n del ano.

Estas pruebas refutao Ia tes

is

que

atribuye la extinci6n de los neandert

a-

EV

OLUCI

  N

H

UMANA

les a su

in

capacidad para adaptarse. La

que

no

ob

s

ta

para qu

e los

humanos

1110-

demos pudieran ser mejores en ella.

Se halla muy extendida Ia idea de que

los humanos mode

mo

s aventajaban a

lo

s neandenales en habilidad mental ,

en concreto en una propiedad genuina

mente humana: el pensamiento simb6-

lieo con el lengua

je

incluido. Se funda

esa visi6n en que, despues de

40.000

mios

la

cullura neandertal se mantuvo

sin cambiar apenas, en tanto que la de

los humanos modernos cre6 un sinffn de

innovaciones, muchas de elias de c

ank

MOSAfCO f RASGOS morfol6gicos

de

un esque-

leto

de 24.500

alios

de

antiguedad,

halfado en

Portugal. De su

examen

se desprende

que

nean-

derta les y humanos modernospertenedan auna

mlsma

especie 

cruzdndose entre ellos

sin

barre

-

ra

s

geneticas. Este

nilio  denominado Logar Ve -

Iho moderno en

1

mayorfa

de

sus estructuras

anotom;cos

 

pre

s

ento

huesos corto

s

de las

extre

-

mldades inferiores y una mandfbulo indinada

hociaotrds

que

s

on

rosgos

neondertoles.

da en las extremidades inferiores relati -

vamente largas, una adaptaci6n tropical.

No

ob

stante, LagarVelho 1 tiene las pan-

torrillas corta s igual que los neanderta-

le

s adaptados a un clima frio.]

Lagar Velho 1 tam bien suministra prue-

bas de un comportamiento Similar entre

neandertales y humanos modernos. A pe-

sar

de que los datos paleontol6gicos indi-

can diferencias anat6micas entre ambos

grupos, no pudieron divergir mucho en

cuanto a pautas generales de adaptaci6n,

conducta social

y

forma de comunicaci6n,

lenguaje incluido. Para sus contempora -

neos, los neandertales eran un grupo mas

de cazadores recolectores del Pleistoceno,

tan humanos c

omo

ellos mismos.

ERIK TRINKA

US

es

poleoontrop610go

de

10 Universidad de Washington .

IDALIA DUARTE, osre610go dellnstiruto

Portugues de Arqueologla

en

Lisboa

  reali-

za su investigaci6n doctoral en antropofo -

gla

{{sica

en la Universidad

canadiense

de

Alberta

ter simb6lieo. S610 los humanos moder

nos realizaban, se dice, enterramientos

de eiena eomplejidad, se expresaban a

traves

de

adornos corporales, eseulturi

lias y pinturas rupestres y tallaban utiles

de hueso y cuerna refinados; en una pa

labra, desarrollaron la industria del Pa

leolftico superior. La cu ltura material

asociada a los neandertales. por contra,

s

610

ofrecia utiles ftieos del Paleolitieo

media de estilo musteriense.

Mas entre los neandertales han apa

recido tambien signos de pensamien

to simb6lico. Asi, se han encontrado

enterramientos neandertales en toda

Europa, algunos de e llos provistos de

objetos rituales. (Segun eiertos autores ,

sin embargo, los neandertales enterra

ban los

mueno

s para ocultar la descom

posiei6n del euerpo, que

habna

atraido

la vi sita de predadores, y los supuestos

objetos rituales senan un batiburrillo de

9

Page 18: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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DESDE EL DE

SC UBRIMIE

NTO, hac. casi si

glo y media,

de

l

esptki

men

que

si rv i6 para

defin ir a l

os

neanderta le

s se

han venid o

nega ndo a los neandertales las habi

lida·

des q

ue

poseen

los

h

Urn

a

nos mo

dernos,

como

son el recurso a srmbo los y

empleo

de

t

ec

n

icas

complej

as

en

la

manufac

tu-

ra de sus

ut

iles. Los neanderta

le

s han s

id

o

caracterizados como sub

hu

manos. aferra

d

os

a su

tr

adic i6n e imperm eables a las

i

nn

ovaciones.

Y

cua

ndo

aparecfan restos

c

ul

turales avanzados junto a los

ult imos

neande rtales, en d iversos

ya

cimientos de

Europa occidental, se buscaba otro tipo

de exp licacl6n para tales 5i9n05 Entre los

yaci

mien t

os

destaca po r su

es

pecta

cula

ri-

dad la G

ro

tte du Renne. Situada la cueva

en el norte de

Fr

ancia en la serie de

yaei

mie

ntos

de

Arcy-s

ur-C ure se

enco

nt r

aron,

en asociaci6n con f 6sil

es

de neandert ales,

abund

ant

es

ins

trum

e

nt os

de

pi

edra y

hu

e

so

mu

y elaborad

os

adorn

os

corporal

es

y

objetos decorados. En ot ros ya ci mie ntos

franceses y a 10 largo de la cordillera

Ca

n

tab

rica y del Pirin

eo

tam

bi

en

se

han halla

do artefact

os

s

imilares

efectua

do

s segun

la

m

is

ma pa

ut a

la c

ultu ra

del Chatel perro

niense.

Pu es

to

qu

e l

os

p

ri

m eros humanos

mo-

dernos de

Eu

ropa desarro llaron una in

du

stri a Ifti

ca

equiparabl

e

la c

ultur

a del

Auri

ri

aciense,

que

aparece en 105 mi smos

yacimi e

nt

os

qu

e conti enen mate riales

chate

lp

erronien

ses

a

lgun

os au

to

r

es

han

sugerido un d

es

li

za

mie

nt

o

de

nivel

es

ar-

cosas que se deslizaron al azar hasta la

tumba.) En algunos yacimientos se han

recogido tambien dientes perforados,

fragmentos de huesos grabados y ocre

amarillo y rojo, muestras todas e

ll

as de

creatividad artistica , que , por su relati

va escasez, admiten, no obstante, una

explicaci6n diferente.

La posibilidad de que l

os

neanderta

les hubierao desarrollado usos moder

nos se tom6 en mayor consideraci6n

cuaodo, en 1980, se descubri6 un es

p

ec

imen

en

el abrigo de Saint-Ce

sa

ire

(Charente-Maritime); apareci6 asoc ia

do con instrumentos liticos pertene

cientes al Chatelperroniense, industria

Iftica que se habfa atribuido a los hu

manos mod emo s. Ademas, en 1996,

el equipo de Hublin hizo publica una

noticia que puso al Chatelperronien

se en e l centro de atenci6n de los ar

que6Jogos. Las excavaciones inicia

das a finales de los a  S cuarenta en el

yac imiento de la Groue du Renne en

Arcy-sur

-C

ure (cerca de Auxerre) ha-

20

queo

l6gicos, en

virtud

de l cual artefactos

auririacienses penetrarian en 1

05

niveles

asoc iad

os

a 1

05

nea

nd

ertales.

Seg

un otros,

semejante

conf

usi

6n de objetos se

deberia

a

qu

e los n

ea

n

de

rta l

es to

maron de

105

hu

manos modernos esas creaciones,

ya

fue

ra

recogiendolas

ya

fuera intercambiando

objetos manufactu rados

por 105

huma

nos modernos 0

imitando

incluso el esti-

1 de los recien Il egados, en el bien enten

d i

do de que

ellos eran inca paces

de

captar

la nat

ur

aleza simb61ca

de

algunos de

es

tos

ob

j etos.

Pero de nuestra investigaci6n

de

ta l

es

restos se infiere que 105 ut i les y los ad or

nos corporales que aparecen asociados a

los neandertales

no

son el resu

lt

ado

de

la

mezcla

de

estratos arqueol

6g

icos; 10

de

mues tr

a la

pr

ese

ncia en el

mismo

nlvel

de

obje

tos acabados y restos desecha

dos de su ma nufactur

a.

Ademas, los a

rt

e

factos chatelperronienses recuperados en

la Grotte

du

Renne y Quim;ay, yacimiento

de la reg i6n francesa de Pol tou -Charentes,

f

ueron

t rabajados

med

iante tecnicas dis

t intas

de

las emplead

as po

r 105 auri riac ien

ses.

Asi. en 10 concern i

ente

a los colgan

tes dientes de osos, lobos, ciervos, en tre

otros) , los neandertales hendfan un surco

al r

ededor de la ra

iz para sujetarlos con al

gu

na suerte de cord

6n

, m

ient

r

as que

los

auririacienses 1

05 perfo

raban. Segun des

cribieran ya

~ o i s

Leveque y un cola

bor

ado

r, incluso en los casos en

que

los

neanderta l

es

agujereaban el diente, 10 ha-

bfan proporcionado numerosas hojas

de industria litica, adornos corporales e

instrumentos de hueso; habra tambien

senales de la existencia de cabanas y de

hog.res. Todos eHos elementos distin

ti

vos del Paleolftico superior. Al prin

cipia fue imposible identificar

lo

s esca

sos restos humanos haHados junto a los

artefactos. pero el recurso a la to ma

grafia computarizada so lucion6 el pro

blema. ApJicada a la regi6n oculta del

a ido interno que se conservaba en un

fragmento de Hublin pudo es

tablecer que se trataba de un neander

tal; fuera de ello, e l especimen no apo r

taba ninguna infor maci6 n distintiva.

Algun

os

no tardaran en ad ucir que

los neandertales habfan adquirido es tos

obj etos de aparienc ia mod ema a traves

del robo, de la apropiaci6n de uliles

abandonados

por

humanos mod ernos

0

quiza por intercambio. Propuesta reba

tida por Francesco d 'Enico de la Uni

versidad de Burdeos, y 10110 Zilh1l0 del

Institu lo Portugues deArqueologfa. Ra-

dan de forma dife

r

en te golpeando

con

una

punta la

ralz. los humanos modernos,

en

cambio

, prefe rian rascar pausadamen

te el d i

ente

hasta

perfo

rarlo.

De

modo

similar,

las

nuevas tecnicas

de

ta l

la

y los tipos

de instrumentos que

apa

recen entre los ultimos neandertal

es

de

otro

s yacimientos

de

Francia, Italia

yE s

pana

no

muestran ninguna influenc

ia de

l

Aurinaciens

e. Sf mant

ienen afinidades con

l

as

tradiciones local

es

anteriores; parece,

pues, deberse a un desarrollo aut6nomo.

Si

la cu ltura

chate

l

perron

iense

de

los

neandertales

se

debiese al

contacto

con

los humanos

modernos

, el Auririaciense

tendria

que

ser mas antiguo

que

el Cha

te

l

per

roniense. Pero

nuestro

analisis

de

l

as

dataciones

radiometri

cas

de la

s se-

zonan, por contra , estos que los instru

mentos chatelperronienses de la

Grone

du

Renne

y

de olros yacimientos, aun

que aparentemente simi lares a los a

uri

fiacie nses,

reH

eja n un metoda de manu

factura d ife rente y mas anliguo.

Hoy en

dia,

la mayorfa

de

los in

ves

ligadores estan convenc idos de que

los neandertales son los aulores de los

instrumenlos y adornos chatel perro

nienses, si bien se ignora que pradu

jo semejan le saito cultural despues de

centenares de miles de afios. Es mas

sencillo aceptar que resulta de I. imita-

T

EMAS

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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cuenci

as

arqueol6gicas, dejando a un lado

l

os

pocos y

muy

discutib les casos

donde

estan intercalados, ind i

ca

que en los yaci

mientos

donde

se pr

ese

ntan ambas

cultu-

ras el Chatelperroniense siempre apare

ce por

debajo del Auriliaciense, selial de

su mayor antiguedad. No 5610 eso. La eva

luaci6n

de

l centenar de dataciones dis

ponib

les para este periodo en Europa y

el Pr6ximo Oriente, nos muestra que all f

donde se conoce perfectamente el con

texto

ar

queol gico

de l

os

restos datados,

la fecha mas antigua para

el

Aurinaciense

es de

36.500

arios.

Esta

misma dataci6n

ra-

diomet

rica nos indica que los neander ta

les se hallaban en plena evoluci6n hacia

un comportamiento moderno.

En

otras

pa

labras el Chate lperroniense y otras cul

turas de l

os

uhimos neanderta les, como

son el Uluziense de Ital

ia

aparecieron en

Europa hace unos 40.000 arios y son ante

rieres al establecimiento de los human

os

modernos en

esas

mismas regiones.

EI desarrollo aut  nomo incluye

la

ma

nufactura y el usc de objetos simb6licos,

creados

pa

ra embellecimiento per

so

nal;

renejan, ademas,

el

reparto de funciones

sociales en la cultura neanderta l,

como

COLGANTE5 IN5TRUMENT05 DE

HUESO YW(HILLOS de 10 Grotte du

Renne. Porecen ser obra

de

los neon-

dertoles. Tales

restos

, que se

halloron

en el yacimien to

debojo

de aeociones culturoles de los humanos

modernos, estdn efaborados

siguiendo

metodos

distin t

os de

los

empleodos

por os

humanos modernos,

10

que induce apensar que

los

neandertales desarrollaron por slsolos una cultura moderna.

ci6n a

ac

ulturaci6n n hu

ma

nos mo-

demos que conceder que los neander-

ta les los inventaron par

mismos ,

expone Paul A. Mellars, de la Universi-

dad de Cambridge. Serfa una extraor-

dinaria coi

nc

idenc ia que hu bieran in-

ventado ese arsenal de elementos poco

a

nt

es de que apareciesen l

os

hu manos

con

el

mismo tipo de elemenlOs. Ade-

mas, Me llars no esta de acuerdo con

ia cronoJog{a de hechos que presen-

ta

n d' Errico

y

Zilhao. Las dataciones

mu estran que [los neandertalesJ e

m

pezaron a rea

li

zar este tipo de objetos

E VOLUCl  NHUMA NA

s610

tras la

lI

egada de l

os

humanos mo-

demos a Europa oriental,

0

como mini-

ma al norte de Espafia  , sostien

e.

(La

ve

rdad es que no podemos

fec

har esos

yacimiem

os

con suficiente precisi6n y

por tanto, caben diversas interpretacio-

nes de los mismos.)

Tras estudiar los adom

os

corporales

de

la

Gro

tt

e du Renn

e

Randall White,

de la Universidad de Nueva York, lIe-

ga a la conclusion de que ret ejan me-

todos de trabajo empleados, aunque a

escala

me

nor, en l

os

adornos del Auri-

iiaciense. Dada la compleja estra tigra-

podemos c

om

proba rlo en la s sociedades

pr im it ivas. En con

sec

uencia, el compor

tamiento moderno  parece haber surgi

do

en regiones disti

nt

as y

ent

re diferentes

grupos humanos, 1 mismo que aco

nt

eci6

mas tarde con la i

nt

roducci6n de la agri

cultura, la escri tura y la organ izaci6n

en

es·

tados.

De

acuerdo con una explicaci6n altern

a

t iva que atiende a la aparici6n simultanea

de adornos personales en muchas partes

del Viejo Mundo, l

os

contactos entre huma

nos modernos y human

os

arcaicos produ

jeren un

ca

mbio de la identidad personal,

social y biol6gica ca mbio que desemboc6

en una avalancha creadora de objetos sim

b6li

cos.

Perc

co

n los datos dispon

ib

les

pr

e

ferimos la hip6tesis de una invenci6n inde

pendie

nt

e.

En cualquier caso, la barrera cu

ltu

ral,

que pareda separa r de los huma n

os

m

o-

demos

a los nea

nd

erta

le s

y que co

nf

erfa

a nuestra especie en exclusiva

esa

cuali

dad Ia capacidad de producir una cu1tu

ra simb6l ica - ha quedado re

du ci

da a es

combros.

loAo

ZILHAo es

direct

or

del Instituto

Portugues de Arqueofogfo en Lisboa.

FRANCESCO O

E

RRICO

es investigada, del

NR5 en

llnstituto

de Prehistoria y Geolo-

gfa del Cuaternario de 10 Universidad de Bur-

deos

ffa del yacimiento de la Grot

te

du Re

n

ne no es improbable que estos o

bj

etos

de apariencia modema procedan de los

nive

les superiores auri

fiac

ienses. Y 10

que reviste para White un intenSs ma-

yor: el Chatelperroniense no existe mas

alia de Francia, Belgica, Italia y el nor-

te de Espana. Si miramos e l Paleolf

ti

co

supe

ri

or desde una perspectiva amplia

qu

e abarque toda Europa, e l Chatel-

perroniense es claramente poste

ri

or al

Auri fi aciense .

Ahora bien, que sea pos terior at

Aurifi

ac

iense no significa que surg ie-

ra des

pu

es del contacto con los hu-

man

os

modernos. En los yacimientos

mas antiguos del Aurifiaciense no hay

f6siles humanos; se les atribuye a hu-

man

os

modemos porque estos apare-

cen asociados a los yacimi entos auri-

fiacienses posteriores. Pero quienes

eran biol6gicameme los aurifiacienses

de hace entre 40.000 y 35.000 anos es

una cues

ti

6n todavia por resol

ve

r , su-

braya White.

21

Page 20: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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EL

SIN

O DE

LOS NEANDEKI ALIS I0Il

EN

LOS

ULTIMOS ~ O S se han multiplicado

las pruebas en favor de la hip6tess migrato

ria del hombre modema.

Habrfa

lIegado este

a Europa, probablemente des

de

el

Pr6ximo

Oriente, hace entre 40,000 y 30.000 arios.

[Recientes cambios

en la

calibrad6n del

me-

toda del radiocarbono situan la expansion

de

los

humanos modernos por

Europa

en

tre hace unos 46 .000 y 41 .000

arios.

La nue

va calibracl6n hace retroceder, para la epa

ca de esa expansi6n, las dataclones. Puede

afectar a las fechas que se dan en este arti

cu lo.] a

mayoria

de los autorescreen que

las

primeras poblaciones de humanos moder

nos pasaron por

la

penin

su la

de Anatolia y

los Balcane

s,

atravesaron luego las lIanuras

y los valles de Europa

central

, para extender

se par

ultimo

, hacia

el

norte y oeste de Euro

pa. A su

paso

laspoblaciones de neanderta

les

se verian sistematicamente empujadas

hasta zonasperifericasy poco atractivaspara

las

poblaciones invasoras de humanos

mo

dernos.

EI

ultimo

basti6n neandertal

serra la

peninsula Iberica, de donde proceden f6siles

del yacimiento espanol de Zafarraya

da

ta

do

s

en

hace 32.000 arios e instrumentos atribui

dos a l

os

neandertales en

uno

s 28.000 arios

de antigOedad. Para muchos paleoantrop6-

logos no quedarfa en Europa ningun nean

dertal despues de esta fecha.

Ni

aportaron

en absoluto contribuci6n alguna a la biolo

gia

de

los primeros humanos modernos. En

ese

marco interpretativo, los neandertales

fueron abocados a la extinci6n por una

es-

pecie humana superior, la nuestra.

Ademas, si nos fijamos en el

Pr

6x i-

mo Oriente de hace 90.000 anos, anade

la arque610ga de la universidad neoyor

quina, observaremos que los humanos

de anatomfa moderna

y

los neanderta

les creaban el mismo tipo de utiles de

industria Utica musteriense; estos, aun

que son menos complejos que las he

rramientas aurinacienses, requerfan

tambien una considerable capacidad de

elaboraci6n.

No

puedo imaginar que

los neandertales produjeran estos ins

trumentos de tecnica avanzada y los

transmitiesen de generaci6n en genera

ci6 n sin poseer un leng uaje  , apostilla

White.

He visto mucha gente realizan

do

este tipo de objetos; no basta

ob

ser

var por enci ma del hombro de quien los

ejecuta para aprender el arte, sin mediar

un dialogo. Para White y otros no me

rece ningun credito la lesis de la supe

rioridad cogni tiva de los humanos mo

demo

s, en particular si la inferioridad

de los neandertales comporta que care

cian de lenguaje. Sf parece mas funda-

22

Pero nuevas pruebas re

ca

badas en un

importante yacimiento de l noroeste de

Croacia han puesto sordina a mas de un

punto de esa in terpreta

ci

6n tradicional.

Con la dataci6n directa por es pectrome

tria

de

masas par acelerador

de

dos f6siles

neandertales procedentes de la cueva de

Vindija, mis colegas y yo hem

os

demostra

do qu

e l

os

neandertal

es

vivieron, en las

me

jores condiciones imaginables

en el

ce ntro

de

Europa hace tan s610 28 .000 arios. Esta

dataci6n, hasta hoy la masreciente para f6-

siles

de

nea ndertales

no

s indi

ca que no

se

les confin6 presta mente a la periferia sino

que

com p

it

ieron con los int rus

os

human

os

mod

ernos durante

un

largo periodo.

La coexistenc

ia entr

e neandertal

es

y

primeros

humano

s

modern

as durante mi

les de arios, en el coraz6n de Europ

a

per

mit

i6

numerosas

oportunidades de

in

teracci6n mutua. Vindija podrfa reflejar

algunas. EI trabajo de mis colegas croa

tas, Ivor

Ka ra

vani  de la Univer

si

dad

de

Zagreb, y Jak

ov

Rad ovcic, del Museo

de

Historia Natural de Croacia, ha sacado a

la luz una mezcla

de

utiles musterienses

y auririacienses en

el

mismo nivel es trati

gratico

de

donde proce

den

los

f6

siles

de

neandert

ales data

do

s. Su hallazgo nos re

vela que los neandertales fabricaban he

rramienta s avanzadas 0 las

obte

n fan por

transacci6n con los humanos moderno

s.

5i

atendemos a la morfologia, los de Vindi

ja

mue

stran

un

a apariencia mas

mod

erna

que la

mayoria de los neandertales,

10 que

do que los humanos modernos crearan

un tipo de cultura con mayor depen

dencia de materiales simb6I icos.

Se recurre tam bien a la morfologfa

del cereb

ra

neandertal en

bu

sca de indi

cios sobre su capacidad cognitiva. Para

Ralph L. Holloway, de la Universidad

de Columbia, las asimetrias cerebrales

que caracterizan a la humanidad actual

pueden observarse ya en los neanderta

les. De momento, es imposible

di

stin

guir entre ambos , afirma. Sobre si la

anatomfa de los neandertales les capa

citarfa para hablar, los estudios de

la

base del

cr

aneo realizados por Jeffrey

T. Laitman, de la Facultad de Medici

na Mount Sinai, sugieren

10

siguiente:

si los neandertales hablaron, tuvieron

un repertorio fon etico mas limitado. Sin

embargo, no esta claro cual es el signifi

cado de estas Iimilaciones

ff

sicas.

Su desaparici6n

Si los neandertales gozaron de aproxi

madamente las mi smas capacidades

~ ~ \ r r

f

• I

ti-J - .1,.'fi

sugiere

que

sus antepasados se cruzaron

con los humanos modernos.

La probabilidad de un flujo genetico en

tre ambos grup os se apoya

tambi

en en la

huella que l

os

neandertales dejaron en los

prim

eros

humano

s modernos

de

Europa.

Lo s f6siles de adultos pertenecientes a los

primeros

humano

smodernos

de

yacimien-

• Pr i

mero

s hombres

modern

as

• Neandertales

cognitivas que los humanos modemos,

su desaparici6n se toma entonces mas

incomprensible. Las nuevas datacio

nes de los restos neandertales de

la

cue

va

croata de Vindija hacen hincapie en

que su extinci6n no se produjo de

1a

no

che a la manana.

EI

grupo liderado por

Smith ha demostrado que los neander

tales vivieron en Europa central hasta

hace 28.000 anos, varios miles despues

de 13 expansi6n de los humanos moder

nos por Europa. Apoyado en esto, Strin

ger defiende que los humanos moder

nos, una nueva especie a su entender,

reemplazaron a los neandertales a 10 lar

go de un proceso dilatado y lent

o.

Los

neandertales

fu

eron desapareciendo de

fonna gradual porque los humanos mo-

TEMAS 44

Page 21: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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tos como Vogelherd, en el

su

doeste de Ale·

mania, y Mladec,

en

Moravia Republ ica

Checa), presentan rasgos que hallan dificil

explicaci6n si no

se

acepta

la

participaci6n

neandertal en sus antepasados. Demos un

ejemplo.

Nea

ndertales y human

os

moder

nos exhiben, en su gran mayoda, una pro

yecci6n de

la

parte posterior del

cra

neo,

el

)

demos eran ligeramente m

as

innovado-

res, estaban algo mejor capacitados para

afrontar los n\pidos carnbios ambienta-

Ies y probablemente ha

bf

an desarrollado

un tejido social mas s6Iido , resume.

Por otro Iado, si los neandertales eran

una variaci6n de

nu

estra propia especie

con l

as mi

sm

as

capacidade

s,

tal y como

creen Smith y Wolpoff, e l largo perfo-

do de coexistencia de los neandertales

y de las nuevas po

bl

aciones que coloni-

zaban Europa proporcion6

ti

empo sufi -

ciente para mezclarse. Ahf se esconde-

ria la causa de la morfologfa

mi

xta que

se aprecia en los ultimos neanderta-

le

s y en los primeros humanos moder-

nos de Europa. Y si hubo intercambio

gem tico, entra dentro de 10 veros

fmil

EVOLUCI

  N

HUMANA

mono occipital

a

lgunos aspectos, como

la

forma y posici6n de esta prominencia.

difieren entre ellos porque

la

forma gene·

ral del craneo es dist inta), Pero los f6siles

procedentes de los yacimientos de Skhul y

Qafzeh, en el

Pr

6ximo Orient

e,

y que presu·

mib lemente representan los antepasados

de l

os

primeros human

os

modern

os

euro-

I

p

eos,

no tienen esta morfologla. No resulta

facil expli

car

que

la causa re

sponsab

le

del

desarrollo de esta prominen

cia

puede apa

rece r independientemente y de forma ubi

cua en los primeros humanos modernos de

Europa.Es harte mas 16gico aceptar que

ese

rasgo morfol6gico denuncia una relaci6n

con los n

ea

ndertales.

EI

nino portugues,

descubierto recientemente, nos ofrece mas

pistas interesant

es.

l as pruebas muestran que las lnteraccio

nes culturales y biol6gicas entre neanderta

l

es

y primeros hum anos modern

os

fueron

muy complejas, demasiado para atribuir el

origen de los humanos modernos a la com

pleta sustituci6n biol6gica de l

os

neander

tales. los neandertale

s

en cuanto grupo,

han dejado de existi r; mas sus genes, quiza

borrados para siempre, participaron en los

inicios de la historia biol6gica de los huma

n

os

modern

os

europeos.

FRED

H.

SMITH

es

catedrdtico del depar ta -

mento

de

anrropolog fo

de la

Universidad

de

Northern Illinois.

LA

MIGRACION de

los

humonos

modernos (viole

ta

)

en Europa no elimino

ompletamente

a los nean-

derta/es, que on

t

inuaron viviendo

en

Europa en-

tra

l o cidental hasta ha e 28.000

af/o

s

Algunos

fOsiles de

los

primero

s

humanos motiernos euro

-

peos poseen ras

gos

neondertales, 10 que

sugiere

que durante

ellargo

perfodo de convivencio

las dos

pobla iones se

mezelaron.

(hace un

os

90.000 anos)

qu

e se intercambiasen elementos cultu·

rale

s,

10

que

ex

pli carfa las semejanzas

entre Chatelperro

ni

ense y Aurinacien-

se. Segun Wolpoff, los neandertales, en

cuanto entid

ad di

stinta, desaparecieron

al ser superados numericamente por los

recien lIegados. Miles de anos de cru-

zamiento entre Ia restringida poblaci6n

neandertal y los hurnanos moderno

s,

mu chos mas, diJuyeron los rasgos

di

s-

tinti

vos

de los neandertales, qu e termi-

naron por extinguirse.

Si dentro de miles de anos pudie-

semos observar a los australianos, ve-

rfamos que predominan los rasgos

europeos (en detrimento de los genui-

namente

au

stralianos), por la sencilIa

raz6n de

un

a mayor poblaci6n blanca ,

senala Wolpoff. No se deberfa ni a una

mejor adaptaci6n,

ni

a una cultura dife-

rente

ni

a ningun otro motivo fuera del

numerico. Lisa y llanarnent

e, ha

y

mu

-

chos mas europeos, En mi opini6n, eso

sirve para de scribir

10

que observamos

en Europa: el predominio de una pobla-

ci6n m

as

nurnerosa,

De la diversidad de opinione s en tor-

no a temas tan controvertidos surge un

punto com partid

o.

El rechazo un  nime

de

la vieja tesis

de

unos neandertales

con andares pes ados y caren tes de cuI-

tura. Otra cuesti 6n irresuelta es la de si

fueron nuestros a

nt

epasados

0

s610 una

especie affn. que compiti6 con nosotros

por el territorio eurasia

ti

co y perdi6 a

la

postre. En cualquier caso, los detalles

son de una complejidad endiablad

a.

A medida que avanzamos en el cono-

cimiento, surgen nuevos interrogan-

tes, y

el

problema se enreda , confiesa

Lawrence G. Strauss, de Ia U

ni

versidad

de Nuevo Mexico. No hay explicac io-

nes sen

ci ll

as qu e sean definitivas.

23

Page 22: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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24

P LEONTOLOGi

ESP NOL

Neandertales e la cueva del

id

ran

EL

ESTUDIO DE LA

EVOLUCION HU-

MANA muestra una dilatada trayec

toria

en

distintos

paises

de Europa.

En

Espana,

sin embargo, la paleoantropo

l

ogla

ha

padecido

un retraso secular,

en

parte debido a la

escasez

de f6siles

humanos. Afortunadamente, la

si

tua

ci6n hoy

es

algo distinta.

La

explosi6n

de hallazgos de nuevos f6siles huma

nos en diferentes sitios, muy en parti

cular

en

Atapuerca,

y

la investigaci6n

que

estos han suscitado,

nos va

n

equi-

parando poco

a

poco

a

otr05

pai ses

de

nuestro entorna.

Los f6siles humanos rescatados

en

la

Cueva

del

Sidran,

en Asturias , vienen

a unirse a este renova do impetu des-

cubridor, dando nueva savia a las eien-

cias

de la evoluci6n del hombre.

Los

restos de

la

cueva del Sidr6n constitu

yen

una magnifica colecci6n de f6siles

humanos

,

con buena representaci6n

de diferentes partes del esqueleto, a

excepci6n

del craneo ; se han identifi

cado

al menos tres indivi

duo

s.

Por el

momenta, se desconoce

el

contexto estratigranco y cronol6gico

preciso de los f6siles humanos del Si

dr6n. No obstante,

un

primer

anal

isis

ya

ha

revel ado datos de gran interes.

Una

primera labor realizada ha consis

tido en la caracterizaci6n antropol6-

gic de estos restos

y su aSignacion

un grupo humano especifico.

De

entre

los

diferentes

elementos

esqueleticos

conservados , de

stacan dos

mandibu

las

en

un

aceptable estado de

conser-

vacion.

La

mandibu la

es

un hueso de

es

tructura muy compleja, cuya forma

recoge bien las modificaciones

evo

lutivas de

los

homfnidos. Sabre

esta

base

,

hemos

comparado

la

s mandf-

bulas

del

id ron

con

un

a am

plia

co

lecci6n de mandibu

la

s humanas de

yaci mientos de Europa, Africa y Asia ,

para as situ

ar

la muestra

del

id ron

en un

escenario amplio de la evolu

cion human

a.

Una gran cantidad de

ca

racteres

Ile

va n a una conclusion

clara y s6lid

a:

los restos f

6s

iles del

Si-

dr6n pertenecieron a

indi

viduos del

grupo humano neandertal. De este

mo o, y dada la abundancia de

res

tos

conservados,

se trata de la colec-

cio

n

mas

completa de

restos

de nean

dertales descubiertos

en la

penfnsula

Iberica. Para entender mejor

el

sig

nifi

cado de los restos del Sidr6n

es

nece

sario hablar un poco de los neander

tales lQu iene s

eran?

lC mo

eran?

Ho

y

sabemos

que los neanderta

les se

originaron

en

Eur

opa a traves

de un largo proceso de evol

uci

on que

dur 6 cientos de miles de

arios,

al me

nos desde hace 500.000 anos. Con el

tiempo, las caracterfsticas fisicas que

di

stinguen a este grupo humano se

fueron acentuando para finalizar en

10

que

se

ha lIamado los Neandertales

clasicos  : Con la expresion

Neander

tales clasicos

se

designa a la s po

blaciones hu mana

s

que

viv

ieron en

Europa durante la primera parte

del

ultimo

periodo glacial entre hace

80.000 y

35.0

00 anos): neandertales

de

La

Chapelle-aux-Saints y

La

Ferras

s

ie

en Francia, Guattari en Italia,

Spy

en

Belgica, etc.

Sin embargo, el uso de la palabra

neandertal  puede abarcar periodos

mas

amplios,

una

vez conocidas

sus

profundas

rakes

evolutivas.

En

la

ac-

tualidad, un buen numero

de

especia

lista

sconsideran

que los

neandertales

fueron una especie distinta de la nues-

Ira Homo sapiens), y son denomina

dosHomo neanderthalensis.

Lo s restos del Sidr6n son

clara

men

te neandertales, ya que sus mandfbu-

las presentan

las

caracteristicas tipi

cas de

esta

es

pecie.

Uno de

sus rasgos

mas distintivos reside

en

la

posici6n

adelantada de

la

cara, resultado de un

largo proceso de cambio que modific6

la regi6n de la nariz

y la

boca. En

este

TEMAS 44

Page 23: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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proceso, la mandibula tambien cam-

bi6 su forma; gracias a tales cambios

podemos precisar que las mandibulas

del

Sid

ron pertenecieron a hombres de

Neandertal.

Sin embargo, y esto es muy intere-

sante, los restos del Sidr6n

tambi n

presentan unos rasgos que no enca-

jan del todo en

la

noci6n de nean

dertal clasico .

En

particular, los homl

nidos del Sid ron ten an un esqueleto

muy robusto y bien desarrollado. Esta

caracterfstica,

junto

con algunos de-

talles de su anatomfa,

les

hacen pa-

recerse a otras poblaciones que algu-

nos han Ilamado protoneandertales,

y

que

vivieron hace mas de 80.000

arms. A este respecto, nuestros ana-

lisis revelan que los restos asturia-

nos se parecen a los

de

Krapina (Croa

cia)

y,

curiosamente,

tam

bien

a

los

neandertales del Proximo Oriente

de

Amud

y Kebara.

Sin duda, estos resultados plantean

algunas preguntas. lQue significan es-

tos parecidos? Hay varias posibilida

des, perc dos de elias merecen particu-

lar atenci6n. Por

un

lado, los parecidos

pueden estar informando de diferen-

tes

poblaciones dentro de la especie

Homo neanderthalensis en concreto

diferencias entre poblaciones del norte

y del

sur

Y por

otro

, pueden estar dan-

EVO

LUCI  NHUMANA

do alguna pista sobre su posible marco

cronol6gico.

En

este sentido, importa

senalar

el

marco temporal donde po

demos empezar a situar los restos hu -

manos del Sidr6n.

Pero debe

quedar

claro

que la

da

tacion de estos restos no

se

efectua

con

el

estudio de su anatomla; la da

tacion se realiza con otros metodos

especializados.

Sin

embargo,

el

ana-

 isis

de la morfologia nos sugiere

al

-

gunos datos de su posible escenario

cronologico.

En

primer lugar, dado

que el grupo humano neandertal

se

extinguio

hace unos 35.  anos,

lo

s

restos asturianos deben

ser al

me-

nos de esta antiguedad. En segundo

lugar, por

el

momento no podemos

determinar

el

limite cronol6gico in-

ferior. Pod

em

os, no obstante, hacer

alguna precision. Dada

su

estructu-

ra

robusta y parecidos

morfolog

icos,

no puede descartarse un horizon-

te cronol6gico en

el

tramo final del

Pleistoceno Medio (periodo geologi

co comprendido entre hace 780 . 

y hace 120.000 anos).

Can

todo 1

dicho, cabe concluir

que el descubrimiento en Asturias de

la

coleccion

de

fosiles

humano

sdel

Si

dr6n proporciona un hermoso caudal

de informacion para el conocimiento

de la evolucion humana durante un

perioda del que tenia mas muy poco

registro paleoantropologico

en la

pe

ninsula Iberica.

Por

el momenta tan

s610 hemos contestado a

la

pregun

ta de su parentesco, perc otras mu-

chas cuestiones quedan

en el

aire. Los

restos del

Sid

ron son, sin duda, de un

elevado interes cientifico.

[Esta

nota

se public6

en

Investigaci n y

i n-

cia en 2000.

En

los anos siguientes,

se han descubierto en

el

yacimiento

de Sidr6n unos

SOO

restos humanos

mas

En

2005 uno de los autores, An

tonio Rosas

, Carlos Lalueza, de

la

Uni

versidad de Barcelona, y sus cola bora

dores anunciaban la recuperacion de

dos cortos fragmentos de ADN

mito-

condrial de un diente de uno de los

neandertalesde Sidron (hasta ese mo

menta

solo se habia estudiado ocho

secuencias genomicas de neandertal .

Calcularon

que

ten ia 43.

 

anos. La

secuencia , incluida una mutaci6n

en

cierta posicion,

era

identica a las ho-

mologas de un neandertal de Feldho

fer, en Alemania, y de ejemplares de

Vindija,

en

Croacia.]

ANTONIO ROSAS

EMILIANO AGUIRRE

Museo Nacional

de Ciencias Naturales, CSIC

5

Page 24: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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  ominidoscontemporaneos

26

P R NTHROPUS

BOIS

EI

posefa unas mandfbulas

enormes

pro

vistas

de

gran

des dientes para una dieta

de tipo vegetariano.

Su

cra

neo

era, asimismo, robus-

to. Desconacem 5 i su ta-

manc corporal superaba en

mucha el de los grikiles

australopitecos .

Ian Tattersall

Dibujos de Jay H. Matternes

HOMO

RUDOLFENSI

representado par el famo

so crimea KNM ER 1470

.

al-

canz6 una

capacidad cere-

bral bastante notable.

Su

craneo

era

distinto del que

tenIa Homo habilis. de una

capacidad cerebral menor

segun

parece.

Desconoce

mas sus proporciones cor-

porales.

TEMAS

Page 25: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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Damos p  rsupuesto que

Homo sapiens

es el unico hominido

sobre la Tierra Pero eso es hoy  Durante cuatro millones de arios

compartieron el planeta diferentes especies de hominidos

EVOLUCION HUMANA

HOMO

HAB/LiS

.

asi Ilamado

porque

se

Ie

suponfa

crea-

dar

de

los instrumentoslf-

ticas 

de

1 8 mi llones de

arios de antigOedad  halla-

dos

en

la

ga r

ganta

de

Oldu-

vai  en Tanzania. Este hom -

nida obtenfa l

ascas

con filos

golpeando

una

roea con-

tra at r

a

1.

COMPARTIENDO

UN

MISMO PAISAJE

 

cuatro lipos

de hom

ini

do

s

vi

·

vieron

hacealrededorde

1 8

miliones deaiios

en 1

que

hoy

es

el norte

de Kenla

.

Aunque

105

paleoantropa

logos no eonoeen e6mo se relacio·

naban estas espedes  en el caso

de

que 1

hi

d

eran

 

sf pueden

afirmar

que Poronthropusboisei, Homo udo/fensls  H 

hobilis

y

H ergQsterhabl·

taron

en 1 5alrededores dellago Turkana.

HOMO ERGASTER. en oea·

siones

llama

do

H. erectus

africano  : tenra un crimea

alto y redondeado y un es-

queleto  a grandes rasgos 

muy

si

milar al

de

la

huma-

nidad actual. unque

H.

er-

gaster

consum

fa

carne su

denti

ci

6n

masticadora

era

bastante

pequena

I mejor

ejemp lar de este

homini-

do es un esqueleto de ado-

lescente de

ha ce

1

,6

millo-

nes

de arias,

el

uch ico del

u r k n

27

Page 26: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 26/88

 

mo sapiens ha domjnado

la

Ti erra a

10

largo de los Iti

mos 25 .

000

ailos, sin narlie

de su

mi

sma familia

homlni-

da que se la

di

sputara. Tan

tos afios h

an

hecho mella y existe muy

arraigada

la se ns

ac

i

6n

de

qu

e

nu

es

tra

soledad es 10 natural y apropiado .

Tal ha sido la aquiescencia, que en

los

aria

s cincuenta

y sese

nta emergi6

una corriente que defendfa que s610

una especie de homfnido podfa haber

vivido en cualquier momento dado,

pues no habfa en el planeta nicho eco-

16gico para mas de una especie crea

dora de cultura. La hip6tes

is

de la

especie

uniea ea result6 mu y

co

o-

vincente, oi siquiera con el magro re-

gistro f6si l di sponible hace 35 aiios.

Pero la idea subyacente de una lenta

e inexorable transformaci6n, desde el

encorvado e ignorante homfnido an-

cestral hasta el estilizado e inte lige

n-

te

H

sa

pi

ens

de

nu

estros

dia

s,

era

ha

r-

to suges tiva.

EI

modelo prendi6 con energfa. Hasta

finales de los afios setenta

no

se

rech

a-

z6 la hip6tesis de la especie nica. En el

norte de Kenia

apareci

eron

prueba

s f6

siles que demostraban la

coex

istenc

ia

de diferentes especies de hominido

s,

haee 1,8 millones afios . Pese a esos

indicio

s,

los paleoantrop610gos se re

sistieron a

dar

su brazo a tarcer y s

e-

g

ufan

manteniendo

un

a interpretaci6n

minimalista del registro f6sil. Se ten-

dfa a reducir el numero de especies y

agrupar f6siles con diferencias notables

bajo

un mi

smo no

mbr

e impreciso; por

ejemplo, Homo sapiens arcaico

  .

Y

asf desaparecfa de la vista la perspecti

va

de

la

coexistencia de diversos tipos

de homfnidos.

Aunque la tendencia minimalista

persiste , nu evos hallazgos y el reexa-

men de f6siles ya estudiados mues

tran

que los hominidos han

co

nocido una

historia biol6gica similar a la de la ma

yoria de las fami lias de an imale

s.

Se

caracteriza por su diversidad, no por

una

pr

og

resi6n linea

l.

P

ese

a

es

a

hi

sto-

ria

tan

feraz, en cuyo curso apareciero n

y convivieron, compitieron, crec ieron y

desap arecieron diferentes especies de

hominidos, s 10 H. sapiens ha sobrevi-

vido.

La

s causas de ese exito son, en

buena medida, imposibles de conocer,

pero la

natural

eza de

la

s relaciones en-

tabladas entre H. sapiens y H. nean-

derlhalellsis, los dos ultimos homfni-

dos que coexistieron, y

10

hicieron en

dos regiones geogrMicas distintas, nos

ofrece interesantes perspec tivas.

28

Un

haz de

especies

Desde nu estros orfgenes, desde el mo

mento en que el australopiteco u ho -

minido bipedo mas

antiguo

dio sus

primeros

pa

sos vac ilantes fuera de la

espesura de

lo

s bosques, podemos per

cibir la diversidad de los hom fnid os. EI

hominido mas remota que conocemos

qu

iza sea Ardipitheclts ramidlls,

re

pre-

sentado por algunos fragmentos f6siles

on 4,4 millones de aiios de antigUedad

que proceden del yacimiento etiope de

Aramis [vease EI m5s antiguo de los

homfnidos , pag 4-13, en este mi smo

numero, para hal/a

zg s mu

y recientes,

post

eriores a La Jecha de redacci6n

de

este

rt i

culo

] Un poco mas reciente,

con 4,2 millones de anos de antigUedad

y mejor conocido, es Australopilli ec

ll

s

anamensis, descubierto en varios yaci-

mientos del norte de Kenia.

Par

pru

ebas indirectas se

re

conoce

bipedismo en

ArdipitizeclIs

10 que no

obsta

para

que se

tratara

de una espe-

cie con numerosos rasgos de primates

antropoideos. Otra cosa fue A. anamen-

sis, muy semej a

nt

e a Allstralopithecus

afare  sis que viv i6 hace entre 3,8 y

3 millones de aiios. A esta especie bfpe-

da, con

un

cerebro pequeno y

un

a ca

ra

grande, pertenece la famosa Lucy .

En

varios yacimientos de Africa orien-

tal se han cosechado abundantes restos

de A. afarensis. Algunos

inv

estigado

re

s

op

in

an, s

in

embargo, que entre los f6si

les atribuidos a

A.

afarellsis podria ha

ber mas de

una

especie, una cuesti6n

abierta con la que tendremos

qu

e en-

frentarnos algun dia.

En

cualquier caso,

A. afarensis no estab a solo en Africa;

se acaba de descubrir en el Chad una

mandfbula peculiar de Australopili1

ec

lls

bahrelghazali  de una fecha probable

hace entre 3,5 y 3,0 millones de anos;

fue, pues, contempor5nea de Lu cy.

Se

ha an

unciado, asimismo, el ha-

llazgo de otra espec ie hominida bipe

da en Africa del Sur. Se Ie atribuye una

a

ntigUe

dad de 3,3 millones de aiios, si

bien hay que estudiarla

ma

s a fondo y

darl

e nombre especffico. De esta

mi

s-

rna regi6n geogra   ca, con 3 millone s

an os de anligUedad, proceden f6s iles

de A. ajricclIlus, el primer aust

ral

o

pi

-

te

  o descubierto

e

n (924); pudo h

a-

ber sobrev ivido hasta hace poco m5s de

2 millones de afios. Otr a especie nueva,

con 2,5 millones de

ali

os de antigUedad

y procede

nt

e de Etiop(a, es Australopi-

thecus garhi; se la ha co locado en una

posici6n evo luti

va

intennedia: por un

lado,

A

a

Ja

rellsh;, y par el otl O ,

un

am-

p

li

o grupo que abarca a los australopi-

tecos mas recie

nt

es y a HOlllo De

pa

re-

cida fec ha es el primer representante de

aus

lr

alopileco

robu

sto , Paranthropus

e

thiopicus. Cono cemos a es ta fo

rm

a

primitiva grac ias al craneo negro

  ,

de

2,5 millones de anos, desenlerrado en el

norte de Kenia. En el interva lo qu e me-

di

a entre hace 2 y 1,4 millones de anos,

los australop

it

ecos

robu

stos estan repre -

sentados en Africa o

ri

e

ntal

por el

fa

mo-

so P boisei. En SudMrica, 1,6 millones

de an

os

aWls, l

os

rob ustos inclu fan a

P

robustus y po s ibleme

nt

e a

un

a segun-

da especie e

mp are

ntad

a, P

crassitlens.

Pido di sc ulpas por habe

rl

es cas

ti

ga

do con esta larga lista de nombres. La

verd

ad

es qu e,

incJ

uso can ese elenco,

queda infraestimado el n mero de espe-

TEMAS

Page 27: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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EVOLve /ON HVM NA

LA

CUEVA

DE

TUC

D AUDOUBERT,

en

Francia fue visitada hace entre 13.000

y 11.000 arios por los H. sapiens, tam-

bien lIamados cromariones

que

escul-

pieron

pequeno

s bisontes

de

arcilla en

una

es

tancia distante mas de un kilome-

tro

desde

la

entrada. Ciertos homfnidos

con una forma corporal moderna apare-

cieron en Africa hace unos 150.000 arios

y coincidi eron durante algun tie

mpo

con

otros hom fnidos, antes

de

convertirse

en la unica especie vi

va de

nuestra fam i-

l ia. Ha sta hace

uno

s 30.000 arios fueron

co

ntempor

aneos de

H neondertholen-

sis

izquierdo)

en Europa

y

en el

Pr

ox

imo

Oriente  y quiza tambien de

H

erectus

derecho), que entonces vivfa en

Java.

9

Page 28: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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o

0

0

.2

E

2

0

0

:E

3

4

5

30

Homo

sapiens M undial)

H neanderthalensls

(Europa y

Asia

occidental)

H heldefbergensis (Viejo Mun do)

antecessor

(Espana)

H habilis

(Africa sudsahariana)

H

rudoffensis

(Africa oriental)

~

?

A. afr{canus

Su

dM

rica)

A.

bahrefghazafi

(Chad)

Ardipithecus ramidus

(Etiopia)

\

?

?

f

H. ergaster

(Africa oriental)

A. garhi

(Etiopfa)

H. erectus

Asia oriental)

P robustus

(SudMrica )

P boise 

(Africa oriental)

Paranthropus

aethiop cus

(Africa oriental)

Australopithecus

anamensis

(Kenia)

A. afarensis (Etlopfa y Tanzania)

2. ARBOl E FAMILIA,

presumible

, donde se

re

-

eogen las diversas especies de hominidos que

han poblado el

planeta

,

algunos

de ellos s61

eonocidos a

partir

de

un

fragmento de

craneo

ode mandibula Como ilustra el arbol,

la

apa-

rieion

de

H sap

 ens

no

ha sldo una

transfonma-

cion lineal de una especie en otra, sino que es

producto

de

una

evolucion

muy eompleja y ra-

mifieada.

TEMAS

Page 29: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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cie

s de aus

tr

alopitecos que existieron .

Ignoramos cuanto perdur6 cada grupo

homfnido de eso

s.

Y aunque la lon ge

vidad medi a de cada espe cie fuera de

pocos cie

nt

os de miles de

an

os,

re

suha

palm ario qu e. desde nues

tr

os origenes,

el continente a

fri

cano estuvo poblado,

de forma pe

ri

6dica, s i no

co

ntinua, por

multiples tipos de homfni dos.

Con la aparici6n del genero

Homo

no cambi6 la situaci6n. Los fos iles

de especimenes de 2,5 a 1

 8

millones

de afios, procedentes del este y sur de

Africa, dan testimonio de la presencia

de

Homo

y forman un conjunto abiga

rrado;

qui

za

di

vergen e

ntr

e sf mas de 10

que revela la divisi6n hab itual en un par

de espec ies,

H. habitis

y

H rudolfe

ll

-

sis.

Al este del lago Turkana en Kenia,

hace 1,9 0 1 8 millones de a  os, coin

cidieron amb as especies

co

n el ubicuo

P

boisei y con H ergaster, el primer

hominido de hechuras

corp

orales mo

demas. He aqui,

pu

es, una prueba in

equivoca de c

uatro

especies que com

parten continente y paisaje.

EI

primer exodo de los homfnidos de

Africa, protagonizado por

H. ergas t

er

o por otra especie emparentad

a

abri6

un mundo de posibilidades para la di

vers

iti

caci6n ulterio

r

Nos gustarfa di s

poner de un registro arqueol6gico mas

s 1ido de esa emigraci6n af

ri

cana . Con

todo, tenemos indicaciones claras de

la lIegada de los homfnidos a China y

Java, hace unos 1,8 millones de

afi

os.

De esa epoca podria ser cierta mandfbu

la de Dma

ni

si, en la republica de Geor

gia; la pieza en nad a se pa rece a l

as

re

cuperad

as

en otro s yacimiento s. Hace

un mill6n de anos,

H. erectus

se halla

ba firmemente as entado en Ja

va

y Chi

na; quizas, habfa tambien en Java una

segund a especie de homfnido mas ro

busta. En el o

tr

o extremo del

co

ntin en

te eur

as

iatico, los f6siles de los prime

ro s europeos conocidos

o

n 800.000

anos de a

nti

glieda  son mu y di stin

tos; se

trat

a. a juicio de sus desc ubrido

re

s espa

ft

oles . del

H. antecessor

Hace 600.000

afi

os, en Af

ri

ca, me

draba

H. heidelbergellsis,

que vivi6

tambien en Europa y, tal vez en Chi

na

, entre hace 500.000 y 200.000 a

 

os.

C

uant

o mas ahond amos en el

co

noci

miento de

H. heidelbergensis,

mas nos

convencemos de que no podemos

co

n

tinar

los f6s iles en una so la especie.

De H. heidelberge llsis, 0 de otra espe-

cie emp

are nt

ada,

se

o

ri

g

in

6 en Eur opa

H n anderthalensis, grupo que pobl6

Europa y Asia

oc

cidental entre hace

200.000 y 30.000 a  os.

Es

magro el re-

E VOLUCIQN HUMANA

gistro fosil fricano de esa epoca, in

dicio verosfmil de que se as is

tf

a a una

evoluci6n independi e

nt

e. qu e

da

na

lu

gar a la aparici6n de H sapiens . La an

ti

gUedad de los f6siles de

H erectus

de

Ngandong, en Java, se ci

fr

a en unos

40.000 a  os, 10 que signi

 

ca que habfa

qu e admitir un a hi storia evo luti

va

pro

pia para los homfnidos de esta regi6n,

qui za,

dur

a

nt

e millone s de a

li

os.

Con

se

mejante cuadra esqu emati

co

de la evo

lu

ci6n

hu

ma na nos

al

eja

mos mu chfsim o del g

ui

6n que impe

raba hace 40 a

 

os:

Australopith

 

us

fricanu s

en

gendr

6 a

Homo erec

tu

s,

qu e engendr6 a

Homo sa

pi

ens .

Cam

bio de escenario qu e resulta del es

tu

di o del ri

co

mu estrario descubi eno. No

obstante, sigue vivo, aunque agazapa

do, el pensa

mi

ento evo

lu

tivo line

al

en

paleoantropologfa, reticente ante 10

que

co

nsidera excesivo enfasis en la di

ve

rsidad. Y para simplificar el cuadro,

cobijan bajo el parag

ua

s de H. sapiens

a todas l

as

va

ri

edades de Homo del ul

timo medio mill6n de anos, si no de los

pos

tr

eros dos millones.

Mi opini6n por contra se situa en los

ant

fp

odas. La veintena de especies de

hominidos qu e he mencionado repre

sentan

un

a estimaci6n a la baj

a. EI

re

gistro f6s il de los homfnidos ab unda en

ind icadores de di versidad, qu e no han

s

id

o admitido

s.

Se

ri

a ave

ntur

ado, ade

m

as

, sosten

er

que todas las especies de

homfnido qu e han existido se hallan re

prese

nt

adas en las colecci ones de f6-

siles. Aun cuando

fu

era cie no, segui

ria siendo evide

nt

e que la historia de la

evo luci6n hum ana di st6 de ser la pu gna

ascend ente de

un

heroe solitario.

Antes bien, la naturaleza lo rn6 de

aquf y de alia, en ensayos evolutivos

sin cue

nt

o. Nues

tr

a historia evoluti

va

ha sido el resultado de eve

nt

os espora

dicos, no de

ac

umul

ac

iones graduales.

A 10 largo de los ultimos cinco millo

nes de aoos, num erosas especies de ho

mf

ni

dos s

ur

gieron,

co

mpitieron, coexis

ti eron,

co

loni zaron nu evas nich

os

y

pervivieron

0

se ex

tin

guieron.

S610

po

dem

os

ati sbar debilmente el decurso de

esa histo

ri

a de inn ovaciones y relacio

nes; pero esta claro que nuestra especie,

lejos de coron

ar

el arbol evoluti

vo

, es

una mas entre sus multiples

ra

mas.

Las

rakes de nuestra soledad

Sin desdecirnos de 10 anterior, resulta

asimi smo cierta que

H. sapiens co

ns

tituye el protagonista de algo

in

s6

li

to. No habiendo ahora otro, se ha deja-

do aprehend

er

sin

res

istencia. Cualquier

cosa que ello signi   que, guardara rela

ci6n con la forma en que nos rel

ac

io

nem os con el mundo extemo:desarro lla

una conducta, 10 que indica que debe

mos anaJizar el registro arqueol6gico

para descubrir pruebas de la mi sma. EI

regist

ro

arranca de hace 2,5 millones de

anos, con la fabricaci6n de los primeros

instrum entos lfticos reconocibles: l

as

cas simples a

fil

adas, obtenidas a partir

de

nu

cleos de

pi

edr

a.

No sabemos quien

fue su inventor, aunque cab e atribuirlo a

alg

ui

en parecido a un

au

stralopiteco.

Es

ta innovaci6n supu so un gran s

aI

to

cog

nitivo

co

n profund as

co

nsecuen

cias a largo

pl

aza. Se inici6 asf una lar

ga e intermitente evo

lu

ci6n tec

ni

ca en

los homfnidos. Transc

urri

6 un mi1l6n

de a

il

os antes de qu e se operase el si

guie

nt

e av

an

ce tecnico: la

in

venci6n

del bifaz, hace 1 5 millones de a  os,

posiblemente por

H ergaster.

Estos

in

st

ru

me

nt

os, s im etricos y ex

tr

a

fd

os de

gra

nd

es nucl

eo

s, fue

ron

los primeros

en mos

trar

la ex istencia de un molde

ideal  en la mente de su creador. Mol-

de qu e no suf

ri

6

m bios

fundame

nt

a

les en el curso de otro mill6n de a  os, 0

algo mas, has la la in ve nci6n de la pre

paraci6n del nucleo  por

H heidelber-

gensis

0 par alguien semejante.

En

esta

lalla, l nucleo de piedra era cuidadosa

mente elaborado de fo rma que bastaran

luego unos golpes para oblener instru

me

nt

os acabados.

Entre los mejores hominidos que

prac

ti

caban la tec

ni

ca de la preparaci6n

de nu

cle

os

se

encuentran l

os

neand e

r

tales.

Pr

esentaban

un

desa

rr

o llo cere

br

al notable, ros

tros

enormes y cra neos

bajos; vivieron en Europ a y Asia occi

dental hasta hace 30.000 afios. Grac ias

al amplio registro arqueol6gico que ge

neraro n, y a su b

ru

sca sustituci6n por

los hum anos modemos , qu e hicieron

10

mismo, los nea

nd

enales nos propo

r

ci onan un criterio instructivo para po

n

derar nu estra sing

ul

aridad. Las habili

dades de los neandertales en la talla de

la piedra, aunque so

rpr

end entes. eran

algo ester

eo

ti

padas; muy pocas veces,

si algun a, elabo

ra

ban in strum entos uti

li zando otras mate

ri

as primas. Mu chas

paleonl610gos ponen en cue sti6n su

gra

do de especializaci6n venatoria.

Las viej

as

ideas qu e hablaban de es

tramb6ticos cultos al oso

.

y otros

ri

tu

ales entre los neandertales carecen de

base. No hay fundamento s6lido para

atribuirles un comportamiento simb6li

co 0 de producci6n de objetos

si

mb 6-

licos, al menos a

nt

es de qu e en traran

en

co

ntac to

co

n los humanos moder-

3 1

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3.

IAN TATTERSAll

a

la izquierda)

y

ay

H Matternes.

nos. Aunque l

os

neandertales enterra

ban ocasionalmente a sus muertos, po

dnan hacerlo

para ev it

ar l

as

incursiones

de las hienas en sus viviendas 0 por otra

raz6n trivial; los enterramientos nean

dertales carecen

de

objelos rituales

que

testifiquen la creenc ia en la vida de ul-

tratumba . En atras palabras, los nean

dertales, en muchas aspectos admira

bles y exitosos durante largo tiempo,

bajo las dificiles circunstancias de las

epocas giaciales, carecfan de 13 chispa

de

creatividad

que

, a la postre,

di

stin

guirfa a H.

sapiens.

Pese a estar rodeado de bastante con

fusi6n

cuanto atane 31origen de la mor-

fologfa

de

H. sapiens. todo indica que se

produjo en Africa. Quizas entre 150.000

y 200.000

alios

atds. EI

compOIt3mie

n-

to modemo apareci6 muc

ha

ma

s

tarde.

La mejor infonnaci6n procede de Israel

y

su vecindad, donde los neandenales

vivieron desde hace 200.000 anos e in

cluso antes. Hace 100.000 alios se en

contraron con los

H. sapiens

anat6mi

camente modemos. Llama la atenci6n

la identidad de los utiles de piedra y los

yacimientos que nos legaron ambas es

pecies. En 10 que podemos percibir, se

comportaban de un modo affn, pese a

sus diferencias anat6micas. Durante su

perfodo de coincidencia, companieron

ecosistemas del

Pr

6ximo Oriente.

En Europa la situaci6n era muy otra.

AUf,

los yacimie

nlO

s mas antiguos de

H.

sapiells datan de hace unos 40.000

aiios. Apenas 10 .000 anos despues,

se extinguieron los neandertale

s.

Los

32

H

sapiens

que invadieron Europa lIeva

ron consigo pruebas abundantes de un

tipo de sensibilidad modema , sin prece

dentes

y

completamente desarrollada.

No s610 ponaban una nueva tecnica liti

ca, e l Paleolitico Superior  , basada en

la producc i6n de largas y delgadas ho

ja

s a partir de nucleos ciHndricos, sino

que tambien elaboraban instrumentos

de hueso y cue

ma

, mostrando un pro

fundo conocimiento de las propiedades

de estos materiale

s.

Mas significativo es que con e

ll

os

iba el arte, del que dejaron estampa en

objetos tallados, grabados y magnffi

cas pinturas rupestres. lnscribfan signos

de registro en huesos y tabliJlas de pie

dra. Fabricaban

in

strumentos musicales

de viento . Elaboraban delicados ador

nos personaies. Enterraban a sus muer

tos,

o f r e i l ~

objetos rituales (que,

ademas de la creencia en una vida ul

traterrena, nos indica una estratificaci6n

social,

pOI qu

e no todas las tumbas pre

sentan el mismo tratamiento). Sus asen

tamiemos. muy organizados , evidencian

estrategias de caza y pesc

a.

La innova

ci6n tecni ca, producida antano de for

ma intermitente, dej6 paso a un proceso

de refinamiento constame. Sin la menor

duda, aquellas gentes eramos

110SotIVS

En todas esas caracleris

ti

cas las po

blaciones del Paleolftico Superior dife

rfan de los neandertale

s.

Aunque alg u

nos neandertales de Europa ap renderian

cosas de los recien lIegados H. sapiells

no tenemos pruebas directas de las rela

ciones entre las dos especies. Pero con

siderando la rapida desaparici6n de los

neandertales y el amplio registro poste

riorde H. sapiens

podemos sup

onerq

ue

estas relaciones no fueron muy afortu

nadas para los primero

s.

Los ejemplos

de una sustitucion rapida se repiten en

los yacimientos arqueol6gico

s.

No exis·

te

en Europa ninguna prueba biol6gica

finne de hibridaci6n entre elias.

En el Pr6ximo Oriente, despues de

60.000 anos, la coexistencia termin6 al

mismo

ti

empo que empezaron a apare

cer

los

in

strumentos del Paleolftico

Su·

perior. Hace 40.000 anos los neander

tales del Pr6ximo Oriente cedieron el

paso a los

H. sapie

  mas desarrolla

do s en su cultura, igual que sus hom6-

nimos europeos.

La explicacion de las diferencias

en·

tre Europa y el Pr6ximo Oriente resi

de , muy probablemente, en la aparici6n

de la cognici6n modema, que podemos

suponer de consuno con el desarrollo

del pensamiento simb6lico. Pese a la

adquisici6n de la morfologia esqueIeti-

ca modema, la si tuaci6n estaba bastan·

te equilibrada. S610 mas tarde, con el

desarrollo de un tipo de compon am ien

to modemo, H.

sapiells

se convirti6 en

un competidor intolerante co n los seres

mas

ce

r

ca

nos.

Para entender este cambio de sensibi

lidad, debemos recordar cienos aspec

tos del proceso evolutivo. En primer lu

gar, todas las innovaciones, y este caso

no era una excepci6n, se dan necesa

riamente en el seno de especies preexis

tcntes l.D6n

de

podrfa producirse si no?

En seg undo lugar, muchas novedades

surgen como exaptaciones·'. es decir,

caracteres adquiridos en

un

contexto an·

tes, a menudo mucho antes, de que pa

sen a formar parte de otro distinto. Por

ejemplo, los hominidos posefan un apa

rato fonador basicamente modemo des·

de hace cientos de miles de alio

s;

mu·

cho

antes de

que

, a partir del registro

cultural, podamos pellsar que posefan

un

lenguaje articulado, y que la peculiar

morfologia del aparato fonador les per

mitfa. Por ultimo, debemos considerar la

posibilidad de la aparic i6n de algo tOlal-

mente inesperado gracias a una casual

coinc idencia. Suele aducirse el ejemplo

c1asico del agua, cuyas propiedades re

sultan impredecibles a partir de atomos

soli tarios de hidr6geno y oxigeno.

Si combinamos todas esas observa

ciones podemos ver que, aunque la ad

qui sici6n de pensamiento simb6lico

tuvo profundas consecuencias, el pro

ceso de su aparici6n no fue excepcio

nal. Ignoramos hoy

de que

modo el

cerebro humane co nvierte el conjun

to de descargas qufmicas y eIectricas

en conscienci

a. Perc

podemos afinnar

que nuestro linaje

pa

s6 a disfrutar de

un pensamiento simb6lico desde un es

tado precedente no simb6lico. La uni

ca explicaci6n verosfmil es que, con la

lI

egada del H.

sapiens

anat6micamen

te moderno, las exaptaciones previas

se combinaron por azar con pequenos

cambios geneticos, creando un poten

cial sin precedentes.

No podemos dar

por

completo ese re

lato, pues los humanos anat6m icamen

te modernos siguieron siendo arcaicos

durante mucho tiempo antes de adquirir

un comportamiento modemo. Tal salta

podrfa ser resultado de la tardfa apari

ci6n de novedades clave que no dejan

huella en el esq ueleto, 10 unico que fo

si

li

za. Pero parece improbable, por

que implicarfa la sustituci6n en el Viejo

Mundo de todas las poblaciones de ho

minidos en un breve periodo de tiempo,

algo de 10 que no tenemos pruebas.

TEM S

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Se

nos amoja mas probable que la

nueva capacidad de los humanos moder

nos surgi6 con el origen de

H sapiens 0

en su vigilia. Esa propiedad no

se ma

nifest6 hasta que fue activada

por

algun

tipo de estfmulo cultural. Si proporcio

naba alguna ventaja. semejante innova

ci6n de la

co

nducta se transmiti6 rapida

mente por el

co

ntacto cultural entre las

poblaciones que ya tenian el potencial

para adquirirlo. No fue necesaria ningu

na sustituci6n de poblaciones.

No

podemos afirmar

con

seguridad

en

que consisti6 1a innovaci6n

de

marras.

Sin embargo, no hay mejor altemativa

que la adq

ui

sici6n del lenguaje, medio

por el que expresa mos nuestras ideas

y

experiencias a a

tra

s

y

elemento fun

damental

par

a el pensamiento. Implica

crear c3tegorias

y dar

un nombre a los

objelos

y

se

nsaciones del

mundo

exter

no e interno, asf

co

mo realiz

ar

asocia

ciones con los

si

mbolos mentales. No

podemos concebir el pensarniento (tal

y como 10 conocemos) sin un lengua

je;

la capacidad de elaborar simbolos

mentales es la fuente de nuestra crea

lividad, porque s6

10

des

puts

de forjar

tales

si

mbolos podemos combinarlos

y formularnos preguntas como

Que

pasarfa si .. ? .

Aunque los lingUistas

Ie

han dedicado

muchas haras

de

especulaci6n. se no s

escapa c6mo surgi6 el lenguaje. Pero

sabemos que un ser equipado por capa

cidades simb6licas es un rival extraor

dinario,

y

no necesariamente un ser del

todo racional, tal

y

como el resta de se

res vivos,

H. neandenhalensis

incluido,

han podido descubrir a su costa.

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EVOLUCION H

UM N

COLABORADORES

DE

ESTE

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Asesoramiento y traducci6n:

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tales?, Hom nidos colltemportineos, Controversio en tomo o hombre de flores,

Migrociones prehist6ricos de Africa 0 Eurasia,

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evoluci6n del parto humano,

Prellistoria del conibolism

o; France

se

Asensi:

Corredor de om nidos en Africa

sudorient

al; Felipe Cortes:

Mutaciones pioneras;

Esteban Santiago:

Evoluci6n del

color de

fa

pief humallo

Portada: Phll Saunderli, Space Channel Ltd.

INVESTIGACION Y CIENCIA

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se

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33

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E

 la isla indonesia de Flores to-

davia hoy se oye hablar de la

legendaria ebu gogo ("Ia abuela

que todo

10

come"), una dimi-

nuta criatura de

apetito

voraz

postura erguida y andar titubeante, de

lenguaje susurrante. Siempre se

habra

cfefda que los macacos habran inspira-

do la leyenda. Pero en octubre de 2004

sali6 a la luz otra posible explicaci6n.

Un equipo de investigadores australia-

no

s e indonesios que excavaban en una

cueva de

la

isla hallaron los restos de

un humana

liliputiense

apenas

a1-

canzaba

un metro de estatura- que

vi-

vi6 hasta hace escasos 13.000 anos.

La Daticia conmocion6 a los pa

leoantrop610gos de los cuatro pun-

tos cardinales. Creiase que, tras

la

ex-

tinci6n de los ne

an

dertales en Europa

y

de Homo erectus en

Asia

Homo sa-

pi

ens habia sido el unico habitante ho-

mfnido de la Tierra durante

lo

s t1ltimos

25.000 anos. Adema

s

todos los f6siles

de hominidos

de

pequenas dimensio-

nes que se habfan encontrado hasta en-

tonces pertenecian a australopitecinos

(Lucy y similares) de tres millones de

aO S de antigUedad, es decir. rouy ante

nores a la

aparici6n

de omo

sapiens.

Nadie imaginaba que Duestra especie

hubiera compartido el planeta con tan

diminuto companero. oi

tam

poco que

una

criatura con el cerebro del

tamana

de un pomelo pudiera haber desarrolla-

do capacidades cognitivas equiparables

a las del hombre moderno.

Flores: un pozo de sorpresas

No

era

el

primer lesoro paleoantropo-

16gico que se desenterraba en Flore

s.

En 1998, un equipo de arque610gos di-

rigido por Michael J. Morwoo

d

de

la

Universidad de Nueva Inglaterra en

Armidale, public6 el hallazgo de unos

instrumentos fricos de 840.000 anos de

antigtiedad encontrados en

la

depresi6n

de Soa, en la regi6n central

de

la is

la.

Aunque no apareci6 ningun f6sil hu-

mano junto a utiles el descubrimiento

ponfa de manifiesto que

Homo erectus

el unieo hominido eonocido en el s

u-

deste asiatico en aquella epoca, habia

cruzado el estrecho de aguas profundas

que separa de Java

la

isla de Flores.

EI

hallazgo caus6 mayor sorpresa

porque nunea antes

se

habfan encon

trado

iodicios de que

Homo erectus hu-

bie

se

side capaz de coostruir embarca

ciones. De hecho, la fecha mas antig

ua

aceptada para

la

aparici6n de Ia navega

ci6n era de entre 60.000

y

40.000 anos,

cuando nuestra especie coloniz6 Aus-

36

R ESUMENI

HuM NOS

EMPEQUENE IDOS

~ De aeuerdo

con

la doctrlna admltlda omo sopiens habrla sldo el unieo

homf

nido

que

ha

blt6 el planeta durante los ultimos 25.000

ailos

.

Pero

los

restos

descublertos

en

la

isla Indonesia de

Flores 

pertenedentes

a

una

especle

enana de

Homo

que vi

-

vl6

hasta hace

13

.

000

alios.

ponen

esa hip6tesls en un aprieto.

,..

Aun

qu

e

semejante

a los prlmeros h

omfnldos.

en

cuanto

a

las

reducidas dlmen-

slones corporales y cerebrales. parece

que

esta

nueva

especle

fabric6

utiles Iticos

complejO . Ello pl

antea toda una suerte de preguntas sabre la relaci6n

e

ntre el

ta-

mafto

cerebral y la

Intellgenela

. m ~ n de espectacular, este

hallazgo

ha resultado

controvertido.

Algunos expertos

cuestlonan la diagnosis de los huesos. d e m ~ s los autores de tales

artefactos

de-

purados pudleron haber sldo

humanos

modemos.

ELEFANTE IND IO

ACTUAL

lephas maximus

TEMAS

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tralia. EI resto de la fauna que medraba

en

Fl

ores debi6 Uegar hasta a

li

i nadando

o sabre troneos y ramas

fl

otantes. Lo s

humanos

no

son tan

bue

nos nadadores

como

para

atraves

ar

ese estrecho, por

10 que algunos sostienen que pudieron

cruzarlo mediante ba lsas naturale

s.

Can la esperanza de documen

tar

pe-

rfodos subsiguientes de ocupaci6n

hu

-

mana, Morwood y Radien P. Soejono,

del Centro de Arqueologia de Yakarta,

centraron su atenci6n en Liang Bua,

1.50

0.30

metros

E

VO

LUCION HUM N

una gran cueva caliza del

o s

te de

fl

o-

res. Desde los ailos setenta, diversos

arque610gos indonesios habian veni do

excavando el yac imiento de forma in-

termiten

te

, siem

pre o

ndicionados por

la di sponibilidad de

fi

nanciaci6n; pero

5610 habfan excavado los niveles supe-

riores. Morwod y Soejono se propusie

ron alcan

zar

la raea m

adre

Empezaron

las excavaciones en julio de 2001. En

poco tiempo, reeuper

aro

n abun

da

ntes

utensilios If

ti

cos y huesos de

Stegodon

una forma enana de un par iente extin to

del elefante modemo.

Hasta el

fi

nal de la tercera campana de

exeavaci6n no apareci6 el p

ri

m

er

dien-

te

ai

slado perteneciente a un hominido.

Morwood

lI

ev6 consigo una replica del

mismo a Armidale para mostcirselo a

su companero Peter Brown. EI premo

lar prese

nt

aba una forma hu mana, pero

no pertenecfa a un

hum

ano

ac

t

ua

l.

Siete

dias m

as

tarde, Morwood recibia la noti

cia de que el equipo indonesia habia des-

2.

L S

O NDICIONES

DE

INSUL RID D

suelen propiciar

la

apancion de seres

enanos y

gigantes:

105

animates

m yores que un conejo

empequefiecen mientras

que 105

menores se agrandan

Estos

cambios de tamano

pa

recen

responder a

as Iimitaciones de

los

recurso

s

alimentarios

.

EI

Stegodon, un proboscidea

extinguido, colonizola

isla de flares en varias ocasiones; redujo su

tamano

de

s

de

el

de un

elefante hasta el

de un

bufalo. Algunas especies

de

ratas,

en

cambia,

adquirieron

el tamano

de un conejo. Parece que H. flores;ens;s siguio tambi n las

ms

mas

le

ye

sevolutivas que impone la insularidad .Se considera un descendiente enano de H 

ereeWs,

que

presentaba

un

tamano

corporal

similar

al

de

los

humanos

actuales

.

HOMI

NI

DO

DE

FLO

RE

S

H. floresiensis)

CO

MUN CTU L

Ranus ranus 

R

  T

GIG NTE

DE

FLO

RE

S

P

apagomys

37

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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cubicll0

un

esqucleto. EI

y

Brown toma

ron el primer vuelo hacia Yakruta.

Au nque la ex trana morfologfa del

premolar vatici naba ha

ll

azgos novedo

sos, a todos cogi6 desprevenidos

la

apa

rici6n del es

qu

eleto, al que casi s610 Ie

fallaban los brazos. A tenor de la ana

tomia pelvica,

cO

ITespondfa a

un

indivi-

duo bfpedo, probablemente una h

em

bra

u ltimamente se han expresado dudas

al respeclO . La erupci6n y el desgaste

demarios indicaban que se trataba de

un

adulto. Su esta tu ra, en cambio, era simi

lar a la de

un

nino actual de unos tres

anos de edad. Presentaba va rios rasgos

primilivos: pelvis aneha, cue

ll

o del fe-

mur largo y

un

tamano cerebral tan r

e-

ducido como el del austraiop

il

ecino con

el

men

or cerebra conoddo.

No

obstan

te,

en

otros aspectos su morfolog

fa

re-

sultaba

fami li

ar:

la

dentici6n pequena,

la nariz estrecha, la forma general del

cnineo y el grosor de

lo

s hu esos cranea

les evocaban el genero Homo.

Brawn pas6 los tres me ses sigui en

te

s ana

li

zando el enigmatico esque

leta. Le correspondi 6 13 catalogaci6n

LB I.

No

resu lt6 {area facil acomodar-

10 en una clasificaci6n cien tffica. En un

principio, las caracterfsticas que

LB

I

38

3 LAS SEMEJ NZ S ENTRE LBl yotrosmiembros de nuestro

genera han

conduddo aclasificar

el ho

-

minido de

Flores dentro

del genero omo

 a

pesar de

su reduddo cerebro

En razon de

su

estrecho

parecido

con H. erectus

 

LBl se

onsidera

perteneciente a una

nueva especie:

omo floresiensis un

descendientede H mcW que habria menguado su

tamano

.H floresiensis se distingue de H sa-

piens en que muestra, entre otras aracteristicas ,ausencia de menton , prognatismo facial, un

toro

supraorbitario mas

marcado y

una

boveda

craneal

mas

baja

.

compartfa con los primeros homfn

id

os

como los australopitecinos apuntaban

a

un

nuevo genera de la fami lia de los

homfnido

s.

Pero al proseguir el estu

dio, Brown observ6 que guardaba ma

yor semejanza con el genero Homo. La

anti gUedad del esquelelo, 18.000 arios,

sugerfa la posibilidad de que los

hu

esos

hubiesen pertenecido a

Homo sapiens;

en particular, a

un

o de sus represen

tantes de menor tamano. Sin embargo,

cua

nd

o se

co

mp ar6

LB

I can humanos

modernos de tamano reducido - incJu

ye ndo individuos normales, como los

pigmeos,

y

otros que padecfan enanis

mo hipofisari

o

result6 que el esque

leto no encajaba con las caracterfsticas

morfol6gieas de ostos. Por

un

lado, los

pigmeos presentan

un

cuerpo de pe

quenas dimensiones pero un cerebra de

gran tamano: su crecimiento se retarda

durante la pubertad, cuando el cerebro

ha aleanzado ya el lamano adullo. Por

otro, los individuos con trastornos ge

neticos que provocan una corta estatura

y un cerebro pequeno mu estran varios

rasgos que 110 se observa n en

LB

I Yra

ramente aleanzan la edad adulla. Ade

mas, el esqueleta de Flores mo straba

rasgos arcaicos nunca ha l ados en un

Homo sapiens que presentara un tama

no reducido por alteracione s geneticas.

La descripci6n que mejor se ajustaba

a LB I, pue

s,

era la de

un

Homo erectus

en miniatura. Asignaron el esqueieto,

asf como el diente aislado y un hu eso

del brazo recuperados en niveles maS

antiguos, a un a nueva especie hum

a-

na

,

Homo jloresiensis

descendiente de

Homo erectus; tras quedar aislado en

Flores, H. erecttts habrfa evoluciona-

do en condiciones de insularidad ha sta

convertirse en

un

a especie diminuta,

10

mi smo que

Ie

habria suced

id

o a la ver

si6n enana de Slegodon.

Los mamfferos mayores que los co

nejos, ensena la biologfa, lienden a re

duci r su tamano cuando habitan islas

pequena s, presumiblemenle para adap

tarse a la escasez de reCUfSOS alimen

larios. No hay en ello nada que perder,

pues esos lugares albergan pocos de

predadores. Los unieos predadores de

gran tamano que medraban en Flores

eran el drag6n de Komodo y otro lagar

to mayor. Los animales men ores que

l

os

conejos, en cambio, muestran una

tendeneia al gigan tismo, quiza porque

un cuerpo de mayores dimensiones re

sulta mas efieiente, desde el punto de

fEM

AS

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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vis

ta

energetico,

qu

e otro menor. Abo

na esta hip6tesis el hallazgo, en Liang

Bua, de f6siles de un a rata con las pro

porciones de una

li

ebre.

No obstante , era la primera vez

que

las ley es evolutivas de la in sularidad se

utilizaban para explicar la talla reducida

de

un

hominido. En su mayo  , los pa

leoantrop6 10g

os

sostienen que l

os

hu

mano

s hemos logrado escapar

de

num

e

ro

sas pres iones de la se lecci6n natural, a

las que otros animales deben adaptarse,

merced a la cullura. Para enfrentarnos

al frio , por ejemplo, no desarrollamos

ningun pe

l

aje,

s

ino

que nos ca lentamo s

con fuego y nos a

bri

gamo s con ropa.

EI

de sc

ubrimiento

de

un

a especie de ho

rninido e

nano

indica

que

, ante determi

nadas circunstanc

ia

s, los hum anos evo

lu

cionan de la mi sma forma predecible

en que 1  hacen los

mamffero

s de g

ran

tamano cuando el ambiente se to

rna

hosti . Segun Richard Potts, de la Ins

titu

ci6n

Smith

so

ni

an

a,

el pequeno

cra

neo de H erectus que SU grupo hall6 en

2004 en el yacimiento keniata de Olor

gesaile ofrece otra prueba de

que Homo

habrfa solventado una escasez de rec

ur

sos mediante la reducci6n de tamano.

En su opini6n,

e

mpequenecer  consti

tu

ye una de las herramientas biol6gicas

de las que los hominidos estaban dota

dos; los f6s

il

es hallados en Flores ofre

cenan un ejemplo extremo de e llo.

Tamaiio cerebral

y

desarrollo cultural

EIdiminuto

cerebra

de Ho

mo jloresien-

sis ca us6 ma yor de sconcieno. No me

nos sorprendente resultaba 10

que

este

homfnido era capaz de hacer

con

un ce

rebro

de tan modesta s dimen sion es. El

engra

nd

eci

mi en

to del cerebro constitu

ye

uno

de los

di

stinti vos de

la

evo

lu

ci6n humana . En el trans

cur

so de s

ei

s

0

siete millones de s, nueslros antepa

sados triplicaron la capacidad cranea

na : de

sde lo

s 360 ce

ntfmetr

os cubicas

de

Sahelanthropus

l hominido mas

antiguo

conocid  hasta los 1350 cen

timetros cubicos (en promedio) de los

hum

anos

mod

e

rnos.

Lo s datos arqueo-

16gicos indican que la complej

id

ad cul

tural aument6 de forma paralela.

En opini6n de los expenos, pues,

un gran cerebro constitufa un requisi

to para

desarrollar

una

cullura

ava n

za da . Pero mientras los aus

tralopite

cinos, de cere

bro

pequeno, construfan

s610 (jtiles de piedra rudim en t

arios,

H. floresiensis con un tamano cerebra l

se mejante, parece

qu

e

fabric

6 una se

r e

de

utensili os cuyo nivel de comp le-

EVOLUCION HUM N

Punzon

entimetros

4.

UTllES

AVANZADOS

que

podrian

habersido obra de H fioresiensis los primeros hominidos, con un

tamano (erebral

similar

al

del hombre

de flores

, eran capaces

de tallar solo

simples

lascas de pie-

dra.

Sin embargo,

en

los

mismos niveles

estratigr.ficos donde

aparederon los fosiles

hominidos

de

la (ueva liang Bua ,

se descubrieron

pun,ones,

, (hillos,

puntas yotros instrumentos elaborados.

Estos utiles entranan un nivel de

complejidad

(ultural

que

hasta ahora s61 se atribuia aH sapiens

jidad hasta ahora s6 10

se

habia observa

do en H. sapiens.

La

mayorf

a

de

los

3I1efactos

de

Lian

g

Bua corresponden a simples lascas ob

tenidas al golpear rocas volcani cas y

s

flex.

de

elaboraci

6n similar a las las

cas fabricadas pOT los ultimos au stralo

pitecinos 0 los

prim

e

ros

representantes

del ge nera Homo. Pero, mezclados con

los res

to

s

de un

Stegodoll eoano , l

os

ar

que610gos encontraron IHiles mas depu

rado

s:

puntas delicadamente tallada

s,

grandes

cuchillos, punzones y pequenas

la

scas

que podrfan haberse

enma

ng

ado

para fabricar lan

zas,

entre olras. Parece,

pues,

que

los Stegodoll eran presas habi

tua

te

s

de

H.jloresiellsis.

Un num

ero im

portante de hu esos de

Stegodon

pertene

ceo a individuos ju veniles.

que

pud ieran

se r

abatidos

por

un so lo H  jloresiensis.

Otros , sin embargo , pertenecen a indivi

duos adultos de alrededor de media 10-

neiada

, cuya caza y

tran

spone

requ

erfan

la coordinaci6n de un grupo de H o-

res

ien

sis e incluso, segun sos

ti

ene

Ri

chard G. Robert s, de

la

Universidad de

Wollongong, el uso de un lenguaje.

La

pr

esencia de huesos

carbonizado

s

de aDimales

in

dica que el repertorio cul-

tural

de

H jloresiensis

inclufa tambi

en

la cocina .

EI

hecho

de qu

e es te ho

mini

do

co n

un

cerebra de

re

ducida

s

dim

en

sion

es

pudiese con trolar el fuego revi s

te suma irn

portancia.

Se daba por ciel 0

qu

e los humanos

no

h

abran co

n

seg

uido

dominar

al

fuego hasta

un

a

etapa

rec ien

te de nuestro des

aJTollo

cogniti

vo;

de he

cho ,

la pr

im

era prueba

inequfvoca del

uso del fuego procede de hogares euro

peos de 200.000 anos de antigUedad: se

Ie atribuia, pue

s,

a los neandertales, que

estaban

dOlados

de un cerebro po

dero

so.

Si

las

hi

p6te

sis so

br

e

H. jioresien-

sis avanzadas por sus desc

ubridor

es se

confirmasen. los restos de Fl ores cans

tituiran

un

o de los principales hallaz

gos de l

os

ultimos decenios de la pa-

leoantropologia. No s610 probarian que

una segunda especie de hum ane co

exisli6 con nuestros ancestros

dir

ec

to

s en un pasado no mu y Jejano

y qu

e

nues

tro

genero

pre

se

nta

mayor diversi

dad de 10 que se pensaba, si no que tam

bien plantearian una bateria de pregun

la

s ace

rca

de la relaci6n entre l

amano

cerebral e inteligencia. (No resulta ex

trano, pues, que el descubrimiento haya

generado polemi ca.)

39

i

;

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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MIGRACIONES PREIDST6RICAS

Bah

r .1 Ghazal.

Chad

0

3.G-3 S Ma

Clasificaci6n biol6gica

Las teorias altemativas a

la

del equipo

descubridor no tardaron en llegar. En

una carta aparecida el 31 de octubre de

2004 en la edici6n australiana del Sun-

day

ail

apenas tres dias despues de

la publicaci6n del hallazgo en ature

Maciej Henneberg, de la Universidad de

Adelaida, replic6 que una patologia de-

40

970 900 ka

• omo floreslensi 

o

Prlmeros

s piens

o

Ultlmos

neandertales

o omo erecrus

O  omohabllls

· 0 AU5tralopitecinos

Ma

= millones de a os

ka =miles de aflos

nomin

ada

microce falia podfa

explicar

los peculiares rasgos de

LB

I. EI paleon

t61

ogo indone s

ia Teuku

Jaco b sostuvo

la

misma idea desde un principia . Los

in-

dividu

os que padecen enanismo

micro-

cefaIico esencial.

3

fanna

m

as g

rave

de

microcefalia congenita. muefen

du-

rante

la infa

nci a Sin embargo

 

aquel10s

que sufren alguna fanna menos grave si

bien padecen na relra

sQ mental

  5

breviven has

ta

canzar la edad adult

a.

Henneberg compar6

la

s dimensio-

nes craneales

y fa

ciales de LB I con las

del craneo de 4000 anos de anligtiedad

hallado en Creta, pertenecieme a

un

individuo microcefalico. No observ6

diferencia

s signific

ativa

s

He

nneberg

aducia, adema

s

que el hueso de ante-

TEMAS 44

Page 39: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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brazo aparecido en un nivel estratigra

fico mas profundo de la

mi

sma cueva

no perteneci6 a un enano sino a un in

dividuo de entre

151

y 162 eentfmetros

de estatura  la

mi

sma altura que hoy

muestran un gran numero de mujeres y

algunos varones senal de que vivieron

tambien en Liang Bua individuos con

una estatura similar a 1a nuestra. Segun

EVOLUCI N

UMANA

Henneberg pues LB 1

no

perteneci6 a

una nueva especie del genero

o o  

sino a un

H.

sapiens microcefalico.

Susan C Ant6n de la Universidad de

Nueva York no compania esta opini6n.

Sostenfa que los humanos l11odemos

mierocefilicos presentan una morfolo

gfa facial eompletamente diferente en

un euerpo de tamano nonnal no men-

guado. No crefa  sin embargo que el

hombre de Flores represente una nue

va especie de homfnide. Las diferen

cias morfol6gicas que este muestra res

peete a

omo

erectus son escasas harto

menores que las existentes entre un pe

lTO chihuahua

y un

gran danes. Segun

Anton LB I podJia corresponder a un

omo erectus

que sufri6 algun tipo de

41

Page 40: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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alteraci6n en su crecimiento, provocada

por la mi crocefalia 0 por malnutricion.

Otros expertos afinnaban

que

e l ho

mlnido de Flores prese nta una ana to

mia todavla mas primitiva.

Segun Co

lin

Groves, de la Universidad Nacio

nal de Australia. y David W,

Camero

n,

de la Universidad de Sydney, e l lama

no ce rebral, el largo cue llo

de

l fe

mur

y

ot r

os

rasgos indican

mayor

proximidad

fi logenetica co n

Homo habilis

que co n

Homo erectus, este seg undo una espe

cie mucha

ma

s evalucionada. (Se con

sidera que

Homo habilis

es e l miembro

m

as

anliguo

de

nuestro genero.)

Mil ford H. Wolpoff, de I Univers i

dad de Michi gan en Ann Arbor, se pre

guntaba si l

os restos

de

Flor

es

no

se

d

ebe

rfan adscribir a una rama brota

da del t

ra

nco

de

Austrafopitheclis. Si

LB I descendiera de H sapiells 0 de

H, erectus, ipor que la se lecci6n nalu

ral habrfa

empe

quenecido ese cerebro

hasta alcanzar un

tamano

inciliso me

n

or

que e l que Ie con esponde segun

su estatura? EI mismo Wolp

off

adm i

tia

que

en su praplles ta tambien queda

ba algun cabo sue lto: si LB I descen

diera de Austra/opirheclls ,

do

t

ado

de

mandibulas r

ob

ustas y dientes gran des,

l.c6

mo se exp ica que el homlnido de

Flores presen te una mandibula y una

dentici6n Ian deli

cadas?

Sin embargo.

co nsideraba

que

es te problema evo lu

livo en tra naba menor dificu lLad que el

plan teado por la dismi nuci6 n de l lama

fio ce rebra l; despues

de

todo. un ca m

bio en la dieta puede provoca r un a rc

ducci6n en el aparaLo de masticac ia n,

pero, l.por que la evo

lu

e ion habrfa COIl

ducido a una reduce i6n

de

la base de la

inte ligencia?

Hallar un australopilec

in

o que viviera

fuera deAfri ca

p

l no dedI en el sures

te asiatico-- haee un os

1

8 000 nilos abo

naria la hi p6tesis anterior, Se suponfa que

este grupo se extingui6 en Aflica hace un

millan y medio de ailos, s

in

haber aban

donado nunea su continente natal. Ello se

exp licaba supon

ie

ndo que quiu1 los ho

mi nidos necesitaron desatTollar extremi

dades largas --que pennitieran avanzar a

grandes zancadas-, cerebro de gran ta

mano y tecnicas mas depuradas antes de

poder aventurarse a explorar el resto del

Mundo Anl

iguo. Pero el reciente hallaz

go del f6si l de

un Ho

mo de 1,8 millones

de anos

de

antiguedad en el yacimiento

de Dmanisi, en la Republica de Georgia,

refuta esta ex pIieaci6n: los h

om

inidos

geo rgianos eran primitivQs, de tamano

redue ido y ulilizaban utiles como los que

los austraJop itecinos habian fabrieado un

42

ARBOL GENEALOGICO

miU 6n de ailos antes. POI tanto, no ex iste

raz6n

a priori

para pensar que los austra

lopi lecinos 0 incluso

H

habi/is 0

co

lo

nizaron olros cont inentes.

Pero si los

AlIstralopirheclIs

sa lieron

de Afri

ca

y pervivieron en

Fl

ores hasta

haec poco t

ie

lllpo, tendrfamos que prc

guntarnos

pOl que

no aparecen mas f6-

si les que apoyen esta hip6lesis. Segun

Wolpoff, p

ll

ede que ostos ya se hayan

enco ntrado. En los ailos cuarenta del si

glo pasado se hallaron en Indonesia un

conjunto de restos que han sido c1asifi

cad os pOl diversos aulOres co mo us-

tralopithecus, Megalllhropus

y, mas

recienl

eme

nte,

H,

er

eclUs

Ahora

debe

rian ser reexalllinados a la luz de los f6-

siles de Flores.

NUlllerosos ex per tos ajenos al pro

yecto de Flores respaldaron la c lasifica

ci6n taxon6mica es ta

bl

ecida par Brow n

y Morwood. Segun Da vid R. Begu n, de

la Universidad de Toronto, la mayorfa

de

las diferencias entre e l hominido

de Flores y olros miembros del gene

ra

Homo,

asf como las aparen tes se me

j anzas

co

n los australopileci nos,

eS

lan

re lacionadas con su

Ill

en

guada

masa

corporal. Es decir, a med ida que la po

blaci6 n de la isla de Flores empeqlle-

iiec i6 sus Illedidas co rporales desde Ull

a

nt

epasado

H. erectus,

algunos de sus

rasgos

co

nvergieron hacia e l red ucido

tamano

de

los australopitecinos. Pu esto

que LB

I

cOlllparte a lgunos rasgos clave

co n H

erectus

y Olros con otros mie l -

bros del ge ne

ra H OIllO ,

la opci

6n

mas

sencilla es c1asificarlo como una nu e

va

especie de HOflIo Lo mismo opina

G. Philip

Ri

ghtmire, de la Universidad

de Binghamtom; segun este especia

li

s

ta en evolucion de

H. erectus ,

e l

caso

de

Homo jloresiellsis

responderfa a un

experimento evo lutivo circunserito.

Cultura tecnica

Aun mas polemica que la posic i

on

de n

tro del arbol evo

lu

livo de los homfni

dos resu   a la afirmaci6n de que el hom

bre

de

Flores era capaz de fabri ear uti les

Hlicos refi nados. Ri chard Kl ein, de la

Universidad de Stan

fo

rd, subraya que

de los artefaclos trabajad

os

y hallados

en la cueva habfa muy pocos, si es que

los habfa , cerca del esq uelelo LB l

.lPO

drfa ser que es tos fu eran obra de hum a

nos Illodernos, que hubiesen oc upado la

cueva en

Olro

momento? En la opini6n

de Klein, las excavaeiones deben prase

guir para determ

inar

la relaci6n estrati-

TEMAS

44

Page 41: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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grafica entre los utensilios fticos y los

f6

siles humanos. En

el

caso de que apa

recieran res

to

s de hominidos actuales,

quedarfa par aclarar si en la cueva co

existieron

do

s especies diferentes

0 86

10

vivieron humanos modernos

y

por tan

to, LB I corresponde simplemente a un

humano modemo que padeci6 alguna

anomalia en su desarro

ll

o.

Dejando a un lado los problemas es

tratigraficos. Groves sostiene que los

in

strumentos Hticos parecen demasia

do

avanzados para haber s

ide

manu

facturados par un homfnido primitivQ

y diminuto. Para el equipo descubri

dor es improbable que los instrumen

lOS

sean obra de

Homo sapiens

porque

algunos de ellos tienen 94.000 anos de

antigtiedad. Pero Groves sefiala que se

han encontrado instrumentos de 67.000

anos

de

antiguedad en Liujang (China)

y que quizas aparezcan otros auo m

as

antiguos que indiquen la presencia de

nu estra esp

ec

ie durante esa

epoca

en

Extrema

Oriente.

Segun Bernard Word, de la Unive

r

sidad George Washington , todavfa no

contamos con suficientes pruebas para

asegurar

que H  floresiensis

fue el all

tor de una industria

Uti

ca tan depurada.

EVOLUCION HUMANA

Pero aunque

10

fuera,

c  o

explica

damo

s la relaci6n entre el tamano ce

rebral y las

ca

pacidades

cog

nitivas? Si

un hominido dotado de un

ce

r

eb

ro no

mucho mayor que

el

de un chimpan

ce pudo desarrollar una

cuhura

mate

rial tan compleja, i.por que tard6 tanto

en aparecer la lecnica Iftica?

Rightmire concluye que , si H o-

resiensis

fabricaba utiles avanzados,

deberfamos admitir que el tamano del

cerebro no importa demasiado. De he

cho, el volumen cerebral de los huma

nos actuales presenta una extensa va

riabilidad, con eximios pensadores

en ambos extremos del especlro: Jac

ques Anatole

Fran ois

Thibault (Ana

tole France), ganador del premio Nobel

de literatura en 1921 , contaba con

una capacidad craneana de

s610

unos

1000 centimetr

os

cubicos; la de l gene

ral ingles Oliver Cromwell dob laba ese

volumen. Para Po

tt

s, esto signifi ca que

no importa tanto el tamano cuanto la

estructura retic

ul

ar es ta

bl

ecida.

Para nuestro infortunio, el cerebro

de LB I desapareci6 hace largo tiem

po. Nunca conoceremos su organiza

ci6n intema. Con todo, la superfi cie in

tema de la caja craneana ofrece algunas

pistas. A partir de las impresiones en

docraneaies, los paleont61ogos extraen

moldes de latex; estos

se

utilizan lue

go para obtener repli cas que muestran

la morfologfa del cerebro. En el caso

de LB I , los huesos son demasiado fra

gi les para soportar el proceso de mol

deado. En su defecto, cabe obtener una

reproducci6n virtual a partir de la

10-

mograHa computarizada, para despues

general' una replica

fi

sica mediante es

tereolitografia.

Dean Falk, de la Universidad de Flo

rida, pen

sa

ba en un principio que se

ria muy sorprendente que el cerebro de

H. fioresiensis resultara una versi6n en

miniatura del cerebro

humane

moder

no.

i.

Y si prese ntara circunvoluciones

similares a

la

s del cerebro del chim

pance? Los expertos

ll

evan largo tiem

po di scutiendo si los pliegues de los ce

rebros de gran tamano son una simple

consecuencia de sus dimensiones

0

si

la reorganizaci6n refteja un proceso de

selecc i6n en pro de una mayor capaci

dad cognitiva. Quiza LB I arroje

lu

z so

bre esta cuesti6n. Falk su equipo in

formaron en

Science 

en

2005,

aCerca

de su reproducci6n virtual del interior

craneal de LB I. No encontraron simili-

43

Page 42: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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tud con el de un chimpance. Aunque las

proporciones relativas al tamano corpo

ral recuerden a

la

s de un australopiteco

o

un

simi

o,

en cambio ellob ulo prefron

tal estaba muy desarrollado. Pero Ralph

Ho lloway, de la universidad de Colum

bia, observa que es demasiado peque

no para

un

especimen normal d

el

ge

nero Hom o.

De

vuelta al

mundo

perdido

Morwood y su equipo informaban en

2005 del descubrimiento en Li ang Bua

de los restos de al menos otros ocho in

dividuos que encajaban con la

ana10

-

mia de H. floresie s is. Ninguno de

ellos es tan completo como LB I , cu

yos brazos aparecieron en

la

ultima

campana de excavaci6n. Asimismo,

han desenterrado un a segunda mandi

bula, identica en tamano y morfologia

a la de LB I. La dupJicaci6n de hu esos

f6siles r

ef

uerza la idea que defiende la

existencia de una poblacion de esto s

diminutos human os. Al propio tiempo,

descartaria la posibilidad de que

LB

I

correspond iera a un indi

vi

duo afectado

por alguna patologfa.

Quizas el ADN ayude a desentranar

el enigma. En la U

ni

versidad de Oxford

se esta lIevando a cabo el anal isis ge

n

et

ico de muestras de pelos que pos i-

bl eme nte pertenecieron a H

floresien-

sis. Huesos y dientes podrfan conservar

fragmentos de ADN valid

o.

Aunque

las probabilidades de ex ito son escasas

--el

ambiente tropical dificulta la co

n-

servaci6n del ADN-, no se pierde

nada en intentarlo.

En su empeno por resolver este rom

pecabezas evoluti

vo,

Brown propane tres

posibles explicaciones:

H

floresiensis

desc iende quiza de los an

ti

guos pobla-

dores de Flores, que, tras su lIegada a

la isla, habrfan empequenecido (estos

serfan los posibles autores de la indus

tria if ic a, de 840.000 anos de antigUe

dad , hallada en la depresi6n de Soa);

tam

bi

en podria ser que los a

nt

epasados

de

H

j70resiensis menguaran en otra

isla, antes de

lI

egar a Flores; por ulti

mo, puede incluso que el antepasado

del hominido de Flares ya mostrara

un

tamano reducido antes de poblar el su

deste asiatico.

De hecho, en numerosos aspectos,

LB I guarda mayor semejanza con los

H.

erectus africanos

y

los homlnidos

ha

ll

ados en la Republi

ca

de Georgia

que con los

H.

erec   s hallados en Java,

aunque est

os

ultimos se encuentren

mas

pr

6ximos geograficameme. Perc

todavia queda por aclarar si esta seme-

44

janza indica que H.

jl ore

siensis provie

ne de una incursi6n de

H.

erec

tu

s en el

sudeste asia

ti

co anterior a la que di o lu

gar a los H. ereclus en Java, 0 bien co

rresponde a un

re

sultado fortuito del

proceso de empequenecimiento. Nue

vas excavaciones quiza resuelvan estas

dudas.

EI

equipo planea retomar las ex

cavaciones en Flores y Java, para ex

tend er su radio de inves

ti

gaci6n

a

otras

islas

in

donesias.

Los f6siles humanos de Liang Bua

abarcan un perfodo de entre hace

95.000 y 13.000 anos. Ello sugiere

que los pequenos pobladores de Flo

res se ex tinguieron junto al Stego-

don

enana, debido a una gran erup

ci6n volca

ni

ca que tuvo

Jug

ar en esa

zona hace

12

.000 anos. Sin embargo,

quiza sobrevivieron en otras regiones

mas orientales. Si, tal y como reve

Ian algunos indicios,

H. erectus

sobre

vivi6 en Java hasta hace 25.000 an os

y

H

sapiens

lIeg6 a esta regi6n hace

un os 40 .000 anos, tres especies dife

rentes de homfnido habrfan medrado

coda con

coda

en el sudeste asiatico

durante al men os 15.000 ano

s.

Es pro

bable que se encuentren mas f6siles en

otros yacimiento

s.

Las islas de Lom

bok y Sumbawa pudieron constituir lu

gares de paso o

bJi

gado para los homf

nidos que se desplazarcn desde Java 0

desde el continente hacia la isla de Flo

res. Quizas aquellos que se establecie

ron en esas islas tomaran tambien su

propia direcci6n evoluti

va.

Otra hip6tesis apunta que alguna de

estas ramas evolutivas de Homo podrfa

haber sobrevivido hasta tiempos hist6-

ri cas. Tal vez incluso pudieran pervivir

en alguna regi6n remota en la densa

selva trop

ic

al de l sud este asiatico, es

perando (0 evitando) ser descubiertos.

Pero todo esto

ti

ene sentido s610 si

LB

I y los demas resto

s

corres

ponde realmente a una especie huma

na hasta ahara desconocida, en vez de

tratarse de un ser humano patol6gico.

En mayo de 2006 se ha recrudecido la

polemic

a.

Robert D. Martin, del Museo

Field de

Hi

storial Natural de Chicago,

y sus colabaradores pubJicaban ese mes

en

Science

nuevas argumentos - razo

nes de escala y comparaci6n de mol

des de interiores de cn ineo--- en favor

de que el f6 s il de la isla de Flores sea

en reaJidad el cadaver de

un

ser hum

a-

no

mi

crocefdl ico. Otros paleont6

10go

s

comparten esa opini6n: las razones de

escala inclinan a Tom Schoenemann,

de

la

Universidad de

Mi

c

hi

gan-Dear

born, a pensar que

LB

I

fu

e

mi

croce-

falo. Jochen Webber

Sc

hweinrurt

encontro semej

an

zas entre el cn'ineo de

LB I Y el de un

mi

croceralo; la com

paraci6n de moldcs

lIe va

a Ralph Ho

ll

oway

o

lumbia a no descartar

la atribuci 6n a un individuo patol6gi

co. Por el conlrario, seg

un

D

ea

n Falk

-

Fl

orida- indica que esa serra la ex

plicaci6n meno s probable, basand ose

en su propio molde virtual , del que he

mos hablado antes (Martin y Falk

di

s

crepan acerca de

la

pertinencia del cra

neo microencefa1i co humane que Falk

compar6 con el de

LB

I). Pero par otra

parte, Susan Larson tany Brooks-

ha observado un a pec

uli

aridad no hu

mana en el humero encontrado recien

temente de

LB

I, com partida en cambio

par

H

e

re

cllls.

En Flores, algunas Jeyendas cuentan

que cuando se produjo la coJo

ni

za

cion holandesa, en el siglo XIX las

ebu

gogo todavia existfan. EI

fok

lore ma

layo describe un a pequena especie de

humano,

el

orang pendek que, supues

tamente, vive en Sumatra.

En

todas las

culturas aparecen mitos 0 leyend as si

milares . Es posible que nunca descu

bramos si las leyendas acerca de los

ebu gogo

y los

orang pendek

reHejan la

e

xi

stencia de otras espec

ie

s de homini

do, pero la posibi

Ji

dad de encontra

rl

os,

que ha cobrado

fu

erza tras el hallazgo

de LB I, sin duda impulsa  l su busque

da durante las generaciones futura

s.

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Migraciones prehistoricas

de frica Eurasia

Los descubrimientos paleontologicos recientes en la republica

de

Georgia

refutan muchas de las hipotesis avanzadas para explicar La primera

migracion

de Homo erectus

46

Kate Wong

I

ventores de naves espaciales

y

buques submarino

s,

los hu

manos son exploradores intrepidos por naturaleza. Desde una

perspectiva evolutiva nos caracterizamos por una tendencia

a la colonizacion. Ningun otro primate supera el alcance de

nuestra expansion. Pero no siempre

no

s hemos mostrado tan

cosmopolitas. Durante lo s siete millones de aiios de evolucion ho-

mfnida persistieron confinados en los Ifmites de su continente ori

ginario Africa. En algun momenta del pasado  s

in

embargo emi

graron de ese continente  iniciando un nuevo capftulo en la historia

de nuestro linaje.

Hasta hace poco el registro fosil de ese perfodo permanecfa

oculto a nuestros ojos. Las pruebas disponibles se reducfan a un

magro conjunto de fosiles humanos hallados en China

y

en Java.

De tales restos lo s paleoantropologos infirieron que el primer via

je intercontinental 10 realizo un miembro de la especie Homo erec-

  S miembro primitivo de nuestro propio genero. Ocurrirfa ello

hace poco mas de

un

millon de aiios. Unas extremidades largas y

un cerebro voluminoso Ie proporcionaban la zancada y la inteli

gencia propias de un explorador. Los homfnidos que Ie habfan pre

cedido entre ellos H habilis

y

los australopitecinos  habfan de

sarrollado un cuerpo y un cerebro similares a los de los actuales

chimpances. Las proporciones corporales de H

erectus

en cam

bio presagiaban las que definirfan al hombre moderno.

RETRATO

E EXPlORAOOR Con

la mitad

dela

,apacidad ,erebral de

un

humano

moderno

y oros

su-

praorbitarios

similares

al de omo

hobilis

  este hominido

,onstituye

uno de los miembros mas pri-

mitivos de nuestro genero presentes

en el registro

losi .

Elartista John Gurche

ha re,onstruido este

explorador

adolescente

de 1 75 millones de anos de antiguedad utilizando el craneD

bastante

en-

tero

de omo ereews

y

u mandibula,

descubiertos

en el yacimiento de Omanisi, en la Republi,a de

Georgia.

las

dos

figuras del fondo se han recreado a partir de sendos craneos parcial que se han

hallado en el mismo

yacimiento.

TEMAS

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48

RESUMEN/  os

PRlM ROS COLONIZADORES

,. La Investlgacl6n paleoantropol6gica venia sosteniendo que los primeros ho-

mfnldos en abandonar Africa eran altos, estaban dotados de cerebros voluml -

nosos

y

domlnaban

~ c n l c s

Iftlcas avanzadas. Comenzarfan su mlgraci6n

ha

-

cia el norte hace alrededor de un mlll 6n de alios.

Pero los hallazgos recientes de la Republica

de

Georgia nos obligan a cuestlo-

nar tal hlp6tesls. Los f6slles allf desenterrados superan, en medio mlll6n de

anos, la antlgOedad de otros restos homfnldos que se reputaban

105

mas an-

tlguos fuera de Africa. Eran Indlviduos de talla bastante menor y

su

Industria

bastante rudlmentarla.

,. lCu4l1 fue. pues, la raz6n que Impuls6 a nuestros precursores a abandonar

su

contlnente natal? En el muestrarlo

f6s11 de

Omanlsi encontramos una

oportu-

n dad excepclonal para estudlar no un

representante

solitario

de

los primeros

Homo

sino una poblacl6n.

Pero los primeros representantes

ri

canos de H  erectus,

un

grupo

qu

e en

ocasiones re cibe el nombre de H  -

gaster.

habfan aparec

id

o hace s610

1

.9

millones de anos. i Que demor6 su lar

go peregrinaje? Para explicarlo. se pro

puso que H  erectU  no pudo haber

avanzado hacia latitudes septentriona

les hasta que adquiri6 el dominio de la

fabricaci6n de utiles ifticos  una cultu

ra tecnica que recibe la denominaci6n

de cultura achelen

se. Es

ta industria

permitfa o

bt

ener

in

strumentos muy es

tandarizados como los bifaces

y

otros

utensilios simetrico

s

No conocemos

con exactitud las ve ntaj s que aporta-

TEMAS

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ban

estas herramie

nta

s so

br

e l

as

lascas

los monofaces y las raederas del 0  

duwayense; a buen seguro facilitaban

la desc ua

rti

zaci6n de la caza.

En

cual

quier caso los vestigios

ma

s a

nti

guos

de pre

se

ncia hum ana fuera de Africa

o

rrespondieron durante muchos mios

a los

in

strumentos de tipo achelen

se hallados

en el yacimi ento israeli de

U

beidiya.

Pro

visto de

un

a musculatura fuene 

un cereb

ra

voluminoso y una ttknica i

li

ea avanzada este hominido repre

sen-

taba Ia

im

agen arquetfpica del explora

dor Qui

zii

demasiado.

En

los ultimos

aiios

se

ha descubierto en el yacimien -

 VOLU ION HUM N

to de Omanisi  enclavado en la Republi-

ca de Georgia un formidable conjun-

to de

re

sto s f6siles en perfecto estado

de conservaci6n utiles tallados y frag-

mentos de ani males de hace 1 75 mi

l ones de ailos aproximadamente me

dio mi1l6n de afios mas antiguos que

los

re

stos de

U

beidiya. Ningun otro

yacimiento de la epoea de los prime

ro

s omo ha proporcionado tal mues

trario

de hu esos. Constituye

un

auten

tico tesoro para la paleoantropo logfa y

ofrece una oport

unid

ad sin preceden

les para esc udrinar en la vida y en la

epoca de nuestros precursores hornini

dos Estos hallazgos han mostrado algo

sorprendente: la anatomfa y la tecni-

ca de los hominidos de Georgia resul -

tan mucho mas primitivas de 10 espera

do. Ante ese singular mues

trario

  cabe

preguntarse no s610 por las eausas que

impulsaron a aquellos primeros hurna-

nos a dejar Africa sino tambien por el

modo en que la aba ndonaron

Un comienzo dudoso

EI tranquilo pueblo de Dmanisi situa-

do en las estribaciones de la cordi llera

del Caucaso di sta 85 kil6metros en di-

recci6n sudoeste de Tbilisi

la

capital

de Georgia y 20 kil6metros de la fron-

tera con Armenia  por el norte. Durante

49

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la Edad

Media   Dmanisi constitufa una

de

la

s principales ciudades de su tiem

po y ,lcleo de parada en la Ruta de la

Seda. De ahf su interes arqueologico.

En los anos lreinta del siglo pa sado co

menzaron las primeras excavaciones de

su ciudadela medieva

l. En

1983, Abe

salam Vekua, paleontologo de la Aca

demia de Ciencias de Georgia descu-

brio en

si

los de grana restos fosiles de

un rinoceronte extinguido

de

s

de ha-

cia mucho liempo. Fue entonces C

lan

do se empezo a sospechar que el yaci-

mient

o

podia

encerrar informaci6n de

gran

tra

sce

nd

encia   Al cavar esos po-

zos,

lo

s habitantes de la ciudadela ha

bran

abierto

una ventana a su pas

ado

prehistorico.

EI ana siguiente, el hallazgo de uten

si lios Iftico s primitivos av iv6 la es

peranza

de

encontrar re

stos

humano

s

fo siles. Par fin , el ultimo dfa de la cam

pana de excavaci6n de

1991

, aparecio

un

hu

eso hominido bajo

el

esqueleto

de un tigre de diente de sable.

A partir de la dataci6n estimada de

los res

to

s de fauna que 10 acompaiia-

ban, se dedujo que este f6sil humano,

una mandfbula

que

se atribuy6 a omo

etectll

s

tenfa alrededor de 1,6 millones

de

ailos 10 que Ie convertfa

en el

homi-

nido mas antiguo hallado fuera de Afri -

50

ca. Un ana mas tarde, cuando David

Lordkipanidze y Leo Gabunia, de

la

Academia de Ciencias de Georgia, pre

sentaron el especimen

durante

una reu-

nion internacional de paleoantrop610-

gos en Alemania  sus hipotesis fueron

recibidas can escepticismo. Se suponia

que los humanos no habfan abandona

do Africa hasta hace un mill6n de ailos.

La mandfbula, que conservaba todos

los dientes en su posici on  parecia

de-

mas

iado

perfecta

para

otorgarle la edad

s

ugerida

por los georgianos.

La

man

dibula de Dmanisi solo creaba interro

gante s.

A pesar

de

todo, el equipo continuo

co n la excavaci6n del yacimiento  para

avanzar en el conocimiento de su geo

lo

g

fa

y en busca de nuevas f6silcs hu

manos. Su per

se verancia se vio recom-

pcnsada en 1999, cuando hallaron dos

cra

neo

s a escasos

metro

s de

dande

ha

bra aparecido la mandibula oc ho a

ilo

s

antes.

Me

ses despues, publicaron en

Scien  eun

articulo s

obre

los

nue vos

fo

s

il

es. Los

halla

zgos establecian una es

trec ha re laci6n entre los hamfnidos de

Dmanisi

y H erectus africano. Com

partian  

entre

olros rasgo

s,

una

mi

s

ma

forma del torus supraorbitari o. Esta si

militud contrastaba co n las diferenc ias

ex

iste

ntes

entre los f6siles hum a

no

s

mas antiguos hallados en Asia oriental

y en Europa occidental, que presenta

ban rasgos distintivos de cada region.

Par aquel entonces, se habra deter

minado can mayor precision

la

edad

de los

f6

siles, que proceden de unos

sedimentos dcpositados sabre un po

teote estrato de roca volcanica fecha

da, par metodos radiometricos, en 1

 8

5

millones de anos. Para C. Reid, de la

Univc rsidad del Norte de Texas la su

perficie sin erosionar del

basalto

indica

que lransc

urri6

poco tiempo desde que

se forme la capa sedimentaria donde se

incJuyen

lo

s

fo

siles. A tenor de

lo

s ami-

li

sis paleomagneticos, los sedimentos

se depositaron hace cerca de 1 77

mi-

Hone

s de ailos coincidiendo con el li-

mite

Matu

ya ma-Olduvai. momento

en

que la polaridad magnetica de

la

Tierra

se invirti

6. Se

cOITobora ese

guarismo

can la dataci6n de los restos fosiles de

animal

  sque acompailan a los homini

do, (par ejemplo,

un

roedor

Mimomys

que vivi6 entre hace 1,6 Y

2,0

millones

de

ano s

y

con un

segundo ni

ve

l de

ba

salta, de 1 76 millones de anos, de un

yac imiento cercano   que cubrfa el

mi

s

mo

horizonte estratignifico.

EI hallazgo de los nuevas fos iles

el

refinamiento de las dataciones zanja-

ron la c

ue

sti6n. Dmanisi se convirtio

en

T S

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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EL

YACIMIENTO DE DMANISI

EL

PUEBLO DE DMANISI se encuentra a 85 kil6metros de la capital

de la

Repub

lica de Georgia Tbilisi 5igl05

atras 

el enclave

constitula

un nuda central

de

lasvias comerciales

de

bizantinos y persas Se re·

conocen

los

vestigios de

un

pasado intenso: tumbas paleomusulma·

nas sepukros medievales y  sabre todo  las imponentes ruinas de

una

dudadela

se alzan en un promontorio desde el que se control

a-

ba la Ruta de la Seda.

Mucha antes del

pogeo

y oeaso de

la

ciudad  fue

este

el dominic

de un homfnido r i m i t i v ~ el

primero

en salir de Africa e iniciar

la

co

loniza i6n del resta del Viejo

Mundo

hace 1 

75

millones de

arlOs

mu

cha antes de

1

que tradicionalmente

se

supan a . Hace dace arios 

David Lordkipanidze

director

hoy del Museo estatal de Georgia par-

1

LAS EXCAVAClONE5

ARQUEOLOGICA5

de

10 ciudadela medieval

de

Dmanisi

con

-

dujeron

al

desrubrimiento

de fOsiles mucho

mas antiguos. Hasta

ahora los

poleoan-

ticip6

del descubrimiento del

primer hueso homfnido en Dmanisi.

Desde entonces

se

han recuperado

cuatro

craneos

2000

utiles Ifti

cos y miles de f6siles animales. Para muchos paleoantrop610gos se

trata del yacimiento mas espectacular de los excavados

en

los

ulti

mos anos.

Un area cuadrada de

20

x

20

metros constituye la zona principal

de excavaci6n.

En

este lugar  en el ano 2001 se

encontr6

un craneo

extraordinariamente completo y

su

mandibula

asociada. En el iniclO

de

la

campana cada investigador

se

ocupa de una parcela de un

me-

tro cuadrado  en la

que

se registra meticulosamente la posicion tridi-

mensional de cada

fragmento

de hueso

0

artefacto que aparece

du-

rante la remoci6n del sedimento. Una vez etiquetados se guardan

tropdlogos han excovado minudosamente

en un dreo deunos

100 metros

ruodrados.

pero se creeque el

yocimiento

puede abarcar unos 71.000metros ruadrados.

para

su posterior

estudio. Tras cerner y lavar

la

co

secha aparecen conchas de moluscos y minuscu

los huesos de micromamfferos que

proporcionan

informaCion acerca del ecosistema.

En

el laboratorio de campo

se

clasifican los

restos. Observados al microscopio nos

re

velan la

especie a la

que

pertenece cada hueso; los cor

tes y mellas superficiales nos

dirim

sf suf rieron ai

guna

accion depredadora.

En

ciertos casos estos

datos pueden ayudar a comprende r el origen de

la acumulacion de los huesos. Unos por ejemplo

indican que los huesos habrian s ido acumulados

por

tigres de diente de sable en sus cub ile s Otros

denotan actividad humana

ya que la

abundan-

cia de huesos aplastados y fracturados

es

propia

de la presencia de

hominidos, no

de felinos

ca

r

nivoros.

2 LOS

M/EMBROS

DEL EOU/PO

exeavan pillan

los sedi

-

mentos calcdreos para descubr;r

los

utlles Ifticos

los

res-

tos

de

animales consumidos par

homfnidos.

Page 50: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 50/88

el yaeimiento de f6siles hominidos mas

anti guo fuera de Africa; la colonizaci6n

de

Eura

sia se

retrotrajo

cientos de

mi-

les

de

anos. Asimismo, qued6 refutada

la hip6tesis que postulaba la exigencia

previa del dominio de la cultura ache

lense para salir de Africa. La industria

litica de

Dmani

si 5610 inclufa utiles

ru-

dimentarios de tipo olduwayense, ela

borados con materias primas dellugar.

La talla del explorador

Adem

as

de la antigiledad de los f6-

siles y el caracter

rudirn

entario de

su indus

tri a

Dmanisi escondia alras

sorpresas. En ju lio de 200

3

el equi

po de Lordkipanidze pub lic6 el ha

llazgo de un tercer wlneo Bastante

co

mpl

e

to

  conser

va

incluso Sil man-

dfbula y constituye uno de los es

p

ec i

menes mas primitiv

Qs

de

Homo

descubiertos hasta la fecha. Los dos

primeros craneos que se hallaron ha-

bian encerrado 770 y 650 centimetros

c

ubi

cos de materia

gri st

r

es

pectiva-

mente mi e

ntr

as qu e el tercer

crane

tenia una capacidad cerebral de s610

600 centimetros cubicos, menos de la

mitad del tamana de

un

cerebra hu-

ma

no

moderno y considerableme

nt

e

menor

qu

e 1 esperado en H.

erectus.

Tampoco la morfologia de este tercer

cranee respondia enteramente a un

H  erectus. La

ligereza del

tor

o su-

praorbitario, el prognatismo facial y

la c urvatura de Ia parte posterior del

52

cnineo

10

aproximaban a H

habi/is 

precursor putativo de H 

erectli

S

Creiase que los hominidos que pro

tagonizaron la primera migrac i6n de

Africa ten

fan

un cerebro notable. Aho

ra

comprobamos p

or

el co

nt ra

rio  que

la caja craneana de estos primeros via-

jeros apenas superaba la de H

habi-

lis mas del primitivo. Tampoco pareda

que los hominidos de Georgia hubieran

desarrollado mayor

ta

ll

a que

H habi-

li

s. Aunque so lo se han encontrado ele

mentos sueltos del esqueleto poscra

neal costillas, claviculas, vertebras y

huesos de ambas ex trem

id

ades), pen

dientes de

una

descripci6n adecua

da

 

G. Philip Rightmire de la Universidad

de Binghamton y miembro del equipo

paleontol6gico, sos

ti

ene que hay infor

m

ac

i6n suficiente p

ara

aseg

ur

ar que los

pobladores eran de talla pequena.

Provisionalme

nt

e adscritos al tax6n

erectus 

los homfnidos de Dmani-

si podrfan

co

rr

esponder a las prime-

ra

s fases evolutivas

de di

cha espec ie;

es decir. podrfan

co

nstituir un a suerte

de eslab6n perdido entre H

re

  llls y

H habilis . Defiende esa opini6n Lord

kipanidze. Otros paleoantrop610gos

han p

ro

pues to

un

esquema taxon  mi

co

mas complejo. Jeffrey Schwartz, de la

Universidad de

Pittsburgh, pone el en

fa sis en la variabilidad anat6rnica que

muestran los craneos y las m

an

dfbulas

recuperadas entre e lias una mandibu-

la poderosa, descubierta el ano 2000;

sugiere que los f6siles de Dmani si po

drfan

co

rr

esponder ados 0 mas espe-

eies de homfnidos. En cambio, Milford

H. Wolpoff, de la Universidad de Mi

chigan en Ann Arbor, cree que, senei

llament

e

esa mandfbula robusta per

teneceria a un macho

y

el resto de la

osamenta a hembra

s.

Dado que todos los f6 siles proceden

del mismo nive l estratigrafico, Lordki

panidze in siste en

qu

e 10 mas probable

es que pertenezcan a una rnisma pobla

ci6n de H 

e

re

ct

us Dmanisi  apostilla

ofrece

un

a magnIfica oportunidad para

reftexion

ar

sobre el concepto de varia-

bilidad. Has ta ahora, se aceptaba que

H

erec

tu

s va

ria

ba

poco morfol 6g ica-

mente y asf 10 respaldan los recien

te

s descubrimientos del yacimie

nt

o de

Bouri en la region etiope del Middle

Awash, del yaci

mi

ento keniata de Ille-

ret). Pero Lordkipanidze sospecha que

conf

or

me se vaya profundizando en e l

conoc imie

nl

o de los f6siles georgianos

h

abra

que

ir

rev isando el sexo y la es -

pecie de mas de un f6sil africano. Sera

un bu

en mome

nt

o para volver a plan-

tearse la identidad de los fundadores

de nu estro propio linaje. La verdad es

que bast

an

tes expertos se preguntan si

H. habilis

no fue en realidad una espe

cie del genera

Australopithecus.

Del

anaI is is cladistico de H habilis

apunta Bernard Wo od, de la Universi

dad George Washington, no se infiere

que haya que situar a habilis dentro de

TEMAS

Page 51: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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Homo A tenor de

la

s proporciones de

cnineo y cuerpo de los rasgos mandi-

bulares y dentarios y de ciertas caracte-

rfsticas relacionadas con la locomoci6n  

VOLuelO

N HUM

 N

 

o

Rl

  a k l s t ~ n

2 OM

habilis se asemeja a los australopiteci-

nos.

Si

tal vinculacion fuera correcta

la aparici6n de H  erectus sefialarfa el

nacimiento de nuestro genero. Pero 10

que todavia no esta claro segun Wood

es la situaci6n de los homfnidos de

Dmanisi en esta divisi6n: i.perte

ne

cen

a Homo 0 a Australopithecus?

53

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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Dejando a un l

ade

la cuesti6n taxon6-

mica, la baja estatura de los individuos

de Dmanisi nos plantearfa un a dificul

tad afiadida. Otra de las hip6tesis mas

extendidas sobre las razones que impu

l-

saran a los hominidos a

sa

lir de Africa

la avanzaron en los aoos ochenta Alan

Walker y Pat Shipman, de la Univers

i-

dad estatal de Pennsylvania. Reelabora

da mas recientemente

par

el grupo de

William R. Leonard, de la Universidad

del Noroeste, establece que el notable

tamano del cuerpo de H  erectus nece

sitaba un a dieta mas rica en energia que

la requ

er

ida

par

sus precursores de me

nos talla. La adopci6n de ese regimen,

que incorporaba

came

, les habrfa obli

gado a explorar nuevos territorios en

busca de comida, hasta lIegar a Eura

sia. Todavfa no

co

nocemos las dimen

siones corporales exactas de los pob la

dores primjtivos de Georgia, pero

ca

n

el descubrimjento de individuos mas

chaparros que el clasi

co

Homo eree/us

fuera de

Afr

ica, habrfa que replantear

se

ese cuadro expositivo.

Georgia en

su mente

Cualquiera que fuere el motivo

par

el

que los primeros homfnidos abandon a

ron Africa, no resulta diffci l imaginar

las razones que tuvieron para ase ntarse

en Georgia m

er

idional.

Par

un lado. la

presen

cia

del mar Negro al oeste y del

Caspio al este les aseguraba un clima

suave, quizas incluso mediterraneo . P

or

otro, la regi6n

of

recia

un

a extraordhlaria

diversidad

eco

l6gica; en el yac imiento

se han hallado restos de animales que

viven en

bo

sques (ciervos),

junto co

n

especies de pastos (caba

ll

os),

10

que

indica un

mo

sai

co

de habitats de bos

que y sabana. En la prac

ti

ca, si estos

homfnidos hubiese n sufrido algun co

n-

tra

ti

empo no habrfan neces itado tras

ladarse muy lejos para mejorar su si

tuaci6n. La heterogeneidad del enlorna

pudo haber favorec ido el poblamie

n-

La.

En

co

ncreto, Dmanisi se encuentra

en un promonto

ri

o formado

par

la con

ftu

en

cia

de dos rios;

esa

ubicac i6n po

drfa haber atrafdo a los homfnidos: el

agua que les abastecia les proporciona

ba tambien posibles presas sedientas.

Martha Tappen, de

la

Universidad

de Minnesota, 10 considera un lug

ar

6ptimo para la interacci6n entre espe

cies. Entre los miles de f6siles mam ffe

ras desenterrados en el yacimiento, se

han encontrado, amen de restos hum a

nos, f6s iles de tigres de diente de sa

ble, panteras, osos, hienas y lobos. Tap

pen, euya inves

ti

gacion se centra en el

54

origen de la acumulaci6n de los hue

sos del yac imiento, sospecha que los

grandes carnivoros utilizaban a modo

de

trampa esle promonlorio limftrofe

ca

n el agua; se plantea

si

los hominidos

no ha

ri

an

prapio. Tappen ha identi

ficado ya senales de corte en hu esos

de ani males. En alguna ocasi6n, por 10

menos, los pobladores de Dmanisi

co

n

sumieron carne. No sabemos. sin em

bargo,

si

eran carroneros de presas ani

males

0

eran e

lI

os cazadores.

EI

asunto

merece inves

ti

garse.

Ent re las

dema

s hip6tesis restan

tes

sa

bre la emigraci6n

de

los homini

dos hac

ia

esas tierras septentrionales se

cuenta la

que

sos tiene que la transici6n

de una dieta australopitecina, vegeta

riana,

a un

a eSlrategia de subsistencia

de cazador-recolector les permiti6 so

brevivir durante los meses frios de in

viemo, cuando los rec ursos vegeta

les escaseaban

0

incluso desaparecfan.

S610

un ana

li

sis mas profunda de los

huesos de mamfferos del yac imien

to nos permitira esc1arecer

c6

mo

CO Il

seguian su raci6n

de

carne los h

omini

dos de Dmanisi. Tappen imagina que

seda

n cazadares; de haberse alimen

tado de carrona, la distribuci6n de los

animales habrra resultado

mas

errati

ca. Si bien

ca

rn ivoros. los homfnidos

no ocuparon necesariame

nt

e la c ima

de la

ca

dena trofica: podr

fan

hab

er

sido

a la vez cazadares y presas. Prueba de

ella son las heridas incisas observadas

en uno de l

os

cnineos y las marcas de

mordeduras que

l u

estra

la

mandfb

u-

la mayor; nos revelan que algunos ho

mfnidos de Dmanisi

fu

eron depredados

par

fel

in

os.

Rumbo al

exterior

Los restos f6siles de Dmanisi certifi

can que los homfnidos sa

li

ero n de Afri

ca haee

1,9

mi

ll

ones de an

as

, poco

despues de la aparici6n

de

H  erectliS

Hacia d6nde se dirigieron despues se

hall a envuelto en el mist

er

io. Los si

g

ui

entes f6si les

mas

antiguos

de

Asia

s610 tienen al

ga

mas de un mill6n de

anos (aunque los controvertidos yaci

mient

os de

Java se fechan en 1,8 mi

llones de anos). Los mas antiguos de

Europa cuentan

8

0.000 afios. Desde

el punto de vista anat6mi

co

, los homf

nidos de Dmanisi podrian ser precurso

res de l

H erectus

de As ia , aunque tam

bien podrfan haber formado

un

grupo

s

in

con tinuidad evolutiva, es decir, la

vanguardia de una oleada migratoria

que s610 lIeg6 a poblar una parte de

Eurasia. Hubo multiples emigraciones

de Afr ica y tambien algunos retorn os.

Segun Lo

rd

kipanidze, Dmanisi consti

tu

ye una instanHlnea fotografica; nece

sitamos saber que ocurri6 antes y des

pues.

Por recurri r a

un

t6pico paleoantro

pol6gico, los desc ubrimientos de

Dma

ni

si

plante an mas preguntas que res

puestas. Para Rightmire, cuestionarse

las hipotesis recibidas siempre resulta

provechoso, pero presenciar e l derrum

bamiento de ideas que hace 8 0 10 afios

parecfan muy s6lidas genera fru stra

cion. La transici6n hacia una dieta de

ca

rne podria explicar

co

mo se desen

volvieron para sobreviv ir los homfni

dos fuera de

Afr

ica. Ah

ara bi

en, i,q ue

les indujo a exp lorar nuevos horizon

tes? Quiza sigui

ero

n a las manadas que

avanzaban hacia el norte.

0

tal vez, fue

algo tan senci llo como la inq uietud por

ave riguar que habia detnis de una co li

na, un rfo

0

mas alia de una pradera.

Los f6s

il

es recuperados en Dmani si

proceden de un sec tor muy restringi

do

de 1 que se supone que abarca el yaci

miento. Los nuevos hallazgos

se

pro

ducen a

un

rirmo mucho mayor que e l

que permite su descripcion. Se desen

terro un

cua

rto craneo en 2002; en el

verano de 2003 se hallaron una nue

va mandfbula, una tibia y un hu eso del

tobi llo. [En 2005 se hallaba otro cra

neo, correspondiente a un individuo de

mas de cuaren

ta

anos. que habfa per

dido toda la dentadura pero sobrevivi6

s in e

ll

a

un

as

aiio

s.

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http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 53/88

Corredor de hominidos

en Africa sudoriental

ntre dos importantes yacimientos muy distantes entre sf

se abre una ventana que permite reconocer l ruta seguida

p r los homfnidos africanos y arroja

lu

z sabre su movilidad

56

Friedemann Schrenk y Timo

th

y G. Bromage

E

 Afri

ca

se encue

ntra

la c

un

a

de

nuest

ro

s antepa sados

prehu-

manas

y

protohumano

s.

Con repelida frecuencia 

los

haHaz-

gos se fi alan el este del continente africano como zona catali-

zadora del desarro

ll

o de la humanidad. A

ll

f

su

rgi6 la marc ha

erguida y all f, par vez primera, el cerebra empez6 a ganar

p

eso

en sent

ido

literal y figurado. L

os

paJeoa

nLrop6

Jogo s se mu es

tr

an

umin imes en el reconoci

mi

ento de am

bo

s factore

s.

Sin embargo   a pe-

sa

r de Ia

gra

n

ca

nt

idad

de

fo

s

il

es encon

trado s

0

ta

l vez precisamente

po

r elio  sigue h

ab

iendo notables discrepan

cias

en torno a ciertos as-

pectosde l

proceso

evo

lut

ivo .

A principios de los atios oc he

nt

a

de

l siglo pasado, el mapa de Africa

presentaba s610 dos

grande

s

ar

eas de

yaci

mie

nt

os con restos de homfni

dos  unaen el su r y

alra

enel este. En

tre

una yotrahabfa un vacfo sn in-

dicios de ningun corredor que u

niera

l

os

vari os milesde

ki

l6metrosque

separan el norte del T

ran sv

aa l (SudaF

rica

la garga

nt

a lanza

na de

0 1-

duwai. EI

fe

n6me no llam6

nues

tra atenci6n.

No

s propus

im

os en e

sas

1.

ZON E

EXPLOR CION en el

Rift de

Malawi,

sector meridional

del

sistema de

fosas

africanas. En

la orilla

noroeste dellago Malawi apare,en los estratos

sedimentarios

en

estudio

; forman una

franja

de unos

10

kilometros oioradon

clara

n ia foto inferior

tomododesdeun sot

 

l t .

los

estratos correspondientes

a

un fase de

l

hominizaci6n

-hace

de

cinco a

menos de dos millones de

anos-

se encuentran en los lechos de

Chiwondo

  con

sus caracte

r

fsticos valles erosivos estrecho

syprofundos.

Page 54: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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fechas, bu scar f6siles de hominidos en el

tra

yecto intermedio exp orando una

re

-

gi6n mas extensa de 10 habitual. Sortea-

ma

s injerencias politicas y de otro

ord

en

que, por aquellas fechas, obstaculizaban

la inves

ti

gaci6n en a evo luci 6n

de

los

homfnid

os.

Partfamos de la base de que

el proceso

de

hominizaci6n

fue

un fen6-

m nD

genera l

panafricano que s6

lo

re-

cibirfa cabal explicaci6n cua ndo se lIe

naran los huecos geograficos entre los

diver

sos yacimientos.

Mas aun. Ni ngtin ser vivo

se

desarro-

lla independientemente del medio don-

de medra. Los cambios del

dima

, del

eol

om y

del espacio

vital

conforman

el marco donde se produce

la

evolu-

ci6n. Por consiguiente, habia que re

construir

la

s cambi

antes

condiciones

ecoJ6gicas en que se desarrollaron y

sabre todo, se expandieron los prim e-

ros

homin

id

os. Los cambio s

que

es-

tas condiciones ambientales provoca-

ron

en

la fauna del sudeste afr i

cano no

s

proporcionan una valiosa infonnaci6n .

Con este

amp li

o planteamiento. poco

h

abitual

en

aquel

entonces, abo rdamos

el estudio de la ecologia evolutiva de la

especie humana y de su proceso de ex-

pansi6n. Creem os que s610 asf se pue

den plantear hip6tesis s61idas sobre las

relaciones en

tr

e los di stintos tipos de

f6siles

hum

anos, pues no

ba

stan l

as

es-

cuetas caracteristicas anat6micas.

Teniamos que empezar

por

desbrozar

los estratos sedimentarios de la epoca

correspondi

en

te: desde principios del

Pli

oceno, hace cinco millones de anos,

ha

sta el Pleistoce

no

, la epoca geol6gica

de l

as

glaciaciones que comenzo hace

EVOLUCION HUM N

unos dos millones

de

ailos. Ba sandonos

en fotografias obtenidas desde satelites

y en informes geol6gicos de la epoca

colonial. localizamos una zona

apro

piada en la costa occidental del lago

Malawi. Este lago forma parte del gran

sistema de fosas africanas ( R if

t )

que

marca

la deriva de las placas continen-

tales. Se hicieron sucesivas excavacio-

ne

s en las laderas de la fosa. Los se-

dimentos se pultan los restes animales

no

corruptib

les, como hue sos y dien-

tes, evitand o su descomposici6n total.

Hundidos profundamente en el curso

de los u

ltim

os cinco millones

de

anos,

los es

tr

atos m

as

antiguos

vo

lvieron a

elevarse hace unos 500.000 anos, cuan-

do se produjo un estrechamiento local

en el norte del va lle de Malawi. Aque-

lIo

s sedimentos so n

ho

y accesibles

de

s-

de la superficie.

En

nuestra opini6n este sis

tema

de fo

sas

corresponde a una antigua

corrie

nte

de agua que unia el sur y el este de Afri-

ca.

En todo

caso, el trayecto represe

nt

a

la

ruta ma

s corta entre dos di stantes zo-

nas

de

yacimientos. Como nue stro

prin

cipal objetivo era la reconstrucci6n de

los cambios experimentados en el espa-

cio vi tal y en el mundo

animal,

asf como

la identificaci6n de posibles rutas de ex-

pansi6n,

no

tenfamos

ningun

a

alternati

va

a la

fo sa de Malawi pe

se a su escasez

de f6 siles. Asi naci6 nuestro proyecto

Corredor de Hominidos  .

Con YusufJuwayeyi, del departamen-

to de arqueologia de Lilongwe, y otros

colegas de Malawi empezamos en 1984

a es

tudi

ar sistematicamente l

as fragi

le

s tierras de la cos ta nordoccidental del

2. El PROTOHUMANO Homo rudolfens;s   a man -

dibula inferior aqui representada, con

sus

2 5

millones

de

anos

de antigUedad,

constituye

el

resto

mas antiguo de

esta

especie.

Fue

deseu-

bierta

por el equipo del proyecto de investiga-

ci6n orredor de hominidos  en la costa no Oc-

cidental dellago

Malawi, cerea de Uraha.

lago. Los estratos sed imentarios alcan

zan ali i una longitud de 80 y una an-

chura de 10 kil6metros. Las capas plio-

pleistocenas se conocen desde los

aDOs

ve inte

como Iechos de Chiwondo .

Al cabo de unos

16

anos de Iraba-

jo , el catalogo de nuestros hallazgos in-

duia

apenas unos 1500 f6siles de ver-

tebrados . Por cada kil6metro cuadrado

so

liamos encontrar s6lo un fragmento,

un bajisimo indice de hallazgos. Uni-

camente en lugares muy co ncretos

dabamos con un dep6sito masivo de

f6si les. a recogida de informaci6n re-

sultaba muy laboriosa. Grupos de vein-

te a treinta colaboradores exploraban

repetidas veces cada centimetro cua

drado y recogian los restos f6siles que

encontraban. Alii donde se preveia

mas

rentabilidad se hacfa

una

excavaci6n di-

rigida. La lluvia se convirti6 en aliado.

Las ag

uas se Ilevaban una y otra vez los

sedimentos men os compactos,

de

modo

que lentamente aftufan a la superficie

nuevas fragmentos.

La

despoblaci6n ,

casi absoluta, de la zo

na

pennitfa que

dejaramos los hallazgos al aire libre ex-

puestos a la

eros

i6n natural.

Un data importante de nuestra inves-

tigaci6n

era

la exploraci6n sedimento-

16gica de todos los hallazgos, loca li za-

dos con toda exactitud mediante e l GPS

(Sistema Global de Situaci6n). Mas tar-

de, esto nos permitirfajuntar fragmentos

extraidos con anos de diferencia.

Entre los f6siles de vertebrados, los

peces, tonugas y cocodrilos suponen

alrededor de una cuarta parte, mien-

tras que los

mamfferos

representan

Ia

57

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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3. MEDIANTE EXPLORACIONES DE SUPERFICIE St

hact

un reeono·

cimitnto

paleontol6gico

de

lo

s estratos con

posible contenido

de f6siles

.

En areas previa mente definida

s

con toda exactitud

 

...

el

equipo busca restos f6siles

centro).

Ante la

presencia

de

cual·

quier

fosil

de

vertebrado este

queda localizado con toda preci·

si6n mediante el GPS y

registrado

en el catalogo de

hallazgos

.

561 alii donde cabe esperar se escondan hallazgos importantes

el equipo emprende excavaciones sistematica s; a la jzq uierda en

Malema  a

a

derecha en Uraha.

gran mayorfa restante. De estos mamf

feros fosi lizados los antf]opes suponen

aproximadamente la mitad  seguidos

por

orden n

Ull1erico

de equidos suidos

hipop6tamos jirafas elefantes y pri

males. Tal distribuci6n rcfteja la misma

proporci6n natural de especies que se

observa hoy en diu en los parques afri

cano

s.

Se echan en Fa lta pequenos ma

mfferos y gra

nde

s carnfvoros. En el casa

de los primeros q

ui

za

1a

debit

co

nsis-

tcncia de huesos y dientes les impidiera

perdurar. POI 10

qu

e

co

ncierne a los ca

r-

nlvoros escaseaban por entances   como

corroboran olros yacimientos.

Los ant

fl

opes son unos buenos indi

cadores ecol6g icos. No se olvide que 

de muchas

de

sus especies f6siles. exis

ten hoy descendiente

s. Ob

servando

que

especies act uales prefieren detennina-

do

s espacios vilales podemos inferir e n

que medio una especie f6s

il

se en

co

n-

58

PREHUMANOS Y PROTOHUMANOS

Australopitecinos graciles

Estos prehumano

s

probab lemente de una anti guedad de cinco millones de arios an

daban sobre dos piernas y podfan trepar por los arbol

es.

Su ce rebro no era mucho ma

yor que el de los simios antropoides. No habran

adquirido

todavfa una cultura instru

me

nt

al; para la preparaci6n de sus

al

im

entos disponfan s610

de

sus molares.

Genero

Paranthropus

l os lIamados australopitecinos robustos desarrollaron unos dientes poderosos. Su pri

mer representante coexisti6 con los p ri meros protohumano

s.

Masticaban alimentos

vegetales

duro

s.

eneroHomo

Lo s protohumanos que se remontan 2 5 millones de arios atras s610 deambulaban.

I tamaflo del ce rebro de este genero el nuestro aument6 considerablemente. Gra

cias a su cultura instrumental los molares perdieron importancia para el desmenuza

miento de los alimentos.

.

.

traba

e

n su ambiente , si en

una

saba

na arb6rea abierta en un matorral 0 en

bosque s de cibera.

En los trabajos de dataci6n los f6-

siles de suidos dese mpefian un papel

principal. De manera particular  el ter

cer

molar del

jabalf de

los arbustos y

del

jabali

gigante ha sufrido c1aras mo

dificaciones en los ultimos cuatro mi-

1I

0nes de a

fi

os; ancho y de poca altura

en un

com

ienzo

se

torna a lto. estrecho

y con una elevada corona. Semejante

transici6n convierte a estas piezas den

tarias en f6siles clave. que . basandonos

en cronologfas conocidas de otras re

giones nos permiten hacer una ordena

ci6n temporal.

Los lechos de Chiwando contienen 

ademas ingentes cantidades de f6si

les de conchas de caracoles que ellago

Malawi ha

id

o limpiando en sus anti

guas playas. En opini6n de Christian

Betzl

er

y de Uwe Ring  aquel sedimen

t610go de nuestro proyecto y entonces

en la Universidad de Frankfurt y este

especialista en tect6nica que profesa en

la Universidad de Maguncia los f6siles

en cuesti 6n datan de hace a

pro

ximada

mente cuatro millones de afio

s.

Lo

s f6siles de vertebrados pueden

ordenarse cronol6gicamente en tres

eta pas: la mas a ntigua con una edad su

peri

or

a los cuatro millones de afios la

TEMAS

Page 56: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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mas reciente con un a edad in

fe ri

or a

lo

s

1,6 millones de ano

s,

y

un

a intermedia

que, separada par algunos estratos va

cios, se ex tiende en tre los 3,8 y los dos

millo

ne

s de ailos. En los estratos mas

recientes aumenta la proporci6n de ani

males que vivfan en fa sabana abierta.

Se advierte que, hace

un

os 2,5 millo

nes de ailos, ocurrieron notables cam

bios climaticos en Africa, relacionados

con el comienzo de las gl

ac

iaciones en

el hemisferio none.

La multiplicidad ecol6g ica del mun

do animal en el con'edor de los omini-

dos pennite tambil n Llna clara diferen

ciad6n de los espacios vi

tal

es; los habfa

de fadl acceso al agua, territorios secos

y cerrados de arbusto

s,

asf como sabanas

arb6reas abieltas. EI estud

io

de los s

e-

dimentos nos rem

it

e tambien a rios con

abundantes meand ros, lagu nas

y

deltas.

EI corredor

se

in cluye hoy en la eco

zona del Zambeze. Situada en el Afri

ca sudoriental, forma una cuna entre

la zo

na

tropical y la tempiada del con

tinente. Para esclarecer las re laciones

biogeografieas de la ecozona

no

s apres

tamos a ordenar los ha

ll

azgos mas re

cientes de grandes mamfferos segun

su area de origen.

De

e

ll

a resulto

qu

e

14

especies procedfan del Africa orien

ta l y meridional, res revelaban un ori

gen sudafricano y

17

especies prove

nian exclusiva mente del Africa orienta

l.

El grupo mas numeroso 10 co nstitufa la

fauna del "corredor del Rift", tfp iea de

la

s zona s altas

y

bajas del este african

o.

De

esas observaciones se infi ere que el

paso de marras

se

integraba en Llna sc

ri

e consecutiva de espacios vitales ha-

bitats) relacionados entre sf,

ha

s

ta

crear

EVOLUCI  N HUMANA

EFECTO DEL CLIMA

MILLONES DE ANOS

6

5 4 3 2

HOY

. ;

HACE ALREDEDOR

DE

CUATRO MILLONES

DE ANOS entre

las sabanas del

sur

ydel

este de Africa se extendfa una zona boseosa que sepa raba la fauna de una y otra. Un

mill6n y

medio de

alios despu

es

el clima global de Africa se enfri6 y se hizo mas seeo.

Los animales de sabana se propagaron a 10 largo de un eje norte-sur; los hab itat s se

retiraron hacia el ecuador.

La

regi6n d

el

Malawi formaba ento

nees

parte

de un

corre

dor

fluvia l que faci litaba el desplazamiento de animales y humanos. Los f6siles encon·

trados atestiguan los eambios climaticos y ecol6g icos.

un

a franja que se ex

ti

ende del Africa

nororiental al Africa sudoriental.

La ecozona del Zambeze conj

Ll

ga

ba su earaetcr autonomo can ciertos in

tercambios con las zonas meridion

al

y

oriental de Af

ri

ca. Lo s ani males vi ncu

lados a

un

habitat especifico podrfan

abandonarlo, hacia

el

norte

0

hacia el

sur , en cuanto se dieran condiciones fa-

vorables. As ocurri6 hace

lIn

os 2,3 mi

Hones dc ailos cuando, coincid iendo

con una progres

iva

glaciaeion de las rc-

gioncs art ica

s,

el clima en Africa se fue

hacie

nd

o mas

frfo

y, sabre todo, mas

seco: prados y bosques subtropicales

se retiraron hacia cl ec uador. Nuestros

escasos

fo

siles de los grandes mamffe

ro s que habitaban el Africa meridional

atest iguan que entonces, igual que hoy,

ter

ri

torios humedos

y

secas de gramf-

4. EN

UN

EXC V CION acometida cerca de Ma-

lema, aparecio

en

1996 un

fragmento

de man-

dfbula superior con molares de un tamano trfple

que el del hombre actual.

Perteneda

a la

espe

cie Poronthropus

boisei

del

grupo de

los

aus-

tralopitecinos

robustos

.

Representa

la demos-

tracion mas antigua de

su

coexistencia

con el

genero

Homo

Hoyos y estrfas del esmalte den-

tario demuestran que el

homfnido tuv

que

masticar alimentos vegetal duros.

59

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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i

neas unfan el Africa meridional con la

ecozona del Zambeze.

Despues de cinco afios de trabajo de

campo

ratifi

cabamos la expansi6n meri

dional que protag onizaron los camellos

en Africa y demostrabamos la existen

cia de

un

corredor seguido por suidos y

antflopes. Re specto a

nue

s

tr

o

c

orredor

de hominidos , los resultados que espe

nibamos sobre la ecologfa evoluti

va

de

los hominidos iban a depender del des

cubrirniento de restos f6siles. En el ex

tremo sur del area de exploraci6n, cerca

de Uraha, nuestro equipo hall6 en 1991

la mandibula inferior

de

un hominido

en los estratos correspondientes a 2,5

rnillones de afios de antigtiedad. Se Ie

asign6 el numero de cataJogo

UR

50 I

Aunque se trataba de nuestro hallazgo

numero 499, se Ie otorg6 ese guarismo

en alusi6n a 'Levis Jeans 501 ' EI Ori

ginal  ). La mandibula contenfa casi

to

das

la

s piezas dentarias, incis

iv

os

in

c

lui

dos; presentaba mayor deterioro en la

parte izquierda que en la der

ec

ha. Por

tomograffa computarizada se dedujo la

fonna y es

tructura

de l

as

raices denta

les, dato importante

para

la

or

denaci6n

sistema

ti

ca.

La

mi

croes

tru

c

tura

del es

malte dental e

ra

similar a

la

de los aus

tralopitecos prehum ano

s.

Sin embargo,

otros

ra

sgos denunciaban cierto paren-

te

sco can el genero

Homo.

Un

afio

mas tarde, fruto de un mi

nucioso

tr

abajo, encontramos

la

c

uar-

ta parte que faltaba del segundo molar

derec

ho: se tran

spo

rtaron

toneladas de

arena del yacimiento has

ta la

s or illas

del lago Malawi, para lavarlas y cerner-

las a traves de cedazos cada vez

ma

s

fin

os;

al

cabo de

varia

s semanas, a

pa

reci6 el

fr

ag mento desprendido . En la

pi

eza dentaria , ahara completa, pudie

ron analizarse todas

la

s

ru

gos idades, 10

que faci lit6 la identificaci6n de la pie

za: pertenecia a la especie

Homo ru-

do/fellsis. No s6

10

eso. Se trataba de la

mues

tra

mas antigua del

ge

nera

Homo.

Has ta aquel momento se aceptaba

qu

e otra especie,

Homo habilis,

cons-

FAUNA

Y

HABITAT

ntorno ablerto

seeo

ntigua

fauna

en ellugar

de hallazgo

del Paranthr

opus

bolsel

ntorno cerrado hume o

ntigua fauna

en el lugar

de

ha

llazgo

del omo

rudoffensis

-----------------------------------------------

60

tituia la re

pr

ese

nt

a

nt

e m

as

arcaica de

los protohumanos. EI origen del gene

ra Homo ha sido, y sigue siendo, una de

las cuestianes m

as

encona

dam

e

nt

e de

batidas de la

pal

eoantropologfa. Ante la

enorme

va

riabilidad del abundante ma-

terial que se

ad

scribfa a la especie Homo

sapiens,

encontrado

ha

sta

prin

cipios de

los afios no

ve

nta Bern ard Wood, de la

Universidad de Liverpool, propuso, tras

ciasifiearlo, que parte del rnismo se in

c1

uyera en

un

a especie dis

tint

a.

Alg

u-

na s diferencias, aduce, so

br

epasan las

variacion

es

tipicas en las caracterfsticas

reconocidas como especfficas del gene

ra

y afectan de

rafz

al

plan estruc

tur

ai.

En consecuencia. habria que separar es

tos restos en dos grupos.

Ya en 1986 habfa expresad o un plan

teamiento identi co el paleont610go

ru

so

v.

P. Alexeev. Se fundaba en un craneo

encontrado

en

el mismo yacimiento y

que atribuyo a

un

a especie a la que de

nomin6

Pithecanthropus Homo) rudol-

jensis. El nombre evocaba la situaci6n

del yaeimiento, junto al lago Rodolfo,

el actual Turkana, al norte

de

Kenia.

EI

cnin

eo

cua

dra

perfectamente en

la

pro

pu

esta de

un

a nueva

es

pecie de Wood

que, por respeto al

prim

er nombre reci

bido, se

o

noce

o

mo

omo

rudolf n-

sis.

Seg

un

tod

os los analisis , nue

stra

mandfbula p

er

ten

e e o

n mucha prob

a-

bilidad a esta nu eva especie; de ahi su

catalogaci6n tecniea de Hombre del

lago Rodolfo  , pese a proceder de las

orillas del lago Malawi. Con este ha

llazgo se resolvia tambien el proble

ma de la edad, pues en el norte de Ke

nia los fragmentos de las

dos especies

proceden aproximadamente de la

mi

s

rna

epoca, ha

  e

unos dos millones de

afios. Con la dataci6n de la mandibula

de Malawi en media mi1l6n de afios an

tes,

Ho o dolfensis

adquiria el

ran

go

de hominido mas antiguo.

Esta especie,

o

n su tfpica mezcla de

earacteres de prehumano s y de Homo

tenia una

o

nstituci6n mu y ro

bu

s

ta

; 10

5. EN L REGION DE

MALEMA donde

apare-

ci6 Paranthropus boisei 

predominaba

enton-

  es una

fauna

de mamiferos tipica de

la saba-

na

seca

abierta . A

unos

50

kil6metros al sur

cerea de Uraha se

hall6 el

resto f6sil de Homo

rudolfensis hubo alii

mamiferos

que

podian

medrar

en

un

habitat cerra

do. En

uno yotro

lugar

, sin embargo

la fauna

es una

mezda

de especies tipicas

del

sur

y

del este de Africa

con predominio de

la

del Africa oriental. los

sectores

representados se

refieren

a grupos

completos de

animales.

TEMAS

Page 58: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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Ai\1II10S E

\L

\ EI\ I \KIA

6. SEGUN L S EPOCAS fueran

se-

cas 0 lIuviosas variaba la oferta ali-

menta ria

de

los prehumanos y

de

los protohumanos.

En opocas

se-

cas resultantes del

cambio de

cli-

ma 0 /0 izquierdo 

obojo)

prospe-

raron

las

plantas mas resistentes.

Los

alimentos

eran mas

duros.

Los

australopitecinos robustos

desarro-

lIaron

el

aparato

masticatorio

has-

ta

limites

extremos, mientras que

Homo rudoffensis

utilizaba

ya ins-

trumentos

.

cas de sequia. Sin embargo, debian de

estar capacitados para aprovechar tam

bien los duros al imentos de que dispo

I

n

ia

n en abundancia

dur

ante las epocas

mas favorables. Qui za nunca dejaron

demuestran su cnlneo, su aparato mas

tieato

ri

o y sus piezas dent ales. Coinci

diendo co n un c1ima que iba haciendo

se progres i

va

mente m

as

seco, la flora y

los alimentas vegetales resultaban cada

vez mas duros de masticar. Era eviden

te que 1a aJim entaci6n de Homo ru-

dol ensis segufa siendo predominante

mente vegeta

ri

ana. A primera vista, esa

par

eda

la raz6 n funcional mas sencilla

que explicaba la robusta es tructura de

los dientes del protohumano. Sin em

bargo, un hallazgo posterior en la re

gi6n del Malawi nos deparaba una sor

presa.

Ya en 1985 habiamos desc ubierto un

lugar si

tu

ado a 50 kil6metros al norte de

Uraha, junto a Malema, que encerraba

una canlidad notable de f6s iles de rna

miferos, entre ellos primates no huma

nos. Pero no nos decidimos a investi

garlo hasta que encantrama

s un craneo

de elefante. Pasado un largo decenio,

en la temporada de 1996, coincidiendo

con unas semanas de magros resulta

dos , nuestros paleont610gos de mamf

fe ros O li ve r Sandrock y Ottmar Kull

mer volvieron a es tudiar el yac imient o.

Encontraron un riquisimo asario. Junto

a los

re

stos ani males apareci6 un frag

ment a de mandfbula superior can dos

pi ezas denta

ri

as perteneciente a un ho

minido. La edad del es trato donde se

produjo e l hallazgo coinc idia can la de

Uraha, pero los dient es eran mayores y

mas ro

bu

s

lO

s que los del

Homo

ru

dol-

  nsis  icas i el triple del hombre actual

Observada con el microscopio electr6-

EVOLUC

I

  NHUMANA

nieo de barrido la superfi cie de las co

ronas dent ales apareefa

lI

ena de hoyos

y surcos, ori ginados quiza por particu

las de cuarzo que habrian

lI

egado a la

boca junto a los alimentos, predomi

oanteme

nt

e vegetales.

La

den adur eas an Ieee

Herramientas simples

La dentadura-cascanueces result6 ser

el res to mas antiguo de Paranthropus

boisei  un a especie integrada entre los

australopitecos robustas, de la que ya

se conodan craneos algo mas recientes

procedenles de otro yacimi ento afri ca

no.

Pr

ese nta esa especie un rostro an

cho, con arcos zigom<iticos de notable

potencia, muy separados. En la parte

superior del cra neo, ali i

do

nde se inser-

tan los potentes muscul os masticato

rios de ambos lados, existe una cresta

6sea curiosa. Todos estos datos, suma

dos a las gigantescas piezas dentarias,

revelan que los hombres-cascanue

ces se nutrieran sobre todo de semillas

y plantas fibrosas, alimentos vegetales

duros y as peros. Probablemente adqui

n eron esa robustez de forma bastante

rapida, cuando Africa se

fu

e hacienda

cada vez mas seca coincid iendo co n un

enfriamient o general de la Tierra, ocu

rri

do

hace unos dos m ill ones y media

de a

fi

os.

Del conjunto de nues

tr

os hallazgos

eco l6gicos se deduce que los habitats

abie I os, con una elevada proporci6n

de vegetaci6n resistent e, fueron ganan

do terreno a los menguantes bosques de

ribera. Los australopitecos robustos si

gui eron vincul ados a las fe rtil es zonas

hUm edas, sabre todo durant e las

epa-

de tener acceso a la frondosa vegeta

ci6n de su habitat original, que les se

gufa

of

recie

nd

o pro tecci6n

y

refu gio

para do

nnir

.

Junto a estos australopitecos robus

tos, en el Ri ft de Malawi vivieron , hace

unos 2 ,5 millones de anos, los proto

humanos mas antiguos de la espe

cie Homo rudolfensis En la zona de

nuestras expioraciones se encuentra la

prueba geol6gica mas temprana de co

ex istencia de las dos especies. Si los

australopitecos robustos y los primeros

representant

es

del genera Homo pro

ceden de antecesores australopitecinos

mas grac iles, es 16g ico pensar que de

bi6 de darse una adecuada altemativa al

desarro llo de dientes eno

nne

s para ha

eer frente a una a limentaci6n cada vez

mas

dur

a. Tal opci6n altemativa fue,

pa r supuesto, la introducci6n de

Util

es .

Las herrami entas Ifticas m

as

antiguas.

procedentes de Etiopia y Tanzania, de

muestran que, haee unos 2,5 millones

de anos, se establ ecieron las primeras

culturas instrumentales; en esa mis

ma

epoca surgi6 e l

Homo rudolfensis.

Algunos ani males, sabre todo los

primates supe

ri

ores, se sirven de ins

trumentos, entendiendo por tales cier

tos utiles auxi liares. Los chimpances,

sin ir mas lejos, emplean piedras c

omo

martill

os

y yunques para cascar oue

ces. Baja la presi6n de l

os

cambios am

bie

nt

ales que se dieron en aquella epo

ca, es 16gico pensar en la aparici6n de

una conducta cultural en l

os

hominidos

que pos ibilit6 el advenimiento del ge

nero Homo. A dife rencia de los austra

lopitecinos robu stos, los representantes

del genero Homo conservaron una es

tructura corporal menos rigida e hicie

ron frente al inconve ni ente del nuevo

61

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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lipo de al imentaci6n mediante una in-

cipiente especiaJizaci6n cultural: lras

ladaron

un

a parte de la preparacion del

alimento fuera de la cavidad buca .

cabe postular que la aparici6n del ge

nero Homo emerge con el logro de una

progresiva independencia del habitat,

10 cual lIeva a una progresiva depen

dencia de los

in

strumentos utili

za

dos

para e

llo.

Un rasgo

qu

e perdura tfpico

de los humano

s.

Despues de la in stauraci6n de la

marcha erecta (

punlO

de partida del ge

ne

ro

Australopitheeus , el hiw siguien

te en el camino hacia la hominizaci6n

se dio con la superaci6n de la depen

dencia direc

ta

del enl om

o.

A pesar de

que en ese momento no se puede toda

vfa demostrar 10 "lfpicamente humano"

---como conciencia, arte

0

mus

ic

, sf

El H

omo ru olf

nsis se caracteriza,

sobre todo, por una conducta

fle

xible,

que se prolongara, en el sig

ui

ente es

tadio evolutivo, con el desarrollo de un

cerebro mayor y capaz. Puede e

nt

onces

modificar su alimentac i6n, inclu yendo

62

CAMBIO DE ESCENA EN AFRICA

EN UNA FASE DE CLiMA RElATIVAMENTE CALlDO 

hace alga mas de Ires millones

de

anos Afri

ca

oriental

y

meridional estaban unidas por una zona boscosa. Hubo grupos

de Australopithecus anamensis y de

A

afarensis que

se

dispersaron y evolucionaron en

A. bahre/gazalien el oeste

y

en A. africanus en el sur del cont inente. Hace ent re 2 8

y

2 5

millones de arios coincid iendo con un cambio de clima ahora

mas

frio y seco las pra-

deras y bosques subtropicales del norte y del sur se retiraron hacia el ecuador. Mien-

tras

en el

Africa oriental surgian

el

Homo rudolfensis

y

105

lIamados australopitecinos

robustos; grupos de

A. africanus se

desplazaron del sur al

es

te de Africa

y

evoluciona-

ron allf en Homo habilis. En estes movimientos biogeografkamente limitados suma-

dos a los datos anat6micos reconocemos importantes indicios de que Homo habilis

procede de un Australopithecus del Africa meridional en tanto que Homo rudolfensis

parti6 de un Australopithecus del Africa oriental .

Hubo que esperar hasta hace aproximadamente dos miltones de alios a que los

habitats origi nales y con ellos la fauna y flora volvieran a extenderse hacia el nor-

te y hacia el su r. Segun esta hipotesis  105 f6siles de Homo habilis y de los australopi -

tecinos robustos de Africa meridional no pueden tener una antiguedad superior a

1  5dos millones de alios. Asi es. Con la ampliaci6n del espacio vita l de la zona ecua

4

torial los hominidos emigra ron

por

primera vez de Africa como demuestran hallaz-

gos de Europa.

en e

ll

a cada vez mas ca

rn

e. Con el co

mienzo de la cultura instrumental su

per6 las consecuencias del cambio eli

matico y aprovech6, mejor

qu

e ning"n

homfnido anterior, otras Fuentes ali

mentarias, entre e

li

as

lo

s cadaveres.

En

el uso de utiles Hticos algunos se

ro

m

pian, fragme ntos que, debidamen

te

afi-

lados, pod ian empleatse como instru

mento corta

nt

e. Este hecho revo

lu

cion6

la preparaci6n de la carne porque per

mitfa descuartizar las piezas. A vegeta

rianos especializados como los austra

lopitec

in

os robustos, la introducci6n de

utiles Ifticos

no

le s report6 ninguna ve n

taja inmediata. Mientras las dos estra

tegias alimentarias tuvieron ex ito, vale

decir a 10 latgo de mas de un mill6n

de anos. coexistieron diversos generos

y especies de hominidos. Los

australo

piteeino s robustos se ex ting

ui

eron hace

alrededor de un mill6n de anos, en una

epoea en la que

ca

n HOlllo ereetLls los

sucesores de

Homo rudo fensis.

pobla

ban ya todo el viejo mundo.

EI cambio climiitico.

motor

del desarrollo

No todos los paleoantrop61ogos estan

de aeuerdo con nuestra interpre

ta

ci6n

del HOlllo rudolfellsis. En 1999

se

des

eribi6

un

a nu eva especie de prehuma

no (el Allstra/opi

rli

eclts garhi , tambien

CO

il un a anti

gUe

dad de 2 ,5 miJlones de

anos. Segu11 ciertos indicios, es

ta

es

pecie pu do desarrollar una euhura ins

trumental, 10 que es verosfmil dadas

las ci rcun stancias ambienlales de la

epoca. Sin embargo, esta earaete

rf

sti

ca cultural, por sf sola no nos fac uha

para distinguir entre protohumanos y

prehumanos.

Una vez mas, el di spar desarro llo de

los hom fni dos apunta hacia un a trans

fo rm aci6 n decisiva en el espacio vital

yen las di sponibi lidades nutritiva s

qu

e

acontcci6 en Africa haee 2,5 millones

de anos. La causa dese ncadenante rue

un cambia climatico condicionado por

procesos globales, regionales y loca

les.

Hace cincuenta millones de afios,

el cl im a del planeta era mas hUm edo y

calido. Desde ent onces, la Tierra ha ex

perimentado

un

progresivo enf

ri

amien

to con episodios de glaciac i6n espe

cia lm ente acusados hace lInos 33, 14

y 2,8 mi llones de ailos. La temperatura

del agua en

las profundidades oceani

cas - ant a

fi

o di ez grados mas al

ta qu

e

en nu estros dias- baj o y sobre los con

tinentes se fo rm aron masas de hielo.

EI desanu

llo del

Rift africano experi

ment6

un

impulso general y reg ional. La s

TEMAS 44

Page 60: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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ARBOL GENEALOGICO BIOGEOGRAFICO

laderas se elevaron  dando lugar a pode

rosas cordilleras junto a la gran fosa. Sa

bre las cordilleras descargaban la lluvia

ingentes masas nubosas procedentes sa-

bre todo del oeste. De ese modo una gran

parte del Africa oriental qued6

l

abrigo

de

las

precipitaciones. A

nivel

continen

tal la temperatura global s6

10

experi

ment6

el

descenso de un par de grados 

pera el clima se hiza bastante seea.

Paralelamente al

cambia

climatico

se

alteraran tambien los espacios vita

les Dada su posici6n central en Afri

ca nuestros hallazgos en

el

norte de

Malawi nos offecen la oportunidad de

estudiar las emigraciones de los mami-

 voLue lON HUM N 

feros entre el este y el sur del continen

teo Como

se adelant6  asi es

pera

bam

os

obtener datos

sa

bre la aparici6n y la di

fusi6n de los homfnidos.

Nos parece plausible la

id

ea de que

nuevas especies de hominidos apare

d eroo

en

1a zo na ecuatorial

de

Africa.

La di stribuci6n en mosaico de peque

fio

s habitats ofrecfa mejores oportuni

dades para la evo

lu d n

de nuevas es

pede

s. Lo mismo que ocurre

co

n

la

fauna  las especies de homfnidos vin

culadas a un habitat concreto s6

10

sa l

taban sus confines cuando se daban

co

ndiciones ecoI6gicas extremas en su

espacio vital.

El analisis de las condiciones clima

ti

cas

y

biogeograficas en

el

corredor de

homfnidos nos ha permitido esboz

ar

una propuesta de evoluci6n de

la

espe

cie humana. La resumiremos a partir de

un ejemplo: hace alga mas de tres mi

Ilones de anos  en una fase de clima re

lativamente

ca

lido  una zona boscosa

unfa el este

y

el sur de Africa.

En

aque

lla epoca

un

segmento de poblaci6n de

una especie primiti

va

de Australopithe-

ell

se extendi6 por el Africa meridio

nal y evo

lu

cion6 en

A rk nus

Hace entre 2 8 y 2 5 millones de

an os e l eontinente se hi zo mas frio y

mas seeo. Los limites de las zonas her

baceas y boscosas subtropicales se des

plazaron hacia el ecuador. Entonces un

segmento de poblaci6n de A. afrieanus

oeup6 los restos de bosques de ribera y

praderas

ftu

viales que quedaron en el

Africa oriental   evolucionando

aUf

en

Homo habilis

Cr

ee

mo

s por contra  que

Homo r

u-

doljensis procede de una especie de

Austra/opithecLls

del Africa oriental.

Coineidiendo co n una nueva ex

tension de espacios vital es adecua

do

s ha

ce

unos

do

s rnillones de anos

Homo habilis irrumpi6 tambicn en

arnplias zonas del Africa meridional.

Se ca

lcula que las primeras emigraeio

nes de homfnidos fuera de Africa en

direcc i6n norte tuvieron lugar en una

cpoca

ce

r

ca

na.

La

s hip6tes is que nos permiten for

mular nuestros estudios en

el

Rift de

Malawi subrayan la importancia que

ti

enen las

in

vestigaciones de los cam

bios del clima  de las condic iones am

bientales y del habitat para adquirir una

visi6n general del desarrollo de la hu

manidad. Africa  en cuanto continen

te  constituye una unidad. Aquf se da

la oportunidad unica de poder seguir a

gran escala las tendencias evolutivas.

EI in

teres ya no se ha de centrar

en

los

hallazgos individuales

0

en yacimjen

l

OS

co

ncretos. Lo que hoy se impone es

conseguir una interpretaci6n global pa

nafricana.

BIBLIOGRAFIA OMPLEMENTARIA

DIE FROHZE IT

DES

MENSCH

EN

- DER

WEG

ZUM

HOMO SA PIENS.

F Sc

hrenk  

C H Beck

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ess; Nueva York 

1999

63

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D

S

hombres de mediana edad

viven a miles de kil6metros

de distancia en los Estados

Unidos. No se con

oce

o, pero

tienen

un

rasgo

co rnun:

la

ab

-

sorcion de hi

erro

en su

organismo

es tan

eficaz que, en vez de ventajosa, resulta

daiiina, hasta tenninar por provocar un

fa llo multiorganico leta . Este trastomo,

la hemocromatosis hereditaria, afecta

con frecuencia a personas que han he-

redado de ambos progenitores la

mi

sma

mutaci6n ge

ni

ca, una

al

teraci6n que se

origin6 haee lar

go

tiempo en un indivi-

duo que vi

vfa

en Europa. La mutaci6n

viaj6 luego en el tiempo

y

el espacio, a

traves de la progenie de ese europeo. En

I. actualidad, unos 22 millones de esta-

dounidenses poseen al menos una copia

del gen mutado. EI antepasado, desapa-

r

ec

ido haee largo tiempo, se cons idera

el fundador 0 pionero de esa poblaci6n;

a Sll Jegado ge

nic

o se Ie den

om

ina

m

u-

taci6n pione

ra

",

Se han descubierto miles de muta-

cianes responsables de enfermedades

humanas, pero las pioneras se apartan

de 10 cornun . Las

vfc

timas de numc-

rasas e

nf

ermedades

geneticas muefen

antes de reproducirse; los genes

mUla-

dos no se transmiten. Las mutaciones

pioneras, en cambio, suelen perdonar

la vida a sus portadores, para asf pa-

sar a la descendencia. Algunos de los

trastornos derivados de estas mutacio-

nes presentan una notable frecuencia;

nos referimos a la hemocromatosis he-

reditaria antes mencionada, la anemia

falciforme y la fibrosis qu{stica. Pero,

l.por que la evolu

ci6

n conserva muta-

ciones en apariencia perjudiciales en

lugar de deshacerse de elias?

Los ex

peno

s estudian las mutaciones

patol6gicas a

fin

de establecer crite

rios

de identificaci6n de las poblaciones de

riesgo. Busean tambien abrir nuevas

vfas para la prevenci6n y el tratamiento

de los trastomos relacionados con estas

mutaciones. Siguiendo esa senda han

descubierto que las mutaciones pione-

ras vienen a ser las hue

ll

as que la hu-

m

an

idad h. ido dejando en I. estela del

tiempo: constituyen una poderosa herra-

mienta antropol6gica para el rastreo de

la historia de las poblaciones

y

sus mi-

graciones en el planeta.

r

Para comprend

er

la sing

ul

aridad de las

mutaciones pioneras y la importancia

de la informaci6n qu e e ncierran, debe-

mos antes recordar algunos aspectos de

las mutaciones en general. Las muta-

ciones responden a alteraciones que se

producen de forma aleatoria en nuestro

ADN. La mayorfa se reparan 0 elimi-

nan al nacer. sin que se transmitan a la

sig

ui

ente generaei6

n.

Las de

Ifn

ea ger-

minal, en cambio, se transmiten, a me-

nudo con graves consecuencias para la

descendencia: mas de 1

000

enfermeda-

des humanas se deben a mutaciones ge-

nicas.

Aunque atlpicas, las mutaciones pio-

neras encajan en la categoria

de

las de

linea genninal . Las enfermedades he-

reditarias suelen seguir un principia

general: mutaciones distintas en el

mismo gen causan la misma enferme-

dad. Como consecuencia, varias fami-

lias afectadas por la misma enfe

nn

edad

portan distintas versiones del gen muta-

do

responsable del trastomo. Por ejem-

plo, la hemofili a, un trastomo hemorni-

gico, se debe a mutaciones en el gen

que codifica el factor vm, un compo-

nente del sistema de coagulaci6n san-

gufnea; en general, cada caso de hemo-

filia responde a una mutaci6n distinta

RESUMEN

LA

HISTORI ESCRIT

EN

ELADN

66

» Una

mut

ac i6n pionera constituye una clase especial de mutaci6n genica.

EI

tramo

de

AD N en

qu

e se inscr ibe haplotipo) es identico en todos los individuos

qu

e

la

portan: comparten

un

antepasado comun, el

fundador

,

0

pionero, en quien apare-

ci6

  a

mut

aci6n.

» La longitud del haplotipo determina la edad de la mutac i6n pionera. La frecuencia

de este en

la

poblaci6n revela la expansi6n geografi

ca de la

progenie del fundador.

Ambos datos arrojan luz sobre

la

s migracion

es hum

anas en

el

transcurso

de

miles

de arios.

Co nforme las poblaciones

se

mezdan, l

as

mutaciones pa

tol6g

icas

ho

y asociadas a

determinados grupos e

tnico

s adoptan una

di

st ribuci6n mas

alea

toria.

En el futuro

la evaluaci6n del riesgo de padecer tales enfermedades ya no se basara en criterios

etnico

s sino

en analisis del ADN.

en el gen del factor VIlI (se han loca-

li

zado mutaciones en cientos de sitios

en el gen  .

Una

mi

sma mutaci6n puede es-

tar detras de enfermedades diversas.

Aco stumbra presentarse en d

os

for-

mas:

como

mutaci6n de punto ca-

li

ente

(

hotspot")

0 co

mo mutaci6n

pionera. Un punto caliente corres-

ponde a un

par de

bases de ADN con

una elevada propen sion a la muta-

ci6n. Por ejemplo, la acondroplasia,

una forma

comun de

enanismo, sue-

Ie deberse a una mutaci6n en el par

11

38, en el gen F  R3  situado en

el brazo corto del cromosoma huma-

no 4. Los individuos que presentan

mutaciones de punto ca

li

ente no sue-

len estar relacionados entre sf; el resto

de su

ADN

varfa

de

uno a otro, como

ocurre entre las personas sin nexo de

parentesco. Pero las mutaciones pio-

neras, que pasan inc6

1um

es de una ge-

nerac i6n a otra, difi eren de las muta-

cione

s espontaneas de punto caliente.

En cada persona portadora de una

mutaci6n pionera, el ADN alterado se

halla embebido en un tramo mas largo

de ADN identico al que exisHa en el

individuo fundador (por ello se Ie de-

nomina

ide

ntico p

or

descendencia

  )

.

Esta regi6n genica corresponde a un

haplotipo. Si

se

comparte un haploti-

po, se comparte tambien un antepasa-

do: el fundad

or de

la mut aci6n. EI es-

tudio de l

os

haplotipos arroja luz sobre

el origen de las mutaeiones pioneras y

permite seguir el rastro de las po

bla

-

ciones humanas.

A partir de la longitud del haplotipo,

que disminuye con el tiempo. se deter-

nUn a la edad de una mutaci6n pione-

ra. EI haplotipo o riginal corresponde al

cromosoma completo que aloja la mu-

taci6n. El funda

dor

transmite ese cro-

mosoma a la descendencia, que recibe

tambien otro cromosoma, el de la pace-

ja del fundador, pero este sin mutaci6n.

Los dos cromosomas, uno de cada pro-

genitor. intercambian entre sl de fonna

aleatoria segmentos

de

ADN, como si

fueran dos mazos de naipes que se cor-

tan

y

baraja

n.

Imaginemos que maccamos uno de

los naipes. Tras cortar y mezclar una

vez, las cactas que 10 rodean siguen

siendo casi las mismas que en Ia dis-

tribuci6n de partida. /gual Ie sucede a

la mutaci6n: tras una sola recombina-

ci6n, seguira instalada en una larga sec-

ci6n del

ADN

del fundador. Pero con-

forme las cartas se siguen barajando, el

naipe marcado se hallara rodeado de un

fEMAS44

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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MUTACIONES PIONERAS Y DE PUNTO CALIENTE

IMAGINEMOS UN GRUPO

DE

PACIENTES que

padecen

la misma enfermedad y son portadores de

la misma mutaci6n en un

punto dado de

su ADN. LC6mo podemos saber

si

se trata de una muta-

ci6n pionera 0 de punto caliente? En la secuencia del ADN circundante

se

halla la 50luci6n.

Supongamos que la mutaci6n que com parten los pacientes consiste en un cambia de una

ti

mina T) por

una aden

ina (Al

roja, abajo). 5

A correspondiera a

una

mutaci6n pionera, la

secuen-

cia circundante seria identica en todos los

paci

entes, pues la habrfan heredado

de un

antepasado

comun. Perc si A fuese una mutaci6n de

punto

caliente, surgida de forma

espontanea

en un 5itio

donde

el ADN es propenso

al

error, las secuencias adyacentes mostrarian, ademas, otras alteracio-

nes

amarilfo)

en los sitios

don

de el ADN tiende a variar sin causar enfermedad .

La anemia falciforme, que se caracteriza

por la

deformaci6n de los hematfes

fotograffa supe-

rior), se

origina habitual mente

por

una mutaci6n

pionera.la

acondroplasia, una forma de enanis-

mo en humanos

fotograf a inferior),

responde a una mutaci6n de punta caliente.

Stiosde

variaci6n normal

I

I I 1

SecuenCianormal . GA

TTC

iA

CAGGTCTCT ATCCGAATCG IA

TTCC

MutaCl6n . GA TTC iA1CAGGTCTC AATCCGAATciGA TTCCA T

GA TTCAtCAGGTCTC A

ATCCGAATC

IGA TTCCAT I]

Cromosomas

GA

TTCA

I

CAG

GTCTC

A

ATCCGAATCtGA

TTCCAT

o n m ~ ~ ~ ~ ~ GA

TTCA

ICAGGTCTC A

ATCCGAATCGA TTCCAT

GATTCA

f AGGTCTC AATCCGAATCGATTCCAT

Cromosomas GATTC

FAGGTCTC AATCCGAATC ATTCCA ]

con mutaci6n GATTCA1C

AG

GTCT CAATC CGAAT C IATTC CA

de punto caliente GATTC FAG GTCTC AATCCGAATC iGIATTCCA IT

GATTC C G ~ ~ ~ ~  

T C C G T C  

T T C C ~

numero cada vez menor de sus vecinas

originales. Del mismo modo, el haplo

tipo que incluye el gen mutado se re

duce poco a poco con cada recombina

ci6n sucesiva.

Por tanto, una mutaci6n pionera jo

yen de escasos cientos de ailos de an

tigUedad) se encontrarfa hoy en medio

de un largo haplotipo. Una mutaci6n

pionera antigua de decenas de mil es

de anos de edad), en cambio, se hallaria

en

un

haplotipo de longitud reducida.

La aberraci6n del gen de la hemo

cromatosis constituye s610 una de entre

la extensa

li

sta de mutaciones pione

ras conocidas. Se han estudiado bas

tantes ya en las poblaciones europeas;

otras se han identificado recientemen

te en americanos indfgenas, asiaticos

y africanos. Sorprende la elevada fre

cuencia de las mismas, que supera en

cientos 0 miles de veces la de las muta

ciones patol6gicas tipicas. En su mayo

ria, las alteraciones genicas que causan

enfermedades se dan entre uno de cada

varios mHes y uno de cada varios mi -

1I0nes de individuos Las mutaciones

EVOLUCI6N

HUMANA

pioneras, en cambio, afectan a

un

por

centaje notable de la poblaci6n.

Pero, no deberfa la evoluci6n des

hacerse de estos genes dafiinos en vez

de conservarlos? Esta aparente ano

malia esconde una pista de por que las

mutaciones pioneras persisten

y

se ex

panden por tierra y mar, y a 10 largo del

tiempo.

Sucede que, bajo algunas circunstan

cias, las mutaciones pioneras se reve

Ian

beneficiosas. Esa es la clave. En su

mayoria, las mutaciones pioneras son

recesivas: s6lo quien hereda dos copias

del gen afectado, una de cada progeni

tor, sufre la enfermedad. Las personas

con s610 un a copia mas numerosas) se

denominan portadores; pueden pasar el

gen mutado a sus hijos y no manifes

tar elias mismas sfntomas de la enfer

medad. Esa copia unica de la mutaci6n

pionera confiere al portador una venta

j evolutiva.

Por ejempIo, se piensa que

lo

s por

tadores de la mutaci6n de la hemocro

matosis hereditaria estan protegidos de

la anemia ferropenica una deficiencia

ferric a que antano resultaba de suma

gravedad), porque la proteina que co

difica

el

gen mutado

ha

ce que la absor

ci6n de hierro se produzca con mayor

eficacia que en aquellos individuos con

dos copias normales del gen. Por tanto,

los portadores de esta mutaci6n pione

ra contaban con una ve ntaja cuando el

hierro escaseaba en la dieta.

Tal vez el ejemp lo mas conocido de

este tipo de mutaciones de doble filo

sea la responsabl e de

Ia

anemia falci

forme. La alteraci6n que causa este

tipo de anemia se origin6, tal parece,

en repetidas ocasiones en zona s casti

gadas par la malaria de Africa y Orien

te Medio. Una so la copia del gen de los

hematfes falciformes confiere al por

tador

re

sistencia a la malaria.

Do

s co

pias, en cambio, reducen su esperanza

de vida y

Ie

condenan al sufrimiento.

La mutaci6n de la anemia falciforme se

encuentra hoy en cinco haplotipos dis

t tos ello sugiere que apareci6 de for

ma independiente en cinco momentos

y en cinco fundadores. Aunque la ane

mia falciforme acostumbra originarse

67

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68

L

ACORTAMIENTO DEL HAPLOTIPO

-------

La

regi6n cromos6mica (haplotipo)

que

rodea a una rnutaci6n pionera

se

va acortan

do

de una generaci6n a

ot

ra

conforme

los cromosomas se mezclan en el pro ceso

de

recombinaci6n. En

la

ilu

st

raci6n 

el

individuo fundador po

see

un cromosoma amari

llo

con la mu tac

i6n pionera y un cromosoma azul normal procedente del otro proge

ni tor. Cuando el fundador produce espermatozoi

de

s u 6vulos  los dos cromosomas

in tercambian se

gm

ento

s

La descendencia hereda un

nuevo

cromosoma mi xto

par

tador

de la

mutaci6n

y de ot

ras partes del haplotipo pione

ro

(regi6n amarilla). As

i,

el

intercambio genico que se produce a 10 largo de la s generaciones causa el acorta

miento del haplotipo.

Fundador

Descendencia

portadora

Nieto

portador

Portador

actual

Cromosoma

normal

Cromosoma

afectado

- Seproduce

la mutaci6n

Recombinaci6n

Paso a la siguiente

generaci6n

-

Mutaci6n

Paso

ala siguiente generaci6n

_

Mutaci

6n

Recombinaci6n durante

muchas

gen

eraciones

- - Mutaci6n

en un a mutaci6n pionera, se dan casas

que proceden de olras alteraciones ge-

nicas.

La frecuencia de un a mutaci6n pio-

nera en la poblaci6n esta gobemada

par dos fuerzas que cam

pi

len: los in-

dividuos con dos copias moriran pro-

bablemente antes de reproducirse, pero

los que portan s610 una copia presentan

mayor posibilidad de sobrcvivir que los

carentes de copia alg

un

a.

Se da asi

un

a

selecci6n de balanceo : los efectos

beneficiosos operan a favor de la super-

vivencia del gen mutante, mientras que

los perjudiciales 10 hacen en contra, de

forma que la frec uencia de la mutaci6n

se mantiene eSlable en el transcurso del

tiempo.

Se desconoce la ventaja que otorgan

algu nas mutaciones pioneras relacio-

nadas con detenninadas patologias, 10

que no empece que Ia presencia conti-

nu a de un cieno gen apunte en el senti -

do beneficios

o.

Un descubrimiento re-

ciente podrfa expl icar la persistencia

del factor V Leiden, un a mutaci6n en

el gen del factor Y, que es responsab le

de otro componente de la coagulaci6n

de la sangre. Esta mutaci6n pionera,

que portan el cuatro por ciemo de los

europeos, conduce a la trombosis (for-

maci6n patol6gica de coagulos sanguf-

neos). En

2003,

el equ ipo encabezado

por Bryce A. Kerlin, del Co legio Me-

dico y del Hospital Hem

alO16gi

co del

Sudeste de Wisconsin, demostr6 que

lo s afectados por esta mutaci6n han

adquirido res istencia a las infecc io-

nes bacte rianas en el torrente sanguf-

neo (infecciones que en la era preanti-

bi6tica constitufan una grave amenaza

para la sup erv ivencia y que hoy resul-

tan todavfa letales

 .

un

gen repartido

or

doe

und

Antes de la irrupc i6n de los transpor-

tes modernOS, las mutaciones pioneras

cubrfan largas di stancias en viajes que

so lian durar decenas e incluso centenas

de generacio

nes.

La anemi a falcifor-

me mi gr6 desde e l oeste de Africa has-

ta America en los barcos negreros ; se

propag6 tambien por Europa. Una mu -

laci6n pionera cornun en el gen

GJB2

causa sordera; se Ie ha seguido el ras-

tra desde

su

origen en Oriente Medio

a 10 largo de dos rutas, una por la costa

mediterranea hasta

Italia y Espana, y la

otra a 10 largo de los va lles de los rios

Rin y Danubio hacia el norte de Euro-

pa. Una mutacion pionera en el gen

ABCA4

que causa ceguera, parece

qu

e

TEMAS 44

Page 66: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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surgi6

en

Suecia hace unos 2700 aiios

y

se

disemin6 por Europa meridional y

occidental .

EI

ejemplo mas extremo de migra

ci6n

10 afrece

una variabilidad genetica

de nuestro sentido del gusto. Alrede

dor

de un 75 por ciento de los habitan

tes del planeta perciben amarga

la

fenil

tiocarbamida (PTC); no asf el

25

por

dento

restante. En

el

instituto Nacio

nal de la Salud

y

alras instituciones

norteamericanas descubrimos

en

fecha

recicnle que una combinaci6n de tres

alteraciones genicas haee que se cadi

fique un receptor de

PTe

que no detec

ta el amargoT. Asf pues, todos los indi

viduos insensibles a la PTe descienden

de un fundador que contaba con esas

alteraciones. (Nuestro sentido del gus

to amargo se ha desarrollado para pro

tcgernos de la inges

ta

de sustanc

ia

s

t6xicas vegetales; pero, emil seria la

ventaja de la variante

ge

ni

ca

que no de

tecta esc sabor? En nuestra opinion, el

detector

PTe

ha perdido la sensibilidad

hacia

10

amargo para de

sa

rrollar sensi

bilidad hacia

atTa

sustan

cia

t6xica

aun

por identificar.)

La mutaci6n insensible se halJa en un

tramo corto de

ADN

ancestral, de s6

10

30.000 pares de bases en algunos por

tadores; ello indica que se trata de una

mutaci6n pionera antiqu{sima: de mas

de 100.000 aiios. En

2004,

un mues

treo de aJcance mundial revel6 la exis

tencia de siete fonnas del gen del PTe

en Africa sub

sa

harian.. Pero s610 las

dos variantes extremas (la mas sensi

ble

y

la mas insensible) se han encon

trado con una frecuencia notable fuera

de las poblaciones africanas. De las cin

co formas restantes, una aparece s610 de

forma ocasional en poblaciones no afri

canas (nunca en los naturales del Nue

vo Mundo), mientras que las otras cua

tra son exclusivas de Africa.

L. mutaci6n insensible a la PTe

aporta valiosa informaci6n sobre las

primeras migraciones humanas. Su

actual distribucion

y

frecuencia res

palda la hip6tesis del origen africano

de nuestra especie la teorfa fuera de

Africa ) . A tenor de los datos antro

pol6gicos

y

arqueol6gicos, la pobla

cion original del hombre moderno vi

vi6 en Africa; un reducido subgrupo

de la mis

ma

emigr6 ha

ce

un os

75.000

alios y

se

di stribuy6

por

los cinco con

tinente

s.

Todas las poblaciones no afri

canas descienden de ello

s.

P

erc,

ade

mas, eSla mutacion arroja

Ju

z

sa

bre

una de las cuestiones mas con trover

tidas de la antrcpologfa moderna: con -

EVOLUCIDN HUM NA

forme nuestros antepasados Homo sa-

piens

se expand

fan

por el mundo, i,se

mezclaron con los homfnidos mas ar

caicos que se encontraron

en

Europa

y Asia?

Estos hominidos arcaicos contarian

con sus propias variantes del gen del

receptor de

PTe

, se leccionado positi

vamente para defenderse de las toxinas

de la flora local. Si otros homfnidos tu

vieran descendencia

con par

e

ja

s

Homo

sapiens

cabrfa esperar

fonnas

distin

tas de este gen en poblaciones euro

peas, del oriente de Asia

0

del sudeste

asiatico.

Perc

no se han encontrado.

EI

estudio de mutaciones pioneras

en

el

hombre moderno indica que no

se

pro

dujo ningun entrecruzamiento exitoso

entre

H.

sapiens

y

otros grupos huma

nos durante

esta

gran emigraci6n afri

cana hace decenas

de

miles de aiios.

1 sea d funda

EI

examen del haplotipo donde reside

el gen de la hemocromatosis hereditaria

demuestra que la conjunci6n de los re

gistros hist6ricos

y

el anal isis genetico

de las poblaciones actuales arroja nue

va

luz sobre las causas

y

la historia de

un determinado trastorno. En los afios

ochenta del siglo pasado, antes de que

se identificase el gen de esta enferme-

GENES ANTANONES EN LA MEDICINA MODERNA

El

ESTUDIO

DE LAS MUTACIONES PION

ERAS

descubre profundas implicaciones para

el ava nce de

la

medicina .

De

entrada  facilita la identificacion de individuos que debe-

rfan someterse a pruebas diagnosticas de determinados trastornos. EI riesgo de con -

traer

una

enfermedad

se

estima

en

funcion del perfil etnico del individuo; a partir

de

esa informacion se decide que

analisis

adicionales conviene realizar. La anemia falci-

forme  por ejemplo se presenta mayoritariamente en individuosde ascendencia afri-

cana. Sin embargo con

el

intercambio genetico entre razas y pueblos  la

aSignacion

del origen geografico ancestral 0 de la especificidad etnica de una persona entranara

cada vez mayor dificultad.Conforme esta herramienta diagnostica basada en la etnici-

dad

vaya

perdiendo eficacia   a evaluacion del riesgo de una enfermedad 0 la determi -

nacion de la etiologia de los slntomas que presente un paciente se basaran en

analisis

de ADN. EI hallazgo de mutaciones pioneras  

ahora

que las poblaciones humanasper-

manecen

todavfa geneticamente distinguible

s

facilitara

la

identificacion de

los

genes

responsables de numerosostrastornos.

De hecho  algunas mutaciones pioneras pueden considerarse casos

especiales

de

un grupo mayor de variantes genicas patologicas Aunque no sabemos todavia de que

alteraciones se trata  se

les

supone un origen remoto. Tal y como se seriala en el articu-

lo  estas variantes patol6gicas debieron resultar beneficiosas para nuestros

antepasa

-

dos; por ello se propagaron. Pero el encuentro de estos

genes

antariones aparecidos

en habitats remotos  con el ambiente y estilo de vida modernos origina enfermeda-

des

  que se han convertido

en

trastornos gra ves.

EI

analisis del ADN revestira suma importancla

pues

estas alteraciones genicas no

nos predisponen

solo

aenfermedades hereditarias raras,

sino

tambien a trastornos co·

munes.

Pensemos en las variantes genicas cuya funcion original era facilitar la sintesis

del coleste rol   si bien hoy conllevan un nivel de colesterol demasiado elevado; 0 en

las

variantes que potenciaban la retencion de la sal y hoy provocan hipertension.

Cuando se halle

la

correlaci6n entre perfiles geneticos espedficos y determinadas

enfermedades graves comunes, la genetica dejara de ser

una

subespecialidad de la

medicina dedicada a os trastornos

raros

para ocupar

el escenario

central en la preven-

cion, el diagn6stico y el tratamiento de la enfermedad humana.

El PERFIL ErN/CO

ofrece

en fa actualidad una herromienta diagnostico rdpido para estimar

e/

riesgo

de

padecer

determinadas enfermedades. Conforme el acervo genico de

1 humanidad

se vaya -

dando deberd

recurrirse

al

and/isis del AONpara evaluor la predisposicion

a

esos trostornos

 

69

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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dad, se observ6 que casi todos qui enes

la padecfan compa

rt f

an un

seg

mento de

ADN

en una

regi6n del cromosoma 6.

Se trataba

de

algo a

so

mbroso. En prin-

cipia, la mayorfa de estos pacientes no

mantenfan ninguna relaci6n de paren-

tesca

y.

por tanto, era de esperar que

Sll secuencia genica presentara diferen-

cias aleatorias. Habra, pues, que

inf

erir

que los pacientes con hemocromatosis

hereditaria debian descender

de

un an-

tepasado

cornuo, desaparecido tiempo

atras; ademas, el

ge

n res

pon

sable de la

enfermedad se hallaba prob

ab

leme

nt

e

dentro de l tramo com partido.

LASElECCION

DE

BAL N  EO manliene en ci

rcul

acion

a un gen

polencialmente

deletereo. En

regiones

afectadas p

or

la mala-

ria (que

tra

n

smite

n l

os

mosquitos) el portar

un

a sola

cop

iadel

ge

n delahem

og

lobina mUlado suponeunaproleccion:

au

men-

la las posibi lidades de supervive ncia. H

ered

ar dos copias de la

mu

tacion,

en cambio causa anemia falciforme y educe la

tasa

de

supervivencia . I

balance

de

eslas

d

os

fuerzas compelidoras

condu

ce

a la

esta

bilizacio n de la mu

tacion

de la anemia

falci-

forme en la poblacion.

A partir de esta hip6tesis, nues-

tro grupo

lI

ev6 a cabo en los pasado s

ailos

na

venta un analisis ge

ni

co deta-

lIado

, en

1 1 pa

cie

nte

s, de la reg i6n

de interes del cromosoma 6. Examjna-

mo s tambien el

ADN

de

64 indi

viduos

control que no presentaban hemocro-

matosis. En su mayorfa, los pacientes

compartfan una extensa regi6n de va-

rios millones de pares de bases. Unos

pocos, no obstant e, coincidfan s610 en

una fracci6n reducida. Cuando compa-

ramos la secci6n del cromosama 6 pre-

sente en

to  os

los pacientes. descubri-

m

as

que contenfa 16 genes. Trece de

ellos codificaban

hi

ston

as

, l

as

protei-

nas qu e se un en al

ADN

y 10 pliegan

para formar estructuras cilfndricas vi-

sibles a  microscopio 6P lico durante la

divisi6n

ce

lula

r.

Las hi stonas, y los ge-

nes que las determinan, son cas i identi-

cas para Lodos l

os

seres vivos;

por

ello

descartamos su implicaci6n en la he-

macromatosi s. Quedaban. pues, s610

tres

ca

ndidatos.

Dos de los tres genes restantes eran

identic

os

en los pacientes con hemo-

cromatosis

y

los individuos control sa-

no s. Pero el ahol a denominado

inclufa una mutaci6n que estaba pre-

sente en las personas con hemocro-

matosi s

y

ll ama

ti

va mente ausente en

aque

ll

os que no presentaban ninguna

alteraci6n del metabolismo del hierro.

Aquel debia se r, pues, el

ge

n

de

la h

e-

mocromatosis hereditaria.

Hall ada la mutaci6n pionera, ca-

bia preguntarse quien fue el fundador,

cuando y d6nde vivi

6.

Geneticos,

an-

tro

p61

0gos e hi storiadores se unieron

en busca de respuesta.

De

la cosecha

provisional

se de

sprendia

ya

que

la

he-

mocromatosis h

er

editaria se da en tada

M UTACIONES PIONERAS DE INTERES

Gon afectado

r storno

Orl

gen dela mutacl6n Mlgracl6n

Poslble ventaJa d una copla

HFE Exceso

de

hierro

Extremo noroeste de

Europa

I sur yal

este a raves

Protecci6n frente

a

a

anemia

de Europa

CFTR

Fibrosisquistica

Sudeste

de Europa/Oriente Medio

AI

oeste yal norte 

Protecci6n frente a

a

dia r

rea

a raves de Europa

HbS Anem

ia

alciforme

Africa /Oriente Medio

Hacia el

Nuevo

Mundo Protecci6n

frente a

a

malaria

FVLeiden

Coagulos

Eu

ropa occ idental Todo

el

mundo

Protecc i6n contra

la

sepsis

sangulneos

ALDH

Toxicidad alcoh6l1ca Extremo oriental de Asia

AI

norte

yal oeste

 

Protecci6n contra el

alcohollsmo

a raves de

As

ia

y

posiblemente

la

hepatitis 8

LCT

Tolerancia

Asia

AI oeste

y

al norte 

Pe

rmi

te

el cons

umo de eche

ala lactosa

a

raves

deE

urasia

de animales

domesticos

GJB Sordera

Oriente Medio

AI

oeste y

aJ

norte 

DesconOCido

a

raves de Europa

70

TEMAS

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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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ORiGENES POCO COMUNES

Aunque todas las personas con anemia falciforme son portadoras

de

la mis

ma

alteraci6n

genica,

es

ta

se presenta

en

el sene de cinco

haplotipos:ella ind ica que

la

mutaci6n apa reci6 de forma independiente en cinco momentos de

la

historia de la humanidad. Asl

se

in

dica por areas en el

mapa.

Se trata de loshaplotipos de Senega l, Benfn

Bantu

Arabia-India, 0 el recientemente descubierto de Came-

run.

I acho por

i

enta de

l

os

afroamericanos son

portad

ores

de al

menos una

apia de

la mutaci6n

de la

anemia falciforme.

Europa, aunque con incidencia mayor

en las regiones septentrionales. Ade

mas, en

el

norte, la mutaci6n pionera

aparece en casi lodos los pacientes; en

el este y el sur de Europa, en cambio,

en menos de dos

tefcios

de los afec

tado

s

EJ tercio restante posefa algu

na otra mutaci6n en HF a quiz8 su

fria un trastomo del metabolismo del

hierro completamente distinto.

Examenes geneticos mas detailados

centrados en eJ noroeste de Europa re-

EVOLUCI

6N

HUMANA

ve laron que esta mutaci6n pionera se

presenta can mayor frecuencia en Ir

landa, el oeste de Gran Bretana y la

Bretaiia francesa: un patr6n que se so

lapa, casi a la perfeccion, con la

di

str

i-

bu

ci6n actual de los celta

s

Los celtas dominaron en Europa cen

tral hace mas de dos milenio

s

La ex

pansion del Imperio Romano les ob

li

go

a desplazarse hacia el norte y el oes

te; pero hubo quien se mezcl6 con los

europeos del sur, pennanecie

nd

o en

su

emplazamiento original. i.Se origino la

mutaci6n pionera de la hemocromato

sis en el centro de Europa

y

progreso

hacia el norte en movimientos rnigra

torios?

e

origino acaso en el norte?

La

in

vestigaci6n acomet

id

a en el ADN

circundante haplotipo) en el cromoso

rna 6 abrio la puerta a una posible res

puesta

La gran longitud del haplotipo mo

demo indica que se trata de una mu

tacion pionera joven: habrfa aparec

id

o

71

I

Page 69: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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72

BIBLIOTECA

SCIENTIFIC

AMERICAN

Dos volumenes de

22

x 23 5 em

con un total de 443 paginas

profusamente lIustradas en negro

y

en color.

LA CELULA VIVA

En La celula viva Christian de Duve nos invi

ta

a participar en una absorbente y magnificamente

ilustrada expedicion hacia un mundo tan importante

para nuestro organismo cuan apartado de nuestras

vivencias cotidianas. Se trata del reino de los billones

de celul

as que

componen el cuerpo humano.

uia a la vez audaz y seguro  de Duve nos brinda

las experiencias

y

conocimientos de que ha hecho

acopio a 1 largo de una vida entera dedicada

a la investigacion 

y

1 hace en un estilo que

sin renunciar a la precision que exige el tecnico

resulta accesible

y

a

meno

para el profano.

Prensa

i

entifica S.

A

hace s610

una s

60

a

70 ge

nerac ione

s

alrededor del 800 d.C. Una fecha mas

tempr ana indicarfa que el fundador

vivi6 en Europa central y que la mu

taci6n se extendi6 hacia el norte y el

oes te. al ser empujados sus descen

dientes par

una

Rom a en expans ion.

Pero el Imperio Romano habia caido

ya en el 800, par 10 que nuestra muta

ci6n pionera debi6 de originarse en el

noroeste de Europa, para luego distri

buirse hacia el sur

y

el este a traves de

la progenie del f

undador.

Luigi Cavalli-Sforza y otros antro

p61ogos

habian

es

tudiado con anterio

ridad otros tip

os

de variantes de ADN

para el

rastreo de poblac iones. Las mu

taciones pioneras afiaden ahara un a

nu eva dimensi6n a los estudios

gene

ticos: la longitud del haplotipo deter

mina la edad de una mutac i6n; la fre-

cuencia del haplotipo en la poblaci6n

indica la expan si6n geog ra

fi

ca de la

de

s

ce

nd

encia del individuo fundador.

De sde

el punto

de

vista bioquimico

todos los humanos somas mi embros

de una misma familia. Compartimos

una herenc ia genica. Ademas de con

firmar la hip6t

es

is del origen afri

ca

no

de nuestra especie. el amilisis de las

mutaciones

pi

oneras ha revelado pro

genies

co

munes de otros grupos sin re

laci6n de parentesco manifiesta. Una

inves

ti

gac i6n reciente llevada a cabo

por D

av

id B . Goldstein  de la Univer

sidad Duke ha demostrado

un

ines-

perado vincul o gene

ti

co entre ce ltas

y vascos.) Futuras investigaciones so

bre las mutaciones pi oneras y sus ha

plotipos ahondaran en los nexos gene-

ticos que expJiquen las migraciones y

el crecimiento

de

las poblacio

ne

s hu

manas

que nos han lIevado h

as ta

la si

tuaci6n actual. Arrojaran luz tambien

sobre las raices del arbol de I. fami

lia humana.

BIBLIOGRAFIA OMPLEMENTARIA

THE GRE AT H UMAN DIAS

PO

R

AS

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THE

HIs-

TORY OF D I

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TEMAS

44

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LOS RAYOS ULTRAVIOLET

AS (UV)

del soI1Ienen su

calli

y

SU

cruz:

t arnenIM

Ie

producxl6n de vltamlna

0

peRI

desauyen

eI fOIato

I pueden causal dncer aI deftal' eI ADN. a plglMnID n

producldo

por los l1IIIanodtos,

protege contra

Ie degntdecI6n

del fOIatoyeI detalcwo del

ADN.

Pero

los

meI.nocIIoslilnen que

NdbIr suIIcIentes..,as W pIIlI generar vltamlna 0.

UVA UVB UVC

La

capo de ozono de

la

atm6sfera bIoqueIIla

IIegada de

los

IlI JOS

we

ala

pIe/

landula

sudonpara

.

Los

rayos UVA penetran hasta los va

SOS

sa

ngufneosde la piel. donde des-

truyen

el

folato

(acido

f6lico)

sebacea

Vasos sangufneos . _

Los rayos UV8 que lIegan a los quera

tinocitos convierten

el

colesterol en

previtamina

0,

que el riri6n transfor

ma despues

en

vitamina 0

Los

IlI JOS

WI 111M

IIlIn

en Ie epldanlls

y

haa n que los 1M-

Ianocftos prodIaan

eI pIgmeI

Ito

meIanI-

no. que sa almac:ena

en

los

meIanosomas

(en deto/fe obaja . Los

que<atinocltos captan

los melanosomas. con

los que forman una

dpsula

nuclear

que

protege su

ADN.

- - Melanosoma

Capsula nuclear

i

EVOL

UC1

  NHUMANA

77

Page 72: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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Estas observaciones nos lIevaron a

plantear

la

hip6tesis de que

la

piel evo

lucion6 hasta volverse oscura para pro

teger los dep6sitos de folato almace

nados en el organismo. Nuestra idea

encontr6 el

re

spaldo de un informe pu

blicado por Pablo Lapunzina en 1996.

Vio que tr

es

mujeres j6venes, por 10

demas en buen estado de salud, habfan

dado a

lu

z ninos con defectos del tubo

neural tras haber tornado en las prime

ras seman

as

del embarazo el sol para

broncearse. Nuestros datos acerca de la

destrucci6n del folato por

la

radiaci6n

UV se

suman a 1  que ya se sabia so

bre los efectos nocivos producci6n de

cancer de piel) de la irradiaci6n UV en

eIADN.

a transformaci6n

e

la piel humana

Los primeros individuos de

Homo

piens

es decir los primeros seres hu

manos modemos s

ur

gier

on en

Africa

hara entre 120.000 y 100.000 anos. Po

sefan una piel fuertemente pigmenta

da, adaptada a

la

intensa radiaci6n UV

y las temperaturas elevadas de cerca

del ecuador. A medida que el hombre

modemo empieza a aventurarse fuera

de

lo

s tr6picos, s

in

embargo, va encon

trando ambientes donde recibe una

irradiaci6n UV mucho menor duran

te el ano.

En

esas nuevas condiciones

la protecci6n

natural

excesiva co

ntra

el sol

probablemente fue perjudicial.

La

piel oscura contiene tanta melani

na , que muy poea radiaci6n

UV

y ape

nas radiaci6n UVB , de menor longitud

de onda puede penetrar en la piel.

Aunque

la

mayor parte de

los

efectos

de la UVB son nocivos los rayos cum

plen una funci6n indi spensable: ini

ciar la fonnaci6n de la vitamina D en

la piel.

La

s personas de piel oscura que

viven

en

los tr6picos reciben de ordina

rio suficiente radiaci6n UV durante el

ano para que

la

UVB penetre en

la

piel

y produzca vitamina D. No acontece

asf fuera de los tr6picos.

La

soluci6n,

con el transcurrir del tiempo evoluti

vo para quienes emigraban hacia las

latitudes del norte consisti6 en perder

la

pigmentaci6n de la piel.

W

Farnswonh Loomis, de la Uni

versidad Brandeis, abondaba en 1967

en la conexi6n entre la evoluci6n de la

pielligeramente pigmentada y la sfnte

sis de la vitamina D. Estableci6 la im

portancia de

Ja

vitamina D

en

la repro

ducci6n, por su papel en la absorci6n

de calcio en el intestino que a su vez

posibilita el desarrollo normal del es-

EVOLUCION HUMANA

queleto y el mantenimiento del siste

ma inmunitario en buen estado. Las in

vestigaciones que

ha

realizado Michael

Holick, de la facu ltad

de

medicina

de

la Universidad de Boston, en los ulti

mos

2

anos

han

cime

nt

ado mas alm el

significado de la vitamina D en

el

de

sarro

llo y

la

inmunidad. Su equipo ha

demostrado tam bien que

no

toda la

lu

z

so

lar

contiene suficiente UVB

para

es

timular la sintesis de vi tamina D. En

Bo ston, por ejemplo, situada alrede

dor de los 42 grados

de

latitud

none

las celulas

de

la piel humana co mien

zan a producir vitamina D mediado

marzo. Durante el invierno no hay su

ficiente

UVB

para realizar esa funci6n.

Comprendimos que ese dat o era esen

cial para dilucidar la cuesti6n del co

lor de

la

piel.

En

el curso de nuestra investigaci6n  

buscamos en vano a principios de los

anos noventa   datos sobre los niveles

reales de radiac

i6n

UV

en

la

superficie

de la

Tierra

N uestra recompensa lIeg6

en

1996  cuando nos pu simos

en

con

tacto con

Eli

zabeth Weatherhead, del

In

stituto Cooperativo para la

In

vestiga

ci6n de

la

s Ciencias Ambientales, de

la

Universidad de Colorado en Boulder.

Pu

so a nues

tra

di sposici6n una base de

datos con las medidas de la radiaci6n

UV en la superficie tomadas por un sa

telite de la

NASA,

el Espectrofot6me

tro Canografico Total del Ozono, entre

1978 Y 1993. Pudimos entonces con

fecc ionar

un

modele de

la

distribuci6n

de la radiaci6n UV en la superficie de

la Tierra y re lacionar los datos del sate

lite con la cant idad de UYB

ne

cesaria

para

producir vitamina D.

Vimos qu e la superficie del planeta

puede dividirse en tres zonas

por

1

que

se refiere a la vitamina D: una compren

de los tr6picos

otra la

s regiones s

ub-

tropicales y templada

s

la ultima,

la

s

regiones circumpoiares a

partir de

unos

45

grados

de

latitud.

En

la primera, la

do sis de

UVB

ba sta para que los seres

humanos s inteticen vitamina D todo el

ana.

En

la seg

unda

  hay al menos

un

me

s del ano

en

que es insuficie

nte

En

la tercera no l ega en promedio  a pro

mover

la

sfnte sis de vitamina D a

largo del ano. Esta distribuci6n podrfa

exp

li

car por que la piel de los pueblos

indigenas de los tr6picos es oscura

por

que mas clara, y co n

la

po sibilidad de

broncearse

la de

quienes viven

en

las

regiones subtropicales y templadas y

por que la de quienes proceden de cer

ca

de lo

s polos tiende a se r muy clara y

se

quema con facilidad.

Uno de los apartados ma s interesan

tes

de

esta investigaci6n fue el examen

de grupos que no acababan de encajar

en el color de la piel anticipado. Tene

mos

un

ejemplo en el pueblo inuit de

Alaska none de Canada. Los inuit

prese ntan

un

color de la piel algo mas

oscuro de 1 que cabria predecir  dados

los niveles

de

UV en

su

latitud. Es

to

se

de

be

probablemente

dos

factores .

EI

primero es que no hace tanto que habi

tan esas zonas climaticas; han emigra

do a America del None

s610

hara unos

5000 anos.

EI

segundo estriba en la ex

traordinaria abundancia de alimentos

que contienen vitamina D. en especial

pescado y mamfferos marftimos en la

dieta tradicional

de

los inuit. Su inges

ta

rica en vitamina D compensa el pro

blema que

le

s supondrfa el que su piel

no s intetice vitamina D en latitudes

tan

septentrionales; les perrnite  pues

co

n

servar

una

piel mas oscura.

Gracias a nues

tro

anaIisis de

la

capa

cidad potencial de sintetizar la vitami

na hemos comprendido otra caracteris

tica relacionada con el color de la piel

hum ana: l

as

mujeres de todas

la

s pobla

ciones tienen de ordinario una piel mas

clara que los hombres nuestros datos

mues

tran

que tiende a ser entre un 3 y

un

4 po r ciento ma s clara que

la

de

lo

s

hombres). Los cientfficos

han

conjetura

do a menudo c

ual

es

podrfan

ser las razo

ne s La

mayoria argume

nta

que el fen6-

meno s

urge

de

la

selecci6n sexual:

lo

s

hombr

es

pr

e

feririan

mujeres de color

m

as

c

laro

. Noso

tro

s mantenemos que 

aunque esa sea probablemente parte de

la explicacion no es la raz6n original

de la diferencia sexual Las

mujere

s tie

nen necesidades de calcio

ba

stante mas

el

evadas en su vida reproductora  sobre

todo durante el embarazo y la lactancia.

y deben aprovechar al max.imo el conte

nido en

la

dieta. Proponemos

por

tanto

que

las

mujeres tienden a tener

un

color

un poco mas claro que los hombres para

permitir que penetren mas rayos UVB

en

su piel y aumente con ello su capa

cidad

de

producir vitami

na

D.

En

zo

nas del mundo donde se recibe una gran

ca

ntidad de

radiaci6n UV 

Ias

mujeres se

encuentran en el

filo

de la navaja de la

se lecci6n natural : por

un

lado han de

m xi miz r la funci6n fotoprotectora

de la piel y, por

el

otro, la capacidad de

sintetizar vitamina D

Punto

e

convergencia

de la cultura

y

la biologia

A medida que el se r humano modemo

fue de

splazandose, hara unos

100

.000

79

Page 73: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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LAS POBLACIONES que

viven

en

los

tr6picos reciben suficiente luz ultra-

violeta

UV

) del

sol

mapa

superior,

marr6n y naranjo) para sintetizar

vi-

tamina D todo

el

ano. No asf las

que

habitan en latitudes ma s al norte y al

s

ur

. En las

zona

s templadas bandas

un

poco

sombreada

s ,

se

car

ece de

la

Iuz UV necesaria para sin tetizar vita-

mina

Dun

mes

al

an

a;

quienesviven

mas

cerca

de los polos banda mas

oscura no redben

Iuz UV

suficiente

la mayerfa

de

los mesespara la

sfnte-

sis de vitamina D.

Lo

s mapas de aba-

jo muestran los

col

o

re

s de la pie  hu-

mana que se predicen conforme a

los

niveles de

Iuz

UV. En el

Vi

ejo Mundo,

etcolor de la pie l de lospueblos nd 

genas se ace

rca

bastante a

10

predi

chaoEn el Nuevo Mundo sin embar-

go,el color

de

la

piel de

los

esidentes

primitivQs es de ordinario

ma

s claro

que 10

esperado, probablemente a

causa

de

su reciente emigrac

i6

n

y de

otros factores, la dieta por ejemplo.

anos. Se

di

stinguen por una piel muy

pi

gmentada y cuerpos delgados y lo

n-

gilfneos, can extremidades largas; esas

ca

racteristicas constituyen

un

a adapta

ci6n

bi

ol6gica exceJente para disipar

el calor y la intensa radiacion Uv En

contraste, los grupos modernos dedi

cados a la ag

ri

cultura y al pastoreo de

la margen oriental del mar Raja, en la

peninsula

An

\biga, han vivido alii solo

desde hace unos 2000 anos. Estos pri

meros pueblos a b e s de o

ri

gen euro

pea, se han adaptado a condiciones am

bi

en ales muy semeja

nt

es

ca

n medias

casi exclusivamente culturale

s:

se cu

bren can pesadas vesti mentas y hacen

sombra con toldos. Sin este tipo de pro

tecciones, habrfa debido esperarse que

su

pi

el hubiera comenzado a oscurecer

se. Por 10 general, cua

nt

o mas reciente

ha sido la

mi

graci6n de un grupo hacia

un

a zona, tanto mas amplia es la adap

taci6n cultural.

Peligros de las migraciones

recientes

A pesar de

la

s grandes mejoras habi

das en el ultimo siglo en todo 10 rel

a-

cion ado con la salud, vuelven a darse,

o a emerger algun as enfenn edades en

pobl aciones antes poco afectadas pa r

e

li

as. Una de estas es el cancer de

pi

el,

especial mente los carcinomas de ce

lulas basales y escamosas, en los pue-

EVOLUCI

  N

HUMANA

bi

os de piel clara. i Por que surgen aho

ra esas e

nf

e

nnedad

es?

No siempre las adaptaciones biolo

gicas y culturales siguen el paso de los

movi

mi

entos de los humanos de una

zona con un cierto patr6n de radiaci6n

UV a otra con un patr6n diferente. La

gente de piel clara de o

ri

gen noreuro

peo que se broncea en el sur de

Fl

orida

o el norte de Australia empieza a pagar

l

as consecuencias, en fo rma de enve

jeci

mi

ento premature de la pieI y ca

n-

ceres cutaneos, dejando apan e el cos

ta desconocido en vidas humanas de la

desaparicion del folat

o.

Por otro lado,

muchas personas de

pi

el oscura origi

narias del sur de Asia y de Africa que

aha ra viven en

el

norte del Re ina Uni

do, Europa septentrional 0 el nordeste

de Estados Unidos, sufren un a falta de

radiaci6n UV y vitamina D, problema

insidioso que se ma

ni

fiesla en tasas ele

va

das de raquitismo y otras enfe rmeda

des relacionadas con la de

fi

ciencia de

v

it

amina D.

La capacidad del color de

la

epider

mi

s de adaptarse, con el paso de largos

pe

rf

odos de tiempo, a los

di

versos e

n-

tamos adonde los seres humanos han

ido trasladandose reHeja la importan

cia de la piel para la supervi

ve

nci

a.

Pero

a su naturaleza inesta

bl

e se debe tam

bien que resulte un a de las caracteris

ticas menos utiles para determinar las

relaciones evolutivas entre los gropos

humanos. A

nt

ano, los antrop610gos se

vaheron del color de la

pi

el para carac

te

ri

zar las razas humanas. Pero ese c

ri

te

ri

a err6neo, y en eso consiste la

fu

e

r-

za de la cien

ci

a. puede ya corregirse.

Nuestros conocimie

nt

os ac

tu

ales sabre

la evo

lu

ci6n de la

pi

el humana indican

que la adaptaci6n

al

ambiente median

te

la

selecci6n natural explica las varia-

ciones del color de la piel igual que da

cue

nt

a de la mayorfa de

nu

estras carac

teristicas ffs icas. Esperamos el dfa en

que desaparezcan los vesti

gios de viejos

errores cientificos y los reempia

ce un

mejor conoci

mi

e

nt

o de los orfgenes y la

di

versidad del sel humano. La di

ve

rsi

dad del color de la piel debe celebrarse

como una las manifesta

ci

ones mas vis

i-

bl

es de la evo

lu

cion del hombre.

BIBLIOGRAFIA

(OMPLEMENTARIA

THE EVOLlIT

ION OF H UMAN SKIN Co-

LORATION. Nina G. Jablonski y George

Chaplin en

Journal

o

Human Evol

il

tion,

vo

l.

39, n  O 1, pugs . 57- 106; I de ju lio de

2000.

W HY SKIN COMES IN COLORS. Bl ake Ed-

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California Wild,

vol. 53.

n.

O I,

p ~ g s .

6·7; inviemo 2000.

THE BIOL

OOY

OF SKIN COLOR: BLACK AND

WH ITE. Gina Ki rchweger en Discover,

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8t

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Una via muy estrecha

Para comprobar nuestra hip6tesis se

gun Ia

cual

la asistencia en

el

parta ha

existido desde hace milenios, hemos

considerado, de entrada, la forma en

que una crfa de primate encaja en el ca

nal del parto de la madre. Vi sta desde

arriba, 1a cabeza del recien oaeida es

basicamente oval, alargada de adelan

te h d tds y mas estrecha de oreja

a oreja. Igualmente,

el

canal del parto

la abertura 6sea de la pelvis por la que

pasa el feto del utero al exterior) dibu

j lambien

un

6valo.

EI

principal obs

tacula a salvar en el parta de muchas

primates es el del tamana de la cabeza

de la eria, muy similar al tamafia de di

cha abettura.

A ese angosto trayecto los huma

nos anaden otra complicaci6n:

Ia

sec

ci6n del canal del parta no se mantiene

constante. En efecto, la entrada del ca

nal, dande el feto a termino empieza su

recorrido, es mas aocha de un lado al

olro de

la

madre. Sin embargo, a medio

camino, esta orientaci6n gira 90 grados

y el eje mayor del 6valo se orienta de

la parte delantera del cuerpo de la ma

dre hacia su espalda. Eso significa que

el feto debe realizar una serie de giros

en su progreso por

el

canal para que

la

s

dos partes de su cuerpo con mayores

dimensiones la cabeza y los hombros)

esten siempre alineadas con el dhime

tro mayor del canal.

Para entender el proceso del par

to desde

el

punto de vista de la ma

dre, pensemos en una mujer a punto

de dar a luz. El feto a termino se en

cuentra en la mayorfa de las ocasiones

cabeza abajo, y cuando su cabeza en-

84

HUESOS PU ICOS

COXIS

tra en el canal del parto esta mirando a

un lado. Sin embargo, en la mitad del

canal debe girar

la

cara para mirar ha

cia atras, apoyando el occipucio en los

huesos del pubis. En ese momento, los

hombros estan orientados de

un

lade a

otro. Cuando el recien nacido se expul

sa continua con la cara orientada hacia

atras, pero girando ligeramente la ca

beza hacia

un

lado. Esta rotacion ayu

da a girar los hombros para que puedan

acomodarse al espacio que hay entre el

pubis y el coxis. Para comprender la es

trecha correspondencia que existe en

tre

la

s dimensiones de

la

madre y las

del feto, debemos saber que el canal

del parto tiene

un

diametro maximo de

13

centfmetros y un dhimetro minimo

de 10 centlmetros. El diametro antero

posterior de

Ia

cabeza de

un

recien na

cido mide

un

promedio de

10

centlme

tros y los hombros una anchura media

de 12 centlmetros. EI trayecto que debe

recorrer a traves de un canal de forma

variable hace que el parto humane sea

tan diffcil y peligroso para la mayorfa

de las madres e hijos.

Si retrocedemos 10 suficiente en nues

tro arbol evolutivo, Uegaremos a un mo

menta en

el

que el nacimiento no era

tan diffcil. Aunque los humanos esta

mos mas proximos geneticamente a

los simios antropomorfos gibones,

orangutanes, gorilas y chimpances),

los monos resto de primates catarri

nos y platirrinos) pueden representar

un

mejor modele del parto en los an

tepasados de los homlnido

s

En efecto,

entre los primates fosiles anteriores al

primer homlnido

Australopithecus),

un posible antepasado remoto fue ro

consul, primate f6 sil can una antigUe

dad de 25 millones de aoos. Carecia

este de cola y mostraba probablemen

te el aspecto de

un

simio, pero su es

queleto indica un modo de locomocion

mas parecido al de un mono. Su pel

vis tambien era muy similar a la de un

mono. En la actualidad, la cabeza de

una crfa de mono representa aproxima

damente el 98 p r ciento del diamelro

del canal del parto de la madre. Se tra

ta de una situacion similar a

la

que pre

sentan los humanos, y no tanto a la de

los chimpances, cuyos canales del par

to son mas holgados.

A pesar de este paso tan estrecho, el

nacimiento de las crfas de mono pro

cede con mayor simplicidad que en el

caso humano. A diferencia de la forma

retorcida del canal del parto humano,

el

canal del parto de los monos man

tiene la misma forma de su seccion ho

rizontal desde la entrada hasta la sa

lida.

EI

diametro mayor del canal se

halla orientado anteroposteriormente y

la parte mas ancha del 6valo esla cer

ca de

la

espalda de la madre.

EI

feto a

termino de un mono penetra en el ca

nal del parto introduciendo la cabeza

en primer lugar, con la parte mas ancha

y posterior de su craneo apoyada en la

parte mas espaciosa de

la

pelvis, cer

ca del coxis. Esta significa que la cria

de mono sale del canal del parto c n

la cara mirando hacia delante; en otras

palabras, con la cara en la misma direc

cion que la madre.

Las observaciones del parto de los

monos han demostrada las ventajas

que afrece

el

nacer de cara. Las monas

dan a luz sentadas sabre las patas pos-

TEMAS

Page 77: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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teriores a apayandase en l

as

cuatra

pa

tas. Cuando la crfa esta sahendo del ca

nal del parta, la madre pu ede agacharse

y guiar su salida, ap roxim andala a su

pecha. En

mu

chas acasiones, la ma

dre quita las mucos idades de la boca y

nariz de la crfa para qu e pu eda respi

rar. Ademas, en el momenta de la ex

pulsi6n, las crias vienen can fuerza

sufi cie

nt

e para participar de fanna ac

tiva en su propio nacimiento. Una vez

que las manos quedan libres, pueden

agarrar el cuerpo de su madre y salir

par sf mi smas.

Si las crias humanas sa

li

eran de cara,

el parto seria mucho mas sencillo para

la madre. En cambio, las modificacio

nes evolutivas de

la

pelvis humana que

nos permiten caminar de forma bipeda

obligan a la mayoria de las c

rf

as huma

nas a salir can la nuca apoyada en el

pubis, mirando en direcci6n a la madre.

Par este motivo, es mu y diffcil para la

parturienta este agachada, se

nt

ada

a acostad  poder as istir a s

us

crias

cuando estan naciend

o.

Esta situaci6n

hace prac

ti

camente imp

os

ible que la

madre pueda ay ud ar a respirar a los re

cien

na

cidos, quitar el co

rd

6n umbil ical

del cue

ll

o e incluso acerear los bebes a

los pechos . Si

la

madre tratase de ace

lerar el nac imiento cogiendo al recien

oacido y g

ui

ar su salida. se correrfa el

riesgo de doblar la espa

ld

a de la cr

fa

en

direcci6n contraria a la eurva natural de

la columna. Poner la espalda de un re

cien nacido en ese ang

ul

o podria pro

vocar danos en su columna vertebral ,

eo sus nervios y eo sus mu seulos.

En los humanos co

nt

e

mp

oraneos la

soluci6n a estas difi cultades es la bus-

E

VO

LU l  NHUMANA

queda de

as

istencia dura

nt

e el parto.

Pu

ede consistir en el auxili o de

un

obs

tetra, una comadrona

0 un

mi emb ro ex-

pe

rto de la fa mili

a;

pero esta asistencia

ay ud a a la madre a real izar todD aque-

  0 que las mo

na

s

ha

cen por si

mi

smas

y puede comp ensar l

as

limitad

as

ca

pa

cidades mo

tri

ces de las crfas. L

as

ven

taj

as

que o frecen ha sta l

as

form

as

m

as

simples de ayuda durante el pano han

reducido la m

or

tal idad de las ma

dr

es y

de l

as

crias a 10 largo de la hi sto

ri a.

Parto

asistido

Par s

upu

est

o. nu

estras antepasadas e

incluso las mujeres ac tuales pueden dar

a luz can ex

il

O

si

n ninguna ay ud a. No

fa

ltan en la literatura relatos novelados

de campesin

as

pariendo solita

ri

as. ima

genes que han

ca

lado en la idea popular

de la fac

ili

dad del p

ar

to. Pero los antro

p610gos que han es tud

ia

do el nacimien

to en culturas de todo el mundo senalan

10

infundado de tal creencia; en los hu

man os el parto rara

ve

z es facil y pocas

veces se pro

du

ce s

in

asistencia. Hoy en

di

a,

la mayorfa de l

as

mu

jeres de todas

las sociedades se valen de otros. lnclu

so entre los  

Kun

g del sur de

Af

rica, en

el desierto del Kalahari , que

favo

recen

cultural mente el parto en solitario,

la

s

mu jeres no dan a luz sol

as

h

as

ta que

han alumbrado

va

rios hijos can la pre

sencia de sus madres, herman

as

u otras

mu

je

res. De esta fo rma, y aunque exis

ten algunas excepcion es, el parto as isti

do es una costumbre casi

uni

versal.

Teniendo esto en cuenta, y con la

op

ini

on de que esta costumbre se debe

a las dificultades y riesgos que aco m

pa iian al parto humano, pensamos qu e

1

LOS HUM NOS N CEMOS

on

la

cara

mirando

hacia

atras y

con

la parte

posterior de

la

ca-

beza apoyada en los huesos del

pubis materno. Por

tanto,

es

di

ficil para la madre

guiar

al

re-

cien acido en su salida del

ca-

nal del

parto (la abertura

de

la

pelvis

femenina) sin ayuda.

las comadro n

as

no so n exclusivas de

los humanos contemponineo

s,

s

in

o que

hunden sus rafces en nuestros antepa

sados.

De

acuerd o can

nu

estras pro

pias

investigaciones, l

as

comadron

as

surg i-

dan hace un os cinco millones de anos.

cuando la aparic i6n del bipedismo re

d

uj

o el tamafio

y

cambi6

la

form a de la

pelvis y del canal de l

pano

.

Obviame

nt e.

lin co

mp

ortamie

nt

o tan

co

mplejo

co

mo el que rodea al alum

br amiento no fos

ili

za, pero si los hu e

sos de la pelvi

s.

EI a

ju

ste estrec ho que

existe entre el tamano de la cabeza de

la crfa y el canal de l pa

no

de la ma

dr

e

en los humanos permite reconstruir el

meca

ni

sme del parto si se conocen sus

respecli vos tamanos. Grac i

as

al regis

tro f6s

il

,

no

s es

fa

miliar

la

anatomia de

la pelvis en bastantes periodos, y po

demos estimar el tamano del cereb

ro

y

del craneo de l

as

crias basandonos en la

amplia mu estra de tamaiios de cnineos

ad ult

os.

(Los craneos

de

infantes. mu y

delicados, no se conservaron en buenas

cond

iciones h

as

ta que

los

humanos em

pezaron a enterrar a sus mu ertos. hace

100.000 anos.) A traves del tamano y la

fo

rma de los cnineos y de las pelvis po

demos detenninar si los r

ec

ien nac idos

emergian mirando hacia adelante 0 ha

cia atras, y comprobar cllan di fici l pue

de resultar pariI'.

Marcha

bipeda

En los humanos ac tuales el biped is

mo y los cerebros grandes con

ve rgen

para

co

mplicar el pm10. No obstante,

el cambio fundamental respecto a la

forma del parto de los primates no hu

manos se debe a

nu

estro tipo de loco-

85

Page 78: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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2.

EN lOS MONOS el nacimiento de la eria On la cara hacia adelante permite que la madre pueda

intervenir y guiarla fuera del canal del parto.

Induso

puede eliminar las mucosidades

de

la cara

del recien nacido

para ayudarle a

respirar

.

moc i6n bfpeda Es ta forma espec ial de

desplaz

ar

se apareci6 en los primeros

anL cpasados de los hum anos, en el

ge·

nero u

stra/opirh

e lls h

aee

unos e

ua

-

tra mill ones de a ii.os

[vease

Evo

lu

c ion

de

la marc

ha

humana por

C

O

wen

Lovejoy; [

NVEST

IGAC I6N Y C

lENC

IA,

enero

19

89]. A pesar de su postura er

guida. los australopitecinos tenian poco

mas de un metro de altura y sus cere

bros superaban s610 ligeramente los de

los c himpances

actuales.

Los

desc ubri

mi

enlos no aclaran que especie de aus

tra iopitecino dio Ju

ga

r a l genera Homo

S in embargo, sigue sie ndo importante

co

mpr

ender la forma en la que daban a

luz, porque en espec ies e

mp

arentadas

la l

oco

moci6n bfpeda limita de m

odo

parejo el tamana maxi mo de la pelvis y

del canal del paTio.

Para es te perfodo cronol

  g

ico, la

anatomia de la pelvis de la hembra se

co

noce gracias

ados

f6s

il

es bastan

te

co

mpleto

s.

EI primero, STS

14

con

2,5 millones de a

ii

os de antigiiedad,

ru

e desc ubie

rt

o en Sterkfontein, un ya

cimiento en la reg i6n sudafricana de

Transvaal.

EI

segundo

co

rresponde a

Lu cy

un f6sil desc ubie

rt

o en la zona

e

tf

ope de Hadar y datado en un os tres

millones de afios de an

li

gtiedad. A par

tir de l estudio de es tos dos especfme

nes y de las estimaciones del lamano

del cran

eo

de los n

eo

natos, C. O

we

n

Lovejoy, de la Unive rs

id

ad eS latal de

Kent y Robe rt G. Tague, de la de Loui

siana, afirm aban a med iados de los

anos ochenta que e l pa

rt

o en los prime

ros homfnidos

dif

eria del

co

nocido en

el resto de primates actuales.

EI

ca

nal del

PaJ10

de los australopi

tecinos tiene forma de 6valo aplastado

ca

n la dimensi6n mayor orientada de

lado a lado, tanlo en la entrada como

en la

sa

lida. Esta geometria requie-

86

re que el mecanismo de l parto difiera

del de los monos, simios a humanos.

La cabeza no podia haber rotado en el

inte

ri

or de l canal, aunque nosotros pen

sa

mos que, para que los hombros enca

jase

n mejor en ese trayecto, la cabeza

deberia haber girado al

sa li

r. En olras

pa labras, si la

ca

beza de la cria al entrar

en el

ca

nal del parto 10 hada mirando a

uno de los lados de la madre, los hom

bros estarian orientados del vientre a la

espa

ld a.

Esta pos ici6n inicia l significa

que los hom bros debian girar para aco

modarse a la forma alargada transve

r-

sa lmente del canal del parto.

ES la sencilla rotaci6n introdujo difi

cuhades en el parto de los au

sl

ralopi

tec inos, que n

in

guna especie de prima

Ie habfa lenido anles. Depend

ie

ndo del

lado a l que giraban los hom bros, la ca

beza sa lia del cuerpo de la madre miran

do hacia a

tnis 0

hacia adelante. Debido

a q ue e l canal del parto de los auslralo

pitec

in

os

dib

uja una

fo

rma e liplica si

metrica. sin variaci6n en su reco rrido,

e l feto po

di

a gir

ar

libremente los hom

bros hacia adelante

0

hacia aWis de su

cuerpo, te

ni

endo un 50 p

ar

ciento de

pro babilidades de nacer en una posi-

ci6n mas ve ntajosa

ca

n la cara miran

do hacia adelante . Si la cria nacfa

co

n

la cara hacia atras, la ma

dr

e australo

p

it

ecina l igu

al

que las madres hu

manas actua

l s

po

dr

ia

haberse bene

fic iado de la prese ncia de algun tipo de

ayuda.

Desarrollo

de

un cerebra

grande

Si el bipe

di

smo tra

jo

suficientes difi

cuhades hasta hace r necesari a la asis

tencia, el crecimiento en el tamano

del cerebro de los hominidos intradu

jo nuevos obstaculos. En la evoluci6n

humana, el mayor tamano del cerebro

de los aduitos y de las crfas aparec ia

co

n pos te

ri

oridad a los australopiteci

nos, en particular en

el

genero

Homo

Escasean pelvis f6siles de los primeros

Hom

o;

e l

in

dividuo mejor

co

nservado

es el esqueleto del muchacho del Thr

kan

a

un adolescente de hace 1,5 millo

nes de anos, procedente del yac imiento

de Na

ri

okotome (Kenia). Se admite que

los adultos de la espec ie a la que peTle

nece este muchacho te

ndr

ian el doble

de tamaiio cerebral que los australopi

tec

in

os, si bien repr

ese

ntaria s610 dos

lercios del tamaiio cere

br

al de los hu

manos actuales.

Christopher B.

Ruff

, de la Univers i-

dad Johns Hopkins, y

Al

an Walke

r

de

la estatal de Pennsylvania, han recons

truido la pelvis de este adolescente a

pa

rt

ir de frag mentos y estimado el as

pecto que te

ndn

a cuando hubiese

lI

ega

do a la edad adulta. A partir de las

di f

e

rencias entre

la

s pel vis masculinas y las

fe

meninas que

co

nocemos en especies

mas recientes de hominidos, infirieron

c

mo se

rf

a una hembra de esa especie y

la forma del canal del pa

Ti

o. Se

rf

a esta

ovalada y similar a la de los australopi

teci nos. Basandose

en

tales reconstruc

ciones, determinaron que la especie a

la que pe

rt

enece e l muchacho del Tur

kana luvo un mecani smo del parto si-

milar al de los austraiopiteci nos.

En los ultimos anos, se ha

ve

nido so

metiendo a prueba una importante hi

p6tes is que

se

dedu

ce

de la afirma

ci6n de Ruff y Walker: la anatomfa de

la pelvis de los primeros Homo pudo

haber

li

mitado el crecim

ie

nto del

ce

re

bra hasta un momenta de la evo

lu

ci6n

en el que el canal del pa

Ti

o se ex pan

di6 10 suficiente c

omo

para permitir el

paso de una cabeza grande. A tenor de

esa hi

p

tesis, unos cerebros mayores y

pel vis mas espaciosas es taban relacio

nados desde una

per

spec

ti

va evolutiva.

Los individuos que mostraban ambas

caracteristicas tenian mas ex

it

o al

dar

a

lu

z a descendientes que sobrevivian

y heredaban dichas c

ar

acteris

ti

cas. Los

TEMAS

Page 79: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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EL PARTO EN DIFERENTES CULTURAS

cambios en la anatomfa de 1a pel vis,

acompanados de la asistencia en el par

to, pueden haber permitido el aumento

espectacu lar del tamano cerebral , que

aconteci6 desde haee 1 mill6n de afios

has

ta

hace 100.000 anos.

Los f6siles que cubren los ultimos

300.000 anos de la evoluci6n humana

respaJdan la conexi6n entre el aumento

del cerebro y los cambios en la anato

mia pelviana. En los ultimos 25 anos,

se han descubierto tres f6si les de pel

vis pertenecientes a

Homo sapiens

ar

caicos: un individuo masculino de

ma

s

de 200.000 anos procedente de la Sima

de los Huesos en la Sierra de Atapuer

ca (Espana), una mujer de 280.000

anos de antigtiedad hallada en Jinniu

s-

han (China) y una pelvis de un indi

viduo masculino neandertal (tambien

considerado o

o sapiens

arcaico) ,

de 60.000 anos de antigtiedad, pro

cedente de Kebara (Israel . Todos es

tos especfmenes presentan el canal del

parto retorcido

como

el de los huma

nos actuales; por 10 tanto, sus cfias,

dotadas de grandes cerebros. efectua

ban muy probablemente la rotaci6n de

la cabeza y de los hombros en el canal

de l parto y nacieron con la cara miran

do

a la madre, un gran problema

qu

e

debian afrontar las parturientas para

dar a luz con eXilO.

EVQLUCI6N HUMANA

La triple dificultad de recien nacidos

con grandes cerebros, una pelvis dise

nada para la locomoci6n bipeda y un

parto rolacional en el que la crfa emer

ge can la cara mirando hacia atnis no

es asunto de interes menor. La selec

ci6n natural debi6 favorecer la exi

s-

tencia de una conducta de busqueda de

ayuda durante el parte, pues esta asis

tencia permitfa superar las dificultades.

Sin embargo, las madres no s6 10 busca

ban ayuda al preyer los riesgos de dar

a lu z. Con mayor probabilidad el dolor,

e l miedo y la ansiedad les condujeron a

desear compaOfa

y

seguridad.

Los psiquiatras afirman que la selec

ci6n natural pudo haber favorecido ese

tipo de emociones - tam bien comu

nes durante las enfermedades y las le

siones - porque eso pro voca que los

individuos que sufren estas experien

cias busquen la protecci6n de compa

neros, que les proporcionan una ma

yor probabilidad de sobrevivir ve se

E

voluci6n y orfgenes de la enferme

dad por Randolph M. Nesse y George

C. Williams; INVESTIGACI6N y Ct

EN-

CIA, enero de 1999]. Los descendien

tes de los supervivientes tendrfan una

mayor probabilidad de experimemar

este tipo de emociones durante los mo

mentos de enfermedad y dolor. Tenien

do

en cuenta la ventaja evo lu tiva que el

miedo y la ansiedad pueden aporta no

sorprende que las mujeres sientan es

tas emociones durante el parto.

Las mujeres actuales suman un do

ble legado evolutivo: la necesidad de

asistencia ffsica y el concurso del auxi

lio emocional. Cuando Sophia Pedro

dio a lu z en un 'rbol rodeada de una

lI

anura inundada, pudo hab

er

conta

do con ambos tipos de apoyo.

En

una

entrevista, algunos meses despues de

su rescate, explic6 que su suegra, que

tambien estaba

can

ella en e l Mbol, Ie

ayud6 durante el parto. La

bU

squeda de

eSle tipo de asistencia puede ser tan an

tigua

como

la propia humanidad.

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BIRTH

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N

EVOLUTIO

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E

canib

al

ismo nos impresiona.

repugna y fa scina a partes igua

les, se trate de relalos de explo

radores hamb

ri

e

nt

os, de COI1 

fesiones de supervivient

cs

de

accidentes

ae

reos que se

l utr

en de sus

congeneres muertos 0 descripciones de

ritos practicados e n Papua Nueva Gui

nea. Represe

nl

a

un

o de los ultimos la

bti

es

de las sociedades occiden tales y

una costumbre asociada a

al

ras cul tu

ras, a atras ticmp os y

l

alras

lu

garcs.

Hasta haee poco, los elementos recaba-

dos desde haee va ries siglos eran har

to confusos e

inco

mpletos para podcr

afirmar que nun

ea se

dio tal prac

li

ca . 0,

por el

co

ntrario, que se rea

liz6

en tal si

tio y du ranle tal perfodo por la l 0 cual

mo ti vo.

Va

ri

as

in

ves ti gacion

es

han sacado a

la luz la v

erdad

sa bre e l ca niba Ji smo.

Mucha antes de la in venc i6n de la mc

ta lurgia, ant

es

de la

co

nstrucci6n de las

piramides de Egipto, an tes de la apa ri

ci6n de la agricultura

0

del urte rupestre

pal

eo

lftico,

se pr

ac

ticaba

el caniba

li

s

mo en numerosos pu

eb

los y entre ho

mfnidos antecesares llueSlros. Se han

descubierto , por millares, huesos ro

tos y

es

parcidos en puebl os pre

hi

sto

ri

cos del sudo

eS

le de

ES

lados Unidos y

en las isias del P  fico. Gracias al per

feccio namiento creciente de las herra

mientas y de los metodos

de

ana

li

sis,

la inves

ti

gaci6n osteo l6g i

ca

y arqueo-

16g ica de tales yac imientos ha aportado

pru

eb

as de la ex istencia

de

un

ca

ni

ba

lismo pre

hi

st6rico.

EI canibalismo humane ha intrigado a

los anlrop61ogos desde hace

Ii

empo, em

pe iiados durante dece

ni

os en estable

cer una clasificac i6n de l fen6meno, p

Ol

eje mplo en funci6 n

de

l sujeto

co

nsu

mido. AS I, el endocaniba

li

smo remite

al consumo de individuos que pe

rt

ene

cen al grupo, el exoca

ni

ba

ii

s

ill

o al de

personas exte

rn

as a l g

ru

po;

par

fin , e l

autoca nibali smo abarca des

de

mo

rd

er

se las

uri

as hasta el autoconsumo indu

c ido mediante tortura. Los antrop6lo

gas

han creado tam

bi

en clas

ifi

cac

iones

en ra

z6

n de sus motivacion

es

pr

es

um

i-

bl es 0 co

nf

esadas. EI caniba lismo en

tre supervivie

nL

es de un acc idente esta

provocado

par

e l hambre. Tal aco

nt

eci6

en la expedici6n Donn

er

Party (cuyos

miembros quedaron ai slados

dur

ante e l

duro inviemo de 1846 a 1847 en Sierra

Nevada) 0 enlre los

ju

gadores de

ru

g

by perdidos en los Andes en 1972, lras

un accidente acreo. Hab lu mos de can i

ba

li

smo ritual cuando los

mi

embros

de

un a familia 0 de una comunidad consu-

90

men a sus mueI 0S en el curso de

ce

re

mo

ni

as funera

ri

as para poder adqu irir

sus cua

lidade

s 0 para honr

ar

su

me

mo

ri a.

POl (iltimo, el ca ni ba

li

s

mo de

tipo

pato l6g ico se re fi ere a los criminales

que

co

nsulllcn a sus vfcti mas

0,

mas a

menudo , se lee apl cado a persona

je

s

de fi cci6n, asf Hannibal Lecter en

I

.,;-

/encio de los co

n/ems

A pesar de estas dis[ in

cio

nes, la ma

yorfa de los a

nl

rop610gos uti

li

za e l te r

mi no

c

aniba

li

smo  para designar el

consumo reg

ul

ar, cultural mente admi

tido , de ca

rn

e humana. En la cpoca de

las gra

nd

es exped iciones etnogra

fi

cas,

vale decir,

de

sde el histo

riado

r

gr

i

ego

Herodolo

c.

400

a.c.)

hasla princip ios

de l siglo xx , misioneros, militares y

antrop610gos han

exp

lorado parses re

motos y contado relatos de caniba

li

s

mo alimentario de Ameri

ca

ce ntral, is

las de l Paef

fi co

0 de Africa cenlra l.

Tal

es

descripci

one

s se han visto a

men udo envue

lt

as en la pole mica. De

ben recibirse con cau tela, toda vez que

hasta fi nales del sig lo XIX no empeza

ron a pa

rt

icipar umr

op6

1

0gos

profesio

nales en expediciones de ese tenor. En

1937 el anlrop61ogo As

hl

ey Mo

nl

agu

I\

egaba a afirm

ar

que el ca niba

li

smo

era un mito de ex

pl

aradores .

En 1979 , William Are ns rue mas a

li

a

tras rev isa

l

el reg istro etnogrMico en su

libro

The Mall-Eatillg My

th

.

Este an

lrop61

ogo de

la Universidad estatal

de

Nueva York en Stony Brook negaba

que los testimonios de canibalismo

ri

tual entre aztec as, maorfes 0 zulues ca

rec ie

l

an de

fi

abilidad.

Se reprochaba a los an trop61ogos

que no se limitaran a

ana

lizar poblacio

nes

come

mparaneas e interpretaran los

datos arqu

eo

logicos a la luz

de

los pre

j ui cios

de

la epoca. Los ha

ll

azgos ar

queol6g icos en Europa y olros lugares

des pertaban espec

ul

ac ioncs sin cuento

sobre el caniba

li

s

ll

o. En esc ambie

n-

te, e l esc ril

ar

nortea m

er

ica no Ma

rk

Twain escribfa en 1

871

que doquie

ra se encuenlra un mont6n de huesos

de hombr

es primit ivos y bestias mez

clados j

un

tos, s

in

la mas mini

ma

se rial

que ind ique que el hombre se comi 6 a

los osos 0 que los osos se

co

mi ero n a

los humanos, se reputa, s in e l menor

escrupu lo,

un

a pru

eba

de caniba

li

s

mo, no importa

que

e l

hu ma

ne muri

era

hace dos mi

ll

ones de ailos.

Durante la centuria siguiente, ar

que610gos y antrop61ogos

ff

sicos co

menzaron a considerar canlbales a los

homlnidos

A

lI

srralopifhec/ls ajricclIltls

Homo e

r t I

s y Homo lIeo llde

rr

halell -

si

s De acuerdo con a]gunas interpre

lacion

es

, ha

br

fa existido canibalismo

desde hace tres millones de a rios has

ta epocas muy recientes.

A principios de los ochenta apareci6

un

a

cr ftica

muy dura

co

ntra tal

es

afirma

ciones. EI arque61o

go

Lewis Bin fo rd ,

en su

li

bro

BOles: Ancient Melt and

M

odem

Myths

sos tenia que el supues

to caniba

li

smo

de

los p

ri

meros homfni

dos

ca

reefa de fundarnento. Fundado en

el lrabajo de otros prehistoriadores inle

resados en la composici6n, contexto y

modificaciones en las asociaciones de

huesos del Paleo lftico,

Binf

ord subra

y6 la n

ece

sidad de apoyarse en la ex

perimentaci6n y observaci6n de civili

zaciones contempon

in

eas para estudiar

el comportami ento de l pasado en el pre

sente. Su

inHu

yente trabajo combinaba

el esceplicismo con la defensa de l rigor

metodol6gico en los estudios del

ca

ni

ba

li

smo prehist6rico.

Diversidad

de

ritos funerarios

El cstudio de

ca

nlbal

es co

nte

mpora

n

eos

nos seria muy util, pero

es

ta oporluni

dad se ha perdido casi del todo. Hemos,

pues, de abordar el fen6meno desde las

ciencias h

is

t6ricas.

La

arqu

eo

log fa se

co

nvierte asf en el medio principal para

inves

tiga

r la existencia del canib alismo

humane y su extension.

Sin e

mb

ar

go

, una de las dificuita

des que se presentan a los arqu

e6

lo

gos es la

in

creible diversidad de ri

tuales funerarios . Los cuerpos pueden

SCI ente

lT

ados, incinerados, co locados

en andamios, arrojados al agu

a,

deja

dos en troncos de arboles u ofrecidos

a los carrorieros. Los huesos se exhu

man , lavan, pintan, sepuJtan en grupo

o dispersan sobre las pie

dr

as. Los ar

que61ogos

de

manana se las v

er

an y de

searan para reconoc

er

que tipo de pnk -

ti ca f

un

era

ri

a se utiliza hoy en algunas

pa rt

es

de

l

Tib

e t. En efecto, los cuerpos,

descuartizados, se dejan expu

es

tos

par

a

b

ui

tres y olros carnivoros; luego, se re

coge

n los huesos,

se

reducen a polvo,

se mez

da

n

co

n cebada y h

ar

ina,

par

a

ofrecerlos de nuevo a los buitres. Dada

la gran variedad de destinos de los hue-

50S y los cue

rp

os, distinguir el caniba

li

smo de otras prac ticas funera

ri

as pue

de ser bastante dif

fc

il.

Se ha establecido un elenco muy ri

guroso

de

criterios para reconocer la

ex isten

cia

del

ca

nibalismo. Se puede

co

n

fi

rm

ar

esta ac

ti

vidad cuando los pa

trones de procesamiento que se obser

van en los restos humanos son iguales a

TE

M

AS

Page 83: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 83/88

lo s que se observan en huesos de otros

ani males que se

han co

n

su

mido . Lo s ar-

qu

e61ogos vienen apelando  desde

ha

ce

tiempo a esta comparaci6n entre restos

humanos y animales encontrados en un

mi smo yacimiento. En su opini6n 

la

s

sefiales que muestran los huesos ani-

males y la disposici6n en que se han

dejado indi

ca

n qu e el animal fue sa-

cr

ificado para su consumo. Cuando los

restos humanos son desenterrad

os

en

contextos similares con las mismas se-

fiales incisas el mi smo estado de con-

servaci6n y abandonad

os

de igual ma-

nera podem

os

inferir que nos hallamos

ante un epi sodio de

ca

nibalismo.

Cuando un

mamff

ero devora a

otTO,

suele dejar marcas y estrlas en el es-

qu eleto del animal co nsumido. En

vida los t

ej id

os

bl

a

ndo

s,

co

n

valo

r

nu-

tritivo recubren los huesos de los ma-

miferos. Pero cuando se arrancan los

tejidos quedan en los huesos las mar-

cas de mordeduras y

de

fracturas

que

revelan el procedimiento del agreso

r.

Aha

ra

bi

en  cuando los humanos con-

sumen a otros animales dejan en los

huesos algo mas que simples marcas

de dientes pues se han servido de uti-

le

s

de

piedra 0 metal   ac tividad

refl e-

jada

en senales de corte de los hue sos.

Po

demo

s ha

ll

ar esas mismas marc as

en los esqueletos humanos que han

side objeto de descuartizamiento.

Para establecer la existencia de ca-

nibali smo humano es preciso desc u-

brir las pislas del proceso

marca

s de

corte machacamientos fracturas a cre-

maciones - asf como 3 presencia de

hu

esos

0

partes de ell os, intactos . En

el interior de los huesos residen lcjidos

de alto valor nutritivo  como el cerebra

y

el tUf tano ;

y

s610 pueden extraerse

rompiendo los huesos

10

que deja se-

nales inequfvocas. Cuando ese tipo de

trazas asociadas a la preparaci6n   apa-

recen en los huesos de un yacimienlo

podemos pensar en prac

ti

cas canfbales.

2.

EI

APlASTAMIENTO

constituye

uno de

los

sig-

nos del

consumo de

huesos humanos.

En los

huesos canibalizados pueden

observarse

alte-

raciones

de diverso

tipo.

Cuando

estas senales

son identicas a las que nos

muestran

los hue-

sos

de

animales del mismo

yacimiento 

los

ar-

queologos

entienden

que los

restos

humanos

se prepararon de identico modo y

por

la misma

razon: para su consumo.

Estos

cinco metatarsia-

nos (parte del

esqueleto

del

pie)

preceden

del

Canon de Mancos 

1 mismo

que

los

huesos del

resto

de las ilustraciones; se aplasto el hueso es-

ponjoso

para extraer los nutrientes.

9

Page 84: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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Podemos continuar la hip6tesis de un

caniba lismo aliment

ar

io con

O

ro

s

da

tos arqueol6gicos en particular gracias

a restos ani

males

consumjdos en yac

i-

mientos que pertenecen al mismo tipo

de cu ltura.

Es

te

met

oda

co

mp

arativo de scan-

sa en la presencia de di stintos tipos

de trazas sabre el hu

eso y en las prue-

bas

contex

tual

es. Pero la sola presen-

cia de marcas de corte no constituye en

sf

misma

una

prueba concluyen  

e

Por

eje mpio los

hu

esos procedentes de

un

cementerio revelarfan inci siones de ba-

yo

neta y l

os cadaveres

diseccionados

en

un

a facultad de medicina senales

de

4 LAS MARCAS

que

se observan en el lado

iz-

quierdo de este fragmento de tibia

humana

se

producen

al cortar

el

tendon y el musculo.

Se

servlan tambien de utiles p r cort r tiras  ex·

traer carne 0 separar la

cabeza

del tronco. Con

todo  los

arqueologos deben

ser muy

cautelosos

en sus interpretaciones  porque

no

toda traza de

corte

indica, por

necesidad  un episodio de

cani

balismo, habida

cuenta

  ademas, de la diversi

dad

de ritos funerarios.

92

3. MACHACANDO Apartir

del

registro

arqueo-

16gico labemos

que la carne que

rodea

al

hue

so

grasa,

musculo u

otros

tejidos) no es

la

uni-

ca

parte del cuerpo que se

consumia.

A

menudo,

se

rompian

los <raneos y se extrafa el tuetano

de los huesos largos.

En

estos dos ejemplos, con

percutores

de piedra se

hendieron

longitudinal-

mente los huesos del

brazo para

aceeder

al

tue

tano.

corte   s

in

que

ni

e n un o oi en alro

caso

se trate de canibalismo.

Con criterios de reconocimiento tan

estrictos no podrian identificarse la

mayorfa de los episodios de canibaljs-

mo

del pasado. Debemos a los etn6gra-

fos la de sc ripci6n de cierto rita canfbal

de Papua Nueva Guinea: los c

raneos

de los

mu

el10s se limpiaban

ca

n sumo

cuidado para extraerl

es

el cerebro. Una

vez secos los cnineos casi intactos se

manipulaban una

y

otra vez con el des-

gaste

co

nsiguiente

de

l

os

salientes. En

ocasiones los pintaban y

coloca

ban s

o-

bre postes para exhibirl

os

como objetos

de culto. Los tejido s blandos, incluido

el

ce

rebro se

co

ns

umian

al principio

de tales preparativos; es dec ir  se trata

de un a

pn

1c

tica de canibalismo r

itu

a

l.

Ahora bien  si l

os

cnlneos en cuesti6n

se hubieran encontrado en un contexte

arqueol

  gico

s in las informaciones

de

Page 85: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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que disponemos sobre esa forma de ca-

nibalism

o

no constituirian una prueba

de canibalismo de acuerdo con lo

s

cri

-

teri os en vigor.

Ello

no

obstante  y s

in

apartamos

de

criterios

tan restrictivQs

hemo

s de s

cu-

bierto iodicios

de

canib alis

mo en

ya

cimient

os

mas an tiguos. La s mejore s

indicaciones de canibalismo prehist6ri-

co proceden del registro arqueol6gico

del sud oeste de Norteamerica. Allf se

han encontrado pruebas convincentes

en decenas de agrupaciones de restos

humanos. Tambien se

han hallado

tes

tim onios s61idos de esa pn\ctica en la

Europa del Neoli

ti

co y de la Edad

del

Bronce.

En

la cueva de Fontbregoua 

en el Var  por ejempl

o. n u

so el y

a-

cimiento e

uropea

mas antiguo que ha

proporcionado restos humanos contie-

ne iodicios de canibalismo.

Los primeros c nib les

europeos

EI yacimiento paleoantropol6gico mas

importante de Europa se encuentra en

el

norte de Espaiia

en

l

as

laderas de la

Sierra de Atapuerca. Las actividades

humanas

prehis

t6rica

s

en

las

cuevas

de

esta sielTa formaron innumerables ya-

cimientos, pero

el mas

antiguo coooci

do es la

Gran

Datioa,

en

curso

de

exca

vaci6n en la actualidad. EI equipo que

alii trabaja ha recuperado las pruebas

de

un

a ocup ac ion humana de hace unos

800.000 anos protagonizada por

omo

nte esso

r

una

nue

va

especie antepa

sa

da de los humanos. Los huesos de

hominidos de uno de los niveles

del

sedime

nt

o que rellena la cueva apare

ce

n mezc lados can instrumentos

Htic

os

y otros

re

stos de animales prehist6ri

cos cazados (como el ciervo, el

bison-

te y e l rinoceronte). e

han re

cupera

do 92 fragmentos de huesos humanos

pe

rt

enec ientes a

se

is individuo

s.

Estos

ti

enen

in

confundibles marcas de corte

producidas can utiles lfticos,

in

cluyen

do marcas de despellejamient

o y la ex

tracci6n de came , as como el proce

samiento del

CraneD

y de los

hu

esos

largos para obtener el

tu

etano.

EI

mis-

5. CREM CION . las

areas

oscuras ydanadas de

estas uatro apofisis

mastoides

protuberancia

osea

que hay detras de

la

oreja) indican que

los craneos se quemaron

.

Puesto que la region

mastoidea no esta

recubierta

de

una

cantidad

notable

de

tejido

muscular, la <remacion resul-

ta

mucho

mas intensa

que

en otras partes del

craneo. os patrones de cremadon

demues-

tran la

existenda

de practicas culinarias.

93

Page 86: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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mo patron de procesamiento

se

observa

en los huesos de a

ni

males que aparecen

junta

a e lias. Se trata de la prueba mas

an

ti

gua de canibalismo.

A finales del sigla XIX, el palea

antrap61aga craata Dragutin Garjana-

vie-Kramberger descubrfa en el sedi

menta

arenasa

del abriga de Krapina

l

as

res

lOs

de mas

de

20 neandertales

l.

Practicaban el canibalismo los nean

deltales europeos, que vivieron entre

hace 35.000 y

15

0.000 anas?

Esas

hue

sas, ha

ll

a

da

s fragmentadas y desparra

mados, porta ban marcas de

co

rte. Para

nuestro infortunio, las piezas, muy fra

giles, se extrajeron sin las debidas pre

cauciones y se cubrieron

ca

n gruesas

capas de

co

nsolidante que e

nm

asca

ran las trazas posibles de instrumen

tos Hticos y hacen extr

emadame

nte di

ffci l la interpretaci6n. Opinan algunas

que l

as

huesas neanderta les de Krapina

ofrecen indicios c laros de

ca

nibalismo;

otros atribuyen los patrones de fractu

raci6n a las cafdas de blaques del te

cho

de

la cueva, a mordiscos de camr

voros (lobos, hienas, etc.)

0

a ritos

de

inhumaci6n neandertales. Pero

amU

isis

de las huesas de Krapina y de huesas

de Vindija, otra gruta croata que con

tiene restos de neandertales y de fauna

mas recientes, indican que el canibalis

mo

se practic6 en ambas cuevas.

En los ultimos anos, otro yacimien

to neandert

al confinna

el fenomeno.

A

ar

illas del rfa R6dana, en Ardoche,

Alban Defteur, de la Universidad de

Marsella, viene excavando la cueva de

Ma

ul

a-G uercy desde hace mas de un

decenio. Los neandertales ocuparon

el lugar hace aproximadamente unos

100.000 anas. En

una

de l

as

niveles, el

equipo desenterr6 los restos de

al

me

nos seis neandertales (un nino de seis

afios y adultos). La meliculosa exca

vaci6n y recuperacion de Defteur han

proporcionado datos eq uivalentes a la

investigac ion forense

en

un caso crimi

nal. Estab

le

ci6 la ubicaci6n precisa (se

gun las tres dimensiones del espacio)

de cada fragmenta de hu

esa

de

animal

o de neandertaI, de cada pista botanica

y

de cada instrumento ftico. Merced a

esa labor minuciosa, nos ha sido dado

a conocer de que modo

se

esparcieron

los huesos en torno a un h

aga

r que se

apago hace mas de mil siglos.

Ademas, los an

al

isis microscopicos

de los fragmentos 6s

eo

s de neanderta

les y de la fauna han conducido a las

mismas conclusiones que el

equ

ipo es

panal del yac imiento, mas anti guo, de

la Gran Dolina: ciertos europeos del

94

Pal

eo

Hti

co

practicaron el canibalismo.

Mas dificil resu lta determinar con que

frecuencia y bajo que circunstancias.

P

ar

10 que a

la

frecuencia se refiere, pa

rece que no se trataba de episodios ais

lados. Entre los yacimientos mas an

tiguos de Europa s610 uno

co

ntiene

f6siles humanos, y estos fueron cani

balizados. Los dos yaci mientos croa

tas de neandertales estan

separ

ados

por

cientos de gcneracio

ne

s, pero los anali

sis muestran que en ambos se practico

e l ca

ni

ba

li

smo. Y el yac imiento nean

dertal de Maula-Guercy apoya

la

mis

l a interpretacion. Todas los hallazgos

contienen el mis

mo

tipo de pruebas.

As  las cosas,

la

mayorfa de los paleo

antrop61

  go

s no

se

pregunta si las pri

meros hominjdos eran canibales, sino

que

le

s induja a ello.

iL

En esa

lfn

ea, los descubrimjentos rea

Iizados desde hace 35 afios en yac i

mientos del sudoeste norteamericano

han modificado nuestra opi

ni

on sobre

la cultura de los anasazi , que vivieron,

desde el siglo primero antes de nu estra

era hasta el 1600 d.C. , en la region de

los Four omers en el sudoeste nortea

mericano s ituada entre los estados de

Nuevo Mexica , Arizona, Utah

y Cala

rado). Cu ltivaban el marz y construran

sus aldeas y viviendas en espectacula

res acant i ados. Nos han dejado uno de

los registros arqueo logicos mas ricos y

detailados de

tada

el mundo. Christy

G. Turner

II

, de la U

ni

versidad es tatal

de Arizona, estudi6 en los afios sesenta

y setenta del sig la XX los conjuntos de

huesos humanos quemados y fragmen

tados pertenecientes a yacimientos

anasazi de Arizona, Nuevo Mexico y

Colorado. Un asentamiento tras otro ,

lodos mostraban restos humanos

co

n

marcas reveladoras. Pero en la

hi

storia

mas reciente de los indios pueblo hay

muy pocas pruebas de que el

ca

nibalis

mo

fuera una pnicti

ca

muy extendida,

y a algunas tribus actuales que

se co

nsi

deran descendientes de los anasazi les

molestan las afirmaciones de canibalis

mo entre sus antepasados.

La mayorfa de las sepulturas anasazi

presentan esqueletos completos

artk

u

Jados, acompanados de vasijas de cera

mica decoradas, muy codiciadas por los

furtivos . Segun Turner varias decenas

de yacimientos alojaban restos huma

nos fragmentados y quemados, que evo

can una practica mas comun que la mera

inhumaci6n. A

10

largo de los li ltimos

3

anos el ndmero total de huesos hu

manos recuperados en estos yacimien

tos se cuenta por decenas de mile

s.

Co

n'esponden a individuos repartidos por

decenas de miles de kil6metros cuadra

dos del sudoeste norteamericano y abar

can 800 anos de prehistoria. Por ejem

plo, el conjunto de la cultura anasazi que

analice hace quince afios

en

el ca fi6n

Mancos (sudoeste del estado de

Co

lo

rado) cOOlenfa 2106 fragmentos de hue

sos de como minimo 29 indios norteame

ricano

s:

hombres, mujeres y ninos.

Estos conj untos 6seos han aparecido

en diferentes asentamientos, desde al

deas hasta ciudades. Datan, a menudo,

de la misma epoca en que se abandona

ron los asentamientos en cuesti6n. Los

huesos presentan indicios de haberse

quemado

la ca

rne antes de retirarla. De

10 observado se desprende que se ex

trara el

ce

rebro y rompfa los huesos de

las extremidades para obtener el tueta

no despues de

co

rtar los tejidos muscu

lares. Algunos de los fragmentos tienen

pulidos sus extremos, un fen6meno que

se relaciona con el cocinado en vasijas

de

ce

ramica. Los fragmentos de hue

so humanos de Mancos muestran mo

dificaciones iguales a las dejadas por

los anasazi cuando preparaban la caza

(el ciervo

0

las cabras de las Montanas

Racosas). Las pruebas osteol6gicas de

muestran que los humanos fueron des

pe

ll

ejados y

cac

inadas, extrafdos los

museu los, rotas las articulaciones, frac

turados con yunques y martillos de pie

dra los huesos largos y aplastado el

tejido esponjoso de los huesos; los frag

mentos se cocieron luego en vasi

jas

de

ceramica. Pero esos resultados han si

de

abjeto de polemica. Sin embargo, la

oposici6n a las interpretaciones de ca

nibali smo parece mas abjeto de la

po-

Ift

ica que de

la

ciencia. Para numerosos

paleoantrop61agas el canib

al

is

mo co

ns

tituye una practica tan reprobable, que

rechazan las pruebas.

En otono de 2000 Richard A. Mar

lar

y

su grupa, de la facultad de me

dicina de

la

Universidad de

Co

lorada,

aportaban la prueba mas conv in

ce

nte

de canibalis

mo

en los

yacim

ientos ana

sazi del sudoeste de Norteamerica. Ex

cavaron en tres fosas anasazi, fecha

das en e l 1150 d.C., pertenecientes al

yac imiento de Cowboy Was

h,

cerca de

Me

sa Verde, en el sudaeste de

Co

lora

do

. Encontraron el mismo patr6n que

habra side documentado en otros yac

i-

mientos (asf, el de Mancos): huesos hu

manos desarticulados, rotos y disper

sos, s in indicios de sepulturas. Gracias

TEMAS

Page 87: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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D ESCRIPCIONES HIST6RICAS

EVOLUCl6N HUM

ANA

EN

ELSUCEDERSE DE LDS SIGLOS los relatos et-

nograticos han venido consignando pr kticas de

canibalismo en diferentes partes del mundo AI-

gunas descripciones recogen

la

observaci6n di-

recta pero a tras cont d s po r exploradores mi-

sioneros. viajeros y sold do s me recen muy poca

credibil i

d d

. Estas d

os

creaciones art ist icas pin-

tan el canibalismo

impu

esto por la ham bruna

que

padecio China a finales del siglo X X y una vi-

sion europea del canibalismo

en el Nu

evo Mun-

do a partir de un grabado en m adera de 1497).

Aunque

ca

r

eee

n de solidez con trastada  podrian

orientar futura s excavaciones arqu eol6gicas.

9

Page 88: Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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BIBLIOTECA

SCIENTIFIC

AMERICAN

L

DIVERSIDAD

HU

M N

Un volumen de 22 x 23,5 cm

y 179 paglnas, profusamente lIustrado

en

negro

y en

color.

LA DIVERSIDAD HUMANA

En La

diversidad

humana

 

Richard Lewontin

nos mueslra que no hay dos individuos iguales.

Fuente de esa diversidad es la interacci6n entre

las diferencias ambientales, asf como enlre estas

y los acontecimientos aleatorios que se producen

durante el desarrollo. Excepci6n hecha de

los gemelos identicos, las personas divergen entre

sf en multiples genes, por

1

que no cabe hablar

a Sil excelente conservaci6n, la cu ida

dosa excavaci6n

y

un muestreo riguro

so, se pudieron realizar los oportunos

analisis qufmicos y encontrar pruebas

direc tas de can ibalismo hum ano.

EI

equipo

de

Marlar hall6

en una va-

sija de ceramica res

to

s de

rni og

lobi-

oa humana una protefna preseote en

el

coraz6n y en los mu

scul

os)

,

1 que

indicaria la coccion de carne humana

en el cacharro. Ademas, en un copro li

to humano (res

t

os fecales

fosilizados)

no calcinado, recogido en unos de los

fagooes de estos asentamientos aban

donados , se encontr6 tambien mioglo

bina humana.

En resumen, los datos osteol6gicos,

arqueol6gicos y bioqufmicos indican

que

el caniba l ismo prehist61co ocurri6

en Cowboy Wa sh. La info nnaci6n bio

qufmica del proceso y consumo de le

j idos humanos proporciona importantes

pruebas adicionales a los descubrimien

tos

os

t

eo

l6g i

cos

y

arqueol

6g

i

co

s del

sudoeste.

Causas

del

canibalismo

Es mucho mas diffcil conocer las cau

sas del canibalismo que establecer su

existencia.

EI

hombre come ante el es

tfmulo de l h

ambre.

i.C6mo saber si

el

canibali smo representaba un medio

de

s

ub

sis

ten

cia 0

de de

sha

cerse

de los

enemigos? Ni siqu

ie

ra en e l caso de los

anasazi, objeto de numerosos estudios,

puede detenninarse si el canib lismo

fue el result do de l

hambre

, de rituales

fu

nerarios 0 de la combinaci6n de es

tas u otras razones. CuaJqu iera que fue

ra la c usa, el canibalismo fa

nn

a parte

de nuest ro pasa

do

colect ivo.

BIBLIOGRAFIA

OMPlEMENTARIA

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EAT

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