Revista GTCCJ - Seguridad y Soberanía Alimentaria

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SEGURIDAD Y SOBERANÍA ALIMENTARIA Una contribución desde lo local para transitar hacia la soberanía alimentaria. La Asociación ECO Feria: Apoyando en la seguridad alimentaria urbana. Entrevista: Adalberto Koop y su visión sobre los recursos naturales. Lanqaya: Plantando tunas en lugares antes impensables. Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia. Cambio Climático y Soberanía Alimentaria. MAYO 2013 - Año IV GRUPO DE TRABAJO CAMBIO CLIMATICO Y JUSTICIA

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2da Revista del Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia, con artículos y entrevistas sobre la temática de "Seguridad y Soberanía Alimentaria".

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SEGURIDAD Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

Una contribución desde lo local para transitar hacia la soberanía alimentaria.La Asociación ECO Feria: Apoyando en la seguridad alimentaria urbana.

Entrevista: Adalberto Koop y su visión sobre los recursos naturales.Lanqaya: Plantando tunas en lugares antes impensables.

Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia.Cambio Climático y Soberanía Alimentaria.

MAYO 2013 - Año IV

GRUPO DE TRABAJO CAMBIO CLIMATICO Y JUSTICIA

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Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia

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Derechos de autor: Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia - GTCCJ]www.ccjusticiabolivia.org

Producción y Edición:GTCCJ – Regional Cochabamba

Institución Anclaje: Fundación AGRECOL AndesUrbanización “El Profesional”, pasaje F Nº 2958,

Telf./Fax 4423636 – 4423838, Int. 7Casilla 1999

Cochabamba - Bolivia

Editor:Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia – GTCCJ

Regional Cochabamba

Diseño y Diagramación: Nestor Silvestre, Enrique Rodríguez y Dennis García

Impresión: IMPRENTA J.R.

Cochabamba, Bolivia Mayo de 2013

EDITORIALLa crisis civilizatoria en la cual se halla inmersa la humanidad, que tiene entre algunas de sus

manifestaciones la crisis económica, la crisis climática y la crisis alimentaria, han puesto en evidencia

la irracionalidad del modelo capitalista y de lo que se ha venido a llamar “desarrollo”. Más aún,

cuando se invierten miles de millones de dólares para revertir la situación económica, para sacar

adelante y estabilizar el sistema financiero y convencer a la sociedad mundial que este modelo es

todavía viable. No obstante, en el otro lado de la medalla y por efecto de la deshumanización, la

desmaterialización de la economía, la mercantilización de la naturaleza, el total irrespeto a la vida

y la decadencia del propio sistema, se deterioran las condiciones ambientales y se profundiza la

situación de hambre a nivel mundial. Cada día, existen millones de personas que sufren inseguridad

alimentaria, sin posibilidad ni libertad de satisfacer sus necesidades básicas de alimentación.

El informe de la FAO del 2011 sobre inseguridad alimentaria afirma que, aunque se lograra alcanzar

el Objetivo de Desarrollo del Milenio el año 2015 respecto a reducir el hambre en el mundo en un

50%, todavía existirían más de 600 millones de personas en los países en desarrollo que padezcan

hambre. Asimismo, el informe del 2010 mencionaba que a pesar de haber reducido el número de

personas subnutridas los datos siguen siendo inaceptables, principalmente en países en desarrollo

(cerca de 1000 millones de personas con hambre). Por otro lado, existe todo un marco internacional de

reconocimiento al derecho a la alimentación desde 1948, ratificado en 1966 por el Pacto Internacional

de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU. Se reconoce el derecho fundamental de

todo ser humano de estar protegido contra el hambre.

Esto nos lleva a afirmar que más allá del reconocimiento de los derechos e indicadores propuestos,

independientemente de si se alcanza o no los ODM u otros objetivos, estos no son garantía de que

las condiciones se reviertan. Por el contrario, ocultan y distraen la atención sobre los aspectos

estructurales que están detrás de dicha situación: la pobreza, el marginamiento, la exclusión, la

injusticia, el deterioro de las condiciones ecológicas, ambientales, climáticas y, en definitiva, el

modelo civilizatorio con sus nefastos impactos sobre la vida. En ese sentido, resulta fundamental

cuestionarnos qué hacemos como sociedad, como civilización, como consumidores y productores,

como gobiernos, como tomadores de decisiones, como organismos e instituciones, como seres

humanos sensibles ante el sufrimiento de otros seres humanos, para revertir esta situación, para

acabar con la pobreza y el hambre en el mundo. El que exista un niño o niña, una mujer o cualquier

ser humano que no pueda satisfacer sus necesidades de alimentación no es ético, no es justo, no es

correcto ya que resta posibilidades y condiciones para el “Vivir Bien”.

Por tanto, hablar de seguridad y soberanía alimentaria en un contexto de Cambio Climático, supone

necesariamente el definir y asumir un sistema alimentario alternativo, diferente a aquel fundamentado

que gira en torno a las grandes empresas transnacionales, a la economía mundial con sus poderosos

intereses y al sistema de libre comercio. Supone garantizar la producción de alimentos sanos,

producción de bajo impacto energético que recupere la diversidad, el conocimiento y costumbres

Esta es una publicacion del Grupo de Trabajo Cambio Climatico y Justicia – GTCCJ Regional Cochabamba que puede ser reproducida por cualquier medio de informacion y/o comunicacion siempre y cuando la fuente sea citada.

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Contenido

Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia

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Editorial.

PÁG 6 a 7 Una contribución desde lo local para transitar hacia la soberanía alimentaria.

La soberanía alimentaria debe estar plenamente respaldada por acciones y propuestas, que materialicen el acceso a alimentos y de recursos para producirlos.

PÁG 8 a 10 Entrevista a Adalberto Koop y su visión sobre los recursos naturales.

Pensar en todo lo que Bolivia produce es una tarea no muy sencilla, más aún analizar la visión de los productores y los movimientos sociales respecto a nuestros recursos naturales.

PÁG 11 a 14 Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia. Entre avances y espejismos.

A pesar de los avances en materia de legislación y declaraciones regionales, quedan muchos desafíos a nivel individual y colectivo en la construcción de una verdadera SSA para las poblaciones más vulnerables de Latinoamérica y el mundo.

PÁG 15 a 16 Lanqaya. Platando tunas en lugares antes impensables.

Un caso de adaptación al cambio climático. La comunidad de Lanqaya-Potosí nos cuenta su experiencia.

PÁG 17 a 20 Cambio Climático y Seguridad Alimentaria.

¿Cómo se puede pensar en seguridad alimentaria cuando ésta depende de los cambios que el clima pueda tener a mediano y largo plazo? ¿Qué nos exige? ¿Qué implica?

PÁG 21 a 22 La Asociación ECO Feria: Apoyando en la seguridad alimentaria urbana.

Viendo que el pequeño productor y transformador, urbano o rural de productos ecológicos, no contaba con un espacio propio para comercializar sus productos, la Fundación AGRECOL Andes desarrolló el proyecto denominado la “ECO Feria”.

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[ Ante el Cambio Climático, ¡JUSTICIA!]

tradicionales, así como el relacionamiento equilibrado con la naturaleza, pero que también garantice

el acceso y la distribución de los mismos a través de la comercialización y el intercambio justo. Es

decir, fortalecer los sistemas locales, la pequeña producción agropecuaria, la economía rural, la

agricultura urbana, la diversidad de la producción, la comercialización en ferias locales, la educación

para una alimentación sana, de manera que se produzcan suficientes alimentos, de calidad y con

menor impacto ambiental. De esta manera, se entiende el ejercicio de la soberanía alimentaria como

el derecho que tiene cada país de elegir su camino, su sistema y sus políticas en materia alimentaria.

Recogiendo esta diversidad de miradas sobre la Seguridad y Soberanía Alimentaria y su relación con

el Cambio Climático, se presenta una contribución desde lo local, para transitar hacia la soberanía

alimentaria, recopilando reflexiones en torno a la necesidad de potenciar la conservación de los

recursos naturales e integrar los conocimientos locales y principios de solidaridad, entre otros. Dicho

artículo se enriquece con la entrevista a Adalberto Kopp respecto de su visión sobre los recursos

naturales, los impactos de la revolución verde y los diferentes roles de la pequeña agricultura familiar

campesina y la agroindustria en torno a la alimentación. Reflexión a la cual se suma el artículo sobre

Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia, el cual analiza la realidad alimentaria del país, los

resultados y la trascendencia de la Declaración de Cochabamba con motivo de la 42º Cumbre de la OEA

sobre “Seguridad alimentaria con soberanía en las Américas”. También se presenta un artículo sobre

seguridad alimentaria y cambio climático, donde se describe la situación de inseguridad alimentaria

municipal en Bolivia, los altos riesgos que significa en términos de la salud y bienestar social y la

profundización de los mismos por efectos del cambio climático. Destaca que dicha situación y los

eventos climáticos ponen en riesgo las condiciones y capacidades de las sociedades para alimentar

a sus poblaciones. Estas visiones globales se enriquecen con miradas y experiencias locales, como

la experiencia en Lanqaya, comunidad del Norte de Potosí, donde el aprovechamiento de las nuevas

condiciones que genera la variabilidad climática, a través de la plantación de tunas, brinda una

respuesta de adaptación por medio de la diversificación de la producción local, antes impensable.

Finalmente, se describe la experiencia de la ECO Feria como una iniciativa de comercialización

ecológica y un espacio vital de inter-relacionamiento entre productores y consumidores donde

destacan la combinación de tres aspectos clave: brindar productos sanos, proporcionar educación e

información al consumidor y fortalecer los sistemas participativos de garantía.

Esta revista, más allá de agotar los temas de seguridad, soberanía alimentaria y cambio climático,

busca motivar la reflexión e impulsar la acción, en defensa de la Vida, la Alimentación y la Justicia,

como principales alternativas que pueden contribuir al “Vivir Bien”.

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PROPUESTAS

Una contribución desde lo local para transitar hacia la soberanía alimentaria

Nancy Georgina Camacho RojasPlataforma Nacional de Suelos

[email protected]

El director del Departamento de Desarrollo Agrícola y Rural del Banco Mundial, a propósito de una posible alza de precios de los alimentos indicaba que “El mundo posee alimentos suficientes, pero por supuesto no podemos predecir el clima y si algo extraordinario ocurre, podríamos encontrarnos en una situación difícil nuevamente”.

En este sentido, los datos del BM muestran que los costos de los alimentos en general son más altos pero, aún no llegan a los niveles históricos del 2007/08; que llevaron a millones de personas a la pobreza ante el alza generalizada de los precios de alimentos al mismo tiempo que se disparaba el precio del petróleo, se acrecentaba la producción y uso de los biocombustibles, la incidencia de la crisis climática sobretodo en poblaciones vulnerables y las subida del precio de granos que desataron protestas violentas.

La última subida en los precios de los granos debido a la crisis climática, se produce en momentos de crisis financiera global, la Unión Europea está sumida en problemas y el desempleo es el más elevado de los últimos años. Por su parte, el poder fiscal en los países más pobres es erosionado, por tanto su capacidad para importar alimentos será limitada.

A esto se suma que más de 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua potable y 2.600 millones a servicios de saneamiento básico. El uso y el abuso de los recursos hídricos cada vez más valiosos se han intensificado considerablemente en las últimas décadas y se ha llegado a un punto en que la escasez de agua, la degradación de su calidad y la destrucción del ecosistema marino amenazan el desarrollo humano y la estabilidad política. Al escasear los recursos hídricos, podrían aparecer nuevas formas de tensión entre países que comparten ríos y lagos (PNUD, 2009).

La gente necesita el agua tanto como el oxígeno: sin ella no podría existir la vida. Pero además, el agua también preserva los sistemas ecológicos y forma parte de los sistemas de producción en los que se basan los medios de sustento (PNUD, 2009). Fruto de las quemas de bosques, con el consecuente cambio en el uso del suelo y la propia contaminación, se acelera la escasez de este elemento en cantidad y en calidad. Por tanto, los acuíferos del mundo están disminuyendo lo que incide en una disminución de áreas irrigadas.

Otro fenómeno mundial que atenta contra la producción de alimentos y la soberanía alimentaria es el avance de la erosión y la desertización de los suelos a causa de factores hídricos, eólicos, topográficos y antrópicos. En Bolivia, el 40% de los suelos están erosionados o en proceso de desertificación. La erosión y desertificación también se asocia al incremento de la temperatura y ésta a la deforestación.

En consecuencia, debemos estar conscientes que el agua junto a los recursos como los suelos y la biodiversidad silvestre y cultivable son entes que dinamizan y catalizan procesos humanos y naturales.

En las zonas alto andinas de Bolivia, las familias campesinas sufren la transformación de los ciclos de precipitaciones pluviales sumado a ello, esta la topografía ondulada de zonas irregulares, con pendientes abruptas y pequeñas planicies, degradadas.

Y aunque la crisis climática y económica afecta de manera global, es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros, trabajar y proponer alternativas desde lo local. Estamos claros que la soberanía alimentaria, en tanto sea entendida como una opción y posición política, por sí sola, no logrará garantizar el acceso a alimentos; por tanto, debe estar plenamente respaldada por acciones y propuestas, que materialicen el acceso a alimentos y de recursos para producirlos.

En este sentido planteamos:

1. Transitar hacia otro modelo productivo que potencie la conservación de los recursos naturales

La Soberanía alimentaria plantea modelos de producción que se integran en los territorios en los que se desarrollan. Se internaliza a la agroecología como pilar que contribuye a materializar la Soberanía Alimentaria, siendo ésta una ciencia que integra e involucra a las personas, es decir, considera los usos y costumbres, la conservación, recuperación y revalorización de conocimientos y los recursos naturales suelo-agua-biodiversidad, promueve el uso eficiente de la energía; en consecuencia, se trata de potenciar acciones y fortalezas endógenas antes de exógenas.

2. Integrar conocimientos locales y recupera la solidaridad

Durante décadas y fruto de la aplicación e implementación de la revolución verde y la industrialización hemos perdido conocimientos locales asociados a la convivencia y el trabajo con la madre tierra y el hombre. Estos conocimientos son vitales para generar sinergias, innovación y creatividad, en los territorios locales.

La tendencia actual es el de generar individualismo y desconfianza. En muchas comunidades campesinas/indígenas, continúan vigentes relaciones sociales de solidaridad y reciprocidad, que han permitido a estas sociedades desarrollarse y evolucionar; incluso en procesos económicos en los que las sociedades urbanas, hemos estado desposeídos. Por ejemplo, en la década de los 70 y 80’ y en la que el país, atravesada por una crisis económica y política, común en toda América Latina; debido a la deuda externa; las familias campesina/indígenas superaron sin dificultades esta amenaza.

3. Fomentar la réplica y la receptividad

Trabajar en la socialización de los aportes y beneficios de una Agricultura Sostenible con enfoque agroecológico, hacia los productores, la sociedad y en particular hacia los decisores políticos y consumidores. De este modo valorarán lo que comen y el trabajo que se realiza para producirlos, además, de los beneficios para el medio ambiente.

4. Impulsar canales alternativos para la comercialización de productos.

En nuestro entorno local, municipal y nacional ya existes medios y espacios para la comercialización por ejemplo, la venta directa en parcelas, ferias locales, semanales, de barrio; ferias especializadas como las ecológicas, las expo-ferias, relacionarnos con los pequeños comerciantes, con comedores escolares (desayuno escolar), hospitales y hoteles.

5. Profundizar en procesos organizativos, avivando el fortalecimiento de plataformas.

Debemos profundizar en procesos organizativos, de intercambio de conocimientos y experiencias

y de formación de plataformas que nos permitan andar este proceso de manera sinérgica y en alianza. Desde estas alianzas, se requiere mantener una fuerte estrategia y de incidencia política que favorezcan el desarrollo de una Agricultura Sostenible, con enfoque agroecológico. Esto implica, un proceso de incidencia y participación política, en los espacios políticos, en los movimientos sociales y en los medios de comunicación.

Bibliografía

ALTIERI, Miguel. Agroecología: bases teóricas para una agricultura sustentable/CLADES. Lima, Perú: CIED/Secretariado Rural Perú-Bolivia. 1997.

ALTIERI, Miguel; NICHOLLS, Clara C.I. Conversión agroecológica de sistemas convencionales de producción: teoría, estrategias y evaluación. Universidad de California, Berkeley. En http://www.revistaecosistemas.net/pdfs/457.pdf. 2007.

AVEDAÑO, Tatiana. Crisis alimentaria: amenazas y riesgos. Quito –Ecuador. 2009.

BISANG, Roberto; CAMPI, Mercedes. Un desafió a inicios del siglo XXI: Hambre, alta tecnología y desigualdad social. En: http://www.revistacts.net/f i les/Portafol io/documento_final_hambre_tecnologia_desigualdad. 2009.

PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO. Informe temático sobre desarrollo humano: la otra frontera, usos alternativos de recursos naturales en Bolivia.2009

ELÍAS, Bishelly. Crisis alimentaria mundial, ¿lo peor ya ha pasado?. En http://cipca.org.bo/index.php?option=com_docman&task=cat_view&gid=16&dir=DESC&order=date&Itemid=35&limit=5&limitstart=5. 2008 .

FAO. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo. La erradicación del hambre en el mundo: evaluación de la situación diez años después de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. 2006.

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Entrevista

Adalberto Koop. Su visión sobre los Recursos Naturales.

Entrevista realizada por:Daniel C. Cruz Fuentes Fundación Gaia Pacha

[email protected]

Adalberto Kopp (AK) fue el coordinador de la publicación “Organizaciones indígenas campesinas y soberanía alimentaria” impulsada por el CESA (Centro de Servicios Agropecuarios y Socio-comunitarios). La presente entrevista aborda algunos temas que parten de esta muy importante contribución a la literatura boliviana sobre un tema cuyo debate ha sido retomado en el país.

Daniel Cruz (DC). En el libro hablas como las sociedades rurales han sido desestructuradas por efectos de la Revolución Verde, ¿cómo ha sido el efecto en nuestro país?

(AK) El impacto en Bolivia, es el mismo que en todas partes, de repente no es tan desastroso como en otros países más poblados; porque acá la población rural, claro que se van a la ciudad pero no todos, ese es un cliché. Con la Reforma Agraria desde principios de los años 50 hasta la actualidad la población rural ha aumentado de dos millones a tres millones y la población urbana ha crecido de uno a seis millones pero este proceso natural de la humanidad no hay que verlo negativamente.

Ahora obviamente hay un impacto de la Revolución Verde (RV), no ha sido tanto en el altiplano pero sí ha sido tremendamente fuerte en la Amazonía y en la Chiquitanía, más todavía donde se expandió muchos subsidios financiamiento de proyectos agroindustriales por parte del Banco Mundial (BM). Este fenómeno producido por el BM con mucha presión y después de unas experiencias ecológica y socialmente desastrosas en Paraguay y Brasil, llega a Bolivia con la “novedad” del monoproducto para abastecer el mercado de los alimentos balanceados. Una parte se usa en las pollerías y chancherías en Bolivia pero la mayor parte para la exportación. A eso se agregó muy pronto la producción de biodiesel en base a la soya, es decir estos productos no aportan significativamente al sistema alimentario, sino va para alimentar vacas, chanchos, pollos. Transformar lo vegetal en carne, bajo el punto de vista de alimentación no es muy recomendable; pero ahora ni eso sino se exporta para que los brasileros produzcan diesel porque tienen una larguísima tradición en alcohol industrial en base al azúcar y diesel en base a la soya.

Todos esos ya son efectos contemporáneos “neoliberales” de la RV, se ha desviado completamente y nunca ha sido accesible a los pequeños agricultores, como vemos

en el oriente ha producido una concentración tremenda de la tierra a lo cual no contribuye la cuestión no resuelta de la propiedad agraria, es decir si es privada, en estas regiones es objeto de un crudo comercio de alquiler por cinco años hasta que el brasilero haya hecho pampa el bosque y desierto de los suelos, eso está todavía en plena vigencia. Y a esto tienen un acceso muy indirecto y difícil algunos colonizadores, de cada diez familias una sigue adelante, las otras nueve engruesan las filas del MST (Movimiento sin Tierra) porque pierden sus tierras en base a crédito, maquinaria, insumos externos y los pequeños productores no resisten eso; un año entra el agua del Rio grande, otro el Piraí, todos esos años de cosecha perdida y también tierra perdida, la empeñan contra la ley, esos son los efectos en Bolivia, no tan negativo en la región andina, la RV y sus misionarios más se han fijado en la tierra y sus bosques que tienen que desaparecer.

(DC) ¿Cuál es la relación actual del gobierno y el sector campesino con el sector agroindustrial?

(AK) Hay personas que conocen muy bien el tema, que son simpatizantes de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) por el aspecto social, ambiental pero en lo productivo no confían para nada, dicen que los pequeños agricultores con sus tecnologías ancestrales están nomás atrasados (…) Entonces estos estudiosos donde se usan estadísticas, se puede poner a sus estudios el título, “crónica de una muerte anunciada” para los agricultores familiares, y eso no es cierto. Como dije las poblaciones rurales en números absolutos han crecido entonces el campo boliviano no puede estar tan abandonado como dicen. Segundo es un pésimo servicio a los pequeños agricultores, porque si tú estableces una competencia entre agroindustria

y AFC, ¿quién pierde?; si tú haces una carrera entre

motocicleta y una bicicleta, ¿quién pierde?. Es absurdo hacer una comparación así, es cierto que la agroindustria le está restando algunos rubros a la agricultura familiar, pero el mismo Viceministro de Desarrollo Rural (Víctor Hugo Vásquez) dice que no podemos nosotros alimentarnos de cuatro productos, porque la agroindustria produce mucho, pero (…) produce pocos productos: soja que no sirve para la alimentación, azúcar que es mejor que los bolivianos consuman menos azúcar, maíz duro para alimentar pollos, no es el maíz que comemos en el plato paceño obviamente (…) y la parte ganadera la dejamos a un lado.

Entonces eso es una alimentación unilateral y muchas veces perniciosa, grasosa, hormonizada y muy dulce; produce un problema que ya lo tenemos en EEUU, el Alto por ejemplo tiene tasas de obesidad y de diabéticos muy similares a los de EEUU, bueno los alteños se han “modernizado” y todo eso viene de la agroindustria, de ella nos vienen los productos que consumimos todos los días, y que además nos gustan, entonces eso no va a desaparecer y como lo haría con sus lechugas, acelgas y papas, aparte de los cachivaches que también se venden ahí. Entonces tampoco van a desaparecer los agricultores familiares, y ellos, o más bien dicho ellas, las agricultoras que cada vez tienen más responsabilidad, que siempre la tuvieron ¿no?, en la producción y alimentación de sus familias y comunidades. Ellas están plenamente conscientes “no tenemos ganas de desaparecer”.

En una conferencia de la Vicepresidencia dije: “si hay, relativamente, cada vez menos gente en el campo, estos agricultores tienen un mercado creciente en las ciudades”. Lo malo es que estas estadísticas, que son la base de los llamados estudios de los muy críticos de la política alimentaria de este gobierno, se basan en los datos de los agroempresarios. Haber dime un estudio de las acelgas, sobre las cebollas, hay pero muy de pasada, hay algunas ONGs que han hecho estudios muy serios y puntuales y eso hay que encadenar. En la agroindustria no hay diversidad, hay una uniformidad desde cobija hasta Tarija y utilizan cualquier tipo de suelo y clima para sus pocos cultivos uniformados porque su tecnología es totalmente uniformizante aparte de ser monopólica entonces ellos pueden producir donde sea menos en los valles porque ahí están pendientes de hasta 50 grados y tampoco el altiplano por su calidad de suelos y clima. En cambio la agricultura familiar campesina es tan diversa que un estudio que hagas en Coraimes ya no vale para Yaquiaviri en pleno altiplano, el clima del Lago es

diferente al clima de Lipez y en los valles ni que hablar. Estoy un poco soñando que las ONGs y por supuesto el gobierno eventualmente podrían hacer un buen servicio a los agricultores de hacer visible esta agricultura; porque la invisibilizan con las malditas estadísticas de los agroindustriales que copia el INE, el ministerio de la agricultura copia del INE y las ONGs “estudiosas” copian

del ministerio de agricultura, entonces es un círculo vicioso, siempre las mismas cifras y productividad; por ejemplo un error de estos estudios: todos meten todo al mismo saco; meten papa y azúcar, fruta con productos agroindustriales, entonces calculan un volumen y el Ministerio está un poco con esta racha y dice “vamos a llegar a 14 mil millones de toneladas de alimentos”. Ojo, yo diría, aunque existe una ley contra toda clase de discriminación, aquí hay que discriminar entre productos que van a la olla y las que van al alambique; me explico, productos que se comen y productos que se transforman en agrocombustible. Si tú dices 14 mil millones de toneladas

eso es volumen, no comemos volúmenes, ni toneladas, ni kilos, comemos especies alimentarias. Ahí no hay la d i s c r i m i n a c i ó n necesaria. Estos estudios tampoco dicen, otra vez la dificultad, lo que corre por cuenta de los agricultores familiares y lo que corre por a g r o i n d u s t r i a en cuanto a productos que llegan a parar en esta olla o la de los restaurantes. Yo creo que ahí hay que tomar una posición más distante, mas alegre también.

Felizmente en Bolivia cuando la gente de la ciudad incluso va almorzar ahí al restaurante busca y se alegra cuando la comida que consuma sea lo mas boliviano posible, claro que también hay gente que esta totalmente dependiente de la “hotdoqueria” o de la pollería de la esquina, y eso es alimentación no sana, pero aun así no hay porque entonar cantos fúnebres de ninguna manera, y ahí vuelvo a lo que quería demostrar, no es cuestión de hacer una competencia entre agroindustria que tiene sus funciones y hay que criticarla en cuanto a sus daños ambientales,

en cuanto a su conexión con el negocio de tierras,

[ Con la Reforma Agraria desde principios de los años 50 hasta la

actualidad la poblacion rural ha aumentado

de dos millones a tres millones y la poblacion

urbana ha crecido de uno a seis millones pero este proceso natural de

la humanidad no hay que verlo negativamente...]

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Por otro lado, el Foro Mundial de la Soberanía Alimentaria, realizado el 2007 en Sélingué – Malí, adoptó la definición de la Vía Campesina al afirmar que “La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas de agricultura y alimentación, a proteger y regular su producción y el comercio agrícola interior para lograr sus objetivos de desarrollo sostenible, a decidir en qué medida quieren ser autónomos y a limitar el ‘dumping’ [ingreso de productos al mercado de otro país a un precio inferior al aplicable en su país de origen]”1. En otras palabras, la soberanía alimentaria revaloriza la pequeña producción campesina, de acuerdo a sus usos y costumbres propias, en relación a sus recursos: tierra, agua y semillas. De esta manera, se busca satisfacer las necesidades alimenticias con identidad y evitar las prácticas depredadoras del mercado global.

Por todo esto, debemos reconocer que el tema de la SSA se encuentra indudablemente ligado al ejercicio de gobierno y el rol del Estado en las políticas productivas, de desarrollo y comercialización de productos alimenticios. No obstante, se trata de un derecho fundamental de todo ser humano. Por lo cual, requiere la toma de conciencia y pro-actividad de nuestra parte para poder exigirla y defenderla. No olvidemos que la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia reconoce en su Artículo 16 el derecho humano al agua y alimentación, así como la obligación del Estado para “garantizar la seguridad alimentaria, a través de una alimentación sana, adecuada y suficiente para toda la población”.

Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia

Algunos investigadores afirman que al independizarse como República, Bolivia se autoabastecía alimentariamente e inclusive tenía la capacidad de exportar productos como el trigo (Börth, 1990). Sin embargo, esta situación no duró mucho y poco a poco nos fuimos convirtiendo en un país importador de

alimentos, cuyas políticas estatales favorecieron el consumo de alimentos importados como el trigo o el arroz, frente a otros alimentos tradicionales como la papa o el maíz (Prudencio, 1990; Ormachea, 2009).

en cuanto a continuar algo lo que el gobierno en sus primero meses ha condenado enérgicamente, que es la agroexportación y ahora vuelven a hablar “lo que nos sobra lo exportamos”. No es así, muchos agroindustriales producen principalmente para la agroexportación y lo que les sobra, para no ser reñidos por el gobierno, lo llevan al mercado interno, ahí hay una contradicción.

He leído una crítica a la declaración de la reunión de la OEA en Cochabamba, el autor dice no hay coexistencia posible entre la agroindustria y la agricultura familiar campesina, quizá se dejó llevar por su entusiasmo y quizá fatalista, porque cómo no va a coexistir. Si nos vamos desde los años 60 la agroindustria concentrada en Santa Cruz coexiste con la agricultura familiar campesina y viceversa, tal vez no en el mismo espacio pero coexisten en el país, coexisten como abastecedores de un mercado de productos agrarios o ganaderos. Lo que si sería una discusión a próximo futuro es si son compatibles. En la compatibilidad yo también soy generoso pero no me atrevo a lanzar consignas. La coexistencia no la tienes que probar, ese es un hecho. La compatibilidad entre métodos agroindustriales y de agricultura familiar ahí si hay mucha tela que cortar. En realidad los agricultores familiares a través de los promotores agrícolas, no solamente adoptan, redescubren tecnologías de sus abuelos, sino también adoptan cosas que son digamos migajas de la agroindustria y la Revolución Verde, y toda la Ley 144 de la Revolución Productiva Comunitaria denota esa aparente mezcla, un espécimen hibrido entre los sueños de ser agroindustrial y también los sueños de cuidar la naturaleza, esas cosas que no se deciden en el escritorio ni en 101 talleres ni seminarios sino en el campo mismo.

(DC) La Vía Campesina tiene como uno de sus ejes la incidencia política por la soberanía alimentaria. ¿Cuál es la impresión de que esto se haya discutido a nivel de la OEA? ¿Y que después de esta cumbre, cómo se capitalizará en acciones para los agricultores?

(AK) Ese autor al que me refería, dice que toda la declaración de la OEA como no se ha pronunciado c l a r a m e n t e con el uso de los transgénicos, es un saludo a la bandera, pero la OEA no es la vía campesina, no te va a producir un manifiesto del movimiento social mundial. En la OEA están delante de todo EEUU, Canadá y Chile y esos gobiernos jamás de los jamases te van a poder hablar de Soberanía Alimentaria o Agricultura Familiar Campesina, eso es pase para ellos, esos son zapatos viejos, para nosotros no. entonces, haciendo una comparación, la coexistencia de la agroindustria y la agricultura familiar campesina no solo es posible, sino es un hecho, entonces en el documento de la OEA, como últimamente en los últimos diez años en documentos de la FAO, UNICEF, etc. no pueden evitar mencionar los beneficios de la agricultura familiar campesina y el hecho de que la OEA, no se si es la primera vez, pero con bastante claridad pone unos 5, 7 artículos, favorables o recomendando la AFC me parece un éxito. Ahora que esto vaya a ser aceptado por el gobierno, para no ir lejos, de Chile, es otro cantar. Por eso una de las descripciones de lo que es la Soberanía Alimentaria es el derecho de cada país de elegir su camino en materia alimentaria. Los chilenos nos guste o no, han optado por el camino de la agroindustria, es su asunto, y lo mejor que Bolivia puede hacer, no el gobierno sino los propios agricultores, es demostrar que la AFC no es superior, no hay que entrar a la competencia, sino que tiene grandes valores económicos, sociales, ambientales, etc.

REFLEXIONES

Seguridad y Soberanía Alimentaria en Bolivia Entre Avances y Espejismos.

Dennis García SerhanFundación AGRECOL Andes

[email protected]

[ Soberanía Alimentaria es el derecho de cada país de

elegir su camino en materia alimentaria.]

Durante la última reunión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), realizada en Tiquipaya–Cochabamba del 3 al 5 de junio de 2012, se plantearon las bases sobre las cuales se pretende trabajar la Seguridad y Soberanía Alimentaria (SSA) de los pueblos latinoamericanos. La declaración resultante en dicho encuentro sobre SSA constituye un importante avance. Sin embargo, todavía quedan muchos desafíos a nivel individual y colectivo en la construcción de una verdadera SSA para las poblaciones más vulnerables de Latinoamérica y el mundo.

El presente artículo repasa los conceptos de SSA adoptados por los organismos internacionales en las cumbres mundiales de Roma y Malí. Posteriormente, se describen algunos aspectos de la situación alimentaria en Bolivia. Luego, se proponen algunas reflexiones a propósito de la 42° Cumbre del OEA. Finalmente, se presentan algunas reflexiones a modo de conclusión.

¿Qué se entiende por Seguridad y Soberanía Alimentaria?

Según la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO (1998): “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento, acceso físico, social y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana”. Es decir, los cuatro pilares fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria son: disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad. En este sentido, la seguridad alimentaria consiste en un concepto

r e l a c i o n a d o con las políticas estatales, las cuales deberían fundamentarse en las necesidades de sus poblaciones.

[ La Soberanía Alimentaria revaloriza la pequeña

produccion campesina, de acuerdo a sus usos y

costumbres propias]

© García-2011

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Otra de las características de la situación alimentaria en Bolivia consiste en la escasa información confiable o ausencia de datos que permitan evaluar el estado nutricional de la población. El último Censo Nacional Agropecuario realizado en 1984, bajo la presidencia de Hernán Siles Suazo, constituye el referente más cercano de información sobre hectáreas cultivadas, tipos de cultivos, tipos de propietarios, formas de propiedad, rendimientos agrícolas y producción ganadera a nivel desagregado que al menos llegue a lo municipal o provincial para todo el país. Si bien existen algunas encuestas y proyecciones estatales que brindan información agregada a nivel departamental y nacional, éstas resultan muy generales e insuficientes. Ni que decir de la información sobre el consumo de alimentos, pues la última encuesta nacional que arrojó datos completos y confiables del altiplano, valles y llanos, se realizó en el año 1962 (SVEN, 1989). Sin embargo, algunos estudios cualitativos sobre hábitos alimenticios por región muestran que los principales productos consumidos en la región del altiplano son: papa, chuño, quinua, habas, pescado y la carne de cordero o de llama; en el Valle: maíz, papa, trigo, verduras y carne de vaca; y en los Llanos: arroz, plátano, maíz, frijoles y carne de vaca (FAO, 1990). Cabe aclarar que estas diferencias regionales desaparecen en los centros urbanos por influencia del mercado, las vías de acceso a otros productos y los subsidios a productos agro-industriales nacionales e importados. Como resultado, en las ciudades consumimos más pan, fideos, azúcar, arroz, aceite, bebidas gaseosas y la denominada “comida chatarra”.

Según los Perfiles Nutricionales por Países que maneja la FAO (2001), el nivel de seguridad alimentaria en Bolivia se caracteriza por “una producción de alimentos insuficiente y compensada por la importación y la ayuda alimentaria, provocando una importante, aunque decreciente, dependencia externa del país”. Mientras que en las ciudades se padece de hambre oculta o malnutrición debido a los malos hábitos alimenticios adquiridos, en las áreas rurales, con una alimentación basada en el autoconsumo, existe un fuerte riesgo de inseguridad alimentaria por causa de los bajos rendimientos agropecuarios. Resulta paradójico que siendo un país “megabiodiverso” con una amplia gama de alimentos sumamente nutritivos (ver Tabla 1), nuestros esfuerzos se concentran en importar productos extranjeros, subvencionar los monocultivos, volver a los agricultores más dependientes y vulnerables; en vez de apostar por la diversificación, la descentralización y el fortalecimiento de los mercados internos.

Reflexiones sobre la Declaración de Cochabamba

El 5 de junio de 2012, con motivo de la 42° Cumbre de la OEA realizada en Tiquipaya-Cochabamba, se aprobó la Declaración de Cochabamba sobre “Seguridad Alimentaria con Soberanía en las Américas”. Aparentemente, este documento rescata las propuestas y aspiraciones de los pueblos, organizaciones sociales y organismos no gubernamentales de los países miembros. Sin embargo, quedan muchos vacíos e incongruencias, algunos de los cuales se expondrán a continuación.

El documento introduce la declaración con principios y conceptos muy positivos pero ambiguos. Por ejemplo, al referirse a la Madre Tierra no se menciona el respeto y valor ético que implica este concepto para los pueblos originarios de donde procede. Simplemente, se reconoce que “es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones”. De esta manera, una concepción ancestral sagrada se reduce a un sinónimo internacional. Asimismo, cuando se reconoce “la importancia primordial de incrementar y mejorar las inversiones en investigación y producción de alimentos”, el hecho de no aclarar el tipo de investigación y producción a la cual se refiere implica el apoyo a la agroindustria y la manipulación genética.

Además, a pesar de que Bolivia intentó consolidar el concepto de “soberanía alimentaria” con apoyo de sus aliados sudamericanos como Venezuela, Ecuador y Nicaragua, no logró llegar a un acuerdo con Estados Unidos, Canadá, Chile y Barbados. Para estos últimos no existe suficiente claridad en el concepto o simplemente temen que promueva intereses proteccionistas. Vaya hipocresía de gobiernos con políticas agrícolas sumamente proteccionistas!!!

Tabla 1. Contenido nutritivo de diferentes alimentos*

Alimentos Calorías Proteína Calcio Hierro VitaminaA

VitaminaC Rivoflamina

Camote 116 1,2 41 0,8 39 10 0,5Cebada 370 18,8 84 6,1 --- 0 0,01Chuño 323 1,9 92 3.3 0 1,1 0,04Coca 304 19,9 2097 9,8 16,57 1,4 1,72Frijol 330 22,5 97 7,5 1 mcg 2,1 0,44Haba 343 24,3 67 6,7 1 4,7 0,27

Kiwicha 377 13,5 236 7,5 -mcg 1,3 0,01Maíz 315 8,4 6 1,7 2 0,7 0,16

Plátano 300 3,1 29 3,9 100 1,3 0,12Quinua 374 13,6 56 7,5 --- 0,5 0,03Tarwi 103 48 191 19,3 44 --- 0,6Trigo 336 8,6 36 4,6 0 4,8 0,08

Zapallo 80 1,6 20 1,2 108 2,6 0,08

Fuente: Elaboración propia, basado en Ayala (2004) en PETROPRESS N° 29 (2012)*Valores referenciales en 100gr.

Entre los veinte puntos que componen la declaración en sí resalta el hecho de que, a pesar de las buenas intenciones por mejorar la seguridad alimentaria en la región, no se cuestiona en absoluto el modelo de desarrollo que provocó la crisis alimentaria mundial. Un modelo basado en las leyes del mercado, la industrialización y la idea del crecimiento sin límites. Por el contario, a lo largo del texto se consolida “la importancia de la modernización e innovación tecnológica para incrementar la producción y la productividad”, “la promoción de transferencias y donaciones de alimentos”, y el “fomento de un sistema de comercio internacional abierto”. Sin mencionar que en ninguna parte se cuestiona el grave impacto de los transgénicos en la salud, la biodiversidad, la agricultura familiar y la seguridad alimentaria de los pueblos. Es más, la propuesta boliviana para incorporar los principios del “Saber Alimentarse para Vivir Bien” resulta válida solo “para los países que lo reconocen” y las disposiciones planteadas son asumidas “según cada Estado Miembro estime apropiado”. Todo esto, deja la amarga sensación de impotencia ante estas cumbres magnas únicamente útiles para la redacción de pronunciamientos a la medida de los intereses transnacionales. Entonces, cabe preguntarse: ¿Vale la pena seguir legitimando acuerdos que permiten a cada país seguir haciendo lo que le parezca? ¿Hasta cuándo seguiremos el juego de la diplomacia permisiva frente a las injusticias globales?

A pesar de este panorama desalentador existen algunos aspectos positivos como el apoyo y fortalecimiento de los pequeños agricultores para mejorar la seguridad alimentaria. También está el fomento de acciones para la gestión de riesgos asociados a los desastres naturales y la adaptación al cambio climático. Asimismo, el compromiso de preservar las tradiciones, variedades y culturas alimentarias locales puede favorecer políticas de recuperación y fomento de productos tradicionales así como las culturas culinarias de los pueblos originarios. En este sentido, uno de los efectos positivos más rescatables de todo este proceso consiste en el interés generado en las familias, pueblos y organizaciones sociales por recuperar una alimentación saludable basada en mecanismos de reciprocidad como el ayni, el trueque o intercambio justo, la diversificación productiva y el respeto por la Madre Tierra a través de la producción agroecológica.

En este sentido, el Programa NINA y la Asociación de Instituciones de Promoción y Educación, formularon una propuesta de ley marco denominada “Comer Bien Para Vivir Bien” (AIPE y Programa NINA, 2012). Este documento propone un “enfoque agroecológico y sustentable en el marco de la recuperación de saberes locales y libre de transgénicos”. Contrariamente, la Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria N° 144, en sus artículos 15 y 19 abre la posibilidad para el ingreso de transgénicos, aunque de manera regulada, en el territorio boliviano. Pues, esperemos que en el espíritu de la Constitución Política del Estado y la Declaración de Cochabamba se imponga la visión “libre de transgénicos” en ambas legislaciones. Sin embargo, la experiencia nos enseña que no basta con tener declaraciones o leyes idealmente redactadas, si éstas no se plasman en reglamentos igualmente positivos, ágiles y efectivos en su ejecución.

Quizás el aprendizaje más importante que nos dejó la 42° Cumbre de la OEA consiste en la constatación del poco impacto que tienen estos eventos magnos en las poblaciones más vulnerables a la inseguridad alimentaria. Lamentablemente, los grandes discursos y las buenas intenciones suelen estancarse en las altas esferas donde se proclaman, volviendo estéril todo el esfuerzo y trabajo de las organizaciones sociales, campesinas, instituciones y actores de base. Es por eso que el mayor desafío consiste en trabajar la SSA desde las comunidades productoras, mercados campesinos y urbanos, mano a mano con los agricultores productores y los consumidores, con experiencias concretas, exitosas y replicables.

Semillas que toca sembrar

El tema de la SSA seguirá vigente en las agendas políticas regionales e internacionales. Todavía quedan temas de fondo sin resolver como: la inversión pública en la pequeña agricultura familiar (asegurando la tenencia y acceso a tierra), la regulación de precios justos para los pequeños agricultores, la participación de los consumidores en las políticas productivas de su país, la dependencia tecnológica y la ausencia de planes de prevención frente a desastres naturales. En el caso de Bolivia, la falta de información actualizada seguirá siendo sin duda uno de los factores limitantes para nuestro desarrollo agropecuario sostenible. Pese a que el INE propuso realizar el tercer Censo Agropecuario conjuntamente con el Censo Nacional de Población y Vivienda, no se realizó este importante escrutinio de datos necesario para la formulación de

políticas estatales adecuadas.

[ “En Bolivia tenemos una gama de alimentos sumamente nutritivos que deben ser revalorados y potenciados

para asegurar la seguridad alimentaria de nuestra poblacion.]

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EXPERIENCIAS Lanqaya. Platando tunas en lugares antes impensables. Un ejemplo de adaptación al cambio climático

María OmonteJuvenal Ramírez

Yesmina CruzVecinos [email protected]

El cambio climático no es un secreto para nadie en estos tiempos de crisis no solo climática, sino global. Según registros oficiales, en los últimos 100 años, la temperatura promedio del aire de la superficie terrestre aumentó 0.74º C a escala planetaria, de hecho, el siglo XX fue el siglo más caliente que se tiene registrado y la década de 1990 fue la década más caliente de los últimos 1,000 años. Las estimaciones de la NASA y del National Climatic Data Center en 2011 muestran que 2005 y 2010 fueron los años más calurosos desde que las mediciones instrumentales fiables están disponibles a partir de finales del siglo XIX, superando las temperaturas alcanzadas en 1998 por unas centésimas de grado.

Por otro lado, en el reporte anual hecho por el IPPC1 indica que es probable que la temperatura global de la superficie, aumente entre 1,1 a 6,4 °C durante el siglo XXI. La misma

fuente, señala que los efectos del cambio climático para América Latina podrían ser devastadores, afectando principalmente las fuentes de agua dulce y la biodiversidad en fauna y flora.

En Bolivia, los efectos que se prevén son: Retroceso en los glaciares, inundaciones, sequías, granizadas y la intensificación del Fenómeno de El Niño y La Niña. Los sectores más vulnerables serían: Seguridad alimentaria, salud, agricultura, infraestructura, recursos hídricos, biodiversidad2 y desertificación3 , entre otros.

La zona andina boliviana es especialmente vulnerable al cambio climático, principalmente porque los hogares rurales no tienen ninguna capacidad de ahorro monetario para poder enfrentar situaciones de pérdida de sus cultivos, ganado, casas y otras pertinencias como consecuencia de desastres o fenómenos locales que afectan su producción.

Por otro lado, la revolución verde que ha llegado a las comunidades andinas a través de técnicos formados en este paradigma y por los negocios de la casas de venta de insumos, han creado en muchas familias una creciente dependencia de la compra de semillas, fertilizantes y agroquímicos para enfrentar los crecientes problemas productivos generados en parte por estos mismos insumos4.

Sin embargo, estas poblaciones al mismo tiempo tienen un gran capital de conocimiento, de tecnología, y prácticas de organización social que han desarrollado en muchos siglos, enfrentando los riesgos climáticos de la agricultura de montaña y en zonas con una variedad de fenómenos climáticos adversos. Algunas familias han adquirido prácticas de la agricultura sostenible que coadyuvan a la adaptación y a disminuir su vulnerabilidad frente al cambio climático5. Este es el caso de la Comunidad de Lancaya en el Norte de Potosí.

La comunidad de Lancaya, perteneciente al Ayllu Chiru, Municipio de San Pedro de Buena Vista, alberga a 25 familias quienes cultivan sus parcelas utilizando insumos y tecnologías tradicionales para garantizar su sobrevivencia. Las parcelas están situadas en un rango de altitud de 3500 a 4000 msnm, lo que los expone a los efectos adversos de fenómenos naturales tales como sequía, helada, granizo, inundaciones, plagas, enfermedades, entre otros.

Como dice Don Domingo Ramos: ¨El tiempo ya está cansado y ya no es como antes, cuando hace frio hace mucho frio y cuando es calor hace mucho calor, de igual manera cualquier rato está lloviendo nomas o a ratos se pierde la lluvia¨. Comunidad Lancaya. Agosto, 2011.Vecinos Mundiales (VM), empezó a trabajar con esta comunidad en el año 2005, cuando se alentaba a las familias a producir haba (Vicia faba) y tarwi (Lupinus mutabilis) a fin de mejorar la alimentación y economía familiar, además de la

fertilidad de los suelos.

[ “El tiempo ya esta cansado y ya no es como antes, cuando hace frio hace mucho frio...”]

Por ahora, la atención nacional e internacional se concentra en el “grano de oro de los Andes”. Este año 2013, fue declarado el Año Internacional de la Quinua (AIQ) por las Naciones Unidas, con el objetivo de “centrar la atención mundial sobre el papel de la biodiversidad de la quinua y su valor nutricional en la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza en apoyo al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio”. En este entendido, tanto Bolivia como Perú aseguraron la exportación de quinua en grandes volúmenes. Sin embargo, para lograr esto se requiere aumentar la producción a base de maquinaria, agro-insumos y la consecuente pérdida del modo de vida y cultivo tradicional de la quinua, sin mencionar los efectos adversos en la fertilidad de los suelos. También debemos preguntarnos si el AIQ ayudará a resolver primero las necesidades alimenticias de las regiones productoras, que paradójicamente son las más vulnerables a la inseguridad alimentaria en Bolivia según el Programa Mundial de Alimentos (PMA, 2008).

La responsabilidad de garantizar la SSA de nuestros pueblos no solamente recae en el gobierno central. También la sociedad civil, las organizaciones sociales y las naciones originarias participan activamente desde la producción, fomentando prácticas de cultivo sostenibles en armonía con la Madre Tierra, acortando las cadenas de intermediarios para que los pequeños productores sean reconocidos por su trabajo. Por nuestra parte, los consumidores tenemos la responsabilidad de conocer el origen de nuestros alimentos y apoyar el consumo de alimentos nutritivos, tradicionales y sanos.

Bibliografía

AIPE y Programa NINA. 2012. Propuesta de Ley Comer Bien para Vivir Bien, Sumaj Miqhuy Miqhuna, Askin Sumaj Manqáña, Yakaru Kavi. Documento de Trabajo. 2da Versión En: http://www.aipe.org.bo/public/lst_publicaciones_aipe/LST_PUBLICACIONES_AIPE_ley_comer_bien_para_vivir_bien_es.pdf Accedido el 01/04/2013

Ayala, Guido. 2004. Aporte de los cultivos andinos a la nutrición humana. En Raíces Andinas: Contribuciones al conocimiento y a la capacitación (págs. 101-112). Revista PETROPRESS N°29 (pág. 41). Julio - Septiembre 2012. Cochabamba, Bolivia.

FAO. 1990. Perfil Nutricional de Bolivia 1990. Roma.

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FAO. 2013. Celebrando el Año Internacional de la Quinua: Un Futuro Sembrado hace Miles de Años. En: http://www.fao.org/quinoa-2013/iyq/objectives/es/ Accedido el 01/04/13.

León, Irene. 2007. La soberanía alimentaria: una ética de vida. En: http://www.nyeleni.org/spip.php?article183 Accedido el 19/03/13.

OEA. Declaración de Cochabamba sobre “Seguridad Alimentaria con Soberanía en las Américas”. En: http://www.oas.org/es/42ag/ Accedido el 01/04/13.

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1. Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático - IPCC, 20072. EuropeAid. Cambio Climático en América Latina, 2009. 3. Samaniego, J. L. Cambio climático y Desarrollo en América Latina y el Caribe: una reseña. (2009).4. Pienpenstok, A. Maldonado, R. El Tiempo ya no es como antes. Mapeo de actores, percepción y adaptación al Cambio Climático en áreas rurales de la región andina – Bolivia. 2010. Pág. 20.5. IBID Pág. 31

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Opiniones

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y CAMBIO CLIMÁTICO

Tania Ricaldi ArévaloCESU-UMSS/Fundación AGRECOL

[email protected]

En el actual contexto de crisis mundial (financiera, energética, alimentaria y socio-ambiental), cobra mayor fuerza la preocupación, sobre un derecho que reconoce la necesidad básica fundamental de las poblaciones, la capacidad de alimentarse y de decidir sobre su alimentación, las condiciones actuales evidencian que las sociedades tienen cada vez menor control sobre los factores1 que determinan y garantizan la disponibilidad y acceso a alimentos suficientes y adecuados, en ese sentido,“…el mayor riesgo que enfrentan las sociedades, en la actualidad, es perder la capacidad de alimentar a sus poblaciones” (GTCCJ, 2012). Estos factores están re-dibujando un nuevo mapa que refleja mayor injusticia socio-ambiental y nutricional, tanto en relación a la disponibilidad, acceso, uso y conservación de factores vitales, como en cuanto a capacidades y vulnerabilidades de las poblaciones, en este caso referidas a la alimentación.

A nivel mundial, una sexta parte de la población, aproximadamente 1000 millones de personas, viven en situaciones de pobreza y hambre. En el caso de Bolivia, según estudios de la FAO, un tercio de la población boliviana, aproximadamente 3 millones de personas, sufren de inseguridad alimentaria, situación que se está profundizando por los impactos del cambio climático en la producción agropecuaria, principalmente de pequeños productores, y por tanto afectando el bienestar de la población.

Seguridad o inseguridad alimentaria en Bolivia?

Se afirma que existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana (FAO 2009). En ese sentido, se definen 4 pilares fundamentales de la

1. Los factores que están ahondando esta crisis global y por ende también la crisis alimentaria son cambios en las condiciones climáticas, profundización del deterioro ambiental y social, menor disponibilidad y acceso de recursos o componentes vitales (como el agua y el suelo), mayor volatilidad de los precios de los alimentos (por la mayor demanda de biocombustibles y el aumento de la “financierización” de los productos alimenticios), vacíos normativos e institucionales, que son manifestación de patrones de producción y consumo irracionales, los cuales están corroyendo las bases y soportes de sustentación bio-social.

seguridad alimentaria: la disponibilidad (existencia de alimentos), el acceso (capacidad de adquirirlos) la utilización (el uso de los alimentos y recursos para lograr un estado nutricional que satisfaga las necesidades fisiológicas) y la estabilidad (disponibilidad y acceso a alimentos adecuados en todo momento) (FAO 2006).En contraposición al concepto de seguridad alimentaria, la inseguridad alimentaria se define como la imposibilidad del acceso físico, social o económico a alimentos suficientes que permitan cubrir las necesidades nutricionales básicas de la población (FAO 2010:8), una de las causas fundamentales de la inseguridad alimentaria es la pobreza, a la cual se suman los riesgos climáticos. En ese sentido, la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria está dada, principalmente, por la diferencia entre el riesgo de presentar inseguridad alimentaria (condición exógena) y la capacidad de respuesta de una determinada población (condición endógena). (PMA 2008:25).

Analizando el cuadro No. 1, se observa que si bien hay cambios en la vulnerabilidad municipal por inseguridad alimentaria, de 51.07% de los municipios con vulnerabilidad alta y muy alta el 2003 a 38,23% para el año 2007 (PMA 2008), no obstante, los avances no son suficientes, sigue siendo un reto fundamental a nivel nacional el contribuir y consolidar capacidades locales para la seguridad alimentaria, ya que el tener más de 120 municipios en situación de inseguridad alimentaria alta es una clara muestra que a nivel nacional se siguen reproduciendo y profundizando las condiciones de pobreza y vulnerabilidad, más aún en el caso de la zona del altiplano y los valles, que como muestra el mapa No. 1, son los municipios de

El año 2009, VM inicia una nueva etapa de trabajo apoyando a las familias a recuperar y revalorizar los cultivos nativos a fin de mejorar sosteniblemente la alimentación familiar, especialmente la de los niños y niñas menores de 5 años. Viendo el cambio del clima y que las temperaturas de estas tierras han aumentado la comunidad tuvo la iniciativa de introducir tunas, un frutal de fácil adaptación y cultivo. De esta manera, con el apoyo de VM, en agosto de 2011, las familias plantaron aproximadamente 200 pencas de tuna (Opuntia ficus) en las parcelas de la parte baja de la comunidad.

El primer paso para cumplir este propósito fue que un grupo de delegados, viajaron a la comunidad de Alta Ticanoma I, Ayllu Sullka del Municipio de Sacaca, Norte de Potosí para aprender de agricultor a agricultor sobre la crianza de las tunas. Volvieron a Lancaya, llevando lo aprendido y lo compartieron con el resto de las familias. Las familias decidieron plantar y probar las tunas, así el 11 de agosto del 2011, retomando costumbres de reciprocidad la delegación de Lancaya visitó nuevamente Alta Ticanoma 1, llevando chuño, papa y fibra de llama para intercambiarlos por pencas de tunas.

La plantación de tunas fue un suceso muy llamativo y esperanzador para las familias de Lancaya, ya que en la zona no se producía especies frutales. Las tunas además, constituirían una estrategia de diversificar su dieta alimentaria.

Como resultado de esta experiencia, se tienen varias plantas de tunas dando frutos y otros todavía en crecimiento. A decir de los y las comunarias de Lancaya, esta es una experiencia exitosa y esperan no perder la visión de aprovechar de este cambio climático que les permita fortalecer sus estrategias de sobrevivencia para ellos y las generaciones futuras.

Bibliografía:

Samaniego, J. L. (2009). Cambio climático y desarrollo en América Latina y el Caribe: una reseña.

EuropeAid. (2009). Cambio Climático en América Latina.

IPCC- Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. (2007). Hoy es mañana, Aspectos esenciales sobre el Cambio Climático.

Piepenstock, A. Maldonado, R. (2009). El Tiempo ya no es como antes, Mapeo de actores, percepción y adaptación al Cambio Climático en áreas rurales de la región andina – Bolivia.

Cuadernos de campo, Vecinos Mundiales

Archivos de fotos, Vecinos Mundiales

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Mapa 1: Vulnerabilidad alimentaria en Bolivia, 2003-2006

alimentaria se encuentran, generalmente, en altitudes superiores a 3000 m.s.n.m. y cuentan con registros de menores precipitaciones pluviales con relación a los municipios de menor vulnerabilidad2.

Con relación a la capacidad de respuesta de los municipios vulnerables a la inseguridad alimentaria, los municipios del altiplano y los valles tienen menor capacidad para acceder a los alimentos suficientes y para responder o recuperarse de situaciones adversas permanentes (eventos climáticos), haciéndolas más vulnerables (Criales y Ortuño, 2000; y Haquim, 2000, citados por Mallea 2003)

Los datos de las últimas décadas señalan el incremento de los eventos climáticos como inundaciones, sequías, incendios, heladas y deslizamientos (ver cuadro No. 2)3, fruto de estos fenómenos las pérdidas en el sector agropecuario han sido cuantiosas. Por ejemplo, con el Fenómeno El Niño 2006-2007 se han tenido pérdidas de alrededor de 133 millones de dólares y por el Fenómeno La Niña 2007-2008 de 276 millones de dólares. Se debe destacar que con respecto al Fenómeno El Niño del año 1997-1998, las pérdidas han incrementado cerca del 10% (Bayal 2009)

Respecto a la percepción en las comunidades, existen investigaciones que recogen afirmaciones y testimonios de pequeños productores respecto a incrementos en los eventos climáticos y su magnitud, 2. En efecto del total de municipios del país, 48% están a altitudes mayores a 3000 m.s.n.m. y de este porcentaje aproximadamente el 92 % son considerados vulnerables a la inseguridad alimentaria. Algo similar ocurre con relación a la precipitación pluvial, 62% de los municipios registran menores precipitaciones pluviales que el promedio nacional, de los cuales el 89% de ellos es vulnerable a la inseguridad alimentaria (PMA 2008).

3. Las inundaciones son el fenómeno más recurrente y registran un nivel de amenaza muy alta en el 3% del territorio, alta en el 4% y media en el 22%, con ocurrencia básicamente en los departamentos de Beni y Santa Cruz. La sequía presenta un nivel de amenaza muy alta en el 10% del territorio, alta en el 22% y media en el 33%, y ocurren principalmente en el Chaco, Santa Cruz y Tarija, y en todo el altiplano y el valle. Los incendios presentan un nivel de amenazas muy altas en el 2%, alta en el 6% y media en el 12% y se localizan en el departamento de Beni y Santa Cruz, que son áreas boscosas. Las heladas se localizan en todo el altiplano de Bolivia, con un 10% del territorio en un nivel de amenaza muy alta, 6% en amenaza alta y 17% con amenaza media. Los deslizamientos presentan un nivel de amenaza muy alta en el 9% del territorio, alta en el 6% y media en el 22%, y se localizan en el altiplano y los valles (Bayal, 2009).

las lluvias antes eran regulares y prolongadas, ahora llueve intensamente y en corto tiempo (locoparas); sin embargo, algunos años son más secos (Efecto Niño) y otros años más lluviosos (Efecto Niña).

Las temperaturas tanto en invierno como en verano han aumentado. La sequía es más fuerte y prolongada. Las heladas en algunas zonas han aumentado, y en otras han disminuido, son más fuertes, afectan los cultivos. Antes había nieve en la parte alta, pero ahora ya no. Las granizadas también afectan. Se han secado las vertientes naturales de agua (García 2012).También se identifican cambios en la fenomenología de los cultivos, el calendario agrícola, cambios en la época de siembra, aumento y aparición de nuevas plagas que están afectando los cultivos y están ocasionando disminución de la producción, tanto para el consumo como para la comercialización. Estos cambios están generando a su vez impactos en los pilares de la seguridad alimentaria, disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad de los alimentos.

mayor vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria. Y precisamente estas zonas son las de mayor pobreza, hay mayor predominancia de producción agrícola a pequeña escala, con condiciones adversas, y mayores eventos climáticos. Según el PMA (2008), los municipios con vulnerabilidad muy alta referente a la inseguridad alimentaria se encuentran en los departamentos de Cochabamba, Potosí y Chuquisaca.

Cambio climático, impactos en la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria

Esta situación de inseguridad alimentaria se está profundizando por efectos del cambio climático, Bolivia será uno de los países que sufra mayores pérdidas hasta el año 2050, aproximadamente pérdidas del 7,5% del PIB, con relación al 4,5% promedio de América Latina (BECERRA 2011). Estos cambios e impactos también se manifiestan sobre el sector agrícola y los ecosistemas, afectando las condiciones y capacidades alimentarias, incrementando la cantidad de personas hambrientas en los próximos años, como resultado de una combinación de factores (aumento de temperaturas, pérdida de tierras cultivables, escasez de agua, condiciones meteorológicas extremas, enfermedades vegetales o aumento de plagas).

Fuente: Programa Mundial de Alimentos, 2008

Cuadro No. 1. Bolivia: Vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria a nivel municipal (2003-2007)

Municipios vulnerables Grado de vulnerabilidad a la

inseguridad alimentaria 2003 (PMA) 2006 2007

# % # % # %

Nivel muy bajo de vulnerabilidad (1) 5 1,53 5 1,53 6 1,83

Nivel bajo de vulnerabilidad (2) 49 14,98 61 18,65 66 20,18

Nivel medio de vulnerabilidad (3) 106 32,42 115 35,17 130 39,76

Nivel alto de vulnerabilidad (4) 127 38,84 124 37,92 106 32,42

Nivel muy alto de vulnerabilidad (5) 40 12,23 22 6,73 19 5,81

TOTAL 327 100,00 327 100,00 327 100,00

Fuente: Elaboración propia en base a datos de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria a nivel municipal, PMA 2008

Se prevé que sus efectos revestirán especial peligro para los pequeños agricultores de los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados, y para las poblaciones que ya son vulnerables (citando a FAO, AGROTERRA 2008, FAO 2009), determinando variaciones de la producción agrícola, ocasionando pérdidas de cultivos y por ende escasez de alimentos.Los municipios más vulnerables a la inseguridad alimentaria se caracterizan por un amplia variabilidad climática relacionada con los diferentes niveles altitudinales de cada lugar y los cambios en los niveles de precipitación y eventos climáticos adversos. Como afirma el estudio del PMA (2002) una altitud mayor y una menor precipitación pluvial están asociados a las diferentes amenazas climáticas, como heladas, granizadas y sequías. En ese sentido, gran parte de los municipios de mayor vulnerabilidad a la inseguridad

Cuadro No. 2Bolivia: eventos adversos de origen natural reportados, según tipo de evento

DESCRIPCION 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 (p)

TOTAL 1.186 968 1.444 783 1.278 3.913 2.271 299 288

Inundación 353 810 448 278 868 1.191 1.095 61 103

Sequía 351 43 451 151 16 651 159 122 114

Helada 66 5 153 132 121 1.259 451 21 5

Granizada 311 67 261 74 194 695 421 67 37

Deslizamiento, Mazamorra 20 24 23 11 36 31 84 9 12

Viento Huracanado 46 4 56 30 8 52 13 13 7

Incendio 39 15 44 105 33 30 24 6 10

Sismo 8 2 2 4 9 0 0

Plaga 15 0 0

Fuente: Viceministerio de Defensa Civil, Dirección General de emergencias y auxilio, Instituto Nacional de Estadística(p) Preliminar

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Grupo de trabajo Cambio Climático y justicia

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A manera de conclusión

Analizar y reflexionar la seguridad alimentaria supone el incorporar cuestionamientos éticos al análisis de las visiones de desarrollo y las políticas de Estado, exige repensar los roles de la sociedad y del Estado, ya que no es posible pensar en la seguridad alimentaria en contextos que reproducen condiciones de pobreza, hambre y exclusión. La seguridad alimentaria solo será posible a través de la justicia y la ética de producción y consumo. La seguridad y soberanía alimentaria siguen siendo temas pendientes en la agenda nacional, en la construcción del bienestar de la población, tanto urbana como rural, porque en la medida que logremos fortalecer las capacidades y condiciones locales para la producción y la alimentación, estaremos contribuyendo a los 4 pilares de la seguridad alimentaria nacional, y por tanto a un derecho fundamental de la población y el principio de “alimentarnos bien para vivir bien”. Estas consideraciones suponen, también la incorporación de las amenazas y riesgos climáticos al momento de planificar y gestionar la seguridad alimentaria, el incremento de los eventos climáticos y sus impactos sobre la producción de alimentos, pone en riesgo, juntamente con la pobreza y los patrones de producción y consumo irracionales, la capacidad de las sociedades y los Estados de alimentar a sus poblaciones, no es posible abstraer el cambio climático y sus impactos de la producción de alimentos.

Bibliografía

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“La seguridad alimentaria urbana esta desprotegida, ya que la inocuidad está garantizada, pero el producto fresco agrícola pecuario puede estar producido con bases y elementos químicos (insecticidas, fungicidas), por eso la ECO Feria ofrece al consumidor urbano productos ecológicos para el consumo de la canasta familiar.”

CONTEXTO.

La nueva Constitución Política del Estado vigente desde el 7 de febrero del 2009 establece que la seguridad alimentaria constituye uno de los derechos fundamentales de los individuos, de ahí que determina en su segundo parágrafo del Artículo 16 lo siguiente:II. El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad alimentaria, a través de una alimentación sana, adecuada y suficiente para toda la población.El mismo año 2009 en el II FORO SOBRE SOBERANIA ALIMENTARIA EN BOLIVIA se definió que se hablará de seguridad alimentaria “[…] cuando todas las personas tienen en todo momento acceso, disponibilidad y uso a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”1.

Esta definición va contemplando las siguientes dimensiones que tienen que ser bien asumidas para tener una soberanía alimentaria en Bolivia:

a. Disponibilidad. b. Acceso.c. Consumo.d. Estabilidad.e. Institucionalidad.

INTRODUCCION.

Las líneas y políticas generales de los gobiernos siempre han abarcado a la inocuidad de los alimentos que consumimos a diario en el campo o en la ciudad, no ocurre lo mismo con la calidad ecológica de los productos, sean estos frescos o transformados, salvo que vengan con una certificación de tercera parte, la

EXPERIENCIAS

La Asociacion ECO Feriaapoyando en la Seguridad Alimentaria Urbana.

Alberto Cárdenas C.- Agrónomo.Katarina Kocherhans - Comercialización

[email protected]

cual es más utilizada para la exportación, por lo tanto el producto fresco (hortalizas, huevos, leche para citar unos cuantos) queda nuevamente desprotegido, una alternativa a esta certificación de tercera parte, es la certificación local amparada por la ley 3525 de producción ecológica emitida el 2006, este año 2012 se emite también la normativa para la producción ecológica local, donde los SAG (Sistemas Alternativos de Garantía) pueden trabajar con los SPG (Sistemas Participativos de Garantía), esto quiere decir que si se podrá garantizar la calidad de los productos que compremos o elaboremos como ecológicos para el mercado interno.

LA ECO Feria: Iniciativa de comercialización ecológica.Viendo que el pequeño productor y transformador, urbano o rural de productos ecológicos, no contaba con un espacio propio para comercializar sus productos, la Fundación AGRECOL Andes desarrolló el proyecto denominado la “ECO Feria”.

La “ECO Feria” nace el año 2003 con exposiciones en ferias a nivel nacional que agrupan a productores y transformadores ecológicos, impulsando a que gran parte de su producción sea también ecológica. La necesidad de crear un espacio más regular logra que la ECO Feria se posesioné en Cochabamba como el espacio ecológico que en sus inicios lo realizaba mensualmente y en la actualidad lo hace s e m a n a l m e n t e todos los días miércoles. Gracias a los productores y transformadores ecológicos se logró crear la Asociación ECO Feria con personería jurídica propia; En Llallagua Norte de Potosí se está impulsando otra ECO Feria que se realiza m e n s u a l m e n t e sábados y domingos. 1 Sánchez, Armando: “Memoria del II foro de la soberania

alimentaria en bolivia 2009”; avances del plan y la politica de seguridad alimentaria con soberania.

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La ECO Feria es una estrategia comercial local que combina tres aspectos indesligables:

* La venta de productos alimentarios frescos o transformados de origen vegetal o animal; productos no alimentarios, artesanías, semillas, compost, etc.* Educación e información al consumidor.* Sistemas Participativos de Garantia. (SPG)

Estos tres pilares son los que diferencias a la ECO Feria de un mercado convencional, micro mercado o supermercado, además del contacto personal del productor y consumidor hace que se convierta en una estrategia rica en conocimiento, intercambio, precio justo y respeto al medio ambiente.

Esta iniciativa es una forma de garantizar la seguridad alimentaria del consumidor urbano, ya que en la ECO Feria se puede ofrecer productos sanos libres de químicos, para el pequeño productor o procesador urbano o rural se convierte en un espacio para que este comercialice sus productos o los excedentes llegando a ser parte de las dimensiones de la seguridad alimentaria que es el Acceso.

En un momento de la comercialización el productor se convierte en consumidor al comprar productos alimentarios destinados a la canasta familiar, cuando esto ocurre su seguridad alimentaria se convierte en inseguridad, porque como se mencionó arriba no existen mecanismos para garantizar que los productos alimentarios a la venta estén libres de contaminación química en su producción (insecticidas, pesticidas, fertilizantes, transgénicos), muchas veces las etiquetas no son claras en su descripción de los ingredientes y si bien se puede leer, seguro que muchos no entendemos que significa por ejemplo el BHT, o el colorante autorizado Nº 176 u otros que están en la lista larga de ingredientes, peor aun cuando todo está en lengua extranjera y/o compramos por consumismo, moda o curiosidad.

Cuando compramos productos alimentarios tampoco nos ponemos a pensar en:

* El viaje que hacen estos productos para llegar a nuestra mesa, miles de kilómetros para los que vienen de Asia, Europa o Norte América.* La frescura. Menos viaje más frescos.* El esfuerzo que pone el pequeño productor y transformador.La calidad nutritiva.

El precio, si bien un producto ecológico puede ser más caro, tenemos que pensar que a la larga los problemas de salud nos representan mas inversión.

Un ejemplo claro son los panetones para navidad 2012 ya están elaborados y enviados para venderlos por que las campañas navideñas arrancan en agosto.

Otros espacios comerciales de la ECO Feria.

Eco bolsas, existe una oferta semanal de que pueden ser solicitadas vía mail y entregadas en puntos estratégicos de la ciudad, si existen grupos de cinco personas organizadas se puede entregar en un domicilio fijado.

Puntos ECO Feria, son tiendas de amigos de la ECO Feria establecidas en la ciudad donde se encuentran los productos procesados.

Canastones navideños, actividad de fin de año.También la ECO Feria regularmente está presente en actividades de promoción y comercialización, a nivel nacional y departamental.

*** Para mayor información se pueden dirigir a: [email protected] o hacer sus pedidos al 4423636 int. 4

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COORDINACIÓN NACIONAL LA PAZ / EL ALTOFundación Comunidad y Axión El alto: Av. Juan Pablo II N1 58Telf. / Fax. (2) [email protected]

COORDINACIÓN REGIONAL COCHABAMBAFundación Alfonso PedrajasCochabamba: Calle Tusk`a S/N – TiquipayaTelf. (4) 4318395 [email protected]

FACILITACIÓNRoxana CastellónFundación AGRECOL AndesCochabamba: Urbanización “El Profesional”, pasaje F Nº 2958Telf. / Fax. 4423636 – 4423838, int. 7 Casilla [email protected]

INSTITUCIONES AFILIADASCOCHABAMBA

Fundación AGRECOL Andes, Fondo CLIMA, Vecinos Mundiales, Centro de Estudios Superiores Universitarios - CESU, Agua Sustentable, Fundación Gaia Pacha, Centro Nacional de Investigaciones Biotecnológicas – CNIB, Centro de Educación y Producción Radiofónica - CEPRA, Eco Feria, Plataforma Nacional de Suelos, Fundación AP.

INSTITUCIONES AFILIADAS BOLIVIA

ISEAT, Red Habitad, SATEPASCH, Plataforma Nacional de Suelos, Caritas Pastoral Social Tarija, CEPAS Caritas Boliviana, CESA, ACLO Tarija, Fundación Comunidad y Axión, Red PCCS, CISEP, Organización Católica de Cooperación al Artesano – OCCA, INCADE, ACOVICRUZ, Red OIKOS, Fundación PAP, Pastoral Social Caritas Santa Cruz, CCIMCAT, CEPA, Fundación Buena Vida, IICCA, Aldeas S.O.S. Oruro, Agua Sustentable La Paz.