Revista El Corso 48 ENE FEB 2014

60
elcorso.es Nº 48 • ENERO-FEBRERO• 2015 Biónica + Medicina = Milagro

description

tema fundamental enLetras, el fomento de lalectura entre los niños,la piedra sobre la que sesustentará la literaturadel futuro y en el que lasescuelas y familias tienenuna responsabilidad determinantepara el futuroeditorial y educativo.

Transcript of Revista El Corso 48 ENE FEB 2014

  • elcorso.es N 48 ENERO-FEBRERO 2015

    Europa y su ciencia ponen..::rumbo al universo profundo::..

    Binica+

    Medicina=

    Milagro

  • Fundador y editor:Luis Cadenas Borges

    [email protected]

    Colaboradores:Jos A. Romero (Cine)

    Mnica S. Gato (Msica)Marcos Gil (Ciencia)

    [email protected]

    El Corso, revista cultural online. El acceso y re-produccin de los contenidos es propiedad de El Corso, pero est abierto a copia siempre y cuan-do citis a El Corso (incluyendo direccin web).

    Diseo:

    4 MSICA aC/dC; el roCk es su viagra

    10 LETRAS kipling: 150 aos de imperialismo literario

    16 ARTE ser 2015 por Fin el ao del museo de...

    22 CMIC lo normal no existe, y en el CmiC menos

    28 CINE Y TV el salvaje oeste de el hombre sin nombre

    52 VIAJES liubliana, la Frontera entre tres mundos

    40 CIENCIAEl nuevo horizonte de la medicina, ms all de la gentica, es la ingenie-ra. Cada ao se avanza ms: odos artificiales, retina sinttica, manos robticas, vlvulas de titanio y ahora tambin exoesqueletos que ha-cen andar a los invlidos.

    En portada

    22 28

  • 4La ingeniera binica es una de las muchas argucias del ser humano para hacer rea-lidad, aunque parezca ab-surdo, el mito cartesiano de que somos mquinas de piezas reemplazables. Si la teora de Descartes (somos autmatas go-bernados por una mente consciente) hubiera sido cierta, si fuera tan sen-cillo y pulcro, quizs la Humanidad fuera mucho ms llevadera. Sin em-bargo somos mucho ms que piezas intercambiables. No obstante, la in-geniera y la medicina se han dado la mano siempre, desde hace mucho. De las manos de hierro articuladas o las trompetillas de la Antigedad a las modernas vlvulas cardacas, las manos robticas, los implantes au-ditivos que emulan incluso al propio odo, las retinas artificiales o las fu-turas extremidades que llegarn an-tes de 2040 hay un abismo enorme, pero el sentido es igual. En paralelo a la gentica y sus empeos por arre-glar lo orgnico desde lo celular esta disciplina sigue con esa gran labor de hacer ver a los ciegos, or a los sordos y caminar a los invlidos.

    Hacer milagros y aumentar la esperanza de vida ms all de lo que un accidente o un mal repar-to de cartas genticas es una noble labor, y es la confirmacin de que la Humanidad, poco a poco, deja atrs por completo un estado biolgico natural para entrar en otro horizon-te, mucho ms difuso y complicado, donde la mquina y el animal se fu-sionan. Deca la vieja ciencia-ficcin que los humanos de este tipo seran casi una nueva especie, pero eso est por ver. De momento los invlidos se levantan de sus sillas, y eso, implique lo que implique, es el buen camino.

    El da que biologa y

    mecnica se conocieron

    10

    16

    52

    por Luis Cadenas Borges

  • el rock es su viagraLos australianos caminan por la autopista al infierno con su decimoquinta

    criatura con la misma intensidad que hace cuatro dcadas. Sus seguidores aplauden la frmula de la banda,que vence cualquier revs que se interponga en su trayectoria.

    msica

  • el rock es su viagra

    por Mnica S. GatoIMGENES: Wikimedia Commons / AC/DC Web

    Los australianos caminan por la autopista al infierno con su decimoquintacriatura con la misma intensidad que hace cuatro dcadas. Sus seguidores aplauden la frmula de la banda,

    que vence cualquier revs que se interponga en su trayectoria.

  • neil Young rotula en sus memorias que la gente no disfruta los sonidos como antes; la msica es un arte moribundo, sen-tencia. No para los fans de AC/DC. Sus devotos podran levitar en plena Misa del Gallo mientras la garganta aguardento-sa de Brian Johnson informa a satn de que ha saldado sus deudas (Highway to hell), emulando al hroe de la laureada cinta C.R.A.Z.Y. (Jean-Marc Valle), que se elevaba al ritmo del Sympathy for the devil de los Rollling Stones. Si viajramos a cualquier momento del pasado cual Billy Pilgrim, el protagonista de Matadero Cinco, la clebre novela de ciencia ficcin ubicada en la Segunda Guerra Mundial del estadounidense Kurt Vonnegut, com-probaramos que para la mayora de sus beatos, los australianos no han respirado nunca, ni en tiempos del carismtico can-tante Bon Scott ni en los del Guitar Hero, aquella frase que pronunciaba frente a los micrfonos de una radio pirata en medio del mar el eterno Philip Seymour Hoffman en otra pelcula muy musical, The boat that rocked: Hemos coronado la cima de la montaa y lo ms duro es ir bajando hasta el final.

    No se mueven de la cima; los obstculos no han logrado apartarlos de la prpura (tan inexplicable como que El Nota de El gran Lebowski pague con un cheque un cartn de leche o que el guiso de nuestro vecino siempre huela mejor), ni aunque los propios msicos reconozcan alejarse de la innovacin (Estoy harto de or a la gente que hemos hecho once discos que suenan exactamente igual; de hecho, hemos hecho doce lbumes que suenan exactamente igual, ha declarado Angus Young en alguna ocasin). Y eso que, a juzgar por los recientes aconteci-mientos (y nos referimos a la frustracin por Phil Rudd, el batera de la agrupacin, que ser juzgado por amenazas de muerte y posesin de drogas), la formacin in-cumple la norma del imperecedero Frank Zappa para mantenerse en el candelero, albergarse en una intimidad ordenada. Es la vida, que repetira hasta la saciedad el mencionado Neil Young; y los problemas no se resuelven en media hora, como en un captulo de Los Roper. Pues en su caso las trabas tampoco se evaporan pero la msica parece curarlo todo (o casi todo): La mayora de las bandas tiene altos y bajos. Con nosotros las cosas permanecen iguales, explican.

    Tan idnticas como su frmula, sa que no experimenta evolucin alguna, deseo expreso de los fans. Para qu si funciona? es la respuesta unnime de los feligreses. Tampoco modificaramos una coma de El Quijote, la abstraccin de Vasili Kandinsky o los ojos verdes lumi-nosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los rboles despus de una tempes-tad de verano que describa Bcquer. Los seguidores espaoles apoyaron este razonamiento en la taquilla. Las entradas para los conciertos del grupo en Madrid y Barcelona esta primavera (el prximo 29 de mayo, en el Estadi Olmpic Llus Com-panys, y el 31 de mayo y 2 de junio, en el estadio Vicente Caldern) se agotaron en apenas 24 horas, casi tan rpido como desapareci la placa de la calle que Lega-ns le dedic a la agrupacin (la original y su repuesto. El tirn de AC/DC).

    Y el xito no va por barrios, puesto que las localidades para las actuaciones previstas en Dubln, Londres y Zurich se despacharon en el mismo suspiro. La expectacin por su visita supera a la generada con otros venerados de la historia de la msica como Mick Jagger y

    6

  • Angus Young.

    7

  • Quien juega con mierda, se ensucia. Es lo que pens ms de uno cuando, a principios de noviembre de 2014, conocamos que Phil Rudd era acusado de propiciar el asesinato de dos personas, proferir amenazas de muerte y posesin de metanfetaminas y cannabis. Poste-riormente, la polica de Nueva Zelanda retir los cargos por asesinato por falta de pruebas (el resto contina en proceso). Tendremos que esperar unos meses para borrar o no de nuestras bocas la expresin vaya joyita. El batera, que ha participado en este ltimo disco pero no aparece en los crditos de los dos primeros videoclips ni en las im-genes promocionales y es duda para el tour, se resiste a abandonar el grupo: Voy a volver con AC/DC, quiero mi trabajo y mi reputacin de vuelta, ha advertido. El msico, que ingres en la mtica formacin en enero de 1975, se defiende manifestando: Todo esto ha sido una gran bola de queso con ratas tratando de hacerse con su parte. Es la vida pero esto no es lo que soy, lamenta. Tiempo al tiempo.

    AC/DC

    secuaces, Bruce Springsteen, Bob Dylan o los Who. Quiz sea porque los creadores del Let There Be Rock se acercan ms a la espontaneidad; porque son puro des-gaste, camisetas sudorosas, deportivas y vaqueros; porque hacen bailar hasta caer de rodillas, como leamos en USA To-day, porque lo que les falta para haberlo hecho todo es una escultura de sus falos made in Plaster Caster o porque Keith Moon ya no se encuentra entre nosotros. El inters por la vuelta de los australia-nos no se ha resentido ni con la ausencia anunciada de Malcolm Young. El icnico guitarrista sufre demencia, enfermedad que le ha obligado a decir adis al grupo que cofund y a internarse en una clni-ca de Sydney), sustituido por su sobrino Steve. Sus compaeros cuentan que ya en la gira de 2009, en la poca de Black ice, olvidaba sus partes a las seis cuerdas. Eso s, su hermano Angus ha recuperado algunos riffs firmados por ambos para este trabajo, el decimoquinto, recin salido del horno, Rock or bust, que los msicos desgranarn en la inminente gira. Quera-mos hacer un disco ms pero con todo lo que ha pasado ha sido un reto, suspira.

    In rock we trust, its rock or bust; En rock creemos, es rock o reventar, canta AC/DC este lema transformado en estribillo. Pues en su caso se han cumplido las dos premisas. El rock ha propiciado una explosin de honores, y de cifras, desde que la formacin pari el disco. Este LP debut en el top 5 en 25 pases, adems de situarse en el tercer puesto de la lista Billboard Top 200, vendiendo ms de 174.000 discos durante la primera semana de vida. Y es que los discpulos de la banda satisfacen aquella explicacin del San-cho Panza de Ricardo Darn en El secreto de sus ojos: Los tipos pueden cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religin, de Dios Pero hay una cosa que no se puede cambiar: la pasin. En este contexto, era el ftbol. En el que nos ocupa, la msica. Los sonidos de AC/DC. Y en el caso de los miembros de la formacin, el rock es la mano que mece su mundo. Angus Young lo resume: El rock es mi viagra. Suficiente. l

    Una gran bolade queso con ratas

    Rock or bust

    Thunderstruck Highway to Hell

    8

  • La guitarra permita olvidar a los pequeos Young sus frus-traciones escolares, su patria escocesa en tierras de canguros, los bolsillos sin fondo Y por fin ofrecieron su primera actuacin ofi-cial en la Nochevieja de 1973 con la formacin que les catapulta-ra a la fama. Pero como todo mito, la historia comenz a forjarse mucho antes, en la llamada Markus Hook Roll Band, proyecto que solamente vivi en el estudio y donde se fogueaban junto a sus hermanos George y Alex (voz y saxo) y Harry Vanda. Un regalo de altura irrumpi en nuestros odos el pasado verano, la reedicin de aquel trabajo (de nombre Tales of old grand-daddy) que el clan grab ese ao, meses antes del nacimiento de la locomotora roquera ms contundente del universo musical. El antecedente de un sonido para la eternidad, el preexistir de unas seas de iden-tidad reconocibles desde el primer acorde, la advertencia de lo que estaba por venir (aunque no suene tan rotundo y aplastante). Si la Markus Hook Roll Band se hubiera subido a un escenario, la maquinaria AC/DC habra visto la luz? Mientras planteamos elucu-braciones sin respuesta, tenemos la posibilidad de escuchar algu-nos de estos temas, perlas como Goodbye, Jane, Ape man o las rarezas Louisiana Lady y Moonshine Blues, entre otras. Y es que, como ha declarado el productor de aquel lbum, Wally Waller: Parece justo decir que las semillas de AC/DC fueron sembradas aqu y que las races se estaban formando. Los Young (segui-mos escuchando a Waller) eran una familia increblemente ta-lentosa y fue un placer trabajar con ellos. Sin egos, sin basura, slo buena vibra en las grabaciones. Regres de Australia con dema-siado material para un disco y despus de mezclar todo en Abbey Road fue difcil elegir qu dejar fuera. Parece ser esa pulcritud en su tarea lo que ha permitido que el grupo sobreviva en estas cuatro dcadas a sucesos por los que otras bandas terminan en la cuneta. Por ejemplo, a un cambio de cantante. Tras la muerte por intoxicacin etlica en febrero de 1980 de Bon Scott, los msicos lidiaron con el dilema continuar o no? El engranaje no dej de funcionar con la voz ms ahogada de Brian Johnson. Tampoco ahora, que se enfrentan a su disco ms complicado. Dicen los que le han visto, que el menudo Angus se encuentra un poco desmejo-rado, con profundas bolsas en los ojos, no oye bien y parece frgil. No nos acostumbramos a que Malcolm no se acuerde de acariciar su guitarra. Pero AC/DC contina.

    Quien juega con mierda, se ensucia. Es lo que pens ms de uno cuando, a principios de noviembre de 2014, conocamos que Phil Rudd era acusado de propiciar el asesinato de dos personas, proferir amenazas de muerte y posesin de metanfetaminas y cannabis. Poste-riormente, la polica de Nueva Zelanda retir los cargos por asesinato por falta de pruebas (el resto contina en proceso). Tendremos que esperar unos meses para borrar o no de nuestras bocas la expresin vaya joyita. El batera, que ha participado en este ltimo disco pero no aparece en los crditos de los dos primeros videoclips ni en las im-genes promocionales y es duda para el tour, se resiste a abandonar el grupo: Voy a volver con AC/DC, quiero mi trabajo y mi reputacin de vuelta, ha advertido. El msico, que ingres en la mtica formacin en enero de 1975, se defiende manifestando: Todo esto ha sido una gran bola de queso con ratas tratando de hacerse con su parte. Es la vida pero esto no es lo que soy, lamenta. Tiempo al tiempo.

    Marcus Hook Roll Band (A. Young, M. Young) - Natural Man

    Ante

    s de

    la N

    och

    evie

    ja d

    e 19

    73

    Una gran bolade queso con ratas

    Rock or bust

    Highway to Hell

    9

  • Kipling

    letras

  • por Luis Cadenas BorgesIMGENES EDITORIALES: Seix Barral

    Kipling:150 aos de imperialismo literario

    Visin subjetiva sobre un escritor que muchas veces se queda fuera de los libros que salvaramos, pero que en realidad fue un sillar ms

    del muro de lo que hoy somos, para bien o para mal

    erase una vez un escritor clsico incluso cuando no quera serlo. rase una vez el primer Nobel de Literatura que tuvo Inglaterra. rase una vez el mximo defensor del imperialismo britnico y de la cultura inglesa. rase una vez un buen poeta que dej una joya atemporal como If, convertido en himno de lec-tura obligada en toda escuela de Reino Unido y pases derivados. rase una vez, sobre todo, un gran narrador que insert Oriente en el imaginario occidental y que construy historias que dieron empaque a ese siglo XIX de literatura de aventuras que ayud a construir nuestra civilizacin. Conservador y patriotero pero tremenda-mente humanista, oficialista pero tam-bin un soador pico, eurocentrista pero tambin un gran conocedor de la cultura india todo eso fue Kipling, tan venerado como fuente de reproches y desconfian-zas. En 2015 cumplira 150 aos, un siglo y medio de vida eterna que sigue palpitante en libros como El libro de la selva, Kim, El hombre que pudo ser rey, Gunga Din o sus decenas de relatos infantiles y juveniles. En el lado nefasto queda un texto como La carga del hombre blanco, quizs uno de los textos ms imperialistas escritos por Kipling.

    150 aos. Un aniversario ms de los muchos que se han cumplido en

    2014 y se cumplirn en los prximos aos. Sobre todo nefastos: entre 1914 y 1918 cayeron en las trincheras de Europa muchos jvenes poetas y artistas. Entre ellos uno de sus hijos, John, que muri al poco de llegar al frente occidental. Est a punto de caramelo el aniversario de un poema demoledor, En los campos de Flandes, quizs el mejor texto nunca escrito sobre la estupidez de la guerra y la muerte asociada. Muchos de los jvenes soldados britnicos que marcharon a la Primera Guerra Mundial leyeron el poema If, quizs lo ms famoso pero no lo mejor que saliera de la mente de Kipling. Sin embargo este poema, una leccin de va-lores clsicos con races en los hroes de la mitologa homrica, donde un hipot-tico padre le dice a su hijo (varn) todo lo que debera tener o cmo debera ser para convertirse en un verdadero hombre. De ah el condicional ingls, If, que da ttulo a un texto que fue asimilado por todo tipo de ideologas, desde el fascismo al libera-lismo pasando por todo tipo de filosofas personalistas de autoayuda y superacin.

    Tanto fue el xito que termin siendo recitado en academias militares, colegios, universidades all donde estu-viera presente la cultura britnica, estaba Kipling. Se convirti en el portavoz cultu-ral oficial del Imperio, y sus textos fueron

  • una y otra vez reeditados, casi obligados. A partir de ah, y de su talento, naci el mito del gran ingls que muchos otros en-casillaron dentro de los prejuicios. Defen-di el Imperio sin dudarlo en sus cuentos, novelas y poemas, enalteci el espritu de su mundo victorioso que entonces era la cima de la civilizacin: no haba imperio ms grande, ms rico ni ms poderoso en el planeta. Sin embargo, a pesar de que ese mismo mundo que glorificaba direc-ta o indirectamente intent colmarle de premios y galardones, los rechaz todos menos el Nobel en 1907. Fue el primer ingls en poseerlo, y tambin uno de los ms jvenes en recibirlo. Porque, a fin de cuentas, l mismo fue hijo de ese impe-rio: naci en la calurosa Bombay, conoci desde nio aquella India que era la gran joya imperial.

    Su vida y su mundo conocido era la administracin colonial y aquella civilizacin tan extica para los britnicos pero tan normal para l. Era, adems, hijo de una buena dama britnica y de un oficial de aquel ejrcito de casacas rojas y blancas que dome a varias civilizacio-nes, muchas veces comprndolas y otras por las armas. Sin embargo su vida india no dur mucho: con seis aos fue enviado a la fra Inglaterra, y no regresara a su mundo de infancia (convenientemente idealizado en parte) hasta su regreso cuando no pudo entrar en la universi-dad. Pas por un college especial para hijos de oficiales y en 1882 ya estaba en Lahore, actual Pakistn. Y en 1886 el primer eslabn de la cadena: Centinelas departamentales. Hay un detalle vital para entender a Kipling: era periodista de una gaceta oficial del Ejrcito y de la administracin colonial. Ese entrena-miento le sirvi para sacar al narrador que llevaba dentro. Pero fue un ente inquieto: en 1889 iniciaba un viaje largusimo que le llevara por Extremo Oriente, el Pacfi-co, EEUU (donde lleg a conocer a Mark Twain) y llegar luego a Londres, donde iniciara de verdad su carrera literaria. Desde entonces Kipling se transform en un viajero nato: altern sus estancias londinenses con viajes por Asia, la India y periodos en EEUU, concretamente Nueva Inglaterra.

    Pero lo que queda de todo escritor es su obra literaria, sus artculos, novelas, cuentos, poemas y las reflexiones en voz alta (escrita) que hizo durante toda su vida. En total cinco novelas, ms de 250 historias cortas (muchas de ellas enfo-cadas hacia el pblico infantil y juvenil) y cerca de 800 pginas de versos. De ah que un listado sea excesivo. Quizs haya que fijarse en sus perlas, como El libro de la selva o El hombre que pudo reinar. Entre esas lneas se col gran parte de su ideario personal: era hijo del Imperio y su patriotismo se extendi a cada pala-bra, en ocasiones abrazando la causa de personajes polticos de tan dudosa moral como Cecil Rhodes, quizs uno de los ms grandes colonialistas blancos (y que peor efecto tuvo sobre el sur de frica). Era su amigo y enseguida la faccin liberal y laborista de Reino Unido tendi un puente ideolgico entre Kipling y aquella imagen rancia, racista y explotadora que despus de la Primera Guerra Mundial se torn insoportable ticamente.

    Ese lastre nubl el poso final de Kipling: un escritor de corte clsico, teme-roso de talentos ms grandes (cuenta la leyenda que sali espantado al conocer a Mark Twain, aplastado por el talento de aquel monstruo irnico como ha habido pocos) y que en realidad slo fue aupa-do y reconocido por el ala conservadora del establishment britnico. Su legado queda ms limpio ahora de lo que estuvo en vida, y en eso tiene mucho que ver el efecto del cine. Lo que nos queda a no-sotros es un escritor que hoy slo parece tener cabida entre la literatura infantil, pero que dej una estela digna de recuer-do, entre las selvas de la India, una mirada occidental sobre una civilizacin nica. A fin de cuentas, eso es lo que debera quedar. La literatura. l

    Kipling

    12

  • Poema If

    13

  • Kipling no fue un patriota al uso. Era ms parte de un gran entramado mundial que un fervoro-so ingls. En sus notas personales, en su autobiografa publicada pstumamente y sus reflexiones pblicas siempre dej bien claro su preferencia por el mundo del que vena, un gran marco imperial en el que Gran Bretaa era la cima de la cultura y el comercio. Europa le importaba lo justo. Fue, a su manera, ciudadano del mundo (imperial), y viaj de una esquina a otra de ese mundo, desde Singapur a California, de Nueva Inglaterra a Londres o Sudfrica. Y ese fervor le llev a intimar con los grandes imperialistas, lo que creara esa imagen poltica tan nefasta hoy en da. Tuvo en su haber avisar con cinco aos de antelacin la terrible guerra mundial que se desatara en 1914. Le criticaron y tildaron de patriota barato, pero luego tuvo la mala fortuna de que el tiempo le diera la razn. Avis de que el ejrcito imperial no podra enfrentarse a esa gue-rra moderna. Reneg de cualquier rgimen que no fuera el sistema parlamentario liberal britnico, si bien ese mismo sistema no otorgaba derechos a los africanos y asiticos bajo la bota imperial. Pero cuando su nico hijo varn muri en la guerra su actitud cambi: Kipling escribi artculos llenos de sarcasmo y muchas crticas a su gobierno y al de sus aliados. Muchos de ellos se censuraron y durante un tiempo Kipling qued aislado, sumido en su rabia por la muerte de su hijo, incapaz de salir de esa espiral. Slo viajar por el mundo (britnico) le alivi. Una de sus ltimas apariciones pblicas fueron para advertir del enorme peligro que supona el nazismo para su pas y el imperio.

    Kipling, la patria y la guerra

    14

  • Sin duda alguna el sptimo arte sirvi a la causa de Kipling como pocos aliados. Si bien es muy cono-cido en el mundo anglosajn, el resto del planeta conoci su obra gracias a las muchas adaptaciones que se han hecho de sus obras a lo largo del siglo XX. En total trece adaptaciones, entre las que destacan Capitanes intrpidos (1937), con Spencer Tracy (que ganara el Oscar por su trabajo, por cierto), la primera adaptacin de Kim en 1950 con Errol Flynn, y la tambin clebre El hombre que pudo reinar, que reuni en 1975 a tres monstruos del cine como John Huston (direccin), Sean Connery y Michael Caine, un reparto que tambin incluy a Christopher Plummer. Pero sobre todo, salvando las distancias, fue Disney quien ms hizo por la obra de Kipling con la estupenda adaptacin clsica de 1967 dirigida por Wolfgang Reitherman, la primera despus de la muerte del fundador Walt Disney. No es un retrato fiel del libro, sino una versin conveniente-mente filtrada y pensada para el pblico norteamericano.

    Kipling en el cine

    15

  • Ser 2015 por finel ao del Museo

    de Colecciones Reales?El Estado lo tiene claro: a lo largo de este ao se debera culminar un proyecto nacido durante la Segunda Repblica y que es el que ms tiempo lleva sobre la mesa, reunir todo lo atesorado por los reyes de Espaa durante siglos en un solo museo

    arte

  • Ser 2015 por finel ao del Museo

    de Colecciones Reales?por Luis Cadenas Borges

    IMGENES: Wikimedia Commons / Patrimonio Nacional

    El Estado lo tiene claro: a lo largo de este ao se debera culminar un proyecto nacido durante la Segunda Repblica y que es el que ms tiempo lleva sobre la mesa, reunir todo lo atesorado por los reyes de Espaa durante siglos en un solo museo

  • eramos pocos y la abuela pari. O algo parecido. Madrid es la ciudad ms mima-da en ese extrao vnculo que hay entre arte e historia del arte y turismo. No es nuevo que una gran mayora de turistas que acuden a Madrid van directos hacia tres de las pinacotecas vitales de Espaa, de Europa y del mundo: el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza y, en menor medida, el Reina Sofa. A estos tres se unir un cuarto que quiere redondear la oferta a costa de saturar al respetable pblico, el futuro Museo de Colecciones Reales, metido con calzador en el Palacio Real al oeste de la ciudad, en el corazn del casco antiguo de la capital, construido por los Borbones y que actualmente slo se utiliza para algunos premios culturales, recepciones diplomticas y algn que otro banquete oficial. Pero no es nuevo, ms bien es muy antiguo: la idea tiene 17 aos y slo ahora, mirando para enero de 2016, toma cuerpo finalmente. Estas fechas se han conocido a mediados de noviembre tras preguntas de Izquierda Unida para sa-ber cmo est un proyecto antiguo pero nuevo al mismo tiempo.

    No por noticia antigua hay que mirar para otro lado por lo que albergar este futuro museo que ya veremos cmo puede ser insertado dentro del Palacio Real, literalmente intocable para Patrimo-nio Nacional. Y lo de antiguo va en serio: el proyecto original data nada menos que de la II Repblica, de 1935. Una idea clsi-ca pero til, reunir en un mismo lugar las cerca de 154.000 piezas atesoradas por los reyes de Espaa durante siglos y que estn desperdigadas por varias localiza-ciones. Pero ese proyecto fue pospuesto una y otra vez: la Guerra Civil, la falta de fondos, ideas mucho ms interesantes como el Thyseen-Bornemisza o el Reina Sofa Hasta que volvi en los 80. El arranque definitivo fue en 1998, y desde entonces ha llovido, y mucho, porque no dej de ser un eterno retorno de la indus-tria cultural con tirn turstico.

    Porque los problemas no han parado. Uno de ellos es el volumen gigan-tesco de piezas que hay que gestionar, que van desde cuadros a joyas pasando por carruajes, armas, armaduras, mue-bles, tapices etc. Estamos hablando de ms de 600 aos de Historia, ya que se

    hered de la Corona de Castilla. Izquier-da Unida pregunt oficialmente porque, como siempre, hay desfases entre lo presupuestado y lo gastado, mucho ms por la lentitud de las obras. La cuarta fase de construccin suponen 33,4 millones de euros. Pero sobre todo quera algo de luz sobre plazos, y si, por fin, 2015 ser el ltimo ao de verdad de espera. Un proyecto deseado por el Estado, cuestio-nado por casi todos (por los altos costes mientras se recorta de fondos de cultura a todo lo dems) y cuyo futuro estar ligado indefectiblemente al Palacio Real. El presupuesto total era de 200 millones de euros, pero (oh milagro) se redujo por recortes y cancelacin de varios aspectos del proyecto hasta los 154,8 millones de euros. Se opt en la revisin de 2012 por cambiar aspectos y meter tambin la tijera. Supuestamente ya est todo en la fase final de construccin que incluye las instalaciones y los acabados organizati-vos.

    El edificio cuenta con 40.000 metros cuadrados, unos 5.000 de ellos dedicados a salas de exposicin con especial atencin a las obras que fueron encargadas por los reyes. Eso ya anticipa parte del atractivo de este museo: Tizia-no, Velzquez y Goya juntos por catlogo propio o cesiones temporales de otros? Podra ser. Tienen cerca de 154.000 piezas donde elegir, custodiadas por Patrimonio Nacional, entre ellas conjuntos represen-tativos de las diversas artes fomentadas por los monarcas espaoles desde la Edad Media hasta la actualidad. Eso incluye tambin partituras, esculturas, libros piensen en los incunables o joyas biblio-grficas acumuladas por los Austrias y los Borbones. La idea central de Patrimonio Nacional es una organizacin cronolgica: cada rey con lo suyo. Se sabe de momento que la primera planta estar partida en dos, una seccin para la dinasta de la que surgi todo: los Trastmara, que gober-n con dos ramas familiares en Castilla y Aragn; la otra seccin para los Austrias, que realmente es la que inici con su poltica artstica y ms dinero gast (slo hay que pensar en Felipe II y Felipe IV, por ejemplo). La segunda, entera, para los Borbones. La tercera ser para grupos ar-tsticos concretos (como los carruajes, por ejemplo) y para exposiciones temporales, y estar a la altura del Campo del Moro. l

    18

  • Armadura de Carlos V

    Carruaje

    Casco de los Austrias

    Tapiz siglo XVI

    Tapiz siglo XVIII

    19

  • Fachada del museo

    Vista general Palacio Real y Museo.

    Manuel Azaa.

    20

  • Vista general Palacio Real y Museo.

    Manuel Azaa.

    Un proyecto

    muy antiguo mil veces demorado

    El primero en pensar en juntar todo lo que haban acumulado

    los reyes de Espaa por mecenazgo, botn o compra particular fue Manuel Azaa siendo presidente.

    La primera orden se remonta a 1935, con el Decreto de Fun-dacin del Museo de Armas y Carruajes fechada al ao siguiente.

    La Guerra Civil destroz todo o casi todo lo soado. La posguerra fue de tal escasez que ni de broma se poda hacer. Si bien el franquismo

    quiso recuperarlo en los aos 50 volvi otra vez a posponerse hasta que en los aos 80, como parte del despliegue de Espaa con el PSOE, tambin se so con ese museo conjunto. Sin embargo la primera vez que se puso sobre el papel de verdad fue en 1998 con el gobierno de Aznar, que aadi a las armas y carruajes las joyas, los tapices y todo el mobiliario de calidad de los Austrias y los Borbones. El proyecto de 2002, firmado por los arquitectos Emilio Tun y Luis Moreno Mansilla incluy tambin otros aspectos que miraban directamente hacia la posibilidad de incluir tambin pintura y escultura. En 2006 empezaron las obras pero no se esperaban ciertos detalles: para empezar se encontra-ron restos arqueolgicos en la zona del Campo del Moro; luego lleg la doble urgencia, por un lado el aumento del presupuesto (en Espaa todo se infla siempre) y por otro la necesidad de recortar esos mismos presupuestos a partir de 2012, que demor todava ms las obras.

    Otro hecho clave fue la laboriosidad de la fachada: granito gris que hubo de colocarse in situ usando tambin re-

    fuerzos de hormign internos. Pero, finalmente, parece ser que 2015 ser el ao. O no.

    Patrimonio Nacional

    21

  • cmic

  • La obra grfica Extraos, de Javier Sez Castn, es una joya para cualquier amante del cmic: mezcla lo clsico conel simbolismo vanguardista, desmonta la normalidad

    social y exhibe un estilo nicopor Luis Cadenas Borges

    IMGENES: Editorial Sexto Piso

    lo normalno existe,

    y en elcmicmenos

  • ilustracin vintage, un estilo muy particu-lar que recuerda a los aos 50 y una firma muy particular tambin en las propias historias. Todo eso es Extraos (tres par-tes, 48 pginas, 24 euros, Ed Sexto Piso), lo nuevo de Javier Sez Castn, ilustrador, dibujante, aragons y otro buen ejemplo de que el talento para el cmic en Espaa est ah, slo hay que escarbar un poco y dar oportunidades. Aunque l ha teni-do ya unas cuantas. Entre ellas hay una larga lista de obras para nios y jvenes que tienen un referente muy particular: el estilo decimonnico. Leer sus novelas grficas, y mucho ms concretamente Extraos, es una zambullida en el tipo de ilustracin que se haca antiguamente para las novelas de Julio Verne, incluso para las de Lovecraft, autor del que bebe en ms de una ocasin para las bestias que despliega en las pginas. Eso s, todo mezclado con grandes dosis de humor y el absurdo como corolario para que leer Extraos sea algo delicioso para men-tes abiertas. Porque a fin de cuentas la normalidad no existe, es una invencin sedante para la sociedad.

    Saz Castn se nutre de los grabados de Historia Natural que eran la ventana abierta al mundo durante el

    24

  • siglo XIX, del arte moderno de aquellos primeros aos de ruptura del filo de la navaja del 1900. Un ejemplo: La merien-da del Seor Verde, publicada en 2007 y una de sus mejores obras, aparece la larga sombra del dibujo concreto y simbolista de Magritte, que se atisba en los colores, el estilo y la composicin de los persona-jes y las vietas. Todo se llena de peque-os detalles que hacen que cada novela grfica o ilustracin suponga una aporta-cin que va desde el dilogo, los persona-jes y los pequeos detalles, mimados al milmetro, desde aportaciones grficas en forma de letras o el aire de grabado anti-guo tan detallado que parece un trabajo infinito.

    Pero en Extraos alcanza la cota mxima alrededor de esas obsesiones estilsticas. Hay muchos homenajes engarzados que conforman gestos ar-tsticos que, a su vez, definen la obra de Castn. Son tres historias presentadas y narradas nada menos que por Vincent Price, un guio meterico hacia aquel actor y showman que supo explotar a fondo el cine de terror de serie B en la posguerra; Tim Burton, por ejemplo, supo usarle para Eduardo Manostijeras y se convirti en poco tiempo en un referente

    25

  • de esa cultura posmoderna basada en el cine marginal. La palabra posmoderna s que podra resumir bien ese espritu: la renovacin de lo antiguo industrial para reconvertirse en algo retro digno para nuestro tiempo. Todo muy detallado: frente al estilo experimental, difuso y casi expresionista de muchos autores con-temporneos, Castn ofrece un trabajo depuradsimo y ambicioso hasta el deta-lle.

    El eje de los tres es muy clara: un ser extrao, fuera del mundo, divergente por completo, que rompe la realidad ha-bitual, ya sea Nueva York o Escocia. Cada uno de ellos se vincula a un color (rosa, azul y verde) que destaca con fuerza del blanco sepia y el negro de toda la trama. El mundo parece un grabado en blanco y negro con aire de grabado clsico donde el cmic autntico rompe en forma de monstruo irreal que se hace textura y rompe con la tradicin por contraposi-cin. Esto provoca un choque de univer-sos entre lo que consideramos verdico y lo que a todas luces es una pura invencin que, al romper lo esperado, genera en el lector asombro. Es el mismo mecanis-mo de la literatura fantstica cuando se entreteje con la realidad, un gnero muy

    26

  • explotado en el cmic y la novela de ciencia-ficcin pero aqu a partir de refe-rencias muy personales de Sez Castn.

    Pero no slo es el dbil tejido entre lo real y lo irreal, tambin est de fondo la marginacin social y el lugar que ocupamos como individuos en una socie-dad. El monstruo es un marginado, y Sez Castn utiliza la figura para definir a ese extrao de una manera muy simblica. El lector puede incluso llegar a identificar-se con ese personaje que es totalmente irreal: una lamprea gigantesca de color azul que est en paro y se avergenza de ello frente a las risas de los dems; o una babosa rosa que no quiere que nadie se ra de su color y que slo aspira a destruir ciudades y comer gente con tranquilidad, y mucha dignidad. Incluso un marciano adaptado a la Tierra que decide luchar contra su propia gente para salvar su nueva vida. Todo como una consecuen-cia ms de la narracin del autor, que hila muy fino, no se dedica a explicarlo todo y deja que sea la imaginacin del que lee y ve quien haga las asociaciones. Extraos se convierte as en una obra diferente, peculiar, distinta a todo lo que se suele hacer y pura fantasa cargada de simbolismo. l

    Nacido en Huesca en 1964, ejerce de doble vida artstica: escribe e ilustra sus propias obras, si bien ejerce del segundo trabajo en muchos otros aspectos. Estudi Bellas Artes en la Politcnica de Valencia y se especializ en dibujo, aspecto que supo aprovechar a fondo. Se mud a Alicante para trabajar como ilustra-dor para la Universidad local y el Ayuntamiento de la capital del sur de Valencia. Trabaj para muchas otras instituciones, empresas y agencias de publicidad, don-de desarroll gran parte de su talento mientras creaba sus obras y converta en imgenes los textos ajenos. Y propios. Tambin es profesor y conferenciante. Y un fan decidido de los libros. Entre sus frases ms profun-das sobre el culto al papel tintado hay perlas como que los libros son pequeos mundos que duran muy poco pero que encierran algo mgico [], como un jardn que se guarda en el bolsillo. Ha trabajado mucho para proyectos infantiles y juveniles y tiene en su haber pre-mios como el del Banco del Libro de Venezuela, el de la Feria Internacional del Libro Infantil Infantil y Juvenil de Mxico. Ha hecho varias exposiciones por todo el mundo como la que hizo para la Internationale Jugen-dbiblioteck de Munich o la Feria de Bolonia. Es autor e ilustrador de libros como El Animalario Universal del Profesor Revillod (2004), Los tres erizos (2003) y La merienda del Seor Verde (Ekar, 2007).

    Quin esJavier sez castn?

    Extraos - Sexto Piso

    27

  • Clint Eastwood

  • Medio siglo de la Triloga del Dlar de Sergio Leone y Clint Eastwood, Por un Puado de Dlares (1964), La Muerte Tena un Precio (1965) y El Bueno, el Feo y el Malo (1966), el culmen (que no el origen) de un gnero controvertido, difamado, alabado y nico: el spaghetti western.

    por Jos A. Romero

    el Oeste no era como nos lo haban con-tado los grandes maestros del western clsico: John Ford (La Diligencia, 1939), Raoul Walsh (Murieron con las Botas Puestas, 1941), Anthony Mann (Winches-ter 73, 1950), Fred Zinnemann (Solo ante el Peligro, 1952), Robert Aldrich (Vera-cruz, 1954), Nicholas Ray (Johnny Guitar, 1954), John Sturges (Duelo de Titanes,

    1957), William Wyler (Horizontes

    de Grandeza, 1958), Howard Hawks (Ro Bravo, 1959) Los verdaderos cowboys tampoco tenan mucho en comn con los habitualmente honestos hroes retratados por John Wayne, James Stewart o Gary Cooper. El Salvaje Oeste haba sido una poca muy diferente a la cuidada imagen del Hollywood clsico.

    El western es un instrumento para contar historias. La diferencia entre mis personajes y los de Ford es que los suyos cuando abren una ventana contemplan el esplndido futuro que les espera, los mos solo estn preocupados por no recibir

    una bala en la frente (Sergio Leone). Un solitario forastero entra al paso a caballo en un inhspito pueblo mexicano (San Miguel). Se detiene en un pozo para beber agua y observa a un nio de corta edad (tres-cuatro aos) corriendo y colndose, a hurtadillas, por la ventana de una casa. El forastero sigue la escena con curiosidad. El mismo nio, que busca a su madre que ha sido secuestrada por la banda de los Rojo, sale de inmediato de la casa a puntapis y con las balas tras su espalda. Los hombres de los Rojo apalean a su padre. El forastero no interviene pero s cruza una pcara e insolente mirada a la hermosa madre del nio, que examina la escena desde una ventana.

    Normalmente el hroe entra cabalgando en la ciudad, ve un caballo que est siendo apaleado, ve a la maestra, rescata al caballo y sabes quin va a casarse con quin al final, y no es el caballo! Pero en Por un Puado de Dlares, entra cabal-gando en la ciudad con un sombrero negro, ve a un nio al que disparan y patean, ve a la doncella en apuros, y simplemente se da la vuelta y se aleja. Nunca ests realmente seguro de que sea el hroe hasta casi media pelcula. Y entonces tampoco ests seguro porque l simplemente intenta conseguir todo lo que puede (Clint Eastwood).

  • El western clsico evolucionaba hacia un mayor realismo con dos prin-cipales manifestaciones, el eurowestern (popularmente conocido como spaghetti western) y el western crepuscular, con Eastwood presente en ambos subgneros. Eastwood, que se ganaba la vida en una serie de televisin del Oeste que emita la CBS (Rawhide), triunfaba como el m-tico hroe de la Triloga del Dlar, obra culmen del spaghetti western dirigida por Sergio Leone y compuesta por Por un Puado de Dlares (1964), La Muerte Tena un Precio (1965) y El Bueno, el Feo y el Malo (1966). United Artist distribuy las tres pelculas en Estados Unidos a lo largo del ao 1967 como la Triloga de El Hombre sin Nombre, en honor a su pro-tagonista (Eastwood), aunque tuviera una vaga denominacin en Por un Puado de Dlares (Joe), La Muerte Tena un Precio (El Manco) y El Bueno, el Feo y el Malo (Rubio).

    El Hombre sin Nombre repre-sentaba un hroe atpico en el western. En realidad, ms que un hroe se trataba de un antihroe movido por los dlares. Sergio Leone estaba decidido a reventar las convenciones del gnero: Antes de m, no podas mostrar la violencia porque el hroe tena que ser un tipo de persona de pensamiento positivo (). Pero yo intro-duje un hroe que era negativo, sucio, que se pareca a un ser humano y que estaba a gusto con la violencia que le rodeaba. Una creacin de El Hombre sin Nombre en la que ayud mucho la pausada y fra inter-pretacin de Eastwood, marcada por los si-lencios, las miradas y las balas, y su mtico descuidado aspecto: barba de varios das, inconfundible cigarrillo en la boca (el actor de San Francisco no fumaba y se cans, sin xito, de pedir la eliminacin del cigarri-llo), sombrero calado y el poncho. Una indumentaria que no es ajena a la leyenda. Eastwood, que se llev a Europa parte de su vestuario en Rawhide, se atribuy el poncho, algo que Leone desminti.

    Los cambios no gustaron nada a los puristas del western. Como ejemplo, la reaccin de Anthony Mann tras ver La Muerte Tena un Precio: A ese filme le falta el autntico espritu del western. Contamos la historia de hombres sencillos, no de asesinos profesionales, de hombres sencillos empujados a la violencia por las circunstancias. En un buen western, los personajes tienen una lnea de partida y una de llegada, siguen una trayectoria en cuyo transcurso chocan con la vida. Los

    30

  • 31

  • 32

  • personajes de La Muerte Tena un Precio solo se encuentran en el camino lo negro de la vida, los malos y la fealdad. Dios mo, qu rostros! Uno o dos est bien, pero veinticuatro, no, es demasiado!. Pero, a pesar del disgusto de los maestros del western y de buena parte de la crtica, es-candalizada por la sobredosis de violencia, el pblico aprob a Leone y al amoral El Hombre sin Nombre.

    Por un Puado de Dlares fue la primera en llegar a los cines. Haba nacido como una coproduccin menor (200.000 dlares) entre Italia, Alemania y Espaa (frmula muy habitual en la poca) que super enormes problemas de financiacin durante el rodaje. Titulada inicialmente Il Magnifico Straniero, estuvo a punto de acabar olvidada en los cines italianos de tercera. Pas ms que desapercibida en el Mercado del Film de Sorrento. Se estren en Florencia el 27 de agosto de 1964 como un western europeo ms de serie B, con los nombres del director y los actores america-nizados, como era habitual en el eurowes-tern para promocionar las pelculas. Leone honr a su padre, Vincenzo Leone (Roberto Roberti como nombre artstico), director de 108 pelculas (la mayora mudas) y firm como Bob Robertson. Por un Puado de Dlares result un inesperado xito. El boca-oreja funcion. La pelcula lleg a Espaa el 27 de septiembre de 1965, hace casi medio siglo. Leone encandil a ms de tres millones de espectadores.

    El xito creci en La Muerte Tena un Precio, cinco millones y medio de entra-das. An hoy ocupa un lugar de privilegio en la taquilla espaola de todos los tiem-pos. Solo tres pelculas, Ocho Apellidos Vascos (Emilio Martnez Lzaro, 2014), Los Otros (Alejandro Amenbar, 2001) y Lo Imposible (Juan Antonio Bayona, 2012), han arrastrado al cine a ms espectadores. Leone cerr la aventura ms apasionante del spaghetti western con El Bueno, el Feo y el Malo (ms de cuatro millones de espectadores en Espaa) con la Guerra de Secesin de fondo. El director romano, que se haba deshecho de la perniciosa rela-cin con la Jolly Film en Por un Puado de Dlares, repiti con el productor Alberto Grimaldi, responsable de ttulos como Satyricon (1969) de Fellini; El Decame-rn (1971) de Pasolini; El ltimo Tango en Pars (1972) de Bertolucci; e incluso Gangs of Nueva York (2002) de Scorsese, en una pelcula ya cien por cien con capital italiano, sufragado por United Artist, con un presu-puesto de 1,3 millones de dlares.

    33

  • Leone no haba inventado nada. Haca aos que Europa haba tomado el testigo del western, de capa cada en Am-rica. Alemania tom la delantera adap-tando las novelas de Winnetou de Karl May con rodajes en los Balcanes. Pronto los italianos y los espaoles imitaron a los alemanes. El eurowestern era una realidad, aunque fuera con una mayora de filmes de serie B. Joaqun Romero Marchent destacaba en Espaa con los western sobre El Zorro. Sergio Corbucci (Django, 1966) apareca como el alumno aventajado de Leone. Entre 1960 y 1975, se rodaron cerca de 600 spaghetti westerns. Los jvenes directores europeos no haban olvidado los buenos recuerdos de las pelculas de vaqueros de su infancia, si bien Leone traspas todas las barreras y se convirti en un referente: Me disgusta que todo el mundo me seale como el padre del spaghetti-western. Porque soy el padre, s, pero de un montn de hijos de puta.

    Pero el padre de esos hijos de puta, como se defini Leone, fue nico. Convirti en estrella a Clint Eastwood, un personaje clave en la historia del cine en las ltimas cinco dcadas. Glorific un gnero. Cre poesa desde una violencia extrema con unos memorables duelos. Y construy un lenguaje propio dominado por los primeros planos (todo un estudio de la psicologa humana), los silencios y la msica, con el mejor Ennio Morricone que, curiosamente, no haba sido su primera eleccin (Franco Lavagnino). Siempre he limitado el uso del dilogo para que los espectadores pue-dan usar su imaginacin mientras observan los gestos lentos y rituales de los hroes del Oeste, en medio de las montaas o en la inmensidad de las praderas. Si es cierto que he creado un nuevo estilo de wes-tern, con personajes picarescos elevados a situaciones picas, entonces es la msica de Ennio (Morricone) la que les ha hecho hablar. Simplemente, Leone hizo cosas en una poca en la que los directores nor-teamericanos hubieran tenido miedo de hacerlas en un western (Clint Eastwood).

    El autntico Oeste no tena nada que ver con el western clsico sino con aquel forastero sin nombre, taciturno, de gatillo fcil y moral laxa de una Triloga del Dlar que medio siglo despus sigue siendo historia (verdadera) del cine y del Salvaje Oeste. l

    34

  • 35

  • Espaa es un pas imprescindible en la Triloga del Dlar. Por un Puado de Dlares (1964) y La Muerte Tena un Precio (1965) son dos coproducciones con participacin de Italia, Alemania y Espaa. La huella espaola se extiende a las localizaciones de la Triloga y los actores secun-darios del reparto. Por un Puado de Dlares, rodada a la par que su hermana de produccin Las Pistolas no Discuten (Mario Caiano, 1964), se film, sobre todo, en Golden City, el Poblado del Oeste construido en Hoyo de Manzanares (Madrid), a los pies de la Sierra de Guadarrama, por el productor Eduardo Manzanos. Leone rod tambin en la Casa de Campo de Madrid, como la guarida de los Rojo, y el Ro Alberche, en Aldea del Fresno, como el Ro Grande en el sangriento intercambio de oro y armas entre los Rojo y el Ejrcito mexicano. Almera fue, inevitablemente, la otra gran localizacin de Por un Puado de Dlares que se concluy, con el presupuesto ya en mnimos, gracias al terrateniente del Cortijo El Sotillo. La Muerte Tena un Precio refleja en todo su esplendor los desrticos paisajes de Almera, no hay ms que echar un vistazo a su espectacular primera escena. El pueblo de Los Albaricoques, que haba recreado la entrada en Por un Puado de Dlares a San Miguel, en disputa por los Bax-ter y los Rojo, acogi la inhspita Aguas Calientes en la segunda pelcula de la Triloga del Dlar. El Paso se levant en el Poblado de MiniHollywood. Las cabalgadas de El Manco, el coronel Mor-timer y la banda del Indio recorrieron las ramblas del desierto de Tabernas. El poblado Golden City sirvi como Tucumcari. Con ms medios, Leone busc nuevos escenarios en El Bueno, el Feo y el Malo (1966). Almera encontr compaera: Burgos. El ro Arlanza, a su paso por Hortigela, contempl la bata-lla por el Puente de Langstone (y su legendaria precipitada voladura antes de la orden de Leone) entre unionistas y confederados. El campo de concentracin nordista de Betterville se estableci en Carazo. El cementerio de Contreras (ampliado por el equipo de Leone) se transform en el cementerio de Sad Hill, donde est oculta la tumba con 200.000 dlares. Para Leone, el norte de Espaa, en los alrededores de Burgos, es como Virginia. El sur de Espaa es como Arizona. Las coproducciones del eurowestern incluan unos mnimos de tcnicos y actores por cada pas que participaba. Espaa aport numerosos actores, entre ellos: Jos Calvo (el posadero Silvanito en Por un Puado de Dlares), Margarita Lozano (la matriarca de los Baxter), Antonio Ruiz El Morito (el nio informador de El Manco en La Muerte Tena un Precio), Jos Canale-jas (Chico, la mano derecha de Indio), Lorenzo Robledo (la primera vctima en un duelo con Indio), Jos Terrn (el bandido de peculiar rostro que mata el coronel Mortimer), Antonio Casas (asesinado por Sentencia en el inicio de El Bueno, el Feo y el Malo), Antonio Molino Rojo (el ca-pitn nordista moribundo del campo de prisioneros) y Aldo Sambrell (amigo personal de Leone que apareci en sus cinco westerns).

    Clint, el inesperado revolver mas rapido

    La huella espanola

    Aldo Sambrell

    36

  • La Triloga del Dlar se asocia a la figura de Clint Eastwood, cuya sobria interpretacin cre un nuevo modelo de vaquero, pero Como tantas veces desde que se invent el cine, el actor que ha pasado a la posteridad (Eastwood) no era, ni mucho menos, la primera opcin. Sergio Leone apost por todo un hroe de su juventud y del Hollywood clsico: Henry Fonda y su intachable imagen del americano bueno. El agente de Fonda, contrariado por la violenta y confusa morali-dad del personaje principal de Por un Puado de Dlares (1964), ni pas el guion al actor. Leone cumpli el sueo de trabajar con Fonda en el western Hasta que Lleg su Hora (1968), pero no en la Triloga del Dlar. La constante tensin entre Leone y los productores Giorgio Papi y Arrigo Colombo (Jolly Film) se apreci tambin en la eleccin del forastero de Por un Puado de Dlares. Papi y Co-lombo, ms pendientes del rodaje de Las Pistolas no Discuten (Mario Caiano, 1964), propusieron a Richard Harrison, que tena contrato con la Jolly, y ms tarde al mismo Rod Cameron, el pro-tagonista de Las Pistolas no Discuten, el otro proyecto simultneo de la productora. Leone se inclin, en cambio, por Charles Bronson, James Coburn y, a ltima hora, Cliff Robertson. Coburn acept el papel por 25.000 dlares, demasiado para la Jolly Film. Al igual que con Henry Fonda, Leone consigui finalmente trabajar con Bronson, en Hasta que Lleg su Hora, y con Coburn, en Agchate, Maldito (1971). El comienzo del rodaje se echaba encima y Leone no tena a su protagonista hasta que surgi el nombre de Clint Eastwood, un joven actor (34 aos) de San Francisco que apenas era conocido por una serie de televisin, Rawhide (CBS, 1959-1965), ambientada en el Oeste. El des-cubrimiento de Eastwood se debe a Claudia Sartori, que trabajaba en Roma en la agencia artstica norteamericana William Morris. Sartori pas el nombre a la Jolly Film y un episodio (The Black Sheep) de Rawhide. Leone no estaba entusiasmado por Eastwood (con un cach de 15.000 dla-res que creci a 50.000 en La Muerte Tena un Precio y 250.000 en El Bueno, el Feo y el Malo) pero Era o Eastwood, o nada. Una eleccin forzada que el director romano no ocult. Leone envi a Mario Caiano a recoger a Eastwood, que haba aprovechado sus vacaciones estivales en el rodaje de Rawhide, al aeropuerto de Fiumicino (Roma). Un fro comienzo que depar, sin em-bargo, y pese las dificultades lingsticas (Eastwood no hablaba italiano y Leone no saba ingls), un gran entendimiento. El resto ya es leyenda. Se cuenta la historia de que, cuando se le pregunt a Miguel ngel qu haba visto en un bloque de mrmol en particular que haba elegido entre cientos de otros semejantes, respondi que haba visto a Moiss. Ofrecera la misma respuesta a la pregunta de por qu eleg a Clint East-wood, solo que al revs. Cuando me preguntan qu vi en Clint Eastwood, respondo que lo que vi fue simplemente un bloque de mrmol. Y que eso era lo que deseaba (Sergio Leone). El temperamental italiano Gian Maria Volont actu como antagonista en las dos primeras pelculas de la Triloga del Dlar. Eastwood estren compaero en La Muerte Tena un Precio (1965): Lee Van Cleef, como el coronel Mortimer. Tras los nuevos desplantes de Fonda y Bronson y la negativa de Lee Marvin, Leone se plant en Estados Unidos con una foto antigua de un actor en la revista Academy Players. Se trataba de Van Cleef, que estaba medio retirado de la actuacin y se dedicaba a pintar. Acept tras concluir un cuadro que le haban encargado. Eli Wallach, actor del Mtodo, supuso la tercera incorporacin en la Triloga como el pcaro Tuco en El Bueno, el Feo y el Malo (1966). La sintona entre Leone y Wallach fue plena despertando los celos de East-wood. El director italiano sugiri que Hasta que Lleg su Hora arrancara con Eastwood, Van Cleef y Wallach, los tres grandes nombres de la Triloga del Dlar, abatidos por Henry Fonda. Deseaba decirles adis, y a las reglas del juego que yo mismo haba impuesto. Eastwood no quiso. No era una cuestin de dinero. Simplemente no pudo entender el chiste. No tiene un gran sentido del humor, saben?, ironiz Leone.

    Clint, el inesperado revolver mas rapido

    37

  • Signor Leone, acabo de tener la oportunidad de ver su pelcula. Es un filme esplndido, pero es mi filme. Pues-to que Japn es firmante de la Convencin de Berna sobre el copyright internacional, debe usted pagarme (Carta de Kurosawa a Leone). Tras su extensa etapa como ayudante de direccin en Quo Vadis? (Mervyn Le Roy, 1951), Hele-na de Troya (Robert Wise, 1954), Historia de una Monja (Fred Zinnemann, 1958), Ben-Hur (William Wyler, 1959) y Sodoma y Gomorra (Robert Aldrich, 1961) durante la era dorada de Hollywood en los estudios Cinecitt de Roma, Leone andaba buscando un proyecto para dirigir tras El Co-loso de Rodas (1961). El cmara Enzo Barboni, a finales de 1963, le ahorr la tarea. Barnoni recomend a Leone una pelcula: Yojimbo (El Mercenario) (1961), de Akira Kuro-sawa. Toshir Mifune haba ganado la Copa Volpi al Mejor Actor en el Festival de Venecia. Leone qued encantado y se propuso devolver la historia a su lugar de origen. Yo-jimbo, con un samuri sin amo (Mifune) entre dos clanes mafiosos en el Japn feudal del siglo XIX, tena evidentes aires de western. Kurosawa nunca haba ocultado su amor por el gnero y por Races Profundas (George Stevens, 1953), pasiones que comparta con Leone. Un visionado de Por un Puado de Dlares y Yojim-bo expone, sin necesidad de grandes anlisis, las enormes similitudes. Leone calca casi al milmetro escenas, tramas y personajes: el posadero, el atareado fabricante de ata-des, el campanero, los dos clanes rivales, el secuestro de una hermosa mujer casada y madre de un nio, el inter-cambio de rehenes, el incendio de la casa de una de las bandas, la paliza al protagonista, la posterior huda oculto en un atad y la venganza final. La demanda de Kurosawa, que se haba inspirado en la novela Cosecha Roja (1929) del estadounidense Das-hiell Hammett, se resolvi de una manera burda pero efec-tiva: la Defensa Goldoni. La productora Jolly Film revolvi la biblioteca hasta que encontr una obra italiana, Arle-qun Servidor de Dos Patrones (1753), de Carlo Goldoni. La mejor defensa es un ataque, aunque no sea limpio. La Jolly Film acus a Kurosawa de plagiar a Goldoni. Kurosawa y la Toho (productora de Yojimbo) aceptaron un trato: el 15% de la taquilla mundial de Por un Puado de Dlares y la distribucin exclusiva en Japn, Taiwn y Corea del Sur a cambio de retirar la demanda. Irnicamente, Goldoni se converta en una figura esencial en la Triloga del Dlar y el spaguetti western.

    El plagiomas famoso y exacto

    Por un Puado de Dlares

    Sergio Leone

    38

  • Intro de Por un Puado de Dlares

    Duelo final Por un Puado de Dlares

    Intro de La Muerte Tena un Precio

    Duelo final La Muerte Tena un Precio

    Intro de El Bueno, el Feo y el Malo

    Final de El Bueno, el Feo y el Malo

    Akira Kurosawa

    Yojimbo

    39

  • La binica y la medicina combinadas empiezan a solucionar problemas irresolubles en el siglo XXI: hacer or a los sordos,

    ver a los ciegos, andar a los invlidos y mover corazonescon simples piezas de titanio

    por Marcos Gil

    IMGENES: Ekso Bionics / Wikipedia Commons / Kobe Medical Center

    ciencia

  • imaginen una situacin actual que cada vez es ms frecuente, y otra que lo ser. Dos ejemplos de cmo la medicina y la binica colaboran: uno ya es algo mucho ms habitual de lo que creemos, y el otro es un primera paso, nunca mejor dicho, hacia el futuro. La primera: tienen unos 67 aos y un problema en una vlvula del corazn, una simple membrana vital para que el corazn funcione y pueda mover la sangre por el cuerpo y la depure. Hablamos de un problema vital. Hasta hace unos aos era poco menos que una sentencia anunciada del fin de una vida. En realidad, ni siquiera era un problema detectable hasta que se generaliz la tcnica del cateterismo y la medicina cardaca preventiva. Entonces la ciencia dio un salto adelante: frmacos. Pero no era suficiente, a veces la vlvula ya no tena remedio y haba que ir un poco ms all. Llegaba pues la hora de la medicina binica, esa disciplina de la que ya he-mos hablado ms de una vez cuya labor es titnica: conseguir que con ayuda de la tecnologa adaptada a la biologa se puedan suplir las carencias de un humano. La binica ha llegado para quedarse, pero sobre todo si es aplicada en combinacin con la medicina.

    Para paliar esta situacin nacieron las prtesis valvulares cardacas, artificia-les, fabricadas ex profeso en dos modali-dades: biolgica, normalmente de cerdo (el animal que, curiosamente, es capaz de generar rganos similares a los nuestros), pero con fecha de caducidad (como todo lo biolgico), o bien de titanio y tefln, y por lo tanto completamente artificiales. Ventajas de lo artificial: son extremada-mente resistentes. La clave son los discos de titanio internos dentro de una es-tructura de fibra de tefln: esos discos se insertan en bisagras que permiten maxi-mizar el flujo en un solo sentido, ya que se abren para dejar pasar la sangre empu-jada por el msculo cardaco para luego cerrarse y evitar el reflujo sanguneo en direccin contraria. La vlvula defectuosa es sustituida y tras un periodo de adap-

    Mano binica

    Diseo de brazo binico en el futuro

    42

  • 43

  • Hacer ver a los ciegos: la retina artificial Japn lleva muchos aos trabajando en lo mnimo para conseguir lo mximo. Sus investigadores gestionan presupuestos altos para poder desarrollar, por ejemplo, retinas artificiales, fusin de gentica y binica en una sola jugada, uno de los grandes sueos de la medicina que podra devolver la visin a los ciegos, a todos aquellos que han tenido desprendimientos sin remedio o ceguera por recepcin de estmulos. Durante aos se ha experimentado con clulas madre e incluso con nuevos tejidos artificiales que puedan emular a la retina como receptora de estmulos de luz y enviarlos por el nervio ptico al cerebro, que es el que procesa y realmente ve. Pero una cosa es el laboratorio y otra muy diferente trabajar con el ojo humano real, una de las formas biolgicas ms precisas, avanzadas y complejas que existen. Y delicadas. El pasado mes de noviembre un grupo dirigido por el especialista Yasuo Kurimoto del Kobe City Medical Center General Hospital logr implantar en un paciente con degeneracin macular de 70 aos una lmina de clulas del epitelio pigmentario de la retina de 1,3 por 3 mm. En este caso se trata de un fondo biolgico (clulas madre) controlada por tecnologa binica en laboratorio, clulas madre reprogramadas. Antes de llegar al anciano japons se experiment con ratones y monos, y el resultado fue peculiar: funcionan, y no generan aparentemente tumores. No obstante, todava hay que esperar para saber si ha funcionado o no.

    Retina artificial creada en Japn

    44

  • Japn lleva muchos aos trabajando en lo mnimo para conseguir lo mximo. Sus investigadores gestionan presupuestos altos para poder desarrollar, por ejemplo, retinas artificiales, fusin de gentica y binica en una sola jugada, uno de los grandes sueos de la medicina que podra devolver la visin a los ciegos, a todos aquellos que han tenido desprendimientos sin remedio o ceguera por recepcin de estmulos. Durante aos se ha experimentado con clulas madre e incluso con nuevos tejidos artificiales que puedan emular a la retina como receptora de estmulos de luz y enviarlos por el nervio ptico al cerebro, que es el que procesa y realmente ve. Pero una cosa es el laboratorio y otra muy diferente trabajar con el ojo humano real, una de las formas biolgicas ms precisas, avanzadas y complejas que existen. Y delicadas. El pasado mes de noviembre un grupo dirigido por el especialista Yasuo Kurimoto del Kobe City Medical Center General Hospital logr implantar en un paciente con degeneracin macular de 70 aos una lmina de clulas del epitelio pigmentario de la retina de 1,3 por 3 mm. En este caso se trata de un fondo biolgico (clulas madre) controlada por tecnologa binica en laboratorio, clulas madre reprogramadas. Antes de llegar al anciano japons se experiment con ratones y monos, y el resultado fue peculiar: funcionan, y no generan aparentemente tumores. No obstante, todava hay que esperar para saber si ha funcionado o no.

    tacin y con anticoagulantes se puede perfectamente pasar a un nuevo estado vital mucho ms enrgico. Son mejo-res que las biolgicas en duracin pero pueden generar embolias si no se controla mdicamente. Un pequeo defecto que se convierte en una parte ms de la vida mientras el corazn ya no tiene que hacer sobreesfuerzos y el paciente se convierte en un ser humano binicamente adapta-do.

    Segundo ejemplo: un accidente deja al paciente en silla de ruedas o parcialmente paralizado, condenado a una movilidad reducida. Una situacin psicolgicamente desesperante que no todos asumen bien, y que no deja de ser un problema grave desde el punto de visa mdico que, ade-ms, tiene consecuencias biolgicas como prdida de masa muscular y sea y un grado de atrofia anatmica considerable. La medicina lleva muchos aos intentado emular el milagro de hacer caminar a los invlidos, pero una vez que las conexiones nerviosas se pierden, el cuerpo tambin. Todava es casi imposible lograr regenerar el tejido nervioso y activarlo para que se pueda volver a caminar, pero la robtica y la binica ya estn aqu para aportar una solucin temporal. Seguro que en la ciencia-ficcin han visto esas escenas de humanos con brazos o piernas robticas que sustituyen miembros amputados o atrofiados. Por ah van los tiros, si bien el presente es mucho ms modesto y expe-rimental pero no menos espectacular: los exoesqueletos.

    Funcionan como autnticas armaduras externas que se acoplan a los engranajes biolgicos del cuerpo humano. Piensen en pelculas como Elysium, Edge of tomorrow o Aliens: mquinas que potencian fuerza, agilidad, movimientos y que incluso protegen el cuerpo. se es el horizonte de trabajo de ltima gene-racin. Pero en lugar de usarlas para la guerra (los militares son los principales impulsores de los exoesqueletos) o la construccin, piensen en las posibilidades mdicas, desde lo simplemente logstico

    Retina artificial creada en Japn

    45

  • a lo teraputico. Un buen ejemplo es Ekso Bionics, que adapt un diseo creado por DARPA (una de las mayores agencias de EEUU dedicada al desarrollo tecnolgico, normalmente para usos militares) a un propsito muy diferente: ayudar a pa-cientes de ictus y lesiones medulares a recuperarse o bien darles la posibilidad de caminar. En EEUU los hospitales y empre-sas como la mencionada Ekso Bionics se han agrupado para ofrecer la opcin de poder llevar un exoesqueleto para ayudar en la rehabilitacin y hacerles caminar.

    Los pacientes enfundan sus miembros en una estructura liviana dise-ada para agarrarlos, fijarlos y reactivar-los. Es decir, el exoesqueleto se adapta a la anatoma por secciones (muslos, rodi-llas, pantorrillas, pies, cadera, brazos), y luego, aplicando fuerza mecnica, lo-gran hacer mover el cuerpo obligndolo la reaccionar y adaptarse al movimiento externo. De esta forma los invlidos se ponen de pie. Aadimos en este repor-taje vdeos asombrosos que demuestran que es posible. El exoesqueleto est repleto de sensores que detectan impul-sos, reparto de pesos y qu seccin debe moverse para hacer posible acompaar y forzar a un tiempo el movimiento de las piernas. Aplicados a rehabilitacin tras ictus o accidentes de coche con lesiones seas y/o musculares el resultado es una recuperacin ms rpida y efectiva frente a los mtodos clsicos, que dependan demasiado de la voluntad del paciente. No se trata de obligarle, sino de crear el escenario de fuerza y estmulo externo que le permita moverse. Y es automti-co. Nathan Harding, CEO de Ekso Bionics aseguraba que algunos pacientes son capaces incluso de llegar al centenar de pasos en la primera sesin, y que el efecto psicolgico es inmenso, estimu-lando la voluntad del paciente para ir un poco ms all.

    De momento est en fase experi-mental y aplicable slo en fases de reha-bilitacin, y no est pensado (por ahora)

    Implante coclear en paciente

    Implante coclear

    46

  • Hacer or a los sordos:el implante coclear

    Otro aspecto ya muy utilizado, cada vez ms, y que es la mejor expresin de lo que es la binica y la medicina combinadas. El primer implante coclear data de 1957, y desde entonces ha mejorado mucho has-ta ser capaz de solventar la mayor parte de casos de sordera profunda bilateral neurosensorial. En realidad el implante es un transductor que transforma las seales acsticas naturales en seales elctricas que estimulan el nervio auditivo. Es decir, la mquina permite hacer de puente entre la realidad sonora y el rgano que debera or de forma natural pero est atrofiado o aislado. Una parte del implante es externo y el otro interno (intra-craneal). El implante solventa la sordera producida por la destruccin de clulas ciliadas de la cclea, yendo directamente al transmisor cerebral, el nervio. Las se-ales permiten al cerebro recibir esas seales externas que en realidad son impulsos elctricos codificados. Es decir, suple el propio odo humano utilizando partes naturales. El odo humano se divide en tres: externo, medio e interno, que es donde se coloca el implante. Es tan preciso y delicado que si una de las tres partes deja de funcionar las otras dos tambin. El implante, al estimular la cclea directamente, hace que las otras dos partes se vuelvan inertes, por lo que emula con el resto de implantes esas funciones. En la parte externa se compone de un procesador de sonidos (un micr-fono recoge los sonidos y los enva al microprocesador que los codifica) que enva la seal y una bobina que se mantiene unida a la estructura del odo magntica-mente; la bobina transmite la seal por radiofrecuencia al transductor, el cual estimular el nervio auditivo.

    Implante coclear en paciente

    Implante coclear

    47

  • Las manosartificiales que sienten

    El pasado mes de marzo publicbamos un reportaje sobre Dennis Aabo, un hombre de 36 aos que era el mayor experimento vivo en binica para mutilados, un ciudadano dans que tras experimentar con nuevas manos mecnicas haba logrado conec-tar su cerebro con la mquina de tal forma que poda darle rdenes casi instintivas para sostener un huevo, un vaso, servir agua, palpar Su mano binica, de-sarrollada por Silvestro Micera en coordinacin con la Escuela Politcnica Federal de Lausanna (Suiza) y la Escuela Superior de santa Anna (Italia), era capaz de sentir texturas, formas y detalles que hasta ahora slo poda hacer una mano humana. Todo pareca hecho hasta que llegaron los investigadores de Corea del Sur y desarrollaron una piel artificial mil veces ms sensi-ble que la humana. Esa piel mecnica siente como la humana la presin, la temperatura y la humedad, lo cual es un paso adelante todava ms grande hacia la posibilidad de devolver a los amputados una movilidad completa. Si esta nueva piel fuera aplicable al mismo sistema mecnico-neuronal que experiment Aabo, el crculo podra cerrarse en breve. Todo con gran parafernalia de cableado: el sistema est todava en mantillas y necesita de varios aparatos externos para conseguir que Dennis sienta que agarra con su mano mecnica un simple vaso de plstico. Pero es un salto adelante hacia un futuro cada vez menos lejano. Dennis consigui sentir el vaso en la mano mecnica gracias a un depurado sistema informtico combinado con la ingeniera de precisin del tamao de una mano humana. A grandes rasgos es la misma operativa de un brazo robtico pero co-nectado al cerebro de Dennis. Hasta ahora se haban conseguido muchas cosas: que el cerebro enviara se-ales a la mano binica y sta se moviera. Eso ya era una realidad. El problema era la modulacin de fuerza, movimiento y tensin de los componentes para evitar que la mano aplastara el vaso de plstico. No es lo mismo sostener un frgil huevo que un vaso slido de cristal. La mquina todava no discerna porque no es-taba realmente conectada a un nivel superior al cerebro humano.

    Modelo de mano binica

    Dennis Aabo durante el experimento con su mano binica

    48

  • crear exoesqueletos para venta individual. Lo de hacer caminar a los paralticos todava es ms ficcin que ciencia, pero la base de trabajo ya est hecha y slo es cuestin de tiempo e inversin. En parte tambin porque para poder usar el siste-ma hace falta ayuda externa, aplicaciones informticas y tambin un entrenador. Quizs llegue un da en el que sea posible simplemente una fase de entrenamiento y ver caminar a los que nunca pensaron que volveran a hacerlo. Siguen en desarrollo, y el trabajo con los pacientes ha permi-tido a los ingenieros de Ekso mejorar los propios exoesqueletos a partir de sus reacciones y sensaciones. Una de las cosas que han visto es que el paciente es capaz en muy poco tiempo de adaptarse, de tal forma que algo tan sencillo como caminar vuelve a ser operativo a pesar del tiempo transcurrido desde la lesin. Nadie olvida cmo se camina. El cuerpo nunca olvida.

    En el fondo de estos dos ejemplos, uno ya muy comn y otro experimental, son una parte ms de una disciplina que unifica teora cientfica y potencial tecno-lgico como pocas, y que progresivamente ser ms habitual en nuestras vidas. De manera independiente de cmo evolucio-ne la gentica y que el trabajo con clulas madre pueda generar rganos biolgicos nuevos, o piezas defectuosas fcilmente intercambiables, la binica ofrece posibi-lidades casi infinitas en medicina y vida diaria. Esta rama de la ingeniera moderna estudia y desarrolla aplicaciones tecnolgi-cas que emulan el comportamiento bio-lgico con el fin de crear nuevos sistemas que puedan ser tiles para el ser humano. El abanico de posibilidades es inmenso: ro-bots que emulan a los insectos para explo-racin espacial, nanomquinas que pueden operar desde dentro del cuerpo humano, prtesis de todo tipo, exoesqueletos que potencia fuerza fsica para situaciones de emergencia piense en algo, la binica ya est ah o puede estarlo. La tecnologa emula, supera o implementa lo biolgico en todos los grados, de tal manera que esa fusin pueda mejorar la vida y espolear al ser humano ms all de donde su propia base natural le permite llegar. l

    Modelo de mano binica

    Dennis Aabo durante el experimento con su mano binica

    49

  • Evolucin, de la silla al exoesqueleto

    Exoesqueleto Modelos de vlculas cardacas

    50

  • Evolucin, de la silla al exoesqueleto

    Exoesqueleto militar Modelos de vlculas cardacas

    Ekso Bionics

    Centros de trabajo - Ekso Bionics

    51

  • Eslovenia gira alrededor de dos puntos, sus montaas y su capital, perfecta combinacin de esta nacin pequeaque es la frontera entre las tres ramas principales de la cultural europea: latinos, germnicos y eslavos.

    Liubliana, la frontera entre tres mundos

  • Eslovenia gira alrededor de dos puntos, sus montaas y su capital, perfecta combinacin de esta nacin pequeaque es la frontera entre las tres ramas principales de la cultural europea: latinos, germnicos y eslavos.

    Liubliana, la frontera entre tres mundospor Luis Cadenas Borges

    FOTOS: EL CORSO

    Castillo de Liubliana

  • Una ciudad circular que orbita alrededor de dos puntos: la colina del castillo y el punto de confluencia central de los puen-tes sobre el ro Liubjanica, que serpentea configurando el casco histrico, encauzado por altas orillas de piedra, sobrevolado por varios puentes y que sirve de trnsi-to turstico para recorrer una capital que destaca, adems de ambos puntos, por ser casi circular. Liubliana es el pequeo cora-zn de un pas tambin menor, una pieza de ajedrez enclaustrada entre los Balcanes, los Alpes, el Adritico y tres mundo que rara vez se han relacionado de otra forma que no sea comerciando o aniquilndose.

    A un lado la inmensa influencia de Italia y el mundo latino. Porque Liubliana fue primero campamento de guerra roma-no y luego colonia romana (Emona, de la que quedan restos en la ciudad, como par-te del foro y una necrpolis); tambin fue parte de la rbita de influencia del prs-pero imperio veneciano y durante siglos fue tierra reclamada por la Italia moderna. Tambin es germnica porque fue parte del Imperio Austro-Hngaro durante ms de un siglo y medio, y antes una provincia ms de las tierras de Austria y los Habs-burgo. Se habl durante generaciones el alemn mientras el esloveno a duras penas resista antes del despertar del nacionalis-mo en el siglo XIX. Y tambin es eslava por motivos tnicos, por su pasado tribal, por su lengua y por sus vnculos culturales con los eslavos del sur (Balcanes).

    Todo eso conforma el pasado y la diversidad de una ciudad pequea, humil-de y nica, mimada y protegida porque es el corazn mismo del pas y el alma de su fulgurante independencia de Yugoslavia en los aos 90. Est en el centro del pas, muy cerca de las urbes que significaron algo en su pasado fronterizo: a 66 km de Klagenfurt, el punto sur de Austria, a 72 de Trieste, la puerta italiana (y eslovena) de los Balcanes, a 117 km de Zagreb, a 278 km de Viena est lejos y cerca de la ez de todas ellas. Lame el Adritico pero est encapsulada entre montaas.

    La viajera que susurra al odo de El Corso habla directamente de una realidad concreta: orientacin. Es difcil perderse en Liubliana, por su tamao (apenas tiene 280.000 habitantes, una de las capitales ms pequeas de Europa), pero sobre

    54

  • Dragn smbolo de la ciudad

    55

  • todo porque es como un planeta entre dos soles, el castillo a un lado, la plaza central que rodea el ro y los puentes al otro. Liubliana es un regalo para el viajero acostumbrado a patear la calle, a caminar y deambular sin rumbo fijo ms all de cuatro puntos marcados en un mapa, de los que les gusta caminar y caminar. El casco histrico es un museo vivo, poblado, no una Venecia artificial en su turismo ma-sivo, sino un distrito vivido por los eslove-nos y que se asemeja mucho a los de Graz Y Salzburgo. Hubo un antes y un despus: 1511, el terremoto que sacudi ese ao la regin devast la ciudad y fue recons-truida con espritu renacentista; no fue la nica vez, ya que tras 1895 otro terremoto oblig a levantar de nuevo el tejido urbano con influencias del Art Nouveau aprecia-bles en muchos edificios. Influye, ya en el siglo XX, la mano del arquitecto Joze Plec-nik. As pues Liubliana es compacta pero artsticamente tan mestiza como su propia poblacin, donde la viajera intuye rasgos mediterrneos, eslavos y germnicos por doquier.

    Todo se organiza en torno al eje castillo-centro. Es muy fcil orientarse: o vas al ro o ves el castillo. Todo converge en un punto. Parece una metfora del pro-pio pas, como un gran embudo cultural que ellos mismos reclaman como defini-cin. Somos un pas pequeo y mestizo, dicen los eslovenos, de ellos, de su nacin y de su capital. Destaca la humildad que pregonan (interesadamente o no) ante los viajeros. Un discurso que suena a coro ce-lestial en los odos del turista si uno acaba de llegar de pases ms soberbios y arro-gantes, de los que se suben en pedestales aunque stos muestren grietas antiguas y nuevas.

    Liubliana se puede ver en un da, es fcil de recorrer, de asimilar. Siempre quedarn cosas en el tintero, desde reco-dos a bares, restaurantes, rincones pero a grosso modo basta un da para quedarse con el aire y el estilo urbano. El tamao hace que todo sea mucho ms sencillo. Los pasos llevan a calles que demuestran que ests en Europa, no solo por la ar-quitectura sino por el espritu que destila la ciudad, bonita, bien cuidada te das cuenta de que no es un pas rico, pero s evolucionado. No es Francia, no es Italia, no es Holanda tampoco es Espaa, dice la voz que habla para El Corso. Es Liublia-na, hermosa a su pequea manera, con humildad.

    Casa Urbanc - Fachada

    56

  • Calle de ascenso hacia el Castillo El ro Liubjanica

    Casa Urbanc - Fachada Plaza Preseren

    57

  • Liubliana de noche

    Hay tres puntos vitales: el Castillo, el ro y el centro histrico, gobernado sobre todo por las plazas, que han sido vitales en la existencia de la ciudad. Son la Plaza Vieja, la Plaza Municipal (donde est la Fuente de Robba, puro barroco) y la Plaza Superior. Tambin el corazn de la Plaza de la Repblica, la Plaza Preseren o la Plaza del Congreso. Todas ellas son mezcla de arte modernista, barroco austriaco o del siglo XX. Sobre el ro, va de transporte canalizada, se levantan muchos puentes, sobre todo el Puente Triple del arquitecto Plecnik, as como el majestuoso Puente de los Dragones, el de los Zapateros y el de Sempeter entre otros muchos. Conectan las partes de la ciudad, y muchas de sus zonas patrimoniales, como las de la Iglesia de San Pedro (barroca y neoclsica, como un mestizaje que se identifica con el pas), la Iglesia Franciscana de la Anunciacin (barroco de influencia italiana) y el monasterio, que atesoro un arca de incunables y ms de 70.000 libros antiguos que son el verdadero centro de todo el entramado religioso. Y por supuesto la Catedral de San Nicols, catlica, de cpulas y tejados verdes, cerca del Puente Triple y que ha sido tres veces construida: en el siglo XIII, en 1469 y luego en el siglo XVIII por los jesuitas siguiendo modelos barrocos. Pero sobre todo, Liubliana es el Castillo, herencia de un oppida romano sobre castros ilirios y celtas todava ms antiguos, sobre el que se construy la fortificacin medieval y se hicieron luego las sucesivas reformas de los Habsburgo, que los remodelaron varias veces bajo su dominio austriaco hasta que en los aos 60 del siglo XX se transforma en atraccin turstica (gracias sobre todo a un funicular), smbolo y museo.

    Imprescindibles de Liubliana

    58

  • Narra la viajera: La gente es distinta. No son muy bruscos, ni muy amables ni poco, es algo raro Tiene mu-cha influencia italiana, quizs ms que la germnica. Son muy humildes, la humil-dad del pas pequeo y del pueblo que se sabe pequeo. No hay un patrn fsico ni de comportamiento nico. En otros pases hay un patrn del biotipo, pero en Eslove-nia no hay tal cosa. Hay de todo. Es una tierra de frontera. El contraste entre venir de Madrid, Londres o Amsterdam, donde todo es grande y hay movimiento, gran-deza, y pasar a Liubliana todo est ms recogido, es ms romntico El castillo es su pieza clave, bien cuidado, usado y visita-do. Incluso se celebran bodas. Es su arca y se nota que la miman y la protegen.

    Y ni rastro del comunismo, al esti-lo Tito, con ese aire marginal yugoslavo. Es un pas al que no le cost trabajo huir de ese pasado lejos de la democracia, como si jams hubiera existido de cara al turista. Quizs ms en las generaciones jvenes, que o no recuerdan o no saben lo que era la Guerra Fra y ese teln de acero que siempre fue ms permeable en Yugoslavia. Ellos siempre repiten: esto es muy pe-queo y estamos en la mitad de, en medio de.. Esa actitud les forja. Sus smbolos son el castillo y el dragn, omnipresente. Avisan de que ha habido crisis de falta de futuro, pero algo muy idntico a lo que se pueda vivir en Espaa. Los espaoles se sentiran mucho ms identificados que con otros pases del norte. Un destino peque-o, manejable y sorprendente. l

    Turismo de Liubliana

    Turismo de Eslovenia

    Hay tres puntos vitales: el Castillo, el ro y el centro histrico, gobernado sobre todo por las plazas, que han sido vitales en la existencia de la ciudad. Son la Plaza Vieja, la Plaza Municipal (donde est la Fuente de Robba, puro barroco) y la Plaza Superior. Tambin el corazn de la Plaza de la Repblica, la Plaza Preseren o la Plaza del Congreso. Todas ellas son mezcla de arte modernista, barroco austriaco o del siglo XX. Sobre el ro, va de transporte canalizada, se levantan muchos puentes, sobre todo el Puente Triple del arquitecto Plecnik, as como el majestuoso Puente de los Dragones, el de los Zapateros y el de Sempeter entre otros muchos. Conectan las partes de la ciudad, y muchas de sus zonas patrimoniales, como las de la Iglesia de San Pedro (barroca y neoclsica, como un mestizaje que se identifica con el pas), la Iglesia Franciscana de la Anunciacin (barroco de influencia italiana) y el monasterio, que atesoro un arca de incunables y ms de 70.000 libros antiguos que son el verdadero centro de todo el entramado religioso. Y por supuesto la Catedral de San Nicols, catlica, de cpulas y tejados verdes, cerca del Puente Triple y que ha sido tres veces construida: en el siglo XIII, en 1469 y luego en el siglo XVIII por los jesuitas siguiendo modelos barrocos. Pero sobre todo, Liubliana es el Castillo, herencia de un oppida romano sobre castros ilirios y celtas todava ms antiguos, sobre el que se construy la fortificacin medieval y se hicieron luego las sucesivas reformas de los Habsburgo, que los remodelaron varias veces bajo su dominio austriaco hasta que en los aos 60 del siglo XX se transforma en atraccin turstica (gracias sobre todo a un funicular), smbolo y museo.

    59