Revista Edición 69 DIC. 1990

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- NOVIEMBRE 25 - 1990 ORGANO DE LA ASOCIACION COLOMBIANA DE OFICIALES DE LAS FF.MM. EN RETIRO

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Editorial: Nuevas alternativas e incertidumbres nacionales

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- NOVIEMBRE 25 - 1990 ORGANO DE LA ASOCIACION COLOMBIANA DE OFICIALES DE LAS FF.MM. EN RETIRO

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ORGANO DE LA ASOCIACION COLOMBIANA DE OFICIALES DE LAS FF.MM. EN RETIRO

OFICINAS: Calle 70 No. 4·24 Teléfonos: 2488211 • 2556017 Apartado Aéreo No. 17149

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JOSE JAIME RODRIGUEZ R.

Director Editorial JAIME A. CUBILLOS C.

JUNTA DIRECTIVA Presidente BG. José Jaime Rodríguez R.

Primer Vicepresidente MG Alvaro MeJía Soto

Segundo Vicepresidente CA. Luis Carlos J aramillo Peña

Secretario ~neral CO. Evelio Ramírez Palacio

Revisor Fiscal CO. Guillermo Rodríguez Guzmán

VOCALES

BG. José Jaime Rodríguez R. MY. Hernando Urueña R. CO. Hiram A. Villegas Mejta BG. Jaime Valderrama Gil BG. Gabriel Pontón Laverde CA. Luis Carlos J aramillo Peña BG . Eduardo Pedraza Neira MG . Alvaro MeJia Soto CO. Alfonso Barragán Amaya

CONSEJO DE REDACCION

GR . Alberto Ruiz Novoa GR. Alfonso Mejía Valenzuela MG. Jaime Durán Pombo BG . Juan B. Córdoba Alvarez BG. Gabriel Puyana García BG. Hernando Castro Ortega BG. José Jaime Rodríguez R. CTN. Julio César Reyes Canal TC. Alberto Lozano Cleves SRA. Gladys Behaine de Cendales

Las ideas y tesis expuestas por los auto­res de los artículos publicados son de la exclusiva responsabilidad de éstos y no reflejan necesariamente el criterio de la

Asociación

Impreso:

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CONTENIDO

Notas Editoriales Nuevas alternativas e incertidumbres nacionales

Brigadier General (r) José Jaime Rodríguez R ... .. . . .. 3

Trigésimo aniversario de ACORE No fue vano el empeño de los gestores de ACORE

Brigadier General (r) José Jaime Rodríguez R ... . . . . . . 9

Evocación de un día inolvidable Mayor General (r) Jaime Durán Pombo . . .... · . . . . .. 12

Es necesario apoyar a los guardianes de nuestra democracia

Dr. Julio César Sánchez García ... . ....... . ...... 15

A los socios de ACORE ya fallecidos ~1ayor ( r) Ernesto Dueñas Ce pero .. . . ..... ..... . . 18

La carta del Libertador a su prima Fanny .... .. .. ... . . 19

Un justo reconocimiento Teniente Coronel (r) Rafael E. Rozo S . ... . ..... ... 21

Homenaje de lealtad, profesionalismo y solidaridad Brigadier General (r) José Jaime Rodríguez R ..... . . . 23

Una cita de hidalguía solidaria y aprecio personal General J esús Armando Arias Cabrales . . . ..... . . . .. 27

Por una nueva Constitución política para Colombia General (r) Alfonso Mejía Valenzuela ........ . . . .. 30

ACORE a través de sus treinta años de existencia Brigadier General (r) Jaime Valderrama Gil . . . .. .. .. . 35

El mayor problema nacional Coronel (r) Silvio Vallejo Rosero ...... . .. . ...... 52

Cuarenta años después Capitán de Navío (r) Julio César Reyes Canal .. . . .. . . 57

Nueva colección "Ediciones ACORE" Teniente Coronel (r) Alfonso Pinzón Forero .. ... . .. . 63

La ayuda exterior y la guerra al narcotráfico Coronel (r) Francisco Gómez Laverde . . . . . . . . . . . . . 67

No. 69 BOGOTA D.E. DICIEMBRE 1990

NUESTRA CARA TULA ACTA DE CONSTITUCION DE LA ASOCIACION

CO LOMBIANA DE OFICIALES DE LAS FF.MM. EN RETIRO

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NOTAS EDITORIALES

NUEVAS AL TERNA TIV AS E INCE RTIDUMBRES NACIONALES

La fuerza de las circunstancias que buscan incidir en el destino inmediato y fu­turo del País, nos impone referirnos a la situación interna que seguimos enfren­tando, a la par que a la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente y los recursos que hoy ~obiernan la justicia para los militares, a fin de comprender hasta qué punto hemos llegado en esta vorágine de violencia y contradicciones que venimos padeciendo desde hace tantos años y que parece no tener final.

Ante la dura realidad que se deriva del acoso de las bandas narcotraficantes y agrupaciones subversivas que continúan al margen de la Ley, pese a las reite­radas oportunidades de diálogo ofrecidas por el nuevo Gobierno para buscar su in­corporación a la vida ciudadana, el trimestre que termina arroja un balance difícil de aceptar por el crecido número de víctimas que siguen agregando su infortuna­da cuota de martirio al ya largo viacrucis de intimidación y terror que busca per­petuar el imperio del delito.

No ha sido suficiente, en tal sentido, la evidencia de la cuota de poder y el li­derazgo prematuro que otorgó la reciente firma de la paz e indulto concedido al movimiento guerrillero M-19, como proceso favorable a los grupos que accedan a deponer las armas y cesar todo acto de violencia, en función del bien común que a todos conviene propiciar por sus innegables beneficios.

Establecido así un nuevo orden político y social no resultó extraño por ello que el grupo subversivo EPL, las Autodefensas y los ganaderos de Córdoba firma­ran en septiembre la paz con la llamada "Alianza Democrática M-19", en tanto

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que las FARC y el ELN, recn~decían sus ataques contras las F.F.AA. asesinando sin razón, ni medida, Policz'as y Soldados, a la vez con repetidos actos terroristas contra instalaciones del Oleoducto Caño Limón Coveñas.

Accíortes simultáneas de secuestros, ahora de conocidos periodistas como FR,-lSGSCO SA.\'TOS CA.LDEROS, Jefe de Redacción del diario "EL 11EM­PO", DIANA TURBA Y Directora de la Revista "HOY POR HOY" y seis com­pañeros de labor que buscaban cubrir una chiva periodística con el ELN, la cual se vio frustrada por interferencia del cartel de Medellín, contribuyeron a crear una situació11 de extrema gravedad que ha suscitado la protesta general por sus alcances y posibles repercusiones en la conducción misma del Estado y sus rela­ciones con la prensa y la opinión pública nacional.

Buscando controlar desmanes bandoleros a lo largo del Guaviare, Boyacá, Ca­quetá, Antioquia, Meta y Cltocó el Presidente CA VIRIA propuso a los alzados en armas nuevo diálogo, a través de una Comisión de Sotables y posibilidad de Veeduría Internacional en favor de la Paz, con iguales resultados a los ya conoci­dos por dilatorios de su parte, matizados con secuestros de antiguos funcionarios de gobierno como fue el caso acontecido con la exalcaldesa de Cúcuta y con exi­gencias de no a la extradición y levantamiento del Estado de Srtio, como condi­ción básica para dialogar. . . Enfrentando, a la vez, la nueva estrategia militar impuesta con éxito, la subversión creó la Guerrilla Móvil a base de células com­batierttes de 6 hombres y las Milicias Bolivarianas, constitt4ídas por autodefensas guerrilleras ittfiltradas dentro de la población civil.

Anuncio posterior de indulto por Decreto, buscó ofrecer nuevos caminos de aproximació11 al proceso de J>a::, en tanto que las operaciones militares eran tor­pedeadas por la propia procuraduría, creando situaciones de conflicto en el Mag­dalena medio . .. Al propio tiempo se concretaba el viejo anhelo guerrillero de un frente unido, integrado por las FARC, el EL.V y la fracción disidertte del EPL que comanda FR.-ii\'ClSCO CARAB.riLLO, con miras a unificar formas de lucha, unidad de mando e íder1tidad ideológica, asumiendo su direcciór1 el exclé­rigo español MA"Vf../EL PERI::.Z al mes de muerto JACOBO ARE\'AS, lo cual se hizo 110tar con repetidas emboscadas a las tropas, asesinato del Hcalde de Pini­llos (Bolívar) y violencia creciente en la región de Tame, Fortul, Saravena, Arau­quita y Santander, . .. A la vez, los extraditables rechazaron la detenninación del Gobierno sobre rebaja de penas y juzgamiento en Colombia, declarándose nue­vo movimiertto político annado para exigir tratamiento semejante al dispensado al movimiento M-19, en actitud beligerante que contrasta con aquella de hace meses cuando aceptaron haber sido vencidos y ofrecieron someterse a las Leyes Colombianas, lo cual fue rechazado por el Presidente VJRGILIO BARCO VAR­GAS, creando con ello nuevos problemas al, de por sí, confuso drama de la pa­cificación del País.

Las consideraciones anteriores penniten conclu ír que no existe por parte de los subversivos una actitud de diálogo, hecho que han refrendado nuevamente con cruentos ataques aruestos militares y de policía y con acciones criminales, como fuerort aquellas de reciente asalto a los cuarteles del Ejército en Tarazá, donde murió luchando heróicamente el propio Comandante del Batallón Girardot Se-11or Teniente Coronel JAIME FAJARDO CJFUENTES y varios hombres a su

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mando . .. La incursión armada contra el puesto de Policía de Cáceres al norte de Antioquia y la brutal matanza de niños indefensos, a su regreso de un servicio cí­vico entre Algeciras y Neiva, con lo cual y una vez más demuestran los bandidos su saña demencial y la total ausencia de respeto a la vida que gobierna sus actos.

A tan compleja encrucijada se suma ahora un nuevo y serio interrogante de in­cierto alcance político con la inesperada decisión de la Honorable Corte Suprema de justicia al aprobar la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente con carácter soberano, que la libera de tomar en cuenta aquellos acuerdos pre­vios que habían sido firmados por los partidos políticos tradiciottales y el M-19 y de aceptar el temario previsto de Reformas, otorgándole con ello plenos po­deres para modificar la carta Constitucional o para dictar una nueva de alcance imprevisible.

En este sentido el porvenir del Estado Colombiano ha quedado sometido al arbitrio de los Constituyentes que se elijan el 9 de diciembre próximo, con el estigma que plantean los enemigos conocidos que sin duda accederán a esta po­sición, según listas inscritas en las cuales los movimientos de extrema izquier­da anticipan caudalosa votación, favorecidos por esa amnesia colectiva que parece haber olvidado tanto crimen horrendo cometido por quienes hasta hace poco formaban parte de la coordinadora guerrillera y 1toy detentan poder polí­tico pujante por gracia de esa democracia que buscaban derrocar.

Surge ante esto la peligrosa disyuntiva de una reforma Constihtcional mani­pulada por quienes ahora gozan de notoria preeminencia y hasta de respaldo armado, en caso necesario, por parte de los grupos subversivos que fueron sus aliados y ahora apoyan la Constituyente buscando, incluso, representación en ella con curiosos candidatos como el comandante MANUEL PEREZ, ni siquiera colombiano, en actitud que muestra el descaro bandolero.

Por otra parte y en cuanto a la justicia se refiere lo inesperado, por absurdo y descotlcertante, se hizo patente a principios de noviembre p.p., al conocerse el fallo proferido por la Procuraduría Delegada para las Fuerzas Militares, bajo presión del Procurador General de la Nación que acaba de renunciar, solicitando la destitución del Señor General jESUS ARMANDO ARIAS CABRALES por los cruentos sucesos del Palacio de justicia en noviembre de 1985, protagonizack>s por el movimiento subversivo M-19, ahora en trance de respetabilidad y con Ex­ministro estrella de su equipo de Gobierno, según el propio Presidente, cuyo per-fil político parece acaparar el descontento popular con inciertas perspectivas para el porvenir nacional.

Decisión insólita que Ita causado rechazo justo de la opinión pública en general y del propio Congreso de la República, al descalificar semejante atropello aprobando por abrumadora mayoría el ascenso a la más alta jerarquía castrense del Señor General ARIAS CABRALES y dándole su voto de respaldo, permite advertir serios conflictos Institucionales que pueden afectar, aún más, la com­pleja situación interna que nos sigue afectando.

Las Reservas de las Fuerzas Militares y de Policía, por su parte, se pronunciaron de inmediato contra el absurdo jurídico de exonerar de culpa a los autores del

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cruento atentado y condenar en cambio con rigor a los defensores legítimos e insustituíbles del Estado . .. Un comunicado público al respecto y un banquete de solidaridad ofrecido en el Salón Rojo del Hotel Tequendama en lwnor del Señor General .1RI.4S C.4BR.4LES, fijó la posición del personal retirado de las Fuerzas ,;nnadas en torno a este injusto fallo que señala, infortunadamente, la parcialidad e influencia política que están minando la moral de la justicia Colombiana.

Hecho censurable, desde todo punto de vista, éste que tan visiblemente señaló la lenidad de la justicia para los militares en Colombia, pone de presente el peligro a que quedan abocadas las Fuerzas Armadas ante el anuncio repetido de quienes buscan a todu costa su refonna y su presión del deber ciudadmw del Servicio .\lilitar, cou füzes políticos fáciles de colegir, y, que persiguen limitarlas en todo sentido para eliminar así el único bastión de defensa del sistema democrático de que aún disfrutamos, gracias a su indeclinable lealtad y sacrificio pennanente en aras de la Patria.

f>lauteado así el dilema de la dialéctica político frente al a.x:ioma de la fideli­dad .\Iilitar, ello confirma la falta de unidad de :'os propios poderes del Estado fMra comprometerse en una acción conjunta que busque rescatar el orden y la seguridad intema, como exigencia prioritaria para imponer de nuevo el principio de autoridad perdido paulatinammte por debilidad de aquel Gobierno que hace pocos arios todo lo entregó a la subl'ersión, a cambio de nada de su paree.

Otros aspectos, que buscaremos comentar después con rnás espacio, dejan tras­lucir igualme11te 1111 marcado sentimiento antimilitarista que no cotwiene alimen­tar por el bieu ele Colombia, dado el confuso panorama que llet•a a presumir que se aveciHan días aciagos de persistir con la misma actitud en su contra.

t'/¡ comunicado que resultó profético anotamos en marzo de 1984 lo que ahora repetimos co11 mayor et•idencia, dadas las condiciones que siguefl imperando y u os llel'all a se1lalar de llltet'O, lo siguiente:

",\os sentimos obligados a hacer rm llamado a los Colombianos para que tomen concie11cia sobre el porvenir que se avecina en tm fú tu ro próximo de continuar por el camino c¡11e l'enimos trcmsitando. El tratar de debilitar y desmoralizar a las Fuerzas Armadas, ta11to por los injustos ataques a sus integrantes como buscando impedir sus accio11es contra la subt•ersión; el aumento de la criminalidad común y su presunta aliat~za con los euemigos de las h1stituciones; la impunidad de los delitos políticos y comunes; las difíciles condiciOfiCS de una economía en crisis; el no utilizar la suficiente y necesaria capacidad del Estado para garantizar las más elementales condiciones de seguridad ciudadana; el fortalecimiento de las guerri­llas por los estímulos que reciben, son todos factores que hacen presumir el ad­t•enimiento de una situación de extrema gravedad política contra el sistema demo­crático y constitucional de Colombia. So creemos exagerado expresar que-se están forjando las condiciones de una subt•ersión getleralizada como las qtie se adelantan c11 otros Países Latinoamericmws y cuyas graves cot1secuencias no es difícil ima­,c¿inar. Al mencionar esta ominosa posibilidad, la dirigimos especialmente hacia las personas que por su importmzcia social, política y económica están en condiciones de prevenir tal circunstancia, antes de que sea demasiado tarde. Lo hacemos tam­bién. tratando de romper la trágica indiferencia e insolidaridad que se abate sobre

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la Sociedad Colombiana y sus integrantes, que sólo parecen conmoverse cuando son afectados personalmente. Para empeorar las cosas, se ha caído en el falso y fácil expediente de querer explicar y justificar los actos antisociales y subversivos por la difícil situación económica que atraviesan miles de Colombianos, cuando la verdad es que corresponde a los personeros del Estado afrontar y mejorar esta condición pero sin permitir la legitimación de los delitos con este pretexto".

Ojalá que las expectativas de cambio fonnuladas por el nuevo Gobierno y sobre las cuales viene trabajando con decidido empet"'io, no se vean afectadas por el des­borde de quienes buscan el poder por las annas, a instancias de doctrinas políti­cas foráneas que han sido revaluadas ett el mundo, por su fracaso como solución social .

. . . Ojalá, asímismo, que nuestro pueblo sepa elegir sus voceros más autoriza­dos para la magna Asamblea Constituyente, de cuya gestión dependeráu los cam­bios esperados o que se lance al País a un vórtice anárquico de consecuencias ca­tastróficas para los Colombianos.

Ln esta llttel'a oportunidad reuot•amos, por ello, nuestra fe e11 el fu tu ro de la Pa­tria, ofreciemio al Cobienzo y a las I·uerzas Annadas t1Uestra dispo11ibilidad de ser­vicio, desiuteresado y leal, a fin de coadyut•ar a su mayor grm1de:::a.

]OSE JAIME RODRICUEZ R. Brigadier General f r)

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25 DE NOVIEMBRE DE 1990

TRIGESIMO ANIVERSARIO DE

ACORE

En el pasado mes de noviembre se celebraron los primeros trein­ta años de la fundación de la Asociación. Con tal motivo se reali­zaron diversas actividades entre ellas una exposición artística, pre­senta,ción del primer volumen de "Ediciones Acore", sesión solem­ne y cena de gala en el Qub Militar de Oficiales, misa de acción de gracias, almuerzo de compañeros y foro sobre la Asociación.

El acto central llevado a cabo en el Salón Dorado del Qub ~fili­tar de Oficiales, el pasado día 24 de noviembre, fue realzado con la presencia de los ministros de Gobierno y Defensa, altos mandos militares, invitados especiales y un numeroso grupo de socios acompañados de sus señoras.

En el curso de la ceremonia fueron condecorados con la Me­dalla "General Rafael Reyes" los oficiales del curso Atanasio Gi­rardot en sus Bodas de Oro Profesionales. Además, llevaron la palabra en su orden el Señor Presidente de Acore Brigadier Ge­neral (r) José Jaime Rodríguez R, el Señor Mayor General (r) Jaime Durán Pombo en nombre de los oficiales condecorados y el Dr. Julio César Sánchez, en representación del Gobierno Nacional. Los textos de estas interesantes disertaciones se pu­blican a continuación.

Así mismo, se publica la intervención del Sr. Mayor (r) Er­nesto Dueñas Cepero en la misa de acción de gracias oficiada en el Qub Casamata el día domingo 25 de noviembre.

NO FUE VANO EL EMPEÑO DE LOS GESTORES DE ACORE

Brigadier General (r) JOSE JAIME RODRIGUEZ

Con fruición agradecida registra- General Ministro de Defensa Nacio­mos la presencia del Señor Minis- nal y otros dignatarios del Despa­tro de Gobierno, como delegado cho Ejecutivo ... Altos Mandos Mi­del Primer Magistrado de la Na- litares y de Policía. . . Agregados ción por su ausencia de la Capital Militares de Países amigos ... Presi­debida a compromisos oficiales pre- dentes y Comitivas de nuestras Sec­viamente adquiridos en la ciudad de cionales del País. . . Invitados Es­Cartagena . .. También la del Señor peciales ... Socios ... Familiares y

amigos, que hoy vuelven a brindar­nos el favor de su honrosa compa­ñía a fin de compartir con nosotros esta celebración que busca exaltar los primeros 30 años de vida de nuestra Asociación.

Feliz circunstancia la que hoy nos reúne para rememorar capítu­los vividos a lo largo de estos últimos 6 lustros, permite advertir que no fue vano el empeño forjado por aquellos 36 gestores de esta empresa de solidaridad humana y profesional, que nos viene congregando desde 1960.

En igual forma, confirma la vigencia de principios que trascien­den el compromiso militar, más allá de las duras exigencias del ser­vicio activo, como signo de una consagración voluntaria y exclusi­va a la Patria, dentro de un idea­rio que sigue intacto en nuestra conciencia de Soldados con fuerza de mandato ineludible.

Nos honra, por ello, expresar que en esta solemne ceremonia bus­camos rendir justa alabanza y tri­buto de sincera gratitud a nuestros fundadores, evocando la memoria de quienes han transpuesto ya los límites estrechos de esta vida de la cual somos todos fugaces peregri­nos e, igualmente, registrando albo­rozados la presencia fraternal de quienes siguen compartiendo a nuestro lado, su propio empeño de aunar un gremio de especiales atributos y calidades humanas, no valorado justamente todavía por muchos de nuestros compatriotas.

Particular mención hacemos al respecto del Señor Capitán JOR­GE BUENO BARRIOS, a quien se debe la loable iniciativa de esta fundación, como pionero de la idea que cristalizó después de varios años de haberla sometido a consi­deración de Jefes y Compañeros en Retiro y luego de intentos suce-

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-sivos que no prosperaron como se esperaba y que, lejos de desanimar­lo, fueron acicate para persistir en su propósito hasta lograr esa confir­mación trascendental del 25 de No­viembre de 1960, que estamos hoy conmemorando.

Testimonio de honda proyec­ción sentimental, éste que nos liga a esa obra, hemos buscado concre­tarlo recogiendo sus nombres so­bre severa placa consagratoria que ocupará sitial de preferencia en nuestra Sede principal de Bogotá, para que desde allí sea reto inspi­rador de nuestra causa en los años por venir, y para que nuevas gene­raciones de militares en retiro sigan la huella de sus antecesores con igual devoción y culto por Co­lombia, a fm de honrar debida­mente el juramento que otorga el honor de ser custodios de la he­redad por perpetuar intacta. La de­velación de la misma en este acto y por parte de quien preside esta ceremonia, en su calidad de repre­sentante del Jefe Constitucional de nuestras FF.MM., será para este efecto muestra cabal de la ad­miración y pleitesía que busca­rnos rendirles en esta ocasión de especial significado institucional.

Nos honra, igualmente, destacar en este acto nuestra sincera admi­ración y cercanía espiritual con cada uno de los Señores Oficiales integrantes del Curso ATANASIO GIRARDOT, que en este año cumplen sus Bodas de Oro Profe­sionales, enalteciendo su consagra­ción a Colombia y devoción patrió­tica a servirla desde posiciones des­tacadas de Gobierno y Militares, como fueron el Ministerio de De­fensa, Comando General de las FF.MM. y Comandos de las distin­tas Fuerzas, Comandos de Unida­des Operativas y Tácticas y Estados Mayores de formaciones Comba­tientes y de los Servicios, en cuyo desempeño dejaron huella firme por su dedicación total a ese sagrado ministerio que ha hecho de la "Mi­licia una religión de hombres hon­rados".

Gallarda figura del joven oficial patriota, abanderado y héroe mártir del Bárbula, destaca las virtudes del brillante estudiante del Rosario, del devoto de la causa libertadora des­de el propio 20 de Julio de 1810 y del intrépido combatiente de fogosa juventud, copiada de ancestros revolucionarios franceses, que hizo patente su valor en la Campaña del Sur que culminó con la batalla del bajo Palacé, ... En la Guerra civil, luego, sirviendo la causa federal y más tarde, aunque fugazmente por la brevedad de su destino, en la Campaña Admirable que remató con la liberación de Venezuela, donde ofrendó su vida, exalta con su nombre a la promoción que hoy corona 50 años de egresada con su primera estrella de Oficia­les del Ejército, cuyo servicio años después y para orgullo bien fundado de sus integrantes, cubrió los vastos campos del cielo y la tierra soberanos de la Patria.

En tal sentido cobra valor excep­cional la coincidencia de haber co­rrespondido al Señor General ABRAHAM V ARON VALENCIA, cuando fungía como Comandante General de las Fuerzas Militares en Abril 29 de 1971, aprobar la publicación de la biografía del epó­nimo patrono de su curso, escrita por ENRIQUE URIBE WHITE, en nota donde señala lo siguiente: . . . "Obras corno ésta, de elevado sentido nacional y escrita con la erudición de uno de los más nota­bles hombres de letras del País, siempre serán acogidas con espe­cial deferencia por quienes orgullo­sarnente somos legatarios y celosos guardianes de las glorias Patrias".

Para esta brillante promoción "ATANASIO GIRARDOT", en sus Socios de "ACORE" y en home­naje de sincera admiración nuestra máxima presea, constituída por la "Medalla Rafael Reyes", será pren­da de honor que buscará reconocer de nuevo sus servicios al País y a las Instituciones Militares, que todos ellos supieron honrar a través de una devoción que hizo cierta la un­ción de verdadero sacerdocio que

confrrrnó su entrega plena a sus de­beres.

Testimonio de reconocimiento especial, rendirnos también, a aque­llos servidores ejemplares que durante este último ejercicio, se han hecho dignos de nuestro aplauso y menciones de honor por su ges-tión en favor de nuestros objeti­vos, planes y programas de trabajo. Nuestros estímulos y distinciones, debidamente reglamentados y que han sido y serán siempre una justa exaltación, buscan compensar tales apoyos con la riqueza inmaterial del símbolo que aspira a premiar cuanto resulta imposible de retri­buciones materiales.

Respetuoso homenaje, por últi-. mo, a la memoria de todos nuestros Socios desaparecidos durante estos 30 años, elevando al Dios de los Ejércitos nuestra Plegaria por su descanso eterno. . . Doloroso recuerdo, en esta hora, suscitan quienes recientemente nos priva­ron para siempre de su constante compañía en estas efemérides, corno fue el caso de los Señores Brigadieres Generales: LUIS ER­NESTO ORDOÑEZ CASTILLO y RAFAEL NA V AS PARDO, Expre­sidentes de Colombia, cuya ausen­cia definitiva de nosotros, a todos nos conmueve por su alcance ine­xorable.

Con lo hasta aquí expresado cumplirnos sagrados compromi­sos y deberes morales, propios de la celebración que nos con­grega,. . . Creernos, sin embargo, que sería incompleta esta refe­rencia si dejáramos de consignar también nuestra patriótica preo­cupación por cuanto atañe al por­venir de la República, porque a ella ofrendamos desde adoles­centes nuestras vidas con vo­to de consagración y entrega que sólo habrá de terminar al toque de silencio de aquella postrera cere­monia militar que sellará nuestro tránsito terreno y (lcceso a los ar­canos de la eternidad.

Sobre el particular miramos con angustia inocultable hechos

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repetidos que siguen colocando a nuestra sociedad al arbitrio de los violentos de toda condición, sin que los poderes del Estado logren el beneficio de la paz que viene proponiendo sin resultados definitivos, pues cada vez parecen desoírse más las reiteradas propuestas del Gobierno en tal sentido, ante los embates y exigencias de una subversión cre­ciente que ha hecho del delito un proyecto de vida y una constante de peligrosa referencia.

De años para acá hemos venido anotando serios temores deriva­dos de los acontecimientos que vie­nen afectando la normalidad de la vida nacional en una proporción ·reciente por causa de una acción r~volucionaria que pretende la toma del poder, según lo proclaman sm r~ato los conocidos enemigos dd Gobierno y de las Fuerzas Armadas como bastiones del sistema Demo­crático de que aún disfrutamos y en cuya defensa la vida de miles de sus hombres es testimonio fiel de su heróico sacrificio.

Conscientes, además, de que la guerra declarada en agosto del año anterior contra las mafias narcote­rroristas. a raíz del vil asesinato del caudillo y aspirante a la Presidencia de la República Doctor LUIS CAR­LOS GALAt\ SARMIE ~To. ha facilitado a la subversión armada un respiro favorable a su reorganiza­ción, entrenamiento, unificación de prospectos de lucha, rcclutamil.!nto de guerrilleros rasos de aquellos gru­pos desmovilizados sin posibilidad d~ readaptación a la vida civil y uni­dad de mando para acciones conjuntas. anticipamos que se aveci­na una situación que exigira drci­siones de fondo que rescaten el principio de autoridad . ho} tan a menos por omisión de algunos de sus propios personeros.

Sm que ese panorama general haya cambiado, pues antes bien se viene agudizando cada día, la socie­dad entera exige superar la situa­ción de peligro e incertidumbre ge­nerada por la constan te intimida­ción de los violentos. que a base de

Sr. Ministro de Defensa Nacional, Presidente de ACORE y Comandante General de las Fuerzas Militares

chantajl'. ex torsión v aml'naLas cumplidas dc sccue:-.tro.s. imposicio­nes ilegales y sentencias de muerte. cometidas diariaml.!nk. han estable­cido un régimen di.! inseguridad y de terror que no puede seguirse tole­rando por sus nefastas consecuen­cias.

Se agrega a ello hoy el interro­gante de la Asamblea ~acional Constituyente. votada por d pue-

blo cn mavo últ1mo . . . Convoca­da por d (;obJerno actual \.11 agos­to y ratificada, con caráctl!r dc ~o­b~rana. por la Honorable Corte Supn.•ma d~ Justicia en octubre pasado lo cual representa. sin duda alguna, el mayor compromiso ck cambio Institucional y, a la vez. el riesgo más peligroso para d futu­ro de Colombia. visto que de sus resultados dependerá que se d\.s· peje el porvenir por caminos de au-

Mesa de honor en la cena de gala

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toridad y de justicia, o que demos un paso que precipite al País al vórtice de una anarquía de conse­cuencias imprevisibles. pese a la nobk inspiración que viene pro­ponkndo que "la Constituyente es d camino". Ojalá en este sentido se cumpla la aspiración formulada por d Sci'lor Presidente de la Repúbli­ca al presentar la obra del 1-xpresi­dente ALBERTO LLERAS CA­MARCO, falkcido en enero últi­mo, a fin de que "los Colombianos voten por las m en tes más lúcidas, por los Colombianos honestos y por una Colombia pacífica".

A cstc respecto· convit!ne dcsta­car la wiciativa reciente del Gobkr­no. con su propuesta de orientar 1:1 próxima Asamblea Conslituycnte. a tra\I.~S dc una scric de rdlcxiones que sin scr un proyecto finalizado .. ·stamos s~.·guros senira para ddi­mitar temas de consideración que buscan ddender pnncipios l!n contra de las indudables posicio­nes dc extrema que seguramente buscarán un cambio radical. a costa del propio futuro nacional.

Buscando nuevos horllOn tes se votó por ello contra esc estado de cosas con miras a lograr mejores grados de relación política. econó­mica y social. a través de un orde­namiento más acorde con las reali­dades que vivimos y con las pers­pectivas del próximo milenio, a fin de q tle nuestro País supere tales exigencias para ganar el puesto que merece.

Ll rckvo anhelado que supuso haber dejado en manos de un jo­ven político la conducción d..- los destinos nacion1les. d próximo cua­trcnio. habla con claridad dd triun­fo dc esa esperanza sobre las dolo­rosas I!Xpericncias que vcmmos vi­viendo .. : Ojalá ello conduzca a reorientar los destinos nacionales, mediante la colaboración y apoyo de aquellos buenos ciudadanos que amen verdaderamcnt~ a Colom­bia y cstl!n dispuestos a st!nirla. sin mira diferente a su grandeza.

Sabemos. de ankmano. que las tareas por cumplir demandarán

muchos esfuerzos y desvelos. a fin de volver a encauzar por los cami­nos de la Ley y el orden a una l':ación que acusa serios problemas que pueden desquiciar al propio Estado y se pueden remediar a ba­se de patrióticos empeños que ase­guren la prevalencia del Derecho so­bre la Ley de la selva que pregonan los violentos.

Sabemos, además. que el Gobier­no está confiado en buenas manos y que de su habilidad y tino depen­derá el porvenir de la República. En ello estaremos siempre al lado del primer maghtrado de la Nación, para prestarle nuestro concurso cuando s~a m~neskr

Seiialamos. por lo mismo. que al precio que resulte nl'Cesario. estarc-

13 DE DICIEMBRE DE 1940

mos siempre dispuestos a dar el aporte que se exija tal como lo hi­cieron ayer nuestros mayores y ha­brán de hacerlo mañana nuestros hijos, siguiendo nuestro ejemplo.

Debe saber por ello, nuestro Pri­mer Mandatario que en las Fuerzas Militares y en sus Reservas. que aquí representamos. hallará siem­pre lealtad a toda prueba y dispo­sición permanente de servicio, a fin de asegurar la vigencia de las Ins­tituciones Legítimas, la salud de la Patria y el porvenir del pueblo Colombiano.

Así lo ha sido en el pasado y habrá de serlo en el futuro. para honra de las Instituciones Milita­res y mayor gloria de Colombia.

EVOCACION DE UN OlA INOLVIDABLE

~1ayor General (r} JAIME DURAN POMBO

Inmerecida distinción de mis compañeros d~ promoción de la Escuela Militar de Cadct~s, me ha honrado al designarme su voc~ro en esta solemnísima Ceremonia qu~ realzan con su presencia el Señor Doctor Julio César Sánchez. Minis­tro de Gobierno quien representa en este Acto al Set'lor Presidente de la Rl·pública ausente por te­ner que atender fut!ra de Bogotá asuntos urgentes de orden diplo­mático y los Sellorcs Generales Mi­nistros de Defensa Nacional y Co­mandante General de las Fuerzas Militares y Jefe del Estado Mayor Conjunto. Comandantes del Ejér­cito. la Armada y la Fuerza Aérea. los Altos Mando~ Militares y sus dignísimas esposas

Sea lo primcro agradecer al Con­sejo de la Orden ''Medalla Gene-

ral Rafael Reycs". d~ la Asocia­ción Colombiana de Oficiales Reti­rados (ACORE) la condecoración que ha otorgado a cada uno de nosotros: con ella nos honra y dis­tingue. Es l!ste un honor que los "viejos soldados" justipreciamos en todo su significado. Los Sei'tores Ministro de Gobierno y Defensa 'lacional ornan nuestro pecho de veteranos y lo hacen con la cfigh! de Rafael R~yes, uno de los más egregios mandatarios de Colom­bia. Autor de la "Reforma Mili­tar de 1907" lo cual significó el haber apartado a la fuerza Pú­blica de las con tienda!> políticas internas y haber establecido las Es­cuelas para la formación tl!cnica y cultural del Ejército y la Armada. Las fuerzas Militares son de la na­ción y desde esa alborada de 1907 el Ejérctto y la Armada y años des-

12ACOR~- ---------------------------------------------------------------.

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pués la Fuerza Aérea que iniciaba su aparición adquirieron en todo su significado el calificativo de Fuer­zas Militares Nacionales. La idea de la no deliberación política de la Fuerza Pública había estado en la mente de los forjadores de nues­tra nacionalidad desde cuando don Antonio Nariño tradujo los "De­rechos del Hombre y del Ciuda­dano".

Un Suboficial Jefe de la Arma­da recordaba algo que uno de no­sotros expresó cuando nos hallába­mos en Servicio Activo ante un grupo de periodistas que asistía a un cursillo de "corresponsales de guerra" que se adelantaba en el Comando del Ejército y solici­taban una explicación sobre ¿cuál era la filosofía castrense colo m bia­na? Se le respondió: A los ciuda­danos que tienen el honor de llevar las armas de la República, les están restringidas algunas de las liberta­des que la Constitución y las le­yes otorgan a sus conciudadanos desarmados. El militar colombiano respeta la voluntad popular; no la impone. Hace cumplir las leyes; no las dicta. Respalda a los gobiernos legítimos; no los elige. Restablece el orden que no ha perturbado, mantiene la tranquilidad pública por cuanto no hay mandato que autorice la tiranía sistemática de quienes atentan contra el derecho público o privado. La vida demo­crática de la nación se desarrolla con su invaluable e indispensable concurso. La Ley establece el Fue­ro Militar y por lo tanto la Justicia Penal Militar que conoce dentro de un proceso más drástico y seve­ro las infracciones penales que pue­de cometer un soldado. Como con­secuencia de esa conducta militar quienes han deseado establecer sis­temas de gobiernos contrarios a la Democracia representativa republi­cana han encontrado un obstácu­lo insuperable en las Fuerzas Ar­madas de Colombia. Ellos, quienes se apartan del lema que reza nues­tro escudo: "Libertad y Orden", han utilizado todos los medios para destruír la moral del soldado. Nues­tra historia reciente, la de estos días, precisamente registra la inter-

Algunos de los Señores Oficiales condecorados con la Medalla "General Rafael Reyes" de ACORE

vención de funcionarios muy emi­nentes del Poder Público con esos aviesos propósitos. La influencia de teorías foráneas contrarias a nuestra formación cultural y política aconsejan esas prácticas que encajan admirablemente den­tro de la Guerra Revolucionaria y la guerra psicológica. Se ha des­conocido el Fuero Militar y el Ar­tículo 170 de la Constitución Na­cional. Hasta el presente esos par­tidarios de regímenes dictatoria­les no han logrado sus propósitos y las Instituciones Republicanas y Democráticas que han regido nuestros destinos de Nación In­dependiente, se mantienen y for­talecen. En esos logros hay mu­cho de nuestros esfuerzos reali­zados en los días del Servicio "bajo Banderas".

Esto debe decirse y repetirse, y lo expresamos en esta Ceremo­nia por cuanto hoy estamos con­memorando el Trigésimo Aniver­sario de la creación de la ASO­CIACION COLOMBIANA DE OFI­CIALES DE LAS FUERZAS MI­LITARES EN RETIRO, el Conse­jo de la "Orden General Rafael Reyes" ha considerado esta cele-

bración prop1c1a para conceder dicha condecoración a quienes den­tro de muy pocos días cumplire­mos cincuenta años -esto es me­dio siglo de haber egresado de la Escuela Militar de Cadetes, el "Alma Mater" del Ejército Na­cional. Son cincuenta años de la Historia de Colombia que los "Vie­jos Soldados" que hoy recibi­mos la "Medalla Rafael Reyes" hemos vivido con toda intensidad. Hace 83 años se inició la Reforma Militar de Reyes y alguno de noso­tros prestamos algo más de treinta y cinco años de servicio en el Ejér­cito Nacional. Hemos aportado nuestro esfuerzo por mantener las Instituciones Patrias. Ese ha si­do nuestro deber y sigue siéndolo de quienes nos han sucedido en el mando.

Sí. Hay gue decirlo sin circunlo­quios, es muy grande la emoción que experimentamos los viejos sol­dados cuando evocamos los años pretéritos de nuestra Carrera Mi­litar. Ese pasado está íntimamente ligado a lo que al presente signifi­ca, ha sido y seguirá siendo la Ins­titución Castrense Colombiana. Allí además de las virtudes pro-

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Aspecto parcial de la cena de gala en el Club Militar de Oficiales

pias del soldado se establecen tam­bién lazos tan estrechos entre J e­fes, Compañeros y subalternos co­mo los que se forman en los hogares estables; y, como sucede en las fa­milias surgen incomprensiones, malos entendidos, recriminacio­nes. . . más al final se reestablece la armonía por cuanto priman la existencia de un origen común: La Escuela de Cadetes y que nues­tros Jefes Superiores nos enseñaron con su ejemplo principios basados en las normas del honor, la virtud y la ética. Esa es la formación que recibimos de nuestros jefes y esa es la que procuramos trans­mitir a nuestros subalternos. En algo más de medio siglo, si conta­mos los cuatro años que perma­necimos en la Escuela de Cade­tes, es nuestra propia existencia unida a las vicisitudes y logros de Colombia, esa tierra entrañable, cuna de nuestros antepasados, Pa­tria nuestra y de nuestros hijos. Recordemos. Nuestro Profesor de Filosofía nos explicó el concep­to de Patria que él había extraído de las lecciones de don José Orte­ga y Gasset. Decía: "Patria no es el pasado y el presente, no es nada que una mano providencial nos alargue para que gocemos de

ello; es, por contrario, algo que todavía existe, más aún, que no podría existir como no pugnemos enérgicamente para realizarla no­sotros mismos. Patria en ese senti­do es precisamente el conjunto de virtudes que faltó y falta a nuestra patria histórica, lo que no hemos sido y tenemos que ser sopena de sentirnos borrados del mapa" y lue­go concluía: "La IJ!ejora de la Pa­tria, la perfección de la Patria, es la Patria de nuestros hijos, y por lo tanto la verdadera muestra si somos padres, no sólo en cuanto a la carne, sino en cuanto al es­píritu y al deber" (1).

Hemos citado a uno de nues­tros profesores y al hacerlo que­remos en esa evocación incluír­los a todos ellos. Inolvidable su ejemplo y sus lecciones. Carlos Pinzón Azuero, Octavio Mutis Harker y Germán Ocampo; ellos fueron los directores de la Escue­la. ¿Quiénes somos nosotros? Re­cordemos que el Decreto No. 2207 del 13 de diciembre de 1940, que signara el doctor Eduardo San­tos como Presidente de la Repú­blica y el doctor José Joaquín Castro Martínez como Ministro de Guerra, ordenaba el ascenso "al gra-

do de SUBTENIENTES EFECTI­VOS del Ejército a los siguientes Alféreces" e insertaba una lista nominal de los setenta y tres nuevos oficiales que ese día lucía­mos sobre las presillas de los uni­formes que estábamos estrenando, la rutilante estrella, distintivo del primer grado en el Escalafón de Oficiales del Ejército.

Hacía cuatro años, en 1936, se había iniciado el distinguir la promoción de Subtenientes con el nombre de uno de los grandes Héroes de la Patria. Hoy, esa nor­ma ya se ha constituído en cos­tumbre. Nuestro curso fue el quin­to que adoptó esa modalidad. El Curso nuestro, el de 1940 se denominó Atanasio Girardot Se rendía así un tributo de admira­ción al Héroe Inmortal del Bárbu­la y se tomaba su ejemplo co­mo el prototipo de las virtudes que exige la profesión militar. Esa moral nos había sido inculca­da en la Escuela de Cadetes, con ella egresábamos los setenta y tres jóvenes citados en el Decreto de promoción. A este número de­bemos agregar el de ocho compa­ñeros que desde cuando fueron ascendidos a Alféreces en 1939 habían solicitado su traslado a la Fuerza Aérea Colombiana y en Cali adelantaban los cursos de pi­lotaje. Ascendidos más tarde a Sub­tenientes conformamos un total de 81 Oficiales pertenecientes al Curso Girardot. Un número igual, esto es ocho subtenientes solicitaron lue­.go su traslado del Ejército a la Fuer­za Aérea. 16 de los nuestros perte­necen a esa importantísima Rama de las Fuerzas Militares que alcan­zaban en esos días de la Segunda Guerra Mundial su más asombro­so desarrollo.

De ese Grupo de 81 Subte­nientes, 65 del Ejército y 16 de la Fuerza Aérea, hoy hemos concu­rrido 39 a esta Ceremonia. Aho­ra en estos momentos están pre­sentes en nuestro recuerdo y en nuestro corazón 29 compañeros que nos han precedido en la ine­luctable partida de esta vida mor-

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tal. Nos acompañan en estos actos sus viudas y sus descendien­tes. Además por diversas causas, primordialmente por no residir en el país, están ausentes 13 de nuestros compañeros. Su recuer­do está con nosotros y sabemos que ellos están de corazón con sus condiscípulos del Curso Gi­rardot. Con singular regocijo anota­mos también que nos acompaña el Señor Almirante Jaime Parra Ramírez y el General de la Fuerza Aérea Armando Urrego Bernal quienes por esa misma época, esto es 1940 egresaron de la Escuela Naval en Cartagena y de la Escuela de la Fuerza Aérea en Cali. Estos compañeros han con­currido con el Curso Girardot a la Escuela Superior de Guerra en donde adelantaron el Curso de Estado Mayor y años después el de Altos Estudios Militares, requisito legal para obtener el ascenso a Bri­gadier General o Almirante. Estos dos Oficiales, comandantes de su respectiva Fuerza, son integran­tes del Curso Girardot. Así lo hemos querido nosotros y así lo han aceptado ellos.

Al presentar nuestros agradeci­mientos queremos dejar expresa constancia que lo hacemos en nuestro nombre y en el de nues­tras esposas. Sí, han sido ellas nuestras compañeras inseparables, han compartido las penalidades. Las penurias, aflicciones como también los goces y satisfacciones del servicio. Sí. No nos cansare­mos de volver a decir como el poeta y repetirlo con sincero afecto:

"Oh, cómo se suaviza el penoso trajín en las faenas cuando hay amor en casa todo lo pudo la mujer cristiana logrando todo la mujer discreta.

Esta evocación comprende tam­bién a las esposas de nuestros Compañeros muertos. Ellas han sufrido el dolor de su partida. Les tocó sin ellos completar la educa­ción de los hijos, seguir la lucha por la vida. Ellas han venido hoy a esta reunión, es un acto del ser-

vicio no exento de evocaciones do­lorosas. Ellas lo mismo que nues­tras esposas hacen parte del Curso Atanasio Girardot.

Para terminar han querido mis compañeros del Curso Girardot que inserte hoy la evocación for­mulada hace 1 O años cuando los invité a que tomáramos la mano de nuestra noble compañera para así decirles a nuestros hijos:

Toma hijo mío, esta bandera. Ponla sobre tu corazón como si fuera la canción nacional de la primavera o la palabra de amor.

Alza, hijo mío, esta bandera apoyada en tu corazón hasta que toque las estrellas de Bolívar.

Hazla flotar pura y entera cual la palabra honor.

Así piensan y sienten los viejos Soldados, al evocar ese día inolvi­dable de nuestra graduación de subtenientes y recibir alborozados la Medalla "Rafael Reyes".

( 1) Ortega y Gasset, José - Obras completas. Tomo l. La Pedagogía Social como Programa Político. Pá­gina 503. Revista de Occidente. Ma­drid 1963. Conferencia leída en el sitio Bilbao el 12 de marzo de 191 C.

ES NECESARIO APOYAR A LOS

GUARDIANES DE NUESTRA DEMOCRACIA

Dr. JULIO CESAR SANCHEZ GARCIA Ministro de Gobierno

Es para mí singularmente gra­to, como Ministro de Gobierno, asistir a la Asociación Colombiana de Oficiales de las Fuerzas Mili­tares en Retiro, para asociarme al Trigésimo Aniversario de su fundación y expresar mi recono­cimiento a la importante labor que cumplen las Fuerzas Militares en el fortalecimiento de nuestras instituciones, especialmente en esta época en que la paz de la Nación se ha visto amenazada por quienes se resisten a la transformación y al cambio por las vías democrá­ticas.

Hoy rendimos un merecido homenaje a los Militares en Re­tiro. Cuán grato es regresar a la vida civil luego de haber presta­do tan importantes servicios en la defensa de la patria y de las instituciones. Desde luego, su vocación de serv1c1o continúa y no podía ser de otra manera pues los Militares en Retiro constituyen también una reserva moral y cívi-

ca para la República. De ahí por qué, celebramos ya treinta años de una Asociación de Oficiales en Retiro que se ha distinguido como un centro de reflexión y de análi­sis que contribuye con valiosos aportes al estudio de los gran­des problemas que pesan sobre el País.

Nuestra Nación transita hacia un cambio sin precedentes en la his­toria de este siglo y en el contexto Latinoamericano. El Gobierno Na­cional, interpretando el mandato popular expresado el 27 de mayo y el 11 de marzo impulsó un pro­ceso de transformación institucio­nal que se distingue por la instau­ración de una democracia más par­ticlpativa. La Asamblea Nacional Constituyente corresponde a la tra­dición Democrática que el mundo entero reconoce al pueblo colom­biano. l::.s el resultado de los anhe­los de cambio institucional y el fo­ro en el cual todas las fuerzas socia­les, políticas y regionales de la

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El Sr. Ministro de Gobierno, Dr. Julio César Sánchez y el Presidente de ACORE BG. José Jaime Rodrlguez, ante la placa

que consagra a los fundadores de ACORE

Nación, tendrán igualdad de opor­tunidades para expresar y debatir sus ideas.

Aquellos grupos que persisten en el uso de la violencia para impo­ner sus ideas, pierden toda legiti­midad ante los colombianos y an­te la opinión del mundo entero, pues carece de todo fundamento el ejercer la fuerza por la fuerza. cuan­do por decisión de la mayoría de los colombianos se abre una opor­tunidad única para fortalecer nues­tras instituciones. En el modelo político que se abre paso para la nueva Colombia, todos sus habi­tantes encuentran instrumentos efi­caces para participar en la vida po­lítica, económica y social de la Nación, sin que subsista argumento alguno para sustituir el debate de las ideas por la intimidación y el fuego cruzado de la violencia.

Los Colombianos demostrare­mos con satisfacción ante la comu­nidad de las naciones la gran em­presa de realizar un cambio pací­fico dentro de la democracia. Ello será posible porque la estabili­dad institucional conservada en este siglo ha sido en buena parte fruto del profesionalismo y del

esfuerzo de nuestras Fuerzas Arma­das. Toda la Nación ha de rodear sin vacilaciones a su ejército y a su policía. porque son ellos los únicos depositarios de la fuerza legítima necesaria para conservar la libertad propia de un régimen democrático. Hemos depositado las armas de la República en manos de las Fuerzas Armadas para que protejan y defien­dan los derechos de los ciudadanos. Tan alta responsabilidad ha sido ejercida con gran sacrificio y con al­to sentido de devoción a las institu­ciones patrias. Debemos sentirnos orgullosos de nuestras Fuerzas Ar­madas. Más no basta la gratitud y el público reconocimiento; es necesa­rio además, la disposición de todos nuestros conciudadanos para apo­yar de manera efectiva e indeclina­ble a los guardianes de nuestra de­mocracia.

Vale ciertamente la ocasión para recordar las certeras reflexiones de ese gran Repúblico, Alberto Lleras Camargo, quien siempre con agude­za señaló el papel de las Fuerzas Ar­madas: "Los ejércitos vienen a ser entonces el más alto, puro, noble servicio nacional. No se entra en ellos por la paga, ni por ningún es­tímulo pequeño. Sino porque se va a

servir, de la manera más peligrosa, y porque se va a vivir en función de gloria, con una constante perspecti­va de muerte. Para qué? para que los demás vivan en paz, siembren, produzcan, duerman tranquilos, y sus hijos y los hijos de sus hijos sien­tan que la Patria es un sitio amable y bien guardado".

Nos enfrentamos ciertamente a grandes desafíos en un momento único de la historia de Colombia pa­ra afrontar los cambios que anhela la nación. Uno de los factores que incide de manera sensible en el des­bordamiento de la violencia es la ausencia de Estado en muchos de los rincones del territorio Nacional, y en especial en las zonas de fronte­ra agrícola y en los cinturones de sectores marginados de nuestras grandes ciudades. El primer impera­tivo entonces es el de extender los poderes públicos a todo el territo­rio Nacional mediante una gestión eficiente y descentralizada de los servicios públicos y la acción con­certada de nuestras autoridades, cuya vanguardia por excelencia está representada por las fuerzas del ejér­cito y de la policía.

En esta acción sin embargo se requiere del apoyo y de la colabo­ración decidida de toda la comuni­dad y para este efecto la mejor al­ternativa es la de abrirle a los ciu­dadanos las puertas para que parti­cipen en un mismo cometido del Es­tado y de la Sociedad: la consolida­ción de la paz como cimiento P:afa el progreso y el afianzarnien to dé la democracia.

El proceso al cual asistimos tiene como finalidad superar la crisis me­diante el fortalecimiento de las ins­tituciones y la garantía plena de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos. Pero no basta la simple consagración de los derechos que sustentan un orden democráti­co. Debemos fortalecer la adminis­tración de justicia como único me­dio institucional orientado a resol­ver los conflictos internos de la so­ciedad, de manera tal que le c~rre­mos el paso a la justicia privada. Pa-

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ra ello la reforma consutucional en que se ha comprometido el País se­rá de vital importancia para perfec­cionar los sistemas de investigación de los delitos y dotar a los jueces del apoyo y los medios necesarios para cumplir con prontitud tan deli­cada misión.

Esta tarea de renovación institu­cional supone también el decidido apoyo de nuestras Fuerzas Arma­das. Ha señalado el Señor Presiden­te en reciente alocución en la Escue­la Superior de Guerra que pueden existir algunos temores entre ciertos sectores sobre determinadas decisio­nes que pueda adoptar la Asamblea Constituyente y que puedan even­tualmente afectar los principios y la rganización de las instituciones ar­

madas. Pues bien, el Jefe del Estado ha disipado toda duda al afrrmar con claridad que ningún colombia­no puede actuar arbitrariamente, ni de forma ligera o irresponsable en materias tan delicadas y que el li­derazgo del Gobierno sobre el pro­ceso permitirá defender esos prin­cipios y con ellos la seguridad de la Nación y de todos los colombianos.

Señores Oficiales de las Fuerzas Militares en Retiro, ustedes han en­tendido su compromiso con el País, como lo demuestra su activa parti­cipación en el actual proceso de cambio institucional, conscientes co­mo lo señaló el Jefe del Estado, que llegó la hora para darle a Colombia a carta de navegación que deberá

conducirla por tranquilas aguas du­rante el próximo milenio.

La Patria siempre los requiere pa­ra que continúen solidarios en la de­fensa de nuestros más caros anhelos, para sortear muy pronto la crisis por la que atraviesa el pueblo co­lombiano y resolver con éxito el dilema de los tiempos actuales: consolidar la paz y el desarrollo dentro de los caminos de la demo­cracia.

Un País se toma libre cuando se da su propio ordenamiento jurídico­político. Ese es el acto de renova­ción democrática que profesaremos el próximo 9 de diciembre.

CURSO ATANASIO GIRARDOT

Oficiales egresados con el grado de Subtenientes de la Es­cuela Militar de Cadetes del 13 de diciembre de 1940 a quie­nes les fue concedida por "ACORE" la Medalla "Rafael Re­yes".

General General Mayor General Brigadier General Brigadier General Brigadier General Brigadier General Brigadier General Coronel Coronel Coronel Coronel Coronel Coronel Teniente Coronel Teniente Coronel Mayor Mayor Mayor Mayor Mayor Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Teniente Teniente Teniente Teniente Teniente

Abraham Varón Valencia José Manuel Vargas Sierra Jaime Durán Pombo Hernán Medina Mendoza Alejo Sánchez O'Donoghue Romualdo Fajardo Alvarez Armando Vanegas Maldonado Carlos Olmus Chaves Francisco Berna! Daza Alberto Mariño Sabogal Manuel A. Dousdebés Pulido Daniel Garzón Charry Roberto Lópcz Leyva Guillermo Plazas Olarte José del C. Gómez Barrero Luis F. Millán Vargas Calixto Leyva Suárez Alfonso Rodríguez Eslava Julio C. Y ory Rodríguez Bernardo Martín Forero Juan Alejo Ospina Cleves Jorge González Guevara Camilo Arenas Sandoval Hemando Escobar Gómez Fabio Londoño Tamayo Luis Alberto Medina Díaz Alfredo Silva Romero Alejandro Gutiérrez García Fernando Echeverría Echeona Francisco Omaña Cáceres Carlos Dupont Balcázar Rafael González Sicard Antonio Vidales J ohns Alvaro Quijano Duque Carlos Escobar Pizano Luis Jordán Mazuera Marco Andrade Quintero Guillermo Cleves Lambardi Juan R. González Plata

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A LOS SOCIOS FUNDADORES DE ACORE

YA FALLECIDOS

Mayor (r) ERNESTO DUEÑAS CEPERO

Por designación muy honrosa de nuestro dilecto e inimitable Presi­dente de ACORE. el Sei'lor Brig. General José Jaime Rodríguez, de­bo cumplir en esta reunión de com­paneros, durante la celebración del XXX Aniversario de ACORE, con el noble propósito de afirmar nues­tro recuerdo por los 24 socios fun­dadores de AC'ORJ- que ya partie­ron hacia tranquilas metas de bie­naventuranzas. Expresamos la since­ridad de nuestro abrazo de compa­ñeros y no los olvidamos porque los tenemos ocupando skmpre lugar magnífico en d diseño afectivo de nuestro pensamiento.

Ellos, todos, altar inmaculado: estandarte de pliegues egregios que al viento rimaron con sonoro canto: trompetas que nos han anunciado la paz que los rodea, mensajes suyos que nos llegan de esa penumbra de tumbas en jardines cerrados que só­lo florecen cuando reciben la hume­dad de nuestros ojos o la plegaria de nuestro corazón.

Bien cierto es que los ausentes son también vida interna y sustan­cial que nos puede estimular para parecemos a su pasado y para que obremos concausalrnente en el por­venir, siendo leales a la fe que ellos tuvieron en su diaria tarea de estu­dio, enseñando la guerra y tambi¿n la paz con toda devoción y brillan te desprendimiento .

Estamos, put's. en alt isimo respe­to por la secreta y lauta flexura del espacio que alberga a tantos jefes y compañeros que hoy veneramos por haber recibido de ellos el l!jcmplo y enseñanzas que dieron a nuestra vJda un gran sentido del honor, una her­mosa fuerza de wrdad a todas horas y el mandato de una pcrmancn te honestidad en todas nuestras actitu­des.

Militares en retiro. es tkcir, hom­bres de armas, soldados de la carre­ra del amor a las cosas que no se venden ni se compran, para que la dinámica de la fuerLa espiritual y la vitalidad del pensamicn to est0n ~n

Justo ~quilibrio y así resulte para la Patria un ciudadano más que la pro­teja y la sirva con amorosa csp~ran­za.

Honor conferido con galanura que promehmos llevarlo siempre ce­ñido a nuestra devoción y a nuestro pensamiento. Sabemos y entende­mos que una bandera, una cruz y una espada, proyectan en el alma la dulce imagen de nuestro amor a Co­lombia y a nuestra magnífica lústo­ria Republicana.

Las cosas que la vida tiene; sus variantes de enigmática causa; las luchas que se pierden y las batallas que se ganan, nos dan una idea clara de que en el campo de lo humano el conjunto de ideas, de ciencias, de artes y costumbres, no son simple­mente un fenómeno civilizante, si­no algo más, son fuerzas que aún en la dispersión cósmica, conservan su impulso creador de amistad. de paz y de com ivencia.

A las distinguidas señoras. viudas de lo!> compaileros fallecidos duran­te estos 30 años de vida de nuestra respetada Asociación, les hacemos llegar hoy nuestro cariñoso abrazo y la seguridad de nuestro respeto, prometiéndoles que ACORE segui­rá siendo hogar de sus recuerdos y la amable villa de sus mejores ami­gos. Misa de Acción de Gracias

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Hoy acercamos a nuestra mente aquellos jefes y compañeros del Ejér­cito: aquellos que cumplieron su lu­cha a la vanguardia de nuestra misión por ciudades, valles y montanas de nuestro terruño. sirviendo intereses de histórica tradición democrática.

do tornasol de impresionantes ama­neceres.

lucha por la seguridad de la socie­dad Colombiana que siempre los miró con respeto, no sólo por sus atributos profesionales, sino, ade­más. por los inmensos sacrificios que rodearon su lucha por la libt:r­tad y el orden

También hoy veneramos a jefes y compañeros que navegaron por her­mosos mares y ríos; desplegando sus imponentes velas y girando sus altivos cañones, en gran estilo, cu­briendo así de seguridad las lejanas fronteras que limitan con el profun-

Abrazamos también hoy a jefes y compañeros de la Fuerza Aérea Co­lombiana que ofrecieron lo mejor de m vida por la grandeza del ciclo patrio. Ilustres aviadores que crea­ron y enaltecieron la nueva Fuerza que asombró al mundo con sus in­mensos objetivos de poder, de segu­ridad y de progreso.

Este homenaje a los compañeros que se alejaron para siempre, en ho­ras tristes para sus familiares y ami­gos. envuelve el edifican te propósi­to nu~stro de seguir siendo como ellos: predilectos hijos de nuestra amada Colombia.

Para jefes y compañeros de la Po­licía Nacional abrigamos un noble sentimiento de adhesión a todo lo que ellos significaron en su diaria

(ooCUMENTOS HISTORICOS Y CURIOSOS

LA CARTA DEL LIBERTADOR A SU PRIMA FANNV

(Fanny fue su novia cuando él tenía 20 años. Esta carta la escribió el Libertador en su lecho de enfer­mo, el 6 de Diciembre de 1830).

''Querida prima:

¿Te extraña que piense en ti al borde del sepul­cro? Ha llegado la última aurora: tengo al frente el mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma, por grandes tempestades; a mi espalda se alza el macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieve impoluta como nuestros ensuetios de 1805; por sobre mí, el cielo más be­llo de América, la más hermosa sinfonía de colo­res, el más grandioso derroche de luz . ..

Tú estás conmigo, porque todos me abandonan; comnigo en los postreros latidos de la vida, en las ú.ltiltl~ fulguraciones de la conciencia. ¡Adiós .Fam1y!

Esta carta llena de signos vacilantes la escribe la misma mano que estrechó la tuya en las horas del amor, de la esperanza, de la fe; esta es la letra escri­tora del decreto de Trujillo y del mensaje al Cousejo de 4ngostura. No la reconoces, ¿verdad? Yo tampoco la reconocería si la muerte tiO me setialara con su dedo despiadado la realidad de este supremo instante.

Si yo hubiera muerto sobre uu campo de ba­talla, dando frente al enemigo, te daria mi gloria, la gloria que entreví a tu lado, a los lampos de un sol de primavera.

.\tuero despreciable, proscrito, detestado por los mismos que gozaron mis favores; víctima de intenso dolor; presa de infinitas amarguras. Te dejo mis re­cuerdos, mis tristezas y las lágrimas que no llegaron a verter mis ojos. ¿No es digno de tu grandeza tal ofrenda? Estuviste en mi alma en el peligro; conmigo presidiste los consejos de gobierno; tu­yos fueron mis triunfos y rnyos mis reveses; tuyos son también mi último pensamiet1to y mi pena pos­trimera. En las noches galantes del Magdalena vi desfilar mil veces la góndola de Byron por los cana­les de Venecia, ¡en ella iban grandes bellezas y grandes hermosuras, pero no ibas tú: porque tú has flotado en mi alma mostrada por níveas castida­des!

A la hora de los grandes deset1gaños, a la hora de las íntimas congojas, apareces ante mis ojos mori­bundos cot< los hechizos de la juventud y de la for­tuna; me miras, y en tus pupilas arde el fuego de los volcanes; me hablas, y en tu voz oigo las dianas inmortales de ]unÍtt".

Bolívar.

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A LOS FUNDADORES DE ACORE

.JUSTO

RECONOCIMIENTO Teniente Coronel (r) RAFAEL E. ROZO S.

Al celebrar "ACORE" su trigésimo aniversario de vida Institu­cional, rinde sincero testimonio de exaltación y gratitud a sus fun­dadores, por la significativa proyección de su obra.

Particular mención hace al respecto del Señor Capitán JORGE BUENO BARRIOS, gestor de la trascendental iniciativa que con­dujo a su creación, a fin de destacar su fervorosa diligencia desple­gada en favor de una obra que ha resultado redentora al paso de los años.

Queriendo honrar esa gestión en pro de los destinos de la Orga­nización y beneficio de sus afiliados y familiares, "ACORE" cum­ple gustosamente el deber de transcribir la carta recibida de parte del Sr. Teniente Coronel RAFAEL E. ROZO S., en la cual se des­taca justamente la realización del Señor Capitán BUENO BA­RRIOS.

Bogotá, Octubre 22 de 1990

Señor Brigadier General JOSE JAIME RODRIGUEZ R. Presidente de la Junta Directiva " ACORE" L. C.

Respetado Señor General:

He creído conveniente recordar algunos hechos de importancia en la vida de la Asociación, tales como el nacimiento de la idea que se plasmó en la creación de ella así como algu­nas de las actividades desarrolladas durante cinco o seis años hasta el 25 de noviembre de 1960.

Entre los años de 1955 y 1957, el Señor Capitán de Artillería (r)

Jorge Bueno Barrios quien era con­cesionario de la Estación de Servi­cio "Shell" de la A venida Caracas con Calle 49, gestó la idea y se pro­puso difundirla entre sus amigos los oficiales retirados que acudía­mos a su negocio, de que debía­mos unirnos para formar una Enti­dad de carácter gremial que tuvie­ra nuestra vocería y nos representa­ra legalmente ya que hasta entonces se creía erróneamente que los ofi­ciales retirados dependíamos de la Caja de Sueldos de Retiro.

Después de muchos intercambios de ideas y de efectuar consultas con los Mandos Militares, en 1958, el Capitán Bueno Barrios le pidió a al­gunos oficiales, entre ellos, el Gene­ral Miguel Angel Hovos. Contralmi-

rante Luis A. Baquero, Capitán de Corbeta Germán Carriazo, Coronel Julio Santoyo, Coronel Ernesto Buenaventura y Capitán Francisco Acosta, que lo acompañaran para formar un Comité Provisional que estudiara la idea de crear la Asocia­ción. El Comité se interesó en el asunto y convocó a varias reuniones que se llevaron a cabo en las residen­cias de algunos de los nombrados.

En mayo de 1959, por invitación del Comité y del Capitán Bueno Ba­rrios se efectuaron las primeras reu­niones en el Club Militar de Oficia­les y se acordó ampliar el Comité Provisional nombrando para tal fin a los Señores Capitán de Navío Ri­cardo Azuero, Capitán de Navío Alejandro Pérez Ternera, Teniente Coronel Guillermo Guzmán, Mayor Luis Eduardo Herrera, Mayor Enri­que Mendoza, Capitán Jorge Moure y el suscrito.

En una segunda reunión, en ese mismo año de 1959, a la cual asis­tieron más de cincuenta oficiales, se discutió nuevamente la necesidad de crear la Asociación Gremial, se­gún la idea del Capitán Bueno Ba­rrios, pero desafortunadamente, en un mal momento, alguno de los asistentes propuso y sostuvo en for­ma vehemente la idea de que la Aso­ciación debía crearse pero con fines comerciales. La idea del negocio a alto nivel, como correspondía a los Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares, caló entre la mayoría de los participantes a la reunión. So­metida la proposición fue aprobada por una amplia mayoría y se ofre­ció con gran entusiasmo suscribir unos cuantos miles de acciones que después de varios meses solamente pagaron unos pocos oficiales, lo cual redundó en el fracaso de la So­ciedad Anónima de tipo comercial.

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Durante 1959 y 1960 el Capitán Bueno Barrios acompañado por al­gunos de los oficiales miembros del Comité constituído en 1958 persis­tió en la creación de la Asociación con los fines ideados inicialmente.

El 25 de noviembre de 1 960. en vista de que ni siquiera se había po­dido protocolizar la escritura de coustitución de la Sociedad Anóni­ma por falta de fondos. la Junta Di­rectiva convocó a una Asamblea Ex­traordinaria con el fin de presentar el informe respectivo y pedir que fuera liquidada la Sociedad. Así las cosas. la Sociedad fue liquidada y ordenada la devolución de los pocos dineros recibidos por el pago de ac­ciones. asunto que se cumplió pos­teriormente.

En esta misma Asamblea. aprove­chando la liquidación de la Socie­dad Anónima, se volvió a lanzar la idea de la creación de la Asociación Colombiana de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares. idea que fue sustentada por vanos de los ofi-

ciales que habíamos trabajado por ella. Esta nueva presentación de la idea del Capitán Bueno Barrios fue ahora sí acogida por los asistentes y aprobada por una mayoría abru­madora.

En el mismo acto fue ekgida la primera Junta Directiva. la que pos­teriormente designó como su Presi­dente al Coronel Julio Santo yo y se encargó de la elaboración del pri­mer Estatuto, de obtener la Perso­nería Jurídica y de adelantar una activa tarea de difusión con el fin de vincular a la Asociación a la tota­lidad de los oficiales retirados.

Esta Junta Directiva actuó hasta el 30 de mayo de 1962, fecha en la cual se realizó una Asamblea Gene­ral Ordinaria en el Salón de Confe­rencias del Ministerio de Guerra. en la cual se eligió. con pocos cambtos, una nueva Junta Directiva.

Mi General: usted me sabrá per­donar por haberme extendido más de lo que me proponía pero he vis-

to la necesidad de hacerlo, para re­saltar la encomiable labor desarro­llada por el Capitán Bueno Barrios a Jo largo de varios años hasta ver culminado su propósito de crear la Asociación que está próxima a cum­plir treinta años.

Ahora que se acerca el 25 de no­viembre, fecha en que seguramente se realizarán algunos actos conme­morativos de la fundación. creo que es justo que la Asociación rinda un homenaje de agradecimiento al Ca­pitán Jorge Bueno Barrios por el empeño puesto en sacar triunfante su idea y por los servicios prestados especialmente cuando por varios años formó parte de la Junta Direc­tiva.

Manifestándole por anticipado mis agradecimientos por la acogida que dé a mi petición, me suscribo de usted atentamente.

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HOMENA'-'E DE LEALTAD,

PROFESIONALISMO V SOLIDARIDAD

Brigadier General (r) JOSE JAIME RODRIGUEZ R.

El pasado jueves 15 de noviembre las Reservas de las Fuerzas Armadas de Colombia ofrecieron un cálido homenaje al Señor General JESUS ARMANDO ARIAS CABRALES, como since­ra y espontánea manifestación de respaldo, compañerismo y soli­daridad ante los recientes atropellos contra su brillante carrera profesional y contra la dignidad de la Institución.

Al acto, que se llevó a cabo en el Salón Rojo del Hotel Te­quendama, asistieron numerosísimos elementos del estamento militar en retiro, que coparon por completo las instalaciones del importante centro social.

Durante el desarrollo del homenaje llevaron la palabra el Presi­dente de Acore, Señor Brigadier General José Jaime Rodríguez R. y el Señor General Arias Cabrales. A continuación publicamos los interesantes planteamientos formulados en esa ocasión por tan dis­tinguidos oficiales.

Este homenaje, de singular al­cance por espontáneo y sincero, que las Reservas de las Fuerzas Armadas y amigos más cercanos ofrecemos esta noche al Señor Ge­neral JESUS ARMANDO ARIAS CABRALES, es una muestra de compañerismo y respaldo hacia un Jefe integérrimo de nuestro Ejér­cito, con motivo del reciente injus­to fallo proferido en su contra por los graves y cruentos episodios del Palacio de Justicia en Noviem­bre de 1985, a raíz de su toma san­grienta por parte del grupo subver­sivo M-19, cuyas acciones crimina­les dejaron huella dolorosa difícil

de olvidar, pese a la amnistía de­cretada a su favor y que ha per­mitido acceder al poder a la di­rigencia política de que hoy disfru­ta, lo cual contrasta con las manía­das sentencias pronunciadas en con­tra de quienes exponiendo sus vidas evitaron consumar un plan sinies­tro que hubiera significado el fin de nuestra democracia.

La cita que cumplimos, por lo mismo, está inspirada en nobles sentimientos de lealtad, profesio­nalismo y solidaridad, bien entendi­da y honradamente practicados a través de un servicio que buscó

siempre el imperio de la Ley y de la Autoridad, negativamente en­tendidas hoy por quienes han he­cho del delito o de su velada con­temporización una forma fácil y lucrativa de vivir.

De lealtad, decimos, porque el motivo capital que nos congre­ga corre fundamentado en sóli­dos principios éticos de honda re­sonancia espiritual, que nos cupo el honor de jurar defender desde aque­lla primavera ya lejana de nuestra juventud. . . que confirmamos ple­namente, luego, a través de una en­trega sin reservas al servicio de la Patria y sus Instituciones legítimas, durante los años más promisorios y fecundos de la vida y que, ahora, en la penumbra del retiro y a favor de la serenidad que depara la ex­periencia, cobran valor sacramental por aquella evidencia que nos colo-

El Presidente de Acore, General Rodríguez, pronuncia su importante alocución

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ca de regreso de todas las ambicio­nes, vanidades y luchas de ayer y que hoy constituyen capítulo de obligadas remembranzas, como muestra de una vida cabalmente vivida al servicio de generosos ideales.

De profesionalismo, agregamos, porque igualmente nos une aquí un dictado de honor y una concien­cia dignificadora de nuestra profe­sión para ratificar el origen consti­tucional de nuestras Instituciones y para señalar que nuestra forma­ción desde las aulas de las Escuelas Militares de Cadetes, estuvo orien­tada siempre por un código exigen­te de virtudes y deberes que impri­mió carácter definitivo señalándonos claras responsabilidades, como inte­grantes de la Fuerza Pública en permanente disponibilidad para atender los llamados de Colom­bia, cuyo culto profesamos con devoción y fe de verdadero sacer­docio al consagrar nuestras vidas a la Patria, en una dimensión de en­trega casi religiosa que sigue intacta en cada uno de nosotros.

De solidaridad, en igual forma, con un Jefe Militar de positivo al­cance y méritos propios que so­bradamente le acreditan una bri­llante hoja de servicios a la Insti­tución y al País desde su ingreso al servicio activo como Subteniente de Artillería para escalar las más altas jerarquías del Escalafón Mili­tar. cuyas exigencias le cupo la satisfacción de cumplir siempre con probada eficiencia, gracias a su pre­paración militar complementada con Estudios Superiores adelanta­dos en la Universidad de los An­des, Universidad Militar 1\ueva Gra­nada, Escuela Superior de Adminis­tración Pública y Escuela Superior de Guerra, amén de cursos milita­res en la Escuela de Artillería y Es­cuelas de Infantería, Lanceros e In­genieros de Colombia y de estudios avanzados de artillería y Comando y Estado Mayor en Fort Sill y rort Leavenworth en los Estados Unidos. respectivamente. con espe­cializaciones en Inteligencia Militar y Pedagogía.

Tal formación lo acreditó para desempeñarse cabalmente como Profesor de Planta de la Escuela Superior de Guerra, Jefe de Información y Prensa del Minis­terio de Defensa, Comandante de Unidades Tácticas y Operativas, J e­fe de OperaciOnes y Jefe del Depar­tamento D-3 del Estado Mayor Con­junto. Inspector del Ejército, Ins­pector General de las Fuerzas Mi­litares. Subjefe del Estado Mayor Conjunto y Comandante del Ejér­cito, de cuyo cargo hizo entrega en fecha reciente dejando constancia clara de sus indiscutibles capaci­dades militares y preparación huma­nística que le permitieron, asímis­mo, desempeñar con sobrada compe­tencia cargos Diplomáticos, Educa­tivos y de Administración Pública: como Adjunto y Agregado Mili­tar a la Embajada de Colombia en Washington, Asesor Militar de Con­tadora, Director de la Escuela Su­perior de Guerra y Jefe Militar de Urabá en Carepa donde desa­rrolló positiva gestión en favor de la paz de esas regiones azotadas por la violencia y proble­mas sindicales y político-sociales.

La nota anterior permite con­ceptuar sobre las óptimas condi­ciones militares de este Señor Gene­ral de la República a las cuales unió claros atributos personales y pru­dente tacto para el manejo de si­tuaciones y personas, que le mere­cieron el respeto y el afecto de sus subordinados y la estima de quienes hemos sido testigos de excepción de su acrisolada conduc­ta y de sus ejecutorias siempre rec­tas.

La muestra de 24 condecora­ciones Militares Nacionales y 4 Extranjeras y de 4 más del Go­bierno e Instituciones Colombianas acreditan, por demás su acertado desempeño en los distintos cargos que s1rv10 durante su ejercicio activo.

Prototipo de prudencia y caba­llerosidad, el Sei'íor General ARIAS CABRALES. no pudo ser jamás promotor de l!xcesos bajo ninguna

circunstancia, lo cual lo pone a sal­vo de posibles sospechas sobre sus actuaciones regulares y menos, to­davía. sobre aquellas que hubo de enfrentar, a riesgo de su propia vida y la de los hombres a su man­do, en el difícil caso del Palacio de Justicia, donde tuvo que hacerse presente para restablecer el im­perio de la Ley sobre las hordas criminales y la preyalencia de los Poderes del Estado sobrl! quienes torpemente buscaban imponerse por las armas en un alarde injusti­ficado que puso en vilo la vigencia del propio sistema que nos rige.

Solidaria también, por último. con una Organización que es co­lumna vertebral del Estado por su • condición de soporte legítimo e insustitut'ble del Gobierno y las Instituciones Patrias, a la cual nos sen timos vinculados de por vida y cuya majestad, atropellada de años para acá, nos impone el deber de re­clamar públicamente el respeto que merecen nuestras Fuerzas Armadas y para exigir un tratamiento que se compadezca con la grandeza de la carrera de las armas y con la digni­dad de quienes a ella han consagra­do sus mejores años, sin ambición m árumo distintos a los de servir los intereses nacionales y los de­rechos legítimos de nuestros com­patriotas, sin distingo alguno.

Como ciudadanos de bien, en ple­no goce de tal prerrogativa, tene­mos el sagrado compromiso de ele­var nuestra voz para reivindicar la • honra de nuestras Fuerzas Milita­res y de Policía de tanta ignomi­nia que se viene propalando con­tra ellas. en intento que busca mini­mizar su heróico sacrificio en aras de una paz que no prospera. debi­do al engaño de Jos subversivos que han llevado al País a una si­tuación de extremo peligro que, infortunadamente, sigue amena­zando la estabilidad de las Insti­tuciones Republicanas, favoreci­das por un proceso puesto en marcha y orientado a la agita­Ción de sectores campesinos, es­tudiantiles, obreros y populares. bajo falsas expectativas de rcdcn-

24ACORE ------------------------------------------------------------

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ción social que colocan a las Fuerzas del orden como sus ene­migas buscando su rechazo y oposición violenta en toda cir­cunstancia .

Ante los repetidos e inauditos ataques armados contra la Fuer­za Pública. como los reciente­mente perpetrados contra la Ba­se Militar de Tarazá y el munici­PIO de Cáceres. al norte de An­tioquia, es preciso senalar que la subversión bandolera está bus­cando crear situaciones de extre­ma gravedad para intimidar a la ciudadanía sometiéndola a un clima de terror, con fines fáciles de advertir que buscan influír negati­vamente en la próxima el~cción de Dl.!icgados para la A~ambka 1\acional Constituyente. ya en en­tredicho por la actitud de ciertos grupos que buscan aprowchar dicha situación con fmes políticos in­confesables y cuya proyección fu­tura no puede pasar inadvertida por sus peligrosas consecuencias fu­turas para la sociedad en general y particularmente para el Go­bierno y las Fuerzas Armadas en cuyas manos ha quedado. en defini­tiva, la solución del difícil confiic­to social, político y económico en que se debate el País.

Por otra parte, el espantable genocidio de niños inocentes que

Aspecto parcial de los asistentes al banquete ofrecido por las reservas militares al General Arias Cabra/es

regresaban de un servtcio CIVICO a sus hogares en el Huila y los cuales fueron ultimados inmisericorde­mente hace apenas 3 días por fora­jidos de las F ARC dentro de una escalofriante escena de orgía de­mencial de tales miserables asesi­nos consumando su delito. nos se­ñalan de nuevo el grado de miseria y postración moral dt! esos desal­mados.

Esa es la clase de enemigos que deben enfrentar nuestras ruerzas Armadas y esos Jos delitos casi diariamente ejecutados a la luz pública, aparte de aquellos que su justicia privada suele imponer a los rehenes y a quienes caen bajo d imperio de sus detcrminaciont·s. sin recurso de apelación o dé con­mutación de penas.

Mesa de honor en el Salón Rojo del Hotel Tequendama

Para d caso dt!l fallo que nos ocupa, nos confunde en n•rdad la inj ustlficada omisión del art í cu­lo 170 del Título XVI de la Cons­titución relacionado con la Fu('r­za Pública y que señala: "lk lo~ delitos comdidos por los mili­tares en servicio activo y 1!11 rela­ción con el mismo servicio cono­cerán las cortes marciaii!S y los Tribunales Militares con Jrrl!glo a las prescripcionl:!s del Código P~.!nal tviilitar". Esta falla ha con­ducidO a la pérdida del rucro Mili­tar y a la abolición sistemática u~ los recursos de juzgamiento l.!stable­cidos por Jos Tribunaks Disciplina­rios y de Honor y por los Conse­jos de Guerra Ordinanos y ver­bales para dejar en otras manos la rnvestigación de los cenknares de

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Oficiales. Suboficiales y Tropas acu­sadas por acciones desarrolladas en misiones de orden público. Este es un caso palpable.

Lo que nunca llegó a pensarse. sin embargo, fue que llegase a pri­mar, como razón valedera. el pre­dominio de la acción violenta pro­vocada, contra la necesaria reac­ción del Estado en su defensa a través de sus organismos arma­dos ... Ello, infortunadamente. su­cedió con el reciente fallo en con­tra del Señor General ARIAS CA­RRALES por parte del Procura­dor Delegado para las FF.MM., con la inexplicable intromisión del Procurador General de la Nación quien, según su propio informe, lo presionó buscando a todo trance la condena del Señor General ARIAS, quien por ello interpuso el recurso de reposición que concede la Ley y que aún está por definirse.

No obstante lo anterior, el recur­so invocado está fallado a su favor por el propio congreso de la Repú­blica con la reciente aprobación de su ascenso a la más alta jerarquía castrense y su moción de respaldo abrumadoramcnte mayoritaria y de­finida por eminentes personalidades de talla nacional y caracterizados Congresistas que se han pronuncia­do últimamente en relación con es­te insólito caso de la justicia Colom­biana ... También lo ha sido por la totalidad de la Opinión Pública consciente del País, que ha critica­do justamente ese absurdo jurídico de exonerar de culpa a los transgre­sores de la Ley y sancionar. en cam­bio, a sus defensores legítimos.

Yo diría por lo mismo, al Señor General ARIAS CABRALES, que su inocencia está reconocida porto­do un pueblo que agradece a Ud .• a sus inmediatos Comandantes su­bordinados Señores Coroneles: BER!\ARDO RAMIREZ LOZANO, LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA Y RAFAEL HERNANDEZ LO­PEZ, lo mismo que a los demás hombres b~o su mando, haber ex­puesto su vida con un saldo de mártires de las Fuerzas Armadas.

gracias a lo cual prevalecieron las Instituciones Legítimas sobre la intimidación de los violentos.

Si ello fue así para ese puñado de valientes. defensores del orden y la legalidad en esa fecha, sus se­cuelas no obstante se proyectan hoy sobre el panorama de la Pa­tria con interrogantes inciertos que conviene, aunque sea, citar para reflexionar sobre sus inci­dencias probables.

Libres y en situación de gracia ante el Estado quienes hasta hace poco fueron sus obsecados enemi­gos y hoy gozan de poder creciente y en entredicho legal centenares de miembros de las Fuerzas Arma­das por defenderlo, no es exagerado predecir que se avecinan días n;uy difíciles de continuar por el mis­mo camino que venimos transitan­do.

El dilema planteado en este orden en torno a una Reforma de la Constitución en manos de quie­nes ayer la atropellaron y ahora aparecen como árbitros de cambios estructurales para el futuro nacio­nal y la cvídt.:ncia de una justicia parcializada y a expensas de quienes buscan descargar el peso de la Ley contra militares y policías con fi­nes fácilmente identificables, obligará indiscutiblemente a tomar fmnes decisiones que rescaten el orden conculcado y la seguridad indispensable que precisa la supervi­vencia de ese Estado de Derecho que vienen defendiendo, a costo alto en vidas y sacrificios ignorados, nuestras Instituciones.

1\os permitimos al respecto emi­tir un comunicado a nivel de las Reservas de las FF.AA., que apare­ció en el Diario "EL TIEMPO" del jueves anterior, en que señala­mos lo siguiente: "Cumplen, por ello, el deber de alertar nuevamen­te a todos sus compatriotas, sin dis­tingo alguno, a fin de motivarlos para que tomen conciencia de la grave situación que seguimos vivien­do y permite advertir serios conflic­tos de honda proyección económi­ca, política y social, de continuar

la inconsecuente persecución de las Fuerzas del orden y la forma omi­nosa de calificar la tarea sacrifica­da y heróica de sus miembros, sin entender y menos aún valorar sus alcances verdaderos, como defen­sores de los derechos legítimos de los Colombianos en cuya protec­ción la vida de miles de caídos es holocausto que honra y enaltece a las Instituciones, de las cuales so­mos sus reservas por el honor de haber dedicado nuestra vida a su servicio. Conscientes de que la salud de la Patria y el bienestar del Pue­blo Colombiano imponen estar listos para enfrentar cualquier emer­gencia futura, ofrecen su respaldo irrestricto al Gobierno Legítimo y a las Fuerzas Armadas que ayer sirvieron con lealtad incuestionable y cuyo sagrado ministerio sigue siendo profesión de fe y misión ineludible. derivadas de un jura­mento que sólo terminará con la propia existencia"

Somos partidarios convencidos de la justicia y del respeto a la dig­nidad de la persona humana en toda circunstancia ... Ello significa nues­tra sujeción a los dictados de la Ley dentro de la equidad para que siempre se respeten los derechos, se castiguen los delitos y se con­serve el equilibrio indispensable al bien común y a la moral de las Instituciones y Personas.

Concluímos señalando con admi­ración que si contra todo lo an­terior, no obstante, han logrado, mantener su unidad nuestras Fuer­zas Armadas y se han podido ase­gurar las estrictas relaciones de mando en su exacta dimensión de responsabilidad ante las órdenes y su inflexible cumplimiento, ello habla elocuentemente del sentido del deber, abnegación,lealtad y pa­triotismo que impulsa el sentimien­to de las mismas, como ejemplo de disciplina y cohesión que las hon­ra y enaltece.

Gloria, por ello, a nuestros Je­fes e Instituciones, que así velan por la grandeza de la Patria y su mejor destino.

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UNA CITA DE HIDALGUIA SOLIDARIA V APRECIO

PRESENCIAL General JESUS ARMANDO ARIAS CABRALES

Se me hace objeto en esta cálida velada de un homenaje que no sólo es magnífico por congregar él un nutrido y selecto grupo de viejos camaradas de armas, hoy en condi­ción de retiro, o por haber, elegido como sede este lugar de tan grata memoria para la familia militar sino, fundamentalmente, porque el aglutinante de este evento reside en la antigua y siempre vigente virtud del compañerismo. en la benevolente e ilimitada condición de la amistad y en el sentido y prac­ticado espíritu de cuerpo, materia­lizados hoy en esta cita de la hi­dalguía solidaria y del afecto pre­sencial.

El señor General JOSE JAIME RODRIGUEZ en sus palabras elo­cuentes y brillantes, como oferen­te de este acto, ha sido generoso en grado superlativo al referirse a mi trayectoria profesional y a las modestas capacidades que puse al servicio del Ejército durante mi largo tránsito por sus filas; si hubo en ese peregrinar aciertos, se de­bió precisamente a quienes hoy, presentes en este recinto o ya al­gunos en la paz que no conocieron en vida, porque la tarea de. Patria no les dio reposo, me iniciaron en el camino de las armas y luégo en el ámbito de la conducción de tro­pas, en las disciplinas acadé­micas, en el trabajo de Estado Mayor o en las labores administra-

tivas, me indicaron un norte defini­do y me dieron las herramientas es­pirituales y materiales requeridas para marchar, allanando obstáculos, la ruta difícil de esta profesión; a todos ellos, así como a quienes con honor y agrado tuve la satisfacción de comandar y de contar con su leal concurso de subalternos, la repetida expresión de mi perenne gratitud .

Así, pues. en la obligada mención de la milicia se llega alrededor de los avatares de la profesión y de sus nexos inextinguibles a tocar, sin ánimo de polémica, las circunstan­cias generadoras de esta reunión. Se me colocó en el centro de una controversia que en ningún mo­mento propicié, pues fue actitud determinada por los altos mandos la de no crear expectativas o producir tensiones inoportunas para la vida nacional; pero no fue ese el manejo que en últimas se le dio, desde la esfera no castrense, en busca quizá de otros ocultos designios. Tal proceder desató una turbulencia que nunca pretendió la Institución y que puso en co­nocimiento de la opinión pública el inadecuado tratamiento dado a dos miembros del Ejército, cau­sando una entendible respuesta de preocupación, de en9jo y de senti­miento, pues desde el comienzo mismo de la actividad profesional hizo parte de nuestras considera-

ciones cotidianas aquella norma consagrada en el Reglamento de Régimen Disciplinario que reza: "El honor propio y el de la Institución Militar deben ser considerados como un bien supremo. Por lo tan­to será necesario respetar uno y otro": es este concepto, profunda­mente arraigado en la conciencia profesional, el que movió a las reservas a expresarse en defensa de los hombres injuriados por aten­der el llamado del deber.

Por ello, en esta noche, cuando se congregan personas y organiza­ciones de tanta valía dentro del conjunto de la reserva y cuya in­fluencia no se limita al entorno capitalino sino que se proyecta a todo el país. la ciudadanía en­tiende que es éste un acto. no de adhesión a mi persona, nacido de la benevolencia, de la lúdalguía y de la amistad de Ustedes y de las asociaciones a las que representan, sino una moción palpitante de soli­daridad, de gratitud, de comu­ruon. de reconocimiento y de respaldo a las Fuerzas Armadas. al instrumento legal de la fuer­za del Estado, comprometido hoy y desde hace muchos años con em­peño, constancia y abnegación, en veces ignorados, incomprendidos, o tergiversados, en la ardua pero im­postergable tarea de restaurar el orden y consolidar la paz. Así, este esplendoroso acto se convierte, y así pido que se me permita inter­pretarlo, en la voz de apoyo que re­clama el estamento castrense para continuar transitando con lealtad y fortaleza íntima el tortuoso sen­dero de la misión, porque se nos inculcó como Soldados que el es­tímulo que llega al corazón es su­ficiente acicate para que se renue­ven los bríos, se temple el espíritu y se apreste el alma para reempren­der la riesgosa jornada, con el úni­co aliciente de encontrar en sus conciudadanos comprensión, res-

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Los Generales Arias y Rodríguez presiden la mesa principal

peto, imparcialidad y sindéresis en la crítica y reconocimiento justo a sus realizaciones.

La norma legal prolonga la obli­gación militar de los integrantes de la reserva hasta cuando los límites de edad nos liberen de tan grata perspectiva de servicio; por ello el hecho de no portar ya el uniforme no nos exonera, por el contrario, nos impone mantener una constan­te atención sobre los eventos que influyen en la vida de la nación y particularmente en la de nuestras instituciones armadas, con el sólo ánimo de estar preparados para cuando la República requiera la presencia viva de sus reservas en defensa de las instituciones legí­timas; y es por ello que, aún en la condición de retiro conserva para nosotros total vigencia la expre­sión consignada en las disposicio­nes que orientan la marcha inter­na de las Fuerzas, aquella que es­tipula que "La profesión de las armas tiene origen en la necesidad de que la Nación y sus instituciones legítimas estén libres de toda ame­naza interior y exterior. Se funda­menta esencialmente en los senti­mientos del honor y del deber"; así, pues, no debe causar extrañeza que

al aludirse a este concepto sobre la misión que atañe al estamento cas­trense y policial y al enunciado de los valores que cimentan la profe­sión, se suscite conmoción cuando se percibe que quiere modificarse o acomodarse su interpretación en beneficio de misteriosos propósitos.

Quisiera también, con la venia de Ustedes, que sea este el momento de un recuerdo sentido y de un ho­menaje reverente para los once miembros de la fuerza pública muertos en el Palacio de Justicia atendiendo el llamado del deber; ellos, al igual que muchas otras víctimas de la demencia del grupo subversivo que incursionó con des­comunal violencia en el máximo templo de la rama jurisdiccional, no vacilaron en entregar su vida para mantener incólume el perfil democrático de nuestra nación; se sumaron a aquellas otras personas que como la doctora Fanny Gon­zález Franco, consciente de la mag­nitud y la trascendencia del ins­tante histórico, asumió su papel con entereza y dijo por vía telefó­nica a su hermano, a manera de patética despedida: "Por voluntad de Dios y autoridad de la ley vine a la Corte a administrar justicia en

nombre de la República de Colom­bia . .. no a llorar ni a pedir clemen­cia. Dios está conmigo y me ayuda­rá a conservar mi dignidad de magis­trada. Si es designio de Dios que yo muera para que se conserven inmacu­ladas las instituciones jurídicas y vuelva la paz a Colombia, entonces que Dios, el Presidente y las Fuer­zas Armadas salven la Patria. Mue­ro pero no me doblego". Por esos mártires ignorados, pido petuosamente un minuto si-lencio.

Acepten, una vez más, distin­guidos amigos, cuya amistad más a mí me enaltece, la expre­sión de gratitud de quien cuyo único mérito es el de haber in­tentado cumplir siempre el de­ber, sin anteponer a ello benefi- .. cios personales, ni vacilar ante las consecuencias derivadas del aca­tamiento de las órdenes, porque no es tal proceder de la naturaleza de la milicia, y porque someter el mandato superior al cuestiona­miento que facilite la evasión de las responsabilidades, sólo condu­ciría al desvertebramiento de la mo­ral, a la creación de una disciplina condicional y a la disolución de la institución castrense, objetivo per­seguido y codiciado desde hace muchos años por quienes encuen­tran en unas Fuerzas Armadas cohesionadas y decididas, el dique a sus designios antidemocráticos.

Gracias señores de la reserva de las Fuerzas Armadas por las nume­rosas comunicaciones públicas y privadas que han difundido y me han cursado, así como por sus persistentes muestras de solida­ridad, las que sumadas a las muy destacadas y valerosas apreciacio­nes y conceptos de los miembros del Congreso, de los más prominen­tes medios de comunicación social, de la cercanía espiritual de amigos y aún de desconocidos y a las vo­ces de aliento y defensa de los man­dos institucionales y de los subal­ternos de ayer, han sido factor de­cisivo en superar los ataques a mi integridad moral y al patrimonio espiritual de mi familia; por ello mis seres queridos, afectados tam-

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bién en su fuero íntimo, se suman a esta expresión de agradecimiento.

Sea igualmente valedera la oca­sión, inmejorable por la presencm d~ Ustedes y por el lugar que nos acoge. para que este soldado que ya no exhibe el umforme. porque él ahora se ha convertido, como también a Ustedes acontece, en el ropaj~ invisible del alma. les reafirme sus rendida~ gracias princi­palmente por lo que este aconteci­miento significa para los hombres y mujeres que bajo banderas persis­ten. a costa de sus vidas. en cumplir valerosamente con sus obligaciones. aún ante la incomprensión de algu­nos ciudadanos. porqu~.: entienden que en dio va en juego la prolonga­ción en el tiempo y en el espacio de Colombia.

Gracias Scñort.?s dir~ctivos y so­cios de ACORE y miembros de COl'\fECORE por haberme dado la ocasión de prt:sentarmc ante Uste­des. no a implorar una absolución personal o un perdón colectivo para quienes fueron mis subalternos en los luctuosos días del Palacio de Justicia. sino para en el tono modesto que concede la serenidad propia dd tkber acatado y de la madure; de muchos años de vida profesional. a repetir mi eterna gratitud por este elegante agasajo que más exalta la calidad humana de los mtcgrantcs de la:. resenas militart.?s } policiales, má:. dice de la fidelidad guardada a las Institu­ciones patrias ) más revela la con­dición espiritual de los amigos que hoy comparten esta reumón.

En el transcurrir de la vida nacio­nal surgieron personas que con ab­soluta claridad comprendieron la real dimensión de los diversos componentes de la sociedad global y en su momento indicaron con su inteligencia, experiencia y concep­ción amplia del Estado, en términos precisos y en conceptos onentadores y perdurables, las guías para la mejor marcha de la nación; por eso y porque es atinente a la actual si­tuación permítaseme citar aquí. donde los asistentes las aprecian

El General Jesús Armando Arias Cabra/es pronuncia su interesante discurso

en toda su profundidad y alcance. y a manera de conclusión las pala­bras del ilustre Expresidente LLE­RAS CAMARGO en la conferen· cía antológica del Teatro Patria. y cuyos apartes trajo a considera­Ción el entonces Representank CFSAR GAVIRIA TRUJILLO en 1.' de""'atc que por los cruentos su­cesos del Palacio de Justicia se hizo al Mmistro de Defensa en diciem­t :-e de 1985. dijo el doctor AL­BFRTO LLFRAS. en 1958, antici­pándose pr~monitoriamente a la historia:

"Ya he dicho que considero que es injusto y aberrante que mientras

Jos civiles s~ perdonan. se ammstían y se abrazan. y borran todos l?s agravios que se hicieron, haya qute­nl!s ptensen que se pueda atacar a miembros de las Fuerzas Armadas por acctoncs que condujeron bajo órdenes supl!riorcs del Gobierno, en condiciones tremendas de peligro y en medio d~ una situación de lo­cura y confusión colectivas Si hay algo que castigar. que depurar, que corregir, se castigará, se corregirá. se depurará por las propias Fuer­Las Armadas. por su justicia. por las reglas di! su disciplina excep­cional :y no con intervención dt: ac­ciones políticas. parciales y parcia­lizadas".

SEAOR SOCIO DE ACORE

Promueva la defensa de nuestros

intereses atrayendo nuevos socios a la

institución.

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POR UNA NUEVA CONSTITUCION

POLITICA PARA COLOMBIA

General (r) ALFONSO MEJIA V A LEN ZUELA

En estos días es un lugar común afirmar que la Corte Suprema de Justicia de Colombia, tomó una decisión histórica al permitirle al pueblo colombiano asumir la facul­tad inalienable de actuar como constituyente primario con el fin de decidir sobre las condiciones básicas necesarias para organizarse como un Estado Soberano. Como un Estado capaz de encontrar el progreso y el bienestar de sus asociados en un ambiente donde la justicia, la moral y la solidari­dad sean los mejores estímulos para encontrar las metas anhela­das y buscadas desde los albores de su lucha por la independencia de España.

No nos cabe duda de que la Cor· te Suprema de Justicia acertó en su decisión, pues el desajuste ins­titucional colombiano ha sido cre­cientemente notorio en los últi· mos años. años claramente seña­lados por la violencia de todo or­den, cuyas formas, estrategias y tácticas han sido diversas. así como han sido también variados, múlti­ples y complejos sus motivos, y des­concertantes sus más recientes acciones delictivas.

El momento que vivimos re· clama, pues, meditación y revi­siones de fondo en las normas que nos rigen. No podemos seguir en-

gañándonos con la apreciación superficial y fácil de culpar al comunismo internacional o al crio­llo de nuestras desdichas. No po­demos continuar ocultando la de­sincronización o desface de nuestro ordenamiento jur ídico, ordena­miento basado en una Ley bási­ca, concebida y aprobada por un grupo de la élite colombiana co­rrespondiente a los fmales del siglo pasado. Ley o Carta Magna concebida para sostener los privi­legios que entonces disfrutaba un selecto grupo de la sociedad, grupo que en consecuencia se ha­llaba poco o nada interesado en las necesidades fundamentales e inmediatas de las marginadas ma­yorías nacionales.

Ese desajuste institucional, ese desface entre la Ley hecha para sostener el progreso de unos pocos y el abandono de los más, ha si­do la causa principal de nuestro desbarajuste público: Ha genera­do la subversión, materializada en los múltiples y variados movimien­tos guerrilleros: ha estimulado el crecimiento incontrolado de la de­lincuencia común y ha facilitado un ámbito propicio para que nuevas formas delictivas prosperen con la tolerancia y aceptación de mu­chos sectores de la sociedad. cu­yos valores morales se invirtieron, cimentados, ahora, en la riqueza

fácil, conseguida sin reparar en los medios, aunque estos incluyan los delitos atroces. No puede dejarse sin mencionar ni condenar, la viola­ción creciente de los derechos humanos por muchos de esos con­tcndores o adversarios o agentes del desorden.

No nos puede quedar duda, en­tonces, de que ha llegado un mo­mento histórico que sería insen­sato desaprovechar para actualizar nuestra Constitución Nacional. La forma de hacerlo ha sido encontra­da en la apelación al poder cons­tituyente de que hablaran desde el siglo XVIII, pensadores como Jean-Jacques Rousseau. Poder que próximamente habrá de permitirle al pueblo colombiano ejercer su acción renovadora a través de la Asamblea Nacional Constituyen­te, cuya misión será la reforma total o parcial de la Constitución Política de Colombia.

las anteriores consideraciones muestran la base de nuestras preocupaciones por la confusa e inquietante situación que actual­mente confrontamos los colom­bianos, y son ellas las que nos mue- J ven a valorar como esencial y tras­cendente el momento político que se vive, y por tanto a con­cluír que no podemos per­manecer indiferentes a su desarro-llo, cuyo éxito o fracaso, será, res­pectivamente, la salvación o la rui-na del país. pues otra oportunidad redentora posiblemente no aparezca en largo tiempo, y cada d fa que se deje transcurrir sin encontrar la paz. aumentará los costos, ya horrorosos. que se sufren en vidas humanas de inocentes, en recursos económicos y en dignidad nacio­nal. Estas y semejantes considera­ciones motivan nuestro aporte, seguramente muy modesto y li­mitado, pero que representa nues-

30ACORE --------------------------------------------------------------

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tro punto de vista relacionado con deseables reformas para la actual Carta Fundamental de Colom­bia, aporte que se concreta en las siguientes sugerencias:

l)AL PREAMBULO DE LACONS­TITUCION:

Sin el menor deseo de cuestio­nar conceptos religiosos, los que respetamos en su justa dimensión, consideramos que la teoría del "Derecho Divino de los Reyes" fue revaluada desde hace varios siglos durante el movimiento in­telectual, llamado de la "ilustra­ción", cuyos voceros consideraron que el grado de humanización del hombre y la capacidad de su razo­namiento para distinguir entre el mal y el bien, eran base suficiente para aceptar su poder de autodeter­minación, tanto individual como co­lectivamente, y en consecuencia, aceptar la capacidad del grupo social para integrarse, localizarse geográfi­camente y convenir las normas adecuadas para su defensa, segu­ridad, bien estar y progreso. Es evidente por lo tanto, que ese preámbulo de nuestra Constitución Política debe dejar ya ese sabor medio~val e incluir el concepto de la Suprema Autoridad del Pueblo.

2) AL TITULO - 1-: DE LA "\;A­CION Y EL TERRITORIO:

Según el artículo segundo, la so­beranía reside esencial y exclusiva­mente en la Nación, pero el térmi­no Nación representa un ente abs­tracto, cuya voluntad sólo puede expresarse a través de delegados del pueblo, y en consecuencia tal con­cepto elimina o limita la participa­ci~d~ctaeinm~~~dcloo~ tituyente primario, es decir del pro­pio pueblo, único soberano. Solici­tamos, pues, que se redacte el ar­tículo segundo, asignándole al Pueblo la soberanía en forma esen­cial y exclusiva, y que de ella ema­nen los poderes públicos.

3) AL TITULO - 111- DE LOS DE­RECHOS CIVILES Y GARAN­TIAS SOCIALES:

Concordamos con la recomenda­ción, incluída en el Acuerdo Polí­tico, celebrado con motivo de la convocatoria para la Asamblea Na­cional Constituyente, cuyo texto en lo pertinente, comienza, así:

"4. Derechos humanos. Posibili­dad de estudiar: 4.1. La comple­mentación del Título Tercero de la Carta mediante la consagración expresa de nuevos derechos polí­ticos, económicos, sociales y cultu­rales, la ampliación de los existen­tes y la incorporación de precisos deberes de los ciudadanos y de la sociedad".

4) AL TITULO - V- DE LAS RA­MAS DEL PODER PUBLICO Y DEL SERVICIO PUBLICO:

Con respecto a este TITULO, cabe señalar en primer término, el artículo 56 que establece la com­posición del Congreso y determina la existencia de dos Cámaras con los nombres de Senado y Cámara de Representantes, pues sobre tal man­dato surgen las siguientes inquietu­des:

a) Es una imagen nacionalmente aceptada. la relativa a que el Con­greso de la República ha sido incapaz de adecuar \ sincronizar con el mo­mento lústÓrico. mediante reformas oportunas, la Constitución Políti­ca que nos rige desde 1886, y que por ello, sus integrantes, su estruc­tura y modo de funcionar durante todo ese lapso, han sido en mayori­taria proporción, los factores res­ponsables del desórden público, po­lítico y social que confrontamos. materializado entre otros aspectos por la subversión armada, la delin­cuencia común y el narco terro­rismo.

b) También es una idea genera­lizada que la cantidad de los legisladores colombianos es exce­siva y que no se justifica la exis­tencia de las dos Cámaras, las cuales en líneas generales cumplen las mismas funciones y en conse­cuencia duplican innecesariamen­te su trabajo, se lastran recípro­camente, mermando su rendimiento.

e) Además existe en 1:.. cicdad colombiana, la sensación rdativa a que el Congreso se ha organizado. en todas las épocas en que ha se­sionado, como un reducto para defender y sostener prebendas y privilegios de un grupo minorita­rio de dicha sociedad, y relati­va a que los miembros de ese Con­greso han logrado su propósito sin importarles la miseria y privaciones de las mayorías marginadas. cuyos intereses en cada debate electoral se comprometen a defender. y sin que les merezca preocupación alguna, la crueldad de las guerras civiles y de las violencias polí­ticas periódicas, generadas por su conducta injusta e indolente.

d) Surge, entonces, la convicción nacional referente a que el Congre­so. cuya existencia consideramos esencial como base de una demo­cracia, debe ser reformado a fondo. Por consiguiente rechazamos por insuficientes. las reformas muy superficiales, induíuas en el /\cuer­do Político, celebrado con motivo de la convocatoria para la Asamblea Nacional C'onstituy~·nte de 1 990, Acuerdo que mantiene el sistema bicameral hoy existente y al que sólo k hace a nuestro juicio muy tímidos retoques.

e) La solución se oricn ta, en­tonces, al estudio cid sistema unica­meraL configurado por una ASAM­BLEA NACIONAL cuya composi­ción podría tener corno baS\.': Dos Diputados por cada Departamento y uno más por cada trescientos mil (300.000) o fracción mayor de ciento cincuenta mil ( 150.000) ha­bitantes. Esta Asamblea Nacional contaría, además, con dos Dipu­tados por cada Intendencia y dos por cada Comisaría, divisiones po­lítico-administra ti vas que tendrían, cada una. el carácter de circunscrip­ción electoral. Cabe estudiarse tam­bién la conveniencia de complemen­tar dicha asamblea con un diputad0 por cada grupo o movimiento polí­tico minoritario. cuya participación electoral podría facilitarse mediante la circunscripción nacional.

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f) Como calidades para ser Dipu­tado a la ASAMBLEA NACIONAL parecen apropiadas las contenidas en el artículo 94 de la Constitución vigente. No cabe duda, sin embargo, que es importante estudiar con su­ficiente profundidad las prolúbicio­nes e incompatibilidades, a fin de que el futuro congreso se libre en lo posible de la infiltración de miembros indeseables por su baja calidad moral. Se subraya la nece­sidad de prolúbir la reelección de los diputados para períodos suce­sivos, y el total de estos períodos no debe ser superior a tres.

g) En el Acuerdo de los partidos políticos para la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyen­te de l 990, se incluye la posibili­dad de algunas reformas para forta­lecer la democracia participativa, reformas o disposiciones que con­sideramos útiles para el Congreso Unicameral que estamos recomen­dando.

h) En cuanto a las atribuciones especiales de la que llamamos ASAMBLEA '-lAClONAL DE CO­LOMBIA. habría que estudiar su in­tegración con base en las que se enuncian en los artículos 98 y 102 de la Constitución vigente. con las excepciones consecuentes. entre otras, las contenidas en los incisos primero y segundo del citado artículo 1 02, si se tiene en cuenta que nuestra propuesta de reformas, incluye la posibilidad de estudiar que tanto el Procurador General de la Nación como el Contralor General de la República sean elegidos por voto directo del pueblo colombiano.

5) A LOS TITULOS VI. VII, Vlll, IX, X, Xl, XII, XIII, XIV, XV·

Con relación a estos títulos sur­ge la necesidad de ajustar su redac­ción y contenido a las reformas su­geridas en esta propuesta. y con­viene precisar que en lo que con­cierne al TITULO XI, es oportuno estudiar la posibilidad de revisar el artí9ulo 120 en lo relativo a la

autonomía del gobierno acerca de la participación de los partidos po­líticos derrotados en las elecciones. Igual atención merece la modifica­ción del artículo 136 - TITULO XIII - que establece la paridad en el Consejo de Estado y en la Corte Suprema de Justicia, pari­dad que desentona con la realidad

política de un país donde es im­posible considerar, hoy, la existen­cia de sólo dos partidos políticos. Semejante consideración puede hacerse con respecto a lo dispuesto en el artículo 148 TITULO XV de la Ley en cuestión, referente a paridad.

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..

32ACORE~===================================================

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Asistentes a una de las primeras reuniones informales de la Asociaciór,. En tercer lugar de izquierda a derecha, el Señor Capitán Jorge Bueno 8., uno de los fundadores

deACORE

LOS PRIMEROS PASOS DE ACORE

Con gran entusiasmo, la primera Jun­ta Directiva acometió la importante la­bor de conseguir la mayor cantidad de afi­liación de socios, esfuerzo que se vio re­compensado con una respuesta muy afir­mativa como puede apreciar5e en la si­guiente nota aparecida en el "Primer Boletín" que vio la luz el l 7 de mayo de 1961, esto es seis ( 6) meses después de la fundación; dice la nota: "Estadís· tica de afiliados.- Dentro de la selección propuesta por la directin, cumplida la labor de envío de estatutos e invitacio· nes de injreso a los oficiales de las tres Fuerzas (Ejército, Armada y Fac). Ha.sta

el grado de Mayor y equivalentes en la Armada, se han aprobado 270 solicitu­des, esperándose que el número sobre· pase a los 400 en corto tiempo, en razón a que diariamente se reciben en la secretaría un promedio de 2 a 3 solici­tudes. Como se observa, la afiliación ha tenido un proceso normal y pro¡resiYo y los oficiales invitados a inscribirse una vez que han comprendido la finalidad y han apreciado los objetivos alcanzados y que se alcanzarán a través de la or¡¡ani· zación, se han apresurado a in¡¡resar".

Para el primer aniversario la Asocia­ción tenía a su haber, cumplida una ac­ción positiva y podía decirse que la en-

tidad había "Prendido", era cuestión de proseguir sin desmayo las activida­des de aglutinamiento de los oficiales en retiro, uno de sus objetivos más im­portantes para el momento y que se cumplía con entusiasmo. Inicialmente se había invitado a pertenecer a la Aso­ciación únicamente a los oficiales con sueldo de retiro pero posteriormente se amplió la afiliación a todos los oficiales sin importar su grado ni su sveldo de re­tiro. Desde los primeros meses de su existencia, además del proselitismo, la Asociación comenzó su labor gestora para la solución de los múltiples proble­mas que aquejan al gremio de los retirados, como dificultades en la

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ACORE condecora al Señor Brigadier General Armando Vanegas, Director de la Caja de Retiro de las FF.MM. Impone la Medalla al Señor Coronel Leopoldo Saint Roman, Presidente de la Asociación

atención sanitaria, retardo en el pago de mesadas, etc.

La Asociación curnole su primer año con plena actividad y entusiasmo; veamos cómo registra este hecho el Bo· letín :"\o. 9 de diciembre de 1961.

"ANIVERSARIO FUNDACIO~ ACO­RE: El pasado 25 de noviembre se cum­plió el primer Aniversario de la funda· ción de esta Asociación, Institución que se debe a la iniciativa de un numero­so grupo de oficiales retirados deseosos de contar con una organización de tan imperiosa necesidad para los retirados.

La Junta Directiva desea que esta fe­cha no pase desapercibida, pues ella marca una primera etapa de una tarea que se ha venido cumpliendo en forma por demás satisfactoria y que con el correr de los días, deja ver que la unión y los esfuerzos conjuntos en general de la gran mayoría de los afiliados que hoy integran la Asociación, han hecho de esta agremiación. una entidad de considera· ción y valía, que hoy es mirada con sim­patía y respeto por parte del gobierno y que goza ya de prestigio en el terri· torio nacional".

"Comidas Mensuales": Con el obje­to de promover el objetivo de integra­ción de la Asociación a partir del mes de junio de 1961, se instituyó la costum­bre de llevar a cabo una comida men­sual, iniciativa que con algunas inte· rrupciones evolucionó finalmente a lo que hoy tenemos corno los almuerzos

mensuales. Esta costumbre cuando fue establecida se registró de la siguiente manera en el boletín r\o. 2 de JUniO 19 de 1961 en una nota que a la letra dice:

"COMIDAS MENSUALES.· A partir del último viernes del presente mes de JUnio. ~e iniciarán en Bogotá. en el Club Militar. y de conformidad con lo pres· crito en la ctrcular distinguida con el No. 5O y que ya se hJL.o conocer, las co­midas mensuales. las que serán pagadas por cada uno de los asistentes, y con los propósitos que allí se insertan de pro­mover por todos los medios a su al­cance, el acercamiento y unión de los ofi­Ciales de las FF.MM. en retiro y también oír las iniciativas que puedan ser desa­rrolladas, y los problemas particulares que puedan ser resueltos por conducto de la Asociación.

La directiva se permite insinuar a los comités seccionales y a los socios afilia­dos de fuera de Bogot6, que organicen reuniones sociales semejantes, ya que se cuenta con la colaboración de los co­mandos de brigada y de unidades tácti· cas para efectuarlas en lo~ casinos o clu­bes militares, y con asistencia e invita­ción especial a oficiales en actividad".

LA ACTIVIDAD GESTORA DE ACORE EN LA SEGURIDAD SOCIAL

Desde su fundación ACORE emprende una actividad gestora permanente, orien­tada a lograr la solución de los múltiples problemas que aquejan a los oficiales en

ret1fo y por ex tensión a todas las reser­vas de las Fuerzas Armadas. Ejemplo de esta labor son las acciones en los campos de la sanidad, el prestacional y el educa­cional que a continuación se reseñan:

a. El problema de la atención médi­ca y sanitaria al retirado. Siempre ha si­do una preocupación de ACORE el me­joramiento de la situación sanitaria de sus afiliados y fue así como desde el co­mienzo de sus actividades, atacó el pro· blema empezando por buscar una tari­fa especial del Hospital Militar para los oficiales en uso de retiro y por ende a las reservas de las Fuerzas Armadas. El desarrollo de la acción que culmi· nó con el logro de un contrato de tari· fas especiales con el Hospital Militar Cen­tral. puede apreciarse claramente en los siguientes apartes consignados en los boletines Nos. 6, 7 y 13 (septiembre, octubre de 1961 y mayo 196 2) donde se refleJan el interés y el tesón de las di· rectivas de ACORE para lograr propó­sitos tan importantes.

A continuación los apartes de los bo· letines anunciados:

"Atención afiliados Ho~pit;il Mili­tar: Como resultados a las gestiones he­chas por la Junta Directiva de esta Aso­ciación. ante los organismos directivos del Hospital Militar, Centro Médico Colombiano de Estudios para Graduados, para obtener una tarifa especial que be­neficie al personal militar en retiro, sus esposa~ e hijos. con fecha 2 del pasado mes de ago~to 'e recibió el oficio No. O 1 i 88 de la Secretaría General del Mini)terio de Guerra en el cual informa "que este punto fue tratado ya en la Junta Directiva del citado Instituto y se acordó en principio llevar a cabo un estudio detallado de este plantea­miento para buscar una solución al problema de orden económico que repre­sentaría el acceder a la petición formu­lada". Con fecha 18 de agosto, el Señor Director del Hospital Dr. Alfonso Ramí­rez Gutiérrez, comunica que la Junta Directiva del Hospital en sestón del 1 6 del citado mes de agosto, aceptó en principio fijar una tarifa especial para los Oficia­les en uso de retiro. cuyas cláusulas serán convenidas previamente y que se legali­zarán por intermedio de esta Asocia­ción",

"Asistencia médica y hospitalaria.­Como resultado a las gestiones hechas por la Junta Directiva, mencionadas en Boletines anteriores, se hace cono­cer hoy la respuesta favorable proceden­te del Sr. Ministro de Guerra sobre serví· cios en el Hospital Militar, los que se ob­tuvieron inclusive para Oficiales (no afi­liados) y Suboficiales retirados, por in­termedio de esta Asociación, aclarándose igualmente que las gestiones están encaminadas a obtener los servicios médicos, hospitalarios, de drogas, labora-

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torio, etc., e:xtensiTos a todo el país, para que los afiliados radicados en otras ciudades también puedan disfrutar de ellos.

La carta del Sr. Ministro textualmen­te dice: "República de Colombia. Minis­terio de Guerra. No. 0422/440. Bogotá, D.E. octubre 13 de 1961, Señor Briga­dier General (r) Alberto Boada Acero Presidente Junta Directiva ACORE.L.C.­Por medio de la presente, quiero poner en conocimiento del Señor Brg. Gral, que la Junta Directin del Hospital Militar Centro Médico Colombiano de Estudios para Graduados en su última reunión efectuada, acordó por unanimidad que el mencionado hospital preste los se"icios de asistencia médica y hospitalaria a los Oficiales y Suboficiales en uso de buen retiro, aplicando las mismas tarifas que el gobierno paga por el personal militar en actividad. Posteriormente aer'n ultimadoa los detalles referentes a la iniciación de es­te se"icio. Atentamente Mayor General Rafael Hemández Pardo Ministro de Guerra".

Y efectivamente las gestiones culmi­naron positivamente en la firma de un contrato entre el Hospital Militar Cen­tral y ACORE para la prestación de ser-

v1c1os médicos y de laboratorio, trata· miento de hospitalización y cirugía, así como drogas con destino a los Oficiales socios de ACORE, sus esposas e hijos menores, con las mismas tarifas que las ff.MM. pagan por el personal en serví· cio activo.

Pero ACORE no cejó aquí en su per­manente interés por obtener unos ser­vicios médicos y hospitalarios acordes con las necesidades de sus afiliados, ges­tiones que finalmente obtuvieron la ac­tual situación legal de servicios sanita­rios cuya efectividad, si bien es cierto que no es la ideal, sobre todo en el suministro de drogas, si es bien diferente a lo que se tuviera sin las constantes solicitudes e intervenciones de ACORE que han tenido continuidad hasta la fecha y la Asociación se mantiene vigilante sobre esta área de tanta importancia para sus afiliados.

En 1984, durante la Presidencia del Briaadier General Raúl Martínez Espi­nou, se logró que tanto en el Comite Científico y Administrativo del Hos· pital Militar Central como en el Con­sejo Superior de Sanidad tuviera asien­to el Presidente de ACORE o un dele­gado suyo.

En 1989 el Ministerio de Hacienda resolvió eliminar del presupuesto, el ren­glón de salud para el personal retirado etc. creándose una situación realmente conflic­tiva que la Asociación con la Junta Direc­tiva y su Presidente el Señor Brigadier General José Jaime Rodríguez Rodrí­guez enfrentaron con energía y efecti­vidad, lográndose en 1990 la solución satisfactoria del problema mediante la asignación de las apropiaciones antes ne­gadas.

b. La lucha por las prestaciones socia­les: La discriminación que los Decretos 3071 de 1968 y 2337,2338 y 2340de 1971 establecieron, negando el benefi­cio de una legislación prestacional esta­blecida, al personal retirado con anterio­ridad al 1 o. de enero de 1972 marcó el inicio de una campaña que ACORE li­bró con eficiencia y tenacidad, durante los años 72 y 73 para lograr la reivindi­cación de los derechos conculcados a sus afiliados con estas disposiciones. Las principales incidencias de este importan­tísimo episodio en la actividad gestora y de defensa de sus asociados llevada a cabo por ACORE, fueron las siguientes.

(1) E. 24 de enero de 1972 se orga­niza, liderado por ACORE, un Comité

El Comité de Asociaciones de retirados, liderado por el Presidente de ACORE, General Alberto Ruiz Novoa en la lucha

prestacional se entrevista con el Señor Presidente de la República Dr. Mísael Pastrana Borrero

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de las Asociaciones del personal de las Fuerzas Militares y de la Policía ;>.;acio­nal en retiro, entidad que se dedicaría en forma exclusiva a buscar por todos los medíos la solución del problema originado con la aplicación de los de­cretos mencionados.

( 2) El Comité produce un excelente memorial dirigido al Presidente de la Re­pública. quien concede una audiencia el lo. de febrero de 1972 y promete estu­diar detenidamente la situación. I·n mar­zo el Comité de las Asociaciones oficia al Ministro de Defensa. sentando su recla­mación sobre los Decretos mencionados y hactendo ver la injusticia que su aplicación representaba.

( 3) En abril de 1972, el Ministro de Defensa Nacional da respuesta al Comí­te demostrando buena disposición para el arreglo de la situación, pero poniendo de presente que el mayor obstáculo es la situación presupuesta!, cuyo estudio está llevándose a cabo.

(4) El 2:! de noviembre de 1972, en vtSta de no tener respuesta a los reque­rimientos hechos, el Comité pide y logra una nueva audiencia con el Presidente de la Repúblka quien impresionado con los argumentos presentados, ofrece una reumón ~on.runta con el \tinistro de Defensa i'íacional para estudiar la situa­ción, reunión que no se lle\Ó a cabo pese a la insistencia que para ello se hizo.

t5) En maflo de 1973. ACORE- con­sidera que las gestiones ante el e1ecuth o se encuentran en una etapa de agota­miento. al ser expedidas las primeras re­soluciones negando las petictones de rea­¡uste formuladas ror los mteresados, a trav~s de la Cata de Retiro.

En consecuencia, deja en libertad a los asociados para entablar las demandas de sus derechos no reconocidos. Sin embargo, informa que seguirá insistiendo en una medida que restituya la igualdad prestacional afectada, ya que está en trá­mite una ley de facultades extraordinarias.

(6) En julio de 1973, la Junta Directi­va de ACORI:: encabezada por su Pre­stdente General Alberto Ruiz No,·oa er prende una campatia acttva y decidida orientada en cuatro frentes para obte­ner del gobierno la medida que dentelva a los retirados los derechos arrebatados. l:sos frentes fueron:

El eJecutivo, el legislativo, el conten­cioso administrativo y la opinión pública.

( 7) Finalmente y gractas a la insisten­cia de ACORh y a la receptividad del Presidente Pastrana y su ~flnistro el General Curre a, el gobierno presenta al Congreso el Proyecto de 1 ey r\o. 45 cuyo epígrafe fue el siguie•1te.

PROYECTO DE LEY No. 45

"Por la cual se hacen extensivos unos beneficios de los Decretos Leyes :!33 7, 2338 y 2340 de 1971, al personal de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Míhtares y de la Pohcía Kacional, Agen­tes y sus beneficiarios en goce de asigna­ción de retiro o pensión"

El proyecto fue presentado en agosto de 197 3 y aprobado en comisiones } ple­narias de senado ~ cámara, stendo el ul­timo debate el 11 de d1.:1embre -3. que­dando as hsta la Le) para sanc10n pre­stdenctal lo cual ~e logró en d!ctembre 31 de 19-3 astgnándosele el No. 41.

Aspecto general de uno de los almuerzos de compafleros

Además, el Gobierno en uso de las facultades concedidas por el con­greso, dictó el Decreto N o. 1305 del :! de JUlio/75 que contiene medidas prestacionales de excepcional impor-tancia para las fuerzas Armadas extensivas al personal retirado.

Las dos medidas, es decir la Ley 41 y d Decreto 1305, se consideran como un gran triunfo de la gestión de ACORE logradas por la tenacidad en la acción de dos años y medio de lucha. f·ste triun­fo lo registra el Boletín No. 144 cuyos apartes principales son los siguientes:

"1. La ley 41 de 1973, producto de la intensa ~ampaila de AC'ORF, ante el gobierno y el congreso, significó para los oficiales retirados antes del lo. de enero de 1971, aumentos de por vida en la asignación de retiro que variaron entre un 20 olo y un 40 ojo según las condiciones individuales de beneficiarios, grados, etc.

2. La disposición sobre el aumento al l 00 ofo de la asignación de retiro para los beneficiarios a la muerte del oficial, sig­n.fica para éstos un aumento del 33 ojo de esta asignación hasta su extinción por las diversas causas legales.

3. El acrecimiento de la pensión para las hijas célibes que es por el total de la asignación de retiro, las protege de por vida en forma enteramente satisfactoria, y es una prestactón que había sido supri­nuda.

4. El subsidio familiar para las hijas céhbes, sin limitación de edad, signifi­ca un aumento del 4 ojo del sueldo basico para los oficiales que tengan hijas en estas condiciones.

Lo mismo con los hiJos varones que sigan estudios universitarios hasta los 24 años.

5. H restablecimiento de la compati­bilidad entre la asignación de retiro y otras pensiones de retiro del sector pú­blico, devuelve a muchos oficiales retira­dos este derecho que les había sido qui­tado cuando ya estaban en condiciones de reclamar esta prestación y la abre para todos los miembros de la Institución

6. Se estableció el derecho a servir en la Admmistración Pública sin limita­ción alguna. que había sido recortado por el Decreto 1950 de 1973".

Lamentablemente volvió a repetirse la historia del desconocimiento de de­rechos prestacionales a los retirados, con la expediciÓn del Decreto ~o. 089 de 1984, en el cual se discriminaron los fac­tores de liquidación salarial (Concreta­mente la prima de actividad), para el personal que se había retirado antes de

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1984, es decir de la fecha de este De­creto.

ACORE, entonces con las experiencias logradas en este campo, comenzó la lu­cha nuevamente para la eliminación de tan injustas determinaciones, buscando que el Ministerio de Defensa Nacional y el gobierno las rectificaran con una medida adecuada.

Fue así como la Junta Directiva ele­gida en 1984 con el Señor Bri¡¡adier General Raúl Martínez Espinosa como Presidente, inició las reclamaetones en este sentido, lamentablemente sin lo­grar progresos tangibles pero dejando en las ~ntidades gubernamentales la certi­dumbre de la necesidad de resarcir los daños causados por la medida impugnada.

La Junta Directiva elegida en 1985 con el Señor Bri¡¡adier General Gabriel Puyana García, como Presidente. conti­nuó sin desmayo la campaña durante los tres años siguientes con numerosos escri­tos y solicitudes, que fueron atendidas por el Ministerio de Defensa y el gobierno obteniéndose la promesa del arreglo del problema.

En 1988 la Junta Directiva elegida en ese año con el señor Brigadier General José Jaime Rodríguez R. como Presiden­te, siguió insistiendo en forma vehemente ante el gobierno y el Ministerio de Defen­sa, lográndose en 1989 la expedición del Decreto 095 que eliminó las discrimina­ciones tán largamente combatidas. Este Decreto si bien es cierto que subsanó el problema lo hizo por etapas, es decir a plazos; sin embargo, hay que recono­cerlo, se consideró como una solución.

Desgraciadamente el Decreto mencio­nado fue invalidado en los apartes perni­nentes por una sentencia de inconstitu­cionalidad emitida por el Consejo de Es­tado. En estas circunstancias ACORE vuelve a insistir ante el gobierno 90bre la necesidad de restituir lo perdido y es así como en ;uruo de 1990 se obtlene el Decreto 1211 que restablece lo mvali­dado en el Decreto 095.

Pero lo cierto es, que éste fue otro triunfo de la tesonera labor de tutela, vigilancia y reclamación que de los dere­chos de sus afiliados ha venido haciendo ACORE desde el momento de su funda­ción.

c. ASPECTOS EDUCACIONALES Y ACADEMICOS

l. Educacionales: Desde su fundación ACORE se preocupó por los aspectos que tienen que ver con la educación y preparación tanto de los oficiales en re­tiro, como de sus h.ijos y familiares, así como de la ambientación del oficial, para ayudarle en el tránsito de la actividad al retiro. Es así como el desarrollo de cur-

Acto de inauguración de la sede propia de ACORE el 9 de abril de 1975. Habla el Presidente de la Asociación General Alberto Ruiz Novoa

sos, seminarios, símposios, conferencias y otras actividades docentes han sido una constante a través de la existencia de la Asociación.

Una muestra de esta preocupación se puede apreciar en la nota aparecida en el Primer Boletín editado en mayo 17 de 1961 es decir cuando ACORE contaba con seis meses de fundada. La nota dice lo siguiente:

"CURSOS.- La directiva entre sus inqu!etudes y planei, se propone auspi­ciar y llevar a efecto unos cursos cortos e intenso)¡¡ de preparación de oficiales para distintas actividades en la vida ci­vil, habiéndose proyectado los si¡¡uientes: Idiomas, Bancos, Administración, Com­pra y almacenes, Organización de Em­presas, Ventas y relaciones industriales en la actualidad, y con los oficiales resi­dentes en Bogotá y en forma tentati­va se podría decir, se adelanta, con 34 alumnos, en el Club Militar el básico de desarrollo industrial, bajo la dirección del profesor J. E. Berumen, de la or¡¡a­nizaci6n I.R.C. {Industrial, Relaciones, Consultas, Ltda.), cuyo costo rebajado lo pagan los alumnos a razón de S 200.oo cada uno. Este curso tiene una duración de 3 semanas y se dicta de 7 a 9 a.m. para un ¡rupo de 17 alumno5 y de 4 a 6 p.m. para el otro IUPO del mismo nú­mero de alumno5. Además, al primero asiJten 3 oficiale5 en actiYidad, Tolunta­rioa, que pa¡an su cuno y pertenecen y repre11entan a las 3 Fuerz11 (Ejército, Armada y Fac).

Posteriormente se harm conocer resultado•, nueYOil proyectos y realiza­ciones al re11pecto".

En octubre de 1962 el Presidente Coronel Julio Santoyo en un informe al Consejo Consultivo, comienza a agi­tar la idea de la fundación de colegios de primaria y bachillerato no sólo para los h.ijos del personal retirado, sino que va más allá pensando en los compa­ñeros en actividad. En esta forma ACORE se constituye en la precursora de la idea afortunada de lo que hoy se tiene como los Liceos de las Fuerzas Militares

Más tarde como objetivo específico se propuso crear un Centro Educativo para los niveles primario, secundario y universitario; el estudio avanzó hasta producir varios documentos como "Me­todología para la elaboración y ejecu­ción de los trabajos necesarios para el adecuado desarrollo del núcleo educati­vo, piloto de ACORE, y las Fuerzas Militares de Colombia" y una "Pro­puesta de asesoría t6cnica y servicios pro­fesionales" de un equipo de arquitectos, además de un documento sobre Nuevas orientaciones sobre la arquitectura esco­lar". Esta idea lamentablemente, por múltiples circunstancias, entre ellas las dificultades presupuestales, no tuvo realización; sin embargo ACORE conti­nuando con la idea de la capacitación, ha venido adelantando permanentemente cursos y seminarios de gestión empresa­rial, con profesores seleccionados entre los mismos socios y otros contratados con universidades y centros educativos.

Sin embargo, con la idea del centro educativo en forma separada un cente­nar de oficiales de ACORE fundó la en­tidad "Cooperativa Militar Monserrate" y puso a funcionar en 1981 un Colegio Cooperativo que en la actualidad tiene

======================================================:::ACORE41

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diez años de operación, instalaciones propias y los niveles de primaria y se­cundaria.

Más tarde, en 1978, ACORE vuelve a ser pionera de una idea que tendría apli­cación y realización posterior: se trata de la Universidad a Distancia. Siendo Pre­sidente de ACORE el Señor General Alberto Ruiz Novoa, en desarrollo de los planes de trabajo de un Comité de Educación que en estrecha coordina­ción con rniern bros de la Asociación Panamericana de Administradores Edu­cativos, adelantó la ejecución de un completo estudio tendiente a estable­cer la "Fundación para el Desarrollo Educacional" utilizando el sistema de Educación a Distancia.

El proyecto contempla la creación de la Universidad a Distancia, emplean­do métodos modernos tales corno la ra­dio, televisión y el video. El estudio fue expuesto en la sede de la Asociación ante delegados del Ministerio de Defen­sa, Comando General, Comandantes de Fuerzas, Andi, Fenalco. sector ban­cario e industrial y de otros sectores ofi­ciales y privados, recibiendo una total aprobación y ofrecimiento de respaldo.

Este fue el comienzo de lo que más tarde se convirtió en importante parte de un programa de gobierno corno el es­tablecimiento de la "Univt:rsidad a Distan­cia" que hoy tiene el país. Así a AC'ORE no se le haya reconocido la autoría fue una contribución muy importante de la Asociación al progreso educacional del país.

2. Académicos:

a) El Centro Nacional de Estudios por Colombia "CENEC". Siendo Presidente de la Junta Directiva el Señor Brigadier General Gabriel Puyana García se funda este Centro Académico el 13 de mayo de 1987.

El objetivo con el cual se creó el Cen­tro fue el de "Estudiar en su seno inicia· tivas e ideas que puedan convertirse en recomendaciones al gobierno y llamados a la ciudadanía en general, en procura de una sociedad más justa, más equitativa y más igualitaria, como condición básica para la solución de los graves problemas nacionales".

En función de este objetivo el CENEC ha venido laborando desde su fundación con la realización de foros, seminarios y conferencias sobre los principales proble­mas nacionales.

La Asamblea General de socios reali­zada el 3 O de marzo de 1990, decide incorporar al CENEC corno un organismo integrante de la Asociación Colombiana de Oficiales de las FF.MM. en Retiro, dándole la calidad de "Unidad acadérni-

Sede de ACORE. En primer plano se aprecia la magnífica ampliación

co-investigativa y docente" cuyo domi­cilio principal será la sede de ACORE en Bogotá, pero que podrá organizar capí­tulos regionales en las diferentes seccio­nales de la Asociación y establecer víncu­los con organismos similares, nacionales o extranjeros.

Con esta nueva orientación el CE"EC ha variado un poco sus ob]ethos iniciales dirigiéndolos hacia el desarrollo de los obJeth·os de ACORE y además consti­tuyéndose en un instrumento de la expre­sión intelectual y técnica de los mili­tares retirados, actividades que sin duda van a redundar en indiscutible beneficio para la Asociación y para el país.

EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES DEL PERSONAL RETIRADO

Por considerarlo de importancia y ac­tualidad, se incluye este comentario sobre un episodio que originó una declaración de la Junta Directiva de la Asociación y de su Presidente el Señor General Al· berto Ruiz Novoa, sobre el ejercicio de los derechos constitucionales de los afi­liados a ACORE, lo que quiere decir por extensión, del personal retirado de las Fuerzas Armadas.

El resumen de los acontecimientos es el siguiente:

Un oficial miembro de la Junta Direc­tiva solicita su retiro de ésta, por ha­berse comprometido en menesteres políticos de carácter partidista.

Otro oficial solicita a la Junta Directi­va un "Pronunciamiento Oficial" so­bre b participación en política de par­tido por parte de miembros de la Jun­ta Directiva de ACORE.

Además, otros oficiales envían una comunicación al Presidente de la Jun­ta Directiva, pidiéndole la convocato­na a una Asamblea Extraordinaria, por considerar que la actuación en po­lítica de los Directivos de ACORE compromete a ésta también política­mente .

Estas circunstancias obligaron a la Junta Directiva a emitir una declaración la cual fue publicada en el Boletín No. 126 del 6 de marzo de 1974 cuyos apar­tes más importantes son los siguientes·

"La Junta Directiva después de un estudio exhaustivo del problema pone a conocimiento de los señores asociados las siguientes consideraciones y conclu­siones:

l. La inquietud tiene su ori¡¡en prima­rio en la apoliticidad del Militar durante su tiempo de permanencia en el servicio activo. Esta obligación constitucional limitante temporal de sus derechos ciudadanos, crea en el Militar indiferencia por las cuestiones que dicen relación con la cosa pública y en ocasiones aenera sentimientos adversos hacia tal actividad. Sin embargo, es necesario considerar que el espíritu público bien llevado es saluda­ble para la nación ya que sólo a través de la expresión de la propia opinión pueden los ciudadanos influir en el manejo del

42ACORE ==~==~~~~~~==============~~====~~======::

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país y de los asuntos que los afectan so­cial o económicamente. Es desde todo punto de vista reSPetable la actitud de quienes no gustan de esa actividad, pero también lo es la de quienes sienten incli­nación por contribuir con el concurso de su inteli¡encia a la solución de los proble­mas nacionales ....

2 En los estatutos de ACORE no exis­te ningún mandato, tácito ni expreso, que prohiba a sus miembros o directivos la intervención en política .. .

3. Creemos sinceramente que los mili­tares retirados debemos superar algunos infundados prejuicios con el fin de ven­cer la barrera que impide nuestra inte­gración con la sociedad civil, con todos los inconvenientes y desventajas que este marginamiento acarrea ...

4. Por la.s razone:. anteriores, la Junta desea llevar a la consideración de los so­cios la seguridad de que;

(1) El nombre de la Asociación no se ha tomado con el fin de respaldar las intervenciones públicas de algunos de sus socios.

(2) Loli socio¡¡ de ACORE, sean o no directivos, no tienen limitación alsuna para intervenir activamente en política, ni se ha comprometido tácita o expresa­mente a esa limitación de sus derechos ciudadanos.

(3) No existen motivos para pensar que las ejecutorias individuales de los socios de ACORE,ya sea en la política o en cualquiera otro campo de activi­dades como la literatura, la ciencia, los negocios, los deportes, etc., puedan com-prometer a la entidad como tal.

( 4) Estas mismas actividades indivi­duales, públicti o privadas, no impiden la labor que los directivos de la Aso· ciación deben cumplir en beneficio de la entidad en virtud del objeto so­cial que contienen )o¡¡ estatutos.

(S) Resultaría inadmisible como contrario a la formación, capacidades e inteligencia de los oficiales socios de ACORE, que a diferencia de lo que sucede en las otras entiAades similares ex.iJteutea en el país, en nueitra Aso­c1ad6n ae presentaran diferencias en razón de las opiniones y actividades políticas de sus integrantes, que sean adelantadas dentro de la legitimidad, al igual que lo hacen los demás ciuda­danos colombianos".

Como conclusión final la Junta dispuso manifestar al oficial miem­bro de la Junta Directiva que no se jus­tificaba su retiro de la misma y que po­día adelantar sus actividades políticas en ejercicio de sus "derechos constitu·

cionales" sin comprometer a la Aso­ciación

ASPECTOS DE BIENESTAR Y SER­VICIOS

a. LAS SEDES DE ACORE:

ACORE comenzó su funcionamiento en una oficina cedida por el Ministerio de Guerra en sus mismas dependencias del edificio Bochica distinguida con el nú­mero 921; más tarde con el traslado del Ministerio al Centro Administrativo Nacional "CAN" el Ministro de Guerra mantuvo su ofrecimiento de la oficina para ACORE, designando a partir de marzo de 1962 la No. 206. Allí estuvo la sede hasta febrero 25 de 1966, cuan­do la Asociación gestionó con la Caja de Retiro de las Fuerzas Militares una ofl­cina en el Edificio Bochica, donde comen­zó a despachar desde la fecha antes men­cionada en la oficina 605, luego se tras­ladó a la 717 y más tarde en mayo de 1967 a la 608 en el mismo Edificio Bochica. Pero estas sedes, como puede suponerse, además de ser eminentemente transitorias, eran despachos donde la Aso­ciación, no podía desarrollar ninguna actividad, ni siquiera reuniones mayores de 1 O personas.

En septiembre de 1974 se llevó a cabo una Asamblea Extraordinaria y en ella el Señor General Ruiz Novo a, Presi­dente entonces de la Asociación, plantea la necesidad de tomar en arriendo, mien­tras se adquiere una sede propia, una casa amplia bien situada donde pudie­ran organizarse las diferentes dependen­cias de la Asociación. La Asamblea aprue­ba esta solicitud y la Junta Directiva co-

menzó las gestiones para la consecu­ción del mmueble, objetivo que se logró en abril 1974, cuando se toma en arrien­do la casa situada en la calle 46 A No. l6A-5l.

En la misma Asamblea el Tenien­te Rodolfo Evers .Erazo presentó una proposición con el siguiente conteni­do:

"Proposición para adqu.isid6n dt Mde . El Señor teniente Rodolfo Evera Erazo da le.-:tura a la proposición No. 2 cuyo contenido es el si¡ulente:

La secciona! Cali solicita a la Asam­blea General Extraordinaria reunida en la fecha, aprobar que, los socios de ACORE con derecho a asignación de retiro, donen a la Asociación el valor del primer aumen· to mensual, que deban recibir en su sueldo de retiro por aplicación de los efectos del proyecto de Ley 45 de 1973 una vez aprobada y con destino a la ad­quisictón y dotación de la sede de ACORE. Los socios sin sueldo de retiro contribuirán con un aporte voluntario y que orientar' la Junta Directiva , i¡ual al término medio del aporte de los so­cios con sueldo de retiro".

Pero la Presidencia y la Junta Direc­tiva de ACORE continuaban con la in­tención de alcanzar el objetivo de una sede propia y fue así como pudo crista· lizarse la idea en abril de 197 5 fecha en que se firmó la escritura No. O 1143 por medio de la cual se adquiría al señor la· cobo Temel la casa situada en la calle 70 No. 4-24 de la ciudad de Bogotá, lleván­dose a cabo su inauguración el 9 de abril de 1975 con asistencia de los Altos Mandos.

Ola de las Reservas en Bogotá. Ofrecen la ofrenda floral los señores expresidentes Generales Luis Ernesto Ordóñez Castillo y Gabnel Parfs Gordillo

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Almuerzo campestre de ACORE en predios de la Escuela de Caballerfa

Este logro se debió a la tenacidad en la búsqueda de este obJetivo del Presi· dente de la Junta Directiva General Alberto Ruiz Novoa y a la generosa co­laboración de todos los afiliados a la Asociación, quienes aportaron el equi­valente al primer aumento percibido por gracia de la Ley 41 de 197 3 y al prés­tamo que para cancelar el saldo hizo la Cija de Retiro de las Fuerzas ~lilitares .

La sede adquirida, con unas Impor­tan tes ampliaciones cuyo planeanuen­to comenzó el Brigadier General lar· tineL Espinosa como Presidente en 1984 y llevadas a cabo en la Presiden­cia del Señor Brigadier General l'uyana García, cuenta ahora con un adecuado número de oficmas para el funciona­miento de todas las actividades adminis­trativas de la Asociación, además de un amplio sector social donde pueden lle­varse a cabo reuniones hasta de 200 personas y cuya explotación le deja a la Asociación importantes beneficios económicos.

b. CENTRO ASISTENCIAL ACORE

Con el noble propósito de aliviar las necesidades médico-asistenciales de los asociados, la Junta Directiva y su Presi­dente. en ese entonces el General Ruiz Novoa resolvió crear un organismo que proporcionara atención médica y odon­tológica a los miembros de la Asocia­ción, el cual fue aprobado por la Asam­blea General el 30 de mayo de 1979.

Los objetivos fundamentales del Cen­tro Asistencial consigr¡ados en su regla-

mentación y los cuales se han venido cumpliendo en forma excelente. mejoran­do los servicios permanentemente son los siguientes:

l. Desarrollar la política y los planes ge­nerales que en el campo asistencial adopte la Junta Directiva de la Asocia­ción.

2. Colaborar con los organismos oficia· les en todo lo referente a atención primaria, así como el desarrollo de las campañas de vacunación y de me­dicma preventiva.

3. Prestar atención médico-odontológi­ca de tipo ambulatorio, inicialmente onentada a los siguientes grupos de población relacionados con la colec­tividad militar

- So-~os de ACORE y sus esposas e hiJOS

- Padres y hermanos de SOCIOS.

-Yernos, nueras y nietos de soc1o~.

4. Se considera en estos casos como atención ambulatoria la proporcio­nada por consulta, en las instalacio­nes del Centro con miras a la preven­ción y recuperación de la salud, den­tro de la mayor eficiencia posible.

S. Realizar una consulta de orden gene­ral, tratando de resolver al máximo la situación del paciente desde el pun­to de vista clínico, circunscribiendo las interconsultas. Jos exámenes de labora-

torio y la práctica de procedimientos especiales de exploración, a quienes verdaderamente necesiten de ellos.

6. Dentro de sus posibilidades actuales, prestar primeros auxilios a quienes así lo requieran.

7. Participar a este nivel en casos de cala­midad pública.

8. Atender consulta odontológica en los siguientes niveles:

-Preventivo: para disminuir la inci­dencia de los padecimientos bucales, sobre todo de la caries dental y de la enfermedad penodental.

-Diagnóstico: Rayos X.

-Curativo: Tratamiento de operatoria, endodoncia, medicina oral y urgen­cias.

-Toma de impresiones: Para trabajos de prótesis.

La Asociación adquirió el inmueble lo­calizado en la calle 6 7 ~o. 4A-71 y lo acondiciOnó en muy buena forma para el funcionamiento del Centro Asistencial. En 1984 se organizaron y dotaron los con­sultorios de ginecología, urología, pe-diatría, cardiología, dermato!og1 a y se puso en funcionamiento el laboratorio clínico. En el área de odontología se ampliaron los servicios a familiares di­rectos de los socios así como a oficiales en servicio activo, sus señoras e hijos.

En 1987 el Centro se traladó a la se­de principal de ACORE cuya amplia­ción contempló los espacios necesa­rios para su funcionamiento.

El Centro ha venido cumpliendo desde su creación, una importantísima labor con el cubrimiento de atención médica en las áreas de medicina general, especializada, laboratorio clínico y odon· tología. La siguiente estadística global da una clara idea del serviciO tan importan­te que el Centro está proporcionando a los afiliados a ACORE y a sus depen­dientes directos:

Consultas medicma general ...... 2668 Consultas medicina especialllada .. 3136 Consultas odontológicas ........ 1801 Calzas de amalgamas .......... 8437 Calzas de resina .............. 2673 ProfiláxlS. . ............... 1651 Exodonci~ ................. 299 Exámenes de laboratorio ........ 1200

e:. EL FONDO DE AYUDA MUTUA

El Fondo de Ayuda Mutua "Es un se­guro de vida sui-géneris" que ACORE estableció desde 1963, es decir, cuando apenas tenía dos años de fundada. El Fondo se creó con cuotas voluntarias de

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los afiliados y con el objetivo fundamen­tal de "Auxiliar de modo inmediato a los beneficiarios del socio que muera o desaparezca".

Esta noble y eficiente institución, ha sido de un gran beneficio para los deudos de los soc1os desaparecidos y su cumpli­miento tam b1én ha sido excepcional.

ACORl· estableció un reglamento que ha vemdo actualizándose adecuadamente } que regula acertadamente el beneficio. teniendo en cuenta el espíritu y la filoso­fía del servicio. atendiendo a toda la ca· suí stica que pueda presentarse y prácti­camente en todo el tiempo que llene de vigencia. d auxilio no ha tcnü.lo ningún problema ni se han prc!>entado redama­etones m demandas.

la primera entrega del 1 ondo de Ayuda Mutua la registra el boletín ~o. 3 2 de se pttem bre ::! 1 de:- 1964 en la si­~uiente forma. "Efectividad del l·ondo de Ayuda Mutua: para conocimiento de los señores ofic1ales voluntarios del Fondo de Ayuda Mutua, se les informa que con motivo del sensible fallecimien­to del señor Coronel Dante! Cuervo Araoz el secretano de la Asociación se hit.o presente en la residencia de la fa­milia Cuervo Salcedo y entregó perso­nalmente a su beneficiaria señora 1 ucila Salcedo V. de Cuervo Araoz, la suma de Catorce mil quinientos pesos (S 14.500 oo ), valor del número de socios que habían consignado la pnmera cuota de inscripción con fecha 1 o. de septiem­bre de 1964".

Desde entonces el Pondo ha v.:nido cumpliendo sin solución de -.ontinui­dad, su loable comettdo el cual se refle­Ja objetivamente en las siguientes ci­fras que dan una 1dea de su efecttv1dad :

:-Júmero de beneficios pagados 20~

\1onto de beneficios pagados S 11 9'916. 034.02 Promedio del beneficio entregado 593.643.71 :-.;úmero de socios actuales l. 230 (50 o/o de los afiliados a ACORE).

d . FONDO DE PRESTAMOS PARA SOCIOS DE ACORE

A partir de marzo de 1989 la J unta Di­rectiva con la Presidencia del Señor Bri­gadier General José J aime Rodríguez R. esta_bleció el "Fondo de Préstamos para Soctos de ACORE", medida que consti­tuía una aspiración de los afiliados lar­gamente esperada y que vino a satisfa­cer, así sea parcialmente necesidades sentidas en el gremio de retkados.

El Fondo a partir de su estableci­~iento ha venido cumpliendo su obje­tiVo en forma eficiente y permanente

Prestación de servicios médicos en el Centro Asistencial de ACORE

satisfactendo en muy huena partt' tas solicitudes que le llegan.

Para su operación se establectó una reglamentación cuyos puntos principales son los sigutentes:

l . Cantidad máxima autorizada · S 150. OOO.oo

2. Plazo· doce ( 1 2) meses. 3. lntl·rés 3 o/o sobre saldos.

Una caract.:rística mu~ importante de este servicio, es t>l mínimo de trámite qlll'

el solicitante tiene que llevar a cabo y la prontttud con que se le resuelve la sohct· tu d.

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Actividades del Comité Femenino de ACORE con su Presidenta la señora Gi/ma de Muriel

Desde su establecimiento el Fondo ha otorgado ochenta y seis ( 86) préstamos por un total de S 12'000. OOO.oo.

e. PRENSA Y PUBLICACIONES

ACORE cuenta con dos elementos muy importantes para cumplir los obje­tivos de información a sus afiliados y de difusión del pensamiento y la inteligen­cia. Estos son: el Boletín y la Revista.

l. El Boletín de ACORE:

Se ha mencionado, (a lo largo de este escrito) y citado en repetidas ocasiones como fuente principal de información al "Boletín Informativo de ACORI:" sin que se haya hablado de su comien­zo y sus objetivos. Pues bien, este órga­no de información de la Asociación, nació seis meses después de fundada ACORE el 17 de mayo de 1961. He aquí cómo fueron los primeros renglones de esta publicación que se ha mantenido ininterrumpidamente durante 30 años.

"La introducción: se inicia hoy la publicación de los boletines informati­vos de la Asociación, con el número 1, la que se espera continuar en lo posible bimensualmente, con el propósito de que los afiliados estén enterados perió­dicamente de las labores adelantadas y objetivos cumplidos por la Directiva en favor de todos sus asociados".

Estas publicaciones, es obvio, se harán en forma muy sucinta, agradeciendo la Directiva a sus afiliados el envío por escrito de cualquier sugerencia de

aplicación práctica que puedan tener al respecto".

Este boletín ha venido siendo desde 1 961 el principal medio de información, de todas las actividades y hechos impor­tantes de la Asociación y de sus asocia­dos, sirviendo de enlace entre los mismos. En 1984 la Junta Directiva con la Presi­dencia del Seiior BG. Martínez Espino­sa le da el carácter de un periódico tipo tabloide cuyo contenido además de informativo presta el servicio a los aso­ciados para un posible mercado de servi­cios y bolsa de empleo.

Hasta el momento de esta publica­ción el boletín va en el número 300. Lo cual muestra una continuidad excep­cional.

Además. el acierto que ha tenido la Asociación de mantener un archivo cuidadoso de la publicación, da la oportunidad de contar con una mara­villosa fuente de información sobre va­riadísirnos aspectos de la vida de ACORE a través de toda su existencia.

2. La Revista de ACORE:

El primer intento de fundación de una revista como órgano de divulgación de la Asociación, se encuentra en el Boletín No. 32 de septiembre de 1964, cuando la Junta Directiva se dirige a los asocia­dos a través del Boletín No. 32, pidién­doles su colaboración para convertir en realidad la publicación de una revista que hiciera conocer tanto los objetivos de la Asociación, como el pensamiento

y las experienctas de los afiliados. Esta publicación estaba prevista para que se imprimiera con motivo del cuarto aniver­sario de la fundación de ACORE. Sin em­bargo este intento no pasó de tener más que buenas intenciones, no se sabe si fue apatía de los asociados u otra causa lo que determinó que no naciera la revis­ta en forma definitiva sino hasta el 1 o. de diciembre de 1973, siendo Presiden­te el Señor General Alberto Ruiz Novoa.

Este hecho queda registrado en el bole­tín No. 118 de septiembre de 1973, en la siguiente forma:

"Durante las recientes visitas y reen­cuentros del Presidente de la Junta Di­rectiva con sus compañeros de armas, tanto residenciados en la capital como en las diferentes ciudades del país, se pudo evidenciar el anhelo de todos los miembros de la FF.MM. en retiro, por conocer la suerte de sus compañeros, volver a establecer los antiguos pero latentes y afectivos vínculos de amis­tad y especialmente mantener una co­municación y enlace más estrecho con sus compañeros.

"Como estos anhelos e inquietudes sólo quedan en el ámbito de las buenas intenciones, por cárecerse de un me­dio de comunicación efectivo para lle­varse a la práctica, la Junta Directiva de la Asociación en su pasada reunión de­terminó crear y publicar un órgano de divulgación y enlace que permita estable-cer las condiciones necesarias para:

"a) Estrechar las relaciones entre sus asociados.

"b) Fomentar y mantener los vínculos de enlace en tal forma que permita esti­mular la comunicación entre todos los oficiales.

"e) Acercar, por intermedio de las pá­ginas impresas, a todos y cada uno de los miembros de la Asociación con sus antiguos compañeros de armas.

"d) Cohesionar a todos los oficiales '­de las Fuerzas Militares en retiro. resta­blecer sus relaciones de amistad y ac.re­centar el espíritu de ayuda y la mística por las Instituciones.

"e) Mantener vigentes y vivos los senti­mientos de comprensión, aprecio y cor­dialidad de que hicieron gala en el ser­vicio activo y que ahora también son ne­cesarios ejercer y desarrollar, como la mejor manera de fundamentar la amistad".

En efecto el primer número aparece el lo. de diciembre de 1973, fecha previs­ta, llevando en su carátula el escudo de ACORE.

Desde entonces la revista se ha venido publicando sin interrupción, excepto du­rante un lapso de cinco meses entre los números 8 y 9 debido a dificult'cldes eco­nómicas sorteadas las cuales, no ha vuelto

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a presentarse ninguna solución de conti­nuidad en su edición. Hasta la fecha han aparecido 69 números de la revista.

3. Ediciones ACORE:

Con el objeto de divulgar las obras de autores militares y en general aquellas sobre tema:. como el de la historia mili­tar, la defensa nacional, la seguridad y todo lo que toque con la problemática del país, la Junta Directiva de ACORE con su Presidente el señor General José Jaime Rodríguez R., dio el importante paso de ofrecer una nueva publica­ción, a la cual se le dio el nombre de "Ediciones Acore" y que pretende dar a la luz un libro o dos cada año.

La primera obra apareció con ocasión del XXX Aniversarto de ACORE, y su título es "La Colonización Militar y el Conflicto ( olombo-Peruano" con auto­ría del Senor Teniente Coronel Alfonso Pinzón Forero.

"ldtciones Acore" es un logro muy importante que está llamado a ser, el hito de divulgación cultural más signifi­cativo de la Asociación.

f. RECREACION, DEPORTES Y ACTIVIDADES SOCIALES

En todo conglomerado humano JUegan un papel muy importante las actividades que tiendan a procurar su cohesión, a for­talecer su espíritu de cuerpo, a la crea­ctón de una mística, a despertar el senti­miento de solidaridad y en fin a todo aquello que mejore el conocimiento mutuo y el acercamiento humano.

Acore consciente de estas necesida­des ha organilado un Comité de Re­creactón y Deportes, y un Co:r.ité Feme­nimo dejando las actividades sociales a cargo de la Secretaría General. Fstos organismos han venido cumpliendo una importante labor en las diferentes áreas así:

l . Recreación y Deportes:

a) Recreación: Se han programado via­jes turísticos dentro del país y en coordi­nación con las Fuerzas Militares, para uso de facilidades de alojamiento y pa­s~es económicos. En esta forma han po­dido llevarse a cabo paseos al Centro Va­cacional en Mariquita (Tolima), al Centro Vacacional del Club Militar en Melgar, al Centro Vacacional "San Fernando" de Santa Marta, al Centro Vacacional en las playas de Coveñas en la Costa Atlántica y visitas a sitios de interés cultural tales como museos y lugares históricos.

b) Deportes: Se programan y reali­zan eventos deportivos de variada cate­goría y alcance, buscando la mayor par­tipación posible de socios y familiares en competencias deportivas, en coordi-

nación con oficiales en servtcto activo con el fin de contribuir a estrechar los lazos de compañerismo y amistad.

Actualmente se llevan a cabo tor­neos de

Ajedrez. En la sede social de ACORE Tenis. En las canchas del Club Militar Bolos. En las instalaciones de los Clu­bes de la F AC y Militar de Oficiales. firo. Torneo nacional en la sede de Mani7ales Secciona! de Caldas. Golf. Se JUega anualmente la "Copa ACORE'. en el Club Militar de Golf.

2. Comité femenino:

Paralelamente a la actividad de ACO­RE como organismo propio de los oficia­les retirados, ha venido funcionando el "Comité Femenino" integrado por espo­sas de los socios quienes callada pero efec­tivamente. han \Crudo desarrollando una importante labor soctal.

Este grupo de señoras inictó labores en 1980 por iniciativa de la Señora María Victoria de Ovalle. l:.n un comien­zo se reunían por razón de amistad, hasta que se logró aglutinar un grupo importan­te de damas, el que posteriormente bajo la dirección de la activa y diligente Señora Gilma de Muriel, ha venido laborando ininterrumpidamente, en un principio onentadas a lograr algunos fondos y efec­tuar préstamos para solucionar problemas a socios en dificultades económicas. Pos­teriormente su esfuerzo se dirigió hacia ASOPECOL, Asociación de Soldados Pensionados, grupo de hombres con infi­nidad de problemas } quienes tienen una pensión del gobierno como único recurso para enfrentar los rigores de la vida. Con este propósito efectúan un bingo anual, cuyo producido se dedica a la navidad de los hiJOS de esos soldados.

Anualmente entregan cmco becas a los hiJos de los soldados pensionados.

3. Actividades Sociales:

Las actividades soc1ales e instttuclOna­les se desarrollan programadas por la Junta Directiva y la Secretaría General siendo las más importantes las stguientes:

(a) Reuniones informales: Se llevan a cabo en la sede aprovechando las con­diciones que ésta ofrece.

Estas reuniones son de una gran impor­tancia porque además del esparcimiento proporcionan una gran dosis de integra­ción.

(b) Almuerzos mensuales:

Se llevan a cabo cada mes aprove­chando el día de pago y en ellos se logra además del encuentro de compañeros, llevar a cabo una conferencia sobre as-

pectos importantes de la vida nacional o de las FF.AA.

Ultimamente se destinan estas reu­niones, para honrar la celebración de Aniversarios de los cursos de oficiales y de las Armas del Ejército.

(e) Aniversario de ACORE: Este es un acontecimiento que anualmente cons­tituye el hecho social más importante de la Asociación y aJ cual concurren tanto el Gobierno Nacional como los Altos .\1andos Militares y brinda una oportunidad excepcional tanto para la integración de los asociados entre sí con el servicio activo.

(d) El Día del Reservista: L n logro importante para integrar y fortalecer las Reservas, es sin lugar a duda la insti­tucionalización del día del "ReserviSta -HomenaJe a los caídos" según Decreto 1 934 del 1 S de junio de 1985 que dispo­ne el 1 O de a~rosto para esta celebra­ción, en remembranza de la llegada de las tropas libertadoras procedentes del campo de Batalla de Boyad, las cuaJes htc1eron su entrada triunfal bajo el mando del Libertador Simón Bolívar, a la Plaza Mayor de la Capital.

1::1 propós1to de esta celebración, es rendir tributo de gratitud y recuerdo a los héroes de la independencia, así como a quienes en cumplimiento de su deber han entregado sus vidas en defen­sa de la libertad, las instituciones legí­timas y como testimonio de reconoci­miento a todos los miembros de las re­servas de las Fueuas Armadas que pres­taron sus servicios a Colombta.

-\nuaJmente se ha venido logrando en todo el país este noble propósito, que poco a poco ha aglutinado las Re­servas, para rendir un sentido homena­je, que además de ser la evocación de honor, es nostalgia que se hace fiesta cuando de nuevo se encuentran los rostros de los compañeros de otros tiempos que hoy curtidos por la huella implacable de los años, parecen reJuve­necer cuando de nuevo forman una es­cuadra o una pieza.

LA IMAGEN DE ACORE

'lo cabe duda de que el decurso de la activa vida de ACORL a través de sus tremta años de exJstencta, ha forJado una imagen tutelar de los intereses morales, afectivos e institucionales del gremio de retirados de las fiJo .AA.

Su presencia en las luchas por el me­joramiento y la defensa de la seguridad social del retirado ha s1do definitiva en todos aquellos episodios en que han sido desconocidos o cercenados sus de­rechos.

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En materia de bienestar y serv1c1os ACORE ha hecho, con las naturales limitaciones, esfuerzos muy importan­tes en materia de salud, alojamiento (sedes, principal y seccionales)J recrea­ción y deportes además de un apoyo decisivo a los fondos de Ayuda Mu­tua y de Préstamos a los socios.

La procura de la cohesión de sus miembros, el fortalecimiento del es­píritu de cuerpo y el acrecentamien­to de su mística ha sido preocupa­ción constante de ACORE, para lo cual ha llevado a cabo en forma per­manente, actividades que en este s~nti­do han alcanzado importantes objetivos.

Desde 1980 ACORE viene liderando el gremio de las reservas de las Fuerzas Armadas y es así como a ella se debe la conformación de la Confederación de Asociaciones de Retirados de las Fuer­zas Militares y de la Policía Nacional de Colombia "CONFECORE" la cual agrupa 12 organizaciones del Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Policía Nacional, Pensionados y Soldados, son ellas:

ACORE - ACORPOL - ASORFAC -ACOLSURE- ACOPORE- COOMILITAR FECOLSURE - COSOFA - COOSONAV ACSURPONAL - ASOPECOL - COOLE­GUIZAMO.

La creación de esta organización es de una importancia gremial muy gran­de, sin precedentes y de un valor indis­cutible para la defensa y la consecu­ción de objetivos no sólo afectivos sino prácticos en el orden de la seguri­dad y bienestar social de las Reservas en general, así como de servicio al país.

Otros aspectos muy positivos que ACORE ha ido logrando a través de estos treinta años de su fructífera vida, es su cubrimiento nacional con quince ( 15) Seccionales en:

Antioquia, Atlántico, Bolívar, Boyacá, Caldas, Cauca, Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Quindío, Santander, Tolima, Valle y Risaralda, mediante las cuales la acc1ón positiva de la Asocta­ción se multiplica, consiguiendo además una cada vez más integral arlliación de

los oficiales en retiro. En el momento el número de socios es de 2.342, contan­do entre ellos un importante número de oficiales profesionales de la reserva, gru­po que se ha vinculado últimamente en­riqueciendo positivamente a la Aso­ciación.

De cada una de las Seccionales men­cionadas anteriormente ofrecemos a nuestros lectores una breve informa­ción.

SECCIONAL ANTIOQUIA

El 19 de noviembre de 1969 los ofi­ciales en retiro cristalizaron la crea­ción de la Secciona! en la tierra de la eterna primavera.

La primera Junta Directiva quedó in­tegrada así: Presidente: Capitán Marco Tulio Acosta Rave, suplente Mayor Gus­tavo Gutiérrez Marulanda, Vocales prin­cipales: Ramuo Echavarría y Camilo Correa, suplentes. Capitán Fernando Echavarría y Mayor Jesús Estra-

SABER ALIMENTAR

ESTA ES NUESTRA VOCACION ... Vocación que nació desde hoce ya más de 120 años, en aquellas campiñas suizos donde la naturaleza sabe a frescor, sobe a vida.

Allí aprendimos a hacer útil este instinto. A dar lo mejor a quien espera de

nosotros lo mejor. Crecimos en un ambiente donde

la nutrición es el lenguaje común. De ahí que en Nestlé de Colombia

seamos obsesivos por la naturaleza. Obsesivos por la calidad, incansables

en dar rienda suelta o nuestro vocación: Alimentar. Saber alimentar.

La Compañia que sabe de alimentos

48ACORE ==============================================~~====

Page 43: Revista Edición 69 DIC. 1990

da. Además, asistieron los Capitanes Fer­nando Ochoa, Alvaro Barriga, Alejan­dro Gutiérrez, Víctor J. Peña y los Ma­yores Alvaro Peláez, Fabio Vanegas, Lu­ciano López, Luis Restrepo y Jorge Tovar.

El Capitán Acosta Rave fue reelegido consecutivamente entre 1969 y 1979. Posteriormente le sucedieron en la Presi­dencia los siguientes oficiales: Teniente Coronel Jorge Washington Araújo Q., Ma­yor Antonio Duque D., Mayor Guillermo Montoya, Capitán de Navío Jorge E. Vera Pineda, Mayor Augusto Valdés S , Mayor Ricardo Esguerra García, Mayor Alfonso López Guevara y Mayor Ser­gio Alvarez Quintero, el actual Presiden­te.

Los objetivos fijados, que se han cumplido, son los siguientes: mantenerse siempre con el mismo pensamiento de la Unidad; sostener la integración de los oficiales en retiro y con los del servicio activo; vinculación a las empresas de los oficiales que no se encontraban tra­bajando; asistencia a los actos sociales de la Secciona! y a los conjuntos con la Brigada; atención especial a las fechas conmemorativas de las Fuerzas y Ar­mas. fiestas nacionales, aniversarios de la Secciona! y celebración del Día de las Reservas; publicación de "Notiacore", periódico mensual que cubre los actos desarrollados por la Unidad.

SECCIONAL A1LANTICO

Su fundación se originó con fecha 3 de mayo de 1972, siendo su primer Presidente el Sr. Mayor General Cé­sar A. Cabrera Forero.

SECCIONAL BOLIV AR

Fundada en el año de 1966, habien­do desempeñado por primera vez la Presidencia de esta Secciona! el Sr Teniente Coronel I.M. Luis F. Millán Vargas.

Además del Teniente Coronel Millán Vargas, fueron socio~ fundadores los siguientes oficiales: Capitán Médico Ariel Díaz, Bacteriólogo Eduardo Herrera y los Capitanes Jorge Berrío, Carlos Muñoz y Ricardo Vélez.

Hasta la fecha han sido Presidentes de esta Seccional: Tte. Coronel Luis F. Millán Vargas, Capitanes de Navío Jorge Berrío, Gilberto Rengifo, Noel Ardila Pinilla (2 períodos), Enrique Martínez y Luis Borja. El actual Presidente es el Capitán de Navío Noel Ardila Pinilla.

SECCIONAL BOY ACA

Creada por Resolución No. 017 del 5 de septiembre de 1984, de la Asocia­ción Colombiana de Oficiales de las

FF.MM. en Retiro. Asistieron a la pri­mera asamblea general, por lo cual fue­ron sus socios fundadores, los siguientes oficiales retirados: Coronel Osear Acosta Bonilla; Teniente Coronel Carlos Alber­to Aguirre Acevedo; Mayores: Hernando Forero Parra, José Nicasio Navarrete Zambrano, Héctor Amín Waked Her­nández, Francisco Perlaza Márquez y Felipe Cancelado; Capitanes Pedro Nel Castiblanco Salazar y Aristóbulo Garrido Sánchez, Teniente Celestino Ayala Poveda y Subteniente de reserva Héc­tor Miguel Fandiño Jiménez.

La primera Junta Directiva quedó integrada así: Presidente Mayor José Nicasio Navarrete Zambrano, Tesorero Mayor Luis Francisco Robayo Macha­do y Secretario Capitán Pedro Nel Cas­tiblanco Salazar. Esta Junta rigió los destinos de la Secciona! durante cin­co años.

En 1989 fue elegido Presidente y luego reelegido en 1990 el Sr. Te-. niente Coronel Jesús Santamaría Var­gas.

En la actualidad tiene 26 oficiales asociados; ha participado en tres de los cuatro encuentros de Presidentes; se ha celebrado anualmente el día de las reser­vas; se han mantenido los vínculos de amistad con las autoridades civiles, mili­tares y eclesiásticas y se participó en el programa de traslado de los restos del héroe Inocencio Chincá. Como obje­tivo principal se tiene el de promover la sede de la Secciona! en el Grupo Meca­nizado No. 1 Silva Plazas, en Bonza.

SECCIONAL CALDAS

La Secciona! Caldas fue creada me­diante acta de constitución del día 22 de mayo de 1987, con la intervención de los siguientes oficiales: Teniente Co­ronel Silvio Cardona Alvarez; Subtenien­tes de reserva Miguel Pinzón Sánchez, Gustavo Escobar Londoño, Rodrigo Ríos, Luts Horacio Llanos García, Ro­drigo Gaviria Gómez, Germán Lentijo J aramillo, Filiberto Castro García, José Raúl Ríos Ríos, Jesús Amulfo Gómez y A bel Giraldo Echeverry.

La primera Junta Directiva quedó integrada así: Presidente. Teniente Coronel Silvio Cardona Alvarez, Se­cretario: Subteniente Miguel Pinzón, Tesorero: Subteniente FilibertC' Cas­tro García.

Desde la fecha de su fundación has­ta hoy han regido los destinos de la Secciona! los siguientes oficiales: Teniente Coronel Silvio Cardona Al­varez, Mayor José Enrique Leal Aven­daño, Teniente Gerardo Quintero Ve­lásquez y Mayor Bernardo Valencia Hurtado, actual Presidente.

La Seccional actualmente está in-tegrada por siete oficiales de escuela y treinta y dos egresados del MAC co­mo oficiales de reserva.

Ha sido preocupación de las Juntas Directivas la adquisición de una sede propia. Entretanto la Secciona! tiene su sede en un local independiente dentro de las instalaciones del Batallón Ayacu­cho.

Como actividades anualmente se ha celebrado el día de las reservas, se han mantenido las mejores relaciones con las autoridades civiles y militares y se han solicitado cambios en los estatutos de la Asociación para permitir que los oficia­les de la reserva del MAC puedan ocu­par cargos en las Juntas Directivas de las Seccionales.

SECCIONAL CA UCA

Creada por Resolución No. 04 de abril 2 de 1974 de la Junta Directiva Nacional de Acore, con jurisdicción en los Departa­mentos de Cauca y Nariño.

El 26 de abril de 1974 se efectuó la primera Asamblea de socios, a la cual con­currieron los siguientes oficiales que se consideran por lo tanto como sus funda­dores: Coroneles Carlos A. Constaín D., Víctor Gómez Gómez y Armando Valen­cia P.; Tenientes Coroneles Mario Ortiz Ayala, Guillermo Rangel L., Germán Rojas Ríos y Alonso Prieto; Mayores Mario Rojas Chaux, Gerardo Varona C., Diego Blanco, Ricardo Londoño 1., Efraín Polanco O. y Mauricio Velasco

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A.; Capitanes Carlos E. Dupont y Fran­cisco Segura; J'eniente Aurelio Grueso.

La primera Junta Dírectiva quedó in­tegrada así: Principales: CO. Carlos A. Constaín D., MY. Mario RoJaS Chaux, \fY. Ricardo Londoño I Suplentes. CO. Armando Valencia P., C T Francis­co Segura G , C f. Carlos E. Dupont.

Durante los 16 años de funcionamien­to han desempeñado la Presidencia los si­guientes socios: CO. Carlos A . Constaín ( 11 períodos), CO. Armando Valencia. CO. Víctor Gómez Gómez, TC. Gui­llermo Rangel L., MY. Mario Rotas Chaux y CT. Carlos I:.. Dupont. ·

La Secciona] cuenta en la actualidad con 16 socios. Se mantienen los \'Íncu­los de unión entre los asoc1ados y las buena~ relaciones con las autoridades civiles r militares. Anualmente se celr­bra con especial solemnidad el Día del Reservista y el aniversario de la Sec­cional.

SECCIONAL MAGDALENA

Creada por Resolución ~o. 116 del 11 de agosto de 1981. emanada de la Junta Directiva de Acore )1.; acional. Desempeñó la Presidencia de la Sec­ciona] por primera vez el Sr. Capitán de Corbeta Rafael Pizarro Barreto.

Además del primer Presidente fueron socios fundadores· TC. BenJamín Porras Peña . re Rafael \forales !\fanosalva, M\ Julio Marino Barragán feleche. CC Elberto Lemus (;arbiras, \tY Juan de Dios Rojas A bello. MY Diego Calle Alvira y CT Luis \lapoleón Saravia Sánchet

Han desempeiiado la Prestdencia de la Seccional el Capitán de Corbeta Rafae Pizarro de 1981 a 1984 y el Teniente Coronel Benjamín Porras Peña desde 1984 hasta la fecha

SECCIONAL META

f·l 17 de agosto de 1983 se efectuó la reunión de constitución de la Secciona!. ..:on asistencia de Jos siguientes oficiales. B< ' · ,\Jberto Lopez r·scobar, CO. Ulpiano Flórez Hemández, CO. Osear Uribe Pe­ralta, TC. Flavio Vargas, re. Marco Po­lo Melo Bravo, TC. Celestino Gómez Gal­vis, \fY. Gilberto Galves Gíraldo, \IY Hemán :\iño Valbuena, \ fY. Hem; Hemández \'ásqucz. MY. Ramón :\ona­to Valbuena Valbuena, MY. Víctor Ace­Jas Muñoz, MY. Carlos Sánchcz Santa­mari a, M Y. Jaime Arteaga Arcos, CT. Darío Gómez Botero y CT Rafael :-.:onega 1\oliega.

Posteriormente la Junta Ducctiva de la Asociación Colombiana de las FF.\1.M. en Retiro, expidió la Resolución No. 18

de septiembre 6 de 1983, creando la Sec­ciona] y aprobando la siguiente Junta Dírectiva · Presidente BG. Alberto Ló­pez E., Vicepresidente MY. José H. Niño V., Secretario MY. Henry Hernán­dez V., Tesorero MY. Víctor Acetas M., Fiscal CT. Darío Gómez Botero, Voca­les CO. Ulpiano flórez H., TC \1arco Polo B., TC. Celestino Gómcz G. y

· MY. Jaime Arteaga A.

En los períodos siguientes ejercieron la Presidencia de la Secciona] Jos si­guientes oficiales: BG. Alberto López L, CO. Ulpiano Flórez H., MY. Carlos Sánchez S., TC. Celestino c;ómez G. y BG. Alberto López E., quien es el actual Presidente.

Las actividades de la Secciona] han es­tado dirigidas a conservar la unión entre sus asociados, a mantener buenas rela­ciones con Jos mandos militares y a pre­servar y procurar la incorporación de los oficiales no Acorados. Además, mensual­mente se celebra una reunión con asis­tencia de los 19 socios con que cuenta actualmente.

SECCIO~AL~~O

Creada por Resolución No. 09 del 21 de enero de 1975 de la Junta Di­rectiva de la Asociación, con junsdic­ción en el Departamento de 'ariño y la Intendencia del Putumayo, con fe­cha retroactiva al lo. de enero del mis­mo año. Su primer Presidente fue el Sr. Teniente Coronel Gerardo Sañu­doG.

SECCIONAL NORTE DE SANTANDER

En tt:un1ón efn ¡u .. da en la casa del Capitán (r) César San do\ al Qumtero. a medtados de 1968, se constituyó la Secciona] de ACOIU· en la ciudad de Cúcuta.

La primera Junta Directiva quedó in­tegrada así: Presidente Capitán César Sandoval Quintero, Secretario Mayor Ciro Arenas Ramírez, Tesorero Teniente Al­fonso Camargo Belén, Vocales Teniente Coronel Luis Miguel Galmdo y Tenien­te Teodos10 Cabeza Quiñones. Los demás socios fundadores fueron : Coro­nel Carlos F duardo Pinzón Caicedo, Te­niente Coronel Adiel Eduardo Vásquez Franco, Mayor Luis Alberto Mieles Cla­vijo. Capitanes Héctor Echeverría V .. Ar· gemíro Cardona Restrepo y Armando Camperos.

Han sido Presidentes de la Seccional a partír de 1 968 los siguientes oficiales: Capitán César Sandoval Quintero, Coro­nel Carlos Fduardo Pinzón Caicedo, Te­niente Teodosio Cabe1a Quiñones, Mayor Alfredo Salazar Castilla, Teniente Coro­nel Miguel Antonio Benedetti Esguerra,

Mayor Luis Fernando Parada Martínez, Capitán Armando Camperos Delgado, Te­niente Coronel Bernardo Ro.w Mora y nuevamente el Mayor Alfredo Salazar Castilla, actual Presidente de la SecclO­nal.

Se ha concurrido a reunión de Presi­dentes de Secciona] en Cartagena. Me­dellín, Bucaramanga y Cali.

Fl más importante propósito de la Seccional, como es la construcción de su sede, ha tenido el siguiente desa­rrollo: en noviembre de 19o9 la Quin­ta Brigada cedió un lotr de terreno en predios del Grupo Maza, pero fuera de sus instalaciones, el 17 de diciembre de 1989 se colocó la primera ptedra, el 5 de abril de 1990 se iniCiÓ la construc­ción, que se terminará en la primera quincena de diciembre, cuando se efec­tuará la inauguración.

SECCIONAL QUI:-.;'010

:\actó la Secctonal el 1 O de agosto de 1983. en las mstalaciones del Batallón de lngemeros "Francisco Javier Cis­neros'', En tal fecha se efectuó la primera reunión, con asistencia de los siguientes socios fundadores: Brigadier General Guillermo Quintero Esguerra, Coronel Jorge Alberto Quintero Puentes, Mayor Francisco González Sanguino, Coronel José Antonio Bácz Báez, Mayor llugo Montoya Soto, Sra. Ruby Marín de Gómc1 Quintero, Sra. Dora Henao de Cómez Fernández y Sra \1artha Lucía Aguirre de Pineda.

La pnmera Junta Directiva quedó In­tegrada así. Prestdentc CO. Jorge Alber­to Quintero Puentes, Vicepresidente MY. Hugo MontO) a Soto, Tesorero MY. Fran­cbco Gonzále7 Sangumo. Vocales BG Guillermo Qumtero fsgut!rra. CO Jo­sé \ntonio Baez Báez, Secretaria Sra. Martha Lucía Aguirre Pineda.

Posteriormente asumteron la Presi­dencia de la Seccional Jos siguientes ofi­Ciales. TC. Alfonso Palomino Torres. CO. José Antonio Báez Báez, CT. Víc­tor Norbelly Torres, CO. José Anto­nio Báez Báez, CO. Alberto Quintero Puentes y MY. Hugo Monto)'a Soto. actual Presidente.

Desde 1985 la Secciona! funciona en una oficina anexa al casino de oficiales del Batallón Cisneros, pero se posee un lote en la vereda San Juan del mumctpio de Armenia, donde se pretende construir en un futuro la sede.

SECCIONAL RISARALDA

Su fundación fue aprobada. mediante Resolución No. 082 de julio 12 de 1990 de la Junta Dírectiva de la Asociación.

SOACORE ---------------------------------------------------------------

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Su primer y actual Presidente es el Sr. Teniente Coronel José Ezequ1el Lla­nes Ruiz.

SECCIONAL SANTANDER

El 15 de octubre de 1974, se reunieron en la casa del Coronel Carlos Arturo Man­riquc Lara los siguientes oficiales, que fueron lo:; socios fundadores de la Sec­ciona! y que a la vez constituyeron la pri­mera Junta Directiva. que quedó integra­da así Presidente CO. Carlos A. Manri­quc Lara. Vicepresidente TC'. Jorge Sal­ct'do bcobar, Secn:tario-Tesorero MY. J aJmc Gómez \ponte Suplentes. BG. Carlos Gómez Arenas, BG. Víctor Olaya c;uerrero. TC. Guillermo Cote Durán.

Desde su fundac1ón han desempeñado la Presidencia de la Seccwnal los siguien­tes ofic1ales 19.,4 a 1983 CO. Carlos A. Manrique Lara, 1983 a 1984 CO \1i e: l'iñeres Cnmaldi, 1984 a 1985 ~!) . Saulo 1 oled o Plata. 1985 a 1990 CT J .rosso Peralta, 1990 a 1991 M\. Germán Ramírez Garzón.

l·n el presente período se han cum­plido entre otras las siguientes activi­dades· reunión con oficiales en activi­dad. in1c1at:tón de una mesa de dinero, con préstamos hasta la fecha por S 7.050.000; consecución de una ofi-

cina en instalaciones militares, iniciación de la construcción, en predios de la Bri­gada, de una edificación para oficiales de la reserva y AC'ORl- ,celebración del Día de las Reservas con una demostra­ción de tiro y equipo en predios del Batallón Caldas; adquisición de acciones por socios de ACORE en el Club de Tiro.

SECCIONAL TOLIMA

El 13 de febrero de 1984 se reunieron los ofictales en uso de buen rcttro resi­dentes en !bagué, para crear la SeccJOnal de \CORF en esta JUrisdicción} designa­ron la sigtuen te Junta Directiva . Presiden­te re. Jaime Polanco Ospma, Vicepre­sidente · CT. Navío llernán Ramírez Yusti, Vocales: JC'. Rafael l'erdomo Silva y MY. (;uillermo Polanco Uruer1a, Secretario: f Tl:. Germán Bonilla Her­nánde¡, Tesorero: CT. Re'>crva Carlos \'ila ~tejía. Revisor f-Jscal . ~n . ,\!varo Sopó Moreno. La anterior Junta Direc­tiva fue ratificada por Resolución No. 03 de marzo 14 de 1984 de la directi­'ia nacional de Acore. Además de los socios directivos, micialml'nte confor­m.aon .a SecciOna! los Siguientes oficiales: \1Y. Simón llssa '\ iño. Cl . Julio César Gudcanez C'haux, M\ Luis A. Benito Martín 1 te. Fragata \fédico Humberto Niño y Tte. r-ragata \tédico Teófilo BaJaire Villa.

Entidad

En los períodos siguientes ejercieron la Presidencia de la Secciona! : C T. Julio César Guacanez Chaux, TTE. Germán Bonilla Hernández, .\1 Y. 1 uis Alfredo Benito Martín y TC Rafael Perdomo Silva, actual Presidente

Los objetivos principales de la Sec­ciona! han sido: mantener la cohesión entre los oficiales retirados, sostener enlace permanente con las autoridade:; civiles, eclesiásticas y mandos locales: tener vocería propia a nivel local; cola­borar con las autoridades locales en los requerimientos solicitados y compartrr actividades sociales con los oficiales en servicio activo.

SECCIONAL VALLE

Su fundación data de mayo de 1 961, t.abiendo ejercido la Presidencia de la Secciona! por primera vet el Sr Coro­nel de la l-ueua Aérea Gabriel l'uk­ros Suáret .

de apoyo

logístico en función

del progreso nacional

v1vienda y supErmercados Explotación agropecuaria en el Surcolombiano. Astilleros para

el fomento industrial del país. Cartagena , Puerto l eguízamo, letic.a.

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Page 46: Revista Edición 69 DIC. 1990

EL MAYOR PROBLEMA NACIONAL

Coronel (r) SILVIO VALLEJO ROSERO

Cuál es el mayor problema actual en Colombia? ...

Si a cualquier persona al azar. hombre o mujer, niño o adulto, 1~ formularnos la pregunta anterior, de inmediato y sin lugar a dubitación obtendremos una respuesta precisa y unánime: El narcotráfico.

Hasta donde es cierta esta res­puesta? Este es el objeto del presen­te análisis que busca aclarar ciertos conceptos fabricados merced al ava­sallante poder de los medios de co­municación.

Recientemente tuve la oportuni­dad de hacer una corta visita a una ciudad del eje cafetero, una de las regiones más desarrolladas del país. Allí pude observar, sin que éste fue­ra el propósito de mi viaje sino por­que el hecho se vuelve demasiado perceptible por su magnitud, la pre­sencia dommante de la pobreza, o de la "pobrecía" como la llaman allá más apropiadamente, pues la carencia de lo material se vuelve al­go tan consuetudinario que llega a ser absorbido por la conciencia, ge­nerando un verdadero estado men­tal que toma las carencias como al­go propio de la nattualcza humana. Esta es la "pobrecía", muy propia de pueblos resignados, más no del pueblo colombiano que se ha dis­tinguido precisamente por todo lo contrario.

"La fiebre no se Italia en las sábanas".

El desempleo. el desamparo. la mendicidad. los \cndedores que se apoderan de cual,lUh?r t.:!)quina. el hambr.: que adara las pupilas y pro­duce la v1sión borrosa del desespero, jóvenes fuertes sentados en la banca de cualquier parque o en las aceras esperando yo no se qué, de pronto un milagro, gentes provenientes de los más apartados rincones patrios en busca de un puesto en la cose­cha,cargadas con todas las pertenen­cias que el mundo les ha dado y que les caben de sobra en una vieja ma­leta o en una Simple bolsa. Gentes de toda edad y sexo, muchas de ellas en estado de desnutrición visible, al­gunas enfermas del cuerpo. pero to­das enfermas de desesperanza muy cercana a la desesperación.

Este cuadro me afectó sobrema­nera y durante mi viaje de regreso me propuse plasmar por escrito este impactante asunto de la realidad na­cional.

Esto acontece cuando faltan 1 O años para cerrar el segundo milenio de la era cristiana, cuando estamos a punto de celebrar los 500 años de la conquista española, en una de las regiones de mayor desarrollo econó­mico del país. Allí hay desarrollo económico que se ha plasmado en buenas carreteras, bonitos parques y servicios públicos. Dónde reside entonces el problema? Sencillamen­te en que se ha olvidado el desarro-

llo sociaL El ser humano ocupa siempre un segundo plano. Se pre­fiere construir un suntuoso edificio oficial antes que construír vivienda de beneficio social. Se prefiere un costoso puente a ofrecer a la comu­nidad olvidada unos buenos servi­cios de salud. Se dilapida el dinero en costosas comisiones y recepcio­nes cuando no hay fondos para pa­gar los salarios bien ganados de quie­nes educan a la niñez de los barrios populares. Nadie se ha preocupado por definir .m plan dt. empleo efec- _ tho para los colombianos dt: segun­da clase.

Pregúntese el lector entonces qué estará pasando en los suburbios de nuestra gran capital, donde no hay desarrollo económico y menos aún desarrollo social? No es sino obser­var desde los altos de la salida a Vi­llavicencio las inmensas barriadas que se extienden por kilómetros y kilómetros sobre los cerros del sur de Bogotá. Cuántas personas viven allí? Supongo que unos 4 millones, sin agua, sin servicios, sin transpor­te, sin empleo, hacinados, hambrien­tos, sin esperanza.

Escasas son las regiones que pue­den escapar tangencialmentc a este estado de pobreza. No conozco el Chocó, pero nC' quiero imaginarme la situación tan pregonada de aban­dono que allá se vive. Qué podernos decir de los pueblos de nuestras dos costas sueltos de la mano de Dios. viviendo todos al estilo del antiguo barrio de Chambacú, bajo un0s pe­dazos de ruidosas y enmohecidas la­tas sostenidas por cuatro varas en­debles y los niños revolcándose en el mismo barrial con los cerdos del vecindario? Sin embargo, frente a este estado de postración inhumana se han construído lujosos aeropuer­tos, hoteles de 5 estrellas y estadios monumentales. Estos están destina­dos a los extranjeros y a los colom­bianos de primera, sin que por la

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llero reposado. Pero el del H.M.S. "Amethyst", la gloriosa fragata in­glesa de la increíble retirada de casi dos mil millas por el río Yangtze ante las fuerzas de Mao, no lo era tanto. y como ella era la encargada de ejercer el control de toda la arti­llería. resolvió dispararle a la mina una salva de 4 granadas con sus dos cañones dobles de proa de 4.7 pul­gadas que cayó muy corta en el agua. Al fin oí: "Dos disparar". Be­llo disparo que cayó en la distancia' exacta dos metros a la izquierda. Corrección y en seguida otra vez "Dos disparar". Ahora dos metros a la derecha.

Pero pegarle con piezas de 3 pul­gadas de esa época a 1.500 metros de distancia a un objeto tan peque­ño es misión imposible. Quizás se podría hacer en la vida real acogién­dose a la ley de las probabilidades en 5O ó 1 00 tiros. Sin cm bargo el Sagrado Corazón pasaba en ese mo­mento por ahí. vió la bandera y de­cidió meter su mano. Primero hizo quedar mal a "Amethyst''. luégo cargó mal nuestra pieza uno con un proyectil trazador para combate nocturno, en seguida hizo salir de detrás de la barbeta al Marinero Pri­m.:>ro Pedro Alfonso T enjo quien lanzó una castila interjección y gri­tó al telefonista "dígales que estoy sobre el blanco" y por último hizo que el Capitán se percatara comple­tamente de la escena y de todas sus implicaciones. Vino la orden ra¡)ida al Oficial Artillero. quien por llevar colgado al cuello un gran interco­municador no podía percatarse de nada por fuera de su circuito: "Te­niente D íaz. deje disparar a la uno". En seguiua se oyó: "Uno. disparar". Y c~n11.'nzó el espectáculo increíble para una flota sajona. Salió el traza­dor de su cañón resuelto a unir I:!Sa boca y la pequeña esfera en la playa con un gaseoso h1lo plateado. Y lo logró. A medida que avanzaba toda la tripulación se inclinaba a uno y otro lado como para corn:girlc la trayectoria hasta su fmal en el cen­tro de la bola. La mitad voló más adentro hacia tierra y la otra mitad hacia atrás en el agua.

Cuando salíamos ya casi en la no­che nos llegó un mensaje del Coman­dante del Grupo: "Good shot" Y eso fue todo. Los ingleses son los ingleses.

Pero cuando regresamos a Sasebo "Almirante Padilla" era ya una es­trella. En el Club iban acabando con nosotros con los brindis. A las dos semanas nos llegó una carta del Capitán Picdrahita. ahora Director General de Marina y artillero L'n cuerpo y alma, quien había sabido del famoso disparo por un oficial ue la Misión Naval Americana.

Lo duro. No volvimos al Mar Amarillo. Todo el r~sto del ti~mpo hasta fmes dt! enero d~ 1 95 2 nav~­gamos en d Mar del JJpón baJO co­manuo nortcamo.c>rkano. Cuatro se­manas en el mar una 1.'11 Sasebo. Lar­gas escoltas a buqU~!l louísticos. UÍ­fíciles patrullas nocturnas. bombar­d~os contínuos en \Vonsan. Songjin y Chongjin cerca a Vla<ijyostok. R~­sistencia. fatiga. moral muy alta. ~s­tupenda efic1cncia.

A principios de junio supimos que el "Aiken \ ü:tor)" traía el Batallón Colombia comandado por el Teniente Coroní!l Jaune Polania Puyo, magnífico amigo mío d~sde la niñez. Solicité permiso para salir a encontrarlo y a cscoltarlo las últimas 24 horas antl!s de su arribo a Pusan. :--Jo se pudo. \Jccesitaban el buque en otra parte. Le envié una carta cargada de emoción dándole la bienvenida en nombre de la fragata a él y a su gente .

Nadita, mi Comandante, nadita. A la puesta del sol entramos al fHar del Japón por el estrecho de Shimonoscki. Veníamos del carenaje anual de Yokosuka. de dos semanas de respiro en la dura rutina de la gu~rra y de recibir de manos dd Capitán ·\lvaroVakncia Tovar un bello pabellón de guerra, regalo del Batallón Colombia. Estábamos descansados, despr~vcnidos, opti­mistas.

Pedí. gracias a Dios, al Cap1tán Rodríguez que corrigiera el adnza-

miento. la distribución dt!l combus· tibie ) el lastrado. aunque los pro­nósticos de th:mpo no indicaban nada anormal. Establecí la navega­Clon mdependiente con buque oscurecido, dej~ las órdenes noc­turnas y me retiré al camarote pen­sando que podría disfrutar ue una noche tranquila. Al fin y al cabo t.'l punto de rendez-vous con la nueva Fuerza de Tarea hacia la que nave­gábamos estaba 300 m11las al \,o­reste.

Pero en el mar es un axioma el sabio verso de Marroquín:

"Cs flaca sobremanera toda humana previsión pues en más de una ocasión sak lo que no se espera··.

Y así fue. ¡Qué noche aquélla del 2 de no\ iem hre de 1 951 en la fragata "Alnurantc Padilla"! !\o me pude dormir. La proa golpea­ba, el casco estaba trabajando. A las 21-00 horas llam~ al puente. Brisa moderada. informó el Ofic1al d~ Guardia T enicnte Herrera. Orue­n¿ que disminuyera 1 O revolucio­ni:!S. Pero a las 22-00 me subí. El mar me recibió ya algo bravo. A la media noche estaba el buque en medio de una fenomenal tempes­tad no anunciada que no nos per­mitió siquiera relevar la Guardia de Cubierta.

Principió el drama: "Control de Averías informa que está entrando agua por una escotilla de proa". Y la respuesta. "Traten de controlarla desde adentro". Iba­mes muy despacio, dándole frente pero sin antagonizar al amigo iras­cible: buscábamos más bien danzar al ritmo de las olas gigantescas.

Y siguió el drama: "Aguante el buque timonel: se le cayó a estri­bor.". El hombre responuió afana­do: "Perdimos el gobkrno, mi Ca­pitán". Se había roto una gran ha­linera del árbol del timón.

El mar quiso entonces apoderar­se de la fragata y le alcanzó a dar diez o doce bandazos como para acabarla antes de que lográramos

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restituír con las máquinas alguna semblanza de gobierno. Procedi­miento que se ejecuta por instinto, casi por adivinización.

El rugido del viento era infernal. La oscuridad total. El vigía de es­tribor se salió de su puesto y me dijo alarmado al oído : "Creí oír unos gritos en proa". Lo que me faltaba, pensé. Pánico. Mal que se cura a veces con una cachetada o con un grito enérgico. Lo últi­mo fue.

Diez minutos después algukn en­corvado en la cubierta haló de mi gabán y balbuceó: "So) Parra. mi Capitán; estoy herido en el estó­mago; se me quedaron dos hom­bres incrustados en el cabrestante en malas condiciones. no se pueden mover". Sí. Sf había habido gritos en la proa. Sólo ese marino pudo filtrarlos con un oído privilegiado por entre el ensordecedor estruendo de los elementos. No sé qukn fue pero hoy, 39 años después. lo sa­ludo con afecto.

Envié con un hombre al Segundo Comandante a la enfermería. Pero el Almirante siempre ha sido de buenas. No sólo no dejó por propia iniciativa su noble humani­dad flotando en las heladas aguas del ~lar del Japón aquella noche, si­no que la cortada de treinta centí­metros no alcanzó a in teresarle el peritóneo, gracias a la gruesa ropa.

Con el Capitán Flórcz Acuña. Jefe del Control de Averías planea­mos por el télefono una riesgosa y única maniobra de rescate: atra­vesarle el buque al mar por babor: abrir la puerta de la Cámara dd Comandante que era la más cercana y en un minuto localizar a los he­ridos y cargarlos adentro. La clave eran la rapidez y la sincronización del personal que debía realizarla. TuVImos éxitos. Salvamos los dos hombres.

Bajé a verlos. El Suboficial J e­fe Enfermero ~éstor Mendoza Acendra y el Capellán I:.rnesto Hcr­nández me informaron previamente

que el Suboficial Primero Vida! Martínez tenía heridas internas gra­ves que le estaban causando hemo­rragias por boca y nariz y escasa­mente lo dejaban respirar, y que el Suboficial Primero Alfonso Fajardo tenía una pierna y un brazo frac­turados y una larga herida en la frente. tvtiré a M.artínez, le estreché la mano y le prometí que no lo de­jaríamos morir. Y al otro pregunté "Qué le paso, Fajardo7", "Nadíta, mi Comandante, nadita. Gracias por su visita pero vuélvase al puente porque con usted allá arriba no se nos hunde el buque". No sabía el Suboficial Fajardo que acababa de otorgarme el estímulo más gran­de de toda mi carrera naval. supe­rior espiritualmente a todas las me­dallas y ascensos.

Y abajo, bien abajo en el timon. a donde también fui a visitar a la gente. el Capitán Rodríguez con seis hombres que se turnaban cada media hora había logrado después dt• tltamca lucha suspender el ti­món. sacar la bailnera rota \ colo­car el repuesto. A la media· maña­na. ya con el mar manejable. dió parte: "Listo el timón, mi Capi-t ' " an .

Nos desviaron a Sasebo y nos salvaron los heridos.

Final, final. El 21 de enero de 195 2 fuimos a Pusán a dejarles a los muertos del Batallón Colombia el testimonio de nuestra admira­ción. Y ese día dejamos a Corea. Quedaba atrás devastada terrible­mente por una guerra injusta la noble y bella nación. Nos traji­mos la satisfacción profunda de ha­berle podido ayudar en tan acia­gos días. Ahora me cuentan que de toda esa desolación no queda nada; que allá ha sucedido un mi­lagro económico que la ha conver­tido en una potencia industrial. Gracias sean dadas a Dios y al va­lor y el tesón de su pueblo.

·os relevaron en Yokosuka al co­ménzar febrero. Habíamos sido in-

termediarios para que la Armada Americana nos cediera por un precio nominal la fragata U.S.S. "Bisbee", hermana de la nuéstra y que nosotros habíamos escogido. Fue la A.R.C. "Capitán Tono" que comandó y manejó con me­dia tripulación nuéstra y media traída de Colombia el Capitán de Fragata Hernando Berón Victoria.

Las estadísticas de la primera mi­sión del A.R.C. "Almirante Padilla" en Corea son muy dicientes. Vea­mos apenas dos datos. Disparamos 1729 granadas de 3 pulgadas y recorrimos 41.000 millas dentro del área de operaciones. Para 264 días de permanencia tenemos un promedio diario de 1 SS.S millas de navegación.

La historia ha sido muy parca y por consiguiente injusta en el reco­nocimiento del esfuerzo naval de Colombia en lá guerra Coreana. Se puede decir sin exageración que nuestro pueblo por lo general igno­ra que nosotros estuvimos allá. Falta tal \ez de lo que llaman re­laciones públicas. Por eso merece elogios la magnífica iniciativa de realizar en esta fecha memorable este cálido encuentro de viejos combatientes navales. que en reali­dad le conviene más a la Armada de hoy que a la Armada de ayer, porque una Armada que no viva apegada a su historia y a sus tradi­ciones no será Armada de verdad.

El 8 de febrero de 1 95 2 nos veni­mos con media tripulación y un Comandante enfermo. Cáncer o tu­berculosis me dijeron en Tokio. Y esa pelea también se ganó duran­te un año de lucha pero ya con la ayuda permanente e insustituible de Berta, bastión de fortaleza y de ternura. Uno de ustedes me dijo al despedirme en el aeropul'rto de Honolulú: Sayonara. Y otro agregó Banzai! Sí señores. Ho} les repito yo a ustedes 39 años después esas palabras: Hasta luego y victo­ria!

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NUEVA COLECCION

''EDICIONES ACORE''

Teniente Coronel (r) ALFONSO PINZON FORERO

Aspiración de años atrás, que buscaba dar un nuevo paso en el empeño editorial de nuestra Asocia­ción, que cuenta en el momento con un Boletín mensual informati­vo y una Revista trimestral que lle­van su nombre, constituye hito de especial significado el lanzamiento de la colección titulada "Ediciones ACORE", para seguir honrando nuestra tradición de exaltar ese nombre, en todos nuestros empeños de este tipo.

Nos complace al respecto, regis­trar esta nueva conquista que repre­sentará para el futuro la publicación semestral de una obra de autores, ojalá propios de nuestra Asociación o de la Institución militar en activi­dad o retiro, que se publicará para los meses de Septiembre, como an­ticipo a nuestra celebración aniver­saria y Marzo que coincide con la convocatoria anual de la Asamblea General Ordinaria que renueva los cuadros directivos de la Asociación, a nivel nacional.

Para este primer empeño, de es­pecial trascendencia en el registro del "Trigésimo Aniversario de crea­ción de ACORE", hemos escogido la obra titulada "La colonización Militar y el conflicto Colombo-Pe­ruano" de la cual es autor nuestro Socio el Señor Teniente Coronel ALFONSO PINZON FORERO, ve­terano de esas 2 empresas inmedia-

tas y complementarias, de especial significación en los anales de nuestra historia militar.

Cuidadosamente elaborado en los modernos talleres de impresión de la Editorial Marbella de Bogotá, sale a luz pública este primer volumen de la nueva colección con esperanza de iniciar una tarea importante que busca congregar el interés de todos

U COLONIZACION MILITAR Y H CONFLICTO COLOMBO · PERUANO

nuestros afiliados en tomo a este vasto campo de investigación y difu­sión que se abre al pensamiento de los devotos de los temas relaciona­dos con nuestra historia y el destino mismo del País.

Por considerarlo de importancia registramos complacidos que el día viernes 23 de noviembre p.p. selle­vó a cabo, en el "Salón Fuerzas Mi­litares" de nuestra Sede en Bogotá, ellanzamiento de la obra citada den­tro de un programa severo que con­tó con la presencia de distinguidas personalidades e invitados especia­les.

Presentó al autor del Libro el Se­ñor Presidente de la Asociación pa­ra destacar su personalidad, ejecu­torias e importancia de su positivo y enjundioso trabajo del cual. como señalamos anteriormente, fue prota­gonista dentro de un campo cuya trascendencia no fue calificada jus­tamente por nuestros Gobiernos, ni por sus propios compatriotas, que tanto deben a esos héroes de una ci­ta que revaluó la propia Soberanía de la Patria.

Por su indiscu tibie interés. trans­cribimos a continuación las palabras pronunciadas por el Señor Teniente Coronel Alfonso Pinzón Forero, en dicho acto de lanzamiento de su im­portante Libro Histórico.- Ellas fue­ron.

Nos congregamos hoy en este gra­to recinto, para expresar en primer término nuestro regocijo por la ce­lebración del Trigésimo Aniversario de la Asociación Colombiana de Oficiales de las Fuerzas Militares ~n Retiro "ACORE" y manifestar a la Junta Directiva y al Presidente de la Entidad Sr. Brg. General José Jaime Rodríguez R. y a todo el personal afiliado. nuestras sinceras congratu­laciones y mejores deseos de cons­tante progreso y engrandecimiento de tan noble Institución.

La encomiable iniciativa del Sr. General José Jaime Rodríguez, de crear "Ediciones ACORE", cumple un objetivo de grandes alcances cul-

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turales, al facilitar al oficial asocia­do, desarrollar el estudio e investi­gación, no sólo de la historia mili­tar, tema preferido de nuestros compañeros de armas, sino el de otras actividades a través de las cua­les, los militares podemos contribuir al progreso y desarrollo de nuestro país.

Esta iniciativa, me facilitó la luz orientadora que buscaba, para cum­plir uno de los anhelos de mi vida, publicar los episodios sobresalientes del conflicto internacional que Co­lombia tuvo que afrontar, en el pre­sente siglo, en el cual tuve la suerte de participar en la defensa de su so­beranía.

Me distingue en grado sumo, el Sr. General José Jaime Rodríguez, con la elaboración del prólogo del libro, que he titulado "La Coloni­zación Militar y el Conflicto Co­lombo-Peruano". el cual refleja un análisis reflexivo y contiene concep­tos generosos que me honran y enal­tecen.

Las anteriores manifestaciones tkl Sr. General Rodríguez y la Di­rectiva de "ACORE" concuerdan justamente. con los objetivos socia­les que contemplan los Estatutos de la Asociación y configuran un acto de solidaridad y verdadero compa­ñerismo militar, que se aprecian y comprometen mi eterna gratitud.

Los apreciados amigos, sel1ores J aimc A. Cubillos C.. Director Edi­torial de la Revista "ACO RE" y Juan Manuel Laverde, Gerente de Editorial Marbella, me colaboraron cficat.mente en la revisión y correc­ción de los originales del libro, pri­mer volumen "Ediciones Acore", para ellos mis sinceros agradecimien­tos.

El trabajo que hoy se presenta al juicio de los lectores. es fruto de las observaciones y experiencias obteni­das por el suscrito, en su condición de Oficial del Grupo de Coloniza­ción Militar en los territorios del Amazonas, como teniente ayudante del General Luis Accvedo, Jefe de Fronteras del Sur y Director de la

Colonización Militar, y como Ofi­cial del Destacamento Militar del Putumayo durante el conflicto, al frente del Comando de los buques Sinchirroca y Waina-Capac captura­dos al Perú.

Me propuse narrar los hechos principales relacionados con las dos actividades fundamentales desarro­lladas en la frontera Amazónica: La colonización Militar y el conflicto Colombo-Peruano, en forma conci­sa. siguiendo un orden cronológico de los acontecimientos ocurridos a fin de dar a nuestros compatriotas una información clara y sintética de la emergencia delicada que tuvo que afrontar nuestro país, como conse­cuencia del asalto a Leticia el 1 o de septiembre de 1932, y de lo cual nuestro pueblo tiene una vaga idea.

La primera actividad. o !:>ea la co­lonización Militar. se inició durante el Gobierno que presidía el Dr. Mi­guel Abadía Méndez, con la orga­nización y envío del Grupo de Co­lonización Militar a la frontera ama­zónica, a raíz de la terminación de la línea fronteriza, con base en el tratado de límites Lozano-Salomón, suscrito con el Perú el 24 de marzo de 1922.

El Grupo, integrado, por el Jefe de Fronteras General Luis Aceve­do F. y los oficiales del Ejército: Capitán Carlos Bejarano Muñoz, Teniente Diego Muñoz R. y Subte­nientes Jorge Téllez y Alfonso Pin­zón Forero, el Médico Dr Jorge Ta­lero Morales, el contador Ignacio Avilés, el Sargento 1 o. Tullo Enri­que Acuña, la señorita Gabriela Ma­rín, maestra para Leticia, 43 solda­dos y una plana mayor, más dos ofi­ciales. un sargento, diez agentes de policía para el mismo Puerto, salió de Bogotá en abril de 1 930, con destino al Putumayo y Amazonas, por la vía Bogotá, Pasto, Puerto Asís, Caucaya.

Después de 100 ar1os de comple­to olvido y abandono de los 253.800 kilómetros cuadrados que confor­man la superficie de selva inexplo­rada, de la Intendencia del Amazo­nas, la Comisaría del Putumayo y la

antigua Comisaría del Caquetá, te­rritorios ricos en quina, caucho, la famosa balata, maderas finas, resi­nas y aceites, petróleo, oro y la enorme riqueza en flora y fauna, con que Dios nos bendijo, y con her­mosos ríos navegables como el Ca­quetá y el Putumayo, y los 120 ki­lómetros, sobre el Amazonas que se lograron rescatar y que semejan una pequeña ventaja del trapecio amazó­nico, sobre el río más grande del mundo. que tiene 6.500 kilómetros de longitud, considero un acierto del Gobierno, el haber creado ese primer experimento serio de coloni­zación militar, a través de la acción directa del Ejército Colombiano y la colaboración efectiva que nos prestó el ~Hnisterio de Industria en 1930.

En el lapso de tiempo. mayo de 1930 a septiembre de 1932, el Ge­neral Acevedo y ese puñado de ofi­ciales del Ejército que le acompaña­ban, lograron crear cinco colonias militares, enclavadas en puntos es­tratégicos, a saber:

Primera: en Puerto Ospina, sobre el Putumayo, frontera de Colombia con el Ecuador y el Perú, frente al río San Miguel.

Sr gunda: en Caucaya sobre el me .io Putumayo.

Tercera: en la Tagua sobre el Ca­quctá; estas dos colonias en los pun­tos extremos del Istmo, de 25 kiló­metros de ancho, que separa a estos ...._ dos grandes ríos.

Cuarta: en El Encanto sobre el río Caraparaná, antigua casa Arana.

Quinta: en Leticia.

Se tomó posesión de los territo­rios limítrofes con Perú. Se constru­yó la trocha Caucaya-La Tagua. Se recibió a Leticia. Se estableció la navegación en el Putumayo y Amazonas. Se ejerció la vigilancia sobre los 1.500 kilómetros de fror­tera sobre el Pu tumayo y se prote­gió y dio asentamientos en las Co­lonias, a muchas tribus de Huitotos

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y Ticunas, lo mismo que a colonos del Huila y Nariño.

Al estallar el conflicto, esas Colo­nias Militares, constituyeron puntos fundamentales de apoyo a las tro­pas que llegaron del interior del país, a ese medio deletéreo e inhóspi­to que ofrecía la selva amazónica y allí encontraron un albergue, aunque no muy cómodo, amplio e higiénico para protegerse de laintemperie. Es­ta dispendiosa obra de colonización, facilitó la concentración de las tro­pas que debían combatir y el apro­visionamiento para las futuras ope­raciones. Es aquí donde resalta la importancia cumplida por el ejérci­to, con este primer experimento de Colonización Militar.

La obra de colonización desarro­llada se describe ampliamente en los cinco (5) primeros capítulos del li­bro.

Y o deseo rendir a través de estas líneas, un sincero y afectuoso ho­menaje a la memoria de ese destaca­do Jefe y gran caballero, el Sr. Ge­neral Luis Acevedo, quien prestó tan invaluables servicios a Colombia y le dio brillo y prestigio a nuestras Fuerzas Militares.

La segunda parte del libro. se re­laciona con la emergencia armada que afrontó Colombia. ante la inva­sión de Leticia y el Trapecio Amazó­nico, ocurrido el lo. de septiembre de 1932, que sorprendió a nuestro país en momentos difíciles causa­dos por la crisis económica que nos golpeaba; emergencia armada que sorteamos con fortuna, gracias a la diligente dirección del Sr. Presiden­te Dr. Enrique Olaya Herrera, egre­gio estadista que amaba entrañable­mente a Colombia y quien no vaci­ló un momento, en afrontar con co­rcije y decisión la defensa de la pa­tria amenazada, sin ahorrar esfuer­zos, ni escatimar gastos, apoyado en la solidaridad de toda la nación, pa­ra reconquistar, con éxito, nuestro territorio invadido.

Los capítulos VI y VII del libro hacen relación detallada de las acti­vidades desarrolladas por el Desta-

camento Militar del Putumayo, al mando del Sr. Coronel Roberto D. Rico y la flotilla de cañoneros, el Cartagena comandado por el en­tonces capitán Hemando Mora Angueira y el Santa Marta por el Tte. Luis Baquero H. , bajo las órde­nes del Tte. Coronel José Dolores Solano, en el sector asignado, den­tro del teatro de operaciones, en el medio Putumayo de Puerto Asis, hasta Puerto Arturo, en distancia de 800 kilómetros, con la guarnición peruana de Guepí enclavada en ese sector, que impedía nuestra navega­ción.

En dichos capítulos se describen las siguientes actividades: la movi­lización y concentración de tropas, la acción diplomática; primeros en­cuentros con el enemigo; apresto para el ataque al fortín enemigo.

Ataque a Guepí, el 26 de marzo de 1933. Describe detalladamente, el combate en forma arrolladora, en ocho horas, con apoyo de fuego de los cañoneros y las cuadrillas de aviones de bombardeo y combate, acción en que se cubrieron de glo­ria las fuerzas militares de Colom­bia, y puso en fuga a las tropas pe­ruanas hacia Pan toja.

Se destaca la maravillosa conduc­ción de las tropas del destacamento baJO el mando del Coronel Rico, el apoyo de los cañoneros bajo el man­do del Coronel Solano, y la maravi­llosa acción de la Fuerza Aérea, con la destreza de nuestros aviadores ba­jo el mando del Coronel Boy.

En el bajo Putumayo, el sector entre Puerto Arturo, fortín peruano que obstruía nuestra navegación, y Tarapacá, ocupada también por pe­ruanos, sector del bajo Putumayo, en longitud de 700 kilómetros, se le asignó, al Destacamento Militar del Amazonas, al mando del Sr. Gene­ral Alfredo Vásquez Cobo, prestigio­so veterano del Ejército y Ministro plenipotenciario de Colombia en Francia, quien recibió la misión del Sr. Presidente Olaya Herrera, de or­ganizar una flotilla de guerra, ante la ausencia de fuerza naval colom­biana, que desafortunadamente se

había clausurado con la Escuela Na­val, en el año de 1909.

El General Vásquez Cobo batió récord en adquirir tres buques: el Mosquera, el Córdoba y el Bogotá; tripuló y armó esas unidades en tres meses y medio, y a fines de diciem­bre de 1932 hizo la penosa travesía y llegó con la flotilla a Belén del Pa­rá, Brasil.

Otro prestigioso oficial del Ejér­cito, el Sr. General Efraín Rojas. viajó de Barranquilla con 40 oficiales y 700 hombres de tropa, en el bu­que Transporte Boyacá y dos caño­neros Barranquilla y Pichincha a Be­lén del Pará. Allí con esas dos co­lumnas se integró el destacamento del Amazonas, el cual avanzó, Ama­zonas, aguas arriba, el 15 de enero de 1933. hacia las bocas del río Pu­tumayo y luego subió al río Putu­mayo hasta el Lindero de Brasil. con Colombia.

El 14 de febrero de 1933, el des­tacamento del Amazonas al mando del General Vásquez-Cobo. con el apoyo de la Aviación, al mando del Cor. Boy y tropas de infantería y artillería al mando del General E. Rojas, atacó la posición peruana de Tarapacá. en combate victorioso e incruento. venciendo a los peruanos. que abandonaron la posición. en fu­ga precipitada por el río Cathue ha­cia el Puerto de Buenos Aires.

Este combate constituyó otro glorioso triunfo para las armas co­lombianas.

Tarapacá se considera la puerta de entrada al Putumayo y por lo tanto, es un punto estratégico de gran valor.

Con el triunfo de esos dos obje­tivos, Guepí y Tarapacá, Colombia conquistó una posición estratégica ventajosa, que le permitía el avance de los dos destacamentos Putumayo y Amazonas, en forma convergente sobre el tercer objetivo, el fortín peruano. Puerto Arturo, enclavado en el medio Putumayo, quedaba sin salida, por Tarapacá y amenazados

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sus dos flancos y la espalda por el río Algodón afluente del Putuma­yo.

El Capítulo VIII trata de la pre­paración del ataque a Puerto Ar­turo.

La orden de Operaciones del Co­mandante Superior General Efraín Rojas a los dos destacamentos, para la aproximación y apresto para el ataque a la posición enemiga.

El Capítulo IX trata del cese de hostilidades.

Ante la ausencia del Sr. General Vásquez Cobo, Comandante· titular de Destacamento del Amazonas, por motivos de salud, fue encargado por el Sr. Presidente Olaya, el Gene­ral Efraín Rojas, como comandante Superior de los dos Destacamentos.

Cuando todos los preparativos para el ataque a Puerto Arturo, se habían tomado y los dos destaca­mentos cumplían la aproximación

hacia el apresto, para el ataque, con fuerzas superiores a 2.000 hombres de Infantería reforzados con ame­tralladoras y artillería, seis caflone­ros bien artillados, un buque hospi­tal y el apoyo de varias escuadrillas de aviones de caza y bombardeo, en cumplimiento de la orden del Gene­ral Rojas, fuimos sorprendidos el 25 de mayo de 1933, con la noticia co­municada por los señores Presidente Olaya Herrera y el Ministro de Gue­rra Carlos Uribe Gaviria de la ftrma de la Paz en Ginebra y la orden a los Comandantes de Destacamentos de la Inmediata Cesación de hostili­dades, orden que fue cumplida por las tropas colombianas en cordial colaboración con las tropas perua­nas.

Colombia con su actitud resuel­ta, obtuvo la reconquista del Trape­cio Amazónico y el Puerto de Leti­cia.

Las Fuerzas Militares de Colom­bia, a pesar de las precarias dotacio­nes de que disponía pero con un fac-

tor favorable, la superioridad del soldado que las integraba, se despla­zaron de inmediato a la frontera, a combatir al invasor.

El Ejército victorioso en esta Campafla, era y continúa siendo el mismo, heredero de las virtudes del soldado granadino, integrado al Ejér­cito Libertador que le dio la inde­pendencia a nuestra patria, en Pan­tano de Vargas, Boyacá, Pichincha, Junín y Ayacucho y también en el Portete de Tarqui, Guepí y Tarapa­cá.

Podemos declarar sin ambages que, el Ejército Nacional, en ocasio­nes víctima de la incomprensión y la maledicencia. ha sido siempre el guardián insustituible de la Libertad y el Orden de Colombia.

Loor a todos los héroes de la Campafla Amazónica y Paz a la tumba de quienes ya hicieron su tránsito a la eternidad.

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LA AYUDA EXTERIOR V LA

GUERRA AL NARCOTRAFICO

Coronel (r) FRANOSCO GOMEZ LA VERDE

Diariamente se oye tratar el tema de la problemática causada por 1!1 narcotráfico y la única solución de la guerra. Pero no se ha plantea­do la solución posible hacia la guerra total o la paz negociada.

Sin embargo la situación de la nación es tan compleja que me per­mite analizar así sea someramente las posibles soluciones con inciden­cia económica y militar.

ASPECTO ECONOMICO. A raíz del asesinato del Doctor LUIS CARLOS GALAN, el Gobierno Na­cional decretó la guerra al narco­tráfico y en desarrollo de esta de­cisión, se persiguió con mayor én­fasis a los narcotraficantes y se lle­vó el propósito a niveles interna­cionales. La primera respuesta se obtuvo del Gobierno Norteameri­cano el cual manifestó su disposi­ción de suministrar ayuda a Co­lombia para su empeño de guerra y llegaron materiales bélicos que con­sideraron los especialistas, si no su­ficientes, sí indispensables. Cada in­tegrante especializado del Gobier­no, elaboró su lista de suministros dentro del cupo asignado por el Gobierno de los ESTADOS UNI­DOS y éste acorde con sus dispo­nibilidades, satisfizo el pedido. Pero el Ministerio de Hacienda,

a q ukn k ha corrcspondtdo sopor­tar como es lógico el peso de la guerra. pues ella se hace con dinero. se olvidó de que simultá­neamente con la limitada ayuda militar era por lo menos de vital importancia la soluc1ón económica al pedido de una guerra de carác­t..::r no limitada a la geografía co­lombiana sino de participación mundial.

En los foros internacionales se escuchó y aceptó que el problema del narcotráfico afectaba no sólo a los países productores y comercia­lizadores de la droga sino a los paí­ses consumidores específicamente.

Las proposiciones aprobadas de solidaridad hacia el "país en gue­rra" fueron teóricamente importan­tes. para modificar un tanto la ima­gen de Colombia, pero se limitó a eso, y a elogiar al pueblo colombia­no porque ha sufrido un gran nú­mero de muertos en su mayoría inocentes. Y el costo de la gue­rra sigue a cargo del pueblo heroico colombiano. Continuamos consu­miendo recursos nacionales o igno­ramos los millones de dólares apor­tados por cada uno de los países industrializados que son los prin­cipales consumidores de la droga? La prensa nacional se refiere al au­mento que el Gobierno le ha dado al presupuesto de Defensa Nacio­nal. pero se ignora que las inver-

sioncs en gastos variables y fijos se multiplican en ocasión de guerra y sencillamente anota: la partida para la alimentación de las fuerzas com­batientes, se multiplica porque los costos para el conjunto en los cuar­teles no puede compararse con el que se debe pagar en los lugares de patrullajc o de bases permanen­tes. Los combustibles para auto­motores y aviones. en tareas de ac­tividad constantí! se aumentan muy considerablemente. los equipos se desgastan y la guerra como tritura­dora de dineros. no se detiene . Estos altísimos costos de una guerra no nacional sino Universal, natural­mente deben tener aport-es de to­dos los Países afectados y no sola­mente por Colombia como pueblo redentor de pueblos.

El pueblo colombiano se ha que­dado solo en la solución de la problemática universal. Se requ.ie­ren concursos efectivos para no empobrecer más a nuestro presu­puesto nacional con el sosteni­miento de la guerra.

La Nación necesita que la políti­ca económica de los países ricos, sienta que tienen que participar en su guerra, sin que pueda margi­narse para el éxito.

No se trata de responsabililar a la producción o al consumo, sino de realmen te equilibrar el sosteni­miento de una guerra que no puede ser de un solo país sino de todos. El terrorismo arruina a diario a pro­ductores colombianos sin posibili­dad de rehabilitación económica.

Por otra parte, se habla de soli­daridad internacional, pero nuestra economía sufre tremendas pérdi­das con la eliminación de las cuotas cafeteras y el nuevo acuerdo se aplaza para el año entrante porque no es vital para la economía de

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otros países que se creen en paz, que piensan que el narcotráfico no los invadirá cuando se expulsen totalmente de Colombia. La ley de comercio en algunos países limita las exportaciones de productos y ni siquiera como indemnización de guerra se otorgan preferencialmente créditos blandos a lo~ cuales puedan tener acceso los damnificados. Por otra parte la deuda externa, especialmente en tiempos de guerra se convierte en una carga casi que insoportable y los sistemas finan­cieros internacionales no se mani­fiestan en apoyo al país heroico que soporta la guerra. Que la banca internacional ha aprobado nut!vos créditos al País, puede ser cierto. pero a qué precio? Nos hablan de ayuda económica pero nos tratan como turistas.

ASPECTO MiliTAR.- Sin co­nocer la intimidad actual de las Fuerzas Armadas, ellas y el Go-

bierno estiman que disponen de los medios, el entrenamiento y la vo­luntad de sacrificio; se dice que no es necesaria más ayuda militar en cuanto a personal, quizá si, en cuan­to a instructores para el poco ma­terial de técnica desconocida por nuestros soldados y como resulta­do de esta apreciación concluí­mos que lo urgente, lo primor­dial es el apoyo económico univer­sal para ganar una guerra que in­volucra el porvenir de la humani­dad. tenkndo en cuenta aue no es pedir regalos o dádivas, siño ayuda de todos. para salvarnos todos y es­pecialmente los pueblos consumido­res. Cuál sería la solución al desem­pleo ocasionado por la destrucción de los cultivos de marihuan:1 y co­ca? Diversificar la producción agrí­cola gritan los politiqueros regiona­les. y los costos. con qué créditos o capitales pueden hacerse~ Cambiar cafetales o materias agrí­colas en una Nación en guerra

no es fácil, ni posible a corto pla­zo. Se podrá hacer? Naturalmente con la capacidad del pueblo colom­biano, se puede, si se aseguran mer­cados y en ellos el rendimiento a la inversión, lo demás es demagogia y populismo. Lo cierto es que pasa­das las horas de efervescencia y ca­lor, estamos, los colombianos, que­dándonos solos pues en teoría, los pueblos amenazados por la inva­sión de la droga, con sus crueles e invaluables consecuencias, quie­ren colaborar pero no participar en la guerra.

Si todos no se comprometen en el universo de las soluciones, Co­lombia tendría que evitar la conti­m.:1dad del derramamiento de sangre de hermanos en proyectos de paz para el próximo futuro m~..inándose políticamente de la presión para LOntinuar la guerra, de Gobiernos exteriores.

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mente de dirigente alguno haya pa­sado la idea de dejar algo para los de segunda que son la inmensa ma­yoría.

Claro está que no estoy exponien­do nada nuevo y las cosas seguirán así hasta que no haya un cambio de política que ajuste y armonice el desarrollo económico con el desa­rrollo social. Ambos son pilares del progreso y del bienestar nacional. Pero la balanza debe cambiar, y si no, es probable que muy pronto el hambre se convierta en la verdadera revolucionaria que detenga este pro­ceso y nos conduzca a un estado mucho más lamentable, como lo es­tamos viendo en otros países no muy alejados de nuestras fronteras patrias.

Por esto el presente análisis ha sido motivado por la desesperante situación de nuestra población ur­bana. Qué podrá afirmarse de la si­tuación de nuestros humildes y su­fridos campesinos, cuando a más de su pobreza congénita y la carencia física de lo más elemental para el ser humano hay que sumar la diaria amenaza que pende sobre sus vidas por la acción de unos desalmados que dicen llamarse guerrilleros y por los rigurosos controles estable­cidos por la autoridad gubernamen­tal?

Todo falla en el fondo del asunto. Nuestro sistema no funciona. Pon­gamos el caso de Medellín. Allí re­side una población inteligente, con afán de servicio, trabcijadora, em­prendedora y orgullosa de sus raí­ces y de su pasado laborioso y di­fícil. Podría pensarse que allí sería posible la existencia de una ciudad modelo, con pleno empleo y con un estado de bienestar general produc­to de la repartición equitativa de la riqueza. Esto fue un hecho hasta hace unos 60 años. El caso presente es lamentable. Una gran parte de la ciudad está compuesta por barrios subnormales, barriadas de pobreza, tugurios empotrados en la oblicui­dad de su cerrada topografía. El centro de la ciudad es un verdadero hormiguero de gentes que deambu­lan sin un norte conocido. El cri­men, los delitos contra el patrimo­nio, el secuestro y el sicariato ocu­pan los primeros lugares en el cua­dro criminológico nacional.

Se hacen campafias para restaurar el buen nombre de la capital paisa, pero éstas no pasan de unos afiches, uno que otro video pasado por las cadenas estatales y algunos avisos de prensa. En el fondo nada real y tangible. El problema sigue ahí cre­ciendo hasta niveles que muy pron­to serán incontrolables. Mucha pala­brería y pocos hechos.

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Los paisas, como el resto de co­lombianos, no necesitan de limosnas, sino de la presencia de oportunida­des y éstas no pueden lograrse si no se procede a abrir las puertas al ca­pital, si no se hace efectivo el man­dato constitucional de la función social de la propiedad, si no se apo­yan las campafias de control natal y si no se emprende, aunque un poco tarde, la conquista de nuestros dos océanos.

Nuestro pensamiento debe salirse de Bogotá, Medellín y Cali y exten­derse hacia la geografía perimetral y fronteriza. En el mar, y especialmen­te en el Océano Pacífico, puede es­tar nuestra redención en el milenio venidero.

Confío en que con esto el lector podrá ya haber defmido claramente cuál es el mayor problema que ac­tualmente afronta el país y estará de acuerdo en que la pobreza en vastos sectores y la pobreza absolu .. ta en un grupo creciente, son el ver­dadero problema nacional.

Este problema debe convertirse en un Objetivo Nacional Permanen­te y Prioritario de todos los gobier­nos a partir del presente y hasta que haya alguna sefial de mejoramiento; si no se hace así, seguiremos siendo un país atrasado, dependiente, so­portando la existencia simultánea de varias sociedades: una minoría ostentosa, una porción significativa normal y una inmensa mayoría po­bre con tendencia a la absoluta po­breza, con lo cual estaremos garan­tizando mantener en propiedad una curul f¡ja en el círculo de los tercer­mundistas.

Es posible que nos queden mu­chas décadas por delante para alcan­zar un aceptable nivel de desarrollo y justicia social, y que falten varias generaciones para que nazca el líder capaz de enderezar este estado de cosas que viene sucediéndose sin cambio de rumbo desde el mismo momento en que los espafioles pu­sieron pié en nuestro suelo, pero es una obligación de todos continuar en la tarea de obtener una situación

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más equilibrada en nuestra injusta realidad socio-económica.

Establecer este Objetivo Nacional Permanente y Prioritario puede ser uno de los más grandes logros que puede alcanzar la recientemente aprobada Asamblea Nacional Cons­tituyente. Esta sería la más grande reforma lograda jamás por corpora­ción alguna. Establecido este prin­cipio como norma general y obliga­toria. será tarea de los legisladores darle cuerpo por medio de unas normas que en todos los ca~os con­sulten el bienestar general y en for­ma especial el de las clases menos favorecidas.

El Empleo, la Educación y la Sa­lud deben ser los pilares del desarro­llo, pues solucionando en parte los graves problemas que existen en es­tos tres campos. el resto se solucio­nará por añadidura. Si hay empleo se puede pensar en una vivienda de­corosa y en atender a la nutrición de la familia; si hay educación cada persona podrá pensar en su mejora­miento futuro; y si hay servicios de salud la productividad será crecien­te. En estos tres aspectos reside el verdadero desarrollo social. sin el cual no puede haber desarrollo eco­nómico.

Las causas de la situación de po­breza pueden llegar al infinito, los remedios recomendables son incon­tables, pero lo que a todas luces ha­ce falta es crear una conciencia na­cional generalizada y que los repre­sentantes de los Poderes del Estado antepongan siempre la solución de las necesidades del pueblo más ne­cesitado a cualquier otro afán de perpetuarse en el recuerdo de sus compatriotas con obras suntuosas, muchas de ellas, innecesarias. Para qué construrr en la casa un ascensor si una escalera sirve al mismo pro­pósito, a un costo mil veces inferior y sin posibilidades de falla? Cuando nos sobre el dinero construyamos ascensores, mientras tanto solucio­nemos las necesidades básicas. He ahí el secreto de una buena política, que mucha falta le está haciendo al país.

EL SECUESTRO Estadisticas 1.970-1.990

1 1170

11411711 11 .411 7 11 1110 11M

EL SECUESTRO Periodos 1.970-1.990

1170 ·74 1174 -78

Creo que bajo estas consideracio­nes se puede contestar con toda cer­teza la pregunta iniciaL El mayor problema actual es la pobreza. Esta es la causa de gran parte de nuestros problemas.

1178• 82 1182·88 1111•1110

Pero, sigamos analizando los pro­blemas actuales para determinar cuál ocupa el siguiente lugar en im­portancia. Si en este momento vol­vemos a hacer la pregunta inicial, muchos responderán que, después

54ACORE :::=:=:=:=:=:==::=:==::=:==::=:=:==:=:=::==:=:=:=:=:=:=::=:=::

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de la pobreza, el mayor problema es el Narcotráfico. La influencia de los medios de comunicación está muy cincelada en el pensamiento de los colombianos. Sin embargo, siga­mos adelante con nuevos conside­randos.

La riqueza nacional es principal­mente una resultante del trabajo en los campos de la agricultura, la ga­nadería, la minería, la industria, el comercio, el transporte y los servi­cios. Pero esta riqueza general está seriamente amenazada. Los agricul­tores del Cesar ya no cultivan algo­dón porque una gran mayoría de los propietarios de tierra han sido secuestrados. La ganadería de Cór­doba ha decrecido a niveles alarman­tes porque no pasa un solo día en que un ganadero no caiga en manos de los plagiarios. Las compañías de­dicadas a la explotación del oro y del petróleo no se han escapado a este flagelo. Grandes industriales han permanecido muchos meses en manos de los secuestradores. Comer­ciantes grandes y pequeños en todo el territorio nacional, sin excepción, han tenido que pagar con el fruto de su trabajo gravosos rescates. Los transportadores han tenido que so­portar una disminución preocupan­te en su actividad. Profesionales de todo orden, gentes del común, me­dianos propietarios y hasta gentes pobres pueden contar el haber sido víctimas de este horripilante delito.

~ El secuestro se ha convertido en el segundo mayor problema nacio­nal. En este momento la Policía re­porta que 920 personas permane­cen en poder de los secuestradores en todo el país. Cada día 3 personas son secuestradas. Y es necesario aclarar que se trata de casos de se­cuestro denunciados. Cuántos habrá que suceden y en los que los familia­res no informan a las autoridades por temor a las represalias de los criminales?

Quienes son los secuestradores? Resulta que todo el mundo se ha convertido en industrial del se­cuestro. Actualmente secuestran los bandoleros, los subversivos, los gue-

rrilleros, los delincuentes comunes, los estudiantes, las domésticas, los grupos de izquierda y derecha, los parientes, los amigos, los enemigos, los vecinos, y hasta se han presenta­do casos de participación directa de algunos miembros de la propia au­toridad. Este es un virus que se ha apoderado del organismo nacional y que continúa desarrollándose hasta niveles insospechados.

El secuestro está poniendo en pe­ligro la riqueza nacional, o sea el·so­porte económico del país. El bece­rro de oro sigue manteniendo su fa­tídica atracción y se convierte en un problema para el cual no existen soluciones positivas, a menos que algo se haga para remediar el mayor problema nacional, se tecnifiquen los medios de combatirlo y se cu~n­te con un sistema judicial apto, efi­ciente y oportuno.

Creo que las anteriores considera­ciones nos permiten afumar que el secuestro es el segundo mayor pro­blema nacional del momento,. por­que está socavando la estabilidad económica en todos los campos del quehacer general y en la totalidad de los rincones del territorio pa­trio, sin consideraciones sociales de ninguna naturaleza.

En forma paralela al problema del secuestro aparece el de la pre­sencia de los grupos subversivos ar­mados. Estos, además de ser respon­sables por algo más del 20o/o de los secuestros, cubren con su accionar todo el territorio nacional. Faltaba, tal vez, por ser afectado por este flagelo el Departamento de Nariño, pero ya las F ARC han aparecido en esa pacífica región, el último bastión donde aún reinaba la paz.

Se podría pensar que con los re­cientes sucesos mundiales la situa­ción pueda cambiar, pero hay que recordar que los cambios siempre nos llegan con considerable retraso. Es posible que dentro de unos 1 O años los guerrilleros empiecen a compenetrarse de la dinámica mun­dial y de la inutilidad de sus luchas; mientras tanto seguirán engañando a muchos de nuestros dirigentes y a

nuestra juventud con el manido dis­curso del diálogo interminable.

Para solucionar este problema se requiere la decisión nacional de mantener una posición de fuerza real y efectiva y una posición polí­tica inteligente y seria. La primera cumpliendo el mandato constitu­cional de mantener e imponer el orden donde sufriere perturbacio­nes y la segunda, si se quiere, por medio de una postura de diálogo. Pero nada se va a lograr si los repre­sentantes de la fuerza aceptan y adoptan una posición dialogante. Cuando se llegue a este extremo los subversivos habrán triunfado, no sin antes haber destruído la riqueza na­cional y haber conducido al país a los últimos niveles de pobreza.

Creo que no es difícil aceptar que el tercer mayor problema nacio­nal en las actuales circunstancias es la presencia activa de los grupos sub­versivos en plan de guerra contra el sistema, aunados bajo un solo man­do con el nombre de Coordinadora Guerrillera "Simón Bolívar".

Por último queda el Narcotráfico. Es difícil tratar este problema por las connotaciones de orden moral que conlleva, pero, si nos atenemos estrictamente a las consecuencias que se derivan para el país, se puede afirmar que es el menor de los pro­blemas tratados, sin dejar de ser un problema nacional.

Los narcotraficantes, debido a la actual política gubernamental que los señala como el Objetivo Priorita­rio, han sufrido todo el peso de las armas del Estado que, enfrascado en esta lucha desigual, ha descuida­do los otros tres mayores problemas nacionales sin resultados mayores que mostrar hasta la fecha.

Somos conscientes de los daños que causa este ilícito negocio, pero en resumidas cuentas se trata de un delito de minorías. El narcotráfico no afecta a todo el pueblo en gene­ral sino a quienes se mueven en el círculo del negocio. En la mayoría de los casos el consumo en nuestro medio es elitista.

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Sin lugar a dudas que el más per­judicado por este comercio es el Gobierno de los Estados Unidos que. debido a su gran capacidad de influencia. nos ha impuesto este ob­jetivo como prioritario, obligándo­nos a desgastarnos combatiéndolo sin tregua. consumiendo nuestros exiguos presupuestos que mucha falta hacen para combatir la pobre­za. el secuestro y la subversión ar­mada, y recibiendo muy poco a cambio de este equivocado y one­roso esfuerzo nacional.

El narcotráfico dehe ser comba­tido. más aún. cuando se convierte en grupo armado. pero dentro de los procedimientos normales de lu­cha, ya que existen otros problemas mayores que sí están afectando la verdadera entraña nacional.

De no optar por una política de este calibre. es posible que los nar­cotraficantes en muy poco tiempo

busquen la alianza con los grupos subversivos armados. } allí sí. que esta unión puede llegar a conver­tirse en la primera amenaza nacio­nal.

S~,; requiere entonces cabeza fría ) mente clara para discernir los pro­blemas y darle a cada uno d trata miento adecuado y oportuno para no agravar la dolencia El gravísimo flagelo de la guerra "narco-subver­sivá" puedt: st:r la consecuencia de la adopción de políticas y procedi­mientos erróneos. frutos del afán del momento y de una equivocada selección de los Objetivos y sus prio­ridades. lo cuaL inevitablemente. nos conducirá por el camino dt. las decisiones falseadas ) del mal pla­neamiento en el empleo de los in:.­trumentos del Estado, al fracaso de la acción gubernamental. La vícti­ma rropiciatoria continuará siendo d sector más pobre de la población.

Espero que el lector haya coinci­dido con este análisis y haya podido señalar perfectamente en su orden de importancia los mayores proble­mas que afronta Colombia en los actuales momentos y que requieren la acción definida del gobierno se­gún el grado negativo de impacto sobre la situación nacional:

1 . La Pobreza generalizada de más de 20 millones de compatriotas. muchos de ellos en la pobreza ab­soluta.

2. El Secuestro que está minando la riqueza nacional.

3. Los Grupos S t. bversivos Arma­do::.. con pn:::.~n.:1J nacional y di­rección unificada.

4. El Narcotráfico.

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56ACORE =====================================================

Page 59: Revista Edición 69 DIC. 1990

CUARENTA AÑOS DESPUES

Capitán de Navío (r)

JUUO CESAR REYES CANAL

El pasado 1 o. de noviembre se conmemoró el cuadragésimo ani­versario de la fecha en que zarpó de Cartagena con destino a Corea la Fragata ARC "Almirante Padilla', en cumplimiento del ofreci­miento del gobierno de Colombia de poner a disposición del Co­mando Unificado de las Fuerzas de las Naciones Unidas esta uni­dad na,·al. junto con su tripulación compuesta de 150 marineros, 30 suboficiales y 1 O oficiales.

En dicha fecha, memorable para la Armada Nacional, pronunció un interesante discurso el Sr. Capitán de Navío (r) Julio César Re­yes Canal. quien tuvo la responsabilidad de comandar en esa oca­sión nuestra unidad de guerra. A continuación publicamos el texto de esta intervención.

El Presidente de la Asociación de Veteranos de Corea. Capítulo de Cartagena. Señor Almirante Alfon­so D íaz Osario, me ha pedido venir desde la isla de Providencia, refugio inigualable para marinos viejos, con . el objeto de que participe en la con­memoración de un hecho importan­te en la historia de nuestra Armada: El zarpe hoy hace 40 años de la fra­gata A.R.C. "Almirante Padilla" desde el desvencijado y antiguo muelle de madera de La Machina en la Base Naval A.R.C. "Bolívar" de esta nuestra querida Cartagena, con destino a Corea del Sur y con la mi­sión de ayudar a defender bajo el mando de las Naciones Unidas a esa noble nación que estaba siendo arrasada por una sorpresiva y arro­lladora invasión comunista inter­nacional.

Estoy aquí entonces con ese pro­pósito exclusivo. Y como sucede que el azar o el destino me otorga­ron por la gracia de Dios el privile­gio de llevar sobre mis hombros la responsabilidad y el honor de co­mandar en tal ocasión esa unidad, tal vez me sea dado, sin que sea cri­ticable, referir algunos pocos episo­dios de la pequeña historia descono­cida de esa lejana campaña a la ma­nera de un video que ojalá no fati­gue a la gentil audiencia que genero­samente nos hace compañía y que estoy seguro agradará a los hombres que me acompañaron entonces y que hoy también se han esforzado por hacerse presentes para rememo­rar por vez primera y quien sabe si quizás por vez última respecto a un capítulo inolvidable en nuestras vi­das. Así fue la película.

El Comandante no se ofrece ce>­mo voluntario. En octubre de 1950, año muy difícil en mi carrera, me encontraba en Bogotá en vacaciones y tramitando mi retiro de la Arma­da, única alternativa pragmática que me quedaba para protestar con sol­vencia contra la venta de los destro­yers "Antioquia" y "Caldas" que proyectaba hacer a Egipto nuestro Comando Naval1 yo no podía en­tender qué iba a quedar de la Arma­da sin esos dos buques que eran su corazón y su columna vertebral, y había elevado mi solicitud de baja al Presidente Laureano Gómez con respeto pero también con inusual franqueza. Fogosidades, idealismos, tal vez inexperiencia de un Capitán de Corbeta de 3 2 años.

Cuando supe que el proyecto de Decreto había salido de la Dirección General de Marina hacia el despacho del Ministro de Guerra, me fui a ha­blar con el ex-Presidente Alfonso López Pumarejo en su oficina de la Calle 14 con Carrera 9a. para con­tarle y pedirle que me ayudara a conseguir trabajo en la Flota Mer­cante Grancolombiana. Después de media hora de conversación maravi­llosa e inolvidable su Secretaria lo comunicó con el Doctor Alvaro D faz. Gerente de la Flota. Para despedir­me me dijo: Alvaro lo espera ya. Eso es aquí muy cerca. Buena suer­te. Y esa misma tarde el Dr. Díaz le dijo a su Jefe de Personal que yo era el hombre que debía reemplazar al Capitán Froilán Valenzuela en el "República de Colombia" a finales de mes cuando saliera en vacacio­nes.

Pero mi tranquilidad duró poco. Al día siguiente fui citado a una reu­nión de Oficiales Superiores en la Dirección General de Marina a la que asistirían también todos los Comandantes de Base y Directo­res de Escuela para recibir informa-

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ción sobre el asunto de los destro­vers. Fue una reuruón tormentosa. Al salir de ella supe atónito que aca­baba de llegar un Decreto completa­mente inesp .. rado que nombraba al Capitán de Fragata Juan A. Pizarro como nue\o Drrector General de Marina.

't a los dos días el Capitán Piza­rro m... amó a su despacho para in­formarme que el General RoJaS Pi­rulla. Jde de Estado Mayor de las Fuerzas ~iilitares. a quien yo esca­samente conocía. me mandaba de­cir que } a no se iban a vender los buques. que tampoco se me iba a conceder el retiro. y que me alistara para l!lrpar hacia Corea en la fraga­ta ''Almirante Padilla" que debía arribar a Cartagena de Buenos Aires en los próximos días. Entonces Re­yes. agregó el Comandante. a quien yo atribuí de inmediato la autoría de gran parte de la inopinada razón. tiene que hacer dos cosas Primero enviar su carta ofreciéndose como voluntario y segundo. reunirse con el Jefe de Personal para que I.!S~oja sus oficiales y su tripulación. Con­testé al Director: Fn cuanto a lo primero eso no es posible, Señor; me queda inelegante y desconside­rado decirle a mi esposa. quien aca­ba de dar a luz nul.!stra segunda lúja, que en estas circunstancias yo me ofrezco para irme a la guerra; no sería muy naval ni muy inglés con mis tres damas. Lo que en manera alguna signifique que yo no quiera ir. Demc usted la orden escuda y ella se cumplirá de inmediato y en la mejor forma que yo pueda. Y en cuanto a lo segundo cnw que no es necesario escoger nueva oficialidad ni tripulación. Entiendo que ya la lista está hecha desde el Capitán hasta el último asistente. Doy por sentado que sus componentes son marinos de guerra, marinos de gorra puesta; en una Armada tan pequeña me deben conocer bien; saben que yo seré su Comandante estricto, su instructor exigente y su protector desvelado; sólo quisiera proponer los nombramientos de mi timonel, mi escribiente y mi asistente.

Así fue como, viejos compañeros, se unieron a ustedes a bordo por

fuerza del destino el Capitán Reyes Canal, el Suboficial Jefe Contra­maestre Rives Hayes, el Cabo l o. Es­cribiente Jesús A. Zarco y el Asis­tente Segundo Vicente León . Con Hayes se completaron tres providen­cianos a bordo: El, el Suboficial Je­fe de Navegación y Comunicaciones Tomas Taylor Robinson y e l Cabo Primero Fogonero Angel Daza Shogreen. Generosa contribución para una isla con tres mil habitan­tes. Todo fue suave, transparente. funcional. No hubo traumatismos, ni intrigas ni desaveniencias, ni amarguras para conformar la prime ra contribudón colombiana a la campaña de Corea.

El paso de los días y luégo el pa­so de los años confirmaron que mi decisión fue afortur.ada Esa era una magnífica tripulación. Entre la oficialidad iban dos futuros Al­mirantes Comandantes de la Arn1a­da, Jaime Parra Ramírez y Alfonso Diaz Osorio, y un Contralmirante, O!)car Herrera Rebolledo, temprana­mente desaparecido. También se han ido ya el Ingeniero Jefe, Capitán dt. Fragata Luis Carlos Rodríguez Zamora. el Oficial de Administra­ción y Comandante de la Compa­ñía de Desembarco Capitán de Fra­gata Néstor Ospina Mclo }' una trein­tena tal vez de Suboficiales y mari­nos. Me hacen falta hoy aquí con su amistad. su cordialidad y su simpa­tía. Los recu(!rdo con .. fecto. Dios habrá de tenerlos en su gloria. Y la tripulación también fue fuerte y longeva. Para muestra aquí tenemos portando el uniforme y en servicio adn o a cuatro miembros de ella. Subo~icialcs Jefes Técmcos Néstor Mcndoza Acendra, Rl!gulo Farfán Mekndcz. Ríve Hayes Hoepman. Eduardo Gómez Martínez ) Rafael Valverde Burgos. Seriar Vicealmi­rante Campos: me atrevo a pedirle que lidere un gran aplauso para es­tas reliquias vivientes de la Armada.

Sólo podemos dar 10 nudos. Nos fuimos a las 1 O: 20 horas hoy hace 40 años. ~os despidieron con solem­nidad el Gobernador Roberto Cave­lier, el Arzobispo de Cartagena José Ignacio López Umaña. el Director General de Marina, Capitán de Fra-

gata Juan A. Pizarro, un Batallón Naval y un buen número de ciuda­danos. Hubo misa en el muelle, la Escuela Naval de Cadetes nos obse­quió un Pabellón de Guerra, nos rindieron honores, y allí dejamos melancólicos }' con sus ojos húme­dos a nuestros padres, madres, es­posas, hijos, novias y amigos. El adiós del marino siempre es triste. Y comenzó así mi mando solitario en esa gran aventura.

La travesía a Colón podía hacer­se despacio. Mejor así para que el ,ersonal nuevo fuera familiarizán­do:.e ccn d material. Yo no conocía el buqt-. Sólo había estado a bordo dos o t -.' \eles en funciones socia­les uponía que estu ic-ra más o menos listo para la misión ~fis ór­denes hablaban dt- reparac1on~.-s mc­nore::. y luégo de entrenamiento en la Base Naval de San Diego. lo que podría tomar de cinco a seis sema­nas. El Gobierno esperaba que la fra­gata estuviera en· Corea para fines del año.

Cuál sería mi sorpresa cuando dos horas después de enderezar la proa hacia San Diego al salir de Bal­boa y pedir revoluciones para 15 nudos el Ingeniero Jefe me buscó taciturno para decirme que las má­quinas estaban muy mal y no podían dar más de 1 O nudos sostenidos. El informe detallado lo rindió tres días despul!s. Era desolador. Como en los primeros escalones de mi carrera yo había sido Ingeniero, hablaba el mismo 1dioma que el Capitán Rodrí­guez y me di cuenta rápidamente que tal vez el problema más difícil de toda la misión iba a ser el de po­ner la unidad en condiciones para combatir.

Buque nuevo. Ll Agre-gado i\aval de Washington Capitán de f<ragata Rubén Piedrahita Arango quedó asombrado al recibir mi informe so­bre el estado del buque y la lista de las reparaciones necesarias. Me dijo: zarpe para Long Beach. Las repara­ciones tenemos que hacerlas en un astillero civil; haga una licitación entre tres; allá le situaré cincuenta mil dólares para que comience. Un oficial del Astillero Naval será nom-

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bradoparaqueloasesore. Wilmington Welding and Boíler Works ganó con su propuesta sui-generis: el buque debía permanecer en el Astillero Naval a donde ellos enviarían diaria­mente los operarios para que labo­raran a $3.80 la hora. Cayó así so­bre el buque la responsabilidad de que cada hora cobrada hubiera sido realmente una hora trabcijada y de que asumiéramos la ejecución de cuanta reparación pudiéramos ha­cer. Nos convertimos en intervento­res y auditores mediante una minu­ciosa y muy severa organización. Fue en extremo difícil reparar la unidad. Afortunadamente el Geren­te E.C. Arnold se contagió de nues­tro entusiasmo y le puso también el alma al trabajo. Pero aún más im-

ortante: la Armada Norteamerica­na se interesó por ese buque raro que mantenía a su tripulación lim­pia, bien uniformada, trabajando como hormigas y que desembarcaba 100 hombres armados de vez en cuando a hacer marciales y vistosos ejercicios militares de orden cerra­do, todo ello sin perder la oportu­nidad de ofrecer, dentro del mare­mágnum de una reparación exten­siva, fmas reuniones sociales a bor­do dentro de un elegante protocolo naval. Y comenzó a ayudar y a ayu­dar y a ayudar. Sobre todo con re­puestos que no eran comerciales pe­ro existían en algún almacén de su gigantesca red logística. "Hay que pedirlo a Mechanicsbur, Virginia", se volvió frase común. Nos dieron rédito y nos abrieron una cuenta. 1 saldo iba creciendo manejable­

mente hasta cuando recibí la ino­pinada visita de un alto oficial quien me dijo: lo felicito por las magnífi­cas reparaciones que le está hacien­do a las máquinas y al casco de su buque. Pero qué va a hacer usted en Corea con buena flotabilidad y buena propulsión pero sin arma­mento? Porque el informe que me dan mis hombres, que lo han estado mirando en compañía de su gente es el de que es obsoleto, descalibra­do o inservible. Hablé con Washing­ton sobre eso y me dicen que le pue­den entregar las baterías de superfi­cie, antiaéreas y antisubmarinas nue­vas y de último modelo, con sus res­pectivos directores de tiro, y que le

La Fragata colombiana "Almirante Padilla" con el tricolor desplegado zarpa hacia Corea

cargarían su valor en su cuenta co­rriente. Yo quedé perplejo, el Capi­tán Piedraltita atónito y el Capitán Pizarro en Bogotá, asustado. Ese ar­mamento costaba cinco o seis veces más de lo que habían presupuesta­do para toda la reparación Pero au­torizaron el cambio. Y aquí cabe un paréntesis: Al final de nuestra inter­vención naval en Corea esa cuenta rondaba por los 13 millones de dó­lares que podrían ser 1 00 millones de los dólares de hoy, sin embargo la calidad y oportunidad de nuestros

servicios y la habilidad diplomática de nuestro Embajador Eduardo Zu­leta Angel obtuvieron que esa deu­da grande fuera condonada total­mente por la Armada de los Estados Unidos.

Entre tanto la parte civil del Go­bierno no se explicaba bien la de­mora. El Capitán Pizarro le dijo al Capitán Piedraltita que el Presiden­te estaba alarmado a pesar de sus in­formes minuciosos basados en los míos. Comencé a sentirme incómo-

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do y algo frustrado. Un día me lla­mó a las S de la mañana desde Nueva York el Embajador de Colombia an­te las Naciones Unidas, doctor Ro­berto Urdaneta Arbeláez, para de­cirme que el Presidente lo acababa de citar a una conferencia telefóni­ca para que le informara que era en realidad lo que estaba pasando con el "Almirante Padilla". Le expliqué y rematé: "Nadie en toda Colombia está más ansioso por zarpar a Corea que yo, Señor Embajador; me es imposible acelerar más el alistamien­to; la Armada tiene mejores oficia­les que yo para que me reemplacen si el Gobierno considera convenien­te". No me volvieron a decir nada.

Zarpamos al fm de Long Beach el 3 de marzo de 19S 1 con buque nue­vo, muy bien pintado y uniformes azules recién hechos. Se acuerdan? Llevábamos un poder de fuego tri­plicado y la capacidad de dar más de 20 nudos. a 3 ó 4 décimas de nu­do por debajo de la velocidad de di­seño. Al entrar a San Diego con im­pecables e inmóviles formaciones en las cubiertas un crucero pesado nos envió por destellos un mensaje de una palabra: "Magnificent". Lo me­recíamos. Era la verdad.

Despedidas y recibimientos. Que­dó atrás California. Dorada tierra de promisión, sonriente, cordial, hospi­talaria, cautivadora. Y quedaron atrás otra vez los amigos y las ami­gas. Carmen, Atice, Mary. . . larga sería la lista. Y o sé que en este ins­tante algún nombre está brotando a la memoria de muchos de ustedes, marinos viejos. Pero no se pongan nerviosos. Digan que eso fue hace cuarenta años. Y reciten a Baudilio Montoya, el gran poeta de Calarcá que no conoció el mar:

Soy el mismo marino que quisiste otros días en tiempos ya lejanos que no pueden tomar y esta tarde te pienso como pienso en los muertos que ya están descansando para siempre en el mar.

Pearl Harbar. Bailarinas hawaianas nos recibieron en el muelle con dan-

zas, mus1cas y flores. Y la Armada Americana nos dió submarinos, avio­nes y un polígono de artillería para terminar nuestro entrenamiento. Claro que no pudimos derribar los aviones a control remoto como ahora lo hace la moderna A.R C. "Almirante Padilla" cada vez que la dejan dispararles. Nueva tecnología, computadores, misiles, electrónica por todas partes. Pero nada nuevo que supere el coraje de José Pruden­cia Padilla o nuestro viejo espíritu

· Japón. Base Naval de Y okosuka. Un destacamento de Infantería de Marma ~orteamericana con su Ban­da de Música nos hizo honores y las muchachas nos alegraron con sus bailes. Se hace camino al andar. El buque, aún sin disparar su primer ti­ro agresivo iba dejando estela. Los almirantes que nos visitaban y nos conocían enviaban sus informes.

El 1 o. de mayo de 1951 se cum­plieron al fm los vehementes deseos del Presidente Gómez. El Coman­dante, acompañado de su Ayudante Teniente de Fragata Julio C. Seije Julio puso en Tokio la fragata A.R.C. "Almirante Padilla" a las ór­denes del Vicealmirante Charles Turner Joy Comandante de las Fuer­zas Navales de las Naciones Unidas en el Lejano Oriente. Espada, guan­tes y los pechos limpios. En esas épocas la Armada no era generosa con las condecoraciones. ¿Se le ofrece algo? No Señor, muchas gracias. ¿Está listo? Sí Señor; esta noche la Base terminará de endere­zar una pieza de 20 milímetros que el mal tiempo hace cuatro días casi nos arranca de la popa. Gran oficial el Almirante Joy; serio y sencillo. Sobre sus hombros habría de recaer un año más tarde la responsabilidad de conducir por las Naciones Uni­das las conversaciones de paz en Panmunjom, muy largas y tortuo­sa~ Hombre paciente.

Base Naval de Sasebo, Kyushu. Allí se centralizaba la logística de la enorme Flota. Nos destinaron como Fragata No. 13. si mi memoria no me engaña, del Escuadrón de Patru­lla y Escolta No. 7 de la Fuerza de Tarea 9S, comandado el primero por

el Capitán de Fragata Lindsey Williamson y la segunda por el Vice­almirante Allan E. Smith quienes serían nuestros comandantes orgá­nicos directos. Estábamos destina­dos a ser la fragata de la buena suer­te.

Buen tiro. Nuestra primera salida en son de guerra fue como parte del Grupo de Tarea 9S .1 comandado ;"~Or el Contralmirante inglés A. K. Seo t Moncrieff. Lo componían portaaviones, cruceros, buques de desembarco. destroyers, fragatas y barreminas para un total de 1 S bu­ques de Inglaterra, Estados Unidos, Tailandia. Canadá y Colombia. Mar Amarillo. Temtorio enemigo. Abrir paso con los barreminas hasta la isla de Cho-Do. penetrar hacia la costa bajo la sombrilla aérea de portaavio­nes, proteger el desembarco de una Compañía de Marinos Reales que debía efectuar un reconocimiento de los poblados de Yonchon-Do y Sokia-Ni, re-embarque y retirada.

El viernes 18 de mayo de 19S 1 cuando avanzábamos lentamente hacia el Norte cerca a la costa pedi­mos permiso para probar la batería principal sobre blancos de oportuni­dad. Nos los asignaron por coorde­nadas Hicimos con la Pieza No. 2 los primeros 16 disparos de armas colombianas sobre Asia. Fecha his­tórica.

El día crítico, domingo 20 de mayo, el Grupo fue dispuesto al an­cla muy cerca de la costa y en for­ma de herradura que cerraba nues­tro buque por el extremo sur. Ter­minada a las 17-00 horas la tempes­tad de artillería que protegió el des­embarco quedó el escenario en omi­noso silencio. De pronto por fonía nos llegó una señal: "Destruya mina en la playa en marcación 170 gra­dos". La marea que bajaba rápida­mente estaba dejando al descubier­to a l.SOO metros un objeto redon­do de menos de un metro de diáme­tro a estribor. Di la orden "Abrir el fuego" y comencé a oír la informa­ción del radar y el telémetro dando y repitiendo la marcación y la dis­tancia. Un minuto que me pareció un mes y no se abría el fuego. Arti-

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