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Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones ISSN: 1576-5962 [email protected] Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid España BUENO, EDUARDO El capital social en el nuevo enfoque del capital intelectual de las organizacionales Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, vol. 18, núm. 2-3, 2002, pp. 157-176 Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid Madrid, España Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=231318274003 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista de Psicología del Trabajo y de las

Organizaciones

ISSN: 1576-5962

[email protected]

Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

España

BUENO, EDUARDO

El capital social en el nuevo enfoque del capital intelectual de las organizacionales

Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, vol. 18, núm. 2-3, 2002, pp. 157-176

Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=231318274003

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REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 1 5 7

Artículo

El capital social en el nuevo enfoque del capital intelectual delas organizaciones

Social capital in the light of the new approach to intellectualcapital in organizations

EDUARDO BUENO1

Universidad Autónoma de Madrid

RESUMEN

Las transformaciones socioeconómicas, el impacto de las tecnologías de la información y lascomunicaciones y los procesos de globalización que caracterizan la sociedad actual, definidacomo del conocimiento y operando como una red, han provocado la revisión del concepto deempresa, como nexo de relaciones y suma de contratos explícitos y relacionales, y la apari-ción de un nuevo modo de gobierno estratégico-social, en el que los recursos intangibles quecomponen el Capital Intelectual cobran un papel crítico en la creación de valor. En estenuevo enfoque surge el Capital Social de la organización, como suma de las relaciones poseí-das y a desarrollar que aquella mantiene con sus partícipes y agentes sociales. Concepto quese sustenta en un conjunto de valores y sus correspondientes indicadores basados en la con -fianza, la lealtad, la sinceridad, el compromiso, la transparencia, la solidaridad, la responsa -bilidad, la honestidad y la ética, entre otros conceptos.

ABSTRACT

The economic and social changes, the impact of information technology and the globalizationprocesses that define Knowledge Society as a network, have made it necessary to review theconcept of company as a the addition of explicit and relational contracts. A new way of corpo-rate social-strategie governance has emerged where intangible resources making up intellectual

Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 2002Volumen 18, n.º 2-3 - Págs. 157-176

1 Catedrático de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid y Director del Área de Gestióndel Conocimiento del Parque Científico de Madrid y de su Centro de Investigación sobre la Sociedad del Conoci-miento (CIC).

1. INTRODUCCIÓN

Las transformaciones socioeconómicas,la revolución de las tecnologías de la infor-mación y las comunicaciones, los procesosde globalización de los mercados y de susagentes y el protagonismo social de laciencia y la cultura que han caracterizadolos últimos años del siglo XX provocaronque desde diferentes partes del mundo aca-démico y de los ámbitos profesionales yproductivos se haya definido a esta épocacomo la “era de los intangibles”, y que a lasociedad se le haya calificado como de lainformación y del conocimiento, por lo

que a la economía actual también se le hadenominado “basada en conocimiento”,como forma para explicar sus procesosactuales de creación de valor.

Es este nuevo contexto en el que semueven las organizaciones -sea cual sea sunaturaleza- y los restantes agentes sociales,ha cobrado un papel relevante el nuevoconcepto de Capital Intelectual, comoexpresión agregada de los activos intangi-bles poseídos por la organización, deriva-dos de procesos de conocimiento o de acti-vidades de naturaleza intangible que ponenel conocimiento en acción para añadir más

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capital play a critical role in in value creation. Within this new approach, social capital, isunderstood as a set of relationships linking the company with its stakenholders and socialagents. Social capital is supported by values and indicators such as confidence, loyalty, since-rity, compromise, transparency, solidarity, responsibility and ethics.

PALABRAS CLAVE

Buen gobierno, Capital Intelectual, Capital Relacional,Capital Social, Confianza, Conocimiento, Contratos Rela-cionales, Etica y Recursos Intangibles.

KEY WORDS

Corporate Governance, Intelectual Capital, RelationalCapital, Social Capital, Confidence, Knowledge, Relatio-nal Contracts, Ethics and Intangible Resources.

Lo fácil se ha de emprender como dificultoso y lo dificultosocomo fácil; allí porque la con-fianza no descuide; aquí porquela desconfianza no desmaye.

Baltasar Gracián (1647)(Aforismo núm. 204 del Oráculo

Manual y Arte de Prudencia).

valor al capital financiero y tangible deten-tado por la organización y que puede per-cibir o reconocer el mercado, en el casoque aquélla actúe en un contexto organiza-do como tal.

Este Capital Intelectual ha permitidojustificar en los últimos años las diferen-cias, a veces de gran importancia, entre elvalor de mercado reconocido y el que luceen las cuentas anuales y públicas de lasorganizaciones (empresas e institucionessociales, públicas o privadas), según lalegislación vigente. Pero también hay quedestacar que la falta de consenso teórico,de principios generalmente aceptados o demodelos generales de medición validadosen su aplicación por la comunidad científi-ca y profesional está provocando ciertasdesviaciones interpretativas sobre laimportancia y el papel de los recursosintangibles y sobre su influencia en lavaloración de las empresas o de los proce-sos de negocio de las diferentes organiza-ciones. En este sentido la actual recesióneconómica, consecuente con la crisis de lallamada nueva economía, y determinadosabusos de la definida como “contabilidadcreativa” (Lainez, 1999), han generado unamanipulación o un excesivo “maquillaje”de la información económico-financiera yunas malas prácticas entre determinadosagentes de los mercados globales, que handesembocado en una elevada desconfianzaen el sistema económico actual y una evi-dente crisis de valores y actitudes básicaspara mantener unas relaciones establesentre los agentes sociales y unas expectati-vas positivas sobre el futuro de aquél.Cuestionamiento que ha vuelto a ponersobre la mesa la importancia de la confian -z a, de la h o n e s t i d a d, de la s o l i d a r i d a ds o c i a l, de la transparencia informativa yde la é t i c a, entre otras cuestiones, en lasrelaciones que mantienen los agentes ó

partícipes que componen la sociedadactual y que actúan en una economía basa-da en conocimiento.

Finalmente, esta realidad, este contextosocioeconómico que caracteriza la “era delos intangibles” y la sociedad red está exi-giendo una revisión profunda del modelode empresa y de su forma de gobierno. Unmodelo que se está basando en una colec-ción de opciones de crecimiento basadasen un conjunto de activos tangibles eintangibles, que actúan como recursos crí-ticos y una forma de dirección que seapoya, no sólo en contratos formales,explícitos y pretendidamente completoscon los agentes del mercado, sino en con-tratos relacionales o implícitos, por lotanto informales e incompletos, que estánbasados en la confianza, la lealtad o laética (Zingales, 2000). Son precisamentelas relaciones a que dan lugar esta últimacategoría contractual las que sustentan lacreación del llamado Capital Social.

El concepto de Capital Social, en conse-cuencia, irrumpe con fuerza en la últimadécada del siglo XX, primero dentro de laética y de las ciencias del desarrollo, paradespués irse desplegando en otros ámbitoscognitivos, y sobre todo en los más recien-tes desarrollos del Capital Intelectual,razón, esta última, en la que se construyeeste trabajo, una vez que son revisadas lasaportaciones conceptuales más importan-tes, por lo que se terminará proponiendoun nuevo modelo de gobierno empresarialy un modelo de Capital Intelectual basadoen dicho Capital Social, como componenteinnovador, a la vez que dinamizador delvalor de los intangibles contenidos en elprimero (McElroy, 2001). En definitiva,este trabajo también intenta contribuir a laconcreción del constructo emergente querepresenta el Capital Social, dados los

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diversos enfoques con los que el mismo seestudia, cuestión que es preciso ir integran-do por la comunidad científica (Adler yKwon, 2002).

2.- EL CAPITAL SOCIAL COMOCLAVE EN LA ECONOMÍAACTUAL: ENFOQUESCONCEPTUALES BÁSICOS

2.1. Importancia del Capital Social

Según el Banco Mundial (Kliksberg,2000) se pueden considerar cuatro formasbásicas de capital: a) el capital natural,constituido por la dotación de recursosnaturales con que cuenta un país; b) elcapital construido, generado por el serhumano y que incluye diversas modalida-des, tales como: infraestructuras, bienes decapital (equipos), tecnológico, financiero,comercial, etc...; c) el capital humano,determinado por la nutrición, salud y edu-cación o nivel de conocimientos de supoblación, y d) el capital social , comonuevo concepto derivado de las relacionesintraagentes que caracterizan la economíaactual. Bajo otra perspectiva, siguiendorecientes aportaciones de Edvinsson(2002) la nueva riqueza de las naciones sepuede clasificar en dos grandes categoríasde capital, el tangible o físico que incluiríael natural y prácticamente el construido yel intelectual que integra el humano y elestructural en un sentido amplio, o el po-seído por las organizaciones, dentro delcual se podría incluir el social.

En concreto este autor recuerda que enSuecia en 1996 se aplicó por vez primera elconcepto de Capital Intelectual a nivel denación (proyecto iniciado por él, cuandoestaba trabajando en el Grupo Skandia, aprincipios de dicha década); razón por la

que la OECD, en su informe de octubre de2001, señalaba que dicho país se encuentradentro de las naciones que están liderandola economía basada en conocimiento, juntoa otros países como es el caso de Dinamar-ca, Holanda e Israel. Estos países están lle-vando a cabo, en consecuencia, junto aotros entre los que comienza a tener pre-sencia destacable España (gracias al dina-mismo, calidad y competencia de sus cen-tros y grupos de investigación, de las redestemáticas existentes y de los profesionalessobre gestión del conocimiento) una evi-dente y acelerada transformación de unasociedad industrial hacia una sociedad delconocimiento, que según Eurostat (2000)se viene caracterizando por un rápido creci-miento de los activos intangibles y de lasactividades de naturaleza social respecto alos recursos de naturaleza tangible y losprocesos de base física; cuestión que exigedefinir y medir las relaciones que se produ-cen entre ambos conceptos de capital, elintelectual y el tangible o físico. Relacionesque lleva a Eurostat a proponer cuatro gru-pos de indicadores relativos a las áreas tec-nológica, industrial, económica y social. Eneste mismo sentido se puede afirmar quelas formas de capital humano y social vie-nen explicando de manera significativa eldesarrollo económico sostenible de lasnaciones a finales del siglo XX, ya que,como afirma Kliksberg (2000), en dichasformas aparecen como claves principales:el progreso tecnológico, la competitividad,el crecimiento sostenido, el buen gobiernoy la estabilidad democrática. Claves que, asu vez, representan los retos o los desafíosa los que deben enfrentarse las organizacio-nes que componen la actual sociedad delconocimiento y, en consecuencia, la econo-mía basada en el mismo (Bueno, 2001).

Una primera aproximación del conceptode Capital Social es la que proponen Naha-

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piet y Ghoshal (1996) cuando lo definencomo “suma de los recursos actuales ypotenciales incorporados en, disponibles através, y derivados de la red de relacionesposeída por un individuo o por una unidadsocial”. Este concepto tiene gran importan-cia, como reconocen Lesser y Cothrel(2001), en la economía actual basada enconocimiento dado que expresa un conjun-to de recursos críticos que permiten crearcompetencias esenciales, es decir, queposibilitan la capacidad de saber explotarel conocimiento en acción o, en otras pala-bras, la capacidad de crear, compartir ygestionar los conocimientos que funda-mentan la generación de ventajas competi-tivas sostenibles (Bueno, 2002). Además,el Capital Social representa un constructode naturaleza multidimensional dados losenfoques diversos con que se estudia(Koka y Prescott, 2003) y, sobre todo, porser una “suma de recursos que se acumu-lan en una organización en virtual de laexistencia de una red estable de relacionesintraorganizativas” (Bourdieu y Wacquant,1992). En este mismo sentido Coleman(1988) define esta situación como la “ade-cuación de la estructura social, estratégica-mente legitimada en el seno de la propiaorganización”. Para Nahapiet y Ghoshal elCapital Social presenta tres dimensionesque, a su vez, plantean consecuentementetres categorías de retos para la organiza-ción:

• Dimensión estructural: por la que laspersonas pueden percibir por ellos mismosque forman parte de una red o nexo derelaciones.

• Dimensión relacional: por la que sedispone de un sentido de confianza y deobligaciones mutuas que se pueden desa-rrollar a través de la red o de las relacionesque se producen.

• Dimensión cognitiva: por la que losmiembros de la red tienen el interés comúno la actitud de querer compartir sus cono-cimientos y cuestiones en el seno de laorganización, basados en el principio de laconfianza.

Estas dimensiones, en suma, represen-tan la base de un conjunto de contratossociales tácitos o de contratos relacionaleso implícitos que van a generar nuevosvalores intangibles, nuevas opciones decrecimiento y que van a reformular mode-los y formas de gobierno organizativo enla actual “era de los intangibles” o en lasociedad del conocimiento (Rajan y Zinga-les, 2000). También de las dimensiones delCapital Social antes enunciadas se des-prende la importancia que el mismo tienecomo motor de desarrollo, de progresosocial y de innovación en la economíaactual. En la medida que aquéllas actúan,concepto que la literatura especializadaviene definiendo como “Capital Social enacción” (véase p.e.: Kenmore, 2001; Kliks-berg, 2000 y Knack y Keefer, 1996), sevan generando relaciones directas e indi-rectas entre los agentes del entorno y launidad social, las cuales van construyendouna nueva estructura social, una nueva redde relaciones colaborativas y unos nuevosprocesos creadores de conocimiento entrelos partícipes, “despertando” un conjuntode “conexiones durmientes” o latentes, quesegún Kenmore (2001) pueden ser: 1) gru-pos e instituciones académicas y profesio-nales; 2) amigos y familiares; 3) estratos osegmentos demográficos diferentes; 4)experiencias compartidas y 5) otras razo-nes de interés común, caso de las aficionesfavoritas.

En consecuencia, se puede visionar laorganización como un nexo o red de rela-ciones, tal y como se recoge en la figura 1.

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Estas relaciones se manifiestan, como hasido expuesto, a través de unos procesos ode unas actividades de naturaleza intangi-ble que, a su vez, pueden generar y con-cretarse en determinados recursos o acti-vos intangibles, una vez que se hayanexplicado a partir de los oportunos indica-dores de medida. En este sentido la orga-nización, como nexo o red, se puedeexplicar por el conjunto de los valoresestimados de las relaciones que mantieneo podía llevar a cabo con los diferentesagentes sociales y partícipes de la propiaorganización, tal y como representa laexpresión siguiente:

NR = [ RCI , RDI , RPR , REM , RIN , RCO,RCL , RIO ] [1]

en donde:

NR = Nexo de relaciones de la organiza-ción o conjunto de “valores relacionales”.

RCI = Relaciones con los ciudadanos,bien de forma individual y organizada.

RDI = Relaciones con los directivos dela organización.

RPR = Relaciones con los proveedores osuministradores de bienes y servicios nece-sarios para la actividad o negocio organi-zativo.

REM = Relaciones con los empleados dela organización.

RIN = Relaciones con los inversores(accionistas y proveedores de fondosfinancieros).

RCO = Relaciones con los competidores,especialmente con los aliados.

RCL = Relaciones con los clientes o loscompradores de los bienes y servicios queproduce la organización.

RIO = Relaciones con las instituciones yotros agentes sociales que componen lasociedad en que actúa la organización.

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2.2. Enfoques conceptuales del CapitalSocial

Antes de presentar los enfoques princi-pales que conceptúan el Capital Social hayque efectuar algunas aclaraciones previas,para evitar una interpretación equívoca desu verdadero alcance, en parte propiciadopor algunas aportaciones con semánticaconfusa o calificación errónea.

a) En primer lugar no hay que confun-dir la dimensión ontológica del conoci-miento que le clasifica en individual ycolectivo o social (Spender, 1996) con queéste último equivalga al concepto de Capi-tal Social, como proceso de socializacióndel conocimiento y por el que se convierteen “bien público” (Arrow, 1962, 1971 y1984), tal y como plantea, por ejemplo,Chaparro (2001). Esta consideración eserrónea ya que en aquel supuesto de lo quese debería hablar es de Capital Estructuralu Organizativo, o en suma del conocimien-to poseído por la unidad social a partir dela socialización cognitiva que se haya lle-vado a cabo entre sus miembros o, en otraspalabras, como señala este autor por elproceso de apropiación social del conoci-miento.

b ) En segundo lugar el Capital Sociales siempre un Capital Relacional, pero nodebe confundirse con el “capital cliente omercado” o con el capital que se deriva delas relaciones con los agentes vinculadoscon sus procesos de negocio o sus activi-dades productivas (Foro del ConocimientoIntellectus, 2002); aunque sí engloba elconjunto de relaciones con los restantesagentes sociales que se integran en elentorno de la organización o unidad socialde referencia, tal y como se ampliará unpoco más adelante y ha sido presentado enla figura 1 y en la expresión [1] anteriores.

Una vez efectuadas estas puntualizacio-nes es el momento de plantear los diferen-tes enfoques que están conceptuando elCapital Social. En concreto, se pueden dis-tinguir cuatro enfoques principales: a) elderivado de las teorías sobre el desarrolloeconómico; b) el procedente de la respon-sabilidad social y la ética; c) el que partede los códigos de buen gobierno o de la“gobernanza”, en cierta medida relaciona-do con el anterior y d) el que emana de losplanteamientos propios del Capital Intelec-tual, que es el que nos interesa en concretoen este trabajo.

En el primer caso hay que destacarcomo autor precursor a Putnam (1994),quien lo define como el grado de confian -z a existente entre los actores sociales deuna sociedad, las normas de comporta -miento cívico practicadas y el nivel dea s o c i a t i v i d a d que la caracteriza. Conestos elementos se enriquece y fortaleceel tejido social, contribuyendo al bienes-tar general y a hacer más sostenible eldesarrollo económico. También cabemencionar el trabajo de Knack y Keefer(1996), quienes midieron con un modeloeconométrico las correlaciones entre c o n -f i a n z a y normas de cooperación cívicarespecto a crecimiento económico en unnúmero significativo de países, encon-trando una fuerte relación entre los dosprimeros y el segundo y llegando a laconclusión que si el Capital Social estáintegrado por dichos dos componentes esmayor en sociedades menos polarizadasen cuanto a desigualdad y a diferenciasétnicas. Finalmente, en este enfoque hayque mencionar a Stiglitz (1998) quienafirma que el Capital Social tiene granpeso en el proceso de desarrollo, ya queexpresa las c a p a c i d a d e s existentes en unasociedad para r e s o l v e r c o n f l i c t o s, f a c i l i t a rc o n s e n s o s y concertar las acciones d e l

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Estado y del sector privado. En este senti-do, y de forma pionera, Hirschman (1986)ya dijo que es la única forma de capitalque no disminuye ni se agota con su uso,sino todo lo contrario, el mismo lo hacecrecer y mejorar.

En el segundo enfoque surgen diversasaportaciones con matices distintos, entrelas que se pueden destacar las de Cole-man (1990), Newton, (1997), Chang(1997), Kawachi, Kennedy y Lochner(1997), Bullen y Onyx (1998), Joseph(1998), Cortina (2000) y Baron (2001).De ellas se deduce como idea principalque el Capital Social puede verse comoun fenómeno subjetivo, tanto en el planoindividual como en el colectivo, expresa-do en el grado de integración social y der e s p o n s a b i l i d a d respecto a la sociedad ensu conjunto y con cada uno de sus agen-tes y grupos, potenciado por la red deconexión social y basado en valores ya c t i t u d e s que influyen positivamente enesas relaciones de forma recíproca y queayudan de manera transcendente a suavi-zar las relaciones de naturaleza competi-tiva, evitando conflictos y costes de tran-sacción, gracias a la aparición de un“bien colectivo o público” como es elCapital Social basado en la c o n f i a n z a, lac o o p e r a c i ó n, la s e g u r i d a d, los i d e a l e s, laé t i c a, el c o m p r o m i s o y la e q u i d a d. Comodice Chang “los valores ponen las basesde la preocupación del uno (CapitalSocial) por el otro (Desarrollo) más alládel solo bienestar personal. Juegan unpapel crítico en determinar si avanzaránlas redes, las normas y la confianza”. Deotro lado Barón (2001) demuestra, en uninteresante estudio analítico a partir delos modelos y evidencias previas llevadasa cabo por Griffin y Mahon (1997 y1999) y Roman et al. (1999), que la acep-tación de la responsabilidad social por

parte de la empresa facilita el desarrollode sus estrategias, mitiga la imperfecciónde la información en sus relaciones conlos agentes del mercado y actúa como“efecto vaselina” asegurándose determi-nados niveles de resultados financieros alargo plazo.

El tercer enfoque recoge la corrienteacadémica e institucional sobre el “buengobierno” o la “gobernanza” de las gran-des sociedades, y especialmente de lasque cotizan en Bolsa, es decir sobre loscódigos éticos o de conducta corporativade sus consejos de administración y equi-pos directivos. En este sentido afirma Sen(1997) que “los códigos éticos de losempresarios y profesionales son parte delos recursos productivos de la sociedad”;es decir que si estos códigos reafirmanvalores cercanos al proyecto reclamadopor amplios sectores de la sociedad yespecialmente por los mercados, institu-ciones e inversores crearán intangiblesque se podrán valorizar en determinadoCapital Social. El “buen gobierno” secentra en estos últimos años en la impor-tancia de proporcionar incentivos adecua-dos para facilitar recursos críticos para eléxito de la empresas y como medio derelación con su entorno (Bueno, 1998 y1999). Planteamiento que se apoya en lanueva concepción de la empresa comonexo de contratos relacionales o implíci-tos, que integra intereses de diferentespartícipes, internos y externos, de laempresa (Zingales, 1998 y 2000 y Rajan yZingales, 2000). Contratos que, como yaha sido introducido, se basan en valores,entre otros, como la c o n f i a n z a, la l e a l t a d,la s i n c e r i d a d y la é t i c a en los negocios,por lo que se pueden integrar en el nuevoconcepto de Capital Social dentro de losintangibles que configuran el Capital Inte-lectual. En consecuencia, según Baas

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(1997) las formas de gobierno, de “buengobierno”, los acuerdos institucionalesh o r i z o n t a l e s entre los s t a k e h o l d e r s, laequidad social y los c o m p o r t a m i e n t o ss o c i a l e s basados en los valores citadostienen un impacto positivo, creando, ensuma, Capital Social, el cual juega unpapel importante en estimular la s o l i d a r i -d a d y en superar los fallos del mercado,asegurando un mejor uso de los recursostangibles e intangibles, considerados denaturaleza crítica o básica para la crea-ción de valor.

Finalmente las últimas aseveracionesenganchan con el último enfoque, esto esel que hace mención a la inclusión de lasrelaciones que componen el CapitalSocial como intangibles del Capital Inte-lectual. Estas aportaciones serán estudia-das en los dos epígrafes siguientes, dadoque representan el cuerpo central del pre-sente trabajo (Lesser, 2000, McElroy,2001 y Nahapiet y Ghoshal, 1996). Detodas formas bajo la perspectiva de esteenfoque el Capital Social se incorpora alCapital Intelectual con un papel dinami-zador y benefactor para la organización,ya que representa, como indican Cohen yPrusak (2001), el valor de las conexioneshumanas en una organización basada enla confianza y con redes personales bajoun sentido de comunidad. Sin este CapitalSocial la innovación, el compartir conoci-miento y la propia productividad puedenverse debilitadas. En este mismo sentidoKoening (1998) afirma, siguiendo traba-jos previos de Prusak, que el CapitalSocial facilita las normas de comporta-miento organizativo, reduce los costes detransacción y favorece la cooperación;razones por las que ha sido introducido enel concepto de Capital Intelectual, facili-tando la dirección de los procesos creado-res de conocimiento.

3. EL CAPITAL SOCIAL EN ELNUEVO MODELO DE GOBIERNODE LA EMPRESA BASADA ENCONOCIMIENTO

Los actuales procesos de globalización,de creación de valor basados en conoci-miento, las nuevas formas de relación delas empresas o de las organizaciones engeneral con los diferentes agentes socialesy, en suma, el funcionamiento de la socie-dad red y los caracteres de la sociedad delconocimiento de nuestro tiempo, están pro-vocando de forma acelerada una construc-ción de un nuevo modelo de empresa y, enconsecuencia, de una nueva forma degobierno de la misma.

Desde el último trimestre del año 2000,a lo largo de 2001, y primeros meses de2002 la llamada nueva economía ha entra-do en crisis provocando una importanterecesión económica basada en la descon-fianza y en la incertidumbre que los agen-tes sociales tienen sobre el propio sistemaeconómico y sus expectativas de desarro-llo, cuestión que ha provocado una refle-xión sobre como se está llevando a cabo elproceso de globalización y cual es la ver-dadera dimensión económica y social delas tecnologías de la información y de lascomunicaciones, así como a identificar losfactores de riesgos y a la observación pre-ocupada de la presencia de determinadasprácticas nocivas sobre el buen funciona-miento de los mercados; aspectos, en defi-nitiva, que están llevando a una revisióncrítica del modelo financiero mercantilimperante de la empresa basado en elobjetivo de maximizar el valor para elaccionista, desde una perspectiva de cortoplazo. Este modelo de gobierno parte de laconcepción de la empresa como una “fic-ción legal” o como una institución jurídicaque conecta un conjunto de contratos que

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rigen las relaciones entre los agentes oindividuos con intereses en conflicto (Jen-sen y Meckling, 1976), por lo que se detie-ne en el análisis de los contratos formales,explícitos y pretendidamente completoscon respecto a los mercados, no atendien-do a los contratos relacionales o implíci-tos, por lo tanto informales e incompletosque pueblan las relaciones entre los agen-tes y dentro de su organización en la eco-nomía actual (Zingales, 2000). En estesentido es donde procurar la maximacióndel valor actual de la acción en el mercado(enfoque cortoplacista) no lleva necesaria-mente a maximizar el valor de la empresaa largo plazo, tal y como fundamentó hacealgunos años Stiglitz (1985); precisamenteporque esta creación de valor rompe loscontratos implícitos y perjudica a ciertospartícipes, generando situaciones de inefi-ciencia colectiva, propias de la diversidadde riesgos residuales que afectan a aqué-llos. Las características de estos contratosrelacionales e incompletos son singulares,ya que no son susceptibles de hacersecumplir por los tribunales; no son fácil-mente reproducibles e imitables; son dis-ponibles a voluntad; reducen los costes detransacción, sobre todo los de informa-ción; crean un marco de relaciones conti-nuadas y repetidas a largo plazo, razón porla que valorizan el concepto de capitalrelacional y, finalmente, se basan en lac o n f i a n z a, la l e a l t a d, la s i n c e r i d a d y laé t i c a en los negocios; entre otros, por loque configuran el nuevo concepto de Capi-tal Social dentro de los intangibles delCapital Intelectual.

La necesidad de un nuevo modelo degobierno empresarial se justifica con lairrupción del Capital Social en la nuevaconcepción de la empresa. La empresaactual se caracteriza por los rasgos siguien-tes (Bueno, 2001):

1 . La importancia de la internacionali-zación de las actividades productivas,comerciales y financieras.

2 . La importancia de la internacionali-zación de la dirección y la transculturali-dad de sus equipos gestores.

3. La importancia del conjunto de con-tratos explícitos y relacionales o implíci-tos, que configura la concepción de laorganización y sus relaciones con su entor-no.

4 . La importancia de las alianzas y lacooperación con otras empresas a nivelnacional e internacional.

5. La importancia de los cibernegocios,como característica de la sociedad red, loque lleva a la empresa a la necesidad depotenciar las actividades en el entorno e -business y e-commerce.

6 . La importancia de la gestión delconocimiento, del talento y, en suma, delaprendizaje organizativo que le lleva a unrediseño estructural y funcional de su orga-nización.

7 . La importancia de los valores rela-cionales basados en la confianza, la solida-ridad, la transparencia, la responsabilidad,el compromiso social y la ética.

Como hemos visto con anterioridad elCapital Social se vincula con la mayoría deestas nuevas formas de relación, especial-mente con algunos caracteres recogidos enlos puntos 3, 4, 5 y 7, y siempre sin olvidarque su propia naturaleza se integra en laimportancia del conocimiento en acción,como proceso principal en la era actual delos intangibles.

El capital social en el nuevo enfoque del capital intelectual de las organizaciones

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Los rasgos anteriores permiten justificarla evolución de la “teoría de la firma” o elcambio de modelo de empresa y su gobier-no, tal y como esquematiza Zingales(2000) a través de las cuatro concepcionesque culminan en la necesidad de una nuevaempresa basada en conocimiento, en eltalento de sus empleados y en las relacio-nes con el resto de partícipes y agentessociales que configuran la que hemos lla-mado “organización nexo o red”. Estasconcepciones son, en concreto, las siguien-tes:

A . La empresa como un nexo de con-tratos explícitos valorizados por los merca-dos financieros y basados en las perspecti-vas de los costes de transacción y losderechos de propiedad

B . La empresa como un nexo de con-tratos explícitos e implícitos en el quecobra importancia el capital humano y el

organizativo, consecuentes con la existen-cia de contratos relacionales.

C . La empresa como una colección deoportunidades de crecimiento, basadas enlos activos o recursos críticos y en lascapacidades para generar las citadas opor-tunidades.

D . La empresa como una colección deactivos tangibles e intangibles derivadosde cada categoría de los contratos que seintegran en la organización.

En definitiva, la nueva concepción de laempresa y su nuevo modelo de gobierno esla consecuencia de las concepciones seña-ladas por las letras B y D, que, a su vez, sevinculan directamente con los caracteresde los puntos antes seleccionados y queprotagonizan los procesos de conocimientoen acción más destacables.

En la Figura 2 se presenta el sistema

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relacional que caracteriza el Capital Socialde la organización en la sociedad del cono-cimiento actual. En esta figura se presen-tan los seis elementos que constituyendicho sistema, los cuales provocan un con-junto diferenciado de relaciones contrac-tuales con la organización que crean losvalores intangibles que integran el concep-to de Capital Social. Este, en suma, secompone de las relaciones con otros agen-tes y con sus procesos de negocio y recur-sos correspondientes, identificados en cadaelemento básico relacional:

• Solidaridad y cohesión con los ciuda-danos y unidades sociales integrantes delsistema social.

• Desarrollo económico del entorno dereferencia.

• Compromiso de gobernanza eficienteo de buen gobierno respecto a los agentesdel sistema.

• Compromiso con el desarrollo cientí-fico y tecnológico de su entorno.

• Defensa del ecosistema o aceptaciónde cierta responsabilidad medio ambiental.

• Defensa de la cultura y del patrimonioartístico de su sistema social de referencia.

Cada una de estas relaciones y el con-junto de sus interacciones son las que iráncreando un determinado valor en la organi-zación, no sólo para el accionista, sinopara todos los partícipes de aquélla, inter-nos y externos. Valor que ha sido definidocomo Capital Social, es decir:

CS = [cri] [2]

(i=1,2,...n)

en donde:

CS = Capital Socialcri = Conjunto del valor de los contratos

relacionales con los n agentes

En definitiva, ante esta realidad sepuede proponer un nuevo modelo degobierno empresarial, en consonancia conlos rasgos antes expuestos y que pasa adenominarse “modelo estratégico–social”(Rajan y Zingales, 2000 y Zingales, 2000).Este nuevo enfoque parte, como ya ha sidoindicado, de la visión de la empresa comoorganización (Bueno, 1997) o como pro-yecto comunitario, en el que todos los par-tícipes pretenden cierta utilidad, por lo quela empresa o compañía deberá crear valortanto para el accionista, como para eldirectivo, el empleado y el cliente y, ensuma, para la sociedad (véase la figura 3).La organización se presenta, por tanto,como una red, nexo o sistema de relacio-nes y de inversiones, de unos y otros partí-cipes, que se transforman en unos recursoscríticos, entre los que se hayan en la actua-lidad no sólo los recursos tangibles, sinotambién los intangibles o basados en cono-cimiento en acción. Estos recursos se sus-tentan en unos contratos relacionales oimplícitos que influyen en el valor de laempresa al crear lo que se ha denominadoCapital Social, como parte importante delCapital Intelectual.

En la Figura 3 se recogen los diferentesprocesos de creación de valor para cadapartícipe del modelo estratégico-social, esdecir para los accionistas (PA ), el mercado(PM), los clientes (PC), los empleados (PE),los restantes agentes sociales (PS) y losdirectivos (PD), de forma que se puedalograr la maximización relativa o la satis-facción del conjunto de funciones de utili-dad involucradas. Como se comprueba el

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modelo financiero-mercantil sólo atiende auna parte de las funciones citadas y rela-cionadas con determinados contratos explí-citos y más o menos formalizados y com-pletos (parte sombreada), mientras que elmodelo estratégico-social integra los inte-reses de los s t a k e h o l d e r s o de los partíci-pes vinculados y relacionados con la acti-vidad organizativa.

4. EVOLUCIÓN DEL CAPITALINTELECTUAL: PROPUESTA DEMODELO BASADO EN CAPITALSOCIAL

El concepto de Capital Intelectual seinicia a mediados de la década de losnoventa del siglo XX y se disputan suautoría Stewart (1997) y Edvinsson y

Malone (1997), pero de lo que no cabeduda es que ha sido aceptado en generalpor las comunidades científica y profesio-nal como expresión de la diferencia bási-ca existente entre el valor de mercado y elcapital financiero, siendo una cifra queintegra un conjunto de activos de natura-leza intangible y que se derivan de unaserie de actividades o de procesos basa-dos en conocimiento en acción. La evolu-ción de este concepto en sus pocos añosde vida ha sido interesante, pudiéndoseidentificar una serie de modelos, general-mente aceptados (Bueno, Jericó y Salma-dor, 2000). En la Figura 4 se presenta demanera sintética esta evolución, haciendoreferencia a tres modelos conocidos paraterminar en la estructura de un modelonuevo que incorpora los intangibles delCapital Social.

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De la revisión de los tres modelos bási-cos (CI1, CI 2 y CI 3) se pueden deducir lascuestiones siguientes:

a ) En el modelo CI 1 (Edvinsson yMalone, 1997) el capital estructural inte-graba el capital organizativo (capital inno-vación y capital proceso) y el capital clien-te o relaciones existentes con loscompradores del mercado. Planteamientoexcesivamente restrictivo respecto a lacomprensión de las relaciones que la orga-nización mantiene con los diferentes partí-cipes y agentes sociales (véase la figura 1y expresión [1])

b) En el modelo CI2 o Modelo Intelect,(Euroforum, 1998) se introduce el CapitalRelacional como expresión del valor del

conjunto de relaciones que la empresamantiene con el exterior, aunque básica-mente los indicadores se refieren a losclientes, añadiéndose otros más sintéticosrelativos a la reputación corporativa, lasalianzas estratégicas, los proveedores y lainterrelación con otros agentes, indicadorque engloba el conjunto de relaciones quese han recogido en la figura 2 y expresión[2]. En este momento en el seno del Forodel Conocimiento Intellectus (2002) delCentro de Investigación sobre la Sociedaddel Conocimiento (Universidad Autónomade Madrid), adscrito al Parque Científicode Madrid, se está revisando el concepto,elementos e indicadores del Capital Rela-cional, con motivo de la elaboración de unnuevo Modelo de Capital Intelectual: elModelo Intellectus.

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c ) El modelo CI3, propuesto por elKnowledge Management ConsortiumInternational (KMCI-McElroy, 2001),recoge las corrientes recientes, iniciadaspor Nahapiet y Ghoshal (1996), de auto-res como Prusak (1998), Lesser (2000) yCohen y Prusak (2001) por las que serevisa el Capital Relacional o se sustituyepor el concepto de Capital Social. Enconcreto este modelo subdivide este capi-tal en tres: Capital Intrasocial, CapitalIntersocial y Capital de InnovaciónSocial. El primero recoge las relacionespersonales en el seno de la organizacióny que se instrumentan básicamente conlas comunidades de prácticas (virtuales ono) y que pueden ser tanto de naturalezaegocéntrica o sociocéntrica, expresivas

del concepto de organización como“comunidad de comunidades” [véanse,entre otras aportaciones las de: Lesser yPrusak (1999); Lesser y Cothrel (2001) yKenmore (2001)]. El segundo expresa lasrelaciones básicas con los clientes y conlos accionistas. Por último, el tercerorecoge el conjunto de procesos o de rela-ciones que provocan la dinamización o lafunción innovadora, de carácter emergen-te, que mantiene la capacidad de adapta-ción y el potencial para desarrollar facto-res críticos de éxito para competir laempresa en su entorno social. En la figu-ra 5 se recogen las etapas básicas delciclo del Capital de Innovación Social,observándose una serie de etapas, confi-guradoras de un proceso social emergente

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que dinamiza y adapta de forma continuala organización con los cambios de suentorno, gracias a una adecuada gestiónde los procesos de conocimiento y deaprendizaje implicados, con el fin de pro-vocar una permanente co-evolución conlos agentes sociales con los que se rela-c i o n a .

Con estos antecedentes el modelo CI4,que se presenta en la figura 4, se basa entres componentes principales: CapitalHumano, Capital Estructural (integrado, asu vez, por el Capital Organizativo y elCapital Tecnológico) y el Capital Rela-cional. Este se subdivide en el CapitalNegocio o relativo a la actividad de laempresa y que evidencia la reputacióncorporativa (véase la figura 6) y el Capi-tal Social. El Capital Relacional muestrala valoración de las relaciones de la orga-nización presentadas en la expresión [1],a partir del conjunto de indicadores quemidan aquellas, tal y como se recoge acontinuación

CR = [ R , I ] [3]

en donde,

R= es el conjunto de relaciones quemantiene la organización con los diferen-tes agentes sociales y partícipes.

I= es el conjunto de indicadores quemiden las citadas relaciones.

En consecuencia, el Capital Relacionalse puede representar de la forma siguiente:

CR = CN U CS = [r ni ] U [ c ri ] [ 4 ]

(i=1,2, ...n)

en donde,

CN= Capital Negocio o conjunto delvalor de las relaciones de negocio quemantiene la organización : [r ni ]

(i=1,2, ...n)

CS= Capital Social o conjunto del valorde los contratos relacionales con los nagentes: [cri]

(i=1,2, ...n)

En la Figura 6 se ofrece, en suma, lascitadas relaciones que caracterizan dichoCapital Negocio o la correspondiente repu-tación corporativa.

Finalmente el Capital Social podría des-componerse en dos conceptos; el primerorelativo al Capital de Integración Social,expresivo de los intangibles derivados delas relaciones que la organización mantie-ne con el sistema social (véase la figura 2)y el segundo referente al Capital de Inno-vación Social, siguiendo el planteamientopropuesto por McElroy y que se vincula, asu vez, al nuevo concepto de empresa o almodelo estratégico-social, basado en elconocimiento, antes expuesto.

5. CONCLUSIONES

Los planteamientos recogidos en laspáginas precedentes ponen de manifiestola importancia que los recursos intangi-bles tienen en la creación de valor en lasociedad red o en la sociedad del conoci-miento que caracteriza la época actual. Enesta nueva realidad cobra relevancia des-tacada el concepto de organización comonexo o red de relaciones en la que elCapital Social o suma de las que mantieneaquélla con sus partícipes y agentes socia-les, expresa un valor importante para quealcance una adaptación y una evoluciónefectiva y eficiente respecto al sistema

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social en que la misma actúa. Este CapitalSocial actúa como innovador y dinamiza-dor, facilitando que la organización logresus objetivos a largo plazo de una formasostenible. A su vez el nuevo concepto deempresa y su nueva forma de gobernarse,orientada a la creación de valor a largoplazo, para todos sus partícipes, se basaen un conjunto de contratos relacionales oimplícitos, generadores de unos activosintangibles, que operan como recursoscríticos a partir de la presencia de losvalores definidores de dichos contratos ydel propio Capital Social, como son lac o n f i a n z a, la l e a l t a d, la s i n c e r i d a d, lat r a n s p a r e n c i a, el c o m p r o m i s o, la s o l i d a -r i d a d, la r e s p o n s a b i l i d a d, la h o n e s t i d a d yla é t i c a en las relaciones con los distintos

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