REVISTA DE INVESTIGACIONES PSICOLOGICAS

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1 Revista Investigaciones Psicológicas

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REVISTA DE INVESTIGACIONES PSICOLOGICAS

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1Revista Investigaciones Psicológicas

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2 Universidad Nacional Federico Villarreal

REVISTA DE INVESTIGACIONES PSICOLÓGICASDE LA UNIVERSIDAD VILLARREAL

Vol. 1 – Num. 1, año 2010

Editor general: Julio Figueroa Gonzales

Comité Editorial: Walter Capa Luque Marivel Aguirre Morales Dennis López Odar José Martínez Díaz

Consultores Editoriales: Claudio Carpio Ramírez (Universidad Nacional Autónoma de México, México) Isacc Camacho Miranda (Universidad Nacional Autónoma de México, México) Guadalupe Mares Cárdenas (Universidad Nacional Autónoma de México, México) Héctor Martínez Sánchez (Universidad de Guadalajara, México) Esteve Freixa i Baqué (Universidad de Amiens, Francia) Norma Reátegui Colareta (Universidad Peruana Cayetano Heredia, Perú) Hugo Montes de Oca Serpa (Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú) Alfredo García Casique (Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú) Miguel Vallejos Flores (Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú) Edmundo Hervias Guerra (Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú) Luis Córdova Gonzales (Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú) William Montgomery Urday (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú)

Asistente Editorial: Enrique Cárdenas Pariansulca

Suscripciones:La revista aparece dos veces al año. Las tarifas de suscripción se ofrecen en la última página.

© Universidad Nacional Federico Villarreal, Facultad de Psicología

Fondo Editorial, 2010 Derechos reservados ISBN - Depósito Legal Nº 2010-07140

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3Revista Investigaciones Psicológicas

En el Perú, donde más de la mitad de la gente vive en la pobreza, las madres trabajan 10 horas diarias lejos de sus hogares y obtienen ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades básicas. Los hogares de la in-fancia (Wawa Wasi), satisfacen la necesidad de éstas madres que trabajan y no tienen a quién encargar el cuidado de sus hijos (Mindes, 2005).

Wawa Wasi es un programa de guarderías diurnas de bajo costo para peruanos de bajos ingresos, al servicio de 150.000 niños en todo el país. Comenzó en 1993, como colaboración entre el UNICEF y el Ministerio de Educación del Perú. Desde entonces, el programa se ha ampliado para crear guarderías diurnas en unos 20.000 hogares, con el apoyo de un préstamo del Ban-co Interamericano de Desarrollo por valor de 150 mi-

PERFILES EMOCIONALES EN MADRES CUIDADORAS DEL PROGRAMA NACIONAL WAWA WASI DE LIMA METROPOLITANA

EMOTIONAL PROFILES IN MOTHERS NURSEMAIDS OF THE PROGRAM METROPOLITAN NACIONAL WAWA WASI OF LIMA

Jorge Palacios, Alfredo García y Elizabeth FloresUniversidad Nacional Federico Villarreal

Resumen

Se realizó una investigación descriptiva en una po-blación de madres cuidadoras de los wawa wasis. El objetivo fue identificar el perfil emocional y de per-sonalidad de los sujetos. La población fue de 69, pro-venientes de cuatro distritos con sectores pobres de la ciudad de Lima. Los instrumentos de evaluación fueron el MMPI y el Inventario de Personalidad de Eysenck. Los resultados describen a una población co-laborativa, con un nivel promedio de hipocondriasis, psicastenia, paranoia, desviación psicopática, histeria y con un nivel bajo en manía y defensas personales, así como una personalidad normal y con tendencias a sanguíneas y flemáticas.

Palabras Clave: Emocionales, personalidad, wawa wasi.

Abstract

A descriptive investigation was made in a population of mothers nursemaids of wawa wasis. The objective was to identify the emotional profile and of persona-lity of the subjects. The population was of 69, origi-nating ones of four districts with poor sectors of the city of Lima. The evaluation instruments were the MMPI and the Inventory of Personality of Eysenck. The results describe to a colaborativa population, with a level average of hipocondriasis, psicastenia, paranoia, psicopática deviation, hysteria and with a low level in odd habit and self-defenses, as well as a normal personality and with sanguineous and flemá-ticas tendencies to.

Key words: Emotional, personality, wawa wasi.

llones de dólares y la cooperación de la Unión Europea y organizaciones de comunidades de base locales.

Mediante el pago de una pequeña suma, las madres trabajadoras pueden dejar a sus hijos menores de tres años al cuidado de una guardería, ubicada en un ho-gar donde una madre encargada, capacitada en aten-ción de la salud, estimulación en la primera infancia y nutrición básica, se encarga de los niños. En las guar-derías de Wawa Wasi, la mayoría de las cuales están ubicadas en asentamientos humanos en zonas urba-nas, se ofrecen comidas preparadas en cocinas comu-nales o comités del “Vaso de Leche”, que liberan de la tarea de cocinar a las personas encargadas de atender a los niños.

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4 Universidad Nacional Federico Villarreal

Wawa Wasi es una iniciativa ejemplar en muchos as-pectos: ha creado servicios básicos de calidad que res-ponden a las necesidades de las comunidades locales, fomentan la inclusión social y refuerzan las aptitudes físicas, sociales y cognoscitivas de los niños. También ha creado empleos para 19.000 encargados de atender a los niños.

El Programa se inicia en 1993, con un modelo de atención integral al menor de tres años denomina-do “Hogares Educativos Comunitarios”, a cargo del Ministerio de Educación, con el aporte financiero de UNICEF, estos hogares surgen en el marco de la Con-vención de los Derechos del Niño y el Plan Nacional de Acción por la Infancia.

En 1994, considerando la experiencia como exitosa, se inicia el proyecto “Sistema de Casas de Niños Wawa Wasi” con fondos de la Cooperación Técnica no re-embolsable del BID, complementado con aportes de la Comunidad de la Unión Europea, de UNICEF y del Programa Mundial de Alimentos – PMA.

En octubre de 1996 se creó el Ministerio de Promo-ción de la Mujer y del Desarrollo Humano (PROMU-DEH) con la finalidad de promover el desarrollo de la mujer y la familia, bajo el principio de igualdad de oportunidades, promoviendo actividades que favo-rezcan el desarrollo humano, atendiendo de manera prioritaria a los menores en riesgo. La creación de este nuevo marco institucional originó la transferencia de las funciones de promoción y apoyo de los Hogares de Cuidado Comunitario – Wawa Wasi, del Ministerio de Educación al PROMUDEH. Posteriormente, el 2 de diciembre de 1997, se crea el Programa de Atención al menor de tres años denominado Wawa Wasi.

El 11 de julio de 2002, la Ley Orgánica 27779 del Poder ejecutivo, sustituyó al PROMUDEH por el MIMDES - Ministerio de la Mujer y del Desarrollo Social.

Entre enero de 1999 y enero del 2005, el Programa Nacional Wawa Wasi contó con el financiamiento y supervisión técnica del Banco Interamericano de De-sarrollo (BID), mediante el contrato de préstamo Nº 1144/OC-PE suscrito entre el gobierno de la Repúbli-ca del Perú y el BID.

EL BID consideró al Programa Nacional Wawa Wasi como un "Programa Modelo" durante el periodo en que esta institución financió y supervisó su gestión, recomendándolo como actividad permanente del Es-tado. Desde febrero del 2005, el Estado Peruano ha asumido íntegramente el financiamiento.

El Programa Nacional Wawa Wasi es una actividad permanente del sector MIMDES y se encuentra bajo la dirección del Vice-ministerio de la Mujer.

En el caso de los Programas de Wawa Wasis la situa-ción resulta bastante dramática ya que muchas de las personas a cargo de los niños son madres de familia poco instruidas y con poca información sobre el de-

sarrollo del niño en edad temprana. Así mismo existe una escasez de recursos, de materiales didácticos y juguetes que sirvan de estímulo a los niños.

Otro factor que contribuye a la educación del niño menor de 5 años son los padres. El éxito del desarrollo del niño no sólo está enmarcado por lo que pueda reci-bir en los programas escolarizados y no escolarizados, sino por lo que pueda recibir en su familia. El desarro-llo emocional es esencial en todo aprendizaje (Ryan, W., & Donovan, M. 2002), aporta a la formación de la seguridad, autoestima, tolerancia, manejo de frus-traciones, independencia, capacidad de resolver pro-blemas, ejercicio de auto control, toma de decisiones entre otras conductas. Goleman (1996) afirma que la primera escuela emocional es la vida en familia, sobre todo los sentimientos que transmite la madre.

En las zonas urbanas marginales las dificultades de la vida diaria sumadas a la poca conciencia que tie-nen los padres sobre la importancia del desarrollo de los primeros años de vida del niño (Reeve, 1994), son otros de los factores que no contribuyen a mejorar la calidad de la educación (Adolph, 2002).

Así mismo investigaciones en el área educativa han llevado a conocer programa similares de trabajo con niños, en particular el que se realiza en Chile a través de la Fundación Integra. Dentro de las modalidades educativas innovadoras y adecuadas a la realidad que viven los niños, la Fundación Integra creó en 1995 el proyecto pedagógico Arca de Sofía. Es un bus educa-tivo e interactivo que recorre los jardines de la funda-ción, llevando recursos pedagógicos y metodologías activas de aprendizajes a niños y niñas menores de 3 años.

También ayuda que la misma persona conozca a su niño, y aprenda su forma de comunicación con el mundo. Esta es la persona que comparte sus preocu-paciones, y que le deja saber cómo estuvieron las co-sas durante el día. Las personas de cuidado de calidad son sensitivas, aceptan, colaboran, y son accesibles para resolver las necesidades de los niños.

Características del programa:

Wawa Wasi son hogares familiares o ambientes comu-nales a cargo de una madre de la comunidad, donde se brinda atención integral a niñas y niños entre seis meses y tres años de edad. Sus características son:

1. Multisectorial: sustentado en la participación de la comunidad.

2. Brinda atención integral a la población infantil entre los seis meses y los cuatro años de edad, fo-calizado en zonas de extrema pobreza.

3. Financiamiento del Estado en su mayor parte (85%), la diferencia la asume la comunidad. (Sin embargo, se basa en la “transferencia, sostenibili-dad y la promoción de cambios substantivos”).

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4. Privilegia la estrategia comunitaria, a través de las organizaciones sociales de base de mujeres Promueve el desarrollo de la mujer tanto desde el punto de vista organizativo como individual.

5. Responde a la demanda de la comunidad.

6. Perfiles emocionales: Son los componentes y ca-racterísticas emocionales que conforman la perso-nalidad de un sujeto, es decir, forman parte de la personalidad.

Estos componentes emocionales son un conjunto de rasgos y conductas que tipifican un determinado ni-vel de estabilidad o inestabilidad emocional. A esta inestabilidad emocional clínicamente se le ha llamado desórdenes emocionales y experimentalmente, le han llamado conducta emocional inadaptada, es decir, es-tán incorporados en el área de la psicopatología.

El concepto de conducta emocional inadaptada esta estrechamente, vinculado al concepto de “clase de respuesta” propuesto inicialmente por Skinner en 1957 para explicar la conducta verbal. Anicama (1979, 1987; citado por Ochoa, 1995), conceptúa que la conducta emocional inadaptada es una “clase de respuesta inadaptada” la cual implica que ante la pre-sentación de un estímulo, el organismo emite varias respuestas que actúan a diferentes niveles de expre-sión del sujeto; no hay una repuesta en particular sino un conjunto de respuestas en interacción ante posiblemente no sólo un estímulo dominante, sino también un conjunto de pequeños estímulos que al asociarse al estímulo discriminante generan la con-ducta inadaptada (Schultz, 2002).

Los niveles de expresión de la conducta emocional inadaptada que postulamos son evolutivamente: au-tomático, emocional, motor, social y cognitivo; igual-mente cada uno de estos niveles se pueden expresar en términos de su frecuencia de ocurrencia: en exce-sos, debilitamientos y déficits conductuales (Fierro, 2000).

En este marco teórico y referencial se formuló el si-guiente problema de investigación:

¿Cuál es el perfil de las dimensiones básicas de perso-nalidad y de los rasgos psicopatológicos de las madres cuidadoras del Programa Nacional Wawa Wasi de Lima Metropolitana?

Método

Población y muestra

La población de la presente investigación está confor-mada por madres cuidadoras de los wawa wasis de 4 distritos de Lima metropolitana (Chorrillos, Santiago de Surco, Villa María del Triunfo y San Juan de Mi-raflores) pertenecientes a la sede Lima III. Esta po-blación se caracteriza por ser de clase socioeconómica baja, de sexo femenino.

Dado que el propósito principal del estudio es de ca-rácter diagnóstico no se tomará una muestra repre-sentativa sino que se evaluará a toda la población que corresponde a un total de 69 madres cuidadoras.

La población la constituyen todas las madres cuida-doras (69 en total) pertenecientes a la sede Lima III. La distribución de la población se presentará en la sección de resultados preliminares.

Criterios de inclusión fueron:

Género : Masculino / Femenino

Ocupación : Madre cuidadora de Wawa Wasi

Criterios de exclusión: Madres cuidadoras que no contesten adecuadamente los instrumentos de eva-luación y madres cuidadoras que no deseen participar en la investigación.

Tabla 1

Distribución de la población

Diseño de investigación

El diseño seleccionado a emplearse en el presente es-tudio, es el diseño descriptivo simple.

Variables de estudio

1. Dimensiones Básicas de Personalidad: puntajes obtenidos en el test de Eysenck (forma B).

2. Perfiles emocionales: Puntajes obtenidos por la prueba Minimult abreviado.

3. Variables a controlar: Sexo: femenino; Clase so-cial: baja

Instrumentos y materiales

Escala Minimult 82

Esta escala es una versión corta del MMPI, fue cons-truida por Kincannon en 1968 y posteriormente re-visada y estandarizada en Costa Rica por Leandro y Garnier en 1985.

El Minimult consta de nueve áreas de exploración: Hipocondriasis (Hs), Depresión (D), Histeria (Hi), Desviación psicopática (Dp), Masculinidad-femini-dad (Mf), Paranoia (Pa), Psicastenia (Pt), Esquizofre-nia (Es) yManía (Ma).

En términos generales la confiabilidad de las escalas es considerada de baja a moderada, desde 0,16 hasta 0,73. La confiabilidad general de esta versión abre-

DistritoChorrillos 17Santiago de SurcoVilla María del Triunfo

1320

San Juan de Miraflores 19TOTAL 69

Población

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viada, obtenida mediante el alfa de Cronbach fue de 0.65061, puede considerarse como aceptable.

El Inventario de Personalidad de Eysenck (forma B)

Este inventario fue construido tras largos y numero-sos estudios en Londres por Sybil Eysenck en 1965, fue adaptado y normalizado por José Anicama en 1974.

El inventario evalúa de manera indirecta las dimensio-nes de personalidad, en cuanto conforma estructuras diferenciales en sus aproximaciones a toda situación de aprendizaje y en sus adaptaciones al medio social. Los aspectos que evalúa son:

Dimensión “E” : Introversión - ExtroversiónDimensión “N” : Estabilidad - Inestabilidad.Escala “L” : Deseabilidad Social

La confiabilidad test - retest y la confiabilidad por el método de las mitades, para 2,130 sujetos entre hom-bres y mujeres en cada escala son en promedio de 0.70 para “E “; 0.82 para “N“, y 0.77 para “ L “. Se encontró en general una tendencia a incrementar los puntajes de confiabilidad con edad. La prueba de validez por el método de grupos nominados también es signifi-cativa.

Procedimientos

Una vez revisados los instrumentos y haber prepara-do a los evaluadores en el manejo de los instrumentos, se citaron a las madres cuidadoras correspondientes a cada uno de los Distritos para aplicarle los instru-mentos a las madres cuidadoras de los Wawa Wasi que conforman la población. La aplicación de los instrumentos se hizo por grupos en una sola sesión. Aquellas madres que no entendían las instrucciones o que tenían problemas visuales fueron ayudadas por un evaluador en un grupo especial. A la fecha tene-mos los instrumentos aplicados y nos encontramos en pleno proceso de análisis de datos de acuerdo al cronograma establecido.

Resultados

De acuerdo al problema formulado y a los objetivos establecidos, los resultados de la aplicación de las pruebas del MMPI y del Inventario de Personalidad de Eysenck se presentan a continuación en varios grá-ficos

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest deDeseabilidad Social del MMPI, según distritos

020406080100120

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

Figura 1. diagnósticos del subtest de deseabilidad so-cial del MMPI, según distritos.

En el gráfico se observa que ningún sujeto presenta deseabilidad social alta, toda la población está dentro del promedio y bajo, lo que constituye una base sóli-da para asumir la validez de todas las respuestas.

Figura 2. diagnósticos del subtest de Neuroticismo del MMPI, según distritos.

Alrededor del 20% de la población presenta un neu-roticismo alto, mientras que mas del 40% está en el promedio, y menos del 30% está en un nivel bajo. Cabe resaltar que la población de chorrillos presenta menos sujetos neuróticos, y los de Surco son los que más neuróticos presentan.

Figura 3. diagnósticos del subtest de defensas perso-nales del MMPI, según distritos

La mayoría de la población (más del 50%) presenta un nivel bajo de defensas personales, y menos de la mitad de la población se encuentra ubicado en el nivel

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest deNeuroticismo del MMPI, según distritos

010203040506070

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de MIraflores Total

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest deHipocondriasis del MMPI, según distritos

0102030405060708090100

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcen

tajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

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7Revista Investigaciones Psicológicas

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest de DefensasPersonales del MMPI, según distritos

01020304050607080

Alto Promedio BajoDiagnósticos

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

promedio. Cabe resaltar que ninguno se encuentra en el nivel alto.

Figura 4. diagnósticos del subtest de hipocondriasis del MMPI, según distritos

La gran mayoría de la población (mas del 80%) se en-cuentra ubicado en el nivel promedio del factor hipo-condriasis, es decir, presentan un interés moderado por su salud y quejas de síntomas. Mientras que son poquísimos (menos del 5%) los que no se interesan por su salud, y son pocos (alrededor del 10%) los que se encuentran en el nivel alto. Cabe resaltar que las poblaciones de Chorrillos, Surco y San Juan de Mira-flores no presentan niveles bajos.

Figura 5. diagnósticos del subtest de depresión del MMPI, según distritos

La gran mayoría (mas del 40%) presenta un bajo nivel de depresión, mientras que son pocos (alrededor del 10%) los que presentan un alto nivel de depresión.

Figura 6. diagnósticos del subtest de histeria del MMPI, según distritos

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest de Depresióndel MMPI, según distritos

010203040506070

Alto Promedio BajoDiagnósticos

Porcen

tajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest de Histeria delMMPI, según distritos

020406080100

Alto Promedio BajoDiagnósticos

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

La mayoría (mas del 50%) se encuentra en un nivel promedio del factor histeria, mientras que alrededor del 40% se encuentra en un nivel bajo, y menos del 5% presenta un alto nivel de histeria. Cabe resaltar que las poblaciones de Chorrillos, Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores no presentan nive-les altos.

Figura 7. diagnósticos del subtest de desviación psico-pática del MMPI, según distritos

La gran mayoría (mas del 60%) se encuentra en un nivel promedio de psicopatía, mientras que un impor-tante grupo (cerca del 30%) presenta un alto nivel de psicopatía, y tan solo un poco más del 5% presenta nivel bajo. Cabe resaltar que las poblaciones de Surco y San Juan de Miraflores no presentan niveles bajos.

Figura 8. diagnósticos del subtest de masculinidad-feminidad del MMPI, según distritos

La gran mayoría (mas del 90%) se encuentra entre los niveles promedio y bajo, y menos del 5% se ubica en el nivel alto de masculinidad-feminidad. Cabe resaltar que las poblaciones de Surco y San Juan de Miraflores no presentan niveles altos.

Porcentaje de Diagnósticos del Subtest de DesviaciónPsicopática del MMPI, según distritos

0

20

40

60

80

Alto Promedio BajoDiagnósticos

Porc

enta

jes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

Porcentaje de Diagnósticos del Subtest de Masculinidad-Feminidad del MMPI, según distritos

01020304050607080

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

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Figura 9. diagnósticos del subtest de paranoia del MMPI, según distritos

Mas del 70% se ubica en el nivel promedio de para-noia, alrededor del 20% se ubica en el nivel bajo y menos del 10% presenta un nivel alto de paranoia. Cabe resaltar que la población de Surco no presenta niveles altos.

Figura 10. diagnósticos del subtest de psicastenia del MMPI, según distritos

La gran mayoría (cerca del 80%) presenta un nivel promedio de psicastenia, mientras que cerca del 20% se ubica en el nivel bajo, y menos del 5% presenta un nivel alto de psicastenia. Cabe resaltar que la pobla-ción de Villa María del Triunfo no presenta niveles altos.

Figura 11. diagnósticos del subtest de esquizofrenia del MMPI, según distritos

Porcentajes de Diagnóstico del Subtest de Paranoia delMMPI, según distritos

0

20

40

60

80

100

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest de Psicasteniadel MMPI, según distritos

0

20

40

60

80

100

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San juan de Miraflores Totales

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest deEsquizofrenia del MMPI, según distritos

0

20

40

60

80

100

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

La gran mayoría se ubica en el nivel promedio (cerca del 80%), mientras que cerca del 20% presentan ni-veles bajos, y alrededor del 10% se ubican en el nivel alto de esquizofrenia.

Figura 12. diagnósticos del subtest de manía del MMPI, según distritos

Mas del 90% se encuentra en el nivel promedio y el bajo, mientras que tan solo alrededor de 5% se ubica en el nivel alto de manía. Cabe resaltar que las po-blaciones de Chorrillos y San Juan de Miraflores no presentan niveles altos.

Figura 13. diagnósticos del MMPI para la población total

La gran mayoría de la población se ubica en el fac-tor de deseabilidad social bajo (94%), seguida del factor de hipocondriasis promedio (84%), del factor de psicastenia promedio (77%), del factor esquizofre-nia promedio (74%) y del factor paranoia promedio (71%).

La minoría de la población se ubica en el factor de deseabilidad social alto (0%), el factor de defensas personales alto (0%), el factor de hipocondriasis bajo (1%), el factor histeria alto (3%), el factor de mascu-linidad-feminidad alto (3%), el factor de manía alto (4%), el factor psicastenia alto (6%) y el factor para-noia (7%).

El diagnóstico más frecuente es el de promedio (seis factores del MMPI lo alcanzan en más del 50%), se-guido del bajo (tres factores del MMPI lo alcanzan

Porcentajes de Diagnósticos del Subtest de Manía delMMPI, según distritos

0

20

40

60

80

100

Alto PromedioDiagnósticos

Bajo

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

Porcentaje de Diagnósticos del MMPI, según Factor dePersonalidad, para la Población Total

0102030405060708090100

L F K 1 2 3 4 5 6 7 8 9Factores de Personalidad MMPI

Porcentajes

Alto Promedio Bajo

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en más del 50%), mientras que el alto no alcanza en ningún factor no menos del 30%.

Los factores en los que ningún diagnóstico llega al 50% son: neuroticismo, depresión y masculinidad-feminidad.

Figura 14. diagnósticos del MMPI para la población de Chorrillos

La gran mayoría de la población de Chorrillos se ubi-ca en el factor de hipocondriasis promedio (94%), se-guida del factor de deseabilidad social bajo (88%), del factor de manía bajo (82%) y del factor psicastenia promedio (76%).

La minoría de la población se ubica en el factor de deseabilidad social alto (0%), el factor de defensas personales alto (0%), el factor histeria alto (0%), el factor de manía alto (0%), el factor hipocondriasis bajo (0%), el factor hipocondriasis alto (6%), el factor masculinidad-feminidad alto (6%), el factor paranoia alto (6%), el factor psicastenia alto (6%) y el factor esquizofrenia alto (6%).

El diagnóstico más frecuente es el de bajo (seis facto-res del MMPI lo alcanzan en más del 50%), seguido del promedio (cinco factores del MMPI lo alcanzan en más del 50%), mientras que el alto no alcanza en ningún factor no menos del 25%.

El único factor en el que ningún diagnóstico llega al 50% es el de masculinidad-feminidad.

Figura 15. diagnósticos del MMPI para la población de Surco

La gran mayoría de la población de Surco se ubica en los factores de deseabilidad social bajo, hipocondria-sis promedio y esquizofrenia promedio (85%), segui-da del factor de psicastenia promedio (77%).

Porcentaje de Diagnósticos del MMPI, según Factor dePersonalidad, para la Población de Chorrillos

0

20

40

60

80

100

L F K 1 2 3 4 5 6 7 8 9Factores de Personalidad MMPI

Porcentajes

Alto Promedio Bajo

Porcentaje de Diagnósticos del MMPI, según Factor dePersonalidad, para la Población de Surco

0

20

40

60

80

100

L F K 1 2 3 4 5 6 7 8 9Factores de Personalidad MMPI

Porce

ntajes

Alto Promedio Bajo

La minoría de la población se ubica en el factor de de-seabilidad social alto (0%), el factor de defensas per-sonales alto (0%), el factor hipocondriasis bajo(0%), el factor desviación psicopática bajo (0%), el factor masculinidad-feminidad alto (0%), el factor paranoia alto (0%), el factor psicastenia alto (8%), el factor es-quizofrenia alto (8%) y el factor de manía alto (8%).

El diagnóstico más frecuente es el de promedio (tres factores del MMPI lo alcanzan en más del 50%), se-guido del bajo (un factor del MMPI lo alcanzan en más del 50%), mientras que el alto no alcanza en nin-gún factor no menos del 30%.

El único factor en el que ningún diagnóstico llega al 50% es el de neuroticismo.

Figura 16. diagnósticos del MMPI para la población de Villa María del Triunfo

La gran mayoría de la población de Villa María del Triunfo se ubica en el factor de deseabilidad social bajo (100%), seguida del factor de hipocondriasis pro-medio (80%).

La minoría de la población se ubica en el factor de de-seabilidad social alto (0%), el factor de defensas per-sonales alto (0%), el factor histeria alto (0%), el factor psicastenia alto (0%), el factor de depresión alto (5%) y el factor masculinidad-feminidad alto (5%).

El diagnóstico más frecuente es el de promedio (seis factores del MMPI lo alcanzan en más del 50%), se-guido del bajo (cuatro factores del MMPI lo alcanzan en más del 50%), mientras que el alto no alcanza en ningún factor no menos del 30%.

El único factor en el que ningún diagnóstico llega al 50% es el de depresión.

Porcentaje de Diagnósticos del MMPI, según Factor dePersonalidad, para la Población de Villa María del Triunfo

0

20

40

60

80

100

120

L F K 1 2 3 4 5 6 7 8 9Factores de Personalidad MMPI

Porcentajes

Alto Promedio Bajo

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Figura 17. diagnósticos del MMPI para la población de San Juan de Miraflores

La gran mayoría de la población de San Juan de Mi-raflores se ubica en el factor de deseabilidad social bajo (100%), seguida del factor de histeria promedio (84%), del factor paranoia promedio (84%), del factor psicastenia promedio (84%) y del factor esquizofre-nia promedio (84%).

La minoría de la población se ubica en el factor de deseabilidad social alto (0%), el factor masculinidad-feminidad alto (0%) y del factor de manía alto (0%).

El diagnóstico más frecuente es el de promedio (nue-ve factores del MMPI lo alcanzan en más del 50%), seguido del bajo (dos factores del MMPI lo alcanzan en más del 50%), mientras que el alto no alcanza en ningún factor no menos del 40%.

El único factor en el que ningún diagnóstico llega al 50% es el de depresión.

Figura 18. diagnósticos del Inventario de Personalidad de Eysenck, según distritos

La mayoría presenta un tipo de personalidad con al-guna tendencia hacia los cuadrantes típicos (56%) y otro grupo grande presenta un tipo normal de perso-nalidad (43%), y tan solo en la población de Villa Ma-ría del Triunfo se encuentra una típica personalidad claramente definida (sanguínea) con 1%.

En el grupo de las tendencias el que más destaca es la tendencia a Sanguínea (23%), seguida de la tenden-cia a Flemática (20%), mucho más atrás se ubican las tendencias a Melancólicas (9%) y a Flemáticas (3%).

Porcentaje de Diagnósticos del MMPI, según Factor dePersonalidad, para la Población de San Juan de

Miraflores

0

20

40

60

80

100

120

L F K 1 2 3 4 5 6 7 8 9Factores de Personalidad MMPI

Porce

ntajes

Alto Promedio Bajo

Porcentajes de Diagnósticos del Test dePersonalidad de Eysenck, según distritos

010203040506070

Melancólico

Flemático

Colérico

Sanguíneo

Normal

Tendencia

M

Tendencia

F

Tendencia

C

Tendencia

S

Diagnósticos

Porcentajes

Chorrillos Surco Villa María del Triunfo San Juan de Miraflores Total

Las poblaciones de Surco y San Juan de Miraflores presentan mayoritariamente un tipo de personalidad normal.

La población de Villa María del Triunfo presenta una mayoría (cerca del 40%) con una personalidad con tendencia a Flemática.

Discusión

El perfil emocional y de personalidad de las madres cuidadoras de wawa wasis está constituida básica y mayoritariamente por:

Baja deseabilidad social: No tienen necesidad de dar una impresión ni favorable ni desfavorable, ofrecen respuestas socialmente aceptables en relación al control de si mismas y a sus principios morales es-tablecidos. Son convencionales y conformistas. Esto es bastante escaso encontrar en poblaciones muy desfavorecidas de recursos y de baja calidad de vida, lo que hace de éstas madres personas muy valiosas y con una muy buena base para la capacitación en habilidades para el desarrollo y administración de los wawa wasis.

Promedio nivel de hipocondriasis: Son personas rea-listas acerca de su salud y tienen pocas manifesta-ciones de sintomatología somática. Presentan muy pocas veces quejas o molestias somáticas y poco inte-rés en su propia salud personal, son personas alertas, optimistas y afectivas en su vida. Esta característica es muy favorable para la labor que realizan, porque les ayuda a concentrarse en los niños a su cuidado. Lo que estaría en discusión es que si ellas ya tenían esta característica o la aprendieron en la labor de los wawa wasis.

Promedio nivel de psicastenia: Son personas con ade-cuada capacidad para organizar trabajos, no presen-tan dudas en sus actitudes ni en sus preocupaciones. Disfrutan del orden, son responsables, autocríticas, y manejan adecuadamente su ansiedad, indecisión y el estrés. Esto es altamente favorable para la labor en los wawa wasis, pues hay mucho que organizar y se necesitan personas ordenadas y responsables.

Promedio nivel de esquizofrenia: Presentan interés por la gente y en asuntos prácticos. Son convencio-nales, aceptan la autoridad, tienen el control de sí mismas y son poco imaginativas. Se les percibe so-ciables y buscan involucrarse con la gente. Es muy favorable que tengan interés por la gente porque así harán bien su labor de cuidadora y por que los niños requieren mayor atención que una persona adulta. Por otro lado es bueno que acepten la autoridad, esto les ayuda a recibir la capacitación necesaria para la labor que realizan.

Promedio nivel de Paranoia: Se caracterizan por su adecuada flexibilidad, son muy alertas, sensibles a los demás y así mismas, y bastante astutas. Algunas ve-ces son desconfiadas, hipersensibles y rígidas ante los

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11Revista Investigaciones Psicológicas

aspectos sociales. La labor de cuidadora de niños re-quiere niveles altos de estados de alerta y sensibilidad, y ellas las tienen.

Promedio nivel de desviación psicopática: No son controlables ni restringidas, aunque puede observar-se que existe un grado aceptable de conformismo a las reglas sociales. Son personas algo independientes e inconformes, pero no son impulsivas ni presentan sentimientos inapropiados, pero son enérgicas y ac-tivas. Gran parte de estas características se debe a su condición socioeconómica y podría ser algo temporal en la medida que perciba desprotección de parte del estado.

Bajo nivel de manía: Se caracterizan por presentar un nivel normal de energía, son agradables, sociales, amables, de buen temperamento e interesados en la vida. Presentan un nivel normal de optimismo, con-fianza en sí mismas, independencia y cierta libertad. Esto es rescatable a pesar de su nivel socioeconómico, y es algo importante para la labor que realizan con los niños porque ellas son las que les darán muchos mo-delos de comportamiento para su desarrollo social.

Promedio nivel de histeria: Se caracterizan por ser algo egoístas en el sentido que necesitan percibirse en forma favorable, y algunas veces no tienen com-prensión de sus relaciones interpersonales. Podría de-berse a su condición socioeconómica, pues están muy desfavorecidas de recursos de muchos tipos y bien podrían percibirse como algo egoístas cuando desean algo solo para ellas, cuando en realidad es un derecho al que tienen todas las personas.

Promedio bajo de defensas personales: Presentan un inadecuado concepto de sí mismas, algo empobrecido y lleno de insatisfacciones en relación a sus habilida-des. Son demasiadas críticas y toscas en sus maneras y su lenguaje. Esto es producto de sus condiciones so-ciales, económicas y parentales. Es decir, además de no haber tenido ni tienen recursos sociales y econó-micos, sus padres no han sido modelos adecuados de comportamientos.

Personalidad normal y con tendencias: Presentan per-sonalidades que se ubican dentro del estándar o nor-mal, por un lado, y otro grupo se ubica en aquellas caracterizadas por tendencias hacia el tipo sanguíneo y flemático. Es decir, son personas sociables, a veces, y otras veces un poco apáticas, desmotivadas. Son optimistas pero en algunas ocasiones se encuentran sin moral para continuar sus labores. Por lo general, se ajustan a las exigencias de la vida con escasez que les ha tocado vivir.

Conclusiones

1. Las características emocionales y de personalidad de las cuidadoras de los wawa wasis son adecua-das, en su gran mayoría, para la labor que reali-zan.

2. Casi todas las características psicopatológicas de las madres cuidadoras de los wawa wasis son pro-ducto de la interacción entre ellas y sus condicio-nes sociales y económicas.

3. Las características emocionales y de personalidad de las cuidadoras de los wawa wasis, no son su-ficientes para la labor que realizan, también son muy importantes sus cualidades pedagógicas y otras.

4. La labor que realizan las cuidadoras de los wawa wasis es muy significativo para el desarrollo de los niños menos favorecidos socioeconómicamente.

Referencias

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12 Universidad Nacional Federico Villarreal

ASERTIVIDAD, MOTIVACIONES, PERSONALIDAD Y CONSUMO DE DROGAS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

ASSERTIVENESS, MOTIVATIONS, PERSONALITY AND DRUG USE IN UNIVERSITY STUDENTS

Julio Figueroa, Miguel Vallejos, Roxana Cárdenas y Doris RamírezInstituto de Investigaciones Psicológicas, UNFV

Resumen

Se analiza la prevalencia del consumo de drogas, así como la relación entre la asertividad, estilos interactivos y motivos con el consumo de las drogas en estudiantes universitarios. La población lo constituyeron todos los estudiantes de psicología de universidades públicas (2) y privadas (7) de Lima Metropolitana matriculados en el calendario académico 2006. A partir de dicha población se extrajo una muestra no probabilística de 500 estudiantes de ambos sexos, con edades entre los 17 y 30 años. Se utilizó un diseño no experimental de tipo descriptivo correlacional. Se empleó una encuesta de consumo de drogas, escala de Asertividad de Michelson, la Lista de Chequeo Conductual de estilos Interactivos y el cuestionario de Motivos adaptado para consumo de drogas; luego de establecerse las propiedades psicométricas para la Lista de Chequeo Conductual, los instrumentos se aplicaron de modo individual y colectivamente en grupos pequeños. Los índices de prevalencia de vida evidencian que la sustancia más consumida es el alcohol (92%) y luego el tabaco (75%), siendo la marihuana (13%) la tercera sustancia mas consumida pero la primera de mayor consumo entre las drogas ilegales. La prevalencia anual de consumo si bien muestra una reducción significativa de consumo como a la prevalencia de vida, sin embargo el índice de continuidad de consumo del tabaco (84.6%) y alcohol (80.4%) son altos. Asimismo, la ecuación del modelo de Regresión Lineal Múltiple (F = 14.4; p<.01) nos indica que cuando la asertividad es alta y los motivos como los estilos interactivos son positivos entonces el consumo de las drogas son muy bajos; de otro lado los valores odds ratio indican que el estilo interactivo de impulsividad y las motivaciones de estimulación y de afrontamiento representan factores de riesgo para el consumo de drogas.

Palabras clave: asertividad, estilos interactivos, motivos de consumo, consumo de drogas, prevalencia, riesgo, universitarios.

Abstract

It is analyzed the prevalence of the drug consumption, as well as relation between assertiveness, the interactive styles, reasons with the consumption of drugs in university students. The population constituted all the students of psychology of registered public (2) and deprived universities (7) of Lima Metropolitan in academic calendar 2006. From this population a non probabilistic sample of 500 students of both sexes was extracted, with ages between the 17 and 30 years. A non experimental design of correlations descriptive type was used. A survey of drug consumption, scale of Asertividad de Michelson was used, the Check List of Behavioral of Interactive styles and the questionnaire of Reasons adapted for drug consumption; after settling down the psychometrics properties for the Check List of Behavioral, the instruments were applied collectively of individual way and in small groups.The indices of prevalence of life demonstrate that the consumed substance more is the alcohol (92%) and soon the tobacco (75%), being the marijuana (13%) the third consumed substance but first of greater consumption between illegal drugs. The annual prevalence of consumption although shows to a significant reduction of consumption like the prevalence of life, nevertheless the index of continuity of consumption of tobacco (84.6%) and alcohol (80.4%) is high. Also, the equation of the model of Multiple Linear Regression (F = 14.4; p<.01) indicates to us that when the assertiveness is high and the reasons as the interactive styles are positive then the consumption for drugs are very low; of another side the values odds ratio indicate the interactive style of impulsiveness and the motivations of stimulation and facing represent factors of risk for the drug consumption.

Key words: assertiveness, interactive styles, reasons for consumption, drug consumption, prevalence, risk, university students.

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En las últimas décadas se ha registrado un alto grado de preocupación por el aumento de la disponibilidad de diversas sustancias psicoactivas y el incremento de los problemas sanitarios y legales derivados de las adicciones.

El problema de las adicciones sigue siendo de gran preocupación, basta con analizar los últimos estudios en nuestro medio sobre la prevención y consumo de drogas (DEVIDA, 2003; CEDRO, 2004; Capa & Vallejos, 2005; MTU, 2005) donde los indicadores no son alentadores, sino que ponen en cuestionamiento las diversas intervenciones desde el ámbito represivo hasta el preventivo, indicadores que nos señalan que sigue siendo una necesidad de contar con diversas estrategias para la lucha de este flagelo, estrategias que deben estar diseñadas para afrontar de manera eficiente los problemas de las adicciones. El comportamiento del consumo de drogas se presenta con una tendencia creciente en la mayoría de las drogas, así como, la aparición del consumo de nuevas drogas, que hasta las últimas investigaciones no se presentaban, como es el caso de las drogas de diseño (CONTRADROGAS, 1998; DEVIDA, 2003; Capa y Vallejos, 2005).

Si bien los estudios cada vez nos dan más luces sobre el crecimiento del consumo de drogas, así como la reducción en la edad de inicio en el consumo de drogas (Castro de la Mata y Rojas, 1995), también los estudios de los factores de riesgo cada día son de mayor interés (Climent, de Aragon y Plutchik, 1989; OSAP, 1991; Anicama, 1993; Perales y Sogi, 1995; Capa y vallejos, 2005; MTU, 2005), planteando un diagnóstico de la situación actual y sentando las bases para la orientación y evaluación de programas de prevención y brindando información para las decisiones políticas sobre esta delicada situación que afectan el bienestar del individuo y la sociedad.

Desde una lógica conceptual naturalista concebimos por el comportamiento humano como la interacción del individuo con los objetos, situaciones y personas significativas de su entorno, y que dicho comportamiento está regulado por la confluencia sincrónica tanto de factores propias del individuo llamados factores disposicionales como por las convenciones normativas y ecológicas denominados medios de contacto (Ribes y López, 1985). Los factores disposicionales son conjuntos de eventos pasados y presentes que probabilizan una forma particular de interacción, ya sea facilitando o interfiriendo cuantitativa y cualitativamente su ocurrencia. Estos factores disposicionales son las capacidades, tendencias y propensiones como son la inteligencia, asertividad, personalidad, actitudes, intereses, creencias, habilidades, hábitos, estados biológicos (enfermedad), afectivos (estado de ánimo), entre otros.

Numerosos estudios han demostrado que los trastornos de la personalidad de tipo impulsivo son muy prevalentes entre los individuos con trastornos por uso de sustancias. En una reciente revisión (Vergel,

2001) encuentra que el porcentaje del Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) en población normal es 1,7 y en adictos tratados sube a 17,7; mientras que el Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP) pasa de 2,2 en población general a 22,9 en toxicómanos en tratamiento.

De acuerdo a Pardo (2001) el perfil del consumidor joven de drogas legales corresponde a una persona extrovertida mientras que el consumidor de sustancias ilegales tiene una personalidad antisocial

Por otro lado, Cox y Klinger (1988, cit. por Chau, 1998) postularon un modelo motivacional del uso de alcohol en el que señalaron que el origen de esta conducta es motivacional, debido a que una persona decide consumir o no una bebida alcohólica, de acuerdo a si espera que las consecuencias afectivas positivas de beber, tengan mayor peso, que aquellas de no hacerlo. La motivación para beber está estrechamente ligada a los incentivos que tenga la persona en otras áreas de su vida, y a los cambios que ésta experimenta a raíz de ellos.

Aun cuando es a partir de los años 60 cuando emerge la tradición de investigaciones interesadas en dilucidar la relación que existe entre el hábito de fumar y los rasgos de personalidad de los fumadores (Eysenck, 1972), pero es un estudio más actual (Ibáñez, 1997) donde se sostiene que la extraversión, impulsividad, disposición a la transgresión, a ser emprendedor y dominante, son los principales atributos de personalidad que diferencian al fumador del no fumador.

A continuación se describen y definen conceptualmente las variables que configuran nuestro problema de investigación:

Asertividad:

Se conceptúa como un factor disposicional (Capa, 1997 y 1998) que probabiliza la ocurrencia de conductas asertivas. La conducta asertiva se define por el criterio de efectividad en las contingencias de interacción social de modo que “resuelvan un problema o produzcan resultados de consecuencias deseables o requeridas...” (Capa, 1998). Desde esta concepción las morfologías reactivas del individuo, ampliamente operativizadas en la literatura conductista como: saber expresar reclamos, rechazos, derechos, hacer o decir lo que es correcto, entre otros, son inclusivas a la categoría funcional de la conducta asertiva.

Motivos:

Los compromisos son expresiones de aquello que es importante para el sujeto y guiará sus decisiones. Esta definición contiene elementos cognitivos en cuanto se refiere a alternativas, valores y/o objetivos y a su vez tiene implicancias motivacionales y afectivas. Los compromisos afectan a la evaluación dirigiendo o apartando a los individuos de situaciones que representen amenaza, daño o beneficio, mediante la

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adaptación y de su sensibilidad a las señales que recibe del entorno. Cuanto más profundo es un compromiso es mayor la probabilidad de daño o desafío; aunque también este alto grado de compromiso puede inducir al individuo a determinadas acciones adaptativas que puedan aportarle esperanza.

Personalidad:

Este constructo de acuerdo con Ribes y Sánchez (1990; citados por Ribes, 1990) se llaman estilos interactivos – personalidad -. Dado que este término psicólogo no está referido a una estructura interna que causa conductas, sino como modos particulares de actuar frente a situaciones. Así, los estilos interactivos, implican la manera idiosincrásica y consistente en que una persona se enfrenta con una situación dada. Los estilos, modulan la velocidad, la oportunidad y la precisión de las conductas requeridas para una situación que demanda eficacia. Cabe anotar, que la situación comprende un conjunto organizado de contingencias o relaciones condicionales entre las acciones de una persona y las de otro u otros así como con los objetos presentes o referidos a través del lenguaje.

Desde el enfoque conductista interactivo, se concibe la personalidad como estilos interactivos que se configuran en función a situaciones determinadas. Como señala Ribes (1990, p. 80) “Las diferencias individuales, son significativas cuando tipifican a un individuo, como un individuo que se comporta...”.

De esta manera, quedan eliminadas, las teorías que distinguen las acciones sin tomar en cuenta al individuo que las realiza, y aquellas que clasifican al individuo dentro de un determinado tipo.

De los doce arreglos contingenciales (Ribes, 1990), en la presente investigación se tomarán 4 estilos interactivos:

1) Tendencia al riesgo: Es la tendencia a interactuar de un modo peculiar bajo condiciones de probable ganancia o pérdida de algo.

2) Tolerancia a la frustración: Mantenimiento de la ejecución de las tareas, a pesar de interferencias imprevisibles o demora de las consecuencias esperadas.

3) Tendencia a la transgresión: Responder ante normas que indican no responder.

4) Impulsividad no-impulsividad: Correspondencia de la conducta a las condiciones disposicionales o no disposicionales, en una situación cuyos estímulos son diferentes e inesperados.

En el contexto de lo descrito en la presente investigación nuestros problemas a resolver son: ¿Cómo están asociados la asertividad, motivaciones y la personalidad (estilos interactivos) con el consumo de drogas en estudiantes universitarios? y ¿qué estilos interactivos

y motivos están asociados como factores de riesgo al consumo de las drogas?

Método

Población y Muestra:

La población lo constituyen todos los estudiantes de psicología de universidades públicas y privadas de Lima Metropolitana que se encuentran matriculados en el calendario académico 2006, y que se encuentran en el pregrado. En este sentido, incluye a jóvenes de ambos sexos, con edades entre los 17 y 30 años cumplidos al momento de la evaluación.

Para el presente estudio se ha considerado una muestra no probabilística del tipo por conveniencia que asciende a 500 sujetos.

Criterios de inclusión: Lugar de residencia (Lima Metropolitana), jóvenes universitarios.

Criterios de exclusión: jóvenes universitarios con tratamiento médico (psiquiátrico) y los que no quieran colaborar con responder a las encuestas.

Diseño y Variables:

La investigación correspondiente será de diseño no-experimental o ex-post-facto, de tipo correlacional (Alarcón, 1991; Hernández, Fernández y Baptista, 1998; Kerlinger, 1994). Siendo desde el punto de vista de la naturaleza relacional entre las variables una investigación multivariante (Kerlinger y Lee, 2002; Polit & Hungler, 1997).

Las variables de estudio son:

Variables de relación:

• Consumodedrogas(alcohol,tabacoysustanciaspsicoactivas).

• Asertividad,PersonalidadyMotivos

Variables de control:

• Ajuste psicológico (no psiquiátricos, o contratamiento médico).

Instrumento y Materiales:

Encuesta sociodemográfica y de consumo de drogas:

Se ha construido de modo específico para propósitos de la investigación. Contiene preguntas con opciones de respuesta, dicotómicas, politómicas y opción múltiple (para detalles véase Anexo).

Este instrumento tiene por objetivo recabar los datos socio-demográficos así como para identificar el consumo de sustancias psicoactivas. Las preguntas están relacionadas con la cantidad y frecuencia con que se consumieron durante el último mes y en el último año, así como la prevalencia de vida.

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Escala de Asertividad:

Es un autoreporte situacional Adaptado por Michelson (1987), tiene por objetivo evaluar la asertividad. Este instrumento tiene por finalidad determinar el estilo genérico de interacción social de cada individuo: agresivo, pasivo y asertivo. Consta de 25 reactivos. Para su uso en nuestra investigación se estimarán sus propiedades psicométricas correspondientes.

Cuestionario de Personalidad (estilos interactivos):

La Lista de Chequeo Conductual de estilos Interactivos ha sido diseñada por Montes de Oca (1996) y ha sido validado mediante los criterios de jueces y de constructo (Inga y Montes de Oca, 1999). Este instrumento permite identificar siete estilos siguientes: Toma de decisiones, tendencia al riesgo, tolerancia a la frustración, nivel de logro, tendencia a la transgresión, impulsividad- no impulsividad. La lista de Chequeo consta de 28 ítems y dentro de ellos se incluyen 4 reactivos de veracidad.

Para efectos de la presente investigación se han estimado nuevas propiedades psicométricas de validez (contenido y constructo), confiabilidad (consistencia interna) con muestra universitaria (ver resultados).

Cuestionario de Motivos para Beber (adaptado para consumo de drogas)

Cuestionario desarrollado por Cooper (1994, véase Chau), fue traducido y validado en Perú por Chau (1998). Chau encontró una consistencia interna estimada para la escala de 0.75; con respecto a la confiabilidad para cada área los resultados fueron: Motivos de Estimulación un alfa de 0.89; Motivos de Afrontamiento un alfa = 0.87, Motivos de Conformidad = 0.90 y para el área de Motivos Sociales = 0.88 respectivamente.

Se hallaron nuevos índices de confiabilidad y validez, así como baremos para su interpretación en una investigación reciente para estudiantes universitarios (Figueroa, Córdova, Capa, Ardiles y Vallejos, en prensa).

Este autoreporte evalúa 4 áreas: motivos de estimulación, motivos de afrontamiento, motivos de conformidad y motivos sociales. Cada área tiene cinco ítems que se evalúan en una escala que va desde 0 a 4 (nunca, casi nunca, algunas veces, casi la mitad del tiempo, la mayor parte del tiempo).

Procedimientos:

A efectos de aplicar los instrumentos a la muestra se ha entrenado a 20 estudiantes de psicología de tercer año como encuestadores. La aplicación de los instrumentos se realizó de modo colectivo e individual en una sola sesión de evaluación en las distintas Facultades de Psicología de las Universidades que existen en Lima Metropolitana.

Previa a la aplicación de los instrumentos los evaluadores han explicado a los estudiantes sobre la naturaleza e importancia de los mismos, tanto para la comunidad estudiantil universitaria, como para la sociedad peruana misma. Asegurándoles guardar el más completo anonimato de sus respuestas, razón por lo cuál se les pidió que no escriban sus nombres o nada que los identifique.

Luego de depurar los instrumentos aplicados se ha procedido a construir la base de datos en el programa estadístico SPSS versión 13 para realizar todos los análisis estadísticos correspondientes.

Resultados

Confiabilidad de la Lista de Chequeo Conductual de Personalidad – Estilos Interactivos:

En la Tabla 1 se presenta las estimaciones de la confiabilidad como consistencia interna mediante los índices del Alpha de Cronbach para cada estilo interactivo. Los coeficientes Alpha son en su mayoría superiores a 0.30, estos coeficientes desde el punto de vista de los supuestos de la teoría estadística en relación al número pequeño de items, muestran una buena consistencia interna (Streiner y Norman, 1989).

Tabla 1

Estimaciones de confiabilidad mediante el coeficiente Alpha

Validez de contenido de la Lista de Chequeo Conductual de Personalidad – Estilos Interactivos:

Luego de que hemos modificado el contenido semántico y sintáctico de algunos reactivos de la Lista de Chequeo (versión de Montes de Oca, 1996; revisada por Inga y Montes de Oca, 1999) por cuestiones de parsimonia, claridad y precisión se ha sometido a un análisis cualitativo para la validez de contenido.

La Lista de Chequeo de Estilos Interactivos es un instrumento de autoreporte situacional, es decir cada ítem o reactivo tiene un estímulo situacional que describe o plantea una situación de interacción y tres opciones de respuesta que describen modos o estilos de interacción singular con distintos criterios de valoración social, en razón de cada comportamiento es valorado por su ajuste funcional a las situaciones demandantes.

Los ítems donde hemos hecho modificaciones a la versión de Montes de Oca (1996) se describen en la

Estilos Interactivo NN°° ddee iitteemmss AAllpphhaaToma de decisiones 4 0.5237Tendencia al riesgo 4 0.2181Tolerancia a la frustración 4 0.2619Nivel de logro 4 0.3162Tendencia a la transgresión 4 0.3331Impulsividad 4 0.4010

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siguiente Tabla:

Tabla 2

Resumen descriptivo de las modificaciones a la Lista de Chequeo Conductual de Estilos Interactivos de Montes de Oca

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Con el propósito de determinar la validez de contenido de la Lista de Chequeo se pidió a 7 jueces analizar de forma independiente si los ítems son o no elementos que corresponden al universo de las dimensiones de la escala.

A cada uno de los jueces se les entregó el instrumento junto con una tabla de especificaciones diseñado ex profeso para la valoración de los ítems. Las respuestas a cada reactivo fueron calificadas con el valor de 1 si estaban de acuerdo y 0 si estaban en desacuerdo. Para cuantificar los hallazgos se aplicó el coeficiente V de Aiken (Escurra, 1988).

Como se puede apreciar en la Tabla 3, los resultados indican que todos los jueces coinciden de forma significativa, en sus apreciaciones respecto a la valoración de la Lista de Chequeo de Estilos Interactivos en su forma global.

Tabla 3

Coeficientes V de Aiken para validez de contenido de la escala

Como se observa en la Figura 1 una cantidad muy grande de los estudiantes universitarios han consumido alcohol y tabaco en algún momento de su vida. Es decir, aproximadamente 9 de cada 10 estudiantes han consumido alcohol y 7 de cada 10 cigarrillos. Entre las drogas no sociales 13% universitarios consumió alguna vez marihuana.

Figura 1. Prevalencia de vida en el consumo dedrogas

En la Figura 2 se muestra la prevalencia anual de consumo. Observándose que una cantidad muy grande de los estudiantes universitarios han consumido alcohol y tabaco en los últimos 12 meses. Aproximadamente 7 de cada 10 estudiantes han consumido alcohol y 6 de cada 10, cigarrillos. Entre las drogas no sociales 6% consumió marihuana.

Figura 2. Prevalencia anual en el consumo de drogas

Se aprecia en la Figura 3 que el índice de consumo de drogas de los últimos 12 meses es menor al de la prevalencia de vida. Observándose variaciones significativas de reducción en el consumo de cigarrillos, alcohol, marihuana y bebidas energizantes.

Figura 3. Análisis comparado en prevalencia de vida y prevalencia anual en el consumo de drogas

Se observa en la Tabla 4 que con excepción de la impulsividad, todos los demás estilos interactivos se encuentra relacionado de manera significativa con la asertividad. En tanto que la toma de decisiones, tendencia al riesgo y tolerancia a la frustración se encuentran relacionados de manera positiva con la asertividad; la tendencia a la transgresión guarda una relación negativa con la asertividad.

Tabla 4

Coeficientes de correlación de Pearson para estilos interactivos y asertividad

Test V de Aiken pContiene el test palabras difíciles de entender 1.00 ** 0.008El cuestionario esta suficientemente detallado 1.00 ** 0.008Orden de preguntas establecido adecuadamente 1.00 ** 0.008Adecuado longitud del cuestionario 1.00 ** 0.008** p < 0.01 Jueces = 7

74,9

92

12,9

2,2

2,7

2,7

47,3

0 20 40 60 80 100

Porcentaje

Cigarrillos

Alcohol

Marihuana

Pasta

Cocaína

Extasis

Energizantes

63,4

74

6,2

0,9

1,3

0,9

33

0 20 40 60 80Porcentaje

Cigarrillos

Alcohol

Marihuana

Pasta

Cocaína

Extasis

Energizantes

63,4

74

6,21,3 0,9

33

74,9

92

12,9

47,3

0,92,72,72,2

010

2030

4050

6070

8090

100

Ciga

rrillo

s

Alco

hol

Marih

uana

Pasta

Coca

ína

Extas

is

Energ

izante

s

Porc

enta

je

PA PV

Estilos InteractivosAsertividadr p

Toma de decisiones 0,271** 0,000Tendencia al riesgo 0,168** 0,006Tolerancia a la frustración 0,134* 0,022Tendencia a la transgresión - 0,148* 0,013Impulsividad -0,050 0,229* La correlación es significativa al nivel 0,05** La correlación es significante al nivel 0,01

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18 Universidad Nacional Federico Villarreal

Se aprecia en la Tabla 5 que, entre los motivos de consumo de drogas, la de estimulación y de conformidad se encuentran relacionados de manera significativa y negativa con la asertividad. Es decir, cuanto mayor conducta asertiva despliegan los estudiantes menores son las probabilidades de consumir drogas por motivos de estimulación o de conformismo.

Los motivos de afrontamiento y los sociales no se encuentran relacionados con la asertividad.

Tabla 5

Coeficientes de correlación de Pearson para motivos de consumo y asertividad.

Se observa en la Tabla 6 los coeficientes de correlación para cada una de las relaciones entre los estilos interactivos y los motivos por los que se consumen las drogas. El estilo interactivo de toma de decisiones se encuentra relacionado de manera altamente significativa y negativa con todos los motivos de consumo. De otro lado, la tendencia al riesgo, la tolerancia a la frustración y tendencia a la transgresión no se encuentran relacionados con los motivos de consumo.

También se aprecia que la impulsividad se encuentra relacionado de manera positiva con los motivos de estimulación y sociales.

Tabla 6

Coeficientes de correlación de Pearson para estilos interactivos y motivos de consumo

Como se observa en la Tabla 7, la ecuación del modelo de Regresión Lineal Múltiple es altamente significativo (F = 14.4; p<.01). Los variables independientes explican el 31% de la variación total del consumo de drogas en los estudiantes universitarios.

MotivosAsertividadr p

Motivo de estimulación - 0.128* 0.028Motivo de afrontamiento - 0.093 0.083Motivo de conformidad - 0.195** 0.002Motivo social - 0.063 0.174* La correlación es significativa al nivel 0,05** La correlación es significante al nivel 0,01

EstilosInteractivos

Motivos de Motivos deafrontamientoestimulación

Motivos deconformidad

Motivos sociales

r p r p r p r pToma dedecisiones

-,245** 0.000 -,201** 0.001 -,361** 0.000 -,221** 0.000

Tendencia alriesgo

,032 0.314 ,019 0.388 -,115* 0.042 ,009 0.448

Tolerancia ala frustración

,046 0.243 ,002 0.490 -,041 0.267 ,042 0.263

Tendencia atransgresión

,077 0.124 -,005 0.471 ,000 0.498 ,056 0.200

Impulsividad ,166** 0.006 ,079 0.118 ,001 0.493 ,136* 0.020

* La correlación es significativa al nivel 0,05** La correlación es significante al nivel 0,01

Tabla 7

Análisis de Regresión Múltiple para la variable dependiente Consumo de drogas.

Los pesos beta estandarizados, indican que la asertividad, los estilos interactivos y la motivación de conformidad están asociados negativamente con el consumo; en tanto que los motivos de estimulación y el consumo presentan una relación positiva. Siendo este último tipo de motivos el de mayor capacidad explicativa en el consumo de drogas.

La Tabla 8 contiene los resultados del análisis de regresión logística. La valoración del ajuste global del modelo es confirmado con la R2 de Cox y Snell como con la R2 de Nagelkerke, las que se encuentran dentro del rango esperado entre 0 y 1. Una medida final de ajuste del modelo es el valor de Hosmer y Lemeshow, que mide la correspondencia de los valores reales y predichos de la variable dependiente; en este caso un valor chi cuadrado no significativo (p>0.05) indica un buen ajuste del modelo. En consecuencia todas estas medidas respaldan la aceptación del modelo analizado.

Como se puede apreciar entre las variables consideradas en la ecuación logística los motivos de estimulación y afrontamiento están asociados de manera positiva con el consumo de las drogas, y de modo similar la impulsividad. Como se observa en la Tabla 8 los valores odds ratio hallados indican que las motivaciones de estimulación y de afrontamiento representan factores de riesgo. Así mismo se observa que el estilo interactivo de impulsividad se constituye en un factor de riesgo altamente significativo para el consumo de las drogas, porque las probabilidades de consumo se incrementan en un 50%.

0.558R Cuadrado 0.312R Cuadrado Ajustado 0.290Error estándar de la estimación 4.638

Suma de cuadrados Gl Mediacuadrática

F Sig.

Regresión 1859,728 6 309,955 14,410 .000Residual 4108,252 191 21,509Total 5967,980 197

Variables en la ecuación

VariablesCoeficientesestandarizados

t Sig. Estadísticos decolinealidad

Beta Tolerancia FIV(Constante) 5,637 ,000Asertividad -,158 -2,408 ,017 ,840 1,191Motiv. estimulación ,408 3,468 ,001 ,260 3,839Motiv. afrontamiento ,116 1,232 ,219 ,406 2,464Motiv. conformidad -,348 -4,055 ,000 ,489 2,047Motiv. sociales ,124 1,116 ,266 ,291 3,437Estilos interactivos -,137 -2,169 ,031 ,909 1,100

R Múltiple

Análisis de varianza

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19Revista Investigaciones Psicológicas

Tabla 8

Valores Odds Ratio de los factores de riesgo estimados mediante Regresión Logística

Discusión

De modo similar a otros estudios (Capa & Vallejos, 2004; Capa, Pezúa, Morales, Vallejos, Romero y Lombardi, 2005; CEDRO, 2004), en cuanto a prevalencia de vida, una vez más se corrobora que entre las drogas sociales de mayor consumo en la población universitaria limeña destaca en primer lugar el alcohol (92%), luego el tabaco (74.9%), en tercer lugar las bebidas energizantes (47.3%); y entre las drogas ilegales predomina el consumo de marihuana (12.9%). De otra parte, si bien los datos de la prevalencia anual de consumo indican una reducción significativa en contraste a la prevalencia de vida, para todas las drogas; otro de los hallazgos importantes que va fortaleciendo lo reportado en un estudio anterior (Capa et al., 2005) es que el tabaco presenta el mayor potencial adictivo puesto que del total de quienes alguna vez en su vida lo probaron, un 85% lo hacía en el último año; en cuanto a las otras drogas encontramos que el índice de potencial adictivo es de 80% para el alcohol, 48% para la marihuana y la cocaína.

Los análisis de correlación bivariada muestran que la asertividad se encuentra relacionado de manera significativa con los estilos interactivos y los motivos de consumo de drogas. Así vemos que cuanto mayores capacidades en la toma de decisiones y tolerancia a la frustración se dispone mayor es la probabilidad de comportarse asertivamente, e inversamente a mayor tendencia a la transgresión menor conducta asertiva. De otra parte, nuestros datos evidencian que cuanto más asertivamente se comporten los estudiantes menores son las probabilidades de que consuman drogas por motivos de estimulación o de conformismo.

La mayoría de las investigaciones sobre drogas en el Perú son principalmente estudios de tipo encuesta (Ferrando, 1992a; Cedro, 1993, 1997, 2004; Contradrogas-INEI, 1998, DEVIDA, 2003), donde no se ha analizado

Ajuste Global del Modelo Final-2 log de la verosimilitud (-2LL) : 192.989R cuadrado de Cox y Snell : 0.362R cuadrado de Nagelkerke : 0.488

Prueba de Hosmer y LemeshowChi-cuadrado gl10,289 8 0.245

Variables incluidas en la ecuación

Variable B E.T. Wald gl Sig. ORIC 95%

Inferior SuperiorMotivo de estimulación ,218 ,073 8,964 1 ,003 1,243 1,078 1,434Mot. de afrontamiento ,198 ,075 7,045 1 ,008 1,220 1,053 1,412Motivo de conformidad ,115 ,075 2,342 1 ,126 ,892 ,770 1,033Motivo social ,014 ,062 ,050 1 ,823 1,014 ,897 1,146Toma de decisiones ,022 ,128 ,029 1 ,865 1,022 ,795 1,314Tendencia al riesgo ,164 ,121 1,827 1 ,177 1,178 ,929 1,495Tolerancia frustración -,116 ,128 ,818 1 ,366 ,891 ,693 1,145Tendencia transgresión -,143 ,124 1,329 1 ,249 ,866 ,679 1,106Impulsividad ,405 ,128 10,009 1 ,002 1,499 1,167 1,926Constante 5,017 2,579 3,784 1 ,052 ,007

p

ni elaborado modelos explicativos que contengan variables psicológicas. Por otro lado, hasta la fecha, son muy escasos los estudios que reportan la magnitud del consumo de drogas en población universitaria (Capa y Vallejos, 2004; Capa et al., 2005; CEDRO, 2004; Figueroa, Córdova, Ardiles, Capa y Vallejos, 2002). En este sentido una de las contribuciones más importantes de la presente investigación es la de ofrecer evidencias empíricas que respaldan a la hipótesis de que cuando la asertividad es alta y los motivos como los estilos interactivos son positivos entonces el consumo de las drogas son muy bajos; la ecuación del modelo de Regresión Lineal Múltiple es altamente significativo (F = 14.4; p<.01). Los variables independientes (asertividad, motivos y estilos interactivos) explican el 31% de la variación total del consumo de drogas en los estudiantes universitarios.

De otro lado, los valores odds ratio estimados mediante el análisis de regresión logística nos indican que las motivaciones de estimulación y de afrontamiento representan factores de riesgo para el consumo de drogas. Así mismo encontramos que el estilo interactivo de impulsividad se constituye en un factor de riesgo altamente significativo para el consumo de las drogas, porque las probabilidades de consumo se incrementan en un 50%.

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21Revista Investigaciones Psicológicas

FACTORES PSICOSOCIALES Y DEMOGRÁFICOS ASOCIADOS AL CONSUMO DE DROGAS EN ADOLESCENTES DE UNA ZONA URBANO POPULAR DE LIMA METROPOLITANA

PSYCHOSOCIAL AND DEMOGRAPHIC FACTORS ASSOCIATED WITH THE CONSUMPTION DRUG TEENAGERS IN AN AREA OF LIMA URBAN POPULAR

METROPOLITAN

Walter Capa1 , Miguel Vallejos y Roxana CárdenasInstituto de Investigaciones Psicológicas, UNFV

Resumen

Se analiza la prevalencia del consumo de drogas, así como la relación entre los factores sociodemográficos y psicosociales con el consumo de alcohol y tabaco en adolescentes residentes en una zona urbano popular en Lima Metropolitana. Se estimó una muestra pro-babilística de 420 escolares de secundaria de ambos sexos, con edades entre los 12 y 18 años. Se utilizó un diseño no experimental de tipo descriptivo correlacio-nal. Se empleó la Escala de Satisfacción Familiar de Olson & Wilson modificado, la escala de percepción social de las drogas y la ficha sociodemográfica. Los resultados indican que la edad de inicio en el consu-mo de alcohol y tabaco se presenta a partir de los 8 años. Los índices de prevalencia de vida evidencian que la sustancia más consumida es el alcohol (57.1%) y luego el tabaco (40%), siendo la marihuana la ter-cera sustancia más consumida pero la primera de mayor consumo entre las drogas ilegales. Los valores odds ratio indican que la condición de sexo masculino representa un factor de riesgo para el consumo. De otra parte, la primera etapa de la adolescencia repre-senta un factor de protección, sin embargo conforme se incrementa la edad las probabilidades de consumo son mayores, constituyéndose para el tercer grupo etario (16 a 18 años) en un factor de riesgo. Cuando la familia es disfuncional las probabilidades de consu-mo tanto del alcohol como del tabaco se incrementan hasta más de 3 veces. Asimismo, tener amigos consu-midores de drogas sociales y marihuana constituyen factores de riesgo que incrementan las probabilidades de consumo tabaco y alcohol por más de 3 veces y

Abstract

The prevalence of the consumption of drugs is analy-zed, as well as the relationship between the factors demographic and psychologists with the consump-tion of alcohol and tobacco in resident adolescents in a popular urban area in Metropolitan Lima. He was considered a sample probabilistic of 420 scholars of secondary of both sexes, with ages between the 12 and 18 years. A non experimental design of type descriptive correlation was used. The Scale of Family Satisfaction of Olson & Wilson was used, the scale of social perception of the drugs and the record de-mographic. The results indicate that the beginning age in the consumption of alcohol and tobacco is presented starting from the 8 years. The indexes of prevalence of life evidence that the most consumed substance for the adolescents is the alcohol (57.1%) and then the tobacco (40%), being the marijuana the third substance but consumed but the first of more consumption among the illegal drugs. The securities odds ratio indicate that the condition of masculine sex represents a factor of risk for the consumption. Of another part, the first stage of the adolescence re-presents a protection factor, however conform to it increases the age the consumption probabilities they are bigger, constituting stops the third group (16 to 18 years) in a factor of risk. We also find that when the family not functional the consumption probabi-lities so much of the alcohol ace of the tobacco they plows increased until than it lives 3 you cheat in the adolescents. Also, to have friends consumers of social drugs and marijuana constitutes factors of risk that

1Magíster en Psicología de la Salud. Profesor – Investigador en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Correspondencia: Av. Colonial 450, Lima 1 – Perú; Facultad de Psicología – Universidad Villarreal. Correo electró-nico: [email protected].

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media. Finalmente, el uso del tiempo libre como ocio social representa un factor de riesgo tanto para el con-sumo de tabaco como el alcohol, contrariamente si el tiempo de ocio se utiliza productivamente en activi-dades académicas, culturales, familiares y recreativas saludables, entonces el uso del tiempo libre resulta ser un factor protector.

Palabras clave: satisfacción familiar, percepción, uso del tiempo libre, consumo de drogas, factores demo-gráficos, prevalencia, riesgo.

increase the probabilities of consumption tobacco and alcohol for more than 3 and a half times. Finally, the use of the free time as social leisure represents a factor of so much risk for the consumption of tobac-co like the alcohol, contrarily if the time of leisure is used productively in healthy academic, cultural, fa-mily and recreational activities, then the use of the free time turns out to be a protective factor.

Key words: family satisfaction, perception, use of the free time, consummate of drugs, factors demogra-phic, prevalence, risk.

En las últimas décadas se ha registrado un alto grado de preocupación por el aumento de la disponibilidad de diversas sustancias psicoactivas y el incremento de los problemas sanitarios y legales derivados de las adicciones.

El problema de las adicciones sigue siendo de gran preocupación, basta con analizar la última encuesta nacional sobre la prevención y consumo de drogas (DEVIDA, 2003) donde los indicadores no son alenta-dores, sino que ponen en cuestionamiento las diversas intervenciones desde el ámbito represivo hasta el pre-ventivo, indicadores que nos señalan que sigue siendo una necesidad contar con diversas estrategias para la lucha de este flagelo, estrategias que deben estar dise-ñadas para afrontar de manera eficiente los problemas de las adicciones. El comportamiento de consumo se presenta con una tendencia creciente en la mayoría de las drogas, así como, la aparición del consumo de nuevas drogas, que hasta las últimas investigaciones no se presentaban, como es el caso de las drogas de diseño (CONTRADROGAS, 1998; DEVIDA, 2003). En el último estudio se remarca la preocupación por la población adolescente, que marca la pausa con una prevalencia anual del consumo de drogas significativo en comparación con los demás grupos etarios.

Si bien los estudios cada vez nos dan más luces sobre el crecimiento del consumo de drogas, así como en la reducción de la edad de inicio (Castro de la Mata y Rojas, 1995), la niñez es la población de mayor ries-go en sufrir las consecuencias nefastas de estas sus-tancias. En este sentido, los estudios de los factores de riesgo cada día son de mayor interés (Climent, de Aragón y Plutchik, 1989; OSAP, 1991; Anicama, 1993; Perales y Sogi, 1995), planteando un diagnósti-co de la situación actual y sentando las bases para la orientación y evaluación de programas de prevención y brindando información para las decisiones políticas sobre esta delicada situación que afectan el bienestar del individuo y la sociedad.

Hasta la fecha no existen indicadores directos que nos señalen como se presenta la conducta de consu-mo de drogas en poblaciones de alto riesgo, tan sólo

podemos inferir su situación de riesgo haciendo una lectura de los estudios donde indican que la población comprendida entre los 12 a 19 años presentan un con-sumo de drogas bastante diferenciado a otras edades; así como, también presentan sentimientos de desilu-sión, amargura y rabia por los problemas del desem-pleo, pobreza y la corrupción (Anales de salud men-tal, 2002; DEVIDA, 2003). Asimismo en una muestra de estudiantes preuniversitarios Córdova, Capa, Panduro y Vallejos (1999) identificaron que entre las mujeres el nivel de expresión de ideas y sentimientos constituye una variable asociada significativamente con la edad de inicio del consumo.

Familia y consumo de drogas

Cuando nos referimos a la familia, el cuadro ideal es un sistema familiar fuerte, que va creciendo como un todo, pero a la vez permite y estimula el desarrollo de cada individuo en su seno. Todos los miembros des-empeñan su rol natural y emocional como es debido, cada quien practica y contribuye a las reglas que ri-gen al sistema, así como cada uno es capaz de hacer un intercambio del poder personal para cumplir con sus necesidades humanas, y cada miembro ama a los demás con un amor libre e incondicional (Amaya, 1992).

El desenganche a edades tempranas por los niños de sus familias y el establecimiento de interacciones con grupos de pares no normativos aumenta el riesgo de resultados adversos (p. e. fracaso escolar, desorden de conducta, abuso de sustancia) para el adolescen-te (Loeber y col., 1991; Tarter y col. 1993 citado por Stanton y Todd, 1980). Por el contrario, los niños que se desenganchan de familias disfuncionales para afi-liarse con pares convencionales y son supervisados por adultos (modelos positivos) son mas probables a experimentar buenos resultados durante la adoles-cencia. En consecuencia resulta importante identi-ficar los factores que promueven el desenganche de los niños a edades tempranas de sus familias y pro-picie la interacción con grupos de pares desviados. Si bien sabemos que una historia paternal de abuso de sustancia y el temperamento difícil en padres e hijos

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son los factores que han sido relacionados a desen-ganches a edades tempranas y las afiliaciones a pares desviados (Blackson y Tarter, 1994; Blackson y col., 1994 citado por Stanton y Todd, 1980), sin embargo, el alcance con el cual estos factores de riesgo influyen conjuntamente en la afiliación a pares desviados, se desconoce.

Los estudios también han demostrado una preva-lencia mayor de abuso infantil entre niños de padres alcohólicos comparado con hijos de padres no alcohó-licos. Además, otros estudios han encontrado mayor abuso infantil entre adolescentes delincuentes vs. no delincuentes. El crecer en una familia disfuncional caracterizada por el abuso parental y las prácticas de disciplina maladaptativas parecen predisponer al niño a adquirir distorsiones cognitivas que involucran la autoculpa así como situaciones y eventos de perso-nalización. Los hijos de los que abusan de sustancias reportan tener mayores falsas atribuciones cognitivas pronunciadas que los hijos de los que no consumen. Se hipotetiza que los niños que tienen un tempera-mento difícil y crecieron en una familia disfuncional pueden estar predispuestos a desarrollar falsas atribu-ciones al interpretar las intenciones de otros durante las interacciones sociales. Por esto se entiende que las falsas atribuciones cognitivas de los niños puede ser un factor importante que promueve su afiliación con pares desviados donde el rango de conductas acep-tables (p.e. vandalismo, robo, pelea y uso de drogas) tiene una baja probabilidad de ser malinterpretada y tales conductas son inmediatamente reforzadas por la aceptación de los pares. Notablemente, la afiliación con pares involucrados en conductas delincuenciales está asociado con la aceptación de conductas desvia-das e interpretación de conductas desviadas como normativa (Stinglass, 1999).

La calidad del vecindario donde los niños están cre-ciendo puede ser también un factor importante de la tendencia a un resultado adverso en niños. El estatus socioeconómico y los porcentajes de crímenes del ve-cindario pueden contribuir a la etiología del desajuste psicosocial. Es importante examinar estos aspectos del ambiente social cuando se estudia la conducta in-fantil (Vacca,1998).

Así mismo, hablar de adicción en la familia, es hablar de los efectos devastadores de este flagelo que puede destruir una familia tan bien formada y unida, y los que siguen existiendo con muy pocas señales exter-nas de malestar pero pagan un alto coste por fingir esta normalidad (Amaya, 1992).

Cuando una familia tiene entre sus miembros una persona adicta, hay frecuentes conflictos o graves problemas como resultados de los estados de ánimo negativo, cambiantes e impredecibles del consumi-dor, así como de su conducta errática, que incluye au-sencias inexplicadas e incapacidad de llevar una vida adaptada. De modo creciente, el adicto descuida res-ponsabilidades y se aporta de las actividades familia-

res, prefiriendo gastar su tiempo en consumir solo o en compañía de otros consumidores. Si el adicto es la esposa u otro pariente cercano, los demás miembros de la familia experimentan sentimientos de perdida y rechazo profundo. Si el adicto es un adolescente que permanece a fuera por las noches, vulnerando el horario familiar, los padres acostumbran a sentirse frustrados e irritados al comprobar que son incapaces de ejercer un control efectivo. En cualquier caso, los adictos empiezan a mostrarse cada vez mas defen-sivos reticentes, hostiles e incluso, violento, cuando han de dar cuenta de su conducta irresponsable. Su comunicación con el resto de la familia prácticamente desaparece. Es decir se produce una desestabilización en la familia alterando seriamente los roles e inclu-so rompiendo la relación entre sus miembros. Frente a esto emergen dos bandos: el que quiere proteger y ayudar, y el grupo de critica. Dando lugar al surgi-miento de alianza del adicto con algún miembro de la familia, profundizando con ello aun mas la desestabi-lización (Fleming y Lawton, 1994; Wasthon, 1995).

Representación Social

En nuestra sociedad el uso de drogas tiene una va-loración negativa desde lo socialmente legitimado, a excepción de las drogas lícitas como tabaco, alcohol y tranquilizantes. Además, en el discurso hegemónico el consumo de drogas obedece a la acción disfuncio-nal de un individuo que no se encuentra integrado al sistema ni actúa como éste espera que lo haga, sien-do catalogado frecuentemente como drogadicto, de-lincuente, vago, enfermo, etc. Frente a este discurso, existen grupos en la sociedad que perciben el consu-mo de drogas (tanto lícitas como ilícitas) desde otra perspectiva, en la cual dicho consumo se asocia al pla-cer, la creación, recreación y el ejercicio de la libertad individual.

El concepto subyacente a la expresión representación social tiene una acreditada base sociológica, por lo menos desde que Durkheim (Megias et al., 2000) acu-ñara el concepto de representación colectiva como un fenómeno social, con diversos grados de complejidad, y opuesto a la simple de representación individual. También Mauss (Megias et al., 2000) se referiría a la representación colectiva como ese “fondo íntimo de la vida social” que expresa un “estado” del grupo social, que simboliza su estructura, su forma de reaccionar y los sentimientos que el grupo tiene de él mismo y de sus intereses.

Se entiende por representación social el producto y el proceso de construcción cognitiva de lo real (Mosco-vici-Hewstone,1986 y Kaes,1968; citados por Megias et al., 2000). Constituyen sistemas cognoscitivos con una lógica y lenguaje propios. No son meramente opiniones, imágenes o actitudes, sino teorías o “ra-mas del conocimiento” que descubren y organizan la realidad: cumpliendo a la vez una doble función: a) establecer un orden que permita a los individuos orientarse en un mundo material y social para domi-

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narlo; b) posibilitar la comunicación entre los miem-bros de una comunidad dándoles un código para el intercambio social y uno para nombrar y clasificar los diferentes aspectos de su mundo, de su historia indi-vidual y grupal

Del hecho de representar se desprenden cinco carac-terísticas:

1) La representación se produce siempre en relación con un objeto: es un acto de pensamiento por medio del cual se vincula con un objeto, es el re-presentante “mental” del objeto, acontecimiento, persona, idea, emparentándose por esta razón con el símbolo.

2) A través del proceso de representación lo abstrac-to se concretiza transformándose en una imagen estructurada, la idea se materializa y cosifica. Aquí se emplea el término de imagen en el sentido de figura o conjunto figurativo, conjunto de rasgos de carácter concreto.

3) Tiene un carácter constructivo: no es una sim-ple reproducción, sino que el acto de representar implica siempre una parte de construcción y re-construcción, cada uno de los elementos adquiere existencia real; de elementos del pensamiento se transforman en elementos de la naturaleza, que además, se consideran referentes del concepto. Son, por lo tanto, un factor constitutivo de la rea-lidad social.

4) Tiene un carácter autónomo y creativo, ya que emplea elementos descriptivos y simbólicos pro-porcionados por la comunidad que se imponen al sujeto. Las representaciones se integran y superpo-nen unas a otras, organizando su mapa cognitivo; en este sentido son parte del universo individual, pero son autónomas a la conciencia del individuo porque operan en situación de intercambio e in-teracción y no aisladamente (Palmonari-Doise, 1987; citado por Megias, 2000)

5) Implican, siempre, algo social: las imágenes o representaciones que el sujeto tiene del mundo social no son imágenes individuales, sino com-partidas por los integrantes de un grupo. Las cate-gorías que se emplean son categorías del lenguaje, tomadas de un fondo cultural común. Lo social se introduce a través de la comunicación entre los actores sociales, a través del marco de referencia determinado culturalmente, a través de los códi-gos, valores e ideologías de las posiciones sociales específicas, expresando la pertenencia social del sujeto.

Uso del Tiempo Libre:

Es de bastante conocido por especialistas e incluso por un número creciente de público seguidor de estos asuntos, que el consumo de drogas se integra dentro de unas pautas de conducta que un sector numéri-

camente importante de adolescentes y jóvenes vive como absolutamente normales, propias de su edad y del grupo con el que se relaciona y que adquiere todo su sentido en la utilización del tiempo libre y las acti-vidades desarrolladas en torno al ocio y la diversión.

El uso del tiempo libre o de ocio puede constituirte en un recurso importante para el desarrollo personal, social y económico. En este sentido, un aspecto im-portante para la calidad de vida, puesto que puede fomentar una buena salud general y bienestar. Sin embargo, el uso inadecuado puede conllevar a una serie de problemas personales y sociales. Son diver-sas las investigaciones realizadas en el exterior, que ponen de manifiesto que las actividades de ocio de los adolescentes y jóvenes está asociado al consumo de drogas (Martín, 1998; Sánchez, Moncada y Diez, 1998, Sánchez, 2002). La asociación entre drogas y diversión, ha provocado que el uso de ciertas drogas (alcohol y tabaco fundamentalmente) se configuren como una actividad fundamental en el tiempo libre de ocio de los adolescentes y jóvenes, en particular durante los fines de semana, realizados en grupos y en espacios públicos e incluso compatibilizándose el uso de estas sustancias con actividades académicas y/o laborales.

En nuestro medio una investigación reciente (Figue-roa, Córdova, Ardiles, Capa, Vallejos & López, 2003) ha reportado que, mientras más tiempo libre se dispo-ne para actividades de ocio social y se use menos para actividades de desarrollo personal o social es mayor la probabilidad del consumo de drogas en los jóvenes.

En el contexto de lo descrito en la presente investiga-ción nuestros problemas a resolver son: ¿En qué me-dida la percepción social, satisfacción familiar y el uso del tiempo libre están asociados al consumo de drogas en los adolescentes de una zona urbano marginal de Lima metropolitana? Es decir, ¿Cuáles factores psico-sociales y demográficos constituyen factor de riesgo en el consumo de drogas en los adolescentes?

Método

Población y Muestra:

La población lo constituyen los adolescentes residen-tes en una zona urbana popular en Lima Metropo-litana. Estos adolescentes son de ambos sexos, con edades entre los 12 y 18 años cumplidos al momento de la evaluación.

Para el presente estudio se ha considerado una mues-tra estimada que asciende a 420 sujetos. Dicho tama-ño se ha calculado utilizando la fórmula para pobla-ciones con tamaño desconocido cuando el estimador es una proporción, con parámetros de un intervalo de confianza del 95%, para un margen de error estimado de 0.05 y proporción de 50%.

Criterios de inclusión: Lugar de residencia (urbano popular), adolescentes.

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Criterios de exclusión: Adolescentes con tratamiento médico (psiquiátrico) y los que no quieran colaborar con responder a las encuestas.

Diseño y Variables:

La investigación correspondiente será de diseño no-experimental o ex-post-facto, de tipo correlacional (Hernández, Fernández y Baptista, 1998; Kerlinger, 1994).

Siendo desde el punto de vista de la naturaleza re-lacional entre las variables una investigación mul-tivariante (Kerlinger y Lee, 2002; Polit & Hungler, 1997).

Las variables de estudio son:

Variables de estudio:

• Consumodedrogas(alcohol,tabacoysustanciaspsicoactivas).

• Factorespsicosociales(percepciónsocial,satisfac-ción familiar y uso de tiempo libre)

• Factores demográficos: sexo, edad, grado de ins-trucción, tipo de familia, condición de vivienda, número de hermanos, condición laboral de los pa-dres.

Variables de control:

• Ajustepsicológico(nopsiquiátricos,ocontrata-miento médico).

• Nivelsocioeconómico(bajo).

Instrumento y Materiales:

Encuesta sociodemográfica y de consumo de drogas: se ha construido de modo específico para propósitos de la investigación. Contiene preguntas con opciones de respuesta, dicotómicas, politómicas y opción múl-tiple (para detalles véase Anexo).

Este instrumento tiene por objetivo recabar los datos socio-demográficos así como para identificar el con-sumo de sustancias psicoactivas. Las preguntas están relacionadas con la cantidad y frecuencia con que se consumieron durante el último mes y en el último año, así como la prevalencia de vida.

Escala de percepción social: Es un instrumento cons-truido por el equipo de investigación español condu-cido por Megias et al. (2000), instrumento de carácter cualitativo que evalúa dimensiones como: Imagen de las drogas y de los consumidores, percepción y valo-ración de la peligrosidad de las drogas, percepción de las instituciones que trabajan en el área de las drogas, valores y contravalores y el consumo de sustancias psicoactivas.

Escala de satisfacción familiar de Olson y Wilson: Esta escala fue diseñada en Estados Unidos por Olson y Wilson con la finalidad de evaluar de manera global la satisfacción familiar y de manera específica sus dos componentes: cohesión y adaptabilidad familiar. Esta escala está constituida en total por 14 ítems.

La cohesión familiar está referida a la vinculación entre los miembros de la familia, establecimiento de límites emocionales, el uso del tiempo y el espacio (privacidad), la consideración a los amigos del hijo, la forma y cantidad de veces que toman decisiones en la familia, y la oportunidad de diversión o recreación en la familia. Esta sub escala está constituida por los ítems: 1, 3, 5, 7, 9, 11, 13 y 14.

El otro componente, la adaptabilidad familiar, está referido a la oportunidad de expresarse asertivamente en la familia, el control y la disciplina impuesta por los padres, la práctica de negociación en la solución de los problemas familiares, la distribución de roles y reglas en el hogar. Esta sub escala comprende los siguientes ítems: 2, 4, 6, 8, 10 y 12.

Esta escala ha mostrado tener buenas bondades psico-métricas en los estudios norteamericanos, en nuestro medio Bueno (1996 y 1997) reporta índices acepta-bles de consistencia interna y de estabilidad.

Para efectos de la presente investigación se estiman nuevas propiedades psicométricas de validez (conte-nido y constructo), confiabilidad (consistencia), así como su respectivo baremo para población escolar.

Escala del uso del tiempo libre: Diseñado para cono-cer el uso y manejo del tiempo libre en los jóvenes universitarios (Figueroa, Córdova, Ardiles, Capa, Va-llejos & López, 2003). Evalúa tres dimensiones en el manejo del tiempo del libre: Ocio social o colectivo, ocio activo y ocio provechoso o productivo.

La Escala de Uso del Tiempo Libre (TL), consta de 15 ítems y es breve de fácil aplicación. Los resultados de sus propiedades psicométricas muestran indicativos de una buena consistencia interna (ocio social, activo y provechoso: a = 0.60, 0.71 y 0.53 respectivamente) y validez factorial del constructo.

Procedimientos:

En la primera fase del estudio los procedimientos co-rresponden a la construcción y adaptación de los ins-trumentos de investigación.

En la segunda fase se ha procedido a identificar los factores demográficos y psicosociales asociados al consumo de las sustancias psicoactivas. Dichas aso-ciaciones se estiman mediante valores Odds Ratio (OR) con la finalidad de identificar en qué medida las variables demográficas y psicosociales se constituyen en factores de riesgo o protección para el consumo de las drogas en la población de adolescentes. Para reali-zar todos los análisis estadísticos correspondientes se

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26 Universidad Nacional Federico Villarreal

han empleado los programa estadístico SPSS versión 11 y el programa multivariante EQS versión 5.7.

Resultados

Adaptación y propiedades psicométricas de la escala de Satisfacción Familiar

Los datos referentes a la confiabilidad y validez de constructo de la escala de satisfacción familiar que se reportan se estimaron sobre la base una muestra de 140 escolares de educación secundaria de colegios na-cionales y con residencia en zonas urbano populares en Lima Metropolitana.

Confiabilidad:

En la Tabla 1 se observa que la Escala de Satisfacción Familiar en su versión modificada presenta una con-sistencia interna óptimo (a = 0.84). Asimismo las sub escalas muestran índices de consistencia fuerte. Por tanto, cabe concluir que el instrumento es muy confiable.

Tabla 1

Índice de consistencia interna para la Escala de Satis-facción Familiar.

Validez de contenido de la escala de Satisfacción Fa-miliar:

Dado que la escala tiene un origen inglés y una tra-ducción al español con un léxico muy elevado para la mayoría de los escolares de secundaria de nuestro medio sociocultural. Hemos procedido a evaluar la equivalencia conceptual de los ítems y la equivalencia lingüística de los ítems, estos análisis nos han llevado a modificar la escala en su totalidad.

Entonces, con el propósito de determinar la validez de contenido de la escala de satisfacción familiar de Olson y Wilson se pidió a 10 jueces analizar de for-ma independiente si los reactivos son o no elementos que pertenecen al universo de la escala. A cada uno de los jueces se les entregó el instrumento en un for-mato diseñado ex profeso. Las respuestas a cada reac-tivo fueron calificadas con el valor de 1 si estaban de acuerdo, y 0 si estaban en desacuerdo. Para cuantificar los hallazgos se aplicó el coeficiente V de Aiken (ver anexos). Los resultados indican que todos los ítems de la escala alcanzan niveles adecuados de significación estadística (p<0.05), lo cual quiere decir que se puede trabajar el instrumento sin mayores modificaciones dado que presenta validez de contenido.

Dimensiones N° de items Alfa de CronbachCohesión Familiar 08 0.76Adaptabilidad Familiar 06 0.70Escala Total 14 0.84

Validez de constructo

Con el objetivo de verificar la validez de construc-to de la Escala de Satisfacción Familiar y poder res-ponder a la pregunta ¿qué mide el test? (Cortada de Cohan, 1999) hemos sometido a un análisis riguroso su naturaleza bidimensional (propuesto por Olson y Wilson) mediante dos tipos de análisis factorial: Aná-lisis Factorial Exploratorio (AFE) y Análisis Factorial Confirmatorio (AFC):

Análisis Factorial Exploratorio:

La prueba de esfericidad de Bartlett, permite rechazar la hipótesis nula, que dice, la matriz de correlación en la población es una matriz de identidad (X2 = 805.2; gl = 91; p<0.001). El valor de la estadística KMO (.902) también es alto. De modo que puede conside-rarse al análisis factorial como una técnica apropiada o tiene sentido de llevarse a cabo.

Se aprecia en la Tabla 2, que la extracción de 2 facto-res es explicado por el 51.92% de la varianza.

Tabla 2

Estadísticos de la varianza total explicada.

En la Figura 1 se observa la magnitud del valor propio (VP) asignado a cada factor. De acuerdo al Scree test, tomando como indicador de VP ≥ 1.0, sólo 2 factores forman parte de la pendiente, por lo que se acepta que el número de factores a extraer es dos. El resto de factores al tener un valor propio menos de 1.0 son rechazados como “desperdicios”.

Componente

Autovalores iniciales Sumas de las saturaciones alcuadrado de la rotación

Total % de lavarianza

%acumulado

Total % de lavarianza

%acumulado

1 6.044 43.174 43.174 4.209 30.064 30.0642 1.225 8.747 51.920 3.060 21.857 51.9203 .913 6.519 58.4394 .866 6.186 64.6255 .781 5.581 70.2066 .758 5.414 75.6207 .650 4.641 80.2628 .614 4.389 84.6519 .483 3.453 88.10310 .406 2.902 91.00611 .372 2.659 93.66512 .353 2.518 96.18313 .331 2.362 98.54514 .204 1.455 100.000

Método de extracción: Análisis de Componentes principales.

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27Revista Investigaciones Psicológicas

Factores

1413121110987654321

Auto

valo

r7

6

5

4

3

2

1

0

Figura 1. Scree test de 14 factores (2 son aceptados).

En la Tabla 3 se observa la saturación de los ítems en cada uno de los 2 factores. Los pesos factoriales son en su totalidad mayores de 0.35, esto significa que son suficientemente elevados (Rodríguez, Peña & Graña, 2002) o “salientes” (Gorsuch, 1983; véase Co-rral, Bazán y Sánchez, 2000), lo cual quiere decir que los valores son aceptables (Capa, 2004). Aun cuan-do los ítems 1, 2, 8, 9, 11, 12 y 13 saturan con pesos significativos en las dos dimensiones, sin embargo su mayor carga corresponde al componente teórica-mente esperado.

Tabla 3

Matriz de configuración factorial de los items del MBI

Análisis Factorial Confirmatorio

Una de las aplicaciones del análisis factorial a partir de la estrategia confirmatoria es la de permitirnos proclamar la validez de constructo de un instrumen-to de medición (Corral, Frías y González, 2001; Capa, 2004). Este tipo de validez a su vez permite identifi-car la validez convergente y de discriminación o di-vergente (Corral et al., 2001).

ComponentesItems Factor 1

(Cohesión)Factor 2

(Adaptabilidad)Item1 .572 .388item2 .470 .553Item3 .650Item4 .528Item5 -.708Item6 .571Item7 .757Item8 .432 .568Item9 .599 .496Item10 .642item11 .682 .461item12 .438 .646item13 .652 .466Item14 .692

El programa estadístico multivariante EQS ofrece el ratio de verosimilitud chi cuadrada (X2) para estimar la bondad de ajuste del modelo, así como otros indi-cadores prácticos para analizar de manera conjunta la calidad del ajuste.

Se puede observar en la Figura 2 que los pesos facto-riales de cada variable latente con sus correspondien-tes variables manifiestas son altas y significativas, por tanto se infiere la existencia de validez convergente. De otra parte, dado que los valores de covarianza (se-ñalada por la flecha curvada) entre los factores (va-riables latentes) es menor a los pesos factoriales se concluye también la presencia de validez divergente (de discriminación) para la escala de Satisfacción Fa-miliar en su versión modificada.

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28 Universidad Nacional Federico Villarreal

Estructura Factorial de la Escala: Satisfacción Familiar

Figura 2. Modelo EQS de Satisfacción Familiar mediante el Análisis Factorial Confirmatorio

Item 1

Item 3

Item 14

Item 5

Item 7

Item 9

Item 11

Item 13

Item 12

Item 10

Item 8

Item 6

Item 4

Cohesión

X2 = 89.68 (76gl), p = 0.14, CFI = 0.90, RMSEA = 0.05Bentler-Bonett NonNormed Fit Index = 0.828

0.78 * 0.80*

0.79*

0.83*

0.76*

0.80*

0.91*

0.94*

0.92*

0.83*

0.73*

0.81*

0.88*

0.79*

E14

E7

E9

E11

E13

E12

E5 E6

E4

E10

E8

E3

E1

Adaptabilidad

Item 2E2

0.76*

Baremos

A efectos de clasificar e interpretar los puntajes que han obtenido los adolescentes en la Escala de Satis-facción Familiar en su versión modificada, se ha esti-mado la distribución de los puntajes directos en fun-ción de los valores percentilares de modo tal que los percentiles 25 y 75 serán los de comparación, dado que estos valores corresponden a las normas uni-versalmente aceptadas para determinar lo adecuado (Alto) o no (Bajo) de un atributo psicológico medido (Aragón, 2004). Esta categorización se lleva a cabo tomando en cuenta la forma de puntuación valora-tiva para cada ítem, que va de 1 a 5 puntos. En este sentido se puede observar tanto a nivel de puntaje global como de modo específico por ítem una relación directa entre el puntaje mayor y el nivel Satisfacción Familiar. En resumen, se debe interpretar las puntua-ciones de la escala del siguiente modo: a mayor pun-taje global obtenido en la escala mayor es el nivel de satisfacción familiar e inversamente a menor puntaje menor satisfacción.

En la Tabla 4 se presenta las normas percentilares para la Escala de Satisfacción Familiar en su versión adaptada para la población de adolescentes de Lima

Metropolitana.

Tabla 4

Normas percentilares para la escala de satisfacción fami-liar en adolescentes de Lima Metropolitana.

Teniendo en cuenta los valores percentilares (Pc 25 y Pc 75) de la Tabla 4, los niveles de satisfacción fa-miliar quedan establecidos del siguiente modo (véase Tabla 5):

Percentil Satisfacción Percentil Satisfacción5 27 55 46

10 29 60 4715 31 65 4820 33 70 4925 36 75 5030 37 80 5335 40 85 5540 41 90 5645 43 95 6150 44 99 68

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29Revista Investigaciones Psicológicas

Tabla 5

Puntajes categorizados para los Niveles de Satisfacción Familiar.

Propiedades psicométricas de la escala: Percepción So-cial de las drogas

Confiabilidad:

En la Tabla 6 se observa que la Escala de Percepción Social de las drogas presenta una consistencia interna aceptable (a = 0.66). Asimismo las sub escalas mues-tran índices de consistencia aceptable. Por tanto, cabe concluir que el instrumento es confiable.

Tabla 6

Índice de consistencia interna para la Escala de Satisfac-ción Familiar.

Validez:

Como se puede observar en la Tabla 7 los cálculos es-timados y tomando como criterio de aceptación, co-rrelaciones con significancia al p<.01, los resultados de los análisis de correspondencia entre la escala total y sus dimensiones muestran correlaciones altamen-te significativas. Obteniéndose por tanto, indicios de validez de constructo para la Escala de percepción so-cial de las drogas.

Tabla 7

Puntajes de correlación entre autocontrol y conducta agre-siva.

Baremos:

En la Tabla 8 se presenta las normas percentilares para la Escala de Percepción Social en su versión adaptada para la población de adolescentes de Lima Metropo-litana.

Niveles de Satisfacción Puntajes DirectosAlto 51 - 70Normal 37 - 50Bajo 1 - 36

Dimensiones o áreas N° de items Alfa de CronbachImagen de las drogas 12 0.63Imagen de los consumidores 03 0.29Peligrosidad de las drogas 13 0.86Instituciones sociales 05 0.37Escala Total 33 0.60

Áreas Escala totalN = 140

r pImagen de las drogas 0.71 0.000Imagen de los consumidores 0.36 0.000Peligrosidad de las drogas 0.65 0.000Instituciones sociales 0.49 0.000

Tanto a nivel de puntaje global como de modo especí-fico, en cada una de las 4 áreas que evalúa (imagen de las drogas, imagen de los consumidores, peligrosidad de las drogas e instituciones sociales), la escala pre-senta una relación inversa entre el puntaje mayor y el nivel de percepción favorable. En resumen, se debe interpretar las puntuaciones de la escala del siguiente modo: a mayor puntaje global obtenido en la escala mayor es la percepción desfavorable, dicho de otro modo, a mayor puntaje menor percepción o actitud favorable hacia las drogas.

Tabla 8

Normas percentilares para la escala de percepción social en adolescentes de Lima Metropolitana.

Teniendo en cuenta los valores percentilares (Pc 25 y Pc 75) de la Tabla 4, los niveles de percepción social quedan establecidos del siguiente modo (véase Tabla 9):

Tabla 9

Puntajes directos correspondientes a los Niveles de Percepción Social.

Consumo de drogas: Edad de inicio y prevalencia

En la Tabla 10 se observa que la edad de inicio en el consumo de alcohol y tabaco se presenta a partir de los 8 años en los niños de las zonas urbano populares de Lima. Se observa una mayor proporción en el ini-cio de consumo a favor del alcohol en comparación al tabaco, tendencia que se mantiene hasta el término de los 14 años, puesto que a dicha edad, entre los que alguna vez probaron drogas sociales el 73% consumió tabaco en su forma de cigarrillos y un 80% alguna bebida alcohólica.

Percentil Percepción Percentil Percepción5 39 55 54

10 43 60 5515 44 65 5520 46 70 5625 47 75 5730 48 80 5835 49 85 5840 51 90 5945 52 95 6250 53 99 65

Niveles de Percepción Puntajes DirectosDesfavorable 58 – 65

Tendencia a lo desfavorable 54 – 57

Tendencia a lo favorable 48 – 53

Favorable 1 – 47

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30 Universidad Nacional Federico Villarreal

Tabla 10

Edad de inicio en el consumo de las drogas sociales.

Sobre la base de la muestra total (420 adolescentes), se observa en la Tabla 11 que la sustancia más consu-mida por los adolescentes es el alcohol (57.1%) y en segundo lugar el tabaco (40%). Aunque en términos generales la marihuana es la tercera sustancia más consumida, sin embargo entre las drogas ilegales es la de mayor consumo.

Tabla 11

Prevalencia de vida en el consumo de drogas.

La Figura 3 ilustra que entre los adolescentes las sus-tancias más consumidas son las bebidas alcohólicas en primer lugar y luego el tabaco. Cerca de 6 de cada 10 escolares consumen alcohol en tanto que 4 de cada 10 consumen tabaco. En cuanto al consumo de las drogas ilegales es prácticamente muy pequeño aun cuando la marihuana es la droga ilegal más consu-mida y para las demás drogas la prevalencia es muy marginal o casos aislados.

Figura 3. Representación porcentual de consumidores y no consumidores

En cuanto a la prevalencia anual de consumo se ob-serva en la Tabla 12 que la droga más consumida es el alcohol, seguido por el tabaco y en el último lugar por la marihuana que representa a un porcentaje muy pequeño de consumidores.

Edades Tabaco AlcoholFr % Fr %

8 a 10 años 9 5.6 12 6.211 a 12 años 51 32.7 60 30.813 a 14 años 54 34.7 84 43.015 a 16 años 42 27.0 39 20.0Total 156 100.0 195 100.0

Sustancias Frecuencia PorcentajeCigarrillos 168 40.0Alcohol 240 57.1Marihuana 9 2.1PBC 3 0.7Cocaína 3 0.7Éxtasis 3 0.7

40

57,1

2,1 0,7 0,7 0,7

60

42,9

97,9 99,3 99,3 99,3

0102030405060708090

100

Cigarrillos Alcohol Marihuana PBC Cocaína Éxtasis

Porc

enta

je

Consume No consume

Tabla 12

Prevalencia anual en el consumo de drogas.

Respecto al consumo de drogas en el último mes apre-ciamos en la Tabla 13 que 10.7% de los escolares ha-bría consumido alcohol y el 6.4% tabaco. En cuanto a las drogas ilegales ninguno habría sido consumido.

Tabla 13

Prevalencia mensual en el consumo de drogas.

Factores de riesgo asociados al consumo de tabaco

A continuación se presentan los resultados concer-nientes a los factores demográficos (sexo, edad, tipo de familia, condición conyugal de los padres, pares coetáneos) y psicosociales (Modo de Uso del tiempo Libre, satisfacción familiar y percepción social de las drogas) asociados al consumo de las sustancias psico-activas. Dichas asociaciones se estiman mediante va-lores Odds Ratio (OR) con la finalidad de identificar en qué medida las variables demográficas y psicoso-ciales se constituyen en factores de riesgo o protec-ción para el consumo de las drogas en la población de escolares de secundaria. Como se sabe los valores Odds Ratio (OR) mayor que 1 corresponden a un factor de riesgo, en tanto que los OR menores que 1 indican que se trata de un factor de protección.

En la Tabla 14 se observa que tanto las variables de-mográficas como las psicosociales se encuentran aso-ciadas de manera significativa con el consumo de ta-baco, a excepción de la percepción a las drogas.

La estimación de riesgo (OR = 2.23, p<.05) indica que la condición de sexo masculino representa un fac-tor de riesgo para el consumo, dado que incrementa la probabilidad de consumo en más de 2 veces respecto al sexo femenino.

La edad en la primera etapa de la adolescencia repre-senta un factor de protección, sin embargo se observa que conforme se incrementa la edad las probabilida-des de consumo son mayores, constituyéndose para el tercer grupo etario (16 a 18 años) en un factor de riesgo que incrementa la probabilidad de consumo en más de 9 veces en comparación al grupo más joven.

Sustancias Frecuencia PorcentajeTabaco 120 28.6Alcohol 159 37.9Marihuana 6 1.4PBC 0 0.0Cocaína 0 0.0Éxtasis 0 0.0

Sustancias Frecuencia PorcentajeTabaco 27 6.4Alcohol 45 10.7Marihuana 0 0.0PBC 0 0.0Cocaína 0 0.0Éxtasis 0 0.0

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31Revista Investigaciones Psicológicas

La pertenencia a una familia incompleta, en contras-te al hecho de formar parte de una familia nuclear, incrementa la probabilidad de consumo en más de 3 veces. Esto es, la probabilidad de consumo en los que tienen una familia incompleta es 76% frente a un 24% de probabilidad de consumo para los que tienen una familia compuesta por padres e hijos.

Asimismo, el hecho de que los padres presenten una relación conyugal problemático (separación o divor-cio) constituye un factor de riesgo que incrementa la probabilidad de consumo en los hijos por más de 2 veces (70%) en contraste a los adolescentes cuyos pa-dres tienen una relación conyugal satisfactoria.

El hecho de tener amigos que consumen drogas socia-les como el tabaco y el alcohol constituyen factores de riesgo que incrementan las probabilidades de con-sumo en más de 4 veces en comparación a los amigos no consumidores.

De modo similar tener amigos consumidores de mari-huana constituye un factor de riesgo para el consumo del tabaco en contraste a los amigos no consumidores de esta sustancia.

De otro lado, apreciamos en la Tabla que emplear el tiempo libre en actividades sociales como ir a fiestas, reunirse y salir con amigos constituye un factor de riesgo, y muy contrariamente si el tiempo de ocio se utiliza productivamente entonces resulta ser un fac-tor protector.

En cuanto a las variables psicosociales, se aprecia en la Tabla que la satisfacción familiar constituye un fac-tor de protección, en tanto que los hogares donde las relaciones familiares se caracterizan por presentar un nivel insatisfactorio constituyen un factor de riesgo. La probabilidad de consumo se incrementa en más 3 veces (79% de consumo) en los adolescentes insatis-fechos en comparación a los que se muestran satisfe-chos con su relación familiar (21% de consumo).

Tabla 14

Valores Odds Ratio para el consumo de tabaco

Page 32: REVISTA DE INVESTIGACIONES PSICOLOGICAS

32 Universidad Nacional Federico Villarreal

Factores de riesgo asociados al consumo de alcohol

Se observa en la Tabla 15 que el sexo masculino es un indicador de riesgo que incrementa la probabilidad de consumo de alcohol en mas de 2 veces comparado con el sexo femenino.

La edad en el grupo más joven representa un factor de protección, sin embargo se observa que conforme au-menta la edad de los adolescentes las probabilidades de consumo también se incrementan. Para el tercer grupo etario (16 a 18 años) la edad es un factor de riesgo que incrementa la probabilidad de consumo en más de 3 veces y media en comparación al grupo más joven.

En los adolescentes que tienen una familia incom-

pleta la probabilidad de consumo se incrementa en más de 3 veces en comparación a los que tienen una familia compuesta por padres e hijos. Asimismo, el hecho de que los padres presenten una relación con-yugal problemático (separación o divorcio) constitu-ye un factor de riesgo que incrementa la probabilidad de consumo en los hijos por más de 2 veces (71%) en contraste a los adolescentes cuyos padres tienen una relación conyugal satisfactoria.

El tener amigos consumidores de drogas constituyen factores de riesgo que incrementan las probabilidades de consumo. En orden de impacto los amigos que re-presentan mayor riesgo para el consumo de alcohol son los que consumen marihuana en primer lugar, consumidores de alcohol en segundo lugar y por últi-mo los que consumen tabaco.

Tabla 15

Valores Odds Ratio para el consumo de alcohol

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33Revista Investigaciones Psicológicas

También observamos en la Tabla 15, que las variables psicosociales y el consumo de alcohol se encuentran asociados de manera significativa.

Así vemos que un clima de relaciones familiares insa-tisfactorias representa un factor de riesgo que incre-menta la probabilidad del consumo de alcohol en más de 5 veces (84% de consumo) en comparación a los adolescentes cuyas relaciones familiares son positivas y satisfactorias (16% de consumo).

Adoptar una percepción favorable a las drogas re-presenta un factor de riesgo que incrementa la pro-babilidad del consumo de alcohol en más de 2 veces (70% de consumo) en comparación a los adolescentes cuyas actitudes son de rechazo o desfavorables res-pecto a las drogas o consumidores de drogas (30% de consumo).

Utilizar el tiempo libre de manera productiva no está asociado al consumo de alcohol; sin embargo, impli-carse solo en actividades de ocio social incrementa las probabilidades de consumo de bebidas alcohólicas, siendo por tanto un factor de riesgo.

Discusión

Una de las contribuciones de suma importancia del presente estudio es la de proveer un instrumento de autoreporte adaptado para medir la satisfacción fa-miliar en adolescentes de nuestro. En relación a las propiedades psicométricas de este instrumento, cabe precisar que, si bien es cierto que existen datos de va-lidez y confiabilidad reportados con población esco-lar (Bueno, 1996, Bueno, Ambrosio y Araujo, 1998) sin embargo su traducción al idioma español no es de fácil comprensión por el empleo de un léxico muy elevado para la mayoría de los escolares de secunda-ria de nuestro medio sociocultural. Razón por lo cual, hemos procedido a evaluar la equivalencia conceptual de los ítems y la equivalencia lingüística de los ítems, estos análisis nos han llevado a modificar la escala en su totalidad. Para verificar la parsimonia, claridad y precisión semántica y sintáctica de los reactivos de la escala de satisfacción familiar de Olson y Wilson en su versión modificada se ha sometido a un análisis de contenido mediante criterio de jueces. Los resultados indican que todos los ítems de la escala alcanzan ni-veles adecuados de significación estadística (p<0.05) en la prueba V de Aiken (Escurra, 1988), lo cual quiere decir que la escala presenta validez de contenido.

En cuanto a la validez de constructo de la Escala de Satisfacción Familiar hemos sometido a un análisis riguroso su naturaleza bidimensional (propuesto por Olson y Wilson) mediante dos tipos de análisis facto-rial: Análisis Factorial Exploratorio (AFE) y Análisis Factorial Confirmatorio (AFC), y así poder responder a la pregunta ¿qué mide el test? (Cortada de Cohan, 1999). La existencia de validez de constructo es va-lorado fundamentalmente a partir del AFC por ser el procedimiento que “...permite una aproximación

fuerte a la definición y/o validación de un construc-to” (Pérez-Gil, Chacón y Moreno, 2000; p. 443). Los resultados del AFC indican que la prueba de bondad de ajuste (X2 = 89.68, 76gl, p = 0.14) evidencian que los datos avalan el modelo teórico bidimensional de satisfacción familiar, por lo que se concluye que la escala posee validez de constructo; además los pesos factoriales de cada variable latente con sus corres-pondientes variables manifiestas son altas y signifi-cativas, por tanto se infiere la existencia de validez convergente, de otra parte, dado que los valores de covarianza (señalada por la flecha curvada) entre los factores (variables latentes) es menor a los pesos fac-toriales se concluye también la presencia de validez divergente (validez discriminante) para la escala de Satisfacción Familiar en su versión modificada.

De otra parte, en cuanto a su confiabilidad, los resul-tados obtenidos señalan que la Escala de Satisfacción Familiar en su versión modificada presenta una con-sistencia interna óptimo (a = 0.84).

También se contribuye con la adaptación psicométri-ca de la “Escala de Percepción Social de las drogas”, los datos evidencian que la escala presenta una con-sistencia interna aceptable (a = 0.66). Asimismo, los resultados de los análisis de correspondencia entre la escala total y sus dimensiones muestran correlacio-nes altamente significativas, infiriéndose por tanto, indicios de validez de constructo.

En cuanto a los resultados propios de nuestra investi-gación cabe precisar que uno de los hallazgos impor-tantes tiene que ver con los datos de prevalencia de consumo de las drogas. Los datos de la prevalencia de vida como la prevalencia anual indican que las drogas de mayor consumo entre los adolescentes destaca en primer lugar el alcohol, seguido luego por el tabaco y en tercer lugar por la marihuana. Nuestros datos de prevalencia de vida para el consumo de tabaco (40%) es muy similar a los datos reportados (39.3%) en la encuesta nacional del Ministerio de Educación (1992) para la muestra de escolares de secundaría de nuestro país. Respecto a la prevalencia de vida para el consumo de alcohol nuestros datos (57.1%) indican incremento a lo reportado en el año 1992 (50.8%).

Pero lo que se observa como una tendencia mundial es que las sustancias más consumidas por la pobla-ción adolescente son el alcohol y el tabaco en sus di-ferentes modalidades de prevalencia. La explicación del alto consumo de estas sustancias tiene que ver con la permisividad y la aceptación social de consu-mo (Luengo, 2000), así como con la falta o deficiente normatividad de control estatal y municipal en nues-tro país (Vallejos, 2004). De otra parte, como sostiene Kandel (1984), los adolescentes inician el consumo de las drogas con el alcohol y tabaco, para después pasar al consumo de sustancias ilegales o de mayor adicción; esta concepción explica porque un porcen-taje pequeño de adolescentes de la muestra estudiada consumen marihuana (2.1%) y otro total de 2.1% en-

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tre pasta, cocaína y éxtasis. Nuestra investigación co-rrobora, una vez más lo reportado por otros estudios, que la marihuana es la tercera sustancia más consu-mida por los escolares, pero entre las drogas ilegales ocupa la primera de mayor consumo y por tanto es la puerta de entrada a otras sustancias ilegales de mayor impacto individual, familiar y social. Así mismo, el alto consumo de la marihuana entre las drogas ilega-les se relaciona con la baja percepción de daño que tie-nen los consumidores respecto a esta droga, y su uso en situaciones sociales, afirmando su inserción como droga ilegal pero con mayor aceptación social.

Un dato muy importante que demanda análisis, es lo concerniente a la percepción de la peligrosidad de las drogas, donde la marihuana cobra una elevada acep-tación social como droga menos peligrosa, estatus que cada día va cobrando mas vigencia en espacios juveniles y que se va insertando cada día más en la vida cotidiana. Como señalan Gamella y Jiménez (2003) al parecer con la marihuana se está producien-do una convergencia entre los géneros en el acceso y consumo, lo que puede estar indicando su creciente aceptación.

Un dato interesante a observar es que el mayor por-centaje de los adolescentes inician consumo tanto del tabaco (67.4%) como del alcohol (73.8%) entre los 11 y 14 años de edad. Este hallazgo resulta de suma utilidad al momento de tomar decisiones para imple-mentar programas correctivos de los estilos de vida para los adolescentes, esto quiere decir que para los alumnos de primero a tercer año de secundaria los programas de sensibilización o información ya no son suficientes porque un porcentaje mayoritario ya inició consumo; de otra parte, los datos sugieren que los programas preventivos sobre las drogas sociales deben darse prioritariamente desde la educación pri-maria y del contexto familiar.

En relación a los factores de riesgo asociados al con-sumo de alcohol y tabaco nuestros hallazgos indican que la condición de sexo masculino representa un fac-tor de riesgo para el consumo, dado que incrementa la probabilidad de consumo en más de 2 veces respecto al sexo femenino. En cuanto a la edad los datos evi-dencian que la primera etapa de la adolescencia repre-senta un factor de protección, sin embargo se observa que conforme se incrementa la edad las probabilida-des de consumo son mayores, constituyéndose para el tercer grupo etario (16 a 18 años) en un factor de riesgo que incrementa la probabilidad de consumo en más de 9 veces en comparación al grupo más joven.

Más específicamente Piko y Fitzopactric (2002, véase Trujillo, 2004) sostienen que un factor de protección para el consumo de bebidas alcohólicas tiene que ver con la mayor presencia orientadora de los padres. Otros estudios subrayan que las familias con ma-yores niveles de integración y cohesión constituyen un factor protector para prevenir el consumo de las drogas (Mendoza, 2004 y MTU, 2005). En este sen-

tido nuestros hallazgos indican que cuando la fami-lia es disfuncional, ya sea porque es una institución incompleta o la relación conyugal de los padres es problemático y por ende la existencia de una falta de satisfacción familiar, las probabilidades de consumo tanto del alcohol como del tabaco por parte de los adolescentes se incrementan por más de 2 y 3 veces en contraste a los contextos familiares positivas, sa-tisfactorias y compuesta por padres e hijos. Es impor-tante destacar que las personas que cumplen el papel de soporte emocional son aquellas del entorno más cercano como lo es la familia nuclear, es decir, madre, hermanos y el padre. Como postulan Dishion, Kava-nagh, Scheneiger, Nelson & Kaufman. (2004) la inter-vención familiar es una estrategia viable para reducir el riesgo en la adolescencia.

El hecho de tener amigos que consumen drogas so-ciales (como el tabaco y el alcohol) y la marihuana constituyen factores de riesgo que incrementan las probabilidades de consumo tabaco en más de 4 ve-ces en comparación a los amigos no consumidores y respecto al alcohol dicho incremento es en más de 3 veces y media. En algunos estudios de nuestro estu-dio se ha encontrado que el inicio del consumo drogas en la mayoría de los casos se da por la invitación de un amigo (Contradrogas, 1998, MTU, 2005 y Rojas, 2005).

Finalmente, otro hallazgo importante tiene que ver con el uso del tiempo libre por parte de los adoles-centes. Sin lugar a dudas, utilizar el tiempo libre en actividades sociales como ir a fiestas, reunirse y salir con amigos constituye un factor de riesgo tanto para el consumo de las drogas sociales (alcohol y tabaco) como para la marihuana y muy contrariamente si el tiempo de ocio se utiliza productivamente en activi-dades como ampliar o fortalecer los conocimientos académicos de la escuela o actividades culturales y recreativas saludables, así como cohesionar y for-talecer el clima familiar, entonces el uso del tiempo libre resulta ser un factor protector. En conclusión, nuestros datos evidencian que el uso del tiempo libre como ocio social representa un factor de riesgo tanto para el consumo de tabaco como el alcohol.

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ANEXOS

ESCALA DE SATISFACCIÓN FAMILIAR DE OLSON Y WILSON VERSIÓN MODIFICADA POR CAPA Y SANDOVAL (2005)

VALIDEZ DE CONTENIDO

Tabla 16. Validez de contenido de la escala de Satisfacción Familiar de Olson y Wilson

Nº QUE TAN SATISFECHO ESTAS CON... V Aiken1 tus sentimientos de cercanía al resto de la familia 1.00 *2 las facilidades que te brinda la familia para que expreses tus deseos y

sentimientos1.00 *

3 el tiempo que dispone tu familia para hacer cosas nuevas contigo. 1.00 *4 las veces que tus padres toman decisiones por toda la familia. 1.00 *5 la cantidad de veces que tus padres se sienten a gusto (no pelean o

discuten) entre ellos.1.00 *

6 las críticas justas que se practican en tu familia. 1.00 *7 la cantidad de tiempo que pasas con tu familia. 1.00 *8 la forma como se comunican y actúan para dar soluciones a sus problemas

familiares.1.00 *

9 tu libertad para estar solo cuando así lo deseas. 1.00 *10 la manera en que se distribuyen los roles para encargarse de los

quehaceres en casa1.00 *

11 la forma como tu familia trata a sus amigos 1.00 *12 las cosas (expectativas de estudio, hogar, etc.) que la familia espera de ti. 1.00 *13 la frecuencia (número de veces) con que ustedes toman decisiones como

familia, en lugar de hacerlo individualmente.1.00 *

14 la cantidad de diversión que tienes en tu familia. 1.00 ** p < 0.05

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AJUSTE Y SATISFACCIÓN EN PAREJAS QUE TRABAJAN

ADJUSTMENT AND SATISFACTION IN WORKING COUPLES

Teófilo Rodolfo Prado y Mónica Del Águila

Resumen

Investigamos los factores de la satisfacción en la pa-reja que predicen el ajuste diádico en las parejas que trabajan, en 100 personas adultas, de 25 a 60 años, alumnos del quinto año y familiares que tenían pa-reja de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Federico Villarreal y Facultad de Educación de la Universidad Marcelino Champagnat. En las que ambos miembros de la pareja trabajan a tiempo com-pleto. El diseño fue correlacional y se aplicaron: la Escala de satisfacción y el Dyadic Adjustment Scale. Se estableció la validez y confiabilidad de los instru-mentos, obteniéndose los Baremos para la muestra, aplicándose el procedimiento estadístico. En cuanto a los resultados encontramos que los factores de sa-tisfacción que predicen el ajuste diádico de las parejas que trabajan son: en primer lugar la satisfacción afec-tiva que explica el 18% de la variabilidad del ajuste diádico y en segundo lugar el factor intelectual que en conjunto con la satisfacción afectiva explican el 23% de la variabilidad del ajuste diádico. En el género masculino la satisfacción afectiva explica el 41% de la variabilidad del ajuste diádico. Mientras que en el género femenino el factor más importante es el factor intelectual que explica el 20% de la variabilidad del ajuste diádico en las parejas que trabajan

Palabras clave: Psicología de familia, ajuste, satisfac-ción, parejas que trabajan

Abstract

This objective of this investigation was to determi-nate the predictive factors of the dyadic adjustment in dual careers couples. The sample was integrated by 100 heterosexual couples, men and women, between 25 and 60 years old, all of them relatives or students of the Psychology Faculty at Federico Villarreal Uni-versity, and Education Faculty at Marcelino Cham-pagnat University. Both partners worked full time. The design was correlational and was administrated the Satisfaction Scale, The Dyadic Adjustment Scale. The instruments validity and reliability were esta-blished, getting the norms to this sample. The results showed that affective satisfaction explained the 18% of the variability of the dyadic adjustment, and when with included the intelligence factor, the variability of the dyadic adjustment increased in 23%. When the result was analyzed by gender, men considered the affection as the main factor to explain the dyadic adjustment (41%), otherwise, women considered the intelligence as the main factor (20%).

Key work: Psychology, family, adjustment, satisfac-tion, dual careers couples

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La pareja ha sido abordada desde distintos puntos de vista, porque es la célula que genera la familia, y esta, a su vez, es la célula de la red social. Los individuos humanos tenemos como función, en la madurez, desde lo psicológico, encontrar una pareja que nos vincule con el círculo de supervivencia llamada hu-manidad. Reflexionando así, se hace imprescindible encontrar, desde la psicología, argumentos científicos que establezcan formas de encuentro, para hacer que las parejas logren la satisfacción ,o al menos, encuen-tren vínculos estables que les posibiliten no entrar en la espiral de la disolución.

Pero la cotidianidad, en un mundo cada vez más glo-balizado, pone el énfasis en lo económico como va-riable importante para encontrar la satisfacción. Esta variable que el mundo globalizado se ha encargado de “marquetear”, ha encontrado sus primeras vícti-mas en los seres humanos que se atrevieron a formar pareja, porque les puso como barrera, cada vez más infranqueable, la subsistencia.

Las parejas, por ser el elemento humano básico de la subsistencia de la humanidad, tuvieron que resolver sus problemas de subsistencia a través del trabajo. La historia de la humanidad tiene infinitos relatos, mi-tos, e historias que nos dicen que el trabajo siempre fue fuente de discordia y desavenencia en la pareja, la familia, la comunidad, las sociedades. Este enredo de círculos viciosos en los que está envuelta la humani-dad y dentro de ella, la pareja, ha motivado ensayos diversos que son descripciones de acontecimientos, como los expresados en el libro fundamental que es la Biblia. Desde entonces, Adán y Eva, Cain y Abel son paradigmas de lo dicho anteriormente, no se han resuelto las variables intervinientes en la base de sus-tentación de la relación de pareja, solo que a través de la historia los intentos económicos, complicaron cada vez más la satisfacción de la pareja.

Sería mucha petulancia decir, que deseamos encon-trar la forma de resolver este problema. Pero en la vida diaria de un psicólogo clínico, nos encontramos con el problema de las parejas que trabajan para buscar, a través de sus subsistencias, la subsistencia de la hu-manidad. El motivo de esta investigación es enten-der, a través de una lectura descriptiva y correlacional causal, cómo funcionan las parejas que trabajan en un sector de la cultura limeña, a la que tomaremos como base de sustentación para ampliar la investiga-ción, de acuerdo a nuestras reales posibilidades, a una muestra que abarque al menos un vasto sector de la cultura peruana.

Comenzaremos por definir lo que para nosotros es pa-reja, enfocada la definición, desde la teoría del vinculo Prado (2004). La pareja es un sistema vincular múlti-ple estable y permanente, de dos personas de género diferente, que tiene como finalidad: Compromisos, transacciones, acuerdos en libertad que funcionen con coherencia en lo orgánico, sexual, afectivo labo-ral, social cultural, familiar y la inteligencia. Esta pa-

reja tiene como elementos básicos de funcionamiento la “estabilidad” que está establecida por la pauta cul-tural legalmente aceptada por la sociedad, y que en la nuestra, es el ser: enamorado, novio, conviviente y casado. Y el otro elemento es la “permanencia” con-cepto relacionado al amor y a la madurez psicológica. La pareja tiene en la comunicación el elemento de ex-presión del contenido del vínculo.

Para esta investigación definiremos a la “pareja que trabaja” con el mismo contenido de la definición de pareja focalizando en lo laboral el contenido del tra-bajo, es decir, la productividad remunerada, para dife-renciarlo de la “ocupación” que es una tarea producti-va no remunerada.

El tema de la mujer ama de casa, es un tema aun sin solucionar en el Perú. Legislaciones como la Argen-tina, Cárdenas (1998), y la española, Durand M An-geles (1991), están tomando en cuenta la teoría de la plus valía ocupacional a favor del esposo, y por lo tanto, estudiando la forma de “remuneración” a la es-posa ama de casa.

Abascal, (2003) se pregunta si el trabajo en el hogar es valorado. Comentaba cómo la sociedad discrimina el trabajo en el hogar, una decisión muy personal y valerosa de millones de mujeres. La conclusión fue, que esa actitud social no cambiará, hasta que las mu-jeres, dejen de avergonzarse de sus decisiones y va-loren la trascendencia de su trabajo, sea el que sea. ¿Trabajas?, es una pregunta obligada hoy en día. Casi todas las mujeres que no lo hacen fuera de su casa responden avergonzadas un tímido “no, ahorita no trabajo”. ¿Qué es entonces el dedicarse al hogar? ¿Es un juego? ¿Es una pérdida de tiempo?

El hogar es el ambiente en el que se desarrolla la vida familiar, tanto material como espiritual, por medio del amor y el servicio que une establemente a la fa-milia.

En el Perú, el conflicto de género subsiste pese a que los movimientos feministas han hecho su labor. El género femenino tiene más acceso a las fuentes de trabajo, y compiten con eficiencia en algunas profe-siones en donde son amplia mayoría, como en: Psi-cología, enfermería, asistencia social, educación, para mencionar algunas.

Las parejas que trabajan, también llamadas dual ca-rrier en USA, han sido investigadas, en USA, referidas a las parejas de casados o convivientes, nosotros am-pliamos el criterio de parejas que trabajan a los ena-morados que trabajan buscando un porvenir para es-tablecerse en los subsiguientes roles. A los novios que trabajan y frecuentemente tienen que postergar sus deseos de casarse o convivir por razones económicas, y también, a los convivientes y casados que luchan todos los días por establecer el equilibrio en los víncu-los laborales, para que no entorpezcan la satisfacción de pareja, o no la contaminen con otros vínculos que

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están muy relacionados con el vinculo laboral que se han constituido en una de las fuentes de insatisfac-ción de la pareja.

Son varios los autores que han investigado el tema de las parejas dual carrier. Cooper y Lewis (1987), inves-tigan sobre los roles de la desigualdad de la promoción profesional de la pareja, en particular cuando la pare-ja tienen más éxito que el hombre. La dominancia de uno sobre el otro cambia el modelo tradicional de la relación, que implica el éxito por parte del hombre, esta dominancia puede en alguna circunstancia llegar a la ruptura del vínculo.

Meler y Tajer (2000), estudia a las parejas innovado-ras, atribuyéndoles haber mejorado la asimetría del modelo tradicional de convivencia laboral. Las mu-jeres que tienen profesión hacen que los hombres no sepan manejar los roles y las relaciones en función a este beneficio que les otorga la profesión.

También Watzlawick, Beavin y Jackson (1981), estu-dian a las relaciones que denominan simétricas, una potencialidad patógena, basada en la competencia que se presenta entre los cónyuges, quienes luchan por el poder.

En una conferencia sobre violencia familiar Prado (1997) establece la búsqueda de la dominancia por el poder en la pareja, como una de las fuentes de vio-lencia en la pareja.

La problemática de las parejas que trabajan es globali-zado, según Meil y Vara (2003) ,quienes hace una in-vestigación en Europa reportan los siguientes datos.

Entre los hogares formados por dos personas adultas en edad de trabajar (20 a59 años), el porcentaje de hogares con dos perceptores de renta alcanzaba el 43% en nuestro país en 2000, mientras que en el Rei-no Unido casi se duplicaba (75%) y muchos países del centro y norte de la Unión Europea se acercaban a este valor. Sin embargo, España se encuentra entre los países donde este porcentaje ha crecido en mayor medida durante la última década (12 puntos porcen-tuales).

La tasa de empleo de las mujeres entre 20 y 49 años disminuye sistemáticamente con el número de hijos: mientras que algo más de la mitad de las mujeres es-pañolas de dicha edad sin hijos realizaba un trabajo remunerado a comienzos del año 2001, la proporción de mujeres con tres o más hijos ocupadas en el mer-cado de trabajo era del 39,6%.

En la mayoría de los casos (82,6%) la participación de ambos miembros de la pareja en el mercado de tra-bajo es a tiempo completo, independientemente de la edad de los hijos. Esta práctica es dominante en los países del sur de Europa, pero en muchos de los países del centro y norte de Europa, caracterizados por un mayor grado de incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, la proporción de hogares en los

que la mujer trabaja a tiempo parcial y el hombre lo hace a tiempo completo está próxima, cuando no es superior (caso de Holanda), a la de hogares en los que ambos trabajan a tiempo completo.

También encontraron grandes dificultades para conci-liar trabajo y familia, tal cual lo reporta una encuesta realizada en Cataluña, entre un 11% y un 25% de los entrevistados reconoce que las tensiones y ansiedades familiares debilitan con frecuencia su capacidad para trabajar y entre el 8% y el 17% afirma que tiene difi-cultades para concentrarse como consecuencia de los problemas de conciliación. Asi mismo, siguen repor-tando Meil y Vara(2003) los datos de otra encuesta realizada en la Comunidad de Madrid muestran que al menos una de cada cuatro mujeres y uno de cada cinco hombres, han llegado tarde durante el último trimestre, han tenido que salir antes o han faltado al trabajo por motivos familiares.

Además, dice Meil y Vara (2003), que hay una cre-ciente incorporación ininterrumpida de la mujer al mercado de trabajo. Todos los países occidentales han conocido una incorporación creciente al mercado de trabajo de las mujeres no solteras desde la década de los años sesenta, aunque con diferentes ritmos y si-guiendo distintos modelos. Mientras en unos países se implantaba un modelo secuencial de conciliación de vida familiar y vida laboral –abandono temporal del mercado de trabajo por las madres durante la fase de crianza de los hijos para volver al mismo después–, en otros el modelo de conciliación era simultáneo: las mujeres no interrumpían su relación laboral con la maternidad, ya que el Estado o el mercado facilitaban servicios para el cuidado de los niños. Este segundo modelo de continuidad– es el que ha ido imponiéndo-se en todos los países.

En el caso español, la participación laboral de las mujeres no solteras ha crecido sobre todo en la úl-tima década y media. En el gráfico 1, se recoge la desagregación por edad es de la tasa de actividad de las mujeres no solteras en España desde 1976 hasta 2000. Se observa que dicha incorporación se produ-ce principalmente a partir del fuerte crecimiento del empleo registrado durante la segunda mitad de los años ochenta, sin que la crisis de los años noventa indujera una inversión de dicha tendencia. Son las mujeres más jóvenes y, sobretodo, las más formadas las que han sido y continúan siendo protagonistas de este proceso.

Si nos centramos en los hogares formados por dos personas adultas en edad de trabajar (20 a 59 años), el porcentaje de hogares con dos perceptores de ren-ta –según la última explotación realizada por Euros-tat de la Encuesta de Fuerzas Laborales– alcanzaba el 43% en nuestro país en 2000, mientras que en el Reino Unido casi se duplicaba (75%) y muchos países del centro y norte de la Unión Europea se acercaban a este valor. Sin embargo, España se encuentra entre los países donde este porcentaje ha crecido en mayor

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medida durante la última década (12 puntos porcen-tuales). Este fuerte incremento se ha producido tanto entre familias sin niños pequeños que cuidar como en las que hay niños menores de 15 años y, de hecho, en mayor medida entre éstas que entre aquéllas. El pro-blema de la conciliación ha ganado en presencia social en todos los países de la Unión Europea, afectando a la mayor parte de las familias.La tasa de empleo fe-menino disminuye con el número de hijos. La tasa de empleo de las mujeres entre 20 y 49 años disminuye sistemáticamente con el número de hijos (tabla 1): mientras que algo más de la mitad de las mujeres es-pañolas de dicha edad sin hijos realizaba un trabajo remunerado a comienzos del año 2001, la proporción de mujeres con tres o más hijos ocupadas en el mer-cado de trabajo era del39, 6%. Si en lugar de tener en cuenta la tasa de empleo se considerara la tasa de actividad, que incluye también a las mujeres paradas y que buscan activamente empleo, es de esperar (pues ni Eurostat ni el INE proporcionan datos) que las di-ferencias serían aún más marcadas, pues entre las mujeres sin hijos se incluirían las jóvenes que se in-corporan por primera vez al mercado de trabajo y que padecen elevadas tasas de desempleo.Esta pauta, sin embargo, no es específica de España: aparece en todos los países de la Unión Europea, incluso en aquellos donde la pauta dominante de empleo de las mujeres madres es el trabajo a tiempo parcial, como es el caso paradigmático de Holanda. No obstante, y a pesar del profundo cambio registrado en el pasado reciente, la tasa de empleo de las madres españolas es de las más bajas de toda la UE. Además, mientras en la mayoría de los países la tasa de empleo entre las mujeres con un hijo es mayor o apenas disminuye frente a las que no tienen hijos, España se encuentra entre los países en los que el impacto negativo de la maternidad es más alto. La mayoría de las parejas que trabajan tie-nen jornada completa. En la mayoría de los casos la participación de ambos miembros de la pareja en el mercado de trabajo es a tiempo completo, indepen-dientemente de la edad de los hijos. Esta práctica es dominante en los países del sur de Europa, pero en muchos de los países del centro y norte de Europa, caracterizados por un mayor grado de incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, la proporción de hogares en los que la mujer trabaja a tiempo parcial y el hombre lo hace a tiempo completo está próxi-ma, cuando no es superior, a la de hogares en los que ambos trabajan a tiempo completo. Y esta pauta no parece que vaya a verse alterada sustancialmente en el futuro inmediato, pues en la mayor parte de los ca-sos en los que la mujer trabaja a tiempo parcial, ésta no lo hace por motivaciones familiares, sino por las características específicas del trabajo, como lo pone sistemáticamente de relieve la Encuesta de Población Activa del INE (en 2002 sólo un 11% trabajaba a tiempo parcial por motivos familiares).

En relación a los problemas de la conciliación laboral y familiar, los propios afectados son quienes mejor pueden indicar cuáles son sus dificultades, qué uso

hacen de los mecanismos disponibles y cuáles son sus preferencias, tanto sobre las condiciones labora-les como sobre el tipo de recursos que necesitan. No obstante, las encuestas efectuadas a las familias con problemas de conciliación laboral y familiar hay que interpretarlas con cautela, pues las respuestas no sólo dependen de la formulación de las preguntas, sino que las demandas de las familias no son siempre claras y coherentes. Así, por ejemplo, es habitual querer tra-bajar menos horas pero no desear un trabajo a tiempo parcial o considerar que hacen falta guarderías pero preferir el cuidado de los abuelos.

A continuación se exponen los resultados de dos en-cuestas sobre las dificultades y estrategias de conci-liación publicadas en 2003: una por la Comunidad de Madrid y otra por la Generalitat de Catalunya. (Chinchilla, N y Poelmans, S 2003) Sirven para ilus-trar un problema ampliamente extendido que tiene efectos negativos no sólo sobre la dinámica familiar, sino también en la esfera del trabajo. Según los re-sultados de la encuesta madrileña, la mitad de los entrevistados (55%) consideraba que tenía muchos o bastantes problemas para conciliar ambas obligacio-nes. Los desafíos de la conciliación de la vida familiar y la vida laboral 57 proporción no muy diferente de la obtenida en la encuesta catalana (un 41% está muy obstante de acuerdo y un 19% no está ni de acuer-do ni en desacuerdo en que tienen un conflicto en-tre ambas obligaciones). Las diferencias por sexo son significativas, pero los hombres también se ven afec-tados. Así, en la encuesta madrileña, aunque el por-centaje de mujeres entrevistadas que afirman tener muchos problemas (21%) prácticamente duplica al de los hombres (11%), no hay diferencias si se considera junto con quienes dicen sufrir algunos problemas. Por tanto, aunque las mujeres son quienes recurren a los permisos por motivos familiares, trabajan eventual-mente a tiempo parcial y se ocupan en mucha mayor medida del cuidado y atención de los hijos, el pro-blema de la conciliación no es exclusivo de ellas, ni en el plano normativo ni en la realidad vivida por los entrevistados.

Las dificultades para la conciliación según, Tobio (2002) se traducen en conflictos conyugales y en una disminución de la calidad de vida de todos los miembros implicados e incluso de la propia salud de la mujer (estrés, dolor de cabeza, depresiones, etc.), pero sus efectos negativos se extienden también a la esfera del trabajo. Según la encuesta catalana, entre un 11% y un 25% de los entrevistados reconoce que las tensiones y ansiedades familiares debilitan con frecuencia su capacidad para trabajar y entre el 8% y el 17% afirma que tiene dificultad es para concen-trarse como consecuencia de los problemas de conci-liación. Por otra parte, y según la encuesta madrileña, al menos una de cada cuatro mujeres y uno de cada cinco hombres declara haber llegado tarde durante el último trimestre, haber tenido que salir antes o faltar al trabajo por motivos familiares. Estas situaciones

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no son excepcionales, sino que, al responder a un pro-blema estructural de fondo, tienden a repetirse.

Aunque la percepción mayoritaria es que estos per-misos no producen discriminación y no es una de las razones aducidas para no hacer uso de los mismos, no puede pasarse por alto que una de cada tres mu-jeres que han pedido reducción de jornada y una de cada cinco de las que han pedido excedencia perciben que sí han sido discriminadas por ello. Por otro lado, como se ha indicado, el temor a la discriminación puede adoptar distintas formas y entre ellas está el miedo al desempleo y a un desempleo muy prolon-gado, una experiencia por laque han pasado y están pasando muchas mujeres jóvenes y también muchos hombres jóvenes y que, como suele decirse, “imprime carácter”.

La red de parentesco es el principal recurso del que disponen las familias para conciliar vida familiar y vida laboral. Según una encuesta de ámbito nacional a mujeres ocupadas y con cargas familiares publicada recientemente, algo más de un tercio de las mujeres menores de 30 años que tenían familiares en la misma localidad en la que residían consideraban que sin su ayuda no podrían trabajar e igual porcentaje pensaba que esta ayuda era muy importante .A mayor edad de las mujeres, y, por tanto, cuanto más avanzado está el ciclo familiar, la importancia de la ayuda de la familia decrece al ser los hijos más autónomos, además de poder contar con la colaboración del hijo mayor.

No obstante, la importancia de la ayuda de la familia depende también del estatus socioeconómico de ésta, de forma que a mayor estatus menor importancia se le concede: si entre las mujeres de estatus alto sólo un 11% consideraba que la ayuda de los parientes era imprescindible para poder trabajar, entre las mujeres de estatus bajo dicho porcentaje se elevaba al 24%. Mientras que las familias de estatus medio o medio-alto pueden pagar por determinados servicios (una guardería, el autobús del colegio, una asistenta o un canguro, etc.) o eventualmente solicitar una reduc-ción de jornada (que como se ha visto es más frecuen-te entre las mujeres con mayor nivel de calificación), entre las familias de estatus más bajo no es posible pagar por este tipo de servicios o renunciar a los in-gresos derivados del trabajo.

El tema del género en las parejas que trabajan, es otra variable a tomar en cuenta. En todas las culturas des-de todos los tiempos el hombre ha sido el encargado de proveer la economía al hogar, o bien, a la pareja, si es que se esta casado. En el Perú, el machismo como estructura cultural aceptada por la sociedad, y ana-lizada desde otro punto de vista por Prado (2004) como la “cultura de la vagina” preconiza como rela-ción de pareja en el vínculo laboral la dependencia de la mujer hacia el hombre. Al respecto, hay demasia-dos ejemplos que lo certifican. Desde ceder el asiento a la mujer cualquier sea la edad y condición hasta las leyes y la constitución que favorecen a la mujer. Basta

con saber que en el país hay un Ministerio llamado de la mujer.

Según un artículo de Chile Unido (2003) la incorpora-ción de la mujer al mundo laboral ha estado rodeada de una serie de luchas y reivindicaciones, muchas de las cuales se han transformado en mitos sobre lo que la mujer verdaderamente busca para realizarse como persona.

Durante años se ha planteado que, para poder lograr un espacio en el mundo laboral, las mujeres deben actuar como hombres, y de esta manera realizarse profesionalmente, olvidando y postergando delibera-damente los aportes que desde su condición femenina realizan al mundo laboral y que precisamente consti-tuyen sus fortalezas.

Con la incorporación masiva de la mujer al merca-do laboral se ha presentado a la maternidad como un problema y un estigma para ella, y se ha menosprecia-do a aquellas mujeres que libremente han optado por la maternidad, haciéndoles creer que serían personas frustradas, ya que la única forma de realización per-sonal estaría en lo profesional. -Las políticas públicas en materia laboral debieran tender a hacer más com-patible el trabajo de las mujeres en el hogar y fuera de él, ya que, en su mayoría, ellas son felices y se realizan compatibilizando su labor de madres y profesionales-trabajadoras.

Las mujeres humanizan y matizan con su sensibili-dad la tendencia competitiva de los hombres, y éstos reafirman a sus compañeras en su trabajo animándo-las a tomar decisiones, a confiar en sí mismas y a tra-bajar inteligentemente y con flexibilidad.

Mucho se ha hablado de la incorporación de la mujer al mundo laboral, lo que ha llevado a la creación de mitos y falsos supuestos respecto de lo que la mujer quiere, así como de lo que la mujer debe hacer para ingresar a este mundo, mayoritariamente masculino. Existen supuestas verdades mayoritariamente acep-tadas, pero nunca comprobadas, tales como que para triunfar en el mercado del trabajo hay que compor-tarse como hombre y, por ende, entrar en una com-petencia descarnada “contra ellos”. Otro supuesto es el que señala que aquella mujer que no trabaja fuera del hogar, o trabaja tiempo parcial, estaría insatisfe-cha y frustrada por no poder desarrollarse en pleni-tud laboralmente. También existe el mito, bastante común, de que los obstáculos más importantes para que la mujer trabaje es la ausencia de salas cunas o guarderías infantiles para dejar a los hijos pequeños. Bajo estas afirmaciones subyace la idea de que la mu-jer tiene mucho más que ofrecer a la sociedad como trabajadora que como madre en su casa. Aun cuando este aspecto podría ser debatido desde la perspectiva de generación de riqueza material para la sociedad, lo cierto es que, al fin y al cabo, es ella quien debe elegir libremente dónde es más necesaria en cada momen-to.

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El mundo de la empresa es un mundo complejo, y ninguno de los modelos de trabajo, el femenino y el masculino, puede proporcionar una organización equilibrada sin el complemento del otro. Pero no sólo es necesario lograr un equilibrio entre las habilidades masculinas y femeninas en el seno de la organización; también es preciso que ese equilibrio se dé en cada hombre y en cada mujer pues, como personas, se en-riquecen mutuamente. Las mujeres humanizarán y matizarán con su sensibilidad la tendencia competi-tiva de los hombres, y éstos reafirmarán a sus compa-ñeras en su trabajo, animándolas a tomar decisiones, a confiar en sí mismas y a trabajar inteligentemente y con flexibilidad. La verdadera política a favor de la mujer es aquella que se adapta a sus necesidades y deseos más íntimos. Ya sea renunciar a la familia, en-tregarse a ella por completo o, lo que a la mayoría de las mujeres supone el esfuerzo de cada día, adaptar la entrega a una u otra realidad en función de las ne-cesidades de la familia en cada momento. Al fin y al cabo, las personas prevalecen sobre las cosas y esto las mujeres lo tienen muy claro.

Diniz, (1996) en Brasil, desarrolla proyectos asociados a tres líneas de investigación: 1) Cuestiones de género en la Psicología Clínica; 2) Prevención y Promoción de la Salud; 3) Sistema Conyugal y Familiar: Procesos de interacción y Terapéuticos.

La interacción entre matrimonio, trabajo y género, constituye el eje central de interés a partir del cual desarrolla estudios sobre los modelos emergentes de relaciones conyugales, como es el caso de las parejas que trabajan fuera, a tiempo completo en situacio-nes de doble carrera o de doble trabajo. Las especi-ficidades del trabajo femenino, la satisfacción en el casamiento y las estrategias utilizadas para conciliar el trabajo y la familia son ejemplos de las variables /categorías estudiadas.

En lo que se refiere a las cuestiones de género, se des-taca el interés por el estudio de los cambios que están ocurriendo en relación a los roles del género en la so-ciedad contemporánea, los conflictos resultantes y las repercusiones de esos cambios sobre los procesos de interacción de las parejas y las familias. Otra cuestión fundamental es la interacción entre género y violen-cia, interesándose, específicamente, por la compren-sión del impacto de la violencia en la salud mental de las mujeres, en la relación conyugal y en la dinámica familiar.

En el área de la prevención y la promoción de la sa-lud, el interés recae sobre el desarrollo de estrategias para lidiar con situaciones de estrés y crisis conyugal e familiar, resultantes de procesos de interacción cada vez mas prevalecientes. Entre estos se destacan las experiencias de violencia y los conflictos generados por la necesidad que hombres y mujeres enfrentan por administrar exigencias personales y profesionales con una vida conyugal y familiar.

El enfoque teórico está centrado sobre la teoría sis-témica, el construccionismo social y las reflexiones feministas en las diversas áreas. Utiliza metodologías cualitativas y cuantitativas

La satisfacción de la pareja es otra variable de la in-vestigación que proponemos, al respecto hay varias definiciones de satisfacción desde variados puntos de vista, para esta investigación hemos tomado el con-cepto de Prado (en prensa) quien define la satisfacción desde el esquema conceptual propuesto por Olson, y Russell, (1983), quien interpreta la satisfacción desde dos variables de funcionamiento de pareja y de familia , que son, la cohesión y la adaptación, que traduce en puntajes ideales, referidos a los modelos ideales que se pretende de pareja en su funcionamiento y reales el funcionamiento real de la pareja en el aquí y ahora, la diferencia entre ambas lecturas es la satisfacción .

En un artículo presentado por el club Rotario Inter-nacional de Nicaragua (1996) se explica que existe evidencia científica de estudios en psicología social, específicamente en el área de la “atracción interper-sonal” de que las relaciones entre hombres y mujeres no se dan al azar o por la tan mencionada “química”, “cupido”, “atracción magnética”, determinaciones del destino y/o a través de cualquier otra explica-ción popular. Es decir que en principio hay razones psicosociales flexibles de porque se elige (o de como se elige) la persona que tiene la probabilidad de ser un(a) candidato(a) para formar pareja (casarse, con-vivir y/o compartir). Muchas, sino la mayoría de las veces, son estas bases de atracción interpersonal las que “sembrarán” el cultivo de la felicidad-infelicidad de la pareja.

Gordillo (2000) investiga sobre las experiencias tem-pranas parentales, satisfacción marital e inteligencia emocional, y refiere algunos aportes sobre la concep-tualización de la satisfacción marital, dice que no existe una definición estándar ni un consenso sobre lo que es la satisfacción marital . Cada investigador lo define de un modo diferente de acuerdo a las varia-bles que considera importantes para el este concepto, estas variables comúnmente son la felicidad del indi-viduo, la percepción de la relación, la interacción en esta, la igualdad de recursos y obligaciones, el sexo y el placer o displacer percibido, etc. De igual manera existe varios términos para nombrar a este concepto: Ajuste Marital, Armonía Marital, Satisfacción Mari-tal, Felicidad Marital, Ajuste Diádico Marital, etc. Sin embargo en el fondo todos estos términos son usados para denotar el grado de satisfacción que el individuo encuentra dentro de la relación con su pareja

Alvarado, y Cisneros (1987) en México recopilan varias definiciones de Satisfacción marital que nos pueden ser útiles para mejor demostrar el concepto, definieron la satisfacción marital como la congruen-cia en las expectativas de los integrantes de la pareja, el desempeño, la auto percepción, la comunicación y una plena aceptación de las críticas por parte de los

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cónyuges. Spanier (1989), considera que el ajuste marital es un proceso y no un estado en la relación. Para él éste representa un movimiento a lo largo de un continuo que puede ser evaluado en términos de proximidad a un ajuste bueno o pobre en cuatro di-mensiones separadas: Consenso, satisfacción, cohe-sión y expresión afectiva.

Kirkpatrick sugiere que el éxito matrimonial se debe a las siguientes características (citado por Alvarado y Cisneros 1987):

l Felicidad en el matrimonio de los padres.

l Amplia duración en el noviazgo.

l Adecuada educación sexual.

l Infancia feliz

l Aprobación del matrimonio por padres y allega-dos.

l Ajuste en el noviazgo y motivación para el matri-monio.

l Igualdad étnica y religiosa.

l Posición social y nivel educativo.

l Edad, preferencias, intereses y formación ideológi-ca similares.

Por otro lado Centeno (1988) también en México, menciona que la felicidad de un esposo es indepen-diente de la del otro, lo cual sugiere que la satisfacción encontrada en e l matrimonio depende de las actitu-des y temperamento propios del individuo. Framo (1980) consideran que las experiencias sanas en la fa-milia de origen están relacionadas positivamente con el ajuste marital.

La satisfacción con la relación impacta tanto la situa-ción afectiva y emocional, (amor) como los procesos cotidianos que vive la pareja (interacción, cercanía, intimidad), todo esto se correlaciona con la satisfac-ción marital (atracción, inteligencia, duración, edad, cohabitación, comunicación, celos, infidelidad). Sin embargo la importancia del amor como elemento in-tegrador de la satisfacción marital se debe a que es un concepto que engloba sentimientos y emociones, cogniciones subjetivas y símbolos culturales. Los es-tudios al respecto, realizados en México, indican que a mayor amor percibido, mayor satisfacción marital se manifiesta (Díaz-Loving y cols., 1996).

En el Perú, hay diversas investigaciones que tratan el tema de la pareja desde distintos puntos de vista:

Lamas (2000) realizó una investigación teórica sobre la satisfacción marital como soporte social, a partir de un concepto de salud centrado en la personalidad y las relaciones sociales. Propone conceptualizaciones respecto del comportamiento y actitudes sexuales. La conducta de la pareja que basa las relaciones de

pareja en actitudes positivas es vulnerable dice, a la inestabilidad en el futuro; en contraste con una rela-ción basada en obligaciones y presiones impuestas que puede carecer de satisfacción. Las conclusiones de esta investigación son muy genéricas y centran su análisis en dos variables la sexual y la social, al res-pecto, proponemos un mayor alcance al concepto de satisfacción, que lo referimos a seis variables.

Quevedo (2000) realizó un análisis exploratorio de las actitudes hacia la infidelidad conyugal por sexo edad y tiempo .Los principales resultados establecen una redefinición de las expresiones frente al matrimonio en lo conyugal respecto a la exclusividad sexual.

En lo que respecta a la sexualidad e infidelidad, a dife-rencia de la investigación de Quevedo, pensamos que la infidelidad sexual, es un síntoma de la conflictiva de la pareja y una de las variables de la infidelidad, a la que se le da mucha importancia, sin embargo, la infidelidad afectiva, social y familiar son igualmen-te relevantes en la insatisfacción de la pareja. Prado (2004)

La pareja ha sido abordada desde distintos puntos de vista; en lo que respecta a la relación de amor. Sán-chez (1994) investiga sobre definiciones y paradojas de la relación amorosa, haciendo una clasificación en-tre la relación de amigo, amantes y esposos; aunque nosotros no estemos de acuerdo con esta clasifica-ción, porque entendemos que una relación de ami-gos no es una relación de pareja, en el sentido que es una relación libre de conflictos. Por el contrario, pensamos que una relación de amigos, encubre una relación no declarada sinceramente y que se vive una relación pseudomutual, en su forma no mutual, tal cual la describe la Escuela Sistémica de Palo Alto.

Sánchez (1994) también toma el concepto de hetero-sexualidad en su condición de legalidad formal desde la cultura y el sexo como un ingrediente necesario en el vínculo amoroso. En relación al vínculo propone-mos, que cuanto más esclarecido este la relación de pareja, más satisfacción propiciará; por esta razón, no consideramos a la relación de amigos como una pareja diferenciando el concepto relación, del de pa-reja. La relación, es un acercamiento del género que emana de su condición y de su libertad de elección, un válido intento que no tiene claro sus intenciones. Una pareja es una relación de género, de dos que debe cumplir con dos condiciones: los vínculos aceptados culturalmente y la permanencia.

Alarcón, (2001) examina las presuntas relaciones en-tre felicidad, género, edad y estado conyugal; asimis-mo, se determinaron los niveles de felicidad que con mayor frecuencia experimentan las personas. Se tra-bajó con 163 sujetos de clase media, solteros y casa-dos, de 20 a 60 años, quienes absolvieron la Escala de Satisfacción con la Vida de Diener más un ítem que indagó los niveles de felicidad. Los resultados seña-lan que no existen diferencias significativas entre las

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puntuaciones medias de felicidad de varones y muje-res. Según la edad, el único contraste significativo se encontró entre 30 y 50 años y las medias más eleva-das correspondieron a los 50 y 60 años. Se halló que las personas casadas son más felices que las solteras. Finalmente, el mayor número de sujetos reportó sen-tirse feliz y los demás niveles agruparon muy pocas frecuencias.

Otros autores opinan que las relaciones con la pareja son una fuente inagotable de bienestar para las dos partes que la forman. Pero el camino que lleva a la creación de una relación satisfactoria puede toparse con algunas dificultades. Puede ocurrir que dentro de la relación haya dificultades para comunicarse: uno puede llegar a pensar incluso que su pareja habla en otro idioma o sencillamente que no le escucha. Este hecho se puede acrecentar a la hora de hablar de cues-tiones relacionadas con el sexo.

Cada individuo aporta a la relación una forma dife-rente de ver la vida, ya que al fin y al cabo cada uno ha tenido una educación e historia propia

En la mayoría de relaciones es normal que en alguna ocasión surja algún conflicto entre los miembros. Los conflictos pueden surgir cuando la pareja está en des-acuerdo en la forma de ver las cosas, deseos, ideas o va-lores. Estas situaciones por lo general suelen crear mal clima en la relación porque se desatan sentimientos intensos que pueden incluso parecer desmesurados teniendo en cuenta qué los causó. Pero independien-temente de la causa, si los conflictos son manejados de forma apropiada, pueden fortalecer las relaciones y mejorar el entendimiento entre las partes.

Por último, como todo en la vida, las relaciones tam-bién pueden acabar. En un primer momento la ex-periencia de la ruptura suele ser algo generalmente frustrante y desesperanzador. Algunas reacciones co-munes son la negación, rabia, autoinculpación o con-fusión. Pero las rupturas de pareja forman parte del proceso de crecimiento personal. En definitiva, son experiencias que permiten reflexionar sobre los pun-tos fuertes de la relación y también sobre los errores que se han cometido en la pareja, lo que ha de permi-tir que las relaciones futuras sean mejores.

Método

Diseño de Investigación: es correlacional

Población y muestra

La investigación se llevó a efecto en un diseño corre-lacional causal, en el distrito de Lima centro durante el año 2006.

La población estuvo constituida por alumnos del quinto año y familiares que tenían pareja de la Facul-tad de Psicología de la Universidad Nacional Federico Villarreal y alumnos del quinto año y sus familiares de la Facultad de Educación de la Universidad Mar-

celino Champagnat. La muestra estuvo conformada por 100 personas adultas de 25 a 60 años, que cum-plieran con los criterios de inclusión abajo señalados:

Criterios de inclusión:

• Edad:25a60años

• Género:masculinoyfemenino

• Estabilidad : casados, convivientes, novios, ena-morados

• Trabajo:Trabajoremuneradofueradecasaatiem-po completo

• Permanencia:2añosamas

Instrumentos

Se aplicó la Escala de Satisfacción de Pareja elabora-da por Prado y Del Aguila (2004) ¨ quienes se basan en la teoría del Impacto vincular múltiple, que toma en cuenta ocho áreas: orgánica, afectiva, sexual, fa-miliar, laboral y social y cultural e intelectual. El ins-trumento consta de 40 ítems y cuenta con dos me-didas: “satisfacción ideal” y satisfacción real” siendo su puntuación de 1 al 5 en cada elección. El puntaje de satisfacción se obtiene de la diferencia que existe entre el puntaje real e ideal. La validez y confiabilidad del instrumento la establecieron Prado y Del Águila (2004) mediante la correlación ítem-test, se utilizó el coeficiente producto momento de Pearson y se obtu-vo un coeficiente Alpha de (.85)

También se aplicó, el Dyadic Adjustment Scale (DAS) instrumento construido por Spanier (1989). La vali-dez del instrumento se estableció mediante la correla-ción ítem-test, utilizando el coeficiente producto mo-mento de Spearman y obteniendo una confiabilidad corroborada por coeficiente Alpha de (.84) por Prado (2004)

La escala DAS, consta de 32 ítems y está conformada por cuatro sub-escalas: Consenso diádico, Satisfac-ción diádica, Expresión afectiva diádica y cohesión diádica. Cada sub escala tiene una puntuación que va de 0 a 5 y de 0 a 4 y una que se evalúa marcando “si” o “no”. La administración fue individual: Es una escala para adultos, de fácil administración.

Procedimiento

Se procedió a aplicar los instrumentos Escala de sa-tisfacción de pareja Prado y Del Águila (2004) y el D.A.S. Escala de Ajuste Diádico en la pareja de Spa-nier (1989), a 100 personas con pareja que cumplían con los requisitos establecidos en los criterios de in-clusión y exclusión, con el fin de analizar y describir las características de ajuste diádico y satisfacción en las parejas que trabajan, establecer las normas y luego identificar los factores de la satisfacción de la pare-ja que predicen el ajuste diádico en las parejas que trabajan. Para el análisis de los resultados se uso del

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paquete SPSS versión 13.

Resultados

En la Tabla 1 se presenta la prueba de Kolmogorov –Smirnov, la distribución de las variables son norma-les, por lo tanto se utilizarán pruebas paramétricas.

Tabla1

Prueba de Kolmogorov-Smirnov para determinar si las va-

Elección(ideal)

Satisfacción(real

Satisfacción depareja

Ajuste depareja

KS .704 .603 1.096 1.289p .704 .860 .181 .072

riables de estudio presentan distribución normal.

Validez del contenido de la escala de satisfacción de la pareja

La validez del contenido de la Escala de Elección de Pareja (ideal) se efectuó por análisis de ítem-test tabla 2 En la misma se indica que los ítems evaluados dis-criminan el contenido propuesto.

Utilizando el coeficiente Producto momento de Spearman en la Tabla 2 observamos que los ítems contribuyen a la medición de la elección de pareja

Tabla 2

Validez de Contenido de la Escala de Elección de Pareja (ideal).

Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente1 45** 11 42** 21 47** 31 44**2 52** 12 52** 22 74** 32 67**3 34** 13 54** 23 51** 33 42**4 37** 14 67** 24 55** 34 64**5 37** 15 47** 25 61** 35 61**6 13 16 57** 26 56** 36 54**7 38** 17 63** 27 60** 37 51**8 32** 18 56** 28 67** 38 57**9 59** 19 74** 29 72** 39 35**

10 56** 20 52** 30 62** 40 54**

(ideal), excepto el item 6, por lo tanto aportan validez al instrumento

La validez del contenido se efectuó por análisis de ítem-test de Escala de Satisfacción de la Pareja (real)

Tabla 3

Validez de Contenido de la Escala de Satisfacción de la Pareja (real)

Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente1 39** 11 62** 21 61** 31 33**2 61** 12 59** 22 75** 32 56**3 45** 13 65** 23 55** 33 60**4 65** 14 67** 24 59** 34 54**5 41** 15 59** 25 72** 35 62**6 39** 16 65** 26 65** 36 59**7 56** 17 65** 27 71** 37 47**8 54* 18 50** 28 71** 38 59**9 65** 19 63** 29 77** 39 62**10 54** 20 60** 30 61** 40 66**

tabla 3 en la misma se indica que los ítem evaluados discriminan el contenido propuesto.

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47Revista Investigaciones Psicológicas

Utilizando el coeficiente producto momento de Spearman en la tabla 3 observamos que los ítems contribuyen a la medición de la satisfacción de pareja (real), por lo tanto aportan validez al instrumento.

La validez del contenido de Escala de Satisfacción de la Pareja se efectuó por análisis de ítem-test Tabla 4 en la misma se indica que los ítem evaluados discri-minan el contenido propuesto.

Tabla 4

Validez de Contenido de la Escala Satisfacción de la Pareja

Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente1 31** 11 44** 21 27** 31 27**2 23** 12 29** 22 43** 32 37**3 25** 13 30** 23 41** 33 37**4 29** 14 47** 24 56** 34 38**5 24** 15 54** 25 33** 35 47**6 32** 16 38** 26 49** 36 37**7 30** 17 48** 27 36** 37 34**8 48* 18 38** 28 51** 38 39**9 61** 19 46** 29 56** 39 25**10 28** 20 51** 30 44** 40 34**

Utilizando el coeficiente producto momento de Spear-man en la tabla 4 observamos que los ítems contribu-yen a la medición de la satisfacción de pareja, por lo aportan validez al instrumento.

Utilizando el coeficiente Producto momento de Spearman en la tabla 5 observamos que los ítems contribuyen a la medición de la Escala de Ajuste Diá-dico de Spanier y por lo tanto aportan validez al ins-trumento.

Tabla 5

Validez de Contenido de la Escala de Ajuste Diádico de Spanier

Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente Item Coeficiente1 52** 9 52** 17 61** 25 64**2 68** 10 44** 18 56** 26 58**3 30** 11 75** 19 45** 27 78**4 72** 12 64** 20 74** 28 48**5 61** 13 77** 21 53** 29 29**6 70** 14 57** 22 58** 30 37**7 68** 15 72** 23 63** 31 70**8 51** 16 77** 24 42** 32 55**

La validez del contenido se efectuó por análisis de ítem-test de Escala de Ajuste Diádico de Spanier Ta-bla 5 en la misma se indica que los ítem evaluados discriminan el contenido.

Confiabilidad

La confiabilidad de la Escala de Elección de la Pareja (ideal), fue determinada por consistencia interna por la técnica de división por mitades, encontrando un coeficiente Spearman Brown de .97 lo cual nos indi-ca un alto grado de confiabilidad del instrumento, lo cual queda corroborada por un coeficiente Alpha de 93

La confiabilidad de la Escala de Satisfacción de la Pa-

reja (real), fue determinada por consistencia interna por la técnica de división por mitades, encontrando un coeficiente Spearman Brown de .95 lo cual nos in-dica un alto grado de confiabilidad del instrumento, lo cual queda corroborada por un coeficiente Alpha de .93

La confiabilidad de la Escala de Satisfacción fue de-terminada por consistencia interna por la técnica de división por mitades, encontrando un coeficiente Spearman Brown de. 88 lo cual nos indica un alto grado de confiabilidad del instrumento, lo cual queda corroborada por un coeficiente Alpha de .88.

La confiabilidad de la Escala de Ajuste Dyadic de Spanier fue determinada por consistencia interna por

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la técnica de división por mitades, encontrando un coeficiente Spearman Brown de .95 lo cual nos indi-ca un alto grado de confiabilidad del instrumento, lo cual queda corroborada por un coeficiente Alpha de .91.

En la tabla 6 se expresa la consistencia interna por la técnica de división por mitades expresados en el coeficiente de Spearman Brown y el coeficiente Alpha de las variables de estudio.

Tabla 6

Confiabilidad de las variables de estudio.

En la tabla 7 se presentan las normas que estable-cen la satisfacción de la pareja, las mismas que están expresadas en percentiles, estableciéndose rangos de alta, media y baja satisfacción.

Tabla 7

Normas para establecer la satisfacción de la pareja.

En la tabla 8 se presentan las normas que establecen el ajuste de la pareja, las mismas que están expresadas en percentiles, estableciéndose rangos de alto, medio y bajo ajuste.

Elección(ideal)

Satisfacción(real)

Satisfacción Ajuste

SpearmanBrown

.97 .95 .88 .95

Alpha .93 .93 .88 .91

Percentiles Puntajes Rango5

101520253035

-36,75-10,90-5,85-2,00-1,002,004,35

bajo

404550556065

7,408,009,0011,5515,0018,00

medio

70758085909599

20,0022,7524,8030,0037,0045,8574,89

alto

Tabla 8

Normas para establecer el ajuste de la pareja.

En la tabla 9 se identifican a las parejas que trabajan que presentan una satisfacción y ajuste diádico alto y bajo

Tabla 9

Satisfacción y ajuste diádico alto y bajo de las parejas que trabajan.

En la tabla 10 se describe la correlación de los facto-res de la satisfacción de las parejas que trabajan

Tabla 10

Correlación de los factores de la satisfacción en las parejas que trabajan.

Como se observa en la tabla 10 la satisfacción social .79 es el factor que mas aporta a la satisfacción total en las parejas que trabajan y el factor intelectual es la de menor valor .55

En la tabla 11 se describe la correlación de los factores del ajuste diádico de las parejas que trabajan

Percentiles Puntajes Rango5101520253035

56,3580,1083,1589,0091,5097,0099,70

bajo

404550556065

102,40105,00108,50111,55113,00114,00

medio

70758085909599

115,70117,00118,80122,85126,00128,00132,00

alto

Número Puntaje PercentilSatisfacción alta 14 20 - 74 70 - 99

Ajuste Diádico alto 14 115 - 132 70 - 99Satisfacción baja 15 -36 - 4 5 - 35

Ajuste Diádico bajo 15 56 - 99 5 - 99

TotalSatisfacción Orgánica Afectiva sexual Social Cultural Familiar Intelig.Total .78 .68 .70 .79 .74 .76 .55Orgánica 1 .40 60 54 54 55 34Afectiva 1 .40 .46 .59 .49 33sexual .42 .28 .53 .25Social 1 .66 .45 .34Cultural 1 .52 .24Familiar .1 .42Intelig. 1

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49Revista Investigaciones Psicológicas

Tabla 11

Correlación de los factores del ajuste diádico de las parejas que trabajan.

Como se observa en la tabla 11 el consenso diádico .95 es el factor que mas se relaciona al ajuste de pa-reja y el factor satisfacción .73 es la que menos ser relaciona con el ajuste diádico

En la tabla 12 se describen los factores de satisfacción que predicen el ajuste diádico en las parejas que tra-bajan mediante la regresión lineal utilizando el méto-do de Stepwise .

Tabla 12

Factores de satisfacción que predicen el ajuste diádico de las parejas que trabajan.

Como se observa en la tabla 12 los factores de satis-facción que predicen el ajuste diádico de las parejas que trabajan son: en primer lugar la satisfacción afec-tiva que explica el 18% de la variabilidad del ajuste diádico;y en segundo lugar el factor intelectual que en conjunto con la satisfacción afectiva explica el 23% de la variabilidad del ajuste diádico

En la tabla 13 se presentan: los coeficientes: beta es-tándar, la t de estudent y la significación de los fac-tores de satisfacción predictores del ajuste diádico en las parejas que trabajan.

Tabla 13

Coeficientes de los factores de satisfacción que predicen el ajuste diádico de las parejas que trabajan.

En la tabla 14 se describen los factores de satisfacción que predicen el ajuste diádico por genero en las pare-jas que trabajan mediante la regresión lineal utilizan-do el método Stepwise

Ajuste Total Consenso Satisfacción Expres afect CohesiónTotal 1 .95 .73 .84 .79Consenso .63 .71 .67Satisfacción 1 .63 .56Expres afect 1 .55Cohesión 1

Modelo R R F SigSatisf. afectiva .42 .18 21.814 .000Satisf.intelectual .48 .23 14.524 .000

Modelo Coeficiente no Stand Coeficiente Stand t Sig

B Std. error BetaSatis.afectiva 2.37 .50 .42 4,67 000

Satis. Intelectual 1.829 .54 .39 3.38 .001

Tabla 14

Factores de satisfacción por género que predicen el ajuste diádico de las parejas que trabajan.

Como se observa en la tabla 14 en el género masculi-no la satisfacción afectiva explica el 41% de la varia-bilidad del ajuste diádico. Mientras que en el género femenino el factor mas importante es el factor inte-lectual que explica el 20% de la variabilidad del ajuste diádico en las parejas que trabajan

En la tabla 15 se presentan los coeficientes: beta es-tándar, la t de estudent y la significación de los fac-tores de satisfacción por genero predictores del ajuste diádico en las parejas que trabajan.

Tabla 15

Coeficientes de los factores de satisfacción por género que predicen el ajuste diádico de las parejas que trabajan.

Discusión

Tomamos el reto de investigar a la pareja focalizan-do el área laboral, y dentro de ella, la productividad remunerada que denominamos trabajo, enfatizando la problemática contemporánea de las parejas, en la que los dos miembros trabajan a tiempo completo, es decir, en nuestra cultura ocho horas diarias a más.

Se tuvo inconvenientes en determinar la muestra, por que a priori creíamos que existían en las universida-des muchas parejas que trabajan a tiempo completo, sin embargo nos encontramos con que esta realidad era restringida, por lo tanto, tuvimos que aumentar la muestra a sus familiares frustrando nuestras aspi-raciones de una muestra mayor, que tomaremos en cuenta para otras investigaciones posteriores.

De los resultados de la investigación surgen dos res-puestas a las interrogantes del problema propuesto. La primera referida a los factores de satisfacción. Se encontró que los factores de satisfacción que predi-cen el ajuste diádico de las parejas que trabajan son: en primer lugar la satisfacción afectiva que explica el 18% de la variabilidad del ajuste diádico; y en segun-do lugar el factor intelectual que en conjunto con la satisfacción afectiva explican el 23% de la variabili-dad del ajuste diádico. La segunda referida al género, encontrando que para el género masculino la satis-facción afectiva explica el 41% de la variabilidad del ajuste diádico. Mientras que en el género femenino.

Modelo Variable R R F SigMasculino Satisf. afectiva .64 .41 29.64 .000Femenino Satisf.intelectual 1.44 .20 13.84 .000

Modelo Coeficiente noStand

CoeficienteStand

t Sig

B Std.error

Beta

Satis.afectivaMasculino

3.00 .55 .64 5.44 000

Satis. IntelectualFemenino

3.84 1.046 .44 3.67 .000

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50 Universidad Nacional Federico Villarreal

el factor más importante es el factor intelectual. que explica el 20% de la variabilidad del ajuste diádico en las parejas que trabajan

Con relación a la investigación de Abascal (2003) en el que establece, que en el hogar el trabajo es discrimi-nado, refiriéndose al “trabajo”de la mujer en el hogar La diferencia con los resultados de esta investigación, si bien es cierto que no abordamos específicamente el tema del casamiento y de la mujer que trabaja en el hogar, porque entendemos que este tema no está tomado en cuenta en la legislación peruana, y que si es cierto se ha dado relevancia cualitativa al trabajo de la mujer en general, se sobre entiende que la mu-jer ama de casa trabaja en el hogar sin remuneración, pero que si aporta a la productividad del hogar en-cargándose de tareas que son remuneradas, como ser nursery o trabajadora del hogar. Reconocemos que el tema de la mujer ama de casa no lo establecemos puntualmente, pero si lo abordamos, cuando se pre-dice en la satisfacción de la pareja, que el afecto es un factor determinante que predice el ajuste diádico. Creemos que es necesario efectuar una investigación específica referida a la pareja que se establece a partir de la elección de la mujer ama de casa

Como ya se explicó en la introducción, varios autores estudiaron la pareja desde particulares puntos de in-vestigación, por ejemplo Cooper y Lewis (1987) lo hi-cieron desde la formación profesional de la pareja que trabaja, encontrando que existe en la problemática de esta pareja un sistema de dominancia a favor del que más aporta o está mejor ubicado en el status laboral

Así mismo Meler y y Tajer (2000) estudiaron la asi-metría del modelo tradicional, las mujeres que tra-bajan hacen que los hombres no sepan manejar los roles y las relaciones en función a este beneficio. Al respecto de estas dos investigaciones, ampliamos en el devenir de la investigación un objetivo especifico referido al género, porque entendimos que era nece-sario abordar también el aporte del genero en el factor trabajo en la pareja. Al respecto encontramos que: en el género masculino la satisfacción afectiva explica el 41% de la variabilidad del ajuste diádico. Mientras que en el género femenino el factor más importante es el factor intelectual que explica el 20% de la varia-bilidad del ajuste diádico en las parejas que trabajan. Este resultado es muy importante para tomarlo en cuenta, por que explica la dominancia de que hablan Cooper y Lewis, como Meler y Tajer en sus respecti-vas investigaciones, dándonos una explicación causal a la dominancia.

En efecto la satisfacción afectiva en los hombres es un factor dominante en el ajuste diádico de la pareja, en nuestra cultura esta dominancia es generadora de muchas variables vinculares en la pareja. La satisfac-ción afectiva vincula el amor entre los miembros de la pareja, y sabemos que esta ecuación afectiva no siempre es simétrica, generalmente es asimétrica. En este sentido la respuesta afectiva genera satisfacción,

fundamentalmente para el género masculino. En tan-to que la inteligencia juega un papel importante por cuanto predice un 20% el ajuste diádico de la pareja. El género femenino intuitivamente se le conoce como mas calculador e intuitivo que el masculino, ahora sa-bemos que el factor que determina la satisfacción, en función al ajuste diádico de la pareja, es la inteligen-cia en el género femenino, cuanto más inteligente es la elección de la pareja, mejor será la predicción en la satisfacción diádica por parte de la mujer. De lo cual podemos deducir, que uniendo la satisfacción afecti-va que sienta el hombre por la mujer y la inteligen-cia que tenga la mujer para elegir al hombre, son la ecuación de ajuste diádico de la pareja. Este resultado es de sumo interés conocer, para entender la dinámica de relación vincular entre los miembros de la pareja, para que puedan advenir relaciones satisfactorias, ra-zón más que suficiente como resultado que ameritó realizar la investigación

Otro tema importante en la relación vincular de la pareja es la simetría y la asimetría Watzlawick, Bea-vin y Jackson (1997) explican como en las relaciones simétricas de la pareja, encuentran una potencialidad patógena basada en la competencia que se presenta entre los cónyuges. La competencia y la dominancia son dos temas que hemos abordado en la sustentación teórica de la pareja. Prado (1997) en una conferencia sobre violencia familiar aborda la dominancia como generadora de violencia en la pareja, coincidiendo con los aportes de Watzlawick, pero a diferencia de la do-minancia patógena explicada por Watzlawick , Prado explica que esta dominancia no solo se genera en los cónyuges sino también en las parejas de enamorados, novios y convivientes. Siguiendo el esquema teórico de su abordaje vincular de la pareja se interpreta que de las relaciones simétricas, cuando los cónyuges o las parejas compiten en vínculos simétricos, se genera una patología que se explicaría en los siguientes cues-tionamientos: Quien ama más, quien trabaja más o mejor, quien aporta mas, quien produce más. etc.

En la teoría vincular se explica que la interacción vin-cular exitosa es importante para la satisfacción y la salud, esta interacción exitosa, no es la relación si-métrica y competitiva, sino aquella que se expresa en forma espontánea y coherente entre los vínculos per-sonales expresados en acuerdos y tratos en libertad, y que la “competencia” es la imposición de los vínculos de un miembro a otro de la pareja y genera patología y violencia. Para ello se establece dentro del tratamien-to de la pareja, “los acuerdos en los desacuerdos”, pero aceptando el criterio de libertad que tienen los miem-bros de la pareja para poder expresarlos y aceptar al “otro” como es y no como la fantasía lo requiere.

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53Revista Investigaciones Psicológicas

EFECTOS DE LA DESCRIPCIÓN DE CONTINGENCIAS SOBRE EL DESEMPEÑO EN TAREAS DE DISCRIMINACIÓN CONDICIONAL

EFFECTS OF CONTINGENCIES ON THE DESCRIPTION OF PERFORMANCE IN CONDITIONAL DISCRIMINATION TASKS

Roberto Bueno Cuadra y Armando Martínez Portillo.

Resumen

El objetivo fue evaluar el efecto de las instrucciones sobre el desempeño en una tarea de discriminación condicional, mediante un procedimiento en el que los sujetos son forzados a verbalizar las reglas que uti-lizan para responder. Participaron 24 estudiantes de psicología de una universidad estatal de Lima. Fueron seleccionados al azar y asignados al azar a cada una de tres condiciones experimentales. Los resultados muestran que se obtiene un mayor número de acier-tos y mejor transferencia entre variaciones de la tarea cuando se da a los participantes la oportunidad de verbalizar explícitamente las reglas que utilizan para responder. El desempeño es también mejor cuando los estímulos funcionales varían de un ensayo a otro solamente en aquellas propiedades en que se basa la igualación.

Palabras clave: Discriminación condicional, instruc-ciones, reglas, transferencia, estudiantes.

Abstract

The objective was to assess the effect of instructions on performance in a condictional discrimination task, through a procedure in which participants were faced to verbalize the rules they used for responding. They participated 24 psychology students from a state university at Lima. Participants were randomly selected and assigned to each one from three experi-mental conditions. Results show that a larger num-ber of correct responses and a better transfer were obtained when participants have the opportunity to verbalize rules they used. Performance is also better when functional stimuli vary from to one trial to another only in that properties on which matching is based.

Key words: Conditional discrimination, instructions, rules, learning transfer, students.

Como indicaron Baron & Galizio (1990), la amplia-ción de los métodos operantes al análisis experimen-tal de la conducta humana origina problemas no pre-sentes en el estudio de animales, así como opciones novedosas que normalmente no se encuentran en el laboratorio animal. Entre estas se encuentra el sobre-saliente papel que juegan las instrucciones. Es obvio que en todo experimento de laboratorio con sujetos humanos ocurre cierto tipo de intercambio verbal. Las instrucciones proporcionan una forma de indu-cir conductas que pueden tener un interés especial para el investigador. ¿Qué tipo de influencias pueden ejercer las instrucciones sobre la conducta operante

del sujeto humano? ¿En qué medida las conductas inducidas mediante instrucciones son equivalentes a aquellas establecidas por medio de contingencias experimentales. Skinner (1963) abordó estas cues-tiones en forma introductoria y sugirió que podría haber diferencias fundamentales. Señalaba que los sujetos normalmente son incapaces de verbalizar con precisión las contingencias a las que fueron someti-dos y que, por esta razón, no era de esperarse que reaccionaran apropiadamente a la descripción de las contingencias proporcionadas por los experimentos. Estas consideraciones lo llevaron a suponer que las instrucciones podrían no ser un buen sustituto de

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la manipulación efectiva de contingencias, aunque podrían ser valiosas cuando el interés se centra en la ejecución eventual de una respuesta, más que en su adquisición.

Poco después de la publicación del artículo de Skinner, aparecieron varios experimentos que trajeron a cola-ción estos asuntos. Uno de los descubrimientos mos-tró que, en ausencia de instrucciones específicas con respecto a la respuesta objetivo, los sujetos humanos podrían no responder al nivel suficiente como para permitir que se aplique el reforzador (Ayllon & Azrin, 1964). Otro demostró que las instrucciones pueden ejercer un poderoso control sobre la respuesta, hasta el grado de superar el control del programa de refor-zamiento impuesto en el experimento (Kaufman & cols., 1966; Lippman & Meyer, 1967). Un descubri-miento sorprendente, a la luz de las consideraciones de Skinner, mostró que los sujetos que recibieron instrucciones acerca d las contingencias del progra-ma respondían a las contingencias con mayor pro-babilidad que aquellos sujetos que no las recibieron (Baron & cols., 1969), esto es, que actúen en forma congruente con la estructura del programa.

Aunque estos descubrimientos no despertaron mayor interés dentro de la psicología operante, la observa-ción de que las instrucciones podían ejercer mayor control que las contingencias reales atrajo la atención de algunos críticos de orientación cognoscitiva. Estos consideraban a los resultados como una muestra de que las respuestas humana, bajo programas de refor-zamiento, no están tan controladas por las contin-gencias de reforzamiento como por las creencias e hi-pótesis que el individuo tiene acerca de la forma cómo funciona el programa (Bandura, 1969; Brewer, 1974; Thoresen & Mahoney, 1974). Según su punto de vis-ta, una interpretación adecuada de las ejecuciones de los humanos debe concentrarse en estas influencias cognoscitivas, por ejemplo, en las “representaciones cognoscitivas de las contingencias” en lugar de con-centrarse en las propias contingencias. Se conside-ra que las instrucciones acerca de las contingencias juegan un papel importante en el establecimiento y mantenimiento de tales representaciones. No obstan-te, podemos estar de acuerdo con Baron & Galizio en mantenernos escépticos en cuanto a que la conducta controlada por instrucciones tenga mayor necesidad de explicaciones cognoscitivas que la conducta con-trolada por otros aspectos del medio ambiente.

Un análisis completo de las interacciones que ocu-rren entre las instrucciones y la contingencia requie-re de la comparación de las ejecuciones que ocurren después de girar diferentes tipos de instrucciones. Aquellos procedimientos en los que las instrucciones no corresponden a las contingencias reales son par-ticularmente inter4esantes porque revelan la contri-bución relativa de los dos factores que participaron en las ejecuciones. Con el fin de obtener este tipo de datos, en un experimento antes citado, Kauffman &

cols. (1966) observaron a estudiantes universitarios que respondían bajo un programa de intervalo varia-ble de un minuto por puntos acumulados. Los suje-tos asignados a las cinco condiciones del experimento recibieron diferentes grados de instrucción acerca de la relación respuesta-reforzador. Se les dijo: (a) Sim-plemente que se podían obtener puntos; (b) que, ade-más, se podían obtener los puntos apretando la tecla de respuesta; (c) que, además, el programa de entrega de puntos era de intervalo fijo de un minuto; (d) O que el programa era de intervalo variable de un minu-to; (e) O que el programa era de razón variable 150. Por consiguiente, los sujetos asignados a la condición (d) fueron correctamente informados del programa<, mientras que los asignados a las condiciones (c) y (e) recibieron información incorrecta. Los resultados mostraron que las instrucciones mínimas (condición a) condujeron a la adquisición de la respuesta, pero la forma de responder fue errónea y no mostró buen control del programa. El control también fue pobre cuando se dieron instrucciones sobre la respuesta re-querida (condición b), ya que las tasas de respuesta por lo general excedieron los requisitos del programa. Las instrucciones de intervalo fijo produjeron tasas bajas y patrones festoneados ocasionales, las instruc-ciones de intervalo variable produjeron tasas inter-medias y las instrucciones de razón variable produje-ron tasas altas y uniformes, características del control de este programa. Además, en extinción, los sujetos respondían considerablemente durante tres horas sin reforzamiento, tanto bajo condiciones de instrucción mínima (a), como de razón variable (e).

Otros estudios combinaron distintos programas a fin de entender mejor el papel de las instrucciones (Baron & cols, 1969; Galizio, 1979). En un estudio de Matthews & cols. (1977), estudiantes universi-tarios debían presionar una tecla para obtener refor-zamiento monetario, de tal forma que las respuestas de los miembros de una pareja fueran reforzados de acuerdo con un programa de intervalo variable, es-tos intervalos se producían por el segundo miembro, quien respondía bajo un programa de razón variable. Por consiguiente, el procedimiento igualaba a los dos sujetos con cierta precisión en cuanto al número de reforzadores, así como en cuanto a los intervalos que había entre los reforzadores. En una manipulación adicional, la respuesta de presionar la palanca se es-tableció por medio del moldeamiento para algunos sujetos (el entrenamiento se inició con el reforza-miento de aproximaciones sucesivamente más cer-canas a oprimir la tecla), y para otros, por medio de una demostración. Los resultados indicaron que los sujetos entrenados con el procedimiento de moldea-miento se mostraron sensibles a las contingencias de reforzamiento, ya que al final de la sesión las tasas de los sujetos sometidos a programas de razón fueron sustancialmente mayores que las de los sujetos aco-plados que fueron sometidos al programa de interva-lo. En contraste, el procedimiento de demostración, aunque fue efectivo para establecer las respuestas, no

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fue acompañado de diferencias claras en las tasas de los dos pares estudiados en esta condición.

En un estudio posterior, Shimoff & cols. (1981) com-pararon las ejecuciones que se lograron con instruccio-nes con aquellas que se lograron con moldeamiento: la comparación se hizo tomando como base diferen-tes programas en los que se variaban la duración de una contingencia RDB que se había sobrepuesto a un programa de intervalo al azar con reforzamiento mo-netario. Se estableció el presionar una tecla por mol-deamiento o por una combinación de demostración e instrucciones, en estudiantes universitarios, para que respondieran a una tasa baja (“deben presionar con lentitud: si presionan demasiado rápido no funciona-rá”). Cuando se eliminó la contingencia de RDB a la mitad de la sesión (y por tanto, se hicieron imprecisas las instrucciones), se incrementaron las tasas de 7 de 11 sujetos, cuyas respuestas habían sido moldeadas, en comparación a 3 de 10 sujetos que habían recibido instrucciones. Por lo general, este patrón de resulta-dos fue similar al de un segundo experimento donde las respuestas se reforzaron según un programa de ra-zón al azar, al que se agregó una contingencia RDB. Cuando se redujo el tiempo mínimo entre respuestas respecto a su valor original, las tasas aumentaron en un mayor número de sujetos moldeados que en los que recibieron instrucciones.

Todos estos experimentos, coinciden en señalar que las contingencias programadas logran un control pobre cuando la respuesta se establece por medio de instrucciones respecto a la respuesta (o por su de-mostración). Los diferentes experimentos también identifican procedimientos que pueden aumentar la sensibilidad a las contingencias del programa. Uno de estos consiste en omitir toda instrucción acerca de la respuesta que favorezca el desarrollo de la res-puesta, al utilizar procedimientos de moldeamiento. Otra estrategia consiste en proporcionar instruccio-nes más elaboradas que describan las contingencias del programa y que también especifique la respuesta. Por tanto, se concluye, en general, que la conducta bajo control instruccional es relativamente insensible a las contingencias de reforzamiento (véase también Catania, 1985; Catania & cols., 1982; Hayes & cols., 1986).

En un análisis crítico de estas investigaciones, Ribes & Martínez (1990) señalaron que dichos estudios partían de dos supuestos básicos: (1) que las diferen-cias entre los patrones de respuesta de humanos y no humanos bajo programas de reforzamiento podrían ser atribuidas a la insensibilidad a las consecuencias derivadas de las respuestas verbales de los sujetos en reacción a las instrucciones y las condiciones del pro-grama, y (2) que las instrucciones, en la medida que ellas son formuladas como reglas, sí trabajan como estímulos que “abstraen contingencias” fomentando conducta verbal auto-dirigida que controla el desem-peño bajo programas de reforzamiento. Sin embargo,

surgen varios problemas en relación con tal interpre-tación. Entre ellos destacan en particular dos: (1) la conducta gobernada por reglas, como conducta “ra-cional”, requiere de un verdadero desligamiento de la situacionalidad espacial y temporal en que se da la conducta, es decir, de un desligamiento de eventos y contingencia concretas, y por tanto, requiere de una posibilidad de transferencia de conducta efectiva a diferentes situaciones y contingencias concretas (es decir, es conducta transituacional, según Ribes & Ló-pez, 1985). (2) Un estímulo similar a una regla puede ejercer múltiples propiedades funcionales, que pueden variar desde aquellas equivalentes a los estímulos ver-bales condicionados hasta estímulos verdaderamente simbólicos y situacionalmente desligados.

La conducta “racional” es esencialmente conducta lingüística, que no es lo mismo que conducta verbal. Esto significa que las autodescripciones y reglas sólo deben ser consideradas diferentes de la conducta dis-criminativa simple cuando la conducta bajo su control funcional se muestra desligable de sus propiedades si-tuacionales concretas de estímulos y contingencias. Entonces, la conducta racional consiste en responder a los eventos reales de acuerdo con contingencias que son funcionales pero no presentes en la situación. El “desplazamiento” funcional de contingencias es po-sible solamente a causa del lenguaje, lo que, debido a su naturaleza convencional, puede ser emitido de manera independiente de las circunstancias físicas actuales. Por tanto, el correcto desempeño en una si-tuación experimental mediante instrucciones seme-jantes a reglas no necesariamente significa conducta gobernada por reglas. La conducta gobernada por reglas solamente puede ser probada en una situación diferentes envolviendo nuevos estímulos concretos bajo las mismas contingencias, o los mismos estímu-los concretos bajo nuevas contingencias, que propor-cionen las propiedades extra o transituacionales de los genuinos “estímulos regla”.

Por otro lado, los estímulos no deberían ser funcional-mente clasificados por su forma debido a que, aunque la morfología es importante de acuerdo con las con-venciones lingüísticas sociales, es su contexto y prác-ticas de uso lo que determina la propiedad funcional de los estímulos verbales. Los estímulos son presen-tados en la forma de instrucciones similares a reglas, prohibiciones e indicaciones que no necesariamente envuelven conducta gobernada por reglas por un in-dividuo respondiendo a ellas. Los estímulos verbales parecidos a reglas pueden ejercer propiedades funcio-nales de estímulos condicionales o discriminativos. La conducta gobernada por reglas no es sola una función de los estímulos que son presentados, sino también de la conducta realizada por un individuo de acuerdo a la historia previa a contingencias similares yo diferentes.

Debido a estas consideraciones, Ribes & Martínez (1990) utilizaron procedimientos de discriminación

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condicional para la observación de la conducta go-bernada por reglas. Según ellos, los procedimientos empleados en los experimentos anteriormente descri-tos, no son los más adecuados para el estudio de la relación entre las instrucciones y la conducta, ya que privilegian medidas de tasa de respuesta, cuando en la conducta “racional”, lo fundamental es la precisión de la respuesta. En su estudio, Ribes & Martínez se pro-pusieron evaluar: (1) los efectos de diferentes tipos de instrucciones sobre el desempeño bajo consecuencias demoradas; (2) los efectos de alternar diferentes con-tingencias sin variar las instrucciones, sobre el desem-peño bajo contingencias demoradas, y (3) los efectos de los diferentes programas de consecuencias sobre el desempeño bajo instrucciones no específicas.

En el presente experimento, nos proponemos evaluar el efecto de las instrucciones sobre el desempeño en una tarea de discriminación condicional, mediante un procedimiento alternativo al de Ribes y Martínez. En nuestro caso, no se proporcionará propiamente instrucciones, sino que se evaluará el efecto de las ins-trucciones que los sujetos se administran a sí mismos, para lo cual, los sujetos serán forzados a verbalizar las reglas que utilizan para responder. Las reglas que los sujetos se formulan describen las contingencias que determinan la situación experimental, por con-siguiente, verbalizar la regla utilizada para elegir la respuesta equivale a describir dichas contingencias.

Método

Participantes.

Participaron 24 estudiantes de psicología de una uni-versidad estatal de Lima. Fueron seleccionados al azar y asignados al azar a cada una de las tres con-diciones experimentales que se describirán a conti-nuación. Ninguno de ellos tenía experiencia previa como participante en estudios sobre discriminación condicional.

Instrumentos.

Se empleó una computadora Pentium 4 para la pro-gramación de los estímulos y recolección de datos. Las instrucciones, estímulos y la retroalimentación a las respuestas se mostraron la pantalla del monitor. El participante respondió empleando el teclado. Un pro-grama controló la presentación de instrucciones, estí-mulos y retroalimentación y registró las respuestas.

Procedimientos

La tarea experimental estuvo compuesta por ocho se-ries de 12 patrones de estímulo (figuras geométricas) cada una. Cada presentación de un patrón de figuras constituyó un ensayo, por tanto, el procedimiento abarcó 96 ensayos. En cada ensayo se presentaron seis figuras geométricas: dos en la fila superior, uno en la fila media y tres en la fila inferior. Las dos figu-ras superiores fueron los estímulos funcionales (EF) que señalan la relación que determina cuál era el ECO

“correcto”. El estímulo medio fue el EM y los tres in-feriores fueron los ECO. Todos estos estímulos fueron variados en los siguientes atributos: forma, color, ta-maño y tipo de relleno.

En cada ensayo, sólo uno de los tres ECO satisfacía alguna relación con el EM. Por consiguiente, la tarea a resolver por el sujeto consistía en elegir, de entre los ECOs, aquella figura que el sujeto creía que tenía alguna relación con el EM. Se emplearon en general los estímulos y variaciones en la tarea experimental del procedimiento propuesto originalmente por Ribes (1990). De acuerdo con ello, en las cuatro primeras series la relación de igualación fue de igualdad en dos de las cuatro propiedades y en las cuatro últimas fue de diferencia en dos de las cuatro propiedades. En la Tabla 1 se muestra cuáles eran las qué propiedades de estímulos en que se daba la relación de igualdad o diferencia, según la serie de estímulos. A partir de este procedimiento general, se realizaron las modificacio-nes que se describen más abajo.

Tabla 1

Propiedades de estímulo en que se basa la relación de es-tímulos.

Los participantes fueron informados que se les reali-zaría una evaluación de aptitudes como parte de las evaluaciones académicas realizadas en su institución. La administración de la tarea experimental se reali-zó en un ambiente cerrado y a prueba de ruidos. Los participantes fueron evaluados de manera individual. El procedimiento no exigió un tiempo límite para la respuesta en cada ensayo, ni para la prueba completa, pero en las instrucciones, el sujeto fue instado a tra-bajar rápidamente.

Se comenzaba mostrando en el monitor las siguien-tes instrucciones: “A continuación se presentarán al-gunas figuras geométricas: dos en la parte superior, una en el medio y tres en la parte inferior. Observe cuidadosamente todas las figuras”. La siguiente ima-gen mostraba un arreglo de estímulos y las siguientes instrucciones: “Su tarea consiste en elegir de la fila inferior una figura, que usted cree que tiene alguna re-lación con la figura del medio. Recuerde: elija solo una figura. Elija ahora la figura que usted cree que tiene alguna relación con la figura del medio”. Se esperaba la respuesta del sujeto, pero esa respuesta no recibía ninguna retroalimentación. Después de que el sujeto respondía, en una nueva pantalla se presentaba una nueva instrucción: “A continuación se presentarán

Serie de

estímulos

Propiedades de estímulo

de la relación

I, II Forma y color

III, IV Tamaño y tipo de rellenoV, VI Forma y color

VII, VIII Tamaño y tipo de relleno

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más figuras. Elija de la fila inferior la figura que usted cree que tiene alguna relación con la figura del medio. Recuerde: elija solo una figura. Trabaje rápidamente”. Luego de estas últimas instrucciones se presentaron los ensayos experimentales. Inmediatamente después de las respuestas en el monitor aparecía debajo del arreglo de estímulos, una palabra como retroalimen-tación (“correcto” o “incorrecto”). En caso de error no se permitía un segundo intento, ni se indicaba cuál es la respuesta correcta. El intervalo entre un ensayo y el siguiente era de 10 segundos. Para tener en cuenta un posible efecto de fatiga se presentaba nuevamente la serie I después de terminada la serie VIII.

El experimento examinó tres condiciones. En la con-dición 1, siempre aparecía en los sucesivos ensayos de cada serie el mismo par de EF es decir, en las cuatro primeras series, los EF son idénticos en las cuatro pro-piedades (tal como en Ribes, 1990), en este caso se trataba, en todos los ensayos, de dos círculos rojos. En las cuatro últimas series, los EF eran diferentes en-tre sí sólo en forma y color, como en el procedimiento de Ribes, en este caso, un círculo rojo y un triángulo verde. Por tanto, en la condición 1 los EF sólo indi-caban el tipo de relación, pero no especifican en qué propiedades se cumplía esa relación. Esta fue la con-dición de EF constantes.

En la condición 2 se variaron los EF de un ensayo al siguiente, pero solamente en las dos propiedades en que se basaba la relación de igualación. En las series I y II los EF variaban de un ensayo al siguiente en for-ma y color, pero en todos los ensayos tenían el mismo tamaño y tipo de relleno. En las series III y IV los EF variaban de un ensayo al siguiente en tamaño y tipo de relleno, pero no en forma ni color. En cada ensa-yo de las series I, II, III y IV los dos EF siempre son idénticos entre sí. En las series V y VI, los EF varían nuevamente en forma y color, pero en todos los en-sayos tienen el mismo tamaño y tipo de relleno, y en las series VII y VIII, los EF varían en tamaño y tipo de relleno, pero manteniendo la misma forma y color. En las series V, VI, VII y VIII, los EF son diferentes entre sí. Esta es la condición de EF parcialmente va-riables. En esta condición no sólo se indicaba que la igualdad o la diferencia se daba en dos propiedades, sino que, en cierto modo, también se resaltaba en qué propiedades se daban estas relaciones.

En la condición 3, los EF varían de un ensayo al si-guiente en las cuatro propiedades. En cada ensayo de las cuatro primeras series, los dos EF eran absoluta-mente idénticos entre sí, pero siempre varían de un ensayo al siguiente en las cuatro propiedades. Y en las cuatro últimas series, los EF eran diferentes entre sí en las cuatro propiedades, pero los EF varían de un ensayo al siguiente también en las cuatro propieda-des. Esta era la condición de estímulos totalmente variables, en la cual los EF sólo indicaban una rela-ción de igualdad o diferencia de propiedades, pero sin precisar que la relación se daba en dos propiedades, ni

precisar qué propiedades eran éstas.

La mitad de los participantes en cada condición fue-ron requeridos de verbalizar las reglas que empleaban en sus elecciones. Para ellos, hubo nueve ocasiones en que se les pidió que elijan entre cinco opciones de res-puesta (cuatro de las respuestas describían diferentes reglas, una de las cuales era la correcta, y la cuarta opción decía: “ninguna de las anteriores”). Las ocasio-nes en que se requería a los participantes esta infor-mación fueron después del ensayo de prueba, antes del experimento, así como al finalizar cada una de las ocho series de estímulos. La pregunta y las opciones de respuesta aparecían en el monitor. Después del en-sayo de prueba la pregunta era: “¿Cuál de estas reglas utilizó usted para elegir sus respuestas?”, y después de cada serie de estímulos, la pregunta era “¿cuál de estas reglas utilizó ahora para elegir sus respuestas?”. Las respuestas estaban numeradas del 1 al 5 y los par-ticipantes respondían utilizando el teclado. Las res-puestas eran las siguientes:

1. Elegir la figura que sea igual en forma y color.

2. Elegir la figura que sea igual en tamaño y tipo de relleno.

3. Elegir la figura que sea diferente en forma y color.

4. Elegir la figura que sea diferente en tamaño y tipo de relleno.

5. Ninguna de las anteriores.

No se daba ninguna retroalimentación a los partici-pantes por elegir alguna de estas respuestas. A la otra mitad de los participantes no se les preguntó qué re-gla utilizaban.

Resultados

Los datos de la Tabla 2 claramente indican que hay mayor tendencia al error en las condiciones en que los EF no varían (condición 1) o varían en las cuatro propiedades simultáneamente (condición 3). Cuando los EF varían de un ensayo al siguiente únicamente, en las propiedades de la igualación (condición 2), el aprendizaje y la transferencia de la tarea se ven facili-tados significativamente. En la condición 2 sólo uno de los porcentajes de acierto llega a ser menor del 50 %. En resumen, que los EF varíen solamente en aque-llas propiedades en que se basa la igualación, tiene el efecto de facilitar el aprendizaje de la igualación en esas propiedades. La condición 2 tampoco dificulta seriamente la transferencia a nuevas propiedades, como se ve al comparar el cambio de la serie II a la serie III, donde vemos que incluso el porcentaje de aciertos sigue siendo bastante alto.

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Tabla 2.

Porcentaje promedio de aciertos en cada condición experimental

Series deestímulos

Condición 1 Condición 2 Condición 3 Promedio

I 64,76 92,64 83,36 80,25II 70,34 93,85 68,73 77,64III 36,28 87,46 34,46 52,73IV 47,36 84,76 55,62 62,58V 35,06 44,65 21,82 33,84VI 28,84 78,86 33,04 46,91VII 36,63 73,48 24,62 44,91VIII 34,75 63,97 21,18 39,97

Repeticiónde serie I

78,64 96,78 88,52 87,98

Promedio(no incluyerepetición dela serie I)

44,25 77,46 42,85 54,85

Analizando con más detalle estos resultados, se pue-de ver que en la condición 2, el porcentaje de acier-tos es bastante alto desde el principio y sólo en las condición 3 se aprecia una disminución de aciertos al cambiar de la serie I a la II. Sin embargo, en las condiciones 1 y 3 el porcentaje de aciertos disminuye claramente a partir de la serie III y continúa reducién-dose en las series siguientes (al cambiar la relación de igualación), en tanto que en la condición 2 el nivel de aciertos es bastante alto, y aunque disminuye ligera-mente al cambiar la relación de igualación, el nivel de

aciertos se recupera a partir de la serie VI, mantenién-dose en de manera bastante uniforme a lo largo de todo el procedimiento. En las tres condiciones el por-centaje de aciertos es alto en la repetición de la serie I, aun más alto incluso que en la primera presentación de esa serie, demostrando ello que no hay un efecto de fatiga que explique las disminuciones en el nivel de aciertos que se observa en las condiciones 1 y 3. Estos datos, en general, muestran el poderoso efecto de los EF sobre el desempeño.

Tabla 3

Porcentaje promedio de aciertos en la condición 1 para el grupo con instrucciones y el grupo sin instrucciones

Series deestímulos

Con descripción Sindescripción

Promedio

I 82,11 47,41 64,76II 82,41 58,27 70,34III 50,58 21,98 36,28IV 57,34 37,38 47,36V 54,56 15,56 35,06VI 42,15 15,53 28,84VII 54,46 18,80 36,63VIII 52,69 16,81 34,75

Repetición deserie I

91,23 66,05 78,64

Promediosin repetición

de serie I)

59,54 28,97 44,25

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Los datos muestran también con claridad el efecto de la verbalización de las contingencias sobre la calidad del desempeño. En la Tabla 3 se aprecian tales efec-tos respecto de la condición experimental 1. Podemos apreciar que el efecto de requerir la verbalización de la contingencia tuvo un efecto inmediato, es decir, desde la primera serie de estímulos. En todas las se-ries de estímulos es más alto el porcentaje de aciertos en el grupo de descripción de contingencias. Esencial-mente los mismos resultados pueden apreciarse en

las Tablas 4 y 5 que muestran, respectivamente, los datos correspondientes a las condiciones experimen-tales 2 y 3. En resumen, animar a los sujetos a que expresen de manera explícita las “reglas” que pueden estar utilizando para responder en este procedimien-to, incrementa un desempeño correcto, así como una mejor transferencia del aprendizaje en las sucesivas variaciones de la tarea experimental.

Tabla 4

Porcentaje promedio de aciertos en la condición 2 para el grupo con instrucciones y el grupo sin instrucciones

Series deestímulos

Condescripción

Sindescripción

Promedio

I 97,28 88,00 92,64II 98,23 89,47 93,85III 90,54 84,38 87,46IV 88,67 80,85 84,76V 47,83 41,47 44,65VI 92,35 65,37 78,86VII 89,18 57,78 73,48VIII 82,62 45,32 63,97

Repetición deserie I

99,05 94,51 96,78

Promedio(sin repeticiónde la serie I)

85,84 69,08 77,46

Tabla 5

Porcentaje promedio de aciertos en la condición 3 para el grupo con instrucciones y el grupo sin instrucciones

Series deestímulos

Con descripción Sindescripción

Promedio

I 87,28 79,44 83,36II 77,85 59,61 68,73III 45,67 23,25 34,46IV 69,73 41,51 55,62V 27,89 15,75 21,82VI 46,53 19,55 33,04VII 31,58 17,66 24,62VIII 28,67 13,69 21,18

Repetición deserie I

89,94 87,10 88,52

Promedio(no incluyerepetición dela serie I)

51,90 33,81 42,85

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Discusión

La discusión de los presentes resultados pasa necesa-riamente por una revisión conceptual del problema de la conducta gobernada por reglas. Como ya se ha indicado, Skinner (1969) distinguió entre conducta moldeada por la contingencia y conducta gobernada por reglas. Skinner sugirió que la conducta moldea-da por la contingencia es adquirida mediante una exposición directa a las consecuencias, mientras que la conducta gobernada por reglas es controlada por “reglas derivadas de las contingencias en la forma de descripciones que especifican ocasiones, respuestas y consecuencias” (Skinner, 1969: 160). Sin embargo, Hayes & Hayes (1989) argumentaron que la concep-ción de las instrucciones como contingencias que es-pecifican estímulos tiene una debilidad importante. Específicamente, estos autores señalaron que Skinner no proporcionó una definición analítico funcional del término “especificar”. Como resultado de ello, una amplia variedad de estímulos han sido utilizados en la investigación del control instruccional. Por ejem-plo, si un estímulo que especifica una contingencia es simplemente considerado un estímulo discriminati-vo, el término “especificar” se convierte en redundan-te, como también lo sería el concepto de instrucción (O´Hora & cols., 2001).

Ribes (2003) señaló que la distinción entre conducta moldeada por la contingencia y conducta gobernada por reglas resultó de la dificultad observacional para identificar la consecuencia (o reforzador), que dirige la adquisición de una nueva respuesta. La ausencia observacional de un proceso de moldeamiento cla-ramente definido impulsó un concepto basado en la identificación de un evento antecedente, la mayoría de las veces una instrucción o un modelo que realiza la conducta a ser adquirida. Debido a que un estímulo antecedentes deviene en funcional como estímulo dis-criminativo solamente si ha sido correlacionado con el reforzamiento, Skinner asume que las reglas, como estímulos discriminativos, reflejan la historia de re-forzamiento de clases específicas de respuesta. Ribes considera que los conceptos de conducta moldeada por la contingencia y conducta gobernada por reglas solamente refleja las limitaciones del observador en relación con los “orígenes” de la conducta bajo análi-sis y no es precisamente una distinción funcional.

Según Ribes (2000) la distinción entre conducta mol-deada por la contingencia y conducta gobernada por reglas perseguía dos propósitos: 1. explicar la emer-gencia de nuevas conductas que no habían seguido directamente por consecuencias, y 2. incluir la con-ducta del escucha y del observador como casos pro-minentes de una clase especial de estímulos verbales a través de los cuales las contingencias son abstraidas y especificadas. Las reglas como estímulos discrimina-tivos fueron propuestos para cumplir estas dos fun-ciones por medio de remplazar las consecuencias por las instrucciones, bajo el supuesto de que las instruc-ciones fueran “normalmente” seguidas en cualquier

momento en que ellas fueran presentadas. Asimismo, las reglas fueron pensadas para constituir, tanto en contenido como en forma, una clase especial de es-tímulos verbales. Estos estímulos fueron asumidos para constituir abstracciones y especificaciones de las contingencias que afectan la conducta.

Sin embargo, como observan Ribes (2000) y O´Hora & cols. (2001), si las reglas son estímulos discriminati-vos, deben ser parte de un conjunto de contingencias que involucran el reforzamiento de una respuesta, la ocurrencia de esta respuesta y los estímulos discri-minativos que están correlacionados con el reforza-dor. Algunos análisis de la conducta gobernada por reglas (ejemplos: Catania & cols., 1989; Zettle, 1990) no logran establecer claramente la diferencia entre conducta moldeada por la contingencia y conducta gobernada por reglas, al admitir que esta última sería un caso particular de la primera.

Un punto que debe ser claramente señalado es que la respuesta bajo el control de los estímulos discrimina-tivos verbalmente construidos (reglas) puede ser o no diferente de la respuesta que es finalmente reforzada. Es decir (Ribes, 2000), la conducta de seguir una ins-trucción puede ser o no la misma que la respuesta efectiva señalada por la instrucción. Si la conducta de seguir la regla es un caso de auto-instrucción, y la conducta de solucionar el problema difiere de la con-ducta de seguir la regla, ambas deberían de ser distin-guidas en vez de subsumirlas en una única categoría de conducta gobernada por reglas.

El análisis de Ribes (2000) muestra que hay una dife-rencia fundamental entre la conducta de seguir una regla y la conducta de formular una regla. La con-ducta de seguimiento de una regla se define con base en características esenciales. Primero, que las propie-dades físicas de los estímulos varíen de momento a momento en la situación contingencial bajo conside-ración. “Mi principal insistencia es que la conducta gobernada por reglas es conducta que ocurre bajo situaciones contingenciales que son más afines a la igualación a la muestra que a una situación estándar de reforzamiento diferencial”, anota Ribes (2000: 45-46). Y en segundo lugar, dicha conducta debería ser el resultado de un control de estímulos “abstracto” que emerge de la interacción con contingencias del tipo de la igualación a la muestra. La abstracción, por supuesto, es el resultado de interactuar de ma-nera efectiva con estímulos que comparten ciertas propiedades. Por otro lado, las descripciones verbales de contingencias funcionales pueden surgir como un resultado adicional de este proceso de abstracción. En este sentido, las descripciones verbales pueden tomar la forma de reglas que identifican el procedimiento que es seguido para producir los resultados requeri-dos. En este último caso se tiene propiamente la con-ducta de describir reglas. Es por supuesto claro que se puede producir conducta efectiva (seguimiento de reglas), sin que necesariamente exista la conducta de describir reglas. Y aun cuando el aprendizaje puede

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ser facilitado a través de las instrucciones que descri-ben desempeños y contingencias efectivas, tal como lo muestran los resultados del presente experimento, “el desempeño efectivo por parte de un escucha no necesariamente duplica las condiciones originales que dieron origen en primer lugar a las instrucciones... la conducta de seguir la regla no es un espejo de las des-cripciones que emergieron del desempeño cuando la regla fue construida” (Ribes, 2000: 46).

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CAPACIDAD EMPRENDEDORA Y COEFICIENTE EMPRESARIAL ENESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD

NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

ENTREPRENEURIAL AND COEFFICIENT IN BUSINESS ADMINISTRATION AND STUDENTS OF PSYCHOLOGY

UNIVERSITY NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

Carlos Portocarrero, Elizabeth Mayorga y Martha GarcíaFacultad de Psicología - Universidad Nacional Federico Villarreal

Resumen

Se analiza la capacidad emprendedora y el coeficien-te empresarial en estudiantes de administración y de psicología de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Se aplicaron dos escalas tipo Likert a 177 estudiantes hombres y mujeres seleccionados a partir del criterio no probabilístico - intencional. Los resul-tados permiten establecer que la formación recibida por los estudiantes de administración contribuiría a su interés, particularmente en el grupo femenino, por la generación de sus propias fuentes laborales. Por el contrario, en los estudiantes de psicología contribui-ría mayormente al desarrollo de su espíritu empren-dedor.

Palabras Clave: Capacidad emprendedora, coeficiente empresarial

Abstract

Entrepreneur capacity and business coeficient in ma-nagement and psychology students of the national Federico Villarreal univesity

The study purpose was to analysis the entrepeneur capacity and the business coeficient in management and psychology students of the national Federico Vi-llarreal Univesity. Two Likert type scales were apli-cated to 177 males and females students that were choosen by the non probabilistic – intentional crite-rion. The obtained data indicate that the knowledge gained by management students during their acade-mic preparation contributes to improve –specially in females- their own jobs. On the other side, the im-provement of their entrepreneurship, was the princi-pal contributing factor in psychology students

Key Words: Entrepreneur capacity, business coefi-cient

En los últimos años diversas instituciones y principal-mente las universidades han puesto especial énfasis en resaltar que la formación ofrecida se orienta no sólo a la adquisición de información relevante para el éxito profesional en las diversas disciplinas, sino que uno de sus principales valores agregados y ventajas sobre la competencia es que forman profesionales que puedan competir con éxito en el contexto empresarial.

En la práctica, en una significativa cantidad de disci-plinas, y particularmente en las instituciones estata-les, es poco frecuente apreciar que este fin se cumpla.

Así, exceptuando profesiones como la administración o la ingeniería, es poco usual encontrar dentro de la estructura formativa de otras especialidades, como la psicología por ejemplo, que se ponga énfasis en que la capacitación ofrecida este orientada a que los futuros profesionales puedan generar sus propias fuentes de trabajo y, menos aún, que se fomente en ellos habili-dades emprendedoras.

Debido a ello, es frecuente apreciar como muchos de los profesionales que egresan de las universidades se encuentran con una difícil realidad laboral. Especial-

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mente la carencia de empleo en nuestro medio hace que finalmente muchos jóvenes tengan que optar por ocupaciones bastante diferentes de la profesión que un principio escogieron; inclusive, en muchos casos, terminan realizando labores para las cuales no es imprescindible realizar estudios superiores. Esto, asimismo, estaría claramente vinculado a la sumisa aceptación que muchos jóvenes profesionales evi-dencian hacia el trabajo dependiente, teniendo que acomodarse a una no muy dignificante condición de subempleados.

Si bien el problema laboral no sólo obedece a cuestio-nes netamente formativas, sino que también tendría una íntima relación con factores de distinta índole como los sociales, políticos, económicos, etc., la for-mación profesional, como lo señala Casanova (2003), es un tema de relevancia laboral en sí misma desde que es una herramienta mediante la cual se transfie-ren los conocimientos y habilidades necesarias para el trabajo.

Al respecto, Montilla (1977) refiere que desde el contexto universitario hay que enseñarle al futuro profesional que con el conocimiento adquirido en la universidad no necesita ejercer para tener un empleo porque él puede proporcionarse ese empleo. Señala, asimismo, que la universidad no debe formar estu-diantes con mentalidad de empleados sino con men-talidad de empresarios.

La propia Asamblea Nacional de Rectores (2001) des-taca que si bien cada universidad es distinta y busca su propia imagen debe considerar que su producto o futuro egresado logre, entre otras características, desarrollar la capacidad creativa-emprendedora para resolver problemas y competitividad para generar ac-tividades productivas que contribuyan al desarrollo.

Las universidades, consecuentemente, deben ser con-sideradas como instrumentos estratégicos de la na-ción peruana para promover el desarrollo integral del futuro profesional mediante el fomento e incubación de la grande, mediana y pequeña empresa producto-ras de bienes o de servicios. Evitando de este modo que egresen de las universidades jóvenes que saben todo y pueden hacer muy poco en beneficio de sí mis-mos y de la nación.

El incipiente interés por estos tópicos ha conllevado a que se realicen algunos estudios en nuestro país. Al respecto, encontramos una investigación dirigida por Villarán en el 2001 (González, 2008) quien determina que son siete las competencias necesarias para crear y gestionar exitosamente pequeñas y micro empresas. Éstas las denomina a) Capacidad de comunicación fluida y empática, b) Iniciativa y capacidad para to-mar decisiones en situaciones normales o de riesgo, c) Resolver problemas, buscar permanentemente so-luciones creativas, tener vocación por la innovación, el cambio y la mejora continua en todos los ámbi-tos de su empresa, d) Actuar en función de valores,

comprometiendo las voluntades de los colaboradores, clientes y proveedores, generando una cultura em-presarial propia, e) Obtener, interpretar y establecer prioridades en la información, demostrando dominio y actualización de conocimientos necesarios para el desarrollo de la empresa, f) Desarrollar métodos de trabajo sistemáticos, organizar las funciones y áreas de su empresa y controlar todos los procesos de su ac-tividad empresarial y g) Orientar los esfuerzos hacia la generación de riqueza, tener vocación por el ahorro y la inversión, y actuar guiado por una racionalidad económica, planteándose constantemente metas de crecimiento.

Jiménez (2004) al evaluar las características empren-dedoras en un grupo de estudiantes de un instituto superior tecnológico privado de Lima Metropolitana en función a indicadores sociodemográficos, educati-vos y económicos mediante el Cuestionario de Ca-racterísticas Empresariales Personales concluye que de acuerdo a los indicadores sociodemográficos, en función al indicador género, existen diferencias en la sub-escala auto confianza. Para el indicador edad, se halló diferencias en las sub-escalas: búsqueda de oportunidades, búsqueda de información, compromi-so, persuasión, optimización de la red de contacto y monitoreo. De acuerdo a indicadores educativos, se halló, para el indicador especialidad y/o carrera dife-rencias en las sub-escala confianza. Para el indicador nivel de estudio, se halló diferencias en la sub-escala utilización de recursos financieros. De acuerdo a indi-cadores económicos, se halló, para el nivel socioeco-nómico, diferencias en las sub-escalas persistencia y eficiencia. Para el indicador ocupación, diferencia en las sub-escalas búsqueda de informaciones, estableci-miento de metas, planificación sistémica, persistencia de resolución de problemas, persuasión, monitoreo y utilización de recursos financieros.

Linares, Dino y cols. (2002) al sistematizar las ex-periencias del Programa “Haz realidad tu negocio 1996-2000” señalan que los concursantes que suelen guiar sus proyectos por la formación universitaria se inician en los negocios más tarde que los de menor instrucción y ven esta actividad como un ingreso complementario; incluso prevalece en ellos la idea de hallar un empleo y trabajar de manera dependiente. Por otro lado, los universitarios en gran medida ma-nifiestan resistencias a enfocar de una manera más práctica y menos teórica el ingreso al mercado. Suelen concentrarse en las bondades intrínsecas del produc-to, con mucha mayor razón si éste se aproxima a la invención, y descuidan o menosprecian cuestiones elementales y prácticas de mercado. Finalmente, re-fieren que los jóvenes universitarios aún arrastran el pesado lastre de una formación, que si bien paulatina-mente viene cambiando, aún esta desvinculada de la realidad y es opuesta a los mecanismos del mercado.

Vicuña (1998), en una investigación realizada con es-tudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San

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64 Universidad Nacional Federico Villarreal

Marcos, encontró que ni la facultad académico pro-fesional ni el género influyen sobre las disposiciones para la conformación de empresas y asumir el rol ge-rencial. También encontró que el 49% de los evalua-dos están a favor de la conformación de empresas de servicios, el 22% de las empresas de comercialización y el 19% de las de producción. Un 10% manifestó no tener habilidades ni medios para conformar empresas o asumir un rol gerencial.

Espinoza (2004) en una investigación relacionada a las aptitudes y actitudes empresariales de los estu-diantes de administración en las universidades públi-cas de Lima - Callao concluye que en ese entonces, como hace décadas atrás, se dan las mismas estrate-gias orientadas a formar profesionales en adminis-tración para ocupar cargos gerenciales en las grandes empresas lo que genera que los egresados continúen conformando un gran contingente de administrado-res sin empleo.

Portocarrero (2007) al relacionar la formación de los estudiantes de administración de universidades pú-blicas de Lima Metropolitana y los hábitos empren-dedores de negocios estableció que éstas variables se asocian de manera débil e insignificativa. Determinó, asimismo, que los currículos de las facultades de ad-ministración de las universidades públicas estudiadas tienen carencias que dificultan el desarrollo de ha-bilidades emprendedoras de negocios en sus futuros egresados y que no se ajustan a las actuales exigen-cias formativas que demanda el mercado nacional y el mercado globalizado.

Finalmente, Bonifaz (2004) al analizar el espíritu empresarial en estudiantes de post grado de una uni-versidad pública en nuestro medio encontró que los estudiantes de administración denotan mayor espíri-tu empresarial que los estudiantes de administración de servicios de salud. Vincula este hallazgo al hecho que los estudiantes de post-grado en administración de servicios de salud -en contraste con aquellos de ad-ministración- provienen, en su mayoría, de carreras de índole más humanista (Medicina, rehabilitación física, la enfermería, la asistencia social, la tecnolo-gía médica y psicología) que son profesiones con una clara orientación al servicio social cuya formación no va del todo acorde con los nuevos requerimientos em-presariales a diferencia de los alumnos de post-grado en administración que en su mayoría provienen de esta especialidad y que por lo general han llevado cur-sos que favorecen, en cierta medida, la adquisición de los conocimientos necesarios para formar profesiona-les más emprendedores.

Desde esta óptica surge el interés de analizar varia-bles como el coeficiente empresarial y la capacidad emprendedora en estudiantes de administración y de psicología. El análisis de la información obtenida podría significar un relevante aporte y contribución al mejor entendimiento de la presente temática y, asimismo, ser un aporte para que las instituciones y

organismos estatales pertinentes tomen las medidas correctivas pertinentes.

Método

Participantes. La población que participo en el estu-dio estuvo integrada por estudiantes de los últimos ciclos del pre-grado de las facultades de Psicología y de Administración de la Universidad Nacional Fede-rico Villarreal.

La muestra fue de 177 estudiantes hombres y mujeres de psicología (99) y de administración (78), con eda-des comprendidas entre los 20 y 30 años y se eligió a partir del muestreo no probabilístico – intencional (Sánchez y Reyes, 2007).

Instrumentos. Se utilizó una Ficha de Datos que permitió obtener información básica acerca de las características de la muestra. Entre otros aspectos se indago acerca de la edad, sexo, facultad de estudio, preferencia por el tipo de empleo (dependiente - in-dependiente), etc.

El Coeficiente Empresarial fue medido a través del Test de Coeficiente Empresarial (Anexo A). Este fue propuesto por la Northwestern Mutual Life Insuran-ce, Co (Entrepreneur, 1996) y tiene como finalidad evaluar aquellas áreas en las que evaluado destaca y las que necesita mejorar para hacer que un negocio prospere. La evaluación, sin embargo, no implica ne-cesariamente el éxito empresarial futuro.

La Escala de Coeficiente Empresarial está conforma-da por 22 preguntas debiendo el evaluado seleccionar una respuesta dentro de las categorías SI o NO. La calificación de los ítems implica asignar 2 puntos cuando la respuesta elegida es SI y 1 punto cuando la respuesta es NO. En el caso de los ítems negativos (1, 4 y 6) la puntuación debe invertirse SI = 1 y NO = 2. Posteriormente, se deberán sumar los puntos obtenidos por el evaluado y establecer el Coeficiente Empresarial.

El proceso de validación de los ítems de la Escala de Coeficiente Empresarial, a través del análisis de co-rrelación ítems-test (Alarcón, 1991), conllevo a des-cartar 7 ítems porque no discriminaban en el grupo de estudio la variable indicada. Estos ítems fueron ¿Algunos de sus padres y/o abuelos inicio un negocio propio?, ¿Le gustaba participar en actividades grupa-les (como clubes o equipos deportivos) en la escuela?, Durante su adolescencia ¿prefería estar sólo?, ¿Es-taría dispuesto a trabajar tanto como sea necesario, habiendo dormido poco o nada, con tal de terminar un proyecto?, ¿estaría dispuesto a comprometer sus ahorros para iniciar un negocio propio”?, ¿Cree que ser emprendedor es riesgoso? Y, finalmente, ¿se abu-rre fácilmente?.

La confiabilidad de la Escala de Coeficiente Empre-sarial, obtenida a través del Coeficiente Alpha de Cronbach, fue de 0.65. Este índice es considerado cua-

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65Revista Investigaciones Psicológicas

litativamente como Moderadamente Fuerte e indica una adecuada precisión de la escala para discriminar la variable propuesta.

La Capacidad Emprendedora fue evaluada a través de la Escala de Hábitos Emprendedores (Anexo B) de Flores (2001). Esta es una escala tipo Likert confor-mada por 20 ítems los que se agrupan en cinco sub-escalas (conocimiento de sí mismo y autoconfianza, visión de futuro, motivación de logro, planificación y, persuasión). Cada ítem tiene dos posibilidades de respuesta siendo estas SI o NO. El proceso de califica-ción implica asignar 2 puntos a las respuestas que se ubiquen en la categoría SI y 1 punto a las respuestas de la categoría NO.

La validez de la Escala de Hábitos Emprendedores, a partir del Análisis de Constucto (Alarcón, 1991) per-mitió aceptar los 20 ítems de la Escala. Por otro lado, se determino la confiabilidad de la escala través del Coeficiente Alpha de Cronbach. La correlación obte-nida fue de 0.69, índice que cualitativamente es con-siderado como Moderadamente Fuerte e indica una aceptable consistencia interna.

En las escalas referidas los puntajes altos que logra el respondiente se asocian a destacar en la variable eva-luada y, por el contrario, el puntaje bajo implica tener un déficit en ellas.

Procedimiento. Seleccionada la muestra, se procedió a la administración de la ficha de datos personales y de las dos escalas. La aplicación fue anónima y colectiva; previa motivación de los participantes en el estudio. Después del proceso de asignación de puntuación a las respectivas respuestas se realizó el análisis de da-tos mediante el Software del SPSS (Pérez, 2001).

Se aplicó la Prueba “t” de Student para grupos inde-pendientes (Levín, 1979) para comparar las diferen-cias de medias entre los grupos en estudio. El Coefi-ciente de Correlación Producto Momento de Pearson para establecer el análisis de asociación entre varia-bles y la validez de las escalas. El Coeficiente Alpha de Cronbach (Nunnally, 1987) se utilizo para deter-minar la Confiabilidad de las escalas. Adicionalmente se uso estadística descriptiva (Promedios y desviación estándar) (Weimberg & Goldberg, 1986).

Resultados

Tabla 1

Comparación de diferencias de promedios de la variable coeficiente empresarial.

Muestra Psicología Administración ZX D. S. X D. S.

Hombres 24.43 2.28 24.50 2.71 0.12Mujeres 24.46 2.33 25.56 2.22 2.31 *Grupo Total 24.45 2.30 24.99 2.54 1.46

En general, a nivel de promedio, se aprecia que los puntajes más altos lo logran los estudiantes de la Fa-cultad de Administración. La presencia de diferencias estadísticamente significativas (p<0.05), sin embar-go, sólo se dan cuando se comparan los puntajes pro-medio entre las mujeres de ambas facultades deno-tando mayor coeficiente empresarial las mujeres de la Facultad de Administración.

Tabla 2.

Comparación de diferencias de promedios de la variable capacidad emprendedora.

Los puntajes promedio de los estudiantes de psicolo-gía tienden a ser ligeramente más altos que los de ad-ministración y las desviaciones estándar nos indican mayor homogeneidad de las respuestas en el primer grupo evaluado con relación al segundo. En este caso la presencia de diferencias estadísticamente significa-tivas (p<0.05) surgen cuando se compara la muestra de los estudiantes de psicología con relación a la de administración y, en las mujeres, cuando se compara según el sexo.

Tabla 3

Determinación de la correlación de las variables coeficiente empresarial y capacidad emprendedora.

Se aprecia que la correlación entre las dos variables tiende a ser menor cuando se establece en toda la muestra que participo en el estudio. Por otro lado, la asociación entre variables tiende a aumentar ligera-mente cuando se analiza según la facultad de estudio. Las correlaciones cualitativamente son moderada-mente débil (Nunnally, 1987).

Discusión

El mayor interés en el grupo femenino de adminis-tración por la generación de sus propios negocios o empresas con relación al de psicología -diferencias que no se dan en el grupo masculino- parecería fun-damentarse en el hecho que las mujeres que estudian administración estarían más centradas a la generación

Muestra Psicología Administración ZX D. S. X D. S.

Hombres 39.78 2.51 39,21 2.51 1.01Mujeres 40.07 2.19 38.42 5.93 2.32 *Grupo Total 39.96 2.31 39.23 2.45 2.01*

Muestra r________________________

Psicología 0.31

Administración 0.31

Grupo Total 0.28________________________

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66 Universidad Nacional Federico Villarreal

de sus propias fuentes de trabajo debido a las caracte-rísticas personales que las llevan a elegir dicha profe-sión, la formación recibida durante sus estudios que esta muy vinculada al entorno empresarial y como lo señala Vicuña (1998) a la autopercepción de mayor capacidad de las jóvenes mujeres por un quehacer la-boralmente en actividades productivo-ocupacionales en las que puedan actuar con mayor independencia.

El deseo de desempeño laboral de los futuros profe-sionales evaluados en actividades con mayor inde-pendencia -lo que no necesariamente implica que sea así- parecería ser una constante en los jóvenes de evaluados puesto que el 95% de ellos manifestó que desearía ser un trabajador independiente en el futuro. A esto habría que sumar el hecho de que en nuestro país laboralmente en los últimos tiempos se han dado una serie de cambios que han condiciona-do una menor oportunidad laboral tanto en el siste-ma público como privado (especialmente se aprecia en la modalidad de prestación de servicios que viene variando del trabajo dependiente a la de servicios no profesionales). Por otro lado, se viene promoviendo la generación de los pequeños y medianos negocios y la innovación de los servicios. A estos sucesos ha-bría que agregar que las mujeres en nuestro contexto aún están sujetas a menores oportunidades laborales. Condiciones que podrían estar contribuyendo a que las mujeres estudiantes de administración vean en la generación de su fuente de trabajo una importante alternativa laboral.

Por otro lado, cabe destacar que en los estudiantes de psicología y, particularmente en el grupo femenino existiría un mayor espíritu emprendedor que los de administración, lo cual implica una mayor disposi-ción de éstos hacia el logro de determinados objetivos. Parecería ser que la propia formación en psicología promueve un mayor desarrollo de la capacidad para discriminar y percibir oportunidades relacionadas al quehacer futuro profesional. La psicología se torna-ría, en este sentido, en una disciplina que brinda una visión más amplia de oportunidades al ser una carrera mucho más flexible que la administración. Cabe, sin embargo, señalar que el disponer de un mayor espíri-tu emprendedor no implica necesariamente llegar a ser empresario o generar la propia fuente de trabajo.

Lo antes descrito puede apreciarse con mayor clari-dad cuando se ingresa al análisis de correlación que existiría entre las dos variables centrales de estudio. Como se apreció en la Tabla 3, existe una débil aso-ciación de las dos variables cuando se analiza a nivel de todos los participantes del estudio así como por especialidades.

Finalmente, es importante tener que consideración que se descartaron algunos ítems de la Escala Coefi-ciente Empresarial directamente vinculados a la im-plementación o generación de nuevos negocios. Items tales como el número 12 “Estaría dispuesto a trabajar tanto como sea necesario, habiendo dormido poco o

nada, con tal de terminar un proyecto”, 14 “Estaría dispuesto a comprometer sus ahorros para iniciar un negocio propio” y 18 “Cree que ser emprendedor es riesgoso”. Precisamente son estos algunos ítems que usualmente prevalecen en quienes han creado sus propias empresas como quedaría demostrado en la sistematización de experiencias, que a partir de diver-sos concursos orientados a generar e implementar ne-gocios, formulara Linares, (2001). Linares entre otros aspectos destaca que los jóvenes empresarios usual-mente suelen tener un nivel promedio de instrucción y sobresalen por su capacidad de ahorro y el no temor a asumir riesgos. Por otro lado, la limitada capacidad de discriminación que tienen los mencionados ítems en esta muestra, llevan a corroborar como lo refiere Portocarrero (2007) que la universidad no viene con-tribuyendo en el desarrollo de competencias empren-dedoras empresariales.

Los resultados permiten establecer que la formación recibida por los estudiantes de administración con-tribuiría a su interés particularmente en el grupo fe-menino por la generación de sus propias fuentes la-borales. En los estudiantes de psicología contribuiría mayormente el desarrollo de su espíritu emprende-dor. Corrobora, además, que las variables coeficiente empresarial y capacidad emprendedora no necesaria-mente guardan un estrecho vínculo entre sí.

Referencias

l Alarcón, R. (1991). Métodos y diseños de investi-gación del comportamiento. Lima: UPCH.

l ANR (2001). Apoyo a la relación universidad – ac-tividad empresarial. Documento de Internet re-visado el 23 de Mayo del 2008 en: www.mba-sil.edu.pe/mbapage/cdi/Bole79.htm - 26k.

l Bonifaz, R. (2004). Espíritu empresarial en ejecu-tivos alumnos de post-grado: un aporte teórico y psicométrico. Tesis de Maestría Facultad de Psico-logía. Universidad Femenina del Sagrado Corazón – UNIFE.

l Casanova, F. (2003). Formación profesional y rela-ciones laborales. Documento de Internet consul-tado el 12 de febrero en: www.cinterfor.org. uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/temas/dia-logo/doc/index.htm.

l Espinoza, N. (2004). Las aptitudes y actitudes em-presariales de los estudiantes de administración en las universidades públicas de Lima – Callao. Gestión en el Tercer Milenio.13, (7), 11-18. ISSN versión electrónica 1728-2969 Facultad de Cien-cias Administrativas UNMSM.

l Flores, P. (2001). Soy capaz de crear mi empresa. Instituto de Libre Empresa. Documento de Inter-net consultado el 12 de febrero en: www.ileperu.org.

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67Revista Investigaciones Psicológicas

l González, D. (2008). Cambio y desarrollo: hacia una cultura de emprendedores Documento de In-ternet, revisado el 12 de Febrero del 2008 en: http://palestra.pucp.edu.pe/index.php?id=36&num=3

l Jiménez, R. (2004). Características emprendedo-ras en un grupo de estudiantes de un instituto su-perior tecnológico privado de Lima Metropolitana en función a indicadores sociodemográficos, edu-cativos y económicos. Tesis Facultad de Psicología. Universidad San Martín de Porres.

l Levín, J. (1979). Fundamentos de Estadística en la Investigación social. México D.F.: Harla, 2da. ed.

l Linares, D. (2001). Haz realidad tu negocio: Cómo crear empresas y generar empleo con jóvenes em-prendedores. Lima: Colectivo Integral de Desarro-llo.

l Montilla, E. (1977). La universidad no forma pro-fesionales con mentalidad empresarial. El Panamá América, Lunes 29 de Septiembre.

l Northwestern Mutual Life Insurance, Co (1999). Test de Coeficiente Empresarial. Entrepreneur. 7, (4), 63-66.

l Nunnally, J. (1987). Teoría psicométrica. México: Mc Graw Hill.

l Pérez, C. (2001). Técnicas Estadísticas con SPSS. Madrid: Prentice Hall.

l Portocarrero, C. (2007). Formación universitaria pública y hábitos emprendedores de negocios en estudiantes de administración. Tesis de Doctor. Escuela de Post Grado. Universidad Inca Garcilaso de la Vega.

l Sánchez, C. y Reyes, C. (2007). Metodología y di-seños de la investigación científica. Lima: INIDE.

l Vicuña, L. (1998). Disposición psicológica y ex-pectativas del estudiante universitario para la for-mación de empresas y el rol gerencial. IPSI Revista de Investigación en Psicología. 1, (1), 119-132.

l Weimberg, S. y Goldberg, K. (1982). Estadística básica para las ciencias sociales. Interamericana: México D.F.

Page 68: REVISTA DE INVESTIGACIONES PSICOLOGICAS

68 Universidad Nacional Federico Villarreal

ANEXO A

ESCALA DE COEFICIENTE EMPRESARIAL

INSTRUCCIONES: a continuación encontrará una serie de preguntas lea con atención y proceda a marcar con una equis (X) la respuesta de su elección. No hay preguntas buenas ni malas.

1. ¿Alguno de sus padres y/o abuelos inicio un negocio propio? ......... SI NO

2. ¿Fue un estudiante brillante en la escuela? ....................................... SI NO

3. ¿Le gustaba participar en actividades grupales (como clubes o

equipos deportivos) en la escuela? ..................................................... SI NO

4. Durante su adolescencia ¿prefería estar sólo? ................................... SI NO

5. ¿Postulo alguna vez para ocupar algún puesto en la escuela, o

inicio algún negocio chico? ................................................................ SI NO

6. ¿Fue un niño obstinado? ................................................................... SI NO

7. Durante su juventud ¿fue precavido? ............................................... SI NO

8. ¿Fue atrevido o aventurero? .............................................................. SI NO

9. ¿Le importa mucho la opinión de los demás? .................................. SI NO

10. ¿La idea de cambiar su rutina diaria seria una motivación

importante para comenzar un negocio propio? ................................ SI NO

11. Puede que disfrute su trabajo pero, ¿estaría dispuesto a trabajar

toda la noche? ..................................................................................... SI NO

12. ¿Estaría dispuesto a trabajar tanto como sea necesario, habiendo

dormido poco o nada, con tal de terminar un proyecto? ................. SI NO

13. Cuando concluye satisfactoriamente un proyecto, ¿inicia

otro inmediatamente? ........................................................................ SI NO

14. ¿Estaría dispuesto a comprometer sus ahorros para iniciar

un negocio propio? ............................................................................. SI NO

15. ¿También estaría dispuesto a pedir prestado? .................................. SI NO

16. Si un negocio que inicia, fracasa, ¿empezaría a trabajar en otro

de inmediato? ...................................................................................... SI NO

17. ¿O Empezaría a buscar un trabajo con un sueldo regular ................ SI NO

18. ¿Cree que ser un emprendedor es riesgoso? ...................................... SI NO

19. ¿Suele escribir sus metas de corto y largo plazos? ............................ SI NO

20. ¿Considera que tiene la capacidad de manejar flujo efectivo de

manera persona? ................................................................................. SI NO

21. ¿Se aburre fácilmente? ....................................................................... SI NO

22. ¿Es usted optimista? ........................................................................... SI NO

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69Revista Investigaciones Psicológicas

ANEXO B

II. ESCALA DE EVALUACIÓN DE HÁBITOS EMPRENDEDORES

INSTRUCCIONES: Lea cada una de las siguientes afirmaciones, seleccione y marque con una equis (X) una res-puesta utilizando para ello la siguiente clave de respuestas

01. Identifica sus talentos y los utiliza para alcanzar sus propósitos .......................SI NO

02. Actúa por iniciativa propia usando sus recursos ..................................................SI NO

03. Identifica, calcula y controla los riesgos al emprenderlas acciones .....................SI NO

04. Atribuye a sí mismo las causas y consecuencias de sus acciones ........................SI NO

05. Propone nueva alternativas para alcanzar sus propósitos ...................................SI NO

06. Visualiza anticipadamente el resultado de sus acciones ......................................SI NO

07. Da soluciones fluidas y/o flexible frente a los problemas ....................................SI NO

08. Busca oportunidades para resolver sus demandas o exigencias ..........................SI NO

09. Busca perfeccionarse o superar como persona ....................................................SI NO

10. Mantiene vitalidad para desarrollar las actividades ............................................SI NO

11. Cumple con los compromisos adquiridos ............................................................SI NO

12. Aplica controles de calidad (hace bien las cosas) .................................................SI NO

13. Define metas o propósitos concretos en su desempeño .....................................SI NO

14. Investiga, explora, curiosea, pregunta ..................................................................SI NO

15. Administra racionalmente los recursos ...............................................................SI NO

16. Evalúa y corrige las acciones ................................................................................SI NO

17. Comprende y satisface las necesidades del interlocutor .....................................SI NO

18. Trabaja cooperativamente en equipo ...................................................................SI NO

19. Influye en los demás ..............................................................................................SI NO

20. Construye redes de apoyo .....................................................................................SI NO

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70 Universidad Nacional Federico Villarreal

PREVALENCIA, FACTORES DE RIESGO Y ADICCIONES EN UNIVERSITARIOS

PREVALENCE, RISK FACTORS AND ADDICTION IN UNIVERSITY

Julio Figueroa, Walter Capa y Miguel VallejosInstituto de Investigaciones Psicológicas, UNFV

Resumen

Se analiza la prevalencia del consumo de drogas, así como la relación entre los factores psicosociales y las conductas adictivas en los estudiantes universitarios de pregrado con el objetivo de disponer de una base de conocimientos para construir programas preventi-vos promociónales a favor de quienes se encuentren en riesgo de padecer algún tipo de comportamiento adictivo. Para una población de 9,927 alumnos de la Universidad Nacional Federico Villarreal, se estimó una muestra aleatoria estratificada de 370 sujetos de ambos sexos con edades aproximadas entre 17 y 30 años. El diseño de la investigación es descriptivo correlacional. Se aplicaron los instrumentos de modo colectivo en una sola sesión. Se encontró que 4 de cada 5 estudiantes consumió alguna vez en su vida alcohol o tabaco, y 1 de cada 5 consumió marihuana y energizantes. Siendo la curiosidad el motivo principal de consumo en la primera vez. Mas del 50% presenta algún grado de riesgo o probabilidad de adicción al tabaco y alcohol, 20% presenta riesgo de adicción al juego patológico y sexo, alrededor del 50% presenta riesgo de adicción a la comida y las compras, en tanto que 1 de cada 7 estudiantes presenta probabilidad de padecer adicción a internet. De otra parte, las con-ductas adictivas al tabaco, alcohol, sexo, comida y compras se encuentran relacionadas de manera sig-nificativa y negativa con factores psicosociales como control de emociones, control de impulsos, estabili-dad emocional y ocio activo.

Palabras clave: conductas adictivas, consumo de dro-gas, factores psicosociales, prevalencia, riesgo, univer-sitarios.

Abstract

The prevalence of the consumption of drugs is analy-zed, as well as the relationship between the factors psychologists and the addictive behaviors in the uni-versity students with the objective of having a base of knowledge to build programs preventive promo-tions in favor of those who are in risk of suffering some type of addictive behavior. For a population of 9,927 students of the National University Federico Villarreal, was considered a stratified random sample of 370 subject of both sexes with approximate ages between 17 and 30 years. The design of the investiga-tion is descriptive correlation. The instruments in a collective way were applied in a single session. It was found that 4 of each 5 students consumed at some time in their life alcohol or tobacco, and 1 of each 5 consumed marijuana and energy. Being the curiosi-ty the main reason of consumption in the first time. But of 50% it presents some grade of risk or addic-tion probability to the tobacco and alcohol, 20% pre-sents addiction risk to the pathological game and sex, around 50% it presents addiction risk to the food and the purchases, as long as 1 of each 7 students pre-sent probability of suffering addiction to internet. Of another part, the addictive behaviors to the tobacco, alcohol, sex, food and purchases are related of signi-ficant way and negative with factors psychologists like control of emotions, control of impulses, emotio-nal stability and active leisure.

Key words: addictive behaviors, consummate of drugs, factors psychologists, prevalence, risk, univer-sity students.

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71Revista Investigaciones Psicológicas

No cabe duda que la universidad es un espacio donde se tiene que generar conciencia sobre los estragos de las drogas, una de las maneras de lograr estos objeti-vos es hacer una lectura específica sobre la realidad universitaria con respecto a las características del consumo de sustancias psicoactivas en relación con determinadas conductas adictivas.

De otra parte, en las últimas décadas se ha registrado un alto grado de preocupación por el aumento de la disponibilidad de diversas sustancias psicoactivas y el incremento de los problemas de sanitarios y legales derivados de las adicciones.

El problema de las adicciones sigue siendo de gran pre-ocupación, el análisis de la última encuesta nacional sobre la prevención y consumo de drogas (DEVIDA, 2003) muestra indicadores que no son alentadores, sino que ponen en cuestionamiento las diversas inter-venciones desde el ámbito represivo hasta el preven-tivo. Indicadores que ponen de manifiesto que sigue siendo una necesidad contar con diversas estrategias para afrontar esta problemática de las adicciones, pero de manera eficiente. El comportamiento del consumo de drogas se presenta con una tendencia creciente en la mayoría de las sustancias psicoactivas, así como, la aparición del consumo de nuevas sustancias, que hasta las últimas investigaciones no se presentaban, como es el caso de las drogas de diseño (CONTRA-DROGAS,1998; DEVIDA, 2003).

Cabe señalar que las investigaciones sobre el fenó-meno de las drogas en el Perú son principalmente de cohorte epidemiológico (Ferrando,1992a; Cedro,1993 y 1997; Contradrogas-INEI, 1998, DEVIDA, 2003), realizadas en población general de 12 a 50 años. Has-ta la fecha no existen indicadores directos que nos señalen el comportamiento adictivo en la población universitaria, pero podemos pensar en su situación de riesgo porque los estudios epidemiológicos indican que la población comprendida entre los 12 a 19 años presentan un consumo de drogas bastante diferencia-do a otras edades; también, presentan sentimientos de desilusión, amargura y rabia por los problemas del desempleo, pobreza y la corrupción(anales de salud mental, 2002; DEVIDA, 2003). En nuestro medio los pocos estudios realizados en grupos específicos de universitarios, a fin de comprender algunos aspectos relacionados al comportamiento adictivo, no posibi-litan su generalización a poblaciones grandes debido a estudios realizados a pequeña escala (Chau, 1998; Córdova, Capa, Panduro y Vallejos, 1999; Figueroa, Córdova, Ardiles, Capa y Vallejos, 2002).

Resulta pertinente explicitar en este contexto que la problemática de las adicciones se ha convertido en una de las protagonistas de mayor preocupación del momento actual. Este protagonismo adquiere un ca-rácter destacado en lo que se refiere al consumo juve-nil (Contradrogas-INEI, 1998; DEVIDA, 2003) puesto que desde el año 2000 DEVIDA viene promoviendo la conformación de una Mesa de Trabajo para la preven-

ción del consumo de drogas en el ámbito universita-rio, mesa que está conformada por 13 universidades de la Lima Metropolitana con la finalidad de propiciar planes y programas de prevención e intervención en la problemática del consumo de drogas en los espacios universitarios (DEVIDA- Reporte Nacional, 2003).

Prevalencia en el Consumo de Drogas

Para comprender el uso, abuso y dependencia del con-sumo de drogas los estudios a gran escala hacen refe-rencia a la prevalencia. La prevalencia es comprendida como una medida de magnitud del consumo de dro-gas y refleja la proporción de los consumidores de dro-gas en la población total, su estimación es bastante simple, ya que se relaciona el número de consumido-res con la población total, y se expresa generalmente en porcentajes. Cuando se habla de prevalencia puede diferenciarse entre prevalencia de vida, referida si al-guna vez en su vida el individuo tuvo contacto con la sustancia psicoactiva; por otra parte prevalencia de año está referido al uso de la sustancia psicoactiva en el último año (anales de salud mental, 2002; DEVI-DA, 2003) .

Factores de riesgo en consumo de drogas

En los últimos años se han hecho esfuerzos para me-jorar el abordaje integral frente a la problemática de las drogas, a pesar de ello se sigue incrementando, sobre todo su consumo. En tal sentido, es necesario cuantificar la magnitud de la asociación de un factor de riesgo y la conducta adictiva, porque ello ayuda a contribuir en la priorización de los problemas de con-sumo de drogas en la población.

El término “riesgo” implica la presencia de una ca-racterística o aspecto (uno o varios) que aumentan las probabilidades de consecuencias adversas. Por lo tanto, el riesgo constituye una medida de probabili-dad, validada estadísticamente, de que en el futuro se produzca un acontecimiento, por lo general no desea-do; la noción de riesgo está bastante difundida, sobre todo en lo que se refiere a seguridad personal; en el contexto de salud este término es alarmante, por el simple hecho de verse amenazado por un aconteci-miento futuro, pero si se conoce la forma de evitarlos, esa amenaza tiende a ser mejor manejada (neutraliza-da o minimizada) por los actores sociales.

En la actualidad, involucrando a las adicciones atípi-cas, la conceptualización de este elemento se define así: “El factor de riesgo es un elemento o conjunto de ellos, dentro del encadenamiento para la adquisición de una determinada adicción que expone al individuo ante una sustancia química adictiva, ante un instru-mento (generalmente electrónico), actividad o perso-na con la cual se pueda generar un vínculo adictivo y desencadenar una adicción” (Vacca, 1998; p. 36).

Conductas Adictivas

Hasta hace algún tiempo, la concepción de la adic-

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72 Universidad Nacional Federico Villarreal

ción estaba circunscrita a las sustancias químicas que producían dependencia, y no se había determinado ni sistematizado aún la clínica de las adicciones atípicas o no convencionales; en ese unívoco enfoque el factor de riesgo era definido entonces como un elemento de naturaleza individual o social cuya presencia pone en riesgo a un individuo de que use drogas (Echeburua, 1999).

Actualmente se comprende a las adicciones con una concepción mayor, no tan sólo limitándose a las sus-tancias psicoactivas, sino todo relación que tiene el individuo, ya sea de carácter químico o psicológico, en cuya interacción presenta una obsesión y pérdida del autocontrol con consecuencias negativas y que a pesar de ello vuelve a entrar en relación sin impor-tarle su estabilidad y de los demás. Para una mejor comprensión se puede entender a la adicción a decir de algunos autores como: “una enfermedad auto y heterodestructiva, crónica y progresiva, de curso va-riable mediante un vínculo patológico (conducta de descontrol) que establece un individuo con: una sus-tancia que causa neuroadaptación, un aparato o ins-trumento (generalmente electrónico), una actividad físico mental o una persona, causándole trastornos en su bioquímica, fisiología, sistema de comportamiento cognitivo-emocional y entorno socio-familiar” (Vac-ca, 1998; p. 47).

Gossop (citado por Becoña, 1995), considera que en una adicción hay cuatro elementos esenciales:

1) Un fuerte deseo o un sentimiento de compulsión para llevar a cabo la conducta particular (especial-mente cuando la oportunidad de llevar a cabo tal conducta no está disponible);

2) Capacidad deteriorada para controlar la conducta (notablemente en términos de controlar su co-mienzo, mantenimiento o controlar el nivel en que la conducta ocurre);

3) Malestar y angustia emocional cuando la conduc-ta es impedida o dejada de hacer; y

4) Persistir en la conducta a pesar de la clara eviden-cia de que es quien produce los problemas.

Esto viene a indicar que el individuo se ve llevado por su adicción y que cuando no puede llevarla a la prácti-ca o realizarlo se encuentra mal. Como consecuencia de esto, la adicción se convierte en centro de su vida, o en una parte muy importante dentro de ella, des-cuidando el resto de sus facetas, tanto profesionales como personales. Su incapacidad de controlar la con-ducta le hace sentirse mal, cayendo paulatinamente en un estado de deterioro y en un círculo vicioso ya que, aun queriendo salir de su adicción, le va a ser muy difícil, si no imposible, conseguirlo por sí mis-mo.

De este modo las adicciones se limitan exclusivamente a las conductas generadas por las sustancias químicas

(Alcohol, Tabaco, Drogas), de hecho existen hábitos de conductas aparentemente inofensivos (Internet, Juego patológico, Sexo, Compras y Comida) que pue-den convertirse en adictivos e interferir gravemente en la vida cotidiana de los estudiantes universitarios.

Frente a estos argumentos planteados surge la nece-sidad de conocer la magnitud de los diversos compor-tamientos adictivos en la población universitaria para el diseño de programas de carácter preventivo y de intervención temprana.

En correlato con lo expuesto en la presente investi-gación nuestros problemas a resolver son: ¿Cuáles son los niveles de prevalencia en el consumo de dro-gas y uso de conductas adictivas? y ¿Cuáles son los factores de riesgo sociodemográficos y psicosociales asociados a los comportamientos adictivos? Tenien-do como objetivo general: Analizar los factores de riesgo sociodemográficos y psicosociales asociados significativamente a los comportamientos adictivos en los estudiantes de la Universidad Nacional Fede-rico Villarreal.

Método

Población y Muestra:

La población está constituida por 9,927 alumnos de pregrado de la Universidad Nacional Federico Villa-rreal, matriculados en el año lectivo del 2004. La po-blación mencionada comprende a nueve Facultades agrupadas en tres área de estudios: Letras (Derecho y Ciencias Políticas, Humanidades y Educación), Salud (Medicina, Tecnología Médica y Psicología) e Inge-nierías (Civil, Electrónica e Informática, Industrial y Sistemas). Así mismo, la población está compuesta sólo por alumnos matriculados entre primero y quin-to año de estudios, de ambos sexos con edades aproxi-madas entre 17 y 30 años.

La muestra es aleatoria estratificada por área de estu-dios y facultad. El tamaño total se ha estimado uti-lizando la fórmula de proporciones para poblaciones finitas, con un nivel de confianza de 95%, un margen de error de 0.05 y una probabilidad de 50%. La distri-bución de la muestra por estratos se ha realizado por procedimientos de afijación proporcional .

En vista de que la población de estudio comprende a 9927 sujetos, se ha estimado el tamaño de la muestra utilizado la siguiente fórmula para poblaciones fini-tas o ≥ a 100000:

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73Revista Investigaciones Psicológicas

El tamaño de la muestra total se ha estimado con un nivel de confianza de 95%, un margen de error de 0.05 y una probabilidad de 50%. La distribución de la muestra por estratos se ha realizado por procedimien-tos de afijación proporcional.

En la Tabla 1 se aprecia la distribución cuantitativa de la población por área de estudios, de modo similar se observa la distribución de la muestra. Como se obser-va en la Tabla, la muestra total estimada haciende a 370 sujetos. De otra parte, el tamaño de cada estrato según el área de estudios comprende a 146 sujetos en Letras, 92 en Salud y 132 en Ingeniería.

Tabla 1

Población y Muestra por Área de estudios.

En la Tabla 2 se presenta la distribución de la muestra estratificada por la Facultad de estudios correspon-diente al Área de Letras. La muestra en la Facultad de Educación asciende a 72 sujetos, 26 en Humanidades y 48 en Derecho y Ciencias Políticas.

Tabla 2

Población y Muestra por Facultades del Área de Letras.

En la Tabla 3 se presenta la distribución de la muestra estratificada por la Facultad de estudios correspon-diente al Área de Ciencias de la Salud. La muestra en la Facultad de Medicina comprende a 26 sujetos, 33 en Psicología y 33 en Tecnología Médica.

Tabla 3

Población y Muestra por Facultades en Ciencias de la Sa-lud.

Finalmente, en la Tabla 4 se observa la distribución de la muestra estratificada por la Facultad de estudios correspondiente al Área de Ingeniería. La muestra en la Facultad de Ingeniería Electrónica e Informática comprende a 19 sujetos, 79 en Ingeniería Industrial y Sistemas y 34 en Ingeniería Civil.

Área de estudios Población Total Muestra Total3914 146

SaludLetras

2459 92Ingeniería 3554 132Total 9927 370

Facultad Población MuestraEducación 1936 72Derecho y CCPP 1292 48Humanidades 686 26

Total 3914 146

Facultad Población MuestraMedicina 682 26Psicología 890 33Tecnología Médica 887 33Total 2459 92

Tabla 4

Población y Muestra por Facultades del Área de Ingeniería.

Diseño y Variables:

El diseño de la investigación corresponde a un ex-post-facto o no experimental, siendo un estudio de tipo descriptivo, comparativo y correlacional (Her-nández, Fernández y Baptista, 1998). Las variables de estudio son:

• Variables de asociación: Consumo de drogas (alcohol, tabaco, marihuana y

pasta básica de cocaína). Factores de riesgo: sociodemográficos y psicoso-

ciales Conductas adictivas al: alcohol, internet, juego

patológico, sexo, compras, trabajo y comida.• Variables de control: Estudiantes de pregrado de la UNFV Estudiantes con tratamiento psicológico y médi-

co.

Instrumento y Materiales:

Encuesta Socio-demográfica y de consumo de drogas: se ha construido de modo específico para propósitos de la investigación.

Escalas Especificas para detección de las Adicciones :

1) Escala Breve de Beber Anormal: Escala que mide el comportamiento adictivo referido al alcohol. Consta de 7 ítems, cada respuesta afirmativa equi-vale a un punto. A partir de dos o más respuestas afirmativas existe un elevado riesgo de presentar alcoholismo.

2) Test de Adicción al Trabajo: Escala que mide el comportamiento adictivo al trabajo. Consta de 12 items.

3) Cuestionario Breve de Juego Patológico (Fernán-dez-Montalvo y Echeburua,1997): Cuestiona-rio mide el comportamiento patológico al juego. Consta de 4 items.

4) Test de Adicción al Sexo ( Grupo de Sexo adictos Anónimos): Test consta de 12 items, donde la pre-sencia de 2 o más respuestas afirmativas existe el riesgo de presentar adicción a este comportamien-to.

5) Test de Adicción a la Comida (Echeburua,1999): Test consta de 05 items, donde la presencia de 2 o más respuestas afirmativas existe el riesgo de pre-

Facultad Población MuestraIng. Electrónica e Inf. 504 19Ing. Industrial y Sist. 2140 79Ing. Civil 910 34Total 3554 132

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74 Universidad Nacional Federico Villarreal

sentar adicción a este comportamiento.

6) Test de Adicción a las Compras (Echeburua,1999): Test consta de 05 items, donde la presencia de 2 o más respuestas afirmativas existe el riesgo de pre-sentar adicción a este comportamiento.

7) Test de Adicción a Internet (Echeburua,1999): Test consta de 09 items, donde la presencia de 1- 3 respuestas afirmativas no existe problemas, 4 a 6 existe riesgo de presentar adicción a este compor-tamiento y 7- 9 existe la adicción.

Procedimientos:

En relación a los procedimientos que corresponden a la estimación del tamaño muestral y su distribución estratificada fueron obtenidas con la hoja de cálculo y funciones estadísticas de Excel (Office 2000 para Windows 98).

A efectos de aplicar los instrumentos a la muestra se ha entrenado a 10 estudiantes de psicología del quin-to año como encuestadores. La aplicación de los ins-trumentos se ha realizado de modo colectivo en cada sesión de evaluación en las distintas Facultades de la Universidad Villarreal. Luego de depurar los instru-mentos aplicados se ha procedido a construir la base de datos (codebook) en el programa estadístico SPSS versión 11 dado que para realizar todos los análisis estadísticos se utilizó dicho paquete estadístico.

Resultados

Como se observa en la Figura 1 una cantidad muy grande de los estudiantes universitarios han consu-mido alcohol y tabaco en algún momento de su vida. Es decir, aproximadamente 4 de cada 5 estudiantes han consumido dichas sustancias. Entre las drogas no sociales 1 de cada 5 universitarios consumió alguna vez marihuana y de modo similar los energizantes.

Se aprecia en la Tabla 5 que la mitad de los estudian-tes que han consumido droga alguna vez en su vida (51%) lo han hecho por curiosidad y uno de cada 7 por quedar bien con los amigos.

Tabla 5. Motivo de consumo en la primera ocasión

De acuerdo a los datos de la Figura 2, el 38% de los estudiantes consumió drogas por primera vez en el barrio.

Figura 2. Lugar de consumo en la primera ocasión

Se observa en la Figura 3, la mayoría de los estudian-tes no consumió drogas por dos razones fundamenta-les: efectos dañinos (40%) y la ausencia de necesidad (42%). Un porcentaje mínimo (3%) no consume por temor a las consecuencias de la droga.

Figura 3. Motivo de no consumo de drogas

En la Tabla 6 se aprecia que 43% de los estudiantes no presentan riesgo alguno para adicción al tabaco, sin embargo cerca de 60% se encuentra en alguna condi-

Motivo principal para consumir laprimera vez

Frecuencia Porcentaje

Quedar bien con los amigos 14 15.2Pasarla bien 10 10.9Problemas sentimentales 2 2.2Problemas con padres 2 2.2Bajar de peso 2 2.2Curiosidad 47 51.1Darme valor 1 1.1Dar la contra 1 1.1Relajarme 3 3.3No recuerda 10 10.9Total 92 100.0

En el barrio

Reunión social

En mi casa/casa amig

Colegio

Universidad

Otro

Porcentaje

403020100

18

10

10

12

12

38

Efectos dañinos

Temor

No necesito

Principios / valores

Otros

Porcentaje

50403020100

5

10

42

40

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75Revista Investigaciones Psicológicas

ción de riesgo o bien con problema de adicción.

Tabla 6

Nivel de Riesgo en Adicción al Tabaco

En relación a la adicción al alcohol 42.2% no presenta riesgo alguno, sin embargo más del 50% se encuentra entre situación de riesgo y alto riesgo para caer en la adicción. Un porcentaje pequeño se encuentra pade-ciendo adicción.

Tabla 7

Nivel de Riesgo de Adicción al Alcohol

En las Tablas 8 y 9 se observa en cuanto al juego pa-tológico y adicción al sexo que la gran mayoría de los estudiantes (79.2%) no presentan riesgo, el 20% res-tante de los estudiantes se encuentran en algún grado de riesgo.

Tabla 8

Nivel de Riesgo en el Juego Patológico

Tabla 9

Nivel de Riesgo en Adicción al Sexo.

Se aprecia en las Tablas 10 y 11 que casi la mitad de los estudiantes (47.3%) no tienen riesgo alguno de pa-decer adicción a la comida y a las compras. Sin embar-go, aproximadamente un 50% presenta algún grado de riesgo y un 3.2% presenta problemas de adicción.

Nivel de Riesgo Frecuencia PorcentajeSin Riesgo 159 43.0Riesgo 117 31.6Alto Riesgo 63 17.0Problema 31 8.4Total 370 100.0

Nivel de Riesgo Frecuencia PorcentajeSin Riesgo 156 42.2Riesgo 150 40.5Alto Riesgo 54 14.6Problema 10 2.7Total 370 100.0

Nivel de Riesgo Frecuencia PorcentajeSin Riesgo 293 79.2Riesgo 45 12.2Alto Riesgo 30 8.1Problema 2 .5Total 370 100.0

Nivel de Riesgo Frecuencia PorcentajeSin Riesgo 293 79.2Riesgo 64 17.3Alto Riesgo 12 3.2Problema 1 .3Total 370 100.0

Tabla 10

Nivel de Riesgo en Adicción a la Comida.

Tabla 11

Nivel de Riesgo en Adicción a las Compras.

En cuanto al nivel riesgo en adicción al internet, una amplia mayoría (80%) no presenta riesgo, asimismo se aprecia que 1 de cada 7 estudiantes se encuentra en situación de riesgo o probabilidad de padecer adic-ción, en tanto que un 3.5% presenta problema de adicción al internet.

Tabla12

Nivel de Riesgo en Adicción a Internet.

Relación entre los Factores Psicosociales y Conductas Adictivas

En la Tabla 13 se muestran los coeficientes de corre-lación producto momento de Pearson estimados, a partir de una muestra de 370 casos, con la finalidad de identificar qué factores psicosociales se encuentran relacionados con las adicciones psicológicas y adiccio-nes químicas en los estudiantes universitarios.

Como se observa en la Tabla, las conductas adictivas al sexo, a la comida y a las compras se encuentran relacionadas de manera significativa y negativa con factores psicosociales como control de emociones, control de impulsos, estabilidad emocional y ocio ac-tivo.

Asimismo, se observa en la Tabla que los factores psi-cosociales se encuentran asociados de manera nega-tiva con las conductas adictivas al tabaco y alcohol (p<.01).

Frecuencia PorcentajeNivel de riesgoSin Riesgo 175 47.3Riesgo 118 31.9Alto Riesgo 65 17.6Problema 12 3.2Total 370 100.0

Nivel de Riesgo Frecuencia PorcentajeSin Riesgo 174 47.0Riesgo 111 30.0Alto Riesgo 73 19.7Problema 12 3.2Total 370 100.0

Nivel de Riesgo Frecuencia PorcentajeSin Riesgo 299 80.8Riesgo 58 15.7Problema 13 3.5Total 370 100.0

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76 Universidad Nacional Federico Villarreal

Tabla 13

Coeficientes de correlación de Pearson para las relaciones entre factores psicosociales y conductas adictivas

FactoresPsicosociales

Adicciones QuímicasAdicciones PsicológicasAdicción al

sexoAdicción a la

comidaAdicción a las

comprasAdicción ainternet

Adicción alTabaco

Adicción alalcohol

Comunicacióncon Padre

r .014 -.082 -.065 -.022 .057 -.116* -.131**p .394 .058 .106 .333 .136 .013 .006

Comunicacióncon Madre

r .005 -.010 .032 -.033 .037 -.179** -.032p .459 .425 .269 .264 .240 .000 .268

ComunicaciónHermanos

r -.021 -.082 -.003 -.109* -.062 -.069 -.094*p .341 .058 .478 .018 .118 .093 .035

ComunicaciónFamiliar

r .000 -.080 -.022 -.071 .015 -.153** -.118*p .497 .063 .339 .087 .388 .002 .012

Control de lasemociones

r -.077 -.168** -.205** -.141** -.081 .067 -.049p .070 .001 .000 .003 .059 .098 .173

Control de losimpulsos

r -.014 -.154** -.176** -.102* -.027 -.020 -.100*p .398 .001 .000 .025 .303 .352 .027

EstabilidadEmocional

r -.050 -.180** -.213** -.136** -.060 .026 -.084p .167 .000 .000 .004 .123 .308 .054

Ocio Social r .082 -.009 -.033 .082 .056 .163** -.009p .057 .430 .262 .058 .140 .001 .434

OcioProvechoso

r -.004 -.137** -.051 -.037 -.028 -.099* -.168**p .470 .004 .165 .237 .299 .028 .001

Ocio Activo r .003 -.005 -.133** -.087* .108** -.021 .024p .479 .459 .005 .047 .019 .341 .320

** La correlación es significante al nivel 0,01* La correlación es significativa al nivel 0,05

Discusión

El presente estudio pretende comprender el compor-tamiento adictivo de los estudiantes universitarios con el objetivo de tener una línea base para cons-truir programas preventivos promociónales a favor de aquellos que de una y otra forma se encuentren en riesgo de padecer algún tipo de comportamiento adictivo.

Al observar los hallazgos respecto a la prevalencia de vida del consumo de sustancias psicoactivas, la ma-yoría de drogas tanto legales como las ilegales mues-tran similares índices comparados con la población general (Contradrogas, 1999; DEVIDA, 2002), pero nos parece bastante preocupante los datos encontra-dos respecto al consumo de la marihuana y los ener-gizantes, dado que los índices se triplican respecto a la población general. En relación al consumo de los energizantes- el Red Bull- cabe señalar que de pronto se están utilizando como estimulantes para soportar grandes jornadas de demanda académica, pues como sabemos en décadas anteriores era la anfetamina una de las drogas preferidas por la población universitaria. En cuanto al consumo de marihuana, éste siempre ha sido considerado como una de las drogas de entrada (Dupont, 1992), nos llama la atención por su uso en índices mayores dentro de la población universitaria, por dos razones: una porque sería el camino al consu-mo de drogas de mayor deterioro, y segundo, porque es una de las drogas que afecta indiscutiblemente la memoria, proceso importante para el aprendizaje del estudiante.

Cuando analizamos los motivos para el consumo de

drogas, la curiosidad sigue siendo una de las carac-terísticas que marca la pauta en el inicio del consu-mo de drogas. Esta explicación es válida no tan sólo para el estudiante universitario sino también para los pacientes que declaran haber iniciado generalmente en el consumo de drogas por curiosidad. La literatura reporta que a pesar de que se ha tenido información sobre las consecuencias del consumo o se tiene nive-les de instrucción media o superior es un aspecto psi-cológico el que moviliza al individuo para ejecutar la conducta hacia el consumo.

De otro lado, nuestro hallazgo una vez más minimi-zada la hipótesis de que el consumo de drogas es para huir de los problemas, como lo postulamos en otro estudio (Figueroa, Córdova, Ardiles, Capa, Vallejos, 2002). Las evidencias empíricas de nuestro estudio indican que la cuarta parte de los consumieron drogas atribuyen el motivo de consumo al hecho de quedar bien con los amigos y pasarla bien. Motivos que si-guen siendo relacionados a motivos sociales y de la búsqueda de estimulación.

El hecho de reportar que el inicio del consumo de drogas por parte de los universitarios se haya dado en ámbitos cercanos al hogar, significa que vienen ya con una historia desarrollada con anterioridad a la etapa universitaria y que resulta preocupante el he-cho de que lo continúen realizando, convirtiéndose en consumidores crónicos y ser potencialmente los de alto riesgo para el inicio de un comportamiento adictivo, así mismo, este hallazgo nos demuestra que la droga está cerca de casa y no necesariamente en lugares de alto riesgo.

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77Revista Investigaciones Psicológicas

Los resultados de nuestra investigación revelan que un porcentaje significativo de universitarios se en-cuentran en situación de alto riesgo para padecer al-gunos de los comportamientos adictivos. Aun cuan-do estos hallazgos se encuentran por debajo de los índices de riesgo hallados para la población general (Contradrogas, 1998; DEVIDA, 2002), sin embargo es preocupante el hecho de que un buen número de estudiantes se encuentren en riesgo y más del 10% de la población presente problemas de conducta adictiva a las drogas sociales como el alcohol y el tabaco, así como en relación a las adicciones psicológicas (comi-da, compras e internet).

Como señalan las investigaciones (Ej. Echeburua, 1999; Becoña, 2000) determinados factores intraper-sonales o disposicionales son factores de riesgo porque predisponen y aumentan la vulnerabilidad psicológi-ca para el inicio o mantenimiento de las conductas adictivas. En este sentido, nuestro estudio aporta da-tos esclarecedores porque hemos encontrado que los factores psicológicos como el control de emociones, estabilidad emocional, el control de impulsos y el uso del tiempo libre (ocio activo y ocio productivo) se encuentran relacionados de manera significativa y negativa con conductas adictivas al sexo, compras, comida, alcohol y tabaco. Esto significa que cuanto mayor es el manejo adecuado de las emociones y los impulsos, así como mayores habilidades y competen-cias se han desarrollado para usar el tiempo libre de manera activa y productiva menores son las probabi-lidades de que los estudiantes desarrollen conductas adictivas psicológicas y químicas.

Al hacer una análisis comparativo respecto a la corre-lación entre los factores psicosociales y las adicciones psicológicas y químicas, estas ultimas se correlacio-nan negativamente con el factores relacionados a la comunicación, mas no la adicciones psicológicas, esto nos puede indicar diferencias entre los factores etiológicos y mantenedores de estos comportamien-tos adictivos, por tanto, su abordaje también seria de forma distinta por los datos que se están hallando. Es sabido que una buena comunicación familiar es un factor protector para el inicio del consumo de drogas (Espino, 2004), por tanto, una vez mas se confirma que la comunicación es un factor importante como factor protector o de riesgo para las conductas adic-tivas.

De otra parte, es interesante observar una relación positiva entre el consumo del alcohol y el ocio de social (r = 0.16, p<.001): Este hallazgo refuerza la explicación acerca de que el consumo del alcohol tie-ne una función interactiva en las actividades socia-les y es percibida como agente recreativo en la vida cotidiana (Figueroa, Córdova, Ardiles, Capa, López y Vallejos, 2003).

A modo de conclusión cabe precisar que, cuando un estudiante presenta una personalidad vulnerable y una cohesión familiar débil corre un gran riesgo de

hacerse adicto si cuenta con un hábito de recompen-sas inmediatas, tiene el objeto de la adicción a mano, se siente presionado por el grupo y está sometido a circunstancias de estrés (fracaso académico, frus-traciones afectivas, competitividad, etc.) o de vacío existencial (inactividad, aislamiento social, falta de objetivos, etc.).

En síntesis, desde una lógica coherente con el modelo de campo interconctual o psicología interconductista (Ribes y López, 1985; Ribes, 1990),, nuestros hallaz-gos nos permiten sostener que cuando en la historia psicológica de los estudiantes se presenta la concu-rrencia sincrónica e interactiva de factores disposicio-nales -como la presencia de personalidad vulnerable, déficit de habilidades y competencias para usar ade-cuadamente el tiempo libre, ausencia de metas exis-tenciales o proyecto de vida- y contextuales -como cohesión familiar débil, acceso a reforzadores sociales y primarios de manera inmediata sin mayor mérito, recibir presión del grupo social y estar sometido a circunstancias de estrés (fracaso académico, frustra-ciones afectivas, competitividad, entre otros)- estos jóvenes corren un gran riesgo de desarrollar conduc-tas adictivas.

Por tanto, las acciones se deben encaminar al desarro-llo de competencias y habilidades de afrontamiento a fin de que el estudiante pueda manejar o reducir sus demandas personales y las de su mundo circundante, evitando así la búsqueda de “analgésicos emocionales” o paliativos que a largo plazo son de mayores costos y de consecuencias negativas para su vida personal, fa-miliar, académica y social. Consideramos que la uni-versidad tiene un compromiso con el estudiantado no tan sólo encaminado a la formación académica, sino a la formación integral.

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79Revista Investigaciones Psicológicas

CALIDAD DE VIDA EN ESTUDIANTES DE UNA UNIVERSIDAD PARTICULAR DE LIMA

QUALITY OF LIFE IN A UNIVERSITY STUDENTS PARTICULAR OF LIMA

Miriam Grimaldo y Marivel Aguirre

Resumen

El objetivo de la presente investigación es identificar y comparar los niveles de calidad de vida en estudian-tes según sexo y edad. La muestra estuvo conformada por 231 estudiantes de primer y segundo ciclo, de am-bos sexos, cuyas edades fluctuaron entre 18 y 25 años. El instrumento utilizado fue la Escala de Calidad de Vida para estudiantes universitarios. Para el análisis de los datos se utilizaron, medias, t de student y Ano-va. Se concluye que los grupos muestrales según sexo y edad se ubican en una tendencia al nivel óptimo de calidad de vida. No se encontraron diferencias en los factores de Familia y Tiempo Libre y Educación; según edad. Encontrándose solo diferencias significa-tivas en el Factor Hogar y Bienestar Económico, a favor de las mujeres, quienes reportan una media más alta que los varones.

Palabras clave: Calidad de vida, estudiantes, universi-tarios, percepción subjetiva..

Abstract

The purpose of this investigation is to identify and compare the levels of quality of life in students by sex and age. The sample was composed of 231 students from the first and second cycle of both sexes whose ages were between 18 and 25 years. The instrument used was the Quality of Life Scale for university stu-dents. For the analysis of the data were used, mean, t-student and Anova. We conclude that the sample groups by gender and age are placed in an optimal level of quality of life. There were no differences in the factors of Family and Leisure and Education; according to age. Significant differences were found only in the Factor Home and Economic Welfare. The women reported an average higher than men.

Key Words: Quality of life, students, university, sub-jective perception

En relación al concepto de Calidad de Vida, cada ciencia afirma distintos valores y defienden variados y contrapuestos intereses. Aunque en concreto la ca-lidad de vida puede ser entendida como el procurar y llevar una vida satisfactoria, implicando principal-mente una mayor esperanza de vida, y sobretodo vi-vir en mejores condiciones físicas y mentales (Gui-llén, Castro, García & Guillén, 1997).

Diener (citado por Rodríguez, 1995) define a la cali-dad de vida como un juicio subjetivo del grado en que se ha alcanzado la felicidad, la satisfacción, o como un sentimiento de bienestar personal; pero también ,este juicio subjetivo se ha considerado estrechamen-te relacionado con determinados indicadores obje-tivos, biológicos, psicológicos, comportamentales, y

sociales.

Es necesario mencionar que la calidad de vida no es sólo la optimización de los servicios, la eficiencia de las máquinas, el beneficio de los materiales, seguros de una vivienda sino aquellos aspectos relacionados con el campo de lo psicológico y lo cultural social. El desarrollo del individuo como persona, psicológi-camente hablando, es calidad de vida. Es decir, por ejemplo aspectos como desarrollo de la autoestima, de la identidad, de la autorrealización, el desarrollo de sus potencialidades, y el manejo de nuevas habilida-des (citado por Rozas, 1998).

Por otro lado, Ramirez (2000) define a la calidad de vida como un proceso dinámico, complejo e indivi-

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80 Universidad Nacional Federico Villarreal

dual; es decir es la percepción física, psicológica, social y espiritual que tiene la persona o paciente frente a un evento de salud y el grado de satisfacción o insatis-facción que va a influir en el bienestar del paciente.

Así mismo, algunos autores señalan que la Calidad de Vida depende de mucho factores (socioculturales, políticos, emocionales, físicos, espirituales, lo que obliga a incluir el elemento subjetivo en su valoración (Padilla, 2005; citado por Gaviria, Vinaccia, Riveros y Quinceno, 2007) que implica su percepción de bienes-tar, satisfacción en las distintas dimensiones de vida y con el tratamiento, recursos que estime poseer, y estrategias de afrontamiento que instrumente para hacer frente a las dificultades (Grau, 1996; Grau y Gonzáles, 19997; citados por Gaviria, et al, 2007).

La presente investigación se sustentará en la Teo-ría de los Dominios planteada por Olson & Barnes (1982, citado por Grimaldo, 2003). Ellos postulan la existencia de dominios en torno a los cuales se gene-ran percepciones subjetivas.

Según García (2008) estos autores utilizan una con-ceptualización subjetiva para definir calidad de vida y la relacionan con el ajuste entre sí mismo y el am-biente, por tanto calidad de vida es la percepción que la persona tiene de las posibilidades que el ambiente le brinda para lograr su satisfacción.

De la misma manera, Olson & Barnes (1982, citados por Summers, Poston, Turnbull, Marquis, Hoffman, Mannan & Wang, 2005) establecen dos tipos de ca-lidad de vida: Objetiva, la cual está determinada por la relación de producción, formas de organización de una sociedad, patrones de trabajo y consumo que ca-racterizan a los distintos grupos sociales y Calidad de Vida Subjetiva, la cual es la resultante del grado de satisfacción – insatisfacción que la persona alcanza en su vida.

La calidad de vida es un constructo multidimensio-nal y está relacionado con la salud como componente subjetivo, con aquello que es expresión de bienestar o malestar, mas allá de lo que objetivamente ocurre en las interacciones de la persona con su ambiente (Olson & Barnes, 1982, citado por Summers, et al. 2005).

De acuerdo con los supuestos antedichos el fenómeno calidad de vida viene a ser el fruto de las relaciones en-tre las condiciones objetivas de vida y variables más subjetivas y personales, en una relación que da como resultado un mayor o menor índice de satisfacción y de felicidad de los individuos. De allí su complejidad en la definición de este concepto.

No existe calidad de vida absoluta. Ella es fruto de un proceso de desarrollo y se dispone también a lo largo de una escala continua entre valores extremos de alta y baja calidad de vida, la búsqueda de la calidad de vida es inherente a la vida humana. Uno de los mitos actuales sobre la calida de vida es que se le asocia a

la tecnología.

Olson & Barnes (1982) plantean que una caracte-rística común de los estudios de la calidad de vida, constituye la elevación de la satisfacción como domi-nios de la experiencias vitales de los individuos. Cada dominio se enfoca sobre una faceta particular de la experiencia vital, como por ejemplo vida marital y familiar, amigos, domicilio y facilidades de vivienda, educación, empleo, religión, etc.

La manera como cada persona logra satisfacer estos dominios, constituye un juicio individual subjetivo de la forma como satisface sus necesidades y logra sus intereses en su ambiente. Es la percepción que esta persona tiene de las posibilidades que el ambien-te le brinda para lograr dicha satisfacción.

Dentro de las investigaciones a nivel internacional te-nemos entre otras, las siguientes investigaciones:

Herreros, Gonzales, Portilla, Perez de albeniz del Val, Bousoño, Bobes (1996) afirman que numerosos estu-dios sugieren que los estudios en Ciencias de la Salud tienen efectos psicológicos adversos sobre sus estu-diantes. El propósito de los autores ha sido evaluar la Calidad de Vida de los estudiantes universitarios de Ciencias de la Salud. Durante el curso1992-3 se reali-zo un estudio en 602 alumnos.de Medicina, Enferme-ría y Fisioterapia de la Universidad de Oviedo. Dicha investigación se llevó a cabo mediante el Cuestiona-rio de Calidad de Vida de Ruiz y Baca (1991). Se en-contraron puntuaciones más altas de Calidad de Vida en los estudiantes de Enfermería, en los sujetos con pareja estable y los del grupo de mayor edad. Por otro lado, la Calidad de Vida de estos estudiantes resultó mejor que la de la población general de referencia.

Costa, Bastini, Geyer et al. (2008) investigo respec-to a la evaluación de la calidad de vida y el bienestar espiritual en universitarios de Psicología, y analizo la correlación de dichos aspectos. El delineamiento del estudio ha sido transversal y la muestra aleato-ria, de 136 universitarios de Psicología de la PUCRS. Los instrumentos utilizados fueron: cuestionario de calidad de vida WHOQOL-bref y escala de Bienestar Espiritual (SWBS). Se realizó un análisis estadístico descriptivo inferencial verificándose que existe corre-lación positiva entre los dominios físico, psicológico, social y ambiental con el bienestar existencial en esos universitarios. El dominio psicológico y bienestar existencial obtuvieron la correlación más alta (r= 0,63 p=0,00). Cabe destacar la importancia de la in-serción del tema de la espiritualidad como discusión en el campo científico.

En cuanto a las investigaciones a nivel nacional pode-mos mencionar las siguientes:

Díaz, Palacios, Morinaga & Mayorga (2000) investi-garon acerca de la calidad de vida y perfiles emocio-nales en estudiantes universitarios de Lima. El diseño utilizado fue descriptivo comparativo. La muestra

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81Revista Investigaciones Psicológicas

estuvo conformada por 185 estudiantes de ambos sexos cuyas edades fluctuaban entre 16 y 25 años de la Facultad de Psicología de una universidad peruana. Se utilizó la Escala de Calidad de Vida de Olson & Barnes y la Escala de Desórdenes Emocionales (EPI) de Anicama. Los estadísticos utilizados fueron: la prue-ba “t” de student y la correlación producto-momento de Pearson. Se concluye que no existen diferencias significativas entre hombres y mujeres. Respecto a la variable Perfiles Emocionales se observa que todas las escalas componentes se encuentran por debajo de la media esperada, indicando ausencia de desórdenes emocionales en la muestra total.

Grimaldo (2008) investigó acerca de los niveles de calidad de vida en estudiantes según sexo y nivel so-cioeconómico. La muestra estuvo conformada por 589 estudiantes de 4to y 5to de secundaria, de am-bos sexos, de centros estatales y particulares, cuyas edades fluctuaron entre 14 y 18 años. El instrumento utilizado fue la Escala de Calidad de Vida de Olson & Barnes. SE trabajaron los criterios psicométricos del instrumento. Para el análisis de los datos se utiliza-ron, medias y Anova. Se concluye que cada uno de los grupos muestrales se ubica en un nivel Óptimo de Calidad de Vida. Los efectos principales provenientes del sexo y nivel socio económico fueron significativos para el sexo, nivel socio económico; así como en la interacción entre ambos.

Por otro lado, Mendes y Findling (1996) señalan que estamos asistiendo a nivel mundial, a un deterioro inédito de la vida urbana, tornándose cada vez más vital la preservación de aquellos aspectos urbanos que posibiliten una adecuada calidad de vida para sus po-bladores y que no solamente le permitan sobrevivir. Dicha situación, es un aspecto de vital importancia para los jóvenes, quienes son los protagonistas del fu-turo de nuestro país.

Los jóvenes estudiantes tienen una particular percep-ción de su entorno; así como de los diferentes domi-nios donde interactúan. Cada generación concreta su propia identidad atendiendo a una serie de factores constantes: los problemas que les son comunes, su situación socioeconómica, etc. Alrededor de éstos y de otros aspectos se conforma la visión que la socie-dad y la propia juventud tienen de sí mismas en cada momento histórico determinado (Injuve, 2006).

Se consideró la población juvenil, en la medida que existe una creciente preocupación por la problemáti-ca de la calidad de vida, en donde numerosos estudios realizados en Europa y en Estados Unidos así lo ava-lan (Mendes y Findling, 1996). De la misma manera, porque constituye un constructo psicológico poco es-tudiada en los jóvenes universitarios de Lima.

Por todo lo anteriormente mencionado se propone el siguiente problema de investigación: ¿Cuáles son los niveles de calidad de vida en estudiantes de psico-logía de primer y segundo ciclo de una universidad

privada de la ciudad de Lima?

Método

Participantes:

El muestreo seleccionado para la presente investiga-ción, fue de tipo Intencional. Los criterios de inclu-sión de la muestra fue la participación voluntaria y ser alumno regular.

En la tabla 1 se observa que un mayor porcentaje de los estudiantes son mujeres; en comparación con los varones.

Tabla 1

Distribución de frecuencias y porcentajes de la muestra según sexo.

En la Tabla 2, se aprecia que un mayor porcentaje de la muestra tiene menos de 18 años; en segundo lugar se ubican los que tienen entre 19 y 21 años y en tercer lugar los que tienen más de 21 años.

Tabla 2

Distribución de frecuencias y porcentajes de la muestra según edades.

Instrumento

Escala de Calidad de Vida del estudiante universitario

Esta Escala fue construida a partir de la Teoría de los Dominios desarrollados por David Olson & Howard Barnes en 1982. Los objetivos de esta Escala son me-dir las percepciones de individuales de satisfacción dentro de los dominios de la experiencia vital de los individuos en diferentes ámbitos de su vida. El ins-trumento inicial consideraba los siguientes ámbitos: Hogar y bienestar económico, Familia, Universidad, Trabajo y Tiempo Libre; organizados en 22 ítems. El instrumento inicial fue construido a partir de una ta-bla de especificaciones que contenía objetivos genera-les, específicos, indicadores y preguntas. Luego se apli-có a un grupo piloto y posteriormente fue validado a partir del Criterio de Jueces, utilizando la V de Airen; en donde se obtuvo que los ítems eran válidos.

Sexo n %

Varón 56 24.2

Mujer 175 75.8

Total 231 100.0

Grupos de edad N %Menos de 18 98 42.4%19 - 21 años 82 35.5%Más de 21 51 22.1%Total 231 100.0%

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82 Universidad Nacional Federico Villarreal

Sin embargo luego del análisis psicométrico, el ins-trumento se redujo en 12 ítems, los cuales a su vez miden tres diferentes factores: Hogar y Bienestar Económico, Familia y Tiempo Libre y Universidad.

Los ítems son de tipo likert con las siguientes opcio-nes: Insatisfecho, un poco satisfecho, más o menos satisfecho y completamente satisfecho.

La validez de la versión original fue determinada me-diante la validez de construcción a partir del análisis factorial. La confiabilidad se trabajó mediante el mé-todo test – retest.

El proceso de Validación de la Escala de Calidad de Vida del estudiante universitario, se realizó a partir de la validez de Constructo, para lo cual se utilizó el Análisis Factorial, tal como lo sugiere Muñiz (1996).

Se utilizó el método de extracción de ejes principales, el cual se fundamenta en hallar los constructos sub-yacentes, que explican las relaciones entre los ítems y la agrupación entre ellas; además, considera, el error de medición en la estimación de las cargas factoria-les entre los ítems y los factores, de tal modo que se ajusta mejor al contexto de aplicación de los datos. En cuanto al método de Rotación, se eligió el método rotacional Promax.

Para evaluar si se puede efectuar un Análisis Facto-rial sobre los ítems del instrumento, se utilizó la me-dida de Kaiser-Meyer-Olkin de Adecuabilidad de la Muestra en donde se obtuvo, ,826 el cual es superior a 0,5, siendo ello satisfactorio para proceder con el análisis factorial. George & Mallery (1995) recomien-dan como límite de aceptación de este índice KMO valores superiores a 0,5. En relación a la prueba de esfericidad de Bartlett, es habitual para probar si la matriz de correlaciones es la identidad; aquí se ob-tuvo un valor de 890.019 (p<,000). Los resultados se dan como válidos cuando presentan un valor elevado de la prueba y cuya fiabilidad sea menor a 0,05. De esta manera, se confirmó que se debe continuar con el análisis factorial.

Al aplicar el análisis factorial se confirmó que existían tres factores que explicaban el 63.56% de la varianza de los ítems, lo cual significa que estos factores alcan-zan a explicar, con algún grado de significación con-ceptual las correlaciones entre los ítems.

Tal como se observa en la tabla 3, se identificaron 3 factores extraídos; en un primer factor se incluyeron los ítems referidos a Hogar y Bienestar Económico (1,2,3,4,5), Familia (6,.7,8), Educación y Tiempo libre (9,10,11, 12). Los resultados anteriormente presenta-dos permiten establecer que el Cuestionario de Ca-lidad de Vida del Estudiante Universitario presenta validez de constructo.

Tabla 3

Valores Significativos de la matriz de patrones y de estructura*

* Los valores de la matriz de estructura se encuentran entre paréntesis

En la tabla 4 se observan las correlaciones entre los ítems, observándose que la mayoría de las correlacio-nes son significativas en el nivel p < 0.01.

Tabla 4

Correlaciones inter-ítem.

* ( p < 0.05). ns: No significativo

Se trabajó a partir del coeficiente Alfa de Cronbach para la muestra total, en donde se obtuvo .84; para la muestra de mujeres se alcanzó un .85 y para los varones .81.

Ítems

Factor

1 2 31 .671

(.670)2 .351

(.477)3 .723

(.772)4 .800

(.785)5 .856

(.797)6 .875

(.871)7 .815

(.825)8 .465

(.457)9 .355

(.492)10 .858

(.823)11 .730

(.369)12 .724

(.724)

Items 1 2 3 4 5 6 7 9 9 10 11 12

1 1

2 .452 1

3 .546 .390 1

4 .457 .292 .601 1

5 .524 .224 .519 .659 1

6 .339 .365 .410 .237 .207 1

8 .212 .290 .294 .196 .188 .732 1

9 .180 .291 .210 .055ns .162* .404 .359 1

10 .301 .322 .417 .346 .341 .240 .250 .165* 1

11 .265 .323 .272 .246 .176 .372 .357 .193 .408 1

12 .251 .364 .327 .269 .242 .359 .351 .252 .400 .603 1

13 .232 .279 .303 .279 .183 .388 .337 .173 .318 .622 .575 1

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83Revista Investigaciones Psicológicas

Procedimiento

Primera Fase: Coordinaciones Previas

Se realizaron las coordinaciones necesarias con las autoridades de la institución educativa para realizar las aplicaciones.

Segunda Fase: Aplicación a un Grupo Piloto

Se procedió a aplicar los instrumentos a un grupo pi-loto conformado por 40 estudiantes, entre hombre y mujeres, de una universidad estatal para poder me-jorar la inteligibilidad del instrumento, la detección de términos ambiguos o de difícil comprensión para los estudiantes. No se realizó ninguna modificación debido a que los alumnos entendieron todos los ítems presentados.

Tercera Fase: Validez de Contenido

Se trabajó la validez de contenido, para lo cual se consultó con 10 especialistas que ostentaban el grado de maestros y doctores.

Cuarta Fase: Administración del Instrumento

Se aplicó la escala a los estudiantes de primer y segundo ciclo de psicología. Se controló la interfe-rencia de posibles estímulos externos que pudieran interferir en la atención y concentración de las estu-diantes.

Quinta Fase: Elaboración del Trabajo estadístico

Luego se realizó el análisis estadístico utilizando el programa estadístico informático SPSS (Statistical Product and Service Solutions), versión en español, 15.0. Este proceso incluyó la determinación de los criterios psicométricos de los instrumentos; así como la aplicación de los estadísticos necesarios que dieran respuesta a los objetivos inicialmente planteados.

Resultados

Para efectos de la clasificación e interpretación de los puntajes obtenidos por los estudiantes universitarios en la Escala de Calidad de Vida, se ha estimado la dis-tribución de los puntajes directos en función a la Des-viación Estándar, de tal manera que una puntuación alta en la Escala corresponde a un nivel de Calidad de Vida Optimo; un puntaje entre 45 a 51 corresponde a una tendencia a Calidad de Vida Optima; un puntaje de 38 a 44, corresponde a un nivel Tendencia a Cali-dad de Vida Mala y finalmente, un puntaje menor a 37; ubica al estudiante en un nivel de Mala Calidad de Vida; tal como se presenta en la tabla 5.

Tabla 5

Niveles de Calidad de Vida.

En relación con el análisis comparativo, se aplicó la Prueba T de Student para muestras independientes, en el cálculo de las diferencias según sexo. En cuanto a las diferencias en función a los grupos de edad se aplicó Anova.

Niveles de calidad de vida en según sexo

En la tabla 6 se observa que un mayor porcentaje de estudiantes presenta una tendencia a un buen nivel de Calidad de Vida, tanto en el grupo de las mujeres como en el de los varones.

Tabla 6

Distribución de Porcentajes de los Niveles de Calidad de Vida según Sexo.

Niveles de calidad de vida en según edad

En relación a los niveles de calidad de vida en función a los grupos de edad, en la tabla 7 se aprecia que en el grupo de menores de 18 años, el mayor porcentaje se ubica en la categoría de Tendencia a buena Calidad de Vida; de la misma manera en el grupo de 19 a 21 años; sin embargo en el grupo de 22 a 24 años el ma-yor porcentaje se ubica en Tendencia a Mala Calidad de Vida. En los otros grupos de edad se ubican meno-res porcentajes.

Tabla 7

Distribución porcentual de los niveles de Calidad de Vida según edades.

Comparación de los niveles de calidad de vida, se-gún sexo

En la tabla 8, observamos que no existen diferencias en los factores de Familia y Tiempo Libre y Educación;

Categoría Puntuación DirectaMala Calidad de Vida Hasta 37Tendencia a mala Calidad de Vida 38 a 44Tendencia a buena Calidad de Vida 45 a 51Nivel Optimo de Calidad de Vida Más de 51

Niveles de Calidad de Vida SexoTotal

Mujer VaronMala Calidad de Vida 16.0 2.1 18.2Tendencia a mala Calidad de Vida 23.0 5.9 28.9Tendencia a Buena Calidad de Vida 29.4 10.7 40.1Optima Calidad de Vida 10.7 2.1 12.8Total 79.1 20.9 100

Niveles de Calidad de VidaGrupos de Edad

TotalMenos de 18 19 - 21 22 - 24 25 - 27 Más de 27

Mala Calidad de Vida 7.0 6.4 3.2 .5 1.1 18.2Tendencia a mala Calidad de Vida 11.8 10.7 4.8 1.6 .0 28.9Tendencia a buena Calidad de Vida 17.1 15.0 3.2 2.1 2.7 40.1Nivel Optimo de Calidad de Vida 5.9 4.8 1.1 1.1 .0 12.8Total 41.7 36.9 12.3 5.3 3.7 100.0

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a diferencia del Factor Hogar y Bienestar Económico, en donde si se han encontrado diferencias significati-vas, a favor de las mujeres, quienes reportan una me-dia más alta que los varones.

Tabla 8

Prueba t para muestra independientes en los tres factores de la Escala de Calidad de Vida.

* p < 0.05

Factores de la Escala deCalidad de Vida

Medias Prueba T para la igualdad de medias

Varones Mujeres t glSig.

(bilateral)Hogar 16.71 18.02

-2.090 218 .038*

Familia 11.98 11.80.442 201 .659

Tiempo libre y universidad 14.94 15.49 -1.334 222 .184

Comparación de los niveles de calidad de vida, según edad

Se establecieron las diferencias en cada uno de los fac-tores para cada grupo de edad; sin embargo, no se en-contraron diferencias significativas al aplicar Anova, tal como se observa en la tabla 9.

Tabla 9

Aplicación de Anova para determinar diferencias entre los grupos

Factores de laEscala

Suma decuadrados gl Media cuadrática F Sig.

Hogar Inter-grupos 88.361 4 22.090 1.449 .219Intra-grupos 3277.621 215 15.245Total 3365.982 219

Familia Inter-grupos 14.904 4 3.726 .655 .624Intra-grupos 1126.386 198 5.689Total 1141.291 202

Tiempo libre yuniversidad

Inter-grupos 20.192 4 5.048 .730 .572Intra-grupos 1514.665 219 6.916Total 1534.857 223

Discusión

Los resultados de la presente investigación señalan que existe un elevado porcentaje de alumnos que pre-senta una tendencia hacia un buen nivel de Calidad de Vida, tanto en el grupo de las mujeres y en varo-nes; como en función a la edad.

Los resultados pueden explicarse en función a su ni-vel socio económico; en la medida que provienen de una universidad particular y por tanto de un nivel so-cio económico medio. Es probable que estén logran-do satisfacer sus necesidades básicas y por lo tanto la percepción de su calidad de vida es favorable. Estos resultados concuerdan con un estudio realizado por una universidad española, en donde se encontró que el 80% de los estudiantes encuestados dicen ser feli-ces con su calidad de vida y gozan de buenas salud (Reig, Cabrero, Ferrer y Richard, 2001). De la misma manera, con los hallazgos de Grimaldo (2008), quien encontró similares resultados en estudiantes de cuar-

to y quinto de secundaria de nivel socio económico medio.

Así mismo, Unimer Research International (citado por Paniagua, y García, 2002) encontraron en Puer-to Rico que personas de nivel socioeconómico medio alto y alto, los residentes en el Área Metropolitana, las personas con estudios superiores y quienes se defi-nen como personas tranquilas dicen en proporciones significativamente mayores que viven una buena ca-lidad de vida.

Como podemos apreciar, ello puede ser explicado a partir del nivel socio económico; pero también puede considerarse importante la condición de ser estudian-tes universitarios de psicología. Es probable, que ello influya en la manera como valoran y perciben su si-tuación de ventaja en relación a aquellos jóvenes que no tienen acceso a estudios superiores. En este senti-do estos resultados concuerdan con el estudio realiza-do por Herreros, Gonzales, Portilla, Perez de Albeniz

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del Val, Bousoño, Bobes (1996) quienes evaluaron la Calidad de Vida de los estudiantes universitarios de Ciencias de la Salud de Medicina, Enfermería y Fisio-terapia de la Universidad de Oviedo, mediante un pe-riodo determinado y encontraron que los estudiantes puntuaron más alto que la de la población general.

Respecto a la comparación de los niveles de calidad de vida, de acuerdo a la variable sexo, se observa que no existen diferencias en las dimensiones Familia, Tiem-po Libre y Educación. Al respecto, estos resultados se relacionan con los hallazgos realizados por Díaz, Pala-cios, Morinaga y Mayorga (2000) acerca de la calidad de vida y perfiles emocionales en estudiantes univer-sitarios de una Facultad de Psicología de una universi-dad estatal peruana. En el mencionado estudio se en-contró que no existían diferencias significativas entre hombres y mujeres en relación a la calidad de vida.

En relación a la dimensión de Factor Hogar y Bien-estar Económico, se encontraron diferencias signi-ficativas, a favor de las mujeres, quienes reportaron una media más alta que los varones. Es decir, las mujeres poseen un mayor nivel de calidad de vida, en comparación con los varones. Los resultados ante-riores se relacionan con los reportados por Grimaldo (2008), que investigó acerca de los niveles de calidad de vida en estudiantes 4to y 5to de secundaria según sexo y nivel socioeconómico de centros estatales y particulares, encontrando diferencias significativas para el sexo, nivel socio económico; así como en la interacción entre ambos. Al respecto Costa, Bastini, Geyer, et. al. (2008) en un estudio transversal indaga-ron acerca de la calidad de vida y el bienestar espiri-tual en universitarios de Psicología. Los autores antes mencionados verificaron que existe correlación po-sitiva entre los dominios físico, psicológico, social y ambiental con el bienestar existencial de los universi-tarios. El dominio psicológico y bienestar existencial obtuvieron la correlación más alta.

Es probable que los resultados anteriores se deban a las diferencias culturales que se observa en nuestro medio, en donde las mujeres se encuentran más sa-tisfechas con las responsabilidades que tienen en sus casas. Al parecer, los varones no se encuentran tan satisfechos como ellas; porque probablemente las atribuyen principalmente a la figura femenina. Estos resultados concuerdan con una investigación realiza-da en relación a la Participación y uso del tiempo en el trabajo no remunerado en Uruguay por la Univer-sidad de La República y el Instituto Nacional de Esta-dística (2008) quienes encontraron que el 91% de las personas de 14 o más años de edad declaran realizan trabajo no remunerado. Esta proporción es diferente de acuerdo al sexo que se considere, es así que mien-tras entre las mujeres este tipo de trabajo lo realizan el 96% , cuando se considera a los varones este por-centaje sólo alcanza al 85%. Es así como se estima que la sociedad uruguaya invierte 27,4 horas semanales en el trabajo no remunerado; destacándose al igual

que lo indicado para la participación, una importan-te brecha de género. Mientras las mujeres destinan en promedio 36,3 horas semanales a este trabajo, los varones tan solo 15,7; lo que implica que las mujeres invierten más del doble del tiempo que los varones al trabajo no remunerado, y por tanto podría cons-tituirse en un elemento de dificultad para el acceso o promoción igualitaria en el trabajo remunerado.

Estos datos apuntan implicaciones para la promoción y prevención de la calidad de vida de los universita-rios. Los descubrimientos subrayan particularmente la importancia de las relaciones interpersonales como factores de hogar y el bienestar económico con res-pecto a la población de mujeres, al parece que las re-laciones familiares suponen una continua influencia generalizada sobre la satisfacción global por los estu-diantes universitarios. Es, pues, posible que la promo-ción de la calidad de vida de los universitarios requie-ra no sólo esfuerzos para mejorar sus entornos físicos y materiales, sino también esfuerzos para mejorar sus entornos psicosociales

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87Revista Investigaciones Psicológicas

SATISFACCIÓN FAMILIAR Y EXPRESIÓN DE CÓLERA - HOSTILIDAD EN ADOLESCENTES ESCOLARES QUE PRESENTAN CONDUCTAS ANTISOCIALES

SATISFACTION FAMILIAR AND EXPRESSION OF CHOLERA-HOSTILITY IN ADOLESCENTS SCHOOL CHILDREN WHO PRESENTED ANTISOCIAL BEHAVIOURS

Elizabeth Mayorga y Máximo Ñiquen Facultad de Psicología – UNFV

Resumen

La presente investigación tuvo por objetivo determi-nar la relación existente entre satisfacción familiar y las expresiones de cólera-hostilidad en una muestra de 227 adolescentes de tercero a quinto de secundaria de dos instituciones educativas estatales de Lima, que presentan conductas antisociales. Se aplicaron las es-calas de Satisfacción familiar de Olson y Wilson, el inventario multicultural de expresión de cólera-hosti-lidad de Ugarriza y la escala de conductas antisociales de Otero. El diseño es de tipo descriptivo correlacio-nal. Los resultados indican que existe una correlación negativa baja, a un nivel muy significativo (r= -0.184. p<0.01) entre la satisfacción familiar y las expresio-nes de cólera-hostilidad, es decir que a mayor satisfac-ción familiar menor expresiones de cólera-hostilidad.

Palabras clave: Conductas antisociales, satisfacción familiar, cólera-hostilidad.

Abstract

The present investigation and for objetive to deter-mine the existent relationship between family satis-faction and the expressions of cholera-hostility in a sample of 227 adolescents from third to recruit of se-condary that present antisocial behaviours. The scales of family satisfaction of Olson and Wilson, the mul-ticultural inventory of expression of cholera-hostility of Ugarriza and the scale of antisocial behaviours of Otero. The design is of type descriptive correlacional. The results indicate that a low negative correlation exists, at a very significant level (r= -0.184 p< 0.01) between the family satisfaction and the expressions of cholera-hostility, that is to say to more satisfaction family smaller expressions of cholera-hostility.

Key Words: antisocial behaviours, family satisfaction, cholera-hostility.

La conducta antisocial se está convirtiendo en un problema serio entre la infancia y la adolescencia. Al respecto Kazdin y Buela-Casal (1994) definen el com-portamiento antisocial como “cualquier conducta que refleje infringir reglas sociales y/o sea una acción contra los demás”. La gama de actos antisociales es por tanto, bastante amplia y puede incluir violencia y agresión, robo, vandalismo, promiscuidad y prosti-tución, entre otras.

No todos los casos llegan a estos extremos, pero los niños y jóvenes con conducta antisocial presentan comportamientos agresivos repetitivos, holgazanería, rupturas y choques más o menos continuados con las normas de casa y de la escuela, robos, y otros más extremos como incendios o vandalismos.

Es muy difícil que un adolescente presente todos los síntomas. Lo más probable es que haya un síntoma central y otros asociados. Lo más normal es que los niños y adolescentes con conducta antisocial presen-ten anomalías en otras áreas de rendimiento: hiperac-tividad, retraso escolar, trastornos depresivos, falta de comunicación y escasas habilidades sociales, quejas somáticas, etc.

Los mismos autores afirman que, el comportamien-to antisocial presenta cuatro dimensiones importan-tes: 1) La frecuencia con que una conducta dada se presenta en un individuo. 2) La magnitud de dicha conducta. 3) La magnitud de las consecuencias socia-les de dicha conducta. 4) La probabilidad de repeti-ción de la conducta. La significación social y clínica de una conducta como antisocial dependerá de cómo

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se manifiesten dichas dimensiones en un individuo concreto.

Dodge (1985) ha señalado que los jóvenes agresivos están propensos a interpretar las situaciones interper-sonales ambiguas como hostiles, de modo que para un niño agresivo la acción agresiva es en realidad un acto de castigo o represalia. Pero el acto agresivo pro-voca el rechazo de los compañeros, de modo que en el niño agresivo se acrecienta la creencia de que el medio es hostil. Sin embargo, como Bueno (2000) ha argu-mentado, las interpretaciones o atribuciones erróneas que realiza el individuo son parte del comportamien-to de agresión, no su causa.

Pero, como indican Kazdin & Buela-Casal (1994), es de gran importancia la identificación de los factores de riesgo más útiles para propósitos preventivos. Entre los factores de riesgo más comunes para el de-sarrollo de comportamientos antisociales se encuen-tran el consumo de sustancias; la impulsividad, las actitudes hacia la violencia; presencia de problemas de conducta desde la niñez; las prácticas inadecuadas de comunicación e interacción dentro de la familia; el soporte social basado en los compañeros más que en la familia y la presencia de problemas escolares y abandono de la escuela (Bueno, 2000; Loeber, 1990; Kazdin & Buela Casal, 1994).

González, García & Tapia (2002) ponen a prueba un modelo ecológico como marco teórico explicativo de la antisocialidad juvenil. 204 jóvenes mexicanos que cursaban la educación secundaria o preparatoria contestaron un cuestionario con preguntas acerca de la violencia intrafamiliar, su conducta antisocial, la ingesta de alcohol de sus madres, los problemas de conducta escolar, algunas características del ambien-te familiar, escolar y del barrio y las actitudes acerca de la violencia. Los datos fueron analizados a través de un modelo estructural en el cual las variables in-vestigadas constituyeron factores e índices que repre-sentaban a los niveles de la teoría ecológica. Los resul-tados mostraron que el microsistema tuvo un efecto directo en la conducta antisocial de los menores, el exosistema mostró un efecto también directo en el microsistema y por lo tanto uno indirecto en la con-ducta antisocial de los menores, y el macrosistema tuvo un efecto directo en el exosistema y uno indirec-to en la antisocialidad de los jóvenes.

González, García & Tapia (2002) en otra investiga-ción sobre trastornos de conducta antisocial en niños y adolescentes en una muestra de 240 sujetos, seña-lan que los resultados obtenidos, en una fase preli-minar, indican que de los sujetos evaluados un 5.83 % presentan conductas antisociales, lo cual se ajusta a resultados obtenidos en otras investigaciones.

Muñoz, Navas & Graña (2005) en un estudio que tuvo por objetivo analizar la influencia y el peso di-ferencial de determinadas variables psicológicas en la conducta antisocial de los adolescentes. Para ello

utilizaron una muestra de 1.851 adolescentes de am-bos sexos (49,92 % hombres y 50,08 % mujeres) de la Comunidad Autónoma de Madrid. Realizaron va-rios análisis de regresión por pasos teniendo en cuen-ta tres grupos diferentes de edad (14-15, 16 y 17-18 años) con las variables criterio confirmaron que los principales factores de riesgo psicológicos para expli-car la conducta antisocial eran variables vinculadas al constructo búsqueda de sensaciones (desinhibición, impulsividad, búsqueda de excitación, etc.), mientras que los factores de protección estaban representados por variables como la empatía y la práctica religiosa.

Algunos autores señalan que la conducta antisocial suele aparecer en niños de familias marginales o muy inestables. En una investigación realizada por la Poli-cía Nacional (1997; referido por Ugarriza, 1999) en-contraron que el 80% de los niños en estado de peligro moral y los que han cometido algún delito provenían de hogares mal constituidos; sólo el 20% de los niños tenían un hogar estable.

Sin embargo, Dughi (1996), en un trabajo publicado por la UNICEF, señala que, cualquiera sea el contexto histórico social en que se le examine, la familia debe cumplir cuatro tareas esenciales:

1. Asegurar la satisfacción de las necesidades biológi-cas del niño y complementar sus inmaduras capa-cidades de un modo apropiado en cada fase de su desarrollo evolutivo.

2. Enmarcar, dirigir y canalizar los impulsos del niño con miras a que llegue a ser un individuo integra-do, maduro y estable.

3. Enseñarle las funciones básicas, así como el valor de las instituciones sociales y los modos de com-portarse propios de la sociedad en que vive, cons-tituyéndose en el sistema social primario.

4. Trasmitirle las técnicas de adaptación de la cultu-ra, incluido el lenguaje.

A la familia como sistema se puede estudiar desde tres perspectivas básicas: la estructural, la funcional y la evolutiva. Estructuralmente la familia es un con-junto de demanda funcionales que organizan los mo-dos en que interactúan sus miembros y contemplan aspectos de su organización, tales como: subsistemas, límites, roles y jerarquía (Minuchin, 1990). Desde el punto de vista funcional, se enfocan los procesos y patrones de interacción a través de los cuales la fami-lia cumple con sus funciones afectivas e instrumen-tales. Desde la perspectiva del desarrollo evolutivo se identifican los estadíos propios del ciclo de vida de la familia, las características y tareas típicas de cada estadío y los patrones transaccionales desde los cuales se van dando su evolución.

Olson (1985), define la Satisfacción Familiar a través de la interacción entre la cohesión y adaptabilidad. Es decir considera que una familia es satisfecha en la me-

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dida que establece vínculos afectivos entre sus miem-bros y promueva el desarrollo progresivo en la auto-nomía (Cohesión), además que sea capaz de cambiar su estructura para superar las dificultades evolutivas (Adaptabilidad).

Debido a la naturaleza integrativa, la solidez teórica y la relevancia clínica del Modelo Circumplejo autores como Olson, Sprenkle, Russell en 1979 y 1980 cuan-do diseñan la escala de satisfacción familiar evalúan las principales dimensiones: Cohesión y Adaptabili-dad.

• Lacohesiónfamiliarexaminaelgradoenquelosmiembros de la familia están separados o conecta-dos a ella. Es el vínculo emocional que los miem-bros de la familia tienen entre sí.

• Laadaptabilidadfamiliarserelacionaconlaflexi-bilidad del sistema familiar, es decir con la capa-cidad de cambio frente a nuevas situaciones. Se define como la habilidad de un sistema marital o familiar para cambiar sus estructuración de poder, las relaciones de roles en respuesta al estrés emo-cional y desafío que se plantea a través del desa-rrollo.

Bueno, Tomás y Araujo (1998) hallaron en un estudio realizado en escolares de cuarto y quinto de secunda-ria que la satisfacción familiar se encuentra en niveles promedios, siendo mas altos los puntajes, en el sexo masculino, especialmente en la subescala de cohesión (p<0.05).

El ambiente socioeconómico, cultural y familiar pue-de ser percibido como una amenaza y dar lugar a reac-ciones emocionales de cólera-hostilidad, que podrían conducir a desarrollar conductas desadaptativas en los adolescentes. La cólera (cólera -estado) consiste en sentimientos que pueden variar desde una ligera irritación o fastidio hasta una rabia intensa y furia. Los rasgos de hostilidad (cólera – rasgo) se refieren a las diferencias individuales, en cuanto a la frecuencia e intensidad al experimentar estas emociones. (Uga-rriza, 1998). Por tanto, la cólera y la hostilidad son signos vitales que se consideran como aspectos críti-cos para el bienestar del individuo

La conducta antisocial en la adolescencia, son, sin duda, uno de los problemas más importantes y de mayor preocupación para los profesionales que están en contacto con adolescentes, especialmente para los del ámbito educativo. Por ello, es necesario detectar a los adolescentes con estas conductas inadaptadas, así como las variables de riesgo implicadas en las mis-mas, con el fin de diseñar programas de prevención aplicable en los ámbitos educativos.

Por ello, nos hemos planteado la siguiente interrogan-te.

¿Qué relación existe entre satisfacción familiar y las expresiones de cólera-hostilidad en adolescentes esco-lares de 3ero a 5to año de secundaria que presentan conductas antisociales y asisten a instituciones edu-cativas nacionales de Lima?

Método

Participantes

La población de estudio lo constituyeron 815 adoles-centes escolares que estaban cursando entre tercero, cuarto y quinto año de secundaria en 2 instituciones educativas de un distrito de Lima Metropolitana. Se consideraron adolescentes de ambos sexos, cuyas edades oscilaban entre los 14 a 17 años al momento de la evaluación y que presentaban conductas anti-sociales.

Se estimó una muestra no probabilística de tipo in-tencional.

La muestra final estuvo conformada por 227 estudian-tes (96 del sexo femenino y 131 del sexo masculino) de tercero 83 (37%) adolescentes, de cuarto 80 (35%) y quinto 64 (28%) de estudiantes (Tabla 1, 2).

Tabla 1

Distribución de la muestra según sexo

Tabla 2

Distribución de la muestra según el año de estudio y sexo

Diseño y Variables

La investigación corresponde a un diseño no- experi-mental, de tipo correlacional (Hernandez, Fernandez y Baptista, 2006)

Variables de Estudio- Satisfacción Familiar. - Expresión de Cólera - Hostilidad.

Variables de Controla) Estudiantes de 3ero a 5to de educación secunda-

ria.

Sexo % FFemenino 58 131Masculino 42 96Total 100 227

3º 4º 5º% F % F % F

Masculino

AñoSexo

62.7 52 51.3 41 59.4 38

Femenino 37.3 31 48.7 39 40.6 26

Total 100 83 100 80 100 64

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b) Edad entre los 13 a 17 años.

Instrumentos

Se utilizaron los siguientes instrumentos:

a) Escala de Satisfacción familiar de Olson & Wilson

Los autores evaluaron en primer lugar la satisfac-ción familiar en las dimensiones y sub escalas de cohesión y adaptabilidad familiar y, en segundo lugar medir el propio nivel de satisfacción en estas dimensiones y sub escalas de manera válida y con-fiable.

La escala está basada en las ocho sub escalas de cohesión y las seis sub escalas de adaptabilidad de instrumentos previamente utilizados para evaluar el modelo circumplejo (FACES, FACES II, Escala de Bienestar Familiar y Escala de Evaluación Clíni-ca). Las sub – escalas de cohesión son: vinculación familiar, límites emocionales, coaliciones, tiempo, espacio, amigos, toma de decisiones e interés y recreación. Las sub escalas de adaptabilidad son: asertividad, control, disciplina, negociación, roles y reglas.

La escala posee un total de 14 ítems. Los ítems correspondientes a la sub escala de cohesión fami-liar son los siguientes: 1, 3, 5, 7, 9, 11, 13 y 14. Los ítems correspondientes a la sub escala de adaptabi-lidad familiar son los siguientes: 2, 4, 6, 8, 10 y 12. De los 14 ítems finales seleccionados, 9 tuvieron un peso superior a .40 sobre el primer factor de ro-tación. La media y desviación estándar promedio de los ítems fueron, 3.25 y 1.14 respectivamente, a través de los 14 ítems finales. La muestra piloto norteamericana (n = 433) tuvo coeficientes Alpha de Crombach de .82 y .86 para cohesión y adapta-bilidad respectivamente. La escala total tuvo un coeficiente de .90.

La escala de 14 ítems retuvo un ítem para cada una de los 14 ítems con el puntaje total, en la muestra norteamericana. Los autores señalan que esta escala de Satisfacción Familiar es unidimen-sional y por lo tanto, el puntaje total es más váli-do empíricamente. Los datos de confiabilidad en la muestra norteamericana, el coeficiente Alpha de Crombach para la escala conformada por la suma de estas 14 variables es .92. los coeficientes para los ítems de la escala de cohesión es .85 y para los ítems de adaptabilidad es .84. La correlación de Pearson para el Test-retest, con cinco semanas de diferencia, para la escala total fue de .75.

En nuestro medio esta prueba fue validada por Bueno (1996) en una muestra de estudiantes uni-versitarios, cuyos resultados hallados fueron que todos los ítems resultaron significativamente co-rrelacionados con sus respectivas subescalas a un nivel de p<.001; a excepción del ítem 5 (subescala

de cohesión), el cual correlacionó de modo signi-ficativo con su respectiva subescala a un nivel de (p<.01). Ambas subescalas también correlacio-naron significativamente con la escala total, a un nivel de p<.01. También calculó tres diferentes coeficientes de consistencia interna. Todos ellos resultaron altamente significativos (p<.001), tanto a nivel de las dos subescalas, como de la escala total. Dichos coeficientes hallados fueron ligeramente más altos con respecto a la subesca-la de adaptabilidad. Las correlaciones test-retest encontrados fue significativa (p<.001). Por tan-to, la escala de satisfacción Familiar demostró ser un instrumento altamente estable y confiable en nuestro medio. Por otro lado Bueno et al (1998) en la escala de satisfacción familiar en estudiantes de cuarto y quinto de secundaria, encontraron un coeficiente de consistencia interna de 0.8123 a un nivel altamente significativo

b) Inventario multicultural de la expresión de cólera – hostilidad de Ugarriza. Este instrumento brin-da una medición concisa del modo como se expe-rimenta y expresa la cólera. Consta de 44 ítems distribuidos en seis escalas: Cólera estado, cólera rasgo, cólera manifiesta, cólera contenida, control de la cólera manifiesta, control de la cólera conte-nida y expresión de cólera.

El Inventario Multicultural de la Expresión de Có-lera – Hostilidad está diseñado para ser adminis-trado fácilmente y evaluar objetivamente los sen-timientos de cólera como estado (estar) y como rasgo (ser) y la expresión y control de la misma. Se puede administrar desde los 13 años hasta la edad adulta.

c) Escala de Conductas Antisociales de Otero (1996). Esta escala fue inicialmente desarrollada en Espa-ña para estudiar el comportamiento delictivo ju-venil y su relación con el consumo de drogas. Los reactivos consisten en descripciones de conductas específicas catalogadas como antisociales (ejem-plo: “entrar en una casa ajena sin permiso”, “llevar cualquier tipo de arma por si necesita en una pe-lea”, etc.) cubriendo una amplia gama, que el au-tor clasifica en conductas contra normas; vanda-lismo; robo y agresión. La escala fue adaptada por Ambrosio (2003), quien demostró que la prueba es válida y confiable en nuestro medio; quedando la escala conformada por 32 ítems que evalúan la conducta antisocial (agresión, robo, vandalismo y conducta contra las normas).

Procedimiento

Se coordinó con dos Instituciones Educativas Es-tatales y se administraron los Instrumentos en un solo momento, se realizó el control de calidad de las pruebas aplicadas, seleccionándose a los estudiantes

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que presentaron conductas antisociales a través de la aplicación de la escala de conductas antisociales de Otero; luego se procedió a construir la base de datos y a estimar los análisis estadísticos correspondientes a los objetivos de la investigación con el paquete esta-dístico SPSS versión 12.0.

Resultados

Para determinar la confiabilidad de los instrumentos se realizó el análisis de fiabilidad por consistencia in-terna cuyos valores son elevados y muy significativos (p<0.01) en los tres instrumentos (Escala de Con-ductas Antisociales de Otero a = 0.92, El Inventario Multicultural de la Expresión de Cólera – Hostilidad a = 0.80 y la Escala de Satisfacción Familiar a=0.90). (Tabla 3)

Tabla 3

Confiabilidad de los Instrumentos por Consistencia Inter-na (Alfa de Crombach)

En la tabla 4 se observa que en ambos instrumentos las puntuaciones presentan una distribución normal según la prueba de Kolmogorov-Smirnov. (Satisfac-ción Familiar Z=0.812, p<0.524; Expresión de Cóle-ra-Hostilidad Z=0.616, p<0.619).

Tabla 4

Resultados de la Prueba K-S para determinar la distribu-ción de las puntuaciones.

Se observa que la media en cuanto a satisfacción familiar es de 38.74, con una variabilidad de 11.69, mientras que el puntaje promedio de expresión de cólera-hostilidad es de 50.44 con una variabilidad de 11.25. (Tabla 5).

Tabla 5

Medidas de tendencia Central y Variabilidad en Satisfac-ción Familiar y Expresión de Cólera-Hostilidad.

Instrumentos α pEscala de Conductas Antisociales de

Otero

0.92 0.01

El Inventario Multicultural de la

Expresión de Cólera – Hostilidad

0.80 0.01

Escala de Satisfacción Familiar de Olson

y Wilson

0.90 0.01

Instrumentos Z pEl Inventario Multicultural de la

Expresión de Cólera – Hostilidad

0.616 0.619

Escala de Satisfacción Familiar de Olson

y Wilson

0.812 0.524

Variables X D.S. S²Satisfacción Familiar 38.74 11.69 136.6Expresión Cólera-Hostilidad 50.44 11.25 126.7

En la muestra se encontró que un 26.88 % de los ado-lescentes presentan insatisfacción familiar, el 27.32 % poca satisfacción familiar, el 22.46 % moderada satis-facción familiar y el 23.34 % alta satisfacción familiar. (Tabla 6)

Tabla 6

Satisfacción Familiar según los niveles.

En la tabla 7 se observa los niveles de expresión de cólera-hostilidad de los adolescentes de educación secundaria; el 39 % de los estudiantes experimentan y no expresan adecuadamente la cólera-hostilidad, el 31 % experimenta y expresa la cólera-hostilidad y el 30 % de los adolescentes experimenta y/o expresan de manera inadecuada la cólera-hostilidad.

Tabla 7

Niveles de la Expresión de Cólera-Hostilidad.

Se observó en el análisis de correlación entre dimen-siones de las variables que la adaptación familiar no se encuentra relacionada con la hostilidad (r=-0.41, p<0.53), sin embargo existe una correlación negativa baja con la expresión de cólera (r=-0.208, p<0.01). Así también se encontró que la cohesión familiar se halla correlacionada significativamente con la expre-sión de la cólera, aunque esta correlación es baja (r=-0.220, p<0.01), mientras que no se puede afirmar que haya una correlación significativa con la dimensión de hostilidad (r=-0.01, p<0.86). (Tabla 8)

Tabla 8

Correlación entre las dimensiones de Satisfacción Fami-liar y Expresión de Cólera-Hostilidad.

Para analizar si existe relación entre las variables se calculó el coeficiente de correlación bivariado de Pear-

Niveles F %Insatisfacción Familiar 61 27Poca satisfacción familiar 62 27Moderada Satisfacción Familiar 51 23Alta Satisfacción Familiar 53 23

Total 227 100

Niveles F %Experimenta y no expresa la cólera-hostilidad

88 39

Experimenta y expresa de adecuadamentela Cólera-Hostilidad

71 31

Experimenta y/o expresa de manerainadecuada la Cólera-Hostilidad

68 30

Total 227 100

Dimensiones Adaptación Familiar CohesiónFamiliar

r p r pHostilidad(rasgo)

-0.41 0.53 -0.01 0.86

Expresión deCólera

-0.208 0.01 0.220 0.01

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son y su significancia, donde se puede apreciar en la Tabla 9 que existe una correlación negativa baja, a un nivel muy significativo (0.01), esto quiere decir que a mayor satisfacción familiar menor expresión de cólera-hostilidad.

Tabla 9

Correlación entre Satisfacción Familiar y Expresión de Cólera-Hostilidad.

Discusión

Respecto a los instrumentos aplicados se encontró que estos son consistentes en la muestra de estudio, encontrándose en la escala de satisfacción familiar un alto nivel de confiabilidad muy significativo; es-tos datos confirman lo hallado por Bueno et al (1998) quienes encontraron un coeficiente de consistencia interna de 0.8123 a un nivel altamente significati-vo. Por otro lado, en el inventario multicultural de la expresión de cólera-hostilidad se halló también que presenta consistencia interna a un nivel muy signifi-cativo (p=<0.01).

En cuanto a los niveles de satisfacción familiar se en-contró en la muestra que el 54% de los adolescentes presentan insatisfacción o poca satisfacción en su grupo familiar, estos datos no coinciden con lo halla-do por Bueno et al, quienes encontraron que los estu-diantes presentan un nivel promedio de satisfacción familiar, con un nivel ligeramente mas alto entre los varones. Esta diferencia de los resultados en ambas investigaciones pudiera ser que, en el presente estu-dio, la muestra fue en adolescentes con conductas antisociales.

Por otro lado, se hallaron que el 39% de los adoles-centes con conductas antisociales experimentan y no expresan su cólera-hostilidad, es decir dirige esta cólera hacia ellos mismos; mientras que un 30 % ex-perimenta y expresa de manera inadecuada su cólera-hostilidad, es decir esta expresión son manifestados a través de conductas agresivas (agresión física, des-trucción de objetos y asaltos a otras personas). Por lo tanto al considerar ambos porcentajes se aprecia que casi un 70 % de los estudiantes no presentan un nivel adecuado de la expresión de cólera-hostilidad, estas formas inadecuadas de expresión podrían generar se-rias dificultades en sus relaciones interpersonales e intrapersonales.

En cuanto a las correlaciones halladas entre las di-mensiones de ambos instrumentos se encontró que la Hostilidad no se encuentra correlacionada con la cohesión familiar ni la adaptación familiar, mientras que la expresión de la cólera presenta correlaciones

Variables r pSatisfacción FamiliarExpresión de Cólera-Hostilidad

-0.184 0.01

negativas bajas (p<0.01) con ambas dimensiones de la satisfacción familiar, esto quiere decir que a mayor expresión de cólera-hostilidad de manera inadecuada, menor adaptación y cohesión familiar.

Finalmente, los resultados en esta muestra de es-tudio se encontraron una asociación negativa baja (p<0.01) entre las variables de estudio, es decir a ma-yor satisfacción familiar menor expresión de cólera-hostilidad.

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La Revista de Investigaciones Psicológicas de la Uni-versidad Villarreal publica trabajos empíricos y teó-ricos, en el abordaje de problemas de carácter bási-co y aplicado, en todas las áreas de la psicología. Los manuscritos deben seguir las normas del Manual de Publicaciones 5ta Edición de la American Pyscho-logical Association (APA). Los manuscritos deben constar de: Titulo, autores, afiliación institucional, encabezamiento para publicación, resumen (abstrac) en español e inglés, introducción, método (diseño, sujetos, instrumentos, procedimientos), resultados, discusión, referencias, anexos si es necesario.

El artículo para publicación debe ser enviado en for-mato Word, por vía electrónica al Editor General de la revista: Julio Figueroa Gonzales, e-mail: [email protected], con copia al Asistente Editorial, Enrique Cárdenas, e-mail: [email protected]. Los manuscritos deben tener una longitud máxima de 25 páginas, incluidas tablas y figuras.

El manuscrito debe estar acompañado de una carta en que se presente brevemente la naturaleza, valor académico y alcances del artículo y se declare que el manuscrito es inédito, que no ha sido sometido a ninguna otra publicación y que los datos en él con-tenidos no han sido publicados total o parcialmente, ni los que están en proceso de publicación o hayan sido presentados a otra revista para su valoración pre-viamente. Dicha carta debe ser firmada por todos los autores.

Evaluación: El manuscrito es examinado en primera instancia por el Comité de Editores, que verifican una serie de aspectos formales y metodológicos. Superada esa fase, el manuscrito se envía para evaluación a un Consultor Editorial. Si el autor desea permanecer en el anonimato durante el proceso de evaluación, de-berá indicarlo expresamente en la carta de solicitud, eliminando cualquier información que pueda ofrecer pistas sobre su autoría, incluyendo auto-citas del tipo “Como decíamos en nuestro anterior trabajo”, o agra-decimientos personales. Todos sus datos de identifica-ción deberán en este caso ir en página aparte sin gra-par, cuidando de que en la primera página del texto lleve solo el título. Los autores recibirán los comenta-rios de los evaluadores junto con una carta de los Edi-tores en la que se le informa de la decisión adoptada sobre el trabajo. Los trabajos enviados a evaluar no se devuelven a los autores.

Última versión: Si el trabajo es aceptado, el autor de-berá enviar por email la versión final y las copias en papel que requiera el Editor de ser necesario.

Pruebas y separatas: El autor recibe pruebas de im-prenta para su revisión, en ningún caso para incluir texto o material nuevo ni para efectuar correcciones mayores. Tendrá un plazo de diez días a partir de su recepción para devolverlas. El autor recibe 5 separa-tas y un ejemplar de la revista en que aparece su ar-tículo, teniendo derecho a un 50% de descuento en los ejemplares del número en que aparece su artículo (solicitándolo con las pruebas y dependiendo de las existencias).

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94 Universidad Nacional Federico Villarreal

REVISTA DE INVESTIGACIONES PSICOLÓGICASDE LA UNIVERSIDAD VILLARREAL

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REVISTA DE INVESTIGACIONES PSICOLÓGICASDE LA UNIVERSIDAD VILLARREAL

Vol. 1 – Num. 1, año 2010

CONTENIDO

1. PERFILES EMOCIONALES EN MADRES CUIDADORAS DEL PROGRAMA NACIONAL WAWA WASI DE LIMA METROPOLITANA Jorge Palacios, Alfredo García y Elizabeth Flores 3

2. ASERTIVIDAD, MOTIVACIONES, PERSONALIDAD Y CONSUMO DE DROGAS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Julio Figueroa, Miguel Vallejos, Roxana Cárdenas y Doris Ramirez 12

3. FACTORES PSICOSOCIALES Y DEMOGRÁFICOS ASOCIADOS AL CONSUMO DE DROGAS EN ADOLESCENTES DE UNA ZONA URBANO POPULAR DE LIMA METROPOLITANA Walter Capa, Miguel Vallejos & Roxana Cárdenas 21 4. AJUSTE Y SATISFACCIÓN EN PAREJAS QUE TRABAJAN Teófilo Rodolfo Prado y Mónica Del Águila 38 5. EFECTOS DE LA DESCRIPCIÓN DE CONTINGENCIAS SOBRE EL DESEMPEÑO EN TAREAS DE DISCRIMINACIÓN CONDICIONAL Roberto Bueno y Armando Martínez 53

6. CAPACIDAD EMPRENDEDORA Y COEFICIENTE EMPRESARIAL EN ESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL Carlos Portocarrero, Elizabeth Mayorga y Martha García 62

7. PREVALENCIA, FACTORES DE RIESGO Y ADICCIONES EN UNIVERSITARIOS Julio Figueroa, Walter Capa & Miguel Vallejos 70 8. CALIDAD DE VIDA EN ESTUDIANTES DE UNA UNIVERSIDAD PARTICULAR DE LIMA Miriam Grimaldo y Marivel Aguirre 79 9. SATISFACCIÓN FAMILIAR Y EXPRESIÓN DE CÓLERA - HOSTILIDAD EN ADOLESCENTES ESCOLARES QUE PRESENTAN CONDUCTAS ANTISOCIALES Elizabeth Mayorga & Máximo Ñiquen 87

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La presente Revista Científicase imprimió en los Talleres Gráficos

de la Universidad NacionalFederico Villarreal

Lima - Perú

2010