Editorial P.3

Conoce al Equipo de la Revista ALAS P.4

Mi Primera Vez P.6

Entrevista P.8

Artículo: Mamá a los 15 P.10

Eventos ALAS P.12

Mujeres que están volando P.14

Impulsando el cambio P.16

Artículo: eligiendo qué hacer el resto de la vida

P.18

Artículo de investigación: amistades y pareja

P.22

10 pasos para enfrentar cambios en la vida

P.24

Razones para sonreír P.26

Recomendaciones: La Mujer que vuela P.28

Frases destacadas P.31

Amiga lectora:

Tengo completa certeza que las mujeres ALAS son valientes, afrontan la vida y apren-den a volar alto, aunque el viento en ciertos momentos sea muy fuerte. Buscan ser la mejor versión de ellas mismas y cada situación que encaran les sirve para crecer.

Los cambios en la vida nos imponen desafíos. Este tercer número de la Revista ALAS trata justamente esta importante temática. Con situaciones como la primera vez lidian-do con el duelo, los cambios en la vida de una madre adolescente, la transición entre salir del colegio y elegir una carrera, además de otros cambios que afectan directamen-te nuestras vidas.

La entrevista de éste número se le realizó a Marta Ramos, voz principal de Marta y los del Barrio, artista nacional, madre y profesional que nos cuenta cómo maneja todos es-tos roles y ha enfrentado distintos cambios en la vida.

Le agradecemos una vez más por acompañarnos en esta edición y la invitamos a seguir conociendo más sobre la Asociación ALAS.

“Hoy  estoy  soñando  con  gigantes  y  tengo  el  valor  para  perseguirlos”.

Cristina Izquierdo Flores Editora

Diseño y diagramación

Cristina Izquierdo Flores

Equipo de Revista ALAS

Raquel Rochwerger Ana Laura Campos

Andrea Álvarez Georgianela Carpio

Cristina Izquierdo Sofía Rojas Alfaro

Priscilla Arias Mayela Castillo

Andrea Álvarez

Bananera, historiadora, salubrista pública, mujer de familia y fundadora ALAS. De la actividad bananera aprendió de perseverancia. De la historia entendió el enorme potencial humano. De la política aprendió de humildad y la salud pública es su vocación. De su familia aprendió lo que conlleva construir una vida apasionada. Y en ALAS compartió la solidaridad en-tre mujeres.

Cristina Izquierdo

Escribe desde que tiene memoria, seguro por eso se gra-duó de periodista en la UCR. Su primer libro se lo dedicó a su papá. Complementó su profesión con administra-ción de negocios. Ganadora del premio Armando Alfaro del COLPER. Cree en los súper héroes y después de en-trar a ALAS, cree también en las súper heroínas.

Georgianela Carpio

Positiva y soñadora por naturaleza. Apasionada por lo que sucede en el mundo, tanto así que eligió de pro-fesión Relaciones Internacionales. Fiel creyente de que si cada persona se conoce a sí misma, se pueden lo-grar grandes cosas.

Raquel Rochwerger

Fundadora de ALAS y representante de la Junta Directi-va en la Revista. Orgullosa esposa, madre y abuela. Psicóloga de profesión, defensora de la justicia social y apasionada promotora de la búsqueda de la felicidad.

Priscilla Arias

Sueña con viajar por el mundo. La mueve la música, la inspiran las personas y ama el amor. Nunca le dice que no a un postre. Su pasión es invertir tiempo en otros. Nunca para de hablar. La fotografía es su vida, no es un trabajo, es un estilo de vida.

Ana Laura Campos

Aunque estudió Relaciones Públicas su pasión es el mercadeo. Para ella, lo más importante es la familia y sigue creyendo en los cuentos de hadas.

Sofía Rojas

Ama viajar, conocer nuevas culturas. Ama el cine, la decoración y el arte en general. Le encanta conocer gente que quiera mejorar el mundo. Es sincera y honesta con lo que piensa, hace y dice. Cree en la igualdad. Quiere seguir estudiando toda la vida y aprendiendo cosas nuevas.

Mayela Castillo

Productora audiovisual con un gusto obsesivo por el cine de horror, con ideas poco convencionales y pasión por aprender. Sueña con viajar por el mundo y dedicar su vida a sus amores: el audiovisual, la cocina y aprender... de todo.

Por : Ana Laura Campos

Fotografía: Priscilla Arias

Para poder escribir esta edición de mi pri-mera vez empecé por preguntarme ¿qué es un duelo?, ¿cómo se siente estar en duelo? ¿Importará la ropa que llevés, lo que piensen las otras personas, la mirada que te dan, el decir lo siento? ¿O es nada más tener el corazón roto?

Llegué a la conclusión de que un duelo no es algo que pueda describir como un sen-

timiento en particular, son varios senti-mientos encontrados que te hacen sen-tir sin fuerzas, sin aire. Con ganas de no seguir adelante. Así llegué a sentirme hace 16 años.

A mis 9 años, tuve que renunciar al amor de mi vida. A mi papá le detectaron un cáncer de colon terminal que duró 3 me-ses. A esa edad, poco sabía lo que era un cáncer y, más aún, que por ello no volvería

a ver a mi héroe.

El poco recuerdo que tengo de esos días hace que me devuelva en el tiempo y me siento desesperada, con ganas de salir corriendo y abrazar a esa niña de 9 años; decirle que aunque su vida va a cambiar por completo, tiene a alguien que la entiende y que la quiere muchí-simo. Todo va a salir bien y aunque duela como el primer día, la vida sigue y uno tiene que seguir con ella, por más duro que sea.

La enfermedad de mi papá empezó a afectar a todos en la familia, el humor de él cambió, ya no era un señor dulce que me quería incondicionalmente, ahora era una persona apagada, sin vida, muy triste, ensimismada y que poco a poco perdía sus ganas de vivir.

Mi mamá sufría mucho, pasaba horas pre-ocupada por lo que iba a ser de nuestras vidas y como ella tendría que afrontar la situación sola con dos niños muy peque-ños. Mi familia pasaba mucho tiempo cer-ca de nosotros, dividiéndose entre el hos-pital y la casa, tratando de cooperar con lo que se pudiera para que entre todos sobrelleváramos esta enfermedad.

En mi caso, esos tres meses me hicieron madurar, ver la vida de diferente manera y aunque era solo una niña, el pasar por un dolor como ese me quitó la niñez. De gol-pe tuve que aprender a ser una mujer fuerte que necesitaba esconder su dolor y pretender que todo estaba bien, o por lo menos así lo vi.

Me volví una persona desconfiada y muy reservada. Escondo mis sentimientos con facilidad, a nadie le cuento si me hace fal-ta o si a veces siento que no puedo vivir sin él. El dolor es solo mío, soy yo la que piensa en él todos los días, la que le cuen-ta cómo va mi vida, si me pasa algo malo le pido consejos y si me pasa algo bueno le cuento con mucha alegría lo que estoy viviendo. He pasado toda mi vida tratando de ser excelente para que mi papá, aun-que yo nunca lo sepa, esté muy orgulloso de mis logros.

El 7 de julio de 1997, tuvimos que despe-dirnos, después de haber pasado la noche en coma, lo mejor era que descansara y así fue. Algo entendía de lo que iba a pa-sar, sabía que ese era el último día que

podía compartir con él y lo abracé bien fuerte. Esa noche mi figura paterna había

desaparecido. Nunca volvería a escuchar las   palabras:   “Te   traje   toneladas   de  amor  y  cariño”.  

Ahora pienso en lo duro que fue para to-dos lidiar con esto, como mamá debe ser muy difícil decirle a una niña de 9 años que su papá no volverá a abrazarla, que no estará ahí el día de su primera comu-nión, de sus graduaciones y de su boda. Que los bailes de papá e hija no están hechos para ella.

Perder a la persona por la que daría mi vida, es desgarrador. Se debe comenzar de cero, una nueva vida empieza sin que una quiera, por una mayor parte del tiempo se vive sin querer vivir o por inercia, una no está consiente qué es lo que pasa alrededor. Todavía no creo haber llegado a la etapa de aceptación, tengo mis peleas internas con todos, in-cluyendo con Dios por lo que me ha pasa-do, por lo que me han quitado. No puedo decirles que se supera, ese hueco que queda en el corazón no se llena. Al menos no lo he llenado todavía. Pero uno como ser humano se adapta a una vida sin esa persona. El tiempo pasa y la vida te trae nuevos amores y situaciones que te hacen sentir feliz.

Papi, si me estás escuchando créeme que he intentado vivir sin ti, y creo que lo he logrado. Lo que nunca voy a poder lograr es recordarte sin soltar una lágrima.

Por: Andrea Álvarez

Edición texto: Cristina Izquierdo

Fotografía: Priscilla Arias

Marta Ramos, la voz principal del grupo Marta y los Barrio, comparte con el equi-po ALAS cómo surge el proyecto y cómo se aventura al mundo musical, además de sus facetas como emprendedora, madre, y relacionista pública de profesión.

¿Cómo surge Marta y los del Barrio? Como a los 15 días de que mi hija, Alexa, había nacido, me llamó el gerente del San José Palacio y me preguntó que si quería hacer un grupo. Yo tenía mucho miedo porque yo tenía 21 años, con una bebé re-

cién nacida. Llamé por teléfono a mi es-poso para contarle y él me respondió: -“¿y  qué está esperando? Ésta es la oportuni-dad  de  la  vida.”

¿En algún momento has dudado si esa fue la mejor opción? No lo he dudado jamás. No puedo darle la espalda a algo que vive en mí.

¿Marta y los del Barrio ha tenido tro-piezos? Cuando comenzamos en el San José Pala-cio era tranquilo, porque sabíamos que era fijo por un contrato. En ese momento yo trabajaba de domingo a domingo, era agotador. Además, los días antes del fin de semana casi no llegaba gente, lo que

Marta Ramos, Marta y los del Barrio

Entrevista

suponía mucha frustración. Pero, hay que cantar y presentarse aunque igual sea an-te una persona o ante mil.

En el medio musical, la mayoría de los que lideran los grupos son hombres. Yo juego rol de jefe y de compañera. Yo me pongo en los zapatos de los demás y entonces vamos a estar en las mejores condiciones porque eso es también lo que yo quiero para mí. A mí en mi grupo, me ven como líder.

En Marta y los del Barrio hemos roto este-reotipos. Muchas decisiones a nivel cultu-ral las he implementado yo. Como mujer joven, al comienzo del grupo, tuve algu-nos choques con algunos músicos, porque no aceptaban que fuera una mujer quien ejerciera el liderazgo del grupo.

¿Cómo encontrabas un balance, como música, estudiante, mamá y esposa? Cuando comenzamos no tenía tiempo pa-ra mí. Cuando terminé la licenciatura esta-ba acelerada, porque sentía que tenía mu-cho tiempo. Entonces, comencé a cuidar-me un poco más con el ejercicio. En los cinco años de universidad empecé a pa-decer de hipotiroidismo, entonces co-mencé a cuidarme más de la salud. Lo que me disparó la enfermedad fue el estrés que manejaba en ese tiempo.

¿Has ejercido la carrera de relaciones públicas? Desde siempre. Utilizo las relaciones públicas para todo. En Costa Rica, las em-presas aún no saben la riqueza que tiene esta carrera. Tenés que saber de adminis-tración, recursos humanos, tenés que sa-ber de todo.

¿Tenés nuevos proyectos? Voy a retomar una empresa que es de producción de eventos.

¿Qué metas o sueños tenés pendientes? Trabajar en música original, lo que pasa es que aquí cuesta mucho, pero eso es tema aparte. Yo escribo, pero las canciones me quedan muy largas, debí seguramente ser poetisa o algo similar (risas). Ahora tengo un muchacho en México que nos está en-viando canciones originales y nosotros hacemos los arreglos y toda la produc-ción. Mi meta principal es mantenerme como número uno en el mercado.

¿Alguna frase que te impulsa para se-guir adelante? En la vida todo es cuestión de actitud. Si pasamos algo negativo, tenemos que de-cir que esto nos va a llevar a algo bueno, aunque en el momento no lo veamos. Y en momentos positivos, tener calma y no elevarse demasiado. No olvidarnos de dónde venimos y dar las gracias.

¿Qué pasa por la mente de una niña de 14 años y 9 meses? Cualquiera pen-saría que está contando los días para cumplir sus 15 años y a su vez se prepara para una nueva etapa de su vida con más libertad. En mi caso, a esa edad, yo esta-ba a punto de recibir la noticia más im-portante y con drásticos cambios para mi vida.

Las sospechas se incrementaban cada vez más, pero yo no tuve el valor de realizarme el examen, simplemen-te porque no sabía cómo le iba a decir a mis padres de confirmar el positivo. Ese sábado mi mamá me despertó y me dijo   “Yuliana   levántese   que   vamos   a  hacerle   una   prueba   de   embarazo”   yo  

simplemente seguí sus instrucciones y nos fuimos al laboratorio. Me hicieron el examen de sangre y luego de unos mi-nutos la enfermera le dijo a mi mamá “felicidades   va   a   ser   abuela”;     yo   estallé  en llanto y recuerdo como si hubiese si-do ayer las palabras de mi madre: “Yuliana  no  llore  así  que  eso  le  hace  mal  al bebé, de ahora en adelante vamos jun-tas  usted  y  yo”.

Desde ese momento mi vida cam-bió: los  malestares  típicos  del  embarazo,  mi familia tratando de asimilar una noti-cia que jamás pasó por sus mentes, en-frentar los comentarios negativos de to-do tipo de personas conocidas y apren-der a aceptar las humillaciones sufridas

Por: Yuliana Sánchez

Gerenta de Mercadeo,

Servicios Administrativos PC

en el colegio por parte del personal administrativo, estudiantes y docentes que no sabían cómo lidiar con la situa-ción que estaba ocurriendo, perder una beca que tenía desde sétimo grado por buenas calificaciones y recibir agresiones psicológicas y verbales por parte del pa-dre del bebé.

A pesar de todas las adversidades, seguí estudiando hice los exámenes de noveno embarazada y obtuve resultados excelentes.

El 4 de febrero nació mi hermosa hija. Para mí todo era como un sueño en el que no sabía qué hacer ni cómo actuar ante los diferentes comportamientos de la bebé. Mi mamá se puso feliz al saber que iba a continuar con mis estudios, ella me cuidaba a mi bebé mientras iba al co-legio pero en el momento que llegaba a la casa, mi hija era mi responsabilidad. Tareas, trabajos y estudiar para exáme-nes, todo lo tenía que hacer con Mariam en mis regazos o hacerlo en tiempos que ella estuviera dormida. Luego de que Mari tenía unos meses y cansada de agresiones terminé toda relación y con-tacto con el padre de mi hija, incluyendo el apoyo económico.

Pasaron los años totalmente atípi-cos a los de una adolescente promedio, yo quería salir con mis amigos, ir al cine, ir a fiestas pero mi mamá siempre fue muy clara al hacerme ver la responsabili-dad que había adquirido como papá y

mamá al mismo tiempo, me gradué de bachiller e inmediatamente empecé a trabajar, inicié mis estudios universitarios en la noche, por lo que los primeros años de vida de mi hija casi no puede estar con ella, salía de la casa a las siete de la noche, y llegaba aproximadamente a las diez de la noche. los días de universidad.

Gracias a Dios y a la experiencia que me tocó vivir, hoy les puedo decir que soy la mujer que soy por mi hija. Soy una mujer exitosa en todos los campos de mi vida tengo un esposo excepcional, una bebé de 5 meses, mi hija mayor cursa el cuarto grado y es una excelente estu-diante, me gradué de la universidad y tengo una micro empresa que cuenta con un programa de Responsabilidad So-cial Empresaria que ayuda a personas en condiciones difíciles a salir adelante. To-do esto es gracias al apoyo incondicional de mi familia, pero especialmente el de mi madre que siempre en las buenas y malas ha estado conmigo y con mi hija.

En la actualidad mi hija tiene diez años, estamos terminando la niñez y nos aventuramos juntas a la adolescencia, yo siempre le he hablado con mucha clari-dad de lo sucedido, y mi deseo más sin-cero es que ella viva sus etapas de la me-jor manera, que estudie, se prepare y cuando sea el momento indicado llegue esa bendición tan hermosa que es el ser madre.

“¡Definitivamente   existe   un   antes   y   un  después   de   este   taller!”,   es   la   frase   que  muchas mujeres ALAS nos dicen después de recibir talleres como Empoderamiento para la Gerencia y el Liderazgo y Negocia-ción Positiva para el Liderazgo Efectivo.

La doctora Evangelina García, consultora internacional, ofreció en el mes de abril 3 talleres para las mujeres ALAS.

Felicitamos a las 94 mujeres recibieron los cursos y dieron un paso más en su empo-deramiento para el desarrollo personal y profesional.

El 20 de junio Nuria Marín, presiden-ta de ALAS, fue la encargada de la

conferencia: "Liderazgo en el Siglo XXI". Esta conferencia fue impartida para más de 300 trabajadores del Scotiabank.

21   de   mayo,   María   de   los   Ángeles  Acón, prosecretaria de ALAS, junto con Angie Hernández, Directora de Proyectos; participaron en el congre-so: "Zer Integral" del Grupo Zermat.

Taller Mis Primeros Pasos en el Mundo Laboral, realizado en mayo. Un sábado com-pleto de aprendizaje sobre temáticas como el desarrollo de un CV, la negociación del primer salario, la presentación y la entrevista para ese primer empleo.

Con mucho orgullo queremos compartir un logro de una de nuestras queridas amigas ALAS: María Amalia Guillén,  quien  asumió  desde  el  pasado  mes  de  abril  el  cargo  de  Fiscal de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio Internacional de Costa Rica. ¡Muchísimas felicidades María Amalia, nos encanta ver a nuestras mujeres volar cada vez más alto!

Felicitamos a María Fernanda Morales,   parte   de   nuestro   equipo   de   investigación  ALAS, por su licenciatura en Derecho con énfasis en Derecho Financiero y autora de la tesis "Los Derechos Sexuales y Reproductivos: Estudio y Análisis Legal de Abor-to no punible en Costa Rica".  Aprobada  con  distinción  y  recomendación  de  publica-­ción.

Felicitamos también a Marianella Padilla Quirós, por la apertura de su tienda C-Bebé.  

Felicitamos también a Sofía Rojas, integrante de la Revista ALAS, en su comienzo como co-fundadora de Papalote Producciones,  una  empresa  con  un  enfoque  artístico  cultu-­ral, que ofrece servicios de: Diseño de logos. Decoración, Fotografía, Eventos y Video. ¡Muchos éxitos en este nuevo proyecto!

También felicitamos a Kattia Porras por la entrevista en la emisora Romance 95.9 el viernes anterior con el tema "Negociación  Salarial".

Laura Bonilla,  Gerenta  General  de  B&C  Exportadores,  pasó  en  el  mes  de  junio  a  ser  la  nueva fiscal de la Junta Directiva de la Agencia para el Desarrollo de la Región Huetar Norte de Costa Rica.

Felicitamos a Ana Paulina Malavassi, quien fue invitada a participar en el Congreso Europeo de Historia en abril del 2014.

Felicitamos a Angie Hernández Ramírez, Directora de Pro-yectos de ALAS, por su graduación el viernes 21 de junio de la licenciatura en Psicología de la Universidad Independiente de Costa Rica.   Su   seminario   de   graduación   fue   sobre   Proce-­sos psicoterapéuticos e influencia de la espiritualidad: Estudio cualitativo desde la perspectiva de profesionales y pacientes.

Felicitamos a nuestra querida mujer ALAS, Andrea Álvarez Marín, quien recientemente fue aceptada en ACOSAP, Asociación Costarricense de Salud Pública,  Además    acaba  de iniciar su pasantía en la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), pasant-ía, que llevará acabo bajo la supervisión del director del departamento de salud mental. Le enviamos nuestros mejores deseos en esta nueva etapa que inicia.

En ALAS queremos enviar nuestras sinceras felicitaciones a Dahiann Tenorio, integran-te de la Junta Directiva de ALAS por el lanzamiento oficial de la Revista Digital de Re-laciones   Internacionales:   "Contacto  Global”.  Dahiann es fundadora y parte del Con-sejo Editorial de esta Revista. Además, felicitamos a Gloria Grooscors y Anette Barbo-za,  ambas  mujeres  ALAS  e  integrantes  del  Consejo  de  la  Revista  “Contacto  Global”.

Además, las mujeres ALAS nos sentimos muy orgullosas y complacidas con la reciente elección de doña Zarella Villanueva como Presidenta de la Corte Suprema de Justi-cia, cabe destacar que es la primera mujer electa en ese puesto.

Raquel Rochwerger Psicóloga Fiscal en Junta Directiva de ALAS

Las que nos han seguido en esta colum-na, pueden darse cuenta que “Impulsando   el   cambio”   ha   tenido   un   eje  transversal en todas las ediciones, que consiste  en  cómo  el  cambio  incide  en  to-das y cada una de las situaciones de nues-tra vida. Ya sea en las relaciones familiares, en la economía, en las relaciones labora-les, en el manejo del estrés o en el trabajo en equipo, siempre nos encontramos con la necesidad de efectuar cambios, que nos permitan avanzar.

En esta oportunidad, en la Revista Alas decidimos enfocarnos en el tema de cam-bios en la vida. Qué mejor oportunidad para reforzar nuestra tesis.

Desde el nacimiento y durante el proceso de crecimiento y desarrollo, las niñas y los niños van adquiriendo, una serie de características, que les van conformando su personalidad. Desde ir logrando con-fianza y seguridad en sí mismas, ser cada vez más independientes, ir teniendo más iniciativa, buscar y visualizar una defini-ción de su identidad, pasar por la vida productiva y llegar finalmente a la madu-rez y retiro. Vemos como todo es un pro-ceso de cambio constante. Sea cual sea la teoría de desarrollo humano que nos sa-tisfaga, lo persistente es un proceso evo-lutivo, de cambio, de transformación, dinámico, en el que es imposible el es-tancamiento, lo estático, lo invariable.

No podemos pretender que el cambio no existe o que somos capaces de frenarlo. Cambiamos los seres humanos, cambia el entorno, cambian las relaciones. Pe-ro, he aquí el pero, el cambio genera te-

mor y este, obstaculiza, inhibe, frena y pa-raliza el sano desarrollo. Las crisis se dan en cualquier momento y la capacidad de reaccionar redunda en un crecimiento que implica un cambio.

En los primeros años de vida se da por su-puesto y hasta se esperan esos cambios. Queremos ver crecer a nuestras niñas y ni-ños y disfrutamos de ello. Sin embargo, posteriormente cuando tomamos con-ciencia de todo lo que nos sucede y ro-dea, quisiéramos en ciertos momentos, detener el tiempo, cuando estamos satis-fechas con nuestros logros y así no tener que enfrentar eventualmente, situaciones difíciles o desagradables.

El miedo surge de nuestro desconcierto ante lo desconocido, cuando sentimos que estamos perdiendo el control. Por eso es tan importante asimilar de que NO po-demos frenar el cambio y que el desafío es asumir ese reto. Cuando nos sentimos impotentes, incapaces, frustradas, incluso paralizadas para seguir adelante, hemos de contrarrestar esos sentimientos negati-vos y transformarlos en lo contrario, en una actitud positiva de que podemos, so-mos capaces, estamos satisfechas y tene-mos toda la voluntad y energía para reali-zar los cambios necesarios para ser exito-sas y felices.

Como dice la canción de Mercedes Sosa: “Cambia  todo  cambia”.  Les  adjunto  el  en-­lace para que disfruten de esta excepcio-nal creación: http://letras.com/mercedes-sosa/37545/

Por: Daniela Boza

Fotografía: Priscilla Arias

¿Odontología?   “Siempre  has   tenido  pro-­blemas  de  motora  fina”.  ¿Educación  Pre-­escolar?   “No   tenés   paciencia”.  ¿Psicología?  “Es  muy  difícil  encontrar  tra-­bajo”.  ¿Derecho?  “Perfecto  para  vos  por-­que  sos  muy  peleona”.  ¡Y  así  elegí  mi  ca-­rrera!

A los 17 años emprendí la aventura de mi vida: ingresé a la Universidad. Una Universidad pública, llena de color, cam-bios y retos. Ahora, unos años después, estoy casi por terminar mi carrera (escogí Derecho, por si queda alguna duda) y vuelvo a ver atrás y me doy cuenta que uno a esa edad difícilmente tiene las ar-mas suficientes para tomar una decisión de tal importancia, una decisión que marca en realidad el resto de nuestras vi-das.

¿Arrepentida? No. La vida pasa muy rápido como para detenerse a arre-pentirse. Hay que seguir adelante, si no cuando uno se da cuenta el mundo le pasa por encima. Lo que hice fue apren-der de la experiencia, y aprendí algo que, hoy en día, resulta fundamental para mi: si yo no creo en mi, nadie más lo hará. ¿Pero qué sabía yo de esto a los 17 años? Nada.

Español, Estudios Sociales, Química, Físi-ca, etc. Conocimientos básicos y muy esenciales para un desarrollo integral, pero, ¿y lo demás? Sinceramente, me hubiera gustado algo más que un trillado

test   vocacional   para   tomar   “la   decisión  más  importante  de  mi  vida”.  

Al final, la carrera no es lo más importan-te, no necesariamente me define a mí co-mo persona ni mi rumbo a seguir, pero

qué lindo sería que alguien se hubiera preocupado por enseñarme a creer en mí. No es un reclamo, es una lección.

Para mí, lo más especial y trascendental que podemos hacer por un(a) adolescen-te es darle armas para enfrentarse al mundo. Armas que vayan más allá de lo académico y disciplinario, mucho más allá. No quiero decir que lo anterior pier-da relevancia, no, pero es que hay herra-mientas que nos ayudarían tanto en esa dura época, ¡y nadie nos las da!

Que  “quebré”  con  mi  novio,  que  me  pe-­leé  con  mi  mejor  amiga,  que  en  el  “cole”  me molestan por orejona, que no soy la más linda, que no soy la más popular, que no soy la más inteligente (porque se cree que si no soy al menos alguna de estas tres cosas, no soy nadie). ¿Y cómo supera uno estas situaciones que a esa edad son trascendentales? Yo no sabía. Nadie me enseñó, nadie me guió.

A los 17 años emprendí la

aventura de mi vida: ingresé a la Universidad.

Y sí, está bien, hay cosas que se apren-den solo con la experiencia, solo con las caídas y las levantadas, porque nadie ex-perimenta por cabeza ajena. Pero, ¿por qué no dar armas y herramientas que nos ayuden a superar ciertas dificultades, que nos ayuden a levantarnos, que nos

ayuden a crecer? ¿Por qué no dar alas?

Confianza en nosotras mismas, seguridad en quiénes somos y adónde queremos ir, inteligencia emocional para resolver los conflictos que se nos presentan día a día, aprender a valorarnos, querernos, a tener capacidad crítica, a auto-reflexionar. ¿Por qué no nos enseñan esto en el colegio?

Las alas no salen de un día para otro. Las alas se desarrollan, se cuidan, se culti-van, se fortalecen; y, soy del criterio de que entre más temprano se inicie el proceso, mejor. Entre más pequeñas aprendamos a volar, mejor lo haremos y más seguras seremos.

Hoy en día, para mí es básico que una mujer   confíe   en   sí   misma,   que   “se   la  crea”,  que  crea  en  ella  y  en  sus  capacida-­des. ¿Cómo lograr esto? Ayudándole a volar desde pequeña. Dándole armas desde su adolescencia para enfrentar el mundo. No hay que esperar a que sea demasiado tarde, a que las dificultades de la vida nos definan de manera negati-va, a que no haya vuelta atrás en la falta de confianza en nosotras mismas.

Aquellas que no tuvimos estas armas an-tes, quienes fuimos aprendiendo expe-riencia tras experiencia a levantarnos, a creer, a confiar, a volar, podemos -y de-bemos-, ayudar a quienes vienen de ca-

mino. Colaborar con aquellas mujeres que vienen detrás de nosotras, inten-tando sobrevivir en un mundo en el que a veces los estereotipos, los pre-juicios y las discriminaciones nos ven-cen fácilmente, simplemente porque nadie nos dio las armas para combatir-los.

Demos alas, y sigamos cultivando las nuestras, para así poder volar alto, sin miedos ni represiones, solo volando fir-mes e incesantes en busca de nuestros sueños, de esos sueños que todas mere-cemos alcanzar.

Texto y fotografía:

Priscilla Arias

Lo  único  constante  en  la  vida  es  el  cambio”,  una  vez  escuché  esta  frase  y  por  fin  logré entender que los seres humanos debemos estar preparados para el cambio y esto implica reinventarse constantemente.

Cuando los cambios vienen por decisión propia existe una colaboración activa la cual nos permite cooperar con el crecimiento y es fundamental acompañar esa de-cisión con un plan de acción inmediato. Así que es importante plantearse seis pre-guntas antes de dar el paso:

¿Porqué y qué quiero cambiar?

¿Cuáles son las consecuencias u obstáculos que me podría enfrentar si realizo el cambio?

¿Cómo voy a realizar el cambio? ¿Qué aspectos debo crear o empezar para que se

de mi cambio?

¿Cómo voy a cumplir el cambio?

¿ Qué personas pueden orientarme en mi decisión?

Amistades y pareja: ¿cómo sobrelle-var amabas relaciones?

Por: María Fernanda Morales

Equipo de Investigación ALAS Somos mujeres plenas, independientes, llenas de sueños e ilusiones. Con amigas y amigos que están ahí para nosotras y que han estado ahí cuando los necesitamos. Con amigos y amigas que son como reza el  adagio  “la  familia  que  uno  escoge”.  

Todo va muy bien, estamos solteras y quizás no en búsqueda del amor de pare-ja, o tal vez esperando que este llegue. La cuestión es que luego de un determinado tiempo, éste llega y va (queramos o no) a cambiar la dinámica de nuestras vidas. La clave está en tratar de generar cambios positivos para ambas partes.

Ahora bien, consideramos que es impor-tante resaltar, que si bien son conductas completamente normales, todo debe hacerse dentro de un ámbito donde sea nuestro bienestar lo que esté de primero.

Para que esto sea así hay que tener en cuenta varios temas. El primero es que en toda relación humana lo más importante es la comunicación, y en una relación de pareja simplemente es primordial. Aunado a esto, es sumamente útil e importante tratar de mantener cierta autonomía de-

ntro de la relación de pareja: debemos tratar de llegar a acuerdos mutuos que respondan a nuestras necesidades, deseos y expectativas, y procurar que ninguno ex-cluya al otro de la interacción social con sus amistades.

Siendo así son básicos dos puntos:

Siempre preguntarnos cuáles son nues-tras condiciones adecuadas en cuanto al tiempo que nosotras necesitamos para vi-sitar y salir con nuestras amistades, así co-mo para que nuestra pareja haga lo mis-mo;

Tener presente las necesidades de nuestra pareja, para así poder brindarle un tiempo “especial”,  y  poder  estar  juntos  sin  proble-­mas.

Estas dos simples soluciones contribuirán a cultivar y fortalecer los lazos de ambos bandos.

Hay que tener presente que la confianza y la protección de la pareja solo pueden lo-grarse a través del amor y la lealtad , dan-do el lugar principal que le corresponde.

Cuando una pareja vive en armonía, con-fianza y respeto mutuo, su pareja lo con-siderará la persona más especial e im-portante de su vida. Esto no significa que él/ella sea la única persona de su vida, porque también otras personas son im-portantes y especiales en diferentes nive-les. (Cuyún)

Finalmente, hay que tener presente estos otros consejos, que ayudarán a tener una relación de pareja que no solo sea buena para nosotras, sino que sea saludable (Cuyún):  

Trata de crear siempre un espacio de privacidad en pareja sin que esto signifi-que aislarse del mundo.

Evita que las amistades en pareja ten-gan influencia en sus decisiones, pues la pareja debe conservar su autonomía y su intimidad.

Evita contacto con personas que podr-ían significar un problema con tu pareja, hay amigos de amigos, y en pareja hay situaciones que hay que priorizar.

Intercambia encuentros con amistades en común ya que esto significa ser social, que se sabe compartir y convivir, muestra además una apertura al prójimo en la generosidad.

Conserva las antiguas amistades per-sonales, porque existen amigos en pareja que surgen a partir de la elección de la pareja, pero otras que llegaron antes. Con estos amigos, también es conve-

niente reunirse, elegir un espacio para seguir cultivando la amistad.

Huir de la rutina, estar activo, buscar nuevas fuentes de interés en pareja: hacer ejercicio, la música, el baile, la lec-tura y el cine, entre otras. Esto permite un alto grado de enriquecimiento y unión en la pareja que además puede compartirse con otras parejas.

Se cuidadosa en el balance entre el tiempo que se vas a compartir con la pa-reja y entre los amigos, para no restar el tiempo de intimidad en la pareja, es de-cir, de conversar, tener relaciones sexua-les, hacer planes de dos.

Cuida el presupuesto, no sobregirarlo con salidas innecesarias que alteren el presupuesto básico de la pareja.

Lo más importante es al final sentirnos felices y seguras.

Fuentes: Benaiges, D. (2012). La pareja y los amigos. Verdadera Seducción.

Cuyún, C. (s.f.). Iniciativa T - Atrevete a Soñar. Obtenido de ¿Y qué de las amistades de pareja?: http://www.iniciativat.com/component/content/article/38-pareja/593-y-que-de-las-amistades-en-pareja.html

Planned Parenthood. (2013). ¿Es esta buena relación para tí? Ob-tenido de http://www.plannedparenthood.org/esp/temas-de-salud/relaciones/es-esta-relacion-buena-para-usted-19922.htm

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Aceptar que el cambio es una parte normal de la vida.

Renunciar a la necesidad de control. A veces no se pue-de evitar el cambio, por lo hay que acogerlo.

Tener cuidado de la salud física y emocional. Darse tiem-po para llorar la parte de la vida o nuestra que se perdió. Buscar el apoyo de un amigo o un profesional si se siente la necesidad de hacerlo. Darse cuenta de que la adaptación al cambio es un proceso. No hay necesidad de acostumbrarse a cambiar rápidamente.

Fomentar una buena actitud sobre el cambio. Centrarse en el cambio como una oportunidad para reinventarse. ¡Hacer cosas que no ha hecho antes!

Si hay miedo de hacer frente a los aspectos desconoci-dos del cambio, preguntarse qué es lo peor que le puede pasar. Nada es tan malo como lo primero que pensamos que es.

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Cuando se trate de una relación que se rompió, no de-jar que la ira domine. Centrarse en el duelo por la re-lación perdida y en la búsqueda de la felicidad a través de otras vías.

Cuando se trata de cambios en el trabajo, ser flexibles y tratar de mantener una mente abierta. Si no gustan los cambios, hablar asertivamente con el supervisor para ver cómo se puede hacer la situación más manejable. No sucumbir a la tendencia humana de quejarse del trabajo, pero no hacer nada al respecto.

Cuando el cambio implica algo que nunca se ha hecho, comenzar lentamente. Apreciar cada pequeña victoria y no desanimarse si no está perfecto. No rendirse por pequeños errores. ¡Todos   las   expertas   comenza-­ron siendo novatas!

Cuando se trata de cambios en la salud, darse tiempo para llorar, darse la oportunidad de enojarse, pero después, centrarse en mejorar y / o adaptarlos a su nueva vida. No enfocarse en las cosas que no se pue-den hacer más, sino más bien en las cosas que todavía se pueden hacer.

¡Aprender a reírse de si misma y de la vida! ¡La mejor manera de hacer frente al cambio es mantener su buen sentido del humor!

Lidiette Córdoba: A mí me hace sonreír la vida y doy gracias por ella , cuando abro mis ojos y me puedo

mover doy gracias y sonrío porque puedo seguir ade-lante aunque mis cosas no estén bien, ese es el motor de mi vida y mi gasolina son mis hijos, padres y la Fe.

Yorleny Carballo: Me hace sonreír la alegría de mi hijo, su espontaneidad, como disfruta su ser sin

miedos ni complejos. Y doy gracias a Dios día a día por la oportunidad de vivir cuando miles no han

amanecido, la dicha de tener una familia, de la sa-lud, y de las miles de bendiciones solo por vivir un

día más!!!!

Priscilla Arias: Yo soy feliz porque a pesar de todos los momentos que atravesamos

difíciles en la vida tengo la oportunidad de cambiarlos y tomar la decisión de ser fe-liz...me hace sonreír la idea de saber que

yo puedo sonreírle a la vida si así lo decido sin importar lo que este pasando.

La mujer que vuela:

El lado oscuro del corazón

Felicidad, todo era felicidad, felicidad a plazos, felicidad a cuestas, felicidad por momentos, felicidad pero nunca a medias, felicidad en comida, felicidad en charlas, felicidad en risas, felicidad incendia cora-zones, felicidad arquitecta, felicidad es-tadística, en fin felicidad completa.

Encontrar a una mujer etérea no es fácil. Suelen tener alas y volar a velocida-des indescriptibles, surcar la tierra e ir de clase en clase, bar en bar, dando ánimos y alegrías, robando admiraciones, impreg-nando el mundo de colores extraños y

dando luz a aquellos que creen que en es-te mundo no hay nada maravilloso, des-lumbrándolos.

Pero solo una vez en la vida esa mujer aparece ante nosotros. En momento rápido, casi imperceptible, en algún lugar inoportuno, en medio de una danza de orangutanes, en un canto de la vida o en una simple comida, pero ahí está ella.

Ese día hay que aprovecharlo. No hay mayor miedo que el de saber que una mujer fuera de este mundo estuvo a nuestro lado y se fue.

(continúa)

Texto:

Alejandro Delgado Fotografía:

Priscilla Arias

¡Estúpidos aquellos que la dejan ir! No hay duda de que oportunidades así se dan una vez en la vida.

Capturarla conlleva más de lo que pensa-mos. La primera vez que miras sus ojos te abstraen inmediatamente de tu vida, te dejan absorto en la irrealidad que proyec-tan. Ves los mundos no habitados, histo-rias no contadas y te llevan a volar por donde ellos han pasado, como cuando de niños mirábamos en un viewfinder y en-contrábamos algo inesperado. ¡Y sus alas! Suaves almohadas que te envuelven y hacen que el mundo desaparezca. Si todo el mundo tuviera un par de alas que lo acurrucaran todas las noches sin duda no habrían guerras o problemas. He  ahí  una de sus cualidades sobrenaturales: destruyen y rehacen tu mundo a su anto-jo. Las guerras, los homicidios, los presi-dentes y hasta tus principios y valores se convierten en un atisbo de algo que antes considerabas relevante.

Son Prozacs andantes, historias nómadas que dan sentido hasta al cambio de zapa-tos.

Pero ahí no acaba el cuento. Aún después de atraparla hay que saber cuidarla. Una mujer etérea puede hacerte volar, darte felicidad y mandarte de un lado al otro del planeta en cuestión de segundos, llevarte del odio al placer, del miedo a la seguridad, de la tierra a la luna pero cuidado, existe la posibilidad de perderse en sus ojos de vez en cuando y olvidarse de que la vida real continúa, que hay tra-

bajos que hacer, lugares adónde ir y esas otras cosas que no importan cuando tu mujer vuela.

Las grandes dosis de lectura a su oído son necesarias, de vez en cuando uno que otro artefacto cuadrado podría ayudar a alegrarla y es indispensable contar con una tarjeta de cliente frecuente en choco-laterías y ni siquiera debo mencionar la gran disponibilidad para viajar.

El volar las lleva del Sol a Plutón, de su cuerpo al cielo, de lo físico a lo emocio-nal y viceversa. Ella  siempre  querrá  viajar  y lo único que podemos hacer es agrade-cerles con nuestra alma cuando nos quie-ran llevar.

Entre vuelo y vuelo llega el día malo, ese que nos atormenta cuando una canción suena, cuando la soledad ataca o cuando caminamos, o respiramos. Ese recuerdo de cuando la dejamos ir, o peor, cuando la olvidamos. Ellas se convierten en nuestras sombras, damos por sentado de que siempre es-tarán ahí y se funden entre nuestro re-cuerdos, como nuestro bautizo o ese día que dijimos no volver a mentir. Des-aparece.

...

“El  volar  las  lleva  del  Sol  a  Plutón, de su cuerpo al cielo, de lo físico a lo emocional y

viceversa. Ella siempre querrá viajar y lo único que podemos

hacer es agradecerles con nuestra alma cuando nos

quieran  llevar.”

“No  hay  duda  de  que   oportunidades así se dan una

vez  en  la  vida.”

Vemos el reloj, son las 7 y ahí está, 8, 9, 10,  11  medio  día  y  aún   la  vemos,  pero  el  reloj sigue contando, hasta que llega la noche.

¡Esa maldita noche! Cambia, todo cambia, decía Violeta Parra. Ese día despiertas con hambre y ganas de volar, de domesticar lo salvaje, de alzar vuelo por ti mismo. Todo cambia.

¡A mí lo que me mata son las palabras!

Ese día dices algo, una de esas frases que quieren decir algo y aparecen como un mutante dispuesto a comerte poco a po-co, Langoliers del alma. Esas palabras que provocan miradas de odio, cierres de puerta, celulares colgándose y dolores de cabeza.

Ese día el tiempo se detiene mientras tus palabras le arrancan sus alas, las cortan de raíz y en ese momento sueltas su mano y la dejas ir. Le  clavas  un  puñal  en  la  gar-­ganta, le das de pastillas de cianuro, la asesinas a base de "a, e, i, o y u", la conde-nas a base de palabras sin rima y exceso de consonantes.

Esas palabras te dan sus alas como pre-mio. Las cuelgan en tu pecho como un trofeo que no deseas ver, te das cuenta

que las cenizas de su vida ahora están im-pregnadas en tu piel, y crece el dolor de saber que no va a volver. Maldices ese día y el tiempo vuelve a correr.

¿Creías que una diosa moriría?

No lo ves, pero el tiempo ha pasado y, mientras te lamentas, sus alas crecen de nuevo, su corazón late nuevamente y antes de que lo notes vuelve a volar. Ahora es más hermosa, más interesante y más alegre. Ahora te mira, con decepción.

Eso es lo que te queda, la memoria de un ave capturada, las cenizas de una relación olvidada, un par de ojos que lo lamentan y un ser etéreo que vuela más allá del sol, como un fénix.

"Todo tiene una historia y un significado", recuerdas.

"No se me importa un pito que las muje-res tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un alien-to insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zana-horias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreduc-tible - no les perdono, bajo ningún pre-texto, que no sepan volar." Espantapájaros  - Oliveiro Girondo

*Texto  modificado.  Publicación  original  en  el blog 89decibeles

“Entre  vuelo  y  vuelo  llega  el  día malo, ese que nos ator-menta cuando una canción

suena, cuando la soledad ata-ca o cuando caminamos, o

respiramos. Ese recuerdo de cuando la dejamos ir, o peor,

cuando  la  olvidamos.”

Un evento traumático no nos condena a sufrir

indefinidamente.  En  cambio,  podemos    utilizarlo  como  un  trampolín  para  dar  rienda  

Cuando acaricias la cabeza de un veinteañero y le dices:

Tienes 10 años más para iniciar tu vida...Le has robado a esa persona

su sentido de urgencia y su ambición.

-Jane McGonigal-

-Meg Jay -

suelta a nuestras mejores cualidades y llevar una vida más feliz.