Revista 01 MAS Patrimonio

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medio · arquitectura · sociedad patrimonio Setiembre 2011 Año 1 Nro. 01 Colegio de Arquitectos del Perú - Regional Arequipa

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Núméro 1 de la revista MAS (medio arquitectura y sociedad) del CAP-RA (colegio de arquitectos del Perú - regional Arequipa)

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medio · arquitectura · sociedad

patrimonioSetiembre 2011 Año 1 Nro. 01Colegio de Arquitectos del Perú - Regional Arequipa

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Colegio de Arquitectos del Perú - Regional ArequipaAutoridades Elegidas Periodo 2011 - 2014

Consejo Regional

1 Decano Regional Cap Nº Luis Gervacio Aleman Abad 1194 2 Vice Decano Regional Juan Jose Purizaca Serruto 1339 3 Director Regional de Economia y Finanzas Milagros Nailila Gordillo Polanco 8177 4 Dir. Regional de Asuntos Gremiales y Comunales Mguel Renato Damiani Lazo 5351 5 Director Regional de Asuntos Tecnológicos Sandro Iván Bellido Lazo 6560 6 Director Regional de Bienestar Liliam Josefina Pastor Torres 7807 7 Miembro Suplente Felíx Víctor Solis Llapa 4456

Asamblea Nacional

1 Oscar Arturo Núñez Valdez 602 2 Edson Gregory Ortiz Azurin 5069 3 Percy Marcos Calderon Sardon 1486 4 Julio Dember Arce Muñoz 2069

Asamblea Regional

1 Patricia Marianella Fuentes Vizcardo 9123 2 Edgar Garcia Anco 5361 3 Doris Darsy Moya Castro 4697 4 Liliana Marlene Vicente Ordoñez 6700 5 Hugo Valdivia Bustinza 92276 David Gonzalo Dianderas Salinas 67737 Maria Del Carmen Guevara De La Jara 48678 Edson Gregory Ortiz Azurin 5069 9 Roxana Pacheco Chambi 9279 10 Gustavo Mauricio Sanchez Rodriguez 2919 11 Oscar Rosendo Delgado Romero 2387 12 Jose Richard Benavides Rodriguez 8137 13 Edyer Pascual David Villafuerte 7699 14 Hever Fernando Cahuana Machaca 11271 15 Yeny Nora Del Carpio Tejada 3453 16 Natividad Ana Olivera Lucano 8135 17 Claudia Elizabeth Agüero Delgado 12252 18 Nestor Jhony Sanchez Flores 12122 19 Rosella Del Carmen Llerena Concha 1211420 Gustavo Pablo Gomez Granda 11152 21 Jose Alonzo Gonzales Zuñiga 659822 Edgardo Angles Saravia 10956 23 William Alberto Cano Castro 9137 24 Jose Alipio Faustino Enciso Miranda 338025 Carlos Dangelo Ampuero Riega 9174

26 Adolfo Dante Benavente Zegarra 9688 27 Hugo Cesar Gomez Tone 6794 28 Ricardo Alfonso Gonzalez Salinas 4577 29 Juan Marcial Sobenes Diaz 12779 30 Jorge Godofredo Urquizo Angulo 1086931 Rolando Valdivia Chamana 679 32 Herbert Miguel Moscoso Cornejo 5392 33 Marizela Agapita Alpaca Chavez 407534 Orestes Eduardo Torres Salas 102235 Ricardo Luis Cruz Cuentas 394936 Manuel Rodriguez Alvarez 1193 37 Adolfo Reynaldo Chacon Cornejo 961 38 Guillermo Dany Sumi Quispe 9918 39 Víctor Jesús Rivera Alfaro 10625 40 Eduardo Raúl Abugattas Abusada 5607 41 Enrique Abraham Rodriguez Chicata 1158042 Jessica Raquel Manrique Alcocer 7277 43 Maria Milagros Juarez Nuñez 6280 44 Patricia Magnolia Muñoz Medina 570245 Jose Aniceto Luque Flores 7811 46 Miguel Angel Zegarra Barrios 11588 47 Wilhelm Baldarrago Velasquez 3024 48 Lehi Anthony Gamarra Luque 7758 49 Edilberto Madariaga Coaquira 5620 50 Daniel Eugenio Valdivia Zavala 3181

índice /autoridades elegidas 2011 - 2012

Consejo RegionalAsamblea Nacional

introducción 04

editorial 05

aproximacionespatrimonio cultural e identidadEusebio Quiroz Paz Soldán 06El pasado en el presente 11

conversacionessobre la conciencia de nuestro patri-monio con Álvaro Pastor Cavagneri 12patrimonio el culto a la memoria con Luis Maldonado Valz 16arequipa patrimonio cultural de la humanidadcon Gonzalo Olivares Rey de Castro 19

tema centralrepensando el patrimonio desde america latinaRamón Gutiérrez 24patrimonios y centros históricos Elio Martucelli 42recuperando los centros históricos del perú

José Hayacawa Casas 50valorar antes que conservar Gonzalo Rios Vizcarra 56paisajes culturales Angel Guillen Cardenas 63ciudad perdida William Alexander Palomino Bellido 70pintura mural Marisol Velazco Gutiérrez 74a repensar la ciudad Ángela Delgado Valdivia 84rupturas 89

actuacionesrestaurante paladar 1900Carlos Zeballos Velarde 90museo de la cultura paracas Barclay & Crousse Architecture 96materialidad y tiempo Omar Urday Luque 102festival lilliput Patricia Ciriani Espejo 116

lecturasreseña de libros Librería Arcadia 120

Indice

Setiembre 2011 patrimonio3

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editorial

El Ejercicio Profesional de la Arquitec-tura implica para los arquitectos, no

sólo el cabal conocimiento y aplicación de los aspectos teóricos prácticos y tecnológicos que le son inherentes como actividad humana, que estando al servicio de la sociedad, debe contribuir a lograr y sustentar permanentemente un habitat con alta calidad de vida.A diferencia de otras disciplinas, el ejercicio laboral de los arquitectos, debe también estar involucrado con el reconocimiento y respeto del entorno físico, la cultura, la historia, el presente y futuro, es decir, con todos aquellos aspectos que singularizan y que en con-junto constituyen el patrimonio de una comunidad o colectivo social, en el cual desarrolla su actividad profesional.

En esta perspectiva ¿Cuánto de nuestro quehacer arquitectónico esta compro-metido con el respeto y conservación de nuestro patrimonio?. ¿De qué manera estamos contribuyendo, con nuestras intervenciones, a lograr calidad en la valoración y conservación de lo histórico y en la construcción del patrimonio del futuro? Estos son temas que merecen,

por parte de nuestro gremio profesional, una atención inmediata y prioritaria, no solo por la condición de Arequipa, “Pa-trimonio Cultural de la Humanidad”, sino, fundamentalmente, por la condición de actores protagonistas y permanentes en la configuración del marco físico de nuestra ciudad.

En este contexto, se enmarca el pri-mer número de la publicación oficial del CAP – Regional Arequipa, de carácter semestral, denominada “MAS - Medio Arquitectura Sociedad”. Expertos y destacados profesionales en el tema de patrimonio nos hacen conocer sus planteamientos, propuestas y opinio-nes, que, sin lugar a dudas, habrán de enriquecer el bagaje de experiencias y conocimientos que tenemos al respec-to, contribuyendo con ello, a fortalecer nuestra capacitación en un tema que es fundamental para el ejercicio eficiente de nuestra labor profesional. Aguarda-mos con expectativa vuestras opiniones y comentarios.

Arq. Luis Alemán Abad Decano Regional CAP-RA

1. Comité editorialCésar Acurio López / Luis Calatayud Rosado / Hernán Perochena Angulo / Edwin Ríos Pacheco / Omar Urtttday Luque

Coordinación Milagros Gordillo Polanco / Sandro Bellido Lazo

2. Concepto Concepto GráficoSandro Tamayo Benavides

Desarrollo Temático Revista Nro. 01Luis Calatayud Rosado / Hernán Perochena Angulo

Nombre Omar Urday Luque

PortadaSandro Tamayo Benavides / Hernán Perochena Angulo / Omar Urday Luque

3. Diseño Gráfico y DiagramaciónSandro Tamayo Benavides

4. Corrección de Estilo Lic. Natalia Morales Mercado

5. Impresión

(nombre proporcionado por Sandro)

La nueva directiva del Colegio de Arquitectos-Regional Arequipa, ha participado y apoyado la iniciativa, plantea-da por la actual Comisión de Comunicaciones y Publica-ciones, de brindar a la comunidad de sus agremiados, una publicación con un nuevo punto de vista y un renovado espíritu.El objetivo está fijado en una propuesta vinculante a temas coyunturales, que no debiera ser solamente de interés académico, sino también, del interés de nuestra comunidad y presente en cualquier conversación sobre la materia arquitectónica.Cada nuevo número traerá consigo el desarrollo de una temática específica, apuntalada por la gigantesca y apreciada colaboración de personajes, que sobresalen tanto en su quehacer técnico como intelectual, aproxi-mándonos, gracias a su esfuerzo, al “espíritu del tiempo” que hoy define nuestra profesión. Queremos transmitir, también, el mayor agradecimiento posible a estas perso-nas, quienes nos han demostrado su calidad a todo nivel, destinando parte de su valioso tiempo para dejarnos estas piezas de valor.Esperamos que este esfuerzo por conseguir una publica-ción aquilatada tanto en su formato como en su conteni-do, pueda trascender la temporalidad de la gestión de la actual gestión del CAP-RA, que siempre nos brindó todo el apoyo y el mejor ánimo en cada día invertido.Muchas gracias y disfruten la lectura de la nueva revista del CAP-RA

mas: medio/arquitectura/sociedad

introducción Indice Comite editorialPresentación

Radiografía de nuestro patrimonio

La reproducción del contenido de esta publicación esta prohibida, salvo expresa autorización de los autores.

mas medio arquitectura sociedad

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La ciudad de Arequipa fue declarada como parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO el

29 de noviembre del año 2000, e inscrita el 02 de diciembre del mismo año en la Lista del Patrimonio Mundial, sobre los siguientes fundamentos:

“ La arquitectura ornamentada del Centro Histórico de Arequipa es una obra maestra que ilustra la fusión creativa de características europeas y autóctonas que ha jugado un rol crucial en la expresión cultural de toda la región”.

“ El Centro histórico de Arequipa es un ejemplo excepcional de un asentamiento colonial caracterizado por las condiciones naturales, las influencias indígenas, la conquista y la evangelización, así como por su entorno natural espectacular”. (Plan Maestro del Centro Histórico – Volumen I Diagnóstico, 2001. 17)

En términos generales, en la opinión pública se asume que la justificación de tal declaración, de alcance mundial, era la arquitectura en sillar, tufo volcánico, que brinda a las construcciones religiosas y civiles arequipeñas un aspecto artístico y monumental extraordinario.

En cierto modo, existe consenso alrededor del valor y la significación de la arquitectura de Arequipa. Varios e importantes estudios e investigaciones

abonan en considerar singular esta expresión arquitectónica que se conserva aún, en la parte histórica de la ciudad.

Por cierto que se ha suscitado un debate académico acerca de la taxonomía estilística y artística de las obras de esta arquitectura, debate que no ha concluido y que, de buena fe, alientan quienes guían a los turistas en sus paseos por el Centro Histórico de Arequipa, y que hablan con aire de suficiencia de estilo barroco-andino o de barroco-mestizo, sin explicar lo uno ni lo otro.

Una aproximación al tema de Arequipa como Patrimonio Cultural de la Humanidad, no solo debe considerar el legado monumental arquitectónico.En Arequipa se ha formado también, una identidad cultural mestiza, como lo hemos planteado en 1990 (Quiroz P.S.1990.25)

La originalidad de las manifestaciones culturales arequipeñas tiene que ver con el concepto de identidad: “Entendemos por tal, un conjunto de rasgos distintivos, característicos, inconfundibles que la diferencian de otros”. Adquiere este concepto, una gran significación social e histórica cuando hay una comunidad social que asume tales rasgos como propios y hace de ellos elementos de cohesión y unidad; este proceso se ha

PATRIMONIO CULTURAL E IDENTIDAD

aproximaciones Eusebio Quiroz Paz SoldánDoctor en HistoriaProfesor emérito de la Universidad Nacional de San Agustín y de la Universidad Católica San Pablo.

“La originali-dad de las manifesta-ciones culturales arequipeñas tienen que ver con el concepto de identidad...”

“Arequipa posee una

identidad cul-tural mestiza,

conformada por hechos

culturales y por valores

o elementos conformantes que podemos

reconocer como con-

tenido de la conciencia

histórica de nuestro regio-

nalismo”

dado en Arequipa con tal dinamismo que el gran historiador Francisco Mostajo afirma que Arequipa es un “crisol de mestizaje”. (Mostajo.1953.46-47)

Pensamos que aceptando las ideas de G. Foster que la cultura hispanoamericana es mestiza, agregamos que siguiendo el punto de vista de J.A. Del Busto que, siendo el mestizaje un concepto biológico, por extensión puede utilizarse en el terreno cultural (Del Busto.1993.21)

En el terreno de la historia cultural, donde entra de lleno el concepto de mestizaje, que en lógica observación podemos ubicar como resultado del proceso de aculturación, es importante considerar la idea de N. Wachtel, sobre este concepto:“el término, querría designar todos los fenómenos de interacción que resulten del contacto de dos culturas”. (Wachtel.1978.135)

Este panorama nos lleva a considerar, en lo teórico, que las expresiones culturales en Arequipa son mestizas, por ser el resultado de un proceso de aculturación que se define en mestizaje, o sea que tomando elementos de la cultura occidental y de la andina, ha producido nuevos bienes culturales, que incorporan o mezclan elementos de ambos, sin que sea completamente reconocible cada parte integrante, por el contrario, en el producto final de este proceso, percibimos la presencia de los hechos que se han puesto en contacto. Precisamente por ello,la dinámica del proceso nos ofrece frutos mestizos y por tanto originales. Un buen ejemplo, que ilustra de un modo adecuado las anteriores afirmaciones, puede observarse en los pilares del claustro mayor de lo que fue el Colegio Jesuita de Santiago en Arequipa (lo que hoy se conoce como

Claustros de la Compañía), donde podemos apreciar, tallados en sillar, frutos americanos como el maíz y la piña, al lado de la vid y del follaje artístico. De hecho, este claustro al que nos referimos es el único que presenta talla en sus pilares de sillar; del mismo modo que la fachada de tres calles y tres cuerpos del templo de la Compañía ofrece figuras parlantes y las del fantástico miriápodo, que es propio de la mitología andina, así como la flor de la cantuta, que es propia de la flora andina.

En nuestra opinión, como lo expresamos en 1990, Arequipa posee una identidad cultural mestiza, conformada por hechos culturales y por valores o elementos conformantes que podemos reconocer como contenido de la conciencia histórica de nuestro regionalismo. Por ello tenemos la firme convicción que el Patrimonio Cultural de Arequipa es reconocido por la UNESCO, no solo en función de los valores arquitectónicos y urbanos de la ciudad antigua; sino también por su campiña, cuyos matices contrastan vivamente con la blancura del sillar en las construcciones urbanas, lo que ha dado lugar a la teoría del “Contorno y Confín” planteada por V. A. Belaúnde en su libro “Arequipa de mi Infancia” (Belaúnde.1960.Passim.) y que ha servido para ilustrar la relación entre la ciudad y el campo que definió a Arequipa, hasta 1950 por lo menos, y que se encuentra presente en el arte fotográfico de los hermanos Carlos y Miguel Vargas y en la escuela de acuarelistas arequipeños, donde destacan los hermanos Teodoro y Alejandro Núñez Ureta o Jorge Vinatea Reynoso.

patrimonio cultural e identidad

Eusebio Quiroz Paz Soldán

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Junto con lo anterior, y sin dejar de lado el carácter monumental y artístico de la arquitectura, hay otros valores que nosotros consideramos debieran formar parte de la declaración de patrimonio que hizo la UNESCO. No se trata de ampliar forzadamente la realidad de tan valiosa declaración, sino de incorporar al concepto de patrimonio cultural, las manifestaciones que configuran lo que llamamos “identidad cultural mestiza” de Arequipa. En suma planteamos, como se está produciendo en materia de historia de la arquitectura, la profundización del concepto de patrimonio cultural y que va más allá de la expresión arquitectónica; para relacionarlo directamente con la identidad cultural de Arequipa.

Hoy que la modernización esta urbanizando, aceleradamente, la campiña de Arequipa, estamos en condiciones de apreciar el carácter patrimonial y cultural de esta que rodea la ciudad, y de los pequeños y hoy grandes pueblos que la circundaban y que están incorporados a la forma urbana actual de la ciudad; lo que en cierto modo acrecienta el valor de la relación descrita, pues encontramos, en lo que hasta ayer eran pueblos alejados del Centro Histórico, templos en sillar, conventos, casonas, que en medio del campo nos recuerdan la rotunda vigencia del estilo arquitectónico mestizo arequipeño.

Esta no es una tesis original nuestra, pero hemos planteado una Teoría de Arequipa (Quiroz P.S. 1990.21), que pretende explicar la singularidad y fortaleza de nuestro regionalismo, en el hecho que

asumimos una conciencia histórica como contenido de esa expresión, no somos, así, regionalistas por serlo, sino porque nos identificamos profundamente con expresiones culturales mestizas y democráticas.

El esfuerzo de afirmar que Arequipa tiene una identidad cultural mestiza, se apoya en hechos culturales que configuran un corpus que nos sirve como conjunto de elementos identificatorios de nuestro patrimonio cultural.

Entre ellos sobresale:

1. LA ARQUITECTURA:

Hemos desarrollado el concepto que esta expresión cultural es mestiza. (Quiroz P.S.1997.13)

No dejemos de señalar que, al haberse declarado a Arequipa como parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad, aparentemente solo se tomó en cuenta la arquitectura en sillar, o por lo menos así lo creímos algunos arequipeños, por su ornamentación y por su forma constructiva; hoy sabemos por los estudios de José de Mesa, Antonio San Cristóbal, Ramón Gutiérrez, Leopoldo Castedo, Alejandro Málaga Medina, Héctor Velarde, Emilio Harth-Terré, Ricardo Mariátegui, José García Bryce, José Correa Orbegoso y otros, que estamos ante un estilo original, y es evidente que gracias a la arquitectura y al urbanismo que se desarrolló con ella, se ha delimitado al Centro Histórico de Arequipa, y que la oferta turística pone énfasis en su carácter monumental.

patrimonio cultural e

identidad

Eusebio Quiroz Paz Soldán

“...plantea-mos...la pro-fund ización del concepto de patrimo-nio cultural y que va más allá de la expresión arquitectó-nica; para relacionarlo directamente con la identi-dad cultural de Arequipa.”

También es verdad que el estilo arequipeño se expandió al contorno rural de Arequipa, al cañón del Colca y a las riberas del Lago Titicaca.

2. LA MÚSICA AREQUIPEÑA:

Es mestiza y original, se le caracteriza con el Yaraví, la Pampeña, y principalmente con el vals “Quenas” de Luis Duncker Lavalle, como lo sostiene A. Sánchez Málaga.

3. LA RELIGIOSIDAD POPULAR AREQUIPEÑA:

Lo que nos lleva a afirmar que nuestra ciudad tiene una identidad católica, no exclusiva ni excluyente. El culto a la virgen de Chapi o Candelaria en Cayma, Characato, Charcani es proverbial. La semana Santa en Arequipa es reconocida por sus procesiones diarias y por la “Quema de Judas” el día de Pascua de Resurrección, junto con su famoso caldo de pascua, como lo ha recreado V. A. Belaúnde. El estudio histórico de esta manifestación religiosa lo ha hecho el historiador Lorenzo Tacca.

El mes de mayo se celebra el culto a la Cruz en cada barrio de Arequipa. Aún están establecidas diferentes cofradías o hermandades religiosas.

4. EL HABLA POPULAR AREQUIPEÑA

Que según Francisco Mostajo es una mezcla de quechuismos, cholismos y arcaísmos. Tiene un fuerte acento campesino o chacarero y utiliza expresiones y verbos originales que configura, lo que se llama Arequipa, el

habla de los “lonccos”.

En esa forma de expresión oral y escrita se ha creado décimas de pie forzado.

5. LA COMIDA TÍPICA AREQUIPEÑA:

Con su “Chupe”para cada día de la semana, su “Rocoto relleno”, su ajíes de calabaza y lacayote, su “Cuy Chactado”, etc. Ha sido reconocida por su sabor y carácter mestizo, ya que en sus guisos se mezclan productos y sabores andinos con los occidentales. Esta cocina ha merecido investigaciones y libros, como los de Alonso Ruiz Rosas, Antonio Ugarte y Chocano, Raúl Vargas y Sergio Carrasco.

Como podemos apreciar, el Patrimonio Cultural no se reduce, en Arequipa, a la arquitectura, sin negar que esta, por sus muros, bóvedas y contrafuertes, impresiona más al visitante, como ocurre en el Monasterio de Santa Catalina, pero lo que nos identifica va más allá del arte que mencionamos, por ello, incorporamos al concepto de Patrimonio Cultural, otras manifestaciones culturales tanto materiales como inmateriales.

Apreciamos que en la actualidad se ha ampliado y profundizado el concepto de Patrimonio Cultural. No solo se considera patrimonio lo que procede de un pasado lejano.

De hecho se incorpora al término, aquello que la modernización acelerada va dejando de usar o habitar, como los edificios de fábricas, los almacenes en los puertos, las estaciones ferroviarias en desuso. Estos edificios, al ser recuperados, adquieren una dimensión cultural y se

“... el Pa-trimonio

Cultural no se reduce... a

la arquitec-tura... pero lo que nos

identifica va más allá del

arte... por ello, incor-poramos al

concepto de Patrimonio Cultural...”

patrimonio cultural e identidad

Eusebio Quiroz Paz Soldán

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consideran parte del patrimonio.

El patrimonio se nos ofrece, así, en una dimensión más amplia y compleja.

Esta idea tiene un sustento histórico, social y cultural, que permite considerarlo en una perspectiva más actualizada y moderna.

En el caso de Arequipa, nuestro regionalismo y su contenido: la identidad cultural mestiza, con sus diversas manifestaciones, forma parte del patrimonio en el sentido amplio que planteamos considerar en este ensayo.

El Perú como conjunto es una realidad pluricultural y multilingüe, además de mestizo en el sentido étnico o biológico.

En ese cuadro, Arequipa presenta, como lo hemos planteado, una identidad cultural mestiza original, que nos distingue en el país.

Sin que esto sea tema de diferencias irreconciliables, debemos afirmar lo que es arequipeño dentro del Patrimonio Cultural, pues nos ofrece un camino de Identidad hacia el Perú.

Bibliografía:

1. Belaúnde, Víctor Andrés. Arequipa de mi Infancia. Ed. Lumen. Lima. 1960.

2. Del Busto, José Antonio. El mestizaje en el Perú. Ediciones Universidad de Piura. Col. Algarrobo Nro. 38. Piura. 1993.

3. Mostajo, Francisco. Discurso de Orden en la apertura del año universitario de la Universidad Nacional de San Agustín en 1950. En: Revista Universitaria de la UNSA. Nro. 38. Homenaje a Francisco Mostajo. Arequipa. 1953.

4. Quiroz P.S., Eusebio. Arequipa: Pasado y Presente. Acosta editores e impresores S.A. Arequipa. 1990.

5. Quiroz P.S., Eusebio. “La arquitectura mestiza arequipeña”. Prólogo a: San Cristóbal, Antonio. Arquitectura Planiforme y Textilográfica Virreinal de Arequipa. Ediciones UNSA. Arequipa. 1997.

6. Tacca, Lorenzo. La Semana Santa de Arequipa. Ed. Municipalidad Distrital de Yanahuara. Arequipa. 2009.

7. Wachtel, Nathan. “La aculturación” En: Le Goff, Jacques y Nora, Pierre. Hacer la Historia. Editorial Laia. Barcelona. 1978.

patrimonio cultural e

identidad

Eusebio Quiroz Paz Soldán aproximacionesEl pasado en el presenteFotografías históricas de Arequipa, cedidas por Ángel Aguilar Calderón, de su colección privada

Fotografías actuales Omar Urday Luque

“No solo se considera patrimo-nio lo que procede de un pasado lejano... se incorpora al término, aquello que la moder-nización acelerada va dejando de usar o habi-tar... ”

Calle mercaderes 1899

Calle Piérola 1958 - Terremoto

Parque Duhamel 1935 - Tambo los Majeños

Plaza de Armas1938

Torres de la Catedral 1865

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por Hernán Perochena

Arequipa fue declarada Patrimonio Cultural de la humanidad hace 10 años. Ser patrimonio Cultural de la

humanidad supone que tenemos rasgos culturales únicos, ¿Cómo definirías tú nuestro patrimonio cultural?

Hablar del patrimonio de la ciudad de Are-quipa es tener en cuenta varios aspectos, los más resaltantes… su magnífico paisaje, dado por una topografía excepcional, un valle al pie de tres Apus, tres magníficos nevados, dos de ellos volcanes. Al pie de es-tos… Arequipa, construida con el sillar, un dúo: volcán y sillar, al cual nuestra ciudad debe su peculiar existencia.

Su arquitectura, producto de este mate-rial… mezcla de su clima y de un mestizaje de gran creatividad; el trazado colonial, que respondió de forma correcta a una nueva forma de vida… la casona arequi-peña es un ejemplo, donde se dio una vida bastante introvertida, el contacto con la vida exterior, es decir la calle, era a través del zaguán y de sus singulares ventanas con sus grandes rejas; el campo; su río; su campiña, hoy, fatalmente en vía de desaparecer; que fueron primordiales para su desarrollo.

Producto de todos estos aspectos, existió un modo de vida… una cultura cultivada lentamente, con sus expresiones a todo nivel; expresiones artísticas y festivas, sus

danzas, su música, su pintura, en especial sus acuarelas, y, desde luego, su gastrono-mía, renombrada en el país y reconocida internacionalmente.

¿Cómo calificarías la gestión institucio-nal en relación al respeto, salvaguarda, fomento y promoción de nuestro patri-monio?

Con respecto a la organización de las entidades que tienen a su cargo la gestión y administración del centro histórico, creo que es correcta, Está la Municipalidad Provincial de Arequipa, apoyada directa-mente por la Gerencia del Centro Histórico, y ésta, a su vez, trabajando por convenio con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo “AECID”; la Superintendencia del Centro Históri-co, organismo creado para asesorar a la gerencia, la cual está conformada por siete miembros de distintas especialidades, incluyendo al director del Ministerio de Cultura, anteriormente Instituto Nacional de Cultura. Debo aclarar que la Superinten-dencia es un organismo consultor, no tiene autoridad para ejecutar, es la Gerencia del Centro Histórico la encargada de esto.

La ciudad de Arequipa fue declarada “Pa-trimonio Cultural de la Humanidad” por la UNESCO, lo cual le confiere, se diría, un títu-lo “nobiliario”, coloca a su centro histórico en un rango muy especial… acordémonos que para ser patrimonio a nivel mundial, no solo son sus piedras o sus actividades

SOBRE LA CONCIENCIA DE NUESTRO PATRIMONIO

las que debemos cuidar y poner en valor, sino también es gestionar inversiones y realzar su cultura para los arequipeños y los visitantes, todo esto dentro de un marco físi-co óptimo (ciudad), cuidando, restaurando y fomentando nuevo patrimonio, optimizan-do sus servicios, desde el más conflictivo e importante, el sistema de transporte público, que ha generado un descomunal parque automotor.

No olvidemos que si las bases no cuidan su centro histórico, no habrá resultados positivos, es decir, hay que hacer participar a la ciudadanía.

Al respecto, las autoridades que adminis-tran las entidades encargadas del Centro Histórico y la ciudad de Arequipa, no tienen una cabal cultura y conocimiento de lo que significa ser patrimonio de la humanidad. Para terminar con esta pregunta, diría que la “gestión” del centro histórico es la tarea pendiente más importante para nuestras autoridades.

Lo que ahora entendemos como patri-monio fue generado en el tiempo con las actividades humanas que tuvieron lugar en nuestro territorio. Aquellas actividades permitieron la creación de estructuras edilicias que reflejaban los usos y cos-tumbres de aquellas épocas. Tengo la impresión que nos hemos olvidado que lo que hacemos en la actualidad constituye el patrimonio del futuro. En este senti-do, ¿estamos cuidando y fomentando el enriquecimiento de nuestro patrimonio?, o por el contrario ¿estamos observando la destrucción paulatina de una cultura amenazada por una serie de condiciones esencialmente producto de la globaliza-ción económica?

Gestionar patrimonio es tener conciencia y conocer profundamente cuál es el patrimo-nio de Arequipa y cuál es su rol hoy en día. Está bien estar orgullosos del legado que nos dejaron nuestros antepasados pero no hay que vivir solo del pasado. Preguntémonos cuál es el legado que dejaremos a las nuevas generaciones. Se podrá hablar del patrimo-nio dejado por los ancestros, pero no quiero hablar sobre si se hace o no patrimonio para un futuro… lo cierto es que para el futuro no estamos preparados a ningún nivel.

Si uno observa las intervenciones o actuaciones en nuestro centro histórico, pareciera que el único medio para salvar una edificación histórica es entregarla a la actividad comercial o de gestión. Sin embargo, con este mecanismo, hemos ex-pulsado la actividad de vivienda, aquella que le da sentido real a las mismas edifica-ciones que tratamos de guardar. ¿En qué medida debemos propiciar la repoblación de los centros históricos?

sobre la conciencia de nuestro patrimonio

conversaciones con Álvaro Pastor Cavagneri

“La ciudad es un orga-nismo vivo,

transmite su malestar

y muestra su lado

bueno, hay que escu-

charla y tra-tarla como

tal…”

con Álvaro Pastor Cavagneri Arquitecto por la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina.Urbanista por la Universidad de Vincennes, París. Participante de la declaratoria de Arequipa como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Docente de la Universidad Nacional de San Agustín. Representante de la Presidencia de la Superintendencia del Centro Histórico de Arequipa.

conversaciones

“existió un modo de vida… una cultura cul-tivada lenta-mente, con sus expresio-nes a todo nivel”

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La ciudad es un organismo vivo, transmite su malestar y muestra su lado bueno, hay que escucharla y tratarla como tal… pro-piciar la repoblación del centro histórico depende de estudios profundos.

Se pueden hacer estudios y propuestas para tratar de generar un nuevo uso del centro de las manzanas en Arequipa, incluyendo propuestas de vivienda con sistemas de dominio peatonal por excelen-cia. Existen ciudades que ya han propuesto estos sistemas.

Que una casona histórica tenga destino de vivienda… difícil, salvo las más pequeñas. Los sistemas actuales de vida han cam-biado, la sociedad que propició esa forma de vida ya no existe, este es un tema que merece mucha meditación.

En el centro histórico de Arequipa exis-ten barrios que pueden ser recuperados, barrios con el río y áreas verdes entre ellos, el barrio Del Solar… con su singular traza urbana, hoy, si no se lo cuida, podría desaparecer.

Una característica nuestra es haber utili-zado los depósitos de tufo volcánico, lo que llamamos sillar, como material cons-tructivo, esta elección generó arquitectu-ra de una materialidad única en el mun-do. Las cualidades del mismo material también generaron tipologías espaciales únicas. Sin embargo, en muchos casos las intervenciones contemporáneas en el centro y zonas históricas de la ciudad han utilizado este material solamente como un muy delgado revestimiento de fachada y en muchos casos tratando de asemejarse a las edificaciones de valor histórico. ¿Qué opinión te merece este

tipo de intervenciones?

Si no me equivoco, Arequipa es la única ciudad construida con este material… el sillar y su color blanco, en algunos casos rosado. Existe un pueblo en Santorini, una de las islas griegas, construido con un tufo volcánico más gris que blanco… y de simi-lares propiedades. ¿Por qué no se construye más con sillar... de una forma adecuada, con mampostería portante?, si existen muchos ejemplos y soportaron muy bien los terremotos. Se puede buscar nuevas tecnologías… quizá sea lo más práctico, la economía es algo que influye para utilizar otros materiales, paradójicamente solo en los asentamientos marginales se usa el sillar como debe ser, en mampostería.

Lo cierto es, también, que en los centros de enseñanza, los que tienen que ver con el campo de la construcción, se le da poca importancia.

¿Por qué se le ha dado tanta importancia a la cara visible de las edificaciones y no a las estructuras espaciales internas, don-de, a mi juicio, están los más importantes valores de nuestra arquitectura, es decir, el espacio arquitectónico?

Muchos de los complejos arquitectónicos del centro histórico, como los conventos de Santa Teresa y Santa Rosa están cerrados al público. La gestión de su apertura está en proceso.

Estos conjuntos guardan en sus interiores joyas de la arquitectura arequipeña. Al estar cerrados, la ciudadanía y visitantes no los aprecian. Ejemplos positivos son las casonas con acceso al público. Con esta reflexión quiero decir que lo que se ve se

“Que una casona his-tórica tenga destino de vivienda… difícil, salvo las más pe-queñas…”

cuida y se pone en valor. Los interiores que no se ven… en muchos casos, sus recuperaciones están previstas.

Con respecto a las nuevas obras arquitectónicas, diría que el problema es que a los profesionales que intervienen les falta mucha conciencia y experiencia para construir en el centro históri-co. Si es que hay algún acierto, este solo es de fachada… los interiores están negados. No solo hablemos del respeto, sino de crear un nuevo patrimonio arquitectónico para el futuro.

Existen en nuestra ciudad otras zonas que tal vez no estén incluidas en la zona de protec-ción monumental pero que no dejan de tener valor y sin embargo, son destruidas gradual-mente para permitir la instalación de activida-des principalmente comerciales. Zonas como el eje de la avenida Goyeneche, el Barrio Inglés en la zona cercana a la estación del ferrocarril, por citar dos ejemplos, tienen valores arqui-tectónicos y culturales que también fueron respuesta a un momento histórico preciso. ¿Por qué crees que estas zonas no han tenido la atención debida para su protección?

Los barrios mencionados están en el trazado declarado como patrimonio por la UNESCO. Su recuperación y cuidado están dentro de los reglamentos, tanto del Ministerio de Cultura, como de la Gerencia del Centro Histórico. Pero acordémonos que estas propiedades son, casi todas, privadas. Siendo propiedades privadas, el control de las demoliciones y edificaciones se vuelve más difícil. Bien se sabe que toda pena-lidad, como por ejemplo las multas, no sirve de nada… y aún no hemos visto en Arequipa un alcalde con los pantalones bien puestos que obligue a demoler una edificación que incumpla su reglamentación.

Hacer participar a la ciudadanía significa, tam-

bién, culturizar…

Finalmente, todo el producto arquitectónico del cual hemos hablado, tiene una carga cul-tural mucho más grande, representa los usos, costumbres y creencias de los pobladores que forjaron la historia de nuestra ciudad. Aquellos modos de comportamiento se van perdien-do en el tiempo producto de las influencias globales. Mi percepción es que nuestro pa-trimonio ha quedado, por lo menos a los ojos de mucha gente, como simples estructuras arquitectónicas sin verdadero contenido cultu-ral. Basta dar un recorrido por nuestro centro para darnos cuenta que es imposible percibir ese patrimonio inmaterial. ¿No deberíamos pensar más allá de la simple recuperación de los edificios, en la mayoría de casos con iniciativa privada, y crear políticas y programas que incentiven las actividades culturales vivas en nuestro centro histórico, actividades que tal vez puedan recuperar algunas expresiones ya perdidas?

Lo de repoblar el centro histórico va de la mano con incentivar actividades culturales. La acti-vidad de vivienda en casonas tugurizadas o en estado deteriorado, generalmente brinda una mala calidad de vida, acordémonos que estas casas estaban hechas para albergar una sola familia. La recuperación de los tambos fue un acierto, lo mismo puedo decir de ciertas acciones y festividades que se dan en ellas.

Se debe aprovechar las festividades para organi-zar eventos de orden cultural en estos espacios, previa elección ad hoc para determinados even-tos. Eventos culturales sostenibles, que por su cotidianidad pasen a ser parte de la vida cultural de la ciudad. Los lugares y espacios que alber-guen dichas actividades tendrán que ser motivo de estudio, lo que hasta ahora, no se ha hecho.

sobre la conciencia de nuestro patrimonio

sobre la conciencia de nuestro

patrimonio

conversaciones con Álvaro Pastor Cavagneri conversaciones con Álvaro Pastor Cavagneri

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Por Luis Calatayud

Luis Maldonado, destacado arquitecto que ha trabajado incansablemente en la revaloración y reconocimiento del patrimonio de Arequipa, ofrece en esta entrevista una interesante y aguda mirada sobre sus experiencias en el campo de la renovación y conservación, además opina sobre aspectos trascendentales para la preservación y valoración de la identidad cultural.

De tu larga experiencia en gestión patrimonial en Arequipa y según tu visión, además de haber logrado

el nombramiento de UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad, ¿Cual crees que ha sido el mayor éxito en temas de conservación patrimonial que la ciudad ha logrado?

Mi experiencia en gestión del patrimonio en Arequipa no es tan larga, apenas 12 años, pero tengo el privilegio de constatar que se ha logrado desarrollar una conciencia colectiva de conservación de valores culturales junto al establecimiento de una institucionalidad en la gestión pública.

Y por otro lado ¿Cual crees que es el mayor reto que tiene Arequipa en el futuro para su adecuada conservación?

El mayor reto que tiene Arequipa es constituirse como una ciudad con alta calidad de vida, y eso supone un

desarrollo integral de la metrópoli; supone que se constituya en una urbe moderna con absoluto respeto por su biodiversidad, por sus áreas verdes y por su cultura, pasada y presente. Las autoridades y ciudadanos de esta ciudad tienen que entender que el patrimonio no sólo es el pasado, que también el patrimonio se construye para el futuro.

Considero que una de las más valiosas intervenciones en patrimonio no solo a nivel local, sino también a nivel nacional, ha sido la restauración, y rehabilitación de los tambos del centro histórico, creo que se incorporó a dicho proceso el factor social, la gente, como un componente determinante para realizar un proceso sostenible y duradero de conservación. Te hago el comentario porque muchas veces se olvida este componente en muchos procesos de conservación y se restaura simplemente por restaurar. Desde este punto de vista ¿Cuál es el rol que le compete a la población en la preservación de su patrimonio y porque crees que este componente es olvidado muchas veces en los procesos de conservación patrimonial?

Patrimonio significa pertenencia, propiedad. La población que habita o usa un bien debe sentirse propietaria de ese bien, y si tiene valor, debe participar en el proceso de su recuperación. La participación social es fundamental, no sólo para su restauración o rehabilitación, sino para su disfrute. En efecto, este aspecto se ha dejado de lado, pues lo que

ha existido en los organismos oficiales ha sido una política elitista, de exclusión, no sólo de la población sino también de técnicos o instituciones como el CAP. Se hablaba de patrimonio de la Nación, pero muchos burócratas del sector manejaban estos bienes culturales como si fuesen los “dueños”, y para decirlo claramente, han sido verdaderos perros del hortelano.

Hay otros dos factores que en nuestra realidad son a veces complejos de manejar, uno es el tema del saneamiento legal en propiedades con valor patrimonial y por otro lado esta el tema de la normativa patrimonial. ¿Como se llega a buenos acuerdos para viabilizar procesos de conservación con problemas de saneamiento? y por otro lado ¿Crees que la normativa nacional y local es la adecuada para el manejo del centro histórico?

El tema de la conservación del patrimonio arquitectónico está íntimamente relacionado con el tema de la renovación urbana. Hay que renovar para conservar. Y en materia de renovación urbana estamos muy atrasados legalmente. Es necesario que las normas de renovación urbana y de conservación patrimonial sean compatibles, considerando el aspecto de necesidad social, que fue obviado en la Constitución del ’93. Por en cuanto hay que aprovechar pequeñas aberturas legales para intervenir.

Hay diferentes actores que deben intervenir para un manejo adecuado y sustentable de nuestro patrimonio, autoridades políticas, civiles, el gobierno central, local, la empresa y organizaciones privadas, la población organizada, entre otras. No sientes que en la actualidad no hay una articulación de todos ellos para gestionar adecuadamente nuestro patrimonio? ¿Quien o quienes tienen que liderar esta gestión patrimonial y ¿Cual debería ser el enfoque actual para liderar una adecuada gestión en patrimonio?

Creo que lo mejor es constituir liderazgos locales. Si algo se debe criticar es el endémico centralismo, que pretendía una omnipresencia nacional y acababa en la inacción. Creo que ese liderazgo en la gestión del patrimonio debe ir desde el nivel distrital y provincial, hasta el regional. La gestión nacional debe ocuparse de los bienes mayores y estimular y apoyar las iniciativas locales. Las declaraciones de bienes patrimoniales deben tener igualmente un rango, y los organismos locales deben estar facultados para declarar la protección de bienes.

Tu has tenido la oportunidad de conocer otras ciudades patrimoniales y de estar en diferentes eventos sobre patrimonio, aunque cada realidad es diferente, de los buenos y malos ejemplos que has visto al respecto, ¿Que acciones podrían tomarse en Arequipa para estar a la altura de

“No debe verse al centro historico como un sitio desvincu-lado de la metrópoli; la ciudad es una sola...”

con Luis Maldonado ValzArquitecto graduado de la Universidad de Brasil, Rio de Janeiro 1962Posgrado en planificación en México 1973Profesor universitario de la UNFV (Lima), UNSA y UAP (Arequipa)Proyectos de arquitectura, urbanismo y planificación en Brasil y Perú

conversaciones

PATRIMONIO, EL CULTO A LA MEMORIA

patrimonio el culto a la memoria

conversaciones con Luis Maldonado Valz

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otras ciudades con adecuadas políticas en patrimonio, y ¿Cual crees que debería ser la imagen de nuestra ciudad patrimonio en los próximos años, eres optimista al respecto?

Como dices cada realidad es diferente, por ello creo que se debe evaluar nuestra propia experiencia. Creo que hay aspectos bastante positivos, como por ejemplo: la Superintendencia como un organismo efectivamente supervisor, que con ese carácter fue creado. Retomar ello. Por otra parte, no debe verse el centro histórico como un sitio desvinculado de la metrópoli; la ciudad es una sola. Por tanto, debe haber políticas urbanas sólidas que incluyan el aspecto patrimonial. Los mejores ejemplos son aquellos en que lo histórico y lo moderno tienen calidad en su conservación y en su innovación.

El patrimonio cultural es un bien no solo tangible, lo es también el valor intangible que guarda, sospecho que se toma demasiada importancia a la recuperación de los aspectos materiales de nuestros edificios pero se resta importancia y olvidan las actividades y valor histórico inmaterial que guardan los edificios patrimoniales. ¿Que opinas al respecto? ¿Como revalorizar los aspectos inmateriales para mantener al patrimonio vivo y no volver a Arequipa en una ciudad museo?

No puede haber una buena política de conservación y defensa del patrimonio histórico y cultural, si es que los esfuerzos no van aparejados con un ejercicio y hasta un culto a la memoria. No tenemos otra cosa que legar a las generaciones que vienen. Y para ello, es importante que los

escenarios no sean inertes. De ahí, el valor de lo cotidiano y su relación con la cultura en su sentido más amplio y popular. Los tambos, no sólo fueron posadas, depósitos y lugares de intercambio, son también reservas de tradiciones y sucesos populares; hoy acogen también a artistas, de ese modo, la cultura también se renueva.

Para concluir, la identidad es un valor que da sentido a la protección patrimonial, entonces se salvaguarda el patrimonio para las próximas generaciones. Por ello la labor del arquitecto debería guardar siempre un absoluto respeto por el patrimonio, a veces ello no es así, y vemos como se va demoliendo, modificando y desapareciendo la ciudad patrimonial y además la campiña de la ciudad. ¿Que reflexión tendrías que hacer hacia nuestros colegas sobre este tema y cuáles fueron los motivos que te llevaron a defender como arquitecto nuestro patrimonio?

Se dice que la identidad cultural es el sentido de pertenencia del lugar. Pero también ello no es suficiente si no va aparejado con un sentimiento de autoestima y de respeto por el legado de nuestros ancestros. Ese respeto supone modestia frente a la sabiduría de generaciones que llevaron siglos de crear y recrear este lugar. No se puede destruir en pocos años lo que costó tanto esfuerzo. Creo que antes de ser arquitectos, somos simples ciudadanos, pero como ciudadanos consideramos que entre los derechos humanos está también el derecho al patrimonio cultural, el derecho a la belleza.

El Centro Histórico de Arequipa está siendo manejado por varias insti-tuciones. Han transcurrido 10 años

desde la declaración de Patrimonio de la Humanidad y es un buen momento para hacer una evaluación de su gestión. Desde que el Centro Histórico de Arequi-pa fue inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de UNESCO en Diciembre del año 2000, las instituciones encargadas de su conservación y desarrollo asumie-ron la responsabilidad de la conservación de los valores que la hicieron acreedor a tan importante distinción. Esta respon-sabilidad trasciende a su simple conser-vación, pues el Centro Histórico no debe ser considerado como un monumento estático, sino como un organismo vivo, en continuo desarrollo pero sin perder sus valores, sino más bien desarrollán-dolos. Vigilar este crecimiento, orientarlo y estimularlo, es responsabilidad de sus instituciones rectoras.

Para entender mejor la situación actual, es necesario hacer un recuento de la his-toria que dio origen a esta designación,

que había sido presentada a UNESCO por el I.N.C. que es la entidad encargada, cuando era presidente el Dr. Juan Guiller-mo Carpio Muñoz. Desde entonces, esta solicitud fue siguiendo muy lentamente su trámite internacional. El I.N.C. era una institución sin mayores recursos para activar el procedimiento. Es así como la Municipalidad de Arequipa asumió activamente la gestión creando, durante el período del Dr. Juan Manuel Guillén, la Superintendencia de Administración y Control del Centro Histórico de Arequipa, impresionante título de una entidad que no tenía los alcances ni los poderes que el nombre sugiere, pero que sí contaba con el entusiasmo de sus integrantes en su mayoría arquitectos cuyos nombres no menciono por temor a cometer algu-na involuntaria omisión.

En 1999 UNESCO envió un delegado para evaluar la solicitud de Inscripción de Arequipa en la lista del Patrimonio Mundial. Es así como vino el arquitecto Ciro Correa de Oliveira quien recorrió la ciudad acompañado por miembros de

AREQUIPA PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD

conversacionescon Gonzalo Olivares Rey de CastroArquitecto

Ex miembro de la Superintendencia del Centro Histórico e I.N.C.

“Es en este contexto que

Arequipa asume la

responsabi-lidad de la

conservación y desarrollo de su centro

historico...”

patrimonio el culto a la

memoria

conversaciones con Luis Maldonado Valz

“Patri-monio significa pertenen-cia, pro-piedad. La población que habita o usa un bien debe sentirse propietaria de ese bien, y si tiene valor, debe participar en el pro-ceso de su recupera-ción.”

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la Superintendencia haciendo hincapié en la autenticidad de los edificios, el trazo urbano y el entorno del conjunto entre otros temas. Hizo observaciones sobre los elementos de la contaminación visual y pudo apreciar, esto es importante, el interés de la población en la valoración de la ciudad, no sólo como arquitectura sino también por su entorno: el cielo azul, los volcanes, las andenerías de su campiña, el río cruzando el área urbana, etc.

Este informe fue definitivo para la inscripción de Arequipa en la Lista del Patrimonio Mun-dial que se hizo efectiva en Diciembre del año 2000. Año u medio después, se produjo el terremoto que destruyó entre otros las torres de la Catedral en junio de 2001.

Es en este contexto que Arequipa asume la responsabilidad de la conservación y de-sarrollo de su Centro Histórico. La entidad directamente encargada era el Instituto Nacional de Cultura, ahora Ministerio de Cul-tura, que carecía de los medios estructurales y económicos para llevar adelante la tarea, de modo que la Municipalidad de Arequipa encargó a la Superintendencia asumir el compromiso.Pero tampoco le dio los me-dios. Cierto que tenía la ayuda del equipo de la Agencia Española de Cooperación para reforzar algunos proyectos y apoyar activida-des, pero aparte de su Directiva, solo contaba con tres empleados auxiliares y dos policías Municipales, amén de que sus opiniones o directivas no eran vinculantes, sino solamen-te constituían opiniones o recomendaciones que podía o no seguirse. Pero sí contaban con su entusiasmo y dedicación: se empezó por combatir la contaminación visual con el objeto de “limpiar” la ciudad de elemen-tos secundarios que impedían apreciar sus auténticos valores, se hizo con este objeto un reglamento que controlaba la cantidad,

dimensiones y ubicación de letreros comer-ciales que distorsionaban el carácter de la ciudad. Se inició, con los escasos recursos de personal, una campaña calle por calle, con resultados interesantes: no solamente se disminuyó la contaminación visual que era el objetivo principal para permitir que se apre-cie la arquitectura, el verdadero carácter de la ciudad, sino que se consiguió que la ciudada-nía se diese cuenta de que había alguien que se estaba ocupando de conservar y resaltar los valores de su ciudad.

Como consecuencia de esta campaña, humil-de, concentrada en las 49 manzanas funda-cionales de Arequipa, consiguieron ventajas adicionales como el apoyo y participación ciudadana, factor indispensable para el de-sarrollo y conservación de la ciudad.También se consiguió el apoyo de la Municipalidad para “limpiar” las calles de la ciudad de otros elementos perturbadores: las instalaciones eléctricas aéreas, variedad de postes, etc., a los que se sumó luego la ampliación y cam-bio de pavimento de las veredas y finalmente las instalaciones de agua potable y alcantari-llado. Se comenzó por la calle San Francisco, luego Zela y Santa Catalina, con un criterio de unidad, es decir, con un criterio uniforme que, conservando el carácter y los materiales del Centro Histórico, mejorasen sus condicio-nes de uso y reforzaran la imagen visual del conjunto.

También, adicionalmente, se comenzó a con-trolar los colores de los edificios, a fin de que, de acuerdo al estilo y época de cada uno, se utilizaran los colores adecuados, evitando tonos estridentes, pinturas de látex sobre sillar, etc.

Estas acciones de la Superintendencia, si bien humildes, poco ambiciosas tanto por su

contenido como por su extensión, sí tu-vieron un contenido beneficioso al haber captado la atención ciudadana y desper-tado un interés largamente dormido.

Pero esta entusiasta reacción no duró mucho tiempo pues la siguiente gestión municipal ignoró a la Superintendencia. Felizmente, la agencia de Cooperación Española en virtud de un convenio preexistente con la Municipalidad, continuó con un interesante proyecto de rehabilitación de los Tambos de Puente Bolognesi. Así el Tambo de Bronce y el del Matadero, posteriormente el de La Cabezona, recientemente reabierto, fue-ron objeto de trabajos de restauración con intervenciones discutibles, pero de indudable acierto como rehabilitación urbana al incorporar lo que fueron tugu-rios en viviendas de buen nivel dentro de un ambiente tranquilo.

Durante la alcaldía del Lic. Simón Balbue-na, se rehabilitó la Superintendencia para proteger y desarrollar el Centro Histórico, pero no se le dio niveles de decisión, sino que se trató de un elemento simple-mente consultivo del que se prescindió sistemáticamente.

Se iniciaron obras como la peatonaliza-ción de la calle Mercaderes que como concepto es correcto, pero como realiza-ción no respeta para nada el carácter de Arequipa, aparte de carecer de unidad, concepto básico de diseño que ha sido completamente ignorado.

Pero el atentado más grave es el llamado Sistema Integrado de Transporte que consiste en una doble vía expresa que va desde el Cono Norte hasta Socabaya,

atravesando innecesariamente el Centro Histórico.

La Superintendencia se manifestó contraria a esta solución y solicitó que vía rodeara el Centro Histórico, pero de ninguna manera lo atravesara, pues esto alteraría la unidad de la ciudad.

La respuesta fue iniciar una las innume-rables etapas por el eje Bolívar – Sucre cuyo lamentable resultado podemos observar ¿La razón?. Solo podemos hacer conjeturas.

Otra institución encargada de velar por nuestro Centro Histórico es el INC hoy Ministerio de Cultura, recientemente creado y que no parece haber encontra-do el camino, pues, si bien la ley ordena que los proyectos del Centro Histórico sean aprobados por este Ministerio, no existe en Arequipa una Comisión Técnica para este objeto.

Bien este es el contexto en el que nos desenvolvemos. Se ve que la gestión institucional tiene que ser atendida y reforzada para que tenga algún efecto. Se está solicitando a la Municipalidad que se incluya a la Superintendencia del Centro Histórico como instancia obliga-toria de aprobación de todas las obras y actividades que se realicen en él, pero eso solo podrá darse a comienzos del próximo año. También habrá que dotarla de los medios para ejercer los controles necesarios.

Me he extendido mucho en el tema de la gestión institucional, pero en general creo que la alta dirección de las institu-ciones no llega a comprender la impor-

arequipa patrimonio cultural de la humanidad

arequipa patrimonio

cultural de la humanidad

Gonzalo Olivares Rey de CastroGonzalo Olivares Rey de Castro

“el atentado más grave

es el llama-do Sistema

Integrado de Transporte

que consiste en una doble

vía expresa ... atravesan-do innecesa-

riamente el Centro Histó-

rico....”

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tancia de ser Patrimonio de la Humanidad ni siquiera en qué consiste su labor.

En cuanto al tema de las nuevas construc-ciones en nuestra ciudad, creo que hasta hace poco la falta de dinero en el país y particularmente en Arequipa, ha sido un factor favorable para la conservación de la ciudad al no producirse mayores alteracio-nes. Había solamente que cuidar que no se produjeran demoliciones para construir “mercadillos”.

Actualmente, la bonanza económica hace cambiar el panorama con la aparición de construcciones importantes como Plaza Vea en la Avenida de la Marina, de discuti-ble calidad, pero susceptible de mejora, el Hotel Casa Andina en la calle Villalba con la consiguiente puesta en valor de la Casa de la Moneda, largamente esperada. Esta obra es importante, no solo por la recupe-ración de la casona cuya intervención es en general correcta, salvo observaciones más bien puntuales. El valor de esta obra consiste en haber potenciado la zona, atra-yendo inversiones interesantes aunque en ocasiones han sobrepasado los límites de altura autorizados.

Hay otras intervenciones menores que quizá no vale la pena mencionar. En todo caso, cualquier edificación actual debe te-ner el sello de su tiempo, debe evidenciar su carácter contemporáneo y su condición local.

El caso de Gamesa, construida en 1962

luego de los terremotos de 1958 y 1960 es especial: en aquel momento, se imponía como única opción el “Estilo Internacio-nal”, originado en la Bauhaus con Walter Gropius. Luego Le Corbusier, Niemeyer, Neutra, Van der Rohe. De ahí su expresión exterior: directa, franca, sin ornamenta-ciones, sin concesiones a ningún “estilo” o tradición, simplemente contemporáneo.

Pero un arquitecto no logra (y no quiere tampoco) sustraerse a la influencia de su medio, de su origen, de su clima, etc. Y esta influencia sí se ve claramente en el trazo de su planta en que esta galería se abre en su interior a dos “patios” de indu-dable origen arequipeño, que acogen la luminosidad de su cielo y el calor de su sol.

En aquel momento, no existían restric-ciones de altura o densidad. Sí había un requerimiento de estacionamiento de ve-hículos, que fue ubicado en segundo nivel porque el criterio inicial fue de constituir elementos comerciales compuestos de só-tano para depósito, 1er. Nivel para tiendas y 2do. para vehículos y abastecimiento. Los pisos superiores fueron dedicados a vivienda en Santo Domingo y a oficinas en Mercaderes.

Ahora veo el edificio como excesivo en altura, aunque sobrio en su expresión.

El edificio del que fue Banco de Lima, en la esquina de Rivero con Mercaderes, frente al Teatro Municipal, es de factura posterior y en él ya se puede apreciar una preocupa-

Galerías Gamesa Galerías Gamesa

ción por el entorno en una esquina muy importante. Su relación con los edificios vecinos es cuidadosa y ha sido bien resuelta. Es una lástima que haya sido parcialmente cubierto por una estructura nueva, a fin de “ganar terreno”.

En cuanto al ex Banco Wiese, fue proyec-tado ya con plena conciencia de respeto al entorno, dentro de un lenguaje con-temporáneo muy simple que se integra adecuadamente al carácter de la ciudad.

Como se ve, estos tres ejemplos corres-ponden a épocas distintas en la que el concepto de adaptación y subordinación van variando y haciéndose más eviden-tes. Los tres tienen una expresión con-temporánea al momento en que fueron proyectados y se aprecia claramente la evolución conceptual de respeto al valio-so entorno en que se encuentran.

Porque Arequipa, y particularmente el Centro Histórico debe ser, y de hecho es, un organismo vivo dinámico, debe desarrollarse dentro de parámetros cuidadosos y respetuosos de su pasado, pero también de su presente y su futuro. Y este presente y futuro debe ser mane-jado por la gente que lo utiliza y la gente que lo habita. Por esto es importante fomentar la creación y la ocupación de vivienda en el Centro Histórico.

Sin duda se ha producido un éxodo de los habitantes hacia la periferia del Cen-tro Histórico. Sin dejar de reconocer que

es un fenómeno mundial, casi natural, es necesario dotar al Centro Histórico de mejores condiciones de habitabilidad. Una de ellas es la seguridad personal, que es problema nacional y local cada vez más preocupante. Las estrategias para combatir esta amenaza involucran directamente a sus habitantes pero también requieren una intervención de las autoridades.

Otro problema, cada vez más agobiante, es la congestión vehicular que trae con-taminación orgánica, visual y auditiva. Este problema es más complejo, pero tal vez ayude un poco una peatonalización del Centro Histórico profesionalmente planeada.

El camino de la conservación y desarrollo del Centro Histórico es largo y difícil, re-quiere constancia, tesón y voluntad para seguir viviendo en un lugar privilegiado como es Arequipa.

Fotografías: Omar Urday

“...cualquier edificación

actual debe tener el sello

de su tiempo, debe evi-

denciar su carácter con-

temporáneo y su condición

local.”

arequipa patrimonio cultural de la humanidad

Gonzalo Olivares Rey de Castro

Banco de Lima - fotografía tomada 2006 Estructura nueva “ganando terreno” - fotografía tomada 2011

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Lo que voy a plantear en esta oportunidad es una reflexión sobre la necesidad de una nueva mirada

sobre los temas de patrimonio a partir de la propia experiencia latinoamericana. Creo que ella es diferente a aquella experiencia euro-céntrica que ha dominado desde 1972, cuando se ha creado la Convención Mundial del Patrimonio, donde se ha valorado el patrimonio desde el punto de vista tangible en relación al patrimonio natural y donde hubo que esperar casi treinta años para que se reconociera el patrimonio intangible, en el año 2003, y donde recién en el año 2005 hemos hablado, por fin, de la diversidad cultural.

Lo que quisiera plantear es la necesidad de que empecemos a revisar si necesitamos tres Convenciones diferentes si vamos a hablar de Patrimonio, porque muchas de las obras de arquitectura, que nosotros consideramos hoy patrimonio, no lo son por sus valores arquitectónicos, sino por aquellos valores de carácter intangible que están asociados a las mismas, ya sean hechos históricos o culturales.

Esto requiere que nos replanteemos, mirando en estos últimos 60 años, lo que en la posguerra europea significó

la valoración de la recuperación del patrimonio, verificar si lo que hemos aplicado como criterios patrimoniales, han sido criterios rígidos, fijos, o si hemos ido cambiando esos criterios en el tiempo. Reflexionar, si efectivamente los hemos ido cambiando, si no sería preciso cambiarlos hoy para analizar adecuadamente nuestro patrimonio, el patrimonio latinoamericano, en un contexto global donde, sin dudas, tenemos nuestras propias características.

Hoy se les reconoce a las culturas orientales, por ejemplo, que las ideas de “autenticidad” que nosotros, en la visión occidental, tenemos respecto a nuestro patrimonio son diferentes a las que ellos tienen, como surgió de la reunión realizada en Nara. Aquellas culturas, por ejemplo, se permiten quemar un edificio histórico de madera que encuentran obsoleto y volver a reconstruirlo de la misma forma, sin perder para ellos el sentido patrimonial. Es decir que se asume que es el mismo patrimonio, con la independencia de que no sea exactamente la obra original.

Sin embargo, a nuestra realidad latinoamericana se la mide de otra forma. Hay quienes quieren poner en tela de juicio la calidad patrimonial de

REPENSANDO EL PATRIMONIO DESDE AMERICA LATINA

tema central Ramón GutiérrezArquitecto. Investigador Superior del CONICET. Miembro de Número de las Academias Nacionales de la Historia y de Bellas Artes de Argentina. Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina) y la Universidad Ricardo Palma (Lima. Perú). Premio Nacional de Arquitectura (FONART 2003). Director del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana, CEDODAL.

“... muchas de las obras de arquitectura, que nosotros consideramos hoy patrimo-nio, no lo son por sus valo-res arquitec-tónicos, sino por aquellos valores de carácter in-tangible que están aso-ciados a las mismas...”

la ciudad de Quito cuando se ha comenzado a tratar la posibilidad de reconstruir la torre de una iglesia que ha caído en un terremoto. No faltan inclusive, en la propia disciplina y nacionalidad, quienes amenazan a la ciudad de Quito de tramitar ante la UNESCO para quitarle la categoría de patrimonio mundial. Se argumenta en este caso que se estaría haciendo una falsificación histórica. Es interesante recordar que no se tiene en cuenta que el Campanile de Venecia se reconstruyó absolutamente entero a comienzos del siglo XX y, sin embargo, se declaró a Venecia Patrimonio de la Humanidad con el mismísimo Campanile reconstruido. Ni que decir de ciudades casi totalmente reconstruidas en la posguerra, como Dresden, en Alemania, que fueron también nominadas Patrimonio de la Humanidad, sin que a nadie se le ocurriera mencionar como “falsos históricos” tales actuaciones. Parecería que hay dos varas para medir los criterios patrimoniales donde se tolera las supuestas “disgresiones” europeas y se amenaza castigar cualquier deslinde latinoamericano. Es pues hora de no callarnos más y entonces tenemos que empezar a pensar cuál es la vara con la cual vamos a medir nuestro patrimonio, con criterios y herramientas que respondan a nuestro modo de valorarlo. Para ello es preciso hacer una tarea de limpieza de algunos personajes que se han enquistado en las instituciones internacionales asumiendo nuestra representación y, siendo totalmente ajenos a la defensa de nuestras condiciones patrimoniales, han sido funcionales a los manejos hegemónicos y arbitrarios de ciertos sectores del ICOMOS Internacional. Son, como dijo algún prócer nuestro, los que “tienen fría el alma para las cosas de la patria”.

Disculpen si voy a ser un poco heterodoxo en lo que hoy he reflexionado y entiendo… no soy

fundamentalista en temas de patrimonio, soy fundamentalista en la defensa del patrimonio, pero no en las concepciones y criterios que a través del tiempo hemos tenido del mismo.

Así en el siglo XX nosotros empezamos hablando del patrimonio tangible de lo “antiguo”, y se decía en muchas de las legislaciones europeas y americanas que patrimonio era aquello que tenía más de 100 años. Hasta la misma constitución de la República Española de 1931, que se suponía progresista, determinaba esa edad para el patrimonio. Esto dejó durante décadas fuera del patrimonio a todos los edificios del siglo XIX y del siglo XX por ejemplo. A mediados del XX comenzaron los cambios y se logró mirar nuevamente y modificar estas formas de ver atadas al calendario. Por supuesto no todos los edificios que tenían más de 100 años eran patrimonio, pero sí lo eran muchos que tenían más de 100 años, por ejemplo la casa del Balcón de Herodes, en el Cusco, dañada en el terremoto de 1950. A ella le faltaba el otro requisito: “la monumentalidad”, y por ello fue demolida para ampliar una calle con criterios urbanísticos que nacían de las concepciones importadas del Movimiento Moderno y que proponían, después del tremendo sismo, reconstruir la ciudad con edificios alzados sobre Pilotis corbusieranos.

Nosotros no hemos valorado a veces este patrimonio cultural nuestro, de una arquitectura popular, que como tal, es intemporal, y que poseemos como fruto de procesos de

Balcón de Herodes, Cusco (Perú). Demolido en 1950

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24Setiembre 2011 Setiembre 2011 patrimonio

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integración cultural significativos. Por ejemplo, las casas de Moquegua y Tacna, en el Perú , que constituían, de alguna manera, una forma de expresión muy peculiar, que pueden quizás encontrar sus raíces en la barraca valenciana. La destrucción de una de ellas en un conjunto altera sustancialmente los valores patrimoniales que manifestaba esta tipología en el proceso de construcción del paisaje urbano.

Superada la etapa de la valoración por la antigüedad de los años, empezamos con la exclusividad del tema del patrimonio entendido en lo estrictamente “Histórico”, y la historia para nosotros era una historia oficial, de próceres, de héroes, de batallas, una historia militar fundamentalmente, y ahí construimos, entonces, una idea del patrimonio que estuviera vinculada a estos hechos. Por ejemplo, la posta de Yatasto, en la Argentina, que es un lugar que fue declarado patrimonio histórico, no porque fuera la única posta que quedaba en todo el país, sino simplemente porque

allí, se suponía, se habían encontrado San Martin y Belgrano, cosa que hoy sabemos, a través de la documentación, que no se encontraron allí, de tal manera que la historia también fue manipulada. En toda América se han salvado casas valiosas y otras no tanto porque alguien señalo que allí había estado, pasado o dormido, algún prócer de la independencia. Algunas casas inclusive crecieron, como la de Bolívar, que parece siempre resultaba pequeña para la dimensión heroica del prócer, o la de San Martín que, desde Francia, mereció una réplica similar en Buenos Aires. Pero por supuesto que también hay patrimonio histórico, y aceptamos que ese patrimonio histórico estaba vinculado obviamente a los hechos allí sucedidos, pero también a la arquitectura, y la arquitectura en muchos casos tenía peso propio y a veces era también una arquitectura que, además, era original hasta en los detalles, cuando uno piensa en esas respuestas de los balcones de la casa de Torre Tagle, donde hasta los niños tenían su espacio para poder mirar

repensando el patrimonio desde america latina

Ramón Gutierrez

afuera, está pensando realmente en lo que significaba una tarea creativa y recuerda una respuesta que algún viajero francés, un poco despistado hizo: “No entiendo por qué los limeños colgaban los roperos en el exterior de sus casas”.

En los años 60 empezamos a hablar no solamente de patrimonio Histórico sino más directamente de “Patrimonio Cultural”. Superábamos la idea de los antiguos Monumentos históricos, empezamos a entender y aceptar el patrimonio que nos había traído la inmigración, la diversidad cultural. Fueron los tiempos en que empezamos a hablar del patrimonio industrial, del patrimonio social, de aquellas manifestaciones que no expresaban, quizás, a los sectores más altos de la sociedad, sino que expresaban, justamente, aquellos sectores que posibilitaban que ellos fueran los sectores más altos. Y apareció entonces un enorme patrimonio que iba desde los molinos rurales, hasta los ferrocarriles, las fábricas, todo lo que hacía a una historia y a una cultura en una dimensión abarcante. Es decir, se abría un campo de acción enorme para el patrimonio.

En los 60, aquellas viejas ideas de los 100 años y aquella inmediata idea del patrimonio Histórico, comenzaban a tener las raíces de otra historia, de una

historia cultural, de una historia social. Sorprendentemente reparamos en valorar las tipologías de la vivienda en sus diversas manifestaciones, desde la casa de patio, la vivienda colectiva, los conventillos, las casas de vecindad. ¿Cuántas de nuestras ciudades han perdido la posibilidad de entender como era los modos de vida de nuestras comunidades a través del tiempo por haber borrado los testimonios de sus formas de residencia que expresa su manera de vivir?

Fue también en los setenta cuando nos planteamos empezar a recuperar el patrimonio de las ciudades, por ejemplo en el Pelourinho de Salvador de Bahía, donde lo que se buscó fue justamente potenciar las posibilidades que tenía la recuperación de la vivienda popular, vivienda tugurizada, pero que sin embargo tenía posibilidades de uso con una rehabilitación que no fuera una estrategia de “restauración monumental”. Se apuntaba así a mejorar las condiciones del equipamiento, las estructuras, los elementos fundamentales que impidieran la obsolescencia del antiguo tejido urbano. En esta época, en muchos lugares de América, quisimos trasladar la experiencia interesante de Bologna, en Italia, donde se había hecho, con un municipio fuerte y con recursos

“...empeza-mos a enten-der y aceptar

el patrimonio que nos ha-bía traído la

inmigración, la diversidad

cultural. ...”

Casa con mojinete en Moquegua (Perú)

La casa donde nació Bolívar en Caracas creció notoriamente en concordancia con la dimensión del prócer

Réplica de la casa donde murió José de San Martín en Boulogne Sur Mer (Francia) realizada en Buenos Aires. Sede del Instituto Sanmartiniano.

Posta de Yatasto (Salta. Argentina) Balcones del Palacio de Torre Tagle en Lima (Perú)

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repensando el patrimonio

desde america latina

Ramón Gutierrez.

económicos, el traslado de los habitantes de una manzana a otra manzana adquirida por el municipio, donde se restauraba la manzana anterior, se recuperaba los habitantes para ella, y se volvía a hacer una semejante actuación para ir mejorando el área patrimonial. Nosotros no pudimos hacer nada de esto, aunque pensábamos que era posible en alguna ciudad americana, pero nuestras finanzas locales eran débiles, las voluntades políticas eran erráticas, y las discontinuidades de gestión impedían concretar este proyecto más que parcialmente.

Trabajábamos con una población de escasos recursos y amplias necesidades. La recuperación incluía no solamente a la casa sino también a los habitantes, a quienes se les formó artesanalmente en la posibilidad de darles trabajo en las obras de sus propias casas.

En la comprensión de que los recursos de los sectores culturales nunca alcanzarían para atender las demandas patrimoniales si no se articulaban con dar respuestas a los requerimientos sociales, las políticas de acción en los centros históricos atendieron estas premisas. La recuperación de áreas urbanas de antiguo origen fabril, industrial, portuario o ferroviario han sido en muchos casos zonas adecuadas. El ejemplo de la rehabilitación de la Cervecera de Montevideo desocupada como arquitectura industrial posibilitó su recuperación para vivienda. Y aquí entramos en un tema clave de los centros históricos: No podemos, en América Latina, recuperar nuestros centros históricos si no es a través del uso residencial, porque hay una razón esencial, que es la relación entre el centro histórico y el patrimonio.

Aquí hay que repensar una concepción central: el patrimonio lo definen los habitantes, si no hay habitantes que estén referenciados a ese patrimonio, el patrimonio resulta que no es patrimonio.Nos preguntamos ¿Para quién es patrimonio? Si yo pienso en ciudades que han sido vaciadas de sus primitivos habitantes, que hoy pueden estar declaradas inclusive, patrimonio de la humanidad, pero sus habitantes ya no están allí, me pregunto, ¿construimos patrimonio para los turistas, o valoramos el patrimonio para los habitantes? La recuperación de ese patrimonio de sus habitantes, implica la recuperación de la ciudad.

En Argentina, por ejemplo, en los últimos años se han recuperado antiguas fábricas o edificios ferroviarios no utilizados para universidades. Esto implica no solamente dar alojamiento a un nuevo uso caracterizado, sino que significa la transformación del barrio con la presencia de la gente joven, alojamientos para los estudiantes, y el surgimiento de un comercio minorista que es capaz de dar respuesta a estas nuevas necesidades. En definitiva es, también, una operación de renovación y recuperación urbana. Un ejemplo de edificio reciclado es una antigua fábrica que en 1906 se importó de Alemania para Valparaíso, como usina, y Chilectra la transformó en edificio de oficinas, pero mantuvo las características de sus espacios, la tecnología, la presencia como hito de referencia en la ciudad, el afecto de la población a su arquitectura.

Pero no siempre las políticas urbanas ayudan al patrimonio. En el antiguo Puerto Madero de Buenos Aires, lo que en principio pensábamos que íbamos a lograr era la

recuperación de un área de la ciudad que nos permitía acceder de nuevo al rio. Pensábamos en una costanera como la de Montevideo, un sitio de paseo urbano y espacios adecuados para recreación. Pero no fue así, rápidamente las 120 hectáreas que quedaron, que eran terreno público, han sido privatizadas para construir hoy, una especie de Country urbano, un lugar residencial bastante cerrado y privilegiado dentro de la ciudad, cuyos altos costos muestran casi la mitad de sus departamentos vacíos, fruto de una especulación inmobiliaria que no marginó el posible lavado de dinero.

Cuando cambiamos esas relaciones y hablamos entonces del patrimonio “Construido”, de todo aquello que hemos heredado, que han hecho nuestros antepasados, que ya ha costado un dinero a la sociedad y que aun tiene posibilidades de vida útil, pensamos que no tiene por qué demolerse aquello que tiene posibilidades de ser aprovechado porque no está obsoleto y que sus nuevos usos pueden tener ese impacto positivo a escala urbana. Pues así hemos cambiado de las lecturas de un Patrimonio de lo “antiguo”, a lo “histórico”, a lo “cultural”, a lo “social” y a lo “construido” y todo esto en medio siglo, como para que aceptemos el relativismo y no tomemos posturas fundamentalistas ni pensemos en criterios absolutos.

Otra de las ideas fijas que tuvimos a mediados del siglo XX era la idea reductiva del patrimonio vinculada al “Monumento” concebido como obra singular. Por supuesto existe el Monumento, que marca una referencia y un hito cultural importante, pero esa idea era también insuficiente y requería trabajar el patrimonio de una manera distinta. Hay monumentos que están aislados, y que pueden ser individualizados como tal, entre ellos la famosa fortaleza Citadelle, que los esclavos negros de Haití, el primer país que se independizó en América, construyeron en 1804 en un inaccesible paraje, sin embargo, su relación con la topografía y el entorno es un elemento decisivo en sus condiciones de diseño. El monumento nunca está totalmente aislado de su circunstancia.

Así, del monumento aislado pasamos a valorar el Conjunto y a atender no solo la arquitectura del elemento singular, el monumento, sino la arquitectura de acompañamiento del mismo. Aquella que hacia posible muchas veces que el monumento tuviese el carácter de tal, que lo jerarquizaba con sus valores, que lo acompañaba y que le daba entidad. El monumento adquiría relevancia mirándolo desde la perspectiva del conjunto y no solamente desde la perspectiva de las expresiones intrínsecas de la obra.

“...el patri-monio lo definen los habitantes, si no hay habitantes que estén referencia-dos a ese patrimonio, el patrimo-nio resulta que no es patrimo-nio.”

Puerto Madero en Buenos Aires. La privatización de la tierra pública y un paisaje desolador de especulación inmobiliaria La Citadelle de Haití. El Monumento y su contexto

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Ramón Gutiérrez

“Muchas veces ... nos ha fallado la capacidad de entender lo que significa-ba el valor de los conjuntos, entender la importancia que tenía esa relación en un poblado histórico.”

En otros casos el conjunto valía y se expresaba por si mismo. Cada integrante podía ser un monumento, pero un monumento que aisladamente también podía desaparecer ya que el patrimonio radicaba en el conjunto. Podemos ejemplificarlo con el barrio de viviendas populares “Los Perales” de Buenos Aires, construido en 1947 – 49. Su vigencia marca una nueva dimensión patrimonial vinculada a la presencia de lo social en los valores culturales y de sus aportes urbanos.

Desde el conjunto pasamos al “Poblado histórico” y la escala nos vuelve a cambiar enormemente a un conjunto de conjuntos articulados por los espacios públicos. Si tomamos un ejemplo como el de Mompox, en Colombia, que es patrimonio de la humanidad, vemos que nos está hablando de un diálogo entre patrimonio tangible y patrimonio natural transformado culturalmente. El poblado nos muestra aquello que se ha preservado a través del tiempo, porque sus modos de vida han permitido preservarlo. A veces esto sucede porque estamos ante pueblos con decadencia histórica y otras veces son esos pueblos que tienen la vitalidad de mantener sus modos de vida, sus formas de relación con el paisaje y también la conciencia de la calidad de vida del sitio.

Muchas veces a nosotros, los arquitectos, nos ha fallado la capacidad de entender lo que significaba el valor de los conjuntos, entender la importancia que tenía esa relación en un poblado histórico. En el caso de Trinidad en la región del Beni (Bolivia), tenemos una ciudad que se construyó sobre las bases

de las galerías exteriores que permitían la calle cubierta en lugar de mucho sol y lluvias torrenciales. La galería continua daba así una respuesta ambiental, pero también una respuesta tecnológica porque protegía los paramentos de los muros cuando ellos eran de adobe y mediante el gran alero arrojaba el agua afuera. Pero la galería era también y principalmente un espacio social, donde era posible un lugar de encuentro a la puerta de la casa. La galería era un bien privado cedido al uso público, era la integración de cada vivienda en el paisaje homogéneo del poblado. Cuando el arquitecto no entendió eso y optó por singularizarse, el arquitecto introdujo la ruptura de la escala, de la galería, del paisaje y de los modos de vida atentando en la pérdida patrimonial.

En nuestros cambios de escala del poblado histórico pasamos al “Centro Histórico”, y seguimos ensanchando el campo. Tomamos por ejemplo a Sucre, en Bolivia, un centro reconocido como Patrimonio de la Humanidad, y como él podríamos pensar en muchos de los centros históricos latinoamericanos.

Aquí comienza la primera instancia de un conflicto ideológico que significa pensar en el patrimonio desde el punto de vista material aislándolo de lo que significa el patrimonio inmaterial que se relaciona a los modos de vida o de la diversidad cultural, porque el

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centro histórico es parte de una ciudad. Una ciudad que cambia pues la ciudad tiene que cambiar para adaptarse permanentemente a nuevas realidades, porque en definitiva, no nos olvidemos de algo muy importante, el patrimonio es un medio, no es un fin.

El patrimonio es un medio para mejorar la calidad de vida, y si nosotros no somos capaces de mejorar la calidad de vida, si el patrimonio no nos sirve para el desarrollo ni nos sirve para dar respuestas a lo que necesitamos, ¿cuál es la función del patrimonio? Por eso necesitamos de un patrimonio que sea operativo, y aceptar que si la ciudad cambia, nuestro problema no es evitar que la ciudad cambie, nuestro problema es hacer que cambie como corresponde para mejorar la calidad de vida. Este es el desafío que tenemos, el desafío contextual, el desafío de mirar la ciudad no meramente como elementos físicos, sino mirar la ciudad como un ente que tiene una vida propia, donde sus barrios juegan un papel particular, donde, por supuesto, valoramos plenamente lo que significa la homogeneidad de una foto tomada hace 30 años, cuando Sucre, como otras ciudades, todavía no había recibido el cimbronazo de unas inmigraciones internas muy fuertes que cambiaron muchas cosas porque no estábamos preparados para eso.

Nos pasó en el Cusco en los años 70, donde los técnicos no tuvieron claridad para ver que la defensa del centro histórico del Cusco radicaba en colocar fuera de la ciudad a la hotelería: Para cubrir esa demanda estaban todas las haciendas expropiadas que estaban vacías ya que las cooperativas a quienes la reforma agraria les había entregado esos bienes no ocupaban más que un limitado número de ellas. Esto hubiera permitido el aprovechamiento de unos enormes espacios

ubicados muy cerca del Cusco y que hubiera impedido, por un lado, el vaciamiento de las casas del área central con la erradicación de población del centro hacia la periferia, y la creación de “pueblos jóvenes” o asentamientos precarios, como de hecho se dio.

Adecuadas políticas urbanas hubieran salvado mucho más del Cusco que la mera lectura de los monumentos particulares, de cada uno de ellos singularmente o inclusive hasta su limitada valoración como conjunto. El colapso del centro histórico por las dificultades de accesibilidad, la lamentable vocación de las autoridades para intervenir en los espacios públicos con esculturas, fuentes y otros elemento de muy baja calidad y sobre todo la erradicación de los habitantes del centro de la ciudad está marcando el predominio del turismo por encima de la calidad urbana que el Cusco ofrecía antaño.

¿Cómo vemos la ciudad?, ¿podemos concebir la ciudad patrimonialmente como un hecho homogéneo? Esto quizás puede encontrarse en poblaciones pequeñas, inclusive en muchas ciudades europeas grandes que están perdiendo población habitualmente. Pero nosotros, en Latinoamérica, tenemos realidades que nos golpean duramente. La ciudad latinoamericana, fruto de un

Calles de Mompox (Colombia)

Centro Histórico del Cusco (Perú)

Centro Histórico de Sucre. Fotografía de César A. Catalán

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proceso de “modernización” impulsado por arquitectos y especuladores inmobiliarios de la década del 50 y del 60, ha sufrido rupturas categóricas en sus centros históricos.

Estas rupturas pueden ser físicas, con destrucción de obras de valor patrimonial o con grandes edificios que destrozan las escalas de los barrios. Obras que nos muestran justamente la inexistencia de toda concepción, no solo ambiental, sino contextual, donde todas las ventajas económicas son para el que las hace, y todas las pérdidas son para la ciudad y sus habitantes. Nuestra acción urbana es también incoherente. Por ejemplo en Argentina tenemos una ciudad, Mar del Plata, un balneario que tiene 75 mil unidades de habitación deshabitadas durante nueve meses al año, ya que se utilizan solamente en el veraneo. Su reposición edilicia fue vertiginosa, y al igual que San Pablo, puede hablarse de tres ciudades superpuestas en un siglo.

La ciudad como patrimonio nos presenta los problemas de la permanencia o del cambio. Si yo miro una foto de un pequeño poblado de la sierra peruana y pregunto ¿Qué pasaría si cambio la vivienda?, depende de cómo la cambie, pero de lo que estoy seguro es que si yo quito los bancos donde viejos y jóvenes se sientan a charlar de sus cosas, les estoy quitando el patrimonio. Y es que a veces el patrimonio no es tanto aquello que nosotros, como arquitectos, estamos acostumbrados a ver, sino aquello que constituye los elementos de lazo, de referencia, de afectos, de posibilidades de aceptación y de reconocimiento por

parte de la comunidad. Yo creo que allí esta una de las claves esenciales para empezar a mirar de nuevo y distinto estas formas de expresión del patrimonio.

En Paccaritambo, en Cusco, el atrio de la iglesia es también la plaza del pueblo que durante mucho tiempo fue un lugar abierto, un espacio que hoy hemos ajardinado y le hemos colocado elementos de cemento y a veces descargamos la incapacidad escultórica de algún artesano local que nos coloca un cóndor, un buey, o alguna otra cosa pintarrajeada de distintos colores. Así también arruinamos espacios, espacios que se nos han vaciado porque no hemos encontrado la manera de enriquecerlos, porque no hemos pensado la manera de formar en ellos actividades que generen lo que es esencial en el espacio público: la presencia, la comunicación, la actividad social.

Arequipa y su carencia de espacios verdes es un hecho histórico. Cuando se leen las Memorias Municipales de fin del siglo XIX, hablan que el único espacio verde que existe en Arequipa es la plaza principal; los otros lugares, inclusive los atrios, los demás parques, las demás plazas, fueron creadas paulatinamente en el siglo XX, buscando generar, con los mercados y con otras actividades, esas posibilidades de encuentro.

En el rescate patrimonial, la arquitectura es para nosotros una lección fundamental, es un documento que nos habla no solamente de lo que nosotros vemos, sino de lo que ha sucedido con

ella a través del tiempo. Un documento firmado por cualquier prócer que elijamos, es susceptible de múltiples interpretaciones pero siempre dirá objetivamente y congelado en el tiempo aquello que está escrito. En cambio la arquitectura nos puede decir como fue pensada, como fue transformada a través del tiempo, los nuevos usos, los nuevos valores simbólicos, las nuevas formas que tiene esa arquitectura, por lo tanto, es portadora de una identidad que nos está explicando documentalmente elementos propios de la cultura y de la relación social en el tiempo. De la misma manera, el puente incaico sobre el Apurímac no será exactamente el mismo que fue, pero es identitariamente el mismo realizado por sus comunidades campesinas a través de los siglos. En la región andina, ustedes tienen la vitalidad creativa de quienes piensan que ese puente lo hicieron “ellos”, aunque haya sido hecho hace 300 años y aunque no hayan tenido una participación directa, porque de “ellos” es la comunidad con un profundo sentido de pertenencia.

Muchas veces uno encuentra esa relación de pertenencia con su iglesia o con aquellos elementos de valor simbólico y cultural que les son esenciales, y justamente cuando nosotros, los técnicos, apadrinados por algún organismo público o privado llegamos a un pueblo y decimos: no toquen nada que esto es “Patrimonio de la humanidad”, y luego pasamos varios años sin aparecer por

aquel lugar, lo único que estamos haciendo es garantizar el certificado de defunción de ese patrimonio. El patrimonio cuidado por su gente es el verdadero patrimonio.

Deberíamos empezar a diferenciar de una vez por todas, lo que es un “bien cultural” de lo que es un “patrimonio”. Un bien cultural será patrimonio cuando exista una apropiación de la comunidad que le da el carácter de patrimonio. Y este tema es absolutamente esencial para privilegiar las herramientas en la defensa del patrimonio. Esta lectura tenderá a cambiar muchas políticas de acción de los cuadros técnicos del patrimonio.

En ciertas regiones como las del área guaranítica del Paraguay, litoral argentino y el oriente boliviano hay paisajes culturales urbanos estructurados por las casas de galería frontal, tema al cual hicimos referencia anteriormente. Así fue la construcción de unas ciudades en el siglo XVIII y XIX, manteniendo aquellos elementos fundamentales para atender a las necesidades ambientales. El siglo XX planteó la competencia entre las viviendas con propietarios que querían diferenciarse del resto quitando las galerías y construyendo fachadas. Al derribar la galería destruye la calle a cubierto, desprotege al peatón de la lluvia y el sol y, además, cambia la altura de las ventanas y de las puertas como si sus moradores hubieran crecido hasta más de dos metros de altura. Pasamos de aquella ciudad comunitaria, de aquella ciudad que se integraba en la relación social del encuentro en la galería, a la ciudad del prestigio, a quien tiene la casa mejor, a quien manifiesta su calidad diferenciadora de alguna manera.

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desde america latina

Ramón Gutiérrez repensando el patrimonio desde america latina

Ramón Gutiérrez

Puente sobre el río Apurimac (Perú) realizado con el mismo sistema a través de los siglos con trabajo comunitario.

“el patrimo-nio no es tanto aquello que... esta-mos acos-tumbrados a ver, sino aquello que constituye los elementos de lazo, de referencia, de afectos, de posibilidades de aceptación y de recono-cimiento por parte de la comunidad. ”

“... Un bien cul-

tural será patrimo-nio cuan-do exista

una apropia-

ción de la comuni-dad que le da el

carácter de patri-

monio.”

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Estas formas de ostentación que allí van surgiendo las padecemos hoy en la arquitectura contemporánea. Es lo que estamos haciendo cuando contratamos a cualquiera de las grandes estrellas o los lápices de oro de cualquier país para colocar una supuesta obra magnífica en nuestras ciudades. Tenemos ejemplos de esta tiliguería absurda de la “marca” de la ciudad en la obra singularísima para repartir, y no faltará, también, algún centenario arquitecto latinoamericano que también es capaz de construir alguna de esas obras en los países del primer mundo. Pero la ciudad es otra cosa, la ciudad requiere el respeto, en definitiva, por los procesos de sustitución y crecimiento. Del centro histórico y su paisaje urbano debemos ampliar la base a una lectura de patrimonios territoriales.

Y la propia UNESCO cambia, pues ya en el siglo XXI empezamos a hablar de los “Itinerarios culturales”. Yo recuerdo, porque me tocó estar en el origen de la declaratoria de San Francisco de Lima como patrimonio de la humanidad, antes de que declararan al centro histórico de Lima que obviamente incluiría a San Francisco, que ya había sido declarado antes. Yo veía claramente que esto no tenía mucho sentido, porque lógicamente, si declararon San Francisco, con el tiempo declararíamos San Pedro y después Santo Domingo, y exactamente igual sucedería con otros monumentos como si la ciudad fuera una especie de

sumatoria en lugar de una integración.

En los años 50, cuando se hacen los primeros esfuerzos para declarar centros históricos en nuestro continente, tal es el caso de San Juan de Puerto Rico, el arquitecto Buschiazzo lo que determina es que el perímetro del centro histórico está dado por una línea que une los distintos monumentos, lo cual era una abstracción geométrica, no era una realidad urbana, ajena a cualquier forma de vida urbana. Era simplemente aquello que había sobrevivido y que entonces supuestamente vinculados, definíamos un centro histórico.

Luego, por suerte, esta modalidad fue cambiando y la ciudad se veía articuladamente, pero llegar a la idea de los itinerarios culturales era mucho más importante y la UNESCO se ha ido equivocando por no generar este concepto. Por ejemplo, a través del tiempo declaró en el Brasil, como patrimonio de la humanidad, a Ouro Preto, después Mariana, y luego a Diamantina. Cabe preguntarse, ¿por qué no declaro al área minera donde están estos y otros pueblos del Brasil que conforman un territorio?

Y aquí tenemos la primera alarma para nosotros en una grave omisión patrimonial, en América no valoramos el territorio pues no tenemos una visión clara del valor patrimonial del territorio.

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Ramón Gutiérrez repensando el patrimonio desde america latina

Ramón Gutiérrez

Por suerte ahora se está trabajando sobre como vincular los pueblos y los establecimientos rurales de las misiones jesuíticas en la región de Argentina, Brasil, Paraguay y en Uruguay con esta nueva modalidad del itinerario cultural. Estas lecturas patrimoniales más amplias nos permiten entender también la cultura de las regiones. Si yo veo una iglesia de Chiquitos, puedo entender todo un sistema de colocación de los templos desde su emplazamiento, de su construcción, y de utilización inclusive hasta de un sistema de mensuras que no era el sistema métrico decimal, ellos hablaban, cuando construían, por “lances”, y el lance era la unidad definida por la dimensión de la pieza de madera que les permitía una determinada luz entre columna y columna. Así, en las iglesias o las casas, se agregaban o se quitaban lances de acuerdo a las circunstancias.

Aparece en los últimos años un nuevo concepto, el de “Paisaje Cultural”, el que es visto desde el ICOMOS de una manera que consideramos reductiva, que lo limita a las transformaciones culturales en un medio natural. Para nosotros, este concepto engloba elementos mucho más fuertes que marcan una articulación entre la arquitectura o el patrimonio tangible, material, con el patrimonio natural. Hasta el momento esta categoría se utiliza fundamentalmente para lugares que tienen una valoración de tipo rural, o que tienen presencia de carácter simbólico, montes sagrados, sitios que tienen entonces una

articulación cultural con esos medios. Este es el caso de la quebrada de Humahuaca en el norte argentino, donde no cabe duda, en el pueblo de Purmamarca, de que hay una íntima relación de miles de años de historia con su medio y que forma, además, también, un itinerario junto con el paisaje cultural.

Cuando nosotros empezamos a hablar de paisaje cultural en América, planteamos que la ciudad es el paisaje cultural más importante que ha generado el hombre en los últimos mil años de su historia, ya que en realidad es el paisaje que integra lo cultural, lo natural y al mismo tiempo los elementos de lo intangible y de la diversidad cultural. Con esta perspectiva hicimos nuestra lectura patrimonial de Buenos Aires, como lo están haciendo ahora los colegas brasileños para Río de Janeiro.Hemos encontrado una resistencia obstinada desde ciertos sectores eurocéntricos para reconocer esta manera de entender los valores patrimoniales de la ciudad americana. Aparece, en reiteradas oportunidades, un cierto temor a qué vamos a hacer con la ciudad patrimonial. No se acepta con facilidad una realidad nuestra, de ciudades dinámicas, donde lo fundamental es el cambio, lo fundamental es identificar la diversidad cultural, lo fundamental es mejorar la calidad de vida, y concebir que el patrimonio sea una herramienta para ello. La ciudad no es un museo estático como sucede con centros históricos, como Cáceres, en España, que han sido declarados patrimonio de la humanidad. Tampoco es Patrimonio una ciudad que ha expulsado a

“...llegar a la idea de los itinerarios culturales era mucho más impor-tante...”

“...la ciudad es el paisaje

cultural más im-

portante que ha

generado el hombre en los úl-timos mil

años de su histo-

ria...”

Ouro Preto (Brasil), el primero de los poblados de la región minera declarado Patrimonio de la Humanidad.

Iglesia de las misiones jesuíticas de Chiquitos (Bolivia). Una arquitectura de carácter regional

Pueblo de Purmamarca en la quebrada de Humahuaca (Jujuy. Argentina). Paisaje cultural, Patrimonio de la Humanidad.

Centro Histórico de Cáceres. Monumentos sin habitantes, espacios para el turismo.

mas

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sus pobladores, aquellos que le daban, justamente, el carácter patrimonial y la identidad al lugar.

Para evitar reconocer nuestro punto de vista, se ha ido perfilando una nueva propuesta llamada “Paisaje histórico urbano”, que es lo que se está discutiendo hoy en los foros técnicos. Nosotros creemos que deben revisarse muchos casos pues en estos cincuenta años de la declaratoria de Patrimonio Cultural y Natural (1972), se han cambiado muchos criterios de valoración, se han verificado serios fracasos, se han transformado herramientas en función de ellos y resulta anacrónico no hacer un justo balance y proceder a cambiar aquello que está obsoleto o equivocado. Podemos elegir: ciudades museo, homogéneas y congeladas, o ciudades vivas, heterogéneas y cambiantes.

El caso de Cartagena, en Colombia, muestra muchas de las características y errores que he mencionado, acotadas a una realidad determinada que generó una transformación de la ciudad donde se expulsó a los pobladores del centro histórico. Esta fue una decisión política clara y manifiesta, donde las autoridades entendieron como sustancial la renovación de los pobladores del área. Me tocó, en el año 1986, hacer una valoración de Cartagena para definir el Plan de Manejo de la reciente declaración de Patrimonio de la Humanidad. En la reunión con las autoridades, se me explicó cómo el objetivo fundamental era que todos los ricos de Colombia fueran a vivir a Cartagena o tuvieran una casa en Cartagena. Cabe señalar que entonces

buena parte de los ricos de Colombia eran los esmeralderos y los narcotraficantes. Y, si bien esta pregunta los desconcertó un poco, no amainó la obsesión que tenían de que había que vender la ciudad para el turismo y para estos ricos. Lo que se hizo fue, evidentemente, este proyecto. Años después, en otro viaje, los cartageneros se lamentaban de que ya no había cartageneros en el centro histórico de Cartagena, que se habían mudado a otros lados, que las playas ya estaban saturadas y deterioradas y se tenían que ir a la isla del Rosario, a varias horas en buque, para encontrar un lugar. Y así fue, muchas de las casas se transformaron en pequeños departamentos, muchos patios se transformaron en piletas de natación y muchos lugares cambiaron cuando antiguos conventos patrimoniales fueron convertidos en hoteles; y a la expulsión de la población de menores recursos le siguió la de los edificios escolares del llamado “corralito de piedra”. Finalmente la racionalidad volvió, la Cooperación española ayudo mucho con una política de intervención en el espacio público, de eliminar el auto, generar zonas peatonales, zonas de encuentro, la recolocación en el centro histórico de edificios escolares y de pequeñas universidades, es decir, se ha creado, de alguna manera, una estrategia de recuperación vital de un centro histórico que antes era utilizado fundamentalmente los fines de semana.

Aprendiendo de nuestros errores, ha

repensando el patrimonio

desde america latina

Ramón Gutiérrez

sido claro que no hay posibilidad de recuperación de los centros históricos si no atendemos prioritariamente al uso residencial. Esto implica, como históricamente ha sido, la aceptación de la compatibilidad del “monumento” con la arquitectura popular que conforma la arquitectura de acompañamiento. Si no hay usos residenciales, el centro histórico se terciariza en función de sus atractivos turísticos, pero pierde los rasgos identitarios de su vida comunitaria, es decir, resigna su carácter patrimonial y queda sujeto a los vaivenes de los intereses turísticos. Tenemos la experiencia de la vertiginosa caída del turismo en Cusco cuando la epidemia de cólera o en conflictos de violencia que llevaron a la quiebra de los operadores turísticos y ocasionaron depresiones económicas en la ciudad, hoy revertidas por nuevas oleadas turísticas. La vida de una ciudad y su patrimonio deben siempre estar en manos de sus habitantes, el turismo será un valor agregado a la vida de los centros históricos, no el eje de su existencia.

En nuestra América el patrimonio intangible está vivo permanentemente. Nuestros países siguen expresando unas culturas barrocas, donde los valores simbólicos están presentes en casi todos los actos de nuestra vida. Aún en lugares tan apartados como el desierto chileno, los peregrinos pueden recorrer, en devoción a la Virgen de la Tirana, kilómetros a pie para transformar

un pequeño pueblo en un sitio que albergue temporariamente a miles de personas. Se trata de una arquitectura efímera, una ciudad de carpas, que en su precariedad tiene la vitalidad de ese reconocimiento hacia aquello en que se cree profundamente con valores que son esenciales para la comunidad. Entonces, ¿cómo nosotros no vamos a tener en cuenta estos valores cuando empecemos a tomar con seriedad los hechos que necesitamos para recuperar la identidad y la conciencia patrimonial?

Cuando hablamos de recuperar la historia deberíamos superar las antiguas iconografías y los simbolismos agregándoles una noción de patrimonio histórico, que sume los aportes de lo cultural, lo social y también lo construido. Esto implica reconocer las diversidades culturales que tenemos dentro de nuestras realidades, que son diversas en distintas partes de América. Pero debemos aprender a valorar esa antigua diversidad cultural, que es creativa y capaz de integrar culturas. Un ejemplo notable es el de la “Virgen del Socavón” , en Potosí (Bolivia), que incorpora, en un cuadro, al manto de la Virgen el cerro de Potosí con la gente subiendo. Es decir, que expresa simbólicamente aquellos elementos de su cultura que son capaces de ser integrados. Lo que muchas veces hablamos de nuestras formas de relación social, están también marcadas por esto.

Centro Histórico de Cartagena de Indias (Colombia) La Tirana (Chile). Procesión de peregrinos en el novenario. La Virgen del Socavón de Potosí, que incorpora el Cerro a su vestimenta.

“...Pode-mos elegir: ciudades museo, ho-mogéneas y congeladas, o ciudades vivas, he-terogéneas y cambian-tes....”

“...La vida de una

ciudad y su patrimo-

nio deben siempre estar en

manos de sus habi-tantes....”

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Otra realidad americana múltiple y riquísima es la articulación del patrimonio con el paisaje. A diferencia de los poblados españoles, el paisaje se mete dentro de los poblados y forma parte de los mismos. Nuestros pueblos no tienen solución de continuidad con su entorno y el árbol se mete dentro de ellos. Ya desde tiempos prehispánicos, la construcción cultural del paisaje adquiere también sentidos simbólicos. Evidentemente la piedra de Saywite, una maqueta incaica cósmica, tiene un mensaje propio, pero ese manifiesto hay que verlo en el contexto de una plataforma construida sobre la naturaleza como una suerte de Temenos griego, un solado religioso que marca una modificación del paisaje para incluir ese elemento simbólico dentro del mismo.

Otro aspecto a revisar es la articulación de lo tangible y lo intangible con la historia. En cierta casa de Tucumán (Argentina) se declaró la independencia en 1816. Esta casa era, quizás, importante en el pueblo de aquel entonces, pero luego parecía muy poco relevante, su relación era fundamentalmente con el hecho histórico. Pero ¿que hicimos nosotros? los argentinos lo primero que dijimos fue: es muy pobrecita como para ser una casa tan importante históricamente, por lo cual, demolimos la casa y construimos una especie de galpón faraónico para albergar solamente el cuartito donde se había firmado la Independencia. Una especie de gran joyero para ese saloncito. Después nos dimos cuenta que nos habíamos equivocado, entonces ¿que hicimos?, demolimos el joyero, agarramos desde el cuartito y volvimos a reconstruir la casa toda nuevita. Pero después de esta presunta recuperación, nos seguía pareciendo un poco chiquita, entonces vino algún gobernador militar, de aquellos que no nos faltan, por desgracia, y decidió que para

jerarquizarla había que demoler todas las casas alrededor, que hoy están convertidas en plazoletas. Estos son los procesos de incapacidad de reflexión sobre nuestras ideas, de una andadura errática que nos impide asumir criterios razonables para actuar sobre nuestro patrimonio.

¿Cómo articulamos el patrimonio con el valor social y cultural? Lo podemos hacer si estamos atentos a las necesidades de nuestra vida contemporánea y, además, partimos del aprovechamiento del patrimonio construido. Este es un gran camino para cualificar la vida urbana y a la vez mantener vigentes edificios patrimoniales y la vida en los centros históricos. Un buen ejemplo es el antiguo mercado de hierro de Maracaibo, en Venezuela, transformado hoy en un gran teatro de usos múltiples. Un mercado que había perdido la energía propia de su uso, recupera un nuevo uso y tiene capacidad de convocatoria para el resto de la ciudad, estos son caminos positivos para nuestro patrimonio.Inclusive en antiguos edificios inconclusos como la antigua Pinacoteca de San Pablo, donde Paulo Mendes da Rocha dio nueva vida con una arquitectura contemporánea integrada a la estructura original. Lo propio, acompañando con nueva obra, hizo Lina Bo Bardi en la fábrica de Pompeii de San Pablo o Nelson Inda y sus socios en la Cervecería de Montevideo destinada a vivienda, manteniendo edificios fabriles e incorporando obra nueva.

Este camino, que muchos arquitectos han mostrado, permite introducir una arquitectura contemporánea, respetando, integrando y mejorando aquello que existe. Atentos a las urgencias de nuestras necesidades vitales, también es patrimonio nuestras respuestas creativas a partir de nuestras posibilidades. Tal

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es el caso de las viviendas de Bambú, en la zona cafetalera de Manizales, en Colombia, donde todo es un mono-material, desde la estructura al cerramiento con buen resultado y bajo costo.

Los valores de uso que todavía tienen muchos antiguos edificios industriales, portuarios y ferroviarios, nos permitirán atender las demandas de complejos

equipamientos que requiere hoy la vida de nuestras ciudades. Una nueva arquitectura atenderá, sin dudas, la jerarquización de áreas otrora excluidas asegurando el disfrute de la ciudad.

En esta nueva apuesta de la ciudad con Paisaje Cultural, los sitios guardarán la memoria y esos bienes culturales, ahora transformados, serán una nueva dimensión del patrimonio.

“Atentos a las urgencias

de nuestras necesidades

vitales, tambien es patrimonio

nuetras respuestas

creativas a partir de

nuestras posibilidades...”

Piedra de Saywite. Maqueta incaica del universo conocido.

Casa de la Independencia (1816) en Tucumán (Argentina). Reconstruida en 1943

Centro Cultural Lía Bermúdez. Antiguo mercado de Maracaibo (Venezuela)

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repensando el patrimonio

desde america latina

Ramón Gutierrez

Obviamente, como decíamos antes, lo serán cuando esos bienes culturales sean utilizados permanentemente por esa población que es la que le asigna el valor de patrimonio. Esa población es la que disfruta sus fiestas y regocijos, que cotidianamente disfruta aquellos modos de vida que la caracterizan. Es ella la que da identidad y consolida la idea que un patrimonio es un elemento fundamental en la sociedad, esa población es la que le está dando en definitiva el carácter patrimonial.

Esa población que se organiza y mantiene sus sitios, se exalta y defiende, que se reúne en asambleas urbanas o rurales, como en el caso de Caypi, en Cusco, para

discutir, los hombres, cómo van a hacer para conseguir los recursos, mientras las mujeres trasladan las piedras para amontonarlas y poder reconstruir su atrio y su iglesia. Esta población está actuando, en definitiva, en ese secular trabajo en Minga, en ese trabajo comunitario que ancestralmente le ha permitido hacer su iglesia y mantenerla con vida.

Esos valores del patrimonio tangible e intangible son los que se viven en la

fiesta, esa fiesta barroca que constituye uno de los elementos fundamentales de la cultura americana. Las imágenes de la fiesta del siglo XVII en el Cusco, se reiterarán en nuestros días con nuevos escenarios y argumentos que convocan a la participación masiva de los barrios y cofradías.

No olvidar nunca que el patrimonio es un medio y no un fin en sí mismo. Medio para lograr una mejor calidad de vida con referencias a la historia, la cultura y al desarrollo de la vida material misma.

Por ello es preciso actualizar la visión del patrimonio, integrándola, para hablar de un único patrimonio que exprese

lo cultural, lo natural, lo inmaterial y la diversidad cultural. Ello nos permitirá colocar los verdaderos valores de la vida en un orden de prioridades que no sacrifique elementos esenciales en aras de intereses subalternos. Esta nueva mirada exigirá los cambios que den respuesta a nuestras carencias, pero también exigirá su compatibilización y respeto con aquellos valores que ya existen.

“... es preciso actualizar la visión del patrimonio, integrándola, para hablar de un único patrimonio que exprese lo cultural, lo natural, lo inmaterial y la diversidad cultural....”

Fotografías: Ramón Gutiérrez

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Ante una invitación del Colegio de Arquitectos del Perú, Regional

Arequipa, he recordado un artículo publicado en el 2006 en la Revista del Colegio de Arquitectos de La Paz. El texto es el resultado de distintas conferencias dadas sobre el tema del patrimonio en el Perú, pero nunca fue publicado en una revista nacional.

Pensando en el centro histórico de Arequipa, me animo a presentarlo otra vez. Me ha tocado viajar a dicha ciudad en los últimos meses, luego de no haberla visitado por más de veinte años y lo que he podido ver de su centro histórico, en términos generales, me parece bueno.

Del centro histórico de Arequipa, con bóvedas y patios, diría que es estupendo en ornamento y proporciones: una casona supera a otra y el barroco mestizo es nuestra mejor carta de identidad. En ese contexto, Santa Catalina nunca dejará de asombrarnos. Cuando el sol la golpea se definen aún mejor sus espacios: luces y penumbras en los recintos y sombras negras en sus muros blancos, rojos y azules. El sillar, descubierto o pintado, es un material noble y magnífico.

Lo importante es que en este centro histórico las cosas se mantienen

y al mismo tiempo se renuevan. Sinceramente, las cosas se han puesto mejor: la ciudad respira cultura y también, porque no, entretenimiento. Los arequipeños, andinos de la costa, están labrando su propia fama, entre cultos y divertidos.

La peatonalización de ciertas calles y la renovación de los antiguos tambos son dos logros de enorme importancia en la parte antigua de la ciudad. En el segundo caso las mejoras han considerado a los mismos pobladores, lo que aumenta su valor y significado. Además, hay intervenciones puntuales, de hoteles y restaurantes, que plantean bien el diálogo del presente con el pasado. Habrá otros problemas, seguramente, y sus habitantes lo saben mejor que los turistas, pero lo importante es que caminar por el centro de Arequipa sigue siendo una experiencia muy agradable.

En fin, muchas cosas han cambiado: ni la plaza de armas es igual a la que uno puede ver en fotos del siglo pasado. Pero se mantiene el carácter amable de una ciudad que ojalá nunca sea metrópolitana, con capacidad para transformar y reinventar su centro histórico. Lo he dicho antes: solo resiste, sobrevive y permanece lo que es capaz de cambiar. (E.M.C., Lima, agosto 2011)

Resistencia, sobrevivencia, permanencia

PATRIMONIO Y CENTROS HISTÓRICOS

temacentral

Elio Martuccelli CasanovaArquitecto (Universidad Ricardo Palma). Doctor en Arquitectura (Universidad Politécnica de Madrid). Profesor de la Universidad Ricardo Palma y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Profesor en

la Maestría en Museología, URP, y en la Maestría de Arquitectura, con Mención en Teoría, Historia y Crítica, Sección de Posgrado, Universidad Nacional de Ingeniería. Editor de ARQUITEXTOS

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VIDA EN LOS CENTROS HISTÓRICOS

El ser humano produce cultura e inventa un patrimonio artificial. En

algunos casos, puede darse alrededor de este patrimonio un proceso de reconocimiento colectivo y termina, así, perteneciendo a una nación o a la humanidad. El patrimonio implica conceptos como el de la pertenencia y la herencia: se determina lo que se debe proteger, para poderse luego heredar.

Como especie, sabemos que hay bienes tangibles e intangibles que debemos guardar y también somos conscientes que hay una obra por hacer, que seguimos creando. Estamos hablando entonces de un patrimonio para conservar y de otro patrimonio por crear.

Eso sí, habría que revisar bien la creencia que el progreso es siempre positivo. La idea del cambio puede llevar a sentimientos muy confusos y a una existencia sumamente frágil. El pasado, por lo menos, nos sirve para ubicarnos en el momento que vivimos del lugar donde estamos. Y debemos pensar, también, que la implantación de algunos valores puede significar la pérdida de otros. Deberíamos, entonces, conocer muy bien los valores anteriores para ver si realmente estamos decididos a cambiarlos. ...

Dentro de lo que se denomina patrimonio cultural ubicamos los centros históricos.

La historia es historia de sumas y de restas: en la vida se pierde y se gana. Y eso es lo que justamente ha ocurrido con los centros históricos.

Existe actualmente una cierta conciencia frente a los lugares históricos, mas o menos fuerte según los casos, que no tiene demasiado tiempo. Una actitud que ha sido asumida en las escuelas de arquitectura, con una vocación casi natural por la restauración, la conservación y el patrimonio.

Lo extraño es que esa batalla casi ganada en las facultades, hace ya un par de décadas, sigue no dándose en la calle. En muchos casos el pasado no gusta, el pasado estorba, y los propietarios de inmuebles antiguos, cada vez que pueden, se desembarazan de ellos o los transforman totalmente. Lo harían más a menudo si no existieran institutos de cultura, patronatos y municipalidades que se lo impidan y esas instituciones, por omisión, terminan muchas veces no defendiendo lo que deben. El libre mercado, la especulación, la inversión inmobiliaria no son, exactamente, los que van a cuidar los monumentos y los entornos que los abrigan. Así que la conservación, más o menos asumida

EN EL CENTRO ESTA EL CENTRO

patrimonios y centros

históricos

Elio Martucelli

“Lo más difícil e importante es construir en la socie-dad los afec-tos que luego sostengan y protejan el patrimonio.”

en el gremio de arquitectos, no termina de asumirse en nuestras sociedades. Un propietario no ve la belleza y la importancia de un inmueble de otro siglo: ve un problema del que no se beneficia económicamente y que no puede ni quiere arreglar.

En ciudades “normales” vivir en el centro significa algo muy especial. En el centro está, a no dudar, la mayor oferta de ocio y cultura. Las propiedades inmobiliarias tienen gran valor: estar en el centro es lo deseable por muchos. En ese sentido, profundas remodelaciones han sido efectuadas para poder albergar mayor cantidad de departamentos.

Pienso, como no, en los centros de capitales europeas: Madrid, París o Roma. Pero ocurre lo mismo, y más, en otras ciudades de menor escala, con centros

absolutamente vivos, dentro de contextos cargados de historia que han sido adaptados para la vida contemporánea.

Eso tiene que ver con la frase trillada y tan cierta que dice: no es posible respetar ni querer lo que no se conoce. Esta inexistencia cultural del patrimonio, esa ignorancia frente a él, es lo que lo hace vulnerable y tan fácil de destruir. Lo más difícil e importante es construir en la sociedad los afectos que luego sostengan y protejan el patrimonio. ...Hay momentos, como no, en que se deben reemplazar inmuebles en centros históricos. Algunas de esas intervenciones han terminado siendo grandes aportes a la historia. Lamentablemente, los ejemplos buenos no son la mayoría. Hay una lista de ejemplos muy malos y agresivos, y otra

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lista, también muy larga, de ejemplos anodinos. En este segundo grupo, la arquitectura fuertemente condicionada por normas “estéticas” tampoco ha sido la solución, produciendo edificios mediocres. Hay que tener cuidado de cierto contextualismo, que al cabo de algunas décadas puede estar bastante agotado.

Hay un largo abanico de posibilidades que va de la intervención mimética, o muy neutra, a la obra nueva de alto contraste. Una solución no es mejor que otra, todo tiene que ver con el carácter y la intención. No digo que sea fácil actuar en lugares antiguos, pero quien logre entender el lugar con toda su carga histórica y pueda dar a la obra el carácter que corresponde a su tiempo, lo ha logrado todo.

Para intervenir en los centros históricos parece que no hay recetas, las cosas se resuelven de manera particular en cada caso y según lo que ocurre en la ciudad, porque a cada lugar le corresponden historias y evoluciones distintas.

Cada ciudad tiene un patrimonio diferente que proteger y sobre el cual construir. El Zócalo de México esconde vestigios prehispánicos, La Habana Vieja tiene joyas del Siglo XVII y el centro de Buenos Aires tiene excelentes edificios de principios del XX. Todo merece igual cuidado, distinto según los casos.

Lo que sí parece haber son tendencias y

recomendaciones generales frente al tema, en lo posible aceptadas. Algunas generales, como reinterpretar conceptos antiguos, cuidar de las proporciones, recurrir a la categoría tipológica en su significado más rico y amplio. Otras específicas y concretas, como peatonalizar, restringir el tránsito, respetar alturas, controlar los avisos comerciales, mantener una determinada gama de colores: recomendaciones que son asumidas por las instituciones. No menos importante, en esta lista de cosas por hacer, está el trabajo puntual de murales y monumentos, que parece saludable para revivir espacios públicos degradados y deteriorados, aún cuando, la pertinencia de la pintura y la escultura en centros históricos merece cuidado.

Estamos, pienso, en una época restauradora y conservadora, casi por naturaleza, dentro del gremio de

“... pero quien logre enten-der el lugar con toda su carga histó-rica y pueda dar a la obra

el carácter que corres-ponde a su

tiempo, lo ha logrado todo”

arquitectos, que no siempre es compartida por inversionistas y en algunos casos, tampoco por autoridades. Pero pareciera imposible que, en estos momentos, vengan grandes planes de demolición y reconstrucción en cascos antiguos. Parece que no, por ahora, pero uno nunca sabe.

En centros históricos, los tiempos apuntan menos a la planificación radical, y más, mucho más, a la renovación urbana. Allí están los temas del reciclaje y

la sostenibilidad. Por lo menos, dentro de las facultades

de arquitectura, las propuestas se encaminan hacia el

arreglo, la costura, el bordado, la curación

y la cicatrización.

Hay centros históricos, en algunos lugares del mundo, que se han

mantenido como centros

congelados en

el tiempo y que hoy, prácticamente, se han cedido al turismo. Pero son pocos esos museos al aire libre. Por el contrario, algunas ciudades terminaron demoliendo sus centros, perdiendo sus monumentos y la escala del pasado.

En la mayoría de los casos, los centros históricos son lugares en los que se ha agregado a lo largo de las décadas y los siglos una gran cantidad de usos y estilos. Centros que no son homogéneos en su conformación, sino variados y dañados. De todos modos, mucho o poco, aún tienen historia para conservar.

Pienso, inevitablemente, en mi ciudad ... El Centro de Lima es, con todos sus problemas, un centro valioso. Entre los aspectos pendientes, nuestro centro tiene que seguir revisando, por ejemplo, su relación con el río y resolverlo mejor: alamedas y parques merecen unirse y prolongarse. Incluso, hay espacios públicos en los que se ha incurrido en excesos de diseño, error típico en nuestro medio: espacios donde lo más importante debe ser, siempre, las personas y los árboles.

Hay que estructurar, además, un eje fuerte de cultura, que podría estar

alrededor de los teatros. Una zona de cultura promovida

por instituciones públicas, frente a esa otra zona

de la “contracultura”, que está en

proceso de

patrimonios y centros

históricos

Elio Martucelli patrimonios y centros históricos

Elio Martucelli

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patrimonios y centros

históricos

Elio Martucelli

construyen, en metrópolis que ya no pueden seguir congregando todo en un centro. Eso es inevitable y es, a la vez, deseable.

Pero esos nuevos “centros” no pueden opacar a los más antiguos, y menos aún, al primero de todos. No se puede olvidar la importancia que en las ciudades tienen los barrios históricos, con alto valor monumental. Dichos barrios

merecen, por supuesto, condiciones especiales sobre las cuales seguir construyendo futuro.

Finalmente, dentro de una ciudad, grande o pequeña, los centros históricos tienen un valor difícil de comparar. En el centro está el centro.

Allí está el origen de nuestras historias como ciudad, nuestra génesis urbana. Y eso puede

tener implicancias culturales hacia lo que es una identidad metropolitana. Es allí donde una sociedad pone a prueba su vocación democrática, de querer o no compartir entre todos un centro que los identifique. Sólo se entienden las ciudades, y sus centros, en términos de diversidad. El centro es el lugar, por naturaleza, por definición geométrica, que puede y debe cumplir dicho papel integrador.

“Sólo se entienden las ciudades, y sus

centros, en términos de diversidad”

consolidación, y que debe seguir su curso alternativo y paralelo.

A la actividad comercial y financiera que se da en el centro hay que agregarle la preocupación más grande de todas, la vivienda, punto clave en toda recuperación: quién se queda a vivir en el centro, quien va a pasar allí sus noches cuando los bancos, las tiendas y los cafés hayan cerrado. Algo más, nuestro centro histórico, como otros centros de Latinoamérica, tiene buena arquitectura moderna: mal ubicada, peor mantenida y poco aprovechada. Pero esa arquitectura de los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado no se va a demoler, hay que ver como el “espíritu del lugar” pueda terminar absorbiéndolos. El reciclaje tiene allí, en esos grandes edificios, un lugar donde experimentar, dando alojamiento a más personas.

Los tugurios son un problema tanto para el inquilino como para el propietario. El deterioro del inmueble, en medio del desacuerdo, llega a ser muchas veces irreversible. Y la arquitectura contemporánea todavía tiene su oportunidad en varios terrenos baldíos usados de estacionamiento o depósitos, que son como heridas abiertas, vacíos dentro del tejido que deben llenarse. Y allí otra vez el reto de poner nueva arquitectura en viejos lugares: cómo construir en lo ya construido, sin precipitación ni prepotencia, pero también sin temor.

Las cosas en el centro de Lima, no hay que ser mezquinos, han mejorado. Luego del combate inevitable en contra del

comercio ambulatorio que había ocupado todos los espacios públicos del centro, no podemos negar que el sentimiento general ha cambiado. La conciencia que lentamente crece frente a las áreas verdes, es también un logro de los últimos quince años. Las rejas, ojalá, algún día dejen de ser necesarias.

Y también es cierto que a pesar de los esfuerzos, el centro de Lima no termina de definir un carácter fuerte y una vocación segura. Más intentos, todos los posibles, deben hacerse. En realidad, la suerte incierta de nuestro centro tiene que ver con una sociedad como la limeña, y la peruana, que no muestra demasiado entusiasmo por compartir espacios, socializar y crear vínculos de modo horizontal. ...Las grandes ciudades tienen, en la periferia, extensas zonas sin carácter definido. El urbanismo contemporáneo pone énfasis en los terrenos degradados, en las zonas ásperas, en los territorios olvidados, en los bordes sin escala. Un paisaje surcado de autopistas, zonas industriales. O pueden ser periferias muy exclusivas, de urbanizaciones cerradas y grandes centros comerciales. Todo eso, por supuesto, constituyen los nuevos retos del urbanismo en las nuevas metrópolis: otras son las características y otras las formas de actuar en ellas.

Es normal que en una gran ciudad terminen apareciendo nuevos centros, lugares que hacen las veces de reunión en una determinada porción de la ciudad, con identidades locales que se

patrimonios y centros históricos

Elio Martucelli

Fotografias: Hernán Perochena

“...el reto de poner nueva arquitectura en viejos lugares: cómo cons-truir en lo ya construido, sin preci-pitación ni prepoten-cia, pero también sin temor.”

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Esta desoladora situación se presenta a nivel nacional y ciudades con patrimonio edificado de gran relevancia como Lima, Arequipa, Cusco, Cajamarca, Huamanga, o Trujillo, no escapan a la regla sino representan tal vez la más certera manifestación de ella, especialmente las tres primeras que son las tres únicas que además cuentan con Centros Históricos que poseen importantes zonas inscritas en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la Unesco.

Así tenemos que el proceso de refaccionar, rehabilitar, restaurar y/o recuperar los edificios y áreas urbano-monumentales llega a conformar una tradición plenamente aceptada en una realidad como la peruana y específicamente en ciudades como Arequipa que se ven continua y periódicamente afectadas (en ciclos de 50 o 100 años) por desastres naturales generados por movimientos sísmicos de gran magnitud e intensidad. Esta situación, se halla potenciada por la configuración particular y mayoritaria de los materiales constructivos de nuestros monumentos arquitectónicos (adobe, tapial, ladrillo, quincha, etc.)

confrontados a la acción terriblemente corrosiva de la humedad pero aún más al abandono logístico –léase mantenimiento- y sobre todo al abandono simbólico –léase olvido- al que se ven afectos por nuestras comunidades. De esta manera, este importante proceso de (re)creación y (re)invención de arquitectura y urbe, planteó un quehacer más dirigido hacia renovar que a conservar.

Además, debemos destacar ciertos síntomas del deterioro de los centros históricos nacionales como identifica el Colegio de Arquitectos del Perú –nuestra entidad nacional y gremial, con un significativo rol a jugar, al respecto- tales como: “1. La progresiva destrucción de ciudades como Ayacucho, Huancavelica, Jauja, Huaraz o Tarma… en parte por una mal entendida modernidad que imita modelos… foráneos que desvirtúan los valores… locales. 2. El abandono de los centros históricos como destino de la inversión privada y pública, que precipita su deterioro... 3. La carencia de reglas claras y sencillas

Es un hecho bastante conocido identificar que tanto el Perú -en general- como Arequipa –en

particular- poseen un patrimonio cultural –y especialmente el patrimonio construido- de una magnitud y diversidad verdaderamente excepcional. Lamentablemente, el escenario-marco patrimonial es esencialmente trágico, en la medida que mientras la mayor parte de nuestro legado edificado se halla en un proceso de anulación-agresión irreversible y creciente, la comprobación de este acelerado -y hasta ahora indetenible- “crimen cultural” no ha convocado una respuesta social coherente ni suficiente ya sea en cantidad, frecuencia o intensidad, lo cual abunda en despojárnos de un nexo vital para reforzar nuestra(s) identidad(es).

En esta coyuntura, las entidades patrimonialistas peruanas ha intentado responder a esta crisis mediante diversas estrategias, tales como la capacitación general y especializada de profesionales, la complementación y desarrollo de teoría y criterios de restauración monumental -tanto en Pre-grado como en Post-grado-, el registro de información sobre monumentos arquitectónicos y la difusión a la comunidad local, regional, nacional e internacional acerca de la naturaleza y del estado de conservación de nuestro patrimonio edificado. Resulta objetivo

afirmar que en su conjunto su desempeño devino significativamente insuficiente, inorgánico y esporádico.

Lamentablemente, la situación de nuestro patrimonio monumental es un tema nacional francamente desatendido, tanto por los órganos competentes como por la Sociedad Civil en su conjunto. Es una cruda realidad el hecho de comprobar que el acelerado proceso de agresión y anulación de nuestro patrimonio monumental no ha tenido el impacto social correspondiente. Esta situación fue ya retratada en un pasado no tan reciente por el Arq. Santiago Agurto Calvo quien en un análisis plenamente vigente manifiesta como factores condicionantes: 1

“....- La equivocada concepción y mala estructuración del Estado peruano. - La inexistencia de una vigorosa conciencia de identidad y solidaridad nacionales. - La mentalidad etnocentrista, aristocratizante y alienada de nuestras clases gobernantes y pudientes. - La ignorancia y pobreza de nuestras mayorías. - La carencia y precariedad de la infraestructura estatal.”

1 AGURTO, Santiago: Situación del Patrimonio Monu-mental, En HUACA – Revista de la Facultad de Arquitec-tura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería, (3), 1992, p. 6.

RECUPERANDO LOS CENTROS HISTÓRICOS DEL PERÚ: APUNTES PARA UNA GESTIÓN SOSTENIDA DESDE LA

CIUDADANÍA Y LA INSTITUCIONALIDAD

tema central

José Hayakawa CasasArquitecto por la Universidad Nacional de Ingeniería.Magister en Arquitectura con mencion en Renovación Urbana (UNI-Perú), Master en Restauración y Rehabilita-ción del Patrimonio (Universidad de Alcalá-España), Master en Urbanisme, Aménagement et Développement des Territoires (Université de Strasbourg), Especialización en Políticas Culturales y Gestión de la Cultura (UAM-México). Docente, investigador y consultor en temas de gestión de la cultura, patrimonio y ciudad

recuperando los centros historicos del perú

Lima: tugurización y hacinamiento flagrantes…

Arequipa: espacio público y ciudadanía

Lunahuana: vulnerabilidad y desastres naturales

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recuperando los centros

historicos del perú

José Hayacawa Casas

“El acelera-do proceso de agresión y anulación de nuestro patrimonio monumen-tal no ha te-nido el im-pacto social correspon-diente...”

recuperando los centros historicos del perú

José Hayacawa Casas

y las excesivas restricciones para las intervenciones en los centros históricos por parte de las municipalidades y el Instituto Nacional de Cultura... 4. La mala calidad de las intervenciones públicas y privadas en los espacios públicos de características especiales o tradicionales... 5. La falta de control urbano y la complejidad y los vacíos en la normatividad urbanística edificatoria... 6. El descuido de los gobiernos provinciales y locales, así como de… organismos sectoriales nacionales, que no hacen respetar las características del lugar y del entorno e inducen a la práctica del ’hecho consumado” 2.

Asimismo y para completar la vista panorámica, el problema del deterioro en los centros históricos es identificado pertinentemente por el Colegio de Arquitectos del Perú, el cual sintetiza como sus principales factores generadores:

“...I. La falta de visión integral de largo aliento por parte del Estado, con sus inadecuadas políticas macroeconómicas, en especial de promoción turística. II. La pobreza endémica rural y de vastas áreas urbanas. III. La orfandad de recursos técnicos en todas las municipalidades del país. IV. El desconocimiento del grave riesgo y la situación de emergencia del invalorable

2 COLEGIO DE ARQUITECTOS DEL PERÚ: El deterioro de los centros históricos, En REVISTA CAP - Revista del Colegio de Arquitectos del Perú, Lima, (3), 2003, p. 8.

patrimonio cultural y natural” 3

Precisamente –y sobre el patrimonio edificado en Latinoamérica- es necesario reconocer la evidente pugna de intereses socio-económicos en la que se contextualiza el centro histórico, en la cual resulta clave enfatizar la impostergabilidad de los mecanismos de consensos en los procesos decisorios, situación que soportaría los procesos de recuperación, superando la cultura de la confrontación-exclusión que sistemáticamente ha predominado en dichos procesos: “El centro histórico/ciudad vieja no es otra cosa que la construcción social de ese conflicto sin tregua que no se puede acallar. Su recuperación es nuestra recuperación como colectivo, como comunidad en armonía, como sociedad que vive en paz con ella misma y es capaz de compartir y convivir. No debemos aceptar volvernos invisibles a nuestros propios ojos” 4

En esa misma línea coincido con aquello propuesto por Ramón Gutiérrez al abordar la relación entre los centros históricos y las expectativas, prioridades y necesidades de la población, y por ende de su posibilidad de construir ciudadanía en función del bien común por y para los habitantes de dichos centros:

“Debemos,… privilegiar a los residentes…

3 Loc. Cit.4 PATIÑO, Elsa: El pasado en el presente: Pobreza, centro y ciudad, Red de Investigación Urbana A.C. - Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, 2002, p. 99.

con quienes tenemos una deuda en la medida que… son los que nos han posibilitado que esta zona pueda ser recuperada. Nuestro desafío es,… recuperar potenciando las calidades de vida de los habitantes. En un segundo plano, tenemos a quienes usan el ‘centro histórico’ para sus actividades cotidianas y requieren…, servicios y equipamiento… Son ellos quienes le dan a este centro histórico la dimensión de reconocimiento más allá de su vitalidad barrial.

En un tercer plano, tenemos al resto de los habitantes de la ciudad en la medida en que su esporádico uso de estas áreas les permite su identificación y la definición de su imagen... En un último lugar aparece el turismo como destinatario de nuestra preocupación aunque su dinámica pueda haber motivado una inversión en esta escala de valores…” 5

La recuperación de los centros históricos desde una óptica cultural, no puede en Iberoamérica desprenderse de su desafío social, en la medida que constituye un desafío inédito por delante, un desafío que permite construir ciudadanías diversas y simultáneas al ayudar a responder la pregunta: ¿qué le dice a los ciudadanos determinado bien cultural? ¿Qué le propone el patrimonio cultural de los centros históricos al ciudadano común? En definitiva 5 GUTIERREZ, Ramón: Arquitectura latinoamericana. Textos para la reflexión y la polémica, Epígrafe Edito-res S.A., Lima, 1997, p. 155.

hablamos del patrimonio cultural de los centros históricos como raíz creadora de vida ciudadana y de una nueva concepción de conservación que “...comporta mezclarse, conocer, comprender, confundirse con los ciudadanos. Con su imaginario. Y su realidad. Directamente... para que conozcamos a los ciudadanos: sus necesidades y sus retos culturales. Su búsqueda y su necesidad imperiosa de sentido” 6 Lamentablemente, si bien existen avances al respecto, existe un tope “...ya sea por una insuficiente ‘ciudadanización‘ de la relación entre gobierno y sociedad civil, ya sea por la ausencia de modalidades de democracia participativa que vayan más allá de la ‘cogestión‘ para... proyectos específicos, ya sea porque carecen de alternativas para mantener una interlocución adecuada con organizaciones sociales cuya lógica no se corresponde con la del modelo de participación adoptado por el gobierno local” 7

Esto resulta particularmente válido si aceptamos la premisa que la inclusión de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones fortalecerá la democracia en espacios claramente delimitados por los sistemas políticos. Así entonces, la participación social deviene eficaz instrumento constructor de ciudadanía, es decir como una forma para “...la 6 PUIG, Toni: Se acabó la diversión. La cultura crea y sostiene ciudadanía, En PERIFéRICA - Revista de la Universidad de Cádiz, Cádiz, (3), 2002, p. 22.7 DUHAU, Emilio: Dilema de los gobiernos locales de alternancia en México, En CIUDADES - Revista de la Red Nacional de Investigación Urbana, Puebla, (41), 1999, p. 13.

Chiclayo: anulación y degradación patrimonial

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recuperación en un consenso integral y estratégico sobre las necesidades, demandas y propuestas que la sociedad plantea en un proyecto de desarrollo democrático y sustentable” 8, a partir del reconocimiento de la heterogeneidad de actores que conforman el tejido social local. Lamentablemente y como ya fue referido, lo que realmente ocurre es que las funciones atribuidas a su “participación” pasan por “ser consultados”, emitir su opinión, informar a las autoridades de sus necesidades, pero, quienes tomarán ulteriormente las decisiones serán las autoridades y los partidos políticos en sus espacios de representación. “...Esto conlleva a una doble concepción de la ciudadanía, por un lado, están los ciudadanos ‘de primera‘, aquellos que ocupan puestos de representación, que son elegidos y los ‘de segunda‘, los electores que solo ejercen su capacidad de toma de decisiones, de participación, en el momento de votar”9 . Así, dicho ciudadano de segunda, opina, trabaja, recibe información pero no puede tomar decisiones. Este proceso de resocialización política es necesario para reconstruir las bases de una ciudadanía plenamente democrática que a su vez soportará los ritmos de rupturas y/o permanencia de las estructuras decisorias.

El derrotero ideal deberá articularse adecuadamente con la constitución 8 DIAZ, Ana: Democratización y transformación cultural en el ámbito municipal, En CIUDADES - Re-vista de la Red Nacional de Investigación Urbana, Puebla, (41), 1999, p. 27. 9 BOLOS, Silvia: Construcción de nuevas formas de participación ciudadana, En CIUDADES - Revista de la Red Nacional de Investigación Urbana, Puebla, (41), 1999, p. 23.

de identidades y entidades sociales a partir de “...formas nuevas de ‘democracias participativas‘ que van más allá de lo teorizado…, y en no pocos casos apuntan a la construcción de bloques sociales que se están preparando para asumir los retos...” 10

Como colofón de esta aproximación a una gestión del patrimonio cultural que permita recuperar nuestros centros históricos fortaleciendo nuestra ciudadanía y nuestra institucionalidad, es factible identificar –a manera de síntesis- temas principales que pueden constituirse en apuestas estratégicas futuras –muchas de ellas de presente impacto-, como:

-Turismo cultural... patrimonio… producto turístico, basado en la propia conservación y en su correcta explotación… -Concertación… la concurrencia competencial… en el ámbito patrimonial… lleva… a una necesidad de colaboración… entre los diferentes niveles de la administración territorial... el horizonte de futuro pasa por: • Promover experiencias más descentralizadas de gestión... • Dotar a los proyectos patrimoniales de capacidad y personalidad propia, vincularlos al territorio... • Favorecer la confluencia en la gestión… conjunta entre los representantes políticos, los profesionales y la sociedad civil. La clave… pasa por introducir los principios de participación, autonomía y descentralización; y por la 10 VILLASANTE, Tomás: Estado, sociedad y progra-maciones alternativas, En CIUDADES - Revista de la Red Nacional de Investigación Urbana, Puebla, (41), 1999, p. 7.

diversificación... de financiación… -Subsidiariedad… las relaciones deberían de sustentarse en el respeto a los… niveles competenciales, evitando duplicidades… la aplicación del principio de subsidiariedad… conlleva que todo aquello que puede hacer un nivel inferior, más cercano al ciudadano, no lo asume uno de superior… conlleva que aquellas acciones que puede asumir… la sociedad civil, no se la reserven los poderes públicos… -Planificación… importante… es la necesidad de trabajar siempre a partir de proyectos, y constar que…tienen un carácter estratégico y… operativo… que promuevan un desarrollo equilibrado... -Transversalidad y desarrollo… destacable… es… la capacidad que puede tener el patrimonio cultural de actuar en políticas transversales, que pongan de manifiesto la estrecha interrelación existente entre el patrimonio y otros ámbitos competenciales… en una perspectiva… de desarrollo local… -Sistemas de presentación del patrimonio. En la mediación del patrimonio con el público… se están generalizando las técnicas de interpretación… que se fundamentan en una identificación y segmentación de los públicos, y que ofrezcan lecturas del patrimonio, actividades… e innovadores servicios para el consumo cultural, educativo y turístico, que promuevan la motivación, la emoción y la calidad de la experiencia… -Proyectos de desarrollo local. Cualquier estrategia de promoción local y regional que se sustente en proyectos de desarrollo turístico del patrimonio cultural y natural debe tener como objetivo primordial conseguir una doble efectividad: por un

lado la preservación de culturas… por el otro, el desencadenamiento de efectos inducidos en el territorio… debe partir del conocimiento e identificación de los recursos patrimoniales; pero… precisa… también saber cuáles son los intereses y motivaciones de turistas y visitantes, y recoger las demandas de la población local” 11

Justamente, la pretensión de este breve texto es contribuir con elementos de juicio y de cuestionamiento para (re)pensar cómo vivimos, sentimos y hacemos “ciudad y patrimonio”: ¿Podrán las mismas maneras de aproximarnos a la recuperación de nuestros paisajes, ciudades, espacios públicos y/o monumentos conducirnos a resultados diferentes? ¿Qué podemos hacer desde nuestra mirada como profesionales de lo edificado? ¿Cómo potenciamos más y mejor a los ciudadanos en esta gesta? ¿Pueden nuestras viejas instituciones albergar a estas nuevas políticas urbanas y/o culturales? ¿Estamos listos para asumir el cambio? ¿Podemos esperar más?...

Fotografías: José Hayakawa Casas

11 PADRÓ, Jordi y MIRÓ, Manel: Retos del patrimonio en el Siglo XXI, Gestión creativa y desarrollo territorial. En PERIFÉRICA - Revista de la Universidad de Cádiz, Cádiz, (3), 2002, pp. 78-82.

recuperando los centros

historicos del perú

recuperando los centros historicos del perú

Cusco: ciudad y turismo culturalChachapoyas: hábitat y contaminación

visual

José Hayacawa Casas José Hayacawa Casas

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VALORAR ANTES QUE CONSERVAR

La primera lección del “Manual para la valoración y conservación del patrimonio arquitectónico de Arequipa”

Como la gran mayoría de ciudades latinoamericanas que ostentan valores patrimoniales el centro

histórico de Arequipa tiende a convertirse en una serie de fragmentos, cada vez mas inconexos, de lo que fueron grandes unidades urbanas formadas en dilatados períodos temporales que evidenciaban los rasgos culturales de sus respectivas épocas. Aldo Rossi afirmaba que la ciudad era finalmente un conjunto constituido por varios trozos completos en sí mismos y que la estética urbana dependía en gran medida de la tensión creada entre estas zonas y elementos. La transformación acelerada que en las últimas décadas experimentan las ciudades, de las cuales los cascos históricos forman parte, tiende a que de estos trozos “ completos en sí mismos” queden fragmentos incompletos o unidades aisladas, y así terminar por perder cualquier coherencia en la lectura urbana de diferentes sectores de la ciudad.

Los trabajos de conservación o restauración puntual de algunas edificaciones históricas de nuestra ciudad consideradas generalmente como “ monumentos” poco harán en este afán de conservar unidades urbanas completas de la Arequipa patrimonial, pues el grueso de edificaciones que conforman el conglomerado urbano del centro histórico de Arequipa, sean declaradas como monumentos o no, lo constituye la arquitectura doméstica, que lamentablemente por su propio estatus de bien “privado”, se ven permanentemente excluidas de cualquier plan serio de restauración

o conservación emprendido por las instituciones públicas, salvo el tratamiento epidérmico de las fachadas que los últimos gobiernos regionales y municipales han emprendido con la utilización de muy cuestionados métodos de limpieza y pintado. Ante este turbio panorama dramatizado aún más por la poca valoración que los propietarios tienen para con sus inmuebles patrimoniales, puede preverse una paulatina desaparición de nuestros conjuntos patrimoniales, o en el mejor de los casos la conservación exclusiva de fachadas en desmedro del resto de la estructura arquitectónica que es lo que le da coherencia a las primeras.

Es entonces que dentro de la Universidad Católica de Santa María y en su recientemente creado Centro de Investigación y Proyectos ( CEDIP) de la Facultad de Arquitectura e Ingenierías Civil y del Ambiente, nace en conjunción con la Asociación de Defensa del Centro Histórico de Arequipa ( ASDEPROA) la idea de crear un documento que en un primer término explicase de manera sencilla cuáles eran los valores que tenía nuestro patrimonio, luego mostrar cuál era este patrimonio , haciendo una breve clasificación del mismo en etapas históricas, para finalmente detectar las principales causas de deterioro y esbozar los problemas frecuentes así como recomendaciones básicas para su conservación. Esta difícil tarea, sobre todo por la necesidad de síntesis y de lenguaje fácil y ameno en temas tan técnicos tuvo más de un año de preparación, teniendo que recurrirse a metodologías avanzadas

tema central

Gonzalo Ríos VizcarraArquitecto por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa

Posgrado en Arquitectura y Urbanismo para el desarrollo por La Cambre, Bruselas BelgicaMaster en Restauración del patrimonio por la Universidad de Alcalá EspañaMagister en Artes por la Universidad Nacional de San Agustín de a Arequipa

Candidato a Doctor en Historia del arte y la arquitectura por la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla EspañaDirector y docente del Programa de Arquitectura de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa

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valorar antes que

conservar

Gonzalo Rios Vizcarra

“El acelera-do proceso de agresión y anulación de nuestro patrimonio monumen-tal no ha te-nido el im-pacto social correspon-diente...”

e internacionales pero adaptadas a la realidad local y al público lego en el tema que era el principal público objetivo.

Un primer escollo del texto resultó el poder mostrar de manera clara y contundente cuáles eran finalmente los valores de nuestro patrimonio que lo hacían susceptible de preservar, no encontrando para ello mejor opción que retomar un texto básico de 1903 para extraer de él una estructura de clasificación de estremecedora actualidad para adaptarla a la realidad arequipeña. Nos referimos a “El culto moderno a los monumentos” del historiador de arte austriaco Alöis Riegl. En él Riegl clasifica los valores de un monumento en dos grandes grupos, Los Valores Rememorativos y los de Contemporaneidad. Esta clasificación, como veremos posteriormente, nos serviría para demostrar que las razones por las cuales conservar un bien patrimonial no solamente se encontraban en nostálgicas consideraciones a un pasado que quizá ni siquiera resultaba propio, sino también a un presente en que el bien patrimonial estaba todavía dispuesto a dar mucho mas.

Dentro de los valores Rememorativos la estructura precitada propone tres sub grupos: el valor de antigüedad, el histórico y el rememorativo intencionado , que pasaremos a explicar en cuanto a su adaptación al medio local.

El Valor de antigüedad

Tal como afirmaba Riegl este valor es producto de la simple percepción sensorial , pues valora al edificio en la medida que revela palpablemente las huellas que el tiempo ha ido dejando en él. El valor de antigüedad parte de una percepción individual pero fácilmente se va convierte en un valor de masas. Para el caso arequipeño, detectamos que el valor de antigüedad es también el más difundido, y a través del tiempo se ha llegado a relacionar a priori ciertos elementos o materiales con épocas “antiguas”. Así, se tiene medianamente claro el hecho de valorar edificios con coberturas de bóvedas por considerarlas antiguas y no se tiene el mayor reparo en pretender demoler una estructura con techos planos. Vemos pues como exclusiva valoración de un edificio patrimonial solamente desde su

consideración como “hecho antiguo” resulta altamente peligroso, pues al ser tan sensorial y tan poco meditado tiende a desconocer otros tipos de valores de igual o mayor importancia que la propia antigüedad.

El Valor Histórico

El valor histórico se cifra principalmente en el carácter documental del edificio, por lo tanto el valor histórico de un edificio es mayor cuanto menor sea la alteración sufrida de su estado cerrado originario. A diferencia del valor de antigüedad que resulta básicamente sensorial, el valor histórico requiere un “saber”. En este valor está quizá la clave para entender las controversias que se suscitaron a raíz de la restauración de la iglesia de San Agustín y la posibilidad de reemplazar a la torre del campanario , actualmente de concreto con expanadal metal, por otra de concreto pero revestida en sillar que ciertamente conjugaba y armonizaba mas con el resto de la edificación. La polémica hubiera quedado resuelta si dentro de los considerandos se tomase en cuenta

el valor histórico del edificio en donde esa torre de concreto de primera mitad del siglo XX tiene que testimoniar mas que otra mas “bonita” de pleno siglo XXI que busca imitar a una idealizada colonial.

Como habíamos mencionado en un principio el valor histórico requiere un “saber especial”, y este no va a ser aprendido de la noche a la mañana por toda una población. No fue tampoco entonces objetivo del manual brindar una completa información histórica sobre el patrimonio arequipeño, pero por lo menos la gran masa debe saber que este valor existe y reconocer con humildad que hay personas capacitadas para las que un edificio es también una fuente depositaria de nuestra historia y que cualquier intervención en un bien patrimonial debe tener esto en consideración, recurriendo a profesionales capacitados para que realicen todos los estudios previos necesarios, evitando así la pérdida irreparable de evidencias históricas que muy probablemente se encuentran allí pero que no sabemos reconocer.

El manual para la valoración y conservación del patrimonio arquitectónico de Arequipa, cuyo objetivo es ser repartido a los propietarios o custodios de

todos los bienes patrimoniales declarados de la ciudad de Arequipa, considera en sus primeras páginas criterios básicos para valorar este rico patrimonio antes de emprender cualquier obra de conservación o de restauración.

La “bóveda arequipeña” se ha convertido en el elemento constructivo por antonomasia de las edificaciones pa-

trimoniales, reconociéndoles principalmente valores de antigüedad, lo cual no es malo siempre y cuando no vaya en

desmedro de otros elementos de similar valor.

El valor histórico es muchas veces no reconocido por el publico en general, pero no por ello deja de ser importante. En la vista canaletas interiores de casonas que forman parte de una compleja red hídrica de la ciudad que se va perdiendo. A la derecha torre del campanario de la iglesia de San Agustín, así como cobertura de chapa de zinc, ambos elementos testigos de una importante época reconstructiva de la ciudad.

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“El valor de antigüedad parte de una per-cepción individual pero fácil-mente se va convierte en un valor de masas....”

El Valor Rememorativo intencionado

El valor rememorativo intencionado es privativo de algunos edificios, que desde su génesis fueron concebidos para permanecer siempre presente y “nunca convertirse en pasado”. Este valor es propio solamente de edificios altamente simbólicos como por ejemplo el caso de la catedral de Arequipa. Edificio que al margen de su antigüedad o de sus valores históricos ( que ciertamente los tiene) , está el representar y ser imagen de un determinado lugar. Tan fuerte es este valor, que por ejemplo, volviendo al caso de la catedral arequipeña, pese a haber sufrido la pérdida de sus torres en más de una oportunidad y ser parcialmente destruida por los terremotos que permanentemente vive la ciudad, siempre ha sido restaurada y reconstruida bajo los mismos principios, no admitiéndose siquiera la idea de dejar huellas tangibles del momento de la reconstrucción, pues como menciona Riegl, estos edificios se encuentran en

un eterno presente manteniendo su permanente estado de génesis.

Habíamos mencionado que la estructura de clasificación que utilizamos, además de contemplar los valores Rememorativos debemos también considerar los valores de contemporaneidad. Podemos distinguir dos grupos dentro de ellos:

El Valor Instrumental

También llamado valor de uso, este valor está referido a la capacidad que tiene el monumento de satisfacer necesidades materiales o de utilización práctica en el presente. En nuestro medio este valor es altamente conocido, siendo testigos de la cantidad de usos que hoy en día puede tener una casona concebida originalmente para uso residencial. Así hoy en día vemos colegios, academias, centros culturales, restaurantes, discotecas, sedes bancarias, sedes de instituciones públicas y así un largo

Gonzalo Rios Vizcarra valorar antes que conservar

etcétera, aunque a veces llevado al extremo con resultados que van en perjuicio de las características físico- espaciales así como del uso digno que estas edificaciones merecen.

Es cierto que para que un patrimonio subsista este “tiene que ganarse la vida” y el patrimonio arequipeño se la ha ganado durante siglos, sin embargo los nuevos usos y la poca consideración a los valores físicos del monumento puede hacer que su mala utilización termine por destruir la edificación.

El Valor Artístico

Podemos prever que dentro de lo artístico existe una importante dosis de subjetividad que depende del observador y sobre todo del momento histórico en que la obra es observada, así por ejemplo podemos leer frases durísimas contra nuestra arquitectura colonial dada por los “ilustrados” que llegaban de Europa en el siglo XIX , para luego de unas década , durante la primera mitad del siglo XX esa misma arquitectura sea considerada como “ paradigma de la arquitectura latinoamericana” e imitada en ciudades tan importantes como Buenos Aires. Esta dosis de subjetividad, hace que tengamos mucho cuidado en valorar el patrimonio exclusivamente desde esta vertiente, pues como ya lo hemos demostrado lo que no pueda parecernos artístico en una época , en otra puede que si lo sea

Seguramente estos criterios para valorar

el patrimonio resulten incompletos y de hecho existen otras perspectivas desde las cuales abordar el aprecio a estas estructuras arquitectónicas, sin embargo los considerando expuestos en este artículo pueden servir para demostrar que existe más de una perspectiva desde la cual poder apreciar a nuestro patrimonio y así poder determinar qué criterios prevalecerán, según sea el caso, para su conservación o restauración.

Bibliografía Básica AA. VV. Documentos Fundamentales para el Patrimonio Cultural. Ed. Instituto Nacional de Cultura, Lima 2007.AA. VV. Patrimonio Cultural del Perú I y II, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima 2000.AA. VV. Historia General de Arequipa. Ed. Fundación MJ De la Fuente. Lima 1995.COSCOLLANO RODRÍGUEZ José. Restauración y Rehabilitación de Edificios. Ed. Thomson Madrid 2003.DURÁN ROCCA Luisa. Patrimonio Edificado, Orientaciones para su Preservación. Ed. IPHAE. Porto Alegre 2004.GONZÁLES VARAS, Ignacio. Conservación de Bienes Culturales. Ed. Cátedra. Madrid. 2006.GUTIERREZ, Ramón. Evolución Histórica Urbana de Arequipa. Ed. Epígrafe. Lima 1990.RÍOS G., DE LA VERA P., GUZMÁN R. Efectos de la contaminación ambiental sobre los monumentos de sillar. CONAM, Arequipa 2006.RÍOS VIZCARRA Gonzalo. Manual para la Valoración y Conservación del Patrimonio Arquitectónico de Arequipa. UCSM Arequipa 2010

“...para que un patrimo-nio subsista

este “tiene que ganarse

la vida” y el patrimonio arequipeño se la ha ga-

nado duran-te siglos,,”

valorar antes que

conservarLa catedral de Arequipa, un ejemplo de edificio patrimonial con un

gran valor rememorativo intencionado. Creada exprofesamente para ser símbolo de una ciudad que se reconstruira en imagen y

semejanza a si misma cuantas veces sea necesario.

Los tambos son un claro ejemplo de la capacida de un edificio patrimonial para adaptarse a las nuevas

exigencias de uso. En la vista el tambo “ La Cabezona” que en la actualidad combina armonicamente el uso

residencial , el comercial y el turístico.

La subjetividad de la valoración artística depende de la escala de valores que se utilice para su medi-ción, la cual estará condicionada por el momento

histórico y cultural que se viva en cada determi-nada sociedad, por lo cual hay que tener especial

cuidado en desestimar estructuras por parecernos carentes de valores artísticos.

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“La construc-ción de un nuevo para-digma exige una lectura interiorista del ambiente, un reconocimien-to del valor patrimonial de los paisajes culturales y una reinter-pretación audaz de los territorios,...”

Comprender la importancia y significado de los PAISAJES CULTURALES conlleva a adentrarse en una mayor y mejor

percepción del entorno global. El paradigma actual muestra lo sectorial, involucrando actitudes nocivas como la gestión centralista del desarrollo, exponiendo la prepotencia como una “cultura del yo”, negando la condición ciudadana y facilitando la producción y consumo inconsciente de los recursos. Todo y más, indicadores de insustentabilidad ambiental, paisajística y territorial.

La construcción de un nuevo paradigma exige una lectura interiorista del ambiente, un reconocimiento del valor patrimonial de los paisajes culturales y una reinterpretación audaz de los territorios, en suma, una visión holística y transversal que reafirme los saberes tradicionales, enarbolando los principios comunitarios, apoyándose en la memoria compartida, justificando los procesos integrales de largo plazo y, fomentando la producción y consumo consciente como un acto de reciprocidad

humanística con el planeta.

El nuevo paradigma, se convertiría en un impulsor eficaz de progreso material y espiritual, avalado por la consecución de interfases activas y dinámicas como “ámbitos de interacción” para el desarrollo sustentable de los paisajes y territorios.

LA TIERRA, UN PAISAJE GLOBALEl planeta fue, primero, un paisaje pre-antrópico o un paisaje de territorios. Y cuáles son los paisajes que verdaderamente conocemos. Actualmente, convivimos con los paisajes cotidianos que llevan, implícitamente, un contenido aritmético y algebraico. Paisaje y territorio son dos pautas complementarias. La impronta sistémica es propia del territorio. La implicancia matemática corresponde al paisaje. Ambas, interactúan, desde una matriz biológica y física, que las vuelve medibles y verificables.La sucesión de actuaciones sobre el espacio parte del paisaje pre-antrópico, pasa por el paisaje antropizado, en muchos

PAISAJES CULTURALES

momentos se torna en un paisaje degradado y, en casos específicos se ha convertido en un paisaje equilibrado -gestionado humanísticamente-.¿Cuál es el significado de la fenomenología paisajística? Esta cuestión, como otras, puede referenciarse a partir del manejo de las escalas. No basta con ver, debemos ser flexibles y acuciosos con la perspectiva del fenómeno. La visión espacial del paisaje como única medida, nos conduciría a muchos errores de apreciación, cambiaríamos la perspectiva de los problemas y, en consecuencia, se arriesgarían las soluciones. La visión temporal del paisaje es diferente a la brevedad de las intervenciones arquitectónicas o urbanas, en contraposición, los tiempos en el manejo del paisaje suelen ser, en promedio, extensivos o de largo plazo.Sin embargo, pragmáticamente, el manejo de la doble escala: espacio-tiempo es ineludible y de gravitación fundamental en la gestión de los paisajes. Esta inferencia puede relacionarse con el axioma “pensamiento global, acción local”, expresión válida, pero tantas veces reveladora de las distancias gubernamentales que se suscitan en territorios fragmentados como el nuestro, donde la dialéctica urbano-rural es evidente. Los paisajes cambian y son estructuralmente modificables, se muestran como sistemas funcionales resultantes de las interacciones naturales o antrópicas. Es imposible ubicar paisajes uniformes, son, por esencia, diversos, sosteniéndose en el modelo MANCHA-CORREDOR-MATRIZ.Las discusiones académicas y científicas sobre la preponderancia de los paisajes, los naturales sobre los culturales o viceversa, es bizantina. Queda claro que “lo natural del paisaje” es un enunciado que en estos tiempos oscila en lo falaz, debido a que la “incidencia antrópica” es global. Explicado de este modo, todos los paisajes planetarios contienen una impronta humana, de ese modo, los hombres han dejado claro que las decisiones sobre la continuidad o ruptura de tales territorios, dependen en directa medida de sus gestiones. Para ordenar estos criterios, debemos comprender que las posiciones exclusivamente “naturalistas”

suelen ser tan extremistas como las “culturalistas”. Tenemos que retornar, necesariamente, a la concepción científica del paisaje, donde sobre la matriz física actúa la matriz social, ambas, y en conjunto, dan como resultado un PAISAJE CULTURAL.Según la UNESCO, los paisajes culturales representan la obra combinada de la naturaleza y el hombre definida en el artículo 1 de la Convención. Los mismos ilustran la evolución de la sociedad y los asentamientos humanos en el transcurso del tiempo, bajo la influencia de las restricciones físicas y/o las oportunidades presentadas por su ambiente natural y de las sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto internas como externas. Los tipos de paisaje cultural definidos por la UNESCO son: (i) El paisaje claramente definido, diseñado y creado intencionalmente por el hombre; (ii) El paisaje orgánicamente evolutivo [fósil y/o continuo] y, (iii) El paisaje cultural asociativo.

VOLVIENDO AL PAÍS DE LOS PAISANOS

Al margen de los enfoques eminentemente patrimonialistas de la UNESCO y, en honor a la belleza y utilidad de cada uno de los paisajes culturales del mundo -estén incluidos o no en la Lista Mundial-, tenemos que buscar el cambio epistemológico o la ruptura del paradigma vigente con el afán de alcanzar un desarrollo sustentable territorial global.

El arquitecto y ambientalista argentino RUBEN PESCI, ha sido muy preciso para retomar la idea de un “territorio reapropiado” donde la “levedad” prevalezca, una premisa vital frente al vaciamiento y abandono de los entornos rurales. ¿Qué sustentabilidad cabe para un territorio marginal? ¿Qué clase de paisajes culturales estaríamos observando en las próximas décadas?

La “reconversión de los territorios” es equivalente a la “reinvención de los paisajes culturales”. El retorno humano a las cuencas y sub-cuencas es una apuesta válida para la continuidad de los paisajes, un reconocimiento del arraigo, de la identidad, del

Ángel Guillén CárdenasMaestría en Desarrollo Sustentable, UnLA, Argentina.

Especialidad en Conservación y Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico, UCSM, Arequipa. Especialización en Gestión del Patrimonio Mundial, MC, España. Actuación profesional en el INC y AECID.

Consultor Nacional [GRA] e Internacional [Chile]. Gerente de TERRITORIUM y Director Fundador de a. MERIDIONAL.

Autor de libros sobre Paisaje Cultural, Patrimonio y Ordenamiento Territorial.

tema central

El cambio de paradigma territorial como impulsor del Desarrollo Sustentable

mas medio arquitectura sociedad

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patrimonio cultural [material o inmaterial], en fin, el reencuentro con el macrolenguaje social.

Según PESCI, las interfases o ecótonos son el punto de mayor interés de los estudios y propuestas ambientales, la intersección de dos o más ecosistemas donde existe una gran cantidad de información, sobre todo patrones culturales. Las escalas planteadas para afrontar el replanteo de los paisajes culturales implicarían el desdoblamiento entre lo urbano-rural, lo urbano-regional o lo regional-macroregional.

En nuestra realidad nacional, regional y local se tiene un mínimo entendimiento del ambiente como proyecto. Luego, los paisajes y territorios adquieren en el presente una importancia capital para enfrentar con éxito las tareas y retos del futuro, se resignifican sus contenidos y se asumen como elementos esenciales de la proyectación ambiental. Para proyectar sustentablemente el ambiente requerimos formular propuestas de ordenamiento territorial que las circunstancias demanden, todo, dentro de las peculiaridades sociales, económicas, productivas y culturales que definan a una región o subregión.

PAISAJES CULTURALES DEL ANDE SUDAMERICANO

El altiplano aymara y el borde sur

occidental, un paisaje de interfases plurinacionales [Bolivia, Chile y Perú]

Las aproximaciones territoriales se tornan necesarias para comprender mejor los nexos o interfases establecidas, sucedáneamente por los grupos humanos. Los territorios que confluyen en la frontera tripartita entre Chile, Bolivia y Perú están impregnados de la cosmovisión andina y representan con fidelidad a la NACION AYMARA

Durante la colonia, los circuitos comerciales establecidos entre Huancavelica-Arica-Potosí facilitaron, además del traslado del azogue y la plata, el tráfico de diversas mercancías destinadas a abastecer los requerimientos de la villa imperial, los encargados de estos procesos de comercialización fueron, en general, caciques y curacas, quienes llevaban vino, maíz, ají, frutas, textiles y camélidos hacia Potosí, retornando con el mineral que se embarcaba por el puerto de Arica. Los comerciantes indígenas, eran personas que supieron conservar los tradicionales vínculos con los grupos andinos que se encontraban en las rutas de abastecimiento, de este modo, subrepticiamente, afianzaron los fundamentos de la reciprocidad y redistribución.

El paisaje cultural existente en las regiones fronterizas de Bolivia, Chile y Perú está referenciado, esencialmente, en las cuencas

Angel Guillen Cardenas

“En nuestra realidad nacional, regional y local se tiene un mínimo entendimi-ento del ambiente...”

paisajes culturales

y subcuencas que naciendo en el altiplano, han ocupado diversos pisos ecológicos hasta aproximarse a las franjas costeras. Un paisaje compartido y rico en interacciones culturales, con un origen histórico común y capaz de convertirse en una vital pauta ambiental transfronteriza, que consolidaría un desarrollo sustentable del entorno aymara con armonía, equidad y distensión.

Taquile, entre lo lacustre y terrestre [Puno-PERU]

En la región altiplánica puneña, cuna de la cultura Tiwanacu y simiente del Imperio Inca, el prodigio de lo cultural es abrumador, en cada lugar de su inmensa geografía es posible reconocer un ingente patrimonio material e inmaterial.

La diversidad de paisajes es elocuente y, todos, están impregnados de mitologías, cosmogonía, colorido, ritmo y ritualidad que, en paralelo con “lo simbólico”, mantienen una destacable sapiencia ambiental. Contrariamente, “una falsa e incompleta idea de la planificación territorial regional”, ha derivado en una alteración radical de la morfología arquitectónica y urbana de muchos centros poblados.

Un caso al margen de tales despropósitos es el de la ISLA DE TAQUILE, un bello paraje de interacciones lacustres y terráqueas donde LA SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL predomina. La ínsula es un hermoso promontorio que brota desde el interior del lago, dibujando un volumen de territorio, donde han decidido arraigarse unos pobladores de lengua quechua que han apostado por la construcción permanente del paisaje cultural.

Resultaría inaudito que sobre los 4 000 m.s.n.m. pudiéramos observar terrazas de cultivo y arborización o un micro-clima templado, esto y más, resalta en este escenario socio-físico donde es factible disfrutar de unas visuales únicas e inacabables en 360º.

Que decir de la gestión para el desarrollo territorial. Los taquileños han marcado la pauta en el respeto estricto por su paisaje, convirtiendo a los embarcaderos, sendas, sectores productivos, infraestructuras de energías renovables y viviendas en un ejemplo de buen gusto y mínima intervención. Una actuación leve y creativa en el diseño del paisaje.

Las formas de interrelación social son, todavía, mucho mas conmovedoras, cada familia se hace responsable

Del lado boliviano, en el otrora “Corregimiento de Carangas”-Oruro, el templo de Curahuara, es una fiel demostración del estilo renacentista, con una fábrica construida a fines del siglo XVI [fotografía inferior izquierda] y una ubérrima presencia de pinturas murales interiores del primer tercio del siglo XVII [fotografía inferior derecha]. Los rasgos rurales de este tipo de arquitectura resaltan y afianzan su vinculación conceptual con otros templos de regiones cercanas, pertenecientes al virreinato peruano.

En el norte chileno, entre la pre-cordillera y altiplano de Arica y Parinacota, se ha implementado un proyecto territorial de audaz espectro que va consiguiendo el propósito de brindar un desarrollo sustentable a las comunidades aymaras nortinas, con un despliegue sistemático, profesional y técnico de primer nivel, nacional e internacional. Es un esfuerzo proyectual loable y ejemplar, apoyado económicamente por el sector privado y estatal de Chile. La Iglesia de Guañacagua, es un testimonio singular de la magnífica arquitectura existente en las Rutas Misionales [fotografía inferior izquierda]. Mientras tanto, en Putre, impresiona la presencia de su arquitectura civil emblemática [fotografía inferior derecha].

En el sector peruano, hacia el altiplano de la provincia de Tarata-Tacna, es posible redescubrir un paisaje natural y cultural poco conocido, donde han quedado las huellas de los antiguos caminos que conducían a Potosí en el Alto Perú. La capilla de Pampa Uyuni, es un singular ejemplo de la arquitectura inicial del siglo XIX [fotografía superior izquierda]. La capilla de Konchachiri, está rodeada de entorno natural donde es posible observar cursos de agua y suris [fotografía superior derecha].

mas

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de sus micro-territorios, cuidando como se hace con un jardín sus parcelas, conservando con dignidad sus bellas casitas de piedra y adobe, eso sí, cubiertas con planchas de zinc que, con una depurada técnica no ofenden al paisaje vigente.

Desde estas casas con patios espaciosos entran en contacto con los visitantes haciéndolos partícipes de su cultura, con música de cuerdas y danzarines que muestran envidiables ropajes considerados entre los mejores tejidos del mundo.

La cuenca del Osmore [Moquegua-PERU]

El valle de Moquegua, se ubica en la sierra seca del extremo sur occidental de Perú y está localizado en la parte media de la cuenca del Osmore. La diversidad de pisos ecológicos de la cuenca y la prolijidad de recursos prodigaron una dilatada historia de ocupación humana.

El PROGRAMA CONTISUYO fue una iniciativa de investigación científica cuyos objetivos se concentraron primordialmente en lo arqueológico.

En la década de los ochenta [siglo XX], se propiciaron los estudios sobre el hombre moqueguano en vinculación con su hábitat físico y patrimonio cultural. Se realizaron estudios transdisciplinarios que fueron más allá de lo arqueológico [flora y fauna, geomorfología y el desplazamiento tectónico en el litoral, etnografía de las comunidades rurales, redes de andenes, registro

botánico de las lomas y su aprovechamiento agrícola, estudios históricos en los archivos nacionales y regionales, y catastro de bodegas, molinos y casonas coloniales].

La variedad de acciones encaminadas, revelaron la conexión estratégica del valle de Moquegua con la zona costera sur peruana-norte chileno y la altiplánica de Puno y Bolivia, y la explotación de los recursos naturales de todas las zonas a través de 10 000 años de adaptación ambiental.

Quedó como un importante testimonio físico del despliegue impulsado por SOUTHERN PERU COPPER CORPORATION, la implementación del Museo Contisuyo. Lamentablemente, los “aportes provenientes del canon minero” no significan, en la actualidad, una preocupación concertada para la puesta en valor del paisaje cultural moqueguano.

El valle del Colca [Arequipa-PERU]

El medio condicionante y determinante, es un valle abrupto y prolongado que nace en las estribaciones andinas de la provincia de Caylloma, que debido a los descomunales cambios geológicos del planeta ha modelado un escenario donde aún viven comunidades con un origen remoto. Las etnias de Collaguas y Cabanas son peculiares, han sabido transmitir de generación en generación los rasgos de su identidad. Entorno propicio el de la vida en comunidad, esencialmente humano, y el del

Las viviendas para el turismo vivencial, los patios para la escenificación dancística y musical, los dueños de casa que actúan de bailarines, con ropajes plenos de colorido y técnica artesanal, “una totalidad” de patrimonio inmaterial vivo y sustentable.

En el fastuoso sitio arqueológico denominado CERRO BAUL, es formidable la complicidad visible del capricho geológico con la impronta simbólica de las culturas locales, obteniéndose un espacio sublime de ritualidad y control territorial, sin parangón en la geografía sur occidental de la América Meridional

territorio, colmado de asombros.

Después de todo, cuántos paisajes podemos distinguir en esta región. La población del valle del Colca vive en conjunción con los ciclos de la naturaleza. Ese manejo cultural es notorio en la siembra y cosecha, en la fertilidad del ganado, en la recolección de la fruta o en el arribo del agua por las acequias. El tiempo ha sido entendido por simple observación. Los fenómenos climatológicos y su periodicidad han podido ser advertidos, esto, ha impedido el quiebre del equilibrio natural. Esta sapiencia inherente es un patrimonio aprehendido del entorno, del paisaje, a partir del cual se han relacionado directamente con la producción de expresiones etnográficas propias y únicas en el mundo.

El hombre de este territorio, es producto del sitio y sus circunstancias. La sociedad local mantiene sus formas de organización ancestrales, donde las parcialidades son las breves regiones sociales y culturales que definen patrones de comportamiento: Hanansaya [los de arriba], Hurinsaya [los de abajo] y Ccapa [familias que se asimilan indistintamente a cualquier parcialidad]. Con el paso del tiempo estas caracterizaciones han devenido en valores de representación con una indiscutible impronta simbólica. El simbolismo de los lugares es el que la memoria compartida ha concedido, ámbitos donde se proyectaron trascendentes actos sociales, todos los pasos, desde la vida hasta la muerte. Las historias personales se forjan en esos ambientes sociales bordeados por una arquitectura que se perenniza en la nostalgia de los que la vivieron.

El imaginario colectivo tiene su par en la singularidad de las comunidades, y cada centro poblado del valle ha trabajado para diferenciarse, por costumbres, vestido, danzas y gastronomía. El derecho a la diversidad confiere orgullo y dignidad a los pobladores. Un claro mestizaje, es el que se distingue en las manifestaciones de carácter popular. El sincretismo de las festividades religiosas no le resta formalidad a los rituales, es más, su vistosidad enriquece el uso de los espacios ceremoniales. Todo hace una simbiosis de elementos concatenados por una ideología concurrente en ideas, mitos y creencias. Motivos para realizar fiestas nunca faltan, pues son una oportunidad de reencuentro y ostentación de poder, a través, de la exaltación de la indumentaria y conjuntos musicales.

El derecho a la identidad y diversidad cultural se expresa en la continuidad del patrimonio intangible, ahí radican los valores de origen y destino, es la trama de una cultura ancestral palpable en usos y costumbres. Las comunidades del Colca, hacen prevalecer sus relaciones de pertenencia, de comunidad, lo que les da cohesión para vislumbrar sus valores, derechos y obligaciones. Frente a la creciente globalización surge esta respuesta de diversidad y singularidad, es que para ellos ha quedado claro lo que son desde sus orígenes: un pueblo con personalidad que sabe verse a sí mismo.

El patrimonio cultural tendría que ser un “componente disparador” para la elaboración de estrategias meditadas que enfoquen integralmente el despegue de la sub-cuenca. Planificar un territorio con tantos simbolismos culturales exige una

La ISLA DE TAQUILE, es un paisaje cultural de valor universal, donde funcionan, sincronizadamente, los parámetros metodológicos y operativos de la SUSTENTABILI-DAD ANDINA. Desde cualquier punto del recorrido por los bordes insulares, es posible observar la ocupación productiva del territorio. El turismo cultural se ha consolidado y la interrelación entre visitantes y pobladores es ejemplar y sinérgica.

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profunda meditación respecto a las “fronteras invisibles” que definen formas de apropiación del cosmos y la naturaleza. Fortalecer los principios éticos y estéticos del paisaje cultural colqueño, supondrá recuperar la capacidad de ensoñación y la reivindicación de la “belleza útil”, donde comulguen la preservación y la innovación [RECONVERSION PRODUCTIVA DEL PAISAJE].

La OGPC, Oficina de Gestión del Patrimonio Cultural del Colca, auspiciada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, se mantiene como un soporte vital para la gestión y desarrollo del paisaje cultural.

Desde el año 1997 hasta la fecha, en un esfuerzo económico, profesional y logístico sin precedentes, “la Cooperación” ha puesto en valor gran parte de conjuntos religiosos [bienes muebles e inmuebles], capacita y trabaja con pobladores de la región, implementa mecanismos de afianzamiento para la gobernabilidad local, colateralmente, contribuye en la reactivación socioeconómica del lugar y, ha tenido la habilidad y pertinencia para reinventarse y encaminar un proceso de reingeniería institucional que podría apoyar, con mayores certezas, en la gestión y desarrollo de la subcuenca.

El PLAN DE ACONDICIONAMIENTO TERRITORIAL DEL COLCA [PAT Colca], es un “Plan Territorial Piloto” -el primero en su género en la región Arequipa-, donde se conjugan las voluntades institucionales y políticas del Gobierno Regional de Arequipa y la Cooperación Española que, concatenadas con la visión holística y transversal de sus autores, vislumbran un desarrollo sustentable para el Colca.

Gestión para el Desarrollo Sustentable de los Paisajes Culturales

El ORDENAMIENTO TERRITORIAL argumenta su implementación en las demandas territoriales, interpretadas a partir del DERECHO AL DESARROLLO SUSTENTABLE que, pone de manifiesto, en tiempo real, la necesidad de promover un uso estratégico del ambiente concordante con su preeminencia cultural, conservación de la biodiversidad y proyectación socioeconómica.

La GESTION TERRITORIAL comprende la suma de actuaciones, políticas, disposiciones, declaraciones e institucionalidad que esbozadas desde lo público, junto al entorno privado y social, pretenden alcanzar la organización sustentable del territorio, entendiendo que este es el único camino metodológico y operativo que puede facilitar el desarrollo sustentable de los paisajes culturales.

Una comunidad que se muestre inflexible frente a los cambios globales desprendidos de la nueva época informativa y cognitiva, difícilmente podrá revertir sus escenarios de desarrollo. Apremia la innovación del pensamiento, uno que procure ser abierto y receptivo, con la habilidad necesaria para transitar en diferentes escalas y diversas velocidades, conforme lo marca la sociedad actual, sin extraviar los valores identitarios autóctonos.

La “sociedad en red” reclama una renovadora conceptualización de los paisajes culturales y territorios, donde los grupos humanos trasciendan su momento histórico, con la aspiración de convertirse en comunidades contemporáneas partícipes de los cambios sociales, económicos e institucionales.

Una visión anticipativa frente a los cambios globales sugerirá reflexiones acordes a las expectativas del desarrollo local. La ingeniería del territorio transmitirá a los paisajes culturales, cohesión e integración en diferentes escalas.

Las ESTRATEGIAS TERRITORIALES se afianzarán en la optimización de los recursos humanos, en la inversión infraestructural y en la mejora de los servicios. Cumplir con el cometido redundará en superiores índices de competitividad, coligiendo en una elevación de la capacidad atractiva de los paisajes culturales que dinamizarán la inversión pública y/o privada.

Las demandas locales apuntan, además del PATRIMONIO CULTURAL, hacia las OPCIONES MULTIPLES y MULTIPOLARES que reemplazarían las tendencias asimétricas por avances compartidos y solidarios, superando los estándares vivenciales actuales a partir de la inversión sostenida en los sectores agrícola, ganadero, turístico, cultural, industrial y tecnológico.

Una SINERGIA INTERACTIVA como base del CAMBIO DEL PARADIGMA es esencial para comulgar las relaciones entre todos los actores territoriales, con una mirada directriz hacia un futuro de menores incertidumbres.

Administrar un paisaje cultural sin estrategias consensuadas es antidemocrático, en consecuencia, prepotente y correspondiente a un paradigma anacrónico, contrariamente, gobernar con estrategias territoriales avaladas por los actores públicos y privados, es democrático y leve, coherente con las expectativas de los pobladores y concurrente frente a la exigente demanda programática del ambiente.

El NUEVO PARADIGMA, propuesto a partir de la implementación de los INSTRUMENTOS DE GESTION AMBIENTAL, sugiere actuaciones estratégicas en escenarios anticipativos, con una visión holística y un cambio de velocidad en la dinámica de articulación territorial, acciones denotadas en un horizonte estructurado desde el corto hacia el mediano y largo plazo.

Angel Guillen Cardenas paisajes culturales

La expedición norteamericana de los viajeros Shippee-Johnson en 1928, fue conocida también como EL RESDECUBRIMIENTO DEL COLCA. El relato del viaje por aire y tierra fue publicado el mes de enero de 1934 en “The National Geographic Magazine” con el título “A forgotten valley of Peru”.

© Aerial Explorations, Inc

Fotografía del Pueblo de Yanque, Valle del Colca

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La evocación de algunos vocablos antiguos de la ciudad habla de existencias de lugares que el

tiempo los han cubierto de misterio, misterio que al surgir a la luz muestran el fascinante pasado de civilizaciones ancestrales.

Para deshilvanar esta madeja debemos comenzar en la ronda llamada de la “Coa”1 , de hecho esta que su toponimia nos evoca un sitio dedicado a la siembra en andenería, “coa” es un utensilio de labranza hecho de una vara de madera que permitía hacer surcos o agujeros para la siembra del maíz, este primer detalle es significativo puesto que el maíz representaba el alimento y el producto más importante del imperio y su siembra se solía hacer en los mejores lugares donde las condiciones del suelo y el agua permitiesen excelentes cosechas.

Más tarde este lugar también sería llamado la “Barranca del río”, por su prominente pendiente, pendiente que determino la construcción en desniveles y el acondicionamiento de miradores con arquerías que veían el poniente, actualmente en la semiótica de la 1 Actual C/. Villalba – Cruz Verde

ciudad el arco y la bóveda de sillar son consideradas expresiones autenticas de la arquitectura arequipeña y su difusión como símbolo local es dominante.

La ronda (calle antigua) es la estructura básica de la ciudad su nombre se debe a su locación marginal o su antigüedad dentro de la misma, a la llegada de los españoles ya existieron estos caminos que se internaban en el corazón de la Arequipa actual, los que a su vez formaron parte de una estructura de articulación espacial (perdida).

Es importante señalar que los incas debieron haber encontrado una estructura agrícola desarrollada por sus antecesores collaguas, tanto del altiplano como los venidos del Colca, afirmación que se corrobora con las anotaciones hechas en 1581 por D.

Ulloa de Mogollón, quien por encargo del virrey levanto un censo de las tierras de estas etnias que fueron ocupadas por los españoles, en el menciona las posesiones de los “Ariquipas”, del cual se presume provendría el nombre de Arequipa atribuido a la celebre frase del gobernante inca Mayta Capac quien al

LA CIUDAD PERDIDA, MEDIO MILENIO DE OSCURIDAD

William Alexander Palomino BellidoArquitecto por la Universidad Nacional de San AgustínMáster en Restauración Universidad Alcalá de Henares EspañaDocente e Investigador Universitario

“En nuestra realidad nacional, regional y local se tiene un mínimo entendimi-ento del ambiente...”

ciudad perdida

Extracto del estudio de historico de la casona de la hostería

ser avisado de las bondades del valle pronuncio: “Ari Qhipay” que en quechua significa “sí quedaos”.

Pero, “si quedaos” ¿dónde?, bueno; esto podría explicarse mejor con la siguiente secuencia de descubrimientos2 , los cuales comienzan a mediados del s. XX. Sobre los años ´50 en los patios del centenario Colegio Independencia Americana se develaban unas tumbas de la Cultura Churajón, favoreciendo el debate de la antigüedad de la ocupación prehispánica del valle, treinta años más tarde en los años ´80 del s. XX el Dr. Manuel Hunqui realizó otro inesperado hallazgo, ahora en el tercer 2 Registrados por el Dr. Juan Godines y el Lic. Marco López, descritos en la Tesis de Magíster del MG. Wi-lliam Palomino. 2007. Universidad Alcalá de Henares, Madrid – España.

patio del Banco Continental en la C/. San Francisco, se trataba de una casa Colla, estos hallazgos arqueológicos sumados a los recurrentes encuentros casuales en obras de construcción desarrolladas entre los años de 1970 a 1980 por diversos contratistas en las calles Santo Domingo y Deán Valdivia fortalecían la idea de un asentamiento importante anterior a la época inca.

Sobre el año de 1998 en la calle Deán Valdivia se encontró una tumba prehispánica probablemente emparentada con las halladas en el Colegio Independencia Americana, cuatro años más tarde comenzando el s. XXI en el año 2002 en la esquina de las calles Ugarte y Santa Catalina otras estructuras asomaría a la luz, finalmente

Plano de Arequipa de 1797, Museo de Londres.Fuente: Archivo Centro Historico de Arequipa

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en el año 2007 en la Casa de la Monedad, se revelarían vestigios de otra residencia que a opinión del Dr. Pablo de la Vera Cruz serían de origen también Churajón.

Estos encuentros podrían ser eventos dispersos sino fuera por que siguen un patrón de ocupación que coincide con los trazados de antiguos acueductos - registrados en el plano de D. Eduardo de Rivero de 1917 3 - en este plano se muestran los perfilados de acequias y acueductos españoles que surcaban la ciudad de Arequipa destacando los llamados de San Jerónimo y San Juan

3 Ver plano en la parte superior.

de Dios, sobre los cuales se ubican los anteriores hallazgos arqueológicos, que tienen una continuidad con la histórica ronda de la Palma, ahora calle Alto de la Luna – Avenida Dolores o de la ronda de “Socabaya” que sigue el actual trazado de las Avenidas Salaverry y Malecón Socabaya hasta el cementerio de la Apacheta, para continuar al asentamiento Prehispánico de “Pillo” o “Pillu” que en quechua significa “corona de guirnalda” y finalmente el último sendero habría sido el de la ronda de la Pólvora, que en la actualidad apenas si quedan fragmentos como la actual C/. Manzanitos, que une la ciudad con

el distrito de Socabaya, del quechua “suk´a” que significa: cosas puestas en orden y “aya” difunto, o lo que podría ser: “campo de difuntos” o “lugar donde están los difuntos”.

Estos caminos antes descritos se unen para continuar hasta llegar a las tierras de la Cultura Churajón en los distritos de Polobaya, de la voz puquina Pholluyog-Paya, que significa “Vieja con manta”, según la Lic. Nexmi Daza. De Polobaya estos caminos prosiguen por las tierras de Mollebaya, del quechua “molle 4”, que es un árbol de esta región andina, o falso pimentero debido a su fruto, también es conocido como “Pirú” 5; y “aya” que en quechua es “difunto”, por lo que Mollebaya significaría: “árbol (molle) de los difuntos” haciendo referencia a un lugar sagrado representado por el molle, donde morarían los espíritus de los muertos en medio de estas plantas locales.

Pues bien la ruta Churajón habría tenido más de un camino ancestral aunque todos 4 El Molle es una planta del orden sapindales, de la familia de Anacardiáceas y del genero schinus5 Es preciso detenernos un momento para comen-tar a propósito de la palabra “Pirú” la historia del nombre del Perú, el nombre de nuestro país es como mucho de nuestra historia aún un enigma o fuerza caprichosa de los mitos. Dentro de las muchas historias contadas sobre le origen de nuestro nombre, podríamos comentar la desarrollada hacia 1513, por esos años Vasco Núñez de Balboa acababa de des-cubrir el Océano Pacífico en el actual Panamá, lugar donde ya se oían rumores, aportadas por balseros que transitaban desde las costas entre Manta (Ecuador) y Sechura (Perú), de una rica región más al sur. D. Pascual de Andagoya en el Golfo de San Miguel, actual Panamá, al preguntar a los nativos de la zona de las tierras donde habían estos llegado le respondieron que este se llamaba “Birú”, que en realidad, no representaba el nombre del lugar sino del cacique de la zona.Según el Dr. José Antonio del Busto todo lo que existiría desde ese entonces al sur de Panamá sería conocido por los españoles con el nombre de “Birú” o “Pirú”. Otra de las teorías etimológicas es que el nombre de Perú tuvo su génesis en el término Pirúa que significa depósito de alimentos. Otras aseveraciones sobre el nombre de Perú sería de la deforma-ción de “Piura”.

confluyesen o nacieran de la misteriosa Coa, y de allí siguen por vías que subyacen bajo el subsuelo, para repentinamente emerger de su pasado y trascender recuerdos memorables pero aún borrosos. Dentro de estos caminos tenemos las siguientes rutas: C/. Villalba, Cruz Verde, Salaverry, hasta el Cementerio, la C/. Las Peñas, La Av. Paisajista, La Mansión del Fundador, el sitio arqueológico de “Pillo”.

Otra ruta es C/. Bolívar, C/. Zela, C/. Santa Catalina, Pasaje de la Catedral, Plaza de Armas, C/. General Moran, C/. San Juan de Dios, C/. Deán Valdivia, C/. Perú, C/. Alto de la Luna, Av. Dolores, Av. Emancipación, C/. Maria Nieves y Bustamante, C/. Caracas, Av. Sabandia hasta el Molino de Sabandia y Yumina. Estas dos rutas se unen para continuar hasta Churajón, pasando por Socabaya, Quequeña, Mollebaya y Polobaya, para continuar a las milenarias ruinas de Tiahuanacu, en Puno y Bolivia por arcaicos caminos.

Finalmente estos caminos se articulaban con todo el imperio a través de rutas transversales al sorprendente Qhapaq Ñan o el “El Camino Principal” que recorrió el imperio del Tahuantinsuyo de Norte a Sur, esta estructura de carácter territorial, que constituían una red de intercambio, relaciones y aprovisionamientos a gran escala le dio sentido al Tahuantinsuyo. El gran Qhapaq Ñan, unía el Tiahuanacu, con el legendario Cuzco, hasta Vilcashuaman en Ayacucho, Cajamarca y finalmente Quito por el norte y por el sur se interna en Bolivia, pasaba por Chile hasta el norte Argentino; cubriendo más de 5 000.00 km. Constituyéndose en una sofisticada estructura de apoyo logístico al transito de los recursos agrícolas y al nervio vital de esas ciudades perdidas, en este medio milenio de oscuridad.

ciudad perdida William Alexander Palomino Bellido

Fuente. Biblioteca Municipal De Arequipa De Arequipa

ciudad perdida

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LA PINTURA MURAL PARTE DEL PATRIMONIO

ARQUITECTONICORestauración de la pintura mural del coro bajo del

monasterio de santa catalina

Marisol Velazco GutierrezArquitecta por la Universidad nacional de San AgustínArtista y Docente universitariaEspecialista en el tema

pintura mural

patrimonio

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La pintura mural, creada con fines decorativos como los Murales de Pompeya, constituye un documento valioso de una cultura destruida por terremotos y erupciones volcánicas. La pintura mural está supeditada a la arquitectura, y aparte de sus fines decorativos sirve para proteger las superficies de la intemperie y del desgaste. Representa también un medio para humanizar su entorno como lo hicieron las primeras pinturas en las cavernas. La idea de decorar con pintura mural surge por la necesidad de diferenciarse, dejar constancia de la presencia de algo especial y de la apropiación del espacio.

La arquitectura Arequipeña, construida en sillar ha estado acompañada desde sus inicios de color, el cual ha escondido las cicatrices y marcas de los terremotos que han condicionado la evolución arquitectónica tanto civil como religiosa, no solo con encalados en muros exteriores sino también con la pintura mural decorativa de los interiores. Arequipa, la segunda ciudad más importante del Perú, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el año 2000, ha sorprendido al mundo con su arquitectura mestiza y puede seguir haciéndolo con el secreto que esconden sus muros.

A continuación recogemos datos de algunos cronistas e historiadores que mencionan el uso de color y la decoración en los muros de sillar: Heinrich Witt cita entre 1824 y 1890 en

Diario y Observaciones sobre el Perú “…se había comenzado a colocar un falso techo de lona estirada y empapelada… la pintura y el enlucido rara vez habían sido renovados…” El italiano Antonio Raimondi refiere “…en el interior las casas tienen sus paredes cubiertas de tapicerías; pero algunas de construcción moderna, en vez de tapicería tienen las paredes estucadas y pintadas al fresco…”

Finalmente en 1834 Flora Tristán en Peregrinaciones de una Paria “…Algunas habitaciones solo tienen una tapicería de papel hasta la mitad de la altura; las paredes de las otras están completamente blanqueadas con cal. Esas bóvedas hacen que los departamentos se asemejen a los sótanos y la monotonía de su tono blanco cansa y entristece…”

Es probable que por esta última razón se decorasen las habitaciones de las grandes casonas y las iglesias con pintura mural al temple y posteriormente con empapelados. La luz solar que tiene Arequipa como dice Jorge Polar en su libro de 1958 “Arequipa” “…Cuando la luz es muy intensa, los colores son débiles - (Pintura de encalados en la ciudad) - Los colores brillan más en una atmosfera seca y muy clara. - (Pintura mural en interiores) - En ella no hay gran riqueza de matices, por que el esplendor de la luz tiende a borrarlos, a confundirlos”. Los motivos decorativos predominantes de la pintura mural arequipeña

son florales y geométricos, también existe pintura mural con temáticas especificas.

Es necesario tener en cuenta que los talleres y gremios de pintores que se instalaron en la conquista en Cuzco, Lima, Potosí y luego seguramente en Arequipa, se revistieron de matices mestizos propios, así como ocurrió con el aporte textilográfico en las fachadas de la arquitectura. En este contexto se desarrolla la pintura mural arequipeña, ya que puede decirse que no solamente intervinieron indios, sino también españoles y criollos, teniendo claro que al inicio los españoles no servían a otro español en oficios bajos, como era catalogado inicialmente el arte mecánico de la pintura, pero sí tenían a su cargo la dirección de los talleres. Posteriormente la pintura pasó a la categoría de los oficios que se tenían por útiles y honestos, entonces también fue labor de españoles y criollos, quienes de no dedicarse al estudio o a la iglesia, se ejercitaron en el arte de la pintura. La condición social del pintor era la de un artesano, pero es debido a la presencia indígena en estos talleres y gremios por lo que decimos que adquiere matices propios, ya que la mano de obra influye mucho.

Como lo describía el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala, ”…tenían los indios gran destreza en las pinturas de cerámica , murales y otros…”, así como era innegable su conocimiento de colorantes, pigmentos y combinación de colores ya que ellos también estaban clasificados en gremios durante el incanato. Gabriela Siracusano advierte en su libro El Poder de los Colores “…existió una circulación de tratados de perspectiva y de manuales de pintura durante el periodo colonial, y la no menor difusión de pinturas flamencas, italianas o españolas que despliegan el artificio de la representación ilusoria, dan cuenta de una elección estética por parte de los artistas andinos que, lejos de evidenciar desconocimiento, remitía a criterios distintos de sus pares metropolitanos…”

La pintura mural da testimonio del espíritu de la vida de la época en la que fue realizada y es necesario dejar constancia de su existencia y transmitir este legado a generaciones futuras. El enorme caudal de información que ofrece la pintura mural arequipeña que ha sobrevivido a los sismos está en vías de desaparecer sin ser reconocido ni valorado como patrimonio, por el afán de dejar el sillar expuesto. Es necesario tomar conciencia de la necesidad de

pintura mural

patrimonio

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pintura mural

patrimonio

Marisol Velazco Gutiérrez

llevar a cabo estudios y proyectos multidisciplinarios conformados por Arquitectos, Historiadores del arte, Restauradores y Químicos entre otros, para rescatar materiales y técnicas de la pintura mural de nuestra Arquitectura, así como también realizar la catalogación y el registro para la protección y conservación de este rico patrimonio cultural.

PROYECTO DE RESTAURACIÓN DE PINTURA MURAL DEL CORO BAJO DE LA IGLESIA DE SANTA CATALINA

El Monasterio de Santa Catalina con más de 400 años de antigüedad, y con un área de 20 426 m2, es el monumento arquitectónico más importante de la ciudad de Arequipa. Inscrito en el año 2007 a la lista del programa “Watch” de World Monuments Fund (WMF) como monumento en peligro, junto a los más importantes sitios históricos del mundo, tales como la Gran Muralla China, el Valle de los Reyes de Egipto, la ciudad de San Petersburgo en Rusia, el barrio Lower Manhatan de Nueva York entre otros, para poder postular a recursos económicos y técnicos de nivel internacional que ayuden a su preservación.

El proyecto presentado consiste en la recuperación y puesta en valor de la pintura mural del Coro Bajo de la iglesia de Santa Catalina, que data del siglo XVIII y que se encontraba cubierta por siete estratos de cal. El coro bajo del Monasterio tiene aproximadamente 175 m2, situado al pie del templo, tiene el espacio

dividido en dos tramos. Es desde aquí que las monjas asisten a misa separadas del público por un doble enrejado.

PROCESO DE RESTAURACIÓN

Los trabajos iniciaron con la exploración sobre los muros internos mediante la apertura de pequeñas calas de sondeo o ventanas, para conocer con exactitud el estado de conservación tanto de la pintura como del muro que sirve de soporte y el número de estratos de pintura subyacente, dejando a la vista un sector de cada uno de los colores encontrados .

El resultado fue que el estado de conservación tanto de la pintura como del muro que la contiene depende en buena parte de su ubicación: cuando la cara opuesta del muro de soporte está expuesta a la intemperie, el repellado, el enlucido, el estrato pictórico y las piezas de sillar tienden a volverse pulverulentos y faltos de cohesión.

Es por la porosidad y capilaridad características del sillar que lo constituye en un soporte muy vulnerable a cambios climáticos. Los daños más graves han sido ocasionados sobre todo debido a cambios de humedad y migración de sales solubles, como también por remodelaciones que desconocían esta obra de arte.

La liberación de los encalados se llevó a cabo mediante procedimientos

“El enorme caudal de información que ofrece la pintura mural are-quipeña que ha sobrevi-vido a los sismos está en vías de desapare-cer sin ser reconocido ni valorado como patri-monio, por el afán de dejar el sillar expuesto.”

pintura mural patrimonio

Por Marisol Velazco Gutiérrez

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mecánicos, con la ayuda de un bisturí, eliminando paulatinamente las capas de encalado que se encuentran sobre el muro. Se trabaja a partir de la capa superficial hacia el interior, con un minucioso registro fotográfico.

Se ha tomado muestras de los colores para determinar la naturaleza de los pigmentos y de su aglutinante, con el fin de conocer las técnicas y materiales de la época.

De manera simultánea a la liberación se ha ido consolidando escamas y zonas abolsadas, grietas y fisuras, se inyectó mortero donde se consideró necesario. Luego, se han estucado los faltantes y la reintegración cromática ha quedado todavía pendiente.

DESCRIPCIÓN Y TÉCNICA

1. La pintura mural restaurada se encuentra en todos los muros del coro bajo, en la parte inferior de las bóvedas y en el arco que las divide. La cornisa tiene franjas de color verde con marmoleado, en los muros podemos ver un friso de palmas en diferentes tonos de verde con pan de oro enlazadas con cintas rojas.

En la parte central de color verde claro existen medallones o cartelas de color rojo con inscripciones de carácter religioso en pan de oro probablemente de San Buenaventura y debajo de estas una cenefa de follajería con nervaduras en pan de oro y fondo guinda, esta valiosa pintura mural estaba cubierta

con siete capas ya sea por encontrarse en mal estado o por un cambio de gusto de la época.

La técnica es la de temple al seco, utilizada en la mayoría de pintura mural arequipeña, a la pintura mural se le suele llamar comúnmente frescos, el fresco también es una técnica.

El dibujo se realiza a mano alzada pero se sabe que se utilizo plantillas para repetir las figuras.

El soporte es un muro de sillar de cajón con mortero de cal de aproximadamente 1.40 m de ancho. Es difícil fechar con exactitud el estrato pictórico, pero sabemos que corresponde al siglo XVIII donde el barroco se encontraba en su máxima expresión con decoración cargada, adornos florales y profusión de dorados.

CRITERIO DE INTERVENCIÓN

Para el proyecto de restauración se ha tomado en cuenta la antigüedad y calidad de la pintura mural, se consideraron las normas internacionales relativas a conservación de patrimonio mueble.

Dado el cuidado con el que debe ejecutarse y el tiempo que toman estos trabajos, el proyecto se desarrolló en varias etapas cortas financiadas por diferentes entidades como World Monuments Fund (WMF), Asociación Civil Cerro Verde, la Embajada de los

pintura mural

patrimonio

Marisol Velazco Gutiérrez

Estados Unidos y Promociones Turísticas del Sur, empresa que administra el monasterio.

Una vez que esté terminado este proyecto se planea exhibir esta pintura mural en óptimas condiciones de iluminación, suministrando la debida información y tomando las medidas de conservación preventiva que se requieran.

Finalmente es así como el proyecto de restauración de pintura mural del coro bajo del Monasterio de Santa Catalina que se ha conservado gracias a la costumbre de cubrir las paredes con cal, puede abrir una nueva página en la historia de la ciudad de Arequipa, por su temática y técnica particulares, pero a su vez puede ser el punto de partida para que conozcamos y valoremos la enorme herencia patrimonial que queda por descubrir no solo en los muros del centro histórico sino en sus alrededores.

La pintura mural debe preservarse ya que da un valor adicional a nuestros bienes arquitectónicos y estamos convencidos que vale la pena la inversión, el tiempo y el esfuerzo de cara a una mejor comprensión y proyección del futuro.

BIBLIOGRAFÍAESPINOZA DE LA BORDA, Álvaro “Acerca de un documento de interés para la historia de la Arquitectura Arequipeña.” En: revista AGUSTINO AÑO 10 N 42SIRACUSANO,Gabriela “El poder de los colores” Fondo de Cultura Económica.REYES PUJOL-XICOY “Pintura decorativa de Paredes”

KönemannOLIVARES, Isabel “Informes técnicos pintura mural” Departamento de conservación y restauración del Monasterio de Santa Catalina POLAR, Jorge “Arequipa” 1958 primer festival del libro arequipeño.

FOTOGRAFÍASHornacina con motivos florales y geométricos, rasgos mestizos con la presencia del sol, la luna y las estrellas, fondo verde claro, muy utilizado en una época, inclusive en fachadas. Capilla de Alpacay. Foto Liliam Aubert

Hornacina con motivos religiosos y detalles florales, dibujados con plantilla con técnica del temple al seco. Celda del monasterio de Santa Catalina. Foto José Álvarez

Resto de pintura mural, destacada como valor adicional del inmueble arquitectónico, casona Tristán del Pozo, detalle pintura mural, motivos florales. Foto José Álvarez

Pintura mural del coro bajo, antes y después del tratamiento. Foto José Álvarez

Detalle de los siete estratos de pintura que cubrían la pintura mural. Foto José Álvarez

Detalle de pintura mural. Foto Isabel Olivares

Detalle de pintura sobre papel encolado en tela, pintura temática, Opera, casona calle santa catalina. Foto Isabel Olivare

Pintura en zaguanes de ingreso a las casonas, técnica al temple

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Todos los aniversarios de Arequipa desbordan chovinismo. Este 471 reflejó el orgullo de quienes nacieron en esta

hermosa tierra. Hubo loas a los volcanes, piropos diversos a la belleza de sus mujeres, contagiosas onomatopeyas a su variada gastronomía, alabanzas a su imponente arquitectura colonial, semblanzas a sus hijos más ilustres, sin olvidar el extenso y variopinto desfile de carros alegóricos y las aterciopeladas bandas que las autoridades lucieron por doquier.

Debo confesar que haber nacido en Arequipa me produce sentimientos contradictorios. Están por un lado todas las características que desde niña escuché y asumí que teníamos los arequipeños, esas que sintetizaba mi abuelo en su comportamiento: honestidad, lealtad, agudo sentido del humor, valentía, elegancia, respeto, ternura, y tantas otras más que tiene, en mayor o menor medida, cualquier habitante del planeta tierra sea cual fuere su lugar de origen, podrán decir ustedes. Tal vez, pero esas características tienen un halo especial en los arequipeños.

A REPENSAR LA CIUDAD

De otro lado, vienen hacia mí todas las imágenes que contradicen las loas, los piropos, las onomatopeyas y alabanzas a las diversas bondades de esta ciudad. También se aproximan los rostros de todos aquellos seres que distan mucho de la figura de mi abuelo. Y no lo digo por su belleza física (que era, sobre todo, armonía) sino por la falta de coherencia entre su discurso y sus acciones.

Hay una absoluta discordancia entre la estructura del centro histórico y el resto de la ciudad. Se advierte también serios contrastes en el mismo centro histórico, cierto descuido o, tal vez, desaceleración en la puesta en valor de varios inmuebles. Sub-utilización de algunos espacios, como Los Claustros de la Compañía que en otra ciudad, con “verdadero espíritu turístico”, multiplicaría su oferta de servicios (ocio creativo).

Fuera del centro histórico, recorro parques enrejados, monumentos a la muela, a los dinosaurios; piletas con figuras helénicas y estatuas de felinos y vacunos. Registro en imágenes todos esos mamotretos de cemento y el humo de esas cosas rodantes calificadas como medios de transporte.

También guardo registro audiovisual de los arequipeños, grandes y pequeños. Se ven varios grupos en distintos escenarios. Están los niños y sus padres en el club social, disfrutando de la piscina, las canchas de básquet, vóley, tenis, fútbol y otras amenidades. En otra parte del material, que parece un documental, veo otros núcleos familiares en espacios semi descampados, calles de tierra y techos de esteras. Una pelota rueda por un terreno árido mientras, a su turno, 12 jugadores, seis por equipo, apuntan al arco de palos en cada lado.

Bello patio colonial de oficina pública utilizado como cochera.

Uno de los monumentos preferidos por los recién casados mostrando su mejor ángulo con fondo de combis, taxis y cables

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tema central

Ángela Delgado ValdiviaLicenciada en Ciencias de la Comunicación Social.Diplomada en Turismo por la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional.Diplomada en Gestión Cultural, por el Kennedy Center for the Performing Arts.Consultora en Comunicaciones Intra e Inter Institucionales.

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Esa es la dicotomía que exhibe Arequipa. Y en cada parte de esa división en dos hay sub-partes que comparten, más o menos, privilegios y postergaciones pero no entre sí, comparten en su mayoría privilegios, por un lado, y postergaciones, por el otro.

Una ciudad sin puentes comunicantes

La arquitectura es, sin duda, herramienta de comunicación. Es medio y mensaje, sin pretender profundizar en la tesis de Marshall McLuhan. Medio porque es contenedora del discurso propuesto por quienes la ejecutan (¿y quiénes la ejecutan en esta ciudad?), y mensaje porque en sí misma transmite la ideología, las aspiraciones, los sueños, los gustos y los objetivos de sus realizadores.

Si partimos de la premisa de que cualquier ciudad es el reflejo de sus habitantes, los arequipeños no quedamos muy bien parados. En el propio centro histórico se evidencia una orientación a mantener lo que está bonito y dejar para mañana (que puede ser tarde o nunca) la puesta en valor de varios inmuebles, como lo menciono arriba. Fuera de él, constatamos una bizarra competencia por lograr el premio a la deformación y al mal gusto: techos a dos aguas; enchapados en laja, mayólica, sillar o mármol (a gusto del cliente), fierro forjado, y una extraña superposición de estructuras y estilos que parece ser práctica común entre un gran porcentaje de la población de

todos los estratos sociales, con especial incidencia entre quienes, dentro de esos mismos segmentos, pueden ser denominados como los nouveaux riches (esto, con un toque de humor al estilo Cosmopolitan).

Aunque grave, lo anterior es resultado de la libertad de cada quien de hacer en su espacio lo que quiera. Lo que es ofensivo e insufrible viene del lado público. Como bien dice el economista peruano Saki Bigio, “bienes públicos son aquellos que todos los ciudadanos disfrutamos. En la terminología económica, los bienes públicos se caracterizan por ser no excluyentes. Esto quiere decir que si yo los utilizo no implica que otra persona no pueda hacerlo y, además, que no hay manera de cobrar por su uso. Justamente esta segunda característica conduce a que a nadie se le ocurra producirlos; este tipo de bienes son las avenidas de una ciudad, por poner un ejemplo. A ningún ingeniero se le ocurriría

construir una avenida por iniciativa propia; no habría forma de recuperar lo invertido. Además, al ser gratuito su uso, las avenidas son recorridas por todo aquel que quiera hacerlo; es un bien que no se agota”. Pero ¿qué tiene que ver esto con el urbanismo? ¿Qué tiene que ver con la belleza? ¿Qué tiene que ver con la funcionalidad, con la noción de “encuentro”, con la comunicación?

Todo. La planificación o, en este caso, la no planificación urbana interviene en todos los procesos de comunicación entre los habitantes de una ciudad. Una urbe como Arequipa con ¿más de un millón? de habitantes, y considerada la “segunda ciudad en importancia del país” sufre las consecuencias del gusto de sus autoridades. Diré mejor, del mal gusto, de la ignorancia, de la desidia y de un triste afán por hacer las cosas mal, o a medias. Y para ahondar en el problema, no son únicamente las autoridades de turno, es la ausencia de planificación la

que está haciendo colapsar el sistema y la inercia de nosotros, los habitantes, que no exigimos una mejor calidad de vida en una ciudad que podría ser paradigma de desarrollo socio económico y cultural.

Los puentes están rotos. Y la sentencia no se refiere a los que cruzamos diariamente para ir de un lado a otro de la ciudad. Se refiere a la ruptura y/o ausencia de la infraestructura y de los servicios necesarios para establecer una mejor convivencia entre los habitantes de esta ciudad. Es también una ruptura de procesos de comunicación de ida y vuelta.

La mayoría de asmáticos, de neuróticos o candidatos a serlo, le debemos esa condición al ¿sistema? de transportes, a la ausencia de lineamientos generales que nos permitan usar parques y jardines, a la extrema fealdad de ciertas áreas saturadas de incoherencias estéticas. En fin, a la carencia de

Arquitectura de estudio en la calle Siglo XX ocupada por el reino de los disfraces

El Parque Libertad de Expresión enrejado, reflejo de la incoherencia de su denominación con el propósito al que debería servir

“La planifi-cación o, en este caso, la no planifica-ción urbana interviene en todos los procesos de comunica-ción entre los habitantes de una ciudad.”

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a repensar la ciudad

Ángela Delgado Valdivia

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rupturas

todos esos recursos materiales cuyo uso debería tener el soporte de eso inmaterial e imprescindible que llamamos concepto y planificación. Un concepto de ciudad que sirva de argumento para (re)pensar y planificar la urbe de una manera inclusiva y tendiente a establecer puentes de comunicación entre quienes juegan fútbol en el club, y los que juegan en la cancha de barrio con piso de tierra porque solo así tendremos la mejor selección.

Volviendo al estudio que Saki Bigio hizo sobre Lima, un análisis en profundidad de la actual condición de Arequipa, podría ser la mejor herramienta para que el urbanista o el político responsable, con la directa participación del especialista en conservación del patrimonio, le aplique a esta ciudad una liposucción de combis, o la cirugía plástica necesaria para curar y borrar las cicatrices dejadas gobierno tras

gobierno. Las propuestas de solución tienen que ser compatibles con la disposición de recursos económicos para ejecutarlas; basta un poco de sentido (poco) común, como remarca el economista.

No deberíamos esperar a que llegue otro 15 de agosto para escribir sobre lo mismo. Hasta la fecha solo detecto incoherencia entre las promesas de los candidatos y las obras que ejecutan cuando resultan elegidos, tal vez porque no asignan la hechura de zapatos a los mejores zapateros. No debería ser tan difícil tener la ciudad de nuestros sueños con la inteligencia, la creatividad, la honestidad, la tolerancia y el espíritu colaborativo de un equipo de profesionales permeables a la participación ciudadana.

Fotografias: Ángela Delgado

Antes recinto de ambulantes, ahora enrejado, el Parque Duhamel se constituye en reflejo de un pasado semi glorioso, presente incierto y futuro similar. Sus rejas también encierran ideas... buenas y malas

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Setiembre 2011

Av. Ejerciro y Recoleta Calle Beaterio

Calle Piérola

Calle Villalba

Calle Pizarro

Calle Mercaderes

Calle Deán Valdivia

Calle Recoleta

a repensar la ciudad

Ángela Delgado Valdivia “ Despierta toda mi pasión poder proyectar edificios que, con el correr del tiempo, queden soldados de esta manera natural con la forma y la historia del lugar donde se ubican.

Con cada nuevo edificio se interviene en una determinada situación histórica; para la calidad de esta intervención, lo decisivo es si se logra o no dotar a lo nuevo de propiedades que entren en una relación de tensión con lo que ya esta allí, y que esta relación cree

sentido.Para que lo nuevo pueda encontrar su lugar nos tiene primero que estimular a ver de una forma nueva lo preexistente”.

Peter Zumthor. Pensar la Arquitectura, p.17

Page 46: Revista 01 MAS Patrimonio

RESTAURANTE PALADAR 1900

El Restaurante Paladar 1900, ubicado en el Centro Histórico de Arequipa, Perú, plantea una

respuesta imaginativa y elegante al difícil dilema de proponer una intervención contemporánea en un ambiente histórico monumental, a la vez que aporta a la preservación del área ribereña del río Chili, sobre el cual se halla apostado.

Para ello su autor, el Arq. Hernán Perochena, en colaboración con el Arq. Javier Boza, planteó una propuesta fresca, luminosa, integrada visualmente al paisaje fluvial colindante pero respetando la identidad formal y la estructura espacial del ámbito monumental que la acoge. El trabajo de Perochena se caracteriza por soluciones

sutiles, sencillas pero de gran calidad espacial.

Merced a estas cualidades, la intervención materia de este artículo obtuvo el primer puesto en la XIV Bienal Nacional de la Arquitectura Peruana, en la categoría Intervención en Edificaciones Existentes.

UBICACIÓN

El restaurante se ubica sobre la calle Villaba, dando frente hacia una calle republicana de estilo histórico, y aspecto adusto y severo.

Por el otro lado, sin embargo, el predio está apostado sobre el borde de un valle, estupendas visuales hacia el río Chili.

CONCEPCIÓN

A fin de tener una explicación de primera mano sobre los conceptos y experiencias en el diseño y la ejecución de esta obra, sostuvimos una conversación con su autor, la cual transcribo a continuación.

- Hernán, uno de los retos más interesantes del proyecto es su ubicación privilegiada, al borde de un paisaje interesante a aprovechar pero también dentro de una zona monumental. ¿Qué criterios asumiste para plantear la intervención?

En principio gran parte de la obra es nueva, es decir, solamente se recuperaron algunos muros externos al área misma del restaurante. En su lugar

existía una casa muy fea que ya había reemplazado la edificación original. Esta casa sin ningún valor histórico ni arquitectónico fue demolida en su totalidad para dar paso a la edificación que tú conoces.

En este caso pensé en la pertinencia de lo que iba a diseñar, y en cómo este edificio podría resaltar algunos valores de la arquitectura local. A mi criterio, dentro de los valores arquitectónicos locales, son los espaciales los que, contemporáneamente, podemos retomar, reinterpretar y poner en evidencia para propuestas dentro de la zona monumental. Decidí, deliberadamente, no utilizar ningún código o símbolo tradicional dentro del imaginario colectivo local, es decir,

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90Setiembre 2011 Setiembre 2011 patrimonio

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Salones, Fotografía Renzo Nuñez Melgar

actuacionesCarlos Zeballos VelardeArquitecto, PhD

Investigador de Post-doctorado en el Research Insitute for Humanity and Nature RIHN, Kioto, Japón. Editor del blog Mi Moleskine Arquitectónico.

moleskinearquitectonico.blogspot.com

Page 47: Revista 01 MAS Patrimonio

elementos que asemejen pilastras, arcos, cornisas, chorreras fueron descartados desde el inicio.

- ¿Cómo has asumido la organización espacial de la propuesta?

Centrándome en la construcción espacial, decidí organizar el edificio mediante el uso de una secuencia de espacios abiertos. El primero, es el patio que encontramos justo después de trasponer el umbral del muro de fachada, este primer patio da acceso al restaurante (frente), zona de servicios (izquierda), y a un 2do espacio (derecha) que conectaría lateralmente hacia el jardín de fondo.

Otro punto materia de decisión en ese momento fue la ubicación de la puerta de acceso. Retome la idea del chiflón antiguo que usualmente conectaba el primer y segundo patio y decidí ubicar la puerta donde normalmente se ubicaba el chiflón. Evidentemente la

escala y proporciones fueron alteradas para generar la jerarquía necesaria pero pienso que el resultado es el mismo, es decir, la idea de conexión en diagonal se mantuvo.

Una vez traspuesta la puerta, no existe ningún pasaje directo hacia el siguiente espacio abierto (terraza), a la manera antigua, es decir estas ya en un interior, sin embargo, a través de la transparencia puedes ver la terraza y darte cuenta de toda la organización espacial. Visualmente, la puerta está conectada a la terraza pues es lo primero que te llama la atención gracias a las vistas que se tienen hacia Recoleta.

Desde este punto tienes acceso hacia el salón principal, el que se encuentra en un eje directo hacia el paisaje, en este momento decidí usar una bóveda como cobertura para reforzar ese eje y hacer más dramática la conexión hacia la naturaleza, es decir, acá la bóveda es un recurso espacial antes que una

restaurante paladar

1900

restaurante paladar 1900

Carlos Zeballos Velarde Carlos Zeballos Velarde

“En nuestra realidad nacional, regional y local se tiene un mínimo entendimi-ento del ambiente...”

remembranza formal o una técnica constructiva, y el resultado creo que fue muy bueno, pues logre esa sensación, además la presencia del árbol justo en el remate del eje reforzó la importancia de la apertura espacial hacia la naturaleza.

Volviendo al sistema de espacios abiertos, la terraza fue el espacio que me permitió conectar todos los servicios públicos, fue también una decisión funcional, desde ella se accede al restaurante, a la cava que se ubicó en un ambiente antiguo lateral, a los servicios y a los jardines donde pronto se ubicara un pequeño Lounge bajo un toldo muy ligero.

Fue además el punto espacial ideal para poder observar y comprender cómo un elemento contemporáneo se contrasta con uno antiguo (cava) y de esa forma realzar las características de ambos.

Por dentro, el salón principal remata en una doble altura. Aprovechando la topografía e intentando tener una

conexión directa del salón hacia los jardines, decidí crearla para, a través de una pequeña escalera, descender y salir justamente por debajo del árbol existente.

- Un contraste interesante se da entre la solidez de los muros de sillar y la esquina vidriada en la que descansa la bóveda y que le da un carácter muy ligero ¿Cómo afrontaste esto desde el punto de vista espacial y estructural?

Desde un punto de vista perceptivo, la bóveda debía verse como un elemento muy ligero. Se diseñó para que solo se sostuviera en los pilares estructurales, restándole gravedad, evidentemente la forma de bóveda le daba la posibilidad de distanciar los apoyos al humor del diseño y volar por sobre el ultimo apoyo, ya que la forma de arco rebajado podía soportarse por sí misma a diferencia de un techo horizontal.

Cuando se pensó el remate visual en el árbol y la doble altura del salón inferior,

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Terraza, Fotografía Carlos ZeballosPatio de acceso, Fotografía Carlos Zeballos

Page 48: Revista 01 MAS Patrimonio

fue necesario crear la esquina de vidrio pues de otra forma la relación con el exterior no hubiera sido contundente, incluso al diseñar la carpintería, se evitó en todo momento colocarle algo en la esquina y dejar que el vidrio de ambas direcciones se encuentre libremente en ella. Si uno piensa en el vacío como volumen espacial, entonces es sencillo leerlo como contraposición al mismo volumen pétreo del sillar, este volumen, definido por dos planos de vidrio, le daba un carácter “masivamente abierto”, si me permites usar este término, representando la contundencia de toda edificación histórica local.

- Te confieso que mi primera impresión me evocó a algunos aspectos de la arquitectura japonesa, concretamente la técnica del paisaje prestado. Es decir, la linealidad del espacio te fuerza la vista hacia afuera y el detalle de colocar el árbol como foco visual ayuda

a incorporar el paisaje externo al espacio interior.

Bueno, la doble altura logró, además, una sensación magnífica en relación al espacio exterior, a través de las grandes mamparas, como queriendo realzar la importancia del cielo en Arequipa, para esto, recurrí a la idea de enmarcar el paisaje en una ventana grande a manera de cuadro.

Funcionalmente, creo que si uno observa la distribución, podrá darse cuenta que es todo muy simple, es decir, está organizado en 3 espesores que, de izquierda a derecha, contienen la zona de servicios en el primer espesor, el gran salón en el segundo, y el acceso y conexiones espaciales en el tercero.

- Es cierto, es simple pero nada monótono, y es notable la calidad de la iluminación al interior.

Además de las grandes superficies vidriadas existen otros elementos que fui pensando como por ejemplo el tragaluz central con una serie de planos no alineados que permiten un juego discreto con las sombras, o la baranda completamente transparente para no interferir con la continuidad espacial, la robustez de la carpintería la que solamente así podría estar a la altura de las grandes superficies abiertas, es decir, necesitaba que tuviera un gran cuerpo capaz de resistir el peso del vacío.

- ¿Y el detalle de las sombrillas?

Bueno todo el crédito del mobiliario interno es para un artista plástico muy reconocido en el Perú, Hernán Sosa. El propietario le encargo el diseño del mismo.

En cuanto a la lámpara, yo solamente solicité un elemento continuo que reforzara el eje pero que no cubriera la percepción de la bóveda. Hernán propuso la idea de usar los paraguas invertidos.

- ¿Cómo se ha concebido el papel del mobiliario?

Como mencione anteriormente, los muebles fueron encargados a Hernán Sosa, el los planteó como elementos artísticos en sí mismos, de ahí la forma de cada uno de ellos. Me doy cuenta que es la percepción de amplitud del espacio la que permite existir al mobiliario pues este necesita de cierta amplitud para poder exhibirse como piezas de un solo trabajo plástico.

- Finalmente, trabajar en un sitio de valor histórico conlleva una polémica sobre qué

grado y tipo de intervención debe hacerse, si una que se mimetice con el entorno u otra que lo destaque por contraste. ¿Cuál ha sido tu posición al respecto?

Para mí, la idea de mimetización está más ligada a la integración con la naturaleza, cuando se interviene en un lugar de valor histórico, la intervención debe ser pertinente, debe además ser respuesta a su momento histórico.

Como resultado, y viendo la reacción del público, puedo decir que, como lo había supuesto en un comienzo, el tema espacial realmente se encuentra grabado en la memoria de la gente, pues a pesar que la propuesta es básicamente opuesta a lo tradicional en cuanto a su relación con el exterior, a pesar que es una estructura muy ligera, que no pesa y a pesar que no utiliza los elementos que te mencione al inicio, es relacionada inmediatamente con la arquitectura arequipeña, gracias a la construcción espacial reflejo de las organizaciones espaciales tradicionales. Cuando esto sucede, ocurre lo que llamo “pertinencia cultural” de un objeto arquitectónico en un contexto específico.

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Fotografías Hernán Perochena

Fotografía Hernán Perochena Fotografía Hernán Perochena

Fotografía Omar Urday

Page 49: Revista 01 MAS Patrimonio

El sismo de agosto del 2007, dañó severamente el museo de sitio de Paracas, Julio C. Tello. El INC

(Instituto Nacional de Cultura) con apoyo de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional) y el FONCHIP (Fondo de Cooperación Hispano Peruano) en conjunto, activan la reconstrucción del museo de Paracas, bajo el título: “Construcción, Ampliación y Equipamiento del museo de sitio Julio C. Tello”.

Si bien es cierto, este sismo detona la necesidad de reconstrucción, el museo ya tenía deficiencias que iban en contra de la exhibición e investigación. En este contexto, el proyecto arquitectónico de la firma Barclay & Crousse, ganador de entre otras seis propuestas, despliega una estrategia que va conectando referentes patrimoniales y tecnológicos con un gran saber técnico.

Este aspecto, aparece evidenciado en la resuelta intención que persigue el museo sobre la naturaleza del entorno: el desierto. Sobre esto Barclay & Crousse explican:

“El nuevo museo de la cultura Paracas intenta dejar una huella mínima en el paisaje, colocándose en el mismo lugar, reutilizando la piedra del lugar y la geometría volumétrica simple y clara, utilizadas en la edificación preexistente”…

”Unos dispositivos pasivos de corrección térmica y lumínica crean la quinta fachada, apreciable desde las ruinas precolombinas situadas en lo alto de los cerros, y fungen a la vez de espacios de transición entre las salas...”

Ciertamente este aspecto técnico del proyecto sería suficiente para asegurar una necesaria habitabilidad y correcta funcionalidad, pero aligeraría el peso de lo arquitectónico y de su necesaria sustentación conceptual. En este caso, la técnica está íntimamente ligada a una voluntad arquitectónica, integrándola a la espacialidad y a la calidad del recorrido museográfico.

Hay ideas, débiles, fuertes, correctas, incorrectas, coherentes o incoherentes, sea cual sea el adjetivo que le carguemos a estas, siempre van a ser descritas mediante palabras que configuran discursos. Así, en el museo de Paracas, este aspecto discursivo aparece en el momento en el que logramos entender lo quirúrgico de la abstracción. Algo que podría haber jugado en contra, pero que los arquitectos manejan en su justa medida, sin caer en anacronismos o alegorías innecesarias. Barclay y Crousse al respecto dicen:

“…manteniendo la abstracción del desierto utilizando la geometría de los tejidos Paracas en la estructuración de los volúmenes… La relación entre los espacios interiores y exteriores evocan la organización espacial precolombina, laberíntica, dentro de una espacialidad contemporánea, fluída y dinámica.”

En el momento en que le exigimos al proyecto, explicaciones, este nos las alcanza sin esfuerzo. Podríamos interpelarlo mucho más si así lo quisiéramos y el proyecto siempre nos situaría en el mismo lugar, con la misma capacidad y con la misma mesura sobre la metonimia sostenida en una permanente tensión aurática.

“El nuevo museo de la cultura Paracas intenta dejar una huella mínima en el paisaje...”

PROYECTO GANADOR DEL CONCURSO PARA EL MUSEO JULIO C. TELLO DE PARACAS (2008).

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96Setiembre 2011

actuaciones Introducción por César Acurio LópezArquitecto, miembro de taller de investigación proyectual - TIP

Page 50: Revista 01 MAS Patrimonio

El museo como institución debe de resolver armónicamente sus funciones de conservación del

patrimonio expuesto y de su divulgación al público.

Funciones contradictorias entre sí (la divulgación pura pone en peligro la conservación; la conservación al extremo anula la dimensión cultural de la institución), el museo debe de encontrar el frágil equilibrio entre ellas.

Un museo de sitio adquiere el reto suplementario de tener que referirse a la cultura y a las manifestaciones artísticas que alberga, a la vez de integrarse al paisaje que lo circunda.

La abstracción absoluta del desierto y la fuerza de su paisaje pueden ser fácilmente alteradas con elementos ajenos a él. La propuesta se inspira en los patrones geométricos de la cultura Paracas y en la doble abstracción de los tejidos y del paisaje, intentando “domesticarlo” sin traicionarlo o negarlo.

El nuevo museo crea la intimidad necesaria para poder habitarlo, y el resultado asume el reto de integrarse a este paisaje tan fuerte y a la vez tan sensible a los objetos que alteran su orden omnipresente a través de la abstracción, que ha sido una constante en la cultura Paracas. El legado universal de los mantos Paracas y los estratos geológicos son fuente de inspiración para la distribución de los espacios, las texturas, los materiales y los colores de la edificación.

La edificación ha sido concebida para proporcionar el máximo de flexibilidad en el uso de sus distintos locales. Está compuesta por dos volúmenes distintos e independientes:

El primer volumen alberga las funciones de divulgación, como son los talleres, sala de usos múltiples, tienda-boutique, así como las de control y boletería. Este volumen marca la entrada hacia el conjunto del museo y puede ser utilizado independientemente del horario de apertura de las salas museales.

El segundo volumen alberga eminentemente las funciones de conservación, divididas en las salas museales (exposición permanente y exposición temporal) y en la zona de Investigación (talleres de investigación, gabinetes de trabajo, depósito de restos arqueológicos, etc.) En una segunda planta contigua a ésta última se encuentra la administración y los dormitorios. Tanto la zona de investigación como la administración como las salas museales tienen un acceso independiente.

Las condiciones ambientales generan dos “dispositivos” que están íntimamente ligados al partido arquitectónico. Estos elementos arquitectónicos estructuran los espacios del museo y resuelven contemporáneamente los problemas de confort ambiental y de versatilidad museográfica, esencial en un museo de sitio.

1. UN MUSEO PARA PARACAS

El proyecto investiga sobre dos ejes fundamentales para la mejora de los términos de referencia:

El primero concierne el sistema constructivo y el aspecto exterior del museo, el segundo se ocupa de los aspectos ambientales y museográficos de sus espacios interiores.

2.1 ASPECTOS CONSTRUCTIVOS:

La estructura del edificio será hecha con el sistema tradicional de hormigón armado y muros en mampostería, que se adaptan mejor a las condiciones requeridas por el museo (luces amplias), aseguran una buena mano de obra existente y permiten bajar los costos con respecto a sistemas alternativos de construcción como el acero o la madera.

Los materiales y referencias locales se utilizan de

distintos modos:

-La “zona museal” será revestida de piedra roja local, que proporciona a los muros una mayor inercia térmica.

-La “zona de entrada” será realizada en hormigón expuesto, con una textura similar a las encontradas en los estratos geológicos de la zona, mediante un molde que se agrega al encofrado.

-Las cubiertas contarán con un revestimiento de conchuelas, material disponible localmente, de probado valor como aislante térmico. También, las cubiertas están pensadas como una “quinta fachada”, ya que es vista desde el camino hacia la reserva. Ella retoma motivos geométricos recurrentes en mantos Paracas; las conchuelas le confieren un aspecto particular y homogéneo.

2. DOS MATERIAS PARA EL MUSEO, DOS DISPOSITIVOS PARA LA MUSEOGRAFIA

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98Setiembre 2011

museo de la cultura

paracasBarclay & Crousse ArchitectureSandra Barclay Arquitecta Universidad Ricardo Palma, Ecole d´Architecture de BellevilleJean Pierre Crousse Arquitecto Universidad Ricardo Palma, Politecnico di Milano

museo de la cultura paracas

Barclay & Crousse Architecture

Page 51: Revista 01 MAS Patrimonio

2.2 ASPECTOS AMBIENTALES Y MUSEOGRÁFICOS:

Las distintas exigencias ambientales y museográficas son resueltas gracias a dos “dispositivos” que no sólo definen el partido arquitectónico y museográfico, sino que sus funciones se complementan entre sí.

2.2.1 DISPOSITIVO DE CONTROL AMBIENTAL

El dispositivo está compuesto de una farola corrida, bajo la cual se encuentran los espacios de transición entre una sala de exhibición y otra, o espacios de circulación, según las necesidades y su posición en el proyecto. Este dispositivo permite controlar la luz natural, la luz artificial, la ventilación natural y la refrigeración de los distintos ambientes.

2.2.1.1 LUZ NATURAL

La farola, equipada con una celosía de madera, filtra la luz solar directa y la lleva, tamizada, al interior. Una cubierta intermedia permite reflejar la luz hacia el techo de las salas de exhibición que pueden recibir luz natural, permitiendo iluminarlas con una luz tamizada e indirecta, constituyendo éste el mejor modo de iluminación natural para un museo.

En los casos en que no se requiere luz natural, la farola no posee la cubierta intermedia, y la luz tamizada es únicamente utilizada para el espacio de transición entre las salas.

2.2.1.2 LUZ ARTIFICIAL

La luz artificial para la iluminación

general de las salas se encuentra en este dispositivo, permitiendo que llegue de manera indirecta, reproduciendo de noche las condiciones lumínicas controladas que se tienen durante el día con la luz natural. La fuente de energía está proporcionada por paneles solares ubicados en la cubierta de la farola.

2.2.1.3 VENTILACION NATURAL

El espacio entre la farola y la cubierta intermedia recibe mayor energía solar que el resto de los ambientes, lo que crea, por el fenómeno de convección, que el aire caliente sea expulsado naturalmente por las rejillas situadas en la parte superior de la farola, produciendo a su vez una depresión que aspira el aire caliente del tercio superior de las salas hacia la farola y de allí al exterior (ver diagrama adjunto) Esto permite una extracción del aire óptima y sin costo del aire interior. La renovación del aire está asegurada por el sistema de refrigeración natural conocido como “Pozo Canadiense”.

2.2.1.4 REFRIGERACION NATURAL

El “Pozo Canadiense” es el sistema más económico de enfriamiento natural del aire, constituido por un tubo semirígido en PVC, con una toma de aire exterior, un recorrido de aproximadamente 40 ma 4m bajo tierra y un ventilador para pulsar el aire al interior del ambiente a refrigerar. El aire exterior es enfriado durante su recorrido por el tubo gracias al contacto con la temperatura natural del subsuelo, de aproximadamente 4°C, lo que hace que el aire pulsado al interior del local ingrese a una temperatura entre 10 y 15°C, variando según la longitud del tubo y la temperatura exterior.

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museo de la cultura

paracasBarclay & Crousse Architecture museo de

la cultura paracas

Barclay & Crousse Architecture

ELEV SUR

0 5

ELEV NORTE

0 5

0 5 N

Imágenes cedidas por Barclay & Crousse Architecture

basamento

dispositivos

museo

recintopiedra existente

Page 52: Revista 01 MAS Patrimonio

MATERIALIDAD Y TIEMPO

Intervenir con nueva arquitectura en zonas de valor patrimonial, adquiere una dimensión distinta

en la obra del estudio español de los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, quienes han proyectado dos edificaciones públicas en un contexto de alto valor paisajístico e histórico, la ampliación del Museo San Telmo en San Sebastián y el Museo Madinat Al Zahra en Córdoba, a consecuencia de obtener el primer premio de ambos concursos.

La tectónica y materialidad creada específicamente para cada edificación son indisociables y fundamentales en la concepción proyectual de Nieto Sobejano, muy distinta al usual panorama local de obras que imitan formas y modos del pasado, que emplean el sillar no como la posibilidad del material auténtico si no como un simple revestimiento.

actuacionesOmar Urday LuqueArquitecto, maestría en

arquitecturamiembro de Taller de In-

vestigación Proyectual - TIP

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102Setiembre 2011 Setiembre 2011 patrimonio

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Page 53: Revista 01 MAS Patrimonio

En la ampliación del Museo San Telmo, la estrategia fue

vincularse con el lugar a través del tiempo, estableciendo una relación con los dos componentes cercanos más fuertes: el Monte Urgull y el antiguo convento, hoy Museo Histórico. El escenario se compone con la presencia urbana de la Plaza Zuloaga, las edificaciones que la circundan, con la proximidad de la vegetación en el monte y con el mar. Ciudad y naturaleza dibujan el singular paisaje.

materialidad y tiempo Museo San Telmo

Edificación y contexto - Plaza Zuloaga Setiembre 2011 patrimonio105

Omar Urday Luque

Page 54: Revista 01 MAS Patrimonio

“Al transitar sus interiores

se descubre espacios

que apelan al contraste de escalas y

proporciones...”

Esta pieza arquitectónica se emplaza clara y directamente como si fuera un basamento geométrico del monte, construyendo a partir de su materialidad la disolución de su presencia. La envolvente está formada de paneles de aluminio perforado -ideados en colaboración con artistas plásticos- que permiten el crecimiento de líquenes y musgo y que cubrirán la edificación en algunas estaciones para fusionarse en la vegetación del monte y que en otras estaciones, como refieren textualmente sus autores, se muestre como un largo y quebrado muro inacabado, inesperada metáfora de toda relación que establece la arquitectura con el tiempo.

El antiguo convento contiene las exposiciones permanentes, la edificación nueva alberga las exposiciones temporales, cafetería y auditorio. El acceso a todo el conjunto se produce por medio de la edificación nueva, al transitar sus interiores se descubre espacios que apelan al contraste de escalas y proporciones, salas de exposición a doble altura y corredores estrechos a simple altura que conectan los espacios expositivos. En este recorrido los vanos y perforaciones no solamente son producto de la necesidad de captar la luz natural, se hace evidente la intención de producir contacto visual con la edificación existente, con los muros y superficies, con los vacíos estrechos que tensan volúmenes y materialidad.

Situación: Plaza de Zuloaga, San Sebastián, España

Propiedad: Ayuntamiento de San Sebastián

Proyecto de Arquitectura y dirección de obra:

Arquitectos: Nieto Sobejano Arquitectos, S.L.P. Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano

Intervención Artística en Fachada: Leopoldo Ferrán – Agustina Otero

Proyecto Museográfico: Nieto Sobejano Arquitectos S.L.P. / Lunatus

Proyecto: 2006

Construcción: 2007 – 2009

Empresa constructora: U.T.E. Amenabar / MoyuaMU

SEO

SA

N T

ELM

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Omar Urday Luque

Sala de exposición temporal

Tensión y materialidad

materialidad y tiempo

Setiembre 2011 patrimonio107

Page 55: Revista 01 MAS Patrimonio

Museo Madinat Al Zahra

Patio principal

Page 56: Revista 01 MAS Patrimonio

El museo Madinat Al Zahra se encuentra a las afueras de la ciudad de Córdoba, cercano al recinto arqueológico, ciudad palatina del siglo

IX, vestigio de la ocupación árabe en España y aún en tareas de recuperación. Se emplaza en la llanura que antecede a los montes de Sierra Morena, un paisaje campestre alejado del crecimiento urbano.

La estrategia es no edificar en este paisaje, es intervenir sin ser visto, como lo explican Nieto Sobejano de manera precisa, ante una extensión de tal amplitud que aún espera ser excavada en la antigua ciudad árabe, nos gustaría actuar como lo haría un arqueólogo: no construiremos un nuevo edificio, quizá, si somos afortunados, lo encontraremos bajo tierra, como si el paso del tiempo lo hubiera ocultado hasta hoy. El museo se concibe a partir de una estrategia con dos vectores: minimizar su presencia en el paisaje y formarse a partir de entender la matriz arquitectónica de la antigua ciudad, la tipología, los patios y las proporciones espaciales. Establecen una malla ortogonal en base a la modulación rectangular existente en el trazado de la antigua ciudad y que genera un vínculo entre lo existente y lo nuevo en base a tamaños y proporciones. La presencia sutil del edificio en el paisaje es reforzada con un tratamiento¨ land art¨ del terreno dentro de la malla ortogonal

El museo está rodeado de un espesor perimetral, una circulación enmarcada por muros que la aíslan, protegen y le confieren el carácter sereno que posee, muros de escasa altura a nivel del terreno y que se introducen al mismo, hasta construir el recinto socavado.

Es mediante una rampa que se accede al museo, descendiendo hasta encontrar el vestíbulo. El patio principal, de planta cuadrada es el primer contacto visual. Las áreas públicas se disponen en torno a este patio, salas de exposición, auditorio, biblioteca, librería, cafetería. Algunos corredores son iluminados cenitalmente, otros con vanos hacia los patios, nos conducen a las áreas privadas de investigación y conservación de los restos arqueológicos.

Omar Urday Luque

Vestíbulo

Aproximación al ingreso

Restos de ciudad Palatina

materialidad y tiempo

mas medio arquitectura sociedad

110Setiembre 2011

Page 57: Revista 01 MAS Patrimonio

Librería Biblioteca

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La secuencia de llenos y vacíos compone el guión de recorrido. Los patios, estructuran el espacio, a la manera de un claustro, son la conexión con la superficie de la llanura, con el cielo. Los espacios interiores adquieren una escala que linda entre lo público y lo íntimo. El ambiente se llena de sosiego debido a la conducción de luz natural, al espejo de agua del patio y sobre todo por los muros de hormigón blanco visto, marcados por las huellas de un encofrado de tablas, interpretación de la materialidad de la antigua ciudad árabe. El acero cortén en las cubiertas y en algunos planos verticales junto a la madera son complemento del predominio albo.

La arquitectura de Nieto Sobejano, interviniendo en ámbitos históricos y patrimoniales, refleja una lectura clara y sensible de sus condiciones, reflexionando y proponiendo una arquitectura comprometida con su contexto a partir de su concepción, su tectónica y su materialidad, que establecen una relación con el tiempo. Una arquitectura contemporánea, que escoge lo trascendental sobre lo efímero, que es producto de investigar y no conformarse con la práctica común, una arquitectura que incorpora el pasado y que escribe el presente, postura que lamentablemente es la excepción a la regla en nuestra ciudad.

Fotografías: Omar Urday - Abril 2011

Situación: Córdoba, España

Propiedad: Junta de Andalucía

Proyecto de Arquitectura y dirección de obra:

Arquitectos: Nieto Sobejano Arquitectos, S.L.P. Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano

Arquitectos de proyecto: Miguel Ubarrechena

Proyecto Museográfico: Nieto Sobejano Arquitectos S.L.P. / Lunatus

Colaboradores: Carlos Ballesteros, Pedro Quero, Juan Carlos Redondo

Proyecto: 2001

Construcción: 2005 – 2008

Empresa constructora: ECASUR 10, S.A.MA

DIN

AT A

L ZA

HRA

Omar Urday Luque

Patio principal

Materialidad - Corredor a áreas de investigación

materialidad y tiempo

Setiembre 2011 patrimonio115

Page 59: Revista 01 MAS Patrimonio

Conversacionescon Gonzalo Olivares Rey de CastroArquitecto

Ex miembro de la Superintendencia del Centro Histórico e I.N.C.

actuaciones Patricia Ciriani EspejoHistoriadora del arte y filóloga de inglés nacida y licenciada en ParísCuradora de exposiciones pluridisciplinarias, directora en Barcelona del festival de Lilliput y la revista de cine Film Conductor

« El aliento primero de una sociedad no viene dado por un proyecto común, orientado hacia el futuro, sino por una pulsión que es resultado del estar juntos. (…) darse calor, gritar a coro, hablar en voz baja, darse codazos o empujarse (…) si el poder político se ocupa de lo lejano, del proyecto de lo perfecto, la masa se ocupa de lo cotidiano (…) porque renuncia a tener un fin y funciona a la manera de una reunión de partículas que se agitan de espaldas a cualquier organicidad. »1

Barcelona es una ciudad con una buena reputación. El Mediterráneo, el clima clemente, la montaña al borde, la densidad controlada, el plano Cerdà de 1859, arquitectos estrellas que viven y mueren allá, uno de los servicios de urbanismo más eficientes de Europa… Esta misma administración, respaldada por políticos unánimes desde Franco hasta el partido socialista, construyó una ideología que poco a poco está contradiciendo el propio “modelo Barcelona” fomentado a la favor de los Juegos Olímpicos del 1992.

Ese modelo celebrado por el mundo trata de incentivar un desarrollo con respeto a la historia de la ciudad, retornando a su estado “de origen controlado” los edificios de la edad 1 Manuel Delgado El animal público. Hacia una antropología de los espacios urbanos. Barcelona: ed. Anagrama, 1999.

de oro modernista (1880-1930). El enfrentamiento de los ediles contra la publicidad buscona ha dado resultados apreciables, por ejemplo en la Rambla donde los fast-food tuvieron que construir escaparates mucho más discretos que los de París, otra ciudad conocida por su rigidez reglamentaria.

Pero este control se vuelve insostenible cuando se enfrenta con diversas ordenanzas municipales, empezando con la mal nombrada del “Civismo” en 2006 2”, que prohíbe las transiciones espontáneas entre interior y exterior, entre día y noche: sacar su silla a la calle en extensión de su salón, para mirar como las ancianas del barrio de la Barceloneta, la televisión al aire libre; beber afuera de los bares para continuar la conversación fumando; continuar la fiesta de bar en bar, sin temer los cierres progresivos ni el acoso policial; vender en la calle; abrir un negocio dentro de un portal o una antigua portería.

En épocas de comercio más denso y de pequeña escala, más de cien emprendedores construyeron su tiendecita dentro de la escalera de los

2 Para más información sobre la Ordenanza del civismo del 2006 y las políticas urbanísticas de Bar-celona de las últimas décadas, leer Manuel Delgado, La ciudad mentirosa. Fraude y miseria del “modelo Barcelona”. Madrid: Los Libros de la Catarata, 2007.

“Antimonu-mentales por definición, los quioscos de escale-ra forman como una extensión de la casa… constituyen un patrimo-nio fasci-nante tanto arquitectó-nica como antropológi-camente.”

El Festival Lilliput en pos de un nuevo “modelo Barcelona”

vecinos, las mismas que sus entradas daban a las calles más activas del centro histórico y al barrio de Gràcia. Estos locales no tienen nombre. Yo los llamo quioscos de escalera.

Antimonumentales por definición, los quioscos de escalera forman como una extensión de la casa, acercándose a los transeúntes y acogiéndolos en su paseo de forma fluida, como brazos tendidos a la espera de un intercambio entre el flujo horizontal de la calle y el paso vertical de los vecinos. Símbolos de supervivencia económica, estos locales minúsculos permiten a sus propietarios un sueldo confortable con las ventas de productos de alta plusvalía (joyas, relojes, etc.), además de los tradicionales estancos de tabaco, lotería y cambio de monedas.

Si bien, no los encontraríamos en ninguno de las múltiples guías arquitectónicas, su tipología de umbral, refiriendo tanto al interior como al exterior, constituyen

un patrimonio fascinante tanto arquitectónica como antropológicamente. Actuando a la manera de porteros, ayudan a reforzar los enlaces entre la gente del barrio y los recién llegados. De hecho, deberían ser tomados por modelo europeo de comercio, integración, y convivencia entre la esfera privada y pública. Otro modelo al capitalismo de supermercados y calles con video vigilancia es posible, y sigue existiendo. Sólo hace falta reactivarlo.

El Festival Lilliput se creó con la misión a contrarreloj de dinamizar los quioscos de escalera, situándolos dentro del mapa de curiosidades turísticas de la ciudad y acentuando sus efectos positivos sobre la vida de la calle.

En 2009 para su primera edición, instalamos una mayoría de obras de artes visuales no penetrables, como el Des-camuflaje, de Luís Bisbe en Bonsuccés, o La mejor Barcelona del mundo, de Javier Peñafiel,

Danza de Katja Fleig en Festival Lilliput 2010 © Pau Majó i Codina

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en la Rambla. Me di cuenta que sin la obligación de interactuar con las obras, los transeúntes pasaban de largo y no observaban las instalaciones artísticas, ni cuando pasaban por las calles más frecuentadas del centro. Sin el plano de Lilliput en mano, nadie se daba cuenta de la sutileza y pertinencia de la crítica de Peñafiel a la política cultural barcelonesa personificada frente al edificio del Instituto de Cultura del Ayuntamiento. En el caso de Bisbe, los pocos que miraban por casualidad por la ventana del quiosco se extrañaban del evento sin investigar más allá.

Donde por fin pudimos sentir una interacción con el público fue con la danza de Katja Fleig en la calle del Call. Antiguo Cardo Maximus de la ciudad romana. La calle se vuelve extremadamente intransitable los sábados por sus negocios de souvenirs y accesorios de todo estilo. De la misma manera que en la calle Bonsuccés, acompañada por el ritmo de la música experimental de Miguel Conejeros, la gente se paraba a mirar, diez minutos o más, y participaban en la ronda contagiosa de la bailarina desde el interior hacia el exterior del quiosco. En Bonsuccés, escuchaban atentos al eco de los ruidos interiores que el músico mezclaba con sus propios sonidos.

La única manera de captar la atención de los transeúntes era irrumpiendo su paso y obligarles a participar, forzando su baile o su escucha; las instalaciones dentro de quioscos cerrados se parecían a escaparates decorados, añadiendo a la cacofonía visual sin crear sentido dentro de la masa. La sutileza de una obra que en un museo requeriría toda nuestra atención, en la calle está sumergida bajo el paso frenético de miles de personas al día.

Fortalecida con esta experiencia, decidí al año siguiente, favorecer las artes escénicas. Miryam Mariblanca, es un claro ejemplo de este fortalecimiento y se vio reflejado cuando atrajo a un público fiel, más restringido, en los portales de edificios de los siglos XVII y XVIII que vibraron al pulso de su baile melodramático. Definitivamente fue la música la más efectista en detener a la gente y generar preguntas, pocas quejas y un entusiasmo desatado. Kls Beats usó el mismo quiosco intervenido por Bisbe en 2009, e instaló una cabina de DJ invitando a una veintena de músicos de Barcelona y otros veinte más alrededor del mundo a pinchar en directo a una hora en punto. Los extranjeros mezclaban vía streaming desde su casa, y transportaban la atmósfera de su estudio con todo su look por la calle mediante videoproyección. Los

transeúntes de la calle Bonsuccés podían bailar en plena calle mirando a las Monitor Girlz y Sergio Ast de Lima, David VE de Jamaica o Diana Combo de Berlín en plena acción.

Lo que creó un gran escándalo y atrajo la atención de la prensa y miles de visitantes emocionados, fue el quiosco con la “cama caliente”, donde cualquiera podía en plena calle Ferran echarse dos a ocho horas y dormir, día y noche. Desde dentro, podía resultar bastante estresante exponer su cuerpo durmiente a la vista o comentarios en una calle tan transitada como la Rambla que la cruza, y donde las prostitutas africanas ejercitan de noche a los ingleses y demás guiris3 . Sin embargo, desde el exterior la histeria era colectiva cuando los transeúntes, mitad extranjeros, mitad trabajadores locales se daban cuenta de lo que pasaba. De pronto la calle, de turismo barato, se convertía en galería a pleno cielo abierto, con visitantes escogidos al azar integrando el espectáculo. Del otro lado de la Via Laietana, una obra sonora atrajo mucha atención también en la calle Corders. Casi peatonal, la calle bordea el mercado de Santa Catalina con edificios de siglos XVIII o XIX, los cuales albergan a una población mezclada por inmigrantes marroquíes y centroamericanos y que ahora sufren un proceso acelerado de gentrificación.

A las 3 de la madrugada siempre observaba a parejas de curiosos volviendo a sus casas maravillados por la delicadeza de la composición de tres radios entrecortadas por gotas de agua del francés Arno Fabre. El micro-espectáculo

3 Término despectivo catalán designando a los turistas del norte de Europa y EE. UU.

low-tech cautivaba a toda la gente de la calle, los ladrones incluidos. Este año, una bailarina que llega de Nueva York, Eryn Rosenthal, desarrollará The Doors Project en los portales de los quioscos de escalera, uniéndolos el día de la inauguración en el mismo recorrido que el año pasado congregó a medio centenar de visitantes con un joven atleta de Parkour que saltaba de balcón en puerta y revelaba la plasticidad de la arquitectura patrimonial del corazón de Barcelona.

A medidas que vayan desapareciendo los quioscos de escalera y su rol de catalizador social, los artistas invitados en el Festival Lilliput van escribiendo las notas de una partidura ya escrita. Es como si atrasaran la despedida de una ciudad pasada, insistiendo sobre su estado de condena condicional. Esto se veía particularmente en las obras de Alexander Pilis en 2009, y este año en la instalación teatralizada de Laia Solé.

Pero a la vez las obras van adelantando un futuro posible de sociedad, inventando lo que podría devenir. Un quiosco de música irradiando en baile por la calle, un dormitorio transparente, un soporte para el baile, el cine, el encuentro entre vecinos. Las obras nos recuerdan la posibilidad que tenemos de apropiarnos de los espacios urbanos y hacerlos nuestros, simplemente públicos.

Fotos, vídeos, música, entrevistas y textos en www.

festivallilliput.es, el blog participativo del Festival Lilliput,

abierto a cualquier comentario, foto de quiosco y sugerencia.

World Wide Kiosk de Kls Beats en Festival Lilliput 2010 © Jean-Philippe Peynot Danza Miryam Mariblanca en Festival Lilliput 2010 © Ramon Oliveras

“La sutile-za de una

obra que en un museo requeriría

toda nuestra atención, en la calle está sumergida

bajo el paso frenético

de miles de personas al

día.”

festival lilliput

Patricia Ciriani Espejo

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GESTIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICOAmalia Pérez-Juez Gil - Editorial Ariel - S/. 148Este libro ofrece las pautas necesarias para el acondicionamiento turístico de yacimientos arqueológicos, entendidos éstos de forma amplia. Para ello, parte de una reflexión crítica de lo que entendemos por patrimonio histórico, “deconstruyendo” el término y dotándolo de nuevas acepciones más acordes con la sociedad postindustrial en la que vivimos. Tras ello, se proponen los pasos para convertir un recurso cultural en un producto turísticos, ilustrado con numerosos ejemplos de Europa y América. gestión turística del patrimonio cultural, el viaje turístico y sus repercusiones sociales y culturales, y las mejores formas de conciliar conservación y progreso. Es de interés para estudiantes y profesores, gestores del patrimonio, amantes del turismo cultural y cualquier persona interesada en conocer el fascinante mundo de la gestión integral del patrimonio histórico.

GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL Y CENTROS HISTÓRICOS LATINOAMERICANOS. José Carlos Hayakawa Casas. - Universidad Nacional de Ingeniería - S/. 58El patrimonio cultural constituye un espectro esencial de la actividad humana. En ese sentido, los Centros Históricos representan comunidades privilegiadas tanto cuantitativa como cualitativamente. La adecuada gestión de dicho patrimonio puede devenir en incremento de la calidad de vida de dichas comunidades. El análisis de casos de gestión de dicho patrimonio puede devenir en incremento de la calidad de vida de dichas comunidades. El análisis de casos de gestión del patrimonio cultural experimentados en Centros Históricos de referencia para Latinoamérica México D.F., La Habana y Quito- que configuraron dicho patrimonio en factor de desarrollo sostenible aporta a desarrollar una panorámica y a sistematizar las “lecciones aprendidas”.

PATRIMONIO Y RESTAURACIÓN: TECNOLOGÍA TRADICIONAL Y TECNOLOGÍA ACTUAL.Enriqueta Gonzalez Martìnez Alonso. - Editorial Universidad Politécnica de Valencia. - S/. 145.Las claves que la restauración de obras ofrece para la comprensión y estudio de la tecnología de realización en determinados casos concretos, permiten el establecimiento de pautas a seguir en la realización tecnológica de obras de nueva factura, rescatando métodos y sistemas de ejecución perdidos en el tiempo. La investigación que se lleva a cabo en los diferentes capítulos de este texto, contribuye a la revisión de la metodología tradicional con el objetivo de abordar realizaciones policromas de tallas escultóricas y realización de retablos mediante un sistema “purista” básico, procediendo a la incorporación de materiales de nueva factura usuales en los procesos de restauración de obras, lo que posibilita engendrar y alumbrar metodologías de acción, con conceptuación actualizada a partir de los tradicional.

LEVANTAMIENTO Y ANÁLISIS DE EDIFICIOS. TRADICIÓN Y FUTURO.Alfonso Jimenez Martín y Francisco Pinto Puerto. - Universidad de Sevilla - S/. 86La existencia de información y de conocimientos sobre un edificio monumental es la base imprescindible para su correcta conservación. Esta simple afirmación, que creo no necesita mayor aclaración, es razón suficiente para justificar este libro que los Profesores Alfonso Jiménez y Francisco Pinto nos ofrecen como resultado de un Curso de Doctorado

impartido en la Escuela de Arquitectura de Sevilla.La actualidad e interés de cuanto este libro plantea quedaría demostrada con solo hacer una visión retrospectiva de algunos aspectos del desarrollo de la restauración en nuestro país. En los años setenta del pasado siglo se produjo en España un acrecentamiento en la critica hacia la práctica restauradora de los escasos arquitectos que hasta aquel momento venían dedicándose a estos menesteres. Estas críticas provenían fundamentalmente del circulo de los arqueólogos e historiadores del arte que aducían, en muchos casos de forma bastante justificada, cierta arbitrariedad y capricho en las intervenciones de restauración que rar vez quedaban suficientemente justificadas y documentadas.

NUEVAS TENDENCIAS EN LA IDENTIFICACIÓN Y CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO.Javier Rivera Blanco. - Universidad de Valladolid - S/. 99En los últimos diez años el concepto y la tutela del Patrimonio han variado profundamente; las importantes Cartas de la Restauración de Atenas (1931) y Venecia (1964) han sido superadas en algunos aspectos, de manera que se buscan nuevas vías para responder a estos compromisos de la sociedad contemporánea, circunstancias a las que responde la responde la redacción de la reciente Carta de Cracovia (2000). Ello es fruto de una Europa cambiante que defiende la individualidad de sus pueblos, a la vez que desarrolla la búsqueda de una identidad común para todos ellos, siempre frente a la globalización uniformizadora que amenaza a todo el planeta. Para los habitantes del Viejo/Nuevo continente europeo el Patrimonio representa una herencia cultural distintiva que explica su origen desde la identidad, razona su presente como civilización y ofrece desde la identidad, razona de personalidad, bienestar y de recursos.

LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO URBANO. INSTRUMENTOS NORMATIVOSJosé Fariña Tojo. - Akal Ediciones - S/. 137.El libro aborda el estudio de los instrumentos normativos de protección del Patrimonio Urbano desde una doble vertiente: las normas específicas y las derivadas de la legislación sobre el suelo. Entre las primeras se ocupa de la legislación referente a Patrimonio Histórico y Evaluación de Impacto Ambiental, así como del régimen de sanciones penales y administrativas. En cuanto a las segundas, se intenta clarificar el panorama legislativo actual y su incidencia en la protección del Patrimonio Urbano.

PLANIFICACIÓN EN CENTROS HISTÓRICOSCarmen del Valle Gonzalez y Javier Llorente Ruesga. - Universidad de Valladolid - S/. 58.El presente libro comprende los textos íntegros de las ponencias y comunicaciones de las jornadas sobre “Planificación de centros Históricos”, que tuvieron lugar en el aciudad de Segovia, durante el mes de marzo de 1991.El objetivo de las mismas fue provocar una discusión a propósito de los “Planes Especiales” que se estaban redactando y que afectaban al conjunto de las zonas históricas de la ciudad de Segovia. Para ello se plantearon tres temas básicos. El problema de la “catalogación” de los bienes culturales en su estrecha relación con el concepto y planificación de la ciudad histórica fue el primero de ellos. El segundo tema puesto a discusión fue el de la ordenación del tráfico y la utilización del espacio público en la ciudad histórica. Y el tercero hacia referencia a la ordenación de la edificación y la promoción inmobiliaria posible en zonas urbanas históricas.

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