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    u < .,

    Arturo EscobarAl varo Pedrosa

    -Investigadores-

    PACIFICO

    DESARROLLOO DIVERSIDAD

    Estado capital y movimientos socialesen el Pacfico colombiano

    e r e e

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    CULTURA Y BIODIVERSIDAD 1

    Eduardo Restrepo

    INTRODUCCION

    En los ltimos aos el discurso de la biodiversidad ha venidoimponindose desde mltiples espacios para imaginar y actuar sobre elPacfico colombiano. En efecto, el Pacfico se ha asociado a la biodiversidad ; categoras como las de Choc biogeogrfico o el nombrede Biopac fico expresan la consol idacin de un sistema de representaciones sobre el denominado Pacfico que determinan polticas tantodel Estado colombiano como de otros a travs de proyectos de coopera-

    l La elaboracin efectuada por el antroplogo es consecuencia de su trabajoetnogrfico en el rea de los ros Satinga y Sanquianga durante los ltimos aos a partirdel inters por los sistemas econmicos y simblicos de los grupos negros . Los datosrecolectados y el modelo presentado a continuacin no pueden dejar de inscribirse enuna interpretacin, en una lectura del antroplogo a partir de sus orientaciones tericas,que pretende dar cuenta de una pregunta especfica sobre un sistema culturalsignificativamente complejo. En el artculo se exponen sintticamente interpretacionessoportadas con mayor detalle etnogrfico en el informe de investigacin titulado Lostuqueros negros del Pacfico sur colombiano , presentado por el autor en 1994 alProyecto Bosques de Guandal . Aunque inicialmente la exploracin se considerapertinente slo para el rea de estudio especfica en el Pacfico sur colombiano, despusde conocer el trabajo de Anne Marie Losonczy para el Choc, es probable que, entrminos generales, y a modo de hiptesis de trabajo, se pueda sugerir su pertinencia para

    los diversos grupos negros de todo el Pacfico.

    ultura y biodiversidad 22cin tcnica internacional. Igualmente un conjunto de organizacionesno gubernamentales ONGs) encuentran la matriz discursiva de su accionar en el discurso de la biodiversidad . La biodiversidad se haconfigurado, entonces, en el caso concreto del Pacfico colombianocomo un enfoque para percibir para actuar, como una representaciny una estrategia de accin, como un sistema de categoras y de polticas.

    A partir del anlisis etnogrfico de algunos mbitos donde se expresanlas representaciones de los grupos negros del Satinga y del Sanquiangase evidencian, sin embargo, determinados impases de orden cultural parael discurso de la biodiversidad que se pretende difuminar en el escenario del Pacfico colombiano. Impases que manifiestan la no universalidad de categoras y supuestos de dicho discurso o, en otras palabras, eletnocentrismo del cdigo. En efecto, las categoras naturaleza , recursos , necesidades , riqueza y, la ms reciente, biodiversidad , entreotras, son construcciones culturales y, en consecuencia, no han existidodesde siempre ni son necesariamente compartidas por todos los sistemasculturales, an, incluso, en un modo caracterizado por la globalizacin

    de unos sistemas simblicos prcticas econmicas que los implican.El ser humano, ese animal paradjico po r su inscripcin en el ordensimblico, configura su existencia en la alteridad, en la diferencia. Atravs del eje temporal y espacial , mujeres hombres concretos handevenido en sujetos y agentes de diversos sistemas de parentesco,representaciones colectivas, configuraciones epistmicas e intercambioslingsticos econmicos; en fin, han habitado los mltiples universosposibles de las culturas humanas. Sin embargo, ante la profunda yrelativamente cotidiana diferencia cultural a n t e la evidencia de loOtro el ser humano en diferentes tiempos culturas ha considerado lopropio, la mismidad cultural como el paradigma de la humanidad. Estegeneralizado sentimiento de superioridad cultural ante lo Otro ha sidodenominado por la antropologa como etnocentrismo (Lvi-Strauss,1985). Sin embargo, el etnocentrismo, al igual que el poder, no secircunscribe al plano de la conciencia puesto que atraviesa en el ordendel inconsciente, el lenguaje el deseo del sujeto (Foucault, 1973:12).

    En este sentido, en relacin con la irrupcin en las ltimas dcadasdel discurso de la biodiversidad en regiones que como la del Pacficocolombiano hacen parte del territorio de mujeres y hombres pertenecientes a otros sistemas culturales, es pertinente plantearse desde una perspectiva antropolgica un problema de doble naturaleza: hasta dnde lossupuestos y categoras implicados en dicho discurso hacen parte de loque se podra denominar, de acuerdo con Baudrillard (1983), un cdigo

    etnocntrico? y, en caso tal, desde cales criterios ticos y metodolgi-

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    cos proponer una reconfiguracin de dicho discurso y de las prcticassoportadas en aqul?

    Para abordar dicha problemtica es relevante partir del anlisisetnogrfico de un caso en el sur del Pacfico colombiano, especficamente referido al simbolismo y praxis del entorno por parte de los

    grupos negros de los ros Satinga Sanquianga. Si bien es cierto el

    anlisis se circunscribe metodolgicamente a dichos grupos, otrasinvestigaciones etnogrficas permiten suponer que las conclusionesesbozadas a partir del mismo son igualmente pertinentes para otrosgrupos (Losonczy, 1991 - 1992).

    TERRITORIO: UNA CONSTRUCCION SIMBOLICA

    Al recorrer los ros Satinga el Sanquianga en el sur del Pacficocolombiano se percibe prontamente que las viviendas se encuentrandistribuidas siguiendo el curso de las aguas. Esta distribucin de las

    viviendas puede ser observada igualmente en quebradas o, incluso, enlas zanjas construidas en el interior de las selvas con el propsito deextraer las trozas de madera. Esta caracters tica en la distribucin de lasviviendas temporales o permanentes indica al ro como referente en laconfigurac in del espacio de residencia. Si este dato se articula con el dela orientacin de las viviendas l a s cuales, en trminos generales,poseen sus puertas de entrada y ventanas frente al r o se comprendeque esta distribucin-orientacin no responde exclusivamente a criteriospragmticos como la facilidad de comunicacin por los ros o de presencia de mejores suelos par a habitar o cultivar en los diques aluviales; sinoque tambin ello se refiere a un especfico cdigo de configuracinsimbl ica de manejo del territorio.

    Si al frente de la vivienda se encuentra generalmente el ro, detrs deella se ubica un espacio utilizado con mayor o menor intensidad paracierto tipo de cultivos multiestrata y ms all de los mismos, en un lmitedifuso, aparece lo que se denomina localmente el monte; el cual, a suvez, se diferencia a partir de categoras como monte bravo o monte biche.As, en la representacin del territorio se reconocen y ordenan horizontalmente diferentes lugares a partir de un eje adentro/afuera; es decir,desde el ro hasta el monte se traza un eje horizontal imaginario dondeel primer o represent a el ms afuera el segundo el ms adentro. Estaordenacin se evidencia cuando cotidianamente se hace referencia a losmovimientos de un lugar a otro. En este sentido, cuand o alguien se dirige

    de la vivienda en el ro o quebrada al monte dice que va hacia adentro.

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    Por el contrario, cuando despus de su trabajo en el monte se dirige a lavivienda, dice que va hacia afuera. Esto se correlaciona tambin con lamovilizacin de objetos o animales de un lugar a otro, puesto que lastrozas de madera a l igual que los animales cazados o los frutosrecolectados- se sacan del monte hacia afuera en la vivienda o en elro. La categora de centro con la cual se refieren espacialmente a la

    ubicacin del monte evidencia igualmente la configuracin del territoriodesde un adentro-centro a rticulada al monte y un afuera-periferia asociada al ro. Estas marcas lingsticas de ordenacin espacial indican uncdigo de representacin del espacio en el registro horizontal donde eleje semntico adentro/afuera es slo uno de los elementos del sistema.

    Para los hombres el monte es donde se efectan la mayor parte de susactividades en la produccin maderera, al igual que en la cacera o larecoleccin de los ms diversos frutos y vegetales. Desde las primerashoras del da, despus de desayunar, los tuqueros 2 se adentran en el montea sus lugares de trabajo donde permanecen hasta el atardecer. De lamisma manera, cazadores diurnos o nocturnos recorren los montes o

    aguaitan en uno de los comederos en busca de sus presas. Las mujeresnios, en cambio, generalmente permanecen cerca de las viviendas.Mientras los nios juguetean o les ayudan en algunas labores comorecolectar lea o agua, las mujeres se encargan de tareas como lapreparacin de alimentos, limpieza de vivienda y el lavado de la ropa.Tambin preparan y cosechan los cultivos ubicados en inmediaciones dela vivienda y algunas veces, colocan trampas para atrapar ratones demonte en los alrededores del huerto. En este sentido, se puede plantearque el monte es al hombre lo que la vivienda a la mujer. El monte esrepresentado como un espacio masculino mientras la vivienda, y susalrededores inmediatos, como uno femenino.

    El monte es vivenciado como un espacio significativamente peligrosono slo por los posibles accidentes, sino tamb in porque all habitan seresefectivos e imaginarios que producen en fermed ades o, incluso, la muerte.En efecto, no es extraordinario que en las actividades de extraccinforestal tales como madera o naidi, en la recoleccin de frutos silvestreso en la cacera alguien se hiera con el hacha, el machete o con la cadainesperada de un rbol o palma: es comn poseer cicatrices en brazos ypiernas que atestiguan aquellos accidentes, ya que cualquier pequeaimprecisin en el manejo del hacha o el machete implica un accidente

    2. Como tuqueros son identificados y se reconocen a s mismos a quienes sededican, con mayor o menor intensidad, a extraer maderas blandas en forma de trozas o

    tucos de las selvas.

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    de este tipo. Aunque las heridas ocasionadas en el monte son cotidianasp o r lo cual existen mltiples conocimientos de yerbas y prcticas que

    evitan grandes hemorragias el peligro mayor en el monte es resultantede la presencia, en los ms inesperados sitios, de culebras y visiones.

    El temor a la culebra hace que el tuquero roze con precaucin losalrededores de los rboles que tumbar y cuando ste cae al suelo, limpia

    la vegetacin que lo cubre cerciorndose de que no se encuentre all conuna culebra con una diabla. Al correr las trozas de madera, observadebajo de ellas y nunca introduce sus manos sin constatar la ausencia deculebras o de otros avichuchos. Invariablemente, cuando se descubre unaculebra independientemente de su tamao o especie, se suspende cual-quier actividad con el objeto de matarla; para lo cual se corta un palolargo y se utiliza el machete. Despus de muerta, incluso cuando ya esslo un conjunto desordenado de pequeos huesos, contina siendoigualmente peligroso tocarla. Dada la probabilidad de ser picado por unaculebra cuando se dirigen al monte se evitan ciertas comidas o prcticasque dificultaran la eficacia de la cura y por consiguiente, facilitan laaccin de veneno y el advenimiento de la muerte. El huevo o la carne degallina son alimentos prohibidos para quien se dirige al monte dado quepor sus caractersticas entorpeceran la eficacia del curandero en caso demordedura. En este mismo sentido, quien se desplace por el monte maldormido es decir, despus de tener relaciones sexuales la noche inme-diatamente anterior se expone, en caso de picadura de culebra a quedartrancado y dificultar considerablemente el proceso de cura.

    La visin es otro habitante del monte que hace de ste un lugarrepresentado como peligroso. Visin es una particular nocin de clasifi-cacin de los seres de otros mundos que se mueven por ciertos lugaresy tiempos de ste causando dificultades, enfermedades o la muerte a losseres humanos: [ ..] hay varias criaturas asustadoras en el litoral lluvio-so, que se llaman visiones. Sus nombres y sus caractersticas varan delugar, y de tiempo a tiempo, aunque sus cualidades generales son siemprelas mismas. (Whitten, 1992:114). Los montes bravos es decir, sin inter-vencin humana o alejados de los poblados, son los lugares preferidospor algunas de estas visiones.

    Entre ellas la cucuragua es la ms temida dado que se aparece en formade una bella mujer que despus de seducir al hombre lo asesina paracomrsele el corazn. La tunda visin con capacidad de presentarse enuna figura femenina familiar, se caracteriza por extraviar a los caminan-tes de los montes o por engaar a los pequeos bajo la apariencia de sumadre o abuela para introducirlos en las selva y retenerlos all como

    castigo por su mal comportamiento. El diablo, el muerto o el duende son

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    igualmente seres de otros mundos que se encuentran en el monte y enconsecuencia, hacen de ste un lugar al cual se teme sobre todo en ciertasfechas y momentos. Esta es una de las razones por las cuales se guardanlos das de fiestas religiosas, evitando desplazarse al monte a trabajar.Aunque algunas de estas y otras visiones circulan igualmente po r lugarescomo los manglares o el mar, se puede correctamente afirmar que en

    contraste con la vivienda el monte es un espacio de exposicin a lapresencia de visiones.Se puede concluir, entonces, que en oposicin a la vivienda donde

    generalmente no hay culebras visiones ni accidentes, el monte es repre-sentado como un espacio de lo peligroso y en consecuencia, es pocoapreciado desplazarse sin compaa por l. Por ello, incluso, cuando alguienno puede ser acompaado al monte por otra persona, se desplaza con unperro evitando as peligros significativos como el ataque de la brujera.

    Lo arisco y lo manso es otra oposicin que se articula al sistema derepresentaciones del territorio. Si bien arisco/manso se refiere ms a unacualidad de los seres, se puede ubicar preferentemente a estos en uno uotro de los extremos del registro horizontal del territorio. Lo arisco serefiere a la cualidad de aquellos animales y vegetales que no estnsupeditados al control del ser humano en su reproduccin y existencia.Esto hace que se incluyan a los seres ariscos dentro de aquellos que sonproducidos por la tierra o el monte. As, respecto del sur del Pacficocolombiano, se anota cmo: [ ..] en el rea de estudio, la connotacinde lo arisco es la de lo que no ha sido intervenido por la mano del hombre,

    que se sita casi siempre monte adentro un lugar donde el peligro eslatente. (Galeano, 1995:27).

    Manso en cambio, significa lo domesticado y por consiguiente, serefiere a aquellos seres inscritos dentro de los producidos por el hombre.Por su parte lo manso sera lo domesticado, sobre lo cual se tiene

    dominio, en el sentido de poder determinar su destino. (Galeano,1995:27). Un animal puede ser incluido en una sola categora o presentardos variedades que se circunscriben a una y otra respectivamente: elperro es clasificado solamente como manso pero el pato presenta unavariedad mansa y otra arisca. Igual sucede con los vegetales: la yuca,por ejemplo, es mansa; mientras que el chocolate o la coca poseen unavariedad arisca y otra mansa.

    La divisin entre lo manso y lo arisco en particular, o entre loproducido por el hombre lo producido por la tierra o el monte engeneral, posee implicaciones fundamentales en el manejo del mundo. Enefecto, mientras lo manso o lo producido por el hombre se apropia

    conservndolo; lo arisco o lo producido por el monte o la t ierra se

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    apropia por destruccin. De esta manera se cosecha el chocolate mansosin tumba r el arbusto; mientras que el arisco as sea par a recolectar unasvainas relativamente cercanas, se lo corta. La oposicin manso/ariscoremite a un a elaboracin del monte como espacio de lo menos humanoen contraposicin a la vivienda y el ro como ms humano. En estesentido, se han completado algunos elementos del sistema de repre-

    sentaciones colectivas sobre el territorio en el plano horizontal quepueden ser esquematizadas de la siguiente manera:

    Monte Adentro Peligroso -HumanoMasculino Arisco

    Huerto

    Femenino MansoCasa Afuera Seguro Humano

    Ro

    En el caso de las playas y esteros, la configuracin horizontal delterritorio se inscribe en un modelo anlogo al expuesto para la zona delos ros. En este caso la playa es el referente de la construccin de lasviviendas; las cuales se encuentran distribuidas a lo largo de la misma yorientadas con respecto a ella. La playa, al igual que el ro, se consolidacomo un espacio fundamentalmente femenino, donde las mujeres reco-lectan una variedad de conchas y atrapan, aprovechando el ritmo de lasmareas, cangrejos, camarones y jaibas en los mltiples pozos formadoscclicamen te con el retiro de las aguas. El mar adentro, en cambi o, es un

    espacio exclusivamente masculino asociado con actividades de pesca enlas cuales participan nicam ente grupos de hombre s equipados co n redeso lneas de anzuelos que les permiten capturar las ms variadas especiesde peces. Adems, el ma r adentro a l igual que el m o n t es un espacioconnotado de peligro: all no slo el ms mnimo accidente puede implicarla muerte, sino, tambin, se encuentran inimaginables fieras que amena-zantes pueden engullir tripulaciones enteras o habitan visiones que comoEl Riviel o el buque Maraved sorpresivamente aparecen durante lasnoches. Whitten, incluso, representa el mar adentro como el punto porel cual circulan los brujos, visiones, el diablo y otros seres asociados almal 1992:148). En este sentido, entonces, se puede suponer que en la

    configuracin vertical del territorio el trmino playa se superpone con l

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    de ro mientras que el de mar lo hace con el de monte. Los esteros ymanglares, sin embargo, se instauran como un lmite dond e lo masculinoy lo femenino, lo peligroso y lo seguro, lo humano y lo que no lo es, seencuentran en una situacin de umbral. En efecto, tanto las mujeres comolos hombres efectan en los estero s y manglares diversas actividades: lasprimeras en trminos de recoleccin de conchas o de cangrejos y los

    segundos en extraccin de leas o maderas con los ms variados prop-sitos. Los esteros y manglares no son ni tan peligrosos com o el mar afuera-pues por aquellos se puede transitar sin esta r sujeto a los innumerablespel igros- pero tampoco son tan seguros como las playas. En el modelosealado, los manglares y esteros se comportan como un lmite, unumbral donde las connotaciones de construccin espacial encuentran unpunto de fusin.

    Por su parte, la vivienda semnticamente es construida a partir de unmodelo semejante al anotado para los ros y las playas. Se deca que eladelante de las viviendas permanentes o temporales se ubican en relacincon el ro, quebrada o playa. El adelante corresponde, entonces, a lapuerta, a la boca de las escalera a las ventanas y, por consiguiente a lasala o saln. La cocina y, ms an, la paliadera son consideradas enconsecuencia como el atrs de la vivienda. El saln es el escenario dondese efectan rituales sagrados como el velorio, el arrullo o el chigualoVelsquez, 1961:33). Igualmente, se recibe a los visitantes y en las tardes,

    se renen diferentes personas de esa u otras viviendas para contar diversostipos de relatos. Despus del saln se encuentran los dormitorios, lugaresrelativamente prohibidos para quienes no residen all o no son parientescercanos de los mismos. En las viviendas temporales, denominadas r -chos el dormitorio y el saln se superponen dado que no existen paredesque dividan fsicamente los espacios. As, con el advenimiento de la nochese tienden toldillos, sabanas y cobijas, genera lmente sobre un cmodo suelode palma, deviniendo el saln en dormitorio. La cocina, espacio femenino,se contrapone a la puerta y el saln. All se preparan los alimentos y lasmujeres encuentran un sitio relativamente exclusivo.

    El ltimo lugar de la casa al cual tienen acceso los visitantes y extraoses a la cocina. La paliadera construida con varas de guadua o estipes depalma, permite todas aquellas actividades previas a la coccin de losalimentos, es el lugar donde se utiliza el agua en la limpieza de losutensilios de cocina, en el bao o mediante una bat ea de madera especial,en la lavada de la ropa cuando no se realiza directamente en el ro. Alltambin las mujeres acostumbra n conserva r el agua en mates o calabazasY e mbr aren las ms diversas vasijas o azoteas yerbas y matas asociadas

    con lo medicinal o los condimentos. En este sentido, en la vivienda lo

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    masculino/femenino se correlaciona con los espacios de la sala y lacocina-paliadera respectivamente.

    En este orden de ideas, se puede considerar igualmente la cocina-paliadera como lugares de lo cultural", de transformacin cultural mediante la coccin de lo recolectado o cazado del monte o de lo ya "nohuma no" en tanto sitio por el cual se arrojan excremento s y basuras: "La

    plataforma que se extiende en la parte posterior de la vivienda se utiliza parael trabajo de las mujeres [ ..] normalmente, tanto el excremento como lamugre barrida del suelo son botados desde la plataforma de la oocina."(Whitten, 1992:75). Por oposicin a ello el saln, puede ser representadocomo el espacio de lo social" por anto nomasia dado que al l se desarrollan, en contextos rituales sagrados, prcticas como el velorio o elchigualo; y en actividades seculares como el baile, adems de configurarse en lugar privilegiado para la circulacin de la tradicin oral.

    La existencia de diversos mundos aparece como elemento central enla configuracin del territorio. Para los "grupos negros" de los rosSatinga y Sanquianga, este mundo se encuentra ubicado en un lugar

    centralen

    relacin con un nmero igualde

    mundos hacia arriba y abajo,habitados por diferente s seres poseedores de las ms diversas caractersticas. As, por ejemplo, el mundo inmediatamente inferior a ste seencuentra habitado fundamentalmente por unos seres denominados lossinculo; los cuales, adems de ser representados inv ertidamente y carentes de ano, se definen por su particular forma de alimentarse reducida ala ingestin del olor de los aliment os que cocina n sin comerlos realmente.Aunque estos seres no pueden dejar su mundo, algunos animales comoel cangrejo circulan peridicamente entre el mundo de los "negros" y elde los sinculo. En ellos se encuentran indudables indicios de la visita aese otro mundo como son los carapachos quemados o patas faltantes.En los mundos inferiores tambin habitan los encantos es decir, seresen forma de hermosas sirenas o que se manifiestan med iante una msicaque arrebata la conciencia de quien la escucha al circular en potrillas ocanoas por esteros, ros o lagunas. Quien se deja encantar es llevado aesos mundos inferiores conectados en ciertos puntos por el agua, nopudiendo regresar nuevamente vivo a este mundo. Las visiones losmuertos y el diablo son ubicados igualmente como habitantes de mundosinferiores y como se anotaba anteriormente, poseen la capacidad decircular por determinados lugares de este como el monte o los esteros Yel mar.

    [

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    1

    Anii Ulles Pjaros Palos Avichuchos

    Mundos Angelitose arriba Santos

    Este Cusumb Cuara Sajo ZancudoMundo De o alto Perico Aguila Cuangare Culebra

    Mongn Paletn S ande

    Conejo Pava Yasmiande TembanDe lo bajo Venado Perdiz Yuca Conga

    Uln Gallina AlacrnPuerco Culebra

    Mundos Cucuraguae abajo Tunda

    RivielMu rtoLusbeyEncantosSirenasSinculo

    Con igual capacidad, pero inscritos en el orden de lo divino y habitantes de mundos superiores, se encuentran los santos. Mediante los arrullos

    belenes en un contexto de msica de bombos, cununos y guasas, lasmujeres establecen la posibilidad del descens o de los santos a los l t r ~ s.con el objeto de obtener determinados favores. Con ellos, en la glonapero sin la posibilidad de circular en este mundo se encuentran igualmente los angelitos 3 y por supuesto Nuestro Seor.

    En el pacfico sur, especficamente para el caso de los ros Satinga y,Sanquianga, en el registro vertical de representacin del territorio s.e,evidencia una tpica de ordenacin de los seres en este mundo a partir~ euna lnea antrpica imaginaria que establece la diferenciacin entrelos seres de lo alto y aquellos que son de lo bajo. En efecto, un animalcomo el conejo o el venado son clasificados como de lo bajo dado que'sus hbitos alimentarios y territoriales nunca ascienden del contextoinmediato del suelo. El peri co o la ardita, en cambio, animales asociadosa la vida arbrea, son definidos como de lo alto. Igualmente, existenpjaros de lo alto y de lo bajo; entre los primeros se encuentran.clasificados el paletn y el guila, mientras que en los segundos estn la

    3. Angelitos son los infantes fallecidos que adquieren dicho estado por su carenciade pecado.

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    pava y la perdiz. Lo bajo se subdivide, a su vez, en relacin con unapermanencia preferencial, en aquellos seres de agua, los de la tierra o losde ambos. As, el tulicio es una animal de lo bajo del agua, pero el tigreaunque igualmente de lo bajo es de la tierra.

    Los vegetales tambin son inscritos y pensados a partir de las categoras clasificatorias de lo alto/bajo. Un rbol como el sajo o el sande, que

    alcanzar un tamao superior al humano, es de lo alto aunque en esemomento por su edad posea uno inferior.

    GRAMA TICA DEL ENTORNO

    En el anlisis de dos registros de construccin del territorio se hanevidenciado ciertas categoras diacrticas ordenantes de los seres en elmundo de los grupos negros de los ros Satinga y Sanquianga del Pacficocolombiano. Manso/arisco, producidos por el hombre/producidos por elmonte o la tierra, de lo alto/de lo bajo, se configuran como ejes paradigm

    ticos que, al igual que otros como las defro/caliente

    odivino/humano,

    posibilitan unos modelos cognitivos fundamentales del sis tema cultural dedichos grupos. Dentro de estos modelos se presentan ordenamientos yasociaciones de categoras de seres que permiten, de una manera mscompleja, pero igualmente simblica, una gramtica del entorno. Anii Ullno se superpone con la categora occidental dado que, de un lado, no seopone como totalidad a lo que desde esa misma lgica se denomina vegetaly del otro, no subordina como elementos a los pjaros o mariscos. En otraspalabras, animales, pjaros, mariscos y avichuchos configuran un ordenespecfico en oposicin al introducido por la asociacin palmas, palos,bejucos, yerbas y matas o por el de las cosas de la tierra.

    Es indudable que aunque se utilizan palabras aparentemente igualesa la taxonoma occidental, su lgica y semntica se inscriben en unsistema simblico significativamente diferencial de representacinmanejo del entorno. Un ser de servicio, que no cause perjuicio, que sereproduce por naturaleza o sea, sexualmente- con capacidad demovimiento individual y carente de la posibilidad de desplazarse por elaire, se define como animal. El avichucho, aunque comparte estas dosltimas caractersticas del animal, no es de servicio, causa perjuicio,generalmente posee ponzoa, no necesariamente se reproduce por na-turaleza nunca se lo considera comida. Adems de su capacidad dedesplazarse por el aire, los pjaros a l igual que los animales pero adiferencia de los avichuchos no causan perjuicio, pueden ser de

    servicio se reproducen necesariamente por naturaleza.

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    Los mariscos son todos aquellos seres habitantes del agua -marinoso del ro-- posiblemente de servicio aunque algunos de ellos como lasfieras o el pejesapo tambin causan perjuicio: En el grupo denominadocomo mariscos aparecen todos los peces y animales marinos en general[ ..] (Galeano, 1995:28). Por su parte, los palos, yerbas, matas, bejucos

    palmas se consideran mviles slo en conjunto --es decir, el monte sealeja o se acerca, pero no un palo en tanto individuo- no se reproducenpor naturaleza, es decir, sexual mente. Una yerba, generalmente asociadacon cualidades curativas o mgicas, se define por el tamao gracilidadde tallos hojas. La forma continua y flexible de los bejucos losidentifican en oposicin a la rgida y maderable de los palos. Las palmasse clasifican a partir de la presencia de hojas compuestas y tallos dechonta, mientras que las matas generalmente son distinguidas por sushojas simples tallos carnosos . Cosas de la tierra incluye los seres msvariados que a partir de la perspectiva occidental incluiran desde lquenes y hongos hasta pequeos insectos; en este sentido, define un ordenamiento intermedio entre los dos primeros.

    La totalidad de estos tres rdenes, que forman permutaciones inscritasdentro de los seres de este mundo, son atravesadas por ejes paradigmticos como los indicados en el anlisis de los registros horizontal yvertical del territorio. As, la oposicin manso/arisco es pertinente enestas categoras de ordenamiento dado que, de un lado, se presentan almismo tiempo variedades de palos, yerbas, matas, animales o pjarosmansos y ariscos, o del otro, se definen en un polo de la relacin comolas cosas de fa tierra, los avichuchos o los mariscos. Es en este sentidoque esta oposicin se considera como un eje semntico que en un ordenparadigmtico atraviesa una gramtica del entorno. Otros ejes semnticos son definidos por las oposiciones de lo alto/lo bajo y producido porel hombre/producido por fa tierra o el monte: en los tres rdenesexpuestos de clasificacin de los seres de este mundo aparecen estructurando el lugar concreto de cada uno de los individuos.

    En este sentido, se puede plantear que las representaciones eimaginarios colectivos configuran al monte como una construccin

    cCU]tural mediatizada por modelos taxonmicos particulares. En efecto, el monte tiene sentido como categora en oposicin al colino, laf ampa, el poblado, la casa o el ro. El monte se define por la noIntervencin de lo humano en la presencia de ciertas especies clasificadas por los grupos negros dentro del orden de los palos, las matas,las yerbas, las palmas y los bejucos. Es interesante resaltar que esteorden no se superpone con la nocin occidental de vegetales pues, de

    un lado, quedan por fuera de l individuos clasificados dentro de las

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    cosas de la tierra y, del otro, se estableceuna clara distincin en losrdenes sealados entre aquellosindividuos ariscos y losmansos delos cuales slo los primeros pertenecen a lanocin de monte. Los seresdenominados desde occidentecomo animales tampoco se incluyendentrode la nocin demonte.

    El monte es un espacio significante desde mltiples planos para los

    miembros de los grupos negros ; donde el occidentals e r ~

    regulari-dades y continuidades, ellos establecen diferencias y singularidades.Enel plano visual,por ejemplo, elmonte es nominadoen su composicinpor una infinidad de trminos que establecen unidades significativas : asla divisin de lospalos palmas bejucos yerbas y matas entre aquellosque sonde o alto y los de o bajo estableceuna tpica en relacin conuna lnea imaginaria trazada a partirde la altura promedio humana. Porsu parte,el color de un fruto o el deuna rana evidencia su toxicidad.Unrastro cuasi imperceptible denuncia el transcurrirde una posible presa.En este mismo sentido, la presenciade determinado olor indicalacercanade serpientes venenosas o de suscontras al igual que de unosohormiguero o una zorra. Un sonido de un rbol al paso del viento sugierela impertinenciade la presencia de mujeres en embarazo; mediante unaescucha atenta se efecta la cacera nocturna o en su canto se identificaun ave sin necesidad de observarla.Por tanto, elmonte a l igual queesteros, ros, playas ym r e s son interpretados desde mltiples planosa partirde unos conocimientos y representaciones culturales tradicional-mente construidos que permiten a los grupos negrosuna especficarelacin significar:te con el mismo.

    Esta gramtica del entorno se relaciona, adems, conuna especficay fundamental categora del sistema de pensamiento,como lo es laderenacientes. En efecto, todos los seres deeste mundo son losrenacienteses decir, hacen partede una reiterativa e inagotable sucesin de genera-

    C.)nes desde el origen mismo de los tiempos, desde la mticafundacindel mundo. La categora derenacientes implica, de un lado, la repre-sentacin de un orden establecido desdeel origen imaginario y, del otro,la proyeccin del mismo hacia el porvenirde los tiempos.En este sentido,por ejemplo, cuando se registra la disminucin o incluso la desaparicinde animales de cacera se dice que se hanalejado que se han ido paralos montes bravos mas nunca se hablade su extincin. Igualmentesucedecon los rboles utilizados para la extraccin de trozas, cuandoseconstatala relativa inexistenciade los mismos se argumenta que sehanalejado pero no que se acaban. El ser humano no se concibepor fuerade esta categorizacin, dado que se consideraas mismocomo renaciente

    de los mayores.1

    233

    Al ser humano se lo inscribeen una estrecha relacincon el entorno.De esta manera,en prcticas rituales tan importantes parala colectividady el individuocomo la ombligada, se estableceuna relacin, ya seametafrica o metonmica, entre la personalidad del individuoy elemen-tosde su entorno.La ombligada consiste en sustraer un fragmento de unvegetal, animal o mineral, con el propsitode colocarlo en forma de

    polvo o lquidouna vez cae el ombligo. Con ello se espera influ ir no slosobre las capacidades y carcter de quien esombligada sino, tambin,en sus relaciones con la sustancia de la cual lo es. Si loombligan con laua de la gran bestia se poseer una fuerza desmedida, quien lo fue congato estar en capacidad de girar en el aire, conpalo de guayabo serfino y resistente, y aquel otro con oso ser capazde romper y apretarfuertemente con sus manos.La relacin entre l a sustancia yl ombligadase estrecha. As,por ejemplo, si se realiza con oro, este tendr mayorposibilidad en las prcticas mineras (Velsquez,1957:245).

    En este sentido, el nacimiento de un nio o nia implica la realizacin,por parte de la comadrona o partera, de un conjunto de prcticas ritualesque poseen profundas connotaciones tanto en la constitucin de suscaractersticas fsicas y psquicas, como en su particular inscripcin apartir de la orientacin de sus relaciones con el entorno.

    e otro lado, ciclos csmicos como los lunares implican modificacio-nes recurrentes en el plano del entorno y, en consecuencia, establecen unordenamiento de las actividades humanas sobre el mismo. Enluna es elmomento apropiado para rozar elmonte con el propsitode cultivarelmaz o el arroz ya que lo cortado se descompondry las semillas brotarnrpidamente; el corte de madera parala construccin de las viviendas,por el contrario, no se realiza enluna sino enmenguante dado que escuando est msfina y ser significativamente ms resistente al ataquede las polillas durando mucho ms.La recoleccin del bejuco para la

    pesca, de la miel de abejas o de un sinnmero deyerbas curativas, entreotras, tambin se condiciona por la influencia de laluna/menguante puestoque determina subastedad ofinura. El sitioy la tcnica adecuados para lacacera tambin se ven influenciadas por estos ciclos lunares. Igualmentelas prcticas curativas se encuentran inscritas en este registro de influencias:[ ] los medicamentos son aplicados de acuerdo con la posicin del sol o

    la luna, con la noche o el nacimiento del da, con el sereno nocturnoy conlos vientos predominantes. (Velsquez,1957:233).

    El conflictoy la luchano se encuentran ausentesde la representacinde la relacin del ser humano con los otros seres de este y otros mundos.Se utiliza la categora decontra o contrario 4 para sealar dichas relacio-

    nes, puesto que el hombre es representadocomo contrario al monte o a

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    animales como el conejo. Eltuquero por ejemplo, utiliza y destruyeelmonte; mientras ste es, a su vez, el espacio concebidocomo particular-mente hostil a aquel. El cazador, porsu parte, persigue al conejo;por locual se convierte en sucontrario.

    DAOS, BRUJOS Y MUERTE En la representacin de la etiologa de la muerte se evidencia otra serie

    de categoras fundamentales en la lgica y sentido a la prctica culturalde la relacin y construccin del entorno por partede los libres5 del surdel Pacfico colombiano. Para los grupos negros olibres del Satingay Sanquianga la muerte sobreviene, al igual que elaccidente o laenfermedad a causa de factores de ordendivino o humano. En el cadver,incluso, se evidencian los signos que permiten interpretarsi la muerte esde dios o es provocada porel hombre. En efecto, cuando el cadvermantiene una relativa flacidez despus de varias horas es indicio incues-tionable de que la muerte sobrevino por una accin humana; en casocontrario, esto es, cuando presenta rigidez y consistencia habituales, esclaro que la muerte fuede Dios. Con esta oposicindivino/humano nocircunscrita a la etiologa de la muerte, se pretenden anotar causasnaturales o provocadas. Lodivino y lo humano es, entonces, otro de

    los ejes paradigmticos de ordenacin de los seres de este y otrosmundos.

    Dentro de las muertes originadas por el hombre, ohumanas seencuentran aquellas que son consecuencia de la accin propia o lasresultantes de la intervencin de otro. En las primeras, losdesmandesaquellas acciones u omisiones ante los estados especiales del individuo,son una causa evidente del advenimiento de la enfermedad o, aun, de la

    muerte.As, cuando la mujer estrecin parida debe adecuar su dieta yactividades a una normatividad claramente establecida. Si, por ejemplo,la parida consume alimentosdainos - -como carnes sangrinas o bra-v a s o se expone a contextosfros - -como baarse en el ro en las

    4 Se habla decontra o contrario cuando dos elementos son percibidos comoantagnicosy luchan permanentemente entre s.

    5 Libres es el trmino con connotaciones en la construccin de identidadesutilizado localmente por los grupos negros para referirse a s mismosy con el cual selos indica por grupos indgenas vecinosy por algunos residentes en la zona provenien-tes del interior del pas como Antioqueos, Vallecaucanos, etc.

    Cultura y biodiversidad 235

    madrugadas o circular por elcementer io- seguramente se esperacomoconsecuenciade ello su enfermedad, y si la situacin se complica sumuerte. Elpicado de culebra aquel que ha sido mordidopor un ofidiovenenoso, se encuentra igualmente en una situacin extraordinaria; porlo cual, debe asumir ciertos comportamientos y prescripciones que hacenparte incluso de su proceso curativo:el no hacerlo es, en este caso, indicativode muerte. En este sentido,si elpicado de culebra no es estricto con su dieta

    consume, por ejemplo, un pescado como eljurel ello le traer intensashemorragias externas por la herida y por todos los vellos del cuerpos ebombea en sangre hasta el advenimiento de la muerte.

    En las segundas, es decir en aquellas muertes ocasionadas por otros,mltiples son las acciones concretas que voluntariamente o no, directa oindirectamente, inmediata o tardamente, conducen ala muerte. Lasoraciones y secretos esto es, las formaciones verbales con capacidaddemodificar lo real o lo imaginario, son quizs las ms temidas no sloporsu efectividad sinopor quien generalmente las produce:el brujo. Perso-naje ste asociado a lodel diablo y que, como servicio a quien lo contratao iniciativa propia, posee especficamente el conocimiento de lossecre-tos y la capacidad parainvocarlos- que matan a su vctima inde-pendientemente de la distancia a que sta se encuentre. Aunque no todas,ni siquiera una parte significativa,de oraciones y secretos tengan lafuncin de eliminar a otro-pues to que existen gran cantidadde oracio-nes utilizadas eventualmente por todos ya sea para protejerse o paracurar, trabajar, enamorar ope lea r- las muertes inesperadas y enigm-ticas son generalmente explicadas por efecto de ellas.La forma de lamuerte causadapor las oraciones y secretos ejecutadas porel brujoentonces, ademsde ser humana es voluntaria e indirecta mas nosiempre inmediata.

    A esta etiologa de la muerte se le oponen un conjunto de acciones

    que, aunque igualmente voluntarias, son necesariamente directasen elsentido de que debe haber un contacto con la vctima o conuna cosaque estuvo en contacto con ella. As, entonces, se puede considerarmetafrica la muerte causada por elbrujo a travs de oraciones osecretos; mientras que otras son metonmicas. Elcoge r el rastro es decir,recogeruna huella impresa en el barro seco para mediante ella producirla agona de quien la produjo, se inscribedentro de estas accionesmetonmicas.Por ello, el caminantees precavido deno dejar, mientrasande descalzo, sus huellasen un lugardonde puedan ser identificadaspor sus eventuales enemigos .

    Otra de las formas ms cotidianas de muerte se inscribe dentrode lacategoradao lo cual implica la utilizacin de un objeto o sustancia

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    posibili tante del mismo. La comid a es uno de los medios preferidos paraefectuar el dao ya que a ella se le pueden agreg ar sustancias imperceptibles para el comensal o o el hgado del tamborero, un pescado dela mar- pero que le pueden ocasio nar la muerte. En este sentido son lasmujeres asociad as al mbito culinario las practicantes de esta modalidad.Por tanto, cuando un marido pelea o deja a su m u j r ~cuando ella lo

    deja a l una de las consecuencias inmediat as es no volver a consumirninguna preparacin que provenga de ~ l l aEs la misma razn por la cualmujeres y hombres ingieren alimentos slo donde sus familiares yamigos, all donde estn seguros de que sus enemigos reales o imaginarios no puedan utilizar este medio para producirles un dao.

    La confianza no es s lo de quien recibe, sino tambin de quien da; yaque, por ejemplo, cuando una mujer distribuye de acuerdo con las leyesdel intercambio una preparacin con una presa de un animal cazado porsu marido, si el que la recibe la bota o desprecia, ello implicar que elcazado r pierd a su fortuna hasta cuando realice un ritual que se ladevuelva. As las cosas, la comid a y por extensin la coc ina- adquiere una particular connotacin de peli gro y, en consecuenc ia, recibir o darcomida simboliza solidaridad y confianza.

    El daiio causado median te la comida, sin embargo, no se circunscribea la produccin de la muerte ya que, con otras sustancias, se generanconsecuencias diferentes como el enamoramiento o el desamor. Comocontra de los posibles daos causados mediante la comida se acostumbraposeer una botella curada, esto es, una botella oscura que contiene unapreparacin generalmente a base de aguardiente y unas combinacionesde bejucos y de yerbas especficas, realizada por el curandero 6 paratomarse todas las maanas un trago antes de desayunar. Esto protege delos eventuales daos en la comida porque inmediatamente, cuando staposee un dao el individuo la vomita. No sobra anotar que las botellas

    curadas no slo sirven para estos tipos de daos puesto que las hay -condiferentes yerbas- como contras para picadura de culebra o para alentarla recin parida (Galeano, 1995).

    Otra modalidad de brujera que causa la muerte se materiali za a travsde objetos convertidos en seres que atacan especficamente slo a quiense los colocaron. El ms conoc ido y temido, es la madr e de agua; la cuales puesta por el brujo en un punto de la quebrada o ro por donde pasala futura vctima. Cuando ello sucede, la madre de agua voltea el potril o

    6 El Curandero se encuentra asociado a lo divino, es decir, a las prcticas de yerbasu oraciones que se fundan en el bien y la cura de los dems, mientras que el brujo se

    relacionacon

    lo del diablo, conla

    posibilidadde

    producir dao y la muerte.

    Cultura y biodiversidad 237

    0 canoa donde viene para ahogarla. En el caso de alguien que muera acausa de la madre de agua en su cadver se evidenciarn indudablementelas seales de ello, esta vez, todas sus coyunturas estarn rodas ya quepor all la madre agua le bebe toda su sangre. De la misma manera, unpedazo de bejuco puede ser convertido por el brujo en una serpientevenenosa que buscar sin descanso a su vctima hasta darle la muerte.En

    estos casos, el curandero, que es el dios, est prcticamente imposibilitado para salvar de la muerte a este tipo de picado, slo otro brujocon ms poderes que el primero, o ste mismo, podr evitarlo.

    Otra modalidad indirecta y generalmente voluntaria en la etiologa dela muerte se presenta ante sit uaciones como el parto o el proceso de curadel picado de culebra, cuando la parturienta o el picado son trancadospor un tercero que desea matarlos. Mltiples son las posibilidades detrancar o tramar a otro: un curandero lo puede hacer cuando al destaprsele sbitamente su botella curada - ind ic io de que alguien ha sidopicado- la tapa fuertemente; una persona cualquiera con colocar tresclavos dentro de las cenizas del fogn, un machete en la boca de laescalera o hacerle un nudo a una prenda usada por aquel, puede lograrlo.Tambin hay acciones que involuntariamente trancan o traman al picadotales como cuando al sacarlo del monte no se tiran tras de s los peque ospuentes cruzados; o se salvan, esto es, se saltan los caos o zanjas conl; o cuando se lo lleva en una canoa o potrilla con la pilota por delante,es decir, al revs.

    Cuando un picado de culebra es voluntaria o involuntariamentetramado, se hace mucho ms difcil el proceso de cura y aumenta susposibilidades de muerte. En el caso de la que est pariendo, cruzar laspiernas en la casa donde ella se encuentra, colocar dos objetos alargadoscomo machetes en forma de cruz, o los clavos que antes se relataban, essuficiente para tramar/a o trancar/a y, en consecuencia, causarle la

    muerte en el parto ante la imposibilidad de que el nio nazca. En estesentido, Rogelio Velsquez en una investigacin basada en el Pacficosur, especficamente en el rea de Tumaco, argumenta al respecto:

    Usase as mismo la magia para hacer sufrir a las madres impidindoleslos partos o retenindoles las placentas. Un cambio en los maderos que seconsumen en el fogn de la casa donde yace la enferma; cerrar con llavela puerta del cuarto que sostiene la parturienta; cerrar un candado, pensando que eso va a ser daino a la alumbradora, son hechos suficientes para

    1 poner en apuros a la hembra que est en trance. (1957:214).

    1

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    As las cosas, ante la facilidad conque se puede trancar o tramar aun picado de culebra o a una mujer cuando est pariendo, se mantiene-en la medida de lo posible-absoluta reserva del hecho y slo se lecomunica a aquellos parientesy amigos cercanos. pues estos estadosextraordinarios son a menudo utilizados, yesperados, por los enemigos para producirles la muerte. Eneste sentido, cuando fallece un

    picado de culebra o una mujer muere en el parto, lo cualpor lo demsno es nada extrao, nunca seconsidera ni se poneen duda la eficacia delcurandero o lacapacidad de lapartera; sino que se explica lo sucedidocomo resultado de la accin deun enemigo de..:larado o agazapado.

    ALIMENTACIN, DIETAS Y ESTADOS

    El picado de culebra y la recin parida, al igual que otros estadosconcebidos como enfermedad,deben seguir una estrictadieta alimentaria yevitar determinados comportamientos,dado que algunos alimentoso prcticas cotidianas se conviertenen daiiinos en estas situacionesextraordinarias. Tanto los alimentoscomo las enfermedades se inscribeny definen a partir de uneje semnticocomo lo es la oposicin fro/ca-liente, las dietas y remedios son prescritascon el objeto de regular estaalteracin trmica y as, posibilitarla cura o el normal discurrir delextraordinario estado: Si los remediosson fros y calientes, las enfermedades de los ribereos del Pacfico se puntualizantambin con estosnombres. (Velsquez, 1957:222).

    Los alimentos, entonces,se considerandainos en funcin de lasituacinespecfica de quien lopretenda consumir. La recin parida, porejemplo,dada su situacin nopuede consumir alimentos fros, sino, porel contrario, los alimentosy remedios deben ser calientes: La duracin

    de la dietaes de aproximadamente cuarenta das, en los cualesse tratade calentar el cuerpo que se encuentraen un estado fro,est pasmiento(Galeano,1995:47).Lo fro y lo caliente, sin embargo, no se circunscribena la representacin de alimentosy situaciones extraordinarias comoenfermedades o especficos ciclos de la vida de las personas. Elagua deros y quebradas es fra en oposicin ala de l mar que es consideradacaliente. En las madrugadas o en lasnoches baar en ros oquebradases peligroso para las situaciones corporales reputadascomo fras pero encambio, y por ellomismo, es beneficiosopara aquellosestados calientes.Por tanto, no es extraordinarioobservar en las primeras horas delda aalguien sentado en la orilla deuna pequea corriente de agua mientras

    que otra persona le echa repetidamente agua en su cabeza con el prop-

    1

    ulturar biodiversidad 39

    sito de que el fuego -la fiebre-que se le subi a lacabeza le baje a lospies y, en consecuencia, recobre su salud.En este sentido las enfermedades producidaspor el fuego, es decir,calientes -las que seacompaande fiebrescomo el no poco comn paludismo- son tratadasmediantebaos con aguas fras,mediante las tomas o elcontacto directo o enbaoscon plantasfrescas o fras.

    Los alimentos no son slodainos en relacincon lofro/caliente delmismo yaque existen otros criteriosigualmente importantesque intervienen en laestructuracin de las dietas.En el plano de las carnes, laclasificacinde stas en dainas involucra criterioscomo lo sangrino ylo bravo. Determinados animales o mariscos poseen carnes sangrinasmientras que las de otros sonbravas. Lo sangrino es atribuido ala carnede aquellosanimales o mariscos que presentan unintenso color rojoasociado a laabundante cantidad de sangreque generalmente contienena la hora de su sacrificio. Eljurel, un pescado de la mar, es quiz elpescado mssangrino dado que el rojo intenso de su carne, pococomnentre losmariscos, lo convierte en un alimento prohibidopara mestruantes, paridas, picados de culebras y heridos. Estos ltimos,por ejemplo,en caso deconsumir un platopreparado con este pez moriran acausa dela abundantehemorragia ocasionada.Dentro de los animales el ulan

    u n a especie dearmadil lo- es el mssangrino de todos.Los animalesariscos que sonparticularmente agresivoscon el hombre poseen carnesbravas. La carne de tatabroy de zahna son, entonces, prohibidasdadoque la agresivi dad de estosanimales ariscos hace sucarne especialmentebrava. As, deacuerdo con la investigacin realizadapor Galeano en losros Santinga y Sanquianga, se puede afirmar que: En la zona de estudio,las prescripciones y restricciones en elcampo de la alimentacin seestablecen a partirde tres condiciones: lasangrinidad, la cualidad dealgunosanimales de ser bravos, y lo fro o lo caliente. (1995:43).

    CONCLUSIONES

    A partir de las elaboraciones anteriores se puede,entonces, concluirque en elcaso del Pacficocolombiano se hanconfigurado unos modeloseconmicosy culturales que,aunque articulados enmayor o menormedida a lasdinmicas del capitalen sus mltiples manifestacionesy alos procesos deglobalizacin traducidosen el consumo y en lapresenciade algunosmass media, conservan una especificidad en aspectos fundamentalescomo la construccin y manejo del entorno. Estopuede obser

    varse enla construccin de un universo a partir de ciertos ejessemnticos

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    de estructuracin del territorio, de un ordenamiento gramatical de losseres, de explicacin del advenimiento y del sentido de la muerte, y deunos modelos orientales de la praxis teraputicas de diferentes estadosextraordinarios. Nociones como las de u r p oo sexualidad, aunque slopuntualmente indicadas, se inscriben igualmente en estas matrices desentido en la lgica significante de estos "grupos negros".

    A partir de categoras como la de renaciente o desde procedimientosrituales como la ombligada se hace evidente, mediante relaciones metafricas o metonmicas, la continuidad de aspectos del entorno en elmismo ser del hombre. Prcticas como la brujera son igualmente posibles al apuntalarse en dicha continuidad, al suponer una interconexinentre el entorno y lo humano: un bejuco es transformado por el brujo enuna serpiente venenosa para atacar a una vctima predeterminada; la cualse puede defender al transformarse, mediante el manejo de un secreto uoracin en un animal o pjaro con el objeto de huir o simplementehacindose invisible a la serpiente que lo persigue. De la misma manera,las prcticas de curacin establecen un vnculo metafrico o metonmicoentre el enfermo y el entorno con la intencin de la cura: al extraer unfragmento de un enjambre de termitas por ra de comejn y aplicarloen la herida, despus de convertirlo en un fino polvillo, se espera questa cicatrice al mismo tiempo que los cientos de termitas reparanpaulatinamente su enjambre. En el mismo orden de ideas, y dada laespecificidad trmica atribuida a todo lo existente, mltiples prcticascurativas o simplemente preventivas, suponen l a unidad e interrelacinde elementos o situaciones del entorno con los estados de salud-enfermedad en los humanos: gran parte de las dietas tomas o sobijos instauranun ordenamiento particular en funcin de la restauracin de un desbalance trmico o de fluidos propio de la etiologa de la enfermedad o desituaciones " extraordinarias" como la parida o la mestruante.

    Esta unidad hombre-entorno inscrita en las representaciones y prcticas sealadas, sin embargo, no supone los campos semnticos de categoras fundantes del discurso de la "biodiversidad" tales como"naturaleza", "vida" o "recurso". 7 La relacin establecida de los "gruposnegros" del Santinga y del Sanquianga con su entorno, adems, no secaracteriza precisamente por un apriori imaginario de conservacin, nipor la idea romntica de la relacin armnica con el objeto de preservarlo.Por el contrario, como se expuso anteriormente, las connotaciones de lo

    7. Naturaleza connota sexualidad mientras que vida implica movilidad, cambio:los palos no se reproducen por naturaleza y los ros, el fuego o la tierra se los connota

    como vivos.

    Cultura y biodiversidad241

    produ.cid? por el mo.nte o ~ a tierra es sujeto de propiedad colectiva y seapropia sm.una o n s i d e ~ a c i ncultural por su conservacin. La categorade contrano para nommar esta relacin da cuenta de ello E ' 1d d s mas, opro uct o por e monte o la tierra en cuanto tal, no soporta el funda-mento ~ ela a ~ e g ~ ? ade"recurso" propia de la economa poltica.

    La i f e r e ~ ~ I ~ b i I d a d .de ~ ~ srepresentaciones y prcticas entre el dis

    curso de la biOdiversidad y estos "grupos negros" del Pac'fiPuede d . . I Ico, noevemr en un enten para argumentar la ignorancia o inferioridadde los s e ~ n d o spor oposicin a la verdad y superioridad al primero yaque se refieren a dos perspectivas diversas de construccin y maneJ. delo real.

    La ~ v e r s i d a dcultural, f ~ n m e n ointrnsecamente humano, hace parted ~ ~ anqueza de la especie; es el resultado de estrategias y lgicasd . I s t m t ~ sd ~ e r - e n - e l - m u n d ~..La alteridad cultural, al igual que la divers i d ~ d. b ~ o l o g i c a ,pueden remitir a un patrimonio de nuevas e inexploradasposibtl dades para la supervivencia de la humanidad. Paradjicamentees e mismo argumento que en el plano de la biologa legitima ticamente

    el d_IscursoY

    las ??lt icas de la "biodiversidad", el que desde la antropolog.Ia cuestiona e ~ I c a m e n t eun proceder en dicho sentido sin considerarsenamente la a r ~ b l ecultural. Por tanto, no deja de ser un contrasentidos ~ s t e n t a rlas pohttcas de conservacin de la "biodiversidad" desconoC I ~ n d oo deconst.ruyendo sistemas culturales diferentes. El reconoci~ e n t oY v a l o r a ~ I nde la diversidad cultural no es slo un problemaehco, smo tambin pragmtico. En efecto, el fracaso de mltiples empresas Y r o g r a ~ a ~de "?esarrol lo" en el Pacfico colombiano encuentranun e l e m ~ n ~ os i g m f i c a ~ I - v ode explicacin en el desfase conceptual ymetodologico en relac10n con los sistemas culturales de sus habitantes( ~ eRoux, 1 9 ~ ~ ) .Ello p ~ e d ~ocurrir, igualmente, con aquellos planteaffilentos Y o h t i c a sque InSpiradas en el discurso de la "biodiversidad"pretendan Imponer nuevos modelos econmicos y de relacin con elentorno en el Pacfico.

    En s ~ t e s i sel d i s ~ u r s ode la "biodiversidad" puede operar, en el casodel P ~ c ~ f i ~ ocolombiano, como un cdigo etnocntrico que desconocelas ?I lamicas culturales d.e los cientos de mujeres y hombres quet r a d i ~ I O n ~ l ~ ~ n t elo han habttado. Lo cual implica que se consolide comoun dtspos t vo ms en la disolucin de aquellas condiciones culturalesq ~ epermttleron que hoy el Pacfico sea inventado como espacio de lobtodtverso por antonomasia.