Renovación Heráldica Soledad

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RENOVACIÓN HERÁLDICA SOLEDAD COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD BAEZA (JAÉN) JOSÉ FCO. GARRIDO LEMUS

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Publicación donde se recoge el Informe para la Renovación-Fijación de una Heráldica Corporativa para la Cofradía de la Soledad de Baeza -Jaén-

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RENOVACIÓN HERÁLDICA

SOLEDAD

COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDADBAEZA (JAÉN)

JOSÉ FCO. GARRIDO LEMUS

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Realización: José Fco. Garrido Lemus © 2009

Maquetación: José María García Cruz

Edita: BaezaForos.com

José Fco. Garrido Lemus

Natural de Baeza (Jaén).

Hermano de la Ilustre y Ven-erable Cofradía de la Santa Vera+Cruz y de la Cofradía de la Sagrada Oración de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto de los Olivos de Baeza, afi-cionado al arte y en especial a la iconografía y el arte devo-cional, licenciado en Geografía e Historia, profesor de español lengua extranjera y traductor en Dublín (Irlanda).

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COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD DE

BAEZA

INFORME PARA LA FIJACIÓN DE UNA

HERÁLDICA CORPORATIVA

José Fco. Garrido Lemus

(A. D. MMIX)

Junio de 2009

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Durante la cuaresma de 2009 el hermano Juan Perales García se dirigió al que escribe para que diera color a la composición heráldica corporativa vigente. En último término, se trataba de hacer una versión transferible a soporte informático para su uso en publicaciones de la hermandad o de instituciones que solicitaran formalmente su colaboración. Consciente de que no había una única versión de la composición heráldica de 1998 y de que su conceptualización podía mejorarse, sugerí al mencionado Juan Perales que me permitiera redactar el presente informe antes de realizar la pintura que me solicitaba, y así me fue concedido.

Mi intención al presentar este informe a la consideración de la cofradía es que la misma tenga ocasión de hacerse consciente de los contenidos y las formas que su representación heráldica ha ido adoptando hasta la fecha y de las posibilidades de rehacerla, tanto conceptual como estéticamente, para alcanzar una mejor y más ajustada representación simbólica de la corporación. En consecuencia, se trata de facilitar una toma de decisión corporativa que haga posible definir con la mayor propiedad el escudo o emblema heráldico que a partir de ahora represente oficialmente a la corporación.

A. SÍMBOLOS Y EMBLEMAS USADOS EN LA CORPORACIÓN HASTA 1998

1. El corazón sumado de llamas y atravesado por una espada (símbolo de los dolores de María) ha estado y está presente como emblema de la cofradía1 (no en vano es el símbolo primigenio de la advocación de su titular) en los siguientes enseres históricos y actuales de la corporación:

• en el palio2 que cubre el paso, bordado como motivo central de la caída frontal [véase fotografía 1];

• en el hábito de penitencia3 (a modo de emblema plateado al pecho) que en los años 1980 vestían los hombres de trono (varones encargados de empujar el paso desde el exterior) ;

• en los cetros4, tallado en una cara del remate [véase fotografía 2].

2. El monograma del Ave María:

• Bordado como motivo central de la caída trasera del palio [véase fotografía 3];

• Tallado en la otra cara del remate de los cetros referidos en el punto primero [véase fotografía 4];

3. El busto de María Dolorosa tocada con corona de estrellas que aparece en relieve sobre el anverso de la medalla de los hermanos5.

Estamos ante iconos o demasiado genéricos para considerarlos emblemas representativos válidos de la corporación baezana (son tan sólo símbolos de la advocación titular) o bien totalmente inapropiados para la representación heráldica (el tercero). Cumplen su función de marcar los enseres de la cofradía y tienen poder para representarla en el contexto procesional o cofrade local, pero carecen por completo de la capacidad de representar específicamente a una corporación. De modo que son del todo insuficientes para simbolizar, de manera universal, a La Soledad de Baeza.

1 La imagen titular parece haber tenido culto desde 1756, aunque los primeros estatutos de la actual corporación sólo fueron apro-bados por el ordinario de la diócesis el 27 de marzo de 1930. [Melgares Raya, J., p. 62]

2 Obra de la comunidad de clarisas de Sta. Catalina de Baeza (ca. 1945-1950)3 Túnica negra (bocamangas de encaje blanco) ceñida con fajín blanco y pañoleta también negra (cordoncillo plateado al borde).4 Tres remates de cetro tallados en madera por José Andrés Viedma Jódar (¿1997?)5 Es el emblema escogido para representar simbólicamente a la corporación en el capítulo que Rodríguez-Moñino et alii dedican a la

cofradía en su historia de las penitenciales baezanas (p. 507). Representación curiosa ésta, en tanto que el autor ha confundido las llamas sumadas al corazón con una más de las espadas que lo atraviesan, lo que da un total de ocho espadas en lugar de las siete que representan con propiedad los dolores de María.

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B. LA COMPOSICIÓN HERÁLDICA DE 1998: VERSIONES

Como se expone en la sección precedente, los tres símbolos usados hasta 1998 representaban más bien la advocación de la titular corporativa, y se utilizaron para marcar distintos enseres (actuando en ellos y a través de ellos como emblemas representativos de la corporación); a pesar de ello, ninguno tenía capacidad, por sí mismo, para constituir una verdadera representación heráldica corporativa.

Esta situación comienza a cambiar en 1997 con la publicación del programa de semana santa de la agrupación de cofradías. En él, y por vía de recomendación, se expresa por vez primera la posibilidad de realizar una composición heráldica que representara específicamente a la corporación. Para ello, y en artículo firmado por el que escribe junto a Damián Cruz Martínez, recomendábamos el uso de los siguientes símbolos: “corazón atravesado de [siete puñales –la Soledad de María tras sepultar a su Hijo en el séptimo de sus dolores– símbolo concepcionista] 6”. El primero (como símbolo de la advocación titular) suponía el abandono del genérico corazón sumado de llamas y atravesado por una sola espada: representativo de cualquier Dolorosa y no específico de una Soledad como el que ahora se sugería. El segundo símbolo propuesto representaría a la iglesia de la Concepción: antigua capilla del hospital homónimo y única sede que la corporación ha tenido en su historia.

1. Sea a raíz de esta recomendación de 1997 o por propia inquietud de participar en el proceso de renovación heráldica que entonces se vivía entre las penitenciales de Baeza, en torno a 1998 la hermana Carmen García García y Pedro Javier Cabrera Rentero colaboraron en el diseño de la primera composición heráldica corporativa7. Su primera plasmación gráfica la constituyó el repostero que (dedicado a la corporación) patrocinó la agrupación de cofradías8 y ejecutó el pintor Andrés Murillo Orzáez. He aquí su blasonamiento:

Sobre campo circular blanco delimitado por una corona de espinas de sinople (de púas bañadas en sangre) cruz latina plana al natural (cargada de “INRI” y flanqueada de dos cuñas) sobre terraza montuosa. La cruz está acostada por dos escudos ovalados inclinados (con idéntica ornamentación exterior geométrica dorada): el de la diestra con las armas del Carmelo Descalzo; mientras el de la siniestra carga, sobre campo blanco, corazón de gules sumado de llamas y atravesado por siete espadas9 de sable. [véase fotografía 5]

En nuestra opinión, esta primitiva composición heráldica no carecía de ideas acertadas y estaba muy dignamente ejecutada. Como hemos visto en su descripción, ya recoge la primera de las recomendaciones presentadas en el artículo de 1997: la figura del corazón atravesado por siete espadas. He aquí, sin embargo, nuestros reparos a su diseño:

• Aún no aparece ningún símbolo concepcionista representando a la sede corporativa. En su lugar encontrábamos un escudo del Carmelo Descalzo10; emblema que, por razones que daremos más adelante, nunca debería usarse en nuestra composición en lugar de o con precedencia sobre el símbolo concepcionista. Sin perjuicio de lo anterior, hemos de añadir que el escudo carmelitano obtiene además aquí la posición de primacía (la diestra) con respecto al que presenta el principal

6 “Heráldica de las cofradías baezanas de semana santa (apuntes para su estudio y veracidad)”. Los corchetes indican los símbolos ausentes de los emblemas entonces en uso y cuya inclusión se sugiere en el artículo.

7 Seguimos aquí el testimonio oral de la propia Carmen García García.8 Se trata de una colección de reposteros destinados a los balcones de la carrera oficial. Todos ellos comparten la misma orla con

decoración vegetal, mientras cada uno ostenta al centro un escudo o composición heráldica distintos, representativos de cada una de las corporaciones que durante la semana santa se presentan en la carrera oficial baezana.

9 Según Carmen García García, sólo se avinieron a desplazar la espada única, introduciendo en el diseño las siete espadas, para ceder el uso exclusivo de aquel símbolo en el ámbito local a la cofradía de Las Angustias; evitando así cualquier posible confusión entre emblemas o conflicto entre las hermandades. [Lo que nos hace sospechar que los diseñadores desconocían el artículo heráldico de 1997.]

10 Éste presenta, además, dos elementos no muy frecuentes en la heráldica de la orden: INRI cargado sobre la cruz y estrellas de cinco puntas (siendo las de seis, o incluso las de ocho, las más frecuentes).

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símbolo de la advocación corporativa (el corazón doloroso de María) que con todo derecho (por más definitorio de la institución que trata de representarse) debiera ocupar, en cualquier caso, el flanco de mayor honor.

• La gran riqueza de símbolos que se utilizan para representar título y titular de la corporación (es decir, el corazón doloroso de María, la corona de espinas y la cruz vacía de Cristo) se dispersa en elementos distintos de la composición: al confinar el primero en uno de los escudos, se lo aisla de los segundos (símbolos de Cristo muerto: origen y causa de la soledad mariana). De presentarse estos símbolos como unidad, su lectura se haría menos equívoca (dispersos pueden interpretarse como referencias a realidades distintas) además de que ganarían en fuerza expresiva, dando lugar a una más perfecta alegoría de la soledad de la Virgen.

2. A raíz de la ejecución de este primer repostero, la hermana Carmen García García pintó de su mano tres más que podemos fechar hacia 1999. Hemos examinado el que posee la corporación11 y en esta segunda versión hemos encontrado idéntica composición a la primera excepción hecha de lo siguiente: el campo circular abandona el color blanco y pasa al sable, motivo por el que la cruz central (en tonos marrones) se hace menos visible y, quizá para contrarrestar este efecto, aparece ahora dotada de casquetes o cantoneras doradas.

3. En ese mismo año 1999 la hermandad encarga nuevos cetros a la casa Orfebrería Sevillana. El remate de los mismos muestra una nueva versión (tercera) [véase fotografía 6] de la composición heráldica que comentamos. Realizados en metal plateado, y por lo tanto monócromos, no nos permiten observar variación alguna en los esmaltes y metales de la composición. Sin embargo, sí observamos variaciones en la presentación de sus elementos y figuras. En las dos primeras versiones todos los elementos de la composición aparecen exentos: ninguno toca el contorno de los demás o la circunferencia que cierra el campo de la composición. En esta tercera versión, el campo de la composición está calado dejando que los distintos elementos se sustenten acolándose (apoyándose entre sí). Esto exige cambios en las dimensiones y proporciones de los mismos:

– La cruz central (que ha perdido el “INRI”) se hace más alta y esbelta, y junto al Calvario se convierte en un eje en palo que recorre todo el campo de la composición tocando la corona de espinas en ambos extremos.

– La corona de espinas (también calada) pierde una de las tres ramas de su entrelazado, quedando ahora configurada por sólo dos.

– Las dos cuñas que sujetaban la cruz al Calvario aparecen (en la misma posición) convertidas en los tres clavos de la crucifixión usados ahora como sustentación inferior de los escudos.

– Los escudos, que ahora se acolan al stipes y al travesaño de la cruz, pierden la decoración geométrica exterior. En su lugar reciben una línea repujada en paralelo a la boca del escudo que parece dotarlos de una bordura vacía.

Desde el punto de vista del diseño gráfico se ha producido una simplificación de elementos y un reforzamiento de la presencia física de los mismos que ahora ocupan un mayor espacio relativo en el conjunto de la composición. Desde un punto de vista conceptual la composición se mantiene sustancialmente idéntica: se contenta con sustituir las cuñas (de valor meramente estético) por los clavos de la crucifixión, añadiendo así un nuevo símbolo crístico al conjunto.

11 Los otros dos son propiedad de los hijos de Carmen.

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Fotografía Nº 1

Fotografía Nº 4Fotografía Nº 2

Fotografía Nº 3

Fotografía Nº 6Fotografía Nº 5

Fotografías de la Heráldica de la Cofradía de la Soledad de Baeza

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Fotografía Nº 8Fotografía Nº 7

Fotografía Nº 10

Fotografía Nº 9

Fotografías de la Heráldica de la Cofradía de la Soledad de Baeza

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Ilustración Nº 1 b La Hiniesta (detalle)Ilustración Nº 1 a. La Hiniesta (Sevilla)

Ilustración Nº 3 Cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad - Lima (Perú)

Ilustración Nº 2 Seráfica Cofradía de María Stma. de la Soledad - Martos

Ilustración Nº 5 Ntra. Sra. del Sol (Sevilla)Ilustración Nº 4 Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl: El sello de la Compañía es un corazón rodeado de llamas sobre el que destaca un Crucifijo con esta leyenda: “La

caridad de Cristo Crucificado nos apremia” (2 Cor., 5, 14).

Ilustraciones Heráldicas

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Ilustración Nº 7 Penas de San Vicente (Sevilla)Ilustración Nº 6 Hermandad de La Misión

(Sevilla)

Ilustración Nº 9 Hermandad de la Corona (Sevilla)

Ilustración Nº 8 Hdad. y Cofradía de Naza-renos de Ntra. Sra. de la Soledad Villa del

Río (Córdoba)

Ilustraciones Heráldicas

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Bocetos previos

Boceto Nº 2Boceto Nº 1

Bocetos Preparatorios

Boceto Nº 3

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Heráldica-Soledad

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Una vez presentado el informe, y a la vista del mismo, la her-mandad decidió aprobar y arpobó como representación heráldica corporativa, con fecha de 15 de julio de 2009, la composición que a continuación se blasona:

Sobre campo circular de sable, delimitado por una corona de espinas al natural, cruz latina arbórea sobre terraza montuosa, sumada de “INRI” y flanqueada de dos cuñas; la misma carga re-spectivamente con un sudario pendiente de ambos brazos y con un corazón de gules sumado de llamas y atravesado por siete espa-das al natural. La dicha cruz está acostada por dos escudos ovalados inclinados con idéntica ornamentación exterior de cartuchos de per-gamino: el de la diestra trae en campo de azur el monograma del Ave María en plata dentro de un sol vacío de oro, surmontado por una corona de doce estrellas de plata y terrasado por un creciente de plata; se completa con bordura de gules trayendo la divisa en sable Charitas Christi urget nos; el escudo de la siniestra trae la herál-dica del Carmelo Descalzo. La corona de espinas aparece cargada en punta de una filacteria de pergamino con la divisa Ecce Ancilla Domini.

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4. La cuarta versión de la composición heráldica actual [véase fotografía 7] es también exclusivamente plateada y está repujada en el respiradero del paso (Orfebrería Sevillana, año 2000): en el registro izquierdo del frontal12. Volvemos aquí a un soporte pleno (no calado) de modo que los distintos elementos, sin perder la mayor presencia física ganada en la tercera versión, vuelven a figurar exentos –a excepción del Calvario que reposa directamente sobre la corona de espinas (igualmente reducida a dos ramas). A pesar de ciertos cambios menores, es evidente la continuidad del diseño gráfico establecido por la tercera versión (no en vano ambas proceden del mismo taller):

– la cruz central, hasta ahora siempre plana, parece en este bajorrelieve querer adquirir una cualidad de cruz arbórea (aparecen marcados los ingletes), mientras que las cuñas que la flanqueaban (ahora en número de tres) vuelven a su lugar desplazando a los clavos (quizá porque aquí ya no hay necesidad de figuras de mayor tamaño para la sustentación de los escudos).

– Los escudos recuperan una decoración geométrica exterior pero reducida a las áreas del jefe y la punta.

Esta versión aporta, sin embargo, una notable novedad conceptual: el contenido de los escudos se presenta invertido. Así, a falta de una modificación mayor en el diseño de la composición, el principal símbolo de la advocación corporativa gana al menos la posición de primacía (flanco diestro de la composición) que reclamábamos para él más arriba13.

5. La quinta (a) y última versión previa a la redacción de este informe la encontramos en las camisetas de costalero/a [véase fotografía 8]. Se trata de una versión bícroma (blanco y negro) que vuelve al blanco para el campo de la composición. Ignoramos cuando se concibió esta versión, pero sus deudas estéticas con las versiones tercera (1999) y cuarta (2000) nos permiten descartar su inspiración directa en las dos primeras versiones (1998-1999):

– Se conserva el mayor tamaño relativo de los elementos compositivos.

– La cruz (que ha recuperado su “INRI” y perdido las cuñas) parece conservar los perfiles de cruz arbórea.

– La corona de espinas mantiene la reducción a dos ramas.

– Y, lo más importante, la posición de los escudos sigue siendo la de la cuarta versión (la primacía para la advocación).

Solamente regresamos a la estética de las versiones uno y dos en tanto que todos los elementos compositivos vuelven a estar exentos (facilitado por un soporte pleno) y en que ambos escudos vuelven a recibir una ornamentación exterior completa (esta vez con decoración de zarcillos14).

Existe una variante (b) de esta quinta versión [véase fotografía 9]. Se trata de la heráldica corporativa que encabeza la portada interior de la revista Soledad (75 Aniversario) publicada en 2005. Hay sólo una diferencia con la versión de las camisetas, pero tan notable que no podemos obviarla: se deshace la inversión en espejo del contenido de los escudos, de modo que un ejemplo claramente inspirado en la estética de la quinta versión vuelve conceptualmente a la composición primitiva.

12 El frontal está dividido en tres registros: el central cuenta con una hornacina que a día de hoy continúa vacía y el escudo se presenta en el registro derecho del observador, correspondiente al costero izquierdo del paso.

13 Muy probablemente esta ganancia conceptual se deba a un simple “error de procedimiento”: al repujar se trabaja el material desde el envés (cara posterior) de modo que lo representado en la cara vista (el haz) conlleva una inversión en espejo con respecto al diseño que se trabaja.

14 La misma que presenta la medalla (también con escudo carmelita) de la cofradía baezana de La Caída: modelo en el que debió inspirarse el dibujante de esta versión, que quizá por esto mismo no transfiere al escudo carmelitano las singularidades que encontrábamos en el de la primera versión (“INRI” y estrellas de cinco puntas).

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Este dato final nos confirma abiertamente cómo la composición heráldica que estudiamos ha ido decantando sus formas en una dirección clara, sin que al mismo tiempo su conceptualización haya llegado a encontrar una plasmación definida y consciente en la mente de sus usuarios. En nuestra opinión, sin embargo, será un concepto bien definido y fijado, tanto como las formas en las que éste se exprese, cómo una renovada composición heráldica adquirirá definitivamente el poder inequívoco de representar válidamente a la corporación. Algo que esperamos lograr con el proceso de toma de consciencia que quiere abrir este informe y con los pertinentes acuerdos institucionales que esperemos lo continúen y lo confirmen.

C. RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS PARA LA RENOVACIÓN DE LA COMPOSICIÓN HERÁLDICA CORPORATIVA

Como queda dicho, para tomar una decisión acertada al respecto de cuál será la composición heráldica que represente a la cofradía a partir de ahora, conviene tener en cuenta tanto las consideraciones de orden conceptual como las de orden estético. Para introducirlas partiremos de la composición de 1998, haciendo sugerencias para alterar lo allí representado donde (en nuestra opinión) haya posibilidades de mejorarlo.

1. Consideraciones de orden conceptual: qué se quiere representar y que símbolos usar para ello. Aquí hacemos relación de los conceptos que creemos más relevantes al caso y de los símbolos, en nuestra opinión, más apropiados para representarlos:

Conceptos que creemos de obligada representación:

1.1. La advocación de la titular: aconsejamos mantener los símbolos en uso (siendo el principal, como queda dicho, el corazón de gules sumado de llamas y atravesado por siete espadas) bien por sí mismos bien acompañados por la divisa evangélica “et tuam ipsius animam pertransiet gladius”15 (Lc. 2,35) poniendo así de manifiesto el texto que inspiró la acuñación del símbolo principal. Más abajo haremos recomendaciones a propósito de la cruz de Cristo sobre el Calvario.

1.2. La sede canónica de la corporación [véase fotografía 10]: como tal su representación está ausente de la composición en uso. Volvemos a recomendar para ella un símbolo concepcionista como ya hicimos en 199716. Proponemos cualquiera de las siguientes opciones (ambas sobre campo de azur17):

una jarra de plata sumada de azucenas o lirios de plata o al natural (quizá la que tradicionalmente más se ha usado para representar esta advocación);

un sol de oro cargado con el monograma en plata del Ave María [véase ilustración 6] o un sol vacío que encierra el mismo monograma [véase ilustración 5], el conjunto surmontado de corona de doce estrellas de plata y terrasado de un creciente de plata (representación simbólico-gráfica de las referencias a María Inmaculada en el Evangelio18 y el Apocalipsis19 respectivamente).

Conceptos cuya representación creemos recomendable pero opcional:15 “Y una espada traspasará tu misma alma”.16 Desestimamos, por ser representación en exceso compleja para un escudo, una copia del relieve concepcionista que remata la portada

de la capilla, aunque como se verá, nuestra segunda propuesta está directamente inspirada en él.17 Considérese cualquier referencia al “azur”, en todo el informe, como al tono azul celeste o purísima.18 “Ave, gratia plena” (Lc.1,28)19 “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce

estrellas.” (Apc.12,1)

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1.3. -Instituciones religiosas que han contribuido al nacimiento, formación y sostenimiento de la corporación:

La heráldica corporativa vigente trae un escudo del Carmelo Descalzo. Su inclusión procede, con toda seguridad, del reconocimiento a la labor pastoral que los frailes de esta orden han venido ejerciendo en el seno de la corporación desde 1954, cuando comienzan a encargarse de celebrar los cultos en la capilla donde siempre había residido la hermandad20. Aunque la orden del Carmelo Descalzo no tomó parte alguna en la fundación de la cofradía, ni ésta tiene a día de hoy vínculo legal ninguno con ella, no nos oponemos al uso de este escudo en la composición: podríamos justificarlo en tanto que desde 1954 el Carmelo Descalzo tiene la propiedad efectiva de la capilla, sede de la corporación21. Desaconsejamos, sin embargo, la continuación de su empleo en cualquier posición de precedencia con respecto a los símbolos de la advocación y de la sede corporativa. Si se deseara conservar el escudo carmelitano en la composición que finalmente apruebe la hermandad, recomendamos su inclusión:

• O como contenido del escudo de la siniestra (siendo que la advocación y la sede obtengan los lugares de primacía, es decir, el centro y la diestra respectivamente);

• O en un pequeño escudo de boca ovalada o circular dispuesto en algún punto del eje central de la composición [véase ilustración 7], en caso de que se mantuviera la cruz en el centro separada del corazón de María, y éste se confinara al escudo diestro, reservándose el siniestro para la representación de la sede corporativa [véase boceto 1].

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl: aceptadas en 1871 por el consistorio municipal de Baeza para el mantenimiento del hospital de la Concepción, permanecieron al cuidado del mismo y de su capilla hasta que el edificio fue definitivamente abandonado como centro hospitalario en 194022. Según Miguel Tallada Martínez23, la fundación de la cofradía de La Soledad en 1930 se debe a una iniciativa de su propia madre (Concepción Martínez Herrera) respaldada y dirigida por las hermanas de la mencionada orden sor Melitona y sor Genoveva (ésta última la superiora de la comunidad en aquel momento). Ambas encaminaron a la fundadora a solicitar la licencia del párroco de S. Pablo, Julián Ruiz Guzmán24, siguiendo así los trámites que conducirían al establecimiento canónico de la corporación. Añade también Miguel Tallada que dicha comunidad de religiosas facilitó los primeros cultos internos ofrecidos a la titular25, y que durante la guerra de 1936-39 fueron las Hijas de la Caridad quienes custodiaron la imagen de la dolorosa que así pudo salvarse de una muy posible destrucción26.

20 En 1953 el provincial de los Carmelitas Descalzos de Andalucía solicita del ayuntamiento de Baeza la cesión del antiguo hospital de la Purísima Concepción (incluida su capilla) con la intención de establecer en él un convento y seminario de la orden. El 31 de diciem-bre de 1953 el pleno del ayuntamiento, presidido por Francisco Rodríguez Haro, acuerda la concesión gratuita y en propiedad del inmue-ble solicitado a la orden del Carmelo Descalzo (propiedad que volvería al municipio caso de que la orden dejara de habitar el edificio). La cesión quedó definitivamente aprobada merced a la preceptiva ratificación del Ministerio de la Gobernación, otorgada con fecha 3 de febrero de 1954. [Montoro de Viedma, Josefa Inés y Viedma Puche, Fernando: Baeza de 1950 a 1970 (con 940 imágenes), Grupo M&T, Baeza 2007, pp. 48-50 y 141; y archivo de Diego Orzáez Fernández]

21 De hecho, suponemos que la inclusión original del escudo (aparte la relación afectivo-pastoral de la corporación con los frailes) quería ser un modo de reprentar la sede canónica corporativa, dado que ésta viene recibiendo con asiduidad el sobrenombre de “los car-melitas” en las últimas décadas. Tampoco debemos olvidar la facilidad que debía procurar (comparado con la elaboración de un símbolo concepcionista) la utilización de dicho escudo y su posterior identificación.

22 Rodríguez-Moñino Soriano, Rafael et alii, p. 51123 “Recuerdos que no deben perderse”, Soledad (75 aniversario), pp. 23-2724 Nombrado como “cura ecónomo de San Pablo” en el relato de José Melgares [p. 62] 25 “El primer culto que se ofreció a la Santísima Virgen por parte de la nueva Junta, fue un solemne Septenario, cuyo último día

coincidió en Viernes de Dolores. Para celebrarlo, las monjas del Hospital de la Concepción, sustituyeron del Camarín del Altar Mayor la Imagen de la Inmaculada que siempre había presidido el Camarín del Retablo Mayor, y pusieron en su lugar a la Bendita Imagen de Nuestra Señora de la Soledad […] y adornando finamente el Camarín con luces, flores y plata.” [pp. 25-26]

26 “Gracias al Presidente de la Beneficencia Municipal, don José Fernández Checa, se consiguió que las imágenes y ornamentos de la iglesia de la Concepción fueran guardados y custodiados en las dependencias de las Hermanas de la Caridad durante toda la contienda, por lo que de esta forma, la Virgen de la Soledad pudo salvarse de ser quemada como así ocurrió con otras imágenes de Baeza.” (p. 26)

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A la vista de esta información, recomendamos para la futura composición heráldica la inclusión simbólica de este papel crucial desempeñado por las Hijas de la Caridad en la fundación y la supervivencia de la corporación. Desestimamos, no obstante, el uso de los símbolos completos de la compañía tal y como aparecen en su sello (un corazón rodeado de llamas sobre el que destaca un Crucifijo [véase ilustración 4]) por complejos y no muy en consonancia con el espíritu de la disciplina heráldica. En su lugar, recomendamos para el escudo que represente a la sede corporativa, la inclusión del lema de la orden (Charitas Christi urget nos27) en idéntica posición y forma a las que tiene en su propio sello: leyenda de sable sobre bordura de gules.

1.4. Divisa de la corporación (completa u omitiendo el texto que presentamos entre paréntesis): “Ecce ancilla Domini; (fiat mihi secundum verbum tuum)”28 en una o dos filacterias exteriores a la composición o enroscadas en la corona de espinas (caso de mantenerse ésta) [véase boceto 1]. Expresa el “sí” de María a la voluntad divina, da paso a la Encarnación del Verbo (y por tanto a su pasión redentora y a los dolores de su madre) y puede decirse que sintetiza el papel de María en el Evangelio de Cristo.

2. Consideraciones de orden estético: elementos de la composición, su decoración y diseño gráfico. Estas consideraciones son también de importancia en tanto que determinan los colores, y las formas y sus perfiles, es decir, el icono total que supone la composición heráldica y que por sí mismo permite identificar a la corporación antes incluso de llegar a leer en él los elementos y sus figuras. También, el diseño mismo de los aspectos estéticos puede ser leído como un concepto más, pues revela mucho del estilo de la corporación y de la imagen que tiene y quiere dar de sí misma.

2.1. Elementos de la composición:

La composición vigente consta de tres elementos (la cruz sumada al Calvario y acostada por los dos escudos). Esta composición tripartita puede:

(1) mantener tal cual el diseño de sus tres elementos (opción menos recomendable) siempre y cuando la versión en la que se inspirara fuera la cuarta o quinta (a) de las reseñadas en este informe, es decir, las que conceden primacía al escudo con la advocación de la titular.

(2) En el escudo de la siniestra, sustituir la heráldica del Carmelo Descalzo por la de la sede corporativa. Si para este escudo se aceptara la bordura con el lema de las Hijas de la Caridad, recomendamos que el escudo de la diestra (la advocación) ostente también bordura similar con el texto evangélico origen del símbolo de la Soledad. Una variante incluiría, como cuarto elemento, el pequeño escudo con la heráldica del Carmelo del que hablamos más arriba.

(3) Caso de mantenerse la heráldica del Carmelo Descalzo en el escudo de la siniestra, conceder el de la diestra al símbolo de la sede corporativa y rediseñar el primer elemento de la tríada (la advocación titular): supondría la reunión de la cruz sumada al Calvario con el corazón flamígero, bien a modo de corazón sumado de cruz [véanse ilustraciones 2 y 3], bien a modo de corazón cargado sobre la cruz [véanse ilustraciones 1.a y 1.b.].

Composición de dos elementos: dos escudos inclinados y acolados, solos o rodeados por alguno de los tipos de ornamentación exterior que se proponen más abajo. Al igual que en la tercera variante de

27 “La caridad de Cristo nos apremia” (2 Cor., 5, 14).28 “Aquí está la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lc.1,38). En el terreno de los enseres esta cita evangélica

encuentra su expresión plástica en la Anunciación-Encarnación pintada en la gloria del palio (2009). [Véase, en la ilustración 2, el uso de esta divisa en español por la cofradía de la Soledad de Martos.]

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la composición en tres elementos, supondría la reunión (esta vez en el escudo de la diestra) de la cruz sobre el Calvario con el corazón flamígero (en cualquiera de las dos variantes descritas más arriba). Se abandonaría así una composición centrada en torno a la cruz (tal y como ha sido hasta ahora) en aras de lograr otra más simplificada.

Escudo ovalado o emblema circular (con o sin ornamentos exteriores): supondría la culminación del proceso de simplificación. Sobre el campo quedarían recogidos sólo los símbolos de obligada representación: el corazón flamígero (con o sin cruz) representando la advocación y una azucena (en punta) por la sede corporativa. Véase la hermosa simplicidad del emblema de la Soledad de Villa del Río29. [Ilustración 8]

2.2 Ornamentos exteriores a la composición: la composición vigente cuenta con un ornamento exterior (la corona de espinas) que puede mantenerse o alterarse de acuerdo con las siguientes variaciones: (a) añadir en punta, como segundo adorno exterior, una filacteria con la primera parte de la divisa corporativa [véase boceto 3]; (b) añadir respectivamente en punta y jefe sendas filacterias con la primera y segunda parte de la divisa [véase boceto 1]; (c) sustituir la corona por una filacteria que envolviera completamente el campo de la composición (con la versión íntegra de la divisa) [véase ilustración 9 y boceto 2]; (d) suprimir por completo cualquier exorno exterior30.

2.3 Ornamentos Exteriores de los escudos: en cualquiera de los casos sugeridos más arriba los escudos que conforman la composición pueden, a su vez, presentarse con o sin ningún adorno exterior. En este punto la composición vigente presenta todas las posibles variaciones: con ornamento exterior, con ornamento reducido al jefe y la punta del escudo y sin ningún ornamento en absoluto. Su presencia o no depende enteramente del carácter más o menos austero que la corporación decida dar a su representación heráldica. En caso de decidirse su empleo recomendamos, en lugar de la decoración geométrica o vegetal usada hasta ahora, emplear alguno de los cartuchos de pergamino que decoran la fábrica de la sede corporativa [véase foto 10]. De hacerlo así, estos cartuchos dejarían de ser meros elementos decorativos y pasarían a adquirir el valor de símbolos secundarios de la sede de la hermandad.

2.4 Colores (Esmaltes y Metales): sin contradecir el simbolismo que corresponde a cualquiera de ellos (y que siempre hemos de respetar) caben, en el uso de los colores, distintas opciones de acuerdo a la mayor riqueza y vistosidad o austeridad y sencillez que la corporación quiera imprimir a su representación heráldica:

(1) Caso de decidirse por una composición que incluya diversos escudos, recomendamos el sable para el campo global de la misma. En cuanto a los escudos que aparecerían en ella, el necesario contraste cromático (sobre todo si se prescinde de la ornamentación exterior de los escudos) entre el campo de la composición (sable) y el de éstos podría establecerse (en caso de suprimir el escudo del Carmelo Descalzo) con la bicromía sable–azur o con la tricomía sable–plata (advocación) / azur (sede). La inclusión del escudo carmelitano, con sus colores propios, proveería una tricomía diferente: sable–azur / blanco.

(2) Caso de decantarse por un solo escudo, su campo podría ser de sable o de azur (si bien la segunda opción reforzaría la exigua presencia de la sede canónica en este modelo).

29 HERÁLDICA: Escudo formando por una corona de espinas, de oro, entrelazada de flores de pasionaria, que trae, en campo de pla-ta, un corazón de oro, sumado de llamas de lo mismo, atravesado, en barra, por un puñal con empuñadura de oro y hoja de plata. [Accedido 3/6/09: http://usuarios.lycos.es/webcor/clubinternautas/senanasanta-pregon2003.htm]

30 Especialmente aplicable a la versión de un solo escudo ovalado que, alternativamente, podría llevar un cartucho o la filacteria con la divisa o la combinación de ambos.

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Hasta aquí el estudio y las sugerencias que hemos podido reunir para ayudar a renovar y fijar una heráldica corporativa. Como puede desprenderse de todo lo escrito, las posibilidades entre las que buscar son muchas pero no infinitas, pues para hacer inteligible el mensaje de los símbolos y de la heráldica hemos de respetar tanto la propiedad de los conceptos a representar como el orden de prelación entre los mismos. Esperamos que este informe ayude a mantener claras estas ideas básicas a la vez que proporcione las opciones prácticas que de ellas se derivan en nuestro caso. Finalmente, y con todo ello, esperamos haber servido el propósito que nos encomendó la cofradía de La Soledad de Baeza cuando nos encargó este trabajo: informar de las posibilidades a las que acudir para fijar la heráldica que en el futuro represente a la corporación de manera inequívoca, con propiedad y belleza.

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BIBLIOGRAFÍA

o RODRÍGUEZ-MOÑINO SORIANO, Rafael et alii: Historia documental de las cofradías y

hermandades de penitenia en la ciudad de Baeza, Asociación Cultural Baezana, Jaén 1997

o GARRIDO LEMUS, J. F. y CRUZ MARTÍNEZ, D.: “Heráldica de las cofradías baezanas de

semana santa (apuntes para su estudio y veracidad)”, Semana Santa (Baeza 1997), Agrupación

Arciprestal de Cofradías, 1997

o MELGARES RAYA, José: “Referencias sobre la devoción hacia la Soledad en la ciudad de

Baeza”, Alto Guadalquivir (Especial semana santa giennense), pp. 62-63, Jaén 1999

o TALLADA MARTÍNEZ, Miguel: “Recuerdos que no deben perderse”, Soledad (75

aniversario), pp. 23-27, Jaén 2005

o MONTORO DE VIEDMA, J. I. y VIEDMA PUCHE, F.: Baeza de 1950 a 1970 (con 940

imágenes), Grupo M&T, Baeza 2007

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