Relatos varios

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Radio La Voz de la Selva UNA LECCIÓN PARA OLEGARro Carlos Andrés Alvarez Macedo Cierto a Olegario fue a pescar, pero se dio con la sorpresa que unos bufeos no lo dejaban surcar. Olegario se molestó, preparó su arpón y fue a dar al lomo del bufeo, éste desapareció junto a otros buf eos. Olegario comenzó a buscar su arpón por todo e l río y no lo encontró. Al día siguiente, al anochecer, aparecieron de la nada cinco hombres corpulentos, tocaron la puerta de la casa de Olegario y salió a abrir su mujer. Los hombres preguntaron por Ole gar io y la mujer les dijo que habia salido a pescar. Olegar io regresaba, se encontró con lo s cinco hombres y éstos le dijeron que por fa vor lo s acompañara. Olegario, sorprendido, los acompañó. Se fue con los hombres y como estaba muy cansado se dumlió. Al despertarse grande fue su sorpresa, fue a aparecer en una ciudad, lo metieron en un a casa rutilante y su nombre fue requerido. Señor Olegario Panaifo Tananta, dijo un anciano juez , usted debe responder por nuestro hermano Ama sifuen Talexio, quien la otra noche, en circunstancias que hacía su in spección a lo largo del río, fue sorprendido por su arpón. Él se debate entre la vida y la muerte y lo ll evaron al hospital. La farpa habia sido acuñada 61

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Radio La Voz de la Se lva

UNA LECCIÓN PARA OLEGARro Carlos Andrés Alvarez Macedo

Cierto día Olegario fue a pescar, pero se dio con la sorpresa que unos bufeos no lo dejaban surcar. Olegario se molestó, preparó su arpón y fue a dar al lomo del bufeo, éste desaparec ió junto a otros bufeos. Olegario comenzó a buscar su arpón por todo e l río y no lo encontró.

Al día siguiente, al anochecer, aparecieron de la nada cinco hombres corpulentos, tocaron la puerta de la casa de Olegario y salió a abrir su mujer. Los hombres preguntaron por Ole gario y la muj er les dijo que habia salido a pescar. Olegario regresaba, se encontró con los cinco hombres y éstos le dijeron que por favor los acompañara. Olegario, sorprendido, los acompañó. Se fue con los hombres y como estaba muy cansado se dumlió. Al despertarse grande fue su sorpresa, fue a aparecer en una ciudad, lo metieron en una casa rutil ante y su nombre fue requerido.

Señor Olegario Panaifo Tananta, dijo un anciano juez, usted debe responder por nuestro hermano Amasifuen Talexio, quien la otra noche, en circunstancias que hacía su inspección a lo largo del río, fue sorprendido por su arpón. Él se debate entre la vida y la muerte y lo llevaron al hospital. La farpa habia sido acuñada

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para cazar paiches, sus cincos cla vos tipo horquetas puntiagudas, luego de que caían sobre la víctima, se comprimían mortalmente.

Entonces Olegario dedujo que debía ser doctor, porque é l sabía sacar el arpón mejor que nadie s in causar daños.

~I muchacho arponeado quedó libre de la farpa . Olegario habla resultado siendo un buen c irujano.

Olegario fiJe conducido nuevamente a su casa por los jueces, esta vez e l anciano juez lo recibió con una sonrisa y le im·itó a tomar as iento. Fren te a é l había una fuente de agua cri sta lina y el anciano le hizo ver cómo los mijanos empezaban a sal ir de la pequeña fuente para migrar [lacia los grandes ríos en busca de com ida .

Mira Olegario, qué linda es la naturaleza ¿ verdad'l, pronto los boquichicos, las sardinas y hasta los sábalos desovarán miles de pececitos, irán tras su madre hasta los recóndito~ lugares y se incrementarán nuevas vidas, nosotros cuidamos la vida acuática.

En estos tiempos hemos tratado de cuidar a muchos peces que están desapareciendo por la ambición de los humanos. Si estos desaparecen , nosotros estaremos en una profunda soledad y ustedes estarán en escasez. Nuestros hermanos los peces no verían el futuro y tanto tu mundo como el mío sufrirán por igual este trágico desenlace. Por eso te pedimos que vayas a tu pueblo y levanta la voz de alerta a todos los humanos. A Oleoario lo invad ió una profunda tristeza. ~

O legario quedó en libertad y fue conducido para su casa. Cuando Olegario llegó a su casa comenzó a caer una menuda ll uvia.

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Rad io CUliva lu

T EODORA José Wellceslao Menac/¡ o Alvarado

Hace muchos, muchí simos a110s, tantos que la memoria de las canas que me lo contaron no recuerda tiempos, sólo espacios y hechos, llegaron a Piura varios sacerdotes, todos ellos llenos de amor a Dios y la voluntad por servir en los lugares más apartados. El más joven fue enviado a la provincia de Ayabaca para ayudar al sacerdote que por su avanzada edad había ped ido terminar su min isterio en esa parroquia tan alejada que iniciaba su construcción.

El joven sacerdote, fascinado por las bellezas naturales de los pueblos serranos, fue reconociendo sus cam inos ll evando su fe y su consuelo espiritual. Cuando llegó a Sapilli ca, sólo por llevar la extremaunción pedida por un nifio de 14 afios, caminó dos días hasta llegar a unas casitas de Cacaturo.

El joven padre montaba dies tro sobre el lomo de una mul a o frec ida por el hacendado Jorge Flores, piadoso cri sti ano quien bendecía la suerte de tenerle en sus lares.

Pronto la fama del buen sacerdote se hi zo conocida entre todos los habitantes de los más lejanos caseríos de la sierra, a donde sólo se llegaba por estrechos y sinuosos caminos de herradura. Los hacendados hacían gala de tenerle en sus

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haciendas pero él, s iempre oyendo a los más humildes, lIcvaba su bendición y su palabra a los lugares más y más alejados.

Cuando el padre Mauricio, que así se llamaba, a pedido de don Jorge Flores viajó a Jililí para luego caminar dos días en lomo de Illula, hasta un pequeño poblado cerca del Oso y visitar a su hermana doña Juanita Flores, quien tenía la tri ste enfennedad de la uta en estado avanzado, pues la Piedra Azul no pudo nada. Esta es una piedra que se halla sólo en la cima del cerro Negro y que molida cura la uta. La hermosa Juanita Flores tenía dos bellas hijas, Angélica de ojos tan verdes como el cún-cún y Teodora,jovencita de ojos zarcos como la miel más cristalina, y piel acaramelada. La nilla Teodora, como la llamaban, era un tanto huraña y hasta algo ' salvaje, se pasaba largas horas recorriendo los lugares más solitarios de la hacienda. Su padre la hacia acompañar del peoncito Dionisio Holguín.

Hombre al fin, el padre Mauricio no pudo dejar de contemplar la celestial belleza deAngélica, pero fue de la salvaje mirada de Teodora de quién se sintió atraído, en inexplicable contemplación.

Por ese entonces los comerciantes de ganado venían desde Ecuador con acémilas y ganado, 20 ó 25 días en bestias, sólo descansando en pequeños pueblitos y ralas casitas. El esposo de doñaJuanita Flores era un prominente ganadero y tenía en mente llevar a su familia desde los más lejanos rincones de la Sierra Ayabaquina a Loja, de donde él era nacido. En esos tiempos, peruanos y ecuatorianos, tenían los mismos bisabuelos, abuelos, padres, tíos y primos, pero como un conjuro callado, el horrendo fantasma de la frontera no estaba en sus habitantes, sino en las cabezas y mentes de sus tristemente históricos gobernantes.

Desde que e l padre Mauricio llegó, Teodora sintió emociones que sólo una vez en la vida se sienten y Belcebú que mora por esos Illontes hi zo coincidir a los jóvenes cerca de los

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paltos. Algo hablaron , y no fue de fe, sin podcr ni querer evitarlo se fueron encontrando más y más seguido hasta que una fiera pasión se desencadenó entre ellos. Dioni sio vio en la herejía el fin del mundo prometido y decidió acabar por sus propias manos con la vida de su joven am ita por hacer caer en tentación al enviado del Señor. Pero no se atrev ió.

Cuando se conoció la noticia, por boca de Dionisio, el corazón de doña Juanita no lo resistió y no hubo hacienda ni choza, peón ni patrón, que no comentara tan terrible desgracia.

El padre de Teodora, de regreso a la hacienda y enterado por otros de lo ocurrido, procedió a atar a Teodora a un palo, como era costumbre de esa época, y junto a ella al padre enamorado. Dicen que uno a uno los fueron latigueando, hasta que el brazo se les cansaba . Cuando un hombre se agotaba empezaba otro. Por orden del patrón debían acabar el látigo en los espinazos de los jóvenes, que ya agónicos sólo esperaban morir pronto.

Sería que Dionisio vivía enamorado de Teodora y que el amor es más poderoso que el miedo y la muerte para que de madrugada desatase los cuerpos casi inertes de los jóvenes amantes, untara sus cuerpos con infundia de gallina. Ensilló a los mejores machos del establo de la hacienda y los guió en su huida. Su finalidad era llegar a Loja, a casa de los parientes de Teodora, pero luego de tanto y tanto correr, la bella Teodora cayó sin vi da cerca de Pampa Larga y Mauricio, sin ganas ni fuerzas, se dejó morir también; nunca se supo si por temor a Dios, de pena, de dolor o por amor a Teodora.

Luego vinieron muchas guerras . Familias y amigos, padres e hijos, socios y enemigos se vieron separados por terribles fronteras y donde fue enterrada Teodora, hoy se conoce como el Hito Teodora, en la frontera Perú - Ecuador, cerca de la Señal de la Puerta.

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HHdio Cuti\'alll

HILO ROJO - PAÑUELO MORADO Richard Vásq/lez Romero

En tiempos de la colonia, en una comunidad cerca de !\yabaca, de hermosos pai sajes e innumerables hi stor ias sucedi ó a lgo que nos hará renexionar.

Era un día como cualqu iera, el so l se aprestaba a descansaren e l vientre de la mamapacha y la luna pronto ocuparía su lugar, los fuerte s silbidos de l v iento levantaba n suavemente e l polvo y los rayos solares aca ri ciaban las hojas verdes, la natura leza miraba ufana desde el c ie lo la maravill a de su creación y afable permitía la danza natural.

La vida natural de pronto se vio interrumpida por un g rupo de hombres que levantaban una gran pol vareda, Era común ver por estos caminos ge nte, pero este g rupo era muy s ingular. A la cabeza venía un hombre de apari encia dife ren te , su gran sombrero, sus fin as botas, era e l perfecto arqueti po de l patrón y e l resto seguro eran sus criados y sirvientes, A simple vista no se podía ve r bien su rostro por e l polvo, Así seguían su camino sin decir palabra alguna, sólo caminaban, De pronto , alguien rompió el hielo y exclamó : ¡don Moi sés, arriba, baja Tulio! El

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hombre que venía adelante se sacó su gran sombrero y dijo:

-Descansen cholos; hay que esperar le aq uí.

De inmediato dejaron caer sus nalgas en las piedras y empezaron a tejer curiosidad. Cada vez se hacía más cerca Tulio y la incel1idumbre crecía más aún, ya fa ltaba poco para que ll egue, cuando don Moisés se levantó, cogió su gran sombrero y se fue a l enc uentro.

-Tul io, ¿qué fue "' , ¿ lo cogieron')

-Sí, -respondi ó -lo cogimos en la punta del Cerro Campana.

Don Moisés se acercó más, le dio e l arma que traía y le dijo:

-Ve con el resto y guíales a l lugar, antes dime, ¿está lej os?

- o, ¡está aquisito!

- Aquisito , cholo gramputa. Así me han traído desde Cuchayo: aquisito, aquisito don Moisés. Ya ve rápido .

Don Moisés aseguró el arma, apre tó su correa y empezó a sub ir el ve ri cueto. Nunca había caminado tanto, mucho menos conocía estos caminos. Así como tampoco conocía la magia de la tierra, aunq ue le pertenec iera, pero para la mamapacha él era como cualquiera, así que si de nil'io no com ió tierra, hoy si que se empachó de e ll a.

En efecto, sólo pasó un corto tiempo y don Moi sés ll egó a la cima del Cerro Campana. Estando a llí , lo primero que hizo fue acercarse a un tipo quc se ha llaba amarrado cerca del abi smo, en un eucalipto . Lo desaló, bajó su arm a y le tiró un puñetazo. Luego le di sparó a su pierna derecha diciéndole:

-Tú eres el brujo Lucio, el que di ste un hi lo a mi hijo para que se ate , pues así vas a morir como mi pequeño, dime, qué le has puesto a las lúcumas que le di ste a mi mujer.

- Nada patrón -respondió.

- Nada, con sus pepas morirás ahorcado cholo "brujo"

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Ordenó que lo desnuden y que le amarren hilos morados por e l cuerpo.

Mientras que don Moi sés encebaba la verga de toro, los si rv ientes adornaban a Lucio de morado y Lucio se preguntaba: ¿Por qué a mí, si só lo qui se hacer el bien? Sólo pasaba a visitar a la patrona y a regalarle unas lúcumas, nunca pensé matar al niño, sólo le reeé para quitarlc el mal de ojo y le amarré su hi lito para que no me lo ojeen, esa mujer descuidó al ni ilo por estar en e l espejo. Pero ahol"3 ya cs inútil. Don Moisés no me crecrá, para su sociedad soy brujo, ahora más aún, reniego de la justicia traida de España, ¡bar\'anes enécuas l La vída de Lucio había dado un gran gi ro , el hilo rojo que dadi vosamente había colocado al primogénito de Don Moi sés, le quitó la vi da al pequeño. Pero e l doctor que había venido dcsde Cariamanga dijo que e l niño no podía haber roto el hilo, que era obra de brujos. Fue destino, complot, el hecho era que Lucio sería cruelmente asesinado, por una animadversión so lariega como la pelea de ga llos.

Lucio seguía cuestionando y e l público murmurando, mientras que don Moisés acariciaba el pañuelo morado, la noche ganaba terreno y de es tre llas se iba tiñendo. Don Moisés se paró y a l cuerpo de Luc io fuc recorri endo y con sorna iba dici endo:

- Acérquense, cholos, vean a este brujo mataniños; es por el odio que a lbergaba a nuestra raza que mató al pequello, pero sepan, que mi Dios no me abandonará y en nombre de él, vengaré la irreverenci a pagana y la muerte de Moisesito, mi hijo. Acaso piensan cho los, que sus Apus, sus lilas, sus Malqui s y quien sabe qué más tonte rías pueden con el imponente Cautivo . C laro que no, ahora cada uno cogerá una pepa de lúcuma, se acercará y cogerá la verga de toro; meterá la pepa en su boca y le asestará tres lati gazos diciendo: Padre , y tiran; Hijo, y tiran; espíritu , y tiran.

Cuando acaben , le amarrare este pañuelo morado,

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símbolo de ahora en delante de su Dios y, de generación en generac ión se arrastraran a él, pidiendo por su pan.

-Empiecen icarajol

El primer individuo se acercaba lentamente pensando: "Así no puede. nuestro pueblo no surg irá , los curilas no creo que use n el co lor sagrado para semejan te ofensa a Dios". Pero el miedo pudo más y empezó a golpear. Así pasaron uno por uno, zanjando heri das y se parando la sangre de l cuerpo . Cuando só lo fa ltaba que go lpee un hombre. Don Moi sés dij o:

-i Prendan fuego l Si no muere , lo quemaremos.

Estas palabras tocaron en el alma de Tulio, el último que faltaba. un indio no podía ser quem ado, su alma no iría al otro mundo y no cuidaría de su famil ia. Pero qué hacer, él era un perro más y era culpa de é l, por haberle cap turado, si sólo hubiese cogido otro camino. Su mente entraba en conllic to, era una gran injusticia. Toda la vida de sus coetáneos era inicu a. ¿Por qué ') ¿Por qué no ser libre s como Quinde, como nuestra s Huayacundas, s in amo, sin duello ') Pensó rápido y como poseído caminó, miró al inicuo cielo y se agachó. Mi ró a Luc io, desató e l pañue lo morado y lo hizo a un lado, abrazó e l cuerpo sangrie nto y se dejó caer a l vacío. Caían lento. Lucio lo miraba a Tulio con amor, como sólo s ienten los indios, que nu nca aculturarán, que nunca renunc iaron a ser libre s.

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Radio Cuth"alú

UN IDOS PARA SIEMPRE José Agurto Note

- i Vamos, ánimos hombre! ¿Q ué vamos a hacer') Ya es tá d icho que tenernos que ir a ti'eír monos. iMaldita la hora en que fueron a invadi r nuestro territorio!

Todos tralaban de rean imar a Marcos . Tanta era su desgracia que faltando pocos días para conc luir su servic io m ili tar, sus padres muri eron en un fata l acc ide nte de carreteras y, ni bien se reponía de este percance, la baja se suspendió . Todos estaban retenídos. El Perú los necesitaba, te nían que ir a combalir. Pero su mala fortuna venía de mucho tiempo atrás. Cuando tenía tres años de edad, su hellll ano gemelo se había perdido cuando junto a sus padres fueron de com pras a la fronte ra norte de nuestro país , siendo esto un du ro golpe para la famil ia que agotó todos los esfuerzos y espe ranzas por encontrar lo y desde que é l, Marcos, entró en uso de razón buscó por todas partes tratando de ubicar a su ún ico hermano a quien conoc ía sólo por las fotografí as, eran tan idénticos que úni camente los di fe renc iaba un lunar grande qu e éste tenía en e l rostro.

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JI

- ¡Malditas ga llinas l Qué se habrán creído, una a una les iré cerrando el pico para siempre.

Era la exacerbada expresión patriótica de Luis, un soldado muy aguerri do y va liente del Ecuador e hijo único de familia. Él ya había olv idado por completo lo que un día escuchó sin proponérse lo: "Pero s i tú nunca has podido tener hijos, nunca te he visto embarazada". Era la voz confidencíal de un a tía interpelando a su madre.

III

La con frontación bél ica estaba en su momento crucial. Marcos ya no teni endo nada que perder, se entregó de ll eno por su patri a haciendo caso omiso de las recomendaciones avanzaba y avanzaba, cual Aquiles de "La Ilíada" . Los di sparos provenían de ambos bandos. Los peruanos estaban en retirada . Marcos arenga a sus amigos. todos se arman de valor, hay muchos heridos. Ahora los ecuatorian os retroceden , menos uno, e l más aguerrido y val iente como el Héctor de "La [líada", quien hace estragos en nuestras huestes. Es aquí donde su rge la fi gura de Marcos que, ofreciendo su vi da porel Perú, sale al frente y después de proferir una serie de insultos y frente a frente de aque l insolente que se había atrevido a desafiarlos, le descarga todo el alim ento de su fusil, y queriendo tener un trofeo de guerra, coge el fu s il del caído y al sacarl e e l casco se deti ene a observar su rostro pintarrajeado. Su actitud ya no era normal , estaba loco. Sus amigos, de lejos le gritaban que regrese, pero él no hacía caso, besaba el rostro del caído y lloraba amargamente. Sus amigos se acercan para aver iguar su extrai'ia ocurrencia. Ya era tarde, había muerto, se había di sparado solo.

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IV

En el campo de batalla, para sorpresa de nuestros compatriotas yacían los cuerpos inertes de dos personas idénticas que só lo se diferenci aban por e l lunar que uno de e llos tenía en el rostro y por la nacionalidad.

El destino los separó y él mi smo se encargó de unirlos, peruano y ecuatoriano, UNIDOS PARA SIEMPRE.

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Radio L~ \ '0 7 de Zam ora

LA LEYENDA DE UNA DONCELLA Mario Rey Orozco

Allá donde el tiempo, la di sta ncia y el espacio no ex istian, \'ida una hcrmosa doncell a, Nadi e sabia su nom bre ni cosas por el estilo, so lamcnte sus dos \'eci nas que le hacían de comadronas, hablaban de su inoccncia, \ 'irginidad y talento, pues nadic se había alI'C\' ido a pisar ese santuari o, Gustaba \'estir de \'erde, un verdc encantador. Ese \ 'erde que \ 'est ía resaltaba su he rmosu ra y calaba en su figura , su donaire y su alm a buena,

La belleza , la pureza y el santuario donde hab itaba la doncel la eran siempre comentadas, ponderadas y hasta sublimizadas por su vecina: dOl'ia Laj a que con gallardía elocuente y una cullUra innata g ustaba de recibir en su man s ión a eminentes personal idades, particu larmente extranjeras, con qui e nes compal1ía, se nutria e intercambiaba aspec tos cu ltura les, soci a les, económicos y cientítlcos por antonomas ia; y por e llo, s iempre sacaba a reluc ir su tema favo rito, que era e l de ponderar las virtudes y bclleza ele que es taba dotada su vecina, la doncella,

Se dice que un día elc esos que tiene la vida y e l destino, recibió en su mans ión a una comiti va eumpea, El jefe de la m isión se prese ntó como biólogo que g ustaba de buscar,

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encontrar y descubrir las más exóticas especies en la amplia gama de su ci encia ; doña Loja, erudita anfitriona en eso de darle buen uso a la s in hueso, sentada en la mesa del comedor, mientras di sfrutaba de una agradabl e cena de mantel largo y servill eta a l cue llo, encontró bien servida la oportunidad para comentar sobre las virtudes de su vecina, que disponía de un jardín botánico indiscutible e incomparable y que hasta allí nadie se había aventurado a pi sar ese santuario.

E l ilu stre ex tranjero pre sta ba más atención a la argum entación que hacía su antitri ona de la inocente doncella que del jardín botánico . Y poco tiempo después hizo los preparati vos para aprestarse a una aventura que sólo el tiempo y el Marito recogerían en su sepo y en su mente . Una leyenda que j amás mentalidad alguna se atrevió a poner de mani tie sto, por delicada y hermosa. Es decir, una utopía que se cri staliza y se con funde con el espac io y el tiempo, con la di gnidad y el respeto, justam ente por tratarse de la más preciada doncella que exi stiera sobre la faz de la tierra.

Se dijo que la hermosa e inocente doncell a recibió a los visitantes con la altura y educación que le caracterizaba. El gallardo biólogo se presentó como don Alonso de Mercadillo. Ell a se quedó perpleja, sólo dijo "mucho gusto" , s in dar nom bres ni apellidos, pero algo estremeció sus inéditos adentros, no supo s i era por la tri steza o la alegría que le despertaba la presencia del galán. Pasaron algunos días y e l biólogo se aprovechó de lo que la naturaleza ofrecía ; ella tri ste y ultrajada quiso adoptar su apellidos, pero el ilustre galán se negó rotundamente y luego la convenció para darle un buen nombre, de la lierra donde él nació: Zamora.

Pasaron algunos meses y e ll a exigió matrimonio, pero e l bió logo le dijo que eso no podía pasar, porque é l era extranjero y lo que se debía hacer, era bautizarla primero . Trajo entonces un gran cura que sin ofender su memoria, pronto se comentó que

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era Monseñor Mosquera; entonces la bauti zaron y enseguida la casaron con un eminente paisano que se llamaba don Santiago; ella puso resi stencia, pero el cura sentenció que así debía ser. Se cumplió con la profecía de que el patrón era primero. La tiesta fue muy notoria y todo quedó en silencio. Hasta que se enteraron las dos comadronas vecinas: doña Cuenca y dOlla Loja que, con sus lenguas misteriosas, envenenaron el alma de la pareja feliz .

Un día en e l desayuno, don Santiago se enojó y entre peleas y reclamos, al lí mi smo declaró que Alonso de Mercadillo no era biólogo ni nada, que creyéndose guapillo, se aprovechó de ella; don Santiago se fugó y sin saber se alojó en la mansión de la Loja; allí pronto se enteró, que existía otra doncella. Don Santiago la buscó y luego se enamoró dejando a doña Zamora y se fue con la Morona. Entonces doña Zamora, sola, tri ste y pensativa, anduvo sin rumbo fijo. No se dio cuenta que con su falda mojada provocaba a unos sureños que viéndola abandonada, rasgaron sus vestiduras y se llevaron media falda. Ella dobló sus rodillas y apretujando su vientre, allí los dejó varados pero su alma fue herida. Como una cuchi ll ada la noción del tiempo se detuvo y se nubló su conciencia, hasta que en el 95 un horroroso estremecimiento conmovió todas sus fibras , vo lviendo a la realidad. Ahora sufre de reumas porque nadie la cobija, la ti enen desamparada y expuesta a los sureños, que no cesan por tenerla.

Don Santiago ll egó un día a pedirle el divorcio . Fueron a los tribunales pero nadie daba fe de aquel feliz matrimonio y entonces se sentenció que no puede haber divorcio sin matrimonio primero, que todo fue una farsa ya que no existe el divorcio entre Zamora y Santiago; ella apeló al tri bunal que le pidió agravantes y confesó cómo fue la osadía que vivió .

Dijo que allí donde la encontró el extranjero canijo, le puso para acordarse, el nombre de Los Encuentros. Posterioml ente, no sabe cómo, se las ingen ió para depositar en sus labios un beso que la durmió y que al sitio lo llamó con el nombre de Muchime, que

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cuando se despertó es tuvo en cueros perp leja desnuda con su pareja y por e ll o bauti zó al si ti o de La Saq uea; que pasaron nueve meses y una noche despertó con el ll anto de un retoño y por eso sentenció al sit io donde nació e l nillo, con el nombre de Guaguayme.

Se que jó ante el tribunal que Santiago era malo, que se ll evó hasta e l dinero y para que no se ll eve las joyas, e ll a se las engulló y a poco se atragantó; al tiempo le hi c ieron dall o, tra jeron a un doctor que luego de examinarl a, aconsejó ope rac ión; vinieron los prac ti cantes y hurgaron en sus costados, ex trayendo poco a poco todo lo que había tragado. Las joyas se habían convertido en vetas de oro que luego de excavar ni siquie ra cerraron la grieta que abrieron. Que en enero ,de eada año, siempre tiene una reyerta.

El j urado no op inó, pero el juez en sana crítica se apresuró a sentenci ar, que a fa lta de los testi gos, no podía adj udi car, un hij o que no era suyo, y por lo mi smo Santiago se quedaba en libertad de vivir con la Morona; que dadas las c ircunstancias que rodearon el delito, sólo puede sentenciar, que aquel padre puede ser, Al onso de Mercadillo, que con su cara de pillo s in ser biólogo ni nada, se aprovechó de los dos. Ahora dOlla Zamora, so la tri ste, abandonada, esperó la encrucij ada sentadita en la Variante para cazar a un nativo de apel l idos Chinchipe.

Don Chinchipe , prometió que la haría respetar, invitando a sus amigos chilenos y argentinos, peruanos y ecuatorianos, ante quienes presentó a su consorte Zamora; la madrin a no llegó y por ello, se escogió a una dama que asistió con los nombres de Ansiata Paz, quien luego de lanzar vi vas, unió a todos los asistentes y en abrazo fraterno , se juraron respeto eterno, limando sus asperezas. Ahora están todos juntos, comiendo del mi smo plato, besándose las mejillas, haci éndose reverencias y dándose palmaditas.

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Radio La Voz de Zamora

EL BREBAJE MILAGROSO Edgar Orlando Silva

En la paradisíaca ciudad de Zamora, ciudad rodeada de verdes montañas y hermosas cascadas, cuyas call es eran lastradas con polv ill o de oro, ciudad capital de la provincia de Zamora Chinchipe , reinaba la paz y la arnl0nía. Las autoridades cantonales y provinciales entre ellas se ayudaban, coordinaban acciones y tenían a sus pobladores contentos porque les soluc ionaban sus problemas y sus necesidades básicas, la gente a todos sus funcionarios les querían y les respetaban porque eran buenos y solidarios .

Un día, Víctor Rodríguez, prefecto de la provincia y Franklin Delgado, el diputado, se volvieron enemigos y acabaron con las relaciones que antes tenían entre ellos. A partir de allí, el pueblo se dividió en tres grupos, el que seguía a Delgado, el que simpatizaba con Rodríguez, y el tercer grupo que era neutral y no se hacía ni al uno ni al otro.

Víctor Rodríguez publicaba desafíos y petitorios en el periódico de la localidad denominado "La Hora" en contra del diputado Franklin Delgado, y éste hacía lo mi smo por la emisora de su propiedad denominada "Radio Integración" ; es decir,

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ambos permanecían en una constante guerra de palabras o fensivas. Desde luego que cada cual tenía el respaldo y la fe licitac ión de sus acólitos, quienes erradamente alimentaban esos malos se ntimientos con chi smes y cuentos. Y, como era lógico, otra pal1e de la poblaci ón se sentía mal por lo que oculTía en su ciudad hellll osa en donde antes todo era tranquilo y amistoso .

Mientras eso ocurría, se llevaban a efecto las fi estas de provinciali zación de Zamora Chinchipe , entonces en una feria de integración fronteri za que en el mes de noviembre de cada año se realizaba en Zamora, vinieron a participar hermanos peruanos, con la finalidad de hacer conocer a los zamoranos el potenci al de su al1esanía y lo~ productos de los cuales di sponían para venderl os .

Un zamorano de nombre Próspero Silva, preocupado del problema que existía entre el diputado y el prefecto de la prov incia, fue a visitar la feria y en un puesto en donde se exhibían centenares de cremas, jarabes, amuletos, elíxires, pócimas, etc., se detuvo a buscar una bebida o un elíxir mágico que haga desaparecer el rencor en los corazones de las dos autoridades que se odiaban a muerte.

En efecto halló un brebaje que se llamaba "Corazón de Oro" , en cuyo frasco se indicaba que se administre una cuchara por una sola vez a las personas afectadas por un mal sentimiento, y que de inmediato el remedio surtiría efecto. Pero que para ello se requería que las dos personas estén juntas y lo tomen en casi al mismo tiempo.

La situación para hacerles ingerir el brebaje era dificil , así que comenzó a pensar en cómo reunir a las dos autoridades enemistadas, pero no hallaba la forma , hasta que un día, a través de la prensa se informó de que para la fiesta de clausura del programa de provinciali zación , a la sesión solemne vendría el

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Mini stro de Re laciones Exteri ores del Perú.

Próspero Si lva. s in espe rar más fue hasta e l Hotel "Chonta Dorada", lugar del hospedaje del importante personaje peruano y luego de pedir la respectiva audienc ia, logró una entrevista con é l. Le hi zo conocer el problema que ex istía entre el diputado y el prefecto y también de sus deseos de terminar con eso de raíz para que de nuevo la paz y armonía reine en Zamora . El Ministro le fe lic itó a Próspero por sus sanos propósitos y juntos trazaron un plan.

En la sesión solem ne, Próspero Silva, gracias al pedido del Ministro de Rel ac iones Exteriores del Perú, logró que le pellllitan servir las bebidas a las autoridades, entre estas estaban el alcalde, el gobernador, el jefe po lítico, el Ministro de Gob ielllo y Policía de l Ecuador, el prefecto, el diputado, e l Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, etc.

Al di simulo, Próspero puso en el agua mineral del prefecto y del diputado una dosis de brebaje "Corazón de Oro" y esperó pacientemente que el remedi o actúe en las dos personas.

En el orden establ ec ido por los organi zadores del evento, le tocó habl ar al prefecto, éste se dirigió al audi torio y de fOlllla sorprendente agradeció la presencia de todos y en especial la de l diputado Franklin Delgado, a quien le alabó de sobremanera por sus gestiones legi slati vas y le dijo que él era blanco de sus aprecios, respetos y consideraciones; LOdo e l mundo sin sali r de su asombro, le aplaudió y le gritaron vivas.

En su turno el diputado Delgado destacó la obra de l prefecto y dijo que nunca en la historia de Zamora Chinchipe ha existido un funcionario público como él , e incluso dijo que en lo posterior pedirá que se lo condecore por parte del Congreso Nacional en reconocimiento a su trabajo tesonero y grande.

Todos los presentes vol vieron a aplaudir poniéndose de pie, mientras el prefecto Víctor Rodríguez y el diputado Franklin

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Delgado con lágrimas en los ojos se daban un abrazo fraterno, prometiendo nunca más enemistarse.

Próspero Silva, admirado del efecto del brebaje "Corazón de Oro", se sintió feliz y cruzándole una mirada de complicidad al Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, sonrió y pensó: "De aquí en adelante Zamora ya no será testigo de las confrontaciones que había entre el diputado y el prefecto, y ambos trabajarán conjuntamente multiplicando su gestión en beneficio de la provincia porque la unión hace la fuerza" .

En verdad, luego de ese día, la gente dcl pueb lo se volvió a unir y nunca más se rompió la paz, pero Próspero Silva por si acaso, guardó el frasquito, cuyo conten ido tenía el milagroso poder de terminar con las encQlistades entre las personas y hasta hoy lo conserva como un tesoro.

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Radio LoI Voz de Zamun.l

¿QUÉ TE CUENTAS JUAN PUEBLO?

Segundo Morocho

Que te puedo contar en esta vida en la que Dios nos ha dado todo pero nuestros semejantes nos han privado de lo que nos pertenece.

La humanidad se ha complicado la vida y ha puesto límiles di vi diendo el mundo en continentes, y a éstos en países.

Nosotros, que formamos parte de la naturaleza la estamos de s truyendo , pues con tanta tecnol ogía y nuevos descubrimientos nos hemos convertido en agentes destructores del medio ambiente .

Me molesta que tengamos que referirnos a diversos gobiernos, sabiendo que estos fueron originados por las ambiciones de poder de algunos tipos.

Alguna vez, alguien tuvo el gran sueño de hacer un gran estado por lo menos con cinco países de América del Sur, pero debido a los malos sentimientos humanos eso quedó sólo para contarlo pues los interesados lucharon por la división y la lograron ; entonces se inventaron los nombres de Venezuela, Colombia, Ec uador, Perú y Bolivia, y se dibuj aron los mapas delimitando sus territorios. Ahora cada cual subsiste gobernado

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por personas que en su mayoría han jugado con la fe. con la esperanza y con la confianza de sus pueblos.

Ecuador y Perú , dos hermanos latinoamericanos por algún tiem po sostuyieron un contlicto de límite s. sus gobiernos pelearon por kilómetros de territorio, territorio poblado de árboles, de animales, de mOlllaiias , de lo más hermoso que tiene el planeta Tierra. Cuántos ecuatorianos y peruanos murieron, cuántos quedaron lisiados, sólo por una extens ión de tierra ... que lo digo aquÍ , tierra que no es de nadie porque es de lodos. Y es de todos porque es de Dios.

A los inventores de la guerra , no sé en dónde dej aron las palabras de Jesús que nos dijo: "amaos los unos a los otros", y dieron demas iado motivo . para que los inventores del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se inventen y le den el s ignificado a esa palabra que destruye todas las cosas , esa palabra que crea desiertos, que derrama sangre y acaba con la vida.

La guerra es la muest ra de la incivilización que está guardada en e l instinto animal de cada hombre y que sale a flo te cuando las ambiciones insanas, el egoísmo exagerado y e l de lirio de grandeza se apropia de un ser humano.

Ecuatorianos y peruanos vivimos el horror de a lgunas bata llas en la región amazónica, pero ese li tigio tuvo su fin, g racias a la gesti ón de los gobiernos de nuestros respecti vos países, hoy gozamos del antónimo de guerra que es la PAZ, cuyo término sí me rece escribirlo con letras m ayúscul as como lo hago aqlll.

La PAZ, s in em bargo para mi manera de pensar ti ene dos formas o dos prese ntac iones : LA PAZ ACTIVA Y LA PAZ PASIVA.

LA PAZ ACTIVA es la que existe en cada hombre y en cada mujer que construye, que trabaja, que habla por la Paz, que en

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todo acto deja escapar acciones armoniosas que termina en la interrelación social y la empatía mutua.

LA PAZ PASIVA es la practicada por las personas que sin destruir. tampoco hacen lo contrario )' se conforman con hacer nada por la paz, porque s i todos la ap licáramos activam ente otro pais y otro mundo tendríamos.

Es necesari o praclicar la Paz ACli\ ·a. A través de este documen to, yo, .luan Pueblo , les invito a hacerlo, despertemos y cuidemos nues tro mundo para que no se acabe, )' los hijos de nuestros hijos y LOdos los que vengan después tengan un futuro mejor que el nuestro , pues Paz Activa es:

No robar, s ino dar a quien lo necesite o lograr lo que se quiera con esfuerzo.

No se l' conformista, buscar la superación constante en todo ámbito.

No contam inar. e\'ita r la contam inación, I im piar.

No mentir, dcc ir la \ 'crdad.

No malar. ciar yida, crear.

No odiar. amar con toda la pasión ele un artista .

No en mudecer, si no gritar con toda la voz de IU corazón: ¡Construye I i Construye l.

Hasta pronto, mi s nombre s so n .Juan Pueblo y m is apell idos , son Jarabe ele Palo.

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Radio Ondas de Pallas

PANCHITO y SUS AMIGOS Gregory Naralljo Rojas

Una vez, cuando me fui aljardín, conocí muchas perso nas : a la Tere que es mi profesora, al profe Luri a otros profes y en la calle lo conocí a Panchito, quien me llamó la atención porque canta merengue y es muy alegre y nos hace reír mucho . Panchito es un joven de Catacocha, lo quieren mucho es muy conoc ido porque es andariego.

Un día, cuando pasó las vacaciones llovía mucho y lo encontré muy mojado . Pan chito parecía pollo quemado, me reí a l ve rlo y seguí corriendo a mi casa, po r descuidado me caí en un a poza de agua y quedé mojado como Panchito.

Cuando ll egué a mi casa mi mamá me preguntó que si estuve jugando porque vengo mojado y le dije que me puse a jugar carnava l con Panchito y e l pe lado.

Un hombre me preguntó que cómo me llamo yo, le dije que mi nombre es Gregory José, y el hombre me dijo que si tengo amigos y le dije que sí que Panchito es mi amiguito porque nos hace di vel1ir mucho a todos mis compañeros y a mi también, nos gusta cuando canta, cuando bai la y cuando se pone a hacer

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p:opaganda con un tubo en la boca y también cuando se pone temo con quetas que parece un payas ito.

Panchito es un joven muy bueno y educado porque él sabe saludar, cuando \a por mi casa me dice : Monito, Monito hay que saludar a las personas mayores o hacer la venia.

Por eso todos los niños de Catacocha debemos sa ludar y ser obedientes con las mamitas y la Tere, para que nos enserle muy bien los dibujos y no nos pegue con el puntero .

Todos los nirlos tenemos que ser educados como mi papi y mami para que diosito nos quiera mucho y nuestros amiguitos también.

Colorín colorado que el ~uentito dc Panchito y sus amiguitos se ha term i nado.

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Radio Ondas de Pallas

CREAC IÓN DE LA "BANDA INSTITUTO OBRERO"

Tayron Patricio Morillo Macas

Según me cuenta mi abuelito, en el arlo de 1928 se formó una banda de músicos con el entusiasmo de Floro Macas, quien trajo un profesor de mús ica llamado Pío Minga, desde la parroquia de Guachanamá, hasta su dom ici I io T undunda donde repasaron di ari amente por el lapso de 8 meses; para la formación de este grupo se adquirió 11 instrumentos en la ciudad de Guayaqui I por el va lor de 450 sucres.

Es ta banda estuvo integ rada por los siguientes señor'es: Manuel de la Cruz Díaz, Agustin Diaz, Jacobo Díaz, Virgilio Macas, Miguel Macas, César Macas, Octavio Diaz, Fél ix Guayala, Zoilo Gallegos, Roberto Díaz, Mateo E ras y el profesor de música Pio Minga.

Luego de un arduo trabajo re a li zaron su primera presentación en la Iglesia Matriz de Catacocha; dándose asi a conocer al pueblo; es entonces donde el párroco del pueblo padr'e Juve nal Jaramill o los observa y les pregunta que de qui én es esa banda y le contestan que de Floro Macas, quielllos felicita y emocionado los in vita a formar parte de la Sociedad "C lub Garcia Moreno", Aceptan dándose así la creación de la sociedad

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García Moreno conjuntamente eon la Banda de Músicos. Esta banda para sus respccti\'os repasos se reunían en el barrio Aguacollas; luego en e l barrio Progreso, en la casa de don Domingo Saraguro, quien había s ido músico, convirtiéndose después en el profesor de la banda. Más tarde a rrendaron la casa llamada Tienda dc la Virgen donde hoyes e l Co nvcnto Parroquial hasta qu e pudieron adquiri r un lote de propiedad de don Aurelio Tandazo por va lor dc 2.000 sucres.

Con e l pasa r dcl ti empo llegó el Padre Francisco Vald iviezo quien cambi ó e l nombre de la soc iedad y banda por e l del In stituto Obrero, con el que en la actualidad se cuenta. En vista de que aún no se podía cancelar el va lor del terreno adquirido para la construcc ión de la casa del Instituto Obrero mandó por primera vez a esta banda a la c iudad de Portoyelo para que toquen en las fie stas de l 5 de ju li o ganando 1000 sucres, con lo cual cubrieron la deuda.

De esta manera, son e llos los fundadores y contribuyentes en la creación y const rucción del Instituto Obrero conj untamente con su banda, de los mismos que aún existe n Miguel Macas, César Macas y Octa\'io Díaz.

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Radio O ndas de Pa llas

LA FUERZA DELAMOR Jéssica Eleanna Díaz Ortiz

En cierto día , Carlos, miembro de una famili a de posición económica media na, se diri gió al Colegio Maris ta como todos los días, como era día cívico se quedaron en el patio de l Co legio. Al culminar la primera parte, se empezó la segunda con el poema de una chica llamada Alicia, la misma que era nueva. El poema le causó inquietud a Carlos. A l terminar el eve nto todos se retiraron a sus au las.

A la salida del Colegio, Carlos intentó averiguar todo sobre Alic ia. Al momento en que se dirigía al au la de ella, se dio con la sorpresa de que ya se había retirado una hora antes porque el profesor de Laboratorio se encontraba fue ra de la ciudad . Sus am igos lo esperaban en la puerta de salida y é l se les un ió y así fu eron caminando hasta la parada del bus, se subieron y cada uno se quedó en su domici li o . Carlos llegó a su casa, su madre estaba sirv iendo la comida, é l se fue a su dormitorio a dejar sus útil es y cambiarse de ropa. Se dirig ió al comedor y se sentó con su famili a, no pronunció ni una so la pa labra. Su madre le dijo: ¡Carl os, te sucede a lgo l No me sucede nada, sólo estoy preocupado por el examen de mañana. En realidad lo que Carlos

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estaba pensando era en Al ieia y su poema, necesitaba saber más sobre ella. Carlos terminó su comida y se fue a su habitación y decidió preguntarle a su madre sob re unos textos de adolescenc ia. la mamá se los di o.

Dc inmcdiato los empezó a leer y luego se acos tó. A 1 día siguiente se fue al salón de Alicia, se encontró con Adriana y le preguntó : ¿dónde está Alicia') Ella todavía no ll ega, el la es amab le con todos y pertenece a una fa milia acomodada de la ci udad, le respond ió Adriana.

Carlos al saber esto se dirigió a su sa lón un poco tranquilo, luego sonó el timbre para e l recreo, bajó con sus amigos los esca lones y se encontró con Ali cia y Adri ana los presentó y los dejó solos, los dos estaban nert' iosos pero Carl os habló y dijo que quería cOI1\"Crsar con ella a la sa l ida.

1\ la salida del colegio se encontraron tal como lo acordaron. Alicia le pid ió a Adriana que la acompallara por la tarde a la librería, pero e ll a contestó que no podía y al'iadió que mejor la acompañase Carlos. él dijo que estaba encantado. Al pri ncipio 1\ 1 ie ia se negó pero por último aceptó.

La hora de encuentro era 3 p.m. en la parada del bus, Carlos aceptó y cada uno se dirigió a su casa. Carlos com ió, se baño y se puso la mejor ropa para el encuentro con su chica.

1\ las :2:4 5 dc la larde, Carlos sal ió de su domicil io y llegó a las 3 p.m. pero Alicia no ll egaba. Esperó 30 minutos y decidió ret irarse cuando oyó una \ 'OZ muy dulce que lo ll amó. Entonces él se dirigió a e ll a y se fueron a la librería. En el trayec to a la mi sma, Alicia pidi ó di sc ulpas por el retraso. Entraron a la librería y compraron lo que necesi taban y se fueron a tomar un hel ado de chocolate y entonces Carlos quería decirle todo e l amor que sentía por e ll a, pero el la no le dio la oportunidad. Se fueron con versa ndo y cada uno se fue a su casa.

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Luego de aquel encuentro no \'o lvieron a hablar y pasaron se manas y se manas sin verse. Has ta que Carlos se decidió a preguntarle a Adriana qué le sucedía a Alicia, e ll a le respondió que no sabía pcro que sí notaba algo extraño porque estaba fa ltando consecuti vamente.

Al siguiente día les tocaba Cultura Fisica a las chicas de quinto. Cuando el profesor empezaba a tom ar la lección a Alicia el la se desmayó y la llevaron al departamento médico donde la examinaron y ll amaron a sus padres . El médi co les dijo que ten ían que ll evarla a un espec ia li sta. Todos sali eron del colegio muy preocu pados.

Enla mañana, Carlos se diri gió al colegio y notó la presencia de Al icia y Adriana. Decidió llamar a Adriana . La mamá de Adriana contestó y le dijo que desde la noche anterior había sa lido al hospital a ve r a su amiga Alici a que estaba muy enfenna. Enterándose de esto se fue de inmedi ato al Hosp ita l, cuando arr ibó a aquel lugar vio en la sala de espera a los padres de Alicia y a Adriana junto a ellos, él preguntó que sucede , Adriana le dijo que está muy grave Alicia y que tienen que hacerle una operación en el cerebro y esto es muy riesgoso y puede llegar a morir. Después de tres horas de la intervención sa li ó el médico diciendo que había fallecido y tambi én les dijo que lo lamentaba mucho .

Todos empezaron a llorar inconso lablemente. Adriana entregó una carta a Carlos, la misma que había sido escri la por Alicia antes de la intervención y solamente se la debía entregar a Carlos si e lla llegaba a morir. Carlos la abrió en seguida y empezó a leerla, en esta decía que lo quería mucho y lo amaba desde que sa lieron en su primera cita, pero que ella no le decía nada porque sentía temor de que su amor no sea correspondido y que a pesar de estar muerta lo seguiría amando. En aquel instante Carlos se dio cuenta de que su amor también había sido correspondido.

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Radio Ondas de Palla,

ELALMA DE UN SACERDOTE EN PENA

Leisy ]anetlr Carrión Peralta

Sucedió en el afio de 1954, en e l Barri o La Esperanza, en ese entonces j urisdicción de la Parroquia Olmedo, de l Cantón Paltas de la prov incia de Laja. Ex istía un hombre cuyo nombre era: Avelino de Jesús Sánchez Ríos, quien falleció en e l año de 1995, que a esta fecha (2002), hacen sie te años desde e l fall ecimiento de este señor.

Avelino de J. Sánchez R. era mi bi sabuelo y estaba casado con Mercedes A rmij os, quien hasta el momento se encuentra con vida y reside en el Barrio Santa Bárbara Bajo, de la parroquia y Cantón Olmedo.

Avelino de Jesús Sánchez Ríos, se dedicaba a trabajar de albañil y de carpintero; por lo que, un sacerdote en aquel entonces párroco de Santa Bárbara Bajo, quien llevaba los nombres de Aparicio Jiménez, le contrató los servicios, para la construcción de una casa, la mi sma que iba a ser destinada para un convento. Esta casa estaba ubicada en la calle que ahora lleva el nombre de 18 de Noviembre, la mi sma que en la actua lidad ya no se encuentra. Pero, para ser más preci so, el sitio es en el mi smo lugar donde se encuentra construida la casa de habitación del seiior Máximo Samuel Armij os.

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Avelino Sánchez se puso a trabajar en la construcc ión hasta termi nar la obra. Pero, en el momento menos pensado, el sellor Obispo de la Diócesis de Loja , le pidió a al sacerdote Aparicio Jiménez, que se haga cargo de la Parroquia de ambacola, por lo que el sacerdote se fue y no le canceló personalmente el dinero que habían acordado por los trabajos de la construcción, siendo en un total de doscientos sucres, lo que podemos imaginarnos esa cantidad con relación al ti empo de ahora. Y, para la mala suerte, en esos días, a este sacerdote le sorprende la muerte y no le cancelaron la deuda a mi bisabuelo, siendo una persona de bajos recursos económicos y las necesidades iban en aumento porque tenía que mantener a su familia que era muy numerosa; y cada vez que tenía una fIecesidad económica urgente se acordaba de la deuda que no le había pagado el sacerdote . Es así que cuando Avelino Sánchez se encontraba durmiendo esc uchaba en primeras instancias que le golpeaban la puerta. Otras veces escuchaba que caminaban en el tablado . Y así fue pasando el tiempo, hasta que después comenzó a escuchar que le ll amaban del nombre, reconociendo la voz del extinto sacerdote Aparicio Jiménez. Esto se iba repiti endo todas las semanas en los días martes y viernes y en los momentos de que mi bi sabuelo estaba durmiendo. Ante estos estragos y llamados Avelino Sánchez, comenzó a sentir bastante miedo y luego de que sucedían estos estragos se le ahuyentaba el sueño, encendía un cigarrillo para fumar a esas altas horas de la noche, con el fin de disipar los nervios. Así mismo rezaba por el eterno descanso de las almas. Avelino seguía trabajando para el bienestar de su fami lia, es así que sembró una chacra con su familia para realizar las labores de deshierba y quedarse a dormir en un a choza de campo, más en la primera noche estando él despierto escucha que en el sombrero que acostumbraba dejar cerca de su cabecera, en el que contenía tabaco de hebra picado, los fósforos y el papel de envolver el tabaco, escuc ha que le fojeaban el

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papel. Avelino, pensando que era algún ratón, esti ra la mano para espantarlo, y luego a oscuras rompe un pedazo de papel y envuelve un cigarrillo, al cual enseguida se lo fuma . Al siguiente día al levantarse coge nuevamente el papel y se encuentra con la sorpresa de que en el papel había una nota escrita, la cual no la pudo entender porque estaba escrita en latín según le manifestaron cuando la hizo descifrar. Avelino muy preocupado le cuenta a su esposa Mercedes Annijos, lo que había sucedido en la noche, él muy pensativo manifiesta a su familia que después del mediodía retornarían a la casa. Al día sigu ien te con su esposa acuden donde el cura párroco de ese tiempo: padre Segundo Gregario Herrera, ya que estos esposos se ll amaban terciarios y como era tercer sábado del mes acudieron a con fesarse y hacer descifrar la nota misteriosa de la noche anterior, por lo que el padre Segundo Herrera con todo agrado lo hace, y descifra lo s iguiente: "Te vaya hablar en una de estas noches, ya que estoy por cumplir la séptima cuarentena y necesito de tu perdón". El párroco actual los aconseja tener velas benditas, fósforos yagua asimismo bendita, y le dice a la esposa de mi bisabuelo que cuando escucha o sienta algo extrailo haga llorar a la criatura pequeña.

Como era costumbre escuchar los estragos, los martes y viernes, nunca se les ocurrió que sucedería en la mi sma noche de la confesión. Contaba mi bi sabuelo que parecía estar soñando que lo llamaban "Avelino, Avelino ... ", y él contesta a ese llamado y la voz del extinto padre Aparicio Jiménez le pedía perdón y Avelino le contestó diciendo. "Sí, te perdono, te perdono ... " además esta voz misteriosa de forma muy extraña que parecía que hablaba en un hueco había dicho : " El dinero que te debía te lo dejé cuando estaba vivo con mi primo Cri sauro J iménez, él vendrá lo más pronto a cancelarte esta deuda de hace años". Y la voz misteriosa seguía hablando y pidiéndole a mi

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bisabuelo que lo deje acostarse en med io de los dos esposos, mas Avelino no le perm itía diciéndole que: "No hay cómo, no hay cómo". Pero mi bisabuela Mercedes escuchaba la voz de su esposo que repetía y repetía que "no hay cómo" y que Avelino le había puesto en el pecho quien le apretaba tanto que estaba a punto de asfixiarle y repitiendo que no hay como, entonces se le viene a la mente que debe ser el alma de aquel sacerdote la que estaba presen te hablando con Avelino y al momento pellizca la guagua que inmediatamente rompe en llanto, s iendo la guagua el señor Servio Sánchez Avelino, que en esos instantes abrió los ojos, no se acordó que el párroco le había recomendado que no abra los ojos pase lo que pase. Y alcanza a ver que en el aire, sobre ellos, tlotaba una luz intensa. Y, en medio de la luz, un ani mal grande en forma de murci élago que hacía que el ambiente sea horripil ante, razón por la que don Avelino cae con un ataque y su esposa comienza a llamar a sus hijos y a rezar en alta voz el "Santo Dios". Al momento que prendía las ve las benditas y rociaba con el agua bendita, mientras que Avel ino sin sentido se retorcía en el suelo con ataque sobre ataque. Al día siguiente, muy temprano, don Crisauro Jiménez llegó donde Avelino Sánchez pidiéndole disculpas y diciéndole que le traía el dinero que le había dejado el pri mo, pues de manera sorpresiva mani festaba ,; anoche casi me carga el di ablo".

Estos ataques al corazón le seguían dando cada vez que había luna tierna, hasta el mismo tiempo de su muerte sucedida el año de 1995.

MORALEJA

"Perdona a tus deudores y a los que te ofenden, así encontrarás la paz que necesitas".

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Radio Ondas de Pallas

EL ENIGMA DEL SHIRICULAPO LlIcrecia Encarnación

Juan y María oían con atención a su abuelita Martha que les cuenta el cuento que a e ll os más les gusta. Uno de tan tos que todas las noches les cuenta. Mientras se abrigan junto al fogón y los niños atizan de rato en rato la cande la con un largo tizón. En tanto, Martha con sus ágiles manos, hila su copo de algodón y mira cómo su huso se llena de hilo .

- Abuelita -dice Juanito, impaciente- por favor, cuéntanos del Shiriculapo y el tiempo de los Paltas.

- Sí, hijo mío, según me contó mi papá, que su abue lo le había contado y a éste el suyo, el Shiriculapo, o sea esa inmensa peña, era el balcón del Rey. Y desde allí se observaba con claridad a todos lados, sobre todo cuando una tribu contraria se acercaba por lo cual siempre un guardia pasaba observando. Todo era bonito porque ahora, con el pasar de los años, en nuestro campo se ven cosas extrañas y quién sabe qué pase después.

- Pero abuelita quiero saber mucho más. ¿Qué hay dentro de la peña? ¿y si hay alguna entrada?

- Verán, es algo prohibido hablar, pero no mucho como antes que éramos castigados duramente si queríamos saber algo de esa

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peI'ia, porque todos lo consideraban la vivienda de los dioses: había una entrada o una puel1a natural y una cueva que se di vidía en di versos departamentos. En una guardaban las armas, como hachas de piedra, lanzas de huesos de león, nechas de espinas de culebra que cuando ganaban una batalla las guardaban de recuerdo.

- ¿Quién hacía esas armas'J, -pregunta María, curiosamente, a la vez que deposita leña a la candela que está a punto de apagarse.

-Los mismos guerreros pallas , quienes eran bravos, val ientes, de carácter serio, su cuerpo endurecido como la roca por el sol y el viento, los paltas, en su ge neralidad, eran grandes atletas pues llevaban y traían cargas a grandes di stancias. Y como les digo, en el fondo de la peña hay un río de agua caliente que los curanderos le llamaban "agua dest il ada", porque se desprendía de las entradas de la peña. Pero para sacar un cántaro o una calabaza llena de agua tenían que pedir permiso al cacique al cual la revolvían con hierbas de manteca de culebra o cualquier an imal y de acuerdo a la enfermedad y curaban las virue las y la lepra . Hacían lodo y aplicaban sobre la parte enferma y lo cubrían con hojas verdes o lo bañaban al enfermo.

- En la cueva que sigue más adentro, que era la parte más bonita, a ll í llevaban oro, diamantes como ofrenda, oro en polvo, esmeraldas, caracoles grandes. Aquí só lo entraban las doncellas que eran destinadas al servicio del culto, vertían grandes mantas blancas, su cabello lo trenzaban de a dos y eran elegidas desde que tenían doce años hasta que morían. Todas e ll as eran bonitas . A este lugar también entraban los sacerdotes para rendir culto a los dioses.

- ¿En qué lugar queda la entrada del túnel?

- ¡Ay! , mi hijito, no sabemos por qué, en esos tiempos, tenía un león feroz que rondaba por esos lugares y una serpiente , que

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eran como perros domesticados. Sólo conocían a los guardias y era prohibido tratar de entrar. Era costumbre respetar la peña. Cierta vez unos atrevidos mataron la serpiente y se metieron en la peña con el fin de secuestrar a las vírgenes de 1 so l, pero esto les resultó caro, pues el dios de la profundidad se enfureció y provocó un temblor y la peña se derrumbó y tapó la entrada. Aquí murieron los invasores y las doncellas, los guardias y los sacerdotes, y nunca más se encontró la entrada pues profanaron el lugar sagrado.

Pero también hay otro criterio. Algunos dicen que el dios de la peña es un genio encantado que les rocía agua destilada y convierte a la gente en estatuas de oro. Con tlores y frutas deliciosas mucha gente quedó encantada de la cual no se sabe más. Tal vez esto es lo más acertado porque muchos dicen que en la noche se escucha una fiesta y baile, aplausos, gritos de alegría que fascinan cada año. Un cierto día cuando la luna ha alcanzado su plenitud; esto debe ser un encanto, seguramente en la fiesta por el nacimiento de un hijo varón del cacique, o el triunfo de una batalla.

El genio se aparece de repente durante la noche y deja entrar en su palacio, que es lo más fascinante. Se escucha una melodiosa canción, pero quien entra jamás vuelve a sa l ir. Por eso es el miedo a bajar al fondo , sólo de la cima se alToja oro en polvo y piedras bonitas para aplacar la ira del Dios de la profundidad, y la puerta del túnel sigue siendo un misterio.

Por hoy eso es todo, ahora vayan a dormir, mallana en la noche volveré a hablarles de la fabulosa peña.

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Radio Ondas d. Pallas

EL PRODIGIO DEL AGUA DE LA LAGUNA

TAYTA-COCHA

María EliZllbeth Abad Suárez

Había un pueblecito pequeño de casas vistosas y muy coloridas que daban un aspecto muy agradable al lugar. Las calles tenían un depósito de basura en cada esquina y todos sus veci nos co laboraban para mantener la lim pieza de este hermoso paralso.

Existía también un bosque \irgen maravilloso con una laguna grande en el centro del m ismo llamada Tayta-Coeha.

Sus habitantes eran gente laboriosa y muy organizada, la mayoría se dedicaba a la agricultura y ganadería, unos cuan tos a la elaboración de quesos y otros a la producción de dulces de di fe rentes sabores.

La vida era muy tranquila y apacible , alegraban el ambiente las fragantes flores de los jardines y las mariposas de múltiples colores que revol eteaban sobre e ll as. Los niños y niñas jugaban en sus parques contagiando su felicid ad a los demás.

Una de las familia s, la más pobre del lugar compuesta de cuatro m iembros: el padre ll amado Moi sés: la madre , Marice la y sus dos hijos, David y Elena; eran muy unidos y tenían por

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costumbre salir de paseo una vez al mes a los sitios más bonitos del pueblo; pero nunca se atrevían a ir al bosque.

Se acercaba ya el s iguiente paseo y Elena la más pequeña pidió a sus padres vi s itar el bosque.

Para complacerla organizaron todo. Llevaron \ '¡veres para todo e l día.

Elen a era muy curiosa y mientras los demás se disponían a lelantar la carpeta para acampar. decidió ir a caminar por los alrededores. i Oh '. sorpresa para ella cuando encontró una hCllll osa lag una cuyas limpias aguas la invitaban a ingresar en t' lla. Elena no se atrevía a entrar sola: sus padres antes de emprender el \ iaj e le habían pedido que sea prudente , pero algo más fuerte que su obediencia hizo que entrase. el agua e ra fre sca. la pequeña nadaba y nadaba . Sin fijarse siquiera, se sentó a descansar sobre un colchón de flo res y empczó a hablar, escuchó una voz Sllal'C y dulce que contestaba a cada interrogante, estaba segura que era su madre, tranquilamente siguió dialogando y al ab rir los ojos vio aquel colchón de flore s en forma de corazón que hab ía aparecido de repente, se extrañó muchísimo y recordó que estaba sola. ¿Con quién estaba hablando? ¿Acaso vino mi madre a buscarme? ¿De dónde sa lieron estas flore s tan heIll10sas?, se preguntó. Nuevamente algui en [e con testó:

-Estabas dialogando conm igo.

-¿Con quién si no veo a nadie? -pregunta intrigada.

- Si das [a vuel ta podrás verme, -[e contesta. Rápidamente la niña da vuelta y observa frente a e lla a una señora muy bonita .

- ¿Quién es usted? -le pregunta.

- Soy un hada que dormía en el fondo de la laguna y tú al entrar me despertaste ...

- ¿ Yo?, -inte rrumpe la niña- , si nunca llegué al fondo ¿Cómo pude hacerlo?

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- Fue la bondad de tu corazón quien lo hizo. Pero bueno, no perdamos ti empo cuéntame tu vida.

Elena contó todo a l hada y supl icó:

- Ayuda a mi padre, por favor, él vive tri ste porque por más que trabaja sus tierras no producen lo suficie nte pues son áridas y cascajosas.

- Está bien manifestó el hada, ante s de regresar a casa, ven a la laguna a Ilel 'ar agua y con ella rociarás las ti erras de tu padre al amanecer. Elena casi no durmió en toda la noche, su único deseo era ver la luz del día para hacer lo que el hada le aconsejó. Así lo reali zó y tal como imaginó, su padre volvió a sem brar la semilla en esa ti erra que no daba fruto. Al poco tiempo la semilla germinó y aunque era verano la tierra siempre pasaba húmeda. Pasaron tres meses y tuvieron la mejor cosecha del pueblo.

La familia daba gracias a Dios por este milagro y compart ió su cosecha con los que menos tenían.

La niña deseaba vo lver a l bosque, pues debía retribuir al hada con su visita, así se lo había prometido. pidió permiso a su mad re y fue hacia la laguna antes del tiempo convenido , se introdujo en e l agua y ape nas lo hi zo, apa reció c l hada muy contenta por su v is ita.

- Querida E lena, ¿por qué es tás aq uí? -preguntó el hada.

La niña contestó inm edi atamente:

- No podía dejar de venir, era urgente que te vea, necesitaba darte grac ias por todo. Las tierras de mi padre ahora son muy fértiles y ha o btenido ya la prime ra cosecha que compartimos con los más pobres de mi pueb lo .

-Eso hi zo -interrumpió e l hada.

- Así es -dijo la niña- , no conoces a mis padres siempre han sido así a pesar de nuestra pobreza. El hada se di o cuenta que

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toda la familia de Elena tenía un corazón bondadoso v solidario . , por ello mani festó a la niña:

- Ve pronto a casa; no debes preocupar a tus padres. La niña obedeció al hada sin hacer preguntas, segura estaba que Dios había bendecido a su fam ilia y que serían felice s por siempre.

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Radio El Buen Pastor

EL CONEJO Y EL RAPOSO Achic Pacari Chalan

Había una vez dos buenos amigos: el conejo y el raposo . E l conejo le decía tio y el raposo le decía sobrino. Una noche e l conejo le dijo: vamos te doy queso con canquil y le llevó muy lejos. Llegando a una laguna le dijo mira aquí está el queso con canquil, era el reflejo de la luna y de las estrellas. El raposo dijo dame cogiendo y el conejo le dijo no, porque no puedo nadar, anda coge tú mi smo. Y tanto insistir el raposo se botó y quiso coger y no pudo. El conejo se fue riendo.

Pasó el tiempo y otro día se encontraron. El conejo le dijo: a vos te gustan los borregos, atájalos aquí porque voy a mandarte un borrego grande blanco desde la loma.

Cogió un cuero de borrego y envo lvió una piedra y la soltó de la loma y gritó: cogerás tío. Llegando abajo la piedra pasó por encima del raposo y este se quedó tendido en el suelo. Después de un rato se levantó y se fue a su casa muy dolorido y la mujer le curó con pañitas de agua cal iente y sal.

Un día el raposo se fue a coger pájaros para la raposa. El conejo se enteró que iba a coger pájaros, entonces cogió espinas en un saco. Cuando se encontraron el conejo le dijo al raposo

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cambiemos, yo tengo más pájaros que vos y en efecto cambiaron en el camino. Al llegar a su casa le entrega el saco a su mujer, esta se pinchó y le dijo al raposo: por qué traj iste espinas si yo te dije que trajeras pájaros. Pasó un día y el raposo le contó a su mujer que había cambiado su saco con el conejo. Entonces decidieron cogerl e al conejo y planearon que el raposo se haría el muerto y la mujer fue a invitar al conejo, llegando le pidió que le acompañe toda la noche y le dijo que era a causa de las espinas, aceptó el conejo y se fueron. Al llegar vieron al raposo tendido en el suelo entonces e I conejo dijo que iba a traer el vial ín, sal ió y no regresó.

Un día estaba cavando un seI'ior para sembrar flores y el conejo empezó a hacerse ladrón de claveles y e l dueño de las flore s empezó a deci r ¿qué a nimal se come mi s claveles, mi zanahoria y mi s co les'! Todo se está comiendo. Un día fue a cu idar pero se quedó dormido. Al sigu iente día volvió a ver todo comido. Después sembró babacos, toronches, duraznos y al llegar la noche se fue a dormir tranquilo y al d ía siguiente va a very ya estado todo pelado y comido. Vi endo esto el dueño hi zo un muñeco de cera y lo puso en la puerta de la huerta. El conejo llega y al ver e l muñec o le dice quítate que te daré una patada y dio una patada, luego dijo suéltame que te daré otra patada y le dio otra patada, luego le dijo suéltame que te doy un pui1ete y dio un pUliete y dijo suéltame que te doy otro puñete y dio y dijo suéltame que te doy un eabezaso y dio , y dijo suéltame.

Al siguiente día el dueño vio al conejo y le d ijo: vos has sabido comer mi s cosas ahora sí te vaya matar y se fue a ca len tar un fierro , cuando fue a calentar el fierro apareció e l raposo y el conejo le dijo ve n sácame de aquí porque me quieren dar plata y no quiero ven vos, entonces el raposo aceptó y se quedó pegado luego vino con e l fierro caliente y se lo mete y el raposo se quedó muerto y su mujer lloró mucho.

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Rad io El Buen Pastor

GERA Y SU SANTO MILAGROSO Marl/UI Isabel Paqui M edifla

Desde hace unos 400 aí'ios las tierras de la comunidad de Gera no tenían parcelamientos. Poco a poco comenzaron a poner límites en los sectores, los cuales fueron entregados en manos de nuestros legendarios condescend ientes de la histor ia.

La leyenda comienza así:

La comunidad de Gera, debido a la situac ión geográfica donde se encuentra, ha sido una tierra inférti l donde el viento só lo levantaba pol vo de l sue lo; mi entras que e l "Quiqin Runa" im ploraba a l " Pacha mama" que lo bendi ga con agua para sus tierras. Las plantas y ani males que levantaban los ojos al "Jalma Pacha", con un mugido tri ste por la gran sed que sentían y los sapos ll oraban huar tac , tac , ll amando a su hábitat e l agua; mientras que las lomas t iritaban a horas de medio d ía, por los rayos del so l que impactaban sobre ellas y, e l cielo que azu laba si n un pedazo de nube, sumill ando a la alegria del hombre, que con su vo luntad e inteligenc ia es dueño de una bo la cósm ica y candescente.

En las noches estre ll adas todo ser vivo e inclusive las lomas de "Quinarqui " y " Fierro urca" , dedican sus cantos secretos a l

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"Jahua Pacha", mientras que el indio de Gera, alegre por la frescura de la noche canta las canciones típicas de esta tierra.

Al día siguiente, ya por la madrugada, cogen los potas de zambo liados con sogas de cabuya y se dirigen a las laderas en busca de plantas de huicundos, que en su cogollo rejuntaban agua durante la noche . Pobres de quienes no recogían, solamente con la esperanza de diri girse hacia las pl antas de San Pedro, de donde extraían agua para su desayuno.

Después de muchos años de \ 'erano; Franci sco Medina, nativo dc estc lugar, sa li ó a Saraguro a confesarse donde un cura. Al llegar al convento, Franci sco le rogó que le confesara. Muy bien hijo, dijo el cura. De inmediato comenzó a contar la vi da lamentable de Gera; el cura' al escuchar esto dijo ¿No quieres que te trai ga un tocayo? iEs muy milagroso! Francisco lleno de alegría dijo : iTaita curita' , danos trayendo para tener en nuestra tierra y quizá haga llover.

El cura, al ver el interés del indígena que se escuchaba muy desesperado se comprometió a entregar en manos de Francisco y se citaron para e l encuentro del Tocayo. El indígena al regresar a la casa pasaba muy preocupado, esperando la fecha de la llegada.

Al llegar la fecha indicada por el cura, Francisco empezó a salir de Gera para el encuentro, mientras que la gente salía a encaminar a Francisco cada quien con una shila de huajango. El pobre Francisco no llegó a la cita porque se había chumado y se quedó donllido; en eso su tocayo ya había llegado por correo de la república de Ita li a y al no encontrarse con su tocayo Francisco, se había pasado a la ciudad de Laja, para vivir en la Iglesia de San Francisco.

Al día siguiente, Franci sco madrugó para ver a su tocayo. iOh! , qué lastima' de no haberlo encontrado. Francisco, muy triste , solicitó al cura que hiciera regresar a l santo Milagroso.

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Después de muchas gestiones, el cura hizo regresar a l santo y le entregó a Francisco Medina para que lo lleve a su comunidad. Al coger el santo se fue a Gera y llegó a su choza que era construida de bahareque con cubierta de paja, ubicado en una quebrada pequeña que se denominaba "I-ligus Huaicu". Luego hizo una olla de barro en la cual lo guardó tapando con un mate de zambo.

Francisco Medina, una vcz tenido allí, velaba todas las noches con un mechero de cera, pero muy solitario sin dar a conocer a sus demás compañeros. Todos se preguntaban ¿qué tendrá en la choza? Amanece toda la noche con luz, mientras nos vamos a ver, apaga el mechero. Así vivió mucho tiempo sin permitir que lo vieran al Santo que vino de lugares muy lejanos.

Una noche del primer día de octubre, un amigo de Francisco se fue a la choza para tratar de averi guar lo que tenía escondido; para lo cual se fue llevando bastante huajango; al llegar le brindó unas shi las de este licor y cuando ya estuvo borracho, e l amigo muy hábilmente lo hizo contar todo lo que tenía en su choza. Luego Francisco se levan tó y se diri gió a un rincón para abrir la olla y mostrarle el Santo.

Una vez visto, salió a recorrer todas las casas, contando lo que había tenido Franci sco en su choza. La gente muy fe liz se reunió y se dirigieron a la choza de Francisco que se encontraba en la pequeña quebrada "higus Huaycos'· . Al llegar a este sitio entre ellos se nombraron los devotos, dejando como síndico a Francisco Medina tocayo del santo.

El 4 de octubre , hicieron la primera tiesta en honor a San Francisco de Gera ; para la cual mandaron a traer máchica que había en la parroquia de Cumbe e hicieron "Mazamorra" con m ishiqui que sacaban del chahuar.

La segunda tiesta la reali zaron el siguiente año con "Mishque y Tostado" y así sucesi vamente con sus priostes,

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priostas, mayordomos, mayordomas y el síndico. El síndico llega a ser dueño del santo.

A partir de esa fecha, comenzó a llover ya volver sus pampas verdes y tradicionalmente se viene realizando la tiesta de San Francisco en la com unidad de Gera, el 4 de octubre de cada año.

Para esta tiesta se traslada mucha gente de diferentes lugares para adornarle y pedi rle que haga producir las tierras y bend iga a los anima les y plantas.

Gera , una comunidad auténticamente cultural, hoy en día está dirig ida por un gobierno comunitario, representado por sus mayorales y síndicos, sin permitir la introducción de culturas dominantes, ya sea por la di stancia o por la despreocupación de las autoridades que tienen deber y derechos de ve lar por los intereses de las masas marginadas.

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Radio El Buen Pastor

LEYENDAS DE MI TIERRA "PAQUISHAPA" Luz Victoria Gonzáles U/loa

A Paquishapa, por su extensión se le considera un pequeño pueblo, mas su riqueza natural , sus cordilleras quebradizas, sus campos verdes, sus praderas, valles, ríos:y montañas hacen de este pueblo grande en hermosura.

La belleza del paisaje natural que desborda mi querido pueblo, se halla vigilada por un majestuoso cerro, que se ubica al noroeste, conocido con el nombre de La Leona Dormida, ésta se halla cobijada de verdes laureles y engalanada con gigantescas piedras, donde posan mil flores silvestres que adornan el sendero que conduce hacia la cima, donde el viento jugueteando con las aves acarician suavemente, este encanto natural que pinta su hermosura.

Tan bello es el paisaje que desde el lejano oriente vinieron los incas y poblaron el hermoso valle de Paredones ubicado al este de La Leona Dormida. Aquí trabajaron arduamente y llegaron a construir un g igantesco templo, llamado el "Templo del Sol". Apenas fue construido fue utilizado para rendir culto a sus dioses. Pero también acudían hacia las faldas del pequeño gigante cerro de la Leona Dormida para rendir culto y ofrecían

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los fruto s de esta tierra y especia lm cn te metales preciosos como el oro y la pl ata .

Muy cerca del lugar había un camino rea l que facili taba al Inca dirigirse de un imperio a otro. Además, por este camino llegó el poderoso Túpac Yupanqui , luego de pasar por los fríos páramos de Carboncillo llas ta ll egar a la Leona Domlida, dondc levantó fortal ezas incásicas para conquistar a los Cañaris, y desde la cima observó a sus ami gos con tan ta precaución, con el fin de destruir al famoso im perio y apoderarse de é l.

El Inca, luego de realizar largas caminatas y trabajos forzados, en compañía de sus mujeres, de todo su pueblo acudían a l hermoso valle de la Villa Carreña, ubicado en las faldas de l paradisíaco cerro. Ahí recofría lentamente un pequeño riachuelo que al llegar a una bellísima cascada, jugueteando caía sobre unas pequeñas piedrecillas. Tan pronto llegaba el Inca a aque l lugar, se sentaba a la orilla del diminuto alToyuelo a contemplar como el agua crista lina, que a l des li zarse sobre la cascada, iba fomlando gotas de cristal que se esparcían por todas partes.

Luego de varias horas de adm irar la belleza de aquella cascada, se bañaba junto a sus mujeres y todos sus acompai'iantes, aprovechaba la caída natural de esta sobre su fl orido cuerpo que se asemejaba a un hidromasaje, para reponer sus fuerzas para la contínua y permanente búsqueda de poder a través de la dominación. Por es te suceso se la denominó a la pequeña catarata como el " Balnea rio de ll nca".

Por esto y por muchos encantos naturales, la Leona Dormida en ti empos atrás fue considerada una ciudad que ahora oculta, según la creencia de la gente, gran parte de la riqueza que sepultaron los Incas antes de desaparecer su cultura; hicieron de e lla una ciudad encantada sobre la cual se han edificado enigmáticas hi stori as y leyendas, que la revisten de cierto

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encanto y mi sterio . Esta ciudad cs conocida hoy como la Leona Dormida, porque su tigura se asemeja a una fiera en reposo.

Desde entonces, de generación en generación se ha venido narrando la hi storia sobre lo que sucedió en siglos pasados; pues los paisanos cuentan que cuando el sol ya se ocu ltaba tras la montañas y el día se iba cubriendo con el manto negro de la noche, asomaba de pronto en la oscuridad, un ser fantástico que acompañado de un tambor, cuyo sonido retumbaba en los sentidos de los habi tantes, iniciaba su ruta en las llanuras de Rosa Grande , para luego encaminarse por un pedregoso y estrecho sendero que conducía a di versos sectores.

El gentío de ese entonces, al escuchar tan misterioso sonido sa lía en su persecución, tenían tanta curiosidad de descubrir qué era y a qué lugar se diri g ía, pero tan grande fue la sorpresa de ver al fanta sma que tomando una determ inada dirección se dirigía hacia la ciudad encantada. Los curiosos se quedaron atón itos a l observar que cuando el fan tasma se acercaba a su destino se abría un s innúmero de puertas y apa recía un g;an palacio cuyos cuartos adornados con flore s muy hermosas de varios colores se encontraban ll enos de oro y piedras preciosas.

Mas esta visión ocurría solamen te en Viernes Santo y era para unos pocos elegidos. Los tumultos de gen tes que le seguían se quedaron tan sorprendidos que no sabían qué hacer, pensaban que s i entraban en aquel lugar se quedarían encantados. Por último optaban por regresar a sus hogares y camino a él maquinaban en su ser la oportunidad que habían dejado atrás.

Así tamb ién se cuenta que las ri quezas que esconde la Leona Dormida se hallan cuidadas por un Búho, el mi smo que sa le especialmente en las noches de luna llena y sobre éste se tiene la creenc ia de que cuando canta es porque alguna familia del sector perderá a un ser querido, muchos creyentes le han atribuido a esta ave ser el representante del mal , ya que por e l temor que

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inspira impide a mucha gente dirigirse hacia la ciudad de La Leona Dormida.

En la actualidad, a pesar que ya han pasado miles de años, la leyenda sigue vigente, pues algunos habitantes de este lugar dicen ser testigos de varias apariciones que llaman tanto la atención porque no se puede descubrir el misterio que en ellas se oculta.

Por estos y otros misterios Paquishapa es y será el paisaje legendario que un día florecerá y será elevado hacia las cumbres más altas donde se escuchará su nombre.

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COFICINA TECNICA DE COOPERACION

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PARA EL DESARROLLO INTERNACIONAL