Rehabilitar la política

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ANÁLISIS 01 Editorial POLÍTICA Y ECONOMÍA 03 Conseguir la paz desde el compromiso con la ciudad, por Manuel Rodríguez Macià EDUCACIÓN 05 La cultura audiovisual en los jóvenes, por José Luis Rozalén Medina PENSAMIENTO 08 Diez palabras clave en el pensamiento de María Zambrano, por Luis Rosa 10 Sobre la banalidad del mal, según Hannah Arendt, por Carmen Herrando SOCIEDAD 14 Doble vida, doble discurso: ¿esquizofrenia y/o perversión de cada día?, por Julio Ayala RELIGIÓN 17 El P. Tito Brandsma (1881-1942), un carmelita frente al nazismo, por Fernando Millán Romeral 19 Una mirada atrás: Don Manuel, S. J. por Friedrich Manfred Peter 22 TESTIMONIOS 29 Rincón bibliográfico 32 PRESENTACIÓN Abstención y responsabilidad Eduardo Martínez 33 Algunas reflexiones sobre la regeneración democrática y la conciencia ciudadana Antonio Colomer Viadel 39 Democracia y participación ciudadana Juan Manuel Cabrera 44 ¿Respeta el sistema representativo el espíritu de la democracia? Elia Domingo Barberá 49 Partitocracia vs. democracia y conciencia parlamentaria José Carlos de Bartolomé Cenzano 54 Democracia participativa y solidaridad en el ámbito local Vicente Cabedo Mallol 59 Una nueva filosofía política y su desafío a la democracia: el neo-republicanismo Antonio González Carrillo, José Luis Colomer Viadel 63 El libro del trimestre: Constitución, estado y democracia en el siglo XXI SECCIONES Rehabilitar la política Rehabilitar la política: recuperar y ejercer el poder desde la ética «El acontecimiento será nuestro maestro interior». Emmanuel Mounier (-) Revista de pensamiento personalista y comunitario Órgano de expresión del Instituto E. Mounier www.mounier.org L a política, reducida a actividad de partidos en el ámbito del Estado, ejercida por políticos profesiona- les, sufre un fuerte desprestigio que se acrecienta día a día ante nuestros ojos, provocando que cada vez sean más los ciudadanos preocupados por las consecuencias de un deterioro que temen sea irreversible. Algunos de los síntomas de esta situa- ción son demasiado evidentes como para no producir alarma: el aumento de los casos de corrupción en la política na- cional e internacional, el funcionamiento impersonal de las maquinarias de unos partidos que han sustituido el debate de las ideas por la propaganda, la medio- cridad intelectual de los dirigentes, la ausencia de brillantez del liderazgo, etc. Sin embargo, siendo estos problemas tan serios que bastan por sí mismos para provocar el nerviosismo de cual- quier ciudadano responsable, más allá de ellos hay tres grandes males que exigen remedios drásticos: EDITORIAL Continúa en la página siguiente CONSEJO DE REDACCIÓN Director: Luis Ferreiro Secretario: Fernando Soler ([email protected]) Emmanuel Buch Camí Juan Ramón Calo Luis Capilla Domingo Delgado José Antonio Fernández Teófilo González Vila Carmen Herrando Jesús R. Jiménez José M. Linares Poveda José L. Loriente Pardillo Eduardo Martínez Hermoso Julia Pérez Ramírez PRÓXIMOS NÚMEROS 2007 • El amor (1 de septiembre) • El compromiso de la acción (15 de noviembre) EDITA: Instituto Emmanuel Mounier c/ Melilla, 10 - 8º D 28005 Madrid Tel./Fax: 91 473 16 97 http://www.mounier.org Periodicidad: trimestral. ISSN: 1698-5486 Depósito legal: M-3.949-1986. DISEÑO Y PRODUCCIÓN: La Factoría de Ediciones, SERVICIOS EDITORIALES, tel.: 91 521 32 20 Impresión: Color 2002, S.L. (Getafe)

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ANÁLISIS01 Editorial� POLÍTICA Y ECONOMÍA

03 Conseguir la paz desde el compromisocon la ciudad, por Manuel Rodríguez Macià

� EDUCACIÓN05 La cultura audiovisual en los jóvenes,

por José Luis Rozalén Medina� PENSAMIENTO

08 Diez palabras clave en el pensamientode María Zambrano, por Luis Rosa

10 Sobre la banalidad del mal,según Hannah Arendt, por Carmen Herrando

� SOCIEDAD14 Doble vida, doble discurso: ¿esquizofrenia y/o

perversión de cada día?, por Julio Ayala� RELIGIÓN

17 El P. Tito Brandsma (1881-1942), uncarmelita frente al nazismo, por FernandoMillán Romeral

19 Una mirada atrás: Don Manuel, S. J.por Friedrich Manfred Peter

22 TESTIMONIOS29 Rincón bibliográfico

32 PRESENTACIÓNAbstención y responsabilidadEduardo Martínez

33 Algunas reflexiones sobre la regeneración democráticay la conciencia ciudadanaAntonio Colomer Viadel

39 Democracia y participación ciudadanaJuan Manuel Cabrera

44 ¿Respeta el sistema representativo el espíritude la democracia?Elia Domingo Barberá

49 Partitocracia vs. democracia y conciencia parlamentariaJosé Carlos de Bartolomé Cenzano

54 Democracia participativa y solidaridad en el ámbito localVicente Cabedo Mallol

59 Una nueva filosofía política y su desafío a la democracia:el neo-republicanismoAntonio González Carrillo, José Luis Colomer Viadel

63 El libro del trimestre: Constitución, estado y democraciaen el siglo XXI

SECCIONES

Rehabilitarla política

Rehabilitar la política: recuperar y ejercer el poder desde la ética

«El acontecimiento será nuestro maestro interior». Emmanuel Mounier (-)Revista de pensamiento personalista y comunitario � Órgano de expresión del Instituto E. Mounier � � ⁄ � www.mounier.org

La política, reducida a actividad departidos en el ámbito del Estado,ejercida por políticos profesiona-

les, sufre un fuerte desprestigio quese acrecienta día a día ante nuestrosojos, provocando que cada vez seanmás los ciudadanos preocupados porlas consecuencias de un deterioro quetemen sea irreversible.

Algunos de los síntomas de esta situa-ción son demasiado evidentes comopara no producir alarma: el aumento delos casos de corrupción en la política na-cional e internacional, el funcionamientoimpersonal de las maquinarias de unospartidos que han sustituido el debate delas ideas por la propaganda, la medio-cridad intelectual de los dirigentes, la

ausencia de brillantez del liderazgo,etc.Sin embargo, siendo estos problemastan serios que bastan por sí mismospara provocar el nerviosismo de cual-quier ciudadano responsable, más alláde ellos hay tres grandes males queexigen remedios drásticos:

EDITORIAL

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CONSEJO DE REDACCIÓNDirector: Luis FerreiroSecretario: Fernando Soler

([email protected])Emmanuel Buch CamíJuan Ramón CaloLuis CapillaDomingo Delgado

José Antonio FernándezTeófilo González VilaCarmen HerrandoJesús R. JiménezJosé M. Linares PovedaJosé L. Loriente PardilloEduardo Martínez HermosoJulia Pérez Ramírez

PRÓXIMOS NÚMEROS 2007• El amor (1 de septiembre)

• El compromiso de laacción (15 de noviembre)

EDITA: Instituto Emmanuel Mounierc/ Melilla, 10 - 8º D ❚ 28005 MadridTel./Fax: 91 473 16 97http://www.mounier.orgPeriodicidad: trimestral.ISSN: 1698-5486Depósito legal: M-3.949-1986.DISEÑO Y PRODUCCIÓN: La Factoría de Ediciones,SERVICIOS EDITORIALES, tel.: 91 521 32 20Impresión: Color 2002, S.L. (Getafe)

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ACONTECIMIENTO 83EDITORIAL2

1) El concepto y la práctica de la políticacomo actividad exclusivamente parti-dista, estatista y profesional suponenen sí mismos una aberración, cuyacorrección requiere un cambio dementalidad y conductas hacia la con-cepción de la política como dimen-sión pública de la ética dirigida al ob-jetivo de la consecución del bien co-mún, mediante la par ticipaciónresponsable de todos.

2) La brecha entre la ciudadanía y la je-rarquía política ha crecido. A partir dela aceptación de la democracia indirec-ta y representativa se llega al secues-tro de la democracia por los represen-tantes del pueblo. Bajo el pretexto dela dificultad del gobierno de un mundocada vez más complejo, se postula lanecesidad de la especialización de lamal llamada «clase política» —másbien, casta política—, al lado o por de-

bajo de la cual los representados que-dan reducidos a espectadores ignoran-tes e impotentes que votan cada cua-tro años. Es preciso dar un vuelco aesta situación, sacudirnos el confor-mismo y asumir responsabilidades. Unpueblo que sólo sabe quejarse de lacorrupción está, a su vez, corrompido,y sólo dejará de estarlo ejerciendo porsí mismo el poder que le pertenece.

3) El secuestro y privatización del podersocial por una élite formada por losgrandes agentes de la economía, lasfinanzas y los medios de comunica-ción, resultando un desplazamientode las decisiones importantes desdeel ámbito estatal al económico, demodo que la acción política, pública ydemocrática, ha sido subordinada einstrumentalizada por la acción depersonajes que, con frecuencia, sondesconocidos y maniobran de forma

oculta e interesada. No podemos darpor perdida esta batalla. Si amamosla libertad es preciso recuperar el po-der y establecer la igualdad.

La conclusión que se deduce es que laconditio sine qua non para rehabilitar lapolítica es la rehabilitación del protago-nismo político de los ciudadanos, a travésde la reapropiación del poder. Paraconquistarlo y ejercerlo como servicio,será indispensable que la formación en laética personal y social acompañe eseproceso, pues no basta confiar, comopensaba Kant, en que «un pueblo dedemonios», por su propio interés, desem-bocará en un sistema de convivenciajusto. Por el contrario, la política es elarte de la justicia y la ciencia del pudor.

Luis FerreiroDirector de Acontecimiento

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Manuel Rodríguez MaciàProfesor de FilosofíaEx alcalde de Elche

Óscar Ortiz, es el alcalde de SantaTecla, ciudad de la República deEl Salvador que sobrepasa los

. habitantes. Desde el primermomento me pareció un tipo simpá-tico y avispado donde los haya. Nosconocimos en la primera visita querealicé a San Salvador con motivo deincorporarme al trabajo que la Agen-cia de Cooperación Española lleva acabo en el ámbito del municipalismoen Centroamérica.

El alcalde de Santa Tecla es un alia-do clave de la cooperación española.Nos reunimos en las oficinas del Insti-tuto para el Desarrollo Local Centroa-mericano, institución en la que tieneuna presencia singular la Diputaciónde Barcelona, y de la que el Alcalde esPresidente. Hablamos de la conve-niencia de aunar esfuerzos entre losdiversas instituciones españolas quetrabajan en la cooperación en la zona;nos pusimos de acuerdo de inmediato.

El siguiente encuentro tuvo lugaren San José. En la sobremesa del al-muerzo hablamos sobre todo de sucompromiso político. A partir deaquella conversación han sido variaslas veces que hemos seguido tratandosobre ello. Alcalde en las listas delFrente, lleva a cabo una política aleja-da de cualquier dogmatismo y no pre-cisamente por carecer de ideas, sinoporque entiende que no se puede pen-sar por la gente. De su actitud abiertaya me había percatado desde el pri-mer momento, y sobre todo, en la in-tervención que tuvo en las jornadassobre seguridad y vida urbana y quetuvieron lugar en San José. Una expo-sición de la experiencia de trabajo ensu ciudad y del que he sido testigo ensu empeño por mejorar los servicios,

por conseguir empleos dignos para lagente, en la que se cuidan los espaciospúblicos, las plazas y los jardines, puessi se deja de compartir el espacio po-nemos en grave riesgo el sentido deciudadanía. Una ciudad cohesionaday participativa. Una ciudad más segu-ra dependerá no solo de las medidasrepresoras que se adopten, sino fun-

damentalmente de que sea un lugarde encuentro, un lugar habitable.

En la restauración y rehabilitacióndel edificio del Ayuntamiento tan da-ñado por el terremoto que asoló a laciudad el año 2004 y que se lleva acabo con tanto esmero, conjugando losalvable del edificio antiguo con lafuncionalidad de las nuevas depen-dencias veía una imagen del trabajocuidadoso por restañar tantas heridasdel pasado. El edificio Municipalcomo ejemplo del resurgir material ymoral de la ciudad.

A medida que conversamos fue sa-liendo la historia de su vida política

que es prácticamente toda su vida.Militante del Frente desde muy joven,participó activamente en la guerra.Me cuenta que su esposa era correodel Frente y fue asesinada después detorturada cuando estaba embarazadade seis meses de su primer hijo, y lascircunstancias en que la vio por últi-ma vez, en una operación del Frentese encontró con ella, pero ambos porla seguridad de la misión no podíansaludarse. Habla de su hermano queestudiaba para sacerdote y fue tortu-rado hasta morir. Apostilla que era unhombre tranquilo y pacífico y tam-bién me habla de otro hermano mili-tante del Frente que murió en el com-bate. A medida que escucho su relatoen aquella larga sobremesa me pre-gunto y le pregunto cómo ha podidodejar atrás todo aquello, me dice queno ha dejado atrás nada de ello, quelucha de otro modo, que a pesar detodo, piensa que las cosas hoy se de-ben hacer de otro modo, fue necesariollevar a cabo aquella insurrecciónpara lograr los niveles de libertad que

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Conseguir la pazdesde el compromiso con la ciudad

Una exposición de laexperiencia de trabajo en suciudad y del que he sidotestigo en su empeño pormejorar los servicios, porconseguir empleos dignospara la gente, en la que secuidan los espaciospúblicos, las plazas y losjardines, pues si se deja decompartir el espacioponemos en grave riesgo elsentido de ciudadanía.

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ahora se tienen.De volver a ocu-rrir, haría lo mis-mo. Cree quesólo actualizandoel modo de pen-sar se puede sal-var la izquierda,que la derecha ensu país ha sabidoorganizarse ymodernizarse .Me cuenta lascampañas que hatenido que sufrirdesde su propiopartido, de aque-llos que se hallaninstalados en laposición «ortodoxa», es decir conser-vadora. Me admira que con todo ellosiga teniendo ganas de luchar. Mecontagia algo de su optimismo, lo queya es difícil. Respeta a los grandes re-volucionarios de la historia comoMarx, pero piensa que no se les pue-den pedir recetas para nuestros tiem-pos.

En su despacho cuelga una foto-grafía de Monseñor Romero con untexto en el que manifiesta su opciónpreferente por los pobres. La esenciatambién del programa político que sequiere aplicar en la ciudad. Qué ver-dad aquella del Evangelio: «los pobres

siempre los tendréis con vosotros».Recuerda las peripecias en plena gue-rra para pasarse libros de unos aotros. En el petate de campaña llevabaun libro que fue su compañero inse-parable durante la guerra: las poesíasde Miguel Hernández. Nada sin amor,es el título de un poema. Al final laconversación giró en torno al poeta:«Tristes guerras, si no es amor la em-presa., tristes, tristes…» «Nada sinamor» es el título de un poema com-puesto por el Alcalde y que se hayaenmarcado en su despacho.

Hace ya varios meses, tal vez dosaños, Carlos Díaz me invitaba a escri-

bir un artículosobre GiorgioLapira, aquel mí-tico alcalde de laciudad de Flo-rencia que pusotodo su empeñopor hacer resur-gir su ciudad delas ruinas de laSegunda GuerraMundial. Hizode los más desfa-vorecidos el ejede su políticamunicipal y nosenseñó que elcompromiso conla ciudad com-

porta una mirada amplia, solidariamás allá de las fronteras. Que la paz esalgo que importa a la ciudadanía, noes una cuestión que importe solo a losdirigentes de los estados. Este mismoempeño es el que yo he visto de ma-nera ejemplarmente reflejado en laacción de gobierno del Municipio deSanta Tecla. Le deseo a su Alcalde ma-yor fortuna de la que tuvo Giorgio La-pira frente a los que partiendo deplanteamientos estrechos hicierontodo lo posible por paralizar aquel be-llo proyecto. Presiento y deseo que eneste caso no va a ser así.

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José Luis Rozalén MedinaCatedrático y doctor en Filosofíay Ciencias de la Educación

Óscar, un chaval de dieciocho años,repite 1º de Bachillerato en unInstituto de Madrid; ya repitió

curso en Secundaria, y, «a trancas ybarrancas» aún sigue «calentando lasilla» en las aulas del Centro, con unfuturo evidentemente incierto. Suspadres, separados, apenas si se preo-cupan de su educación, de su evolu-ción escolar, de sus problemas… Vivecon su madre, que se pasa el día vien-do la tele, de «tomate en tomate», debazofia rosa en bazofia, de miseriamoral en miseria: No hay «casquería»que no deguste, ni «polígrafo» que novea… A su padre lo ve los fines de se-mana y los dos se divierten en los «ba-retos» del barrio jugando en las má-quinas tragaperras, viendo de vez encuando películas pornográficas, ju-gando muchas horas en la consola ajuegos violentos y agresivos… Óscarse muestra casi siempre huidizo y her-mético, con un mundo interior indes-cifrable; se pasa el día enviando por elmóvil mensajes «sin ton ni son», sinnada que comunicar, maltratando lagramática y la inteligencia… Óscarnavega por Internet sin ningún con-trol, sin ningún sentido, buscandocasi siempre «chataeos» y contactospeligrosos que no le ayudan a crecercomo persona, que lo van minando ydejando vacío; en poquísimas ocasio-nes usa el ordenador para buscar da-tos, ampliar información, encontrarbibliografía para sus trabajos escola-res, para su propia ilustración y for-mación…

David estudia también .₀ de Bachi-llerato en el mismo Instituto; es másjoven, porque siempre superó sus cur-sos sin problemas; es un chico equili-brado, respetuoso, alegre, buen de-

portista, buen compañero; usa confrecuencia los Medios de Comunica-ción Audiovisual: el móvil, cuandotiene realmente algo que comunicar;Internet, cuando tiene que estudiar oinformarse adecuadamente de cual-quier tema o cuestión; la televisión,cuando el programa es realmente in-teresante o divertido; los juegos digi-tales, cuando quiere distraerse y des-cansar un poco… Los padres de Da-vid se preocupan de lo que ve y de loque oye su hijo, le aconsejan, se inte-resan por la marcha de su educación;en muchas ocasiones ven con él pelí-culas, documentales, reportajes; enmuchas ocasiones, juegan juntos, bro-mean juntos, sin que esto quiera decirque se inmiscuyan autoritariamenteen su vida, que le coartan su libertad ylas iniciativas y gustos propios de unjoven-adolescente.

Les aseguro que, salvo los nombres,estos dos chicos existen y son, salvopequeños matices, como yo se los hedescrito. Ambos emplean los Mediosde Comunicación Audiovisuales, am-bos están inmersos en la Cultura Digi-tal que a todos nos envuelve, perouno, David, al que ha tocado en suer-te una familia estupenda, emplea di-cha Cultura para su bien, para su cre-cimiento intelectual y moral, mientrasque el otro, Óscar, pobre chico, sobreel que ha caído, como una terriblegranizada, una familia rota y deses-tructurada, la usa para su desorienta-ción educativa, para su lenta y lamen-table aniquilación como persona.

La atmosfera digital que respiramos

Todas las técnicas y tecnologías quehan ido apareciendo a través del tiem-po en la Historia de la Humanidad:escritura, imprenta, teléfono, telégra-fo, radio, cine, T.V.,… han tenido unahonda repercusión en la configura-ción y evolución de nuestra cultura

humana. Esa influencia se da de for-ma absoluta y dominante en los co-mienzos del siglo con el triunfo dela revolución digital que nos envuelvey nos deslumbra; en ella estamos in-sertos y en ella nos movemos y respi-ramos. Es imposible volver la vistaatrás, anclados en la nostalgia de otrostiempos ya idos. No podemos vivir sinaceptar, sin intentar conocer al menoselementalmente, las nuevas conquis-tas digitales, la nueva era audiovisual,con sus luces y sus sombras, con susdesafiantes ofertas y sus lógicos titu-beos y dudas. Estamos sumergidos enesta Cultura y aspiramos por todos la-dos sus emanaciones, sus efluvios, loscuales, por una parte, nos encantan yatraen, y, por otra, nos producen cier-tos recelos, ciertos miedos, sobre todoa las generaciones que nos hemoseducado en la Cultura del papel y dellibro.

Nuestros jóvenes, sin embargo, es-tán plenamente identificados con es-tas técnicas digitales, y cuanto más jó-venes son, más inclinación sienten,más facilidad encuentran en su uso ymanejo. De hecho, el número de ho-ras que se pasan ante el ordenador,ante la televisión, ante la consola delos vídeo-juegos, «navegando» por In-ternet, «bajándose» música, enviandomensajes sin parar… es elevadísimo,como nos muestran los estudios reali-zados al respecto, y como después ve-remos nosotros en el sondeo que he-mos llevado a cabo entre chicos y chi-cas de nuestros Centros. Estos hechosestán ahí y los educadores debemostenerlos en cuenta, si es que queremosestar a la altura de las circunstanciasen el difícil arte de educar para el fu-turo.

No hace muchos días podíamosleer en la prensa: «Los españoles gas-taron en Nochevieja quince millonesde euros en mensajes SMS: en apenassiete horas se mandaron más de cien

EDUCACIÓNACONTECIMIENTO 83 5

La cultura audiovisualen los jóvenes

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millones de felicitaciones por el mó-vil»… «Los cálculos de la Confedera-ción de Consumidores y Usuarios nosdicen que el SMS se ha convertido enel soporte preferido para felicitar elAño Nuevo». Dejando aparte el «ne-gocio muy rentable» en que, según lasoperadoras de telefonía, se han con-vertido los mensajes de móvil, noconsiderando el maltrato delidioma que en estos mensajesrápidos se suele producir, pa-sando de puntillas sobre la«paulatina desaparición ymuerte» de las más cálidas for-mas de comunicación, comoel teléfono, la pausada carta, laentrañable felicitación escri-ta…, el caso es que estos fenó-menos sociológicos se estánproduciendo, son una realidadque no admiten vuelta dehoja.

Aunque tengamos que ad-mitir que el modo habitual deleer nuestros escolares las pá-ginas de Internet está normal-mente muy lejos de una lectu-ra lenta, reposada, «rumiada»,reflexiva, asimilada, de tal for-ma que, como escribe acerta-damente la escritora BeatrizSarlo, «en Internet más que‘navegar’ se ‘surfea’, se hace‘surf ’», se desliza uno superfi-cialmente sobre la espuma deltexto sin apenas tocar el agua, el ver-dadero contenido…, a pesar de todoeso, el impulso de la tecnología digitales imparable.

Ante esta situación, ante este irre-frenable avance de la Cultura digital,caben dos actitudes diferentes: O biense repiten los argumentos tradiciona-les, que casi siempre condenan a estacultura como anti-humanista, anti-ilustrada, fragmentaria, «zopenca»(«analfabetos digitales», se les ha lla-mado a veces), o bien se aportan ar-

gumentos nuevos, se amplían hori-zontes, intentando valorar positiva-mente lo que estas nuevas tecnologíaspueden aportar a la formación inte-gral de nuestros ciudadanos, de nues-tros jóvenes.

Hagamos lo que hagamos, no estáen nuestras manos elegir entre usar ono usar las nuevas tecnologías digita-

les. Lo único que nos queda es usarlasbien. Como acertadamente apunta elprof. Touriñán López, en su libro: Elreto de la sociedad digital en la escuela,ni en el mundo del trabajo, ni en elcampo del ocio, ni en el ámbito de lasalud y la medicina, ni en el entornode la Escuela, podemos ya prescindirde ellas; sólo nos queda el pensar so-bre el modo, la forma, el uso, el enfoqueque seamos capaces de darles, para sa-car buen partido de ellos. Pero inclu-so el impacto que estos Medios están

produciendo en nuestra cultura es tanenorme, tan hondo, que no sólo de-ben ser considerados como instru-mentos, como métodos al servicio delos contenidos, de los saberes, sinoque, en sí mismos, representan unnuevo estilo de pensar y ser, una nuevaforma de vida, un nuevo tipo de Socie-dad.

Y hay que admitir que, apesar de los peligros que eluso irracional de estos Me-dios nos pueda acarrear:fragmentación de datos, su-perficialidad, «hojarasca»,poca asimilación de la infor-mación, incapacidad parapensar en silencio, publici-dad no buscada y engañosa,páginas de todo tipo sin nin-gún valor que nos asaltan pordoquier…, no cabe duda deque los beneficios y posibili-dades de cara al futuro sonmuy grandes y nos abrenperspectivas extraordinarias.Por vez primera, el viejo sue-ño de Leibniz de eliminar lasfronteras entre las distintasciencias, de lograr una armó-nica inter-relación de todoslos saberes, de conseguir elviejo «ideal ilustrado» de lle-var la cultura y la racionali-dad a todos los seres huma-nos, es posible.

El papel se corrompe, los libros sepierden (o peor aún, se queman), pero,ahora, el medio digital, el «bits», esuniversal, abarca las coordenadas deespacio y tiempo, no se deforma altransmitirse de un punto al otro delUniverso: «Quien recibe es quien deci-de cómo procesara el mensaje: bastacon que llegue en forma de bits». Y lomismo puede llegar al deslumbrantepalacio, que a la humilde cabaña; al po-deroso banquero, que al que no tieneapenas nada; los secretos del Louvre y

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del Prado, el tesoro de la BibliotecaNacional y la grandiosidad de las Pi-rámides pueden llegar rápidamentea todos los confines del planeta, a to-das las gentes, sin distinción de raza,sexo o condición. Por las nuevas re-des digitales, como savia benéfica,podrá correr la enorme riqueza cul-tural de una nueva sociedad sinfronteras, sin límites en sus posibili-dades de conocimiento.

Y la escuela ¿qué hace?

Los profesores andan perplejos yaún no tienen (en general) un do-minio perfecto de estas nuevas tec-nologías digitales. Quieren apren-derlas y se esfuerzan para ello, perono acaban de entender con certezacuál va a ser su papel en la Escuela delfuturo. No saben si van a poder seguirrealizando su vocación educadora deser «maestros» (etimológicamente: «elque es más», «el que ayuda a sus alum-nos a ser más: mejores personas»),maestros que no se limitan a realizaruna función fría, aséptica, funciona-rial, formal, mediática, sino que, por elcontrario, se entregan sin condicionesa la educación integral de sus discípu-los, para despabilar en su espíritu, através de la palabra y del silencio, delas lecciones y del ejemplo, la llama dela inteligencia, la fuerza de la voluntady la libertad, el bálsamo de la sensibili-dad, el ideal de un comportamientoético…

A pesar de que se haya creado elCentro Nacional de Información deComunicación Educativa, con su fla-mante Programa de Nuevas Tecnologí-as de la Información, y de que, sinduda, el poder entrar en la web de di-cho Centro, en donde los profesores, agolpe de ratón, pueden encontrartodo tipo de recursos complementa-rios para el aula: unidades didácticas,enlaces, vídeos, fotografías, documen-

tación varia, sea de un indudable va-lor metodológico y didáctico, sin em-bargo, no ven ellos claro que este cau-dal informativo sea la panacea paratodos los problemas que tiene plan-teados la educación.

A pesar de que se les diga que tie-nen que «enseñar al alumno a apren-der a aprender», que el maestro debeser un «orientador del conocimien-to», que «el alumno debe ser crítico yversátil en su aprendizaje», que ha-biendo Internet en el aula (si puedeser portátil, mejor) se facilitara lainteractividad, la conectividad y no séqué otra palabreja, al profesor, inva-riablemente (sin dejar por ello de va-lorar y usar en la medida de sus posi-bilidades estos recursos digitales) lesuenan mejor aquellos hermosos ver-sos de Gabriel Celaya que cantan:«Educar es lo mismo/ que poner unmotor a una barca./ Hay que medir,pesar, equilibrar…/ y poner todo enmarcha/». Y aún más: «Pero para eso/uno tiene que llevar en el alma/» (ade-más del software, digo yo) «un pocode marino, / un poco de pirata,/ unpoco de poeta/ y un quilo y medio depaciencia concentrada».

Efectivamente, los profesoreshemos comprendido que los me-dios audiovisuales han producidouna auténtica explosión en la canti-dad de información que nos llegapor todos lados, que entre las mi-siones más importantes que tene-mos es enseñar a «dar sentido a esadescomunal información», a dis-tinguir «el polvo de la paja», los rui-dos, de la verdadera melodía; a ma-tizar lo que es sólo información y loque es conocimiento, que es muchomás, que es información interioriza-da, pensada, rumiada, asimilada…La Escuela debe estar «al quite»para que las tecnologías digitalesocupen su sitio y no otro, para queno se conviertan en un monstruo

feroz que todo lo trituren.No cabe duda de que la digitaliza-

ción, los nuevos soportes electróni-cos, las bases de datos en línea, las bi-bliotecas electrónicas, los hipertex-tos, son, como acertadamente afirmael prof. Jordi Adell, «nuevas manerasde presentar y acceder al conoci-miento, que superan en determina-dos contextos las formas tradiciona-les de la explicación oral, la pizarra,los apuntes y el libro de texto»… Na-die duda de que esto ha supuesto ungran avance en las metodologías y enlas didácticas. Ahora bien, si quere-mos formar personas que sepan diri-gir con sentido y sustantividad susvidas, me quedo con el viejo ideal delos grandes maestros como Giner delos Ríos, porque supieron armonizarperfectamente fondo y forma, conte-nido y método, pensamiento y di-dáctica, palabra y acción, deber yplacer, ética y estética: «Situad entorno al profesor escolares activosque piensan, que hablan, que discu-ten, que se mueven, que están vivos,en suma, que busquen el sentido delas cosas…», escribe el maestro deRonda.

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Luis RosaLicenciado en Filosofía

1. Revelación

Para María Zambrano todo es revela-ción. La realidad siempre nos asisteregalándonos la verdad. Ahora bien,esta verdad que nos da la realidad noes nunca accesible de forma plena alhombre, sino sólo a través de media-ciones. Al principio el hombre se en-cuentra en una situación de clausura yextrañeza con respecto a la realidad ya la verdad que esta da, pero esta ini-cial opacidad se transforma en cono-cimiento por la llegada de la luz de lainteligencia. La unidad de inteligenciay realidad, su relación, genera un ho-rizonte de intelección en el cual se co-mienzan a ordenar las cosas reales, yen virtud de esta ordenación se haceaccesible al hombre la realidad. Mas laordenación establecida por la inteli-gencia no es perfecta, como tampocolo es su conocimiento de una realidadque acaba de comenzar a conocer. Larevelación de la realidad será progre-siva, y dependerá, no sólo de la rea-lidad misma, sino del ser humano,que tendrá la misión de encontrar elmodo de intelección más apropiadopara conocer y para conocerse, elmodo de razón más apropiado a supropia realidad.

2. Razón poética

Este modo de la razón es la razón poé-tica, unidad de filosofía y poesía, derazón y sentimiento. Históricamenteel modo de razón dominante ha sido,valga la redundancia, el modo de larazón dominadora, razón racionalistaensoberbecida y violenta, cuya rela-ción con la realidad era algo así como«cacería». Este modo de razón ha de-jado fuera de sí al corazón y al resto delas entrañas, y ha pretendido volar

desencarnada. El resultado de estevuelo ha sido la soledad, y consecuen-cia de ésta el resentimiento de no seramado y el rencor hacia la realidad, enla que el hombre, desde la razón ra-cionalista, no ha sabido construir suhogar. La razón poética trata de serrazón de paz abandonando la preten-sión de impasibilidad e independen-cia de la razón racionalista, retornan-do hacia la realidad misma del hom-bre, reconociendo su precariedad yrecuperando los estratos de lo huma-no que yacían condenados al olvido:las entrañas. El corazón, entraña delas entrañas, centro de lo humano, esel lugar unitario desde el que el hom-bre tiene que llevar su vida. La razónpoética es razón cordial.

3. Sentir originario

Mas este nuevo modo de razón, por seruna razón esencialmente entrañable yencarnada, requiere de una profundi-zación radical en el sentir. El hombre esel ser que padece su propia trascenden-cia, dirá con insistencia Zambrano. Elpadecer es la primera condición de lohumano, un padecer que es en sí mis-mo actividad, recepción, sentir. Unsentir en la carne, un sentir inicial yoriginario, radical, de lo humano en suprofunda densidad. El sentir originariode la chispa divina latiendo en el cora-zón humano, el padecer la mirada tier-na del amor en el centro mismo de lapersona. De este sentir nacerá un ím-petu, impulso de quien se siente a me-dias, en situación de precariedad, demendicidad: el hombre es el mendigode su propio ser, y la historia el caminoen el que se esfuerza por llegar al fin aposeerse. Por eso el ímpetu que nacedel sentir originario es un ímpetu as-censional que lleva al hombre a tras-cenderse para llegar a sí mismo. Pade-cer la propia trascendencia es la inexo-rabilidad de emprender este camino.

4. Sagrado (realidad y lo divino)

Lo sagrado es para María Zambranola esencia de la realidad, el fondo mis-terioso de donde todo brota. Lo sagra-do aparece para el hombre inicial-mente como algo ambivalente, poreso nos es necesaria su revelación. Re-velación en la que al hombre le va lamisma vida, pues sin la verdad en sumás honda profundidad no tendrá suverdad. Verdad que pide más ser vivi-da que sabida. La revelación de lo sa-grado dará de sí, inicialmente, la apa-rición de los dioses, que serán en unprincipio una gran ganancia para elhombre, pues la aparición de los dio-ses da ya cierta libertad y cierto espa-cio al desarrollo de lo humano. Peropronto el horizonte abierto por laaparición de los dioses se revelará in-suficiente. La revelación del Dios cris-tiano abrirá un nuevo horizonte dedignidad y libertad, en el que el amoraparecerá como esencia de lo sagrado.La verdad es el amor, y vivir el amor eslo que pide la realidad.

5. Persona

Toda la filosofía de María Zambranoes antropología, y no puede ser deotro modo cuando el que filosofa es elser humano. Cualquier realidad quese plantee como problema filosóficolleva, en el fondo, al problema queconstituye la existencia humana.

La persona es para María Zambra-no la realidad más sagrada. Ser perso-na es llegar al fin a poseerse, hacersecon la propia realidad, para poder po-nerla en juego en la entrega amorosa alos demás. Ser persona es vivir en elamor, en la entrega, en la comunión. Yesto se realiza poco a poco, a través deun proceso de conversión que duratoda la vida, mediante el cual el hom-bre va poco a poco haciéndose mástransparente. La transparencia es larealidad de quien vive en la verdad.

ACONTECIMIENTO 83PENSAMIENTO8

Diez palabras claveen el pensamiento de María Zambrano

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Transparencia y humildad son unamisma cosa: la virtud de aquel quedeja pasar a su través la Luz de Diospara alumbrar el nuevo mundo.

6.Tiempo

El tiempo, desgarramientodel ser, es camino de libertadde la persona. Zambrano, ci-tando a Mounier, señala queel tiempo es la paciencia deDios. Su paciencia nos datiempo para alcanzar a ser loque Él nos llama a ser. Eltiempo es un don, una gotade eternidad que nos regalaamanecer cada mañana a unnuevo día lleno de nuevasposibilidades; un día en elque tenemos la oportunidadde nacer de nuevo a la luz, ala transparencia.

7. Confesión

La confesión es una revela-ción de las entrañas de lapersona; parte de una situa-ción de desesperación de lapersona, que se queja y re-clama claridad, transparen-cia y misericordia. La perso-na que en el sufrimiento dela vida y en la experiencia defracaso pide ser mirada conamor, recogida en un regazode ternura, escuchada y acogida en sudolor, y salvada. La persona que seconfiesa pide salvación revelando hu-mildemente su condición más íntima,revelación que es entrega de su rea-lidad en ofrenda que busca la verdad.Una verdad que resucite lo muerto yabra un nuevo amanecer en la histo-ria, pues la vida humana en el tiempoes historia.

8. Conciencia histórica

La época actual está marcada por unaadquisición, por la entrada en el ám-bito de la luz de una realidad quesiempre ha estado ahí pero que hapermanecido desconocida: la historia.El hombre es una realidad histórica, y

haber tomado conciencia de ello es ellogro de nuestra época. Siempre hasido el hombre un ser histórico, perola historia la han hecho tradicional-mente sólo unos pocos. Hacer exten-siva la conciencia histórica para quetodo hombre se sienta agente de lamisma y sea posible la construcciónde una sociedad digna de la personade dónde brota.

El haber tomado conciencia histó-rica nos coloca en el dintel de la histo-ria, el momento de la decisión críticaen la que el hombre tiene la posibili-dad de atravesar el umbral de lo quehasta ahora ha sido una historia trági-ca por sacrificial, hacia una historia

verdaderamente humana:una historia ética que alum-bre una nueva sociedad.

9. Democracia

Esa nueva sociedad seráuna sociedad democrática.La democracia es aquel sis-tema en el que no sólo estápermitido, sino que estáexigido el ser persona. Nohabrá democracia real si nohay persona. Pero para serpersona es necesario supe-rar el narcisismo, que esjuego con la muerte, yabandonar los diversos per-sonajes que representamosy que pesan sobre nuestraspersonas, sacrificándolas.La aparición de la personaen su verdad transparenteserá el advenimiento de unasociedad que sea casa de to-dos, Patria comunitaria dela persona.

10. Amor

La filosofía de Zambrano es una filoso-fía del amor. En el amor, fuerza creado-ra, está la unidad viva de todo el uni-verso, pues Amor es su principio y suesencia, ‘amor’ es el nombre de la per-sona que lo habita, y amor es el cami-no que se nos invita a realizar.

PENSAMIENTOACONTECIMIENTO 83 9

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Carmen HerrandoDoctora en Filosofía

Araíz de haber celebrado en elcentenario del nacimiento deHannah Arendt, alusiones a la au-

tora, recordatorios de su obra y relec-turas de sus libros han estado presen-tes de manera especial durante variosmeses entre nosotros. Y aunque sólosea por hacer memoria de sus densasreflexiones sobre el totalitarismo, suslecturas de la suerte que corrió el pue-blo judío, o su visión de la condiciónhumana, ha merecido la pena este mi-rar retrospectivo hacia la discípula deMartín Heidegger y Karl Jaspers.

Pero hay un punto de su pensa-miento que quizás ha pasado como desoslayo y que ha hecho especial mellaen mí a finales de este pasado : setrata de la banalidad del mal, subtítu-lo que la autora añade a su libro de Eichmann en Jerusalén1. Este libroes el resultado de la asistencia de suautora, como periodista de The NewYorker, al juicio que contra Otto AdolfEichmann se llevó a cabo en Jerusalénen . El Estado de Israel juzgaba aun teniente coronel de las SS que sehabía encargado, durante la guerra, delas deportaciones de millones de ju-díos alemanes y europeos a los cam-pos de concentración que los nazisconstruyeron para exterminar la razahebrea; aunque no sólo quisieron aca-bar con los hijos de Israel, sino tam-bién con gitanos, homosexuales, y concuantos aquel brutal ideal de limpiezaaria consideraba parias, indeseables ypor debajo de lo humano. Eichmannhabía logrado escapar de Alemania yse encontraba en Argentina, dondeconsiguió reunir con él a su mujer y asus tres hijos. Vivía allí con nombrefalso, pero solía conversar a menudocon miembros de la colonia nazi, antelos que jamás negó su verdadera iden-

tidad. En concedió una entrevistaa un periodista holandés, Sassen, exmiembro de las SS armadas. Eich-mann escribió muchas notas para lamencionada entrevista, notas que ser-virían como medio de prueba en elproceso de Jerusalén. La versión delperiodista holandés se publicó abre-viada en la revista alemana Der Sternen julio de , y más tarde, en no-viembre y diciembre, en Life, en unaserie de artículos. Pero Sassen habíaproporcionado esta historia al corres-ponsal de Time-Life en Buenos Aires,con el consentimiento de Eichmann,aunque sin que se mencionara estenombre. Hasta agosto de no su-pieron los Servicios Secretos Israelíesque Eichmann vivía en Argentina, conla falsa identidad de Ricardo Klement.El de mayo de , el Primer Mi-nistro Ben Gurión anunciaba ante elParlamento de Israel que Eichmann«había sido descubierto por el Servi-cio Secreto Israelita». Lo que no dijoentonces el Primer Ministro fue que,desde la víspera de aquel día, Eich-mann se hallaba ya en Jerusalén, por-que los Servicios Secretos Israelíes lohabían apresado once días antes enBuenos Aires y trasladado hasta allípara someterlo a juicio. Al parecer,Eichmann no opuso resistencia a suscaptores, y según una declaración queredactó él mismo, se mostró confor-me «con ir a Israel y comparecer anteun tribunal de justicia, un tribunal le-galmente constituido», para explicarlas actividades que llevó a cabo enAlemania y otros países de Europadurante la guerra, «a fin de que las fu-turas generaciones sepan lo verdade-ramente ocurrido»2.

El juicio tuvo lugar durante la pri-mavera y el verano de . La senten-cia final fue de pena de muerte para elacusado, y se dictó el de mayo delaño siguiente. Dos días después, Eich-mann moría en la horca; incineraron

su cuerpo, y arrojaron sus cenizas alMediterráneo, lejos de las aguas juris-diccionales de Israel.

Hannah Arendt acudió al juicio deEichmann en Jerusalén porque, segúnconfiesa ella misma, no podía dejar depensar en este caso, como si el proce-so contra Eichmann hubiese supuestopara ella una última oportunidad deenfrentarse con el terror nazi, que, porfortuna, sólo llegó a experimentardesde lejos (Hannah y su madre aban-donaron ilegalmente Alemania enagosto de . Lograron llegar a Parísdespués de atravesar Praga, Génova yGinebra, con ayuda de una organiza-ción checa para refugiados)3.

El de febrero de aparecía enThe New Yorker el primero de los cin-co artículos de Hannah Arendt sobreel proceso contra Eichmann; el últimode estos artículos saldría el de mar-zo. En mayo de ese mismo año, estosinformes tomaron forma de libro, unlibro que desató controversias y polé-micas en las que no vamos a entrar,pese a que los planteamientos y análi-sis de la autora merezcan toda la aten-ción de quienes están interesados enel tema, por su rigor y exhaustividad.Pero sí hay que subrayar la centralidadde la tesis sobre la banalidad del mal.¿Por qué la banalidad del mal? ¿Dón-de se apoya Hannah Arendt para refe-rirse, con una fuerza tan insólita, auna realidad —el mal— apenas mani-fiesta con palabras en el libro, peroque se deja sentir como un olor desa-gradable, presente durante toda la lec-tura? Porque la autora es escueta altratar el tema del mal. Casi no lo men-ciona, y, sin embargo lo hace sentir,convencida como está de que ante talrealidad «las palabras y el pensamien-to se sienten impotentes»4.

Dejando al margen, pues, cuestio-nes como la justificación o no del rap-to de Eichmann, o el importante aná-lisis que Arendt hace del concepto vie-

ACONTECIMIENTO 83PENSAMIENTO10

Sobre la banalidad del mal,según Hannah Arendt

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jo y nuevo de genocidio, en el informesobre el proceso es central la personadel acusado, como sucede, por otraparte, en cualquier proceso. Y es desdeel personaje del antiguo miembro delas SS desde donde la autora partepara desembocar en su tesis sobre labanalidad del mal.

¿Quién es Adolf Eichmann? O, me-jor, ¿cómo es Adolf Eichmann? Lodesconcertante es que Eichmann noes sino un hombre aparentementenormal, muy normal, incluso. Uno delos responsables directos de la depor-tación de millones de personas hacialos campos de exterminio resulta noser ningún monstruo: «Lo más graveen el caso Eichmann —escribe Han-nah Arendt— era precisamente quehubo muchos hombres como él, y queestos hombres no fueron pervertidosni sádicos, sino que fueron, y siguensiendo, terrible y terroríficamentenormales»5. Eichmann, eso sí, comomuchos de esos hombres «terrible-mente normales» era un hombre«idealista», en el sentido de que nopodía permitir obstáculos a su hacer,ni nada que pusiera su «idea» en en-tredicho. También era jactancioso, vi-cio que le perdía, según Arendt, peroun vicio muy corriente, al fin y alcabo; y en este tono de jactancia llegóa decir ante sus hombres, en los últi-mos días de la guerra, monstruosida-des como esta: «Saltaré dentro de mitumba alegremente, porque el hechode que tenga sobre mi conciencia lamuerte de cinco millones de ju-díos (o ‘enemigos delReich’, como siempreaseguró haber di-cho) me produceuna extraordinariasatisfacción»6. Ladijo y repitió en másocasiones, a pesar deser consciente deque era absurdo

atribuirse estas muertes sólo a sí mis-mo, pues bien sabía él de cuántascombinaciones y siniestros tejemane-jes fueron resultado. Y a esta horriblefanfarronada añadiría otras, como lade haber inventado el sistema del gue-to, o la de que fuera suya la idea de en-viar a todos los judíos europeos a Ma-dagascar.

Un defecto más grave de Eichmannera su incapacidad para ponerse en ellugar del otro, su gran dificultad paraconsiderar cualquier asunto desde elpunto de vista ajeno, algo que defor-maba la realidad a sus ojos, y ante loque no hizo esfuerzo ninguno. Porotra parte, llamaba la atención la po-breza y monotonía de su lenguaje, supermanente recurrir a esquemas pre-fabricados o clichés. Arendt afirmaque «Eichmann era verdaderamen-te incapaz de expresaruna sola fraseque no fuerauna frase he-cha»7, mas noporque así tra-tase de ocultarel fondo de supensamiento,sino por unaasombrosa po-breza de éste, porvacuidad y falta dehondura en el pen-sar, por verdadera in-capacidad, pues,para ese prin-

cipio y fundamento de toda moralque es el pensamiento riguroso, segúnPascal. Y a esta dramática superficiali-dad la acompañaba una llamativa de-pendencia de los estados de ánimo,constantemente suavizados o exalta-dos, según el caso, por esos esquemasmentales sin raíces ni suelo. En rea-lidad, Eichmann llegaba a consolarsecon clichés, «horrible don», dirá Han-nah Arendt, que no lo abandonaría nien la hora de su muerte8.

Con tal escasez de profundidad, noes de extrañar que Eichmann resulta-se un hombre modesto, al menos enapariencia. Aunque si se le puede cali-ficar de modesto, sólo en un contextode «grandeza» —entendida, natural-mente, en la órbita del relumbrón delpoder— tiene sentido hacerlo. Cuan-do a comienzos de , en la Confe-rencia de Wannsee, Hitler y sus prin-

cipales colaboradores plantearonla cuestión de la SoluciónFinal —la liquidación efec-tiva de unos once millonesde judíos y demás parias

de este mundo a ojosde los nazis—,

Eichmannse sin-

t i ó

PENSAMIENTOACONTECIMIENTO 83 11

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como Poncio Pilato: «libre de todaculpa». «¿Quién era él para juzgar?¿Quién era él para tener sus propiasopiniones sobre aquel asunto?»9

Como anota Arendt, cayó víctima desu propia modestia, aunque se tratarade una modestia que nada tenía quever con la falta de vanidad y muchocon una irresponsabilidad enorme,rendida ante el éxito de los poderososy aparatosamente complacida conaquella sociedad de la que sesentía miembro, y en cuyo ma-rasmo quedaba confundido ycon la conciencia adormecida.Eichmann dijo que Hitler«quizá estuviera totalmenteequivocado, pero una cosa hayque no se le puede negar: fueun hombre capaz de elevarsedesde cabo del ejército alemána Führer de un pueblo deochenta millones de perso-nas… Para mí, el éxito alcan-zado por Hitler era razón sufi-ciente para obedecerle».10

«Eichmann no era un Yago ni unMacbeth —escribe Hannah Arendt—,y nada pudo estar más lejos de sus in-tenciones que ‘resultar villano’, al de-cir de Ricardo . Eichmann carecíade motivos, salvo aquellos demostra-dos por su extraordinaria diligenciaen orden a su personal progreso. Y, ensí misma, tal diligencia no era crimi-nal; Eichmann hubiera sido absoluta-mente incapaz de asesinar a su supe-rior para heredar su cargo. Para ex-presarlo en palabras llanas, podemosdecir que Eichmann, sencillamente,no supo jamás lo que se hacía»11.

Pero no supo lo que se hacía sóloporque no quería saber. Bien fue ca-paz de aducir que el gobierno nazi ha-bía impuesto una nueva escala de va-lores, a la que no quedaba más reme-dio que someterse. No era, por lotanto, un estúpido, sólo cumplió ór-denes, y trató de ser eficaz en aquel

entramado en el que se hallaba comouna pieza más del engranaje de terrory de muerte. Pero, ¿de dónde brotó,entonces, aquella falta absoluta de res-ponsabilidad, que desembocaría irre-mediablemente en el abismo del mal?De la irreflexión, de la mera superficia-lidad, concluirá Hannah Arendt. Estoes lo central de su tesis sobre la bana-lidad del mal, y así viene a formularla:

Únicamente la pura y simple irre-flexión —que en modo alguno po-demos equiparar a la estupi-dez— fue lo que le predispuso aconvertirse en el mayor criminalde su tiempo. Y si bien esto me-rece ser clasificado como ‘bana-lidad’, e incluso puede parecercómico, y ni siquiera con la mejorvoluntad cabe atribuir a Eich-mann diabólica profundidad,también es cierto que tampocopodemos decir que sea algo nor-mal o común.12

Estas palabras resuenan hoy con uneco extraordinario. Y poco habría queañadir a la perplejidad que provocan,salvo que, lejos de seguir afirmandoque no se puede decir que sea normalo común el fenómeno que Arendt des-cribe en el acusado del juicio de Jeru-salén, hoy estamos obligados a señalar

una realidad bien distinta. Porque elfenómeno de la irreflexión (fenómenoporque pocas cosas son más inhuma-nas que la irreflexión, al negar precisa-mente lo que define al hombre comotal) se multiplica en nuestras socieda-des, hasta el punto de producir escalo-fríos en quienes toman conciencia deél, dadas sus consecuencias, comomuestra el caso Eichmann. La irrefle-xión y la superficialidad que Arendt

encuentra en aquel criminal «in-consciente» que simplementeobedecía órdenes por una suertede fascinación cegadora; la noexistencia de porqués en aquellamente regida por la eficacia y sa-tisfecha sabiéndose mera ruede-cilla de un proyecto que respon-día, como poco, a la perversa ra-zón de Estado; la falta dehondura, la ausencia de respon-sabilidad, la inanidad, en una pa-labra, por la que el hombre dejade ser hombre para convertirseen objeto —ni siquiera en

cosa—, conllevan tremendos peligros.Como escribe Arendt, «una de las lec-ciones que nos dio el proceso de Jeru-salén fue que tal alejamiento de la rea-lidad y tal irreflexión pueden causarmás daño que todos los malos instintosinherentes, quizá, a la naturaleza hu-mana»13.

Semejante lección queda suficien-temente plasmada en el siglo que nosha precedido. Hannah Arendt es unatestigo que con su análisis no hacemás que avisar, porque es conscientede su deber de hacerlo, quebrando asíel tirante barniz de la superficie. Otrosmuchos han sido y son, también, avi-sadores: de la creciente irreflexión, dela relucencia de nuevos barnices, cadavez más rígidos y finos; de la alarman-te falta de hondura que incuba unmundo de hombres y mujeres men-guados que se van alejando de consi-deraciones fundamentales como la

ACONTECIMIENTO 83PENSAMIENTO12

Como escribe Arendt, «una de laslecciones que nos dio el proceso deJerusalén fue que tal alejamiento dela realidad y tal irreflexión puedencausar más daño que todos losmalos instintos inherentes, quizá, ala naturaleza humana».

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antigua y enorme noción de dignidadhumana. A lo anterior hay que añadirla «automación», a la que se refiere laautora como agravante que puedeperjudicar este estado de cosas,si se piensa, por ejemplo, en «latentación de exterminar aaquellos cuyo cociente de inte-ligencia esté por debajo de cier-to nivel»14, y en tantas otrastentaciones, algunas inimagi-nables, del poder totalitario,que pueden verse favorecidaspor mil sutilezas que traen lasnuevas tecnologías… Ya decíaSimone Weil, otra lúcida avisa-dora, que tenía la convicciónde que «cuando las autoridadestemporales y espirituales dejana una categoría de seres huma-nos al margen de aquellos cuyavida tiene un precio, nada le resulta alhombre más natural que matar»15.

Hannah Arendt invita, ante todo, aun cuestionamiento personal profun-do. Por eso resultó controvertido suEichmann en Jerusalén, pues en sus re-

flexiones apunta directo a las concien-cias. «Todos los judíos alemanes —es-cribe— han condenado unánime-mente la oleada de coordinación del

pueblo alemán, que a partir de fue convirtiendo día a día a los judíosen parias. ¿Cabe concebir que ni si-quiera un judío alemán llegara a pre-guntarse cuántos individuos, entre losde su clase, hubieran actuado igual

que los alemanes si se hubieran halla-do en sus circunstancias?»16. Es la pre-gunta radical que no podemos eludirsin faltar a la responsabilidad que nos

hace personas. Porque cuan-to más conocemos nuestrahistoria, la historia de lo queha sido y es la condición hu-mana, más imposible resultaignorar la «abundancia deiniquidad» que ya descubriósan Agustín en su corazón deniño cuando, sin ningunanecesidad, robó unas peras,sólo por robarlas. «¿Qué mal—se preguntaba Agustín—no podía hacer quien de bal-de y sin motivo alguno amóel mismo acto de maldadgratuita?»17. Este es el riesgodel mal al que le vemos los

ojos. Pero de la irreflexión y la super-ficialidad pueden emerger males que,por su falta de materia y fundamento,por su absoluta banalidad, sean capa-ces de llevarnos al más oscuro y ciegode los abismos.

PENSAMIENTOACONTECIMIENTO 83 13

1. La edición utilizada en este comentario es la de De bolsillo: Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén, editorial Debolsillo, Barcelona, 2005 (2.ª).Traducido del inglés por Carlos Ribalta.

2. Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén, Debolsillo, Barcelona, 2005, p. 351.3. Alois Prinz, La filosofía como profesión o el amor al mundo. La vida de Hannah Arendt, Herder, Barcelona, 2001, (traducido por Mª Belén Ibarra

de Diego), p. 218.4. Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén, op. cit., p. 368.5. Ibíd., p. 402.6. Ibíd., p. 75. 7. Ibíd., p. 78.8. Ibíd., p. 86.9. Ibíd., p. 168. En cursiva en el texto.10. Ibíd., p.186.11. Ibíd., pp. 417-418. En cursiva en el texto.12. Ibíd., p. 418.13. Ibíd. El subrayado es mío.14. Ibíd., p. 419.15.Simone Weil, Lettre à Georges Bernanos, en Oeuvres, Quarto (Gallimard), París, 1999, p. 408.16.Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén, op. cit., p. 430.17.San Agustín, Confesiones, II, 7, 15.

Notas

Ya decía Simone Weil, otra lúcidaavisadora, que tenía la convicción deque «cuando las autoridadestemporales y espirituales dejan a unacategoría de seres humanos al margende aquellos cuya vida tiene un precio,nada le resulta al hombre más naturalque matar».

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Julio AyalaPresidente del Instituto E. Mounier deParaguay. Psicólogo y psicoterapeuta.

—¿Por qué es aquí tan feliz todoel mundo excepto yo? preguntóel discípulo.—Porque han aprendido a ver laverdad y la belleza de todas par-tes, respondió el Maestro.—¿Y por qué no veo yo en todaspartes la bondad y la belleza?-—Contestó el Maestro: Porqueno puedes ver fuera de ti lo queno ves en tu interior.1

La parábola del epígrafe nos enseñacuán importante es ver en lointerior, capacidad humana que

se nos ha regalado, para conocernos yreconocernos en lo exterior. Además,esto hace parte de nuestra autoestima,de nuestro vínculo con los demás, contoda la realidad que nos rodea, asícomo con Dios.

Sin embargo, esta capacidad estámuy alterada en las psicosis y las per-versiones. Es sabido que los mecanis-mos básicos de la esquizofrenia, tras-torno psicótico grave, son la disocia-ción mental y la pérdida de contactocon la realidad, algo que cualquier ob-servador medianamente inteligentepuede detectar en el modo de vivir dela gente que padece de esta enferme-dad mental.

¿Y la perversión? también sabemosque los indicadores más significativosson el carácter impulsivo y la conduc-ta actuadora de la persona enferma,vale decir, que hay en ella una fuertetendencia para manifestar conductasde manipulación de los demás, mos-trando fuera de sí lo que se supone elenfermo tiene dentro suyo. A diferen-cia de estos trastornos en la neurosis lapersona se angustia y sufre casi solo yen silencio. El perverso, lleva, pues, a

la acción sus conflictos internos, actúay hace actuar a los demás, sin sabercon claridad las fuentes de su com-portamiento. Sin negar que en todasestas anomalías siempre hay un gradode conciencia, en más o en menos.

Pero por otro lado, yendo a lo queme interesa señalar y compartir, pare-ciera que esa disociación mental y esca-so o nulo contacto con la realidad delesquizofrénico, y las conductas actua-doras del perverso, ya no fueran «pri-vativas» de las personas enfermas,sino que da la impresión que partici-pa de ella gran parte de la población«normal», no sé si sólo a nivel local,nacional o gran parte de la poblaciónmundial. Da la impresión que tam-bién es algo que se está globalizando.Ahora bien, este estilo de vivir y con-

vivir (o con-morir) nos muestra quela gente actúa, por ejemplo, diciendouna cosa y haciendo otra, «total daigual», además «todo el mundo viveasí», pero todo el mundo es «su gru-po», el «nosotros» excluyente («oré»en guaraní), lejos de «los demás» (el«peé-kuera» en guaraní).

Esta disociación psíquica y la pérdi-da de contacto con la realidad de la es-quizofrenia, así como las conductas demanipulación de la perversión son ob-servables en miembros «normales» de

las familias, así como en algunas per-sonas de los ámbitos de la educación,del trabajo, de la política, de la recrea-ción, etc. Ya de por sí esto nos señalacuánto sufrimiento humano se viveen el mundo de hoy. Un mundo que«promociona individuos y no perso-nas»2. Padres, hijos, docentes, trabaja-dores, políticos, deportistas que vivenen sus burbujas, encerrados en sí mis-mos, ciegos a la realidad de su entor-no, alucinando que «todo está bien» oque «no hay problemas» porque él oella «está bien» o «nada le falta» y creen«tener todo». Tanto es lo que creenque también creen que los demás asíestán. Además, algo de razón tienenpara creer en esto porque muchosotros también así viven.

Pareciera —tal vez por las repercu-siones sociales del comportamientode ciertos hombres y mujeres— queen el ámbito de la política es donde«se vive más esquizofrénicamente» y«perversamente». Es por eso que eneste país el estilo de convivencia polí-tica es alarmante; lejos estamos deaquello «que la actividad política si sevive como servicio desde la perspec-tiva del bien común, (la política) esuna forma de caridad», según las ex-presiones de Benedicto XVI3. Másbien todos los intereses se anteponenal servicio: interés personal, interéspartidario, interés sectario (de dife-rentes sectores dentro de un mismopartido) y lo que distingue básica-mente a este interés es la exclusióndel otro, prima el «sin el otro»4. Asíactúa la mayoría de estos políticoshasta con sus propios familiares; esque no puede ser de otra manera.Todo va concatenado, «coherente-mente», es el testimonio del indivi-dualismo, producto del neoliberalis-mo. Individualismo del individuoque se traga todo lo que está a su al-cance y que termina siendo tragadopor lo que ha tragado. No es libre,

ACONTECIMIENTO 83SOCIEDAD14

Doble vida, doble discurso:¿esquizofrenia y/o perversión de cada día?

Pareciera —tal vez por lasrepercusiones sociales delcomportamiento de ciertoshombres y mujeres— queen el ámbito de la políticaes donde «se vive másesquizofrénicamente» y«perversamente».

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vive apegado a las cosas y con ellaspareciera hacer una sola cosa: vivirlejos del compromiso para el servicio ala polis. Es así porque viven mintién-do-se. «No quieren, no pueden y nodeben» vivir la verdad porque estáncomprometidos, eso sí, con otros quemienten igual o más.

En los partidos políticos los correli-gionarios impersonalistas viven parti-dos y re-partidos, (disociados y diso-ciando) como correligionarios queson. Correligionarios de la misma re-ligión, de la religión sin Dios. Vivencomo clonados por la politiquería, clo-nación creada antes que la ciencia crea-ra esta posibilidad.

Qué lejos estamos, según el maes-tro Carlos Díaz 5, de «asumir el deberde vivir como persona (…)», pues«(…) la persona asume el fardo de sulibre querer autónomo, dispuesta adar la vida si fuere menester, a darlasin quitarla, a darla sin mentir ni es-cudarse en nada que no sea el merohecho de darla, sin esperar recompen-sa alguna, sin dejarse llevar por los de-seos alocados ni por las gratificacio-nes interesadas, sólo por puro senti-miento del deber 6 libre y liberador».

La misma palabra deber hace tiem-po está descartada del vocabulario dela gente, incluso del de algunos educa-dores. En el campo de la educación sehabla de tarea o de actividades y se ob-via mencionar la palabra deber. Sinembargo, desde el personalismo co-munitario sabemos que «no puedepretender derechos quien no quieresoportar deberes»7.

El personalismo es comunitarioporque en la relación yo-tú la personavive y convive la experiencia del «nos-otros» incluyente (el «ñandé» en gua-raní). En este estilo de convivencia seencarna la reciprocidad (el jopoi enguaraní) y se intenta testimoniar losvalores, viviendo comprometidamen-te, aupando a los demás.

Para poder ver afuera la verdad, labondad y la belleza tenemos que vi-virlas primero. Si no las transparenta-mos en nosotros es inútil todo recla-mo a los demás. Más aún, quien no eslibre no podrá ver ni vivir la verdad.Porque es ésta, la verdad, la que noshace libres. Y la verdadera verdad es laVerdad y es ésta la que sí nos hace li-bres. La verdad es que esto tambiénimplica mucha salud, salud integral:corporal, mental social y espiritual.

¿Dónde está esta salud? ¿Dóndeestá la salud de los políticos, de los go-bernantes, de los «servidores» públi-cos? ¿Dónde están los bautizados, loscatólicos, los creyentes? En este paíshay un índice de descreimiento super-lativo, la autoestima de gran parte dela población anda «bajoneada», como«en picada» y empobrecida integral-mente. ¿Es que la mayoría de la pobla-ción está enferma? ¿De qué? Piensoque sí está gravemente enferma. Estáenferma de algo muy grave: la menti-ra. Se miente, casi en forma constante,sobretodo los politiqueros. La mayo-ría de las personas que quieren infor-marse a través de la prensa -televisión,

radio, periódicos- no cree lo que escu-chan o leen porque se sabe que nos es-tán mintiendo. La misma prensa inte-resada manipula la conciencia de laspersonas al distorsionar «las noticias»y «las informaciones», a diario.

Hasta aquí el diagnóstico, parcial,por supuesto. Cualquier hermano quelee esto puede pensar cuánto de pesi-mismo hay aquí. Pero, no se puede ne-gar, la verdad es que se miente, y mu-cho, con consecuencias muy seriaspara toda la población, incluido losmentirosos, sobretodo los mismos desiempre: politiqueros que desgobier-nan, que mandan y dan órdenes, se-gún la prensa, hasta para matar. Tam-bién hacen otras cosas malas, muymalas, de las que aquí no me ocuparéporque me interesa agregar breve-mente algo más sobre la verdad, temabásico para quien quiere vivir en paz yfeliz. Feliz «porque han aprendido aver la verdad» según el Maestro denuestro epígrafe.

Para dar testimonio de la verdad yla Verdad es necesaria la salud inte-gral. Es de primer orden la saludmental y espiritual «¿Porqué no veo

SOCIEDADACONTECIMIENTO 83 15

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yo en todas partes la verdad, la bon-dad y la belleza?», pregunta el discí-pulo. El Maestro responde: «Porqueno puedes ver fuera de ti lo que noves en tu interior». Lo que es del inte-rior es del espíritu, «las personas so-mos seres espirituales», decía Mou-nier. Avanzamos en el claroscuro de larazón y la fe. Por eso se dice de la fe laluz. El don de la fe nos da la certeza. Setrata, pues, de percibir la realidad conclaridad. Dice Benedicto XVI: «paracrecer en un clima de auténtica liber-tad se necesita de un contexto ético-espiritual adecuado, fundado en unaconcepción del hombre y del mundoque refleje de ellos su naturaleza y vo-cación»8.

Nuestra esperanza está puesta en lamadurez de los adultos y de los jóve-nes, no en los manipuladores diso-ciantes y perversos de siempre, cuyasconductas juzgamos, no así su perso-na. Es en esta gente adulta y jóvenesmaduros en quienes todavía podemoscreer, motivo por el cual concluyotrascribiendo «Las Bien-aventuranzasde los jóvenes»:9

Bienaventurados los jóvenes que llevan consigo la dimensión de no-vedad y creatividad.¡Serán vida que comienza a crecer!

Bienaventurados los jóvenes que, venciendo el estancamiento, elconservadurismo, irrumpen como sacramento de lo nuevo, movidospor el deseo, por la utopía, por el futuro.¡Serán protagonistas del amor!

Bienaventurados los jóvenes que alimentan la cultura de la vida yno se dejan llevar por los pensamientos egoístas, cómodos, hedo-nistas o consumistas que se les presentan como buenos.¡No caerán en el vacío, en la insatisfacción o en el aislamiento!

Bienaventurados los jóvenes que, a pesar de vivir bombardeadospor el odio y por la violencia, saben acoger y amar a todos.¡Serán artífices de paz!

Bienaventurados los jóvenes que, en nombre del amor y de una vidadigna, luchan sin entregarse ante las barreras e imposiciones de unmundo caduco.¡Serán la luz del mundo!

Bienaventurados los jóvenes que anuncian allí donde van que Cristoes la Certeza, el Camino, la Verdad y la Vida.¡Serán sal de la tierra!»

ACONTECIMIENTO 83POLÍTICA & ECONOMÍA16

1. Otero, Herminio, Parábolas en son de paz, Editorial CCS, Madrid, año 1993.2. Domínguez Prieto, Xosé Manuel, Sin el otro, artículo publicado en la Revista Iberoamericana de Personalismo comunitario, Nº 1, Año I, abril

2006.3. Del discurso del Papa al nuevo embajador de Albania ante la Santa Sede, publicado por Zenit, 2 de octubre de 2006.4. Domínguez Prieto, Xosé Manuel, op.cit.5. Díaz, Carlos, Pedagogía de la ética social, para una formación de valores, Editorial Trillas, pág. 31, México, 2004.6. La negrita es mía.7. Díaz, Carlos, op.cit., pág.31-32.8. Del citado discurso del Papa Benedicto XVI..9. Publicado en la Revista Ciudad Nueva del Movimiento de los Focolares u Obra de María.

Notas

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Fernando Millán RomeralO. Carm.Profesor de Teología

El de julio de fallecía en elCampo de Concentración de Da-chau a causa de una inyección de

ácido fénico el carmelita holandésTito Brandsma. Unos meses antes, enenero del mismo año, había sido dete-nido a causa, fundamentalmente, delas intensas gestiones que había lleva-do a cabo en nombre del episcopadoholandés con los directores de perió-dicos y publicaciones católicas. Losobispos holandeses, capitaneados porel Cardenal De Jong, se negaban aaceptar la imposición de consignas ra-cistas y antisemitas en la prensa cató-lica que en Holanda —y pese a tratar-se de un país de amplísima mayoríaprotestante- tenía mucha fuerza. Noen vano, Brandsma había sido, desde1935, Asistente eclesiástico de laUnión de Periodistas Católicos, y co-nocía bien el mundo del periodismo.

Pero el enfrentamiento del P. Titocon el gobierno de ocupación no se li-mitaba al campo de la prensa. Ya anteshabía desobedecido algunas órdenesexpresas en el ámbito de la educación,ya que se había negado a que los cole-gios católicos llevaran a cabo ciertasmedidas contra los niños de origenjudío. Aunque el P. Tito no trabajabadirectamente en este campo de la edu-cación, muchos años antes había fun-dado varios colegios carmelitas por loque fue nombrado Director de laUnión de Escuelas Católicas, cargoque ocuparía durante muchos años,por lo que su voz y su opinión eran te-nidas muy en cuenta en la enseñanzacatólica.

Este enfrentamiento titánico llegó asu momento culminante cuando el P.Tito, ya prisionero y bastante merma-das su salud y sus fuerzas, fue interro-

gado por el Sargento Judicial Harde-gen, quien le propuso una especie dearresto mitigado en algún conventocarmelita en Alemania a lo que el P.Tito se negó. Hardegen le pidió en-tonces que escribiera un pequeño en-sayo respondiendo a la pregunta depor qué los católicos holandeses seoponían al Nacional Socialismo. El P.Tito escribió entonces unas cuantascuartillas en las que desarrollaba algu-nos argumentos muy sugerentes.Aquellas notas terminaban con unabendición que dice mucho del talanteecuménico y pacificador de Brands-ma: ¡Dios salve a Holanda! ¡Dios salvea Alemania! Ojalá Dios conceda a estosdos pueblos volver a caminar en paz yen libertad y reconocer su Gloria para elbien de estas dos naciones tan cercanas.

Lógicamente, Brandsma escribiósu reflexión sin bibliografía alguna.Sin duda recordaba sus clases, tantode Filosofía como de Historia de laMística y la actitud mantenida duran-te años. Ya en , cuando las leyesantijudías comenzaban a tener vigen-cia en Alemania, el profesor Brands-ma colaboró con un grupo de colegase intelectuales en un volumen tituladoSobre el tratamiento dado a los judíosen Alemania. Su trabajo era bastantecertero y unía, por una parte, el análi-sis filosófico profundo de la ideologíanazi, basada en una particular inter-pretación de Friedrich Nietzsche yMax Stirner y, por otra, el compromi-so práctico y real que la sociedad de-bía asumir contra esta forma de pen-sar. El joven profesor desmontaba -desde actitudes de un humanismocristiano- el frágil andamiaje intelec-tual de la nueva ideología. Tito titulósu trabajo La falacia de la debilidad, ha-ciendo referencia con ello a la creenciafascista de que la ley debe basarse en eldominio, en la fuerza y en la opresiónde los que opinan de forma diferente,y que el amor, la humildad, etc., son

invenciones judeocristianas que de-gradan al super-hombre que nace delrégimen nacional-socialista.

Incluso antes, en , en el discur-so que pronunció en el acto de inves-tidura como Rector Magnífico de laUniversidad de Nimega, ya habíaconstatado cómo el hombre del siglo, que avanza decididamente en elcampo de la ciencia y de la técnica, seva apartando de Dios. Ello puede lle-varle un peligroso neopaganismo, auna entronización de la patria, de laraza, del progreso, de la guerra… o decualquier otro ídolo. El discurso, queen aquél momento no fue muy bienvalorado por algunos colegas que loconsideraron flojo y piadoso, fue ver-daderamente premonitorio. Quizássería curioso compararlo con el queHeidegger pronunciaría un año mástarde en su investidura como rectorde Freiburg, éste de mucha más alturaintelectual, pero de miras menos ele-vadas…

También en un célebre discursopronunciado en la Bergkerk de Deven-ter, o en la Homilía en honor de San

RELIGIÓNACONTECIMIENTO 83 17

El P. Tito Brandsma (1881-1942),un carmelita frente al nazismo

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Bonifacio, entre otros muchos, denun-ció siempre el neopaganismo de laviolencia, de la raza y de la guerra. Pre-cisamente esta homilía cayó muy malen los ambientes filo-nazis, ya que en-salzaba la figura de Bonifacio, el mon-je sajón evangelizador del Norte deEuropa, en detrimento de las tribusgermánicas (idealizadas y mitificadasen el inconsciente de los nazis).

Pero Tito Brandsma no fue sola-mente un intelectual comprometidoen la resistencia frente al nazismo o unpersonaje importante de la culturaeclesiástica holandesa del período deentreguerras. Fue, sobre todo, un sa-cerdote, un religioso convencido de suvocación y de su deber en cada mo-mento. Nacido en la Frisia, la regiónmás norteña de Holanda, en el seno deuna familia católica (varios hermanosfueron religiosos), pensó mucho suvocación, decidiéndose por el Carme-lo (cuyo espíritu de oración le habíafascinado). De joven intentó en variasocasiones ir a las misiones que la Pro-vincia Carmelita de Holanda estabacreando en Indonesia y Filipinas, perono le fue permitido a causa de su débil

salud. Esa debilidad fue la que provo-có también que sus estudios en Roma(-) se retrasaran unos mesesya que, cuando llegaron los exámenesfinales, no pudo prepararse adecuada-mente. En Roma tomó contacto conlas nuevas corrientes que, bajo el im-pulso de la Rerum Novarum, estabansurgiendo en la intelectualidad católi-ca. Un viaje a los Estados Unidos en, en el que tomó contacto con los«nuevos» medios de comunicación(muy adelantados e influyentes allí), lemarcó profundamente.

Desde joven se sintió muy atraídopor la espiritualidad de Santa Teresade Jesús y durante años intentó escri-bir una biografía de la santa de Ávila,algo que siempre le impidieron susmuchísimas ocupaciones de todotipo. En la cárcel de Scheveningen(una de las prisiones por las que pasóantes de llegar a Dachau) se pone ma-nos a la obra, comienza a escribir suvida de Santa Teresa, para lo que con-taba sólo con la traducción de Kwak-man de la obra Doctora mística (unode los dos libros que le permitieronllevarse) y con toda la erudición al-

macenada durante años de estudio.Llegó a escribir más de páginas.Las primeras están escritas en foliosnormales, con el membrete de la cár-cel, en el que van incluidas ciertasnormas sobre el correo de los prisio-neros, pero, en cierto momento, pare-ce que se le retiró el papel, por lo quecontinuó escribiendo entre las líneasdel otro libro (una vida de Jesús deCyriel Verschaeve) que fue recupera-do tras la guerra y aún conservancomo una reliquia los carmelitas ho-landeses. La letra, que en los primeroscapítulos es clara y firme, va estropeán-dose a medida que pasan las páginas.En , acabada la guerra, y cuatroaños después de la muerte del P. Tito,su biografía de la Santa fue completa-da ligeramente y publicada por otrocarmelita holandés, el P. Meijer y cau-só una gran impresión en Holanda.

Scheveningen, Amersfoort, Kle-ve… y Dachau. El P. Tito pasó por es-tas cárceles y campos de distribución,hasta acabar en el que había sido elprimer campo de concentraciónabierto en la Alemania nazi, variosaños antes de la Guerra. En todos ellosfue dejando un rastro de humanidady de afecto.

El de noviembre de el P. TitoBrandsma fue beatificado en Romapor Juan Pablo II. En el proceso de be-atificación fue decisivo el testimoniode la enfermera alemana que le pusola inyección de ácido fénico en la en-fermería (Revier) de Dachau y que,por temor a represalias, declaró bajonombre falso. En su testimonio cuen-ta cómo el P. Tito mantuvo con ellauna pequeña conversación que le cau-só una gran impresión e incluso le re-galó —aunque ella le indicó que noera creyente— el viejo rosario hechode botones y astillas de madera que lehabía regalado a él meses antes unprisionero italiano. Era el broche finalde toda una vida de entrega generosa.

ACONTECIMIENTO 83RELIGIÓN18

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F. Manfred Peter Doctor en Historia

Esta historia cuenta un sobreviviente: No escucharon ruegos. ¡Qué barbari

[dad! A bala, a machete, a toda la gente La han asesinado sin sentir piedad.»

. Somos indefensos.

¿Qué le pasó a ese niño?

Don Manuel era jesuita colombiano,nunca hablaba de su infancia, sólo de-cía:—A mis padres y a mis hermanos selos llevó la violencia.

¿Cómo y cuál violencia? Aquello era un diluvio de sangre,

decenas de miles de muertes violen-tas.

La guerra no declarada en Colom-bia entre los años y , despuésdel asesinato del político liberal JorgeEliécer Gaitán, en Bogotá, segó vidasen el Pijao como cuando los machetescortan caña. También el padre delniño Manuel, un pequeño campesinodedicado al cultivo de café, tuvo quemorir. La cuadrilla de asesinos llegóde noche a la pequeña aldea, buscaronal agregado liberal Vázquez. Al no en-contrarlo, decidieron echar mano auno de sus clientes. Los asesinos veníandel Valle. Iban montados en un viejocamión pintado de azul con banderasdel mismo color, gente del partido deLaureano Gómez, conservador.—¡Venimos en busca de los cachipo-rros con el plumaje rojo, pajarracosasquerosos! gritaron ebrios.

Toda la familia reunida y apretadaalrededor del padre.—¡No se lo lleven, por Dios!

El niño Manuel oye ruegos y gritosde mamá, llantos de los hermanos pe-queños, el balbuceo del padre:—¿Qué desean sus mercedes? Estoy a

sus órdenes, ¡digan, nomás! El padre junto a la puerta. Las ma-

nos en alto. Largas sombras de viejosrifles y de machetes desnudos.

¿Qué querían esos terribles visitan-tes nocturnos? —¡Sos vos el doblehijueputa que vasmorir ahorita!

Al niño le rodean los golpes de cu-latas y el chasquido seco de los ma-chetes y empieza a correr, corre y co-rre, lejos, escapándose de los gritosdesgarrados de sus hermanitos.

Los campesinos vecinos no se habíanasomado, nadie socorrió al pobre ca-fecultor que era sacrificado esta nochecon todos los suyos en un ritual de fa-natismo político.—¡Ea, un nido de cachiporros menos!—¡Qué serenata más sabrosa!

Ebrios de ron blanco y manchadoscon sangre subieron al viejo camión ycon risas como locos gritando —¡VivaCristo Rey, viva Laureano Gómez!—se despidieron de la pobre aldea para-lizada de horror bajo una noche sinluna.

La noche siguiente volverían parabuscar al agregado Vázquez, conside-rado enemigo mortal, y al no encon-trarle se dirigirían a otra choza, teñi-rían de nuevo sus machetes de rojo,ese maldito color del enemigo y entretragos de ron de caña gritarían:—¡Acabemos con esos hijueputas!¡Viva Cristo Rey!

Manuel había logrado escaparse yahora acompañaba a los hombres quedormían en los cafetales. Todos ellossabían que sería inútil refugiarse bajola autoridad o pedir clemencia a unode los cabecillas del otro plumaje oponerse de rodillas ante el «blanco»ricachón.

Así pues, cuando habían logradoarmarse con algunos rifles y revólve-res además de sus machetes, decidie-ron emboscar el camión azul a la en-trada de la cañada.

—¡Y ahora verán ellos qué va pasar!,vengarían sus muertos, atacarían, ma-tarían, a nadie darían cuartel.

Sin darse de cuenta, se habían en-montado en la guerrilla. Al que se des-tacó como jefe lo llamaron «coman-dante». Era campesino analfabetocomo ellos. Las cuadrillas contrariaspronto le dieron el apodo de «Sangre-negra».

¿Y Manuel? A la hora de la vengan-za el niño se quedó como petrificado.No pudo levantar la mano con el ma-chete, no pudo degollar a los heridospor la balacera. Los compañeros, lospájaros de plumaje rojo, se encarga-ron de esto, rematando a los heridoscon crueldad.—¡Ven acá pequeño, así se mata a esoschonchullos!

¡Zas!, con un ruido seco el machetetraspasa la carne.

Gritos, risas. Nadie lloró. Ningunode ellos pidió clemencia.

Después quemaron el camión, y enlas noches siguientes invadieron lasaldeas de donde creían que habían ve-nido los verdugos. Cometieron loshorrores que ellos habían visto y su-frido. Y no comprendieron por quéahora serían llamados masones, rene-gados anticristianos, protestantes, li-berales y comunistas o también ban-doleros, chusmeros y cachiporros.¿Qué sabían ellos de todo eso?1

Y eran famosas las cuadrillas del«Cóndor», del «Pájaro Negro» o del«Lamprilla» que sembraron el terrorsobre media Colombia cometiendocrímenes con total impunidad. Eraimposible controlar una fuerza queparecía desatada por la naturalezamisma. Por su crueldad y audacia sedestacaron niños guerrilleros como el«Caporal» que mandó sobre su propiabanda y que tras su reducida estaturay agilidad increíble escondía una fero-cidad inaudita produciendo la muertea su alrededor con la ingenuidad y a

RELIGIÓNACONTECIMIENTO 83 19

Una mirada atrás: Don Manuel, S. J.

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los años que otros niños apenas des-piertan al mundo. Y no era más queuno de los niños colombianos frustra-dos en sus destinos, abandonados so-bre las cenizas de sus chozas.

¿Y qué pasó con Manuel? Después del suceso con el camión,

Manuel botó su machete y huyó, sólo,sin rumbo, un huérfano más de la vio-lencia hasta llegar a Caicedonia.

Los hombres de «Sangrenegra» seincorporarán a la columna guerrillerade Manuel Marulanda, «Tirofijo», ycomo las perlas de un rosario san-griento, monótonamente se repetiránlas muertes en uno de los paisajes máshermosos de la tierra.

—¡Cómo ha cambiado ese niño, yano parece el mismo!

Decía una de las Hermanas de laCruz. Admiraba el carácter noble y laviva inteligencia de este chico con esamirada directa y viva. Con otros niñosmás que habían sufrido igual suerteManuel se había presentado a la puer-ta del monasterio, recibió la sopaboba e impresionó a las monjas: sedestacaba entre los pequeños refugia-dos, sobrevivientes de las matanzasnocturnas, que habían dejado casidespoblada la región del Quindíopara provecho de unos latifundistas.

Pero el destino deManuel era aprender la-tín donde «los frailes»en Manizales.—Parece que el latín seinventó de nuevo en elQuindío.

Así caracterizó su tu-tor la habilidad delalumno en la lengua deSan Agustín, maravilla-do por este despertar in-telectual, por ver llegarla luz a una viva razón ya una mente sensible. Y

parecía que Manuel era insaciable.—Es un caballo que necesita doble ra-ción.

Así, unos años después, Manuelpodía ir a completar estudios enRoma.

Y entonces para él todo era luz.Esto era lo suyo, sería jesuita con en-tusiasmo, soldado disciplinado de lafe, hijo de esta luz y bienaventurado.Parecía que aquella terrible nochenunca hubiese existido. Pero había es-tos sueños, sueños de terror noctur-nos que le martirizaban. El novicioera un estudiante sobresaliente, desta-caban su discurso elaborado, su ele-gante retórica, su afán de estudios, suenergía inagotable. Pero sus manoseran anchas, sus brazos fuertes, susandares de un campesino, su humil-dad proverbial.

Un sacerdote excepcional volvió aColombia para enfrentarse a las penasmil de su dolorida patria.

Y veinte años después: ¿Qué le ha-brá pasado al cura?

Se preguntaron muchos de los presen-tes cuando durante la misa se pusopálido y parecía caerse. Sucedió du-rante la proclamación del evangeliosegún San Mateo:—¡Bienaventurados los pacíficos,

porque ellos serán llamados hijos deDios!

Después de pronunciar estas pala-bras la voz le abandonó, un temblor lesacudió. Con la mano indicó que nopodía continuar y apoyado sobre elsacristán con dificultad logró regresara la sacristía.—El padre se ha puesto malo, dijo lagente.—¡Trabaja demasiado y casi no come!

Efectivamente, ese sector pobre dela gran ciudad era todo una precarianecesidad y Manuel había logrado ha-cer de todo: una iglesia, no bonita,pero casi siempre repleta durante losoficios, un colegio de primaria con unservicio de alfabetización para adul-tos, un centro de salud, una escuela desecretariado para muchachas paracombatir la tendencia a la prostitu-ción.

Durante varias semanas el curapermaneció en el hospital. El temblorno se le quitaba. Ahora tenía cincuen-ta años. ¿Le había alcanzado de golpesu niñez? ¿Fueron las imágenes de lainfancia que le invadieron y le hun-dieron en un túnel de los recuerdos?Sentado en la cama, tuvo que agarrarfuertemente la sábana para mantenersus manos quietas un rato. No podíasoportar la oscuridad, solamente lo-graba dormir un rato en pleno día.

Tomaba fármacos que lograban re-ducir su ansiedad y angustia, pero lohundían en una tremenda pasividad.Los hermanos jesuitas lo llevaron a laresidencia común y allí pasaba días ysemanas tirado en un camastro obser-vando a través de la ventana como lasnubes pasaban.

¡Qué tremendo remedio le ordenaron!2

—¡Tienes que salir de esto, cambiarcompletamente de ambiente! Te va-mos a mandar a Puerto Wilches. Estierra caliente. Ahí vas a sudar la gota

ACONTECIMIENTO 83RELIGIÓN20

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gorda y no te faltará trabajo. Está todopor hacer y tú ya sabes, a nosotros nonos pidas nada, ¡eh!

Así habló el padre superior y Ma-nuel obedeció como era debido.

En efecto, en Puerto Wilches, puer-to fluvial del río Magdalena medio, nohabía nada de nada. Del techo de lacapilla colgaban los murciélagos y lascampanitas habían sido robadas. Lascompañías petroleras lo decidíantodo. Es decir, decidían todo lo de in-terés para una compañía petrolera.Las vidas de los trabajadores migrato-rios no les importaba nada de nada.La zona estaba infectada de guerrilla ybandas de criminales. Los secuestrosocurrían diariamente.

Y hubo armas de todo tipo, unifor-mes por todas partes, muertes paga-das y casi gratuitas, muertes rápidas yagonías lentas. El padre las vio casi to-das, no hubo un solo día sin viudas yhuérfanos.—Parece que pronto no quedaránmás hombres jóvenes en Puerto Wil-ches, decía.

Sin embargo, el relevo nunca falta-ba. El olor de la plata fácil a ganar do-minaba sobre el miedo a la muerte.

El padre aguantó, gracias a las pas-tillas que ahora le acompañaban. Yano podía sostenerse sin ellas. Aguan-

taba las horas calientes delmediodía tirado en la ha-maca, pasando las nochesen vela escuchando el rui-do de la lluvia sobre las lá-minas de cinc del tejadode su choza. Aguantaba laconstante presencia de losarmados y el olor de lapólvora.

Oía los tiros y soporta-ba la presencia de los ca-dáveres que enterraba, erasu misión. Aguantaba elolor a muerte que acom-paña la vida diaria de los

pueblos desgraciados como el suyo.Pero no aguantó más cuando aquel

camión azul de noche paró delante dela capilla, hombres bajaron, largassombras de sus fusiles se acercaron.Manuel, quien fuera valiente y fuerte,no aguantó más, no pudo resistir más:Se puso blanco como la pared, se tam-baleó y se cayó.

Lo tomaron por muerto. Sin em-bargo, el médico aún le detectó lavida.

Esta vez pasó más de un mes en elhospital y cuando salió y abandonóPuerto Wilches se había duplicado suración de pastillas y su labor como sa-cerdote se había acabado definitiva-mente para siempre.

Le acompañamos a la playa al atar-decer porque quería ver el mar. Allípermaneció largo rato contemplandolo que siempre representa aquel pano-rama: Nada.

¿O contemplaba lo que manteníaguardado y que lo torturaba? —Laudetur Jesus Christus. Me parecehaberle escuchado decir eso.

Nota final

Un año después me comentaron queManuel se encontraba en una clínicapsiquiátrica en Medellín, Colombia.

RELIGIÓNACONTECIMIENTO 83 21

1. Los europeos generalmente solemosinterpretar «la violencia» colombianadentro del marco de principios políticoideológicos que nos sugiere nuestrapropia historia. Pero hay que revisaréstos para comprender sucesos turbu-lentos de otro continente y olvidarse dederecha e izquierda, de marxismo ycapitalismo, la realidad es diferente.El sociólogo Robert Redfield la describeacertadamente: «Esta sociedad esaislada, iletrada y homogénea, con unfuerte sentido de la solidaridad. Elmodo de vida está convencionalizadodentro de un sistema coherente osubcultural. La conducta es tradicional,espontánea, no crítica, personal. No haylegislación, hábito de experimentación,ni reflexión para fines intelectuales. Elparentesco, sus relaciones e institucio-nes son del tipo de las categoríasempíricas y el grupo familiar es launidad de acción. Lo sagrado prevalecesobre lo secular. La economía es deautoconsumo más bien que de merca-do».

2. El 7 de junio de 1968, la prensa deBogotá dio a conocer el documentobásico preliminar de la II ConferenciaGeneral del Episcopado Latinoamerica-no, donde se plantea como obligaciónde la Iglesia «ir en defensa de losderechos humanos, denunciar las injus-ticias existentes, señalar la necesidadde reformas de estructuras y prestar sucooperación en la realización decambios rápidos, urgentes y globales».Los jesuitas colombianos se dividieronpor causa del documento. La corrientejoven estaba por el cambio radical delas estructuras. Síntesis y paradigma dela renovación es el sacerdote CamiloTorres Restrepo:«Yo opté por el cristianismo, por consi-derar que en él se encontraba la formamás pura de servir a mi prójimo»«Me hace sacerdote el hacer que mishermanos se amen de una forma eficazy verdadera».

Notas

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Eduardo MartínezProfesor del I.E.S. «Las Américas» (Parla)

Me reúno con unas mujerestrabajadoras y serviciales, ycompartimos un café en un

ambiente acogedor. Se muestran rela-jadas y deseosas de expresar un puntode vista común: la necesidad de afron-tar el desafío político, social y comu-nitario que supone la educación de loshijos, la convicción de que sólo orga-nizados podemos alcanzar metas im-posibles a los individuos aislados.

¿Qué motivaciones conducen aalguien a complicarse la vida en unaAMPA?

En realidad empezamos colabo-rando con el colegio Miguel Delibesy luego, cuando nuestros hijos pa-saron al instituto, seguimos colabo-rando aquí. Allí todo empezó conuna especie de cooperativa de gas-to para la fiesta de fin de curso opara hacer algún regalo.

Los motivos por los que empeza-mos a implicarnos eran varios. Pen-samos que los padres deben impli-carse en la educación escolar desus hijos. No debemos conformar-nos con recibir pasivamente noticiasde cómo marchan los chavales, sinoque es parte de nuestra tarea hacerpropuestas de cómo solventar losproblemas educativos de nuestroshijos. Por otro lado, es bueno cono-cer el centro en su globalidad, nosólo al tutor de los chicos o a algúnprofesor aislado. Por último, un en-ganche definitivo es tener amigasque ya estén comprometidas. Porsupuesto que no estorba, sino todolo contrario, que este proceso seaapoyado desde la dirección del cen-tro o desde el claustro de profeso-res.

¿Qué costes personales y familiarestiene?

La verdad es que asumir un com-promiso como éste provoca una seriede obligaciones en cadena. Ahora no-sotras estamos involucradas en elConsejo Escolar del centro, en laAgenda 21 del Ayuntamiento de Parla,en el Consejo sectorial de Educación,en la dinamización de las AMPAS queestá llevando a cabo la Concejalía dejuventud, etc.

Está claro que el tiempo es limitadoy que estar aquí nos obliga a concen-trar tareas, a alguna discusión fami-liar… Lo que también es evidente esque las AMPAS son AMAS, es decir,que la educación de los hijos recaemás en las madres, aunque los padresempiezan a asumir su responsabilidad.

¿Qué aporta personalmente elestar involucrado en este tipo decompromiso?

Sobre todo gratificación en formade aprendizaje. Además se ganamucha confianza con los profesores,se comparten experiencias con otrospadres, lo que ayuda con los propioshijos, etc.

Algunos centros miran con recelolas AMPA´s, las ven como lugares dereivindicación y nula colaboración.¿Cuál es vuestra experiencia?

Creemos que hay que plantear lascosas desde una lógica cooperativa yno de enfrentamiento. Lo importantees la comunicación. Creemos que elproceso de enseñanza y aprendizajees complejo y no puede limitarse a lanota. Todos podemos aportar algo aeste proceso siempre que reinen lacorrección y el respeto por los ámbi-tos de responsabilidad de padres yprofesores.

¿Qué experiencias tienen sobrela implicación de los padres ymadres del I.E.S. Las Américas enla AMPA?

La verdad es que no hemos tenidomucho éxito en involucrar a más pa-dres en este compromiso. No deja-mos de informar y de comentar lasventajas de pertenecer a la AMPA aun-que uno no pueda estar vinculado enel día a día de la asociación (rebajasen los cursos que se organizan, infor-mación puntual y detallada de la vidadel centro, etc.).

¿Qué proyectos tenéis en marchaen la AMPA?

Ahora mismo tenemos en marchaunos cursos de Apoyo Educativo (Ma-temáticas, Lengua Española y LenguaInglesa) para alumnos del centro. Seha convocado un curso gratuito de in-formática del que aún quedan plazas.Además preparamos actividades parael final del curso.

¿Qué desafíos os planteáis?Como desafío tenemos el tratar de

articularnos mejor con los profesoresde las áreas que nosotras apoyamos,así como con el resto del claustro.Que conozcan nuestra labor y que jun-tos ayudemos a nuestros hijos a ir me-jor en los estudios y como personas.

También deberíamos llegar a máspadres y madres y facilitar que nos co-nozcan, cuando no que se involucren.Otro asunto de primera importanciasería consensuar algún tipo de alter-nativa al sistema disciplinario tradicio-nal (apercibimiento, expulsión…). Ex-periencias en esta línea las hay muyvariadas. Es cuestión de verlas e in-cluso de imaginar la que sería másadecuada para nosotros.

Nos despedimos cumpliendo conel precepto del diálogo del que hemosestado hablando. Algunas de ellas sonmadres de alumnos míos y atacamosasuntos como las técnicas pedagógi-cas empleadas, la relación con los chi-cos, etc. ¡Gracias amigas por vuestrocompromiso y vuestro testimonio!

ACONTECIMIENTO 83TESTIMONIO22

Asociación de Madres y Padres de Alumnos(AMPA) del I.E.S. Las Américas – ParlaLuisa Quintero, Celia Calcedo, Josefina de la Torre,Cristina Castellanos, M.ª Jesús Ferro y Manoli Gómez

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TESTIMONIOACONTECIMIENTO 83 23

Eduardo Fernández GarcíaCoordinador de la Plataforma por unaVivienda Digna

El artículo de la constitución es-pañola reconoce la vital impor-tancia del derecho a una vivienda

para la sociedad. No obstante pareceser que algunos políticos e inclusoparte de la sociedad no acaban de creér-selo. Parece un concepto muy sencillo,pero solo ahora que el problema estállegando a cotas que lo haceninsostenible empieza a haberun debate serio sobre el dere-cho. Llegar hasta aquí ha costa-do que una generación enterahayamos hipotecado nuestrossueños y nuestra vida y muchotiempo de trabajo desinteresa-do de algunos movimientossociales.

La Plataforma por una Vi-vienda Digna nace hace yacuatro años, cuando un grupode jóvenes a los que no nos sa-lían las cuentas, con nuestrossalarios, bajos y congeladospor la globalización y la com-petitividad, vemos que no haysalida, ni comprando ni alqui-lando. Ante la convicción deque esto no se iba a solucionarpor sí solo hemos procurado transmitira la sociedad que teníamos que creer-nos que el derecho a una vivienda dig-na es realizable y que para ello tenía-mos que reclamar nuestros derechos.

Poco a poco hemos ido tomandoconciencia de las causas que nos hanllevado a la situación actual y eso nosha permitido tener un discurso másclaro y contestar a las críticas más co-munes que se nos han hecho desde al-gunos sectores de la sociedad. Hoy te-nemos la clara convicción de que elproblema de la vivienda es un proble-ma de acceso a la vivienda, no de capa-

cidad de construcción, y de que es unproblema que se soluciona con volun-tad política.

Pero entonces ¿por qué no se ha so-lucionado? Desde hace unos años lleva-mos viendo cómo los políticos prome-ten viviendas de protección oficialcomo si fueran caramelos, y aunqueluego llamen «actuaciones» o «promo-ciones» a lo que en campaña fueron vi-viendas, con un ritmo de bastante másde medio millón de viviendas construi-das por año y con los actuales porcenta-

jes de reserva de vivienda para viviendade protección oficial y cesiones de suelopara patrimonio público, ¿por qué laconstrucción de vivienda de protecciónoficial no ha servido para satisfacer, si-quiera mínimamente, la demanda devivienda a un precio asequible?

Solucionar el problema, a la alturade la jugada en la que estamos, re-quiere un cambio profundo, tanto enla sociedad como en la clase política.La realidad es que con los precios ac-tuales de la vivienda libre casi toda lapoblación con necesidad de viviendanecesita una vivienda de protección

oficial. La realidad es que desde se lleva potenciando el sector de cons-trucción como motor económico envez potenciar la investigación u otrossectores de futuro y que como efectocolateral ha provocado que se urbani-ce por conveniencias económicas y deforma desordenada y muy poco soste-nible. La realidad es que la mayoría denosotros nos enfrentamos a un esce-nario futuro de escaso crecimiento sa-larial y unos esfuerzos muy por enci-ma de la media de nuestros vecinos

Europeos para afrontar elexceso de endeudamientoal que nos vemos forzadospara optar a una vivienda.La realidad es que la legis-lación ha permitido queuna gran parte de los terre-nos destinados a construc-ción de vivienda de protec-ción oficial estén al barbe-cho esperando a mejoresmomentos, esperando unasubida del modulo de pro-tección oficial o que el ba-jón de la vivienda librehaga que sean una salidamás rentable, perjudican-do a proyectos socialmentemuy interesantes como elcooperativismo o la auto-construcción. La realidad

es que los terrenos, que la ley exige ce-der a las administraciones públicaspara engrosar el patrimonio públicode suelo, se han utilizado por las ad-ministraciones para financiarse me-diante subastas de suelo. La realidades que no se han desarrollado férreosmecanismos de control para el cum-plimiento de la ley siendo previsible lacorrupción en un mercado en el quese mueve tanto dinero. La realidad esque ningún político se ha atrevidohasta ahora a desarrollar y aplicar laley para garantizar el derecho de acce-so a una vivienda digna por encima de

El derecho a una vivienda digna

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otros derechos como los de propiedady libre empresa, incluso habiendomotivos, legislación que lo permite, yprecedentes en países de nuestro en-torno.

En este escenario la única soluciónque vemos es la presión social. Porquenadie se va a aventurar a cambiar lasraíces de la financiación de institucio-nes y partidos políticos y a conducirun cambio de paradigma en la econo-mía sin una gran masa de personasque lo demanden y presión socialtambién para que ese pequeño grupode la sociedad que se está lucrandopor encima de lo razonable con la es-peculación inmobiliaria comprendaque la sociedad no se puede permitirese lujo.

También requiere un cambio en lamentalidad de los ciudadanos para des-vincular la condición de ser el propieta-rio de la vivienda en la que vives, aun-que a estas alturas creo la mayoría delos demandantes de vivienda solo bus-camos el acceso a una vivienda sin más.

A corto plazo desde la Plataformapor una vivienda digna vamos a se-guir apoyando y organizando mani-festaciones pacíficas que reclamen elderecho a una vivienda digna, segui-remos hablando con los políticos quenos quieran escuchar y probablemen-te intentemos llevar a cabo un proyec-to propio de autoconstrucción.

ACONTECIMIENTO 83TESTIMONIO24

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TESTIMONIOACONTECIMIENTO 83 25

SAIn

1. Un partido socialista militante yautogestionario

a.- La vocación de testimonio políticosolidario de nuestro partido.Existe una clara demanda de un nue-vo orden de convivencia en la socie-dad postindustrial y lo prueba la crisisde valores, la impotencia de la izquier-

da, el rechazo al socialismo estatistatras su fracaso, la creciente interrela-ción entre todos los sectores de la vidahumana, el cambio de estructuras, laaparición de nuevos centros de podery, sobre todo, el que la mayoría de laHumanidad vive una situación límite,de hambre, de explotación, de enfer-medad y guerras.

Hace falta un partido en la vida es-pañola que siembre la conciencia de lasolidaridad a diestro y siniestro. De-bemos y podemos construir una so-

ciedad en igualdad, una sociedad in-ternacionalista. Un mundo sin escla-vos, hambrientos ni parados. Una so-ciedad que rompa las barreras de to-dos los nacionalismos. Los españoleshemos caído en el pozo de los nacio-nalismos olvidando que ningún na-cionalismo permite a la persona serpersona. Para ser persona hay que sersolidario, y el nacionalismo es por ex-celencia insolidario. Es el hijo predi-lecto del egoísmo político.

Para los que nos confesamos cre-yentes en Jesús de Nazaret, la solidari-dad es Dios mismo. El Dios que mani-

fiesta y enseña Jesús, el mundo en quevivimos, este mundo de hambrientos,este mundo de oprimidos, este mun-do de esclavos, sólo puede tener reme-dio desde la solidaridad. Y una socie-dad repugnantemente egoísta y nacio-nalista comienza siempre expulsandoa Dios.

b.- Un partido militanteLos socialistas que pagaban por serloentraron en las cárceles de los castillosmilitares a cumplir las sentencias que

les habían echado los tribunales porser solidarios. Quizás esta sociedadtambién determine que la justiciapasa por las cárceles para los solida-rios. Franco así lo entendió, con gen-tes como el actual Presidente de go-bierno ¿por qué no va a seguir cre-ciendo ese camino? Zapatero, que ensu vida jamás ha conocido la solidari-dad, va a hacer posible que los tribu-nales de Justicia repriman la acciónsolidaria.

El partido SAIn tendrá órganos deexpresión y combatirá a los grandescentros de poder informativos. Prefe-

rimos asumir el riesgo que supone esalucha a vendernos.

SAIn será un partido militante. Elcamino está marcado con la tradiciónhistórica militante de los pobres.Consecuencia lógica del espíritu mili-tante del partido es que dentro de losprimeros puntos del programa apare-cerá el descenso de los sueldos de lospolíticos al salario mínimo. Quere-mos que se nos exijan cuentas. Nues-tro partido solo se financiará por lasaportaciones militantes.

¿Qué es el Partido Solidaridad y AutogestiónInternacionalista SAIn?

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c.- Un partido socialistaLa sociedad española, como toda so-ciedad, sigue necesitando la organi-zación socializadora de la vida delpaís. No puede haber sociedad en Es-paña que atienda a los problemas delos últimos de la sociedad si no haysocialización de la vida en España.Nuestro partido apuesta por la vidasocializada en la economía, la cultu-ra, y, en definitiva, socialización de lavida entera. ¿Qué socialismo quere-mos?, aquél que desarrolle la solida-ridad, entendida como compartircon el otro hasta lo necesario para vi-vir. Somos conscientes de que ellonos lleva a plantear una revoluciónno violenta en un mundo marcadopor la guerra de fuertes contra débi-les. La solidaridad, vivida en la ges-tión de los pueblos, es la única mane-ra que realmente responde al respetode nuestra dignidad inviolable comopersonas.

Ninguna de nuestras decisiones enel ámbito político ha de separarse niun solo centímetro de la solidaridadcon los empobrecidos y humillados.La situación de los últimos de la Tie-rra es la que marca nuestro quehacerpolítico. SAIN quiere aportar a la so-ciedad una misión testimonial, contoda su carga profética. Sin solidari-dad, y por tanto, sin vida solidaria in-

tegral en sus militantes, el SAIN pier-de su vocación fundamental en el te-rreno político. La revolución de lasolidaridad requiere de vida solida-ria.

d.- Un partido autogestionarioDefendemos la gestión de las personasen todo aquello que les concierna. Laautogestión no es un derecho más. Ne-cesita para su práctica el despliegue detodas las capacidades de la persona.No hay autogestión sin informaciónpara comprender los problemas, vo-luntad de intervenir en las solucionesy toma de decisiones compartida. Elloexige proponer organizar la sociedaddesde el protagonismo de cada perso-na, desarrollando su responsabilidad.A diferencia de todos los partidosexistentes en la actualidad, en Españay en el mundo, partimos del principiode creer en el pueblo como sujeto dela gestión de todo lo común-público.Somos conscientes de que ello necesi-ta desplegar en la sociedad los mediosque hagan posible una formación per-manente e integral de todos. Implica,además creer en los pobres, en lo quede nuevo aparece nuestra raíz cristia-na.

En un sistema solidario y autoges-tionario se puede superar el binomiohistórico, en apariencia contradicto-

rio, entre persona y común, entre in-dividuo y colectividad, superandotanto el individualismo capitalistacomo la uniformización marxista ycolectivista.

Por ello, las bases de nuestra pro-puesta autogestionaria descansan so-bre los siguientes principios: protago-nismo de la persona, rechazo de lasélites rectoras en la vida social, igual-dad fundamental de todas las perso-nas, solidaridad como norma de con-vivencia entre las personas, socializa-ción de los medios de producción (niestatalización ni privatización).

No hay autogestión sin que la per-sona sea respetada en todas sus di-mensiones. Hoy no se puede ser auto-gestionario sin defender apasionada-mente a la persona en su totalidad. Laprimacía de la persona exige que el de-recho a la vida se deba defender desdeel momento de su concepción y tam-bién frente a las agresiones que el capi-talismo depredador le lanza. Orillaruno de los frentes es arremeter contrala persona. Ocurre lo mismo con lapromoción cultural. Este frente debeincluir la dimensión religiosa, perotambién el combate contra el oligopo-lio informativo de los actuales gruposde poder. El valor de la persona no sedefiende con un menú a la carta.

ACONTECIMIENTO 83TESTIMONIO26

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TESTIMONIOACONTECIMIENTO 83 27

Antonio SieiraCoordinador [email protected]

La pobreza extrema es, sin duda, elproblema global más grave con elque se enfrenta el ser humano

actualmente. La enorme desigualdadeconómica entre ricos y pobres esinhumana. Nadie acepta esta situa-ción y sin embargo, la dilución deresponsabilidades por parte de losgobiernos occidentales permite quecada año se acrecienten las diferen-cias. Se trata de un problema difícil,pero que se puede resolver.

Lo que está sucediendo hoy en día enÁfrica, las quince mil personas quemueren todos los días innecesaria-mente de sida, tuberculosis y malaria,cuestiona seriamente nuestro modelode vida y nuestro grado de implicación.La envergadura del problema provocamuchas veces un bloqueo que lleva alpasotismo, la inactividad o al egoís-mo.

La transformación de nuestromundo es una tarea complicada paraun ciudadano aislado. La sociedad civilpuede encajar algunas de las piezas,pero los gobiernos tienen que actuar:es algo muchas veces demandado pornuestra sociedad, pero hoy en díaacabar con la pobreza sigue sin ser unaprioridad en la agenda política.

El partido Por Un Mundo Más Justo(PUM+J) canaliza esa sensibilidadciudadana, esa firme voluntad dedemandar a nuestro gobierno un girode su política exterior, a través de unprograma con un fin específico:construir un mundo sin pobreza.

El Partido Por Un Mundo MásJusto es, por tanto:1. Específico: su único objetivo es

luchar por un mundo sin pobreza.

2. Independiente: ni de derechas nide izquierdas, completamente in-dependiente de otros partidos, sin-dicatos, movimientos o asociacio-nes o de cualquier índole.

3. Enmarcado en el Estado de Dere-cho: impulsor de una mayor impli-cación ciudadana, y basado en laparticipación mediante procedi-mientos democráticos.

No queremos parches, ni paliativos ala pobreza. Queremos pasar de unacaridad blanda a una acción coordi-nada política y social en favor de lajusticia mundial. Queremos coheren-cia: un ,% libre de intereses comer-ciales y económicos. Queremos queEspaña deje de ser el primer paísexportador de municiones al ÁfricaSubsahariana. Queremos que Españase deje de oponer a la reducción de lossubsidios agrícolas en el seno de laOMC, permitiendo así la libre compe-tencia con los productos agrícolas

procedentes de países pobres.

Mínimas concesiones por parte delos países del Norte pueden repre-sentar el fin de la miseria paramuchos millones de personas. La ideade que la igualdad, además de unaidea grandiosa, está libre de costes,puede ser criticada por algunos, peronadie puede negar los enormesbeneficios que el desarrollo de lospaíses del Sur puede proporcionarnosen materia de inmigración, seguridado preservación del medio ambiente,por ejemplo.

Hoy, por primera vez en la histo-ria, se dan las circunstancias paraponer fin a la pobreza. Sólo es necesa-ria una firme voluntad política pararesolverlo. Es algo que entre todosvamos a conseguir cambiar, a través denuestro compromiso sociopolítico y dela expresión democrática de manera depensar.

El partido Por Un Mundo Más Justo (PUM+J)

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ACONTECIMIENTO 83TESTIMONIO28

Eduardo MartínezMiembro del Instituto E. Mounier

El mes pasado volvió a convocarnosel Foro de Asociaciones Solidarias.Asistieron, además de público en

general, militantes de diversos gruposcomponentes del Foro (PromociónSolidaria, Acción Cultural Cristiana,Instituto Emmanuel Mounier, Arelade Xusticia, SOLITEC).

Las jornadas se componen habitual-mente de una sesión teórica encamina-da a la formación en común de lasgentes del Foro, y de una manifesta-ción pública de nuestros planteamien-tos.

En esta ocasión encargamos a Anto-nio Colomer Viadel que nos hablarade la participación ciudadana en lagestión política. Él perfiló un paisajeduro por lo que tiene de partitocráti-co, pero trufado de posibilidades parahacer efectiva esa democracia formaly nominal que vivimos.

Por la tarde nos encaminamos a laPlaza de la Virgen de la ciudad de Va-lencia, donde realizamos una concen-tración. En ella expusimos los mate-riales que los diversos grupos trabajansobre temas como la injusticia estruc-tural Norte – Sur, la lucha por la justi-cia en el mundo laboral, la demandade un mayor protagonismo del pue-blo en la administración política, elfomento de una cultura ciudadana,etc. Se leyó un manifiesto elaboradopor el Instituto Emmanuel Mounier,extraído del pensamiento de Mounier,en concreto del libro El compromiso dela acción. Básicamente tratamos decomunicar a las personas que nos es-cucharon un mensaje de responsabili-dad y autogestión en todos los ámbi-tos de la vida social.

Las jornadas se cierran siempre, el do-mingo, con una sesión de la asambleadel Foro. En esta ocasión hemos dise-ñado preliminarmente el curso de for-mación del verano en la Escuela de Mi-litancia de ACC en agosto.

Os animamos a participar en la escue-la de verano y en las próximas convo-catorias. Cumplir con nuestra digni-dad ciudadana nos exige una comple-ja red de compromisos de los cualeséste es un buen ejemplo.

Si os interesa y deseáis más informa-ción sobre el Foro y sus actividadesescribid a [email protected].

Jornadas del Foro de Asociaciones Solidariasen Valencia30 de marzo y 1 de abril de 2007

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ACONTECIMIENTO 83 29

Rincón bibliográfico

El maestro Juan Martínez queestaba allíManuel Chaves NogalesLibros del Asteroide, Barcelona,2007. Prólogo de Andrés Trapiello.

El periodista Manuel Chaves(Sevilla 1879-Londres 1944)presenta en esta novela ágil yterrible seis años de la vida delmaestro Juan Martínez, bailarínde flamenco, nacido en Burgos,y que por mil vueltas del desti-no se encontraba en Rusiacuando estalló la revolución, en1917. Cuenta Chaves aquellosacontecimientos de la vida deJuan Martínez, como si del dia-rio de éste se tratase. Las pe-nalidades que el maestro ySole, su mujer, pasaron entreSan Petersburgo, Moscú y Kiev,o anteriormente, al estallar laGran Guerra, en Turquía y Ru-manía, sobrecogen a un lectorque llega a seguir con inquie-tud el sobrevivir diario de estapareja de artistas en busca delpan cotidiano. Juan y Sole apa-recen como prisioneros de unarealidad que les es ajena, peroa la que ellos mismos no pue-den resultar ajenos, en absolu-to. Parte de la frescura extraor-dinaria del relato procede de la«inocencia política» del maes-tro Martínez: nada sabe él deideas ni de revoluciones; extra-ño por completo a las veleida-des de la política, que puedenresultar atroces, él sólo sesabe un bailarín que quiere bai-lar, ofreciendo con su arte lomejor de sí; y es capaz de jus-tificar ante unos bolcheviquessu condición de trabajador,mostrándoles sus manos enca-llecidas de tanto tocar la guita-rra; callos, por cierto, que lesalvarían la vida en aquellaocasión.

Juan Martínez asiste, des-concertado, a las jornadas re-volucionarias y a los terriblesacontecimientos de la guerra

civil rusa. En Kiev vería cómolos bolcheviques y los soldadoszaristas iban dándose el rele-vo, dejando unos y otros, trassu paso, montañas de cadáve-res; y cuando más cundía la de-solación, fueron los polacosquienes llegaron para sembraraún más horror sobre tanta mi-seria… Resulta, cuando me-nos, curioso contemplar a unossencillos artistas españoles enmedio de todo aquello. PeroJuan y Sole sobreviven sin des-esperar, hallando todavía hu-mor en sus adentros, y hastahermosura en los pequeñosguiños de lo cotidiano.

El libro de Chaves es resul-tado de la fascinación que des-pertó en el autor el maestroJuan Martínez cuando ambosse conocieron en París. Deja enel lector el regusto sencillo delo verdadero, que sólo de la li-teratura brota, cuando es deveras literatura. Un relato cier-tamente fascinante sobre lavida y los desastres que puedeinocular en ésta el juego tram-poso de la política puesta alservicio del poder y de la fuer-za. Pero es, ante todo, una his-toria verdadera de personas vi-vas, atónitas frente a aquellosaconteceres que marcaronpara siempre el curso de la his-toria de los hombres, aun nosiendo nada nuevo en ella acu-mular desolación y muerte.

CARMEN HERRANDO

Madre espiritual y víctima delholocausto.María Skobtosov.Narcea, Madrid 2007.

Emilia Bea Pérez, doctora en De-recho y profesora titular de Filosofíadel Derecho y Filosofía Política en laUniversidad de Valencia, nos pre-senta en este intenso libro de granvalor ecuménico la vida y el pensa-miento de María Skobtsov, autoraortodoxa de origen ruso, poetisa re-

putada en San Petersburgo, alcal-desa de una ciudad del Mar Negro,madre de tres hijos y exiliada a Pa-rís. En esta ciudad salvó a cientosde judíos durante la ocupación, loque le costó la deportación al cam-po de Ravensbrück, donde acabaríafalleciendo. En 1997 fue inscritacomo Justa entre las Naciones en elmemorial de Yad Vashem y en el2004 el Santo Sínodo del Patriarca-do de Constantinopla inscribía sunombre en la lista de los santos jun-to a otros tres mártires rusos de laIglesia Rusa, entre los que se en-cuentra su propio hijo, Yuri Skobt-sov.

Santa María Skobtsov nosaparece como un auténtico tes-timonio del siglo XX, como lamisma autora, Emilia Bea, ladenomina. Ejemplo de cristianay de mujer, fue guiada espiri-tualmente por el mismo SergeiBulgakov hasta que en 1932hiciera profesión monásticacon el nombre de María (Elisa-beth Pilenko era su nombre depila).

Con la canonización de laMadre María este libro adquie-re un valor y una relevancia es-pecial. Dar a conocer a los cris-tianos a esta mujer, a este tes-timonio, es un servicio que laautora ha hecho con este libro,y esto siempre es de agrade-cer.

Esfuerzos como los de estelibro dejan claro el valor delecumenismo en un mundo frac-turado y roto; el ejemplo de mu-jeres como María Skobtsov so-brepasan cualquier tipo demuro de separación y nos poneen el camino del Único quesabe cuál es la Verdad.

RAMÓN HORCAJADA

Con versos, fragmentos de unaantología futura.Antígona, Madrid 2006.

Antonio Albiol Martín es edi-tor del libro que les presenta-

mos y en él se ha dado cita unapequeña representación de lajoven poesía contemporánea.¡Ojalá y que sean fragmentosde la futura! El libro es con-fluencia de palabras usadas yque «nos usan», ahí está su ori-gen. Un origen que se concretaen motivos y unos motivos queen realidad son los que han sa-bido transmitir los autores deestos fragmentos que les reco-mendamos.

Libre configuración ha sidola revista a la que pudieron ac-ceder escritores noveles «a losque las publicaciones cultura-les les están vedadas» y paralos que «los concursos noconstituyen una vía segurapara dar salida a sus trabajos».De ahí nuestra mención espe-cial para el trabajo bien hecho,para el trabajo pensado paralos demás. Este tipo de trabajotiene sus recompensas y lasuya ha sido este libro. Algu-nos de los poetas que han par-ticipado en Libre configuraciónse dan cita aquí: José Joaquín,Pedro Gilthoniel, Xurde Portilla,Carlos G. Torrico y Fernando Pé-rez de Blas.

Como bien nos avisa el edi-tor, no se trata de un mero con-glomerado o heterogéneasuma de partes, sino que setrata de un libro con un deno-minador común: en todos arrai-ga la poesía como una formade vida, de transformar el aireque respiran. La labor de Anto-nio Albiol, no ha sido sino la deseguir las leyes secretas quegobiernan a cada uno de losautores que figuran en este li-bro y descubrir las afinidadesexistentes entre ellos.

«El mérito es de los poetas»y aquí sólo lo hemos recorda-do. Sólo queda una cosa: quedisfruten del libro.

RAMÓN HORCAJADA

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ACONTECIMIENTO 83RINCÓN BIBLIOGRÁFICO30

Antiguas raíces, nuevos retoños.El desarrollo endógeno en lapráctica.Bertus Haverkort; Katrienvan’t Hooft y Win Hiemstra(editores).COMPAS-AGRUCO / Plural editores,2003. Rosendo Guitiérrez esq.Ecuador.

El desarrollo, hasta hace al-gunos años, se planteabacomo una meta para llegar alas formas de vida occidenta-les, por lo que todos los pro-gramas estaban enfocados«para el desarrollo» económicosin tener en cuenta la cultura,ni el conocimiento, ni la creen-cias, ni la espiritualidad, ni lahistoria que poseían las distin-tas zonas rurales donde se lle-vaban a cabo los proyectos; loque los autores del libro des-criben son las respuestas quelas zonas rurales de los distin-tos continentes están llevandoa cabo para enfrentarse a losproblemas que la globalizaciónha planteado. Consideran quelos actuales problemas globa-les son la pobreza, la destruc-ción ecológica y la pérdida dediversidad cultural. Para ellohan puesto en marcha nuevasformas de enfocar el desarro-llo; tratan con sus programasde llevar a cabo un desarrollo«endógeno» que tiene sus raí-ces en iniciativas innovadoras

de los agricultores que trabajanen red en el programa Compas.

Los editores del libro nosproporcionan unas miradas ha-cia algunas de las culturas y al-gunos sistemas de conocimien-to que existen en los distintoscontinentes. «Los autores delAsia, África, Latinoamérica yEuropa —nos dicen— han a-prendido que las culturas y losconocimientos tradicionales delos pueblos locales pueden serel punto de partida para las ac-tividades de desarrollo loca-les.»

A lo largo de sus 338 pági-nas nos van descubriendo cómoel programa Compas apoya eldesarrollo endógeno, en distin-tas zonas de los cuatro conti-nentes. Además de las expe-riencias que nos van narrando,comparan las distintas formasde conocimiento, de valores, decreencias con un respeto a to-dos ellos. Las experiencias quenos describen, del subcontinen-te Índico ocho, de África dos,Latino América dos y Europaotros dos, indican que la identi-dad cultural y las iniciativas delos pueblos locales pueden pro-porcionar claves importantespara el desarrollo rural sosteni-ble y enfrentarse a la perdida deidentidad, de tradiciones queconsideraban a la naturalezacomo algo sagrado, lo que con-

lleva un empoderamiento del co-nocimiento indígena. Describelos procesos mediante los cua-les la diversidad actual de cono-cimiento y culturas ha surgido yque el conocimiento occidentallos pretende anular. La diferen-cia entre sus procedimientos ylos procedimientos de la preten-dida modernidad que ha ido cre-ando problemas medio ambien-tales, contaminación de suelos,perdida de productos autócto-nos con la pérdida de la diversi-dad a favor de los monocultivos,ha llevado a estos agricultores acuestionar dicha ‘modernidad’;además las nuevas leyes quese aplican en las políticas agrí-colas están forzando a los agri-cultores a plantearse el retomarexperiencia pasadas, revitalizan-do la tradición y el conocimientode sus antepasados, que teníanen cuenta a los ancestros, laconcepción del tiempo, los mo-mentos cósmicos, la espirituali-dad... para conseguir un equili-brio en la naturaleza que el sis-tema actual está rompiendo.Estos grupos construyen sobrela base de las necesidades y losrecursos locales, desarrollanmetodologías innovadoras paraentender y experimentar conprácticas indígenas/campesi-nas y hallar sinergia con los sis-temas modernos de conoci-miento.

En general la metodologíautilizada en los artículos sepuede concretar en los siguien-tes aspectos: creación de con-ciencia, recopilar y documentarel conocimiento indígena, expe-rimentación con éstos conoci-mientos, creación nuevas es-tructuras institucionales, y, tra-bajar en red; además dereconocer y recuperar su cultu-ra, sus creencias, su espiritua-lidad.

Las actividades incluyen laidentificación de nichos de des-arrollo, retener beneficios dentrode áreas locales, maximizar elcontrol local y hacer un uso se-lectivo de los recursos externos.

Aunque el libro está dirigidofundamentalmente para losagentes para el desarrollo, in-vestigadores y formuladores depolíticas, especialmente en eldesarrollo rural sostenible, laagricultura, el manejo de recur-sos naturales y de la salud, esrecomendable para todos aque-llos que tienen una preocupa-ción por estos temas que aquíse exponen y descubrir queexisten personas, grupos e ins-tituciones que de forma calla-da, sin altavoces, sin propa-ganda están trabajando por unmundo mejor, por otro mundoposible que respete al ‘otro’.

JOSÉ MANUEL LINARES

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ANÁLISIS 31ACONTECIMIENTO83✦2007

ANÁLISISANÁLISIS

Rehabilitarla política

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E ste número de Acontecimiento quiereproponer una serie de razones para noseguir en la abstención, para tomar

conciencia de lo que supone, sus costes, y laalternativa posible hacia una ciudadanía plena,personal y comunitaria. Bien entendido que nonos referimos a un sentido restrictivo del término,sino a la actitud generalizada de desidia frente a lagestión de la cosa pública en todas sus dimensio-nes (gestión vecinal, participación en el ámbitoeducativo, control del poder representativo, etc.)

En las democracias occidentales se da unaprogresión imparable en el número de personas queno se dignan a apoyar con su voto las candidaturasque concurren a elecciones estatales o locales. Estedato es en sí mismo muy preocupante. Si la base delegitimidad del control del poder en un sistemademocrático formal proviene del voto mayoritario dela ciudadanía a un partido político, nos encontramoshoy con una situación en la que los gobiernos sonsostenidos por ínfimos porcentajes del censoelectoral, no digamos si la referencia es la poblacióníntegramente considerada. Cuando esto no ocurrese debe a momentos de especial encono que seaproximan mucho a fenómenos mediáticos que, através de la polarización social, provocan la partici-pación. Paradójico en grado sumo: cuando másparticipamos es cuando más rota está nuestrasociabilidad. Véase el triste ejemplo de las últimaselecciones generales en España.

PRESENTACIÓN

Pero la abstención que más nos preocupa noes esta escasez de sufragio, sino la pasividad queha hecho de la sociedad civil una masa manipula-ble y manipulada. Hannah Arendt decía, refirién-dose a los ciudadanos alemanes cómplices silen-ciosos del nazismo, que los peores criminales eranlos buenos padres de familia, aquellos que nuncahicieron nada terrible, aquellos que sólo callaron.Apliquemos esta moraleja al silencio abstencionis-ta que protagonizamos.

Para romper con ese silencio deberíamosaceptar el hermoso desafío que se nos proponedesde nuestra dignidad de personas, convocadasa un compromiso comunitario de cara a gestionarla sociedad, para asumir que somos protagonistasde nuestras vidas y no meros actores secundariosque viven de las migajas que otros nos entregan.Las líneas de actuación se pueden esquematizaren las siguientes:

� ESTAR JUNTOS: desechar el individualismo, laxenofobia y compartir espacios y tiempos connuestros prójimos (próximos), aprender aescuchar y a convencer.

� FORMACIÓN–COMUNICACIÓN: sin una profundacapacitación somos susceptibles de caer en lasgarras de la demagogia. Aprender a divulgarnuestro mensaje.

� ASOCIACIÓN PARA UNA CIUDADANÍA PLENA: consolidaruna sinergia de micro-utopías, unir ilusionesmediante la militancia en pro de los másempobrecidos. ❏

ACONTECIMIENTO83✦2007 ANÁLISIS32

❏ EDUARDO MARTÍNEZMiembro del Instituto E. Mounier

Abstención yresponsabilidad

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H ace treinta años vivimos aquella experienciahistórica, llena de euforia y esperanza quefueron las primeras elecciones democráticas en

España después de una dura etapa autoritaria, endonde esa participación generalizada del pueblo no eraposible. Al inicio de 1978, escribía sobre el anteproyec-to constitucional y el origen de la monarquía parlamen-taria en España, y al final del texto me lamentaba que enla Constitución, que se aprobaría en diciembre de 1978,los constituyentes no hubieran esgrimido la imaginaciónnecesaria para interiorizar constitucionalmente esosnuevos protagonismos sociales y políticos que la socie-dad contemporánea está demandando para salir de sucansancio y falta de credibilidad en las instituciones:

La gente quiere tener una influencia real sobre su vidade cada día y no una vez cada cuatro o cinco años. Exis-te tal anacronismo entre el actual sistema y la realidad,que una gran cólera está creciendo en el mundo. Losciudadanos del mundo entero han dejado de creer enlos sistemas políticos, se burlan y desconfían de sus di-rigentes… De forma cansada y dócil, a este anacronis-mo se ha apuntado la ponencia constitucional1.

Posiblemente más tarde he encontrado una poten-cialidad participativa en nuestra Constitución, pero quelos diferentes equipos políticos que han gobernado nohan tenido voluntad de desarrollar, y el problema delfinanciamiento de los partidos políticos y la deriva elitis-ta oligárquica de aquellos con opciones efectivas de

ALGUNASREFLEXIONESSOBRE LAREGENERACIÓNDEMOCRÁTICA YLA CONCIENCIACIUDADANA❏ ANTONIO COLOMER VIADEL

Director del INAUCO.Universidad Politécnica de Valencia

gobernar se ha agudizado, así como la entremezcla deintereses con los poderosos grupos económicos.

Esta primera reflexión nos lleva a deducir que pararegenerar la democracia debe existir, al menos, unrescoldo de espíritu democrático y unos gérmenes deconciencia ética ciudadana. Quiero recordar aquí dostestimonios distantes en el tiempo y de perfiles ideoló-gicos muy diferentes sobre los que en su día tuveoportunidad de trabajar.

Uno de ellos es ANTONIO APARISI Y GUIJARRO, celebreabogado valenciano, diputado y senador en las Cortesespañolas desde 1858 hasta 1871. Aparisi, sobretodo,era un hombre íntegro, denunciador de las corrupcioneselectorales de su época, que aplicó a la política lamisma exigencia moral que practicaba en su vidapersonal. Fue defensor desinteresado de pobres yrepublicanos, él que era monárquico católico y fiel alespíritu de la tradición española.

En los convulsos años previos a la caída de la Coronade Isabel II, y en medio de un país en profunda crisis,pronuncia un discurso en el Congreso el 4 de julio de1865, sobre el proyecto de Ley Electoral, y hacia el finaldel mismo y haciéndose eco del desaliento que la situa-ción del país le provoca, exclama: «algunas veces,abatido el espíritu, pareciome que una voz secreta medecía: «cállate, ¿Por qué hablas? Tú no naciste paramezclarte en luchas electorales ni en luchas parlamen-tarias: hasta ahora tuviste la fortuna de no odiar a nadie,no sigas en peligro de odiar: hasta ahora tuviste la fortu-na de no hacer daño a nadie, no sigas en peligro dehacerlo. Nada puedes pretender, nada puedes ser:cállate, pues, ¿por qué hablas?».

Es verdad, constataba yo; pero ¿y la conciencia?Y seguía la voz secreta diciendo: cuando lleguen los

días desenfrenados, los grandes hombres, los príncipesde la política agitarán las alas y volarán: irán a beber lasaguas amargas del Sena, a refrescarse en Los Elíseos oa maravillarse en el gran teatro; pero tu estarás aquí, tushijos y tu pobreza aquí te han de tener como al siervoantiguo, míseramente pegado al terruño. Cállate: ¿Porqué hablas?

Es verdad, contestaba yo; pero ¿y la conciencia?»2.El otro testimonio es el de uno de los grandes teóri-

cos del pensamiento libertario que bebió en los manan-

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1. Colomer Viadel, Antonio. Los liberales y el origen de la monarquía parlamentaría en España, segunda edición, Editorial Tirant lo Blanch, Valencia,1993, p. 273. La cita es del Comandante Cousteau.

2. Colomer Viadel, Antonio. La exigencia moral en la política, Antonio Aparisi y Guijarro, Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 1994, p. 195.

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otro titulado «Elements d´Ethique moderne». Al final desu carta se refería a él del siguiente modo: «Junto con elfolleto pedido te mando otro sobre ética, que es elproblema de mayor importancia. Sin ética, todas lassoluciones, todos los intentos, serán pompas dejabón»3.

A través de esta metodología de casos quiero llegara una primera conclusión, tal vez una afirmación previaa cualquier otra reflexión: la regeneración democrática yla conciencia ciudadana tienen un soporte ético, unoshábitos de vida, que implican un preocuparse por losintereses generales de la comunidad, antes incluso quepor los intereses particulares, en la convicción de queen esa responsabilidad solidaria también se beneficianuestro crecimiento personal.

De ahí surge también otra consecuencia: la necesi-dad de una educación que fomente la virtud cívica deasumir algunas obligaciones comunitarias de servicio ala ciudadanía. En vez de estimular la competencia aultranza, los objetivos de codicia individual, favorecerformas de ayuda mutua, de reciprocidad y cooperación.

Resulta muy difícil proponer artilugios legales yorganizativos para mejorar la democracia, sin queprimero esa vivencia de que tiene un sentido el debercívico de participar y de construir el bien común seencuentre arraigada en cada uno de los que hemos deprotagonizar ese proceso democrático.

Tal vez con un cierto optimismo antropológico a todoello me refería cuando escribía hace unos días un brevetexto para la contraportada de la traducción francesa demi libro El retorno de Ulises, una filosofía política alter-nativa.

A pesar de los poderosos medios tecnológicos y finan-cieros al servicio de los poderes económicos y políticos,para convencernos que debemos ser obedientes y dóci-les seguidores de sus dogmáticas consignas, se man-tienen vivos focos de rebeldía social, que quieren sub-ordinar el precio de las cosas al valor de la dignidad delas personas.Un desafío se nos propone en esta obra: rescatar elsentido originario de la democracia como un procesovivo de participación y compromiso en la comunidad, yla ciudadanía como virtud cívica de asunción de res-ponsabilidades y obligaciones, a partir de las cuales

tiales de las experiencias anarcosindicalistas previas ala Guerra Civil y en el análisis de las colectividades liber-tarias durante esa guerra. Me refiero a GASTÓN LEVAL.Cuando le propuse traducir al español su libro Prátiquedu socialisme libertaire, —en donde organiza estediseño minucioso de una sociedad nueva como tal vezningún otro revolucionario social se ha atrevido a elabo-rar— y en una carta de julio de 1977, con la que meenviaba un ejemplar de su libro, me hacía dos comenta-rios que nunca he olvidado: «A este respecto, mi folletofrancés que envío con gusto preconiza cosas aplicablesy otras no aplicables. Lo inaplicable es la lucha revolu-cionaria que haría exterminar hasta el último de losanarquistas. Lo aplicable sería organizarse desde elpunto de vista económico y federalista, y sin aspavien-tos, seriamente, utilizando sindicatos y cooperativas, yla fórmula de la autogestión… ir construyendo lo que sepueda».

A esta preocupación práctica de realismo y posibilis-mo estratégico se une una valoración creciente de losproblemas éticos y del compromiso moral de losconstructores de obras de transformación social.Acompañando a la carta antes mencionada y al libritosobre «Pratique…», que yo le había pedido, me enviaba

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3. Véase Leval, Gastón. Práctica del socialismo libertario (Traducción, notas y estudios preliminares de Antonio Colomer Viadel), Fundación AnselmoLorenzo, Madrid, 1994.

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todos y destierre esos privilegios que hacen que coexis-tan en una misma sociedad situaciones de lujo desorbi-tado junto a otras de penuria miserable.

Desde luego los caminos de esa transformaciónpueden conducir a un Estado reforzado o a una másintensa autoorganización de la sociedad civil. En laprimera alternativa resulta un tanto decepcionante quegobiernos socialdemócratas, con mandatos constitu-cionales inequívocos para respetar la dignidad de laspersonas y el marco social y económico que haga viablela vigencia de esa dignidad, estén tolerando la existen-cia de los llamados «contratos basura», de total preca-riedad y en condiciones agobiantes, la gigantescaespeculación urbanística, que convierte en una murallasino inaccesible, provocadora de endeudamientosabrumadores a los jóvenes trabajadores que quierenadquirir su vivienda, y el gigantesco negocio de loscréditos hipotecarios y los beneficios desorbitados quela banca está obteniendo, a la vez que creando unendeudamiento generalizado que hasta los economis-tas ortodoxos consideran un riesgo excesivo. Por nohablar de esas nuevas formas de semiesclavitud quesupone el trabajo de ciertos inmigrantes o las condicio-nes de vida en la que tienen que permanecer. En unareciente revista se publica un informe titulado «Se alqui-la piso patera: 45 metros. Diez inquilinos. Sin baño. 120euros por colchón. Sólo inmigrantes»5. La exaltación del«pelotazo» enriquecedor sobre las cabezas de aquellosdespreciados por ser los «tontos útiles» de nuestrahabilidosa ignominia.

La alternativa autoorganizadora sólo se contemplacomo experiencias aisladas y un tanto marginales alsistema, en vez de la creación de un verdadero sectorde economía solidaria que integre diversas modalidadesafines, desde empresas familiares a cooperativas,mutuales, sociedades laborales, etc., pero con losmismos servicios de apoyo financieros, tecnológicos,formativos, comerciales, etc. etc., que tienen los secto-res público y privado capitalista6.

En suma, no podemos separar la idea de democraciacomo instrumento de la conciencia participativa, de unacierta soberanía económica sobre nuestras vidas quepermita garantizar la autonomía e invulnerabilidad de los

surgirán, espontáneamente, la proclamación de nues-tros derechos. Resulta muy difícil construir una democracia política sindemocracia económica, sin equilibrio y justicia.Esta filosofía política alternativa que el autor propone seapoya en un trípode cuyos puntos de apoyo son el auto-gobierno popular soberano, el principio de reciprocidady el principio de solidaridad.El método para abordar esta tarea de regeneración de-mocrática y ética de nuestras sociedades, es aquél queen esta obra se denomina «método critico argonario-qui-jotesco». Este método nace del rescate de aquella cul-tura apolínea-dionisiaca de la Grecia clásica. Se funda-mentaba en la exaltación de la vida y de todo lo vivien-te, en su preservación y crecimiento, que en la vidapolítica implicaba la llamada a la participación generali-zada de todos los miembros de la comunidad, desdeuna radical igualdad.El símbolo mítico de esa antropología mejorativa fue Uli-ses y sus compañeros, del celebre viaje de retorno, losprimeros «argonarios» que en su singladura común inte-gran acción, pensamiento, concepción y ejecución, enun proyecto que da sentido a sus vidas y las hace cre-cer y es también un proyecto compartido en el que es-tán engarzadas las tareas de todos.La ética quijotesca es el otro elemento metodológico yfinalista. Responde al grito de justicia, a la lucha contrala injusticia que padecen los débiles y menesterosos, yaque el crecimiento de unas vidas no puede hacerse acosta de las vidas de otros.A tal desafío salvador pueden concurrir gentes diversas,de los rincones más variados del orbe, que aun crean enesas comunidades de hombres y mujeres libres4.

En el texto anterior se incluye una línea en donde hesubrayado la dificultad de construir democracia políticasin democracia económica. En medio de un modelo desociedad basado en la lógica del beneficio a ultranza yen el alquiler del esfuerzo de trabajo, no es fácil sobre-ponerse a esa brega cotidiana y participar en laconstrucción de una sociedad más justa, basada enbuscar el interés general y un sistema más igualitarioque garantice una idéntica dignidad para la vida de

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4. Véase Colomer Viadel, A. El retorno de Ulises, una filosofía política alternativa, Ed. Nomos, Valencia, 2002. A partir de esta versión aparece la edi-ción francesa en Editions Publisud, Paris, 2007.

5. XL Semanal, nº 1008, del 18 al 24 de febrero de 2007.6. Colomer Viadel, Antonio. Autogestión, democracia y cooperación para el desarrollo, Acción Cultural Cristiana, Salamanca, 2002.

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profesor Cabedo publicado en este mismo número.Debo aclarar de inmediato que me refiero a unmunicipalismo integrador, de vocación federativa yde cooperación solidaria en sus ámbitos territoriales—comarcas, mancomunidades, etc.— y no a esadeformación localista y egoísta, de aislamiento ydefensa a ultranza de lo propio y desconfianza de losvecinos. La dificultad de estas propuestas se demuestra en elbloqueo actual de la reforma de la Ley de Bases deRégimen Local, que parecía apuntar un incrementode la participación democrática, por la incapacidadde los partidos políticos de llegar a consenso en estamateria.

3.ª Hay que reivindicar las instituciones de democraciadirecta y semidirecta y recurrir a ellas con másfrecuencia y normalidad para que el pueblo sobera-no pueda decir la última palabra en cuestiones deespecial trascendencia. Me refiero a los referén-dums, iniciativas legislativas populares, etc.Tenemos el ejemplo de Suiza, ese pueblo pacífico,educado y altamente desarrollado, que con granfacilidad recurre a estos referéndums populares,convocados, a menudo, por iniciativa popular, parala toma de importantes propuestas políticas y legis-lativas. En este sentido también habría que facilitarlos referéndums locales, pero todos ellos en condi-ciones de transparencia e información, así como deconciencia clara, para que no enmascaren plebisci-tos de adhesión incondicional a figuras carismáticaso a siglas movilizadoras de emociones y sentimien-tos, en vez de razones y evidencias.

4.ª El concepto antiguo de «poder negativo» o «poderde impedir o controlar» que en la república romanase expresaba por aquel sistema dual de oponer a lasmagistraturas del Senado la capacidad de veto delTribuno de la Plebe, fue continuado en su elabora-ción por Rousseau que también se refiere a Tribunosdel Pueblo y a esa capacidad de impedir. En laépoca actual las nuevas tecnologías informáticas

ciudadanos para intervenir en la toma decisiones colec-tivas. Otra alternativa que se ha manejado es la de larenta ciudadana garantizada por la sola condición deciudadano.

No quisiera, sin embargo, escamotear las propuestasjurídico políticas que parecieran ser uno de los objetivosde estas reflexiones.

ALGUNAS MEDIDAS JURÍDICO-POLÍTICAS

TRANSFORMADORAS:

1.ª Una de las claves de los males de la democraciaactual es la obsesión por conseguir la reelección o elmantenimiento en el cargo que se desempeña porcualquier medio. Con cierto cinismo Schumpeterdefendió un modelo elitista competitivo en donde losindividuos sólo son ciudadanos para los periodoselectorales. El resto del tiempo dejan todo en manosde los políticos profesionales, que se someten a unmercado comparativo de lo que han ofrecido a esosciudadanos, con ocasión de las campañas electora-les7.En consecuencia, se debería tender a la no reelec-ción de los cargos representativos para que pudie-ran ser desempeñados sin las obsesiones por conti-nuar en los puestos electivos, a toda costa. El recur-so al sorteo aleatorio para ocupar algunasresponsabilidades públicas, entre ciudadanos, comoocurría en la democracia antigua, es conveniente, apesar de una cierta inestabilidad, porque ayudaría ala regeneración democrática.

2.ª Hay que descentralizar el poder y aplicar el principiode subsidiariedad, de tal forma que todo lo que sepueda hacer en las instancias más inmediatas a laciudadanía no debe hacerse en un escalón superior.En este sentido, un municipalismo renovado, encuyo interior se teja un sistema de relaciones partici-pativas es una propuesta a defender en este proce-so regenerador y me remito también al artículo del

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7. Schumpeter, Joseph. Capitalismo, socialismo y democracia, Ed. Orbis, Barcelona, 1997.8. Díaz, Carlos, ¿Qué puede aportar el personalismo comunitario a ésta democracia?, I Congreso Internacional de Personalismo Comunitario, Madrid

2005, Actas Volumen 2, pp. 163-164. No quiero dejar de citar la referencia que hace Carlos Díaz al contraste entre la democracia numérica que sevive como un derecho, y «la democracia moral que se vive como un deber, un deber que yo me impongo con alegría: por ejemplo, procurando quese tapen las alcantarillas a las que les falta la tapa… a fin de que no puedan caer en ellas niños, ciegos, o cualquier viandante. Esto conlleva mo-lestias, tiempo, etc». (p. 164). Creo que este sentido cotidiano y casi elemental del apoyo mutuo y el respeto al prójimo es una expresión admirablede esa ética ciudadana.

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sus comparecencias, reprochándole que lo hubierapresentado sin debatirlo previamente con aquellosque le habían nombrado. Y en el colmo de la incon-gruencia y la contradicción constitucional y legal,ese Diputado, Sr. Maldonado, señala: «este Congre-so aprueba el Estatut de Cataluña y un miembroelegido por este Congreso, el Defensor, recurre loque ha aprobado este Congreso que le nombró a él.¡Vaya incongruencia!». Pues bien, esa «incongruen-cia» es a la que responde el espíritu y la letra de laConstitución y de la Ley Orgánica del Defensor delPueblo a la hora de otorgarle legitimidad parapresentar Recursos de Inconstitucionalidad. Lapropuesta de reprobación y cese fue rechazada peroincluso el representante del Partido Socialista quevotó en contra hizo graves reproches al defensor porhaber presentado ese Recurso9. Una consecuencia que creemos necesaria parafortalecer ese poder de control y de resistencia delpueblo, si no directamente por medio de institucio-nes que lo representen y defiendan, sería proponerla Reforma Constitucional para que el Defensor fueraelegido directamente por el pueblo, y no por lasCortes, entre candidatos que no hubieran tenidovínculo directivo o contractual con Partidos Políticosal menos los últimos diez años, y también sometidosal principio de no reelección. El Defensor, de algunaforma podría promover la convocatoria de referén-dum sobre determinadas cuestiones de especialrelevancia. Del mismo modo nos parece necesarioque se establezcan los Defensores Municipales.

5.ª Un giro hacia una teoría de la Administración Públi-ca Cooperativa debe interiorizar prácticas de coope-ración entre administradores y administrados paraque los ciudadanos con carácter rotatorio y tempo-ral, a través de sus asociaciones o individualmentepor sorteo aleatorio, estén presentes en los distintosórganos de la Administración, puedan exponer sussugerencias e iniciativas y también contemplar losproblemas y dificultades de la gestión pública. Los empleados públicos deberían rotarse para verlos distintos problemas y dificultades en los diferen-tes puestos de trabajo y establecer una sana emula-ción para mejorar esa gestión pública, introduciendo

harían más fácil esa capacidad del pueblo paramanifestar su opinión tanto en el sentido de confir-mar como de oponerse.En este sentido Carlos Díaz aporta el testimonio deMounier cuando escribía: «la democracia se definepor el control: es doctrina de campesino desconfia-do. El pueblo no elige competencias o poderes parasí mismo, sino controladores para vigilar las compe-tencias de las élites»8.Una institución que quiere servir a esa soberanía delpueblo y a los ciudadanos en la defensa de susderechos frente a los abusos o negligencias de lasAdministraciones es el Defensor del Pueblo. Laenorme avalancha de leyes, reglamentos, y disposi-ciones administrativas que soporta el ciudadanohace muy difícil su comprensión y defensa y de ahí lanecesidad de poder solicitar la ayuda del Defensor.En España el Defensor puede, no sólo solicitar infor-mes y hacer recomendaciones ante los órganos delas Administraciones, sino también plantear Recur-sos de Amparo ante el Tribunal Constitucional, eincluso Recursos de Inconstitucionalidad, si consi-dera que algunas leyes contradicen a la Constitu-ción. Esto plantea una situación de una cierta esqui-zofrenia política, ya que el Defensor es un Comisio-nado de las Cortes Generales, y sin embargo puederecurrir leyes aprobadas por estas Cortes. Tambiénes cierto que la Constitución y la ley señalan que elDefensor actuará con plena autonomía y sin sujecióna ningún mandato.Esta independencia y autonomía tan necesaria esvista con desconfianza por los más acérrimos defen-sores de la partidocracia. Recientemente se hadebatido la propuesta de reprobación y cese delDefensor del Pueblo por haber interpuesto unRecurso de Inconstitucionalidad contra el Estatutode Cataluña, y los autores de tal propuesta conside-ran que presentar este recurso supone ¡actuar connotoria negligencia en el ejercicio de su cargo!,además, por cierto, de otras graves descalificacio-nes personales. Otros de los intervinientes inclusodiscuten la legitimidad del Defensor para presentarese Recurso, y en todo caso preguntan por qué nose debatió previamente en esta Comisión durante

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9. Diario de Sesiones de las Cortes, Comisión Mixta, Congreso-Senado de Relaciones con el Defensor del Pueblo, número 84, 14 de febrero de 2007(¡Otra «incongruencia» es que este agrio y mezquino debate se celebró el día de los enamorados!).

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No se trata solo de resistir al despotismo sinotambién de hacer en común y sentirte integrado en unproyecto social compartido, sin renunciar a la autono-mía personal. Además esta integración comunitaria yasociativa de la ciudadanía es también la mejor formade organizarse para la transformación social, y laresistencia frente al atropello de nuestros derechos.Hace muchos años el sociólogo Gaetano Mosca,analizando ese fenómeno aparentemente incompren-sible de que pequeñas minorías pudieran dominar eincluso atemorizar a grandes mayorías nos explicó larazón y la clave: esas minorías estaban fuertementeorganizadas y estructuradas frente a la soledad delindividuo y del ciudadano, en sociedades profunda-mente atomizadas. ❏

las mejoras que su experiencia cotidiana ha acumu-lado.Una tendencia a simplificar el entramado burocráti-co y administrativo debe propiciarse a partir de darpor supuesto que toda la información sobre cadaciudadano ya la tienen las Administraciones Públi-cas y sólo a ellas les compete alegar modificaciones.En general ninguna decisión que afecte a los ciuda-danos administrados debería adoptarse sin oír laopinión de aquellos entre ellos que los representan.

6ª. La existencia de jueces confiables que aplican las le-yes con equidad y responden a esa TRIPLE I: Inde-pendencia, Imparcialidad e Integridad, es necesariay beneficiosa en un orden de justicia. Ahora bien, hay que insistir en el valor de la equidad,la justicia en el caso concreto, la particularidad quese juzga, y superar ese mecanismo frío de aplicaciónde la ley que supone en muchos casos una solucióncon vencedores y vencidos, y en otros casi unavenganza cumplida.

Hay que potenciar y desarrollar la mediaciónjudicial que busque resolver los conflictos propiciandouna comunicación y entendimiento entre las partes endonde todas ellas salgan beneficiadas, y también todashagan algunas renuncias y concesiones, sin caer en elresentimiento de la derrota o en el triunfalismo de lavictoria. Para ello no solo hacen falta jueces equilibra-dos y equitativos sino también la intermediación depsicólogos, asistentes sociales, etc. y un entorno paraesta mediación en condiciones de serenidad y calma,con tiempo suficiente para oírse unos a otros. Evidente-mente esta mediación no puede aplicarse en algunoscasos y ciertos delitos y comportamientos exigen laaplicación estricta de la ley y sus penas.

En esta tarea de regeneración democrática ytoma de conciencia ciudadana pueden haber aportesde diferentes corrientes, siempre que al menos conver-jan en esa ética natural a favor de la vida y lo viviente yun equilibrio de vidas que exige una radical justiciaigualitaria para una evolución no discriminatoria detodas ellas.

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L a DEMOCRACIA nació en Grecia, de una viejacostumbre, cuando los helenos no eran todavíasino un conjunto de tribus entregadas al pillaje y

a la piratería: era costumbre sentarse en círculo ycolocar el botín en medio para repartirlo entre todos.Poco a poco se olvidó el botín y fue el poder lo que sepuso en el medio. Como el poder no se divide, todosquedaron de golpe igualados, y así es como se hizocamino la idea de que el pueblo, reunido en Asamblea,podía constituir el poder, compartido por todos, dedecidir lo colectivo.

La persona sólo puede desarrollarse de maneraarmónica en igualdad y libertad y esto sólo es posible endemocracia. Ahora bien, hay un problema irresoluble, laLibertad y la Igualdad son valores contradictorios, quesólo es posible desarrollarlos en su contradicción. Encuanto a la resolución de tal conflicto es reseñable loaportado en la Revolución Francesa. Se era conscientede los problemas prácticos que acarreaba la implanta-ción de los valores revolucionarios, y acuñaron el lemaclásico «Libertad, igualdad, fraternidad». Entendían quesólo desde la fraternidad, desde sentirse cada unohermano del otro, de los otros, de la humanidad podíaimplantarse la revolución. Después de un largo procesose ha descafeinado el lema y se ha convertido en «Liber-tad, justicia y solidaridad». La igualdad se cambia poruna justicia real, muchas veces injusta, y la fraternidadpor la solidaridad. Ser hermano me obliga a la fraterni-dad, la solidaridad sin padre es voluntaria.

Al final del camino, desde el cambio de conceptos secambian los contenidos, se desvirtúan los valores quefundamentan la democracia y aparecen distintosmodelos de practicarla. Uno es la democracia participa-tiva. Hay democracia participativa cuando el gobierno lo

DEMOCRACIA YPARTICIPACIÓNCIUDADANA

❏ JUAN MANUEL CABRERAMiembro del Instituto E. Mounier

ejerce el pueblo; a diferencia de la democracia repre-sentativa, que se da cuando el pueblo delega el gobier-no en unos representantes, renunciando a ejercerlodirectamente.

El otro modelo es el de la democracia representativa.El gobierno de unos pocos es un invento del siglo XVII yXVIII, y trata de conjugar dos cosas: por una parte, lapropuesta platónica de que debería gobernar quien seamás experto, quien mejor conozca las cosas. A fin decuentas, cuando Platón decía «Ojalá que los filósofospudieran gobernar», lo que quería decir era que elfilósofo es el que ha contemplado la idea de Bien, laidea de Lo Bueno, y es quien puede plasmarlo en elmundo. Ahí nace la idea de que quien gobierna tieneque ser un experto en saber qué es lo bueno para lagente, tiene que ser un gran conocedor del Bien. Y nacetambién la idea de que frente al experto está la masa, lagente que no conoce el Bien, que no sabe lo que es elverdadero Bien, y por eso tiene que ser dirigida porquienes sí conocen el Bien. En definitiva, en lademocracia representativa la ciudadanía enajena sucapacidad de decisión entregándola a sus representan-tes, agrupados en partidos políticos.

Sin embargo un concepto de democracia plena nosólo tiene que favorecer a la ciudadanía en la participa-ción del gobierno de la Polis, sino también el desarrolloarmónico de la persona en su más profundo sentidoantropológico. Esto nos lleva a reflexionar sobre elpapel del ciudadano y de la persona en la democracia,lo que a nivel popular se conoce por «lo político» y «lopúblico».

Cuando Aristóteles decía que el hombre es un animalpolítico, entendía lo político en ese sentido amplio que

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La ley 10/86 sobre Iniciativa Legislativa Popular nisiquiera posibilita que por iniciativa popular se elija elcolor de una bandera, y para mejor aclaración recorde-mos lo que dice el Art. 2 de dicha ley. En cuanto a lasBases de Régimen Local (las que regulan el rango ycompetencias del ámbito municipal) de nuevo más de lomismo, hay una clara desconfianza del legislador en lacapacidad de la ciudadanía en el mejor gobierno de lacosa pública.

La apuesta clara que hace la legislación española porla democracia representativa, prohibiendo de hecho lademocracia participativa forma parte de una corrienteideológica mundial que se está imponiendo de maneraacelerada y que, a largo plazo, trata de deslegitimarhasta la misma democracia representativa. Se trata delneoliberalismo.

El NEOLIBERALISMO es una concepción radical delcapitalismo que tiende a absolutizar el mercado hastaconvertirlo en el medio, el método y el fin de todocomportamiento humano, inteligente y racional. Sesubordina al mercado la vida de las personas, elcomportamiento de las sociedades y la política de losgobiernos. El neoliberalismo valora al ser humanoúnicamente por la capacidad de generar ingresos ytener éxito en el mercado. Hace que desde el merca-do se defina el sentido de la vida y la realizaciónhumana.

El proceso de globalización (aldea global, pensa-miento único, mundialización) no se explica por larevolución de la información, la apertura de las fronterasnacionales, la emigración, el turismo o los flujos decapitales y de comercio. Lo específico y sustancial delproceso de globalización es la contención y el controldel poder de los Estados y sus democracias por partede las estructuras del capital financiero mundial.

El presidente de la Bundesbank, Hans Tietmeyer lodecía claramente en Davos en febrero de 1.996: Losmercados financieros jugarán cada vez más el papel deGENDARMES… Los políticos deben comprender queestán ya bajo el poder de los mercados financieros y nosolamente de los debates nacionales.

En la implantación de este proceso deslegitimador dela democracia de los pueblos participan, con una estra-tegia perfectamente definida, diversos agentes:

❍ Agentes económicos:� Fondo Monetario Internacional� Banco Mundial

abarca todo lo que es lo público. Era lo mismo decir«animal político» que «animal público».

Ahora bien, en una clara deformación del lenguaje,hoy se diferencia lo político de lo público, deformacióninteresada para secuestrar la política en el Parlamento.Es habitual que cuando se dice que alguien tiene uncompromiso político, todo el mundo entienda que se haafiliado a un partido político, porque se entiende la vidapolítica con lo que tiene que ver con el gobierno delEstado y, por tanto, incluye también la militancia en lospartidos que pugnan por hacerse con su gobierno.

Por el contrario, cuando se dice que alguien tiene uncompromiso público todo el mundo entiende que parti-cipa en cualquiera de las distintas esferas de la sociedadcivil que tienen repercusiones públicas (organizacionesprofesionales, no gubernamentales, asociaciones cultu-rales, sociales o deportivas, mundo empresarial, univer-sitario, etc.).

El ideal participativo en política ha de ser entendidoen el sentido de que lo fundamental es la participaciónen las cuestiones «públicas». Es preciso subrayar que«lo público» es mucho más amplio que lo que normal-mente llamamos «lo político».

Es muy importante y necesario que haya personasdispuestas a comprometerse en el gobierno del Estado,pero no menos importante es que hayan personasdispuestas a comprometerse en los distintos estamen-tos de la sociedad civil. La sociedad civil se caracterizaporque su entramado institucional aumenta los gradosde libertad de los agentes, reduce al mínimo la coerciónque se ejerce sobre ellos, amplía el abanico de sus alter-nativas de acción y les habitúa a tomar decisiones porsí mismos.

La Constitución española afirma que son los partidospolíticos el instrumento fundamental para la participa-ción política (Art. 6); que los ciudadanos tienen elderecho a participar en los asuntos públicos, directa-mente o por medio de representantes (Art. 23.1), y quetodos los españoles tendrán el derecho de peticiónindividual y colectiva, por escrito (Art. 29).

Ahora bien estos principios constitucionales quedanprácticamente vaciados de contenido con el Art.67.2.:Los miembros de las Cortes Generales no estaránligados por mandato imperativo, y con el Art. 87.: Noprocederá la iniciativa popular en materias propias de leyorgánica, tributarias o de carácter internacional, ni en lorelativo a la prerrogativa de gracia.

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➂ El control de las presiones de liberación y cambio enlos países del tercer mundo, lo que pasa por:

a. la eliminación de la presión demográfica.b. la desviación de la presión revolucionaria.

La fundación Rockefeller financia docenas de sectasreligiosas en América Latina y campañas para el controlde la natalidad, con las sectas religiosas trata de contra-poner la labor de la iglesia católica en la denuncia de lasituación de explotación y miseria en Sudamérica.

El COUNCIL ON FOREING RELATIONS, club de ámbitonorteamericano integrado por 1.400 miembros, la inmensamayoría judíos (controladores del mercado de diamantes yoro a nivel mundial), edita la revista Foreing Affairs, consi-derada como una de las revistas más influyentes delmundo, a pesar de tener solo 80.000 ejemplares, frente alos 20 millones de Selecciones del Readers Digest. Son losque de hecho dictan la política exterior americana, organi-zan golpes de estado, implantan gobiernos títeres, finan-cian a señores de la guerra en África para controlar losmercados de piedras preciosas. Mucha razón acompañaal Presidente de la Universidad de Columbia, miembro delC.F.R. cuando asegura: «El mundo se divide en trescategorías de gentes: un muy pequeño número que haceque los acontecimientos se produzcan; un grupo un pocomás numeroso que vigila su ejecución y que observa paraque se cumplan, y, finalmente, una amplia mayoría que nosabe jamás lo que ha sucedido en la realidad.»

El CLUB DE ROMA financiado por el presidente de laFIAT, reúne a personalidades de todo el mundo que perió-dicamente se citan para debatir y dar alternativas a losproblemas y retos de la humanidad. En la actualidadIsidro Fainé, director general de La Caixa, es el presiden-te del Club para España. En octubre de 1991 se públicaun informe del Consejo del Club denominado «La prime-ra revolución mundial». El citado informe es un ataquefrontal a la democracia representativa y al poder de losestados. En sus conclusiones se lee textualmente:

La democracia no es una panacea. Tal como ahora sepractica la democracia ya no es adecuada para las ta-reas que deben realizarse en el futuro. El debate infor-mado sobre las principales cuestiones políticas, econó-micas y sociales se produce en la radio y la televisión,más que en el Parlamento. Las actividades de los parti-dos están centradas tan intensamente en los periodoselectorales y en las rivalidades de partido que acaban

� Bundesbank❍ Agentes políticos:

� Consejo de seguridad de la ONU (derecho al veto)� Grupo 7

❍ Agentes militares:� OTAN

❍ Agentes ideológicos:� Fundación Rockefeller� Council on Foreing Relations� Club de Bildelberg � Club de Roma� Comisión Trilateral

La labor encomendada por el capital financiero inter-nacional a los agentes ideológicos, es la implantación aescala planetaria de un «pensamiento único».

El principal ideólogo de la FUNDACIÓN ROCKEFELLER

es Alvin Toffler que, en 1.990, en su obra El cambio delpoder, afirma lo siguiente: «El control del conocimientoes el punto capital de la lucha mundial por el poder quese entablará en todas y cada una de las institucioneshumanas». El pensamiento único hay que entenderlocomo el objetivo final del control del conocimiento de lahumanidad para que comparta los valores y fines delneoliberalismo. A las multinacionales le llama «Gladia-dores mundiales» para escenificarlos como luchadorescontra las naciones estados, y sigue afirmando:«Seiscientas megaempresas controlan una quinta partede la producción del mundo. Hasta un pasado recientelas multinacionales habían ‘pertenecido’ a una u otranación, aunque operasen en el mundo. Pero ¿Cuál es lanacionalidad de VISA INTERNACIONAL? Su organigra-ma impide que una sola nación pueda tener el 51% delos votos. En caso de problema, ¿qué nación-estadodefiende en la comunidad internacional sus intereses?»

En definitiva el objetivo último de toda esta tesisideológica de la Fundación Rockefeller es pasar de «unapersona, un voto» a «un dólar, un voto». ¡Cuánta razóntenía Fidel Castro cuando le envió una pequeña misivaa su embajador para el recién elegido presidente deChile, Salvador Allende: «Decidle que está en el poder,pero que no lo tiene». La estrategia de la Fundación seresume en las siguientes claves:

➀ El control de los propios países dominantes y laprogresiva desintegración de los estados naciona-les.

➁ La penetración en los países ex-socialistas.

ANÁLISIS 41ACONTECIMIENTO83✦2007

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dana es un concepto a aplicar tanto en lo público comoen lo político. En la actualidad hay que enmarcarla en unproceso dialéctico de avance desde la democraciarepresentativa a la democracia participativa; ahora bien,es conveniente conocer las dificultades que tiene esteproceso.

La falta de concienciación y organización en la socie-dad es la principal causa del déficit de participaciónciudadana, añadido a que, en el plano político institu-cional, las clases dirigentes han visto siempre condesconfianza el incremento de participación. Unresumen de sus argumentos contra ella sería:

a. La masa no posee la competencia necesaria parahablar o emitir juicios sobre problemas tancomplejos como los políticos. Es mejor dejarlosen manos de expertos.

b. Las masas despolitizadas y poco informadas sóloparticiparían para defender sus intereses particu-lares, perdiendo de vista los generales y el biencomún.

c. Una excesiva politización haría caer al sistema enuna crisis total y terminaría destruyéndolo.

d. Una constante actividad contestataria resultaperjudicial y dañina, pues multiplica los conflictosy paraliza la actividad económica y política.

ACONTECIMIENTO83✦2007 ANÁLISIS42

¡Nos gusta muchola televisión!

debilitando la misma democracia. En la actualidad, lafalta de identificación de las personas con los procesosde la sociedad se expresa en indiferencia, escepticismoo abierto rechazo a los gobiernos y partidos políticos.Estas actitudes vienen indicadas por una decrecientetasa de participación en las elecciones.

En el INFORME HUNTINGTON Se parte de los «excesos»de democracia del área norteamericana y de la necesidadde corregirlos. El funcionamiento efectivo —dice— de unsistema político democrático requiere generalmentemedidas de apatía y no compromiso por parte de algunosindividuos o grupos. Los tres peligros principales son:

➀ el poder de los medios de comunicación. ➁ la movilización de los sectores marginales.➂ la influencia detestable de los intelectuales.

En este patio nacional e internacional es donde hayque desarrollar la democracia de los pueblos y susgentes, y cualquier planteamiento de profundización de lademocracia que no tenga en cuenta estas realidades defondo es como tratar de buscar una aguja en un pajar. Yno puede haber democracia sin participación ciudadana.

Llamamos participación ciudadana a diversos tiposde acciones que emprenden los miembros de unacomunidad para:

➀ comprometerse en la cosa pública.➁ seleccionar y controlar a sus representantes.➂ participar en los procesos de formación de los

programas y decisiones políticas.

De manera intencionada utilizo en la definición «lopúblico» y «lo político» porque la persona pertenece adistintas asociaciones, entre ellas la comunidad política.La persona es miembro de una familia, de una vecindad,de un grupo de amigos, de un colegio profesional, deuna empresa, de una comunidad de creyentes, de otrasasociaciones civiles de distinto tipo y también de unacomunidad política, que desde la Modernidad tomahabitualmente la forma de Estado nacional.

Olvidar este carácter social de la persona y reducirtodos sus posibles vínculos al político implica sin dudaun gran empobrecimiento de la riqueza asociativahumana, como también supondría una innegable pobre-za reducir todos los posibles lazos al económico, alfamiliar o al religioso; por lo que la participación ciuda-

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en lo político, es fundamental partir de un análisis de larealidad en donde hemos decidido tener un compromi-so socio-político. Ahora bien hay algunos aspectos queen cualquier caso hemos de propiciar y potenciar paraque realmente la participación ciudadana sea efectiva:

• Elección directa de cargos frente a la elección ensegundo grado.

• Cargos revocables frente a la periodicidad de losmismos.

• Elecciones en listas abiertas frente a elecciones enlistas cerradas.

• Participación directa en las decisiones.• Control directo de la gestión.• Gobierno de la asamblea frente al gobierno de un

líder. ❏

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Las clases dirigentes de las naciones, defensores dela democracia representativa, para deslegitimar lademocracia participativa utilizan los mismos argumen-tos que el neoliberalismo para deslegitimar la democra-cia de los estados.

Pero igual que existen dificultades hay aspectos quefavorecen la participación:

• Publicidad del poder: la opacidad misteriosa de looculto inspira respeto, cuando no miedo. De ahí lanecesidad ineludible de la transparencia del poder.

• Autoridad del poder: el poder se sustenta mássólidamente en la inercia de la obediencia que en sucapacidad coactiva. A veces los más autoritariosson aquellos súbditos que por comodidad, o pormiedo a la libertad, renuncian a todo espíritu respon-sable y critico, sintiéndose más seguros bajo elmando protector de la autoridad que le evita tenerque pensar y decidir.

• La competencia y la jerarquía: el monopolio delsaber ha sido históricamente una fuente de poder,hay que romper con esa concepción mitológica delsaber como único origen legitimo para ocupar lajerarquía y tomar las decisiones. Hay que democra-tizar las decisiones desde la información, la forma-ción y la organización.

• La dirección y los dirigentes: es tan erróneo consi-derar que la mejor dirección es la que no existe,como considerar a la dirección insustituible e irreem-plazable. Los principios autogestionarios de larotación de cargos y la revocación de los mismosson hoy idealmente validos.

La DEMOCRACIA es un proceso inacabable y dinámi-co, por lo que a la hora de concretar a nivel personal ycolectivo un compromiso democrático en lo público o

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ACONTECIMIENTO83✦2007ANÁLISIS44

L a Teoría del Estado, a lo largo de su trayectoria haintentado explicar el por qué de la necesidad deesa sociedad, cómo se ha formado, cual es su fin,

y como debe regirse y organizarse. En el desarrollo delas diversas teorías de esa sociedad institucionalizadaaparecen conceptos que describen y profundizan lamejor forma en que ésta puede sobrevivir y llegar a sufin último. Uno de estos conceptos, si bien se defiendehasta la saciedad en la sociedad moderna, no deja deser objeto de planteamientos confusos en cuanto a suaplicación. Estoy refiriéndome a la idea de democracia.En primer lugar es conveniente ofrecer una definición dela Democracia y lo que ésta comporta, para ello esnecesario señalar las distintas tradiciones del pensa-miento político sobre la democracia.

BREVE ANÁLISIS DE LAS TRADICIONES DE PENSAMIENTO

DEMOCRÁTICO

1. La tradición clásica de la democraciaLa tradición clásica se remonta a la época de Pericles,S. V a. c., donde la polis Griega convivía bajo las premi-sas de una «democracia». El sistema democrático deaquella época dista mucho de la democracia tal y comoen la actualidad la podemos concebir. La polis eraentendida como el espacio común donde los ciudada-nos se desarrollaban, logrando obtener las virtudes quecomo seres humanos nos diferencian de los animales.Es en el ámbito social donde el hombre obtiene la felici-dad con el desarrollo de sus virtudes y donde el ciuda-

¿RESPETA ELSISTEMAREPRESENTATIVOEL ESPÍRITUDE LADEMOCRACIA?❏ ELIA DOMINGO BARBERÁ

Investigadora asociada del INAUCO

dano actúa correctamente. En base a ello, se pretendíaalcanzar la justicia como valor a obtener en la sociedad,que se lograba con la consecución del bien común.Además, las polis griegas se caracterizaban por elpequeño número de ciudadanos que las conformaban,y este hecho hacía factible que los ciudadanos partici-paran directamente en los asuntos públicos.

Se tiene el pensamiento del ciudadano pleno,preocupado por los asuntos públicos, puesto que es enel ámbito de la sociedad donde el hombre ha de realizarsus virtudes, encontrando en estas ideas la unión entrela sociedad civil, y la sociedad política, ambas de igualimportancia, donde el ciudadano es «un ser total paraquien la política constituye una actividad social natural(…), y para quien el gobierno y el Estado (o más bien, lapolis) no son entidades remotas y ajenas, sino que lavida política es una extensión armoniosa de sí mismo.»1

2. Tradición Romano-Medieval de la Soberanía PopularYa en los juristas medievales encontramos la referenciaa la idea de soberanía polpular. En el Digesto seaprecian pasajes donde se apunta a la titularidad delpueblo respecto del poder soberano, y la transferenciaque hace del mismo al principe, en base a que el princi-pe tiene la autoridad, puesto que el pueblo se la hadado 2. Ello permitió la introducción de la separación

1. Ibid., pág. 27.

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poder de uno, los términos res-pública y democraciaque quedarán a partir de entonces íntimamente relacio-nados. Sin embargo, será con Rousseau cuando encon-traremos una total coincidencia e identificación entre elideal republicano y el ideal democrático, siguiendo ladivisión hecho por Bodino entre forma de Estado yforma de gobieno, donde la República será forma deEstado, y la democrácia tratará sobre la forma degobierno.

La teoría ofrecida por Montesquieu dará paso a tresformas de gobierno: república, monarquía y despotis-mo, y dentro de la república se comprenderá tanto larepública democrática como la república aristocrática.

La visión republicana aristocrática, en la creación deun gobierno mixto que equilibre todos los intereses,consideraba como problema el que los intereses de «losmuchos», solaparan la defensa de los intereses de «lospocos», por ello se centraron en un sistema que restrin-giera los impulsos de «los muchos», limitando la funcióndel pueblo a la elección de los dirigentes que gestionenel sistema político, y no a gobernar.

En cambio, la visión republicana democrática consi-deraba que el bien público no era el equilibrio de losintereses de «los pocos» o «los muchos», sino el bienes-tar del pueblo. Sin embargo, ante los problemas queencontraban respecto al establecimiento de un gobier-no mixto, reemplazaron esta idea por la establecida enla teoría de Montesquieu; la separación constitucional einstitucional de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial),buscando como idea principal asegurar un equilibrioentre esos poderes del gobierno.

Pero la teoría democrática, con la nueva tradiciónrepublicana, dejaba inconclusa la solución a los grandesproblemas suscitados por el gran tamaño de la naciónmoderna y la heterogeneidad de los intereses inmersosen ella. Quedaba pendiente cómo entender los diversosintereses, cómo conocerlos, y cómo se podían equili-brar, siendo fieles a la teoría republicana y a las ideasdemocráticas. La única institución posible consideradapara resolver estos planteamientos era la institución de

entre la titularidad y el ejerci-cio del poder.

Es necesario destacar laimportancia de estas premi-sas para el pensamientopolítico moderno, encontrán-dolas en El defensor de laPaz 3, de Marsilio de Padua,una obra clave para entenderla concepción de SoberaníaPopular, que más tarde serápremisa para Locke yRousseau, considerados co-mo los padres de la democracia moderna. Encontra-mos, por tanto, en la Edad Media, con Marsilio, la«universitas civium,» coorporación del conjunto de ciu-dadanos, y en la Ilustración, con Rousseau, la «voluntadgeneral», como ese cuerpo moral y colectivo al quecabe el nombre de Soberano. 4

3. La tradición republicanaLa definición de res publica expresa la idea de algo quepertenece a todo el mundo, o de los asuntos de todos,concepto que en un primer momento se aparta sustan-cialmente de la noción de un poder que pertenece alpueblo 5, que busca la consecución del interés general ydel bien común, mientras que el de democracia hacereferencia al pueblo, como un elemento de poder,opuesto al poder de uno y de pocos.

Es Maquiavelo quien pone en contraposición directareino versus república, retomando la tradición y prácticaromana. De esta forma, aunque el concepto de repúbli-ca no se identifica en un primer momento con el dedemocracia, en adelante, la concepción de «res-publi-ca», se tomará como una forma de gobierno contra-puesta al gobierno concentrado en una sola persona, ypor tanto teniendo como pilar que lo sustenta que elpoder quedará distribuido en distintas instituciones. Deesta forma van a existir, frente al concepto de «reino», o

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2. Bobbio, Norberto y otros, Diccionario de Política, Siglo XXI Editories, Mexico, 1994, pág. 496.3. Godoy Arcaya, Óscar, Antología del Defensor de la Paz de Marsilio de Padua, http://www.cepchile.cl/dms/archivo_3200_1479/rev90_godoy.pdf 4. La «Universitas civium» de Marsilio de Padua y la «voluntad general» de Rousseau, Castello Dubrà, Julio, Primeras Jornadas Internacionales de Éti-

ca «no matarás», Facultad de Filosofía, Historia y Letras, Universidad del Salvador, Buenos Aires, 17, 18 y 19 de mayo de 2000. http://www.salva-dor.edu.ar/vrid/publicaciones/revista/dubra.htm.

5. Sartori, Giovanni, Teoría de la Democracia, Tomo II, Los problemas clásicos, Editorial Alianza Universidad, Madrid, Tercera reimpresión, 2005, pág.327.

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política por la que se pueden elegir libremente repre-sentantes), acentúa una característica sobresaliente dela democracia moderna respecto a la democracia de losantiguos. La democracia clásica se basaba en una ideade homogeneidad en cuanto a los intereses y lasconcepciones, viendo en el disenso un factor perjudicialpara la consecución del bien común. Sin embargo, lademocracia moderna parte de la base del disenso y dela diversidad, que no se consideran hechos opuestos alorden y bienestar social. Más bien este disenso seconvertirá en el principio de pluralidad que caracteriza alas democracias modernas.

Por todo ello, el Estado Liberal, se convierte en unsupuesto jurídico del Estado democrático, en dos senti-dos inderdependientes: es necesario el establecimientode ciertas libertades para el ejercicio correcto de lademocracia y es necesario el poder democrático paragarantizar las libertades fundamentales.

LA DEMOCRACIA EN EL ESTADO MODERNO

Aunque nos pese reconocerlo, en la actualidad lademocracia la concebimos formalmente, como un meroprocedimiento para elegir a los representantes delpueblo. Pero no hay que dejar de lado que las reglas deese procedimiento deben estar guiadas por principiosque, cuanto menos, tienden a relacionarse con el valorsustantivo de la democracia, y que al fin y al cabo sonconsecuencia de su devenir histórico. Estos principios lospodemos centrar en: a) soberanía popular, como expre-sión que legitima al pueblo como único titular del poder;b) pluralismo, dando cabida a la manifestación de losdistintos intereses que caracterizan a una sociedadheterogénea como es la actual, y por tanto expresando elser incluyente del sistema democrático; c) primacía delderecho, como extensión de la seguridad jurídica quedebe regir todo procedimiento democrático, apoyado enunas leyes que den transparencia en cuanto a su cumpli-miento; d) la libertad, principio necesario para que puedacrearse el escenario de la libre elección y creación de lavoluntad individual; e) el principio de igualdad, por el quese busca la cohesión social, y por el que a los interesesde los ciudadanos se les confiere el mismo peso e impor-

un gobierno representativo. Así, «la democracia podíacobrar una nueva forma y dimensión si a la ideademocrática del gobierno del pueblo se le adjuntaba lapráctica no democrática del gobierno representativo»6.

4. La Democracia y el LiberalismoLa ideología liberal 7, centra su teoría en la limitación delpoder del Estado como una exaltación del valor de lalibertad, mientras que la democracia pretende que elpoder popular se vea reflejado en el Estado. De estaforma, la relación entre liberalismo y democracia seconcibe como la relación entre libertad e igualdad. Laconjugación de los términos (libertad-igualdad, liberalis-mo-democracia), tiene como punto de partida uncambio de paradigma respecto a la concepción delindividuo dentro del Estado que ya (retrocediendo en eltiempo) Benjamín Constant señaló en su obra La liber-tad de los antiguos comparada con la de los modernos,en 1819. Para los griegos, no existía el hombre como unconcepto separado de la esfera pública y de la esferaprivada, es decir, ciudadano y hombre no podían conce-birse como dos conceptos por separado, y por tanto losgriegos no habían entendido al individuo como personay los derechos que le son inherentes, absorbiéndose elconcepto de individuo dentro de la comunidad. En laconcepción del liberalismo político, el hombre tomaforma como ente propio, haciendo valer como derechola libertad del individuo frente al Estado deja de ser, portanto, un elemento integrado a la sociedad sin más. Conello, la libertad de los antiguos se configura en la parti-cipación directa de los ciudadanos en la creación de lasleyes. Para la libertad moderna, el individuo separada suesfera privada de la esfera pública, reivindica susderechos como persona, entre los que encontramos elderecho de libertad de pensamiento, libertad dereunión, de religión y la libertad política, que quedaráreflejada por el derecho de elegir representantes en elparlamento y por el derecho de ser elegidos para tal fin.De esta forma la democracia moderna, se consideracomo una forma de proteger las libertades del individuo,entre ellas la libertad política como una forma de expre-sión de la voluntad de cada individuo.8

Este reconocimiento de las libertades individuales(entre ellas, la libertad de opinión, junto con la libertad

6. R. Dahl, Op. Cit, pág. 41.7. Por cuestión de espacio, debo ceñirme a la democracia liberal. 8. Sartori, Giovanni, Teoría de la Democracia, Tomo II. Los problemas clásicos, pág. 356.

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a) La SOBERANÍA POPULAR, en los debates constituyentes,tuvo dos vertientes, cuyos exponentes máximosfueron Rousseau y Sieyès, respectivamente. Laprimera teoría fue la de la Soberanía Popular, sobera-nía no delegable, puesto que siempre está unida a sutitular; la segunda, la de la soberanía nacional,diseñada por Sieyès, está íntimamente vinculada alprincipio de representación política, y al conceptomoral y abstracto de nación12, y señala a la soberaníacomo pertenencia de la persona moral abstracta quees la nación, distinta al pueblo que la forma, y quesólo puede operar a través de los representantesasignados13. Es ésta teoría de la soberanía nacional,la que ofrece el punto de arrranque al régimen repre-sentativo.

b) En cuanto a la REPRESENTACIÓN, hay que tener encuenta que, para garantizar la independencia de losrepresentantes, se estableció la prohibición delmandato imperativo, con la idea de que en lademocracia representativa sus representantes debie-ran de gozar de la confianza del cuerpo electoral ypor tanto de sus electores, pudiendo interpretar adiscreción los intereses de los gobernados14.

El concepto de la soberanía nacional implica, comodelegación, el derecho de actuar en nombre de otrapersona, lo que conlleva una subordinación del repre-sentado, hasta llegar al punto que la voluntad del repre-sentante substituye a la de los ciudadanos15, y quedatotalmente desvirtuada la identidad entre gobernante ygobernado, dando pauta a un alejamiento y subordina-ción de los representados respecto de los representan-tes.

En cuanto a la prohibición del mandato imperativo,para que los representantes interpretaran a discreciónlos intereses de los ciudadanos, no se tuvo en cuenta lamala aplicación, o incluso su abuso, dejando a los ciu-dadanos sin medios que les ofrecieran un control sobrelos representantes, y por tanto quedando indefensosante las malas gestiones. La representación como me-

tancia. Y todo ello, para tener como valor y fin último dela democracia actual el «proveer las condiciones para elpleno y libre desarrollo de las capacidades humanasesenciales de todos los miembros de la sociedad»9.

DEMOCRACIA Y SISTEMA REPRESENTATIVO

Sin embargo dando un paso más, encontramos que«durante más de un siglo, en los Estados demoliberalesla soberanía nacional ha sido lisa y llanamente soberaníaparlamentaria. Ahora, el Parlamento era el Estado; losdemás órganos no pasaban de ser sus delegados; él erael único que decidía políticamente cuando legislaba.

Pero, como apunta con finura Sartori, ello no ocurriósin que el Parlamento dejara a sus espaldas toda unafunción que antes cumplía; la articulación de las deman-das sociales y su presentación ante el poder. Y, como enpolítica no pueden darse los vacíos, esa zona pasó acubrirla un ente político nuevo, el partido, encargado dellevar esas demandas precisamente ante el Parlamento.»10

En el sistema representativo en el que se basan lasdemocracias liberales las principales deliberacionespolíticas son realizadas por los representantes elegidos,designados por el sufragio universal, a través deelecciones realizadas con periodicidad regular. Esteproceso se integra por dos elementos estructuralesbásicos: 1.- la identidad entre gobernantes y goberna-dos, donde no debe haber una diferencia de clase entreestas dos figuras políticas. El poder debe descansar enla voluntad, mandato y confianza de los que son gober-nados 11; 2.- la representación, que por el contrario sebasa en la idea de que la ciudadanía, debe estar repre-setada (como un medio para articular ideas y proyectosdentro de sociedades numerosas y heterogéneas).

En un primer momento, ambos elementos estructura-les parecen ser opuestos, y la cuestión será encontrar lamejor forma de conjugarlos. Sin embargo, tenemos quetener en cuenta dos aspectos importantes, a la hora derelacionarlos:

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9. Bobbio, Norberto, Diccionario político, Ibid.10. Torres del Moral, Op. Cit., pág. 103.11. Le Brazidec, Gwénaël, Régimen representativo y democracia directa: hacia la participación política de los ciudadanos, en Sistema Representativo

y Democracia semidirecta. Coord. Hugo A. Concha Cantú, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 2002, págs. 347-38112. Colomer Viadel, Antonio, Constitución, Estado y Democracia en el Siglo XXI, Editorial Nomos, Valencia, 2ª edición, 2003, pág. 9213. Ibídem, pág. 9514. Bobbio, Norberto, El futuro de la democracia, Op. Cit.15. Le Brazidec, Gwénaël, Op. Cit., pág. 353.

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valor, tiene un objetivo constante: establecer una estructurasocial para que el ser humano entendido de forma integral (tantola esfera individual, personal, como la esfera de convivencia conlos otros, es decir, la pública), pueda realizarse en un contextoarmónico. El fin último es el bien común, sea éste cual sea enlas distintas ideologías, y que el ciudadano se sienta partícipe enla configuración de ese interés general.

El sistema representativo, surgió como una propuestade llevar a buen término el objetivo de aquella democra-cia liberal en una sociedad heterogénea. Pero las justifi-caciones que hicieron considerarlo como una solución alos problemas de la masificación de la ciudadanía, sonahora un componente más para replantear otras alterna-tivas más conexas con una sociedad que está cambian-do; con un estado-nación, (en el cual se basa el mismosistema representativo), que está perdiendo su fuerza ycredibilidad frente a sus ciudadanos, guiado por fuerzasinternacionales; con unos intereses que cada vez se venmás bifurcados y divididos ante las necesidades socia-les que un sistema capitalista nos está implantando, y delos que los partidos políticos no llegan ni tan siquiera apercartarse, puesto que la realidad vista desde sus sillo-nes de piel les queda muy lejana.

Consecuencia de todo ello, son la lejanía constanteentre el ciudadano y el Estado, donde el representadoya no se siente representado, quedando indefenso antelas necesidades que la sociedad le va implantando.Fruto de ello, la apatía, o como reacción de choque, lasreivindicaciones que en algunas ocasiones se vuelvenviolentas. Ni una ni otra son convenientes, pero denotanla impotencia ante un sistema en el que nuestra voz sequeda limitada a una «X» en una papeleta.

Puede ser el momento de trabajar para implementarnuevas instituciones de participación de la ciudadaníaen los asuntos políticos, puede que esto mitigue laimpotencia, y la identidad entre el Estado y su ciudada-nía vuelva a resurgir. ❏

dio de hacer valer los intereses de los ciudadanos, que-da de esta forma totalmente desvirtuada.

REALIDAD DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA.

Cuando comparamos el sistema representativo que vi-vimos en la actualidad, con los valores intrínsecos quedebe seguir una democracia representativa, la distanciaentre ambos conceptos se agranda.

La soberanía popular queda manca en los sistemasdemocráticos representativos, donde la identidad entregobernante y gobernado no se refleja. Los partidos sehan convertido en la base más consistente de lademocracia representativa e, incluso, en los verdaderossujetos del ejercicio de la soberanía, a pesar de que elverdadero titular sigue siendo el pueblo. La crítica quese les aplica deviene por la usurpación de la soberaníapopular y su prepotencia, así como de su funciona-miento poco transparente16.

El pluralismo que caracteriza a nuestras democraciasmodernas, y que nos debía de ofrecer la posibilidad dela defensa de nuestros intereses en esta sociedadheterogénea, con el sistema de representación basadoen los partidos políticos, queda empañado por eldesprestigio que caracteriza a éstos, debido a la defen-sa de sus propios intereses.

La primacía del derecho, como elemento de seguri-dad jurídica que refuerza el control del pueblo que lademocracia pretende, queda desdibujado, puesto queson las instituciones representativas las que elaboranesas leyes y marcan las reglas del juego, donde nicontrol ni responsabilidad se les puede aplicar.

Y en cuanto a la libertad y la igualdad, quedan comomeros valores decorativos, ennegrecidos por lasgrandes desigualdades económicas y sociales queexisten en nuestras sociedades.

No es mi intención presentar un panorama desalentador delsistema democrático representativo. La democracia, como

16. Torres del Moral, Antonio, Ibidem.

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I. A MODO DE INTRODUCCIÓN: UNA BREVE REFLEXIÓN

SOBRE LA PARTITOCRACIA Y LAS DISFUNCIONES QUE

PLANTEA EN EL SISTEMA PARLAMENTARIO ESPAÑOL

Nadie duda hoy en día que los partidos políticos consti-tuyen los actores más poderosos de los sistemas parla-mentarios. Los partidos políticos nacieron como vehícu-lo necesario para impulsar y materializar el pluralismopolítico expresado en nuestra Constitución. Junto a lalibertad, la justicia y la igualdad, estos valores son algomás que una declaración de buenos principios o inten-ciones. Se trata de auténticos fines o metas a alcanzarpor el Estado, y deben constituir auténticos criteriosrectores de los poderes públicos en su actuaciónadministrativa, política o pública en general. No obstan-te, estos valores quedarían vacíos de contenido de noser por el desarrollo constitucional y legal que se realizapara materializarlos y convertirlos en una realidad viva ycontrolable por las instancias de poder público concompetencia para ello.

El pluralismo político es un valor muy complejo queencierra conceptualmente muy variados bienes, princi-pios, derechos y libertades públicas fundamentales.Este fin primordial del Estado no podría realizarse conplenitud sin la libertad ideológica, sin las libertades deexpresión o de información, sin la libertad de asociaciónque se encuentra en la base de los partidos políticos, sinel derecho de sufragio, y, en definitiva, sin la participa-ción ciudadana en todos los ámbitos públicos impor-tantes. Dentro de este encuadre, los partidos políticosdeberían constituir un instrumento democrático deprimer orden para que todos los bienes, principios,derechos y libertades constitucionales encontrasen sumaterialización.

PARTITOCRACIAVS. DEMOCRACIAY CONCIENCIAPARLAMENTARIA❏ JOSÉ CARLOS BARTOLOMÉ CENZANO

Prof. de Derecho ConstitucionalUniversidad Politécnica de Valencia

Obviamente, si como se deduce de la ConstituciónEspañola, los derechos fundamentales y las libertadespúblicas son anteriores al Estado y derivan directamen-te de la dignidad de la persona (art. 10 CE), que consti-tuye además la piedra angular de su reconocimiento,garantía y valor axiológico o material, éstos no debencondicionarse a ningún criterio que vaya más allá de lapropia conciencia de su titular. Si ni los propios intere-ses del Estado pueden anteponerse a los derechosfundamentales de las personas, menos aún puedenimperar los intereses partidistas sobre la libre voluntadde quien ejercita un derecho fundamental o libertadpública.

En este sentido conviene recordar que la Constitu-ción Española, en su art. 67.2 prohíbe que los miembrosde las Cortes Generales estén ligados por mandatoimperativo. Es sabido que el mandato imperativo se havenido refiriendo tradicionalmente a las concretasinstrucciones que provenían de los colectivos de electo-res que elegían a sus representantes, no obstante, hoylas directrices que anulan o modulan la libre voluntad yla conciencia del representante no provienen del cuerpoelectoral, hecho que a pesar de ser incompatible con elconcepto de soberanía popular y del nuevo mandatorepresentativo, quizás repugnaría menos que el poderomnímodo del partido sobre el militante (elegible) o elrepresentante (elegido).

Resulta además trascendente resaltar que la Consti-tución Española no ha pecado de ingenuidad en esteaspecto, y por ello, en el art. 6.º establece unos requisi-tos mínimos esenciales en los partidos políticos para sucreación y el ejercicio de su actividad: «la libertad,dentro del respeto a la Constitución y a la ley y que suestructura interna y funcionamiento sean democráti-cos».

A continuación, analizaremos algunas de las disfun-ciones más importantes dentro del esquema constitu-cional enunciado.

II. LOS PARTIDOS POLÍTICOS ANTE LOS VALORES

SUPERIORES DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO

Lamentablemente en este apartado seremos breves ycontundentes, toda vez que pensamos que estos finesdel Estado tan deseables como importantes no suelenguiar el grueso de la acción del Gobierno ni de losgrupos parlamentarios en la oposición. En España está

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En la época medieval la representación era esencial-mente orgánica o estamental, es decir, los diversos re-presentantes estaban vinculados por un conjunto de di-rectrices de obligado cumplimiento por parte de «sucuerpo electoral». De no cumplirse al pie de la letra estemandato, los representantes podían ser cesados y sus-tituidos por otros nuevos representantes (es el denomi-nado mandato imperativo). Así pues, los intereses invo-cados en las Cortes medievales eran tan diversos comolos electores y los representantes.

Burke rechazó ya esta idea en su conocido Discursoa sus electores de Bristol (1774). «El Parlamento —afirmaba Burke— no es un congreso de embajadoresde diferentes intereses hostiles que deben defender,como agentes y abogados, frente a otros agentes yabogados. El Parlamento es, por el contrario, la asam-blea deliberante de una única nación, con el único inte-rés del conjunto […] (En dicha asamblea) no deben pre-valecer los objetivos ni los prejuicios locales, sino el biengeneral que deriva de la razón general de todo el con-junto».

Paulatinamente, a medida que la clase burguesaemergente buscaba su sitio en la estructura socio-polí-tica, se fue consolidando un nuevo haz de interesescuya demanda provenía del propio sistema político, so-cial y productivo-económico. El razonamiento era lógicoy respondía a las pretensiones liberales: si se elegía li-bremente a una serie de representantes por parte delcuerpo electoral, que a su vez estaba compuesto por eltejido social real de esa comunidad, los intereses defen-didos no tendrían por qué ser impuestos por los propioselectores, ya que mediante la elección ya se encontrarí-an representados en el Parlamento que sería el deposi-tario de la confianza del pueblo y cuya misión sería laconsecución del interés general.

De este modo se estaba abriendo la puerta a la nue-va formulación del principio representativo, el mandatoimperativo medieval sería así sustituido por el mandatorepresentativo. El mandato representativo es la fórmulaque ha acogido nuestra Constitución en el artículo 67.2.

Hoy, no obstante, la realidad y los usos políticos hansuperado este sencillo esquema, pues los partidos polí-ticos se han erigido en los dueños y custodios de los in-tereses heterogéneos que la nueva sociedad tecnológi-ca demanda. En la actualidad, las preferencias electora-les no las determinan las cualidades morales o laindependencia y buena formación de los candidatos,sino la adscripción a las fuerzas políticas que el electo-

resultando una costumbre la politización de asuntos tantrascendentes como el terrorismo, la política de inmigra-ción y otros asuntos del máximo interés para el Estado.

Cada acción política, y es esta la impresión de lamayoría de los ciudadanos, está cuidadosamentediseñada para rentabilizarla electoralmente a cortoplazo. De este modo, pocas políticas públicas se reali-zan a largo plazo, superando el periodo de una legisla-tura. Además, las ya iniciadas, suelen concluirse acele-radamente antes de las correspondientes eleccionespara mostrarlas como auténticos logros políticos delpartido en el Gobierno. Llegar o mantenerse en elGobierno son finalidades naturales de los partidospolíticos que han penetrado en el Parlamento y quecondicionan enormemente la función del Legislador ydel Ejecutivo, relegando los valores superiores delOrdenamiento Jurídico a un segundo plano.

III. LA «RENTABILIDAD DISCIPLINARIA» DEL SISTEMA

ELECTORAL ESPAÑOL PARA LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Desde que el Parlamento inglés obtuvo en el siglo XVII laprimera victoria frente a la Monarquía absoluta, la evolu-ción de las sociedades europeas hacia sistemas demo-cráticos se refleja en gran medida en sus procesos elec-torales, toda vez que éstos se han venido a convertir enauténticos parámetros de constitucionalidad al contenerlos procedimientos y garantías democráticos de partici-pación política y representación. Las elecciones consti-tuyen así un procedimiento para la designación de re-presentantes, titulares del poder. Este concepto, comoveremos, va intrínsecamente ligado a los conceptos derepresentación, gobierno y legitimidad.

III. 1. ¿Representación política o representación delpartido político?Una vez aceptado el origen popular de la soberanía ydescartada la viabilidad en nuestros días de la demo-cracia directa como vía ordinaria de decisión política porla complejidad social y estructural, se impone la necesi-dad de elegir a un cuerpo representativo que se ocupede los asuntos públicos, y de esta necesidad, surge elproceso electoral. No obstante, cuando hablamos de re-presentación, el concepto es muy amplio, y lo primeroque nos deberíamos preguntar es qué se pretende re-presentar.

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siglo XIX— como sistemas en los cuales el Parlamentoarrebata poco a poco al Jefe del Estado la facultad dedesignar y destituir —de forma directa o indirecta— alEjecutivo.

Ello se consigue mediante la institucionalización de laresponsabilidad parlamentaria del Gobierno, que sehace efectiva de dos maneras. Inicialmente, por mediode la moción de censura que lleva a la dimisión del Go-bierno derrotado. Más adelante, por medio de una vota-ción de investidura o de confianza inicial exigida a todonuevo Gobierno.

En nuestros días tampoco se reproduce en toda suesencia esta función clásica de las elecciones, puestoque las instancias interpuestas entre el Estado y el indi-viduo son muy numerosas y poderosas y cada vez ejer-cen más influencia en todos los ámbitos de la acciónpolítica, y así, en nuestros días muchas decisiones polí-ticas de gobierno se acuerdan fuera del propio Parla-mento, en las sedes de los partidos políticos, mediantelos acuerdos con las pertinentes instituciones interna-cionales o desde las altas esferas del propio aparato bu-rocrático del Estado. Las elecciones, por ello, influyenen la orientación de la acción del gobierno, pero enmodo alguno lo determinan completamente.

Los medios de información en un sentido muy am-plio, desde la prensa escrita, la radio y televisión, hastaInternet y el uso que se pueda hacer de la informaciónpor estos medios pueden determinar muy significativa-mente la abstención o el ejercicio masivo del derecho devoto en un sentido o en el contrario.

Hoy se dice que la información conforma el cuartopoder del Estado y no debemos olvidar que en muchasocasiones los medios de información (muchas vecesmediatizados por sus propios intereses) han resultadodeterminantes para derrocar a un Gobierno o para queresultase elegido una determinada fuerza política.

rado piensa que mejor puede defender sus intereses.Así, parecen definitivamente superados los conceptosde mandato imperativo y mandato representativo, por elde mandato electoralista.

La política que hoy se practica tiene poco que ver conla búsqueda del consenso en pro del bien común o delmás moderno concepto de interés general. Las políticaspúblicas no suelen ir encaminadas hacia las más acu-ciantes demandas sociales, sino hacia logros visibles acorto plazo destinados a determinados colectivos y gru-pos de interés que interesan electoralmente.

El mandato representativo extiende la representacióna toda la nación y pretende la independencia del elegi-do garantizándole el escaño frente a cualquier injerenciaajena o presión. No obstante, el hecho de que el parla-mentario no se sienta vinculado ni por el programa polí-tico, no supone que el parlamentario pueda tener en elactual sistema de partidos la posibilidad de votar enconciencia. El concepto de la «disciplina de voto» espropio de nuestros días y supone una radicalización dela fidelidad a las siglas, de tal modo que se debe mu-chas veces sacrificar la propia voluntad o la propia es-cala de valores del representante o del militante por los«superiores intereses partidistas».

III. 2. ¿Gobierna el Ejecutivo o el partido mayoritario?La segunda función atribuida a las elecciones es la deproducir gobierno. En otras palabras, se trata de facili-tar la gestión de programas políticos viables, mediantela designación de representantes, titulares de poder,con capacidad y posibilidad de realizarlos. Medianteeste apoyo a los programas y equipos debe generarseel gobierno en un doble sentido: la formación de un Eje-cutivo y la adecuación estable de sus decisiones a laspreferencias mayoritarias de la sociedad.

No obstante, como sabemos, originariamente, la fun-ción de las Cortes durante el Antiguo Régimen fue la decontrolar financieramente a la monarquía. Gradualmen-te, los parlamentos arrancaron de la monarquía faculta-des de codecisión y de veto en materia fiscal y, másadelante, cambios sociales e institucionales derivaronen que los parlamentarios intervinieran también en ladesignación del Ejecutivo, convertido por este hecho enun apéndice de la correlación de fuerzas representadasen el Parlamento. Tanto la Monarquía parlamentaria bri-tánica, como los regímenes liberales del continente eu-ropeo se estructuran progresivamente —a lo largo del

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VOTO PARAQUE OTROSDECIDANPOR MI

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el caso de las elecciones a Diputados del Congreso, antelos electores y para atraer sus preferencias se presentaun grupo de ciudadanos cuya aspiración es resultar ele-gidos, éstos son los candidatos a Diputados, que parapresentar una candidatura electoral deben tener capaci-dad electoral pasiva cuyos requisitos se regulan por ley.

Lo que sucede actualmente es que las candidaturaslas presentan, no los ciudadanos sino, sobre todo, lospartidos políticos, pues son los actores principales delos procedimientos electorales y los que poseen unamayor solvencia organizativa y económica, toda vez queel sistema electoral pivota sobre el absoluto poder delos partidos políticos.

Por lo que respecta a la campaña electoral, actualmen-te, los medios audiovisuales han desplazado a los clásicosmedios propagandísticos, tales como la pegada de carte-les o el reparto de octavillas. Los espacios cedidos gratui-tamente por la radio y la televisión están tasados legal-mente en cuanto a los tiempos, que se distribuyen pro-porcionalmente de acuerdo al resultado obtenido por lasdiversas candidaturas en las anteriores elecciones, pero elproblema radica en la propia orientación política del mediode comunicación, que suele hacer una utilización perver-sa y, en programas no destinados a hacer campaña elec-toral, se dedican a realizar proselitismo político encubier-to. Hecho por el cual, todas las medidas encaminadas alfomento de una contienda limpia e igual, decaen ante unevidente adoctrinamiento que sobrepasa los espacios ta-sados por ley y las medidas garantistas a tal fin.

De otra parte, la barrera mínima también premia demanera contundente a los grandes partidos. Ésta se hadefinido como el número o porcentaje mínimo de votosque debe reunir un candidato o candidatura para parti-cipar en la distribución de escaños. Se denomina tam-bién umbral electoral. Suele estar en torno a un 3 ó un 5por cien del número de votos total válidamente emitidos(aquellas candidaturas que no alcancen este porcenta-je, quedarán fuera de la atribución de escaños). De ahíque los partidos mayoritarios tengan más fácil sobrepa-sar ese tope y sus candidatos recabar la legitimidad, enmuchas ocasiones, por el único hecho de pertenecer aese partido mayoritario.

Por lo que respecta a la modalidad del voto, ésta es laforma que adopta el voto emitido por el elector, al selec-cionar el candidato o candidaturas de su preferencia. Sedenomina también forma o estructura del voto, y puedeser, por ejemplo, personalizado cuando se trata de mos-

Caeríamos sin duda en la más absoluta inocencia si novinculásemos al menos especulativamente a los medios decomunicación con las ideologías o más concretamentecon los partidos políticos. Las noticias se orientan ideoló-gicamente y la libertad de información se confunde enocasiones con el más feroz de los adoctrinamientos.

La política hoy se hace desde los partidos políticos,desde los medios de información de masas y desde lospoderosos grupos económicos y de presión. El Parlamen-to ha quedado a nuestro juicio como un escaparate dedesencuentros preparados desde las más agresivas mili-tancias políticas. En el Parlamento se viene a reproducir lopactado y convenido en las sedes de los partidos políti-cos, y la acción de gobierno también se ha gestado yadesde la cúpula del partido de Gobierno. El Parlamento haperdido ese carácter de lugar de reflexión y de encuentro.

III. 3. Partidos políticos y legitimidad democrática.La tercera finalidad teórica de las elecciones es producirla legitimidad de los titulares del poder constituido. Estoes, se entiende que por encima de las pretensiones par-ticulares de cada elector, el titular de poder designadomediante un procedimiento electoral ha recabado laconfianza necesaria para ostentar tal título. Así, por me-dio de las elecciones, los elegidos se hacen acreedoresdel apoyo suficiente para ser los titulares de poder.

En un plano puramente teórico, en las elecciones de-berían cobrar vida los principios de libertad e igualdadtanto desde la perspectiva de los electores como desdela de los elegidos. Las elecciones vendrían a ser algo asícomo un rito, en virtud del cual se dirimen las diferen-cias pacíficamente, libremente y mediante un procesoaceptado por todos. Por ello, los elegidos serán desig-nados como titulares de poder y deberán contar, por en-cima de las preferencias individuales con el reconoci-miento de su victoria en un proceso justo.

La legitimidad haría referencia al título, justificación oapoyo en virtud del cual se accede y ejercita el poder, yen este caso estamos ante el título, apoyo o confianzaque deriva directamente del principio democrático par-ticipativo (ello a diferencia de otras formas de legitima-ción como la divina, tradicional, carismática, etc.).

Dentro de este marco, no pondremos en tela de juiciola legitimidad del Gobierno ganada en unas eleccionesdemocráticas, pero sí, en los términos expuestos, los me-dios utilizados para llegar a ganar ese apoyo electoral. En

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sea centro de representación depositario de la sobera-nía popular.

Votar consiste pues, en utilizar la libertad que laConstitución y la ley nos reconoce y garantiza, y esta li-bertad debería ejercitarse en conciencia y con la res-ponsabilidad propia de quién esta eligiendo a su repre-sentante en el legislativo y, posiblemente, en el gobier-no de la nación. ❏

trar el apoyo a un candidato individual con exclusión decualquier otro o de lista, cuando se trata de la adhesióno no, a un grupo o lista de candidatos predefinidos. Éstees el caso del voto de lista cerrada y bloqueada. Es elpropio de España en las elecciones al Congreso, y se ca-racteriza porque el votante solo se adhiere o no a la lis-ta, pero no puede modificar los términos de la misma.

En estas condiciones resulta claro que la legitimidaddepende exclusivamente del número de votos que con-siga la fuerza política, pues el orden lo habrá preesta-blecido el partido político, y de ello se valdrá sin dudapara exigir posteriormente la disciplina de voto. Ciertoresulta que una vez gane el escaño el candidato indivi-dualmente considerado, éste le pertenecerá a él y no alpartido político, pero no resulta menos cierto que si seapartase de las directrices marcadas por el partido, enlas siguientes elecciones probablemente no formaráparte de la lista de candidatos en las elecciones.

El sistema de listas cerradas y bloqueadas favoreceun omnímodo poder del aparato político del partido,pues resulta una obviedad que el orden de la lista de-terminará quién será elegido según las previsiones delpartido y la realidad manifestada en la urnas.

En los últimos años se ha abierto camino un nuevoconcepto: el de «voto útil», el voto útil realmente con-vierte un ejercicio de libertad en un mero ejercicio deelección, entre las muy limitadas alternativas que nosproponen los partidos políticos

La pluralidad de ideas desaparece en favor de unconcepto muy manoseado durante los últimos años: elde «gobernabilidad». Todos quieren gobernar en solita-rio para poder llevar a término sus programas, y paraello necesitan que el cuerpo electoral no se despistecon otras alternativas; sin embargo, existe la sensaciónde que no queda claro para qué quieren hacerlo, ya quelos propios programas electorales no hablan de cómoserá España a largo plazo.

El voto útil no parece reñido con el hecho de votar aun partido minoritario, más bien al contrario, si el elec-tor obra en conciencia, debería sentirse aún más librepor ello. De hecho, la característica de la libertad es qui-zás la más importante del derecho de sufragio, y, ade-más, el concepto de libertad es casi antitético al de uti-lidad o al de oportunidad, que se circunscriben más alámbito económico que al político. La democracia, comohemos visto, implica pluralismo ideológico y político, ylas minorías, dentro del sistema deben tener represen-tación si pretendemos efectivamente que el Parlamento

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www.arbil.org

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Dedicado a mi maestro, el profesor Antonio Colomer Via-del, cuya obra inspira las reflexiones y comentarios deeste trabajo.

I. INTRODUCCIÓN

En la actualidad, la participación ciudadana en la tomade decisiones políticas que afectan a la comunidad serealiza fundamentalmente a través de medios indirectos,siendo las elecciones el mecanismo principal de partici-pación política. A través de las mismas elegimos a nues-tros representantes, los cuales rendirán cuentas de sugestión al finalizar su mandato, siendo confirmados oremovidos en unas nuevas elecciones. Esta democraciaes calificada como representativa o electoral.

De acuerdo con el propio significado de la palabra«democracia» (deriva de los vocablos griegos demos,que significa «pueblo» —«barrio»—, y kratria, que podríatraducirse por «autoridad» o «gobierno»), cabría pregun-tarse en qué medida es democrática una democracia re-presentativa. En este sentido, Robert Dahl utiliza el tér-mino «poliarquía» para referirse a estas democracias re-presentativas, ya que entiende que la democracia, en elsentido griego, no se daría en puridad en ningún Estado.

Lógicamente, dado el tamaño de los Estados, no esconcebible la democracia directa. Sin embargo sí es po-sible ampliar los cauces de participación ciudadana.Desde esta perspectiva, a partir de los años 60 del pa-sado siglo, la doctrina, como fórmula intermedia entre lademocracia directa y la representativa, concibe la deno-minada democracia participativa.

La participación ciudadana puede incrementarse através de las llamadas instituciones de democracia se-

DEMOCRACIAPARTICIPATIVAY SOLIDARIDADEN EL ÁMBITOLOCAL❏ VICENTE CABEDO MALLOL

Universidad Politécnica de Valencia

midirecta, como son los refrendos o las iniciativas po-pulares. Se trataría de insertar o, en su caso, aumentarla utilización de estas instituciones en las actuales de-mocracias representativas. Algunos autores aluden, eneste sentido, al término democracia plebiscitaria.

No podemos olvidar tampoco el extraordinario avan-ce de las denominadas nuevas tecnologías, en especialla red de redes: internet. Este medio posibilitaría a losciudadanos la toma de decisiones políticas o, en todocaso, permitiría a los gobernantes conocer sus opinio-nes y necesidades. Es la llamada tecnodemocracia.

Por otra parte, en esta revitalización de la democra-cia, que implica involucrar más a la ciudadanía, juega unpapel trascendental la sociedad civil. La existencia deasociaciones que estructuran y coordinan a los ciuda-danos en defensa de unos intereses (ecológicos, reli-giosos,…) consolida, sin duda, una democracia, influ-yendo en la toma de decisiones políticas de los gober-nantes.

Estas instituciones e iniciativas de participación ciu-dadana en la toma de decisiones son realizables en ma-yor medida en el ámbito local. Como ya se ha indicado,el tamaño de la comunidad política es una variable in-dependiente que debe tenerse siempre en cuenta.

Por tanto, esta recuperación de la esencia de la de-mocracia, de la libertad de participación y, en definitiva,del gobierno del pueblo, debe partir del escalón territo-rial más pequeño: el municipio. A partir de dicho esca-lón, de acuerdo con la consideración del federalismocomo un instrumento al servicio de la democracia, esalcanzable el nivel estatal. Se trata, en suma, de cons-truir una participación de abajo-arriba.

II. EL FEDERALISMO O LA PARTICIPACIÓN DE ABAJO-ARRIBA: LOS PRINCIPIOS DE SUBSIDIARIEDAD O

COMPLEMENTARIEDAD ESCALONADA Y DE SOLIDARIDAD

En un Estado federal el poder se encuentra distribuidoen múltiples órganos de decisión. Dicha distribución delpoder respondería a los principios de eficacia política yde favorecimiento de la participación como elementofundamental de la dignidad política y del sentido de lalibertad. El federalismo, por tanto, aproximaría a la ciu-dadanía los centros de decisión administrativa y políti-ca.

Pero el federalismo, a la vez que distribuye las com-petencias entre la federación y los entes federados,

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lón superior. Debe partirse, por tanto, de la escala local,es decir, del municipio. No podemos olvidar que la ciu-dad, al fin y al cabo, fue el elemento constitutivo de laterritorialidad del Estado moderno.

Ciertamente muchas competencias no pueden serasumidas por un municipio aisladamente considerado,al contar con unos recursos limitados. De ahí que losmunicipios puedan asociarse para poder satisfacer lasnecesidades de sus comunidades respectivas. Aún asímuchos problemas no pueden resolverse a escala local,siendo necesario recurrir a un escalón más alto comopodría ser el provincial, y así sucesivamente hasta al-canzar el nivel estatal. Obsérvese cómo el principio desubsidiariedad nos ha conducido hasta el ámbito esta-tal, pero por un acto consciente, libre y voluntario de in-tegración.

Todavía podemos ascender a un escalón superior alestatal: el federal. Puede, como hemos expuesto enotras ocasiones, que el bien común, el interés general,exija una coordinación del conjunto de la unión de Esta-dos para tomar decisiones, alcanzándose de este modoel nivel federal.

también busca la integración política desde el respetode la diversidad. Busca de este modo compatibilizar,nos dirá Jaime Cárdenas, las distintas diversidadesentre sí y las diversidades con la unidad.

Tal y como muchos lo concebimos, el federalismono debe ser definido simplemente como una de lasformas en que se organiza territorialmente un Estado.Es esta una visión demasiado reduccionista. Existe,por el contrario, una concepción más lata de federalis-mo, que pondría el acento en el pacto o cadena depactos en todos los niveles como fundamento del fe-deralismo. Andrés de Blas define esta visión lata delfederalismo como aquel proyecto político «defensor deun orden político general en que el pacto ocupa lugarpreferente, tanto en relación al modelo de organizaciónterritorial como a otros aspectos de la vida política,económica y social». Sin duda, el federalismo, coneste origen contractualista, gozará de legitimidad polí-tica y social.

Queda todavía por determinar cómo se articula o ar-ticulan este pacto o pactos que son el origen de unafederación. Los profesores, cuando explicamos anuestros alumnos el federalismo, siempre aludimos ala existencia de un Estado federal y de unos Estadosmiembros o federados que lo componen. Indicamosque el Estado federal puede ser el resultado o bien deun pacto entre Estados soberanos, que pasan a ser Es-tados miembros de ese nuevo Estado que han decididocrear, o bien de la transformación de un Estado unitarioprevio en uno federal. Nunca descendemos en nuestrasexplicaciones teóricas sobre el federalismo a un nivel oescalón inferior al estatal, como es el caso del munici-pio. Podríamos, sin embargo, citar ejemplos de líderesde la Independencia americana, como Francisco de Bil-bao o Francisco de Miranda, que en su día propusieronuna federación libre de municipios para organizar los te-rritorios de la América independiente.

El Dr. Colomer ha advertido del error que supone in-tentar reconstruir un federalismo desde unos modelosde arriba-abajo, cuando lo que tendría que hacerse esvolver a construir la idea federal al servicio del valor de-mocrático, de la participación de abajo-arriba, a partirde ese escalón mínimo que es el municipio.

El federalismo implica, desde un punto de vista com-petencial, un principio de subsidiariedad o complemen-tariedad escalonada de los distintos niveles de sociedady de autoridad, según el cual todo aquello que puedahacerse a escala inferior no debe decidirse en un esca-

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ciudadanos, no sólo en la dimensión política sino tambiénen la económica, en la cultural y, en general, en todosaquellos problemas que atañen a la comunidad de la cualforman parte. Esta democracia participativa sólo es posi-ble desarrollarla en mayor medida, como veíamos en la in-troducción, en un ámbito concreto: el municipio. En losmunicipios los ciudadanos no son ajenos al destino co-lectivo de la comunidad a la que pertenecen.

A nivel local desde hace ya algunos años se estándesarrollando experiencias muy interesantes en materiade participación ciudadana. En este sentido se han crea-do concejalías municipales de participación ciudadana ycomo iniciativa que involucra a los ciudadanos podría-

mos destacar, entre otras, lade los llamados «presupues-tos participativos» (vgr. Mu-nicipios de Rubí, en Catalu-ña, o de Petrer, en la Comu-nidad Valenciana).

En esta misma línea, elanteproyecto de Ley básicadel Gobierno y la Adminis-tración Local, que actual-mente prepara el Ministeriode Administraciones Públi-cas, tiene como objetivoprioritario «mejorar la partici-pación ciudadana en la vidapolítica social, lo que conlle-va incrementar la calidad de-mocrática de ésta» (Exposi-ción de Motivos). Participa-ción ciudadana que

considera que es «seña de identidad de la vida local»,imponiendo a los Ayuntamientos que regulen cuales-quiera procedimientos y órganos adecuados para el fo-mento y la efectiva participación de los vecinos en losasuntos de la vida pública local (art. 18 Participación).Con esta finalidad el propio Anteproyecto introduce enel Estatuto del Vecino (arts. 15 y 16) medidas de paraimpulsar la participación. Destacaría, a nuestros efec-tos, los derechos a ser informado y a dirigir solicitudesa la Administración municipal con relación a todos losexpedientes y documentación municipal, a pedir la con-sulta popular y a ejercer la iniciativa popular.

La consulta popular y la iniciativa popular son dosinstituciones de democracia semidirecta que permitiríana los ciudadanos sentirse participes de la comunidad

El Gobierno federal será, por tanto, supremo en losuyo, pero subsidiario en la esfera competencial reser-vada a los municipios, a las provincias, a las regiones oa los Estados que conforman la federación.

Quisiera destacar la siguiente afirmación de EfraínGonzález: «subsidiaridad es solidaridad entre desigua-les». La explicación de esta equivalencia, tal y como nosla presenta este autor, es sencilla y pedagógica: «El quesabe, tiene o puede más, debe ser subsidiario y justa-mente complementario del que sabe, puede o tiene me-nos, en distintos niveles de la vida humana». De estemodo la complementariedad escalonada se convierteen solidaridad entre desiguales.

La solidaridad, desde laposición que defiendo, nodebe limitarse a las relacio-nes entre Estados federa-dos o entre éstos y el Esta-do federal, sino que tam-bién debe darse entremunicipios y entre éstos y elEstado miembro e, incluso,el propio Estado federal.Serían éstas, relaciones desolidaridad que se daríande sociedad a sociedad.Pero cabe todavía dar unpaso más y plantear la soli-daridad de sociedad a per-sona y entre personas.

El federalismo de abajo-arriba, de acuerdo con esteprincipio de subsidiariedady de solidaridad, rechazaría las siguientes negaciones:la negación de los gobiernos federales por parte delgobierno federal; la negación de la realidad municipalpor parte de la entidad federativa; y la negación de for-mas básicas de índole familiar o vecinal por parte delmunicipio. La federación, los Estados miembros y losmunicipios no pueden construirse sobre las ruinas delas entidades federativas, los municipios y las unidadesde familias o vecinales, respectivamente.

III. LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN EL ÁMBITO LOCAL

Considero que una posición federalista democrática exigela pretensión de la participación generalizada de todos los

«La solidaridad, desde la posi-ción que defiendo, no debe limi-tarse a las relaciones entre Esta-dos federados o entre éstos y elEstado federal, sino que tam-bién debe darse entre munici-pios y entre éstos y el Estadomiembro e, incluso, el propio Es-tado federal.»

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que conforman. Con relación a la las consultas, el Ante-proyecto dispone que «los Alcaldes, previo acuerdo delConsejo de Gobierno de la correspondiente ComunidadAutónoma podrán someter a consulta popular aquellosasuntos de la competencia propia municipal y de carác-ter local que sean de especial relevancia para los intere-ses de los vecinos, con excepción de los relativos a laHacienda local» (art. 19).

Por lo que respecta a las iniciativas ciudadanas, elart. 20 dispone que «los vecinos que gocen del derechode sufragio activo en las elecciones municipales podránejercer la iniciativa popular, presentando propuestas deacuerdos o actuaciones o proposiciones de ordenanzasen materias de la competencia propia municipal», seña-lando un número de firmas según el número de habitan-tes de la localidad. Estas iniciativas deben ser someti-das a debate y votación sobre su admisibilidad en elpleno municipal. Se contempla la posibilidad de que lasiniciativas lleven incorporadas una propuesta de consul-ta popular municipal.

Plantear la participación ciudadana a nivel municipalen los términos expuestos comporta, lógicamente, do-tar a los municipios de una autonomía amplia y efectiva.Es decir, que los municipios, de acuerdo con el tan alu-dido principio de subsidiariedad o complementariedadescalonada, deberían gozar de todas aquellas compe-tencias que los mismos pudieran asumir y contar conunos recursos económicos suficientes. A partir de estaautonomía podrían desarrollarse cauces de participa-ción que permitiesen a los ciudadanos, como en la po-lis ateniense, tomar parte en la conformación de las de-cisiones políticas, asumiendo responsabilidades públi-cas de toda índole, e incluso dar un paso más yextender dicha participación a todos los ámbitos queafectan a una comunidad.

He aludido a la importancia de la sociedad civil enuna democracia. En el ámbito local, esta participaciónciudadana se ha empezado a articular, dada la crisis delegitimidad de los partidos políticos, a través de movi-mientos asociativos populares como son las asociacio-nes vecinales. Participación democrática que no estáexenta de dificultades pues nos enfrentamos, en mu-chas ocasiones, ante una desconfianza recíproca entreel poder local y estos movimientos populares. Existe eltemor por parte del poder local de que su legitimidad re-presentativa se ponga en tela de juicio o incluso lleguea ser sustituida al promover esa participación. Por suparte, los movimientos populares desconfían de una re-

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lación estrecha con el poder local que les haga perdersu autonomía y su espíritu reivindicativo.

Hay que intentar compatibilizar y respetar, por unaparte, la legitimidad democrática de los órganos del po-der local, alcanzada en las urnas, y, por otra, la legitimi-dad de estos grupos, asociaciones, que representan adiversos colectivos de la comunidad. La participacióndemocrática permitirá a los ciudadanos hacerlos prota-gonistas conscientes de la vida en común.

IV. A MODO DE CONCLUSIÓN

El federalismo debe estar basado en el principio decomplementariedad escalonada, principio que, comoveíamos, comporta la solidaridad entre niveles que sereclaman mutuamente: entre persona y persona, entrepersona y sociedad y entre sociedad y sociedad. El es-calón, el nivel básico, es el municipio, en cuyo ámbitoterritorial es posible esa democracia participativa, esa li-bertad de participar de los griegos.

La ciudad, el municipio, no puede ser consideradouna mera agrupación de individuos sino un ser colectivodel que todos los ciudadanos forman parte, conscientesde la vida en común y convencidos de que la vida ciu-dadana implica participación en la vida política.

Con relación a la Constitución española, debe desta-carse que el municipio es considerado como parte de laorganización territorial del Estado, gozando de autono-mía para la gestión de sus respectivos intereses (art.137), lo que permitiría llegar a considerar al Estadocomo una comunidad de comunidades municipales.Comunidad de comunidades que nos recuerda a la fe-deración libre de municipios que propugnaban Francis-co de Bilbao y Francisco de Miranda.

El federalismo construido de abajo-arriba estaría alservicio del ser humano que convive en sociedad, encomunidad, estableciéndose una complementariedadescalonada y respetuosa entre los distintos niveles desociedad y de autoridad. Este es, sin duda, un federa-lismo auténtico, democrático, participativo y solidario.

La participación ciudadana, más allá del derecho desufragio, puede potenciarse en el ámbito local. En losmunicipios pueden introducirse instituciones de demo-cracia semidirecta como las consultas populares o lasiniciativas ciudadanas, favorecer la constitución y desa-rrollo de la sociedad civil y hacer uso de las nuevas tec-nologías para facilitar la participación ciudadana.

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El Anteproyecto de Ley básica del Gobierno y la Ad-ministración Local recoge, por una parte, la idea del fe-deralismo auténtico, aproximando el poder a la ciuda-danía, y, por otra, las instituciones y las medidas que fa-cilitan una mayor participación de los ciudadanos en lavida política. Por ello, la valoración de dicho Antepro-yecto, aunque podría, sin duda, mejorarse (vgr. amplian-do la participación ciudadana a otros ámbitos como eleconómico), es positiva. En realidad, como dijimos, des-de hace unos años algunos municipios ya habían co-menzado a involucrar a sus vecinos a través de diversasiniciativas participativas como los llamados presupues-tos participativos.

Ahora bien, el paso de la norma y su vigencia formal,a su plena efectividad y arraigo de la realidad es lento ydifícil. Pocos municipios españoles han eleborado losReglamentos de Participación Ciudadana, lo que erapreceptivo desde la reforma de la Ley de Bases de Ré-gimen Local, en el año 2003, y entre los que lo tienenelaborado, sólo en unos pocos se aplican real y efecti-vamente.

La democracia representativa o electoral debe serampliada y recobrar la esencia etimológica de la mismapalabra democracia. ❏

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:

� Blas Guerrero, Andrés de. «Estado, nación y territo-rio», en Blas Guerrero, Andrés de y Pastor Verdú,Jaime (Coord.). Fundamentos de Ciencia Política,UNED, Madrid, 1997, Unidad Didáctica II. 5.

� Cárdenas Gracia, Jaime F. «Federalismo y democra-cia: los riesgos de un federalismo no auténtico», enForo Nacional Hacia un Auténtico Federalismo.Memoria, Comité Organizador del Foro NacionalHacia un Nuevo Federalismo, Guadalajara, México,1996.

� Chuliá, Elisa. «La Teoría Política: Algunos debatescontemporáneos», en Sodaro, Michael J. Política yCiencia Política. Una introducción, Mc Graw Hill,Aravaca (Madrid), 2006, Cap. 2.

� Colomer Viadel, Antonio. Constitución, Estado ydemocracia en el siglo XXI, 3.ª edición, EditorialUniversidad Politécnica de Valencia (UPV), Valencia,España, 2006.— (Coord.). La Participación en las AdministracionesPúblicas. ¿Cooperación o enfrentamiento?, Colec-ción Amadís, Ed. UPV, Valencia, 2006.— Comunidades y ciudades, Constituciones y solida-ridades, Colección Amadís, Editorial de la UPV,Valencia, 2007.

� González Morfín, Efraín. «Criterios sobre el espíritudel federalismo mexicano», en Foro Nacional…, cit.

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Dedicado a todos los jóvenes que podrán llevar a caboesta filosofía política.

1. LOS ORÍGENES DEL NEO-REPUBLICANISMO

El pensamiento político de la segunda mitad del siglo XX

ha estado hegemonizado por las teorías liberales y co-munitaristas. En la última década ha surgido con ener-gía un nuevo paradigma alternativo: el neo-republicanis-mo filosófico político. La perspectiva innovadora de estafilosofía política procede de la labor investigadora de unconjunto de profesores universitarios como Q. Skinner yJ. Braithwite y sobre todo la figura de Philip Pettit, pro-fesor australiano de la Universidad de Columbia de Nue-va York, con su obra «Republicanismo: una teoría de lalibertad y del gobierno» (1997), considerada por algunosel paradigma del pensar republicano.

La utopía republicana sería aquella en la que la ciuda-danía se considerara libre cuando no existiese ningún po-der arbitrario que tuviera la capacidad de interferir en susvidas, dándose por tanto una ausencia de dominación deunos hombres sobre otros. Este republicanismo, tal comolo concibe Pettit, tendría a la vez un carácter anti-atomís-tico y anti-totalitario, al considerar que el ciudadano soli-tario no existe como tal sino en mutua dependencia y alconsiderar frente al determinismo filosófico que no somosmeros números en el azar histórico.

La política republicana se concibe como un modelode democracia, entendida ésta como consentimiento in-formado de una ciudadanía activa donde el gobiernohace lo que diga el pueblo y no a la inversa, pretendien-do poner en marcha una acción política eminentementepráctica, por ponerse manos a la obra.

UNA NUEVA FILOSOFÍAPOLÍTICA Y SU DESAFÍOA LA DEMOCRACÍA: ELNEO-REPUBLICANISMO

❏ ANTONIO GONZÁLEZ CARRILLO,JOSÉ LUIS COLOMER VIADEL

Los ciudadanos republicanos deben ser exigentescon el Estado mediante el control efectivo de la toma dedecisiones del gobierno, teniendo en cuenta la cláusuladel constitucionalismo y fomentando las virtudes cívi-cas en la vida pública. Las fuerzas políticas y socialesneoconservadoras consideran este ideal republicano degobierno y vida política en libertad como demasiado ra-dical e impracticable, cuando por el contrario nos en-contramos ante una nueva filosofía política atractiva yentusiasta que tiene vocación de ser hegemónica, deser alternativa tanto al liberalismo como al comunitaris-mo.

En su análisis y exploración como historiador de lasideas políticas parte el filósofo P. Pettit de contrastar supropia concepción de la libertad republicana con las con-cepciones históricas acerca de la libertad de B. Constant,que distinguía entre libertad de los antiguos y libertad delos modernos, y de la concepción liberal de Isaiah Berlin,que concebía la libertad como no interferencia a partir desu conocida dicotomía entre libertad negativa y libertadpositiva. Siendo ambas visiones del problema de la liber-tad para el pensamiento neo-republicano, claramente in-suficientes, se propone superarlas mediante una sólidaargumentación lógica, original, didáctica e incisiva en suplanteamiento filosófico político.

Se trataría de recuperar el ideal republicano a partirdel exhaustivo análisis histórico del ascenso y declivede la concepción republicana de libertad, mostrandosus ventajas, a la vez que se defiende la necesidad deseguir considerándolo como un ideal político esencial,aquí y ahora. El estudio de la realidad republicana en lahistoria, confiesa Pettit, cautivó inmediatamente su inte-rés y su imaginación, introduciendo el concepto de ili-bertad, de ciudadanos que se sienten inseguros, sin cri-terio propio, a merced de poderes que se le muestrancomo ajenos.

Por tanto se hace cada vez más necesario elaboraruna nueva teoría política basada en una concepción dela libertad como no dominación, de llegar a ser ciuda-danos plenamente libres, no sometidos a la dominaciónarbitraria de poderes fácticos. Si toda dominación es in-deseable, la libertad llega a convertirse en un ideal polí-tico práctico, pues merece la pena luchar por vivir enuna buena sociedad dentro de un Estado decente, sinestar sometidos a los abusos de los poderosos, ser ciu-dadanos independientes de poderes arbitrarios.

Para Pettit, vivir a la sombra de la arbitrariedad deotro es verse forzado a aceptar lo inaceptable, lo que

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En cuanto al segundo punto, la dispersión del poder,deudora de la famosa división de Montesquieu, exige laclara división de la función de hacer la ley, la de ejecu-tarla o administrarla y la de dirimir en las controversiasde la aplicación de la ley. En apoyo de esta medida es-tarían las de la elección de dos cámaras con bases dis-tintas y la descentralización del poder central en un sis-tema federal de estados, también la existencia de pac-tos o convenciones internacionales que liguen a losgobiernos y que deberían interpretar esas convencio-nes. El objetivo último de todos estos procesos sería elde «dispersar el poder».

Por último, se tiene que encarar la condición contra-mayoritaria. En uno u otro aspecto importante cada unode nosotros pertenecemos a una minoría, y por tanto, lamayoría de nosotros no tiene interés en vivir a merceddel sufragio de la mayoría de turno. Los caminos para elcambio de leyes fundamentales, deben ser «rutas parti-cularmente tortuosas», que prevengan frente al dominiodel gobierno. Algunas medidas del punto anterior ya ca-minan hacia ese objetivo. ¿Cuáles serán las buenas le-yes que hay que proteger? Volvemos al punto de parti-da: aquellas que protejan al individuo del dominio arbi-trario de otros individuos o del gobierno mismo.

El ideal democrático que se está contestando es elde la democracia entendida como un mercado políticoen el que disputan el poder los distintos grupos de inte-rés. Los instalados en el poder por la fuerza de los vo-tos podrían en ese modelo negarse a admitir cualquierpolémica sobre sus decisiones, imponiendo a su vez ladictadura de los números. Y en el caso de disentir desus decisiones, no podré verlos sino como «gente quedetenta un grado de poder arbitrario sobre mí».

Las leyes que promueven todos los objetivos republi-canos necesitan, como medio indispensable para sumantenimiento y mejora, de una virtud ciudadana am-pliamente difundida. La seguridad de haber alcanzadola no-dominación estriba en que mis conciudadanos lareconozcan como respetable en sí misma y no actúenno-dominadoramente sólo por miedo a ser sancionadosjurídicamente.

La ley no representa, como en cierto liberalismo, lafrontera donde acaba mi libertad, es más bien, su con-dición necesaria, su garantía frente a los poderosos, nostrae la seguridad de que no estaremos sometidos a in-tromisiones arbitrarias. Pero a su vez esa ley debe sur-gir de la deliberación democrática que selecciona los in-tereses según criterios de imparcialidad y de interés ge-

genera una enorme incertidumbre en la ciudadanía queacabaría por impedirnos percibir a los otros como con-ciudadanos. De lo que se trataría ahora es de recuperarlos viejos ideales del republicanismo histórico, universa-lizándolos.

Poder disfrutar de la libertad práctica como ciudada-nos adultos, es el ideal del nuevo republicanismo defen-dido por el filósofo político Philip Pettit, sin caer por elloen falsos libertarismos liberticidas, ni menos aún en po-pulismos románticos, sino que la defensa de la causarepublicana supone una reconceptualización de la ideade libertad como no dominación, rescatando el elogiode las olvidadas virtudes cívicas, motores de la socie-dad republicana.

2. EL PROBLEMA DEL GOBIERNO, LA LIBERTAD Y LOS RE-TOS A LAS DEMOCRACIAS

Este es, en la opinión del pensamiento neorrepublicano,el déficit de los sistemas políticos actuales: el no poseerunas leyes justas que aseguren una libertad entendidacomo no-dominación, de la que debe poder gozar, en suopinión, cualquier ser humano. Libertad que consistirábásicamente en que nadie podrá estar sometido a la vo-luntad arbitraria de nadie. El medio para garantizar el lo-gro de esas leyes será una actuación decidida sobre lasinstituciones más básicas de la democracia. Para Pettit,la forma de evitar que un estado cobre una forma domi-nadora, arbitraria, consistiría en garantizar por todos losmedios que al ejercicio del poder le quede el menor mar-gen posible para un ejercicio arbitrario del mismo.¿Cómo hacer máximamente inmanipulables los instru-mentos del poder? Se deben establecer tres condicionesgenéricas previas que el sistema debe satisfacer. La pri-mera, que el sistema constituya «un imperio de la ley yno de los hombres»; la segunda, que disperse los pode-res legales en diferentes partes; y, por último, tercera,que haga a la ley relativamente resistente a la voluntadde la mayoría; ésta no debería poder modificar al menosciertas áreas fundamentales del cuerpo de leyes. El im-perio de la ley se ve violado cada vez que los gobernan-tes aplican el derecho de gracia y legislan aparte para ungrupo de individuos o familias. También lo hacen los jue-ces o administradores que se aprovechan de la oscuri-dad de las leyes para sus actuaciones. Suponiendo quela acción del gobierno es necesaria, esta debe ser siem-pre legal y no particularista.

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a manos del machismo: Discriminación de las mujeresen forma de discriminación de sueldo, la falta de pro-moción profesional o a órganos directivos que reprodu-cen los esquemas de dominación.

El republicanismo, hay que admitirlo, no siempre haresultado atractivo para las feministas, que aparecíaasociado a imágenes masculinistas de la participacióndemocrática y del activismo público. Pero, hoy, esa aso-ciación está fuera de lugar. Hay mucho que hacer aúnen este frente, porque las mujeres padecen aún una vul-nerabilidad especial en sus hogares, en los puestos detrabajo y en las calles de diferentes ciudades. Y cuandolas mujeres procuran, individual o colectivamente, lamejora de su situación, se encuentran a menudo conque las instituciones de la sociedad les son hostiles. Ta-les agravios tienen que ser audibles y hallar resonanciaen el auditorio de una política verdaderamente republi-cana.

3.3. Interculturalismo en una sociedad multicultural.¿Puede resultar atractivo el ideal de la libertad como nodominación a las minorías étnicas y culturales? ¿Quéocurre cuando una minoría religiosa, inmigrante o étnicano acaba de integrarse en la cultura dominante? El re-publicanismo busca erradicar las dominaciones étnicas.

Pettit en su obra Republicanismo (1997) se refiereampliamente a la apuesta intercultural hoy. El Estado re-publicano debe servir a los intereses de los miembrosde culturas minoritarias, en pie de igualdad con los inte-reses de los miembros de la cultura preponderante.

neral. La mayoría no es una amenaza, ya que en los in-tereses justos que contienen esas leyes estarán recogi-dos los intereses de todos. Los derechos no son barre-ras que defienden a individuos «autónomos», los únicosderechos son los derechos políticos, que no son previosa la constitución de la comunidad política. ¿Deberíandeliberar sólo los mejores elegidos por ciudadanos novirtuosos, como opinaban Sieyès o Constant?: eso re-bajaría, en su opinión, la calidad de la deliberación, evi-taría el desarrollo de la virtud participativa en la ciuda-danía, que quedaría poco identificada con las leyes, yno se alentaría la virtud en sus representantes. La leyjusta es garantía de libertad no dominadora, esta leysólo puede surgir en una democracia máximamenteparticipativa, provista de una deliberación pública desus decisiones, que limite la libertad de los tiranos, yesta deliberación, a su vez, requiere de una virtud cívicaen sus participantes. Esa virtud necesita de una exigen-te tarea educativa para ser cultivada, ésta no puede sersólo ofrecida por el Estado, debe surgir, más bien, de lapropia interacción de los ciudadanos convencidos de laimportancia de extender una libertad del que se sienteautónomo pero acompañado: el ciudadano republicano.

3. POLÍTICAS PRÁCTICAS DEL CIUDADANISMO

Las prácticas políticas de la libertad como «no domina-ción» o las causas republicanas son, entre otras, cuatro:

3.1. Ecologismo/Medioambientalismo. Erradicar lasdominaciones medioambientales. Dañar al planeta esdañar a la persona. Pettit se refiere ampliamente a laalianza entre ecologistas y republicanos hoy día. SegúnPettit, una teoría política verde sería aquella en la que elEstado adopte una determinada perspectiva ecológica,más allá de un antropocentrismo que algunos achacanal republicanismo. ¿Es defendible el republicanismodesde una óptica ambientalista? Sí. El Estado debe te-ner un ojo puesto en los intereses humanos y otro pues-to en los intereses no-humanos. El Estado debe hacersuya la causa ambientalista.

3.2. Feminismo/Igualdad. Más del 50% de la Humani-dad sigue padeciendo dominación de género, comomutilación y esclavitud sexual, universalización de lapornografía o superexplotación femenina en los paísesen vías de desarrollo. Maltrato y asesinatos de mujeres

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3.4. Socialismo democrático ciudadano. ¿Pueden servigorizados los ideales socialistas a partir del ideal repu-blicano? El socialismo del siglo XIX (Karl Marx) consistióbásicamente en fundamentar las luchas obreras contra la «esclavitud asalariada». Un Marx republicano:lucha por el salario justo, por la sindicación de los traba-jadores. El socialismo del siglo XX: la explotación se ha idosuavizando, aún quedan numerosos sectores desregula-rizados en el planeta en el siglo XXI. Estatuto de derechosde los trabajadores, negociación y derecho a huelga, sa-lud e higiene, desempleo, seguridad social. La humaniza-ción del capitalismo es una victoria de los trabajadores.Más de 50 años de Estado de Bienestar en Occidente.

Socialismo del siglo XXI: el nuevo socialismo ha de serciudadano, republicano, asentado en una democraciade la vida cotidiana. Llámesele Socialismo cívico, de losciudadanos o «ciudadanismo». El nuevo socialismodebe encontrar su futuro: ampliando sus objetivos bási-cos como el de erradicar la dominación de clase, y al-canzar el fin de toda dominación no democráticamenteconstruida. En definitiva, concluimos que las «causasrepublicanas» son causas socialistas y las causas so-cialistas son «causas republicanas».

Otras «causas republicanas» serían: la defensa exte-rior, la seguridad interior, la independencia personal y laprosperidad económica.

4. CONCLUSIÓN

Las críticas a los planteamientos republicanos suponenque esta tradición filosófico-política tiene problemasconceptuales y prácticos insolubles, como serían, entreotros, su difícil aplicación en el ámbito de las grandescorporaciones económicas, no ajustadas a control de-mocrático alguno, así como la de determinar su encajecon la tradición de carácter marxista, siendo ambas ob-jeciones superables, dado que las organizaciones em-presariales están sometidas a democracia interna yMarx es considerado por su teoría de la emancipacióncomo republicano.

El neo-republicanismo prioriza y mantiene el ordenvalorativo de la tríada revolucionaria francesa: la libertadprimero, a la par la igualdad, seña de identidad de la iz-quierda, y fraterna solidaridad entre los pueblos y la Hu-manidad. Por tanto, las ideas centrales del republicanis-mo actual giran en torno a las nociones de libertad y ciu-dadanía, una tercera vía entre el liberalismo (no

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

� Bobbio, N. y Viroli, M. Diálogo en torno a la Repúbli-ca. Tusquets Kriterios. Barcelona, 2002.

� Escudero, M. Homo Globales. En busca del buengobierno. Espasa. Madrid, 2005.

� Kymlicka, W. Ciudadanía multicultural. Paidós.Barcelona, 1995.

� Ovejero, F. y otros. Nuevas ideas republicanas(Autogobierno y sociedad). Paidós. Barcelona, 2003.

� Ovejero, F. La libertad inhóspita. Modelos humanos ydemocracia liberal. Paidós. Barna, 2002.

� Pettit, Ph. Republicanismo, una teoría sobre la liber-tad y el gobierno. Paidós. Barna, 1999.

� Nicolet, C. L’idée républicaine en France (1789-1924)ed. Tel Galimard, Paris, 1982.

� Van Parijs, Ph. Libertad real para todos. Paidós(Estado y sociedad) Barcelona, 1996.

� Republicanismo: un debate político de nuestrotiempo. Revista de Occidente, nº 247. Helena Béjar yotros. Madrid, Diciembre de 2001.

� Republicanismo. Isegoría. Revista de Filosofía Moraly política. Madrid, nº 33, diciembre 2005.

igualitarista) y el comunitarismo (negador de la indivi-dualidad).

Por tanto, el republicanismo sería una filosofía políti-ca superior al liberalismo, ya que la concepción republi-cana de libertad concibe a ésta como un bien personaly social, de interés público, apelando al recurso a lospoderes recíprocos y a la estrategia de la prevenciónconstitucional de un Estado republicano que debe pro-teger la no dominación, igualar los recursos entre domi-nadores y dominadores, a través de una renta básica deciudadanía, en una democracia de las instituciones quepromocione las virtudes cívicas entre la ciudadanía. ❏

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EL LIBRO DEL TRIMESTRE

S i Platón decía «no entre en la Academia quien nosepa geometría», aquí cabría decir: «no abra es-tas páginas quien no tenga un corazón de argo-

nario». Para Antonio Colomer el referente democráticopor excelencia es la democracia ateniense, entre otrosmotivos, por ser directa y participativa. Muchos aportesantropológicos también los extrae de la cultura helena.Así, en su libro «El retorno de Ulises. Una filosofía políti-ca alternativa»1, nos proponía un modelo de ciudadanoque reúne las virtudes del héroe homérico: responsabi-lidad, coherencia, lealtad al compromiso común, nece-sidad de desasirse de lo superfluo, etc. Un argonario, uncompañero de viaje de Ulises, y más allá de la metáfo-ra, un ciudadano libre y responsable, pleno en su res-puesta a la dignidad personal y comunitaria que osten-ta, debe protagonizar una acción política desde la refle-xión acerca de un proyecto común que proponer a lahumanidad. A este fin dedica Antonio la mayor parte desu obra escrita, su docencia universitaria, y su trabajoinstitucional al frente de Instituto Intercultural para la Au-togestión y la Gestión Comunal (INAUCO). Este libro noes una excepción a esa regla.

El presente ensayo es un buen manual para todos losestudiantes de derecho constitucional, hace una claraexposición (Parte I) de las claves teóricas del constitu-cionalismo: rango normativo de la carta magna, análisisdel carácter programático constitucional, reforma cons-titucional e innovación, etc. La obra incluye referenciashistóricas a la experiencia política iberoamericana, por-

tuguesa y española (Parte II). El eje que conduce estasreflexiones es la atención al modo en que estas socie-dades han fundamentado institucionalmente su realidadpolítica, las fuentes de las que bebieron, y el modo deafrontar los diferentes problemas que se les presentan.

Iberoamérica, señala Antonio Colomer en un estudiomonográfico sito en la Segunda Parte, recibe de modoinequívoco el impulso emancipatorio del pensamientopolítico surgido de la Revolución francesa (Declaraciónde los derechos del hombre y el ciudadano). Pero la in-fluencia gala no se limita a este hecho. Simultáneamen-te se adoptan formas jurídicas importadas (por ejemplo,la división de poderes), y también paradojas como lacompatibilidad del despotismo con los ideales libera-les2. En el ámbito latinoamericano también se estudia elproblema de los estados-nación postcoloniales, su difi-cultad para germinar una determinada identidad y pro-yecto, el presidencialismo allá, con sus virtudes y de-fectos (liderazgo / caciquismo), así como los intentos devertebrar institucionalmente todo el subcontinente, ide-al acariciado desde Simón Bolívar hasta los creadoresdel Merco Sur.

La experiencia portuguesa es traída a colación por elautor precisamente por la explicitación y salvaguardaque reciben los derechos sociales en la carta magnalusa. Así la presencia no dogmática de varios tipos depropiedad legítima en el texto, incluso la aseveración de

CONSTITUCIÓN,ESTADO YDEMOCRACIA ENEL SIGLO XXI Antonio Colomer ViadelEditorial de la Universidad Politécnica deValencia

❏ EDUARDO MARTÍNEZMiembro del Instituto E. Mounier

1. Ediciones Nomos 2002.2. Pág. 98.

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Desde un punto de vista crítico y propositivo el autornos ofrece una visión dinámica del constitucionalismo,sobre todo centrada en que el carácter programático delas constituciones puede ser origen de fraude a la con-fianza popular5, pero también y sobre todo, en el mejorde los casos, puede marcar un telos, una utopía direc-triz que jalone la senda de la optimización del marco ju-rídico y de las instituciones por él definidas. También sepasa revista a factores esenciales para el estableci-miento de una democracia real como la participaciónciudadana como forma de protagonismo político (Partecuarta), la descentralización del poder encarnada en elautonomismo español (Parte tercera) hasta llegar al én-fasis en la política local como clave de autogestión de-mocrática6.

En definitiva, esta obra constituye un compendio deconocimientos esenciales para abarcar los principalesconceptos democráticos, y para situarnos personal ycomunitariamente ante el desafío político actual: serprotagonistas de nuestra propia historia, o aceptar serreducidos a masa instrumentalizada por un marco insti-tucional partitocrático. La disyuntiva tiene rostro nuevopero es antigua su esencia: democracia o tiranía. Los ar-gonarios, que aún en el mundo haberlos háilos, no de-bemos atender a los cantos de sirena de la demagogiay el desaliento organizativo; sujetos cooperativamente almástil de la nave (constitución, derecho) afrontemos au-togestionariamente a los enemigos que pugnan porarrebatar el patrimonio popular: la ciudadanía plena yefectiva. ❏

lo necesario de su mutua coexistencia 3, es un rasgo delprofundo carácter democrático de la Constitución por-tuguesa. Asimismo, este documento fundacional seproyecta en el tiempo sin tentación alguna de cederante el «fantasma del final de la historia»4, es decir, seconsidera revisable por el escrutinio popular de formapermanente. Recuerda este carácter dinámico al textoconstitucional francés del 1793 en su preocupación porno cargar a las generaciones venideras con los erroresy las miopías del presente.

En cuanto a la referencia al caso español se cifra enuna consideración positiva del Estado de las autonomí-as, en lo que tiene de fragmentación del poder y ser ca-mino al federalismo, pero también en la detección deformas de optimización y crítica. La crítica propositivaconsiste en afirmar que la clave para la mejora demo-crática del sistema debe pasar por una mayor delega-ción de poder y medios, a las administraciones locales,las más asequibles para la participación ciudadana.

Pero además de la virtualidad académica de la obraque nos ocupa, «Constitución, estado y democracia enel siglo XXI» aporta justamente lo que su título anuncia:una introducción a los conceptos y realidades jurídicasque fundamentan y estructuran nuestra realidad políticay nuestra convivencia (Parte quinta). ¿Qué es la consti-tución? ¿Qué significa que la constitución sea la madrede todas las normas? ¿De qué sirve que ciertos dere-chos virtuales (trabajo, vivienda) estén incluidos en lostextos constitucionales? ¿Cómo debe afrontarse la re-forma constitucional?

3. Pág. 153.4. La expresión es del profesor D’Oliveria Martins, cita del autor en pág. 154. 5. Pág. 63.6. Pág. 226.