Jesús Alfaro

Reflejos en la Laboral

Reflejos en la Laboral

Jesús Alfaro

Los reflejos de la realidad a través de mi mirada.Fotografías y textos: Jesús AlfaroDiseño y maquetación: Jesús Alfaro

2016 ©Jesús Alfaro

A lo largo de la historia se han producido muchos hechos y circunstancias que pudieron pasar desapercibidos, salvo para quienes lo vivieron y lo sufrieron. Algunos de ellos, por diversos motivos, derivaron en grandes acontecimientos que han dejado huella en el tiempo. La Laboral es un claro ejemplo de ello.

Una desgracia, como en muchas otras ocasiones, fue el germen de lo que hoy conocemos como Laboral Ciudad de la Cultura. Un accidente minero fue esa semilla que hizo brotar en 1948 las primeras piedras de esta grandiosa edificación cuya finalidad era ser un orfanato minero y terminó siendo una Universidad Laboral, y desde hace más de una década dio paso a lo que es actualmente.

Muchas generaciones de estudiantes han pisado las piedras de su plaza, observados por la atenta mirada de su imponente torre, que observaba cómo iban recorriendo o más bien descubriendo los diversos rincones que alberga.

Cuando uno visita estas inmensas edificaciones clasicistas no puede dejar de pensar en las miles de historias que han sucedido en el interior de sus muros, en sus jardines, o en sus infinitos rincones. Ese sentimiento de querer imaginar y conocer, es lo que me ha motivado a realizar un fiel reflejo de la Laboral a través de mis fotografías.

Doy paso a un mundo de reflejos, como un mundo paralelo del revés, que convierten esta obra de ingeniería del hombre, en una construcción más grandiosa si cabe.

“Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano”

Isaac Newton

Entrar en la Laboral es como un viaje en el tiempo, el Patio Corintio tiene ese efecto temporal. Es el primer paso antes de llegar a su gran plaza central, donde nada más llegar, las sensaciones y emociones se acumulan.

Lo primero que se siente es una sensación de insignificancia ante la grandiosidad de sus edificaciones. Ya los primeros pasos para llegar fueron lo suficientemente impresionantes, pues no es por descuido, que para llegar y entrar en la Laboral haya que recorrerla por el exterior para ir poco a poco apreciando toda su espectacularidad. Una vez dentro, la imaginación se pone en efervescencia para intentar revivir e imaginar los innumerables acontecimientos que han podido observar estas piedras a lo largo de los años.

Me imagino a decenas de estudiantes caminar, y cómo, a cada paso que dan chapotean la plaza encharcada después de la lluvia, y de repente, el ruido de sus pasos y voces da paso al más solemne de los silencios cuando vuelven a sus aulas.

La plaza se queda vacía, ese puede ser el instante de las imágenes que siguen, pero mi mente va más allá y piensa en los cientos de historias que se entrecruzan entre ellos. Todos tienen sus sueños y anhelos de futuro, pues están en el momento justo en el que deciden hacia dónde se dirigirán sus vidas. Pero mientras tanto, viven el momento y forjan amistades, creando lazos que según les depare el destino serán más o menos duraderos.

“La gloria es como un círculo de agua que nunca termina de ensancharse, hasta que a fuerza de dilatarse se pierde en la nada.”

William Shakespeare

“Los árboles que cantan se tronchan y se secan. Y se tornan llanuras las montañas serenas. Mas la canción del agua es una cosa eterna”

Federico García Lorca

“La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre nada sobre la mentira como el aceite sobre el agua.”

Miguel de Cervantes

“¡Los suspiros son aire y van al aire! ¡Las lágrimas son agua y van al mar! Dime, mujer, cuando el amor se olvida ¿sabes tú adónde va?”

Gustavo Adolfo Bécquer

Lo mires desde donde lo mires, el patio central de este conjunto arquitectónico impresiona. Solo tienes que dar vueltas a tu alrededor y la mirada irá descubriendo cada uno de sus rincones y edificios, a cada cual más espectacular.

Si al entrar a la Laboral nos parece trasladarnos a la época romana, la inmensa puerta del teatro nos traslada a la Grecia antigua, sus dimensiones son semejantes al Partenón. Sus columnas simétricas te reciben para dar paso a un interior no menos grandioso, acorde a lo visto en el exterior. Si te colocas a la puerta del teatro, te puedes imaginar a los estudiantes entrar a este salón de actos privilegiado. El paso del tiempo, lo ha convertido en fábrica de sueños y actuaciones, tanto de obras teatrales como de proyecciones cinematográficas.

A la izquierda del teatro te encuentras, sin lugar a dudas, ante el edificio más espectacular, la Iglesia, con la Torre detrás de ella, vigilante de la plaza y de los alrededores de la Laboral.

Sin entrar en los magníficos detalles arquitectónicos de su exterior e interior, el estar dentro te inspira una rara tranquilidad y sosiego ante las dimensiones de su cúpula, sus columnas de color rosáceo y su bóveda. Te sientes empequeñecer, no en vano es la Iglesia de planta elíptica más grande del mundo.

Si seguimos girando a nuestro alrededor, veremos el resto de edificios, donde estaban las aulas, muchas siguen hoy en día. Por eso, cuando veo a los actuales alumnos salir de sus aulas, me puedo imaginar la salida de las aulas y las emociones y sensaciones que envolvían a esos primeros alumnos que empezaron sus estudios profesionales en un entorno como este.

“El Támesis era todo de oro. Dios era hermoso, tan bien que empecé a trabajar en un frenesí, siguiendo el sol y sus reflejos en el agua.”

Claude Monet

“Jamás desesperes, aún estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes negras cae agua limpia y fecundante.”

Miguel de Unamuno

Fuera de la plaza central, la Torre del reloj emerge desafiante hacia el cielo, como vigía de todo lo que sucede a su alrededor, con su figura inspirada en otra torre conocida en todo el mundo, la Giralda de Sevilla. Es el eje que vertebra toda la vida en la Laboral.

En este estanque quedan reflejadas fielmente cada una de sus aristas, al igual que se reflejan las personas que se sientan en su contorno.

En él, puedo imaginar cómo profesores y alumnos en los tiempos de ocio paseaban a su alrededor. Paseos en los que se cruzaban más que palabras, susurros y confidencias. Y si no sucedió así, me gusta pensar que esa fue la realidad.

Desde este mismo estanque, se puede empezar a caminar por los jardines que bien podrían hacernos recordar otro bien conocido, pues sus formas emulan a los jardines del Generalife en Granada.

Unos jardines en los que la sombra de sus árboles te cobija mientras observas los reflejos del edificio en el agua de sus canales.

Por cierto, en estos paseos y jardines no descansaban los reyes musulmanes, sino los reyes de la educación.

“El agua que tocas en la superficie de un río, es la última de la que pasó y la primera de la que viene: así es el instante presente”

Leonardo da Vinci

“¡Cuán fácil es dejarnos arrastrar por aquello que nos es fácil! Así yo, puesto a escribir novelas, me hallé cautivo de ellas y tan contento como el pez en el agua.”

Armando Palacio Valdés

“Escucha el agua, escucha la lluvia, escucha la tormenta; esa es tu vida: líquido lamento fluyendo entre sombras iguales.”

Luis Cernuda

“Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros”.

Confucio

Después de haber recorrido este impresionante conjunto arquitectónico, e imaginarme las infinitas historias y sensaciones que han podido sentir y vivir los miles de habitantes de esta “ciudad”, me siento impresionado, y a la vez, un privilegiado por tener la posibilidad de haber visto estos espacios en detalle.

Todos los reflejos dan muestra de la espectacularidad de este conjunto arquitectónico, o por lo menos esa ha sido la pretensión.

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