Recomposición social y manifestaciones culturales en el...

36
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 Recomposición social y manifestaciones culturales en el estado de Morelos, 1930- 1940 Lilia Urcino Viedma 1 En el estado de Morelos, las décadas siguientes a la gesta armada no auguraban un terreno fértil para el desarrollo de la cultura y las artes. En 1920, el panorama estatal era desolador; las secuelas del movimiento armado se notaban por doquier, la población había disminuido notablemente. En poblados como Ocotepec, de sus cerca de dos mil habitantes, veinte años después sólo se conservaba la mitad. Otro caso es Chalcatzingo, poblado que para los años veinte estaba diezmado por la Revolución y las epidemias. Muchos pobladores emigraron a la ciudad de México. En Cuernavaca la población no rebasaba los tres mil habitantes. Los destrozos eran parte del paisaje común, las plazas y las calles eran víctimas del abandono. Así mismo, las actividades comerciales, agrícolas e industriales estaban paralizadas; la carestía era el rasgo distintivo de la vida local, sobre todo de los artículos de primera necesidad. En la mayoría de las poblaciones el trabajo escaseaba, se carecía de instrumentos y animales de labranza, lo que ocasionaba emigración en busca de empleo; también ocurría por razones de seguridad personal. Este panorama encontró el doctor José G. Parrés en 1920, al ser designado gobernador provisional del estado. Su principal preocupación fue cumplir con el reparto agrario establecido en la Constitución de 1917. Por conducto de la Comisión Local Agraria, para 1922 se habían repartido 100 mil hectáreas de tierra cultivable en la entidad. Se fundaron 46 escuelas y se establecieron pensiones para familiares de combatientes de la Revolución. En 1923, lo destacable del panorama agrícola creado por el gobierno del doctor Parrés era que más de cuarenta asentamientos irregulares, poblados, suburbios y cascos de haciendas recibieron reconocimiento legal como –––––––––––––– 1 Estudiante de la Maestría en Historia del Arte - Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Transcript of Recomposición social y manifestaciones culturales en el...

Page 1: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31

Recomposición social y manifestaciones culturales en el estado de Morelos, 1930-1940

Lilia Urcino Viedma1

En el estado de Morelos, las décadas siguientes a la gesta armada no auguraban un terreno fértil para el desarrollo de la cultura y las artes. En 1920, el panorama estatal era desolador; las secuelas del movimiento armado se notaban por doquier, la población había disminuido notablemente. En poblados como Ocotepec, de sus cerca de dos mil habitantes, veinte años después sólo se conservaba la mitad. Otro caso es Chalcatzingo, poblado que para los años veinte estaba diezmado por la Revolución y las epidemias. Muchos pobladores emigraron a la ciudad de México. En Cuernavaca la población no rebasaba los tres mil habitantes. Los destrozos eran parte del paisaje común, las plazas y las calles eran víctimas del abandono.

Así mismo, las actividades comerciales, agrícolas e industriales estaban paralizadas; la carestía era el rasgo distintivo de la vida local, sobre todo de los artículos de primera necesidad. En la mayoría de las poblaciones el trabajo escaseaba, se carecía de instrumentos y animales de labranza, lo que ocasionaba emigración en busca de empleo; también ocurría por razones de seguridad personal.

Este panorama encontró el doctor José G. Parrés en 1920, al ser designado gobernador provisional del estado. Su principal preocupación fue cumplir con el reparto agrario establecido en la Constitución de 1917. Por conducto de la Comisión Local Agraria, para 1922 se habían repartido 100 mil hectáreas de tierra cultivable en la entidad. Se fundaron 46 escuelas y se establecieron pensiones para familiares de combatientes de la Revolución.

En 1923, lo destacable del panorama agrícola creado por el gobierno del doctor Parrés era que más de cuarenta asentamientos irregulares, poblados, suburbios y cascos de haciendas recibieron reconocimiento legal como

–––––––––––––– 1 Estudiante de la Maestría en Historia del Arte - Universidad Autónoma del Estado de

Morelos.

Page 2: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 82

corporaciones civiles; así mismo, “a casi la mitad de éstas y a la mayoría de los pueblos ya establecidos el gobernador entregó ejidos… [Se] había proporcionado tierras a ciento quince de los 150 pueblos que entonces tenía el estado”.2

Estas acciones estuvieron muy lejos de auspiciar la calma en la entidad. La protesta de los hacendados por la actitud de Parrés a favor del reparto agrario y su posterior desconocimiento en 1923, por el Jefe Militar de la entidad, Genovevo de la O, y la designación de un sustituto que duró en funciones hasta septiembre de 1924, fecha en que fue nombrado otro gobernador provisional, iniciaron una serie de cambios de mandatarios interinos y constitucionales a lo largo de toda esa década, sumiendo al estado en los avatares de la inestabilidad política, permeada por caos jurídicos y administrativos, agravios y el voluntarismo de diversos líderes locales. El escenario se enrareció aún más ante la presencia de brotes de la rebelión cristera en tierras morelenses, sobre todo en las zonas de Palpan, Coatlán del Río, Cacahuamilpa, Tetlama, Miacatlán y Puente de Ixtla; estas dos últimas plazas padecieron asaltos y ocupaciones, así como despojos a turistas e incendios del tren en el tramo de Cuautla a Puente de Ixtla.3

El predominio de estos elementos alejaron a la entidad del orden social, el cual se conjuntaba con la ausencia de todo orden constitucional; por esto último, las autoridades estatales eran nombradas desde las instancias presidenciales. Entre los personajes que ocuparon el cargo de gobernador figuraron Ambrosio Lapuente y Carlos Lavín, ambos durante la segunda mitad de los años veinte.

Este caótico panorama inició una marcha regresiva a partir de que Lavín convocó a elecciones de los poderes locales a realizarse en abril de 1930, donde resultó electo gobernador constitucional Vicente Estrada Cajigal. Un paso más en la superación de la ilegalidad y caos estatal fue la promulgación de la Constitución Política del Estado de Morelos, suceso ocurrido durante los últimos meses de ese mismo año de 1930.

Al mismo tiempo, a lo largo de esta década se experimentó un proceso de reconstrucción y consolidación de los pueblos. Con las tierras recuperadas y distribuidas entre las comunidades, las familias campesinas sobrevivieron pese

–––––––––––––– 2 John Womack, Zapata y la Revolución Mexicana, 24ª edición, México, Siglo XXI, 2000,

p. 368. 3 Véase, Morelos, espacio y tiempo, México, Consejo Estatal Técnico de la Educación,

2000, p. 235.

Page 3: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 83

a las dificultades que dejaron la destrucción y la muerte en los tiempos de guerra.

Varios de estos pueblos eran comunidades indígenas con una población en descenso pero con una vida tradicional reacia a las influencias externas. Se practicaban rituales y festejos tradicionales, además de contar con cargos patronales. En poblaciones como Tepoztlán los carnavales eran patrimonio de la comunidad. Aunque algunos cambios empiezan a avizorarse hacia finales de los años veinte, producto de esa oleada migratoria al D.F. y su acercamiento a prácticas mestizas; proceso que se fue acentuando gradualmente a lo largo de la década siguiente.

Poco antes de concluir los años veintes, la realidad material de la entidad no aparecía nada halagüeña. Junto a las carencias de una apropiada red de funcionales caminos y carreteras, los edificios urbanos y las haciendas mostraban los efectos de los años de la lucha armada. A juicio de las autoridades, este desolador y ruinoso panorama empobrecía y demeritaba a la capital de la entidad.

Por lo anterior, desde 1930 se presentaron visos de los poderes morelenses por atender tan precario panorama. En esta lógica pueden ubicarse los decretos que en materia de egresos emitió el congreso local, al incrementar la partida número 210, destinada a gastos nacionales, pasando de 5 mil a 8 mil pesos. Así mismo, se aumentó la partida 216 destinada a obras públicas, de 30 mil pasó a 45 mil pesos. De igual manera, la partida 219 destinada a gastos de imprentas y extraordinarios se incrementó de 30 mil a 45 mil. 4 Estas cantidades eran pequeñas gotas de agua en el desierto material de los morelenses.

A inicios de los treintas, esta desolación empezó a revertirse, al iniciar un período de reconstrucción. Sobre los escombros de numerosas fincas urbanas, Cuernavaca empezó a contar con nuevas y arrogantes edificaciones; en 1931, el Ayuntamiento de este lugar reportaba que cuarenta y tres fincas urbanas estaban en proceso de reparación y reconstrucción.

Aún más, de enero a abril de ese mismo año se habían realizado más de un centenar de obras materiales, principalmente en la colonia Miraval y en el centro de la ciudad. Como consecuencia, el valor de las propiedades tendió a incrementarse. El optimismo de las autoridades era desbordante al afirmar que “se espera que en próximas fechas desaparezcan los últimos restos de ruinas

–––––––––––––– 4 Morelos Nuevo, Periódico Oficial del Estado de Morelos (en adelante MN), julio 31 de

1929, p. 2.

Page 4: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 84

producto de la guerra intestina que vivió Cuernavaca”.5 Aunado a lo anterior, la actividad de reconstrucción se propaló hacia Cuautla, Yautepec y aun en otros pequeños pueblos del estado, de ahí que las autoridades hablaran de que se había emprendido un camino definitivo hacia el resurgimiento material y moral de Morelos.

Ligado a los trabajos de acondicionamiento urbano, el trazado y mejoramiento de los caminos fue una constante durante la primera mitad de los años treinta. Uno de los primeros trabajos de estos años se desarrolló en la carretera de Cuernavaca a Tepoztlán. Esta labor se desarrolló desde febrero de 1931 y corrió a cargo del ingeniero Alemán Andrade.6 Para finales de ese mismo mes se inauguró el camino que conectaba a Jiutepec con la carretera a Cuautla, evento al que asistieron el gobernador del estado, el presidente del Tribunal de Justicia y el presidente del Ayuntamiento de Cuernavaca.7 Debe recalcarse que esta serie de trabajos no se realizaron únicamente por la iniciativa y esfuerzo de las autoridades locales, ya que los poderes federales también dejaban sentir su presencia; como evidencia se encuentra la nota aparecida en la prensa a mediados de marzo de 1931, en la cual se menciona que “La Secretaría de la Presidencia de la República reitera las órdenes dadas anteriormente para la construcción de la carretera de Tetecala a Cacahuamilpa”. Dicho trazo carretero tocaría pueblos especialmente atractivos como “Coatlán del Río donde cocoteros y platanares exhiben su belleza de sus frutos al turismo”.8

A su vez, para erigirse como garantes de esta tarea de reconstrucción material, durante el mes de febrero de 1931 el gobierno estatal destinó un monto superior a los tres mil ochocientos pesos en varias obras que beneficiaban a la ciudad capital: acondicionamiento de la carretera Chapultepec, rumbo a las fuentes, dadas sus características de lugar pintoresco que se utilizaba como distracción turística; trabajos especiales en la calzada de Cuautla por rumbos de la colonia Miraval de esta ciudad de Cuernavaca; mejoras en la calle Zarco; trabajos de pintura en el Hospital Civil, en la biblioteca y dependencias del Poder Judicial, entre otras de menor importancia. Una preocupación parecida, aunque de menor cuantía, se extendía hacia otros pueblos de la entidad.9

–––––––––––––– 5 MN, abril 19 de 1931, p. 1. 6 MN, febrero 8 de 1931, p. 2. 7 MN, febrero 22 de 1931, p. 3. 8 MN, marzo 15 de 1931, p. 4. 9 MN, marzo 15 de 1931, p. 3.

Page 5: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 85

Un ejemplo sobre este último aspecto, se materializó en la nueva carretera que conectaba a Yautepec con Jojutla, beneficiándose poblados inscritos dentro del trazo de esta vía, como sería el caso de Ticumán, Tlaltizapán y Oatecalco. Dicha obra se realizó a partir de la iniciativa emprendida por pequeños propietarios de automóviles de alquiler y gracias al apoyo moral y material otorgado por el señor gerente del ingenio de Oacalco y por el Gobierno del Estado.10 Con dicha carretera se buscaba el progreso de toda esta fértil zona agrícola.

Aunque la construcción de estas vías de comunicación no generó una trasformación inmediata del entorno económico y social del estado, fue un primer paso para auspiciar un proceso de cambio que tardaría años en irse materializando. Tan evidente es lo anterior que un relato de la época destaca la situación prevaleciente para el año de 1933: “Actualmente al atravesar la cañada de Cuernavaca no se ve más signo de civilización que la hermosa carretera (...). A uno y otro lado de la carretera no hay vida, no hay campos cultivados, no hay chacuacos que humeen, no hay hatos pisando la hierba; esas comarcas son ahora la triste imagen del abandono.”11

Esta imagen contrastó con la impresión y el júbilo que desde dos años antes se habían externado desde las páginas del órgano del prensa oficial del gobierno estatal, en las que se auguraba que: “La construcción panorámica de la carretera México-Acapulco hace a Cuernavaca una futura ciudad pujante y visita obligada... el progreso de la ciudad ha sido siempre por experiencia, obra de los habitantes y, con la lucha organizada de la iniciativa privada, se logrará rápido”. 12

La verdad es que, desde principios de esa década, se intentaba revertir esta triste realidad; por eso, a grosso modo, de enero a mediados de mayo de 1931, las erogaciones estatales en carreteras y obras públicas alcanzaron la cifra de 3 mil 320.42 pesos (probablemente sin considerar mano de obra). El resto de sus gastos se destinó a los siguientes rubros: en mobiliario y equipo de oficina, 1 mil 227.98 pesos; propaganda para el fomento al turismo, 270 pesos; y espectáculos culturales, solamente 73 pesos.13

Fuera de estas cifras quedaron los gastos destinados al acondicionamiento del teatro José María Morelos, situado en la calle Emiliano Zapata núm. 2 de la ––––––––––––––

10 MN, abril 19 de 1931, p. 1. 11 Miguel Salinas, en su obra Historias y paisajes de Morelos, recrea este pasaje de la

realidad morelense de esos años. 12 El contrato respectivo se puede consultar en MN, abril 29 de 1934, sección segunda,

pp. 1-3. 13 MN, mayo 17 de 1931, p. 3.

Page 6: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 86

capital. Dichas obras se iniciaron el 30 de noviembre de 1931, mediante la firma de un contrato entre el Gobierno del Estado y el ingeniero Leobardo S. Ocampo. Sin embargo, para 1934, las autoridades adeudaban al particular casi 46 mil pesos por las obras realizadas. Como no se le pudo cubrir el adeudo, el edificio y sus anexos fueron entregados en arrendamiento al ingeniero Ocampo, por un lapso 12 años tres meses, con opción a cinco años más; el gobierno se reservó el derecho de usarlo ocho veces por año. La iniciativa de mejoras para el teatro del estado condujo a su administración por particulares.14

A su vez, la preocupación por mejorar la infraestructura de caminos y carreteras continuó en la medida que Morelos se adentraba en la década de los treinta. Así lo dejan ver la iniciativa del Gobierno del Estado implementada hacia el último tercio de 1933 para realizar trabajos de acondicionamiento de la carretera que comunica a Jojutla con Tlaquiltenango, la cual había sufrido serios desperfectos con motivo de las continuas lluvias.15 En el mismo tenor se encuentra la conclusión, a principios del año siguiente, del tramo carretero que conectaba a Tlalnepantla con Tlayacapa, quedando comunicada la ciudad de Cuernavaca con Cuautla y Yautepec al entroncar en Cocoyoc con la carretera Cuernavaca-Cuautla.16

En esas mismas fechas empezó a funcionar una carretera de 59 kilómetros de extensión que conectaba a la capital morelense con las grutas y el pueblo de Cacahuamilpa. Específicamente, esta vía de comunicación tenía su punto de partida del poblado de Alpuyeca, situado al sur de Cuernavaca y aledaño a la carretera México-Acapulco. Según la prensa oficial, esta carretera se abrió a la circulación “gracias al espíritu progresista del actual mandatario de la entidad”.17

Por otra parte, es de ponderarse que la atención de las autoridades no sólo se centraba en carreteras y remozamiento de edificios privados y públicos. A mediados de mayo, y con motivo del primer aniversario de la toma de posesión del gobierno constitucional de la entidad, se develó una estatua en honor a José María Morelos. Dicha estatua fue proyectada y construida por el escultor Moisés Quiroz V. e hizo el papel de modelo el artista Ernesto Tamariz, miembro de la Cooperativa de Escultores Mexicanos. La placa alusiva llevaba por frase: “El pueblo de Morelos a su héroe epónimo”. Además, esta efigie estaba proyectada para que se desempeñara como centro de las reuniones

–––––––––––––– 14 MN, mayo 17 de 1931, p. 3. 15 MN, octubre 15 de 1933, p. 1. 16 MN, febrero 25 de 1934, p. 1. 17 MN, marzo 18 de 1934, p. 1.

Page 7: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 87

cívicas y sociales, y para que durante la noche pudiera ser aprovechada para estos fines se le dotó de la iluminación apropiada.18

Esta no fue la única obra escultórica que promovió el gobernador Estrada Cajigal, pues tres años más tarde promovió la construcción de un monumento a la memoria del ingeniero Domingo Diez, fallecido a mediados de abril de 1934. Este personaje morelense destacó como escritor y profesionista. Mientras se recaban fondos para dicha obra, su nombre fue colocado a una calzada de la ciudad.19

A medida que avanzó la década de los treinta las pequeñas y medianas obras se siguieron dejando sentir en la ciudad de Cuernavaca y las distintas poblaciones de la entidad. Dichos cambios se introdujeron no sólo en nuevas construcciones o trazos de caminos sino en los mismos servicios públicos. Por ejemplo, corría la segunda mitad de 1933 cuando los lavaderos públicos fueron demolidos por considerarlos “innecesarios”, bajo el argumento de que se contaba ya con un excelente servicio de agua potable.20 Este mismo servicio se extendió a otras de las principales poblaciones de la entidad, de manera tal que para octubre de ese mismo año, el gobernador estatal se desplazó a Cuautla para inaugurar el sistema de agua potable que contó con una inversión de 220 mil pesos.21

En la óptica de las autoridades, la magnificencia de las obras públicas de utilidad general que Morelos ha realizado, le presagiaban un porvenir grandioso en todas sus manifestaciones. Tanto era el orgullo por las modificaciones realizadas en la infraestructura urbana, durante los primeros años de la década de los treinta, que al iniciar el penúltimo mes de 1933, el gobernador del estado invitó al senador Carlos Riva Palacio, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Nacional Revolucionario (PNR) a recorrer algunas obras públicas que el gobierno estatal tenía en ejecución, donde figuraban las efectuadas en El Salto, Club de Golf, Hospital Civil, Parque Melchor Ocampo, Cantarranas, etcétera. Una de estas obras mereció especial elogio de parte de este alto personaje de la política nacional: la ampliación del sistema de agua potable. Porque la pretensión del mandatario morelense era que todos los pueblos contaran con tan vital líquido y para ello envió a un grupo de ingenieros para que recorrieran la geografía estatal para estudiar la forma de introducirla hasta en el más pequeño poblado, cosa que

–––––––––––––– 18 MN, abril 12 de 1931, p. 1. 19 MN, abril 29 de 1934, p. 2. 20 MN, Agosto 6 de 1933, p. 3. 21 MN, Agosto 8 de 1933, p. 4.

Page 8: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 88

“ningún gobernador había hecho antes”.22 Lo cual, obviamente, sólo quedó en el discurso o –a lo sumo– en buenos deseos. Una de las disposiciones más genéricas en esta materia se estableció en abril de 1934, al establecerse un decreto oficial mediante el cual se autorizaba a los Ayuntamientos del estado para que contrataran empréstitos con el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas para introducir servicios de agua potable y construir mercados.23 Pero fue hasta un año y medio después cuando el Ayuntamiento de Emiliano Zapata recibió la autorización legislativa para un crédito de 18 mil pesos a fin de emprender obras de abastecimiento de agua a dicha población. 24 Ya antes, el Ayuntamiento de Cuernavaca había establecido otro contrato para pavimentación y drenaje de la capital, pero dicho contrato fue cancelado en noviembre de 1935.25

Pero volviendo a 1931, todas las obras realizadas en esa fecha –según la prensa local– ponían a Morelos como “un estado de gran ejemplo para los demás estados de la república porque ha sabido colocarse a una altura envidiable en todos los campos de la vida moderna precisamente por el gran impulso que le ha dado el actual gobierno del estado y el deseo de cooperación de sus habitantes realizando obras de valiosa utilidad”. 26

Lo cierto es que se palpaba una dinámica actividad en la realización de obras públicas. Entre finales de 1933 y principios de 1934, lo mismo se ampliaba el Hospital de Maternidad que se remodelaban edificios en la calle Guerrero o se emprendían trabajos de drenaje y pavimentación en la ciudad capital. También se construían obras en poblaciones rurales, donde figuró un singular y pintoresco teatro al aire libre en poblaciones como Ahuacatitlán y la dotación de servicio de agua potable en Chipitlán. Más aún, se extendió la red telefónica a diversos municipios y se emprendieron significativas obras hidráulicas. 27

Otros apoyos infraestructurales se expresaron en acciones como la dotación de una planta de fuerza motriz para el ejido de Tenextepango. Tras la petición de los vecinos de este lugar, se procedió a instalar la referida planta dotada de un motor de gran capacidad. Incluso, en esta materia, las autoridades ––––––––––––––

22 Véase, MN, septiembre 3 de 1933, p. 1. 23 Dicho decreto puede consultarse en MN abril 29 de 1934, sección segunda, p. 1. 24 Véase, Periódico Oficial del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos (en

adelante POEM), enero 17 de 1937, p. 4. 25 Ibid., p. 3. 26 MN, noviembre 5 de 1933, p. 4. 27 Para ahondar sobre este tipo de obras públicas, véase, MN, septiembre 3 de 1933, p. 1;

MN, octubre 8 de 1933, p. 4; y, MN, enero 7 de 1934, pp. 1 y 4.

Page 9: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 89

estatales declaraban lo siguiente: Se tiene en estudio la instalación de una turbina en el canal de la Tortuga del río de Cuautla y con esta instalación se producirá fuerza eléctrica suficiente para los pueblos de Tenextepango, Ahuehueyo, Ayala, Anenecuilco, Moyotepec, Colonia Militar, Tecomalco y Chinameca.28

Durante los primeros meses de 1934 continuó la reconstrucción y ampliación de la infraestructura material. Cuando el mandatario Estrada Cajigal entró a la recta final de su mandato se inauguró la Penitenciaría del Estado, del que se presumía como verdadero centro de “regeneración moral y enseñanza, pues cuenta con amplios talleres de artes y oficios de los reclusos, perfecta instalación sanitaria, bien acondicionadas oficinas para la administración y juzgados, así como higiénicos departamentos para los reclusos”.29 También se emprendieron importantes trabajos de remodelación del Hospital Civil del Estado. En otro rubro de obras destacó la construcción del canal de Tenango, obra de irrigación con más de 57 kilómetros de extensión. También se trazó la carretera Alpuyeca-Michapa, que desprendiéndose de la carretera México-Acapulco se orientaría rumbo a la zona de las grutas de Cacahuamilpa. 30

En términos generales, en la entidad estaba iniciándose un proceso de modernización del espacio público urbano y que tímidamente asomaba su rostro al área rural. Un nuevo mundo público que empezó a erguirse en franco contraste con los escombros que dejó la cruenta lucha y destrucción de años anteriores. Transformación que trató de borrar las huellas del pasado y potenciar el advenimiento de ciertos componentes de la modernidad, como urbanización, industrialización, desarrollo de edificios públicos, etcétera.

Crecimiento, al fin, que si bien modifica, recompone y construye nuevos usos sociales del espacio, seguramente –retomando las ideas del poeta Octavio Paz– también “destruye tanto los paisajes físicos y sociales de nuestro pasado como nuestros vínculos emocionales con esos mundos perdidos”.31

Los aires del turismo Una de las palancas básicas en que las autoridades fincaron las bases del desarrollo estatal fue la actividad turística. Para 1931, las autoridades presentaban

–––––––––––––– 28 MN, noviembre 5 de 1933, p. 1. 29 MN, abril 29 de 1934, pp. 1 y 2. 30 Ibid., p. 2. 31 Tomado de Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de

la modernidad, 14ª edición, México, Siglo XXI, 2003, p. 26.

Page 10: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 90

a un Cuernavaca “pletórico” de visitantes, de ahí que la prensa oficial del estado consideraran a la ciudad como “la Meca del Turismo”. Otra considerable cantidad de vacacionistas pasaban por la entidad al dirigirse rumbo a Taxco, Iguala, Chilpancingo y Acapulco.

Sobre la cantidad de visitantes que llegaban a la entidad, una gran parte de ellos se concentraban en Cuernavaca y Cuautla. Al respecto, el Departamento de Estadísticas del estado dio a conocer que durante el mes de marzo entraron a Cuernavaca 3 mil 620 automóviles, donde viajaron veintiún mil setecientos veinte turistas de ambos sexos; en lo tocante a Cuautla, el numero de automóviles visitantes alcanzó la cifra de 1 mil 220, los cuales trajeron consigo a 7 mil 200 visitantes que se dirigieron de manera preferente al balneario de Agua Hedionda. De esta cantidad de visitantes, cerca de un 50 por ciento provenían del extranjero.32

A fin de incrementar el turismo, la propaganda de las autoridades no cejaba: una de las medidas fue colocar grandes letreros en automóviles que arribaban a la ciudad, mediante los cuales se hacia propaganda a favor de Cuernavaca. Este fluir de autos con su repectivo letrero se describió como un ir y venir inundado de un entusiasmo indescriptible.

En lo que se refiere al ambiente auspiciado por el turismo que permanecía en la capital, el panorama se plasmaba en los siguientes términos:

…en los parques y jardines grupos numerosos de personas pasan las horas bajo las frondas de los árboles y las fondas y comedores de los hoteles apenas pueden atender los pedidos de sus visitantes. No parece sino que medio México ha volcado su contingente humano para el Sur resultando insuficientes los albergues en casas de huéspedes y hoteles no obstante ser éstos en número de catorce, los más altos personajes del mundo oficial, e industrial han desfilado por las calles de Cuernavaca visitando el Palacio de Cortés, las ruinas admirables de Teopalzalco, el Salto de San Antón, La Catedral, La vieja morada del Emperador en Acapantzingo, el Santuario de Tlaltenango y tantos otros lugares pintorescos.33 La apuesta del gobierno estatal era grande, así que el ejecutivo estatal

encabezaba las iniciativas en la materia. Por ello, durante el mes de abril de 1931, al tiempo que intervenía para la solución de conflictos agrarios en varios pueblos de la zona de Jojutla, el gobernador Vicente Estrada Cajigal, acompañado del diputado Jacinto Leyva y del presidente municipal de Jojutla, Jesús Gómez, visitó la laguna de Tequesquitengo, la más grande de la geografía estatal; ese viaje tuvo como objetivo principal el examinar, sobre el

–––––––––––––– 32 MN, abril 19 de 1931, p. 3. 33 MN, abril 5 de 1931, p. 3.

Page 11: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 91

terreno mismo, las posibilidades de establecer en fechas próximas un balneario de atracción para los turistas, más un servicio de lanchas; para avanzar sobre el particular se ordenó la precisión y el estudio de dicho proyecto.34

Una característica del turismo que arriba a Morelos era que varias empresas fomentaban excursiones entre su personal laboral y sus familias. Un caso fue la empresa América Photo, cuya excursión tuvo por destino el balneario de Agua Hedionda, a donde arribaron centenares de personas ligadas a esta empresa. Las autoridades del lugar recogieron la orientación formulada por el Gobernador del Estado y se organizaron festejos para esa excursión a fin de incentivar nuevas excursiones de este tipo.35

Por esos mismos días, el personal de la Fábrica de Cerillos la Imperial visitaron Cuernavaca. Esta empresa organizó una soberbia excursión que incluyó a todos sus empleados, quienes se concentraron en el parque Melchor Ocampo, donde presenciaron varios números musicales, bailes, canto, ejercicios gimnásticos y música. Su arribo a Cuernavaca y regreso a la ciudad de México lo efectuaron en viaje especial por ferrocarril.36

Gracias a este tipo de actividades, en abril de 1931, se batió el récord de visitantes en el estado, al alcanzar la cifra de cuarenta y ocho mil quinientas veintitrés personas, que arribaron en ocho mil quinientos veintitrés automóviles. Los factores que posibilitaron tales números fueron las festividades de semana mayor y las vacaciones de primavera que se concedieron a un gran número de empleados.37

Las bondades que Morelos proporcionaba a sus visitantes llegaron a ser reconocidas hasta por gobernadores de otros estados de la República. Un caso particular estuvo representado por el coronel Gómez, gobernador del Estado de México, quien arribó a tierras morelenses cuando se encontraba sujeto a un tratamiento médico de carácter especial; dicho personaje aseguró sentirse “encantado de cuanto había visto en Morelos, y no podía ser menos, agregó, teniendo tierras, paisajes, y bellezas con un gobernante como el señor Estrada Cagigal. Estos baños de Agua Hedionda son inmejorables y ya casi me encuentro restablecido”.38

Al igual que el gobernador del Estado de México, la mayoría de los paseantes que llegaban a Morelos concurrían a sus frescos manantiales que se

–––––––––––––– 34 MN, abril 12 de 1931, p. 3. 35 MN, mayo 3 de 1931, p. 3. 36 MN, mayo 3 de 1931, p. 3. 37 MN, mayo 17 de 1931, p. 1. 38 MN, junio 14 de 1931, p. 1.

Page 12: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 92

expandían generosamente por buena parte de la geografía morelense. No es casual que tras el gran aforo que empezó a presentarse en dichos lugares, el gobierno federal los declarara propiedad nacional. Evidencias de dichos decretos se pueden localizar en el Diario Oficial de la Federación hacia finales de 1931; entre dichos casos figuraron los manantiales Fundición, localizados en el margen derecho y dentro del cauce del río Amacuzac, localizados cerca del poblado de Tehusitla, en el municipio de Jojutla, estado de Morelos.39 Otro decreto similar recayó en los manantiales que afloraban en El Salto, Tetecalita, municipio de Jiutepec, situados a dos kilómetros al norte del pueblo de Temilcingo.40

Durante los años subsecuentes, la actividad turística siguió ponderándose dentro de la vida estatal. Esta actividad se colocó como una palanca de desarrollo para la economía y la vida estatal, así que, al paso del tiempo, se conservaron y difundieron las bellezas naturales con que contaba la entidad, además se fueron acondicionando nuevos sitios para su explotación turística, tanto en áreas rurales como urbanas. En esta perspectiva se inscribió la construcción de una nueva calzada de circunvalación ubicada en Cuernavaca para entroncar con el camino de Villa de Ayala, con la seguridad de que iba a ser “muy transitada por los turistas dado el auge que en este sentido ha conquistado esta región del estado”.41 En el mismo sentido estuvo inspirado el trazo de la carretera que comunicaba a las grutas de Cacahuamilpa, en cuyo trayecto los turistas visitarían lugares muy pintorescos del estado, como Coatlán del Río, Mazatepec, Miacatlán, Tetecala y otros pueblos que contaban con bellos paisajes.42

A su vez, en la ciudad de Cuernavaca se acondicionó el paseo de Las Cascaditas situado en la colonia Miraval, obviamente para ofertarla como paseo y punto de visita para los turistas. 43 Así mismo, el pueblo de El Salto (San Antón) pasó a ser considerado un centro turístico, y para ello se le realizaron grandes mejoras, como la introducción de agua potable, luz, delineamiento de calles, la construcción de una calzada de éste al fraccionamiento Riva Palacio y entronque con la calzada de La Emperatriz, así como la que conducía a El Salto Chico y la barranca del pueblo. Para las autoridades estatales, la importancia de “estos caminos es que se unirán con la

–––––––––––––– 39 Diario Oficial de la Federación (en adelante DOF), noviembre 21 de 1931, p. 9. 40 DOF, diciembre 5 de 1931, p. 4. 41 Véase, MN, octubre 8 de 1933, p. 1. 42 MN, noviembre 12 de 1933, p. 1. 43 MN, octubre 22 de 1933, p. 4.

Page 13: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 93

parte sur de Cuernavaca con el fraccionamiento Riva Palacio y campo de golf para entroncar con el camino nacional México-Acapulco”.44

Todo este empuje en que se realizaban obras para potenciar la actividad turística permitió que la cantidad de visitantes fuera en aumento, y con ello se presentó el arribo de altas personalidades que seleccionaban al estado de Morelos para tomar unas vacaciones o en plan recreativo, acontecimientos que no podían dejar de destacarse en las páginas de Morelos Nuevo, órgano de difusión del Gobierno del Estado.

Por ejemplo, a fines de agosto de 1933, la prensa oficial anunciaba que destacadas figuras del escenario político mexicano habían visitado Cuernavaca en fechas recientes; textualmente se mencionaba lo siguiente: “El domingo pasado, entre un nutrido número de distinguidas personas de la capital de la República y del extranjero, notamos la presencia hasta de 6 gobernadores de los diversos estados, estando entre otros el profesor Manuel Páez, actual Gobernador de Sinaloa, el Senador Carlos Riva Palacios, el doctor Baltasar Izaguirre Rojo y algunas personas más que por falta de espacio sentimos mucho no mencionarlas”.45

Casi dos meses después, la ciudad de Cuernavaca contó con la visita de los delegados del XXI Congreso Internacional de Estadística; la comitiva llegó en una la caravana de 23 automóviles y tras una visita oficial al Gobernador en su despacho oficial del Palacio de Cortés, se les declaró huéspedes de honor en ceremonia solemne. Su estancia en la entidad transcurrió entre visitas a los lugares históricos y monumentos arqueológicos, cena ofrecida por el mandatario estatal y una velada en el teatro Morelos que, “bajo programas enteramente regionales en honor de tan distinguidos visitantes, estuvo muy concurrida y todos los números del programa gustaron mucho”.46

Días más tarde, este órgano informativo del gobierno del estado engalanaba sus páginas al anunciar que Rosario de la Guardia de Arias, esposa del doctor Harmodio Arias, Presidente de la República de Panamá y actual huésped de honor del gobierno mexicano, visitó la ciudad de Cuernavaca y que tras recorrer todos los lugares más pintorescos de la ciudad se desvivió en elogios, tanto de sus bellezas naturales como de las excelentes condiciones del clima con que cuenta la ciudad.47

–––––––––––––– 44 MN, octubre 22 de 1933, p. 1. 45 MN, agosto 27 de 1933, p. 3. 46 MN, octubre 22 de 1933, p. 1. 47 MN, octubre 29 de 1933, p. 1.

Page 14: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 94

Durante noviembre, Cuernavaca contó con el arribo de la denominada expedición Bajo Tres Banderas, consistente en un contingente de excursionistas provenientes de Canadá. Funcionarios del gobierno estatal recibieron a este nutrido contingente que admiró el Palacio de Cortés y demás sitios de la ciudad, en medio de públicos elogios a la bella arquitectura colonial existente en la ciudad capital, además gozaron la vista de pintorescos lugares como El Salto, Parque Melchor Ocampo, Balneario Chapultepec y el pueblo de Amatitlán. Su excursión incluyó toma de cintas cinematográficas y tras comer en el restaurant Swástica, salieron rumbo a Acapulco.48

En esos mismos días, arribó otra importante excursión compuesta por prominentes hombres de empresas integrantes de la Cámara de Comercio de San Diego, California; la visita fue breve, pero eso no impidió que admiraran todos los lugares acondicionados y embellecidos mediante la inversión del gobernador de la entidad. 49

Ya hacia fines de ese año, entre las innumerables personas que visitaron esta ciudad destacó la presencia de Luis Fernando de Prusia, nieto del ex Káiser de Alemania; el licenciado, Gonzalo Vázquez Vela, gobernador constitucional del estado de Veracruz, al igual que don Federico T. de la Chica, ingeniero Ángel Bustamante, el señor Baz y familia, etcétera.50

Ni que decir de la acostumbrada presencia del Presidente de la República, general Abelardo L. Rodríguez, y su familia, quienes gustaban de pasar las vacaciones de fin de año en la ciudad de Cuernavaca. Otro destacado personaje de la política nacional como el ex presidente y general Plutarco Elías Calles también se encontraba en esta ciudad, fluyendo entre audiencias con el Presidente y el Gobernador del Estado. 51

Por otra parte, más allá de destacar la estancia de personalidades nacionales o extranjeras, en los anuncios oficiales en materia turística se exaltaba la gran afluencia de turistas a tierras morelenses, al puntualizar que hasta tres excursiones diarias arribaban a la entidad. En lo que se refiere al número de turistas que concurrían a la entidad, el Departamento de Turismo informó que durante el mes de agosto de 1933, por la carretera nacional México Acapulco entraron 9 mil 159 automóviles que transportaron a 61 mil 159 visitantes, mientras que por la carretera México-Cuautla se introdujeron 5 mil 425 automóviles con 42 mil 850 personas, lo que arrojaba un total de 104

–––––––––––––– 48 MN, noviembre 19 de 1933, p. 1. 49 Ibid. 50 MN, diciembre 24 de 1933, p. 1. 51 MN, diciembre 31 de 1933, p. 1.

Page 15: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 95

mil excursionistas, tanto nacionales como extranjeros.52 Estas cifras mensuales resultaban infinitamente superiores a las consignadas para cualquiera de las afluencias citadas en los meses de 1931.

Montos de visitas que presentaban cifras más o menos constantes, ya que para septiembre de ese mismo año, el área de estadísticas del Departamento de Turismo informó que el monto de visitantes al estado de Morelos registrado durante el citado mes ascendió a 88 mil 938 personas. La afluencia se dio por las dos carreteras en los términos siguientes: por la carretera México Acapulco entraron 7 mil 848 carros con 46 mil 688 personas, al tiempo que por la carretera México-Cuautla penetraron 5 mil 905 vehículos con 42 mil 250 ocupantes. Para las autoridades morelenses “este movimiento demuestra una vez más la predilección del turismo por la belleza que les brinda el estado y las consideraciones con que cuentan nuestros visitantes”. 53

Para el mes de octubre el movimiento de turistas siguió una misma tendencia, ya que el aforo se incrementó a 94 mil personas; 54 mil 230 de ellas arribaron en 7 mil 890 coches por la carretera México-Acapulco, mientras que 39 mil 350 turistas más se desplazaron en 5 mil 410 automóviles utilizando la carretera México-Cuautla; al parecer, los lugares más visitados fueron el paseo de El Salto y el Parque de la Revolución.54

El mes de noviembre superó los registros anteriores de afluencia turística, ya que las cifras estadísticas indicaron la presencia de 118 mil 234 visitantes.55 Esta alza se vio favorecida por el gran número de visitantes que llegaron a Cuernavaca durante los llamados “días de difuntos”. La evaluación de las autoridades fue que la capital de Morelos se mantenía como

la ciudad preferida por los hombres de negocios, de alto relieve político y de todas las personas amantes de lo bello, aprovechando los días de difuntos, gran contingente se congregó en la pintoresca capital del estado para tener momentos de esparcimiento y de sana alegría disfrutando de todas las innumerables bellezas que Morelos brinda a sus visitantes. Todos los turistas regresaron a su lugar de destino muy satisfechos de admirar la transformación de que tan atinadamente ha sido objeto esta ciudad. 56 En montos generales, durante el año de 1933, las cifras oficiales

registraron la visita al estado de Morelos de 1 millón 270 mil 363 personas,

–––––––––––––– 52 MN, septiembre 3 de 1933, p. 1. 53 MN, octubre 15 de 1933, p. 1. 54 MN, noviembre 12 de 1933, p. 4. 55 MN, diciembre 10 de 1933, p. 4. 56 MN, noviembre 5 de 1933, p. 4.

Page 16: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 96

mediante el flujo de 188 mil 236 automóviles. Ante estas cifras, los voceros oficiales no desaprovecharon la oportunidad de lanzarle flores al mandatario estatal, pues estimaban que este monto se alcanzó, entre otras cosas, debido “al clima y las garantías y facilidades que a toda costa otorgan las autoridades”.57

Durante los primeros meses de 1934 la prensa del Gobierno del Estado no cejó en su tarea de difundir la llegada de turistas a la entidad. Así que, en el mes de febrero destacó la presencia de un numeroso grupo de excursionistas californianos que –según datos oficiales– rebasó el millar.58 Para el mes de marzo, lo destacable era la cifra récord que lograron las ciudades de Cuernavaca y Cuautla, ya que entre los días 19 y 25 de ese mes, recibieron a poco más de 52 mil visitantes.59

El interminable desfile de desconocidos por las nuevas carreteras de la entidad, rutas y flujos humanos que para el poblador oriundo de esta tierra y para el campesino morelense podría tener significados e interrogantes similares a lo que Marshall Berman comenta sobre los bulevares parisinos del siglo XIX: “En torno a la multitud de paseantes, podían tejer los velos de la fantasía: ¿Quiénes eran esas personas, de dónde venían y a dónde iban, qué querían?”.60 Escenas que difícilmente podrían tener algo de idílico, era un mundo nuevo que los inundaba, que contrastaba con su propia existencia; ante esas escenas, los pobres campesinos y pobladores rurales de Morelos eran como esa familia pobre y harapienta que miraban tras el llamativo café de París que muestra Baudelaire en su poema “Los ojos de los pobres”; era acercarse a una realidad donde “su visión del abismo entre los dos mundos es triste, no agresiva, no resentida, sino resignada”.61

En fin, en el Morelos de estos años, fue muy notoria la tendencia de priorizar la actividad turística debido a lo rentable y atractivo que significaba el flujo de visitantes a diversos puntos de la entidad; por este motivo, en febrero de 1934, el Congreso del Estado aprobó un Reglamento Interior del Departamento de Economía, Estadística, Turismo y Publicidad, en el cual se fijaban los criterios que debería seguir la Mesa de Turismo que dependía de dicho departamento. En el capítulo 5 del Reglamento se caracterizaba al turismo de la siguiente manera: “el turismo es una fuente de vida y prosperidad para los pueblos, por tanto se debe procurar todas las facilidades a transeúntes

–––––––––––––– 57 MN, enero 7 de 1934, p. 1. 58 MN, febrero 25 de 1934, pp. 1 y 4. 59 MN, abril 1 de 1934, p. 2. 60 Berman, Todo lo sólido…, p. 152. 61 Ibid.., p. 148.

Page 17: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 97

extranjeros o nacionales que concurran satisfechos a todas las poblaciones del estado donde puedan encontrar tranquilidad y atractivos para sus excursiones y garantías si desean establecerse y dedicarse a actividades honestas”.

A partir de lo anterior, la llamada Mesa de Turismo impulsaría como actividades prioritarias: hacer propaganda para excursiones a todos los municipios del estado; facilitar la permanencia de los turistas en la entidad; prohibir que personas enfermas, se metan sin traje de baño en las albercas frecuentadas por los turistas; hacer un catálogo de hoteles, casas y restaurantes; garantizar que los dueños de hoteles y restaurantes proporcionen un buen trato; dar información a los turistas; y propagandizar los atractivos y las bellezas de los mejores lugares del estado de Morelos.

Además, las autoridades estatales nombraron agentes de turismo en las principales cabeceras municipales de la entidad, cargo sólo de manera honorífica. A su vez, en el mencionado departamento se formó una Mesa de Publicidad a fin de que formulara proyectos para crear centros económicos y de atención a turistas, a la vez que fungiera como conducto la Mesa de Turismo para divulgar el folklore regional, artes vernáculas, bellezas naturales, centros turísticos y demás atractivos con que contaban todos los municipios de la entidad.62

En esta misma dirección, a finales de 1937 la legislatura estatal aprobó la Ley para la Difusión de la Cultura Popular, Protección al Turismo y Conservación de Monumentos, Edificios y Lugares Históricos del Estado de Morelos, donde al tiempo que se declaraba como monumentos históricos a la Pirámide de Teopanzolco, Palacio de Cortés, la Casa o Jardín Borda, la Casa del Olvido o de Maximiliano, el Teocali del Tepozteco y las Ruinas de Xochicalco (entre otras), se incorporaba también al Museo Histórico en honor a Mariano Matamoros, establecido en Jantetelco. En este mismo poblado, en marzo de ese año, se declaró como día festivo el 13 de diciembre para recordar la salida de Matamoros de dicho lugar.

La aprobación de dicha ley constata que la afluencia de turistas, visitantes o residentes de fin de semana no se reducía a las ostentosas residencias que Plutarco Elías Calles y otros importantes políticos tenían en Cuernavaca, sino que empezaba a ser un fenómeno masificado.

Por los senderos de la cultura y el arte Pero no todo fue reconstrucción y flujo turístico a la tierra de Zapata. Estas recomposiciones sociales también se expresaron en el campo del arte y de la ––––––––––––––

62 Sobre el contenido de este Reglamento, véase, MN, marzo 4 de 1934, pp. 14-17.

Page 18: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 98

cultura. Particularmente, la ciudad de Cuernavaca sintió la presencia de la corriente pictórica que tenía años de presencia en la capital del país: el muralismo. Expresión pictórica representada por Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Juan O´Gorman, el doctor Atl, Jorge González Camarena y José Chávez Morado, entre otros. Su labor se centró en pintar murales en edificios públicos de la capital y otros puntos de la República.

Esta expresión plástica plasma obras que destacan por su dibujo y colorido, al tiempo que incorpora rasgos prehispánicos, indígenas y de mexicanidad. Con frecuencia se aludía a temas como la agricultura y la Revolución Mexicana, donde se plasman imágenes que ponen al descubierto ideas sociales de izquierda.63 El muralismo mexicano se constituyó en una verdadera revolución visual para la historia del arte mexicano. La concepción artística cambió, sus creadores se comprometieron en la reafirmación de una cultura nacional y con un discurso regenerador para la sociedad. Lo predominante era crear una obra artística con legibilidad popular para cumplir toda una misión educativa. Se constituyó una propuesta artística que aglutinaba la idea del contexto que estaba produciendo con su propio credo plástico y quizá con la prerrogativa que tenían de proyección universal.64

En lo que se refiere a la obra plasmada en Cuernavaca, a fines de 1929, el embajador norteamericano en nuestro país, Dwight W. Morrow, invitó al pintor Diego Rivera para la elaboración de un mural que decoraría una parte de los interiores del Palacio de Cortés, lo que se convertiría en una galería de más de cuatro metros de altura y treinta y dos metros de longitud; en pago a dicho trabajo Rivera recibiría la cantidad de 12 mil dólares. En palabras del embajador, dicho mural era un regalo del gobierno de Estados Unidos al pueblo mexicano y morelense y el tema debería tener sentido histórico.

Pese a tener iniciados sus murales en el Palacio Nacional, Diego Rivera emprendió su labor pictórica en el Palacio de Cortés al iniciar el año de 1930 para concluir justo el día de los festejos de la independencia (15 de septiembre) de ese mismo año. Durante ese lapso fincó su estancia en la ciudad de Cuernavaca, específicamente en la casa que la familia Morrow tenía en esta ciudad. Su trabajo sólo se vio interrumpido por los traslados de Rivera a la

–––––––––––––– 63 José Manuel Lozano Fuentes, Historia del Arte, 13ª ed., México, Compañía Editorial

Continental (CECSA), 1991, p. 590. 64 Sobre el particular véase, Luis Martín Lozano, “El proceso del arte moderno en México:

reflexiones en torno a una revisión finisecular”, en Sandro Landucci Lerdo de Tejada (coord.), Un siglo de arte mexicano, Milán, s/e, 1999, pp. 90 y ss.

Page 19: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 99

ciudad de México para defender su inconcluso mural del Palacio Nacional ante las amenazas de destrucción de parte de un grupo de alumnos de arquitectura, así como para presentar su renuncia en la Academia de San Carlos.65

La labor de Diego en el mural de Cuernavaca fue intensa: desde muy tempranas horas de la mañana abandonaba la casa de los Morrow (llamada Casa Mañana) dejando en el hogar a Frida Kahlo (su joven y reciente esposa), para trasladarse al Palacio de Cortés, donde trabajaba todo el día, hasta reemprender su regreso a casa a entradas horas de la noche. Dueño de esa vehemencia y disciplina de trabajo, además de su ya demostrada creatividad y genialidad artística, Rivera plasmó una serie de frescos en varios paneles donde se recreó la historia mexicana desde el inicio de la conquista de México hasta la revolución agraria encabezada por Emiliano Zapata.

Las imágenes históricas se conectaron directamente con la evolución del pasado morelense, desde el arribo de los españoles a estas tierras, pasando por una batalla entre españoles e indígenas donde las armas y armaduras resultan contrastantes, hasta la toma de la ciudad, y la posterior reducción indígena y su conversión al cristianismo. Dentro de esta fase del mural se destacan los castigos infligidos a los naturales para la construcción del mismo Palacio de Cortés, para posteriormente pasar a otras imágenes igual de dolorosas para los indígenas: un hacendado descansando plácidamente mientras los indios cumplen con pesadas tareas.

En otro panel figuró la temática religiosa: monjes dominicos y franciscanos aparecen dominados por la codicia, mientras unos indígenas tienen un cruento final a manos de la Santa Inquisición. Al parecer, el embajador Morrow solicitó a Rivera que disminuyera el énfasis crítico contra la Iglesia. En respuesta, el pintor representó a fray Toribio de Benavente “Motolinía” y a Bartolomé de las Casas en un gesto cordial, sin dejar de mostrar la destrucción de templos prehispánicos. En el último de los paneles muestra a los peones de las haciendas, pero ya con brotes de rebeldía para rematar en la figura del legendario líder agrario morelense: Emiliano Zapata.

El mensaje no puede ser más elocuente. Tomando como criterio que “Si la pintura tiene un pensamiento, este pensamiento se exterioriza y llega hasta nosotros como imagen, a través de la impresión que son capaces de comunicarnos los colores y las formas, que no traducen un pensamiento, sino

–––––––––––––– 65 En relación con la estancia de Diego Rivera en Cuernavaca, véase Patrick Marnham,

Soñar con los ojos abiertos. Una vida de Diego Rivera, México, Plaza y Janés, 1999, pp. 278-284.

Page 20: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 100

que son en sí un pensamiento, un lenguaje”,66 en este mural, Diego Rivera invita a escuchar las voces ancestrales de una cultura autóctona que vive los choques de otras expresiones culturales, que bruscamente redefine y reafirma su identidad. Es encontrar la identidad regional y nacional a través de la rebelión contra lo conocido y por tanto tiempo padecido. El presente es la sobrevivencia del pasado indígena. Ni qué decir de la ideología marxista que aflora en las imágenes que Rivera creó en las paredes del Palacio de Cortés.

Estaba muy reciente la culminación del mural de Rivera en ese recinto, cuando –en febrero de 1931– la Secretaría de Educación Pública decidió formar una escuela de pintura al aire libre en la entidad, designando como director de la misma a Eduardo Hidalgo. Éste, para cumplir su cometido, habilitó un local en el pueblo de Acapatzingo, cerca de la antigua casa del emperador Maximiliano. Hidalgo contó con todo el apoyo de las autoridades a fin de iniciar los trabajos educativos, donde –según la campaña emprendida por toda la entidad– se impartirían clases gratuitas a personas de ambos sexos. Es probable que, aludiendo también a la obra plasmada por Rivera, la prensa oficial considerara que “En Morelos hay un ambiente propicio para el arte de la pintura”.67

Por otra parte, la realización de frescos en el interior de los recintos públicos no se limitó al Palacio de Cortés; en 1933 el Congreso local estableció un decreto mediante el cual se estableció que en el interior del recinto parlamentario se colocaran retratos al fresco y los nombres con letras de oro de José María Morelos y Pavón, líder militar y político de la guerra de independencia; Leandro Valle, destacado liberal y mártir de la Guerra de Reforma; Francisco Leyva, primer gobernador constitucional del estado y protector de los sectores más desprotegidos de la entidad; Plutarco Elías Calles, prominente militar de los pasados sucesos de la Revolución Mexicana y expresidente del país, y Vicente Estrada Cajigal, Gobernador del estado. La obra estuvo a cargo del pintor Eduardo Solares, cuya conclusión se proyectó para mediados de 1934.68

Ambos trabajos, guardando las proporciones, tenían fines didácticos muy específicos si se parte de considerar que la creación artística y particularmente la “Pintura y escultura son formalizaciones perceptivas cuya función inicial es la de la comunicar información estética”… “Pero a la vez es innegable su

–––––––––––––– 66 Juan García Ponce “Diversidad de actitudes”, en Damián Bayón, (relator), América

Latina en sus artes, México, Siglo XXI, 1974, pp. 147-148. 67 MN, febrero 8 de 1931, p. 4. 68 MN, octubre 1 de 1933, p. 4.

Page 21: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 101

carácter de representación, su valor icónico y simbólico que nos remite no sólo a esa entidad que podemos denominar signo plástico, sino también a significados suplementarios que están siempre obligados a pasar por los significantes formales”, 69 las obras de arte plasmadas en los recintos públicos tenían, pues, como propósito construir y reafirmar una identidad nacional, que fincara sus raíces en el pasado mexicano, apoyada por baluartes o íconos de la mexicanidad, y que fuera a la vez la transcripción plástica de hechos y contenidos de la Revolución recién instaurada en el poder.

Es de resaltar el hecho de que en la obra plástica del Congreso local ni por asomo se sugiriera el plasmar la imagen de Emiliano Zapata, extinto líder de la mayoritaria población rural del estado de Morelos; aspecto nada raro ya que al parecer durante estos años se presentó una tendencia para que dicho personaje se debilitara dentro de la memoria colectiva de los morelenses. Al parecer, desde el poder se implementaron normas y criterios para intentar lo que Peter Burke define como la organización social del olvido; ya que, mediante criterios de exclusión, supresión o represión, se impulsó una borradura oficial de recuerdos de conflictos y de figuras que los representaran en beneficio de la cohesión social.70

Esta ausencia de Zapata en las paredes del recinto legislativo contrasta con la figura del líder agrario plasmada en el mural de Rivera, la cual puede ser la primera representación póstuma de su imagen pictórica.71 Este rescate muestra el contraste entre los valores e ideas que predominan en la política estatal donde se buscaba dejar atrás los conflictos y antagonismos sociales para ponderar el progreso y la unidad como preceptos a seguir por los morelenses, frente a las ideas sociales de Rivera que con la imagen de Zapata simbolizaba la rebeldía contra la opresión y al personaje como baluarte y guía para la redención social.

La ausencia de Zapata en los frescos del recinto legislativo no implicó que los gobernantes lo ignoraran, pero la imagen siempre estuvo acotada a espacios locales que no trascendieran a dimensiones y áreas regionales e institucionales. Estrada Cajigal mandó erigir un monumento ecuestre del líder agrario en la plaza de la Revolución del Sur de la ciudad de Cuautla, a donde ––––––––––––––

69 Saúl Yurkievich, “El arte de una sociedad en transformación”, en Bayón, América Latina…, p. 173.

70 Peter Burke, Formas de Historia Cultural, Madrid, Alianza Editorial, 2000, p. 82. 71 Al parecer, Xavier Guerrero elaboró un grabado titulado “Tierra y Libertad”, utilizado

como logotipo en el periódico El Machete en 1923; tomado de Ricardo Pérez Montfort, Estampas de nacionalismo popular mexicano. Ensayos sobre cultura popular y nacionalismo, México, CIESAS, 1994, p. 145.

Page 22: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 102

fueron trasladados los restos de Zapata al conmemorarse el XIII aniversario de su asesinato.72 En la concreción de esta demarcada iniciativa debe de haber influido el hecho de que el gobernador Estrada Cajigal, a fines de los veinte, destacó como promotor del Partido Socialista Morelense. No se podía borrar el sentir popular, de ahí que afloraran estas tímidas iniciativas.

La reivindicación de Zapata tomó carta de naturalidad durante los años cardenistas, amparada por la política agrarista que protagonizó el gobierno de Lázaro Cárdenas de Río. Así que, a principios de abril de 1937, el gobernador del estado José Refugio Bustamante se dirigió al pueblo morelense para externarles una “cordial invitación a todas las clases sociales y de preferencia a la campesina y la obrera” para que asistieran a las ceremonias luctuosas que se programaron en la ciudad de Cuautla, ante el XVIII aniversario de la muerte del “mártir del agrarismo”: General Emiliano Zapata.73 Ahora el discurso era llano y abierto.

La entronización de la figura de Zapata durante estos años llevó a que el abogado Rogelio Meraz Rivera solicitara al Congreso morelense para que cooperara con un busto o efigie completa de Emiliano Zapata, a fin de que ésta se colocara en una de las plazas de la ciudad de Pachuca, Hidalgo.74

Por otro lado, en lo que se refiere a la presencia de frescos en edificios y espacios públicos, el pintor español Salvador Tarazena –establecido en la ciudad de Cuernavaca desde la segunda mitad de los treintas, en la calle Morelos núm. 152–,75 fue encargado de pintar un mural en el salón del Congreso, a inicios de la gestión gubernamental de Elpidio Pedromo. En su mural se realiza un recorrido regional por el proceso histórico que va desde la época prehispánica a la Revolución; una imagen central dentro de la obra plasmada por Tarazena es un retrato de José María Morelos y Pavón. 76

–––––––––––––– 72 Sobre el particular, véase, Valentín López González, El restablecimiento del

orden constitucional en el Estado de Morelos. 1930, Cuernavaca, Instituto Estatal de Documentación de Morelos, Colección Cuadernos Históricos Morelenses, 2002, p. 42.

73 POEM, abril 4 de 1937, p. 1. 74 POEM, mayo 16 de 1937, p. 1. 75 Este pintor aparece en el padrón de la primera sección electoral del municipio

de Cuernavaca con motivo de las elecciones para diputado federal, elaborado en 1937; dicho padrón puede consultarse en POEM, junio 13 de 1937.

76 Sobre la obra plástica de Salvador Tarazena en Cuernavaca, véase, Valentín López González, Cuernavaca, visión retrospectiva de una ciudad, 3ª edición, Cuernavaca, Instituto Estatal de Documentación de Morelos, 1999, pp. 245-251.

Page 23: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 103

Pero no sólo edificios públicos y figuras históricas utilizaron los artistas plásticos que hicieron acto de presencia en Morelos durante la década de los treinta. En 1940, Alfonso Xavier Peña pintó los muros centrales del Hotel Bellavista, edificio, al parecer, propiedad del expresidente Emilio Portés Gil. Peña plasmó cuatro frescos donde se recreaban distintas expresiones del folklore nacional. En cada uno de los muros del salón central recreó el baile tehuano de La Sandunga, la Danza de la Pluma de Oaxaca, la Danza del Venado (propia de Sonora) y la danza los Chinelos de Morelos. 77 Este trabajo pictórico contrasta con la idea estereotípica de la cultura y el ser nacional impulsada desde los años veintes, donde el jarabe tapatío, acompañado del charro y la china poblana se edifican como símbolos e imagen de la mexicanidad y del nacionalismo cultural.78 Si como sostienen algunos historiadores, el gobierno cardenista intentó de manera tímida una cierta diversidad de la nacionalidad del mexicano,79 más allá de los tres íconos señalados, los cuatro cuadros alegóricos a diversas danzas del país se inscribirían en esta tentativa de concebir a la nación como una entidad diversa y plural, con expresiones culturales igualmente heterogéneas.

Por otra parte, en esta obra, Peña utilizó una técnica inventada por el pintor jalisciense Juan José Segura, conocida como “pasta segura”; al respecto, el mismo Segura señaló las características de dicha pasta: “en 1933 encontré un mordente de tal adherencia que pega en superficies lisas y fraguadas con cualquier mezcla, y en particular la del fresco florentino, que he podido hacer frescos portátiles sobre placas de asbesto-cemento y otros materiales. A principios de los 40’s después de una serie de experiencias bastante largas, logré mezclar agua y aceite logrando una emulsión perfecta, obtuve así un preparado que, unido a otras mezclas especiales…, permite pintar al óleo sobre mezclas frescas”. 80

El surgimiento de organizaciones culturales Por otro lado, en Cuernavaca se empezaron a establecer organizaciones que tenían como propósito impulsar las actividades literarias y artísticas. Desde los ––––––––––––––

77 Para ampliar la información sobre la obra de este pintor, véase, Ibid., pp. 255-256.

78 Sobre el particular, véase, Pérez Montfort, Estampas de nacionalismo…, pp. 113-135.

79 Esta idea está presente en, Luis González y González, Los días de Cárdenas, México, Colegio de México, 1981, pp. 117-132.

80 Tomado de López González, Cuernavaca, visión retrospectiva…, p. 256.

Page 24: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 104

albores de la década de los treinta se notaba la presencia de instancias que promovían acciones que tenían que ver con la recreación y difusión de las artes. Un primer indicador se encuentra en el circular de enero de 1931 remitido por el Congreso del Estado al Consejo Municipal, donde se pidieron diversos informes. Se preguntaba qué resultados habían obtenido los “Centros Culturales” que dependían de su mando, también se interrogaba sobre la cantidad y edad de los niños y niñas que asistían a dichos organismos culturales.81

Durante este mismo mes de enero, mientras que la élite social organizaba suntuosos banquetes engalanados por las elegantes damas de sociedad, un grupo de estudiantes oriundos de Cuernavaca, aglutinados en un organismo denominado Centro de Acción Social, utilizaban el Teatro Morelos para promover pláticas y películas entre la población.82

En 1931, el licenciado J. F. Vereo Guzmán encabezó el sentir de varias personas dedicadas a la actividad literaria, al convocar en su domicilio a una reunión que estuvo reforzada por el gobernador del estado Vicente Estrada Cajigal, el licenciado Corona Ortiz, juez de distrito en el estado; el general Gregorio Morales Sánchez, jefe del cuarto Batallón; Manuel Carpio, juez de primera instancia del Ramo Civil; el diputado José Urban; Timoteo Montes de Oca, y el licenciado Vereo Guzmán, anfitrión y magistrado del Tribunal Supremo de Justicia del Estado.

El resultado de dicha reunión fue la constitución del Grupo Acción Cultural de Morelos, cuya presidencia recayó en el licenciado Carpio, la secretaría fue ocupada por Francisco Álvarez y la tesorería recayó en el licenciado Corona Ortiz. Asímismo, se aprobó la edición de una publicación periódica denominada Revista del Sur. En esta reunión, el gobernador se manifestó como un entusiasta partidario de todo evento que significara un paso más en el desenvolvimiento de la entidad, y la constitución de esta agrupación en particular era considerada un esfuerzo más por resurgir de un pasado reciente lastimoso para los morelenses.83

A la vez, otras agrupaciones recién surgidas realizaban sus primeras iniciativas para contribuir en similares tareas culturales. En este renglón destacaba el Círculo Morelense, compuesto mayoritariamente por originarios de Morelos residentes en la ciudad de México. El programa de acción que sustentaba la existencia de este organismo incluía impulsar la formación de escuelas; organizar conferencias culturales; apoyar investigaciones

–––––––––––––– 81 MN, enero 11 de 1931, p. 1. 82 MN, enero 18 de 1931, p. 2 83 MN, marzo 15 de 1931, p. 1.

Page 25: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 105

geográficas, arqueológicas e históricas; realizar estudios para exaltar los valores étnicos y virtudes de los morelenses, para que se evolucionara conservando lo tradicional; emprender estudios reconstructivos de la lengua azteca mexicana; patrocinar trabajos científicos y artísticos que reconstruyan el Morelos pasado y valorizar el presente; fomentar el deporte, y promover la aplicación de nuevos procedimientos agrícolas. Se declaraban alejados de toda filiación política, religiosa o clase social, y su lema era: “Todos los morelenses para Morelos”.84

Para avanzar en el listado de sus ambiciosas actividades, el 1 de marzo de 1931, el Círculo Morelense convocó a su primera conferencia, evento realizado en el salón de sesiones del Congreso del Estado; este acto fue consignado por lo selecto de su concurrencia. En esta sesión, Manuel Mazari presentó al conferencista, el licenciado Bernabé L. de Elías, quien charló sobre “El Círculo Morelense y los problemas socioeconómicos del Estado”.85 Días después se realizó la segunda conferencia en Cuernavaca, donde el ingeniero Agustín Aragón disertó una interesante charla que congregó a numerosas personas de diversos sectores sociales.86

Además, mientras que en el salón del Congreso del Estado se programó la primera de dichas conferencias, en el Teatro Morelos se desarrolló un programa cultural bajo los auspicios del Rotary Club. Como parte de los actos figuró un cuadro artístico, una obra de comedia titulada “Cobardías”, dirigida por Manuel Linares Rivas; además, las interpretaciones musicales del doctor Severiano Herrera y el joven compositor Manuel Genis Guevara deleitaron a los asistentes, quienes acudieron en gran número. La función se organizó para recabar fondos y enviarlos a víctimas de desastres naturales ocurridos en Oaxaca. 87

Por otra parte, mientras que en el Teatro Morelos se organizaban funciones científicas, literarias y musicales, los morelenses radicados en el Distrito Federal realizaban sus acostumbradas veladas músico-literarias.

Otro tipo de agrupaciones culturales que emergió en la entidad fue una compañía de arte cómica y dramática, formada por la primera actriz María Luisa Serrano y el primer actor Manuel Tamés. Durante la segunda mitad de 1933 esta agrupación artística realizó una exitosa temporada en el Teatro Morelos; según la crítica, presentó tan buenas obras que “El éxito más

–––––––––––––– 84 MN, marzo 1 de 1931, p. 3. 85 MN, marzo 8 de 1931, p. 3. 86 MN, marzo 22 de 1931, p. 3. 87 MN, marzo 1 de 1931, p. 3.

Page 26: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 106

completo ha coronado los esfuerzos de esta compañía y se ha hecho aplaudir”.88

El impulso a la actividad musical Las iniciativas de las actividades a favor de la promoción del arte y la cultura se extendieron hacia diversos frentes de la creación artística: uno de éstos fue la música. Por ello, durante el mes de marzo de 1931, el profesor morelense don Manuel León, debido a sus amplios conocimientos y cualidades personales y artísticas, fue comisionado para que encabezara los destinos de una Academia Musical dedicada a impartir conocimientos elementales de teoría artística y musical, y hasta estudios de armonía. Las clases promovidas por el profesor León eran gratuitas en los planteles oficiales de la entidad y se realizaban los sábados por las tardes y los domingos por las mañanas; el único requisito para ser alumno era la idoneidad para el desempeño de tales actividades. Una de las prioridades de esta academia era perfeccionar los conocimientos musicales de los miembros de la banda del estado. El citado maestro sostenía que nadie dudaba de lo loable de este nuevo esfuerzo del Gobierno del Estado.89

Durante estos años las actividades de la Academia Musical presentaron visos de repunte; su matrícula alcanzaba los 48 alumnos, miembros casi todos de familias connotadas de la entidad. Entre ellos destacaban la señora Corona Ortiz y las señoritas Carrera, entre otras. Aunque no sólo los adinerados de la ciudad frecuentaban esta institución educativa. Algunos alumnos, pese a contar con menor suerte y fortuna, realizaban verdaderos esfuerzos para formarse musicalmente; a manera de ilustración, es de destacarse la nota de la prensa oficial donde aludía a un alumno que recorría a pie la distancia existente entre Huitzilac y Cuernavaca para tomar sus clases; para coronar su empeño tenía que iniciar su recorrido desde un día anterior y regresar otro día posterior a la fecha en que le tocaba tomar su clase.90

Este empuje a la actividad musical auspiciada por la Academia de Música era coincidente con otras expresiones artísticas individuales dentro de este mismo género. En este renglón se empezaron a producir resultados halagüeños para las autoridades estatales, así que engalanaban las páginas de su órgano de prensa y difusión al dar a conocer a jóvenes exponentes del folklore regional, Manuel Genis Guevara, sobrino segundo del extinto líder

–––––––––––––– 88 MN, octubre 15 de 1933, p. 1. 89 MN, marzo 29 de 1931, p. 3. 90 MN, mayo 10 de 1931, p. 3.

Page 27: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 107

revolucionario Emiliano Zapata, y Adalberto Aguilar. Ambos jóvenes eran oriundos de la ciudad de Cuautla.

El joven Genis Guevara obtuvo el primer lugar en el certamen de los juegos florales celebrado en septiembre de 1930; su éxito fue tal que en pocos meses tenía ya una lista de producciones de música popular. Debido a sus triunfos, el maestro don Alfredo Tamayo, director de la estación de radio XEO del Partido Nacional Revolucionario, impulsó la realización de un concierto dedicado exclusivamente al estado de Morelos con canciones del joven Genis Guevara como un estímulo a la labor a este modesto colaborador del gobierno de Morelos. Las canciones interpretadas por Genis eran “lugareñas de los más hermosos poblados morelenses con mucho sabor provincialista en el que se confunde el recuerdo de un pasado doloroso de tragedias y las ansias nuevas de vivir y dan a conocer ahora el legendario Tamoachan y de lo que se espera ante el esfuerzo de sus hijos”.91

En opinión de las instancias oficiales, estas expresiones musicales y los nuevos valores que surgían en la entidad se consideraban como un despertar del Estado para sentirse recreado en las diversas manifestaciones de su vida y su cultura, auspiciadas por un gobierno revolucionario fiel al sentir y a las necesidades populares.

En lo que toca al desempeño musical de los hermanos Manuel y Norberto Genis Guevara, su afición por la música los llevó a integrar un trío en compañía de su paisano Josafat Ángeles Gudiño e incursionar en la conquista de otros públicos fuera de la entidad. De manera tal que en octubre de 1933 se desplazaron a la ciudad de Monterrey para participar en un concurso de canciones convocado por la Cámara de Comercio de la capital regiomontana en el marco de su feria de otoño. Los intérpretes morelenses regresaron a su tierra tras obtener el cuarto lugar de dicho certamen; en su intervención aparecieron vestidos con indumentaria indígena e interpretaron canciones de su tierra de origen.92

Según parece, esta intervención les fue redituable ya que poco tiempo después, hasta el estado de Morelos llegaba la noticia de que la radiodifusora XER de Viña de Acuña, Coahuila, estaba programando música de Genis Guevara y Julio Escobedo. Para sus paisanos eso “nos dice que la música de Morelos gusta mucho y está conquistando popularidad”. 93

–––––––––––––– 91 MN, marzo 29 de 1931, p. 4. 92 MN, octubre 22 de 1933, p. 4. 93 MN, noviembre 26 de 1933, p. 4.

Page 28: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 108

Esta impresión se agigantaría tras el concierto por radio de música morelense programado por la XEW, “La voz de la América Latina”, en la ciudad de México, D. F., a realizarse la noche del 23 de marzo de 1934. El selecto concierto de música morelense estaba patrocinado por cigarros El Águila S.A., donde participarían el trío de los Genis Guevara y Josafat Ángeles, así como la conocida orquesta El Águila.94

Por otra parte, para la difusión de este repunte musical y del resto de la vida estatal, era necesario no depender de la radio nacional, de ahí que se planteara como propósito la puesta en marcha de una estación de radio a nivel estatal. Para acercarse a este objetivo, en mayo de 1931, la prensa oficial anunció la realización de un Concierto de Radio Pro Morelos, donde el público se deleitaría con vals de salón, vals romántico, romanza para soprano, música de violonchelo, piano, canciones con soprano, canciones rancheras, canciones morelenses y algunas recitaciones; todo lo anterior, salpicado con el discurso del diputado José Urban.95

Este esfuerzo hizo posible que se estableciera la estación EXV. No está de más resaltar que en su nacimiento y desarrollo, el apoyo por parte del Ejecutivo estatal jugó un importante papel, ya que en 1933 le donó una serie de aparatos que le permitieran desempeñar su labor adecuadamente. Por este motivo, esta radiodifusora organizó un concierto en honor al gobernador Vicente Estrada Cajigal, a realizarse el 14 de enero de 1934. 96

En lo que respecta al giro de la música popular, durante los años treintas florecieron temas en torno al Ejército Libertador del Sur y su líder Emiliano Zapata, donde destacó el compositor Samuel Margarito Lozano Blancas.

La presencia del cine En la misma decada de 1930, por sus inicios, la prensa oficial del estado no ocultaba su entusiasmo al mencionar que la ciudad de Cuernavaca, además de su carácter turístico, podía engalanarse por el buen servicio de cinematógrafo con que contaba. Particularmente, se destacaba el excelente servicio de películas que ofrecía en el cine Morelos, administrado por la empresa propiedad de don Leopoldo S. Ocampo.

Pero esta euforia era reciente, hasta el mes de abril de 1931 las deficiencias en dicha sala cinematográfica eran más que notorias, pero durante el mes de mayo la empresa adquirió dos dinamos automáticos que funcionaban ––––––––––––––

94 MN, marzo 11 de 1934, p. 3. 95 MN, mayo 3 de 1931, p. 4. 96 MN, enero 7 de 1934, p. 4.

Page 29: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 109

con tractolina, teniendo entre los dos 16 caballos de fuerza, lo que permitía dar abasto a quinientas lámparas eléctricas. Lo anterior permitía que la luz de la sala fuera clara y brillante, para beneplácito de los asistentes. Aunado a esta mejora técnica reforzada con los aparatos proyectores y productores que eran la “última palabra” en su género con lámparas de marca Peerless y Pasant de funcionamiento automático, se ponderaba la proyección de cintas nuevas que llegaban a Cuernavaca un día después de su estreno en la ciudad de México. Según la prensa, el empresario invirtió más de veinte mil pesos, para proporcionar a Cuernavaca un espectáculo a la altura de “la categoría de la ciudad y la cultura de sus habitantes”.97

Aunque, no sólo la proyección de cintas de cine captaba la atención de la opinión pública morelense, sino que actores y productores de cine estaban volviendo sus ojos hacia las tierras del desaparecido Emiliano Zapata. Durante el mes de agosto de 1933 se difundió la noticia de que el actor, director y productor de cine Miguel Contreras Torres se encontraba en Cuernavaca a fin de localizar paisajes y lugares apropiados para filmar escenas de su obra de inspiración histórica titulada Juárez y Maximiliano. En esta producción participarían los siguientes actores y personajes: la austriaca Hedea de Novara, Alicia Bolaños, Emma Roldan, Enrique Herrera, Antonio Fraustro, el fotógrafo Alex Philips, el codirector Rafael J. Sevilla y el asistente Santiago Bolaños. 98

Al afinar los detalles y sitios de la filmación de esta cinta, el director Miguel Contreras seleccionó al poblado de Temixco para producir la escena principal. Se trataba de simular un combate entre chinacos y soldados franceses, por lo que campesinos del lugar y de la defensa del Estado aceptaron incorporarse al contingente que escenificaría dicha batalla. Aparte de esta cinta, recientemente se había filmado la película nacional El tigre de Guadalupe precisamente en el lugar de ése nombre, ubicado dentro de la geografía estatal. Estos elementos permitían afirmar que “Morelos presta un magnífico campo de acción para la industria cinematográfica, por los numerosísimos lugares pintorescos”. 99

Aún más, la imaginación de la prensa del gobierno estatal llegaba hasta el extremo se sostener que “Cuernavaca aspira a convertirse en el Hollywood de México”; esta afirmación se basaba en que algunos directores de cine estaban fijando sus ojos en la ciudad para instalar estudios cinematográficos, debido a

–––––––––––––– 97 MN, junio 7 de 1931, p. 4. 98 MN, agosto 20 de 1933, p. 4. 99 MN, octubre 29 de 1933, p. 1.

Page 30: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 110

sus bellezas naturales, excelente clima y el progreso que la ciudad y el estado estaban alcanzado en todos los órdenes. Concretamente, se anunciaba que, en noviembre de 1933, la compañía Monte Albán S.A. acababa de adquirir veinte mil metros cuadrados de terreno en el barrio de Chipitlán, ubicado sobre la carretera nacional México-Acapulco, lugar donde se construirían sus estudios.100 La idea de convertirse en la meca del cine nacional no pasó de ser sólo un sueño.

La pluma de los escritores morelenses Debido a que el Gobierno del Estado recibió la notificación de la capital del país que se iba a formar una antología de poetas del siglo XX, en abril de 1931 se comisionó al licenciado Juan F. Vereo Guzmán a fin de que estuviera a cargo de la tarea de conseguir datos biográficos, fotografías, retratos y composiciones de los poetas regionales que vivieran o que hubieran vivido en ese siglo. Todo a fin de demostrar que “en Morelos también hay pensamiento y sentimiento”.101

Aunque si se trata de destacar a los poetas morelenses, el mismo licenciado Vereo Guzmán ocupa una importante página durante estos años. Una de sus primeras obras literarias se tituló La inquietud de la hora; en 1929 publicó ¡Viva Cristo Rey! y al año siguiente apareció Más cruel que yo. La labor de Vereo fue debidamente aquilatada por las autoridades morelenses, de manera tal que hacia fines de 1933 se proyectó la publicación de la obra Cantores de la vida iluminada, cuyo contenido era una recapitulación de todo lo que hasta la fecha produjo este conocido poeta morelense; asímismo, el gobernador impulsó la publicación de obras literarias como La montaña que canta, libro de la misma autoría de Vereo Guzmán y que prologó José de Jesús Núñez y Domínguez;102 dicha obra apareció en 1934. Esta labor novelística se prolongaría en los años siguientes. 103

Por otra parte, en el ámbito de la literatura local, durante los años treinta, el presbítero y abogado Joaquín Luis Palacios Malpica, originario de Zacualpan, destacó como autor de cuentos y poesía. Así mismo, para 1938, el jovencito Sergio Jiménez Benítez, oriundo de Xoxocotla, escribió su primera novela: De Morelos es la Chata.

Por otro lado, además de los escritores morelenses, la sociedad local se deleitó con la presencia de hombres de letras provenientes de otros lugares de

–––––––––––––– 100 MN, noviembre 12 de 1933, p. 1. 101 MN, abril 5 de 1931, p. 1. 102 MN, octubre 29 de 1933, p. 4. 103 Véase, López González, El restablecimiento del orden constitucional..., p. 58.

Page 31: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 111

la República, incluso del extranjero. Un ejemplo de lo anterior fue la presencia del poeta sudamericano Porfirio Barba Jacob, quien sustentó una interesante conferencia cultural en la ciudad de Cuernavaca; según crónicas de esos años, la escuela Magdalena Barrera Aceves de Estrada Cajigal fue insuficiente para albergar la numerosísima concurrencia. El evento estuvo amenizado por otros poetas y por la intervención musical de la señora María Guadalupe Sandoval, quien ejecutó magistralmente el vals “Capricho” de Ricardo Castro. 104

Otro aspecto que no puede dejarse de lado fue la labor del gobierno estatal tendiente a promover la elaboración de trabajos de personajes de las letras de la entidad, a manera de ensayos donde se enfatizara el afán de progreso, optimismo y unidad que debía privar entre los morelenses y el resto de la sociedad mexicana. En esta línea, como parte de las fiestas patrias organizadas en 1933 y en el marco de la inauguración de las obras de reedificación del Teatro Morelos, el comité organizador de estos eventos y el Comité de Acercamiento Nacional convocaron a escribir sobre distintas temáticas sociales. Entre los ganadores figuraron el señor Rafael Felipe Estañillo y Juventino Pineda Enríquez. El texto de Pineda insistía en la necesidad de la solidaridad en familia, entre gremios de trabajadores y en el campo; solidaridad entre gobernantes y gobernados; entre productores y consumidores; sin miras egoístas, vergüenza y dignidad en el desempeño de puestos públicos.105

Las festividades morelenses

Bailes y recreación de la élite social La reactivación de muchos de los aspectos de la vida morelense tuvo rasgos contrastantes y se diseminó entre los distintos estratos sociales de manera muy peculiar. A fin de reafirmarse socialmente, la élite política y económica de la entidad se distinguió por la realización de banquetes y fiestas donde confluía lo más granado de los habitantes de la ciudad de Cuernavaca; ocasión excelente para lucir sus nuevos y mejores atuendos, así como su “refinada” educación.

Por tal motivo no era raro que los integrantes del Círculo Colimense organizaran comidas de acercamiento entre sus socios, como la efectuada a fines de febrero de 1931, teniendo como escenario el salón comedor del Hotel Morelos, donde las elegantes mesas contenían 91 cubiertos, 175 cervezas y 11 botellas de Pizá, para el agasajo de los comensales. Entre los asistentes ––––––––––––––

104 MN, noviembre 26 de 1933, p. 2. 105 Véase, MN, septiembre 17 de 1933, pp. 1 y 2.

Page 32: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 112

figuraron personajes de la talla de los generales Rodrigo Talamantes, Antonio Serna Zertuche y Gregorio Morales Sánchez.106

Como tampoco podría causar sorpresa que las fiestas de carnaval fueran el marco ideal para que la señora María Magdalena de Estrada organizara una espléndida fiesta. Así que, hacia la segunda mitad del mes de febrero de 1931, el gobernador Estrada Cajigal y su entusiasta esposa hicieron circular invitaciones formales para la asistencia a un baile de disfraces a realizarse en el Hotel Astoria. El evento concentró a más de 300 asistentes, compuestos por la más selecta sociedad de Cuernavaca, así como con personalidades provenientes de la capital de la República. La prensa oficial engalanó sus páginas al destacar que las hijas del Presidente Pascual Ortiz Rubio se dignaron en acudir a la fiesta debido a la invitación expresa del Gobernador y su esposa. Obviamente, no resultó nada sorpresivo que dichas señoritas obtuvieran el primer lugar en el concurso de disfraces y que el segundo premio correspondiera a la esposa del Gobernador. 107

Dentro de los festejos y tertulias que organizaba lo más selecto de la sociedad morelense destacan los eventos impulsados por el llamado Círculo Social, organismo auspiciado por un grupo de destacadas señoras y damas de la ciudad de Cuernavaca. Entre sus actividades figuraban excursiones en ferrocarril y a caballo a diversos sitios cercanos a la capital morelense; una muestra de ello fue el nutrido contingente que integraron a fin de realizar una excursión al Tepozteco, evento realizado en noviembre de 1933 bajo los auspicios de la doctora María Belén P. de Viniegra.108

Pero si por algo se distinguía la labor del Círculo Social era por los concurridos bailes que organizaban dentro de las instalaciones del Teatro Morelos. La prensa consignó muchos de estos eventos; por ejemplo, ante el baile que realizaron en octubre de ese año de 1933, se comentaba sobre “la concurrencia de muchas familias de la ciudad y [que] reinó la más franca alegría”.109 Como también se resaltó el brillante baile que organizaron para festejar el fin de ese año y el advenimiento del nuevo año.110

Otro baile que reunió a lo “más selecto y distinguido de la sociedad cuernavaquense” se verificó en abril de 1934, auspiciado por el Club Social de Cuernavaca, para inaugurar su nuevo local y salón, así como para coronar a la

–––––––––––––– 106 MN, marzo 1 de 1931, p. 4. 107 MN, febrero 22 de 1931, p. 3. 108 MN, octubre 29 de 1933, p. 4. 109 Idem. 110 MN, enero 7 de 1934, p. 4.

Page 33: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 113

señorita Josefina Díaz G., Reina de la Simpatía. La prensa de la época destaca las ovaciones recibidas por Chapina I y lo suntuoso de ese baile sabatino.111

Aunque todo este glamour y entusiasmo no pinta de cuerpo entero las festividades y goces de la sociedad morelense, dichos eventos, aparte de estar promovidos y destinados por un determinado sector de la población, estaban acotados al espacio urbano y más específicamente a la ciudad capital. Es difícil pensar en una irradiación significativa fuera de este espacio, máxime que –como afirmaba Walter Benjamín– “los suburbios son el estado de sitio de las ciudades, el espacio de batalla donde se libra, ininterrumpidamente, el combate decisivo entre la ciudad y el campo, lo moderno y la tradición”.112 Así que vale la pena pasar a observar esos otros escenarios periféricos o distantes a la ciudad de Cuernavaca, donde la población vivía sus singulares fiestas y conmemoraciones.

Las festividades populares Durante los años posrevolucionarios, en la vida social de la entidad se vivió un proceso de interacción entre manifestaciones culturales de élite y expresiones populares. En una de estas facetas, los morelenses oscilaron entre los actos cívicos, las conmemoraciones tradicionales y sus fiestas de larga tradición en la entidad. Uno de los eventos que adquirió profundo significado fue el aniversario luctuoso de la muerte de Emiliano Zapata, El Caudillo del Sur y de los morelenses en particular. Año tras año, los diez de abril eran la fecha cuando los campesinos de la entidad se trasladaban a la tumba de tan célebre personaje para rendir un tributo a su memoria. Sobre el particular, en fechas posteriores a esta fecha luctuosa de 1931, la prensa oficial rescató los actos desarrollados frente al sepulcro de Zapata, sitio donde se congregaron importantes sectores de la población, funcionarios locales, así como autoridades representativas de los tres poderes de la nación. 113

Al tiempo que este tipo de actos se repetían año tras año, los pueblos y comunidades seguían realizando sus fiestas y festejos tradicionales. Por ejemplo, al inicio de la década de los treinta, Atlatlahucan, además de ser un pueblo carente de tierras, pero dedicado a la siembra de jitomate y chile que comerciaban en la capital del Estado, se caracterizaba por el espíritu festivo de

–––––––––––––– 111 MN, abril 29 de 1934, pp. 1 y 2. 112 Referencia tomada de, Heloisa María Murgel Starling, “La República y el suburbio.

Imaginación literaria y republicanismo en el Brasil”, en Prismas (Revista de historia intelectual), núm. 7, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 2003, p. 302.

113 MN, abril 12 de 1931, p. 1.

Page 34: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 114

sus pobladores. En marzo de 1931, organizó su tradicional feria de carnaval, en medio de jaripeos, barriles enflorados, ponches, puestos multicolores, juegos pirotécnicos, música y dos bailes con disfraces pueblerinos. La prensa de la entidad caracterizó a estos festejos revestidos de un brillo y esplendor que superó a cuantos eventos similares se habían celebrado con anterioridad.114

Este tipo de festividades no eran exclusivas de esta comunidad. Otro caso similar se presentaba en Xochitepec; durante este mismo mes de marzo de 1931, se inauguró un teatro al aire libre, el cual dos años después fue nuevamente inaugurado por el Ejecutivo estatal con el nombre de teatro al aire libre Primicias de la Revolución decorado artísticamente “con pinturas que simbolizan la agricultura, la escuela una amplia red de carreteras y el desarrollo de la cultura por medio de los deportes”. 115

En este mismo poblado de Xochitepec, durante el mes de marzo de 1931 se realizaron otras mejoras materiales como la habilitación de un camino apto para el tránsito vehicular que uniría a esta población con Xochitlán y Zahuatlán. Otra destacada actividad que realizaban sus pobladores era su amena fiesta donde brillaban las pastorelas, danzas y vaqueros, actividades que proporcionaban gran colorido salpicado de un folklore autóctono del lugar.116

En lo que respecta a las fiestas más sonadas en la ciudad de Cuautla, el jolgorio popular se expresaba en torno a los festejos en honor de don José María Morelos y Pavón. Por ejemplo, en octubre de 1933, con motivo del 168 aniversario del natalicio de este caudillo del movimiento de independencia se organizó una exitosa velada literaria-musical, donde los hermanos Genis Guevara y José Ángeles Gudiño, entre otros, interpretaron números musicales que fueron el deleite de la concurrencia. Como parte de los eventos, al conocido escritor Juventino Pineda Enríquez (que a su vez ostentaba el cargo de oficial mayor de gobierno), se le otorgó una medalla de oro por parte del Gobernador, como primer premio a su trabajo sobre la historia de esta ciudad, como segundo lugar quedó el ingeniero Domingo, quien recibió una medalla de plata.117

Otro tipo de eventos que daban de qué hablar en la entidad era la feria de Yecapixtla denominada Tianguis Grande, evento que al organizarse durante el año de 1933 tuvo una duración de 9 días, que se distinguieron por la lucidez de los festejos y espectáculos presentados, así como por la gran concurrencia que

–––––––––––––– 114 MN, marzo 22 de 1931, p. 1. 115 MN, agosto 27 de 1933, pp. 1 y 4. 116 MN, marzo 29 de 1931, p. 3. 117 MN, octubre 8 de 1933, p. 1.

Page 35: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales

Clío, 2004, Nueva Época, vol. 3, núm. 31 115

alcanzaron. Esta feria era de tipo comercial con una alta aceptación por pobladores locales y visitantes foráneos. Al grado tal que las autoridades estimaban que “Este hermoso rincón del estado recibió la visita de miles de personas tanto de la ciudad de México como de los estados limítrofes y de todos los municipios de esta entidad”.118

Así mismo, en Tepalcingo se sorteaba las dificultades de las vías de comunicación y el trasporte para realizar la gran feria de Cuaresma. Mientras que en Ocotepec, Tepoztlán y Tlayacapan, se mantenía una intensa vida ceremonial basada en una fuerte organización barrial. Otras muestras de tradiciones culturales y artísticas de corte popular se expresaban en la costumbre de los pueblos que se surtían del manantial de Santa María, al realizar una ceremonia especial enflorando cada pueblo su cruz al pie del referido manantial. También era común observar a habitantes de poblados como Santa Catarina, Ocotepec y Tetelcingo, involucrarse masivamente en ceremonias y procesiones con motivo de bodas, desde el pedimento, el contento y los actos de matrimonio. Igual de común fue la presencia de danzas que involucraban a comunidades como Las pastoras, Los vaqueros y Los moros y cristianos. Ni qué decir de su gran afición musical.

En medio de este ambiente cultural, artístico y tradicional se desenvolvían los peones y trabajadores morelenses al arribar la década de los cuarenta. Al tiempo que regularmente percibían dos pesos diarios como pago a su trabajo, con el cual enfrentarían el incremento al precio del maíz. También eran tiempos cuando la población estatal –gobernada por el coronel Elpidio Pedromo– había recuperado los aproximadamente 37 mil pobladores con que contaba al inicio de la Revolución Mexicana.

Pero ya habían quedado atrás los años inmediatamente posteriores a la lucha armada donde las artes y la cultura no daban visos de presencia por ningún lado, al menos en las políticas de los gobiernos en turno, para incursionar en una incipiente pero vehemente actividad cultural que se expresó en toda una línea de acción gubernamental de fomento cultural que mantuvo sus rasgos dinámicos hasta arribar a los años cardenistas.

–––––––––––––– 118 MN, noviembre 5 de 1933, p. 1.

Page 36: Recomposición social y manifestaciones culturales en el ...historia.uasnet.mx/rev_clio/Revista_clio/Revista31/6_Recom.Social... · Recomposición social y manifestaciones culturales