Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

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  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    1/13

    TONI

    R QUEJO

    N

    RE

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    2/13

    Ilustracin de sobrecubierta: Robert Smithson,

    spiral

    sumergida)

    BIBLIOTECA

    JORGE TADEO LOZANO

    llllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll

    3 9984 00072 7230

    ruf Ui Uolt

    t i ~ N ~ ~ J t > A b

    1 \

    ifJoofl

    Direccin de la coleccin:

    S GR RIO

    AZN R y

    J VIER

    HERN NDO

    J

    RG

    i

    O

    O O ~ ;

    d f L O T

    /:

    Tonia Raquejo,

    1998

    Editorial Nerea, S.A.,

    1998

    Juan de Laborda, 2

    20280

    Hondarribia

    Telfono:

    943

    645

    7

    43

    Fax:

    943 646

    027

    nerea@nerea .net

    De las reproducciones autorizadas:

    VEGAP,

    Madrid 1998

    2.

    edicin:

    2001

    Reservados todos los derechos.

    Ni

    la totalidad

    ni

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    este libro pueden reproducirse o transmi

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    utilizando

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    por fotocopia, grabacin informacin, anulado u

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    sin

    permiso por escrito del editor.

    ISBN:

    84-89569-21-5

    Depsito legal : M .

    21.373

    -2001

    Impresin: EFCA, S.A.

    Encuadernacin: RAMOS, S.A.

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    1

    A

    C\obvielo

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

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    S V \r S o

    travs

    de

    su relacin con la natu-

    7c;ieza, el artista se asocia a un

    mundo remoto, el

    de

    sus orgenes

    primitivos . Este aparente regreso a

    culturas primigenias no ha de entenderse como una

    proyeccin nostlgica del pasado, sino s

    omo

    una

    mi-

    rada

    crtica que revisa la

    actualidad

    con cierta so;

    pecha .- N\e3Tante sus intervenciones, el artista-

    ues-

    fiona el concepto no yas lo- de arte, .sino de cultura,

    progreso, ciencia y hasta

    realidad,

    que

    el

    h9mbre

    asume normalmente. En este sentido, ms que

    aorar

    un

    Paraso perdido, el land

    art

    camina de la mano del

    progreso

    y crece al amparo de las investigaciones

    cientficas y antropolgicas, que

    empiezan,

    eso s a

    rom er esquemas,

    en

    la

    medida en

    que explican los

    orgenes del mundo y el fenmeno cultural

    de

    las ci

    vilizaciones

    bajo

    unos parmetros nuevos que toda

    va

    hoy

    siguen, en gran parte, sin ser asimilados .

    Es

    decir, la consigna para los artistas del land art no se-

    ra tanto

    un

    regresar nostlgico a los orgenes de la

    humanidad,

    sino una

    alarma

    que se

    dispara para

    in

    dicarnos

    que todava somos tal y

    como

    fuimos, y que

    en

    el

    hecho de ser as radican misteriosamente las po

    sibilidades de nuestro futuro .

    C PTULO

    7

    de

    tiempo

    EL

    TIEMPO VECTORI L

    COMO SNTOM

    DE L MODERNID D

    Curiosamente, el mismo ao que Lvi-Strauss public

    su Pensamiento salvae y poco despus de que Gie

    dion sacara su Presente eterno George Kubler, un his

    toriador especializado

    en civilizaciones antiguas, pu

    blicaba a configuracin del tiempo 1

    962L

    en don

    de

    propona

    una

    nueva manera de entender

    la

    historia del arte que tambin sirvi

    de

    horizonte pa

    ra los

    trabajos de

    los artistas involucrados en el mo

    vimiento

    de

    land art. Heizer, Holt

    y

    muy especial

    mente, Robert Morris y Robert Smithson, el gran pro

    tagonista terico del movimiento, interpretaron, como

    veremos

    en

    su momento, el discurrir del tiempo en sus

    obras

    bajo

    la

    ptica

    kubleriana de la historia.

    u b l e r concede a la

    obra

    de arte una po

    sicin

    privilegiada

    en

    el

    sistema de las cosas, _ha-

    c i;ndo hincapi

    en

    la absoluta primaca

    de

    la acti

    vidad

    artstica como forma de percibir el universo. Ku-

    ~ l e r entendi la historia del arte bajo

    un

    tiempo que

    l

    llam

    topolgico

    y que

    diferenci

    del

    biolgico

    -y

    del

    cronolgico. El

    tiempo

    biolgico

    describe nuestra

    TERCERO

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    L A N D

    trayectoria

    vital (nacimiento, crecimiento , madurez,

    decaimiento

    y muerte),

    pero

    no

    debe aplicarse

    al

    ar

    te, tal y

    como

    lo

    hicieron primero Vasari

    y

    luego

    Winckelmann para explicar

    el discurrir

    de

    los estilos .

    Tampoco

    el

    tiempo

    lineal

    cronolgico

    -que marca el

    tic-tac

    del

    relj y las hojas

    del calendario,

    y

    que

    s

    lo

    nos sirve para

    organizar

    los acontecimientos uno

    tras

    otro,

    en

    un orden

    _sucesivo,

    de pasado,

    presente

    y futuro- tiene que ver con el artstico, pues ste no

    estudia la sucesin

    de

    los objetos artsticos sino las re

    laciones que se generan entre ellos. Segn Kubler,

    hay objetos originales que resultan de las conexiones

    que

    en un momento

    dado

    establece el

    hombre

    con

    su

    entorno, que pueden generar rplicas formando -lo

    que

    Kubler

    llama

    secuencias.

    Para l , la historia

    del

    arte se resuelve a base

    de

    estas secuencias, esto es,

    de las necesidades especficas y de

    sus

    sucesivos es-

    tados

    de

    satisfaccin. Por ello, son

    abiertas

    e

    inago

    tables; adems,

    ni

    se

    suceden

    cronolgicamente,

    pues

    pueden aflorar

    o permanecer latentes segn las

    necesidades, ni son exclusivas

    de

    una

    poca, ya

    que

    simultneamente

    se

    pueden

    activar varias

    antiguas

    con otras nuevas . n otras

    palabras,

    en el presente

    conviven tanto objetos originales

    como

    rplicas

    ya

    que

    los

    problemas

    del pasado pueden reactivarse

    bajo unas nuevas

    condiciones

    y

    continuar

    su se-

    cuencia

    con formas nuevas.

    s

    ms,

    prediciendo

    los

    objetivos

    del land

    art, Kubler

    superpone

    simultnea

    mente las formas del

    pasado

    prehistrico a las ms

    RT

    8

    R T

    actuales, las cuales, adems, contienen ya las futuras

    en

    estado

    embrionario

    .

    Hoy

    en

    da

    -escribe-

    la An

    tigedad

    clsica ha sido desplazada por modelos

    an ms remotos, provenientes del arte prehistrico

    y

    primitivo

    ...

    como si se quisiera completar

    los prin

    cipales

    contornos de p ~ s i b i l i d d e s

    hace mucho tiem

    po sin

    realizar

    La configuracin del tiempo

    Ma

    drid, Nerea,

    1988, p.

    172).

    Con ello responde a la

    idea de

    progreso im

    plcita en la filosofa

    hegeliana, ya

    que r ~ m _ e el

    quema

    dialctico de

    la historia,

    de

    ese devenir vec

    torial que,

    como

    una flecha

    del tiempo,

    no slo

    or

    :

    dena los sucesos cronolgicamente

    sino que

    interpreta el futuro como un estado superior,

    . S'

    que

    lo

    venidero

    mejora

    siempre a lo presente y a

    lo pasado. ste mismo optimismo metafsico ha justi

    ficado, desde

    el

    punto de

    vista artstico, la

    innova-

    cin

    tanto

    como estrategia de

    la

    modernidad como

    cualidad esencial de la vanguardia. s este sentido

    del discurrir lineal del progreso del arte, la

    ciencia

    y

    la historia el que revisa el land art y el que critica Ku-

    bler.

    n

    ambos encontramos ya

    las primeras mani

    festaciones claras del pensamiento postmoderno que

    rebaten, dentro del contexto

    de

    la teora del arte ame

    ricana, el

    planteamiento

    de Clement Greenberg . Pa-

    ra Greenberg, inmerso en la corriente

    de

    un tiempo

    vectorial,

    el

    arte se

    sumerge en esa

    dialctica de

    la

    superacin,

    que

    Smithson y Heizer, entre otros,

    de

    nuncian

    ya como

    ilusoria :

    Ms que

    innovar, decla-

    HOY

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    L

    DISCURSO DEL TIEMPO

    ra Heizer, deseo que mi

    obra vaya

    hacia

    atrs hasta fundirse con el pa

    sado .

    No hay nada

    nuevo ni

    nada

    antiguo

    -escribe

    Smithson-.

    Ningn

    acto

    es completamente nuevo

    -escribe

    Kubler-,

    por

    eso generalmente los ar

    tistas han preferido repetir el pasado

    ms que

    alejarse de l . 1

    EL

    TIEMPO

    CCLICO

    CONTR

    L

    RENOVACIN

    l

    land

    art combati

    el

    progreso

    ar

    tstico

    hegeliano

    y

    greenbergiano

    in

    sistiendo en las superposiciones entre

    el

    pasado

    y el presente.

    n

    este caso

    aparte de

    ubicar la obra en los mis-

    mos espacios que lo hicieron nuestros antepasados

    en

    el paleoltico y neoltico algunos artistas adems han

    querido

    ubicar su obra

    en

    un tiempo ahistrico, que

    ______

    les

    permita jugar

    con las fronteras del antes el

    aho

    -

    ra y el despus.

    Morris, por ejemplo,

    en el crculo ex

    terior

    de su Observatorio

    seala los sitios

    por

    los que

    atraviesan

    los rayos

    de

    luz en los

    equinoccios

    me

    diante

    cuatro

    vanos en forma

    de

    tringulos.

    Con

    ello

    su

    espacio

    circular de claras reminiscencias neolti-

    9

    17. H.obert Morris

    Observatorio

    1971

    tempor lmente

    en

    Ijmu

    die

    n y d

    esde

    1977

    en

    Costeujk Fle

    vo

    l

    nd

    Pases Bajos .

    cas

    queda marcado por

    el

    recorrido cclico solar

    sempiterno

    y

    repetitivo;

    espacio y tiempo

    quedan

    aqu,

    por

    tanto intrnsecamente

    asociados

    a una in

    variabilidad infinita.

    R C O

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    L A N D

    De la misma

    manera

    , Pierce sita

    su

    Mujer

    de

    la

    tierra

    (fig . 1

    O

    en un

    lugar

    muy especfico

    de

    su

    Jardn de la historia

    esto es, en el punto en el

    que

    el

    Sol

    coincide,

    en su puesta del solsticio de verano,

    con el centro

    de

    las nalgas

    de

    la mujer. As, el mate

    rial

    orgnico, perecedero

    y

    cambiante de

    esta

    es-

    cultura femenina,

    que nos remite a una

    existencia

    biolgica

    y a

    tiempo vectorial, queda s u p e ~ p u e s -

    ta otra astron;,ica. Con ello no slo funde el tiem

    po

    presente con el prehistrico

    -tras

    revivir, recorde

    mos, en este cuerpo de

    hierba

    los cuerpos de las ve

    nus

    paleolticas-,

    sino que ambos tiempos histricos

    estn contenidos en el astronmico, ahistrico.

    El

    Sol, vital

    para

    la

    vida,

    fue

    adorado

    por

    l ~ s

    culturas primevas,

    especialmente

    las

    agrcolas,

    en

    un

    intento

    por

    luchar contra el destino

    de lo

    pere

    ced er relacionndolo as con una existencia trans

    cendental. De ah

    que

    la- estructura

    de

    la

    planta

    cir

    c ~ l r

    de

    Stonehenge

    -probablemente

    la construccin

    ms mtica y representativa

    de

    la

    prehistoria-

    que

    dase

    asociada,

    siguiendo las directrices

    que

    marca

    ban

    los estudios

    antropolgicos,

    con una represen

    tacin del ciclo

    biolgico

    de

    la

    vida

    y

    de

    la muerte,

    que

    se corresponde, a su vez, con los estados feme

    ninos

    de fertilidad asociada al nacimiento)

    y esteri

    l idad

    asociada

    a la muerte e

    identificada

    con la

    menstruacin). En ambos estados la sangre juega

    un

    papel determinante, que

    se identifica

    con la luz roji

    za crepuscular (muerte-menstruacin) o matinal (vi-

    A R T E

    4

    A RT

    da-nacimiento)

    .

    Debido

    a la

    ubicacin del circuito

    con

    relacin

    al

    recorrido

    solar, este

    ciclo

    biolgico

    adquiere

    un

    carcter

    transcendental

    que

    nos remite,

    a

    su

    vez, a una existencia cclica,

    marcada

    por los

    estados vida-muerte-resurreccin, ya que el astro, in

    variablemente,

    nace, vive, muere y resucita

    cada da.

    En este sentido, todos los expertos

    coinciden

    en in

    terpretar

    a Stonehenge

    como un extrao mapa solar

    donde puede leerse el tiempo estelar, es decir la po

    sicin del planeta Tierra con respecto al astro. Al

    tiempo

    biolgico

    vectorial

    se

    le

    superpone

    as otro

    csmico circular,

    que

    seala el transcurrrir del Sol cu

    yo

    disco aparece

    en

    un lugar predominante de

    la

    es-

    tructura megaltica

    durant

    los amaneceres y atarde

    ceres

    de

    los solsticios

    de verano

    e

    invierno

    .

    El

    reco

    rrido csmico

    remite a

    un

    tiempo circular,

    donde se

    desdibuja la frontera entre el

    pasado,

    el presente y

    el futuro, al

    incurrir

    el astro cclicamente en la misma

    posicin,

    prescindiendo del ao,

    siglo o era .

    Teniendo

    en mente las

    asociaciones que

    Giedion

    hizo

    entre el crculo y la mujer, y

    que,

    re

    cordemos, fueron

    aceptadas por

    Lippard, una

    de

    las

    crticas ms representativa

    de

    los setenta, resulta ten

    tador relacionar

    los

    Tneles solares

    (figs.

    20

    y

    22) de

    Holt con el

    tiempo

    cclico que

    propone

    Pierce aso

    ciado

    a la

    imagen de su

    Mujer

    En

    este caso, los

    t-

    neles vendran a ser una versin abstracta del cuer

    po

    femenino

    .

    Ubicados

    siguiendo

    el esquema

    bsico

    de

    Stonehenge, estos tneles estn dispuestos

    axial-

    OY

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    7/13

    L DISCURSO DEL TIEMPO

    mente

    de

    tal manera que los ejes coinciden con

    el

    amanecer

    y

    el

    crepsculo

    de

    los solsticios

    de

    verano

    e invierno,

    de

    tal suerte que

    el

    disco solar encaja

    en

    la boca del tnel, cuyo interior

    se

    llena ahora de luz

    rojiza, remitindonos al pensamiento

    primitivo

    que

    asociaba

    el alumbramiento

    con el nacimiento. n es-

    te

    sentido, los tneles solares cobraran un carcter

    sexual al funcionar analgicamente como conducto

    femenino durante

    el

    amanecer,

    es

    decir

    durante

    el

    na

    cimiento, o durante

    el

    atardecer, menstruacin.

    Sea pertinente o no esta interpretacin an

    tropolgica

    de la obra

    de

    Holt

    asociada

    a la mujer,

    lo cierto

    es

    que

    sus

    tneles, al igual que el

    Observa-

    torio

    de Morris y la

    Mujer de

    Pierce, marcan un tiem

    po cclico fuera del devenir histrico, que permiten al

    individuo cuestionarse la idea

    de

    progreso y avance

    como nica direccin que nos lleva hacia

    el

    futuro.

    TIEMPO Y CCIN

    N OPPENHEIM

    Si el

    tiempo astronmico remite a un devenir cclico

    de

    carcter

    invariable, el

    tiempo invertido en una ac

    cin lo hace a un devenir momentneo y no revisita

    ble. Sin duda, son las obras de

    Oppenheim, -quien

    introduce su propio cuerpo como

    parte de

    la inter

    vencin-

    las que mejor expresan ese tiempo asocia

    do

    intrnsecamente al movimiento. As,

    en Carrera

    C PTULO

    de una hora 1968)

    recorre, con un tractor de nieve

    y

    durante

    una hora, seis mil)as

    en

    Saint Francis

    (Mai

    ne), haciendo un trayecto circular y dejando a su pa

    so una lnea continua que q y ~ d

    como

    huella mare-

    i l i z d del tiempo utilizado -

    Pero este tiempo real, propio del

    body

    art,

    se

    superpone,

    en

    algunas

    de sus

    intervenciones, a

    un

    tiempo arbitrario,

    el

    del reloj que rige nuestra vida co

    tidiana

    . Para ello,

    Oppenheim

    trabaja

    en el

    espacio

    limtrofe, entre la frontera entre Canad y

    EE

    UU., dos

    pases vecinos entre los que,

    sin

    embargol existe una

    hora

    de

    diferencia segn los horarios oficiales. As, en

    nea del tiempo 1

    968),

    y tambin con ayuda de un

    tractor de nieve, recorre esa lnea imaginaria, que

    ahora hace real, y que marca la lnea divisoria espa

    cial y horaria entre un pas y otro. Cuando Oppen

    heim

    expone el

    material fotogrfico que saca de esta

    accin, lo acompaa de una informacin ms propia

    de

    un experimento cientfico que

    de

    una accin arts-

    ; tica . n

    el

    pie

    de

    las fotos

    se

    especifica: Lnea for

    mada por un tractor de 1Ocaballos y a una velocidad

    de

    35

    millas

    por

    hora. Tiempo

    de

    ejecucin: 1

    O

    mi

    nutos. Hora en Estados Unidos: 15 : 15; hora en Ca

    nad 16:

    15 . sta

    descripcin tan

    detallada,

    lejos de

    tranquilizarnos, no hace sino

    o s t ~ o s

    que nuestra

    vivencia del tiempo no

    es

    -real, experimental, sino

    vencional; de la misma manera que esta nea del

    tiempo ,

    inscrita

    en

    tierra

    de

    nadie, viene a ser

    un

    ar

    tificio que refleja la ficcin

    de

    las fronteras polticas y

    4

    TERCERO

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    8/13

    . . ........_

    temporales

    por

    las que nos regimos. Las

    acciones de

    Oppenheim

    representan en este sentido

    un modo de

    narrar

    el

    tiempo

    a travs del movimiento

    como

    si

    con

    l creara un reloj

    para

    marcar los instantes. As la

    huella impresa

    que

    resulta viene a ser una metfora

    de

    la

    experiencia

    del sujeto

    que edita

    el

    tiempo

    de

    su vida soldando

    unos momentos con otros a la ma

    nera del tiempo cinematogrfico bergsoniano, crean

    do

    una ilusin

    de continuidad

    al

    ignorar

    otros muchos

    que no marca o no recuerda .

    Este

    tiempo cinemato

    grfico

    qued

    enfatizado

    por

    la pelcula

    que Gerry

    Schum film

    de

    esta

    accin para

    la

    galera

    Fernesh .

    Este

    medio tambin lo utiliz Smithson en su

    Muelle en

    R TE

    4

    1

    8

    Dennis

    pp

    enh eim ,

    ni ll

    os

    a nu les fr

    ontera

    de EE UU

    co

    n Canad. Ma ine-Claine , 1968.

    espiral como parte

    esencial

    de

    su

    obra

    que

    como

    ve

    remos en

    su

    momento tambin le sirvi

    para editar

    el

    tiempo si bien con resultados muy distintos a los

    de

    Oppenheim,

    ya

    que

    a Smithson le interesan particu

    larmente los intervalos vacos entre los instantes por

    que en ellos no hay tiempo.

    Oppenheim

    se ocup de

    los intervalos va

    cos o

    atemporales en

    Bolsa del tiempo 1968 ,

    una

    accin algo

    anterior

    a

    nea del tiempo. Aqu

    expe-

    HOY

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    9/13

    L DISCURSO

    DEL

    TIEMPO

    riment el mecanismo del tiempo convencional tam

    bin en ese mismo

    espacio fronterizo, pero

    no enfa

    tizando

    tanto la lnea

    divisoria de

    un tiempo arbitra

    rio, sino la ausencia

    de tiempo

    entre los diferentes ho

    rarios.

    sta

    vez el tractor

    dibuj dos

    lneas paralelas

    sobre la superficie de

    un lago tambin situado

    entre

    Canad y . UU., cerca de Fort Kent, en Maine,

    que

    coinciden exactamente con la lnea

    que divide

    el ho

    rario

    de

    un

    pas y

    otro

    . Al

    cabo de

    una milla, estas

    lneas quedan interrumpidas por la presencia de una

    pequea isla en el medio del lago, que corta su tra

    yectoria. sta contina al otro

    lado

    de la isla para

    alargarse media milla ms. La isla se interpreta, as,

    como una

    bolsa de

    tiempo ,

    como un espacio don

    de

    existe el

    intervalo de tiempo

    entre esas dos horas.

    Su

    accin

    marca,

    en este caso, el espacio vaco en

    tre un tiempo y otro . La isla es,

    por

    tanto, una tierra

    sin

    tiempo.

    nillos

    anuales viene a ser una sntesis

    de

    sus trabajos anteriores, donde alternar la accin de

    los

    intervalos

    de tiempo con la

    accin de

    un

    tiempo

    real,

    otro

    arbitrario

    y

    otro cclico.

    Para

    ello,

    Op

    penheim interviene

    en el mismo

    escenario, pero es-

    ta vez

    es

    el ro el que

    divide

    la

    frontera

    entre . UU .

    y

    Canad. n

    ambas

    riberas inscribe

    crculos con

    cntricos sobre la nieve,

    que

    l mismo asocia con los

    anillos

    de

    crecimiento

    de

    un

    rbol

    que ha sido

    divi

    dido por una frontera poltica . La

    propia

    naturaleza,

    en

    s un

    reloj cclico que marca el paso de las esta-

    4

    ciones, ir

    borrando

    a travs de su proceso las hue

    llas

    expansivas

    de

    los crculos.

    n

    la

    poca

    del

    des

    hielo, la estructura circular ir desapareciendo a me,

    dida que se incrementa el

    caudal

    del ro,

    como

    si

    s-

    te simbolizase el t iempo vectorial, siempre

    dirigindose

    hacia

    el futuro en su constante fluir. s-

    te sentido direccional del tiempo borrar la memo

    ria,

    las huellas

    del pasado

    anillos),

    quedando

    as un

    presente continuo, un progreso constante hacia el

    futuro .

    Ambos tiempos

    estn as

    materializados

    en

    los dos estados

    del

    agua con los que trabaja

    Op

    penheim: la nieve congelada, que se

    identifica

    con

    un

    tiempo

    circular,

    invariable,

    y el

    caudal,

    en esta

    do

    fluido, el tiempo progresivn que destruir las hue

    llas

    del cclico.

    UN

    INST NTE MIL PROCESOS

    f i l nd artes

    fundamentalmente

    un

    arte procesual.

    x-

    cepcionalmente,

    hemos visto cmo la obra

    ampo

    de

    relmpagos

    fig.

    7),

    de Walter

    de

    Maria,

    siguiendo

    lo sublime

    contemporneo

    -regido

    por

    el aqu y el

    ahora-

    concentra

    su experiencia en

    un

    instante. Pe-

    ro

    por

    ese instante

    de Walter de Maria, hay

    mil pro

    cesos en el land art. Lo que comparten unos y otros

    es

    la funcin

    como

    detonantes

    que aceleran

    o hacen

    visibles las fuerzas que impulsan los procesos atmos

    fricos y geolgicos.

    TER C RO

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    10/13

    LAND

    ART

    Bajo esta

    perspectiva

    han de entenderse

    prcticamente

    todos los

    trabajos del land

    art.

    Como

    ejemplos ilustrativos mencionaremos tan slo los tra-

    ba[os de Peter Hutchinson bajo el mar -realizados

    conjuntamente con

    Oppenheim

    a base

    de

    elementos

    perecederos cuyas alteraciones

    testificaban-,

    y los

    llevados a cabo en 1970 en el

    Volcn de Paracutin,

    en

    Mxico

    .

    n

    el

    borde

    de ste Hutchinson

    coloc

    300

    kilos

    de pan que envolvi

    en

    plstico

    para

    ob-

    servar cmo se

    converta en

    moho.

    Lo que le intere-

    saba a Hutchinson era constatar _el proceso

    biolgi

    co, la

    descomposicin

    progresiva o ms bien, la

    transformacin de un elemento que acaba por con-

    vertirse .en otro. La materia, como energa que es

    tiene vda propia, de la misma manera que el planeta

    Tierra

    es

    un ser vivo que se desarrolla.

    sta

    es

    la idea

    que tambin se esconde

    de-

    trs de algunas intervenciones de Smithson si

    bien,

    al contrario que Oppenheim y Hutchinson trabaja

    con la simulacin, a travs de la cual crea una me-

    tfora del proceso natural. n s_u triloga

    de obras de

    vertido de

    sustancias

    como

    cemento

    cola

    y

    asfalto

    Derrame de cemento en Chicago, Derrame de cola

    en

    Vancouver

    y

    Derrame de Asfalto

    en Roma 1

    969

    deja

    correr a estas materias viscosas que

    se

    deslizan

    por una pendiente a cmara lenta tomando formas

    distintas a

    cada

    paso como si fuesen ros de

    lava

    re-

    cin arrojadas por un volcn o lenguas de glaciares

    avanzando

    . De la misma

    manera,

    en

    Leera par-

    ART E

    1

    9

    Robert Smithson. LeFera p rci lmente e77terrada. Uni-

    versidad

    e

    Kent Ohio 1970 .

    ca/mente enterrada, uno de los primeros earthwork

    que hizo Smithson juega a simular el proceso geo-

    lgico por el cual una duna de arena avanza hasta

    invadir un

    territorio, ocultando, literalmente

    ente-

    rrando,

    todo

    lo que

    se

    encuentra a su paso. Imge-

    nes de estas dunas devoradoras aparecen en rin i-

    pios de Geomorfologa,

    de Easterbrook

    un

    libro que

    HOY

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    11/13

    EL

    DISCURSO DEL TIEMPO

    segn Gilchrist y Lingwood Robert Smithson , aisa -

    e

    entrpico,

    p.

    23),

    inspir la

    Leera .

    Para

    su

    reali

    zacin

    Smithson necesit una

    excavadora que

    des

    cargaba una y otra

    vez

    grandes cantidades de are

    na sobre la pequea leera.

    La

    obra

    concluy

    cuando

    el peso de la arena sobre la estructura arquitectn i

    ca

    agriet la viga central.

    es

    que este simulacro ge

    olgico tan inocente result ser una metfora

    de

    la en

    tropTa, ese proceso csmico, mental y cultural que,

    -

    ineludiblemente, acaba

    por destruir todas las estru_c-

    TIEMPO

    ENTROP

    En

    1966,

    Smithson escribe un

    artculo titulado

    La

    entropa y los nuevos monumentos en el que cita la

    segunda

    ley de la termodinmica. Segn esta ley,

    formulada por R. Clausios en l

    854,

    la

    entropa

    de-

    r fine un

    proceso

    de homogeneidad

    t r ~ ? que se

    crementa con el aumento

    de energa.

    Existe, pues,

    una

    relacin

    proporcionalmente directa entre la ener

    ga

    y la

    entropa

    . Es decir, la entropa

    se opone

    a la

    energa,

    en tanto

    que

    sta

    se

    produce

    al transformar

    un estado

    de la materia en

    otro

    a travs de

    cambios

    trmicos; cuanto ms extremas son las temperaturas,

    ms e n e r g ~ se produce,

    pero

    tambin ms entropa .

    Por

    si

    fuera

    poco,

    el

    proceso

    de

    igualacin de

    las tem

    peraturas ocurre de forma natural, es progresivo y

    5

    gradual , mientras q

    ue

    la energa no. Po r ta nto, el uni

    verso

    se

    d

    ir

    ige

    unidi

    recci

    ona

    lmente a

    un

    estado

    e

    n-

    '

    .A.

    trpico (homogneo) que supondr la muerte trm ica .

    El universo acabar siendo entonces un

    agujero

    ne

    gro que se engullir a

    s

    mismo.

    Smithson,

    bajo

    una vis in

    entrpica

    del

    fu

    turo del universo, vio la Tierra

    como

    un sistema ce-

    rrado, que slo dispone de un nmero determinado {}c1Ylc

    de recursos . Consciente de esta entropa

    geolgica,

    por

    y a accin los materiales de la Tierra evolucio-

    nan y se van

    desgastando,

    a Smithson le preocupa-

    ba mucho ms

    otro

    tipo de entropa, la cultural. En

    este caso

    hace

    suyas las palabras de Lvi -Strauss,

    cuando

    este antroplogo habla del desgaste

    de

    los

    i K

    sistemas culturales .

    Este

    desgaste,

    por

    ser

    ineludible

    en todas las

    civilizaciones

    desarrolladas, hizo pensar

    a Lvi-Strauss en la

    conveniencia

    de cambiar el nom-

    bre de su disciplina; en

    vez

    ' antropologa de- ,

    be

    ra llamarse entropologa , por ser una ciencia

    que se

    dedica

    a analizar el proceso de desintegra-

    cin de

    las culturas .

    El

    propio Lvi-Strauss

    se

    apropia

    del vocabulario

    entrpico para

    explicar este fen-

    meno, y as lo explica mediante lo que l llama cul-

    turas

    calientes

    ,

    que generan

    mucha

    entrop

    a par

    r

    sociedades con estructuras complejas , y culturas fr-

    as , que

    por ser primitivas o simples

    apenas

    generan

    entropa. Nuestra cultura est muy desarrollada y,

    por

    ello, promete, desde

    luego

    ,

    todo

    un

    caos

    de de

    sintegracin.

    TERC

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    12/13

    L A N D

    Para Smithson , si bien la entropa geolgi

    ca

    y csmica

    es

    natural e inevitable, no ocurre lo mis

    mo

    con la cultural , a la

    que pretende combatir

    . Para

    ello no propone soluciones nostlgicas o romnticas ,

    como

    rebajar

    la temperatura de la civilizacin, esto

    es

    , simplificar las estructuras de nuestra cultura vol

    v iendo a unos orgenes primitivos, a un

    tiempo

    y a

    una

    economa

    que dejen de apuntar hacia el futuro

    para detenerse en los estados cclicos.

    S

    mithson pro

    pone una

    batalla

    desde dentro

    del

    sistema, y a tra

    vs

    del arte

    .

    Es

    ahora cuando la

    ruina

    romntica,

    propia del paisaje pintoresco ,

    se

    sustituye

    por

    los

    deshechos industriales (recordemos su paseo

    por

    s-

    saic

    comentado en el

    captulo

    Estos residuos in

    dustriales son los

    que

    constituyen el

    paisaje

    entrpi-

    ,

    co,

    que,

    para Smithsori, tiene un

    valor

    esttico . Los

    deshechos son, segn l, lo opuesto al _

    ujo y,

    por tan

    to, al igual

    que

    la _ntropa y la energa, ambos cre

    cen en un sentido inverso . Cuanto ms lujo, ms ba

    sura;

    cuanto

    ms se disfruta una cosa, ms

    desper

    dicios produce, de ah que los vertederos sean hoy

    uno

    de

    los lugares ms

    codiciados

    por

    los

    arquelo

    gos, porque son

    verdaderos bancos

    de datos, pues

    de all obtienen una gran informacin sobre los me

    dios y hbitos de las civilizac iones.

    La

    labor social del artista consiste en

    r e i l ~ r

    los deshechos,

    pero

    no tanto para convertirlos en otra

    cosa

    irreconocible

    sino para destacar la

    belleza

    in

    mersa en ellos.

    En

    este sentido, los proyectos de Smith-

    AR TE

    46

    A R T

    son sobre la recuperacin de ant iguos territorios in

    dustriales son

    ejemplares

    . Desde

    1972

    se

    dedic

    a

    mandar propuestas a compaas carbonferas con

    ob

    jeto de transformar el entorno inutilizado en otro es

    ttico .

    Su

    muerte, en

    un

    accidente

    areo

    mientras

    so

    brevolaba la

    que

    fue su ltima obra, Rampa Amarilla

    no le

    permiti realizar

    otros tantos proyectos

    que un

    ao

    antes haba presentado para las minas de la Ken

    necott

    Copper,

    en Bingham (Utah) y

    de Peabody

    y

    Creede, en Colorado. No obstante, a travs de una

    entrevista con Alison Sky ( Entropy made visible ) re-

    alizada en

    1973, podemos

    hacernos una

    idea

    del

    significado esttico y social de sus proyectos.

    Smithson mantiene una actitud crtica ante

    el sistema

    tradicional de

    recuperar

    el

    paisaje

    indus

    trial. La idea, por ejemplo, de volver a rellenar una

    mina para intentar dejar las cosas como estaban an

    tes

    de la

    explotacin

    le

    parece ridcula por

    dos mo

    tivos:

    primero,

    porque

    es imposible recuperar

    un

    pai

    saje en su totalidad, como si all nunca

    hubiera

    pa

    sado nada y,

    en

    segundo lugar, por el coste

    econmico que

    supone

    y el

    tiempo que

    debe

    inver

    tirse -se tardaran unos treinta aos en llenar uno de

    los pozos y, adems, supondra otro estropicio eco

    lgico, pues el material tendra que venir del vacia

    do de alguna montaa-. Para Smithson, esto es

    un

    in

    tento vano , en

    tanto que se pretende

    recuperar lo

    que ya

    no existe : una naturaleza salvaje :

    La

    nica

    solucin es aceptar la situacin entrpica y aprender

    OY

  • 7/24/2019 Raquejo - Land Art - Cap 3 El Discurso Del Tiempo Lower

    13/13

    EL DISCURSO DEL TIEMPO

    ms o menos a reincorporar esas cosas que parecen

    ser feas

    The

    Writings

    p.

    307)

    . Pero sta

    es

    preci

    sa mente la cuestin : reconciliar mediante el arte la mi

    rada

    del

    ecologista, que ve con

    horror

    las minas, y

    la explotacin industrial

    del

    lugar. Y sa es la tarea

    soc ial del artista: comprometerse con la realidad de

    su

    tiempo y colaborar con la

    industria,

    reciclando en

    earthworks los materiales de deshecho. Aos ms tar

    de , ya en la dcada de los ochenta, algunas com

    pa as siguieron los consejos

    de colaboracin pro

    puestos por Smithson y

    encargaron

    varios reciclajes

    qu e hoy pueden verse como earthworks. Por su gran

    deza, destaca el que Michael Heizer hizo en una mi

    na de carbn en lllinois, Tmulos efigies (fig . 16) que,

    co

    mo

    ya

    comentamos

    ampliamente

    en el

    primer

    ca

    pt

    ulo,

    quiso

    asociarlo con el

    pasado de

    las

    civiliza

    ci ones indias desaparecidas, dndole as el matiz

    "e ntropolgico" del que hablaba Lvi-Strauss.

    No obstante, de todas las

    entropas de

    las

    que habla Smithson,

    quizs

    la ms e ~ s t o r y

    ms difcil de contener sea la intelectual.,

    El

    proceso

    e

    ntrpico,

    desde

    un

    punto

    de

    vista mental, lleva con

    sigo

    la destruccin de los sistemas

    epistemolgicos

    e,

    incluso,

    del

    propio sistema

    del

    pensamiento, que

    Smithson

    describe ya erosionado

    ,

    incapaz

    de rea

    gr

    upar una visin unitaria del mundo ni de la reali

    dad: La mente de uno y la Tierra -escribe en una fe

    cha tan significativa como

    mayo

    de

    1968-

    estn en

    un

    estado

    de erosin constante; los ros mentales des-

    7

    gastan riberas abstractas; las ondas cerebrales so-

    cavan acantilados de

    pensamientos; las ideas

    se

    des

    componen en piedras de desconocimientos ; y las cris

    talizaciones conceptuales se separan formando de

    psitos

    de

    razn arenosa. En este miasma geolgico

    se

    producen vastas facultades de

    movimiento,

    y

    se

    mueven del modo ms fsico . Este movimiento pare

    ce esttico, pe ro aplasta el paisaje de la

    lgica

    ba

    jo ensueos g ociares" (The Writings p. 100).

    Para Smithson, la entropa mental est esen

    cialmente

    ligada

    a la prdida de la memoria, una

    cultad que

    deriva de

    la informacin y en el conoci

    miento. Ahora bien, cuanto ms sabemos ms olvi

    damos . De ah que cuanto ms exploramos nuestro

    futuro ms

    desconocemos

    nuestro

    pasado

    . Llegar -

    un momento en que conoceremos tanto el futuro y

    tan

    poco

    el pasado, que ste

    se

    tornar en aqul.

    O,

    por

    emplear

    las palabras de Vladimir Nabokov cita

    das al respecto por el

    propio

    Smithson: "el futuro no

    es

    sino lo obsoleto, pero en sentido inverso The Wri-

    tings p. 11 .

    T R ~ R O