R. ferrada el discurso crítico de octavio paz (1)

13

Click here to load reader

Transcript of R. ferrada el discurso crítico de octavio paz (1)

Page 1: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

RICARDO FERRADA ALARCÓN

EL DISCURSO CRÍTICO DE OCTAVIO PAZ

CONTEXTOS, DESAFÍOS Y FUNDACIONES EN LATINOAMÉRICA

DE LOS AÑOS 60-80

Page 2: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

RECONOCIMIENTOS

Este libro, originalmente, es producto de mi investigación realizada con el fin de

obtener el grado académico de Doctor en Estudios Americanos, Mención Pensamiento y

Cultura. Para llegar a su término, conté con diversos apoyos que es importante explicitar y

agradecer.

Antes que todo, quisiera destacar la confianza puesta en mí por la Doctora Ana Pizarro,

en una empresa que supone desafíos mayores; agrego a esto la gran satisfacción de contar con

su diálogo y por cierto todas las orientaciones que me entregó para realizar mi trabajo.

Un aspecto central en todo este proceso fue un viaje realizado a México. Eso pude

hacerlo en virtud del respaldo que recibí de la Universidad de Santiago, en el marco de una beca

como investigador, lo cual me permitió llegar a la Universidad Nacional Autónoma de México

(UNAM).

Al respecto, reviste especial importancia la ayuda recibida allí por la Doctora Fabienne

Bradu. Gracias a su condición de académica, pude llegar al Instituto de Investigaciones

Filológicas de esa Universidad, un espacio donde accedí a libros y sus colecciones

hemerográficas de inestimable valor. También fueron importantes sus indicaciones sobre mi

tema y el nivel testimonial de sus palabras, al haber sido una de las colaboradoras de Octavio

Paz en la Revista Vuelta.

Por otra parte, su intervención hizo que mi estadía transcurriera gratamente en la

Fundación Luis Cardoza y Aragón, en el Callejón de la Flores, Coyoacán, de manera que viví en

un espacio donde hubo una importante actividad intelectual y artística. En esa casa me recibió

Andrea, hija del poeta Efraín Huerta.

Allí también hice de amigos mexicanos a quienes recuerdo con aprecio al mostrarme

parte de su país: Alfredo y su Zapata; Aldo, la ciudad de Oaxaca y por cierto Monte Albán,

donde -increíble-, hizo sus juegos de infancia.

Santiago, noviembre de 2008

Page 3: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

10. INTRODUCCIÓN

El tema central de este libro es el discurso crítico de Octavio Paz, cuyo fondo

reflexivo, es reconocido, marcó diversas líneas temáticas en la cultura latinoamericana.

En un vínculo inevitable con ello, considera también su condición de referente

intelectual que excede el espacio de su país y de la región, dada su presencia directa en

acontecimientos socioculturales y políticos que determinaron la sociedad,

particularmente en la segunda mitad del siglo XX.

Si consideramos la envergadura y la urgencia con que planteara sus ideas

iniciales “sobre la crítica”, su propuesta nos ha hecho asumir que en su demanda

subyace la idea de establecer un nuevo momento para esa actividad, una “ruptura

epistemológica”, siguiendo los términos de Gastón Bachelard (1)

. A nuestro juicio, eso

ayudaría a modelar con el tiempo tanto una forma de escritura, como una vía

anticipadora del discurso crítico-cultural. De hecho, en la tradición que se enmarca, se

advierte que el plano lingüístico y temático del texto lo asume como un soporte de

sentidos y de provocación hacia el espacio del lector, instalando así un rasgo distintivo

respecto de otras líneas teóricas del momento, en que ese componente es cerrado y

autónomo.

Para el tema central que nos ocupará en este libro, el contexto y las condiciones

de ruptura -término del cual Paz haría uso en su propio análisis historiográfico-literario,

operan sobre variables complejas, en virtud de los diferentes campos que estas

involucran. Aseveramos esto pensando en la declarada convicción, hacia los años 70, de

que era imperioso constituir el discurso crítico latinoamericano, en tanto necesidad

cultural e incluso una resolución ideológica. Sumamos a ese panorama otra importante

variable: la iniciativa de generar su formalización teórica con modelos explicativos

propios, diferenciados de tendencias europeas y norteamericanas, que permitieran dar

cuenta del modo en que se muestran (y transforman) los objetos de análisis en una

cultura específica (léase latinoamericana), más allá de eventuales juicios valorativos.

Este hecho nos pone ante la presencia de propuestas encontradas, aunque

complementarias en definitiva, representadas puntualmente en las palabras de Octavio

(1)

Para este tema, además de fuentes como La formación del espíritu científico, originales, remitimos al

capítulo de Gary Gutting sobre Bachelard y George Canguilhem, en su notable trabajo “Michel Foucault:

arqueología de la razón científica”, versión electrónica en http://herejia.com.tripod.com/, traducción de

Fabio Marulanda.

Page 4: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

Paz y Roberto Fernández Retamar, quienes en una situación de diálogo intelectual, nos

aproximan a un modo reflexivo de ideas sobre la crítica como práctica discursiva.

Indagar en todo ese panorama significó adoptar lineamientos y estrategias de

trabajo; asumimos que es pertinente aclarar esto, por cuanto explica no sólo la orgánica

del libro, sino que también puede ser un aporte que permita anticipar los alcances que

tiene.

Así, en un primer momento, delimitamos el sentido básico sobre la noción de

crítica, una instancia necesaria para establecer cierto fondo teórico que sostuviera los

ejes conceptuales de nuestro trabajo, además de los efectos que eso implica en términos

disciplinares. En este punto, acogimos en particular algunos planteamientos que Walter

Benjamin expresara en su libro El concepto de crítica de arte en el romanticismo

alemán, donde postula la premisa de que la crítica produce conocimiento sobre un

objeto, por lo tanto no se la entiende como simple juicio de valor. En ese entendido,

resulta evidente que nos encontramos con una concepción de crítica portadora de un

fondo gnoseológico, de modo que es esperable algún efecto externo con lo que

comunica sobre otro discurso, independientemente de cuestiones de enfoques o

definiciones.

Un punto de inflexión importante manifestado en El concepto de crítica, es esa

idea de que esta puede ir más allá del simple análisis evaluativo y excluyente, en tanto

su “peso” recae no sólo en la singularidad de la obra, sino que también en la exposición

de las relaciones que tiene con las demás de su género. Con esto, entendemos que la

crítica, por sus fines, es una tarea que requiere de un trazado riguroso y abierto para

conseguir establecer las relaciones; es una actividad que supone comprender, ampliar

puntos de vista, explicar, desestimándose en ello una estética prescriptiva que antepone

una escala de valores previos, pues se sostiene en la “verdad” de su objeto.

Frente a la propuesta de la crítica como instancia generadora de conocimiento,

queda subentendido que este se considera valorable en tanto expresa un aspecto nuevo;

esto llega a ser posible, vía análisis, al situar su objeto en ese campo de relaciones,

donde se potencia con distintas redes de contenido, portadoras de conceptos y

significaciones que se articulan temáticamente. Eso replica en la historicidad del

conocer, y de modo complementario, el que una obra puede ser resignificada, en la

Page 5: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

medida que existe la eventualidad de que sea puesta en nexo también con diferentes

propuestas de lectura sobre ella. Así entonces, puede ocurrir que estas proyecten

(«iluminen») sus componentes conceptuales hacia ulteriores aproximaciones

interpretativas, por tanto, las lecturas entregan un valor relativo a la inmanencia.

Dado su nivel de especificidad, el conocimiento proveniente desde tal forma

discursiva introduce un aspecto que la reflexión académica contemporánea ha

considerado central, esto es, que un estudioso siempre opera teniendo un marco

referencial (2)

. La premisa de base es que al “observar” (leer) su objeto, inevitablemente,

lo hace a partir de un contexto y una visión de mundo, alimentada, además, por sus

lecturas previas; por lo tanto, es esperable que ello funcione o se exprese como un

prejuicio o un punto de vista, que introduce la subjetividad en los conceptos y categorías

operativas. Esta variable contribuye a la emergencia de un sujeto que discute con la

tradición, e impulsa a la vez las transformaciones relativas a un espacio crítico. Nos

encontramos aquí ante un eventual espacio de ruptura epistemológico.

Eso evidentemente no inhabilita por sí mismo la contribución en el desarrollo

del conocimiento, sino que más bien establece una lógica, una racionalidad distinta

desde la cual se instaura un campo específico del saber; también una base sobre la cual

se argumenta(n) hipótesis cuya validez está sobredeterminada por la evidencia que

pueda obtenerse. Con esto se establecen vacilaciones transitorias en los modos de

explorar los problemas, líneas particulares de continuidad en su profundización, aunque

también de ruptura, por último, la instauración de tradiciones y “conceptos fundantes”

(Jitrik, 1987), que permiten hablar de dimensiones inexploradas de la realidad

discursiva y cultural.

Un segundo factor que determinó el desarrollo de este trabajo, proviene de

considerar el contexto crítico de ese espacio de ruptura, que refiere a las condiciones

socioculturales en que se manifiesta, aspecto claramente central para Latinoamérica de

los años 60-80.

De hecho, la crítica -entendida como productora de conocimiento y un segundo

discurso, en tanto la precede otro texto de referente (Barthes, 1983)-, experimenta

transformaciones que la redefinen en esos años. Esto ocurrió, por una parte, en virtud de

(2)

Para este problema, ver de Karl Popper (1967 y 1984) El desarrollo del conocimiento científico,

Buenos Aires: Paidós; La lógica de la investigación científica, Madrid: Tecnos.

Page 6: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

la evidente presencia de nuevas prácticas y expresiones estético-literarias, que mueven

los parámetros para la entrega de juicios pertinentes; desde una perspectiva

complementaria, por el innegable aporte que tuvieron las reflexiones de orden científico

y académico sobre el lenguaje, aplicadas al análisis textual.

Tal proceso significó cuestionar y romper con la tradición que la concibe como

una práctica evaluativa de su objeto, en una clara posición impresionista o incluso

biográfica. No menos relevante fue la (re)actualización de orientaciones filosóficas que

cuestionaban la cultural “oficial” y el rol de los intelectuales (marxismo, existencialismo

sartreano, teoría crítica), en un momento histórico que se percibía potencialmente lleno

de cambios que querían ser radicales.

Una aspecto importante en ese panorama, consistió en observar que esa misma

trasformación tuvo como correlato las complejas discusiones acerca de si las modifica-

ciones del sistema literario manifestaban (o no), mediante las representaciones del

mundo ficticio, los procesos sociales. Dicho de otro modo, si respondían, en último

término, al proyecto colectivo de una nueva sociedad, en la perspectiva de las

propuestas ideológicas del momento.

La respuesta a todo eso estaba más allá de las simples prácticas discursivas,

que se evidencia en el tipo de debates entre escritores y académicos, cuyo interés central

era, precisamente, advertir los nexos entre las diversas formas de representación estética

y el espacio social y cultural latinoamericano. Se pueden recordar diversos encuentros

de escritores, que intentaron incluso señalar líneas programáticas, o a lo menos de

compromiso, que testimoniaran posiciones éticas y sociales sobre los temas en conflicto

de ese momento: Revolución cubana, teoría de la dependencia, dominio geopolítico

producto de la guerra fría, identidad cultural, política y cultura, cultura popular versus

cultura académica, rol de los intelectuales y del artista, educación y universidad, acceso

de la ciudadanía a la cultura.

Respecto de los objetos sometidos a crítica, que en términos amplios hacemos

corresponder con las expresiones literarias, cabe aclarar que sus transformaciones de

composición ya se habían iniciado en las décadas iniciales del siglo XX con el impulso

de las distintas vanguardias. En este caso, destaca particularmente la expresión poética,

cuyos rasgos formales se asumen como de ruptura y de experimentación con el

Page 7: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

lenguaje. Si focalizamos la mirada en la narrativa, ese proceso de experimentación

significó también asimilar y establecer nuevos procedimientos para constituir el mundo

ficticio, que se funde con una independencia más o menos relativa respecto de la

realidad, transmutada en el espacio ficticio mediante la ruptura de los códigos o

parámetros convencionales de su percepción habitual, particularmente en el tratamiento

del tiempo y el espacio. Ese panorama de quiebres, diferenciaciones expresivas y

apertura hacia otros ámbitos de recepción, determina nuevas estrategias de análisis, en

el interés de profundizar en los textos y el sentido que estos construyen.

Al observar la historiografía crítica que aborda esta materia, se hace más

evidente que esta forma discursiva se instala en un proceso simultáneo de

transformaciones, localizadas tanto en el objeto como en los propios procedimientos

para abordarlo. Esto es lo que abre una nueva perspectiva y un notable cambio en su

estatuto disciplinar como práctica discursiva. Así pues, es posible diferenciar, en un

trazo muy general, por una parte, la crítica que se produce en diarios y revistas para un

lector masivo; desde otro lado, la crítica académica o especializada de los centros

universitarios, además de los estudios ligados al ensayo, y más actualmente, los estudios

de cultura y la crítica cultural, de evidente carácter interdisciplinario.

Este contexto se plasma en lo que hemos denominado espacio de ruptura para

proponer nuevos modos de abordar los textos y el eventual conocimiento proveniente de

ellos, tensionado, además, por la particular discusión acerca de la necesidad de definirse

culturalmente. Concretamente, si en la tradición crítica previa a los años 60 quienes

producían ese discurso se diferenciaban, ya sea por su visión de la historia o de la

realidad (pensamos en Luis Alberto Sánchez, Mariano Picón Salas, Alfonso Reyes, José

Antonio Portuondo, Pedro Henríquez Ureña, Arturo Uslar Pietri, entre otros), hay un

nuevo momento que posibilita hablar de críticos particularizados por sus métodos y su

aproximación y permeabilidad para percibir las nuevas direcciones estéticas de sus

objetos de estudio. Así entonces, es posible pensar su ejercicio como una práctica con

fondo teórico, académico y sistemático, articulada con la necesidad de entregar

información actualizada y válida.

Abocarnos al tema que ordena este libro, es decir, observar la reflexión y

producción crítica de Octavio Paz, significó resolver los límites del corpus y la

constante que lo unificara; en otro nivel, la estrategia metodológica que seguiríamos

Page 8: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

para abordarlo.

Respecto de su posición teórica, el registro inicial lo encontramos en el

apartado “Sobre la crítica” de su texto Corriente alterna (1967), donde al exponer su

perspectiva sobre la carencia de un cuerpo de doctrina o doctrinas, un mundo de ideas

(sic) que condensen el pensamiento crítico en Latinoamérica, fija simultáneamente el

marco de una teorización que aparecerá en textos posteriores. Ello representa en

definitiva la actualización de las reflexiones de un poeta que elabora un corpus de obra

no ficticio en que es central el ejercicio crítico.

No obstante lo expresado antes, también debe considerarse como un

antecedente, aunque muy embrionario y sin duda precoz, su breve trabajo titulado

“Ética del artista”, que publicó en “Barandal” (volumen Nº 5, diciembre de 1931), la

primera revista en la cual tuvo participación, no solo como escritor sino como integrante

del equipo de edición.

Sin duda, ese registro constituye una primera huella del modo en que se

recepciona finalmente hoy el discurso paciano, pero que al generalizarse diluye una

aproximación más seria sobre el fondo temático de lo que nos preocupa. Así, en los

estudios críticos es habitual que se sitúe a Paz como poeta y ensayista, con una

capacidad admirable para generalizar, conceptualmente, en torno a su propia

producción, limitando con ello algún tipo de integración mayor sobre sus direcciones

temáticas.

Ese será un eje fundamental de discusión sobre el que se constituye este libro,

es decir, las líneas de cruce en un discurso que se ofrece heterogéneo, con articulaciones

que se amplían hacia otros textos y regresan, potenciando asociaciones discursivas que

imponen nuevos “escalamientos” de significado.

En ese perfil, es innegable asumir que nuestro autor es un poeta y un poderoso

ensayista. Lo que permanece casi oculto es que su producción contiene artículos críticos

que provienen de su práctica en diarios, revistas, clases o conferencias académicas en

universidades, discursos públicos. También, que generó estudios sistemáticos, algunos

referidos a escritores, otros a diversas expresiones artísticas (poesía, cultura, cine,

pintura), que reúne en libros únicos ya desde 1957, como en Las peras del olmo.

Recordamos asimismo sus trabajos de más extensión, como el estudio que hizo sobre el

Page 9: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

antropólogo Claude Levy Strauss o el dedicado al artista plástico Marcel Duchamp, sin

olvidar sus textos de teoría literaria y poética, iniciados con El arco y la lira (1956), que

forma una genuina trilogía con Los hijos del limo (1974) y La otra voz (1990).

En interés de esta presentación, señalamos como gravitante su "otra" línea en el

trabajo crítico, esto es, sus artículos de orden político y cultural, donde el segundo

discurso lo constituye el cuerpo social y sus “redes de significación”. Es decir, la

posibilidad de observar la inmediatez y su densidad histórica, en el riesgo de asumir(se)

públicamente en los relatos de utopía, cuyo sustrato ético valida en su condición de

artista. Es entonces donde él fija (o vacila) las posiciones de un intelectual que trasgrede

la "doxa" y se instala ideológicamente, considerando los fenómenos en su transcurso, no

obstante con hipótesis de análisis y argumentación que parecen negar, según Jorge

Aguilar Mora (1986), la historia que él mismo discute.

Un aspecto inquietante en este último punto y del cual nos ocuparemos, resulta

de observar que en el discurso crítico de Paz, hay variables que permanecen como

elementos conceptuales y de interpretación, que traslada desde el ámbito estético-

literario al campo del análisis político e histórico. Por cierto, es posible que un autor

evidencie niveles de coherencia interna en su producción intelectual, permitiéndose

desarrollos paralelos y ampliaciones que profundizan sus propuestas temáticas; o

aperturas hacia nuevos espacios de reflexión que enriquecen pluralmente sus textos.

Lo que nos llama la atención en su trabajo es, ante todo, cómo mantiene un eje

discursivo centrado en su idea de la crítica, vista por él mismo como una propiedad

intelectual demarcadora de un momento específico, la modernidad, periodo que, en su

concepción, no sería aplicable a Latinoamérica, por carecer de un pensamiento crítico.

No obstante, también la dimensiona en sus posibilidades de generar una discontinuidad

con las tendencias históricas en general y el discurso literario en particular (la tradición

de la ruptura dice Paz). De ahí que sus análisis sobre la situación de Latinoamérica,

imponen aludir a la formación de los discursos de un continente en que convergen

autoconciencia, diferencia, crisis e integración social y cultural.

Esa es materia en la cual Paz ahonda, por ejemplo, en Los hijos del limo y en

sus textos sobre historia, política y cultura, desde su paradigmático El laberinto de la

soledad en adelante. Lo central en este aspecto es que pone en diálogo el tema

Page 10: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

latinoamericano y México en especial, con una nueva imagen de nuestra (eventual)

modernidad, en la que piensa (con razón), que irrumpe la técnica como un agente

globalizador que transforma la mirada sobre la historia, el tiempo y la configuración

política de las sociedades, a lo que no está ajeno el intelectual, el artista y las

representaciones estéticas.

En el marco de sus reflexiones, se advierte que Paz asume la condición

simbólica de la obra criticada, lo que supone para Guillermo Mariaca la hegemonía del

lenguaje sobre la historia. Sin embargo el discurso crítico de nuestro autor explicita una

historización del texto (por ende, de su lectura), de modo de insertarlo tanto en su

propia tradición discursiva (estética, literaria, filosófica, política), como en la historia

cultural latinoamericana.

Considerando lo anterior, se puede afirmar que la tensión entre un primer

discurso y el producido por Paz, se produce un tipo de conocimiento que trasciende el

plano del lenguaje. Esta constatación, según anticipamos, nos hace afirmar que nuestro

autor prefigura categorizaciones ligadas a la noción de crítica de la cultura,

entendiéndose con ello que tanto los objetos y, más que todo, su propia perspectiva de

enunciación, se sitúan controversialmente con el contexto histórico y un “marco de

valores” (“ideología”, si seguimos a Stuart Hall), que niega en la praxis el orden que

pretende instaurar.

Así es como se entiende su disidencia, cuya implicación discursiva se resuelve

pragmáticamente en la figura pública que interpreta los mecanismos del poder, la tecno-

cracia y la violencia. También su respuesta refractaria a las tendencias que ocultan o

niegan la posibilidad de la utopía social, supeditada a la urgencia del mercado y las

decisiones institucionales o de los estados que manejan la economía.

Dada la premisa de que el discurso crítico de Paz actualiza su propio fondo

conceptual, relacionando y confrontando los textos u objetos en el sistema al cual

pertenecen, entendemos que su libro teórico es un conjunto de relaciones que es

necesario construir, en función de un corpus de obras determinado. En otras palabras, si

bien se asume que Paz explicita desde Corriente alterna un modo teórico y un

diagnóstico inicial de la situación que experimenta la crítica latinoamericana a mediados

de los años 60 del siglo XX, su corpus doctrinal se encuentra textualmente

Page 11: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

(trans)localizado en un libro que no existe, de modo que las variables y categorías que

hacen a la convergencia de su sistema crítico pueden emerger en la medida que se

articula e integra su producción, considerando sus diversas formulaciones temáticas y

discursivas. Cabe aclarar que si en algún momento Octavio Paz niega la posibilidad del

discurso crítico latinoamericano, paradojalmente su propia reflexión metacrítica y su

producción la desmiente.

Pues bien. Desde el punto de vista del análisis, tales integraciones se

corresponden con textos articulados de acuerdo con los campos temáticos que estos

abordan. En un segundo momento, esto redunda en “eslabones” o conexiones internas

entre ellos, planteadas como asociaciones de coherencia, en una multiplicidad discursiva

que se temporaliza discontinuamente en su desarrollo, en la medida que las

categorizaciones y análisis de Paz se adscriben a espacios disciplinares diversos y en

distintos momentos de su producción. Identificar las regularidades o campos de

problemas ha sido una tarea que, más allá de un proceso inevitable, pone sus textos en

grupos de discusión académica, pero además los expone a la opinión pública, a un

imaginario impersonal que percibe y registra en tematizaciones, actitudes e

identificaciones ideológicas.

En ese entendido, para seguir la línea interior de las asociaciones temáticas del

discurso crítico de Paz, nuestra estrategia metodológica ha consistido en recoger el

concepto de RIZOMA propuesto por Gilles Deleuze y Félix Guattari (1997), en tanto

vemos en la producción paciana raíces múltiples, en otro sentido, nos pone ante la

posibilidad de construir un libro del cual conocemos diversos efectos propositivos, que

se consolida en la imagen de un sujeto crítico (Paz), en diálogo con la historia literaria,

cultural y política latinoamericana.

Es fundamental señalar que en esa propuesta, se infiere que el libro-rizoma

aparece, necesariamente, evocando campos de asociaciones, es un constructo que se

sostiene en campos de relaciones, en otros términos, la representación de lo múltiple en

que los ejes centradores (temas, conceptos) se ramifican. En ese esquema, el análisis

permite dar cuenta de tales vínculos, sustrayéndose a jerarquías cognitivas y

temporalizaciones “lineales”, en la medida que un orden rizomático se concibe sin un

punto fijo de inicio, antes bien desde una línea que se define por desplazamientos y

eventuales mutaciones de su propio origen.

Page 12: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

El problema central en esa concepción apuntó a establecer los límites del

sistema de relaciones (formas textuales, estéticas, lógicas del saber, refutaciones,

prácticas políticas), precaviendo que se diluyera en un texto plural de significación

abierta (Eco), pero que finalmente resultara irrecuperable. En la práctica, ciertamente es

el lector quien hace visible las conexiones a modo de eslabones, y determina, en

definitiva, el punto de articulación con el cual configurará eventuales sentidos. Visto

así, el sentido de un texto siempre está en construcción, no es definitivo, ante la

posibilidad de nuevos eslabones, donde el lector establece los trazados de nuevas

raicillas que operan como «puntos de fuga». Leer, en este modelo, exigió preguntarnos

con qué hace sistema, o “en conexión con qué hace pasar o no intensidades ... .”

(Deleuze y Guattari, 1997: 11). En ese contexto entonces, la idea de rizoma operó a

modo de una “máquina” abstracta que nos permitió realizar conexiones, en el orden de

los posibles contenidos y su significado, en la medida que “ Un libro solo existe gracias

al afuera y en el exterior” (p. 11).

Al operacionalizar la idea de integración textual, esta nos llevó a vincular, por

ejemplo, El laberinto de la soledad, Posdata y Vuelta al laberinto de la soledad, que

tienen una orgánica evidente.

Sin embargo, se produce una coherencia interior distinta si articulamos Las

peras del olmo, Puertas al campo, El signo y el garabato e In/mediaciones. O bien

Cuadrivio, Sombras de obras y Hombres en su siglo, frente a El ogro filantrópico,

Tiempo nublado y Pequeña crónica de grandes días. Visto como conjunto, esas series

tienen el rasgo característico de ser libros compuestos por artículos críticos.

Por esa razón, y en sentido inverso, han sido desestimados en nuestro análisis,

por formar textos cuyo desarrollo muestra afinidad con el ensayo o los estudios

literarios El laberinto de la soledad, El arco y la lira, Xavier Villaurrutia en persona y

obra, Levy Strauss o el nuevo festín de Esopo, Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas

de la fe.

Las excepciones en el criterio son Posdata, Vuelta al laberinto de la soledad,

por tratarse de obras que explican, contextualmente, posiciones políticas de Paz; para el

caso de Los hijos del limo y La otra voz, los incluimos pues están formados por artículos

extensos, además de presentar elementos teóricos y nexos entre cultura y sociedad. Es la

experiencia que nos lleva a visualizar su rol como un crítico de la cultura.

Page 13: R. ferrada el discurso crítico de  octavio  paz (1)

¿Qué nos hemos propuesto al iniciar este trabajo entonces? La respuesta es

ambiciosa: escribir sobre el libro crítico de Octavio Paz, basándonos en la posibilidad

de continuar las ramificaciones de su discurso, que remiten específicamente a líneas,

objetos o expresiones de cultura, donde caben prácticas discursivas, artísticas,

ideológicas, políticas, religiosas, teóricas.

En relación con decisiones de escritura, hemos mencionado el criterio para

formar el corpus. Aclaramos ahora el sistema de citas o referencias que hemos

adoptado. Al respecto, declaramos que se optó por el uso de la edición de los libros

originales, tal como se conocieron y recepcionaron al publicarse; esto último permite

constatar dos elementos:

A. Las fechas de publicación de los libros discrepan de la data y el lugar en que Paz

produjo los artículos que los componen.

B. Los textos o artículos de algunos libros se redistribuyen en volúmenes distintos en

sus Obras Completas de Octavio Paz, operando en ellos un criterio de ordenación

que amerita un estudio específico. Por ejemplo, Corriente alterna aparece en el

volumen 2-3-6-10. La excepción en esto es el Volumen 1 que incorpora íntegros El

arco y la lira, Los hijos del limo, La otra voz.

Desde un punto de vista técnico, eso explica el sistema de citas que adoptamos.

Así, se menciona el año de edición y la que se emplea, la página, data original del

trabajo cuando Paz lo ha registrado, lugar en que se presentó, ubicación dentro de las

Obras completas. Por ejemplo: (Paz, 1974, 1984: 211, original de Cambridge, Mass.

1972. Vol. 1 OC), que corresponde a Los hijos del limo, publicado en 1974; usamos la

edición de 1984. Con el fin de facilitar la lectura, las citas se incorporan en el texto

mismo, mientras que las referencias complementarias o aclaratorias del texto principal,

se escriben como notas a pie de página.

Cabe agregar finalmente que los encabezados de capítulo responden a las

articulaciones de sentido que ordenan nuestro trabajo, cuyas páginas introductorias se

inician con un breve preámbulo, tendiente a situar la perspectiva con la cual realizamos

nuestro análisis. Esperamos con ello contribuir al lector en su propia construcción de

sentidos en tomo a la obra de Octavio Paz.