R. - DOMINGO 1? DE JUNIO DE 1938. El drama de...

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10 EL MUNDO, SAN JUAN, f. R. - DOMINGO 1? DE JUNIO DE 1938. El drama de Donald Carroll nte un jurado de Nueva York Arlis'n- hispanoamericanos El barítono Paco Sierra Por AMO.N CABALLERO ¡1 ambiente del tribunal aparecía saturado del dramatis- mo de Shakespeare, Dumas, Verdi y el Archiduque Rodolfo de Austria romántica de la muerte. Cristina Mathlesson, la madre de la victima, habló con voz «entera como si su hija la inspirara desde SVA YORK.—<E> P.)—Sha.- nizar el jurado porque lo» examina- íare por su 'Romeo y Julieta",' dos se apresuraban a decir que ca- indro Dumas por su "Dama de ¡reclan de imparcialidad, ellos ja- las Camelias", Verdl por su "Tra- más condenarían a Donald. Y una viata" y los muchos autores que vez elegidos se les vio allí en la sa- han interpretado la romántica lra-|la saturada de romance y amor co-j-ul tra tumba, para explicar la inri 1 . nación de su hija al suicidio dra- mático. Habla comentado repetida- mente en casa "Romeo y Julieta", encontraba simplemente encantado- j ra la manera como los vastagos j de Mónteseos y Capuletos hablan I resuelta su problema; si querían i separarlos en este mundo ¿por qué no unirse en el otro? Margarita y Armando en la "Da ma de las Camellas", Violeta y Al- fredo en la "Traviata" eran sus hé- roes; en el altar de esos romances cultivaba el suyo, donde la exalta- ción espiritual purificaba como fu* go las debilidades de la carne. Cuando vieron a "Mayerllng" ya NUEVA YORK. (Editors Press». ;rríera un milagro. Entonces Paco --Por Paco Sierra lo conocen los 1 : 1 su hermanita se privaron duran- públicos de Cuba, Méjico y los Es- le mucho tiempo del cine, de los lados Unidos. Por Paco Sierra lo caramelos y hasta de la merienda, conocerán en todos nuestros países y fueron reuniendo una cantidad cuando, dentro de poco, debute en I el cine. Su nombre de pila es Fran-1 asea Sierra Cordero y nació en* tenia una preocupación literaria y Chihuahua, a tierra de Pancho VI- CJiarlotte habla confesado a su Méjico! lia. allá por el año 1910. Cuando se dice que Esperanza Iris que es la esposa rie Paro Sierra, ha sido también su maes- tra, uno se explica el éxito del chi- co, jue es un cantante barítono - de refinada escuela, y un actor que puede competir dignamente con todo lo que el cine mejicano pue- í'C ofrecer en la linea. El padre oe Paco Sierra era co- ronel del Estado Mayor de don Porfirio Díaz. el Presidente que rigió durante treinta anos los Íes- tiros de Méjico—, que habla com- batido contra los indios mayas de Yucatán y los yaquis de Sonora. Cuando Madero inició la revolución centra don Porfirio, el coronel Sie- rra le hizo frente a sus fuerzas en Saucillo y murió gritando, ¡Viva "marido" tu contratiempo mater- na!. Se sentían encarnación de R - dolfo y María. Conversaron por se- manas el plan de suicidio que los iba a reunir para siempre. Ese día 24 de marzo, en la habí taclón de Donald en casa de su. padres, se besaron, como Rodolfo y María en el Pabellón de caza en 1889, se repitieron sus promesas de Los revolucionarlos tuvieron a bien incautarse de las propiedades que hablan sido del coronel Sierra, y a los cinco meses de nacido Paco se quedó sin padre y sin proteclón rie ninguna clase, pese al hecho de Los últimos días del gran escritor Ramiro de Maeztu El "Heraldo de Aragón" relata los momentos dramáticos que vivió en la cárcel hasta el instante que precedió a su ejecución El "Heraldo de Aragón" publica el siguiente articulo revelando los últimos dias del insigne escritor es- pañol don Ramiro de Maeztu: Un rincón confortable, con me- sas de trabajo y buenos libros; un diván turco cubierto de brocado y unos detalles de arte. Sobre la me- sa, el más ordenado de los desór- denes: cuartillas, más cuartillas, un libro abierto con el lomo hacia el techo, un pisapapeles sobre un tintero y un búcaro sin flores. La tarde se cueía por el bal- cón abierto, como huyendo del sol; M cuela como una ansiedad de re- Maeztu fué detenido con su amigo horas después y en aquella casa. Primero, la visita de unos mili- cianos a caza de un religioso. Re- buscaron por todos los pisos sin provecho. Al despedirse, uno de los rojos escupió al inquilino: "¡Tienes cara de fascista; no pue- des negarlo!" Alarmado, natural- mente. Maeztu intentó marchar a su casa; pero volvió minutos des- pués, presa de viva inquietud. Al enfilar la calle advirtió un grupi- to expectante, a pocos pasos, y un auto que. pegado al bordillo de la acera, le seguía. Tal vez fué un Paco Sierra frlzerio y quietud... ¡Hay tal ba- e , ror n o afrontar el peligro: nada rullo de insolencia en la calle!... ma3 lamentable le hubiese podido Desde el sitial donde se acornó- 0curr i r ; pero creyó más prudente dará don Ramiro, como remiendo í'zul en trama de estameña, escan- daliza, sobre el lienzo rojo y su- cio de la pared, el esmalte de la "laca rotuladora: "Calle de Veláz- que"í". La casa de enfrehte. la del rin- cón confortare donde se encuen- tra el ilustre pensador, también es \ieja y de muy modestísima apa- riencia. Habita uno de sus pisos ser sobrino de don Justo Sierra, oue destinaban a sacar a su ma- procer de la politica mejican-, que'dre de cualquier apuro que se le '. un jo Y en "'e ' 0 que dio ya. en fué ministro de Educación. ¡iludiera presentar, Y un huen dia. ¡ f lra ' mpr|, 1 ,a ' muestras de su va- Pero la madre de Paco Sierra cuando la señora se hallaba más amor eterno, luego Donald fué a! era una señora que sabia cumplir desesperada por la imposibilidad buscar el revólver: 'Ella me lo or-| r0 n su deber y que decidió educar ¡fie hacerle frente a un compromi- denó, dijo al Juez, ella colocó el apropiadamente a sus dos hijos I se. la llenaron de sorpresa y ale- arma sobre el pecho y me puso el Paco y una r . na _ aunqu? huhie _ Rria a j proporcionarle los medios dedo a mi sobre el gatillo: No qul- ra cinrU enta revoluciones. De ma-'de paitar una cuenta apremiante, so que fuera en la cabeza porque nera quf , sp traslado a chihuahua. ¡ Paco Sierra se educó en un co\r- lor. Es amigo del maestro y, éste, vino aquella tarde agosteña a... ;.a visitarle sencillamente?... ;, a pedirle asilo?... ¿Qué genio preci- so le empujó a la calle de Veláz-1 quez?... Lo cierto, lo dolorosamen- te cierto, es que don Ramiro de ¡ instante a que no me matara; yo una tiendecüa y se dedicó a traba-¡que cantó en público lo hizo en jar con todo vigor, sin tener otras 'un¡ón de otros seiscientos mucha- 1—Grirtlna Mathleiwon, madre de la víctima abraza y nena a la madre deberla **r «1*° en este mundo y, „.__;.__, del Victimarlo en la sala del tribunal al anunciarse el veredicto prártl-1 me debía a mi familia y a mi país" ' periorii-[chns. Desde el pr.mer dia sohre- camente absolutorio del Jurado. 2—Charlea Boyer y Danlelle Darrieux Y con el disparo cayó sobre Dónale! en una escena de la película "Mayerllng" que Influyó en la decisión sul-ila realidad brutal. Ella estaba ha- clda de Donald y Charlotte. S—Charlotte Mathlesson (I* años) y Donald ¡ hlando cuando la bala trocó sus Carroll (16), fotografía tomada poca* semana* arrtea del 21 de mano últimas palabras en un murmullo en que ocurrió la tragedla. cas a la iglesia y al cementerio salió su voz, y a las tres semanas donde reposaban los restos de su ce estar cantando, el Padre Aguí- bravo marido. lar lo hizo primer solista de la ca- La lucha por la existencia fué tcdral de Chihuahua. Tenia enton- diflcil. Vino el periodo, que pare- ees diez años, cia inacabahle. de. la revolución | A los once debutó en el teatro. Don Ramiro de Maettu cíente se vela la causa de Donald Carroll. No sólo el público, sino el jura- do mismo, compuesto de 14 hom- bres que también tienen hijas e hi- jos, parecía, haberse olvidado por completo del crimen para pensar só- lo en el romance de dos adolescen- tes. Los que deade que se conocie- ron el 3 de agosto de 1936. hasta que la tragedia los separó el 24 de marzo de 1938 ie hablan ido en- volviendo en una atmósfera de agu das emociones que gradualmente los desprendió de este mundo para situarlos en otro de su propia crea- ción donde Imaginaron que no po- dían regir las leyes ni la moral convencionales. antes de confesarlas a sus padres. Era Inútil que el Fiscal afectara rigor; se vela su benevolencia. La sentencia estaba dictada mucho an- tes de que el jurado se retirara a deliberar; para nadie fué sorpre- sa su veredicto de que Donald ac- túo "en un estado de locura tem- poral". La transcripción taquigráfica de las audiencias de esta causa céle- bre rivalizaría en dramatleidad con las tragedias de Shakespeare, Dumas y Verdl que fueron sus progenito- res espirituales. Allí estaban los es- posos Mathiesson con sus roano* y corazones eftla.2adot.xon. lotu.de loa Carroll. ayudándolos a salvar la vida del que habla asesinado a su Un /Isparo del «volver que su hija única. Porque Charlotte asi lo cía la ópera, por io cual procura- ha comprar todos los discos de los grandes cantantes que podía. Una \ez entró con su madre en una tienda de música, e hizo que le pu- sieran la conocida romanza riel Barbero rie Sevilla, en la que Titta Ruffo hacia alarde de sus "fíga- ros". Su madre, al oir tantos "pi- „iu- ' regresar a casa del amigo. Horas "pico mil tarrie ingresaba en la cárcel de mujeres, sita en la calle del marqués de Zafra. al cerrarse esa causa en Queen!*' P a ' s - l' n dia, cuando Paco era solista de un coro de profesionales no era "picaro" sino "fígaro" lo! ( 'f . Madres al que riestina- Country; se oyeron sollozos cuando >a mayorcito. se enteró de que su i- 30 voces - el "Pro Pecatis" de <-ue decía el inmortal cantante ita- J"*" . presos ¿e profesiones libe- las d03 madres se estrecharon en ¡ madre tenia compromisos económi- Stabat Mater de Rossini. llano. i *_Jj rama _ una ¿e las eln- un abrazo; un beso que riecla más'eos que cumplir, y que no podría! I«a* aficiones riel muchacho lo, señora viuda de Sierra, no ' na0 ¡ a en j a sala— estaba que el veredicto del Jurado. 'hacer frente a ellos como no ocu-¡encaminaban ya por entonces ha-, tenia su comercio asegurado. Un¡ M e [ pr ¡ n ier puesto del fondo, en- riia en la casa de al lado, pro pe- (r |a del bondadoso párroco de dad de otro comerciante, se decía- ' un pi ,eblecito próximo a Madrid y un fuego que Paco estima fué ) a ¿e su coadjutor, joven sacer- intencional. las llamas se propa-; ,i P |e que sentía como pocos su Ba- garon al establecimiento de los ! grado ministerio. El salón era es- Sierra. que de ese modo se queda-1 pacioso, con dilatados ventanales, CONFIDENCIAS Y LENITIVOS SENTIMENTALES También hay una razón ele conveniencia en las leyes de la *^oraL-Sólo la tragedia sigue al quebrantamiento de las normas de pureza y de virtud. Por KÁTHLÉEN NORKIS U padre habia usado^.en las trinche- ras de Francia en i917 arrancó a Donald Carroll de ese mundo irre- al a la vez que atravesaba ese co- razón que era todo suyo, el de Charlotte Mathlesson, su bellísima amanta de 18 años. Y junto con volver'a este mundo ha tenido es- te muchacho, a quien llamaban "Adonis" por su tierna belleza de 16 años, que hacer frente a las res- ponsabilidades frías de la ley. Pero; también la ley y los tribu- nales tienen alma. Fué difícil orga- habría querido. Donald repetía: "Posiblemente no estábamos casa- dos ante los hombres, pero lo' está- bamos ante Dios". Ella vio prime- ro "Mayerllng", la cinta francesa que ha arrebatado a Nueva York con Charles Boyer rie Archiduque Rodolfo y Danielle Darrieux en el rol de la Baronesa María Vetsera. Lo indujo a él a que la viera tam- bién; los dos entendían suficiente francés para apreciar los delicados matices que no aparecen en los ró- tulos, y la comentaron. Charlotte Carta dirigida desde Bayamón a la señorita Marina L. Molina, Hu- macao: Estimada señorita Molina: Permítame felicitarla por su me- surada contestación a el articulo del coronel Orbeta publicado en EL MUNDO del día 10 del pasado mes de mayo, sobre las deficien- cias de la Ley de Automóviles. Como bien dice usted, éste es un problema que no puede ser re- suelto por*una sola parte de la so- ciedad, al al-público en general no coopera, etc. En cuanto a este res- pecto "«atamos contestes. En ijuanto a conseguir el interés de loa choferes descuidados, ha tiempo estamos tratando por los medios, a nuestro alcance de llevar al ánimo de los mismos todas aque- llas medidas que creemos son más saludables para el cuerpo choferll y el público en general. En nuestras conferencias y reuniones siempre tratamos de ilustrarlos sobre este gran problema del tráfico y sus consecuencias en el pais. En dis- tinta* ocasiones el señor Héctor R Ball, Superintendente de Seguros ha cooperado grandemente con es- ta sociedad facilitándonos estadís- ticas, películas y demás datos que están' relacionados con el caso en cuestión. Seria muy saludable como bien señala usted, que todos los años se oedicara una semana con el fin de Ilustrar a todos los que manejan vehículos de motor y el público en general en cuanto al deber y la rev ponsabilidad que todos tenemos y sobre la cooperación que debemos brindar para la aminoración de es- te problema de muerte y desola- ción, ya que sabemos que debido a la ruda batalla que tenemos y en particular los choferes que se de- dican a la transportación de pasa- jeros como úunico medio por la existencia, en su gran mayoría no tienen tiempo de leer y asi poder compenetrarse de las grandes co- sas y desgracias que les acechan en su diarla labor. Ya que en contestación al articu- lo de referencia, cita usted la es- trechez de las carreteras, la des- preocupación de loa viadantes. las tertulias en laa calles de más trán- sito en deliberado desafio, al rega- teo, la Velocidad desenfrenada por las carreteras y vfas urbanas, la despreocupación de una mayoría de los qua manejamos vehículos de mo- tor («a* en realidad, digo yo, de la mayor parte de los accidentes que a diario se registran, y para los ron rie nue»-o poco menos que en la calle. Pero entonces ya Paco era un hombre y tenia el titulo de perito mercantil en el bolsillo. De mnnera que. decidirlo a tabajar, fué enviado por un pariente a un comercio rie las montañas! rtonrie el primer trabajo que el barítono rea- y daba acceso a una hermosa ga- lería encristalada, plena de sol maduro. Desde esta galería se complacía Maeztu en admirar la espantosa estatua que se sienta so- bre la capilla del Cementerio de la Almudena. Era, en verdad, al- go horripilante; sobre todo-al ama- llzó fué el de cargar sacos, como I necer. Antes de asomarse ya el los demás dependientes. «oh rojo como un símbolo, se anun- El comercio, sin embargo, no lo ' iaba en la macabra carátula, con juego de llamitas lívidas en la hori- efectos y corroborar su acertada verdad, tengo el honor de acompa- ñarle copla de una carta que le en- vié al director de EL MUNDO en mayo 18 de 1937, y la misma fué co- mentada editorialmente por el an-| tes dicho periódico. Esta asociación, y personalmente el que suscribe . agradecemos gran- demente el interés que usted ha Tu- rnado en este gran problema de los accidentes del tránsito rodeado. Quiera Dios ilumine una vez ma> su privilegiada inteligencia, para que /ios siga brindando su gran co- operación en este intrincado caso. De usted, con la mayor considera- ción y respeto, Gerardo FERRAO, Presidente, Asociación de Choferes de Puerto Rico. Carta dirigida al señor Gerardo' f°* envidad mis padrea recibieron la eartn terrible que anunciaba lo Irreparable y de*trosó laa más pro- '*• "na de ' » mejores hechas en Ferrao, Presidente, Asociación de íundo esperanzas y el más grande orgullo de e*e matrimonio. La madre vino Inmediatamente a la ciudad la tierra azteca. El notable barlto- Choferes de Puerto Rico: y tmo una ,ar ** conversación con Joan..." ; no de la figura de artista de cine, Estimado señor Ferrao: ¿Nunca se les ocurre pensar a Son muchas las niñas de núes- que los placeres tuvieran un Hmi- '!/ ah ' a ran,a1 ° "" con * célebre; ticulosamente piato y cuchara y se En mi poder su muy atenta ear- : e.stas llamadas muchachas moder-ltia época que están prontas parajle De vuelta a casa después de su !íl? j,r !'.. las óper " s "l****** V, Ponía a escribir, ta del 2 de junio, me place infor-.nas que hay una razón para las mirar con horror al asesino, o de-'primer año de "college" no dijo su Manón ' ' Rnros dla * ba -) aha «' P««'o. V íoínrendwi cín lí>- J!?^üf£Ü F** de Umnl de pureza y de i Incuente parecido, o al hombre vida a sus padres sino lo que se v Jt intima. «... ..!.--..- respeto de si mismas que sus pa-'eue se conoce como cruel, o falso, ¡ajustaría a la manera de pensar-«"o. la maledicencia que crece sin el no tiene dinero y que ella en LTia5SL5V¥^!!l5& "E * tra,an ««• « "•"«I iH NtoIún hombre que * n su J uvent " d de e piensan que si la humanidad ha'falsificó un cheque se atreve a rie- ¡atraia. Decirlido. por el contrario, I seguir la senda del arte, organi- zo un concierto en Chihuahua que le dejó abunriante dinero y aceptó un contrato para ir a curar a La Habana. Y fué en la capital de Cu- be donde Paco Sierra inició su rarrera de profesional, en la épo- ca en que. mientras cantaba, fue- ra estallaban las bombas ron que los cubanos exteriorizaban su des- conformidad hacia los procedimien- tos del dictador Machado. Al retornar a Méjico conoció a Esperanza Iris en su teatro de la capital, y en diciembre de 1934 se rasaron. Paco dice que quiso res- •atar a la gran artista,»entonces retirada, para el arte. Con ella terorrló después todo el país, can- tando 212 operetas, una de las cua- les "Sangre de Artlstn", estudió solamente cuatro horas. Paco Sie- rra asegura que le riebe torio lo que es a Esperanza Iris, ya que la simpatía que le Inspira al público solamente un reflejo de la de c'la. A Paco Sierra le hablan ofre- ndo un contrato para cantar ópe- ra en el Teatro "Bellas Artes de a Ciudad de Méjico, cuando lo Ins- taron para venir a Nueva York en unión de Esperanza Iris, rionde se dura de las cuencas vacias; en la odiosa amena?a de .la boca; en la I curva desdeftariora del pecho. Las gradaciones de luz cambiaban, des- de luego, la mueca imponente; pe- ro en ningún momento podía con- templársela, sin estremecerse de pesadumbre. Su vida en Ja cárcel fué de in- tenso recogimi e n t o. No hablaba apenas. Pasaba horas y horas sen- tado en la cama, sumido en pro- fundas reflexiones. Se le adivina- ba remontándose en gigantesco vuelo de águila, a mundos supe- riores. Algunas, muy contadas ve- ces, repartía, generoso entre los compañeros de reclusión, el fruto jugoso de su rabiduria. Eran plá- ticas sencillas, de trazo ameno y hondo sentido, servidas en primo- rosa elegancia anecdótica. Pero aquello duraba poco. En cuanto porila escapaba, cual si le agobia- sen la fruición y el respeto riel au- ditorio, y volvía a la Inviolable for- taleza de sus pensamientos. No madrugaba mucho. De ordinario se alzaba al 1 lio de las ocho, y 3e dirigía, en camisa, con las piernas y parte de los muslos al aire, al cuarto de aseo. NI en tan extraña guisa perdía continencia su figu- . ra procer; pero nos traía a las estrenaba la película de la precia- men ,„ , a c , na de don Quijo , e pn «a artista Noches de Gloria". Por Sierra Morena. Luego de asearse. cierto. Sierra es uno de los dos vestía su veraniego y deterioradlsl- ln- mo Indumento y sentado sobre la cama oraba y meditaba hasta el reparto de la sopa de ajo. que ser- vían como desayuno. Fregaba me- mo Presidente de la Asociación de Choferes de Puerto Rico, en el transcedental asunto relacionado con el tránsito. Desde la posición que usted ocu- pa, puede Influir grandemente en los choferes asociados, y ayudar mucho a aminorar estos desgracia- elaborado esas leyes tras siglos de j cirio a su mujer porque sabe que labor no es para ceñirse a un có-! nunca más tendría confianza en digo añejo, sino para asegurar la *l lo odiarla posiblemente. Es por.que salla a paseos bailes, cabarets líos que ella consideraba sim- causa tendrá abundante fertilizan-1 cambio tiene para los dos y le so- piemente una antigualla. ta en este caso. Jean se da cuenta ' r.ra. "Probablemente, agrega la po- Al segundo año se enamoró de> ,nr<1 * de lo sólido de lo conven- Ibie, él busca una casa confortable, un muchacho de los muchos con felicidad aquí, en este mundo, pa- eso que los oue han cumplido una ra todos- |condena tienen tanta dificultad pa- ¡re encontrar trabajo: nadie confia c<onal; aunque quiera no podrá ser ¡seguridad, y aspira a heredar algo jamás la muchacha pura y bl»n | cuando yo muera. Por mi parte cuando lo hacia no formaba en nuestros paseos circulares, en tor- no a la fuente, sino que sa aislaba en un rincón o discurría por el cercado, rehuyendo toda compañía. Y no por orgullo o desabrimiento^ ya que era la sencillez y la afa^ bllldad mismas; sino por razones que. aun fuera de nuestros alcan- ces, admitíamos y respetábamos no ya los compañeros de cautiverio, sino los propios cancerberos, a loa que imponía su natural altivo y señero. Una noche, invadió la cárcel, con propósitos de exterminio un nu- meroso grupo de milicianos q u presenciaren el reparto del rancho, dedicando a cada uno de los pre- sos, una frase agresiva que que- daba, naturalmente, sin contesta- ción. Al pasar don Ramiro, un mi- liciano dijo: ";Ahl lo tenéis; ha sido hasta embajador! ¡Fué de lo^ nuestros y nos traicionó!" Maagty volvióse y desmintió valerosamlp te: "¡Mentira; no podría soporta el horror de haber sido de los vuestros!" Y se alejó seguido, de- jando a todos confusos. Otro dla, al presentarle a un recién llega- 1 do, éste, le dijo ingenuamente: "¡Cuánto me alegra encontrarle; le daba por muerto y hasta le he recado algunos Padrenuestros!" "¡Gracias, amigo! —sonrió com- prensivo— ¡I^a oración no pierde nunca su eficacia y espero poder comprobar que no bromea!" Algunas veces, sus prolongadas reflexiones terminaban en crisis nerviosas. Se ponía en pie de un salto, echaba las manos atrás, so- bre los ríñones, frotando una Con otra y, jadeanrio ruidosamente, con la boca abierta, recorría el salón a grandes zancadas, hasta rendirse. Veslia, como >a dijimos, un tra- jecillo He verano, rolo y deshila- cliado, impropio rie la muy fría temperatura otoñal; pero, unos rilas antes rie que se lo lleva-^ ran, recibió un flamante terno gris, de irreprochable corte, que ponderaba la natural distinción de su porte hidalgo. a o Corría octubre riel 16. Las per- secuciones se intensificaron de tal forma, que el 15 del referido mes, pasaron de 4,000 los rietenldos. El melifluo y perverso Calaría vióse obligado a suspender sus crueles ór- denes, por no haber dnode meter- los. Las cárceles se abarrotaron tan exageradamente que, en la de mujeres rionde estábamos, habia hasta siete personas en cada eef- da. y en las salas de "Madres" npenas si se podia andar, cuando se extendían los jergones. A últimos de octubre, una ni (he, desperté sobresaltado por e chasquido seco dalVefrojo' a> la puerta al despasarlo. Nuestras no- ches eran horribles. Transcurrían en una espera angustiosa, sin lo- grar dormir profundamente, aguar- dando siempre aquellas temidas vi- sitas nocturnas, pesadilla de in- fierno en nuestra congoja. Abrí loa ojos. La puerta giraba lenta y si- lenciosa sobre los goznes. En el salón oscuro, silencio de muerte. Conteníamos la respiración en do- lorosa ansiedad. Un feble haceci- llo de luz roja punzó las tinieblas, como hoja de puñal recién sacada de la fragua. Adivinamos cuatro sombras, cuatro bultos negros fun- didos en bloque único, de fantas- magórica silueta. El bloque oscU la, se retuerce, avanza como re- molcado por la linterna y una voz sentencia: —¡Ramiro de Maeztu!... Este se incorporó y dijo algo..* No qué. Lo que si olmos cla- ramente fué su reflexión en voz alta, cuando entendió que el di- rector deseaba hablarle: "¿Qué me querrá el director a estas ho- ras?" Debían ser las dos apr< tai- madamente. Oprimido por la os- curidad y el silencio más densos e imponentes cada segundo, comen- a vestirse despacio, como en ansia de alargar el tiempo, como si quisiera dar al acto, duración de eternidad. Los sicarios se im- pacientsjban. Estábamos todos des- piertos, quietos sobre el jergón, desorbitados los ojos por el ho- rror del instante. De repente, vi- mos a don Ramiro Inclinarse sobré el camastro del párroco. Adivina- mos un ruego, la demanda postu- ma de un creyente. Luego, se lz(- guió arrogante, echó hacia fuera I pecho, cómo en afirmación de renldad y, con la frente pod_ en alto, avanzó a largos pasos cía los esbirros. No dijo palabra""* ni nada le dijimos. De entre laa mantas de no qué jergón salló un sollozo ahogado. Después el portazo, el chirrido de la llave, gi- rando en la cerradura, las som- bras densas y el silencio trágico pesando, monstruosos, sobre nues- tra vigilia... Por la mañana supimos que con fj < " * a ;- "weekends" Por Navidad sus pa- reputada qus ahora anhela ser con,culero amor y compañía. ¿Qué hay p l llorado maestro, don Ramiro de todas las fuerzas de su alma. Torio j entonces de tan desnaturalizado en I Maeztu, se llevaron también del r'res recibieron la carta terrible que anunciaba lo irreparable y I* empujará a seguir por el mal 1 este arreglo? destrocó las más profundas espe- ¡camino que riará con ella en algún I "SI usted pudiera oír a mis hl.los dos accidentes que a diarlo s e su-1 quina, y no tomarse la molestia de en °.ue no volverán a las andadas. ceden. Tenemos que Insistir todos, avisar con la bocina, su paso. Ese, Sin embargo a las muchachas se ranras y el más grande orgullo de rasura!. Lo peor es que ha perdí- 5 e Imaginarla que yo quiero casar- en que cada uno, nos toca non«r de! descuido produjo el destrozo de los'les ha dicho toda su vida que de- c«c sencillo matrimonio. La madre'no para siempre el respeto de al, me con un chimpancé del zoológi- nuestra parte para contrarrestar e peligro que amenaza a la sociedad en cuanto 8 accidentes se refiere. vehículos, y unos cuantos pasajeros ben ser puras y respetables por- vino a la ciudad inmediatamente y:misma. Si se rasa tendrá que co. Pero Federico es apuesto y malamente heridos. Ya usted ve, se- ñor Ferrao, si eso ha podido o no. que ese es el único camino de que ¡tuvo una larga conversación ron c'ullar la verdad a su marido pe- afectuoso. se respeten a si mismas y de que i Jean. D'sgusla pensar en lo que ro presante estará por siempre el j "Lo que ocurre -- añade la llu- ?". la 5 arta q . ue . •?. lrlgI . *.' « enor «vitarse con un poco de precaución sean felices de niñas, de esoo«as y allí se habló. Resolver escribir al, espectro de la mentira y de su sr es que a Federico le gustan por parte de ambos choferes. | de madres; pero son muchas las que , muchacho que se habla marchado Hes'ealtad. I más las mujeres de edad que las Cuando viajamos por las carrete-s^ enco.-en de hombros, en esa súbitamente a Florida. Respondió! J^an no puede culpar a nadie! jcvenzuelas. No soy tan tonta co- ras, también observamos que no so- edad peligrosa entre los 16 y 24. y en los siguientes términos prev'en- sino a si misma. No quiso creer ,rro para no comprender que si yo Orbeta, como usted bien habrá po- dido apreciar, anoté casi todos loa puntos que motivan esta situación alarmante. No siendo culpables una sola parte de laa cosas que suceden, porque si bien es verdad lamente algunas guagQitas van a s^en la rúa prohibida; no tendrá do alguna '•omplicación Judicial: ique el camino que se escoge en esa una velocidad desenfrenada y sin ronsecuenclas-y después de todo. "MI querida Jean. la cámara foto-'edad es irrevocable. "No hay nada guardar miramientos a nada, si que nidie lo va 8 saher ... -ráflra de oue me escribes no es .tan confortable como ser buena" ?r«, m„v ^£2L!ESEL£" m lKi„ UJ ° S Carr0, pn f vad05 Y asi se causan un daño que nimia. Te agraderro mucho la aten- ol hace poco a una madre que pa- muy a^preocnp.dafeeT.te. «nanceo, por persona» que Uenen; JL ^ enemIg0 podrfa ^^ r , ón „„ embarR0 EMoy lrabaiando Saba con sus hIjos una tr , n quila - (rmurnTi nraZnii «'li Zm» ! ' arruinen nara siempre sus cxls- 'fuerle aquí y mis padres quieren temporada Je reooso en una playa. |»;mlentos y de espíritu; me creo clpah y su esposa señora Paula M forma Esto corrobora lo oue dlscu tPnclaS- F1sif * y esplrltualmente rué me quede con ellos por algún An^an muchas Jeans por ahí oue por muchos conceptos más joven Colón de Ortlz, timos desde el principio no es cues- deterioradas .Irmas volverán a ser tiempo". pretenden reírse de antiguallas, |que muchas mujeres de velntlcln- otros cuidadosos, responsables, tie- nen accidentas por la negligencia de los viandantes que como ya dije no se encuentran con ninguna obli- gación de cooperar en lo qua les sea posible, para evitar una situa- ción difícil a loa que manejan auto- móviles. Ayer precisamente, sucedió un horrendo choque en esta ciudad, de dos guagültas públicas, en el mis- mo centro de la población, simp'e- msnta por el descuido de no redu- cir la velocidad al doblar una es- fuera la lavandera de este Hotel er. que vivimos en ves de ser la propietaria Federico posiblemente nc me buscarla a mi. Pero si mi exterior es viejo soy Joven de sen- dormitorio vecino, al doctor Lemus. ¡Alabado sea Dios! Notas de Barranquitas I Mitagritoa: El domingo 29 de mayo fué bauti- zada en el templo católico una ni- nita hija de los esposos Riv«ra-Be- rrlos del Barrio Cafiabón da asta municipalidad. Ofició el reverendo Ramiro i lartlnez y fueron padri- nos el señor Felipe Ortls Aponte, : Presidente de la Asamblea Munl- iarte .lo que sus padres intentaron y lo ¡ Lo peor de la tragedia es que que son "lo suficientemente madu-jco y quiero correr el albur. MI vi- GANGl^^ V f Jc»e O. dad, la de empeñarse en evitar tan- que * lla de9 Pués va a ambicionar... Jean es una muchacha intrínseca- ras para saber lo que deben ha-¡da ha sido pesada y sin agrados de r ' , * ta muerte Innecesaria, es algo que' T* 1 es el caso de Jea n Smlth. mente buena y digna de confianza. |cer" y piensan oue derouéi de to-n'nguna especie. Si esto me ofrece ..h. 0 ." *L p . r ?.R° s ' t0 •* empezar a todos debe Interesarnos y en que Fra "-na muchacha que vino al amante de sus padres y con todas do "ella es la Onlca que sufrirá una oportunidad de ser feliz por todos, sin distinción de ningún gé- "college" de la gran ciudad desde lias condiciones para ser feliz y ha- las consecuencias", ñero, debemos cooperar. una austera aldea y de una modes-'cer feliz. Se hs arreglado "un vía- Deseándole en su presidencia los 'a y austera familia. Muy pronto .le a Europa', y se verá la men»- mejores éxitos, quedo de usted. ¡algún tiempo que me queda de vi- I da ¿por qué he he dejarla pasar? Elisa, de ti aftey. me escribió ha- ¡ La respuesta, Elisa, es no.. No |re dejó persuadir por la corriente ¡ra de que haga algo en.su ciudad ce algunas semanas, pidiéndome habrá felicidad en eso sino un trazar dos kilómetros de carretera que recientemente aprobó nuestra Legislatura Insular para este pue- blo, se encuentran entr* nn .«»... encuentran entre nosotros i * nor *" Rafael Díaz Ubarrl y José G. Gangler empleados del Da- Muy atentamente, libertina, que le decía que no ha- retal Cespués que re?rese. Pero ya consejo acerca de su ma'rlmonlc abismo de desgracias y posible- Dartam'-nf* #ui i ! i Marina L. MOLINA |bria razón alguna atendible para .los rumores han de estar circulan-,con un hombre da 28. Ma dice que,ment« tragedla. I Jua« RanstrAiri* °/¿ Juan RODRÍGUEZ HEKNANDE».

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  • 10 EL MUNDO, SAN JUAN, f. R. - DOMINGO 1? DE JUNIO DE 1938.

    El drama de Donald Carroll nte un jurado de Nueva York

    Arlis'n- hispanoamericanos

    El bartono Paco Sierra Por AMO.N CABALLERO

    1 ambiente del tribunal apareca saturado del dramatis- mo de Shakespeare, Dumas, Verdi y el

    Archiduque Rodolfo de Austria

    romntica de la muerte. Cristina Mathlesson, la madre de

    la victima, habl con voz entera como si su hija la inspirara desde

    SVA YORK. P.) Sha.- nizar el jurado porque lo examina- are por su 'Romeo y Julieta",' dos se apresuraban a decir que ca- indro Dumas por su "Dama de reclan de imparcialidad, ellos ja-

    las Camelias", Verdl por su "Tra- ms condenaran a Donald. Y una viata" y los muchos autores que vez elegidos se les vio all en la sa- han interpretado la romntica lra-|la saturada de romance y amor co-j-ul tra tumba, para explicar la inri1.

    nacin de su hija al suicidio dra- mtico. Habla comentado repetida- mente en casa "Romeo y Julieta", encontraba simplemente encantado-

    j ra la manera como los vastagos j de Mnteseos y Capuletos hablan I resuelta su problema; si queran i separarlos en este mundo por qu no unirse en el otro?

    Margarita y Armando en la "Da ma de las Camellas", Violeta y Al- fredo en la "Traviata" eran sus h- roes; en el altar de esos romances cultivaba el suyo, donde la exalta- cin espiritual purificaba como fu* go las debilidades de la carne. Cuando vieron a "Mayerllng" ya

    NUEVA YORK. (Editors Press. ;rrera un milagro. Entonces Paco --Por Paco Sierra lo conocen los1:1 su hermanita se privaron duran- pblicos de Cuba, Mjico y los Es- le mucho tiempo del cine, de los lados Unidos. Por Paco Sierra lo caramelos y hasta de la merienda, conocern en todos nuestros pases y fueron reuniendo una cantidad cuando, dentro de poco, debute en I el cine. Su nombre de pila es Fran-1 asea Sierra Cordero y naci en*

    tenia una preocupacin literaria y Chihuahua, a tierra de Pancho VI-

    CJiarlotte habla confesado a su Mjico!

    lia. all por el ao 1910. Cuando se dice que Esperanza

    Iris que es la esposa rie Paro Sierra, ha sido tambin su maes- tra, uno se explica el xito del chi- co, jue es un cantante bartono - de refinada escuela, y un actor

    que puede competir dignamente con todo lo que el cine mejicano pue- 'C ofrecer en la linea.

    El padre oe Paco Sierra era co- ronel del Estado Mayor de don Porfirio Daz. el Presidente que rigi durante treinta anos los es- tiros de Mjico, que habla com- batido contra los indios mayas de Yucatn y los yaquis de Sonora. Cuando Madero inici la revolucin centra don Porfirio, el coronel Sie- rra le hizo frente a sus fuerzas en Saucillo y muri gritando, Viva

    "marido" tu contratiempo mater- na!. Se sentan encarnacin de R - dolfo y Mara. Conversaron por se- manas el plan de suicidio que los iba a reunir para siempre.

    Ese da 24 de marzo, en la hab tacln de Donald en casa de su. padres, se besaron, como Rodolfo y Mara en el Pabelln de caza en 1889, se repitieron sus promesas de

    Los revolucionarlos tuvieron a bien incautarse de las propiedades que hablan sido del coronel Sierra, y a los cinco meses de nacido Paco se qued sin padre y sin protecln rie ninguna clase, pese al hecho de

    Los ltimos das del gran escritor Ramiro de Maeztu El "Heraldo de Aragn" relata los momentos dramticos

    que vivi en la crcel hasta el instante que precedi a su ejecucin

    El "Heraldo de Aragn" publica el siguiente articulo revelando los ltimos dias del insigne escritor es- paol don Ramiro de Maeztu:

    Un rincn confortable, con me- sas de trabajo y buenos libros; un divn turco cubierto de brocado y unos detalles de arte. Sobre la me- sa, el ms ordenado de los desr- denes: cuartillas, ms cuartillas, un libro abierto con el lomo hacia el techo, un pisapapeles sobre un tintero y un bcaro sin flores.

    La tarde se cuea por el bal- cn abierto, como huyendo del sol; M cuela como una ansiedad de re-

    Maeztu fu detenido con su amigo horas despus y en aquella casa.

    Primero, la visita de unos mili-

    cianos a caza de un religioso. Re- buscaron por todos los pisos sin provecho. Al despedirse, uno de los rojos escupi al inquilino: "Tienes cara de fascista; no pue- des negarlo!" Alarmado, natural- mente. Maeztu intent marchar a su casa; pero volvi minutos des- pus, presa de viva inquietud. Al enfilar la calle advirti un grupi- to expectante, a pocos pasos, y un auto que. pegado al bordillo de la acera, le segua. Tal vez fu un

    Paco Sierra

    frlzerio y quietud... Hay tal ba-e,ror no afrontar el peligro: nada rullo de insolencia en la calle!... ma3 lamentable le hubiese podido

    Desde el sitial donde se acorn- 0currir; pero crey ms prudente dar don Ramiro, como remiendo 'zul en trama de estamea, escan- daliza, sobre el lienzo rojo y su- cio de la pared, el esmalte de la "laca rotuladora: "Calle de Velz- que"".

    La casa de enfrehte. la del rin- cn confortare donde se encuen- tra el ilustre pensador, tambin es \ieja y de muy modestsima apa- riencia. Habita uno de sus pisos ser sobrino de don Justo Sierra, oue destinaban a sacar a su ma-

    procer de la politica mejican-, que'dre de cualquier apuro que se le '. un joYen "'e'0 que dio ya. en fu ministro de Educacin. iludiera presentar, Y un huen dia. f lra 'mpr|,1

    ,a' muestras de su va- Pero la madre de Paco Sierra cuando la seora se hallaba ms

    amor eterno, luego Donald fu a! era una seora que sabia cumplir desesperada por la imposibilidad buscar el revlver: 'Ella me lo or-|r0n su deber y que decidi educar fie hacerle frente a un compromi- den, dijo al Juez, ella coloc el apropiadamente a sus dos hijos I se. la llenaron de sorpresa y ale- arma sobre el pecho y me puso el Paco y una r.na _ aunqu? huhie_ Rria aj proporcionarle los medios dedo a mi sobre el gatillo: No qul- ra cinrUenta revoluciones. De ma-'de paitar una cuenta apremiante, so que fuera en la cabeza porque nera quf, sp traslado a chihuahua. Paco Sierra se educ en un co\r-

    lor. Es amigo del maestro y, ste, vino aquella tarde agostea a... ;.a visitarle sencillamente?... ;,a pedirle asilo?... Qu genio preci- so le empuj a la calle de Velz-1 quez?... Lo cierto, lo dolorosamen- te cierto, es que don Ramiro de

    instante a que no me matara; yo una tiendeca y se dedic a traba-que cant en pblico lo hizo en jar con todo vigor, sin tener otras 'unn de otros seiscientos mucha-

    1Grirtlna Mathleiwon, madre de la vctima abraza y nena a la madre deberla **r 1* en este mundo y, .__;.__, del Victimarlo en la sala del tribunal al anunciarse el veredicto prrtl-1 me deba a mi familia y a mi pas" ' periorii-[chns. Desde el pr.mer dia sohre- camente absolutorio del Jurado. 2Charlea Boyer y Danlelle Darrieux Y con el disparo cay sobre Dnale! en una escena de la pelcula "Mayerllng" que Influy en la decisin sul-ila realidad brutal. Ella estaba ha- clda de Donald y Charlotte. SCharlotte Mathlesson (I* aos) y Donald hlando cuando la bala troc sus Carroll (16), fotografa tomada poca* semana* arrtea del 21 de mano ltimas palabras en un murmullo

    en que ocurri la tragedla.

    cas a la iglesia y al cementerio sali su voz, y a las tres semanas donde reposaban los restos de su ce estar cantando, el Padre Agu- bravo marido. lar lo hizo primer solista de la ca-

    La lucha por la existencia fu tcdral de Chihuahua. Tenia enton- diflcil. Vino el periodo, que pare- ees diez aos, cia inacabahle. de. la revolucin | A los once debut en el teatro. Don Ramiro de Maettu

    cente se vela la causa de Donald Carroll.

    No slo el pblico, sino el jura- do mismo, compuesto de 14 hom- bres que tambin tienen hijas e hi- jos, pareca, haberse olvidado por completo del crimen para pensar s- lo en el romance de dos adolescen- tes. Los que deade que se conocie- ron el 3 de agosto de 1936. hasta que la tragedia los separ el 24 de marzo de 1938 ie hablan ido en- volviendo en una atmsfera de agu das emociones que gradualmente los desprendi de este mundo para situarlos en otro de su propia crea- cin donde Imaginaron que no po- dan regir las leyes ni la moral convencionales.

    antes de confesarlas a sus padres. Era Intil que el Fiscal afectara rigor; se vela su benevolencia. La sentencia estaba dictada mucho an- tes de que el jurado se retirara a deliberar; para nadie fu sorpre- sa su veredicto de que Donald ac- to "en un estado de locura tem- poral".

    La transcripcin taquigrfica de las audiencias de esta causa cle- bre rivalizara en dramatleidad con las tragedias de Shakespeare, Dumas y Verdl que fueron sus progenito- res espirituales. All estaban los es- posos Mathiesson con sus roano* y corazones eftla.2adot.xon. lotu.de loa Carroll. ayudndolos a salvar la vida del que habla asesinado a su

    Un /Isparo del volver que su hija nica. Porque Charlotte asi lo

    ca la pera, por io cual procura- ha comprar todos los discos de los grandes cantantes que poda. Una \ez entr con su madre en una tienda de msica, e hizo que le pu- sieran la conocida romanza riel Barbero rie Sevilla, en la que Titta Ruffo hacia alarde de sus "fga- ros". Su madre, al oir tantos "pi-

    iu- ' regresar a casa del amigo. Horas "pico mil tarrie ingresaba en la crcel

    de mujeres, sita en la calle del marqus de Zafra.

    al cerrarse esa causa en Queen!*' Pa's- l'n dia, cuando Paco era solista de un coro de profesionales no era "picaro" sino "fgaro" lo! ( 'f . Madres al que riestina- Country; se oyeron sollozos cuando >a mayorcito. se enter de que su i- 30 voces - el "Pro Pecatis" de su privilegiada inteligencia, para que /ios siga brindando su gran co- operacin en este intrincado caso.

    De usted, con la mayor considera- cin y respeto,

    Gerardo FERRAO, Presidente,

    Asociacin de Choferes de Puerto Rico.

    Carta dirigida al seor Gerardo' f* envidad mis padrea recibieron la eartn terrible que anunciaba lo Irreparable y de*tros laa ms pro- '* "na de ' mejores hechas en Ferrao, Presidente, Asociacin de undo esperanzas y el ms grande orgullo de e*e matrimonio. La madre vino Inmediatamente a la ciudad la tierra azteca. El notable barlto- Choferes de Puerto Rico: y tmo una ,ar** conversacin con Joan..." ;no de la figura de artista de cine, Estimado seor Ferrao: Nunca se les ocurre pensar a Son muchas las nias de nes- que los placeres tuvieran un Hmi- '!/ah'a ran,a1 ""con * clebre; ticulosamente piato y cuchara y se

    En mi poder su muy atenta ear-:e.stas llamadas muchachas moder-ltia poca que estn prontas parajle De vuelta a casa despus de su !l?j,r!'..las per"s "l****** V, Pona a escribir,

    ta del 2 de junio, me place infor-.nas que hay una razn para las mirar con horror al asesino, o de-'primer ao de "college" no dijo su Mann ' ' Rnros dla* ba-)aha ' P'o. V onrendwi cn l>- J!?^f F** de Umnl de pureza y de i Incuente parecido, o al hombre vida a sus padres sino lo que se v Jt intima. ... ..!.--..- respeto de si mismas que sus pa-'eue se conoce como cruel, o falso, ajustara a la manera de pensar-"o. la maledicencia que crece sin el no tiene dinero y que ella en LTia5SL5V^!!l5& "E *tra,an ""I iHNtoIn hombre que *n su Juvent"d de e

    piensan que si la humanidad ha'falsific un cheque se atreve a rie-

    atraia. Decirlido. por el contrario, I seguir la senda del arte, organi- zo un concierto en Chihuahua que le dej abunriante dinero y acept un contrato para ir a curar a La Habana. Y fu en la capital de Cu- be donde Paco Sierra inici su rarrera de profesional, en la po- ca en que. mientras cantaba, fue- ra estallaban las bombas ron que los cubanos exteriorizaban su des- conformidad hacia los procedimien- tos del dictador Machado.

    Al retornar a Mjico conoci a Esperanza Iris en su teatro de la capital, y en diciembre de 1934 se rasaron. Paco dice que quiso res- atar a la gran artista,entonces retirada, para el arte. Con ella terorrl despus todo el pas, can- tando 212 operetas, una de las cua- les "Sangre de Artlstn", estudi solamente cuatro horas. Paco Sie- rra asegura que le riebe torio lo que es a Esperanza Iris, ya que la simpata que le Inspira al pblico e solamente un reflejo de la de c'la.

    A Paco Sierra le hablan ofre- ndo un contrato para cantar pe- ra en el Teatro "Bellas Artes de a Ciudad de Mjico, cuando lo Ins-

    taron para venir a Nueva York en unin de Esperanza Iris, rionde se

    dura de las cuencas vacias; en la odiosa amena?a de .la boca; en la

    I curva desdeftariora del pecho. Las gradaciones de luz cambiaban, des- de luego, la mueca imponente; pe- ro en ningn momento poda con- templrsela, sin estremecerse de pesadumbre.

    Su vida en Ja crcel fu de in- tenso recogimi e n t o. No hablaba apenas. Pasaba horas y horas sen- tado en la cama, sumido en pro- fundas reflexiones. Se le adivina- ba remontndose en gigantesco vuelo de guila, a mundos supe- riores. Algunas, muy contadas ve- ces, reparta, generoso entre los compaeros de reclusin, el fruto jugoso de su rabiduria. Eran pl- ticas sencillas, de trazo ameno y hondo sentido, servidas en primo- rosa elegancia anecdtica. Pero aquello duraba poco. En cuanto porila escapaba, cual si le agobia- sen la fruicin y el respeto riel au- ditorio, y volva a la Inviolable for- taleza de sus pensamientos. No madrugaba mucho. De ordinario se alzaba al 1 lio de las ocho, y 3e diriga, en camisa, con las piernas y parte de los muslos al aire, al cuarto de aseo. NI en tan extraa guisa perda continencia su figu-

    . ra procer; pero nos traa a las estrenaba la pelcula de la precia- men, ,a c,na de don Quijo,e pn a artista Noches de Gloria". Por Sierra Morena. Luego de asearse. cierto. Sierra es uno de los dos vesta su veraniego y deterioradlsl-

    ln- mo Indumento y sentado sobre la cama oraba y meditaba hasta el reparto de la sopa de ajo. que ser- van como desayuno. Fregaba me-

    mo Presidente de la Asociacin de Choferes de Puerto Rico, en el transcedental asunto relacionado con el trnsito.

    Desde la posicin que usted ocu- pa, puede Influir grandemente en los choferes asociados, y ayudar mucho a aminorar estos desgracia-

    elaborado esas leyes tras siglos de j cirio a su mujer porque sabe que labor no es para ceirse a un c-! nunca ms tendra confianza en digo aejo, sino para asegurar la *l lo odiarla posiblemente. Es por.que salla a paseos bailes, cabarets

    los que ella consideraba sim- causa tendr abundante fertilizan-1 cambio tiene para los dos y le so- piemente una antigualla. ta en este caso. Jean se da cuenta ' r.ra. "Probablemente, agrega la po-

    Al segundo ao se enamor de>,nr