Que esta Semana Santa excepcional sea tiempo oportuno...

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Domingo 5 de abril, 2020 Domingo de Ramos de la Pasión del Señor Precio de venta Etapa IV - Año CXXXVII - Tomo 144 - (4629) Costa Rica Que esta Semana Santa excepcional sea tiempo oportuno para hacer un alto, para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida y el rumbo que lleva, para contemplar desde nuestro hogar, cada uno y en familia, los misterios de la fe que celebramos. Emergencia nacional por Covid-19 Muchos lectores han expresado su deseo de pagar por el valor de las ediciones digitales tal y como si las adquirieran de modo impreso. Reiteramos que se trata de ediciones gratuitas y excepcionales ante la emergencia nacional, que tienen como fin acompañar espiritualmente a nuestro pueblo. Sin embargo, en efecto, se trata de un gran esfuerzo económico, por lo que quien desee hacer una contribución voluntaria en total libertad para mantener esta obra de evangelización, puede informarse como hacerlo ingresando a www.ecocatolico.org Estimados lectores

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  • Domingo 5 de abril, 2020 Domingo de Ramos de la Pasión del Señor Precio de ventaEtapa IV - Año CXXXVII - Tomo 144 - (4629) Costa Rica

    Que esta Semana Santa excepcional sea tiempo oportuno para hacer un alto, para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida y el

    rumbo que lleva, para contemplar desde nuestro hogar, cada uno y en familia, los misterios de la fe que celebramos.

    Emergencia nacional por Covid-19

    Muchos lectores han expresado su deseo de pagar por el valor de las ediciones digitales tal y como si las adquirieran de modo impreso.Reiteramos que se trata de ediciones gratuitas y excepcionales ante la emergencia nacional, que tienen como fin acompañar espiritualmente a nuestro pueblo.Sin embargo, en efecto, se trata de un gran esfuerzo económico, por lo que quien desee hacer una contribución voluntaria en total libertad para mantener esta obra de evangelización, puede informarse como hacerlo ingresando a www.ecocatolico.org

    Estimados lectores

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    Semana Santa en familia quédate en casa2 •

    ¡Despierta, Señor!El Papa Francisco ofreció histórica bendición Urbi et Orbi

    Al atardecer, solo en medio de la lluvia, el Papa Francisco caminó por la Plaza de San Pedro completamen-te vacía, sin fieles. Con paso lento y su visible renqueo, debido a sus pro-blemas físicos de cadera, el Santo Padre, como circuló en redes socia-les, parecía cargar a sus espaldas el dolor del mundo a causa de la pande-mia por el Covid-19.

    En la fachada principal de la Ba-sílica de San Pedro, se colocó el Cristo Milagroso de San Marcelo (ver recuadro), traído a la Plaza para este momento histórico. Cubierto de gotas de lluvia, daba la impresión de que el mismo cielo lloraba sobre él.

    Al lado suyo estaba la Madre, representada en el ícono de la Pro-tectora del Pueblo Romano (Salus Populi Romani), un ícono bizantino atribuido a los primeros cristianos. (ver recuadro).

    El 27 de marzo, en el atrio de la Basílica de San Pedro, el Papa Fran-cisco inició la bendición Urbi et Orbi (“A la Ciudad (de Roma) y al mun-do”), en la cual los fieles tuvieron la oportunidad de recibir indulgencia plenaria. (ver recuadro).

    “¿Por qué ́ tenéis miedo?”

    El mensaje del Papa versó sobre el pasaje bíblico que narra cuando Jesús hace un viaje en una barca con los discípulos, hay una tormenta y estos asustados lo despiertan, pues temen morir ahogados. El Señor entonces calma las aguas (Marcos 4:35).

    “Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que en-sordece y un vacío desolador que pa-raliza todo a su paso: se palpita en el

    aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asus-tados y perdidos”, inició el Pontífice.

    Y continuó: “Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sor-prendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, to-dos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y nece-sarios, llamados a remar juntos”.

    “La tempestad -pronunció Francis-co- desenmascara nuestra vulnerabi-lidad y deja al descubierto esas falsas

    y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agen-das, proyectos, rutinas y priorida-des”.

    Y señaló que “todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”.

    Con la tempestad -aseguró el Papa- se cayó el maquillaje de esos este-reotipos “con los que disfrazábamos

    Danny Solano Gó[email protected]

    La bendición Urbi et orbi se im-parte en Roma durante el año siem-pre en dos fechas: el Domingo de Pascua y el Día de Navidad, 25 de diciembre. En esta ocasión se rea-lizó de manera extraordinaria a las 6:00 p.m. (hora de Roma).

    Tradicionalmente se hace al me-diodía desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, conocido como el Balcón de las Bendicio-nes, el mismo donde suelen apare-cer los Papas cuando son electos,

    momento donde también imparten la bendición.

    Este acto otorga la remisión por las penas debidas por pecados ya perdonados, es decir, confiere una indulgencia a quienes cumplan las condiciones determinadas.

    Para obtener la indulgencia las condiciones son las siguientes: confesión de los pecados, recibir la Sagrada Comunión y orar por las intenciones del Papa.

    En esta ocasión, debido a la emer-gencia del coronavirus, la Peniten-ciaria Apostólica publicó el 20 de marzo un decreto para conceder “el don de Indulgencias especiales a los fieles que sufren la enfermedad de Covid-19, así como a los traba-jadores de la salud, a los familiares y a todos aquellos que, en cualquier calidad, los cuidan” que cumplie-ran una serie de disposiciones.

    ¿Qué es la bendición Urbi et orbi?

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    Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa

    nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al des-cubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no po-demos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”.

    Y agregó: “No nos hemos deteni-do ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro pla-neta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensan-do en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te supli-camos: “Despierta, Señor”.

    “¿Aun no tenéis fe?”

    El Santo Padre recordó la llama-da urgente del Señor: “Convertíos”. “No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para ele-gir entre lo que cuenta verdadera-mente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es”, alentó.

    El Papa Francisco recordó la entre-ga generosa de tantas personas ante esta emergencia, como médicos, en-fermeros, limpiadores, cuidadores,

    transportistas, agentes de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosos y religiosas...

    “Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sosteni-das por personas comunes -corrien-temente olvidadas- que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show, pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia”.

    Mencionó además la oración sacer-dotal de Jesús: “Que todos sean uno” (Jn. 17,21). “¡Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde espe-ranza, cuidándose de no sembrar pá-nico sino corresponsabilidad!”.

    Invitemos al Señor

    Hacia el cierre de su homilía el Papa expuso: “El comienzo de la fe es saber que necesitamos la sal-vación. No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida”.

    Pues, “al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bor-do, no se naufraga” (…) Él trae sere-nidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere.

    “En medio del aislamiento -añadió el Pontífice- donde estamos sufrien-do la falta de los afectos y de los en-cuentros, experimentando la caren-cia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado”.

    El Papa habló sobre “abrazar al Se-ñor para abrazar la esperanza”. “Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza. “¿Por qué́ tenéis miedo? ¿Aun no tenéis fe?”, expresó.

    Y concluyó: “Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Se-ñor, no nos abandones a merced de la tormenta. Repites de nuevo: “No tengáis miedo”.

    Posteriormente el Santo Padre pro-cedió a dar la bendición, mientras se podían escuchar las campanas y el sonido de las sirenas. Francisco se acercó a la imagen de la Virgen y luego a la del Cristo Milagroso. En-tró a la basílica y adoró al Santísimo Sacramento, expuesto para Roma y el mundo entero.

    El crucifijo del Cristo Milagroso fue trasladado desde el altar de la iglesia de San Marcello al Corso hasta la Plaza de San Pedro para la histórica bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco, el pasado 27 de marzo.

    La imagen es venerada por los romanos especialmente luego que-dar ilesa tras el incendio que des-truyó completamente la iglesia el 23 de mayo de 1519, según infoma Aciprensa.

    De acuerdo con el artículo, tres años después, sobrevino también la llamada “Peste Negra”. Los fieles pidieron que el Cristo Milagroso fuese llevada en procesión desde el convento de los Siervos de María en Vía del Corso hasta la Plaza de San Pedro, para pasar por todos los barrios romanos.

    La procesión duró 16 días, del 4 al 20 de agosto de 1522. Cuando el crucifijo fue devuelto a la iglesia la plaga había desaparecido. Desde entonces es llevado en procesión a San Pedro cada año sagrado, alre-dedor de cada 50 años.

    Como dato curioso, el crucifijo tiene grabado en su parte posterior el nombre de cada uno de los Papas que presenciaron las procesiones, el más reciente es Juan Pablo II.

    Se trata de un ícono bizantino, cuya autoría se atribuye a los pri-meros cristianos y que al parecer llegó a Roma en 590 d.C. Sin embargo, los historiadores no se ponen de acuerdo respecto a la fecha de su elaboración. Es cus-todiado en la Basílica de Santa María la Mayor.

    La imagen representa a la Vir-gen María y al Niño Jesús en bra-zos. El brazo derecho de Nuestra Señora está levantado ligeramen-te en un gesto de bendición. Jesús carga un libro y mira a su Madre, mientras que ella mira hacia el frente, es decir, hacia quienes la miran.

    En una de las tantas historias tradicionales se cuenta que la pintó San Lucas con un trozo de madera de la mesa utilizada en la Última Cena, o bien, en una mesa construida por Jesús y guardada por su madre.

    De acuerdo con Vatican News, en 593 el Papa Gregorio I la llevó en procesión para acabar con la peste, y en 1837 Gregorio XVI la invocó para acabar con una epi-demia de cólera.

    La Virgen Salus Populi Roma-ni es la Patrona de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Una réplica de esta imagen estuvo en Costa Rica, junto a la Cruz de la Juventud, con motivo de JMJ ce-lebrada en Panamá en 2019.

    El Cristo que salvó a Roma de la

    Peste Negra

    Salus Populi

    Romani Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos

    en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor”.

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  • Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa4 • Actualidad

    Una Semana Santa distintaEste año no se realizarán celebraciones litúrgicas públicas ni procesiones. Hay antecedentes en nuestra

    historia y el actual debe ser un momento especial de gracia.

    En primer lugar hay que subrayar que lo central y esencial en toda Se-mana Santa para la Iglesia Univer-sal es la celebración litúrgica de los días santos: la Misa del Domingo de Ramos -con su procesión litúrgica de inicio y la posterior lectura de la Pasión de Cristo-, la Misa Crismal en la Catedral el Jueves Santo por la mañana -presidida por el Obispo diocesano con la consagración del Crisma, la bendición de los óleos de los catecúmenos y de la Unción de los Enfermos y la renovación de las promesas sacerdotales por parte de los presbíteros-, la Misa Vespertina de la Cena del Señor el Jueves Santo por la tarde -con el lavatorio de los pies y el traslado solemne al final del Santísimo Sacramento al Monumen-to-, los Oficios de la Pasión del Se-ñor el Viernes Santo por la tarde, la Solemne Vigilia Pascual del Sábado Santo por la noche y las Eucaristías del Domingo de Resurrección.

    Toda la Cuaresma y la Semana Santa están en función de llegar a celebrar la Pascua, el centro de nues-tra fe, la Vigilia Pascual es la cele-bración litúrgica más importante de todo el año que abre el tiempo gozo-so de los cincuenta días de la Pascua.

    Una Semana Santa sin procesiones para nosotros es algo extraordinario y diferente, pero no es así para la ma-yoría de los católicos del mundo; de hecho en el resto de la Iglesia uni-versal no existen las procesiones con imágenes.

    Las procesiones con imágenes son una representación respetuosa y de-vota de los misterios de la fe, que va-len y significan mucho para nosotros; pero insistimos que en Semana San-ta las celebraciones litúrgicas son lo central de la vivencia de la fe de esos días, pues en las mismas no sólo se recuerdan hechos del pasado, como en las procesiones, sino que la litur-

    gia los hace presentes aquí y ahora. La liturgia no se limita a repetir ni a recordar, sino que hace presente, actualiza los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, el centro y sentido de nuestra fe cristia-na.

    La Semana Santa sin procesiones es lo normal y habitual en casi toda la Iglesia universal.

    Procesiones l itúrgicas

    Forman parte de la liturgia de la Iglesia la procesión con palmas del Domingo de Ramos, de origen anti-quísimo, donde se realiza el rito de entrada de la Santa Misa con la ben-

    dición de las palmas haciendo pre-sente el ingreso triunfal de Cristo en la ciudad santa de Jerusalén y, tam-bién, el traslado del Santísimo Sacra-mento para su reserva solemne en el Santo Monumento el Jueves Santo por la tarde.

    Tenemos también la procesión con el Santísimo Sacramento del al-tar el Domingo de Resurrección -en los lugares donde se acostumbra- o especialmente el día del Cuerpo y la Sangre del Señor -Corpus Chris-ti- que, tampoco son procesiones li-túrgicas en sentido estricto, pero que tienen una connotación especial por realizarse con el Cuerpo de Cristo realmente presente en la Santísima Eucaristía y que tiene su origen alre-dedor del siglo XII.

    Hay que distinguir también las pe-regrinaciones a lugares santos, como Tierra Santa, las sepulturas de los Santos Apóstoles San Pedro (+67) y San Pablo (+67) en Roma, San-tiago Apóstol (+42) en Compostela, San Martín de Tours (316-397) en Francia, Santo Tomás Becket (1118-1170) en Canterbury, u otros de ori-gen más recientes, que responden al deseo de manifestar la conciencia de ser peregrinos en este mundo, las cuales también tienen su origen en la época antigua de la vida de la Iglesia.

    Procesiones devocionales

    Ahora bien, las procesiones con imágenes para la Semana Santa o las

    celebraciones festivas del Señor Je-sús, de la Virgen María o de los san-tos no son litúrgicas, sino que más bien responden a la devoción del pueblo de Dios.

    Las procesiones con imágenes son una tradición no tan antigua en la vida de la Iglesia, nacen en la Penín-sula Ibérica y tienen su origen en la tardía Edad Media, cuando con una intención catequética se quiso repre-sentar con imágenes la pasión del Se-ñor o la vida de Cristo, de la Virgen María o de los santos para sus fiestas, para que el pueblo pudiera entender y celebrar lo que se conmemoraba en la liturgia.

    Las procesiones con imágenes son una práctica muy particular de Es-paña, especialmente de la región sur de la Península, en Andalucía -con lugares emblemáticos como Sevi-lla, Córdoba, Jaén y Granada-, de allí se extendió a otras comunidades españolas, y por herencia directa an-daluza durante el período colonial se extendió a los países de América Latina.

    Al ser Costa Rica evangelizada por españoles, las tradiciones de las pro-cesiones con imágenes para Semana Santa y otras fiestas datan de tiem-pos coloniales; cuando inicialmente se trajeron imágenes desde España y luego se importaron especialmen-te de Guatemala, hasta que también comenzaron a confeccionarse aquí en Costa Rica ya a finales del siglo XIX. Hay aquí imágenes para la Se-mana Santa muy antiguas y venera-das de tiempos coloniales. Las her-mandades y cofradías que existen en muchas de nuestras parroquias son también parte de esta rica herencia colonial española.

    Excepciones en la historia

    A nivel de la Iglesia Universal du-rante los tres primeros siglos de la Iglesia -cuando evidentemente no

    Pbro. Fernando Alberto Vílchez Campos.Sacerdote e historiador

    Pensemos en lugares como Italia, Francia, Alemania y el resto de Europa, en América en la mayor parte de los Estados Unidos y Canadá, lo mismo

    que en Asia, África y Oceanía y en la misma Tierra Santa, donde no existen procesiones con imágenes, ni para Semana Santa, ni en otros momentos.

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    Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa Actualidadexistían procesiones con imágenes, pero sí celebraciones litúrgicas- fue un período de persecuciones, no siempre generales, pero sí muy fuer-tes, que impedían en muchas ocasio-nes las celebraciones religiosas en el Imperio Romano y la Iglesia se vio enriquecida con la sangre de gran nú-mero de mártires.

    Luego hubo excepciones en casos muy específicos. Por ejemplo, duran-te los sangrientos acontecimientos de la Revolución Francesa (1789-1804) en que se pretendió descristianizar Francia prohibiendo toda manifesta-ción religiosa -aunque en el contexto francés tampoco existían procesio-nes, pero sí se prohibieron del todo las celebraciones litúrgicas-; al pun-to de llegar a profanar la Catedral de Notre Dame y otros templos, convir-tiéndolos en lugares del culto pagano a la “diosa razón” y hubo de nuevo ejemplos elocuentes de martirio.

    Lo mismo durante los duros perío-dos de las Guerras Mundiales, entre 1914 y 1918 la Primera y, 1939 y 1945 la Segunda, cuando por razo-nes más que comprensibles, parti-cularmente en los países de Europa, no pudieron celebrarse en muchas ocasiones las celebraciones religio-sas propias de la Semana Santa y de otras festividades.

    En los tiempos de la persecución religiosa en México, entre 1914 y 1934, hubo fuertes medidas que im-ponían serias limitaciones a las ma-nifestaciones religiosas públicas y hasta en los mismos templos; con resabios incluso hasta tiempos rela-tivamente recientes que impedían las manifestaciones públicas de la fe ca-tólica mexicana.

    También el período de férrea per-secución religiosa durante la guerra civil española, entre 1936 y 1939, impuso la privación de las celebra-ciones litúrgicas y devocionales en toda España. Hay que mencionar también las fuertes limitaciones que, en los países del bloque soviético en Europa del este, entre 1917 y 1989, se impuso a las manifestaciones de la fe, o en la China y Cuba comunistas, entre tantos otros.

    Antecedentes en Costa Rica

    Este año 2020 sí es la primera vez en la historia de Costa Rica que del todo no hay celebraciones litúrgicas

    ni procesiones para la Semana Santa. Pero hay antecedentes.

    En el primer gobierno de don Braulio Carrillo Colina (1835-1836), en agosto de 1835, entre otras medi-das sobre los días religiosos festivos feriados, también se estableció la prohibición de las procesiones fuera de los templos, aunque esta medida no tuvo mucha vigencia, ni alcance a nivel nacional.

    Posteriormente, en el gobierno de don Próspero Fernández (1882-1885), en el contexto de las leyes liberales antieclesiásticas de 1884, entre otras normas establecidas, el 1° de setiembre de nuevo se prohi-bió las procesiones fuera de los tem-plos, pero tampoco en esta ocasión se mantuvo su vigencia total ni el al-cance general que se buscaba.

    En otras ocasiones, en algunos ca-sos concretos, existió también algu-na dificultad específica en algunos lugares para las celebraciones por otras razones. Como en el caso de la heroica campaña nacional contra los filibusteros entre 1856 y 1857 -que impidió la celebración en algunas comunidades específicas, como por ejemplo en Guanacaste- y sobre todo durante la posterior peste del cólera, por la que, en una población de alre-dedor de 100.000 habitantes murie-ron cerca de 10.000 personas, es de-cir, un 10% del total de la población. Se exigió entonces que se celebrara la Santa Misa no en los templos sino en campos abiertos como plazas y se limitaron las procesiones fuera de las iglesias. Pero se sabe que no en todas las comunidades se siguió al pie de la letra tal medida.

    Un muy caso particular que tam-bién consta históricamente fue du-rante la llamada “gripe española”, entre los meses de febrero y abril de 1920 -por la que, en una población de menos de 500.000 habitantes mu-rieron alrededor de 2.300 personas-, cuando se prohibieron las celebra-ciones en los templos y las fiestas pa-tronales, como por ejemplo la de San José el 19 de marzo. Pero tampoco en esta ocasión la orden fue seguida en todas las comunidades, pues mu-chas celebraciones festivas y proce-sionales se realizaron.

    También durante las erupciones del Volcán Irazú, entre 1963 y 1964, hubo dificultades para las celebra-ciones, sobre todo en las zonas más afectadas de Cartago, pero tampoco se trató de algo general.

    En todos estos casos, al no existir entonces redes sociales ni medios si-milares, los fieles celebraron los días santos, cuando no pudieron hacerlo con las celebraciones en los templos ni con las procesiones, con los me-dios de devoción popular a su alcan-ce entonces, como eran el rezo del Santo Via Crucis, del Santo Rosario, de la meditación de la “Oración a las Cinco llagas de Cristo” o de los “Sie-te dolores de la Virgen María”, entre otros.

    Primera vez a nivel general

    Como una disposición que taxati-vamente rige para todo el país, esta sí es la primera vez que no habrá ce-lebraciones litúrgicas abiertas en los templos, ni procesiones para Semana Santa y otras fiestas en Costa Rica, máxime que la orden viene inicial-mente por parte de la Conferencia Episcopal para todo el territorio na-cional y ha sido así ratificado por las autoridades del Ministerio de Salud.

    El comunicado de la Conferencia Episcopal de Costa Rica del 16 de marzo pasado estableció que, dada la actual situación de emergencia que vive el país y en vistas a cola-borar para evitar la expansión del covid-19, se deben “suspender todas las Procesiones, Vía Crucis y otros ejercicios de piedad en forma públi-ca durante esta Cuaresma y Triduo Pascual”, además de la suspensión “de jornadas de formación, reunio-nes de organización de actividades, catequesis diversas y retiros espiri-tuales, que impliquen la aglomera-ción de personas”, lo mismo que se suspenden “las Liturgias Penitencia-les (jornadas extraordinarias de con-fesión) durante esta Cuaresma”.

    Otro comunicado de la Conferen-cia Episcopal de Costa Rica del pa-sado 18 de marzo dio un paso más allá, pues ya no sólo ordena la no realización de procesiones y demás actividades, sino que establece que, por la alerta que vivimos y en procu-ra de “salvaguardar la Vida Humana y promover la Salud Pública”, “todas las iglesias, capillas y oratorios de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica se cerrarán al culto público de los sa-cramentos” “hasta nuevo aviso”; por lo que “se invita a los fieles a par-ticipar de la Santa Misa a través de los medios de comunicación: radio, televisión e internet”. Además, esta-bleció que “se dispensa del precepto dominical a todos los fieles mientras se mantenga esta situación extraor-dinaria”. Y que “los sacerdotes de-berán de celebrar la Santa Misa en privado (sin la presencia de fieles) de conformidad con las prescripciones del Derecho Canónico”.

    Convertirlo en momento de gracia

    Vivimos un tiempo donde se nos pide “permanecer en casa”. Esta Se-mana Santa para muchos y muchas serán días justamente de estar en casa, de estar en familia, ya eso es una gran oportunidad que debe apro-vecharse positivamente.

    Que especialmente esta Semana Santa excepcional sea tiempo opor-tuno para hacer un alto, para reflexio-nar sobre el sentido de nuestra vida y el rumbo que lleva, para contemplar desde nuestro hogar, cada uno y en familia, los misterios de la fe que ce-lebramos.

    Ya que este año no podremos asis-tir físicamente a las celebraciones litúrgicas ni devocionales, que nos

    unamos espiritualmente a ellas y las sigamos al menos por los medios de comunicación a nuestro alcance; siguiendo la recomendación que se nos hace de realizar en cada ocasión la comunión espiritual con la debida reverencia.

    Además, está a nuestra mano to-mar la Sagrada Escritura para medi-tar, orar y contemplar la Pasión del Señor, o rezar el santo Via Crucis, la Coronilla, el Santo Rosario u otras formas de devoción, que nos ayuden a tener presente la entrega generosa de Cristo por la salvación del mundo. En Semana Santa hacemos presente lo que le da sentido a nuestra vida, la Vida nueva en Cristo y, especialmen-te este año, tenemos la oportunidad excepcional de hacer experiencia de esa novedad de vida que vence el mal, el pecado y la muerte.

    Después de las tinieblas viene la luz, después de la muerte viene la vida, después del sufrimiento y el dolor, viene el gozo y la paz. Que hagamos experiencia viva de ello en esta Semana Santa especial y dife-rente que para algo el Señor nos la regala, ojalá la aprovechemos y no la dejemos pasar sin más, sino que la convirtamos en un momento especial de gracia.

    Esta es una oportunidad para noso-tros los sacerdotes de valorar mucho más la celebración de la Santísima Eucaristía, ahora que la celebramos sin la presencia del pueblo, pero que es para el pueblo, y para los fieles es una oportunidad de crecer aún más en su vivencia eucarística, pues al privarse materialmente de ella por un tiempo, le permitirá anhelarla y apreciarla realmente como “el pan vivo que ha bajado del cielo” y nos da la vida.

    En el mundo entero, y ya en Costa Rica, muchos hermanos y hermanas la están pasando mal, por situacio-nes de enfermedad con el Covid-19 o por dificultades laborales y econó-micas, e incluso, lamentablemente ya muchos lloran la pérdida de se-res queridos, es la pasión de Cristo actualizada hoy en tantos hermanos y hermanas, seamos solidarios con ellos y ellas, y desde la fe vislum-bremos la luz de la Pascua de Cristo como nuestra pascua a una vida nue-va y plena de sentido en Él y sólo en Él, y por Él, abierta a los demás en sincera y profunda solidaridad, fra-ternidad y amor.

  • Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa6 •

    En estos días los templos están cerrados y las autoridades han pedido evitar aglomeraciones, con el fin de impedir la propagación del Coro-navirus (Covid-19), por lo tanto, los fieles no pueden participar, al menos físicamente, de la conmemoración del Sacrificio del Señor. En tal escenario es preciso acudir a la comunión es-piritual.

    En la Santa Eucaristía, antes de recibir la co-munión, los fieles pronuncian las siguientes pa-labras: “Señor no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanar-me”. Es la frase que dijo el centurión a Jesús en el pasaje de Mateo 8 5-13.

    El Padre Luis Paulino González, vicario del Santuario al Santo Cristo de Esquipulas, en Alajuelita, expuso que esa actitud del centurión es la misma que debería tener todo fiel cuando se acerca a recibir el Cuerpo del Señor.

    El pasado 25 de marzo, el presbítero ofreció una catequesis sobre la comunión espiritual. Señaló que no existen pasos estrictamente de-finidos para hacer la comunión espiritual, más bien se trata del modo que tiene cada uno de unirse a Cristo cuando, por alguna razón, no se puede recibir el Sacramento de la Eucaristía.

    Por ejemplo, las personas divorciadas o las celíacas (intolerantes al gluten) en ocasiones se ven privadas de comulgar, pero están invitados a hacer la comunión espiritual.

    Hoy, ante la imposibilidad de la mayoría de fieles de recibir la Sagrada Comunión, median-te las especies del pan y el vino, también se invita a los católicos a hacerla de manera es-piritual.

    En general, cabe mencionar, la Iglesia pide a los fieles abstenerse de comulgar si están en pecado grave y por alguna razón no han podido recibir el Sacramento de la Comunión.

    Los tres elementos de la Comunión Espiritual

    El vicario expuso que hay tres elementos a tomar en cuenta para hacer la comunión espi-ritual: Deseo de recibir la Sagrada Comunión, una fe viva y caridad.

    Afirmó que debe existir un deseo ardiente de recibir el Cuerpo de Cristo, de unirse al Amado, de estar con Él. Además, recalcó la importancia de estar consciente y creer verdaderamente que es el Señor quien se hace presente en el pan y en el vino.

    “Si yo no creo en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, si no creo que esa hostia es Je-sucristo vivo, muerto y resucitado, no hay una fe viva, entonces ¿para qué la voy a recibir?”, comentó el sacerdote.

    Danny Solano Gó[email protected]

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    Respecto a la caridad, mencionó que esta se trata del amor a Dios, el cual se extiende a los hermanos y se presenta en los actos concretos hacia ellos.

    La comunión sacramental y la espiritual

    El vicario mencionó una visión que al pa-recer tuvo Santa Catalina de Siena, en la cual Jesús le mostraba dos cálices y le decía: “En este cáliz de oro pongo tus comuniones sacra-mentales y en este de plata tus comuniones es-pirituales, ambos me son agradables”.

    El Padre Luis Paulino también aclaró que la comunión espiritual no sustituye la comunión eucarística, sino que ambas son complementa-rias.

    Según manifestó, la comunión espiritual dis-pone el corazón y el ánimo para la comunión sacramental, no obstante, cuando no es posi-ble la comunión sacramental, la espiritual es el medio para entrar en comunión con el Señor.

    “Si puedo recibir el Sacramento Eucarístico lo recibo, pero si no puedo porque, por ejem-plo, mi situación conyugal no me lo permite, estoy en situación de pecado grave y no he po-dido confesarme o porque estoy en cuarentena,

    cerraron las iglesias y no se celebra misa con el pueblo, pues esta es la opción que hay para entrar en comunión con el Señor”, detalló el sacerdote.

    Recordó además que “la comunión espiritual es ese Deseo Ardiente de recibirlo, cuando yo no estoy en la Eucaristía; cuando no estoy en la Misa, debería estar cultivando ese amor al Señor y ese deseo ardiente de recibirlo, que brote de una Fe Viva que opera a través de la Caridad”.

    “De otra forma, -agregó- la Comunión se convierte en una cuestión rutinaria que hago los domingos por costumbre sin saber por qué”.

    Condiciones para la comunión espiritual

    No se necesita necesariamente una fórmula o un texto aprendido, sino ante todo la actitud humilde del cora-zón que desea unirse al Señor.

    OraciónEl Padre Luis Paulino habló sobre cómo

    la oración puede servir a la hora de hacer la comunión espiritual. Usted puede hacer una oración desde su corazón que exprese ese de-seo ardiente y esa fe viva, por ejemplo: “Se-ñor yo sé que estás ahí, que es tu cuerpo y tu sangre, pero no puedo recibirte, entonces me uno espiritualmente a vos”.

    Según mencionó el sacerdote, no se necesi-ta una fórmula o un texto aprendido, sino ante todo la actitud humilde del corazón que desea unirse al Señor.

    ParticipaciónAun cuando los templos están cerrados, se

    puede seguir la Santa Misa por diferentes me-

    dios como radio, televisión e internet, a cual-quier hora del día.

    El vicario recordó que participar significa vivir la celebración, “no es poner la Misa mientras se lavan los platos o se almuerza”.

    “Dios no permita que la Misa se nos con-vierta en un programa más de entretenimien-to para no aburrirnos. Si recurrimos a dar la Misa por esos medios es porque hay situacio-nes mayores que nos obligan”, insistió.

    Sentido de comunidadEl vicario destacó la importancia del sen-

    tido de comunidad, pues en la Iglesia todos son miembros de una comunidad que vive la comunión entre sí.

    Fe y doctrina

    Otro aspecto a tomar en cuenta es que la co-munión también implica fe y disciplina, esta última se expresa a través del seguimiento de la doctrina de la Iglesia.

    “No se vale decir: “Soy católico, pero no estoy de acuerdo con la Iglesia en este tema; soy católico, pero no creo en esto; soy cató-lico, pero creo en la reencarnación o soy ca-tólico, pero estoy a favor de aborto”, aseveró el sacerdote.

    CaridadDe igual forma, el presbítero reiteró el valor

    de la caridad en la comunión espiritual, de he-cho, mencionó que, en estos días, se requiere mucho de la solidaridad con los que menos tienen y de buscar la forma de ayudar a los hermanos en medio de las circunstancias.

    ¿Cómo hacer correctamente la comunión espiritual?

    Actualidad

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    Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa

    ¿Penitencia sin confesión, en una época en que prácticamente estamos imposibilitados del sacramento de la reconciliación? El Pbro. Luis Paulino González explica cómo se puede reali-zar desde casa.

    El Vicario de la Parroquia Santo Cristo de Es-quipulas, en Alajuelita, explicó que es posible, eso sí, en cuanto exista la posibilidad hay que confesarse. Lo dijo a través de una catequesis vía Facebook, el pasado 26 de marzo.

    El sacerdote reflexionó acerca de la peniten-cia sin confesión en tiempos de emergencia nacional, iluminado por la Palabra de Dios. A la luz del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23, expresó que en este pasaje el evangelis-ta habla con claridad acerca del perdón de los pecados.

    Agregó que “la reconciliación con el Padre es un fruto de la resurrección del Señor.” Es Cristo -dice- quien da a los apóstoles la potestad del perdón de los pecados, el día de la resurrección. “Cristo lo da como una potestad a su Iglesia, le confía a su Iglesia la tarea de perdonar los pecados”.

    Precisamente porque estamos en Cuaresma, tiempo de penitencia, tiempo de conversión de volver a Dios, el sacerdote expone los cuidados que debemos tener y qué podemos hacer para estar en esa vía de reconciliación con el Señor, más aún por causa de la pandemia y con el cie-rre de templos.

    Para ello, se refirió a tres vías por las cuales Cristo realiza la reconciliación: su Palabra, los sacramentos y la oración.

    El Papa explicó cómo reconciliarse con Dios

    ActualidadActualidad

    Sofía Solano Gó[email protected]

    ¿Se puede hacer penitencia sin

    confesión?

    También habló de la contrición como una condición necesaria para que se pueda realizar nuestra reconciliación con Dios, “tanto cuando hay confesión como cuando no la hay”.

    “La contrición -dijo- es el dolor por haber pecado y el detestar el pecado como ofensa a Dios”. La contrición puede ser perfecta o im-perfecta. Perfecta, ejemplificó, “cuando uno hiere a una persona que ama y después se da cuenta de que lo hizo al verla sufrir” … “es per-fecta cuando uno se duele por los pecados por el hecho de haber faltado al amor de Dios”.

    La contrición imperfecta es por su parte el arrepentimiento que brota del temor de las con-secuencias del pecado.

    Sobre estas dos formas de arrepentimiento, el Catecismo de la Iglesia Católica expresa, de acuerdo con el sacerdote, que la contrición per-fecta brota del amor de Dios, perdona los peca-dos veniales y obtiene el perdón de los pecados mortales, si hay propósito de confesarse cuanto antes.

    Una duda muy común ante la imposibilidad de acudir al sacramento

    El Papa Francisco también lo explicó: “Si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios, Él es tu Padre. Dile la ver-dad: ‘Señor, he hecho esto, esto, esto. Per-dón’. Y pídele perdón, con todo el corazón, con el acto de dolor”.

    No obstante, esa confesión espiritual, para que sea efectiva, debe tener una pro-mesa, explicó el Pontífice: confesarse con un sacerdote en cuanto sea posible.

    Es decir, primero pedirle perdón a Dios, y a continuación prometerle: “Luego me confesaré, pero perdóname ahora”. El Papa aseguró que así “al momento volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como nos enseña el catecismo, al perdón de Dios sin tener cerca un sacerdote”.

    Homilía en la Casa Santa Marta, viernes 20 de marzo.

    “Cuando la contrición es perfecta, el perdón llega antes, incluso que la confesión, pero tiene que haber propósito de confesión y el perdón llega antes, incluso que la absolución sacra-mental”, expresó.

    La contrición, de acuerdo con el presbítero, aunque sea imperfecta les permite a las perso-nas un camino de conversión, las dispone para recibir el sacramento de la reconciliación y re-cibir la absolución sacramental. No alcanza el perdón de los pecados graves, pero si dispone para obtener ese perdón a través del sacramen-to de la confesión.

    La confesión es necesaria para el perdón de los pecados graves y es vivamente recomenda-da para los pecados veniales (leves), dijo.

    ¿Como hacer penitencia si no puedo confesarme?

    El sacerdote refirió a San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla quien habla de cinco caminos penitenciales, sin embargo, es enfático y aclara es que no es un único méto-do ni propuesta por la cual se puede hacer esta penitencia.

    Las cinco maneras de pedirle al Señor el per-dón de los pecados, según San Juan Crisóstomo son: en primera instancia la confesión, seguido del perdón de las ofensas recibidas, la oración ferviente y continuada, el cuarto se refiere a la limosna y finalmente menciona el camino de la humildad.

    Lo anterior, señaló: “No se trata de poner en práctica uno de ellos para entonces no tener que confesarse, por ejemplo, se trata de que todos nosotros tenemos que esforzarnos por recorrer estas cinco vías continuamente”.

    Al referirse a la penitencia sin confesión, dijo, “hay que tener claro que, si en esta época de cuarentena no podemos acceder a la recon-ciliación, seguimos teniendo las otras cuatro vías en las que igual tenemos que ejercitarnos siempre”.

    “Cuando no podemos recurrir a la vía ordi-naria, es decir la confesión, siempre hay cami-nos extraordinarios y Dios es quien da la gracia santificante, Él sabe cómo y en qué medida va a ir trabajando en usted”, agregó.

    Sumado a lo anterior, el sacerdote citó como complemento el Reconciliatio et paenitentia, una exhortación apostólica de San Juan Pa-blo II que habla sobre la reconciliación y en la cual exponen tres medios para alcanzarla: la oración, la meditación de la Palabra de Dios y los sacramentos. Unido a estos, dijo una vez más que no se trata de un único método o pasos para la reconciliación.

    “Cuando no podemos recurrir a la vía ordinaria, es decir la confesión, siempre hay caminos extraordinarios y Dios

    es quien da la gracia santificante, Él sabe cómo y en qué medida va a ir trabajando en usted”.

    Pbro. Luis Paulino González

  • Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa8 •

    Las siete palabras de Jesús en la cruz

    Tenemos una gran oportunidad para vivirlas y reflexionarlas

    Durante el tiempo que Nuestro Señor estuvo clavado en la cruz pro-nunció siete breves palabras de gran significado. Los evangelios recogen dichas palabras y su reflexión nos permite prepararnos para celebrar la Pascua mediante una auténtica con-versión.

    La primera palabra: “Padre per-dónalos porque no saben lo que hacen”, la encontramos en Lucas 23, 34. Cristo en medio del sufrimiento pide a su Padre que perdone a todos aquellos que lo entregaron a las au-toridades, lo torturaron, se burlaron y lo llevaron injustamente a la cruz. Cristo no pierde la confianza en su Padre, sino que en su infinito amor le pide que tenga misericordia y de esta manera nos enseña que también no-sotros debemos perdonar a quienes nos hacen daño, como lo enseña en el Padre Nuestro: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros per-donamos a los que nos ofenden”.

    La segunda palabra: “En verdad te digo que hoy mismo estarás con-migo en el paraíso”, de Lucas 23, 43. Jesús es crucificado en medio de dos ladrones uno a su izquierda y otro a su derecha. Uno lo ofende, pero el otro malhechor reprende a su compañero y le dice que lo que ellos están viviendo es justo por los delitos que cometieron. Este acto se interpreta como una defensa a Cris-to y el ladrón le pide a Jesús que se acuerde de Él en el paraíso. En esta palabra, se nos enseña el valor del perdón cuando hay verdadero arre-pentimiento.

    La tercera: “Mujer ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre”, la encontramos en el Evangelio de Juan 19, 26-27. La virgen llora en su con-dición de Madre la pasión y muerte de su hijo para la salvación del mun-do. Ella en medio del dolor recibe la bendición de ser madre de toda la

    humanidad, misión que cumple con amor.

    La cuarta palabra: “Dios mío Dios mío, ¿por qué me has abandona-do?” (Mt 27,46), nos enseña que en los momentos difíciles de la vida no debemos perder la fe en Dios, por-que nunca nos abandona y por eso es necesaria la oración. Jesucristo en medio de su padecimiento grita el inicio del Salmo 22, porque en su condición humana necesita de la ora-ción para expresar su sufrimiento en ese momento tan crítico de la muerte que lo enfrenta para llevar a cabo la obra de la salvación del mundo.

    La quinta palabra: “Tengo Sed” (Jn 19,28), nos invita a tener en todo momento sed de Dios, de buscarlo, cumplir su voluntad y que sea el cen-tro de nuestra vida. Cristo en medio de su agonía sufre también la des-hidratación debido a la pérdida de sangre originada por la flagelación, la coronación de espinas y el cargar la cruz.

    La sexta es: “Todo está cumpli-do” (Jn 18,30). Esta palabra nos en-seña que Dios tiene para cada uno de nosotros una misión que debemos cumplir en nuestra vida terrenal, y que por medio de la fe y aceptando su voluntad, podemos y debemos llevar a cabo la misión que nos tiene encomendada y en el momento de la muerte poder decir “está cumplido”. Sintiendo la cercanía de la muerte, el Señor le dice al Padre que su misión de salvar al hombre del pecado está cumplida.

    La sétima y última palabra es: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46). Jesús entre-ga su alma al Padre en profunda paz después de haber cumplido su misión en el mundo terrenal. Esta palabra nos enseña que debemos consagrar nuestras vidas a Dios y cumplir su voluntad en todo momento para que en la hora de nuestra muerte poda-mos decir en paz a Dios “en tus ma-nos encomiendo mi espíritu”.

    Fuentes: Vida Nueva Digital yTeologiahoy.com

    Una Semana Santa muy diferen-te viviremos los católicos a partir de este Domingo de Ramos. Las restricciones por la pandemia de Covid-19 harán imposibles las ce-lebraciones en los templos con pre-sencia física de los fieles, así como actos multitudinarios de piedad popular, incluidas las procesiones.

    Sin embargo, a juicio del sacer-dote sociólogo Padre David Sola-no, se presenta una oportunidad para vivir la Semana Mayor en familia, aplicando la creatividad y haciendo uso de recursos como Internet.

    “Para vivir la Semana Santa hay muchas formas, por ejemplo las más tradicionales como el Rezo del Santo Rosario y el Vía Crucis en casa, colocando un altar y una cruz, así como la meditación de las Siete Palabras”.

    Para todo esto, puntualizó el sa-cerdote, hay subsidios en Internet. Además hoy, casi todas las parro-quias hacen un esfuerzo para trans-mitir los oficios litúrgicos en redes sociales, particularmente por Face-book Live y páginas web.

    “En esta ocasión no tendremos procesiones, pero ahora tenemos la experiencia de insertarnos en el misterio de Dios utilizando los me-dios y recursos que nos ofrece el ciberespacio”, dijo.

    Adicionalmente, el portal Catho-lic.net recomienda a las familias efectuar actividades interactivas entre todos sus miembros, por ejemplo, hacer test de conocimien-tos sobre la Semana Santa, o bien manualidades en papel sobre la Úl-tima Cena, muerte y resurrección de Cristo. O bien bajar algún dibu-jo sobre la entrada a Jerusalén para colorear con los más pequeños hasta crucigramas y sopas de letras sobre el huerto y el prendimiento, todo dependerá de la creatividad de cada familia.

    Laura Ávila Chacó[email protected]

    Laura Ávila Chacó[email protected]

    Internet: aliada para vivir la

    Semana Mayor

    La creatividad familiar ayudará a fomentar la fe estos días

    Estar en casa no es impedimento para vivir la Semana Santa junto a la familia.La cruz de Jesús nos habla de amor

    Actualidad

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    Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa

    Cofradía capitalina custodia tradición de 70 años

    489 fotos reunieron a

    los fieles

    Hermandad de San Pedro y San Juan

    La Hermandad de San Pedro y San Juan cum-ple 70 años el próximo Martes Santo 7 de abril. Este grupo pertenece a la Catedral Metropolitana y fue fundado por don Miguel Romero Serrano, (ya fallecido), en 1950.

    Actualmente su hijo y dos nietos continúan la tradición. Los tres dirigen la hermandad, la cual está conformada por 10 hombres y 35 mujeres, quienes con gran devoción cargan sobre sus hombros las imágenes tanto el Viernes como el Sábado santos, así como el Domingo de Pascua.

    Aunque este año no participarán, dadas las res-tricciones impuestas a actos de piedad como las procesiones, por la necesidad de evitar contagios de la enfermedad Covid-19, los miembros se preparan a conciencia para, cuando nuevamente se pueda, mantener viva la tradición.

    Un l lamado, un servicio

    Según cuenta Miguel Romero, nieto del fun-dador, y quien desde los 12 años integra la her-mandad, su abuelo era un hombre de valores cristianos muy sólidos que desde los años 50, teniendo la edad de 17, se acercó a la Catedral Metropolitana y pudo cargar en hombros la imagen de San Juan en la procesión del Santo Encuentro. Sintió una sensación indescriptible y un llamado a seguir participando.

    “Mi abuelo siguió alzando las imágenes du-rante toda su vida siempre acompañado de su hijo Miguel y cuando nacieron sus nietos nos inculcó la devoción y el cariño a éstas; logrando que tomáramos su mismo camino”, explicó.

    Su hermano Carlos inició la tradición en el año 2001. “Al igual que yo siente la necesidad de que la tradición tenga el lugar que se merece y es así como en el año 2006 se empieza a gestar la idea de organizar en una forma más ordenada al grupo de personas que alzan las imágenes”.

    Para el 2007, ya la hermandad fue tomando fuerza y sus integrantes se uniformaron para darle identidad. “Las personas que alzan van uniformadas; tal y como lo hacen la Herman-dad del Santo Sepulcro y la Cofradía de Nuestra Señora de La Soledad, por lo que más adelan-te en el año 2010, a este grupo se le denomina formalmente la Hermandad de San Pedro y San

    Juan.” “Se integran cada año nuevas personas entre hombres y mujeres, que uniéndose a no-sotros, y junto a las personas que tienen varios años, siguen el legado de don Miguel Romero Serrano”, agregó su nieto.

    Actualmente los fieles que integran la her-mandad son de comunidades como Moravia, Paseo Colón, Desamparados, Barrio México, San Pablo de Heredia, San Sebastián, San Ra-fael Abajo y Guadalupe, entre otras.

    Un acto de fe

    Una de las condiciones para pertenecer a la hermandad es entender que se trata de un ser-vicio y que quien sale a alzar las imágenes no lo hace “para que lo vean”, o por figurar, sino como un acto de fe que se debe de valorar en su parte espiritual, demostrando con humildad la fe en Dios, en Jesucristo y el amor a la Virgen.

    Entre algunas anécdotas a lo largo de todos estos años, destaca el joven, está el hecho de que su abuelo los metía debajo de las imágenes para que sintieran lo que era ir cargando las imá-genes. “Según nosotros la íbamos alzando con apenas dos o tres años”, recuerda entre risas.

    Actualmente Miguel y su hermano -con 39 y 35 años respectivamente- se dedican no solo a fomentar la devoción de la hermandad, sino también a la música, ámbito en el que han senti-do la intercesión de San Pedro y San Juan.

    “Nos ha mantenido la fe y los valores que nuestros papás nos han inculcado, es una pa-sión, si uno no tiene esa pasión y esa fe, uno no

    estaría en la hermandad y eso nos ha hecho fuer-tes en la fe para no alejarnos de Dios. El legado de nuestro abuelo debemos mantenerlo vivo du-rante muchos años, eso lo que nos ha mantenido muy fuertes, tenemos una unión familiar muy fuerte”, coincidieron.

    Hoy la hermandad es coordinada entre cuatro personas, los dos nietos del fundador y dos mu-jeres: Sharon Alfaro y María Colombari.

    Entre nueve y 13 familias ocuparon un lugar por cada banca del templo parroquial Nuestra Señora de Fátima, en Hatillo. ¿Cómo se lo-gró?, El Pbro. Víctor Jiménez, conocido por sus feligreses como el Padre Toto, colocó sus fotografías en los asientos, haciéndoles sentir presentes en la Eucaristía de manera simbóli-ca.

    Como esta iniciativa, ha implementado otras estrategias junto al equipo de la Comisión de Comunicación de la parroquia para que los fieles sean protagonistas de la fe, en medio de esta crisis sanitaria.

    Es así como el pasado 22 de marzo el plan fue colocar velas con el nombre de los fieles, mientras que, para este Domingo de Ramos, la meta es hacer el rostro de Jesús con las inten-ciones de las personas.

    “Necesitamos que la fe sea movimiento, sobre todo que no se sienta que estoy viendo la misa como una serie de televisión, por eso pensamos en estrategias que sean de la mayor interacción posible”, dijo el sacerdote.

    Lo mismo ha sucedido con la Hora Santa, les ha pedido a los fieles tener tres velas en su casa, así, por ejemplo, “mientras rezábamos les indiqué qué hacer con ellas”, contó. Para el jueves 2 de abril les dijo que buscaran un cuchillo, un tenedor y una cuchara.

    Con respecto a las fotografías que se colo-caron en las bancas el 29 de marzo, se trató de 489 imágenes de familias, las cuales se colo-caron con el lema: Todo estará bien.

    El sacerdote siente que el beneficio es mayor que la inversión en papel y tinta, según relató las personas expresan sentirse representadas y ha recibido comentarios muy positivos. Acla-ró que la impresión se logró con el apoyo de colaboradores y el gasto fue mínimo.

    “El Espíritu Santo nos va guiando en ini-ciativas como estas”, expresó el Padre Toto, quien tiene otras ideas para lo cual debe estar atento al Facebook de la parroquia.

    Laura Ávila Chacó[email protected]

    Actualidad

    Don Miguel Romero Serrano, (en la foto), inició la tradición en el año de 1950. Fotos cortesía.

    Una de las condiciones para pertenecer a la hermandad es entender que se trata de un servicio y un acto de fe.

    Sofía Solano Gó[email protected]

  • Señor, quiero unirme cada día más a ti, porque has decidido quedarte conmigo

    y acompañarme hasta el fin de los tiempos, has decidido alimentarme con tu propio cuerpo

    a través de la Sagrada Eucaristía.Ayúdame a entender que debo amar

    y servir a los demás, pues si Tú, siendo el Rey de reyes,

    lavaste los pies a tus discípulos, yo también debo imitarte.

    Ayúdame a esforzarme y a ser la mejor versión

    de mí mismo.

    Domingo

    de Ramo

    s

    Jueves Santo

    viernes Santo

    Rey mío, Dios mío, viniste al mundo para realizar un sacrificio de amor que me dio vida en abundancia, cargaste una pesada cruz en medio de insultos y humillaciones.En tu cruz tengo las fuerzas para renovar mi corazón y vivir con optimismo sabiendo que todo lo puedo en tu amor. Confío en este gran misterio de amor y por eso no dejo de creer en Ti y en todo lo bueno que me ofreces para lograr mis sueños. Amén

    Lunes, Mar

    tes,

    Miércoles

    Santos

    Sábado

    Santo

    Mi Señor Resucitado, qué bueno es sentir que estás vivo y presente, ayúdame a permanecer siempre cerca de Ti, porque sólo de Ti me viene ese amor que me sostiene y esa fuerza que me ayuda a seguir adelante.Gracias por tu gloriosa resurrección y gracias por todoslos momentos de oración que hemos disfrutado juntos.Quiero alabarte y adorarte, porque en ningunas otras manos yo podría estar más seguro. Amén

    Domingo deResurreccion

    Bendice Señor nuestro hogar.Que tu Hijo Jesús y la Virgen María reinen en él.Danos paz, amor y respeto,para que respetándonos y amándonoslos sepamos honrar en nuestra vida familiar.Sé tú, el Rey en nuestro hogar. Amén

    Amén

  • Celebraciones familiares

    Ya es costumbre que desde hace algunos años, el Eco Católico ofrezca estas celebraciones familiares para quienes, por diversas razones, no pueden participar en las celebraciones litúrgicas de los días santos, en las parroquias o comunidades cristianas.

    Este año, dichas celebraciones revisten de especial importancia dada la medida del cierre de templos y la cancelación de todo tipo de actividades masivas como las procesiones, ante la expansión de la pandemia de Covid-19, frente a la cual se ha pedido a las personas permanecer en sus casas.

    Las presentes propuestas ofrecen pautas para la celebración, oración y meditación de la Palabra de Dios, que ayuden a quienes van a vivir intensamente la Semana Santa, a “ponerse en sintonía” con lo que celebra la Iglesia, piadosa y santamente, en el Misterio Pascual (pasión, muerte, sepultura y resurrección del Señor).

    Sugerencias• Que se respeten en todo momento las recomendaciones de las auto-

    ridades con respecto al distanciamiento social.

    • Que se elija un coordinador o coordinadora de cada celebración, lo mismo quienes tengan a cargo las lecturas y la elaboración de los signos, los que animen el canto o quien ponga música adecuada para estos días, etc.

    • Preparar con anticipación cada celebración, especialmente tomando en cuenta los signos y el ambiente en que se han de reunir.

    • Imbuir de un espíritu de oración, de espiritualidad y de celebración, de forma que no se quede en una simple reunión familiar.

    Pbro. Mario Montes MoragaBiblista, Centro Nacional de Catequesis

  • Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa12 •

    Ambientación

    La familia se reúne en un lugar adecuado. Preparan el signo para este domingo: palma sin bende-cir, o ramos de flores, de uruca, pacaya o ciprés, colocados en una mesa. O adornan el lugar de la re-unión con palma o con diversos carteles con la expresión: ¡Ho-sanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! O elaboran una corona, con creatividad propia, que les haga recordar al Rey que es Cristo, el Señor del Triunfo y la colocan en un lugar visible.

    Comienzan la reunión con un canto adecuado y el encargado dirige la celebración, empezando con la señal de la cruz. Luego, ha-cen todos juntos la siguiente ora-ción:

    Aquí estoy... “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”. En un borriquillo viene, cabalgando victorioso por la verdad y la jus-ticia. Se dirige hacia su Pasión, para llevar a plenitud el misterio de la salvación de los hombres. Humilde y pobre entra en la ciu-dad; manso y cercano. Él no gri-ta, los que le reciben sí. Salen a su encuentro, lo aclaman como Rey y Mesías; pero lo suyo es el silen-cio, la sencillez y la entrega. Po-demos correr también nosotros, primero a por nuestro ramo de olivo, después para arropar a este modesto Jesús con el más firme y limpio propósito de acompañarle

    hasta el final, hasta donde Él va a llegar para salvarnos.

    Subamos con Él a esa monta-ña, desnudos como Él, para que pueda lavarnos con su sangre y vestirnos con su gracia. “Bendito el que viene, como rey, en nombre del Señor”. Vencedor de la muer-te y del mal, condúcenos a los que en ti creemos, esperamos y ama-mos a tu gloriosa resurrección. Convierte el madero de nuestro dolor en árbol de vida. Porque... no he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor y cantar al triunfador de la muerte. Amén

    Nos preguntamos y respondemos

    Hemos comenzado la Semana Santa con la celebración del Do-mingo de Ramos ¿Qué significa para nosotros esta Semana? ¿Es tiempo de vacaciones o descanso? ¿O es algo más? ¿Cómo hemos vivido, en años anteriores, estos días tan especiales? ¿Qué es lo que más nos gusta de ella? ¿Cómo de-bemos vivirla y celebrarla? ¿Qué actitudes de Jesús nos impresio-nan y nos conmueven? ¿Qué sig-nifica el Domingo de Ramos para nosotros? ¿Por qué Jesús quiso entrar de forma humilde y pacífi-ca, a Jerusalén, un día como hoy? (Mt 21,1-11) ¿Qué imagen de Je-sús nos queda en nuestra mente y

    corazón, hoy? ¿En qué sentido es Rey?

    Proclamamos la Palabra

    Todos escuchan el Evangelio de la Pasión del Señor (Mt 26,14-27,66). O tomando el relato corto (Mt 27,11-54…desde la frase que dice: Jesús compareció ante el procurador hasta la conclusión: Verdaderamente éste era Hijo de Dios). Aquellos que lo deseen, lean una frase del relato que más le llama la atención. Luego lo re-flexionan un rato entre todos, y luego responden a las siguientes preguntas:

    - ¿Qué es lo más nos impacta del mensaje de Jesús? ¿Por qué Jesús no huye de la muerte, sino que la enfrenta y asume?

    - ¿Qué significa para usted la Eucaristía? ¿Qué está usted dis-puesto a hacer por Jesús en esta Semana Santa? ¿Estaría dispuesto a compartir su vida con los demás, sus dones, su tiempo y sus caris-mas, para construir una familia mejor, una comunidad mejor y un mundo mejor?

    - ¿Qué opina usted de los discí-pulos del Señor, especialmente de Pedro y de Judas Iscariote? ¿De los enemigos de Jesús y de Pilato el gobernador? ¿De Barrabás y de la esposa de Pilato? ¿Del pueblo que pide su muerte? ¿De las mu-jeres que lo acompañan?

    - ¿Cómo asume Jesús sus sufri-mientos (golpes, burlas, escarnios, azotes)? ¿Por qué no se bajó de la cruz? ¿Cómo se explica la oración de Jesús, tomada del Salmo 22: Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?

    - ¿Qué nos enseña Jesús con su pasión y muerte? ¿Qué significan ambos acontecimientos redento-res para nuestra vida de fe?

    Luego se hacen peticiones es-pontáneas. Se reza un Padrenues-tro, un Avemaría y se reparten los ramos, flores o palmas entre todos, cantando “Tú reinarás” (“Reine Jesús por siempre”).

    05 de abril

    Domingo de Ramos de la Pasión del Señor

    En un borriquillo viene, cabalgando victorioso por la verdad y la justicia.

    Se dirige hacia su Pasión, para llevar a plenitud el misterio de la salvación

    de los hombres. Humilde y pobre entra en la ciudad; manso y cercano. Él no grita, los que le reciben sí. Salen a su encuentro, lo aclaman como Rey y Mesías; pero lo suyo es el silencio, la

    sencillez y la entrega.

    Entrada triunfal del Señor a Jerusalén

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    Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa

    Ambientación

    Reunidos para la oración de este día, primero preparan el signo para la celebración: un frasco con perfume o una colonia, colocado en algún lugar especial donde se reúna la familia. Que el frasco esté adornado, dependiendo de la creatividad de quien lo prepare.

    Comienzan la reunión con un canto adecuado y el encargado dirige la celebración, empezando con la señal de la cruz. Luego, to-dos hacen la siguiente oración:

    Mi Señor, qué bueno es saber que escuchas mis súplicas y es-tás atento a mis necesidades, su-surrando constantemente a mi espíritu, tu invitación a vencer el miedo y a lanzarme con confian-za, a enfrentar cada una de mis batallas. Te pido que siempre pue-da tener lucidez, para tomar las mejores decisiones y diferenciar lo bueno de lo malo, esforzarme por serte fiel y no dejar que nadie me quite las ganas de hacer las cosas bien.

    Como María de Betania, quisie-ra también ponerme a tus pies y ofrecerte el mejor de mis perfu-mes, que no es otro que el de hacer obras agradables a Ti y alejarme de todo aquello que hace mal a mi alma. Gracias por recibirme una vez más, por cuidarme, por ha-cerme sentir que soy valioso e im-portante para Ti. Tú eres grande,

    poderoso e invencible, supremo y glorioso, con un corazón rico en misericordia.

    Me siento bendecido, porque en tu amor he encontrado esa paz, que me invita a luchar con todas mis fuerzas contra el pecado. Con tu presencia rebosante en amor y perdón, podré superar toda mala inclinación. Tú tocas las dimen-siones de toda mi vida y no ha-ces diferencias entre mi riqueza o pobreza, sino en cuánto amor estoy dispuesto a ofrecer. Te amo y te entrego mi corazón ahora, para que lo renueves con tu amor. Amén.

    Nos preguntamos y respondemos

    Hemos comenzado la Semana Santa con la celebración del Do-mingo de Ramos ¿Qué significó para usted este comienzo, el día de ayer? ¿Conocemos a alguna per-sona que se distinga por su gene-rosidad y entrega por los demás? ¿En la familia o la comunidad? ¿Cuál es, para nosotros, el mejor aporte y servicio, que las mujeres dan a la familia, a la sociedad y a la Iglesia? ¿Cómo tratamos a los pobres, los enfermos y los margi-nados? ¿Qué hacemos por ellos?

    Proclamamos la Palabra

    Todos escuchan el Evangelio de San Juan, correspondiente al día de hoy (Jn 12,1-11). Luego, aquellos que lo deseen, leen en voz alta una frase o versículo del relato, que más le llama la aten-ción. Luego lo reflexionan un rato y seguidamente a las siguientes preguntas:

    - ¿Qué es lo que más nos impac-ta del texto de hoy? ¿Quiénes es-taban en aquella cena, antes de la muerte de Jesús?

    - ¿Qué hizo María, a favor de Jesús? ¿Creen ustedes que Jesús

    merecía ese homenaje y atención? ¿Por qué?

    - ¿Qué opinaba Judas acerca del gesto de María? ¿Tenía razón en criticar a María o en realidad ocul-taba algo?

    - ¿Qué significa en boca de Je-sús: “a los pobres los tendrán siempre”? ¿Qué habría que hacer por ellos hoy, y en todo momento?

    - ¿Estuvo de acuerdo Jesús con este gesto del perfume? ¿Por qué María lo unge? ¿Qué significado tiene para nosotros?

    - ¿Qué nos enseña Jesús con este homenaje recibido, antes de su pa-sión?

    - Dice san Pablo que los cristia-nos “somos el buen olor de Cris-to” (2 Cor 2,15) ¿Qué puede sig-nificar para nosotros, ser un “buen perfume” para el Señor, especial-mente en esta Semana Santa?

    - ¿Qué nos enseña María de Be-tania hoy, como preparación a es-tos días santos?

    Que la familia realice oraciones espontáneas, o también se puede rezar alguno de los misterios do-lorosos del Santo Rosario. Luego, que el coordinador de la oración tome el frasco de perfume o co-lonia y le ponga un poquito en su mano a los participantes, que les recuerde el Evangelio de hoy y terminan todos cantando “Cantad alegres a Dios” o alguno que es-cojan, propio de la Semana Santa.

    Como María de Betania, quisiera también ponerme

    a tus pies y ofrecerte el mejor de mis perfumes,

    que no es otro que el de hacer obras agradables a Ti y alejarme de todo aquello

    que hace mal a mi alma. Gracias por recibirme una

    vez más, por cuidarme, por hacerme sentir que soy

    valioso e importante para Ti.

    06 de abril

    Lunes Santo¿Cuál es, para nosotros, el mejor aporte y servicio, que las mujeres dan a la familia, a la sociedad y a la Iglesia? ¿Cómo tratamos a los pobres, los enfermos y los marginados? ¿Qué hacemos por ellos?

  • Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa14 •

    Ambientación

    La familia, una vez más, se re-úne en el lugar elegido. Se coloca un bollo de pan en varios pedazos, untados con aceite, jalea o mante-quilla o algo similar, en un plato o canasta (ver Jn 13,26). Se inicia la celebración cantando “Vienen con alegría, Señor”. Luego, se reza la siguiente oración:

    Señor, te doy gracias por el don de la vida y del amor. Hoy, quie-ro pedirte que me des la capaci-dad de saber escucharte con el alma dispuesta y el corazón dó-cil y abierto a tus inspiraciones. Necesito encontrarme contigo en la oración, que me des tu fuerza y tu poder, para poder sentir con humildad, cada una de las mani-festaciones de amor, que a diario pones a todo mi alrededor.

    Quiero poder decirte con ver-dad que por Ti daría mi vida, pero luego me acuerdo de Pedro, quien sintió el pánico venir y por su debilidad, dejó que su corazón se inundara de miedo y negó has-ta tu amistad. No quiero dejarme llevar tampoco por mis decisiones humanas, sino que sea tu Palabra mi guía, pues no quisiera terminar como Judas, quien, habiendo sido testigo de tus milagros, vendió su salvación por el afán del dinero.

    Sé que seguirte exige una entre-ga total y sacrificio de muchas co-sas, pero aun así me acerco a Ti, para que me libres de mis egoís-mos, de mi orgullo y de todo aque-

    llo que no me permite donarme a tu proyecto de vida. Eres el ami-go que no defrauda, el que nunca abandona y el que, en la aparente derrota, manifiestas tu grandeza y me levantas victorioso. Te amo de todo corazón, eres el dueño de mi vida, confío en que estás a mi lado y me das la fuerza para enfrentar todas mis dificultades. Amén.

    Nos preguntamos y respondemos

    Hemos llegado al Martes Santo y el Evangelio nos cuenta de la traición de Judas. ¿Hemos sufri-do, alguna vez, una traición o de-cepción? ¿Cómo nos hemos sen-tido o reaccionado? ¿Qué sucede cuando le perdemos la confianza,

    a un familiar, amigo y demás, que nos ha defraudado?

    Proclamamos la Palabra

    Luego, se lee el texto de Juan 13,21-33.36-38, de la Biblia o del Nuevo Testamento. Después de unos momentos de silencio, que los participantes, voluntariamen-te, lean un versículo o párrafo que más les haya llamado la atención. Y después, entre todos, responden a las siguientes preguntas:

    - Después del lavatorio de los pies (Jn 13,1-14), Jesús se con-mueve ¿por qué? ¿Sabía de la trai-

    ción de Judas? ¿En qué sentido se habla de entrega? Ver Rom 4,25; 8,31-33

    - ¿Cómo reaccionan los discí-pulos ante el anuncio de Jesús? ¿Cómo aparecen Pedro y el dis-cípulo amado?, ¿Qué indica el hecho de estar reclinado sobre el pecho de Jesús? Ver Jn 1,18

    - ¿Qué hace Jesús con el pan ázimo? ¿Qué significa el gesto de dárselo al traidor? ¿Cómo se pre-senta aquí la acción del Tentador? Ver también Jn 13,2 ¿Quién es aquí, realmente, el que domina la situación?

    - ¿Le toma de sorpresa a Jesús la acción de Judas? Ver el v.27

    - Judas, después de comer, sale del cenáculo, “de noche” ¿Es sim-

    plemente porque era de noche o significa otra cosa más? Ver Lc 22,53; Rom 13,11-12

    - ¿Qué significa la frase de Je-sús “a donde yo voy, ustedes no pueden ir”? ¿Cuál es la pregunta de Pedro, ante esta negativa de Je-sús? ¿A qué está decidido? ¿Qué le anuncia Jesús y cómo vivió Pe-dro, su propia “traición” al Señor?

    - ¿Por qué la figura de Judas nos parece tan repugnante, especial-mente en los relatos de la Pasión del Señor, y en las películas que vemos?

    - ¿Cómo aparece el discípulo amado en esta narración, contra-puestos a los demás discípulos, especialmente a Judas y Pedro?

    - ¿Nos reflejamos en estos discí-pulos dudosos, traidores o fieles, hoy? ¿A qué se nos invita hoy, en el Evangelio que hemos medita-do?

    Se hacen peticiones espontá-neas, por parte de los participan-tes. Al final, se reza un Padre-nuestro, un Avemaría y se termina compartiendo, entre todos, el ges-to de la paz. El animador toma los pedazos de pan untado y los com-parte, como signo de comunión, con algunos de los participantes o con todos, si le alcanza, cantando el canto “Dios está aquí”, u otro. Se motivan todos a seguir partici-pando de las celebraciones de es-tos días.

    Quiero poder decirte con verdad que por Ti daría mi vida, pero luego me

    acuerdo de Pedro, quien sintió el pánico venir y por su debilidad, dejó que su

    corazón se inundara de miedo y negó hasta tu

    amistad.

    07 de abril

    Martes Santo¿Nos reflejamos en estos discípulos dudosos, traidores o fieles, hoy?

  • • 15

    Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa

    Ambientación

    Una vez más la familia se reú-ne en el lugar convenido. Como signo de este día que entre todos coloquen 30 monedas de diversa denominación en un plato, o que las pongan en una bolsa similar a la de Judas, en un lugar visible. Comienza la celebración cantan-do algún canto cuaresmal. Y lue-go, en silencio, cada uno pide a Dios perdón por sus faltas, sin de-cir nada. Luego, el animador pro-nuncia la siguiente oración:

    Señor: Mis manos están ex-tendidas hacia ti, Dios de todos y más si cabe de los humildes, como ofrenda agradecida. Porque cuando repaso la historia de mi vida, descubro que sigues siendo el que acoge a cualquier hora, al no saber nunca rechazar a quien a ti llega. Eres misericordia que no se agota, el Dios que nunca ol-vida su bondad y mantiene su pro-mesa para siempre.

    La cólera no te pertenece; es algo exclusivamente nuestro. En-trañas de misericordia es lo que eres. Hoy sigues realizando proe-zas, portentos, hazañas de amor incalculables. Me atas a ti con lazos de bondad; me eliges como amigo y confidente. Por la sangre de tu Hijo, me haces entrar a una dulce intimidad contigo. Comuni-cas a mis ojos la luz y la alegría que Tú mismo eres. Mis manos extendidas expresan todo eso:

    ¿qué dios es grande como nuestro Dios?

    Tu poder es el perdón; por eso te sobran todos los ejércitos, poli-cías o tribunales constitucionales. Tu brazo nos rescata con la vida, jamás con la fuerza de la violen-cia, algo también exclusivamente nuestro. Sólo en ti descanso y ten-go paz; sólo de ti viene mi salva-ción; sólo Tú eres la roca de mi esperanza. Déjame, Señor, estre-mecerme ante lo que eres.

    Permíteme, a pesar de los nuba-rrones que ensombrecen mi vida, arrodillarme y desahogar en ti mi corazón. Que pueda adorarte y acogerte para que me des la vida, y sepa agradecerte con toda el alma, el que hayas hecho a Cris-to para mí, para nosotros y para

    todos: sabiduría, justicia, santifi-cación y redención. Y que, por Él, por su sangre, hayamos recibido el perdón de los pecados. Por Él nos has reconciliado, y has hecho la paz por la sangre de su cruz. Amén.

    Proclamamos la Palabra

    Luego, uno de los integrantes de la familia proclama el pasaje de Mateo 26,14-25. Seguidamen-te, el que desee participar lee una frase o versículo que más le llame la atención. Luego reflexionan el texto y tratan de responder a las siguientes preguntas:

    - ¿Cuál es el trato que realiza Ju-das con los sacerdotes y en cuánto se convienen? ¿Por qué 30 mone-das de plata? Ver Gén 37,28; Éx 21,32; Zac 11,12; Mt 27,3-10

    - Aquí se habla de una fiesta ¿de cuál se trata y que se celebraba en ella? Ver Éx 12, 1-8.11-14.15-18 ¿Cómo vemos que es preparada por Jesús y sus discípulos? ¿Qué instrucciones les da el Señor?

    - Mientras comían ¿qué les anuncia Jesús a los doce? ¿Cómo reaccionan ellos?

    - ¿Qué significa “meter la mano conmigo en el plato”? Ver Sal 41,10; 55,14

    - Jesús dice la siguiente frase: “¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le

    valdría no haber nacido! ...” ¿Será una maldición, castigo o condena-ción eterna, contra el pobre Judas?

    - Al preguntar Judas a Jesús, sobre si es él quien lo va a entre-gar ¿Qué responde Jesús? Desde lo expresado en cuanto a la com-pasión y bondad para Judas ¿qué podemos decir en adelante sobre él? ¿Para qué lo eligió Cristo? Ver Mc 3,14

    - ¿Por qué Judas traicionó al Maestro? Ver Mt 26,15; Jn 12,4.6 ¿Lo sabremos del todo? ¿Desearía él realmente la muerte del Señor? Ver Mt 27,4

    Finalmente, terminan la pre-sente meditación y celebración, haciendo peticiones voluntarias a Dios, ya sea espontáneas o lle-vándolas por escrito. Como gesto, que cada uno de los participantes tomen las 30 monedas, las obser-van en silencio y reflexionan un poco personalmente sobre ellas y las van pasando, mano a mano, a todos los participantes, que harán lo mismo sin decir nada. Luego, todos rezan un Padrenuestro, un Avemaría y con el canto “Quiero ser, oh Señor, instrumento de tu paz”, dando por finalizada la acti-vidad u oración de este día.

    Nota final: para la celebración del Jueves Santo, que todos lleven víveres o alimentos no perecederos, para alistar una canasta de víveres, como signo de caridad del Jueves Santo.

    Jesús dice la siguiente frase: “¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre será

    entregado: más le valdría no haber nacido! ...” ¿Será

    una maldición, castigo o condenación eterna, contra el pobre Judas?

    08 de abril

    Miércoles SantoTu poder es el perdón; por eso te sobran todos los ejércitos, policías o tribunales constitucionales. Tu brazo nos rescata con la vida, jamás con la fuerza de la violencia, algo también exclusivamente nuestro.

  • Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa16 •

    Ambientación

    Con el Jueves Santo por la tarde, comienza el Triduo Pascual, tres días en los cuales la Iglesia cele-bra la Pascua del Señor (pasión, muerte, sepultura y resurrección, en el Viernes y Sábado Santo y el Domingo de Resurrección). La familia se reúne a celebrar es-tos misterios de Cristo. Preparan como signo para este día, una ca-nasta de víveres, ya sea previo a la reunión o al final de la misma, en señal de caridad para alguna fami-lia que esté pasando necesidad.

    Comienzan la reunión cantan-do “Amar es entregarse”. El guía o animador motiva al grupo, para que, unido a toda la Iglesia, cele-bre la institución de la Eucaristía y del sacerdocio ministerial, el mandato del amor y del servicio, gestos de Jesús que se recuerdan con intensidad en este día. Acto seguido, piden perdón al Señor, utilizando la siguiente fórmula:

    Tú, Señor, que has amado a los tuyos hasta el extremo. Señor, ten piedad.

    Tú, Señor, que has lavado los pies a tus discípulos, para que si-gamos tu ejemplo. Cristo, ten pie-dad.

    Tú, Señor, que has instituido los sacramentos del amor: la Eucaris-tía y el Orden Sacerdotal, en favor nuestro. Señor, ten piedad.

    Después del acto penitencial, el que guía la celebración reza la si-guiente oración:

    Padre, Dios, en este día de la úl-tima Cena,

    nos quedamos asombrados ante la fidelidad de Jesús a tu Plan de salvación, y ante su entrega in-condicional a la humanidad.

    En este día de la última Cena, Padre de Jesucristo, ésta es nues-tra plegaria:

    Envíanos tu Espíritu para se-guir el proyecto de Jesús.

    Que su amor nos haga gratui-tos. Que su valentía nos llene de fortaleza.

    Que su decisión alumbre nues-tra fe. Que su vida entregada nos mueva a la ternura.

    Queremos entregar nuestra vida a ti, Padre bueno.

    Ser testigos creíbles de que el amor es más fuerte.

    Amén.

    Nos preguntamos y respondemos

    ¿Conocemos a alguna persona servidora en nuestro barrio, ciu-dad o país? ¿Qué dice y hace por los demás? ¿Qué pensamos de ella? ¿Cómo la ayudamos? ¿Qué ejemplo nos transmite? ¿Cómo podemos hacer otro tanto por los pobres, los enfermos, los ancianos abandonados, en nuestra familia y comunidad?

    Proclamamos la Palabra

    El guía o animador motiva a la escucha de la Palabra de Dios. Es el texto de Juan 13,1-15. Todos escuchan y meditan el texto en un rato de silencio. Quienes deseen hacerlo, pueden leer en voz alta algún versículo o frase, que más les haya impactado. Seguidamen-te, contestan las siguientes pre-guntas:

    - ¿Cómo comienza el evange-lista San Juan el relato del lavato-rio de los pies, en la última cena? ¿Qué significa el amor de Jesús por los suyos “hasta el extremo”?

    - Nombren los diversos verbos o acciones que hace Jesús, en aque-lla cena memorable (vv.4-5)

    - ¿Por qué Pedro no se deja la-var los pies? ¿Qué le dice Jesús y luego ¿qué dice Pedro? ¿Por qué termina aceptando el gesto del Se-ñor? ¿Qué significa en boca de Je-sús que “no todos están limpios”?

    - Terminado aquel lavado de pies ¿Qué enseña Jesús? Ver tam-bién Lc 22,24-27 ¿Por qué quiso hacerlo? ¿Qué tenemos que hacer los cristianos? ¿Qué simboliza ese lavado?¿Se trata de hacerlo al pie de la letra o tiene otro sentido?

    - ¿Qué anticipa este gesto servi-cial de Jesús, con respecto al Vier-nes Santo? ¿De qué nos quiere la-var hoy, el Señor? ¿Tiene relación este gesto con el bautismo?

    - ¿Basta con ver este rito, hecho por los sacerdotes en la celebra-ción litúrgica, un día como hoy? ¿Qué aprendemos de él?

    Se termina con la oración del Padrenuestro y el Avemaría. Se-guidamente, entre todos alistan una canasta de víveres, cada uno con su aporte y la entregan a una familia en necesidad, previo co-nocimiento de su situación, como gesto de amor fraternal.

    Nota final: Para la celebración del Viernes Santo, que se consigan meda-llas en forma de cruz, o hacerlas entre varias personas de forma artesanal, para repartirlas entre todos, al final de la ce-lebración.

    Padre, Dios, en este día de la última Cena,

    nos quedamos asombrados ante la fidelidad de Jesús a tu Plan de salvación,

    y ante su entrega incondicional a la

    humanidad.

    09 de abril

    Jueves SantoTú, Señor, que has instituido los sacramentos del amor: la Eucaristía y el Orden Sacerdotal, en favor nuestro. Señor, ten piedad.

  • • 17

    Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa

    Ambientación

    Para este día de la Pasión y Muerte del Señor, que el grupo o familia preparen de antemano el signo: una cruz sola, es decir, sin Cristo, puesta en un lugar especial. O también un crucifijo. Y si pue-den, que consigan diversas cruces o medallas en forma de cruz. Se comienza la celebración cantan-do: “Camina pueblo de Dios”.

    Los participantes se ponen de rodillas (excepto quienes no pue-dan hacerlo por diversas razones) y en silencio, piden perdón al Se-ñor. Luego, se ponen de pie, y el guía reza la siguiente oración:

    Señor, Dueño del tiempo y de la historia, como Tú yo quiero ser fuego que purifica, luz que ilumi-na en medio de las tinieblas, pa-labra que consuela en medio del sufrimiento. Tú eres un Dios glo-rioso, lleno de vida y de esperan-zas. Viniste al mundo para donar-te y realizar un sacrificio perfecto de amor universal y romper así todas nuestras ataduras.

    Señor Jesucristo, Rey mío y Dios mío. Tú nos has salvado con tu sangre y preferiste la muerte en la cruz, antes que renunciar al amor. Bendito y alabado seas por tu poder derramado sobre toda la humanidad. Cargaste una pesada cruz en donde fueron depositados insultos y humillaciones, una cruz transformada en victoria que me

    dio vida en abundancia, hacién-dome capaz de enfrentar todos mis miedos y dolores.

    Tu cruz es el triunfo del amor so-bre el mal, del gozo sobre el dolor, de la verdad sobre la injusticia, de la luz sobre la oscuridad. Te doy gracias por esta acción pode-rosa y salvadora en mi vida. Con tu gracia y tu bendición, sé que también puedo llevar con alegría el peso de mi cruz, porque siento que tu amor me sostiene, me for-talece y me conduce por caminos de esperanzas.

    Confío en este gran misterio de amor y por eso no dejo de creer en Ti y en todo lo bueno que me ofre-ces para lograr mis sueños. En tu cruz consigo las fuerzas para re-novar mi corazón y vivir con ac-titud optimista creyendo que todo lo puedo en tu amor. Amén.

    Nos preguntamos y respondemos

    ¿Dónde encontramos la cruz del Señor? ¿Qué hacemos ante el do-lor o el sufrimiento, especialmen-te injusto y no merecido? ¿Qué sentido tiene el dolor? ¿En cuáles situaciones descubrimos que Dios acompaña, consuela y fortalece a quienes padecen situaciones lími-tes o en la propia vida? ¿Dios es indiferente a todo esto?

    Proclamamos la Palabra

    El texto del Evangelio que hoy se proclama es la Pasión según San Juan (Jn 18-19). Si lo desean, pueden hacer la lectura tres lecto-res, uno en el papel de narrador o cronista; otro en el papel de per-sonaje y otro el de Cristo. Luego, que cada quien, voluntariamente, lea algún versículo o frase. Y lue-go, entre todos, responden a las siguientes preguntas:

    - ¿En dónde ocurre el arresto de Jesús? ¿Cómo la afronta Jesús? ¿Por qué al decir “soy yo”, sus enemigos retroceden y caen por tierra? Ver Éx 3,15

    - Pilato entra y sale, sale y en-tra… ¿Por qué? ¿Qué le preocupa

    tanto? Ver el punto central, que es Jn 19,1-3

    - ¿Quién es realmente el juez en todo este proceso injusto? ¿Qué verdad se revela en este juicio? ¿Quién es responsable de la muer-te de Cristo?

    - Al final, Pilato hace una decla-ración solemne de Jesús ¿Cuál es? ¿A cuál rey prefirieron los judíos? ¿Qué indica esto?

    - ¿Cómo ejerce Jesús su reina-do desde la cruz? Ver Jn 19,20 en relación con el mundo. Jn 19,23-24 en relación con la comunidad, que es indivisible. Jn 19,25-27 en relación con una nueva familia, la Iglesia. Jn 19,28-30 en relación con el acontecimiento de Pente-costés (ver también Jn 7,39). Jn 19,31-37 en relación con los sa-

    cramentos del Bautismo y de la Eucaristía.

    - ¿Qué les parece el entierro de Jesús? ¿Solemne? ¿Exagerado en sus detalles y gestos de sus amigos secretos? ¿Qué indican? ¿Dónde comienza la pasión del Señor y dónde termina? Ver Jn 18,1 con Jn 19, 41-42 ¿Qué significa ese huer-to?

    - En toda su pasión, sufrimientos y muerte ¿Qué actitudes vemos en Jesús, que hoy nos pueden ayu-dar? ¿Qué ejemplo nos da ante el sufrimiento y el dolor? ¿Por qué su pasión es anticipo de gloria y resurrección? Ver Jn 3,14-17 ¿Por qué la cruz en Juan, no es patíbulo de muerte? ¿Qué hemos aprendi-do y meditado hoy Viernes Santo, en torno a la pasión gloriosa de Cristo?

    - ¿Qué hace Jesús ante su propio sufrimiento? ¿Qué hace hoy por nosotros?

    Seguidamente, si lo desean, ve-neran la cruz o el crucifijo expues-tos, con algún gesto adecuado. Termina la celebración rezando el Padrenuestro, el Avemaría y el gloria. Se termina la celebración cantando algunos de estos cantos: “Victoria, tú reinarás” o “Al pe-cho llevo una cruz”.

    Nota final: Para la celebración del Sábado Santo, que se hagan tarjetas de Pascua, con algunas frases, como “Feliz Pascua”; “Cristo ha resucitado”, “Cristo vive, Aleluya”, a repartir entre los parti-cipantes.

    Tu cruz es el triunfo del amor sobre el

    mal, del gozo sobre el dolor, de la verdad

    sobre la injusticia, de la luz sobre la

    oscuridad. Te doy gracias por esta

    acción poderosa y salvadora en mi vida.

    10 de abril

    Viernes Santo dela Pasión del Señor¿Qué hace Jesús ante su propio sufrimiento? ¿Qué hace hoy por nosotros?

  • Domingo 5 de abril 2020 - Eco Católico

    Semana Santa en familia quédate en casa18 •

    Ambientación

    En esta noche, en condiciones normales, los cristianos nos reuni-mos a celebrar la solemnísima Vi-gilia Pascual, en la que conmemo-ramos la resurrección del Señor, con varios signos muy bellos y sugerentes: el Lucernario, el can-to del Pregón Pascual, la amplia liturgia de la Palabra, liturgia bau-tismal y eucarística.

    La familia se une a la Iglesia Universal en esta sencilla celebra-ción, que recuerda el sacramento del Bautismo, en esta noche bau-tismal por excelencia.

    Como signo para esta celebra-ción, que se coloque en algún lugar especial, una vela blanca y grande, encendida desde el co-mienzo de la reunión, como sím-bolo de la luz que es Cristo Re-sucitado. O también un cuadro o imagen bien bella de Jesús Re-sucitado, adornada con flores. El animador motivará a la familia o comunidad a celebrar este aconte-cimiento fundamental de la fe, co-menzando con el canto “Resucitó, resucitó”.

    Comienzan la reunión con la se-ñal de la cruz. Seguidamente, se hace un acto penitencial interca-lando los siguientes tropos litúr-gicos:

    Tú que has destruido el pecado y la muerte con tu resurrección: Señor, ten piedad de nosotros.

    R/. Señor, ten piedad de nosotros (puede cantarse)

    Tú que has renovado la creación entera con tu resurrección: Cristo, ten piedad de nosotros. R/. Cristo, ten piedad de nosotros.

    Tú que das la alegría a los vivos y la vida a los muertos con tu re-surrección: Señor, ten piedad de nosotros. R/. Señor, ten piedad de nosotros.

    Todos rezan la siguiente oración:

    ¡Aleluya! En esta noche co-mienza nuestra nueva vida. El Señor resurge de la tierra, con-vertida en sepulcro. Dios preser-va a su Inocente, Dios protege a su Humillado, Dios libera a su Hijo asesinado. Triunfa la ino-cencia que eres, Jesús; triunfa tu vida. Sí, triunfas, surges, eres luz, vives. Esta resurrección tuya, es

    un acontecimiento concedido a la comunidad para la alegría y el gozo. Los cristianos estamos des-piertos, esperando en medio de la noche consagrada al sueño.

    Tenemos un deseo enorme de encontrarnos cuanto antes con-tigo, Jesús resucitado. Esta es una noche iluminada por el día: Cristo vive. Nuestro hombre vie-jo ha muerto en nosotros; hemos llegado a la orilla de la libertad. Cristo, vives; nosotros también vivimos contigo. La tumba que era tu prisión, se abre y sales re-sucitado.

    Vives, Señor, no estás muerto. Vives en Dios, tu Padre. Vives en cada uno de los que te aman y si-guen tu camino. Vives, Señor. Vi-ves en la justicia y en la bondad de todos los justos de la tierra. ¡Vives, no estás muerto! La vida no se puede matar; la vida es más fuerte que la muerte. Tu muerte, Jesús, es el triunfo sobre todos los

    que matan. Enséñanos a proteger y cultivar contigo la vida, ofre-ciendo a todos en nuestras manos bondad, pan y ternura. ¡Vives Se-ñor, no estás muerto! Queremos ser testigos de Alguien que vive. Amén.

    Proclamamos la Palabra

    Se proclama el texto del Evan-gelio de la Vigilia (Mt 28,1-10) Y luego, todos meditan o reflexio-nan el texto. Responden a las pre-guntas que siguen:

    - ¿A qué hora van las mujeres al sepulcro de Jesús y qué día? ¿A qué irían las mujeres a “esas ho-ras”?

    - ¿Qué sucedió? ¿Qué indica el temblor de tierra? Ver Mt 27,52

    - ¿Quién es el Ángel del Señor? Ver Éx 32,34; Mt 1,20; 2,13.19

    ¿Qué hace en presencia de las mujeres y de los soldados roma-nos? Sus vestiduras y su aspecto ¿a quién evocan? Ver Mt 17,1-2; Hech 1,14 ¿Qué produce en los guardias?

    - ¿Qué les dice a las mujeres en ese momento? ¿Cuál es la señal o prueba, aquí, de la resurrección del Señor? ¿Adónde las envía y con cuáles indicaciones?

    - ¿Qué ocurrió luego de que se fueron las mujeres? ¿Con quién se encontraron? ¿Qué