Publicación El Topo - Colombia # 14

CONTENIDO

14TOPO Red Socialista de Colombia

14Boletín El

Contenido

CONTENIDO////////////////////////////////////

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Camilo Ruiz

Camilo Ruiz

Eduardo Nieto

3.UNIDAD DE LA IZQUIERDA PARA UN GOBIERNO OBRERO Y POPULAR

4.La Izquierda errada

5.REACTIVAR LA LUCHA SOCIALISTA CON IDENTIDAD Y ROSTRO PROPIO.

6.El fallo de La Haya y el pueblo raizal.

7.Dinero, mercado y dignidad: acerca del despertar de los campesinos colombianos

8.LA TRAGEDIA DEL CASANARE: UN RECUENTO HISTÓRICO.

9.RESEÑA ACERCA DEL GOBIERNO DE ALLENDE CHILE 1973. A 40 AÑOS DEL GOLPE MILITAR DE FRANCK GAUDICHAUD

10.HOMENAJE A UN ACTIVISTA DE LOS COLORES

2.Debate en la Izquierda

J�me Rafael Nieto

J�me Rafael Nieto

José Arnulfo Bayona

�a Milena Gómez y Carlos Alb�o Duque

Ju� Camilo Gueva�

CampoE G�indo

Gilb�o Ospina Marroquìn

1. Declaración: Tiempo Rebelde

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1Declaracón:Tiempo Rebelde

TOPO 14

Por: Jaime Rafael Nieto

TIEMPO REBELDEDeclaración

En septiembre se aceleró por fin el tiempo. Se resquebrajó el presente hecho de tiempo lento, milenario. Tiempo impasible, imperturbable. Tiempo de espera, tiempo natural, naturalizado. Tiempo opresivo. Tiempo plano, de espesores. Tiempo saturado y suturado. Tiempo sin grietas, sin resistencias. Tiempo rural. Ese tiempo histórico, de estructuras latifundistas y de mansedumbres opresivas, estalló. Estalló en septiembre. Se aceleró. Fue acelerado por fuerzas disruptivas que latían en su vientre. El cielo se vistió de rayos hirientes en noches brumosas. El pasado humillado, ofendido, desconocido, irrumpió con fuerza y dominó la escena. El pasado cobrando venganza sobre el presente. La potencia del pasado colonizó el presente y lo reventó como un niño revienta espumas de aire. Este septiembre llegó un tiempo viejo y se hizo nuevo, vigoroso, desgarrador y develador. Desgarrador de velos mágicos, encantados y simuladores.

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TOPO 14Declaración

El pasado mes de septiembre otros actores cobraron vida y llenaron de vida el campo colombiano. En este breve y profundo tiempo rebelde, los campesinos, afros e indígenas de más de 20 departamentos del país hablaron en nombre del país, el mismo país que históricamente existe como si ellos no existieran. No se tomaron el “cielo por asalto”, es verdad, pero sí valles y montañas, plazas y parques, calles y autopistas, exigiendo dignidad y derechos largamente postergados. Lo llenaron todo. Saturaron el espacio de acción, movimiento y reclamos. Desgarraron y develaron injustas estructuras agrarias que niegan la tierra a quienes la trabajan, que los ponen a competir en condiciones desventajosas y leoninas en los marcos de TLC ruinosos que niegan la soberanía alimentaria y nacional. Estos campesinos brotaron de la tierra, con sus frutos y sudores en el cuerpo y en sus labios, protagonizando una de las gestas de rebeldía y de resistencia popular jamás antes conocida por Colombia en los últimos 40 años. Cuerpos en resistencia, clamores de justicia, frente a un gobierno vendido al capital, a los latifundistas y al imperio. El gran paro agrario nacional, es la potencia en movimiento, abriendo espacio al devenir, anunciando tiempos renovados, acercando el pasado al porvenir. Ni la demagogia ni la represión, que fueron las únicas respuestas ofrecidas por un gobierno sin respuestas, pudieron disuadir su fuerza telúrica, disruptiva. Con el paro agrario nacional, las grietas del presente anuncian tiempos de resistencias. El pasado apenas comienza.

Declaración final de la Cumbre Agraria y Popular: nueva convocatoria para octubre

Con el impulso del reciente Paro Nacional Agrario y Popular donde nos movilizamos millones de personas a lo largo y ancho del país, hoy nos reunimos para lanzar la Cumbre Nacional Agraria, Campesina y Popular. Nos encontramos miles de hombres y mujeres, líderes de diversos sectores populares, para compartir reflexiones sobre los logros de la reciente movilización y para contribuir a la definición de las rutas de encuentro para avanzar en la unidad del movimiento popular colombiano.

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TOPO 14Declaración

Como si fuera poco, el gobierno persigue a los cultivadores que guardan sus propias semillas para su producción, amenazando gravemente la soberanía y autonomía alimentaria nacional, y favoreciendo a los grandes monopolios globales que controlan las semillas y los insumos.

Nuestras propuestas han sido claras. Seguimos insistiendo en avanzar hacia una política de reforma agraria integral que reconozca los territorios colectivos indígenas y afro, que dote de la tierra y territorialidad necesaria al campesinado, y que desmonte los grandes latifundios que han concentrado la mayor parte de la tierra cultivable. También planteamos la derogatoria de las leyes que han incentivado el despojo, que han legalizado los robos de tierras, el desplazamiento, la apropiación indebida de baldíos y los títulos de tierras falsos auspiciados por notarios espurios.

En lo inmediato, para buscar la salida a la crisis agraria, insistimos en la necesidad urgente de implementar medidas y acciones frente a la crisis de la producción agropecuaria, que incluyan el desmonte de las políticas de libre comercio, la anulación de los Tratados internacionales que afecten a los productores nacionales y el avance hacia una integración justa y solidaria entre los pueblos de América Latina y el mundo.

En ese marco, nuestros procesos han redactado pliegos que recogen nuestras propuestas para el campo colombiano. Exigimos tierras para los pueblos que las trabajan y las cuidan, el acceso a la propiedad y tenencia de la tierra, reconocimiento al territorio y la territorialidad campesina. Lo anterior solo se lograra con la adjudicación y dotación de tierras a los campesinos, indígenas y afrocolombianos. La compra directa de tierras en cantidad suficiente y de buena calidad y la titulación inmediata de las tierras baldías que ocupan los campesinos, que cumplen los requisitos para ser adjudicatarios. También exigimos que se declaren nulas las com-pras masivas de tierras que han hecho empresas nacionales y extranjeras violando la ley 160 de 1994. Detener la política de extranjerización de tierras y Detener la reformulación del tamaño de la Unidad Agrícola Familiar (UAF), y en todo caso no disminuir la extensión que actualmente está definida.

Exigimos que el Estado fije precios de sustentación para la producción campesina, que se garantice una remuneración efectiva a los productores, así como precios accesibles para los consumidores. Exigi-mos la reducción de los precios de los combustibles, de los precios de fertilizantes, insecticidas, abonos y demás insumos agropecuarios.

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TOPO 14Declaración

En materia de minería, nuestros pliegos rechazan la gran minería transna-cional, promueven consultas populares para la definición de proyectos mineros, y la participación de los pequeños mineros en la formulación de la política agraria. También se plantean condiciones para la discusión pública de una ley marco de hidrocarburos que reoriente el manejo de la política petrolera para el bienestar y la soberanía nacional, y no para el lucro de las grandes empresas.

Exigimos una política de sustitución autónoma y concertada de cultivos de uso ilícito. Exigimos que se detengan las fumigaciones y la erradicación manual sobre los territorios, e insistimos que no se debe perseguir ni criminalizar al campesino cultivador, campesino que no debe ser tratado como delincuente, sino como víctima de los desaciertos de la política del Estado.

Luchamos por el reconocimiento político del campesinado. Exigimos que se adopten medidas y se cumplan las garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos de la población rural, la inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda, servicios públicos y vías. Creemos que la consulta previa también debe ser un derecho para el campesinado colombiano.

Las organizaciones, comunidades, pueblos, mujeres y hombres partici-pantes de la Cumbre Nacional Agraria, Campesina y Popular, rechazamos el Pacto Agrario impulsado por el gobierno de Santos. Consideramos que es la reedición del nefasto Pacto del Chicoral que agrupó a los terratenientes para detener una posible reforma agraria. La gran diferencia radica en que hoy los grandes propietarios e inversionistas del campo quieren aliarse con los pequeños productores para apropiarse de su trabajo y de su sudor.

Por esa razón desconocemos al nuevo Ministro de Agricultura, representante de un modelo de agronegocios que ha sido agente de contaminación ambiental, despojo, persecución al movimiento sindical y desmejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores. No creemos que sea la persona adecuada para impulsar la política agraria que necesita el país. Seguiremos construyendo nuestros pliegos, mandatos y planes de vida como camino a la defensa del campo y sus habitantes más humildes.

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TOPO 14Declaración

soluciones que darán respuesta al conflicto agrario y social que vivimos. Invitamos a construir nuestra iniciativa de Paz con Justicia Social.Bogotá, jueves 12 de septiembre de 2013.

Territorios y soberanía"Por la unidad y contra el Pacto", definiciones de la Cumbre Nacional Agraria y Popular

Publicado el Viernes, 13 Septiembre 2013 07:39inShare1Delegaciones de todo el país se reunieron en Bogotá después de las intensas jornadas de paro de las últimas semanas. “Para avan-zar en la unidad de los pueblos y contra el pacto agrario de Santos” fue la consigna.

Las expresiones sociales de protesta que llevan en Colombia tres semanas tienen en común su rechazo a la aplicación de políticas neoliberales que atentan contra la supervivencia del campo. Junto a la soberanía alimentaria, la población en protesta exige la garantía de una vida digna y en paz para quienes trabajan la tierra.

En la jornada participaron voceros, líderes y representantes de todos los departamentos especialmente de las zonas más afectadas con dichas políticas. Todos ofrecieron sus valoraciones del paro y sus reflexiones sobre la situación. También sus aportes al pliego de reclamaciones, por el que campesinos y mineros están dispuestos a bloquear de nuevo las carreteras hasta que los acuerdos les sean favorables.

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TOPO 14Declaración

Concretamente, asistieron representantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de la iniciativa conocida como Congreso de los Pueblos, de la Mesa de Interlocución Agraria (MIA), del movimiento político Marcha Patriótica, del Coordinador Nacional Agrario (CNA) y de la Organización Nacional Indígena de Colombiana (Onic).

Muchas de las voces presentes calificaron la cumbre de este jueves 12 de septiembre como el movimiento popular colombiano más importante de los últimos 50 años. A él se sumaron la reconocida Mesa Amplia Nacional Estudiantil (Mane), los trabajadores de la Universidad Nacional en paro y el sector de la salud, también movili-zado exigiendo la garantía al derecho a la salud pública.

En tal sentido, la palabra “unidad” ha sido la más repetida en este día, con lemas como “la unidad hace la fuerza” o “el pueblo unido jamás será vencido”.

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8Debate en la Izquierda

TOPO 14

Debate en la izquierda

Por mucho tiempo llegó a pensarse que el destino y la posibilidad de las transformaciones revolucionarias en Colombia estarían ligados definitivamente al accionar de las guerrillas y su estrategia de la combinación de todas las formas de lucha. De hecho, este proyecto llegó a capturar el corazón y la mente de buena parte de la izquierda social y política del país, entre quienes la lucha armada ha ejercido un poder fascinante. Ni la tragedia de la Unión patriótica, ni el triunfo de la izquierda en algunos países de la región ensayando vías diferentes, lograron persuadir a nuestra izquierda de la necesidad de buscar otras opciones. La ineficacia de casi 50 años de lucha armada tampoco fue suficiente. El predominio de este proyecto terminaría dejando poco espacio para otras opciones de izquierda. Incluso el PDA fue visto por la guerrilla con resquemor, dada la posibilidad de que este partido pudiera disputarle la hegemonía en el campo de las izquierdas.

Por: Eduardo NietoHoy, sin embargo, esta percepción podría empezar a cambiar. Y la posibilidad de que eso suceda corre por cuenta de dos procesos transversales en esta coyuntura. Hablamos, de un lado, del proceso de negociación entre las guerrillas de las Farc y el Gobierno Nacional para buscarle una salida política al conflicto armado, y de otro, del protagonismo cada vez mayor que las multitudes insubordinadas han venido cobrando en buena parte del territorio nacional en demanda de sus derechos, tal como se ha visto en el segundo semestre de este año. Aunque aparentan guardar relación entre sí, en verdad tales procesos responden a lógicas diferentes. Con el primero llega el ocaso de una larga y dolorosa tradición. Con el segundo, el inicio de un nuevo amanecer de la esperanza para varias generaciones. Total, la coincidencia de ambos abre la posibilidad de que la acción revolucionaria en Colombia pueda por fin responder a otro libreto.

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TOPO 14

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En efecto, el proceso de solución política del conflicto armado que actualmente negocian el Gobierno y las Farc pondrá tarde que temprano a esta organización guerrillera ante la situación de tener que reconocer y admitir que la lucha armada basada en organizaciones guerrilleras no tiene viabilidad alguna como estrategia revolucionaria en la Colombia de hoy, así el combate contra las causas que dieron origen al alzamiento armado conserve toda su vigencia histórica y su validez ética y política. En consecuencia, la dirección de esta guerrilla tendrá que tomar la decisión de replantear este proyecto, sabiendo que ello ha de implicar el abandono de la lucha armada y el consecuente tránsito, en su calidad de movimiento social o político, a la acción política institucional y extra institucional de la movilización de masas. Lo que la izquierda socialista y revolucionaria espera y la opinión democrática desea, es que la presencia de las Farc en la mesa de negociaciones de La Habana esté precedida de esta decisión, sin lo cual la posibilidad de la solución negociada del conflicto armado se vería seriamente cuestionada.

Convertida en movimiento social o político, las Farc tendrían la opción de continuar la lucha por sus objetivos programáticos acudiendo a la lucha de clases social y política, en ejecución de una estrategia basada tanto en la acción y organización de las masas de trabajadores, campesinos, estudiantes, desempleados y capas medias del campo y la ciudad, sectores estos de quienes la guerrilla se ha proclamado siempre vocera y representante política, como en la pretensión de obtener posiciones en la institucionalidad del Estado. Para ello, las Farc deberán exigir del Gobierno garantías reales para que los alzados en armas puedan hacer el tránsito de reincorporarse a la sociedad, con la posibilidad de que puedan obtener presencia en los escenarios de la acción política sin los riesgos de ser eliminados físicamente por el hecho de hacerle oposición al sistema.

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Las Farc deberán exigir del Gobierno garantías reales para que los alzados en armas puedan hacer el tránsito de reincorporarse a la sociedad, con la posibilidad de que puedan obtener presencia en los escenarios de la acción política sin los riesgos de ser eliminados físicamente por el hecho de hacerle oposición al sistema.

Debate en la izquierda

En septiembre se aceleró por fin el tiempo. Se resquebrajó el presente hecho de tiempo lento, milenario. Tiempo impasible, imperturbable. Tiempo de espera, tiempo natural, naturalizado. Tiempo opresivo. Tiempo plano, de espesores. Tiempo saturado y suturado. Tiempo sin grietas, sin resistencias. Tiempo rural. Ese tiempo histórico, de estructuras latifundistas y de mansedumbres opresivas, estalló. Estalló en septiembre. Se aceleró. Fue acelerado por fuerzas disruptivas que latían en su vientre. El cielo se vistió de rayos hirientes en noches brumosas. El pasado humillado, ofendido, desconocido, irrumpió con fuerza y dominó la escena. El pasado cobrando venganza sobre el presente. La potencia del pasado colonizó el presente y lo reventó como un niño revienta espumas de aire. Este septiembre llegó un tiempo viejo y se hizo nuevo, vigoroso, desgarrador y develador. Desgarrador de velos mágicos, encantados y simuladores.

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“Coincidiendo con ese proceso, desde mitad de año hemos asistido a una seguidilla cada vez más radical y generalizada de acciones de protesta social que podrían estar marcando el inicio de una tendencia ascendente en las luchas de los trabajadores, campesinos, indígenas, jóvenes, estudiantes y mujeres, tanto en el campo como en la ciudad. Tendencia esta que cobra expresión en la intensa lucha que estos sectores han venido dando por el derecho a la vida y las libertades, por salarios y condiciones dignas de trabajo, por la soberanía alimentaria y contra los tratados de libre comercio, por la tierra con garantías económicas y políticas para cultivarla, por la defensa de la educación pública, por el derecho fundamental a la salud y por la defensa de los ecosistemas amenazados hoy por los proyectos minero-energéticos y agroindustriales del gran capital nacional y extranjero. De ella hacen parte tanto la huelga regional de 50 días protagonizada por los pobladores del Catatumbo, como el reciente paro agrario de carácter nacional que afectó a buena parte del país por tres semanas continuas. Los dos hechos más importantes de la lucha social en Colombia en lo que va corrido del presente siglo.

Después del Paro Cívico Nacional del 14 de septiembre de 1977, convocado por las cuatro centrales sindicales de la época, el país no había vivido un despliegue de la protesta social con las dimensiones, intensidad, radicalidad y cobertura socio espacial como el que se acaba de vivir con el paro nacional agrario de los meses de agosto y septiembre. Es cierto que el paro agrario de este año no tuvo los alcances del paro cívico del 77, tampoco sus protagonistas fueron los mismos; sin embargo, vale resaltar que uno y otro tuvieron en común una formidable e inusitada movilización de fuerzas y sectores sociales comprometidos con la protesta, adquiriendo ambos características propias de la huelga general de masas como rasgo distintivo. Lo vimos igualmente en el Catatumbo, como paro de carácter regional. Típicos episodios de lucha de clases, en los que lo social y lo económico reivindicativo aparecen entrelazados con lo político.

del Paro Cívico del 77

El paro agrariode este año

no tuvo los alcances

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“Colombia ha sido un país sin una fuerte y continuada tradición de huelga general como forma de expresión de la protesta y la acción de masas contra el sistema. El paro cívico nacional, que ha sido la forma en que ésta ha querido expresarse entre nosotros, fue ensayado repetidas veces durante las pasadas décadas de los ochenta y noventa, terminando en fracasos casi siempre por la pretensión de las guerrillas de querer instrumentalizarlos como parte de su estrategia armada. Tal vez por eso, después del 77 no hemos tenido una acción de masas con esas características. En un contexto diferente, los paros del Catatumbo y el agrario nacional de este año vienen a constituir, de alguna manera, una recuperación de esta forma de lucha por parte de las organizaciones naturales de las masas y sus dirigentes, sin interferencias de aparatos armados o vanguardias ajenas a ellos.

De manera pues que constituye un hecho de enorme importancia política que diferentes sectores sociales acudan cada vez con mayor frecuencia a la huelga general como forma de lucha para defender o reclamar sus derechos y enfrentar al Estado y las clases dominantes. En una escala mayor es lo mismo que vienen haciendo los jóvenes y asalariados en varios países de Europa, en el norte de Africa, en Brasil y México. Viejas y nuevas generaciones de trabajadores y campesinos, así como de jóvenes y mujeres en Colombia apenas están haciendo el aprendizaje y analizando la experiencia, sin dejar de reconocer que los resultados por efectos de la reciente jornada no pueden ser mejores en términos de logros y conquistas de derechos y reivindicaciones. El Catatumbo y el reciente paro agrario nacional son elocuentes de la eficacia de la huelga de masas como instrumento y vía para conquistar derechos y reivindicaciones. Estos ensayos de huelga de masas permitieron además que saliera a flote un conjunto variado de actores y sujetos sociales con una enorme y variada capacidad de resistencia social y política al régimen, algunos de ellos con probadas potencialidades revolucionarias.

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El replanteamiento del proyecto guerrillero que ha de derivarse del actual proceso de negociación entre las Farc y el Gobierno, vendría de esta manera a encontrarse con este proceso de recuperación de la huelga general de masas y de otras formas de rebelión social de los de abajo. La conjunción de uno y otro proceso podría dar lugar a la posibilidad de que la izquierda y la lucha de clases en Colombia puedan alcanzar desarrollos y expresiones nunca antes visto, después de mucho tiempo de sufrir el bloqueo que ha significado el predominio de las organizaciones guerrilleras y su estrategia de la combinación de todas las formas de lucha. Pero ello depende fundamentalmente de que la izquierda social y política, su dirección, redefina con claridad los alcances históricos de su proyecto político, lo cual supone, para empezar, un viraje fundamental en su estrategia política, recuperando para ésta las renovadas formas de rebelión social y de acción política que han venido ensayando los de abajo durante este período, tanto en Colombia como en otras partes del mundo, sin descartar la lucha por el logro de posiciones en la institucionalidad estatal. Sin fetichizar ni absolutizar lo uno ni lo otro, la izquierda nuestra tiene que disponerse a hacer el aprendizaje de la articulación dialéctica y oportuna de la maniobra y la posición, de la ofensiva y la defensiva, de acuerdo con el estado y evolución de la correlación de fuerzas social y política de los de abajo como factor decisivo de la estrategia revolucionaria.

Por resaltar...“

En una perspectiva revolucionaria, una estrategia de esta naturaleza exige una interacción estrecha de la izquierda con las organizaciones naturales de los trabajadores, campesinos, indígenas, jóvenes y mujeres, buscando propiciar cada vez más la politización de las luchas sociales de resistencia de los sectores subalternos de la sociedad, la vía más legítima de que el proyecto político de la izquierda adquiera a su vez una base social sólida, sin lo cual no sería posible cohesionar y darle identidad histórica al sujeto de las transformaciones anticapitalistas y socialistas en Colombia.

Sin duda, será este el tema capital del debate político que las izquierdas tendrán que afrontar con ocasión del proceso de paz entre las guerrillas y el Gobierno.

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Existen razones suficientes para pensar que en el mediano y largo plazos los pobres del campo y la ciudad tengan que ir de nuevo a la lucha. Los efectos de los tratados de libre comercio sobre el empleo y el nivel de vida de los asalariados, así como sobre los pequeños y medianos productores, constituyen factores objetivos que alientan el recurso al paro y a la huelga de masas. Las demandas por tierra, crédito y garantías políticas, derivadas de los eventuales acuerdos del Gobierno y las guerrillas, constituyen un factor adicional que dinamizaría la lucha de clases en el próximo período, con la posibilidad de que el campo se afiance como el sector más dinámico por un buen tiempo. A ello habría que agregar la decisión de los jóvenes de volver a lanzar la lucha por la defensa de la educación pública, así como la de buena parte de la población por el derecho a la salud. La dirección de la izquierda social y política tiene el deber de prepararse para darle respuesta a los retos que puedan derivarse de esta disposición de amplios sectores de masas luchar por sus derechos y reivindicaciones. Esta preparación hace parte y tiene relación directa con el debate de fondo sobre la estrategia revolucionaria que las izquierdas deberían estar ventilando a propósito de las transiciones que el proceso de paz habría de imponerle a las guerrillas. Apenas es hora.

Por resaltar...“

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El gobierno de Santos está viviendo la profundización de la crisis de representatividad y la legitimidad social, de un lado, por las protestas sociales desde el año pasado con el movimiento universitario, pasando por el paro de los caficultores, el paro en el Catatumbo hasta el reciente paro agrario a nivel nacional, el reciente fallo de la corte de La Haya, entre otros. De otro lado, por el flanco de la ultraderecha mafiosa y paramilitar, se abre una grieta al interior del poder hegemónico con el surgimiento del llamado Uribe Centro democrático, cuya expresión sintomática es la crisis del Partido de la Unidad Nacional, y finalmente la “ruptura” del Partido Verde con el gobierno. Es decir, asistimos a un desgaste de la gobernabilidad desde el bloque hegemónico sin que ello signifique que estamos ad portas de una crisis revolucionaria.

La base de la crisis de gobernabilidad, desde los poderes hegemónicos, está en la negociación del conflicto armado a través de las negociaciones con las FARC en La Habana, en la restauración de la institucionalidad como garante de la confianza inversionista multinacional, y el desplazamiento del centro del poder de los terratenientes y mafiosos por los sectores más tradicionales de la burguesía financiera, industrial y comercial. Asistimos a una crisis del régimen político que se expresa en la configuración de opciones electorales para las elecciones presidenciales y el Congreso del próximo año en donde se disputaran el Uribismo y el santismo (este último con la apuesta de Vargas Lleras en el caso de no lanzarse a la reelección el Presidente Juan Manuel).

Unidad de la izquierda para un gobierno obrero y popular

En este contexto de crisis está jugándosela por configurarse en una opción socialdemócrata la Alianza Partido Verde-Progresista. Esta opción del recurso de “la tercería” tendría posibilidades si no hay dirección revolucionaria con fuerza social.

Para la izquierda anticapitalista y antiimperialista las crecientes condiciones de movilización y organización popular son el mejor momento para avanzar en las conquistas de derechos sociales y ciudadanos y en jugársela por una opción de gobierno y de poder alternativo. Es un hecho por destacar que la rebelión social y la revolución desde abajo se han potenciado, considerando la noche negra de los gobiernos de la seguridad y la confianza inversionista de Uribe y Santos. Se revive la historia de rebelión social y popular desde el Bogotazo, el Paro cívico del 77, con el reciente Paro Agrario, en una continuidad histórica de la lucha por las soluciones estructurales, en los últimos sesenta años de Colombia.

No puede la izquierda anticapitalista y antiimperialista, desaprovechar los actuales momentos de lucha social, para levantar las consignas estratégicas y de poder alternativo a los gobiernos de hegemonía liberal-conservador. Y este poder desde abajo no se decreta sino en caliente, cuando las tendencias ascendentes de la protesta y la lucha social confrontan al gobierno.

Unidad de la izquierdapara un gobierno

Por Camilo RuizOBRERO POPULAR

soluciones que darán respuesta al conflicto agrario y social que vivimos. Invitamos a construir nuestra iniciativa de Paz con Justicia Social.Bogotá, jueves 12 de septiembre de 2013.

Territorios y soberanía"Por la unidad y contra el Pacto", definiciones de la Cumbre Nacional Agraria y Popular

Publicado el Viernes, 13 Septiembre 2013 07:39inShare1Delegaciones de todo el país se reunieron en Bogotá después de las intensas jornadas de paro de las últimas semanas. “Para avan-zar en la unidad de los pueblos y contra el pacto agrario de Santos” fue la consigna.

Las expresiones sociales de protesta que llevan en Colombia tres semanas tienen en común su rechazo a la aplicación de políticas neoliberales que atentan contra la supervivencia del campo. Junto a la soberanía alimentaria, la población en protesta exige la garantía de una vida digna y en paz para quienes trabajan la tierra.

En la jornada participaron voceros, líderes y representantes de todos los departamentos especialmente de las zonas más afectadas con dichas políticas. Todos ofrecieron sus valoraciones del paro y sus reflexiones sobre la situación. También sus aportes al pliego de reclamaciones, por el que campesinos y mineros están dispuestos a bloquear de nuevo las carreteras hasta que los acuerdos les sean favorables.

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Ahora bien, la izquierda en general, asiste a un fraccionamiento desde las rupturas políticas al interior del POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO, como el intento de unidad política más significativo en los últimos años. Hoy tenemos en el espectro político nacional diferentes opciones como el CONGRESO DE LOS PUEBLOS, MARCHA PATRIÓTICA, PAÍS COMÚN, MOVIMIENTO POR LA CONSTITUYENTE, RED SOCIALISTA, PARTIDO COMUNISTA, entre otros.

Es a estos últimos que hacemos el llamado para construir una ruta de unidad de acción como opción de poder. Y aquí no podemos esperar a una disolución orgánica de las diferentes expresiones de la izquierda, sino a la creación de un Frente o Coalición política con un programa de poder anticapitalista y democrático. Debemos insistir que después de las rupturas al interior del POLO, el escenario ha cambiado y es necesario ser realista en cuanto a las posibilidades de unidad. Esperar a resolver todas las diferencias ideológicas en la izquierda anticapitalista y democrática es una ilusión.

La coyuntura política no puede ser resuelta apoyando la Reelección de Santos, o al Uribismo, o al Polo o al Partido Alianza Verde. Es necesario abrir una apuesta de la izquierda anticapitalista y democrática para redefinir el rumbo histórico del país más allá del neoliberalismo y el capitalismo. El ascenso de la lucha de clases abre el camino a las opciones anticapitalistas, antiimperialistas y democráticas en una dinámica de programa de reivindicaciones mínimas a máximas como un movimiento dialéctico, permanente y desde los movimientos sociales. No pueden ponerle a la izquierda política y social la camisa de fuerza de la defensa del Estado Social de Derechos, como apuesta programática para realizar lo incumplido o borrado por las legislaciones neoliberales en los sucesivos gobiernos desde Gaviria hasta Santos, sino que debemos avanzar en las rupturas antisistémicas, que el contexto de la actual crisis capitalista y de la humanidad, exigen a los revolucionarios.

Las revoluciones no se decretan sino que ellas son circunstanciales, coyunturales y los revolucionarios debemos estar prestos a colocarnos a la altura del momento para acompañar, orientar y encauzar la rebelión social contra el gobierno y el sistema.

Es necesario agitar el programa anticapitalista y democrático en correspondencia con las recientes luchas sociales que desde diferentes sectores de abajo se han levantado espontánea-mente contra los gobiernos neoliberales y capitalistas. Es la oportunidad de la revolución desde un proyecto social alternativo a lo que hasta la fecha ha sido hegemónico. Para lograr alcanzar esta apuesta estratégica es necesario convocar a un Congreso Unitario de la izquierda social y política en donde las diferentes colectividades (Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Minga indígena, País Común, Colectivos Socialistas, Movimiento sociales, CUT, POLO) definan democráticamente los componentes del programa político y social alternativo anticapitalista y democrático, las reglas de juego y mecanismo de representación, las definiciones políticas para la participación electoral, y la acciones sociales hacia la Huelga General.

Unidad de la izquierda para un gobierno obrero y popular

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Relación

La IzquierdaPor: Jaime Rafael Nieto.

En los últimos meses la coyuntura social y política colombiana se ha hecho densa y tensa. Los acontecimientos se precipitan, los procesos se desfasan, los actores se desgarran. Se trenzan los cálculos políticos, las estrategias se confunden. Tres ejes tensionan a la izquierda en la coyuntura colombiana actual: la irrupción de la protesta social simbolizada en el paro agrario nacional, la coyuntura electoral y los diálogos de paz de la Habana.

En cada uno de estos escenarios la izquierda ensaya, improvisa, a veces prevé, otras simplemente queda perpleja. Lo más común es que yerra, no acierta. El paro agrario nacional, por ejemplo, la sorprendió. Para un observador desprevenido, sorprende a primera vista que una izquierda, que históricamente ha reclamado para sí defender y representar a los de abajo, sea tomada por sorpresa. La representación del pueblo, ese ha sido, teóricamente, su principal capital político, y articularse lo más estrechamente posible a las luchas y resistencias de los de abajo, motivarlos para la acción y darles forma política, su principal desafío y qué hacer político. La izquierda, sin embargo, no puede. Alardea, vocifera, pero ha sido incapaz de arraigo societal. Captura o reconduce estructuras organizadas, burocracias sociales, afina “correas de transmisión”, pero nada más, o quizás, un poco más. De ahí sus desfases y también su aislamiento. Encerrada y entretenida en sus mezquinas disputas burocráticas, personalistas o electoralistas, no puede sino estar de espaldas a las masas, a la gente del común, a sus necesidades y a sus luchas. La izquierda vive encumbrada. De cumbre en cumbre. Politizada en extremo, divisionista y sectaria, no ha podido superar la brecha entre lo social y lo político, como se dice, entre la politización de lo social y la socialización de la política. Va a la zaga y no a la vanguardia como es su deseo.

16La Izquierda Errada

En efecto, el proceso de solución política del conflicto armado que actualmente negocian el Gobierno y las Farc pondrá tarde que temprano a esta organización guerrillera ante la situación de tener que reconocer y admitir que la lucha armada basada en organizaciones guerrilleras no tiene viabilidad alguna como estrategia revolucionaria en la Colombia de hoy, así el combate contra las causas que dieron origen al alzamiento armado conserve toda su vigencia histórica y su validez ética y política. En consecuencia, la dirección de esta guerrilla tendrá que tomar la decisión de replantear este proyecto, sabiendo que ello ha de implicar el abandono de la lucha armada y el consecuente tránsito, en su calidad de movimiento social o político, a la acción política institucional y extra institucional de la movilización de masas. Lo que la izquierda socialista y revolucionaria espera y la opinión democrática desea, es que la presencia de las Farc en la mesa de negociaciones de La Habana esté precedida de esta decisión, sin lo cual la posibilidad de la solución negociada del conflicto armado se vería seriamente cuestionada.

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Relación

La desarticulación entre lo social y lo político que ha caracterizado a la izquierda colombiana no es nueva. Durante el Frente Nacional dedicó su mejor tiempo y sus mejores hombres y energías a la estrategia armada o recrudecer su canibalismo ideológico y partidista, que ha sido uno de sus rasgos característicos. No fue casual que quien de modo audaz y eficaz diera expresión política al malestar social largamente acumulado durante el Frente Nacional no fuera la izquierda sino la Anapo, un movimiento político salido de las entrañas del bipartidismo, liderado por un viejo exGeneral revestido del ropaje populista latinoamericano de los años 50s, y que no se autoproclamaba de izquierda. La huelga general de masas del 14 de septiembre de 1977 también sorprendió a la izquierda, no sólo dividida sino también sin estrategia política. El PDA, que ha sido el proyecto político más cualificado de la izquierda en toda su historia, nunca pudo trascender su visión electoralista e institucional de la política, y muy rara vez intentó sintonizarse con las luchas de resistencia de los de abajo. Sin lo social inscrito en lo político, la estrategia de la izquierda es la de producir un cambio, pero vacío, o un vacío, pero sin cambio.

Para consuelo de muchos, parece un signo de época. Estallan las revueltas de los indignados en Europa, las primaveras árabes, y a la izquierda no se le ve. Época de revoluciones sin revolucionarios. Desperdi-cio de la experiencia. La gente se indigna contra las estructuras opresivas del capital, y actúa. Pero no hay saltos cualitativos. Situaciones revolucionarias en muchos casos, pero perdidas. No hay direcciones revolucionarias. La izquierda parece aún transitar por el desierto de la acción política, mientras los movimientos se precipitan en medio de la orfandad política. ¿Es revolucionaria la izquierda? ¿Está pensando en la revolución social? ¿Tiene estrategia revolucionaria? No sabemos con precisión. Es probable que sí. Quizá la izquierda está cambiando de formato de acción política, pero si así fuera, estaríamos en presencia de una izquierda que también cambia de naturaleza.

Es Revolucionariala Izquierda¿ ?

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Frente a la irrupción social reciente como la del Catatumbo y de los campesinos durante el paro agrario nacional, la izquierda aún no sale de la perplejidad. Lo social parece escapar cada vez más, sino de su ideario, sí de su estrategia. En esto el populismo latinoamericano de los 40s y 50s dejó lecciones que la izquierda lamentablemente no aprende. Su trayectoria ha sido errática, lo social se ha reducido a la construcción de aparatos artificiosos y a la disputa por su control. La inserción telúrica en lo social ha sido esquiva, quizás ni siquiera buscada. La densidad social de la izquierda se echa de menos, sobre todo en esto ciclos de estallidos e irrupción de lo social. La poderosa irrupción de lo social muestra las potencialidades de la política de izquierda, y lo errático de la izquierda, las potencialidades de lo social para auto-representarse políticamente como izquierda. De contera, esta irrupción de lo social corrobora así mismo que la revolución social ya no pasa por la estrategia armada ni tampoco por el apoyo de la “burguesía nacional”, dos símbolos de la izquierda errada durante la segunda mitad del siglo XX y lo que va del siglo XXI.

La arena política convencional parece el escenario privilegiado de la izquierda. Pero ni siquiera aquí encontramos una izquierda asertiva, sino errática. Quiere ser gobierno pero no sabe gobernar. El experimento de las alcaldías de izquierda en Bogotá, por ejemplo, han sido deplorables, por usar un término suave. Ahora que se abre un “cuarto de ahora” para configurar una tercería de izquierda frente al uribismo y al santismo, la izquierda no acierta, parece desgranarse en sus vanidades yoistas, parece más interesada en encontrar motivos de discordia que de unidad. Oportunidades perdidas de una izquierda errada.

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19Reactivar la Lucha Socialista con Identidad y rostro propio

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Relación Reactivar la lucha socialista

con identidady rostro propio

Por: José Arnulfo Bayona

El PDA fue una experiencia unitaria que generó expectativas positivas en amplios sectores de la ciudadanía que la asumieron como una alternativa a la hegemonía de las clases dominantes, ejercida por la oligarquía económica-financiera y territorial, a través de la partidocracia liberal-conservadora, incluidas sus ramificaciones recientes el Partido de la U, Cambio Radical, el PIN, ALAS Equipo Colombia, entre otras; que además, se han caracterizado por su subordinación económica, política, financiera, diplomática y militar a los intereses y los dictámenes de la potencia imperial de los Estados Unidos y los organismos financieros internacionales el FMI y el BM.

Las disputas de poder por el control del aparato y la representación política, desatadas entre los caudillos y los grupos que hegemonizaron mayoritariamente el partido, precipitó la crisis irreversible del Polo, la cual arrastró el desgajamiento paulatino de sectores que habían concurrido a su conformación, emigraron hacia la conformación de distintos movimientos, como. Marcha Patriótica, el progresismo, el partido verde, País Común. A esto hay que sumar el escandaloso e inmoral proceso de corrupción y encarcelamiento de varios de sus connotados dirigentes, la carencia de identidades programáticas, el amorfismo organizativo y la ambigüedad e incoherencia política, como componentes que configuran los elementos centrales para completar el mapa la crisis que dio al traste con la experiencia unitaria del PDA.

El PDA estuvo lejos de ser un proyecto pluralista y careció de reglas de juego democráticas para dirimir las naturales contradicciones políticas e ideológicas surgidas de su composición variopinta. Lo que se impuso fue el método de alianzas mayoritarias entre los estalinismos y los grupos socialdemócratas, que hegemonizaron el proyecto, para “excluir” (expulsar) del partido a sectores y personas que expresaron críticas y contradicciones de distinta índole.

Reactivar la Lucha Socialista con Identidad y rostro propio

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Es necesario resaltar la precariedad de las propuestas programáticas consignadas en el “ideario de Unidad”, calificadas en palabras del propio Carlos Gaviria, como “un programa socialdemócrata disminuido”; programa que fue rebasado por las circunstancias concretas. Es precisamente su estrechez de miras lo que ha allanado el camino de la penosa crisis que llevó al PDA a su mínima expresión. Esta crisis propició el retorno a la dispersión de las izquierdas, plantea nuevos retos y exige definir prioridades, incluso en el terreno de la unidad para hacer frente a la coyuntura que expresa una mayor complejidad.

Las resistencias de los movimientos sociales

En primer lugar el estallido de luchas sociales de resistencia a las políticas del gobierno de Santos y su alianza de “Unidad Nacional” orientadas al cumplimiento su compromiso de dar continuidad a lo establecido, aplicando los mandatos del Consenso de Washington y de la economía de libre mercado.

Las resistencia de los pueblos contra la depredación ambiental de las multinacionales de la gran minería vislumbra el nacimiento de un sujeto ambiental cuya expresión más simbólica ha sido el voto negativo del 97% de la población de Piedras (Tolima) en la consulta sobre el uso de sus recursos hídricos para la explotación del oro y, las grandes movilizaciones contra proyectos minero-energéticos como el de la mina “La Colosa”, la hidroeléctrica El Quimbo, el Páramo de Santurbán y la minería a cielo abierto en Marmato. Las comunidades indígenas que coparon carreteras y veredas en multitudinarias movilizaciones exigiendo a los actores de la guerra que no sigan utilizando sus territorios para la violencia, reclamando la salida pacífica del conflicto armado, contra el modelo neoliberal y por la dignidad de sus pueblos.

“Ideario de Unidad”

socialdemócrata Un Programa

disminuido.“

Dice:Carlos Gaviria

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Las recientes y portentosas luchas campesinas, en la región del Catatumbo Norte de Santander reclamando la declaratoria de zonas de reserva campesina “por la vida, la dignidad la tenencia de la tierra y la permanencia en el territorio”; también en Boyacá, Nariño, Cauca, la Costa Atlántica, Santander; en fin, en todo el territorio nacional, expresadas en multitudinarias movilizaciones y bloqueos de carreteras y cabeceras municipales, que no lograron ser dispersadas ni disuadidas por la represión a sangre y fuego de las fuerzas armadas, ni desprestigiadas con la campaña del fantasma de la “infiltración terrorista” orquestada por los medios masivos de comunicación, para exigir políticas y reivindicaciones democráticas para el campo y denunciar los estragos que empiezan a causar los TLC firmados por los gobiernos neoliberales Uribe-Santos. Además de las incipientes acciones de huelgas y paros que viene realizando el movimiento sindical, pese a su ostensible debilitamiento, contra las transnacionales del carbón, la palma de cera y el petróleo, los maestros, la rama judicial y, recientemente las madres comunitarias, etc.

El movimiento estudiantil agrupado en la MANE, que logró movilizar a cientos de miles de jóvenes en todo el país e hizo retroceder al gobierno en su propósito de reformar la educación superior pública para favorecer el lucro del capital financiero en la universidad pública. Las víctimas de las violencias, pese a los asesinatos y las amenazas sistemáticas de las bandas paramilitares, mantienen su lucha y desarrollan movilizaciones por la recuperación de la tierra, conculcada por terratenientes y multinacionales asociados al paramilitarismo, por la paz y el derecho a la vida.

Todas estas expresiones de lucha avanzan hacia su constitución en sujetos políticos y configuran una variopinta e innovadora muestra de fuerza de los sectores oprimidos, excluidos de la sociedad por liberarse de las políticas antipopulares... (*)

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Reactivar la Lucha Socialista con Identidad y rostro propio

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responsabilizan de la pobreza que se amplía por campos y ciudades.

Todas estas expresiones de lucha avanzan hacia su constitución en sujetos políticos y configuran una variopinta e innovadora muestra de fuerza de los sectores oprimidos, excluidos de la sociedad por liberarse de las políticas antipopulares representadas hoy en las locomotoras neoliberales del gobierno de Santos, poniendo en entredicho la centenaria hegemonía del tradicionalismo liberal-conservador, incluidas sus expresiones de extrema derecha representadas en las corrientes uribistas. Al tiempo que profundizan su ilegitimidad generándoles una crisis de representación política.

Quienes son los beneficiados con la locomotora minero-energética

En segundo lugar, el gobierno y su congreso mayoritario agrupado en la MUD insisten en mantener su proyecto político neoliberal. El cínico anuncio de Santos en la cumbre ambiental de Rio de Janeiro, declarando 17 millones de hectáreas abiertas a la expansión de la acumulación capitalista en Amazonas, Putumayo y Vichada, proclamó la aprobación de las 19.000 solicitudes de títulos mineros que ya cursan en las instancias administrativas, que una vez otorgados convertirán buena parte del territorio nacional en una inmensa mina a cielo abierto, causando destrucción de numerosas fuentes de agua, que junto con los proyectos hidroeléctricos, serán los causantes de una gran catástrofe ambiental.El crecimiento de la economía ha traído mayor prosperidad a las clases ricas, a las transnacionales y al capital financiero internacional; pero solo unas cuantas gotas de tanta acumulación se derramaron sobre el mundo del trabajo. El empleo que se ha generado es precario y sin garantías de estabilidad, ni seguridad social en salud, el alto grado de informalidad laboral sigue siendo preponder-ante, y oscila entre el 50% y el 58.4%. Las clases populares pierden credibilidad sobre el gobierno de Santos y lo

Todas estas expresiones de lucha avanzan hacia su constitución en sujetos políticos y configuran una variopinta e innovadora muestra de fuerza de los sectores oprimidos, excluidos de la sociedad por liberarse de las políticas antipopulares... (*)

Ahora bien, la izquierda en general, asiste a un fraccionamiento desde las rupturas políticas al interior del POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO, como el intento de unidad política más significativo en los últimos años. Hoy tenemos en el espectro político nacional diferentes opciones como el CONGRESO DE LOS PUEBLOS, MARCHA PATRIÓTICA, PAÍS COMÚN, MOVIMIENTO POR LA CONSTITUYENTE, RED SOCIALISTA, PARTIDO COMUNISTA, entre otros.

Es a estos últimos que hacemos el llamado para construir una ruta de unidad de acción como opción de poder. Y aquí no podemos esperar a una disolución orgánica de las diferentes expresiones de la izquierda, sino a la creación de un Frente o Coalición política con un programa de poder anticapitalista y democrático. Debemos insistir que después de las rupturas al interior del POLO, el escenario ha cambiado y es necesario ser realista en cuanto a las posibilidades de unidad. Esperar a resolver todas las diferencias ideológicas en la izquierda anticapitalista y democrática es una ilusión.

La coyuntura política no puede ser resuelta apoyando la Reelección de Santos, o al Uribismo, o al Polo o al Partido Alianza Verde. Es necesario abrir una apuesta de la izquierda anticapitalista y democrática para redefinir el rumbo histórico del país más allá del neoliberalismo y el capitalismo. El ascenso de la lucha de clases abre el camino a las opciones anticapitalistas, antiimperialistas y democráticas en una dinámica de programa de reivindicaciones mínimas a máximas como un movimiento dialéctico, permanente y desde los movimientos sociales. No pueden ponerle a la izquierda política y social la camisa de fuerza de la defensa del Estado Social de Derechos, como apuesta programática para realizar lo incumplido o borrado por las legislaciones neoliberales en los sucesivos gobiernos desde Gaviria hasta Santos, sino que debemos avanzar en las rupturas antisistémicas, que el contexto de la actual crisis capitalista y de la humanidad, exigen a los revolucionarios.

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Las multitudes rebeldes derriban los poderes antidemocráticos

En tercer lugar, el conflicto social y la crisis política continúan intensificándose en todo el mundo. Las luchas de resistencia y las rebeldías siguen expresándose, tanto en Estados Unidos y Europa, como en África, el Medio Oriente y América Latina. El espíritu rebelde que hicieron sentir las multitudes, derribaron las largas dictaduras de Egipto y Túnez y estremecieron la de Bahréin; la ejemplar y digna resistencia de Palestina se irradia por todos los pueblos del medio oriente y el norte de África; en Irak, Libia y Afganistán los pueblos resisten la ofensiva recolonizadora de los EEUU, las multitudes volvieron a la lucha contra las medidas antidemocráticas del gobierno de Morsi y luego contra el golpe militar que derrocó al gobernante. En Turquía masivas movilizaciones ocuparon la plaza de Tasín en Estambul para defenderla de la decisión del reaccionario gobernante Rece Taya Erogan de derruirla para construir un complejo inmobiliario y, en Siria el pueblo apoya a su presidente Alassad en el combate a la guerra interna impuesta por Obama, Hollande e Israel. La conciencia antiimperialista crece y se consolida en los pueblos del medio oriente y, tanto en EEUU, como en Europa, los gobiernos agresores sienten el rechazo de sus gobernados a estas guerras impuestas por el gran capital.

La presidencia imperial de Obama sufrió un revés político con el rechazo generalizado a las gigantescas operaciones de espionaje desplegadas por todo el mundo incluido el pueblo norteamericano, denunciadas por el ex contratista de la CIA E Snowden y la negativa del Consejo de Seguridad de la ONU a apoyar su decisión de “castigar” con bombardeos masivos a Siria con el pretexto del uso de armas químicas contra su propio pueblo. La memoria fresca de la farsa que llevó al holocausto a millones de iraquíes impidió, por el momento, este nuevo genocidio. La propuesta de Rusia, con el apoyo de los países del ALBA y del propio presidente Sirio de destrucción controlada del arsenal químico de ese país se abrió paso y está en curso.

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La reciente asamblea de la OEA aprobó, con el voto negativo de EEUU y Canadá, una moción de rechazo a las monstruosas operaciones de espionaje del imperio sobre todos los países, incluido el pueblo norteamericano y apoyó la exigencia de la presidenta Dilma Russef para que cese el espionaje sobre su persona y su gobierno. Los gobiernos alternativos de América Latina avanzan en su política de soberanía y de modelos alternativos al modelo neoliberal. El presidente Maduro ha denunciado operaciones de saboteo eléctrico y desestabilización, orquestadas por Obama y ejecutadas por la extrema derecha venezolana; al tiempo que enfrenta dificultades en su política económica, manifestaciones de corrupción, articu-ladas con operaciones estratégicas por parte del imperio y la derecha para recuperar el control de la renta petrolera. Maduro ha anunciado medidas anticorrupción y de radicalización de la revolución para hacer frente a estas pretensiones.

El Brasil fue escenario, en el marco de la Copa Confederaciones del Futbol mundial, del desencadenamiento de un poderoso movimiento contra el alza en el transporte público, articulado con el rechazo a las cuantiosas inversiones en faraónicos estadios para el próximo campeonato mundial de Futbol que se celebrará en el 2014, atendiendo las imposiciones de la FIFA que ha puesto la cultura del futbol al servicio de la sociedad del espectáculo que beneficia la industria inmobiliaria, el capital financiero y los MASSMEDIA. La consigna justa de no más estadios y sí mas educación, mas transporte público masivo, moderno y gratuito convocó las multitudes a las calles y puso en evidencia su inconformidad contra la corrupción y los limitados alcances de los gobiernos de Lula y Dilma Russef, que han preferido “gobernar para los ricos y solo después para los traba-jadores” (Sánchez Ricardo. 2013)

En los últimos meses la coyuntura social y política colombiana se ha hecho densa y tensa. Los acontecimientos se precipitan, los procesos se desfasan, los actores se desgarran. Se trenzan los cálculos políticos, las estrategias se confunden. Tres ejes tensionan a la izquierda en la coyuntura colombiana actual: la irrupción de la protesta social simbolizada en el paro agrario nacional, la coyuntura electoral y los diálogos de paz de la Habana.

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Una fotografía a los diálogos en La Habana

En cuarto lugar, el proceso de diálogos hacia la paz adelantan en la Habana el gobierno y las FARC, constituye el centro de la coyuntura política nacional y determina el curso del debate electoral hacia las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año. La extrema derecha encabezada por el ex presidente Uribe, ha desatado una campaña orquestada por los MASSMEDIA, de abierta oposición a la salida negociada del longevo conflicto armado, creo su partido (Uribe-Centro Democrático) y promueve lista de candidatos al senado que en opinión del columnista Daniel Samper, está conformada “con militantes de antiguos movimientos políticos hundidos en su propia podredumbre”. El presidente Santos, que ha sufrido una disminución sensible de favorabilidad en las encuestas, producto de su errático y violento tratamiento a las justas luchas del movimiento campesino y popular y de los estragos de los TLC en el campo, enfrenta serias dificultades en sus pretensiones reeleccionistas, no la tiene fácil. Solo la mermelada burocrática y la nutella de los repartos presupuestales mantienen el acuerdo mayoritario de los partidos y sectores agrupados en la MUD, el apoyo al proceso de paz y a su reelección sigue muy turbio, no es unánime. Sus hermanos godos prolongaron las angustias presidenciales hasta diciembre para definir si apoyan la reelección o presentan candidato propio. Los enemigos de la paz no solo están en la extrema derecha uribista, también se encuentran agazapados dentro y fuera del gobierno. Su suerte está ligada a los resultados del proceso de paz que se negocia en la Habana.

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En el campo de “las izquierdas” el panorama sigue siendo crítico; la reciente conformación de la “Alianza Verde” con la aspiración de superar el umbral que amenaza con sacar del Congreso a los partidos minoritarios; parece que dio a luz una criatura amenazada de muerte neonatal temprana. Sin embargo, sus voceros anuncian que su actitud política dependerá de la decisión del presidente Santos sobre su reelección, puesto que darían prioridad a la lucha contra el retorno al poder del Álvaro Uribe.

El Polo sensiblemente disminuido, pese a que su candidata registra repunte en las encuestas, continua en su política de alianzas sin principios con sectores del empresariado nacional y se ha declarado abierto a alianzas con los llamados sectores democráticos del tradicionalismo liberal – conservador y del empresariado nacional. Similar posición esboza el Partido Comunista en el sentido de estar por una alianza electoral que propicie la unidad etérea de las izquierdas con sectores “democráticos y progresistas” de las clases dominantes. Estas inveteradas prácticas corren el riesgo de llevar a estos sectores de izquierdas a dejarse seducir por el falso dilema orquestado desde los medios de comunicación de optar por la reelección de santos comprometido con la paz, contra el retorno de la extrema derecha encarnada en Álvaro Uribe y su política guerrerista. No hay que olvidar que tanto la derecha de Santos, como la extrema derecha de Uribe mantienen identidad sobre la profundización del modelo neoliberal y de criminalización de la protesta social.

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Los otros sectores de izquierda, como el Movimiento Marcha Patriótica, el Congreso de los pueblos y los movimientos sociales que estos convocan, plantean la acción política alternativa, basada en la movilización y la politización de las luchas sociales y levantan un programa de reformas democráticas, por la paz, antineoliberal y antiimperialista, que debe llamar la atención de los socialistas para establecer el diálogo y el debate de ideas con estos sectores. Marcha Patriótica no ha postergado su decisión sobre su participación en la coyuntura electoral una posterior consulta democrática interna, que sin duda dependerá de los resultados de las negociaciones en la Habana.

El programa de los socialistas

Es en este contexto que los socialistas, que siempre hemos apoyado alternativas unitarias agrupadas en torno a programas de reformas y luchas democráticas debemos abordar el debate de los retos planteados por las nuevas realidades de América latina, las rebeldías y las luchas de las multitudes en distintas latitudes del planeta de clara tendencia anticapitalista, antiimperialista y ecofeminista. Tanto Europa, como Colombia y en América Latina se vive una crisis de pérdida de legitimidad de los partidos y movimientos políticos de las izquierdas, así como del sindicalismo, que quedaron atrapados en las reglas de juego impuestas por el Estado liberal y “no han sido capaces de responder a la reorganización de las formas de resistencia a la contra-reforma liberal” (Daniel Bensaid2009). Se trata de un llamado a retomar el debate sobre las luchas no solo electorales y coyunturales, sino también de construcción programática y de lucha por la superación del capitalismo, por la emancipación de los explotados y los oprimidos y la construcción del socialismo ecofeminista.

El reagrupamiento de los socialistas es una necesidad histórica, pero este será posible asumiendo el llamado a la lucha por el socialismo que reactivó el presidente Chávez y que ilumina la revolución Bolivariana. Se trata de construir el movimiento socialista con programa e identidad propios.

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El reagrupamiento de los socialistas es una necesidad histórica, pero este será posible asumiendo el llamado a la lucha por el socialismo que reactivó el presidente Chávez y que ilumina la revolución Bolivariana. Se trata de construir el movimiento socialista con programa e identidad propios. Programa que debe asumir la batalla ambiental de las multitudes en torno a la defensa del patrimonio del Amazonas y otras regiones del país, por la salvación de la vida natural y de la humanidad. La consigna de destrucción de los arsenales químicos y nucleares instalados por los EEUU en todo el mundo, que amenazan la supervivencia de la humanidad, como parte de su programa de la lucha por el derecho a la paz mundial. La exigencia de que se concrete el acuerdo de paz con las FARC y con el ELN, la lucha de las víctimas del conflicto armado, la verdad, la justicia y la reparación, la reforma agraria, campesina, indígena y afrodescendientes, que implique la superación del latifundio en todas sus formas y reivindique las aspiraciones de las masas campesinas por la tierra y la vida digna, la revocatoria de los TLC; la defensa de la soberanía alimentaria del país, por el establecimiento de formas asociativas y cooperativas de producción, distribución y consumo. la garantía de los derechos y el respeto a la diversidad sexual, la reversión de las privatizaciones de los público y la recuperación de la propiedad pública sobre los hidrocarburos, los intereses y las reivindicaciones de la clase trabajadora y los sectores populares, la recuperación de los derechos de los trabajadores y la libertad sindical. En la perspectiva de superar el capitalismo, que es una estructura mundial, por medio de las tareas de transición que sean necesarias, priorizando la alianza entre sectores obreros, estudiantiles, campesinos, indígenas y afrodescendientes, con un destacado protagonismo femenino, a la cual pueden adherir los sectores empresariales que lo encuentren conveniente.

Reagrupados los socialistas deben proponer la construcción de un Frente Único de las Izquierdas que concrete la alianza de los trabajadores y los sectores populares, que incluya las capas medias y sea el pivote de la política de alianzas estratégicas y coyunturales. Solo este método dará sentido a la unidad para la participación en las elecciones al servicio de la causa democrática y por el socialismo ecofeminista.

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29El fallo de la Haya y el pueblo Raizal

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El fallo de la Hayay el pueblo raizal

Por: CampoE Galindo

La política internacional de Juan Manuel Santos, que tantas bondades prometía cuando se posesionó y recompuso las deterioradas relaciones con el vecindario, cayó definitivamente en el fango de la politiquería supeditada al supremo interés de su reelección. Con la mira puesta en ese propósito, el gobierno ha enfrentado recientemente los diferendos con Nicaragua y Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia jugando unas cartas y escondiendo otras para ganar el aplauso de una galería fácil de alebrestar.

El litigio entre Colombia y Nicaragua por la delimitación marítima ocurre en el marco de las viejas instituciones y las viejas concepciones sobre la geopolítica de la guerra fría, marcadas por un realismo a ultranza que solo reconoce a los poderes ejecutivos como únicos interlocutores válidos del sistema jurídico internacional. El viejo concepto de soberanía, en ese orden de ideas, sigue siendo un absoluto para garantizar la seguridad dentro del orden global y dejar de lado las reivindicaciones de minorías internas que podrían desestabilizar regiones enteras del planeta.

Las minorías nacionales y las étnicas carecen de estatus político en ese contexto de vieja institucionalidad en que se siguen resolviendo o intentando resolver los litigios internacionales. Los gobiernos colombianos de Pastrana, Uribe y Santos no se sintieron obligados a mantener una permanente relación y diálogo con la comunidad Raizal de San Andrés y Providencia para hacer respetar sus intereses a lo largo de la tramitación del diferendo con el país vecino. Tampoco se los exigía la Corte Internacional de Justicia.

Las minorías nacionalesy étnicas carecen de estatus políticoen la vieja Institucionalidad

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Estas nuevas inversiones y la abrumadora presencia del funcionariado, no han logrado acallar las voces del descontento raizal con el estado colombiano, que no ha cumplido su promesa de proteger a los isleños en su identidad, su cultura y sus condiciones de vida.

Las reivindicaciones de esa minoría habitante del archipiélago son tan históricas como la indiferencia del estado colombiano respecto a ellas. Desde la época de la Regeneración a fines del siglo XIX, los gobiernos nacionales solo han querido “colombianizar” a San Andrés y Providencia, en un largo proceso que ha contado con el activismo del clero católico, especialmente los Capuchinos, disolviendo la lengua nativa, las religiones, las formas de vida y demás expresiones culturales de esa comunidad.

Un hito que fue definitivo en ese proceso de “colombianización” fue la declaración que recibió de puerto libre en 1953 por el gobierno del general Rojas Pinilla. Esa medida convirtió a las islas en una especie de colonia interna para el desarrollo del contrabando, el turismo y el saqueo ecológico perpetrado por los habitantes continentales, especialmente de la Costa Atlántica y extranjeros Sirio-libaneses. La conversión en “puerto libre” fue una maldición para la comunidad raizal; en pocas décadas fue reducida a una minoría arrinconada en su propio territorio, segregada por una marea de negocios y prácticas ajenas a su cultura, sin protección alguna por parte del estado.

El descontento que ha generado entre los Sanandresanos el reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia que asignó a Nicaragua 75.000 kilómetros cuadrados del mar Caribe, se fundamenta en que nuevamente fueron convidados de piedra en un asunto directamente relacionado con su territorio y sus condiciones de vida. Solamente cuando las cartas estaban ya jugadas y el resultado adverso para Colombia estaba dictado, el estado se acordó de esa minoría étnica y ha tratado de convertirla en uno de los factores centrales de su argumentación para evadir el cumplimiento del fallo. Solo ahora empiezan a aparecer los recursos del tesoro nacional que durante décadas han reclamado los sanandresanos para mejorar sus condiciones de vida y preservar su identidad cultural. El presidente Santos anunció el 9 de septiembre como parte de la “estrategia integral de Colombia frente al fallo de La Haya”, mediante alocución televisada, que los nuevos programas para las islas más que duplican la inversión anual histórica en su desarrollo.

Anunció

responsabilizan de la pobreza que se amplía por campos y ciudades.

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Las nuevas generaciones de Isleños han crecido bajo el sometimiento cultural de los colombianos continentales, acorralados por el turismo y los estilos de vida consumistas y mafiosos que se exportan desde el interior. El mestizaje demográfico y cultural es un proceso desbocado a partir del modelo de desarrollo de colonización y despojo impuesto por la metrópoli colombiana.Contra el fallo de La Haya, se ha esgrimido también el argumento ambiental, en particular la preservación de la reserva de la biósfera Seaflower, reconocida por la UNESCO en 2000. El gobierno ha alzado su voz ante el anuncio del Ministerio de energía y minas Nicaragüense de realizar a través de empresas norteamericanas, la perforación de pozos petroleros en aguas profundas ganadas en el litigio con Colombia. Hasta aquí, todo se puede aplaudir. Pero el gobierno de Santos no puede quedarse atrás cuando de extractivismo se trata, pues un año antes del fallo la Agencia Nacional de Hidrocarburos también había otorgado licencias para explorar y explotar pozos en la reserva marina protegida en Quitasueño y Providencia sobre casi 2 millones de hectáreas. La comunidad raizal se movilizó rápidamente contra la concesión y el presidente tuvo que renunciar al proyecto de extracción petrolífera.

Para el gobierno la depredación ambiental solo es condenable cuando la hacen los otros estados. Es la misma doble moral con la que se hizo el acuerdo con Ecuador para que su demanda por las fumigaciones con glifosato en la frontera fuera retirada de la C.I.J. La administración Santos pagará al gobierno de Correa 15 millones de dólares para programas de desarrollo en la zona limítrofe por los perjuicios causados con las aspersiones aéreas del veneno. Mientras tanto los campesinos de las zonas fumigadas en Colombia, sin quién los oiga, siguen reclamando indemnizaciones y programas de sustitución de cultivos.

La “estrategia integral de Colombia frente al fallo de La Haya” anunciada el 9 de septiembre, más allá de su consistencia jurídica, busca evadir y posponer los efectos de un problema mal tratado por gobiernos anteriores. Es conducta corriente de la clase política hacerse a la orilla para que el muerto siga aguas abajo; lo hicieron Pastrana, Uribe, y ahora Santos. La calificación de “inaplicable” para el fallo de La Haya resulta políticamente perfecta para hacerle el quite en un trance de reelección y dejar para un futuro incierto su aplicación por otro gobierno. En la misma dirección van las ya consideradas invocaciones a los derechos de los Isleños y a la integridad ambiental del archipiélago.

La presidencia imperial de Obama sufrió un revés político con el rechazo generalizado a las gigantescas operaciones de espionaje desplegadas por todo el mundo incluido el pueblo norteamericano, denunciadas por el ex contratista de la CIA E Snowden y la negativa del Consejo de Seguridad de la ONU a apoyar su decisión de “castigar” con bombardeos masivos a Siria con el pretexto del uso de armas químicas contra su propio pueblo. La memoria fresca de la farsa que llevó al holocausto a millones de iraquíes impidió, por el momento, este nuevo genocidio. La propuesta de Rusia, con el apoyo de los países del ALBA y del propio presidente Sirio de destrucción controlada del arsenal químico de ese país se abrió paso y está en curso.

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El litigio colombonicaragüense, su trámite y su resultado, le plantean a la sociedad el interrogante por el estatus de las minorías étnicas en las condiciones actuales de dominio de los mercados globalizados, lo mismo que el de las nacionalidades y los grupos originarios de los cuales provienen. Los derechos que la Constitución política de 1991 reconoce a los pueblos originarios de nuestro país, han sido un impulso a procesos identitarios que avanzaban desde momentos históricos diferentes. Desde la década de los ochentas había un proceso de organización de la comunidad raizal que quiso institucionalizar el constituyente de 1991 pero que careció en su momento tanto de la representación como de la consulta directa a esa comunidad minoritaria. Inmediatamente después de la entrada en vigencia de la Carta de 1991, el estado colombiano ratificó el Convenio 169 de la OIT de 1989 sobre los pueblos indígenas y tribales de los países independientes, que lo compromete con el respeto y la promoción de la identidad de nuestras comunidades originarias.

Tanto la Constitución como la ratificación del Convenio 169 han abierto nuevas perspectivas al movimiento raizal del archipiélago, dispuesto ahora a hacerse oir en el proceso de construcción de su propia identidad anglocaribeña, diferente a la de los otros grupos poblacionales del continente en lo religioso, lo lingüístico, lo económico y lo cultural. Los sanandresanos quieren ser primero que todo raizales con todos sus derechos, y en pleno ejercicio de ellos deberán tomar sus propias decisiones en todos los órdenes de la política nacional e internacional. No podrán seguir siendo convidados de piedra en la mesa donde otros negocian su futuro.

La globalización de las relaciones capitalistas pretende estandarizar, homogeneizar y arrasar las particularidades culturales bajo el paradigma del mercado mundial y el poder político del mundo financiero. Pero también se desarrolla paralelamente el mundo de las resistencias apalancado por las culturas; es el desafío de lo diverso, lo minoritario y lo alternativo. El estado capitalista decadente es una de esas aplanadoras –locomotoras, diría Santos– de la sociedad y de la naturaleza que pretenden uniformarlo todo –menos la distribución de la riqueza– para el dominio del capital. La “colombianización” inconsulta del pueblo sanandresano, así como la de otras minorías nacionales, materializa la relación colonial de las fuerzas dominantes del país con las comunidades que más nítidamente expresan las identidades con los pueblos originarios.

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Una democracia profunda, verdaderamente liberadora, no puede atar su suerte a las pretensiones de los viejos estados nacionales y sus disputas, concebidos dentro de una institucionalidad para la dominación de los pueblos y la apropiación de sus recursos naturales. El signo de los tiempos que vivimos, no solo en América Latina, nos obliga a mirar más allá y más acá de las imaginarias fronteras geopolíticas, donde diversos pueblos se levantan para oponerse a la globalización capitalista y reivindicarse como unidades étnicas, culturales e incluso nacionales. Esto es, entender la perspectiva de lo territorial en el mundo de las luchas emancipatorias del siglo XXI.*************** .

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En el campo de “las izquierdas” el panorama sigue siendo crítico; la reciente conformación de la “Alianza Verde” con la aspiración de superar el umbral que amenaza con sacar del Congreso a los partidos minoritarios; parece que dio a luz una criatura amenazada de muerte neonatal temprana. Sin embargo, sus voceros anuncian que su actitud política dependerá de la decisión del presidente Santos sobre su reelección, puesto que darían prioridad a la lucha contra el retorno al poder del Álvaro Uribe.

El Polo sensiblemente disminuido, pese a que su candidata registra repunte en las encuestas, continua en su política de alianzas sin principios con sectores del empresariado nacional y se ha declarado abierto a alianzas con los llamados sectores democráticos del tradicionalismo liberal – conservador y del empresariado nacional. Similar posición esboza el Partido Comunista en el sentido de estar por una alianza electoral que propicie la unidad etérea de las izquierdas con sectores “democráticos y progresistas” de las clases dominantes. Estas inveteradas prácticas corren el riesgo de llevar a estos sectores de izquierdas a dejarse seducir por el falso dilema orquestado desde los medios de comunicación de optar por la reelección de santos comprometido con la paz, contra el retorno de la extrema derecha encarnada en Álvaro Uribe y su política guerrerista. No hay que olvidar que tanto la derecha de Santos, como la extrema derecha de Uribe mantienen identidad sobre la profundización del modelo neoliberal y de criminalización de la protesta social.

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34Dinero, mercado y dignidad: Acerca del despertar de los campesinos colombianos

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Dinero, mercadoy dignidad:acerca del despertar de loscampesinos colombianos

““Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando: -Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca”. Gabriel García Márquez, Algo muy grave va a suceder en este pueblo.

Desde las formidables luchas campesinas de los años 60´s y 70´s –muchas de ellas acaudilladas por la ANUC- el país no se estremecía con una movilización campesina de tan grande magnitud como la ocurrida a comienzos del presente año y en el gran paro nacional agrario: la epopeya épica de los labriegos colombianos es aún más dramática porque, a diferencia del ambiente político-ideológico de otrora, se da en un contexto bastante adverso para la movilización de masas: el “nuevo”-liberalismo rampante.

Aunque las luchas campesinas del año en curso han contado en sus filas con huestes de amplios sectores productivos -cafeteros, paperos, lecheros, cacaoteros entre otros, cada uno con sus propias particularidades-; los campesinos cafeteros son protagonistas en el presente artículo tanto por su importancia cuantitativa en el proceso, como por iniciativa político-organizativa que mostraron al inicio de las luchas del año en curso.

1 Por: Ana Milena Gómez y Carlos Alberto Duque

1.Por: Ana Milena Gómez y Carlos Alberto Duque2.Esto no quiere decir que la única raíz de la pauperización del campesinado Colombiano sea la revaluación. Lejos de afirmar aquello, reconocemos que hay muchos otros factores (en últimas estructurales) que merecen un análisis más amplio. En el presente artículo nos vamos a enfocar sólo en la revaluación, su carácter y naturaleza, así como sus consecuencias.3.Fuente: http://www.cafedecolombia.com/particulares/es/la_tierra_del_cafe/la_gente_del_cafe/4.Ibídem

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Ahora bien, todo precio es siempre un precio monetario5. El principal mercado del café colombiano está en el primer mundo -en 2012 el 40,7% de las exportaciones fue comprado por EEUU y si a esté se le suman las ventas a Japón, Canadá, Alemania y Bélgica se tienen el 70,2% de las exportaciones6 - pero el dinero que permite hacer todas estas transacciones está expresado en monedas nacionales.

En ese contexto el ingreso real (precio interno)7 de los caficultores en Colombia, Brasil, Vietnam o Etiopía, en la esfera de la venta, depende de la relación de dos precios monetarios: el precio internacional del café (en dólares) y el precio del dólar en cada moneda nacional (pesos en el caso colombiano) o tipo de cambio. Mientras el primero varía con la oferta y demandas mundiales, el segundo admite cierta intervención del gobierno de cada estado-nación.

Aunque parezca un fenómeno puramente nominal lo que está detrás de las proporciones en que se cambian distintas monedas nacionales, esto es, de los tipos de cambio (en este caso pesos por Dólares) es la contradicción entre un mercado mundial unificado y un sistema de estados-nación, cada uno con sus sistemas monetarios.

El siguiente gráfico muestra la evolución de las dos variables (tipo de cambio y precio internacional del café) entre 2002 y 2012, así como el precio final interno del café.

5. No un simple precio relativo (Px/Py) como en la economía neoclásica donde el dinero es neutral.6.Datos de la Federación Nacional de Cafeteros. Fuente: http://www.federaciondecafeteros.org/particulares/es/quienes_somos/119_estadisticas_historicas/Ç7. En términos de una canasta de bienes consumidos en el mercado local.

Gráfico 1: Relación de precios del café (internos y externos) y Tasa de cambio (Pesos/dólares)

Relación precios del

Café

En el periodo considerado la tendencia del precio internacional del café (en dólares) ha sido al alza. Con un pico máximo en 2011 y una sensible reducción en el 2012.

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Sin embargo en lo que respecta al tipo de cambio se observa una fuerte tendencia hacia la revaluación del peso. En 2003 cada dólar se intercambiaba por $ 2.877,5 pesos; para 2012 el precio del dólar era de tan solo $1.798,23 pesos: hubo una reducción del 37,5% entre 2003 y 2012. Por cada dólar recibido de ventas en el mercado internacional, los cafeteros8 ahora reciben, en pesos, solo dos terceras partes de lo que hubieran recibido con el tipo de cambio en 2003. Así el precio interno del café (en pesos) refleja el ingreso real de los caficultores9.

Este precio interno se muestra en la gráfica 1 (línea azul) y tiene una tendencia creciente (respondiendo a los cambios de los precios internacionales). Sin embargo, desde el 2011 ha sufrido una fuerte caída explicable por la reducción de los precios internacionales del café y agravada por la continua revaluación del peso. De la mano de estos precios ha caído también el nivel de vida de los caficultores colombianos10 .

Esta situación también afecta a otros sectores exportadores tradicionales: Flores, banano, azúcar y por supuesto café han visto reducidas sus exportaciones a EEUU (principal destino de las exportaciones). Del lado de las exportaciones de café, aunque han tenido periodos de recuperación, no han estado al nivel de crecimiento con el que comenzó la última década. Sin embargo la comparación más representativa se encuen-tra en el terreno de las exportaciones de petróleo que se aprecian en el gráfico 2.

Gráfico 2: Participación porcentual exportaciones de productos básicos a EEUU

Relación

“8.Por supuesto los campesinos cafeteros no realizan el intercambio internacionaldirectamente sino a través de otros intermediarios con fuerte poder de negociación. Este asunto será tratado en otro artículo. 9.Es importante resaltar que el ingreso monetario de los caficultores no es por si mismo un indicador suficiente de su bienestar. Los precios de los insumos, así como las tasas de interés, condiciones de financiación, etc. Pueden reducir –e incluso compensar- elevados niveles de ingreso producto de favorables precios internos.

Las minorías nacionales y las étnicas carecen de estatus político en ese contexto de vieja institucionalidad en que se siguen resolviendo o intentando resolver los litigios internacionales. Los gobiernos colombianos de Pastrana, Uribe y Santos no se sintieron obligados a mantener una permanente relación y diálogo con la comunidad Raizal de San Andrés y Providencia para hacer respetar sus intereses a lo largo de la tramitación del diferendo con el país vecino. Tampoco se los exigía la Corte Internacional de Justicia.

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Así las cosas la vida y destino del medio millón de familias campesinas que viven de trabajar en laderas y sierras, así como de alrededor de 4 millones de habitantes de las zonas cafeteras, depende esencialmente, no sólo del doble juego de los precios internacionales del grano y del tipo de cambio (cosas-partes), sino de la forma en que funciona la economía como tal, de las relaciones sociales de producción-distribución (del todo): del mercado global, de la división internacional del trabajo, de un sistema de estados-nación con sus monedas nacionales y los subsecuentes flujos de capital y mercancías.

Los cafeteros tomaron la iniciativa de luchar por sus condi-ciones de vida, por su dignidad y ésta no puede defenderse en tanto no se plantee la necesidad (y posibilidad) histórica de una nueva economía, una nueva sociedad, donde los pro-ductores controlen libre y conscientemente las condiciones en las cuales se ganan la vida. No se trata de que los precios estén altos o bajos o que el tipo de cambio sea desfavorable: se trata de cuestionar y combatir el sistema de precios, el mercado, y al anquilosado estado-nación. La lucha por la dignidad de los trabajadores implica la lucha por otro mundo mejor; que es posible, si es socialista.

10 La situación del sector agropecuario colombiano es, en general, devastadora para los pequeños productores; basta con revisar las cifras de pobreza que arroja el DANE, que para 2012 registraba la pobreza urbana en 32,7% mientras la rural fue de 46,8%, así como la pobreza extrema se ubicaba en 10,4% para la primera y 22,8% para la segunda. Fuente: http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones_vida/pobreza/boletin_pobreza_2012xx.pdf

Relación

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LA TRAGEDIA DEL CASANARE:

Por: Juan Camilo Guevara

El 4 de julio de 1991 fue promulgada en Bogotá la Constitución Política de Colombia y con ella veía la luz la nueva organización política del país, donde los que se conocían como los territorios nacionales serían divididos para dar paso a la creación de nuevos departamentos, de esta forma la intendencia de Casanare se convirtió en un departamento que conservaría el nombre y que prometía ser una tierra destinada inevitablemente a el progreso. Así, fue elegido el primer gobernador por voto popular, el señor Oscar Wilches, en un principio miembro del Partido liberal y en la actualidad miembro del partido Cambio Radical, a quién la Corte Suprema de Justicia dictó orden de captura mientras se adelanta una investigación por posibles nexos con paramilitares y de esta manera junto con su creación también iniciaba su historia de ingobernabilidad, punto que retomaremos más adelante.

1. Agencia Nacional de Hidrocarburos-ANH http://www.anh.gov.co/media/asignacionAreas/2m_tierras_250713.pdf

Mientras se camina por las calles de los 19 municipios que tiene el departamento, bajo un calor abrasador -que en tiempos no tan alejados en el pasado calentaba los cuerpos asesinados de campesinos o militares, producto en un principio de la violencia guerrillera en y más reciente-mente de la violencia paramilitares fácil darse cuenta que esta tierra ya no es únicamente de aquellos llaneros que con valentía y al mando del Coronel Juan José Rondón salvaron la patria en la batalla del pantano de Vargas hace ya 194 años sino que en cambio se ha vuelto común encontrarse con paisas, boyacos, santandereanos, costeños e incluso hasta vallunos y de vez en cuando con algún hombre blanco como llaman los indígenas Guahibos a los extranjeros, esto no es gra-tuito, realmente responde a la lógica actual de la economía del departamento basada en lo que el presidente Santos ha llamado “La Locomotora Minera”, en este caso la explotación petrolera que rezago la ganadería y la agricultura, de hecho, en la página web de la Agencia Nacional de Hidrocarburos se puede encontrar un mapa donde se observa que la mayoría del territorio departamental está sometido a estudios de exploración y una buena parte del mismo está siendo explotado1.

38La tragedia del Casanare: Un recuento histórico

El descontento que ha generado entre los Sanandresanos el reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia que asignó a Nicaragua 75.000 kilómetros cuadrados del mar Caribe, se fundamenta en que nuevamente fueron convidados de piedra en un asunto directamente relacionado con su territorio y sus condiciones de vida. Solamente cuando las cartas estaban ya jugadas y el resultado adverso para Colombia estaba dictado, el estado se acordó de esa minoría étnica y ha tratado de convertirla en uno de los factores centrales de su argumentación para evadir el cumplimiento del fallo. Solo ahora empiezan a aparecer los recursos del tesoro nacional que durante décadas han reclamado los sanandresanos para mejorar sus condiciones de vida y preservar su identidad cultural. El presidente Santos anunció el 9 de septiembre como parte de la “estrategia integral de Colombia frente al fallo de La Haya”, mediante alocución televisada, que los nuevos programas para las islas más que duplican la inversión anual histórica en su desarrollo.

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La explotación de hidrocarburos ha generado grandes impactos sociales, económicos y por supuesto ambientales, para poner un único ejemplo, la capital Yopal, paso de tener aproximadamente 40.000 habitantes en 1993 a tener 133.220 en 2013 según la proyección del DANE2, un incremento del 333% en apenas 20 años. La lógica sugiere que con este auge el departamento iba a pasar del subdesarrollo a ser posiblemente uno de los sectores más desarrollados del país fundamentado en la cantidad de regalías que entrarían al mismo, por esta razón las esperanzas crecieron y el pueblo casanareño las puso en las manos de sus dirigentes.

El 1 de enero de 1995 se posesiona el médico de la Universidad Nacional Emiro Sossa como el segundo gobernador elegido por voto popular después de una ejemplar administración frente a la alcaldía de Yopal, también fue el primer gobernador destituido e inhabilitado en mayo de 1996, en el departamento se cree que la destitución fue obra de la naciente clase política y corrupta del mismo, al ver que en ese momento los recursos públicos del departamento aumentaban considerablemente porque apenas se había consolidado el petróleo como el principal factor económico; Emiro Sossa fue asesinado en Yopal en diciembre de 2001 al parecer por grupos paramilitares para evitar que al término de su inhabilidad fuera candidato a la gobernación y de esta manera evitar que un hombre fuerte de la izquierda retomará el rumbo. Mientras se ponía en firme la sanción, fue nombrado por orden presidencial el señor William Pérez y una vez esta fue ratificada también por decreto presidencial fue nombrado gobernador Efrén Antonio Hernández hasta que hubieran elecciones que definieran el gobernador que debía terminar el periodo para el que había sido elegido Emiro Sossa, en las que fue elegido Miguel Ángel Pérez. Según un artículo reciente del diario El Espectador, la corte suprema de justicia llamo a juicio por vínculos con paramilitares al señor Efrén Hernández, quien después de ser gobernador encar-gado, se desempeñó como Representante a la Cámara por Casanare3.

La explotaciónde hidrocarburosha generadograndes impactossociales,económicos y por supuestoambientales...

2. Departamento Administrativo Nacional de Estadística -DANE.http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/poblacion/proyepobla06_20/ProyeccionMunicipios2005_2020.xls3.El Espectador. http://www.elespectador.com/noticias/judicial/corte-llamo-juicio-excongresista-efren-antonio-hernande-articulo-448722

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El primero de Enero de 1998 se posesionó el abogado de la Universidad Nacional Jorge Prierto Riveros como gobernador, terminando su mandato el 31 de diciembre del año 2000. Jorge Prieto fue el gobernador que impulso la construcción de vivienda de interés social en varios municipios y también el que creó la Fundación Universitaria Internacional del Trópico Americano, institución pública de educación superior que con el transcurso de los gobiernos posteriores perdió financiación para convertirse en una institución de carácter mixto con matrículas con precios de universidad privada4.

El siguiente gobernador en la lista fue el también abogado William Hernán Pérez Espinel, quien gozo de una gran popularidad porque impulso la pavimentación, el saneamiento básico y otro tipo de obras cuyos últimos beneficiados era la población vulnerable. William Pérez termina su mandato y años después es inhabilitado por 20 años para ejercer cargos públicos y luego se entrega a la justicia para ser juzgado por la apropiación de 200.000 millones del erario público. Además de esto, según un artículo de Terra en internet5 asegura que el señor Pérez quien en la actualidad se encuentra preso por nexos con paramilitares estaría manejando desde la cárcel el destino político del departamento.

La siguiente persona en la lista de la vergüenza fue Miguel Ángel Pérez Suarez, quién fue destituido y condenado por la Corte Suprema de Justicia por recibir dineros de las Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC) para la financiación de su campaña6. Fue nombrado como gobernador encargado Helí Cala López y después el señor Whitman Porras Pérez, de quién se dice que estuvo en el cargo gracias a los oficios del exgobernador Efrén Hernández, en este momento Withman Porras está preso y condenado a 18 años de cárcel por la desaparición de 18.000 millones del erario público.

4. Unitrópico. http://www.unitropico.edu.co/index.php/admisiones/valore5.Terra. http://www.terra.com.co/elecciones_2011/votebien/html/vbn1417-william-perez-el-poder-de-un-condenado.htm6. El Tiempo. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2117855

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7. El Tiempo. http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12423514.htm8. El Tiempo. http://www.eltiempo.com/politica/mujer-acusa-a-representante-jose-perez-de-golpiza_12811262-4

En pleno auge del Uribismo y del recién creado partido de la U fue normal que el siguiente gobernador fuese de esta colectividad, llamado Óscar Raúl Flórez quién ha sido la persona que obtuvo la votación más alta en la historia de las elecciones para Gobernador en el departamento con 80.000 votos y se posesiono el primero de Enero de 2008. Óscar Flórez fue destituido e inhabilitado por la procuraduría para ejercer cargos públicos debido a irregularidades en la contratación pública. La señora Martha Gonfrier nombrada por orden presidencial termino el periodo que le correspondía a Raúl Flórez.

El primero de Enero de 2012 se posesiono como gobernador Nelson Mariño después de una larga campaña salpicada de escándalos; Nelson Mariño fue elegido por el Movimiento Afrovides, partido político de Juan Carlos Martínez Sinisterra quién fue procesado y condenado por parapolítica. Apenas un año después de haber sido elegido es destituido por la procuraduría e inhabilitado para ejercer cargos públicos por 14 años al encontrar irregularidades en un contrato por 17.000 millones de pesos7, además tiene investigaciones por presuntos nexos con los paramilitares. De esta manera se convocan elecciones para el 16 de junio de este año donde sale victorioso Marco Tulio Ruiz candidato de los de “la casita” (haciendo referencia al logo del M. Afrovides) como se le conoce a un grupo de políticos de los cuales algunos han sido sindicados e implicados en investigaciones que tienen que ver con parapolítica y que son los que manejan actualmente el panorama político en el departamento, entre los que también está el destituido Nelson Mariño y el señor José Rodolfo Pérez, conocido en el departamento como el “Negro Pérez” y hermano del exgobernador Miguel Ángel Pérez; Rodolfo Pérez es congresista de la república y recientemente estuvo involucrado en un escándalo por haberle pegado a su exesposa8. .

Después de 22 años de creación Casanare ha tenido15 gobernadores, lo que da un gobernador cada año y medio.La grave crisis de Ingobernabilidaddel departamento que hoy tiene uno delos PIB per cápita más altos del país.

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Hoy Casanare es la viva imagen de hacía donde va el país, con un modelo económico basado en la acumulación de capital para los grandes empresarios o personalidades del país a través de la explotación de materias primas mientras se descuidan sectores importantes como la agricultura y se profundiza aún más la segregación social y la concentración de la riqueza y la tierra. Casanare con toda la riqueza que posee, tiene sus vías en pésimo estado, deterioradas por las tracto mulas que circulan a diario transportando el valioso oro negro; al igual que el resto del país tiene un pésimo servicio de salud, con apenas unos cuantos hospitales en todo el departamento y ninguno de cuarto nivel, mientras el Hospital de Yopal ya construido que iba a estar dotado de la última tecnología tiene problemas estructurales debido al terreno donde se levanto y no ha sido dotado de equipos todo esto gracias a la corrupción; en el sector de la educación no es que esté mejor, colegios de pésima calidad académica, escasez de personal especializado en seguridad y aseo por lo que a los colegios les toca contratarlos sin apoyo estatal, las bibliotecas son un mito urbano y mientras las lumbreras de dirigentes que tiene se lucran con el erario público los niños estudian en condiciones indignas con un futuro incierto, ya que la universidad del departamento también fue cooptada por la corrupción y ahora las matrículas son más baratas en universidades de mejor calidad en otras ciudades; por no hablar de la situación de inseguridad que se ha generado alrededor y a causa del negocio del petróleo; de esta manera podría continuar haciendo una lista casi interminable de quejas, como que la capital del departamento hace 2 años no tiene agua después de que el acueducto se dañara por un desastre natural mientras el señor alcalde de Yopal Celemín y el entonces gobernador Nelson Mariño no desarrollaban contratos para buscar una solución estructural a la crisis y que desemboco en un paro cívico

Después de 22 años de creación Casanare ha tenido 15 gobernadores, lo que da un gobernador cada año y medio. La grave crisis de ingobernabilidad del departamento que hoy tiene uno de los PIB per cápita más altos del país es un claro reflejo de como la corrupción y la ilegalidad han penetrado en lo más profundo de las instituciones y mientras un departamento como Casanare se hunde en la miseria dentro de sus mares de petróleo los organismos de control y la justicia se hacen los de la vista gorda no actuando a tiempo, vaya uno a saber porqué razones. He llegado a pensar que el gobierno nacional promueve la crisis de gobernabilidad, porque de esta forma, después de que se destituya el gobernante, pueden nombrar uno encargado y así también poder tomar tajada del lucroso ponqué que representa el departamento.

1.Por: Ana Milena Gómez y Carlos Alberto Duque2.Esto no quiere decir que la única raíz de la pauperización del campesinado Colombiano sea la revaluación. Lejos de afirmar aquello, reconocemos que hay muchos otros factores (en últimas estructurales) que merecen un análisis más amplio. En el presente artículo nos vamos a enfocar sólo en la revaluación, su carácter y naturaleza, así como sus consecuencias.3.Fuente: http://www.cafedecolombia.com/particulares/es/la_tierra_del_cafe/la_gente_del_cafe/4.Ibídem

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en la ciudad de Yopal, que fue atendido por el gobierno nacional en favor de los intereses privados de las empresas que no podían sacar el petróleo porque las vías estaban bloqueadas, enviando escuadrones del ESMAD a reprimir con su absurda brutalidad policial a la población que lo único que hacía era manifestarse pacíficamente por sus derechos y al día de hoy Yopal continúa con el problema sin solución.

Finalmente, quiero preguntar ¿sí ese es el país que queremos? No será mejor un Casanare y una Colombia en la que su economía se sustente en el talento humano para abandonar el lugar de país especializado en la extracción de materias primas y así dar el paso a con-vertirnos en un país industrializado y por qué no el salto a convertirnos en un país del primer mundo regido por principios de igualdad y justicia como reza el juramento a la bandera que hacen los muchachos de colegios durante las izadas.

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En la reseña resalto las tesis planteadas por el autor a partir de un estudio realizado en Dissidences-Bulletin d´études des mouvements révolutionnaires, 20002. “Este estudio se centra principalmente en el movimiento popular urbano dada su importancia y sus rasgos específicos. Sin embargo deja de lado las múltiples luchas en el campo que surgen en este periodo, bajo el auspicio del mismo “poder popular” y que necesitaría en el futuro un amplio análisis”. Igualmente, destaco las ideas centrales de la Entrevista realizada por Jan Malewski, publicado en el portal Rebelión.org

Reseña acerca del gobierno de Allende Chile 1973A 40 años del golpe militar de Franck Gaudichaud

* “En el marco específico de lo que la Unidad Popular (coalición de las principales fuerzas de la izquierda parlamentaria) denominó «la vía institucional al socialismo», constatamos un fenómeno de desbordamiento del marco legal y político-institucional. La apuesta de Allende y de la Unidad Popular (UP) que ganó las elecciones presidenciales de 1970 era precisamente la posibilidad –en plena Guerra Fría y en el patio trasero de EE.UU.- de una transición pacífica o «legal» al socialismo, desmarcándose así tanto de la URSS como de la vía insurreccional-armada cubana. Una transición socialista democrática planeada para que fuera gradual, por etapas, respetando la Constitución de 1925 y el aparato estatal, al que se suponía lo bastante «flexible» para asumir e integrar reformas estructurales radicales. Se entendía igualmente que las fuerzas armadas eran legalistas, “constitucionalistas”, que respetarían el sufragio universal, el resultado electoral y asimismo las reformas del presidente Allende. Esas apuestas estratégicas de la «vía chilena» fueron denunciadas desde 1970 como «reformismo burgués» o “programa democrático burgués” por un sector minoritario de la izquierda, la izquierda revolucionaria de la época, en particular por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), dirigido en ese entonces por Miguel Enríquez.

1 Franck Gaudichaud es profesor universitario, colaborador de Le Monde Diplomatique y miembro de los colectivos editoriales de las revistas ContreTemps, Dissidences y del portal Rebelion.org. Hace ya varios años que investiga sobre la historia y actualidad de Chile y en particular del movimiento obrero durante la Unidad Popular. A 40 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, acaba de publicar en Francia dos libros: Chili: mille jours qui ébranlèrent le monde, Le gouvernement Allende vu par en bas (1970-1973) – Chile, mil días que estremecieron al mundo. El gobierno Allende desde abajo (Presses Universitaires de Rennes, Rennes 2013), nacido de una tesis de doctorado realizada bajo la dirección de Michael Löwy, que analiza la discordancia de tiempos entre las luchas sociales y el tiempo institucional del Gobierno de Allende, así como el nacimiento de los “cordones industriales” y la dinámica colectiva del proyecto de la “vía chilena al socialismo”. El segundo, Venceremos (Syllepse, Paris 2013), presenta, en francés, varios documentos históricos del poder popular chileno de los años 1970-1973.2. F. Gaudichaud, “Controle ouvrier et dualisation du pouvoir: le cas du Chili de l’Unité Populaire”, Dissidences-Bulletin d’études des mouvements révolutionnaires, pp. 3 à 8, Nº 7, Nancy, diciembre del 2000.

Reseña acercadel gobierno de Allende

Chile 1973

40A Años del Golpe Militar de FRANCK GAUDICHAUD

Por Camilo Ruiz

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Allende y la UP heredan e integran un marco institucional (mientras la Unidad Popular era minoritaria en el Parlamento) que progresivamente iba a ser sobrepasado por la dinámica de la lucha de clases, por ciudadanos y campesinos movilizados, por el movimiento obrero organizado, incluso aunque dicho movimiento permaneciera ampliamente bajo la influencia de los dos grandes partidos de la coalición gubernamental, el Partido comunista (PCC) y el Partido Socialista (PSC). Hay que completar ese panorama subrayando que la Democracia Cristiana de entonces gozaba también de un auténtico anclaje sindical y popular e intentaba opon-erse al papel central de las izquierdas en el movimiento social. Por lo tanto existía una dinámica contradictoria, dialéctica, entre el Gobierno y su base social movilizada, entre los grandes partidos de la izquierda parlamentaria y sus militantes; las direcciones políticas y sindicales a partir de 1972 fueron sobrepasadas, poco a poco, por la dinámica de los conflictos sociales y por las formas de autoorganización –todavía embrionarias- en las poblaciones pobres, en las empresas, en el campo, experiencias denominadas «poder popular».

* “En el marco específico de lo que la Unidad Popular (coalición de las principales fuerzas de la izquierda parlamentaria) denominó «la vía institucional al socialismo», constatamos un fenómeno de desbordamiento del marco legal y político-institucional. La apuesta de Allende y de la Unidad Popular (UP) que ganó las elecciones presidenciales de 1970 era precisamente la posibilidad –en plena Guerra Fría y en el patio trasero de EE.UU.- de una transición pacífica o «legal» al socialismo, desmarcándose así tanto de la URSS como de la vía insurreccional-armada cubana. Una transición socialista democrática planeada para que fuera gradual, por etapas, respetando la Constitución de 1925 y el aparato estatal, al que se suponía lo bastante «flexible» para asumir e integrar reformas estructurales radicales. Se entendía igualmente que las fuerzas armadas eran legalistas, “constitucionalistas”, que respetarían el sufragio universal, el resultado electoral y asimismo las reformas del presidente Allende. Esas apuestas estratégicas de la «vía chilena» fueron denunciadas desde 1970 como «reformismo burgués» o “programa democrático burgués” por un sector minoritario de la izquierda, la izquierda revolucionaria de la época, en particular por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), dirigido en ese entonces por Miguel Enríquez.


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b“La llegada de la Unidad Popular al Gobierno no se hizo en el marco de lo que llamo “elección fría”, sino que aquella victoria política-electoral fue el producto de un auge de las movilizaciones sociales desde mediados de los años 60. La propia elección de Salvador Allende a la presidencia de la República se hizo en el marco de grandes movilizaciones colectivas. Y la izquierda intentó movilizar en torno a su programa de campaña. Por ejemplo, a través de los Comités de la Unidad Popular (CUP), inicialmente pensados para convertirse en algo más que comités electorales. Se crearon 14.000 comités, movilizando a decenas de miles de militantes y simpatizantes. Así, la llegada de Allende a la presidencia en 1970 no significa un declive de las luchas, sino la ampliación y radicalización de éstas. Los trabajadores utilizaron la elección de Allende no esperando lo que iba a hacer y sus consignas, sino acelerando sus movilizaciones, especialmente con huelgas, tomas y ocupaciones de fábricas. Vemos por ejemplo un crecimiento exponencial del número de huelgas «ilegales», que se aceleró aún más entre 1971 y 1972, a medida que la burguesía y los grandes partidos de derecha comprendían que era en el ámbito económico, sobre el terreno de la lucha de clases, donde debían combatir al movimiento popular que acompañaba -y presionaba- a Allende. Podemos afirmar que frente a cada ofensiva de los sectores dominantes, la respuesta de los actores sociales subalternos organizados no fue únicamente defender al presidente Allende –aunque su figura permaneció como legítima y sumamente popular para grandes mayorías obreras hasta el final-Los trabajadores, militantes y sindicalistas pensaban que había que proteger al Gobierno como conquista del pueblo, pero sobre todo que había que defender y profundizar el proceso de transformación revolucionaria con las herramientas de las que disponían: ocupación de fábricas, manifestaciones en la calle, autodefensa de las poblaciones, tentativas de control obrero y de abastecimiento directo, etc”.


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“El poder obrero y popular en realidad se trataba de una dinámica desigual y combinada. Los grandes bastiones obreros integrados en el sector nacionalizado (por ejemplo las empresas manufactureras, textil, siderúrgica, conserveras, etc.) poco a poco empezaron a cuestionar ciertas limitaciones y dificultades del sistema de cogestión propuesto por el Gobierno y la principal central sindical, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT: para resumir, el Estado nombraba un administrador y éste estaba encargado de poner en marcha la empresa y facilitar la creación de un sistema de cogestión con los representantes de los trabajadores y de los «comités de producción». En algunas de esas empresas, donde había una fuerte presencia del ala izquierda de la Unidad Popular, en particular del PS (2), o del MIR, los sindicalistas comenzaron a cuestionar y a profundizar el sistema de participación. Al mismo tiempo, en las empresas que no se habían nacionalizado, la demanda de integración en el APS era cada vez más fuerte. Se hace presionando al Gobierno –manifestaciones, barricadas en las grandes arterias periféricas de Santiago- o más a menudo ocupando fábricas y denunciando los abusos de la patronal. Esas «tomas» se organizaban también cada vez más en reacción defensiva frente los ataques de la burguesía y de la extrema derecha. El salto cualitativo fue en octubre de 1972. En el magnífico documental La batalla de Chile, Patricio Guzmán tituló ese momento «la insurrección de la burguesía»: entonces, el principal sindicato empresarial (SOFOFA) se lanza en una línea de masas, organizando un lock out patronal a escala masiva, el bloqueo del país gracias a la huelga de corporaciones de camioneros (financiados directamente por la CIA) y apoyado por profesionales liberales, taxistas, médicos, ingenieros, etc. En ese contexto, las limitaciones y las debilidades de la “vía legal” de Allende eran cada día más evidentes para muchos militantes; el Gobierno, en minoría en el Parlamento y frente a una Democracia Cristiana cada vez más hostil, parecía paralizado –entonces empezó a apelar a los militares para

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mantener «el orden» e intentar estabilizar la situación de conflicto que vivía el país. La respuesta de los trabajadores fue ocupar más empresas –en algunas los trabajadores iniciaron formas parciales y transitorias de control obrero de la producción- y ayudar al abastecimiento de las poblaciones de los alrededores, crear sistemas de transporte colectivo alternativo, etc. Ahí surgieron los que se denominaron «cordones industriales», coordinaciones horizontales, territoriales, situadas principalmente en las grandes arterias periféricas de Santiago, pero que también se encontraban (aunque de forma menor) desde Arica, en el norte (en el sector de la electrónica), hasta la Patagonia (Punta Arenas) pasando por ciudades como Concepción o Valparaíso. Así, en todo el país apareció el mismo fenómeno de autoorganización y coordinación territorial que surgió desde abajo gracias al trabajo de los sindicalistas y los militantes. Lo que el historiador Peter Winn nombró “revolución desde abajo”. Había varias decenas de esas coordinadoras en Santiago. Existe una discusión historiográfica respecto a las cifras, pero implicaron a varias decenas de miles de trabajadores (alrededor de 100.00 en el ámbito nacional). Trabajé durante varios años en Santiago sobre la prensa e hice decenas de entrevistas, pero sigue siendo difícil establecer el número exacto de aquellas estructuras, ya que algunas eran muy activas y otras solo existían «sobre el papel», en la propaganda y discursos de la izquierda. Sin embargo, representó un fenómeno importante, porque aunque fuese minoritario afectaba a sectores claves de la economía y a franjas muy activas del campo sindical y político. El más poderoso de aquellos cordones industriales fue el de Cerillos-Maipú, en la comuna más industrializada de Santiago (con 250 empresas y miles de trabajadores fabriles). Su organización territorial lineal estaba muy clara, ya que las empresas esta-ban construidas a lo largo de las carreteras y de las vías del tren. Como explico en mi libro sobre “los mil días de la UP”, existía un «cordón en sí», presente objetivamente en la geografía de la ciudad, que llevaría a un «cordón para sí»,

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una organización movilizada, nacida de la autoorganización de la clase obrera en esos territorios urbanos. En Maipú, un gran número de empresas pequeñas y medianas, que no estaban integradas en el Área de la Propiedad Social, eran bastiones sindicales del MIR y del ala izquierda del PS (muy activa). Desde junio de 1972, por lo tanto antes de la gran crisis de octubre, el cordón industrial empezó a organizarse. Eso indica que esa forma de organización estaba latente en la clase obrera y explica que durante la crisis de octubre esas organizaciones se multiplicaran.

Los cordones nacieron, generalmente, de la iniciativa de militantes de izquierda y sindicalistas. En las empresas más movilizadas fueron el resultado de auténticas asambleas obreras que elegían uno o dos delegados a la asamblea del cordón industrial de la zona. La investigación que realicé sobre el terreno y gracias a la prensa de la época, indica sin embargo que hay que relativizar la imagen del «soviet a la chilena», ya que sólo se trataba de un embrión de formas de poder dual (en el sentido de Lenin o del marxista boliviano Zavaleta Mercado), no siempre consolidado, lo que también explica en parte la rapidez del golpe de Estado. A menudo, los cordones tenían dificultades para superar el estadio defensivo y transitorio, debido a las orientaciones políticas mayoritarias de la izquierda, de conflictos interpartidistas o interpersonales en las empresas y a los problemas de coordinación comunal y nacional. Las asambleas estaban abiertas a todos, pero en general eran sobre todo los militantes de los partidos y los dirigentes sindicales quienes acudían y las animaban”.

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Después de 22 años de creación Casanare ha tenido 15 gobernadores, lo que da un gobernador cada año y medio. La grave crisis de ingobernabilidad del departamento que hoy tiene uno de los PIB per cápita más altos del país es un claro reflejo de como la corrupción y la ilegalidad han penetrado en lo más profundo de las instituciones y mientras un departamento como Casanare se hunde en la miseria dentro de sus mares de petróleo los organismos de control y la justicia se hacen los de la vista gorda no actuando a tiempo, vaya uno a saber porqué razones. He llegado a pensar que el gobierno nacional promueve la crisis de gobernabilidad, porque de esta forma, después de que se destituya el gobernante, pueden nombrar uno encargado y así también poder tomar tajada del lucroso ponqué que representa el departamento.

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5“Los Comandos Comunales eran esencialmente una reivindicación del MIR y de ciertos sectores de la izquierda de la Unidad Popular. Se suponía que agruparían, más allá de la clase obrera, a todos los sectores sociales subalternos, los «pobres de la ciudad» como decía el MIR, los estudiantes, los pequeños comerciantes, los campesinos, la pequeña-burguesía. Debían ser una prefiguración de futuras comunas revolucionarias y de un doble poder. Esa era la teoría que defendía en MIR en particular. En la práctica se comprobó que tenían muchas dificultades para ir más allá de los sectores sociales urbanos denominados «marginales», de los pobladores y las problemáticas específicas (abastecimiento, vivienda, cesantía) de esas poblaciones. La falta de unión entre la clase obrera y esas fracciones importantes del movimiento social, fue una dificultad real para el proceso revolucionario: ¿Cómo construir la unidad de ese campo social, tan heterogéneo y con prácticas históricas lejanas? La izquierda del PS, por el contrario, deseaba dar la prioridad a los cordones, cuando el MIR insistía en los comandos. Muy a menudo, ese debate representó la diferencia de la inserción social de los partidos: el PS era muy fuerte en los cordones industriales y la clase obrera, el MIR, que tenía una débil inserción industrial, desarrolló los comandos comunales, partiendo de las poblaciones urbanas pobres, como en Nueva La Habana. A posteriori, esto se puede analizar como una orientación errónea del MIR, que siempre quiso que los cordones industriales –la forma más avanzada del poder popular constituyente chileno- se reintegrasen como organización de base de la CUT, ya que en su concepción el comando comunal era la forma auténtica del poder popular. Porque lo que realmente funcionó fueron los cordones industriales, al menos en Santiago y en algunas ciudades medianas… Por supuesto, también habría que analizar lo que sucedía en el campo, pero ese es otro debate y significa otra investigación. Sea como sea, el MIR nunca asumió la necesidad de centralizar, de coordinar esos cordones industriales que quedaron entre los «tesoros perdidos», en palabras de Hannah Arendt en su Ensayo sobre la revolución,

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de los mil días de la Unidad Popular… y que a 40 años del golpe de Estado y del inicio de la represión de 17 años de dictadura neoliberal, merecen salir del olvido con el fin de enseñar lecciones para el futuro. Un legado esencial para esa nueva generación de chilenas y chilenos que reencontró el camino de las movilizaciones sociales”.

La anteriores tesis planteadas por Franck Gaudichaud son el resultado de un trabajo de campo y de una lectura crítica de planteamientos, no solo frente a la izquierda hegemónica Chilena (P,Comunista y P.Socialista) sino también, a la izquierda minoritaria (MIR,MAPU, entre otras), para aprender las lecciones de una de las experiencias frustradas de socialismo en América Latina. Estas otras miradas o lecturas nos ayudarán a entender más allá del reduccionismo o simplificación, las causas, evolución y límites del gobierno de la Unidad Popular, las tendencias del movimiento social y sindical, la intervención externa particularmente del gobierno de los EE.UU., las apuestas contrarrevolucionarias de las clases hegemónicas, el papel de las fuerzas armadas, entre otros asuntos estructurales que conllevaron al fracaso de la “vía pacífica al socialismo chileno”.

El debate histórico, político y sacar las lecciones pertinentes para corregir errores de estrategia de poder, tienen sentido para las nuevas generaciones de revolucionarios en América Latina si queremos ver al fin un continente liberado de los amarres del capitalismo y del imperialismo no solo norteamericano sino también del Europeo. Las actuales tendencias de radicalización de las luchas sociales en el continente son síntomas de crisis del poder hegemónico imperial norteamericano y del sistémico capitalista, que requieren una nueva dirección revolucionaria capaz de redefinir el rumbo histórico del proyecto socialista para construir la patria grande y aportar a la superación de la crisis civilizatoria desde estas tierras americanas. Hoy no partimos de cero, porque ya hay nuevas realidades geopolíticas continentales (ALBA, CELAC, UNASUR, PETROCARIBE, TELESUR,) que son potenciadores de transformación social, política, cultural y económica desde las cuales el tránsito hacia el socialismo raizal y latinoamericano es posible.

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52Homenaje a un Activista de los Colores

ELÍAS OSPINA GIRALDO fue un activista de los colores, que plasmo en la lona con imágenes su inconformidad ante la desigualdad social y un defensor acérrimo de lo ambiental, desde los diversos romatismos que brinda la naturaleza, a través de la técnica del óleo, como parte de su proyecto de vida.

Elías, broto en un rincón de las inmensas montañas antioqueñas, de la tribu Maitamac, procedente de una familia conservadora radical como lo fue la generación cultural sonsoneña en Antioquia ylo que más le arraigo en su vida como pintor fueron los amaneceres y atardeceres de su terruño en donde hoy, uno de sus principales coterráneos, se encuentran en proceso de judicialización por presuntos nexos y apoyos del paramilitarismo.

Con todo el calor y solidaridad le rendimos desde este espacio revolucionario un homenaje póstumo a esa persona maravillosa que fue en vida; que generosamente nos facilitó imágenes de algunas de sus obras para ilustrar artículos en la pasada edición.

Homenaje a un activista decolores

Por Gilberto Ospina Marroquìn

Lo tomó por sorpresa la muerte, y que gracias al sistema anacrónico de salud del país, a través de las EPS, lo fue deteriorando día a día. Sin embargo nos llena de gran satisfacción el haber estado a su lado hasta el último minuto de su vida

¡ Gracias por permitirnos ser parte de tu vida! A Elías siempre se le vio metódico, reflexivo y esto se refleja en sus pinturas donde liga sus sueños con la realidad, de ahí que las lecturas de sus pinturas siempre reflejan rebeldía, esperanza, denuncia, solidaridad, sensibilidad social, defensa del ambiente a través de la combinación de sus colores. Esto generó un reconocimiento y admiración como artista y por estar en ese batallar de los colores y pinceladas. Nunca se interesó o buscó un reconocimiento en la elite del arte, sino en las gentes del común.

Gracias por permitirnos ser parte de tu vida¡ !


Allende y la UP heredan e integran un marco institucional (mientras la Unidad Popular era minoritaria en el Parlamento) que progresivamente iba a ser sobrepasado por la dinámica de la lucha de clases, por ciudadanos y campesinos movilizados, por el movimiento obrero organizado, incluso aunque dicho movimiento permaneciera ampliamente bajo la influencia de los dos grandes partidos de la coalición gubernamental, el Partido comunista (PCC) y el Partido Socialista (PSC). Hay que completar ese panorama subrayando que la Democracia Cristiana de entonces gozaba también de un auténtico anclaje sindical y popular e intentaba opon-erse al papel central de las izquierdas en el movimiento social. Por lo tanto existía una dinámica contradictoria, dialéctica, entre el Gobierno y su base social movilizada, entre los grandes partidos de la izquierda parlamentaria y sus militantes; las direcciones políticas y sindicales a partir de 1972 fueron sobrepasadas, poco a poco, por la dinámica de los conflictos sociales y por las formas de autoorganización –todavía embrionarias- en las poblaciones pobres, en las empresas, en el campo, experiencias denominadas «poder popular».

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De su vida como militante revolucionario, se destacó como un antiimperialista de principio, y fue un activista convencido de la transformación social, política económica no solo de Colombia sino también por la admiración y un gran reconocimiento al proceso de la revoluciónBolivariana en Venezuela.

De su vida como militante revolucionario, se destacó como un antiimperialista de principio, y fue un activista convencido de la transformación social, política económica no solo de Colombia sino también por la admiración y un gran reconocimiento al proceso de la revolución Bolivariana en Venezuela.

Elías siempre mantuvo su espíritu de lucha por conseguir bienestar de los demás. Esta la inicia en Sonsòn, y en ello tuvo una gran incidencia su hermano Eduardo quien fuera uno de los grandes liberales de este municipio en la década del 30 al 50,de tradición netamente conservadora; en su juventud le toco vivir el Bogotazo, y la persecución estudiantil generada por el golpe militar de Rojas Pinillas que realizo a los estudiantes universitarios, estando en la Universidad Nacional.

Le toco vivir la gran fecha histórica del 9 de Abril, ese día se encontraban en un paseo fuera del pueblo y al llegar a las ocho de las noche encontraron el pueblo solo, había toque de queda. Este hecho lo marco en su vida.

Además de su vocación artística también fue músico en la década del 50, estando radicado en Medellín en el barrio Villatina viviendo en la casa de su hermano Enrique, organizó con la barra de la cuadra un grupo musical para ayudar al centro cívico, que hoy se llama acción comunal, y cada ocho días tocaban para recoger fondos, estos bar-rios eran considerados piratas y se tenían que organizar para que le pudieran instalar los servicios públicos. El grupo musical introdujo un instrumento, el Acordeón, y Elías fue el único capaz de interpretarlo.

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El Activista social y políticoEn Maganguè, Bolívar (1.968), floreció la política y su espíritu de animador social en su segunda etapa de la vida; vinculado en Malaria logró constituir a nivel nacional la Cooperativa de Trabajadores de esa entidad estatal, que fue de las primeras que hizo desaparecer la política neoliberal.

Por su estadía en Maganguè es impactado por la belleza del río Magdalena y la cultura raizal de los pueblos ribereños, y ello lo plasma en muchos de sus cuadros donde devela la desprotección por parte del Estado y la incertidumbre del desplazamiento social.

En el año 1.976 se convirtió en dirigente de los padres de familia que apoyó el movimiento por la defensa de la organización estudiantil del Liceo Joaquín Fernando Vélez, en el contexto de la defensa de la educación pública y de la crisis de la educación pública. Para contrarrestar a este movimiento fue puesto preso por varios meses, y en 1.977 ingresó al Partido Socialista Revolucionario (PSR), fue gran impulsor y respaldó con gran fuerza la candidatura Socialista de Luz del Socorro Ramírez Vargas por la Unión Obrera Socialista. Posteriormente fue integrante del MOIR, hasta la ruptura en 1.999 cuando se constituyo el Partido del Trabajo de Colombia.

Desde el año 1.977 participo con entusiasmo en las marchas del primero de mayo como militante de izqui-erda y comprometido con las causas obreras y popu-lares.

Al inicio de la década de los ochenta, apoyo la creación y posteriormente un gran colaborador de la prensa cultural El Pequeño Periódico.

En 1.984 se traslada a Medellín por situación de salud y se radica con la familia, continua sus actividades de topógrafo, la política y su principal pasión: la pintura. En su casa monta el taller de pintura y da clases, se dedica a pintar cuadros donde recreaba la realidad de la costa atlántica, de su vivencia, trajinar y realidad social y natural.

Contribuyo con la Fundación Arte & Ciencia y en el primer libro editado “Rumor de Río”, este es ilustrado en su carátula, con su obra El pescador, que es un óleo sobre lienzo.

Fue integrante del grupo “ARTISTA AMIGO EN LA PLÁSTICA”, conformado por iniciativa de un obrero de Coltejer, egresado de Bellas Artes.


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En lo social y político expresa su rebeldía y como la expresión de denuncia e inconformidad desde de los de abajo, despertando la rebeldía del ser humano.

En la última etapa de vida -los últimos tres años - mantuvimos un diálogo sincero sobre política y nunca dudó que no quedaba otra alternativa a la humanidad que la de hacer un cambio profundo hacia el social-ismo. Con frecuencia se desencantaba por la inma-durez de la izquierda y de la extrema izquierda en no contribuir a la transformación para derrotar al imperialismo.

PUBLICACIÒN - EL TOPOEDITOR - GILBERTO OSPINA

DIAGRAMACIÒN- SANDRA [email protected]

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o los puntos de vista del colectivo.

Publicación El Topo - Colombia # 14

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