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PROTECCIÓN SOCIAL Y TRABAJADORAS DEL HOGAR EN EL PERÚ DESDE LA VISIÓN DE LAS PROTAGONISTAS PROYECTO SEGURIDAD SOCIAL PARA ORGANIZACIONES SINDICALES - SSOS MARÍA BASTIDAS ALIAGA

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PROTECCIÓN SOCIAL Y TRABAJADORAS DEL HOGAR

EN EL PERÚ DESDE LA VISIÓN DE LAS PROTAGONISTAS

PROYECTO SEGURIDAD SOCIAL PARA ORGANIZACIONES SINDICALES - SSOS

MARÍA BASTIDAS ALIAGA

1Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

PROTECCIÓN SOCIAL Y TRABAJADORAS DEL

HOGAR EN EL PERÚ

DESDE LA VISIÓN DE LAS PROTAGONISTAS

MARÍA BASTIDAS ALIAGA

PROYECTO SEGURIDAD SOCIAL PARA ORGANIZACIONES SINDICALES - SSOS

2 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Copyright © Centro Internacional de Formación de la Organización Internacional del Trabajo, Diciembre 2012. Todos los derechos reservados.

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ISBN 978-92-9049-643-4

Primera edición Marzo 2012

Esta investigación se ha realizado en el marco del Proyecto de Seguridad Social para Organizaciones Sindicales – SSOS, de ACTRAV (Programa de Actividades para los Trabajadores, del Centro Internacional de Formación de la OIT de Turín), por la Magister María Bastidas Aliaga dentro de las actividades nacionales previstas para el Perú. Para el trabajo de campo se contó con la colaboración de la Licenciada María Sussy Ampudia Castañeda.

Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las Naciones Unidas, y la forma en que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de la Oficina Internacional del Trabajo sobre la condición jurídica de ninguno de los países, zonas o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras.

La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su publicación no significa que la OIT las sancione.

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3Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Presentación

Introducción

CAPÍTuLO I. La Protección Social en el Perú y sus vinculaciones con el Trabajo Doméstico

1.1. Una aproximación al concepto de protección social y género a. Evolución reciente de la economía peruana, pobreza y gasto público b. Tendencias demográficas c. Tendencias del empleo y brechas de género

1.2. La protección social en el Perú a. Evolución institucional b. Marco programático, institucional y normativo c. Sistema de protección social en materia de salud d. Sistema de protección social en materia de pensiones e. Brechas de género en materia de salud y pensiones

1.3. Programas Sociales y Régimen Especial: El Trabajo Doméstico Remunerado (TDR) a. Programas Sociales b. Régimen laboral especial: El Trabajo Doméstico Remunerado (TDR)

1.4. Experiencias y estrategias para la extensión de la protección social a las trabajadoras del hogar a. Experiencias desde el Estado y la sociedad civil b. Experiencias y estrategias desde las organizaciones sindicales y las organizaciones de trabajadoras del hogar c. Problemas para la extensión de la cobertura de la protección social para las trabajadoras del hogar en el Perú

Índice

4 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

CAPÍTuLO II. Déficit del Trabajo Doméstico en las trabajadoras del hogar: Análisis cuantitativo de información recogida en 11 provincias del país

2.1. Análisis cuantitativo de información recogida en once provincias del Perú a. Características generales b. Empleo c. Salud y Protección Social d. Derechos laborales e. Organización y diálogo social

CAPÍTuLO III. El imaginario de las trabajadoras del hogar respecto a la protección social y al trabajo doméstico: Análisis cualitativo de las percepciones, discursos y perspectivas de las mujeres

3.1 Análisis cualitativo de las percepciones, discursos y perspectivas de las mujeres a. Conocimiento sobre las formas de la seguridad y protección social b. Percepciones sobre acceso y cobertura del sistema de protección social c. Apreciaciones sobre el funcionamiento y administración del sistema de protección social d. La problemática de la protección social en el sector de los y las trabajadoras del hogar e. Percepciones sobre los programas aociales f. Apreciaciones sobre el rol de los empleadores g. Percepciones y valores sobre el tema del cuidado h. Propuestas de recomendación de políticas públicas en materia de protección social

Conclusiones

Recomendaciones

Anexo

5Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Ya se ha cumplido un año desde la adopción del Convenio 189 sobre trabajo decente para trabajadoras y trabajadores domésticos. Este Convenio ha puesto de manifiesto la enorme deuda que la sociedad tiene con las trabajadoras del hogar. Es, en este sentido, un llamado de atención sobre la frecuencia con que se vulneran los derechos humanos de estas trabajadoras. Aunque una norma inter-nacional puede parecer muy distante, este instrumento tendrá, una vez ratificado, un fuerte impacto en la vida cotidiana de cada trabajadora del hogar.

La adopción de este Convenio tiene un significado especial. No solo lleva los derechos laborales al seno del hogar, sino además reconoce que el trabajo que se realiza al interior de los hogares es trabajo. Este Convenio, fruto de la larga movilización de las propias trabajadoras y su estrategia de alianzas con las organi-zaciones de mujeres y el movimiento sindical, pone de relieve que el trabajo del hogar tiene un valor social y económico fundamental para el funcionamiento de la sociedad.

Esta es, sin embargo, una situación nueva. Las trabajadoras del hogar y el mundo que funciona a su alrededor ha permanecido prácticamente invisible por mucho tiempo. A pesar de que numéricamente es una de las principales fuentes de empleo para las mujeres, sus demandas han estado casi ausentes en la agenda laboral y en los temas que se han abordado a través del diálogo social.

Una situación similar ha ocurrido con la producción académica. Son pocos los estudios que han reflexionado sistemáticamente sobre esta temática. Entre las pocas excepciones están las investigaciones pioneras que llevó a cabo Elsa Chaney en la región a partir de los años 70. Ella inició sus estudios analizando la situación de las trabajadoras del hogar en el Perú y evidenció los complejos sistemas de discriminación —de género, clase y etnia— que se entrecruzan en esta relación de subordinación. Sus estudios no solo contribuyeron a generar nuevos conocimientos, sino también entregaron importantes herramientas para la movili-zación de las propias trabajadoras. Así por ejemplo, la Confederación Latinoame-ricana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO), que agrupa a las organizaciones nacionales de trabajadoras del hogar de la región, ha destacado la importancia de estas investigaciones y las alianzas establecidas con las investiga-doras en el proceso de conformación de su propia organización, de muchas de las organizaciones nacionales.

El estudio sobre Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú. Desde la visión de las protagonistas, elaborado por la Magister María Bastidas Aliaga con la colaboración de la licenciada María Sussy Ampudia Castañeda en el trabajo de

Presentación

6 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

campo, es pionero. Este excelente libro no solo aporta nuevos conocimientos que ayudan a entender la compleja realidad en que se desenvuelven las trabajadoras del hogar, sino además incorpora su voz y su sentir. A través de una metodología que combina lo cuantitativo y lo cualitativo, el estudio identifica los patrones de desigualdad de género que están detrás de los déficit de trabajo decente de las trabajadoras del hogar en el Perú y muestra los costos que tiene para estas traba-jadoras ser parte de una cadena de cuidados en la cual ellas mismas deben dejar muchas veces a sus hijos e hijas al cuidado de sus abuelas o de otras personas.

Este es justamente el tipo de investigación que se necesita para la generación de políticas públicas, la acción colectiva y el diálogo social. El estudio analiza en profundidad la situación de (des)protección social en que se encuentra la gran mayoría de las trabajadoras del hogar, a causa de las exclusiones que les impone la ley y del alto incumplimiento de la legislación vigente. Demuestra, sin embargo, que las barreras más profundas son de tipo cultural. El trabajo del hogar es percibido como poco importante y fácil de realizar, y existen arraigadas concep-ciones que vinculan a este trabajo con formas de servilismo semi-feudal.

El estatus que se otorga al trabajo del hogar y a las trabajadoras del hogar, está marcado por la valoración del trabajo y de las competencias y habilidades de las personas que lo realizan y su consecuente retribución social (prestigio, privilegios y conocimiento) y material (valoración de su tiempo de trabajo). El valor asignado al trabajo del hogar y a las personas que lo ejercen está mediatizado por la cultura. La condición material de las trabajadoras del hogar (y la sobre representación de la pobreza entre ellas) está así determinada por la (des)valorización que la sociedad da a su ocupación. Su ubicación en el engranaje de distintas jerarquías sociales (género, clase social, raza y etnicidad), ofrece un prisma privilegiado para el análisis de los sistemas de estratificación social y sus componentes. Ello, porque existe una conexión entre la posición ocupada dentro del mercado laboral y las desigual-dades en términos de oportunidades y distribución del bienestar y poder.

Este libro, elaborado en el marco del Proyecto OIT Seguridad Social para organizaciones sindicales que dirige el especialista de OIT Jesús García Jiménez, es un valioso aporte a la comunidad académica y a la generación de políticas públicas, pero más importante aún, es una gran contribución al proceso de construcción y ejercicio de ciudadanía por parte de un sector históricamente excluido de las políticas públicas.

El acucioso análisis de los datos realizado por la Magister María Bastidas Aliaga, su matizado y completo análisis de esta multidimensional y escurridiza realidad, las adecuadas conclusiones obtenidas para fundamentar políticas públicas apropiadas, lo convierten en una obra de referencia fundamental para la construcción de una plena democracia en el Perú.

María Elena ValenzuelaEspecialista de Género y Empleo

Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe

7Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

El trabajo decente se sintetiza en cuatro objetivos estratégicos, los cuales son recogidos en la Declaración sobre Justicia Social para una Globalización Equitativa adoptada por la OIT en el 2008:

• promover el empleo creando un entorno institucional y económico sostenible;

• adoptar y ampliar medidas de protección social (seguridad social y protección de las trabajadoras y los trabajadores);

• promover el diálogo social y tripartismo; y, • respetar, promover y aplicar las Normas Internacionales del Trabajo, en

particular los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

En este marco, la igualdad de género y no discriminación son cuestiones transversales cuya validez abarca a todos los trabajadores y las trabajadoras, en la economía formal e informal; en trabajos asalariados o autónomos; en el campo, la industria y la oficina; en sus casas o en la comunidad.

Estos cuatro ejes estratégicos, integrados a los transversales, configuran un todo indivisible si queremos hablar de trabajo decente. Cada uno de ellos depende del resto e interactúan el uno con el otro, reforzándose mutuamente. El déficit en cualquiera de estos ámbitos pone de manifiesto el déficit en trabajo decente. Sin embargo, la razón de explicitarlos en cuatro ejes responde a la necesidad de disponer de aspectos concretos, observables y medibles, que faciliten deter-minar qué cualidades del trabajo responden a los estándares del trabajo decente y cuáles no; dónde se encuentran los déficits y qué medidas concretas se deben poner en marcha para promover el trabajo decente. La investigación que aquí se presenta pretende ser una aplicación práctica de identificación de tales déficits, a partir de la voz protagonista de las mujeres trabajadoras del hogar, a fin de emitir recomendaciones de actuación para superarlos.

En América Latina se han desarrollado diversos sistemas de protección social que tienen por objeto garantizar un ingreso suficiente para sustentar condi-ciones de vida dignas para las personas, posibilitar el acceso a servicios sociales y de promoción, y fomentar el trabajo decente. Para lograrlo, se consideran tres grandes componentes con sus respectivos instrumentos1: el contributivo, más conocido como seguridad social, el no contributivo, frecuentemente conocido

1 Simone Cecchini y Rodrigo Martínez desarrollan el contenido de estos componentes en La protección social inclusiva en América Latina. Una mirada integral, un enfoque de derechos, una publicación de la CEPAL.

Introducción

8 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

como asistencia social y el de regulación de las relaciones laborales, es decir, el marco legal que lo promueve.

La articulación de estos instrumentos contribuye a la realización de los derechos que están en la base de una noción de protección social inclusiva. Así, en la actualidad nos enfrentamos al desafío de repensar la protección social como un derecho humano (artículo 22 de la Declaración de Derechos Humanos) que debe ser garantizado por el Estado en el marco de sus políticas orientadas a la corresponsabilidad entre el Estado, las familias/comunidades, las empresas y las organizaciones de trabajadores, sin olvidar a las organizaciones de la sociedad civil a partir de alianzas estratégicas.

Un paso fundamental para el reconocimiento y la protección social de las trabajadoras del hogar, es su plena inclusión en los sistemas de seguridad social. Al respecto, la OIT señala que en la actualidad ellas tienen muy baja cobertura en los sistemas de protección. Así, en algunos casos, la legislación no permite su afiliación a los sistemas de pensiones; en otros, la afiliación es voluntaria y queda a criterio del empleador, y se registran casos (aunque son pocos los países que lo permiten) donde se las excluye de los sistemas de salud para trabajadores. Y si bien hay países donde la ley obliga a formalizar la relación laboral con estas trabajadoras y aportar a la seguridad social, lo cierto es que el grado de evasión es muy alto2.

En el Perú, las trabajadoras del hogar muestran bajos niveles de cobertura en los sistemas de protección social a pesar de que su obligatoriedad está prevista de manera expresa para las personas que se dedican al trabajo doméstico. De acuerdo al registro de la SUNAT al 2009, solo el 7% de las trabajadoras del hogar se encontraban aseguradas, en tanto que solo 10,000 trabajadores/as a nivel nacional estaban declarados/as. Las prestaciones en materia previsional son las pensiones de invalidez, de jubilación y de sobrevivientes.

La Ley de Trabajadores del Hogar establece que los/as trabajadores/as al servicio del hogar —bajo relación de dependencia— están comprendidos/as en las disposiciones relativas a la seguridad social como aseguradas/os obligatorias/os en todo tipo de prestaciones de salud3. Y, si bien la ley obliga al empleador a asegurar a la trabajadora del hogar y a darle una jubilación, el problema en este punto es que ambos beneficios se calculan sobre el sueldo mínimo y la mayoría de empleadas domésticas no llega a esa cantidad.

El derecho de las mujeres a gozar de protección de maternidad es reconocido como uno de los beneficios laborales más importantes y está consa-grado en la legislación peruana, donde se contemplan medidas relacionadas con la prohibición del despido por razón del embarazo, previéndose indemniza-ciones extraordinarias cuando estos hechos se presenten, otorgando licencia por maternidad (permiso pre y post natal), garantizando el control de salud de la mujer durante el embarazo y tras el parto, su asistencia médica y la provisión de

2 OIT: El trabajo doméstico remunerado en América Latina y el Caribe. Notas OIT, p. 4.3 Valenzuela, M.E. y Mora C.: Trabajo Doméstico: un largo camino hacia el trabajo decente. OIT. Santiago de

Chile, 2009, p. 48.

9Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

subsidios. Sin embargo, esta protección no alcanza en su totalidad a las traba-jadoras del hogar, puesto que se asume que éstas se encuentran incluidas en el régimen general.

A pesar de que se considera como asegurados/as obligatorios/as a los trabajadores y las trabajadoras del hogar en el Perú, las tasas de afiliación son muy bajas. Además, existen marcadas limitaciones de parte de las autoridades para supervisar el cumplimiento de esta obligación, ya que cuentan con sistemas fiscales y de reclamo poco eficientes.

El objetivo general de la presente investigación fue analizar cuáles son los problemas que influyen negativamente en la extensión de la cobertura de protección social de las trabajadoras del hogar en el Perú, así como las políticas de protección social que ha implementado hasta el momento el Estado para lograrlo. Del mismo modo, examinar las iniciativas de protección social impul-sadas desde las propias organizaciones o en concierto con ellas, a fin de elaborar una propuesta de paquete básico de prestaciones sociales imprescindibles desde la visión, experiencia y necesidades de las trabajadoras del hogar.

A partir de este objetivo se plantearon cinco objetivos específicos:

• Identificar y analizar los programas de prestaciones asistenciales y no contri-butivas vigentes en el Perú, especialmente los de transferencias monetarias (condicionadas o no) y de servicios sanitarios básicos, así como otras prestaciones de carácter contributivo de especial relevancia para los y las trabajadores/as del hogar.

• Identificar el grado de difusión, conocimiento y accesibilidad de tales programas por parte de los y las trabajadores/as del hogar, así como su utilidad directa desde la experiencia y la disponibilidad (o no) de evalua-ciones de impacto realizadas.

• Construir de manera colectiva una propuesta de componentes y organización de una base de datos sobre la situación de la cobertura de la protección social de los y las trabajadores/as del hogar.

• Identificar elementos para una propuesta de un paquete básico y de presta-ciones sociales imprescindibles desde la visión, experiencia y necesidades de los y las trabajadores/as del hogar.

• Recopilar y sistematizar experiencias y estrategias de protección social implementadas desde las organizaciones de trabajadoras del hogar o en alianza con ellas, ya sea en programas de salud, maternidad, pensiones u otros.

En suma, la poca cobertura social para las trabajadoras del hogar en el Perú sigue siendo uno de los principales desafíos, puesto que gran parte de este sector de la población no está cubierto y para quienes tienen acceso a la protección social, el efecto de las prestaciones que reciben es frecuentemente limitado.

10 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

La metodología de la investigación se desarrolló en seis etapas: Diseño, validación y recopilación de la información; elaboración del andamiaje conceptual y teórico; recopilación de información (encuestas y grupos de discusión); proce-samiento de la información; análisis e interpretación; taller de validación de resul-tados y redacción final del informe.

Las fuentes consultadas para el desarrollo de la investigación fueron tanto directas como indirectas.

Se consultaron fuentes indirectas tales como estadísticas oficiales y estudios e informes cuyos contenidos guardan estrecha relación con el estudio que se viene desarrollando, tales como:

• La Encuesta Nacional de Hogares, ENAHO 2009,• El Censo 2007 (INEI), • Documentos de la OIT sobre trabajo doméstico, • Estudios sobre el trabajo doméstico en el Perú, • Informes y evaluaciones sobre accesibilidad de los programas de protección

social dirigido a las trabajadoras del hogar, así como su utilidad directa desde la experiencia y la disponibilidad (o no) de evaluaciones de impacto realizadas,

• Normativa nacional existente.

Para acceder a fuentes directas de información se diseñó una entrevista semi – estructurada4 y se definió la aplicación de 383 encuestas, distribuidas de forma uniforme por ciudad, tal como se observa en el cuadro siguiente:

La muestra original (n=383) se ha calculado tomando los siguientes datos:Población: 453,272 trabajadoras a nivel nacional, según datos del Ministerio de Trabajo.

Probabilidad de éxito / fracaso: 50%Nivel de confianzas: 95%

4 La estructura de la encuesta sometida cuenta con diferentes apartados y los datos procesados arrojan los resultados en materia de empleo, protección social, derechos laborales y organización y diálogo social desde la perspectiva de las trabajadoras, identificando así los déficits del Trabajo Decente de las traba-jadoras del hogar por cada componente y según su propia voz.

CIUDAD / ERROR 5%

Lima y Callao 262

Arequipa 23

Trujillo 21

Chiclayo 16

Piura 12

Iquitos 11

Cusco 11

Chimbote 10

Huancayo 10

Tacna 7

TOTAL 383

11Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

La segmentación de la muestra se hizo tomando en cuenta el objetivo de la investigación (que abarca todo el país) y considerando que se trata de una actividad que se realiza fundamentalmente en las grandes ciudades. Por ello esta segmentación se hizo de acuerdo al peso demográfico de las diez ciudades más pobladas del Perú.

Es importante señalar que se incrementó el tamaño de la muestra inicial: 383, pues el número de registros procesados fue de 402 (de 433 presentados), 19 registros adicionales que corresponden a once ciudades de provincia, lo cual da mayor consistencia a los resultados para provincias.

En relación al trabajo de campo, es importante destacar el esfuerzo despl-egado y las estrategias adoptadas para la aplicación de las encuestas en cada una de las provincias visitadas, ya que en algunas localidades se encontraban mejores condiciones que en otras. La referencia local de una organización de trabajadoras del hogar o de una institución vinculada a este sector de trabaja-doras ha sido un factor positivo para el cumplimiento del objetivo planteado. Así, las mayores dificultades se encontraron en las localidades donde se carecía de puntos de referencia. Es importante destacar que en algunas zonas se contó con la colaboración de las propias organizaciones de trabajadoras del hogar.

Entre los principales logros cuantitativos de este trabajo podemos mencionar: i) la culminación de la recopilación de información a través de una encuesta diseñada con los pesos de las principales ciudades de manera que tenga representación nacional, ii) la identificación de grupos de trabajadoras del hogar en las diferentes ciudades del país, sindicalizadas y en su mayoría indepen-dientes, lo que aporta mayores elementos para el análisis de la investigación, iii) la identificación de los principales lugares en los cuales las trabajadoras del hogar invierten su tiempo los días de descanso (domingos).

Entre las principales dificultades presentadas destacan: i) la limitación para ubicar e identificar a las trabajadoras del hogar tanto en Lima, Callao y provincias del interior del país, ii) el clima y la geografía de las provincias dificultó la ubicación y acceso a las trabajadoras del hogar en el interior del país, iii) la ausencia de colectivos de trabajadoras del hogar organizadas (asociaciones o sindicatos) dificultaron la aplicación de las encuestas; iv) la desconfianza por parte de algunas trabajadoras del hogar para acceder a ser entrevistadas, v) la limitada disposición de tiempo de las trabajadoras del hogar para responder una encuesta regular-mente amplia, sobre todo cuando estaban en horario de trabajo.

Desde el punto de vista cualitativo, en total se han realizado doce grupos de análisis, como espacios constituidos entre 5 a 10 personas de acuerdo a la situación presentada. El objetivo de los grupos de trabajo fue profundizar los temas de manera conjunta con las mujeres a partir de preguntas orientadoras y la generación de espacios de discusión. Entre los principales logros cualitativos se tiene: i) la articulación y desarrollo de los grupos de análisis previstos en el plan de trabajo, ii) la obtención de información valiosa para el trabajo de análisis cualitativo desde la perspectiva de las propias trabajadoras, iii) el haber contado con el apoyo de organizaciones de trabajadoras del hogar de alcance nacional

12 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

como la Asociación Nacional de Trabajadoras del Hogar (ANTRAH) y el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar del Perú (SINTRAHOGARP), así como de otras instituciones que trabajan con este sector de trabajadoras.

En Piura, se contó con el apoyo del Sindicato de Trabajadoras del Hogar de Piura y el Centro de capacitación de mujeres víctimas de violencia; en Cusco, con el Sindicato de Trabajadoras del Hogar del Cusco y el Centro YANAPANA-KUSUM; en Lima, con el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar de Lima (SINTTRAHOL); en Huacho, con el Sindicato de Trabajadoras del Hogar de la Provincia de Huaura (SINTRAHOPH) y la Asociación de Trabajadoras del Hogar de la Región Lima (ASTHOREL); y en Tacna, con una agencia de empleos dirigida por una ex trabajadora del hogar que nos brindó facilidades para llegar a este sector de mujeres.

Las principales dificultades cualitativamente hablando fueron: i) el escaso conocimiento de las trabajadoras del hogar de sus derechos por lo que no contestaban las preguntas formuladas, ii) el temor a verbalizar y dar a conocer sus puntos de vista sobre determinados temas, iii) el limitado apoyo de algunas instituciones educativas para el desarrollo de los grupos de análisis dirigido a las trabajadoras del hogar, iv) el limitado espacio físico de referencia para el desar-rollo de algunas de las actividades, lo que llevó a habilitar otros espacios para las entrevistas (restaurantes, casas de algunas de las mujeres, entre otras), v) las dificultades para las grabaciones en espacios abiertos.

Recopilar y sistematizar las experiencias y estrategias de protección social que se desarrollan desde las organizaciones de trabajadoras del hogar, o en coordinación con ellas o por otras instituciones de la sociedad civil, implicó el desarrollo de actividades como: i) mapear a las organizaciones, ii) determinar el estado actual de la participación de las organizaciones, iii) identificar las iniciativas de protección social desde las organizaciones, para lo cual se tuvo en cuenta el número de trabajadores/as, la proporción de trabajadores/as del hogar, el nivel de organización y sus posibilidades de ampliarla o mejorarla, así como los niveles de participación de mujeres.

Este informe final contiene un análisis de la situación actual sobre la protección social y el trabajo doméstico en el Perú, así como propuestas de políticas públicas que reorienten la gestación de un nuevo modelo de protección social asentado sobre el concepto del cuidado como un derecho que debe ser garantizado por el Estado a favor de las trabajadoras del hogar en coordinación con los diferentes sectores y actores sociales (empresas, sindicatos, las personas y la sociedad en general).

El presente documento, que es el informe final de la investigación realizada, pretende aportar conocimientos, argumentos y propuestas que colaboren con las iniciativas en curso en el Perú respecto a la ampliación de la protección social para las trabajadoras del hogar y a la ratificación del Convenio 189 de la OIT.

13Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

El informe está organizado en tres capítulos. En el primero, se desarrolla la noción de la protección social integral, sus componentes y su articulación con el enfoque de género. Se hace un sucinto análisis sobre los cambios producidos en el Perú en materia económica, pobreza y gasto público, así como las tendencias demográficas y del empleo femenino. Además, se aborda el marco programático, institucional y normativo de la seguridad social peruana, identificando algunos indicadores de salud, pensiones, riesgos laborales y brechas de género. También se identifican algunos programas sociales y se aborda el régimen especial de las trabajadoras del hogar, destacando las experiencias y estrategias de extensión de la protección social para las trabajadoras del hogar promovidas desde el Estado, la sociedad civil y las organizaciones de trabajadoras del hogar.

En el segundo capítulo se hace una breve explicación de quiénes son las trabajadoras del hogar en el Perú, a partir de datos oficiales. Tras un análisis cuantitativo de la información recogida, se presenta el nuevo perfil de este sector de trabajadoras, ya que la estructura de la encuesta cuenta con difer-entes apartados, datos que al ser procesados revelan importante información en materia de empleo, protección social, derechos laborales y organización y diálogo social, permitiendo identificar los déficits del Trabajo Decente de las trabajadoras del hogar por cada componente.

El tercer capítulo presenta, a partir de descripciones etnográficas y trozos de declaraciones anamnesias de voces directas de las protagonistas respecto a sus imaginarios sobre la protección social, un análisis de las percepciones, discursos y perspectivas de las mujeres respecto al tema, configurándose un conjunto de iniciativas propuestas desde las propias actoras.

Finalmente, se presentan las principales conclusiones del estudio así como las recomendaciones, elaboradas a partir de sus hallazgos, las cuales tienen como objetivo promover el trabajo decente de las trabajadoras y los trabajadores del hogar en el Perú en el marco del nuevo Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo.

Es importante señalar que el primer informe de avance de los resultados de la investigación de campo realizado en once provincias del Perú, fue presentado y socializado en el Seminario Nacional organizado los días 19 y 20 de diciembre de 2011 por el Proyecto Andino de extensión de cobertura, de la Oficina Subre-gional para los Países Andinos, y el proyecto regional de la Oficina de Actividades para Trabajadores – ACTRAV y el Centro Internacional de Formación de Turín para Organizaciones Sindicales – SSOS, ambos financiados por la cooperación española. Este evento, que contó con la participación de representantes de las diferentes organizaciones de trabajadoras del hogar del Perú (SINTRAHOGARP), ANTRAH, SINTTRAHOL, SINTRAHOPH, ASTHOREL, IPROFOTH), represent-antes de las centrales sindicales (CGTP, CUT, CTP y CTP), así como las institu-ciones públicas y privadas que trabajan con este sector de trabajadoras, permitió recoger reflexiones, aportes y sugerencias que han sido incorporados en este documento.

14 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

15Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Capítulo ILA PROTECCIÓN SOCIAL EN EL PERÚ Y SuS VINCuLACIONES CON EL TRABAJO DOMéSTICO

1.1 Una aproximación al concepto de protección social y género

Existen diversas definiciones sobre la protección social, las cuales varían según la época y lugar en que fueron establecidas, generando así una evolución de los conceptos y de las líneas de intervención que se han ido produciendo desde el ámbito académico, los organismos de cooperación y las instituciones financieras internacionales5. Según la Comisión de Desarrollo Social de las Naciones Unidas (ONU) la protección social es “el conjunto de políticas y programas gubernamen-tales y privados con los que las sociedades dan respuesta a diversas contingencias a fin de compensar la falta o reducción sustancial de ingresos provenientes del trabajo, brindar asistencia a las familias con hijos y ofrecer atención médica y vivienda a la población”6. Siguiendo esa línea, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la protección social como “la intervención colectiva de la sociedad a fin de proteger a sus ciudadanos de diversos riesgos y vulnerabilidades, mantener su bienestar y aumentar su capacidad de hacer frente a los riesgos”.

En los últimos años, la definición de las Naciones Unidas se ha ampliado para incorporar de manera explícita el enfoque de derechos7, lo que implicó el reconocimiento de las necesidades y los derechos humanos como la obligación de la sociedad, dándole un mayor énfasis al rol del Estado a partir de la implemen-tación de políticas públicas que den respuesta a tales necesidades y derechos. Frente a ello, cada país o Estado debe recoger sus respectivos marcos norma-tivos, derechos y obligaciones, de modo que quienes ostenten estos derechos

5 En los últimos años los debates sobre la protección social han generado una extensa literatura donde coexisten análisis de tipo histórico, conceptual y normativo, junto con propuestas concretas para su implementación y ampliación. Puede verse, entre otros: OIT: Establecimiento de normas de seguridad social en una sociedad global. Análisis de la situación y de la prácticas actuales y de las opciones futuras para el establecimiento de normas de seguridad social globales en la OIT, Ginebra, 2008; CEPAL: La protección social de cara al futuro: acceso, financiamiento y solidaridad (LC/G.2294 (SES.31/3)), Santiago de Chile, 2006, Banco Mundial; Household risk management and social protection in Chile. A World Bank country study, Washington, D.C., 2005; OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos) Promoting pro-poor growth. Employment and social protection [en línea] http://www.oecd.org/dataoecd/63/8/43514582.pdf; Cecchini, S.; Martínez, R.: Op. cit., Santiago de Chile, marzo, 2011.

6 Naciones Unidas: El mejoramiento de la protección social y la reducción de la vulnerabilidad en el actual proceso de mundialización. Informe del Secretario General (E/CN.5/2001/2), Comisión de Desarrollo So-cial, 39 período de sesiones [en línea] http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N00/792/26/PDF/N0009922.pdf; Open element. Naciones Unidas, 2000, p. 3.

7 Este enfoque se deriva directamente del artículo 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 – DUDH – que señala: “Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos”.

16 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

tengan la oportunidad de demandar su tutela en la ley y a través de los cauces apropiados en el sistema de justicia.

Los sistemas de seguridad social se han constituido en un elemento central de la protección social: se trata de sistemas integrales que proporcionan garantía de ingresos económicos ante contingencias y garantía de acceso a la atención de la salud, cuya necesidad fue reconocida internacionalmente de forma tripartita consensuada en 1952 a través del Convenio 102 de la OIT sobre normas mínimas de seguridad social. Este convenio establece las contingencias o ramas que cabe proteger (enfermedad, maternidad, accidente de trabajo y enfermedad profe-sional, desempleo, invalidez, vejez, sobrevivencia, apoyo a las familias con hijas e hijos y acceso a la atención médica); las posibles formas de financiación (contri-butividad y fiscalidad) y la población que se puede y debe proteger (población económicamente activa, población ocupada, población residente), a través de la combinación de sistemas contributivos —ligados al trabajo remunerado con salarios decentes— y sistemas no contributivos —para la población que tiene dificultades de acceso a través del trabajo remunerado. Se trata, por tanto, de un Convenio flexible y con capacidad de adaptarse a las diferentes realidades nacio-nales a la hora de diseñar y poner en marcha un sistema integral de seguridad social, y como norma internacional, es la concreción del derecho humano a la protección social que sirve de marco para las legislaciones nacionales.

Esta proposición, que se nutre de un enfoque de derechos, cuando se estructura en función de ámbitos de necesidades básicas que son claves para realizarlas, se orienta a desarrollar sistemas de protección social para las personas que no están cubiertas por los sistemas de previsión existentes mediante el piso de protección social.

Para la OIT, este piso puede lograrse a través de transferencias de ingresos o en especies y establece un paquete de prestaciones mínimas, independien-temente de la afiliación laboral8. Así, un Piso de Protección Social Nacional, ha de garantizar “el acceso a los servicios esenciales y apoya, a lo largo de todo el ciclo vital, a las niñas y los niños, a las personas en las edades económica-mente activas y a las personas mayores, prestando especial atención a los grupos vulnerables y considerando otras características fundamentales en determinados contextos (género, situación socioeconómica, etnicidad, discapacidades, pobla-ciones expuestas a los desastres naturales, etc.)”9. De esta manera, el Piso de Protección Social constituye una extensión de la cobertura de la seguridad social y un elemento para la superación de situaciones de pobreza y desigualdad social.

La CEPAL ha instalado un concepto orientado a generar respuestas asisten-ciales de promoción y desarrollo social ante los riesgos del entorno, con un enfoque de derechos10; mientras que el Banco Mundial ha comenzado a colocar

8 En OIT: Establecimiento de normas de seguridad social en una sociedad global. Análisis de la situación y de las prácticas actuales y de las acciones futuras para el establecimiento de normas de seguridad social globales en la organización internacional del trabajo, Ginebra, 2008, pp. 3 – 7.

9 En: Grupo de trabajo sobre la Iniciativa del piso de protección social: Iniciativa del Piso de Protección Social de las Naciones Unidas. Aportación de un apoyo conjunto a los esfuerzos nacionales. (Folleto). Ginebra, 2010. Disponible en http://www.ilo.org/gimi/gess.

17Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

en su agenda, un enfoque de derechos como complemento necesario del análisis más técnico respecto de los riesgos puntuales que enfrentan diversos grupos de población y la forma de resolverlos11.

Bajo el enfoque de la ONU y la OIT, la protección social representa la respuesta de la sociedad a niveles de riesgo o privación considerados inacep-tables, al promover el acceso seguro a mecanismos que permitan satisfacer necesidades básicas y ejercer derechos fundamentales como el ingreso, medios de vida, empleo, servicios de salud, educación, alimentación y vivienda. Dado que la protección social tiene múltiples dimensiones y no se refiere únicamente a compensar las variaciones de los ingresos, comprende también programas de atención social creados para garantizar un nivel mínimo de dignidad de quienes se encuentran en situación de pobreza y pobreza extrema, como las del asegura-miento de quienes no estando en situación de pobreza, deben sentirse seguros/as ante circunstancias adversas y determinadas etapas del ciclo de vida.

El objetivo final de la protección social es aumentar la capacidad y las oportu-nidades de la población excluida y, por ende, promover el desarrollo humano soste-nible; de ahí que entre los elementos indispensables para su eficacia destacan: la seguridad del ingreso, de salud en el trabajo y del medio ambiente; las condi-ciones de trabajo y cuestiones de familia; las pensiones y jubilaciones; la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y la protección frente a los efectos de la migración internacional, la pandemia del VIH/SIDA y la exclusión social.

Es necesario destacar las funciones de la protección social bajo un enfoque de derechos, que según Cecchini y Martínez12 son: i) garantizar un ingreso suficiente para sustentar condiciones dignas de vida, ii) posibilitar el acceso a servicios sociales y de promoción, y iii) fomentar el trabajo decente. A partir de este reconocimiento ambos autores identifican tres componentes centrales de la protección social, así como los respectivos instrumentos que permitirán cubrir esas funciones13:

• El contributivo, más conocido como seguridad social, que abarca los regímenes de pensiones contributivas (vejez, discapacidad, invalidez), los seguros de salud, de desempleo y las licencias (maternidad, paternidad y enfermedad).

• El no contributivo, frecuentemente identificado con la asistencia social, que pueden darse en trasferencias en efectivo o en especies sujetas o no a la corresponsabilidad (PTC, pensiones sociales u otras), en subsidios al consumo, a través de empleos de emergencia y, la promoción y acceso a servicios sociales existentes (educación, vivienda, salud y cuidado).

10 CEPAL: La protección social de cara al futuro: acceso, financiamiento y solidaridad. (LC/G2294 (SES.31/3), Santiago de Chile, 2006.

11 Holzman, R. y S. Jorgensen: Social protection as social risk management: conceptual underpin nings for the social protection sector strategy paper, Journal of International Development, vol. 11, N° 17, 1999.

12 Cecchini, S.; Martínez, R.: Op. cit., p. 127.13 Ibíd., p. 146.

18 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

• El de regulación de los mercados laborales, expresada en la normativa y supervisión de estándares laborales orientados a fomentar y proteger el trabajo decente, la formalización de los contratos, la negociación colectiva, la seguridad en el trabajo, los salarios mínimos, la eliminación del trabajo infantil, las políticas antidiscriminación, entre otras.

La articulación de estos instrumentos va a contribuir a la realización de los derechos que están en la base de una noción de protección social inclusiva. Así, en la actualidad nos enfrentamos al desafío de repensar la protección social como un derecho social que debe ser garantizado por el Estado en un marco de políticas orientadas a la corresponsabilidad entre el Estado, las familias/comuni-dades, las empresas, las organizaciones no gubernamentales como esferas insti-tucionales proveedoras de bienestar social.

La articulación entre género y protección social

El concepto de género introducido en el debate durante la década del ochenta, es una categoría de análisis que recorre todos los ámbitos y niveles de la sociedad y se constituye en uno de los instrumentos más útiles para analizar y explicar el establecimiento de las relaciones de desigualdad y poder entre mujeres y hombres en las diversas sociedades, y tiene como punto de referencia al sexo14.

Este término permite comprender cómo las diferencias históricas, cultu-rales, sociales y económicas afectan las relaciones entre hombres y mujeres; interpretar estas relaciones como formulaciones culturales que se originan en la imposición de significados sociales sobre las identidades sexuales, y denunciar la situación de inequidad existente entre ambos. Al destacar la inequidad histórica, este concepto también llama la atención hacia otras importantes diferencias sociales que se traducen en desigualdad social tales como la raza, la clase, el origen étnico y, otras de carácter generacional, además de poner en el tapete las relaciones entre estas dimensiones.

Por tanto, el género como categoría de análisis recorre todos los ámbitos y niveles de la sociedad y se constituye en un instrumento útil para analizar y explicar el establecimiento de las relaciones de desigualdad y poder entre mujeres y hombres en las diversas sociedades, dependiendo de la situación y del contexto. Así, nos permite tener en cuenta el hecho de que estas diferencias y desigualdades no son uniformes en todo el mundo, puesto que varían de acuerdo con factores como el contexto cultural, los niveles de desarrollo y el ambiente político.

14 Es importante diferenciar los conceptos de sexo y género. Hablamos de sexo para hacer referencia a las dif-erencias biológicas, físicas y anatómicas que existen entre hombres y mujeres y que son congénitas, pues se traen al nacer y tienen carácter universal. El género, en tanto, es el conjunto de características que histórica, social y culturalmente se atribuyen a hombres y mujeres, que son aprendidas mediante la socialización, que cambian con el tiempo y que varían dentro de una sociedad y entre sociedades. Ver en Lamas, M.: La antropología feminista y la categoría de género. En Nueva antropología Nº 30, México, 1986.

19Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

La relación entre género y protección social despierta la atención de la literatura en las últimas décadas cuando las investigaciones empezaron a poner en evidencia que históricamente las instituciones de protección social habían tomado al varón, y secundariamente a su familia, como sujeto central de protección15, generando por muchos años la invisibilidad de la situación específica de las mujeres frente a los sistemas de seguridad social.

Es así que el modelo asentado sobre el tipo tradicional de familia, donde la cónyuge asumía el rol reproductivo y el cónyuge el rol de proveedor económico, fue el referente por mucho tiempo. Ahora bien, cabe advertir que este modelo sigue siendo el supuesto básico de las instituciones de protección social, pues es a través de los cónyuges que las mujeres y sus familias pueden acceder a beneficios como previsión, salud y vivienda. En este modelo, las mujeres no son sujetas autónomas de derecho, salvo que cuenten con un empleo formal16.

Sin embargo, a medida que un mayor número de mujeres se ha incor-porado como fuerza de trabajo remunerada, la idea acerca de las funciones de los géneros ha evolucionado y los regímenes de seguridad social están refor-mándose gradualmente. Es en este marco, que se empieza a discutir sobre la necesidad de incorporar la perspectiva de género en la protección social17.

Así, diversos estudios develan que la mayoría de mujeres siguen excluidas del sistema de seguridad social de corto (salud) y largo plazo (jubilación) y, por tanto, no acceden a los beneficios sociales frente a las situaciones de riesgo y vulnerabilidad social como vejez, invalidez, desempleo, enfermedades y accidentes. Además, advierten que su exclusión de la protección social está asociada, principalmente, con su responsabilidad en el cuidado doméstico y familiar que todavía recae mayoritariamente en las mujeres, rol tradicionalmente asignado a las mujeres desde niñas, condición que repercute en su inserción a trabajos no regulados por la normatividad laboral y sin beneficios sociales.

Al respecto, el informe sobre trabajo en el mundo de la OIT, tras subrayar la vulnerabilidad del mercado laboral donde las mujeres son especialmente propensas, muestra su creciente preocupación por la situación de la protección social y recomienda que se hagan las adaptaciones necesarias para que se pueda extender su cobertura a todas las personas que estén excluidas, como por ejemplo las trabajadoras del hogar. Para la OIT, debe ser prioridad la atención

15 La OIT, destaca que la mayoría de los regímenes de seguridad social fueron establecidos sobre la base de un modelo en el que los hombres eran el sostén de la familia y la participación de las mujeres en la actividad económica y laboral se consideraba complementaria al hombre, circunstancial o eventual. Así por ejemplo, se proporcionaba prestaciones para las viudas pero no para los viudos. La edad de jubilación inferior para las mujeres era expresión también de un modelo en el cual la participación femenina en la fuerza laboral se consideraba como secundaria. En: OIT: Seguro social un nuevo consenso. Ginebra, 2000, p. 88.

16 CEPAL: Qué Estado para la igualdad. XI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Santiago de Chile, 2010, p. 59.

17 Existen factores que explican la incorporación de la perspectiva de género en las políticas de protección social: la mayor presencia de las mujeres en los espacios de decisión, la adopción de leyes y mecanismos de igualdad, la implementación de presupuestos con enfoque de género, la transversalización de género en los sistemas de planificación, la creciente participación económica de las mujeres y el incremento de la educación de las mujeres.

20 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

en asistencia social de los grupos más vulnerables a partir de programas que contemplen formas de protección social con perspectiva de género18.

Por su parte, la CEPAL tras destacar que las más perjudicadas son las mujeres que tienen los quintiles más bajos debido a que cargan con mayor peso la doble jornada laboral, enfatiza la importancia de que los sistemas de protección social promuevan servicios de cuidado colectivos y universales, así como regula-ciones e incentivos estatales que aboguen por una distribución más justa en la articulación del trabajo remunerado y no remunerado entre varones y mujeres, tanto en el ámbito público como privado19.

En los últimos años, la OIT/PNUD viene apostando por la promoción del acceso universal a los servicios sociales y de protección social, a través de una red de seguridad social que no se encuentre únicamente ligada a la condición formal del y de la trabajadora, priorizando la inversión en los servicios de cuidado tomando en cuenta las necesidades de los hogares de distintos estratos socio-económicos y garantizando el adecuado acceso de la población más necesitada a una atención digna y con servicios de calidad20.

En el nuevo escenario de la ampliación de la cobertura de la protección social se ha empezado a discutir con mayor intensidad el tema de la equidad en el financiamiento de la protección social, no solo entre grupos generacio-nales sino también entre los géneros21. Así, la igualdad de género en lo que respecta a la protección social es más que garantizar un trato igualitario para hombres y mujeres en el sentido formal; se trata de implementar medidas que consideren las funciones de los géneros en la sociedad, las que difieren según contextos y realidades. Los regímenes de seguridad social deberán elaborarse, por un lado, para garantizar la igualdad de trato entre hombres y mujeres, y por otro, para tener en cuenta las funciones de género diferentes, sirviendo como herramienta para promover la igualdad entre los sexos22. Ahora, estas medidas no deben reducirse a generar accesos preferentes o exclusivos de las mujeres a programas y prestaciones sociales; es necesario que ellas respondan a las nuevas necesidades de este sector laboral de modo que los mecanismos implementados aporten efectivamente a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

Desde esta perspectiva, se requiere comprender la estrecha relación entre el trabajo remunerado y no remunerado en el ámbito de las familias y las comuni-dades. Si bien el trabajo de cuidado (infantes, adolescentes, jóvenes, personas enfermas, mayores y con discapacidad) no genera ingresos, es igualmente importante para la atención diaria a las necesidades de toda la humanidad y para la trasmisión intergeneracional de la salud, la educación, las capacidades y el

18 OIT: Informe sobre trabajo en el mundo. La seguridad de los ingresos y la protección. Ginebra, 2000, pp. 1 – 11.

19 CEPAL: Panorama Laboral de América Latina. Santiago de Chile, 2009, p. 7.20 OIT-PNUD: Trabajo y familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social. Santiago

de Chile, 2009, pp. 138 y 139. En: http://www.pnud.org.pe/data/publicacion/Trabajo_Familia.pdf. 21 Ibíd., p. 72.22 OIT: Op. cit., p. 80.

21Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

bienestar de las personas, las familias y la sociedad en general. Por ello, situar las actividades de cuidado de personas dependientes al mismo nivel conceptual del trabajo remunerado es central para avanzar en políticas que promuevan la equidad de oportunidades laborales entre hombres y mujeres23.

En este sentido, para transitar hacia un nuevo modelo de protección social asentado en el cuidado, se requiere incorporar el concepto de parentalidad en las políticas públicas y de los cambios en el significado de maternidad, paternidad y masculinidad. La parentalidad implica el cuidado que ambos miembros de la pareja asumen en relación con sus hijos/as, orientando la extensión a ambos miembros de la pareja de las medidas y beneficios que no están vinculadas exclusivamente a la función reproductiva biológica femenina (embarazo, parto, recuperación y lactancia).

De este modo, se requiere deconstruir los roles tradicionales de género, de manera que todas las personas adultas, hombres y mujeres, puedan desarrollar sus actividades laborales y familiares y las personas dependientes (niños/as, adolescentes, jóvenes, personas mayores y con discapacidad) reciban un cuidado de calidad. Es necesario entonces que mujeres y hombres contribuyan desde lo personal y lo cotidiano a que se modifiquen las concepciones y las prácticas tradicionales sobre lo que significa ser hombres y mujeres, dando paso a poderes compartidos que suponen relaciones de cooperación e intercambio sustentados en una ética de solidaridad. Así, se dotará de nuevos contenidos, significaciones y símbolos al nuevo modelo de protección social, donde el cuidado se concibe como un derecho social.

En suma, como señala la OIT, no es posible enfrentar la exclusión social, la desigualdad y la pobreza, si no se aborda al mismo tiempo y con la misma energía la sobrecarga de trabajo de las mujeres y la falta de oportunidades ocupacionales para ellas24. En este contexto, la importancia de organizar el cuidado a fin de que garantice mayores oportunidades para las mujeres, resulta primordial en el desarrollo de políticas públicas que reorienten la gestación de un nuevo modelo de protección social asentado sobre el concepto del cuidado como un derecho que debe ser garantizado por el Estado en coordinación con las empresas, los sindicatos, las personas y la sociedad en general.

a. Evolución reciente de la economía peruana, pobreza y gasto público

Durante la última década, el Perú ha experimentado un importante ciclo de crecimiento económico acumulado que llegó alrededor del 60% del PBI entre el 2002-2009 y un crecimiento del PBI per cápita en promedio del 3.8%, en el mismo periodo. Desde el 2006, el PBI per cápita ha mantenido un crecimiento constante,

23 Wanderley, F.: El cuidado como derecho social: situación y desafíos del bienestar social en Bolivia. OIT, Santiago de Chile, 2011, p. 13.

24 OIT/PNUD: Op. cit., pp. 15 – 16.

22 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

avanzando significativamente respecto de años anteriores y reportando mejoras similares a las registradas hace treinta y cinco años25.

Estos avances han permitido una mayor disponibilidad de recursos y, consecuentemente, la mejora en los niveles de gasto social, pasando de 16,044 millones de nuevos soles en el 2000, a 40,757 millones de nuevos soles en el 201026.

Sin embargo, aunque se produjo una reducción gradual de la pobreza (de 42% en 2005 al 34% en 2009) y de la pobreza extrema (del 18% al 13% en el mismo período)27, aún persisten los niveles de inequidad y exclusión social. Así, tenemos que el índice de la desigualdad de ingresos reales per cápita se redujo muy poco y solo en el área urbana (de 0.45 a 0.43 entre el 2004 y 2009)28. En tanto, en las áreas rurales, la pobreza alcanzó un 60,3% en el año 200929 y el índice de ingresos reales per cápita antes que reducirse se incrementó de 0,40 a 0,41, según datos de la Encuesta Nacional de Hogares, 2004-2009 del INEI.

La reducción de la pobreza extrema en el Perú ha sido un fenómeno desigualmente distribuido y fundamentalmente urbano y costeño quedando el núcleo duro de la pobreza en el ámbito rural, especialmente en la sierra y selva, donde aún existen poblaciones en situación de pobreza extrema: 37,4% y 20,7% respectivamente, según datos del INEI.

Asimismo, se tiene que la pobreza afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres. El índice de feminidad de la pobreza revela su mayor vulne-rabilidad frente a la pobreza, en particular de las mujeres separadas, viudas, solteras y de hogares monoparentales. El caso de las personas solteras no es muy diferente. Así, por cada 100 hombres solteros en situación de pobreza hay 130 mujeres en la misma situación30. Pero son las mujeres que pertenecen al segmento de la tercera edad las particularmente vulnerables, debido a sus limita-ciones para acceder a medios de subsistencia y a la ausencia de mecanismos de protección social (seguridad social con la excepción del Seguro Integral de Salud, pensiones) para este grupo poblacional. Esta situación tiene serias reper-cusiones en los índices de esperanza de vida de las mujeres31.

25 Balbín, E., Gamero J.: Diagnóstico laboral y agenda de los trabajadores: Hacia una agenda laboral de los trabajadores y trabajadoras. (Resumen Ejecutivo). Plades, Lima, 2011, p. 5.

26 Velazco, T.: Empleo informal y políticas de protección social en Perú. Retos y oportunidades para el nuevo gobierno. Consorcio de Investigación Económica y Social. Lima, 2011, p. 28.

27 Diversos analistas atribuyen que la reducción de la pobreza y pobreza extrema, se debe a factores como el crecimiento descentralizado y el conjunto de programas de protección social creados entre los años 2001 – 2005. La continuidad de estos programas focalizados (el Seguro Integral de Salud-SIS, el programa Juntos y los programas de empleo temporal-Construyendo Perú), también han contribuido a contrarrestar la pobreza.

28 INEI: Estado de la pobreza al 2010. Lima, 2010, p. 15.29 Al respecto Carlos Aramburú, profesor de la Universidad Católica refiere que, si bien la pobreza bajó de

44,5% en el 2006 a 31,3% en el año 2010, faltó que el gobierno pusiera mayor énfasis en la ejecución de los programas sociales en las zonas más lejanas, por esa razón la pobreza rural se mantuvo alcanzando al 60% de su población.

30 Manuela Ramos – INEI: p. 188.31 Mesa de género de la cooperación internacional: ¿Qué cambio para las mujeres en el Perú? Informe de segui-

miento a los compromisos adquiridos en la Plataforma de Acción de Beijing – Perú Beijing + 5. Lima, p. 21.

23Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Llama la atención que pese a los esfuerzos orientados a mejorar la eficacia de los programas sociales y los mecanismos de focalización en el Perú, no se haya incorporado en éstos la dimensión de género en su diseño e imple-mentación, lo que se evidencia en la persistencia de un enfoque de asistencia social en los planes de lucha contra la pobreza32. Y es que abordar desde una perspectiva de género, la vulnerabilidad a la que están expuestas las familias peruanas y las personas que viven en condiciones de pobreza y riesgo social, supone comprender que hay una diversidad de actores en el proceso productivo y reproductivo de las familias y donde hombres y mujeres desarrollan actividades diferentes tanto en el mercado laboral, como a nivel familiar y comunitario.

En suma, para que el crecimiento económico sea sostenible en términos sociales, es necesario que la inversión y la demanda interna respalden dicha tendencia. Aunque en los últimos años el dinamismo de ambos indicadores es importante, se requiere implementar políticas sectoriales orientadas al desarrollo humano, la educación, la salud y la infraestructura productiva e innovación tecnológica. El crecimiento sostenible requiere de indicadores macroeconómicos positivos, así como una política social decidida y con altos componentes de inversión pública33 con especial énfasis en la población más vulnerable.

b. Tendencias demográficas

El cambio en la composición de la población por edades afecta la seguridad social, toda vez que debiera existir proporción entre las personas activas, es decir, aportantes o cotizantes a los sistemas de seguridad social y las personas beneficiarias de la misma. En el caso de las pensiones, se trata de que el ratio aportante/pensionista permita que los aportes acumulados más los intereses generados por éstos, cubran las pensiones. De ahí que resulta importante hacer un breve recorrido sobre las tendencias demográficas.

Los últimos veinte años se han caracterizado por importantes cambios en la composición de las familias peruanas, los cuales han incidido en el vínculo que éstas mantienen con la economía, los mercados laborales y la seguridad social.

Según la Encuesta Nacional de Hogares- ENAHO 200934 en el país siguen primando los hogares nucleares (60%), compuesto por cónyuges e hijos/as o jefe/a del hogar con hijos/as, frente a los otros tipos de hogares, como el extendido (21,8%), compuesto por los miembros de la familia nuclear más otros parientes o el unipersonal (10,4%), compuesto por una sola persona. Sin embargo, se ha registrado un considerable aumento de los hogares liderados por mujeres. Según el Censo del 2007, en 1993 el 23,3% de las familias peruanas tenía como jefa de hogar a una mujer, para el 2007 esta cifra se incrementó al 28,5%.

32 Vargas, R.: Gendered risks, poverty and vulnerability in Peru. A case study of the JUNTOS programme. Londres: Overseas Development Institut. Reino Unido, 2010, p. 8.

33 Balbín, E., Gamero, J.: Op. cit., p. 7.34 INEI: Compendio estadístico, Ministerio del Interior: Oficina General de Planificación. Lima, 2010.

24 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

En Lima Metropolitana este porcentaje se incrementa a 33,2%. Así, cerca del tercio de los hogares peruanos es liderado por una mujer, que principalmente es viuda, separada o divorciada. Estos hogares son los de mayor vulnerabilidad ante la pobreza debido a que las mujeres, además de proveer el ingreso a su hogar, deben hacerse cargo del cuidado de los miembros de su familia, en condiciones adversas en el mercado de trabajo pues existe una insuficiente infraestructura de cuidado y protección social que las respalde.

De otro lado, el tamaño promedio de los hogares urbanos se ha reducido de 4,5 en el año 2002 a 4,0 para el 2008, situación que se explica en: i) la poster-gación de la primera unión de pareja, ii) la disminución del número de hijos/as y, iii) al aumento del tiempo que transcurre entre ellos. Este cambio se registra especialmente entre las mujeres de sectores medios y altos de áreas urbanas35.

Así también se observa que la pirámide demográfica en el Perú es más ancha en las zonas rurales y la proporción de población joven y adulta es considera-blemente menor, a comparación de las zonas urbanas. La estructura porcentual global por sexo y edades de la población urbana y rural difiere notablemente, entre otros factores, por las desigualdades en el acceso a la salud reproductiva y a un sostenido patrón de migración del campo a la ciudad de la población joven y adulta rural36. De la misma forma, la tasa global de fecundidad ha variado poniendo en evidencia su tendencia al decrecimiento, independientemente del área de residencia de la población. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, ENDES-2009, la tasa global de fecundidad es de 2.6 hijos/as por mujer para el período 2006-2009, es decir, 10% menos del estimado en la encuesta del año 2000.

A pesar de estos avances sigue siendo muy preocupante que en el 2009, un 13,7% de las mujeres entre 15 y 19 años de edad eran madres, lo que muestra un incremento respecto a lo registrado en el año 2000. Los mayores porcen-tajes se registran en adolescentes que son madres (11,1%) o que están gestando por primera vez (2,6%), de las cuales no tienen instrucción o solo han concluido o cursado algunos grados de nivel primaria un 47,9%. Este problema tiene mayor incidencia en el área rural donde se registra un 22,2% de mujeres en esta condición37 frente al 8,1% registrado en Lima Metropolitana.

Otro indicador relevante es el matrimonio formal, el cual va en retroceso, según la ENDES 2009. Así, 57,1% de las mujeres en edad fértil se encuentran unidas, sin embargo solo el 25,3% están casadas frente al 40,1% registrado en 1986. En tanto, las convivientes alcanzan el 31,8% del total registrado, cifra que está cerca de duplicar a lo registrado (17,9%) en 1986. Pese a que estos datos revelan que en la actualidad se prefiere la convivencia al matrimonio, la normativa

35 Arraigada, I.: Dimensiones de la pobreza y políticas desde una perspectiva de género. En Revista de la CEPAL Nº 85, Santiago de Chile, pp. 101 – 113.

36 Anderson, J.: Responsabilidades por compartir: la conciliación trabajo-familia en Perú. OIT, Santiago, 2011, p. 22.

37 Según el Informe de UNICEF sobre el Estado del Infancia amazónica, el 22 % de las mujeres adolescentes indígenas entre los 15 y 20 años tiene al menos un hijo/a, de las cuales 21% tiene como lengua materna quechua, 16% el aymara y 40% una lengua amazónica.

25Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

nacional no brinda un marco legal propicio para el concubinato, ya que solo establece para esta figura la indemnización o pensión de alimentos por disolución unilateral y que la comunidad de bienes se sujeta al régimen de la sociedad de gananciales38.

Una de las principales consecuencias de los procesos demográficos de largo tiempo, de cambios en los patrones de fecundidad, mortalidad y la estructura etaria de la población, es la disminución de la tasa de dependencia. Así, se estima que la proporción de población en edad de trabajar seguirá creciendo más rápidamente que la dependiente, en edad escolar o de retiro. Al respecto, diversos autores39 señalan en el caso peruano, la tasa de dependencia infanto-juvenil ha bajado desde mediados de los años 1970 y alcanzará su punto más bajo hacia el 2025-2030. El caso de las personas adultas mayores es distinto, pues se prevé un ligero incremento de este sector que casi triplicaría su número para el 2050. Según Jeanine Anderson, este fenómeno, conocido como el bono demográfico, constituye una ventana de oportunidad debido a que en el país habrá relativamente pocos dependientes para una proporción relativamente alta de trabajadores/as adultos/as40.

Entonces, si la tasa global de fecundidad mantiene su tendencia a la baja y continúa la desaceleración en el crecimiento de la población, el proceso de envejecimiento se acentuará en las próximas décadas. Esta situación tendrá consecuencias directas en materia de protección social, ya que se incrementará la demanda por servicios y prestaciones y disminuirá paulatinamente la proporción de asegurados/as activos/as o aportantes.

c. Tendencias del empleo y brechas de género

A pesar de que el ciclo económico expansivo, producto del contexto internacional favorable a la exportación de materias primas, permitió mejoras en algunos indica-dores relacionados con la generación de empleo, el mercado laboral peruano se sigue caracterizando por altos niveles de informalidad y una baja proporción de asalariados/as formales dentro de la población ocupada.

Al respecto, Balbín y Gamero41, destacan algunas tendencias en materia de empleo y salarios. Así, en relación al empleo señalan:

• La persistencia de un 19,7% de trabajadores/as en empresas formales sin contrato y, consecuentemente, sin coberturas de salud y pensiones para el año 2010. En el caso de las empresas informales, un 97% de trabajadores/as labora sin contrato, por tanto, sin seguro de salud y pensiones.

38 Ibíd.39 Aramburú, C.; Butinza M.: La transición demográfica peruana: Implicancias para la conciliación trabajo –

familia. En: Economía y Sociedad N° 63. Consorcio de Investigación Económica y Social. Lima, p. 63.40 Anderson, J.: Op. cit. p. 78.41 Ibíd.

26 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

• La mejora en los ingresos (el umbral de empleo adecuado a diciembre 2010 era de S/. 746.00 soles mensuales), aunque ello no implica la mejora en la calidad del empleo.

• El crecimiento del empleo formal mayoritariamente en empresas de 10 a más trabajadores/as. Ello indicaría que el crecimiento económico se concentró en las empresas de mayor tamaño.

• La persistencia de una baja cobertura de pensiones. Menos del 30% de la PEA ocupada contribuye a algún sistema pensionario. Solo 45% de afiliados/as a las AFP mantienen una condición de cotizante activo/a.

• La cobertura de salud alcanza a más de la mitad de la PEA ocupada, sin embargo, cerca de la mitad de ésta accede al Seguro Integral de Salud (SIS) cuya oferta de prestaciones es de menor calidad que la provista por EsSalud.

• La persistencia de regímenes laborales que precarizan el empleo bajo el argumento de la promoción de la industria naciente y el otorgamiento de incentivos laborales para formalizar el empleo.

En suma, los autores advierten que los avances durante la última década resultan insuficientes para transformar de manera sustantiva la estructura ocupa-cional. De otro lado, en materia de salarios, destacan:

• El rezago salarial, pues las remuneraciones y los ingresos medios han recuperado entre 10% y 20% de capacidad adquisitiva pese al crecimiento del PBI per cápita a 55% y de la productividad media de toda la PEA a cerca del 30%.

• La recuperación de la capacidad adquisitiva del salario mínimo apenas superior a la remuneración promedio, aunque sigue muy por debajo de sus pares en la región.

• La mínima recuperación de los salarios se relaciona con la escasa cobertura de la negociación colectiva asociada a las dificultades para formar sindicatos.

• La persistencia de bajos ingresos asociada a los bajos niveles de la produc-tividad sectorial y, la ausencia de políticas para mejorarla, sobre todo en el sector de la micro empresa.

De otro lado, llaman la atención sobre la existencia de un marco institucional insuficiente para la generación de empleos de calidad y las restricciones al derecho de libertad sindical y diálogo social sin voluntad política de los gobiernos.

En materia de género, señalan la persistencia y agravamiento de las brechas de género relacionadas con casi todos los indicadores del mercado de trabajo, siendo preocupante el incremento de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Sobre el particular, a partir de datos oficiales y estudios realizados en el Perú42,

42 INEI – Encuesta de Hogares (ENAHO) 2004-2009, Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo: El mer-cado laboral peruano. Informe Anual 2008, CEPAL (2010), Fuertes, P.: La mujer en el mercado laboral: 2009. Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. OIT: Panorama Laboral 2007, Panorama Laboral 2009, Panorama Laboral 2010, OIT/PNUD (2009) INEI-Manuela Ramos (2010), Abramo, L. (editora): Tra-bajo Decente en América Latina, Zapata, D.: Indicadores para el cumplimiento de la CEDAW, (2007).

27Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Bastidas y Balbín han delimitado algunas tendencias del empleo femenino, advir-tiendo sobre la persistencia de brechas de género43 a partir de los siguientes hallazgos:

• El aumento de la participación laboral femenina. En el 2009 las mujeres representaron el 45,6% de la PEA urbana y los hombres, el 54,4%, siendo su tasa de participación del 65,3% y 82,4%, respectivamente.

• El incremento de las tasas de participación de las mujeres en situación de pobreza respecto de las demás. En el 2009 se registró una mayor participación femenina en el área rural. El 75,2% de ellas se encontraba activas y de ellas el 76,1% estaba en situación de pobreza.

• La ampliación de la tasa de participación femenina según nivel educativo alcanzado. Para el 2009, los niveles de participación de las mujeres con nivel educativo universitario subió a 85,7% (en el 2004 era de 82,7%). Con nivel primario se incrementó de 66,1% a 67,8% en el mismo periodo. Así, se registra la disminución en el número de trabajadoras sin nivel educativo y con primaria completa.

• El aumento de la ocupación femenina. Se pasa del 62,4% en el 2004 al 65,3% en el 2009. En tanto, la ocupación masculina sube en este periodo de 81,3% a 82,4%.

• La persistencia de las brechas entre el desempleo femenino y masculino. La tasa de desempleo femenino bajó del 5,5% (2004) a 4,2% (2009). En el caso del desempleo masculino la disminución fue de 4,5% a 3,9% en el mismo periodo. Sin embargo, las mujeres mantienen mayores probabili-dades de estar desempleadas.

• La permanencia del desempleo en el sector de mujeres jóvenes. En el 2009, el 10,3% de ellas están desempleadas frente al 8,75% de sus pares masculinos.

• El incremento de las brechas de desempleo por nivel educativo. En el 2009, las brechas más altas se registraron entre la población con educación secundaria (7,7% en mujeres y 4,5% en hombres), seguido del grupo pobla-cional con educación superior no universitario (4,2% mujeres versus 3,8% hombres).

• El aumento de las tasas de subempleo femenino. Si para el 2009 la tasa de subempleo masculino alcanzó el 41,6%, para las mujeres fue de 51,6%. Así también, el subempleo por ingresos tiene mayor incidencia en la población femenina (38,7%) frente a la masculina (34,7%).

• El mantenimiento de la brecha de informalidad en mujeres. El mercado laboral informal en el 2009 estaba representado por el 48,3% de mujeres y el 51,7% de hombres. El 36,8% de las mujeres laboraba en actividades independientes, el 35% lo hacía en el sector privado (el 13,5% en la micro-empresa) y, el 7,9% era trabajadora doméstica.

43 Bastidas, M., Balbín, E.: Las mujeres y el trabajo decente en el Perú. ADC, Lima, 2011, pp. 107 – 119.

28 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

• La persistencia de la tercerización entre las mujeres. El 60% del empleo femenino peruano está en el sector terciario. Solo el 10% de la PEA femenina es absorbida por la industria manufacturera, más de la tercera parte trabaja en el sector de servicios (35,5%) y casi una cuarta parte (24,5%) lo hace en el sector comercio.

• La ampliación de ocupadas que laboran menos de 48 horas a la semana. Este grupo ha pasado del 59,8% (2004) al 61,7% (2009). Tres de cada diez mujeres ocupadas laboran por encima o igual a 48 horas semanales, siendo muy pocas las que trabajan las 48 horas semanales reguladas por la ley. En el 2009 este grupo alcanzó apenas el 5,6% del total de mujeres trabajadoras.

• La disminución moderada de las brechas de remuneración entre hombres y mujeres. En el 2009 las mujeres percibieron en promedio el 66,9% del ingreso de los hombres, por un trabajo similar.

• La persistencia de las brechas de ingreso según nivel educativo para el 2009. Las mujeres asalariadas empleadas y obreras en el sector público ganaban en promedio el 79% y 64%, respectivamente, de las remune-raciones de los empleados y obreros. Esta tendencia es menor para las empleadas y obreras del sector privado que ganaban en promedio 61% y 53% del ingreso de sus pares, respectivamente.

1.2. La protección social en el Perú

a. Evolución institucional

La historia del sistema de protección social en el Perú, durante gran parte del siglo pasado, estuvo vinculada a la protección social contributiva y a una protección basada en el empleo formal, que tenía en los sistemas de pensiones y salud los mecanismos por excelencia para proteger a las personas trabajadoras ante circunstancias inesperadas (desempleo, enfermedad o accidentes laborales).

En este contexto se puede decir que la historia de la protección social en el país, es resultado de un largo proceso histórico que empieza y evoluciona con un modelo de sistema estratificado, que mantiene las desigualdades entre traba-jadores y trabajadoras44. Así, el sistema de seguridad social penetra en nuestra legislación por presión de la masa trabajadora.

Tal como lo precisa Pareja45, durante el primer gobierno de Don José Pardo y Barreda (1904 - 1908) se formulan hasta diez proyectos sobre la higiene y seguridad de las personas trabajadoras, el trabajo de la niñez y mujeres, el descanso obligatorio, las horas de trabajo de los hombres adultos, la indemni-zación por accidentes de trabajo, entre otros. Sin embargo, fue el proyecto sobre

44 Mesa – Lago, C.: La estratificación de la seguridad social y el efecto de desigualdad en América Latina: el caso peruano. Estudios Andinos Nº 8 (vol. ID, Nº 2), Lima, 1973, p. 18.

45 Barba, M.C.; Martos, M.V.E.P.de; Fonseca, R.M.G.S.da. Género y trabajo femenino en el Perú. Rev.latino-am.enfermagem, Ribeirão Preto, v. 5, n. 2, pp. 23 – 31, abril 1997.

29Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

trabajo de mujeres y niños/as el que fue aprobado por el Congreso aunque no se formuló la ley sino hasta el segundo gobierno de Don José Pardo y Barreda (1915-1919). Así, con la Ley Nº 2851, del 23 de Noviembre de 1918, se regula, entre otros aspectos, la jornada de ocho horas de trabajo y cuarenta y cinco semanales, una hora de lactancia, sala cuna para hijos/as menores de un año, indemnizaciones por despido injustificado, despido dentro de los tres meses anteriores y posteriores al parto e indemnizaciones por accidentes de trabajo46.

En 1936, se institucionaliza la creación del Seguro Social Obrero Obliga-torio, mediante Ley Nº 8433. Durante décadas su gestión fue responsabilidad tripartita (empleadores, trabajadores y Estado). De acuerdo a esta norma este seguro beneficiaría de forma obligatoria a los obreros y obreras dependientes de un patrono, y facultativamente a las trabajadoras a domicilio y a los/as traba-jadores/as independientes, a las personas aprendices y a las trabajadoras del hogar; cubrían los riesgos de maternidad, enfermedad, invalidez, vejez. Sin embargo tenía una limitación ya que solo incluía a los obreros y no así a sus esposas y familias.

Para el caso que nos ocupa, es importante destacar que la Ley 8433, reconoce por primera vez en la historia peruana el derecho facultativo que tienen las trabajadoras del hogar en materia de seguridad. Este reconocimiento, pone a su vez en evidencia la persistencia de una regulación diferenciada y, en muchos casos, discriminatoria en relación a los derechos reconocidos por otros sectores laborales de aquel entonces.

Posteriormente, mediante Ley Nº 10902 (de 1948), se crea el Seguro Social del Empleado no solo para atender a los/as empleados/as privados/as sino también a los/as empleados/as públicos/as. El sistema cubría la invalidez, vejez y muerte y los casos no previstos por las leyes de jubilación, cesantía y montepío. Así también amplía su cobertura a las esposas de los trabajadores en casos de maternidad.

Durante la década de los 70, en el país se inicia un proceso de unificación del sistema de seguridad social. Se crea el Sistema Nacional de Pensiones (1973) pasando a un modelo de seguridad unificado y uniforme47, donde se integran los sistemas generales de obreros y empleados y algunos de sus subsistemas, aunque se excluye a las fuerza armadas. En 1979, se amplía la cobertura de las prestaciones al cónyuge y los hijos/as hasta los 18 años de edad, mediante la creación del Régimen de Prestaciones de Salud, según Decreto Ley Nº 22482, el cual fue implementado recién a partir del 1985.

46 Posteriormente con la Ley 1978, que se basa en el principio de riesgo profesional se declara que el empresario es responsable de los accidentes que ocurren a los/as trabajadores/as y empleados/as con ocasión del trabajo. Se establece la asistencia médica de los/as accidentados/as, las indemnizaciones, renta vitalicia en caso de incapacidad permanente, absoluta o parcial y renta periódica en los casos de incapacidad temporal, absoluta o parcial entre otras. Con la Ley 4916 de 1924, se establece un régimen de compensaciones, beneficios y seguros para los empleados privados en el caso de cesación del empleo y causa de enfermedad y muerte.

47 Mesa – Lago, C.: Op. cit. p. 161.

30 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

En julio de 1980, la seguridad social cuenta con un esquema contributivo y tiene una institución tutora (Instituto Peruano de Seguridad Social - IPSS) creada por D.L. Nº 23161, la cual se encarga de administrar los sistemas salud y de pensiones tanto para obreros como para empleados/as formales. El IPSS tiene el objetivo de brindar atención al asegurado y a su familia contra los riesgos de enfermedad, frente a la maternidad, la invalidez, los accidentes, la vejez y la muerte. El sistema se organiza en dos grandes campos: i) el de la salud, a través de los Regímenes de Prestaciones de Salud (D.L. Nº 22482) que cuenta con su propia red de prestadores y, ii) el de las pensiones, que se conduce mediante el Sistema Nacional de Pensiones (D.L. Nº 19990)48. Si bien, con la creación del IPSS se buscó dotar de autonomía económica, financiera, presupuestal y contable a los sistemas de salud y de pensiones, este objetivo no se logra alcanzar.

En 1991, ante la agudización de la crisis fiscal, la imposibilidad del Estado para proseguir asumiendo las pensiones y frente a las propuestas de privatizar la seguridad social, se crea el Sistema Privado de Salud (D.L. Nº 718) y de Pensiones (D.L. Nº. 724), los cuales fueron implementados a partir de 199249. Fue con la implementación del Sistema Privado de Pensiones (SPP)50 y de las Administra-doras de Fondos de Pensiones (AFP) en 1993, que se fomenta el traslado de los/as asegurados/as del sistema público al privado. Se genera así un mercado de provisión de los servicios paralelo al ofertado por el Estado a través del Sistema Nacional de Pensiones (SNP)51 que es conducido por la Oficina de Normalización Previsional (ONP)52 y que no solo atiende a los/as trabajadores/as asalariados/as sino también a los/as trabajadores/as independientes/as.

Posteriormente, en 1997 con la Ley de Modernización de la Seguridad Social (D.L. Nº 26790) y la Ley de Creación del Seguro Social de Salud – EsSalud (D.L. Nº 27056), se promueve la creación de las Empresas Prestadoras de Servicios (EPS), como entidades privadas dirigidas a la prestación comercial de servicios de salud. Al respecto, el Comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) advierte sobre el carácter discriminatorio de dicho sistema, que determina el acceso estra-tificado al servicio de salud que ofrece, condicionándolo a la capacidad de los y las aseguradas para pagar por éste:

48 La Ley 19990 es la fuente originaria de la que derivan los derechos de los/as pensionistas.49 Francisco Verdera afirma que con el Sistema Privado de Salud sucede algo paradójico ya que el D.L. Nº

718 que lo crea como complementario al sistema administrado por el IPSS y que establece la formación de Organizaciones de Servicios de Salud (OSS) nunca fue reglamentado y tampoco puesto en marcha. Algo similar ocurre con el Sistema Privado de Pensiones que comienza a operar hasta mediados de 1993, pese a que se creó en 1992”. Ver en: Verdera, Francisco.: Seguridad social y pobreza en el Perú: Una aproximación. Documento de Trabajo Nº 84. IEP. Lima, 1997, p. 23.

50 Los problemas del Sistema Nacional de Pensiones, SNP, (malversación de fondos de los gobiernos de turno, cuantiosa deuda de los/as pensionistas, pésima administración) se agudizan tras la creación del Sistema Privado de Pensiones - SPP, pues más de un millón y medio de trabajadores/as se trasladan al nuevo sistema desfinanciándolo aún más.

51 Verdera F.: Op. cit., p. 23.52 A la ONP también le compete la administración de otros regímenes pensionarios administrados por el

Estado. Otorga pensiones de invalidez, jubilación y sobrevivencia, y desde 1997 el aporte asciende a un 13% de la remuneración asegurable de la persona afiliada, el que está a su cargo.

31Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

“… luego de desaparecer el Instituto Peruano de Seguridad Social, que fue reemplazado por una institución denominada EsSalud, las nuevas reglas de juego, introducen en primer lugar el concepto alternativo de la ‘libre contratación’ y, con ella, el establecimiento de un nuevo tipo de acceso a las prestaciones de salud estratificado y discriminatorio, según el nivel y capacidad de parte de los/as asegurados/as. Y en segundo lugar, el cambio de condición de estos, de sujetos de un derecho humano, a la condición de consumidores/as de un determinado producto (salud), cuyo acceso a mayores niveles de calidad no proviene de la condición humana, sino de la racionalidad económica impuesta por un mercado que no concede ética ni valores (Artículo 9 del PIDESC)”53.

En resumen, las reformas producidas con el cierre del sistema público de salud y pensiones han traído consigo graves impactos en materia de protección social. Al respecto, el especialista Javier Mújica54 destaca en materia de salud: i) la reducción del gasto o inversión pública, ii) el incremento de los desni-veles en la cobertura principalmente de la salud rural y concentración de la red asistencial en grandes centros urbanos y, iii) la ampliación de las inequi-dades, buena salud para el que paga bien y de menor calidad para los que tienen menos ingresos. En tanto, en materia de pensiones: i) el quiebre de los principios de solidaridad, ii) la elevación de las edades de jubilación y, iii) la instauración de sistemas privados de administración de fondos de pensiones y regímenes contributivos basados en aporte exclusivo de las personas trabaja-doras y la capitalización individual.

Han pasado más de 15 años de la Reforma y lo que se observa en el Perú es la enorme desigualdad en el acceso a las pensiones y niveles de cobertura muy bajos debido a la informalidad que reina en el mercado laboral peruano. De acuerdo a Eduardo Morón55 el actual sistema de pensiones adolece de dos deficiencias: la baja cobertura y la poca densidad de los aportes. Este panorama se agrava por acción del Estado, que al enfocar inadecuadamente sus subsidios termina ampliando las brechas de desigualdad.

En el sistema peruano se observa que las diferentes instituciones de seguridad social que han existido se han configurado en torno a la relación salarial y se han orientado a proteger al trabajador formal y su familia contra riesgos de enfer-medad, invalidez, maternidad, desempleo y vejez y en caso de eventos vitales como el nacimiento y la muerte. De esta manera, conserva en cierta medida el sistema estratificado que ahonda las desigualdades entre trabajadores y entre éstos y las mujeres.

53 Extracto del Informe Anual 1999: CEDAL y APRODEH: Informe Anual. Los derechos económicos, sociales y culturales: Perú. Trabajo, Salud y Educación: Deudas del Tercer Milenio. Lima, 1999, pp. 45-46.

54 Mujica, J.: La Reforma de los Sistemas de Seguridad Social en los Países Andinos. Cuaderno N°1. Con-sejo Consultivo Laboral Andino”. CCLA/PLADES, Lima, 2003, pp. 51– 53.

55 Morón E.: Resolviendo el Problema de Cobertura en el Perú. Documento de discusión. DD/08/05. Univer-sidad del Pacífico, Lima, 2008, p. 1.

32 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Así, en materia de género se evidencia que las instituciones peruanas de protección social (salud y pensión) no han tomado en cuenta que los problemas y las situaciones de vulnerabilidad afectan de manera específica a mujeres y hombres en el mundo del trabajo. Por el contrario se han construido en función de una imagen del hombre como sostén de la familia y de la mujer como persona dependiente o perceptora secundaria de ingresos; de esta manera las mujeres y sus familias solo acceden al sistema de salud y previsión a través de sus esposos, pues al no contar con un empleo formal no son sujetas autónomas de derechos.

b. Marco programático, institucional y normativo

El acceso a un seguro de salud y de pensiones constituye un elemento consti-tutivo de la noción de trabajo decente. En el Perú, el sistema de seguridad social está integrado por tres regímenes principales:

• El Sistema de pensiones basado en la gestión privada a cargo de Adminis-tradoras Privadas de Fondos de Pensiones, cuya regulación recae en la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP; y una gestión pública de carácter residual administrado por la Oficina de Normalización Provisional (ONP).

• El Sistema de seguridad social en salud, administrado por EsSalud y por entidades de carácter privado y regulado por una Superintendencia de las Empresas Prestadoras de Servicios (EPS).

• El Régimen de riesgos del trabajo, de cobertura legal limitada a trabaja-dores/as con actividades de riesgo, el cual es denominado Seguro Comple-mentario de Trabajo de Riesgo (SCTR). Este último régimen no cuenta con una entidad de regulación y supervisión sistémica; su gestión operativa está a cargo de EsSalud, las EPS, el sector de aseguradoras privadas comerciales y por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo en lo que concierne a la promoción y prevención.

Según refiere Fabio Durán56, el marco programático e institucional del sistema de protección social peruano se caracteriza por una gran dispersión en sus componentes organizativo/ institucionales y en los ámbitos de rectoría, políticas, regulación, supervisión y gestión de las prestaciones, lo cual no favorece el desarrollo de las políticas en materia de seguridad social.

Marco Jurídico Internacional

Con respecto al marco jurídico internacional, destacan los compromisos asumidos por el Estado peruano en materia de seguridad social. Así, el Perú ha suscrito diferentes instrumentos internacionales, entre los que destacan:

56 Durán F.: Cobertura contributiva de la seguridad social en el Perú. ¿Avanza el aseguramiento contributivo?, OIT, Lima, 2009, p. 41.

33Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

• La Declaración Universal de Derechos Humanos, (1948).• La Convención Americana de Derechos Humanos, (1969).• El Convenio 102, norma mínima de seguridad social (de 1952, ratificado en

1961). Perú ha aceptado las partes II, III, V, VIII y IX. • La Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre, (1978).• El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

(PIDESC), (1978).• La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación

contra la Mujer (CEDAW), (1981).• El Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos

en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, (1988).

CONVENIOS RATIFICADO SITUACIÓN

El Convenio N° 8 sobre las indemnizaciones de desempleo 04:04:1962 Ratificado(naufragio), (1920).

El Convenio N° 12 sobre la indemnización por accidentes del 04:04:1962 Ratificadotrabajo (agricultura), (1921).

El Convenio N° 19 sobre la igualdad de trato (accidentes del 08:11:1945 Ratificadotrabajo), (1925).

El Convenio N° 24 sobre el seguro de enfermedad (industria), (1927). 08:11:1945 Ratificado

El Convenio N° 25 sobre el seguro de enfermedad 01:02:1960 Ratificado(agricultura), (1927).

El Convenio N° 35 sobre el seguro de vejez (industria, etc.), (1933). 08:11:1945 Ratificado

El Convenio N° 36 sobre el seguro de vejez (agricultura), (1933). 01:02:1960 Ratificado

El Convenio N° 37 sobre el seguro de invalidez (industria,etc.), (1933). 08:11:1945 Ratificado

El Convenio N° 38 sobre el seguro de invalidez (agricultura), (1933). 01:02:1960 Ratificado

El Convenio N° 39 sobre el seguro de muerte (industria, etc.), (1933). 08:11:1945 Ratificado

El Convenio N° 40 sobre el seguro de muerte (agricultura), (1933). 04:02:1960 Ratificado

El Convenio N° 44 sobre el desempleo, (1934). 04:04:1962 Ratificado

El Convenio N° 55 sobre las obligaciones del armador en caso 04:04:1962 Ratificadode enfermedad o accidentes de la gente de mar, (1936).

El Convenio N° 56 sobre el seguro de enfermedad de la gente 04:04:1962 Ratificadode mar, (1936).

El Convenio N° 71 sobre las pensiones de la gente de mar, (1946). 04:04:1962 Ratificado

El Convenio N° 102 sobre la seguridad socia (norma 23:08:1961 Ratificadomínima), (1952).

Fuente: http://webfusion.ilo.org/public/db/standards/normes/appl/appl-byCtry.

Tabla de Convenios Internacionales del Trabajo ratificados por el Perúrelativos a la Seguridad Social

34 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Los Convenios descritos proporcionan amplias orientaciones para la acción en materia de seguridad social. En relación al género, se observa que la mayoría de éstos no contienen disposición alguna que prohíba la discriminación en función del sexo, debido a que se adoptaron en una época en la que prevalecía la opinión (que a menudo no concordaba con la realidad incluso entonces) de que los hombres eran los proveedores económicos y que las mujeres permanecían normalmente en el hogar cuidando a la familia57.

Solo dos de estos convenios contienen menciones expresas respecto a la no discriminación en materia de seguridad social. Se trata del Convenio Nº 103, sobre la protección de la maternidad (revisado) del año 1952 y que estipula que toda contribución deberá ser pagada con respecto al número total de hombres y mujeres empleados/as por las empresas interesadas, sin distinción de sexo. Y del Convenio N° 168 (1988) que exige la igualdad de trato a todas las personas protegidas, sin distinción alguna por motivos, entre otros, de sexo, al tiempo que permite a los Estados miembros que adopten medidas especiales que estén destinadas a satisfacer las necesidades especí-ficas de categorías de personas que encuentran problemas particulares en el mercado de trabajo58.

Convenio Central:

Convenio 102 Relativo a la Norma Mínima de la Seguridad Social.

Dos características esenciales:

• Establece las metas que deben ser alcanzadas en lugar de describir las técnicas aplicables.

• Establece flexibilidad, ofreciendo la posibilidad de ratificar el Convenio aceptando por lo menos tres de las nueve ramas, incluida al menos una entre las siguientes: Desempleo; AT y EE.PP, de V, I, y M.

Define Quién tiene derecho a qué y en qué condiciones, es decir: Campo de aplicación, Prestaciones y Condiciones de acceso, para todas y cada una de las RAMAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL, que según las Normas Internac-ionales de la OIT son:

• Invalidez, Vejez y Muerte (o supervivencia) - C102 partes V, IX y X - C128 y R131.

• Salud (Asistencia Sanitaria y Prestaciones económicas) - C102 p.II y III; C130, R134 y R69.

• Maternidad - C102 p. VIII; C183, R191. • Accidentes de Trabajo y EE.PP - C102 p.VI; C121 y R121.• Desempleo - C102 p. IV; C168 y R176.• Prestaciones Familiares C102 p.VII.

57 OIT: Seguridad social un nuevo consenso. Ginebra, p. 82.58 Ibíd.

35Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Cabe destacar otros convenios de la OIT, que si bien no están relacio-nados específicamente con la seguridad social, prohíben expresamente la discriminación por motivos de sexo. Son el Convenio Nº 100, sobre igualdad de remuneración (1951), el Convenio Nº 111, sobre la discriminación (empleo y ocupación) (1958) y el Convenio Nº 156, sobre los trabajadores con respon-sabilidades familiares (1981) con miras a crear la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Es este último convenio el que prescribe que deberán adoptarse medidas —acordes con las condiciones y posibilidades nacio-nales— que tomen en cuenta las necesidades de los/as trabajadores/as con responsabilidades familiares en lo que concierne a la seguridad social. En tanto, la Recomendación Nº 111 sobre la discriminación (empleo y ocupación) de 1958, recomienda también que todas las personas, sin discriminación, deberían gozar de igualdad de oportunidades y de trato en relación con las medidas relativas a la seguridad social.

A pesar de la importancia del Convenio Nº 103 sobre protección a la mater-nidad, el Perú aún no ha ratificado ninguno de los convenios sobre protección a la maternidad, incluidos el Convenio Nº 3 sobre la protección de la maternidad de 1919 y el Convenio Nº 183 sobre la protección de la maternidad del año 2000. Este último, si bien no define expresamente la contingencia, cubre los mismos riegos que el Convenio Nº 102, garantizando incluso prestaciones más amplias.

Cabe precisar que el Convenio Nº 102 sobre seguridad social y las presta-ciones incluidas, establece una norma mínima para el nivel de las prestaciones de la seguridad social y las condiciones para acceder a las mismas. Este convenio comprende las nuevas ramas principales de la seguridad social: asistencia médica, prestaciones por enfermedad y desempleo, en caso de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, prestaciones familiares, por maternidad, por invalidez y de sobrevivientes.

Estas prestaciones han sido ampliadas por otros Convenios de la OIT que fueron adoptados posteriormente. Destacan el Convenio Nº 121 (1964), sobre las prestaciones en caso de accidentes del trabajo y enfermedades profesio-nales; el Convenio Nº 128 (1967), sobre prestaciones en caso de invalidez, vejez y sobrevivientes; el Convenio Nº 130 (1969), sobre asistencia médica y presta-ciones monetarias de enfermedad; y, el Convenio Nº 168 (1988), sobre fomento al empleo y la protección frente al desempleo. El conjunto de instrumentos mencio-nados establecen una serie de cláusulas de flexibilidad o excepciones que no han sido aún ratificados por el Estado peruano.

Finalmente, en el ámbito de la Comunidad Andina (CAN) se han emitido una serie de instrumentos relativos a la seguridad social y a la seguridad y salud en el trabajo. Entre los principales instrumentos destaca la Decisión Nº 583 (2004), que tiene como objetivo garantizar a los/as migrantes laborales la aplicación del principio de igualdad de trato, a percibir las prestaciones de seguridad social durante su residencia en otro país miembro, así como garantizar a los/as migrantes laborales la conservación de los derechos adquiridos.

36 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Al igual que en la mayoría de instrumentos internacionales se observa que esta decisión no hace alusión alguna a la prohibición de la discriminación en función del sexo, debido a que aún se sigue concibiendo que las personas migrantes son fundamentalmente hombres a pesar de que ello no concuerda con el actual proceso migratorio donde resaltan las mujeres.

Marco Jurídico Constitucional

El actual sistema de Seguridad Social en el Perú se basa en la Constitución Política de 1993 que, en sus artículos 10º al 12º, establece el derecho universal de toda persona a la seguridad social y el libre acceso de las personas a las prestaciones de salud y pensiones en entidades públicas, privadas o mixtas. Así, estos artículos señalan que:

Artículo 10. “El Estado reconoce el derecho universal y progresivo de toda persona a la seguridad social, para su protección frente a las contingencias que precise la ley y para la elevación de su calidad de vida”.

Artículo 11. “El Estado garantiza el libre acceso a prestaciones de salud y a pensiones a través de entidades públicas, privadas o mixtas. Supervisa así mismo su eficaz funcionamiento”.

Artículo 12. “Los fondos y las reservas de la seguridad social son intangibles. Los recursos se aplican en la forma y bajo la responsabilidad que señala la Ley”.

Como se puede observar, el Perú ha ratificado varios convenios relacio-nados con la protección social que se traducen en la Constitución Política del Estado y en la legislación nacional que traslada las obligaciones expresadas en los convenios. Sin embargo, su nivel de cumplimiento no es satisfactorio porque no siempre se garantiza su aplicación plena.

Así, tenemos que la reforma producida al Sistema Nacional de Pensiones en 199359 perjudicó a todas las personas afiliadas y pensionistas. Entre los cambios sustanciales, se destaca: i) la elevación del número mínimo de años de aportación para tener derecho a una pensión de jubilación de 15 y 13, para hombres y mujeres, respectivamente, a 20 para todos/as los/as afiliados/as al sistema, ii) la modificación de la base de cálculo de la remuneración de referencia para la deter-minación de la pensión a percibir que pasó del promedio de las doce últimas a las 36, 48 o 60 remuneraciones, iii) la fijación de un tope a las pensiones de hasta 600 nuevos soles, iv) el aumento de la edad de jubilación de 60 y 55 años para hombres y mujeres respectivamente, a 65 años para todos/as y, v) el estableci-miento del aporte exclusivo de los/as trabajadores/as que se incrementó en 9% y luego a 13% (Ley 26503).

59 El autogolpe presidencial de 1992 y la nueva Constitución de 1993 generaron el contexto político cons-titucional que favoreció la instalación del sector privado en la provisión de servicios de la seguridad social.

37Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

El artículo 11 de la Constitución se diluye al limitar el rol del Estado al de garante y supervisor del “...libre acceso a las prestaciones de salud y a pensiones, a través de entidades públicas, privadas o mixtas…” fundamento que será la base constitucional para la privatización del sistema nacional de pensiones60.

La reciente Ley de promoción y competitividad, formalización y desarrollo de la micro y pequeña empresa y del acceso al empleo decente61, ha reducido considerablemente el universo de la cobertura legal de los/as trabajadores/as asalariados/as. Así, casi la mitad de la fuerza de trabajo del Perú labora en empresas de menos de 10 empleados/as, clasificados por la nueva legislación como microempresas.

Esta nueva legislación hace que las microempresas dejen de estar cubiertas por los programas de seguro social conformados por EsSalud, las EPS, las AFP y la ONP, y traspasan la cobertura legal a dos programas alternativos de protección social: el seguro integral de salud (SIS) y un nuevo Sistema de Pensiones Sociales62. Dado que ninguno de estos dos programas cumplen con los requisitos mínimos de nivel de prestaciones que establece el Convenio 102, el resultado es que 2,1 millones de trabajadores/as asalariados/as dejarían de estar comprendidos/as legalmente en la cobertura de los seguros sociales63.

Esta situación afecta doblemente a las mujeres ocupadas en las microem-presas64, puesto que esta política en su versión actual apunta sobre todo a las MYPES más grandes, discriminando a la mayoría de mujeres de este sector que se ubican en MYPES más pequeñas65. A ello se suma la poca claridad respecto a la cobertura del Seguro Integral de Salud (SIS) de las prestaciones no monetarias de maternidad, tales como licencia pre y post parto, comprendidas en la parte VIII del Convenio 102.

c. Sistema de protección social en materia de salud

El acceso a un seguro de salud es un elemento constitutivo de la noción de trabajo decente. En el Perú, entre los años 2005-2010, la cobertura en materia de salud ha aumentado primordialmente, por la extensión del Seguro Integral de Salud (SIS), cuyo esquema es fundamentalmente no contributivo, pues la modalidad semi contributiva está dirigida a la población trabajadora de las microempresas.

60 Verdera, F.: Op. cit. p. 7.61 La Ley se crea mediante Decreto Ejecutivo 1086 en junio de 2008.62 En la Ley existe una ambigüedad en el sentido de que si este programa es de aplicación voluntaria u obli-

gatoria para los/as trabajadores/as de empresas de menos de 10 empleados, de ser la afiliación voluntaria se estaría contrayendo fuertemente la cobertura obligatoria de la fuerza de trabajo asalariada.

63 A pesar de que ninguno de los dos programas cumple con los requisitos mínimos de nivel de prestaciones que establece el Convenio 102, este aspecto de la Ley Mypes no constituiría una violación directa de los compromisos asumidos por el país, debido a que el Perú se ha acogido a la excepción temporal prevista en el artículo 3 del Convenio.

64 Según datos de la ENAHO-2009, en las microempresas los hombres además de ubicarse en la categoría de empleadores y propietarios perciben en promedio 25% más que las mujeres (S/.873 nuevos soles frente a S/.655 nuevos soles) a pesar de que ellas tienen mayores niveles de estudio.

65 Anderson, J.: Op. cit., p. 80.

38 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 1Perú: PEA ocupada con seguro de salud, 2005-2010

(Porcentaje)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

Como se puede observar en el Gráfico Nº 1 la PEA ocupada registrada con un seguro de salud entre el 2005 y 2010 aumentó alrededor de 5 millones, a razón de un millón de nuevas personas afiliadas a EsSalud, 3,6 millones al SIS66 y 200 mil a otros seguros (el Seguro Privado de Salud, Entidad Prestadora de Salud, Seguro de las Fuerzas Armadas/Policiales, Seguro Universitario, Seguro Escolar Privado, entre otros).

La disminución de los trabajadores y las trabajadoras afiliados/as a EsSalud como proveedor de seguro de salud se debe al mayor número de afiliación al SIS a partir del año 2009 para adelante.

Gráfico Nº 2PERÚ: PEA ocupada según tipo de seguro

(Miles de personas)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010

Elaboración: Propia

0

10

20

30

40

50

60

2005 2006 2007 2008 2009 2010

23.3 25.130.4

43.6

53.857.8

2251.9

302.6545.1

2525.2

382.5519.9

2787.6

810.8719.8

2952.72616.4

737.2

3236.4

3937.2

764.2

3351.8

4586.5

783.7

0

1000

2000

3000

4000

5000

2005 2006 2007 2008 2009 2010

EsSalud (antes IPSS) Seguro Integral de Salud (SIS) Otros seguros

66 La mayoría de las personas afiliadas al SIS son trabajadores y trabajadoras independientes, ubicados en el ámbito urbano y rural.

39Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Es importante destacar que a diferencia de las prestaciones suministradas por EsSalud, los planes de salud del SIS son muy limitados pues atienden deter-minadas carencias y no incluyen prestaciones monetarias por licencias de salud, embarazo, discapacidad temporal o por accidente de trabajo.

d. Sistema de protección social en materia de pensiones

A diferencia del número de la PEA ocupada que cuenta con afiliación a algún seguro de salud, la cobertura de un sistema de pensiones ha sido menor. Del total de personas aportantes que asciende a 4,4 millones, 28% corresponde a la PEA ocupada, mientras que en el caso de salud supera el 50%.

Cuadro Nº 1Perú: PEA ocupada según condición de cobertura de pensiones

(Miles de personas)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

Entre el 2005 y 2010 el número de aportantes a un fondo de pensiones aumentó en 1,8 millones y por ello, la relación entre quienes no aportan frente a quienes sí lo hacen descendió de 4,1 a 2,4 respectivamente.

Gráfico Nº 3Perú: Proporción de la PEA ocupada con cobertura de pensiones

(Porcentaje)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

PEA ocupada PEA ocupada Relación no Años que aporta a que no aporta a pensionista/ pensiones pensiones pensionista

2005 2583.0 10541.4 4.1 2006 3055.0 10628.0 3.5 2007 3624.4 10572.8 2.9 2008 3801.3 10657.9 2.8 2009 4235.1 10522.6 2.5 2010 4463.0 10626.9 2.4

0

5

10

15

20

25

30

2005 2006 2007 2008 2009 2010

Proporción de la PEA ocupada con cobertura de pensiones (en%)

40 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

La persistencia de la baja cobertura de pensiones, se expresa en que sólo el 30% de la PEA ocupada aporta en algún sistema pensionario. Solo 45% de personas se encuentran afiliadas a las AFP y mantienen una condición de cotizante activo/a.

Cuadro Nº 2Perú: PEA ocupada según tipo de pensiones

(Miles de personas)

1/ Otros comprende: AFP y 19990, AFP y 20530, AFP y Otro, 19990 y 20530, 20530 y Otro, 19990 y OtroFuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010.

Elaboración: Propia

Gráfico Nº 4Perú: Proporción de la PEA ocupada con cobertura de pensiones según tipo de

sistema de pensiones, 2005-2010.(Porcentaje)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

Sistema privado Sistema Sistema Año Total de pensiones Nacional de Nacional de Otro 1/ (AFP) Pensiones Pensiones (19990) 20530 (Cédula viva)

2005 2583 1698.2 582.2 129.2 173.4 2006 3055 2062.8 661.3 137.3 193.6 2007 3624.4 2436.3 821.1 147.1 219.8 2008 3801.3 2459.4 943.9 166.6 231.4 2009 4235.1 2779.1 1111.9 126.5 217.7 2010 4463.0 2916.2 1211.4 135.4 200.0

65.745 67.522 67.221 64.699 65.619 65.342

22.54 21.646 22.655 24.831 26.254 27.1435.002 4.494 4.059 4.383 2.987 3.0346.713 6.337 6.065 6.087 5.14 4.481

0

20

40

60

80

100

120

2005 2006 2007 2008 2009 2010

Otros 1/

Sistena Nacional de Pensiones 20530 (Cédula

Sistema Nacional de Pensiones (19990)

Sistema privado de pensiones (AFP)

viva)

41Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

En términos de participación en los distintos esquemas pensionarios, se observa que el sistema privado de pensiones (AFP) es el mayoritario. Sin embargo, en términos de crecimiento, se viene registrando en el sistema nacional de pensiones.

e. Brechas de género en materia de salud y pensiones

En el Perú, las mujeres a menudo se encuentran en una posición de desventaja y sufren discriminaciones en el trabajo, perciben menores ingresos que los hombres, están mayoritariamente en situación de pobreza y sobre-representadas en la economía informal, presentando así mayores déficits de trabajo decente. Esta situación, determinada por la división sexual del trabajo, hace que las mujeres sigan siendo las principales responsables de las tareas del cuidado de la familia, lo que les genera sobrecarga de trabajo y causa innumerables discriminaciones para acceder a un empleo.

Muchas mujeres peruanas encargadas de la función del cuidado de la familia se ven impedidas de aceptar o permanecer en un puesto de trabajo a tiempo completo, lo cual influye en el tipo de trabajo que pueden realizar y el número de años que permanecen en un trabajo cubierto por la seguridad social. A menudo, esta situación tiene un efecto negativo en sus ingresos, en su capacidad para proseguir su formación y en sus perspectivas de carrera profesional. Incluso las mujeres que no tienen responsabilidades familiares pueden verse afectadas por esto si los empleadores suponen que las tendrán a futuro.

Durante la última década, el deterioro laboral más representativo está relacionado con la protección social, en particular, respecto a la disminución del porcentaje de la población ocupada y asalariada afiliada a diversos sistemas de protección social67. Las modalidades de contratación informal y la utilización de formas de contratación atípica (en este caso, sin incluir las prestaciones sociales de salud y seguridad social) que han ido extendiéndose, constituyen factores recalcitrantes del proceso de deterioro de la protección social. En este panorama son las mujeres las menos protegidas, especialmente en lo relativo a previsión social, salud y seguridad en el trabajo.

En materia de salud, a partir del año 2005 se registra un mayor porcentaje de afiliación de hombres y mujeres a un seguro de salud. Así, para el 2010 se alcanza una tasa del 61,8% de la PEA ocupada femenina y un 54,7% de la PEA ocupada masculina. Para las mujeres el aumento de la afiliación equivale a 2,7 millones de afiliadas y para los hombres 2,8 millones de afiliados.

67 Existen diversos factores que explican las diferencias en la cobertura previsional (nivel del producto per cápita) como la incidencia del empleo informal, la existencia o ausencia de mecanismos para paliar el desempleo y los elementos de diseño de los sistemas de pensiones, siendo el principal la insuficiente y desventajosa inserción laboral de las mujeres. Las mujeres tienen una trayectoria laboral más discontinua, tienen menos opciones a la promoción y ascenso laboral, sus carreras se ven interrumpidas por la crianza de hijos/as, concentran periodos más cortos de cotización y lo hacen sobre salarios sensiblemente meno-res al de los hombres. En: OIT Seguridad social un nuevo consenso. OIT, Ginebra, 2002, p. 84.

42 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Cuadro Nº 3Perú: PEA ocupada con cobertura de salud por género

(Miles de personas)

Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

En términos de su participación entre todas las personas aseguradas se observa un aumento de 4 puntos en el porcentaje de mujeres. En el 2010, el 47,2% del total de afiliadas a un seguro de salud eran mujeres frente al 52,8% de hombres.

Gráfico Nº 5Perú: PEA ocupada con seguro de salud por género

(Porcentaje)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

Aunque se estaría experimentando un crecimiento en la cobertura de las prestaciones de salud en el caso de las mujeres, este indicador solo da cuenta de un leve alivio para este sector que experimenta un preocupante desamparo respecto al régimen de pensiones contributivas.

Años

Hombre Mujer

con seguro de % del total de con seguro de % del total de salud ocupados/as salud ocupados/as

2005 1732.2 23.1 1331.3 23.6 2006 1931.5 24.8 1496.2 25.3 2007 2380.7 29.8 1937.5 31.2 2008 3382.3 41.5 2924 46.3 2009 4184.5 50.6 3753.3 57.8 2010 4609.1 54.7 4114.9 61.8

56.3 43.7

56.5 43.5

56.3 43.7

55.1 44.9

53.6 46.4

52.7 47.3

52.8 47.2

0 20 40 60 80 100

2010

2009

2008

2007

2006

2005

Hombres

Mujeres

43Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Así, la diferencia entre la cobertura de salud de las mujeres respecto a su aporte en algún sistema de pensiones se observa que es menor que los hombres. Entre el 2005 y el 2010, los aportes de los hombres crecieron en 1,2 millones mientras que sus pares mujeres crecieron en 630 mil aproximadamente.

Cuadro Nº 4Perú: Cobertura de pensiones por género

(Miles de personas)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

En términos de participación en relación con el total de personas que aportan a un sistema de pensiones, las mujeres representan el 31,2% mientras que los varones el 68,8%. Pese a ello, la PEA femenina ha aumentado su porcentaje en 2 puntos.

Gráfico Nº 6Perú: PEA ocupada con cobertura de pensiones según género, 2005-2010

(Porcentaje)

Fuente: INEI-Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), Anual 2005-2010Elaboración: Propia

PEA ocupada PEA ocupada PEA femenina masculina con femenina con aportante aporte a aporte a (% sobre pensiones pensiones masculino)

2005 1834.7 748.3 40.8% 2006 2156.5 898.5 41.7% 2007 2490.4 1133.9 45.5% 2008 2629.1 1172.2 44.6% 2009 2914.4 1320.7 45.3% 2010 3081.1 1381.9 46.9%

71.0

29.0

70.6

29.4

68.7

31.3

69.2

30.8

68.8

31.2

69.0

31.0

0.0

20.0

40.0

60.0

80.0

100.0

2005 2006 2007 2008 2009 2010

Hombre Mujer

44 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

El principal factor que explica el reducido grado de cobertura del sistema de previsión social entre las mujeres, es la insuficiente y desventajosa inserción laboral. Las mujeres tienen una trayectoria laboral más discontinua, con menos opciones a la promoción y ascenso laboral, sus carreras se ven interrumpidas por la crianza de hijos/as y por tanto concentran periodos más cortos de cotización, trayendo como consecuencia que sus salarios sean sensiblemente menores a los de los hombres.

En el segmento de trabajadoras independientes la brecha es aún más amplia. Se advierte que este sector representa las cifras más bajas en cuanto a protección de la fuerza laboral. Por ello, las centrales sindicales del Perú han señalado que las trabajadoras de la economía informal, trabajadoras del hogar y trabajadoras rurales se encuentran en una aguda condición de desprotección social, al no contar con acceso a la seguridad social en salud y al seguir manteniendo carac-terísticas desventajosas de inserción laboral que no les permite acceder a un régimen de pensiones68.

Por otro lado, un análisis de la evolución entre los años 1999 y 2007 de las tasas de cobertura contributiva de los/as adultos/as mayores que integran la PEA muestra que69 “… la tasa de cobertura global en el sistema de pensiones (AFPs y ONP) asciende a un 22%, cifra que se reduce hasta en un 11.2% cuando se trata de las mujeres”. En el caso de los/as adultos/as mayores pobres la situación es aún más dramática “… apenas alcanza un 7,8% del total, 11,9% en hombres y tan solo 3.3% en mujeres”. Ello implica la existencia de una ineludible brecha de género en cuanto a la cobertura del sistema de pensiones, cuya condición empeora en contextos rurales y en los empleos independientes e informales. Así, “las personas pobres, más frecuentemente las mujeres y los residentes en zonas rurales pobres, resienten con mayor ímpetu las falencias de un sistema diseñado para empleos del sector estructurado”70.

Es claro que la insuficiente cobertura agudiza los problemas de pobreza e inequidad cuando trabajadores y trabajadoras alcanzan la edad de retiro, pues necesitan reemplazar los ingresos provenientes del trabajo por aquellos proce-dentes de la seguridad social. La mayoría de las mujeres de más de 65 años no cobra pensión de jubilación, pues se han dedicado a lo largo de su vida a realizar tareas domésticas y familiares. En el caso de las mujeres con trabajo remunerado, al presentar trayectorias menos continuas y salarios inferiores a los masculinos, ven afectados el monto de su pensión71.

68 Propuesta de las centrales sindicales para la reforma de la seguridad social en el Perú. Hacia una segu-ridad social universal y solidaria. Secretarías de Seguridad social de la CGTP, CUT, CATP y CTP. Oficina Subregional de la OIT para los Países Andinos – Oficina de Actividades para Trabajadores, Lima, 2007.

69 Picado, G.; Mendoza De Souza, W.; Durán, F.: Viabilidad de las pensiones no contributivas en el Perú. Proyecciones demográficas y financieras. OIT-UNFPA. Lima, 2008, p. 25.

70 Op. cit., p. 26.71 OIT-PNUD: Trabajo y Familia. Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social. Lima,

2010, p. 57.

45Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

En este contexto, resulta muy importante retomar los planteamientos del Pacto Mundial para el Empleo72, cuyo pilar fundamental es, entre otros, la protección social por su impacto en el combate de la pobreza, la promoción de la igualdad y la justicia social, pero también porque contribuye a estabilizar la economía, sosteniendo y fomentando la empleabilidad. Se reconoce además, la importancia de que en momentos de crisis se adopten medidas anti cíclicas que aumenten el gasto social para apoyar a las personas más afectadas, combi-nando para ello medidas de apoyo a los ingresos, de desarrollo de competencias laborales y de respeto del derecho a la igualdad y a la no discriminación.

1.3. Programas Sociales y Régimen Especial: El Caso del Trabajo Doméstico Remunerado (TDR)

En este acápite se presenta una breve sistematización de los programas sociales que vienen operando en el Perú, así como del desarrollo del Régimen Especial de las trabajadoras del hogar.

a. Programas Sociales

Los programas sociales en el Perú, durante la década de los noventa, tuvieron como objetivo central atenuar los efectos del ajuste estructural en los sectores de extrema pobreza. Estos programas han tenido diferentes denominaciones: de gasto social directo, de alivio a la extrema pobreza, de emergencia o de compen-sación social. En todos los casos se trata de programas asistenciales en los que se entrega directamente dinero, alimentos, útiles escolares, ropa y otros bienes básicos a la población73.

Según diferentes informes oficiales y estudios de evaluación sobre el funciona-miento de los programas sociales en el Perú durante la década de los noventa74, se constata en primer lugar, la prevalencia de un enfoque centrado en los pobres y vulne-rables, donde la prioridad es el desarrollo de programas de asistencia y de servicios básicos, los cuales resultan insuficientes para lograr un desarrollo social y económico equilibrado. Estos programas eran considerados secundarios en términos de impor-tancia y, en consecuencia, fueron marginados pues tuvieron una financiación exigua, a menudo centrada en mitigar los efectos no deseados del cambio económico en vez de fomentar activamente un mejor desarrollo social para todos y todas.

Posteriormente, con el Gobierno de Transición (2001-2002) se desarrolla en el país una amplia convocatoria hacia una política nacional de concertación. En el 2001, se crea la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza

72 Este Pacto fue aprobado en la Conferencia Internacional del Trabajo del 2009.73 Verdera, Op. cit. p. 67.74 Programas sociales en el Perú. Elementos para una propuesta desde el control gubernamental, es una

investigación desarrollada por la Contraloría General de la República y Programa de Gobernabilidad GTZ (2008). Protección social en el Perú ¿Cómo mejorar los resultados para los Pobres?, investigación del Banco Mundial (2007), y otros.

46 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(MCLCP)75 y en el 2002 se conforma el Acuerdo Nacional76. A partir del 2003, durante el mandato del Presidente Toledo, en adelante, se retoma el crecimiento económico facilitado por la apertura comercial, el incremento de las inversiones y el dinamismo del mercado interno. En materia social, se plantea el desafío de enfrentar los problemas de subcobertura, filtraciones y yuxtaposición de los programas sociales.

Durante el segundo gobierno del Presidente Alan García (2006-2011), se busca mejorar el gasto social con la finalidad de reducir los niveles de pobreza de 48.7% a 30%. Para ello, se encarga a la Comisión Interministerial de Asuntos Sociales (CIAS) dar continuidad a las medidas antes adoptadas en materia social dirigiendo, articulando, coordinando y estableciendo los lineamientos de política y gasto social, así como supervisando su cumplimiento.

En el 2006, se dispuso la actualización del inventario de los programas sociales que se venían ejecutando en el país, varios de los cuales implicaban duplicidad de esfuerzos y desperdicio de recursos. Como resultado, se identifi-caron 82 programas los que se clasificaron en función de 12 objetivos principales, para agruparlos según los ejes de intervención de la Estrategia Nacional de Lucha Contra la Pobreza (CRECER).

Sobre esta base se diseñó y aprobó el Plan de Reforma de los Programas Sociales, que contienen los lineamientos para la fusión, integración y articu-lación de estos programas, teniendo en cuenta sus metas y la población objetivo que buscan atender. Así, se logró disminuir de 82 a 26 el número de programas sociales. La estrategia CRECER agrupó a 10 de estos programas: MIMDES-PIN, MINSA-SIS, PCM-JUNTOS, RENIEC-Acceso de la Población a la Identidad, MINEDU-PRONAMA, MVCS-Agua para Todos, MINAG-PRONA-MACHCS, MTC-Trabaja Perú, MTC - Provías Nacional y MEM-(Electrificación Rural).

Dentro de la estrategia CRECER destaca el Programa Nacional de Apoyo Directo a los más Pobres-JUNTOS, el cual tiene como ámbito de intervención los 646 distritos más pobres de los siguientes departamentos del país: Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Áncash, Cajamarca, Junín, La Libertad, Puno, Amazonas, Cusco, Loreto, Pasco, Piura. La población beneficiaria son aquellos hogares en situación de vulnerabilidad, exclusión o pobreza, que tengan entre

75 La MCLCP fue creada el 2001, entre sus principales funciones está: i) promover un diálogo nacional para la articulación de esfuerzos del Estado, sociedad civil y el sector privado destinados a la lucha contra la pobreza; ii) establecer mecanismos de coordinación entre los sectores del Gobierno y la sociedad civil para lograr la transparencia y eficiencia sobre la inversión social pública; iii) servir de espacio de coordi-nación para evitar duplicidad de los programas de ayuda social para un uso adecuado de los recursos y priorización de objetivos; y, iv) ser una instancia de consulta y de desarrollo de capacidades para la formulación de planes nacionales, departamentales y locales relacionados a las políticas de desarrollo y promoción social.

76 Entre los principales objetivos del Acuerdo Nacional destacan: i) servir eficazmente a la transición de-mocrática, promoviendo el diálogo para luchar contra la pobreza, elevar la competitividad del Perú y construir un Estado al servicio de las personas; ii) ofrecer al país la estabilidad necesaria para crecer con equidad social, en democracia y en justicia social; iii) crear una visión común del país a futuro; iv) crear e institucionalizar una cultura de diálogo democrático; v) crear consensos que permitan administrar las divergencias; y, vi) generar crecimiento económico.

47Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

sus miembros a niñas y niños hasta los 14 años de edad o mujeres en estado de gestación. Así, se plantea los siguientes objetivos:

• Mejorar la brecha de ingresos especialmente para alimentación, a través de las transferencias monetarias directas para incentivar a la familia a que acceda a los servicios del Estado.

• Desarrollo del capital humano y romper la transmisión intergeneracional de la pobreza.

• Promover las actividades económicas de las comunidades.

El programa plantea lograr estos objetivos a través de la entrega de un subsidio en efectivo a las familias más pobres del país, como un incentivo al cumplimiento de compromisos de participación en los programas de las áreas de Salud, Nutrición, Educación y de Identidad, bajo un enfoque de restitución de derechos básicos. A diciembre del 2010 existían 471,511 hogares y 1,056,132 beneficiarios/as totales.

Respecto a JUNTOS, actualmente personas expertas en políticas sociales coinciden en destacar el mejor desempeño experimentado por este programa en los últimos cinco años en razón a su mejor articulación y aumento de la demanda en servicios de salud y educación en zonas pobres, lo cual no ocurrió con los demás programas sociales. Al respecto, Carlos Aramburú, profesor de la Univer-sidad Católica, refiere que si bien la pobreza bajó de 44,5% en el 2006 a 31,3% en el 2010, la falta de énfasis en la ejecución de programas sociales en las zonas más alejadas ha mantenido altos los índices de pobreza en este sector (casi 60%)77.

De acuerdo con el Marco Macroeconómico Multianual 2011-2013, todavía existen programas sociales que tienen niveles de filtración (personas que no forman parte de la población objetivo) mayores de 40%, lo que genera una fuga de más de S/. 1,000 millones anuales para el Estado78.

El gobierno del Presidente del Perú, Ollanta Humala, ha expresado su compromiso de dedicar todos sus esfuerzos y energías a luchar contra la exclusión y la pobreza del país. Respecto a los programas sociales indicó que serán agrupados y articulados en el nuevo Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social – MIDIS, en tanto que se ampliará el ámbito de intervención a los 800 distritos más pobres del Programa JUNTOS; PENSIÓN 65, de S/. 250.00 nuevos soles para personas adultas mayores en situación de pobreza; y, CUNA MÁS para los niños y las niñas en situación de pobreza menores de tres años. En tanto, el Programa de Nutrición Infantil se extenderá a colegios con desayunos y almuerzos.

Mediante la Ley 2979279, de Creación, Organización y Funciones del Minis-terio de Desarrollo e Inclusión Social – MIDIS, se constituye el Sistema Nacional de Desarrollo e Inclusión Social, como sistema funcional encargado de asegurar el cumplimiento de las políticas públicas que orientan la intervención del Estado

77 EL Comercio, Julio 2010. Lima, p. b7.78 Ibíd.79 Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 10 de octubre de 2011.

48 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

hacia la reducción de la pobreza, las desigualdades, las vulnerabilidades y los riesgos sociales.

Desde el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, se destaca la impor-tancia de trabajar un padrón único de beneficiarios que permita articular los distintos programas sociales que incluyan a aquellos que pertenecen a otros80. Es importante asegurar que las salidas de los programas sociales deben tener coherencia con la extensión de la protección social.

En materia de género, destaca el estudio sobre el Programa JUNTOS81 elaborado por Rosana Vargas, el cual explora los vínculos entre el género y la efectividad de los diferentes mecanismos de protección social. Así revela algunos resultados importantes:

• En el Perú existe una diversidad de mecanismos de protección social que, pese a la influencia de las dinámicas de género en el tipo y la forma que adoptan los riesgos y vulnerabilidades que afectan a mujeres y hombres, no incorporan esta dimensión en el diseño de políticas de protección social ni en los programas en general.

• Frecuentemente se asume que los programas sociales tienen una dimensión de género solo si se considera una participación equitativa de mujeres y hombres en su población beneficiaria o si éstos se dirigen a las mujeres como titulares del hogar, basados en la evidencia de su manejo más eficiente de los recursos orientados al bienestar familiar. Ello, como señala Vargas, genera una tensión entre una mirada tradicional del Programa respecto a las mujeres como cuidadoras, amas de casa, etc. y los efectos inesperados que el programa tiene en fortalecer sus capacidades:

“En lo concerniente a las implicancias en temas de género de JUNTOS, parece haber una tensión con respecto al diseño tradicional del Programa —el cual refuerza los roles tradicionales al apoyarse en las mujeres como principales responsables por el bienestar de los niños— y los impactos inesperados en el empoderamiento de las mujeres, lo cual debería ser reconocido por los diseñadores e implementadores del Programa para asegurar que ambos aspectos sean afinados. […] el fortalecer un enfoque basado en derechos […] podría ofrecer la oportunidad de promover una consciencia de derechos y obligaciones en mujeres y hombres y, evitar el reforzamiento de relaciones tutelares y la infantilización de las mujeres”82.

• En el caso del Perú, salvo escasas excepciones —como los Programas Wawa Wasi83, Jóvenes a la Obra y AgroRural— la mayoría de interven-

80 Ibíd.81 El estudio de caso se focalizó en la región de Ayacucho y fue realizado entre Julio y Octubre. Se utilizó un

abordaje cualitativo a partir de entrevistas a informantes claves, grupos de discusión e historias de vida de mujeres y hombres beneficiados del programa, con la finalidad de comprender las experiencias de riesgo y vulnerabilidad marcadas por el género.

82 Vargas, R.: Gendered risks, poverty and vulnerability in Peru. A case study of the Juntos programme. Lon-dres: Overseas Development Institute, 2010, p. 47.

83 Sobre el cual se constituirá el Programa Cuna Más.

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ciones del Estado buscan reducir la pobreza, descuidando un análisis de los problemas y vulnerabilidades que afectan de manera específica a mujeres y hombres.

• El programa JUNTOS no contempla objetivos de empoderamiento ni trans-formación de las relaciones de género en su diseño. Tampoco establece metas o indicadores específicos, aunque hay indicios de que están ocurriendo algunos cambios no planeados en este sentido. Al respecto, Vargas señala algunos logros del programa en el fortalecimiento de capacidades de las mujeres:

“Algunos impactos relevantes del Programa en temas de género son la resti-tución del derecho a la identidad como medida clave para permitir que las mujeres se conviertan en ciudadanas completas a través de la votación y el acceso a servicios públicos y recursos (como la titulación de tierras y crédito), aunque las medidas deberían desarrollarse para garantizar documentación nacional a varones y mujeres pobres más allá de JUNTOS. Otros impactos incluyen un mayor envolvimiento de los varones en las actividades domés-ticas y cambios en las percepciones de las mujeres en lo concerniente a su poder de negociación en el hogar, aunque existe amplio espacio para la intervención destinada a promover cambios en las nociones relativas a las relaciones de género, como a promover el diseño de actividades especí-ficamente enfocadas en los varones. JUNTOS también está promoviendo cambios radicales en la rutina diaria de las mujeres, modificando ideas comunes acerca de la movilidad de las mujeres. Finalmente, aunque el uso de facilitadoras comunales puede incrementar su pobreza de tiempo, ello también ofrece oportunidades para una mayor participación y fortaleci-miento del liderazgo de las mujeres”84.

• En el programa JUNTOS no se cuenta con información sobre cuántas de las mujeres trabajadoras del hogar están incorporadas al Programa; sin embargo, una idea nos la podría dar el informe de empleo del INEI del trimestre marzo, abril y mayo 2011 en Lima Metropolitana, que señala que las mujeres consi-deradas “personal doméstico” en el área urbana de Lima Metropolitana asciende a 271.081 y las del área rural a 2.123. La diferencia entre el área rural y urbana, de personas con esta ocupación, es abismal y esto podría significar que las mujeres que se desempeñan como trabajadoras del hogar en el área rural, donde tiene mayor preeminencia el programa JUNTOS, son mucho menos que las que trabajan en el área urbana. Las mujeres del área rural muchas veces se ven obligadas a migrar hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades laborales ocupándose principalmente como trabajadoras del hogar. Sería importante por ello, saber cómo este tipo de programas podrían contribuir a disminuir los niveles de migración interna en la medida que combinados con otros programas sociales habili-

84 Ibíd., p. 48.

50 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

tadores, constituyan para las mujeres la posibilidad de ejercer actividades productivas en sus propios lugares de origen.

• Por otro lado, si nos fijamos en los objetivos de los programas sociales en el Perú, y tomamos en cuenta su clasificación: protectores y habilita-dores, podemos afirmar que la mayoría de programas sociales se inclinan al proteccionismo, es decir, a brindar el auxilio permanente de su población objetivo, cuando la idea es disminuir la vulnerabilidad de los más pobres. En este caso, la asignación de recursos debe buscar aliviar las condiciones de vida de sus beneficiarios, pero sobre todo aprovechar sus capacidades, generando oportunidades productivas en el entorno circundante.

• De otro lado, llaman la atención los programas sociales que forman parte del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social que evidencian la ausencia del enfoque de género. Si bien benefician a muchas mujeres mediante los servicios que ofrecen, no muestran interés por el sector de las trabajadoras del hogar, las cuales son mayoritariamente vulnerables. Estos programas tampoco plantean alternativas efectivas para aminorar los riesgos que enfrenta este sector laboral; prueba de ello es que no se tienen cifras de cuántas trabajadoras del hogar se benefician con sus programas ni se contempla un tratamiento específico para ellas.

En suma, se advierte que ninguno de los programas sociales implemen-tados en el Perú considera la dimensión de género en su diseño e implemen-tación, pues no incorpora población prioritaria como las trabajadoras del hogar. En ese sentido, será importante que la nueva gestión del Ministerio de Inclusión Social tome en cuenta la necesidad de transversalizar el género en sus políticas y programas sociales. Así, se propone que:

• Eviten asumir que las políticas y programas sociales benefician por igual a mujeres y hombres. Las mujeres constituyen el 50% de la población y forman parte de los grupos más excluidos en la mayoría de las sociedades: son pobres, indígenas, pertenecen al sector informal, sufren discapacidades, etc.

• Incorporen la igualdad de género de manera transversal en las políticas y en los programas sociales. Para ello, deben identificar las distintas experiencias de pobreza y vulnerabilidad que enfrentan mujeres y hombres, sus necesi-dades y demandas.

• Impulsen alianzas estratégicas entre quienes promueven una agenda de género y las instancias de formulación de las políticas y programas sociales, a fin de garantizar reales transformaciones en las relaciones de género y las demandas de las mujeres.

• Fortalecer las capacidades de las instancias a cargo de la implementación de los programas sociales para asegurar que éstos sean sensibles al género.

51Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

• Impulsar estudios que proporcionen información cualitativa y cuantitativa sólida que sustente recomendaciones y lineamientos de políticas con un enfoque de género.

• Generar indicadores que permitan medir los efectos de las intervenciones sobre mujeres y hombres. Para ello, se debe combinar datos de género con información respecto a la edad, etnia, lengua o situación geográfica de la población, de modo que se pueda predecir la vulnerabilidad con mayor grado de certeza.

b. Régimen laboral especial: El Trabajo Doméstico Remunerado (TDR)

El Trabajo Doméstico Remunerado vs. Trabajo Doméstico No Remunerado

Para entender el Trabajo Doméstico Remunerado (TDR), es importante aclarar que es un trabajo y no un servicio; está mediado por una relación laboral en la que existe la figura de salario, y es esencial para la reproducción de las sociedades. Por ello, resulta necesario hacer un breve análisis de la división sexual del trabajo, de las esferas públicas y privadas y sus vínculos con el trabajo doméstico no remunerado o el trabajo de cuidado que se hace en el hogar85.

Según refiere Ana Amorós, la división sexual del trabajo es el reparto social de tareas en función del sexo. Pese a las diferencias que se pueden constatar entre las diversas sociedades, se observa que la división sexual del trabajo se encuentra ligada a la división de funciones dentro de la familia, donde existe una apreciación social y valor económico distinto entre lo que constituyen las labores femeninas y masculinas. Así, afirma la especialista, las mujeres tienen mayor responsabilidad que los hombres en el cuidado y crianza de los/as hijos/as y en las ocupaciones domésticas, mientras que ellos se dedican más a las tareas extra domésticas, que comprenden desde el ámbito económico y político hasta el religioso y cultural86 dando paso a uno de los núcleos de la desigualdad social.

En el ámbito doméstico esta división constituye la mayor parte del trabajo invisible femenino, que adquiere carácter obligatorio, desinteresado y se debe hacer por amor, otorgándole al trabajo del cuidado una dimensión moral y emocional advierte Magdalena León87 tras explicar que de esta manera, el trabajo doméstico constituye una labor que fundamentalmente realizan las mujeres en el hogar para mantener y reproducir la fuerza del trabajo, que se hacen parte de las relaciones sociales del hogar y que están dirigidas a mantener el equilibrio emotivo y emocional de sus integrantes.

De esta manera, afirma la especialista88, el trabajo doméstico históricamente asignado a las mujeres, es la expresión más clara de la subvaloración social, 85 León, M: Regímenes jurídicos sobre trabajo doméstico remunerado en Colombia, Ecuador, Perú, Ven-

ezuela. AFM. Serie Derechos Laborales. Oxfam, Lima, p. 7.86 Amorós, A.: División sexual del trabajo. En: Amorós, C.: “10 palabras claves sobre Mujer”. Editorial Verbo

Divino, Navarra, 2000, p. 257.87 León, M.: Op. cit. p. 8.88 Ibíd.

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pues el mandato cultural ve el rol reproductivo de las mujeres dentro del hogar como un deber y un aprendizaje necesarios a su condición de mujer. Así, ellas son definidas como amas de casa y por tanto el trabajo que realizan es consi-derado como un servicio prestado al esposo, hijos/as y otros/as, que se ejerce sin remuneración como expresión amorosa de su rol dentro de la familia. De esta manera, el trabajo doméstico se establece como el propio rol de las mujeres, un trabajo sin prestigio social, desvalorizado económica y socialmente. Y es justa-mente este razonamiento el que explica el porqué las mujeres amas de casa no forman parte de la PEA.

En este contexto, el TDR hereda socialmente la subvaloración del trabajo doméstico de las amas de casa que delegan o transfieren parte de los oficios domésticos que le han asignado socialmente. Al respecto la CEPAL advierte que la discriminación contra las trabajadoras del hogar es una causa y resultado de la discriminación contra las mujeres89.

Esta subvaloración e invisibilización90 se incrementa sustancialmente al ser el TDR un trabajo ejercido fundamentalmente por mujeres de los sectores populares. Además que en este sector se entrecruzan variables de género, clase social, etnicidad, raza, nacionalidad, educación, idioma, etc., lo que exige un análisis mayor de las relaciones de poder económico y social entre los diferentes segmentos de la sociedad, en particular entre hombres y mujeres, a fin de comprender en su real dimensión la situación de las trabajadoras del hogar91. Así, es importante no perder de vista las relaciones que se producen intragénero femenino, que muchas veces pueden determinar relaciones de desigualdad entre unas y otras.

La normatividad que rige el Trabajo Doméstico Remunerado (TDR)

En el Perú, el TDR se encuentra tipificado como un régimen laboral especial pues está regulado por una Ley especial que establece condiciones diferenciadas respecto al régimen común aplicable para el resto de trabajadoras.

El Perú ha definido a la Trabajadora del Hogar92 como aquella persona que trabaja al servicio del hogar, que efectúa labores de aseo, cocina, lavado, asistencia, cuidado de niños/as y demás propias de la conservación de una residencia o casa–habitación y del desenvolvimiento de la vida de un hogar, que no importen lucro o negocio para el empleador o sus familiares. Esta ley excluye de sus alcances

89 CEPAL: Aportes de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe, X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, Quito, 2007, p. 71.

90 Según refiere Rodgers, los factores que concurren a esta subvaloración pertenecen tanto a las caracterís-ticas del trabajo doméstico mismo como al de las personas que lo realizan. Entre los principales factores se destacan: la transposición de las lógicas domésticas al mercado de trabajo, la tercerización del trabajo doméstico, la innecesaria calificación que el servicio doméstico demanda, la invisibilidad del trabajo, la calificación de la mujer como fuerza de trabajo secundaria, el mantenimiento de las jerarquías sociales y el efecto de concentración, que tiene una consecuencia adversa sobre el nivel de remuneración y de los ingresos. En: Rodgers, J.: Op. cit., pp. 73 – 75.

91 Rodgers, J.: Cambios en el servicio doméstico en América Latina. En: Valenzuela, M.E.; Mora, C.: Op. cit., p. 72.92 A través de la Ley Nº 27986, Ley de los Trabajadores del Hogar, artículo 2.

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las actividades mencionadas o análogas que se presten para empresas o con las cuales el empleador obtenga un lucro o beneficio económico.

Dentro de este régimen se ha considerado dos modalidades de trabajo: las trabajadoras del hogar con y sin obligación de vivir en el hogar de quien los emplea (denominados cama adentro y cama afuera) y, quienes estando bajo relación de dependencia están comprendidos/as en las disposiciones relativas a la seguridad social (prestaciones de salud), como asegurados/as obligatorios/as, en tanto laboren una jornada mínima de cuatro horas diarias. En cuanto a sus pensiones, pueden optar por el Sistema Nacional de Pensiones o por el Sistema Privado de Pensiones93.

Las implicancias del contrato de trabajo doméstico en la seguridad social

El derecho a la seguridad social se encuentra reconocido en el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Protocolo de San Salvador, que deter-minan que toda persona tiene derecho a la seguridad social como sistema que lo proteja “contra las consecuencias de la vejez y de la incapacidad que la imposi-bilite física o mentalmente para obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa”. Para las personas que se encuentren trabajando, el sistema de seguridad social “cubrirá al menos la atención médica y el subsidio o jubilación en casos de accidentes de trabajo o de enfermedad profesional y, cuando se trate de mujeres, licencia retribuida por maternidad antes y después del parto”. Asimismo, el Protocolo dispone que se debe garantizar que los beneficios contra riesgos de largo plazo (vejez e incapacidad) serán aplicados a sus dependientes en caso de muerte del beneficiario.

El Convenio Nº 189 de la OIT establece la obligación estatal de tomar medidas dirigidas a ofrecer progresivamente una protección mínima en relación a la seguridad social, incluyendo los beneficios de maternidad, en condiciones no menos favorables que las aplicables a las otras categorías de trabajadores (Artículo Nº 14).

La Ley Nº 27986, prescribe que los/as trabajadores/as al servicio del hogar bajo relación de dependencia están comprendidos/as en las disposiciones relativas a la seguridad social, como asegurados obligatorios, en cuanto concierne a todo tipo de prestaciones de salud. Respecto al tema previsional, se les da la opción de elegir entre el Sistema Nacional de Pensiones o el Sistema Privado de Pensiones. En consecuencia, la protección en salud es obligatoria, en tanto la previsional es opcional (Artículo Nº 18).

Los derechos y obligaciones tanto del trabajador/a como del empleador derivan del Contrato de Trabajo, al constituirse en una de las principales herra-mientas que regulan la relación laboral entre quienes ofertan el empleo y quienes desarrollan el trabajo. En el contrato consta el acuerdo de voluntades y las obliga-

93 Ídem, artículo 8.

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ciones de las partes, resumiéndose las condiciones a las que el empleador y el trabajador/a se comprometen.

Así, en el contrato de trabajo doméstico se establecerán los derechos a la seguridad social que le corresponde al trabajador/a y el reconocimiento legal de sus derechos tales como: derecho a la asistencia médica, a protecciones y prestaciones por maternidad, a asignaciones familiares y coberturas por contin-gencias a largo plazo, es decir, jubilación ordinaria, por invalidez, por accidente de trabajo o por enfermedad profesional.

En el Perú no se especifica con claridad que el contrato de trabajo doméstico deba ser realizado de manera escrita y tampoco se señala si debe ser regis-trado ante una autoridad, situación que dificulta el control del cumplimiento de las obligaciones laborales y la posibilidad de probar la existencia del contrato. La definición del contrato de trabajo en el régimen general laboral, establece que este puede ser verbal o escrito con las formalidades del mismo muy bien estable-cidas, salvo para algunas modalidades especiales de contrato.

En la Ley de Trabajadores/as del Hogar se dispone que el contrato doméstico puede ser escrito o verbal aunque no contempla dónde y cómo se realiza la inscripción o formalización del mismo, a diferencia de lo que se dispone respecto a los contratos del régimen general donde sí se contemplan formalidades específicas.

El trabajo doméstico a diferencia de otras clases de trabajo, implica una íntima y continuada convivencia del empleador y el empleado, en parte porque el trabajo está limitado al espacio del hogar familiar (especialmente cuando el servicio supone una jornada sin retiro, es decir, cuando la empleada pernocta en el hogar del empleador). Esta característica de convivencia a la par del vínculo laboral es lo que ha respaldado el establecimiento de una distinción legislativa para el trabajo doméstico como un elemento subjetivo que no necesariamente está presente en todas las relaciones laborales desarrolladas en torno al ámbito del hogar como son los choferes, jardineros, planchadoras y limpiadoras por día. Este vínculo subjetivo no se plantea de forma clara en la norma positiva, se plasma de forma amplia e imprecisa constituyendo un manifiesto contrasentido.

En el trabajo doméstico existe una diferencia entre la jornada con y sin retiro, que radica en que ambas no implican los mismos deberes ni obligaciones para empleadores y empleados, ni suponen las mismas restricciones, de modo que pueden incorporarse a una misma valoración jurídica.

La flexibilidad de condiciones

La regulación del TDR ha permitido basar el acuerdo de trabajo en una idea de mutua confianza94 entre las partes, condición que no se exige en otras activi-

94 La “mutua confianza”, es una condición asociada íntimamente con la decisión del empleador y del trabajador/a de convivir en el hogar, a la par de su relación laboral. Alude también a la predisposición de las partes para adaptar los términos de la prestación del servicio en función de las diversas necesidades del grupo familiar así como las capacidades personales del trabajador/a debido a la imposibilidad fáctica de la ley para abarcar la totalidad de los aspectos casuísticos.

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dades laborales. Ello ha servido de justificación para la flexibilidad con que el empleador/a y la trabajadora determinen las condiciones de prestación de servicios. La autonomía de las partes contratantes para definir las condiciones laborales alcanza a una infinidad de cuestiones no previstas por la ley, conser-vando siempre un carácter de subordinación y dependencia. Así, por ejemplo, respecto a la jornada laboral del trabajo doméstico sin retiro, cuyo acuerdo por lo general no entra dentro de las disposiciones comunes al régimen general.

En el trabajo doméstico sin retiro (cama adentro), se establece la obligación del empleador de brindar alimentación y hospedaje. Así, el trabajo doméstico es el único régimen donde se ha adoptado esta obligación además del salario, haciendo que se diferencie sustancialmente del servicio doméstico con retiro, donde el acuerdo de las partes se plantea sobre el monto en dinero que surja de la negociación o tarifa.

También, se distingue que esta relación laboral está ligada a la relación de dependencia, que tiene una consideración especial debido a que comprende la posibilidad de una pluralidad de patronos o la traslación de dicho carácter de un sujeto a otro. En efecto, en determinadas circunstancias, diversos miembros de la familia pueden actuar con facultades de empleador, debido a que la función doméstica agrupa un conjunto de tareas interrelacionadas para cubrir necesi-dades dentro de un escenario en el cual varios integrantes del grupo familiar son receptores y beneficiarios del servicio prestado. Y, aunque se encuentre definida e individualizada la persona que dentro de este grupo acuerde las condiciones del contrato o pague el salario, éstas pueden provenir de un sujeto distinto, enten-diéndose así, que la facultad patronal no es estrictamente exclusiva de un solo miembro. De esta manera, la subordinación del empleado doméstico rige respecto de un grupo empleador (la familia) y sus respectivas necesidades domésticas.

La inspección del Trabajo Doméstico Remunerado

En diferentes países, el cumplimiento de las normas laborales en materia de seguridad e higiene y respecto a las condiciones de trabajo dignas, ha sido asumido como una obligación del Estado a partir de la aplicación de diferentes mecanismos de control e inspección. Tratándose de la vigilancia estatal del cumplimiento de las normas jurídicas que amparan el trabajo doméstico existen, sin embargo, marcadas limitaciones emanadas del principal elemento caracte-rístico de este tipo de trabajo: el lugar donde se desarrollan las labores es una vivienda particular.

En materia de inspección del trabajo doméstico remunerado, se plantea un conflicto entre principios y derechos fundamentales de igual jerarquía en el derecho constitucional e internacional. De un lado, los derechos a la intimidad y a la inviolabilidad del domicilio, que conllevan la obligación del Estado de abstenerse de perturbar el ámbito doméstico, privado y familiar de las personas, salvo especiales excepciones establecidas por la ley y que exige la intervención

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judicial mediante orden escrita individualizada para el allanamiento; y, por otro, la obligación del Estado de garantizar el cumplimiento de la legislación en materia de derechos sociales, y en el caso que nos ocupa, respecto a los derechos laborales de las personas que se dedican al trabajo doméstico.

El seno del hogar es el lugar donde se proyectan y desarrollan los derechos relativos a la intimidad personal y familiar. Así, el fundamento del llamado derecho a la inviolabilidad de domicilio se justifica en que en el espacio de los hogares familiares no interfiere la legislación laboral ni sus instituciones. Los derechos que resguardan la libertad e independencia del individuo han servido como funda-mento para las restricciones que se imponen a las labores de Inspección de Trabajo, prohibición que garantizaría el derecho a la privacidad como expresión de los límites frente a la amenaza potencial del abuso de poder de las institu-ciones públicas.

Bajo esta protección, el trabajo doméstico remunerado no ha sido suscep-tible de fiscalización al considerarse una forma especial de trabajo. Frente a ello, la garantía de las condiciones laborales acordadas depende en gran medida de una prueba documental, sin menoscabo del principio in dubio pro operario (inter-pretación favorable al trabajador/a en caso de duda), aplicable en la legislación laboral y que equilibra el derecho del trabajador/a con respecto a la seguridad jurídica de un contrato de trabajo común.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo es el responsable de velar por el cumplimiento de los derechos y beneficios que le corresponde a la trabajadora del hogar a través de sus servicios de defensa y asesoría gratuita, promoviendo la solución concertada de los conflictos sobre la materia. Pese a ello, existe dificultad para la inspección del trabajo por parte del Estado a fin de velar por el respeto de los derechos de la trabajadora doméstica, que en muchas oportunidades se ve frustrada ante la negativa del empleador/a de autorizar el ingreso a su domicilio. Pues, tal como lo exige la ley, para la actuación de los servicios de inspección que se ejerce en los domicilios donde prestan servicios las trabajadoras del hogar, se hace necesaria la autorización expresa del titular del domicilio o, en su defecto, de autorización judicial. Esta situación —amparada en el derecho a la privacidad—, coloca a la trabajadora doméstica en una grave situación de vulnerabilidad al encontrarse totalmente excluida de la obligación de protección y defensa que debe prestarle el Estado a través de sus instituciones.

En el trabajo doméstico remunerado, generalmente se crean lazos de confianza y afectividad relacionadas con el trato personal y casi familiar que surge como producto de la cotidianidad en el servicio. Al mismo tiempo, el/la trabajador/a se enfrenta a los límites que impone el cumplimiento objetivo de los deberes laborales: la eficiencia, la obediencia y el respeto hacia los empleadores y demás miembros de la familia.

Estos elementos, definen el carácter especial del trabajo doméstico. La peculiaridad de sus condiciones pone en relevancia el elemento subjetivo que acompaña la realización de las labores bajo este régimen de dependencia y

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subordinación. La restricción que implica la prestación de servicios bajo singu-lares reglas de convivencia ineludiblemente ligadas al trabajo en sí, lo configura en una categoría especial de trabajo remunerado. A ello se suman las limitaciones que presenta para iniciar cualquier acción legal tendiente a restituir o tutelar la actividad de las trabajadoras del hogar, que se ve seriamente recortado al no poseer instrumentos probatorios de una situación legal, como un contrato escrito o mecanismos efectivos de verificación de los actos violatorios que denuncien los/as trabajores/as del hogar, frente a la limitación que impone el derecho a la inviolabilidad de sus domicilios que alegan los/as empleadores/as.

La necesidad de regular el Trabajo Doméstico Remunerado

Regular el trabajo doméstico remunerado era imprescindible para prevenir y erradicar el sistema de explotación que existía (y existe) en este campo; sin embargo, pese a la normatividad existente, su aplicación no ha generado un cambio relevante en la práctica. Así, destacan algunos aspectos:

• Ley específica. Todo trabajo está regulado por una Ley General pero, el trabajo doméstico al estarlo por un sistema especial, coloca a los/as traba-jadores/as del hogar en una condición especial95, como sujeto de derecho al que no le asisten los derechos y deberes que le competen a todas las demás personas. Así, se está excluyendo a las trabajadoras del hogar del mundo laboral, dándole un carácter especial al trabajo que realizan, condición que al final menoscaba su labor.

• El contrato puede ser escrito o verbal. La opcionalidad del tipo de contrato genera en la práctica que las trabajadoras del hogar no tengan un contrato escrito, poniendo en evidencia el desequilibrio de poder entre empleador/a y empleado/a, pero además el incumplimiento de los acuerdos por parte principalmente del/a primero/a en menoscabo del/a segundo/a. La ambigüedad y amplitud de la norma que regula este régimen laboral, trae como consecuencia la inexistencia de un control sobre la forma, condi-ciones, sueldo, seguro, etc., en que se están dando las relaciones laborales de las trabajadoras de hogar. La inexistencia de un contrato escrito impide la inscripción de este/a trabajador/a en el Ministerio de Trabajo, tornando imposible probar la relación laboral aun con la inspección de trabajo.En el derecho laboral, la regulación de límites tuteladores a la libertad contractual (forma escrita del contrato, condiciones legales mínimas indero-gables, beneficio de la duda a favor del trabajador y salvaguardias contra el abuso de poder) se ven menoscabadas debido a la falta de una expresa obligación de contratar por escrito y de registrar los contratos, situación que dificulta el acceso a la justicia de las trabajadoras del hogar y obstruye un control más efectivo de la autoridad administrativa respecto a este sector.

95 Ley Nº 27986.

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Y es que la inscripción del contrato laboral ante la Autoridad Administrativa competente es otra medida que contribuye a facilitar la exigibilidad de los derechos laborales y el acceso a la justicia, ya que el registro dota un contrato de carácter público, de fecha cierta y de pleno valor probatorio, además que facilita la acción de inspección y vigilancia de la autoridad administrativa del trabajo.

• La educación de la trabajadora del hogar. De acuerdo a ley, es obligación del empleador facilitar la educación de la trabajadora del hogar. Esta precisión lo que hace es abrir la posibilidad de explotación de parte del que pone las condiciones laborales. Y es que en las otras formas de contrata-ciones no existe ningún artículo que señale la necesidad de dar facilidades de estudio pues ese es un derecho que no está en cuestión. En este caso, tras este reconocimiento, lo que se hace es poner en evidencia la permeabi-lidad en el manejo de las horas de trabajo y las actividades las cuales, por las relaciones de poder que se establecen en esta relación laboral, suelen perjudicar al/la trabajadora.

• Descanso semanal. En relación a los descansos obligatorios podemos distinguir los descansos durante la jornada laboral, el descanso diario mínimo terminada la jornada de trabajo, y los descansos semanales. La consagración expresa de descansos obligatorios diarios, es de suma relevancia en aquellas legislaciones que no fijan una jornada máxima de labor para las trabajadoras del hogar.

• Vacaciones anuales. Aquí podemos encontrar una diferencia explícita negativa para las trabajadoras del hogar. Se les otorga 15 días de vacaciones anuales, mientras que en otros regímenes regulados por ley general, se permite 30 días anuales de vacaciones.

• Derecho a una remuneración mínima. El Convenio OIT Nº 189 de la OIT, en su artículo Nº 11, establece la adopción de medidas para asegurar que los/las trabajadores/as domésticos/as se beneficien de un régimen de salario mínimo y que la remuneración se establezca sin discriminación por motivo de sexo. Sin embargo, la Ley Nº 27986 y su Reglamento determinan que la remuneración será fijada a través del acuerdo de partes.

• Terminación del Contrato de Trabajo. Entre los derechos que conforman el contenido mínimo del Derecho a Condiciones Justas, Equitativas y Satis-factorias de Trabajo, el Protocolo de San Salvador establece el derecho a la estabilidad laboral y a la inamovilidad, salvo justa causa. Frente a ello, los Estados deben garantizar mediante su legislación interna la estabilidad de los/as trabajadores/as en sus empleos, de acuerdo con las caracterís-ticas de las industrias y profesiones y con las causas de justa separación. En casos de despido injustificado, el/a trabajador/a tendrá derecho a una indemnización o a la readmisión en el empleo o a cualquier otra prestación prevista por la legislación nacional.

59Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Así, el derecho al trabajo exige su protección del debido proceso legal a la terminación de la relación laboral por iniciativa del empleador, lo que significa, la invocación de causales previstas en la ley y el ejercicio de la defensa y la posibilidad de interponer un recurso, en caso se produzca una situación de este tipo. También se establece el derecho que tienen las partes a recibir aviso de la voluntad de terminación del contrato de trabajo, dentro de un plazo de tiempo que permita la previsión correspondiente (Artículo Nº 18 de la Recomendación Nº 20196). Para el trabajo doméstico, el régimen de preaviso establecido en la Ley Nº 27986, es menos favorable que el previsto para los y las trabajadoras sujetos al régimen general. Así, prevé que los/as trabajadores/as del hogar podrán renunciar al empleo dando un preaviso de quince días y que la exoneración de este plazo pasará por decisión del empleador. En tanto, el empleador podrá separar del empleo al trabajador/a sin expresión de causa dándole un preaviso de quince (15) días o pagándole una indem-nización equivalente a la remuneración por el mismo plazo. Son otras causas de la terminación del contrato de trabajo: i) por muerte de una de las partes, ii) por mutuo acuerdo, iii) por jubilación del trabajador y, iv) por falta grave. Cabe precisar que para el régimen general la ley señala que la indemnización por despido arbitrario es equivalente a una remuneración y media (1½) ordinaria mensual por cada año completo de servicios con un máximo de 12 remuneraciones.

Cabe indicar, que el Perú es uno de los países que ha ratificado impor-tantes instrumentos de la OIT97 de los cuales emana su obligación de garantizar su cumplimiento estableciendo un marco legal que proteja los derechos básicos fundamentales inherentes a todas las trabajadoras. Sin embargo, aún está pendiente la ratificación del Convenio Nº 189 “Convenio sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos” (2011) y su respectiva Recomendación.

El derecho a la no discriminación y las leyes sobre trabajo doméstico no remunerado

El Perú tiene consagrado en su Constitución el derecho a la no discrimi-nación98, en general, y en algunos casos en relación específica con los derechos

96 Así, precisa que en caso de terminación de la relación de trabajo a iniciativa del empleador por motivos que no sean faltas graves, a los trabajadores domésticos que se alojan en el hogar en que trabajan se les debería conceder un plazo de preaviso razonable y tiempo libre suficiente durante ese período para permitirles buscar un nuevo empleo y alojamiento.

97 Los Convenios Internacionales de la OIT como: el Convenio Nº 87 “Convenio sobre la Libertad Sindical y la Protección del Derecho de Sindicación” (1948), Convenio Nº 98 “Convenio sobre el Derecho de Sindi-cación y de Negociación Colectiva” (1949), Convenio Nº 29 “Convenio sobre el Trabajo Forzoso” (1930), Convenio Nº 105 “Convenio sobre la abolición del Trabajo Forzoso” (1957), Convenio Nº 182 “Convenio sobre las peores Formas de Trabajo Infantil” (1999) Convenio Nº 138 “Convenio sobre la edad mínima”, (1973) Convenio Nº100 “Convenio sobre igualdad de remuneración” (1951) y Convenio Nº 111 “Convenio sobre la Discriminación (empleo y ocupación)” (1958), entre otros.

98 Art. 2 numeral 2.

60 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

laborales concordantes, con similares disposiciones de derecho internacional de los derechos humanos99 y del derecho laboral internacional expresado en los Convenios de la OIT100. Los derechos a la no discriminación, a la igualdad ante la ley y a su protección equitativa, constituyen principios básicos y generales que establecen la obligación para los Estados de respetar y garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción, el mismo reconocimiento y protección de los derechos fundamentales. Cuando un determinado derecho social es reconocido a determinadas personas o grupos de personas demanda a los Estados justificar la legalidad de la diferencia entre los beneficiarios y de quienes no lo son, la proporcionalidad de la medida y la razona-bilidad del factor utilizado para este reconocimiento que, por regla, deberían ser de alcance universal.

Resulta relevante la adhesión generalizada de todos los Estados ameri-canos a la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), principal instrumento jurídico de derechos humanos de las mujeres, que en su artículo 1° define que la discrimi-nación contra la mujer denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las liber-tades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”. La CEDAW, prescribe igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, tanto en el acceso y oferta de empleo, en las condiciones laborales como en el disfrute del derecho a la seguridad social (artículo 11).

En el año 2011, la OIT adoptó el Convenio Nº 189 (aún no ratificado por el Estado peruano), el cual exige se adopten una serie de condiciones legales para proteger los derechos de las trabajadoras domésticas. Estos son: contrato escrito de trabajo, acceso a la seguridad social, respeto a la maternidad, a la educación, al sueldo mínimo y a la libertad sindical. Asimismo, garantiza las inspecciones laborales, que estarán a cargo del Ministerio de Trabajo, y establece la adopción de medidas de los Estados para la promoción y protección de los derechos humanos de los/las Trabajadores/as Domésticas (artículos 1, 2 y 3).

No obstante, su ratificación implicaría la adecuación de la normativa nacional a este Convenio a fin de superar las limitaciones que persisten como subyacente

99 Véase al respecto la Convención Americana de Derechos Humanos (artículos 1, 17.4, 17.5 y 24). El Proto-colo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador” (artículos 3, 13.3.e, 16 y 18). El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículos 2.1, 3, 14.1, 23.4, 24, 25, 26 y 27). El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículos 2.2, 3, 10.3). La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. La Convención de Naciones Unidas sobre Derechos del Niño (artículo 2).

100 El Convenio OIT Nº 111 Relativo a la discriminación en materia de empleo y ocupación, con la Recomen-dación Nº 111. El Convenio OIT Nº 100 Relativo a la igualdad de remuneración entre la mano de obra mas-culina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor, y la Recomendación Nº 90 El Convenio OIT Nº 169 Sobre Pueblos Indígenas y Tribales de Países Independientes. Convenio Nº 189 “Convenio sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos” y la Recomendación Nº 201.

61Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

cultural en la legislación positiva en la materia y en la práctica administrativa, tal como lo indica la OIT. En el caso peruano, la Ley Nº 27986 y su Reglamento, signi-ficará que a las trabajadoras domésticas se les reconozcan los mismos derechos que a los trabajadores del régimen general.

Las ideas predominantes en las sociedades alrededor del trabajo doméstico remunerado, su asociación con el trabajo reproductivo y las funciones que la existencia de las familias y el espacio doméstico requiere, determinan la naturali-zación de estas actividades en las mujeres, las cuales les son asignadas en razón a su sexo, por la construcción genérica de nuestras sociedades. El factor de la posición económica que media entre el que contrata y el que presta el servicio en el empleo doméstico, es un elemento que también resuelve en una discriminación de clase una de género.

Existen otros factores de discriminación que tendrían influencia en la dinámica de la estratificación que se da en este empleo de los sectores más desfavorecidos de mujeres y que no solo se explican por su clase social y posición económica. Las dimensiones étnico-raciales también son relevantes en la conformación de la masa de trabajadoras del hogar.

Ante esta realidad surge la necesidad de implementar acciones respecto a:

• Elaboración de propuestas legislativas, para mejorar la tutela de derechos en materia de trabajo doméstico remunerado a la luz del Convenio Nº 189 que, pese a no haber sido ratificado por el Estado peruano, es un referente importante para avanzar en el reconocimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar dotándolos de legalidad y creando el marco legal necesario para dar cumplimiento a las garantías y mandatos constitucio-nales en materia laboral.

• Ampliación del derecho a la seguridad social, para que las trabajadoras del hogar gocen de todos los beneficios esenciales que en materia de seguridad social tienen los trabajadores del régimen general, equiparán-dolos en derechos.

• Regulación de procedimientos de inspección, al ser estos una medida importante para avanzar en la tutela efectiva de los derechos de las traba-jadoras del hogar. Urge armonizar la necesaria salvaguarda de la inviolabi-lidad del domicilio con la de control del cumplimiento de los derechos del/a trabajador/a del hogar.

• Promoción de la formalización del trabajo doméstico remunerado, mediante la implementación de beneficios fiscales y de incentivos tribu-tarios a los empleadores que inscriban a las trabajadoras del hogar en el sistema de seguridad social.

• Atención de las discriminaciones que afectan al trabajo doméstico remunerado. La discriminación atraviesa todo el espectro de derechos laborales fundamentales, por lo que es posible determinar los principales desafíos para la efectiva igualdad de derechos de los y las trabajadoras. Así

62 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

destacan el menoscabo del derecho i) al salario (al no establecer el mínimo legal), ii) a las ocho horas diarias de trabajo (la jornada máxima supera las ocho horas), iii) al pago de horas extraordinarias de labor (la marcada extensión legal de la jornada), iv) a la seguridad social (la mayor dificultad que se plantearía es la del financiamiento de la extensión de todos los beneficios sociales al sector) y, v) a la protección estatal frente a violaciones de la normativa laboral (vacío legal en los procedimientos de inspección).

• Ausencia de un marco normativo acorde a los estándares internacio-nales, pues permite abaratar el costo de la mano de obra en el trabajo doméstico remunerado y facilita el despido al establecer ventajas desme-didas y desproporcionadas para el empleador y crear condiciones de exclusión y abuso de este grupo vulnerable. Por ello, urge la necesidad de establecer estándares mínimos y mecanismos de compensación e igualdad para el trabajo doméstico remunerado.

• Renuncia del Estado a su deber de protección y garantía de los derechos sociales, generando una notoria desigualdad en la protección social debida a las mujeres empleadas en el sector.

• Necesidad de diferenciar el régimen de trabajo doméstico “cama afuera y cama adentro”, en materia de duración de la jornada laboral y pago de remuneraciones.

• Refuerzo del sistema de desigualdades y exclusiones que afecta a las mujeres en los diferentes ámbitos sociales, al mantener el marco legal existente en el trabajo doméstico remunerado.101

1.4. Experiencias y estrategias para la extensión de la protección social a las trabajadoras del hogar

A continuación se presentan las experiencias y estrategias para la extensión de la protección social a las trabajadoras del hogar desarrolladas desde el Estado, la sociedad civil; así como desde los sindicatos y las propias organizaciones de trabajadoras del hogar en el Perú.

De acuerdo a Ley, la protección social para las trabajadoras del hogar en el Perú las alcanza siempre que laboren por lo menos cuatro horas diarias o jornada mínima. Según el artículo 18 de la Ley N° 27986, los y las trabajadores/as al servicio del hogar bajo relación de dependencia están comprendidos/as en las disposiciones relativas a la seguridad social, como asegurados/as obligatorios/as y a todo tipo de prestaciones de salud. En materia de pensiones el o la traba-jadora optará entre el Sistema estatal o privado.

Las protecciones y prestaciones por maternidad, así como las asignaciones familiares para las trabajadoras del hogar no están regulados explícitamente,

101 Se establece la remuneración mínima mensual o vital que debe percibir un trabajador por una jornada de ocho horas de trabajo, toma un valor único para todo el país y este puede ser retribuido en forma de dinero o especie al igual que se le debe otorgar todos los beneficios de ley según la Constitución del año 1993, la fija el Estado con participación de los trabajadores y empleadores.

63Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

pero se entiende que se debería asumir su aplicación al tratarse de prestaciones obligatorias, siempre y cuando se encuentren inscritas en el sistema de seguridad social.

Respecto a las prestaciones, también se aplican los mismos derechos contemplados en el régimen general (jubilación ordinaria: 65 años de edad y 20 años de aportaciones, retiro por invalidez, atención de accidentes de trabajo y enfer-medades profesionales, seguro obligatorio si es considerado trabajo de riesgo, Oficina de Normalización de Pensiones o Sistema Privado de Pensiones).

El Estado peruano reconoce y presta los servicios que se derivan de estos derechos a través de EsSalud y de la ONP para el caso de las pensiones. Las prestaciones que reciben los y las trabajadoras del hogar son financiadas íntegra-mente por sus propios aportes y el de sus empleadores y el aporte mínimo se calcula en base a la remuneración mínima vital102. La organización no interviene en ninguna etapa del proceso, lo cual parece explicar el alto nivel de incumplimiento de la Ley de parte de los empleadores y la limitada cobertura de protección social para las trabajadoras del hogar. Según la revista Panorama Laboral 2010 de la OIT, solo el 13.4% de las trabajadoras del hogar cuenta con protección en salud, mientras que el 3.6% tiene protección en pensión.

a. Experiencias desde el Estado y la sociedad civil

La normatividad laboral vigente confiere al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) facultades para: i) velar por el cumplimiento de los derechos y beneficios que les corresponden a las trabajadoras del hogar, prioritariamente a través de sus servicios de defensa, asesoría gratuita y mecanismos de solución concertada de los conflictos sobre el tema y, ii) realizar inspecciones de trabajo previa autorización expresa del dueño de casa o mandato judicial. Así también, la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres aprobada en el año 2007 determina la promoción de la no discriminación de las trabajadoras del hogar. Sin embargo pese a este marco normativo favorable, el Estado peruano ha mostrado debilidades institucionales para garantizar sus derechos a las traba-jadoras del hogar, principalmente aquellos referidos a los derechos laborales y a la no discriminación.

Al respecto, el pronunciamiento emitido por el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar de la Región Lima (en adelante SINTTRAHOL) en agosto de 2010 da cuenta de esta lamentable realidad. Así, señalan que hasta la fecha no existe una verdadera inspección por parte del Ministerio de Trabajo, pues se desconoce de algún caso donde haya impuesto una multa a un empleador que incumpla las normas laborales.

102 El MTPE realiza la entrega de Certificación Ocupacional, constancia que emite el Ministerio previa eval-uación de los conocimientos adquiridos a través de la experiencia laboral, los servicios de asesoría legal y las orientaciones laborales gratuitas recibidas.

64 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

De otro lado, el MTPE no reporta medidas concretas orientadas a promover la extensión de la protección social para este sector. Si bien ha implementado algunas acciones�, éstas resultan irrelevantes frente a la gravedad de la violación de los derechos laborales de los y las trabajadoras del hogar.

Es importante destacar que en diciembre de 2010, el MTPE a través de la Dirección de Promoción y Protección de los Derechos Fundamentales y de la Seguridad y Salud, en alianza estratégica con la Asociación de Desarrollo Comunal – ADC, realizó un Taller denominado: “Identificando Necesidades y Demandas de las Trabajadoras del Hogar para el 2011”, donde se hizo el análisis del FODA de las organizaciones de trabajadoras del hogar en el Perú. Este evento contó con la presencia de representantes de las organizaciones de trabajadoras del hogar como la Asociación Grupo de Trabajo en Redes “La Casa de Panchita”, la Asociación Crece Conmigo, el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar del Perú, el Sindicato de Trabajadoras de la Provincia de Huaura y el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar de Lima.

Análisis FODA de las Organizaciones de Trabajadoras del Hogar del Perú

FORTALEZAS

• Somos mujeres luchadoras, unidas y responsables.

• Se cuenta con una buena organización.• Los colectivos cuentan con la capa-

cidad suficiente para intervenir en dife-rentes espacios.

• Se cuenta con organizaciones de traba-jadoras del hogar; dispuestas a apostar por el sector.

• Existen organizaciones sindicales de las trabajadoras del hogar.

• Los colectivos de trabajadoras del hogar son mujeres puntuales y trabajadoras.

OPORTUNIDADES

• Existen ONGs que colaboran.• El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo

se encuentra comprometido con la problemáti-ca de las trabajadoras del hogar, para capacitar a las organizaciones.

• La OIT se encuentra comprometido con la aproba-ción del Convenio de las Trabajadoras del Hogar.

• Los medios de comunicación se interesan en abordar la problemática de las trabajadoras del hogar.

• Se tiene cerca una campaña electoral para presen-tar las demandas de las trabajadoras del hogar.

• Las ONGs se unen a la lucha reivindicatoria de las trabajadoras del hogar.

• Las instituciones públicas toman interés en las demandas de las trabajadoras del hogar.

• Se cuenta con espacios de capacitación dirigidas a trabajadoras del hogar.

65Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Fuente: Taller: “Identificando Necesidades y Demandas de las Trabajadoras del Hogar para el 2011” organizado por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, en alianza estratégica con la Asociación de Desarrollo Comunal – ADC en diciembre del 2010

A partir de la identificación del FODA se diseñaron algunas estrategias y líneas de acción, entre las que destacan: i) el desarrollo de campañas masivas de difusión sobre los derechos de las trabajadoras del hogar, ii) la implementación de un desayuno de trabajo en el Congreso de la República para respaldar la propuesta de la revisión de la Ley de Trabajadoras del Hogar, iii) la organización del foro por la dación del Convenio 189 de la OIT, iv) la implementación de una feria de derechos de las trabajadoras del hogar, y v) el impulso de campañas de sensibilización sobre su derecho a la educación.

Por el lado del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social tampoco se evidencia alguna estrategia orientada a la extensión de la protección social, aunque sí se identifican algunas acciones para este sector de trabajadoras. Destacan: i) la instalación de una mesa técnica con las organizaciones de trabajadoras del hogar desde donde se impulse una propuesta de anteproyecto de Ley que modifica tres artículos de la Ley vigente de Trabajadores del Hogar (incorporación de la jornada de 8 horas, el salario mínimo y la celebración del contrato por escrito); ii) la elabo-

DEBILIDADES

• Poco valor al trabajo en casa, como un trabajo con deberes y derechos.

• Insuficiente difusión de la Ley de las tra-bajadoras del hogar.

• Escasa difusión de los derechos de las trabajadoras del hogar.

• Deficiente calidad de capacitación.• Falta de desprendimiento y diálogo uni-

ficado del sector.• División de organizaciones de trabaja-

doras del hogar.• Deficiente conocimiento de la Ley de

las trabajadoras del hogar.• Poca capacidad de las trabajadoras

del hogar para enfrentar a las personas superiores a nosotras.

• Ignorancia de la política nacional de las trabajadoras del hogar.

• Dispersión de las trabajadoras del hogar.• Poca valoración personal de las trabaja-

doras del hogar, quienes tienen vergüen-za a que se les reconozca como tales.

• Temor de las trabajadoras del hogar para actuar en público y defender sus derechos.

AMENAZAS

• Empleadores que amenazan a las trabajadoras del hogar con despedirlas por reclamar sus de-rechos.

• Resistencia de los empleadores a reconocer la Ley de las trabajadoras del hogar.

• Falta de compromiso de los Estados con los Con-venios y Recomendaciones a favor de las Traba-jadoras del Hogar.

• Incumplimiento de contratos de trabajo por parte de los empleadores.

• Desinterés de algunos empleadores por conocer los derechos laborales de las trabajadoras del hogar.

• Falta de compromiso de los empleadores con respecto a la aprobación de instrumentos inter-nacionales de protección de los derechos de las trabajadoras del hogar.

• El incumplimiento de los empleadores en el pago de gratificaciones.

• La alta incidencia de empleadores en el grupo de acosadores sexuales de las trabajadoras

• Las nuevas autoridades conservadores/as.• La negativa del Estado para reformular la Ley de

las trabajadoras del hogar.

66 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

ración de una opinión técnica y de la estrategia para aprobar el Convenio 189 de la OIT, sobre Trabajo Decente para las trabajadoras y los trabajadores domés-ticos, que impulsa una política de trato no discriminatorio a ser implementada por el MIMDES, MTPE y el Ministerio de Relaciones Exteriores103.

Una tarea pendiente es avanzar en el establecimiento de mecanismos que permitan la vigilancia sobre el cumplimiento de las normas, incluyendo el desarrollo de estrategias para promover la extensión de la protección social, así como el respeto de los derechos a la maternidad para las trabajadoras del hogar.

Por el lado de la sociedad civil, no existen estrategias que se orienten exclusi-vamente a promover la extensión de la protección social a este sector laboral. Sin embargo, destacan el desarrollo de acciones específicas de información básica para empleadores y trabajadoras del hogar en el caso de beneficios sociales (seguridad social y fondo de pensiones) por parte de algunas instituciones.

Ejemplos de asociaciones de la sociedad civil pueden ser:

INSTITUCIONESAsociación deDesarrollo ComunalADC 104

La Asociación Grupo de Trabajo Redes(AGTR)

Centro de EstudiosSociales yPublicaciones105

PRINCIPALES ACCIONES A FAVOR DE LAS TRABAJADORAS DEL HOGAREntre sus principales acciones tiene: la realización de estudios sobre la situación de las trabajadoras del hogar en el Perú, la implementación del Programa de Capacitación “Inicie su Negocio” y de computación, y del Progra-ma de Especialización en cuidado de niños/as, adultos/as mayores y personas con discapacidad. También desarrolla campañas de sensibilización e incidencia política para el cumplimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar y la ratificación del Convenio 189 de la OIT, y brinda apoyo para la organización de las trabajadoras del hogar.

Creación de LA CASA DE PANCHITA S.A.C., cuyo objeto social es dedicarse a ofrecer servicios como agencia privada de empleo así como servicios legales, psicológicos, educacionales, de formación laboral y otros. Desde enero 2007 dicha instancia presta servicios a trabajadoras del hogar y a empleadores como agencia de empleos en servicio doméstico. Los servicios de la agencia de empleos son diferentes a los que brinda AGTR, a través de su proyecto institu-cional La Casa de Panchita, pero ambos se complementan

Cuenta con un centro piloto de instalación de programas y servicios muni-cipales para las trabajadoras del hogar. Dicho centro comprende los servicios de asesoría legal-laboral, bolsa de empleo y otros servicios: orientación psicológica, asistencia social, talleres de manualidades, arte, seguridad ciudadana, progra-mas de capacitación para trabajadoras del hogar y actividades recreativas y culturales.

103 García, A.: El Mimdes a los 136 días de la nueva gestión. Mimdes, Lima, 2011, p. 48.104 Para mayor información visitar: www.adc.org.pe105 Para mayor información visitar: www.cesip.org.pe

67Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Así también, están los servicios de formación y especialización para el cuidado de personas (niños/as, adultos mayores y personas con discapacidad), la asesoría legal-laboral y psicológica y social, la promoción de bolsas de empleo, las campañas de sensibilización y difusión sobre los derechos de las trabaja-doras del hogar y el desarrollo de actividades sociales y culturales dirigidas a este sector laboral.

Sería importante que las instituciones gubernamentales y no guberna-mentales impulsen una campaña de difusión e información eficaz para que las trabajadoras del hogar conozcan cómo demandar sus beneficios sociales y una jubilación, y otra destinada al sector empleador donde se resalte el carácter del trabajo en el hogar y se puntualicen los requisitos para la contratación regular de las trabajadoras del hogar. Es necesario también el desarrollo de estrategias de difusión sobre la importancia de la extensión a las trabajadoras del hogar de la seguridad social.

b. Experiencias y estrategias desde las organizaciones sindicales y las organi-zaciones de trabajadoras del hogar

En general, las organizaciones sindicales y las organizaciones de trabajadoras del hogar no han sistematizado experiencias para extender la protección social en las áreas de subsidios para la atención de salud, jubilación y micro crédito.

Las diferentes experiencias y estrategias desarrolladas están relacionadas con la capacitación sobre derechos y deberes laborales de la mujer, asesoría y seguimiento en los casos labores y judiciales, respecto a la liquidación de beneficios (CTS, despidos intempestivos, vacaciones, gratificaciones, seguro social), entre otros. Destacan acciones de organización, movilización e incidencia política en materia laboral, así como respecto a la implementación de guarderías y centros de acogida transitoria106.

En el caso de las organizaciones sindicales, es importante destacar que en el año 2002 las Secretarías de la Mujer de las Centrales Sindicales del Perú (CGTP, CUT, CTP y CATP) han incorporado de manera unitaria las demandas de las trabajadoras del hogar en su Plan de Acción de las Centrales Sindicales del Perú para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres 2002-2005, que posteriormente también es retomado en su segundo Plan de acción para el periodo 2007-2012. Dicho documento se plantea como objetivo garantizar condi-ciones dignas para las trabajadoras del hogar, enfatizando en su derecho a la salud, recreación y la prevención de los riesgos de trabajo y la seguridad social. Entre las acciones realizadas, destacan:

106 Las principales organizaciones de trabajadoras del hogar que han sido parte del estudio son: la Asociación Nacional de Trabajadoras del Hogar (ANTRAH), el Sindicato de Trabajadores del Hogar (SINTRAHOGARP), el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar de la Región Lima (SINTTRAHOL), la Asociación de Trabajadoras del Hogar Región Lima (ASTHOREL), el Centro de Capacitación para Trabajadoras del Hogar (CCTH) y el Instituto de Promoción y Formación del Empleo (IPROFOTH).

68 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

• Realizar un diagnóstico de las trabajadoras del hogar, enfatizando las discriminaciones socio-laborales, legales y culturales existentes.

• Establecer espacios y acciones orientados a desarrollar y fortalecer la autoestima de las trabajadoras del hogar.

• Impulsar campañas de visualización y sensibilización para la aprobación de la Ley de trabajadoras del Hogar.

• Alentar espacios de difusión (programas radiales, televisivos, etc.) que promuevan el desarrollo y difusión de la problemática y alternativas de las trabajadoras del hogar.

• Desarrollar medidas para propiciar la reorganización social y sindical de las trabajadoras del hogar.

En los últimos años se ha producido una mayor confluencia entre las organi-zaciones de trabajadoras del hogar y las centrales sindicales, en respuesta a la solicitud de la Confederación Sindical Internacional (CSI) a todos los sindicatos, de procurar el apoyo de sus gobiernos a fin de lograr la aprobación de un Convenio Internacional de Trabajo Doméstico que proteja a las trabajadoras y trabajadores domésticos, bajo el predicamento que deben contar con los mismos derechos que el resto de trabajadores. Asimismo, la Confederación Sindical Americana (CSA) afiliada a la CSI ha apoyado la organización de las trabajadoras domésticas en la región, incorporando sus demandas en el marco de las reivindicaciones del sector sindical.

Así, las Secretarías de la Mujer de las Centrales Sindicales en el Perú se sumaron a la movilización internacional para impulsar el reconocimiento pleno de los derechos laborales de las trabajadoras del hogar, evidenciándose su rendi-miento en el envío de los cuestionarios de consulta por parte de la OIT, así como en la presentación de las solicitudes al Ministerio de Trabajo y Promoción del empleo para que el Estado peruano apoye la adopción de un Convenio Internacional sobre Trabajadoras Domésticas. También se hicieron esfuerzos para garantizar la presencia de algunas representantes de las trabajadoras del hogar en el marco de la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT, realizado en junio de 2011.

Un hito histórico producido en octubre del 2011 fue la firma del Pacto por la Unidad de las Organizaciones de Trabajadoras del Hogar y las Secretarías de la Mujer de las Centrales Sindicales del Perú, hacia la ratificación del Convenio 189 de la OIT, el mismo que plantea el desarrollo de acciones que permitan hacer visible la necesidad de que el Estado peruano ratifique el Convenio y vele por su efectivo cumplimiento.

Dicho Pacto, fue suscrito por La Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar del Perú – FENANTRAHO, el Sindicato Nacional de Trabajadores y Traba-jadoras del Hogar del Perú – SINTRAHOGARP, el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar de Lima y Callao – SINTTRAHOL, la Asociación de Traba-jadoras del Hogar – Región Lima ASTHOREL, el Sindicato de Trabajadoras del Hogar de la Provincia de Huaura SINTRAHOPH, el Sindicato de Trabajadoras del Hogar del Cusco, el Sindicato de Trabajadoras del Hogar de Arequipa, el

69Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Sindicato de Trabajadoras del Hogar de Chota, el Sindicato de Trabajadoras del Hogar de Piura, el Sindicato de Trabajadoras del Hogar de Jaén, el Sindicato de Trabajadoras del Hogar de Huánuco, la Asociación Nacional de Trabajadoras del Hogar de ANTRAH, el Centro de Capacitación para Trabajadoras del Hogar – CCTH, el Instituto Nacional de Promoción y Formación de Trabajadoras del Hogar – IPROFOTH y las Secretarias del Mujer de las Centrales Sindicales del Perú (CGTP, CUT, CTP, CATP); en el marco del Encuentro Nacional de Trabaja-doras del Hogar “Fortaleciendo capacidades para promover la Ratificación del Convenio 189º de la OIT en el Perú”.

Las organizaciones de las trabajadoras del hogar, han mantenido su perseverancia en la demanda de sus derechos; en sus inicios han sido promo-vidas por personas religiosas, sin embargo, las diferencias surgidas frente a la iglesia católica, llevó a las trabajadoras del hogar a desarrollar alianzas estraté-gicas con el movimiento de mujeres, organizaciones sindicales, vínculos que han estado cruzados por tensiones de género y de clase.

La primera organización que surge en el país es la Asociación Nacional de Trabajadoras del Hogar (ANTRAH), en el año 1972, con el nombre de Asociación Nacional de Empleadas del Hogar (ANEH), bajo la asesoría de las “Hijas del Corazón de María”. La ANTRAH, denominada así desde el 2000, es una asociación apolítica dirigida por las religiosas de María Inmaculada que busca mejorar la calidad de vida de las trabajadoras del hogar y, a su vez, promover principios del Evangelio.

En 1973 se funda el primer Sindicato de Trabajadoras del Hogar de Lima que tuvo como una de sus primeras acciones la creación y presentación de una propuesta de sindicalización al Ministerio de Trabajo. Bajo el mismo propósito se crea en 1982, el Centro de Capacitación para Trabajadoras del Hogar (CCTH). A diferencia del primero, este surge a iniciativa de las mismas Trabajadoras del Hogar y pretende emplear la experiencia sindical como un medio de orientación a sus miembros. Con ello se va consolidando el interés de las trabajadoras del hogar para luchar por sus derechos.

Posteriormente, se crea el Sindicato Nacional de Trabajadores del Hogar (SINTRAHOGARP) y el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar de la Región Lima (SINTTRAHOL), en el 2006 y 2009 respectivamente; ambos en Lima, al igual que el Instituto de Promoción y Formación del Empleo (IPROFOTH). Así mismo, el movimiento de las Trabajadoras del Hogar se ha ido descentralizando, encontrándose organizaciones a nivel regional como la Asociación Regional de Trabajadoras del Hogar de la Región Lima, ubicada en Huaura (provincia de Lima) y creada en el 2007107.

En todo el trayecto de su organización y lucha las trabajadoras del hogar, desde sus orígenes, demandaban la defensa de sus derechos y denunciaron los malos tratos y la violencia que sufrían frecuentemente. Lo significativo de este

107 Confederación de Trabajadores de las Américas: Proceso de Autoreforma Sindical en las Américas. Avan-ces del Grupo de Trabajo sobre Autoreforma Sindical (GTAS) en 2010 y 2011. Proyecto FSAL/ACTRAV/OIT. Lima, 2011, p. 61.

70 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

proceso es que este sector de trabajadoras logró congregar esfuerzos a favor de la legitimidad organizativa de sus propias organizaciones, lo cual tienen una mayor visibilidad y reconocimiento, como es el caso del SINTRAHOGARP afiliada a la Central Unitaria de Trabajadores del Perú (CUT) y el SINTTRAHOL afiliada a la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).

A continuación, se presentan las principales líneas de acción en general y las relacionadas con la salud y la protección social:

ORGANIZACIONES

Asociación Nacio-nal de Trabajado-ras del Hogar de Lima(ANTRAH)

Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar del Perú (SINTRAHOGARP)

Sindicato de Tra-bajadoras y Traba-jadores del Hogar de la Región Lima (SINTTRAHOL)

ACCIONES DESARROLLADAS A FAVOR DE LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR

• Tiene un hogar de acogida, donde se ofrece formación en valores, atención de colocaciones y promoción del trabajo con estudio a jóvenes en espera de trabajo.

• Brinda orientación para acceder al seguro social, asesoramiento jurídico y aseso-ramiento psicológico.

• Otorga capacitación técnico-productiva con valor oficial en confección textil, computación, artesanía y manualidades, cocina y repostería y cosmetología, las mismas que se brindan a través de un Centro de Educación Técnica Productiva (CETPRO) con diversas carreras profesionales.

• Brinda asesoría para la celebración de encuentros anuales a fin de dar a conocer sus derechos de las trabajadoras del hogar en una jornada de reflexión y esparcimiento.

• Realiza visitas a centros educativos nocturnos para llegar a más jóvenes trabaja-doras del hogar.

• En materia de salud y protección social, insta y asesora a las trabajadoras del hogar para que se afilien al Seguro Social o al SIS.

• Da asesoramiento y seguimiento de casos laborales y judiciales.• Brinda capacitación, a través de talleres, charlas sobre derechos y deberes labo-

rales (Ley 27986) y derechos de la mujer, relación con los empleadores, el valor y dignidad del trabajo del hogar en casa de terceros, entre otros. También respecto al cuidado de niños (estimulación temprana) y ancianos (geriatría).

• Otorga asesoría para procesos de empadronamiento y afiliación de las traba-jadoras/es del hogar.

• Realiza acciones de incidencia para la aprobación de la Ley de trabajadoras del hogar y actualmente para la ratificación del Convenio 189 de la OIT.

• Participa, coordina y organiza eventos y actividades con instituciones afines y aliadas a nuestro sector (MTPE, Ministerio de la Mujer, Congreso de la República y ONGs.

• Ofrece espacios de recreación y cultura, a través de encuentros domi-nicales, campeonatos, veladas artísticas y deportivas integradoras.

• En salud y protección social, refuerza con capacitaciones, a las trabajadoras del hogar sobre la importancia del acceso a la salud y a la protección social. Se brinda asesoría y seguimiento para la liquidación de beneficios sociales como CTS, vaca-ciones, gratificaciones y acceso al seguro social, entre otros.

• Brinda asesoría legal y talleres de capacitación a las trabajadoras del hogar (de-rechos laborales). Las tres principales áreas son: i) beneficios laborales; ii) seguro social; y, iii) jubilación.

• Ofrece los servicios de un abogado que asesora a las trabajadoras del hogar res-pecto a los beneficios que les corresponden, apoyándolas en los procesos de conciliación con sus empleadores.

• En materia de salud y protección social, asesora a las trabajadoras del hogar y, en menor medida, a sus empleadoras, respecto a los procedimientos a seguir para afiliarse al Seguro Social.

71Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Instituto de Pro-moción y Forma-ción para Traba-jadoras del Hogar(IPROFOTH)

Centro de Capa-citación para Tra-bajadoras del Hogar – CCTH

Asociación de Tra-bajadoras del Hogar de la Región Lima

• Ofrece servicios de cuna-guardería, para atender a madres trabajadoras del hogar que no cuentan con apoyo en el cuidado de sus niños cuando trabajan. La frecuencia es permanente.

• Ofrece un hogar de tránsito para acoger a las trabajadoras del hogar desem-pleadas temporalmente hasta que encuentren un nuevo empleo (una, dos o tres semanas), o a aquellas que son afectadas por otros problemas (con familiares o empleadores).

• Brinda espacios de recreación para las trabajadoras del hogar que no cuentan con familiares en Lima, teniendo la opción de quedarse a dormir (de sábado a domingo) en el hogar de forma gratuita. La frecuencia de este servicio es permanente.

• Implementa el servicio de colocación laboral que funciona de manera esporá-dica para el seguimiento de las colocaciones, y exige que el régimen laboral de las empleadas cumpla con las normativas legales adoptadas. Capacita en informática a las trabajadoras del hogar.

• Ofrece talleres en colegios nocturnos dirigidos a empleadas del hogar sobre los derechos laborales y la seguridad social.

• En materia de salud y protección social, la organización considera que las tra-bajadoras del hogar deben ser atendidas por el empleador y la sociedad en general. Conciben que la seguridad social no es sólo el seguro social de salud y la pensión de jubilación.

• Da asesoramiento y seguimiento de casos laborales y judiciales, así como para los procesos afiliación de las trabajadoras/es del hogar.

• Brinda capacitación, a través de talleres, charlas sobre derechos y deberes laborales (Ley 27986) y derechos de la mujer, relación con los empleadores, el valor y dignidad del trabajo del hogar en casa de terceros, entre otros. También respecto al cuidado de niños (estimulación temprana), cuidado de ancianos (geriatría).

• Realiza acciones de incidencia para la aprobación de la Ley de trabajadoras del hogar y actualmente para la ratificación del Convenio 189 de la OIT.

• Promueve la recreación y cultura de este sector, a través de encuentros domi-nicales, campeonatos, veladas artísticas y deportivas integradoras.

• En materia de salud, han realizado campañas de salud en convenio con ONGs que atienden la parte de salud preventiva. Han trabajado con la Municipalidad de Lima, Jaén y Piura.

• En materia de seguridad social realizan talleres sobre seguridad social y alcan-ce de la cobertura, sobre la ONP, para concientizarlas sobre la importancia de la jubilación y el acceso a la seguridad social.

• Brindan apoyo social, psicológico y legal a las trabajadoras del hogar.• Impulsan de campañas de sensibilización a favor del trabajo decente para las

trabajadoras del hogar.• Participan en diferentes espacios de diálogo y concertación social de la provin-

cia de Huaura.• En materia de salud y protección social, realizan actividades económicas para

atender las urgencias médicas de las socias de la asociación.• Brindan información sobre los derechos de las trabajadoras del hogar en mate-

ria de protección social.

72 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Las acciones desarrolladas por las diferentes organizaciones de trabaja-doras del hogar que existen en el Perú es una muestra clara de la capacidad de organización y movilización de este sector de trabajadoras, que desde sus propias potencialidades logran interpretar la realidad a partir de una cosmovisión, desde su perspectiva política, religiosa, de clase, etc.

A pesar del déficit que enfrentan las trabajadoras del hogar en el Perú en términos de organización, representación y voz, han logrado que sus reivindica-ciones sean asumidas por otros actores (Gobierno y organizaciones sindicales) con poder para incidir en la agenda pública del país.

Es importante destacar que ante la ausencia de una acción sustantiva de parte del Estado, las organizaciones de trabajadoras del hogar brindan diversos servicios que contribuyen a mejorar la calidad de vida de este sector de mujeres. La mayoría de los servicios están relacionados con la asesoría legal que general-mente realizan mediante talleres, encuentros o charlas informativas. Asimismo, con la asesoría individual y el seguimiento a los casos laborales sobre pago de gratificaciones, liquidaciones, violencia y aseguramiento, que brindan a través de sus organizaciones (SINTRAHOGARP y SINTTRAHOL). Otro de los servicios que se destaca es la atención frente a los casos de violencia física, psicológica y sexual producida hacia las trabajadoras del hogar, aunque este servicio no es muy frecuente debido al costo que implica tenerlo y mantenerlo.

Algunas organizaciones de trabajadoras del hogar brindan servicios que facilitan e impulsan el progreso económico de las trabajadoras de este sector. Es el caso de ANTRAH e IPROFOTH, que ofrecen servicios de capacitación y certi-ficación laboral, que permite obtener una constancia a nombre del MTPE previa evaluación de los conocimientos adquiridos a través de la experiencia laboral, los servicios de asesoría legal y las orientaciones laborales gratuitas. Es importante destacar que el ANTRAH ha logrado constituirse en una instancia de evaluación promovida por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.

Pensando en las niñas, madres y/o migrantes trabajadoras del hogar, ANTRAH e IPROFOTH también ofrecen espacios para albergar a las trabajadoras del hogar. Por ejemplo, IPROFOTH brinda el servicio de cuna-jardín a las traba-jadoras del hogar que no tienen apoyo para el cuidado de sus hijos y acoge temporalmente a aquellas trabajadoras del hogar que no tienen residencia en Lima. ANTRAH cuenta con un hogar de acogida, donde se ofrece formación en valores, atención de colocaciones y promoción del trabajo con estudio a jóvenes en espera de trabajo.

El CCTH por su parte, desde hace catorce años brinda el servicio de colocación para trabajadores y trabajadoras del hogar en familias, con un contrato de trabajo que garantice todos los beneficios sociales. Este servicio se diferencia de las Agencias de Colocación de Empleo, en que no cobran por el servicio de colocación.

Las organizaciones de trabajadoras del hogar, a través de los servicios de asesoría legal, enfocan su trabajo en captar la mayor cantidad posible de trabaja-

73Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

doras del hogar a fin de que se afilien y/o participen de las actividades de dichas organizaciones. También buscan acercamientos con las trabajadoras del hogar en centros educativos nocturnos, encuentros nacionales, etc.

En general, se observa que la mayoría de organizaciones, para asegurar el mantenimiento y control de la base material de la organización, formalizan la atención de este quehacer como una actividad a desarrollar bajo responsabilidad de una comisión permanente de trabajo. Un aspecto importante de destacar es que entre las integrantes de la comisión se establecen lazos de solidaridad que sostienen la organización para la prestación de servicios. Esta participación práctica legitimaría el respaldo social de las bases de la organización, ya que en muchos casos, el apoyo voluntario de las trabajadoras del hogar se convierte en permanente.

Finalmente, es importante destacar, que pese a las limitaciones y dificul-tades que tienen las organizaciones de trabajadoras del hogar en el Perú, han logrado algunos avances que han tenido como organización, así como para integrarse a espacios de diálogo más amplios. Es el caso del SINTRAHOGARP, que desde el primer año de creación formó parte de la Mesa de la Sociedad Civil convocado por el MIMDES para el seguimiento al Plan de Igualdad de Oportu-nidades entre Mujeres y Hombres. En el 2008, formó parte de la Plataforma Nacional de las Mujeres y en el 2009 se hizo parte de la Agenda Nacional y de la Mesa de las Mujeres de Organizaciones Sociales de Base. Así mismo, en el 2010 inició su participación en espacios de debate en los temas de derechos humanos y víctimas de la violencia sexual, social y cultural.

En el 2009, SINTTRAHOL ha logrado incidir favorablemente en la aprobación del Convenio 189 de la OIT a través de la resolución del cuestionario sobre el Convenio de Trabajo Decente para las Trabajadoras del Hogar con la finalidad de darles mayores argumentos a la protección de los derechos de las trabajadoras del hogar. Durante el 2011, la Secretaría General del SINTTRAHOL, a través de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) participó como repre-sentante de la organización de trabajadoras del hogar en la 100 Conferencia Internacional del Trabajo celebrada en Ginebra para la discusión por un Convenio y una Recomendación para las Trabajadoras del Hogar, lográndose resultados positivos puesto que el Convenio fue aprobado en junio de 2011 (Convenio 189). El SINTRAHOGARP también ha tenido una incidencia muy importante en la dación de la norma; la asesora técnica de dicha organización también logró viajar a Ginebra para participar activamente en dicha conferencia.

Por otro lado, también se ha contribuido en hacer cumplir la Ley N° 27986 de los Trabajadores del Hogar, como es el caso de la Asociación Regional de Traba-jadoras del Hogar (Huaura), que está trabajando con los Comités de Vigilancia Ciudadana para velar por el cumplimiento de dicha Ley. Así también, ha logrado hacer alianzas estratégicas con el Gobierno Regional de Lima y la Dirección Regional de Trabajo y Promoción del Empleo, para realizar la certificación de las trabajadoras del hogar en manipulación y técnicas culinarias, primeros auxilios y cuidado de mascotas.

74 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

En materia de salud y protección social han realizado algunas acciones destacadas. En el caso de CCTH, ha brindado este servicio a través de campañas de salud en convenio con ONGs a fin de atender la parte de la salud preventiva. Así mismo, ha trabajo con la Municipalidad de Lima diversas campañas de salud, labor que también desarrolló en Jaén y Piura.

Por otro lado, se refuerza en las trabajadoras del hogar la importancia de contar con un seguro de salud, ya sea a través de EsSalud y/o el Sistema Integral de Salud (SIS). En el caso de ANTRAH, es a través de sus servicios de coloca-ciones que se solicita que las trabajadoras del hogar puedan ser cubiertas con un seguro de salud y de pensión tal como lo regula la Ley. SINTTRAHOL, en tanto, fomenta la afiliación de las trabajadoras del hogar al SIS y asesora a las trabaja-doras del hogar respecto a los procedimientos de afiliación al Seguro Social.

Además de la salud, que es un aspecto de la Protección Social, también las organizaciones se encargan de asesorar a las trabajadoras del hogar sobre sus derechos laborales en los talleres de capacitación, en los cuales se brinda aseso-ramiento sobre beneficios laborales y jubilación. La CCTH realiza talleres sobre seguridad social y acceso a la jubilación en coordinación con la ONP. Asimismo, realiza llamadas a los empleadores de trabajadoras del hogar para solicitar el aseguramiento y atiende casos de acceso a la seguridad social.

Una estrategia que aparece como común en la mayoría de las organi-zaciones, es que frente a situaciones inesperadas (enfermedades, muertes, entierros, etc.) recurren al desarrollo de actividades de generación de ingresos (polladas, veladas artísticas, etc.) para apoyar estas situaciones. También se evidencia que las trabajadoras del hogar no pueden recurrir frecuentemente a sus redes familiares ampliadas o vecinales dada su situación laboral.

Respecto a su incidencia en la aprobación de normas de protección de los derechos laborales de las mujeres trabajadoras del hogar, destacan su parti-cipación en la reformulación de la Ley 27986. Actualmente, están llevando a cabo una Campaña Nacional por la ratificación por parte del Estado peruano del Convenio 189 de la OIT, que establece estándares mínimos de protección para las trabajadoras del hogar. Al respecto el SINTTRAHOL en coordinación con la CGTP, ha elaborado y enviado a diferentes instancias y autoridades ministeriales una propuesta de Resolución Legislativa referida a la Ratificación del Convenio 189 y su Recomendación 201 de la OIT relativo a la protección de trabajadores y trabajadoras del hogar.

Por su parte el SINTRAHOGARP ha constituido una Mesa Técnica con la participación de diferentes instituciones (CARE Perú, CMP Flora Tristán, Asociación de Desarrollo Comunal – ADC y del Centro de Estudios Sociales y Publicaciones - CESIP, ONU - Mujeres y la CUT Perú) con el propósito de impulsar los cambios normativos necesarios para garantizar la protección de los derechos de las trabajadoras del hogar en el Perú.

75Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

c. Problemas para la extensión de la cobertura de la protección social para las trabajadoras del hogar en el Perú108

En el marco del seminario “Protección social para las Trabajadoras y los Traba-jadores del Hogar en el Perú”, promovido por el proyecto “Programa para la Extensión de la Protección Social en los Países de la Subregión Andina, Bolivia, Ecuador y Perú”, se constató que uno de los principales problemas en materia de protección social de la Subregión Andina es la limitada, reducida e insufi-ciente protección social que tienen importantes poblaciones de trabajadores/as de la economía informal, así como otras categorías vulnerables en actividades formales que sostienen esquemas de relación laboral informal, como es el caso de un número importante de trabajadoras/es del hogar.

Diversas causas concurren en esta situación por lo que el abordaje de esta problemática requiere un enfoque integral, orientado a fortalecer las capacidades y estrategias institucionales de los actores sociales, en intercambio dinámico con la propia población afectada y sus representantes, para contribuir a la extensión de la protección social, con enfoque de género y diálogo social.

El objetivo de este evento fue contar con un espacio que permitiera analizar esta problemática a partir de las ideas y experiencias de las trabajadoras del hogar, a fin de contar con los elementos suficientes para fundamentar un proceso de reflexión/acción que ayude a vislumbrar estrategias, medidas y propuestas dirigidas a ese resultado.

Los y las participantes109, al término de este evento, concluyeron que los problemas para la extensión de la cobertura de la protección social de las traba-jadoras del hogar se originan en la limitada difusión de la protección social de las trabajadoras del hogar, la limitada voluntad política del Estado para desarrollar mecanismos concretos que permitan ampliar la protección social a este sector de trabajadoras e impulsar una cultura previsional en las sociedades, y el alto grado de incumplimiento de las normas mínimas legales de la Ley de Trabaja-doras del Hogar, por lo que es importante crear o reforzar instancias específicas para tutelar los derechos existentes e impulsar su efectivo cumplimiento.

Por otro lado, subrayaron algunos elementos para la implementación de un paquete básico de prestaciones sociales imprescindibles para las trabajadoras del hogar, tales como la protección a la maternidad, la contratación escrita y no verbal, la implementación de programas de salud preventivos, el acceso al

108 El presente acápite ha sido elaborado en base al informe elaborado por María Bastidas, en su calidad de colaboradora externa del proyecto: “Programa para la Extensión de la Protección Social en los Países de la Subregión Andina, Bolivia, Ecuador y Perú”, el mismo que es dirigido por el CTP Julio Gómez.

109 Participaron un total de 39 personas (32 mujeres y 7 hombres) representantes de las instituciones de protección social (ESSALUD, Superintendencia de Banca Seguros y AFPs, ONP, SUNAT), ministerios (MI-MDES, MINSA), especialistas (Comisión de Trabajo del Congreso de la República, Defensoría del Pue-blo) organizaciones de empleadores (Sociedad Nacional de Industrias), organizaciones sindicales (CGTP, CATP, CUT y CTP) y de trabajadoras del hogar (SINTRAHOGARP, SINTTRAHOL, SINTRAHOP, ASTHO-REL, FENATRAHOP, ANTRAH, IPROFOTH) así como representantes de la sociedad civil (CMP Flora Tristán, CESIP y ADC) que asistieron en calidad de invitados/as.

76 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

derecho a la educación, el otorgamiento de indemnizaciones, de ingresos-sa-larios suficientes, de licencias y de fueros materno, entre otros.

En ese sentido, consideraron vital el desarrollo de políticas públicas dirigidas al trabajo doméstico remunerado, que integre aspectos de redistribución referidos a condiciones materiales, con aspectos de reconocimiento referentes a condi-ciones culturales y simbólicas, a través de la articulación de los diferentes actores sociales e instituciones públicas y privadas. En el ámbito internacional desta-caron la labor de la OIT y ONU Mujeres frente a las trabajadoras del hogar.

Asimismo, demandaron que la OIT continúe con la implementación de espacios de diálogo entre los distintos actores sociales más importantes de nuestra sociedad, vinculados a la problemática de las trabajadoras del hogar, y donde se garantice la participación de un/a representante del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo a fin de que asuma compromisos serios a favor de las organizaciones de trabajadoras del hogar. También plantearon que el Estado asuma la responsabilidad de difundir y dar cumplimiento efectivo de las normas mínimas para las trabajadoras del hogar. Así, manifestaron que una muestra de ello sería la ratificación del Convenio Nº 189 de la OIT sobre trabajo decente para los y las trabajadores/as domésticos/as.

A modo de recomendación, pidieron se impulse la elaboración de un diagnóstico sobre la situación de las mujeres trabajadoras del hogar, que evidencien las dificultades que tiene este sector de trabajadoras para acceder a la seguridad social y a programas integrales de formación y especialización en temas de cuidado con miras a profesionalizar el trabajo doméstico remunerado.

De otro lado, coincidieron en señalar la necesidad de que todas las organiza-ciones de trabajadoras del hogar se unifiquen y trabajen de manera coordinada para promover y exigir que el Estado peruano ratifique el Convenio 189 de la OIT Trabajo Decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, lo cual significará también la revisión concertada de la actual Ley de las trabajadoras del hogar.

Finalmente, destacaron la importancia de que la OIT continúe apoyando a este sector con asistencia técnica durante las reuniones que se desarrollen a futuro, a fin de que se sienten las bases para la elaboración de propuestas y estra-tegias que coadyuven con la mejora del acceso y la cobertura de la protección social para las trabajadoras del hogar en el Perú.

77Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Capítulo IIDéFICIT DEL TRABAJO DOMéSTICO EN LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR: ANÁLISIS CUANTITATIVO DE INFORMACIÓN RECOGIDA EN 11 REGIONES DEL PAÍS

2.1. Análisis cuantitativo de información recogida en 11 regiones del país

En este segundo capítulo se hace una breve explicación de quiénes son las traba-jadoras del hogar en el Perú. Según el CENSO Nacional realizado por el INEI en el 2007, de las 10´251,272 personas que formaban parte de la población ocupada, 322,765 eran trabajadores/as del hogar (3.15% de la masa laboral). De ese total, el 95% son mujeres y el 5% restante hombres110.

En el 2009111, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo indicó que 453,272 personas en el Perú eran trabajadoras del hogar, de las cuales el 95,9% son mujeres y 4.2% hombres. El 41% tenía entre 14 y 29 años, el 25.7% entre 30 y 44, y el 23% restante de 45 años a más. Estos datos revelaban que eran más mujeres las que trabajan remuneradamente realizando un trabajo para el buen funcionamiento de los hogares y el cuidado de sus integrantes.

A partir de un análisis cuantitativo de la información recogida en las princi-pales once ciudades principales del país, se presenta en este documento un nuevo perfil del sector de trabajadoras del hogar. Así, se encuentra que la mayoría son mujeres jóvenes de 14 a 29 años (67,8%), provenientes del interior del país, con estudios básico regular y hasta secundario (85; 4%), solteras (60,2%), jefas de hogar con uno/a y dos hijos/as a su cargo (68,1%). Así también se destaca que el peso de las trabajadoras jóvenes rurales no ha disminuido aunque su perfil educativo ha mejorado.

En suma, el trabajo doméstico remunerado sigue siendo una ocupación con alta proporción de mujeres migrantes provenientes de familias en situación de pobreza.

110 Según datos oficiales del INEI – Censos nacional 2007: IX de Población y VI de Vivienda.111 Base de datos del INEI actualizados al 27 de mayo del 2009. Fuente: MTPE – Encuesta Nacional de Ho-

gares sobre Condiciones de Vida y Pobreza 2004-2008.

78 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Cuadro Nº 5

Datos del Estudio

Este estudio revela también la subsistencia en la precariedad de los contratos, en las deficientes condiciones de trabajo, los bajos ingresos, el desconocimiento e incumplimiento de derechos laborales, la indefensión y la limitada organización, advirtiendo de esta manera sobre los graves déficits del trabajo decente en el trabajo doméstico remunerado.

La estructura de la encuesta sometida cuenta con diferentes apartados y los datos procesados arrojan los siguientes resultados en materia de empleo, protección social, derechos laborales y organización y diálogo social; lo que ayuda a identificar los déficits del Trabajo Decente de las trabajadoras del hogar por cada componente. Entre los principales indicadores destacan:

a. Características generales

A continuación se presentan los resultados de este estudio respecto a algunos elementos determinantes de la participación femenina en el segmento laboral del trabajo en el hogar. Así, además de información referida a su edad, escolaridad, estado civil y número de hijos e hijas, se presentan datos respecto al número de personas que comparten con ellas su vivienda y de aquellas que les demandan cuidado especial.

Lima y el Callao representa el 66,1% como el lugar de procedencia de las trabajadoras del hogar y se diferencia por su condición de ciudad más desarro-llada con una mayor presencia de familias de condición socioeconómica112 de mayores ingresos y que acceden a los servicios de las trabajadoras del hogar.

En tanto, del resto de regiones solo Arequipa y Cusco se ubican en la sierra siendo en su mayoría ciudades ubicadas en la costa del Perú.

Estadísticas Oficiales Datos Estudio

Población total : 453,272 Población Encuestada: 433

Sexo: Sexo: Mujeres 95,9% Mujeres 100% Hombres: 4,2% Hombres 0%

Edad: 14 - 29 años : 41% Edad: 14 - 29 años : 67,8%

(con estudios de secundaria en un 85,4% de los casos totales)

112 Según, la ficha técnica de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del INEI, es una forma de carac-terizar a la población en grupos sociales según las variables como: niveles educativos alcanzados del principal sostén del hogar, material predominante en los pisos de vivienda, número de personas que viven permanentemente en el hogar (sin incluir servicio doméstico), habitaciones exclusivas para dormir (inclu-yendo a las de servicio doméstico), equipamiento del hogar (teléfono fijo, computadora, refrigeradora/congeladora, lavadora y horno microondas.

79Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 7Perú: Distribución de trabajadoras del hogar según región de procedencia, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Analizando las procedencias de las trabajadoras del hogar por depar-tamentos del país, encontramos una relación similar con la distribución de la población censada departamental al 2007. Así, una de las características de esta distribución, es que los departamentos de Madre de Dios y Ucayali son los de más bajo nivel de procedencia, respecto a los departamentos de Áncash, Junín, Cajamarca, Cusco y Puno, que son los que aparecen como los espacios de proce-dencia por excelencia de las personas que, teniendo una condición socioeco-nómica baja y muy baja, migran a la ciudad para ofertar su mano de obra en la condición de trabajadoras del hogar.

Gráfico Nº 8Perú: Distribución de trabajadoras del hogar por departamento

según nivel de participación, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

66.10%

5.50%

5.20%4.50%

3.50%3.00%

3.50%3.50% 3.00% 2.20%

Lima y Callao Arequipa Trujillo Chiclayo CuzcoPiura Iquitos Chimbote Huancayo Tacna

15.9

8.06.7 6.5

4.5 4.2 3.7 3.6 3.6 3.93.2 3.2

2.2 1.7 1.0 0.7 0.7 0.7

Lim

aAn

cash

Juní

nLa

Libe

rtad

Caja

mar

caCu

sco

Lore

toAr

equi

paPi

ura

Puno

Lam

baye

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Amaz

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ucho

Huán

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sco

Apur

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San

Mar

tínUc

ayal

i

Ica

Tacn

aTu

mbe

sM

adre

deDi

os

4.75.7

5.06.0

4.7

0.3

80 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Un criterio de análisis de la población es su edad113. Así, el estudio revela que en esta categoría ocupacional la mayor participación la registran los/as jóvenes de 14 a 29 años (67,8%), adultos/as de 30 a 45 años (21,9%), de 46 a 55 años (9,0%) y solo el 1,3% son personas mayores a 56 años.

Gráfico Nº 9 Perú: Trabajadoras del hogar, según grupos de edad, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Como se puede apreciar en el Gráfico Nº 9, esta actividad demanda cada vez mano de obra joven, aunque ya para el 2006 el MIMDES señalaba en un estudio que 61% de ellas tenían entre 16 a 28 años114. Asimismo, se observa que las personas trabajadoras del hogar cambian de actividad con el paso de los años, ya sea por asumir compromisos de pareja, por la tenencia de hijos/as o motivadas por el desarrollo de una actividad económica distinta.

Según el ámbito geográfico, la mayoría de los y las trabajadoras del hogar provienen de zonas rurales (59,1%), aunque es importante el porcentaje (40,9%) de las que provienen de zonas urbanas, tal como se aprecia en el siguiente gráfico.

Gráfico Nº 10Perú: Trabajadoras del hogar, según ámbito geográfico, 2011 (Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

67.80%

21.90%

9.00% 1.30%

14 - 29 30 - 45 46 - 55 56 a más

0

10

20

30

40

50

60

Rural Urbano

59.1

40.9

Rural Urbano

113 Sauvy, A. Théorie Génerale de la Population, 1966.114 Vivanco, T.: Detrás del mandil: trabajadoras del hogar, víctimas del maltrato y hostigamiento sexual. MIM-

DES, 2006.

81Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Cabe destacar respecto a los datos presentados en el Gráfico Nº 10, que el común denominador entre ambos grupos es su condición de pobreza y pobreza extrema, situación que determina su participación en el mercado laboral como trabajadoras del hogar.

Al ser la condición económica de la trabajadora del hogar lo que motiva su incorporación al mercado laboral, ello tendrá consecuencias directas en la permanencia o no en sus lugares de origen al momento de emplearse. Así, tal como se puede apreciar en el cuadro siguiente no existiría similitud mayoritaria entre el lugar de procedencia de la persona empleada en ese sector, con respecto al lugar donde trabajan, pues la migración a las ciudades con mayores niveles de desarrollo forma parte de la estrategia revelada por las mujeres entrevistadas para superar su situación económica y la de sus familias.

Gráfico Nº 11Perú: Trabajadoras del hogar que actualmente viven en

la localidad donde nació, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del Perú

Elaboración: Propia

El Gráfico Nº 11 releva que el 70,4% no reside en el lugar de nacimiento y solo 29,6% residen en el lugar de nacimiento. De ahí que en el mercado de trabajo se puede distinguir de manera informal un perfil de las trabajadoras del hogar: mujer joven y provinciana.

Vinculado al tema de la pobreza se encuentra el acceso a la educación, que pese a ser derecho constitucional inherente a toda persona ciudadana, lo cierto es que aún resulta irrealizable para muchas de ellas, principalmente mujeres. Así, en el Gráfico Nº 12 se muestra los niveles educativos que revelan haber alcanzado las trabajadoras entrevistadas para esta investigación.

29.60%

70.40%

Sí No

82 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 12Perú: Trabajadoras del hogar según nivel educativo alcanzado, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Así, se encuentra que 95,4% de las encuestadas revelan haber alcanzado el nivel secundario, el 13,8% afirma tener estudios técnicos superiores incompletos y completos, y solo el 0,8% dice que ha cursado estudios universitarios completos.

Esta condición ayudaría a explicar por qué participan en esta modalidad de trabajo, aceptando salarios muy por debajo del mínimo legal y soportando condi-ciones precarias para el desarrollo de su actividad principal de trabajo.

Si combinamos alguna de las variables mencionadas tenemos lo siguiente:

2,6

10,5 10,3

27,5

34,5

10,3

3,50,8

Sin niv

el

Primar

ia inc

omplet

a

Primar

ia co

mplet

a

Secun

daria

incom

pleta

Técn

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pleta

Univer

sitar

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mplet

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Secun

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com

pleta

Trabajadoras del hogar por lugar de nacimiento según nivel educativo alcanzado, 2011

Hasta primaria Secundaria Superior Total

Costa 28.4 46.4 47.1 37.3 Sierra 57.4 43.6 52.9 51.0 Selva 14.2 10.1 0.0 11.8

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Trabajadoras del hogar por grupos de edad según nivel educativo alcanzado, 2011

Hasta primaria Secundaria Superior Total

14-29 65.0 72.1 52.9 67.7 30-45 26.6 17.9 11.8 22.1 46 a más 8.4 10.1 35.3 10.3

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Trabajadoras del hogar por lugar de nacimiento según grupos de edad, 2011

14-29 30-45 De 45 a más Total

Costa 39.7 28.4 39.0 37.2 Sierra 47.8 60.2 53.7 51.1 Selva 12.5 11.4 7.3 11.7

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

83Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Respecto al estado civil de las mujeres que participan en este segmento del mercado laboral, el 60,2% de las entrevistadas refirieron estar solteras, el 22,3% dijo estar conviviendo con su pareja, en tanto que solo 10,4% de las mujeres trabajadoras del hogar afirmó estar casada.

Gráfico Nº 13Perú: Trabajadoras del hogar según estado civil actual, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

En el Gráfico Nº 14 se presentan resultados respecto al número de hijos o hijas que las trabajadoras del hogar entrevistadas afirmaron tener.

60.2

10.4

22.3

0.36.3

0.5

Trabajadoras del hogar por grupos de edad según estado civil, 2011

Estado civil 14-29 30-45 De 46 a más Total

Soltera 71.7 30.7 34.2 58.9 Casada 1.5 22.7 41.5 10.2 Conviviente 20.2 33.0 9.8 22.0 Divorciada separada 4.8 10.2 9.8 6.5 Viuda 0.0 1.1 2.4 0.5 Resto 1.8 2.3 2.4 2.0

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

84 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 14Perú: Trabajadoras del hogar según número de hijos, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del Perú

Elaboración: Propia

Así, se observa que el 35,7% de las trabajadoras del hogar dijo tener un hijo, el 32,4% de ellas afirmó ser madre de dos hijos, mientras que el 15,4% reveló tener una familia de 4 a más hijos. El número de hijos significa una mayor presión social en la participación de las mujeres y a tolerar situaciones de precariedad de sus empleos.

Gráfico Nº 15Perú: Trabajadoras del hogar según número de personas con quienes

comparte vivienda, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

El número de personas, en promedio, con quienes comparten su vivienda las trabajadoras del hogar es un dato relevante respecto a las condiciones de vida que tienen y que buscan revertir, así como a la responsabilidad que asumen en su familia. Según el Gráfico Nº 15, el 26,4% de las mujeres entrevistadas comparten su vivienda con 4 personas frente al 10% de ellas que lo hacen con más de 6 personas.

35,732,4

16,5

8,4

2,7 3,3

0,5 0,5

1 2 3 4 5 6 7 8

6.1

9.6

15.1

26.4

18.7

7.26.7

3.51.1 1.9

0.5 0.8 1.3 0.80.3

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

85Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Esta distribución refleja una situación precaria, dado que significa cubrir las necesidades básicas (agua, luz, vestido y alimentos) y de la provisión de otros servicios públicos.

Gráfico Nº 16Perú: Trabajadoras del hogar según número de personas que requieren

cuidado especial en su vivienda, 2011 (Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

El Gráfico Nº 16 muestra que el 60,0% de las trabajadoras del hogar tienen en sus hogares personas que requieren cuidado especial, dato significativo si tomamos en cuenta que tradicionalmente una de las tareas de la mujer es el cuidado de las personas especiales, de los niños como de los adultos mayores. Este dato revela además que las mujeres son demandadas en el tiempo que podrían dedicarle a su propio cuidado o para asumir trabajos que le permiten acceder a más recursos monetarios y por tanto enfrentar de mejor manera los bajos ingresos en sus hogares.

Gráfico Nº 17

Perú: Trabajadoras del hogar según tareas frecuentes que realiza en el hogar, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

1 2 3 4

60.0

28.0

8.04.0

3.3 5.014.0 17.4 17.4 17.4

24.0 27.3 31.4 33.1 35.5

52.963.6

82.690.1

86 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Las cuatro tareas frecuentes que realizan las trabajadoras del hogar están vinculadas al aseo de la vivienda (90,1%), actividad culinaria (82,6%), compras para el hogar (63,6%) y cuidado de los niños (52,9%); de otra parte solo el 14,0% realiza cuidado de adultos mayores en sus centros laborales.

Solo en el caso del cuidado de los niños y niñas desarrollan algún vínculo más de trato y cuidado como parte de sus trabajos.

b. Empleo

En relación al empleo, se revela información referida a la edad de inicio de esta actividad laboral, condiciones en las que desarrolla su labor, niveles de remune-ración percibida, el impacto que sus ingresos tiene en el sostenimiento de sus familias, respecto a sus niveles de ahorro y acceso a créditos. También se recoge información respecto al desarrollo de actividades económicas adicionales, sobre los niveles de movilidad laboral que registran las mujeres, el acceso a fuentes de trabajo.

De otro lado, se muestran datos respecto a la formalidad contractual de las trabajadoras del hogar, la modalidad en la que prestan sus servicios y sobre el ejercicio de sus derechos al descanso, al pago de horas extras, a vacaciones, de acceso a la salud y pensiones, entre otra información relevante para perfilar la situación del empleo de las trabajadoras del hogar en el Perú.

Gráfico Nº 18Perú: Trabajadoras del hogar según edad de inicio en esta actividad, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

El 87,1% de las trabajadoras del hogar inician laboralmente esta actividad a partir de los 16 años. Un significativo y preocupante 12,9% reveló iniciarse en esta labor antes de los 16 años. Al respecto resulta pertinente anotar que la Población en Edad de Trabajar (PET) considera apta para desarrollar alguna actividad laboral de las personas desde los 14 años, siempre que ello no les signi-fique horas excesivas, trabajos forzosos o de alto riesgo.

12.9

87.1

Menores de 16 De 16 a más

87Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 19Perú: Trabajadoras del hogar según calificación de su ocupación principal, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Con el propósito de conocer cuál era la percepción que tenían las mujeres traba-jadoras sobre las condiciones en las que desarrollaban su labor, se les pidió calificar su trabajo. Así, el 54,4% de las encuestadas dijo que tenían un trabajo tranquilo, un 50,8% calificó a sus empleadores como buenos, un 46,7% dijo tener un trabajo muy cansado, el 38,7% manifestó que los ambientes donde desarrollaban su labor eran limpios, mientras que un 31,5% calificó de seguro a su lugar de trabajo.

Gráfico Nº 20Perú: Trabajadoras del hogar según tipo de pago recibido, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

En relación al tipo de pago más frecuente, el 86,7% dijo que era solo en dinero, un 11,3% dijo recibir su retribución en dinero y especie, solo en especie un 1,5% y un 0,5% dijo no recibir pago alguno por su trabajo. Llama la atención que ellas utilizan el medio de pago comúnmente utilizado, como es el efectivo, mas no formas de pago como depósitos en cuenta, transferencias bancarias, etc.

Es un trabajo tranquilo

Los empleadores son buenos

Es un trabajo muy cansado

Los ambientes son limpios

Es seguro

54.4

50.8

46.7

38.7

31.5

86.7

1.511.3 0.5

Sólo en dinero Sólo en especies En dinero y en especie No recibo un pago

88 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 21Perú: Trabajadoras del hogar según ingresos mensuales alcanzados, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

La encuesta permite evidenciar que en cuanto a los ingresos mensuales, las trabajadoras del hogar que logran pasar el sueldo mínimo apenas alcanza el 7,9%. Los ingresos que obtienen las mujeres entrevistadas se encuentran concentrados en dos rangos: entre S/. 401.00 a S/. 675.00 son el 40,4% y, entre S/. 251.00 a S/. 400,00 el 35,3%. Las de muy bajos ingresos (menos de S/. 250.00) representa el 16,4%.

En los últimos años ha crecido la participación de la mujer en el mercado de trabajo sobre todo en sectores de menores ingresos, siendo desventajosa su participación respecto a los hombres.

La literatura especializada refiere que además del nivel educativo, es la experiencia potencial la que explica la brecha salarial tanto en el sector público como el privado115.

Gráfico Nº 22Perú: Trabajadoras del hogar según proporción de contribución

o aporte de sus ingresos al hogar, 2011 (Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Menos de S/. 250

Entre S/. 251 y S/. 400

Entre S/. 401 y S/. 675

Más del sueldo mínimo

16.4

35.3

40.4

7.9

36.6

42.1

21.3

Sí, en su totalidad Sí, pero sólo una parte de los gastosNo, por el momento no aporto

115 Contreras, D. y Gallegos, S.: Descomposición de la desigualdad salarial en América Latina, CEPAL, 2007, p. 34.

89Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Frente a los bajos ingresos que perciben, el 36,6% dijo que aporta al soste-nimiento de su hogar con la totalidad de sus ingresos. Las que aportan parte de sus ingresos son 42,1% y solo el 31,3% no realiza aporte alguno al hogar.

Esta distribución de asignaciones al hogar también tiene relación con la edad de las trabajadoras, siendo en su mayoría las jóvenes las que destinan parte de sus ingresos en una canasta de consumo, a diferencia de lo que hacen las que tienen mayor edad o tienen hijos/as.

Gráfico Nº 23Perú: Trabajadoras del hogar según capacidad de ahorro, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

De las trabajadoras del hogar participantes de este estudio, solo el 20,3% manifestó tener capacidad de ahorro mensual, un 37,9% dijo hacerlo de modo más irregular (solo algunas veces), en tanto que más de la tercera parte de ellas (41,8%) afirmó que no les alcanzaba para ahorrar. De las que sí logran ahorrar, el porcentaje de ahorro es menor que otras mujeres que trabajan en sectores económicos diferentes.

Gráfico Nº 24Perú: Trabajadoras del hogar según formas de acceso al crédito

o préstamos, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Sí, todos los meses Sí, pero sólo en algunos meses

No, no me alcanza para ahorrar

20.3

37.941.8

73.1

8.61.1

1.13.2

12.9

Banco/Financiera EDYPIMEParroquia/Comunidad religiosa Asociación/Gremio sindicalPrestamista Otro

90 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

En el Perú el acceso al crédito puede darse de varias maneras. El gráfico anterior revela que 73,1% de las trabajadoras del hogar encuestadas han recurrido por algún préstamo a los bancos y/o financieras, 8,6% lo hizo a Edpymes y un 12,9% dijo hacerlo a otras fuentes. Preocupa el nivel de incidencia de este último grupo puesto que aquí se encontrarían las mujeres que recurren a préstamos a través de personas conocidas o familiares cuyo vínculo central de las transac-ciones es la confianza.

Los principales obstáculos al crédito están vinculados con los riesgos de no pago y el sistema de registros de las garantías, dado que la mayoría de las mujeres trabajadoras del hogar no poseen los suficientes activos que respalden su acreditación como sujeto a créditos ni tienen contratos laborales que les acredite un flujo permanente de ingresos deducibles.

El mercado de capitales, si bien se ha desarrollado en los últimos años, aún no ha madurado lo suficiente ni reducido los costos de transacción. Muchas de las trabajadoras del hogar que recurren a este financiamiento lo hacen motivadas por el emprendimiento de un negocio propio o cuando requieren suplir alguna necesidad urgente dentro de la familia. Sin embargo, al no encontrar respuesta suficiente en los bancos, ellas recurren a otras formas de crédito vinculadas a agentes intermediarios informales que lucran con tasas diarias, mensuales y condiciones de pago excesivas.

Gráfico Nº 25Perú: Trabajadoras del hogar según actividad adicional generadora de ingresos a

la principal, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

De las trabajadoras del hogar solo el 26,5% tiene otra actividad diferente de la principal como fuente de ingresos adicionales. La mayoría, el 73,5% dependen del trabajo doméstico únicamente.

26.5

73.6

Sí No

91Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 26Perú: Trabajadoras del hogar según movilidad ocupacional, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

La movilidad ocupacional se refiere a la disponibilidad del trabajador para cambiar de puesto de trabajo (movilidad funcional) o para trasladarse de una localidad a otra (movilidad geográfica). Este fenómeno laboral alcanza un 58,8% en las trabajadoras del hogar y poco menos de la mitad (41,2%) de ellas perma-necen en su misma actividad desde su inicio.

En cuanto a los canales de búsqueda de empleo, el mercado de trabajo como todo mercado requiere de información. Así, diversos autores116 han destacado la importancia de dotar de herramientas informativas a la población en edad de trabajar, pues la que se encuentra es incompleta e imprecisa. En ese sentido, han calificado la búsqueda de empleo como uno de los componentes de la teoría del capital humano.

Gráfico Nº 27Perú: Trabajadoras del hogar según canales de búsqueda de empleo, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

58.8

41.2

Sí No

67.7

19.7

10.2

3.7 3.20.2

Amigos(as), parientes o familiares

Periódico o avisos

Agencias privadas de empleo

Otros Internet Ministerio de Trabajo

116 Uribe, J. y Gómez, L.: Canales de búsqueda de empleo en mercado laboral colombiano, 2003, p. 3.

92 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

En el caso de las trabajadoras del hogar el canal más utilizado para la búsqueda de trabajo son los amigos(as), parientes o familiares (67,7%). En segundo lugar el periódico o avisos (19,7%), le sigue en importancia las agencias privadas de empleo (10,2%). Estos datos revelan que por ejemplo las bolsas de empleo del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo son una fuente casi nula de oferta de intermediación laboral117 para este sector laboral.

Gráfico Nº 28Perú: Trabajadoras del hogar según quién o quiénes administran

los ingresos en el hogar, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del Perú

Elaboración: Propia

Consultadas por la responsabilidad de administrar los ingresos obtenidos por su trabajo, las mujeres entrevistadas afirmaron ser ellas mismas en un 50,2%. Las que dijeron que sus ingresos son administrados por su madre o padre alcan-zaron el 28,6%, y un 11,4% lo hacía un familiar. Solo el 4,1% dijo confiar su dinero en el esposo o conviviente.

El componente central para determinar a la persona que administrará los ingresos es la confianza y habilidades para el buen uso del dinero en atención a las necesidades básicas de cada hogar.

117 Intermediación laboral, son las acciones que tienen por objeto facilitar el acceso a un empleo y que están comprendidas en una política de empleo.

93Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Cuadro Nº 6Perú: Trabajadoras del hogar según idea u opinión respecto a su trabajo, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Esta tabla representa la opinión que tienen ellas respecto a su trabajo como trabajadoras del hogar; allí encontramos desde opiniones favorables, ideas de trabajo en equipo entre las trabajadoras y miedos a perder su empleo.

La mayoría están vinculadas al reconocimiento de que les falta capacitación y/o conocimientos para migrar a otros trabajos, que el trabajo que desempeñan les demanda mucha responsabilidad, que es difícil para ellas dejar su trabajo

Alternativas múltiples

1. De haber sabido cómo iban a ser las cosas en mi trabajo, no hubiera entrado

2. Si pudiera cambiar de trabajo, con iguales ingresos, lo dejaría

3. No abandono este trabajo porque sé que es muy difícil conseguir otro

4. Me falta más capacitación y/o experiencia para conseguir un mejor trabajo

5. El lugar donde trabajo queda muy lejos de donde vivo

6. Mi trabajo es muy peligroso

7. La jornada laboral es muy extensa

8. Vivo temiendo perder mi trabajo

9. Mi trabajo es muy agotador

10. Me siento estresada mientras trabajo

11. Me siento como una “máquina” o un “robot” en mi trabajo

12. Mi trabajo es muy aburrido y rutinario

13. Mi trabajo exige muchísima responsabilidad de mi parte

14. Mi trabajo interfiere mucho con mi vida familiar y/o privada

15. Mis ingresos laborales están conformes con el esfuerzo que realizo

16. Me controlan mucho en mi trabajo

17. Dependo mucho de las órdenes de mi jefe(a)

18. He recibido maltratos en mi por parte de mi jefe(a)

19. Mi jefe(a) se preocupa por mí

20. Mi jefe(a) dialoga conmigo

21. Mi jefe(a) reconoce el aporte de mi trabajo

23. Mi trabajo me permite tener más independencia

24. Mi trabajo me permite conseguir amistades

25. En mi trabajo mis compañeras colaboran conmigo

Si

Más o No

menos

20,4 16,1 63,5

36,4 19,7 43,9

59,3 18,4 22,3

75,8 16,2 8,0

36,5 19,9 43,6

11,1 14,7 74,2

34,5 21,6 43,9

18,6 16,4 65,0

45,2 24,1 30,7

39,5 24,6 35,9

35,1 22,9 42,0

35,9 21,2 42,9

63,9 21,8 14,3

21,8 22,3 55,9

32,4 26,2 41,4

37,4 28,0 34,6

47,1 24,2 28,7

19,6 14,6 65,8

45,2 27,2 27,7

47,5 22,8 29,7

46,5 22,8 30,6

57,1 27,7 15,1

42,8 15,3 41,9

27,8 9,3 62,9

Opinión respecto a su trabajo

94 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

actual por la falta de oferta laboral. Así, también muchas de ellas creen que el trabajo que desempeñan no es muy peligroso, aunque revelan que su mayor preocupación es el estar expuestas al maltrato de sus empleadores.

Gráfico Nº 29Perú: Trabajadoras del hogar según contrato laboral, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Más de la mitad de las trabajadoras del hogar entrevistadas (64,8%) no cuentan con un contrato de trabajo frente a un 35,2% que dijo sí tenerlo.

Gráfico Nº 30Perú: Trabajadoras del hogar según tipo de contrato de trabajo, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Respecto al tipo de contrato que tienen, el 86,6% de las trabajadoras encues-tadas afirmó que este es de tipo verbal, en tanto que un 10,5% reveló tener uno por escrito (ver gráfico Nº 30). Esta situación clarifica de manera fehaciente la precariedad de los empleos de las trabajadoras del hogar, ya que del contrato laboral emanan los derechos laborales exigibles.

35.2

64.8

Sí No

95Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 31Perú: Trabajadoras del hogar según modalidad de trabajo, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

En relación a la modalidad en el trabajo en este segmento del mercado laboral no está muy diferenciada; según el gráfico Nº 32, trabajan cama adentro el 45,2% de las mujeres consultadas al respecto, mientras que un 54,8% dijo hacerlo en la modalidad cama afuera.

Gráfico Nº 32Perú: Trabajadoras del hogar según algunos servicios prestados a las que se

encuentran en la modalidad cama adentro, 2011 (Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Para conocer las condiciones en las que prestan el servicio de trabajadoras del hogar, en particular aquellas que laboran en la modalidad cama adentro, se les consultó sobre los servicios que reciben. Así, las que reciben alimentación en su centro de trabajo alcanzó al 54% de las entrevistadas, frente a un 48% que dijo tener cuarto propio, baño y ducha. Solo el 23% de ellas dijo recibir facilidades para realizar algún estudio. En promedio menos del 50% de las trabajadoras del hogar de este estudio afirmaron recibir los servicios básicos de sus empleadores.

Cama adentro Cama afuera

45.2

54.8

96 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 33Perú: Trabajadoras del hogar según número de días de trabajo a la semana, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Respecto al número de días de trabajo promedio de las trabajadoras del hogar se encontró que es de 4 días y alcanza al 64,9% de las trabajadoras del hogar consultadas. Otro rango representativo es de 5 a 7 días, que representa el 33,2%, mientras que solo el 1,9% dijo trabajar entre 1 a 3 días a la semana.

Gráfico Nº 34Perú: Trabajadoras del hogar que sí tienen descanso a la semana, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

El descanso a la semana está respaldado por las leyes que estipulan el descanso mínimo de 24 horas consecutivas con una remuneración equivalente a una jornada ordinaria. Este descanso es independiente de los días feriados no laborables.

1.9

33.2

64.9

De 1 a 3 días De 5 a 7 días 4 días

85.6%

14.4%

Sí No

97Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Cerca del 86% de las trabajadoras del hogar tienen un día de descanso y un porcentaje preocupante 14,4% no tienen descanso lo cual es inconcebible para este tiempo.

Gráfico Nº 35Perú: Trabajadoras del hogar según horas de trabajo (extras/feriados), 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Se dice que las horas extras o trabajo en feriados es correspondido con ingresos adicionales, sin embargo las trabajadoras encuestadas revelaron en un 25,6% que siempre lo realizan pero de ellas solo el 37,2% (ver gráfico Nº 36) recibieron alguna compensación. En tanto, el 46,3% manifestaron que algunas veces realizan horas extras o trabajan en feriados, frente a un 28,1% que dijo no haberlo hecho.

La decisión de realizar horas extras o feriado puede que sea por voluntad propia (búsqueda de mayores ingresos) o por coerción de los empleadores; esta explicación merece atención especial en las políticas públicas de empleo, como de las instituciones promotoras de derechos fundamentales del trabajador/a.

Gráfico Nº 36Perú: Trabajadoras del hogar que reciben alguna compensación por horas extras

de trabajo o feriados, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

37.2

62.8

Sí No

98 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

El derecho incumplido sobre la remuneración por las horas extras y/o feriados en el caso de las trabajadoras del hogar entrevistadas alcanza al 62,8% de ellas, quienes dijeron que no perciben dicha compensación frente a un 37,2% de ellas que dijo que sí se les hacía efectivo este derecho.

Gráfico Nº 37Perú: Trabajadoras del hogar que han tenido alguna vez

vacaciones y CTS pagadas, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

En cuanto al derecho de vacaciones y compensación por tiempo de trabajo (CTS) pagadas en las trabajadoras del hogar que gozan de estos derechos, repre-sentan solo 3,4% y 3,5% respectivamente. En tanto, el 96,6% y 96,5% afirmó no haber sido correspondidas con sus derechos por su trabajo.

Gráfico Nº 38Perú: Trabajadoras del hogar que está o estuvo alguna vez en planilla, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Sí remun. × vac. No remun. × vac. Sí recibió CTS No recibió CTS

8.1

91.9

Sí No

99Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

La trayectoria laboral es el recorrido en las distintas etapas que vive el individuo después de finalizar su formación e insertarse en el mercado laboral. (Buontempo, 2000) menciona que la vida de los individuos transcurre en el tiempo histórico y el espacio social donde se enfrente cotidianamente a cierta recon-versión o reproducción de su capital natural (su fuerza laboral). De otra parte, (Boado, 1996) en estas trayectorias se pueden recuperar el bagaje de saberes, habilidades y destrezas adquiridas por la experiencia118.

De ahí, la importancia de conocer y de explorar la trayectoria laboral de las trabajadoras del hogar. Así, un 91,9% afirmó no estar ni haber estado en planilla, lo que nos dice que ellas se desarrollan en una total precariedad. Solo el 8,1% dijo estar o haber estado en esta modalidad de contratación. En este sentido, resulta necesario estudiar de manera sostenida la trayectoria de este grupo laboral, pues nos permitiría conocer el impacto de la formación y capacitación que pueda tener este sector.

Gráfico Nº 39Perú: Trabajadoras del hogar con gratificaciones

de Fiestas Patrias y Navidad, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del Perú

Elaboración: Propia

En el Perú, se tiene un calendario de feriados, de los cuales los más desta-cados y por lo tanto más exigidos por la mayoría de la fuerza laboral es “fiestas patrias” 28 de julio y “navidad” 25 de diciembre. Pero en estas fechas significa-tivas las trabajadoras del hogar continúan sus labores. Así lo revela el 84,9% de ellas que dijo trabajar en esas fechas sin recibir remuneración adicional, en tanto que un 15,1% dijo también trabajar en esos días aunque recibiendo remuneración adicional a cambio. Esta realidad hace que muchas de ellas dejen de cultivar la unidad familiar en estas fechas significativas en la vida nacional.

15.1%

84.9%

Sí No

118 Allendez, P. y Nayar, L.: Mercado de trabajo, capacitación continua y trayectoria laboral, Argentina, 2009, p. 6.

100 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Combinando alguna de las variables anteriores, tenemos:

c. Salud y Protección Social

La situación de la salud y la protección social que reciben las mujeres trabaja-doras del hogar resulta un dato relevante para evaluar la condiciones en las que ellas desarrollan sus actividades económicas y el impacto que éstas tienen en la satisfacción de sus necesidades básicas y elementales.

Trabajadoras del hogar por tiempo de contrato según grupos de edad, 2011

14-29 30-45 De 46 a más Total

0 a 3 5.5 0.0 4.9 4.24 a 6 4.0 3.4 7.3 4.27 a 12 4.8 5.7 7.3 5.213 a 24 1.5 4.6 7.3 5.225 a 36 0.4 2.3 0.0 0.8Indefinido 11.4 12.5 24.4 13.0Siempre 0.4 0.0 0.0 0.3Eventual 0.0 2.3 0.0 0.5Resto 72.1 69.3 51.2 69.3

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Perú: Trabajadoras del hogar por grupos de edad según ingresos mensuales alcanzados, 2011

14-29 30-45 De 46 a más Total

Menos de S/. 250 15.65 12.64 26.83 16.15 Entre S/. 251 y S/. 400 37.79 31.03 29.27 35.38 Entre S/. 401 y S/. 675 41.6 40.23 34.15 40.51 Más del sueldo mínimo 4.96 16.09 9.76 7.95

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Perú: Trabajadoras del hogar por modalidad de trabajo según horas al día trabajadas, 2011

Horas/día Cama adentro Cama fuera Total

1 a 10 0.3 0.7 0.5 11 a 15 0.5 0.3 0.4 16 a 24 0.2 0.0 0.1

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

101Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 40Perú: Trabajadoras del hogar según lugar donde se atiende cuando se enferma, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

El centro de mayor recurrencia en caso de enfermarse viene a ser un hospital público o posta médica (52,7%), seguido por un hospital de la solidaridad (18,4%) y de EsSalud (8,6%). Solo un 7,8% recurre a una farmacia o botica, un 3,5% dijo que se cura con hierbas 3,5% y un 2,2% dijo hacerlo en una clínica privada.

Gráfico Nº 41Perú: Trabajadoras del hogar según posibles causas de enfermedad, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Consultadas sobre si les aqueja alguna enfermedad, un 12,9% de las traba-jadoras del hogar afirmó tener alguna enfermedad. Respecto a las causas más recurrentes a las que les atribuyen sus dolencias, el 13,8% de ellas dijo que éstas guardan relación con su trabajo actual y el 66,3% que no tienen relación con su trabajo; en tanto que, el 20,0% dijo no distinguir con claridad el factor causal de su enfermedad.

Sí está enferma No está enferma

La enfermedad tiene relación con el trabajo

No tiene relación con el

trabajo

Puede ser

12.9

87.1

13.8

66.3

20.0

102 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 42Perú: Trabajadoras del hogar que se han enfermado o accidentado

en su trabajo, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Otro dato relevante respecto a la salud de las trabajadoras del hogar es el referido a aquellas que han adquirido una enfermedad o sufrido un accidente en su trabajo. Así, cerca del 20% de las trabajadoras del hogar entrevistadas dijeron haber sufrido alguna de estas ocurrencias mientras estaba en su trabajo, mientras que el 80,9% afirmó lo contrario.

Gráfico Nº 43Perú: Trabajadoras del hogar según consecuencia de la enfermedad, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Las consecuencias más relevantes ante las enfermedades y/o accidentes de trabajo para las trabajadoras del hogar ha sido el descanso médico (40%), el descanso médico por pocos días (31,4%), han continuado trabajando estando enfermas y/o con algún accidente (27,2%) y, solo 1,4% fueron despedidas como consecuencia de esta contingencia. Si bien el porcentaje de despedidas es muy

19.1

80.9

Sí No

103Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

bajo, ello no implica que se considere como un trabajo de calidad media, pues cerca del 30% de las mujeres trabajan a pesar de alguna enfermedad o accidente.

Gráfico Nº 44Perú: Trabajadoras del hogar que sus empleadores le afiliaron a salud y pensión, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

El Gráfico Nº 44 muestra la iniciativa de los empleadores en brindarles seguro y pensión a las trabajadoras del hogar, la cual es preocupantemente baja. Así, solo el 5,1% otorga una pensión a las trabajadoras del hogar, mientras que el 5,9% les da un seguro de salud. Este cuadro grafica la gran precariedad en la que vienen participando en el mercado laboral peruano, las mujeres trabajadoras del hogar.

Gráfico Nº 45Perú: Trabajadoras del hogar según tipo de cobertura de salud, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

No, pensión

Sí, pensión

No, seguro social

Sí, seguro social

94.9

5.1

94.1

5.9

104 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Del 5,9% de trabajadoras con seguro de salud, tal como lo muestra el Gráfico Nº 44, solo el 1,1% tienen cobertura de un seguro privado, el 16,5% lo recibe a través del Sistema Integral de Salud (SIS) y el 8,3% lo obtiene de EsSalud. En tanto el 74,1% no tiene cobertura del servicio de salud. Esta infor-mación es reveladora si la comparamos con las cifras nacionales de cobertura de salud para el 2010, que alcanzaron el 61,8%, de las cuales 36% corresponden al SIS, el 20,3% a EsSalud y el 5,4% a seguros privados119.

Gráfico Nº 46Perú: Trabajadoras del hogar que tienen algún seguro, según sistema

de afiliación, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Respecto al 5,9% que poseen alguna afiliación en materia previsional, se tiene que el porcentaje es compartido entre el sistema privado y público, los cuales afilian al 50% respectivamente, del bajo porcentaje de trabajadoras del hogar que reportaron tenerlos.

La formación de expectativas es abordada desde la economía como desde la psicología. Distintos especialistas concuerdan en señalar que las expecta-tivas económicas constituyen una predicción informada de hechos futuros, en tanto que en la concepción psicológica es un cuadro de variables120 que definen a las expectativas como un proceso de elección selectiva a partir de situaciones anteriores.

0.50.5

ONP AFP

119 INEI-Indicadores demográficos, sociales y económicos, setiembre 2010.120 Dentro de la teoría motivacional de Juan Rotter.

105Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 47Perú: Trabajadoras del hogar según expectativas de futuro cercano, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del Perú

Elaboración: Propia

Consultadas sobre expectativas de futuro cercano, las trabajadoras del hogar como toda persona, muestran sus diversas expectativas. Así un 34,7% desea tener un negocio propio, el 19,5% aspira prepararse en una carrera técnica, el 15,5% desempeñarse como profesional, mientras que un 4,5% espera superarse en el extranjero.

Gráfico Nº 48

Perú: Trabajadoras del hogar según razones que limitan su acceso a la ONP y AFP, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Las mujeres encuestadas identificaron entre las razones que limitan su acceso a la cobertura de pensiones (ONP y AFP) el desconocimiento de su derecho

106 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(70,3%), la edad (10,3%) y al porcentaje del aporte (5,9%). Este resultado destaca la importancia de que las trabajadoras del hogar reciban información respecto a sus derechos fundamentales y a los procedimientos y mecanismos con los que cuenta para expresar sus reclamos debidamente justificados.

Gráfico Nº 49Perú: Trabajadoras del hogar según conocimiento de cobertura

de las afiliaciones, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

El gráfico anterior nos reveló que el 70,3% de las trabajadoras entrevistadas desconocían sus derechos a la pensión. Sin embargo, respecto a aquellas que sí manifestaron conocerlos, se obtuvo información respecto a su nivel de conoci-miento de la cobertura de salud y previsión que tienen. Así, se encuentra que existe una mayor concentración en las atenciones en salud y medicinas, frente a los otros servicios a los que tienen derecho. En tanto, 10 casos dijeron desco-nocer los servicios a los que tienen derecho y por tanto no utilizan los servicios a los que tienen acceso por reconocimiento de sus empleadores.

Combinando alguna de las variables anteriores tenemos:

107Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

d. Derechos laborales

En esta sección se presentan los hallazgos respecto al nivel de conocimiento de sus derechos laborales por parte de las trabajadoras de este sector, sobre su capacidad de organización, respecto a si han sufrido violación a sus derechos laborales, entre otros aspectos relevantes a este tema.

Trabajadoras del hogar por capacidad de aporte según participación en el sostenimiento de los gastos del hogar, 2011

Sí, pero solo una No, por el Sí, en su parte de los momento no Total totalidad gastos aporto

Menos de S/. 250 19.86 9.76 24.39 16.54

Entre S/. 251 y S/. 400 26.95 34.15 53.66 35.66

Entre S/, 401 y S/. 675 41.84 47.56 20.73 39.79

Más del sueldo mínimo 11.35 8.54 1.22 8.01

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Perú: Trabajadoras del hogar por capacidad de ahorro según niveles de ingreso, 2011

Si, pero Si, todos los solo en No, no me meses algunos alcanza para Total meses ahorrar

Menos de S/. 250 15.4 11.0 20.6 15.9Entre S/. 251 y S/. 400 25.6 33.6 42.5 35.7Entre S/. 401 y S/. 675 46.2 46.6 32.5 40.6Más del sueldo mínimo 12.8 8.9 4.4 7.8

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

108 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 50Perú: Trabajadoras del hogar según conocimiento de sus derechos

amparados por la OIT, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del Perú

Elaboración: Propia

El desconocimiento de sus derechos fundamentales constituye uno de los factores determinantes en el empleo precario. Al respecto el economista George Akerlof señala que existe una relación entre el desconocimiento (asimetría de información) y la precariedad del empleo (condiciones y salarios).

Las trabajadoras del hogar encuestadas manifestaron conocer mayoritaria-mente (92,4%) la Ley de los y las trabajadoras del hogar (Ley Nº 27986) y el resto de leyes, reglamentos y convenios. Sin embargo, un 5% dijo no estar familia-rizada con los instrumentos jurídicos referidos a su actividad laboral.

Gráfico Nº 51Perú: Trabajadoras del hogar según registro de trabajadoras del hogar, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

8.7

91.3

Sí No

109Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Otro de los problemas latentes en las trabajadoras del hogar, es la poca asociatividad o disposición de sindicalizarse de este sector. Así, de acuerdo a la encuesta aplicada, las que se encuentran agrupadas en un sindicato o central de trabajadores/as suman apenas el 8,7%, las cuales se encuentran en los Registros de Empleadores de Trabajadores del Hogar (RETH)121, mientras que un preocu-pante 91,3% no lo están.

Gráfico Nº 52Perú: Trabajadoras del hogar que hayan sido discriminadas en su

centro laboral, 2011 (Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Respecto a la situación de discriminación en las trabajadoras del hogar, el 32,7% manifestó haber sido objeto de discriminación, 66,4% por el contrario dijo no haberlo sido y, menos del 1,0% explicó que a veces. Cerca de la tercera parte de las trabajadoras del hogar son víctimas de alguna forma de discriminación cuyas razones y causas se mostrarán en el siguiente gráfico.

Gráfico Nº 53Perú: Trabajadoras del hogar según razones de discriminación, 2011 (Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Raza/Etnia

Origen geográfico

Género

Creencias religiosas

Maternidad

Otros

Afiliación sindical

Idioma materno

54.8

35.5

19.4

9.7

6.5

3.2

3.2

3.2

121 RETH-de acuerdo a la SUNAT, este registro es para inscribir a los familiares del trabajador del hogar a fin de que puedan acceder a las prestaciones que ESSALUD brinda y son: el/la conyugue o concubino(a), el/la hijo/a menor de edad o al mayor de edad incapacitado parcial o total para el trabajo, la madre gestante con respecto al hijo concebido mientras dure el periodo de gestación. A todos ellos se les conoce como derechohabientes y a su vez no son considerados como asegurados regulares.

110 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Así, la causa principal de discriminación sufrida por las trabajadoras consul-tadas están vinculadas a su raza/etnia (54,8%), el 35,5% a su origen geográfico o del lugar de procedencia, ya que en su mayoría provienen de la sierra y selva, 19,4% dijo que sufrió discriminación por su género, el 9,7% por su creencia religiosa y el 6,5% por su maternidad. En tanto, un 3,2% dijo haber padecido discriminación por pertenecer a una organización sindical y un porcentaje similar por su idioma. Esta gráfica representa con mucha nitidez aspectos de discri-minación e intolerancias de convivencia entre diferentes en nuestra sociedad peruana, lo cual revela que hay un problema profundo que abordar.

Gráfico Nº 54Perú: Trabajadoras del hogar según actividad realizada al final de su jornada de

trabajo, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Cerca de la mitad de las trabajadoras del hogar (49,6%) dijo regresar a su casa luego de culminar su jornada laboral, el 11,5% manifestó irse a estudiar, el 8,8% visitar a alguien y el 3,5% afirmó trabajar en otro lugar.

La disposición del tiempo de las personas está vinculada a la rentabilidad no solo económica sino de calidad de vida. Así no todos ofertan su mayor disponibi-lidad al trabajo sino también ocio y esparcimiento que son acciones que comple-mentan la vida.

111Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 55Perú: Trabajadoras del hogar que en los últimos 5 años han sido despedidas, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

En cuanto a las mujeres trabajadoras del hogar que han sido despedidas en los últimos cinco años, éstas solo alcanzan el 10,1%, frente a un 89,9% que dijo no haber pasado por esta situación. Este indicador nos permite conocer más adelante las causales de despido en ellas.

Gráfico Nº 56Perú: Trabajadoras del hogar según tiempo de comunicación de despidos, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

La norma estima que deben ser 15 días de anticipación para el caso de despidos y las variantes dependen del tipo de vinculación con sus empleadores y tiempo de servicios; pero en el caso de las trabajadoras del hogar que manifes-taron haber sido despedidas, solo el 12,2% dijeron haber sido notificadas en ese

10.1

89.9

Sí No

112 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

lapso de tiempo, mientras que cerca de la mitad (48,8%) recibieron el aviso en menos de una semana y al 15% restante no le avisaron.

Combinando alguna de las variables anteriores tenemos:

Trabajadoras del hogar por grupos de edad según conocimiento de las normas, leyes y convenios internacionales de trabajo, 2011

14-29 30-45 De 46 a más Total

Ley de los(as) trabajadores del hogar 92.7 95.7 84.6 92.4

Reglamento de las/os trabajadores del hogar 2.4 0.0 0.0 1.7

Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo 1.2 4.4 7.7 2.5

Convenios OIT 3.7 0.0 7.7 3.4

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Trabajadoras del hogar por grupos de edad según percepción de la defensa de los derechos laborales del sindicato a la que pertenecen, 2011

Sí, brinda No, brinda Total

14-29 36.4 54.8 47.2 30-45 22.7 22.6 22.6 De 46 a más 40.9 22.6 30.2

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Perú: Trabajadoras del hogar con contratos firmados según nivel de protección social, 2011

Sin Algún Ambos beneficio beneficio beneficios Total

Sí 32.9 25.0 88.0 35.2 No 67.1 75.0 12.0 64.8

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Perú: Trabajadoras del hogar por grupos de edad según nivel beneficio social recibido, 2011

Sin Algún Ambos beneficio beneficio beneficios Total

14-29 71.9 50.7 65.4 67.8 30-45 18.0 36.2 30.8 22.0 46 a más 10.1 13.0 3.9 10.2

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

113Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 57Perú: Trabajadoras del hogar que hayan sido despedidas e indemnizadas por no

ser notificada con 15 días de anticipación, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Frente al caso de no haber sido notificado oportunamente en referencia a los despidos solo el 15,8% de ellas dijo haber sido indemnizada y el 84,2% restante por el contrario no recibió indemnización alguna.

Gráfico Nº 58Perú: Trabajadoras del hogar según causas de despidos, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

De acuerdo a las causales de despido, lo que se evidencia mayoritariamente es la renuncia voluntaria (95,3%), frente al tema del acoso (1,7%). Dentro de esta mayoría renunciante se identifica el no tener contrato escrito, las condiciones de trabajo, el no reconocimiento de sus feriados y horas extras, como las principales motivaciones que las lleva a concluir la relación laboral.

15.8

84.2

Sí No

114 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 59Perú: Trabajadoras del hogar según ocasión de acoso sexual, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Respecto al acoso sexual, el 14,3% revela haber sido objeto de acoso sexual, en tanto el 85,7% revela no haberlo padecido. Este 14% escondería las omisiones voluntarias de las entrevistadas a revelar esta situación por miedo o discriminación.

Gráfico Nº 60Perú: Trabajadoras del hogar según procedencia del acoso, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Algunos estudios refieren que el acoso proviene de alguien cercano; así, en el caso de las trabajadoras del hogar éste proviene desde el lado del empleador (amigo, familiar, otro) con 55,8%, del empleador según el 28,8% de las entrevis-tadas, de un compañero de trabajo en 5,8% y de otra persona según el 9,6%.

14.3

85.7Sí No

115Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 61Perú: Trabajadoras del hogar según las acciones frente a un hecho

de acoso sexual, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Las acciones realizadas por las trabajadoras del hogar frente al acoso sexual van desde: comentar a sus empleadores (38%), no decir nada por miedo a represalias y/o perder su empleo (36%), renunciar (28%) y de denunciar ante una autoridad (6%).

Gráfico Nº 62Perú: Trabajadoras del hogar según las respuestas recibidas ante las acciones

realizadas frente al acoso sexual, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

116 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

De las que lograron denunciar a su agresor y le comentaron a sus emplea-dores, al 76,9% no les hicieron caso, en un 7,7% de los casos el acosador fue sancionado pero sigue trabajando en el mismo centro de trabajo de la agredida, el acosador fue sancionado pero sigue trabajando aunque ya no en el centro de trabajo de la agredida 11,6% y solo el 3,8% de los acosadores fueron encarce-lados y/o tienen un proceso legal por acoso.

Estas cifras muestran una cruda realidad por la que vienen pasando las y los trabajadores del hogar, donde el silencio ante el despido o la marginación cobran mayor peso dado que no se encuentra la respuesta oportuna frente a hechos que atentan con la integridad de la trabajadora.

e. Organización y diálogo social

Los niveles de participación y organización de las mujeres tienen claros efectos en su capacidad de defender el ejercicio pleno de sus derechos laborales.

Gráfico Nº 63Perú: Trabajadoras del hogar según situación de pertenencia y participación

en una organización, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

De las mujeres entrevistadas para este estudio, el 85,2% reveló no participar en ninguna organización y, si bien un 14,8% dijo sí hacerlo, apenas un 34,5% ocupan algún cargo frente a un 65,5% que no se vincula o compromete en cargos.

Estas cifras revelan la débil participación femenina en las organizaciones de la sociedad civil, perdiendo con ello la oportunidad de hacerse escuchar o de ser representadas en alguna de sus necesidades básicas personales.

117Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 64Perú: Trabajadoras del hogar según tipo de organización que pertenece, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

La participación social, es uno de los elementos que potencia la formación del capital social. En el caso de las trabajadoras del hogar el 30,0% lo hace en un sindicato, el 31,0% en comités de vaso de leche, un 24,0% en parroquias o iglesias, el 10,0% en asociaciones de padres de familia y solo el 5,0% en asocia-ciones de trabajadoras del hogar. Ello muestra su baja sensibilización respecto a la importancia de asociarse y de participar.

Gráfico Nº 65Perú: Trabajadoras del hogar según organizaciones en las que ocupan cargo, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Las organizaciones de la sociedad civil donde las trabajadoras del hogar ocupan un cargo son: sindicatos en un 31,3%, en comités de vaso de leche en

118 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

12,5% y en parroquias y comedores populares en promedio en 6%. Sin embargo, en todas las categorías de análisis se refuerza la poca participación de las mujeres.

Gráfico Nº 66Perú: Trabajadoras del hogar según de nivel de asociación a una central, 2011

(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

De las mujeres trabajadoras del hogar que se encuentran afiliadas a un sindicato u organizaciones de la sociedad civil, el 42,9% está afiliada a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el 7,1% a la Confederación General de Trabaja-dores del Perú (CGTP), mientras que un 50% de ellas manifiestan no saber y/o no están afiliadas a ninguna central.

Gráfico Nº 67Perú: Trabajadoras del hogar según logro de una huelga o protesta

con su sindicato, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

119Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Respecto al logro de las acciones de protesta o huelga realizadas con su sindicato, un 27,3% de las mujeres entrevistadas dijeron haber logrado resultados positivos, mientras que no obtuvieron resultados favorables un 27,3% y 45,4% refirieron no haber participado de alguna huelga o protesta por sus derechos laborales o sociales.

Gráfico Nº 68Perú: Trabajadoras del hogar según conocimiento de alguna negociación

o acción que realiza el sindicato o central en favor de ellas, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

A las mujeres que manifestaron estar afiliadas a algún sindicato o central de trabajadores y que conocen de alguna acción que realiza su institución en favor de ellas, el 13,0% estima que su institución logró resultados positivos, 13,1% afirmó que no hubo logros favorables para ellas y 73,9% desconoce de alguna acción que esté realizando su agremiación. Este último dato está relacionado con la escasa participación de las trabajadoras del hogar en sindicatos u organizaciones.

120 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 69Perú: Trabajadoras del hogar según participación activa en sindicatos,

despidos y discriminación, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

En cuanto a las percepciones de la participación de las mujeres en los sindi-catos 73,9% considera que la mujer viene participando en estas organizaciones y el 26,1% considera que no es visible la participación de la mujer.

Respecto a la sindicalización como causal de despido, el 17,4% de las trabajadoras del hogar dijo haberse visto afectada por ello, mientras que el 82,6% explicó que su condición sindicalizada no ha sido motivo de despido por parte de sus empleadores.

De otro lado, el 21,7% de las entrevistadas sindicalizadas refirió que esta condición motiva alguna discriminación en el trabajo, en tanto que el 78,3% manifiesta que esta característica no se vincula con la discriminación de la que han sido objeto.

No percibe la participación activa de la mujer en el sindicato

Sí percibe la participación activa de la mujer en el sindicato

No fue despedida por pertenecer a un sindicato

Sí fue despedida por pertenecer a un sindicato

No ha sido discriminada, acosada o amenazada por pertenercer a un sindicato

Sí ha sido discriminada, acosada o amenazada por pertenecer a un sindicato

26.1

73.9

82.6

17.4

78.3

21.7

121Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Gráfico Nº 70Perú: Trabajadoras del hogar según percepción de los servicios que

brindan los sindicatos y centrales sindicales, 2011(Porcentaje)

Fuente: CIF/OIT-Encuesta de trabajadoras del hogar en principales ciudades del PerúElaboración: Propia

Finalmente, a la luz de los resultados alcanzados en el estudio se evidencia que los sindicatos y centrales sindicales no están respondiendo a las expecta-tivas de los trabajadores y las trabajadoras. La principal expectativa se concentra en los servicios de capacitación y educación que les brindan, seguido del que desea recibir en la búsqueda de trabajo. Esta última demanda, a pesar de que no guarda relación con los canales de búsqueda de empleo, es un implícito de exigencia a las juntas directivas de estas organizaciones.

Capa

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Ases

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Trab

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unal

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bien

com

ún

67.9

43.4 41.530.8 34.0 29.6 29.6 27.8

5.7 5.7

31.532.1

56.6 58.569.2 66.0 70.4 70.4 72.2

94.3 94.3

68.5

Sí brinda No brinda

122 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

123Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

3.1. Análisis cualitativo de las percepciones, discursos y perspectivas de las mujeres

En el tercer capítulo se presenta a través de descripciones etnográficas y trozos de declaraciones anamnésicas, las voces de las protagonistas que, desde sus perspectivas e imaginarios, hacen un análisis de la protección social y concluyen en un conjunto de iniciativas y propuestas que buscan revertir las falencias evidenciadas.

“Yo en mi trabajo, lavo, plancho, cocino. Vivo con el señor y la señora y su hija de 17 años. Me levanto a las 6 de la mañana, primero hago toda limpieza adentro y después me pongo hacer avena, leche y después el desayuno. Luego empiezo a cocinar y lavar, a las 3 sigo avanzando y luego voy a mi cuarto a descansar… eso es lo que hago”.

LILIANA, TRABAJADORA DEL HOGAR DE CHICLAYO

Para una mejor presentación de las percepciones de las mujeres respecto a la protección social y el trabajo doméstico, se ha organizado su presentación a partir de ocho temáticas que se relacionan y complementan.

a. Conocimiento sobre las formas de la seguridad y protección social

En líneas generales el manejo del tema de la protección social/seguridad social se encuentra bastante polarizado. Se puede identificar trabajadoras del hogar muy sensibilizadas con el tema de la protección social, las cuales consideran importante la idea de protección, la que asocian a la obligación del Estado y a la igualdad de oportunidades que consideran que como trabajadoras del hogar es necesario que tengan.

Capítulo IIIEL IMAGINARIO DE LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR RESPECTO A LA PROTECCIÓN SOCIAL Y AL TRABAJO DOMéSTICO: ANÁLISIS CUALITATIVO DE LAS PERCEPCIONES, DISCURSOS y PERSPECTIVAS DE LAS MuJERES

124 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

“La primera palabra que se me vino fue respaldo del Estado de las leyes hacia mí ¿no? Como persona, primero, es el sueldo porque es vital, segundo, es no sentirme vulnerable y que no violenten mis derechos, de aquello que me corresponde: alimentación, vestido, vivienda y sobre todo que no se vulnere la participación de las mujeres trabajadoras del hogar”.

MARISOL DE AREQUIPA

Así, también se identifican a mujeres que no tienen mucha idea del tema, que recién están tomando conocimiento y aprendiendo al respecto. Algunas hacen referencia a definiciones básicas, desarrolladas desde su cotidiano. Ello por la poca difusión que entre las trabajadoras del hogar hay sobre el tema y que repercute negativamente en sus posibilidades de demandar mejores condiciones de trabajo.

Por el contrario, el conocimiento y difusión de estos temas trae consigo la construcción de otro escenario, en el cual las trabajadoras del hogar pueden trabajar, con conocimiento de causa, en mejorar sus condiciones de vida.

“Puede ser cuando salgas a tu calle, serenazgo te protege o en tu trabajo cuando te quieren hacer algo tú necesitas protección... que no abusen de uno”.

ELENA DE PIURA

“La protección social es que no abusen de uno, a veces los patrones abusan porque nosotras no sabemos nuestros derechos y como tenemos necesi-dades salimos a buscar el sustento, por eso debemos aguantar”.

CARLOTA DE TRUJILLO

“… es que nos cuidemos, que cuidemos a nuestros niños, a nuestra familia, a nuestros amigos. Sentirnos seguras una misma, porque a veces nos sentimos inseguras, hay que sentirnos seguras de lo que uno está haciendo”.

MARÍA ELENA DE CHIMBOTE

“Es importante para sentirnos protegidos, seguros y así para que haya más desarrollo para la misma familia para la sociedad en general, para que haya una seguridad, una confianza para eso sería necesario la protección social”.

LEONARDA DE CUSCO

125Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Cuando se les pregunta acerca de los tipos de protección social o cómo definirían al seguro social, se identifican casos de un manejo poco claro de una definición, aunque lo asocian a expresiones del día a día:

“¿tipos de protección? será el seguro: EsSalud”; “es ese que te atiende cuando pagas”.

Expresiones como estas nos llevan a inferir que las mujeres asocian la protección en salud y por la que se debe pagar. Es recurrente en ellas la incer-tidumbre en torno a la no disponibilidad mensual de dinero para este fin, pues consideran que su sueldo es insuficiente para cubrir estos gastos, es decir, que no está entre sus prioridades el pago del seguro social. No obstante, sí reconocen su importancia, pues refieren que si sus sueldos fuesen mejores y se incremen-taran, entonces sí pagarían su seguro de modo que cuando sean adultas mayores puedan percibir la retribución del Estado por sus aportes.

“El Seguro de salud es cuando una se enferma y te apoyan en medicina sobre todo y en hospitalización. Por ejemplo cuando nuestros niños se enferman, que es a cada rato. Pero si no tienes para aportar, no puedes atenderte”.

HILDA DE TACNA

“La protección social es que nos apoyen pero sin pedirnos dinero, sin condiciones”

JUANA DE TACNA

b. Percepciones sobre el acceso y cobertura al sistema de protección social

El acceso y la cobertura al sistema de protección generan sentimientos encon-trados en las trabajadoras del hogar por diversas razones. Por un lado, la palabra sistema de protección no les resulta familiar, sin embargo, cuando la facilitadora de los focus incorpora en el diálogo la palabra seguro, ellas empiezan a identificar el tema y reconocerlo. Así, destacan lo bueno de contar con un seguro ya que con ello garantizan su atención en salud.

Se observa también la asociación del seguro con la previsión, pues más de una manifiesta su preocupación por el paso de los años y el efecto que éstos

Está claro que para las mujeres trabajadoras del hogar estar “protegidas por el sistema” es importante pero no es una prioridad. Y esto se debe al nivel de complicación que varias de ellas han encontrado en su acceso a éste, por los pocos ingresos que perciben, por la inestabilidad laboral, por la mala calidad del servicio, entre otras razones, que las ha llevado a desencantarse al respecto.

126 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

tendrán en su salud. Consideran que cuando sean mayores no tendrán las mismas fuerzas para hacer los quehaceres y no tendrán quién las ayude económicamente o las mantenga. Por ello, enfatizan en la necesidad de trabajar en un mismo lugar 25 años para que se pueda acceder al seguro.

“… ¿el sistema de protección?, ¿qué será? ¿Tendrá que ver con estar seguras y protegidas de todo lo que nos pasa porque cada cosa que nos pasa? Pero para eso debemos pagarlo todo nosotras”.

ISADORA DE IQUITOS

“… el problema del seguro es que cuando dejamos de trabajar en una casa, nos botan o vamos a otro lugar no contamos con un seguro. Puede ser que trabajemos cinco años pero hay que tener 25 años para tener un seguro. Debería haber un seguro especial para las trabajadoras del hogar porque a veces nos enfermamos por usar mucho los detergentes o estar en contacto con los químicos y después hay imposibilidad de seguir trabajando por los achaques. Eso nos deja un dinerito por los años [trabajados] y cuando estemos viejas tendremos que nos solvente y mitigue el hambre”.

TERESA DE AREQUIPA

Las trabajadoras del hogar entrevistadas perciben que no reciben un trato igual al de los otros trabajadores cuando se trata de acceder al sistema de protección social. Se sienten excluidas de la protección del Estado e identifican claramente que no hay igualdad de trato y que las más afectadas son ellas. Consultadas sobre las situaciones de discriminación que han experimentado ellas mencionan: i) la mala atención que reciben de los y las profesionales de salud de los centros y establecimientos médicos, ii) el excesivo tiempo de espera que les imponen para recibir atención en los establecimientos de salud, iii) la negativa de otorgarles citas médicas frente a personas privilegiadas (amigos/as, conocidos/as o recomen-dados/as de los doctores y enfermeras), iv) la derivación de sus casos con practi-cantes del centro médico, pese a que por lo delicado de sus dolencias requieren de atención especializada y, v) el maltrato que reciben las personas adultas mayores es tan igual o peor que el reportado por las trabajadoras del hogar.

“Los médicos no te tratan bien. Te citan para un día, para otro día y encima si tienen un buen carácter te atienden bien, si no te pasean. Uno saca su ticket y tenemos que esperar y si termina la hora de atención, debes regresar al día siguiente”.

CATALINA DE PIURA

127Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

“Bueno, te tienes que levantar muy temprano para coger cita sino no puedes atenderte y ya es por las puras y en verdad es perder el tiempo”.

ROSARIO DE IQUITOS

“… yo me he sentido discriminada por parte de los profesionales de salud cuando mi sobrino tuvo un accidente y era del SIS. No te atienden igual que los de EsSalud en el SIS como que se aburren porque tienen que llenar papeles y no atienden los doctores sino los practicantes y cuando ya estás mal llaman al doctor. Esa experiencia la tuve con mi hermano que llegó por un fuerte dolor de estómago. Los practicantes dijeron que era apendicitis y lo iban a operar, pero luego vino el doctor dijo que no lo era, imagínese”.

ADELA DE AREQUIPA

“Hay una desigualdad, no existe como debe ser, en todo sentido hay una discriminación, hay una marginación…”.

MARGARITA DE CUSCO

“Sí, porque ahí están unas señoritas muy creídas. Al menos, ahí hay una señorita muy déspota créame…”.

MARÍA ELENA DE CHIMBOTE

En cuanto a los requisitos para acceder al sistema de protección social, varias de ellas identifican claramente el procedimiento, sin embargo justifican su falta de afiliación en sus bajo ingresos, que no les son suficientes para cubrir su afiliación. A pesar de ello, son conscientes de que todos y todas deberían tener acceso al seguro porque es parte de su salud y de su cuidado.

“Bueno te piden tu partida y tu DNI y estar al día en el seguro, pagar mensual”.

JOSEFINA DE TACNA

“Copia del DNI de la mamá o el papá o copia del recibo de agua y luz”.

BLANCA DE CHICLAYO

“… cómo me voy afiliar si no me alcanza. Nosotras necesitamos ese dinero para otras cosas y si nos descuentan por seguro ya no nos alcanza, por eso no nos afiliamos”.

MARÍA DE LIMA

128 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

“… todos deberíamos tener acceso al seguro, porque es derecho ¿no? Lo necesitamos para estar bien, para nuestro cuidado, pues como trabajadoras del hogar nos esforzamos como en cualquier otro trabajo y deberíamos tener los mismos beneficios que cualquier otro trabajador”.

ESPERANZA DE PIURA

La mala atención de salud recibida en el sistema público ha llevado a algunas mujeres a optar por el sistema privado de salud. Así, deciden hacer un esfuerzo y pagar los servicios de un médico.

“Bueno, mejor es ir a un médico particular, en el seguro te dan medicinas que no son tan fuertes y que no hacen nada y tienen que comprar otras porque las del seguro no te alivian”.

EMILIA DE PIURA

c. Apreciaciones sobre el funcionamiento y administración del sistema de protección social

La gran mayoría de mujeres entrevistadas han relacionado el funcionamiento y administración del sistema de protección social con el de acceso y cobertura. Así, reiteran su preocupación por la inadecuada atención que reciben y el mal trato de los profesionales de salud. En el caso de las pocas que son afiliadas al SIS, incluso ensayan posibles respuestas a esta situación vinculándolas con el carácter subsidiado (gratuito) de este seguro.

“… nosotras queremos que nos respeten, que nos den una buena atención y cuidado, un seguro bueno, no como éstos donde por el hecho de ser gratis te atienden como sea. Yo me he atendido en el SIS pero no te atienden bien. En emergencia tienes que esperar que sangres para atenderte. Me enteré del SIS cuando estaba embarazada y me aseguré y solo pagué cinco soles por la primera consulta y me atendieron. Pero ahora si no es urgente no te atienden”.

ADELA DE HUANCAYO

Varias de las trabajadoras consultadas limitan su percepción del sistema de protección social a las experiencias negativas vividas. Y aunque tienen claro que el funcionamiento de estos servicios puede mejorar, lo vivido hace que lo perciban como un sistema desorganizado, discriminante e insuficiente.

Cabe precisar que la mayoría de las mujeres que recurren a este sistema justificaron su decisión en sus pocos recursos económicos que no les permiten

129Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

optar por otro sistema. Aunque en algunos casos las malas experiencias vividas las llevan a opciones poco seguras (se automedican con la guía de personal de farmacias, etc.), no obstante sean más costosas para ellas, ya que todos los gastos deben afrontarlos con sus propios recursos.

d. La problemática de la protección social en el sector de los y las trabaja-dores/as del hogar

El trato desigual que perciben las trabajadoras del hogar por el sistema de protección social en el país es la principal problemática evidenciada por las mujeres entrevistadas para este estudio. Destaca en su discurso el reconoci-miento de este derecho para todos y todas por igual. Así también reconocen la ausencia de canales de información adecuados que les permita conocer sus derechos de manera oportuna y clara de modo que puedan demandar sus derechos a sus empleadores.

De otro lado, aquellas que afirman conocer sus derechos exponen una barrera adicional para acceder a éstos: ellas temen que al reclamar su derecho de protección social a los empleadores, éstos ya no quieran contratarlas o suspendan sus contratos si están trabajando.

En este contexto, las trabajadoras del hogar han identificado algunos factores por las que no pueden acceder a la protección social:

• La falta de información sobre la protección social

“Cómo se accederá a eso pues señorita, yo no sé. He escuchado algo, pero ahora que las escucho sé más de esto, pero antes no porque ¿cómo te enteras de esto? Así no más no pasa”.

TERESA DE IQUITOS

• Los bajos ingresos que perciben las trabajadoras del hogar no les permiten destinar un porcentaje de su sueldo para salud y pensión. Muchas de ellas prefieren dar prioridad a las necesidades de su hogar antes que a su bienestar personal.

“… a mí me gustaría acceder a eso de la protección con el seguro pero si le digo a la señora que me asegure ya no me va alcanzar con los gastos de mis hijos, la salud y su comida. Si me descuentan más de lo que gano ya no me resulta a cuenta”.

AGUSTINA DE TACNA

• La avanzada edad de las trabajadoras del hogar. Las mujeres manifiestan su preocupación por las trabajadoras de la tercera edad y la urgencia de que cuenten

130 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

con protección frente a su condición delicada. El reconocimiento de la necesidad de protección social a este grupo por parte de las trabajadoras es significativo dado que en el imaginario de las trabajadoras se evidencia la preocupación por el futuro y la valoración de un trabajo.

“Las personas de edad también deben tener protección, estar aseguradas porque ¿a ellas quién las ayuda?, son personas que han trabajado tanto a lo largo de su vida, y no tienen quién vea por ellas, entonces alguien las debe atender”.

ADELA DE HUANCAYO

Respecto a sus expectativas en torno a las acciones del gobierno actual, sus apreciaciones no son muy optimistas. Sus comentarios más bien reflejan cierta preocupación e incertidumbre sobre las medidas que pueda tomar el nuevo gobierno respecto a las trabajadoras del hogar.

“De Ollanta no sabemos pues qué puede hacer. Recién ha entrado y no podemos decir mucho de él. No sabemos si cumplirá las cosas que ofreció y si hará algo por nosotras”.

OLGA DE TACNA

“Espero que cumpla lo que prometió, aunque no sé cómo será, porque en verdad no sabemos cómo va actuar y qué cosas hará”.

ESTHER DE CHICLAYO

“Está un poco difícil esto para contestar sabe porque todos los gobiernos han prometido todo… no sabemos lo que va pasar hay que esperar…”.

MARGARITA DE CUSCO

e. Percepciones sobre los programas sociales

La percepción de los programas sociales entre las trabajadoras del hogar es diversa. Por un lado, algunas tienen conocimiento de su existencia y por otro, varias de ellas desconocen de su implementación. También se encuentran apreciaciones confusas respecto a estos programas y sus objetivos.

“… los programas sociales son lo que nos ayudan con comida o salud. Pero, no ayudan mucho como deberían, ya que deberían ayudarnos cuando no tenemos comida o no podemos atender nuestra salud por falta de recursos”.

AIDÉ DE AREQUIPA

131Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

“… los colegios creo son programas sociales porque enseñan y dan comida a los alumnos. Yo creo que son un tipo de programa social porque todo eso es gratis y es para la gente pobre que no tiene nada, por eso les dan carpetas y capacitación”.

NILDA DE IQUITOS

“… son programas sociales el vaso de leche, los comedores populares, el A Trabajar Urbano, no sé qué más”.

SUSANA DE HUANCAYO

“Están el programa del vaso de leche, los comedores populares, los wawawasi, los PRONOEIS, los programas de alfabetización, el PRONAA porque que da alimentos para los comedores”.

ELENA DE TRUJILLO

“este vaso de leche, comedor popular, comedores infantiles, también clubes de madres, esos son los programas sociales”.

MARGARITA DE CUSCO

En cuanto a sus experiencias como usuarias de los diferentes programas sociales, sus opiniones y comentarios han sido más desfavorables que positivas. Sus experiencias poco agradables en relación a la demanda desatendida son los principales motivos de esta apreciación.

Así, respecto a los programas relacionados a la alimentación (Vaso de Leche y Comedores Populares) son los problemas de acceso igualitario los que más destacan. Ellas sienten que no hay una atención igualitaria entre las madres encargadas y las usuarias. Conocen casos donde los alimentos donados desapa-recen y otros donde se benefician más a las familias de las responsables de la repartición de los alimentos.

“Ahora los comedores populares no los utilizan para el bien de la sociedad. Las responsables del comedor les dan preferencia a sus familiares, se reparten los ingresos y los productos entre ellas y a veces el comedor solo funciona para su familia. A mí me consta que a las personas les dan en la infraestructura y solo cuando llega supervisión se nos llaman a las usuarias para decir que funciona pero no es así”.

ANABELLA DE AREQUIPA

132 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Respecto a los programas sociales de salud, varias identificaron al SIS y al Seguro Social (EsSalud) como tales y reiteraron sus críticas a ambos sistemas, respecto a las situaciones de discriminación vividas a nivel de malos tratos, atención y efectividad. Así, varias de las entrevistadas asociaron a los maltratos en el SIS con la atención gratuita que reciben.

“… de cómo te ven te atienden, son racistas. Si vas mal vestida no, pero si vas con un pantalón jean y un taco te atienden. Hay discriminación y nos dejan de lado a la gente de bajo nivel económico y dan preferencia a las amistades. A veces estás esperando desde temprano y viene un familiar o conocido y ya no te atienden Y para que te atiendan por emergencia tienes que estar muriéndote”.

INGRID DE HUANCAYO

“Estoy en el SIS hace dos años y a veces nos tratan como si una fuéramos estropajos. Tenemos que reclamar y defender nuestro derecho, me tengo que pelear con las enfermeras que piensan que porque es gratuito te pueden tratar mal”.

ANA DE AREQUIPA

“La atención es pésima. El otro día estaba con una fuerte gripe y temía contagiar podía contagiar al bebé que cuido y me dijeron que vaya a emergencia. Pero ahí me trataron muy mal, me dijeron no confunda urgencia con emergencia, que es cuando uno tiene un brazo roto o está sangrando. El problema es que en los policlínicos no hay consultorios de atención de urgencias”.

MAGALLI DE HUANCAYO

Aunque las críticas por parte de las trabajadoras del hogar al trato que han tenido como usuarias de los programas sociales no son favorables, lo cierto es que no dejan de reconocer la necesidad de contar con estos programas, aunque para lograr sus objetivos —en opinión de las usuarias— éstos deben mejorar sustancialmente en relación al acceso y calidad de servicios.

“Los programas sociales no son suficientes pero son importantes porque al menos te alivia un poco la economía”.

ESTELA DE TACNA

133Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

“Hubiéramos querido que el gobierno realmente nos apoye dándonos trabajo pero bueno si no ha sido posible, al menos que nos den apoyo alimentario ayuda, ya que ese dinero que gastábamos en eso lo invertimos en otras necesidades urgentes”.

LILA DE AREQUIPA

f. Apreciaciones sobre el rol de los empleadores

La percepción que tienen de sus empleadores y la protección social que por derecho ellos tendrían que cubrir, es variada y en muchos casos está asociada a la voluntad del empleador antes que al derecho que les otorga la ley. Así, algunas refieren que es una cuestión de suerte contar con ellos, otras que es un gasto para el empleador y por ello no lo exigen, o que hay desconocimiento del empleador respecto a su obligación de asegurar a su empleada del hogar y por eso no lo reciben. También hay un grupo significativo de trabajadoras que temen que al exigir este derecho pierdan sus empleos.

“Como empleadas no hay beneficios, se aprovechan del tiempo laboral. Inclusive trabajé en la casa de un empleador donde tuve un percance de una mordedura de araña y yo y mi familia tuvimos que pagar todos los gastos porque ellos se desentendieron por completo. En este trabajo no existe eso de años de servicios. En el SIS me aseguraron cuando estaba embarazada pero luego eso caduca y solo me aceptaron cuando vine con neumonía. Ahora ya no tengo SIS y tengo que perder toda una mañana para los trámites y esperar que una asistenta visite tu casa para verificar que lo necesitas. Cuando estaba embarazada me dio pre eclampsia y me hicieron esperar, el trato en el seguro es terrible, yo he pasado malas experiencias, el SIS no te cubre todo y las enfermeras se guardan todo y luego te vuelven a pedir las medicinas, hay muchas cosas malas”.

ESTHER DE HUANCAYO

“No lo pido porque es un gasto para ellos [los empleadores] y luego como somos un gasto nos van a decir que vendrá otra persona que les cueste tanto… Debería haber talleres que nos ayuden a formular leyes que vean nuestro descanso, que nos ayuden a sobresalir, nosotras no queremos ser solo sirvientas, queremos estar preparadas en otras ramas”.

MARÍA DE LIMA

“Hay algunos [empleadores] que no saben que tienen una responsabilidad legal con su trabajadora y la verdad tampoco les conviene saber ni que

134 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

nosotras sepamos. Se molestan cuando les exigimos nuestros derechos y luego nos despiden, y es que piensan en ellos no más, son egoístas, explo-tadores, les gusta que los sirvan y no retribuyen adecuadamente con todo lo que la ley manda”.

LADY DE AREQUIPA

“Las trabajadoras del hogar se quedan calladas por no quedarse sin trabajo, porque si reclamamos seguro nos botan y de qué vivimos, de qué comemos, esa es nuestra preocupación”.

ANA DE AREQUIPA

“Cuando comencé a trabajar la señora me dijo que me iba a asegurar, luego me dijo que faltaban unos papeleos y unos trámites, y cuando le insistí me dijo que su esposo lo haría y hasta ahora nada. Yo creo que me pasea, como a la chica que tuvo antes, no le tengo confianza”.

LINA DE PIURA

“Cuando dije que quería que me pongan en planilla me despidieron, me dijeron que no les alcanzaba la plata para asegurarme. Los empleadores dicen que no quieren involucrarse porque no quieren gastar o pagar impuestos”.

ESTHER DE CHICLAYO

“Los empleadores no las inscriben para que las muchachas no tengan nada de beneficios porque los patrones son los que tienen que pagar…”.

MARGOT DE CHIMBOTE

g. Percepciones y valores sobre el tema del cuidado

Las percepciones que las trabajadoras del hogar tienen acerca del cuidado van desde identificar la relación de “cuidado” con las palabras precaución, riesgo, responsabilidad [de otras personas], etc. También asocian el cuidado con la fragilidad, con ser mujer y la delicadeza. Así, se ven como personas que por su condición de mujer tienen la responsabilidad de cuidar a otros (sus hijos, sus familias), aunque ello no implica necesariamente que deban descuidarse a sí mismas en su salud, alimentación y capacitación.

“A ser precavidas con nosotras mismas. No ponerme en riesgo”.

LUCY DE LIMA

135Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

“Cuidar a las personas que está a cargo mío, en todo los aspectos, físicos, psicológicos o fisiológicos inclusive”.

BELÉN DE AREQUIPA

“Por ser mujeres nosotras tenemos más cuidado y tenemos que cuidarnos más por nuestros hijos que dependen de nosotras y a los demás”.

INÉS DE HUANCAYO

“El cuidado es asumir responsabilidad, en el trabajo que desempeñamos. Debemos ser más responsables y consideradas con las personas mayores”.

ISABEL DE AREQUIPA

“Como dice la palabra misma cuidado no; cuidarse uno mismo y cuidar a las personas para que no les pase nada”.

MARGOT DE CHIMBOTE

h. Propuestas de recomendación de políticas públicas en materia de protección social

Cuando a través de una pregunta se le da al otro el poder de recomendar y proponer, la primera respuesta puede ser el silencio, que significa una breve pausa para pensar respecto a la oportunidad sobre roles más activos de cambio, y en otros casos motivados en la necesidad de ordenar las ideas en función a las necesidades más urgentes que identifican y en otros porque no hay un manejo adecuado de los problemas que se quieren transformar. El grupo de mujeres con los que se trabajó para este estudio no fue la excepción.

Consultadas sobre las recomendaciones que desde su perspectiva de mujeres trabajadoras del hogar podrían hacer para implementar políticas públicas que mejoren las condiciones y el contexto legal en el cual se desenvuelve el trabajo doméstico, el silencio fue la primera respuesta de la mayoría. Esto es un indicador de que muchas de ellas no son conscientes de los cambios y mejoras que deben ser formulados en el trabajo del hogar, pero también denota un desconocimiento de lo que quisieran proponer: “aún no sé qué le faltaría a mi trabajo para mejorar”, “hago silencio porque no sé qué será bueno pedir”, “me quedo en silencio porque realmente no tengo muchas expectativas de que lo que vaya proponer se cumpla” o hago silencio “porque estoy desinformada del tema”.

136 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Si bien las mujeres trabajadoras del hogar enuncian propuestas y recomen-daciones para atender algunos de los problemas descritos en sus entrevistas, aún deben mejorar el nivel de información que les permita dar consistencia y sostenibilidad a sus propuestas. Así, aunque ellas reconocen que deben infor-marse más para exigir mejor y para proponer ideas efectivas, proponen algunas recomendaciones:

• Desarrollar acciones de promoción y difusión de los derechos laborales a cargo del Ministerio de Trabajo, ente que deberá supervisar el cumplimiento de los derechos laborales de las mujeres trabajadoras del hogar a partir del marco legal existente.

• Implementar acciones de supervisión que permitan verificar si los empleadores cumplen con brindar a sus trabajadoras del hogar las condiciones laborales mínimas en las que deben ejercer su labor. Para ello proponen se desarrolle alianzas en el Ministerio de Trabajo y las organizaciones de la sociedad civil (ONGs y otros).

• Impulsar el respeto a las ocho horas de trabajo para las trabajadoras del hogar y la determinación de tareas propias de este trabajo.

• Implementar medidas que apoyen a las trabajadoras del hogar en sus responsa-bilidades maternas (cuidado de sus hijos e hijas), a partir de la implementación de casas cuna o wawa wasis, cuyo costo esté al alcance de la economía de las trabajadoras.

• Promover políticas públicas de protección social para las trabajadoras del hogar que contemplen su acceso a planilla, a seguros de salud de calidad y pensiones.

• Promover una adecuada y oportuna atención en los sistemas de salud para las trabajadoras del hogar.

• Promover políticas que enfrenten efectivamente la discriminación que sufren las trabajadoras del hogar, especialmente en el sistema de protección social y laboral, dando cumplimiento y/o complementando el marco normativo existente.

• Impulsar medidas para mejorar las capacidades de las trabajadoras del hogar en la defensa de sus derechos. Estas acciones estarán a cargo del Ministerio de la Mujer que además deberá identificar las buenas prácticas de trabajos del hogar y promover su réplica a partir de medidas de incentivos.

137Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Conclusiones

1. Durante la última década, el Perú ha experimentado un importante ciclo de creci-miento económico acumulado de alrededor del 60% del PBI (2002-2009). Estos avances, en términos de crecimiento y manejo fiscal, han permitido una mayor disponibilidad de recursos y, consecuentemente, la mejora de los niveles de gasto social. Así, se pasó de 16,044 millones de nuevos soles (2000) a 40,757 millones de nuevos soles (2010). Sin embargo, aunque se ha logrado la reducción gradual de la pobreza (de 42% en 2005 al 34% en 2009) y, de la pobreza extrema (de 18% a 13% en el mismo período), todavía persisten importantes niveles de inequidad y exclusión social en el Perú.

2. A pesar de que el ciclo económico expansivo permitió mejoras en algunos indica-dores relacionados con la generación de empleo, el mercado laboral peruano aún se caracteriza por altos niveles de informalidad entre la población ocupada. La tendencia de la participación femenina en el mercado laboral peruano evidencia algunos logros en las últimas décadas. Así, las mujeres se han incorporado masivamente al mercado de trabajo y han aumentado sus niveles de escola-ridad y de participación en los espacios políticos y económicos. Sin embargo, aún son víctimas de discriminación en el trabajo: perciben menos ingresos que los hombres, están concentradas en sectores no calificados (vendedoras o comerciantes), enfrentan una fuerte segregación vertical en los cargos direc-tivos, técnicos y profesionales de nivel medio, y están sobre representadas en la economía informal. A ello se suma que siguen asumiendo la mayor parte de las tareas del cuidado de la familia y el hogar, a diferencia de los hombres.

3. En el Perú, el modelo de familia, asentado sobre el tipo tradicional, donde la cónyuge asume el rol reproductivo y el cónyuge el de proveedor económico, se ha mantenido por mucho tiempo y aún sigue funcionando como un supuesto básico de las instituciones de protección social. Ello se explica porque es a través de los varones que las mujeres y sus familias pueden acceder a beneficios como previsión, salud y vivienda. Las mujeres no son sujetas autónomas de derecho, salvo que cuenten con un empleo formal. Sin embargo, a medida que más mujeres se han incorporado a la fuerza de trabajo remunerado en el Perú, estas ideas han ido evolucionando y con ellas, los regímenes de seguridad social que empiezan a reformarse gradualmente.

4. A partir de los datos oficiales analizados podemos concluir que la mayoría de mujeres peruanas siguen excluidas del sistema de seguridad social de corto

138 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(salud) y largo plazo (jubilación), por tanto, no acceden a los beneficios previstos frente a situaciones de riesgo y vulnerabilidad social como la vejez, la invalidez, el desempleo, las enfermedades y los accidentes. Esta exclusión está asociada, principalmente, a las responsabilidades sociales del cuidado doméstico y familiar que todavía siguen asumiendo las mujeres.

5. En el Perú existe una diversidad de mecanismos de protección social que, pese a la influencia de las dinámicas de género en el tipo y la forma que se adoptan los riesgos y vulnerabilidades que afectan a mujeres y hombres, no han incorporado la dimensión de género en su diseño y menos aún en su implementación. Aún se suele asumir que los programas sociales tienen una dimensión de género si consideran una participación equitativa de mujeres y hombres en su población beneficiaria o si éstos se dirigen a las mujeres como titulares de dichos programas por su responsabilidad en el manejo de los recursos asignados. De esta manera, se cae en la asignación de roles tradicionales a las mujeres como cuidadoras, amas de casa y administradoras de los recursos, lo cual puede contrarrestar el propósito de fortalecer las capacidades de la población usuaria.

6. El trabajo doméstico remunerado en el Perú, es una de las ocupaciones con peor calidad de empleo: extensas jornadas de trabajo, bajas remuneraciones, escasa cobertura de seguridad social y alto incumplimiento de las normas laborales. Por tanto, es uno de los trabajos con mayor déficit de trabajo decente en el país.

7. Este segmento de mercado incorpora a trabajadoras con contratos verbales (86,6%) y les pagan esencialmente en efectivo (86,7%). El trabajo realizado por las trabajadoras del hogar es desde sus inicios precario, donde el 92,1% alcanzan ingresos por debajo del mínimo vital (S/. 675.00). Esta situación configura la urgente necesidad de implementar programas de vigilancia efectivos respecto al cumplimiento de las condiciones mínimas del trabajo decente para las mujeres trabajadoras del hogar, jóvenes y adultas mayores, que actualmente se encuentran en desventaja y desprotección de las entidades tutelares del derecho al empleo.

8. El 60% de las trabajadoras del hogar tienen en su vivienda una persona que demanda especial atención, el 36,6% destina todos sus ingresos al sosteni-miento del hogar y, un 42,1% financia con una parte de sus ingresos laborales los gastos de su hogar, situación que dificulta su búsqueda de una mejor calidad de vida. Con bajos ingresos, estas trabajadoras disminuyen su posibilidad de ahorro (41,8%) y de acceder a un crédito a través del sistema financiero formal dado que acceden al mercado laboral sin ningún contrato de por medio.

9. El 73,5% de trabajadoras del hogar tienen en esta actividad su principal fuente generadora de ingreso, de ahí que se genera una alta dependencia a sus emplea-dores y, por lo tanto, toleran la precariedad en sus empleos. Los canales de búsqueda de empleo responden típicamente a un mercado con información incompleta, de allí que es razonable la utilización de las relaciones personales como amigos y familiares para encontrar un empleo. Llama la atención, que

139Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

siendo ellas las más desprotegidas en el mundo laboral, en la oferta pública de las bolsas de trabajo no haya un canal que responda a sus demandas laborales o que facilite su inserción laboral.

10. La modalidad más frecuente de prestación de este servicio es cama afuera (54,8%) frente a un 45,2% que lo hace en la modalidad cama adentro. Un 10,5% de estas trabajadoras tiene contrato escrito, lo que quiere decir que solo una pequeña proporción de las mujeres que trabajan en la modalidad cama adentro cuentan con contrato. Esta condición es la que potencia la ocurrencia de excesos y abusos de parte de los empleadores como acoso sexual (14,3%), discrimina-ciones motivadas por raza y etnia (54,8%), origen geográfico (35,5%), género (19,4%) y creencias religiosas (9,7%).

11. Los servicios básicos que reciben las trabajadoras del hogar en la modalidad de cama adentro son: alimentación, cuarto propio, baño y ducha, mientras que en general el 64,9% trabaja 4 días a la semana y 33,2% de 5 a 7 días semanales. De aquellas que realizan horas extras o laboran en feriados, solo el 37,2% recibe alguna compensación aunque por un monto inferior al previsto por la Ley. De los derechos laborales no recibidos, el 96,6% de trabajadoras del hogar no reciben remuneración por vacaciones y el 96,5% no tienen compensación de tiempos de trabajo (CTS). Asimismo, se encuentra que 91,9% de estas trabajadoras nunca han estado en planilla.

12. En cuanto al término en el trabajo, las razones de despido no corresponden a las causales naturales o normalmente aceptadas en el mercado laboral, sino por el contrario existe mucha arbitrariedad, ya que el 48,8% de las entrevistadas revelaron que se enteraron de su despido en un tiempo menor a una semana, tiempo que no les permite hacerse de un nuevo empleo en tiempo prudencial.

13. En las trabajadoras del hogar existe desconocimiento de sus derechos, de las normas legales, convenios internacionales y reglamentos que las protegen. Así, en promedio solo el 5% de ellas dijo conocer alguna norma que las ampara. Este indicador guarda relación directa con el bajo nivel de sindicalización reportado ya que solo el 14,8% participa en una organización frente a un 85,2% que no lo hace. Ahora, de las que participan solo el 34,5% ocupa algún cargo. Esta carac-terística las limita en conocer las formas legales para hacer valer sus derechos. El sindicato y los comités del vaso de leche son las entidades que las mujeres perciben como una organización donde hay condiciones para participación y desarrollo.

14. Respecto a los servicios que brindan los sindicatos y centrales de trabajadores, las mujeres perciben una oferta limitada de capacitaciones y de oferta de empleo. Es una necesidad imperativa de las organizaciones sindicales mejorar los servicios a sus afiliados y de ampliarlos mejorando la oferta existente (quizás a través de convenios interinstitucionales) a fin de acreditar mejores capacidades, habili-dades y destrezas para su agremiados, permitiéndoles plantearse alternativas nuevas de desarrollo laboral y profesional.

140 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

15. Las trabajadoras del hogar entrevistadas para este estudio revelan descono-cimiento de sus derechos, en particular el referido a la protección social y los beneficios que a largo plazo les puede traer estar inscrita en este sistema. Sin embargo, aquellas que tienen conocimiento del tema no lo identifican entre sus prioridades porque implica hacer uso de parte de sus limitados ingresos.

16. En general, para las trabajadoras del hogar no se cumple el derecho a la igualdad cuando de acceso al sistema de protección social se trata. Se ven a sí mismas como personas que se encuentran excluidas de este sistema, que las confronta a situaciones de discriminación permanente y frente a las cuales las leyes que las protegen carecen de mecanismos para hacer efectiva esta protección.

17. El sistema de protección es visto como poco organizado, discriminante, de mala atención y con muchas exigencias para ser atendidas. Acuden a él porque los pocos recursos que manejan las obligan a ello, pero algunas prefieren acudir a una farmacia o algún médico particular (en el mejor de los casos) donde no tienen que enfrentar estos problemas y obtienen la atención que requieren.

18. La percepción sobre los Programas Sociales es negativa en la mayoría de las mujeres entrevistadas. Aunque reconocen su importancia para revertir su condición de pobreza y pobreza extrema, lo cierto es que los problemas en el acceso y eficacia de los mismos, demandan cambios sustanciales en estos programas.

141Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

Recomendaciones

1. Es importante que el Estado peruano promueva la mejora de las condiciones de trabajo de las trabajadoras del hogar. Así, se requiere el impulso de una política pública que promueva un mayor bienestar para este sector de trabajadoras, que integre aspectos de redistribución (referido a condiciones materiales) con aspectos de reconocimiento (referentes a condiciones culturales y simbólicas), promoviendo la formación profesional especializada de las trabajadoras del hogar y la negociación de buenas condiciones laborales con los empleadores.

2. Impulsar una acción concertada para mejorar el marco legislativo existente, a fin de equiparar los derechos de las trabajadoras del hogar con los del resto de trabajadores/as, en materia de horarios de trabajo, jornada laboral, descanso, indemnizaciones, salarios, licencias pre y post natal. Asimismo, urge promover la aplicación efectiva de la legislación vigente a fin de lograr un impacto real en la vida de las trabajadoras del hogar. En este sentido, urge impulsar la ratificación del Convenio 189 de la OIT (acompañado de Recomendación 201) a partir de acciones concertadas entre las diferentes instancias y sectores involucrados.

3. Velar para que el Estado, las empresas, los sindicatos y la sociedad civil, comprendan que la protección social en el Perú tiene un rol fundamental en los esfuerzos para el combate a la pobreza y la mejoría de las condiciones de vida de las personas, así como para la igualdad de género, en la medida que las ampara en situaciones de vida más graves y les garantiza un nivel mínimo de ingresos en momentos como la vejez. Para las trabajadoras del hogar contar con la seguridad social de una pensión de vejez, de amparo en caso de enfermedad o de accidentes de trabajo y del apoyo en situaciones de cesantía, puede ser una de las salidas para enfrentar la extrema vulnerabilidad social que caracteriza su vida cotidiana.

4. Impulsar que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo asuma de manera eficiente y eficaz su rol de ente rector de las políticas de empleo a favor de las trabajadoras del hogar, desarrollando para ello acciones de supervisión desti-nadas a velar por el cumplimiento de las normas que protegen a la trabajadora del hogar, así como de promoción y difusión de los alcances de las mismas, tanto en el sector de trabajadoras como de los empleadores.

5. Sensibilizar y lograr la voluntad política para promover el pleno respeto del derecho a la protección social para las trabajadoras del hogar en el Perú. Ello significa

142 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

equiparar su tratamiento al total de los trabajadores, de modo que se eliminen situaciones reales o potencialmente desfavorables a las que se ven enfrentadas permanentemente en el mercado laboral.

6. Fortalecer la capacidad de organización y negociación de las trabajadoras del hogar, apoyando procesos dirigidos a consolidar su autovaloración y la valoración de la sociedad en su conjunto. Se requiere un tratamiento específico para las trabajadoras del hogar víctimas de malos tratos y violencia, y fortalecer el conoci-miento de sus derechos sexuales y reproductivos, promoviendo su empodera-miento y afianzando su organización y autonomía para atender sus necesidades y demandas propias.

7. Promover la participación de las mujeres trabajadoras del hogar en la construcción de una agenda pública sobre sus derechos laborales, la cual ya se encuentra en proceso de construcción. Para ello, es necesario potenciar las capacidades de las mujeres para que identifiquen sus demandas y prioridades.

8. La sensibilización a la población es un factor importante para tener éxito en el cumplimiento de las demandas. En este sentido, urge preparar campañas de sensibilización sobre la importancia de la labor de las trabajadoras del hogar, fomentando una mejor visibilización de ellas, de su trabajo y del gran aporte que entregan en los hogares donde laboran.

9. (Convenio Nº 111) y a la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres que señala la no discriminación en el trabajo. Ello, ante las constantes situaciones de discriminación que enfrentan las trabajadoras del hogar, las cuales se producen recurrentemente ante la ausencia del Estado en la implementación de acciones enérgicas de lucha contra la discriminación.

10. La igualdad de oportunidades se relaciona con el discurso de lo justo, el respeto y la tolerancia. La protección social debe ser igual para todos y todas en los distintos grupos de condición social. La igualdad de oportunidades requiere incorporar en el imaginario de la sociedad la necesidad de fortalecer la idea de igualdad, haciéndola transversal a las diferentes estructuras del Estado, empresas, sindi-catos y sociedad civil.

11. Incentivar y fomentar la creación de módulos de capacitación para trabajadoras del hogar que fortalezcan y mejoren sus capacidades para un ágil desenvolvi-miento en su trabajo y en su vida cotidiana.

143Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

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146 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

147Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

A ser llenado SÓLO por la persona encargada de supervisar las encuestas:

Código de encuesta _________________ ¿La encuesta ha sido correctamente aplicada? Sí ( ) No ( )

Datos a ser llenado por el (la) encuestador(a) antes de la aplicación de la encuesta:

Fecha: ________/_________ de 2012 Código del Encuestador(a): ______________

Ciudad:

(1) Lima y Callao (6) Piura(2) Arequipa (7) Iquitos(3) Trujillo (8) Chimbote(4) Chiclayo (9) Huancayo(5) Cusco

En su centro de trabajo usted:

(1) Presta servicios en una vivienda particular o familia particular y recibe una remuneración mensual por sus servicios, y generalmente recibe alimentos.

(2) Presta servicios domésticos (lavado, cocina, limpieza, etc.) para una empresa o establecimiento y recibe una remuneración por sus servicios.

1. DATOS GENERALES

1.1. Edad: _______ años

1.2. Nació en una zona: (1) Rural (2) Urbana

1.3. ¿En qué departamento nació? __________________________________________________

1.4. ¿Actualmente vive en la misma localidad donde nació? (1) Sí (2) No

1.5. ¿Cuál es su último nivel de estudios?

(1) Sin nivel (4) Secundaria incompleta (7) Técnica Superior completa(2) Primaria incompleta (5) Secundaria completa (8) No sabe(3) Primaria completa (6) Técnica superior incompleta

1.6. Estado civil actual:

(1) Soltera (3) Conviviente (5) Separada(2) Casada (4) Divorciada (6) Viuda

1.7. ¿Tiene hijos(as)? (1) Sí (2) No (Pasar a la pregunta 1.9)

1.8. ¿Cuántos hijos(as) tiene? ________

Anexo IENCuESTA SOBRE LA SITuACIÓN LABORAL DE LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR

148 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

1.9. ¿Incluida usted, con cuántas personas vive?________

1.10. ¿Qué tareas realiza en su hogar? (Opción múltiple)

(1) Cuidado de los niños/as (9) Aseo de la vivienda (2) Cuidado de adultos mayores (10) Reparación y mantenimiento de vivienda(3) Cuidado de personas enfermas (11) Gerencia y organización del hogar (4) Cuidado de personas con discapacidad (12) Familia y sociabilidad(5) Actividad culinaria (cocina) (13) Necesidades personales(6) Compras para el hogar (14) Actividad educativa(7) Cuidado de huertos y animales menores (15) Otras tareas no registradas anteriormente(8) Cuidado y confección de ropa

1.11. ¿Cuántas personas requieren cuidado especial (en su hogar)? (niños/as, ancianos/as, enfermos/as, personas con discapcidad) _______

1.12. ¿Cuántas horas al día le toma realizar las tareas que ha mencionado (en su hogar)?___________

2. EMPLEO E INGRESOS

2.1. ¿Cuánto tiempo trabaja usted como trabajadora del hogar? _________año(s) y _________ mese(s)

2.2. ¿Qué tareas realiza en su trabajo? (Opción múltiple)

(1) Cuidado de los niños/as (6) Limpieza de ambientes(2) Cuidado de adultos mayores (7) Lavado(3) Cuidado de personas enfermas (8) Jardinería(4) Cuidado de personas con discapacidad (9) Compras del mercado y/o supermercado(5) Cocina (10) Otros____________________

2.3. ¿Cómo califica su empleo? (Opción múltiple)

(1) Es un trabajo tranquilo (4) Los ambientes son limpios(2) Es un trabajo muy cansado (5) Es seguro(3) Los empleadores son buenos

2.4. ¿Qué tipo de pago recibe?

(1) Solo en dinero (2) Solo en especie (pasar a la pregunta 2.12.)(3) En dinero y en especie (4) No recibo un pago (pasa a la pregunta 2.12.)

2.5. ¿A cuánto ascienden tus ingresos mensuales?___________________________________________

2.6. ¿Aportas dinero a su hogar?

(1) Sí, en su totalidad (2) Sí, pero solo en una parte de los gastos (3) No, por el momento no aporto (pasa a la pregunta 2.8.)

2.7. ¿Cuánto aporta mensualmente?____________________________________________________

2.8. ¿Quién o quiénes se encargan de administrar los ingresos en su hogar? _______________________

2.9. En su hogar ¿Cuánto gastó en sus necesidades básicas (alimentación, vivienda y ropa) durante el mes anterior? S/. _______________________

2.10. Con respecto a usted ¿Cuánto gastó en el cuidado de su salud (atención médica y medicinas)?

S/. ______________________

149Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

2.11. ¿Ahorra una parte de tus ingresos laborales?

(1) Sí, todos los meses (3) No, porque no me alcanza para ahorrar(2) Sí, pero sólo en algunos meses

2.12. ¿Anteriormente ha solicitado préstamos o créditos?

(1) Sí, me lo otorgaron (2) Sí, pero no me lo otorgaron (3) No, pero he pensado en pedir uno (4) No y no tengo pensado pedir uno por el momento (pasa a la pregunta 2.14.)

2.13. ¿A quién solicitó o piensa solicitar préstamos o créditos? (Opción múltiple)

(1) Banco, financiera o cooperativa (5) Asociación o gremio sindical(2) EDIPYME (6) Prestamistas(3) ONG (7) Otro___________________(4) Parroquia o comunidad religiosa

2.14. ¿Realiza otra actividad económica que le genera ingresos o posee otra fuente de ingreso? (aparte del empleo como trabajadora del hogar)

(1) Sí (2) No (pasa a la pregunta 2.16.)

2.15. ¿Qué clase de actividades económicas o fuentes de ingreso posee? (opción múltiple)

(1) Agricultura (trabajo en chacra, cría de animales de corral, pastoreo, etc.)(2) Artesanía y manufactura (confección de adornos, accesorios, etc.)(3) Comercio ambulatorio (venta en las calles, lavado de carros, lustrabotas, etc.)(4) Comercio en un local (ventas vinculadas a un establecimiento, incluye jaladores)(5) Enseñanza (inglés, matemática, física, química, computación, etc.)(6) Labores de oficina (secretariado, empleo administrativo, etc.)(7) Obrera de fábrica (alimentos procesados, textiles, metal mecánica, etc.)(8) Estado (obrera en programas sociales, por ejemplo, ‘A trabajar urbano’)(9) Servicio de limpieza y acondicionamiento (aseo de espacios públicos, oficinas, etc.)(10) Remesas del extranjero(11) Pensión de jubilación(12) Otra___________________

2.16. En años anteriores ¿Usted realizó alguna otra actividad económica?

(1) Sí (2) No (pasa a la pregunta 2.19.)

2.17. ¿Qué clase de actividades económicas realizó? (Opción múltiple)

(1) Agricultura (trabajo en chacra, cría de animales de corral, pastoreo, etc.)(2) Artesanía y manufactura (confección de adornos, accesorios, etc.)(3) Comercio ambulatorio (venta en las calles, lavado de carros, lustrabotas, etc.)(4) Comercio en un local (ventas vinculadas a un establecimiento, incluye jaladores)(5) Enseñanza (inglés, matemática, física, química, computación, etc.)(6) Obrera de fábrica (alimentos procesados, textiles, metal mecánica, etc.)(7) Servicio de limpieza y acondicionamiento (aseo de espacios públicos, oficinas, etc.)(8) Trabajo del hogar (empleada del hogar, lavado de ropa, cuidado de niños/as, etc.)(9) Otra actividad____________________________

2.18. ¿Su ocupación actual principal guarda relación con la(s) anterior(es)? (1) Sí (2) No

2.19. ¿Cómo encontró su empleo actual? (opción múltiple)

(1) Internet (4) Agencias privadas de empleo

150 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(2) Periódico o avisos (5) Ministerio de Trabajo(3) Amigos (as), vecinos/as, parientes o familiares (6) Otro________________________________

2.20. De las siguientes opiniones, indique cuáles corresponden mejor a su situación actual

Idea / Opinión Sí Más o menos No

De haber sabido cómo iban a ser las cosas en mi trabajo, no hubiera entrado 1 2 3

Si pudiera cambiar de trabajo, con iguales ingresos, lo haría 1 2 3

No abandono este trabajo porque sé que es muy difícil conseguir otro 1 2 3

Me falta más capacitación y/o experiencia para conseguir un mejor trabajo 1 2 3

El lugar donde trabajo queda muy lejos de donde vivo 1 2 3

Mi trabajo es muy peligroso 1 2 3

La jornada laboral es muy larga 1 2 3

Vivo temiendo perder mi trabajo 1 2 3

Mi trabajo es muy agotador 1 2 3

Me siento estresada cuando trabajo 1 2 3

Me siento como una «máquina» o un «robot» en mi trabajo 1 2 3

Mi trabajo es muy aburrido y rutinario 1 2 3

Mi trabajo exige muchísima responsabilidad de mi parte 1 2 3

Mi trabajo interfiere mucho con mi vida familiar y/o privada 1 2 3

Mis ingresos laborales compensan el esfuerzo que realizo 1 2 3

Me controlan mucho en mi trabajo 1 2 3

Dependo mucho de las órdenes de mi empleador(a) 1 2 3

He recibido maltrato por parte de mi empleador(a) 1 2 3

Mi empleador(a) se preocupa por mí 1 2 3

Mi empleador(a) dialoga conmigo 1 2 3

Mi empleador(a) reconoce de alguna manera el aporte de mi trabajo 1 2 3

Mi trabajo me permite tener más independencia 1 2 3

Mi trabajo me permite conseguir amistades 1 2 3

En mi trabajo mis compañeras colaboran conmigo 1 2 3

3. DERECHOS LABORALES

3.1. ¿Tiene un contrato de trabajo?

(1) Sí (2) No (Pasar a la pregunta 3.3.)

3.2. ¿Qué tipo de contrato tiene?

(1) Escrito(2) Verbal (3) Otro_______________________

3.3. ¿Por cuánto tiempo (en meses) le han contratado? ____________meses

3.4. ¿Qué modalidad de trabajo tiene?

(1) Cama adentro(2) Cama afuera

151Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

3.5. Si la modalidad de trabajo es cama adentro, diga si su empleador le proporciona lo siguiente:

(1) Cuarto propio (4) Facilidades para asistir a un centro de estudios o de capacitación (2) Alimentación (5) Otro_________________(3) Baño y ducha

3.6. ¿Cuántas horas al día trabaja? Horas/día: _________

3.7. ¿Cuántos días a la semana trabaja? Días/semana: _________

3.8. ¿Tiene un día de descanso a la semana?

(1) Sí (2) No

3.9. ¿Trabaja horas extras y/o en días feriados?

(1) Siempre (2) A veces (3) Nunca (pasa a la pregunta 3.6.)

3.10. ¿Recibe alguna compensación (monetaria, en especie o descanso) por las horas extras de trabajo y/o trabajo en días feriados?

(1) Sí (2) No

3.11. ¿Ha estado en planilla?

(1) Sí (2) No

3.12. ¿Ha gozado alguna vez de vacaciones pagadas? (después de un trabajo anual continuo)

(1) Sí (pasar a la pregunta 3.14) (2) No

3.13. ¿Recibió un monto adicional a su remuneración por no tener vacaciones?

(1) Sí (2) No

3.14. ¿Alguna vez recibió Compensación por Tiempo de Servicios?

(1) Sí (2) No (Pasar a la pregunta 3.16)

3.15. ¿Qué monto que le pagaron?__________________

3.16. ¿Alguna vez le han pagado gratificaciones (50% de su remuneración mensual) por fiestas patrias y/o navidad?

(1) Sí (2) No

3.17. Como parte del trabajo ¿Su empleador le ha afiliado a algún seguro social de salud?

(1) Sí (2) No

3.18. Como parte del trabajo ¿Su empleador le ha afiliado a algún sistema de pensiones?

(1) Sí (2) No (Pasar a la pregunta 3.20)

3.19. Diga a qué sistema se encuentra afiliada:

(1) Sistema Nacional de Pensiones (ONP) (2) Sistema privado de Pensiones (AFP)

3.20. En los últimos 5 años ¿Ha sido alguna vez despedida de su trabajo?

(1) Sí (2) No (Pasar a la pregunta 3.22)

3.21. ¿Con cuánto tiempo de anticipación le comunicaron su despido?

(1) Un mes (4) Menos de una semana

152 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(2) Una quincena (5) No le avisaron con anticipación(3) Una semana

3.22. Si la respuesta a la pregunta señala un plazo menor a 15 días, diga si le pagaron un monto indemnizatorio por no avisarle 15 días antes sobre el despido

(1) Sí ¿Cuánto?_____________ (2) No

3.23. ¿Cuáles fueron la causa/s del despido?_______________________________________________

3.24. De las siguientes normas y convenios laborales ¿Cuáles conoce y comenta con otras personas? (Opción múltiple)

(1) Ley de los(as) trabajadores(as) del hogar – Ley N° 27986(2) Reglamento de las/os trabajadoras/os del hogar – Decreto N° 015-2003-TR(3) Declaración de la OIT relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo - 1998(4) CAN: Convenio Simón Rodríguez 1973 y Protocolo de Cartagena de Indias - 1976(5) Convenio 100 OIT (1951): Igualdad de remuneración por el mismo trabajo (6) Convenio 183 OIT (2000): Protección a la maternidad(7) Convenio 156 OIT (1981): Igualdad para trabajadores con responsabilidades familiares(8) Convenio 111 OIT (1958): Empleo y ocupación sin discriminación(9) Convenio 189 OIT (2011): Trabajo Decente para los trabajadores y trabajadoras domésticas

3.25. ¿Está inscrita en un registro de Trabajadoras del hogar?

(1) Sí (2) No

3.26. ¿Alguna vez se ha sentido discriminada en su lugar de trabajo?

(1) Sí (2) No (Pasar a la pregunta 4.1)

3.27. ¿Por qué motivos se sintió discriminada? (Opción múltiple)

(1) Raza/etnia (6) Preferencias políticas (11) VIH/Sida(2) Género (7) Opción sexual(3) Origen geográfico (8) Discapacidad(4) Idioma materno (9) Afiliación sindical(5) Creencias religiosas (10) Maternidad

3.28. ¿Qué actividades has realizado al término de la jornada en tu último trabajo?

(1) Visita a alguien (4) Sólo va a su casa (2) Estudia (5) Hace sus tareas (3) Trabaja en otro lugar (6) Otro_________________

4. PROTECCIÓN SOCIAL

4.1. ¿Está afiliada a un sistema de pensiones? (por otro empleo diferente al de trabajadora del hogar)

(1) Sí, a la ONP (2) Sí, a una AFP (3) No (pasa a la pregunta 4.3.)

4.2. ¿Aporta actualmente al sistema de pensiones el que te encuentras afiliado(a)? (1) Sí (2) No

4.3. ¿Está afiliada a un seguro de salud?

(1) Sí, a ESSALUD (3) Sí, a uno privado (2) Sí, al SIS (4) No (pasa a la pregunta 4.5.)

4.4. De la siguiente lista de beneficios ¿Cuáles cubre su seguro? (Opción múltiple)

(1) Atención médica (gratis o descuentos)

153Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(2) Medicinas (gratis o descuentos)(3) Pensión por invalidez(4) Gastos de sepelio(5) Atención a familiares cercanos(6) Pensión a viuda y huérfanos(7) No conozco qué cubre el seguro (8) Otros_________________________

4.5. ¿Dónde se atiende cuando se enferma?

(1) Clínica privada(2) Médico privado(3) ESSALUD(4) Hospital público o posta médica(5) Hospital de la solidaridad(6) Farmacia o botica(7) Me curo con hierbas y medicina tradicional(8) Otros________________________

4.6. ¿Sufre de alguna enfermedad?

(1) Sí (2) No (pasa a la pregunta 4.8)

4.7. ¿Estas enfermedades tienen una relación directa y observable con el trabajo que realiza?

(1) Definitivamente sí (2) Puede ser (3) No

4.8. ¿Has caído gravemente enferma o sufrido un accidente fuerte mientras trabajaba?

(1) Sí (2) No (pasa a la pregunta 4.10.)

4.9. ¿De ser así, qué ocurrió con tu trabajo?

(1) Me dieron descanso médico en mi trabajo según prescripción médica(2) Sólo me dieron descanso unos días antes de que pudiera recuperar la salud(3) Continué trabajando estando enferma o accidentada(4) Fui despedida

4.10. ¿Has sufrido alguna vez acoso sexual como trabajadora del hogar?

(1) Sí (2) No (pasa a la pregunta 4.14.)

4.11 ¿De quién provino el acoso?

(1) De mi empleador(a)(2) De alguien relacionado a mi empleador/a (familiar, amigo, otro.)(3) De un(a) compañero(a) de trabajo(4) De otra persona

4.12. ¿Qué hiciste al respecto? (Opción múltiple)

(1) Denuncié el acoso ante una autoridad (policía, comisaría de mujeres, etc.) (pasa a la pregunta 4.13)(2) Le comenté mis empleadores/as (3) Renuncié al trabajo, (pasa a la 4.14.)(4) No dije nada por miedo a represalias y/o perder mi trabajo (pasa a la pregunta 4.14.)

4.13. ¿Cuál fue el resultado de tu denuncia? (Opción múltiple)

(1) El (la) acosador(a) fue encarcelado(a) y/o tiene un proceso legal por acoso

154 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(2) El (la) acosador(a) fue sancionado(a) pero continuó trabajando, aunque ya no conmigo(3) El (la) acosador(a) fue sancionado(a) pero continuó trabajando conmigo(4) No me hicieron caso

4.14. Durante el tiempo que has trabajado como trabajadora del hogar ¿Ha tenido un embarazo?

(1) Sí (2) No (pasa a la pregunta 4.16.)

4.15. ¿Recibió descanso por maternidad durante ese período?

(1) Sí, el tiempo que establece la ley (2) Sí, pero por un tiempo menor al establecido por ley(3) No, continué trabajando a pesar del embarazo avanzado(4) No, fui despedida por el embarazo

4.16. De las personas con quienes vive en su trabajo ¿Cuántas requieren cuidado especial? (niños/as, adultos mayores, personas enfermas o con discapacidades diferentes) _______

4.17. ¿Cómo imagina su futuro?

(1) Como un profesional (5) En su lugar de origen(2) Desempeñándome en una carrera técnica (6) En el extranjero(3) Con algún negocio propio (7) Otra____________________________(4) Casada con hijos/as

4.18. ¿Qué elementos impiden que se incorpore al Sistema Nacional de Pensiones (ONP) o al Sistema Privado de Pensiones (AFP)?

(1) Edad (4) Voluntad del/de la empleador/a(2) Porcentaje de contribución (5) Desconocimiento(3) Periodo de contribución (6) Otros________________________________

5. PARTICIPACIÓN Y DIÁLOGO SOCIAL

5.1. ¿Usted pertenece a alguna organización?

(1) Sí (2) No (Agradecer y dar por concluida la encuesta)

5.2. ¿A qué tipo de organización(es) pertenece? (Opción múltiple)

(1) Sindicato (6) Comité de vaso de leche(2) Parroquia y/o iglesia (7) Comedor popular(3) Junta vecinal (8) Asociación de trabajadoras del hogar(4) Mesa de diálogo (9) Otra_______________________________(5) Asociación de padres de familia (APAFA)

5.3. ¿Ha ocupado algún cargo en el comité directivo?

(1) Sí (2) No (pase a la pregunta 5.6.)

5.4. ¿Cuál es el cargo más importante que ocupó u ocupa en los últimos tres años?

_________________________________________________________________________________

5.5. ¿En cuál de estas organizaciones ocupas un cargo?

(1) Sindicato (6) Comité de vaso de leche(2) Parroquia y/o iglesia (7) Comedor popular(3) Junta vecinal (8) Asociación de trabajadoras del hogar(4) Mesa de diálogo (9) Otra(5) Asociación de padres de familia (APAFA) (10) No ocupo ningún cargo

155Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

5.6. ¿En cuál o cuáles de estas organizaciones siente que le permiten participar activamente? (Opción múltiple)

(1) Sindicato (6) Comité de vaso de leche(2) Parroquia y/o iglesia (7) Comedor popular(3) Junta vecinal (8) Asociación de trabajadores de la economía informal(4) Mesa de diálogo (9) Otra________________________________(5) Asociación de padres de familia (APAFA)

5.7. ¿Cuáles de las siguientes actividades realizan la/s organización/es a las que perteneces?

Actividades / Opinión Sí brinda No brinda

Capacitación y educación 1 2

Apoyo en la búsqueda de trabajo 1 2

Defensa de derechos laborales 1 2

Actividades de recreación 1 2

Actividades culturales 1 2

Campañas de salud 1 2

Actividades deportivas 1 2

Crédito y préstamos 1 2

Asesoría empresarial 1 2

Trabajo comunal de bien común 1 2

De aquí hasta el final las preguntas son SÓLO para las que están afiliadas a un sindicato y/o asociación de trabajadoras del hogar:

5.8. ¿El sindicato u asociación está asociado a una central sindical?

(1) Sí, a la Confederación General de Trabajadores del Perú – CGTP(2) Sí, a la Central Unitaria de Trabajadores del Perú – CUT(3) Sí, a la Central Autónoma de Trabajadores del Perú – CATP(4) Sí, a la Confederación de Trabajadores del Perú – CTP(5) No, no está asociada a ninguna central(6) No lo sé

5.9. ¿Su sindicato ha organizado alguna acción pública de protesta a favor de las trabajadoras del hogar?

(1) Sí, con resultados positivos para nosotras(2) Sí, pero con ningún resultado favorable para nosotras(3) Todavía no

5.10. ¿Han realizado alguna acción legal para solucionar algún conflicto laboral?

(1) Sí, con resultados positivos para nosotras(2) Sí, pero con ningún resultado favorable para nosotras(3) Todavía no

5.11. ¿Ha habido alguna negociación o acción del sindicato o central relacionada directamente a las trabajadoras del hogar?

(1) Sí, con resultados positivos para nosotras

156 Protección social y trabajadoras del hogar en el Perú

(2) Sí, pero con ningún resultado favorable para nosotras(3) Todavía no

5.12. ¿Se has sentido discriminada, acosada o amenazada por pertenecer al sindicato u asociación?

(1) Sí (2) No

5.13. ¿Ha sido despedida de su empleo por su actividad sindical?

(1) Sí (2) No

5.14. ¿Siente que las mujeres participan activamente dentro del sindicato y su voz es escuchada?

(1) Sí (2) No

¡Muchísimas gracias por tu tiempo y la información brindadas!