PROPIEDADES PSICOMETRICAS DEL CUESTIONARIO DE AGRESIVIDAD PREMEDITADA E IMPULSIVA EN ADOLESCENTES ...
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FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
PROPIEDADES PSICOMETRICAS DEL CUESTIONARIO DE
AGRESIVIDAD PREMEDITADA E IMPULSIVA EN ADOLESCENTES
DE SECUNDARIA DE MOCHE
TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE:
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA
AUTOR:
BR. ASMAT ASMAT, EDER EDSON
ASESORES:
MG. AZABACHE ALVARADO, KARLA ADRIANA
MG. VERA CALMET, VELIA GRACIELA
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
PSICOMETRÍA
TRUJILLO – PERÚ
2014
ii
PÁGINA DEL JURADO
Mg. Karla Adriana Azabache Alvarado
PRESIDENTE
Mg. Velia Graciela Vera Calmet
MG. SECRETARIO
Mg. María Milagros Morgan Noriega
MG. VOCAL
iii
DEDICATORIA
A Dios por su amor infinito, por amarme y
quererme tal como soy.
A mis Padres, Juan y María, por ser mis ejemplos,
por brindarme su apoyo cuando estaba débil.
Gracias papá por tus consejos y gracias mamá por
despertarme temprano con un gran beso y
motivarme a seguir mis metas. Los amo a los dos.
A mis queridos hermanos, Juan, Iván, Oscar y
Lucia, porque a pesar de ser diferentes siempre
estuvieron a mi lado. Los quiero mucho.
A mis sobrinos, Iván, Yadhira y Rosita, por alegrar
mis días con sus travesuras por las mañanas. Los
amo.
A mí queridos hermanos que ya no están
conmigo en esta vida: Oscar e Iván porque son
un gran ejemplo de vida. Los recuerdo y los
amo.
Eder Edson
Agradecimiento
iv
A Dios, por su voluntad de permitir la culminación de mi investigación. A mi asesora Mg. Karla
Azabache, por su dedicación y apoyo para dirigirme en el proceso de mi investigación. A los
directivos educativos, por el permiso otorgado y a los alumnos de las instituciones educativas del
distrito de Moche que participaron en el estudio, pues sin su apoyo y disposición no hubiera sido
posible este trabajo.
El autor
v
DECLARATORIA DE AUTENTICIDAD
Yo, Eder Edson Asmat Asmat, con DNI N° 43709152, a efecto de cumplir con las disposiciones
vigentes consideradas en el Reglamento de Grados y Títulos de la Universidad César Vallejo,
Facultad de Humanidades, Escuela profesional d Psicología, declaro bajo juramento que toda la
documentación que acompaño es veraz y auténtica.
Así mismo declaro bajo juramento que todos los datos e información que se presenta en la
presente tesis son auténticos y veraces.
En tal sentido asumo la responsabilidad que corresponda ante cualquier falsedad, ocultamiento
u omisión, tanto de los documentos como de información aportada por la cual me someto a lo
dispuesto en las normas académicas de la Universidad César Vallejo.
Trujillo, Setiembre del 2014
Br. Eder Edson Asmat Asmat
vi
PRESENTACIÓN
Señores miembros del jurado:
En cumplimiento del Reglamento de Grados y Títulos de la Universidad César Vallejo de Trujillo,
presento ante ustedes la Tesis titulada “Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad
e Impulsiva en adolescentes de secundaria de Moche”, la misma que someto a vuestra consideración
y espero que cumpla con los requisitos de aprobación para optar el título profesional de Licenciado
en Psicología
Trujillo, Setiembre del 2014
Br. Eder Edson Asmat Asmat
vii
RESUMEN
El presente estudio tiene como objetivo conocer la Propiedades Psicométricas del Cuestionario de
Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de Secundaria de Instituciones Educativas
Estatales del distrito de Moche. La muestra se conforma de 505 alumnos de ambos géneros, cuyas
edades oscilan entre 12 y 17 años. La validez de constructo por medio del análisis factorial
confirmatorio demuestra mínimas diferencias entre el modelo teórico y estimado (d<.05), así como
la existencia de correlaciones estadísticamente significativa (p<.01). Además, un ajuste CFI, GFI y
AGFI satisfactorio (≥.90), con un error cuadrático medio de aproximación aceptable
(.05<RMSEA<.08). La validez de constructo por medio del análisis de correlaciones ítem-escala
alcanza una buena correlación, considerando que sus resultados se encuentran por encima del
valor sugerido de .30. Asimismo, la validez de intercorrelación entre escalas alcanzan una
correlación directa y de grado fuerte (r=.74) y altamente significativa (p<.01). Por otro lado, la
prueba alcanza una confiabilidad respetable en la escala de agresividad premeditada (.73) y buena
en la escala de agresividad impulsiva (.83), En cuanto al análisis de variables, se encuentran
diferencias significativas en la variable sexo, por lo cual, se determinan los baremos percentilares
por género. Por tanto, el Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes es
un instrumento con características psicométricas apropiadas para el distrito de Moche.
Palabras clave: Agresividad Premeditada, agresividad impulsiva, validez, confiabilidad y baremo.
viii
ABSTRACT
The present investigation aims to discover the Psychometric Properties of the Impulsive and
Premeditated Aggression Questionnaire in high school Adolescents of state educational institutions
in Moche district. The sample was made up of 505 adolescent students of both sexes male and
female, which ages raise from 12 to 17 years. Construct validity through confirmatory factorial
analysis shows minimal differences between theoretical and estimated models (d<.05) and also
shows the existence of statistically significant correlations (p<.01) as a satisfactory CFI, GFI, AGFI
adjustment (≥ .90), with a half quadratic error (.05<RMSEA<.08). Construct validity through
correlation item-scale analysis reaches a good correlation, above the suggested .30 values.
Furthermore, the validity inter scales reaches direct and strong grade correlation (r=.74) and a
highly significant correlation (p<.01). On the other side, the test raises up to a respectable reliability
in Premeditated Aggression (.73) and a good reliability in Impulsive aggression (.83). Regarding the
analysis of variables, significant differences were found according to gender variable; so percentile
scales were determined. Therefore, it is concluded that the questionnaire of Impulsive
Premeditated Aggression in Adolescents is an instrument with appropriate psychometric
characteristics for the teenagers in the district of Moche.
Key words: Impulsive Aggression, Premeditated Aggression, construct validity, reliability and
percentile scales.
ÍNDICE
PÁGINA DEL JURADO…………………………………………………..……………………………………………..………. ii
DEDICATORIA……………………………………………………………………………………………………..….…………… iii
AGRADECIMIENTOS…………………………………………………………….…..………………………………………….. iv
DECLARACIÓN DE AUTENTICIDAD……………………………………..……………………………………………….. v
PRESENTACIÓN………………………………………………………..…………………………………………………………. vi
RESUMEN………………………………..………………………………………………………………………………………….. vii
ABSTRACT……………………………………………………………………………………………………………………………. viii
I. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 9
II. MARCO METODOLÓGICO ..................................................................................... 22
2.1. Variables ........................................................................................................ 22
2.2. Operacionalización de Variables .................................................................... 22
2.2.1. Definición conceptual.................................................................................. 22
2.2.2. Definición operacional ................................................................................ 22
2.2.3. Indicadores ................................................................................................. 22
2.2.4. Escala de Medición...................................................................................... 22
2.3. Metodología .................................................................................................. 22
2.4. Tipo de estudio .............................................................................................. 23
2.5. Diseño de Investigación………………………………………………………………………………… 23
2.6. Población y muestra....................................................................................... 23
2.7. Técnicas e instrumentos de recolección de datos ........................................... 29
2.8. Métodos de Análisis de Datos ........................................................................ 31
III. RESULTADOS ........................................................................................................ 32
IV. DISCUSIÓN............................................................................................................ 37
V. CONCLUSIONES .................................................................................................... 42
VI. RECOMENDACIONES............................................................................................. 43
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................. 44
VIII. ANEXOS ................................................................................................................ 47
Anexo Nº 1: Ficha de Tamizaje……………………………………………………………………………. 48
Anexo Nº 2: Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva ....................... 49
Anexo Nº 3: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva
según sexo ........................................................................................................... 51
Anexo Nº 4: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva
según edad ........................................................................................................... 51
Anexo Nº 5: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva
según sexo………………………………………………………………………………………………………….. 51
Anexo Nº 6: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva
según edad ........................................................................................................... 52
Anexo Nº 7: Escala de valoración de correlación en la validación………….…………….. 52
Anexo Nº 8: Escala de Valoración de Alfa de Crombach………………………………………. 52
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Determinación del tamaño de la muestra………………………………………………………………… 24
Tabla 2. Distribución de la población y muestra por colegio, grado, sección y sexo………........ 25
Tabla 3. Características de la muestra…………………………………………………………………………………… 26
Tabla 4. Índices de ajuste del modelo estimado al modelo teórico según AFC…………………….. 32
Tabla 5. Intercorrelación entre las escalas de Agresividad premeditada e impulsiva…..…………. 33
Tabla 6. Índices de validez de constructo del CAPI-A………………………………….…….……………………. 34
Tabla 7. Estadísticos de Confiabilidad del CAPI-A……………………………………….….………………………. 35
Tabla 8. Baremos percentilares del cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en
Adolescentes según sexo…………………………………………………………….…………………………. 36
Tabla 9. Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según sexo……… 51
Tabla 10. Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según edad…... 51
Tabla 11. Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según sexo… 51
Tabla 12. Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según edad… 52
Tabla 13. Escala de valoración de correlación en la validación……………………………………………… 52
Tabla 14. Escala de Valoración de Alfa de Cronbach……………………………………………………………. 52
9
I. INTRODUCCIÓN
En la actualidad, existe un mayor interés en el estudio de la agresividad. De hecho, muchos
investigadores se han centrado en su funcionalidad. La agresividad se refiere a un conjunto de
procesos emocionales y cognitivos que motivan intencionalmente al individuo a hacer daño a
una persona, y puede expresarse de manera física, verbal o relacional. Estas expresiones de la
agresividad han mostrado resultados de interés en cuanto a la etiología de la agresividad, por lo
que, gracias al enfoque teórico del procesamiento de la información, la comunidad científica
pudo estudiar la funcionalidad de la agresión, enfocándose en el estudio de esta variable y
conocer su comportamiento en los adolescentes (Andreu, 2010). Por esta razón, el estudio de
dicha variable es importante para motivos de investigación dada su incidencia en diferentes
contextos incluyendo la realidad local. Es por ello que el propósito de esta investigación es
determinar las propiedades psicométricas del cuestionario de agresividad premeditada e
impulsiva en adolescentes del distrito de Moche.
Debido a las diferentes investigaciones realizadas por la comunidad científica, dichos estudios
se han interesado en la agresividad premeditada e impulsiva en los adolescentes.
Posteriormente, gracias a los estudios de Andreu (2010) basados en los modelos teóricos del
procesamiento de la información social, de la teoría neoasociacionista y del aprendizaje socio-
cognitivo, se puede diferenciar la agresividad en dos tipos: premeditada e impulsiva siendo la
primera un medio para conseguir un objetivo, mientras que la segunda una respuesta ante una
amenaza o provocación percibida. Estos tipos de agresividad se tratarán con mayor detalle más
adelante.
Dada la importancia del tema es que se realizaron distintas investigaciones en cuanto a esta
variable de estudio. Es así como Andreu (2010) tuvo como objetivo evaluar la Agresividad por
medio del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A), en la
cual trabajó con 825 adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y 17 años de edad
pertenecientes a diferentes centros Educativos públicos de la Comunidad de Madrid, donde 426
fueron varones y 399 mujeres. Los resultados mostraron la confiablidad de la escala de la
agresividad premeditada (.83) e impulsiva (.82) en donde los varones presentaron mayores
niveles de agresividad premeditada e impulsiva que las mujeres. El estudio de la validez
convergente correlacionando el CAPI-A con dos instrumentos externos, uno de impulsividad
(BIS-11, Escala de Impulsividad de Barrat) y otro de Agresividad reactiva-proactiva (RPQ,
Cuestionario de Agresividad Reactiva/Proactiva) donde ambos tipos de agresividad se
10
correlacionaron significativamente con la Impulsividad de Barrat. La correlación con la
agresividad premeditada alcanzó .41 igualmente que con la agresividad impulsiva que alcanzó
.41. Además, la agresividad premeditada presentó una correlación ligeramente más elevada con
la agresividad proactiva (.24) y la agresividad impulsiva mostró una mayor correlación con la
agresividad reactiva (.21), como se esperaba.
Así mismo, Miranda (2012), realizó una investigación el cual tuvo como objetivo establecer la
adaptación psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en
adolescentes (CAPI-A), en la cual trabajó con 171 alumnos del ambos sexos, de edades que
oscilaban entre los 12 y los 17 años de nivel secundario de la Institución Educativa Víctor Raúl
Haya de la Torre – Roma del distrito de Ascope, siendo los niveles socioeconómicos alto y medio.
Los resultados demostraron que la validez de contenido mediante el criterio de jueces alcanzó
superar el .80 siendo altamente significativa, además se obtuvo la validez de constructo donde
se obtuvo puntajes de .842 para la escala de agresividad premeditada; así como un .911 para la
escala de agresividad impulsiva, demostrando que ambas correlaciones están sobre los .80 y son
altamente significativas. Por otro lado se alcanzó la confiabilidad donde se analizaron ambas
escalas de agresividad premeditada donde se obtuvo .537 y la escala de agresividad impulsiva
que obtuvo .639.
Ese mismo año, Martínez (2012) realizó un estudio cuyo objetivo fue establecer la adaptación
psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes en
alumnos del nivel secundario de la Institución Educativa “César Vallejo” Trujillo de niveles
socieconómicos medio y bajo. Se trabajó con una muestra de 234 alumnos de ambos sexos
entre las edades de 12 a 17 años. Los resultados alcanzaron .8 en la validez de contenido
mediante el criterio de jueces, siendo esta significativa. Asimismo, posee validez de constructo
ya que las correlaciones test-escalas obtuvieron valores altamente significativos debido a que
se encuentran sobre el 0.8, siendo sus resultados los valores de .88 para la escala premeditada
y .90 para la escala impulsiva. Por otro lado, sus índices de confiabilidad fueron moderados
según escalas logrando obtener un .59 para la escala de agresividad premeditada y un .68 para
la escala impulsiva, y para la escala total fue aceptable con un .74. Se hallaron los baremos de
centro según las escalas, incluyendo un baremo de escala sinceridad.
Posteriormente, Llanos (2013), realizó un estudio que tuvo como objetivo determinar las
propiedades psicométricas del Cuestionario De Agresividad Premeditada e Impulsiva (CAPI-A)
11
en alumnos del nivel secundario del Distrito La Esperanza. La población estuvo compuesta por
1900 alumnos, siendo la muestra de 492 estudiantes entre las edades de 12 y 16 años, siendo
262 hombres y 233 mujeres. En cuanto a la realización del análisis estadístico, en lo que respecta
a la validez de constructo se utilizó la correlación ítem-test, obteniéndose la eliminación de los
ítems 1, 3 y 5 de la escala de Agresividad Premeditada, en cuanto a la escala de Agresividad
Impulsiva, se eliminó el ítem 4 y 14; después de este procedimiento se reportó índices de
correlación ítem-test, aceptables. Asimismo, se analizó la confiabilidad mediante el método del
alpha de Cronbach, cuyos hallazgos encontrados refieren que el instrumento es confiable,
teniendo como valores .67 en la escala de Agresividad Premeditada y .76 en la escala de
Agresividad Impulsiva. Por último, se elaboraron los baremos percentilares según el género.
Por último, Muñoz (2013), realizó una investigación la cual tuvo como objetivo establecer la
adaptación psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en
adolescentes (CAPI-A), en la cual trabajó con 514 alumnos entre las edades de 12 y 17 años, de
ambos géneros, en el distrito de El Porvenir. En lo que respecta a la validez de constructo se
halló a través del análisis de correlación ítem-test donde se obtuvo en la escala de agresividad
premeditada, la eliminación del ítem 3, de la misma manera, en la escala de Agresividad
Impulsiva, se eliminaron los ítems 4 y 14, siendo así, los ítems restantes muestran un incremento
en su valor, lo que conlleva a mejorar la fiabilidad de la escala. Asimismo, se analizó la
confiabilidad mediante el método del Alfa de Cronbach, cuyos hallazgos encontrados refieren
que el instrumento es confiable, reportándose un valor .710, en la consistencia interna de la
escala de Agresividad Premeditada y asimismo, la consistencia interna de la escala Agresividad
Impulsiva obtiene un valor de .812.
Por lo tanto, debido a los interesantes estudios referidos, es que se justifica esta investigación
por el hecho que no se han realizado estudios sobre las Propiedades Psicométricas del
Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva hasta la fecha en el distrito de Moche.
Este estudio permitirá que las instituciones educativas del distrito de Moche cuenten con un
instrumento que posea las propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad
Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de dichas instituciones Educativas aportando nuevos
conocimientos psicométricos para la evaluación de la agresividad.
Andreu (2010), sostiene que la agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de
actividad que pueden manifestarse con una intensidad variable desde la agresión física hasta los
12
gestos y manifestaciones verbales como son la agresión verbal. Por tanto, la agresión haría
referencia a la propensión de un individuo a faltar el respeto, a ofender, provocar y amenazar a
los demás.
Además, la agresividad no es una forma de agresión. Se trata más bien de una serie de
experiencias que varían en intensidad, frecuencia y duración sin conducir a la agresión. Por lo
que, la agresividad sería una constelación de respuestas que se experimentan internamente y
que se manifestarían de manera externa debido a nuestras diferencias individuales, culturales y
sociales. De ese modo, la agresividad se manifestaría en tres niveles: a) Nivel Emocional, en la
que acompaña emociones como la ira manifestándose por medio de la expresión facial y los
gestos o del cambio de tono y volumen de la voz. b) Nivel Cognitivo, donde están presentes
fantasías destructivas, elaboración de planes agresivos e ideas de daño. c) Nivel Conductual,
donde están presentes manifestaciones corporales, verbales y físicas explícitas, siendo
denominada como agresión o conducta agresiva (Andreu, 2010).
Bajo esta modalidad, la agresividad es lo que nos conduce a agredir a otra persona. En este
sentido, la agresividad haría referencia al conjunto de sentimientos, emociones y pensamientos
experimentados subjetivamente que bajo la acción de determinados mecanismos y procesos
psicológicos que se activan ante una situación determinada, conducirían a la manifestación
conductual de una respuesta física o verbal en un contexto determinado (Andreu, 2010).
Entonces, la agresividad es un constructo que hace referencia a un complejo proceso psicológico
que, de forma directa o indirecta, tendría por objetivo producir un daño, físico o verbal,
poniendo en peligro, activa o pasivamente, la vida, supervivencia, bienestar e integridad del otro
(Andreu, 2010).
Esta variable en los adolescentes se debe a que presentan un déficit de autorregulación que
explica su comportamiento conflictivo y conducta antisocial. Probablemente este déficit se
asocie al comportamiento aprendido de los padres, ya que el modelo de comportamiento
autorregulado, junto con la estimulación, la facilitación y el reforzamiento que el adolescente
percibe de sus padres influye en su autoconfianza y en su desempeño académico (Gonzales y
Núñez, 2001).
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Asimismo, Bailey (2005) da importancia al apego durante la infancia ya que este de ser inseguro
puede ser un factor de riesgo determinante en el desarrollo de una conducta antisocial. Cuando
la conducta de los padres es de permanente inconsistencia o rechazo el niño se encuentra casi
constantemente en un estado de incertidumbre en cuanto a la disponibilidad física de los
padres, lo que produce un sentimiento de ira. Sobre ello, se crea un modelo de relación en el
que la ira y la inseguridad constituyen características dominantes.
Por último los aportes de Brando, Valera y Zárate (2008) concluyen que la existencia de un estilo
de apego inseguro, los antecedentes familiares violentos, las variables psicológicas presentes en
la etapa de la adolescencia y un ambiente social problemático facilitan la aparición de
comportamientos agresivos.
Para Andreu (2010) la agresividad presenta diferentes formas o modos de expresión. Primero,
la agresividad Física y Psicológica, que se define como una respuesta motriz que implica una
acción física cuyo propósito es herir o hacer daño a otra persona o, a veces, destruir la
propiedad. La agresividad psicológica utiliza el lenguaje verbal intencional con el fin de causar
daño a otra persona.
Segundo, es la agresividad activa y pasiva, siendo la diferencia entre las dos reside en el grado
de compromiso activo en la conducta manifiesta para hacer daño. La agresividad activa implica
el compromiso activo del agresor para dañar a la víctima, mientras que la agresión pasiva implica
una falta de atención a la hora de responder activamente a lo que causa daño (Andreu, 2010).
Y por último, la agresividad directa e indirecta, donde la diferencia entre las dos reside en la
posibilidad que tiene la víctima de identificar al agresor. La agresión directa implica una
interacción cara a cara en la que el agresor es identificado fácilmente. En cambio, la agresión
indirecta implica que el agresor permanece sin identificarse para evitar una confrontación,
ataque o defensa del otro (Andreu, 2010).
Para poder ofrecer una distinción funcional entre los dos tipos de agresividad, esto es, la
agresividad premeditada e impulsiva, Andreu (2010) se basó en tres modelos teóricos como son:
El procesamiento de información social de Dodge, la teoría Neoasociacionista de Berkowitz y el
Aprendizaje socio-cognitivo de Bandura.
14
El procesamiento de información social ha sido definido por Dodge (1994, como se citó en
Combs-Ronto, 2008) como un mecanismo sobre cómo las diferencias en la agresión se muestran
y son teorizadas para ser expresadas en el momento, en donde el cerebro procesa ese
acontecimiento antes que la conducta se presente. De esta manera, las diferencias individuales,
así como el desarrollo de su mecanismo, juega un rol importante en el desarrollo del
comportamiento agresivo.
De acuerdo a este modelo, los niños deben ejecutar varias tareas cognitivas para responder
apropiadamente a una situación social dada. El modelo indica que los niños involucran los
siguientes 6 pasos secuenciales: Codificar las señales, interpretar las señales, clarificar metas,
buscar alternativas potenciales, elegir de una alternativa, ejecutar de comportamiento (Combs-
Ronto, 2008).
Por ejemplo, consideren el escenario donde un niño está siendo molestado por sus compañeros
en el colegio. De acuerdo al modelo, el niño presta atención y codifica las señales sociales
relevantes (los compañeros están que se ríen de los comentarios que hacen sobre mí), luego
interpreta el significado de estas señales (estoy siendo molestado a propósito, hay intenciones
hostiles involucradas). El sujeto luego consideraría lo que espera lograr con una respuesta (les
mostraré que no estoy molesto) y accede una respuesta potencial a la situación (puedo golpear
a los otros y hacer que paren, puedo decirles que no es cierto, etc.). Finalmente, el sujeto
selecciona una respuesta (Los voy a golpear y hacer que paren) y ejecuta su comportamiento
(Combs-Ronto, 2008).
Se ha hecho mucha investigación en cada paso de este proceso con relación al comportamiento
agresivo y se ha encontrado que la agresión está vinculada con deficiencias particulares en cada
paso. Sin embargo, el paso inicial de interpretación es de importancia primordial porque los
errores aquí afectan los pasos subsecuentes. Consecuentemente, numerosos estudios han
investigado este paso inicial para determinar qué errores particulares se cometen (Combs-
Ronto, 2008).
La abundante literatura indica que la presencia de comportamientos agresivos está asociada con
el error de atribución hostil en este paso, particularmente en situaciones sociales ambiguas
(Combs-Ronto, 2008).
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En su estudio pionero sobre las reacciones de los niños de tercero y cuarto grado por Dodge
(1980, como se citó en Combs-Ronto, 2008) encontró que ambos niños agresivos y no agresivos
respondían apropiadamente cuando las intenciones de sus amigos eran claras. Por ejemplo,
cuando era claro que la intención de los amigos era accidental, ambos grupos de niños
respondían de una manera benigna. Adicionalmente, ambos grupos respondían de manera
hostil cuando era claro que la acción era intencional. Sin embargo, cuando la intención era
ambigua, los niños agresivos respondían como si la intención hubiera sido hostil mientras que
los niños no agresivos respondían como si la intención hubiera sido benigna.
Dodge concluyó que los niños agresivos muestran un error de atribución hostil y estudios
subsecuentes han repetido esta conclusión a través de un amplio rango de edades y
poblaciones, así como a través del género. Esas conclusiones resaltan la importancia de
examinar la atribución de los niños en el contexto de una situación dada, pero dice poco sobre
cómo el error de atribución hostil se desarrolla y se mantiene (Combs-Ronto, 2008).
Tanto en la versión original como en la posterior reformulación se sostiene que los niños y
adolescentes se enfrentan a las situaciones sociales con una serie de capacidades biológicas
limitadas y tienen memorizadas una serie de estructuras socio-cognitivas de sus experiencias
pasadas, lo cual guiará todo el procesamiento posterior (Penado, 2012).
En cuanto al modelo Neoasociacionista, Leonard Berkowitz (1993, como se citó en Carrasco y
Gonzales, 2006) propone este nuevo modelo donde la agresividad, denominada como “agresión
aversivamente estimulada”, es el resultado del afecto negativo producido por la experiencia de
un suceso o acontecimiento desagradable.
Berkowitz utiliza el denominado modelo de red (network model) para poner de manifiesto que
existe una asociación entre un afecto negativo o sentimiento desagradable y pensamientos,
recuerdos y reacciones motoras que pueden llevar al sujeto a dos circunstancias: o bien un
sentimiento de huida de la situación desagradable o bien la respuesta de lucha agresiva. En este
modelo no solo son las emociones negativas asociadas a eventos aversivos, sino que las
cogniciones juegan un papel relevante a la hora de producir la respuesta agresiva ya que estás
interpretan las señales o estímulos externos (Penado, 2012).
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Su tesis se basa en dos grupos de estudios previos relacionados, el primero, con la inducción de
dolor en los animales, y el otro, con las reacciones irascibles y agresivas en humanos ante
situaciones incómodas. En el primer estudio de Ulrich (1966, como se citó en Carrasco y
Gonzales, 2006) se encontró que la inducción de dolor en animales genera dos respuestas: bien
una huida para escapar del estímulo nocivo o una conducta encaminada a defenderse o intentar
destruirlo.
El segundo estudio por Landau y Raveh (1987, como se citó en Carrasco y Gonzales, 2006)
relaciona la agresividad con situaciones incómodas, tales como: altas temperaturas, ambientes
cargados de humo, ambientes con olores fétidos o situaciones de elevado estrés social. Se
encontró que las personas involucradas en tales situaciones experimentaban una reacción de
irritabilidad e irascibilidad que les motiva a infringir daño a otro.
Entonces, de acuerdo a estos estudios, Leonard Berkowitz (1989, como se citó en Carrasco y
Gonzales, 2006), sostiene que la “agresión aversivamente estimulada” procede de los
acontecimientos aversivos y que, además, no es solo una respuesta encaminada a eliminar o
reducir la estimulación desagradable, sino que también una reacción emocional dirigida a infligir
daño a un blanco neutro ajeno a la causa del daño. Para Berkowitz el papel de la frustración era
un suceso aversivo más capaz de producir una reacción emocional intensa que conducía a la
agresión emocional
Berkowitz (1989, como se citó en Carrasco y Gonzales, 2006) diferencia la agresión emocional
de la instrumental donde la primera se caracteriza por su inclinación a hacer daño en sí mismo,
y la segunda se caracteriza por el uso de la agresión como instrumento para la obtención de
determinadas consecuencias.
Entonces, este modelo explica que un acontecimiento aversivo genera un afecto negativo o
sentimiento desagradable que al vincularse con pensamientos, recuerdos, reacciones expresivo-
motoras y otras emociones negativas asociadas a una tendencia de lucha, generan un
sentimiento de ira rudimentario que producen ira y las inclinaciones conductuales agresivas,
consistentes en arremeter contra un blanco disponible o en la urgencia de herir a alguien. Sin
embargo, si el sentimiento derivado del afecto da lugar a un sentimiento de temor rudimentario,
como consecuencia de la asociación a pensamientos, recuerdos o reacciones expresivo-motoras
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correspondientes a una tendencia de huida, el resultado, en lugar de ira y agresión, sería el
terror y sus inclinaciones conductuales de escape (Carrasco y Gonzales, 2006).
Por último, en cuanto al modelo de Aprendizaje Socio-cognitivo de Bandura (1961, como se citó
en Penado, 2012), refiere que este concepto es el aprendizaje por observación el que ocupa un
lugar destacado dentro del modelo del aprendizaje social de Bandura. Ya en sus primeras
investigaciones sobre cómo se produce el proceso de socialización de los niños pudo comprobar
cómo los niños rápidamente imitan la conducta de un modelo adulto aunque este modelo
intencionadamente no pretenda transmitir ese conocimiento, denominando al proceso
aprendizaje incidental.
Aplicado posteriormente a la conducta agresiva, Bandura (1961, como se citó en Penado, 2012)
demostraron que dicho aprendizaje incidental u observacional se originaba igualmente con las
conductas agresivas, encontrando que niños que habían observado modelos de conducta
agresiva tendían a repetir los mismos comportamientos exhibidos por los modelos. Este
aprendizaje observacional de la conducta agresiva sucedía principalmente dentro de la familia,
postulando Bandura que la conducta agresiva de los niños que es reforzada por sus padres es la
que tiene mayor tendencia a repetirse.
En el proceso de aprendizaje por observación o modelado intervienen cuatro procesos: procesos
atencionales, retención, reproducción motora y motivación, los cuales serían los condicionantes
de la conducta agresiva (1977, como se citó en Penado, 2012). De este modo los niños no pueden
reproducir la conducta agresiva si no prestan atención al comportamiento del modelo, codifican
la información en la memoria a largo plazo, tienen las capacidades motoras necesarias para
realizar la conducta y esperan obtener refuerzos después de realizarla. Dicho modelo postulado
por Bandura ha ido evolucionando con el paso del tiempo a medida que ha señalado la
importancia de los factores cognitivos en estos procesos de aprendizaje. La nueva teoría social-
cognitiva postulada así sostiene que la conducta es determinada tanto por factores ambientales,
personales y conductuales que son una serie de mecanismos que originan, inducen y mantienen
la agresividad los cuales describiremos a continuación.
Los mecanismos que originan la agresión en la teoría social-cognitiva se encuentra el aprendizaje
por observación que el propio Bandura (1977, como se citó Penado, 2012) había postulado en
su propuesta original así como el aprendizaje por experiencia directa, donde las consecuencias
18
que una conducta provoca (premios o castigo) hacen que aumenten o disminuyan las
posibilidades de que se repitan en un futuro.
Ya en los mecanismos que inducen la conducta agresiva se ha aprendido que existen una serie
de mecanismos que hacen que dicha conducta se lleve a cabo en un momento determinado,
pudiendo activarse la realización de la conducta por la experiencia de un acontecimiento
aversivo, expectativas de reforzamiento, asociación del modelado con consecuencias
reforzantes, la justificación de la agresión o el control instruccional entre otros (Penado, 2012).
Por último, en cuanto a los mecanismos que mantienen la agresividad es en este último punto
donde, además de los mecanismos de reforzamiento directo, vicario y auto-reforzamiento,
suceden los mecanismos de naturaleza cognitiva. Estos mecanismos de corte cognitivo llamados
por Bandura como neutralizadores de la culpabilización por agresión. Estos hacen que se
mantenga el comportamiento agresivo ya que disminuyen la culpa por haber realizado un
comportamiento agresivo. Ejemplos de estos neutralizadores serían la justificación de la
agresión por motivos religiosos, desplazamiento de la responsabilidad, difusión de la
responsabilidad y deshumanización de la víctima (Penado, 2012).
Debido a los modelos teóricos referidos anteriormente Andreu (2010) plantea la distinción
funcional entre dos tipos de agresividad: premeditada e impulsiva. La agresividad premeditada
Se define como un medio instrumentalizado dirigido a la obtención de un objetivo que es
diferente a dañar a la víctima. Es proactiva, por lo que su meta no es dañar a la víctima sino
lograr alguna otra meta clara como ser elogiado por otros, conseguir fama o hacerse el fuerte.
Es una respuesta en un momento determinado y surge de forma consciente, deliberada y
sopesada siendo una estrategia para el agresor. Por tanto, esta forma de agresión es planificada
sin requerir provocación y enojo. Además estaría influido por procesos de aprendizaje social y
reforzamiento positivo, como también vimos en el modelo socio-cognitivo.
La agresividad impulsiva se refiere a una respuesta no planificada derivada de la ira y basada en
la motivación de hacer daño a la víctima a consecuencia de una provocación percibida o
imaginaria. La persona “estalla” como resultado de una cadena formada por sus actitudes y
emociones unidas al fuerte deseo de dañar a la víctima. Se asocia a reacciones con afecciones
emocionales negativas como ira, miedo, irritabilidad, hostilidad y provocación percibida, ya sea
19
real o imaginaria, según el modelo neoasociasionista, así como déficit en el procesamiento de
información social, cuyo modelo ha sido explicado anteriormente (Andreu, 2010).
Es importante señalar que Las investigaciones de Andreu, Peña y Ramírez (2009) refieren que
los hombres presentaron mayores niveles de agresión proactiva que las mujeres. Y en mismo
Andreu (2010) manifiestan diferencias estadísticamente significativas en cuanto al sexo. De
modo que los varones presentaron mayores niveles de agresividad premeditada que las mujeres
así como también en la agresividad impulsiva.
Estos conceptos hacen comprender la realidad en la cual se vive hoy, y de ahí que, muchos de
problemas en la sociedad, en su mayoría, sean producidos por los adolescentes, como lo señaló
una encuesta realizada por la Organización Iberoamericana de la Juventud que registra una
mayor preocupación de los jóvenes iberoamericanos por la delincuencia y la violencia ya que
existe una exclusión en el acceso a los servicios y escasas oportunidades de empleo para ellos.
Se sabe, entonces, que uno de los factores asociados a la delincuencia y la violencia es el nivel
de agresividad presentada en su mayoría por adolescentes iberoamericanos (Lantos, 2013).
En un estudio reciente, la Organización Mundial de la Salud [OMS] (2008, como se citó en
Andreu, 2010) estimó que 1.430.000 individuos al año, en todo el mundo, fallecieron a causa de
la violencia auto-infligida o interpersonal, con una cifra incluso mucho más elevada de víctimas
no mortales, siendo la mayoría de los episodios de esta violencia actos no planificados que
reflejaron claramente este tipo de agresividad impulsiva.
En el Perú, el Gerente Regional de Educación de Chiclayo, Julio Vásquez, reconoce que
actualmente existe agresividad en los escolares en la que no se puede controlar sus conductas
y comportamientos en las escuelas (Urpeque, 2013). Asimismo, el informe de la Comisaría de
Moche (2013) por la sub oficial de segunda Marquina, R., establece que en promedio existen
tres casos de delincuencia entre robos y asaltos por adolescentes a la semana en Moche, la
mayoría de ellos son cometidos por hombres.
Además se ha observado en los adolescentes de Moche las características de violencia, maltrato,
irritabilidad y agresividad.
20
Como se ha podido apreciar, esta variable es de gran importancia para la sociedad que se
necesita de instrumentos que puedan medir con anticipación esta variable de la agresividad; de
ahí que han surgido instrumentos como: la Escala de Impulsividad de Barrat Versión 11 (BIS-11)
elaborado por Patton y colaboradores en el año 1995; es una de las pruebas más utilizadas para
evaluar la impulsividad que evalúa el comportamiento del constructo impulsividad como una
característica de la personalidad y cuenta con 30 ítems. También el Cuestionario de Agresión
Reactiva-Proactiva (RPQ) diseñado por Raine y colaboradores en el año 2006 que consta de 23
ítems y evalúa la agresividad en su forma proactiva y reactiva en adolescentes (Andreu, 2010).
Por último, Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes (CAPI-A),
creado por José Andreu en el año 2010, evalúa la agresividad premeditada e impulsiva en los
adolescentes; cuenta con 24 ítems, y además posee una confiabilidad de .83 en la escala de
agresividad premeditada y .82 en la escala de agresividad impulsiva estimada mediante el
coeficiente alfa de Cronbach cuyos baremos en percentiles de adolescentes son por sexo y
general. Razón por la cual se hace necesario medir esta variable a partir de un instrumento que
sea válido, confiable y que contenga normas establecidas. En este sentido el Cuestionario de
Agresividad Premeditada e impulsiva en Adolescentes (CAPI-A), es un instrumento que puede
ser usado en el distrito de Moche puesto que no existe ninguna investigación psicométrica con
estudiantes de Secundaria en esta zona.
En conclusión, esta investigación se dirige a determinar la validez, confiabilidad y baremos del
Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de Secundaria del Distrito
de Moche.
1.1. Problema de Investigación
De esta manera, valiéndose de los conceptos antes expuestos, surge la pregunta de
investigación:
¿Cuáles son las propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e
Impulsiva en Adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales del distrito
de Moche?
1.2. Objetivos
1.2.1. General
En la presente investigación se plasma como objetivo general:
21
Conocer las propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada
e Impulsiva en Adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales del
distrito de Moche.
1.2.2. Objetivos específicos
Finalmente, como objetivos específicos:
Encontrar la validez de constructo a través del análisis factorial confirmatorio y
la correlación ítem-escala del Cuestionario de Agresividad Premeditada e
Impulsiva en Adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales
del distrito de Moche.
Establecer la confiabilidad por consistencia interna del Cuestionario de
Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes de secundaria de
Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche.
Elaborar los baremos percentilares según género del Cuestionario de
Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes de secundaria de
Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche.
22
II. MARCO METODOLÓGICO
2.1. Variables
Agresividad: Variable cuantitativa
2.2. Operacionalización de variables
Variable Definición conceptual Definición Operacional Indicadores Escala de
Medición
Agresividad
Premedita e
Impulsiva en
Adolescentes
“La agresividad es un
constructo que hace
referencia a un
complejo proceso
psicológico que, de
forma directa o
indirecta, tendría por
objetivo producir un
daño, físico o verbal,
que ponen en peligro,
activa o pasivamente,
el bienestar del otro”.
(Andreu, 2010, p. 9).
Ésta variable ha sido medida
a través del puntaje directo y
convertido que el sujeto ha
obtenido en las Propiedades
Psicométricas del Cuestionario
de Agresividad Premeditada e
Impulsiva en Adolescentes
1. Agresividad
premeditada, donde se
usa la agresión como un
medio para conseguir
un objetivo (Andreu,
2010, p. 12) cuyos Ítems
son:
1,3,5,7,9,11,13,15,17,19
,21.
Intervalos
según
refiere
Hernández,
Fernández y
Baptista
(2010, p.
216).
2. Agresividad
Impulsiva, donde se
interpreta las
situaciones sociales
como intencionalmente
hostiles aun cuando no
sea la intención de los
demás (Andreu, 2010,
p. 12) cuyos Ítems son:
2,4,6,8,10,12,14,16,18,2
0, 22,23,24.
2.3. Metodología
La metodología que utilizada en esta investigación fue Inductivo donde Bernal C. (2006)
refiere que es un método que utiliza el razonamiento para obtener conclusiones que parten
de hechos particulares aceptados como válidos, para llegar a conclusiones, cuya aplicación
sea de carácter general. El método se inicia con un estudio individual de los hechos y se
formulan conclusiones universales que se postulan como leyes, principios o fundamentos
de una teoría.
23
2.4. Tipos de estudio
Para la investigación psicométrica se consideró que el tipo de estudio a desarrollar
corresponde a la investigación Tecnológica, “cuyo objeto de investigación es más práctico
que teórico y cuyos instrumentos son científicos” (Rodríguez, 2005, p. 32).
2.5. Diseño de Investigación
Lluch y Roldán (2007, p. VIII) se refieren al “diseño psicométrico” para hacer referencia a
uno de los tipos de diseño de investigación.
Desde esta perspectiva, Alarcón (2008, p. 224) ha considerado ésta investigación
psicométrica como aquella relativa a la:
Construcción y adaptación de tests psicológicos, de habilidades, aptitudes
especiales, inventarios de personalidad, de intereses vocacionales y escalas de
actitudes. El propósito de estos estudios es desarrollar instrumentos de medición
que reúnan los requisitos de “validez” y “confiabilidad”, de suerte que sean buenos
predictores de la conducta. Comprende, también el desarrollo de “normas” para
interpretar las puntuaciones individuales, puesto que las ejecuciones personales
sólo pueden valorarse en cuanto se les compara con resultados obtenidos por el
grupo del que forma parte.
Es decir, “este tipo de investigación requiere datos para examinar las propiedades de las
mediciones y su adecuación para diferentes usos” (Conrad y Serlin, 2011, p. 223).
2.6. Población y muestra
2.6.1. Población Objetivo
La población objetivo de la presente investigación fue un total de 640 alumnos de 1º,
2º, 3º, 4º, 5º grado de secundaria donde 195 pertenecen a una institución y 445 a
otra institución Educativa del distrito de Moche.
2.6.2. Muestra
Las fórmulas para la obtención de la muestra, son las siguientes:
𝑛 =𝑁𝑧2 . 𝑝. (1 − 𝑝)
𝑒2 . (𝑁 − 1) + 𝑧2 . 𝑝. (1 − 𝑝)
Donde cada parámetro se describe en la siguiente tabla.
24
Tabla Nº 01
Título: Determinación del tamaño de la muestra
Parámetro Estadístico Valor
Proporción de éxito p ,50
Proporción de fracaso q ,50
Nivel de significancia ,05
Nivel de confianza (1-a) NC ,95
Valor Normal Estándar z 1,96
Error de muestreo e ,02
Población Objetivo N 640
Muestra ajustada a la Población nf 505
Razón muestra/población objetivo nf /N ,7891
La presente tabla grafica la determinación del tamaño de la muestra por medio de un ajuste a la
población, siendo el resultado 505.
25
Tabla Nº 02
Título: Distribución de la población y muestra por colegio, grado, sección y sexo.
Grado Sección
Población por I. E. y sexo Población
Total
Muestra por I. E. y sexo Muestra
Total IE 1 IE2 IE1 IE2
M F M F M F M F
1 A 15 16 11 14 57 12 13 9 11 45
B 13 14 14 11 52 10 11 11 9 41
C 11 14 25 9 11 20
D 11 14 25 9 11 20
2 A 10 19 24 20 74 8 15 19 16 58
B 10 19 29 8 15 23
C 11 9 20 9 7 16
D 9 11 20 7 9 16
3 A 11 18 18 20 67 9 14 14 16 53
B 18 15 33 14 12 26
C 9 11 20 7 9 16
4 A 10 15 15 18 58 8 12 12 14 46
B 8 16 24 6 13 19
C 9 20 29 7 16 23
5 A 9 14 20 9 52 7 11 16 7 41
B 15 16 32 12 13 25
C 10 11 22 8 9 17
Total 190 255 103 93 640 150 201 81 73 505
La presente tabla muestra la distribución por edad y sexo de las instituciones educativas
seleccionadas donde la población total es 640 y la muestra total es 505 de ambas instituciones
seleccionadas.
26
Tabla Nº 03
Título: Características de la muestra
Característica N %
Sexo
Varones 231 45,7
Mujeres 274 54,3
Total 505 100,0
Edad
12 – 14 291 57,6
15 – 17 214 42,4
Total 505 100,0
La muestra de la presente investigación fue un total de 505 alumnos de las instituciones educativas
del Distrito de Moche donde 154 alumnos pertenecen a una y 351 a otra Institución educativa
seleccionada.
27
2.6.3. Muestreo
Para esta investigación se empleó la técnica de muestreo probabilístico y sus tipos
como son el Muestreo Estratificado y el Muestreo Aleatorio simple.
Muestreo Probabilístico
Se refiere a este concepto “cuando puede calcularse con anticipación cuál es la
probabilidad de poder obtener cada una de las muestras que sean posibles a
partir de la población” (Sánchez y Reyes, 2006, p. 143).
Muestreo Estratificado
Se refiere a este concepto cuando “se considera que una población posee
subgrupos o estratos que pueden presentar diferencias en las características que
son sometidos a estudio” (Sánchez y Reyes, 2006, p.145).
Muestreo Aleatorio Simple
Este concepto hace referencia a “un aspecto básico y a la vez esencial en el
supuesto de que cada uno de los miembros de una población tiene igual
posibilidad de pertenecer a la muestra” (Sánchez y Reyes, 2006, p. 143).
2.6.4. Criterios de Inclusión
Alumnos matriculados en el año académico 2014 en las instituciones educativas
a evaluar en el distrito de Moche.
Alumnos de edades entre 12 a 17 años.
Alumnos de ambos sexos.
Alumnos de 1º a 5º grado de secundaria de ambos sexos.
2.6.5. Criterios de exclusión
• Estudiantes con antecedentes de tratamiento psiquiátrico determinado por la
ficha de tamizaje (ver anexo 1).
• Los alumnos que no deseen participar en el estudio.
• Alumnos que hayan marcado de manera incompleta los ítems del instrumento.
28
2.7. Técnicas e instrumentos de recolección de datos
2.7.1. Técnicas de recolección de datos
Para la presente investigación se empleó como técnica de recolección de datos, la
técnica psicométrica. Según F. Ballesteros (1987, como se citó en Cardona, Chiner y
Lattur, 2006, p. 74), refiere que éstas comprenden: “aquellos test de evaluación y
diagnóstico que han sido elaborados utilizando procesamientos estadísticos
altamente calificados y con material rigurosamente estandarizado y tipificado, en sus
tres fases fundamentales: Administración, corrección e interpretación”.
2.7.2. Instrumento de recolección de datos
Cuestionario de agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A)
- Ficha Técnica:
Andreu (2010) refiere que el Cuestionario de Agresividad Premeditada e
Impulsiva en Adolescentes es de aplicación individual y colectiva entre las edades
de 12 a 17 años en un tiempo de 10 a 15 minutos de duración. El objetivo es
evaluar la agresividad premeditada e impulsiva junto con una escala para el
control de falta de sinceridad. Los baremos son percentiles de adolescentes por
sexo y general. Para esto, se utiliza el manual y el ejemplar auto-corregible como
materiales.
- Validez:
Andreu (2010) logró la validez de contenido mediante la construcción de escalas
a partir de una revisión bibliográfica exhaustiva. Asimismo, la validez de criterio
se estudió en su modalidad de validez discriminante y convergente. La validez
discriminante fue evaluada comprobando que la correlación entre las escalas
fuera inferior a su coeficiente alfa. La validez convergente se realizó
correlacionando el CAPI-A con dos instrumentos externos, uno de Impulsividad
(BIS-11, Escala de Impulsividad de Barrat) y otro de Agresividad
reactiva/proactiva (RPQ, Cuestionario de Agresividad Reactiva/Proactiva).
Por una parte, Andreu (2010) comprobó que ambos tipos de agresividad se
correlacionaron significativamente con la Escala de Impulsividad. (.41 con la
agresividad premeditada y .41 con la agresividad impulsiva). Por otra, la
agresividad Premeditada presentó una correlación ligeramente más elevada con
29
la agresividad proactiva (.24) y, tal y como se esperaba, la agresividad Impulsiva
mostró una mayor correlación con la agresividad reactiva (.21).
- Confiabilidad:
La confiabilidad de la escala de Agresividad Premeditada, estimada mediante el
alfa de Cronbach fue de .83 considerándose aceptable. Asimismo, la
confiabilidad de la escala de Agresividad Impulsiva estimada igualmente
mediante el alfa de Cronbach fue de .82 considerándose aceptable (Andreu,
2010).
- Normas de Calificación:
Según Andreu (2010) la valoración de cada uno de los ítems se hace mediante
una escala de Likert de cinco puntos. Los cinco puntos evalúan el grado en que
la actitud agresiva del adolescente es favorable o desfavorable. Se ha utilizado
los números del 1 al 5 para representar el grado en que el adolescente está de
acuerdo con el ítem, siendo 1 muy en desacuerdo y 5, muy de acuerdo.
Una vez realizada la aplicación se despliega el ejemplar autocopiado y se suman
las puntuaciones de los ítems que componen cada escala siguiendo las
instrucciones que aparecen en la hoja. Luego, se anota las puntuaciones directas
(PD) resultantes en las casillas correspondientes y se consulta los baremos del
manual para obtener el percentil (Pc) que le corresponde a cada puntuación
directa (PD). Si se desea, se puede representar los percentiles en el perfil gráfico
de la hoja (Andreu, 2010).
Igualmente se procede con las preguntas en la Escala de Sinceridad que evalúan
el estilo de respuesta del sujeto. Se suma el número de respuestas de en la
columna verdadero, se anota el resultado en la casilla correspondiente. Luego,
se consulta la tabla de baremos para determinar la validez de los resultados
(Andreu, 2010).
En general, una puntuación percentil de 75 o superior es indicativa de
agresividad impulsiva o premeditada. A partir del percentil de 95 se considera
que la agresividad es predominantemente impulsiva o premeditada. Se recuerda
30
que el adolescente puede presentar niveles altos en ambas escalas, lo que sería
indicativo de altos niveles de agresividad impulsiva y premeditada sin que
predomine uno en concreto (Andreu, 2010).
- Normas de Interpretación:
Una vez obtenidas las puntuaciones percentiles correspondientes a cada una de
las escalas (Premeditada e Impulsiva), éstas se pueden representar en un gráfico
que proporciona el perfil agresivo de cada sujeto. A partir del percentil 75 en
cada una de las escalas encontramos o bien un perfil de agresividad premeditado
o, por el contrario, impulsivo. Finalmente, en el caso de que ambas escalas de
puntuación obtenidas fuera igual o superior al percentil 75 hablaríamos de un
perfil de agresividad mixto (Andreu, 2010).
- Baremos o Normas:
Según Andreu (2010), los baremos de la escala P (Agresividad Premeditada) a
partir del percentil 75 es indicativa de agresividad premeditada tanto en
hombres como en mujeres. Sin embargo, para alcanzar el percentil 75 los
puntajes directos son diferentes para ambos sexos. Para los hombres abarcaría
desde el puntaje directo de 39 en adelante y 34 para las mujeres.
De la misma manera, los baremos de la escala I (Agresividad Impulsiva) a partir
del percentil 75 es indicativa de agresividad premeditada tanto en hombres
como en mujeres. Sin embargo, para alcanzar el percentil 75 los puntajes
directos son diferentes para ambos sexos. Para los hombres abarcaría desde el
puntaje directo de 42 en adelante y desde 40 en adelante para las mujeres
(Andreu, 2010).
- Ficha de Tamizaje:
Este instrumento consta de 4 preguntas que el evaluado tuvo que contestar para
saber si está o ha llevado tratamiento psicológico y psiquiátrico (ver anexo 1).
31
2.8. Métodos de análisis de datos
El análisis de los datos se realizó mediante la estadística descriptiva e inferencial. De la
estadística descriptiva se utilizaron distribución de frecuencias absolutas simples y
porcentuales, medidas de tendencia central (media, moda, mediana), medidas de
dispersión (desviación estándar, mínimo y máximo), medidas de posicionamiento
(percentiles, puntuaciones típicas derivadas) y estadísticos de consistencia interna
(coeficiente Alfa de Cronbach). De la estadística inferencial se utilizó el coeficiente de
correlación producto momento de Pearson en la obtención de los índices de validez de
constructo, la prueba de Normalidad de Kolmogorov-Smirnov, como paso previo para
elegir la prueba estadística Paramétrica o no Paramétrica a utilizar, así como la prueba t-
Student para analizar las diferencias por edad y sexo.
32
III. RESULTADOS
3.1. Resultados de la Validez de constructo de CAPI-A
Tabla Nº 4
Título: Índices de ajuste del modelo estimado al modelo teórico según AFC
Índices de Ajuste Resultados del AFC
España (2010)
Perú (2014)
Promedio de los residuos estandarizados
Diagonal ,040
Fuera de la diagonal ,044
Existencia de correlaciones entre ítems
X2 721.149
Gl 251
Sig. ,000** Índices de ajuste ad hoc
CFI Índice de ajuste comparativo ,85
GFI Índice de bondad de ajuste ,90 ,90
AGFI Índice ce bondad de ajuste corregido ,88 ,89
RMSEA Error cuadrático medio de aproximación ,05 ,061
**p<,01
En la tabla 4, se aprecian los resultados del análisis factorial confirmatorio estimados
mediante el método de máxima verosimilitud y bajo el supuesto de dos factores
relacionados. Encontrándose un promedio de los residuos estandarizados muy pequeño
(d<.05) en la diagonal y fuera de la diagonal de la matriz de residuos estandarizados,
evidenciando mínimas diferencias entre el modelo estimado y el modelo teórico propuesto.
Además se encontró evidencia estadística altamente significativa (p<.01) de la existencia
de muchas correlaciones entre los Ítems, dentro de cada escala, haciendo posible la
formación de dos factores con los ítems que componen cada escala. Finalmente los índices
de ajuste (CFI, GFI y AGFI) obtuvieron un valor satisfactorio (≥,90), con un error cuadrático
medio de aproximación aceptable (,05<RMSEA<,08), evidenciando un ajuste aceptable
entre el modelo estimado y el modelo teórico, confirmándose la validez del constructo
propuesto por la prueba CAPI-A (2010).
33
Tabla Nº 5
Título: Intercorrelación entre las escalas de Agresividad premeditada e impulsiva.
Agresividad R Sig.
Premeditada Impulsiva ,74 ,000**
**p<,01
En la tabla 5, se aprecia una intercorrelacion directa, de grado fuerte y altamente
significativa (p<,01) entre las escalas de agresividad premeditada e impulsiva.
34
Tabla Nº 6
Título: Índices de validez de constructo del CAPI-A
Premeditada Impulsiva
Ítem r Ítem r
1 ,38 2 ,54
3 ,47 4 ,43
5 ,46 6 ,60
7 ,55 8 ,64
9 ,42 10 ,58
11 ,58 12 ,61
13 ,54 14 ,51
15 ,60 16 ,57
17 ,61 18 ,54
19 ,54 20 ,63
21 ,53 22 ,63
23 ,57
24 ,66
En la tabla 06, se aprecia un índice de validez ítem – escala que varía entre ,38 y ,61 en la
escala de agresividad premeditada y un índice de validez ítem – escala que varía entre ,43
y ,66 en la escala de agresividad impulsiva apreciándose correlaciones buenas y muy buenas
según Elosua (2012) (ver anexo 7).
35
3.2. Resultados sobre la confiabilidad de CAPI-A
Tabla Nº 7
Título: Estadísticos de Confiabilidad del CAPI-A
Agresividad Alfa de
Cronbach N de Ítems Media DE EEM
Premeditada ,73 11 26,21 7,05 3,69
Impulsiva ,83 13 35,07 9,77 4,02
Nota: DE: Desviación estándar, EEM: Error estándar de medición.
En la tabla 7, se aprecia una buena confiabilidad en la escala de agresividad impulsiva y
una confiabilidad respetable en la escala de agresividad premeditada según Vellis (1991)
(ver anexo 8).
36
3.3. Resultados de la construcción de Normas del instrumento
Tabla Nº 8
Título: Baremos percentilares del cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva
en Adolescentes según sexo.
Pc A. Premeditada A. Impulsiva
Varones Mujeres Varones Mujeres
99 53 49 52 54
95 43 39 48 47
90 39 37 46 43
85 36 35 43 40
80 35 -- 41 39
75 34 33 40 38
70 33 32 39 36
65 32 31 38 --
60 31 30 36 35
55 30 29 35 34
50 29 28 34 33
45 28 27 -- 31
40 27 26 33 30
35 26 25 31 28
30 25 24 30 27
25 24 22 29 26
20 23 21 27 25
15 21 19 25 24
10 20 17 22 20
5 18 15 18 15
1 12 12 13 12
N 231 274 231 274
M 29,34 27,57 34 31,98
Mo 28 26 34 35
DE 7,84 7,51 8,79 9,21
Mín. 12 12 13 12
Máx. 53 49 52 54
En la tabla 8, se aprecia una asimetría positiva en la escala de agresividad premeditada y
una distribución con tendencia a ser simétrica en la escala de agresividad impulsiva en la
submuestra de varones y una asimetría negativa en la submuestra de mujeres.
37
IV. DISCUSIÓN
La presente investigación tuvo como finalidad realizar el estudio de Propiedades Psicométricas
del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A),
cumpliéndose con los objetivos de hallar la validez de constructo mediante el Análisis Factorial
Confirmatorio y el coeficiente de correlación ítem-escala; la confiabilidad por consistencia
interna mediante el coeficiente de Alfa de Cronbach y baremos para determinar diferencias
entre sexo y edad en los estudiantes del distrito de Moche en edades que oscilan entre 12 y 17
años.
La muestra de la presente investigación fue un total de 505 alumnos de dos instituciones
educativas del Distrito de Moche donde 154 alumnos pertenecen a una y 351 a otra Institución
educativa seleccionada.
Antes de empezar a discutir los resultados, cabe señalar que la agresividad hace referencia a “un
complejo proceso psicológico que, de forma directa o indirecta, tiene por objetivo producir un
daño, físico o verbal, que ponen en peligro el bienestar del otro” (Andreu, 2010, p. 9). Es así que
el mismo autor divide esta variable en agresividad premeditada, haciendo referencia a la
obtención deliberada de un objetivo y que es diferente a dañar a la víctima, y agresividad
impulsiva, la cual es una respuesta no planificada que deriva de la ira basada en la motivación
producir un daño a la víctima.
El primer objetivo específico de determinar la validez de constructo, cuyo concepto se refiere a
que tan exitosamente un instrumento representa y mide un concepto teórico (Hernández,
Fernández y Baptista, 2010), se trabajó por medio del Análisis Factorial Confirmatorio cuyos
resultados obtenidos en el análisis de promedio de los residuos estandarizados se encontró una
diferencia muy pequeña (d<.05), evidenciando mínimas diferencias entre el modelo teórico y el
modelo estimado, es decir, ambos modelos se parecen. Asimismo, en la existencia de
correlaciones se encontró evidencia estadísticamente significativa (p<.01), lo cual evidencia la
existencia de múltiples correlaciones entre los ítems dentro de cada escala, haciendo posible la
formación de los dos factores con los ítems que componen cada escala. Por último, los índices
de ajuste (CFI, GFI Y AGFI) obtuvieron un valor satisfactorio (≥ .90), con un error cuadrático
medio de aproximación aceptable (.05<RMSEA<.08), lo cual evidencia un ajuste aceptable entre
el modelo teórico y el modelo estimado, confirmándose la validez de constructo propuesto por
38
autor Andreu en la versión original del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva
(CAPI-A) en el año 2010.
Estos resultados coinciden con los resultados del autor original de la prueba, quien utilizó los
índices de ajuste, en el cual para el índice de Bondad de ajuste del modelo GFI el resultado fue
.90 y para el índice de bondad de ajuste corregido AGFI fue .88 con un error cuadrático medio
(RMSEA) de estimación buena de .05, lo cual evidencia un buen ajuste al modelo al presentar
ambos índices valores altos. Estos resultados hallados coinciden con los resultados de la
presente investigación, por lo que, se podría decir que los estudiantes de la ciudad de Madrid y
los estudiantes del distrito de Moche tendrían semejanzas socioculturales, de creencias y
costumbres. Esto podría indicar que podrían existir semejanzas en cuanto a su percepción de la
agresividad.
Asimismo, se trabajó la validez de constructo por medio del análisis de correlaciones ítem-escala
mediante el coeficiente de correlación de Pearson, que es una versión paramétrica que requiere
variables numéricas con distribución normal (Hernández, Fernández y Baptista, 2010), cuyo
procedimiento permite buscar la relación del puntaje de cada ítem con el puntaje total de la
escala, así como obtener información sobre un índice de consistencia interna del test. Para
efectos de elegir la fórmula de Pearson, previamente de efectuó la prueba de normalidad de
Kolmogorov Smirnov para determinar la prueba estadística a elegir. Los resultados revelan la
existencia de correlación directa, de grado fuerte y altamente significativa entre ambas escalas.
Además, en la correlación ítem-escala, cuyos índices varían entre .38 y .61 en la escala de
agresividad premeditada y un índice de validez que varía entre .43 y .66 en la escala de
agresividad impulsiva. Estos resultados evidencian una buena correlación entre los puntajes de
los ítems con el puntaje total de cada escala considerando que Elosua y Bully (2012) estima que
un nivel de discriminación es buena a partir de .30 a .39 y muy buena desde .40 a más. Por tanto,
se deducen que los ítems miden la variable que pretenden medir.
Para Miranda (2012), en su estudio para establecer la adaptación psicométrica del mismo
instrumento en el distrito de Ascope (nivel socioeconómico alto y medio), demostró una
correlación altamente significativa entre los ítems con su respectiva escala siendo .842 para la
escala de agresividad premeditada y .911 para la escala de agresividad impulsiva confirmando
la validez de constructo ya que estos datos están sobre .8. Asimismo, Martínez (2012), en su
estudio para establecer la adaptación psicométrica del mismo instrumento en Trujillo (nivel
39
socioeconómico medio y bajo) confirman la validez de constructo altamente significativa al ser
sus valores sobre .8 al alcanzar .88 en la escala premeditada y .90 para la escala impulsiva en su
correlación escala-test. Por otro lado, Llanos (2013) en su estudio para determinar las
propiedades psicométricas de dicho instrumento en el distrito de la Esperanza y después haber
eliminado ítems, reportó índices de correlación ítem-test siendo estas aceptables. De la misma
manera, Muñoz (2013) en su estudio para determinar las propiedades psicométricas del mismo
en el distrito de El Porvenir descubrió que al eliminar ciertos ítems, sus índices de correlación
ítem-test fueron aceptables.
Se podría decir, que las puntuaciones alcanzadas, en cuanto a validez de constructo, en el
distrito de Ascope fueron altamente significativas debido a que cada ítem contribuye en mayor
medida a medir la variable de la agresividad. Por tanto, cada uno de los ítems contribuye a medir
la variable que pretende medir. Se puede decir que existe una relación entre el nivel
socioeconómico y el nivel de significancia de cada ítem con el test. La muestra de este estudio
presentó niveles socioeconómicos alto y medio, como lo fue también en el estudio en Trujillo,
cuya muestra presentó niveles socioeconómicos medio y bajo y cuyos resultados fueron
altamente significativos, o sea, mayor nivel de significancia de cada ítem con el test. Sin
embargo, los estudios en los distritos de la Esperanza, así como el Porvenir incluyendo el
presente estudio reflejan la realidad de que los ítem alcanzaron puntuaciones aceptables por lo
que refleja un entendimiento aceptable de los ítems respecto de la variable de estudio; esto
probablemente debido a que en su mayoría estos distritos son de nivel socioeconómico bajo y
por lo tanto menor nivel de significancia de cada ítem con el test. Por tanto, podría haber
semejanzas entre la muestra de los estudiantes de Madrid y la muestra de los estudiantes de los
distritos de Ascope y Trujillo de nivel socioeconómico alto y medio.
Respecto al segundo objetivo específico sobre la confiabilidad, la cual hace referencia a la
consistencia de los puntajes obtenidos por un mismo grupo de sujetos en una serie de
mediciones tomadas con el mismo test (Alarcón, 2008), se trabajó mediante el coeficiente de
consistencia interna Alfa de Cronbach para cada escala, cuyos resultados fueron de .73 en la
escala de agresividad premeditada, ubicándose en la categoría respetable y .83 en la escala de
agresividad impulsiva ubicándose en la categoría buena según Vellis (1991), lo cual indica que
los resultados obtenidos son consistentes, no se deben al azar y, por lo tanto, son reproducibles.
Cabe hacer notar que la construcción de la prueba original obtuvo una confiabilidad estimada
de .83 para Agresividad Premeditada y .82 para Agresividad Impulsiva. Asimismo, Miranda
40
(2012) alcanzó un nivel de confiabilidad .53 en la escala de Agresividad Premeditada y .639 en
la escala de Agresividad Impulsiva. También, Martínez (2012) alcanzó un nivel de confiabilidad
.59 en la escala de Agresividad Premeditada y .68 en la escala de Agresividad Impulsiva. Del
mismo modo, Llanos (2013) alcanzó un nivel de confiabilidad .67 en la escala de Agresividad
Premeditada y .76 en la escala de Agresividad Impulsiva. Y por último, Muñoz (2013) alcanzó un
nivel de confiabilidad .71 en la escala de Agresividad Premeditada y .81 en la escala de
Agresividad Impulsiva. Por tanto, se concluye que, la confiabilidad estimada en esta
investigación alcanza resultados similares a los antes descritos, por lo que se puede afirmar que
el instrumento está midiendo de manera consistente su variable de estudio.
Los resultados de confiabilidad se pueden entender debido a la cantidad de la muestra. Los
resultados en el procesamiento de la versión original del instrumento de Agresividad
Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A) alcanzaron niveles de confiabilidad más
elevados (.83 en la escala de agresividad premeditada y .82 en la escala de agresividad impulsiva)
debido a que su muestra fue de 825 adolescentes. Sin embargo, la confiabilidad en los estudios
de Miranda (2012) y Martínez en el mismo año, fueron desde mínimamente aceptables ya que
la muestra de adolescentes para el primero fue 171 y 234 para el segundo. Por otro lado, los
estudios de confiabilidad de Llanos (2013), Muños (2013) y el nuestro en el presente año fueron
valorados desde respetables hasta muy bueno respectivamente, y esto se debe a que la muestra
en estos estudios fueron mayores a 300. El primero realizó su estudio con 492 adolescentes, 514
adolescentes para el segundo y 505 en la presente investigación, lo cual implica que el test es
reproducible y confiable. El análisis de los resultados permite entender mejor el
comportamiento de las dimensiones que componen el Cuestionario de Agresividad Premeditada
e Impulsiva y el buen grado de funcionamiento que ha demostrado la prueba en la Población del
distrito de Moche.
Respecto al tercer objetivo específico de la obtención de normas, se establecieron baremos
percentilares, que es el conjunto de normas o valores normales que sirven para evaluar una
característica en un individuo particular o en grupos de individuos, cuyos valores centrales o
medios y valores de dispersión se obtienen mediante investigaciones sistemáticas en un gran
número de personas (Brenlla, 2002). Se utilizó, al seguir sus datos una distribución normal, la
prueba t-Student para la agresividad premeditada e impulsiva en las sub-muestras por sexo.
Asimismo, la prueba de U de Mann-Whitney, al seguir sus datos una distribución asimétrica,
para la agresividad premeditada e impulsiva en sub-muestras según edad. Los resultados, en
41
función a la variable edad, se encontraron que no había diferencias significativas en los análisis.
Sin embargo, en lo referente a las diferencias de los puntajes de con la variable sexo, los varones
obtienen un mayor promedio que las mujeres; por tal motivo en la escala de agresividad
premeditada los hombres alcanzaron una media de 29.34 y las mujeres 27.57; en la escala de
agresividad impulsiva los varones obtuvieron una media de 34.00 mientras que las mujeres
lograron una media de 31.98. De esta manera es que se hallaron diferencias significativas, por
lo que se puede afirmar que existen diferentes características agresivas en la escala premeditada
e impulsiva entre varones y mujeres, en lo que respecta a ambas escalas. En la Escala de
agresividad premeditada se encontraron diferencias significativas (p=.010) y en la Escala
agresividad impulsiva se hallaron diferencias significativas (p=.013) en función a la variable sexo.
Por lo tanto, se procedió a la elaboración de tablas de baremos percentilares por género.
Asimismo, los estudios de la prueba original mostraron diferencias significativas en el sexo
(p<.001 en la escala de agresividad premeditada y p<.001 en la escala de agresividad impulsiva).
Por tanto, el informe de la Comisaría de Moche (2013) en cuanto a que en promedio existen tres
casos de delincuencia entre robos y asaltos por adolescentes a la semana en Moche, siendo la
mayoría de ellos cometidos por hombres, ayuda a entender que deben existir estas diferencias.
Es así que basándose en los resultados, esta investigación colabora con la variable del
instrumento con la realidad del distrito de Moche al tener un sustento tangible con el cual
respaldar si un estudiante adolescente necesitaría ayuda psicológica o intervención terapéutica
en función a la agresividad que presente, sea esta premeditada o impulsiva. Además, ayuda a
poder comprobar en qué medida se pueden prevenir conductas desadaptativas donde
intervenga la violencia en estas dos dimensiones estudiadas.
Finalmente, se considera que este instrumento ayudará a la prevención de y detección de la
agresividad en el distrito de Moche, donde actualmente las conductas disruptivas generan un
efecto nocivo tanto en lo que son sus relaciones interpersonales como en sus propias
características de personalidad.
V. CONCLUSIONES
Al finalizar la investigación se obtuvieron las siguientes conclusiones:
42
- Se determinaron las propiedades psicométricas del Cuestionario de agresividad
Premeditada e Impulsiva en una muestra de 505 adolescentes de las instituciones
educativas seleccionadas del distrito de Moche.
- Se determinó el análisis de la validez de constructo mediante el análisis factorial
confirmatorio obteniéndose los resultados de una diferencia muy pequeña entre el modelo
teórico y el modelo estimado (d<.05), así como una existencia de correlaciones
estadísticamente significativa (p<.01). Asimismo, los índices de ajuste (CFI, GFI Y AGFI)
obtuvieron un valor satisfactorio (≥ .90), con un error cuadrático medio de aproximación
aceptable (.05<RMSEA<.08).
- El análisis de correlaciones ítem-escala mediante el coeficiente de correlación de Pearson
revelaron la existencia de correlación directa, de grado fuerte y altamente significativa entre
ambas escalas así como un índice de variabilidad entre .38 y .61 en la escala de agresividad
premeditada y un índice variabilidad entre .43 y .66 en la escala de agresividad impulsiva,
cuyos resultados evidencian una buena correlación entre los puntajes de los ítems con el
puntaje total de cada escala.
- Se obtuvo la confiabilidad por consistencia interna por medio del índice de alfa de Cronbach
obteniendo un índice de .73 en la escala de agresividad premeditada ubicándose en la
categoría respetable y .83 en la escala de agresividad impulsiva ubicándose en la categoría
buena según Vellis (1991)
- Se elaboraron los baremos por sexo por medio de la prueba t-student al encontrarse
diferencias significativas en ambas escalas (p=.010) en la Escala de agresividad premeditada
y (p=.013) en la Escala agresividad impulsiva.
VI. RECOMENDACIONES
- Realizar otros procedimientos además de los ya aplicados como el test-re test para estimar
la confiabilidad por estabilidad de la prueba.
43
- Proponer líneas de investigación psicológicas a partir de los baremos presentados, dado que
los resultados obtenidos son muestra de la realidad situacional de los adolescentes del
distrito de Moche.
- Ampliar el estudio de esta variable en toda la región para poder conocer las propiedades
psicométricas del instrumento y poder realizar un diagnóstico adecuado en otras
poblaciones de estudio.
44
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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ANEXOS
48
Anexo Nº 1
Ficha de Tamizaje
1.- ¿Está usted actualmente en tratamiento psicológico?
2.- ¿Ha estado usted en tratamiento psicológico?
3.- ¿Está usted actualmente en tratamiento psiquiátrico?
4.- ¿Ha estado usted en tratamiento psiquiátrico?
SI NO
SI NO
SI NO
SI NO
49
Anexo Nº 2
Nombres y Apellidos
Edad: Sexo: Fecha: / /
Institución Educativa:
INSTRUCCIONES
A continuación encontrarás una serie de frases que tienen que ver con diferentes
formas de pensar, sentir y actuar. Lee atentamente cada una de ellas y elige la
respuesta que mejor refleje tu grado de acuerdo o desacuerdo con lo que dice la
frase. No hay respuestas correctas ni incorrectas por lo que es importante que
contestes de forma sincera. Por favor, tampoco pases mucho tiempo diciendo las
respuestas y señala lo primero que hayas pensado al leer cada una de las frases.
Responde a cada una de las frases usando la siguiente escala.
1 2 3 4 5
MUY EN DESACUERDO
EN DESACUERDO
INDECISO DE
ACUERDO MUY DE
ACUERDO
F M
NO DES LA VUELTA A LA PÁGINA HASTA QUE LO INDIQUE EL EXAMINADOR
50
1 2 3 4 5
MUY EN DESACUERDO EN DESACUERDO INDECISO DE ACUERDO MUY DE ACUERDO
RODEA CON UN CÍRCULO LA ALTERNATIVA ELEGIDA (1, 2, 3, 4 ó 5)
1 Creo que mi agresividad suele estar justificada. 1 2 3 4 5
2 Cuando me pongo furioso, reacciono sin pensar. 1 2 3 4 5
3 Creo que la agresividad no es necesaria para conseguir lo que se quiera.
1 2 3 4 5
4 Después de enfurecerme, suelo recordar muy bien lo que ha pasado.
1 2 3 4 5
5 Soy capaz de controlar mi deseo de agresividad. 1 2 3 4 5
6 Durante una pelea, siento que pierdo el control de mi mismo. 1 2 3 4 5
7 He deseado que algunas de las peleas que he tenido realmente ocurrieran.
1 2 3 4 5
8 Me he sentido tan impresionado que he llegado a reaccionar de forma agresiva.
1 2 3 4 5
9 Pienso que la persona con la que discutí realmente se lo merecía. 1 2 3 4 5
10 Siento que se me ha llegado a ir la mano en alguna pelea. 1 2 3 4 5
11 Ser agresivo me ha permitido tener poder sobre los demás y mejorar mi nivel social.
1 2 3 4 5
12 Me suelo poner muy nervioso o alterado antes de reaccionar furiosamente.
1 2 3 4 5
13 Conocía a muchas de las personas que participaron en la pelea. 1 2 3 4 5
14 Nunca he bebido o tomado drogas antes de pelearme con otra persona.
1 2 3 4 5
15 Algunas de las peleas que he tenido han sido por venganza. 1 2 3 4 5
16 Pienso que últimamente he sido más agresivo de lo normal. 1 2 3 4 5
17 Antes de pelearme con alguien, sé que voy a estar muy enojado. 1 2 3 4 5
18 Cuando discuto con alguien, me siento muy irritable.. 1 2 3 4 5
19 A menudo mis enfados suelen dirigirse a una persona en concreto. 1 2 3 4 5
20 Creo que mi forma de reaccionar ante una provocación es excesiva y desproporcionada.
1 2 3 4 5
21 Me alegro de que ocurrieran algunas discusiones que he tenido. 1 2 3 4 5
22 Creo que discuto con los demás porque soy muy impulsivo. 1 2 3 4 5
23 Suelo discutir cuando estoy de muy mal humor. 1 2 3 4 5
24 Cuando me peleo con alguien, cualquier situación me hace explotar rápidamente.
1 2 3 4 5
A continuación, te planteamos una serie de frases referentes a distintos aspectos de tu vida. Lee atentamente cada una de ellas y MARCA CON UNA CRUZ (X) la casilla que mejor se ajuste a lo que tú piensas.
VERDADERO FALSO 1 Hago todo lo que me dicen y mandan 2 Alguna vez he dicho alguna palabrota o he insultado a otro. 3 No siempre me comporto bien en clase. 4 Alguna vez he sentido las ganas de hacerme la vaca y de no ir a
clases.
5 Alguna vez he hecho trampas en el juego. 6 He probado el alcohol o el tabaco.
Anexo Nº 3
51
Tabla Nº 9
Título: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según sexo
Agresividad
Sexo
Varones Mujeres
Z Sig. Z Sig.
Premeditada ,055 ,085 ,046 ,200
Impulsiva ,056 ,072 ,050 ,091
En la tabla 9, se aprecia un ajuste a la distribución normal en las escalas de agresividad premeditada
e impulsiva en las submuestras por sexo.
Anexo Nº 4
Tabla Nº 10
Título: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según edad
Agresividad
Edad
12 - 14 15 – 17
Z Sig. Z Sig.
Premeditada ,056 ,028 * ,064 ,031 * Impulsiva ,054 ,043 * ,060 ,056
En la tabla 10, se aprecia una distribución asimétrica en las escalas de agresividad premeditada e
impulsiva en las submuestras por edad.
Anexo Nº 5
Tabla Nº 11
Título: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según sexo
Agresividad
Sexo
Prueba t-Student Varones Mujeres
M DE Mujeres DE Diferencia t Gl Sig.
Premeditada 29,34 7,84 27,57 7,51 1,77 2,59 503 ,010 * Impulsiva 34,00 8,79 31,98 9,21 2,02 2,51 503 ,013 *
*p<,05
En la tabla 11, se aprecia una diferencia significativa entre las medias de la escalas de agresividad
premeditada e impulsiva por sexo.
Anexo Nº 6
52
Tabla Nº 12
Título: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según edad
Agresividad
Edad U de Mann-Whitney
12 – 14 15 - 17
RP SR RP SR U Z Sig.
Premeditada 251,4 73157,5 255,2 54607,5 30671,5 -,288 ,774
Impulsiva 246,4 71697,5 262,0 56067,5 29211,5 -1,189 ,234
En la tabla 12, se aprecia rangos promedios estadísticamente iguales en las escalas de agresividad
premeditada e impulsiva según edad.
Anexo Nº 7
Tabla Nº 13
Título: Escala de valoración de correlación en la validación, según Elosua (2012).
ri.t Nivel de discriminación
,40 a más Muy Bueno
,30 - ,39 Bueno
,20 - ,29 Deficiente
0 - ,19 Insuficiente
Anexo Nº 8
Tabla Nº 14
Título: Escala de Valoración de Alfa de Crombach según Vellis (1991).
Valor Alfa de Crombach Apreciación
[.95 a +> Muy elevada o Excelente
[.90 -.95> Elevada
[.85 -.90> Muy buena
[.80 – .85> Buena
[.75 – .80> Muy respetable
[.70 – .75> Respetable
[.65 – .70> Mínimamente Aceptable
[.40 – .65> Moderada
[.00 – .40> Inaceptable