Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

download Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

of 155

Transcript of Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    1/155

    aiessandro pronzatoel acoso de dios

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    2/155

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    3/155

    NUEVA ALIANZA 65

    Piero Gribaudi Editore, 1974 Ediciones Sigeme, 1974Apartado 332 - Salamanca (Espaa)Tradujeron G. Gonzlez y G. Mrt i l sobre el original i tal ianoGli appuntamenti di DicISBN: 84-301-0567-0Depsito legal: S. 340-1978Printed in SpainImprime: Grficas Ortega, S..Polgono El Montalvo - Salamanca

    CONTENIDO

    Sem ana de ceniza 11Pr imera semana de cuaresma 25Segunda semana de cuaresm a 49Tercera semana de cuare sm a 69Cuar ta semana de cuaresm a 91Quin ta semana de cuar esm a 113Semana santa 135Octava de pascua 157Segunda semana de pa sc ua 181Tercera semana de -pascua ' "zviCuar ta semana de pas cua 223Quin ta semana de pa sc ua 243Sexta semana de pa sc ua 265Sptima semana de pa sc ua 285ndice 309

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    4/155

    A Manuely a mis pequeos amigos africanosque me han contagiadocon su sonrisaante la cruz

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    5/155

    Del mircoles de cenizaal sbado despus de ceniza:Cita con la vida

    Te compade ces de todos, porque todo lo puedes Seor;cierras los ojos a los pecados de los hombres para quese arrepientan. Amas a todos los seres y no odias nadade lo que has hecho; a todos perdonas, porque son tuyos,Sefior, a m ig o de la vida(Antfona de entrada de l mircoles de ceniza).

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    6/155

    Cita con el polvoMircoles

    El Seor Dios model al hombre de arcilla del suelo, sopl en su narizun aliento de vida, y el hombre se convirti en ser vivo (Gen 2, 7).

    El t iempo de cuaresma se abre con un poco de ceniza depositada sobre nuestra frente, mientras se repite la severa advertencia: Acurdate de que eres polvo y al polvo volvers; obien: Convertios y creed el evangelio.Es un modo extrao de prepararse a la fiesta por antonom asia,la pascua.En lugar de embellecernos, pintarnos, perfumarnos, usamoscomo cosmtico un poco de polvo. Embellecemos nuestro rostroensucindolo con t ierra!Se trata de un ri to que muchos crist ianos de nuestro t iemporechazan con rabia en nombre de la grandeza y la dignidad delhombre. Reliquias de gusto dudoso del almacn devocional dela edad media, me ha dicho uno alrgico a la ceniza. Precisandom s : al hombre de hoy hay que llevarle el anuncio de la vidano de la muerte.Exacto dije yo. La ceniza se coloca en una dinmica de vida,no en un ambiente fnebre.Solamente la gente superficial puede arrebatar la enseanzareligiosa del mircoles de ceniza para rebajarla a un contexto dedesprecio del hombre. Pero la misma liturgia de este da se encargade desarticular tal operacin, al tomar como antfona de entradauna frase del libro de la Sabidura que deshace los equvocos:

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    7/155

    14 Semana de cenizaT Seor, amas a todos los seres y no odias nada de lo que hashecho.As pues, la liturgia de la ceniza no constituye en absoluto unatentado a la dignidad del hombre. Al contrario, en la lgicaparadgica de la fe, se convierte en un testimonio de grandeza.Acurdate de que eres polvo... es sencillamente el recuerdode su originario material de construccin, precisar los lmites,la finitud y caducidad del hombre. Pero es Dios mismo quien noacepta esta precariedad de su criatura y no se resigna a que elhombre sea solamente polvo. Por tanto, si el destino del hombrese circunscribe al polvo, la culpa seria exclusivamente del hombre que, con el pecado, decide permanecer polvo, rechaza suverdadera identidad, rehusa el aliento vivificante.En los siglos vin y ix la imposicin de la ceniza se una, en elcontexto litrgico, a la penitencia pblica. Aquel da se expulsaba a los penitentes de la iglesia. Y este gesto repeta, de alguna manera, aquel otro de Dios arrojando a Adn y Eva, pecadores, del paraso. En esta perspectiva se colocan las palabras delGnesis que se refieren precisamente a este episodio: Con elsudor de tu frente comers el pan, hasta que vuelvas a la tierra,porque de ella te sacaron; pues eres polvo y al polvo volvers...Y el Seor D ios lo expuls del jardn de Edn, par a que labraseel suelo de donde lo haba sacado (Gen 3, 19 s).Slo ms tarde la imposicin de la ceniza tom un simbolismo distinto: el de la fragilidad y brevedad de la vida. El recuerdo de la muerte. La referencia a la tumba.

    Me parece, sin embargo, que es vlido, sobre todo, el significado primitivo, que expresa penitencia, expiacin por el pecado.El hombre-polvo quiere decir el hombre que se ha alejadode Dios, que ha rehusado el dilogo, que ha sido echado de sucasa, que ha rechazado el dinamismo del amor para caminar siguiendo una trayectoria de disolucin y de muerte. El hombre-polvo es el hombre que se opone a Dios, da la espalda a su propio ser y se condena a la nada.Pero en este dramtico itinerario de alejamiento y disipacin,existe la posibilidad del retorno. Retorno al origen.En lugar de precipitarse hacia la tumba, es posible cambiarde direccin he ah la conversin! y volver a la fuente.Acurdate de que eres polvo y como polvo volvers.. . aDios. Con tal que lo quieras. Ya, en este momento.

    Me vuelvo t ierra y me confo al constructor. Para que merehaga del todo .

    Mircoles 15Me he equivocado. He perdido el camino de la vida. He perdido el reino. He comprometido incluso a los otros en mi pecado(todo pecado es un pecado pblico con consecuencias desastrosas para toda la comunidad eclesial).Es justo que se me ponga en la pue rta.Pero, a la vuelta de la esquina, vuelvo a la condicin de...polvo. O sea, de materia prima.Y l se inclinar an sobre este polvo para darle el aliento devida.As mi nada es tocada por la plenitud divina.De la ceniza salta una chispa de vida.Y ahora la sutil capa de polvo ya no puede ocultar el esplendordel rostro de un hijo de Dios.Todo, pues, comienza de nuevo.Puedo ser nuevo si acepto no el... fin, sino el principio.No el montoncito de ceniza de la tumba.Sino el puado de tierra en las manos del artfice. El poco detierra dispuesta a recibir el aliento. Y convertirse as, de nuevo,en un viviente.La cita, pues, con la ceniza, es fundamentalmente la cita conla vida.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    8/155

    Mortificacin o vivificacin?Jueves

    ...Continuamente nos estn entregando a la muerte, por causa de Jess;para que tambin la vida de Jess se manifest en nuestra carne mortal(2 Cor 4, 10).

    Aquel sabihondo me haba insinuado dudas atroces, asegurndome que la mortificacin se poda considerar como pasadade moda. Me haba enjaretado varios trminos como culto a lapersonalidad, respeto de los valores humanos, teologa delas realidades terrenas, superacin de la asctica tradicional enuna visin antropolgica positiva, etc..Por eso fui precipitadamente a abrir el evangelio para comprobar si por casualidad alguna de sus pginas haban sido retiradas por alguno de los recientes golpes teolgicos.Ya me he quedado tranquilo. Lo he podido comprobar conmis propios ojos. Est todo en su lugar. Como antes.He vuelto a tropezarme con la frase de Cristo: El que quieravenirse conmigo que se niegue a s mismo, que cargue con su cruzy me siga (M t 16, 24).Encontr intacta la percopa que invita perentoriam ente: Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdicin, y muchos entran por ellos. Questrecha es la puerta y qu angosto el camino que lleva a la vida!Y pocos dan con ellos (Mt 7, 13-14).Cierto, despus advierte que no vayamos cabizbajos cuandoayunemos. Pero no excluy el ayuno. Al contrario.

    Jueves 17Cuando ayunis , no andis cab izbajos^e^e^lo ^ san tesque desfiguran su cara para hacer ver a la geritiqe^yanan. Osaseguro que ya han recibido su paga.T, en cambio, cuando ayunes, perfmate la cabeza y lvatela cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre...(Mt 6, 16-18).Es difcil interpretar este pasaje en el sentido, que algunospretenden, de que las mortificaciones son extravagancias.Es tan difcil como demostrar que la puerta estrecha tieneuna anchura de veinte metros!Tambin el concil io Vaticano n lo he podido controlar-habla el mismo lenguaje evanglico: Recuerden todos que...con la penitencia y la libre aceptacin de los trabajos y desgraciasde la vida, con la que se asemejan a Cristo paciente, pueden llegara todos los hom bres y ayudar a la salvacin del mu ndo entero(Apostolicam actuositatem, n. 16).As pues, la mortificacin, para quien quiera tomar en serioel mensaje de Cristo, es siempre actual.No puede desaparecer impunemente de la escena de la vida

    cristiana, so pena de su inevitable aburguesamiento.Quisiera solamente hacer caer en la cuenta de dos cosas.Primero. Es inaceptable, en la presentacin de ciertas formas de mortificacin, una especie de faquirismo o, ms sencillamente, atletismo religioso. Y en esto hay que atribuir una buenadosis de responsabilidad a una increble hagiografa que, por fortuna, hoy va desapareciendo de la circulacin.Atletismo que parece intentar llamar la atencin de Diossobre nuestras hazaas, como dicindole: Mira lo valiente quesoy!.No olvidemos que la esencia del cristianismo consiste en o

    que Dios ha hecho y hace por nosotros, y no en lo que nosotroshacemos por Dios.Segundo. Es necesario subrayar con especial inters la relacin entre mortificacin y vida, entre penitencia y valores humanos, entre renuncia y desarrollo de la persona, entre prcticasascticas y respeto a la personalidad.La mortificacin no debe reducirse a un dolorismo supletorio, fin en s mismo. Est en funcin de la vida. Est al serviciodel desarrollo del hombre, no de su aniquilamiento. Favorece esedesarrollo de la persona, no contribuye a su demolicin.

    - Mortificarse quiere decir dar muerte a todo lo que en nosotros obstaculiza la vida, bloquea su plenitud.2

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    9/155

    18 Semana de cenizaCon la mortificacin elimino todo lo que me impide ser yomismo.Y esta operacin, por supuesto, no es sin dolor.Queda por se alar el hech o de que la mortificacin aunen su aspecto austero, incmodo, doloroso es para la vida, nopara una disminucin de la vida.A lo ms, podramos cambiar la palabra, si es que fuese necesario. En vez de mortificacin llammosla vivificacin. Esposible que sea el vocablo ms preciso. La realidad, sin embargo,es siempre la misma.En suma, una persona que acepta la mortificacin es una persona que ama la vida.Se mortifica, porque tiene ansia de vivir.Slo cuando la vida pase de moda, podremos aventurarnos aretirar de la escena la mortificacin...

    El ayuno que l prefiere es la...hartura de los pobresViernes

    Es se el ayuno que el Seor desea para el da en que el hombre semortifica?, mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco yceniza? a eso lo llamis ayuno, da agradable al Seor? El ayunoque yo quiero es ste orculo del Seor: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedara los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tupropia carne (Is 58, 5-7).

    Este es el ayuno que quiero preferentemente....Quizs nunca nos hemos preguntado en serio cules son lasmortificaciones que prefiere el Seor. Y, sin embargo, el captulo58 de Isaas nos ofrece sugerencias muy precisas.No todas las prcticas penitenciales son agradables a Dios.No podemos hacernos ilusiones de que cualquier mortificacinsea bien vista en el cielo.Ni podremos salir del paso con la excusa de que todo se hacepor l. Y lo esencial es demostrarle nuestro amor. El modo nocuenta.Tambin en este campo nuest o amor al Seor debe manifestarse en un amor concreto hacia aquellos que son sus predilectos: los pobres, los que sufren, los abandonados.Por eso las mortificaciones ms aptas para expresar nuestroamor son aquellas de que pueden beneficiarse los otros, de maneraespecial los dbiles, los marginados.Nuestras privaciones voluntarias atraen la benevolencia de

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    10/155

    20 Semana de cenizaDios, si no quedan en simples privaciones; sino que resultan unelemento positivo, un acto de amor, esto es, un suplemento dededicacin, de servicio a los dems.Los otros son los que deben gozar del fruto de nuestras privaciones, y consiguientemente verificar su autenticidad^De lo contrario, el que se mortifica repite el gesto triste delavaro que repone celosamente en la caja fuerte espiritual los propios mritos.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    11/155

    El precio del buen tiempoSbado

    Mirad: ayunis entre rias y disputas, dando puetazos sin piedad.No ayunis como ahora, haciendo oir en el cielo vuestras voces...(Is 58, 4).

    En una comunidad de las islas Seychelles, cada ao, al llegarla cuaresma, se debata el mismo problema: la eleccin de lamortificacin comn. Y siempre, indefectiblemente, se encontraba la solucin, ms bien deprisa: Nos privamos de ver-eltelediario. Y as durante ms de diez afios (despus, he perdidoel contacto con las islas Seychelles...).A parte de la falta de imaginacin, lo absurdo era que alguno,alrgico precisamente al telediario y a todos los programas televisivos, gozaba et imponer a los otros aquella mortificacin que,para l en concreto, se converta en un autntico goce (el gozo dela privacin de los otros...). Precisamente aquel individuo habratenido necesidad urgente de mortificar su propia mezquindad,su pobreza de ideas, su falta de horizontes, y no slo viendo, sinome ditan do tal ve2 el teledario, hasta conectar con los verdaderosprob lem as de u n mundo en el que mientras no se pruebe locontrario estaba l lamado a encarnar la propia consagracinreligiosa.Pero poco importa. En nombre de la mortificacin, a veces,se pueden fomentar las ms descaradas perezas y cortedades mentales.Las personas aparentemente ms devotas son con frecuencia muy hbiles jara escoger aquellas penitencias que les gustano tambin aquellas. . . menos oportunas.

    Sbado 23Pablo vi advierte: Los religiosos debern entregarse ms quelos simples fieles a las prcticas de penitencia y de mortificacin.Pero insiste inmediatamente: Los institutos revisarn, si es necesario, sus propias observancias penitenciales de manera que,teniendo en cuenta las tradiciones, tanto de oriente como deoccidente, y al mismo tiempo las condiciones actuales, sus miembros puedan realmente pract icarlas, tambin con formas nuevasde acuerdo con el actual modo de vida (Motu Proprio Ecclesiae

    Sanctae, II a. 22).As pues, la fantasa tambin tiene cabida en el campo de lamortificacin, desde el momento que se trata de inventar formasnuevas.Aqu quisiera subrayar aquellas formas nuevas que favorecen el clima de la vida comn.En la meditacin de ayer hemos dicho que, en ltimo trmino,el prjimo es quien debe beneficiarse de nuestras privaciones, siqueremos que nuestros ayunos sean gratos a Dios.Ahora podremos completar (y tambin el captulo 58 de Isaases ms bien explcito a este respecto): hacia el prjimo ms prximo es hacia quien deben orientarse nuestras mortificaciones.O sea, es la comunidad la que debe beneficiarse de las prcticaspenitenciales de cada uno. La comunin de las personas es la quetiene que reforzarse y mejorarse por las privaciones.Recuerdo que un compaero de seminario tena fama de entregarse a penitencias duras. Nosotros advertamos sus mortificaciones extraordinarias porque, ciertos das, resul taba intratable,apareca raro y hurao y haba que acercarse a l con todas lasprecauciones, como cuando hay que andar con materiales explosivos. Qu contradiccin!Un a person a mort if icada, por el contrario, debera d armuerte a su egosmo, al propio yo dividido, a los propios cambios de hum or, a la propia avidez y prepotencia, pequeneces,envidias, y proporcionar a la comunidad una aportacin de alegra, paz, serenidad, confianza y compasin de las miserias de losotros.Una perso na mortificada no es u na persona que se l imita adar palos al propio cuerpo, sino que golpea tambin a su espritu, o sea la propia mentalidad, los propios prejuicios y la propia vanidad. Y se manifiesta tolerante, abierta al dilogo, respetuosa con las opiniones ajenas.Una persona mortificada descubre formas nuevas, por ejemplo , en el sab er a ceptar las diferen cias del otro . O tambin renuncia a la inercia de la costumbre para acoger el dinamismo delo nuevo.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    12/155

    24 Semana de cenizaY, sobre todo, es una persona que renuncia a reflexiones deeste t ipo: Yo tengo razn, no es cosa ma, para dar el primerpaso hacia el restablecimiento de la comunin, si es que se hubieraro to .En las Vitae Patrum se lee el siguiente episodio:Epifanio, obispo de Chipre, envi una vez a Hilarin abadesta embajada: 'Llgate hasta m para que podamos conocernosantes de que abandonemos el cuerpo' . Cuando estaban juntos,

    sentados a la m esa, se les presen t carne de ciertas aves y el obispola puso ante Hilarin. Y el anciano di jo inmediatamente:Perdname, oh padre. Desde que tom el hbito monst icono he osado jams comer carne matada.Y el obispo respondi:Yo, por el contrario, desde que llevo las insignias episcopales, no he permitido nunca que alguien se acueste tenindomerencor, y no he sido capaz de dormir antes de reconciliarme conquien me haba contrariado.Entonces di jo el anciano:Perdname, oh padre; tu progreso en el camino de la vidaest mucho ms al l del que yo he logrado.Para terminar, dos preguntas muy simples:Cul es la aportacin que hoy te decides a prestar, con tusmortificaciones, al clima, a la serenidad del ambiente en quevives ?No has pensado alguna vez que la mortificacin puede serel precio doloroso a pagar en favor del buen tiempo en tu comunidad ?

    P r i m e r a s e m a n a d e c u a r e s m aCita con el perdn

    Te cubrir con sus plumas,bajo sus alas te refugiars(Antfona de comunindel primer domingo de cuaresma).

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    13/155

    No tengas piedad de m, oh Dios!Domingo

    El Seor envi a Natn donde David. Entro Natn ante el reyy le dijo: Haba dos hombres en un pueblo: uno rico y otro pobre.El rico tena muchos rebaos de ovejas y bueyes, el pobre slo tenauna corderilla que haba comprado; la iba criando, y ella creca con ly sus hijos, comiendo de su pan , bebiendo de su vaso, durmiendo en suregazo: era como una hija. Lleg una visita a casa del rico; y, no queriendo perder una oveja o un buey para invitar a su husped, cogila cordera del pobre y convid a su husped. David se puso furiosocontra aquel hombre y dijo a Natn: Vive Dios que el que ha hechoeso es reo de muerte! No quiso respetar lo del otro, pues pagar cuatroveces el valor de la cordera. Entonces N atn dijo a David: Eres t!(2 Sam 12, 1-7).

    David haba prep arado las cosas a la perfeccin. Aprovechndose de su poder, haba mandado a Uras a la primera lnea delfrente para hacerle atravesar por las flechas enemigas. El plan sehaba llevado a cabo perfectamente. Ahora podra disponer tranquilamente de Betsab sin tropezar con aquel intruso de su legtimo m arido. Todo en regla, sin escndalo, nadie podra echarlenada en cara.Para los llamados grandes, lo esencial es salvar las apariencias externas, dado que la conciencia ha sido debidamente anestesiada. No importan las porqueras, con tal que la fachada aparezca irreprochable.Pero Dios, a quien no haban gustado todas aquellas suciasmaniobras, manda a Natn para destruir la fachada y para despertar a fuerza de golpes la conciencia del rey.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    14/155

    28 Primera semana de cuaresmaEl profeta toma carrerilla. A los poderosos no les gusta queles echen en cara sus culpas, y por eso hace falta un mnimo decautela.Y as Natn cuenta la historieta del ricachn que lleva a caboaquel vergonzoso abuso contra un pobre hombre. Y mientras locuenta observa las reacciones del rey, quien, segn lo va oyendocontar, se va excitando, escandalizando, enfureciendo cada vezms. Natn, muy hbilmente, calibra los matices de la fbula

    hasta provocar en David la mayor indignacin. Y cuando el reygrita toda su indignacin, le seala implacablemente con el dedoy le dice: Eres t!Ah tenis. La palabra de Dios es esencialmente reveladora delpecado. Mi pecado.Y o, habituado a divagar, a perderme en los meandros de lasjustificaciones, de los atenuantes, de los alibi cmodos.Y o, empeado en descubrir la culpa de los otros y en manifestar mi escndalo.Y o, dispuesto siempre a minimizar mis faltas hasta hacerlasinvisibles (y la memoria por su parte se encarga de olvidarlas puntualmente, con todo lo que t iene que trabajar para no dejar pasar las gigantescas, por otra parte, de los otros...).Pero en un mom ento dad o, l lega la palabra que me inmovil iza: Eres t !El culpable eres t, no el otro.Es tu pecado, no el del prjimo.Si quiero descubrir la grandeza del perdn de Dios, deboaceptar, antes que nada, dejarme echar en cara, por su palabra,mi pecado. No se puede entender ni gustar el perdn, si no setoma lcidamente conciencia de la propia culpa.Ten misericordia de m, oh Dios! (Sal 50, 1).S , ten misericordia de m sobre todo... no teniendo de ningn modo misericordia.O sea, revelndome mi pecado, crudamente, sin trminos medios, sin diplomacias, sin discursos matizados.Y dicindome, duramente, que lo que he hecho ha sido unaenormidad, no una majadera.Slo captando mi pecado como enormidad podr descubrir laenormidad de tu misericordia y de tu perdn.

    Aquel que no est en su puestoLunes

    Cuando Israel era joven le'am, desde Egipto llam a mi hijo. Cuandole llamaba, l se alejaba... (Os 11, 1-2).

    En las primeras pginas de la Biblia resuena, inquietante, unapregunta :Adn, dnde ests?El rey del universo, apenas entronizado, no se deja encontraren su puesto.El hombre no est donde debera.Este es el pecado.Adn ha ido a esconderse. No se deja encontrar en el momento de la cita de Dios. Rechaza el encuentro, el dilogo, laamistad. Da la espalda al amor. _.- En hebreo la pala bra que tradu cim os por pecar significa,literalmente, faltar la seal, no hacer blanco.Y esto no implica solamente un error de valoracin, de juicio, sino algo que va mucho ms all de la esfera intelectual: o sea,precisamente, una meta no alcanzada, un objeto no conseguido.- El que peca no da en el blanco de l a propia vida, echa a perde rel proyecto que Dios tiene sobre l. Hay otra palabra, en el lenguaje bbl ico, que traducimoshabitualmente por iniquidad: wn. Pero esta palabra significams exactam ente d esvo, dis loca cin . Iniquidad significa quela realidad ha llegado a ser lo que no deba 1.

    1. J. L. McKenzie, Dizionario bblico, Assisi. Muchas de las observaciones de este captulo estn inspiradas en l a palabra peccato de esta obra.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    15/155

    30 Primera semana de cuaresmaExiste tambin en la sagrada Escritura una imagen muy expresiva: el pecado es semejante al orn que corroe una vasija demetal (cf. Ez 24, 6 ). O sea, el pecad o no es slo una falta contraYahv, sino contra el mismo individuo que la comete.El pecado es una corrupcin de la persona.Pecar no quiere decir solo, genricamente, hacer el mal, sinohacerse el mal. -~ El pecado es, en efecto, lo que impide nuestra realizacin. Es

    lo que va contra nosotros. Es lo que desfigura nuestra identidad.Nos odiamos ms de lo que creemos.La misma real idad del pecado como ruptura de una comunin, de un pacto, de una al ianza ^tema muy frecuente en laBiblia se inserta en este contexto del mal inferido a s mismo.El hombre, l lamado efect ivamente a la comunin, al dilogode amor con Dios, rompiendo esta comunin termina por rompersu mismo equilibrio y se condena a un monlogo de soledad yde muerte. AI interrumpir su relacin con Dios, se desintegra as mismo.En este sentido el pecado es una perfecta locura. Por esto alpecador se le define, sin muchos miramientos, con una palabra:necio.As pagis al Seor, pueblo insensato y necio ? (Dt 32, 6).Pecador es, pues, aquel que se hace necio, que se provocacomplicaciones, voluntariamente.Quisiera aadir, a estas caractersticas del pecado, ofrecidaspor la Biblia, algunas consideraciones de un escritor actual,Gusta ve Thibon.1. El pecado como limitacin. Al hombre se le tira portierra y cae de una parte, de un lado de s mismo. Cada cada esunilateral! Caminar, sin embargo, es un acto armonioso, en el

    que cada parte del cuerpo t iene su cometido. Se camina con todoel ser, pero se cae de un lado....2. El pecado como rechazo y negacin de s mismo. En todaaccin humana la persona est l lamada a formarse en la entregay en la comunin con Dios y con los otros. Por eso cada pecado,rechazo de esta comunin, es un rechazar la propia formacin.Es un no querer crecer, no querer realizar la propia misin. Esuna fijacin y un inmovilismo doblado sobre s mismo.3. El pecado como eleccin de una parte insignificante. E nel infierno no se priva al condenado de algunos de los bienes quel prefiri a Dios. Solamente ve la vanidad, la desproporcin de

    Lunes 31estos bienes, y no puede forjarse ilusiones a propsito de ellos.Y en esto consiste la tortura. La verdad irrumpe y el condenadomide sus propias equivocaciones... La condenacin consiste en elpleno goce de lo que se posee, unida a una lcida conciencia delo que no se tiene. Una especie de torturante laceracin entre laposesin del bien elegido, que es la nada, y la visin del bien rechazado, que es el todo 2 .Como puede advert irse, todo esto se reduce a un comn denominador: la necedad.La necedad de quien no se deja encontrar all donde deberaestar.La locura de quien se engaa pensando que la mejor manerade alcanzar una meta consiste en esconderse.La tontera de quien cree alcanzar todo, escogiendo la nada.

    2. Cf. L'echette de Jacob, Paiis.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    16/155

    El que provoca desastresMartes

    Can ofreci al Seor dones de los frutos del campo, y Abel ofrecilas primicias y la grasa de sus ovejas. El Seor se fij en Abel y en suofrenda, y no se fij en Can y en su ofrenda; por lo cual Can se enfureci y andaba abatido. El Seor dijo a Can: Por qu te enfurecesy andas abatido?. Cierto, s obraras bien, estaras animado; pero sino obras bien, el pecado acecha a la puerta; y aunque viene sobre ti,t puedes dominarlo. Can dijo a su hermano Abel: Vamos al campo.Y cuando estaban en el campo, Can atac a su hermano Abel y lomat. El Seor dijo a Can: Dnde est Abel, tu hermano?. Respondi Can: No s; soy yo el guardin de mi hermano? (Gen 4,3-9).

    A la primera pregunta reveladora del pecado del hombre,Adn, dnde ests? sigue otra: Can, dnde est Abel ,tu hermano?.La ruptura de relaciones con Dios lleva consigo no slo unadesintegracin de la persona privada de su ncleo constitutivosino tambin una ruptura de las relaciones con los hermanos.El destino del hombre es la unidad.El hombre es un ser comunional. Ha sido creado para viviren armona con Dios, consigo mismo, con los hermanos, con todolo creado.Por el pecado se rompe el equilibrio y nace el hombre dividido, separado, atomizado.Separado de Dios.Dividido en s mismo, desgarrado por tendencias disgrega-doras.

    Separado de los otros que se han convert ido en extraos, yhasta en enemigos.

    Martes 33Y est en guerra tambin con la creacin, que arrastrada porel desorden, se le ha hecho tambin hostil.De la unidad, pues, ha saltado a la multiplicidad hostil.El hombre, rechazando la conversacin con Dios, se condenaa la soledad, al monlogo estril del propio egosmo.Soledad del yo separado. A todos los niveles.Luego el pecado hace saltar todas las relaciones.El pecado no es solamente un asunto entre la ; criatura y Dios.Otros muchos se sienten afectados.Aun el pecado ms personal , ms escondido, t iene consecuencias sociales.Es como un desprendimiento de t ierra que arrastra en sufuerza destructora a un sector tan grande como el mundo.Camus usa ia palabra exacta: epidemia. S a ciencia ciertaque cada uno lleva consigo la peste y que nadie, no, nadie en elmundo est inmune de ella. Y que es necesario vigilarse sin tregua para no ser empujados, en un momento de distraccin, arespirar sobre el rostro del otro y transmitirle el contagio. El microbio es una cosa natural . Lo dems, la salud, la integridad,

    la pureza, son efectos de la voluntad y de una voluntad que nodebe pararse jams. El hombre honesto, el que prct icamente noinfecta a nadie, es el que tiene el menor nmero posible de distracciones.La dimensin social del pecado tiene ya un slido fundamentoen el ant iguo testamento.Segn la carta magna de la alianza, el declogo, el amor aDios y el amor a los hermanos son dos aspectos inseparables delnico s al Dios de la alianza. Por eso, los profetas llamando alpueblo a la fidelidad de la alianza, denuncian y condenan a la vezlo mismo la idolatra que las injusticias que se dan en el pueblo.Ellos anuncian con fuerza que Dios aborrece un culto an esplndido, pero superficial y formalst ico porque no va acompaadodel sentido y del ejercicio de la justicia y del respeto a los de mshombres. Tambin en el nuevo testamento el amor a Dios y elamor a los hermanos aparece tan inseparablemente unido, queCristo ace pta como he ch o a s mismo lo que se hace en favor d elos hermanos. Por eso el perdn y la reconciliacin con los hermanos es condicin y presupuesto para un culto verdadero aDios y para poder alcanzar el perdn y la reconcil iacin conDios.La fidelidad a la alianza es, pues, amor a Dios y amor a, loshom bres, es compromiso en favor de la construccin de aquelreino de verdad, de just icia , de amor y de paz prome tido por Diosa los hombres como incluido en su oferta de al ianza e inaugurado

    3

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    17/155

    34 Primera semana de cuaresmadefinitivamente por el acontecimiento de Cristo. Por eso, el pecado, como rechazo de la al ianza, como no del hombre alproyecto y a la llamada divina, es tambin y necesariamente rechazo de la comunin con los dems hombres, es negacin a construir juntos el futuro comn prometido por Dios, ms an esoposicin a la edificacin del reino de Cristo en su dimensinpersonal y social.No existe, pues, ontolgicamente, un amor de Dios puramente individualstico y privado que no influya y se manifieste enel amor hacia los otros hombres. Y por lo mismo no existe, ontolgicamente hablando, un pecado puramente individual y privado.El pecador, al rechazar la l lamada de Dios a su amor y al amora los otros hombres, se cierra en su egosmo. Y esta postura suyaegosta influye negativamente en los otros, en la comunidad,en la sociedad. Este influjo puede ser ante todo explcito y directo,cuando un pecador propone o arrastra al mal a otra o a otraspersonas; cuando una persona con su accin o con su posturainmovilista (su omisin) descuidasus deberes y su responsabilidadsocial, profesional, poltica e internacional.Pero aun el pecado ms ' nt imo' t iene una dimensin socialy ejerce de una manera implcita, un influjo negativo en los otros,considerados coio personas o como sociedad. Porque la opcinfundamental del pecador, en el sentido de cerrarse en s mismo,no queda como una postura puramente interior , sino que se obje-tiviza y se encarna en la accin, que incide necesariamente en lasociedad y en el mun do.As pues, en virtud de la dimensin histrico-social (mundana) del hombre y del proyecto divino con respecto a l, cualquier m anera del vivir del hombre- en el mu ndo com o p erson aque rechaza el amor y la llamada de Dios, influye necesariamenteen el rechazo de los otros. Inaugura o confirma una situacin

    existencial de egosmo; acepta, ratifica y corrobora aquel exis-tencial negativo que es el reino del pecado en el mundo, esto es,aquellas situaciones y estructuras injustas y opresivas que amenazan la libertad, la justicia y ia paz entre los hombres 1.P. Ricoeur se expresa muy incisivamente: El pecado se encuentra en el corazn, en el punto donde surgen las relaciones conlos otros. Por eso el pecado que denuncian los profetas es, inseparablemente, iniquidad en la persona y herida en la comunidadhumana.

    1. J. Ramos-Regidor, l sacramento delta penitenza, Torino 1971, 84 s(de prxima aparicin en Ediciones Sigeme).

    Martes 35Quizs, dada nuestra sensibilidad individualista, con frecuencia dejamos escapar esta dimensin social del pecado. Con elpecado yo digo no y empobrezco a la iglesia. Digo no y empobrezco a una comunidad.Es en esta perspectiva social del pecado donde el sacramentode la penitencia asume en toda su impo rtancia el aspecto comu nitario.Quienes se acercan al sacramento de la penitencia obtienen

    de la misericordia de Dios el perdn de la ofensa hecha a l y almismo tiempo se reconcilian con la iglesia a la que hirieron pecando, y que colabora a su conversin con la caridad, con el ejemplo y las oraciones (Lumen gentium, n. 11).El perdn sacramental que me otorga el sacerdote no solamente es inconcebible al margen del vnculo que une al ministrocon la iglesia y de los poderes que ella le confiere. Sino que estegesto de perdn significa adems un re-injertarse en la comunidad.Es una reconstruccin, de la unidad rota, una recomposicin dela armona destruida.Si, para la fe cristiana, la solidaridad entre los hombres serunda, como en su razn ltima, en Cristo Jess, esto significaque l slo es capaz de reconstruirla cuando sta se deshace. Lareden ion de Cristo significa precisamente la victoria sobre elpecado , como odio , violencia y desunin y la restauraci n de launidad en el am or : 'Jess deba morir po r el pueb lo pero parareunir e n la unidad a los hijos de Dios dispersos', dice Jua n apropsi to de la pasin de Cristo.La redencn de Cristo como accin unificante contina hoyen el mu nd o m ediante gestos que son propiamente suyos y quese llam an 'sacra me ntos ': stos se realizan actualmente por Cristomediante un instrumento humano: la iglesia, que delega a unministro suyo para poner el gesto visible sacramental 2.Con el pecado he dicho no a la comunidad. La he hechodao, la he empobrecido.Con el perdn sacramental el sacerdote me comunica no sloel s de Dios, sino tambin el s de todos los otros miembrosde la comunidad eclesial.Soy de nuevo aceptado y recibido,Para caminar jun tos . Pa ra construir juntos.En el signo de la unidad reenc ontrad a en C risto.

    2. Pace con a chiesa, Celebraioni comunitarie delta penitenza. Torino.

    Mircoles 37

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    18/155

    El punto de vista de Diossobre el pecadoMircoles

    Vuelve, Israel rebelde, dice el Seor. No estar airado mi semblantecontra vosotros, porque soy misericordioso, dice el Seor. No guardorencor para siempre. Tan slo reconoce tu culpa... (Jer 3, 12).

    Y ahora qu pensar de m el Seor ? Cmo me va a mirar ?Cmo me t ra tar?Despus del pecado, despus de haber roto mis relaciones deamor con Dios, es normal que afloren en el nimo estas preguntas .Tambin David se las plante despus del crimen cometidoy que le fue echado en cara crudamente por Natn 1.Dios le haba hecho unas promesas concretas, le haba llamadoa realizar un proyecto grandioso.Y ahora resulta que ha cometido un crimen horrible, liquidando a Uras de aquella manera tan srdida.Ha errado el blanco de la propia vida. Ha traicionado alDios fiel. Ha malogrado su proyecto.Sern an vlidas las promesas de Yahv ? O ms bien habrsonado la hora de la venganza divina, del justo castigo?Todo parece indicar que la segunda hiptesis es la vlida.El nio nacido de Betsab muere.

    1. Esta reflexin la desarrolla B. Bro, On demande des pcheurs, Pars1969, 33 s.

    Y como si esto no bastara, Absaln, ^ hijo mayo$/s*e hareve lado , pro vo can do una divisin en el reira.; El ~ijrigfS/se havisto obligado a huir de la capita l, y ahor a es'rM^fdTdespiadadamente por el hijo.En esta situacin, despus de lo que ha hecho podr contarDavid todava con la ayuda divina ? O no es el mismo Dios quienle persigue para castigarlo ?David ha perdido de verdad todo ?La respuesta se la van a dar los acontecimientos.Lo que le va a venir encima, en su propia carne, har patentelo que Dios piensa de l.Se est combatiendo la batalla decisiva. El rey ha encomendadoa sus ms leales respetar la vida del hijo, en caso de que sea hechoprisionero. Pero el mismo comandante Joab tom tres dardos ensu mano y los clav en el corazn de Absaln, que haba quedadocolgado entre el cielo y la tierra trabado en la rama de una encina.La escena que sigue es de las ms sugestivas.Dos mensajeros corren a anunciar al rey la victoria. Pero lapreocupacin de David est muy lejos de este anuncio:Est bien el joven Absaln?El primer mensajero intuy el drama del padre y evita, conmucha del icadeza, responder a aquella pregunta embarazosa:...yo... vi un gran tumulto, pero... no s qu era....El segundo, sin embargo, que es un bruto mercenario etope,le espeta despiadamente la verdad: Que les suceda, como a esejoven, a todos los enemigos de mi seor el rey....Entonces el rey se estremeci. Subi a la estancia que habaencima de la puerta y rompi a llorar. Deca entre sollozos: 'Hijomo, Absa ln; hi jo mo, hi jo mo, Absal n! Quin me diera habe rmuerto en tu lugar, Absaln, hijo mo, hijo mo!' (2 Sam 19, 1).En este momento David descubre la respuesta de Dios a supregunta angust iosa.No se trata ni de clera ni de venganza. En realidad, msall del descorazonamiento y del miedo frente a lo que ha sido laperversidad del hi jo, reencuentra en s mismo algo ms profundo:un poder creador de bo nda d y de misericordia, de sentimientos deinfinito afecto (B. Bro).Y aqu para el rey la conclusin resulta ms bien simple: siyo , que soy tan malo, miserable y mezquino, estoy dispuesto aocupar el lugar de mi hi jo -despus de todo lo que me ha hecho -con tal de poderle devolver la vida, con mayor razn Dios quierela vida. El, que es padre, que es amor infinito, ciertamente me ha

    perdo nado , ha bo rrado e n su corazn mi vergonzosa infidel idad.

    38 Primera semana de cuaresma Remiendo o creacin?

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    19/155

    En suma, David, en su drama familiar, se convierte en imagenaunque imperfecta y plida del Dios que es perdn, misericordia y vida.Quin me diera haber muerto en tu lugar.... Lo que Davidno puede hacer, Dios lo har en la persona de su hijo.Morir en vez de morir nosotros. Para darnos la vida.El clebre violoncelista Pablo Casis sola rezar as al final dela jornada: Seor, perdname, tambin hoy he sido una best ia.No lo har ms.Desde el punto de vista de Dios, esto puede bastar.

    Jueves

    Y estando Jess en la mesa en casa de Mateo, muchos publcanos ypecadores, que haban acudido, se sentaron con Jess y sus discpulos. Los fariseos al verlo, preguntaron a los discpulos: Cmo esque vuestro maestro come con publcanos y pecadores ?. Jess lo oyy dijo: No tienen necesidad de mdico los sanos sino los enfermos.Andad, aprended lo que significa misericordia quiero y no sacrificios; qu eno he venido a llamar a los justos sino a los pecadores (Mt 9,10-13).

    . La palab ra de Dios no se limita a revelar al homb re su pec ado(episodio de David y Natn).La palabra de Dios se hace carne y viene a buscar al pecador.Dios no se contenta con iluminar al pecador; con hacerlecaer en la cuenta de su culpa, sino que se hace promotor delencuentro para regalarle el perdn. ...: Se ha observado certeramente que los enfermos son llevadosa Cristo. Pero a los pecadores va l a buscarlos. Va a su encuentro.Se sienta a la mesa de ellos, con grave escndalo de los puros.Cristo no habla a los pecadores con generalidades.Ni habla del pecado con frmulas abstractas. El es mdico yno se ocup a de las enfermedades de un modo genrico. Se oc up ay se preocupa de cada uno de los aquejados por el mal del pecado .Se acerca a los pecad ores de uno en uno (la Sa marita na, Za queo , la adltera, Mara de Ma gdala, el ladr n, P edro...). Se recuperan a travs de la relacin personal, directa, hecha de comprensin, confianza, discrecin.A este propsito quisiera subrayar dos aspectos fundamentales del perdn otorgado por Cristo.

    40 Primera semana de cuaresma Jueves 41

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    20/155

    1. Lute ro usa una expresin muy incisiva. Dic e: Cristo noquita el pecado del hombre, sino que quita al hombre del pecado.Una cierta mentalidad fiscal nos ha llevado a preocuparnosdel pecado casi exclusivamente en trminos de cantidad, de nmero. Ciertos exmenes de conciencia se reducen a un anlisisminucioso de cada una de las culpas, a un catlogo detal lado defaltas.Hemos olvidado que el pecado, ms que un acto, es una orientacin equivocada de nuestra vida. Ms que una accin aisladao una serie de acciones, es una opcin, una eleccin fundamentalequivocada. Los actos no son ms que una consecuencia de aquella orientacin o de aquella eleccin.(Por eso, quizs tantas confesiones nuestras, revelan solamentenuestra ansia de dejar en paz la conciencia, ms que de decidiruna verdadera conversin, o sea un cambio de relaciones, de direccin. Porque no sabemos atajar el mal en la raz y nos contentamos con eliminar los malos frutos).Ahora bien, Cristo, ms que quitar el pecado del hombrecomo podra quitarse la mancha de un vest ido (es la comparacin que me ponan en los aos de catecismo...) quita al hombredel pecado. O sea, saca al hombre del camino equivocado y locoloca en una perspectiva completamente opuesta. Quisiera decirque no se limita... a hacerle la respiracin artificial. Lo lleva a unlugar donde pueda respirar libremente, a un espacio sin fronteras,sacndolo de aquella prisin en que se ahogaba.El perdn es un cambio de direccin. Es posibilidad de vidanueva. Es cambio de ruta. Es creacin. Es novedad.Es un principio, no una tachadura.El perdn es un acto de creacin, no una simple reparacinde daos.Y as llegamos a la segunda observacin.

    2. Pablo t iene una frase sorprendente: Con la gracia no sucede como con el delito (Rom 5, 15).G. Thibon, comentando esta expresin dice: lo que el hombrerepara no es ms que un miserable remiendo. Post izo, precario.Ms pobre que lo anterior .Pero lo que Dios repara resulta ms virgen que lo que fueen su integridad primitiva.Pecar no es infringir una ley, sino malgastar, derrochar, arruinar algo de verdad profundo, virgen, frgil.Pero con la gracia no sucede como con el delito.Porque el pecado es obra del hombre.

    *' La gracia, por el contrario, es obra de Dios-hombre, de Diosen el hombre.Pecado son los desastres que nosotros preparamos.Gracia es la sonrisa de benevolencia de Dios que toma por lamano a la criatura desfigurada y la rehace.Gracia es creacin, no reparacin.Gracia es algo que te hace nuevo, no un arreglo hecho de cualquier manera.As pues, ser perdonados significa ser rehechos, reconstruidos.Cristo que se inclina hacia m, no se limita a curarme las heridas para que despus de la cada, y quizs cojeando, pueda proseguir el camino.N o . No me siento mejorado.Me encuentro nuevo, joven, ntegro, inocente.Y advierto que estoy caminando con l pero por otro camino.. .

    Anda, de ahora en adelante Viernes 43

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    21/155

    t ienes que hacer de papa!Viernes

    Habindose aparecido Jess a sus discpulos, y comiendo con ellospregunt a Simn Pedro: Simn, hijo de Juan, me amas ms questos?. El le contest: S, Seor, t sabes que te quiero. Jess ledice: Apacienta mis corderos... (Jn 21, 15).

    Y a Pedro le lleg la hora de arreglar cuentas ante el interesadodespus de aquella faena de la negacin, decidamente escabrosa.Ya se haban visto una vez. Pero Jess no pudo pararse entonces. Solamente una mirada, que bast para hacer correr laslgrimas sobre el rostro del culpable.Sin embargo ahora es inevitable un encuentro comprometidoy cara a cara.Se aclara el asunto.Pues s que has sido roca fuerte, Pedro. Has sucumbido penosamente ante la respiracin de una mujerzuela.Dnde quedaron tus promesas de fidelidad a prueba deb o mb a ?Y pensar que debas ser el fundamento de mi iglesia... Encargado de dar solidez a tus hermanos.Cmo puedo an fiarme de t i? Con esa prueba de cobardaque has dado me veo obligado a retirarte la confianza...Nada de eso.No he venido a juzgarte. Ya no recuerdo m s tu ruindad.Soy. el primero en volver a ti, despus de la faena que me hashecho. Y vuelvo a ti nicamente para preguntarte si todava me

    amas, si tu remordimiento, que sin duda es grande, no ha destruido en ti la amistad que nos una. Si el sentimiento de culpabilidadque experimentas con relacin a m, no habr quizs secado en tila fuente del amor. Ni siquiera te digo como a los que me clavaronen la cruz, que te perdono; aquellos no me queran; mejor dichono haban entendido que les amaba. Pero a t i , que me amabas,que compartas mi existencia cotidiana, slo te pregunto si todava me amas, si estas dramticas jornadas pascuales no han matado en ti el amor. Solamente te pregunto eso. Porque eso es loesencial. Es lo nico necesario para tu felicidad y para tu alegra *.En este episodio se hace evidente la diferencia entre reprensin y perdn.La reprensin vuelve a hacer presente la falta. El perdn laaleja hasta hacerla desaparecer.Con la reprensin se echa en cara una culpa que pertenece alpasado, se la hace todava actual. Con el perdn, Cristo nos echaen cara o sea nos pone delante el futuro, nuestras posibilidades (y no nuestros defectos).La reprensin termina por hacer replegar al individuo sobres mismo, sobre su pecado. Con el perdn Cristo nos hace salirdel pecado.La reprensin con frecuencia es estril. El perdn, que es ofrecimiento de amor, siempre es creador.Con la reprensin se demuestra que se conoce a una personay sus culpas. Cristo, por el contrario, con el perdn ms queconocernos, demuestra que nos inventa. Inventarnos distintos.La reprensin nos obliga a mirar hacia atrs. El perdn nosobliga a mirar hacia adelante.Cristo cierra el pasado. Lo hace desaparecer definitivamente.Ya no existe. Y no es que lo mantenga oculto, acaso, para echrnoslo en cara, cuando l legue el momento oportuno.Cristo nos entrega el futuro.Se ha observado con mucha agudeza que la penitencia queCristo impuso a Pedro fue el encargo que ya antes le haba confiado. Como si dijese: Anda, de ahora en adelante tienes que hacer de papa!. Ariosa que te he enseado cmo se hace.. . sabrsconfesar, sabrs perdonar los pecados de los otros... (L. Evely).Tambin a nosotros nos pone el Seor este t ipo de penitenciacomprometedora.Ahora anda.. . Pongo en tus manos el porvenir.El perdn, ms que saldar una cuenta con el pasado, abre unacuenta con el futuro.

    1. A. Monjardet, Autre glise, autre foi, Pars 1967. Algo nuevo Sbado 45

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    22/155

    Sbado

    El Seor os ha perdonado: Haced vosotros lo mismo (Col. 3, 13)

    *- Solam ente aquel que ha sabor eado hasta el fondo la alegrade sentirse perdonado, descubre la alegra de perdonar.Quien se siente objeto del amor desmedido de Dios, es capaza su vez de volcar su amor sobre los otros hasta el gesto del perdn .No es posible hacer la experiencia de la misericordia divinasin a p tender el gusto del pe rdn .Una persona incapaz de perdonar no slo es incapaz de amar,pero ni siquiera sabe que es amada, que es perdonada por Dios.Hablando del perdn, nos l imitamos muchas veces a subrayar la dificultad, y hasta el herosmo. Pienso que deberamos* sobre todo descubrir en l la belleza y su dimensin de novedad.

    1. EL QUE PERDONA ES UN REVOLUCIONARIOEs el que no se resigna a un estado de cosas. Que rehusa hacersiempre lo mismo.El mundo est enfermo de costumbres. Se envejece por fuerzade la costumbre.Todos somos repetidores incorregibles. Solamente hemosap endido a repetir tales determinadas acciones, como jugadas deun juego aburrido. T me has hecho esto, y yo te hago lo mismo.T obras as , y yo te respondo de la misma manera. T ests demorros y yo permanezco en mis trece.

    Qu aburridos son nuestros crculos viciosos de ofensas y reparaciones, nuestras interminables espirales de rencores, agresividades, rias, animosidades, resentimientos, susceptibilidades.En un momento dado aparece un individuo que no est dispuesto a ese juego y a sus reglas codificadas por la pereza y elinters. Un revolucionario. Un valiente que salta por encima detodo , g r i tando:Yo no juego! Es un juego demasiado aburrido, demasiadofcil, decididamente estpido adems de intil!E introduce en el viejo juego de los mutuos despechos el elemento-novedad que echa todo a rodar: el perdn.T me haces dao. Yo te respondo amndote.En este sentido podemos decir que

    2. EL PERDN ES CREADORQuien es capaz de perdonar inventa situaciones nuevas, soluciones inditas, crea relaciones distintas, tiene imaginacin, no'se resigna a imitar lo que hacen los dems.x El que perdona, es una persona que tiene iniciativas.Solamente el rencoroso es un perezoso, un indolente. Uno queimita a los otros....Haced algo nuevo, tened inventiva como el Padre celestial. Sed misericordiosos: sed creadoresj7Dios no se ha dejadoaprisionar por el pecado... Cuando Adn se escondi tras la cortina de hojas, Dios no se retir detrs de la suya. Ha dado el primer paso. Dios siempre da el primer paso. Adn... dnde ests?Anda, ven, querido. No mantengamos esta si tuacin!Las si tuaciones que normalmente juzgamos como las nicas

    admisibles son las ms serviles: prestar a quien nos restituir loequivalente, sonrer a quien nos sonre... Son eir a quien nos escupa en la cara, ayudar a quien nos dar la espalda: esto sonactos libres, creadores.Bienaventurados los artfices de la paz : bienaven tuiado quienno se esigna a los estados de guerra, a las discusiones interminables.

    46 Primera semana de cuaresma Sbado 47

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    23/155

    3. EL QUE PERDONA ES UN CONSTRUCTORExiste un mundo viejo, que se derrumba, porque contieneen s elementos desintegrantes.Es el mundo del odio, del hasto, de la rendicin de cuentas,de las vanidades, de las lecciones que hay que dar, de las injusti

    cias sufridas que hay que reparar, de las ofensas cuidadosamenteguardadas en la memoria. El mundo decrpito de las revanchas.El que perdona reconoce que en este mundo viejo no se puedevivir, se ahoga uno. Sabe que la mayor contaminacin es la delodio en sus diversas pioliferaciones.Por eso se encarga, personalmente, de construir un mundonuevo. Y la materia prima es el perdn.En este mundo nuevo, joven, inslito, tiene razn quien amams, vence quien adopta la estrategia de la mansedumbre, esten lo justo quien no hace problema de lo justo o lo injusto, esfuerte quien sabe perdonar.En este mundo carece de importancia establecer quin hacomenzado. Es interesante, por el contrario, ver quin quiereterminar. Terminar con lo viejo y abrir el captulo nuevo, exultante, de la amistad, de la reconciliacin.Es un mundo en que se respira aire de libertad. La libertadde un obrar de otra manera. La libertad de sorprender al adversario con una reaccin de paz que l no haba previsto en absoluto.Este mundo nuevo verdaderamente es.. . otro mundo. Es yaun pedacito del reino. Es un anticipo del reino.S , el perdn es algo del otro mundo!Un proverbio berberisco dice: Si Dios no perdonase, su paraso quedara vaco.Podemos completarlo as: si no existiese el perdn, la tierrasera un infierno.Y an, una comunidad religiosa, sin el perdn mutuo, seraun infierno.Procura no excluir a nadie de tu perdn. No condenar a nadieal infierno que supone la separacin de tu corazn.Perdona a todos.Tambin a aquella persona que se te hace insoportable, aburrida, petulante, mezquina.Tambin a aquel individuo que se ha aprovechado miserablemente de tu amistad y confianza.

    Tambin a aquel compaero que te ha desilusionado profundamente con su comportamiento, en aquella determinada circunstancia.Y a todos aquellos contra quienes tendras suficientes motivos para estar descontento.No olvides a nadie. Procura no dejar a ninguno fuera de tuperdn .Si queda alguno fuera, el espacio se achica dentro. Y el corazn se encoge.Slo con que excluyas a una persona, t te colocas automticamente fuera del mundo nuevo.

    Segunda semana de cuaresma

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    24/155

    Cita con la conversin

    Seor, t que amas la inocencia y la devuelves a quienla ha perdido, atrae hacia ti nuestros corazones...(Colecta del jueves de la segunda semana de cuaresma) .

    El Seor no est a favor nuestro

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    25/155

    Domingo

    Mi pueblo es duro para convertirse; llamado a mirar hacia arribanadie levanta los ojos (Os 11, 7).

    Mira, aqul es un convert ido.. .Y yo he preguntado inmedia tamente :Cuntas veces?Mi interlocutor, ante esta pregunta, ha quedado sin palabras.Para muchos crist ianos la conversin es un fenmeno excepcional , clamoroso, del que son protagonistas individuos que pasan de las tinieblas del error a la luz de la verdad, de una conducta perversa a una vida ejemplar.No sospechan que la conversin es un deber fundamental yhabitual del crist iano.Son vctimas de un equvoco segn el cual se es crist iano, religiosa, religioso, de una manera definitiva.Com o un o que ha conseguido el doctorado, y es y ser ya siempre doctor o ingeniero.No. No se es crist iano, sino que simplemente se intenta l legara serlo, se busca llegar a ser religioso o religiosa. Nadie puedeafirmar que ha conseguido establemente esa meta. Se t iende haciaella, pero no se alcanza de una vez para siempre.Y para llegar a ser es necesario convertirse.La conversin es un quehacer de cada da. Fat igoso, doloroso.Nosotros, insistentemente, tendemos a esquivarla, a desviarla.Por eso jams estamos en donde deberamos estar .Nunca estamos, nunca donde l est (aunque nos gusta engaarnos pensando que l est de nuestra parte) .

    2 Segunda semana de cuaresma Domingo 53

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    26/155

    El siempre est en otra parte.El va siempre por delante.El piensa de otra manera que nosotros.El ama de dist inta manera que nosotros.Ahora bien, convertirse significa precisamente darse cuentade que no estamos en regla, que no estamos en su lugar. Quenuestra lgica es distinta de la suya. Que nuestros sentimientosresultan desacordes respecto a los suyos. Que nuestros pasos novan sincronizados con los suyos.Y entonces cambiamos de ruta. Cambiamos la cabeza, el corazn, los ojos, todo.Esta es la conversin. Que no se reduce a un insignificanteajuste, a un retoque de fachada, a un minsculo cambio que noincomoda demasiado, a un l igero desplazamiento, a una modificacin insignificante, sino que es una transformacin radical,un cambio total , un vuelco completo.Convertirse significa ponerse del lado de Dios.Lo contrario consiste en el intento que ha llegado a sercostumbre de poner a Dios de nuestra parte. Es un intentoms bien frecuente, especialmente entre las personas religiosas.Existen individuos que no cambian nunca, no se convierten,porque viven en la... certeza poco feliz de que Dios se identificacon su mentalidad, sus frmulas, sus charlataneras, sus prcticas,sus prejuicios y hasta con sus mezquindades.Personas incapaces de someterse seriamente a revisin.Parapetadas en posiciones adquiridas, ni siquiera de lejos sienten la duda de que Dios camina por otra parte.Han reducido el mensaje cristiano a una sntesis de seguridades y viven a fuerza de esas pildoras tranquilizantes que inte ntan hacer tragar a todos para ponerles al mismo nivel en un in-movilismo comn.

    Y hay algo peor que no estar en regla.Es creer que se est.Hay algo peor que caminar por un camino equivocado.Es la petulante seguridad jams afectada por la ms mnimaduda de creerse situados en el camino recto.Conozco individuos que al enumerar sus faltas, aun las mspaqueas, son muy meticulosos. Te enumeran listas interminablesque no dejan escapar ni la ms mnima falta.Me parece que estoy leyendo en su pensamiento: As quedo ms tranquilo.O tambin : No quiero que Dios un da tenga algo que echarme en cara.

    As la confesin se reduce a un dejar en paz la conciencia,pero nunca se da una conversin autntica.S. Todo en regla. Ninguna cuenta por saldar. Lo importantees que el Seor no tenga nada que echarme en cara.Y no s as.Es necesario que Dios tenga siempre algo que reprocharnos.Nuestra salvacin consiste, precisamente, en dejar que ltenga muchas cosas de qu quejarse contra nosotros. Acerca denuestra conducta, de lo que somos, de lo que pensamos, de loque amamos y de cmo lo amamos.Si no es as, estamos perdidos...Convertirse, pues, en resumidas cuentas, significa cambiarde direccin, desplazndonos hacia el Seor, que siempre tieneun montn de cosas de qu quejarse.Y as cada da.Porque cada da debemos intentar, no estar en regla, sinoalcanzar su puesto.

    Pensar de una manera nueva Lunes 55

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    27/155

    Lunes

    Jess se march a Galilea a proclamar el evangelio de Dios. Deca:Se ha cumplido el plazo, est cerca el reino de Dios: convertios ycreed la buena noticia (Me 1, 15).

    Penitencia, en el lenguaje bblico, significa cambio de mente,de corazn, de pensamiento, de intencin, de postura. En unap a l ab ra : conversin.El trm ino hebreo que indica la c onvers in: sb significa exactamente el acto de volverse y expresa exactamente estaidea: cambiar la orientacin de la propia vida.Por desgracia, en latn, en vez de la palabra conversio (quetradu ce bien la idea de volver, de convertirse) ha prevalecido lapalabra pcenitentia. Nota Congar :Mientas que paenitere viene realmente de paena, con elsentido de no estar satisfechos de, se ha visto atrado por lapalabra poma, de la cual incluso ha tomado la grafa; por estarazn ha recibido un sentido predominante: compensacin onerosa, afliccin, que no haca justicia a uno de los valores, y noal ms profundo, del empleo bblico de metanoein. Penitencia sugera ante todo: obras de penitencia 1 .Todava Congar hace caer en la cuenta de la densidad de significado de un trmino con el que los anglosajones llaman a losconvertidos. Se les llama twice born, nacidos dos veces, paradistinguirlos de los once born, nacidos una vez. Existe efectiva-I. Y.-M Congar, Sacerdocio y laicado, Barcelona 1964, 24.

    mente un nacimiento comn a todos, aquel por el cual uno recibe su existencia como hombre, segn las cualidades de la naturaleza hum ana; uno ha sido puesto en el mund o as . Algunostienen un segundo nacimiento, el nacimiento a un cierto mundode valores, al cual ellos libremente se han abierto y entregado. Sedescubre, por ejemplo, la miseria de los hombres o la justicia; yuno se ve desplazado en su vida, movido de tal manera, que seconsagrar a procurar sta o a combatir aqulla 2.En realidad, volviendo al lenguaje bblico, la conversin afectaa lo ntimo de la persona.Los profetas han criticado duramente un culto que tiene sunica expresin en prcticas, en signos externos de arrepentimiento.Para ellos no existe verdadera conversin si no se traduceen un cambio de las disposiciones interiores.Lo importante es rasgar los corazones, no las vestiduras(Jl 2, 13).As, pues, el primer cambio de relaciones est referido a lainterioridad.Por otra parte, no se da verdadera conversin si no se traduce en un cambio de relaciones con el prjimo:As dijo Yahv Sebaot: juicio fiel juzgad, y amor y compasin practicad cada cual con su hermano... y no maquinis maluno contra otro en vuestro corazn (Zac 7, 9-10).La alianza exige que se observe una plena justicia, que losdems sean tratados como hermanos, sobre todo a los pobres ylos dbiles. Esto es el verdadero ayuno... En una palab ra, losprofetas predican menos la penitencia que la conversin; paraellos, todo se decide en el plano teologal, no en el plano tico-asctico 3.

    El nuevo testamento se inaugura con la predicacin de JuanBautista, que es una severa, continua l lamada a la conversin.Repite claramente su estribil lo: Convertios, preparad los caminosdel Seor.Convertios, o sea: cambiad de mentalidad.Es una invitacin a pensar. A pensar de una manera completamente nueva, a no pensar gregariamente, a voz de mando...Cambio de mentalidad significa pensar de una manera totalmente nueva. Significa llevar a cabo por el reino de Dios la primera revolucin, la penitencia, la propia conversin. Pensar en2. Ibid., 21.3. Ibid., 25.

    56 Segunda semana de cuaresma

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    28/155

    el pasad o y e ncontrarlo insuficiente para el reino de Dios. D emoleresa indiferencia desde la que no se piensa. Declarar la guerra ala vanidad, que siempre se siente satisfecha de s misma.Despus debemos preparar los caminos del Seor. Prepararsignifica pensar en el futuro. Plantearse con urgencia esta pregunta: qu hago yo en favor de la perspectiva cristiana? mivida interior es tal que prepare el advenimiento del reino de Dios?qu hago para que el reino llegue hasta aquellos que vendrndespus de m?Y al cambiar de mental idad no debemos pensar solamenteen nosotros, porque el reino de Dios est cerca, y estamos aqupara preparar su l legada. Debo construir mi vida de manera quepueda decir algo a la generacin que viene detrs.Para acercar a ella el reino de Dios, para hacrselo ver atractivo 4.Lueg o ests dispuesto a con vertirte? te sientes disponiblepara esta t ransformacin dolorosa que'afecta a todos los planosde tu existencia?, u obligars todava a una larga espera a esanueva criatura que quiere nacer?

    * J. Zverina, Vesperitmza delta chiesa, Torino 1973.

    Un abusn, capaz de moverseMartes

    Un hombre tena dos hijos: el menor de ellos dijo a su padre: Padre,dame la parte que me toca de la fortuna. Ei padre les reparti losbienes. No muchos das despus, el hijo menor, juntando todo lo suyo,emigr a un pas lejano, y all derroch su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo haba gastado todo, vino por aquella tierra unhambre terrible, y empez l a pasar necesidad. Fue entonces y tantole insisti a un habitante de aquel pas, que lo mand a sus camposa guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estmago de lasalgarrobas que coman los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces se dijo: Cuntos jornaleros de mi padre tienen abun dancia de pan, mientras yo aqu me muero de hambre. Me pondr encamino adonde est mi padre, y le dir: Padre, he pecado contra elcielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trtame comoa uno de tus jornaleros. Se puso en camino adonde estaba su padre...(Le 15, 11-20).

    Ms que todos los discursos, la parbola del hi jo prdigo expresa el dinamismo de la conversin.Me l imito a subrayar algunos aspectos 1.1. ME JOR UN ABUSN, QUE LOS QU E TIENEN DERECHOSon evidentes, en esta narracin, las lneas conductoras delmensaje: la conversin como descubrimiento de la posibi l idadde perderse y de la obst inada voluntad de salvacin; el ant ifa-

    1. Tom o la mayor parte de las not as para este comentario como ta mbin para los dos captulos siguientes de algunas pginas extraordinariasde A. Paoli, La radice dell'uomo, Roma, 105 s.

    58 Segunda semana de cuaresma Martes 59

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    29/155

    r isesmo, como oposicin a un derecho adquirido, a una herencia carnal; la simpata hacia los que son capaces de moverse,aquellos qu e tiran abajo el techo , que llegan a tocar la orla delmanto, qu e trepan a un rbol , en polmica con el orgullo esttico de los que no tienen iniciativas, porque se creen en su derecho (A. Paoli).

    2. EL SILENCIO DEL PADREAh est el hijo que habla, que tiene pretensiones.El padre no dice ni palabra.Su silencio es el silencio del amor, respetuoso de la libertaddel hijo. Acepta el riesgo de esta libertad. Sin libertad no hayamor. Un doctor de la iglesia, hablando precisamente del hombre en el momento de la creacin, le llama riesgo de Dios.Dolorosamente atento porque comienza la gran aventura,que es ambigua, pero sin enojarse por su peticin (A. Paoli).El no puede suplantar la eleccin del hijo.Nos preguntamos inst int ivamente: Por qu no le ha detenido? Por qu no le ha dado una buena pal iza, en vez de darlela parte del patr imonio que le corresponda?La paternidad verdadera es discrecin, es aceptar el riesgo dela libertad.Y no hay que confundir paternidad con paternal ismo. Estolt imo es una deformacin de la paternidad. Con la intencin deproteger, termina sofocando el crecimiento del individuo y bloquendolo en un estadio infanti l .En el contexto del evangelio, Dios no se presenta como elpadre que cierra la puerta para que los hijos no salgan de noche,sino como la luz que ilumina, la brjula misteriosa que orienta

    al hombre en sus elecciones, que no lo abandona en el pel igrosoejercicio de la libertad, que crea nuevas perspectivas de liberacin,y se resarce finalmente en una conclusin que pareca desastrosa.El padre slo puede ayudar siendo un modelo.. . Pero no un modelo de la llegada (A. Paoli).El padre no tiene necesidad de marchar visiblemente con elhijo. Va con l de una manera oculta, interior, que ms tarde desembocar en la nostalgia.(Entre parntesis, habland o de formacin. La obsesin de mult iplicar las prohibiciones, el abuso de los mtodo s p reventivos,revela siempre una insuficiente formacin en profundidad. Mult ipl icamos los mapas, porque no sabemos dar el sentido de orientacin...).

    3. EL PECADO COMO DERROCHE, COMO DESPILFARROEl prdigo es un derrochador. Pierde todo. Tanto el tenercomo el ser . Los bienes como la identidad. El patr imonio comola dignidad.Cuando llega hasta el fondo de su despilfarro, puede hacer elinventario de cuanto ha perdido a lo largo del camino hacia elalejamiento: fin del tener: ha malgastado todos los bienes; fin del valer: sali de casa como hijo de un rico y se convierte en un porquero; fin del poder: ha perdido los amigos que ciertamente nofaltan en los tiempos del tener y del valer. Ahora no le acogenadie. Se encuentra en una soledad heladora.El pecado es este vaco total. Esta prdida progresiva yradical que llega hasta la prdida de la propia identidad.Cuando se ha perdido todo, es cuando el hombre se da cuentade la nica cosa que le falta.La conversin comienza en el momento en que uno confiesa

    que se muere de hambre. O sea, que no puede vivir sin lo niconecesario.

    La vuel ta como punto de part ida 61

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    30/155

    Mircoles

    ...Cuando todava estaba lejos, su padre lo vio y se conmovi; y echando a correr, se le ech al cuello, y se puso a besarlo. Su hijo le dijo:Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarmehijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: Sacad en seguida el mejortraje, y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies;traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porqueeste hijo mo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemosencontrado. Y empezaron el banquete... (Le 15, 20-24).

    4. LA ESPERA DEL PADREParece como si el padre hubiese quedado en casa para esperaral hijo escapado, para escrutar el horizonte.En realidad, desde el momento en que el hijo march, ya noexiste la casa paterna. Esta se halla donde est el corazn del

    padre. Y ahora el corazn del padre ha marchado lejos.Pensndolo bien, ha caminado ms el padre que el hijo.El amor no se resigna a las distancias, a la separacin.El amor es una realidad dinmica, no esttica.El amor no se identifica con las paredes. No se queda a guardarlas piedras o las cosas.El amor est siempre en movimiento, siempre se anticipa,toma constantemente la iniciativa, no se encierra en una esperaenojada y despechada.Los pasos del perdn llegan mucho ms lejos que la distanciacreada por la ruptura.Dios no se resigna a perder al hombre pecador. Lo espa, lopersigue, lo busca tenazmente, lo atormenta.

    Pascal hace decir a Dios: No me buscaras si no me hubiesesencontrado ya. Quizs sera mejor precisarlo as: No me buscaras si yo no te hubiera ya encontrado....5. E L ENCUENTRO

    El padre ya no t iene nada que darle.No tiene ya bienes que ofrecerle.Ya antes se lo haba dado todo.Ahora le restituye simplemente su identidad. El anillo al dedo,sandalias para los pies, el mejor traje, ms que objetos son signos de la identidad reencontrada, de la dignidad de hijo.Por otra parte, aquel calavera no vuelve a la casa paterna parareclamar bienes. Sino para encontrarse a s mismo. Para sentirseotro. Sentirse resucitado.Del perdn nace el hombre nuevo. Que no es el viejo rejuvenecido, el viejo despus de una cura de hormonas. Es el muertoque ha resucitado, el perdido que ha sido hallado (A. Paoli).Y despus del empobrecimiento (el hijo pobre de todo, el padre empobrecido del hijo), viene la fiesta.Despus del alejamiento se verifica el encuentro.Un encuentro que no es un eplogo. La conclusin de unaaventura que termina felizmente.Sino un punto de partida.No se vuelve para quedar inmviles, a cubierto.Se vuelve, uno se convierte para volver a partir.El hijo, arribado a la casa paterna, no dejar de caminar.Pero el viaje, esta vez, le harn dos.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    31/155

    64 Segunda semana de cuaresmaNo se marchar solamente el calavera. Te espero fuera

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    32/155

    Tambin el padre rehusa habitar en una casa donde existe unlenguaje diverso del lenguaje del amor y de la misericordia. Y entonces es l el que n o quiere entrar , porq ue est den tro el hi jo m ayor. No quiere por nada del mundo comprometerse con aquelest i lo tan poco evanglico.En la parbola, aunque parezca lo contrario, fal ta un finalalegre.Se dar solamente cuando el hi jo mayor se convierta. El quese qued en casa. El que se crea en regla.Es una conversin sin duda ms ardua que la primera.Es difcil convencerse de que el puesto, en la casa, no se puedeconservar, sino slo reencontrar da a da. Y de que la fidelidad no es un simple permanecer, sino un aceptar, diariamente, las sorpresas y la lgica paradjica y las desconcertantesiniciativas del padre.No basta no abandonar la casa. Es necesario saber tenerdetrs al viejo que corre al encuentro del hijo escapado quevuelve.Y part icipar en la f iesta, sin dar la nota desentonada.El padre ha podido ofrecerle el ternero cebado, el anillo, elmejor traje, las sandalias...Pero no ha podido ofrecerle la acogida del hermano mayor.Esto no estaba en su poder.Y, sin embargo, qu hermoso hubiera sido haber podidoofrecer tambin el corazn lleno de alegra del hermano que queden casa. Un corazn di latado por la bondad, por el perdn.De . ste, por desgracia, no poda disponer...Y t? Te sientes con fuerzas para poner a disposicin un

    corazn no mezquino para que la casa resul te de veras acoged o r a ?

    Viernes

    Cuando t vayas a rezar entra en tu cuarto, cierra la puerta y rezaa tu Padre que est en lo escondido... (Mt 6-6).

    N o . No vengo a molestar . Te has metido detrs de la puerta,siguiendo la amonestacin del Seor. Y yo me quedo tranquiloy paciente fuera.Te espero. No te preocupes, estoy dispuesto a esperar horas,das enteros. Me impaciento, me pongo nervioso cuando alguiense retrasa dos minutos a una ci ta, pero si uno est orando nome importa y soporto todos los retrasos.Pero sbete que te espero. Fuera.Ni siquiera vengo a controlar lo que haces y cmo te comportas en la iglesia. No me interesa. De rodil las, recogido, con lasmanos juntas, rostro absorto, postura compungida, no son cosasde mi competencia, y adems son relat ivamente fci les y me puedes engaar con toda tranquil idad.N o . Te espero fuera de la iglesia.Pero , una vez fuera, estte atento porque ser despiadado almirarte, controlarte, examinarte, juzgarte y, si l lega el caso, hastacondenar te .Tengo derecho a ver si has rezado de verdad o ms bien tehas entretenido con frmulas devocionales inspidas.Tengo derecho a comprobar si la oracin sirve para algo.Y hago este examen observando tu vida.Has aceptado el riesgo de la oracin y no creas que vas a salirbien parado con faci l idad. El peligro comienza despus. Cuandosales. Entonces te haces un espectculo pblico para ngeles

    5

    66 Segunda semana de cuaresm a Vuelve dentro inmediatamente!

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    33/155

    y hombres (1 Cor 4, 9) . Con los ngeles te las arreglas t. Encuanto al mu nd o y a los hombres, si me perm ites soy un o de el los,y entonces t ienes que contar tambin conmigo.As pues, te espero fuera.Y o, enfermo.Y o, viejo.Y o , muchacha .Yo, doctor.Yo, mujer de la limpieza.Yo, uno de tantos que encuentras durante tu jornada.La cita con quien ha rezado no es en la iglesia, sino en la calle, en los pasillos, en clase...Ah te quiero examinar de una manera despiadada. Quierocomprobar si eres el mismo de antes o si has cambiado.Si te veo egosta, duro, injusto, indiferente, mezquino, cargadode resentimientos, falso, envidioso, punti l loso, vanidoso, soberbio, entonces estoy autorizado a dar un suspenso a tu oracin.No me vengas con historias. Has dicho oraciones, pero nohas orado. O sea, no has encontrado a Dios. Has encontrado sucaricatura, su falsa imagen (posiblemente fabricada por ti). O quizs te has encontrado a t i mismo, y has aprovechado la ocasinuna vez ms para complacerte, para adormecerte, para establecer con tus defectos, con tus faltas un pacto de no agresin.No te has dejado transformar por Dios. A lo ms te has defendido de l rabiosamente.No te creas que vas a hacer de m lo que quieras.No eres capaz de estar fuera como se debe, en la calle, por lospasillos, en la clase, en la cocina...Tu oracin es equivocada. De hecho tus oraciones lo son.Has rezado mal. Puesto que te comportas mal .No eres capaz de estar con Dios. Puesto que no sabes estar

    con los hermanos.El que ora recurdalo se hace un personaje pblico, unexpuesto a las miradas de los dems.As pues, te espero fuera. All es donde se revela la oracinen lo que es. All es donde viene juzgada la persona de oracin.Quien afronta el riesgo de estar dentro para orar, debe salirde al l t ransformado, diverso. En una palabra, convert ido.Si no es as...

    Sbado

    Orad incesantemente... (1 Tes 5, 17).Perseverad en la oracin (Col 4, 2).

    ...Si no es as, no. No digo que sea mejor no volver a pisar enla iglesia para orar. Y ni siquiera como alguno se atreve a insinuar en ciertos casos que deberas rezar menos y buscar, msbien, ser mejor.Es como decir a un pen de albail que, extenuado, deja caerel saco: come menos y preocpate de rendir ms en el t rabajo.O tambin a un estudiante poco intel igente: estudia menos ysabrs ms.Debes, por el contrario, volver dentro, precipi tadamente.Vuelve dentro, por favor.Debes orar ms. Sobre todo, debes orar mejor.Insiste. No lo dejes.Cu an do se m ira con prismticos, si la visin resulta co nfusa,no se tiran los prismticos. Se intenta, ms bien, graduarlos.He d ado un suspenso a tu oracin, porque he visto tus accionesturbias .Ahora con ms razn debes ajustar tu oracin. O mejor:ajustarte tu mismo en la oracin.Porque puede ser fcil y cmodo! quedarse al abrigo dela oracin. As te defiendes de sus efectos inqu ietantes, de su a ccinprofund a, de su labor t ransformado ra.Y, despus, se cierra el paraguas y vuelve a quedar al descu

    bierto el habitual muestrario de defectos, el viejo personaje ya

    68 Segunda semana de cuaresma T e r c e r a s e m a n a d e c u a r e s m a

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    34/155

    conocido, cuya cerrazn no ha sido ni siquiera rozada por laoracin.Ha z brillar s obre nosotro s, Seor, la luz de tu rostro (Sal 4, 7).Ciertamente, todo el problema de la oracin est precisamente aqu: dejarse i luminar, cura i y transformar por la luz delrostro de Dios.Las verdaderas exposiciones son las nuestras.Ciertas personas piadosas, aman, defienden y echan de menoslas exposiciones del santsimo Sacramento el sacramento delocultamiento... y por su parte dan la impresin de querer esconderse.. . Qu contrasentido! El sacramento del ocultamiento,expuesto. Y las personas, escondidas, resguardadas, ocultas!Exponte, pues, sin miedo a la luz del Seor. Aunque sea unaluz inquietante, indiscreta que va a escudriar en ciertos rinconesde tu corazn donde existen desrdenes que... no estn del todomal.No temas esa luz penetrante, insistente.Slo despus de largas, repetidas, interminables exposiciones,caern de tu rostro las mscaras, se romper la dureza de tu corazn de piedra, y saldrs completamente transformado, dist into.

    Convertido.Entonces podrs emprender tranquilamente el camino.Y todos entendern que la oracin la verdadera jams esinofensiva. Es ms, representa la fuerza ms radical y revolucionaria.Quizs, la prueba ms cierta de una oracin autntica es precisamente sta: su peligrosidad.O sea, peligrosidad para quien ora, que se ve obligado a aceptar los cambios ms dolorosos, los desprendimientos ms lacerantes, una conversin continua.Peligrosidad para los otros. Los cuales debern hacer cuentascon una persona convertida.Y s on cuentas de las que se sale... con los huesos roto s.

    Cita con la cruz

    Tengo los ojos puesto s en el Seorpor que l saca mis pies d e la red,m rame, oh Dios , y t en p i edad de m ,que esto y solo y afligido(Antfona de entrada deltercer domingo de cuaresma).

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    35/155

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    36/155

    74 Tercera semana de cuaresma Lunes 75Habl, al empezar esta meditacin, de la madre Teresa. Me

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    37/155

    Lon Bloy usa una imagen an ms expresiva: Es evidenteque Jess quiere probarme, en su cal idad de pontfice, como losingenieros prueban un puente, o sea ponindome sobre los hombros las cargas ms pesadas.As es. Cada uno de nosotros est l lamado a desempear unafuncin de puente. Entre Dios y los hombres, entre el cielo y lat ierra. Cada uno de nosotros est encargado de ser mediador, deunir dos real idades. Debemos ser paso, puente, que permita elencuentro.Y es que el constructor de puentes, el pontfice por excelencia,aquel que el primero a travs de su carne, ha restablecido launin en tre los dos mun dos separados, viene a compro bar sipuede fiarse de nosotros. Si nuestro puente ofrece suficientes garantas de solidez, de resistencia. Si el paso es seguro.La cruz representa, precisamente, esta prueba comprometiday decisiva.Servir a Dios, pues, significa antes que nada disponibilidadpara esta prueba, despus de la cual Dios ve si de verdad le somos tiles, si valemos para su proyecto, si valemos para algo.En una palabra: si puede f iarse.Hijo mo, cuando te acerques al temor de Dios, prepratepara las pruebas (Ecclo 2, 1).Pero el sufrimiento no slo constituye la prueba de nuestracap acid ad y fuerza, de la solidez de nuestro mo ntaje interior . Estambin la prueba de la direccin de nuestra vida.Dios comprueba nuestras disposiciones, o sea las orientaciones, las opciones fundamentales de nuestra existencia. Se informa de cmo caminamos.Era para probar a Israel , por si seguan o no los caminos deYahv... (Jue 2, 22).En este sentido, la cruz representa la prueba esencial de nuestra fe.Gra cias al sufrimiento, Dios controla si caminamos por elcamino que l nos ha indicado mejor, el que el mismo Cristoha recorrido en la encarnacin humillacin, debilidad, servicio,pobreza, ocultamiento; o si , por el contrario, nos hemos dejadollevar por los atajos del triunfo, del poder, de la riqueza de medioshu ma no s, de la facilidad, de la cantidad , de la eficacia...Entonces qu? Te dejars ver en la cita de la prueba?Aceptas la cruz como test fundamental de tu fidelidad a Dios ya los tiempos en que vives? Consideras el sufrimiento como unhecho normal en tu vida, o ms bien, cada vez lo considerascomo alg o imprevisto, un desagradable incidente que viene atrastocar tus planes?

    agrada acabar este captulo con un episodio que tambin tienepor protagonista a esta mujer que lo ha orientado todo noslo con palabras hacia los ltimos.Diciembre de 1964. Pablo vi est en la India. En Bombay,poco antes de part i r , hablando a la muchedumbre, dice que quiereregalar nuestro automvil blanco a la madre Teresa para ayudarla en su misin universal de amor. Todos los peregrinos oyenconmovidos estas palabras, y miran alrededor, para local izaraquella figura arrugada y seca envuelta en un sari de sesenta pesetas. Pero no est. Falta precisamente la interesada.Era cierto que madre Teresa, aquella maana, se haba puestoen camino para ir a ver al papa. Pero, durante el viaje, habaencontrado a dos moribundos y, naturalmente, se haba paradopara atenderles, faltando as a aquella cita de aplausos.Cierto, nuestra felicidad se mide exactamente a base del compromiso de no faltar jams a la cita incmoda del sufrimiento.

    Cruz soportada o cruz abrazada Martes 77No basta haber conocido el dolor.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    38/155

    Martes

    Porque, como os deca muchas veces, y ahora lo repito con lgrimasen los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo(Flp 3, 18).

    N o . El sufrimiento no madura.Quiero decir que el sufrimiento no madura por s solo, no obraau tomt icamente.El hombre, en el sufrimiento, no es un objeto sometido a laaccin benfica aunque sea dolorosa de la cruz.Tambin en el sufrimiento el hombre es sujeto"^que acta, nosimplemente objeto que padece.Por eso el sufrimiento madura nicamente a quienes lo aceptan, a quienes desean madurar. Los que colaboran con su accin.Los que participan con lucidez, inteligencia y corazn. En unapalabra: el sufrimiento madura exclusivamente a aquellos queco-operan, o sea, que actan con l, en perfecta, aunque... lacerante atmona.No basta decir que una persona ha madurado, ha conseguidociertas metas, ha obtenido determinados resultados en la vidaporque palp el sufrimiento.Es necesario ms bien precisar: ha llegado a ser lo que es,porq ue ha sabido sufrir de una determinada manera.

    Que en ltimo trmino es la manera del amor.

    Hay que ver qu cara hemos puesto al doOTr c/rno? f i e m o srecibido. Cm o hemos sopo rtado aque lla experiencia^ decisiva.Durante estos aos he podido acercarme a miles de personasen los hospitales. Tambin a muchsimas religiosas.Ante el lecho de muchos me han dado ganas de ponerme derodillas, como ante un altar.En otras habitaciones, sin embargo, tena la impresin de encontrarme ante un monumento. Un monumento de exigencias,de pretensiones, de lamentos, de quejas, de impaciencias. Criaturas descontentad izas, insatisfechas de tod o y de todos . Ni u napalabra de gratitud por lo que reciban. Slo oa letanas interminables de lamentos por deficiencias verdaderas o presuntas,por faltas reales o exageradas.Hay quien acepta el sufrimiento y lo vive intensamente en unadimensin de interioridad.Otros, por el contrario, se ponen el sufrimiento como unaflor en el ojal para sentirse privilegiados, dignos de compasiny para tener derecho a todas las atenciones.Hay quien lleva la cruz, decididamente incmoda, sobre laespalda sin tantas historias y, sobre todo, sin hablar demasiadode ella.Y hay quien hace teatro con la cruz. Necesita quintales dealgodn para proteger su espalda de aquel tosco contacto y mitigar los golpes (y entonces son los otros los que tienen que proporcionarle el algodn los que realmente llevan la cruz).Hay quien sufre con el corazn.Y hay quien sufre con la boca.Estos ltimos, sin duda, sufren ms. Pero no maduran.Tambin aqu la lnea divisora pasa a travs de la persona.Por eso repito que el sufrimiento no madura a la persona porun procedimiento automtico.Algunos, por la cruz, crecen.Otros , desgraciadamente, disminuyen. Y el sufrimiento, ensu caso, evidencia todava con ms crudeza su loco egosmo y suinfantilismo acaparador.En el primer caso se acepta y se ofrece el dolor. Se convierteen holocausto, en sacrificio. En acto de amor.En el segundo, por el contrario, se sufre y se empalma con laspropias tendencias egostas. Y as se convierte en mutilacin,tormento para s y para los dems.En el primer caso el dolor hace de locomotora, empuja a lapersona hacia la anchura, hacia el aire libre, la estimula a creceren el amor.

    78 Tercera semana de cuaresma La cruz compartida

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    39/155

    En el segundo, la persona se repliega tristemente sobre smisma.Cmo es tu cruz? Es una cruz soportada o abrazada?Tambin el sufrimiento, como el amor, implica la capacidadde salir fuera de s mismo. Por otra parte, el sufrimiento se colocaen una lgica de amor.Y un amor cerrado en s mismo es lo contrario del amor.An en los momentos en que sufro ms, sufro con una pequea, pequesima sonrisa interior (A. Strindberg). Aquellapequea, pequesima sonrisa interior es sin duda la seal del crecimiento. La prueba de madurez.

    Mircoles

    Estoy crucificado con Cristo (Gal 2, 20).

    La cruz es el apoyo del hombre y su estructura. El bastidorsobre el que se teje al hombre (Lanza del Vasto).La cruz, pues, tiene una funcin insustituible en la empresade construir al hombre nuevo.Pero es necesario que el interesado sea consciente y la aceptel ibre y amorosamente, no que la padezca pasivamente y comouna vctima. Esto es lo que meditamos ayer.O sea, debemos estar presentes a la cruz.La cruz, para madurar y fabricar al hombre nuevo en Cristo,tiene necesidad antes de nada de nuestra presencia. Una presenciatotal, una adhesin interior, y no slo una presencia fsica.Estoy ausente de mi cruz, si no estoy presente con amor, sinoslo con lamentos y con una postura que apenas la soporta.Pero no basta esta primera presencia.La cruz, para que lo sea, necesita dos presencias, en comunicacin continua entre s.No existe cruz solitaria.La cruz hay que llevarla entre dos.Una cruz solitaria es inhumana.Solamente una cruz compart ida nos hace entrar en el dina

    mismo de la redencin.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    40/155

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    41/155

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    42/155

    86 Tercera semana de cuaresmaSi dices o escribes palabras serenantes,todo va bien, eres capaz, inteligente,

    ViernesTodos aman el propio polvo, Seor.

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    43/155

    eres un verdadero hombre de Dios.Pero si te arriesgas a lanzar algn latigazo,alguna palabra durade enamorado frustrado,entonces eres un exagerado, un cabeza locauno que hace cr t ica por supuesto demoledora(la crtica que no agrada, siempre es demoledora...),uno que ama el confusionismo.Seor, la gente ama la verdadcon tal que no moleste.Todos quieren or decirque la culpa es siempre de los otros.Nadie acepta someterse a juicio l mismo.Todos aman el confteorpero recitado por el vecino.Todos compungidos a la hora del mea culpaque retumba sobre el pecho del enemigo.Y se atreven a decirte: no tengas miedocontina diciendo las cosas claras.Con tal que los destinatarios de la... msicasean naturalmente los otros.Mucho cuidado con tocar los cables de alta tensinde las propias seguridadesde las propias rectas intencionesde la propia buena conciencia.Si te arriesgas ingenuoencuentras que te fulminan inexorablementecon las calumnias ms molestaso las insinuaciones ms estpidas.La humildad est bien. Es necesaria.Pero predicada a los dems.S i p inchasa los predicadores de la humildaden t o n ces te ensearn dientes, uas y lengua.Seor, he aprendidoque es necesario respetar la paz de la gente.Mucho cuidado con inquietarat en to a no levantar el polvodesde el momento que bajo el polvohay polillay hasta podredumbre.

    El polvo que todo lo cubre,Nadie debe osar meter la narizen el jardn de ellos perfectam ente arregla do.Quedamos amigossi me asegurasque todo marcha bien.S sincero, te dicen,y t caes en la trampa!Y entonces te echan en cara:pero quin te crees que eres ?Estoy cansado, Seor.Cansado de tantas mezquindadesde tanta hipocresade tanta estupidez.Me dan ganas de t irar la pluma al Tormesdespus de enviar una circulara amigos y enemigosasegurndolesque pueden estar tranquilosporque todo va bien.Pido perdn,no me permitir ya molestaros ms.Seor, no puedo ms.As no se puede seguir.Es demasiado duro ayudar a los hermanosa curar nuestras heridas.Te acercas como cmpliceno como juez,y ellos te regalan salivazos.T t iendes la manoy ellos te hieren por la espalda.As no se puede seguir, Seor.No es jus to ,es una situacin absurdainsostenible.Deca todas estas cosascon mucha conviccinante el crucificado.Y esperaba que l mismoel crucificadome diese la razn

    me confirmase que no es justo

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    44/155

    90 Tercera semana de cuaresmaquido de un latigazo, aquella calumnia que te ha dejado sin res

    C u a r t a s e m a n a d e c u a r e s m aCita con la alegra

  • 8/8/2019 Pronzato, Alessandro - El Acoso de Dios

    45/155

    piracin es t