PRESENTACIÓN DE LA NOVELA

Norma Maquilón presenta la novela: “Amores de juventud”

Autor: Carlos Távara Ramírez-Chiclayo, Perú 1980

Fecha: Jueves 14 de Marzo 2013

Hora: 20: 00

Lugar: Casa de los Escritores Mercado de la Abundancia

San José 1312 y Aquiles Lanza

primer piso, Montevideo

Comentario de rigor: Norma Maquilón (Mar Oma)

Escritor invitado: Pedro Recciutti

Conexión: Skype

Cierre musical: Daniel Visillac

Brindis

Presentación de la novela “AMORES DE JUVENTUD”,

del autor Carlos Távara Ramírez

Por: Norma Maquilón

“Me senté en el último asiento de la fila derecha, la que estaba pegada a la ventana. Desde allí podía mirar uno por uno a mis compañeros y, mentalmente, iba escogiendo a los que estarían en mi guarida, en el cuartel, donde se nombraría un General, un Comandante, donde los valientes e inteligentes participarían en ese llamamiento. A lo mejor nadie estaba apto, pero estaban mis amigos del año pasado, que no dejarían de comunicarse conmigo por nada del mundo, a pesar que por su mala conducta los trasladaron al quinto “A”. Me sentí extraño, cohibido por la cantidad de chicas que habían ingresado al aula”. --- Es así como el escritor Carlos Távara, con su novela de seis capítulos narrada en primera persona, nos transporta al mundo de Alberto Sandoval, el personaje principal. Un mundo marcado por los propios espacios de los personajes: la Escuela y Liceo San Cristóbal con el Director Doménico, el “viejo rabo verde”, apodo que, otrora, le costara a Alberto una semana de suspensión. El salón de clases del quinto “B”, donde cursarán treinta hombres, veinte mujeres, algunas sentadas adelante, con faldas pequeñísimas. El cuarto de Alberto, donde temprano en la mañana de aquel primer día de clases lo despierta a gritos su madre, llamándolo “manganzón, haragán”, y a la respuesta incómoda de Alberto, ella agrega que…“no valora que es su madre levantada desde las cinco de la mañana, para prepararle el desayuno”.

Con lenguaje sencillo, el autor, en su obra AMORES DE JUVENTUD, nos conduce también a espacios temporales precisos: el parque, la cancha de fútbol, la casa de Luis, el cuarto de Mónica, donde intervienen además personajes secundarios, a los que conocemos por sus nombres, apodos, lugares donde viven, temperamentos, facciones, etc. La caracterización física y sicológica de los personajes la expresa el autor, ya sea a través de diálogos, o monólogos, muchas veces reflexivos, del propio autor, o en tramos de narrativa descriptiva, donde podemos palpar lo tangible: una carta de amor. Lo intangible, sensaciones que despiertan los sentidos: “el perfume barato, asqueroso…”. Es decir, el realismo está presente en la obra. Y es tanto así, que acompañamos a Alberto a hacer el ejercicio del verbo “to be”, que mandara Miss Ruth. Alberto ve en ella “su musa inspiradora”, y se imagina manejando un “porche rojo” para llevarle rosas y… y le diría… Nos involucramos en el monólogo interior de Alberto, un chico de dieciséis años que dice “no creer que vivir enamorado sea cosa de adolescentes”. En la novela AMORES DE JUVENTUD no escapan los puntos geográficos. Por ello sabemos de dónde proviene Alberto Sandoval, su entorno, estatus, cultura, raza, idiosincrasia, modo de vida. Puntos geográficos de otras ciudades aledañas, que tienen un pequeño paréntesis pero muy rico, porque ello es la cultura de una ciudad del interior: Chiclayo, de un país, Perú. A estos lugares, Carlos Távara Ramírez, los llama por su propio nombre, sin embargo no deja de hablarnos con metáforas figurativas, patéticas, con lo que logra que el lector, al llegar al final de la novela, se identifique con los personajes, y esto es así porque no habrá lector que no recuerde o viva los amores de juventud, en especial aquellos con los que amamos, nos frustramos , nos idealizamos, nos desgarramos, nos volvimos poetas o meros observadores silenciosos de las experiencias en la escuela y colegio. Y más aún, identificarnos con aquellas epístolas, que escribíamos al compañero/a, que nos gustaba. ¿Y…qué contienen esas cartas , dirigidas a Rita, firmadas con un seudónimo, y doblada con timidez, ansiedad, y depositada con plena confianza en manos de Alberto, sin que pudiera pensar el remitente, si la “amada carta” llegaría o no a manos de su “amada”, o que la misiva sufriera una alteración en el texto?. ¿Sería capaz Alberto? ¿Entregará Rita su “amada carta-respuesta” a Alberto? ¿Entregará Alberto la misiva de Rita al destinatario tímido? ¿Se siente Rita atraída por Alberto? ¿Se siente Alberto atraído por Rita? Uds., encontrarán las respuestas en la novela.

Comentario: Amores de juventud

Por: Pedro Recciutti

El oficio del escritor no consiste en representar la realidad con palabras sino en

hacer que a través de la experiencia simbólica la palabra misma sea real; y esto es lo

que intenta Carlos Távara Ramírez en “Amores de juventud”.

Una novela de adolescentes para adolescentes. Una ficción con visos de realidad

donde el autor acude a la nostalgia y el recuerdo para ir mostrando los sentimientos

de la edad difícil de la adolescencia. Y en varias partes se vale de la epístola para

establecer ese sentimiento, el cual prevalece en jóvenes de la ciudad o del interior

del Perú.

Juega además con la historia y la política sin que ello interfiera en las acciones a

desarrollar, son cosas que a esa edad no importan aunque sí se pretenden conocer.

La acción se desarrolla en Chiclayo, Perú, pero sabemos que es una historia que se

repite en cada ciudad de esta América Latina.

Deja entrever el amor a su país en algunas escasas expresiones tal cual lo haría un

adolescente.

Desde el punto de vista literario diríamos que no está mal, tiene la fuerza necesaria

para que el lector siga la trama con interés y eso es lo válido en una novela.

No se escriben novelas para contar la vida sino transformarla añadiéndole algo.

Todas las novelas rehacen la realidad embelleciéndola o empeorándola; en esos

sutiles o groseros agregados a la vida reside la originalidad de una ficción.

No es la anécdota lo que en esencia decide la verdad o mentira de una ficción, sino

que ella sea vivida sino escrita, que está hecha de palabras y no de experiencias

vivas. Al traducir en palabras los hechos sufren una modificación profunda. El

hecho real es uno, en tanto que los signos que puedan describirlo son innumerables.

El elegir unos y descartar otros, el novelista privilegia una y asesina otras

posibilidades o versiones de aquello que describe; esto entonces, muda la naturaleza,

lo que describe se convierte en lo descrito.

No hay recetas para novelar, no hay respuestas prefabricadas, no fáciles ni

completas; sólo se puede proporcionar un estímulo que en el mejor de los casos

constituye una especie de manifestación artística, que será norma y emoción, que

estimulará a la gente a leer, a absorber, e ir a buscar más allá.

Decía Francisco “Paco” Espínola: “ En arte, el deseo de dominar en lo posible una

técnica no nace del propósito de aderezar, de hacer que las cosas sean más lindas,

sino para que ella puedan pasar al receptor, al lector, tal como están en uno, lo más

fielmente posible.”

Y eso es lo que ha intentado hacer Carlos Távara Ramírez en estos “Amores de

juventud”.

Reseña del autor

Carlos Alberto Távara Ramírez de treinta y dos años de edad,

nació en Chiclayo, ciudad ubicada al noroeste del Perú.

Tiene obras editadas en diversos géneros, con los cuales el lector

disfruta de la riqueza de expresiones, en su novela, o versos en

sonetos, o en décimas. Expresiones que muchas veces refleja que

proviene de “La Capital de la amistad por la calidez y amabilidad de

su gente”. Es coautor del libro Hechos y Dichos Lambayecanos.

Es también músico, canta autor. Ha depositado obras en manos

de compositores. Es “maestro” del cajón, y podemos tomar clases a

través de youtube! En sus melodías apreciamos también la tierra

natal ubicada a 13 kilómetros de la costa del Pacífico.

Dentro de sus múltiples actividades trabaja en la Institución

Educativa Privada INDEPENDENCIA de Chiclayo (Perú), y dedica

el resto del tiempo a la escritura.