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para canto y piano

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  • CX3

    a i l

    s E S X l K / V D I . i

    EN TRES ATOS Y OS CUADROS,

    Kji t l tv f \ ( O o t l ^ X u X t l V s il&OiCl u

    i l J I K K l A .

    )renla de D. Antonio Cordero,

    1 8 5 7 .

  • AL/W'%

    X A K X l C l i l

    E l THB3 ACTOS DOS CUADROS,

    COMPUESTA

    por B . mar>o Uorimt.

    1 tug 1*4*111 o lie D . A m o n i o C o r t e r o .

    ABRIL DE 1 8 5 7 .

  • E L CONDE DE LA. E S P A D A , Montero mayor del Rey. A D E L A I D A , su hija, Camarista de la Reina. RICARDO D E G U I L L E N , Page del Rey. D. CSAR DE S A N D O V A L , Mdico de Cmara. L E O N O R , su luja, agregada al servicio de la Reina. E L BARON D E L SOTO , noble al servicio del Rey en clase de

    Gentil-hombre. D . ALFONSO DE LEI VA , privado del Rey. A L B E R T O , joven , rico , descendiente de la familia de los Laras, nue-

    vo en la Corte. G E R M A N , Page de D. Ricardo. INES , doncella de Doa Adelaida. Dos Ugieres. Damas y caballeros de la Corte del siglo XVII, y trages de la poca.

    El primer acto y cuadro, pasa en un sitio Real, estando la Corte. El segundo acto y cuadro en el palacio del Buen Retiro. El tercer acto en el palacio de D. Alfonso de Leiva, en Madr id .

    Es propiedad del autor.

  • 3 U x a n o . S r .

    A $

    p u i c l m de>

  • ACTO PRIMERO. -o-o-

    Salon de baile de mscaras casa del conde de la Espada: la escena cmara de descanso: al levantarse el teln aparecer el coro de caba-lleros y seoras, por parejas, y figurando que entran en aquel momen to para descansar del bullicio.

    I N T R O D U C C I O N .

    CORO.

    HOMB. Risuea es la noche, alegre la danza, trascurran las horas de dicha y bonanza,

    t rascurran as. MUG. Cuan grato deleite

    nos presta la danza, cuan bello fest n! . . .

    HOMB. En raudo volteo, y eterno mareo de amor embriagados y al goce entregad os

    la vida es feliz. MUG. Apuestos galanes

    nos brindan amores,

  • sus plcidas flores nos brindan aroma

    por siempre feliz. Vivamos,

    cantemos, r iamos, gocemos,

    su encanto la vida nos muestra ahora aqu .

    Vivamos, cantemos, riamos, gocemos,

    las plcidas horas del bello festn.

    (.Dirigindose uno de los grupos.) Brillante es la fiesta con que nos convida el conde. Estoy por asegurar , f mia, que no se disfrut en Madrid de otra igual . . . Con estos alicientes, bien puede uno, sin echarla de menos, dejar la villa... [Acercndose como con sigilo.) Advierto, s, que la condesita Adelaida no nos ha honrado con su presencia . . . y en verdad no acierto que a t r ibui r tan notable fa i fa . . .

    Siempre lo mismo, Vizconde. . . . Cuando formareis mejor juicio de las damas?. . . Bien sabis os conozco de -masiado en el modo de pensar, y penetrando vuestras irnicas palabras, no estraeis os conteste as. Adems, la condesita hace poco la vi en el salon: cogida del brazo al baron del Soto, su to, ha un instante pas la galera del jardn . Luego aqu teneis demostrado padeceis una equivocacin, pues no existe la ausencia de la seorita Adelaida.

    Ali! amigo Morieses, nunca fu mi nimo suponer que la ausencia de vuestra prima fuese motivada por enfado de la fiesta, ni otra causa, que una indisposicin... seguir disgustada. . . Como, y segn se dice, padece lia unos das. . . (Con sarcasmo.)

    S, es c i e r to . . . pero, nada ya. Una leve afeccin n e r -viosa, consecuencia de un susto.

    Tambin lo supe . . . peligro corri su vida.. . no ser por el seor paje del rey que detuvo el brioso aluzan; el conde sentira ahora la muer te de su nica hija, v la socie-

  • dad de la corte la prdida de una hermosa alhaja. (Sue-na en lo interior msica de baile.)

    Seores. . . la seal para bailar. (Los caballeros dan las manos las seoras.) Si pareja noteneis? . . . v honrar-nos con este wals . . .

    (.Haciendo una cortesa y dando la mano.) S . . . (Todos se marchan; la msica sigue.)

    ESCENA I I .

    Adelaida vestida de mscara, con antifaz, figura venir huyendo de Al-berto que la persigue.

    CANTO.

    ALIS. Deja nia el antifaz da la luz tu linda faz,

    vea tus ojos, que sin duda dan sonrojos al brillante luminar .

    Deja el misterio muestra tu faz mi vehemente

    curiosidad. Tu eres bella

    no lo dudo cual estrella

    celestial. Tu garganta,

    tu apostura, y tu mano, y tu cintura me aseguran

    tu beldad.

    Durante ha cantado Alberto lo anterior, Adelaida ha estado impa-ciente y azorada, queriendo fugarse.

    ANE. De jadme . . . ALU. (Aparte.) Monadas! . . . A DE. Que per t inaz! . . . ALB. H e r m o s a ' . . .

    levantado el antifaz.

    CAD. 3 .

    SEN-

  • 6

    ADE.- Caballero vuestras llores ya me estn dando mal ra to .

    ALB. NO rechaces mis amores. ADE. Acortad vuestro relato. ALB. Yo te adoro! . . . ADE. LO agradezco:

    mas dejadme. ALB. No lo har .

    Ver tu rostro yo apetezco. ADE. Obstinado estis f. ALB. Tu eres la bella que mi alma

    diviniz. Cede y escucha con dulce calma

    mi loco amor . ADE. No soy la bella que vuestra alma

    diviniz. Id, y vereis falto de calma

    su corazon. ALB. Y donde buscarla?. . . ADE. Id al salon. ALB. Tu eres mi bien,

    tu eres mi amor . ADE. Quin crees que soy? ALB. TU eres, Leonor . ADE. J a , j a , j a , j a ,

    me descubri sencillamente su corazon.

    Al reir Adelaida, aparece Ricardo en el dintel de la entrada, esta nolo ve hasta que se acerca su lado.

    E S C E N A I I I .

    Los mismos y Ricardo que entra. Alberto al ver llegar Ricardo se retira al fondo y hace como que est distrado.

    Re . Me engaabas!. . , en tus palabras Ay! yo fiaba Siendo mentido

    tu amor .

  • Adelaida se sorprende al oir Ricardo.)

    ADE. (Aparte.) AY! gran Dios, estoy perdida, con Alberto me vio hablar.

    ALB. (Desde el fondo.) Quin ser este nuevo adorador?

    Itic. S quien eres, por mi vida, (Resentido y con celos.) es intil tu antifaz.

    (Adelaida volviendo repentinamente y como hacindose la eslraa.)

    ADE. Me conoces?.. . ALB. (Desde el fondo.) Pues no es Leonor . Re. S: en t veo

    el doblez y falsedad, de quien miente amor un hombre de infeliz credulidad.

    ADE. Que decs?. . . [Con entraeza.) Re. Que eres per jura . ADE. Insultante es el galan. Re . Mas coqueta est la dama. ADE. Pero quien pensis hablar? ALB. Esto es serio; esto es formal. Re , una mujer que el alma

    de amor y gloria henchida encaden su vida, su imagen ador; y en nacarado sueo de mgica fragancia, un ngel de constancia imbcil la for j.

    ADE. Esa mujer que el alma encaden su vida, es ilusin mentida, halladla en rededor . Que andais equivocado, y descubrirme vais secreto malhadado que no comprendo y.

    ALB. La conoci. . . Re . Tu eres s . . . ADE. Quin soy yo . . . ?

  • 8 T? mi Adela!

    que cruelmente, falsamente, mis ensueos

    disip. No , no, no. Monadas! . . .

    No s, no s. Tu que aleve

    me anonadas . . . No , no, no. Si nada comprendo

    que hacer? . . . al salon. (Se v.)

    Duo.

    Porqu de mis amores viste brotar la llama y me subiste al cielo para a r ro ja rme as? Porqu en lecho de flores sumiste mi existencia, y rompes hoy el velo de mi ilusin feliz?

    Ingrata sus amores! si su pasin me inflama y for jo en ella un cielo, y vive siempre aqu; y miro entre albas flores sumirse mi existencia; cuando me halaga el velo de mi ilusin feliz,

    Ay! S. T rompes hoy el velo de mi ilusin feliz.

    Ay! S. Cuando me halaga el velo de su ilusin feliz.

    Con que te empeas en negar . . . pues . . . Calla... calla, Ricardo, por Dios. . . (Mirando al foro.)

    Cielos, mi padre ! . . . El conde don Cesar y despues Al~

  • 9 berlo: los dos primeros aparecen al concluir de can lar: Alberto entrar al salir Adela.

    ESCENA IY .

    El conde y don Cesar entrando. Adelaida se arregla el trage y sale precipitadamente, al propio tiempo se ven pasar varios mscaras y se confunde entre ellos. Alberto entra al propio tiempo: el conde no la conoci, don Cesar, si. Ricardo ha quedando inmvil y asbtraido.

    CES. (Adelantndose y dirigindose Ricardo.) Dichoso rais en verdad, quer ido pa je : supongo conocisteis la incgni ta? . . .

    Re . (Procurando serenarse de su agitacin.) Esa es mi des -gracia! Por mas que t r a t de a v e r i g u a r nada . . . nada consegu. Saben tan pe r fec tamente nuestras cortesanas ocultar las gracias que en t re s las dis t inguen, que no es fcil

    COND. (A Alberto al verlo entrar.) Y vos? conocisteis la t a -pada que sal i . . . vos, Alber to , debis s abe r lo . . . . pues si bien hace poco t iempo resids en la cor te , y por c o n s i -gu ien te no os es posible haber estudiado el a i re y m a -neras , e tc . de cada una de nuestras bellas, tambin lo es, y esto en ventaja vuestra , que sois el consultor de la m o -da, y s, que no se colocar n inguna un prendido , sin antes tomar parecer del seor Lara

    ALB. Mucho exagerais, quer ido conde . . . no ha llegado aun mi honra t a n t o . . . la de Almunia y la de l a r o son las nicas damas quienes he emit ido mi parecer , solo mi parecer , lo ois, sobre el uso de este el o t ro adorno . Y contestndoos ahora con respecto la encubier ta masca-r i t a , os declaro, que no la conoc.

    CES. (Que ha figurado estar repasando su memoria y estu-diando las maneras y aire de la mscara.) Pues seores? yo c r eo . . . s i . . . ella es . . . no podr aseguraros el a ce r t a r ; pero si probabilidades de no equivocarme; (Se va acer-cando Iticardo.) mas, debe s e r . . . (Aparte Ricardo.) parece que los t imbres del conde os agradan.

    R e . (Aparte.) Cielos..! CES. (Aparte Ricardo.) Descuidad . . . nada temed de m i . . .

    yo solo poseo el secreto. Bajad al jardn y esperarme al concluir la fiesta.

    9

  • 1 0 Ivic. (Aparte.) Dios mio. .J que querr este hombre . CONO. (Impaciente.) Vamos, D. Cesar, acabad de satisfacer

    nuestra curiosidad.. . (Al ver habl Ricardo.) Qu, ha-bis necesitado de cicerone? pues no es el seor Guillen de los mas autorizados. . . est en la misma ignorancia que nosotros. Vamos, amigo, (Viendo que l). Cesar no habla.) participemos del descubrimiento. . . y si en un caso per te-necen secreto, ya sabis aquel r e f r n . . . En t re muchos se guarda mejor . . .

    ALB. AH! s i . . . s i . . . jus to , sepamos. CES. (Haciendo un gesto como de no estar seguro.) Nada . . .

    por mas que busco parec ido . . . no, no es otra que la mar -quesa, y mas, ser la nica que falta

    CON. La del Aguila, ja , ja . ja , pues qu no sabais? es una ancdota que circula hace unos dias. . . la marquesa del Agui la . . . ya . . . ya, os la contar : es chistossima... Ay , D.Cesar! por esta vez y en esta noche se unde vuestra c ien-cia y vuestra fama, en el descubrimiento mascaril.

    CES. (Aparte.) Para t i . . . es lo que quiero. CONO. ( Alberto.) Y propsito. . . Habisvisto mi Adela?

    Hace mas de una hora que no la veo. ALB. Ese tiempo har la vi cruzar por la galera del jardn

    agarrada al brazo de su tio, vuestro hermano en baron del Soto.

    COND. (Un Ugier entra, se acerca al conde y habla al oido.) Bien: que pongan luces en mi cmara . . . . Pasad ella al caballero que desea verme. (El Ugier saludayse va.) (El conde aparte.) No puede ser otro queLeiva: puntual fu . Para que lo hombres cumplan citas no hay mas que m e -dien amores . . . (\cercndose al corro que reunidos, desde que el conde se puso recibir el recado, formaron Ricar-do,Alberto y Cesar.) Ola! parece que os interesa, seores, esa mscara v no ser por que me esperan, os a c o m p a -ara: mas volver luego y ofrezco ayudaros. (Saludando. ) Seores, Dios quedad . . . (Vcise puerta derecha.)

    ESCENA V.

    Cesar, Rcardo y Alberto.

    C E S . Alberto, dadme el brazo, y vamos descubrir esa d a -

  • l i -ma (Dirigindose Ricardo.) que os quedis , seor Guillen? (Cesar y Alberto se disponen marchar.)

    l ie . S, me q u e d o . . . deseo estar so lo . . . me siento ind i s -puesto y voy r e t i r a r m e . . . La atmsfera de ese salon de baile me sofoca.

    Ci;s. Haced lo que gus t i s? . . . ALB, (Aparte don Cesar ya que se van.) Q u e opinis de

    ese j ven . . . algn mis ter io . (Se oye rer.)

    ESCENA. VI .

    Ricardo solo, despues el baron del Sola.

    RE. Q u me quera don Cesar? . . . Dios mi! como ha s o r -prendido mi sec re to? . . . Me habl de un m o d o . . . con cier to mister io y esa cita que me ha prevenido observemos: su condu ta , a r reg la r la mia .

    BAR. (Entrando.) A Dios, seor pa je : habis visto mi s o -brina? hace una hora que no la encuen t ro . La acompa al jardn para que percibiese un ambiente f resco, pues la haba sofocado el salon de la concur renc ia , y en t re ese l a -ber in to del bosque, sin saber como, se me perdi .

    RE. (Como distrado.) No os puedo complacer , ba rn ; os acompaar buscarla, si queris?

    BAR. NO, para qu quereis molestaros? Tal vez est ya al l . . (Sealando donde se supone se efecta el baile.) Pasadlo bien. (El barn se va)

    Bie. ( S a l u d a Q u e idea se le habr ocurr ido para disfrazar-s e? . . . Ay! Adelaida, siento que mi corazon duda de tu a m o r . . . si o t ro ! . . . (Con recelo.)

    C A N T O .

    Bellas, candidas nacen las ilusiones

    en nuestra t r is te vida br indando amores ,

    las vi mi alma y de que las toca, con sus espinas queda

    ensangren tada .

  • Ah! calla, calla corazon, y batalla con tu amor.

    Yo la vi entre las nubes de mi maana

    flotar candida y pura sobre mi a lma.

    Fantasma era que al descubrirlo hallo

    tan solo t ierra .

    Al cantar el ltimo verso aparecern varios caballeros que al ver Ricardo se detienen.

    CORO. Siga la danza, siga el festn, cuan abrumado miradle all! . . . (Sealndole.)

    IUC. Ah! calla, calla, tu corazon sufre y batalla ya sin su amor ! . . .

    CORO. Mustio se muestra (Entran en escena. el majadero; la palestra siga el festin, corre una broma el caballero! (Le rodean.)

    Kic. Su amor menta: triste de mi ! . . .

    Todos le rodean, y vanse. Ricardo por la derecha, los dems por la izquierda.

    ESCENA VII .

    El conde y Alfonso de Leiva, por la puerta de la derecha: Leiva entra primero en la escena seguido del conde.

    LE. OS digo, y vuelvo repet i r , que si . . . S de positivo

  • l a -que vuestra hija ama Ricardo . Tengo mas en mi p o -der un documen to que me lo just if ica.

    CON. Q u documen to es? . . . podis ensear lo? . . . LE. Mi rad le . . . (Saca una caria y se la da.) CON. Y esto os sorprende , Leiva? . . . que hay aqu mas, q u e

    una epstola de a m o r e s . . . de amores de nio, que se des-vanecen cuando o t ro objeto le de s lumhra . . . Ved que mi Adelaida solo t iene 17 aos, y esta edad no debe fiarse m u c h o en estas promesas. (Se guarda la caria.)

    LE. YOS, veo muy bien, podris disponer de su mano; pero no de su corazon. Adelaida, por m a s q u e queris c o n v e n -ce rme , no puede a m a r m e . . . De Adela ida , seor conde , nunca poseer el corazon . . . Y creeis suficiente para u n esposo que la m u j e r quien adora le diga m a m e t . . . . s dueo de mi m a n o . . . sacrif came tu a m o r . . . le la o tbrgo por agradec imiento ; pero n o . . . no es tuyo mi c o -razon; este lo consagro o t r o . . . o t ro quien amo en s i lencio. . . para l . . . O h ! es esa, conde , una pesadilla que inquieta y p roduce fatales consecuencias, y en vez de endulzar la vida el h imeneo , lo amarga , const i tuyendo al esposo en un mar de celos, de desesperacin y de co ra j e .

    CON. Seor Leiva, si tal pensis suceda . . . si mis palabras no han sido suficientes calmar vuestras desconf ianza . . . cor r iente . Nulos queden nuestros pactos. Yos ellos f a l -(ais, de vos solo ser la culpa. Me habis pedido la mano de m h i j a . . . la aceptas te is . . . ahora la reusa i s . . . Bien . (Aparte.) Solo este hombre puede sa lva rme . . . . Si p u -d ie ra . . .

    LE. Mi mani fes tac in . . . el habe rme espresado en los t r -minos que habis odo, es por el mismo a m o r que s iento por Adela ida . . . y la duda de que el cor responda . La amo , conde , y verla esposa de o t ro me ma ta r a . Abr igo la esperanza; y esto me impele desechar las ideas q u e se agolpan mi m e n t e , que con mis cont inuos desvelos por ella, mi car io , espresado cual aqu lo s iento, y sa t i s -faciendo hasta sus mas insignificantes caprichos, c o n s e -gu i r , sino que me a m e , que no le sea i nd i f e r en t e . . . des-pus concluir por a m a r m e , l i e aqu porqu anhelo su mano ahora : dueo de ella, mi ser su corazon.

    CON. (Demostrando satisfaccin.) Y cuando quereis se fir-men los con t ra tos? . . . Deseo tanto llegue el dia de p o d e -ros llamar hi jo! q u e . . .

  • 1 4 (Aparte.) Falso! (Alto.) Lo dejo vuestra e lecc in . . . y

    el t iempo que gustis para que participndolo vuestra hi ja, conozcaissu pensamiento. . . y dispongis enlace, que vos, seor conde, habis admitido y que yo ambiciono. (Mirando al foro.) Ya me parece que la concurrencia se re t i ra . Tambin yo os abandono. . . (Pasan varios gru-jios de seoras y caballeros.) Ofrecer mis respetos la encantadora Adelaida.

    Seor Ministro, (Llegando la puerta.) Dios os g u a r -de . . . quereis mi coche?

    No. ! , gracias; el mi espera . . . Seor conde, Dios quedar . (Vase por la izquierda, el conde por la derecha.)

    ESCENA Y H L

    Adelaida saliendo, puerta izquierda.

    Dios mi, que to rmento! . . . Cuan desgraciada soy. . . ! Tal empeo de mi padre por uni rme ese hombre . . . (Se-a/ando al que sali.) Aqu debe esconderse algn miste-r io . . . un arcano que es preciso aver iguar . . . Si hubiese podido or desde esa galera

    (Ricardo aparece por el fondo con el conde y D. Cesar: vienen conversando acaloradamente. Se despiden por la izquierda: el conde pasa por la derecha; tendiendo antes la vista sobre su hija con satisfaccin en la ejecucin de su proyecto. Adelaida nciia ele est > h i presenciado.)

    Ah! Ricardo. . . R icardo . . . cuanto te amo . . ! Y el me juzga ingrata . . . per jura su cario (Con resolucin.) Nun-ca . . . jamas dar mi mano un hombre quien no amo. Mi conciencia as me lo dicta.

    C A N T A .

    A h ' ah! no, no, no, no, jams el alma mia su amor olvidara y fuera esposa infiel; sabrn que yo le adoro y envuelta en mis azares que vengan mil pesares siempre que me ame l.

  • l o -St! amor es mi cielo

    mi cierno consuelo, mi bien.

    Ricardo querido no temas mi olvido, no temas que aleve disipe mi eden.

    Aparecen por el fondo oros grupos de caballeros y seoras, y como si fuesen los ltimos que abandonan la fiesta; al ver Adelaida se detienen. Adelaida continua.

    Ah! no, no, no, no. Jams el alma mia su amor olvidara y fuera esposa infiel. Sabrn que yo le adoro que vengan mil pesares y envuelta en mis azares, siempre que me ame l.

    CORO .

    Dejemos el bello salon, miradla cuan triste resiste azares de amor .

    Chitn, chi tn, chitn. que el conde responde de ahogar ese amor .

    Su amor es mi cielo, mi eterno consuelo, mi dulce esperanza,

    mi bien. Marchemos

    degemos el bello salon.

    M U G .

    JOMB.

    A D E .

    MG.

  • 1 6 ADE. Ricardo querido

    no temas mi olvido, no temas que eleve disipe mi eden

    IIOMB. Chitn, chi tn, chi tn, que el conde responde de ahogar ese amor .

    Todos se van por la izquierda: Adelaida por la derecha.Ins aparece en la puerta de la derecha.

    FIN DEL ACTO P R I M E R O .

  • Cmara y gabinete de Adelaida. Dos puertas laterales la derecha del espectador , una que figura conducir las dems habitaciones del palacio del conde y la otra la de la alcoba de Adelaida. A la izquierda una puerta secreta disimulada. Mesa y sillones de la poca: candela-bros y dos bugias encendidas. Un balcn al fondo.

    ESCENA I.

    Adelaida aparece sentada. Ins esperando sus rdenes y otra la est des-prendiendo de sus adornos y alhajas que ha lucido en el baile.

    ADE. Gracias Dios, Beatriz! que diste por concluida tu ta-rea . Poned sobre el velador esos adornos. . . Ins cuidar de colocar en su sitio todas esas a lhajas . . . Puedes r e t i -ra r te . (La doncella se v, saludando antes. Ins se pone guardar las alhajas en sus cajas y dems adornos.) Que empeo ser el de Ricardo?. . . Si mi padre l lega-ra sospechar. . . pero como negarse. . . que hacer . . . que contestar tanto ruego de uno quien se adora ! . . . que tendr que decirme?. . . (Dirigindose la Ins.) Asomaos, Ins, ved si Ricardo espera. . . Son las dos? (Mira un re-loj que habr sobre una mesa. Ins se asoma la venta-na y hace sea con un pauelo blanco.)

    INS. Ellos son, seora?. . . han hecho la seal convenida. . . han mostrado la luz de su l interna. Y en efecto . . . G e r -man se acerca . . . ya abre . . . ya han ent rado . . . no tardar en subir el seor Ricardo.

    ADE. YO tiemblo cuando pienso que he consentido! (Haciendo un esfuerzo.) Tomad y abrid. (Saca una lia-

  • 18

    ve ta.) Antes aseguraos si dan la contrasea. . . (Suena una pai" a da. Ins se acerca la puerta secreta, abre y d paso a llicardo que viene embozado, y sin pasar del dintel de la puerta y como si, hablara otro que figura fuera.

    Re. Cuidad de esa entrada, Ge rman . . . vigilad por si algn imprudente ha podido espiarnos. Volviendo Adelaida.) Si me permit s . . .? (Sin pasar.)

    ADE. NO debera, c ier tamente , haber accedido concede-ros esta entrevista. . . ni daros en t rada . . . ya veis que me espongo. Ni tampoco perdonaros, Ricardo. (Con coquete-ra.) Esta noche habeisme ofendido demasiado, hasta du-dar de mi amor Tratndome de per jura de vele** ta, mejor d icho. . . (Con gachonera.)

    Re. Adela mia , conozco obr mal . . . si, es justa vuestra r e -prensin. . . vuestro enojo. Mas, que sorprenderme con vuestro antifaz? el empeo de negaros?. . . En tin, ignora-ba cuanto s ya, y todo lo que vengo decidido pa r t i c i -paros. Aqu teneis el motivo de mi pretension. (Adelaida le hace sea para que pase. Ins acerca un silln y se re-tira al fondo: cierra el balcn', antes de sentarse Ricardo continua.) Ahora , perdonarme, si ello me consideris merecedor , castigarme con que me re t i r e . . .

    ADE. (Sonrendose.) Que os despida?.. . Creeis podra o r -denroslo? Cuando solo ansio teneros mi lado. No es-tais satisfecho de mi car io?. . .

    Re . (Con pasin.) Ah! si os perdiera, Adelaida,segura era mi m u e r t e . . . Sois mi vida. . . mi cielo. . . m i . . .

    ADE. (Al ver su entusiasmo y como deseando saber el objeto de la entrevista.) Y podr vuestra amada, seor page del Kev, conocer esos secretos que tanto os inquietan y que tenais que comunicarla?

    Re . Y podr el page del Rey saber porqu su amada ha escondido esta noche su cara bajo un antifaz? que m o -t ivo. . .?

    ADE. Se os esplicar. Decid primero? (Ricardo va hablar: mas al ver l Ins se detiene: Adelaida lo comprende y dice.) Ins? volved esas alhajas y adornos su si t io. . . p r e -parad mi trage para despues. . . (Ins durante el dilogo que v emprenderse entrar y saldr en la escena dos tres veces, con interrupcin de dos tres minutos: en la ltima vez, queda en ella.)

    Rin. Adela mia! un secreto terrible para voz, voy descu -

  • 19 br i r . . . sents f u e r t e el espr i tu para o i r lo? . . .

    (Con serenidad.) Va escucho. Pues bien, sabed que el conde de la Espada ha v e n d i -

    do la mano de su h i j a . . . (Con desesperacin y resentido su orgullo.) Mi m a n o ,

    decs, que ha sido vendida . . . A quien? p o r q u l ey . . . ? con qu derecho? esplicaos por Dios!

    (Con dulzura.) Serenaos, Adela? no os a to rment i s ; pues, nunca , jams sereis de o t ro , que ma . Od la h i s -toria del hecho . Vues t ro padre se halla a r ru inado y compromet ido en consecuencia de cier to asunto de E s -tado. Si en el breve plazo que se le ha o torgado, no c u m -ple, presentando sus descargos . . . y . . . ser dest i tuido de sus honores , t tulos y confiscados,sus bienes. El conde de la Espada, hoy r ico, noble y poderoso seor , seguir un da, tal vez, en que se le compadezca. (Ricardo se detiene por la ernocion.)

    Q u e h o r r o r ! . . . ve rgenza ' . . . [Setapa con las manos la cara ] Madre m i a . . . !

    (Continuando.) D Alfonso de Leiva, Minis t ro de ta corona , es quien n icamente puede salvarle. Vuestro padre se present l . . . y el privado le ofrecio su a p o -yo . . . Mas en cambio pide vuestra mano , que por el au to r de vuestros dias le ha sido conced ida . . . Esta noche ha visitado el palacio Leiva. Entendis ahora p o r q u se os qu ie re sacrificar. (Viendo la alteracin de Adela.) Ay! Adeladia: os suplico no entristezcis mi alma! aun hay una esperanza! Confio en que los cielos no permi t i rn sea consumado el hecho que se p royec ta , en mal ho ra . Una c i rcuns tancia . . . un incidente cualquiera que s o b r e -venga, basta para impedi r lo . . . para desbaratar el plan.

    (Volviendo de su ernocion.) Y como posis ese s e c r e -t o ? . . . Quin os lo ha confiado?. . .

    Muy sencillo. D . Cesar de Sandoval, quien vuestro padre lo ha refer ido en confianza. . . Ya sabis que es el nico amigo con que cuenta el conde en la Corte? m e lo ha hecho saber y se nos ha declarado pro tec tor .

    (Mas serena y como si solo por su mente fuese un sin -o lo que pasara.) Y mi padre , sin embargo de tan tr is-te posicion como me lo arabais de p in t a r , humor t iene para saraos, y dar fiestas en su palacio? . . .

    Pues , ah tenis la verdadera poltica diplomtica. Es

  • 2 0

    el golpe mas oportuno que ha dado, sin duda, en la l a r -ga carrera de su vida. Con la aper tura de sus salones la sociedad cortesana aqu en el Ileal sitio, ha muer to las hablillas de sus enemigos,y deslumhrado los orgullosos. . . Y sin,habis visto hasta el joven vizconde de la Alquinia ha venido disfrutar del convite, siendo uno de los con-trarios mas encarnecidos de vuetra familia; y no se diga, que le ha trado el estar los Reyes. . . no. La enfermedad del soberano priva de funciones al sitio, y esos salones se han llenado esta noche de curiosos mas, que de amigos.

    ADE. Es maana cuando regresan Madrid los Reyes?. . . Re . Si: las ocho es la marcha. Y cuando, amada A d e -

    laida, dais la guardia la Reina? . . . ADE. El Lunes es mi turno. All nos veremos. . . y . . . Re. (Sorpresa.) Leiva entonces os tendr mas cerca: podr

    hablaros!. . . veros su placer! . . . ADE. NO tal: esta noche ha podido estarme viendo; hablan-

    do, y yo lo imped . . . Me disfrac, y as huia de las pesa-deces del privado. Al desapaiecer yo, pas la cmara de mi padre . . Le vi salir poco.

    Re. Ya habia comprendido: pero como encontraros en coloquios de amor , con ese novel joven Alber to?

    ADE. (Se sonrie.)Y pudisteis pensar, que yo Alber to . . . . vamos Ricardo. . . . ignoris que hace poco mas de veinte dias que reside en la corte , que vino recomendado al baron del Soto, mi t o . . . y que su loco amor es . . . por Leonor.

    Re . (Levantndose.) l lo ra es ya de que me re t i re . . . Os de -jo, Adelaida, descansar, pues bien lo necesitis: y os doy las gracias.. . (Saluda.)

    ADE. A Dios, Ricardo! . . . Re. Adela mia, Dios!., Confianza y firmeza (Sale por

    donde entr )

    ESCENA II.

    Ins al levantarse Ricardo se acerca la puerta secreta, y luego que sali, la cierra y vuelve la llave doa Adelaida: esta se le-vanta, hace Sea Ins para que se retire.

    i C A N T O .

    Se fu , se fu, cual goza el pecho mi

  • 2 1 al halagar su f . vuelva la a u r o r a , que yo la mi re

    vuelva mi bien, y cuando el alma de amor resp i re

    Ay! sea por l . Que es mi vida sin l que la ha laga?

    Sin l que embellece mis horas de a m o r ?

    Ay! Sin l que halageo me paga t r ibu to de amores al fiel corazon? Se f u , se f u , cual goza el pecho mi al halagar su f .

    R1c> Dulce bien de mis amores (Desde fuera.) bella flor e n t r e las flores que engalanan el vergel

    ADE. Es su voz. El es, l es. 1{IG. El amante desvario

    que embellece el pecho mi , e res t bella m u g e r .

    ADE. Cual resuenan sus acentos en el triste pecho m i ! . . . (Acercndose al balcn.)

    R l C t T , mi amante desvaro eres ngel de mi bien.

    ADE. Ricardo , de mi a l m a ? . . . (Se asoma.) r i c . A Dios, mi A d e l a . . . ! ADE. A Dios, Dios ,mi a m o r ! . . 1IIC. Escucha los acentos

    de un triste corazon, que llorar en tu ausencia las horas de dolor. (Adela se relira.)

    Duo.

    ADE. Si en la t ranquila noche la luna con su albor riela en la pradera sobre la mustia flor; yo le dar un suspiro que lleve tu afliccin.

    K I C i Si en t re tus bellos rizos

  • oyes gemir la voz del aura perfumada que vaga en t re la f lor , halgala, es suspiro que dio mi corazon.

    (Adela vuelve asomarse.) ADE. A Dios, mi vida!. . . Re . A Dios, tranquila lor! . . . [Alejndose.) ADE. A Dios, bien mi! . . . Re. A Dios., Dios! . . . ADE. Rob mi corazon!. . . Re . A Dios!.. . [Lejano.) ADE Slvanos, Dios mi! . . . {Retirndose del balcn.] JIC> A Dios!.. . Imperceptible. ]

    ESCENA III .

    El conde y Adelaida. Al retirarse esta de la ventana con direccin su gabinete, se encuentra frente de su padre. En efecto, el conde que habr estado observndola desde la segunda vez que se asom.

    ADE. [Aparte.] Cielos!.. . mi padre . . . [Queda como cor-tada.)

    Cos. [Con serenidad aparente y dulzura fingida.) Qu , le admira? . . . qu, te sorprende verme aqu? . . (Con sar-casmo.)

    ADE. Padre mi! . . . CON. Callad... y apartaos. Vuestro padre . . . si, que os vigila,

    y que procura , cumpliendo con sus deberes, conservar intacto vuestro honor , seora . . . librndoos tal vez... Con irona.)

    ADE. Mi honor decis?. , . Ah! no f u mi culpa, seor, no comet ida . . . vuestra hija no se mancha . . . es descendien-te de Isabel Amlet , y hered sus v i r tudes . . . mi pureza es intachable. . . ni ha padecido en nada , creo, por q u e -rer un hombre que mi alma adora y que ni en lo mas mnimo su cario turb mi sosiego.. . . mi ca lma. Y ese celo, seor, guardarlo para otros, que son los que ofendiendo los blasones de su casa, estampan un borrn sobre su es t i rpe . . . baldn que todos akanza . . . y que mancha. Entonces . . . puede muy bien suceder . . . q u e . . .

    CON. Adelaida! que pronuncia tu labio acaso (Aparte.) Si conociese el secreto. (Alto.) Cuando venia

  • 23 daros una alegr a . . . Cuando mi anhelo. . . mi afn es buscaros la dicha, as me recibs? Ah que ingrata eres, hija mia . . .

    (Enternecida.) P a d r e ! . . . padre mi! . . . p jen olvidar ese loco amor que os per judica, y

    acepta el enlace que vengo participaros y que yo os suplico. . . no me pongis que os. . . lo mande . . .

    Y puede saber la esposa fu tu ra quin es el ga lan? . . . . (Con empacho.) El primer hombre de Espaa . . . don

    Alfonso de Leiva, privado del rey . . . No es mal par t ido . , rico, noble, poderoso. . . y . . .

    (Interponindose.) Vie jo . . . no ibais aadir es to? . . . No, mi lbio pronunci el s . . . mi palabra empeada

    no la re t i ro . . . Preparaos ser su esposa. Nunca! . . . jams, padre mi, dar mi mano un h o m -

    bre que para hacerse dueo de ella la compra, valindo-se de su podero . . . (Con sarcasmo.) y por cambio de un favor . . . as como una mercanc a . . . Esta es mi contesta-cin: ahora hacer lo que mejor os plazca. Mi desgracia mi dicha fu tu ra , vos, seor, la deber . . . Dadme besar vuestra mano. (Adelaida se acerca, coge amano de su padre y la besa. Aparte.) A h ! . . . t iembla . . . l ceder . , y yo le salvar!.. . (Marchndose su gabinete.)Ah! Le i -va, herraste el golpe. . . (Ins aparece la puerta: ambas desaparecen: se cierra la puerta.)

    ESCENA IV.

    El conde solo ha quedado como abstrado sentado en un silln: no advierte la ida de su hija. Pausa.

    CON. One situacin la mia! Ni un amigo. . . ni un apoyo . . . . (Mirando al gabinete de su hija.) Y tu tambin? . . . T , mi nico consuelo.. . mi nico recurso, me abandonas? . . . Que infernal pesadilla me a to rmenta ! . . . (Como pensan-do) en una idea.) La muer te ! . . . [De pronto.] Un suici-dio! . . . jams!. . [Con serenidad.] Adelaida se casara con Leiva..! es mi voluntad, y lo har . [Mudando de tono.] Ah! seor privado.. . voy sacrificar mi h i ja ! . . . Bueno es que apuris vuestro favor. [Un reloj da las tres.]

    A D E .

    C O N .

    A D E . CON.

    A D E . CON.

    A D E .

  • 2 4 C A N T A .

    No huyas bella fortuna de aquel que adora en t , ven, dolo querido, y habita junto m.

    Yo halagar tu orgullo, te elevar un altar, no huyas bella fortuna de este infeliz mortal .

    Su mano un villano pretende robar .

    Borrando for tuna tu plcido altar.

    ^ Hija rebelde, (Dirigindose al gabinete que se t ceders; supone ser de Adela.) oh! yo lo j u r o / . . . y don Alfonso t te unirs.

    Bella fortuna que huyendo vas /deten tu vuelo/ . . . 110 te separes mas.

    Yo halagar tu orgullo, te elevar un altar; no huyas bella fortuna de este infeliz mortal .

    F I N D E L C U A D R O .

  • ACTO SEGUNDO. a

    Antecmara del palacio real. Los cortesanos que esperan, murmu-rando palaciegamente, si bien adulando, etc. Dos puertas laterales: una la derecha y otra la izquierda: la primera figura conducir las habitaciones del Rey, la segunda las de la Reina: cada lado de las puertas un ugier. No tiene muebles, solamente alfombrada.

    ESCENA I .

    Este coro se cantar formando crculo los caballeros, y como en ade-man de hablarse unos oros, refirindose las hablillas de corte.

    CORO.

    UNOS. El duque naciente vendr prontamente /magnfico fe! Cual sube el valido el ftuo engredo, el duque de ayer.

    OTROS. Cuentan, cuentan que una dama, y una dama principal, por su favor ha comprado este nuevo gran sultan.

    4

  • U N O S .

    O T R O S ,

    U N O S .

    O T R O S .

    U N O S .

    O T R O S .

    U N O S .

    O T R O S .

    UNOS.

    O T R O S .

    U N O S .

    T O D O S .

    Es verdad?.. . Si tal, si tal.

    Y la nia que rehusa lo que al padre le conviene, de estrategias arduas usa por que un nuevo amante t iene.

    Quin ser? Una dama principal.

    Ancdota tan chistosa se debe aqu de contar .

    No tal, no tal. Los nombres?

    No se dirn. Pues os vale mas callar.

    S, callar. Y aguardemos, pues que el duque

    gran burleta va llevar, que corra de boca en boca historia tan singular. Mas callemos, que aqu llega el finchado gran sultan. (Esto dicho corno con sigilo.)

    ESCENA II .

    I). Alfonso de Leiva con unos pliegos en la mano. Todos al verle le saludan y felicitan con servilismo.

    LE. Gracias!. . . gracias, mis amigos. Tengo el placer de convidaros para maana al sarao que en mi palacio ce le -bro. Me dispensareis un honor s l concurrs.

    UNO. Nuestro, seor duque, ser en tal caso el honor, y no se faltar. (Leiva da ta mano, y se dirije d la cmara del Rey: al propio tiempo sale Ricardo: los ugier es saludan con profundo respeto.)

    RE. (Saliendo.) El Rey, nuestro seor, me encarga os d las mas sinceras gracias por el inters que demuestran por su mejora. Asimismo me cabe la alegra de m a n i -festaros, que S. M. se dispone recibiros la hora de las cirico; ya est totalmente bueno de su enfermedad.

    Todos aparentan alegrarse: saludan Ricardo y se van por la puerta del fondo.

  • 27

    E S C E N A i l l .

    Ricardo solo.

    Tres (lias sin ver la! . . . no s que pensar . . . Mi cabeza se abrasa en un torbellino de nail congeturas . . . de ideas confusas; pero , nada . . . no acierto la causa de su s i l en -cio. Hoy debe estar a q u . . . es Lunes , y la corresponde hacer la guardia l a R e i n a . . . Porque esa frialdad en ella. . . en Adelaida, que tantas promesas de su amor m e ha hecho . . . A h ! . . . (Va marcharse y al hacerlo se abre la puerta de la cmara de la Reina: sale Adelaida.

    E S C E N A IV .

    Adelaida y Ricardo.

    Re. Adelaida! . . . mi b i en ! . . . ADE Rica rdo! . . . (Quedan como abstrados: Rear do obser-

    va Adelaida y estraa su frialdad.) Re (Aparte.) Cielos!. . . que var iac in/ . . . . SI el conde h a -

    br conseguido. . . Oh! Alfonso Leiva, desgraciado de U si has t r iunfado! . . . te ma ta r . (Se dirije Adelaida.)

    C A N T O .

    B i c Porqu mi bien quer ido tanta fr ialdad?

    A D F Ay! sombras de amargura dejadme en paz! . . . (Aparte.)

    Ricardo! . . . (Dirigindose l.) 1C Adelaida m i a ! . . .

    porqu en tu faz se dibujan las ombras

    de hondo pesar? ADE. Rica rdo! . . . R i c De tu alma

    di la ansiedad; mi hondo amor , tus pesares

    escudar . ADE. Infeliz!.. . (Aparte.)

  • 2 8 Kic. Ay de mi! . . . (Aparte.)

    Duo.

    ADE, AyDios! porqususojos mi corazou laceran, y candida mirada enamorada esperan;

    si en mi dolor tengo que ahogar el fuego

    del corazon? Re. /Ay Dios! porqu sus ojos

    mi corazon laceran y el alma enamorada, tranquilos, desesperan;

    si con mi amor llen de puro fuego

    su corazon!

    Re. Me olvidas, ingrata?. .. ADE. Cruel me t ra tas! . . . Re. Adela!. . . ADE. Ay de mi amor . (Aparte.) Re. Con tu frialdad me matas. ADE. NO es mia la culpa, no:

    mi padre est perdido! . . . salvarle debo yo.

    Re . Vendiendo el sentimiento de tu pobre corazon.

    ADE. Oh! cllate por Dios!. . . Re. Yo me ofrezco

    vida mia tu alegra renacer Oh! no temas! de tu padre yo su apuro te aseguro

    salvar. ADE, Oh! si acaso

    su amargura tu pudieras

    disipar.

  • 2 9 Mi veutura tu lo fueras , mi consuelo y bien estar; y la calma mi alma volveras no turbarse

    jams. Re. T consuelo ADS. T sers. Re. T mi cielo. ADE. T mi ngel tutelar . Re. Yo su justo

    desconsuelo y su anhelo

    he de salvar. ADE. Y mi vida,

    mi consuelo, y mi cielo,

    tu sers. Re. Yo su encono

    le perdono; su zozobra

    he de calmar. ADE. T eres cielo,

    de consuelo, tu mi ngel

    tutelar . Re. A Dios ' . . . Dios! . . . ADE. Ricardo?. . . Dios!. . . (Ricardo se vci por

    la puerta de la ctimara del Rey, Adelaida se vuelve la de la Reina. El conde y Alberto aparecen en la puerla del fondo conversando.)

    E S C E N A Y.

    El Conde y Alberto.

    ALD. (Desde el foro.) Todos los cortesanos cumplimientan al Key. . . pronto debern salir . . . con que daos prisa por si concluye la ceremonia . . . y vais quedar privado de

  • 3 0 la honra de besar la mano del Monarca . . . vos, seor Monlero mayor, no deberais observar tanta negl igen-cia. . . pues en este acto se demuestra el aprecio al S o b e -rano . . . (Se va.)

    CON. Gracias.. . (Entrando.) Fastidioso!... tentado estuve dejarle con su palabra. . . pero es de todo tono oir los necios . . sufrirlos. . . Y ese que charla por siete. (Adelan-tndose.) Se aman con todo su corazon! Su amor pone mis pis un precipicio.. . (Con rbia y como temiendo quele oigan.) A ellos le abre la tumba, si mi plan se t u e r -ce, sino accedes, Adelaida. (En otro tono.) Entremos v e r ese Rey. . . corazon, no me abandones (Desaparece.)

    ESCENA VI.

    Al desaparecer el conde, entra el baron del Soto y don Cesar sale de la cmara de la lleaina.

    BAR. (Entrando.) Se saluda al seor mdico de cmara don Cesar de Sandoval... Como est S. M.? Hoy supe r e c i -ba, mas era ya tarde: y maana segn me ha dicho el duque, desea ir su sarao, el cual d para ce l eb ra r l a merced del ttulo con que le ha honrado S. M .

    CES. Si?. . . (Con indiferencia.) BAR. Sois el primer mdico de Europa . . . Con justa razn,

    se os admira . . . y . . . . CES. Gracias. . . gracias, barn: vos si que sois el diplomtico

    mas fino... BAR. (Haciendo una cortesa y sonrindose.) Tambin os

    las doy por la lisonja.. . CES. NO es tal; y prueba de ello que nadie se destina con

    mas probabilidades de serlo, que ] vos... en esa nueva embajada . . .

    BAR. (Como desentendindose.) Yo en nombre de toda la Corte me adelanto ha ofreceros un voto de las mas s i nce -ras gracias, por habernos salvado nuestro querido y amado Monarca . . . Con adulacin y pedantera.)

    CES. Phs . . . no merezco) tantas distinciones... ni la enferme-dad padecida por el Rey era de esas que necesitan sab i -bura , en la ciencia, para curarla . . . nada he hecho que oueda, ni deba admirarse. (Aparte.) Adulador.

  • 31 BAR. (Como variando de conversacin.) Y que opinis de

    Leiva?.. . esas distinciones con que cada paso le d e f e -rencia el R e y . . . (Como murmurando.) Yo me alegro de la mejora del Soberano; pero mas me alegro aun por que desde maana vuelve encargarse de los negocios de su Estado: y Leiva que en el t iempo de la e n f e r m e -dad. . . pues me parece que no corresponde conceptuar ese hombre tan necesario., halagarlo tan to . . . h e ? . . .

    CES. (Como que no le agrada el giro que ha tomado la con-versacin.) Y que se cuenta? . . . que se m u r m u r a por la villa, seor barn? . . . en las Cor tes siempre ocur ren andoctas . . . sucesos que referir , y vos no carecereis de material? Ya podris suponer si mi curiosidad estar despier ta? . . . hace tres dias, desde la venida del Real sitio, que no me separ de palacio. . . . ya visitando la Reina . . . ya al Rey . . .

    BAR. (Aparte.) Como vari de conversacin.. . ah! viejo doctor . . . y como te conozco.. . (Alio.) Solo se habla de m he rmano . . . el enlace de mi sobrina Adelaida con el duque de Leiva!. . .

    CES. (Aparte.) Que no se e fec tuar . . . Pobre hombre! (Alto.) Ah! con que nuestro nuevo duque se casa . . . . lie (Sonrindosecon malicia.) por fin vamos call en la red. No le ha servido la repugnancia que siempre demostr ese lazo Bien le habis oido decir muchas veces.. . que mugeres, caballos y escope-tas los consideraba objetos de lu jo . . . de pura vista. . . y que temia que se disparacen.. .

    RAR. Que quer is . . .? Todos nos oponemos. . . y luego. . . la postre

    CES. Cargamos con la c ruz . . . . ja , ja , ja . (Rien los dos.)

    ESCENA VII.

    Los mismos y el conde de la Espada saliendo ele la cmara del Rey. CON. (Acercndose.) A Dios, don Cesar!. , Dios hermano! . .

    (A don Cesar.) Os doy la enhorabuena. Nuestro Sobera-no se haya ya restablecido... gracias vuestros auxil ios. . . vuestros sbios conocimientos. . .

    CES. (Aparte.) Ot ro adulador . . . que par de hermanos . . . .

  • 3 2

    (Alto.) Gracias.. . gracias, conde. . . (Como con enfado por tanta felicitacin.

    ; N o creis sea adulacin, pues o l a acostumbro. . . . el mismo Rey ha dicho, cuanto mi labio pronunci: son sus mismas palabras.

    Vamos dar la enhorabuena al seor Leiva?.. . esta fu mi idea al salir.

    Vamos.

    Se dirigen la puerla del fondo: unos otros se dan la salida, por fin la acepta don Cesar, despuespasa el conde y seguida el liaron.

    ESCENA T i l l .

    Adelaida saliendo de la cmara de la Reina, despues Leonor.

    ADE Que intranquilidad!., que desasosiego!., que de sucesos en t res dias.. . quien acercarse?.. . quien implorar va? . . . (Mirando por donde sali.) Salvar mi padre es mi deber! . . . no me queda otro recurso que . . . (Como un pensamiento que la espantara.) l . . . . Leiva. . . . no . . . . nunca . . . . Ricardo! . . . . Ricardo! . . . . Dios mi ! . . . . i l u -minarme.

    C A N T O .

    Oh! que har, yo no lo s: dulces horas de mi bien donde estis con los ensueos nacarados que for j . . .? Yo inocente abr mi pecho un amor plcido y santo, yo soaba con su encanto y sus dichas halagu,

    l sinti mi pura llama coronando mis amores y guirnaldas de albas flores coloc sobre mi sien,

    Oh! que har Yo no lo s

    CON.

    C E S .

    CON. B A R .

  • 3 3 Dulces horas de mi bien,

    donde estis con los ensueos nacarados que forj .

    ADE. (Al ver Leonor.) Leonor! . . . querida amiga! Cuanto me alegro hal lar te . . . soy tan desgraciada!.. . que necesi-to de tu consuelo...

    LEO. Pues qu. . . No viste la Reina? ADE. A la Reina. . . s i . . . . me arroj sus p i s me oy. . . .

    pero, nada, ni una palabra. . . ni una esperanza.. . s ob-serv que al or mis splicas se entristeci. . . me pareci haber visto humedecerse sus ojos. . . nada mas. . . sabes que es tan buena la Reina . . . posee un corazon tan h e r -moso! . . ;

    LEO. Pues entonces opino de diferente modo que tu , A d e -laida. Sentira despertar en t con mi pronstico, una e s -peranza, para despues un nuevo desengao. . . una i l u -sin mas desvanecida; pero oye. Cuando un Monarca se enternece hasta el punto de brotar las lgrimas de sus ojos.. . y calla.. . hceme presentir bien en favor del que rog. Que ha sucedido as muchas veces, lo he p resen-ciado.. . Muy desgraciada serias si ahora no se cumpl ie -ra para t .

    CANTA.

    ADE. Querida, amiga mia tu calmas mi afliccin, tu vuelves el sosiego mi pobre corazon.

    LEO. Mi dicha as es mas grande y le juro por mi amor.

    ADE. Ay! Leonor acaso tus palabras, sern triste verdad?

    LEO. NO dudes un momento pues dichosa tu sers.

    Duo.

    LEO. Consuela tu agona consulate por Dios!.. .

    37

  • 34 y sienta yo, tranquilo (Se abrazan.) latir tu corazon.

    ADE. Tu calmas mi agona Consuelas mi dolor Y siento de alegra latir m corazon.

    ADE. Gracias, Leonor . . . gracias: muchas horas lia que no h a -ba esperimentado mi alma un momento de gozo. . . Bien mi corazon senta tu ausencia!. . .

    LEO. NO, querida Adelaida, es que hay presentimientos que se realizan. . . y aun cuando el corazon los seala., los p r e -sagia. . . parecen un sueo irrealizable.. . por ese mgico poder que nos embarga . . . la duda . . . la desconfianza.

    ADE. Que feliz eres, Leonor?. . . LEO. Y t u ? . . . . Ay! Adela mia, las apariencias engaan. . . .

    y veces, amiga querida. . (Se abre la puerla de la C-mara del Jley. el duque de Leiva aparece: en ella al divisar Leonor y Adelaida demuestra satisfaccin.)

    ESCENA X.

    Las mismas y Leiva.

    ADE. (Como distrada y aparentando que no ha visto al Du-que.) Y qu, Leonor, padeces tu tambin. . . (No puede concluir, se inmu'a y se agarra Leonor.)

    LEO. Adela mia . . . te has puesto mala . . . . que te sucede . . . . si . . . (Mira ver si alguien se acerca.) Ay! seor d u -q u e . . . (Al verlo.)

    LE. (Acerccindose.) Nada . . . algn vahdo.(A Adela.) Quereis que llame Don Cesar?. . . si es enfermedad lo que ha pro-ducido ese cambio de vuestro color . . . si padecimiento m o -ral, podr venir el p . . .

    ADE. (Antes que concluya la palabra y volviendo de su abs-traccin.) Seor duque, considerad.. . no aumentes mis aflicciones, ya que no queris . . . no podis calmarlas.. .

    LE. (Como continuando.) Y si vuestra alteracin la caus yo con mi casual presencia, me re t i ra r . . .

    ADE. OS suplico, seor Leiva, respetis mi dolor, (Con iro-na.) Nadie . . . mejor que vos debe saber lo que padezco (Con marcada intencin.) desde la noche del baile. . . .

  • - 3 5 -( Volviendo Leonor.) Si te parece, Leonor, volvamos la cmara de la Reina; es la hora de retirarse pues muy en breve todas abandonarn el palacio.

    LEO. Cuando quieras?.. . soy tuya . . . . (Se dan el brazo.) LEI. Con que ahora que me senta feliz... con ten to . . . d i -

    choso al lado de dos hermosas.. . me dejan . . . y cuando me dispona darlas una nueva. (Con irona.) (Aparte.) Me he de vengar,seori tas! . . .

    j Y qu es?.. . decidla?... (Separan,)

    LEI. Que maana abro mis salones la sociedad de la Corte. Los Reyes honrarn con su presencia, el soire . . . me pa-rece que noes menos interesante la noticia. . . (Con sarcas-mo.) pues bien, os agradan esa clase de reuniones.

    LEO. Noticia es esa mas que vieja, seor Duque . . . tan r a n -cia como lo sera la de la concesion de vuestro nuevo t tulo, con que S. M. os.. . ha . . . premiado; pues meses antes de casi pensarse en ello... ya se refera. (El Duque queda cortado.) (Adelaida y Leonor se marchan.)

    ADE. Aborrezco al Ministro, Leonor. (Aparte.) LEO. YO no: le tengo en buen concepto, y ya ves como

    acabo de tratarle?. . . me parece que es de esos h o m -bres, que estudian el ocultar sus buenos sentimientos para no decaer . . . . (Entran y cirrase la puerta.)

    ESCENA X.

    Leiva solo.

    LE. (Como reflexivo.) Que mal me comprendes , A d e -laida!. . . Si alcanzaces conocer cuanto aqu pasa, (Se seala al corazon.) lo que padezco!. . . Hace una pausa como para resolverse. S i . . . mi corazon me lo d i c t a . . . . Debo sacrificarme yo . . . Se feliz.

    C A N T A .

    Mal comprendiste Adela mi amante corazon, no te ver llorosa no te ver, no, no, Si esos tus dulces ojos,

  • 3 6 adoro y.

    Si con su luz incendian mi corazon.

    Como dejar que el alma sin compasion.

    vea destilar de ellos, las perlas del dolor?

    All! no , no, no, yo labrar tu dicha,

    mi loco amor pasar como pasa,

    area ilusin. Adela! luz del alma

    no lloraras, no , no; si un sacrificio exige

    tu casto amor yo har que sea la vctima

    mi corazon. (Concluido de cantar se vapor el fondo: al salir aparece un ugier y le

    da un pliego. Se va. LE. (Abrindolo.] La Reina me l l ama. . . O h ! ya me parece

    acer tar para que se necesita mi presencia . . . Que buena e res ! . . . [}lira la cmara de ella.]

    E S C E N A X I .

    [Al desaparecer Alfonso de Leiva, se abren las dos puertas de las c-maras reales, de la derecha salen los caballeros, de la izquerda las seoras. Empieza oscurecer. Alberto por el fondo.

    ALB. T a r d e ! . . . ya lo veo. [Se une los caballeros,)

    CORO.

    MUJ. Ya concluimos (Como entre ellas.) nuestra misin.

    HOM. Cuanta jar ifa de all sali! (Como entre ellos.)

    MUJ. /Cuanto elegante m u r m u r a d o r !

    I I O M . A l f i n e l R e y hoy recibi.

    MUJ. Gurdele el cielo (Unos otros.)

  • 37 gurdele Dios!. . .

    HOM. Bellas seoras?.. MUJ. Gurdeos Dios!. . . HOM. Grande noticia

    se divulg, [Como con sigilo.] cuentan que el conde

    MUJ. Qu?. . . HOM. Se ar ru in . MUJ. Cuanta maldita

    murmuracin! [Aparte.] IIOM. Y q u e su h i ja

    ya prometi al novel duque po r . . . por . . . chiton.

    MUJ. Cuanto farsante murmurador . [Aparte.]

    HOM. En fin, veremos. MUJ. Si, si, marchemos. TOD. Que os guarde Dios.

    Vase por el fondo.

    FIN DEL ACTO SEGUNDO.

  • Mutacin de escena. Cmara de Leiva en el palacio Rea/, lujosa-mente ataviada y adornada. Cuadros, espejos, reloj, etc. Al frente dos cuadros de pintura al leo: mesa con escribana de plata: un magnfi-co estante de libros y papelera: muebles de la poca. A la derecha del espectador dos puertas: la izquierda dos balcones grandes ventanas.

    Al levantar el teln, la cmara estar sola; poco aparecen D. Ce-sar y el Conde hablando; el Barn detrs sin tomar parte en lo que conversan los dos.

    ESCENA X I I .

    D. Cesar y el Conde adelantndose, el Barn clespues.

    CAR. (Que figura hablar alguien.) B ien . . . le esperaremos (Entra y se pone contemplar tanto lujo, y como asom-brado mirndolo todo.)

    CON. (A don Cesar adelantndose la escena.) Vos solo p o -seeis mi secreto. . . y vos nicamente conocis el porqu as proceda. . . con mi hija.

    CES. NO yo solo, Conde. Vuestro incidente es ancdota muy corrida ya en los crculos de Madr id . . . no hay quien la ignore en la corte.

    CON. [Con sorpresa.] Todos!. . . Luego soy el ridculo del pa -lacio.. . Cada mirada habr sido una mofa . . . Y esto mas!

    CES. [Calmndole.] No, Conde: todos os desean un buen resul tado. . . por todos se siente vuestra prd ida . . . se os compadece. . . la desgracia se respeta.

    CON. Y el rey sin o i rme? . . . s in . . . no s que pensar . . . I oy he advertido en su mirada para mi cierto modo estrao.

    CES. Yo creo, y os aconsejo que espereis los resultados de

  • 3 9

    como se presentan las cosas y con arreglo las c i r cuns -tancias , que marchis . . . Hasta ahora contais con el a p o -yo de Leiva. . . nada se os ha dicho a u n . . . ni ninguna dis-posicin se os comunic. Esperad y no desespereis . . . . oir la contestacin del duque . . . para hoy os cito.

    UN UG. El seor D u q u e .

    E S C E N A X I I I .

    Los mismos y Leiva: el Barn sigue distrado en mirar un cuadro de Murillo. D. Cesar y el Conde se adelantan.

    LE. /Cuando mi cmara estuvo mas honrada! . . . Seores! .. (Saludando.)

    r PE . j Grac ias! . . . Tal distincin a nosotros corresponde. . .

    LE. (Viendo al Barn.) Oh! Barn: se conoce que os a g r a -dan, como buen aficionado, las pinturas: y f, que no sois torpe en el a r t e , pues os fijasteis en la me jo r .

    BAR. (Acercndose al Duque y saludndole.) Disimulad, si entusiasmado con aquella preciosa obra , no haya a d v e r -tido en vuestra presencia. (Se coloca aliado de D. Cesar.

    LE. Oh! seor Ba rn . . . quedis dispensado.. . y que sois inteligente bien lo demostris, conoceris su au to r? . . .

    BAR. Quin, Duque , no distingue las pinturas de Muri l lo? esta obra es divina. . . vale mas que cuantas poseo en mi pequea galer a . . . (Aparte I). Cesar.) Que o r g u -lloso!. . .

    LE. Os la regalo, Barn, mandad por ella cuando gustis, la enviar vuestra casa.

    BAR. (Aproximndose al Duque.) Ah! no puedo permit i r os privis de poseer tan preciosa a lha ja . . . es una adquisicin de que no os debeis desprender. Aparte. Si supiera lo que vale.

    LE. [Sonriy endose.] En vuestro poder , Barn , la concep-tu de mas mri to .

    BAR. Si os empeis . . . y por que no lo tomis desaire, la acepto. Mas os suplico recibis de mi un presente . . . m a -ana os enviar uno de mis mejores caballos de ca r re ra .

    LE. Ja , j a , j a . . . pronto habis olvidado mi mxima . . . Las escopetas, las mujeres y los caballos, los considero o b j e -tos de lu jo , de pura vista... [D. Cesar y el Conde se mi-

  • 40 ran.] En revancha solo os pido asistais mi reunion maana .

    BAR. NO necesitaba, Duque , de tal prenda para concur r i r . . De todos modos estaba en recibir ese honor . [Sa ludan-do.] Si en nada me ocupis, me re t i ro . . . y os felicito por la merced que S. M. os concedi [Marchndose.]

    LE. Gracias, Barn. [Dndole la mano.] BAR. [A la salida.] A Dios quedad . . . LE. El os guarde . . . BAR . (Haciendo seal para que se retire. Aparte.) Que b u e -

    no es el D u q u e . . . . siempre lo dije yo . . . generoso. . . . c a -bal lero. . . Bien merece las distinciones del rey. (Vase)

    El Conde se ha retirado ver el cuadro que el Duque ha regalado su hermano, y entretenindose as y como distrado, permanecer todo el tiempo que dure el dilogo de Leiva y don Cesar.

    ESCENA X I V .

    El Conde, en el fondo, Cesar y Leiva.

    CES. (.4/ llegar el Duque.) Y qu, cede el r e y ? . . , y vos persists en vuestro empeo?. . .

    LE. Tantas preguntas me hacis un t iempo, que no s, queridsimo doctor, cual contestaros con preferencia . . . Pe ro abrazndolas todas os digo, que aun tengo que r e -solver. . . necesito pensarlo. . . maana lo sabris.. . (Como con sigilo.) pues qu, puede uno tan fcilmente hacer traicin sus sentimientos. . . y . . .

    CES. Comprendo, Duque . . . Ah! mereceis . . . LE. (Interponindose.) Gracias. . . (Se sonre.) no me col-

    mis con tantas distinciones, pues nada merezco, y voy creeros tambin uno de tantos de esos impertinentes aduladores. . . Y seor Sandoval, yo os tengo en mejor concepto. . .

    CES. Y yo os considero.. . y os aprecio. Se dn las manos. Seor duque?. . . Dios os guarde . . .

    LE. El os guarde! . . Acompaa don Cesar: este le hace sea para que se retire. El Duque al volverse mira y v al, conde, que se ha venido la escena.

  • 41

    ESCENA X V .

    Leiva y el Conde.

    CANTAN.

    CON. D u q u e ? . . . . LE. Conde?. . . CON. En que pensis. LE. En mi plcida fortuna. CON. Ya con ella os contentis? LE. Me es tan fiel como ninguna. CON. NO anhelais ser mas dichoso?.. LE. Fuera ser descomedido. CON. Solo os falta el ser esposo. L E . Oh! si tal;

    pero tiene que pensar en meterse ser marido.

    D U O .

    CON. Qu dice? oh! cielos! con su frialdad

    me ha descompuesto todo mi plan;

    quiere el menguado volverse atrs

    y estoy perdido si piensa ta!.

    LE. Ya que me ha dado su magestad

    ttulo noble yo sabr obrar ,

    cual caballero, sin disipar

    honra y prestigio amor y paz.

    CON. VOS me disteis la palabra. LE. NO me pienso retractar ;

    pero CON. A qu ponis el pero

  • 42 que me hace zozobrar?

    Es muy joven vuestra hi ja , no la puedo yo agradar.

    Dais escusas? Lo que mande ella muda siempre har.

    Yo no quiero no lo espero que la hagais sacrificar, un cario verdadero, un precepto . . .

    Su humildad, toda duda y afecciones ilusiones vencer.

    Ya os dije, Conde, que maana se Timarn los c o n t r a -tos. . . ya dispuse fueran estendidos por una persona de confianza... esperad. . .

    Seor Duque, os obedezco.. . maana nos veremos. . . . (Saluda.)

    Un pliego el rey os dir igi. . . cumplid su o rden . . . . (Aparte.) La tormenta ya estall... (AUo.) Ilasta m a -

    ana, Duque. (Se v.) Pobre hombre ! . . . . que sorpresa para l (Dan las

    siete.) Las s ie te . . . su magestad me espera. . . vamos.

    F I N D E L C U A D R O .

  • ACTO TERCERO.

    Gran salon de descanso y cmara en el palacio de Leiva. Estar di-vidido por una andanada de columnas y arcos, de manera que apa-rezcan dos salones. El dla escena amueblado, y el otro alfombrado solamente, pues figurar de paso. Dos grandes balcones la izquierda y dos puertas la derecha. Mesa con escribana, reloj, floreros, can-delabros, araas y todo mueble correspondiente y de la poca.

    Al levantar el teln aparecer el cuerpo de coros de ambos sexos, y figurando que van entrando. Un ugier cada lado de la entrada de losarco.s.

    ESCENA I .

    CORO.

    TODOS. Porqu las horas de nuestra vida pasan veloces? .. .Si seductoras, llenas de encantos nos brindan goces?... Bella noche! bella noche/ . . . elegante sociedad, en los salones del Duque va reunindose ya.

  • OM.

    M J .

    T O D O S ,

    M J .

    H O M .

    T O D O S .

    4 4

    Son estrellas, puras , bellas, ( A ellas.) que dan luz al corazon?. . .

    Los galanes seductores brindan flores, dan amor .

    Bellsima noche . . . tus plcidas horas, se van seductoras cual dulce ilusin. 'Deten los encantos que prestas al alma detenlos t ranqui la .

    Y envueltas en flores* Y locos de amores. Gocemos,

    crucemos tus plcidas horas con dulce emocion.

    Suena msica marcial interior. Todos guardan silencio, mas viene Al-berto cantando.

    ALB. Los reyes/ el Duque logr su favor; las regias personas vio en su salon.

    Al concluir Alberto entran los reyes; pasan con la comitiva por el pri-mer salon, que figura de paso. Concluida esta ceremonia, el coro sigue.

    C A B . T. Bellsima noche/ . . galanes? seoras?. . . pasemos marchemos tambin al salon.

    Todos se ponen en marcha por parejas.

    H O M Todo es vida y movimiento, todo respira placer (Saliendo de la escena.)

  • 4 5 y embr iaga de c o n t e n t o / . . .

    MU, P o r q u este feliz m o m e n t o tan pasajero ha de se r? . . (Salidos ya de la escena.)

    E S C E N A I .

    El Conde y don Cesar por la izquierda del salon de entrada, as como se supondr ser la entrada y salida.

    CON. (Entrando.) P o r vos, seor don Cesar, m e he a t revido pisar este alczar Pienso pa r t i r maana cumpl i r con el des t ierro que su mageslad me ha i m p u e s t o . , t a m -bin , sabris, fu i dest i tuido del cargo de la Monter a M a -y o r . . . A h ! y cuantas desgracias en tan cor to t i empo: p a -rece que los cielos se han con ju rado en cont ra ma y q u e la adversa fo r tuna se complace en m o r t i f i c a r m e . . .

    CES. Adelaida queda en pa lac io? . . . e h ? . . . CON. . As se ha dispuesto por la re ina ;y como q u e d a r

    sin t t u lo . . . ni b ienes . . . (Se queda como colrico de cora-je y vergenza.)

    CES. Y eso os pone as ? . . . . Conde , yo creo que aun nada teneis p e rd ido? . . . Solo el que abandonis la pennsula es lo que hasta ahora su f r s? . . . Yeo que no teneis f , y q u e las esperanzas las teneis apagadas . . . Mas ca lma . . . Hacis mal d ip lomt ico . . .

    CON. Y vos teneis m u c h a . . . filosofa. Y o , seor don Ce;sar, que me he hallado en cen combates . . . yo que he e s p e -rado t ranqui lo , y con deseos de que se viera la a u r o r a del dia que esperaba emprende r un asal to . . . un a t a q u e . . siento a h o r a , Doc to r , que el corazon me falta y no acer ta is porqu? (Con enfado.) no lo comprendis? por que pierdo mi h o n o r . . (Con desesperacin.) mi p r e n -da mas es t imable! . . . (Mudando de tono.) Mis enemigos cual se g o z a r n / . . . me han venc ido! . . .

    CES. Pero y Le iva? . . . n o . . . CON. El privado?. . ese h o m b r e mecido por la s u e r t e . . . ese

    h o mb re que tanto de noble b lasona . . . e s . . . un in fame. CES. ( C o m o imponindole silencio.) Conde , respetad q u e

    soy su a m i g o . . . que me ofende el q u e se le u l t r a j e y sobre todo, que estamos en su casa . . . (Mirando alrede-dor.) y algn i m p r u d e n t e . . . p u d i e r a . . .

    CON. Cesar, teneis razn/ pe rdonad si en mi enfado

  • 46 pero conoeereis que tengo llagado el corazon. . (Aparte.) Ah! esperar . . . en otro lugar , Duque novel, nos v e -remos.

    CES. El Duque se acerca . . . l llega. CON. Quisiera esquivar su mi rada . . . que ignorase mi v e n i -

    d a . . . luego . . . ya sabis. . . q u e . . . CES. Ocultaos all en aquel gabinete . . .. (Aparte.) no le

    perder de vista. (El Conde se ha introducido donde se-al don Cesar.)

    ESCENA II I .

    Leiva y don Cesar.

    LE. (Entrando.) Qu , seor Sandoval, como tan so lo? . . . , . . . nopasa i s? . . . El baile v empezar . . . (Suena msica interior.)

    CES. Ahora l legu. . . y solo me detenia en esta cmara la idea de descansar un momen to . . . venis?. . . (Retirn-dose.) me voy para al l. . .

    LE. P ron to os segu i r? . . .

    E S C E N A I V .

    Leiva solo se dirije la mesa: abre una papelera y saca unos papeles. Los desarrolla y se anima. .

    LE. Estn bien. . . conformes . . . unamos el permiso del Rey . . . (Saca otro papel del bolsillo.) He aqu espresados mis sent imientos . . . Adelaida, s feliz!.. . Mas, ahora solo me falta para comple tar . . . el pliego que ped al R e y . . . . la gracia de perdn de ese diablo de Conde . . . me ha dicho S. M. que me la haba enviado por la cancillera de p a -lacio. . . pero si esta noche . . . ese Conde se va m a r -c h a r . . .

    UN UG. Seor , este pliego para V. E . ? . . . (Sa luda , lo entrega y se v.)

    CON. (Desde la habitacin.) Qu d i r . , alguna t r ama nueva pensando. . . Ah! duque .

    LEI. (Que ha concluido de leer el papel.) Grac ias . . . gracias Rey gene roso / . . . Tu me has concedido el t tulo de n o -

  • 47 ble?. . . Yo lo sabr Nevar. (Se acerca la mesa escribe y guarda los papeles. Cesa la msica.

    E S C E N A Y.

    Leiva acabando ele escribir. Despues Alberto.

    LE. ASI... cada uno el suyo . . . he aqu tres buenos t -tu los? . . .

    ALB. (Entrando.) Seor D u q u e ? . . . Los Reyes esperan v u e s -tra p resenc ia . . . Desean r e t i r a r se . . .

    LE. Vamos . . . (Sevan.) Vuelve orse msica: la comitiva se retira en el mismo orden que entr, pero D. Cesar y Ricardo vienen los ltimos.

    E S C E N A V I .

    D. Cesar y Ricardo, entrando.

    RE. (Viene triste y reflexivo.) A h / don Cesa r / . . . CES. Mas esperanzas, R i c a r d o . . . bien sabis q u e muy pocas

    veces me equ ivoco . . . que no salen ment idos mis p r e s e n -t imien tos . . . tal vez me engae a h o r a . . .

    Re . Ah! don Cesa r ! . . . no hay r e m e d i o . . . todo se perdi para m i . . . si fuera o t ra cosa, se veria al D u q u e tan s a -tisfecho?. . y mas no se d i c e d e pblico haber sido es -tendidos unos contra tos de m a t r i m o n i o ? . . . aadiendo que el rey ha concedido permiso para con t raer esponsa-les con doa Adela ida , uno de su corte? j q u e r e i s mas pruebas? Vos los sabis: mas al hab la rme como disuadindome, es para calmar mi a g o n a . . . . pe ro esta solo concluir c o n . . . l a . . . (Aparte con sigilo.) m u e r t e del D u q u e . . . (Cesa lamsica.)

    CES. (Con mal gesto.) R i c a r d o ! . . . e spe rad . . . (Aparte.) m e hab r equ ivocado . . . Si el D u q u e mi tambin b u r l a r . . . n o . . . no puede s e r . . .

    E S C E N A VI I .

    Los mismos y el Duque entrando: durante esta escena se ve pasar la comitiva de regreso de despedir los Reyes.

    CES. ( V i e n d o al Duque.) Como es eso?. . . no haber acompa-ado la regia comi t iva . . .

  • 48 LE. Voy esplicaroslo: q u e SS. M M . no han pe rmi t ido

    que vayan de su s e rv idumbre mas que el Baron del So to , el Conde de Braganza y la Duquesa de a A l m u n i a , los dems nos dijo al llegar al pr t i co : e a . . . volveros . . . y d i -r ig indose ellas; no q u e r e m o s pr ivaros de d i s f ru ta r del sa rao : y ellos; y vosotros os encont r i s muy bien al l a -do de tan ta h e r m o s u r a , para q u e se os sepa re , y t D u -q u e , debes q u e d a r t e t amb in , aad i con su a c o s t u m b r a -da sonrisa de bondad , para rendi r los honores de tu c a -s a . . . Con estos q u e nos acompaen basta: son viejos, y poco debe ya divert ir les estas fiestas.

    CES. J a , j a , ja que buenas ocur renc ias t iene nues t ro r e y ! . . . no habr sentado m u y bien la Duquesa el oir se la r e p u t e de v ie ja . . . J a , j a , j a . . . ella, q u e se cons ide -ra aun joven . . . Solo dice que t iene c incuen ta y un aos . , y que a u n . . . j a , j a , j a . . .

    LE. (A Jitcardo.) R i ca rdo? . . . Seor P a g e . . . parecis no es tar de m u y buen b u m o r . . . n o habis pasado a u n al a m b i g ? . . .

    R e . (Con mal modo.) Seor d u q u e ? . . . no insultar u n h o m b r e que p a d e c e . . . y . . . q u e vos sois la culpa de e l lo . .

    LE. (Aparte.) Q u e desesperado e s t . . . mayor ser su s o r -pre>a.

    R e . (Aparte.) I n f a m e ! . . . lo m a t a r ! . . . LE. (Viendo volver el acompaamiento.) Si m e hacis el

    obsequ io ,D . Cesar , de pasar al salon,y r e e m p l a z a r m e por un m o m e n t o en o f r ece r los homenages de la casa . . .

    CER, Tan ta h o n r a ! . . . m a r c h o complace ros . . . (Al ver Alberto que llega.) D a d m e el brazo y v e n i d ? . . . Es toy tan t o r p e en las fo rmas de e t i q u e t a . . . q u e . . . (Se van.)

    ESCENA. V I I I .

    El Duque, Ricardo; doa Leonor y doa Adelaida que entran: el Conde en la alcoba gabinete. El duque se colocar al lado de la mesa, al costado de este Adelaida, esta Leonor, despues Ricardo, junto la puerta del gabinete donde se halla el Conde.

    LE. Como e m p e z a r ? . . . (Aparte y observando.) RE. [Aparte.) Q u e humi l l ac in! . . . que desengao! . . . ADE. Q u m a r t i r i o ! . . . que sacrificio, Dios m i ! . . . y mi p a -

    d r e / . . . R i c a r d o ! . . . R ica rdo! [Aparte.)

  • 4 9 (Aparte.) Cuanto su f re ! . . . (Mirando al Duque.) Qu

    ir decir? . . . (Desde el gabinete procurando no ser visto.) Vaya un

    cua r t e to . . . en qu pensarn?. . .

    C A N T A N .

    Llego la h o r a / . . . (Aparte.) Lleg.

    Gran Dios/ . . . (Idem.) Lleg. . . (Iclem.)

    Prf ido! . . . (Idem.) Tris te ! . . .

    i Ay corazon/ . . . j Hombre t ra idor ! . . . i Le salvo yo? . . . (A y! triste a m o r / . . .

    Esta noche los contratos hay, Adela, que firmar: vos, amigo, asistiris?.. . (A Ricardo.)

    Oh! yo aprecio la bondad. Que , no vendreis?. . . Si, por mi vida. . .

    Oh! vil Duque , ya vers (Aparte.) si se rompe un corazon con sarcasmo tan audaz.

    Calma tu pena lgubre ( 1 Adela.) que tu Leonor,

    dar consuelos plcidos. tu afliccin.

    Deja que el alma msera apu re su dolor; quin calmar las lgrimas?. . . las lgrimas del triste corazon!. . .

    (Aparte.) Yo!...

    Duo.

    Si aqu en el pecho mi es Ja traicin agena, el sent imiento impo que el corazon me llena,

    4

  • 50 hora que brote sangre las horas de su amor .

    LE. Cual goza el pecho mi con su designio p u r o , v aunque sufro tu desvio ( M i r a n d o Adela.) no ha r , yo te lo j u r o , un sacrificio impo de tu pr imer amor .

    C U A R T E T O .

    A Dios ensueos que yo for j : Dios por siempre luz de mi bien, que aqu en mi alma

    imagin. Cuando intranquilos

    ambos estn y esperen tristes

    j u re mi f, sus ilusiones har volver.

    Yo tendr aliento yo le ir ver, antes las aras

    ju ra r su f: mas luego j u ro ,

    Je ma ta r . Triste, Adelaida,

    triste de aquel que los ensueos

    forja del bien y v sus dichas

    desparecer.

    Al concluir de cantar, se vern por el fondo empezar marcharse la concurrencia del sarao. El Duque que lo advierte, sale y saluda unos y otros, y marchase por la derecha.

    A D E .

    L E .

    Re .

  • 51

    E S C E N A I X .

    Ricardo, Leonor, Adelaida y despues el Conde, saliendo.

    RE. Ay Adela! qua desenlace tan terrible Ah! no acierto que sospechar . . . el car io paternal ha vencido mi amor . . . b ien . . . Ah/ seora . . . habis destrozado mi corazon. . . q u e . . .

    CON. (Saliendo.) Ha'salvado su pad re ! . . .

    f 0 , | El Conde! . . . Re. ADE. 'MI pad re ! . . . CON. (Continuando ) Y no tiene un padre derecho, seor

    page , que su hija sacrifique un capricho por salvarle?... (Con imperio.) salvndose ella pues la mancha el borrn que sobre mi cayera, no dejara de alcanzarla

    RE. Y qu culpa t iene ese ngel de inocencia, que su p a -dre!

    CON. Callad. . . . s i lencios mando guardis, page (Con enfado.)

    ADE. (Interponindose.) Pad re ! . . . Ricardo! . . . (Titubeando y de pronto.) S i . . . (Con imperio.) debo cumplir mi de--b e r . . . Me uno al D u q u e . . . decdselo.. . he aqu mi m a -n o . . . (La alarga: su padre corre ella: Ricardo queda abismado, descompuesto, cae en un silln con abatimien-to.)

    LEO. Infel iz! . . . Desgraciado! . . . Que v i r tud! . . . que s a c r i -c io / . . . (Mirando alter nativamente ya al Conde, ya it Ri-cardo, ya Adela.)

    E S C E N A X .

    Leiva que viene rodeado de una infinidad de seriaras y caballeros: seguida don Cesar y Alberto. Leiva desde la entrada y como si ha-blara los que con l vienen.

    LE. Ya que me habis honrado, justo es, amables amigos, que presencieis un suceso, que sin duda , os sorprender . Es lo que falta para que yo pueda adqui r i r , con verdad, ese t tulo de noble con que S. M. me acaba de h o n r a r . . -

  • 5 2 (Entrando: lodos le siguen. El Conde se ha retirado.)

    T O D O S . (Los de la escena.) Qu se r? . . . LE. (Llegando.) Si, par ientes v amigos . . . Adelaida de S i l -

    va, hija del Conde de la Espada , os par t ic ipo da su m a -no de esposa. . . (Leiva observa todos que guardan silen-cio, y con ansiedad unos, otros temerosos de que conclu-ya. No ha reparado en el Conde.) Mas, no s, si i nd i s -cre to , y con el vivo deseo de la fe l ic idad. . . (Con inten-cin.) me habr adelantado dar una noticia i m p r u d e n -te , no contando con el beneplcito del seor Conde y la voluntad de la seorita Adela ida . . . (Se adelanta hasta todos.)

    CON. (Saliendo al encuentro.) Esperad , D u q u e . . . (Leiva se detiene y se sonre de la estraa aparicin del Conde.) El Conde de la Espada os autoriza para que dispongis de la mano de su h i j a . . .

    LE. Ola! seor C o n d e ! ah e s t a b a i s ? pues os cre a , sino viajando, al menos preparando vuestra par t ida .

    CON. Maana pa r to , seor D u q u e . . . cumplir con la orden del Rey . . .

    LE. (Se acerca la mesa, toma tinos papeles y vuelve su sitio.) Tomad (Da un pliego al Conde.) o b e d e c e r l o que manda S. M . . . vos os toca .

    A DE . V> ra r Dios / . . . (Aparte.) rec ibi r este sacr i f ic io! . . . CON. Cielos! . . . (Leyendo.) Grac ias ! . . . Grac ias ! . . . LE. Adelaida, dadme vuestra m a n o . . . (La da como maqui-

    nalmente.) ADE. (Aparte.) A Dios, R i c a r d o ! . . . A Dios/ . . LE. VOS, R i c a r d o . . . t o m a d . . . [Le da otro papel.] RE. | Volviendo de su estupor.] O h ! perdonadme, seor , si

    os o fend . . . [A Adela.] Esposa m i a / . . . Tonos. * [Menos Leiva.] Cmo? su esposa?. . . LE. Si, su esposa. El rey mismo los une . CES. [Aparte.]Cuano dije que era imposible me equivocara . ALB. Qu es esto? vaya un cambio tristes antes y

    a h o r a . . . [Aparte. j vamos . . . vamos, en la cr te son locos. LEO. (Adelaida.) Blas dichosa que y ' . . . lo ves? . . . ADE. Leonor ! . . . LE. (Al Conde.) El Rey os pe rdona ; vuestros t tulos se os

    devuelven y de nuevo sois el Monte ro mayor de S. M . . . no estareis disgustados?

    CON. Ah! seor D u q u e mi eterna g r a t i t u d ! . . .

  • 5 3 LEI. [A Ricardo.) A vos Ricardo os concedo cuan to p i -

    dais . . . desde hoy dejais de ser page del R e y . . . se os nom-br anoche Capitan de sus guard ias? . . .

    R e . Ah! que recompensa os da r ! . . . . estoy sat isfecho, seor .

    LE. A vos, encantadora Adelaida, solo os pido que me e s -t im i s . . . no soy tan malo como me creais . . .

    ADE. J Ruborizndose.] Ah! n o . . . un e terno r econoc imien -t o . . . j amas , seor D u q u e , se apar tar de mi corazon

    Re . Ah! que nobleza. Aprendan aqu esos que por tales ADE. ' s e t ienen .

    E S E N A I V .

    Leonor, Adelaida, Ricardo, el Duque, el Conde y Alberto. Coro de ambos sexos. D. Cesar habla.

    CES. [Dirigindose Ricardo ) Decis b ien . . . la nobleza es un sent imiento que nace en uno . . . es una propiedad del corazon. . . no la dan los t tu los . . . no se a d q u i e r e . . .

    RE. ; Dndole la mano.) Ah! mi quer ido p ro t ec to r . . . cuan-to os debo!

    CES. (Con prontitud.) mi , n a d a . . . l Sealando al Duque.)

    C A N I A N.

    CORO. Gocen todos su ventura seductora , ,

    luzca alegre de t e r n u r a nueva aurora

    noble el D u q u e , para s iempre los uni

    reusando su esperanza. . . brava accin! . . .

    R e . Toda! . , toda mi vida ser reconocida la nobleza tanta que vio mi corazon: y envuelto en sus miradas de clica t e r n u r a , bendeciremos juntos

  • su generosa accin. Toda! . . . toda mi vida

    ser reconocida la nobleza tanta que vi mi corazon: y envuelta en sus miradas de clica t e rnura , bendeciremos jun tos su generosa accin.

    Cuan noble sent imiento hoy anim su alma, oh/ vuelva m la calma que tan fugaz se huy. Toda, toda mi vida ser reconocida la nobleza tanta de generosa accin.

    Cual goza el pecho mi mirando su ventura , su clica hermosura tranquilo ver y; y si suspiro alguno brotara el alma mia , son signos de alegra que lanza el corazon.

    Sus plcidos amores consuelo han logrado, su pecho enamorado con plcida ernocion, bendecir del Duque , que ya su amor corona, el tan feliz designio, de generosa accin.

    Por Dios que no comprendo la estpida alegra, que siente el alma mia mirando en de r redor . No se lo que sucede, pero mi p e d i o late, y plcido contento siente mi corazon.

  • 55 Salud los esposos

    que el cielo unir luego; ya goza con sosiego su t ierno corazon; y gloria al nuevo Duque , que el t tu lo inaugura , dando feliz ventura con generosa accin.