POSTData N° 11. Reseñas
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LA JUNTA MILITAR: PINOCHETY LA CONSTITUCIN DE 1980
Robert Barros, Sudamericana,Santiago de Chile, 2005, 419 pginas.
Si se nos pidiera describir y caracte-
rizar brevemente a la ltima dictadura
militar ocurrida en Chile entre 1973 y
1990, podramos plantear que fue un r-
gimen poltico dictatorial personalista, un
rgimen autocrtico erigido fundamen-
talmente bajo la figura emblemtica deAugusto Pinochet. A primera vista, y des-
de un sentido comn histrico, esta afir-
macin aparenta asentarse sobre slidos
cimientos tericos. Es ms, profundizan-
do esta lnea argumental podramos agre-
gar que el carcter personalista de la dic-
tadura fue lo que le permiti ser longeva,
y que la sancin de la Constitucin de
1980 se explica tanto a partir de la nece-sidad de Pinochet de perpetuarse en el
poder como de la necesidad por parte
de las fuerzas armadas de limitar a largo
plazo el desarrollo de un futuro gobier-
no civil.
Para nuestro asombro, en La junta mi-
litar, Robert Barros (politlogo estadouni-
dense, Doctor en Ciencia Poltica por la
Universidad de Chicago, residente en Ar-gentina) se encarga de derribar una a una
esas visiones, a partir de una pregunta te-
rica y de derecho constitucional central:
es posible que un poder absoluto, como
lo es el de una dictadura, se autolimite
mediante una norma institucional, como
puede ser una constitucin? La dictadura
militar que gobern Chile entre 1973 y
1990 muestra que s.
En forma sinttica, entonces, se po-
dra afirmar que el tema central de La jun-
ta militar es la autolimitacin del poder
absoluto o, en otras palabras, laautorrestriccin autocrtica. La hiptesis
que Barros establece para estructurar su
trabajo es que el pluralismo al interior
de un bloque gobernante es la condicin
fundamental para que un gobierno pueda
ser limitado a travs de ciertas institucio-
nes, incluso en un contexto no democrti-
co (26). Segn el autor, la autolimitacin
de la dictadura chilena se asienta sobretres pilares: en primera instancia, una se-
paracin de poderes al interior de la jun-
ta, con un poder ejecutivo unipersonal y
un poder legislativo colegiado; en segun-
do lugar, la existencia de la regla de unani-
midad, es decir, que para la toma de deci-
siones era necesario el consenso de esa
Junta, mecanismo que permita bloquear
cualquier personalizacin significativa delpoder y que por ende desdibuja la ima-
gen de un Pinochet omnipotente; y por
ltimo, la Constitucin de 1980 fij lmi-
tes definitivos a la autoridad legislativa de
la Junta y luego permiti la consolidacin
de ciertas instituciones destinadas a ga-
rantizar su respeto y continuidad, como
la Corte Suprema, la Contralora General
de la Nacin, y fundamentalmente el Tri-bunal Constitucional.
Ahora bien, con qu sustento emp-
rico se sostienen estas ambiciosas afir-
maciones? Conciente de las dificultades
que acarrea el anlisis de todo rgimen
no democrtico (la escasez de informa-
cin ex profeso sobre las deliberaciones
internas), Barros realiz un minucioso
trabajo de investigacin entre 1992 y
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1993, que incluy desde numerosas en-
trevistas y recoleccin de datos, hasta
encuentros confidenciales con un oficial
retirado (que prefiri mantenerse en elanonimato) para obtener registros por
entonces secretos, al estilo de una nove-
la policial britnica. Como resultado, Ba-
rros pudo reunir un vasto material, de un
valor histrico invaluable, como sus da-
tos provenientes del archivo legislativo
de la Secretara de Legislacin de la Jun-
ta, de las Actas de Sesiones de la Hono-
rable Junta de Gobierno, y de las actasde la Comisin Constituyente (encarga-
da de asesorar al gobierno sobre cues-
tiones constitucionales y de redactar el
proyecto de la Constitucin de 1980).
El libro cuenta con una introduccin
donde se detallan con gran claridad con-
ceptual las ideas principales del trabajo,
y ocho captulos que podran dividirse
de la siguiente manera. El primer captu-lo aborda en forma terica la problem-
tica de la autolimitacin autocrtica, plan-
teando un jugoso debate para la teora
poltica. Luego, los captulos dos, tres y
cuatro analizan el rgimen dictatorial chi-
leno previo a la Constitucin de 1980.
Por ltimo, los captulos cinco, seis, sietey ocho detallan el proceso de confeccin
de la Constitucin y sus posteriores efec-
tos para la dictadura chilena. Adems, el
libro posee un prlogo de Carlos
Huneeus, una seccin de abreviaturas,
una extensa bibliografa, un siempre til
ndice analtico y una serie de tablas que
sirven como adicionales explicativos.
Sin lugar a dudas este libro representaun aporte significativo a la ciencia polti-
ca, ya que no slo nos explica minuciosa y
detalladamente el desarrollo institucional
de la ltima dictadura chilena con un esti-
lo gil y ameno (sirvindose de un mate-
rial hasta ahora casi indito) sino que tam-
bin nos brinda un interesante planteo para
teora poltica moderna: la compatibilidad
entre restricciones legales y regmenes nodemocrticos.
Guido Moscoso
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EN EL PAS DEL NO ME ACUERDO.(DES)MEMORIA INSTITUCIONAL EHISTORIA DE LA POLTICA SOCIAL
EN LA ARGENTINA
Julin Bertranou, Juan ManuelPalacio y Gerardo M. Serrano(compiladores), Prometeo, BuenosAires, 2004, 292 pginas.
Desde el retorno a la democracia,
existe un amplio consenso entre los res-
ponsables de la poltica social, los tcni-cos y los acadmicos sobre la importan-
cia de la memoria institucional para me-
jorar la gestin, el anlisis, la evaluacin y
la transparencia de las polticas pblicas.
No obstante, en los ltimos aos slo
hubo esfuerzos aislados por mejorar los
procesos de registro de la informacin
en el mbito pblico. En la visin de los
autores de estos textos, la historia de laspolticas sociales en tanto relato
historiogrfico y aprendizaje social tiene
como funcin no slo mejorar las polti-
cas y su gestin sino preservar el patri-
monio histrico y acrecentar la transpa-
rencia del accionar pblico.
Los artculos compilados por Julin
Bertranou, Juan Manuel Palacio y Gerardo
Serrano abordan en el campo de la polti-ca social los nexos que existen entre la
produccin y acumulacin de informacin
sistematizada de los problemas y las po-
lticas sociales, su historiografa, la for-
macin de la memoria institucional y la
gestin pblica. Esta perspectiva destaca
el rol de la investigacin histrica como
fuente de recursos para el diseo de pol-
ticas y considera los obstculos en el tra-
bajo de los historiadores como un insumo
para perfeccionar los procesos de reco-
pilacin y seguimiento de la informacin.
La obra est dividida en tres seccio-nes. La primera (Momentos y actores
de la poltica social en Argentina) exa-
mina la relacin entre la historia de la
poltica social y el diseo de las polticas.
As, el trabajo de Laura Golbert subraya
la escasez de escritos historiogrficos
sobre la poltica social destacando su
importancia para la formulacin de pol-
ticas. Las ventajas de incorporar un enfo-que histrico que contemple el entrama-
do histrico-social y el legado institucional
en el que se disean e implementan las
polticas se hace evidente en su argumen-
tacin. Al mismo tiempo, sugiere reas
de investigacin para seguir explorando
sobre experiencias pasadas. Por su par-
te, Juan Suriano repasa la produccin de
trabajos historiogrficos sobre la polti-ca social desde la conformacin del Esta-
do nacional hasta los primeros gobier-
nos peronistas. Su trabajo coincide con el
diagnstico elaborado por Golbert y por
ello explora las causas de la exigua pro-
duccin histrica. Su revisin no preten-
de ser exhaustiva ni cronolgica sino des-
tacar los temas y enfoques ms interesan-
tes de los trabajos revisados. MarceloCavarozzi estudia el vnculo entre la pol-
tica social y las frmulas polticas a partir
del trnsito de la poltica oligrquica a la
poltica de masas con especial nfasis en
Argentina, Brasil, Chile, Mxico y Uru-
guay. Su exposicin ilumina la relacin
entre los diseos y los modos de
implementacin de las polticas sociales
y los aparatos estatales. A su turno, Jos
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Luis Morenorealiza una mirada pano-rmica(79) de la poltica social en la
Argentina desde el perodo colonial has-
ta la actualidad. Las conclusiones del tra-bajo sealan el debilitamiento del rol del
Estado en el diseo e implementacin de
las polticas sociales en nuestros das. Las
rupturas que supusieron las polticas so-
ciales del peronismo clsico sin duda re-
queran una evaluacin exclusiva. Es el
trabajo de Luciano Andrenacci, Fernan-
do Falappa y Daniel Lvovich el que da
cuenta de ellas. Los autores exponen con gran claridad y detalle la historia
institucional y la accin social del Estado
argentino desde 1880 a 1955. Un aspec-
to por dems interesante es la reflexin
sobre el Estado de Bienestar construido
por los primeros gobiernos peronistas.
La segunda parte (Gestin y memo-
ria institucional de la poltica social) co-
mienza con un estudio de Julin Bertranousobre el concepto de memoria
institucional. El autor despliega un anli-
sis descriptivo de las variables que per-
miten comprender los procesos de cons-
truccin y debilitamiento de la memoria
institucional. El autor explica claramente
cmo la memoria institucional cumple las
funciones de reduccin de la incertidum-
bre al generar criterios compartidos parala intervencin pblica y de cohesin de
los agentes involucrados a partir del com-
promiso colectivo. No obstante, seala
que las memorias pueden consolidar no
solamente buenas prcticas sino tambin
pautas ineficaces e ineficientes. Por ello,
ensaya un conjunto de apreciaciones nor-
mativas que avalan la generacin de una
memoria institucional abierta al apren-
dizaje (134) cuya funcin es mejorar
progresivamente los procesos de gestin
pblica. En esta lnea Roberto Martnez
Nogueirapresenta un artculo que desta-ca los factores histricos, institucionalesy organizacionales que inciden en la ge-
neracin, incorporacin y acumulacin de
saberes a todo el ciclo vital de las polti-
cas pblicas de lucha contra la pobreza.
Entre los obstculos para la construccin
de un aprendizaje social identifica la d-
bil institucionalidad del Estado argenti-
no, su naturaleza remanente, la presen-cia de proyectos aislados en detrimento
de una poltica social planificada, la
tercerizacin del trabajo institucional y
el desarrollo todava embrionario de una
comunidad de polticas. A continuacin,
Fabin Repetto y Javier Moro empren-
den el desafo de analizar las consecuen-
cias de los procesos de descentralizacin
y focalizacin de las polticas socialesimpulsados principalmente en la dcada
de los 90 con el objetivo de reducir el
gasto social. El trabajo se concentra en
las reas de salud, alimentacin, vivienda
y educacin a partir de la descentraliza-
cin y en las polticas focalizadas depen-
dientes del gobierno nacional. Desde esta
perspectiva destacan los principales atri-
butos del concepto de capacidadinstitucional que hubiesen permitido re-
formas exitosas y generado prcticas p-
blicas realmente eficientes y eficaces.
Guillermo V. Alonso examina la historia
institucional de los organismos de con-
trol y fiscalizacin del seguro social de
salud en Argentina como el legado que
debe afrontar la Superintendencia de Ser-
vicios de Salud. Si bien contempla el enfo-
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que institucional, el trabajo subraya
principalmente las relaciones entre los
organismos pblicos reguladores y los
actores no estatales vinculados a la pres-tacin de servicios de salud. Estas re-
laciones consolidadas en arreglos
institucionales condicionaron fuertemen-
te la efectiva labor pblica. No obstante,
el autor expone ciertas oportunidades que
se presentan para articular una mayor
autonoma poltica y organizacional en
este rea. El artculo de Enrique Tandeter
y Andrs Pak Linares descompone a par-tir de un estudio de caso los problemas
presentes en la gestin pblica para lle-
var adelante la tarea archivstica de ma-
nera efectiva. El caso del Ministerio de
Desarrollo Social y Medio Ambiente
(MDSMA) argentino es considerado por
los autores representativo de la situacin
en otros sectores de la administracin
pblica. Bajo esta premisa evidencian lasdificultades para el cumplimiento de la
legislacin vigente en materia de archivo,
la escasa voluntad poltica y los exiguos
recursos materiales y humanos que en-
torpecen no slo la posibilidad de mejo-
rar la conservacin del patrimonio nacio-
nal sino las oportunidades de agilizar los
trmites administrativos, de fomentar la
transparencia del sector pblico y de apro-vechar la documentacin existente para
delinear mejores polticas. El trabajo de
Gustavo Gamalloproporciona un puntode partida para la reflexin sobre los sis-
temas de valoracin y percepcin sobre
los que se construye la informacin y su
uso como forma de control social. Por
otro lado, agrega un nuevo caso de estu-
dio que ejemplifica las dificultades para
el relevamiento, construccin y uso de la
informacin pblica a partir del Sistema
de Informacin, Monitoreo y Evaluacin
de Programas Sociales (SIEMPRO-MDSMA).
La ltima parte del libro se titula Po-
ltica y cuestin social. Un elemento co-
mn a los trabajos comprendidos en esta
seccin es que destacan la necesidad de
repensar las particularidades del merca-
do de trabajo actual y de la pobreza. Las
conclusiones sealan la importancia de
replantear las estrategias que debe asu-mir la poltica social en el perodo actual.
El trabajo de Eduardo Amadeo rene re-
flexiones en torno a los cambios en el
mercado de trabajo y en las caractersti-
cas que asume la pobreza en el presente.
Adems, destaca a partir de su experien-
cia las dificultades que se enfrentan en un
sistema federal para consensuar una pol-
tica social integral. Su propuesta reivindi-ca la necesidad de no excluir las polticas
focalizadas ni las universales, orientndo-
se a combinarlas con una poltica de in-
greso mnimo. A su turno, Ernesto Aldo
Insuanicompara las caractersticas delliberalismo, el keynesianismo y el
neoliberalismo como etapas histricas
sucesivas en los ltimos doscientos aos
con especial atencin en los rasgos queasumen en el neoliberalismo las relacio-
nes entre el mercado formal del trabajo y
el crecimiento de la economa. Analiza
particularmente el concepto de traba-
jo y propone ampliarlo en la nocin que
denomina trabajo socialmente relevan-
te (278), que asocia el trabajo ms a la
construccin de capital social que a la
generacin de productos y servicios. Su
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trabajo es un aporte al debate abierto por
Andr Gorz y Pierre Rosanvallon sobre
el ingreso social. Las particularidades del
mercado formal del trabajo en la actuali-dad y el fenmeno de la exclusin lo con-
ducen a reflexionar sobre la forma en que
podra implementarse un ingreso social:
incondicional para la vejez y la infancia y
condicional fundamentalmente para los
jefes de hogar desocupados.
Si hay un aspecto de esta obra que
merece una mencin especial es el con-
senso que provoca en torno a la necesi-dad de volver a pensar la poltica social.
No slo estn presentes en los artculos
las deficiencias del sector pblico y los
impedimentos y condiciones a los que
debe enfrentarse. Tambin estn funda-
das las razones que deben conducir a un
nuevo abordaje de la realidad social. Las
transformaciones en el mercado de tra-
bajo, la pobreza, la exclusin y el debili-tamiento del sector pblico explican en
la mayora de los casos el fracaso de las
polticas sociales. El diagnstico expues-
to en esta obra desafa tanto a polticos y
tcnicos como a acadmicos y responsa-
bles de la gestin pblica a generar nue-
vos conocimientos y estrategias que per-
mitan fortalecer las capacidades
institucionales en un rea insoslayable dela accin pblica.
Marina Calamari
LA ECONOMA POLTICA DE LAARGENTINA EN EL SIGLO XX
Roberto Corts Conde, Edhasa,Buenos Aires, 2005, 356 pginas.
La evolucin de la economa argen-
tina en el perodo que va desde las lti-
mas dcadas del siglo XlX hasta fines
del XX ha sido desconcertante. Con
esta frase Roberto Corts Conde comien-
za un detallado recorrido por la historia
econmica argentina, intentando anali-zar su evolucin a lo largo de diferentes
perodos muy dispares.Partiendo del es-
pectacular crecimiento econmico de
finales del siglo XIX, Corts Conde tran-
sita ms de un siglo de economa polti-
ca, en que la Argentina pas de ser un
pas promisorio a registrar una indita
depresin de casi dos dcadas de dura-
cin hacia 1989. Frustracin es la sen-sacin que da impulso a la bsqueda de
explicaciones y a la creacin de este li-
bro, con el objetivo de hacer menos
desconcertante la historia econmica
argentina.
Supervit fiscal primario, oferta
monetaria, PBI per cpita, inversin
bruta, son conceptos bsicos que hoy
son familiares hasta para los nefitos entemas econmicos. Sin embargo, no re-
sulta algo tan familiar encontrar, por ejem-
plo, un grfico sobre la evolucin de la
oferta monetaria en la economa argenti-
na entre 1880 y 1914. O los valores de
riesgo pas entre 1829 y 1880! Y preci-
samente de eso se trata este libro: de ana-
lizar la historia argentina desde los con-
ceptos econmicos actuales.
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El libro consta de cinco captulos que
dividen la historia econmica argentina
en sendos perodos: 1) el perodo de r-
pida expansin: 1880-1914; 2) de la Pri-mera a la Segunda Guerra Mundial; 3) la
economa poltica del peronismo; 4) una
sociedad conflictiva 1955-1973; y 5) la
Gran Depresin 1974-1989. En este re-
corrido histrico, Corts Conde parte de
un perodo durante el cual la Argentina
tuvo niveles de crecimiento que duplica-
ron a los de la economa mundial, en bue-
na medida gracias a la incorporacin demltiples factores productivos (capital,
tierra, mano de obra) en cantidades sig-
nificativas. Argentina reciba una fuerte
corriente inmigratoria en busca de mejo-
res salarios y un importante nivel de in-
versiones que perseguan mejores rendi-
mientos, a la vez que la consolidacin del
Estado nacional permita la incorporacin
de tierras para la explotacin agrcola.Nuestro pas creca entonces al comps
del modelo agroexportador, que se de-
sarrolla durante este perodo y permite
que, hasta 1930, el ingreso per cpita de
la Argentina sea similar al de los pases
ms desarrollados.
La gran depresin econmica mun-
dial marca un cambio en el modelo de
crecimiento, que pasa de mirar hacia afue-ra a mirar hacia adentro. La baja del in-
greso per cpita en la comparacin inter-
nacional muestra un claro quiebre de ten-
dencia con respecto al perodo anterior.
Las crisis ya no son slo una consecuen-
cia de los acontecimientos internaciona-
les sino que ahora obedecen (la mayor
parte de las veces) a desequilibrios
gestados internamente. La construccin
de un Estado que interviene en todas las
esferas de la vida nacional, la incidencia
cada vez menor de la Argentina en el co-
mercio internacional y los desequilibriosno detectados, negligentemente desaten-
didos o simple y sencillamente ocultados
y postergados, caracterizan a esta segun-
da etapa histrica. Inversin, poltica
monetaria y (des)equilibrios fiscal y comer-
cial son los ejes principales que se explo-
ran en la bsqueda de explicaciones para
intentar mitigar el desconcierto.
Se adivina enorme el esfuerzo dedi-cado a la recopilacin de informacin y a
la reconstruccin de diversos indicadores
econmicos a partir de, en algunos ca-
sos, escasas y dismiles fuentes. La infor-
macin as reunida le da al libro un gran
valor como obra de referencia. Sin em-
bargo, ms all de la divisin cronolgica
establecida por los captulos/perodos,
parece no existir otro ordenamiento enla distribucin de esta vasta informacin.
Es por esta razn que es extraa la no in-
clusin de un ndice de grficos y cuadros,
que habra hecho infinitamente ms til al
libro como herramienta de consulta.
El repaso de datos, cifras, ndices y
hechos econmicamente relevantes es
minucioso aunque no exhaustivo. Sin em-
bargo, son muy pocas las deducciones quese hacen a partir de esa informacin a lo
largo de estos cinco captulos. La infor-
macin se mantiene bastante pura du-
rante la mayor parte de la obra, poster-
gando todo juicio hasta el momento de
las conclusiones, en el eplogo. Y aun all,
las conclusiones siguen siendo escasas,
tmidas. Como aceptando que, a pesar
del indiscutible valor que aportan las teo-
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ras econmicas actuales para dilucidar
la historia argentina, sta mantiene an su
carcter desconcertante.
Por la cantidad, calidad y relevanciade la informacin contenida, as como por
la relativa pureza de la misma, el libro
es ms una invitacin a la reflexin que un
intento por resolver el dilema. Es el pro-
pio Roberto Corts Conde quien dice que
quedar para futuras investigaciones
determinar en qu medida se pueden en-
contrar asociaciones entre las tendencias
de crecimiento y algunos de los otros fac-tores que aqu anotamos (330).
Daniela Duverne
ORGANIZACIONES DE LASOCIEDAD CIVIL. TENSIONES DEUNA AGENDA EN CONSTRUCCIN
Sergio De Piero, Paids, Buenos Ai-res, 2005, 270 pginas.
Tal vez la precisin y el buen uso de las
palabras de Daniel Garca Delgado
prologando este libro sirvan para
caracterizarlo, al mencionar la necesidad
de enfocar el Tercer Sector desde una pers-
pectiva ms endgena. Trataremos aqu deenunciar las claves ms significativas del
libro, incluyendo el anlisis de algunas de
las expectativas ms significativas forjadas
por los movimientos sociales y populares,
y la reflexin sobre las caractersticas que
asume la conflictividad social.
En las ltimas dcadas, la sociedad ci-
vil ha emergido como un actor clave en el
marco de las transformaciones del Estadoy de los procesos de globalizacin. Esto
se ha manifestado en organizaciones cada
vez ms heterogneas y complejas, que
expresan pertenencias sociales, polticas,
culturales e ideolgicas diversas; a su vez,
se han debilitado las formas de cohesin
tradicionales de los partidos polticos y
los sindicatos, as como tambin el meca-
nismo de inclusin social del Estado deBienestar. En este marco, la cuestin so-
cial est signada por la exclusin, y por la
emergencia de grupos de desempleados,
redes sociales, ONGs y piqueteros, que
inciden en la construccin del espacio p-
blico y en la orientacin de las polticas
pblicas. Conceptos como pueblo, gru-
pos sociales y sociedad civil son expli-
cados por el autor como construcciones
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sociales de cada poca y cuyo contenido
es la solidaridad, los espacios comparti-
dos y la identidad. Su propsito es muy
ambicioso ya que logra realizar un mapeode todo el escenario social reflejando las
tensiones y la dinmica de la sociedad.
El libro logra superar sus objetivos, ya
que apelando a distintos enfoques aborda
los cambios de las organizaciones sociales
civiles y demuestra que el universo de ellas
no es homogneo ni neutro, y que se repro-
ducen las mismas disputas polticas que en
el Estado y que en el mercado. En el captu-lo 1 el primer aspecto a destacar es su pers-
pectiva terica, donde De Piero asume que
el concepto de sociedad civil no puede ser
estirado sin caer en vaguedades, como tam-
poco se puede tomar la impronta que la
historia de Europa construye sobre el con-
cepto, que no se puede extrapolar a Amri-
ca Latina. Para ello atraviesa los lineamientos
tericos que Arendt y Habermas utilizanpara superar la relacin dicotmica entre
sociedad civil y Estado, utilizando concep-
tos como comunidad y accin
comunicativa. El autor adems indaga acer-
ca de las diferentes perspectivas desde las
cuales se aborda a la sociedad civil: la pers-
pectiva liberal, para la que la sociedad civil
es el espacio privado y de libertad que se
contrapone al Estado y a aquello conside-rado pblico; la vertiente comunitaria, que
ve a la sociedad civil como una comunidad
donde las personas poseen una pertenen-
cia cercana y definida que favorece la for-
macin de grupos y como el espacio de la
solidaridad y el intercambio entre perso-
nas vinculadas por lazo comunes; y por lti-
mo la perspectiva radical, para la que la
sociedad civil es el espacio de una radical
transformacin, el fin del capitalismo y la
llegada de una nueva sociedad motorizada
por el marxismo. En la Argentina pos-dicta-
dura el concepto de sociedad civil comien-za a tomar envergadura cuando el nuevo
contexto econmico y social marca la im-
portancia de la cada de las ideologas y de
los proyectos populares transformadores
y el inicio de un marcado individualismo; y
es cuando precisamente la sociedad civil se
convierte en el lugar de solucin de los con-
flictos, y cuando ya no es interpretada como
el lugar de la democratizacin sino como ellugar de una mayor contencin social.
De Piero se pregunta qu son las orga-
nizaciones de la sociedad civil, ya que exis-
ten diferentes acepciones: ONGs, tercer
sector, organizaciones sin fines de lucro,
organizaciones de desarrollo, trminos
que dejan entrever diferentes visiones acer-
ca de la sociedad en su conjunto. Cual-
quiera de estas categoras tiene un objeti-vo claramente poltico: modificar la cons-
truccin del espacio pblico. Frente a los
cambios globales y con un Estado en re-
troceso, la bsqueda de proteccin co-
mienza a concentrarse en la sociedad y en
la apelacin a la solidaridad de los cerca-
nos, a la formacin de grupos de amena-
zados. Lo que comienza a unir a todos es
entonces la lucha contra la exclusin.En el capitulo 2 se realiza un breve an-
lisis del perodo represivo que gener
desmovilizacin y retraccin de la partici-
pacin poltica y social, y se emprende un
recorrido histrico del papel de la socie-
dad civil (sus orgenes y debates, y la
contracara entre Europa y Amrica Latina
acerca de la temtica que impuls el ac-
cionar de la sociedad civil) fundamental-
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mente en Argentina, donde los movimien-
tos se conforman a partir de la ruptura del
Estado de derecho y la violacin de los
derechos humanos. Los nuevos movimien-tos sociales no son presentados por el au-
tor en contracara a los partidos polticos.
Por el contrario, se visualiza la aparicin
de militantes renovadores en los partidos;
pero al mismo tiempo que los partidos
abran sus plataformas a temas nuevos, no
conformaban un modelo de desarrollo
para articular polticas. De Piero marca
con claridad la bsqueda por parte de losmovimientos sociales de una autonoma
tanto del Estado como de la propia orga-
nizacin. Adems, realiza un profundo an-
lisis de cada uno de los movimientos so-
ciales, que construyen un nuevo nosotros
que tiene que ver con la identidad como
una nueva voluntad colectiva, definida por
intereses y subjetividades de los grupos y
fundamentalmente la toma de esa identi-dad como una clave de proteccin y de
resguardo ante la embestida de la
globalizacin.
En el captulo 3 emergen desarrollos
tericos y propuestas para tratar de re-
construir lo social, y cmo las organiza-
ciones sociales se insertan en las polticas
pblicas, antes reservadas al Estado (por-
que tienen determinados atributos de losque el Estado carece). Es as que apare-
cen distintos modelos de beneficencia
donde se producen dicotomas tajantes
entre lo social y lo econmico, y donde la
lgica del mercado considera que la so-
lucin a la ineficiencia del Estado es el
gerenciamiento y el ver a la sociedad civil
como el espacio para resolver las cues-
tiones.
El Captulo 4 analiza a los diferentes
actores que conforman el espacio social, y
separa los del orden local de aquellos de
orden global expresados en el Foro SocialMundial. La gran pregunta que se hace es
si se da una ruptura o una continuidad en-
tre los actores sociales nuevos y los ante-
riores. Incluye en los nuevos movimientos
a los grupos piqueteros y a la irrupcin de
la clase media en el escenario social pro-
ducto del corralito y que se evidencia
con el cacerolazo y en la revalorizacin
del espacio pblico.En el ltimo captulo el autor trabaja el
concepto de democracia restringida, la
causa que las organizaciones sociales civi-
les sean las autnticas representantes de la
sociedad civil. Tambin aborda la impor-
tancia de la opinin pblica y los medios
como filtros de las demandas y con poder
de construccin de agendas, y alerta so-
bre el peligro que la heterogeneidad delas organizaciones se transforme en frag-
mentacin.
En sntesis, el libro logra resignificar la
categora de organizaciones sociales por-
que atraviesa todas las variables necesa-
rias para realizar un trabajo que se trans-
forme en una herramienta que permita
generar un espacio de interaccin crtica
acerca de indagar colectivamente respec-to a la bsqueda de una nueva construc-
cin social. Indudablemente es un libro sin-
gular que combina acertadamente rigor
intelectual y una mirada profunda acerca
de la emergencia de esta nueva sociedad,
caracterizada por la polarizacin y la he-
terogeneidad.
Morena Quiroz
Reseas
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LA ARGENTINA POLTICA.UNA NACIN PUESTA A PRUEBA
Carlos Floria y Csar A. GarcaBelsunce, El Ateneo, Buenos Aires,2005, 351 pginas.
Carlos Floria y Csar Garca Belsunce
acaban de publicar un nuevo intento de
sntesis de la historia argentina. No es este
libro una mera reedicin de su trabajo
anterior (Historia poltica de la Argentina
contempornea), ya que se introducencorrecciones y se incorporan nuevas dis-
cusiones, pero tambin porque el pero-
do abordado es distinto: el anlisis se ex-
tienda ahora hasta 2004. El texto, orde-
nado en diez secciones cronolgicamente
organizadas, hace del devenir de la po-
ltica argentina su materia principal.
Comienza con una discusin de los albo-
res de la nacin y concluye en la actualpresidencia de Nstor Kirchner. Se de-
tiene en detalle en el examen del
peronismo, y en particular en el conflicto
maniqueo que sigui a su proscripcin.
Revisa los denominados aos del juego
imposible, la escalada posterior de la
violencia y aborda la experiencia demo-
crtica. Las pginas finales, las que con
ms fluidez se leen, constituyen un mesu-rado anlisis de los desafos que enfrenta
la Argentina en el contexto de la
globalizacin. Unpostfacio incluye una
reflexin de la tragedia de Cromagnon a
travs de la figura del escndalo. La inclu-
sin no responde a un modismo sino que
se relaciona con algunas de las preocupa-
ciones centrales de los autores. Para
Floria quien firma esta seccin la for-
ma de procesar el escndalo no es slo
un desafo a la clase poltica sino tambin
un indicador del nivel de calidad repu-
blicana y democrtica de un rgimenpoltico (323).
La reconstruccin de la historia ar-
gentina propuesta en el trabajo de Garca
Belsunce y Floria se basa en el supuesto
que es en la poltica donde se encuentran
las claves para descifrar los acontecimien-
tos que fueron convirtiendo al pas de una
gran potencia en una sociedad con ham-
bre (12). En el texto, la poltica apareceimponiendo tiempos y humores a otras
dimensiones de la realidad como la vida
econmica, cultural y social, que
intencionalmente ocupan un lugar subor-
dinado en el relato provisto. En sintona
con esta visin, las relaciones cvico-mili-
tares son una clave de lectura que sobre-
sale. Es notorio adems el deliberado y
cuidado esfuerzo de los autores de vincu-lar la situacin local con el contexto in-
ternacional, aquello que denominan como
el vnculo necesario entre la dimensin
internacional y la interior. Se traen ade-
ms a colacin procesos exteriores para
dar luz a la situacin argentina. Se citan
anlisis y opiniones provenientes de di-
versas perspectivas disciplinarias, aunque
priman las miradas originadas por la cien-cia poltica. En la reconstruccin, los su-
cesivos integrantes de la clase poltica y
el partido militar son juzgados por su ci-
nismo, faccionalismo, falta de grandeza y
flexibilidad. La sociedad tampoco apare-
ce como un actor pasivo exento de cul-
pas, aunque el texto nos deja sospechar
que hay culpables ms culpables que
otros. Por ejemplo, la voz de la Iglesia y
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8/3/2019 POSTData N 11. Reseas
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de los sectores eclesisticos re-
currentemente recogida en el texto
aparece en una reconstruccin de mar-
cado signo positivo: de este sector sur- gen generalmente las advertencias
mesuradas en medio del caos. La conclu-
sin de los autores es que el pas ha vivi-
do desde hace ms de medio siglo una
degradacin constante de sus institucio-
nes, lo que ha hecho de la Argentina una
repblica incompleta (322). El texto lla-
ma a revertir la decadencia a travs de
la invencin de una cultura poltica apartir de una mejor educacin ciudada-
na (315).
La Argentina poltica est escrito con
una pluma estilizada, erudita, que tiene
como modelo la tradicin ensaystica,
sobre todo su vertiente francesa. Esto mis-
mo es virtud y defecto: el estilo de ensayo
a la vez que permite a los autores la licen-
cia para presentar lcidas conjeturas, auncuando se puede disentir con ellas, vuel-
ve en partes la lectura difcil. Prrafos
penetrantes que estimulan la reflexin se
suman a otros intrincados y crpticos. El
texto est habitado por un interesante
esfuerzo denominativo procesos, mo-
mentos, e instituciones adquieren nom-
bre propio sin embargo el esfuerzo se
opaca a veces cuando no se encuentranexplicaciones ms claras de aquello que
se nombra. Algunos errores lamentable-
mente omitidos por el editor quitan flui-
dez al esfuerzo narrativo.
Es claro que el texto privilegia ciertas
cuestiones y pasa por alto algunos deba-
tes historiogrficos importantes de los
ltimos aos, escoge ciertas lecturas y
voces e ignora otras. Sin embargo, la vio-
lencia de la sntesis es inherente a una
empresa como la que se proponen Floria
y Garca Belsunce. Reclamarles aquello
que no est en su libro es casi improce-dente dada la naturaleza del mismo.
Cmo situarse entonces ante un trabajo
que se propone condensar en 350 pgi-
nas la historia de la Argentina poltica?
Cmo evaluarlo? Juzgarlo por la pers-
pectiva ideolgica y metodolgica de
quienes escriben? Por su capacidad de
decir cosas nuevas o por su habilidad de
condensar los debates historiogrficosms salientes de la disciplina y proveer a
la vez un relato histrico articulado? Sin
nimo de desestimar la ardua labor de
los autores, un libro como La Argentina
poltica exento casi en su totalidad de
fuentes primarias es mejor asirlo de
acuerdo al ltimo de dichos objetivos: el
de construir un relato histrico articula-
do; incluso cuando los autores proveenanlisis ciertamente originales. El mencio-
nado propsito resulta sumamente opor-
tuno en momentos en que la sociedad asis-
te atnita a una querella que sita de un
lado a los historiadores profesionales y
del otro a una serie de autores (entre los
que despunta la figura de Felipe Pigna)
que se han abocado a la tarea de la divul-
gacin de la historia. Acusaciones mutuasalimentan una discusin en la que no abun-
da la reflexin desinteresada. Beatriz Sarlo
lo resumi con admirable precisin al
sealar la oposicin entre historias de
circulacin masiva e historias profesio-
nales como inevitable, ya que la his-
toria masiva obtiene una repercusin p-
blica que la disciplina histrica busc y
conoci en algunos momentos, pero a la
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vez aspira a una respetabilidad intelec-
tual que la academia no va a concederle.
A esto se suma el hecho que la historia
profesional percibe que sus esfuerzos deinvestigacin son utilizados por las histo-
rias de circulacin masiva sin reconoci-
miento. Lo que ha percibido la historia
de circulacin masiva o mejor dicho,
el mercado es una demanda social de
un gran relato. Por cuestiones de mtodo
y reglas de legitimacin internas al cam-
po, la historia acadmica ha dejado de
lado los grandes relatos. Est el texto deFloria y Garca Belsunce, dos autores
pertenecientes al mundo acadmico,
llamado a cumplir ese doble rol que se
revela tan urgente de divulgacin pero de
respeto por un mtodo? Este objetivo, si
estaba en el nimo de los autores y sos-
pechamos que lo estaba por algunas aco-
taciones del prefacio, como aquella que
justifica el texto en la necesidad de con-tribuir a esclarecer el problema de iden-
tidad que vive hoy (12) el pas es lo-
grado a medias. Y eso es as porque el
libro interpela a un lector imaginado
con el cual se comparte la complicidad
de conocimientos precedentes, de ideas
visitadas y de un aparato conceptual co-
mn, especficamente el de la ciencia po-
ltica. El texto se adapta mejor a la cte-dra universitaria que a un pblico con in-
tereses profanos. Por otro lado, se lee
mejor como un ensayo de reflexin so-
bre laArgentina poltica que como un tra-
bajo que informa sobre la historia nacio-
nal.
Flavia Fiorucci
APORTES PARA LA DISCUSINDE LA REFORMA POLTICABONAERENSE
Mara Ins Tula (editora), PrometeoLibros, Buenos Aires, 2004,211 pginas.
Los textos compilados por Mara Ins
Tula recorren las diversas aristas de un tema
al que todava no se le ha dado un trata-
miento integral a pesar de diversos impul-
sos realizados desde el mbito guberna-mental y que luego de la crisis de 2001 se
coloc en el tapete de discusin de la agen-
da pblica: la reforma poltica.
El libro hace un aporte importante tra-
tando de limpiar la cancha embarrada
por la accin de medios de comunicacin
o de campaas impulsadas por el tercer
sector (por ejemplo, convocando a con-
vertir en hroe nacional a aquel ciudada-no que apoyara con su firma la causa re-
formista). As, la compilacin hecha luz
sobre la complejidad que rodea a la refor-
ma poltica evitando reduccionismos te-
mticos y analizando las posibles conse-
cuencias de cada una de las alternativas
planteadas.
En este sentido, el artculo de Tula
(Discutiendo la reforma poltica) sealalos problemas que podran traer apareja-
dos las alternativas al reemplazo de una
mal denominada lista sbana. As, la re-
duccin de la magnitud de distrito favore-
ciendo la formacin de sistemas mayori-
tarios como la incorporacin de listas
desbloqueadas o abiertas, amenazando
la transparencia y legitimidad de los
comicios y aumentando la competencia
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8/3/2019 POSTData N 11. Reseas
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intrapartidaria, parecieran poner en evi-
dencia la necesidad de ampliar la agenda
de la reforma poltica, ms all de los de-
bates acerca de la eliminacin o no de lalista sbana.
El artculo de Javier Varani (La im-
prescindible reforma de la ley electoral
bonaerense. El caso de la integracin de
los Concejos Deliberantes), por su par-
te, expone los problemas que presenta la
tan discutida frmula electoral existente
en la provincia de Buenos Aires, que favo-
rece a los partidos que obtienen mayorcantidad de votos. En este contexto, se
propicia la formacin de un sistema de par-
tidos mayoritario, contrario a la
representatividad promulgada por la cons-
titucin provincial, generando una preocu-
pante distorsin entre votos y bancas, y la
expansin de municipios monocolores
erosionando los controles interpoderes.
Ante esta situacin, el autor resalta la ne-cesidad de reformular el mecanismo de
asignacin de bancas de modo que todos
los votos tengan el mismo valor.
El texto de Eduardo Passalaqua (El voto
electrnico: ni tanto ni tan poco. Aposti-
llas a un debate con sesgos y lagunas) re-
sulta acertado en tratar de advertirnos
sobre los peligros de la exaltacin acrtica
de la tecnologa al hablar del voto electr-nico. En el camino de evitar otro posible
reduccionismo, el autor destaca las venta-
jas de estos sistemas en el procesamiento
de datos a la vez que hace hincapi en la
necesidad de depurar y mejorar la confec-
cin de los padrones electorales y la nece-
sidad de tener en cuenta aspectos cultura-
les y de costos al evaluar la implementacin
de estos mecanismos.
El artculo de Andrs Malamud
(Federalismo distorsionado y
desequilibrios poltcos) constituye segu-
ramente uno de los ms controvertidos dela compilacin debido a su propuesta de
dividir la provincia en dos o ms unidades
polticas ante los desequilibrios externos
(desproporcin en la cantidad de repre-
sentantes en el congreso nacional en rela-
cin al resto de las unidades federales) e
internos (desproporcin entre poblacin
y representacin electoral de las seccio-
nes electorales provinciales) presentes enla provincia de Buenos Aires. Pese a la
dudosa viabilidad poltica de esta propues-
ta, el texto resulta de gran utilidad al escla-
recer cules son las posibles alternativas
para la resolucin de estos desequilibrios
y marcar las coaliciones de apoyo y de
resistencia a cada una de ellas.
Marcelo Escolar, Sandra Minvielle y
Luis Castro (Sobrerrepresentacinperifrica y compresin partidaria. El sis-
tema electoral de la Provincia de Buenos
Aires en las categoras legislativas) cen-
tran su atencin en el impacto de la des-
proporcin entre poblacin y representa-
dos (malapportionment) y en el mecanis-
mo de asignacin de bancas presentes en
la Provincia de Buenos Aires sobre el
funcionamiento del sistema de partidos yla formacin de mayoras legislativas. A tal
fin, los autores plantean distintos escena-
rios de simulacin de manera de poder
analizar las distorsiones producidas por
el malapportionment, la magnitud de dis-
trito y la frmula electoral sobre la pro-
porcionalidad.
El artculo de Damin Staffa (La es-
tructura del Poder Legislativo en la Pro-
Reseas
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287
vincia de Buenos Aires y la bsqueda del
equilibrio geopoltico en la representa-
cin) se centra en la discusin sobre la
reestructuracin del poder legislativo bo-naerense, el cual es criticado por su carc-
ter dbil debido a la congruencia de sus
cmaras. As, desechando de raz argumen-
tos basados en el costo de la
bicameralidad y teniendo en cuenta la ne-
cesidad de integrar el interior de la pro-
vincia y el conurbano, el autor propone la
formacin de un senado de base territo-
rial de manera de mejorar los problemasde representacin existentes.
En la seccin sobre partidos polticos,
Mara Soledad Longhi y Emilio Raffo (Parti-
dos polticos: su rgimen legal y constitucio-
nal) hacen referencia a la problemtica su-
perposicin de normas nacionales y provin-
ciales sobre partidos polticos lo cual lleva a
una prdida de autonoma y competencia
provincial en dicha materia que se hace im-perioso revertir. En la misma seccin, De
Luca (Desventajas y riesgos de las internas
abiertas, simultneas y obligatorias) expo-
ne su posicin sobre las elecciones abiertas,
simultneas y obligatorias, las cuales consti-
tuyen un punto de ruptura con la tradicin de
los partidos polticos para organizarse en
forma autnoma y discrecional en lo que
hace a los mecanismos de seleccin de can-didatos. Dicha intromisin en la vida interna
de los partidos polticos conlleva, para el
autor, un debilitamiento del papel del afilia-
do tanto hacia afuera como hacia adentro
de los partidos, lo cual puede erosionar las
funciones de integracin y de representacin
de estas organizaciones.
En la parte final del libro, Hugo Cueli
(Reforma poltica y reforma del Estado)
hace un recuento de las instituciones posi-
bles de ser modificadas ante una eventual
reforma constitucional como ser la estruc-
tura del sistema legislativo (unicameral obicameral), la renovacin parcial o total
de las cmaras, la reglamentacin de las
instituciones de democracia semidirecta y
de las facultades legislativas del poder eje-
cutivo o la modificacin del rgimen muni-
cipal.
Por ltimo, Gonzlo Diguez (Los pro-
yectos sobre Reforma Poltica de la Legis-
latura bonaerense 1999-2004) hace unanlisis sucinto de los proyectos de ley de
reforma poltica presentados por las cma-
ras de la legislatura entre 1999 y 2004. De
dicho anlisis surge que los temas que han
acaparado la atencin de los legisladores
durante ese perodo han sido, en orden de
importancia cuantitativa, los siguientes: re-
glamentacin de las normas de democra-
cia semidirecta, reforma de la constitucin,reforma del sistema electoral de manera de
mejorar la relacin entre votos y bancas, y
seleccin de candidatos a travs de inter-
nas abiertas simultneas y obligatorias. Ms
relegados quedan la cantidad de proyectos
sobre financiamiento partidario y reestruc-
turacin del poder legislativo.
Si hay algo que queda claro luego de la
lectura de los artculos precedentes es que lareforma poltica no se circunscribe solamen-
te a la discusin en torno a los perjuicios de la
lista sbana. Es ms, su eliminacin parecie-
ra estar lejos de constituirse en una sublime
solucin a los problemas del sistema polti-
co argentino para pasar a constituirse en una
grotesca disrupcin del mismo.
Jimena Rubio
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Reseas
REFLEXIONES SOBRE LA TEORAPOLTICA DEL SIGLO XX.
Julio Pinto y Juan Carlos Corbetta(comps.), Prometeo, Buenos Aires,2005, 396 pginas.
En agosto de 2001 la Carrera de Cien-
cia Poltica de la Universidad de Buenos
Aires organiz unas jornadas internacio-
nales centradas en la obra y la poca de
Carl Schmitt. De las mismas surgi el
libro colectivo Carl Schmitt. Su poca y supensamiento. Solidariamente con esa ins-
tancia, en el ao 2004 se realiz una ex-
periencia anloga, centrada esta vez en
un conjunto de autores clsicos que
constituyeron, en grandes rasgos, el cor-
pus de la teora poltica del siglo XX. As,
se plante un conjunto de ponencias
en las que participaron investigadores
locales y forneos de diversas universi-dades y que fueron evaluadas por un
comit acadmico de excelencia con
una relacin de continuidad respecto a
la experiencia anterior. Fruto de dicho
evento es el libro Reflexiones sobre la teo-
ra poltica del siglo XX.
As, podemos encontrarnos con una
gran cantidad de artculos divididos en cin-
co bloques. El primero de ellos es la diser- tacin de Gianfranco Pasquino quien
para los compiladores ha asumido ya hoy
el estatus de clsico la cual versa so-
bre un conjunto de crticas a la obra de
Arend Lijphart, que le permiten al autor
establecer un conjunto de planteos a ser
resueltos por la investigacin emprica y
que se centra en un problema crucial de
las ciencias sociales y de los estudios so-
bre la poltica en especial: los sistemas
de clasificacin, los conceptos con los
que estos se elaboran y las oposiciones
que establecen. De este modo Pasquinosienta una posicin epistemolgica y su
inclusin en el texto, al igual que los te-
mas tratados en su artculo tambin nos
hablan de una perspectiva sobre las
ciencias sociales en nuestro continente:
aquella que se asienta sobre la nocin
de objeto discreto y que, por ende,
comprende a las instituciones polticas
como un conjunto de fenmenos suigeneris.
El segundo bloque del texto se titula
La irrupcin de la teora poltica en el
debate institucional. All encontramos
referencias heterogneas a distintos auto-
res considerados como clsicos, en los
cuales se busca, antes que nada, resaltar
la originalidad de los autores menciona-
dos. De este modo, el artculo de CsarPen sobre Weber intenta enfatizar tanto
la singularidad de la obra weberiana,
como su distancia en relacin a los
paradigmas positivistas y crticos
dentro de las ciencias sociales, anclando
su anlisis en el concepto de dominacin
burocrtica. Luego, el texto de Ricardo
Forster sobre Adorno corre por un cami-
no paralelo, centrndose en el trmino dederiva como una manera de sintetizar
la produccin de un autor que siempre es
difcil de ubicar en lmites conceptua-
les. Finalmente, los textos de Hernando
Nieto y Claudia Hilb sobre Strauss, de
manera similar, se colocan tanto en su li-
gazn con el pensamiento conservador
norteamericano en realidad, segn
Hernando Nieto, esta es una relacin es-
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8/3/2019 POSTData N 11. Reseas
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289
puria y no permite clasificar a Strauss den-
tro de dicha corriente al igual que en la
tensin entre teologa y filosofa poltica
dentro de su obra. Tanto Nieto como Hilbcoinciden en ver a Strauss ms como un
filsofo que como un idelogo. Y de all
que, por distintas operaciones
metodolgicas, llegan a la conclusin que
permite refutar imputaciones apresuradas
sobre el carcter poltico de su obra.
Ahora bien, si comparamos este blo-
que con la mencionada conferencia de
Pasquino, vemos que se establece a prin-cipios del texto una tensin entre dos
posiciones, la cual sigue desarrollndose
en los siguientes apartados.
De este modo, prosigue el recorrido
con un bloque titulado La presencia del
poder en el discurso poltico. Nuevamen-
te, la heterogeneidad es el rasgo que
subyace a los rescates crticos de clsi-
cos. Y, de manera anloga a los autoresdel apartado anterior, nos encontramos
con trabajos que buscan resaltar en su
mayora la originalidad y la incorrec-
cin de caracterizaciones polticas apre-
suradas. As, Enrique Aguilar explora la
inasimilable trayectoria intelectual de un
autor que, lamentablemente y no casual-
mente, hace dcadas que ha sido olvida-
do en muchas universidades argentinas, apesar de haber posedo una gran influen-
cia en tiempos pasados: Jos Ortega y
Gasset. A travs de su anlisis Aguilar bus-
ca demostrar cmo la actuacin pblica
del filsofo espaol guarda corresponden-
cia con sus postulados filosficos. Luego,
Vicente Massot trabaja una interesante y
necesaria hiptesis sobre la obra de
Oswald Spengler: las consideraciones so-
bre el pensador alemn como terico de
la decadencia son incorrectas, en tanto
sus premisas apuntan a diagnosticar el
carcter histrico, y por ende, particularde un imaginario liberal-positivista
decimonnico que se funda en una racio-
nalidad con pretensiones de universa-
lismo. Por su parte, Claudio Contreras
busca desarrollar un argumento con ras-
gos similares en relacin a un terico apa-
rentemente opuesto al anterior: Hermann
Heller. As, para Contreras el pensamien-
to de Heller se sita entre dosparadigmas de la Europa de entreguerras:
el materialismo histrico y el vitalismo
antirracionalista, generando una perspec-
tiva comunitarista singular, que rescata
algunos aspectos humanistas solidarios
con vertientes del pensamiento socialista.
Le sigue el artculo de Arturo Fernndez
sobre Raymond Aron. Nuevamente aqu
tenemos una recuperacin de un intelec-tual que habiendo tenido una fuerte pre-
sencia durante aos, parece hoy dejado
de lado. El argumento de Fernndez en-
tonces destaca cmo el concepto de so-
ciedad industrial creado por Aron para
dar cuenta de manera no determinista
un conjunto de rasgos de las sociedades
contemporneas, se encuentra ligado tan-
to a una praxis intelectual marcada por lamoderacin como a una osada relectura
e inclusin en el pensamiento sociolgico
de autores como Tocqueville y
Montesquieu. Y de all a la primaca de lo
poltico como respuesta a las visiones
sistmicas de las escuelas anglosajonas. El
mdulo cierra con un rescate de la obra
de Julian Freund, por parte de Juan Carlos
Corbetta. Nos encontramos as con un
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8/3/2019 POSTData N 11. Reseas
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socilogo del conflicto que, habiendo sido
maqu, se aventura a introducir la pol-
mica obra de Carl Schmitt en un medio
acadmico francs cerrado tanto al pen-samiento alemn como a otras escuelas
forneas. A partir de all Corbetta se abo-
ca a realizar una rigurosa sntesis concep-
tual de la polemologa de Freund y a
dialogar crticamente con otros comen-
taristas.
Vale la pena destacar que el bloque
cuenta con un texto de Humberto Quiroga
Lavi que, de algn modo, escapa a losrasgos sealados, buscando extender los
razonamientos weberianos hacia un con-
junto de clasificaciones para caracterizar
el funcionamiento institucional de la Ar-
gentina, de acuerdo a los modos de domi-
nacin conceptualizados por el autor ger-
mano, abriendo el debate en sus conclu-
siones en torno al concepto de gestin
de calidad como uno de los rasgos a te-ner en cuenta a la hora de evaluar los d-
ficits de la organizacin institucional ar-
gentina.
El mdulo siguiente se titula La
historicidad de lo poltico, situando
otro foco de tensin: una lectura que se
desplaza de algn modo hacia la filosofa
de la historia y a la historia de los con-
ceptos. As, encontramos referencias ala obra de Nietzsche en un escrupuloso
ensayo de Miguel Rossi, quien adems
reconstruye un posible marco
argumentativo sobre la mirada
nietzscheana acerca del Estado. Igual de
interesante resulta el trabajo de Diego
Boriosi y Gabriela Rodrguez sobre la
hermenetica que realiz Hannah Arendt
del pensamiento griego. Les sigue un pre-
ciso artculo de Cecilia Lesgart que gira
en torno al problema de la dimensin
histrica de los conceptos polticos, en
el cual la autora hace importantes refe-rencias a los argumentos de Quentin
Skinner y Reinhart Koselleck. Despus
nos encontramos con un texto de
Horacio Cagni que hace una importante
referencia a dos cientficos sociales poco
trabajados en nuestro medio: George
Mosse y Ernest Nolte. El conocimiento
de las conceptualizaciones y los argumen-
tos de ambos sobre el fascismo y el na-zismo son sumamente tiles y necesarios
en ambientes intelectuales como el ar-
gentino, donde la utilizacin de dichos
trminos suele ser apresurada y vaga y,
por ende, incorrecta. De all que la con-
tribucin de Cagni es fundamental. Algo
similar hace Hctor Zimerman al tratar
la cuestin del antisemitismo a partir
de la obra Jean-Paul Sastre.Finalmente, el libro cierra con un blo-
que titulado Arquitectura del poder,
que parece resituar las tensiones, de al-
guna manera, en torno a la problemtica
del objeto discreto. All vemos traba-
jos como el de Julio Pinto, quien explora
la relectura que hace Norberto Bobbio
de la obra de Wilfredo Pareto, a la vez
que seala de manera muy convincentela vigencia de ste para comprender los
procesos de integracin lo cual es con-
secuente con las investigaciones de Pinto
en la Universidad de Buenos Aires. Nos
sorprende luego el trabajo de Jernimo
Molina Cano sobre la obra de Wilhelm
Rpke, sobre el cual conceptualiza un
trnsito de la crtica econmica a la cul-
tura hacia el humanismo econmico y a
Reseas
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8/3/2019 POSTData N 11. Reseas
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POSTDataDataDataDataData11,modalidades de tercera va, lo cual
resulta, por un lado solidario con el ori-
gen catlico de Rpke, pero, a la vez
singular a partir de su vinculacin con las teoras que se suelen denominar
neoliberales.
La profusin y diversidad de auto-
res recuperados y situados como clsi-
cos que presenta el texto nos permite
formular una pregunta: esto es un signo
de pluralismo, heterogeneidad y com-
plejidad que han alcanzado la teora y
la ciencia poltica en nuestro continentey en la Argentina, o bien es la expresin
de una dispersin y una fragmentacin
epistemolgica? Rescatando las palabras
de los compiladores se puede optar por
la primera alternativa, lo cual es y ser
fructfero para las reflexiones sobre lo
poltico en un pas como la Argentina
que, de manera recurrente, presenta de-
safos empricos a las ciencias sociales.Por ende, slo puede hacerse un seala-
miento al libro: a diferencia de lo que
ocurre en disciplinas como la sociologa,
en la teora poltica existen clsicos
latinoamericanos y argentinos que tam-
bin pueden ser objeto de recuperacin
crtica. Mencionarlos en esta resea sig-
nificara entrometerse en el texto, pero
la referencia apunta a generar nuevas ins-tancias de debate. De todos modos, esta
apreciacin apunta a una cuestin que
escapa tanto a la voluntad de los autores
como de los compiladores y sobre la cual
se podr seguir avanzando.
Luis Miguel Donatello