Portada e Ilustracion, Revista del Cinvestav

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Relaciones academia-industriaLa actividad de investigación y desarrollo a nivel indus-trial (I/D) se inició a principios del siglo XX en un con-texto poco propicio y en un ambiente de opinión con-trario a estas actividades. Charles Duell, quien habíarenunciado a la dirección de la Oficina de Patentes delos Estados Unidos de Norteamérica, declaró en 1899que “todo lo que es posible inventar, ya ha sido inventa-do”. Otros, convencidos de lo contrario, iniciaban activi-dades de investigación y desarrollo en sus propias indus-trias —Du Pont estableció su laboratorio central de I/D, yGeneral Motors (GM) su laboratorio central para el estu-dio de materiales de uso en sus productos. Tanto DuPont como GM se enfrentaron al escepticismo de diver-sos hombres de negocios que consideraban que no exis-tía una relación entre la investigación científica en lasinstituciones académicas, o en las empresas, con lainnovación de productos y procesos industriales.1 Elfuturo de entonces, ahora presente, ha desmentidototalmente estas ideas contrarias a la relación de lainvestigación científica con el desarrollo de productosindustriales o comerciales.

A partir de la Segunda Guerra Mundial, especialmen-te en los Estados Unidos de No rteamérica, la I/D surgiócon gran fuerza, siendo su motor principal la inve r s i ó nde fuertes capitales a través de los capitales de riesgo (ve n-ture capital), que lograron incentivar la relación entre losi n st i t u tos de inve st i gación científica y la industria, y dee sta manera servir como el conducto para la tra n s fe r e n-cia tecnológica entre estas organizaciones, el desarr o l l ode nuevos productos y su comercialización. A partir dee n tonces, líderes de instituciones académicas y hombresde negocios siguen colaborando para encontrar fo rm a smás efectivas para la inte gración de la I/D académica ei n d u strial con la dirección est ratégica de la orga n i z a c i ó nc o rr e s p o n d i e n te. En esta relación aún existen barr e ra si mp o rt a n tes, tanto de lenguaje como conceptuales, porvarias razones: 1) los directivos industriales prov i e n e np r i n c i p a l m e n te de los campos de ventas, mercado yfinanzas, con poca o nula educación en ciencia y te c n o l o-gía*, mientras que la comunidad científica siente ciert ad e s c o n fianza hacia las ge n tes de negocios, quienes sonv i stas con desdeño y sospecha; 2) hay roces para reconci-liar la baja o ausente pronosticación de los descubrimien-tos científicos con un marco est r i c to de programas te c n o-lógicos, como se desea en las políticas de organización ydirección empresariales; 3) la tendencia a considerar qu e

La cooperaciónacademia-industria.¿Es posible en México?

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Walid Kuri-Harcuch

Walid Kuri-Harcuch, Departamento de Biología Celular, Centro deInvestigación y Estudios Avanzados del IPN.

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las actividades de I/D son to t a l m e n te lineales, —est r i c t a-m e n te de inve st i gación a desarrollo, a ingeniería, a pro-ducción y a ventas—, situación que no se confo rma a larealidad, debido a la complejidad y a las ra m i fi c a c i o n e sque presenta la tra n s ferencia de una nueva te c n o l o g í ah a sta conve rtirla en un producto comercial.

E stas fuentes de fru st ración en ambas partes, —en losc i e n t í ficos y en los industriales— no han permitido hast aa h o ra el avance deseable para una rápida y efi c i e n te coo-p e ración entre la academia o la universidad y la indus-tria, e inclusive dentro de una misma empresa que cuen-ta con diversos grados de inve st i gación y desarrollo.

Aún más, muchas empresas consideran que los pro-yectos de I/D deben estar sujetos a un proceso de análi-sis financiero riguroso tomando en cuenta el valor netopresente, y la justificación con base en el retorno de lainversión. Esto es extremadamente difícil, especialmen-te en los proyectos dirigidos a la innovación significati-va, lo cual es causa, en un gran número de empresas, deque la I/D sea primordialmente conservadora e incre-mental, resultando por ello en proyectos predeciblespero de un bajo impacto estratégico e innovador.

Por consiguiente hay gran necesidad de definir polí-ticas de investigación y desarrollo, no solamente en lasempresas, sino para estimular la cooperación entre lasinstituciones de investigación y la industria, facilitandoasí la relación entre ambos sectores y ciertamente evi-tando el debilitamiento de la investigación científicaacadémica al promover dicha vinculación con lasempresas. Es conveniente, con el fin de comprendermejor las posibilidades de cooperación, analizar lascaracterísticas de la I/D a la luz de las definiciones másrecientes de estas actividades.

Clases de I/DTodos los sectores industriales están sometidos a unafuerte competencia, especialmente por ela aceleración-miento en el desarrollo y el cambio tecnológicos. La res-puesta a este enorme reto para la industria no es sola-mente el gasto e inversión en I/D sino, aunado a estemayor gasto, la selección de proyectos de I/D de maneraestratégica y eficiente. Esta decisión es muy complejapara las empresas y requiere un análisis cuidadoso delas tecnologías a desarrollar, su posible impacto, su posi-ble costo aunque sea difícil de calcular, y su disponibili-dad dentro y fuera de la empresa. T, todo lo cual lleva ala identificación de las tecnologías y a una relación conlas empresas o instituciones de investigación capaces de

llevar a cabo estas actividades con eficiencia. Estorequiere que los directivos empresariales y científicos,tanto de la empresa como de las instituciones de investi-gación, colaboren como socios para el establecimientode las estrategias de I/D. Por las razones expuestas ante-riormente, uno de los obstáculos más importantes paraque esto se lleve al cabo es la distancia entre la cultura yla visión de la I/D que tienen los directivos empresaria-les y la comunidad científica.

Es importante definir lo que diversos grupos entien-den por I/D. La investigación científica para los gruposacadémicos es la búsqueda sistemática de nuevos cono-cimientos sobre el universo, mientras que la tecnologíaes la aplicación del conocimiento científico para obte-ner resultados prácticos. La investigación industrialtiene los mismos objetivos en la búsqueda del conoci-miento, pero la meta es su aplicación al desarrollo y alas necesidades de la empresa para crear nuevas plata-formas tecnológicas o nuevos productos competitivos enel mercado global. Estas amplias definiciones han lleva-do a los expertos al planteamiento de tres tipos de inves-tigación y desarrollo: 2

1) I n ve st i gación incremental: Es una inve st i gación detalladade los procesos de manufactura, control de calidad,e tc. Tiene baja probabilidad para la ge n e ración denuevas pate n tes pero es adecuada para la creación delos llamados “secretos industriales”. Es necesaria enlas empresas pero no es conve n i e n te para la colabora-ción con los grupos académicos de inve st i ga c i ó n .

2) Investigación radical: Es una investigación que transitacontinuamente entre lo que comúnmente conoce-mos como “investigación básica y aplicada”. Susobjetivos son más amplios que en la investigaciónincremental, ya que está dirigida al desarrollo denuevos productos, y a la generación de nuevas paten-tes. Es una investigación altamente necesaria en lasempresas, y puede ser la base para una adecuadacolaboración con los grupos académicos de investi-gación, siempre y cuando se llegue a un acuerdo enlos objetivos específicos a lograr.

3) Investigación fundamental: Es una investigación básica ya largo plazo, orientada a generar nuevos conoci-mientos, que pueden o no ser necesarios para el des-arrollo de nuevos productos, plataformas tecnológi-cas y patentes con reivindicaciones muy amplias eimportantes. Es necesaria, aunque no indispensablepara las empresas, y es muy conveniente para lacolaboración con grupos académicos.

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Oportunidades para la cooperaciónTomando en cuenta estas definiciones es posible plante-ar algunas oportunidades para la cooperación entre lasi n stituciones académicas y la industria, que es el casoque nos ocupa en este escrito. A pesar de los obst á c u l o sd e s c r i tos más arriba, la colaboración entre estos dostipos de organizaciones es cada día más frecuente en elmundo moderno, ya que responde a varios factores, talescomo: la necesidad que enfrentan las instituciones aca-démicas para la atracción de fondos adicionales a loso b tenidos de los apoyos gubernamentales, que son insu-fi c i e n tes; que las ge n tes de negocios se están conve n-ciendo del beneficio que encuentran en la relación conlas instituciones académicas, ya que les ofrece acceso agrupos de expertos en las dife r e n tes áreas del conoci-m i e n to universal más avanzado, lo cual representa gra n-des ve n t ajas competitivas para las empresas part i c i p a n-tes; el deseo y el impulso de los científicos para part i c i-par en actividades de emprendedores; el plante a m i e n to ,en las instituciones académicas, de nuevas políticas qu ep e rm i ten y estimulan esta colaboración a través de con-t ra tos con la industria, y que benefician tanto a las inst i-tuciones como a los inve st i gadores part i c i p a n te s .

Es posible entonces proponer que, en el caso deMéxico, es necesario estimular esta cooperación dem a n e ra imp o rt a n te, pero tomando en cuenta que end i versos campos de la inve st i gación científica, aunqu eno en todos, la colaboración más productiva sería en lai n ve st i gación radical y fundamental, ya que éstas sontípicas de las actividades rutinarias de inve st i gación enlas instituciones académicas, y casi nulas o muy escasasen la empresas. La inve st i gación incremental, como lad e finimos ante r i o rm e n te, no parecería ser muy fru c t í fe-ra para esta colaboración debido a la lejanía de la mayo-ría de los académicos con las necesidades de mejora-m i e n to de los procesos de manufactura, control de cali-dad, o de disminución de costos de operación, etc., qu eson grandes necesidades en las empresas. Sin llevar alcabo un análisis detallado de la situación en México, sepodría intuir que muchas empresas nacionales tienden ac o mp rar tecnología en vez de recurrir a la colabora c i ó ncon las instituciones académicas de inve st i gación cientí-fica del país, porque sus requ e r i m i e n tos principales son

del tipo de inve st i gación incremental, y podría resultarmás caro y más lento obtener los resultados a través deuna colaboración de inve st i gación incremental con losacadémicos. Esto podría explicar, en parte, los pocoscasos, aunque exitosos, y algunos de ellos en elC i n ve st av I N V E S T AV, que ha habido de colaboración entrelas instituciones académicas y la industria en México.

Con base en lo ante r i o r, sería inte r e s a n te considera rd i versos mecanismos y políticas institucionales y naciona-les te n d i e n tes a fomentar la cooperación entre la indus-tria y las organizaciones académicas mexicanas, dirigidase s p e c i a l m e n te a la estimulación de la inve st i gación ra d i-cal y fundamental. Esto parecería tener una alta posibili-dad de éxito, ya que permitiría situaciones de benefi c i op a ra ambos sectores sin la merma o dist racción de losc i e n t í ficos académicos de las actividades de inve st i ga c i ó nque mejor dominan, y quienes de otra manera podríanverse envueltos en proye c tos de inve st i gación incrementalque no son parte de su principal interés, y para los cualesno tienen los conocimientos y el entrenamiento necesa-rios para alcanzar las metas de manera efi c i e n te, y al muyc o rto plazo, como lo demandan las empresas, y con ra z ó n ,p a ra el mejora m i e n to de sus procesos de operación.

Por otra parte, es importante mencionar que un fac-tor necesario para el éxito en la cooperación entre lasinstituciones académicas y la industria en proyectos deinvestigación radical y fundamental, o inclusive incre-mental si es el caso, es que en las instituciones académi-cas se establezcan políticas de vinculación y transferen-cia tecnológica que permitan este tipo de trabajo. Y nosolamente que no lo penalicen, sino que también loincentiven a través de políticas explícitas que apoyen laatracción de beneficios económicos a través del licencia-miento de patentes, de tecnologías no patentables, etc.,para la institución, para el grupo y su investigación, ypara los investigadores participantes a nivel personal.Esto no es nada extraño; simplemente sucede todos losdías en los países del mundo desarrollado, con grandesbeneficios para todos, y sin desviar o debilitar la investi-gación básica y la generación de nuevos conocimientosy recursos humanos a nivel de post-grado, tan necesa-rios para un país. Si esto ya es rutinario en otros países,también debe ser posible en México.

[Referencias]

1. Roussel, P.A., Saad, K.N., Erickson, T.J., Foreword, En: Third GenerationR&D, Managing the Link to Corporate Strategy, Harvard BusinessSchool Press, Boston, 1991, pp. IX-X.

2. Op. cit., cap. 2, What are: Technology? Research? Development?, pp. 15 -17.

* Véase el artículo de E. Frixione en este mismo número (“Los olvidados dela educación científica y te c n o l ó g i c a”) para una discusión más amplia deltema de educación en ciencia y tecnología en el medio emp r e s a r i a l .

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