PRIMERA LÍNEADE DEFENSA:PRIMERA LÍNEADE DEFENSA:Por qué importan los alimentosy la nutrición en la lucha contrael VIH/SIDA

Pregunté a Virginia Maramba cuánto significan para ella los alimentos. Virginia es una viuda que vive en el distrito de Muzarabani, en la provincia de Mashonaland Central en

Zimbabwe. Su marido, Andrew, murió hace poco de SIDA, sindejar prácticamente nada para cubrir las necesidades de sufamilia. Ahora Virginia y sus dos hijos dependen de la ayudaalimentaria de urgencia del Programa Mundial de Alimentos(PMA).

“Sinceramente, no sé qué habría hecho de no ser por la ayudaalimentaria del PMA. Al menos ahora puedo cuidar de mi familia.Solíamos tomar sólo una comida al día y la mayor parte de los díasno eran más que gachas. Ahora nos podemos permitir doscomidas”, dice.

Virginia dice que, antes de que el PMA empezara a distribuiralimentos en su zona, hacía trabajos agrícolas a destajo ocasionales.Cuando no había trabajo disponible, sencillamente mendigaba la

“Estando en Malawi, me encontré con un grupode mujeres infectadas por el VIH. Como hago siempre

que me encuentro con personas con SIDAy otros grupos comunitarios, les pregunté

cuál era su máxima prioridad. Su respuestafue clara y unánime:

alimentosy no cuidados, ni medicamentos

para el tratamiento,ni deshonra”.

Peter Piot, Director Ejecutivo del ONUSIDA

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Virginia y su hija

LOS LUGARES OLVIDADOS

La propagación incontrolada del VIH/SIDA es unacrisis mundial de proporciones épicas. Asesinoindiscriminado, el SIDA se ha cobrado millones devidas de todas partes del mundo. Ricos y pobres porigual han sucumbido a este virus mortífero, queafecta a gente de todas las razas y edades.

Pero en los lugares olvidados, donde viven Virginia ymillones de personas como ella, donde la escasez dealimentos y la inseguridad alimentaria son la realidadde cada día, el sufrimiento que ocasiona el VIH/SIDAes particularmente intenso.

Mal equipadas para responder a una crisis social deesta magnitud, las naciones pobres que ya tienendificultades para alimentar a su población afrontanahora una gran amenaza para sus infraestructuras,su mano de obra y su economía. En estos lugares,el VIH/SIDA y la inseguridad alimentaria van

estrechamente unidos, sofocan la esperanza,abortan el desarrollo y merman lacapacidad de laspersonas paramantenerse porsí solas.

El Programa Mundial de Alimentos está en la primeralínea de la respuesta mundial ante el VIH/SIDA.Llegando ya su ayuda alimentaria a 21 de las25 naciones donde se registra la mayor prevalenciade VIH, el organismo ocupa un lugar excelente paracombatir la pandemia sobre el terreno. Sólo ahoraempieza a hacerse patente cuán desastrosa resultapara las comunidades en riesgo la combinación dehambre y VIH/SIDA. Algunos efectos, como lamultiplicación de las poblaciones de huérfanos, nose manifiestan por completo hasta transcurridos unosaños. Lo que sí es evidente, sin embargo, es quela ayuda alimentaria es esencial para que haya algúnavance en la lucha contra el virus.

LA PRIMERA NECESIDAD

“Las terapias existentes exigen

una buena nutrición. Una cantidad

suficiente de alimentos es esencial

para prolongar la vida de los padres

y para que éstos cuenten con algunas

valiosas semanas más, meses o incluso

años para trabajar y dedicar

a su familia. Quizá no podamos

darles esperanza de curación, pero

sí podemos darles tiempo”.

James T. Morris, Director Ejecutivo del PMA.

Para los pobres de todo el planeta, la comidaes siempre la primera necesidad. Aún lo es másen presencia del VIH/SIDA. Una buena nutriciónes la primera línea de defensa para evitar losefectos nocivos de la enfermedad. Y aunque sueficacia no sea equiparable a la de los tratamientoscon medicamentos que prolongan la vida, losalimentos nutritivos sí pueden ayudar a losinfectados por el VIH a mantener un mejor estadode salud durante más tiempo. Gracias a ello losprofesores pueden seguir enseñando, losagricultores cultivando y los padres cuidandoa sus hijos. Sin una nutrición adecuada, sinembargo, la enfermedad avanza más deprisay con más ímpetu.

comida. Cuando ninguno de sus vecinos podíacompartir sus alimentos, recolectaba y comíagombo silvestre.

Si sufría hambre no era sin duda alguna porquetrabajaba poco. Plantaba un campo de maíz yun huerto. Ambos producían muy poco debidoa la irregularidad de las lluvias y la falta deabono. Sólo recolectaba 20 kilogramos de maíz,ni siquiera suficiente para alimentar a su familiadurante un mes. Estas mujeres necesitaránayuda alimentaria hasta la próxima cosecha.

“Mi única esperanza es que el PMA nos sigadando alimentos”, dice Virginia.

UNICEF/Jeremy Horner

PMA/Vanessa Vick

Veamos el caso de Thandie Gina, de Swazilandia,madre de nueve hijos con 47 años a la que esteaño le ha dado positivo en la prueba del VIH. Sumarido murió de SIDA hace dos años, dejándolaal cuidado de sus cuatro hijos más pequeños.Desde el pasado mes de agosto, Thandie recibeayuda alimentaria del PMA por intermedio de susocio en la ejecución, los Lutheran DevelopmentServices. Ella dice que la ayuda alimentaria hamejorado enormemente su salud y ayudado a sufamilia; teniendo en cuenta sobre todo que lasequía destruyó su propia cosecha durante tresaños consecutivos. “Fue mi hija mayor la que meaconsejó que fuera a hacerme la prueba delVIH/SIDA”, dice. “Agradezco su consejo, ya queahora sé qué dieta nutricional se recomiendapara los infectados por el VIH”.

El sufrimiento que ocasiona el VIH/SIDA se extiendemucho más allá de la persona infectada y puededestruir los ingresos, las propiedades y los ahorros deun hogar. Muchos de los infectados por el VIH/SIDAno disponen de la posibilidad de tratamiento. Para losque apenas alcanzan a ganarse la vida, losantirretrovirales representan un gasto inalcanzable.Incluso cuando se puede disponer de tratamiento con

medicamentos, su eficacia depende a menudo delestado nutricional del individuo. A medida quemenguan los bienes de los hogares y aumenta lanecesidad de atención, la familia –sobre todo susmiembros más jóvenes– se expone a un riesgo mayor.Con frecuencia se saca a los niños del colegio paraque compensen la falta de ingresos y ayuden a cuidarde los enfermos. El estigma asociado al SIDA no hacesino exacerbar las dificultades familiares. La condiciónde infectado por el VIH puede conducir al desahucio,al divorcio o a la pérdida de empleo.

Muchas familias se han ampliado excesivamentey soportan una carga excesiva debido al númerocreciente de huérfanos que deja a su paso laenfermedad. Los niños empiezan a sufrir el efecto deuna enfermedad crónica en su familia mucho antesde que fallezcan sus padres. A menudo se venprivados de una educación y obligados a asumir a unaedad temprana responsabilidades de adultos, teniendoa veces que convertirse en cabezas de familia al morirlos padres. A menudo estos niños tienen apenas unosconocimientos de agricultura o sólo unosconocimientos rudimentarios para poder producir suspropios alimentos, y disponen de un acceso mínimoa servicios de salud esenciales.

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ENERGÍA PARA SEGUIR LUCHANDO

Por medio de la asistencia alimentaria, así como de iniciativas de salud y educación,el PMA ofrece a las familias afectadas por el VIH/SIDA más posibilidades de sobrevivir.Proporcionándoles alimentos básicos, el PMA ayuda a las familias a superar losproblemas inmediatos de malnutrición y les anima a mantener a los niños en la escuela.

Un ejemplo del apoyo del PMA a huérfanos y niños vulnerables lo encontramosen la región central de Mozambique, que tiene las mayores tasas de prevalenciadel VIH en adultos del país. Chimoio, la capital provincial, está situada justoa la mitad de la carretera principal entre la ciudad portuaria de Beiray Zimbabwe, una ruta importante para el tráfico de camiones. Dado el papelque desempeña la movilidad en la propagación del VIH, los camioneros sonun factor de primer orden en la propagación del virus y del SIDA.

Cada día, en Chimoio, 15 niños pierden a sus padres por el SIDA.

La organización Kubatsirana está suponiendo un gran cambio. Mediante unprograma de atención a domicilio, las familias en las que haya enfermoscrónicos recibirán suficiente asistencia alimentaria del PMA como para cubrirsus necesidades básicas, lo que les permitirá dedicar el dinero y el tiempoahorrados a otras cosas, por ejemplo, a la educación.

Kubatsirana dirige también un programa de formación profesional cuyo fines que los huérfanos obtengan una capacitación profesional y participen enactividades educativas que les ayuden a asegurarse su futuro sustento.

Ofrecer alimentos es fundamental para mitigar los efectos más corrosivos delVIH/SIDA. En las personas infectadas por el virus, una alimentación y unanutrición adecuadas ayudan a disminuir las infecciones oportunistas queatacan el organismo y provocan pérdida de peso, la cual a su vez debilitala resistencia. Alimentos como la mezcla de maíz y soya, proporcionada confrecuencia por el PMA en zonas afectadas por el VIH/SIDA, son fáciles depreparar, de comer y de digerir. Esto resulta especialmente importante en loshogares en los que se dedica un tiempo considerable a cuidar de un enfermo.Además de un alto valor energético y proteínico, estos alimentos estánenriquecidos con vitaminas y minerales que son de especial importanciapara los infectados por el VIH/SIDA.

PMA/Tom Haskell

TRABAJO PRÁCTICO CONASOCIADOS

Trabajando en estrecha coordinación con ONG, conotros organismos de las Naciones Unidas y con losgobiernos nacionales, el PMA se asegura de que todassus actividades sean compatibles con las estrategiasnacionales sobre el VIH/SIDA, y de que los recursosse dirijan hacia donde más se necesitan. El PMAtrabaja con sus asociados en todo el mundo paraproporcionar asesoramiento, conocimientos sobrenutrición y capacitación profesional, ademásde alimentos.

En Uganda, una de las esferas de trabajo del PMAcon asociados es la atención a domicilio. A travésde una organización italiana de voluntariado, laAssociazione Volontari per il Servizio Internazionale(AVSI) y de un proyecto denominado Reach Out,los habitantes de barriadas pobres de Kampala queviven con VIH/SIDA reciben alimentos junto conotros servicios esenciales.

El proyecto va dirigido a las viudas que han perdidoa sus maridos por el SIDA. Sin apenas estudios nioficios con salida comercial, quedan en la indigencia.Pero sus posibilidades aumentan mucho gracias a laasistencia alimentaria. Las beneficiarias reciben maíz,legumbres, mezcla de maíz y soya y aceite vegetal.

Aunque casi todos los receptores delproyecto Reach Out son mujeres,Lwanga Wahab, de 20 años, es unode entre un puñado de jóvenesvarones que se ha beneficiado.“Cuando vinieron a vermea casa, al principio no podíaandar ni un poco. Pero ahorahe ido de casa a allícaminando, ya que no teníatransporte”. Cuando se lepreguntó sobre el efectoque han tenido losalimentos en su vida,Lwanga dijo: “Cuando memiro veo que he cambiado,porque cocino

mis frijoles, a veces posho, a veces gachas, asíque noto la diferencia”. Al preguntarle en quéconsistía esa “diferencia” respondió: “Siento queno me encuentro en una mala situación. Mehe librado del hambre y ha mejorado algomi desarrollo corporal”.

COLABORACIÓN PARACONTROLAR LA TUBERCULOSIS

Uno de los usos más innovadores de la ayudaalimentaria del PMA es en apoyo del tratamientoy los programas de control de la tuberculosis, comolos de Lesotho y Uganda. La tuberculosis constituyeun grave problema de salud pública a escala mundial,que afecta sobre todo a los pobres de zonas ruralesy urbanas. Aparte de afectar a decenas de millonesde personas de todo el mundo, es también una delas causas más comunes de muerte de los enfermosde VIH/SIDA. En Camboya, donde el VIH/SIDA seestá extendiendo con rapidez, las tasas de prevalenciade la tuberculosis figuran entre las más altasdel sudeste asiático.

Controlar la tuberculosis es de vital importancia paralos infectados por el virus: un seropositivo tieneaproximadamente 20 veces más probabilidades

de desarrollar la tuberculosis, mientras queun enfermo de SIDA presenta un riesgo

100 veces mayor.

Gracias a la intensa colaboraciónentre el Centro Nacional de Controlde la Tuberculosis, el OrganismoJaponés de CooperaciónInternacional, la OrganizaciónMundial de la Salud (OMS),

ONG locales y el PMA,Camboya dispone

de un sólido

y satisfactorio programa DOTS (tratamiento breve bajoobservación directa). Desde 1994, el PMA ha ayudadoal Programa Nacional para la Tuberculosis a mejorarsu capacidad de detección y curación. Los alimentosdel PMA han contribuido de forma esencial a su éxito.

Los enfermos de tuberculosis suelen estar físicamentedébiles. Se les proporciona ayuda alimentaria comocomplemento nutricional para ayudarles a subir depeso y a librarse de la enfermedad. Asimismo, puestoque los ingresos de los hogares quizá se hayan vistoreducidos a causa de la enfermedad, los alimentoscompensan los costos de la atención y el tratamiento.

Es exactamente lo que pasó con Kang Pisey, de29 años, trabajadora de una fábrica de ropa dePhnom Penh. Ella y su marido, que vendía cocosen las calles de la capital camboyana, teníanya bastantes dificultades para conseguir dinerosuficiente para pagar el alquiler y alimentara sus dos hijos cuando a ella le aparecieron lossíntomas de la tuberculosis: tos intensa y fiebreelevada. Al temer por su trabajo, se resistióa buscar tratamiento; pero, cuando su saludempeoró, terminó por someterse a untratamiento DOTS de dos meses. Su jefe, eldirector de la fábrica, respondió despidiéndola.

Por suerte para Pisey, el director del centro desalud le permitió quedarse en éste, con su marido,para otros seis meses de tratamiento. En el centrorecibe mensualmente del PMA 15 kilogramos dearroz, dos latas de pescado y dos litros de aceitevegetal. Gracias a esta ración y al tratamientoDOTS, su salud ha ido mejorando constantementey Pisey confía en que obtendrá un trabajo mejorcuando acabe el tratamiento.

Los alimentos son también un poderoso incentivopara que los pacientes camboyanos recojan susmedicinas y continúen el tratamiento contra latuberculosis. Les anima a permanecer hospitalizadoslos dos meses necesarios y motiva a los pacientesambulatorios para que sigan el tratamiento hastasu curación. Se ha demostrado que la raciónmensual de arroz, aceite vegetal, pescado enconserva y, a veces, mezcla de maíz y soya reduce lamortalidad de los enfermos de tuberculosis. Si éstosno completan la terapia, se pueden desarrollar cepasde tuberculosis resistentes a los medicamentos, conconsecuencias catastróficas para la salud pública, nosólo en Camboya, sino en todo el planeta.

FOMENTO DE LA PREVENCIÓN

El PMA ha desarrollado estrategias sobre cómoemplear la asistencia alimentaria, no sólo para mitigarel sufrimiento inmediato causado por el SIDA, sinotambién para incentivar la prevención.

El hambre, sea donde sea, puede llevar a correrriesgos. El que se asegure un suministro estable dealimentos en los hogares y las comunidades es unaforma de prevenir el VIH. En las situaciones deurgencia en las que numerosas personas se venobligadas a vivir en estrecho contacto, en loscampamentos de refugiados o de desplazados enel interior del país, se requieren otros métodos deprevención. La combinación letal de poblacióndesplazada, violaciones, tropas de ocupación, mujeresen circunstancias desesperadas y comportamientossexuales de riesgo convierten tales campamentosen terreno fértil para el VIH y el SIDA.

Los refugiados, en especial las mujeres, sonsumamente vulnerables a la violencia y los abusossexuales a manos de combatientes y civiles, incluidoslos destinados a protegerlos. Los trabajadoreshumanitarios son los responsables de velar por losderechos humanos básicos de los refugiados a la vida,la salud, la educación y la información. Susresponsabilidades incluyen el que se reduzca lavulnerabilidad a la infección por el VIH y el quese ayude a los refugiados a protegerse.

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PMA/Shadley Lombard

El PMA y sus asociados están explorando diversosmodos de hacer llegar a los beneficiarios mensajesde prevención, particularmente en situaciones deurgencia. En Zambia, por ejemplo, el PMA y susasociados han capacitado a grupos en “teatro parala acción comunitaria” en el que se transmitenmensajes para combatir el VIH a través del teatro,la danza y la música. Los grupos actúan para losbeneficiarios mientras éstos esperan la distribuciónde alimentos.

Conjuntamente con el Alto Comisionado de lasNaciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y conel Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia(UNICEF), el PMA espera reducir los efectos de laepidemia en los ya infectados y afectados, dentrode los campamentos de refugiados. Las mujeresasisten a sesiones de formación sobre saludreproductiva y prevención del VIH/SIDA mientrasesperan recibir las raciones en los campamentos.

LA BATALLA ACABADE EMPEZAR

Hasta que se consiga erradicar este virus mortífero,la comunidad internacional debe hallar un modo decombatirlo. Aunque lo peor de la pandemia deVIH/SIDA está aún por llegar y las tasas demortalidad siguen aumentando, el PMA estádecidido a poner alimentos en las mesas de losque pasan hambre en el mundo, con independenciade las circunstancias que les hayan llevado a servulnerables.

El PMA y el ONUSIDA están intensificandosu cooperación para salvar millones de vidas,especialmente en África, el sudeste de Asiay el Caribe. Se trabaja conjuntamente en lassituaciones de urgencia, como guerras y catástrofesnaturales, dedicando una especial atención a lasmujeres embarazadas y los huérfanos. Las dosorganizaciones han prometido convertir la seguridadalimentaria en parte integrante de la lucha globalcontra el VIH/SIDA.

Para las familias que están en primera línea,sufriendo la incertidumbre cotidiana que producela enfermedad, la estigmatización y la inseguridaddel VIH y el SIDA, los alimentos del PMA no sóloproporcionan ayuda ahora, sino también una ciertaesperanza para el futuro.

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