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L uego de transcurrido un año, llegaba el momento de abrir nuevamente los toriles bajo el ardiente sol de una despejada tarde que abrigaba el coso de la Maestranza de Maracay. De nuevo, allí presente, la alga- rabía y las palmas que simboliza la apertura del festejo taurino. Es Domingo 27 de noviembre de 2005, en presencia de una gradería que pleno casi todo el espacio de la Maestranza, se daba comienzo el esperado evento dando lugar al paseíllo, lleno de colorido y buena presenta- ción del desfile de cuadrillas, picadores, y la terna torera con César Girón al centro, acom- pañado por Paquito Perlaza y el triunfador de la anterior corrida, César Vanegas. Sin lugar a dudas, un cartel de primorosa distinción se presentaba en las áureas arenas del ruedo de Calicanto que hacía honor a la IV edición de la Corrida de la PTJ. La presentación del espectáculo tuvo como figura central a un miembro de la di- nastía Girón, el nieto de César Girón, también llamado César, quien al calor de los tendidos supo sortear con inteligente actuación su doble faena que lo llevó a la cúspide la jornada, lo- Paquito Perlaza con buena demostración de toreo corta tres orejas. César Vanegas mejor con las banderillas, no tuvo suerte con el acero Por: Gionavi Melo / Fotos Pedro Montes Pase por alto con desbordado temple torero realiza Paquito Perlaza Con el de pecho, rodilla en tierra, puso de manifiesta su clase torera el colombiano Paquito Perlaza Con la espada en alto, Paco se prepara para la suerte suprema Autoridades del Cicpc y del MIJ presentes en la Maestranza «César Girón»

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L uego de transcurrido un año, llegaba elmomento de abrir nuevamente los torilesbajo el ardiente sol de una despejada

tarde que abrigaba el coso de la Maestranzade Maracay. De nuevo, allí presente, la alga-rabía y las palmas que simboliza la aperturadel festejo taurino.

Es Domingo 27 de noviembre de 2005,en presencia de una gradería que pleno casitodo el espacio de la Maestranza, se dabacomienzo el esperado evento dando lugar alpaseíllo, lleno de colorido y buena presenta-ción del desfile de cuadrillas, picadores, y laterna torera con César Girón al centro, acom-pañado por Paquito Perlaza y el triunfador dela anterior corrida, César Vanegas. Sin lugar adudas, un cartel de primorosa distinción sepresentaba en las áureas arenas del ruedo deCalicanto que hacía honor a la IV edición dela Corrida de la PTJ.

La presentación del espectáculo tuvocomo figura central a un miembro de la di-nastía Girón, el nieto de César Girón, tambiénllamado César, quien al calor de los tendidossupo sortear con inteligente actuación su doblefaena que lo llevó a la cúspide la jornada, lo-

Paquito Perlaza con buenademostración de toreo cortatres orejas. César Vanegasmejor con las banderillas, notuvo suerte con el acero

Por: Gionavi Melo / Fotos Pedro Montes

Pase por alto con desbordado temple torero realiza Paquito Perlaza

Con el de pecho, rodilla en tierra, puso de manifiesta su clasetorera el colombiano Paquito Perlaza

Con la espada en alto, Paco seprepara para la suerte suprema

Autoridades del Cicpc y del MIJ presentes en la Maestranza «César Girón»

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grando cortar tres orejas, para convertirse enel indudable triunfador de la Corrida de laPTJ, y acreedor del Detective de Oro, en elmarco de la celebración del IV Aniversario delCuerpo de Investigaciones Científicas, Penalesy Criminalísticas.

César Girón salió a hombros por lapuerta grande, aclamado eufóricamente por suafición que coreaba ¡Girón, Girón!; al igual quePaco Perlaza, quien fue también laureado conigual número de orejas, en tanto que CésarVanegas no tuvo suerte frente al lote de ElPrado y Rancho Grande, pero agenció exce-lente exhibición con los rehiletes.

PERLAZA SE MOSTRÓCARISMÁTICO

Con emotiva bienvenida de los tendidosPerlaza, de traje amarillo oro y cabos negros,comenzó su faena torera, atendiendo su pri-mer compromiso frente a Hurón, un astadocon 433 kilogramos de peso, presentado porla ganadería Rancho Grande.

Sus primeros lances pendieron de ele-

gantes verónicas al sazón de las animadasembestidas de Hurón, al que, al igual que elmatador, fue aclamado entre la concurrencia.Posterior a la suerte de banderillas, Perlazaabrió paso con grandiosas tandas de pechoseguidas de naturales; cautivando a los segui-

dores del toreo que respondie-ron con sonoras palmas.

Con singular profesiona-lismo, el neogranadino prosiguiócon la diestra en tandas decuatro, naturales en los me-dios, y muletazos en redondoque fueron acompañados poracompasados pasodobles. Elcolombiano dio una variada de-mostración del toreo, combinan-do naturales con muletazos enredondo, lances de rodilla, pe-cho, y desplante de mucha cla-

Vanegas se esfuerza con la muleta, pero lecuesta lidiar continuado con su adversario

César Vanegas: Excelente pase el de violín al estilo “El Fandi”,describen la pictórica suerte de banderillas

Campareto se mostró incómodo para el matador venezolano César Vanegas

El paseillo acostumbrado

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se torera.Su primer intento en la suerte suprema

no convenció, luego de una estocada caídaque lo llevó a intentar de nuevo. Esta vez co-bró con certero espadazo que selló su exce-lente actuación con el otorgamiento de unaoreja, que no exhibió en el redondel, aunquelos despojos de Hurón si le dieron la vuelta alruedo. Perlaza conseguía su primer laurel pesea las protestas de la gente que considerabalo contrario por fallar la primera estocada.

El cuarto de la tarde, de la ganaderíaEl Prado, "Consentido", con 428 kilos, conmejor desempeño que el primero, fue recibidocon artísticos capotazos, dando buena mues-tra de ligazón y bravura que aprovechó eldiestro colombiano con tandas de naturales.

Aunque por instantes, se presentó algoinesperado, la ocurrencia de "un joven noville-ro -desconocido por Paquito Perlaza y su cua-drilla- que se lanzó al ruedo con aparente pre-tensión de retar al matador colombiano a unmano a mano en una sola escena, enfrentan-do con brío y falto de miedo a la pesada si-lueta de Consentido; pero, si bien trataron dedetener su actuación, finalmente salió airosoluego de varios pases que fueron aplaudidospor la enardecida afición, y el saludo porparte de Paco que dio reconocimiento a su

eventual atrevimiento".El abridor del cartel continuó con lances

de pecho, muletazos por el pitón derecho,trasteo de rodillas y naturales al son de losacordes musicales y el ole andaluz. Seguía

seguro, arrastrando la muleta, caminando a losmedios, lo que precedía su inminente funcióncon el estoque. Y con desafiante lance de pe-cho, rodilla en tierra, preparó a su invitado ala postrimería de su existencia, pasaportandocon eficaz puntería que le proporcionó dos

orejas que mostró, si esta vez, a la redondadel anillo taurino, en medio de vítores y ova-ciones.

VANEGAS SIN LUCIMIENTOCésar Vanegas, de traje azul y dorado,

lucía como el contendor a vencer, pues veníade ser el ganador del Detective de Oro 2004.Pero no fue así, no le tocó buen género bovi-no. Intentó hacer mucho, pero no recibió res-puesta. Capoteó con dos afarolados de rodi-llas dando la bienvenida a Campareto, astadode 475 kilogramos, presentado por la ganade-ría El Prado. También con las banderillas fueovacionado al colocar un par al lance de vio-lín; en su segunda, falló un rejón con el dequiebro.

En la suerte de muletas toreó con ca-minatas de rodilla, con expresiones de olé quepretendían darle calor a la tanda de derecha-zos, y natural con remate de pecho, que re-conoció el público ovacionando el esfuerzo deVanegas por dar un buena presentación.Campareto se mostró incómodo para el mata-dor, decidiendo despacharlo con premura con

César Girón cargado de temple gironiano desplaza con pase de pecho

Luego de una ardua tarea por levantar su parte en elcartel se preparó César Girón a pasaportar al animal

Desafía Girón al peligro que traduce con desplante arrodillado El público se percibía atento al trasteo de Girón por su sofisticada destreza

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efectiva estocada .El otro, de Rancho Grande, Curandero

con 425 kilos, lo recibió con verónicas, fallan-do luego con el primer par de banderillas, yacertando en el segundo viaje. Toreó por elpitón derecho en redondo rematando con pasede pecho. Olé, Olé, gritaban dándole ánimo ala fiesta que se confundía con la música ylos aplausos. Pero Curandero no esperó, yembistió a Vanegas en la pierna izquierda.Pese al peligro que representaba este mañosoanimal, de nuevo llegó el ánimo; palmas, pre-cedidas manejo con la diestra y lance de pe-cho. Hubo ganas, pero el de Rancho Grandelucía flojo, hacía extraños. No quedaba otracosa, sino despedir Curandero, al que en eltercer intento, pudo eliminar con estocada querequirió de dos puntillazos para sacarlo de cir-culación.

GIRÓN, UN DEBUT CERCADO DEEXPECTATIVAS

César Girón, de traje de luces marfil yplata, se estreno en el coso aragueño con ve-rónicas que dieron inicio a la función del anhe-lado matador. Consumados los tercios de varay el de banderillas, debutó en el tercer terciocon muletazos por el pitón derecho frente aun toro soso, flojo; que daba la sensación deno prometer buen espectáculo por sus delante-ras débiles y una trasera lesionada. Se tratabade Río Negro, el exhibido de la ganadería ElPrado, y con un peso de 425 kilos. Cabe elo-giar, ponderadamente, la paciencia, la inteli-gencia, y sobre todo, la perseverancia torera,el temple que mantuvo en pie al sevillano de-mostrando que tenía algo valioso que mostrar.Segundo a segundo fue preparando a un asta-do que no daba garantía a los espectadores,que no pocas veces asisten a una corrida aver un buen toreo.

Ostentó tandas de naturales que rematócon el de pecho, y se escucharon las prime-ras ovaciones. Girón, con variantes del tras-

teo, prefirió los naturales que le dejaron mejorprovecho. Pero, no dejó de combinar derecha-zos, cambios de mano, pecho, caminatas defrente; y su abonada escena con poses ydesplantes que lo reivindicaron el con bullicio-so tendido, y el sonar del melódico ritmo delpasadoble español.

Río negro reaccionaba al delicado tem-ple que le imprimía Girón, toreándolo en elcentro del ruedo con lances de molinetes derodilla que puso al público de pie, entre pal-mas y algarabía. Lo alistó para matar, perodos pinchazos hicieron bajar el ánimo de la

multitud. Una tercera vez, acertó con acero,pero el derrame del presentado de El Prado,dio a protestas en el otorgamiento de su pri-mera oreja.

El sexto de la corrida y su segundocompromiso, estaba en las patas de "Tanguis-ta", herrado por la ganadería El Prado, conpeso de 425 kilos. A éste, la suerte de varano le restó energía para acompañar al diestroespañol. Lucía par de banderillas muy bien co-

locadas en el morrillo del cornúpeta blancoque daba visos de ser mejor animal que eltercero de la tarde.

Al compás de pases por el pitón dere-cho y naturales, emulando el original estiloque caracterizó a la dinastía Girón, empezó eltercio de muletas. Volvió con tanda de natura-les que remató con buen pase de pecho, rom-piendo el silencio el olé parsimonioso de laaudiencia calincantina.

Armonizó con derechazos que finalizócon el de pecho, y molinete que le atribuyoacompañamiento musical. Más adelante trasta-

billó, dejando una zapatilla en laarena, y botando luego la otra.Sin zapatillas, descalzo, continuóla faena buscando a "Tanguista" alpaso de una artística danza tore-ra. Al encuentro paso la muletapor el pitón izquierdo concluyendocon pase de pecho.

Una peligrosa embestidaque le hizo dar una voltereta sor-prendió al de Sevilla. Rápidamentese repuso y retomó la muletaque desafiante tiró a la arena,dándose vuelta, y dejando a suespalda al enemigo.

La labor muleteril de finostrazos, redondos y circulares, dosantinas -pa-ses circulares por la espalda-, toreando connaturales, derechazos, girondinas, molinetes derodilla, precedió una fulminante estocada quecerró con broche de oro su segunda salida ala arena, consiguiendo una arrolladora victoriaque lo convirtió en el ganador del Detectivede Oro 2005.

Incógnito novillero que se lanzó al ruedo

En virtud de sus excelentes faenas, Girón y Perlaza salieron a hombros por la puerta grande