Politika nº69

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POLITIKA POLITIKA 1 Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014) Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque (Bertolt Brecht) ¿Las próximas víctimas están en Asia Central?

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Ucrania, Venezuela: el imperio soltó sus perros de guerra

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POLITIKAPOLITIKA 1Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque (Bertolt Brecht)

¿Las próximas víctimasestán en Asia Central?

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No lo dice POLITIKA, lo dicen los EEUU, la Unión Europea, y en Chile hasta la UDI.

Mejor aún, como señala a propósito de Ucrania Jean-Luc Mélenchon –copresidente del Partido de Izquier-da francés– ahora se puede echar a patadas un presidente y un gobierno elegidos por el sufragio univer-sal cuando son impopulares, hay ministros corruptos y el pueblo sufre sacrificios indignos mientras una pequeña minoría se enriquece de manera obscena.

¡Buena onda, pero ya perdimos la ocasión de hacerlo con Piñera! Y con Lagos… Habría que tenerlo muy presente de ahora en adelante.

El New York Times, The Economist, Le Monde, El País, El Mercurio y otros eminentes medios de comu-nicación aplauden que se haga uso de la violencia revolucionaria, se subvierta el orden establecido y se derroquen gobiernos surgidos de “elecciones democráticas”.

Ya sabíamos que ese sagrado principio está inscrito en la Constitución de los Estados Unidos de América, Constitución que – cereza en la torta– incluye una enmienda que autoriza a los ciudadanos a disponer de armamento, incluso pesado, con el cual oponerse a un gobierno felón.

Si nos apuran un poquillo, tomando en cuenta los ejemplos de Libia y Siria, se puede incluso importar tropas del extranjero, tropas que pueden recibir armas, entrenamiento y apoyo aéreo de algunas poten-cias como Gran Bretaña, Francia y los EEUU.

Quienes llaman abiertamente a derrocar gobiernos legítimos, como hace Leopoldo López con el gobier-no venezolano, son recibidos, ¿y estimulados?, por la ‘presidenta’ y sus colaboradores, ominosa señal pro-veniente de un país cuyo ex presidente Ricardo Lagos apoyó el golpe de Estado contra Hugo Chávez en el año 2002.

Seamos claros, no somos nosotros quienes vamos a quejarnos del desalojo deI presidente ucraniano Viktor Yanoukovitch, aun cuando la presencia en el gobierno provisorio de cuatro ministros del partido nazi Svoboda da la impresión que salieron del fuego para caer en las brasas.

Ya verán los ucranianos cómo salen del atolladero en que se encuentran, y aun cuando uno puede desear que no caigan en la tela de araña que tejen las potencias occidentales, lo cierto es que el más elemental respeto de la soberanía de los ucranianos debiese llevarnos a aceptar sus propias decisiones.

Mala suerte, la OTAN –que ha actuado y sigue actuando detrás de las bambalinas– ve allí una oportunidad de oro para estrechar el cerco que ha construido pacientemente en torno a Rusia.

La OTAN juega con fósforos en una región saturada de pólvora, y alberga a los partidarios de la guerra fría y de la guerra caliente: Serbia, Kosovo, Irak, Afganistán, Libia, Siria, Malí, República Centroafricana… son ejemplos concretos.

Los pretextos de la OTAN y los EEUU, que se resumen a la “invasión de territorio ucraniano por tropas rusas”, valen lo mismo que un pedo de conejo. La presencia de tropas rusas en Crimea es perfectamente legal según el General francés Vincent Desportes. El 2 de marzo pasado el ex Director de la Escuela de Guerra declaró en el canal BFM-TV:

Fue Catalina II quién conquistó Crimea a fines del siglo XVIII. Luego, le recuerdo que Crimea era parte del territorio ruso hasta 1954 –hace 60 años, lo que no es tan antiguo– cuando Nikita Khrouchtchev le entregó Crimea a Ucrania. (…) Estamos al inicio de una crisis. Es perfectamente normal que el Primer ministro ucra-niano haga subir la tensión, llame occidente a socorrerle y dramatice. No estamos aún en la víspera de una guerra. Por el contrario, nunca se sabe cómo evolucionan las crisis, hay que estar atentos. Hay que calmar las cosas.No olvidemos que los acuerdos internacionales prevén que los rusos pueden tener hasta 25 mil hombres en Crimea. Me parece que tienen unos 15 mil. O sea que aun pueden aumentar sus fuerzas con 10 mil hombres más.Ahora, hay que recordar que Ucrania no forma parte de la OTAN. Si Ucrania fuese atacada por Rusia la OTAN no debiese intervenir.

Sin embargo la vasta empresa de desinformación sigue su curso. Lo único novedoso (¿novedoso?) es que los partidos golpistas de ayer (UDI, RN, DC) y sus mentores de Washington se pronuncian a favor de las revoluciones y el uso de la violencia popular para derrocar gobiernos.

¿Y si les saliera el tiro por la culata?

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¡Aleluya!La rebelión es legítima

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Seis años después de la crisis del 2008... ¿Cuáles son los pilares de la teoría financiera que

fueron gravemente dañados?Lettre Vernimmen - Referencia de los estudiantes y los profesionales de la finanza - Febrero 2014

Escriben Pascal Quiry y Yann Le Fur

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La crisis financiera del 2008 no sólo estremeció a Lehman Brothers, Bear Sterns, Wachovia, Washington Mutual, Merrill Lynch, Citigroup, UBS, RBS, ING, RBoS, Northern Rock, Dexia, Fortis, Commerzbank, Bank of Ireland y muchos otros bancos. También cuestionó durablemente –eso nos parece– cuatro dogmas o postulados utilizados por la teoría financiera:

•El dogma según el cual, a condición de ofrecer una buena yunta riesgo/rentabilidad, siempre es posible encontrar liquidez en el mercado;•El dogma según el cual, habida cuenta que los mercados dan en todo momento un justo valor, este último puede ser ampliamente utilizado en los balances de las empresas;•El dogma de la existencia de un activo financie-ro sin riesgo;•El dogma que sostiene que la ley normal (ley de distribución de Gauss) representa bien la distribución de las tasas de rentabilidad en el mercado.

El dogma de la liquidez siempre presente

Este dogma fue desmentido el 9 de agosto de 2007 cuando BNP Paribas suspendió temporaria-mente la valorización, y por vía de consecuencia la comercialización, de 3 fondos parcialmente in-vertidos en títulos subprime como consecuencia del cese brutal de las transacciones de subpri-mes desde el 6 de agosto. Algunos vieron allí el inicio de la crisis, o incluso su causa, del mismo modo que cuando el sabio muestra la luna el imbécil mira el dedo.

En otro ámbito, recordamos un gerente finan-ciero de un gran grupo del CAC40 (Bolsa de París - NdT) que, a mediados de noviembre del 2008 declaraba ante un centenar de nuestros estudiantes que no sabía cómo iba a hacer su grupo a fines de mes para pagar los salarios de decenas de miles de asalariados.

No recordamos si nuestra estupefacción se de-bió más a que tal confidencia pudiese ser hecha en público en un contexto financiero explosivo, o al hecho que un grupo tan poderoso estuviese constreñido a raspar sus cajones y a solicitar li-quidez como César Birotteau después de la fuga del notario Roguin (personajes de “La Comedia

Humana” de Balzac – NdT).

Los numerosos financieros de empresa que entonces pasaron noches enteras sin dormir no han olvidado la lección: la liquidez es como el agua sobre la arena de la playa: está allí mientras está allí, pero puede desaparecer en cualquier momento en un instante.

De ahí el desarrollo de los productos de seguro contra el riesgo de falta de liquidez: dinero lí-quido mantenido en el activo del Balance para las empresas, y en depósito en el Banco Central para los bancos, incluso –para los muy grandes grupos– la compra de un banco para deposi-tar en el Banco Central su liquidez (Siemens, Airbus), líneas de crédito confirmadas pero no utilizadas, etc.

El dogma de la supremacía sistemática del justo valor

Si los mercados son capaces en todo momento de dar un justo valor para todo activo, no es insensato querer –en ciertos casos– hacerlo fi-gurar en el Balance del que posee ese activo.

En efecto, es posible ceder ese activo en cual-quier momento por un valor de mercado. Cierto, eso introduce la volatilidad de los mercados fi-nancieros en el Balance, incluso en la Cuenta de Resultados si la contrapartida de la fluctuación del valor no es una contra cuenta del estado de resultado global.

En contrapartida se podrá alegar que estos ac-tivos no están inscritos en el Balance sino por el valor que es posible obtener de ellos y no por un valor teórico, o histórico como un costo de adquisición amortizado o provisionado.

Pero si en un momento dado los mercados fi-nancieros están en panne y no pueden dar una evaluación confiable para esos activos, esta ventaja desaparece, el justo valor se transforma en algo tan teórico como un precio de costo contable y la volatilidad que introduce no tiene contrapartida positiva.

La caída del dominó de la liquidez arrastra con-sigo la caída del justo valor.

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as “Algunos vieron allí el inicio de la crisis, o incluso

su causa, del mismo modo que cuando el sabio muestra la luna el imbécil mira el dedo.”

El dogma de la existencia de un activo fi-nanciero sin riesgo

Su existencia es central en el modelo de evalua-ción de los activos financieros (MEDAF) que, al día de hoy, sigue siendo entre los profesionales la única herramienta de evaluación de la tasa de rentabilidad que hay que exigir de todo activo, mientras que entre los investigadores el modelo de Fama French es –de lejos– el más utilizado . Pero este último es más complicado a utilizar y es poco enseñado. La dicotomía actual podría pues perdurar.

Hemos indicamos nuestra convicción de que ya no es posible comportarse como avestruces frente a la determinación del activo sin riesgo, a menudo visto como una obligación de Estado a 10 años, bajo el pretexto de su mayor liquidez y de su larga duración, similar a la de las acciones.

Que se ignore el riesgo de fluctuación del valor de una obligación a 10 años (que no es teórica habida cuenta de su duración), el riesgo de inflación, y el de reinversión de los cupones (re-muneración de las obligaciones), pase.

Pero el descubrimiento del riesgo de solvencia de un cierto número de Estados, antiguamente calificados AAA u otros cuyas deudas eran coti-zadas como si fuesen AAA, hace que no es ra-zonablemente posible considerar como una tasa de dinero sin riesgo una obligación de Estado de larga duración. ¡Demasiado es demasiado!

No seamos ingenuos. Escribimos después de años que el concepto de activo sin riesgo es una visión del espíritu. Creer que no hay riesgo es hacer prueba o bien de una confianza excesiva en sí, o bien de una incapacidad para pensar el futuro, dos defectos graves para un financiero .De ahí que preconizamos retener como tasa del dinero sin riesgo –para la determinación de la tasa de interés a exigir de un activo– una tasa a corto plazo, como la de los bonos del Tesoro a un mes para los cuales los riesgos de solvencia, de fluctuación del valor, de inflación y de reinver-sión de los cupones son despreciables o nulos.

El dogma que sostiene que la ley normal representa bien la distribución de las tasas de rentabilidad en el mercado

Una ley normal o ley de Gauss es seductora en muchos aspectos: simple de representación (una curva en campana simétrica), no se define sino por su media y su varianza y describe bien numerosos hechos de la naturaleza o de la vida humana.

No obstante, en materia de comportamientos bursátiles subestima netamente la probabilidad de los eventos extremos. Así, una variación del 5% o más de las cotaciones no debiese produ-cirse sino una vez cada 15 años. Ahora bien, ellas fueron 48 en el CAC40 en los últimos 20 años. No debiese haber una fluctuación superior al 6% sino cada 260 años. En promedio hay una por año.

En otras palabras, la repartición real de las tasas de rentabilidad muestra colas de distribución mucho más gruesas que las que supone la ley normal. De ahí el desarrollo de leyes al-ternativas como la ley de Fréchet o el análisis mediante las matemáticas fractales de Benoît Mandelbrot.

Traducción del francés de POLITIKA.

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Cuando uno dice que los economistas son lo más parecido a los chamanes –un hechicero que en-tra en contacto con los espíritus para adivinar el futuro– hay quién lo toma a broma o piensa que es pura mala leche. Si todo no fuese más allá de leerte las líneas de la mano para augurar que vas a ganar el Loto o que una rubia pulposa va a cruzarse en tu camino, no pasaría nada. Hay quién se hace tirar las runas por diversión, otros leen el horóscopo. Nadie sale dañado.

Pero los economistas hacen previsiones y son más letales que el virus HIV. En serio. Si no me crees, mira lo que cuenta Kenneth Arrow, que recibió en 1972 el premio de economía del Ban-co de Suecia, distinción que confunden alegre-mente con un premio Nobel inexistente.

Arrow se hizo famoso con su teorema de la imposibilidad, también llamado “paradoja de Arrow”, que es una confirmación matemática, en ciertas condiciones precisas, de la paradoja constatada por el matemático francés Nicolas de Condorcet (1743-1794) según el cual no existe una función de elección colectiva indiscutible, que permita la traducción de preferencias indivi-duales en preferencias sociales. Arrow demostró que no existe ningún sistema que asegure la coherencia, fuera de aquel en que la función de elección colectiva coincide con la decisión de un único individuo, llamado dictador, independien-temente del resto de la población. Otra des-cripción del teorema de imposibilidad dice que en régimen de libre mercado las reglas para la toma de decisiones sociales o políticas no obe-decen estrictamente al criterio de racionalidad.

En cristiano, esto quiere decir que la economía de libre mercado es aberrante, desequilibrada, indeterminada, destructora y generadora de desorden. Bernard Maris dice que el libre merca-do es un “vasto burdel”. Ahora bien, esto no es novedad. Es conocido desde hace más de 30 años, pero en las univer-sidades siguen enseñando el cuento chino del Equilibrio General y la tristemente célebre “ley de la oferta y la demanda” como si nada. ¿Y ahí? Pasa que Kenneth Arrow –de visita en España– le ofreció una entrevista a la prensa local y lo que cuenta vale su peso en oro.

Pregunta. Durante la II Guerra Mundial, cuando trabajaba en los servicios meteorológicos, vio lo mal que funcionaban los pronósticos. En la economía ha visto algo parecido. ¿Un buen pro-nóstico es el que acierta? ¿O el que parte de un buen análisis?

Respuesta. Lo que vi entonces es que los pro-nósticos tenían muy poco poder de predicción. Pero todo el mundo necesita unas previsiones: en el Ejército hacían falta para decidir si volaban los aviones y en la economía las necesitan los empresarios y los Gobiernos. Otra cosa sería decir qué es lo que se entiende por una buena previsión: en meteorología un buen pronóstico no es decir si va a llover o no, sino la probabi-lidad de que llueva. Esto no es tan obvio como parece. Algo así tenemos que buscar con temas como el empleo o la producción, las probabilida-des.

Mala suerte, John Maynard Keynes, que de esto entendía un puñado, ya había condenado en su tesis de grado el cálculo de probabilidades como herramienta para adivinar el futuro. “De mañana no sabemos nada”, decía, agregando muerto de la risa: “y a medio plazo estaremos todos muertos.”

Haciendo gala de modestia, Arrow declara: Aprendí los límites intrínsecos que tiene la pre-dictibilidad. Es algo muy complejo, intervienen muchos factores tanto en el clima como en la economía, pero se entiende mucho mejor la ciencia subyacente en el clima que en la economía. Y es mucho más acertado. Cualquier pequeño error en una medida genera grandes distorsiones. Pero en la economía ni siquiera entendemos los fundamentos de cómo un consumidor reacciona a los cambios de los precios o cómo las empresas los modifi-can… Tenemos teorías, pero es muy difícil. Cuesta saber incluso lo que ocurre en un momento dado.

Si uno sabe leer, esto tiene un significado claro: las teorías económicas no sólo no permiten com-prender lo que pasa sino que además –como lo ha probado tantas veces el FMI– dictan políticas aberrantes que producen efectos contrarios a los esperados.

Confrontado a una cuestión de economía prác-tica, el caso de Japón, Kenneth Arrow sólo atina a decir: “La depresión de la economía japonesa lleva 20 años y no veo una explicación para eso.” Arrow no sabe, no opina, no responde, ni del pasado, ni del presente ni del futuro, lo que da la medida de la utilidad de los economistas. Y recuerda la humorada de Edmond Malinvaud, profesor en el Collège de France y economista de reputación mundial: “Las previsiones son difí-ciles… sobre todo cuando conciernen el futuro.”

¿La economía? Los economistas no tienen una pájara idea de lo que ocurre.

¿La economía?“No tenemos una pájara idea...”

Escribe Luis Casado

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El pueblo de Chile ¿es soberano...

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El pueblo de Chile ¿es soberano...

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Los ricos...grandes vencedores de la lucha de clases

Escribe Michel SantiMacro economista y especialista de los mercados financieros

Traducción del francés de POLITIKA

Warren Buffet (que pesa 58 mil millones de dólares) no bromeaba. Nos había prevenido ya en el 2006 –antes de la crisis– que los ricos iban ganando.

En una entrevista acordada en esa época al New York Times había reconocido que la “lucha de clases” arre-ciaba, precisando: “es mi clase –los ricos– la que declaró esa guerra y es ella la que va ganando”… antes de con-firmar en el 2011 que la guerra había sido ganada: “they won”, ganaron.

Por lo demás, los hechos le dan la razón puesto que si fue apropiado en un tiempo evocar el famoso “1%” de los más privilegiados, algunas fortunas pudieron crecer en modo exponencial gracias a la misma crisis.

La arrogancia de los ricos

Así, la ONG Oxfam demostró recientemente cómo 85 individuos (sí, ¡85!) resultan ser tan ricos como la mitad de la población mundial. En suma, están los “ricos”, pero también están los “mega-ricos”: es decir ese 0,01% que es aún más rico que el 1%, ¡y paga menos impues-tos que el 1%!

Es un poco como si esas fortunas generaran a su vez más fortuna, y esto de manera casi mecánica. Los 6 billones de dólares (seis millones de millones de US$. NdT) ganados con las subidas bursátiles del 2013, evi-dentemente, sólo beneficiaron a esa ínfima minoría.

Se comprende mejor la arrogancia de los más dignos representantes de estos hiper-privilegiados, como el patrón americano de una marca de ropas de lujo, Bud Konheim, que declaró que los pobres deberían “parar de quejarse” de su condición.

O la suficiencia del mil-millonario Kevin O’Leary cuando declara que las desigualdades son una “noticia fantásti-ca” porque motivan “al pobre a mirar hacia arriba al 1% y decirse: yo quiero hacer parte de esa gente”.

¿Por qué no evocar a Tom Perkins, magnate de las fusiones-adquisiciones, que reivindica para los ricos un derecho de voto más importante que para el resto de la población? Y que preconiza el retorno al voto censitario, abolido en Francia en 1848.

Une consanguinidad aberrante

Tampoco conviene menospreciar los asombrosos ingre-sos de las gerencias generales de las grandes empresas, que ubican indudablemente a esta elite dirigente en el muy cerrado círculo del 1%, contribuyendo así a aislar-los de sus asalariados.

Es un discurso descarado el de los Presidentes-Geren-tes-Generales (CEO) de las empresas y de los bancos que para justificar sus salarios y sus bonos obscenos indican que estos fueron previamente avalados por su Consejo de administración.

Todo en una consanguinidad aberrante en la que los mismos que aprueban dichas remuneraciones reciben a su vez honorarios aprobados por el mismo CEO, siendo al mismo tiempo patrones de otras empresas, puesto que acumulan con el de miembros de varios Consejos de Administración.

¿Cómo explicar si no que Jamie Dimon, CEO de JP Mor-gan Chase, haya visto su salario aumentar en un 74% este año… mientras el banco del cual es el gurú tuvo que pagar 20 mil millones de dólares de multa por múl-tiples infracciones?

He aquí que, en vez de despedirlo, sus pares le acuerdan un bello aumento de salario… Algunos malos espíritus dicen que mientras el ciudadano de a pie que le roba a un banco es condenado a diez años de prisión, ¡el Presidente de un banco que le roba a Ud. recibe diez millones!

Luchar contra la pobreza, ¿aunque eso signifique per-seguir a los ricos?

Estos personajes se mueven pues en un universo pa-ralelo caracterizado por una impunidad casi perfecta, impunidad deplorada por un gobierno impotente que le hizo decir al Ministro de Justicia americano Eric Holder que los Presidentes de los bancos “Demasiado grandes para quebrar” (too big to fail) eran ellos mismos “Dema-siado grandes como para ir a prisión” (too big to jail).

Un gobierno desamparado, parecido a Lawrence Sum-mers, ex Secretario del Tesoro (ministro de Hacienda. NdT) y ex consejero del presidente Obama, que escribió dos columnas en el Washington Post y el Financial Ti-mes, alegando vigorosamente contra las desigualdades y advirtiendo que el mundo retoma sus malas costum-bres de antes de la crisis.

Porque el crecimiento no permite hoy en día, para citar a Summers, “mejorar los ingresos de la clase media y luchar contra la pobreza”. Es pues vital revalorizar los salarios, reformar el régimen impositivo y luchar contra la evasión fiscal. Aunque eso signifique “perseguir” a los ricos, para retomar una expresión empleada reciente-mente por el Tom Perkins ya citado más arriba, quién acaba de crear un escándalo al comparar la suerte de los ricos al Holocausto de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial…

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Nueve mujeres, cuatro franceses, otros tantos nonagena-rios… y para todos, fortunas que se cifran en decenas de miles de millones… Cartografía express de esas 85 personas que tienen entre las manos una riqueza igual a la de los 3 mil 500 millones más pobres. Su fortuna total es equivalente a la de la mitad de la humanidad. Sólo son 85. ¿Quién se es-conde detrás de esa cifra chocante, enarbolada por la ONG Oxfam en la apertura del Foro Económico Mundial (Davos)

para denunciar las desigualdades de riqueza en el mundo?A partir de la lista establecida por la revista Forbes de las 85 primeras fortunas mundiales, el diario Guardian propone en su sitio internet une infografía interactiva con un mapa que permite ver el repertorio de esos mil-millonarios.

http://www.theguardian.com/news/datablog/interacti-ve/2014/jan/24/who-are-the-worlds-richest-85

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¿Quienes son los 85 individuos más ricos del planeta?

Entre los nombres de las personas del repertorio –a menu-do con el resto de su familia– sólo figuran nueve mujeres. La más rica es una francesa, Liliana Bettencourt. La lista cuenta igualmente entre sus miembros femeninos a Christy Walton, la más rica representante del clan que administra el gigante Walmart. La australiana Georgina Rinehart, que como Liliane Bettencourt ha conocido problemas judiciales con sus herederos, también hace parte del club. La heredera de L’Oréal es por otra parte una de las mayores de los “85” con la americana Anne Cox Chambers, que está a la cabeza de un holding que posee empresas de prensa (94 años). Una edad avanzada es otra de las características del “club”. La mitad de las personalidades listadas tiene más de 69 años. El más joven, Mark Zuckerberg, patrón de Facebook, tiene 29 años.Están presente junto a otras fortunas constituidas gracias al

desarrollo de la web y de las nuevas tecnologías: Jeff Bezos (Amazon), Michel Dell (Dell), Sergey Brin y Larry Page (Goo-gle), Lee Kun-Hee (Samsung), Larry Ellison (Oracle) o aún Bill Gates, Paul Allen y Steve Balmer, que le deben su fortu-na al éxito de Microsoft. La lista incluye a tres otros france-ses: Bernard Arnault, François Pinault y Serge Dassault. En el trío más rico están Carlos Slim, el magnate mexicano de las telecoms que posee una fortuna estimada en 73 mil mi-llones de dólares, Bill Gates (US$ 67 mil millones) y Amancio Ortega, el patrón de Inditex (Zara) con US$ 57 mil millones. Entre los tres poseen una fortuna superior al PIB de la Repú-blica Checa en el año 2012. En el lote aparece una chilena. ¡Viva Chile m…! Iris Fontbona, viuda de Andróniko Luksic,que posee una fortuna estimada en 17 mil 400 millones de dólares. Gente muy productiva… la familia Luksic.

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“Dicen, dijeron, que vieron al guerrillero”Escribe Aldo Torres Baeza

No es pariente de ningún Dios, pero a Manuel Rodríguez también le dio por resucitar. Dejó el “patio de los calla-dos” por la capital de los bocinazos y el smog. Especialis-ta en ser él y parecer otro, utilizó, otra vez, la técnica del disfraz para convertirse en un anónimo de este siglo y así inmiscuirse entre la multitud.

Así que respirando olor a neumático quemado y con el sol apuntándole la espalda andaba el guerrillero por las calles del centro de Santiago. Solo una condición le exigieron en el más allá antes de venir al más acá: no intervenir en el curso de la historia.

Caminó Manuel hasta la Moneda, y, mirándola, se pre-guntó: ¿por qué razón bautizaron a la Casa de Gobierno con el nombre de esos circulitos que sirven para comprar cosas?Unos señores de verde cantaban el himno nacional. Puso oído el guerrillero, y escuchó: “…que oh la tumba serás ¡DE-LOS-LI-BRES!”, ¡¿La tumba de los libres?!, se preguntó Manuel, ¡¿Eso fue lo que gritaron con tanto ímpetu?!

Al ver una bandera con el Escudo Nacional en la mano de unos de esos señores, se acercó. Y entonces leyó clarito lo que ahí decía: “Por la razón o la fuerza”. Frunció el ceño el guerrillero, y se preguntó: ¿quién propone la razón?, ¿quién impone la fuerza?, ¿quién obliga a que le encuentren la razón?

¿Qué animalito es ese? preguntó Manuel apuntando el Escudo Nacional.Un huemul, respondió el señor de verde.¡¿Alguien en su vida ha visto alguna vez un huemul?! se preguntó Manuel Rodríguez.

Muy preguntón andaba el guerrillero, así que decidió dar una vuelta por Santiago para despejar la cabeza de tanto signo de interrogación. Caminó por el Paseo Ahumada. Mientras andaba, leyó una y otra vez el mismo cartel:

FARMACIA¿Qué serán esas cosas que se multiplican por todos lados? se preguntó Manuel. En frente de unas vitrinas se detuvo, miró esas cosas cuadradas que llamaban televi-sores: vio a gente rubia, mujeres voluminosas y muchas risas enmarcadas en el perímetro de las pantallas. Muy diferente al panorama que tenía a sus espaldas. Debe ser gente del reino español, pensó.

A paso lento llegó a la Plaza de Armas. Tras escuchar la rutina de un par de humoristas burlándose de la gente del Virreinato del Perú (que ahora llamaban solo Perú), cosa que no le pareció muy graciosa que digamos, deci-dió entrar a la Catedral. Y escuchó: “Padre Nuestro que estás en los cielos”...

Y Manuel se preguntó: ¿Por qué no podría ser: Padre y Madre, que están en los cielos y en la Tierra?

En fin, pensó que esas preguntas no eran muy importan-tes, solo anécdotas psicológicas de un recién resucitado.

Así que decidió sentarse en una de las bancas de la Plaza de Armas. Ahí se quedó Manuel, mirando cómo las pa-lomas y los mendigos, los mismos que vio hace casi dos siglos, se disputaban las demás bancas. La resurrección de Manuel Rodríguez duró varios días. Por supuesto, decidió leer y caminar para saber en qué se convirtió el país que algún día dejó. O lo obligaron a dejar, más bien. Al cabo de unos días de caminar y leer, muchas preguntas taladraban su cabeza. De la historia que leyó:¿Por qué se le llama Guerra del Pacífico a la Guerra del Salitre y Pacificación de la Araucanía al Exterminio de la Araucanía?¿Por qué los Mapuches son héroes solo cuando están muertos? ¿Por qué los dos presidentes que intentaron nacionalizar los recursos naturales, Balmaceda con el salitre y Allende con el cobre, terminaron suicidándose?, ¿Quién presionó para que así fuese?¿Por qué el pueblo chileno celebra al ejército cada 19 de septiembre, si el ejército ha masacrado al pueblo chileno en 23 oportunidades? ¿Por qué se denomina “servicio” militar a la obligación militar?

De cosas que observó en las calles:¿Por qué todos entran y salen en idénticos horarios a sus trabajos, organizándose para atestar las calles siempre a la misma hora?¿Por qué se llevan preso a quien vende un chocolito y no a los gerentes de las empresas coludidas para estafar a la gente? ¿Por qué la gente come plástico disfrazado de comida?¿Por qué se consume como país desarrollado y se produ-ce como país de las cavernas?¿Por qué se prohíbe el humo de cigarro y no la humarada de las grandes empresas?

De cosas que sucedían en la política: ¿Por qué se separa por grados a la gente que trabaja en la Administración Pública, al igual que a los soldados en el ejército?¿Por qué en las elecciones a veces gana el que tiene me-nos votos?¿Quién remató el cobre, los bosques, los peces y el agua?¿Quién transformó en mercancía la salud y la educación?¿Quién le puso precio al valor de lo público? R

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Quiénes lo hicieron, ¿tendrán en sus planes privatizar las palabras, los besos, el agua de la lluvia y los rayos del sol?En fin, muchas preguntas atolondraban la ca-beza de Manuel.

Un día, el guerrillero salió a caminar por San-tiago, siguiendo a un perro llegó hasta una ca-lle que llevaba su nombre: Avenida Manuel Ro-dríguez. Levantó el pecho el guerrillero, pensó que ese homenaje demostraba que su lucha sí había tenido sentido. Orgulloso, dio un par de pasos más, pero ahí se encontró con otro car-tel, que decía: Alameda Bernardo O´higgins. ¡Ese sí que era homenaje!

Si: la calle más importante de todas llevaba el nombre de quien, se dice, tendría responsabili-dad política en su asesinato. Y pensó: otra vez me cruzo con este señor, ahora en el nombre de las calles. Mirando el desfile de automó-viles y las miles de personas caminando por la Alameda Bernardo O´Higgins, pensó en la logia Lautarina que O´Higgins integraba, y se dijo: al parecer, en Chile triunfó esa manera de hacer política: desde las vertiginosas alturas de las cúpulas, donde reina la boca y el oído es esclavo, por eso, quizás, en una de esas, Chile se convirtió en el reino de las soledades, de las gotas fuera del océano.

Hoy, la solidaridad es materia de arqueólogos, enterrada y sepultada en el baúl de la memo-ria. Nada queda de los cabildos y las asam-bleas. Se impuso lo otro: el Estado autoritario de O´Higgins y esos caballeros que vinieron

después: Portales y Pinochet. Los pocos que hacen la historia, y los muchos que la padecen. Sobre esos principios se fundó la Patria, esa que causaba tanto asombro al guerrillero.

Tenía ganas de agarrar su espada y poner las cosas en su lugar. Pero no, no podía intervenir. Caminando, el guerrillero pensó que Chile no es un país que fue, sino un país que lo fueron. También pensó que Chile es un país mal hecho, pero que aun no está terminado, porque no es un país que es, sino un país que está siendo.

Cansado de tanto bocinazo, volvió a la calle que llevaba su nombre, y siguió con sus inusua-les preguntas: ¿Por qué se reduce la libertad a las condiciones del mercado? ¿Por qué los taxis son los únicos que se recono-cen como “libre”?

Entre todo, algo llamó profundamente su aten-ción: esa cosa de “la deuda”. Manuel solo cono-cía la deuda de las promesas, de “lo prometido es deuda”, pero ahora eso de la deuda afloraba por todos lados: los automóviles se pagaban con deudas, la educación con deudas, las ca-sas, la salud, los medicamentos, la bencina, la ropa, los electrodomésticos, la comida... ¡Todo era deuda!

Entonces se preguntó: ¿Los que bautizaron a la moneda como La Mo-neda, estarán pensado en cambiarle el nombre y ponerle: “La Billete”, “La Tarjeta de Crédito”, o de plano: “La Deuda”?R

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POLITIKAPOLITIKA14 Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

Catálogo de las derechas vernáculasEscribe Arturo A. Muñoz

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Durante veinte años la derecha dura luchó para acceder al gobierno por vías electorales. Le costó habituarse a las exigencias de una institucionali-dad ‘democrática’ que nunca le ha acomodado, pero finalmente logró –el año 2010– instalarse en La Moneda y llevar a cabo un programa de gobierno que, vestido con ropajes de estación, seguía siendo “chicagüiana” y enemiga del Esta-do en materia empresarial y financiera.

Alentada por un triunfo que en honor a la verdad nunca reflejó un verdadero incremento electoral del sector –y fue más bien el resultado del hastío y la decepción que generó el bloque concertacio-nista– la derecha (y Sebastián Piñera en particu-lar) pudo continuar, a su modo, las políticas eco-nómicas trazadas por los viejos estandartes de la dictadura y consolidadas por la Concertación. Acompañándolas, eso sí, con chirimías, tambori-les, zalagardas faranduleras y fideicomiso ciego dios mediante.

Para disfrazarse, hacer el ‘loco’ y obnubilar a la gente menos informada, Piñera demostró ser todo un as. Reflejo de la ‘ideología’ del mandata-rio, que nunca ocultó su deseo de alejarse, más que del régimen militar, del dictador y su pandilla de asesinos de la DINA y la CNI. Esa fue la ima-gen que este “neo derechista” intentó venderle a la ciudadanía. Poco a poco fue disolviendo lazos con la UDI y deteriorando –ex profeso al parecer– las relaciones con su propio partido, RN, hasta alzar una propuesta que en su momento causó estupefacción pero que hoy simula ser asunto concreto: Piñera sería el genitor de una “Nueva Derecha”, que arrastra incluso a antiguos parti-darios de la tienda regalona de Pinochet.

Desde Tantauco (prolegómeno de su obsesión por crear un referente político distinto), la línea de desarrollo de la derecha de Piñera trazó su curso hacia Evópolis y hacia Amplitud, menguan-do el poder de penetración popular que caracte-rizaba a la UDI, remeciendo a la vez los ya débiles y desgastados cimientos de RN.

Por otra parte, su audaz (y en alguna medida inconstitucional) discusión con Sergio Muñoz –presidente de la Corte Suprema de Justicia– señaló sin lugar a equívoco que esa “nueva derecha” –convertida en “piñerismo”– está dispuesta a entrometerse en todo el espectro de los poderes del Estado, haciendo caso omiso de la supuesta independencia de los mismos. ¿Un pasito hacia el autoritarismo centrado en el culto a la personalidad?

Mientras tanto, los ánimos de la UDI comienzan a exacerbarse. Perder el gobierno, las elecciones municipales y las parlamentarias (con tan sólo cuatro años de administración luego de dos décadas de espera), y soportar además a un individuo cuya meta es transformarse en partido

político, fue demasiado para los ensoberbecidos y desgastados ‘coroneles’ vástagos del pinoche-tismo. Edmundo Eluchans, ex parlamentario de la UDI, declaró en una entrevista al diario La Tercera: Me preocupa que por defender ciertas po-siciones, la UDI tome un camino extremista de un partido tradicional de derecha. Estoy de acuerdo en que llegará un minuto en que si no somos capa-ces de ofrecer lo que la ciudadanía quiere, habrá que explicar por qué y con buenas razones. Pero la UDI se niega a discutir ciertos temas y eso es incon-veniente.

Chile cuenta pues con tres derechas: la dura, fa-nática, fundamentalista y soberbia que represen-tan la UDI y algunos mini referentes nacionalistas del período dictatorial; la emoliente, que procura renovar sus cuadros y aggiornar su programa –sin renunciar a la jibarización del Estado y al dominio absoluto de la empresa privada– en respuesta a las exigencias de una sociedad que ha avanzado mucho más que los buenos deseos de los líderes conservadores y liberales; y finalmente una de-recha disfrazada de “centro”, conocida alguna vez como Concertación, que busca reverdecer sus laureles mediante el cambio de razón social a “Nueva Mayoría”.

Tres derechas, tres recetas para el mismo pla-to. Tres formas de neoliberalismo salvaje; tres formas de embaucar al gentío y emborrachar la perdiz, confirmando la vigencia de Tomasso di Lampedussa y su obra “El gatopardo”. Todo tiene que cambiar para que todo siga igual. Ninguna de las tres manifiesta temor alguno ante lo que queda de izquierda chilena, resabios debilitados y atomizados como sus congéneres de otros países del mundo. Para las tres derechas los enemigos fueron –ayer– la revolución cubana y la Unidad Popular, y hoy la Revolución Bolivariana del fallecido comandante Hugo Chávez y el ac-tual mandatario Nicolás Maduro.

Para las tres derechas los aliados principales fueron y son las transnacionales y los Estados Unidos de América. El pillaje y el saqueo de las riquezas básicas siguen siendo los mismos. Nin-guna de las tres derechas ha mostrado interés en gobernar para beneficio del Chile real y su socie-dad civil. Seguirán maniobrando para evitar la re-unificación de una izquierda en serio –un alcalde por aquí, un diputado por allá– y para consolidar su dominio indiscutido.

La ‘estabilidad política’ seguirá siendo garantía para la inversión extranjera –entre bueyes no hay cornadas– y la disputa seguirá limitada a quién ob-tiene ‘más amor de los empresarios’. A menos que la izquierda –una de verdad– se recomponga para disputarle el poder a esta no muy santa trinidad.

La esperanza, decía mi abuela, es lo último que se pierde…

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POLITIKAPOLITIKA 15Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

En su reciente libro Stiglitz nos dice que la glo-balización ha incrementado la escala y veloci-dad de los peligros, económicos y sociales. Hay mayor inseguridad. Los problemas mundiales rápidamente atraviesan las fronteras. Los países con apertura económica rápida y radical, como Chile, reciben los impactos ineludibles de las crisis en otras latitudes.

El último ejemplo fue la debacle de las hipo-tecas subprime en los Estados Unidos, que afectó seriamente las finanzas y actividad pro-ductiva en todo el mundo y que, en América Latina, produjo una fuerte caída del crecimien-to económico.

Por otra parte, la globalización ha reducido la capacidad del Estado en el ámbito tributario. Los países emergentes, en vez de ponerse de acuerdo, compiten por reducir tasas para atraer inversiones. Así las cosas, el capital tran-sita a través de las fronteras evitando los luga-res en que considera se ejerce mayor presión impositiva y se dirige a aquellos países que le otorgan trato más favorable.

Ello se ve favorecido además por los Tratados de Libre Comercio (TLC), los que obligan a un trato privilegiado al capital y a una seguridad jurídica inédita, garantizada por la banca priva-da internacional, el FMI, El Banco Mundial y la OMC.

Además, esas organizaciones empujan a los países a abolir toda norma que ayude a estabilizar los flujos de capital a través de las fronteras, con efectos traumáticos para la macroeconomía. Lo mismo, sin embargo, no sucede con el trabajo: no existe libre movilidad a través de las fronteras. En consecuencia, el capital alcanza su mayor ganancia dónde no hay regulaciones, existen mejores tasas de interés y menos impuestos; pero, el trabajo no puede dirigirse libremente a los lugares dónde existen los mejores salarios.

Con bajos niveles de captación tributaria, el Estado se minimiza y reduce su capacidad para cumplir con sus funciones de protección de de-rechos. La apertura económica genera incer-tidumbre y la desprotección social del Estado la acentúa. El debilitamiento de la protección social es consecuencia de un Estado frágil, con insuficiente captación impositiva; pero, tam-bién, es resultado de políticas deliberadas de privatización de servicios sociales, convertidos en negocios, como la salud, educación y previ-sión.

Chile es un ejemplo representativo de inseguri-dad social. Los bajos niveles de sindicalización y negociación colectiva han debilitado el tra-bajo decente. Las jubilaciones son misérrimas

y están sujetas a las decisiones de inversión de las AFP. La educación es muy cara. La salud para pobres y sectores medios depende de malos hospitales, atiborrados de enfermos mal atendidos, mientras la salud para ricos (de las ISAPRES) es cara y discrimina contra las enfermedades preexistentes y las mujeres embarazadas.

El debilitamiento de los sindicatos, en nombre de la flexibilidad laboral, apunta a mejorar la tasa de ganancias del capital; pero, ha impues-to elevados costos a las personas, restándoles protecciones ganadas a los largo de su vida laboral y con impacto manifiesto en la pérdida de su seguridad.

El pensamiento neoliberal y sus políticas su-ponen que la libre movilidad del capital, las bajas tasas impositivas, menores inversiones públicas en bienestar social, el trabajo flexible e incluso la reducción de las protecciones ambientales, mejoran la competitividad de los países y les otorgan mayor agilidad en el mar-co de la economía global. Y ello favorecería el crecimiento, la eficiencia y el bienestar social.

Stiglitz señala que esa visión es un profundo error, “…la globalización desenfrenada ha llevado a incrementar la desigualdad y la in-seguridad. Y la inseguridad socava la buena disposición de los individuos para emprender actividades de gran rentabilidad con altos ries-gos, haciendo que baje el crecimiento” .

En consecuencia, la falta de protección so-cial no sólo tiene un impacto directo en las condiciones de vida de las personas sino un efecto macroeconómico que no siempre se comprende. En efecto, cuando se deterioran de los ingresos de las pensiones y los salarios se reducen el consumo y el ahorro. Más aún, cuando la educación es muy costosa gran par-te el ingreso familiar se ve vulnerado e incluso comprometido a futuro con costosos créditos.

Por otra parte, la falta de protección social impide a los afectados asumir riesgos. Por tanto, un Estado mínimo, que no cumple sus funciones sociales básicas, desalienta a los innovadores, a todos aquellos dispuestos a asumir riegos.

En suma, a diferencia de lo que piensa el pen-samiento neoliberal, la globalización ha au-mentado la necesidad de protección social. Es necesaria mayor seguridad. La globalización nos plantea el desafío de mantener la estabili-dad económica, pero también exige rediseñar la seguridad de las personas. Protecciones so-ciales adecuadamente diseñadas no sólo pue-den aumentar el bienestar social sino debieran favorecer mayor producción y crecimiento.

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... La búsqueda de la seguridad

Escribe Roberto Pizarro

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POLITIKAPOLITIKA16 Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

Sindicato Interempresa de Trabajadores de Buses Interprovinciales Romani y Afines

Primer acto: El abogado del sindicato le entrega a la Inspección del Trabajo la versión modificada de los Estatutos de la organización con un ligero retraso.

Segundo acto: en razón del retraso, la Inspección del Trabajo amenaza con una resolución de disolución del sindicato, aún cuando no hay ninguna disposición legal al respecto. No habría apelación posible. Poco importa que en los Tribunales haya

un cúmulo de denuncias por atropellos a la legislación del trabajo, incluyendo acoso laboral a los dirigentes del sindicato.

Tercer acto: Sin fuero, la empresa puede despedir (perdón, “desvincular”) a los dirigentes del sindicato como le dé la real gana.

Cuarto acto: Si estuviésemos en Metrópolis esta sería una tarea para Superman. Pero estamos en Chile. De ahí que le preguntemos a Javiera Blanco,

flamante ministro del Trabajo:

¿Hasta cuando seguirán sufriendo los trabajadores chilenos

el Código del Trabajo de la dictadura?

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POLITIKAPOLITIKA 17Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

Sindicato Interempresa de Trabajadores de Buses Interprovinciales Romani y Afines

Primer acto: El abogado del sindicato le entrega a la Inspección del Trabajo la versión modificada de los Estatutos de la organización con un ligero retraso.

Segundo acto: en razón del retraso, la Inspección del Trabajo amenaza con una resolución de disolución del sindicato, aún cuando no hay ninguna disposición legal al respecto. No habría apelación posible. Poco importa que en los Tribunales haya

un cúmulo de denuncias por atropellos a la legislación del trabajo, incluyendo acoso laboral a los dirigentes del sindicato.

Tercer acto: Sin fuero, la empresa puede despedir (perdón, “desvincular”) a los dirigentes del sindicato como le dé la real gana.

Cuarto acto: Si estuviésemos en Metrópolis esta sería una tarea para Superman. Pero estamos en Chile. De ahí que le preguntemos a Javiera Blanco,

flamante ministro del Trabajo:

¿Hasta cuando seguirán sufriendo los trabajadores chilenos

el Código del Trabajo de la dictadura?

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POLITIKAPOLITIKA18 Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

Rusia se ve cada vez más forzada a liberar la información ultra secreta que tiene sobre la operación de inteligencia occidental que forzó el golpe en Kiev. Lo extraordinario es que Rusia le entregó la información al Con-sejo de Seguridad de la ONU, y solicitó una investigación internacional imparcial.

Desde luego, cualquier movida con vistas a una investigación imparcial será vetada por los EEUU. Rusia también lo sabe, pero hay una guerra de información en curso sobre la situación en Ucrania y, del punto de vista de Moscú, a medida que montan las tensiones se hace imperativo mostrar que el relato de los EEUU son puras mentiras.

Claramente, Polonia y Lituania no se ha-brían aventurado a entrenar extremistas para derrocar a Yanoukovitch sin recibir la luz verde de Washington. Quiere decir que Rusia está poniendo en la mesa en forma de herradura de las Naciones Unidas informa-ciones que conciernen un Santo Grial que le pertenece a la Casa Blanca.

Esto es un asunto muy serio porque sitúa a Barack Obama bajo un nuevo prisma de partidario de la “guerra fría”, mientras la propaganda oficial quisiera hacernos creer que el presidente es un indefenso hombre de estado actuando esencialmente bajo im-pulsiones de política domestica.

Lo que surge del balance es que no hay modo de remendar las destrozadas rela-ciones EEUU-Rusia durante lo que queda del período presidencial de Obama. Igual-mente, no hay modo de que Rusia baje la guardia con relación a las actividades de espionaje de los EEUU en sus fronteras. Por consiguiente, no puede ser cuestión de normalidad en Afganistán y Asia Central, que pasaban por ser un importante padrón en el llamado reset de las relaciones entre Rusia y los EEUU.

No vaya a ser que se olvide, el presidente Vladimir Putin jugó un papel clave para la instalación de bases militares americanas en la región de Asia Central después del atentado del 11/09 del 2001.

Por otra parte, hasta ahora Rusia tomó una posición ambivalente en la instalación de

bases militares en Afganistán por parte de los EEUU y la OTAN. Pero todo esto le cede-rá el paso a un inmenso recelo con relación a las implicaciones de la abierta presencia militar occidental en la región.

De hecho, la pretensión de la adminis-tración Obama de que los EEUU le están haciendo un favor al pueblo afgano y a la estabilidad regional –especialmente conte-niendo la disputa territorial Indo-Pakistaní en el Kush hindú– manteniendo una pre-sencia militar de larga duración en la región, será tomada de ahora en adelante por Mos-cú con algo más que una pizca de sal. Las intenciones de mala fe de Washington a propósito de Ucrania debiesen alertar a Moscú del gran potencial que representa para la CIA el uso del suelo afgano para cambiar regímenes en Asia Central y fomen-tar desordenes en el Cáucaso del Norte.

En efecto, el reciente ataque contra los guardias fronterizos de Turkmenistán por elementos de origen no determinado pro-venientes de Afganistán es una señal de lo que se puede esperar.

Desde luego, la culpa se la echaron a los talibanes, aunque Ashgabat (capital turk-mena. NdT) se reserva su juicio sobre el incidente en el que fueron asesinados tres guardias fronterizos turkmenos.

¿Porqué atacarían los talibanes a Turkme-nistán y le crearían problemas a Ashgabat, que era la única capital de Asia Central ge-nuinamente amigable y que mantuvo bue-nas relaciones con Kabul incluso durante el gobierno Talibán a fines de los 1990? Dicho de otro modo, alguien parece estar intentando convencer a Ashgabat (cuya po-lítica exterior está centrada en el principio de “neutralidad positiva”) que Turkmenistán necesita ayuda de los EEUU y de la OTAN como proveedores de seguridad.

Por coincidencia, el incidente del 1º de mar-zo en la frontera turkmeno-afgana ocurrió en medio de informes que sostienen que el espionaje estadounidense está buscando instalaciones en Asia Central para apoyar sus operaciones de vigilancia con drones.

La sombra de Ucrania en las estepas de Asia Central

Escribe MK Bhadrakumar, Indian Punchlinehttp://blogs.rediff.com/mkbhadrakumar/2014/03/09/ukraines-shadow-on-central-asian-steppes/

Traducciòn del inglés de POLITIKA

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POLITIKAPOLITIKA 19Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

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Para estar seguros, los regímenes de Asia Central estarán mirando con mucha aten-ción los acontecimientos que tienen lugar en Ucrania. Deberían saber, a la luz de los informes de inteligencia desclasificados por Moscú, que las campanas doblan también por ellos. Sintomática de los temores laten-tes en la región es la decisión de Dushanbe (capital de Tadjikistán. NdT) de bloquear las transmisiones de Radio Liberty & Free Europe financiadas por el gobierno estadou-nidense.

Un curioso detalle de la actual ‘revolución de color’ en Ucrania es que el espionaje de los EEUU organizó a los ultra-nacionalistas como soldados de infantería para lanzar el golpe. Ocurre que los regímenes post-sovié-ticos en Asia Central, especialmente Uzbe-kistán y Kazajstán, también han estimulado –por diferentes razones– el enraizamiento de sentimientos nacionalistas en sus socie-dades y estos podrían golpearles como un boomerang si potencias extranjeras coop-tan a los ultra-nacionalistas como ocurrió en Ucrania.

Los acontecimientos en Ucrania subrayan la facilidad con la cual los resentimientos populares pueden ser explotados por poten-cias extranjeras para empujar a un cambio

de régimen. En la superficie, la región de Asia Central permanece calma pero casi to-dos los elementos que convirtieron Ucrania en un volcán listo para explotar están ahí.

Por consiguiente, el reforzamiento de la presencia militar rusa en Asia Central tiene un enorme telón de fondo.

La opinión rusa hasta ahora ha sido que, Rusia por un lado y los EEUU y la OTAN por el otro, deberían tener una congruencia de intereses para minimizar, sino eliminar, los factores de inestabilidad que afectan la seguridad y la estabilidad de Asia Central y Afganistán.

Sin embargo, mientras evoluciona la si-tuación en Ucrania, va a haber un cambio obligado de paradigma. Basta con decir que será demasiado arriesgado para el Kremlin seguir contemplando a los EEUU y la OTAN como socios benignos.

No se puede ignorar en Moscú que Zbig-niew Brzezinski, autor del famoso libro “El gran tablero de ajedrez”, está hablando abiertamente de movilizar a la OTAN, “des-plegando fuerzas en Europa Central para estar en posición de responder si estallara y se extendiese la guerra”.

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POLITIKAPOLITIKA 21Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

Cuando en una empresa comienza a manifestarse un malestar que podría inscribirse en eso que llaman clima laboral, los de arriba se inquietan. A veces, un poco. Se inquietan por el síntoma, no por el fondo del problema. To-man el síntoma por el fondo y con esa operación cortan el cordón umbilical que podría llegar hasta su propio ombligo. Así el síntoma los afecta desde afuera, desde el indicador de clima laboral que les han puesto en sus tableros de desempeño y por el cual se les mide a la hora de repartir jugosos bonos.

Entonces cuando uno solo ve una parte de la realidad –la de arriba− como si no existiera nada más allá, la creatividad empieza a aflorar pues es como si el centro del problema fuese un punto ciego, inabordable, misterioso, que trata-mos de iluminar, de despejar, por las vías más disparatadas y, de ser necesario, en nuestro afán usamos hombres, usa-mos caballos, usamos lo que se nos cruce por delante con tal de no asomarnos a la otra parte de la realidad que nos reclama a gritos, la posponemos indefinidamente gracias a la imaginación con que nos dotó el Señor.

Lo primero es contratar una empresa consultora “experta” en relaciones humanas, liderazgo y toda esa cháchara, subproducto de la psicología organizacional más utilitaria. Luego somos convocados a una reunión que dará inicio a esta intervención del clima laboral en un auditorio con todas las comodidades, donde por fin podremos conocer a nuestro “experto” consultor. Un hombre circunspecto, a quien cabe atribuir un muy buen pasar gracias a la creati-vidad de los demás y a la suya propia, se presenta breve-mente, dando por descontado que viene a ofrecernos un servicio muy serio y profesional, como si el arte de vender la pomada, pienso yo en mi cómodo asiento, fuese algo de lo más higiénico y transparente.

En seguida el experto consultor nos invita a disfrutar de un video sobre la celebérrima Copa Mundial de Regatas que, para su desconcierto, nadie conoce. Parece que el consul-tor no ha dado en el blanco con el “perfil” de su audiencia. El video nos entrega una conclusión sorprendente: el traba-jo en equipo permite obtener los logros más inesperados.

Con el correr de los días, al video de las regatas le siguen entrevistas grupales o focus group para traducir el malestar que nos aqueja, ese misterio escondido en el centro de un hoyo negro. Estas reuniones son lo contrario de una asam-blea de trabajadores; aquí está todo controlado, neutraliza-do por la planificación que montan los consultores, y sobre todo por el secretismo que impera, el que con la mejor de las intenciones nos prometen preservar; todo se socializa a nivel de pasillos, entre cuchicheos y rumores, y nada puede articularse a partir de una decisión soberana de los emplea-dos. Estamos entregados a las orejas de estos expertos.

Así y todo algunos quieren hacerse oír en los focus group y con buena fe dicen lo que piensan. Los expertos anotan; suman y suman horas de opiniones que deberán agrupar, sintetizar, relacionar, y también morigerar, censurar y des-cartar. Luego irán con un informe de clima laboral adonde quienes los han contratado: los de arriba. Reporte en mano, los cerebros de la organización se toman un tiempo antes de presentar los resultados. De estos conciliábulos sale otra reunión general, esta vez sin los expertos en clima laboral.

Es el gerente general quien se encarga de presentar los re-sultados del estudio. Pero antes de ello nos indigestan con un nuevo video motivacional, como si la única respuesta

a las demandas de los trabajadores fueran estos videítos ante los que uno, aparte de aburrirse mortalmente, no sabe muy bien qué pensar. ¿De verdad nos toman por retarda-dos mentales? ¿O pensarán que nos habremos atosigado con películas norteamericanas donde los tipos terminan gritando y alzando los puños tras estas arengas zurcidas con lugares comunes?

Cuatro serían los problemas identificados en el reporte, nos dice el gerente. Los tres primeros –a mi juicio− son irrelevantes, el cuarto es todo. Ese cuarto problema es la esencia de esta empresa y la de todas las empresas de esta naturaleza (que aquí, por precaución, debo callar). El cuar-to problema es la clave del síntoma, la arbitrariedad con que se premia y reconoce a los trabajadores, la oscuridad con que se deciden los ascensos y la carrera funcionaria en general.

Y no afirmo que el malestar sea pura sed de justicia; es eso y también, en buena medida, puro individualismo y afán por medrar, inculcados en el ADN de las nuevas generacio-nes. Y cómo no, si la misión de esta empresa (el segundo problema identificado) es una gelatina que se amolda a cualquier administración, una nada funcional al neolibera-lismo omnipotente, donde no se nos vaya a ocurrir meter un palo que tranque la rueda.

Con ese panorama, la carrera funcionaria no es otra cosa que el arte de las reverencias, las genuflexiones (por no usar términos más groseros pero bastantes más comunes e incluso más cercanos a la realidad) que eventualmente podrán encumbrarnos. Pero este arte es formalmente im-presentable, por eso el gerente general se toma la molestia de explicarnos el procedimiento regular para determinar ascensos, aumentos de sueldos y demases.

Y aunque los focus group hayan machacado sobre este cuarto problema, él nos dice que todo está muy claro y no se hará nada al respecto. Nada va a cambiar, y punto.

Como la tapa del malestar se cierra a presión, la creatividad se echa a volar para seguir interviniendo el clima laboral de la empresa. Se han detectado falencias en los liderazgos (tercer problema, creo) y aquí sí hay mucho por hacer. Entonces entran al ruedo los caballos, para mejorar los liderazgos. Si a través de la historia, medito yo, han servido para casi todo (casi tanto como los seres humanos), ¿por qué no habrán de ser útiles para mejorar los liderazgos?

Indagando por aquí y por allá logro enterarme del asunto. La empresa contratará a otros expertos consultores para mejorar la capacidad de liderazgo, ya he dicho que con caballos. No sé qué nombre ponerle a lo que escucho. ¿Te-rapia? ¿Técnica? ¿Tortura?

Un hombre –un líder− y un caballo, frente a frente. Detrás del líder un plato de comida para el caballo. ¿Pasto? ¿Alfal-fa? ¿Heno? El animal tiene hambre, pero el hombre debe impedir que el caballo meta el hocico en el plato. Con su sola postura corporal el líder, si es líder de verdad, debe impedir que el caballo se alimente.

Es un poco chocante extrapolar esta enseñanza de lideraz-go a la realidad de la empresa, pero no veo qué otro sen-tido podría tener. Un amenazante líder interpuesto entre nosotros y nuestras necesidades.

Según el horóscopo chino este sería el año del caballo. Aquí, al otro lado del mundo, también podría llegar a serlo.

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POLITIKAPOLITIKA22 Año V - Edición Digital Nº 69 (15.03.2014)

Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque (Bertolt Brecht)

Editor general: Luis Casado.Colaboradores: Pascal Quiry y Yann Le Fur (Vernimmen) - Arturo A. Muñoz - Aldo Torres Baeza Forges - Michel Santi - MK Bhadrakumar - Daniel Pizarro - Roberto Pizarro - PalomoDiseño gráfico: POLITIKATraducciones: POLITIKA

La Copia Feliz Palomo