Poemas, Español 3

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Vanidad de las riquezas Si la pálida muerte se aplacara Con que yo mis riquezas le ofreciera, Si el oro y plata para sí quisiera, Y a mí la dulce vida me dejara; ¡Con cuánto ardor entonces me afanara Por adquirir el oro, y si viniera A terminar mis días la Parca era, Cuán ufano mi vida rescatara! Pero ¡a"! no se li#ertan de su sa$a %l "om#re sa#io, el rico ni el valiente& %n todos ejercita su 'uada$a( )uien se afana en ser rico no es prudente& Si en que de#e morir nadie se en'a$a, *Para qu+ tra#ajar in tilmente- .os+ /aría 0eredia 1 cu#ano La risa de la beldad 2ella es la 3or que en las auras con #lando vaiv+n se mece; #ello el iris que aparece despu+s de la tempestad& #ella en noc"e #orrascosa, una solitaria estrella; pero más que todo es #ella la risa de la beldad ( 4espreciando los peli'ros el entusiasta 'uerrero,

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Una suerte inexorablellena de luto mi vida,y mi alma gime oprimidapor la dura adversidad;pero yo olvido estas horasde tanta amargura llenas,cuando suaviza mis penasla risa de la beldad.

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Vanidad de las riquezas

Si la plida muerte se aplacaraCon que yo mis riquezas le ofreciera,Si el oro y plata para s quisiera,Y a m la dulce vida me dejara;

Con cunto ardor entonces me afanaraPor adquirir el oro, y si vinieraA terminar mis das la Parca fiera,Cun ufano mi vida rescatara!

Pero ah! no se libertan de su saaEl hombre sabio, el rico ni el valiente:En todos ejercita su guadaa.

Quien se afana en ser rico no es prudente:Si en que debe morir nadie se engaa,Para qu trabajar intilmente?Jos Mara Heredia cubano

La risa de la beldadBella es la flor que en las aurascon blando vaivn se mece;bello el iris que aparecedespus de la tempestad:bella en noche borrascosa,una solitaria estrella;pero ms que todo es bellala risa de la beldad.

Despreciando los peligrosel entusiasta guerrero,trueca por el duro acerola dulce tranquilidad:quin su corazn enciendecuando a la lucha se lanza?Quin anima su esperanza?...La risa de la beldad.

El conquistador altivoprecedido de la guerra,cubre de sangre la tierra,de miseria y orfandad.Y quin el curso detienede su clera siniestra?Y quin desarma su diestra?La risa de la beldad.

Quin del prisionero tristeendulza el feroz tormento?por quin olvida un momentosu perdida libertad?Y quin, en fin, del poetahace resonar la lira?Quin sus acentos inspira?La risa de la beldad.

Una suerte inexorablellena de luto mi vida,y mi alma gime oprimidapor la dura adversidad;pero yo olvido estas horasde tanta amargura llenas,cuando suaviza mis penasla risa de la beldad.Fernando Caldern mexicano

La gota de hiel

Jehovah! Jehovah, tu clera me agobia!Por qu la copa del martirio llenas?Cansado est mi corazn de penas.Basta, basta, Seor.Hierve incendiada por el sol de Cuba Mi sangre toda y de cansancio expiro,Busco la noche, y en el lecho aspiroFuego devorador.

A, la fatiga me adormece en vano!Hondo sopor de mi alma se apoderay sintanse a mi pobre cabecerala miseria, el dolor!Roncos gemidos que mi pecho lanzaTristes heraldos son de mis pesares,Ay a mi mente descienden a millaresFantasmas de terror.

Es terrible tu clera, terribleJehovah, suspende tu venganza fieraO dame fuerzas, oh Seor, siquieraPara tanto sufrir.Incierta vaga mi extraviada mente,Busco y no encuentro la perdida ruta, Slo descubro tenebrosa grutaDonde acaba el vivir.

Yo s, Seor que existes, que eres justo,Que est a tu vista el libro del destino,Y que vigilas el triunfal caminoDel hombre pecador.Era tu voz la que en el mar tronabaAl ocultarse el sol en occidente,Cuando una ola rodaba tristementeCon extrao fragor.

Era tu voz y la escuch temblando.Clavse un tanto mi tenaz dolenciaYo ador tu divina omnipotenciaComo cristiano fiel.Ay, t me ves Seor! Mi triste pechocual moribunda lmpara vacila,y en l la suerte sin cesar destila una gota de hiel.Ignacio Rodrguez Galvn mexicano

A rosarioEsta hoja arrebatada a una coronaque la fortuna coloc en mi frenteentre el aplauso fcil e indulgentecon que el primer ensayo se perdona. Esta hoja de un laurel que an me emocionacomo en aquella noche, dulcemente,por ms que mi razn comprende y sienteque es un laurel que el mrito no abona. T la viste nacer, y dulce y buenate estremeciste como yo al encantoque produjo al rodar sobre la escena; Gurdala y de la ausencia en el quebranto,que te recuerde de mis besos, llena,al buen amigo que te quiere tanto.Manuel Acua mexicano

AdisAdis para siempre, mitad de mi vida,una alma tan slo tenamos los dos;mas hoy es preciso que esta alma dividala amarga palabra del ltimo adis. Por qu nos separan? No saben acasoque pasa la vida cual pasa la flor?Cruzamos el mundo como aves de paso...Maana, la tumba; por qu hoy, el dolor...? La dicha secreta de dos que se adoranenoja a los cielos, y es fuerza sufrir?Tan slo son gratas las almas que lloranal torvo destino...? La ley es morir...? Quin es el destino...? Te arroja a mis brazos,en mi alma te imprime, te infunde en mi ser,y brbaro luego me arranca a pedazosel alma y la vida contigo... por qu? Adis... es preciso. No llores... y parte.La dicha de vernos nos quitan no ms;pero un solo instante dejar de adorarte,hacer que te olvide, lo, pueden...? Jams! Con lazos eternos nos hemos unido;en vano el destino nos hiere a los dos...Las almas que se aman no tienen olvido,no tienen ausencia, no tienen adis!Manuel Mara Flores Mexicano

Dcimas Glosadas

Pajarito corpulento,Prstame tu medecinaPara curarme una espinaQue tengo en el pensamiento,Que es traidora y me lastima.

Es de muerte la aparenciaAl dicir del hado esquivo;Pero est enterrado vivoQuien sufre males de ausencia.cmo hacerle resistenciaa la juerza del tormento?Voy a remontarme al vientoPara que t con decoroDigas a mi bien que lloro,Pajarito corpulento.

Dile que voy tentalenandoEn lo oscuro de mi vida,Porque es como luz perdida El bien por que estoy penando.Di que me estoy redibandoPor su hermosura devina, Y, si la mirares fina,Pon mi ruego de por medio, Y d: "T eres su remedio;Prstame tu medecina."

El presil tiene sus floresY el manantial sus frescuras,Y yo todas mis venturas y sus alegres amoresHoy me punzan los doloresCon terqued tan indiana,Que no puedo estar ansina.Aigre, tierra, mar y cielo,quin quire darme un consuelopara curarme una espina?

Es la deidad que yo adoro,Es mi calandria amorosa,Mi lluvia de hojas de rosaY mi campanita de oro.Hoy su perdido tesoroMe tiene como en el viento,Sin abrigo, sin asiento:Su recuerdo de ternuraEs como una sepulturaQue tengo en el pensamiento.

Es mirar la que era fuenteHoyo espantable y vaco;Es ver cmo mat el froLa mata airosa y potente;Es un sentir redepenteA la muerte que se arrima,Es que tiene mi alma encimaUna fantasma hechiceraQue me sigue adonde quiera,Que es traidora y me lastima.Guillermo Prieto mexicano

Al amor

Por qu, Amor, cuando expiro desarmado,de m te burlas? Llvate esa hermosadoncella tan ardiente y tan graciosaque por mi oscuro asilo has asomado.

En tiempo ms feliz, yo supe osadoextender mi palabra artificiosacomo una red, y en ella, temblorosa,ms de una de tus aves he cazado.

Hoy de m mis rivales hacen juego,cobardes atacndome en gavilla,y libre yo mi presa al aire entrego;

al inerme len el asno humilla...Vulveme, Amor, mi juventud, y luegot mismo a mis rivales acaudilla.Ignacio Ramrez mexicano

Fin de Un Amor

No s si es que cumpli ya su destino,si alcanz perfeccin o si acabadoeste amor a su lmite ha llegadosin dar un paso ms en su camino.

An le miro subir, de donde vino,a la alta cumbre donde ha terminadosu penosa ascensin. Tal ha quedadoesttico un amor tan peregrino.

No me resigno a dar la despedidaa tal altivo y firme sentimientoque tanto impulso y luz diera a mi vida.

No es su culminacin lo que lamento,su culminar no causa la partida,la causar, tal vez, su acabamiento.Ignacio Manuel Altamirano mexicano

La encuhetada

Hoy har una trasnochadaapretando el imprentero,y all al rayar el luceropiensa acabar mi versada.

Siendo ans, a la madrugadale echar en la poblacin;pero antes hago intencin(se lo alvierto por si acaso)de ir a pegarle un albazollevndosela, patrn.

Por ahora voy a largarsolamente el primer trozo,y hay otro ms cosquilloso,que despus le he de atracarhasta hacerlo corcoviara ese conde Palmetn;y le asiguro, patrn,que no desprecio a otro ingls,ms que a ese maula, y despusa otro de un zano rabn.

Conque, va sabe, temprano,maana al venir el da,me cuelo en la imprenterade Hernndez el Valenciano,y me agarro mano a manoa cimarroniar con l:y en cuanto acabe el papeldndomelo, de ahi mesmito,me guasquiar, patroncito,a su casa de tropel.

Ver, seor, con qu esmeroha pintao la estampera,que le ha hecho a mi verseraMusi Lebas, el santero.

Ah, francs, lindo!, ans quieropagarle muy rigular;y ans tienen que alumbrarlos que pretiendan libritos,con diez y ocho vintencitosal tiro y sin culanchear.

HILARIO ASCASUBI mexicano

Mi dolor

Aqu todo contrastacon mi pesar sombro:en esta soledad solemne y vastano hallo un dolor que corresponda al mo

Jos Antonio Maitn

TabarLevantar la losa de una tumba;E internndome en ella,Encender en el fondo el pensamientoQue alumbrar la soledad inmensa.Dadme la lira, y vamos: la de hierro,La ms pesada y negra;Esa, la de apoyarse en las rodillas,Y sostenerse con la mano trmula,Mientras azota el viento temerosoQue silba en las tormentas,Y, al golpe del granizo restallando,Sus acordes difunde en las tinieblas;La de cantar sentado entre las ruinasComo el ave agorera;La que arrojada al fondo del abismo,Del fondo del abismo nos contesta.Al desgranarse las potentes notasDe sus heridas cuerdas,Despertarn los ecos que han dormidoSueo de siglos en la oscura huesa;Y formarn la estrofa que reveleLo que la muerte piensa;Resurreccin de voces extinguidas,Extrao acorde que en mi mente suena.Juan Zorrilla de San Martn UruguayoTen piedad de mi

Seor! si en sus miradas encendisteese fuego inmortal que se devora,y en su boca fragante y seductorasonrisa de tus ngeles pusiste;

si de tez de azucena la vestistey de negros bucles; si su voz canora,de los sueos de mi alma arrulladora,ni a las palomas de sus selvas diste;

perdona el gran dolor de mi agonay djame buscar tambin olvidoen las tinieblas de la tumba fra.

Olvidarla en la tierra no he podido,cmo esperar podr, si ya no es ma?cmo vivir, Seor, si la he perdido?Jorge Isaacs- colombiano

El nio de CarrascalRecin naca la Patria y Carrascal floreca. Cantos de aves poblaban en Carrascal las casitas. Saludaban con sus cantos a un niito que naca! Fue creciendo con la Patria el nio de Carrascal y siendo nio soaba con aprender y ensear. Fue creciendo con la Patria y en el suelo de san Juan todos nombraban el nombre del nio de Carrascal. Cuando nio se hizo hombre, fue maestro, y San Juan inmortaliz los nombres de Sarmiento y Carrascal.Domingo Faustino sarmiento argentinoHay algo en ti...

Hay algo en ti del serafn que moraen la mansin eterna y esplendente;en tu serena faz, nia inocente,y en el azul que tu mirar colora.

Fresco botn que al despertar la Auroray al casto beso del fugaz ambiente,alza su pura y delicada frente,tal eres t, Matilde encantadora.

De aquesta vida en el camino estrechose abra a tu paso florecida senday paz respire y bienestar tu pecho.

Un alma halles que te ame y te comprenda;y grato abrigo del paterno techos de feliz unin, hermosa prenda.Eusebio Lillo chilenoAmiraConocis a la rubia y tierna Amira?Qu belleza, qu flor, qu luz, qu fuego!Su andar se ajusta al ritmo de la lira,Hay en su voz la suavidad de un ruego.

El flamenco nadando en la lagunaEntre el verde juncal, no es ms gallardo:Espira un vago resplandor de luna,Tiene la fresca palidez del nardo.

Hace soar; la mente se coloraDe su candor al virginal destello;Se suea con las rosas, con la aurora,Con las hebras de luz de su cabello.

Parece que un espritu celesteSiguindola invisible la perfuma,Y que su blanca y ondulante vestePor el aire agitada hiciese espuma.

Ayer la vi pasar en lontananza,E imagin mi alma entristecida,Era el ngel de la ltima esperanzaQue buscaba, el sepulcro de mi vida.

Carlos Guido y Spano Paraguayo

En Boca Del ltimo IncaYa de los blancos el can huyendo,hoy a la falda del Pichincha vine,como el sol vago, como el sol ardiente.como el sol libre.Padre sol, oye!, por el polvo yacede Manco el trono; profanadas gimentus santas aras: yo te ensalzo solo,solo, mas libre.Padre sol, oye!, sobre m la marcade los esclavos sealar no quisea las naciones; a matarme vengo,a morir libre.Hoy podrs verme desde el mar lejano,cuando comiences en ocaso a hundirtesobre la cima del volcn tus himnoscantando libre.Maana solo, cuando ya de nuevopor el oriente tu corona brille,tu primer rayo dorar mi tumba,mi tumba libre.Sobre ella el cndor bajar del cielo.Sobre ella el cndor que en las cumbres vivepondr sus huevos y armar su nido,ignoto y libre. Jos Eusebio Caro colombianoElla Se amaban con amor profundo y tierno; eran ambos ladrones, gente limpia; l forjaba ganzas, y ella, en tanto, tendida sobre el lecho, se rea. Pasaba el da alegre y por las noches en sus brazos gozaba. Mas un da se lo llevaron preso, y ella, ella, asomada al postigo, se rea. Oh, ven conmigo, ven , no me abandones! l en su desventura le deca: vivir sin ti no puedo; mas la ingrata meneaba la cabeza y se rea. A las ocho lo ahorcaron; a los nueve bajaba al fondo de la tumba fra; a las diez ..., a las diez su idolatrada apuraba champaa y se rea.Enrique Heine - alemn

Camina BellaCamina bella, como la nocheDe climas despejados y de cielos estrellados,Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luzResplandece en su aspecto y en sus ojos,Enriquecida as por esa tierna luzQue el cielo niega al vulgar da.Una sombra de ms, un rayo de menos,Hubieran mermado la gracia inefableQue se agita en cada trenza suya de negro brillo,O ilumina suavemente su rostro,Donde dulces pensamientos expresanCun pura, cun adorable es su morada.Y en esa mejilla, y sobre esa frente,Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,Las sonrisas que vencen, los matices que iluminanY hablan de das vividos con felicidad.Una mente en paz con todo,Un corazn con inocente amor!Lord Byron ingles

Madre Mia

Madre ma, aun extrao,tu ternura y bondad,tu belleza y tu verdad,y el sacrificio que has dado.

Tu paciencia y el amora tus hijos y a la vida,sin que te vieras vencidade tristeza o de dolor.

Madre ma llena de vida,as te recordare,y siempre te mantendrabierto mi corazn.Alfonso de Lamartine francsSer para t El farol que alumbre tus senderos,la estrella que ilumine tu andar,la paz, la felicidad y el amor, sin peros.

Ser para t, cielo difano,la tierra firme que te sostiene,dar relieve a tus formas,sers la razn que en vida, me mantiene.

Dar nuevo sentido a tu alma,har de tu vida una delicia,echar un manto de amor infinito,para cubrirte de besos y caricias.Vctor Hugo Barreneche francsLa tumba de Charles Baudelaire

El templo sepultado divulga por la bocaSepulcral de cloaca babeando barro y rubAbominablemente algn dolo Anubiscon el hocico quemado como ladrido salvaje

Donde el gas reciente tuerce la mecha turbiaQue enjuga ya se sabe los oprobios sufridosY alumbra hurao un inmortal pubisCuyo vuelo segn el reverbero se alza

Cual follaje seco en las ciudades sin nocheVotivo podr bendecir como ella volver a sentarsecontra el mrmol vanamente de Baudelaire

Al velo que cie ausente con tembloresEsta su Sombra como un veneno tutelarSiempre respiraremos an si nos hace perecer.Alfredo de Museet francs

PentecostsOh madre de los Santos! Conservadora eterna De sangre incorruptible! Ciudad que Dios gobierna De la celeste al par! T que hace tantos siglos sufres, combates y oras,Y sin cesar despliegas tus tiendas vencedoras Del uno al otro mar!Hueste de los que esperan! Iglesia de Dios vivo! D estabas? Qu secreto rincn, de luz esquivo, Tu cuna protegi. Cuando por los aleves al Glgota arrastrado. Desde su altar sublime tu rey crucificado La tierra enrojeci?Y cuando del sepulcro su Humanidad salida, El vigoroso aliento de la segunda vida Por siempre recobr;Y cuando con el precio del rescate en su mano, Del polvo vil al trono del Padre soberano Triunfante se elev;D estabas, compartiendo sus penas y quebrantos, Intima confidente de sus misterios santos, Hija suya inmortal? Velando con zozobra, y slo en el olvido Creyndote segura, temblabas en tu nido, Hasta el da vital,En que sobre ti vino glorioso el Paracleto, E inextinguible antorcha con su hlito perfeto En tu diestra encendi;En que sobre la cima, por faro de las gentes Te puso, y en tus labios las pernales fuentes De la doctrina abri.Cual de uno en otro objeto la lumbre se desliza,Y siendo una, a todos con variedad matiza De tintas mil y mil; Tal mltiple resuena el inspirado idioma,Y a un tiempo lo comprenden el griego y el de Roma, El judo, el gentil.T que dolos adoras, doquier su templo exista. Atiende al grito santo, y la ofuscada vista Vuelve a Jerusaln: Del degradante culto la tierra avergonzada. Vuelva a su Dios, y abierta a era mejor la entrada. Renazca para el bien.Alejandro Manzoni italianoA un risueorCanta en la noche, canta en la maana,ruiseor, en el bosque tus amores;canta, que llorar cuando t lloresel alba perlas en la flor temprana.

Teido el cielo de amaranta y grana,la brisa de la tarde entre las floressuspirar tambin a los rigoresde tu amor triste y tu esperanza vana.

Y en la noche serena, al puro rayode la callada luna, tus cantareslos ecos sonarn del bosque umbro.

Y vertiendo dulcsimo desmayo,cual blsamo save en mis pesares,endulzar tu acento el labio mo.Jos de Espronceda - espaolAmor eternoPodr nublarse el sol eternamente; Podr secarse en un instante el mar; Podr romperse el eje de la tierra Como un dbil cristal. todo suceder! Podr la muerte Cubrirme con su fnebre crespn; Pero jams en m podr apagarse La llama de tu amor.Gustavo Adolfo Bcquer espaolEl cantorEchasteis la voz nocturna junto al sotodel cantor del amor, del cantor de su pena?en la hora matutina, cuando callan los camposy el son triste y sencillo de la zampoa suena, no la habis escuchado?

Hallasteis en la yerma oscuridad boscosaal cantor del amor, al cantor de su pena?Notasteis su sonrisa, la huella de su llanto,su apacible mirada, de melancola llena? No lo habis encontrado?

Suspirasteis atentos a la voz apacibledel cantor del amor, del cantor de su pena?Cuando visteis al joven en medio de los bosques,al cruzar su mirada sin brillo con la vuestra, no habis suspirado? Alejandro Pushkin - ruso