poemas del alma

Viviana Hunter

A todos los que de una u otra manera me han inspirado. Amores, desamores, mis hijos Alexis y Laura que están presentesy por supuesto a todos aquellos que me han insistido para que haga de un montón de papeles y sentimientos desperdigados en los cajones este poemario

A todos ellos gracias

Viviana Hunter

¿Cómo puede el corazón no quebrarse? Si tu ausencia llena cada rincón de su horizonte, buscando la luz, arremete el nuevo día, lo encontró la mañana esperando si esperanza, la mirada vacía, fija clavada en tu recuerdo, en un futuro que no alcanza a desvelar soportando un pasado de intentos fatuos de intercambios pasajeros de cariño. ¿Cómo puede el hombre no caer? Si hasta el Dios es sensible a la ignorancia. Buscando en tus ojos un brillo cálido donde reposar el frío que cala sus huesos, en tus manos el calor que sea su abrigo de su alma ¿Cómo no amanecer cada mañana desvelado, sin calor, sin sensación que compartir, sin vida? Deja que la luz dañe sus pupilas dilatadas, secas sin lágrimas con que llorar tu ausencia. ¿Cómo pretendes que no espere? Si eres lo único por lo que vale la pena luchar.

Desgarrando velos el alba arremete la oscuridad, que silenciosa retrocede ante la luz que nace llenando vacíos, completando imágenes. Las sombras hacen del volumen su expresión jugueteando en las paredes blancas, adquiriendo incluso relieve ante los ojos. Amanece el día anaranjado, la mirada, cansada de noche, recobra vida, dimensiones y colores. El espacio recupera realidad obligando a la vida a permanecer.

Detrás de los cristales manchados de recuerdos, entre las sombras que pueblan los sueños, debajo de aquel montón de despedidas... Tan lejano.....Tan atrás está tu nombre. Quizás el ulular de las hojas de este otoño eterno lo trajo a mis oídos como un canto funesto. Y se embraveció el mar en mis playas, y como tormenta aciaga se estrellaron mis sentimientos contra la escollera de mi alma endurecida. No hay mañana sin ayer, y no hay ayer sin ti hoy. No hay más que medusas en este mar de sentimientos. Tormenta en este cielo sin estrellas desde tu adiós. No hay nada más allá de este recuerdo cada vez más difuminado.

Ayer escuchaba el suave sonido de tu respiración, y se hacían cómplices las manos en la noche. Hace un segundo tu piel me daba vida y se hacía agua. No hace más que unos momentos me reflejaba en tus ojos y tenía vida. No hay instante en el que no recuerde tu sonrisa. Hoy me he levantado y ya no estabas. Ahora mismo he alargado la mano y ya no hay piel en este momento busco el gorjeo de tus palabras y no escucho. Te has ido, como se van los sueños... Despacio robándole silencios a la noche, dejando mil palabras sin decir... Te busco en los rincones y no hay más que sombras. No queda nada del ayer, de hace un momento, del segundo anterior a

tu partida, ¿Tu partida? ¿O fui yo quien partió? La verdad es que es absurdo buscar razones al adiós.

Anoche soñé, te trajo el sueño a mis brazos, frío, con ese rictus clavado en tus facciones y los ojos abiertos y sin vida. Anoche entraste en mi cama dejando un rastro gélido. No hay mañana desde que te has ido, y no hay noches en las que no

estés no hay luna sin ti, ni estrellas en las que buscar tus ojos. Me trae el silencio certezas de tu falta, de tu unidad con el universo. Viviré como viuda eterna dejando tras de mí el sufrimiento.

¿Qué se hizo de la primavera? de las gotas de rocío en las hojas de los árboles, del verde césped donde paseaba mis pies descalzos. ¿Qué fue de los amaneceres anaranjados que se colaban por mi venta? De todos aquellos momento que sonreían desde su primigenia

banalidad, momentos que por su más absoluta candidez eran relevantes. Se cayeron detrás de la tormenta, detrás del adiós y de la espera Se fueron detrás de tus ojos color verde profundo. Adiós.

El alma del poeta, se supone frágil y sensible de rosas y mariposas de colores de amores no correspondidos, de luces al amanecer, y te quieros hasta la muerte. siempre cambiante, voluble, El alma del poeta...se supone cristalina sensible y cálida... Me pregunto... ¿acaso hay diferencia entre el poeta y el loco? el que habla de sombras que acechan en la noche ese alma que habla de ojos que no ven, de distanciamiento de lo humano, de disgregación de la personalidad... ¿acaso hay diferencia...? quien es menos poeta...El loco de las sombras o el infeliz de las mariposas de colores ? Decidme ¿quién es el que juzga la poesía? ¿Quién se atreve a definir loco o poeta? ¿No será acaso el loco el de las mariposas, y el poeta aquel que ve sombras y soledad? ¿quién pone el límite entre lo real y lo entre locura y cordura, poesía y elucubración? Decidme.... Contestadme... porque desde mi inhumanidad también dudo, y siento, tiemblo y lloro, pero mis lágrimas son de metal, mi piel de acero, tengo alas, y nada me ata al mundo... pero dudo, siento, tiemblo y lloro. Por favor...Decidme si acaso por perder la humanidad por dejar el mundo, ¿Soy loco o poeta? imaginario.

Está más allí, más allá del olvido, entre el ángel caído y el rumor del destino. Casi impalpable, imperceptible por mis ojos. Está más allí, más allá del lamento de las voces lastimeras que se desgarran en las sombras, entre altos muros de desasosiego y odio. En el fango lodoso y maloliente de mi espíritu. Está más allí, más allá de las esperanza, de cualquier propósito de enmienda, del fracaso. Más allá del ayer y del mañana. En algún lugar entre el hoy y lo que nunca ha sucedido. Está más allí, más allá del ocaso diario del amanecer que nunca llega hasta mis ojos. Más allá del calor que no toca mi piel. Está más allá de todo y de lo que nunca fue.

Esto no es una canción desesperada

Ya no quedan palabras.... que dibujar en versos se agotó el sentimiento se murieron los besos no hay manos que acaricien, ni miradas de cielo solo un foso profundo separa nuestros cuerpo Una pena te amarra a sostener mi mano temiendo que me caiga si alejas tus cuidados profundizando el foso mojando las miradas dejando que sea solo el ser que tu resguardas.

Excusas

Si es culpa de mi alma esta tortura, de una soledad mal concebida,

si andar entre la niebla y la amargura es parte de la historia

incomprendida,

que juzguen los que conocen el alma, los que siempre atosigan a

respuestas,

los que siempre traspasan con palabras, los límites del alma que protesta.

No es de mis desvelos la pregunta, no es parte de una euforia

desmedida,

del oscuro rincón de mi memoria que asoma a una ventana compartida.

Por qué debo llorar tu no presencia, si estás tafileteado a mis entrañas.

¡No preciso recuerdos consumados!, ya que tu alma a mi no me es

extraña.

Si sabes de palabras encontradas, de vientos que te traen a mi tiempo,

del tímido placer de la añoranza, que flota sin llegar a ser lamento.

Entonces, no me creo que has llorado, que has estado buscando en las

esquinas

que aparecieran almas y recuerdos, en cada plaza y cada marquesina.

Las calles que una vez andamos juntos, no guardan en sus ecos nuestros

pasos,

ni recovecos llenos de memoria, no hay recuerdos de aquel amor fracaso.

Quizás es porque nunca te he amado, tal vez porque tampoco me has

amado,

quizás todo no sean más que excusas que dejan al presente en el pasado.

Fantasma Ayer abandonaste tu mi mundo, te desligaste de mi piel en un susurro, se desgajaron los momentos más profundos, y marchó tras tu recuerdo el deseo oculto. Hoy yo ya se que no existen madrugadas, que no es tu aroma el que se mezcla con mi almohada, es otro cuerpo el que se asoma a mirada y que moja mis sentidos siendo amada. Hoy descubrí que no eres tu el universo que mi deseo ya no vive en ti inmerso que tu cuerpo no es mi abrazo perfecto que mi ser para nosotros no está abierto. ¡Vete ya! que haces lenta la partida, que retrasas con tu voz el nuevo día, no te aferres a una historia ya olvidada tu y yo es una imagen ya pasada.

Se arrastra el dolor entre los desechos que dejó la tormenta, y fría el alma se esconde para lamer solas sus heridas, limpia la piel desollada las lágrimas salobres que resbalan, por un cuerpo que tirita solo, encogido en su rincón de temores. Se abren los caminos, no en dos ni tres, miles de senderos se dibujan delante de la mirada confusa, y el ser agotado no alcanza da discernir el suyo, se queda quieto, mudo e insensible.... Esperando que regrese el calor, y una esperanza, que cada vez se encuentra más distante.

Hoy te he vuelto a soñar y se han empañado los cristales,

las manos se hacen agua buscando tu presencia,

la piel se vuelve un manto cálido y sediento imaginando tu roce,

la voz se me hace añicos por gritar tu ausente nombre.

No estás, no estarás, sólo eres fantasía,

una mirada ausente sustentada por un sueño,

una voz envolvente sostenida por una quimera.

Hoy te he vuelto a sentir y se ha acristalado mi piel

con la fría conciencia de la realidad, porque no eres,

sólo estás en mis anhelos, no me sueñas.

Hoy me he despertado sin ti como cada mañana

y he sido presa de la realidad, solo eres mi sueño.

Intentos vanos de transmitir con palabras la sensación de tu presencia, el calor que me invade con el roce de tu mano, la sutil plenitud que se arropa bajo tu mirada llena de reflejos de sentimientos que aunque no lo percibas ahogan la soledad de mis ausencias. No pueden las palabras transcribir la necesidad de alejar tus miedos en fatuo intento de que el mundo no perturbe tu alma, que la oscuridad no se haga dueña de tu mirar cansino. De alejar fantasmas, trayendo luz a tus amaneceres.

Juegan las palabras, en los dedos se mezclan, a los oídos enrevesadas llegan... Juegan con tu pelo las imágenes, como caricias flotan letras en el aire, a veces espesas, otrora leves parpadeos. Estiras los dedos para jugar con ellas, pompas de jabón que estallan al rozarlas. ¡Juega niña! Juega... Que llega el silencio. Juega niña... Que se mezclen las palabras con tu pelo, que invada tu cuerpo la poesía. Juega niña... Que yo te sueño.

Me duelen las palabras que dibujan desprecio sembrando el falso amor en la esperanza... Quieto..... Como sombra acechante esperas, que claudique dichosa, enamorada. Se clava como daga tu argumento de males y de horrores encumbrados, como si fuera mío tu tormento, y fuera mi cariño que te mata. Me invades de tristeza enajenada, sigues clavando puñales en la herida, alimentas voraz a la esperanza... Luego dichoso quitas lo que dabas, queda mi cuerpo mudo, tiritando, lleno el vacío, muertas ya las palabras. Solo queda dolor y desencanto.

Me escapo, entre miradas y silencios. Dejo el cuerpo envuelto en mi ausencia vuelo, desgarro la carne, salgo a buscar nada... solo vacío y presencias - ausencias, dejo el cuerpo envuelto en desgarrados tules no vuelvo. Cada noche escapo de mí... y jamás vuelvo, solo dejo trocitos de algo de lo que fui, soy o seré.

Está la espera sentada, sentada espera que dejes de esperar, de esperar sentada. Está la luna tiñendo espejos, sin mirar que los reflejos, se tiñen de luz de luna. Un alma descabezada, busca en sí misma cabeza, y no encuentra ni su alma. La vida se desespera, mientras espera sentada, tintes de luces de luna y almas descabezadas. ¿Dónde quedó la cordura? ¿Dónde los versos de luna? Donde se perdió la cruda, la realidad donde existo. En un espejo de luna, en un alma sin cabeza, en una espera que espera.

No se hablar si no es con la palabra escrita, no soy más que mis versos deslizados en lágrimas y letras mal escritas. No hay más que mis musas y mis hados. No tengo dolores para el cruento verso ni llagas que me quemen las heridas aún no he salido al universo ni he dejado de perder esta partida. ¿Qué queda cuando no te quedan ganas? No son más que palabras que desgranas para no asumir las realidades Siempre duelen y tocan las verdades. Solo uno puede elegir ese camino que le lleve a buen o a mal destino.

No se usted compañero, no se usted,

yo al ver las banderas levantadas lo siento,

que es usted quien cabalga en todos estos vientos,

en el cálido aliento de la gente en las calles,

en los rincones fríos del pobre que no pace.

No se usted compañero, no se usted,

si ve mi rostro en todas las mujeres en lucha

como yo veo el suyo en cada compañero,

en cada causa abierta y en heridas del tiempo.

No se usted compañero, no se usted,

si sabe que soy firme como la roca augusta,

que soy fiel en la vida, en el tiempo y la lucha

que por nuestras banderas dejo atrás mil disputas.

No se usted compañero, no se usted,

si sabe que me tiene en el largo camino,

que no es fácil la lucha sin un claro destino,

que las palabras hieren, que los resabios matan

son como puñaladas en el alma cansada.

No se usted compañero, no se usted,

si tiene claro el tiempo, y la constancia pura

si le duele en su piel la fatal amargura

del hambre de los pobres, de la hiel de la vida

y la eterna disputa del que no se resigna.

No se usted compañero, no se usted.

Yo sí que tengo claro cuál es mi compromiso

Con la gesta, el tiempo y con los sacrificios.

No se usted compañero, no se usted.

Olvidarás

Amanecerá tu piel con el olvido, y renacerán las lágrimas que han dejado de fluir por el cansancio, no volverá el deseo a recordar la piel que calienta tus sueños. Quizás anaranjado amanezca el nuevo día en otros ojos, sin el verdor de aquellos... Morirá el recuerdo en la distancia que hace hueco el corazón, y dejarán las manos de arañar el vacío. Te arrullará nueva mirada y nueva piel sedosa en tus si el susurro leve de aquella voz que en tu inconciencia murmuraba el ensalmo de su amor, y esa imagen robada en tu descanso por la mirada acuosa y suplicante. Olvidarás.... Y aquel tacto que reclamas será imperceptible en tus recuerdos.

No soy nada si no a través de los ojos de otro, no soy nadie si no es por la piel que me roza, nada sale de mi porque nada soy, solo un vacío que se llena de forma circunstancial bajo una mirada. No hay promesas que mi corazón pueda cumplir, los muertos no prometen... Y si en algún momento se detecta vida en mis ojos sólo es el reflejo de los ojos que miran y proyectan vida. Nada doy por que nada soy, nada recibo porque no soy cuenco abierto. Vaya ironía un cuenco vacío y cerrado. Sería de justicia que se rompiera en cualquier esquina, sólo cabe la espera del fin lógico de la vasija.

Se trasluce detrás del polvo del olvido, como haz cegador de luz, relámpago de conciencia, como rayo divino golpea la inconciencia. No estás, ya no hay nada al otro lado, no hay nadie que refute mis palabras, nadie que acaricie mis olvidos. No hay más en mí que en un cuenco vacío ajado y resquebrajado por el tiempo. No tengo alma, es solo un espejismo creado por los dioses para

enojarme para hacerme creer que aún pertenezco al mundo.

Puntos Puntos suspensivos..... Punto y coma; ¿Punto y aparte?. Puntos sobre las íes. Puntos, un punto. Se deforman los pensamientos en imágenes sintácticas. Sin táctica se revuelve la conciencia, imagina la inconsciencia revuelta, la revuelta en tu cama, la cama revuelta, de vuelta. Devuelta la cama, el punto. ¿Punto y aparte?. ¿Puntos… suspensivos? ¿Punto y coma?; Comen las imágenes el sentimiento que imaginario se come la razón. Y razonando llega al mismo punto. Punto y coma; Punto y aparte. Puntos suspensivos... Punto final.

Se cae el silencio de las copas de los árboles, Mientras todo a su curso cesa, No hay ayer ni hoy, no hay mañana Y en la esquina juegan niños sin futuro. ¿Dónde está la vida? ¿Acaso escondida en algún punto sin retorno? No dejo de pensar en ayer, en tus manos detrás de mi espalda, en los amaneceres en blanco después de una larga noche. No dejo de pensar en mañana sin nada sin una gota de rocío en los atardeceres grises. Se quedó el mar en tus ojos, y la arena en tus manos. Se rompió en la despedida el corazón. Ya no queda esperanza ni adiós....

Se estira, se expande se potencia

como el deseo prohibido y oculto,

como el sabor del fruto del pecado,

como la certeza del fracaso.

Se arraiga, se cuela, se pega.

como el dolor de lo perdido,

el anhelo de lo nunca hallado,

como la sabiduría de lo oculto.

Se hace agua, fuego, viento,

como las noches húmedas

en sábanas frías de camas vacías.

Como la necesidad creciente de ti.

Transcurrido el tiempo, agotada la espera se desgrana el alma en sollozos ahogados, se apagan los latidos, lentamente se agotan dejando los sentidos como un páramo. Desguarnecida el alma, nido de ausencias, la vida espera sentada en una silla y mira el inhóspito desierto en que está inmersa, la vida espera..... Fuma mientras aguarda el billete de ida (sin retorno). Carente de ilusiones, sin anhelos. Fuma y aguarda... Sentada en una silla, que al fin compre el billete, envuelto en blanco papel, reflejando en blanco polvo luminoso el destino que acecha en los cristales que llaman al olvido... Nada espera, solo fuma y confía. Tal vez mañana ya no espere.

Se enfrentan la razón y el corazón, dividen al ser que se quiebra, se parte, se rompe como copa de cristal. Rompe el llanto que ahoga las palabras, ya no hay razón ni sentido. Los trozos desperdigados al azar son sólo sentimientos, que separados son mar profundo y tempestuoso. Intenta el ser pegar los trozos de su esencia más sin orden, como rompecabezas mezclado, los sentidos se deforman... El pensamiento deja de ser línea, a salto de caballo no se encuentran caminos. Como muñeco roto queda el ser, sin dueño ni destino, sin razón queda en ese rincón de olvido. Intentando recomponer el puzle.

Eres sombra en la noche, silencios que pueblan mis sueños, imperceptible presencia... asientas tu soledad en mi alma, que acoge tus miradas ausentes, llenas de fantasmas del pasado. Recojo los trozos desperdigados de tu ser como fragmentos de un cristal roto, esparcidos por la alfombra del salón. Me siento en la oscuridad de la espera intentando recomponer el cristal que rompió el pasado.

Tiempo A mi diestra el silencio toma asiento, franquea la soledad el otro lado, mirada ausente, labios desgastados, se esconde del vacío en su tormento. El cuerpo se tornó un objeto hueco, piel sin tacto, mirada que es reflejo de imágenes de muerte en el espejo que esconde en sí un páramo reseco. Se dibuja la sombra de sarcasmo en estancias que guardan tu recuerdo que ahogan sentidos, desgastan lamentos. Arrastra el alma el cuerpo a su marasmo, letanía de ideas en las que pierdo. Siempre mudos razón y pensamiento.

Te escapas de mi como un suspiro, como el aire cálido que ya no toca mi piel, cual ave de paso dejas estelas detrás de ti.... Ya no hay nada en mí, se fue en esa última mirada. No queda detrás mío ningún recuerdo, ni tan siquiera una huella, se borró el paso del tiempo en tu mirada ajena, en aquel instante aciago en el que tu piel no tocó la mía.

Tiembla el silencio con el eco distante un parir al mundo un pensamiento prematuro sin formar aún los cristales de la idea primigenia ¿Qué hay de real en la verdad? ¿ No será acaso un intento vano, un devaneo constante de ocultar realidades? Me siento debajo del arco de la puerta para acechar las sombras que dibuja el paso del tiempo en la pared descascarada, tiendo mi brazo como un puente entre la realidad externa y esta irrealidad que me vicia por dentro. Debajo de la ventana brotan sombras y se entrelazan con los dibujos de la pared cual enredadera oscura y asfixiante. Inmóvil en el quicio de la puerta observo la transmutación del tiempo. Hoy no tiene final.

Trozos de mí desperdigados por la alfombra diminutos y opacos a merced de las pisadas, imperceptibles cristales de forma irreal que una vez formaron parte de un todo. Caminas por la habitación sin percatarte que en tus zapatos quedan mis pedazos, inertes, invisibles, aún míos. ¿ O no?. Realmente tuyos. Miras y no me ves, no bajas la miradas, y yo, desperdigada por el suelo muda e inerte, me pego a tus zapatos. Tal vez ahí me sientas.

Arrebata el sueño..... sustrae las esperanzas, como parásito se introduce en el ser, corroyendo lentamente, se alimenta del deseo, de sueños y vivencias, de ilusiones y tiempo. Se arrastra entre los sentidos, dejando tras de sí un rastro ácido que carcome imperceptible las sensaciones. Se hace dueño, invade y ocupa el interior, se hace lamento... Desgarra el alma en su pasar por ella, deja un rastro mortal, se hace invierno la esencia. Hasta que vacíos y sin vida los sentidos, solo el frío que incapacita sentimientos habita el ser que se esconde hibernando en un rincón inalcanzable. Cuando no deja vida... abandona el caparazón hueco, sin miradas, sin voz y sin sentido. Queda un jarrón sellado, vacío su interior, un sinsentido.

Nada... Ni siquiera dolor es tan grande el vacío, tan intenso y extenso que impide cualquier sensación. Ni siquiera lágrimas con las que llorar ni gemidos, ni gritos, ni suspiros. Solo el cruel vacío, muerte consciente que no permite el descanso del olvido, los llantos del luto, el dolor de la ausencia Nada... Solo tu voz martilleando en mi conciencia.

Visión Falaz ¿Qué asoma a tu mirada de muerte? a esos ojos vidriosos y cansados faltos de luces, llenos de sombra. ¿Qué no siente tu fría piel? esas manos yermas y sin tacto, sentido occiso y frío, abandonado. Cada día odias al mundo, clamas al cielo, riegas veneno. No hay amanecer en tu morada, noche eterna de desvelos cielo eterno y muerto. ¿Cuánto tiempo transcurre sin pasar en la infame inmovilidad que llamas vida? Sigues tu reclamo eterno a Dios, lloras falsos agravios, sufres tu propio engaño. ¡Para ya de gritar! Deja de mentir dolores, de fingir ausencias. despierta de tu falacia ¡Abre los ojos! Observa en ti. No es el mundo quien te ha malogrado.

¡Ya no te amo! no puedo amar, se partió el alma bajo un ir y venir de sentimientos. Unas veces amor constante y duro... Otras indiferencia o acusación salvaje. Se fracturó como una roca ante el pasar de estaciones, calor y frío dilatando..... Contrayendo la piedra. En dos o en mil pedazos. ¡Qué más da! No se repara el alma, no se une... Los trozos ya no encajan. ¡Qué importa cuántos fragmentos haya! Tal vez..... Al recogerlos alguno quede olvidado... Perdido entre las fracciones de sensaciones, recuerdos. No es imprescindible, aún estén todos, la erosión del llanto habrá limado sus formas. Quedan huecos, fisuras entre las piezas. Encontradas en espacio de tiempo dilatado, casi eterno..... Donde se busca casi sin esperanzas, con las manos dolidas, arañando la vida... ¿Qué más da? Ya no puedo amar ni amarte, más duele tu recuerdo aún encerrado en mí. Invade mis rincones tu ausente presencia. No debería doler... ¡Ya no te amo!... Pero duele el recuerdo, no comprendo. ¿Por qué duele un recuerdo que no siento? ¡Miento! Lo siento aún, quizás ya más lejano, más impropio de mi.....Pero te siento.

Se me disgrega el alma... se contrae y se expande ante la inmensidad de tu figura. Se me ciegan las manos... se tensan y relajan ante la presencia de tu piel. Se me enciende la vida... sufre y goza..... Muere y vive ante el roce de tu ser.

Detrás de la ventana se dibuja el Atlántico, profundo y oscuro separa tu yo del mío. ¡Qué distinto es el azul de nuestro mar! Aún se reflejan en mis pupilas las luces del puerto, la profunda calma de aguas claras y cálidas. ¡Qué hermoso azul el que se reflejaba ayer en aquella ventana que separaba el mar de la persona! Que azul tan triste el que veo hoy. Aquí nadan los delfines, quizás encuentren un trozo de mi en lo profundo. ¡Ay! que ironía, siempre separada de mi alma por el azul Atlántico.

Blanco sobre blanco, sobre cristales tintados por la luna, Roja la gota que escupe la cordura se escapa el alma entre volutas de humo. La boca seca, pupilas dilatadas, la realidad se queda fuera de la caja, donde espera el cristal, el blanco olvido que deja paso a la inconsciencia remota. Rojo sobre blanco, blanco sobre espejo. Sobre la mente el inconsciente sobre el inconsciente el humo. Sobre el humo el polvo, el rojo sobre el polvo blanco, el blanco sobre el espejo... Y ¡vuelta la rueda!, se apagan las luces, comienza la fiesta. ¿De máscaras?

Cae el tiempo, lentamente se desliza

reptan las agujas del reloj con letanía,

el tiempo es una variable en mí.

Se detiene el aliento en la garganta

y no brota la palabra, el nombre.

El deseo, encadenado al alma se hace losa,

pesa como la culpa, como el silencio.

Encadenada al camino trazado

veo pasar aletargados los minutos

tan lentos como el alma muda

que ya cansada de esperar se sienta.

La luna espesa ve fluir la sal

que brota de ojos secos y vidriosos.

El cuerpo, en compás de espera,

catatónico por la garra del deseo

espera estoico que el alma se haga voz,

que broten las palabras contenidas

y grite al viento ¡Aquí estoy, soy yo!

Hoy desperté, y encontré tu mano entre las mías,

en ese gesto descubrí que aún te quería,

que era mi alma la que herida se escondía.

Y con el paso agobiado por la ausencia,

que dejó entre mis brazos tu presencia,

volví a aquellos sitios de añoranza

donde quedaba en nosotros la esperanza.

Y caminé, entre mis fotos y recuerdos

y lloré, cuando en mis espejo tu mirada yo encontré,

cuando tus manos con mis labios, yo adoré.

Y caminé, entre el pasado y el presente

y lloré cuando tus lágrimas esquivas recordé,

con mi cabeza en nuestra almohada imaginé.

Entre aquellos pasillos, de mi mente escondidos,

entre noches y días y un futuro vacío,

escuche mis reclamos de una vida contigo.

Acelera tu paso, y reclama mis manos

y tomemos el rumbo olvidando el pasado.

ya no quiero sentirme con el rumbo perdido,

entre llantos y ausencias contemplando el vacío.

Y caminé, entre mis fotos y recuerdos

y lloré, cuando en mis espejo tu mirada yo encontré,

cuando tus manos con mis labios, yo adoré.

Y caminé, entre el pasado y el presente

y lloré cuando tus lágrimas esquivas recordé,

con mi cabeza en nuestra almohada imaginé.

Y caminé, entre mis fotos y recuerdos

y lloré, cuando en mis espejo tu mirada yo encontré,

cuando tus manos con mis labios, yo adoré.

Y caminé, entre el pasado y el presente

y lloré cuando tus lágrimas esquivas recordé,

con mi cabeza en nuestra almohada imaginé.

A mis queridos amigos y lectores:

Antes de terminar, y para poneros sobre aviso, estoy preparando mi segundo poemario

Poemas para tiempos revueltos

el último poema de este libro no es más que un bonus y pertenece al próximo poemario.

Gracias a todos por ocupar vuestro valioso tiempo en acompañarme.

Viviana Hunter

Edición y maquetación

Viviana Hunter