Piñera - El Secreto de Kafka y Sobre La Literatura Argentina

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Esas ascensiones o claridades, en la marcha de lo real hacia la ¡muí» n tenía forzosamente que despertar su contrasentido o contrarréplica en U inversa trayectoria de lo infuso hacia su gravitación, de la oscuriilud \<\\l a la gracia suficiente, hasta la violenta penetración, como ION n en la piedra del período órfico, de la dormición en nuestros cuei|>i>'. I .1 Deiparac dormitionem, la dormición penetrando en la creación v en U muerte. En el mundo antiguo para producir la oikonomía o cnc.uu.i. I..M, fue necesario crear una causalidad en la gratitud entre el engcndm «ni el oscuro y la sombra, el ombravit, en el acto del nacimiento, y la 'I " ción como escudo frente a la muerte en la ascensión. La creación |><>i !•• oscuro y la ascensión por la dormición. Aún en el caso de la Virgo /'<"• »> de la plenitud de las posibilidades, hubiera sido indescifrable la penen,i. mu del cuerpo en el tiempo paradisíaco sin el acto de la dormición l'ue'. l.i poesía logra siempre la perennidad de esa nueva sustancia, ñu ian •..>!.' con la penetración de esas devoradoras claridades desplegadas en una MI|H i ficíe de milenios, sino por esa reversión, fulgurante entrevisión, ur.Mm. del relámpago en la piedra, de lo oscuro, descensional y de la donm De esa manera, el poeta lleva también una candela, al lugar CMOH. li.l.. pues ya lo oscuro y la dormición en ese cruce de inversas corrienie-.. .. l»i apoderado de él. En la dormición baja los peldaños hacia el solano ¡•.«HI ditlo y allí despierta la candela, hasta que llegue el que al huir se en«iiui.. con el caballo espantado. El encuentro de ese hechizo configurado, de esas claridades MII^I.I.I» en la mágica causalidad de la doble refracción, con la rápida doimu penetrando en el costado con sus escalas de crinaje de caballo, se venln ,I!M en el espíritu de las batallas. Pues una suma de hechizos, de viciosa', mnm ciosidades, del rapto de la dormición, ordena las batallas como foinuii .I. cultura y de poesía. El último de los grandes Emperadores liaMaLi il> "los pensamientos de la batalla", los que surgen en la madrugada, al Lulo del río, cuando todavía no se ha fijado la percepción. Horacio, i|n. IMHM desapercibido en la batalla de Farsalia, en la era de los presagios le-uueii», le rechaza un puesto de secretario de correspondencia al emperador Aunn''i" Julio César, como metáfora del Uno participando, cubría toinlmcnu > I espíritu de las batallas, y la contenciosa y horticultura poesía de lloiiuin tenía que pasar con su capote gruñidora en ese momento en i|n<- |'.u« i,m resurgir los misterios etruscos del rey sacerdotal. Lucano, i|ne no |«M|I,I encontrarse en Farsalia, la convierte en el centro de sn poesia emú...mi. , pero se burla de Nerón, recitando sus estrofas en los letrineros. l.u fiinn poesía no estaba en los poetas, sino en la última manifestación del |n iioJu sacerdotal en Julio César. Al extinguirse el período etrusco y cnmpllmvn tarse el primer gran momento de la alabanza del salterio de David, v vol carsc los símbolos de la revelación en el órgano aristotélico en la por*U del Dante, tenía en los últimos cien años, después de haber ali.m/ado MI la aristta de Baudelaire su primera fusión de gracia y conocimiento, i|iit> 176 á volverse de nuevo sobre la búsqueda de la áretela, para inmolarse en per- secución de la nueva sustancia, de la plenitud temporal. Observad que en las últimas batallas, los nombres de sus jefes ejecutores se extinguen, como si no hubieran ido a horcajadas sobre el espíritu de sus remolinos. ¿Quién dirigía el primer gran Marne? No nos apresuraríamos a precisarlo, pues sabemos que Charles Péguy dirigió el espíritu de la batalla, hasta ser el i es ligo requerido por Pascal, el que muere en la batalla. Cuando digo el espíritu de la batalla aludo a la unidad de la concu- rrencia en el turbión, a la absorción de la nada por su remolino. La resis- icncia estoica, su dignidad por el soberano bien, lograba la imagen, como lograba su visibilidad o su relieve por el orgullo de la católica participación en las esencias, por el actuar del hombre como metáfora entre su cuerpo v la infinitud. Pero el canciller misterioso, el barbero, el caballerizo, el "Irinne tabernero destilador de venenos, la rana paridora, el manjuarí que «•Inca su espinazo con la médula del sueño, se hunden, gimen, o rectifican, .il llegar al turbión de la batalla, absorbidos por la dormición que se tiende i 'i i ID las alas de la caballería, y el rechinante abrazo con el ombravit, con 11 Cimbra espermática. Sólo loco, sólo poeta, dice el príncipe veneciano •MI d disfraz de Federico Nietzsche. O el diálogo del enajenado con su mailiir. ¿De seguro que usted se irá en un coche infantil? Ciertamente. ,' Y i-l coche será todo de oro? No lo niego. ¿Y el coche será tirado por .H.nenia millones de venados de diamantes? Quién lo duda. Ciertamente, u.. li> niego, quién lo duda, que comienzan a destilar su gravedad, su plo- iiiiidii de- inexistentes, el infinito posible de la poesía. VIRGILIO PINERA (Cárdenas, 1912-La Habana, 1979) \tifi-\ Orígenes publicó ensayos y artículos en las revistas Espuela de 1'l.n.i r l'oela (1942-1943). I n l.i n-i'i\iíi Orígenes aparecieron los tres ensayos reproducidos en la pre- i. «//e \rlfiTton. EL SECRETO DE KAFKA I i MI in ro de Kafka el de su arteconsiste exclusivamente en que I un !••. olí ¡i cosa que un literato. El mundo se divide en dos grandes inunde', M lo miramos desde el ángulo de la personalidad: el de los que ........ le v el de los "que dan fe. . ." Los primeros, por su condición de ii'venies, no pueden dar fe de esta fe (la limitación para esto es su fe 177

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  • Esas ascensiones o claridades, en la marcha de lo real hacia la mu ntena forzosamente que despertar su contrasentido o contrarrplica en Uinversa trayectoria de lo infuso hacia su gravitacin, de la oscuriilud \ i > ' . I .1Deiparac dormitionem, la dormicin penetrando en la creacin v en Umuerte. En el mundo antiguo para producir la oikonoma o cnc.uu.i. I . . M ,fue necesario crear una causalidad en la gratitud entre el engcndm n iel oscuro y la sombra, el ombravit, en el acto del nacimiento, y la ' I "cin como escudo frente a la muerte en la ascensin. La creacin | > < > i ! oscuro y la ascensin por la dormicin. An en el caso de la Virgo / ' Iespritu de las batallas, y la contenciosa y horticultura poesa de l l o i i u i ntena que pasar con su capote gruidora en ese momento en i | n < - | ' .u i,mresurgir los misterios etruscos del rey sacerdotal. Lucano, i|ne no | M | I , Iencontrarse en Farsalia, la convierte en el centro de sn poesia e m . . . m i . ,pero se burla de Nern, recitando sus estrofas en los letrineros. l .u f i i n npoesa no estaba en los poetas, sino en la ltima manifestacin del |n iioJusacerdotal en Julio Csar. Al extinguirse el perodo etrusco y cnmpllmvntarse el primer gran momento de la alabanza del salterio de David , v volcarsc los smbolos de la revelacin en el rgano aristotlico en la por*Udel Dante, tena en los ltimos cien aos, despus de haber ali.m/ado MIla aristta de Baudelaire su primera fusin de gracia y conocimiento, i | i i t>

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    volverse de nuevo sobre la bsqueda de la retela, para inmolarse en per-secucin de la nueva sustancia, de la plenitud temporal. Observad que enlas ltimas batallas, los nombres de sus jefes ejecutores se extinguen, comosi no hubieran ido a horcajadas sobre el espritu de sus remolinos. Quindiriga el primer gran Marne? No nos apresuraramos a precisarlo, puessabemos que Charles Pguy dirigi el espritu de la batalla, hasta ser eli es ligo requerido por Pascal, el que muere en la batalla.

    Cuando digo el espritu de la batalla aludo a la unidad de la concu-rrencia en el turbin, a la absorcin de la nada por su remolino. La resis-icncia estoica, su dignidad por el soberano bien, lograba la imagen, comolograba su visibilidad o su relieve por el orgullo de la catlica participacinen las esencias, por el actuar del hombre como metfora entre su cuerpov la infinitud. Pero el canciller misterioso, el barbero, el caballerizo, el"Irinne tabernero destilador de venenos, la rana paridora, el manjuar que

    Inca su espinazo con la mdula del sueo, se hunden, gimen, o rectifican,.il llegar al turbin de la batalla, absorbidos por la dormicin que se tiende i 'i i ID las alas de la caballera, y el rechinante abrazo con el ombravit, con1 1 Cimbra espermtica. Slo loco, slo poeta, dice el prncipe veneciano M I d disfraz de Federico Nietzsche. O el dilogo del enajenado con su mai l i i r . De seguro que usted se ir en un coche infantil? Ciertamente.,' Y i-l coche ser todo de oro? No lo niego. Y el coche ser tirado por. H . n e n i a millones de venados de diamantes? Quin lo duda. Ciertamente,u.. l i > niego, quin lo duda, que comienzan a destilar su gravedad, su plo-i i i i i d i i de- inexistentes, el infinito posible de la poesa.

    VIRGILIO PINERA(Crdenas, 1912-La Habana, 1979)

    \tifi-\ Orgenes public ensayos y artculos en las revistas Espuela de1 ' l . n . i r l'oela (1942-1943).I n l.i n-i'i\ii Orgenes aparecieron los tres ensayos reproducidos en la pre-i . / / e \rlfiTton.

    EL SECRETO DE KAFKA

    I i MI in ro de Kafka el de su arte consiste exclusivamente en que I un !. o l i cosa que un literato. El mundo se divide en dos grandesinunde ' , M lo miramos desde el ngulo de la personalidad: el de los que........ le v el de los "que dan fe. . ." Los primeros, por su condicin dei i ' v e n i e s , no pueden dar fe de esta fe (la limitacin para esto es su fe

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    misma), que sera dar cuenta de la marcha del mundo; los segundo', u..podran tenerla porque precisamente slo sirven para dar fe de esa ninn I Mdel mundo. Los primeros reciben el nombre de seres humanos; los scf.nndos el de artistas. Por eso los primeros gozan tanto cuando se ven un i r .formados por el artista en entes imaginarios, en personas despersonalizadn

    Es por esto que importa sobremanera concluir que Kafka no e:. n i i ncosa que un literato que da fe de la marcha del mundo. Ahora hicn. > .1.dar fe to se verifica a base de teologa alguna, tica o filosofa. Si: v c n l n nestrictamente por medios puramente literarios, es decir, medanle < nmmes arquitecturas de imgenes. De ah que deba tenerse sumo cuidado. .1practicar una diseccin de la obra kafkiana, de no caer en lamentable:, i . m i nlogias. Todo el mundo reconoce que uno de los pilares esenciales di I ,m.de Kafka es su lcido olvido del individuo (aisladamente considerado) y infasis absoluto sobre lo objetivo del mundo. Pero con la vir tud < ni uel error: al practicar la diseccin de su obra le atribuyen todos los M I | M Mtos subjetivos imaginables y olvidan su nica razn objetiva, esto . .. Urazn literaria, la invencin literaria.

    Por este mtodo queda automticamente falseada su cono] ...... i ,l< Imundo literario y ocultos sus resortes funcionales, que apaivcm . ..... I , .ojos del crtico como simple envoltura que recubrira fundamentos . i i mliterarios. Y no se trata aqu de exponer una vez ms esa ofensivu i . m i . idel "arte por el arte" ni tampoco aquella verdad perogrullesca ilela forma no es artstica la obra no vale como tal. Se trata, por el romde demostrar que en el campo de lo estrictamente literario el n u o ..... v i ldel artista es producir, a travs de una expresin nueva, ese impondc \,\\>\.que espera todo lector y que se llama "la sorpresa literaria"; la :.oi|m ,,ipor invencin, lo mismo que un asesino que conseguira su ohjei ivo undiante la muerte por envenenamiento, o del espa por traicin. O l n - u .1 ,-un infierno que se proyecta en embudos, de un purgatorio en rmn|mii v unparaso movido por esferas. Se llenar de estupor con sus i n v e i u i o m n Ji-los tormentos infernales o aquella de la rosa de ngeles girando i u unmente, y no se detendr ni un momento en las ideas que dicli . r . un i . i l m . i sustentan o que dicen, ay! sustentar sus hermeneutas de :,er, ni|(lmde pecado o salvacin. Esta ser la prueba ms correcta de ipic el mvilltimo que moviera a su autor fue el de una invencin es i r i i i , i m < u i < l l h >raria, producto de una enfermedad que se llama l i te ra tura , ionio l . i d< Useda del gusano o la de la perla de la ostra.

    Sera interesante si pudiera ser escuchada la reaccin di- mi Irriui il*

  • Es el mismo mtodo de Kafka, su mismo secreto, pero obstinada mcni rvuelto de espaldas a las contradicciones de la personalidad.

    Es en este punto donde cabe hacerse la tremenda pregunta. , < l . i , iKafka ms literario todava que Novalis, que recubri sus patticas mull*con las apariencias? Contrariamente al mtodo de Novalis, l no las n n l i . - . .como un fondo sino que verific la operacin inversa de presentar a M I - .nadas como ese fondo, como esas bambalinas? De ser as, podramos L e ahora mismo como ese lector para 2045, como se leera el mismo Kaknsus crpticas "salidas", que nos hacen perdernos por interminables y c.imbiantes corredores, bien sea aquella de "una jaula fue en busca de un pjam"o aquella otra ms interminable que se desliza al sesgo en 'El Cn/adoi'."ahora soy una mariposa", sin que sus cargas de actualidad vengan :\nbar la pura ficcin que arma el edificio de estas salidas kafkeanas.

    Pero igualmente no olvidemos que estas cargas de actualidad loiman uno de los pilares de estas novelas y esos relatos que venimos (ornentando. Tambin el lector de ahora es tan importante como el lectoi p .n . i2045. Jean Paul Sartre ha dicho muy acertadamente que la pcrspeciv.i - l ifuturo para el hombre no puede ser en modo alguno la de los mil ano' , pmvenir sino los que integran la poca que le ha tocado vivir. As pm.ieste lector ser muy importante esta carga de actualidad que la o ln . i d > nlleva; para este lector la obra no puede ser exclusivamente ficcin o sorpir-mliteraria. Entre la ya numerosa bibliografa acerca de Kafka nada ms revlador para el que lea sus novelas y relatos que la interpretacin di- la . nsayista alemana Hannah Arendt. Ella precisamente quita a la obra su p i u l ede invencin, su deux ex machina y la presenta en su realidad social: "tuburocracia como el Leviatn de la poca"; como lo fuera el Papado o IONsacerdotes caldeos en otras. Sobre esta burocracia puso Kafka su m n . i . l , igenial y advirti de sus peligros. Hannah Arendt desentraa todo ello oi .uido dice: "Para el pblico del 20 la burocracia no pareca un mal s u l i c i e u npara explicar el horror y terror expresado en la novela. La gente se aiemoriz ms con el cuento que con la coa real. El lector moderno, o al menimel lector del 20, fascinado por las paradojas como tales paradojas y a t r a dopor menos contrastes, no estaba mucho ms dispuesto a entrar en ra/on "

    Pero precisamente esta reaccin del pblico era una prueba coiu tuyente de la capital importancia que en la obra de Kafka tiene el dcmcnioficcin e invencin. Gravita, planea por modo tal en su obra que a r r a s i n ial lector al delirio de la ensoacin, del sueo a ojos abiertos, tic la p e - . . n l i l l ndespierto; y por otra parte es tan saludable que tiene el poder de apnr imese "horror de la actualidad" y trasmutarlo en "horror delicioso di- lo mtemporal". He ah precisamente el error o la falla de un Dostoievsky, piejemplo. En la obra de ste la invencin est por debajo de cero y la complicacin psicolgica alcanza cifras astronmicas. Ello explica muy bien

    * Frank Kafka: A. Revaluation. Partisan Kcvicw. Fall, 1944.

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    esa fatiga que nos invade cuando queremos recorrer de principio a fin "LosI Icrmanos Karamazov"; no nos ofrece la novela para este viaje ningn"lpiz volador" y debemos vernos la piel durante todo el recorrido. Kafka,cu cambio, nos lo ofrece ampliamente. En l ficcin e invencin adquierenproporciones infinitas, de modo tal que las cargas de actualidad se haceni. mi bien ficcin e invencin. He ah todo su secreto.

    NOTA SOBRE LITERATURA ARGENTINA DE HOY

    Si QUISIRAMOS definir por medio de una imagen o metfora lo ms repre-.(-niailvo de la literatura argentina de hoy diramos que es tantlica, que.n:. escritores son tantlicos ellos mismos y que segregan esa sustancia

    ndicamente nueva que se llama tantalismo.'.Lodo el mundo conoce el viejo mito; lo que no ha sido elucidado

    . . si ucron los dioses realmente los que ataron a Tntalo o si fue el propioi malo quien se impuso fuertes ligaduras a fin de gozar del dulce tormento

    | n - era para l la vista de aquellos frutos y de aquella agua. . . As, siguiendo< I luego del mito, se podra decir que el tantalismo argentino no es un(. is i i f .o divino sino una condicin histrica. Es que el mundo que les rodea,l i i su propia informidad y riqueza, les asusta, les parece contradictoria-n i e n i e pobre, sin llamadas ni respuestas un mundo al que no sabranM i n i o arrancar el primer bocado.... Por todo esto los vemos amura-l l . i . l i i N i n un orbe metafsico gratuito pleno de categoras intelectuales, pla-i i i - . Je evasin, aporas zenonsticas, mores geomtricos y mnadas leib-i i i . i,mas. . .

    No c:s un azar si la ciudad de Buenos Aires cuenta con un astrlogo:\ u l Solar; con un mstico: Macedonio Fernndez; un loggrafo: Jorge Luisllui j 'cs . un dudador: Adolfo de Obieta; un exgeta del porteismo: RalSuiliibiini Ortiz; unas nieblas repentinas y unos soles repentinos; una abun-. l . n u 1.1 romo pocos pueblos del mundo la conocen hoy; unos todos, unas nadas.\ < - j i i r que se puede decir de estos escritores es que representan digna-in. n ie su ciudad: se ve muy bien que no comporta contradiccin alguna elI .i 1 1 io de 1)110 una ciudad sin msticos previos encierre en su seno a unI I I I M U O , sin sacerdotes caldeos, a un astrlogo, y as por este tenor.

    I . - , el caso un poco de lo que sucede para Amrica en general: se vivenun,e. vidas que las propias, el hombre se inserta en otra realidad o reali-. I , i i l e - , , se prefigura antes de figurarse, hace de su vida un "personaje"v no una persona. El peor enemigo que hasta ahora tiene el americano esI 1 .1 p ima naturaleza que l se crea; como esos frascos donde vemos unmu hele pavoroso a calavera y tibias cruzadas y una leyenda roja que dice

    ,( imi tado veneno! y que slo contiene una sustancia completamentel i n-.iva. l'or oir parte, el americano est ms preocupado por la bs-

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  • queda de una frmula formal del mundo que por la bsqueda de una fonmten s; si se revisan las ltimas producciones de la poesa y la literaturaen Amrica se ver que las soluciones son puramente tcnicas y no cspirituales. Un europeo muy afinado nos deca que el americano se ve com mumente tentado por el demonio de la ornamentacin. Por eso decamos arr i l iaque la literatura argentina ms representativa es de carcter tantlico y que-segrega tantalismo: el escritor persiste atado a una segunda naturale/uornamentacin, frmula formal- y el verdadero mundo de la realidadcada vez ms se le escapa o al menos, desdibuja. Uno se liga con metalsieaslibrescas, con demonologas caldeas, con ziggurats labernticos, con de:.i peraciones ledas, con tragedias ledas, con asesinatos ledos, y la v s i . i dila rica realidad que pasa ante nuestros ojos de hombre amarrado nos p i nvoca enormes, infinitas segregaciones de esa nueva sustancia que si- I I . m uen la literatura americana "tantalismo".

    Parece paradjico, pero nuestro alimento son nuestras propias cailen.r.Se engaa quien crea inocentemente que el tantlico va a morir de i u a u ia la vista de los ricos frutos, de sed ante la poderosa agua; por el com.est muy bien provisto con sus amarras, eso que se llama "de.leei.u mumorosa" le multiplica sus ligaduras y ellas son su alimento; al l i i u l , unse podra hablar de un hombre atado, cuanto que el mismo ha deven id , .de la idntica naturaleza de las cuerdas que lo ataban. Esto nos lleva ,\imeditacin de un tema tan mprobo dentro de la problemtica a i m T U .ncomo es el tema de las suplantaciones, del escamoteo. Ante una prodim muespiritual americana siempre nos preguntaremos, no lo que el art isia c |u r .nexpresar, mas lo que el artista quiso ocultar. Un ejemplo grosso modo n . . .va servir. Recordemos el mtodo peculiar de las escuelas Berlitz de I - U Mfianza de idiomas: "Cmo se llama su ta? Respuesta: No tengo /apaiiw".

    En la obra del artista americano hay siempre este escamoteo (Ir la 1 1 . 1por el zapato... Imaginemos todava un pastel del cual la ornamentidlsuperficie de merengues y grageas se repitiera incansablemente hasia unbase, pero, y la masa, esto es, el edificio en s, la verdadera arquitectural1No basta ser brillante, poseer gran poder combinatorio, saber n u i l i i p l u i i iel adorno a extremos sobrehumanos, dominar el idioma o los idiomas, , i lltimo fondo de la conciencia hay que partir y asentarse en una i v a l n l . n lmuy real, que procurndonos cifras, llaves, conclusiones y u-spuesias I . I Mva, tambin, a otorgarlas al lector, para no dejarlo en la ins l i t a , e x i i a i u isituacin de un mundo dado gratuitamente, y en el que, repetimos, s i e m p ,se va a preguntar por lo que el autor dej oculto.

    En este punto, a esta altura se hallan al da de la fecha los produi ionespirituales de Amrica. No hace mucho deca Borgcs: "A d le ivm u delos brbaros Estados Unidos, este pas (este continente) no ha p rodmidoun escritor de influjo mundial un Emerson, un Whitman, un l'm mtampoco un gran escritor esotrico: un Henry James o un M e l v i l l epor su parte Macedonio Fernndez postulaba: "Ya no hay enriquecimiento

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    icil en los Estados Unidos; dentro de 30, 40 aos, no lo habr mas-en la Argentina. Entonces empezar el espritu y seremos muy interesantes.< Ion sus naturales reservas, la frase de Hegel Amrica es un continente.m historia sigue en pie. No sera exagerado decir que pasa Amricatodava por la fase del "existir" y que, por tanto, desconoce la etapa poste-nor del "ser"; por eso sus artistas existen pero no son, como, para no ponermu un ejemplo solo, en la Italia anterior a Dante existen, pero no son,

    mi Gwalcanti, un Guinicelli, un Guittone de Arezzo; anuncian a Dantepero no son Dante, se quedan en el ornamento poesa cortesana, reglaamatoria, pretexto ser preciso la llegada de Dante: entonces se podrIwblar de ser, de cosmos, de realidad verificada. Es en ese momento que I lantalismo deja plaza a la ms hermosa libertad de movimientos.

    Vamos a referirnos aqu, sucintamente, a tres escritores argentinos !' enrgica naturaleza tantlica, y cuya obra es del ms quintaesenciadoi .n ih i l i smo que esta primera mitad del siglo veinte haya podido ver. Son. l l - : ; , por orden cronolgico, Macedonio Fernndez, Oliverio Girondo y11 >!)',

  • ms que sera imposible detallar; de "Una Novela que comienza" (ttulode una novela suya) y de "Papeles de Recienvenido" se compone esta fr-mula. El escritor, tantalizado, a su vez tantaliza: pronto el lector se per-catar que no se encuentra frente a una obra de captacin difcil sino anteuna solucin verbal o una impotencia del espritu. As, la ratio ltimaqueda oculta por la ornamentacin, no aparece; esperamos que la nuevaobra lo aporte pero cuando ella adviene es de la misma naturaleza tantlicaque las anteriores. Macedonio' nos propone, parece, una suerte de contra-obra; tened por cierto que este hesitante escritor se tiene bien atado consus ligaduras. Es indiscutible que l se procur un estilo originalsimo, (susantecesores seran: El Criticn o el Euphues) a tal punto original, que hatenido hechizo suficiente como para no dejarlo acceder a otros planos fun-cionales de la creacin. Este estilo, asentado en una solucin de continuidad,hace de su obra uno de los ms asombrosos casos de la ornamentacin detodos los tiempos. Quienquiera ver el entrelazado final tendra que esperartoda una eternidad; quien quiera buscar el entrelazado inicial se perderaen sus vueltas. Quizs si la mejor hermenutica a sus textos tantlicos seanestas frases que de pronto nos topamos en el magnfico relato suyo titulado"Tantalia": "Mi consigna interior, mi tantalismo, era buscar las exquisitascondiciones mximas de sufrimiento sin tocar a la vida, procurando al con-trario la vida ms plena, la sensibilidad ms viva y excitada para el padecer".

    En "Persuasin de los Das" el libro capital hasta ahora de OliverioGirondo hay una especie de hai-kai titulado "Nihilismo", y que dice as:"Nada de nada: es todo. As te quiero, nada. Del todo!. . . Para nada".

    Las razones del nihilismo del poeta nos son sagradas, no, en cambio,el resultado artstico a que lo han llevado las mismas. Y el resultado deeste poema, as como de todo el libro, es tantlico. Girondo se encierraen la vasta palinodia de su persona y el lector tambin queda encerrado.La delectacin morosa es en este libro tan radioactiva que podramos ima-ginar a infinitos lectores escribiendo infinitos "Persuasin de los Das".Uno preferira que el nihilismo fuera verificado, que el quietismo de unpoema como "Arena" fuera menos verbal, que en general, todos estos poe-mas no fueran tan construidos, tan perfilados, tan premeditados en su eje-cucin, que el poeta no nos dejara ver las costuras de su estrofa. Uno salede este libro, muy porteo, ms convencido de las soluciones verbalesque de las espirituales, o para decirlo de otro modo, que las razones espi-rituales del poeta son muy poderosas y sinceras pero ahogadas, ensom-brecidas por el tantalismo de la ornamentacin. Es un libro que me recuerdamucho la "comedie larmoyante".

    Si Borges se decidiera, si Borges se acabara de decidir, pasara inme-diatamente a ser, digamos, un Proust, un Kafka o un Melville. Para serlolo tiene todo dominio de la lengua, vigor de artista, poder de imagina-cin, etc.; al mismo tiempo, para serlo slo le falta una cosa: despojarse

    tantalismo, dejar de segregar tantalismo, por ltimo no tantalizarsus lectores.

    Tomemos cualquiera de sus relatos este que se llama "Tertius Orbis"i) ,i|iiol que se titula "Fierre Menard, autor del Quijote". Son tantlicos

    u Cnanto que la construccin que los ha presidido est hecha por la cons-i i i l i c i n misma, pero el obligado resorte vital que la justificara no aparece u l ; i misma, de modo que el lector se queda con el plano de la cosa peroi n > con la cosa misma. En esos dos relatos aludidos, la invencin a vecesi n i ingeniosa que se vuelve impresionante no logra darse carta de natu-t . i l ' . : i creadora. Se ve muy bien que Borges est ms preocupado (o quehi'il puede preocuparse), por la experiencia libresca, por la altura, por la> niclri |iiia del tema que por la necesidad real de manifestar sus propiaspOfltt dicciones. Y no decimos que Borges obre por puro capricho, por ' l ' - . i i M : i c i n irresponsable. La literatura ha conocido otros tantalismos; por

    i mi l lo , el de los prerrafaelitas era el prerrafaelismo, el de los distantes!!..'.".MOS, los logogrifos. Slo que el peligro de esta necesidad de seri i i n i i l i c d radica en la frmula que se utiliza para hacerlo: una vez obtenida I n l i i frmula se repite hasta el infinito, se fija, se mecaniza, el escritor

    i i lr ella, ella hace gozar al escritor, se convierte en una operacin verbal' !", griegos Ja llamaban logorrea), la ornamentacin sube de punto y colorOtdl ve/ ms. Al final, su creador se ve ahogado por sus propias conse- H i - M c i l l S .

    I'.n este caso se encuentra Borges. Por eso mismo es hoy el loggrafo"fiar excellence" de las letras americanas. Si usted pasa de unoimos al otro y de ste al que le sigue, y as hasta su fin, advertirs son magnficos pretextos para poner en juego el tantalismo que

    lo'. |>ii", i i le. Por ejemplo, uno de los ms certeros aciertos verbales de Bor-((.coj'ido de entre mil otros igualmente deslumbrantes), ya subrayado

    l M U Silicio y otros crticos, nos va a servir para mostrar este juego tantlicoi l r Hurj ' i-s. F,s el que dice en el relato titulado "El Acercamiento a Almo-iil'.un"; "Unn chusma de perros color de luna emerge de los rosales negros".

    I ' l imera fase: Borges goza fascinado con la invencin de la frase; seve- n n i v l>ien en el correr del relato que esta frase es el alma misma orna-n i i m . i l del mitor que la ha engendrado. Se querra sinceramente que detrsi Ir r - i i i i frnse, de todas las dems frases de sus obras completas, hubiese

    i l > i | iu - no fuera, por cierto, la frase misma. Segunda fase: la cosa no ter- n l i l ; todava tiene Borges que extraerle nuevas consecuencias. Entonces,

    1 1 n i . . i l i i i l i u : i de ;>ran retrico, la vierte al ingls, pero la vierte slo en lai 1 : 1 clusula, esto es "a lean and evil mob of mooncoloured hounds".I . l i - i i i . la frase ha procreado.

    Sr i.ale de estas frases metlicas, diamantinas, de sus relatos metlicos,I m i i n o ' . con la certeza de que no nos sern necesarios, en lo venidero,n i I" , l i m o s ni d agua que discurren ante nuestra vista. No es, acaso,I" i |nr loi^cs deja oculto en su obra tan valioso, por lo menos, como

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  • lo que en ella pone de expreso? No es lo que queda oculto aquello quedebera aparecer como expreso? Y por qu Borges no se aventura a entre-gar a sus lectores esos "ocultos"? Es que tal cosa equivaldra al cese auto-mtico de su tantalismo. Esperemos, pues, sus decisiones.

    EL PAS DEL ARTEUNO SE LEVANTA todas las maanas dicindose que ya no puede ms conesos artistas, con esas plticas, con esas exclamaciones, con uno mismo;que basta ya de Arte, de Belleza, de Sacrificio, de Rigor, de Seriedad;que no hay tal predestinacin, tal xtasis, tal destino.. .; que somos rancmasones del arte, qu horror!: yo te muestro y t me muestras, y todosse muestran; que la meta est prxima, que llegaremos, como no! nofaltaba ms! Finalmente me digo que se nos ha hecho una sucia jugada,que mentira, que no hay tal arte, que estamos condenados per scenlosaeculorum a seguir una sombra cuyo cuerpo real y propio nada tiene qu