Periódico Habitante Siete - Edición 45

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Un embrujo liberador La salud en la 7 Yo cuido mi comuna Las cocadas de Horacio Las Juntas de Acción Comunal son los organismos que propician la participación de la comunidad en la vida política del territorio. Habitante Siete visitó algunas JAC para constatar su trabajo comunitario, este fue el resultado Pág. 7 Pág. 12 Pág. 14 Pág. 15 www.habitante7.com ¡Lo escribimos todos! Distribución Gratuita 10.000 Ejemplares Gravedad y descenso en Robledo @Habitantesiete Periódico Habitante Siete Pág. 8 Noviembre - Diciembre 2013 Edición Especial 45 Pág. 13

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Esta edición fue escrita por el semillero de Periodismo, de la Escuela de Comunicación Comunitaria como producto final

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Un embrujo liberador La salud en la 7 Yo cuido mi comunaLas cocadas de Horacio

Las Juntas de Acción Comunal son los organismos que propician la participación de la comunidad en la vida política del territorio. Habitante Siete visitó algunas JAC para constatar su trabajo comunitario, este fue el resultado

Pág. 7 Pág. 12 Pág. 14 Pág. 15

www.habitante7.com

¡Lo escribimos todos!

Distribución Gratuita10.000 Ejemplares

Gravedady descenso

en Robledo

@Habitantesiete Periódico Habitante Siete

Pág. 8 Noviembre - Diciembre 2013

EdiciónEspecial 45

Pág. 13

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Contenido

Robledo le apostó a la Comunicación

ISSN 2322-8628

Los medios de comunicación son un instrumento para la mo-vilización ciudadana, eso está claro, y la comunidad de Roble-do sentía la necesidad de movilizarse, fue por ello que en las

reuniones del programa de Planeación Local y Presupuesto Parti-cipativo se llegó a una conclusión: era necesario que los habitantes del territorio estuviesen en la capacidad de contar sus propias his-torias, tuvieran su propia voz.

Así se dio paso a la creación de una Escuela de Comunicación Comunitaria, un proyecto liderado por Mundo Urbano Comunica-ciones en conjunto con la Alcaldía de Medellín y su Secretaría de Comunicaciones, que capacitaría a jóvenes y adultos de la Comuna 7 en cuatro campos del saber: Fotografía, Periodismo, Radio y Pro-ducción Audiovisual.

En un principio, se convocó a casi centenar de personas y 66 de ellas empezaron el proceso de formación, sin embargo, por de-serción, nuevos trabajos y múltiples responsabilidades, unos aban-donaron la Escuela y 51 de ellos siguieron adelante hasta terminar el proceso, cuyos esfuerzos se ven reflejados en estas páginas, en imágenes, visuales y sonoras, y en historias que tienen movimien-to.

La importancia de esta alternativa, que se une a las ya presen-tes en Medellín, especialmente en las Comunas 8 (Villa Hermosa) y 2 (Santa Cruz), es que incide de primera mano las comunidades marginadas, brindándoles herramientas para el reconocimiento del territorio, la libre expresión y la decisión informada.

El objetivo de final de este proceso, que a lo largo de 19 sesio-nes permitió que sus participantes se acercaran a la comunicación para el desarrollo, desde una perspectiva menos académica y más vivencial, es que ellos fortalezcan los medios ya existentes en el territorio o que formen unos nuevos. La idea sigue siendo movili-zar a la ciudadanía a través de los medios de comunicación, para que sean eso: un medio y no un fin como han desvirtuado unos cuantos.

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Movilidad Seguimiento a PP El Bunde Musulmanes

Dirección especial para la ediciónFernando Castañeda

Comité EditorialEscuela de Comunicaión Comunitaria

ComunicacionesNatalí Chamorro Galeano

RedacciónAngy Lozano, Beatriz Duque,

Clara Inés López, Fernando Casteñeda,

Jesús Mosquera, Marcos Galeano,

María Celeste Angulo, María Isabel Muñoz,

Mariana Ospina, Melissa Angulo,

Michelle Quiroga, Nicolás Corpus,

Olga Gallón, Ruby Palacio, Sara Foronda

y Walter Valoyes.

Diseño y DiagramaciónGiovany Ramírez

Organización Ejecutiva Mundo Urbano Comunicaciones

ImpresiónLa Patria.

Los artículos firmados son de exclusiva respon-sabilidad de sus autores y pueden ser reprodu-

cidos citando la fuente.

Cll 75 # 69-194 PBX: 441 66 46 [email protected]

Cel: 314.872.90.87

Editorial

¡Lo escribimos todos!

4 Así vamos

Todos somos Comuna7Por Melissa y María Celeste Angulo

En las votaciones por los proyectos que se-rán financiados gracias al Programa de Planeación Local y Presupuesto Participa-

tivo, Camino a la educación superior fue el que obtuvo mayor votación en la Comuna 7. Du-rante las Asambleas Barriales, se eligieron en la ciudad los 262 proyectos que serán ejecutados en 2014 con recursos públicos priorizados por la ciudadanía.

Robledo fue la comuna con más asistentes en las votaciones del 6 de octubre del presen-te año, con más de seis mil 661 ciudadanos que hicieron su parte eligiendo los proyectos de su preferencia para cada barrio. Dicho programa, liderado por la Alcaldía de Medellín, aportará 151 mil millones de pesos para ejecutar los pro-yectos en las diferentes comunas de Medellín.

Martha Lucia Espinosa, presidenta del barrio

Massavielle, mejor conocido como La Cuchilla, cuenta “los proyectos de 2012 apenas se están realizando, teniendo en cuenta que debían es-tar listos en agosto de este año”. Para la realiza-ción de estos proyectos, era necesario que cada delegado postulado obtuviera más de 25 votos para representar su comunidad en las diferentes comisiones: cultura, deporte, educación, salud y obras públicas.

“Esto no es una labor fácil porque quienes se postulan para ser delegados deben tener com-promiso, tiempo y asistir a todas las reuniones para que no se pierda el presupuesto en el ba-rrio”, explica Sandra María Mona, delegada de deporte en la Urbanización Las Cometas. En este proceso, jóvenes desde los catorce años po-dían elegir y ser elegidos, esto se implementó para que la población juvenil se motivara e hi-ciera parte de las decisiones y los proyectos la comuna.

Este año, las votaciones contaron con la vi-gilancia de la Misión de Observación Electoral (MOE) y la Registraduría Especial de Medellín, más la contratación del grupo interdisciplinario de profesionales de la Fundación Cooperen, sin embargo, según la MOE “el 52% de los puestos de votación no cumplían con las condiciones necesarias para votar adecuadamente”. En el barrio Villa Sofía, la comunidad renunció a la Asamblea al considerar que se cometían irregu-laridades; Clara Pérez, habitante de este barrio,

añade “aquí participan los mismos y las obras no se ven, por eso es mejor no participar.”

A lo anterior, Sandra Mona comenta que “para no caer en la rosca, lo importante es infor-mar bien para que todos estén al tanto de lo que realizamos los delegados y lo que brinda el PP para todos”. Cada barrio es libre de escoger sus delegados en las distintas áreas, pero es impor-tante que en cada sector se postule un delegado para cada tema y así no perder los beneficios del programa ya que cada delegado responde por el tema elegido al momento de postularse.

Estefanía Grisales, habitante del barrio El Diamante, está comprometida con el Presu-puesto Participativo ya que es beneficiaria de la beca estudiantil universitaria y el servicio social que presta es alfabetización a niños, jóvenes y adultos en el área de psicología, ella agrega que “es muy importante y satisfactorio compartir con la gente, además en mi futura profesión es el punto clave”.

Los proyectos de cada área tienen un segui-miento continuo, donde los delegados elegidos asisten para hablar de las ideas, de los proyec-tos, de la capacidad del presupuesto para cada actividad, entre otras. Lo importante es que ellos sean voceros ya que son los representan-tes de los intereses colectivos del barrio en estas reuniones para priorizar los proyectos de ma-yor necesidad, debido a esto los proyectos sí se realizan, pero con poca cobertura teniendo en cuenta que el presupuesto es poco y son mu-chos barrios.

Durante el año se asiste a reuniones, donde se exponen las necesidades de la comuna, luego de este proceso, Veeduría se encarga de verifi-car el cumplimiento por medio de la Ley 1150, donde se introducen medidas para la eficiencia y transparencia teniendo en cuenta la participa-

ción ciudadana.Fernando Castañeda, delegado de la comi-

sión de medio ambiente en el barrio Villa Flora, comenta “este año, el proceso se implementó con más transparencia en todos los procesos, debido a las irregularidades porque personas de otros barrios se estaban beneficiando con los re-cursos de otros”.

El Presupuesto Participativo se encarga de la inversión de los dineros públicos que cada año se asignan a cada comuna y corregimiento, brindando, en este caso, becas educación téc-nica, tecnológica y profesional con el requisito de que la institución tenga convenio con Presu-puesto Participativo y que la persona sea resi-dente del barrio, con un mínimo de antigüedad de un año, además de ser admitido por la insti-tución de educación superior.

Delegados comprometidos con el PP

Seguimiento y transparencia

Fotos Elvis González

5Así vamos

Intercambio vial,entre el progreso y el desalojo

Por Melissa y María Celeste Angulo

Robledo Parque es una vía obligada para quienes viajan a los municipios del no-roccidente de Antioquia: Sopetrán, San-

ta fe de Antioquia, San Jerónimo, entre otros. Y es aquí donde se congestiona el acceso a al-gunos barrios cercanos a esta zona como lo es Villa Flora, La Campiña, La Pola y Massa-vielle.

Cada fin de semana, y más si es puente fes-tivo, la carrera 80 a la altura de la Facultad de Minas y toda la calle 65, subiendo por el Par-que de Robledo, se convierte en un caos, tar-dando hasta 45 minutos más en llegar al lugar de destino. Habitantes del barrio La Cuchilla afirman que para llegar a su casa tardan más de 30 minutos, sin contar que deben caminar

desde el lugar donde los deja el bus hasta su hogar porque ninguno cubre esa ruta.

Para evitar estas congestiones, la carrera 80 fue ampliada: se realizó la primera etapa del intercambio vial con un puente que cruza la 80 y llega a Robledo Parque. Actualmente, se está construyendo la etapa dos del puente de la 80 que conecta el sector con la Vía al Mar y que hace parte del proyecto conexión Aburrá – río Cauca. Para la ejecución de la obra, 1510 familias se vieron obligadas a ven-der sus propiedades y así realizar un proyecto que aportaría una mejora en el sector, espe-cialmente, la de disminuir el alto flujo vehi-cular, pues este sector está jugando un papel significativo en el desarrollo del territorio y

de su inserción en el proceso de ciudad. Con la vía se pretende potenciar el desa-

rrollo económico, social y ambiental en el de-partamento. Las obras fueron pensadas desde entidades como el Instituto Nacional de Vías (Invías), el Departamento de Antioquia y el Municipio de Medellín, las cuales buscaron alternativas para rehabilitar la antigua Vía al Mar. El proyecto contempla dos retornos: el primero se ubicará en el empalme de la anti-gua Vía al Mar y esta nueva vía; el segundo será un kilómetro más adelante, en el sector La Primavera del corregimiento de San Cris-tóbal. Tendrá, también, cuatro puentes sobre las quebradas La Corcovada, La Puerta y La Iguaná.

Sin embargo, la otra cara de la moneda no es tan brillante o por lo menos así lo ve Marta Lu-cía Espinosa, más conocida como Doña Lucha, quien es la presidenta del barrio La Cuchilla desde hace siete años. “El barrio prácticamente va a desaparecer, al igual que la calma. La con-taminación va a ser mayor ya que una vía de gran importancia pasará por medio barrio”, afir-ma Espinosa. 270 personas, que equivalen más o menos a los habitantes de 140 casas, tuvieron que dejar el que fue su hogar por tantos años, sus amigos y familiares, para irse a un edificio y acostumbrarse a su nueva vida.

Los habitantes que tuvieron que desalojar se sintieron inconformes ya que tuvieron que vender sus casas a precios más bajos, lo cual les implicó mudarse a apartamentos de dos a tres habitaciones, reduciendo sus comodidades de-

bido a que la mayoría son familias numerosas. En junio de 2011, debía estar desalojado com-pletamente por donde pasara la vía, pero aún se encuentran personas viviendo allí porque no han encontrado un buen lugar y con el precio adecuado por el cual abandonar sus viviendas.

“Nosotros, como barrio siempre, estuvimos al tanto del proyecto porque viene planteado hace muchos años, pero con lo que no estuvi-mos de acuerdo y nos tocó hacer una asamblea extraordinaria en la calle, tipo manifestación fue porque en los planos aparecía un muro muy alto que nos dejaba a nosotros con un solo acceso y además nos quitaba la virgen que nos ha pro-tegido de inundaciones”, explica Martha Lucía.

La Virgen de Lourdes, que trajeron desde Francia en 1956, le dio al barrio el nombre Mas-savielle. Según cuentan algunos habitantes, es

por ella que nunca se ha desbordado la quebra-da La Iguaná en este sector, pero, tristemente sí se ha desbordado hacia el barrio El Pesebre.

Por otro lado, Jaider Alexander Zapata, obrero del intercambio vial 80 - segunda eta-pa comenta “actualmente, está construcción no cierra ninguna vía, trabajamos día y noche para avanzar rápidamente”. El tiempo estimado para terminar el puente es de ocho meses, de los cuales lleva tres y el avance ha sido notorio y satisfactorio.

En la obra se invertirán 44 mil millones de pesos para los 4.1 kilómetros de vía para culmi-nar la conexión Aburrá - río Cauca, se espera que para el 2015 el proyecto esté realizado y que el sector de Robledo tenga un crecimiento en in-fraestructura, calidad de vida y una significativa mejora en la movilidad.

Progreso e inconformidades

Fotos Elvis González

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El bunde,albor de alegría

Por Walter Ethiel Valoyes [email protected] y Jesús Mosquera [email protected]

Cultura Viva

Uno de los ritmos folclóricos más re-conocidos entre la gente afro es el Bunde, ¿Qué es el Bunde? El Bun-

de o Revolú es un referente cultural tra-dicionalmente chocoano, que trata de una mezcla de danzas, en donde diferentes instrumentos vienen a jugar un rol impor-tante en las coreografías. Esta tradición popular ancestral fue propia de los nativos de América y se extendió hacia las comu-nidades indígenas, ¿entonces como llegó a esta comunidad?, fue aprehendida por los afrocolombianos que, sin pereza alguna, la acogieron entre sus fiestas populares.

Una parte de este símbolo inmaterial de gran tradición se trasladó a Medellín, donde el 6,5% de su población es afrodes-cendiente, lo que implica una representa-ción significativa de este grupo étnico.

Por la gran cantidad de población afro-descendiente que vive en la ciudad nace San Pachito, una versión de las fiestas del patrono de Quibdó, San Francisco de Asís, que se llevan a cabo en septiembre, con un recorrido desde el Centro Colombo Ame-ricano, pasando por el edificio Adida, la Oriental, Parque de las Luces y culmina con un gran albor de alegría en el parque San Antonio.

La celebración es organizada desde hace más de 50 años en Quibdó y desde hace más de diez en Medellín; donde la chirimía, la champeta, la raggamuffin y las mujeres cantoras sobresalen junto con la estatua de San Francisco de Asís, quien escucha las plegarias de su pueblo, para que los proteja, y así poder “disfrutársela a toda máquina, un pueblo que peca y reza…para gozar.”

“Allí se mezclan afros, mestizos, blan-cos, negros, palenques, raizales, entre otros, que hacen parte también de la mi-

Te agradezco, SeñorTe agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,que hayas hecho de míla suma de todos los dolores,y puesto sobre mi cabeza, el mundo.Visto la librea del Centauroy llevo el mundo desde la primera aurora.El blanco es un color de circunstancias,el negro, el color de todos los días,y llevo el Mundo desde el primer crepúsculo.

Estoy contentocon la forma de mi cabezahecha para llevar el Mundo,Satisfechode la forma de mi narizque debe aspirar todo el viento del mundo,FelizCon la forma de mis piernasproveas a correr todas las etapas del Mundo.

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,que hayas hecho de mí, la suma de todos los dolores.Treinta y seis espadas han traspasado mi corazón.Treinta y seis braseros han quemado mi cuerpo.Y mi sangre sobre todos los calvarios ha enrojecido la nieve.Y mi sangre en todos los nacientes ha enrojecido el ho-rizonte.

Pero lo mismo estoyContento con llevar el Mundo,Contento con mis brazos cortos,con mis brazos largoscon el espesor de mis labios.

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,Blanco es un color de circunstancias,el negro, el color de todos los días,y yo llevo el Mundo desde el alba de los tiempos.Y mi risa sobre el Mundo, en la noche, crea el Día.Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro.

gración de otros lugares como Aguachica, Cesar, San Andrés, Cali, Apartadó e inclu-so provenientes del San Pacho del Chocó, en donde el único peligro es el de quedar-se sin aire. La comuna 7 es de un valioso aporte al bullerengue, pues son numerosas las personas que provienen de ella a esta fiesta”, comenta Jorge Rovira, cantante va-llenato residente en Robledo desde hace 20 años y quien participa activamente de es-tos encuentros.

“El bunde, sinónimo de alegría y goce del pueblo chocoano, a través de las com-parsas y los concursos de los mejores disfraces a nivel barrial, representa el momento en donde el pueblo al unísono canta, salta, bebe, come y no cabe de con-tento entre sus zapatos. Aquí, se olvidan que han sido excluidos y abandonados por situaciones de toda índole. Este es uno de los eventos que reúne desde el más niño, hasta el más anciano”, afirma Fabio Espi-nosa, chef afrodescendiente y miembro de la comunidad LGTBI de la Comuna 7, quien nació en Vigía del Fuerte y lleva vi-viendo allí más de 30 años.

Hay quienes dicen que el bunde tam-bién tuvo su origen en ritos fúnebres in-fantiles, que se fueron transformando has-ta convertirse en una celebración alegre y multitudinaria. Jairo Bernal, reconocido líder comunitario en Villa Sofía que lleva aproximadamente más 13 años viviendo en este sector, afirma “que de tanta alegría los malos olores que segrega el calor no se sienten para nada”. Una respuesta que refleja el buen auge y desempeño de esta práctica en la ciudad.

En este verso en prosa, Dadie Bernard, novelista y dramaturgo de Costa de Marfil, aduce que los negros no son sólo fiesta y desorden, sino mucho más que eso.

Fotos Elvis González

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La chirimía,un embrujo liberador

Por Walter Ethiel Valoyes [email protected] y Jesús Mosquera [email protected]

Cultura Viva

En un encuentro de instrumentos, lidera-dos por el clarinete, que apareció en el siglo XIII en Europa y fue llevado en el

siglo XV a América por las colonias hispanas, se recuerda a la chirimía del Pacífico norte co-lombiano, hoy gran parte situada en la ciudad de Medellín y sobre todo en la Comuna 7. Allí se evidencia la raíz de la diáspora negra, viva, como una inmensa mayoría de población, en una zona urbana cosmopolita.

Una de las reconocidas chirimías en la Co-muna 7, Americafro, afirma orgullosamente que “hasta San Francisco de Asís, patrono de Quibdó, cobraría vida pa’ hecha pase y gozárse-la: ¡así que resuenen los timbales, qué tumban murales y qué chillen los platillos pa’ que salte-mos como grillos!”, esboza Sergio Giraldo, inte-grante del grupo musical, que al ser preguntado por su herencia africana respondió “lo tengo todo, mi sangre, mi alma, mi cuerpo y negro es el color de toda mi vida”.

El conjunto de chirimía está integrado por cuatro músicos, uno que toca la chirimía o cla-rinete (aerófono de doble lengüeta), José Polo apodado “Polo” que percute un tambor o bom-bo (membranófono de doble parche), el tercero Pedro Luis Borja, apodado “Jessy”, que toca la caja o tambor redoblante y el último, Sergio Gi-raldo, que suena los platillos. Juntos forman la mezcla de ritmos que le permiten a su gente se-guir creyendo en su resistencia y libertad social y cultural.

“A través de ella nosotros sentimos que nuestra madre patria es África, no España por-que casi todas nuestras costumbres, casi todas las cosas que podemos ver, nos permiten apre-ciar y llegar a la conclusión de que venimos de una misma raíz, en donde no hay confusión, pues es África”, señala José Irne Benítez, habi-tante de la comuna 7 que vivió durante 47 años en el Chocó.

En medio de la fiesta, Sergio Giraldo, inte-grante de la chirimía del colectivo Americafro, grita “¡Carajo, qué comience el Bunde porque estamos listos pal’ disfrute, qué suene el Clari-nete porque vamos a pasar sabroso! ¡Esto es un goce que sólo lo vive el negro, ya que nuestra sangre es picante por herencia!”

Esta es una fiesta popular, pero también se escucha en épocas religiosas. La chirimía es una forma de conmemorar la afroculturalidad, ele-var las voces y confrontar las luchas esclavistas, porque las primeras luchas contra la esclavitud, no fueron con armas sino con cantos, entre fa-milias, tribus, pueblos y regiones enteras. Atrás no se queda su gastronomía, desconocida hasta hoy, pero de gran variedad y sabor, que en en-cuentros y fiestas de gran tradición, a través del paladar, el olfato, el tacto, porque se come con la mano pelá’, y donde algunos ejercen funcio-nes de gotereros, son una muestra de la gran hospitalidad negra, siempre dispuesta a darse por completo, agreaga Benítez.

Viajando al pasado, los ancestros negros son recordados a través de la chirimía como unos dioses del sabor y por eso, es importante con-tarle a la gente que se tiene esa genética, que los distingue como afros, raizales y palanqueros.

Si bien, bailar de medio lado y empujados al revolú es sinónimo de rebelión, estos actos par-ten de los objetivos, de aquella libertad de los africanos inspirada dentro del sistema colonial y, en parte, en los castigos sufridos a lo largo de un sistema opresor. Cada baile representa la alegría y el despertar de la conciencia negra, so-bre las condiciones de vida y la gran necesidad de un cambio.

Aunque hoy son muy pocas las garantías institucionales como la Ley 70 del 1993 (ley de

las comunidades negras), que les permitan no sentirse dóciles por los grupos hegemónicos, aún parecen sentirse amenazados. Los afros son ignorados por los medios de comunicación, que representan las agendas de poderosos intereses económicos, reproduciendo contenidos racistas, pese a las diferentes infraestructuras legales que los prohíben, sepultando así en mito la igualdad racial que sólo los ritmos logran traspasar.

Fotos Elvis González

8 Mi Comuna

Las juntas de acción comunalaportando al desarrollo

Repasando la historia de las Juntas de Acción Comunal (JAC), estas organizaciones re-solvían la mayoría de los problemas relacionados con los servicios y el acceso en sus comunidades. Gracias a su trabajo, se convirtieron en una instancia fundamental para

promover la participación y aportar al desarrollo de los barrios, veredas y corregimientos.Hoy, quienes tienen mayor presencia en los espacios de planeación son los dirigentes

comunales porque las JAC comienzan a recorrer los caminos de la gestión participativa. Por eso, Habitante Siete quiso indagar por el trabajo de las organizaciones comunales y cuál ha sido su actual papel en el desarrollo de las comunidades y entrevistó los presidentes de algunas organizaciones.

Entre los entrevistados, está Mario Ochoa, el presidente de El Porvenir- Santa Margarita, quién ha permanecido en el cargo por tres períodos, es decir, diez años. Gloria Vidal, presi-denta de Villa Flora y Gladys Pilar Carmona, docente y presidenta de La Iguaná, quienes han dirigido sus organizaciones durante el último año.

La JAC de El Porvenir – Santa Margarita fue fundada el 7 de diciembre de 2000 por Walter Cano. Ochoa comenta que “otra persona y yo fundamos la junta y, por cues-

tiones que desconozco, mi nombre no aparece en la fundación, pero, eso a mí no me importa. Entonces, empecé a trabajar con el señor Cano, que a mí me pareció una exce-lente persona. Lo poquito que se, lo aprendí de él.”

Ochoa agrega, “a mí me aterraba ir a La Alpujarra y él se metía por todo ese laberin-to y aterrizaba en la oficina que era. Para mí, eso era tremendo, pues no conocía mucho […] Cuando Walter murió, me di cuenta de lo que es la gente o lo que somos después de que morimos. Según unos, él era el que ponía la electricidad y el agua de contrabando y les cobraba. Eso me sirvió para saber que en un futuro yo no debía hacer esas cosas. De los errores se aprende”.

El presidente de El Porvenir – Santa Margarita comenta “a pesar de todo yo la recibí asusta-

do porque eso de ser presidente es un potro muy poderoso. Yo la recibí en malas condiciones, por-que inclusive nos habían dado una dotación, la cual no fue entregada en su totalidad, lo que es papelería y todo eso faltó mucho”.

Seguidamente, Gloria Vidal, actual presiden-ta de la JAC de Villa Flora, afirma que recibió la organización en precarias condiciones ya que no se hizo un empalme con la presidencia anterior de la junta.

Por otro lado, Gladys Pilar Carmona, actual presidenta de la JAC La Iguaná, cuenta que la distribución por comisiones ya estaba estructu-rada con sus respectivos delegados. Se hizo un empalme con la JAC saliente y con la entrante, no obstante “muchos de los proyectos debieron reestructurarse para ajustarse a nuevas condicio-nes de trabajo.”

Mario Ochoa explica que, a pesar de las muchas críticas, los dineros públicos sí se han visto y sí le han servido

a la comunidad: “ustedes bajaron y vieron que el barriecito no está muy lindo, pero está organizado.”

“Este barrio lo recibí en un pantanero tremendo, acá no habían escalas, no había nada y lo poco que se

conseguía era para la parte de abajo, por eso empezamos a gestionar con el PP (Presupuesto Participativo) pasamanos,

escalas, limpieza de la quebrada, muchas obritas hemos he-cho en el barrio, porque para mi está muy cambiado, yo me siento satisfecho”, explica Ochoa.

Por María Isabel Muñoz Sepúlveda [email protected] y Olga Gallón Monsalve [email protected]

Liderando las JAC

¿Cómo recibieron la junta de acción comunal?

Recursos públicos Vs. Necesidades de la comunidad

¿Y el progreso de la organización ?

Fotos Elvis González

9Mi Comuna

Según Gloria Vidal, la gestión ha sido “bue-na y se evidencia mediante la respuesta de la

comunidad, si nos guiamos por las estadísticas, expresadas a través del voto, podría decir que la comunidad considera las gestiones como satis-factorias, ya que nuestros enfoques han sido la educación, recreación, salud, convivencia, me-dio ambiente, entre otras”

María Rosmira Escobar, habitante de El Por-venir, afirma “por las veces que he asistido a las reuniones, veo que los temas que han tratado son importantes y que tienen que ver mucho con el avance del barrio”.

Elizabeth Pérez, del barrio La Iguaná, afirma “sinceramente la comunidad no es agradecida, no valora el trabajo de la junta, esa es la reali-dad. La junta puede trabajar mucho, pero si una sola persona pide ayuda a la acción comunal y no se le puede resolver el problema, entonces la junta ya no sirve y la junta no puede resolverle los problemas a toda la comunidad.”

“No la ven por falta de participación de la misma comunidad, no se acercan a informarse y hacer parte los comités que están conforma-dos en la Junta. Nos interesamos muy poquito y

debemos estar más pendientes de qué es lo que pasa en el barrio”, afirma María Rosmira Esco-bar.

“El presidente del barrio vive para la parte de abajo y este sector alto no le hemos visto nada, todo se hace para la parte baja. El presi-dente nos ha invisibilizado porque no nos tiene en cuenta para las gestiones que realiza y cuen-ta con nosotros no más para reuniones para que lo apoyemos”, expone Víctor Barrera, residente de El Porvenir.

Escobar también explica que “las obras que más nos han impactado están los pasamanos, las escalas y el puente que se está ejecutando para comunicar al barrio con Fuente Clara, para toda la comunidad es un logro grandísimo por-que nos permite acortar distancias y ayuda la movilidad.”

Según el documento Conpes 3661 del 10 de mayo de 2010, se elevó la acción comunal a po-lítica pública, orientada al fortalecimiento de los organismos comunales a través de estrategias, acciones y metas concretas que contribuyan a su reconocimiento, autonomía, independencia y sostenibilidad.

El futuro de las Juntas de Acción Comunal está en desarrollo, pues en el Concejo de Mede-llín se adelanta la implementación de una políti-ca pública comunal. Los presidentes expresan lo que esperan lograr con dicha política.

“Esperamos más del apoyo del gobierno por-que somos muy ignorantes en la contratación colectiva, no tenemos los medios, también es-peramos convenios solidarios de menor cuan-tía con las JAC, ya que somos esenciales para el progreso de las comunidades”, afirma Mario Ochoa.

“Que se tenga una visión integral y compro-metida verdaderamente con la comunidad y no con el crecimiento de líderes egoístas. Volvien-do a los valores de transparencia, logrando un trabajo en equipo, propiciando la autogestión”, comenta Gloria Vidal.

“Esperamos que se determine una estructura para fortalecer las 476 JAC que hay en Medellín, de las cuales 46 son de la Comuna 7, y que se han destacado por su trabajo en el territorio”, explica Gladys Carmona.

“Pues, el trabajo se puede mejorar volviendo a la década de los 40, cuando todos traba-

jaban por un bien común y se realizaban obras en convites. Cuando se construían caminos, es-cuelas, iglesias, entre otros, sin apoyo del Go-

bierno. Además, nosotros no podemos permitir que se tejan intereses políticos dentro de los or-ganismos comunales; siendo más consecuentes entre el decir y el hacer”, afirma Carmona.

Gladys Pilar Carmona explica que las accio-nes comunales son importantísimas, por-

que son las organizaciones sociales más grandes e importantes del país porque la acción comunal aporta al crecimiento del país.

Carmona agrega, “además los procesos or-ganizativos comunitarios son muy valiosos. Los aportes y la formación de los miembros de la JAC permiten gestionar recursos y desarrollar proyectos para la comunidad, más allá de los di-

neros públicos. Otro factor que le da peso a las juntas es, que al conocer y estar inmersos en el territorio, respaldan no sólo a los planes de de-sarrollo municipal, con más pertinencia.”

Elizabeth Pérez, habitante de La Iguaná, co-menta que “las juntas son importantísimas, un barrio sin junta no logra nada, la acción comu-nal es la que pelea los derechos de la comuni-dad.”

¿Cómo ve la comunidad la gestión de las JAC?

¿Cómo puede mejorarse el trabajo de las Juntas de Acción Comunal?

¿Cuál es la importancia que tienen las JAC?

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NacoNaco

Nacoun artista llenode colores

Por Fernando Castañeda - [email protected]

Habitante 7

Nelson Alonso Calle Ortiz, más conocido como “naco”, es un maestro del lápiz y el papel, un artista que, cuando combina los colores, llena sus obras de una identidad que le permite al espectador comprenderlas, incluso relacionarse con ellas. Habitante Siete se reunió con Nelson Alon-so, un visitante asiduo del Parque de los Pájaros Caídos, para hablar sobre su trabajo y su gusto por este ya emblemático lugar de la Comuna 7.

“Desde que estudiaba en la Escuela Jorge Ro-bledo, los profesores me llamaban para dibujar mapas, próceres de la Independencia, plantas y paisajes, yo tenía unos nueve años. Luego, miré a la naturaleza y a mi entorno y plasmé, a mi manera, mis ideas sobre los diferentes escena-rios que me rodeaban, abiertos y cerrados. Des-pués, vino mi estudio en el Instituto de Bellas Artes y allí me formé como artista plástico”.

“Como un sentir, un vivir mi vida, esa es mi fi-losofía”

Naco, ¿podemos hablar un poco de su vida ar-tística?

¿Cuáles son las técnicas que más utiliza?

¿Qué artistas influyen en su trabajo?

¿Qué lo inspira? ¿Qué nutre su imaginación?

Además de la pintura, ¿qué hace?

¿Cuál es su visión del arte aquí, en la Comuna 7?

¿Qué ocurre cuando termina una obra?¿Cuándo nace su interés por el arte?

¿Cómo define su arte?

Claro que sí, ¿por qué no?

Me gusta mucho el cubismo, uso óleos, acrílicos, también, lápiz, carboncillos, que van acompaña-dos de la música y a veces del silencio para exi-

girme más.

Débora Arango, Fernando Botero, Omar Rayo, Negret, Salvador Dalí… Picasso, ¿sabe?, su Guernica (obra representativa del bombardeo de Guernica, en España) me gusta mucho, lo mismo me pasa con Sekeiro y su obra el Gri-to Desesperado, Influyen también, Frida Kahlo, Henry Clerk, con quién compartí parte de mi reclusión en el extranjero, él es un artista negro de ojos azules, su trabajo es pintar figuras des-conocidas”.

“Mi entorno, mi familia, los pocos amigos, mi perro, mis reminiscencias, mi nostalgia…”

“Hago esculturas, cortes de lámina en hierro y bronce que fundo y fraguo en los talleres de los amigos.”

Los pocos artistas que hay aquí todavía están dedicados al costumbrismo, al paisajismo y al arte figurativo. El Gobierno debe fomentar el arte y la cultura, no a toda hora flores, plantas y montañas, ¿no somos innovadores, pues?”

Nelson se describe como el pintor de la ale-gría y la nostalgia, de un pasado, un presente y de un futuro, porque se puede asegura que todos los días el reloj de su alma se refugia en los pequeños tubos de colores, para despertar al otro día, con más inspiración y combinarlos en sus figuras psicodélicas de una expresión máxi-ma que hace temblar el alma de emociones.

“La pintura me exige, sé que la obra deber te-ner calidad para quién la vea, disfrute y a la vez descanse. Yo también la miro, la disfruto, la con-templo y luego pienso que va a estar en buenas manos”.

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Fotos Alirio Bedoya

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Por Ruby Palacio - [email protected] y Sara Foronda - [email protected]

Entre Todos

Antonio Torres,nuestro paisano

A Antonio Torres, la mayoría de las personas le dicen “paisa-no”, él es un personaje proveniente de la tribu Katío, del mu-nicipio de Dabeiba, en el Urabá Antioqueño, que vive hace

aproximadamente dos años en el sector Aures II. Don Antonio Solís Torres se considera auténtico, defensor de los derechos humanos, de los indígenas, disfruta estar involucrado en los procesos sociales de la comunidad, en la recreación de niños.

Como conservador de sus raíces y cultura, tiene en claro quiénes somos, nuestro devenir, del desentendimiento de la sociedad respec-to a sus raíces indígenas y afrodescendientes, pues la misma ha de-jado atrás el conocimiento y la práctica de costumbres autóctonas. Don Antonio es un ejemplo de persistencia y de trabajo honesto.

Él cuenta que “provenimos de la Pacha Mama, la verdadera mamá de todos los seres en la tierra, a donde debe regresar todo muñón umbilical. Esta práctica no es muy comprendida por la so-ciedad, porque nuestros predecesores, las poblaciones indígenas, son agrupados dentro de las minorías, casi que demeritando su in-fluencia en toda nuestra cotidianidad y modo de vida”.

Hablar con don Antonio invita a conocer, a escuchar más y más sobre lo que nuestros indígenas tienen por contar, incentiva a bus-carlos, deja la consigna de acercarnos a nuestro devenir histórico, a conocer una historia más de cerca, ¿y por qué no? ser miembros activos en una sociedad que busca conocer sus predecesores

Don Antonio hace un recuento histórico resaltando el conoci-miento del pasado, partiendo de los paradigmas de quién soy yo, que son complejos, porque hay un desconocimiento global, pues la enseñanza de las ciencias sociales en nuestra cultura es referenciada en una guía que desconoce otros conocimientos de culturas inmer-sas que merecen ser transmitidos.

Con la frase Dayi Drua, que del Katío traduce “nuestra tierra”, don Antonio persuado acerca de la pregunta de si nosotros somos de la tierra, o la tierra es de nosotros. Él, además de hacer parte de la junta acción comunal, intenta generar conciencia ambiental haciéndonos saber que la Pacha Mama (madre tierra para los indí-genas) está en un proceso de cambios desfavorables, presentándose fenómenos tales como el derretimiento de los polos, el calentamien-to global y el deterioro de la atmósfera, los cuales, según él, “no tienen vuelta atrás debido al hecho de que por donde el hombre blanco pasa, deja estelas de miseria, como ha venido sucediendo con nuestros hermanos de la Sierra Nevada de Santa Marta que cada día cuentan con menos territorio.”

En todo caso, hablar con don Antonio es abrirse a un conoci-miento que se siente como un brisa fresca que abre a nuevas acep-ciones, a generar hipótesis, a cuestionar lo que antes era incuestio-nable a cerca de nuestro devenir en la tierra.

Foto Elvis González

12 Signos Vitales

¿Cómo va la saluden Robledo?

Por Clara Inés López - [email protected]

“Con la entrega de este nuevo centro de sa-lud, y el construido recientemente en San Javier, se quiere sembrar un componente fundamental, que es la salud, un acceso más fácil, más adecua-do, mejor calidad, mayor facilidad en el acceso de servicios de salud para estas dos comunida-des de la ciudad”, agregó Gaviria Correa.

La construcción del centro de salud empleó a aproximadamente 80 personas de los sectores aledaños en el transcurso del año de duración. El costo de la realización de este proyecto tuvo un valor superior a los dos mil 800 millones de pesos y, tanto líderes comunales, como veedores estuvieron al acompañando el proceso.

Con la ejecución de este tipo de proyectos se busca el mejoramiento y la extensión de los servicios de salud que se prestan en la ciudad, aportando así al desarrollo y la accesibilidad de las comunidades a una mejor y más amplia red de atención en salud generando así desconges-tión a la hora de obtener estos servicios.

Infortunadamente, no ha sido lo que se había esperado como centro de salud, ya que su aten-ción no ha sido la adecuada para un proyecto de esta categoría en la cual los únicos perjudi-cados son los usuarios, que esperaban que fuera un aporte para el mejoramiento de su salud y su comodidad.

Los centros de urgencias como San Cristó-bal, Doce de Octubre y Castilla que no hacen parte de la comuna 7 , pero que apoyan la red de salud de la misma, ofrecen atención de red hospitalaria y con ella prestando servicios de urgencias, laboratorio, citas médicas, entrega de medicamentos y especialistas entre otros.

Sin embargo no han sido suficientes para cubrir las necesidades de los usuarios, ya que las urgencias se congestionan debido a que el sistema que usa Metrosalud para prestar sus servicios no funciona correctamente, tanto en los centros de salud como en los de urgencias, haciendo que la espera de la atención sea tedio-sa para pacientes y acompañantes.

Este medio es apoyado parcialmente con dinerospúblicos priorizados por habitantes de la Comuna 7(Robledo) en el Programa de Planeación Local yPresupuesto Participativo de la Alcaldía de Medellín.

La red de centros de atención en salud de la Comuna 7 es apoyada por Metro Salud y por los centros de salud de urgencias más

cercanos, como los del corregimiento de San Cristóbal, los del Doce de Octubre y Castilla complementando así el servicio de salud que se presta en Robledo.

Los usuarios han manifestado que la presta-ción de los servicios ha sido muy regular en los diferentes centros de salud de la Comuna. Se-gún la señora Masciarelly Martínez, usuaria del centro de salud de Pilarica, “la atención recibida es buena en cuanto a medicina general y odon-tología, pero estos centros no prestan servicios especiales. Por lo demás me he sentido bien atendida porque la entrega de medicamentos y las citas han sido muy oportunas”.

Otro centro de salud de la comuna 7 es el centro de salud de Civitón, ubicado en el barrio Aures, del cual sus usuarios comentan que el servicio que presta no es el adecuado ya que su atención está muy por debajo de lo que se había esperado como centro de salud de apoyo, son frecuentes los medicamentos incompletos y la demora en las citas médicas.

Por otra parte, para mejorar la prestación de servicios de salud en la Comuna 7 el alcalde de la ciudad, Aníbal Gaviria Correa, inauguró el centro de salud San Camilo, ubicado en el barrio El Diamante, con el objetivo de beneficiar los residentes en los barrios Bello Horizonte, Villa Sofía I y II, Aures I y II y, por supuesto, El dia-mante. Además, los barrios Kennedy y Miramar, de la Comuna 6, también se verán beneficiados.

Entre los servicios que prestan en el nuevo centro de salud se destacan odontología, labora-torio clínico, vacunación, seguimiento al desa-rrollo infantil, entre otros que representan un gran impacto en el mejoramiento de la calidad de vida de los residentes.

Por su parte el Secretario de Salud, Gabriel Jaime Guarín, expresó que “la idea es que la comunidad que se beneficia con este centro de salud, también se integre a la red de otro nivel de salud más complejo que será garantizada por el Hospital General, la Secretaría de Salud y la Nueva EPS que tienen un conjunto de espacios modernos para una mejor atención de las per-sonas en Medellín.”

Fotos Mario Martínez

13Aprender y Jugar

Gravedady descenso en Robledo

Por Michelle Quiroga [email protected] y Marcos Galeano [email protected]

Graviteros, bicicleteros o hasta gamines que se bajan a gran velocidad por las lomas de Robledo son algunos de los

nombres con los que denominan quienes no conocen a este grupo de aproximadamente 150 jóvenes, entre ellos hombres y mujeres entre los 10 y 28 años.

El Gravity Bike es un deporte mundial con una existencia de más de 30 años, y en otros países cuentan con pistas especiales. Sin em-bargo, en Colombia no se cuentan con las me-didas reglamentarias ni los espacios adecuados para practicarlo; quienes lo hacen sin equipo de protección ponen en peligro sus vidas.

Este deporte puede resultar desconocido para muchos, pero se extiende cada día en todo el mundo y por supuesto en Medellín. Se trata de una actividad existente desde hace aproxi-madamente diez años en la ciudad y consiste en descender en una especie de bicicleta modi-ficada, que puede ser una BMX, con el sillín to-talmente bajo, apoyos en el eje trasero, bielas paralelas sujetadas con unas abrazaderas re-sistentes para darle a los pedales la función de reposarrodillas; este accesorio es opcional ya que pueden ser usadas sin bielas y sin cadenas.

Las bicicletas tienen un valor aproximado de 200 mil pesos y permiten un rápido descen-so por un puerto de montaña sin más impulso

que el que proporciona la gravedad de la pen-diente. El resultado es una velocidad de vértigo y mucha diversión. Mateo, un adolescente de catorce años, residente del barrio Fuente Clara y estudiante de séptimo grado, quien practica este deporte 4 horas al día, tres veces por se-mana, comenta: “el terreno tiene que ser una carretera bien pavimentada, que presente alti-bajos, que no tenga huecos y preferiblemente con ausencia de la policía”.

Habitante Siete trató de contactar a las autoridades policiales, especialmente las que están presentes en el CAI de la 80 con la 80, para explicar qué pasa con esta práctica que no es permitida en zonas urbanas y cuál es el procedimiento con las bicicletas; sin embargo, la información no fue entregada debido a pro-cedimientos internos de la Policía Nacional.

Mateo tiene muy clara la razón por la cual está obstinado con esta experiencia: la descar-ga de adrenalina que siente en su cuerpo es el clímax de tan controversial práctica, que ha dejado en su cuerpo notorias cicatrices a causa de caídas en su bicicleta, que, según él, “le en-señan a ser un mejor gravitero”.

Eddy, de 19 años, manifiesta estar cons-ciente de los riesgos que se corre al practicar este deporte, pero que su terquedad y la falta de espacios y alternativas lúdico-deportivas lo

mantienen haciendo Gravity Bike. Antes de descolgarse por la pendiente, Eddy encomien-da su vida a Dios y a su madre, que antes de salir de su casa le advierte de los peligros que corre y del cuidado que debe tener.

Eddy coincide con sus demás compañeros afirmando los malos tratos dados por parte de las autoridades: ellos aseguran recibir agre-sión verbal y física cuando son sorprendidos. Además de golpearlos, emprenden contra sus bicicletas, apuñaleándoles las llantas. Según registros de otros medios locales, la Policía Nacional intenta controlar los espacios donde se realiza la práctica, dada su naturaleza ilegal.

Estas bicicletas pueden alcanzar una velo-cidad de 100 kilómetros por hora. Hay quie-nes aseguran que esta competencia puede ser comparada con la Fórmula Uno o el Moto GP, pero, para ello, debe ser practicada con todos los implementos de protección necesarios para garantizar la seguridad de los deportistas.

En la Comuna 7, esta actividad se practica descendiendo por la Vía al Mar, de manera ile-gal. Esta es una zona de alto tráfico vehicular y con curvas cerradas, lo cual implica un mayor riesgo para los graviteros, quienes en su ma-yoría lo realizan sin ningún tipo de protección reglamentaria.

Fotos Elvis González

14 A Pulso

HoracioPor Beatriz Yanet Duque Jaramillo [email protected]

Don Horacio vive hace 46 años en el barrio Au-res I y es uno de sus fundadores, pues en ese momento pertenecía a la JAC. Con ganas de

salir adelante por sus propios medios y cansado del trabajo tan pasado y mal pago en la Mayorista, don Horacio decide abrirse camino por sus propios me-dios, y por cosas del destino o de Dios, conoce a un señor llamado Alberto, quien tenía una panadería lla-mada Propan en el centro de la ciudad. Este le enseña sus recetas, sus secretos y todo lo indispensable para empezar a realizar su negocio, en el cual predomina-ban las galletas. Con todas las pruebas y ensayos de esta receta sale a flote la idea original de una cocada.

Comienza su capital con unas docenas de galletas hechas en el horno de su casa y sale a promocionarlas en los negocios del Centro, en las chazas, vendiéndo-las de contado para poder comprar más materia pri-ma. Al ver los resultados que le arrojaba esta peque-ña muestra, un día sale en busca de algo más grande, entonces ofrece su producto en las agencias, quienes no le dan luz verde ya que no tenía licencia sanitaria.

Al entrar al lugar donde se elaboran las cocadas de don Horacio, se encuentran grandes pailas, cucha-rones, hornos, latas para asar, trapos que hacen las veces de guantes y varios rollos de bolsas de polietile-no de dos tamaños para el empaque. Y es aquí donde inicia nuestra historia.

Como don Horacio era el fiscal de su Junta de Ac-ción Comunal, ésta le ayudó para gestionar con gente que sabía de estos trámites y seguir con su proyecto. Luego, le proporcionaron un espacio más adecuado

para elaborar su producto, pues la manipulación de alimentos debía hacerse con más calidad.

La autoridad sanitaria visitó sus instalaciones, le otorgaron la licencia y un nombre comercial. Coca-das El Progreso, donde Horacio explica que le dio este nombre porque “un día en el centro de la ciudad vi una flota de buses que tenía el nombre de El Progreso y yo pensé que lo que quería era progresar como ellos y de ahí el nombre”.

Regresó nuevamente a las cigarrerías y le pidieron la muestra para probar su salida al comercio y el pro-ducto dio el resultado esperado, inundando no solo las cigarrerías sino también el supermercado Almace-nes El Mar, por muchos años. En sus comienzos, solo trabajaban don Horacio, su esposa y sus tres hijos. Debido a la demanda, se vio obligado a contratar per-sonal para la zona de empacado que eran estudiantes y amas de casa, luego contrató cuatro empleados más para el proceso.

Con esta microempresa, logró el sustento, no sólo para su familia, sino también el de vecinos que se in-volucraron en el proceso. Don Horacio cuenta que “el secreto de las cocadas está en lo tostaditas, el color y el sabor debido a las esencias que le dan un excelente sabor”.

Actualmente, la microempresa sigue no con tanto auge como al principio por la competencia desleal de otros comerciantes y a sus quebrantos de salud debido a su avanzada edad, pasó de producir veinte arrobas semanales a solo cuatro. Sin embargo, don Horacio sigue en pie, pues su deseo de progresar no ha muerto.

“No importa la manera en que lo planeas, si no en como logras que pase”

Las galletas de donFotos Elvis González

15A Viva Voz

Por Mariana Ospina Ramírez [email protected]

En la última década, los proyectos civiles y urbanísticos han tomado mucha más fuerza en la ciudad de Medellín y una de

las zonas en donde más se destaca la influen-cia de tales proyectos es la Comuna 7.

De todos estos proyectos se han benefi-ciado muchas personas que tenían la ilusión de tener una casa propia y un lugar digno en donde vivir. Esto es algo muy positivo, cuando se dice que Colombia es un país en proceso de desarrollo y, más aún, cuando las obras se hacen a favor de la ciudadanía.

Pero, por más desarrollo que haya en la ciudad y por más nuevos proyectos que se eje-cuten, no podemos dejar de lado el medio am-biente, que ha sufrido las consecuencias de un “estilo de vida moderno” impuesto en nuestra sociedad. Es triste ver que de todo este desa-rrollo ha traído consecuencias nocivas para la flora y la fauna que hacen parte de Robledo.

Estamos completamente invadidos, se pre-senta contaminación de varios tipos y oríge-nes, ya sea auditiva, por los procesos de exca-vación, la contaminación de las quebradas, por la sobrepoblación y la deforestación, producto de la necesidad de espacios para ejecutar los proyectos. Ya hasta se nota que el aire no es

el mismo de antes y por esto han empezado a desaparecer especies animales que no logran subsistir a estos cambios de estructura que les hemos impuesto.

Sin dejar atrás el crecimiento estructural que ha aumentado de una forma desmesura-da, la Comuna 7 se ha convertido en una co-muna con problemáticas de sobrepoblación ya que las consecuencias medioambientales no sólo tienen que ver con los nuevos proyectos urbanos para la ciudad, sino que también el crecimiento demográfico suele jugar un papel importante, porque a más personas, mayor consumo de los recursos naturales.

El problema es que no sólo han disminuido estos recursos, sino que también hay una ma-yor difusión de gases tóxicos, como el dióxido de carbono proveniente de automóviles y los metanos derivados de la basura mal dispuesta en nuestro territorio. Lo que se traduce en otro punto para la contaminación, pues no hay una cultura de reciclaje y la gente prefiere echar todo a un mismo recipiente, sin importar que haya materiales que se pueden rescatar como el papel, el plástico, el cartón y el vidrio.

Si usted vive en Robledo, ayude a cuidar el medio ambiente. Comience por reciclar, por

ahorrar agua, camine o use una bicicleta, así usted cuida su planeta, contribuye a disminuir los índices de contaminación de la Comuna y ayuda a su cuerpo a que goce de una buena salud.

No olvide que todos los que habitamos en Medellín ya hacemos parte de esta sobrepo-blación que no sólo es una problemática que afecta su presente, si no también que las gene-raciones venideras también sufrirán sus efec-tos.

Lo mejor es que cada uno de nosotros em-piece a poner su granito de arena con el único fin de preservar el medio ambiente para que la poca fauna y flora que queda pueda sobrevivir y, de algún modo, también los habitantes que vivimos en la 7 podamos beneficiarnos y tener una mejor calidad de vida y estar en un com-pleto equilibrio con la naturaleza.

Por eso yo invito a la Comuna 7 para qué empiecen a crear una conciencia más sana y no requiere mayor esfuerzo, es solo cuestión de tener voluntad de hacer las cosas y de que-rer nuestra naturaleza, ya que cuando estamos en armonía con ella también lo estamos con nosotros mismos y con las personas que que-remos.

responsabilidad de todos

El medio ambiente es

Fotos Elvis González

16 Reverso

Por Angie Lozano - [email protected] y Nicolás Corpus - [email protected]

Ilustración por Giovany Ramirez

¿Quién imaginaría la presencia de personas tan particulares como los musulmanes en nuestra ciu-

dad? Los fieles de Alá se reúnen en una masa próspera de casi 300 congregados en la Mez-quita de Medellín, que se constituyó hace nueve años, cuando el señor Habdul Haaq comenzó a buscar a los árabes residentes en la ciudad.

El Centro Cultural Islámico de Medellín es la entidad con personería jurídica que agrupa a la comunidad islámica. Alrededor de esta comunidad, se generaron una serie de cambios para la vida de muchas personas, pues encontraron un sitio para practicar sus creencias, empezar a posicionarse y así salir del anonimato de la ciudad. Pocos pensarían que aquí, donde la Iglesia Católica y las comunidades cristianas son los dogmas prevalecen, se en-contraría una religión del medio oriente.

Por eso, Habitante Siete decidió buscar estas historias en Robledo y encontró algunas per-sonas que practican esta religión, pese al esfuerzo, decidieron pasar desapercibi-das ante la opinión pública. Sin embar-go, gracias a ellos, fue posible contac-tar a Marcela Cata-ño, una musulmana del barrio La Flores-ta. Esta es su histo-ria.

La mezquita es

lugar de reunión para los islámicos, el equi-valente a una iglesia católica, y está ubicada en el barrio Belén. Allí, está Marcela, una jo-ven de 19 años de edad, que decidió entregar-se a Alá a sus tan solo 17. Ella cuenta cómo ha sido este proceso, que es muy riguroso y de mucho carácter: “dije esto tiene que ser negro o blanco, pero no gris. No puedo prac-ticar la religión a medias, por eso decidí cu-brirme”.

Pese a la inconformidad que sentía con su pasado religioso como cristiana, en el cual, según Marcela, no encontraba a Dios en su totalidad y dudaba de los doctrinas de esa iglesia, un día, junto a su tía y sus primos, se hizo partícipe de la mezquita, donde halló

y sembró su nueva fe. A partir de este

m o m e n t o , ella cam-

b i ó p o r

completo su estilo de vida. Marcela cuenta también, que al igual que

muchas mujeres residentes en Medellín, no le ha sido fácil compaginar en la sociedad con esta nueva identidad, ya que la vesti-menta y el comportamiento son totalmente diferentes: “Por mi vestimenta, la gente me mira raro, ya que esta sociedad es esclava de la vanidad, aquí prima la mujer como un ob-jeto de deseo y no como de respeto’’.

El vestir de una musulmana consiste en un hábito que tiene el fin de guardar su be-lleza para el esposo, ya que son considera-das las joyas de Alá y no pueden exhibirse, porque sería considerado un irrespeto para la comunidad. Ella, también explica como el Islam es una de las religiones más antiguas y arraigadas a través de la historia, ya que el Corán en ningún momento ha sido modifi-cado, en más 1400 años, a diferencia de otras creencias.

Muchos deciden emigrar a exterior, para poder encontrar esa libertad que aquí no tie-nen, porque en Colombia se considera que el Islam es una religión de supresión a la mujer y muy radical. Marcela desmiente esta postu-ra, “los medios se han encargado de despo-tricar sin tener un criterio profundo sobre el Islam, somos atractivas para nuestro es-poso, no para la sociedad”.

Por ahora, seguirá viviendo en el país, añade “quiero quedarme junto a mi esposo, aunque él sea de Londres, y formar una familia, y claro seguir estu-diando Islam, necesito más saber sobre este camino que escogí”.

*Assalamu alaikum es una palabra árabe que literalmente significa “la paz” y es más utilizada como un saludo ge-neral.