Percepción y confrontación de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva Objetivo específico: Los...

25
Percepción y confrontación de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva Objetivo específico: Los formadores valoran la importancia de percibir los rasgos de madurez e inmadurez afectiva y de confrontarlos a los seminaristas

Transcript of Percepción y confrontación de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva Objetivo específico: Los...

  • Percepcin y confrontacin de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva

    Objetivo especfico:

    Los formadores valoran la importancia de percibir los rasgos de madurez e inmadurez afectiva y de confrontarlos a los seminaristas

  • Seis acciones del formador para ayudar a los seminaristas a crecer en la madurez afectiva. Garantizar la presencia.Establecer un clima de confianza. Escuchar cuidadosamente. Confrontar humildemente. Catequizar y clarificar. Valorar el progreso.

  • Garantizar la presencia

    Es imposible formar sin estar presente.

    La presencia de los formadores viene caracterizada por el respeto y la prudencia.

    Deben ser muy conscientes de lo que hacen.

  • Garantizar la presencia

    El modo de esta presencia tiene tres notas fundamentales

  • Es una presencia fraterna en la que hay un trato bsico de igualdad en el camino discipular. Implica que el formador permanece en camino y est dispuesto a aprender. Aprende especialmente de los seminaristas lecciones de fe.

  • Es una presencia paterna

    profundamente desigual.

    Implica una coherencia fundamental.Esto le da la capacidad de obrar con verdadera autoridad y humildad.

  • Presencia como equipo

    Lo que ocurre en el equipo es significativo. Ofrecer un mensaje sin palabras del que depende la autoridad de los formadores. Repercute profundamente en la comunidad.Por eso el primer trabajo es el equipo formador.

  • Presencia a diversos nivelesEl nivel de la Gran comunidad.

    Participacin alegre y profunda en la vida del seminario, desde el horario cotidiano hasta los eventos festivos.

    El formador es un miembro relevante de la comunidad, consciente de la importancia del ejemplo que da.

  • El nivel de la Etapa. Es una presencia cualificada, tanto del prefecto como del director espiritual. Cualificada por ser ellos quienes presentan una propuesta formativa. Coherencia de quien aplica a s mismo los contenidos de la formacin. Habla de lo que vive y por eso tiene autoridad. Habla con la verdad y por ello es fraterno.

  • El nivel del Curso. Delante del curso el formador tiene una misin confrontadora. Es el garante de que el clima comunitario sea formativo. Evitar ser compadre y al mismo tiempo ser aguafiestas. Participa con alegra y con la misma alegra y simplicidad pone los puntos sobre las ies.

  • El nivel de la Persona.

    Presencia amigable, atento a la situacin de cada persona.

    Valiente para confrontar tolerando el rechazo que provoca la confrontacin.

  • Establecer un clima de confianza

    Establecer un clima de confianza en torno a la materia concreta de la formacin.

    Garantizar que pueda hablar sin temor, sin necesidad de deformar sus percepciones para ganar la aprobacin del formador.

  • Evitar dos extremos: Que sea percibido como un juez dispuesto a emitir una condenaQue sea percibido como un manga ancha dispuesto a permitir cualquier clase de comportamiento. El punto de equilibrio es la verdad. Educa en el amor a la verdad

  • Ejemplo: Las faltas disciplinares Darle libertad de compartir sus fechoras sin reprimendas o una represalias. Pero debe saber que el formador no es un cmplice o un alcahueteDe modo que el dilogo le exige un cambio. Es necesario que el formador haya superado una visin rgida de la disciplina como si ste fuese el criterio ltimo de idoneidad vocacional.

  • Ejemplo: El comportamiento sexualEvite cualquier juicio moral sobre el tema, dispuesto a mostrar comprensin. El tema viene enmarcado en un contexto formativo y en una invitacin a vivir la castidad discipular y el celibato sacerdotal. Esto implica explorar los posibles motivos de tal comportamiento. Es necesario que el formador sea honesto consigo mismo en lo que se refiere a su propio comportamiento sexual.

  • Escuchar cuidadosamente.

    La escucha y una observacin compasiva

    Consiste en mirar la realidad objetiva del seminarista, sobre todo su fragilidad, con verdadera misericordia.

  • Es una observacin detallada

    Observar bien hasta tener la certeza de que vale la pena confrontarlo.

    No arriesgarse a hacer un juicio superficial o equivocado

  • Una observacin respetuosa

    Sabiendo salen a la luz realidades que pertenecen a la intimidad de las personas

    Poner atencin al modo especfico como gestiona su personalidad, intuyendo los resortes que se mueven en el fondo, es decir, las motivaciones.

  • Confrontar humildemente.

    Es el acto central del formador.

    La observacin cuidadosa se transforma en una advertencia fraterna hecha con autntica caridad pastoral.

  • Debe buscar slo el bien del seminarista.

    Garantizando que el seminarista se sienta amado en la correccin

  • El formador slo puede aproximarse a las motivaciones. Quienes de verdad las conocen son Dios y l mismo. Slo Dios escruta el corazn y conoce las intencionesLa confrontacin es slo una humilde aproximacin, no una certeza, y mucho menos una sentencia. Usar trminos como: me da la impresin, probablemente, quiz me equivoco, salvo mejor opinin.

  • Catequizar y clarificar.

    Una enseanza que es garanta de objetividad

    El formador comunica aquello que la Iglesia piensa

    Ayuda a superar la ignorancia del valor objetivo o de los medios para ponerlo en prctica.

  • Enfrenta el peso de una costumbre difcil de cambiar.

    Tambin cuando no comprende el valor y no anhela vivirlo.

    Ensear los valores con paciencia y detalladamente. Explicar las cosas una y otra vez, facilitar que el mismo seminarista se exprese con sus propias palabras.

  • Los valores revisten, tambin para el formador una permanente novedad.

    Catequiza no como quien posee una verdad, sino como quien contempla la verdad que est por encima de sus propias percepciones.

  • Valorar el progreso.

    Consiste en observar el progreso, valorar su esfuerzo y expresar esta valoracin en trminos de congratulacin.

    Mostrar un juicio positivo.

    Est posibilitando el optimismo y la confianza en s mismo y en que ser capaz de continuar creciendo en el futuro.