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    * Agradezco los comentarios del Dr. Hugo Zemelman, del Dr. Ulises Toledo y del Dr. Paulo Henrique Martins, de borradores anteriores del trabajo, as

    como a los dos evaluadores annimos de la RES. El texto es r esultado de la revisin y reflexin realizadas en el marco d e la investigacin La educacin

    chilena no se vende Se Defiende!, que actualmente desarrollo para obtener el grado de Doctor en Ciencias Sociales, gracias al apoyo de Conicytmediante la Beca de Formacin de Capital Humano Avanzado. Por supuesto, cualquier error es exclusiva responsabilidad de quien escribe.

    v Acadmico e investigador del ICSO Universidad Diego Portales, Chile. Estudiante de doctorado en Ciencias Sociales, Universidad de Chile.Correo elec trnico: [email protected]

    Pensamiento epistmico y conocimiento social:

    emergencias y potencialidades en la investigacin social*

    RESUMENEl artculo plantea un ejercicio de pensamiento epistmico y metodologa crtica para el desarrollo de la investigacin social.Luego del diagnstico de la situacin actual de las ciencias sociales (introduccin), en la primera parte del texto se propone la

    estrategia epistmico-metodolgica por seguir. En la segunda parte se realiza un dilogo entre la teora del Presente Potencial

    de Hugo Zemelman y los planteamientos de la Sociologa de las Ausencias y de las Emergencias de Boaventura de Sousa Santos.

    Para despus proponer, en la tercera parte, una aproximacin investigativa crtica a la realidad social y los sujetos colectivos. El

    escrito cierra con la evaluacin del ejercicio propuesto y una reexin sobre la posibilidad de aplicacin emprica de la propuesta.

    PALABRAS CLAVEPensamiento epistmico, metodologa crtica, investigacin social, realidad social, sujetos colectivos.

    Epistemic Thought and Social Knowledge: Emergencies and Potentialities in Social Research

    ABSTRACTThe article presents an exercise of epistemic thought and critical methodology for the development of social research.

    After diagnosing the current situation of the social sciences (introduction), the rst part of the text proposes an epistemic-

    methodological strategy to be followed. The second part carries out a dialogue between the Potential of the Present theoryof Hugo Zemelman and the tenets of the Sociology of Absences and Emergencies of Boaventura de Sousa Santos. The third

    part then proposes a critical research approach to social reality and collective subjects. The text closes with an evaluation ofthe exercise proposed and a reection on the possibility of empirical application of the proposal.

    KEY WORDSEpistemic thought, critical methodology, social research, social reality, collective subjects.

    Pensamento epistmico e conhecimento social: emergncias e potencialidade napesquisa social

    RESUMOO artigo prope um exerccio de pensamento epistmico e de metodologia crtica para o desenvolvimento da pesquisa social.

    A partir do diagnstico da situao atual das cincias sociais (introduo), na primeira parte do texto se faz a exposio da

    estratgia epistmico-metodolgica a seguir. Na segunda parte se realiza um dilogo entre a teoria do Presente Potencial

    de Hugo Zemelman e os pressupostos da Sociologia das Ausncias e das Emergncias de Boaventura de Sousa Santos. Paradepois sugerir, na terceira parte, uma abordagem investigativa crtica da realidade social e dos sujeitos coletivos. O texto

    encerra com a explanao do exerccio proposto e uma reexo sobre a possibilidade de aplicao emprica da proposta.

    PALAVRAS CHAVEPensamento epistmico, metodologia crtica, pesquisa social, realidade social, sujeitos coletivos.

    Fecha de recepcin: 18 de noviembre de 2012Fecha de aceptacin: 11 de abril de 2013Fecha de modicacin: 15 de julio de 2013

    DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.10

    Juan Pablo Paredesv

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    A la memoria del Dr. Hugo Zemelman M. Generoso maestro,

    entraable amigo y ejemplo de compromiso intelectual.

    A modo de introduccin:el diagnstico

    La globalizacin ha alterado la configuracin delo social, generando desafos para las cienciassociales en el plano del conocimiento (epistemo-lgico), de la accin (sociopoltico), y en el con-tinuo entre ambos, especialmente relevantes

    para las disciplinas latinoamericanas por su ubicacinSur en la geopoltica del conocimiento. La actualidad esuna situacin de bifurcacin, donde el menor cambiopuede originar transformaciones inesperadas (Prigogi-ne 1997; Wallerstein 1996), y es una poca de transicin,cuyos contornos no estn del todo definidos, marcadatanto por la oportunidad como por la incertidumbre (DeSousa 1988 y 2005). Julio Meja Navarrete seala los im-pactos para el campo: las ciencias sociales se encuen-tran en un proceso de revisin y cuestionamiento de susfundamentos [] en particular del propio logos cientfi-co de la modernidad (Meja 2008, 1).

    Las ciencias sociales atravesaran una crisis de confian-za epistemolgica, al no poder cumplir las promesas

    modernas de emancipacin que legitimaron su lugarde privilegio y terminaron transformndose contra smismas en una forma ideolgica de legitimacin de lasubordinacin, colonial y poscolonial, del mundo fren-te a Occidente. Para B. de Sousa Santos, en nombre de laciencia moderna se destruy una serie de conocimien-tos alternativos a la ciencia occidental, epistemici-dios que implican la invisibilizacin de conocimientosque pudieran contrapesarla (De Sousa y Avritzer 2004,12). Sin embargo, hoy es posible plantear la ciencia mo-derna como una construccin occidental, es decir, unaconstruccin ideolgica particular sin el valor universaldestacado por la modernidad.1

    El actual tiempo de desfundamentacin no implicarenunciar a conceptuar lo social; ms bien, significaun mayor esfuerzo por elaborar nuevos mapas cogniti-vos, donde lo sociopoltico es parte del conocer (Follari

    1 Apoyan y refuerzan este punto las crticas instaladas por elpensamiento poscolonial latinoamericano, entre ellas, las d e Dussel(2001 y 2006), Castro (2000), Mignolo (2003), Escobar (2005), Quijano(2000), por mencionar algunos de los exponentes. Detalles, en lascompilaciones de La nder (2000b) y Castro y Mendieta (1998).

    2004, 20). Implica volver a pensar nuestro conocimien-to en un momento en que por primera vez, desde losalbores de la modernidad, estamos en condiciones de

    construir un conocimiento apto para rechazar las cer-tidumbres y los primeros principios (Follari 2004, 21).Contrariamente a la renuncia, el tiempo actual signi-fica la oportunidad de reinventar un pensamiento cr-tico, capaz de enfrentar a la racionalidad indolente dela ciencia tradicional (De Sousa 2003 y 2005). Hugo Ze-melman propone enfrentar la situacin actual con unpensamiento del umbral o del lmite, capaz de romperlos parmetros del conocimiento cientfico moderno(Zemelman 2005). Parmetros que han actuado comoescudo para no enfrentar el problema de tematizar lonovedoso, sin permitir visibilizar las emergencias so-ciales. Un conocimiento del umbral se esfuerza enconstruir nuevas categoras, incorporando no solo loracional-cognitivo, sino lo afectivo, lo volitivo e imagi-nativo (Zemelman 2005, 13-14).

    Entre Follari, Zemelman y De Sousa Santos se da unacoincidencia: repensar las ciencias sociales y sus impli-caciones en la tarea de conocer, aceptando la contingen-cia de lo social, sin abandonar una perspectiva crtica.Aunque presentan diferentes argumentos, comparten latarea de reinventar el conocimiento social, debido a unainconformidad con las actuales formas de plantear la re-lacin entre el conocimiento y lo social. Este reinventar

    el conocimiento social es visto como la tarea de incorpo-rar lo novedoso y sus alcances.2

    Aceptando el diagnstico, el escrito propone un ejercicioepistmico-categorial que, asumiendo una perspectivacrtica, mantenga el horizonte de apertura (potencialy emergente) en la construccin de la realidad social,en lo que se ha denominado la reestructuracin delas ciencias sociales en Amrica Latina (Castro 2000).El texto plantea la siguiente estructura argumentativa:1) partimos de una reflexin epistmico-metodolgicaque sostiene nuestra propuesta; 2) continuamos con undilogo entre las propuestas de Zemelman y De Sousa

    Santos, para elaborar nuestra propia propuesta; 3) revi-samos y discutimos los alcances epistmicos y metodo-lgicos de la propuesta; 4) cerramos con una evaluacindel ejercicio y breves notas sobre las lneas de investiga-cin emprica a futuro.

    2 En las ciencias sociales latinoamericanas han proliferadovariadas posiciones y alternativas para enfrentar el perodotransicional. Ver en Meja (2008) una sntesis de las posicionesen el debate latinoamericano.

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    El ngulo de lectura: reflexinepistmico-metodolgica

    Considerar el actual momento como transicional implicala incorporacin de lo emergente y significa comprenderel conocimiento social con base en problemas. Pensarproblemas es oponerse al uso de la teora como un refe-rente de verdad o como un cierre a otras lecturas posiblesde lo observado y reconsiderar los constructos tericoscomo herramientas para pensar (Fernndez 2007, 31). Latarea de conocer no se define desde sistemas tericos queactan como formas de clausura en la fijacin de objetos,sino desde la articulacin de categoras en la produccinde problemticas. Lo anterior plantea la necesidad deformular el conocer desde otras alternativas, privilegian-do la funcin epistemolgica por sobre la terica.3 Ze-melman seala que optar por la funcin epistemolgicapermite avanzar ms all de dogmatismos tericos y con-cebir el fenmeno desde una perspectiva de apertura queno prescinde de la teora; al contrario, la reubica dentrode un pensar epistmico (Zemelman 1994).

    La funcin epistemolgica supone que un problemase aborde en el dilogo de diversos esquemas tericos,para captar la multidimensionalidad de los problemaspor conocer y en coherencia con la forma compleja de larealidad social. Zemelman entiende que el conocimien-to sobre la realidad es incompleto, ya que ella es en s

    misma inacabada y se encuentra siempre en proceso deconstruccin, por su constante movimiento. En cambio,la funcin terica reduce las mltiples dimensiones de larealidad social a las definidas y manejables por el corpusterico propuesto (Zemelman 1987 y 1992).

    De igual manera, sta supone una lgica de inclusin,coherente con una visin de apertura a lo complejo dela realidad social, mientras que la funcin terica tra-baja la exclusividad. Es decir, una lgica basada en unmovimiento articulatorio, que va incluyendo diferen-tes tiempos, espacios, procesos, hacia un momento decondensacin denominado presente. Para Zemelman,

    toda vez que la realidad se concibe como un movimien-to articulado de procesos heterogneos, una primera es-tructura de relaciones posibles ha de basarse en la lgicade la inclusin, la cual nos permite vincular conceptos

    3 Hugo Zemelman es uno de los principales promotores de esta ideaen Amrica Latina, pero no es el nico. Entre otros autores queplantean as sus investigaciones, con sus propias derivaciones,tenemos a Luminato (1994 y 1995) y Retamozo (2006 y 2009), enArgentina; Len (1997) y Quintar (2006), en Mxico, y desde unaproduccin abundante, consolidada y muy original, el tambinmexicano De la Garza (1992 y 20 01).

    sin recurrir por fuerza a una hiptesis terica (Zemel-man 1987, 41). En otras palabras, la funcin epistemol-gica del conocimiento apela a la apertura problemtica,

    y la funcin terica, a su cierre (Zemelman 2005, 70-71).

    El pensamiento terico se reduce a trabajar con la rea-lidad como exterioridad y, por ende, es una forma quesiempre presenta contenidos de realidad, es decir, esun discurso predicativo y atributivo. Al contrario, elconocimiento epistmico no tiene un contenido pre-ciso o definido en cuanto a exclusividad, y por ende,no atribuye propiedades, sino que permite plantearsefrente al problema de la realidad por investigar (Zemel-man 2011). Trabaja con categoras como posibilidadesde contenidos sin reducirse a un contenido unvoco;es un pensar categorial.

    La tarea del conocer desde el pensar epistmico es haceraprehensible la apertura, donde el contenido de la rea-lidad es una articulacin entre el lmite de lo dado y loposible de darse (Zemelman 1989, 82). De lo que se trataal producir conocimiento social, desde una ptica de laaccin de sujetos sociales y polticos, es de la construc-cin de lo posible, y no slo de lo existente, en funcinde una ruptura-apertura de la realidad, con el fin de po-tenciar lo no-conocido y reactivar la transformacinde lo existente. As, la relacin de conocimiento es unade apertura con la realidad, posible de aprehender al

    privilegiar la funcin epistemolgica, donde la funcinexplicativa o terica (de cierre) queda subordinada a larelacin de apertura fundada en el pensar categorial(Zemelman 1996, 51).

    De lo que se trata es de elaborar mtodos (abrir caminos).Para el caso, es inventar una plataforma en un campoproblemtico: el de la subjetividad colectiva en la pol-tica y en el conocimiento. Trato de proponer un cami-no, siguiendo la idea de teora como configuracin (Dela Garza 2001), mediante un dilogo entre el posiciona-miento del presente potencial propuesto por Zemelmany la ecologa de saberes formulada por De Sousa Santos.

    La forma metodolgica para enfrentar tal complejidad esva la produccin de un cuerpo de conceptos capaces de or-ganizar una delimitacin-problema, que sea cada vez msincluyente de otras posibles articulaciones del mismo, me-diante las relaciones mutuas entre los conceptos propues-tos. Al proceso inclusivo de dimensiones sobre el problemase le llama problematizacin; en ella, los conceptos sonorganizadores de la relacin de conocimiento con la reali-dad; por ende, la construccin conceptual est abierta a lasrelaciones posibles de establecer en las problematizaciones

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    de un problema eje,4en un paso de lo conceptual a lo cate-gorial (Zemelman 1987 y 1992). La productividad de plan-tear la cuestin metodolgica en el plano categorial estriba

    en releer las conceptualizaciones de la realidad, a partir dela incidencia de fuerzas sociales y polticas, considerandoposibles direcciones latentes en el presente.

    En continuidad, planteo la construccin conceptual comouna configuracin problemtica: como una configura-cin terica abierta y con diferentes niveles de precisin,que permiten ilustrar la realidad en estructuracin, lasestructuraciones ambiguas, las rupturas en las estructu-ras o las nuevas emergencias en ellas. En otras palabras,entender la construccin terica como configuracin esconcebirla en estructuracin y desarrollo, que exponeelaboraciones incipientes y otras ms acabadas, peronunca considera el cierre definitivo de la configuracin(De la Garza 2001). La configuracin permite observar lopreciso como lo impreciso de la relacin del conocimien-to, vinculando lo observable con lo inobservable a travsde la idea de continuidades y complejidades.

    Plantear la discusin desde una concepcin de la teoracomo configuracin basada en conceptos ordenadores esestablecer diversas modalidades de conocer. Con esto, larelacin de conocimiento nunca puede ser monoltica, li-neal, unidireccional, ya que est abierta a su propia com-plejizacin para enfrentar a la realidad. Tanto para De la

    Garza como para Zemelman, esto implica potencialmenteestablecer relaciones con otras formas de conocimiento,no slo con el cientfico,5a la vez que fijar los criterios re-flexivos de su propio operar. El dilogo con otros lenguajespermite profundizar la tarea del conocer, al expandir las re-laciones de conocimientos a otros territorios de la realidad.Esto se acerca, como se plantea ms adelante, a la ecologade los saberes propuesta por De Sousa (1998 y 2005).

    Intento formular un ngulo observacional que se abre aconocer la realidad mediante un razonamiento proble-matizador, capaz de captar el movimiento conjunto delconocimiento y de la realidad social.

    4 Esta forma se relaciona con la propuesta de Bachelard (1948), seguidapor Bourdieu (1999), por cuanto el objeto de estudio se constr uye, perosubordinado a la lgica del problema y su problematizacin.

    5 Las ltimas producciones de Zemelman (2007b y 2011) apuntan ala relacin entre el conocimiento sociocientfico y otros lenguajesmucho ms expresivos, como el arte y la literatura, mientras quelas primeras apuntaban a relaciones gnoseolgicas y del sentidocomn con el plano sociocientfico (Zemelman 1987, 1992 y 1994)o dilogos dentro de las ciencias sociales, tales como la sociologay la historia (Zemelman 1992). Por su parte, De la Garza (2001)plantea estas relaciones entre lengu ajes cotidianos y conocimientossociocientficos, observando que existe una continuidad entre stos.

    El presente potencial y lareinvencin de la emancipacinsocial: el ngulo epistmico

    Enfrentar lo inacabado de la realidad social significa in-tentar aprehender el movimiento permanente en ella, yZemelman propone hacerlo desde un conocimiento tam-bin mvil. Esto significa, siguiendo a Susana Luminato,un cambio de nivel: pasar desde la cuestin de la ontolo-ga social a la epistemolgica, entendida sta como unalgica de razonamiento6(Luminato 1995, 30-31).

    La propuesta de Zemelman, denominada presentepotencial, se plantea como una forma lgica de cono-cer-aprehender el movimiento de la realidad social,entendida como una articulacin de procesos heterog-neos, con base en tres supuestos: a) el supuesto del mo-vimiento; b) el supuesto de la articulacin procesual; c)el supuesto de la direccionalidad (Zemelman 1987, 23-32).Estos tres supuestos permitirn elaborar una estrategiaepistmica que no limite la potencialidad de la realidadsocial, y a la vez, la expresin de las potencialidades delconocer. Zemelman propone un ejercicio epistmico, alquerer relacionar el movimiento mismo de la realidad so-cial con un conocerla en movimiento, entendidos comoprocesos co-constituyentes.

    El supuesto del movimiento es la base de lo constitucin

    inacabada de la realidad, al considerar en el conocer losdinamismos estructurales y coyunturales de la realidaden su proceso de construccin. De esta manera, se inten-ta superar los postulados estticos, entregados por la ob-servacin emprica ingenua que confunde los parmetrosde observacin terica-metodolgica de la realidad socialcon la realidad social misma (Zemelman 1987). El supues-to de la articulacin de procesos nos dice que los procesosconstitutivos de la realidad social no pueden desvincular-se unos de otros, ms que por una necesidad analtica, yes mediante un ejercicio de reconstruccin que emergenpuntos de articulacin. Lo que se condice con la comple-

    jidad de la realidad social, entendida como un conjunto

    heterogneo de procesos, tiempos y espacios vinculadosentre s (Zemelman 1987). Por su parte, el supuesto de ladireccionalidad nos dice que los procesos sociales poseenmltiples direcciones posibles, aunque algunas son msfactibles que otras de ser actualizadas. Estas direcciones,aunque contingentes, no son al azar, sino construccionesposibles dentro de los dinamismos propios de la realidad

    6 Dejamos la cuestin ontolgica para un trabajo posterior, ya quedesborda con creces el objetivo de este escrito.

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    social.7 As, la realidad social permite la inclusin de laprctica de sujetos sociales, y tambin de otros dinamis-mos constituyentes de su movimiento, como pueden ser

    las estructuras sociales. Sin embargo, el presupuesto dela direccionalidad es atributo propio del movimiento de larealidad, y no algo atribuible a los deseos de los sujetos.Con esto, Zemelman escapa del voluntarismo, encontran-do una posibilidad de pensar sujetos con capacidad de po-litizacin de su accionar, pero siempre con el lmite delmovimiento entre lo dado-dndose.

    El supuesto de la direccionalidad se relaciona con la arti-culacin de procesos para conformar los movimientos dela realidad social. En la articulacin de procesos se venlas posibles direcciones y orientaciones que asumirn losprocesos sociales que conforman el movimiento de la rea-lidad social. Sin embargo, la tarea del conocer es obser-var las potencialidades de las direcciones de la realidadsocial, y no slo la orientacin actual de ella; por eso, sehabla del presente potencial (Zemelman 1992 y 1994).

    El planteamiento basal de la epistemologa del presente po-tencial es el de ampliar el razonamiento, desde un ejercicioque rompe los parmetros autoimpuestos por la prcticacientfica, como una forma de conocimiento-aprehensindel movimiento de la realidad social, a travs de un proce-dimiento problematizador de la realidad con base en unalgica de las inclusiones, es decir, un pensar epistmico-

    categorial. La tarea del investigador consiste en construiruna matriz categorial que permita la reconstruccin articu-lada de la realidad social sin simplificar su complejidad in-herente, va una relacin de conocimiento del mismo tipo.

    La propuesta intelectual de B. de Sousa Santos (2002 y 2009)se puede relacionar con lo anterior en dos puntos centrales.El primero es la formulacin de la realidad como construc-cin sociohistrica (epistmico) y el segundo es la formula-cin de la subjetividad como elemento constituyente de talconstruccin sociohistrica (terica-conceptual). Ambosautores proponen el vnculo entre la cuestin epistemol-gica y la cuestin sociopoltica para la formulacin de alter-

    nativas a la naturalizacin del orden social.

    El planteamiento de De Sousa Santos parte de una crticaal proyecto de la modernidad occidental, basado en una

    7 Esta direccionalidad posible es lo que Zemelman entender comolo objetivamente posible, es decir, existe en la realidad undesenvolvimiento tendencial-potencial contenido dentro del propiomovimiento de la realidad que no es puro azar, pero que tampocopermite la determinacin total de los procesos. Lo objetivamenteposible es aquello que permite ver la vinculacin de planosestructura les y simblicos-subjetivos.

    tensin creativa entre exigencias sociales de regulacin (l-mites en relacin con el orden de la sociedad) y exigenciassociales de emancipacin (potencialidades de expansin

    de la libertad humana). Sin embargo, el proyecto moder-no abandonara las pretensiones emancipadoras, en arasde la regulacin entregada por un tipo de estructuracin delo social: el capitalismo. El resultado de este proceso de he-gemona de lo esttico sobre la capacidad transformadoradel proyecto moderno es que el potencial de transformacinpas a ser impotente frente a la lgica de regulacin del ca-pital (De Sousa 1998, 2003 y 2005). Una de las consecuenciassociales del fin de la tensin creativa entre ambos polos esel distanciamiento entre experiencia social y expectativassociales. En esto consiste la crisis de la modernidad, al diso-ciar el presente (experiencia) del futuro (expectativas). Con-secuencia que atae tambin a la ciencia (De Sousa 1988).

    La discrepancia que se produce entre experiencia y ex-pectativas repercute en la forma en que conocemos, esdecir, repercute en la forma en que abordamos los pro-blemas de la emancipacin social y en cmo la pensamos(De Sousa 2006, 14). Una de las manifestaciones de esto,en el trabajo de conocer desde las ciencias sociales, es laseparacin radical entre teora y prctica.8A juicio de DeSousa Santos, esto implica que se pierda un gran caudalde experiencias sociales que son desperdiciadas por lasprcticas hegemnicas de la modernidad (entre ellas, laciencia occidental), producindose una forma de racio-

    nalidad dominante: la racionalidad indolente.

    La racionalidad indolente es perezosa, no se ejerce, yaque no tiene la necesidad de hacerlo, porque se consi-dera nica y exclusiva. De Sousa Santos reconocer dosformas en que se expresa la racionalidad indolente:la razn metonmica y la razn prolptica9 (De Sousa2005). La razn metonmica es aquella que toma laparte por el todo, porque reduce la totalidad a la homo-geneidad de sus partes. De Sousa Santos aplica esto almovimiento del tiempo: esta racionalidad sustrae lascapacidades del presente y lo reduce, y por ende, dismi-nuye su potencialidad, de forma que desperdicia expe-

    riencia y deja fuera de su alcance mucha realidad social(De Sousa 2003 y 2005). Por su parte, la razn prolptica

    8 De Sousa Santos (2006, 16) nos dir que esta discrepancia planteaun problema muy serio para la prctica investigativa, y lo formulagrficamente en los siguientes trminos: para una teora ciega laprctica es invisible, para una prctica ciega la teor a es irrelevante.Adems, es una de las aporas perjudiciales para el conocimientosocial y su ausencia de creatividad.

    9 En realidad, el portugus presenta cuatro formas de racionalidad indolente;adems de las ya mencionadas, agrega la razn impotente y la raznarrogante, que no son significativas para el argumento ac presentado.

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    es aquella que expande demasiado el futuro porque co-noce su derrotero, extendiendo slo una idea de l. Eslo que se conoce en el pensamiento moderno con la idea

    de progreso, que presenta al futuro como infinito, perosiempre en una sola direccin. Se observa un tiempolineal y homogneo, que desconecta los distintos mo-vimientos temporales en la construccin social de larealidad (De Sousa 2003, 2005 y 2006).

    Esta racionalidad tiene una doble cara. Por un lado, con-trae el presente disminuyendo su potencial a travs de larazn metonmica, y por el otro, expande el futuro de ma-nera infinita perdiendo su viabilidad, a travs de la raznprolptica. Se produce una desconexin entre ambos mo-mentos; as, la modernidad gener vivencias a destiem-po, con lo que se pierde experiencia presente y pasada,a la vez que no se puede aprehender el futuro, desde lossujetos. El conocimiento como regulacin ha producidosistemticamente la racionalidad indolente,10lo que se hatraducido en una crisis epistemolgica.

    La propuesta del portugus va dirigida a generar una res-puesta alternativa a la crisis, lo que significa formular unaforma de conocimiento-intervencin que combine la di-mensin epistemolgica con la dimensin sociopoltica.Esta propuesta tiene como principio orientador invertir lascaractersticas de la racionalidad indolente; por ende, setrata de ampliar el presente y contraer el futuro para volver

    a vincularlos. Al ampliar el presente se recuperan las expe-riencias perdidas, por cuanto se amplan las potencialida-des de futuro; contraer el futuro es cuidarlo, en el sentidode darle vialidad a lo potencial. Para hacerlo, es necesariovincular el plano epistmico con el poltico, en funcin depoder reinventar proyectos de emancipacin social, tantocognitivos como prcticos (De Sousa 2002, 2006 y 2009).

    La conjuncin entre conocimiento-regulacin y raznindolente ha generado una serie de ausencias en el cono-cimiento de la realidad social, entendida como aquelloque no existe. Lo no presente en la realidad social es acti-vamente producido como no-existente, como alternativa

    no visible, ni viable. Con esto, la realidad se reduce a loexistente, donde gran parte de lo posible en el presentese produce como ausente. De Sousa Santos (2006) reco-noce cinco modos de produccin de ausencias que se danen la racionalidad occidental y que se materializan en lasciencias sociales, en forma de monoculturas:

    10 Es propio de la regulacin formularse anclajes que desperdicianexperiencias, tales como el colonialismo, el sexismo y el clasismo. Elconocimiento-regulacin trabaja principalmente con base en dicotomas,donde uno de los polos jerarquiza al otro, al punto de hacerlo invisible.

    Monocultura del saber y del rigor. El nico saber riguro-so es el cientfico, por lo que otros conocimientos no seaceptan como tales, ya que carecen de validez y rigor. Se

    basa en la realidad de la ciencia occidental, que reducea la ignorancia y a lo falso los conocimientos no cientfi-cos. As, la ignorancia es la primera forma de ausencia.

    Monocultura del tiempo lineal. La historia tiene unsentido y una direccin, basada en el principio deprogreso, que se expresa en criterios como desarrollo,modernizacin y globalizacin, y la ausencia es trata-da como premoderna, salvaje o primitiva. La segundaforma de ausencia es lo residual.

    Monocultura de la naturalizacin de las diferencias.Lo diferente es visto como inferior, con base en unapropiedad natural en ellas, y oculta las jerarquas delas diferencias, ya que stas son por naturaleza, talescomo la raza, la diferencia sexual o la tnica. De ma-nera que no se puede pensar en las diferencias conigualdad, siendo la ausencia ac la inferioridad. Eltercer modo de producir ausencia es inferiorizar.

    Monocultura de la escala dominante. La idea de queel espacio se expresa slo en niveles escalares de granalcance o macroescalar. As, se entiende como vlidolo universal (donde una entidad es vlida indepen-dientemente del tiempo/espacio en que ocurre) o loglobal (donde una entidad se expande en su alcance almundo), pero lo particular o lo local no tienen mayorrelevancia y son producidos como descartables, des-

    echables o invisibles. La cuarta forma de ausencia eslo local y lo particular. Monocultura del productivismo capitalista. Con base en

    la idea de que el crecimiento econmico y la productivi-dad mensurada en un ciclo de produccin determinan laproductividad del trabajo humano o el de la naturaleza.Es contraria a cualquier otra forma de organizar la pro-ductividad, y todo lo que se produce por fuera del modocapitalista es improductivo y estril. La quinta forma deproduccin de ausencia es la improductividad.

    En resumen, las cinco formas de produccin de ausen-cias de la razn indolente basadas en un conocimiento-

    regulacin son: la ignorancia, lo residual, el inferior, lolocal/particular y lo improductivo (De Sousa Santos 2006,26). Lo que se sigue de esta produccin de ausencias esque sus prcticas no figuran como alternativas creblespara la ciencia occidental moderna. La ciencia no nece-sita de otros, ya que se define a s misma como verda-dera, avanzada, superior, global/universal y productiva.Esta produccin de ausencias es constitutiva de lo queDe Sousa Santos llama sustraccin del presente, porquedeja fuera mucha experiencia social, definida como no-existente, invisible y desechable (De Sousa 2003 y 2006).

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    La tarea que se propone el socilogo es la de construir unconocimiento-emancipacin que implica reformular elvnculo entre epistemologa y poltica, en la constitucin

    de alternativas al conocimiento-regulacin, orientadas aconstruir formas de emancipacin con base en acciones ysubjetividades de este tipo (De Sousa 2003, 2005 y 2006).Esta tarea se relaciona con el ejercicio desparametrizadorque propone la epistemologa del presente potencial.

    Es en este punto donde propongo un dilogo creativo y pro-ductivo entre la epistemologa del presente potencial y el pro-yecto de reinventar la emancipacin social, al vincularlos enuna propuesta va un ejercicio de pensar epistmico. Ambasperspectivas comparten un socioconstruccionismo, peroninguna invita a un relativismo cientfico; por el contrario,estn muy preocupadas por defender cierta objetividad cien-tfica, aunque no neutralidad, por cuanto consideran el rolsociopoltico del trabajo cientfico-acadmico,11que les per-mite compartir un mismo piso crtico.

    En el siguiente apartado planteo el bosquejo de una pro-puesta inicial de vinculacin, que espero continuar yprofundizar en otros escritos, debido a la complejidad deambas alternativas epistmico-polticas y a que ambas,al da de hoy, siguen pulindose.

    Hacia la investigacin social: la

    opcin epistmico-metodolgica

    La dimensin epistmico-categorial

    La propuesta de Zemelman, en contraposicin a ciertasorientaciones que privilegian lo fragmentario y la disper-sin de los procesos actuales, intenta reposicionar la per-tinencia y relevancia analtica de la categora de totalidaden la investigacin social. Las funciones de la totalidad,como exigencia de un razonamiento acorde a la realidadsocial, implican la relacin entre las prcticas de los su-

    jetos sociales y las formas de estructuracin de la realidad

    social en un espacio-tiempo determinado (Zemelman1989, 1992 y 1995). La totalidad es la forma de organiza-cin de un razonamiento basado en la inclusin de catego-ras, niveles y procesos, para reconocer la articulacin en

    11 Es importante distingu ir entre posibilidad de objetivar el conocimientosobre lo social y lo poltico evitando caer en una relativizacin delquehacer intelectual, punto que Zemelman y De Sousa comparten,y el argumento de la neutralidad del conocimiento, punto que ambosautores rechazan. Para ellos, es imposible un conocimiento neutral yno situado de lo social y lo poltico. Ms detalles, en De Sousa (1988,2002, 2006 y 2009) y Zemelman (1987, 1992, 1996 y 2011).

    que estos encuentran su especfica significacin (Zemel-man 1992, 50). Concebida la totalidad como una forma deorganizar el razonamiento categorial, implica una cons-

    truccin que aprehende lo real en cuanto se constituyeen un movimiento dado-dndose (Zemelman 1992), quecomo ella es una totalidad incompleta (el presente).

    Una exigencia de totalizacin requiere pensar las relacionesque se establecen entre los planos objetivos y subjetivosde la realidad social, por cuanto ambos son constituyentesde la historicidad del movimiento de la realidad. La histo-ricidad alude a la potencialidad contenida en la realidadsocial por el movimiento de sus procesos y elementos cons-tituyentes. La idea de historicidad refiere inmediatamentea la indeterminacin de lo social por su propio movimien-to y exige la relacin de sus elementos para considerar larealidad como dada-dndose-por dar. En tal sentido, Ze-melman propone considerar la realidad como histrica, uncampo abierto de acciones alternativas y de fuerzas socialescapaces de crear realidades, en cuanto direcciones posiblesdel movimiento de la realidad (Zemelman 1992 y 1996).

    La inclusin de fuerzas sociales en la construccin de larealidad seala la implicacin de subjetividades y susprcticas en la estructuracin de lo social. Por ende, tantoestructura como accin son elementos constitutivos de lahistoricidad de la realidad social. Sin embargo, la nocinde estructura debe ser replanteada para adecuarse a las

    necesidades del movimiento de la realidad social. Zemel-man nos propone sustituir el concepto de estructura por elde modo de concrecin, entendido como una determinadaconjugacin de niveles y momentos, en un ritmo articu-lado que considera la relacin dinmica entre stos. Esdecir, un proceso de condensacin de una determinadadinmica temporo-espacial (Zemelman 1992, 93-94). Deesta manera, un modo de concrecin no es nunca algo ce-rrado, sino una construccin que permite en su dinmicala inclusin de nuevos niveles y procesos.

    Pensada as, la estructura de lo social, como el modo de con-crecin de un determinado dinamismo, autoriza la consi-

    deracin de la accin de los sujetos sociales constitutiva deun modo de concrecin especfico. No slo la accin de lossujetos sino tambin la subjetividad misma son constitu-yentes de un modo de concrecin determinado; con ello, laoposicin clsica entre accin y estructura pierde sentido,porque ambas son pilares constitutivos de la historicidadde la realidad social, as como de su conocimiento.

    La cuestin de la subjetividad pasa a ser fundamen-tal, ya que no slo es co-constituyente del movimientode la realidad, sino que tambin es intervenida por el

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    mismo movimiento de la realidad social, produciendouna mutua relacin de producente-producido entre rea-lidad y sujetos, as como entre sujetos y realidad. Para

    Zemelman, la relevancia de la subjetividad y de los suje-tos pasa por ser condensadores de historicidad, ya que enellos confluyen y se reelaboran los diferentes procesos dela dinmica social, originando diferentes alternativas deactivacin y potenciacin de ella, mediante la apropia-cin de la historicidad social. Pero una subjetividad cons-tituyente-constituida no puede reducirse a mero efecto ointerioridad de la estructura, sino que requiere una con-ceptualizacin ms amplia. Respecto de la subjetividad,Zemelman dice: [] dado su carcter estructurado-es-tructurante no puede entenderse [la subjetividad] comoun campo definido en trminos de sus manifestaciones,ya sean conductuales, de expectativas o perceptivas, sinode modo ms profundo, desde su misma dinmica cons-titutiva y constituyente: lo que nos remite a campos derealidad ms profundos (Zemelman 1996, 104).

    Concuerdo con Zemelman en que la subjetividad es unelemento que permite la emergencia de campos socialesproblemticos ms extensos y profundos. Al actuar comopunto articulador, permite vincular los diversos camposy niveles estructurales, culturales e incluso personales.Lo anterior facilita tratar las subjetividades como he-chas y por hacer, es decir, como efectos de determinadosdinamismos de la realidad y, simultneamente, como

    emergentes, portadoras de lo indito y lo potenciable delo social. Esto depender de las articulaciones propias delas subjetividades en el proceso de conformacin de larealidad social y de los sujetos sociales.

    Coincidentemente con Zemelman, De Sousa (2005) reco-noce la historicidad de la realidad y su conocimiento desdeuna lectura original de la propuesta benjaminiana;12porlo mismo, la formulacin de un conocimiento emanci-pacin no es posible sin considerar las bases del conoci-miento emancipador moderno y sus prcticas. Por ende,reinventar un proyecto emancipador es partir del pensa-miento crtico y la utopa crtica, para enfrentar el obst-

    culo que impone la razn indolente en la actualidad: laresignacin y el conformismo.

    La reinvencin de una utopa crtica, contra la resigna-cin y el conformismo, debe superar dos problemas cla-ves dentro de un conocimiento moderno, en s mismo

    12 Las coincidencias entre Zemelman y De Sousa suman y siguen.Adems de lo ya expresado, ambos se apoyan en Benjamin (1989),Bloch (2004) y Gramsci (1967), como autores centrales de suspropias propuestas.

    colonialista,13 para su realizacin: el silenciamiento yla diferencia (De Sousa 2006, 46). El silenciamiento esuna prctica de silenciar lo ausente para evitar su mani-

    festacin como voz con capacidad de ser oda. No es quelo inferior o improductivo no tenga algo que decir; msbien, lo posible de decir por ellos es impronunciable parael saber moderno. El otro problema por superar es la di-ferencia, por cuanto es considerada como expresin decierta inconmensurabilidad, bajo una idea esencialistade la identidad, lo que impide posibles articulacionesentre lo que es diferente y heterogneo.

    Un tercer reto a superar por una nueva utopa crtica esla distincin entre neutralidad y objetividad, promovi-da por la separacin entre teora y prctica por parte delsaber moderno. De Sousa (2009) reconoce el valor de la ob-

    jetividad en el trabajo cientfico, al experimentar ciertadistancia crtica para generar un conocimiento rigurosorespecto de la realidad social en sus procesos de construc-cin. Sin embargo, objetividad no implica la neutralidaddel conocimiento cientfico en el proceso de construc-cin de la realidad social. En este punto, coincidentecon Zemelman, se debe plantear la siguiente pregunta:Dnde est usted en la construccin de la realidad y desu conocimiento?14Se tratara de considerar las capacida-des de la accin cientfica, sus alcances y lmites.

    El cuarto reto de una utopa crtica actual es cmo intervenir

    para fomentar una subjetividad no conformista, que puedaenfrentar a la razn indolente. Lo que implica, en el plantea-miento del portugus, superar la dicotoma accin/estruc-tura para observar cmo las subjetividades no conformistasa travs de sus acciones pueden fracturar las estructu-ras. Lo anterior significa considerar las estructuras de unamanera ms flexible, como una suerte de toposque conjugacierta forma de articulacin de espacios-tiempos con formasde sociabilidad y relaciones de poder, pero remarcando queson un modo de configuracin de espacios estructurales (DeSousa 2003), ms que una estructura rgida e inamovible cercano al modo de concrecin de Zemelman, pero enfati-zando ms en la importancia de lo espacial, con lo que las

    subjetividades y sus acciones son constitutivas de ellos.

    13 El planteamiento de De Sousa Santos es muy importante, ya queestablece con fuerza el dilogo con representantes del pensamientodecolonial latinoamericano, tales como Quijano (2000), Mignolo(2003)y Escobar (2005). Lo que nos permite abrir nuevas direccionesen la construccin de nuestro propio posicionamiento.

    14 Esta pregunta general se puede desglosar en tres preguntaspropias de un saber que privilegia el momento epistemolgicosobre el terico: Qu conocimiento?, para qu? y para quin?Ver Lander (2000a). Lo que permite avanzar hacia una propuestaepistemolgica de tipo reflexivo y situado.

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    La renovacin de una crtica utpica pasa por ampliarlos determinismos propios de las ciencias sociales ylas maneras en que se transforman en sentido comn.

    Primero, es ampliar las definiciones actuales de podery de la opresin, al colocarlos como formas de relacio-nes que necesariamente implican la conjugacin detiempos/espacios, en cuanto formas de produccin detales relaciones. Para ello, De Sousa Santos reconoceseis espacios/tiempos estructurales de produccin delpoder, que implican relaciones, sociabilidades, rit-mos, duracin (De Sousa 2006, 52-53):

    1. El espacio/tiempo domstico, donde el modo de poderes el patriarcado.

    2. El espacio/tiempo de la produccin, donde el modo depoder es la explotacin.

    3. El espacio/tiempo de la comunidad, donde el modode poder es la diferencia desigual.

    4. El espacio/tiempo del mercado, donde el modo depoder es el fetichismo de las mercancas (cuestin delconsumo).

    5. El espacio/tiempo de la ciudadana, donde el modo deproduccin del poder es dominacin nacional.

    6. El espacio/tiempo mundial, donde el modo de poderes el intercambio desigual.

    En cada uno de estos espacios se produce un modo de im-bricacin de poder y saber, al punto de generar formas de

    sentido comn que terminan en el conformismo. De ahque la finalidad del proyecto de emancipacin, con baseen una utopa crtica, sea la de cambiar estos modos depoder-saber, va su democratizacin, es decir, sustituirlas relaciones de autoridad de cada uno de los espaciosestructurales por relaciones de otro tipo. Un correlato detal democratizacin de los espacios es el reconocimientode la diferencia, con base en un principio de igualdad (node indiferencia), as como en el desarrollo de prcticasque rompan el dinamismo del conformismo.

    Lo anterior implica establecer relaciones novedosasentre teora y prctica, entre espacios distintos, como

    el cientfico y el cotidiano, con un alcance trans-esca-lar (De Sousa 2006, 57). Hasta ac se puede sintetizar loplanteado como la posibilidad de formular un posicio-namiento epistemolgico-categorial que replantee lasrelaciones entre temporalidad y espacialidad con baseen las acciones de subjetividades colectivas, en cuantoparticipan de la estructuracin de la realidad social ytienen la capacidad de restituir la alternativa utpicadel conocer. Ahora es posible dar el siguiente paso: laarticulacin de categoras con el anclaje metodolgicode las ausencias y las emergencias.

    Lo epistmico-metodolgico: ausencias,emergencias y sujetos colectivos

    La posibilidad de expandir el conocimiento social, contracualquier lgica de separacin, estar en el paso de lasmonoculturas a las ecologas (De Sousa 2003). Las ecolo-gas son formas de ampliacin de los razonamientos y lasprcticas que traspasan fronteras para vincular espacios-prcticas que estaban distanciados por la racionalidadindolente y el conocimiento-regulacin. Es importanteidentificar las ecologas con aquellas potencialidades derelacionar diferentes tiempos/espacios-prcticas, en elsentido de procedimientos vinculantes que rompen la se-dimentacin de dicotomas en la construccin del cono-cimiento y de la realidad (De Sousa 2003). Por lo mismo,para las ecologas, la frontera entre teora y prctica noslo carece de sentido, sino que es inadmisible.

    Las ecologas se basan en el procedimiento de las ausen-cias, es decir, aplicar prcticas que puedan invertir laproduccin de ausencias, a fin de hacerlas presentes alcrear las condiciones para que las experiencias ausentesaparezcan como existentes. De Sousa Santos reconocecinco ecologas, cada una opuesta a un tipo de monocul-tura. stas son: de los saberes, de las temporalidades,del reconocimiento, de la trans-escala y de las producti-vidades (De Sousa 2005 y 2006).

    La sociologa de las ausencias para remarcar su carctercognitivo y prctico, se opone a la razn metonmica quecontrae el presente a lo meramente existente. Las ecologassignifican, entonces, volver a conectar tiempos/espacios/prcticas para ampliar el presente hacia sus potencialida-des, dilatndolo y, as, reconectndolo con el futuro (DeSousa 2005). Sin embargo el procedimiento de las ausen-cias es incompleto sin una crtica a la razn prolptica.

    El procedimiento que se opone a la razn prolptica es la so-ciologa de las emergencias, que se refieren a las formas enque el futuro puede contraerse, revinculndolo con un pre-sente abierto a sus potencialidades porque fue expandido

    va la sociologa de las ausencias. Las emergencias se refie-ren a las formas en que el futuro deja de ser infinitamen-te vaco para transformarse en potencialidades concretas,cercano a la idea de proyecto como apropiacin del presenteen Zemelman. Las emergencias se refieren a lo que E. Bloch(2004) denomin lo an no, es decir, aquello no devenido peroque tiene en el presente sus pistas, seales, huellas y laten-cias. Las emergencias son conjunciones de prcticas/espa-cios/tiempos que se presentan de manera no muy visiblepero que involucran las potencialidades y la ampliacin delas posibilidades de concretar el futuro a partir del presente.

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    Estas emergencias incomodan a las ciencias sociales tradi-cionales, acostumbradas a trabajar con indicadores, y nocon pistas o seales. Por ende, son desacreditadas por no ser

    rigurosas, dada la forma de trabajo cientfica tradicional,principalmente el positivismo (De Sousa 2006). En resu-men, la sociologa de las emergencias ilustra las experien-cias posibles que ya existen, aunque frgil y precariamente.

    De manera que al combinar la sociologa de las ausenciascon la sociologa de las emergencias, se podra ampliar elpresente y contraer el futuro; con ello, un gran caudal deexperiencia que antes era desperdiciada se har disponi-ble, y se producir una cantidad enorme de realidad antesinvisible (De Sousa 2005). Sin embargo, esto no facilitarala constitucin de sujetos no conformistas, sino que gene-rara un mayor espacio para las fragmentaciones socialesproducto de lo novedoso y lo heterogneo. Para posibilitarlas articulaciones de subjetividades colectivas diferentes,con base en la recuperacin de lo ausente y considerando loemergente, el socilogo nos propone el principio de traduc-cin recproca (De Sousa 2003, 2005 y 2006).

    El principio de traduccin se propone articular sujetos colec-tivos heterogneos, sus prcticas y conocimientos, como unproceso intercultural e intersocial en una relacin de inter-contactos de unos y otros. Se trata de buscar inteligibilidadcompartida sin reducciones, sin homogeneizacin hacianinguno de los polos que participan en el proceso (De Sousa

    2005 y 2006). Es un ejercicio donde yo traduzco y tu tra-duces simultneamente, en la misma relacin, al puntode configurar un nuevo lugar. Esto implica observar el tra-bajo y la produccin cientfica como parte de un proceso deconstruccin de realidad ms amplio, punto que compartecon Zemelman. Por ende, la ciencia social puede permitiruna forma potencial de accin-reflexin colectiva para laemergencia de sujetos no conformistas (De Sousa 2005).

    Para De Sousa Santos, el procedimiento de traduccin esla produccin de un nuevo lugar, y no es la reduccin deuno de los trminos al otro. Por el contrario, es crear inte-ligibilidad sin destruir la diversidad producida por la so-

    ciologa de las ausencias y de las emergencias. De lo quese trata es de relacionar lo no relacionado, encontrandoen el lenguaje de Zemelman los puntos de articula-cin, activacin, distanciamiento y bloqueo.15 La base

    15 De Sousa utiliza como ejemplo de la traduccin la ampliacin delconcepto de Derechos Humanos a travs de un dilogo con sussemejantes en tradiciones no occidentales, como el ummadel islam o eldharmadel hinduismo. Cada uno de stos es incompleto para tratar ladignidad humana, pero la conjuncin de los tres permitira hablar msampliamente de dignidad humana (De Sousa 2003 y 2006).

    de lo anterior es que ninguna cultura es completa y, porende, se puede intervenir va la traduccin, para mirarla diversidad sin relativismos, en el sentido de ampliar

    lo comn a stas. El procedimiento de traduccin serael correlato de los procedimientos que se proponen recu-perar experiencia y no seguir desperdicindola, a travsde un proceso de vinculacin articulatoria de lo indito.

    La traduccin como forma de potenciar lo excluido e in-visible de la realidad por su naturalizacin tiene conse-cuencias polticas, epistemolgicas y metodolgicas.Para el portugus, la tarea es la produccin de un conoci-miento-emancipacin que tenga el potencial para cons-tituirse en un nuevo sentido comn, al tiempo que nospropone un ejercicio epistmico-metodolgico y de ima-ginacin democrtica.16En lo referido a la imaginacindemocrtica, se basa en recuperar el experimentalismodemocrtico y la demodiversidad, a fin de producir unademocracia de intensidad, en cuanto a la participacin,y cosmopolita, en cuanto a su alcance tico.

    En relacin con lo epistmico-metodolgico, nos propone lahermenutica diatpica, cuyo fundamento se encuentra enel reconocimiento del lenguaje como instancia constitutivade la realidad, con base en un procedimiento retrico-argu-mentativo. De Sousa (1998 y 2005) va a proponer la emergen-cia de un nuevo topoi(lugares de aceptacin compartida) enel proceso de construccin de realidad. Como la de Zemel-

    man, sta es una propuesta del umbral que no slo esperaencontrarse con la frontera, sino que la busca y constituye.

    Desde Zemelman, siguiendo la lgica de la articulacininclusiva, podemos ver la operacin de la traduccin en lacategora de subjetividad constituyente y sus formas de co-lectivizacin, que requiere considerar las vas en que stasse constituyen como sujetos sociales. El proceso desde elque las subjetividades colectivas se transforman en sujetossociales implica la articulacin de varios niveles de la reali-dad, de diferentes temporalidades y de escalas espaciales,donde confluyen elementos sociosubjetivos (deseo y necesi-dad), socioculturales (memoria, prctica, proyecto, utopa)

    y socioestructurales (diferenciacin social y funcional).

    Zemelman (1996) denomina a estos procesos nuclea-mientos de lo colectivo, que permitirn ciertas cristali-zaciones culturales en la conformacin de sujetos, peronunca su inmutabilidad. Los nucleamientos colectivosson convergencias de procesos y espacios de constitu-

    16 Tanto en lo referido a lo epistmico-metodolgico como a lodemocrtico, ver los libros que forman par te del proyecto Reinventarla Emancipacin Social, coordinado por B. de Sousa Santos.

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    cin de fuerzas colectivas que pueden impulsar la cons-truccin de la realidad social en diferentes direcciones(Zemelman 1996, 21-22). Estos procesos-espacios son de-

    finidos por Zemelman en torno a tres ejes:

    La necesidad entendida no como carencia, sino comoexpresin constitutiva de la realidad social en su di-mensin temporal y espacial. Es decir, necesidad re-fiere a un dinamismo propio de lo social: la necesariarelacin entre memoria y utopa (pasado y futuro),as como entre lo microsocial y macrosocial o lo obje-tivo-subjetivo. La mutua dependencia de niveles.

    La relacin entre memoria y utopa permite la emergen-cia de experiencias que se refieren al presente, entendi-do como lo objetivo de la situacin, la transformacinde lo deseable/potencial en posible. Es el espacio de des-pliegue de prcticas colectivas con anclaje en la memo-ria y experiencia, pero abiertas al futuro.

    La experiencia, en cuanto se refiere a determinadosmodos de concrecin, posibilita la construccin deproyectos entendidos como modalidades, en las quemltiples posibilidades de desenvolvimiento de larealidad se expresan como opciones posibles/viables.

    La vinculacin entre necesidad, experiencia y proyecto con-forma la base para los nucleamientos de lo colectivo. De estaforma, los diferentes niveles que participan en la construc-cin de la realidad social se relacionan: lo individual, lo gru-

    pal y lo colectivo (Zemelman 1996). Los niveles se articulanen funcin de las dos dimensiones de las subjetividades:como producto y productor. Zemelman propone un esque-ma de anlisis de las modalidades de los nucleamientos co-lectivos, que van desde lo individual hacia planos grupales,y desde stos hasta la conformacin de voluntades colecti-vas capaces de implementar proyectos con la pretensin dedireccionar el movimiento de la realidad social. Un ejemploes la nocin de sujetos comunitarios que Zemelman presen-ta en sus escritos (Zemelman 1987 y 1996).

    En sntesis, considerar la realidad social desde la subjeti-vidad constituyente y las diferentes modalidades en que

    se nuclean colectivamente, para la conformacin de suje-tos sociales (o subjetividades no conformistas, en De SousaSantos), posibilita ingresar la dimensin conflictual en lahistoricidad de la realidad social. Se requiere un anlisisde los procesos que sedimentan, compiten y fracturan losparmetros existentes en el enfrentamiento de diferentessujetos y sus acciones por los modos de concretar las poten-cialidades de la realidad. Ac podemos asociar las categorasde voluntades colectivas y de proyecto de Zemelman (1989)con la sociologa de las ausencias y las emergencias de DeSousa Santos, en cuanto posicionamientos metodolgicos.

    Las voluntades colectivas son las formas que asumen lossujetos sociales en la tarea de apropiarse del futuro,17 encuanto capacidad de reactuar sobre lo dado, con la finali-

    dad de hacer emerger lo potenciable sobre lo real-objetivo-dado (Zemelman 1989). Pero las voluntades colectivas noslo son imaginacin utopstica, sino tambin base de laexperiencia histrica, ya que, como todo sujeto social, soncondensaciones de historicidad de la realidad social. Las vo-luntades colectivas no seran multitudes a lo Negri (2003),ya que implican formas determinadas de articulacin co-lectiva, con base en los diferentes procesos de nucleamien-tos colectivos y de traduccin cultural. As, las voluntadescolectivas son una expresin de los sujetos sociales que ensu accin imprimen la dimensin del poder (y con ello, laposibilidad de accin no conformista), en el intento de di-namizar el movimiento de la realidad en otras direcciones,pero siempre con un anclaje en su propia historia. La ex-periencia histrica les permite a las voluntades colectivasexperimentar los diferentes caminos de apropiacin de losmovimientos de la realidad con un anclaje en sus propiosderroteros, aunque siempre abiertos a la novedad de la his-toricidad, a travs de los reconocimientos de los horizonteshistricos que resultan de la compleja y variable articula-cin de procesos sociales en los cuales se producen las alter-nativas posibles (Zemelman 1989, 33).

    Los proyectos sociales, por parte de voluntades colectivas,son las formas de plantear los procesos de apropiacin

    del movimiento de la realidad, para dirigirlos dentro demarcos histricos. Un proyecto no es la definicin de unameta o finalidad (cancelacin del movimiento); por el con-trario, es la aceptacin del desafo de aprehender lo abier-to del movimiento de la realidad social, lo que significaentender que el proyecto mismo es movimiento: abiertoe inacabado. Ac, la importancia del conocimiento socialen cuanto operacin de reconocimiento del movimientoen sus posibilidades de apropiacin y como capacidad paravislumbrar los lmites/potencialidades de la situacin.

    Los proyectos de apropiacin de la realidad social por lossujetos sociales suponen la inclusin de la utopa tanto en

    su aspecto de apropiacin prctica como en su formulacinreflexiva. Ella, en la ptica del presente potencial, no es laexistencia del futuro como ley, sino la potencialidad his-trica de actualizacin de direcciones de la realidad con

    17 Es importante ac recalcar que voluntades colectivas refieren aconstrucciones categoriales no cerradas, ms que a contenidosempricos precisos. Voluntades colectivas y proyectos permitenconstruir un ngulo de lectura que pueda hacerse cargo de ladimensin poltica en la construccin de la realidad social a t ravs desu problematizacin desde las ciencias sociales.

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    base en el principio de apertura. En la relacin utopa (loabierto de la realidad como posibilidades) y proyecto (comoviabilidad de la apropiacin del movimiento de la realidad)

    se expresan las voluntades colectivas, en cuanto forma derescatar la dimensin poltica de la historicidad contra lareificacin de la realidad social (Zemelman 1989).

    Voluntad colectiva y proyectos, como expresiones categoria-les, pueden articularse coherentemente con la perspectivametodolgica de las ausencias y las emergencias. stos per-miten proponer relaciones posibles de observar entre sub-

    jetividades constituyentes y los modos de concrecin de losespacios-tiempos estructurales que sern investigados. Per-miten tambin vincular planos estructurales y subjetivos,ya que las voluntades colectivas posibilitan la observacinde los modos en que las subjetividades se colectivizan y po-litizan, al punto de volverse subjetividades no conformis-tas, y con ello, la posibilidad de apropiarse de la direccinpresente-posible de la realidad social a travs de proyectoscolectivos. De tal modo, la categora de voluntad colectivaincluye las formas de nuclearse de las subjetividades y susmanifestaciones en cuanto subjetividades no conformistascon el orden social, es decir, como sujetos sociales.

    Reflexin de cierre:balances y derroteros posibles

    Desde un diagnstico de la situacin del conocimientosocial en la actualidad, definido como un perodo tran-sicional, de oportunidad y riesgos, propuse un ejercicioepistmico-categorial y metodolgico que permita estudiarlgicas y acciones colectivas, con base en el dilogo entrelas propuestas de Boaventura de Sousa Santos y las de HugoZemelman. El punto inicial ha sido la lgica del presentepotencial (Zemelman 1992), entendida como un procedi-miento epistemolgico que propone una relacin de co-constitucin entre la realidad social y su conocimiento. Talprocedimiento permite redefinir las relaciones temporo-es-paciales que definen un contexto sociohistrico particular.Expongo que es posible articular la propuesta del Presente

    Potencial con el proyecto crtico de Ecologa de Saberesde De Sousa Santos como oportunidad de recuperar ex-periencia desperdiciada por una racionalidad indolente.Ambas posiciones comparten un socioconstruccionismocrtico que observa una relacin entre estructuracin so-cial y una subjetividad constitutiva de tal estructuracin.Ambas establecen definiciones de una subjetividad colecti-va, con formas de accin no conformista que pueden gene-rar variacin en los espacios estructurales, junto a la ideade movimiento e incompletitud de la realidad social, con loque comparten una perspectiva crtica.

    Metodolgicamente, postulo que la propuesta del Pre-sente Potencial ganara en plausibilidad si se articulacon los procedimientos de la Sociologa de la Ausencia

    y de las Emergencias. Si nos enfocamos en aquello quees socialmente producido como ausente en relacincon lo que emerge en un espacio y tiempo sociales enparticular, podemos captar mejor la idea del presen-te abierto formulada por Zemelman. Por otro lado, laidea de traduccin, en De Sousa Santos, adquiere fuer-za emprica con la figura de los nucleamientos colecti-vos que posibilitaran la constitucin de subjetividadesno conformistas.

    Considero que este punto es el principal aporte del ejer-cicio realizado desde un punto de vista crtico. Posicio-narse frente a la realidad social en su configuracin y enpotencialidad, desde el punto de vista de los sujetos so-ciales, posibilita el dilogo entre la categora de volun-tad colectiva como expresin de una ausencia que dejade serlo y proyectos de aprehensin de los movimientosde la realidad social como una emergencia que relacionalo subjetivo y lo estructural. De esta forma, los autoresnos entregan herramientas epistmico-metodolgicasfundamentales para problematizar el movimientoconfiguracional de la realidad social, pero a la vez nosdotan de herramientas para pensar y cuestionar laspropias prcticas habituales de las ciencias sociales.Restituyndole un doble talante crtico al conocimien-

    to social: frente a los movimientos potenciales de larealidad y frente al trabajo acadmico-investigativo.El resultado es la posibilidad de una racionalidad an-ticipatoria como capacidad de captar lo potencial dela realidad y que expande la nocin de conocimientosocial de las ciencias sociales hegemnicas (De Sousa2010; Zemelman 2011).

    Es posible aplicar la propuesta a la problemtica de losconflictos sociales y las subjetividades colectivas (ac-cin colectiva, movimientos sociales, lgicas colectivasy expresiones de politicidad) en los procesos recientesde Amrica Latina. La base de la propuesta metodolgi-

    ca, ac expresada, es la articulacin de temporalidadesabiertas a otras posibilidades (presente potencial) conformas de apropiacin y de configuracin espacial (car-tografa de las ausencias y emergencias). Lo anteriorse traduce en un ejercicio de pensamiento epistmico ymetodolgico en el estudio de subjetividades y lgicas co-lectivas18que, va las categoras de subjetividad no con-

    18 Hemos intentado establecer un dilogo con las teoras sociolgicas demovimientos sociales, en Paredes (2011b). En relacin con una evaluacinde la democracia chilena y su dficit ciudadano, en Paredes (2011a).

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    formista, voluntad colectiva, proyecto de apropiacin defuturo,posibiliten la observacin de procesos como losnucleamientos colectivos y el ejercicio de traduccin

    por la disputa del movimiento de la realidad social, comoel del caso boliviano (De Sousa 2010).

    Sin embargo, es necesario sealar que una de las limi-taciones de las propuestas ac articuladas es su dficitde trabajos de investigacin emprica. Considero impe-rativo avanzar en esta direccin; por lo que, dando unpaso hacia el plano de las tcnicas de investigacin pararealizar estudios empricos, sugiero su vinculacin conprocedimientos de tipo cualitativo, ya sean etnogrficos(observacin en sus variadas formas), conversacionales(individuales y grupales), biogrficos (historias y rela-tos de vida, trayectorias y testimonios); el trabajo condocumentos o el anlisis de discurso pueden aportar ele-mentos para enriquecer la propuesta,19favoreciendo surendimiento emprico.

    Insisto, este ltimo punto debe remarcarse. Lo aqupresentado es slo una propuesta categorial, epist-mica y metodolgica, que no ha sido probada empri-camente, aunque ya tiene ciertos antecedentes en eltrabajo de Retamozo (2009). Mi propio itinerario me hallevado a pensar y proponer su aplicacin para el casode la movilizacin estudiantil-ciudadana por la edu-cacin pblica y gratuita en el Chile reciente, punto

    en el que actualmente trabajo. Pero lo ac presentadoes slo el inicio de una configuracin categorial-meto-dolgica; ser la prueba emprica la que nos permitirevaluar su plausibilidad.

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